Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
BETANZO, EMILIANO
LEGAJO: 18R2359
2022
A mis padres y mi hermano, por estar siempre.
2
ÍNDICE
Introducción………….……………………………………………………………….……….6
4. Fallas de Mercado………..…………….…..…………………………………………...34
3
6. Racionalidad limitada de los adherentes…….…….………………………….……47
7.b. Conclusión…………………………………………………………..…………………...65
Palabras finales………………….……..……………………………………………………81
Bibliografía………………………………...…………………………………………………83
4
“El contrato de adhesión es el idioma universal de las transacciones”
John P. Little, “Managed Care Contracts of Adhesion, Terminating the Doctor-Patient Relationship and
Endangering Patient Health”
“Según estadísticas confiables, menos de una persona de cada mil lee los contratos
de adhesión que suscribe”
Ayres, Ian, "The no-reading problema in consumer contract law”
5
Introducción.
Claro, tienes razón, en la época del contrato tradicional1 las partes discutían, no
solo el precio el producto o servicio, sino cada término que formaba parte de ese
acuerdo. En esa negociación se producía una transferencia de información entre las
partes. Durante muchos años, a través del contrato tradicional se llevaron a cabo lo más
diversos fines de la vida económica, satisfaciendo los intereses particulares de las
personas.
1
Se trata de aquel tipo de contrato, mediante el cual dos o más partes libres, en situación de igualdad
formal, manifestaban su consentimiento y voluntad para crear relaciones jurídicas particulares y concretas.
En este contrato tradicional o clásico, que tuvo su primera aparición formal en el Código Civil de Napoleón
en el año 1804, las partes discrecionalmente discutían y negociaban el contenido del mismo, de forma tal
que se iba moldeando la expresión de dos voluntades.
6
empresa previamente, calcular los costos totales, a los efectos de maximizar sus
beneficios.
Es cierto, tú puedes optar por no tener una tarjeta crédito, porque consideras que
inhiben el autocontrol y en cierta forma, disocian su uso con el gasto del dinero (ambas
cosas son ciertas2), pero cuando quieras sacar un boleto de avión, alquilar un auto o
ingresar a un hotel, vas a necesitar una3. De la misma forma, puedes decidir abstraerte
del mundo digital de las redes sociales y no instalar ninguna aplicación en tu teléfono,
porque sostienes que distorsionan la realidad y afectan la autopercepción (lo cual
también es cierto), pero en algún momento vas a necesitar o vas querer comunicarte
con algún amigo por WhatsApp, dado que prácticamente nadie utiliza el servicios de
mensajes cortos (SMS). Pero te mantienes firme en tus convicciones y dices que no
tienes pensado viajar en avión, ni alquilar un auto, ni ingresar a un hotel y para hablar
con tus amigos lo haces por llamada telefónica o en persona.
Luego, llega marzo del 2020, y debido a una Pandemia mundial (y un Decreto
Presidencial) ya no puedes ir más al trabajo de forma presencial. De modo que, en ese
contexto, tu jefa manda un mail a todo el equipo comentándoles que las próximas
reuniones, durante el aislamiento obligatorio, se harán por una aplicación llamada
Zoom4 y pidiéndoles que se la descarguen en su computadora. Tú, que hasta el
2
En un estudio realizado por Prelec Drazen y Duncan Simester en 2001 demuestran que la gente es más
proclive a enfrentar gastos cuando utiliza como medio de pago una tarjeta de crédito que no estaría
dispuesto a hacer con dinero en efectivo. En este sentido, la gente estaba dispuesta a gastar el doble para
conseguir entradas para un partido de básquet si podía pagar con tarjeta de crédito en vez de dinero en
efectivo. Thaler Richard H., Sunstein Cass R., (2008). “Nudge: Improving decisions about health, wealth,
and happiness”. Ed. Taurus. Esto en nuestra opinión en una clara muestra de los efectos del diferimiento
del padecimiento o dolor, lo que lo harían parecer más tolerable, una alternativa al sesgo optimista.
3
O algún medio de pago electrónico u otra alternativa que pueda surgir equiparable.
4
Como consecuencia de la Pandemia por COVID-19 y que el mundo corporativo envió a sus empleados a
trabajar de forma remota y mantener reuniones a través de la pantalla de sus computadoras, las acciones
de Zoom aumentaron su valor 172% durante 2020. Fuente:
https://www.eleconomista.com.mx/empresas/La-pandemia-catapulto-170-las-acciones-en-bolsa-de-
Zoom-20201210-0105.html
7
momento no te habías descargado ninguna aplicación ni en tu teléfono celular, ni en tu
computadora, estas en un aprieto. Como necesitas tu trabajo, decides bajarte la
aplicación en tu computadora (y dejar tus ideales a un lado). Te dispones a crearte una
cuenta, y luego de ingresar tu correo electrónico, la aplicación te pide que aceptes los
términos y condiciones. Piensas, no hay ningún problema, vamos a leerlos. Sin
embargo, tu entusiasmo inicial se derrumba cuando se topa con las 7.243 palabras que
tienes los términos y condiciones de Zoom5. Estimas que puedes leer aproximadamente
unas 240 palabras por minuto, y en función de ese dato calculas que tardarás 30 minutos
y 12 segundos en leer los términos y condiciones que están frente a ti. Lo piensas
durante unos pocos segundos y decides hacer click donde reza “acepto los términos y
condiciones”.
Lo que has hecho - eso de firmar, o aceptar con un click o doble click en el mundo
digital, sin leer- es lo que hace la mayoría de las personas. No solemos leer los términos
y condiciones de los contratos de adhesión, ya sean en versión papel o digital, ya que
supone una tarea sumamente ardua. Se trata de una renuncia a asumir los costos de
búsqueda, compresión, comparación de los diferentes contratos de adhesión que el
mercado ofrece, a fin de identificar alguno que maximice nuestros intereses.
Ese es el objetivo central del presente trabajo, analizar e intentar dar una
respuesta desde la perspectiva del Análisis Económico del Derecho, al hecho de que la
mayoría de las personas no leen los contratos de adhesión que suscriben,
contrastándola luego con el enfoque de la economía del comportamiento.
5
Este número corresponde al texto de los términos y condiciones de Zoom en idioma inglés. En castellano
puede haber una pequeña variación que no modifica en mayor medida el conteo establecido.
8
En el capítulo 4 expondré el problema de las fallas de mercado y
específicamente, analizaremos la asimetría de información en los contratos de
adhesión.
Para finalizar, una aclaración: a lo largo del presente trabajo utilizaré los términos
adherente, comprador o consumidor como sinónimos, entendiendo que quienes
adhieren a este tipo de contratos son, generalmente, consumidores, de la misma forma
que se utilizará indistintamente los términos predisponente, vendedor o empresario,
debido a que son estos últimas quienes ofrecen y predisponen los contratos de
adhesión.
9
1. Aporte de la teoría económica al estudio del derecho.
En los primeros años del siglo XX, abogados, doctrinarios y juristas, sostenían
que el derecho era una disciplina autónoma, con sus propios conceptos y reglas, no
siendo necesario el aporte de otras disciplinas, ajenas al universo legal, para
enriquecerlo y aportar métodos y herramientas para un mejor análisis.6
Este paradigma se sostuvo hasta mitad del siglo pasado, cuando algunos
economistas comenzaron a incorporar conceptos de la teoría económica a otras áreas
de estudio. En este contexto, el derecho no fue ajeno a este proceso de extensión de la
teoría económica a otras disciplinas, llegando en la actualidad a casi todas sus áreas.
Uno de los trabajos que sentaron las bases para el desarrollo de esta nueva
disciplina fue el libro “Análisis Económico del Derecho” de Richard Posner. En palabras
de Posner, “La primera fecha es el año en que el “journal of Law and Economics” fue
publicado por primera vez, y la segunda fecha corresponde a la publicación de la primera
edición de mi libro “Economic Analysis of Law”. Antes del lanzamiento del “journal of
Law and Economics”, no puede decirse que existía el movimiento del análisis económico
del derecho; después de la publicación de mi libro, su existencia no puede negarse,
aunque algunos la deploren. Si debiéramos escoger un año como inicio del movimiento,
éste sería 1968.”7
6
Uno de los autores más importantes en sostener la autonomía del Derecho fue el filósofo y jurista
austríaco Hans Kelsen (1881-1973), que en su obra “Teoría pura del Derecho” sostuvo que la teoría debería
estar enfocada solamente en el derecho y no contaminada por disciplinas ajenas. “De la misma manera
que la existencia de una religión requiere una teología dogmática que no puede ser reemplazada por una
psicología o una sociología de la religión, la existencia de un derecho da lugar a una teoría normativa del
mismo.” Kelsen, H. (1934). “Teoría pura del derecho: introducción a la ciencia del derecho. In Teoría pura
del derecho: introducción a la ciencia del derecho.”
7
Posner, Richard A. (2005). El análisis económico del derecho en el common law, en el sistema romano-
germánico, y en las naciones en desarrollo. Revista de economía y derecho.
8
Bullard González A. (2006) “Derecho y Economía. El análisis económico de las instrucciones legales”.
PALESTRA EDITORES.
10
A pesar de que entre el fallecimiento de Bentham y el nacimiento del movimiento
del análisis económico del derecho existe casi un siglo y medio de diferencia, es
innegable que fue uno de sus inspiradores. Cuando en 1968 Gary Becker, quien fue
también uno de los pioneros en extender el uso del Análisis Económicos de Derecho,
publicó su conocido artículo “Crimen y castigo” estaba reviviendo y refinando los
conceptos utilizados por Bentham. Así, el artículo de Becker contiene diversas citas a la
discusión sobre la economía del crimen y la pena contenida en el libro de Bentham
“lntroduction to Principies of Moral and Legislation” publicado en 1780.9
Finalmente, quizás el trabajo más importante de esta mitad del siglo XX, fue el
de Ronald Coase, a través de la publicación de “El Problema del Costo Social”, donde
expuso el sistema legal como un mecanismo para internalizar imperfecciones de
mercado y bajar los costos de las transacciones, lo que actualmente conocemos como
“El Teorema de Coase”, y que resulta central en el Análisis Económico del Derecho.10
9
Becker, Gary S. (1968). “Crime and punishment: An economic approach. In The economic dimensions of
crime (pp. 13-68)”. Palgrave Macmillan, London.
10
Stordeur, Eduardo (h) (2011) “Análisis Económico del Derecho. Una introducción”. Editorial Abeledo
Perrot. Buenos Aires, Argentina.
11
economistas, las sanciones son como los precios y los individuos responden a estas
sanciones de una manera muy similar a como responden ante los precios. Los
individuos responden a una elevación de los precios consumiendo menos del bien más
caro, de modo que, supuestamente, responderían ante las sanciones legales más
severas realizando menos la actividad sancionada. La hipótesis del sujeto racional
supone que una persona no elige alternativas más costosas que otras, toda vez que
pretenderá satisfacer una mayor cantidad de necesidades a menores costos. La
economía cuenta con teorías matemáticamente precisas (la teoría de precios y la teoría
de juegos) y métodos empíricamente razonables (la estadística y la econometría) para
analizar los efectos de los precios implícitos que las leyes imponen sobre el
comportamiento.11
11
Cooter, Robert. D. y Ulen, Thomas (1987) “Derecho y Economía”. México D.F, FCE - Fondo de Cultura
Económica. Traducido por Eduardo L.
12
Citado en Stordeur, Eduardo (h) (2011) “Análisis Económico del Derecho. Una introducción”. Editorial
Abeledo Perrot. Buenos Aires, Argentina.
13
Stordeur, Eduardo (h) (2011) “Análisis Económico del Derecho. Una introducción”. Editorial Abeledo
Perrot. Buenos Aires, Argentina.
12
1. a. Elementos básicos de la teoría económica y de la teoría de precios.
