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MÓDULO 3 - IDENTIDAD, IMAGEN Y

RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA

3.1. IDENTIDAD CORPORATIVA


En la organización de eventos es crucial conocer y comprender la agrupación de personas para la
que se trabaja y sus características, ya sea una empresa privada o pública, un particular, un
partido político, una organización de la sociedad civil, un grupo religioso o una sociedad de otra
tipología.

Ello representa uno de los primeros pasos que permiten planificar un evento y adaptarlo a la
filosofía del cliente, además de establecer una estrategia publicitaria y de marketing adecuada a
su naturaleza y atributos.

No obstante, en el marco de la identidad y la responsabilidad social corporativa, existen ciertos


conceptos que frecuentemente se mezclan y se confunden en su uso, por lo que conducen a la
generación de significados y procedimientos equívocos. El organizador de eventos debe tener
claros dichos términos para efectuar con eficiencia y eficacia su labor; este es el objetivo del
presente capítulo.

Una vez presentado el fin del contenido, es preciso incidir en uno de los conceptos más generales
de este ámbito, la identidad, que puede concebirse desde distintas perspectivas:

● Óptica etimológica. La palabra identidad proviene del término latín identitas , un derivado
de idem , que significa “el/lo mismo”. Su significado semántico alude a “igualdad”. De este
modo, dicho concepto representa la suma del ser y su forma, expresada con los rasgos
particulares que diferencian a un individuo de todos los demás. También incorpora la
autenticidad, ya que implica ser idéntico a uno mismo.

● Óptica sociológica. La identidad se trata de un proceso inconsciente e individual, a raíz del


cual se forma la personalidad. En este ciclo, el proceso social o interacción de influir en los
demás, adoptar la actitud de los otros y reaccionar ante los estímulos es lo que constituye a
una persona.

● Óptica antropológica. El vocablo identidad alude a cómo el individuo se percibe dentro de


su medio, es decir, supone el resultado de la forma en la que una persona valora su conducta
organizada en su ambiente. Así pues, esta perspectiva incorpora las nociones de acción,
reflexión, identificación y acción.

● Óptica multiculturista. El término identidad se basa en la concepción de quien es cada uno


y se construye a través de la diferenciación. Aquí juega un papel importante el contexto
cultural, ya que la identidad tanto individual como colectiva se determinan en base a los
distintos contextos en los que viven los sujetos.

Tras desglosar las diferentes perspectivas de la identidad, no cabe duda de que esta, en el ámbito
empresarial, representa el elemento más importante en la conformación de todo tipo de
agrupación, ya que define su esencia y fundamenta su imagen. En este sentido, el concepto de
identidad corporativa se concibe del siguiente modo:

La identidad corporativa es la totalidad de la personalidad de la empresa, que se deriva de

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su filosofía, historia, cultura, estrategias, estilo de gestión, reputación y conducta de los
empleados, vendedores y otros representantes de la empresa (Black, 2004).

Este concepto se considera como una parte esencial de la comunicación corporativa, ya que
engloba todos los aspectos que hacen única a una entidad y, por ende, también se vincula con su
razón de ser, propósito, visión y valores.

Toda empresa, antes de devenir en un ente legal, es un microgrupo social en el que la identidad
propia se genera, se contagia y se expande, configurando dicha organización como diferente y
única. La permanencia de la identidad también es esencial para el funcionamiento de la compañía,
ya que es la clave para su cambio y desarrollo.

Para entender profundamente qué es la identidad corporativa, primero debe comprenderse que
se conforma a raíz de múltiples factores ; los expuestos en la siguiente lista pueden
considerarse los más importantes y genéricos:

● Origen de la empresa. Parte y depende de la personalidad, la preparación y la filosofía de


quien planifica la posibilidad de la organización.
● Miembros de la empresa, así como su manera de ser, de pensar y de actuar.
Influyen en cómo funcionará y actuará la entidad.
● Filosofía institucional. Actúa como fundamento de las creencias formuladas sobre las
relaciones que se establecen entre los integrantes, con el entorno y con los medios a usar
para lograr los fines empresariales.
● Misión. Se concibe como la causa final y debe ser lo más detallada posible para diferenciar a
una entidad de otra.
● Objetivos. Representan las metas inmediatas a lograr para cumplir con la misión asignada a
la organización. Suelen ser concretos, tangibles y fáciles de definir desde una óptica
operacional.
● Valores. No engloba el sentido ético del término, sino las acciones, las actitudes, las
conductas u otras que en la empresa se consideran útiles y valiosas para alcanzar los
objetivos, ya sean generales o de realización personal y profesional.
● Historia. Alude a la influencia que el paso del tiempo produce en el modo de actuación de
una empresa o persona. Lo importante en este punto consiste en que, al definir la identidad
actual, se consideren las trayectorias que haya sufrido la compañía en cuestión a lo largo del
tiempo.
● Tradiciones. Son los residuos que permanecen ante el paso del tiempo y que pueden llegar
a ser determinantes en la forma de proceder de una empresa, por lo que también ayudan a
establecer una identidad concreta.
● Mitos. Hace referencia a las creencias cargadas de simbolismo y de aspectos afectivos que
se refieren a una organización. Pueden llegar a generar ciertas alteraciones de la realidad, de
mayor o menor gravedad para la entidad afectada.

Después de desglosar la identidad corporativa y sus características, queda claro que, para poder
transmitir la fisiología, la identidad y las ideas de toda organización, es preciso conocerla en
profundidad.

En este sentido, la identidad corporativa es un concepto muy amplio; en su interior alberga


distintos conceptos configurativos a tener en cuenta. Los que un organizador de eventos debe
tener en cuenta son, principalmente, los identificadores.

Los identificadores son aquellos factores o elementos que dejan ver cómo es la identidad, es
decir, son el puente entre la identidad y la imagen corporativa. La única manera de conocer y
saber cuál es la esencia de una entidad es por medio de sus manifestaciones perceptibles o
características, las cuales permiten formular mentalmente el concepto de lo que se trata.

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Los identificadores fundamentales son la personalidad corporativa, la cultura corporativa, la
identidad visual corporativa y la marca corporativa. Todos ellos se explican en los siguientes
subapartados.

Identidad corporativa

3.1.1. Personalidad corporativa

Toda empresa cuenta con una personalidad corporativa concreta e irrepetible. En palabras del
psicólogo social Daniel Scheinsohn (2009), la personalidad corporativa se trata de “una
operación de distinción figura - fondo, donde el fondo es la realidad (el conjunto de las condiciones
objetivas de existencia) y la figura, la personalidad (el recorte operacional de la realidad para su
apropiación)”.

