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Actualización sobre problemas de


diagnóstico en el trastorno límite
de la personalidad
Peter Fonagy, OBE, FMedSci, FBA, PhD y Chloe Campbell, PhD
University College, Londres
Anthony W. Bateman, MA, FRCPsych
The Anna Freud Centre, Londres

El diagnóstico de la enferme- la nueva perspectiva propuesta para laCIE-11, diagnóstico de trastorno por estrés postraumá-
de pronta publicación. Sugerimos lo que po- tico (TEPT). En el DSM-5, las posibles com-
dad mental y la estructura de la dría ser un camino a seguir a la hora de con- binaciones de síntomas aumentaron a más de
psicopatología según sistemas de ceptualizar los trastornos de la personalidad, 10.000. Los trastornos mentales tal como los
y concluimos que un modelo dimensional in- ve el DSM no son entidades patológicas bioló-
clasificación tales como el DSM tegrador podría ser el enfoque más valioso en gicamente válidas. Es más, los sistemas diag-
son de naturaleza transversal, y términos clínicos, y el más coherente a nivel nósticos no pueden estar basados puramente
dependen de los síntomas referi- teórico. en la fenomenología.

dos dentro de un lapso específico. Las críticas al modelo categorial propuesto por
Dichos sistemas ignoran por qué El modelo tradicional del DSM el DSM son particularmente pertinentes en el
caso de los trastornos de la personalidad. El
los trastornos psiquiátricos per- El DSM-5 prometía revolucionar la práctica enfoque basado en tipos, tal como lo presenta
sisten en algunos pacientes, y por del diagnóstico psiquiátrico. Sin embargo, la Sección II de este manual, brinda diez cate-
qué las presentaciones clínicas a los ojos de muchos clínicos e investigado- gorías diagnósticas discretas de esta clase de
res, este manual tiene sus desventajas, pues afecciones. Sin embargo, intentar categorizar
cambian tan radicalmente con el conserva la idea del diagnóstico basado en la de este modo, por ejemplo, una afección como
correr del tiempo. Estas deficien- observación clínica y los síntomas fenome- el trastorno límite de la personalidad, implica-
nológicos referidos por el paciente: o sea, la ría ignorar la excesiva comorbilidad, la eleva-
cias son las que han impulsado enfermedad se diagnostica como una conste- da heterogeneidad intradiagnóstica, la marca-
los cambios propuestos en los lación de síntomas, a pesar de que las neuro- da inestabilidad temporal, la falta de un límite
sistemas diagnósticos del DSM y ciencias, las ciencias del comportamiento y la claro entre personalidad normal y patológica,
genética lejos están de respaldar tal postura. Es y la frágil validez convergente y discrimina-
la CIE-11, y están particularmente más, esta nueva versión del DSM mantiene el te.1 Todo esto plantea dificultades para tanto
relacionadas con trastornos de la sistema diagnóstico politético y dicotómico o clínicos como investigadores. Por ejemplo, los
categorial (p. ej., se toman cinco de un total de diversos tratamientos basados en la evidencia
personalidad que cambian con el nueve síntomas para determinar la presencia que están disponibles pueden haber sido es-
tiempo y son recurrentes, comór- de trastorno límite de la personalidad [TLP]), tudiados en poblaciones diferentes, y pueden
bidos y complejos. otorgando así igual peso a todos los síntomas, no ser aplicables con igual criterio a todos los
y dando lugar a que los mismos síntomas se subtipos de TLP. Sin embargo, hay un grado
manifiesten a lo largo de una amplia gama de de consenso que establece que el TLP incorpo-
En este artículo analizaremos el abordaje tra- posibles trastornos. ra tres características cardinales relacionadas:
dicional del trastorno de la personalidad que disregulación emocional, impulsividad, y dis-
propone el DSM, además del enfoque alterna- Por ejemplo, en el DSM-IV, 1750 combina- función social e interpersonal. Estas caracte-
tivo planteado en la Sección III del DSM-5, y ciones de síntomas pueden culminar en un rísticas son importantes porque sugieren una
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dificultad general en la comunicación social 2. Los diagnósticos específicos a trastorno cional, inquietud, angustia de separación, de-
