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Servicio Bíblico Latinoamericano

Semana del 23 al 29 de enero de 2022– Ciclo C

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Domingo 23 de Enero
3ª Semana Ordinario
Mariana Cope (1918)

Nehemías 8,2-6.8-10: Leían el libro de la Ley


Salmo 19: «Tus palabras, Señor, son espíritu y vida»
1 Corintios 12,12-30: «Ustedes son el cuerpo de Cristo»
Lucas 1,1-4; 4,14-21: Hoy se cumple esta Escritura

En el libro de Nehemías se nos cuenta de una lectura pública y solemne del libro
de la ley de Dios, el que nosotros los cristianos llamamos Pentateuco y en cambio
los judíos designan como "Torá", Ley. Estamos a finales del siglo V AC, los
judíos hace pocos años que han regresado del destierro en Babilonia y a duras
penas han logrado reconstruir el templo, las murallas de la ciudad, sus propias
casas. Les hace falta urgentemente una norma de vida, una especie de
"constitución" por medio de la cual puedan regirse en todos los aspectos de la vida
personal, social y religiosa. Esdras, un líder carismático, respetado por todos y
considerado levita y escriba, es decir, sacerdote y maestro, les da esa ley, esa
constitución que necesitan, proclamando solemnemente, ante todo el pueblo
reunido, la santa Ley de Dios. Ya vimos como respondió la gente:
comprometiéndose a cumplirla y guardarla, llorando sus infidelidades y, a
instancias de sus líderes, celebrando una fiesta nacional: la fiesta de la
promulgación de la Ley divina. Desde ese remoto día, quinientos años antes de
Jesucristo, hasta hoy, los judíos ordenan sus vidas según los mandatos de la Torá
o Pentateuco.
El texto de Lc 4, 14ss era un texto sin relevancia en la vida práctica de la
comunidad cristiana hasta hace sólo 50 años, un texto olvidado, como tantos otros
que hoy nos parecen fundamentales. Fue la teología latinoamericana la que puso
de relieve este texto como capital, después del Concilio Vaticano II. Lucas lo pone
al inicio de la vida pública de Jesús. Puede que no corresponda a algo que
aconteciera realmente al principio (Juan, de hecho, pone otros pasajes como
comienzo de su evangelio), pero lo fue en su significación. O sea, tal vez no
ocurrieron las cosas así (y no es posible saberlo históricamente), pero Lucas tiene
razón cuando sitúa esta escena en su evangelio como un inicio programático que
contiene ya, en germen, simbólicamente, toda su misión.
Jesús, sin duda, tuvo que interpretar muchas veces su propia vida con estos
textos proféticos de Isaías. Parece obvio que Jesús vio su vida como el
cumplimiento, como la prolongación de aquel anuncio profético de la “Buena
Noticia para los pobres”. La misión de Jesús es el anuncio de la Buena Noticia de
la Liberación. La "ev-angelización" ("eu-angelo" = buena noticia) no es más que
una forma de la liberación, la "liberación por la palabra".

Las aplicaciones son muchas, y bastante directas:


