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TEMA 1: LA GÉNESIS DE ESPAÑA

1. LOS ORÍGENES HISTÓRICOS

La península ibérica aparece, según Estrabón, como una “piel de toro extendida” que tiene
579.582 Km2, de ellos unos 90.000 eran Portugal y el resto que eran un poco mas de 500.000
incluyendo las islas eran el Reino de España.

Los griegos la llamaron iberia, que era el nombre de un pequeño río cercano a Huelva,
haciendo referencia asimismo al Ebro, que en principio tuvo limitado alcance a las costas
mediterráneas, después se extendió por el resto de la península. Hesperia fue el nombre
poético, que en griego es, el Occidente, pero los romanos prefirieron Hispania, que eran un
nombre de origen fenicio, parecía aludir a la abundancia de conejos. De forma secundaria se
empleó Spania (de ella deriva la palabra España). Los judíos la denominaron Sefarad y los
árabes Al-Ándalus, este término finalmente definió el territorio meridional, llamado por ello
Andalucía.

La presencia ibera fue el resultado de un complejo cultural de pueblos indígenas en la zona


mediterránea, constituido bajo el influjo de los colonizadores griegos y fenicios. Lo ibérico,
habría sido una forma de civilización y cultura común a carios grupos étnicos distintos

2. LA ÉPOCA ANTIGUA

En la época del Neolítico, se impulsan las funciones desarrolladas por el hombre: la piedra se
pulimenta, la tierra empieza a ser cultivada, los animales se domestican y se fabrican útiles de
cerámica. Después se utilizan dólmenes que sirven de sepulcro o santuario.

En la Edad de Bronce, se permite la fabricación de herramientas útiles y de armas,


prosperando las zonas mineras, sobre todo del sur de la Península. Los pueblos invasores
establecerán sus colonias en la Península Ibérica, los primeros fueron los fenicios, y después
los griegos y cartagineses. Los fenicios llegaron a Occidente para establecer diversas factorías
en Iberia y África, las más importantes fueron las de Gádir (Cádiz), Málaka (Málaga), abdera
(Adra, Almería) y Sexi (Almuñécar, Granada). Hubo un tráfico comercial centrado en la plata, y
también en el oro y el cobre y desplegaron una gran actividad pesquera. Los pueblos griegos
realizaron por entonces incursiones hacia Occidente. Fundaron Rhode (Rosas) y alcanzaron las
costas del oeste en una ruta marítima. Se dan nuevas colonias como Hemeroskopeion (Denia),
Emporion (Ampurias) y Massalia (Marsella).

3. ESPAÑA, PROVINCIA ROMANA

A partir del desembarco de los romanos en Ampurias, en el año 218 a.c hubo un proceso lento
de conquista y colonización, el primero terminado en el 19 a.c, tras el definitivo sometimiento
de los pueblos del Norte – cántabros y Astures.

La integración de Espala produce la división de la Península en dos Provincias: Hispania Citerior


(el valle del Ebro y la costa levantina) y Hispania Ulterior (Andalucía), los límites fueron
establecidos por los pretores de las respectivas circunscripciones. Se fueron ampliando
progresivamente hasta incluir la Citerior la totalidad de la costa mediterránea y el norte de
España, mientras que la Ulterior daba cabida a la parte meridional y a los territorios de
occidente. Después Agripa crea la Bética y la Lusitana. En tiempos de Augusto se configura el
mapa definitivo del territorio, dividido en Provincias (considerado dominio público del pueblo
romano y sus habitantes ostentaron la condición de peregrinos) y Conventos:
 Provincia Tarraconense
o Cartaginense, capital Cartago Nova – Cartagena –. Las Baleares pertenecen a
este territorio
o Cesaraugustana, capital Caesaraugusta – Zaragoza.
o Tarraconense, capital Tarraco —Tarragona.
o Cluniense, capital Clunia —Coruña del Conde.
o Astur, capital Asturica Augusta —Astorga.
o Lucense, capital Lucus Augusta —Lugo.
o Bracarense, capital Bracara Augusta —Braga.
 Provincia Lusitana
o Emeritense, capital Emerita Augusta —Mérida.
o Scallabitana, capital Scallabis —Santarem.
o Pecense, capital Pax Augusta —Beja.
 Provincia Bética
o Cordobense, capital Corduba —Córdoba.
o Astigitana, capital Astigi —Écija.
o Hispalense, capital Hispalis —Sevilla.
o Gaditana, capital Gadir —Cádiz.

Época del Emperador Caracalla, se da una nueva provincia con los tres Conventos del
Noroeste, creándose la Gallaecia, abarcaba los Conventos de los Astures, Lucenses y Brácaros.
Diocleciano lleva a cabo una gran reorganización del Imperio, multiplicó las provincias y las
agrupó bajo la dependencia de unidades más amplias llamadas diócesis. El imperio queda
repartido en doce diócesis y cada una dirigida por un vicario. Con Diocleciano se forman dos
nuevas Provincias: la Cartaginense – comprendiendo también las Baleares – y la Tarraconense.

