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I. INTRODUCCION.
1. Situación Problemática
Con el afán de comprender la verdadera esencia del pensamiento, surge en el hombre la
necesidad de reflexionar sobre las principales formas en que éste se presenta, es así que
abordaremos el proceso de formación y desarrollo de los conceptos, juicios y raciocinios.
De esta manera se plantea una posible solución al problema, sin embargo esta aparente
solución trae consigo un mar de controversias. Determinar ¿cuál de ellas es la herramienta
básica del pensamiento? o como lo plantearan los clásicos, ¿cuál es la célula básica del
pensamiento y qué relación tiene con las demás formas del pensamiento?, las respuestas sólo
trajo como consecuencia el alejamiento del hombre hacia la verdad; es así como se concluye
que entre ellas existe una unidad dialéctica, en la cual una complementa a la otra en el
transcurso de su proceso de formación y desarrollo.
Además que las formas del pensamiento (conceptos, juicios y raciocinios), constituyen la razón
de ser de todas las ciencias, es la manera como estas presentan los resultados de sus
investigaciones, en ellas se sintetizan el conocimiento de la esencia de las cosas, por lo cual
comprender el proceso del pensar o conocer; es decir, la dialéctica de las formas del
pensamiento es de suma importancia.
Así mismo las ciencias desde la física hasta la geología, desde siempre han buscado mejorar la
vida de los seres humanos comprendiendo y transformando la naturaleza. Las ciencias sociales
por su lado, buscan incidir en entender la problemática social, cambiar la mente de los hombres
para mejorar su modo de vivir, entender el pasado, proyectarse al futuro mejorando el presente.
Por otro lado, entender las contradicciones de los fenómenos nos permite explicar a fondo
dichos fenómenos, además nos permite conocer su esencia a través de la cual se establecerá
el correcto camino hacia la comprensión de la naturaleza del objeto y la construcción y
sistematización de la verdad del conocimiento.
Siempre se ha discutido sobre cuál debe ser el orden en que se deben investigar las formas del
pensar, es decir, si iniciar el estudio por el juicio, por el concepto o el razonamiento. Hasta el
momento no ha habido consenso entre las diversas posiciones. Algunos consideran que se ha
de iniciar el estudio por los juicios, ya que estos constituyen en sí un verdadero saber. Pues
nos dicen que si tomamos por ejemplo un concepto como por ejemplo “cuadrado”, este de por
sí, no constituye un saber, no nos dice nada de nada.
Para Rosental (1965), por ejemplo se ha de iniciar el estudio de las formas del pensar por el
concepto. Pues nos dice que los conceptos son los materiales de construcción básicos del
proceso de cognición, del pensar; al igual que Aristóteles dice que son la “célula” básica
fundamental del conocimiento. Si bien es cierto que hace esta afirmación sobre los conceptos,
Rosental no desmerece para nada la importancia de los juicios, pues dice que el concepto
surge del resultado de varios juicios, y plantea una relación indesligable entre juicio y
concepto.
Rosental, nos explica que los conceptos se nos ofrecen como puntos nodales del conocimiento
en los que se nos da una expresión abreviada de las conexiones y relaciones esenciales de
una gran masa de cosas, y sólo apoyándonos en esos puntos nodales podemos construir
juicios y razonamientos. Como ejemplo cita el siguiente juicio: “el capitalismo es la última
formación antagónica, en substitución de la cual llega una nueva formación económico-social
que no conoce la división en clases explotadora y explotadas”. Afirma que para elaborar el
juicio anterior se ha utilizado una serie de conceptos que sirven de fundamento, como son:
“capitalismo”, “clases”, “antagonismo” y otros. Nos dice además que cada uno de estos
conceptos expresa conocimientos obtenidos como resultado de un largo desarrollo de la
ciencia y el quehacer práctico del hombre. Para concluir nos dice que si podemos enunciar
pensamientos acerca de tales o cuales fenómenos y procesos es, precisamente, porque
tenemos a nuestra disposición esas “células”, de que está formado todo el “organismo” el
conocimiento.
