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Se me ocurre una manera indirecta de ex- diata, fue pronto aceptado por el movimiento
poner la historia de la medicina mexicana que insurgente y fue una señal de cambio hacia la
consiste, no en estudiar esta historia en la modernidad . México independiente nació ba-
propia experiencia médica, sino en dar noticia jo el signo del arte neoclásico -primera for-
de algunas expresiones donde se puede inves- ma de expresión del romanticismo-, en ade-
tigar al mismo médico, su cultura y manera de lante fue el clasicismo la norma y el ideal
pensar. artístico al través del siglo XIX" . 1
Comenzaría este plan por la historia del Al tomar en cuenta el desarrollo ideológico
arte, en particular aquella que se desarrolló en de aquellos años, encontramos que el libera-
los primeros años del México independiente, lismo trascendió a todo el siglo, pero otras
y al hablar del arte en esta época, iríamos de lo corrientes del pensamiento tuvieron adeptos,
general a lo particular, hasta llegar a ciertas como el sensualismo, el utilitarismo o prag-
biografías que nos darían un sentido más fino matismo y las ideas provenientes de Locke y
y penetrante de esa relación cultura y medici- Bentham . Por una parte la historia vino a ser
na que queremos demostrar. un campo libre para debatir ideas; por otra el
El arte tiene su historia pero no se desarro- materialismo, bien conocido en México desde
lla y multiplica en sus valores; existe una his- 1835, intentó oponerse al romanticismo ale-
toria de las sociedades que entienden y se mán, e hizo presa de algunas destacadas con-
deleitan con el arte y también surge una evolu- c1enc1as.
ción de la cultura artística en un determinado En cuanto al arte, después de la consuma-
sentido. Pues el hombre ha logrado mayores ción de la independencia sufrió años difíciles
aptitudes en su sensibilidad y percepción, ca- de verdadera decadencia hasta la reorganiza-
pacidades que utiliza para dar forma a sus ción de la Academia de San Carlos en 1843 en
experiencias. No sucede lo mismo con la evo- que bajo un importante plan gubernamental
lución de los valores estéticos, los cuales per- las artes debían colaborar con el progreso del
manecen constantes. País. Sucedió entonces un débil y sentimental
Al hablar de México y la historia del arte, academismo romántico, naturalista e idealis-
recordemos que "cuando la Academia de San ta que llevó las expresiones artísticas hacia
Carlos impuso el arte neoclásico y destruyó temas religiosos del antiguo testamento; ex-
moral y materialmente la tradición barroca, presiones que tiempo después fueron substi-
estalló la lucha por la independencia del País, tuidas por el realismo y el costumbrismo; este
y muy notorio es que el año 18 JO es el mismo último la primera etapa de un nacionalismo
en que se inauguró la pintura de la cúpula de incipiente y al enfatizar el sentido naturalista
la Catedral Metropolitana, por Ximeno y se
dio por concluida una de las obras de mayor ' La lectura del Capítulo " El Esplendor de la Acade-
mia y la Organización Nacional " pp. 43-98 de la Historia
interés arquitectónico levantadas por Tolsá. General del Arte Mexicano - Epoca Moderna y Con-
Una serie de edificios neoclásicos fueron ter- temporánea . Ed . Hermes 1964. México; y el documen -
tado ensayo de Justino Fernández " Proceso crítico del
minados en torno a la Independencia y el Arte Moderno" . Siglo XIX (El Hombre ) de l libro Estéti ca
nuevo arte, en pugna con la tradición inme- del Arte Mexicano pp. 385-480 . Ed . UNAM 1972 Méxi-
co; ofrecen una completa descripción de las influencias
·Maestro titular de Historia y Filosofía de la Medicina, artísticas neoclásica y romántica en las primeras déca-
Facultad de Medicina , UNAM . das del México Independiente .
El tema no se agota ni con mucho ; la imagen ca del gusto por las artes, el ejercicio de la
de Aniceto Ortega , el médico y músico, nos medicina y el de la pintura se han combinado _
permite deliberar con creces. De su recuerdo muchas veces, ya que ambas disciplinas son
surgen estas y otras_ opiones singulares, y na- actividad creadora.
