Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
DEL
LENGUAJE FILOSÓFICO
dirigido por
PAUL FOULQUIÉ
con la colaboración de
RAYMOND SAINT-JEAN
EDITORIAL LABOR, S. A.
BAIICEJ. >NA - MAIJHIU - BUENOS All!ES • HIO Jlll JANEll!O
MEXICO - l\10NTE\'II)i;:0
l!ili7
Traducción de
CÉSAR ARMANDO GÓMEZ
y complementos por
JOSÉ LUIS LOBATO CARBJA
y
CÉSAR ARMANDO GÓMEZ
ción, que les p1·011orciona los jui- biese entregado por completo a!
l'ios ya confeccionudos, (E. o'Ons, trabajo de Dios en ellos. (J. DE
T,·,·• ll'ccio»cH cu el M, del l'r(l(/u, GUIBERT, Dictionn. de spíritual., I,
18.) Ad. E. 105.)
ABIEllTO. A. En B1mGS0N, Oposi- ABllEACCióN. (Psicoanál.) El pref.
ción, en moral, de lo cerrado y lo nbier- ab indica aquí alejamiento, retraso:
to. V. Ccrra,lo. Corresp., en lo que con- reacción retardada,
cierne n In religión n la opos. de lo
estático• y lo dinñmico•, Descarga emocional por la que el
sujeto se libera de un complejo ~esul-
l. Ln moral del Evangelio es tante de un antib"IIO choque afectivo al
esencialmente In del alma abierta, que no había reaccionado de manera
(... ) El neto por el que el alma se adecuada. «Sería más exacto llamarlo
abre tiene como efecto el ensan- post-reacción.» (Dict. de psychanal.)
char y elevar n In pura espiritua-
lidad una moral npl'isionadn y ma- ABSOLUTO
terializada en las fórmulas. (I-1. Absoluto. Lat. absolutus, part. pa-
BERGSON, Les dw., sourccs, 57.) sado de absolverc (desliga,· [ solverc] de
2. Entre el alma cerrada y el [ab] : l.º desligado de, independiente;
alma abierta está el alma que se 2." acabado, perfecto.
abre. ( Ibíd., 62.)
A. En los sentidos del lat. absolu-
V. Subsumir, 2. tus. 1. Independiente; genitivo, abla-
B. En F. GoNSETH, Filosofía abier- tivo, participio absoluto: palabra em-
ta, conocimiento abierto: filosofía que pleada absolutamente (sin complemen-
implica el principio de revisibilidad • to de ningún tipo) ; soberano absoluto.
universa}, al podet· la experiencia mo- l. La autoridad absoluta no re-
dificar las tesis tenidas por definitivas. conoce nada por encima de ella: e3
V. Dialéctica C 3, ldoncísmo. una usurpación. (T. CoNDILLAC,
3. en un conocimiento abierto Syn.)
(a nuestro juicio) toda idea perma- V. Anarquía, 1.
nece más o menos abierta a su pro- 2. Acabado, total, integral. Que no
pio devenir, toda concepción debe admite ninguna excepción, restricción
implicar la dimensión de su even- o reserva: principio absoluto; necesi-
tual e imprevisible progreso. (F. dad, imposibilidad absolutas; vacío,
GoNSETH, Philosophie néo-scolasti- nada, silencio absolutos; soledad abso-
quc et philosophie ouverte, 70.) luta; confianza absoluta; perfección
V. Predicativo, 6; Rcvisibilidad, 3. absoluta.
ABNEGAClóN. Lat. abnegatio, de- 2. No sabemos lo que son la fe
negación, negativa. licidad o la desgracia absolutas.
Todo se halla mezclado en esta vi-
Estado de alma de quien ha renun- da; no se experimenta en ella nin-
ciado a lo que Je complace o halaga, gún sentimiento puro ... (RoussE.\U,
sacrificándose a intereses superiores, Émilc, 11, 63.)
principalmente a Dios. Término del
voc. ascético cristiano: «Si alguno 3. Si M. Littré hubiese recibido
quiere seguirme, que hngn renuncia de una educación católica, hubiera si-
sí» (Vulg.: ab11egct scmctipsmn). (MA- do un místico exaltado (... ) . Las
TEO, XVI, 24.) naturalez11s absolutas necesitan de
tan resueltas decisiones. (RENAN,
Sin.: renunciación•, sacrificio•, de.3- Souvcnirs d'cllf ... "', 206.)
asimiento, desprendimiento.
