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Capítulo I CONTEXTO HISTÓRICO Y FILOSÓFICO DE LA VIDA Y

OBRA DE DAVID HUME.

1.1 BIOGRAFÍA DEL AUTOR.

David Hume, uno de los grandes e ilustres representantes de la filosofía empirista.


Nació en Edimburgo (Escocia) un 7 de abril de 1711. Era de una familia noble que se
encontraba en los campos de Escocia, tanto de la parte de su padre y de su madre. Por
cierto, de su madre era familia solvente, del Conde Home, o Hume. Donde sus abuelos
eran dueños de haciendas, pero propiamente su familia no era muy rica, como
consecuencia su patrimonio era escaso. (cf. Tratado de la naturaleza humana. 6). Por
tanto, nunca se casó, pues toda su vida intelectual lo alejan de la vida amorosa,
demostrando una persona lucida, este demostró un excelente sentido de humor, por lo
que ayudo a llevar una vida buena; hasta su muerte. No se sabe nada de su vida de fe.
No obstante Hume parece ser un escéptico ateísta cuando desarrolla toda su filosofía,
pero se sabe cuándo era de niño se educó en una familia calvinista. (cf. Tratado de la
naturaleza humana, 6)

En 1734 inicia estudiando derecho, por el deseo de su padre que quería educarlo en
las leyes. Este mismo año viaja a Francia a las regiones de Reimgs, Neeche y en Aju.
Hume, en sus días en Francia conoce a Jean Jacques Rousseau (fue un hombre polímata
considerado como el emancipador de las primeras ideas prerrevolucionarias y unos de
los ilustrados suizos y de Francia) pues por lo que tiene un buen trato, a consecuencia de
esta confianza David Hume recibe las ideas de la Ilustración. pero por algunos
problemas que tiene rompe esta relación. La idea principal de la ilustración, era de
poner la razón al centro de todo, eliminar toda ignorancia, superstición y la tiranía, para
construir de nuevo el mundo. A causa de la influencia de los ilustrados, Hume se inclina
a escribir su obra del “Tratado”; propiamente que trata del entendimiento humano y de
las pasiones. Por lo que contribuirá en la ilustración que estaba en desarrollo en Escocia,
caracterizado por ser unos de los impulsores de este movimiento en su tierra. Fue
cuando escribió su primera obra “Tratado de la naturaleza humana. En 1737 pasa a
Londres, donde publica el Tratado que no tuvo una gran acogida, que ni siquiera pudo
levantar honores que se merecía. En 1742 hace imprimir sus ensayos sobre moral,
política y algunos escritos de literatura. Estos ensayos si tuvieron un mejor recibimiento,
lo que lo hace olvidar el primer fracaso que tuvo en su primera publicación. Adán
Smith, su amigo, que era un economista escoces “no se desdeñó en juntarlas y
aumentarlas en su libro “Tratado de la riqueza de las naciones”. (libro publicado en el
año 1776), obra donde le ayudo la mayor reputación en Europa a Hume. La segunda
obra que escribió David Hume en el año 1748 es la “Investigación sobre el
entendimiento humano”. Con el fin de propagar nuevamente sus ideas, que ya estaban
en sus primeros escritos. Pero ahora escribe un libro más corto, entendible y, sobre todo
más polémico es decir despertar interés en la gente de la época.

En 1749 vuelve al lado de su hermano donde escribe la segunda parte de sus


ensayos, donde le puso el título de “Discursos políticos”. También es en este retiro es
donde se entera que su libro estaba teniendo una apreciación por el público, es cierto
que recibía ataques, pero no se dio la molestia de responderlos. En 1751 se fue a
Edimburgo y publica sus discursos políticos”. En 1769 poco antes de su fallecimiento
escribe Ensayo sobre el suicidio y la inmortalidad, pero este no lo termina de escribir
por causa de su enfermedad; donde años después será publicado. A partir del año de
1775 comienza a sentir las molestias de un tumor intestinal, pasando un año falleció a la
edad de sesenta y cinco años.

Distinguido por un auge de la producción intelectual, científica y cultural. Así mismo


Hume, no obstante, el buen conocimiento de los escritos de Descartes y de Malebranche
se inclina a la corriente empírica Ingles que fueron sus precursores en particular John
Locke y George Berkeley. En efecto en la filosofía de David Hume “aparece ya
claramente su escepticismo como resultado de la aplicación del método empirista a toda
actividad del alma”1. Llevándolo a las últimas consecuencias el empirismo.

Por otra parte, recibe una influencia indirecta de Newton, pues este tiene un deseo de
ser el “Newton de las ciencias morales” 2. (Félix Duque, estudios preliminares, “tratado
de la naturaleza humana”, XXI.). en ese sentido, en su asociacionismo de Hume es muy
claro este influjo; es evidente que se parece a la teoría de la atracción de Newton. Pero

1
Fraile, historia de la filosofía, 839
2
Hume, tratado de la naturaleza humana, XXI
no se sabe con exactitud si es que ha recibido clases Colin Maclaurin el mejor discípulo
de Newton.3

1.2 DISCUSIONES FILOSÓFICAS EN LA ÉPOCA DE DAVID HUME.

El racionalismo y el empirismo predominaron toda la filosofía moderna y han sido


objeto de cuestionamiento por algunos límites y faltas que presentaron dentro de su
desarrollo filosófico. De igual forma también presentaron fundamentos sólidos para su
construcción filosófica y para buscar las debilidades o límites de las demás posturas.