14
Stordeur, Eduardo (h) (2011) “Análisis Económico del Derecho. Una introducción”. Editorial Abeledo
Perrot. Buenos Aires, Argentina.
15
Samuelson, P. A., & Nordhaus, W. D. (2012) “Economía”. AMGH Editora.
16
Stordeur, Eduardo (h) (2011) “Análisis Económico del Derecho. Una introducción”. Editorial Abeledo
Perrot. Buenos Aires, Argentina.
13
III) Equilibrio: El comportamiento maximizador de las personas racionales
tiende a impulsarlas hacia un punto de descanso, un equilibrio. En efecto, los
individuos no buscan un equilibrio, más bien simplemente tratan de
maximizar lo que les interesa. Sin embargo, la interacción de agentes
maximizadores casi siempre conduce a un punto de equilibrio, el cual
consiste en un estado distributivo estable, donde las personas han obtenido
todas las ganancias posibles y no tienen incentivos para cambiar sus
decisiones.17 Este punto de equilibrio, surge de la intersección de la curva de
oferta y la curva de demanda, en donde los precios y las cantidades ofrecidas
y demandadas se igualan. A ese precio de equilibrio, todos los oferentes
tendrán incentivos para vender y todos los demandantes a comprar todo lo
que sea ofrecido.
17
Cooter, Robert. D. y Ulen, Thomas (1987) “Derecho y Economía” México D.F, FCE - Fondo de Cultura
Económica. Traducido por Eduardo L.
14
activad, hasta el punto en el cual el beneficio marginal no sea menor que el costo
marginal. Es decir, la cantidad óptima de actividad es aquella donde el costo y el
beneficio marginal se igualan.18
18
Stordeur, Eduardo (h) (2011) “Análisis Económico del Derecho. Una introducción”. Editorial Abeledo
Perrot. Buenos Aires, Argentina.
15
Habiendo expuesto los elementos centrales de la teoría de los precios, estamos
en condiciones de afirmar que el mercado genera los incentivos correctos para que
compradores y vendedores (u oferentes y demandantes) arriben a un punto de
equilibrio, siguiendo cada uno su propio interés maximizador. Estos mercados, donde
los bienes son asignados a sus usos más valiosos, verificándose la eficiencia en el
sentido de Pareto, se conocen como mercados competitivos.
19
Cooter, Robert. D. y Ulen, Thomas, Op.Cit. (1987)
20
Stordeur, Eduardo (h), Op.Cit. (2011)
16
acuerdos provechosos para toda la sociedad no se realizarían por miedo al oportunismo
y a que la contraparte no cumpla con sus promesas.
21
Kessler, F. (1943). “Contratos de adhesión– Algunas reflexiones sobre la libertad contractual”. Titulo
Original “Contracts of Adhesión- Some Thoughts about Freedom of Contract” publicado en Columbia Law
Review, Vol. 43. Pp. 629-642.
22
Alfaro Águila-Real, J. (1993) “Autonomía privada y derechos fundamentales”. Anuario de derecho civil.
Universidad Autónoma de Madrid, España. Pp. 57-122.
17
La autonomía de la voluntad privada ha desarrollado un papel clave dentro de
los sistemas jurídicos occidentales. Este principio tuvo su apogeo en los años del
liberalismo, materializándose en los primeros códigos surgidos a través del auge de la
legislación positiva con el Código Francés de 1804.
Con cierto rigor histórico, podemos decir que a partir del 14 de julio de 1789, se
afirmó el dominio de una nueva ideología económico-social, proclamándose la vigencia
de los principios fundamentales de igualdad y libertad, consagrados luego, en todas las
Constituciones y codificaciones continentales del Siglo XIX, principalmente en el Código
de Napoleón de 1804.
23
Echeverri Salazar, Verónica M. (2010) “Del Contrato de libre discusión al contrato de adhesión”.
Publicado en Opinión Jurídica, Vol. 9, N° 17. Pp 127-144 – ISSN 1692-2530. Universidad de Medellín,
Colombia.
24
Smith, A. (1776). “Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones”. Título
original: “An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations”.
18
propiciando la división del trabajo, la especialización y contribuyendo a un intercambio
comercial más fluido.25
Napoleón encargó a los juristas que redactaran las reglas, tomando como
modelo el Corpus Juris Civilis (“El cuerpo del derecho civil”), editado entre los años 528
y 534 a solicitud del emperador romano Justiniano. Posteriormente, los ejércitos de
Napoleón difundieron el Código por gran parte de Europa y luego, por todo el mundo,
influencia que persistió mucho tiempo después del derrumbe de los imperios
coloniales.27
Por tal motivo, la “tradición del derecho civil”, predomina en la mayor parte de
Europa Occidental, América Central y América del Sur, en las partes de Asia
colonizadas por países europeos distintos de Gran Bretaña, y aun en ciertos reductos
del mundo del derecho común tales como Luisiana, Quebec y Puerto Rico.28
25
Echeverri Salazar, V. M. (2010) “Del contrato de libre discusión al contrato de adhesión”. Opinión jurídica,
Vol. 9, N° 17. Pp 127-144 – ISSN 1692-2530. Universidad de Medellín, Colombia.
26
Herrera Tapias, B. y Álvarez Estrada, J. (2015) “El mercado y la libertad contractual de los consumidores
en los contratos por adhesión”. Revista Jurídica, 12 (2), pp. 26-41.
27
Cooter, Robert. D. y Ulen, Thomas (1987) “Derecho y Economía”. México D.F, FCE - Fondo de Cultura
Económica. Traducido por Eduardo L. Suárez.
28
Cooter, Robert. D. y Ulen, Thomas (1987) “Derecho y Economía”. México D.F, FCE - Fondo de Cultura
Económica. Traducido por Eduardo L. Suárez.
29
Echeverri Salazar, Verónica M. (2010) “Del Contrato de libre discusión al contrato de adhesión”.
Publicado en Opinión Jurídica, Vol. 9, N° 17. Pp 127-144 – ISSN 1692-2530. Universidad de Medellín,
Colombia.
19
En este sentido, de acuerdo al tipo de contrato consagrado en esta etapa, la
libertad individual tenía su aplicación en la libertad de contratar. El contrato debía ser
fruto de la libre decisión de las partes, que tenían libertad para decidir:
A través del contrato cada individuo es creador de las normas que regulan sus
relaciones con otros, constituyéndose en legislador de su propia esfera de interés,
libertad que solo podrá ser restringida por motivos de orden público.
El Estado, por su parte, tiene como única función, garantizar la ejecución de los
contratos celebrados por las partes, en ejercicio de la libertad individual.
De esta forma, mediante este tipo de “contrato clásico”, en donde las partes
poseen un poder similar en la negociación para establecer el contenido del acuerdo, se
llevaron a cabo lo más diversos fines de la vida económica, satisfaciendo los intereses
particulares de las personas.
30
Herrera Tapias, B. y Álvarez Estrada, J. (2015), “El mercado y la libertad contractual de los consumidores
en los contratos por adhesión”. Revista Jurídica, 12 (2), pp. 26-41.
20
3. Crisis del Contrato tradicional y surgimiento del Contrato de
Adhesión.
31
Echeverri Salazar, Verónica M. (2010) “Del Contrato de libre discusión al contrato de adhesión”.
Publicado en Opinión Jurídica, Vol. 9, N° 17. Pp 127-144 – ISSN 1692-2530. Universidad de Medellín,
Colombia.
32
Kessler, F. (1943). “Contratos de adhesión – Algunas reflexiones sobre la libertad contractual”. Titulo
Original “Contracts of Adhesión- Some Thoughts about Freedom of Contract” publicado en Columbia Law
Review, Vol. 43. Pp. 629-642. Traducido al español por Pablo Lepere, Profesor de Contratos en Particular y
Derecho de Daños (Universidad de Palermo).
33
Kessler, F. (1943) “Contratos de adhesión – Algunas reflexiones sobre la libertad contractual”. Titulo
Original “Contracts of Adhesión- Some Thoughts about Freedom of Contract” publicado en Columbia Law
21
Este nuevo tipo de contrato suprimió el proceso de negociación de las partes. De
esta forma, la empresa formula su contenido y le permite automatizar la celebración de
los contratos, utilizándolo para cada una de las negociaciones que lleve a cabo sobre el
mismo bien o servicio que comercialice.34 Esto permite que las empresas disminuyan
los costos derivados del proceso de negociación y de su funcionamiento interno,
alcanzando la eficiencia económica y la concreción de un mayor número de negocios
en menor tiempo. Esto se debe a que la redacción de los mismos se encuentra a cargo
de abogado especialistas que pueden calcular adecuadamente los riesgos y las
probables contingencias y que luego le permite a personal administrativo la celebración
de contratos, ya que el contenido de los mismos no puede ser modificado, disminuyendo
así los costos de negociación y celebración de negocios, resultando de esta forma más
eficiente.
Review, Vol. 43. Pp. 629-642. Traducido al español por Pablo Lepere, Profesor de Contratos en Particular y
Derecho de Daños (Universidad de Palermo).
34
El Código Civil y Comercial de la Nación define en su art. 984 al contrato de adhesión como “El contrato
por adhesión es aquel mediante el cual uno de los contratantes adhiere a cláusulas generales predispuestas
unilateralmente, por la otra parte o por un tercero, sin que el adherente haya participado en su redacción”.
35
Salazar, Diego F. (2006) “Asimetría de información y análisis económico de los contratos de adhesión:
una reflexión teórica sobre el ejercicio de la libertad contractual”. Publicado en Revista de Derecho Privado,
Num. 37, diciembre 2006. Pp. 3-56. Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia.
36
Kessler, F. (1943) “Contratos de adhesión – Algunas reflexiones sobre la libertad contractual”. Titulo
Original “Contracts of Adhesión- Some Thoughts about Freedom of Contract” publicado en Columbia Law
Review, Vol. 43. Pp. 629-642. Traducido al español por Pablo Lepere, Profesor de Contratos en Particular y
Derecho de Daños (Universidad de Palermo).
22
3. a. Definición, características y naturaleza jurídica del Contrato de
Adhesión.
Las cláusulas generales, a las que hace referencia el artículo 984 del Código,
son, según Kemelmajer de Carlucci, condiciones preestablecidas redactadas
unilateralmente e impuestas por una de las partes, sin previa negociación, con la
finalidad de regular todas las operaciones para ser incorporadas a una pluralidad de
contratos, los cuales serán aplicables a un número indeterminado de relaciones
contractuales.39
i. Predisposición del contenido del contrato por una de las partes: Las
cláusulas que integran el contrato son redactas por una de las partes,
37
Stiglitz, R. (1994) “Cláusulas abusivas en el contrato de seguro”. Editorial Abeledo Perrot. Buenos Aires,
Argentina.
38
Código Civil y Comercial de la Nación. Infoleg, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.
Link: http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm#20
39
Kemelmajer De Carlucci, A. (2008). “Reflexiones sobre la interpretación de los contratos”. En J.O. Albán,
“Derecho Privado y Globalización. Tomo III: Contratos”.
23
conocido como predisponente, a los fines de ser utilizado para llevar a cabo
una pluralidad de contratos. Estas cláusulas generales tienen la
particularidad de que son redactadas de forma unilateral y de forma previa a
ser presentadas al adherente.
40
Rakoff, Tood D. (1983) “Contratos de Adhesión: una reconstrucción teórica”. Revista de Derecho Privado,
núm. 37, diciembre 2006. Pp. 57-168. Universidad de Los Andes, Bogotá, Colombia. Publicado
originalmente bajo el título de “Contracts of adhesión: an essay in reconstrucción” en Harvard Law Review,
Abril de 1983. 96 Harv. L. Rev. 1174. Traducción realizada por Andrés Palacios Lleras.