4. M. Mnnier ( ... ) debia al tra-
( ... ) estúdiese In vida de los «san- to con Thomns Reid ( ... ) una con-
tos frustrados», quie1·0 decir los fi11nza absoluta en el buen sentido.
sacerdotes, religiosos o simples fie- (lbícl., 215.)
les excelentes, fervientes y celosos,
píos y devotos, pero que a pesar 5. Este contrnste entre la in-
de ello no han sido «santos» sin mensidad de nuestro amor pasado y
más· y se comprobará que lo que lo absoluto de nuestrn indiferen-
les l;a faltado es una cierta pleni- cia presente... (M. PnousT, Le•
tud en la renunciación, una cierta ¡,laisirs et les j., 197.)
profundidad de abnegación y tota- 5'. Los resultados ele la libertad
lidad en el olvido de sí que los hu- absoluta en la obra de 11rtc la colo-
ABSOLUTO 4
que una cosn cs por sí, lo es en vir- ACEPCl6N. Lnt. ac,rptio, acto de
tud de su naturnlcza. Lo que es por nceplar.
aecidentc, lo es como consecuencia de llnhlnndo de personas, hacer acep-
..:-ircunstnncias indepenclií'ntes de su nn- ci(m de personns consiste en mostrar
tura;c>za. Un alimento que es sano de prcfel'encius más o menos arbitradas.
por sí puede, por accitlcnte (dado, por
cjcm1plo. el estado orgúnico de quien Tratundo de pnlabrns con significa-
lo ing-icrc), ser malsano. ciones diversas suele hnblarse de acep-
Con1•crsió11 por accfrlc11tc. V. Conver- ción para designar el significado n
sión. que se toman: acepción amplia o res-
t1·ingida.
11. No debe, pues, identificarse
el accidente con lo que ocurre por Sin.: sentido.
accidente (... ) : todo lo que ocurre -ac1011. Sufijo que indica de ordi-
por accidente es accidente, pero no nario una acción, Afirmación y nega-
todo lo que es accidente (en el sen- ción, eliminación y reintegración.
tido filosófico de la palabra) se La racionalidad es el carác-
produce por accidente. Hay el ac- ter esencial de la filosofía; el ra-
cidente natural, ordinario, constan- r.io11a1ismo o un racionali,'fmo es su
te, incluso necesario, y el acciden- ideal: la racionalización es su vi-
te a.ccidcntal... (J. DE TONQUÉDEC, da. Las palabras en acción no son
PI, ilos. de la nat., I, n, 19.) muy elegantes, pero evocan direc-
Sofisma del accidente (lat.: fallacia tamente una acción. (H. GoUHIEn,
accidcntis). Sofisma que consiste en La phi/os. et son hist., 25.)
inferir de un carácter accidental un
carácter esencial, por ej., del hecho de ACONDICIONAMIENTO. Acción de
que un hombre haya muerto de la gri- acondicionar. Operación consistente en
pe. que esta afección es mortal. realizar las mejores condiciones* para
alcanzar un fin determinado. Acondi-
Accidental. A. En el uso ordinario. cionamiento de los productos destina-
Que resulta de un accidente (muerte dos a la venta (= presentación, emba-
accidental) o de un azar (encuentro ac- laje) ; acondicionamiento del aire de
cidental). las oficinas o talleres. V. Condición,
B. Metaf. Que es del orden del ac- condicionar.
cidente, en las dos acepciones del tér- Acondicionar. Proveer a una cosa de
mino. lo que conviene a su uso. Un mueble
l. Por op. a sustancial: que no bien acondicionado. Aire, temperatura
forma parte de la sustancia. acondicionados.
El color es una propiedad accidenta, ACONTECIMIENTO. De acontecer
de la piedra. pref. a [ad] y contecer [lat. continge-
2. l\'.Iás comúnmente, por op. a esen- re, suceder, acontecer]).
cial* o a necesario*, que no forma par-
te de la esencia y por consiguiente po- A. Hecho particular de importancia
dría no ser o ser diferente. notable para una colectividad humana
e incluso para un individuo. Un acon-
Sin.: fortuito*, contingente*, insóli- tecimiento literario, político. Aquella
to, anormal, excepcional. visita fue para él un acontecimiento.