Locke nos informa de que hay una distinción principal entre dos tipos de
pensamientos claros que nos facilita nuestras sensaciones. El primero son las cualidades
primarias; esto consiste que las ideas se asemejan a sus causas que son inseparables del
cuerpo y que todos son cuantificables y medibles con la matemática como pueden ser:
textura, movimiento, escala, forma, etc. En segundo son las cualidades secundarias son
poderes para producir nuestras ideas, es decir que no tienen semejanza con algo presente
en el cuerpo, es esto encontramos los colores, sonidos y gustos. “Locke sigue en este
punto la tesis cartesiana que niega la objetividad de las cualidades secundarias” 4. Pero
para no contradecirse que él es filósofo anti-innatismo, afirma que esas potencias están
en la cosa misma, también que estas cualidades secundarias son modos de las
primarias.5

El racionalismo y el empirismo son unas corrientes filosóficas que intentan explicar


la forma en que los seres humanos adquieren el conocimiento. Pero su sistema de
pensamiento es opuesto. El racionalismo esta fundamentado en que la razón es la fuente
del conocimiento humano. El empirismo es una teoría que se basa en la alegación de
que la experiencia es la fuente del conocimiento. Por esto todos los filósofos empíricos
intentaran ir en contra del racionalismo y esta disputa prevalecerá todo este periodo,
hasta su decadencia.

Dentro del empirismo, los filósofos de esta corriente tampoco coincidían con la
misma forma de pensamiento. Y la más clara esta, en la forma de ver la realidad: John
3
Cfr. Duque, estudios preliminares, tratado de la naturaleza humana, XXI
4
Santacruz, historia de la filosofía moderna, 248
5
Cfr. Ibid.248
Locke por su parte afirma que no existe las ideas innatas y el determinismo, rechazando
así la idea absoluta. George Berkeley su postura es el idealismo subjetivo, negando la
realidad de abstracciones como materia extensa. Con toda esta corriente de su época
David Hume radicalizará todas estas posturas; aseverando que todo conocimiento es de
la experiencia sensible. Lo valido en la ciencia es la física de Newton.

1.3 INFLUENCIAS FILOSÒFICAS.

Entre el siglo XVII, en Europa ya predominaba el racionalismo y la otra doctrina que


surge más tarde entre el siglo XVIII es el empirismo en Inglaterra. Pues estas dos
corrientes se consideran como los principales que resaltaron en la modernidad, aunque
el racionalismo fue primero que el empirismo. Incluso los empíricos, hacen una crítica
muy radical a los racionalistas como, por ejemplo: la existencia de ideas innatas, el
conocimiento de Dios y la destrucción de la metafísica clásica.

A propósito del Empirismo fue como una respuesta al Racionalismo. Pero


fundamentalmente las dos corrientes eran herederos del sistema cartesiano, aunque cada
una responde al problema puesto por Rene Descartes. Para ambos el objeto del
entendimiento serán las “ideas”. La premisa fundamental fundamentales será la
necesidad de partir de lo lado de un modo inmediato al hombre, a la propia conciencia.

Como sabemos, el empirismo moderno fue iniciado Francis Bacon, luego por John
Locke y a lo largo de este camino fue avanzando y desarrollándose con Berkeley, llega
en un punto donde este empirismo llega a la cumbre con nuestro filosofo David Hume,
que desarrolla una filosofía empírica muy radical afirmando que el conocimiento solo
viene de nuestras percepciones de hechos que experimentamos. Locke en su filosofía ya
afirmó que las percepciones propiamente van a depender de la experiencia. David Hume
estará de acuerdo Locke que todas nuestras percepciones se fundamentan y se originan
en la experiencia. Por parte de Berkeley, como menciona Félix Duque en sus estudios
preliminares del tratado en primer momento no se podría afirmar que tuvo Hume una
influencia directa que recibió6. Pero es cierto “las ideas generales (I, I,7) y del espacio y

6
Cfr. Duque, estudios preliminares, tratado de la naturaleza humana, XIX.
tiempo como conjuntos de puntos sólidos y coloreados (I, II, 2) tiene un sabor
Berkeliano”7. Esto, por una parte, nos podría decir que, si hubo una influencia, pero no
hay ninguna fuente que diga tal cosa con seguridad. En 1740 antes de que escribiera su
Apéndice, es donde comienza a leer a Berkeley.

Hume estando en Francia casi tres años, redactando su obra. Indudablemente recibió
la influencia de algunos escépticos como Montaigne, sobre todo Pierre Bayle; esto lo
podemos apreciar en “los argumentos sobre la naturaleza y limitaciones de la
matemática”8. También vale mencionar a Nicolas Malebranche, que ejerce una
importante influencia en Hume, pues toda la crítica de la causalidad será aprovechada
por este filosofo escoces.

Hume vivía en la etapa de máximo desarrollo de la ciencia moderna. Admirado por


la física de Newton, Hume tiene idea de elaborar un método experimental, basado en la
percepción y la sensibilidad. Quizás este filosofo escoces tuvo contacto con toda la
doctrina de Newton, como lo hace mención Félix Duque mediante sus “profesores de
Edimburgo James Gregori, sobre todo; no se conoce con certeza si llegó a recibir clases
de Colin Maclaurin”9 fue uno de los grandes discípulos de Newton, que este se encargo
de la catedra de matemática en 1725.

Quizás lo que reamente Hume quería presentar es la idea de introducir toda la ciencia
y la filosofía sobre un novedoso fundamento. “que todas las ciencias se relacionen con
la naturaleza humana”10. Con todo esto poniendo siempre el intento de explicar los
principios de su Tratado, Y sería una ciencia segura sin ningún tipo de inseguridades.
Ateniendo que esta investigación será el fundamento de toda la demás ciencia, con una
base bien sólida, la observación y la experiencia. Su preocupación como tal el hombre,
dirigiendo la conducta para hacerle feliz. David Hume afirma que todo nuestro
conocimiento viene de los sentidos, dividiendo en dos partes: las ideas y las
impresiones. Con certeza podemos apreciar este método científico experimental de
Newton que aplica este filosofo. Todo esto es contra los filósofos racionales, afirmando
que nuestras pasiones, más que la razón, también son las que gobiernan nuestro
comportamiento humano y otro de los argumentos que pone Hume es con respecto de la
“idea y causas”, puesto que aquí no puede justificarse con la razón, sino es la costumbre
7
Ibid. XIX
8
ibid. XIX
9
ibid. XXI
10
Santacruz, historia de la filosofía moderna, 296.
es la que prima. Un rechazo total de la metafísica clásica y también la racional,
afirmando que debemos construir otra metafísica con único fin de desaparecer la
primera metafísica que ha sido adulterada y falsa por mucho tiempo. Es decir, esta es
“la verdadera metafísica que no destruye la razón” 11. Edificar un conocimiento a base de
lo empírico experimental.