24
De acuerdo a los elementos y características del contrato de adhesión,
anteriormente referidas, se puede afirmar que la posibilidad de predisponer un contrato
presupone poder de negociación y ello solo lo ejerce el profesional. De la misma forma,
adherir a un contrato, presupone que se carece de dicho poner de negociación. Esta
carencia pertenece al adherente/consumidor.41
Gustavo Rodríguez García realiza una original analogía del contrato de adhesión
con el mercado de las tortas. Imagine que usted trata de comprar una torta y le pregunta
al vendedor si le puede preparar la misma torta pero con los ingredientes que usted le
indica, los cuales a su juicio son de mayor calidad. La respuesta es una negativa
rotunda. Lo que se vende es lo que se ve en la vitrina le responde el empleado del local.
No hay posibilidad de negociar los ingredientes de la torta. Usted puede decidir si
comprar o no, tal como fue preparada por el maestro pastelero. Para este autor, así
como no nos preocupamos por el hecho de que los ingredientes de la torta no pueden
ser modificados por el consumidor, tampoco debería quitarnos el sueño la ausencia de
negociación respecto de los términos de un contrato de adhesión. La imposibilidad de
elegir es consecuencia directa de la producción en masa. Los productos son más
41
Stiglitz, Rubén S. (2013) “El contrato por adhesión en el Proyecto de Código Civil y Comercial”. Revista
Derecho Privado, Pp. 55-77.
25
baratos pero existe mayor uniformidad, dado que se pone a disposición de los
consumidores más productos, a menor precio.42
Incluso, como podemos observar de la definición del artículo 984 del Código Civil
y Comercial, citado precedentemente, que la misma hace referencia a la palabra
“contrato”, suprimiendo el debate en relación a la naturaleza jurídica del mismo, entre
normativistas y contractualistas.
42
García, G. M. R. (2015) “El equilibrista desorientado: la dinámica evolutiva de las cláusulas contractuales
en contratos predispuestos y el mito de la baja calidad de los contratos de consumo”. Derecho PUCP, (74),
249-267.
43
Echeverri Salazar, Verónica M. (2010) “Del Contrato de libre discusión al contrato de adhesión”.
Publicado en Opinión Jurídica, Vol. 9, N° 17. Pp 127-144 – ISSN 1692-2530. Universidad de Medellín,
Colombia.
26
3.b. Los beneficios derivados de celebrar Contratos de Adhesión.
44
Coase, R. H. (1937). “The Nature of the Firm”.
45
Bullard González A. (2006) “Derecho y Economía. El análisis económico de las instrucciones legales”.
PALESTRA EDITORES.
27
Coordinación entre departamentos: La estandarización de los términos facilita
la coordinación entre los departamentos de una firma. Los costos de comunicar
acuerdos especiales suben rápidamente cuando un departamento hace la venta, otro
despacha los bienes vendidos, un tercero maneja los ingresos y un cuarto administra
los reclamos. Las formas con términos estandarizados hacen que el procesamiento de
las transacciones sea un término rutinario, haciendo posible localizar rápidamente
cualquier negocio que se haya realizado.46
46
Rakoff, Tood D. (1983) “Contratos de Adhesión: una reconstrucción teórica”. Revista de Derecho Privado,
núm. 37, diciembre 2006. Pp. 57-168. Universidad de Los Andes, Bogotá, Colombia. Publicado
originalmente bajo el título de “Contracts of adhesión: an essay in reconstrucción” en Harvard Law Review,
Abril de 1983. 96 Harv. L. Rev. 1174. Traducción realizada por Andrés Palacios Lleras.
47
Salazar, Diego F. (2006) “Asimetría de información y análisis económico de los contratos de adhesión:
una reflexión teórica sobre el ejercicio de la libertad contractual”. Publicado en Revista de Derecho Privado,
Num. 37, diciembre 2006. Pp. 3-56. Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia.
28
Los beneficios de los contratos de adhesión enunciados explican y fundamentan
su adopción en legislaciones modeladas por el principio de autonomía de la voluntad,
plasmado en los códigos influenciados por la tradición romana e hispánica, y luego
francesa, a partir de la etapa de la codificación.
Ahora bien, teniendo en cuenta que en los contratos de adhesión no existe una
configuración de ambas partes acerca del contenido contractual, se ha puesto en duda
la libertad contractual y en consecuencia, la obligatoriedad de los términos del contrato.
29
Es inentendible una auténtica libertad de contratación si la negociación no está
presente.48
El primer autor que utilizó la expresión “contrato de adhesión” fue Edwin Paterson
en un artículo de 191949 relacionado con los contratos de seguros de vida, en el cual
afirmaba que en estos últimos la libertad contractual era infrecuente y concluyendo que
se trataban de contratos de adhesión. A partir de allí, la expresión ha sido utilizada
comúnmente por toda la doctrina.
El análisis especifico del problema de los contratos de adhesión tuvo que esperar
un par de décadas, más precisamente al año 1939, hasta que el académico
norteamericano Karl Llewellyn se preocupara por la regulación de este tipo de contratos.
Llewellyn sostiene que el adherente presta un “consentimiento general” sobre algunos
términos y sobre el tipo de contrato utilizado. Es decir se otorga el consentimiento a la
modalidad contractual y a aquellas cláusulas que no sea irrazonables que el
predisponente pueda tener en su contrato de adhesión usualmente utilizado y que no
modifiquen los términos centrales y discutidos del acuerdo. Sin embargo no existe
consentimiento en lo concerniente a lo específico. Los términos que no han sido leídos
ni consentidos, sostiene este autor, no pueden limitar el sentido razonable de aquellos
términos discutidos, que constituyen la verdadera expresión del acuerdo. Este
consentimiento amplio o general se extiende a cualquier término del contrato que no sea
irrazonable. De esta forma, para este autor, la única expresión real del consentimiento
son aquellos términos del contrato que han sido discutidos o aquellos que no sean
irrazonables que el vendedor pueda tener en su forma estandarizada.50
Para Llewellyn existe una clara distinción en los pormenores razonables del
negocio jurídico, los cuales se consienten por el adherente, mediante este
“consentimiento general”, mientras que por otro lado, están los términos del acuerdo
que resultan opresivos o irrazonables.
48
Bullard González A. (2006) “Derecho y Economía. El análisis económico de las instrucciones legales”.
PALESTRA EDITORES.
49
Patterson, E. W. (1919). “The Delivery of a Life-Insurance Policy”. Harvard Law Review, 33(2), 198-222.
50
Llewellyn, K. N. (1960). “The common law tradition: deciding appeals” Columbia Law Review, 1960-05-
01, Vol.61 (5), p.940.
30
prácticas comerciales habituales, sería capaz de distinguir una de las otras, dejando
subsistir las primeras y eliminando las segundas.
Asimismo, para Leff, lo que está en juego en los contratos de adhesión es como
se administran los riesgos de las transacciones. En este sentido, los contratos de
adhesión deben ser vistos como “cosas” o “productos”, no como “contratos”. La elección
es entre dejar que el productor le traslade un riesgo al consumidor o dejar que el
producto internalice el riesgo y suba el precio del mismo como compensación.
51
Leff, A. A. (1967) “Unconscionability and the Code-The Emperor's New Clause”, 115 U. Pa. L. Rev. 485
Leff, A. A. (1969). “Unconscionability and the Crowd-Consumers and the Common Law Tradition”.
Leff, A. A. (1970). “Contract as thing”. Am. UL Rev., 19, 131.
52
Rakoff, Tood D. (1983) “Contratos de Adhesión: una reconstrucción teórica”. Revista de Derecho Privado,
núm. 37, diciembre 2006. Pp. 57-168.
53
Slawson, David W. (1971). “Standard Form Contracts and Democratic Control of Lawmaking Power”.
Harvard Law Review, 529-566.
31
Asimismo, este autor sugiere que el adherente delega a la parte oferente el poder
de redactar los términos contractuales, la cual es hecha por motivos de necesidad, ya
que una sociedad que se caracteriza por la producción masiva de bienes, solo puede
alcanzar el orden con la ayuda de las formas estandarizadas.
Por último, García Rodríguez, afirma que los contratos de adhesión no se pueden
analizar de manera aislada, como si los mismos no fueran un atributo del producto o
servicio que acompaña. Este autor refiere que en realidad, el contrato de adhesión, es
parte del producto. El producto o servicio materia de la relación de consumo viene dado,
entre otras cosas, por lo términos y condiciones referidos a dicho producto o servicio.
Es decir, los términos contractuales del contrato de adhesión son parte del producto que
ofrece el proveedor. Cuando el proveedor ofrece un producto lo hace bajo ciertas
condiciones, las cuales no pueden ser analizadas como entes aislados sino que, por el
contrario, son los parámetros que delinean el producto o servicio en materia de la posible
relación de consumo. De esta forma, el precio el producto que adquiere el consumidor
no es simplemente el bien específico sino el bien delineado por los términos y
condiciones bajo los cuales es ofrecido.54
Para el referido autor, los contratos de adhesión permiten reducir los costos de
transacción, pero no solamente logran ello. Dado que la asignación de los riesgos
expresada por el contrato expresa un trato optimo por el que un individuo promedio
estaría dispuesto a pagar, la contratación por adhesión facilita el comercio,
permitiéndole al consumidor pagar menos por los productos o servicios. De esta forma,
el contrato de adhesión, según García Rodríguez, representa el óptimo por el que la
generalidad de los consumidores estaría dispuestos a pagar.
54
García, G. M. R. (2015) “El equilibrista desorientado: la dinámica evolutiva de las cláusulas contractuales
en contratos predispuestos y el mito de la baja calidad de los contratos de consumo”. Derecho PUCP, (74),
249-267.
55
Salazar Olarte, D. F. (2006) “Racionalidad limitada de los adherentes y análisis económico de los contratos
de adhesión: una reflexión teórica sobre el ejercicio de la libertad contractual”.
32
Desde el punto de vista económico, las transacciones realizadas por sujetos
racionales en una economía de mercado buscan satisfacer su propio interés. Dicho esto,
podemos señalar que un contrato es justo cuando lo que recibe cada una de las partes
en virtud del intercambio maximiza su función de utilidad.
Sin embargo, con el paso de los años, esta hipótesis no se ha logrado verificar.
De esta forma, cabe preguntarse si es posible que el mercado brinde los incentivos
56
Salazar, Diego F. (2006) “Asimetría de información y análisis económico de los contratos de adhesión:
una reflexión teórica sobre el ejercicio de la libertad contractual”. Publicado en Revista de Derecho Privado,
Num. 37, diciembre 2006. Pp. 3-56. Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia.
57
Atiyah, P. S. (1989) “An Introduction to the Law of Contracts” (Fourth ed.). Oxford: Oxford University
Press. Pp. 4-18.
33
necesarios para que los contratos de adhesión ofrecidos maximicen al mismo tiempo
los beneficios de los predisponentes y de los adherentes.
Otros, como Gazal, Goldberg y Akerlof, señalan que el mercado ha sido incapaz
de solucionar estos problemas en los contratos de adhesión, dado que la disposición
unilateral del contenido solamente favorece a una de las partes, la cual lo redacta, a
costa del adherente, situación que se explica por una falla de mercado denominada
“asimetría de información”.
4. Fallas de Mercado.
Adam Smith planteó en 1776 que cada uno de los agentes que intervienen en un
mercado competitivo es conducido por una “mano invisible” que los lleva a obtener
resultados eficientes. Los mercados, dadas determinadas condiciones, llevan a un
equilibrio eficiente en el sentido de Pareto, lo que significa, que no es posible mejorar el
bienestar de algún agente, sin perjudicar el de otro. En esta situación, los bienes están
asignados en sus mejores usos, ya que no es posible introducir cambios en la
asignación de los recursos que mejore a una persona sin perjudicar a otra.