Estas provincias pertenecían a la Diócesis de Hispania, que a su vez se integraba en la


Prefectura de las Galias, que agrupaba a la mitad occidental del Imperio. Se creó la Provincia
Mauritania Tingitana (parte norte del actual Marruecos). Se creará la provincia Baleárica.

La Península Ibérica experimente un largo proceso de organización administrativa y cultural.


Pero este proceso de Romanización es desigual.

Se origina el proceso de ruralización y la aparición y desarrollo de nuevas formas políticas,


germen de la formación del régimen señorial y feudal.

El cristianismo desempeñará una importante función en la introducción de nuevos valores


culturales y espirituales. Se tiene constancia de la existencia de cristianos en el siglo II de
nuestra era y de numerosos mártires – etimológicamente testigos – durante las persecuciones
de Diocleciano.

En la época de Constantino cesó la persecución que volvería a recrudecer con las invasiones
germánicas y, sobre todo, con la musulmana. Durante su gobierno surgieron las prefecturas
(máximas unidades administrativas en las dos zonas imperiales de oriente y occidente).

La iglesia aparece como organización en España en el Concilio de Elvira, al que concurrieron


diversos obispos – uno de la Gallaecia, dos de la Tarraconense, tres de la Lusitania, ocho de la
Cartaginense y veintiuno de la Bética –. Otros dos Concilios serían el de Zaragoza y el de
Toledo. Después la invasión de los Visigodos, herejes arrianos.
4. LA ESPAÑA VISIGODA

Los visigodos habían emigrado desde el Báltico y Escandinavia al Mar Negro y a las llanuras del
Bajo Danubio, se asientan en las Galias, iniciando su historia como Estado en el Reino de
Tolosa y pasando en diversas oleadas a Hispania, donde se establecen sobre todo a partir de la
batalla de Vogladum dando fina al Reino de Tolosa.

4.1.El Reino de Toledo

Cuando consiguen someter y expulsar a los Suevos, instalados en Galicia y a los Bizantinos –
asentados en Levante –, los visigodos establecerán una Monarquía independiente que
abarcará por completo la Diócesis de Hispania y tendrá como capital Toledo.

La organización del Estado Hispano Visigodo se fundamenta en la separación de las


diversidades étnicas, culturales y jurídicas. El Liber Iudiciorum promulgado por Recesvinto se
convierte en el Código aplicable a todos los habitantes de Hispania, consagrando el sistema de
la territorialidad del Derecho, y por tanto, la unidad jurídica. Estaba influido por el Derecho
Romano, se traduce como Fuero Juzgo, se convierte en un instrumento destinado a la
unificación jurídica medieval por vía local.

Los Concilios de Toledo —III Concilio— se transforman en una de las instituciones


fundamentales del Estado Visigodo Español, como órgano de asesoramiento y consejo al rey
en la gobernación del Estado.

Subsistieron las antiguas Provincias de la España Romana, aproximadamente con los mismos
límites geográficos, llamadas Ducados por ser regidas por gobernadores especiales que
llevaron el nombre de Dux — sustituyeron a los antiguos gobernadores provinciales romanos
— Rector Provinciae.

El Estado de Toledo permanece como única entidad política hasta su derrumbamiento a


principios del siglo VIII.

4.2. La formación de una conciencia nacional

Alfonso Otero se plantea la forja de la nacionalidad de España, según Menéndez Pidal, el


concepto de Hispania la hubieron de recibir de iberos, celtas y demás pueblos que convivían,
comerciaban y se fundían en el suelo de la Península.

escritores griegos y latinos tratan de Hispania considerándola una entidad individual. Sánchez-
Albornoz, pretende llevar el proceso caracterizador hasta la Prehistoria, adjudica a la
dominación romana un papel decisivo en el proceso formativo de la nacionalidad.

Maravall destacará el famoso prólogo de San Isidoro, donde se ensalza a la «Mater Hispania,
riquísima por la salubridad de su cielo, por su fecundidad en todo género de frutos y por la
abundancia de gemas y metales», considerando este pasaje como el punto de partida de las
reflexiones sobre el concepto de España. La expresión «Mater Hispania» había sido ya
empleada en el Panegírico de Teodosio el Grande. Orosio dirá que Braga y Barcelona son
ciudades de España.

Sánchez-Albornoz y A. Otero destacaron que el Reino Visigodo añade el importante factor de


la Independencia Política. La batalla de Vogladum y la victoria de Leovigildo contra los
bizantinos y los suevos, lograrán la unidad política de Hispania. Es decisiva la contribución de
los godos a la forja de lo hispánico y al proceso formativo de la conciencia nacional, siendo la
restauración de aquel ideal uno de los afanes de los nuevos reinos que surgen tras la
fragmentación de España.