-La misión cristiana hoy, continuando la misión de Jesús, tiene que ser... eso
mismo, o sea: "continuación de la misión de Jesús", en sentido literal y directo.
Ser cristiano, en efecto, será «vivir y luchar por la Causa de Jesús», sentirse
llamado a proclamar la Buena Noticia de la Liberación, entendiéndolo en su
literalidad más material también: la "Buena Noticia" tiene que ser «buena» y tiene
que ser «noticia». No se puede sustituir semánticamente por el «catecismo» o la
«doctrina». Jesús no vino a enseñar "la doctrina"; la "evangelización" de Jesús no
fue una «catequesis eclesiástico-pastoral»...
-La misión de Jesús no puede pretender ser neutral, "de centro", "para todos
sin distinción", no inclinada ni para los ricos ni para los pobres... como pretenden
tantas veces quienes confunden la Iglesia con una especie de anticipo piadoso de
la Cruz Roja... Lo peor que podría decirse del evangelio es que fuese neutral, que
no se pronuncia, que no opta por los pobres... La peor ideología sería la que
ideologiza el evangelio de Jesús diciendo que es neutro e indiferente a los
problemas humanos, sociales, económicos y políticos, porque se referiría sólo a
"lo espiritual"...
-Puede ser bueno recordar una vez más: Jesús está lejos de la beneficencia y
del asistencialismo... No se trata de "hacer caridad" a los pobres, sino de inaugurar
el orden nuevo integral, el único que permite hablar de una liberación real... Es
importante caer en la cuenta de que muchas veces que se habla de opción
“preferencial” por los pobres se está claramente en una mentalidad asistencial,
muy alejada del espíritu de Lc 4, 14ss.
-La palabra evangelizadora, o es activa y práctica en la praxis de liberación,
o es anti-evangelizadora. La palabra evangelizadora no es palabra de teoría
abstracta. Es una palabra que hace referencia a la realidad y la confronta con el
proyecto de Dios. "Evangelizar es liberar por la palabra" (Nolan). Una palabra que
no entra en la historia, que no se pronuncia, que se mantiene por encima de ella o
en las nubes, que no moviliza, no sacude, no provoca solidaridad (ni suscita
enemigos)... no es heredera de la «pasión» del Hijo de Dios.

Algunos recursos para trabajar catequéticamente este evangelio y este tema:


- Albert NOLAN, dominico sudafricano, tiene unas páginas muy bellas
sobre el texto de Lucas de hoy, en su libro ¿Quién es este hombre? Jesús antes
del cristianismo, Sal Terrae 1981, capítulo 6 sobre "El Reino de Dios" (pág. 75-83
en nuestra edición). El libro puede recogerse en la Biblioteca de Koinonía:
http://servicioskoinonia.org/biblioteca
- Los hermanos LÓPEZ VIGIL, en su obra Un tal Jesús dramatizan este
texto de Lucas en su capítulo 22, resultando ser un material pastoral excelente
sobre el que montar una sesión de estudio bíblico. Los jóvenes pueden incluso
representarlo teatralmente o como teatro leído. El "discurso" que los autores,
noveladamente, ponen en boca de Jesús tiene una elaboración teológica muy fina.
La interpretación que proponen al "Hoy se cumple esta Escritura" ("hoy nos
ponemos en marcha") es muy sugerente. En su libro, del mismo título (Lógez
Ediciones, Salamanca, 2ª ed. de 1984, pág. 153-160), ofrecen un bello y atinado
comentario a este episodio en su capítulo 22. El audio, guión y el comentario
pueden ser tomados también de la red, en https://radialistas.net/22-la-buena-
noticia/ Toda la serie está disponible en internet.
- La serie Otro Dios es posible, de los mismos autores, tiene un capítulo, el
26, titulado «¿El Reino en la tierra?», que puede ser trabajado en torno a este
tema. Su texto y audio pueden ser recogidos en: https://radialistas.net/22-jesus-
moreno/ También esta serie está toda ella disponbile en internet.
Para la revisión de vida
- Las palabras de Isaías que se aplicó Jesús no son sólo para un «Hijo de
Dios», sino para todos los hijos e hijas de Dios... ¿Se cumplen en mí? ¿Me
siento también yo «enviado a dar la Buena Noticia a los pobres»...? ¿Es mi
vida una buena noticia para los pobres?