12. ¿ Cómo suponer que causas l. ¿qué es un acontecimiento?
accidentales, presentándose en un ¿ Un hecho cualquiera? En modo
orden accidental, hayan llegado va- alguno, Es un hecho notable. Pe-
rias veces al mismo resultado, sien- ro, ¿cómo juzga el historiador si
do las causas infinitamente nume- un hecho es notable o no? Pues ar-
rosas y el efecto infinitamente bitrariamente, con arreglo a su
complicado? (H. BEnGSON, Évol. gusto y capricho, a su manera, co-
cr., 57.) mo un artista, en suma, ya que
13. Cuando llega la muerte, los hechos no se dividen, por su
sentimos que hubiera podido no propia naturaleza, en históricos y
ocurrir: ahí reside la paradoja de no históricos. (A. FnANCE, Le jar-
algo inevitable que toma siempre din d'Épicure, 139.)
la -apariencia de lo accidental. (H. 2. Lo que caracteriza al acon-
GouHIEn, Ll' tl/Pátrc et l'cxist., tecimiento es la multiolicnción y
77.) duración de los efectos producidos,
Acción. V. Acto. In intensidad de su repercusión en
11 ACTITUD
mos sino pnrn obrur. Nuestra por el contrario, la acción del hombre
inteligencia ha sido vacindn en el se ejerce mediante netos o acciones.
molde ele la acción. La espcculn- 26, Una buena acción es la que
ción es un lujo, en tunlo que la encierra bondad y exige energía
acción es una necesidad. (JI. llEJIG- mornl pura hacerla. (MoNTESQUIEU,
SON, i.,vol. cr., 44.)
/'eusées ,/fo.)
19. La acción, que a veces opo- 27. la ,a,1ciencia está tan suje-
nemos ul pensamiento, o por la ta a error que sólo el acto nos ha-
que en ocasiones explicamos C'l pen- ce conocer la verdad sobre la fuer-
samiento, cs ante todo pensamien- za exacta de nuestros sentimien-
to. (ll. DELACROIX, La11g, et pc11oér, tos y el valor de nuestras c1·een-
423.) cias. (J. PAYOT, La croyance, 2.~
20. el pensamiento parte de la ed., 199.)
acción para ir a la acción (... ). 28. Las acciones más decisiva.
Muerta y verbal toda idea que de nuestra vida ( ... ) son casi siem-
no procede de una experimentación pre acciones inconsideradas. (A.
real de la voluntad; muerto, sobre GIDE, Faux-monnay., III, 15.)
todo, y ficticio, todo conocimiento 29. Los hechos tienen causas
que no mira al obrar. (M. BLONDEI,, (... ), los actos resultan de inten-
L'actio11, 295-296.) ciones. (Ch. BAILLY, J. de psychol.,
21. En realidad, pensamiento y abril 1939, 161.)
acc1on son expresiones e instru- 30. ¿ Dónde está el comienzo de
mentos ligados y complementarios nuestros actos? Nuestro destino,
de algo más proiundo a lo que lla- cuando queremos aislarlo, se pa-
mamos dinamismo espiritual. (J. rece a esas plantas que resulta im·
LACilOIX, en R,·cherches et clial. posible arrancar con todas sus
phi/os. et éco11., núm. 4, 23.) ralees. (F. MAURIAC, Th. Desquey-
22. La acción no vale sino por roux, 34-35.)
la idea que la engendra, como la 31. no cabe deslindar los lími-
idea por la acción de que está pre- tes de un acto; lo que estamos o.n
ñada. (J. RosTAND, Journal d'un vías de hacer no podemos prever-
cara.et., 124.) lo. (S. DE BEAUVOIR, Le sang des
autres, 63.)
23. El «intelectual» sufre de
un exceso de conciencia, se encuen- V. 111tenci6n, 8.
tra paralizado. El hombre de ac- 4. Aplicados al obrar humano, acto
ción, por el contrario, es por exc~- y acción son a veces sinónimos (a los
lencia el «hombre inmediato». Na- hombres hay que juzgarlos por sus ac-
da se interpone entre su instinto tos [o sus acciones]), pero suele per-
y su acto. (J. GnENIER, L'e:i:ist. sistir la diferencia indicada:
malhcureuse, 175.) acto designa más bien la cara ob-
24. El filósofo de la acción es jetiva o externa de aquello de que se
acaso lo más alejado de la acción : habla; lo que ha sido efectivamente
hablar de la acción, incluso con ri- realizado; de ahí el uso de la palabra
gor y profundidad, es declarar que acto para designar los escritos que con-
no se quiere obrar, y Maquiavelo signan de un modo definitivo ciertos
es lo contrario de un maquiavélico. hechos (acta de venta, Actas de los
mártires, Actas de un concilio, de un
(M. MERLEAU-PONTY, Éloge de la
congreso ... ) ;
phi/os., 80.)