Pero al mismo tiempo, si bien es cierto que el juicio se forma de una serie de conceptos, esos
conceptos “capitalismo”, “clases”, “antagonismo” que son los ladrillos para la construcción del
juicio citado por Rosental, también llevan implícito una serie de juicios que contribuyeron en su
construcción. Por ejemplo el concepto “capitalismo” lleva implícito los juicios, tales como: “el
capitalismo es una formación económico-social”, “la contradicción básica en el capitalismo es
entre el trabajo y el capital”, “la consecuencia del capitalismo es el neoliberalismo” y así
podríamos ir enunciando una serie de juicios más que en el concepto de “capitalismo” aparecen
implícitos.
En conclusión desde la perspectiva de la lógica dialéctica no podemos afirmar que es el
concepto o el juicio la célula básica del conocimiento, ambas formas son las células básicas del
conocimiento, no hay conceptos sin juicios, ni juicios sin conceptos. Es más, no hay conceptos
sin juicios, ni juicios sin razonamientos, luego no hay conceptos sin razonamientos. En los
resultados de la ciencia se presentan en unidad indesligable en las teorías científicas o cuerpos
teórico-conceptuales.
II.CUERPO TEMATICO:
Todo este proceso no sería posible sin la existencia de las formas cognoscitivas (concepto,
juicio y raciocinio) que son los resultados o productos del conocer, pero a la vez son poderosas
herramientas del conocimiento. De ellas, el concepto es el que está llamado a expresar la
esencia interna de los fenómenos (sintetiza y generaliza), pero este no se podría construir sin
los juicios y raciocinios.
Pero la esencia de los fenómenos es altamente contradictoria, no en el sentido común de la
palabra, sino que en la esencia del fenómeno interactúan muchas fuerzas, muchas tendencias,
sumándose hacia el desarrollo o neutralizándose y anulándose. Así, el fenómeno visible
(fenomenológico) es el resultado de muchas interacciones internas (esenciales) que dan como
resultado un equilibrio dinámico; y es el concepto el encargado de reflejar en toda su
complejidad en nuestra mente, esta esencia es contradictoria en el fenómeno (anabolismo y
catabolismo en el metabolismo como esencia de la vida, excitación e inhibición en el
funcionamiento del sistema nervioso, diástole y sístole en el funcionamiento del corazón, etc.).
Por ejemplo, en el campo de las Ciencias Sociales, el concepto “acumulación del capital”, en el
desarrollo histórico social de la lucha de clases (práctica), después de la caída del feudalismo,
surge el concepto de capitalismo, que luego de ser sometido a la práctica (vida social) arroja
como resultado el ser un concepto altamente contradictorio:
Por un lado, la acumulación de capital genera riqueza y aumento de productividad, gracias al
empleo de máquinas, el trabajo se hace más sencillo, menos penoso y rápido. Pero de otro
lado, se produce una disminución en la demanda de fuerza de trabajo (desocupación y
subempleo), aumento del número de proletariados (trabajadores explotados), aparece la
plusvalía (apropiación del dueño de las fuerzas productivas de la fuerza de trabajo), disminuyen
los salarios y se crea desempleo y la miseria.
En el campo de las Ciencias Naturales, el concepto “átomo”: primero, de la contemplación de la
realidad (práctica), surge el concepto primitivo de átomo, como esfera indivisible. Luego, con el
transcurso del tiempo, se van desarrollando diversos experimentos (práctica) que al
confrontarse con los viejos modelos de átomo, crean contradicciones, de las cuales se
desprenden nuevos modelos o bien se mejoran los modelos anteriores.
De esta forma, el concepto de átomo ha evolucionado hasta las modernas concepciones
actuales, pero cada nuevo concepto creado lleva en su esencia todas las contradicciones por la
que ha pasado en el camino de su evolución.
De igual forma, en las matemáticas, los conceptos surgen y se van desarrollando por medio de
la contemplación del mundo (práctica). Así surgen los conceptos: “número”, “infinito”, “positivo”,
“negativo”, “vacío”, etc. Todos llevan en su esencia el carácter contradictorio que adquieren en
el transcurso de su evolución.
