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Imagen Bioquímica
Introducción
La señal normal de los tejidos en las distintas potenciaciones, también puede ser
modificada en forma difusa o focal, por la presencia de algunas sustancias producidas en
forma endógena en condiciones normales o patológicas. A su vez, la señal de estas sustancias
endógenas puede modificarse en el tiempo, lo que indica que evolucionan en su configuración
bioquímica. Con este último antecedente, se puede afirmar que todas las sustancias
producidas endógenamente, pueden modificar la señal dadas sus características bioquímicas,
las que les confiere una forma particular de interacción magnética, y de interacción con su
entorno bioquímico local (spin-spin) y remoto (spin-red), por lo que su presencia puede ser
detectada y evaluada utilizando distintas potenciaciones, secuencias y técnicas de imagen.
1. Potencia del campo magnético principal: Ya vimos que mientras mayor es la potencia del
campo magnético principal, mayor será la relación entre espines UP y DOWN, por lo que el
balance de espines UP será mayor, determinando una mayor densidad protónica. Por esta
razón vimos que la intensidad de señal será mayor al trabajar con campos magnéticos de
mayor intensidad.
2. Tamaño del vóxel: Ya vimos que mientras mayor es el tamaño del vóxel, mayor es el
volumen de espines excitados que determinará la señal a obtener. Por esta razón cuando
usamos espesores de corte más anchos, y matrices de menor tamaño, es cuando
obtenemos vóxeles de mayor volumen, los que tendrán una mayor densidad protónica, y
por lo tanto entregarán una mayor señal.
3. Volumen de agua libre en el vóxel: En relación a la población de agua, vimos que existen
dos poblaciones; la subpoblación de agua libre, y la subpoblación de agua ligada. El pool de
agua ligada tiene un T2 corto, por lo que al ser excitado se relajará rápidamente en el plano
transversal, lo que implica que prácticamente no aporta con señal. En cambio el pool de
agua libre tiene un T2 largo, y al ser excitado entrega señal incluso cuando la recolección
de la señal se hace tardíamente. Adicionalmente, constituye una población mucho más
numerosa que la población de agua ligada. Todo esto determina que al excitar un volumen
con gran cantidad de agua libre, la señal proveniente desde este volumen será mayor.
Todos los espines ubicados dentro de un volumen interactúan entre ellos. Esta interacción
es conocida como interacción dipolo-dipolo, la que permite el intercambio de energía de estos
espines con su medio bioquímico remoto, y por otro lado, interacción de estos como parte de
un medio bioquímico local. La interacción dipolo-dipolo se puede ejemplificar mediante el
“modelo de los dos protones” (Figura 1).
tumores tienen mayor cantidad agua libre, lo que está determinado por su desestructuración
tisular. Los tumores “menos estructurados” presentarán un alargamiento mayor de los tiempos
de relajación, en comparación con los que tienen una mayor estructuración. Esta condición
finalmente determina que los valores de T1 y T2 de todos los tumores, en general sean
mayores a los de los tejidos normales. Esta es la concepción inicial de la RM, en la que trabajó
el Dr. Damadian, hasta que finalmente se impuso la técnica según fue concebida por Lauterbur
y Mansfield. En la tabla de la Figura 2 se puede apreciar el alargamiento de los tiempos de
relajación de los tumores, en cualquier localización, y a cualquier potencia de B0.
El vínculo entre las diferencias en T1 y T2, y la fisiología de los diversos tejidos, y más
importante, la fisiología del tejido alterado, aun no está absolutamente claro. Por esta razón a
veces se hace necesario alterar la señal normal de resonancia magnética proveniente los
tejidos, usando un agente de contraste intravascular, que es capaz de revelar los cambios
fisiológicos presentes en el tejido, que son relevantes en los procesos de enfermedad. Por
ejemplo, la administración endovenosa de medios de contraste basados en gadolinio, crean
una diferencia de contraste mayor en las regiones altamente vasculares, y son retenidos en
regiones donde la permeabilidad del espacio intersticial ha cambiado. Estos tipos de cambios
en la vascularización, o en la permeabilidad de los tejidos, ocurre en una amplia variedad de
estados patológicos, tales como los tumores malignos y la isquemia miocárdica.
La susceptibilidad magnética no sólo se manifiesta de esta forma, sino que también tiene
formas más sutiles de manifestarse, como la mostrada a continuación en la Figura 3.
