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Antes de la concepción sobre la realidad que sostiene la ciencia materialista, el estudio para
alcanzar estados de consciencia expandida ha sido parte principal en las distintas
sociedades preindustriales desde la antigüedad. Se puede ver en prácticas más sofisticadas
como el yoga (pranayamas, asanas y técnicas meditativas), los distintos budismos, técnicas
de trance a través del ritmo de tambor en las tribus africanas o en la Siberia más profunda,
el rezo cristiano… Cada cultura ha realizado técnicas y sistemas educativos para alcanzar
estos estados. Al estar occidente desconectado de su herencia cultural más antigua, desde
los sesenta se expande la voluntad de conocer esta cara de la humanidad a través de la
exploración de las grandes filosofías espirituales de la tierra. Con esta fuerza propulsora
nace también la psicología transpersonal, una perspectiva de la psicología que desde mi
punto de vista intenta acercar al mundo occidental una traducción combinada de técnicas
ancestrales que acompañan el proceso de autoconocimiento interior.
Hasta dicho momento según sostiene el autor el objetivo de las terapias tradicionales es el
de alcanzar una comprensión intelectual de cómo funciona la psique, por qué se desarrollan
los síntomas y qué significan. La perspectiva alcanzada se convierte en la base que permite
desarrollar una técnica que los terapeutas pueden usar para tratar a sus pacientes. Como el
médico que localiza la enfermedad y receta una medicación. Además de que cada escuela
tiene una base distinta y eso conlleva desacuerdos metodológicos entre los terapeutas, esta
forma de actuar se basa en perspectivas superficiales generadas desde fuera del proceso
interno de la persona sin tener en cuenta la individualidad de cada ser, lo que puede
generar proyecciones y equivocaciones en muchos casos. Por otro lado, al ser estas
terapias verbales, aunque puedan ser muy útiles para el aprendizaje interpersonal se
quedan cortas a la hora de embarcar macrotraumas, bloqueos emocionales y
bioenérgeticos. La psicoterapia transpersonal pretende trascender este bloqueo focalizando
la terapia en la experiencia vivencial usando muchas técnicas aprendidas de las raíces
arcaicas de la sanación como el chamanismo o las mencionadas anteriormente, que
promueven la expansión de la conciencia. La expansión de la conciencia tiene un profundo
efecto sanador ya que conecta a la persona que la experimenta con su inteligencia profunda
convirtiéndose esta en el mejor radar para localizar aquellos contenidos del inconsciente
con mayor carga emocional, relevancia y capacidad de ser integrados en el presente. De
esta forma, es la persona acompañada, y no el terapeuta, el guía del proceso de sanación y
transformación. El terpéuta se transforma en un observador compasivo que crea y sostiene
un espacio donde el actiente se reencuentra consigo mismo a distintos niveles.
Bajo este nuevo prisma de la psicología profunda existen tres grandes territorios en la
psique: el nivel biográfico que se refiere a las experiencias vividas desde el nacimiento
hasta el presente, el nivel perinatal que hace referencia al trauma del parto y el nivel
transpersonal que aborda distintos fenómenos de conexión con el inconsciente colectivo
(experiencias de identificación con otras personas, plantas y aspectos de la naturaleza;
recuerdos kármicos, ancestrales, raciales y filogenéticos; experiencias de conexión con los
territorios mitológicos y arquetípicos y experiencias de identificación con la mente universal
y el vacío metacósmico).
Por otro lado, el autor pone hincapié en los sistemas COEX (sistema de experiencias
condensadas), los cuales define como un conjunto de recuerdos de gran carga emocional
procedentes de diversos periodos de la vida y con una cualidad emocional o física similar.
Cada sistema gira en torno a un tema básico y se activan cuando la cualidad del momento
presente se vuelve similar al tema central. También es posible que los llevemos activos en
nuestro interior condicionando la realidad externa con nuestra visión, promoviendo así la
recreación de sus temas centrales en el presente. Esto hace que jueguen un papel muy
importante en nuestra vida psicológica ya que interfieren en la manera en la cual nos
experimentamos a nosotros mismos y a la realidad. Lo habitual es que las raíces de un
COEX profundicen desde momentos de la infancia temprana pasando por el proceso del
nacimiento hasta hallar su parte más profunda en experiencias de otras vidas o entramado
transpersonal.
Grof defiende que el nacimiento biológico constituye el trauma más profundo de nuestra
existencia ya que el estrés físico y emocional del bebé tan sólo son comparables con
abusos físicos extremos. Aunque el ser humano no tiene desarrollada la capacidad
cognitiva en esos momentos, la experiencia del nacimiento se queda grabada a nivel de
memoria celular en el cuerpo. Son recuerdos con gran carga emocional (miedo, rabia,
éxtasis…) que permanecen en el inconsciente profundo condicionando la vida de la persona
adulta. La llave de sanación que presenta la terapia vivencial, a través de técnicas de
expansión de la conciencia, está en revivir e integrar los recuerdos traumáticos ubicados en
los distintos terrenos de la psique, ya que aunque fueron impresos en la memoria corporal
les falta ser digeridos psicológicamente.
Existen cuatro constelaciones dinámicas del inconsciente profundo relacionadas con las
fases del parto llamadas MPB (Matrices Perinatales Básicas).
MPB I -> Vinculada con la existencia intrauterina previa al comienzo del parto, no hay
conciencia de límites ni diferenciación entre lo interior y lo exterior. Existen experiencias
intrauterinas positivas vinculadas con sentimientos oceánicos de unión, paz, belleza y
nutrición o experiencias negativas vinculadas con sensaciones de oscuridad, amenaza,
sentimiento de estar siendo envenenado.