En este contexto, el concepto de fondo corresponde a la realidad o las condiciones en las que
existe una entidad. La figura, en cambio, alude a la personalidad, es decir, el modo en el que una
empresa opera.

Este factor debe tenerse en cuenta en la organización de eventos empresariales, ya que para
comunicar acerca de una entidad, hay que conocerla y descubrir aquello que la hace singular y
única.

De hecho, la personalidad corporativa se emplea como un marco de referencia con el fin de trazar
una estrategia comunicacional coherente, creíble y correctamente dimensionada. El primer paso
para establecer dicha estrategia comunicacional consiste en describir los elementos que
componen la personalidad corporativa.

El primero de ellos es el centro psíquico corporativo y los elementos que lo configuran.


Este tiene la función de establecer el rumbo y el carácter de la entidad, además de determinar sus
iniciativas y actuaciones. Sus elementos integrantes se exponen a continuación:

● Misión. Es la razón de ser de la empresa, su objetivo de negocio a largo plazo, que puede
cambiar o diversificarse en su devenir. El fin de este factor consiste en estructurar y delimitar
el campo de acción para concentrar los recursos empresariales.
● Supuestos. Se fundamentan en las teorías de la acción, es decir, a partir de estas, los
miembros de toda organización diseñan sus comportamientos para luego actuar y reflexionar
sobre dicha acción. Se trata de un ciclo donde la acción sirve para controlar y reformular la
base comportamental.
● Metas. Son aquellos propósitos concretos que, a medio y largo plazo, la empresa pretende
alcanzar mientras cumple su misión.
● Actitud. Se trata de la orientación de las conductas corporativas con respecto al servicio, la
pulcritud o la fidelidad a las normas legales.

De este modo, un centro psíquico corporativo es maduro cuando las actitudes están en armonía y
se corresponden con los supuestos; ambos actúan como mandatos que guían el modo de
desarrollo empresarial. La misión y las metas, por otro lado, formulan y ejecutan el trabajo para
determinar el comportamiento y las actuaciones empresariales externas.

Dentro de la personalidad corporativa también destaca el carácter corporativo , que organiza


todos los recursos para la consecución de las metas y guía las capacidades de la empresa para
hacerlas realidad; es un articulador entre la idea y la acción.

Por tanto, es la voluntad organizadora y ejecutora de la personalidad. El carácter corporativo

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también se caracteriza por poseer un aspecto estructural y otro dinámico:

● Aspecto estructural. Es la forma que la organización otorga a su estructura para funcionar


en base a tres dimensiones:
● Dimensión jerárquica. Evidencia los distintos niveles que existen en el organigrama de
toda empresa.
● Dimensión funcional. Muestra las diferentes labores que deben desarrollarse.
● Dimensión de centralidad. Se trata de la medida en que cada persona se acerca o se
aproxima del eje vertebral de la compañía.
● Aspecto dinámico. Alude a la metodología con la que se tratan los elementos disciplinarios y
la normativa.

Otros elementos que componen la personalidad son sus sistemas y destrezas . Los primeros
aluden a aquellos procedimientos estándar que una empresa utiliza para responder ante
situaciones repetitivas, es decir, son un modo empresarial de autoexpresión eficiente y
coordinado. La eficacia de los sistemas depende, especialmente, del rumbo fijado por el centro
`síquico y la voluntad del carácter corporativo.

Las segundas representan aquellos hábitos corporativos que la organización intenta llevar a cabo
con alta competitividad y que, además, destacan y caracterizan el comportamiento de una
entidad.

El aspecto más externo de la personalidad corporativa es el cuerpo , que está integrado por los
productos y/o los servicios que ofrece una empresa, las materias primas, el dinero y las
inversiones, las instalaciones, la maquinaria, el equipamiento y la tecnología. Todos ellos permiten
conocer el estado de salud de una compañía, por lo que deben cuidarse para alcanzar el fin
empresarial.

La visión corporativa es otro factor de la personalidad que comprende todo un conjunto de ideas
que, en sí mismas, configuran el concepto de aquello que la empresa es y quiere llegar a ser. En
otras palabras, conforma el modelo idealizado de corporación que se pretende alcanzar en el
futuro.

En definitiva, la personalidad organizativa es una unidad que se construye en su continua


evolución; resulta influenciada por todo lo acontecido en su devenir.

Personalidad corporativa

3.1.2. Cultura corporativa

Toda empresa se constituye por personas, las cuales otorgan un sentido a la estructura
organizacional, los recursos, la estrategia y el valor económico de una empresa. La plantilla pone
a circular por la empresa ciertas creencias, comportamientos, valores y otros símbolos que
estructuran la cotidianeidad y conforman un patrón de pensamiento y acción que rige en la
empresa.

A esta amalgama de pautas se la conoce como cultura corporativa , que representa un sistema
de creencias, ideología, visiones, hipótesis y valores compartidos o predominantes que guían la
conducta de cada miembro en una estructura empresarial. Es un elemento activo que se instala
por medio de procesos de interacción, imitación o aprendizaje.

La cultura empresarial también está estrechamente vinculada con la teoría de la organización, que

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alude a la red de significados, imágenes y actuaciones compartidas por la plantilla de toda una
empresa. Es un elemento que no se limita a la ideología empresarial, sino que es distintivo y
orientador, así como ayuda a definir y transmitir la identidad de una organización.

Así pues, la cultura es una de las claves para diferenciar una organización de otra. Deriva en tres
elementos básicos, dos de ellos propios de la personalidad corporativa, que son la misión y la
visión; y un tercero, los valores, que son aquellos principios que los miembros de una empresa
asumen y desarrollan, como la innovación, la eficiencia, la confianza, etcétera.

El conjunto de valores y creencia que se establecen en el ámbito de una empresa configuran un


marco de referencia compartido que indica cuál es el modo de pensar establecido y esperado.
Cuando las reglas del negocio empresarial son afines a dichas creencias, se arraigan
gradualmente en las personas y se desarrolla una atmósfera de cohesión entre la plantilla que las
mantiene vigentes.

En este sentido, los empleados pueden facilitar o entorpecer el proyecto empresarial y corporativo
desde una óptica interior, mientras que desde un enfoque exterior actúan como portavoces de la
empresa: transmiten lo que interpretan de la empresa, lo que quiere ser, su trato al personal y
cómo son sus productos.