acción apunta más bien a la •ara
25. No existe acción sin esta subjetiva o interna; lo que ha sido
facultad de anticipar, sin esta vi- querido y las condiciones psicológicas
va imaginación del porvenir, pero en las que la cosa ha sido realizada.
reglada sobre lo posible. (J. GUIT- Por esta razón se habla de una «bue-
TON, Initi.at. u la pensée ... , 93.) na» o de una «mala acción», más bien
3. En sentido concreto (un acto, los que de un «acto bueno• o «malo».
aclos, una o varias acciones), acto y Al hablar de la moralidad de un acto
acción sólo se dicen del obrar huma- el moralista considera éste objetiva-
no: las cañerías estallan bajo la acción mente, tratando de determinar si es
de la helada, pero esas roturns no cons- conforme a 111 1•egla o está en 111 línea
tituyen acciones o actos de la helada; del ideal. Cuando se interroga sobre
15 ACTO
el valor moral de una acción, considera es permanente como Jo es el ser, mien-
adcmús In intención• del agente, su tras que la accié.n es momentánea.
grudo de rcs11onsabilid11d, etc. Nos pre- V. Acto B.
guntamos por los móviles• o los moti- 36. El acto permanente o dura-
vos* de una acción, y decimos: 11Nucs- ble no es otra cosa que la forma,
tros netos nos siguen». sustancial o accidental: la forma
32. En In palabra acción pare- sustancial (el alma, por ejemplo¡
ce que el espíritu se limita a consi- es del todo permanente, al meno::,
derar el efecto como provenienk en mi opinión, y la accidental sólo
de su causa, y en la palabra acto lo es durante un cierto tiempo. Pe-
parece considerar el efecto con re- ro el acto enteramente pasajerr,,
lación ni objeto al que se refiere, cuya naturaleza es transitoria,
Este hombre tiene ante sí a.ccioncs consiste en la acción. (LEIBZ\'IZ,
justas, acciones virtuosas y no ac- Théod., I, § 87, I, 158.)
tos de justicia o de virtud, Porque
:sólo considero las acciones en él, y Acto. A- Psicol. Acto humano. Lat.
mi atención no se dirige a ninguna escol., actus humanas, en op. a actas
otra relación. Pero diré que estl.! ho111i11is (acto del hombre).
hombre ha realizado en esta oca- l. Es acto del hombre todo lo que
sión un acto de justicia o de vir- el hombre hace, comprendidas sus acti-
tud; porque entonces mi atención vidades involuntarias e incluso incons-
comienza a volcarse sobre lo que cientes: homicidio por error, diges-
ha sido el objeto de ese acto, tión ...
(CONDILLAC, Sy11., en la palabra Ac- 2. El acto humano es aquel del que
tion.) el hombre es dueño, es decir, el que
33. Podemos expresarnos me- realiza con conocimiento de causa y
jor por los actos que por las pa- libremente. V. Moral, 9.
labras. (A. GIDE, Faux-,nonnay., 36'. En la «hora de la muerte),
u, 5.) hay que distinguir, a mi parecer,
34. La única prueba de un hom- dos aspectos: lo que tiene de suce-
bre son sus actos. (E. MoUNIER, so uel morirl> y lo que tiene de ac-
Tr. du caract., 406.) to humano, de última instancia
V. Belleza, 14. concedida al hombre para la obra
moral de si mismo. (J. L. ARA:<GU-
5. No obstante, y siempre referido REN, Ética, 193-194; Madrid, 1958.)
al obrar humano, en algunos de sus Ad. E.
usos, acto designa la actividad en su
fuente y no en su despliegue o en sus Acto material y acto for-mal. Dist.,
resultados: asi, hay un acto de volun- análoga a la precedente, de dos ele-
tad en el origen de una o de varias ac- mentos en el acto humano: la mate-
ciones voluntarias; un acto heroico es ria, es decir, el objeto de la volición
más personal y más íntimo que una (acto material), y la forma, la inten-
acción heroica; un acto de energía su- ción o el fin que dirige e querer (acto
pone fuerza del querer, mientras una formal).