Para la reunión de grupo


- ¿Qué significa hoy anunciar la Buena Noticia de la liberación en un
mundo donde los pobres son inmensas multitudes en los barrios periféricos
de las grandes ciudades, un océano de pobreza en marea creciente, y están
desanimados, desmovilizados, resignados, alienados, soñando diariamente
con la vida burguesa que la telenovela les ofrece cada tarde-noche?
- ¿Qué pueden anunciar de utopía de esperanza (buena noticia para los
pobres) quienes de hecho funcionan como si estuvieran convencidos de que
estamos en el "final de la historia", o sea, de que el neoliberalismo no tiene
alternativa, de que “no se puede hacer nada”, de que estamos en “el mejor
de los mundos”, y que los problemas que hay son solamente
"accidentales"? (Esto es lo que de hecho piensan -muchas veces sin
habérselo confesado a sí mismos- muchos cristianos y muchos agentes de
pastoral).
- Tomar el capítulo 22 citado de Un tal Jesús, escucharlo y comentarlo en
reunión de grupo de estudio. Es un ejercicio excelente, no sólo para este
domingo, sino para una buena catequesis sobre la Causa y la Misión de
Jesús, y, por tanto, sobre la Misión y la Identidad cristiana.

Para la oración de los fieles


- Por todos los hombres y mujeres que todavía esperan la buena noticia de su
liberación: para que haya también hoy profetas que se la anuncien,
roguemos al Señor.
- Por todos los que, consciente o inconscientemente, piensan que la historia
llegó a su final, porque creen que ya nada se puede conseguir realmente
nuevo distinto de este (des)orden actual: para que el Evangelio les abra a
la esperanza...
- Por todos los que sirven al pueblo de Dios con la palabra, los agentes de
pastoral: predicadores, catequistas, educadores, escritores, teólogos,
profesores: para que su palabra sea, como la de Jesús, comprometida y
eficaz, encarnada y utópica...
- Para que llenos de entusiasmo nos decidamos con alegría a asumir nuestra
misión de seguidores de Jesús, anunciadores de la Buena Noticia,
constructores de un mundo de paz, de reconciliación universal y de
esperanza...
- Por todos los que vivimos sin conflicto, para que nos preguntemos si ello
puede obedecer a un incumplimiento de la misión de dar la Buena Noticia a
los pobres...
Oración comunitaria
- *Oh Dios que en tantos pueblos y religiones has suscitado desde el
principio de los tiempos, por obra de tu Espíritu, hombres y mujeres
capaces de intuir tu amor liberador por los pobres, y que en Jesús nos has
dado a nosotros el modelo perfecto; haz, te pedimos, que también nosotros
"hoy", en nuestro día a día, demos cumplimiento al sueño de los profetas,
sintiéndonos enviados a anunciar la Buena Noticia a los pobres y a todos
los que necesitan convertirse a los pobres. Nosotros te lo pedimos
inspirados por Jesús, hijo tuyo y hermano nuestro. Amén.

- *En esta página del Evangelio (Lc 4,14-21) en la que inspiradamente se


reconoce ungido y enviado a dar su vida por la Causa del Amor-Justicia-
Liberador, reconocemos nosotros un momento alto de la historia evolutiva
del Cosmos, de la Vida, de la Humanidad, como el proceso de procesos que
va configurando progresivamente el milagro originario, inimaginable,
creador, desde la explosión original al ser humano actual. Esta conmoción
que Jesús experimenta en la Sinagoga de Nazaret, como la irrupción de una
revelación que lo arrebata y le hace descubrir la misión de su vida y de la
vida del ser humano en términos de lucha y construcción de la Utopía del
Reinado de Dios en la historia, es para nosotros también un hito decisivo
del proceso de revelación del sentido de la Vida, de la historia y del
Cosmos, momento que para nosotros sigue siendo punto de referencia
fundamental, un momento álgido en el proceso encarnatorio-revelatorio de
la Divinidad, de la Realidad misma. El Misterio ha ido así cobrando forma
y presencia desde dentro del ser humano, encarnándose, condensándose
álgidamente en Jesús de Nazaret. Como cristianos, somos personas que
hemos quedado marcadas por esa experiencia espiritual de Jesús,
experiencia que acogemos, interiorizamos, hacemos nuestra y
contemplamos llenos de reverencia.
Lunes 24 de Enero
3ª Semana Ordinario
Francisco de Sales (1622)

2Sm 5,1-7.10: «Tú eres el pastor de mi pueblo, Israel»


Sal 89: «Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán»
Mc 3,22-30: Satanás está perdido