Así pues, cada individuo es un embajador de la empresa ante su familia, amistades y demás
personas con las que interactúa, por lo que cuidar y fomentar una adecuada cultura empresarial
también es relevante.

La cultura corporativa ayuda a identificar la empresa ante los clientes, proveedores y todos los
que conocen su existencia. Esta cultura debe ser sólida, por lo que tiene que estar compuesta por
tres factores imprescindibles:

● Factores técnicos:
● tipo de organización de las tareas;
● instrumentos tecnológicos;
● condiciones físicas y adecuadas al trabajo.
● Factores sociales:
● adaptación del individuo a la empresa;
● estructura de los grupos que conforman la entidad;
● estilo de liderazgo;
● técnicas de motivación.
● Factores éticos:
● valores como patrones de conducta;
● creencias que sustentan los valores;
● costumbres y comportamientos repetitivos que están aceptados por la empresa.

La cultura empresarial es un modo de actuar y, por ende, es una de las claves para diferenciar una
empresa de otra. Deriva de la misión, la visión y los valores que conforman la ideología
empresarial.

Cultura corporativa

3.1.3. Identidad visual corporativa

La identidad visual corporativa es la representación gráfica, material y visual o perceptible de


una organización, es decir, corresponde a todos los aspectos visuales de la identidad corporativa

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en su conjunto. El catedrático en Comunicación Audiovisual y Publicidad Justo Villafañe (1999) la
define del siguiente modo:

[…] es un instrumento de configuración de la personalidad pública de la empresa que


expresa y explicita la identidad global de esta.es aquella en la que más directamente se
puede intervenir, la más tangible, la más fácilmente programable y, en consecuencia, y en
función de estas posibilidades, aquella que exige un mayor esfuerzo normativo. […] la
personalidad de la empresa se evidencia de manera consciente como inconsciente, a través
de aspectos materiales y conductuales.

Por ello, dicha identidad debe transmitir la personalidad, la filosofía y la cultura de una empresa a
través de ciertos elementos visuales (formas, signos identificadores y sensoriales, símbolos,
etcétera). Su fin es transmitir gráficamente la identidad corporativa empresarial e influir en la
imagen que el público tiene respecto a una compañía.

Este concepto de representación visual se configura en base a cuatro principios , que son los
siguientes:

● Simbólico. Expresa la relación entre la empresa y su identidad visual.


● Estructural. Busca la simplicidad.
● Sinérgico. Permite vincular todas las variables de la imagen corporativa y las aplicaciones
del programa.
● Universal. Implica diseñar la identidad bajo una concepción generalizada.

Ante el fin de determinar la identidad visual, es preciso seleccionar aquellos


atributos corporativos que sean coherentes con la identidad empresarial, que tengan
un carácter cualitativo y que relacionen la compañía con su entorno:

● orientación hacia la acción;


● innovación;
● dimensión;
● tradición;
● orientación hacia el usuario;
● utilidad social;
● interés nacional;
● énfasis en los recursos humanos.

De este modo, la identidad visual debe reflejar los elementos identitarios de una organización y su
entorno, así como tiene que contribuir a configurar su personalidad por medio de cuatro funciones

Para llevar a cabo dicho fin, es preciso poner en práctica los objetivos de la identidad visual
, que son la selectividad, la jerarquía, la compatibilidad y la armonía. Dichos objetivos y funciones
programáticas deben materializarse a través de los elementos visuales que incluye la identidad
visual:

● Nombre o fenotipo. Es la carta de presentación de una organización, el primer contacto con


su público objetivo. Debe permanecer inalterable con el transcurso del tiempo. Por ende, es
aquello que identifica, distingue y vincula una organización con los valores que son
importantes para cada uno de sus públicos. Por este motivo, debe ser descriptivo, atractivo y,
además, evocador de sentimientos.
● Logotipo. Representa el nombre de una entidad, producto o servicio, pero configurado en una
tipografía de texto concreta y con unos esquemas de color determinados. Puede ir
acompañado de algún elemento gráfico adicional, aunque no es obligatorio. De este concepto
pueden derivarse los siguientes:

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● ● logosímbolo o representación vial que integra un símbolo en el logotipo;
● imagotipo o representación visual que combina imagen y texto;
● isologo o representación visual que une imagen y tipografía.
● Símbolo. Alude a signos gráficos que operan con diferentes grados de abstracción, ya sea
como como iconos o como emblemas de la empresa a la que hacer referencia. Su propósito es
hacer crecer la empresa y que se identifique con un mayor número de personas.
● Icono. Supone el máximo nivel de identidad gráfica al que se puede aspirar. Se trata de un
signo visual gráfico de identidad que se relaciona con la marca y, con el tiempo, deviene en
parte de la cultura popular.
● Tipografía. Supone la tipología de letra o texto escrito que emplea una organización en sus
anuncios y logotipos para transmitir mensajes e impactar al público. Por ello, es importante
que facilite la lectura y la capacidad para que el mensaje permanezca en la mente del
receptor. Es importante que tenga un significado y se vincule con la imagen a transmitir.
● Paleta de colores. Se trata de un elemento generador de identidad que debe ser acorde a la
personalidad corporativa para conseguir reforzar la imagen de dicha empresa. En otras
palabras, una empresa no puede entenderse sin su color o colores característicos. La elección
del color se basa en sus connotaciones psicológicas, así como en valores familiares, culturales,
tradicionales, empresariales y emocionales, o ser arbitraria.

Todos los elementos gráficos deben seguir una lógica y coherencia acordes a la personalidad de la
entidad, además de ser evolutivos y configurarse como una parte estratégica de la organización
para incluir en la percepción del público.