acción enérgica implica sobre todo po- B. Metaf. Los escolást. han tradu-
der de los medios puestos en juego. cido por actus los términos aristoteli-
35. «Nuestras acciones son cos entclcchcia y c1tergcia. El acto se
nuestras obras propiamente di- opone a la potencia* como principio de-
chas)), dice Roubaud; nuestros ac- terminante del principio capaz de reci-
tos no son más que operaciones de bir una determinación (por opos. a «en
nuestras facultades. Hacemos ac- potencial), ((en acto» = de hecho).
tos de fe, de esperanza, de cari- Si11.: entelequia*.
dad; estos actos no son más que 37. El ado es, pues, para una
declaraciones de nuestros senti- cosa el hecho de existir en reali-
mientos, y no acciones. Pecamos dad y no de la manera en que de-
por el pensamiento, por la pala- cimos que existe en potencia cuan-
bra, por la acción. El pensamien~o do decimos, por ejemplo, que el
no es más que un acto, y la acción Hermes está en potencia en lu ma-
es una obra. (LAFAYE, 169.) dera, o la media línea en la línea
B. En el uso filosófico, la distin- entera porque podría ser sacnd.-i
ción entre acto y acción es mucho más de ella ( ... ) : Pues bien, el otro mo-
acusada que en el uso ordinario: el neto do de existiL' es la existencia en ac-
ACTO 1G
to. La noción de acto que J)ropone- la. realidad. I~n la vida contempla-
mos puede set· elucidada 1,01· induc- tiva parcr.e m(,s bien que el indi-
ción, con ayuda de ejemJ)los parti- viduo absorbe í,sLa dentro de sí, Ju
culares, sin que deuamus tratar de elcsrcaliza, pcrmítaseme el término,
definirlo todo, sino contentándonos convirtiéndola en imagen e idea.
,·on percibir la analogía. (ARISTÓ- En la vida de acción, por el con-
Tt:t.ES, Jlctaf., IX, 6, 1048•.) trario, como no intentamos refle-
38. El acto no es una operaciún jar la realidad sino alterarla, he-
que se añade al ser, sino su esencia mos de entrar nosotros en ella y
misma. (L. L,\VELLE, De l'actc, 66.) quedamos absorbidos en su poder,
entregados a sus violentos influjos.
39. La identidad del ser y del (J. ORTEGA Y GASSET, Ideas sobre
acto es la clave de la metafísica. Pío Baraja, Obras, II, 90.) Ad. E.
( Ibúl., 301.) V. Ciencia, 30, 33; Inteligencia, 5;
V. Devenir, 8; EmocióH, 9; 1Uateria, Intención, 18; Juego, 6, 8; Pcnsami01i-
5, 6; Alovi-miento, 5. to, 63; Percepción, 6; Regla, 7; Senti-
Acto ele se,·, acto ele e,•istir. Lat. clo, 134; Sueño, 26; Técnica, 2.
escolást.: actus cssencli. Términos por Filosofía ele la acción. En la pers-
los que se sustituye el de existencia pectiva de esta filosofía (E. LE Rov y
que, sobre todo por su correlación con sobre todo M. BLONDEL), acción desig-
esencia, tiene el riesgo de ser compren na la actividad humana integral (pen-
dido en sentido puramente estático samiento, querer y realización efecLi-
cuando existir (sistere ex) indica as va), por ser el propio pensamiento y
censión, salto. con mayor razón el querer, incompletos
40. Toda esencia es puesta por mientras no ha habido realización.
un acto de existir que no es ella 43. Por Acción hemos de en-
y que la incluye como su autodeter- tender la vida espiritual íntegra, y
minación ( ... ); es, pues, la jerai-• no un modo particular de vida, el
quia de los actos de existir la que irreflexivo y oscuro. El pensamien-
funda y regla la de las esencias. to es inmanente a la acci6n así
cada una de las cuales no expresa comprendida, de modo que no hay
sino la intensidad propia de un acción sin pensamiento sino en el
cierto acto de existir. (E. GtLSON, límite. (E. LE Rov, Bull. de la Soc.