58
Stordeur, Eduardo (h) (2011) “Análisis Económico del Derecho. Una introducción”. Editorial Abeledo
Perrot. Buenos Aires, Argentina.
34
Estas situaciones se denominan “fallas de mercado” y pueden ocurrir por
diferentes factores, como la existencia de externalidades, monopolios, bienes públicos,
altos costos de transacción o información asimétrica. En estos casos, los bienes no se
asignan en sus usos más valiosos.
No resulta trascendente, a los efectos del presente trabajo, profundizar sobre las
distintas fallas de mercado., sino que nos limitaremos a analizar en detalle la asimetría
de información, al ser la que entendemos tiene mayor impacto en el mismo.
4. a. Asimetría de Información.
Sin embargo, existen situaciones donde los precios fallan a la hora de transmitir
información, llevando a resultados ineficientes en el sentido de Pareto. En estos casos
existen problemas de “información asimétrica”, donde la información es muy costosa o
59
Hayek, Friedrich A. (1945) “El uso del conocimiento en la sociedad”. Publicado por primera vez en
American Economic Review, XXV, 4, septiembre de 1945, pp. 519-530. Se ha seguido en la traducción la
reimpresión recogida en el volumen Individualism and economic order, Chicago, University of Chicago
Press, 1980, pp. 77-91, que presenta algunas erratas, y la recogida en la recopilación de Nishiyama y Leube,
The essence of F. A. Hayek, StanFord (Ca.), Hoover-Institution, 1984, pp. 211-234.
35
está mal distribuida entre las partes, razón por la cual, la extensión de los intercambios
se ve limitada a menos transacciones, con la consiguiente pérdida de excedentes.60
60
Stordeur, Eduardo (h) (2011) “Análisis Económico del Derecho. Una introducción”. Editorial Abeledo
Perrot. Buenos Aires, Argentina.
36
costos, es un buen incentivo para que el asegurado tome un nivel al menos
relativamente eficiente de precaución. 61
61
Ejemplo tomado del libro de Stordeur, Eduardo (h) (2011) “Análisis Económico del Derecho. Una
introducción” Editorial Abeledo Perrot. Buenos Aires, Argentina.
62
Schwartz, A., & Wilde, L. L. (1983). “Imperfect information in markets for contract terms: The examples
of warranties and security interests”. Virginia Law Review, 1387-1485.
37
Estas objeciones dejan en evidencia la existencia de un contrato de adhesión
desequilibrado, donde las partes poseen distintos niveles de información. En este
contexto de información asimétrica, el adherente no puede (o no tiene las condiciones
para) adquirir información relevante con miras a comparar y decidir entre diferentes
productos o servicios.63
63
Cofone, N. Ignacio (2015) “El sistema de incentivos en los contratos de adhesión”, Revista de Derecho
Privado, Universidad Externado de Colombia, n° 29, julio-diciembre de 2015, pp 101-111.
38
sobre el contenido de los términos, sino que solo es necesario que los compradores
puedan comparar entre diferentes firmas. La amenaza de los compradores yéndose a
otra compañía que les ofrezca mejores condiciones funcionara como incentivo para que
los vendedores ofrezcan términos eficientes.64
Richard Posner, en su libro “El Análisis Económico del Derecho”, afirma que
cuando se realizan transacciones entre una gran empresa y un individuo común, nos
vemos tentados a imaginar a este último como un ser indefenso que se ve obligado a
firmar un pagare con una navaja en la garganta, para referirnos a que los términos del
contrato son coercitivos.65
Sin embargo, este autor señala que existen dos explicaciones sobre la decisión
del predisponente de presentar al adherente un contrato de adhesión. La primera, la
“explicación inocente”, es que el vendedor solo está tratando de evitar los costos de la
negociación y redacción de un acuerdo separado con cada comprador. Estos costos,
serían muy elevados para una compañía que celebra contratos a diario.
64
Ejemplo tomado de Korobkin, Russell F. (2003) “Bounded Rationality, Standard Form Contracts, and
Unconscionability” University of Chicago Law Review, 1203-1295.
65
Posner, Richard. A. (1998). “El Análisis Económico del Derecho”. México, D.F.: Fondo de Cultura
Económica. 682 p. ISBN: 9681651332.
66
Ghersi, Carlos A. y Weingarten C. (2017) “Manual de Contratos Civiles, Comerciales y de Consumo”.
Editorial FEDYE 4ta edición.
39
De esta forma, para Posner, el mercado puede asegurar que las condiciones
generales que se terminen transando sean las que maximicen la utilidad de los
adherentes. Siempre que haya competencia, los términos presentes en los contratos de
adhesión serán óptimos y por lo tanto, no necesita ninguna regulación diferente a la que
realiza el propio mercado.
En su tesis, Posner supone que existe información completa entre las partes, es
decir que tanto el adherente como el predisponente conocen los términos del contrato.
Sin embargo, sabemos que esto no es así, dado que los adherentes, no cuentan con
toda la información necesaria para escoger el contrato adecuado. La selección entre las
distintas opciones de contrato tiene costos de búsqueda y de comprensión de las
cláusulas que forman parte del contrato, que los adherentes en muchas ocasiones no
están dispuestos a asumir.
Sobre esto último, Stigler refiere que la decisión de adquirir información por parte
de agentes racionales depende de que el costo de hacerlo no supere los beneficios
esperados de hacerlo. Esto sencillamente quiere decir que un agente decidirá adquirir
información por un costo determinado, siempre y cuando ese costo supere los beneficios
que el creería obtener con esa información.67
67
Stigler, G. J. (1961) “The economics of information. Journal of political economy” 69 (3), pp. 213-225.
68
Schwartz, A., & Wilde, L. L. (1979) “Equilibrium Comparison Shopping”. Review of Economic Studies. Pp.
543-553.
Schwartz, A., & Wilde, L. L. (1983). “Imperfect information in markets for contract terms: The examples of
warranties and security interests”. Virginia Law Review, 1387-1485.
Schwartz, A., & Wilde, L. L. (1985) “Product Quality and Imperfect Information”. Review of Economic
Studies. pp 251-262.
40
distintos contratos que ofrece el mercado a los fines de suscribir aquellos que
consideren más ventajosos. La tercera, que los consumidores son incapaces de
entender los contratos. Sobre este tercer problema, Schwartz y Wilde sostienen que
esta ignorancia no existe y que los adherentes son plenamente capaces para entender
los contratos que suscriben. Luego, en relación con la primera observación, sostienen
que tampoco es demasiado relevante, puesto que los adherentes tienen incentivos para
analizar e investigar los riesgos distribuidos a lo largo del contrato. La imperfección más
determinante para estos autores es la que produce la imposibilidad de comparar las
condiciones en que se ofrecen otros contratos similares.
69
Salazar, Diego F. (2006) “Asimetría de información y análisis económico de los contratos de adhesión:
una reflexión teórica sobre el ejercicio de la libertad contractual”. Publicado en Revista de Derecho Privado,
Num. 37, diciembre 2006. Pp. 3-56. Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia.
41
Estos autores determinan los equilibrios de mercado en dos casos distintos:
cuando todos los consumidores prefieren comprar productos de alta calidad y cuando
todos los consumidores prefieren productos de baja calidad. El equilibrio de mercado al
que se llega depende fundamentalmente del porcentaje de “shoppers”. Así cuando la
mayoría de los consumidores prefiere productos de alta calidad, el equilibrio al que llega
el mercado es un equilibrio competitivo si y solo si, el porcentaje de “shoppers” es
suficientemente grande. Pero si el porcentaje de “shoppers” es pequeño, las firmas
tienen una ventaja comparativa vendiendo productos de alta calidad, el equilibrio de
mercado serán productos de alta calidad pero a un precio supracompetitivo. En caso de
que el grupo de “shoppers” sea pequeño, como para no sostener un equilibrio
competitivo y las empresas tengan ventaja comparativa vendiendo productos de baja
calidad, el equilibrio de mercado será productos de baja calidad a precios
supracompetitivos.
Por su parte, Gazal critica este modelo, fundamentalmente porque asume que
los adherentes buscan por precio y calidad al mismo tiempo, sin tener en cuenta que la
búsqueda por precio es mucho más económica, toda vez que los mismos pueden ser
fácilmente observables a diferencia de la calidad de un producto. A su vez, el argumento
de Schwartz y Wilde fundamenta su resultado en la proporción de consumidores que
realizan la búsqueda por calidad y precio entre las diferentes empresas, suponiendo que
una vez realizada, los consumidores adquieren información completa sobre estos
aspectos.70
El papel correctivo que tiene el mercado sobre los términos sub óptimos de los
contratos de adhesión está basado sobre formulaciones bastantes restrictivas en
términos teóricos. Comparar entre productos, para determinar la calidad de los mismos,
no es gratuito para el consumidor, pues supone tiempo y esfuerzo. La información sobre
la calidad de los términos contractuales de los vendedores es costosa de obtener, por
lo que los consumidores podrían racionalmente elegir no comparar, en caso de que el
costo de ello sea mayor a los beneficios esperados.
De hecho, tampoco es cierto que los costos de informarse sean uniforme para
todos los consumidores. Es razonable suponer que, en líneas generales, a un
consumidor joven y aficionado posee menores costos de información cuando compara
entre computadoras portátiles o smartphone, en comparación con los costos de
70
Gazal, Oren (1999) “Economic Analysis of Unfair Terms in Standard Form Contracts”. Erasmus
Programme in Law and Economics. Discussion Pappers on Law and Economics. Vol.100
42
información que incurre una persona no aficionada o usuaria de tecnología para el
mismo mercado.
La elección de estas dos estrategias por parte del vendedor dependerá de dos
factores: en primer lugar, el porcentaje de compradores que compara en relación con
los que no lo hacen y el tamaño de las ganancias monopolísticas que pueden obtenerse
por ventas a los “comparadores”.
43
Sin embargo, esto no sucede, y son solo unos pocos los adherentes que incurren
en los costos de buscar y comparar contratos de adhesión que hay en el mercado,
debido al inmenso costo que supone adquirir y procesar la información objeto de
comparación. De esta forma, refiere Goldberg, es que el mercado no puede corregir los
términos ineficientes en los contratos de adhesión, por lo que los adherentes terminan
siendo regulados por disposiciones que representan los intereses del predisponente y
no los suyos.71
Por su parte, George Akerlof en su artículo “The market for Lemons: Quality
Uncertainty and the Market Mechanism”, publicado en 1970, demostró que cuando en
un mercado existe asimetría de información entre los diferentes agentes que intervienen
y un costo asociado a la búsqueda de esa información, la calidad de los productos de
este mercado será inferior a la óptima. En estos casos, generalmente, el vendedor
posee mucha más información sobre la calidad de los bienes, que el comprador, quien
no puede averiguar fácilmente la calidad del producto antes de comprarlo.72
De esta forma, cuando los productos no pueden ser evaluados por los
consumidores, los productos de “baja calidad” terminan desplazando a los productos de
“alta calidad”. Akerlof ilustra el proceso de selección adversa invitándonos a imaginar
una ciudad con 50 autos usados de alta calidad, cuyo valor es de $ 2.000 cada uno, y
50 autos de baja calidad (o limones), los cuales ascienden a $ 1.000 cada uno. Los
vendedores de autos conocen la calidad de los mismos, cuales son los de alta calidad
y cuales los de baja calidad. Sin embargo, los compradores no, por lo que estarían
dispuestos a ofrecer $1.500, lo que corresponde a la calidad esperada del auto que
quieren comprar, teniendo en cuenta que tienen una probabilidad del 50% de comprar
un auto de alta calidad y un 50% de probabilidades que comprar un auto de baja calidad.