Por lo que respecta a otras influencias. Como a Francis Hutcheson, también


considerado como el padre de la ilustración escocesa. Pues toda la ética de Hume esta
fundamentado por el sentimentalismo Hutcheson. Aunque David Hume rechaza la
visión de la visión teológica de la moral de Hutcheson. Reduciendo solo a una visión
instrumental.

1.4 “TRATADO SOBRE LA NATURALEZA HUMANA.”

El tratado de la naturaleza humana, es una de las mejores obras de David Hume y


una de las mas relevantes dentro de la filosofía moderna, en especifico en el tiempo del
empirismo.

Estando en Francia (Fleché) es allí donde escribe su Tratado de la naturaleza humana


en el año 1374. Una obra en el que se proponía nada menos que en un sistema completo
de las ciencias, edificado sobre un fundamento totalmente nuevo, y el único sobre el que
las ciencias puedan basarse con seguridad. La esta obra apareció sin el nombre de autor,
que no lo fue por timidez, miedo o desconfianza sino mas bien por una arrogancia o una
vanidad del autor. Pues este pretendía que lo obras se valiera por si misma, sin que el
autor no viera nada. En su publicación oficial que lo hace en el año 1739 pues todo
resultó un fracaso porque no tuvo un gran existo en su publicación, tampoco había una
buena acogida por parte del público, por eso no se vendió. Mas bien produjo rechazo y
reacciones por parte de los fanáticos como el mismo menciona en su autobiografía para
sus libros I y II. Cuando escribe su advertencia y su autobiografía recién es donde
reconoce su paternidad de su famosa obra, donde un buen tiempo su obra estaba escrita
anónimamente. Por eso se va ganar muchas críticas como por ejemplo de Félix Duque,
en sus estudios preliminares del tratado afirmando “una obra mal escrita, sin coherencia

11
Ibid. 297
y sin contradicciones”12 hasta siendo reconocidos por Hume mismo, solo viendo una
parte dentro del apéndice que el mismo acepta algunas errores o faltas que hay dentro de
sus escritos, como por ejemplo del problema del “yo”.

Bueno, David Hume lo dividió su tratado en tres libros, que a continuación lo


desarrollaremos:

1. AUTOBIOGRAFÍA.
2. LIBRO PRIMERO: Del entendimiento. Esta divido en cuatro partes
- Parte primera: de las ideas, su origen, composición, conexión, etc.
- Parte segunda: de las ideas del espacio y tiempo.
- Parte tercera: del conocimiento y la probabilidad.
- Cuarta parte: del escepticismo y otros sistemas de filosofía.

3. LIBRO SEGUNDO: esto libro hablará sobre las pasiones.


- Primera parte: del orgullo y la humildad.
- Segunda parte: del amor y el odio.
- Tercera parte: de la voluntad y las pasiones directas.

4. LIBRO TERCERO: aquí trata sobre la moral.


- Primera parte: de la virtud y el vicio en general.
- Segunda parte: ¿Es la justicia una virtud natural o artificial?
- Tercera parte: de las demás virtudes y vicios.
- Apéndice.

12
Ibid. 297
Capitulo II PROBLEMA CENTRAL DEL CONOCIMIENTO DEL “YO”

El conocimiento del “yo” es una de los mayores problemas filosóficos de la


humanidad. Ya San Agustín desarrolla este problema de la siguiente manera: el
conocimiento de sí mismo es superior a la realidad extramental, porque en nosotros
habita un ser de mayor grado y si conocemos a Dios este será aún más. Asociando el
“yo” más a el alma, que con el cuerpo. San Agustín no explica de que como es ese “yo”
permanente, más bien recurre a un dualismo y dando más importancia al alma que al
cuerpo. La teología cristiana nos dice que nosotros debemos amar a los otros como a
nosotros mismos. Aquí surge la gran pregunta, confrontando con la filosofía de Hume
¿Cómo podemos amar y amarnos si ni siquiera sabemos quiénes somos?

En la historia filosofía hubo muchas concepciones, siempre preguntando ¿Quién en


verdad somos? Y si realmente nos conocemos. Filósofos como Santo Tomas afirma que
conocemos nuestro “yo” por habito, pero siempre nos referimos a algo que está en
nosotros.

Posteriormente aparecen la corriente filosófica de los racionalistas, principalmente


Descartes, aplica el principio intuitivo del pensamiento racional, sosteniendo que el
“yo” es una substancia (res cogitans).

Mientras, que el empirismo moderno, con uno de los más importantes representantes
David Hume niega toda posibilidad de un conocimiento racional del “yo”. En este
capítulo desarrollaremos a profundidad que es lo que nos dice este filosofo escoces
sobre el “yo” desde sus principios filosóficos.

David Hume, trata propiamente de este tema en la IV parte, sección VI del libro
primero de su tratado haciendo un trabajo de explicarnos de una imposibilidad de un
conocimiento racional y metafísico de nuestro “yo”. Este filosofo escoces, no estará de
acuerdo con toda la explicación y pensamiento que ha dado, pues esto lo deja en claro
en su “apéndice”. No quedando satisfecho, con su propósito que inicialmente se había
trazado en sus escritos de la identidad personal.
Este filosofo en su intento de explicar un verdadero conocimiento de la naturaleza
humana, hace un riguroso estudio epistémico. Al final termina diluyendo solo a un
conjunto de percepciones sin ningún fundamento.