Esta actividad productora está sujeta a cambios que dan origen a nuevos conceptos y nuevas
fuerzas sociales, las cuales sólo velan por sus intereses, por ejemplo, el concepto de Estado
que surge por la necesidad de defender el excedente de producción.
La concepción Materialista del mundo plantea la aplicación del método dialéctico para un mejor
análisis de los fenómenos sociales y la repercusión de estos en la formación de nuevos
conceptos, nuevos juicios y raciocinios; es decir nuevos conocimientos científicos.
Los conceptos en las ciencias sociales están directamente relacionados con la práctica, que
incluye la lucha de las distintas clases y grupos sociales, lo que tiene su expresión en la lucha
de los partidos políticos dentro de la sociedad de clases. En el proceso de lucha de clases, se
elabora la ideología de las clases respectivas como un conjunto de ideas, teorías, y puntos de
vista que reflejan sus intereses económicos y políticos, y expresan, en última instancia su
propia naturaleza.
En la lucha ideológica general, los ideólogos de cada clase social utilizan los conceptos más
importantes de las ciencias sociales, recurren a su respectivo contenido, mientras que los
ideólogos de las clases reaccionarias falsifican el contenido real de los conceptos, sobre todo
conceptos de la vida política, atribuyéndoles un contenido arbitrario, el que ellos desean,
ofreciendo una noción falsa y tergiversada a sabiendas de la realidad, ejemplo: el concepto de
Estado.
Los ideólogos de las clases sociales dominantes no son capaces orgánicamente de dar
respuestas objetivamente veraces acerca de los problemas más importantes de la vida social,
de descubrir las leyes del desarrollo de la sociedad, de elaborar conceptos verdaderamente
científicos acerca de la sociedad, se encargan de falsificar permanentemente los significados
de los conceptos con el fin de mantener el estado de cosas tal cual esta, porque es en ese
estado de cosas que usufructúan de sus beneficios.
El desarrollo de estos conceptos está determinado por las fuerzas productivas y el progreso de
la producción; la primera es la de mayor importancia, la cual analizaremos brevemente. Las
fuerzas productivas están determinadas, a su vez, por la realización de experimentos científicos
y la invención de nuevas técnicas. Para el desarrollo de conceptos en estas ciencias, los
experimentos científicos tienen un lugar predilecto, ya que muchas ciencias se basan en ellos y
otras, por ellos, han pasado de ser puramente observadoras a experimentales, y más que todo
porque gracias a ellos existen contradicciones entre los conceptos viejos y los nuevos, en
consecuencia, como es lógico, los conceptos nuevos, previamente sustentados, son los que
tienen mayor relevancia, la aplicación de estos traen consigo el progreso.
El conocimiento de estas fuerzas en interrelación con la naturaleza y el hombre trae para aquél
la satisfacción de sus necesidades. Si bien es cierto la aplicación de nuevas técnicas han
llevado a que las investigaciones científicas sean aún mucho más amplias y complejas, pero lo
que nos perjudica son de un alto costo. El capital monopólico responde a estas grandes sumas
de dinero y no precisamente para el bienestar en general sino para sus propios intereses,
desviando el sentido y carácter que debería tener las investigaciones científicas.
Los conceptos en las ciencias naturales no son clasistas, es decir las distintas corrientes
políticas, sociales y económicas pueden tener influencia sobre ellos, pero no son un factor
directo impulsor del progreso de estos. Verbigracia no se puede catalogar a un concepto de las
ciencias naturales de socialista, sería absurdo. Estos conceptos son el reflejo más profundo y
completo de la naturaleza, de allí la importancia del conocimiento de aquélla para lograr el
progreso. Existe diversas interrelaciones entre distintas ciencias naturales, ya que cada una no
está desligada de la otra por completo y debido a esto es que surgen las ciencias limítrofes, las
cuales son ciencias puentes y permiten un mayor entendimiento de las otras.
Desde tiempos remotos, la naturaleza ha sido el objeto de estudio más importante del
conocimiento humano. Ya el hombre primitivo, en trato directo con los objetos del medio que lo
rodeaba, percibía de un modo empírico-sensorial sus propiedades, sus elementos, sus
funciones y relaciones por lo que llegaba a conocerlos. Esto le permitía elegir entre ellos los
que le eran útiles y necesarios para su vida y existencia (elegía el pedernal para hacer sus
herramientas, elegía los frutos que lo nutrían, etc.).
