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¿SE PUEDE SER GAY Y CRISTIANO?

Introducción

¿Se puede ser gay y cristiano? Miren, esta es una gran pregunta. Esta no es sólo
una pregunta académica, aunque vamos a verla desde el prisma académico y analizarla
para encontrarle sentido. Probablemente sea una pregunta muy personal, ¿verdad? Quizás
algunos de ustedes que me escuchan sientan esta atracción hacia personas de su mismo
sexo. Podrían ser como yo, que tengo amigos que sienten atracción hacia miembros de su
mismo sexo, y haber lidiado con esta pregunta, así que seamos sensibles en la forma de
responder, pero analicémosla también e intentemos encontrarle sentido.

Las afirmaciones no son suficientes

¿Qué pasaría si les hiciera esta pregunta: ¿Se puede ser marxista y cristiano? ¿Se
puede ser republicano y cristiano? ¿Se puede ser norteamericano y cristiano? ¿Sería
suficiente con que alguien se levantara y dijera: “Miren, yo soy republicano y soy
cristiano. Esta es la prueba”. “Miren, soy marxista y cristiano. Esta es la prueba”? No, no
podría ser que alguien simplemente afirmara ser ambas cosas. Tendríamos que analizarlo,
verlo y decir: ¿Qué significa ser marxista? ¿Qué significa ser cristiano? ¿Qué significa
ser republicano? ¿Qué significa ser cristiano? ¿Qué significa ser norteamericano?”
Tendríamos que verlo con más detenimiento.

Es evidente que en el caso del marxismo se trata de un movimiento explícitamente


ateo, así que se contradice directamente con lo que significa ser cristiano.
¿Norteamericano republicano? Está claro que deberíamos analizarlo un poco más. Así
que hagamos eso en el caso de la pregunta, “¿Qué significa ser gay?” y “¿Qué significa
ser cristiano?”

¿Qué significa ser cristiano?

Cuando hablo de cristiano, sólo me refiero al sentido bíblico histórico: alguien que
se ha arrepentido de sus pecados y es un seguidor de Jesús. Los cristianos aceptan
la ortodoxia como un todo y siguen, o intentan seguir, con la ayuda del Espíritu, las
enseñanzas de Jesús y la autoridad que Dios trae. Eso es, en cierto sentido, lo que
entendemos por cristiano en términos generales.

¿Qué significa ser gay?

Bueno, entonces la pregunta se convierte en: ¿Qué queremos decir con gay? Bueno,
el problema con esto es que esa palabra se utiliza de forma imprecisa en diferentes
sentidos, tanto dentro como incluso fuera de la iglesia. Mark Yarhouse ofrece tres
maneras provechosas de pensar sobre el tema de la homosexualidad. Dice: uno es una
persona que siente atracción hacia personas de su mismo sexo, que tal vez se encuentra
en esa situación en la que siente atracción hacia alguien de su mismo sexo. Y luego, en
segundo lugar, profundiza un poco más y habla sobre la orientación hacia personas del
mismo sexo, la orientación homosexual, donde eso parece ser un poco más profundo (una
prolongación, en cierto sentido). Y lo último sería la cuestión de la identidad; hay alguien
que dice que la atracción con esa orientación es una parte de quién es.
Ahora, hay debate entre los cristianos sobre si las personas, incluso aquellas que no
participan en conductas homosexuales, deberían llamarse a sí mismas gay. Algunos
afirman que sí y dicen: “Mira, dado que tengo esta orientación fija, así es como soy. No
voy a participar en ese comportamiento, pero me voy a definir como gay”. Por otro lado
están los que dicen: “No, no es prudente definirse como gay, debido a lo que ello entraña
públicamente”. No seré yo quien resuelva eso, pero es una cuestión importante que hay
que tener en cuenta en el sentido de cómo se utiliza este lenguaje.

Tensión entre atracción y práctica

Bueno, para mí, tenemos que hacernos la pregunta de si existe una tensión entre
la homosexualidad entendida como comportamiento, no como atracción por el mismo
sexo. La Biblia nunca dice que la atracción por el mismo sexo sea pecaminosa, ni que la
orientación hacia personas del mismo sexo sea pecaminosa. De hecho, miramos en la
Biblia y hay todo tipo de atracciones que uno puede sentir. La pregunta es, ¿qué hacemos
con esa atracción? ¿Cómo respondemos? ¿Sucumbimos ante ella? ¿Actuamos en
consecuencia? Así que cuando hablamos de homosexualidad, estamos hablando de
comportamiento. ¿Se puede ser un gay o una lesbiana practicantes y cristiano?

La práctica de la homosexualidad es un impedimento para alcanzar el cielo

Bien, ya vimos 1 Cor 6:9–11, pero Pablo sopesa este asunto de una manera muy
intensa. Sitúa el área de la práctica de la homosexualidad entre las prácticas que uno hace
y que le impiden entrar en el reino de Dios. Leamos juntos 1 Cor 6:9–11. Pablo dice:

¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los
fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan
con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los
estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos. Mas ya habéis sido
lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del
Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.

Amigos, puede que no les guste este pasaje. Tal vez les haga sentir incómodos, pero
Pablo claramente coloca a la homosexualidad junto con otras cuestiones—la práctica de
la homosexualidad junto con la práctica de la codicia, de la borrachera, del robo—
específicamente entre aquellos que no heredarán el reino de Dios. No me siento cómodo
diciendo: “Bueno, tal vez Paul no quiso decir esto. Quizás Pablo quería decir otra cosa”.
Pablo vincula expresamente a quienes practican la homosexualidad con aquellos que no
entrarán en el reino de Dios.