2.1. LA CRITICA DE HUME DE UN CONOCIMIENTO RACIONAL DEL “YO”

Hume en su Tratado de la Naturaleza Humana, en la primera parte, sección sexta.


Propiamente va a tratar a cerca de la identidad personal (yo) y comienza afirmando que:
“algunos filósofos se figuran que lo que llamamos nuestro YO es algo de lo que en todo
momento somos íntimamente conscientes” 13. Aquí su crítica va dirigido a los
racionalistas (Descartes) y a sus predecesores empiristas (Locke).

Locke considera al ser humano como un animal en funcionamiento, es decir en


cuanto dotado de una materia y su identidad del hombre consiste “en la participación de
la misma vida continuada por un constante flujo de partículas de materia, vitalmente
unidas al mismo cuerpo organizado” 14 (ensayo, Locke. II, 27, 7) y lo que Locke defiere,
que la persona esta entendida individualmente, por lo que este debe tener consciencia
continua sobre sí mismo, por consiguiente, debe tener un sentido del el mismo que
contenga la memoria de lo vivido y las experiencias que tuvo en el pasado. Lo que
Locke también dice es que “si es la misma substancia idéntica la que piensa siempre en
la misma persona, pues diferentes sustancias pueden estar unidas en una sola persona
por una misma conciencia de la que participen” 15 (ibid. II 27-10). La filosofía Lockeana
teniendo raíces en la filosofía cartesiana, reduce toda la identidad personal a una
conciencia. Desacreditando que el alma sea un ser un pensante y también que se una
unidad sustancia. Quedando en una ambigüedad.

Hume con sus principios filosóficos no admite esta postura de Jon Locke. Porque
ciertamente deduciendo Hume dirá no es posible que el “yo” sea un conjunto de
conciencia o de recuerdos. Ya que nosotros mismos no podemos captarnos a nosotros
mismos es decir nuestra propia identidad, ya que no tenemos ninguna percepción o
impresión perfecta del “yo”.

13
Hume. Tratado de la naturaleza humana, 353
14
Locke, ensayo sobre el entendimiento humano, 314.
15
Ibid. 319
La existencia de un “yo”, distinto del cuerpo y considerada como substancia, pues
evidentemente había sido pensado por Descartes la (res cogitans). Aquí según Hume se
encuentra el problema que en todo momento sentimos la existencia y continuidad de
una identidad permanente y estable del “yo”, por consecuencia no necesitaría una
demostración. De este modo el desarrollo filosófico del “empirismo” es una
consecuencia lógica del “racionalismo”. Lo mismo también en la preeminencia del
cogito: fue remplazada por una conciencia movilizada por lo externo. En su libro el
Tratado Hume hace un ataque al “yo” de Rene Descartes, a esa concepción de
substancia pensante (cogito) y también la necesidad como norma del entendimiento
humano no podía ser el fundamento de la ciencia.

Primero Hume rechazó las ideas innatas, sosteniendo que no existe las ideas previas
a la percepción, lo que se piensa se extrae de lo que se percibe, es decir que nuestro
conocimiento deriva de la experiencia sensible que tengamos de la realidad.

Segundo argumento que el razonamiento intuitivo como fuente del conocer del “yo”
según Descartes y la creencia en la idea de la causalidad estos no se podrían justificarse
racionalmente, como el mismo dirá que son una mera costumbre y un hábito mental.
Para tener más claro este problema de la inducción significa que para sacar cualquier
inferencia causal de nuestra experiencia pasada es necesario que supongamos que el
futuro se parecerá al pasado, puesto que es una presuposición de que no se puede
fundamentar en la experiencia previa.

Hume con su escepticismo niega la existencia de un “yo” permanente, afirmando que


no tenemos ninguna impresión de ella, reduciendo que es una mera costumbre que
solemos utilizar.

Pero aquí Hume se enreda con este problema; es cierto que cada hombre siente que
tiene un “yo”, por eso en la vida diaria acostumbramos a decir “yo soy…” pero si
profundizamos y reflexionamos de quienes somos en verdad. Solo llegaremos a la
misma dificultad que tiene Hume, de no poder atrapar a ese “yo” permanente, tampoco
podremos definir esta realidad misteriosa que hay en nosotros. Quizás a este
conocimiento, la posibilidad que nos podría acercar seria nuestras acciones accidentales
que el hombre tiene y no hay otra opción mas que esta. A todo esto, Hume llamará una
costumbre que utilizamos para llamar que tenemos una existencia de un “yo”.
David Hume con su filosofía intenta refutar todo el conocimiento racional
especialmente del “yo”. Llegando a afirmar que si eliminaríamos todos los recuerdos,
sentimientos, toda la parte sensible, mi yo resultaría aniquilada y se puede deducir que
Hume lo relaciona al “yo” a un conjunto de recuerdos relacionados a una psicología y
acciones del cuerpo sensible. De esta manera en su tentativa de negar toda imposibilidad
de un conocimiento, solo recurre a otras explicaciones, y cae en un escepticismo.
Reconociendo algunas contradicciones y errores que tiene en el apéndice.