Todo el proceso ulterior de desarrollo de la vida del hombre en la sociedad es, al mismo
tiempo, un proceso permanente de cognición continua de los fenómenos de la naturaleza, del
conocimiento de las propiedades, elementos, funciones, vínculo y relaciones de los mismos, a
fin de utilizar las fuerzas de esta para asegurar su propia existencia, para el desarrollo de su
producción material. Con el avance, ante todo, de las fuerzas productivas, que expresan la
relación entre el hombre y la naturaleza, de allí que, la importancia de las teorías y conceptos
científico de las ciencias naturales en la vida de la sociedad humana se manifieste a través del
vínculo directo de las ciencias naturales con el desarrollo de las fuerzas productivas, y, en
particular, con el progreso de la técnica y con ello, la producción material. Ello no significa, ni
mucho menos, que las distintas fuerzas sociales, y en primer lugar las clases, sean indiferentes
a las ciencias que estudian a la naturaleza, a las conquistas de las ciencias naturales y
matemáticas.
Las clases sociales están interesadas en lograr determinados resultados en el desarrollo de la
producción, están interesadas en el progreso de las fuerzas productivas, por lo que es lógico su
interés por los logros más importantes de las ciencias naturales y su aplicación en la
producción. Si bien por si solas las leyes, teorías y conceptos de las ciencias naturales y
matemáticas no tienen un carácter de clase, en cambio su aplicación y empleo tienen siempre
un lugar en una sociedad clasista y en interés de las correspondientes clases sociales.
Cada disciplina científica posee una serie de conceptos y categorías determinantes que
componen un sistema definido (principios, leyes, teorías, hipótesis, etc.), y como sistema lógico
es fruto del desarrollo histórico del conocimiento de la esfera concreta de la realidad material.
La creación y formulación de los conceptos más importantes se convierten en un peldaño
necesario, en un factor crucial en la ciencia, y su desarrollo ulterior viene determinado en gran
medida por los conceptos y las ideas que en ellos existen. El nexo histórico y lógico de los
conceptos determinantes en el sistema de la disciplina científica establece en forma
concentrada el contenido principal del proceso del conocimiento en el sector correspondiente
del mundo material y es el factor determinante en la construcción de un sistema científico como
tal. Ello se refiere por completo a todas las ciencias naturales y matemáticas, en las cuales, a
diferencia de las ciencias sociales, el sistema de conceptos expresa la constancia relativa
incomparablemente mayor de los fenómenos naturales que en los procesos de la vida social,
donde en la serie de conceptos de una sola ciencia incluso, por ejemplo, de la economía
política del socialismo, se puede expresar toda una época de consolidación y desarrollo de la
sociedad socialista. En cambio, expresar a través de los conceptos todo el proceso de la
evolución de la materia, aun cuando sólo se trate de nuestro planeta, solamente es posible con
ayuda del sistema de categorías de la totalidad de las ciencias naturales en conjunto.
Las disciplinas teóricas más importantes vienen determinadas en su contenido por el contenido
y el significado de los conceptos principales, que en su nexo interno forman la armazón lógica
de la ciencia dada. La física como ciencia (si se considera su desarrollo desde los tiempos de la
física clásica de Galileo, Newton, Lomonósov), no hubiera podido surgir y existir como sistema
científico sin una serie de conceptos determinantes, que revelan el contenido de los procesos
correspondientes de la naturaleza, la estructura de los cuerpos materiales y la organización del
mundo de la naturaleza en su conjunto. Entre estos conceptos se cuentan ante todo el de
materia, energía, espacio, tiempo, movimiento, aceleración, etc. formulados en su obra clásica
Principios matemáticos de la filosofía de la naturaleza, adquiriendo nuevo contenido en la teoría
de la relatividad, que es la teoría física moderna del espacio y del tiempo. Los conceptos de
espacio y tiempo son las nociones centrales de física teórica y tienen un carácter determinante
en la construcción lógica del panorama físico del mundo, tanto en la física clásica como
contemporánea.