5. LOS MUSULMANES EN ESPAÑA

La descomposición política del Reino Visigodo favorece la invasión musulmana en tiempos del
Califa al-Walid I, dirigida por el gobernador de Tánger, Tariq, y el gobernador de lfriqiya y del
Magrib, Musa ben Nusayr, quienes invaden la Península Ibérica. Sigue una dominación política
que se distribuye en cinco períodos:

 Emirato Dependiente de Damasco (711-756): en este periodo se dieron los primeros


gobernadores, esto estaba caracterizado por la sucesión de esas autoridades, que han
de enfrentarse a menudo a los clanes conflictivos de sus compatriotas, así como por
las tentativas de extender a las Galias el dominio del islam.
 Emirato Independiente (756-929): se inicia con Abd al-Rahman I, quien consolida un
emirato independiente en lo político, aunque subordinado en lo religiosos al califa de
Damasco. Abd al-Rahman II lo transforma imitando el ejemplo de la monarquía abasí.
Hay un auge creciente en la capital, Córdoba.
 Califato (929-1031): Abd al-Rahman III adopta el título de califa, convirtiéndose por
tanto en una suprema autoridad política y religiosa. Extiende su dominio al Magreb,
donde organiza un cierto protectorado omeya. Córdoba llega a ser la ciudad mas
importante de Occidente. El último titular fue Hisam III, príncipe incapaz con el que
concluye la dinastía omeya
 Reinos de Taifas (1031), con las invasiones de almorávides y almohades (siglos XI-XIV):
cae el califato y se descompone en una veintena de unidades políticas menores
conocidas como “reinos de taifas”. Han solido ser clasificadas por su cronología, y
también en atención al origen bereber, árabe o eslavo de los reyes.
 El Reino de Granada (siglos XIV Y XV): el ocaso almohade fue seguido por la formación
del reino nazarí de Granada, y su existencia se prologará mas de dos siglos y medio
para constituir a la postre el último reducto musulmán en España. La entrada de los
Reyes Católicos en la capital el 6 de enero de 1492 puso término al reino nazarí y
concluyó la Reconquista.

La Islamización influyó enormemente en la configuración cultural, política y administrativa de


España.

La lengua oficial de la España musulmana fue el árabe clásico, pero en la vida ordinaria se
empleaba un árabe vulgar. La España musulmana desempeñó un papel decisivo en la
transmisión de la ciencia griega al Occidente cristiano.

La parte de la Península sometida al dominio musulmán fue llamada Al-Ándalus. Pero, va


avanzando la Reconquista cristiana y el nombre queda como propio de la parte más
meridional, perdurando como término para designar la región sur de España: Andalucía.

El último de los territorios musulmanes fue el Reino Nazarí de Granada, fundado por el rey
Muhamad I. Se había declarado vasallo de Fernando III de Castilla, y sus sucesores
desarrollaron una hábil política de alianzas a uno y otro lado del Estrecho. Los Reyes Católicos
aprovecharon la pugna entre la realeza y la nobleza musulmana, establecida en las grandes
ciudades, y procedieron a la conquista del Reino. Se rindió el 2 de enero de 1492.
6. LAS UNIDADES POLÍTICAS DE LA ESPAÑA MEDIEVAL

Surgieron diversas unidades políticas, con la finalidad de escapar de la dominación árabe,


ocupando el territorio dominado teóricamente por los musulmanes.

6.1.La Corona de Castilla y León

se constituye a través de la unión de los diferentes reinos y entidades políticas que surgen a
partir de la resistencia al islam. Consolidándose en 1230 al recaer ambas Coronas en un mismo
titular —Fernando III— y sus sucesores.

El Reino Cántabro-Astur

Comienza con la proclamación de Pelayo por los pueblos del Norte, y durará hasta la muerte
del rey Alfonso III en el 910. Casará a su hija Ermesinda con Alfonso, Duque de Cantabria, nace
Alfonso I de Cantabria, con quien comienza la dinastía de la Casa de Cantabria y se inicia la
Reconquista.

La tradición convierte a Covadonga en el lugar en el que, derrotados los ejércitos musulmanes,


comienza la salvación de España. Reyes Asturianos usaron el título de Príncipes, y a Alfonso II
se le atribuye la restauración del orden gótico en la Iglesia y en el Palacio.

Siglos VII y VIII se difundió la idea de la predicación del Apóstol Santiago, prestándose el culto a
su sepulcro a partir del siglo IX en un lugar en las inmediaciones de la ciudad episcopal. Alfonso
II el Casto construirá una nueva iglesia, a la que acudirán en peregrinación gentes de toda
Europa, fijándose el Camino de Santiago. La Iglesia se organizó en el territorio del Reino Astur,
creándose el Obispado de Oviedo y después los Obispados de León, Mondoñedo y Astorga. Se
restablecieron los de Orense, Braga, Lamedo, Viseo y Coimbra.