Difusión y perfusión
Al interior de los tejidos, las moléculas que lo conforman no están estáticas. Las
moléculas están en constante movimiento, determinado por la agitación térmica. Este
movimiento normal de las moléculas es más marcado en las moléculas de agua libre, la
principal fuente de la señal de resonancia magnética. En un modelo teórico, las moléculas de
agua difunden libremente, lo que se denomina difusión isotrópica. La difusibilidad del agua libre
puede ser evaluada mediante las técnicas de difusión, sin embargo la difusión modifica
levemente la señal de resonancia magnética normal, disminuyéndola. La disminución de la
señal está dada principalmente por el refase imperfecto de los espines de agua libre en
movimiento cuando se aplican gradientes durante la codificación de la señal. Los gradientes
introducen desfases, pero como estos gradientes son aplicados en forma bipolar, en la teoría
es esperable que al final de ambos lóbulos del gradiente, los espines sean completamente
refasados. Los espines en movimiento acumulan un desfase debido a su cambio de posición al
momento de la aplicación del lóbulo de refase del gradiente. La presencia de estos desfases
disminuye la señal global, cuando en la imagen existen vóxeles con agua libre difundiendo en
un modelo isotrópico. En la Figura 4 se puede apreciar el refase incompleto de los espines
móviles, tras la aplicación de un gradiente bipolar. En la imagen inicial del esquema se ve un
estado de la fase de los espines que es distinto al de la imagen final. En la imagen final se
aprecia la presencia de mayor desfase debido a la difusión libre de las moléculas de agua. Un
mayor desfase disminuye el tamaño de la componente transversal, lo que se traduce en una
disminución de la señal de inducción obtenida al momento de recolectar el eco.
potencia en T2*. La llegada del bolo produce una disminución de la señal, atribuida a la
presencia del ión Gd+3, en las zonas con perfusión normal. En las zonas con disminución de la
perfusión la señal no disminuye. En la realidad, la perfusión que incide en la señal normal de
resonancia magnética es la microcirculación. LeBihan introdujo el concepto de los
“movimientos incoherentes intra vóxel” (IVIM), llegando a estimar que el aporte de la
microcirculación en la disminución de la señal de resonancia magnética es de
aproximadamente un 5%. Por lo tanto, la señal normal de resonancia magnética disminuye en
un pequeño porcentaje debido a que el movimiento los espines en el interior de los capilares es
análogo a la difusión libre, ya que los capilares se distribuyen en todos los ejes del espacio, por
lo que el movimiento de los espines en su interior puede considerarse como el movimiento de
moléculas de agua en un modelo isotrópico.
Como conclusión al punto anterior, podemos afirmar que la señal siempre será
modificada en condiciones patológicas que cursan con aumento del contenido de líquido
intersticial, ya que por estar compuesto por agua libre, incidirá notablemente en la señal del
tejido examinado. Por otro lado, el uso de medios de contraste basados en gadolinio permitirá
también una notable modificación de la señal, cuando la permeabilidad está aumentada.
especialmente de agua libre. La forma de diferenciar las subpoblaciones de grasa es a través
de la adquisición de imágenes en fase y fuera de fase. En las imágenes en fase, la señal del
agua y la grasa aportarán a la señal global, mientras que en las imágenes fuera de fase la
señal sólo será atribuible a la señal de agua y grasa macroscópica. La caída de señal en las
imágenes fuera de fase se debe a la presencia de grasa intracelular, la que comparte la misma
ubicación que el agua intracitoplasmática.
Las secuencias eco gradiente también permiten evaluar en buena forma el cartílago
articular, debido a que los parámetros de TR, TE y α Pueden modificarse para realzar la señal
del cartílago manteniendo una mayor señal del líquido sinovial. El hueso trabecular subcondral
se aprecia de baja señal debido a la alta susceptibilidad de las trabéculas óseas que lo
conforman. Esta disminución de la señal puede maximizarse si se aplican técnicas de
supresión espectral de la grasa, sin embargo, aplicando o no estas técnicas, la hiperseñal del
hueso subcondral, secundaria a lesión del cartílago, es menor que la obtenida a través de
secuencias DP con supresión espectral de la grasa. Se pueden ejecutar además, otras
técnicas que permiten aumentar aún más la señal del líquido sinovial, lo que aumenta el
contraste entre cartílago, hueso y líquido sinovial. En la Figura 4 se puede apreciar la mejora
en la evaluación del cartílago mediante técnicas que aumentan la señal del líquido sinovial,
mientras que la señal del hueso medular es anulada mediante el uso de supresión espectral de
la grasa.
