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La península ibérica aparece, según Estrabón, como una “piel de toro extendida” que tiene
579.582 Km2, de ellos unos 90.000 eran Portugal y el resto que eran un poco mas de 500.000
incluyendo las islas eran el Reino de España.
Los griegos la llamaron iberia, que era el nombre de un pequeño río cercano a Huelva,
haciendo referencia asimismo al Ebro, que en principio tuvo limitado alcance a las costas
mediterráneas, después se extendió por el resto de la península. Hesperia fue el nombre
poético, que en griego es, el Occidente, pero los romanos prefirieron Hispania, que eran un
nombre de origen fenicio, parecía aludir a la abundancia de conejos. De forma secundaria se
empleó Spania (de ella deriva la palabra España). Los judíos la denominaron Sefarad y los
árabes Al-Ándalus, este término finalmente definió el territorio meridional, llamado por ello
Andalucía.
2. LA ÉPOCA ANTIGUA
En la época del Neolítico, se impulsan las funciones desarrolladas por el hombre: la piedra se
pulimenta, la tierra empieza a ser cultivada, los animales se domestican y se fabrican útiles de
cerámica. Después se utilizan dólmenes que sirven de sepulcro o santuario.
A partir del desembarco de los romanos en Ampurias, en el año 218 a.c hubo un proceso lento
de conquista y colonización, el primero terminado en el 19 a.c, tras el definitivo sometimiento
de los pueblos del Norte – cántabros y Astures.
Época del Emperador Caracalla, se da una nueva provincia con los tres Conventos del
Noroeste, creándose la Gallaecia, abarcaba los Conventos de los Astures, Lucenses y Brácaros.
Diocleciano lleva a cabo una gran reorganización del Imperio, multiplicó las provincias y las
agrupó bajo la dependencia de unidades más amplias llamadas diócesis. El imperio queda
repartido en doce diócesis y cada una dirigida por un vicario. Con Diocleciano se forman dos
nuevas Provincias: la Cartaginense – comprendiendo también las Baleares – y la Tarraconense.
En la época de Constantino cesó la persecución que volvería a recrudecer con las invasiones
germánicas y, sobre todo, con la musulmana. Durante su gobierno surgieron las prefecturas
(máximas unidades administrativas en las dos zonas imperiales de oriente y occidente).
Los visigodos habían emigrado desde el Báltico y Escandinavia al Mar Negro y a las llanuras del
Bajo Danubio, se asientan en las Galias, iniciando su historia como Estado en el Reino de
Tolosa y pasando en diversas oleadas a Hispania, donde se establecen sobre todo a partir de la
batalla de Vogladum dando fina al Reino de Tolosa.
Cuando consiguen someter y expulsar a los Suevos, instalados en Galicia y a los Bizantinos –
asentados en Levante –, los visigodos establecerán una Monarquía independiente que
abarcará por completo la Diócesis de Hispania y tendrá como capital Toledo.
Subsistieron las antiguas Provincias de la España Romana, aproximadamente con los mismos
límites geográficos, llamadas Ducados por ser regidas por gobernadores especiales que
llevaron el nombre de Dux — sustituyeron a los antiguos gobernadores provinciales romanos
— Rector Provinciae.
escritores griegos y latinos tratan de Hispania considerándola una entidad individual. Sánchez-
Albornoz, pretende llevar el proceso caracterizador hasta la Prehistoria, adjudica a la
dominación romana un papel decisivo en el proceso formativo de la nacionalidad.
Maravall destacará el famoso prólogo de San Isidoro, donde se ensalza a la «Mater Hispania,
riquísima por la salubridad de su cielo, por su fecundidad en todo género de frutos y por la
abundancia de gemas y metales», considerando este pasaje como el punto de partida de las
reflexiones sobre el concepto de España. La expresión «Mater Hispania» había sido ya
empleada en el Panegírico de Teodosio el Grande. Orosio dirá que Braga y Barcelona son
ciudades de España.
La descomposición política del Reino Visigodo favorece la invasión musulmana en tiempos del
Califa al-Walid I, dirigida por el gobernador de Tánger, Tariq, y el gobernador de lfriqiya y del
Magrib, Musa ben Nusayr, quienes invaden la Península Ibérica. Sigue una dominación política
que se distribuye en cinco períodos:
La lengua oficial de la España musulmana fue el árabe clásico, pero en la vida ordinaria se
empleaba un árabe vulgar. La España musulmana desempeñó un papel decisivo en la
transmisión de la ciencia griega al Occidente cristiano.