Sin embargo, ningún vendedor estaría dispuesto a vender un auto de alta calidad al
valor que están dispuestos a pagar los compradores, es decir $1.500. De esta forma,
solo se ofrecerán en el mercado los autos de baja calidad. Cuando el comprador
conozca esta información, decidirá no pagar más de $1.000, es decir, el valor de un auto
de baja calidad. De este modo, los autos de mala calidad desplazan a los autos de alta
calidad, es decir se produce una exclusión de mercado de los autos de buena calidad
por parte de los autos de mala calidad. De forma tal, que en el mercado abundan los
autos de mala calidad (mercado de limones) y a un precio mayor.
71
Goldberg, V. P. (1974) “Institutional Change and the Quasi-Invisible Hand”. The Journal of Law and
Economics, 461-492.
72
Akerlof, G. A. (1970) “The Market for Lemons. Quality Uncertainty and the Market Mechanism”, vol. 84.
44
Las ideas expuestas por Akerlof sirvieron como punto de partida de muchos
trabajos que permitieron demostrar la incapacidad que tiene el mercado para asegurar
que las transacciones realizadas en un entorno de información asimétrica, produzcan
resultados eficientes.
A su vez, sostiene este autor que la tarea de leer y analizar la totalidad de los
términos del contrato de adhesión, por parte de los adherentes, es sumamente ardua.
Por lo tanto, no es una cuestión de pereza, es una renuncia racional a asumir los costos
de búsqueda, compresión, comparación de los diferentes contratos de adhesión que el
mercado ofrece, a fin de identificar alguno que maximice sus intereses.
Dicho esto, a los efectos del presente trabajo, imaginemos que existe un
mercado competitivo donde los productos ofrecidos son contratos de adhesión. Existen
contratos de adhesión con cláusulas de baja calidad para los adherentes y contratos
con términos de alta calidad para estos últimos. Podría resultar que los costos de
información de revisar la calidad de las cláusulas para los potenciales adherentes sean
muy altos, puesto que los contratos de adhesión suelen ser largos en su redacción y las
cláusulas complejas para el consumidor promedio, por lo que llevaría mucho tiempo
procesarlos y probablemente habría que acudir a un abogado especializado para
evaluar los riesgos y las probables consecuencias de suscribir el contrato. Si estos
costos de adquirir información y procesarla son muy altos, los potenciales adherentes,
no leerán las cláusulas de los contratos al realizar las compras. Esto, salvo que la
compra que estén llevando a cabo sea lo suficientemente cuantiosa o riesgosa que
73
Rakoff, Tood D. (1983) “Contratos de Adhesión: una reconstrucción teórica”. Revista de Derecho Privado,
núm. 37, diciembre 2006. Pp. 57-168. Universidad de Los Andes, Bogotá, Colombia. Publicado
originalmente bajo el título de “Contracts of adhesión: an essay in reconstrucción” en Harvard Law Review,
Abril de 1983. 96 Harv. L. Rev. 1174.
45
justifique su lectura. En caso de que esto suceda, y los consumidores no revisen la
calidad de los contratos, los redactores de estos, tendrán incentivos para reducir sus
costos por medio de la reducción de la calidad de los términos. Por otro lado, si un
redactor está dispuesto a ofrecer cláusulas de alta calidad, como los consumidores no
pueden relevar los acuerdos, ellos no estarán dispuestos a pagar un precio adicional
por el producto a cambio de una cláusula supuestamente de alta calidad pero que ellos
no pueden verificar. En este caso, como la calidad de los términos incluidos en los
contratos no se puede evaluar, los adherentes solo estarán dispuestos a pagar por la
prima correspondiente a un contrato promedio. Así las cosas, le resultaría demasiado
costoso a los proveedores de contratos de alta calidad mantenerlos y soportar el costo
adicional que ello implica, de forma que tenderían a reducir sus contratos a la calidad
promedio para resistir la competencia y mantenerse en el mercado. Obviamente, esto
redefiniría la calidad de los contratos, hasta que ya no existieran contratos de alta y baja
calidad, si no que todos fueran del ultimo tipo.74
Ahora bien, parecería que este problema se resolvería generando los incentivos
adecuados para elevar el número de shoppers, es decir personas que asuman los
costos de buscar contratos, leerlos, compararlos y analizarlos. De esta forma, al lograr
que un alto porcentaje de shopper comparen los términos contractuales, se podría incidir
sobre el mercado de los contratos de adhesión y hacer que los predisponentes incluyan
términos eficientes. Sin embargo, debemos preguntarnos si es posible leer, entender,
analizar y comparar cada contrato de adhesión para determinar cuál se ajusta mejor a
nuestros intereses. Si es así, ¿Por qué casi nadie lee los contratos de adhesión que
suscribimos?
74
Ejemplo tomado de Cofone, N. Ignacio (2015) “El sistema de incentivos en los contratos de adhesión”,
Revista de Derecho Privado, Universidad Externado de Colombia, n° 29, julio-diciembre de 2015, pp 101-
111.
46
6. Racionalidad limitada de los adherentes.
Tal como sostiene Korobkin, para que los compradores lleven a cabo una
disciplina de mercado tan efectiva sobre los vendedores, su análisis comparativo de las
opciones de producto debe ser completo y compensatorio. Tomar decisiones de manera
completa requiere que los compradores comparen todos los atributos de cada producto
disponible antes de decidir cuál prefieren. Por su parte, el análisis compensatorio,
requiere que quien tome la decisión priorice los atributos deseables de un producto
sobre los atributos deseables del producto de la competencia, siendo ambos productos
competidores en la decisión del adherente. Por supuesto, tomar decisiones de manera
completa y compensatoria es algo difícil de hacer, ya que el adherente debe emplear
algo que los teóricos de la toma de decisiones llaman “asignar peso”. Es decir, quien
toma la decisión debe asignarle un peso importante a cada atributo que define el
producto en cuestión: los atributos importantes tienen mucho peso, mientras que los
atributos menos importantes, tienen menor peso. De esta forma, el adherente le asigna
a cada producto un puntaje, dependiendo de los atributos que tenga. Posteriormente se
sumaran todos los valores ponderados de cada producto. Aquel producto que obtenga
mayor puntaje o valor, sería el que maximizara la utilidad del adherente. Este es el
análisis que la teoría económica ortodoxa espera que realicen los adherentes al
momento de comparar contratos de adhesión diferentes.75
Sin perjuicio de que las decisiones tomadas en base a estos dos criterios resultan
las de mayor exactitud, entre el producto seleccionado y las preferencias del adherente,
esto le implica a este último un gasto considerable de esfuerzo en términos de tiempo y
trabajo mental.
75
Korobkin, Russell F. (2003) “Bounded Rationality, Standard Form Contracts, and Unconscionability”
University of Chicago Law Review, 1203-1295.
47
que en la de suma ponderada, y por supuesto, no es completa ni compensatoria.
Asimismo, esta opción ofrece poca precisión respecto a la coincidencia entre el producto
elegido y las preferencias del adherente.
De esta forma, el modelo racional estaría limitado dado que en el mundo real, no
siempre existen las condiciones óptimas para tomar decisiones y a su vez, el individuo,
al hacerlo, cuenta con limitación de tiempo, limitación cognitiva, no conoce todas las
alternativas y está incapacitado para procesar toda la información que se requiere para
tomar aquella decisión que maximice sus intereses.
48
A través de numerosos experimentos se ha demostrado que las personas actúan
de forma predeciblemente irracional, de acuerdo a las predicciones de la teoría de la
elección racional, debido a que el proceso de toma de decisiones se encuentra sesgado.
La teoría de la racionalidad limitada fue expuesta por primera vez en 1979 por
Hebert Simon, quien reconoce la incapacidad de la teoría racional para captar
completamente el proceso de decisión que llevan a cabo los individuos. Para este autor,
la racionalidad está restringida debido a limitaciones sociales externas y limitaciones
cognitivas internas. El individuo carece de acceso completo a toda la información sobre
la decisión que sea tomar en término de opciones, riesgos, grado de certeza. En
segundo lugar, es humanamente imposible, en el proceso de toma de decisiones, tener
en cuenta todas las decisiones disponibles y sus consecuencias.76
76
Simon, Herbert (1979) “Models of Thought, Vols. 1 and 2.” Yale University Press. His papers on human
information-processing and problem-solving.
77
Tversky, A., Kahneman, D. (1981) “The Framing of Decisions and the Psychology of Choice”. Science,
New Series, Vol. 211, No. 4481. 453-458.
78
Las intuiciones heurísticas son cogniciones rápidas y automáticas, habitualmente subconscientes, que
pueden explicarse en términos de la “generalización” (una especie de atajo para aprender, descubrir y
resolver problemas que, aunque falible, puede ser adecuado en determinadas situaciones de
incertidumbre).
49
En este sentido, las investigaciones sobre toma de decisiones llevadas a cabo
por alguno de los autores citados precedentemente, proveen una base de argumentos
sólida para suponer que los términos incluidos en los contratos de adhesión son con
frecuencia invisibles para los adherentes. En primer lugar, debido a la extensión y
complejidad que presentan los contratos de adhesión, por lo cual, los adherentes serán
selectivos a la hora de considerar y analizar los términos del contrato, invisibilizando
otros. De la misma forma, algunos de los términos del contrato de adhesión serán
invisibles porque su contenido usualmente no atrae, de manera voluntaria o no, la
atención de los compradores.
Por otro lado, la existencia de muchas alternativas lleva a que los adherentes
utilicen estrategias simples para tomar decisiones. Es decir, cuando se enfrentan a
numerosas opciones, usan una estrategia de toma de decisiones a los fines de reducir
el número de opciones disponibles a un número más “manejable”, para luego cambiar
de estrategia a la hora de tomar una decisión entre el número resultante de opciones.
79
Ante el incremento de alternativas para elegir.
80
Korobkin, Russell F. (2003) “Bounded Rationality, Standard Form Contracts, and Unconscionability”
University of Chicago Law Review, 1203-1295.
50
consumidor promedio.81 Como los consumidores solo tienen en cuenta un pequeño
número de términos contractuales o atributos del contrato, a la hora de tomar decisiones
de compra, un numero de atributos serán “invisibles” para estos.
Ahora bien, ¿Cómo hacer para que algunos términos o atributos sean visibles
para el consumidor? En primer lugar, corresponde señalar que debido a que la atención
de los consumidores es limitada, no van a poder ser visibles para estos todos los
términos del contrato de adhesión. Como los consumidores desean maximizar la
precisión de sus decisiones de compra, dada una determinada cantidad de esfuerzo,
enfocan su atención a un número limitado de atributos del producto, los cuales resultan
importantes para ellos. De esta forma, los términos que se encuentran en el contrato,
serán menos importantes que otros atributos como el precio, la funcionalidad, y por lo
tanto llamara menos su atención. De esta forma, respondiendo a la pregunta inicial, para
que un término del contrato sea visible para los compradores, este debe capturar su
atención.
Otra de las principales razones por la cual algunos términos parecen incapaces
de llamar la atención del consumidor viene del hecho de que muchos de esos términos
gobiernan externalidades que rara vez ocurren. Uno de los hallazgos más importantes
de las investigaciones es que los individuos no tienen en cuenta adecuadamente las
probabilidades de la ocurrencia de ciertos hechos a la hora de tomar decisiones.
Calculan el riesgo alto como alto cuando el tipo de daño es conocido o fácilmente
imaginable y bajo cuando no lo es. Las personas son muy malas calculando
probabilidades y por lo tanto valoran el riesgo vía la heurística de la disponibilidad, la
cual funciona de la siguiente manera: ¿Que hace la gente cuando quiere estimar la
frecuencia de una categoría, como la de “las personas que se divorcian después de los
sesenta años” o la de “las plantas peligrosas”? La respuesta es sencilla: los ejemplos
de la clase son extraídos con de la memoria, y su obtención es fácil y fluida, la categoría
se juzgará extensa. Se trata de la facilidad con que los ejemplos vienen a la mente. Esta
idea de disponibilidad tiene gran relevancia en el estudio del riesgo y sus estimaciones.