E l cuestionamiento que se le hace a las acciones de Jesús consiste en que actúa


no con el Espíritu Santo sino con uno maléfico. ¿Qué significará entonces
blasfemar contra el Espíritu Santo? La acción del Espíritu Santo dio impulso a “la
vida” en los orígenes del mundo, y le ha permitido recuperarse y regenerarse a lo
largo de la historia. Todo lo que es y hace quien actúa con esa fuerza y vitalidad
que da el Espíritu Santo está destinado a generar vida. Siendo así, aquellos que
acusan a Jesús quedan en ridículo, porque todas las acciones de Jesús han sido a
favor de la vida. Por ello, blasfemar contra el Espíritu Santo podría ser el intento
por deslegitimar el servicio que alguien realiza a favor de la vida o favorecer los
mezquinos intereses del anti-Reino. Es triste cuando en nuestros países se
criminaliza a las personas defensoras de los territorios y el medio ambiente
favoreciendo los intereses del capital transnacional. Nosotros, ¿qué acciones
favorecemos y cuáles desprestigiamos o desvaloramos?
Martes 25 de Enero
3ª Semana Ordinario
Conversión de Pablo

Hch 22,3-16: «Levántate y recibe el bautismo»


Sal 117: «Vayan por el mundo entero y proclamen el Evangelio»
Mc 16,15-18: A los que crean los acompañarán signos

E n ocasiones, en ambientes eclesiales, sociales o políticos, por ejemplo,


pensamos que hacemos bien siendo fieles a las instrucciones que dictan personas
con autoridad, como sucedió a Pablo previo a su encuentro transformador con
Jesús. Toda persona que tenga este encuentro con Jesús y su causa, quizás viva
una especie de sacudida que cuestione su proceder. En ocasiones, sin darnos
cuenta, actuamos por imitación, por costumbre o distracción sin realmente pensar
si nuestra conducta daña o afecta a quienes nos rodean. Quizás adoptemos
comportamientos para auto defendernos y subsistir, pero la vida siempre estará
llamada a la relacionalidad pura sin miedos y complejos. La vida nunca será una
línea continua sin dificultades; para un creyente los momentos de crisis serán el
tiempo de purificar y reorientar la caminada. Se requiere una constante actitud de
“metanoia” (conversión desde dentro), para descubrir el querer de Dios. ¿Qué
haces en las crisis? ¿Te aferras, sin más, a tus seguridades o te abres a la acción de
Dios? ¡Confía! ¡Él te acompaña!
Miércoles 26 de Enero
3ª Semana Ordinario
Timoteo y Tito (s. I)

2Tm 1,1-8: Refrescando la memoria de tu fe sincera


Sal 96: Cuenten las maravillas del Señor a todas las naciones
Lc 10,1-9: La cosecha es mucha; los trabajadores, pocos

« El reino de Dios ha llegado a ustedes». Que hermoso es el hecho de que la


gente, con nuestra presencia, testimonio y amor, sienta que el reino de Dios es
posible. Si bien es cierto que la cosecha es mucha y pocas las personas dispuestas,
que esas pocas se dispongan a dar testimonio de la experiencia sanadora suscitada
en el encuentro con Dios en comunión con la vida en todas sus formas, también
sanando, consolando y comunicando la paz que abra a la esperanza. El
discipulado no resulta fácil; requiere de convicción y entrega; hay quienes lo
intentan y se quedan en el camino. Sólo la comunión con el dueño de la mies
logra lo imposible e impensable. Ánimo; hagamos nuestras las hermosas palabras
que el Apóstol refiere a Timoteo: «el Espíritu que Dios nos ha dado no es un
espíritu de cobardía, sino de fortaleza, amor y templanza». Si caminamos con
esta convicción nada podrá desanimarnos porque Dios estará para fortalecernos y
consolarnos. ¡Síguelo, sé agua fresca para quien tiene sed!
Jueves 27 de Enero
3ª Semana Ordinario
Ángela Mérici (1540)

2Sm 7,18-19.24-29: «¿Quién soy yo, mi Señor, y qué es mi familia?»