Aparte de los desgranados, existen otros elementos que también son característicos de la
identidad visual corporativa:

● Eslogan. Alude a una frase o fórmula breve y original que sirve para referenciar un producto
o una entidad. Su fin, de hecho, es resumir la filosofía y el trabajo de una compañía. Tiene
distintas funciones, como presentar la entidad o el producto, enfatizar su ventaja competitiva
en el mercado, captar la atención, entusiasmar a los diferentes estamentos del público
objetivo y proporcionar razones de peso para que los individuos se decidan por la marca
anunciada.
● Culturema. Engloba los mensajes que contienen las actuaciones culturales de la compañía,
es decir, la forma de actuar y de ser de una empresa.
● Arquitectura corporativa. Está compuesta por los edificios e instalaciones donde los
empleados desarrollan su trabajo y donde tienen lugar las relaciones con los clientes, los
proveedores, etcétera. Estas estructuran deben ser un reflejo de la identidad corporativa de la
organización.
● Datos objetivos. Representan los datos concretos y comprobables que la empresa debe
difundir estratégicamente en aquellos estamentos sociales que le interesen. Un ejemplo de
ello puede ser el número de empleados, las cifras de producción o el capital social, entre
otros.
● Personajes. Evocan un elemento poderoso, ya que dan vida a la marca, refuerzan el
mensaje y aproximan la empresa a su público objetivo. Con el tiempo, además, pueden llegar
a devenir ejemplos a seguir, ya que sus acciones proporcionan un sentido humano que es
capaz de generar confianza.
● Producto. Remite al bien tangible que busca satisfacer una necesidad y su diseño puede
emplearse como un símbolo de identidad de una marca u organización.
● Packaging . Tiene el fin de proteger y facilitar la movilidad del producto para su
almacenamiento y transporte, además de contribuir en la identificación de marca o del
producto.
● Etiquetas, cartelería y folletos. Brindan información básica sobre un producto y su
empresa productora, cumplen con las funciones estéticas y de comunicación de imagen, así
como resaltan el envase y su empaquetamiento final.

Con todas las anteriores nociones, queda claro que la identidad visual debe ser tangible,
intencional, programable, normativa, estructural, simbólica, innovadora y sinérgica.

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De hecho, es un elemento esencial para conocer en profundidad, pues conlleva formalizar un
sistema de signos combinados y un conjunto de criterios para estructurar la identidad corporativa.
Ello implica diseñar una forma y una fórmula concretas para aplicar este concepto en diferentes
soportes y mensajes comunicativos a lo largo del tiempo.

En definitiva, es importante conocer la personalidad de la marca para poder transmitirla con


claridad. A partir de los valores que se quieran comunicar, se podrá empezar a trabajar en la idea
del evento a desarrollar.

A modo de ejemplo, si quiere transmitirse al público objetivo que una empresa es ecológica, habrá
que prestar especial atención a ciertos detalles, como el uso de productos naturales, el
predominio de las tonalidades verdes y marrones, así como la eliminación de los plásticos, entre
otros. La inclusión de la identidad corporativa en los elementos del evento debe ser clara.

Identidad visual corporativa

3.1.4. Marca corporativa

La marca corporativa hace referencia a un nombre, un término, una señal, un símbolo, un


diseño o una combinación de algunos de estos elementos. Su fin es identificar los productos y
servicios de un vendedor, así como reforzarlos y diferenciarlos de la competencia.

Esta es la parte más visible de una organización, ya que identifica al productor, al producto y a las
sensaciones que surgen de este. Además, es un factor que garantiza la estabilidad de un material
o servicio en el mercado a medio y/o largo plazo, así como ayuda a posicionarlo y diferenciarlo del
resto.

La marca hace posible todo lo indicado anteriormente porque designa un bien o un servicio, es
decir, produce un sentido semiótico . Este no solo implica el nombramiento y la connotación de
un elemento, sino que también facilita la creación de asociaciones. De hecho, la marca no deja de
ser un signo, es decir, se concibe como una convención que, aceptada previamente, se entiende
como una cosa que sustituye a otra.

Por ejemplo: un producto de limpieza se asocia con valores de pulcritud y de rapidez, por lo que
en este proceso tienen importancia todas las acciones de comunicación. De hecho, la marca es
una de las formas de comunicación más importantes en la actualidad; toda comunicación está
protagonizada por alguna marca.

A este respecto, el primer paso para dotar de personalidad a un elemento y ocupar un espacio en
la mente del público consiste en denominar o crear namings , cuyas características son las
siguientes:

● Integrar atributos semánticos. Estimulan las asociaciones entre el producto o servicio y el


entorno.
● Incorporar atributos fonéticos. Describen la pronunciación y la legibilidad de la marca.
● Consignar atributos morfológicos. Hacen referencia a la forma del nombre, es decir, si es
genérico, descriptivo, acrónimo, etcétera.
● Incluir atributos del marketing . Radican en la distinción, personalidad o memorabilidad
del producto, entre otras.

Una vez explicitado el primer signo que configura la marca, hay que tener en cuenta que existen

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otros signos dentro de este campo. Algunos de ellos son los que se derivan de la transmisión de la
misma, como el packaging, los eslóganes, los personajes, los fans y todo el ecosistema que rodea
a las marcas.

No obstante, uno de los más representativos y gráficos es el logotipo, que no es la marca en sí


misma, sino un modo de escribirla. El logo, también denominado marca gráfica , puede
convertirse en un símbolo en sí mismo.

De hecho, los valores los aporta la propia empresa desde su actividad y sus acciones de
comunicación, pero a lo largo del tiempo y mediante un proceso de significación, el logotipo
consigue transmitir los valores de la empresa. Esta acumulación de valor hace que la imagen de
marca sea uno de los objetivos estratégicos base para cualquier empresa, porque la gente no
compra productos, sino marcas.

Los principales componentes de la marca gráfica, a pesar de haberlos introducido anteriormente,


son los siguientes:

● Nombre. Es la identidad verbal de la marca.


● Logotipo. Hace referencia al nombre de una entidad y se compone con una tipografía
determinada, sin necesidad de acompañarse de ningún elemento gráfico.
● Símbolo. Se trata de un signo gráfico o anagrama que puede actuar como icono o como
emblema de la empresa a la que representa.
● Tipografía. Supone la gramática básica del diseño gráfico. Su fin es transmitir mensajes, así
como facilitar la lectura y la retención del mensaje en la mente del consumidor.
● Color. Supone uno de los aspectos más importantes y distintivos que generan una identidad,
en base a factores culturales, connotativos, emocionales, derivados de la empresa o
arbitrarios.

En este sentido, gran parte de los errores que se producen en la práctica del diseño de la marca
gráfica son causados por desconocer la marca con la que se está trabajando. Por tanto, es
indispensable conocer las necesidades y la estrategia de marca de la empresa para no centrarse
únicamente en los aspectos estéticos de esta.