que bien puede ser transversal a la psicopato- de la personalidad quedan reducidos a presividad, impulsividad, comportamiento de
logía. seis (a diferencia del modelo existente, riesgo y hostilidad (Figura). De los cuatro o
que tiene diez). más rasgos que se cumplan, por lo menos uno
El modelo categorial del trastorno de la per- debe ser impulsividad, comportamiento de
sonalidad reproducido en la Sección II del 3. Un sistema de rasgos patológicos de la riesgo o bien hostilidad. Este modelo alterna-
DSM-5 carece de sustento empírico, lo cual personalidad. Estos rasgos se distribuyen tivo es de índole dimensional, lo que coincide
se ha confirmado en algunos metaanálisis.2,3 en cinco dominios: afectividad negativa, con la evidencia arrojada por la investigación
Como concluye una revisión publicada recien- desapego, antagonismo, desinhibición, y que indica que «los trastornos de la persona-
temente, «… las categorías del trastorno de la psicoticismo. Estos dominios contienen, lidad forman parte de un continuo integrado
personalidad no solo covarían debido a dimen- a su vez, 25 facetas de rasgos. Desde también por la personalidad normal»6. Ade-
siones latentes compartidas y correlacionadas, esta perspectiva, las personas con TLP se más, la escala de funcionamiento de la perso-
sino que la mayoría de ellas pierden validez en identifican por exhibiruna personalidad nalidad incorpora un factor de severidad que
cuanto se analizan los síntomas.»4,5 disfuncional, que se caracteriza por sirve para predecir la evolución del paciente.
presentar dificultades en dos o más de La principal crítica que se ha hecho de este
las siguientes cuatro áreas: nuevo modelo es que, por causa del uso de la
La Sección III del DSM-5: un modelo al- perspectiva dimensional y la de rasgo, consti-
ternativo para los trastornos de la per- • Identidad: una imagen de sí empobrecida o tuye «un engorroso conglomerado de modelos
sonalidad poco evolucionada, que con frecuencia deriva desparejos incapaces de convivir en armonía,
en una autocrítica excesiva; sentimientos por lo cual muchos clínicos probablemente no
A fin de resolver estas dificultades, la Sección crónicos de vacío; estados disociativos ante tengan la paciencia y la persistencia necesarias
III del DSM-5 propone un modelo alternativo situaciones de estrés para emplearlo en su práctica».7 No debería es-
para los trastornos de la personalidad, que con- • Autodireccionalidad: inestabilidad en cuanto perarse que los clínicos evalúen a sus pacien-
siste de tres componentes: a objetivos, aspiraciones, valores y proyectos de
tes basándose en tantos subcomponentes.
la vida profesional
1. Grado de funcionamiento de la • Empatía: capacidad deficiente de reconocer
los sentimientos y las necesidades de los Sin embargo, también conserva, junto al mo-
personalidad. Está integrado por delo dimensional, uno categorial/basado en
demás, especialmente como consecuencia de
cuatro subcomponentes: identidad y tipos (consistente en los seis diagnósticos es-
la presencia de hipersensibilidad (el individuo
autodireccionalidad (ambas vinculadas se siente rechazado o insultado; percibe que los pecíficos de trastorno de la personalidad). Este
a la relación con el yo), y empatía demás están sesgados negativamente) enfoque híbrido plantea dos supuestos incom-
e intimidad (relacionadas con el • Intimidad: relaciones cercanas intensas, patibles entre sí: que la psicopatología forma
funcionamiento interpersonal). La inestables y conflictuadas, caracterizadas por parte del mismo continuo que la normalidad, y
medida en que estos subcomponentes la desconfianza y la dependencia; el individuo que un diagnóstico es «un tipo bien diferencia-
están comprometidos sirve para suele percibir sus vínculos más estrechos do que está presente o bien ausente, que está
predecir si el individuo cumple con desde la idealización o bien la desvalorización,
escindido de constructos relacionados, y que,
los criterios generales de trastorno de lo cual se refleja en patrones de excesivo
en el caso del trastorno de la personalidad,
la personalidad. Una severidad mayor involucramiento o distanciamiento.