2.2. LA TEORÍA DE LAS IMPRESIONES DE HUME.

Para David Hume las impresiones son las percepciones tal y como aparecen por
primera vez en nuestra mente, es decir con un grado de mayor privacidad y fuerza. Que
a su vez pueden ser divididos como el mismo lo afirma “todas las percepciones de la
mente humana se reducen a dos géneros distintos que yo llamo impresiones e ideas” 16
(tratado de la N. H- P). Así mismo también para Hume, las impresiones son los
contenidos de nuestra conciencia a partir de las cuales podemos edificar todo
conocimiento sobre la realidad que está en torno a nosotros. Es decir, son el origen y
límites del conocimiento. También a veces sucede que las impresiones son tan débiles y
tan ligeras que no se pueden llegar a distinguir de las ideas. Resumiendo, que la
impresión es sentida, mientras que la idea es pensada.

Conviene tener en cuenta que Hume concibe el conocimiento intelectual como un


conocimiento frágil que en últimas instancias se reduce a la impresión recibida ¿a qué
llama idea Hume? “Por ideas entiendo las imágenes débiles de éstas en el pensamiento y
razonamiento, como, por ejemplo, lo son todas las percepciones despertadas por el
presente discurso, exceptuando solamente las que surgen de la vista y tacto y
exceptuando el placer o dolor inmediato que pueden ocasionar” (ibid. 20). 17
. Aquí
podemos ver que también Hume llama imagen a las ideas. Parece que el empirismo
confunde ambos términos y en plano más gnoseológico es incapaz de hacer una
diferencia entre los dos términos. Pero lo tiene presente, que los significados de las
16
Hume, tratado de la naturaleza humana, 20
17
Ibid. 20
palabras son ideas. Es así que para este filosofo escoces las ideas son imágenes, y es una
certeza.

Dentro de las impresionesg, Hume distingue en dos clases: en la sensación y en la


reflexión. Las impresiones de la sensación se refieren a que estos tienen el fundamento
último del que proceden todos nuestros conocimientos y estos se dan en el alma de
causas anónimas, que no podemos dar un esclarecimiento con la razón humana. La
impresión de reflexión se relaciona más con las pasiones y las emociones, como pueden
el deseo o la aversión, el miedo y la esperanza, es decir que se derivan de nuestras ideas.
Y esto le da la facultad a la mente de captarse así mismo o percibirse. Y con todo esto
Hume da una posibilidad de que nosotros con estas impresiones decimos que existe un
“yo” permanente, pero sin captar la esencia misma de esta.

También la conciencia es en sí misma encerrada, porque no puede captar sus propias


impresiones, es aquí donde podemos encontrar sus límites, de que la impresión de
nosotros mismo no podemos percibir, pero si algunas actividades de los sentidos
sensoriales. Y para concluir el empirismo de Hume es un empirismo subjetivo, que no
va a tratar de exceder los límites de la conciencia. (cf. H. F. M. Víctor santa cruz, 300)18

2.2.1. memoria e imaginación.

Afirma Hume “La facultad por la que reproducimos nuestras impresiones del primer
modo es llamada memoria, y aquella que las reproduce del segundo, imaginación.” 19( T.
N, HUMANA. 25). Puesto que hallamos por experiencia cuando una impresión ha
estado presente, este aparece como idea. Este puede ser de dos maneras: cuando retiene
en su aparición un grado notable de la primera vivacidad, entonces es de algún modo
intermediara entre una impresión y una idea, o también puede ser que cuando pierda esa
vivacidad y es enteramente idea.

Púes ya la primera vista las ideas de la memoria son mas vividas y sólidos que las de
la imaginación, y que la primera facultad nos muestra objetos con mayor precisión que
la imaginación. Cuando recordamos un hecho pasado, asevera Hume “su idea surge en
el espíritu con energía, mientras que en la imaginación la percepción es débil y lánguida

18
Cfr. Santa cruz, historia de la filosofía moderna, 300
19
Hume, tratado de la naturaleza humana, 25
y no puede ser mantenida por el espíritu, sin dificultad invariable y uniforme, durante
algún tiempo considerable”20(ibid.).

También hay otra diferencia, no menos evidente entre estas dos clases de ideas: a
pesar que ni las ideas de la memoria ni de la imaginación, ni las ideas fuertes o vivaces
ni las tenues, pueden aparecer en la mente en la mente al menos que hayan antepuesto
sus correspondientes impresiones. Puesto que la imaginación no está obligada a seguir
este mismo orden y forma de las impresiones auténticas, y lo mismo la memoria se halla
limitada en esta razón, no tiene a facultad de variarlas.

Y la función principal de la memoria no es conservar las ideas simples, sino mas bien
es preservar su orden y su posición. En resumen, este filosofo escoses asevera “este
principio se halla basado en un número tal de fenómenos corrientes y vulgares, que
podemos economizarnos la molestia de insistir más sobre él”21(ibid.)

2.2.1. Las leyes epistemológicas de la asociación entre las ideas.

En el “Tratado de la Naturaleza Humana”, Hume hace mención de tres caracteres,


que por su parte estos crean la asociación de ideas: la semejanza, la contigüidad en el
espacio o en el tiempo y la causa y efecto. Dirá también este filosofo escoces

“Como todas las ideas simples pueden ser separadas por la imaginación y
pueden ser unidas de nuevo en la forma que a ésta agrade, nada sería más
inexplicable que las operaciones de esta facultad si no estuviese guiada por
algunos principios universales que la hacen en alguna medida uniforme en todos
los tiempos y lugares.”22(T. N, HUMANA. 26).

Hume nos refiere de una imaginación que puede transponer y cambiar como quiere,
afirma Hume que “nada es más libre que dicha facultad” 23
(ibid. 26). Pero este se
moverá con menos grado de libertad cuando este regido por ciertos principios y que este
tiene movimiento de un objeto a otro por lo que se da en el espacio y tiempo, utilizando
los mecanismos de asociación, pues este tiene un rol muy importante en nuestra mente.

20
Ibid. 25
21
Ibid. 25
22
Ibid. 26
23
Ibid. 26
Lo que parece determinante es la mayor fuerza y vivacidad por parte de las ideas de la
memoria, hasta el punto de que emplea en ocasiones el termino impresión a las
percepciones de la memoria.