Por ejemplo, después de cada terremoto importante, los californianos se muestran por
un tiempo dispuestos a contratar seguros y a adoptar medidas de protección y
mitigación. Pero los recuerdos de grandes desastres se atenúan con tiempo y con ellos
81
Vieira, L. K., & Barocelli, S. S. (2020) “La hipervulnerabilidad del consumidor transfronterizo y la función
material del Derecho Internacional Privado”, 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires: La Ley, 2017.
51
la preocupación y la diligencia. Asimismo, las estimaciones de causas de muertes que
puede hacer cualquier persona esta distorsionada por su cobertura mediática.82
82
Kahneman, Daniel (2012) “Pensar rápido, pensar despacio”. Debate.
83
Kahneman, Daniel (2012) “Pensar rápido, pensar despacio”. Debate.
52
éxito para “un negocio como el suyo” era del 60%, casi el doble del valor verdadero. Es
sesgo era más cegador cuando estimaban las posibilidades de su propia empresa. Por
lo menos el 81% de los empresarios estimaban sus posibilidades de éxito en 7 de 10 o
incluso más, y el 33% de ellos sostenían que la probabilidad de fracasar era 0.84
Este sesgo explica de cierta forma la baja calidad de los contratos de adhesión,
toda vez que las personas se muestran optimistas frente a su contenido. Los
consumidores optimistas están dispuestos a pagar demasiado por contratos de baja
calidad, por lo que el vendedor tiene pocos incentivos para ofrecer buenos contratos.
Como podemos apreciar a partir de la evidencia expuesta, las personas son muy
malas calculando riesgos, probabilidad y realizando estimaciones. De esta forma, si los
compradores ignoran sustancialmente o no pueden calcular acertadamente los riesgos
implícitos en los términos, aquellos compradores que viven en un ambiente de
información abundante en el que deben considerar esta de manera selectiva
concentrarán su atención en otra parte, y por lo tanto, vuelven invisibles términos en las
formas contractuales que tratan riesgos de baja probabilidad.
De igual forma, los términos de los contratos están presentados de forma que
resulte difícil leerlos, difíciles de entender, y difícil de ser comparados con los términos
que acompañan otros productos, lo cual hace que sean atributos difícilmente visibles
para los consumidores.
84
Kahneman, Daniel (2012) “Pensar rápido, pensar despacio”. Debate.
53
Como los consumidores solo pueden tener en cuenta algunos de los atributos
del producto, entre ellos es difícil que se encuentren los términos contractuales, por lo
que no resulta difícil explicar la observación común de que los compradores rara vez
leen los términos y condiciones de los contratos de adhesión.
De esta forma, las fuerzas del mercado combinadas con la presencia de atributos
invisibles llevan a un régimen de ineficiencia, donde los vendedores ofrecen términos
contractuales invisibles y de baja calidad.
Ahora bien, en un supuesto más realista, los atributos de los productos no son
visibles o invisibles para todos los compradores por igual. Por ejemplo, asumamos ahora
que cada comprador está dispuesto a pagar $15 más por un término que estipula una
garantía de alta calidad que por uno que no, y que proveer una garantía de alta calidad
le cuesta al vendedor $10 más por comprador. En este ejemplo, un término de alta
calidad es eficiente. Asumamos también que el término que estipula la garantía es
visible para algunos compradores pero invisible para otros. Los vendedores, en un
ambiente competitivo tendrán entonces que escoger si llaman la atención del primer tipo
85
Ejemplo tomado de Korobkin, Russell F. (2003) “Bounded Rationality, Standard Form Contracts, and
Unconscionability” University of Chicago Law Review, 1203-1295.
54
de comprador al ofrecer una cláusula de alta calidad a un precio alto o si llaman la
atención del segundo grupo de compradores, ofreciendo garantías de baja calidad, a un
precio bajo. Si el término que estipula la garantía de alta calidad es invisible salvo para
algunos pocos compradores, todos los vendedores ofrecerán una garantía de baja
calidad. Si hay un número sustancial de compradores de cada tipo, es muy probable
que algunos vendedores ofrezcan garantías de alta calidad y otros vendedores ofrezcan
garantías de baja calidad, y cada grupo de vendedores tratando de llamar la atención
de algunos de los dos grupos de compradores. Aquellos compradores para quien la
garantía es un término visible, recibirán una garantía eficiente, pero en cambio aquellos
compradores para los que el término resulta invisible recibirán una garantía ineficiente
de baja calidad.86
86
Ejemplo tomado de Korobkin, Russell F. (2003) “Bounded Rationality, Standard Form Contracts, and
Unconscionability” University of Chicago Law Review, 1203-1295.
55
Algunas predicciones, explicaciones y recomendaciones de la economía
ortodoxa87 conducen a hipótesis y evaluaciones incorrectas del sistema legal, por lo que
resulta indispensable incorporar las descripciones que aporta la economía conductual
para poder mejorar y comprender los límites del modelo tradicional.
87
Se hace referencia a la teoría económica tradicional que supone que en el proceso de toma de decisiones
las personas pueden procesar y analizar toda la información disponible a fin de elegir aquella opción que
maximice de mejor forma sus intereses.
88
Monroy, D. A. (2018) “Behavioral economics y protección contractual del consumidor: El problema del
consumidor que no lee el contrato” (Behavioral economics and contractual consumer protection: the case
of the consumer who does not read the contract). El consentimiento del consumidor.
56
7. Implicancias de la asimetría de información y la racionalidad limitada
en el mercado de las Plataformas Digitales.
Ahora bien, a lo largo del presente trabajo hemos asumido que el precio de un
producto o servicio es un atributo fácilmente observable por el adherente o consumidor,
quien solo debe incurrir en costos de búsqueda con relación a su calidad. Es decir, que
el consumidor no tiene que incurrir en grandes costos de búsqueda para observar el
precio de un producto o servicio.
57
De esta forma, a medida que la red crece se vuelve más atractiva para usuarios
potenciales. Esto genera efectos de red89, los cuales son claves para comprender el
desarrollo de estas plataformas, dado que los consumidores serán atraídos hacia
aquella plataforma que ofrezca la oferta más amplia. Una vez que una empresa obtiene
un buen número de consumidores de ambos lados de la plataforma, resulta mucho más
difícil que surja un nuevo competidor, actuando como barrera de entrada de nuevos
competidores, con lo cual generan inevitablemente poder de mercado.
En los mercados de plataformas digitales, la recopilación y el intercambio de
datos razonables puede otorgar una ventaja competitiva a los actores dominantes y
resultar en efectos de explotación de usuarios y exclusión de competidores, y en
consecuencia, estas prácticas podrían afectar el interés económico general.
Aquellas compañías que tengan un mayor número de usuarios, procesaran más
cantidad de datos y en consecuencia, brindaran un “mejor” servicio a los usuarios,
generando a su vez, ventaja competitiva respecto a otros competidores. De esta forma,
las compañías pueden abusar de su poder de mercado, evitando que potenciales
competidores crezcan, aprovechando su posición dominante. Esto lo hace posible la
recolección de datos personales de los consumidores, que estas firmas llevan a cabo.
La acumulación de datos por parte de estas compañías, si bien ha promovido en
desarrollo de actividades y generado innovación, las ha puesto en el centro del debate
debido a numerosas filtraciones de información o la violación a las políticas de
seguridad. Como fue el escándalo de Facebook-Cambridge Analytica, cuando durante
la década de 2010, la consultora británica Cambridge Analytica recopiló datos de
millones de usuarios de Facebook sin su consentimiento, principalmente para utilizarlos
para propaganda política. Los datos se obtuvieron por medio de una aplicación llamada
This Is Your Digital Life (“Esta es tu vida digital”), la cual recopiló datos de hasta 87
millones de perfiles de Facebook, y Cambridge Analytica los utilizó para proporcionar
asistencia analítica a la campaña de Donald Trump para las elecciones presidenciales
de 2016, y también fuera acusada de interferir en el referéndum del Brexit en Reino
Unido90.
89
El efecto de red o externalidad de red se utiliza para describir situaciones en las que el consumo de una
persona influye directamente en la utilidad de otra, ya sean éstas positivas o negativas. Las externalidades
de red forman un tipo especial de externalidades en el que la utilidad que obtiene de un bien una persona,
depende del número de individuos que lo consuman. Carl Shapiro and Hal R. Varian (1999) “Information
Rules”. Harvard Business School Press. ISBN 0-87584-863-X
90
https://elpais.com/internacional/2018/03/26/actualidad/1522058765_703094.html
58
Estas compañías, como Facebook o Uber, ocultan su política de recolección de
datos en términos y condiciones de uso extenso y complejo de leer para el consumidor
promedio, quienes terminan aceptando los mismos de forma mecánica.
Un estudio realizado por Visual Capitalist analiza el tiempo que se necesita para
leer los términos y condiciones de las principales 21 plataformas digitales. 91
Visual Capitalist consideró que una persona lee aproximadamente unas 240
palabras por minutos y en función de ese dato calculó cuánto se demoraría en leer los
términos y condiciones de algunas de las plataformas online más populares.
Leer las 15.260 palabras de los términos y condiciones de Microsoft llevaría poco
más de una hora. Por su parte Tik Tok y Spotify, el tiempo necesario sería de 35:48
minutos y 31:24 minutos, respectivamente. Por su parte YouTube, con 3.308 palabras,
llevaría unos 13:42 minutos y Facebook, con 4.132, llevaría 17:12 minutos. En términos
generales, leer los términos y condiciones de uso de las 21 aplicaciones más populares
de las cuales utilizamos a diario, más de la mitad, requeriría en promedio, 250 horas.
92
Cabe aclarar que estos estudios se hicieron sobre la base de los textos en inglés
de los términos y condiciones y que en castellano puede haber pequeñas variaciones
91
https://www.visualcapitalist.com/terms-of-service-visualizing-the-length-of-internet-agreements/
92
Cuadro tomado del Informe realizado por la Comisión Europea denominado “Study on consumers
attitudes towards Terms and Conditions (T&Cs)”. Ver completo en: Study on consumers' attitudes towards
Terms and Conditions (T&Cs) - Publications Office of the EU (europa.eu)
59
en el conteo final que puede diferir en una o dos decenas de palabras pero que no
modifica en mayor medida el conteo establecido.
Los datos aportados por los usuarios, que deben aceptar de forma obligatoria
para poder utilizar la aplicación, alimentan un algoritmo que procesa la información
aportada, lo que le permite a la aplicación, brindar un mejor servicio o más
“personalizado”, de acuerdo a las preferencias de cada usuario. Las compañías poseen
políticas de privacidad muy vagas, dificultando la evaluación real del uso de sus datos
por parte de los consumidores.
De esta forma, el usuario recibe el beneficio inmediato al tener acceso a la
plataforma, pero el costo futuro de divulgación de sus datos lo desconoce, porque no
sabe quién hará uso de los mismos y que tratamiento se les dará. En este sentido,
sabemos que los individuos tenemos una tendencia a elegir recompensas más
pequeñas a corto plazo, en lugar de ganancias más grandes a largo plazo, y a su vez,
preferimos opciones e información que confirmen nuestras creencias preexistente, lo
que se conoce en la economía conductual, como sesgo de confirmación. Por tales
motivos y la asimetría de información existente entre las partes sobre el funcionamiento
de la plataforma y el tratamiento dado a los datos personales, los individuos, nos vemos
influenciados por las compañías a tomar decisiones contra nuestros propios intereses.
En este sentido, las compañías son, como lo denomina de Richard H. Thaler,
“Arquitectos de las decisiones”93 al diseñar los términos y condiciones que acompañan
el servicio de estas plataformas. De esta forma, las compañías, a través de Nudges
diseñan las cláusulas predeterminadas, que no son otra cosa que un contrato de
adhesión, en su propio beneficio y aprovechándose de la falta de información por parte
de los usuarios sobre cómo funciona el servicio, quien hará uso de sus datos y que
tratamiento se les dará.
