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La competencia está integrada por las empresas que actúan en el mismo mercado y
realizan la misma función dentro de un mismo grupo de clientes con independencia de
la tecnología empleada para ello. No es, por tanto, nuestro competidor aquel que fabrica
un producto genérico como el nuestro, sino aquel que satisface las mismas necesidades
que nosotros con respecto al mismo público objetivo o consumidor, por ejemplo, del
cine pueden ser competencia los parques temáticos, ya que ambos están enclavados
dentro del ocio.
Análisis de las fuerzas competitivas de porter
Toda competencia depende de las cinco fuerzas competitivas que se interaccionan en el
mundo empresarial:
Barreras de entrada
Hay seis fuentes fundamentales de barreras de entrada:
Economías de escala. Se refieren a la disminución en costes unitarios de un
producto cuando aumenta el volumen de compra.
Diferenciación de producto. Significa que las empresas establecidas tienen
identificación de marca y lealtad de cliente, esto crea una fuerte barrera de
entrada ya que fuerza a los posibles entrantes a gastarse fuertes sumas en
constituir una imagen de marca.
Requisitos de capital. Necesidad de invertir recursos financieros elevados, no
solo para la constitución de la empresa o instalaciones sino también para
conceder créditos a los clientes, tener stocks, cubrir inversiones iniciales, etc.
Acceso a los canales de distribución. Necesidad de conseguir distribución para
su producto.
La empresa debe persuadir a los canales para que acepten su producto mediante
disminución de precio, promociones... reduciendo beneficios.
Curva de aprendizaje o experiencia. El know how o saber hacer de toda empresa
marca una importante limitación a los posibles competidores que tienen que
acudir de nuevas a ese mercado concreto.
Política del gobierno. Puede limitar o incluso cerrar la entrada de productos con
controles, regulaciones, legislaciones, etc.
Barreras de salida
Las barreras de salida son factores económicos estratégicos y emocionales que
hacen que las empresas sigan en un determinado sector industrial, aun
obteniendo bajos beneficios e incluso dando pérdidas.
Productos sustitutivos
Los productos sustitutivos limitan el potencial de una empresa. La política de
productos sustitutivos consiste en buscar otros que puedan realizar la misma función
que el que fabrica la empresa en cuestión. Este concepto es el que hace que entre en
competencia directa con el producto al que se le presenta como sustitutivo, ya que
cumple la misma función dentro del mercado y satisface la misma necesidad en el
consumidor. Los productos sustitutivos que entran en mayor competencia son los
que mejoran la relación precio-rentabilidad con respecto al producto de la empresa
en cuestión. Un ejemplo clave lo tenemos con los productos genéricos que el sector
farmacia comercializa con el beneplácito del gobierno
Estrategia de actuación frente a la competencia
Según adoptemos una postura u otra frente a la competencia, podemos diferenciar
cuatro tipos distintos de estrategias:
Los juegos cooperativos son aquellos juegos en los que se pueden formar
coaliciones. Como se puede acordar un reparto de los pagos, también se les
conocen como juegos coalicionales.
La teoría de juegos es una herramienta matemática con la cual se pueden
analizar problemas de toma de decisión racional estratégica. Es decir, donde la
decisión de los otros agentes afecta a la mía y viceversa. Paralelo al desarrollo
de la teoría de juegos no cooperativos, se empezó a gestar la teoría de juegos
cooperativos. Los primeros aportes provinieron de John Nash, Howard Raiffa y
luego siguieron Lloyd Shapley, David Gale, Martin Shubik y Robert Aumann.
En la teoría de juegos cooperativos a los jugadores se les permite formar
coaliciones para distribuir cierta cantidad de algo, que puede ser comida, dinero,
poder, costos, etc. Por lo tanto, existen incentivos para que los jugadores
trabajen juntos, con miras a obtener el máximo beneficio. El análisis de los
juegos cooperativos se centra en los conceptos de solución a los distintos tipos
de juego. Además de verificar que la coalición sea estable. Es decir, que ningún
miembro esté inconforme y se quiera retirar de ella.
Cuando un juego se repite varias veces, cada jugador puede adoptar su estrategia en
función de las decisiones que haya adoptado antes su oponente. Las estrategias
reactivas son las que se adoptan en los juegos con repetición y se definen en función de
las decisiones previas de otros jugadores.
El ejemplo más conocido es la estrategia OJO POR OJO (en inglés TIT FOR TAT).
Supongamos que dos jugadores repiten de forma indefinida una situación con pagos de
forma del Dilema del Prisionero:
En esta situación la estrategia OJO POR OJO puede quedar definida de la forma
siguiente: "En la primera jugada elegiré la estrategia COOPERAR. En las jugadas
siguientes elegiré la misma estrategia que haya elegido mi oponente en la jugada
anterior". En otras palabras, si el otro coopera, yo cooperaré con él. Si el otro es un
traidor, yo seré un traidor".
La estrategia TIT FOR TAT fue definida y denominada así por el psicólogo experto en
teoría de juegos Anatol Rapoport, en el marco de los experimentos del politólogo
canadiense Robert Axelrod.
A comienzos de la década de 1980, Robert Axelrod organizó un concurso mundial sobre
un dilema del prisionero con repetición. Los concursantes debían proponer estrategias
para obtener la máxima ganancia posible al someterse un número indeterminado de
veces al Dilema del Prisionero.
Algunas estrategias en el concurso consistían en siempre traicionar. Otras en siempre
cooperar (ser leal) lo que equivaldría al principio de ética cristiana de "poner la otra
mejilla".