MPB II ->Hace referencia al comienzo del nacimiento biológico cuando el cuello del útero
todavía no está abierto. Las contracciones uterinas se viven como una pesadilla sin salida.
Son predominantes los sentimientos de culpa, soledad y desesperación existencial.
MPB III -> En esta fase las contracciones continúan pero el cuello del útero se comienza a
dilatar lo que permite el descenso gradual del feto.Se combinan el dolor del proceso con el
placer de la esperanza por nacer, la muerte y el renacimiento. Pasa por un mecanismo
fisiológico que va acumulando y transformando el sufrimiento extremo y la asfixia en una
especie de excitación sexual que puede culminar en éxtasis, todo esto vivido desde un
impulso agresivo en la lucha por nacer. En la matriz se combinan aspectos escatológicos,
sexuales, agresivos y demoníacos.
La grabación inconsciente de las emociones y sensaciones físicas del parto forman una
potencial fuente de psicopatologías. El desarrollo de estas dependerá de la influencia de los
acontecimientos traumáticos posteriores al parto o del efecto atenuante de las
circunstancias biográficas favorables. Además, existe relación entre las condiciones
traumáticas del nacimiento y experiencias de vidas pasadas, abriendo la posibilidad de qué
nuestra experiencia de nacimiento esté determinada por nuestro karma. Importante
mencionar que la anterior explicación no incluye los trastornos que poseen una base de
naturaleza claramente orgánica y pertenecen al ámbito de la medicina.
Sobre la psicosis, parece haber mucha relación entre los problemas de la vida embrionaria y
los estados psicóticos que presentan distorsiones paranoicas de la realidad. La persona que
sostiene este estado parece vivir la vida de adulto desde el COEX de alguna MPB. Otros
estados categorizados como psicóticos abarcan el terreno de lo transpersonal. Para finalizar
quisiera citar la frase de Joseph Campbell “el psicótico se ahoga en las mismas aguas en
que el místico nada con deleite”.
Por un lado, el autor define la religión como una actividad de grupo institucionalizada que se
desarrolla en un lugar concreto (templo o iglesia) e implica un sistema de funcionarios
designados que pueden haber tenido o no experiencias personales de realidades
espirituales. Una vez que la religión se organiza, con frecuencia pierde por completo la
conexión con su fuente espiritual convirtiéndose así en una institución que explota las
necesidades humanas espirituales sin satisfacerlas. Cuando se desconecta de la fuente, la
doctrina se convierte en dogma, el ritual en ritualismo vacío y la ética cósmica en
moralismo.
Aliarse con la muerte es considerado un tema crucial para aprender a vivir la vida, “morir
antes de morir” nos ayuda a soltar el miedo a la muerte, asimilar la impermanencia, dejar ir
aquello que sobra y trasladar el foco de la ambición y las metas materiales al “ir viviendo día
a día” encontrando placer en las cosas sencillas como la naturaleza, música, comida, sexo y
compañía humana.
Pero ¿cómo morir antes de morir? La investigación actual de los textos escatológicos de
distintas culturas expresa que son en realidad mapas de territorios internos de la psique
cuando ésta se encuentra en estados de conciencia ampliada, incluidos los relacionados
con la muerte biológica.
Capítulo ocho - El juego cósmico: exploración de las cimas más elevadas de la consciencia
humana
Grof presenta la crisis global como una crisis psicoespiritual y desarrolla cada uno de los
tres venenos del budismo tibetano como causas potenciales, la serpiente que representa el
odio y la agresividad, el cerdo que representa la ignorancia acerca de la naturaleza de la
realidad y de nuestra propia naturaleza y el gallo que simboliza el deseo y la lujuria que
conducen al apego.
De este capítulo quisiera destacar el increíble estudio realizado alrededor de las grandes
guerras de la humanidad. A través de la recopilación de conversaciones del personal militar,
de mensajes enviados en torno al lanzamiento de bombas nucleares y de viñetas, o tiras
periodísticas, se puede observar el paralelismo del contenido inconsciente latente en
momentos de guerra con las experiencias aún no asimiladas de la MPB III. Los distintos
estudios de campo en comparación con los datos extraídos de los viajes por la conciencia
expandida a los que ha asistido Grof a lo largo de tantos años, demuestran que los campos
de concentración son una proyección de cierto terreno que existe en el inconsciente
humano. De esta manera, los conflictos bélicos se explican como una proyección de la
propia sombra en el enemigo en el cual se exterioriza el proceso de muerte y renacimiento
del ego, a una batalla contra lo externo. Estas afirmaciones conllevan también el hecho de
que la verdadera resolución del conflicto sólo se puede hacer a través del viaje interior y la
confrontación con la propia sombra, puesto que al terminar una guerra, se resuelve un
conflicto externo pero no tardará mucho en brotar de nuevo la enfermedad contra la que se
luchaba ya que, aunque se derrotase al enemigo, la sombra interior que se quería aplacar
sigue estando latente en el inconsciente colectivo y encontrará otra manera de manifestarse
en el mundo material.
Según el autor los esfuerzos para transformar la humanidad han de comenzar con una
prevención psicológica a edades muy tempranas, mejorando las condiciones del embarazo,
del parto y el postparto a través de la preparación emocional de la madre y cuidando la
ubicación del proceso para que sea en un espacio cómodo, seguro y consciente
espiritualmente.
CONCLUSIÓN