turalmente basta con nombrarlo para que Las labores creativas del científico no difie-
vengan a nuestra memoria sus composicio- ren sustancialmente de las del artista; aunque
nes: Valses, marchas, romanzas, mazurcas, es verdad que la creatividad del médico se
nocturnos: música para piano. Perdura entre inhibe durante su etapa de enseñanza univer-
otras su invocación a Beethoven , su Marcha sitaria y tiene que transcurrir algún tiempo
Zaragoza y la ópera que le dio fama, Cuauhte- antes de que recupere su sentido creador, pues
moczm. en ocasiones la educación médica carece de la
Notamos que aparecen en esta época ro- preparación adecuada que origina en el estu-
mántica, médicos artistas de diferente catego- diante un pensamiento fecundo y autónomo;
ría y sus obras sirven para reconstruir tiempos también es verdad que en todo ser creador
y culturas o inculturas. predomina el sentido de la belleza; los hom-
Pero para seguir y redondear este intento, bres creadores son estetas en esencia, pero la
hablaremos brevemente del doctor Rafael Lu- debilidad mayor del médico artista es percibir
cio, el distinguido médico cuyo nombre es con facilidad la sensación afectiva que le pro-
familiar para todos , el que todavía estudiante ducen sus contactos profesionales ; por eso
del Establecimiento de Ciencias Médicas ob- encontramos médicos que plasman en sus
tuvo por oposición una plaza de medicina pinturas los ambientes hospitalarios o captan
operatoria y, apenas recibido, fue nombrado en sus dibujos las expresiones dolorosas de
director del Hospital de San Lázaro donde, personajes enfermos o la s visiones que caben
precisamente realizó los estudios sobre lepra dentro de la medicina pero, la inquietud por el
que le dieron fama. 7 arte aunque persevera y aumenta , suele que-
Nos ocuparemos de esta particular figura dar relegada a un segundo plano , pues el mé-
médica mexicana, pero no en lo relativo a su dico, irremisiblemente, debe dedicarse en ple-
actividad médica , lo haremos como especia- no a sus enfermos. En efecto, muchos médicos
lista y conocedor de arte; Rafael Lucio fue un artistas guardan enraizada en su creación un
amante de la belleza y un entusiasta por la sentido de desviación de la mortalidad; el se-
pintura y la escultura. creto sería encontrar un pintor genial que por
No es posible apartar la competencia médi- casualidad fuese médico , pero la realidad es
otra.
7 Lucio Nájera , Rafael (1819-1886). Médico. Nació
Rafael Lucio cultivó su espíritu inquieto
en Jalapa , Ve racruz . Después de estudiar en San Luis con la sensibilidad de médico , y no tuvo el
Potosí, vino en 1838 a la ciudad de México, ingresando
en el Establecimiento de Ciencia s Médicas. En 1841 .
tiempo necesario para expresar y sat isfacer su
todavía estudiante . gana por oposición la plaza de e¡er- vocación artística; recurrió al coleccionismo y
cicios prácticos de Medicina Operatoria. En 1842 obtu- a la crítica de arte como medio para compen-
vo su títu lo y apenas recib ido fue nombrado director del
Hospital de San Lázaro, cargo que desempeñó durante sar esta frustración.
17 años. En 1845 fue nombrado profesor adjunto de la Sus contemporáneos lo juzgaron como un
Escuela de Med ici na ; en 1847 ocu pó la cátedra de
Med icina Le gal y en 1851 , tras brilla nte oposic ión, ganó buen conocedor del arte. Su colección artísti-
la cátedra de Patología Intern a. En 1855 viajó por Euro- ca privada se consideró como la más valiosa
pa , visitando las clínicas y hospitales de Fran c ia , donde
obtuvo co nsiderables conocimien tos quirúrgicos. For- que existía en México.
mó parte del grupo de médicos que en 1864 fu ndaron la Manuel Domínguez dijo de Lucio: "de ge-
actua l Academ ia Nacio nal de Medicina . Presidente de
la misma Academ ia en 1869 y 1880. Director de la
nio artístico y hábil apreciador de las obras de
Escuela de Medicina en 1873 y en 1885. Entre sus arte ... "; 8 a lo que Francisco Patiño añadió :
trabajos c ientíficos debe mencionarse el Opú sculo so -
bre el mal de San Lázaro o elefantiasis de los griegos
(México, 1851 ), escrito en colaboración con el doctor s Manuel Domínguez. (Por la Academ ia de Medic i-
Ignacio Alvarado, donde por primera vez se describe la na). Velada fúnebre en memoria del doctor Rafael Lu-
forma de lepra "manchada". que había pasado inadver- cio. Gaceta Méd ica de México . Tomo XXI, Núm. 18.
tida para los autores anteriores . México, 15 de septiembre de 1886. pp. 397-420.
Tomo VII , Núm. 17. México , 1 o. de junio de 1866. pp . cana en los siglos XVII y XVII I. Bolet ín de la Soc iedad
261 -263. Mexicana de Geografía y Estadística . México , 1863. pp .