es discontinuo con respecto a la personalidad
indica la posible presencia de más de un normal»6. Esta afirmación ignora la falta de
diagnóstico de esta clase de trastornos, o La etapa diagnóstica del TLP con base en
evidencia empírica a favor de tipos disconti-
de alguna de las formas más severas de rasgos requiere que se cumplan cuatro o más
nuos de personalidad.
este tipo de patologías. de los siguientes siete rasgos: labilidad emo-
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La CIE-11 tornos de la personalidad. Por ejemplo, en el en la psicopatología. Descubrieron que la vul-


TLP suele tener protagonismo el afecto ne- nerabilidad a las afecciones mentales se podía
La CIE-11, actualmente en proceso de elabo- gativo; cuando hay una comorbilidad con el describir de manera más convincente a partir
ración, propone un enfoque dimensional para trastorno de personalidad antisocial —diag- de un modelo bifactorial constituido por un
la clasificación de los trastornos de la perso- nóstico al que se recurre con frecuencia— el factor psicopatológico general (denominado
nalidad. Contendrá un criterio general para el TLP puede manifestarse como un trastorno de «factor p») y tres factores del espectro (trastor-
diagnóstico de tal tipo de afecciones, el cual se la personalidad entre moderado y severo con no internalizante, externalizante y del pensa-
describe como «una perturbación relativamen- características disociales o de desinhibición, miento), en lugar de limitarse exclusivamente
te duradera y generalizada de cómo el indivi- acompañadas de afecto negativo. Si bien no a estos últimos. Un factor p más elevado se
duo se experimenta e interpreta a sí mismo, a emplean el lenguaje de la categorización por asociaba con «un mayor deterioro de la vida
los otros, y al mundo que lo rodea, la cual ge- tipos, los dominios y rasgos de la CIE pueden cotidiana, más antecedentes familiares, y una
nera patrones desadaptativos en la cognición, ser vistos como una forma de entender el com- mayor afectación, en la infancia, del desarrollo
en la experiencia y la expresión emocional, y portamiento de un paciente en términos de la y el funcionamiento neurológico ».9 Este tra-
en el comportamiento».8 Estos patrones están severidad de su afección, sus estilos conduc- bajo ha sido confirmado por otros estudios que
profundamente arraigados y producen grandes tuales típicos, y los procesos cognitivos sub- extendieron la validez del concepto del factor
dificultades en el funcionamiento psicosocial, yacentes a ellos, lo cual, según algunas opi- p hacia la niñez y la adolescencia, y en los cua-
particularmente en las relaciones interperso- niones, se acerca peligrosamente al enfoque les la valoración de un factor psicopatológico
nales; las perturbaciones impregnan las situa- categorial. abarcador logró mejorar en forma sustancial la
ciones personales y sociales, y se mantienen predicción de trastornos mentales a lo largo de
relativamente estables a lo largo del tiempo. un lapso de tres años.10,11 En este contexto, el
factor p podría ser representativo de la persis-
Una vez que se ha establecido un diagnósti- Posibles caminos a seguir tencia de la afección mental.
co general de trastorno de la personalidad, la
magnitud de la afección se identificará como El meollo de esta problemática estriba en si el La idea de un constructo general que incorpore
leve, moderada o severa. Asimismo, se incor- trastorno de la personalidad puede entenderse la vulnerabilidad al desarrollo de una psicopa-
pora la categoría subumbral de «dificultad de como un continuo dimensional, o como algo tología también se ha considerado específi-
personalidad», que sin ser un trastorno, hace constituido por categorías diagnósticas discre- camente para el trastorno de la personalidad.