Figura 4: Mejora en la evaluación del cartílago usando la técnica DEFT, que aumenta la señal del líquido
sinovial, y además usando supresión espectral de la grasa que disminuye la señal del hueso medular. Las
flechas muestran el defecto en el cartílago articular
Un cartílago que sufre los efectos de la desecación, disminuirá su cantidad de agua, por
lo que tendrá una mayor susceptibilidad magnética que el cartílago normal. Esta susceptibilidad
magnética aumentada se relaciona con la presencia de fibras de colágeno no asociadas a la
capa de hidratación de agua ligada, y a la presencia de cargas debida a los
glicosaminoglicanos. Este hecho permite que la evaluación mediante secuencias potenciadas
en T2* pueda aportar información del daño precoz en cartílago, ya que la deshidratación del
cartílago se produce en etapas tempranas de la patología degenerativa del cartílago. La
información T2* permite la elaboración de mapas de colores que muestran las zonas con
susceptibilidad normal de un color, mientras que las zonas con mayor susceptibilidad
magnética se muestran de otro. A esta técnica se le denomina T2* mapping.
Los glicosaminoglicanos presentes en el cartílago, por ser ricos en cargas negativas, son
desde el punto de vista de las cargas, muy similares a algunos quelatos de gadolinio
negativamente cargados, específicamente al Gd-DTPA (gadolinio ligado a ácido dietilen-
triamino-pentaacético). Este medio de contraste se distribuye en el cartílago en forma
inversamente proporcional a la cantidad de glicosaminoglicanos presentes en el cartílago, por
lo que un aumento focal en el depósito de Gd-DTPA en el cartílago, se puede determinar como
una zona en la que hay una disminución de la cantidad de glicosaminoglicanos, lo que se
puede interpretar como una zona con disminución de la densidad de cartílago, o con daño
condral. La Figura 5 muestra este efecto
Figura 5: Evaluación del cartílago utilizando Gd-DTPA. En la figura a se aprecia una zona con disminución del
contenido de glicosaminoglicanos (GAG) debido a una lesión condral. En la figura b se aprecia la misma zona
15 meses después, tras la realización de un homoinjerto de cartílago. Se puede observar un aumento en la
concentración de GAG, lo que se interpreta como reparación del cartílago
Tejido fibroso
gadolinio, el tumor no muestra difusión del medio de contraste hacia su intersticio, mientras que
la imagen tardía, obtenida 10 minutos después de la administración del material de contraste,
muestra un aumento de la concentración de éste en el intersticio tumoral, lo que se interpreta
como un intersticio amplio con un gran contenido fibroso. En la serie de imágenes de la Figura
6, en la imagen A, potenciada en T1, el tumor se observa de baja señal. En la imagen B,
potenciada en T2, se observa de señal intermedia-alta. En la imagen C, potenciada en T1 con
administración de gadolinio en fase arterial, se observa de mayor señal que la imagen T1 sin
medio de contraste. En la imagen D, potenciada en T1, obtenida 10 minutos después de
administrado el medio de contraste, se observa un aumento de la señal del estroma tumoral
En la Figura 7, observamos un esquema que muestra el comportamiento de la presencia
de tejido fibroso en el miocardio, secundario a isquemia aguda y crónica.
Figura 8: Correlación de un modelo experimental animal de infarto miocárdico, con la técnica de realce tardío en
resonancia magnética (CMR) y SPECT cardiaco.
Melanina
Del comportamiento paramagnético de la melanina, se puede deducir que presentará
una alta señal en T1, y una baja señal en T2. Desde el punto de vista de la potenciación T1, la
melanina es un compuesto con una muy alta señal, similar a la señal de la grasa en esta
potenciación. Desde el punto de vista de la potenciación T2, la melanina tendrá una baja señal,
incluso en las secuencias TSE, ya que su alto paramagnetismo se comporta prácticamente
como un ferromagnetismo débil en T2. En la Figura 9, podemos ver la señal de algunas
sustancias endógenas en T1 y T2, donde se aprecia que la melanina presenta una alta señal
T1, y una baja señal T2.
Cobre y manganeso.
de contraste, la concentración iónica de manganeso es altísima, por lo que el efecto
paramagnético de éste es muy alto, prácticamente simulando un efecto ferromagnético débil. El
manganeso producido endógenamente es de una muy baja concentración, por lo que su efecto
se manifestara como paramagnetismo.
Hierro
susceptibilidad magnética, que además aumenta su contraste en relación a la mayor señal de
parénquima normal del resto de la estructura.
Figura 14: Halo siderótico en un cavernoma. Comparación de la hiposeñal causada por la susceptibilidad
magnética de la hemosiderina a 1T y a 1.5T.
férrico. La imagen A está potenciada en T1 fuera de fase, y fue obtenida utilizando un tiempo
de eco de 2.43 mseg. La imagen B está potenciada en T1 en fase, y fue obtenida utilizando un
tiempo de eco de 4.85 mseg. El tiempo de eco más largo permite evaluar mejor el efecto de
caída de señal debida a la susceptibilidad magnética del depósito férrico.