La gran corriente inmigratoria mozárabe desarrolla un importante papel en el mundo del


Derecho, de las Instituciones, de la cultura y del arte.

El Reino de León

Existencia independiente en tres períodos distintos de la Edad Media:

 consecuencia del reparto de los dominios de Alfonso III, desplazándose la capitalidad


al sur de las montañas, estableciéndose en León (910-1037).
 con Alfonso VI (1065-1072).
 reinados de Fernando II y Alfonso IX.

Mantendrá la conciencia de continuidad del Reino Visigodo de Toledo y de su Derecho —el


Fuero Juzgo—. En ello basará la superioridad que defenderán sus monarcas con el título de
Imperator. La idea imperial leonesa será la consecuencia del sentimiento neogótico.

El modelo de la idea imperial leonesa se inspirará en el Imperio Carolingio, y dará lugar a la


idea imperial española definida en Alfonso VI, y en la reina Urraca, sucesora de Alfonso V —
Emperatriz de toda España.

El Reino de Castilla

nace como demarcación fronteriza al Oriente del Reino Asturleonés a mediados del siglo IX,
aparece el nombre de Territorium Castelle.
El avance de la Reconquista permitirá configurar la condición de sus hombres como la de
pequeños propietarios libres, que se rigen por un Derecho consuetudinario y por las fazañas.
Se desarrolla la caballería villana, que se denominará behetría, configura niveles de
dependencia menos onerosos que los feudales y serviles.

Gobernada por Condes, alcanza Castilla su independencia bajo la figura de Fernán González,
extiende los límites de su Condado por el Occidente.

Convertida en Reino, Castilla será el título principal de los descendientes de Sancho III el Mayor
y de Alfonso VI, y finalmente se unirá a León en 1230 bajo Fernando III el Santo, hijo Alfonso IX
de León y de Berenguela de Castilla.

Reino de Castilla y León

Formará la gran unidad territorial hispánica, a la que se agregarán las incorporaciones de


Andalucía, conquistada por Fernando III, sobre todo desde las tomas de Córdoba en 1236, Jaén
en 1245 y Sevilla en 1248, y del Reino de Murcia, conquistado en 1243.

Será regido por las dinastías de Castilla y León, y desde 1369 por la Casa de Trastámara,
quedando dividido en cinco grandes circunscripciones territoriales: Castilla, León, Galicia,
Murcia y Andalucía y la Frontera.

En el transcurso del siglo XV la conquista de las Canarias definitiva incorporación bajo los Reyes
Católicos.

6.2.La Corona de Aragón

Configurada por diversas unidades: los Reinos de Aragón, Valencia y Mallorca, el Principado de
Cataluña, los Condados del Rosellón y la Cerdaña, así como los reinos italianos de Sicilia y
Cerdeña.

La unión de Aragón y Cataluña tras el enlace matrimonial de 1150 entre Petronila, reina de
Aragón, y el Conde Ramón Berenguer IV.

Bajo los reinados de Jaime II y Alfonso IV se vincularán bajo la misma Corona los Reinos de
Aragón y Valencia, el Principado de Cataluña y el Reino de Mallorca.

El Reinado de Aragón

Nace como Condado a principios del siglo IX, el origen es la resistencia al islam.

Se conforman las dinastías condales a partir de Aznar Galíndez I y Galindo Aznar I, García
Sánchez incorpora el Condado de Aragón al Reino de Pamplona.

A la muerte de Sancho III , Aragón se convierte en Reino, integrando los territorios situados al
Norte y al Este, y las tierras del Valle del Ebro conquistadas a los musulmanes a lo largo del
siglo XI y primeras décadas del siglo XII, ocupándose bajo Alfonso I el Batallado las orillas del
Ebro, y con ellas las ciudades de Zaragoza, Tudela y Tarazona, Calatayud y Daroca.

A la muerte de Alfonso el Batallador, se reúnen el Reino de Aragón y el Principado de Cataluña,


y con Jaime I el Conquistador (1213-1276) se incorporan a la Corona de Aragón los territorios
de Mallorca y Valencia, convertidos en nuevos Reinos.
El Principado de Cataluña

Las Tierras Pirenaicas Orientales permanecieron libres de una efectiva dominación musulmana,
esto pudo favorecer el surgimiento de pequeños poderes autóctonos.

En los últimos años del siglo VIII y primeros del siglo IX, el Imperio de Carlomagno se apodera
de las tierras situadas entre el Pirineo y el Llobregat, conquistando Barcelona. Las tierras
quedarán organizadas en pequeños Condados, integrados en el reino Franco bajo una
administración militar, constituyendo un territorio fronterizo denominado la Marca Hispánica.

