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21 Estrategias para mejorar tu

inteligencia emocional
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La mayoría de la gente ha oído hablar de un cuestionario


de CI para comprobar lo inteligente que puede ser
alguien, pero ¿qué pasa con la “inteligencia emocional“?
Obtén más información sobre la inteligencia emocional y
cómo puedes trabajar para mejorar la tuya propia.
¿Has oído hablar de la inteligencia emocional? A diferencia de nuestros
coeficientes intelectuales (CI), la inteligencia emocional se define como
“la capacidad de ser consciente de las emociones, controlarlas y
expresarlas, y de manejar las relaciones interpersonales con sensatez y
empatía“.

La inteligencia emocional es una métrica cada vez más importante por la


cual las compañías evalúan a los nuevos empleados. En muchos
sentidos, se ha convertido en una habilidad que la gente quiere
desarrollar.

Afortunadamente, eso es muy posible. Las cualidades asociadas con un


alto nivel de Inteligencia Emocional (como la autoconciencia, la
motivación interna, la empatía y la capacidad de reconocer y manejar
nuestros propios sentimientos y los de los demás) representan alrededor
del 90% de nuestra efectividad profesional.
Si estás interesado en mejorar tu Inteligencia Emocional, aquí hay 21
estrategias prácticas para comenzar ahora mismo.
21 Estrategias para mejorar la inteligencia
emocional
¿Quieres aumentar tu Inteligencia Emocional y empezar a llevar tu vida
con el corazón? Aquí hay algunos consejos inteligentes para comenzar el
proceso:

1. Aprende a confiar en tu intuición


Tu intuición es una de sus mejores herramientas, y no debe ser ignorada.

Durante mucho tiempo la intuición y el pensamiento racional fueron


considerados dos conceptos mutuamente excluyentes. Ahora los
científicos han empezado a darse cuenta de que nuestras emociones
intuitivas sirven como un mecanismo eficiente que mejora nuestra
capacidad para tomar decisiones mejores y más sólidas.

Con esto en mente, ¡aprende a confiar en tu intuición y empieza a confiar


en ella más a menudo!

2. Aprende a calmar tu mente


Cuando estamos bajo estrés, perdemos la capacidad de “leer” con
precisión una situación, escuchar lo que alguien más está diciendo,
pensar racionalmente y comunicarnos claramente.

Una habilidad que puede mejorar nuestra inteligencia emocional es


encontrar una manera de manejar el estrés y calmar la mente en
momentos de gran confusión emocional. La meditación de Mindfulness
es una gran herramienta para esto, y usar algo como la app para móviles
Headspace es una forma sencilla de empezar.
3. Date cuenta de que no eres tus emociones
Muchas personas pierden el tiempo pensando que “deberían” sentirse de
cierta manera. Normalmente nos educan para creer que está mal expresar
e incluso sentir ciertas emociones, como si de alguna manera nos
convirtiera en una “mala persona”. En realidad, no es el sentimiento lo
que importa, sino la forma en que se decide actuar en consecuencia. No
eres tus emociones, y cuanto antes aprendas a ver eso, mejor.

4. Habla de tus sentimientos


Algunas personas asocian los sentimientos con la debilidad.

Mientras estábamos aprendiendo a sonreír cortésmente y a guardar


nuestros pensamientos y sentimientos para nosotros mismos, deberíamos
haber estado practicando para expresar esos sentimientos. Esto es lo que
hacen las personas con un alto nivel de Inteligencia Emocional. No
tienen miedo de exponer sus sentimientos, vulnerabilidades y
pensamientos.

Con esto en mente, practica ser más vulnerable y abierto sobre tus
sentimientos y verás cómo reacciona el mundo.

5. Practica el “optimismo aprendido”


Observa cómo te explicas a ti mismo los eventos, tanto los buenos como
los malos. ¿Te atribuyes el mérito de tus logros o los descartas como
pura suerte? ¿Asumes la responsabilidad de tus errores o le parece más
natural que le eches la culpa a algo o a alguien más? Practica ser más
optimista para hacer más espacio en su vida emocional y espiritual.

6. Empieza con tu ego


El ego juega un papel importante en la forma en que percibimos y
reaccionamos ante las diferentes situaciones. No puedes sentirte mal,
ofendido o herido a menos que te permitas sentirte así. Y el hecho de que
te sientas así casi siempre significa que tu ego ha sido invocado de la
manera equivocada. Pero tú no eres tu ego. Eres un ser humano espiritual
y tu estado natural es la felicidad, no la ira, el resentimiento o la envidia.

7. Reconoce tus emociones


Otra manera de mejorar la inteligencia emocional consiste en desarrollar
la comprensión de que negar, ignorar o adormecer nuestros sentimientos
no hará que desaparezcan. Reconocer nuestras emociones, buenas y
malas, nos permite ponernos en contacto con nuestras propias
motivaciones y necesidades, y comunicarnos eficazmente con los demás.

