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CLASE 21

CONTRATOS MERCANTILES

MANDATO – tercera parte

Obligaciones del mandatario. El mandatario está obligado a:

a) Ejecutar en representación del mandante el acto jurídico encomendado. El


mandatario deberá ejecutar personalmente el acto jurídico encomendado. Sin embargo, el
mandatario podrá encomendar a su vez la ejecución del mandato a un tercero cuando tenga
autorización expresa del mandante.

El mandatario substituto tiene para con el mandante los mismos derechos y


obligaciones del mandatario (2574, 2575 y 2576). El mandatario substituto no puede a su
vez, substituir la representación conferida.

b) Modo y forma de ejecución del mandato. El mandatario deberá ejecutar el


mandato conforme a las instrucciones expresas del mandante, y en ningún caso, podrá
proceder contra esas limitaciones o instrucciones expresas contenidas en el poder. Si
durante la ejecución del mandato sobreviene un acontecimiento que altere las instrucciones
recibidas, el mandatario deberá consultar al mandante siempre que lo permita la naturaleza
del negocio; si no fuere posible y el mandatario estuviere autorizado para obrar a su
arbitrio, hará lo que la prudencia dicte, cuidando el negocio como propio; en todo caso el
mandatario deberá suspender la ejecución del mandato notificando el acontecimiento al
mandante por el medio más eficaz (2562, 2563 y 2564).

El exceso en la ejecución del mandato hará responsable al mandatario y quedará


obligado a indemnizar al mandante de los daños y perjuicios, así como a la responsabilidad
a que se haga acreedor frente a los terceros. El mandante, en todo caso, tendrá la opción de
ratificar el exceso a las instrucciones o a los límites del poder. De no ratificarse éstos, el
mandatario será responsable de los daños y perjuicios tanto frente a los terceros como
frente al propio mandante (2565).

c) Rendición de cuentas. El mandatario está obligado a informar sin demora al


mandante sobre la ejecución del mandato y a rendir cuentas exactas de su administración o
ejecución del mismo.

La rendición de cuentas será formulada por el mandatario al mandante en los


términos del contrato, si no lo hubiere, cuando el mandante lo pida, “y en todo caso al fin
del contrato” (2569). El mandatario al rendir cuentas de su encargo deberá entregar al
mandante todo lo que haya recibido por virtud del mandato, incluyendo el pago de lo
indebido, si lo hubo.

Si el mandatario distrae las cantidades recibidas en la ejecución del mandato, estará


obligado a pagar al mandante los intereses que correspondan, ya sea desde la fecha de la
distracción o desde la fecha en que se constituya en mora para la entrega de esas cantidades
(2570, 2571 y 2572). Independientemente de estas obligaciones civiles, la responsabilidad
se extiende a la pena pública en los términos prescritos por la legislación penal.
Obligaciones del mandante. El mandante está obligado a:

a) Anticipar al mandatario las cantidades requeridas para la ejecución del


mandato. El mandante está obligado a anticipar al mandatario todas las cantidades que
requiera para la ejecución del mandato, así como las cantidades que se hayan estipulado
para la ejecución del mismo. Cuando el mandatario haya realizado los gastos, el mandante
tendrá la obligación de reembolsarlos, aunque el negocio no haya salido bien, con tal de
que el mandatario esté exento de culpa. El reembolso comprenderá además los intereses por
las cantidades erogadas por el mandatario, cuando no fue expensado debidamente (2577).

b) Indemnizar al mandatario de los daños y perjuicios que se le hayan causado


por el cumplimiento del mandato. El mandante estará obligado a indemnizar al
mandatario de todos los daños y perjuicios que se le hayan causado en la ejecución del
mandato, ya que todos sus efectos recaen en el patrimonio del mandante; por tal motivo,
todos los daños y perjuicios resentidos por el mandatario en la ejecución del mandato
deberán indemnizarse por el mandante.

Esta regla está condicionada exclusivamente a que los daños y perjuicios resentidos
por el mandatario no se produzcan por culpa o negligencia del mismo.