Estos conceptos son el refugio de los idealistas, gracias al elevadísimo grado de abstracción y
generalización que tienen, aludiendo que al suceder esto, los conceptos matemáticos pierden
relación con la realidad material, sin tener en cuenta que las abstracciones matemáticas son
reflejo de las propiedades, facetas, vínculos y todas las relaciones del mundo material.
Asimismo, las matemáticas y sus conceptos surgieron a partir de las necesidades de los
hombres en actividades muy sencillas, por éstas se vieron obligados a usar los dedos de las
manos para poder contar cuántos animales tenían, medir sus tierras (palmo, codo, cuarta, etc.);
lo cual demuestra de nuevo la importancia de la actividad práctica humana para el desarrollo de
las ciencias y de los conceptos en general.
Sobre la clasificación de los términos hay varias propuestas que se hacen de acuerdo a varios
criterios, veamos:
a). Por su función: Por la función que desempeñan como componentes de una proposición
lógica, los términos pueden ser categoremáticos y sincategoremáticos.
Son términos concategoremáticos aquellos que tienen pleno significado por si solos. Ejemplo:
“Hombre”, “átomo”, “vegetal”, “partícula”, “inteligencia”, etc. y
Son sincategoremáticos aquellos que no tiene pleno significado por sí solo, y sirve para
estructurar a otros y formar las proposiciones lógicas. Ejemplo: Todos, algunos, si, entonces, y,
obvio, etc.
b). Por Estructura: Por su estructura, los términos pueden ser simples y compuestos. Son
términos simples si se expresan en un solo vocablo. Ejemplo: “Hombre”, “átomo”, “vertebrado”,
“sociedad”, “memoria”, etc. y son compuestos, si el término consta de muchos vocablos.
Ejemplo: “República Peruana”, “formación económica – social”, “Fuerzas Productivas”,
“Relaciones sociales de producción”, etc.
c). Por su contenido: Pueden ser de contenido objetivo y de contenido subjetivo o ideal. Son
términos de contenido objetivo aquellos que expresan objetos de contenido objetivo. Por
ejemplo: tierra, átomo, célula, velocidad, fuerza de trabajo, etc. y son de contenido subjetivo o
ideal aquellos que expresan conceptos de contenido subjetivo. Ejemplo: afecto, personalidad,
inteligencia, emociones, etc.
d). Por su Extensión: pueden ser, singulares o individuales, particulares y universales. Son
singulares o individuales cuando se refieren a un solo objeto, fenómeno, proceso u hecho.
Ejemplo: “Sociedad Peruana”, “Guerra del Pacifico”, “Gobierno de Piérola”, etc. Son
particulares cuando se refiere a una parte del todo. Por ejemplo: “Algunos perros”, “algunos
hombres”, “hay planetas”, etc. y son universales o generales cundo se refieren a todos los
objetos, fenómenos, procesos u hechos. Ejemplo: “Todos los hombres”, “los Modos de
Producción”, “los vegetales”, etc.
Es necesario resaltar que los conceptos que tienen mayor extensión se expresan en categorías
y esto se construye básicamente en el conocimiento filosófico, como la afirma FINGERMANN
81967. 65), “Las categorías son pues las clases más generales de conceptos y a ellos se
subordinan todos los demás conceptos”.
La lógica formal se interesa no por el contenido o significado de las formas del conocimiento,
sino fundamentalmente por el razonamiento y su estructura. La dialéctica considera a todos las
formas del pensamiento y le interesa las leyes que presiden la construcción y sistematización
de la verdad; es decir el desarrollo de las teorías científicas.
El juicio es el encargado de hallar la célula fundamental en la construcción y desarrollo de la
teoría científica, además de ser la forma más sencilla e importante de abstracción. Todo
conocimiento si existe en la realidad para otro hombre, tiene forma de juicio o es un sistema, un
conjunto de juicios agrupados en un sistema único, teoría científica (argumento científico). El
razonamiento es la forma de mediatización de los juicios cuyo predicado expresa la idea de lo
universal en el fenómeno.