Para tener en claro. La asociación de ideas es una postura de nuestra imaginación por
la que nuestra mente se inclina a relacionar varias ideas. Las ideas o también contenidos
mentales se suceden unas y se combinan y recuerdas siempre: una idea trae la aparición
de otra. Es decir que las ideas o contenidos mentales pues suceden unas a otras y así
mismo se combinan unas con otras, obviamente como mencionamos en la primera parte
de este subcapítulo; que sigue un orden y esta regulado por principios.

Hume hace una sugerencia, que en el mundo de la física de Newton un cuerpo atrae a
otro cuerpo, esto demostrado por la teoría de la gravedad. Las leyes de la asociación son
parecidas a estas mismas fuerzas, por lo cual una idea tiende a evocar a otra idea, es
decir una masa psíquica que dentro de ella hay atracción. A esta unión lo llamará
“fuerzas suaves”. Pues gracias a estas conexiones naturales formamos llanamente las
ideas complejas, esto a partir de las ideas simples. Estas leyes de la asociación
comprenden las conexiones que en cierta manera son de la imaginación y no de la
razón.

Las tres leyes de la asociación o también considerados como principios de la


asociación de la idea, son propiamente cualidades de la imaginación, estos ejercen su
“actividad mediante una especien de atracción” 24(H, F. MODERNA. VICTOR. S. C.
302). Puesto que estos tienen lugar en la disposición mental. Estos constituyen unas
leyes internas que sirven para regular toda la operación de la imaginación con el fin, de
hacer esta “uniforme consigo mismo en todo tiempo y lugar”

2.2.1.1. La semejanza.

Este principio de la semejanza se entiende que, si dos o más ideas son semejantes,
pues nuestra mente humana puede unirlas o puede asociarlas mediante la imaginación,
es decir que todas nuestras ideas son semejantes entre sí. También para definir qué es lo
que dice Hume acerca de la Ley de la semejanza. Es la asociación por lo cual nuestra

24
Santa cruz, historia de la filosofía moderna, 302
mente se inclina reproducir ideas semejantes entre sí. Es decir, entre dos o más ideas
son semejantes, ya que nuestra mente tiene esta capacidad de unirlas utilizando la
imaginación, también en este principio es considerado como la más vaga en lo que
respecta del conocimiento, porque es la que representa más fallas y equivocaciones en
nuestras ideas como David Hume afirma que la “semejanza es la fuente más abundante
de error”25 (t.n.h61) podemos decir que este principio de la semejanza es algo inmediato
a nuestra vista, pero estos pueden variar a lo largo que el tiempo pase, es a causa de eso
que no podemos fiarnos tanto dentro del sistema del conocimiento. Por ejemplo, una
madre con su hijo es una relación que hacemos en el momento y lo conocemos como
una sola idea; pero a lo largo que el hijo va creciendo no vamos hacer la misma
inferencia que el primero. Es en este sentido el principio de la semejanza puede variar
en lo respecta a nuestro conocimiento.

David Hume afirma que este principio de la semejanza es la cualidad más común de
entre los objetos de la mente, en una parte llega a sostener que estas son las más débiles
y vagas respecto al conocimiento. La mera relación de semejanza entre dos o más ideas
no nos puede ayudar a identificar las diferencias especificas de cada una. Pues no
siempre se refiere a un objeto cuando opera con este principio. Pero por otro lado esta
asociación puede ser muy fuerte o también muy débil, por lo que este principio puede
tener un grado de variación al momento de relacionar. Por ejemplo, la imagen de una
mascota conocida, inmediatamente lo llevamos la misma representación del objeto a la
mente.

2.2.1.2. La contigüidad.

Hume sustenta que si las ideas han estado juntas en un determinado espacio y tiempo
tienden asociarse, es decir aquellas ideas que se han tenido experiencia siempre suelen
aparecer juntas. Un ejemplo claro, un color marrón, una superficie lisa de madera y
también tiene cuatro patas, si estos se encuentran en un espacio determinado y al mismo
tiempo y esto lo unimos en una idea compleja saldrá como resultado un “mesa”.

25
Hume, Tratado de la naturaleza humana, 61
2.2.1.3. La causalidad.

Es verdad, muchos filósofos en la edad antigua, media han utilizado tradicionalmente


la causalidad como un principio fundamental y algo demostrativo metafísicamente. Por
ejemplo, Aristóteles se refería a un motor inmóvil que era la causas de todo; tenemos a
Santo Tomás que aplica el principio de la causalidad. en sus cinco demostraciones
lógicas.

Ahora nuestro filosofo escoces analiza la relación causal se ha concebido como una
conexión necesaria entre la causa y efecto. Afirmando que tenemos una relación
filosófica entre dos objetos que puede haber en la realidad, ya que estos nos pueden
ayudar a elaborar inferencia a partir de nuestras de las ideas que se nos presenten de
nuestras impresiones. Este principio nos sirve simplemente como herramienta para
asociar ideas.

Hume considera a este principio como algo necesario, siempre en cuando no supere
los límites, que Hume mismo sitúa dentro de su tratado. Por si se llegará a considerar
como un principio que esta fuera de nosotros, seria algo contradictorio en la filosofía
humeana. Puesto que él considera, que la relación de causas y efecto no tiene una
relación ontológica o una relación que sea comprendida por la razón sino más bien es
experiencia experimental. Esto principio también aplicado una opuesta a toda la
filosofía racionalista que fue precedente a ella.

Una vez establecida con decisión firme de necesidad de la observación y también de


la experiencia causal, Hume da un paso más allá y afirma incluso de haber tenido
experiencia de las operaciones de causa y efecto, nuestras conclusiones realizadas a
partir de esta experiencia no están fundadas en el razonamiento o en proceso alguno del
entendimiento. Con esto Hume nos quiere decir que la conexión misma no es
razonamiento, pues este principio de la causalidad no tiene una impresión fuerte en
nuestra idea ya que solo tenemos una imagen debilitada de ella.