El último de los territorios musulmanes fue el Reino Nazarí de Granada, fundado por el rey
Muhamad I. Se había declarado vasallo de Fernando III de Castilla, y sus sucesores
desarrollaron una hábil política de alianzas a uno y otro lado del Estrecho. Los Reyes Católicos
aprovecharon la pugna entre la realeza y la nobleza musulmana, establecida en las grandes
ciudades, y procedieron a la conquista del Reino. Se rindió el 2 de enero de 1492.
6. LAS UNIDADES POLÍTICAS DE LA ESPAÑA MEDIEVAL
se constituye a través de la unión de los diferentes reinos y entidades políticas que surgen a
partir de la resistencia al islam. Consolidándose en 1230 al recaer ambas Coronas en un mismo
titular —Fernando III— y sus sucesores.
El Reino Cántabro-Astur
Comienza con la proclamación de Pelayo por los pueblos del Norte, y durará hasta la muerte
del rey Alfonso III en el 910. Casará a su hija Ermesinda con Alfonso, Duque de Cantabria, nace
Alfonso I de Cantabria, con quien comienza la dinastía de la Casa de Cantabria y se inicia la
Reconquista.
Siglos VII y VIII se difundió la idea de la predicación del Apóstol Santiago, prestándose el culto a
su sepulcro a partir del siglo IX en un lugar en las inmediaciones de la ciudad episcopal. Alfonso
II el Casto construirá una nueva iglesia, a la que acudirán en peregrinación gentes de toda
Europa, fijándose el Camino de Santiago. La Iglesia se organizó en el territorio del Reino Astur,
creándose el Obispado de Oviedo y después los Obispados de León, Mondoñedo y Astorga. Se
restablecieron los de Orense, Braga, Lamedo, Viseo y Coimbra.
El Reino de León
El Reino de Castilla
nace como demarcación fronteriza al Oriente del Reino Asturleonés a mediados del siglo IX,
aparece el nombre de Territorium Castelle.
El avance de la Reconquista permitirá configurar la condición de sus hombres como la de
pequeños propietarios libres, que se rigen por un Derecho consuetudinario y por las fazañas.
Se desarrolla la caballería villana, que se denominará behetría, configura niveles de
dependencia menos onerosos que los feudales y serviles.
Gobernada por Condes, alcanza Castilla su independencia bajo la figura de Fernán González,
extiende los límites de su Condado por el Occidente.
Convertida en Reino, Castilla será el título principal de los descendientes de Sancho III el Mayor
y de Alfonso VI, y finalmente se unirá a León en 1230 bajo Fernando III el Santo, hijo Alfonso IX
de León y de Berenguela de Castilla.
Será regido por las dinastías de Castilla y León, y desde 1369 por la Casa de Trastámara,
quedando dividido en cinco grandes circunscripciones territoriales: Castilla, León, Galicia,
Murcia y Andalucía y la Frontera.
En el transcurso del siglo XV la conquista de las Canarias definitiva incorporación bajo los Reyes
Católicos.
Configurada por diversas unidades: los Reinos de Aragón, Valencia y Mallorca, el Principado de
Cataluña, los Condados del Rosellón y la Cerdaña, así como los reinos italianos de Sicilia y
Cerdeña.
La unión de Aragón y Cataluña tras el enlace matrimonial de 1150 entre Petronila, reina de
Aragón, y el Conde Ramón Berenguer IV.
Bajo los reinados de Jaime II y Alfonso IV se vincularán bajo la misma Corona los Reinos de
Aragón y Valencia, el Principado de Cataluña y el Reino de Mallorca.
El Reinado de Aragón
Nace como Condado a principios del siglo IX, el origen es la resistencia al islam.
Se conforman las dinastías condales a partir de Aznar Galíndez I y Galindo Aznar I, García
Sánchez incorpora el Condado de Aragón al Reino de Pamplona.
A la muerte de Sancho III , Aragón se convierte en Reino, integrando los territorios situados al
Norte y al Este, y las tierras del Valle del Ebro conquistadas a los musulmanes a lo largo del
siglo XI y primeras décadas del siglo XII, ocupándose bajo Alfonso I el Batallado las orillas del
Ebro, y con ellas las ciudades de Zaragoza, Tudela y Tarazona, Calatayud y Daroca.
Las Tierras Pirenaicas Orientales permanecieron libres de una efectiva dominación musulmana,
esto pudo favorecer el surgimiento de pequeños poderes autóctonos.