En esos condados adquiere superioridad el Condado de Barcelona, bajo el liderazgo de


Wifredo de Velloso, se expande y consigue convertirse en autónomo y reconquista diversas
comarcas, hasta llegar a la frontera del río Llobregat, uniendo el territorio que enlazaba con el
Valle del Segre formando la Cataluña Vieja.

Los vínculos de los condados catalanes con el Estado carlovingio fueron cada vez mas tenues, y
ello tanto por la debilidad de los sucesores de Carlomagno, como debido a la organización allí
de un régimen feudal que facilitó la progresiva autonomía de los condes catalanes, uno de los
cuales, Wilfredo de Velloso, se impone a los restantes asegurando la independencia y el
predominio futuro del Condado de Barcelona.

La independencia del Condado será efectiva bajo el reinado de Borrell II. Barcelona sufre el
ataque de los ejércitos musulmanes en el 985, después el Condado se recupera e interviene
disputando los despojos del Califato de Córdoba (1010).

Con Ramón Berenguer I el viejo se consigue la unidad del territorio y la unidad jurídica al
promulgarse los Usatges. Este adquirirá por herencia los Condados de Besalú y Cerdaña y
Ramón Berenguer IV se casa con Petronila de Aragón, dándose la unión de Aragón y Cataluña y
recibe le título de Príncipe, y se da el Principado de Cataluña. Los descendientes serán los
herederos de la Corona de Aragón.

El Reino de Mallorca

Jaime I de Aragón y Cataluña proyecta la conquista de Mallorca a los musulmanes, realizada


con una flota. La capital de la isla, Medina Mayurca, será ocupada el 31 de diciembre, y toda la
isla se rendirá finalmente en 1232.

Pedro IV el Ceremonioso anexionará la isla a su Corona, también Menorca e Ibiza, y los


territorios del Rosellón y la Cerdaña.

El Reino de Valencia

Jaime I de Aragón y Cataluña ideó la conquista de Valencia, hizo capitular a la ciudad el 28 de


septiembre de 1238, y ocupó villas, ciudades y castillos hasta completar la conquista de todo el
Reino entre 1252 y 1253.

Los límites se fijaron en el Tratado de Almizra firmado en 1244 entre Jaime I y el infante
Alfonso de Castilla.

Con Jaime II y Alfonso IV se vincularon los reinos de Aragón y Valencia, y el Condado de


Barcelona, bajo la Corona de Aragón.
6.3.El Reino de Navarra

Pamplona era en el siglo IX cabeza de un reino que mas tarde habría de expansionarse hasta la
Rioja y las riberas del Ebro

Los habitantes del territorio de Pamplona se levantaron en armas contra el dominio


musulmán, que había controlado la ciudad de Pamplona.

Tras la destrucción de las murallas de Pamplona por el Emperador Carlomagno, el dominio


musulmán da paso al alzamiento de un magnate vascón, Iñigo Arista, con el que comienza la
dinastía pamplonesa de si nombre.

El Reino de Pamplona se transformará en Reino de Navarra, que llegará a su cima bajo el


reinado de Sancho III el Mayor (1000 -1035), a su muerte le sucederá García en el territorio
patrimonial de Pamplona.

El reino de Navarra se empeña en una ambiciosa empresa política: ocupa los territorios del
este y llega a comprometer políticamente al conde de Barcelona; domina el ducado de
Gascuña al otro lado del Pirineo; se extiende hacia occidente por Vascongadas y logra en fin el
gobierno de Castilla.

En 1234 el Reino de Navarra pasa a la casa de Champaña con la figura de Teobaldo I,


fluctuando entre la política francesa y la peninsular, uniéndose con la Corona de Francia entre
1316 y 1328, y separándose definitivamente a la muerte de Carlos el Calvo con la dinastía de
Evreux, hasta la conquista de Navarra, por Fernando el Católico en 1512, y la incorporación a
Castilla en 1515.

6.4.El concepto de España en la Edad Media

La forja de la nacionalidad española, será discutida por Américo Castro que fijará el origen de
la nacionalidad española en el año 711, tratando de demostrar que la verdadera contextura
vital del pueblo español se forjó durante la Reconquista, manifestando que ni el Imperio
Romano ni el Reino Visigodo habían logrado la unificación del conglomerado étnico y cultural
de la Península , y que la Reconquista se inició en una de las regiones escasamente
romanizadas y no ortodoxamente católicas, otorgando un papel importante a los elementos
musulmán y hebreo. La postura fue combatida.

Maravall, describe la idea de la recreación de una Historia de España en el mundo medieval.

Otra denominación es la Marca Hispánica, referida a la región, luego catalana, constituida


como una parte del Imperio Franco. El islam utiliza el concepto geográfico unitario de España –
Al-Ándalus.