En el supuesto de que el mandante no dé cumplimiento a estas obligaciones, el


mandatario “podrá retener en prenda las cosas que son objeto del mandato hasta que el
mandante haga la indemnización y reembolso de que se trata” (2579). El derecho de
retención que se otorga al mandatario deberá ser momentáneo, es decir, sólo podrá retener
en prenda los objetos muebles producto de la ejecución del mandato, condicionado a
formalizar este derecho mediante una acción judicial.

c) Pagar al mandatario por el servicio prestado. El mandante está obligado a


pagar al mandatario por el servicio prestado la cantidad o bienes en los términos pactados
en el contrato, de no existir pacto expreso por el valor del servicio será la autoridad judicial
quien determine su valor, salvo que los contratantes hayan acordado el carácter gratuito del
contrato. Estas mismas reglas serán aplicadas al mandatario substituto (2576).

Tratándose de la pluralidad de mandantes, éstos serán responsables solidarios de


todas las obligaciones frente al o los mandatarios, salvo pacto expreso en contrario (2580).

Revocabilidad del mandato. La propia ley por la naturaleza del mandato los
faculta al mandante para declarar unilateralmente la terminación del contrato mediante la
figura jurídica de la revocación. Esta facultad de revocación corresponde al mandante ya
que los efectos jurídicos del acto que se encomienda repercuten únicamente en su
patrimonio y por tal motivo la revocación será posible por ser una facultad inherente al
mandato, con independencia de que éste quede obligado a indemnizar al mandatario cuando
la revocación sea inoportuna. La revocación del mandato puede hacerse en forma expresa o
en forma tácita:
- Será expresa cuando el mandante por declaración unilateral declara la revocación
del mandato para que se extinga éste, pero en este caso, no es suficiente que exprese su
voluntad de dar por concluida la representación, en la misma forma en que fue otorgado, no
porque esta formalidad se considere como un elemento de validez sino como el documento
probatorio fehaciente de la revocación.

Aunado a esta formalidad concurren otras actuaciones del mandante que consisten
en las siguientes hipótesis:

1.- Cuando el mandato sea otorgado para tratar con determinada persona, debe
notificar a ésta la revocación, de no hacerlo quedará obligado a indemnizar al tercero de
buena fe, en actos posteriores a la revocación.

2.- El mandante además de notificar al mandatario la revocación debe exigir la


devolución del poder o documento en que consta la representación; así como todas las
documentales relativas al acto jurídico encomendado;

“el mandante que descuide exigir los documentos que acrediten los poderes del
mandatario, responde de los daños que puedan resultar por esa causa a terceros de buena
fe”(2598).

- El mandato puede revocarse tácitamente cuando se constituye un nuevo


mandatario para un mismo asunto, se entiende implícita la revocación del mandato. Esta
revocación produce sus efectos desde el día que se notifique o quede enterado el
mandatario de esta revocación.

En el caso del mandato judicial o para efectos administrativos o fiscales la simple


designación del nuevo mandatario ante ellas tendrá por notificado al mandatario de su
revocación y deberá abstenerse de continuar con ésta.

La facultad implícita de la revocación se regula en la legislación civil al señalar que


“El mandante puede revocar el mandato cuando y como le parezca ...”(2596).

Mandato Irrevocable. Como se ha mencionado, aunque el mandato por esencia es


revocable, mandante y mandatario pueden convenir ese carácter, convirtiendo el mandato
en irrevocable al que-dar limitada la facultad del mandante para declarar en forma
unilateral la terminación del contrato, en estos casos, tampoco el mandatario puede
renunciar el poder.

Si bien es cierto que se puede convenir el carácter irrevocable del mandato también
es cierto que dicha irrevocabilidad no es absoluta ya que el incumplimiento de las
obligaciones de uno de los contratantes, faculta al que ha cumplido con las que le
corresponden para declarar la recisión del contrato.

Modos de terminar el mandato. El Código Civil enuncia los siguientes casos por
los que se extingue el contrato de mandato:
a) Por revocación. El mandante tiene el derecho de revocar el contrato de mandato
cuando y como le parezca, con la condición de indemnizar al mandatario de los daños y
perjuicios cuando ésta resulte inoportuna. El mandato será irrevocable cuando se haya
pactado expresamente por las partes. Fuera de esta excepción, el mandato por esencia será
siempre revocable.

b) Por la renuncia del mandatario. El mandatario tiene el derecho de renunciar al


mandato, siempre y cuando no se trate del mandato irrevocable; esta renuncia deberá
notificarse fehacientemente al mandante, pero mientras tanto, el mandatario quedará
obligado a continuar con la representación hasta en tanto el mandante no designe un nuevo
mandatario.

c) Por la muerte del mandante o del mandatario. Por el carácter intuitu personae
del contrato, la muerte del mandante o del mandatario trae como consecuencia la extinción
del contrato, aun en el caso del mandato irrevocable.