referencia a un desajuste que puede manifes- tas pero superpuestas; o si lo más apropiado es Un estudio reciente, realizado en la Clínica
tarse en forma esporádica o en contextos es- un modelo híbrido que combine lo dimensio- Menninger por Sharp y colaboradores, explo-
pecíficos. Por lo tanto, el énfasis está colocado nal con lo categorial. A la fecha, son pocos los ró la posible presencia de un factor general en
en el trastorno de la personalidad en general y datos que comparan los modelos categoriales, el trastorno de la personalidad, subyacente a
en su severidad, más que en las categorías del dimensionales e híbridos en este ámbito. diferentes diagnósticos de la afección.12 Los
mismo. La severidad se evalúa según el grado Sugerimos un nuevo rumbo que combine: (1) análisis bifactoriales de los criterios de trastor-
de disfunción social, el nivel de riesgo dirigido los resultados de las investigaciones más re- nos de la personalidad del DSM confirmaron
a uno mismo y a los demás, y el solapamiento cientes en materia de estructura de la patología varios trastornos, pero indicaron su vincula-
entre dominios y rasgos que captan el perfil de la personalidad, y de estructura de la psico- ción con un factor general que incorpora todos
del trastorno de un individuo. Estos dominios patología en general; y (2) los avances en lo los criterios de TLP, en desmedro de la entidad
y rasgos «no son categorías; más bien repre- relativo a la resiliencia y la teoría del aprendi- de este último como categoría diferenciada
sentan un conjunto de dimensiones que se co- zaje social, o sea, sobreconfianza epistémica. de trastorno de la personalidad. Al parecer, el
rresponden con la estructura subyacente de la Lo que implican estas líneas de pensamiento TLP podría entenderse mejor como algo pre-
disfunción de la personalidad».8 Los dominios es que un modelo dimensional integrado es el sente en el núcleo de la patología de la perso-
y rasgos propuestos son los vinculados a afec- abordaje más coherente, tanto desde la pers- nalidad en general, y no tanto como un tipo de
tividad negativa, a características disociales y pectiva clínica como desde la perspectiva de trastorno de la misma; este enfoque permitiría
anancásticas, a desinhibición, y a desapego. la investigación. Los trastornos de la persona- una mayor comprensión de los altos niveles de
En individuos con un trastorno de la persona- lidad se entienden mejor como afecciones a lo comorbilidad observados en los pacientes con
lidad más severo, es probable que más de uno largo de un continuo temporal de persistencia la afección.
de ellos esté presente. de síntomas, el cual se extiende desde la nor-
malidad hasta la más severa de las patologías Caspi y sus colaboradores hallaron que los
Tal como está propuesta, la versión 11 de la de la personalidad. Sin embargo, hace falta individuos con puntajes altos en la escala de
CIE señala un cambio radical con respecto a algún tipo de categorización que capte el per- psicopatología general se caracterizaban por
los anteriores sistemas de diagnóstico ofreci- fil de las dificultades comportamentales de un «tres rasgos que comprometen los procesos a
dos por esta clasificación y por el DSM, puesto individuo y sus formas de distrés y disfunción través de los cuales las personas conservan su
que se aleja del uso de categorías específicas social, de modo de comprender las manifesta- estabilidad: baja capacidad de agradar, esca-
para definir el trastorno de la personalidad. La ciones de la patología, entender al individuo a sa responsabilidad, y alto neuroticismo… Es
única categoría diagnóstica es la presencia o nivel clínico, y en última instancia, tomar de- decir, los individuos con un factor p elevado
ausencia del trastorno en sí, estableciéndose cisiones en materia terapéutica. tienen dificultades de regulación/control en
la diferenciación según la severidad y la ex- su interacción con los demás, con el entorno
presión de los dominios y rasgos descriptivos. Con base en un análisis a veinte años del estu- y consigo mismos.»9 Tal perfil, desde luego,