11
Lucio vivió la época de trans ic ión entre el romant i- 253 -261 .
cismo y el positivi smo; sus idea s clínicas se basaron en ldem. F. Abadiano , Edi tor. Méxi co. 1864 .
la observac ión, pero siempre se inc li nó hacia lo experi- ldem . Oina . Tip. Sria. de Foment o. México , 1889.
mental. sin poder concretar los hallazgos por la lim it ada 13 Toussaint, Manuel Pról ogo -d1álogo so bre la histo -
tecno log ía de su época. Lucio conci bió una med icina ria de la pin tura en México. Ed . Fond o de Cultura Econ ó-
de manera c ien tífico-natural. con bases anatomo clí n1- mica Col. Biblioteca Americana. Mé xico. 1947. pp . 1 0-
cas , influenc ias c laras de su educac ión en Francia . 11
Verdad es que tres años an tes ( 1860-1 86 1), Mientras tanto Rafael Lucio, absorbido
José Bernardo Co uto había escrito su Diálogo por su trabajo profesional , se dedicaba a exa-
sobre la Historia de la Pintura en México. que minar la pintura corn o entreten imiento más
fue su última obra, pero no fue hecha pública que como o bligació n. Rafael Lucio coincidi ó
hasta 1872, die z a ñ os después de muerto su co n la tarea de Co uto y tam bién con Don
autor. 14 15 La obra de Bernardo Couto es más Javier Echeverría cuando se o rganizó la Aca-
detallada y profunda en sus juicios, pero lo demia y dividió el trabajo de la In stitución en:
importante es hace r no tar la relación que exis- pintura , escultura y grabado ; sin embargo, a
tió en tre Rafael Lucio y Bernardo Couto . Ra- pesar d e estas mejoras, Luci o se quejaba de la
fae l Luci o en varias ocasiones mencionó y numerosa pérdida de pinturas que ha bía en
cons ultó po r su experiencia a Bernardo Ca u- las iglesias y en la mis ma Academia, se lamen-
to; es curioso que los primeros en m ostrar taba que esta última no se preocupase por
interés por difu ndir el a ná lisis de la pintura salvar dicho tesoro, por ell o, él y otros dilet-
mexicana fuesen un médico y un abogado. tantes de la pintu ra se dedicaro n a estudiar el
El doctor Lucio y el licenciado Couto fue- depósito general de cuadros existentes en el
ron contempo ráneos. En 1852 Bernardo Cou- Convento de la Encarnació n . Con el aná lisis
to sucedió a Javier Echeverría como Director de dos mil obras, Lucio realizó una clasifica-
en la Academia de San Ca rl os y continuó la ció n a la que añadió sus puntos de vista críti-
o bra d e este último al renovar y aumentar la cos y publicó a manera de boletín. La relació n
corporació n . Desde 1855 a 1858 formó la co- de pintores que nos dejó el doc tor Lucio de-
lección de pintura co lonial que integró co n muestra un esfuerzo y un gran interés por el
cuadros de los pinto res que aparecen e n su arte, pues aunque su reseña es lim itada y con
Diálogo sobre la Historia de la Pintura en Mé- poca documentació n histórica, debemos pen-
.Yico: así pues, Co uto propició en la Academia sa r que fue hecha en el momento en que nues-
un tl orecimiento que nunca antes había teni- tro país se reo rgani za ba y las o bras de arte se
do y, como su buena administración le hizo enco nt raba n dispersas o perdidas . Un verda-
tener una econo m ía limpia , tanto que era la dero esfuerzo tu vo que hacer el d octo r Luci o
única insti tució n o fi cial rica , provocó la codi- para reu nir los nombres que a no ta en su catá-
cia de los diferentes regíme nes que domina- logo y muchos cuadros hubo de observar para
ban ento nces a l pa ís; Co ut o advirt ió este fenó- hacer un juicio cl aro d e cada u no de los a rtis-
meno y gas tó el dinero en renovar ma terial- tas, pues nos afi rma en su ensayo: "Cuando se
mente en todos se ntid os a la Academia de San conoce el estil o pro pio de un pintor y su ma-
Carlos. A él se de bieron las ga lerías de pintu- nejo del pi ncel, és ta es una guía casi segu ra,
ra , escultu ra y grabado; la galería de pintura para no equivoca rse, sobre todo c uando se
colonial y su empeño en contratar maestros tienen a la vista otras obras ya co nocidas de
euro pe os de a lguna fa rna . las cuales se puede hacer un estudi o compa ra-
ti vo , que conducirá a consec uencias sum a-
" Couto, José Bern ardo ( 1803-1862). Nació en la mente probables y aún casi seguras". Con esta
ciudad de Orizaba, Veracruz: murió en la ciudad de frase defi ne su posición y demuestra se r mu y