Si el mandante muere, el mandatario deberá continuar en la administración del acto


jurídico hasta en tanto los herederos no designen un nuevo mandatario, pudiendo pedir al
juez que conozca de la sucesión, que señale un término perentorio a los herederos a fin de
que se presenten a encargarse de sus negocios o a designar a un nuevo mandatario.

Estas reglas de extensión a la vigencia del mandato quedan circunscritas únicamente


a los actos de administración, aunque el mandato haya sido otorgado para actos de dominio.

Si el mandatario muere, se extingue el contrato, pero sus herederos, si los hay,


deben dar aviso fehaciente al mandante y practicar, mientras este resuelva, las diligencias
que sean indispensables para evitar cualquier perjuicio. Esta regla no implica ningún efecto
de causa habiencia jurídica de los derechos y las obligaciones del contrato de mandato a sus
herederos, sino únicamente a que éstos procedan a dar aviso al mandante con la diligencia
debida cuando éste desconozca el deceso del mandatario.

d) Por la interdicción de uno y otro. La incapacidad superveniente de cualquiera de


los contratantes extinguirá el mandato ante la imposibilidad de que tanto uno como el otro
no puedan cumplir cabalmente las obligaciones que se derivan de la representación por
haberse modificado la capacidad del mandante o del mandatario.

e) Por el vencimiento del plazo o por la conclusión del negocio para el que fue
concedido. Esta causa de terminación implica dos posibilidades:
1.- Que el contrato de mandato esté sujeto a un plazo extintivo cuya temporalidad
estará sujeta a un día cierto que necesariamente ha de llegar, en esta hipótesis, vencido el
plazo se extingue de inmediato la representación.

2.- Si el mandato fue conferido para la realización de un acto jurídico específico


mediante el poder especial una vez concluido éste la re-presentación se extingue y no es
susceptible de prorrogarse por el carácter limitativo del poder especial.
f) Por declaración de ausencia del mandante o del mandatario. La declaración de
ausencia no trae como consecuencia la extinción total del contrato de mandato sino
únicamente para los actos de dominio. Los actos de administración subsisten tanto en las
medidas provisionales en caso de ausencia como en la declaración de ausencia.
g) Por la constitución de un nuevo mandatario para un mismo asunto. Desde el día que se
notifique a éste el nuevo nombramiento (2595 y 2599). Como se ha señalado en el tema de
la revocación, la designación de un nuevo mandatario para un mismo asunto implica la
revocación por ministerio de ley salvo que se haga reserva expresa de su carácter de
apoderado para actuar con los nuevos mandatarios.

Reglas generales para la terminación del contrato.

Concluido el mandato, el mandante debe notificar fehacientemente al mandatario la


extinción del contrato, así como exigir del mandatario o a sus herederos “la devolución del
instrumento o escrito en que conste el mandato, y todos los documentos relativos al negocio
o negocios que tuvo a su cargo el mandatario”.

El mandante que descuide exigir los documentos que acrediten los poderes del
mandatario, responde de los daños que puedan resultar por esa causa a terceros de buena fe
(2598).

Concluido el mandato, si el mandatario continúa ostentándose frente a los terceros


con ese carácter y los terceros ignoran el término de la representación:
1. Con relación al mandante, los actos serán nulos, siempre y cuando el mandante
haya notificado al mandatario sobre la extinción del mandato. Sin embargo, el
mandante será responsable de los daños y perjuicios que se causen a los terceros
de buena fe si omitió exigir los documentos al mandatario.

2. Igual responsabilidad tendrá para reparar los daños y perjuicios a los terceros, si
confirió un mandato para tratar con una persona determinada y revocado o
concluido el mandato, no notifica la extinción del contrato.

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