Parámetros de calidad de la marca

La marca, para que sea eficaz, debe constituirse a través de una variedad de criterios o
parámetros de calidad. Estos se caracterizan por su subjetividad y dependencia a la cultura,
pero también por brindar una respuesta satisfactoria y completa ante la identificación y el
posicionamiento de cada producto o servicio. Los principales se describen a continuación:

● Calidad gráfica. Es un valor universal e irrenunciable que siempre debe aplicarse para medir
cómo se está desarrollando un trabajo (trazo limpio, formas adecuadas, etc.) y los elementos
sutiles de la gráfica (ritmo, contraste, equilibrio, etc.).
● Ajuste tipológico. Supone escoger la tipología de marca según los componentes de la
misma. Aquí se diferencian las siguientes clases:
● ● logotipo puro, formado únicamente por la tipografía que define la marca;
● logotipo con fondo, configurado por una tipografía y por un fondo, recuadro o marco;
● logotipo con complemento, conformado por el logotipo y un elemento gráfico dependiente
(sin autonomía simbólica) que destaca la tipografía;
● logotipo con símbolo, constituido por un logotipo y un símbolo figurativo o abstracto;
● logosímbolo, configurado por un símbolo integrado en un logotipo (es una parte
indisociable de este);
● símbolo, entendido como el emblema de la marca, porque carga toda la significación de la
marca sin presencia de ningún logotipo.

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● Corrección estilística. Supone saber en qué sector se inscribe una empresa y analizar sus
atributos predominantes, ya que cada sector se rige por unos códigos concretos que todos los
productos comparten en mayor o menos medida. Aquí es relevante decidir si se quiere
integrar en el estilo establecido o transgredirlo.
● Compatibilidad semántica. Representa la relación de compatibilidad que debe haber entre
los símbolos y la actividad o la identidad de la empresa. Se puede concebir desde la
motivación a la arbitrariedad y la figuración a la abstracción.
● Suficiencia. Explicita que los signos que configuran una marca deben ser los necesarios para
cubrir las necesidades de identificación. Nada debe sobrar, sino se producen interferencias.
● Versatilidad. Alude a que los signos deben tener una uniformidad y un rendimiento similar
en todos los niveles de discurso.
● Vigencia. Significa que la marca debe tener una vida no inferior a la de la organización que
representa. Es importante que las empresas mantengan su imagen como nueva y moderna a
pesar de los años.
● Reproductibilidad. Se refiere a la capacidad que tiene una marca para poder ser
reproducida en soportes y circunstancias heterogéneas.
● Legibilidad. Radica en conocer bajo qué condiciones y distancias se debe leer la marca para
reconocerla como un registro visual unívoco en todas las condiciones de lectura posibles. Aquí
también entra en juego el refuerzo de los colores corporativos.
● Inteligibilidad. Es la claridad y certidumbre con la que el receptor interpreta, comprende e
identifica los signos cuando los observa.
● Vocatividad. Hace referencia al poder de atracción que tienen los signos para llamar la
atención. Este factor está supeditado a cuestiones técnicas (legibilidad, contraste, dinamismo,
etc.) y de identidad (personalidad, color, expresividad, etc.).
● Singularidad. Se asimila a la facilidad de identificación o de diferenciación que tiene una
marca gráfica respecto al resto.
● Declinabilidad. Está vinculada con la capacidad de los signos para formar sistemas, clonarse
o marcar elementos y productos de formas distintas. Su fin es ir más allá de los propios signos
o establecer relaciones con otros elementos para percibirlos bajo una misma sensación o
familia de marcas.
● Pregnancia. Es la facilidad que presenta una forma para ser asimilada y recordada por la
mente del público. Aquí también entran en juego la armonía, los colores, la simplicidad, la
lógica compositiva, etcétera.
● Valor acumulado. Tiene relevancia, sobre todo, en el rediseño de una marca. Por este
motivo, antes de proceder a ello, conviene preguntarse qué valores de la marca deben
conservarse para mantener el perfil estratégico de la entidad.

Todos los factores expuestos anteriormente permiten definir una metodología diagnóstica para
analizar las marcas gráficas y abordar un diseño de marca.

En el momento de ejecutar un encargo, es indispensable saber qué tipo de marca tiene una
empresa. A este respecto, la marca no transmite la identidad empresarial, sino que colabora en su
configuración de la mano de todas las acciones de comunicación que se llevan a cabo. Por tanto, a
raíz de la retroalimentación entre marca y empresa, la primera puede contener aspectos
derivados de la identidad corporativa principal o puede originarlos.

Aquí también conviene saber que la identidad corporativa se vincula a la marca corporativa, que
representa el nivel de marca más alto y globalizador a escala organizacional.

En definitiva, la identidad de marca engloba los atributos que identifican y diferencian a una
marca del resto. La identidad visual corporativa, por su lado, supone la traducción simbólica de la
identidad corporativa.

La identidad corporativa, en cambio, aglutina los principales factores que una marca corporativa
asume como propios (la identificación y la diferenciación) y se configura por un conjunto de rasgos
de personalidad que la misma empresa quiere enfatizar hacia su público.

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Marca corporativa

  

3.2. IMAGEN CORPORATIVA


La imagen corporativa representa un factor concebido desde una óptica opuesta a la
empresarial, pero que depende directamente de esta. En otras palabras, es el modo en el que el
público percibe a una empresa. Dicho concepto se vincula con la identidad corporativa gracias a
los anteriores elementos identificadores.

Si se incide en el concepto de imagen , esta procede del término latín imago , que significa
“imitación”, por lo que aparte del ámbito visual, abarca todo tipo de representaciones. De hecho,
se concibe como una representación de la realidad que debe ser comprendida como un elemento
subjetivo, ya que es un registro de la persona que la percibe y la construye.

En el campo empresarial, la imagen corporativa o imagen de marca es la percepción que


tiene el público sobre la personalidad de la organización. Se trata del resultado de las impresiones,
ideas y sensaciones generadas al pensar en una marca concreta.

Dicho en otras palabras, es la representación mental que el público, en general, tiene acerca de
un producto o una marca. Esta opinión generada es consecuencia de la información que se recibe
de los productos, los servicios y las comunicaciones emitidas por la marca.

A su vez, dicha información resulta ser fruto de la mezcla entre la cultura y todos los elementos
que conforman la identidad corporativa. En definitiva, es la reputación que tiene la empresa en el
imaginario colectivo.