En los últimos años del siglo VIII y primeros del siglo IX, el Imperio de Carlomagno se apodera
de las tierras situadas entre el Pirineo y el Llobregat, conquistando Barcelona. Las tierras
quedarán organizadas en pequeños Condados, integrados en el reino Franco bajo una
administración militar, constituyendo un territorio fronterizo denominado la Marca Hispánica.
Los vínculos de los condados catalanes con el Estado carlovingio fueron cada vez mas tenues, y
ello tanto por la debilidad de los sucesores de Carlomagno, como debido a la organización allí
de un régimen feudal que facilitó la progresiva autonomía de los condes catalanes, uno de los
cuales, Wilfredo de Velloso, se impone a los restantes asegurando la independencia y el
predominio futuro del Condado de Barcelona.
La independencia del Condado será efectiva bajo el reinado de Borrell II. Barcelona sufre el
ataque de los ejércitos musulmanes en el 985, después el Condado se recupera e interviene
disputando los despojos del Califato de Córdoba (1010).
Con Ramón Berenguer I el viejo se consigue la unidad del territorio y la unidad jurídica al
promulgarse los Usatges. Este adquirirá por herencia los Condados de Besalú y Cerdaña y
Ramón Berenguer IV se casa con Petronila de Aragón, dándose la unión de Aragón y Cataluña y
recibe le título de Príncipe, y se da el Principado de Cataluña. Los descendientes serán los
herederos de la Corona de Aragón.
El Reino de Mallorca
El Reino de Valencia
Los límites se fijaron en el Tratado de Almizra firmado en 1244 entre Jaime I y el infante
Alfonso de Castilla.
Pamplona era en el siglo IX cabeza de un reino que mas tarde habría de expansionarse hasta la
Rioja y las riberas del Ebro
El reino de Navarra se empeña en una ambiciosa empresa política: ocupa los territorios del
este y llega a comprometer políticamente al conde de Barcelona; domina el ducado de
Gascuña al otro lado del Pirineo; se extiende hacia occidente por Vascongadas y logra en fin el
gobierno de Castilla.
La forja de la nacionalidad española, será discutida por Américo Castro que fijará el origen de
la nacionalidad española en el año 711, tratando de demostrar que la verdadera contextura
vital del pueblo español se forjó durante la Reconquista, manifestando que ni el Imperio
Romano ni el Reino Visigodo habían logrado la unificación del conglomerado étnico y cultural
de la Península , y que la Reconquista se inició en una de las regiones escasamente
romanizadas y no ortodoxamente católicas, otorgando un papel importante a los elementos
musulmán y hebreo. La postura fue combatida.
El proceso hacia la concentración bajo una misma Corona estuvo favorecido por la muerte de
Martín I de Aragón, sustituyéndole un nieto de Enrique II de Castilla, Fernando de Antequera
con el Compromiso de Caspe. La definitiva unión de los Reinos bajo una misma Corona con
Isabel I de castilla y Fernando II de Aragón y las subsiguientes conquistas e incorporaciones de
Granada y Navarra.
7. LA ESPAÑA MODERNA
La unión de Castilla y Aragón bajo la misma Corona imprime una fisonomía especial al nuevo
Estado, aun cuando aquel proceso, desde la perspectiva jurídico-política, no fue sino una mera
unión personal que dejaba a salvo la integridad política de cada uno de los reinos: Castilla,
Aragón, Cataluña, Valencia, Mallorca y Navarra, independientes entre sí, los súbditos de cada
unos de los Estados o reinos eran extranjeros en los del otro, y había una diversidad de
aduanas y de monedas.
Decreto de Nueva Planta de Aragón y Valencia en 1707 por el que se abolieron sus
sistemas jurídicos e institucionales, imponiendo la legislación y la organización de
Castilla. La medida fue mal acogida en Valencia. Se dio una protesta, pero no llegó a
nada.
Decreto de Nueva Planta de Mallorca, el 28 de noviembre de 1715, suprimiéndose las
instituciones del reino
Decreto de Nueva Planta de Cataluña, el 16 de enero de 1716 que eliminó las Cortes,
derogando el Derecho Público.
Los Decretos de Nueva Planta trajeron la desaparición de la Corona de Aragón en cuanto tal y
la transformación jurídica de sus unidades políticas, los antiguos Reinos, en Provincias,
sustituyendo a los Virreyes, los Capitanes Generales y las Audiencias. Estos Decretos
constituyen una importante pieza en el proceso de uniformización política de España.