La pluralidad de reinos es un hecho, pese al cual va a surgir un vínculo de solidaridad política,


apareciendo en ocasiones la frase “todos son reyes de España”, generándose una idea superior
– rey de retes o emperador de España –, hispanizándose el título definitivamente con Alfonso
el Emperador, su hija Doma Urraca y Alfonso VI, como potestad superior sobre un amplio
territorio político.

6.5.La Marcha hacia la Unidad


Los reinos hispánicos mantuvieron en la Edad Media la conciencia de formar una realidad
política unitaria, primero en la lucha contra el islam, y después en la realización de una política
de alianzas y matrimonios que iba a producir el hecho de que alguno de los miembros de las
dinastías peninsulares ciñese algún día la Corona de aquellos diversos Reinos.

El proceso hacia la concentración bajo una misma Corona estuvo favorecido por la muerte de
Martín I de Aragón, sustituyéndole un nieto de Enrique II de Castilla, Fernando de Antequera
con el Compromiso de Caspe. La definitiva unión de los Reinos bajo una misma Corona con
Isabel I de castilla y Fernando II de Aragón y las subsiguientes conquistas e incorporaciones de
Granada y Navarra.

7. LA ESPAÑA MODERNA

La unión de Castilla y Aragón bajo la misma Corona imprime una fisonomía especial al nuevo
Estado, aun cuando aquel proceso, desde la perspectiva jurídico-política, no fue sino una mera
unión personal que dejaba a salvo la integridad política de cada uno de los reinos: Castilla,
Aragón, Cataluña, Valencia, Mallorca y Navarra, independientes entre sí, los súbditos de cada
unos de los Estados o reinos eran extranjeros en los del otro, y había una diversidad de
aduanas y de monedas.

7.1.La Monarquía Hispánica

La unión personal de los Estados de la España peninsular se deshace en el periodo que va


desde la muerte de Isabel la Católica a la de Fernando de Aragón, rehaciéndose con Carlos I en
forma de un Estado unitario dentro del cual los antiguos Reinos conservaban su propia
organización y derecho. Pervivieron las Cortes o Parlamentos diferenciados de Castilla, Aragón,
Cataluña, Aragón, Valencia y Navarra, pero aumentaron los órganos comunes, los Consejos de
Estado y de Guerra, la Inquisición y las Aduanas. La unidad política peninsular se logra con la
toma de Granada y con la incorporación de Navarra.

La necesidad de superar aquella heterogeneidad y las dificultades que suponía la pervivencia


de los antiguos Fueros y Estatutos, favorecieron la intervención de Felipe II, que consiguió
modificar el régimen de las instituciones de Aragón, y de Felipe IV, que pretendió desarrollar la
política centralista y unificadora propuesta por el Conde-Duque de Olivares. Aunque
fracasaron y dieron lugar a unas revueltas y un reforzamiento de las instituciones propias y
singulares de cada territorio.

La nueva dinastía de los Borbones produjo alteración sustancial de la estructura jurídico-


política de España, que se plasmó en los Decretos de Nueva Planta, que dieron una nueva
organización a los antiguos reinos de la Corona de Aragón. Los Decretos se dieron por el apoyo
que aquellos territorios habían dado al otro pretendiente a la Corona española, el Archiduque
Carlos de Austria, durante la Guerra de Sucesión, pero estos Decretos obedecían a la tendencia
centralizadora, que había adoptado Felipe V, al considerar que “en el modo de gobernarse de
reyes y pueblos no debe haber diferencia de leyes y estilos”.

 Decreto de Nueva Planta de Aragón y Valencia en 1707 por el que se abolieron sus
sistemas jurídicos e institucionales, imponiendo la legislación y la organización de
Castilla. La medida fue mal acogida en Valencia. Se dio una protesta, pero no llegó a
nada.
 Decreto de Nueva Planta de Mallorca, el 28 de noviembre de 1715, suprimiéndose las
instituciones del reino
 Decreto de Nueva Planta de Cataluña, el 16 de enero de 1716 que eliminó las Cortes,
derogando el Derecho Público.

Los Decretos de Nueva Planta trajeron la desaparición de la Corona de Aragón en cuanto tal y
la transformación jurídica de sus unidades políticas, los antiguos Reinos, en Provincias,
sustituyendo a los Virreyes, los Capitanes Generales y las Audiencias. Estos Decretos
constituyen una importante pieza en el proceso de uniformización política de España.

A lo largo del siglo XVIII, el territorio de España se había configurado en once capitanías y
Audiencias: Castilla la Vieja, Asturias, Granada, Sevilla, Canarias, Aragón, Cataluña, Valencia y
Mallorca, manteniéndose con el nombre de Chancillerías las Audiencias de Valladolid y
Granada, quedando por debajo en Castilla, las Provincias e Intendencias.