ALEXEIEV manifiesta que las formas del pensar no pueden existir unas sin otras, que la
existencia de una, presupone la existencia de las otras, él plantea una unidad indisoluble entre
estas formas, además afirma que la célula fundamental del pensamiento no es el concepto.
Éste es la forma más general, abstracta, en su obra no menciona una comparación entre
concepto y juicio que permitiera llegar a esa conclusión, ya que hasta el concepto más sencillo
la antecede algunos juicios y razonamientos.
La lógica formal analiza el juicio en tanto sirve como premisa del razonamiento, es decir, en
relación tan sólo con la doctrina de la estructura de las demostraciones o construcción de
argumentos científicos.
La teoría aristotélica de los juicios, aunque contiene muchos elementos verídicos, materialistas,
es limitada. Aristóteles, al analizar las formas del pensamiento, distinguía, en primer lugar, las
formas en que se combinan varios contenidos intelectivos de la significación de las palabras al
margen de esta combinación. Y entre las formas del pensar en que se combinan contenidos
intelectivos, separaba las formas que no tenían relación con la realidad y las formas en que se
piensa obligatoriamente el ser o el no ser del que se combina.
Aristóteles reconoce que en el sentido cognoscitivo la más importante es esta última; distinguía
en ellas dos variantes: 1) La forma del pensamiento donde la relación con la realidad no se
manifiesta como una afirmación o una negación, no es, por consiguiente, ni verdadera ni falsa
(pregunta, admiración, orden, etc.), y 2) El pensamiento como afirmación o negación directa es,
forzosamente, ya verdadera, ya falsa.
Aristóteles califica de juicio tan sólo esta última forma e incluye en ella un círculo limitado de
ideas. Por su contenido el juicio es un pensamiento acabado sobre la inherencia o no
inherencia de una cosa u otra, y por su función lógica, la premisa o la conclusión en el
silogismo. El juicio, por su forma, es la unión de sujeto y predicado.
Los lógicos formales, que niegan el contenido objetivo del pensamiento, consideran al juicio
como una forma pura, totalmente indiferente a todo contenido. Formulan el concepto de la
“función prepositiva”, que según ellos, es una expresión que contiene una o varias variables;
ésta se convierte en juicio cuando las variables se sustituyen por constantes.
Las funciones del juicio, según Russel, pueden ser tres: 1) Verídicas con todos los significados
del argumento o de los argumentos; 2) falsas con todos los significados, 3) verídicas con unos
argumentos y falsa con otros.
Califica a las primeras de funciones del juicio de necesidad; las segundas, de funciones del
juicio de imposibilidad, y las terceras, de funciones del juicio de posibilidad.
El defecto de la concepción aristotélica de los juicios radica en su interpretación metafísica de
la verdad. Para Aristóteles la verdad es algo estancado, dado de una vez para siempre.
Delimitaba estrictamente la afirmación y la negación.
El juicio es el resultado del proceso de aprehensión del objeto por el intelecto. Las diversas
formas del juicio constituyen los eslabones, los elementos de este proceso. Así, en unos juicios
se recoge el conocimiento verídico ya conseguido acerca del objeto, y en otros, el probable; se
supone tan sólo que el objeto posee o no ciertos caracteres y rasgos; en los terceros, los
interrogativos, se inquiere la existencia de propiedades, caracteres o relaciones de algún
objeto. La vieja lógica delimitaba estrictamente estas diversas formas de juicios y no
consideraba la interrogación como un juicio (como un pensamiento que refleja la realidad y
aspira a ser verídico).
El Juicio probable está directamente vínculo con otra forma: la interrogación. Al suponer algo
en el objeto, planteamos un problema, una tarea para la investigación que se resuelve en la
ulterior trayectoria del juicio.
Las preguntas tienen singular importancia en la ciencia. No puede haber una ciencia exenta de
interrogantes, de problemas, los problemas son el punto de partida de las investigaciones
científicas, surgen por la necesidad de conocer algo o por la insatisfacción de algo.
La solución de un problema científico presupone su análisis, el esclarecimiento del modo de
resolverlo. La respuesta a una pregunta conduce al planteamiento de un nuevo problema. De
esta manera es como se desarrolla el juicio: de pregunta a respuesta y de la respuesta a una
nueva pregunta.