Conclusión

Entonces, ¿se puede ser gay y cristiano? Si con eso queremos decir participar en
conductas homosexuales, sólo Dios puede juzgar su corazón, igual que sólo él puede
juzgar el mío, pero Pablo sitúa la práctica de ese comportamiento en la línea de aquellos
que no heredarán el reino de Dios. Eso es algo que debemos tomar muy, muy en serio.
¿EL TEMA DE LA HOMOSEXUALIDAD ES CLAVE PARA EL EVANGELIO?

Introducción

¿Es el tema de la homosexualidad un tema evangélico? ¿Se trata de un asunto que


debería dividir a los cristianos? ¿Es un tema que vaya al corazón de lo que la Escritura
enseña sobre el carácter de Dios y la naturaleza del pecado?

¿Se puede ser gay y cristiano?

A menudo la gente me pregunta si uno puede ser gay y cristiano. Por supuesto que
cuando alguien pregunta si uno puede ser gay y cristiano, depende de lo que quiera
decir con “gay” y de lo que se entienda realmente por “cristiano”.

Si por “gay” entendemos que si se puede sentir atracción hacia un miembro del mismo
sexo y ser cristiano, por supuesto que sí. No conozco a nadie que lo discuta o ponga en
duda. Si “gay” hace referencia a la orientación sexual, que se suele tomar no sólo como
una atracción sin más sino como una atracción algo más permanente y duradera hacia el
mismo sexo (esto es, si uno puede tener una orientación sexual hacia personas del mismo
sexo y ser cristiano), naturalmente que sí.

Pero si por “gay” entendemos estar involucrado en alguna conducta sexual con
personas del mismo sexo y ser cristiano, ahí es donde yo diría que debemos analizar más
a fondo lo que enseña la Escritura.

El deseo de la unidad entre los cristianos

Justin Lee, a quien he mencionado antes, es el jefe de la Red cristiana gay. Él escribió
un libro muy interesante titulado Desgarrado, donde describe cómo creció como cristiano
gay y llegó a aceptar su atracción hacia personas del mismo sexo. Justin acepta la postura
revisionista de la homosexualidad. Fundó la Red cristiana gay para reunir a cristianos de
todo el mundo para adorar y escuchar mensajes juntos, y para mostrar que hay unidad
dentro del cuerpo de Cristo, aunque se difiera en este tema. Él dijo: “Quería dar ejemplo
a la iglesia y al mundo de que es posible vivir en una comunidad cristiana amorosa en
medio de importantes desacuerdos teológicos”.

Ahora bien, leído así por primera vez, por supuesto que deberíamos vivir juntos en
unidad cristiana y mostrar amor y respeto mutuos en diferencias teológicas, y lo respeto
y admiro por intentar hacerlo.

Algunos desacuerdos son permisibles

La Biblia permite el desacuerdo en libertad en ciertos asuntos. Pablo dice que nada
es impuro en sí mismo en el contexto de las restricciones dietéticas y el sábado. Romanos
14:1–15 muestra claramente que Pablo le permitió a la gente continuar practicando ciertos
aspectos de la ley mosaica, siempre que no fuera una exigencia ni provocara división
entre los creyentes.

Algunas cuestiones no son negociables


Pablo también le recuerda a sus lectores determinados asuntos que son
innegociables. Pablo viene a decir: “He aquí algunos temas que son negociables”. Los
cristianos pueden discrepar sobre la forma exacta de practicar ciertas cosas relacionados
con la ley. Los cristianos pueden discrepar sobre el sábado. Pero luego hay algunos temas
que no son negociables, donde Pablo parece decir que el propio evangelio está en juego.
Pablo trata sobre la práctica homosexual en el contexto de aquellos que no entrarán en el
reino de Dios. Por supuesto que aquí también menciona otros muchos pecados, pero sitúa
la homosexualidad dentro de este contexto.

1 Corinthios 6:9–11

En 1 Corintios 6:9–11, Pablo dice:

¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios
[porneia], ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con
varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los
estafadores, heredarán el reino de Dios. [Y luego añade:] Y esto erais algunos. Mas
ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el
nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.

Así que Pablo parece decir que hay asuntos negociables, pero también los hay
innegociables, y que estos separan a alguien del reino de Dios, y coloca la
homosexualidad, en el sentido de practicarla, en ese contexto.

Como creyente que lee a Pablo y trata de entender lo que está diciendo, no me siento
cómodo afirmando: “Bueno, es un tema secundario. No es algo muy importante”. Pablo
creía que era algo que separaba a las personas del reino de Dios.

Advertencia contra la falsa enseñanza

De hecho, las Escrituras contiene serias advertencias para aquellos que cambian la
naturaleza de la Escritura. Por ejemplo, Isaías 5:20 dice: “¡Ay de los que a lo malo dicen
bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz!”.

En Apocalipsis 2:20–21, Jesús reprende a la iglesia de Tiatira por ser permisiva con
un falso maestro. Escuchen lo que dice: “Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras
que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y
a comer cosas sacrificadas a los ídolos. Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero
no quiere arrepentirse de su fornicación”.

Conclusión

Amigos: en última instancia Dios juzgará los corazones de las personas.


Afortunadamente nosotros no tenemos que hacer eso. No tenemos que juzgar el destino
eterno de la gente. Eso está en las manos de Dios. Pero creo que le hacemos un flaco
servicio a la gente si nos preguntan honestamente: “¿Es la homosexualidad una cuestión
que pueda separar a alguien del reino de Dios, en el sentido de practicarla?” y no
respondemos que Pablo parece decir muy claramente en 1 Cor 6 que si se trata de un
comportamiento, es algo de lo que claramente debemos arrepentirnos.

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