El conocimiento de las personas se basa en las imágenes que conservan de sus experiencias con
diferentes entidades. Estas marcan en ellas una huella que determina sus opiniones, decisiones y
todo acto con respecto a una empresa. Por este motivo, los sujetos no reaccionan ante una
realidad neutral, sino que están inducidos por la percepción que tienen de la realidad. Es lo que se
llama realidad individual.

Dicho concepto se vincula estrechamente con la teoría de la imagen , que se fundamenta en


cinco principios base:

● Primer principio. El éxito de cualquier organización depende de las conductas que tienen
las mismas empresas, su plantilla y su entorno.
● Segundo principio. Todas las conductas anteriores están determinadas por las actitudes
hacia una compañía. Así, si las actitudes son positivas, las conductas también serán positivas
o de aceptación.
● Tercer principio. La actitud hacia un producto o servicio empresarial depende de la imagen
que se tiene de este. Si se posee una imagen positiva de una organización, la actitud será
positiva y, por ende, se colaborará en su éxito.
● Cuarto principio. El éxito o el fracaso de una compañía viene determinado por la imagen
que tienen sobre ella las personas, tanto las de dentro de la empresa como las fuera de ella.
● Quinto principio. No es posible influir directamente sobre las conductas o las actitudes,
aunque sí puede influirse sobre las imágenes. Este es el único medio para alcanzar el éxito
empresarial, cuya base reside en una comunicación eficaz.

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Una vez explicados los principales elementos de la identidad corporativa y de la imagen
corporativa que debe tener en cuenta todo organizador de eventos, conviene explicitar las
principales disparidades que hay entre dichos conceptos. Así matizan sus diferencias las expertas
en comunicación empresarial y protocolo Carmen Cuadrado y Ruth Rodríguez (2014):

La imagen de la empresa es la percepción que de la empresa tienen en su mente los


clientes, que no siempre coincide con la identidad real de la empresa. Por una parte,
tenemos la imagen que la empresa quiere inducir o proyectar en el pensamiento de su
público objetivo, pero por otra parte nos encontramos con la idea o percepción que los
clientes construyen en su mente, que estará influida por sus ideas, forma de ser y pensar, su
estrato sociocultura, su ideología, etc.

La identidad y sus factores se manifiestan de un modo deliberado o subconsciente a través de los


factores de identificación. De este modo, consiguen producir en la mente del público la imagen de
la empresa a la que se refieren.

Por este motivo, si se quiere generar una imagen corporativa fuerte y positiva, esta debe
conjugarse con la identidad corporativa y todos sus elementos identificadores. De hecho, es
imprescindible conocer todos los conceptos interrelacionados de la identidad corporativa, con el
fin de transformar y mejorar la reputación del evento a organizar.

Imagen corporativa

3.2.1. Reputación corporativa

En el ámbito de la imagen corporativa también destaca el concepto de reputación corporativa:

La reputación corporativa se define como la representación colectiva del rendimiento pasado de


una organización que describe la capacidad de la empresa para ofrecer resultados valorados a
múltiples públicos estratégicos (Wilcox et al., 2006).

Así pues, una reputación corporativa sólida no se logra con lo que se dice, sino con lo que se hace.
Por ello, si una compañía actúa como es debido, es crucial comunicarlo adecuadamente para
obtener algunas ventajas, como las expuestas a continuación:

● conseguir una licencia para operar con todos los grupos de interés;
● proteger el valor empresarial y reducir los riesgos;
● simplificar la ejecución de los negocios;
● aumentar la ventaja competitiva y la diferenciación, que permite que los márgenes sean
mejores;
● reducir los costes en términos generales.

Desde este punto de vista, la reputación corporativa puede parecer un mero sinónimo de la
imagen corporativa. Sin embargo, ambos conceptos se diferencian por un matiz: la imagen
corporativa se forma de un modo relativamente inmediato, mientras que la reputación se genera a
largo plazo.

Diferencia entre identidad e imagen corporativa - Contenido extra -

3.3. RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA

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Hay empresas que deciden de forma voluntaria responsabilizarse del impacto de sus decisiones y
actividades, así como contribuir en la consecución de una sociedad mejor a nivel económico,
social y medioambiental. A la vez, quieren mejorar su imagen ante la sociedad y conciliar sus
intereses de negocio con las expectativas de los públicos.

Responsabilidad social corporativa

Esta actuación se lleva a cabo bajo el nombre de responsabilidad social corporativa o RSC. La
catedrática en comunicación y protocolo Dolores del Mar Sánchez (2016) determina que la RSC
presenta las siguientes ventajas:

● ayuda a incrementar la confianza en el tejido empresarial;


● evita y previene conflictos jurídicos, así como contribuye a solucionarlos cuando surgen;
● mejora la solidez de las empresas, trabajando en la construcción de una buena reputación;
● posiciona a las empresas en materia de innovación y competitividad;
● contribuye a desarrollar proyectos empresariales a largo plazo;
● adopta sistemas de gestión del riesgo en entornos económicos, sociales y tecnológicos en
cambio.

La RSC tiene un carácter global, por lo que afecta a todas las áreas de negocio de una entidad, a
todos los participantes y a todas las regiones geográficas donde está presente. De este modo,
repercute en toda la cadena de valor necesaria para el desarrollo de la actividad, el servicio o el
bien empresarial.

Esta actuación conlleva compromisos éticos que devienen en una obligación para el ente que los
contrae. A este respecto, es importante que exista cierta coherencia entre los compromisos
públicos que se adquieren y las estrategias o decisiones de negocio. Ello ayuda a generar un valor
para los accionistas y para todos los grupos de interés y la sociedad.

Así pues, la RSC también debe tenerse en cuenta en la organización de un evento, e incluso puede
formar parte de los objetivos. En este sentido, los aspectos y factores en los cuales el profesional
organizador de eventos debe fijarse para alcanzar la sostenibilidad son los siguientes:

● Residuos. Es conveniente aplicar la regla de las 3R, que consiste en reducir, reutilizar y
reciclar:
● Reducir. Implica consumir un menor número de materias primas y ahorrar energía en el
tratamiento del residuo generado.
● Reutilizar. Se trata de un factor relacionado con la voluntad y el ingenio, pues aquello
que no sirve para un evento puede ser útil para otro acontecimiento, entidad o persona.
● Separar y reciclar. Supone reflexionar durante la planificación de cualquier evento para
decidir el número, el tamaño y el tipo de contenedores o papeleras necesarias para cada
elemento y su colocación en puntos estratégicos, con el fin de facilitar su empleo y hacer
efectiva su separación y recogida.
● Limpieza e higiene. Alude a emplear jabones y detergentes ecológicos y respetuosos con el
medio ambiente, así como disponer de baños portátiles suficientes y aumentar los turnos de
limpieza de los aseos y las zonas de reciclaje.
● Agua y energía. Implica reducir el consumo de ambas y aprovechar los recursos que ofrece
la naturaleza, como la luz solar, las sombras, las fuentes de energía renovables, etcétera.
● Movilidad. Es preciso facilitar el camino al recinto con medios de transporte no
contaminantes, así como ubicar el evento en un lugar fácilmente accesible y adaptado a todos
los colectivos.
● Alimentación. Se basa en fomentar el consumo de productos locales, ecológicos y de
comercio justo.