Navarra y las Vascongadas mantuvieron sus regímenes especiales, siendo llamadas Provincias
Exentas.

 Navarra mantuvo sus instituciones públicas tradicionales y su rango de reino


 Vascongadas el de provincias de la Corona de Castilla, pero con diversos grados de
autonomía en los ámbitos gubernativo, económico y militar.

Los Decretos de liberalización del comercio vuelven a plantear la cuestión de aquellos


regímenes especiales, que se constituirían en el principal reto político para el liberalismo del
siglo XIX.

En 1717 Felipe V suprimía todas las aduanas interiores, esto afectaba a todo el Norte
peninsular. A finales del siglo XVIII se da la restauración territorial, creándose seis nuevas
provincias costeras: Santander, Asturias, Alicante, Cartagena, Málaga y Cádiz.

En 1789 se publica el Nomenclátor, titulado España dividida en provincias, por Francisco


Palomares por encargo del Conde de Floridablanca.

7.2.Conciencia de la Identidad Española en la Época Moderna

Durante los siglos XVI y XVII se acuñan diversos términos para reflejar el mundo plural de los
Estados que gobiernan los Austrias, especialmente el de «Monarquía Católica» y, según la
historiografía posterior, el de «Imperio Español».

España aparece como un Estado Moderna que acabaría estabilizado por las excesivas
posesiones exteriores y por la pluralidad de los grupos nacionales insertos en la comunidad
política hispánica. España es, Madre de Muchas Naciones, el sentido de Nación en la Época
Moderna no es el que corresponde a la Nación contemporánea. La Nación en el siglo XVII
español es “un conjunto de individuos que tienen una apreciable comunidad de origen, de
patria, de costumbres, de lengua y aun de indumentaria”.

La conformación de la auténtica unidad es vista de distintos modos, y la idea del Conde-Duque


de Olivares de “reducir estos reinos de que se compone España al estilo y leyes de Castilla” no
es compartida por autores y políticos como el Virrey Palafox, quien, propugna que se gobierne
“en castellano a los castellanos, en aragonés a los aragoneses, en catalán a los catalanes, para
crear en la concordancia una auténtica unidad”.

Aconseja una compenetración cordial del soberano con cada una de las naciones. Palafox
anuda las dos exigencias fundamentales de su mundo político: “la Unidad Política cifrada en la
unidad de religión y monarca y la pluralidad nacional de la monarquía”
En el siglo XVIII verá reflejado el desarrollo de la conciencia de la nacionalidad española,
favorecido por la creación de instituciones nacionales de cultura proyectadas por los Borbones,
como las Reales Academias de la Lengua o “Española” en 1713 con la función de velar por la
pureza del lenguaje, por iniciativa del Marqués de Villena. En 1744 nace la Academia de Nobles
Artes, que después se convertirá en la Real Academia Bellas Artes de San Fernando y se funda
la Biblioteca Nacional, el Museo de Ciencias Naturales y el Observatorio Astronómico. Las
Reales Academias fueron “sociedades que se crearon en la Corte, dedicadas a la investigación
y el progreso tanto de las ciencias prácticas como especulativas, mediante el análisis y la crítica
de los trabajos de los académicos en el seno de la corporación”

El gobierno realizará en el siglo XVIII por influjo de la Ilustración, planes de gobierno y de


desarrollo económico para toda España, como lo de Ensenada, Campomanes, Cabarrús,
Jovellanos y Floridablanca, se realizan trabajos estadísticos de carácter nacional, como el
Catastro de Ensenada y el Censo de Floridablanca.

Se fundarán las Sociedades Económicas de Amigos del País en los diversos ámbitos
territoriales, bajo el mismo espíritu de difundir las nuevas ideas en beneficio del progreso
económico cultural.

La identidad nacional será objeto de grandes trabajos historiográficos y culturales, destacan la


obra del Padre Enrique Flórez.

A lo largo del siglo XVIII, aparecen diversas obras sobre la historia y la cultura de los antiguos
reinos, regiones y territorios, realizados por ilustrados y eruditos notables.

La cohesión política de España, favorecida por los Decretos de Nueva Planta, no se logrará
hasta su consagración constitucional en la Época Contemporánea, tras producirse:
desamortización, abolición de Señoríos, supresión de Mayorazgos, etc. Los cambios del siglo
XVIII se debilitarán porque, serán la nobleza y las clases privilegiadas las promotoras de las
reformas y de la racionalización de los modos de producción que resolverán en su propio
beneficio.

8. LA ESPAÑA CONTEMPORÁNEA

La construcción del Estado Español será la gran obra del sistema constitucional
contemporáneo, que tiene su pilar y fundamento en la Constitución de Cádiz.