A lo largo del siglo XVIII, el territorio de España se había configurado en once capitanías y
Audiencias: Castilla la Vieja, Asturias, Granada, Sevilla, Canarias, Aragón, Cataluña, Valencia y
Mallorca, manteniéndose con el nombre de Chancillerías las Audiencias de Valladolid y
Granada, quedando por debajo en Castilla, las Provincias e Intendencias.
Navarra y las Vascongadas mantuvieron sus regímenes especiales, siendo llamadas Provincias
Exentas.
En 1717 Felipe V suprimía todas las aduanas interiores, esto afectaba a todo el Norte
peninsular. A finales del siglo XVIII se da la restauración territorial, creándose seis nuevas
provincias costeras: Santander, Asturias, Alicante, Cartagena, Málaga y Cádiz.
Durante los siglos XVI y XVII se acuñan diversos términos para reflejar el mundo plural de los
Estados que gobiernan los Austrias, especialmente el de «Monarquía Católica» y, según la
historiografía posterior, el de «Imperio Español».
España aparece como un Estado Moderna que acabaría estabilizado por las excesivas
posesiones exteriores y por la pluralidad de los grupos nacionales insertos en la comunidad
política hispánica. España es, Madre de Muchas Naciones, el sentido de Nación en la Época
Moderna no es el que corresponde a la Nación contemporánea. La Nación en el siglo XVII
español es “un conjunto de individuos que tienen una apreciable comunidad de origen, de
patria, de costumbres, de lengua y aun de indumentaria”.
Aconseja una compenetración cordial del soberano con cada una de las naciones. Palafox
anuda las dos exigencias fundamentales de su mundo político: “la Unidad Política cifrada en la
unidad de religión y monarca y la pluralidad nacional de la monarquía”
En el siglo XVIII verá reflejado el desarrollo de la conciencia de la nacionalidad española,
favorecido por la creación de instituciones nacionales de cultura proyectadas por los Borbones,
como las Reales Academias de la Lengua o “Española” en 1713 con la función de velar por la
pureza del lenguaje, por iniciativa del Marqués de Villena. En 1744 nace la Academia de Nobles
Artes, que después se convertirá en la Real Academia Bellas Artes de San Fernando y se funda
la Biblioteca Nacional, el Museo de Ciencias Naturales y el Observatorio Astronómico. Las
Reales Academias fueron “sociedades que se crearon en la Corte, dedicadas a la investigación
y el progreso tanto de las ciencias prácticas como especulativas, mediante el análisis y la crítica
de los trabajos de los académicos en el seno de la corporación”
Se fundarán las Sociedades Económicas de Amigos del País en los diversos ámbitos
territoriales, bajo el mismo espíritu de difundir las nuevas ideas en beneficio del progreso
económico cultural.
A lo largo del siglo XVIII, aparecen diversas obras sobre la historia y la cultura de los antiguos
reinos, regiones y territorios, realizados por ilustrados y eruditos notables.
La cohesión política de España, favorecida por los Decretos de Nueva Planta, no se logrará
hasta su consagración constitucional en la Época Contemporánea, tras producirse:
desamortización, abolición de Señoríos, supresión de Mayorazgos, etc. Los cambios del siglo
XVIII se debilitarán porque, serán la nobleza y las clases privilegiadas las promotoras de las
reformas y de la racionalización de los modos de producción que resolverán en su propio
beneficio.
8. LA ESPAÑA CONTEMPORÁNEA
La construcción del Estado Español será la gran obra del sistema constitucional
contemporáneo, que tiene su pilar y fundamento en la Constitución de Cádiz.
El constitucionalismo español surgió al compás del proceso que dio al traste con la monarquía
absoluta e introdujo en su lugar la monarquía liberal y parlamentaria
El término “español” se acuña asimismo con preferencia, esto lo podemos ver en los artículos
7, 8, 9, en el rótulo del Título II, Capítulo 1, en el Título IV, Capítulo 2 y en el articulo 179.
La unidad del Estado Español será mantenida hasta el Proyecto Federal de 1873, establece el
principio federativo como fundamento de la organización de la Nación Española, haciendo
compatibles los Estados regionales, dotados de total autonomía. Pi i Margall diría: “La
república federal es una forma de gobierno aplicable a la nación española, atendiendo no sólo
a lo que dicta la razón, sino también a lo que aconseja la tradición y la Historia...Esta división
(federal) del territorio, sobre ser más lógica y racional que la de ahora (la provincial),
presentará el espectáculo de grandes Estados federalmente unidos, cada uno de los cuales
podrá de por sí realizar notables progresos y concurrir como jamás han concurrido al común
adelanto de la Madre España...”. Este sistema no llegará a consolidarse.