Los elementos del juicio, sujeto, predicado y cópula, son elementos de un cierto pensamiento
integral; por ello no se les puede identificar con los objetos o fenómenos y sus propiedades, ni
con las mismas palabras. El sujeto del juicio no es el mismo objeto, fenómeno, proceso u hecho
de la realidad que existe al margen de nuestro propio juicio, sino que es el reflejo mediato en
nuestra conciencia; el predicado no es la misma propiedad, cualidad, característica o función
del objeto, sino que es la abstracción hecha por nuestra mente. De igual forma el vínculo entre
el sujeto y el predicado en el juicio no es más que el reflejo en nuestra conciencia de los
vínculos que existen objetivamente en la naturaleza, sociedad o el propio pensamiento.
El sujeto y el predicado del juicio son las ideas que se tienen del objeto, fenómeno, proceso u
hecho, no son los propios objetos, fenómenos, procesos u hechos, sino su reflejo (Principio del
reflejo). La lógica idealista afirma que el juicio es la propia realidad. Los representantes más
destacados de esta concepción fueron Bosanquet y Husserl. Para este último, el verdadero
juicio existe con anterioridad al hombre e independientemente de él; es decir que habría una
racionalidad metafísica que tendría existencia al margen de la existencia del hombre.
La dialéctica materialista, dejando de lado toda clase de argucias idealistas en la conciencia del
hombre, insiste en afirmar que el contenido del juicio tiene carácter objetivo. La finalidad del
mismo es reflejar en toda su complejidad y con toda precisión posible la realidad tal como es
por sí misma. El contenido del predicado del juicio no se refiere al sujeto, sino al objeto que se
refleja en el sujeto. El juicio, por lo tanto, no es un pensamiento sobre el concepto, sino sobre el
objeto, que existe al margen del juicio (al margen del sujeto y al margen del predicado). Lo
único general para todas las clases de juicios es que reflejan, de un modo directo o indirecto
(mediato o inmediato), los objetos, fenómenos, procesos u hechos del mundo material o ideal y
sus relaciones. Constituyen el contenido del juicio no sólo los nexos objetivos de los
fenómenos, sino nuestra actitud frente a ellos.
El juicio, según Hegel, está construido de la siguiente forma: lo singular es universal (el sujeto
es predicado). Por una parte, lo singular es universal (el sujeto es predicado), pero, por otra, lo
singular no es universal (el sujeto no es predicado), ya que cada uno de ellos tiene su propia
existencia (lo singular es singular y lo universal, universal) y se diferencia del otro. Esta unidad
y contradicción de lo singular y lo universal (del sujeto y del predicado) constituye la fuente del
desarrollo, de la dinámica del juicio.
Como ejemplo de juicios en los que se establece el vínculo de lo singular con lo universal,
tenemos los siguientes: el oro es metal; el trigo es una gramínea. En estos juicios se
establecen propiedades generales de objetos singulares o se incluye lo singular en clases de
objetos. Este vínculo existe en el mundo objetivo y el juicio lo refleja.
Según Hegel, la proposición singular se convierte en juicio sólo en el caso de que alguno de
sus elementos se ponga en duda: “Para que lo sea - escribe Hegel- el predicado tiene que
referirse al sujeto según la relación de las determinaciones del concepto. La meta principal del
juicio como forma de pensamiento es revelar la esencia de las cosas, las leyes de su desarrollo
y movimiento.
Entre el sujeto y el predicado del juicio existe una compleja relación recíproca. Es indudable,
primero, que entre ellos hay unidad; el predicado repite, en cierto sentido, al sujeto, y por ello
todo juicio establece que el sujeto es predicado. Pero, al mismo tiempo, el predicado significa
siempre algo distinto que el sujeto. Entre el sujeto y el predicado hay relaciones de unidad
dialéctica, en las que se incluye la identidad y la diferencia.
El predicado del juicio refleja lo que hay en el objeto del juicio, más el juicio no refleja todo el
objeto, sino una parte suya tan sólo; por ello cada nuevo juicio nos aproxima más y más al
conocimiento de la complejidad del objeto.