Pero todo el proceso del razonamiento, están fundadas en la relación de causa y


efecto, gracias a esto nosotros podemos ir más allá de toda la evidencia de nuestra
memoria y sentido. Pero Hume criticando a este tipo de conocimiento lo compara con la
noción de creencia, pero al mismo tiempo introduce también la costumbre o el hábito
que él llama para referirse a este principio. Todo tipo de inferencia realizadas a partir de
este principio son consecuencias de la costumbre y no del razonamiento. 26

Para tener en claro. La aparición de la costumbre dentro del principio de la


causalidad, nos lleva a sostener que la conexión causal que se da en toda cuestión de
hecho, procede siempre de un objeto presente a la memoria “una conjugación habitual
entre este y algún otro objeto; y, por otro lado, que la mente, al emitir el juicio, lo que
esta haciendo es creer” 27(ibid., 309). Es decir, es una conjugación habitual que le mente
suele realizar para elaborar sus deducciones.

La creencia, costumbre y la impresión son elementos muy importantes dentro de la


filosofía humeana. La impresión sensible como principio del conocimiento, es uno de
los factores que Hume niegue todo tipo de relación ontológica-racional de la causalidad.
Valga la redundancia que solo es mera costumbre habitual que la mente suele hacer.
Pero la costumbre es el principio de la naturaleza humana, dirá Hume como el principio
ultimo que podemos asignar a todas nuestras conclusiones de la experiencia.

Dentro del problema del “yo” o de la identidad personal. Hume niega que el “yo” sea
causada por una causa ontológica o como se ha ido desarrollando dentro de la filosofía
medieval, es especifico en el pensamiento metafísico Tomasiano. Para tener en claro no
hay un conocimiento metafísico así mismo no hay certeza científica empírica de esta
identidad, que permanente acostumbramos en manifestar en los diálogos comunes que
hacemos. Esto a causa de que uno de los principios de la causalidad que fuimos
desarrollando de David Hume, es algo necesario, pero solo sirve para crear conceptos o
inferencias de las cosas que si tenemos impresiones es decir algo limitado que no supere
el empirismo. Como el “yo” es algo espiritual por lógica, es evidente que no tendremos
impresión de ella, no podemos captarnos a nosotros mismos, ya que el empirismo
afirma que el conocimiento viene de lo sensible, del fenómeno que se nos presenta y
que no tenemos facultad de conocer seres espirituales. Por consecuencia no podemos
cognocer a nuestra identidad, ya que no es un ser contingente. Hume dirá que solo es
una creencia, una costumbre que el hombre infiere a cerca de ella. Pero eso no significa
que nosotros no tengamos un “yo” porque es algo inevitable al hombre, sino más bien lo
apunta indirectamente es un escepticismo, ya que no niega en ninguna parte de sus
escritos la existencia de una identidad personal.

26
Cfr. Santa cruz, historia de la filosofía moderna, 309.
27
Ibid. 309
A partir de la crítica del principio de causalidad. Hume no pretende dar una razón
ultima o una solución que sea verídica a cerca a este problema que él mismo se crea y
esto a causa de escepticismo sino mas bien considera que son explicaciones suficientes
y satisfactorias ante este principio.

2.3. EL PROBLEMA DE LA IDENTIDAD EN LA PERSPECTIVA


EMPIRICA DE DAVID HUME.

Hume en su teoría de la identidad personal. Acepta dos tesis muy importantes: 1.


Que no existe un “yo” permanente, un “yo “racional” o una identidad perfecta porque
de ella no tenemos ninguna percepción según su principio filosófico; 2. La segunda es
que acepta de que tenemos algo en nosotros, que es algo inevitable al ser humano y
Hume se limita a fundamentar a la negación radical de que no hay un “yo” cognoscible.
Que esto lo obliga al filósofo escoces a recurrir, que el hombre afirma que tiene un
“yo”, que supuestamente nos conocemos es por costumbre que ya tratamos esta teoría
en el capítulo anterior.

2.3.1. Definición de la identidad y de la semejanza.

Hume define la identidad a partir del principio de la causalidad. no niega del todo el
“yo” tampoco afirma su existencia ontológica. Sus planteamientos en primer lugar se
oponen al racionalismo que Descartes ya afirmaba que el “yo” era algo inmutable, una
substancia, era el “yo” que se piensa así mismo en si su famosa frase “ego cogito ergo
sum” con este dicho ya se ve claramente cual era su postura a cerca de la identidad
personal.

Así mismo, Hume fue en contra de la definición a cerca de la identidad personal de


Locke. Pues este filosofo consideraba que los seres humanos estamos dotados de un
cuerpo, es decir como cualquier ser vivo y su identidad consiste en un constante flujo de
partículas determinados por la materia y estas unidas a esa unidad corporal. En esta
definición Locke se refiere que el hombre esta entendida como una substancia
individual, que debe albergar un contenido consciente sobre sí mismo, pues este debe
contener una memoria de lo que ha vivido y de todo lo que ha experimentado en el
pasado. Se podría entender que toda la identidad de la persona esta relacionado con la
conciencia de la vivencia que se hace a diario. Y no lo queda nada mas a Locke que
recurrir a la memoria, que en algún momento David Hume también hará lo mismo.
También somos personas que somos capaces de recordar el pasado, ser conscientes en el
presente y nos podemos proyectarnos hacia el futuro. 28

Lo que no esta de acuerdo David Hume con Locke dentro de la definición de la


identidad personal, es como ya hemos visto que la persona es ser animal con cuerpo
material y para que se conozca así mismo solo basta la conciencia y la memoria.
(Aunque con los criterios de la actualidad podemos oponer que tiene una deficiencia
acerca del concepto del hombre). Lo que Hume va a decir: no basta con tener una
conciencia, ya que de este no tenemos ninguna impresión y no seria una fuente
confiable para evidenciarnos suficientemente para conocer nuestro “yo”. También este
filosofo escoces no fundamenta o no niega que el ser humano tenga algo trascendente
dentro de sí, tampoco afirma que el hombre sea dotado por completo de un cuerpo
material, como lo hacía Locke. Mas bien en la filosofía de Hume, él se acerca a una
imposibilidad de conocimiento ya que no tenemos ninguna impresión de las cosas
espirituales.