México. Cursó humanidades y jurisprudencia en San
lldefonso, de México , donde obtuvo el títu lo de abogado
normado en sus apreciaciones. Para Rafael
en 1827 . Pasante del licenciado José María Torres Lucio eran más importantes los resultados
Cataño. relator de la Audiencia: ejerció al lado del doc -
morales e intelectua les que la propia bell eza
tor José María Lu is Mora; miembro de la legislatura
veracr uza na en 1828; Consejero de Estado en 1842 y de l arte. 16 Como buen científico deseó que la
Mini stro de Justi c ia en 1845 ( 14 agosto- 19 octubre) pintura tuviese un orde n y un método; y para
Comisionado para esta blar las negociaciones de paz
en 184 7. obtuvo para México todas las ventajas posi - j ustifica r su reseña escrib ió : "Esta e mpresa es
bles. Retirad o a la vida privada. vivió de su profesión difícil , mis apreciaciones pueden ser inexac-
Presidente de la Junta Directiva de la Academia de San
Carlos. me1oró el plantel, ordenó las galerías de pintura
de la antigua escuela mexicana. y orga nizó los cursos 16 Discurso del doctor Rafael Lucio en la Escuela de
de pintura. escultura. arquitectura y grabado. Medic ina al quedar instalada la estatua de San Lucas.
1
s Couto, José Bernardo: Diálogo sobre la historia de realizada por el artista Martín Soria no. La Sociedad. Vol.
la pintura en México. Escalan te. México, 1872. 6, Nú m. 104 1 (2a. época) 8 de noviembre de 1860.
tarios críticos el doctor Lucio nos dice: "estos La multiplicidad de tareas, el autocontrol,
son los pintores de los siglos últimos que me las formas semiautomáticas , el sometimiento
han parecido dignos de mencionar, hay otros, ciego a un tecnicismo pedagógico, horarios
pero de un mérito tan inferior que no he creí- absurdos, todo ello acentúa la conducta obse-
do deber detenerme en mencionar sus obras". siva y la neurosis del joven estudiante.
Ante los fenómenos que destruyen la creati-
Hasta aquí nuestro ensayo, de momento vidad , el espíritu busca el aislamiento protec-
nos limitamos a ciertas muestras, pues el aná- tor, su defensa es la soledad que después se
lisis de la Reseña de Lucio requiere de mayor califica de neurosis. Muchas personas tienen
espacio y tiempo. la seguridad que la capacidad creadora y cier-
Restaría condicionar estos ejemplos de ta desviación psicológica son inseparables,
nuestro pasado romántico a la historia del pero pensamos que este fenómeno se puede
presente y preguntarnos ¿por qué el médico se ver al revés y para dejar de ser neurótico habrá
interesa por las artes? Es el campo sicoanalíti- que ser artista.
co el medio más común para descubrir la Nuestra intención es entusiasta cuando re-
escurridiza realidad de la creación artística . paramos sobre el avance de la medicina en las
Dichoso el médico para quien el amor a su últimas décadas; gracias a las nuevas técnicas
profesión, se confunde con el más alto valor y al numeroso acervo de medicamentos, a la
estético. La medicina de hoy se preocupa cada pericia de los cirujanos y a las acciones pre-
vez más de la neurosis, del mundo afectivo, de ventivas se ha conseguido atenuar y suprimir
factore s psicosomáticos. Se llega a la conclu- enfermedades que antes disminuían a la hu-
sión de que la sociedad actual es neurótica. manidad. En cambio el optimismo se termina
Los sistemas educativos están empeñados en cuando contemplamos el ejercicio diario de la
enseñar a pensar a las gentes, sin tener en profesión. Allí se entremezclan compulsiones
cuenta que pensar es un proceso automático y innovadoras y defectos crónicos que hacen de
espontáneo que nace con la persona. Tal pare- la medicina una perpetua crisis. No me refiero
ce que hoy la educación se opone a que el a nuestra medicina, sino a la medicina de
hombre pueda mejorar su naturaleza, impide todas partes: es un problema universal en
que las generaciones transmitan la sabiduría donde medran el cientificismo, el profesiona-
adquirida y por último, privan de libertad al lismo, el tecnicismo, sin que se pueda estable-
increíble potencial creador que existen en ca- cer el justo promedio.
da indi viduo; advertimos que la educación en ¿Acaso haga falta un poco de
nuestras escuelas está abocada a crear la obse- arte para ciertos empeños de la
sividad que reside en toda neurosis. medicina?