El diseño de la configuración de la privacidad predeterminada, junto con el
proceso que deben superar los usuarios a fin de poder modificar esta configuración
predeterminada genera que estas plataformas no seas amigables con la protección de
la privacidad de los usuarios y requieran un esfuerzo considerable por parte del usuario
para proteger sus datos.
De esta forma, a través de la degradación de las políticas de privacidad, podría
ser el camino por el cual las plataformas acceden a una mayor cantidad de datos por
parte de los usuarios. Es decir, los datos tienen un valor económico para estas
93
Thaler Richard H., Sunstein Cass R., (2008). “Nudge: Improving decisions about health, wealth, and
happiness”.
60
compañías y son el centro de su negocio. Sin perjuicio de ello, los consumidores
desconocen el verdadero valor que poseen los datos personales, toda vez que no
implican un costo monetario. Es decir, como los servicios prestados por ejemplo por
Facebook se prestan de forma gratuita en términos monetarios, los consumidores
sienten que no tiene un costo real. Sin tener en cuenta que estos datos, brindados por
los consumidores, poseen un alto valor comercial para estas compañías. La aparente
gratuidad se encubre bajo otras formas de compensación que benefician a quienes
explotan los datos personales aportados por los usuarios al momento de aceptar los
términos y condiciones. La gratuidad no es tan, sino que es simplemente aparente.
94
Dictamen firma Conjunta N° IF-2021-42671970-APN-CNDC#MDP de la Comisión Nacional de Defensa de
la Competencia, de fecha 13 de mayo de 2021.
95
Correspondiente a la modificación del día 4 de enero de 2021.
61
De la misma forma, rezan que “Al continuar tu uso de nuestros Servicios,
confirmas tu aceptación de nuestras Condiciones, con cualquier modificación.
Esperamos que sigas usando nuestros Servicios. No obstante, si no aceptas nuestras
Condiciones y las modificaciones que se realicen en ellas, tendrás que eliminar tu
cuenta para dejar de usar nuestros Servicios”96.
96
El destacado es propio.
97
Correspondiente a la modificación del día 4 de enero de 2021.
98
Dictamen firma Conjunta N° IF-2021-42671970-APN-CNDC#MDP de la Comisión Nacional de Defensa
de la Competencia, de fecha 13 de mayo de 2021.
62
usuario de todos los grupos de WhatsApp y también el borrado de las copias de
seguridad.
Tal como refiere la CNDC, la supuesta gratuidad de los servicios ofrecidos por el
grupo FACEBOOK en realidad no existe, en la medida que el activo esencial que
representa la información de los usuarios de las plataformas se traduce en términos
monetarios, de ahí la posibilidad de medir el parámetro de explotación de usuarios que
entregar más información que la estrictamente necesaria. De hecho, la monetización de
este activo se refleja en los ingresos obtenidos en las campañas de publicidad de
FACEBOOK y sus controlantes.
63
Asimismo, la CNDC, hace hincapié en la asimetría de información que existe en
el contrato entre el usuario y el proveedor (la aplicación). Los usuarios rara vez leen los
términos y condiciones fijados por las aplicaciones, y mucho menos pueden dimensionar
el alcance de los datos personales que están obligándose a entregar y el uso que
empresas como FACEBOOK pueden hacer de estos.
Recomendación de la CNDC:
64
las empresas de Facebook y la compartiría con ellas con el objeto de “proporcionar
integraciones que (…) permiten conectar [la] experiencia de WhatsApp con los otros
productos de las empresas de Facebook (…) y para mejorar [la] experiencia con la
publicidad y productos de todos los productos de las empresas de Facebook”.
De la misma forma, el referido Tribunal sostuvo que los usuarios “… rara vez
leen los términos y condiciones fijados por las aplicaciones y mucho menos pueden
dimensionar el alance de los datos personales que están obligándose a entregar y el
uso que empresas como Facebook pueden hacer de éstos y se destaca la elevada
dependencia que posee el usuario con respecto a la aplicación debido a la penetración
que aquélla tiene en el mercado.”
7.b. Conclusión:
65
La información es esencial para estas plataformas digitales y es
extremadamente relevante para su desarrollo, ya que les permite tener una ventaja
competitiva a los actores dominantes, con relación a sus competidores. Esto lo hace
posible la recolección masiva de datos personales de los consumidores, que estas
firmas llevan a cabo.
Los datos aportados por los usuarios, que deben aceptar de forma obligatoria
para poder utilizar la aplicación, alimentan un algoritmo que procesa la información
aportada, lo que le permite a la aplicación, brindar un servicio mejor o más
“personalizado”, de acuerdo a las preferencias de cada usuario.
De esta forma, el usuario recibe el beneficio inmediato al tener acceso a la
plataforma, pero el costo futuro de divulgación de sus datos lo desconoce, porque no
sabe quién hará uso de ellos y que tratamiento se les dará.
Por tales motivos y la asimetría de información existente entre las partes sobre
el funcionamiento de la plataforma y el tratamiento dado a los datos personales, los
individuos, nos vemos influenciados por las compañías a tomar decisiones contra
nuestros propios intereses. Pensamos que el precio del servicio de estas plataformas
es “gratuito” y no percibimos que el costo, si bien no es monetario, son nuestros datos
personales.
Como las empresas conocen esto, diseñan la configuración de la privacidad
predeterminada para que estas plataformas no seas amigables con la protección de la
privacidad de los usuarios y requieran un esfuerzo considerable por parte del usuario
para comprenderlas y poder velar por la protección de sus datos.
El Consejo Noruego de Consumo descargó los términos y condiciones del
servicio y las políticas de privacidad de una selección de las principales aplicaciones
digitales (WhatsApp, Spotify, LinkedIn, Skype, etc). El Consejo invitó a un número de
personas para que leyeran en voz alta todos los términos y condiciones de las
aplicaciones seleccionadas. Fueron necesarias más de 30 horas de lectura. El número
de palabras leídas fue superior a 250.000. El experimento se llevó a cabo con la finalidad
de evidenciar el estado actual de los términos y condiciones aplicables a los servicios
digitales y que su extensión y complejidad hacen imposible que las personas puedan
tomar decisiones buenas e informadas.99
En otro trabajo realizado por Marotta-Wurgler en 2012 se evidenció que, en el
contexto del mercado de software antivirus, solo el 0.5% de los consumidores leen tales
acuerdos. Asimismo, cuando el EULA (end-user license agreement) se encuentra a tres
99
El video del experimento completo se encuentra en: https://tv.vg.no/video/128108/direkte-
forbrukerraadet-med-lese-aksjon-mot-appvilkaar
66
clicks, el porcentaje de lectura desciende a 0.03%, y cuando se encuentra a cuatro
clicks, el porcentaje es virtualmente 0%.
En este sentido, la aceptación, tanto de términos y condiciones como de políticas
de privacidad en el entorno digital, termina siendo un simple obstáculo para seguir
navegando o hacerse con el servicio.
De esta forma, a través de la degradación de las políticas de privacidad, es el
camino por el cual las plataformas acceden a una mayor cantidad de datos por parte de
los usuarios. Es decir, los datos tienen un valor económico para estas compañías y son
el centro de su negocio. Sin perjuicio de ello, los consumidores desconocen el verdadero
valor que poseen los datos personales, toda vez que no implican un costo monetario.
La aparente gratuidad se encubre bajo otras formas de compensación que benefician a
quienes explotan los datos personales aportados por los usuarios al momento de
aceptar los términos y condiciones. La gratuidad no es tal, sino que es simplemente
aparente.
En este contexto, hay que hacer hincapié en la asimetría de información que
existente en el contrato entre el usuario y las empresas desarrolladoras y/o
comercializadoras de estas aplicaciones, motivo por el cual los usuarios rara vez leen
los términos y condiciones fijados por estas, y mucho menos pueden dimensionar el
alcance de los datos personales que están obligándose a entregar y el uso que estas
empresas pueden hacer de estos.
Toda vez que para los adherentes es demasiado costoso leer los contratos de
adhesión, los predisponentes, conscientes de este hecho, ofrecen contratos de baja
calidad. A su vez, a los fines de elegir aquella opción que maximice sus intereses, el
individuo se encuentra incapacitado, debido a que en el mundo real no siempre existen
condiciones óptimas para tomar decisiones y al hacerlo, cuenta con limitación de tiempo,
limitación cognitiva y está incapacitado para procesar toda la información disponible.
67
la teoría de la elección racional, debido a que el proceso de toma de decisiones se
encuentra sesgado.
Aunque cabe aclarar que cualquier forma de regulación tiene sus costos, por lo
que no resulta suficiente verificar que un mercado funcione de manera imperfecta para
justificar su regulación, sino que la verdadera cuestión a determinar es si el costo de
regular y corregir esa imperfección, excede o no los costos de dejar que el mercado
funcione de manera imperfecta. Es decir, una cosa es constatar que un alto porcentaje
de los consumidores actúan imperfectamente informados debido a que no leen los
contratos de adhesión y otra es definir cuál es la mejor alternativa para reducir tal
imperfección.
100
Monroy, D. A. (2018) “Behavioral economics y protección contractual del consumidor: El problema del
consumidor que no lee el contrato” (Behavioral economics and contractual consumer protection: the case
of the consumer who does not read the contract). El consentimiento del consumidor.
68
De esta forma, con el fin de informar al consumidor, se obliga legalmente a los
oferentes de productos o servicios, especialistas en el rubro, a brindar toda la
información disponible.
Una vez transmitida toda la información y hecha la elección por parte del
consumidor, de forma racional según la teoría económica tradicional, se da por hecho
que este último leyó, analizó y entendió la información suministrada.
No solo eso, sino que desde el ámbito legislativo y doctrinal, se le ha tenido una
enorme confianza a la información obligatoria como técnica para informar al consumidor
para que este pueda tomar mejores decisiones al momento de contratar determinado
producto o servicio.
101
Al igual que la Ley de Defensa del Consumidor, existe variada legislación que impone como obligación
el derecho de informar al consumidor, como por ejemplo: Código Civil y Comercial de la Nación, Ley N°
17.418 de Seguros, la Resolución N° 38708/2014 que aprueba el Reglamento General de la Actividad
69
- Las características y detalles de la calidad del producto, en forma clara y
gratuita.
- Si el producto es peligroso para la salud.
- Las condiciones en que será prestado el servicio.
- El precio y las formas de pago.
Sin embargo, que los consumidores actúen sin información respecto de los
términos de los contratos de adhesión parece tratarse de una falla diferente e
independiente que algunos autores incluso denominan como el problema o “la falla de
no leer los contratos”, cuyas causas no están relacionadas con las conductas de las
empresas ni con el funcionamiento del propio mercado en sí mismo, sino que sus
orígenes obedecen a factores endógenos y psicológicos propios de los consumidores.
70
Si la “falla de no leer los contratos”, como describimos anteriormente, no se
encuentra relacionada con el comportamiento de los proveedores, sino que es una
variable del comportamiento de los consumidores, entonces estrategias regulatorias que
se concentren solo en los comportamientos del lado de la oferta podrían resultar
insuficientes.
Si bien existen diversos sistemas de control sobre las cláusulas abusivas, el que
mejor pareciera satisfacer por su plenitud es aquel que incluye:
71
aceptado por un consumidor que actúe racionalmente. Aunque parezca habitual, es
difícil encontrar un término que cumpla la condición de ser ineficiente bajo cualquier
condición. A modo de ejemplo podemos mencionar la Resolución N° 26/2003 de la
Secretaría de Coordinación Técnica102 que estableció un listado de cláusulas
consideradas abusivas: “c) Autoricen al proveedor a rescindir sin causa el contrato, sin
que medie incumplimiento del consumidor”, “g) Excluyan o limiten la responsabilidad del
proveedor, por los daños causados al consumidor por el producto adquirido o el servicio
prestado y/o respecto de cualquier resarcimiento o reembolso legalmente exigible” o “j)
Impongan al consumidor un representante o apoderado para que lo sustituya en el
ejercicio de los derechos que emanan del contrato, sus accesorios, o en otros negocios
jurídicos.”