Esto resuelve la cuestión de la comorbilidad dio longitudinal Dunedin, Caspi y colaborado- refleja las características centrales del TLP:
que es transversal a varias categorías de tras- res sugieren la existencia de un factor general disregulación emocional, impulsividad y dis-
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función social. El TLP se asemeja a un factor p función continua en este grupo. La resiliencia mental de la capacidad de intercambio cons-
elevado, y puesto que sus características pare- supone que la protección ante la adversidad es tante de comunicación a nivel social. Esto pue-
cen tener un rol central en todos los trastornos proporcional a la disponibilidad de la conten- de hacer que el individuo sea percibido como
de la personalidad, puede inferirse, entonces, ción social y del entorno, y a la capacidad de rígido, inflexible, renuente al diálogo y reacio
que hay al menos una asociación superficial hacer uso de ella. Los menos capaces de eva- a recibir ayuda. Para poderconfiar en los cono-
entre un factor p alto y la probabilidad de un luar sus contextos sociales y de aprender de la cimientos que se nos ofrecen, estamos bioló-
diagnóstico de trastorno de la personalidad. experiencia que ellos ofrecen serán más pro- gicamente programados para buscar pistas en
Esto, a su vez, predice una mayor probabilidad clives a un mal manejo de la adversidad, más el comportamiento del comunicador que den
o persistencia de un trastorno mental. vulnerables a sucumbir a los desafíos sociales, prueba de su interés en nuestro bienestar.
y más propensos a la aparición de trastornos
Por consiguiente, dejar atrás elenfoque trans- mentales ante situaciones de vida adversas. Solemos depositar nuestra confianza en los
versal a favor de uno basado en la psicopato- que manifiestan interés por nosotros y son ca-
logía del desarrollo nos permitirá invertir la ¿Existe acaso algún mecanismo psicológico paces de ver el mundo desde nuestra perspecti-
mirada y pasar de investigar los mecanismos conocido que pueda (aunque sea hipotética- va. Si demuestran que entienden nuestro punto
conducentes a la enfermedad vinculadaa la mente) dar cuenta de esta conceptualización? de vista, podremos responderles con nuestra
adversidad, a indagar en el factor que protege Sugerimos que los constructos que reflejan la escucha activa. La disregulación emocional,
contra los impactos de la misma, es decir, la presencia de una psicopatología son medidas la impulsividad y la disfunción social interac-
resiliencia. Sugerimos que la valoración cap- del grado de confianza epistémica de un indivi- túan: es difícil (y seguramente fútil) intentar
turada mediante el factor psicopatológico ge- duo, es decir, de la confianza en la autenticidad averiguar cuál se presenta primero. Son parte
neral (el factor p) es el mismo constructo que y la relevancia personal de los conocimientos de un entramado de causa y consecuencia. Sin
el que determina la resiliencia de un individuo, transmitidos en forma interpersonal. Esto des- embargo, comprometen la capacidad del indi-
o la falta de ella. ¿Podemos reconceptualizar cribe la apertura de un individuo al aprendiza- viduo de detectar el genuino interés por él y de
el constructo de un alto valor p (que sugiere je ofrecido por otra persona, a la adquisición entablar la comunicación social en un marco
persistencia), o sea, un trastorno de la perso- de información, y a la recepción e internaliza- de confianza epistémica. De esta perspectiva
nalidad con características de TLP, como la ción de estos nuevos saberes. Para modificar se desprende que el trastorno de la persona-
ausencia relativa de la capacidad de soportar su comportamiento, el individuo debe codifi- lidad podría ser un estado de desconfianza
la adversidad, o como lafalta de resiliencia? car la información social como personalmente epistémica crónica y profunda que pone una
relevante y generalizable (es decir, aplicable a barrera entre el individuo y la comunicación