Sal 132: El Señor Dios le dará el trono de David, su padre
Mc 4,21-25: Quien tenga oídos para escuchar, que escuche

« Dígnate bendecir la casa de tu servidor». Es la petición que David dirige a


Dios cuando reconoce que todo lo vivido y alcanzado ha sido por pura gracia, no
con sus solas fuerzas. Es común en nuestros países la acostumbre de bendecir las
casas o los bienes, devoción que brota de corazones agradecidos por el favor de
Dios. Pero no debemos olvidar que esas bendiciones son, a la vez, don y tarea.
Reconocer a Dios como fuente y origen de todo bien nos debe llevar a reconocer
que el mayor regalo recibido es la vida misma, que nos comprometemos a
cuidarla en familia, en comunidad, en sociedad. El evangelio de hoy puede darnos
la impresión de que seremos medidos por Dios al final de nuestros días. Sin
embargo, no será Dios quien nos medirá sino nuestros actos. Meditemos en
nuestro proceder con un pensamiento de Pedro Casaldáliga: “Al final del camino
me dirán: ¿Has vivido? ¿Has amado? Y yo, sin decir nada, abriré el corazón lleno
de nombres”.
Viernes 28 de Enero
3ª Semana Ordinario
Tomás de Aquino (1274)

2Sm 11,1-4a.5-10a.13-17: «Te has burlado de mí casándote con la mujer de Urías»


Sal 51: «Misericordia, Señor, que hemos pecado»
Mc 4,26-34: ¿Con qué compararemos el reino de Dios?

N adie sabe cómo crece dentro de sí el deseo por el Reino, pero el Espíritu sí.
Dios ha colocado una semilla dispuesta a germinar en nuestro interior; la acción
del Espíritu hace posible que vaya formándose hasta dar fruto y es Jesús quien nos
muestra cómo y dónde compartirlo. Para que esto sea posible hemos de dejarnos
encontrar y amar por el mismo Dios. Cuando eso sucede se da la hermosa
experiencia de la segunda parábola: nos convertimos en personas capaces de
aliviar y confortar a quien nos necesita. ¿Qué le pasa a la semilla en terrenos
estériles? Lucha, batalla por crecer y desarrollarse, pero se le hace difícil y puede
morir en el intento. Así sucede con las ansias de ver fructificar el Reino cuando no
permitimos a Dios actuar. Para construir el Reino se requiere cuidar bien el
corazón humano, porque puede pasarle lo que, al ungido de Dios, David: perdió la
batalla del Reino porque había perdido la batalla del corazón. Pidamos a Dios no
ser derrotados.
Sábado 29 de Enero
3ª Semana Ordinario
Pedro Nolasco, fundador (1258)

2Sm 12,1-7a.10-17: «He pecado contra el Señor»


Sal 51: «Oh Dios, crea en mí un corazón puro»
Mc 4,35-41: ¿Aún no tienen fe?

S i se pierde la batalla del corazón también se pierde la batalla por el Reino,


decíamos ayer. Ambas batallas perdidas nos llevan a destrozar lo que a Dios tanto
le ha costado: la vida humana y la vida del planeta. Actualmente, hasta lo más
básico, la subsistencia alimentaria y la salud, se ponen en peligro. David puso en
peligro no sólo su reino sino también la continuidad de su descendencia. Cuando
el corazón se desvía, se desvía todo. Por algo nos lo recuerda Proverbios 4,23:
«Por encima de todo, guarda tu corazón, porque de él brotan las fuentes de la
vida». Frente a las tormentas de la vida un corazón vacío por estar lleno de
mezquinos intereses o por no estar enamorado del Reino puede sentirse naufragar
y sin rumbo; pero la presencia de Jesús y la fe en Él nos puede sostener. Ante las
tormentas, la clave siempre será la pasión por Jesús y por su causa, el Reino. O la
sola convicción interior de sabernos en sus manos.
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