8.1.El concepto de “Nación” y el Constitucionalismo Español

El constitucionalismo español surgió al compás del proceso que dio al traste con la monarquía
absoluta e introdujo en su lugar la monarquía liberal y parlamentaria

El Estatuto de Bayona organiza el país como una monarquía hereditaria.

El Estatuto de Bayona prefigura el Estado constitucional español, articulando la representación


del Estado a través de las Cortes elegidas por sufragio censitario e indirecto, representativas de
todo el territorio nacional, suprimiendo las aduanas interiores e introduciendo importantes
novedades, como la libertad de comercio e industria, la limitación del poder de la nobleza y la
unidad jurídica.

El concepto plural de “las Españas” queda superado en el propio articulo 1, referido a la


Religión Católica, en el 23 y el 32, que hablan de los Infantes de España, en el 67, referido a los
diputados de las Provincias de España y adyacentes, y en el articulo 116, que suprime las
aduanas interiores en España y en las Indias.

Las abdicaciones de Bayona permitirán a Napoleón recibir la Corona de España con la


condición de que no se desmiembre y se mantenga en ella la religión católica. El Emperador
convertirá a José Bonaparte en Rey de España, pero el 25 de septiembre de 1808 se constituirá
en Aranjuez una Junta Central Suprema y Gubernativa de España y de las Indias, integrada por
representantes de los antiguos reinos de la Corona de Castilla, de la Corona de Aragón, del
Reino de Navarra y de Madrid.

La constitución de 1812 establece los principios de la soberanía nacional, monarquía


constitucional y régimen liberal, organiza el territorio en Diputaciones Provinciales y
Ayuntamientos, tal como finalmente será desarrollado por el Decreto de Javier de Burgos de
1833, establece la unidad legislativa para todo el territorio nacional y, se actuará con un
criterio de representación nacional.

El concepto de Nación Española queda configurado a lo largo de todo su articulado, en los


artículos 1, 2, 12 y 14

El término “español” se acuña asimismo con preferencia, esto lo podemos ver en los artículos
7, 8, 9, en el rótulo del Título II, Capítulo 1, en el Título IV, Capítulo 2 y en el articulo 179.

La constitución de 1837 será el texto que introduzca en España la Monarquía Constitucional y


el propio sistema político organizado en Partidos. Su Título I trata de los españoles,
apareciendo en el artículo 50 como «Reina legítima de las Españas», Isabel II de Borbón. En la
Constitución de 1845 vuelve a aparecer Isabel II como «Reina de las Españas», y a dedicarse el
Título 1 a los españoles.

8.2.El problema de la Configuración Territorial de España

La constitución de 1869 trata ahora en singular el nombre de España y de Nación Española y


evita el término plural en todos sus preceptos.

La unidad del Estado Español será mantenida hasta el Proyecto Federal de 1873, establece el
principio federativo como fundamento de la organización de la Nación Española, haciendo
compatibles los Estados regionales, dotados de total autonomía. Pi i Margall diría: “La
república federal es una forma de gobierno aplicable a la nación española, atendiendo no sólo
a lo que dicta la razón, sino también a lo que aconseja la tradición y la Historia...Esta división
(federal) del territorio, sobre ser más lógica y racional que la de ahora (la provincial),
presentará el espectáculo de grandes Estados federalmente unidos, cada uno de los cuales
podrá de por sí realizar notables progresos y concurrir como jamás han concurrido al común
adelanto de la Madre España...”. Este sistema no llegará a consolidarse.

El régimen político de la Restauración, concretado en la Constitución de 1876, articula una


configuración unitaria de España, regulándose los derechos de los españoles, y la estructura
del poder y de la Administración.

La constitución de 1931 establece una República española, unitaria o “integral”. La


representación de España corresponde a las Cortes Constituyentes, organizadas desde un
sistema parlamentario puro, estableciéndose una estructuración de autonomías regionales,
dentro de la unidad del Estado.
Tras la Guerra Civil, las Leyes Fundamentales del régimen del General Franco modelaron un
Estado Unitario, dividido en Municipios y Provincias.

La constitución española de 1978 abre camino a una organización político-administrativa plural


y descentralizada, a través de un Estado de las Autonomías, que ha sido desarrollada por los
diecisiete Estatutos de Autonomía, que corresponden a: Andalucía, Aragón, Asturias, Baleares,
Cataluña, Castilla y León, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Extremadura, Galicia,
Madrid, Murcia, País Vasco, La Rioja y la Comunidad Valenciana. Navarra sigue manteniendo
su Régimen Foral.

Este sistema permanece presidido por la indisoluble unidad de la Nación Española,


determinada por el artículo 2. ° que establece la configuración de un Estado Unitario, principio
y fundamento de la propia Constitución. Un solo Estado con una sola forma política, la
Monarquía parlamentaria, cuyo Rey, queda convertido en el símbolo de esa unidad estatal y
de su permanencia

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