Figura 15: Evaluación de la sobrecarga férrica ocasionada por hemocromatosis, en un set de imágenes
potenciadas en T1 dentro y fuera de fase. El imagen en fase se aprecia caída difusa de la señal causada por la
sobrecarga férrica, que aumenta la susceptibilidad magnética, evaluable a través del efecto T2*presente en las
imágenes obtenidas a través de las secuencias eco de gradiente.
secuencia eco gradiente con supresión espectral de la grasa. La imagen sagital de la hipófisis
fue obtenida a través de una secuencia T1 SE.
Figura 16: Imagen axial del páncreas utilizando una secuencia T1 eco gradiente con supresión espectral de la
grasa. Nótese que el flujo lento de las venas se visualiza espontáneamente hiperintenso. A la derecha se
observa la imagen imagen sagital de la hipófisis obtenida a través de la secuencia T1 SE, que muestra una
marcada hiperintensidad del lóbulo posterior, que corresponde a la neurohipófisis.
Una proteína especial es la mucina. La mucina en realidad no es una molécula, sino que
las mucinas conforman una familia de proteínas de alto peso molecular y altamente
glicosiladas, producidas por los tejidos epiteliales. Las mucinas son capaces de formar geles,
componentes claves de la mayoría de las secreciones con aspecto de gel, con funciones que
van desde la lubricación, hasta la formación de barreras físicas y químicas que cumplen un
papel inhibitorio. En condiciones benignas la mucina se encuentra presente en muchas
secreciones, en los quistes mucosos, y en los mucoceles. La sobreproducción de mucina
también se asocia a muchos adenocarcinomas, incluyendo el cáncer de páncreas, pulmón,
mama, ovario y colon, entre otros.
La mucina posee un dominio y hidrofílico y otro hidrofóbico, lo que le confiere una alta
capacidad de atraer cargas, las cuales permiten una amplia interacción dipolo-dipolo,
acortando los tiempos de relajación T1. Esta característica, le confiere la propiedad intrínseca
de observarse siempre hiperintensa en las imágenes potenciadas en T1, obtenidas a través de
cualquier técnica de adquisición de imágenes. La naturaleza líquida (gel) de la mucina le
confiere la propiedad de visualizarse hiperintensa en las imágenes potenciadas en T2. Por lo
tanto la mucina es hiperintensa tanto en la potenciación T1, como en T2. En los quistes con
contenido mucinoso es habitual encontrar niveles líquido-mucina. Por su mayor densidad la
mucina precipita, mientras que el agua queda hacia arriba del quiste.
Figura 18: Quiste hepático con contenido mucinoso en distintas potenciaciones. En la imagen A (T2 con
supresión grasa) se ve que la hiperseñal de la mucina es menor que la del contenido líquido, ya que es más
estructurada que el líquido quístico.
La señal de la sangre
Los hematomas pasan por cinco etapas importantes en su evolución, las que están
determinadas por fechas importantes de recordar. Estos estados son:
Tras la salida de los glóbulos rojos desde los vasos sanguíneos, la oxihemoglobina se
transforma en desoxihemoglobina en un tiempo que varía entre 30 minutos y una hora. Tres
días después la desoxihemoglobina se oxida pasando desde su estado ferroso a un estado
férrico (Fe+3), transformándose en metahemoglobina, permaneciendo en esa condición desde
el tercer al 14º día. Cabe señalar que esta metahemoglobina se encuentra en el interior del
glóbulo rojo entre los días 3º y 7º, por lo que se denomina metahemoglobina intracelular,
mientras que entre los días 7º y 14º, tras la lisis del glóbulo rojo pasa a formar parte del
contenido líquido del hematoma, por lo que se denomina metahemoglobina extracelular.
Finalmente la metahemoglobina se desintegra, separándose las unidades de globina y el grupo
HEM de la hemoglobina, formándose hemosiderina y ferritina como compuestos terminales.
Propiedades magnéticas de los derivados de la hemoglobina
Tanto la hemoglobina como sus derivados tienen distintas propiedades magnéticas, por
lo que pueden alterar la señal de las moléculas de agua que se encuentran próximas a ellas.
Como sabemos, el diamagnetismo no modifica los tiempos de relajación en lo absoluto, el
paramagnetismo disminuye el tiempo de relajación T1 principalmente manifestándose como
hiperintensidad, mientras que el ferromagnetismo influye principalmente en la potenciación T2 y
T2*, manifestándose como hipointensidad. La hemoglobina en su forma de oxihemoglobina es
diamagnética, mientras que en su forma de desoxihemoglobina es levemente paramagnética.
La metahemoglobina es paramagnética, sin embargo también presenta una considerable
susceptibilidad magnética. La hemosiderina presenta una altísima susceptibilidad magnética.
Figura 19: cuadro resumen de la apariencia de cada fase de un hematoma en las potenciaciones T1 y T2
Hematoma hiperagudo.
Hematoma agudo.
Hematoma crónico