La función básica de la cópula del juicio consiste en reflejar relaciones entre el sujeto y el
predicado del juicio que corresponde a los nexos que existen objetivamente entre los objetos,
fenómenos, procesos u hechos de la realidad. La cópula expresa, asimismo, el grado de
exactitud del juicio en cuanto a su conocimiento de las relaciones objetivas.
La cópula del juicio no puede expresar la existencia o la no existencia del objeto del
pensamiento. La idea de la existencia o no existencia de un objeto en la vida real constituye el
predicado de un juicio especial de existencia.
Se considera, tradicionalmente, que la cópula tiene dos formas: afirmativa y negativa. Pero en
la realidad sus formas son mucho más variadas (es, no es, existe, no existe, ubicación
espacial, temporal, inclusión de clase, comparación, etc.).
Existen también otras formas de cópula, la interrogativa, por ejemplo (“¿Irá usted a Máncora
este verano?”). La cópula no se limita a la afirmación o a la negación, sino que es una clase
general, especial, de predicación mediante la cual algunos pensamientos del juicio (sujeto y
predicado) se vinculan entre sí en consonancia con el vínculo objetivo de los fenómenos y con
la exactitud establecida.
La deducción sirve para inferir obligatoriamente algo de algo que se conoce anteriormente
como fidedigno. La intuición no se limita a proporcionar la tesis de partida de la deducción; la
propia deducción de una tesis partiendo de otra se realiza sobre la base y partiendo de la
intuición.
En el método de Descartes, la experiencia y la inducción desempeñan un papel auxiliar. No
podemos decir que Descartes desdeñaba en general el papel de la experiencia en el
conocimiento; según la posibilidad, mayor o menor, deben realizarse experimentos que
contribuyan a un avance más rápido del conocimiento de la naturaleza, pero a la propia
naturaleza se le designa un papel auxiliar .
Por inducción, que Descartes denomina enumeración, no se sobreentiende un razonamiento
que va desde hechos aislados al conocimiento de la tesis y principios generales, si no la
recopilación de efectos deducidos de tesis numerosas y diversas. A la inducción se la asigna
un papel muy modesto: el de sistematizar los datos por medio de la intuición y la deducción. La
lógica de Descartes no conocía la verdadera inducción, es decir, el razonamiento que pasa de
los hechos singulares obtenido por vía experimental a las generalizaciones.
Fue Hegel el primero que intentó seriamente, por primera vez en la historia de la filosofía,
superar el divorcio metafísico entre la inducción y la deducción.
El factor positivo de su teoría del razonamiento es que intenta poner al descubierto la
interrelación, la dinámica de la formas de raciocinio, de precisar su valor cognoscitivo. Para
Hegel lo más importante era esbozar las transiciones de una forma de razonamiento a otro, el
paso de la deducción a la inducción y el de esta última, a través de la analogía, de nuevo a la
deducción.
El raciocinio según Hegel, atraviesa en su desarrollo tres grados fundamentales: Raciocinio de
existencia, de reflexión y de necesidad. Estos tipos de raciocinios no se diferencian por rasgos
puramente formales si no por el contenido.
El valor cognitivo del raciocinio de existencia es muy reducido; permite descubrir tan sólo la
superficie del fenómeno. El raciocinio de reflexión posee más contenido, expresa con mayor
profundidad la esencia del objeto; su término medio no es la universalidad abstracta, si no
concreta, que engloba todo lo singular en su conjunto. Hegel distinguía en este tipo de
razonamiento tres formas: raciocinio de totalidad, de inducción y de analogía. El raciocinio de
totalidad tiene la forma S-P-T (singular, particular totalidad).
La inducción supera los defectos del silogismo de totalidad, pero también adolece los vicios
radicales. No supera plenamente el carácter subjetivo del raciocinio de totalidad ya que su
término medio está constituido por individualidades en toda su inmediación; su síntesis es
casual. Toda es incompleta, ya que las individualidades jamás se agotan hasta el fin. Por otro
lado, Hegel no pudo superar por completo la subestimación viciosa de la inducción.
IV.BIBLIOGRAFÍA:
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