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● Entorno. Supone fijar medidas de protección dirigidas a los recursos naturales y a la fauna,
como las siguientes:
● alejar la ubicación del evento de aquellos lugares naturales que presenten una mayor
sensibilidad o impacto ambiental;
● prestar atención al uso del fuego para evitar incendios;
● reducir los puntos y la intensidad de ruidos e iluminación;
● impedir que se tire comida u objetos que dañen la salud del ecosistema;
● establecer pautas de limpieza que sean acordes con la conservación del hábitat natural.
● Comunicación. Conlleva interiorizar y difundir las buenas prácticas ambientales que se están
llevando a cabo durante el evento a la sociedad, como una forma de mejorar los objetivos del
evento y de actuar como un referente en cuanto a la sostenibilidad. Dicha comunicación
puede ser en base a actividades lúdicas y culturales, medios de comunicación, equipo de
voluntariado que imparta charlas y asesoramiento, paneles y folletos expositivos con doble
uso, con papel reciclado y tipografía ecofont, etcétera.
● Evaluación. Comprende analizar el grado de cumplimiento que se ha llevado a cabo respecto
a la sostenibilidad del evento e intentar compensar las emisiones de residuos producidas.

Proveedores sostenibles y gestión de residuos - Contenido extra -

Siguiendo estas pautas, un evento sostenible es aquel acto que se diseña, se optimiza y se
desarrolla con el fin de reducir los impactos negativos ambientales, así como para dejar un legado
beneficioso para la comunidad y todos los involucrados.

Adicionalmente, es recomendable revisar el siguiente contenido adicional que realiza un análisis


de la identidad e imagen corporativa de una entidad.

Análisis de la identidad e imagen corporativas de Google - Contenido extra -

RESUMEN
● La identidad corporativa es la totalidad de la personalidad de la empresa, que se deriva de su
filosofía, historia, cultura, estrategias, estilo de gestión, reputación y conducta de los
empleados, vendedores y otros representantes de la empresa.
● La personalidad corporativa se trata de una operación de distinción figura - fondo, donde el
fondo es la realidad (las condiciones en las que existe una entidad) y la figura es la
personalidad (el modo en el que una empresa opera).
● La cultura corporativa representa un sistema de creencias, ideología, visiones, hipótesis y
valores compartidos o predominantes que guían la conducta de cada miembro en una
estructura empresarial. Es un elemento activo que se instala por medio de procesos de
interacción, imitación o aprendizaje.
● La identidad visual corporativa es la representación gráfica, material y visual o perceptible de
una organización, es decir, corresponde a todos los aspectos visuales de la identidad
corporativa en su conjunto.
● La marca corporativa hace referencia a un nombre, un término, una señal, un símbolo, un
diseño o una combinación de algunos de estos elementos. Su fin es identificar los productos y
servicios de un vendedor, así como reforzarlos y diferenciarlos de la competencia.

● La imagen corporativa o imagen de marca es la percepción que tiene el público sobre la


personalidad de la organización. Se trata del resultado de las impresiones, ideas y
sensaciones generadas al pensar en una marca concreta.
● La reputación corporativa se define como la representación colectiva del rendimiento pasado
de una organización que describe la capacidad de la empresa para ofrecer resultados
valorados a múltiples públicos estratégicos.

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● Un evento sostenible es aquel acto que se diseña, se optimiza y se desarrolla con el fin de
reducir los impactos negativos ambientales, así como para dejar un legado beneficioso para la
comunidad y todos los involucrados.

AUTOEVALUACIÓN
Contesta las siguientes preguntas y practica las bases teóricas de este capítulo. No olvides
analizar y responder de acuerdo a lo que entendiste.

1. Define la identidad corporativa.


2. ¿Qué es la personalidad corporativa? Nombra los elementos que la componen.
3. Explica la cultura corporativa y los tres factores que la componen.
4. Menciona cinco elementos que formen parte de la identidad visual corporativa.
5. ¿Qué significa que la marca produzca un sentido semiótico?
6. ¿Cuál es la diferencia entre la identidad visual corporativa y la imagen corporativa?
7. Las acciones de RSC pueden ayudar al tejido empresarial en varios aspectos. Expón al menos
dos de ellos.
8. Indica tres de los aspectos que contribuyen a que un evento sea sostenible.

SOLUCIONARIO
1. Define la identidad corporativa.

La identidad corporativa es la totalidad de la personalidad de la empresa, que se deriva de su


filosofía, historia, cultura, estrategias, estilo de gestión, reputación y conducta de los empleados,
vendedores y otros representantes de la empresa.

Este concepto se considera como una parte esencial de la comunicación corporativa, ya que
engloba todos los aspectos que hacen única a una entidad y, por ende, también se vincula con su
razón de ser, propósito, visión y valores.

2. ¿Qué es la personalidad corporativa? Nombra los elementos que la componen.

Toda empresa cuenta con una personalidad corporativa concreta e irrepetible. La personalidad
corporativa se trata de una operación de distinción figura - fondo, donde el fondo es la realidad (el
conjunto de las condiciones objetivas de existencia) y la figura, la personalidad (el recorte
operacional de la realidad para su apropiación).

En este contexto, el concepto de fondo corresponde a la realidad o las condiciones en las que
existe una entidad. La figura, en cambio, alude a la personalidad, es decir, el modo en el que una
empresa opera.

De hecho, la personalidad corporativa se emplea como un marco de referencia con el fin de trazar
una estrategia comunicacional coherente, creíble y correctamente dimensionada.

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Este concepto se configura por el centro psíquico corporativo (con la misión, los supuestos, las
metas y la actitud), el carácter corporativo, los sistemas, las destrezas, el cuerpo y la visión
corporativa.