102
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/85000-89999/87667/norma.htm
103
https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/resoluci%C3%B3n-53-2003-84410/texto
104
Stiglitz, Rubén S. (2013) “El contrato por adhesión en el Proyecto de Código Civil y Comercial”. Revista
Derecho Privado, pp. 55-77.
105
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm
72
restricción a los derechos del adherente, o amplían derechos del predisponente que
resultan de normas supletorias (…)”
Por último, las cláusulas grises incluyen una serie de términos que, a menos que
existan evidencias fácticas que infieren que la cláusula ha sido leída y efectivamente
consentida por el consumidor, en los demás casos, incluyendo el del consumidor que
no lee el contrato, el término se considera prima facie ineficaz o nulo. Casos particulares
en los que ciertamente puede inferirse que el consumidor leyó y efectivamente consintió
pactar en torno a un cláusula incluida en la lista gris se presenta, por ejemplo, cuando
el propio consumidor consciente pagar un precio más alto por una cláusula diferente.
En la medida que el consumidor desinformado tenderá a preferir el contrato con el precio
más bajo, pagar un precio más alto es una señal de que el consumidor leyó y consintió
efectivamente en un contrato diferente.
No podemos dejar pasar por alto, al mencionar esta alternativa, que los sistemas
legales también poseen fallas. En este caso, puede presentarse un problema de falta
de competencia institucional, por parte del poder legislativo y judicial, para determinar
que clausulas es o no abusiva.
106
A modo de ejemplo, el Consejo de las Comunidades Europeas mediante la Directiva 93/13/CEE del 5 de
abril de 1993, establece una serie de cláusulas que pueden ser consideradas abusivas en los contratos
celebrados con consumidores. Ver texto completo: https://boe.es/doue/1993/095/L00029-00034.pdf
73
Algunas sugerencias teniendo como principal consideración las
limitaciones cognitivas de los propios consumidores para procesar la información
que surge de los términos contractuales:
Sin perjuicio de ello, más allá de la regulación directa, existen alternativas que
no son excluyentes con lo anterior, y que tienen como finalidad beneficiar a los
consumidores que se encuentran afectados por su limitación racional y sesgos
cognitivos. En este sentido, la simplificación de las informaciones obligatorias ya está
siendo una de las respuestas ante la sobreabundancia de información actual.
Por supuesto que ofrecer al consumidor la información del contrato simple sin
renunciar a que este todo lo relativo al producto o servicio en cuestión no es una tarea
sencilla. De esta forma, la cuestión es cómo llevarlo a cabo sin omitir ningún extremo
del contrato. En este sentido, veremos a continuación algunos ejemplos que se están
llevando a cabo en nuestro país y en el resto del mundo, tendientes a simplificar la
información pero al mismo tiempo lograr que el consumidor se encuentre mejor
informado del producto o servicio a la hora de tomar una decisión de consumo.
74
Simplificación del lenguaje: La utilización excesiva de tecnicismos legales
constituye una forma de ocultar términos, que de conocerlos, el consumidor no
estaría dispuesto a aceptar.
De esta forma, la vía más directa para simplificar algo es simplificar el
lenguaje con el cual se encuentra redactado, en este caso, el contrato de adhesión.
Ello puede funcionar como aliciente para que los consumidores vean con mejores
ojos la posibilidad de leer los términos contractuales. Simplificar el lenguaje solo es
simplificar palabras sin simplificar los conceptos ni las ideas que están detrás. Esta
es una tendencia que ya se está poniendo en práctica en el ámbito judicial. Algunas
provincias de nuestro país han aprobado pautas o proyecto de leyes tenientes a
garantizar el derecho de toda la ciudadanía a comprender las sentencias, las leyes
y los actos administrativos, y promover el uso y el desarrollo de un lenguaje claro en
textos legales y formales. Un ejemplo de ello, es el caso del Superior Tribunal de
Justicia de La Pampa que, a través del Acuerdo N° 3.846 de junio del 2022, aprobó
las “Pautas para la redacción de textos en Lenguaje Claro”. 107
De la misma forma, la jueza de primera instancia en lo Civil y Comercial,
Laboral y de Personas y Familia del Distrito Judicial del Sur Circunscripción Anta de
la Provincia de Salta, Patricia Rahmer, otorgó la guarda con fines de adopción de
tres hermanos menores a una pareja a través del dictado de una sentencia con
lenguaje judicial claro, en la cual dedica párrafos de la misma a los menores,
explicando los motivos de su decisión.108
107
El texto del acuerdo completo puede encontrarse en: 3846.pdf (lapampa.gob.ar)
108
Ver fallo completo en: fallo_9798-20 (diariojudicial.com)
75
estudio realizado por la Comisión Europea arroja un dato tremendamente
interesante desde el punto de vista de las empresas, cuanto mayor es el nivel de
lectura y comprensión de los términos y condiciones, mayor es el nivel de confianza
que el producto o servicio genera. Por el contrario, las cláusulas largas producen
desconfianza en el consumidor.109
109
Informe realizado por la Comisión Europea denominado “Study on consumers attitudes towards Terms
and Conditions (T&Cs)”. Ver completo en: Study on consumers' attitudes towards Terms and Conditions
(T&Cs) - Publications Office of the EU (europa.eu)
110
El texto completo de la Directiva 2014/17/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 4 de febrero de
2014, se puede encontrar en el siguiente link: Directiva 2014/17/UE del Parlamento Europeo y del Consejo,
de 4 de febrero de 2014, sobre los contratos de crédito celebrados con los consumidores para bienes
inmuebles de uso residencial y por la que se modifican las Directivas 2008/48/CE y 2013/36/UE y el
Reglamento (UE) no 1093/2010Texto pertinente a efectos del EEE (boe.es)
111
Ayres, I., & Schwartz, A. (2014) “The no-reading problem in consumer contract law”. Stan. L. Rev., 66,
545.
76
términos desventajosos o inesperados para los consumidores en los contratos de
adhesión.
112
112
Cuadro tomado de Ayres, I., & Schwartz, A. (2014) “The no-reading problem in consumer contract law”.
Stan. L. Rev., 66, 545.
77
Incluir una estimación del tiempo: Las empresas deberían incluir una estimación
del tiempo que lleva leer los términos y condiciones. Esto produce un incremento del
número de personas que acabarían leyéndolos. El estudio de la Comisión Europea
sostiene que, de hacerse obligatoria para las empresas esta estimación de tiempo,
serviría también de incentivo para simplificar la redacción de los términos
contractuales. Al momento de realizar el presente trabajo no se han hallado
proveedores de productos o servicios que hayan implementado esta práctica.
113
El texto completo de la Ley puede encontrarse en:
https://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/355000-359999/356607/norma.htm
78
114
114
Sellos aprobados por la Ley de Etiquetado Frontal.
79
Los distintos niveles de riesgo están diferenciados de la siguiente manera según un
rango de colores desde el verde al rojo.115
116
115
El texto completo de la Orden ECC/2316/2015 del Ministerio de Economía y Competitividad del
Gobierno de España se puede encontrar en el siguiente link: Disposición 11932 del BOE núm. 265 de 2015
116
Cuadro tomado de Hualde Manso, T. (2019) “El consumidor ignora el contenido de su contrato. La falta
de lectura en los contratos de adhesión” (Contractual Efficiency Conditions Under Transaction Costs
Economics: Study of Standard-Form Contracts of Agrifood Products). InDret, 4.
80
Palabras Finales.
81
numerosos experimentos realizados por los especialistas de la economía conductual,
ha quedado demostrado que el individuo cuenta con una limitación cognitiva y por lo
tanto, está incapacitado para procesar toda la información que se requiere para tomar
aquella mejor decisión, de acuerdo a sus intereses.
82
BIBLIOGRAFIA:
- Akerlof, George A. (1970) “The Market for Lemons. Quality Uncertainty and the
Market Mechanism”, vol. 84.
- Atiyah, P. S. (1989) “An Introduction to the Law of Contracts” (Fourth ed.). Oxford:
Oxford University Press. Pp. 4-18.
- Ayres, I., & Schwartz, A. (2014) “The no-reading problem in consumer contract law”.
Stan. L. Rev., 66, 545.
- Cooter, Robert. D. y Ulen, Thomas (1987) “Derecho y Economía” México D.F, FCE
- Fondo de Cultura Económica. Traducido por Eduardo L. Suárez.
83
- Epstein, R. A. (2007). “The neoclassical economics of consumer contracts”. Minn. L.
Rev., 92, 803.
- Hayek, Friedrich A. (1945) “El uso del conocimiento en la sociedad”. Publicado por
primera vez en American Economic Review, XXV, 4, septiembre de 1945, pp. 519-
530. Se ha seguido en la traducción la reimpresión recogida en el volumen
Individualism and economic order, Chicago, University of Chicago Press, 1980, pp.
77-91, que presenta algunas erratas, y la recogida en la recopilación de Nishiyama
y Leube, The essence of F. A. Hayek, StanFord (Ca.), Hoover-Institution, 1984, pp.
211-234.
- Kelsen, H. (1934). “Teoría pura del derecho: introducción a la ciencia del derecho.
In Teoría pura del derecho: introducción a la ciencia del derecho.”
84
- Kemelmajer De Carlucci, A. (2008) “Reflexiones sobre la interpretación de los
contratos”. En J.O. Albán, “Derecho Privado y Globalización. Tomo III: Contratos”.
- Leff, A. A. (1967) “Unconscionability and the Code-The Emperor's New Clause”, 115
U. Pa. L. Rev. 485.
- Llewellyn, K. N. (1960) “The common law tradition: deciding appeals”. Columbia Law
Review, 1960-05-01, Vol.61 (5), p.940.
- Posner, Richard. A. (1998) “El Análisis Económico del Derecho”. México, D.F.:
Fondo de Cultura Económica. 682 p. ISBN: 9681651332.
85
Andes, Bogotá, Colombia. Publicado originalmente bajo el título de “Contracts of
adhesión: an essay in reconstrucción” en Harvard Law Review, Abril de 1983. 96
Harv. L. Rev. 1174. Traducción realizada por Andrés Palacios Lleras.
- Schwartz, A., & Wilde, L. L. (1983). “Imperfect information in markets for contract
terms: The examples of warranties and security interests”. Virginia Law Review,
1387-1485.
- Schwartz, A., & Wilde, L. L. (1985) “Product Quality and Imperfect Information”.
Review of Economic Studies. pp 251-262.
- Simon, Herbert (1979) “Models of Thought, Vols. 1 and 2.” Yale University Press. His
papers on human information-processing and problem-solving.
86
- Stiglitz, Rubén S. (1994) “Cláusulas abusivas en el contrato de seguro”. Editorial
Abeledo Perrot. Buenos Aires, Argentina.
- Stiglitz, Rubén S. (2013) “El contrato por adhesión en el Proyecto de Código Civil y
Comercial”. Revista Derecho Privado, pp. 55-77.
- Stordeur, Eduardo (h) (2011) “Análisis Económico del Derecho. Una introducción”
Editorial Abeledo Perrot. Buenos Aires, Argentina.
- Thaler Richard H., Sunstein Cass R., (2008). “Nudge: Improving decisions about
health, wealth, and happiness”. Ed. Taurus.
- Tversky, Amos, Kahneman, Daniel (1981) “The Framing of Decisions and the
Psychology of Choice”. Science, New Series, Vol. 211, No. 4481. 453-458.
87