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CONTRATOS CIVILES
PRENDA
Definición. El contrato de prenda es aquel en virtud del cual una persona denominada
pignorante constituye en favor del acreedor un derecho real sobre un bien mueble de su propiedad,
enajenable, que entrega al acreedor para garantizar el cumplimiento de una obligación principal y su
preferencia en el pago (2856).
Denominación jurídica de los contratantes. Los sujetos que intervienen en este contrato
se denominan: pignorante o deudor pignoraticio; y acreedor pignoraticio.
Pignorante es el sujeto que constituye un derecho real sobre un bien mueble de su propiedad
enajenable, y que entrega al acreedor para garantizar el cumplimiento de una obligación principal.
El contrato de prenda se forma por el acuerdo de voluntades del acreedor y del deudor
pignoraticio. Merced a esto, el deudor de la obligación principal puede constituir sobre un objeto de
su propiedad el derecho de prenda; y en este caso el deudor principal será a la vez deudor
pignoraticio.
Clasificación. El contrato de prenda es un contrato accesorio que tiene por objeto garantizar
el cumplimiento de una obligación principal constituyendo un derecho real sobre un bien mueble.
Es bilateral,
oneroso o gratuito,
formal.
Es un contrato real, ya que para su perfección es necesario que el objeto sea entregado
físicamente al acreedor.
El deudor puede usar de la prenda que quede en su poder en los términos que convengan las
partes (2859).
Requisitos de existencia
Objeto. El objeto indirecto del contrato recae sobre un bien mueble enajenable, cuyo
derecho real se establece por el constituyente o deudor pignoraticio que tenga facultades de
disposición del objeto. Al respecto la legislación civil señala: “Nadie puede dar en prenda las cosas
ajenas sin estar autorizado por su dueño” (2868).
“Si Se prueba debidamente que el dueño prestó su cosa a otro con el objeto de que éste la
empeñará, valdrá la prenda como si la hubiere constituido el mismo dueño”. (2869)
Requisitos de validez
Forma. El contrato de prenda es formal, debe constar por escrito ya sea en escrito privado o
en escritura pública.
Si se otorga en escrito privado se formarán dos ejemplares, uno para cada contratante
(2860).
Prenda sin disposición. Al acreedor prendario se le transmite sólo la posesión precaria del
objeto con el único fin de garantizar el cumplimiento de la obligación principal. Por tal motivo, el
acreedor no podrá usar ni disponer o abusar de la cosa.
Considerando que: “el acreedor abusa de la cosa empeñada cuando usa de ella sin estar
autorizado por convenio o, cuando estándolo, la deteriora o aplica a objeto diverso de aquél a que
está destinada” (2878).
“El derecho y la obligación que resultan de la prenda son indivisibles, salvo el caso en que
haya estipulación en contrario; sin embargo, cuando el deudor esté facultado para hacer pagos
parciales y se hayan dado en prenda varios objetos, o uno que sea cómodamente divisible, ésta se
irá reduciendo proporcionalmente a los pagos hechos, con tal que los derechos del acreedor siempre
queden eficazmente garantizados”. (2890)
Extensión del derecho de prenda. El derecho del acreedor prendario se extiende a todos
los accesorios de la cosa y a todos los aumentos de ella con excepción de los frutos, de acuerdo a la
prescripción siguiente:
“Los frutos de la cosa empeñada pertenecen al deudor; más si por convenio los percibe el
acreedor, su importe se imputará primero a los gastos, después a los intereses y el sobrante al
capital” (2880 y 2888).
Obligaciones del acreedor prendario. Las obligaciones del acreedor prendario son las siguientes:
En caso de que el acreedor prendario resienta la evicción, quedará a su arbitrio dar por
vencido el plazo de la obligación principal o que ésta se rescinda, o aceptar en todo caso, la
constitución de una nueva prenda.
d) Exigir del deudor otra prenda o el pago de la deuda antes del plazo convenido, si la
cosa empeñada se pierde o deteriora sin culpa del acreedor. El acreedor prendario tendrá
derecho de exigir que se constituya otra prenda para garantizar el cumplimiento de la obligación
principal, si la cosa se pierde o se deteriora sin culpa o negligencia del acreedor. También tendrá
opción para declarar la caducidad del plazo y exigir el pago de la obligación principal.
Ejecución forzosa de la obligación. Si al volverse exigible la obligación principal no es
pagada ésta, el acreedor prendario tendrá el derecho de exigir la ejecución forzosa de la obligación
poniendo en venta el objeto dado en garantía. La legislación civil señala las siguientes reglas para la
venta de la cosa empeñada:
b) Autorizar la venta en pública almoneda, ya sea por decreto judicial o por convenio de las
partes; ésta deberá rematarse mediante el procedimiento fijado por el Código de Procedimiento
Civiles. En caso de que no se logre su venta, el objeto podrá adjudicarse al acreedor en las dos
terceras partes de la postura legal.
“Es nula toda cláusula que autoriza al acreedor a apropiarse la prenda, aunque ésta sea de
menor valor que la deuda, o a disponer de ella fuera de la manera establecida en los artículos que
preceden. Es igualmente nula la cláusula que prohíba al acreedor solicitar la venta de la cosa dada
en prenda” (2887).
La prenda se extingue en vía principal cuando el deudor pignoraticio hace pago al acreedor
de la obligación principal o por cualesquier causa legal de extinción.
Término de gracia. La legislación civil concede un término de gracia en favor del deudor
pignoraticio en los términos siguientes: