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1. Concepto y naturaleza.
Una definición sencilla y bastante clarificadora es la que considera a pena como la
consecuencia jurídica del delito. No obstante, esta no es la única consecuencia, ya que, en
determinados casos, se imponen medidas de seguridad, pero a priori, la pena es la consecuencia
por excelencia del delito. Se utiliza para castigar, así como para evitar la comisión de delitos.
Las penas han existido a lo largo de toda la historia de una manera o de otra como puede ser la
Ley de talión: ojo por ojo y diente por diente; la venganza privada, etc. Hasta llegar al sistema
actual que es la imposición de una pena por parte del Estado como reacción a la comisión de un
delito.
Esta pena tiene una serie de características que permiten definirla y a su vez diferenciarla de
otras consecuencias o cuestiones:
1. Se impondrá después de la realización de un mal por parte del delincuente, que
supondrá también la privación o limitación de un derecho al delincuente.
2. Para poder llegar a imponer esta pena, se requiere que previamente el delincuente
haya violado la Ley.
3. La pena únicamente la impondremos al o los responsables del delito.
4. La pena se impondrá únicamente por las autoridades previstas según la ley, con
competencia para ello, tras un proceso conforme a los requisitos y garantías legales.
5. La pena supone un castigo al delincuente por el delito cometido y, por tanto, esta será la
retribución o el pago por el delito cometido.
Estas características de la pena, están sujetas a una serie de principios:
− Principio de legalidad penal. La pena tiene que estar prevista en la ley como
consecuencia de un hecho definido en la Ley como delito. Por tanto, es la Ley la que
definirá el delito y la pena.
− Principio de legalidad procesal. La pena será impuesta por el órgano judicial
competente para su imposición después de haber seguido el procedimiento legalmente
previsto.
− Principio de legalidad en la ejecución. La pena, una vez impuesta, se ejecutará en la
forma y con las garantías previstas en la Ley.
La pena se puede diferenciar de otro tipo de sanciones. Esta diferenciación no la encontraremos
en el aspecto material ya que, si pensamos en la pena, además de la privación de libertad
también está la multa, por tanto, tiene el mismo contenido la multa/pena que la multa/sanción. O
también tiene el mismo contenido la privación de libertad/pena que la privación de
libertad/medida cautelar. Por lo tanto, el contenido de la pena, en qué consiste la pena, no nos va
a servir para diferenciarla de otras sanciones, sino que tendremos que acudir a un aspecto
formal. Este aspecto formal es lo que hemos explicado anteriormente como pena definida en la
Ley como consecuencia de un delito impuesto por un órgano judicial competente tras un
proceso judicial con todas sus garantías. Esto nos permitirá diferenciarla de la prisión preventiva
que es medida cautelar de la multa como sanción administrativa, que también tiene el mismo
contenido que la pena, pero es una sanción administrativa, etc.
El artículo 34 del CP, dice que no se reputarán penas la detención, la prisión provisional, la
multa y otras sanciones administrativas o disciplinarias, etc. Este artículo nos serviría para dar
una definición en negativo de la pena.
2. Función y fines de la pena.
La función la podemos definir como la finalidad última que tiene la pena. Esta función será la
tutela del bien jurídico protegido que el legislador entiende que se debe de tutelar.
Esto nos permite diferenciar la función de la pena que, de los fines de la pena, que serán los
objetivos que se consiguen con la imposición de una pena a un penado, donde entraría lo
relativo a la reinserción o la prevención.
Función: tutela jurídica.
Fines: prevención, ya sea general o especial.
En línea con esto, el art. 25.2 de la CE dice que las penas y las medidas de seguridad estarán
orientadas hacia la reeducación y reinserción social. Esto lleva a la doctrina a plantearse qué
criterios o qué justificación es la que recoge la Constitución en el artículo 25.2.
3. La justificación de la pena.
Para explicar la justificación de la pena se han estudiado varias teorías:
1. Teorías absolutas. Se basan en la retribución, que consideran que toda violación de la
Ley o delito debe de ser sancionado, es decir, se debe de imponer al delincuente una
pena, el pago por el delito.
3. Teorías mixtas o eclécticas. Son hoy en día mayoritarias, y suponen una mezcla de las
dos anteriores. Dependiendo del momento en que nos encontremos, supondrá una u
otra. En el momento de la definición del delito y de la definición de la pena se sigue la
teoría de la retribución, es decir, está pensando en el castigo. Una vez legislado, tiene
que servir además la prevención general para la ciudadanía, antes de que se consume el
delito, una vez el legislador ha tipificado el delito. Y la prevención especial entrará en
juego una vez se ha impuesto la pena al delincuente.
En el momento de la concreción de la pena, trataremos de intimidar al delincuente, y en
el momento de ejecución entraría la prevención especial.
El art. 25.2 CE, supone una prevención especial, ya que estipula que las penas estarán
orientadas a la reinserción social. El TC ha dicho que una de las finalidades será la reinserción,
pero no al única (esa siempre pero no exclusivamente), porque también con la pena tendremos
que conseguir la retribución, la intimidación y la prevención general.
Criterios de clasificación de las penas.
Por su naturaleza. Se entiende por el derecho del penado que se va a ver limitado por la pena
(art. 32 CP).
− Penas privativas de libertad. Lo que limitan es la libertad deambulatoria. Dentro de
estas tenemos:
o La prisión permanente revisable.
o Prisión.
o Localización permanente.
o Responsabilidad personal subsidiaria por impago de multa.
− Penas pecuniarias. En nuestro CP únicamente subsiste la multa. Afecta al patrimonio.
− Penas privativas o restrictivas de otros derechos. Es un cajón desastre, no hay un solo
derecho que englobe todas las penas