3. Explica la cultura corporativa y los tres factores que la componen.

La cultura corporativa representa un sistema de creencias, ideología, visiones, hipótesis y valores


compartidos o predominantes que guían la conducta de cada miembro en una estructura
empresarial. Es un elemento activo que se instala por medio de procesos de interacción, imitación
o aprendizaje.

La cultura empresarial también está estrechamente vinculada con la teoría de la organización, que
alude a la red de significados, imágenes y actuaciones compartidas por la plantilla de toda una
empresa. Es un elemento que no se limita a la ideología empresarial, sino que es distintivo y
orientador, así como ayuda a definir y transmitir la identidad de una organización.

Esta cultura debe ser sólida, por lo que tiene que estar compuesta por tres factores
imprescindibles:

● Factores técnicos:
● tipo de organización de las tareas;
● instrumentos tecnológicos;
● condiciones físicas y adecuadas al trabajo.
● Factores sociales:
● adaptación del individuo a la empresa;
● estructura de los grupos que conforman la entidad;
● estilo de liderazgo;
● técnicas de motivación.
● Factores éticos:
● valores como patrones de conducta;
● creencias que sustentan los valores;
● costumbres y comportamientos repetitivos que están aceptados por la empresa.

4. Menciona cinco elementos que formen parte de la identidad visual corporativa.

Los elementos visuales que se incluyen en la identidad visual corporativa son el nombre o
fenotipo, el logotipo, el símbolo, el icono, la tipografía y la paleta de colores. Además de estos,
también forman parte de esta el eslogan, el culturema, la arquitectura corporativa, los datos
objetivos, los personajes, el producto, el packaging, las etiquetas, la cartelería y los folletos.

5. ¿Qué significa que la marca produzca un sentido semiótico?

La marca identifica al productor, al producto y a las sensaciones que surgen de este. Además, es
un factor que garantiza la estabilidad de un material o servicio en el mercado a medio y/o largo
plazo, así como ayuda a posicionarlo y diferenciarlo del resto.

La marca hace posible todo lo indicado anteriormente porque designa un bien o un servicio, es
decir, produce un sentido semiótico. Este no solo implica el nombramiento y la connotación de un
elemento, sino que también facilita la creación de asociaciones. De hecho, la marca no deja de ser
un signo, es decir, se concibe como una convención que, aceptada previamente, se entiende
como una cosa que sustituye a otra.

6. ¿Cuál es la diferencia entre la identidad visual corporativa y la imagen corporativa?

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La imagen de la empresa es la percepción que de la empresa tienen en su mente los clientes, que
no siempre coincide con la identidad real de la empresa. Por una parte, tenemos la imagen que la
empresa quiere inducir o proyectar en el pensamiento de su público objetivo, pero por otra parte
nos encontramos con la idea o percepción que los clientes construyen en su mente, que estará
influida por sus ideas, forma de ser y pensar, su estrato sociocultura, su ideología, etc.

7. Las acciones de RSC pueden ayudar al tejido empresarial en varios aspectos. Expón
al menos dos de ellos.

La responsabilidad social corporativa brinda apoyo al tejido empresarial en distintos ámbitos:

● ayuda a incrementar la confianza en el tejido empresarial;


● evita y previene conflictos jurídicos, así como contribuye a solucionarlos cuando surgen;
● mejora la solidez de las empresas, trabajando en la construcción de una buena reputación;
● posiciona a las empresas en materia de innovación y competitividad;
● contribuye a desarrollar proyectos empresariales a largo plazo;
● adopta sistemas de gestión del riesgo en entornos económicos, sociales y tecnológicos en
cambio.

8. Indica tres de los aspectos que contribuyen a que un evento sea sostenible.

Para alcanzar la sostenibilidad, es preciso fijarse en los siguientes aspectos:

● Residuos. Es conveniente aplicar la regla de las 3R, que consiste en reducir, reutilizar y
reciclar:
● Reducir. Implica consumir un menor número de materias primas y ahorrar energía en el
tratamiento del residuo generado.
● Reutilizar. Se trata de un factor relacionado con la voluntad y el ingenio, pues aquello que
no sirve para un evento puede ser útil para otro acontecimiento, entidad o persona.
● Separar y reciclar. Supone reflexionar durante la planificación de cualquier evento para
decidir el número, el tamaño y el tipo de contenedores o papeleras necesarias para cada
elemento y su colocación en puntos estratégicos, con el fin de facilitar su empleo y hacer
efectiva su separación y recogida.
● Limpieza e higiene. Alude a emplear jabones y detergentes ecológicos y respetuosos con el
medio ambiente, así como disponer de baños portátiles suficientes y aumentar los turnos de
limpieza de los aseos y las zonas de reciclaje.
● Agua y energía. Implica reducir el consumo de ambas y aprovechar los recursos que ofrece la
naturaleza, como la luz solar, las sombras, las fuentes de energía renovables, etcétera.
● Movilidad. Es preciso facilitar el camino al recinto con medios de transporte no contaminantes,
así como ubicar el evento en un lugar fácilmente accesible y adaptado a todos los colectivos.

● Alimentación. Se basa en fomentar el consumo de productos locales, ecológicos y de comercio


justo.
● Entorno. Supone fijar medidas de protección dirigidas a los recursos naturales y a la fauna,
como las siguientes:
● alejar la ubicación del evento de aquellos lugares naturales que presenten una mayor
sensibilidad o impacto ambiental;
● prestar atención al uso del fuego para evitar incendios;
● reducir los puntos y la intensidad de ruidos e iluminación;
● impedir que se tire comida u objetos que dañen la salud del ecosistema;
● establecer pautas de limpieza que sean acordes con la conservación del hábitat natural.

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● Comunicación. Conlleva interiorizar y difundir las buenas prácticas ambientales que se están
llevando a cabo durante el evento a la sociedad, como una forma de mejorar los objetivos del
evento y de actuar como un referente en cuanto a la sostenibilidad. Dicha comunicación
puede ser en base a actividades lúdicas y culturales, medios de comunicación, equipo de
voluntariado que imparta charlas y asesoramiento, paneles y folletos expositivos con doble
uso, con papel reciclado y tipografía ecofont, etcétera.
● Evaluación. Comprende analizar el grado de cumplimiento que se ha llevado a cabo respecto a
la sostenibilidad del evento e intentar compensar las emisiones de residuos producidas.

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