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La interpretación
estricta, 2.2. La interpretación extensiva, 2.3. La interpretación restrictiva, 3. La
integración, 4. Inexistencia de reglas. Lagunas y vacíos, 5. La analogía, 6. El significado
del artículo IV del Título Preliminar del Código Civil, 7. Conclusiones, 8. Bibliografía.
1. La interpretación jurídica
La interpretación jurídica ocurre cuando existiendo una norma jurídica aplicable, su sentido
normativo no resulta claro, bien por falta de claridad en el texto normativo, bien porque existe
cierta dificultad para aplicar el supuesto de la norma al hecho que ocurre en la realidad y que
es al que se pretende normar. (Rubio Correa, 2011, p. 260)
Discrepamos de tan autorizada doctrina nacional, ya que la interpretación es jurídica es un
proceso intelectual al que siempre deberá recurrir el operador del derecho (llámese abogado,
juez o árbitro) por más claro que resulte el texto o simple que parezca el significado de su
contenido. El brocardo in claris non fit interpretatio ha sido superado.
La interpretación no se reduce a esclarecer el sentido de la norma, también hay que dilucidar el
sentido de los hechos que suscitan un problema jurídico. La aplicación de la norma jurídica
tiene su premisa normal en la interpretación. La aplicación de ella a una situación de hecho
presupone a su vez una confrontación de esta eventualidad con el tipo previsto en la norma. Se
trata de verificar si en tal o cual medida la situación dada en la vida real corresponde al
presupuesto de hecho de la norma, en el cual se pretende encajar y de obtener de él los rasgos
más relevantes para su tratamiento jurídico. En esto consiste la diagnosis, enjuiciamiento o
calificación jurídica de los hechos. (Torres Vásquez, 2019, p. 623)
Dicho de otro modo, si la conducta acaecida en la realidad se subsume o calza en el supuesto
de hecho de una norma, la consecuencia jurídica de esta se le aplicará en forma de mandato o
prohibición.
2. Tipos de interpretación
2.1. La interpretación estricta
Cuando el intérprete no añade ni quita, no aumenta ni disminuye, los márgenes de aplicación
de la norma. Tomemos por ejemplo el artículo 1970 del Código Civil que dice:
«Aquel que mediante un bien riesgoso o peligroso, o por el ejercicio de una actividad riesgosa
o peligrosa, causa un daño a otro, está obligado a repararlo». La interpretación estricta de esta
norma consistirá en definir las actividades riesgosas y las peligrosas y, luego de dicho
ejercicio, aplicar la consecuencia de la reparación cuando se cause daño a otro mediante alguna
de ellas. (Rubio Correa, 2009, p. 79)
Desde nuestra óptica esta no es nada más ni nada menos que una interpretación literal de la
norma. Una que podría ser realizada incluso por legos en derecho, la llamada interpretación
común.
2.2. La interpretación extensiva
Se produce cuando, a pesar de que la norma no contiene claramente a un determinado caso,
puede este ser involucrado en el supuesto normativo haciéndolo elástico. (Rubio Correa, 2009,
p. 79)
La interpretación extensiva se diferencia de la analogía en que con esta se crea una nueva
norma jurídica; en cambio, con la interpretación extensiva se amplían los efectos de una norma
a casos no previstos por ella. (Torres Vásquez, 2019, p. 663)
Para Diez-Picazo estamos ante una analogía cuando trasladamos la norma de un marco
institucional a otro y ante la interpretación extensiva cuando nos movemos dentro del mismo
marco institucional pero ampliamos el supuesto de la norma (extendemos el contenido de un
término del texto jurídico). (Arce Ortíz, 2019, p. 237)
Por ejemplo, si una regla regula las obligaciones del arrendador y luego se quieren aplicar
estas obligaciones al contrato de comodato (luego del análisis de la semejanza esencial), es
obvio que estamos ante una analogía. De otro lado, si una regla menciona a varios tipos de
trabajadores mineros, pero no menciona a los que cortan minerales, entonces si se encuentra
una semejanza esencial, se puede buscar la inclusión de estos últimos por la vía de la
interpretación extensiva. Por tanto, no crea una nueva regla, solo perfila la ya existente.
(Ibídem, p. 238)
2.3. La interpretación restrictiva
Es aquella en la que el intérprete reduce los márgenes de aplicación de la norma jurídica
excluyendo, por alguna razón, hechos que en principio podrían ser susceptibles de regirse por
ella. En el artículo 1970 esto ocurriría si, por ejemplo, adoptáramos el criterio de que solo son
riesgosos o peligrosos los bienes y actividades que se vinculan a la vida cotidiana de las
personas, pero no otros de distinta naturaleza. Así estaríamos excluyendo, entre otros, los
bienes o actividades riesgosos en el ámbito laboral. (Rubio Correa, 2009, p. 80)
El sentido hallado por la interpretación es más reducido que la expresión usada por la norma
(plus dixi quam volut). Por ejemplo, hay que entender que con la expresión parientes la ley no
se refiere a todo tipo de parientes sino apenas a los más cercanos; con frecuencia con la palabra
animal la norma se refiere a los domésticos y no a los salvajes. El sentido y alcance de la
norma son razonablemente menos de lo que parece indicar el texto. Con la interpretación
restrictiva se reduce el alcance del texto de la norma, pues aquella se aplica de preferencia a las
normas prohibitivas y a las especiales (por ejemplo, las penales y las procesales), en las cuales
la consecuencia jurídica se aplica estrictamente a los casos descritos en el supuesto de hecho.
(Torres Vásquez, 2019, p. 663)
3. La integración
La integración jurídica, a diferencia de la interpretación, se produce cuando no hay norma
jurídica aplicable y se debe, o se considera que debe producir una respuesta jurídica al caso
planteado. La integración jurídica, así, no aplica norma, sino que en realidad crea una norma
para el caso. Lo particular de la integración jurídica es que produce normatividad, pero no
mediante las fuentes formales del derecho, sino mediante la aplicación del derecho mismo.
(Rubio Correa, 2011, p. 260)
En otras palabras, la integración jurídica ocurre cuando existe una laguna del derecho, esto es
una situación que el derecho no ha previsto, no se encarga o no regula, pero de la cual se
considera que debe encargarse.
Hecha la precisión precedente, podemos resumir diciendo que la interpretación de la ley
presupone la existencia de una ley aplicable, pero cuando no hay norma legal aplicable, o sea,
hay lagunas en la ley, hay que llenar este vacío a fin de dar una respuesta jurídica al caso no
previsto por ella. Al procedimiento de llenar las lagunas de la ley se lo denomina integración
del derecho. La integración no es interpretación de la ley, sino consiste en llenar las lagunas de
la ley recurriendo en primer lugar a la analogía y si esto no es posible, se acude al derecho
subsidiario (supletorio). (Torres Vásquez, 2019, p. 728)
La pregunta que nos formulamos a continuación es la siguiente, ¿el derecho debe tener lagunas
o no?