8. Piensa en cómo piensas


No siempre puedes elegir la situación o las personas con las que trabajas,
pero siempre puedes elegir la forma en que lo encajas en tu mente.
Dedica más tiempo a pensar en cómo reacciona ante las situaciones y por
qué. Esto te proporcionará la claridad que necesitas para empezar a
elegir nuevos patrones.

9. Elige tus palabras con cuidado


Las palabras que usamos llevan consigo una carga emocional y evocan
ciertas asociaciones en tu mente. Una manera de cambiar sus
pensamientos y tener las emociones negativas bajo control es elegir
palabras con carga positiva y estar más atento a lo que dices.

10. Ponte en su lugar


Poder ver una situación o un punto de vista desde la perspectiva de otra
persona es una habilidad que la mayoría de nosotros desarrollamos a la
edad de 5 años. En algunos entornos, sin embargo, nos sentimos
abrumados por emociones negativas y empezamos a actuar como si
tuvieramos 4, reconociendo sólo nuestros pensamientos, emociones y
argumentos.
La próxima vez que estés en medio de una discusión acalorada, trata de
ponerte en el lugar de la otra persona para entender realmente de dónde
vienen. ¡Podrías descubrir que tienen un punto válido! No importa qué,
este enfoque suavizará y mejorará tu comprensión de la otra persona.

11. Piensa en la Ley de la Atracción


Piensa en lo que puede volver a ti cada vez que envíes emociones y
pensamientos negativos al Universo. Al Universo no le importa la razón
de tu negatividad – sólo que existes. Las acciones de otras personas son
su karma. ¡Cuida de las tuyas!

12. Elimina la ira


La ira es una emoción poderosa, pero tiene efectos secundarios
igualmente poderosos. Cuando se apaga, nos sentimos exhaustos,
agotados y a menudo tontos.

Una buena manera de mantener a raya el enfado es poner distancia entre


tú y el objeto de tu irritación.

Respira profundamente unas cuantas veces, imaginando que tu


respiración elimina la ira y la tensión, y el aire fresco calma tu mente y
ralentiza tu ritmo cardíaco. No abordes el problema que te llevó fuera de
tu equilibrio hasta que te sientas completamente calmado y sereno.

13. Escuchar
Mahatma Gandhi solía decir: “Habla sólo si mejora el silencio.”
Añadiríamos, hablar sólo si mejora objetivamente la conversación. De lo
contrario, ¡escucha!
14. Date un poco de amor
Si haces algo bien, celébralo. Si fracasas, aprende de la experiencia y
mejora la próxima vez. No tiene sentido que te hundas por cada pequeño
error. Juzgarse y criticarse a sí mismo no te hará una persona mejor. La
autoconciencia, la comprensión y la compasión, por otro lado, lo harán.

15. Dar retroalimentación positiva a otros


Entrena tu mente para ver cosas que valen la pena elogiar, en lugar de
concentrarte en elegir cosas pequeñas que puedan ser criticadas o
juzgadas en los demás. Cuando aprendas a elogiar con facilidad y te
abstengas de juzgar, tu Inteligencia Emocional se disparará y tus
relaciones florecerán.

16. Escoge tus batallas


Las discusiones requieren tiempo y energía, especialmente si quieres
resolverlas de una manera positiva. Antes de meterte en una, considera
sobre qué vale la pena discutir y qué es lo mejor que puedes dejar en paz.

17. Perdonar
Las personas con un alto nivel de Inteligencia Emocional tienen menos
“carga” emocional, mientras que las personas con un bajo nivel de
Inteligencia Emocional tienden a tener más problemas personales no
resueltos que actúan como desencadenantes de conflictos. La mejor
manera de lidiar con estos asuntos es perdonar a aquellos que te han
hecho daño en el pasado. No por ellos, sino por ti.

18. Entiende tus limitaciones


Presta atención a los momentos en que dejas que otras personas te
presionen. ¿Cuáles son los desencadenantes? ¿Cuáles son las
condiciones específicas que hacen probable que bajes la guardia? Trata
de evitar ponerte en estas situaciones en las que no pueda elegir una
respuesta elegante.

19. Cuidado con el sarcasmo


El sarcasmo suele ser una indicación de que alguien está a la defensiva.
Cuando oigas el sarcasmo o lo estés usando, pregúntate por qué. ¿Cuál
es la emoción subyacente? ¿Por qué tú o la otra persona estáis a la
defensiva?

20. Presta atención a la comunicación no verbal


de las personas
A menudo, la clave para el éxito de las relaciones en el trabajo y la
armonía en su familia radica en su capacidad para comprender las
señales no verbales comunicadas a través de gestos y lenguaje corporal.
Ser capaz de leer estas claves te hace más empático y te ayuda a mejorar
tus relaciones.

21. Practicar la empatía


Tienes el poder no sólo de mejorar tu inteligencia emocional, sino de
convertirte en una buena influencia para los demás, mejorando su
creatividad y rendimiento intelectual. Robert Rosenthal, un experto en
empatía de Harvard, ha demostrado que cuando las personas que
administran pruebas de coeficiente intelectual tratan a sus sujetos con
calidez, las puntuaciones de las pruebas son más altas.

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