En virtud de su principio de semejanza, hume asevera que, el “yo” quizás en primer


momento nos podría parecer que si existe una identidad en nosotros. Porque cuando
decimos “yo” hay algo en nosotros, pero si tratamos de definir; es aquí que nos
encontramos con el problema o sea no tenemos ninguna idea sobre ella y no podemos
hacer una semejanza con ninguna idea, puesto que no existe una idea que se parezca o
igual al “yo”. Aunque alguna vez lo tratamos de asociar con las sensaciones del cuerpo,
por ejemplo, el tener hambre, sed, estar cansado y muchas reacciones sensibles que
puede presentar nuestra parte corporal. Así mismo también acostumbramos recurrir a las
reacciones psicológicas, por ejemplo, estar tristes, enojados, alegres, preocupados, etc.
Pero en especial lo que más acostumbramos a relacionar con el “yo” son los recuerdos o
la memoria. En cierta forma tendríamos razón al afirmar esta inferencia, porque si una
persona pierde la memoria pierde toda su identidad personal, es decir que estamos
acostumbrados a relacionar nuestro “yo” solo a recuerdos este tema lo desarrollaremos

28
Cfr. Locke, Ensayo sobre el entendimiento humano, 314.
más adelante. Retomando el tema que estamos desarrollando no podemos asociar
ninguna de estas ideas, porque no nos llevan a un conocimiento pleno de nuestra
identidad personal y Es donde cae toda la primera idea que hicimos en el inicio del
párrafo, una supuesta existencia perfectas del “yo”.

2.3.2. La memoria como posible fuente de la identidad.

Para este filosofo escoces la memoria va a tener un papel fundamental. Puesto que
esta conserva el orden en que las impresiones se presentan y su función es guardar y
reproducir todas las impresiones y las ideas que se ha tenido. La memoria también se
distingue por el grado de vivacidad con que ambas se muestran, vale mencionar que las
impresiones de la memoria se nos presentan con mayor vivacidad y fuerza que la
imaginación.

También la memoria para David Hume cumple estas funciones. En primer lugar, la
memoria permite evocar todas las percepciones o las impresiones pasadas que se ha
vivido. También la memoria nos permite lograr la conexión causal. En segundo lugar,
la memoria habilita a la imaginación que esta pueda vincular los principios de
semejanza y causalidad entre nuestras percepciones. 29 cfr. 83.

El conocimiento de la identidad personal. David Hume en cierta manera lo relaciona


con la memoria y también con los actos psíquicos. Ya que de sus manifestaciones si
podemos tener impresiones y que nos parece que vienen de la identidad ontológica,
substancial; quizás pueden ser medios para afirmar que hay una unidad espiritual dentro
de nosotros que supera nuestro razonamiento. Pero en la vida común se suele admitir
que, si recordamos o tenemos memoria de algo, es decir que está actuando o se está
manifestando nuestra identidad perfecta. Pero siendo más racionales esto no podría
evidenciarnos por completo para que haya un conocimiento pleno de nosotros mismos.

2.3.3. La creencia en la existencia del “yo”.

29
Cfr. Ibid. 83
Hume en base de sus principios empíricos, niega todo tipo de conocimiento racional
metafísico. Por lo que el “yo” no está basado en el conocimiento empírico tal como es
su principio de este filosofo. Pero es algo inevitable a nosotros que tenemos una
substancia porque intuimos que poseemos una identidad perfecta, aunque no lo
podamos conocer racionalmente, pero está ahí. Hume lo relaciona la identidad con que
nuestra mente toma a los objetos de manera sin movimiento o invariables y como
consecuencia todas las cosas extramentales carecen o están faltos de una identidad
perfecta. Y así mismo Hume dice que la substancia, es una ficción originada por nuestra
imaginación, sin ningún fundamento empírico que nos garantice su veracidad

También lo enlaza a un habito o costumbre como consecuencia de las dos facultades


mentales de la imaginación y también de la memoria, teniendo como efecto una
creencia de su existencia al final lo afirmará que es una nosotros acostumbramos a decir
que existe nuestro “yo” en el momento de sacar inferencias o también dialogar con los
demás.

Es por eso toda la identidad va estar considerado como un producto de la ficción que se
origina inevitablemente como consecuencia de la operación de los mecanismos de la
asociación y de la memoria. Uno de los motivos de lo que habla David Hume sobre la
identidad personal es explicar y caracterizar todo este proceso protagonizado por la
imaginación, es decir aclarar que causas nos llevan a conocer a creer en un “yo”
permanente e idéntica, si no tenemos ninguna impresión sensible sobre ella. Por eso en
algunas veces en un intento de explicar este “yo” recurrimos a todos los actos psíquicos
mentales que realizamos y creemos que estamos con ese “yo” permanente. a
consecuencia de esto David Hume introduce la costumbre para este tipo de
conocimiento, pero hay tener en cuenta de que este filosofo escoces nunca va a negar de
que nosotros tengamos una identidad estable; solo va ser la imposibilidad de las
impresiones y sensaciones por que en cierta manera el empirismo de David Hume
presenta limites dentro del conocimiento epistemológico.

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