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En la Iglesia Primitiva el mensaje de Jesús era transmitido básicamente de forma

oral ya sea en la predicación, catequesis o en otras formas que tuvieron lugar en

las comunidades cristianas primitivas, por lo que ha sido imposible determinar las

fuentes exactas lo cual siempre ha sido una problemática hasta el día de hoy.

Marcos, se encuentra al final de un proceso de transmisión oral y en el inicio de la

puesta por escrito. Por lo que se cree que la fijación escrita de unidades más

pequeñas y de otras ya interconexas entre si comenzaron algún tiempo antes de

que se iniciara formalmente la composición del evangelio más antiguo.

Es el Apóstol Pedro, quien se considera desde antiguo como una de las fuentes

del Evangelista, tal como lo afirma Papías, cuando cita a Juan el presbítero

“Marcos, interprete de Pedro, según se acordaba, puso puntualmente por escrito,

aunque no con orden los dichos y hechos del Señor”. Pero, ante esta teoría, hay

algunos autores que la ponen en tela de juicio, ya que, la investigación actual en

torno a la Obra, ha dado como fruto algunas hipótesis que exponen otras fuentes.

La fuente Ur-Markus es un Marcos primitivo, del que se habría derivado el actual,

sin embargo, los resultados de las investigaciones actuales han sido en gran parte

negativos, ya que ha sido imposible reestablecer el Proto-Marcos.

Representante de dicha teoría encontramos a Hermann, Freiherr von Soden,

quien deduce que, el contenido y estilo del Evangelio son los principios

fundamentales del Ur-Markus. Así distingue dos tipos de narraciones: las Palabras

de Jesús y los acontecimientos, las cuales pertenecen a la tradición original

Petrina y que Marcos fue intercalando con otros materiales.


Otro representante, es E. Wendling, quien expone una estructura triple del

Evangelio: M1 es obra de un historiador, M2 de un poeta y M3 de un teólogo. Algo

similar realiza W. Bussmann quien presenta una hipótesis de tres etapas, la

primera representada por el símbolo G, que es el Evangelio de Marcos tal como lo

conocio Lucas, la segunda, B, que es una ampliación de G por un redactor Galileo

y usada por Mateo; y la forma final, E, es B, es evangelio canonico de Marcos tal

como salió de manos de un redactor romano,

La Hipótesis de la Redacción, menciona que Marcos es el evangelio escrito por el

evangelista y se intenta distinguir en el Evangelio elementos redaccionales

posteriores. Como representantes de dicha hipótesis encontramos a J. Weiss; J.C.

Hawkins y V. H. Stanton. Quienes coinciden en que la obra fue redactada por un

solo redactor, el cual no altero el plan global de la obra original y que Marcos fue

usado como fuente, aunque no del todo, para Lucas y Mateo.

La Hipótesis de la recopilación, donde se piensa que el redactor y el evangelista

son la misma persona. Representante de esta hipótesis es Ed. Meyer, quien opina

que el evangelista uso dos fuentes principales: la fuente de los discípulos, que

contiene narraciones petrinas y la fuente de los doce no de origen petrino, usada

en las narraciones.

Otro autor a favor de esta hipótesis es: A. T. Cadoux, quien propone que el

evangelista utilizo tres fuentes: un evangelio palestino (A) escrito en arameo en el

año 40; un evangelio de la diáspora (B) escrito por Marcos en el año 67 en

Alejandría; y (C) un evangelio gentil, escrito hacia el año 50 para San Pablo. Con
esta hipótesis se justifica por qué en el mismo Evangelio hay inconsecuencias y

discrepancias.

Por ultimo esta J. M. C. Crum, quien distingue dos estratos Marcos I, relato,

narrado entre los años 30 y 60, se relacionaba con Pedro y Marcos II data del año

65, escrito por Marcos y amplifica Marcos I

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