La CIE-11 habrá de sugerir una vinculación una amplia gama de contextos sociales). Sin social, haciendo que esteparezca rígido y dis-
explícita entre trastorno de la personalidad embargo, el acceso a esta vía privilegiada de tante. Quizás estos pacientes requieran una te-
y compromiso del funcionamiento social o comunicación que conduce al aprendizaje y al rapia más prolongada, cualquiera sea el moti-
interpersonal. Fácilmente se puede hacer la cambio no puede ser universal. Está restringi- vo que los haya llevado a la consulta, si la idea
interpretación opuesta, o sea, percibir el tras- da a aquellas personas en cuya comunicación es que superen su suspicacia con respecto al
torno de la personalidad como la incapacidad podemos confiar por resultarnos precisa y fia- aprendizaje ofrecido por su terapeuta. Este úl-
de adaptarse a contextos sociales cambiantes. ble: son las personas que vemos como fuente timo debe ser excepcionalmente explícito a la
Un individuo con trastorno de la personalidad deconfianza epistémica.14 hora de adoptar la perspectiva del paciente, lo
está afectado en su habilidad de analizar las cual servirá para generar confianza epistémica
situaciones sociales, de extraer información El propósito evolutivo de la confianza episté- y propiciar el aprendizaje social. Solamente
social relevante de su actual contexto inter- mica consiste en permitir el aprendizaje social abordando esta limitación de la comunicación
personal, y de evaluarla a fin de actualizar sus en un contexto sociocultural cambiante: esto social se logrará despejar la suspicacia episté-
esquemas o expectativas interpersonales. Así, se logra estimulando al individuo para que ten- mica, y se conseguirá que el individuo expe-
tal individuo puede parecer rígido, y llevar ga apertura ante la adquisición de nuevos co- rimente los beneficios de un saber social más
a suponer que su patología está arraigada en nocimientos ofrecidos por su entorno (social). sólido dentro de su entorno social más amplio.
la estructura psíquica más estable que puede Así cada individuo actualiza sus expectativas Todos tenemos grados más o menos variables
conceptualizarse: su personalidad. Sin embar- a partir de fuentes confiables, sin por ello dejar de confianza o desconfianza epistémica. El
go, sabemos a partir de estudios longitudinales de sostener un nivel apropiado de suspicacia y modelo de confianza epistémica del trastorno
que los trastornos de la personalidad son rara cautela, y rechaza la información nueva como de la personalidad, por lo tanto, exige un abor-
vez estables.13 irrelevante para sí cuando proviene de perso- daje integrador y dimensional. Lo que esto
nas que no han demostrado su fiabilidad. El implica es que en lugar de pensar en términos
canal epistémico no puede quedar abierto «por de clases de pacientes basadas en indicadores
defecto». Es parte de la condición adaptativa fenomenológicos tradicionales y trayectorias
Solemos depositar nuestra confianza en del ser humano adoptar una postura de cautela comportamentales comunes a ciertos feno-
los que manifiestan interés por nosotros epistémica, salvo que se lo pueda convencer tipos clínicos, es más adecuado suponer la
y son capaces de ver el mundo desde de lo contrario. existencia de un factor común y subyacente de
nuestra perspectiva. falta de resiliencia y vulnerabilidad ante con-
El quiebre de la confianza epistémica, o la apa- diciones sociales adversas(un factor p excesi-
rición, lisa y llanamente, de la desconfianza vamente elevado), sumado a una serie dedeter-
epistémica, como resultado de la adversidad minantes neurobiológicos adicionales que dan
Donde sí hay evidencia es con respecto a la del entorno, la propensión genética, o ambas, lugar a diferentes perfiles sintomatológicos.
mayor probabilidad de persistencia de la dis- puede conducir a un desmoronamiento funda- Los dos componentes son importantes y deben
5

examinarse a la luz de los últimos modelos de


estructura dimensional de la psicopatología en
entornos psiquiátricos concretos.

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