Le thomisme, 52.) fr. de Philos., mayo 1908, 274.j
41. [En la fil. de Lavelle], el 44. La búsqueda de la verdad
acto mismo de ser (... ) no es, pue~, debe ser obrada y vivida tanto co-
una operación que se añade al ser: mo pensada. ( .•. ) La inteligencia
es su misma esencia. (G. DAV'<, no puede tomar la delantera a la
Études phil., 1958, núm. 1, p. 27.) acción, porque estamos ante una
Acto puro. 1- Acción que no admi- de esas realidades que no pueden
te ninguna pasividad. ser percibidas sino en la medida
en que son aceptadas y vividas.
42. El propio acto que realizo (E. LE RoY, Le probl. cu Die11,
no permanece nunca en el estado 127-128.)
de acto puro. l\Iodifica el mundo;
tiene efectos con respecto a los 45. Desde el momento en que se
cuales puede decirse que me man- piensa conocer suficientemente a
tengo pasivo. (L. LAVELLE, Tr. des Dios, deja de eonocérsele. (... ).
va/eurs, I, 215.) En el momento, pues, en que
v. 11, 12. nos parece alcanzar a Dios con un
dardo del pensamiento, se nos es-
2. Principalmente (con mayúsc.: el capa si no lo retenemos por la ac-
Acto puro) : el Ser que no admite nin- ción. (... ) Todo lo que hemos visto
guna potencia o potencialidad, Dios. o sentido de él no es más que un
Acción. El hecho de obrar, Al ha- medio para seguir adelante; es
blar de la actividad del hombre, se un camino, y no podemos detener-
opone a pensamiento•, intenci6n•, es- nos en él sin que deje de serlo.
peculación•, contemplación•. Un hom- Pensar en Dios es una acci6n ...
bre de acción. V. Reacción. (111. BLONDEL, L'action, 352.)
42'. Acción es la vida entera de 40. Entiendo por acció11 lo que
nuestra conciencia cuando está envuelve la inteligencia, prece-
ocupada en la transformación de diéndola y preparándola, aiguién-
17 ACTO
dola y sobrepasándola; lo que, por de garbo, de destreza, de habili-
consiguiente, es en el pensamiento dad, de savoir-faire. Lo hacen todo
síntesis interna antes que repre- con soltura y como jugando ( ... ),
sentación objetiva. (111. llI.ONDEL, pero también a veces Caracteres
Bu/1. de la Soc. fr. da Phi/os., agitados y dispersos, que abarcan
1902, 182.) demasiadas cosas para poder ce-
46'. Acci<iu no es cualquier an- ñirlas como es debido, maripo-
dar n golpes con l:ts cosas en tor- seando de una a otra, negándose a
no, o con los otros hombres: eso elegir, a detenerse, y al fin sin pro-
es lo infrahumano, eso es altera- fundizar en nada (... ). Su automa-
cióu. La acción es actuar sobre el tismo instintivo está falto de di-
contorno de las cosos materiales o rección y su agitación resulta a
de los otros hombres conforme a menudo estéril. (M. VERDUN, Le
un plan preconcebido en una pre- caract. et ses corrélat., I, 72-73.)
via contemplación o pensamiento. Agitado. Lat. agitattts, part. pasa-
No hay, pues, acción auténtica si do pas. de agitare (frecuentativo-inten-
no hay pensamiento, y no hay au- sivo de auerc, empujar, obrar), impe-
téntico pensamiento si éste no va ler vivamente, agitar.
debidamente referido a la acción y Psicol. Lo que caracteriza a auna
virilizado por su relación con ésta. forma de actividad excesiva, confusa y
(J. ORTEGA Y GASSET, E11siniis- vana, por la que se trata de engañar
1naniicnto 11 alteración, Obras, V, a un deseo de acción innato y momen-
308.) Ad. E. táneamente inhibido.» (J. ToULEM0l'iDE,
V. 9; Dialéctica, 37. Les inquieta, 123.)
Acti\'O, Lat. activus. A. En vene- 49. El agitado es un gran acti-
ra!: que obra o tiene la virtud de vo, como el impaciente, del que no
obrar. Se dice tanto de las cosas (un es sino la réplica exaltada (... J. Su
remedio muy activo) como de las per- actividad es excesiva, en el sentido
sonas (una empleada activa). Se opo- de que no puede sacrificar nada al
ne a inactivo, a pasivo; en el voc. de descanso y a las relaciones socia-
la espiritualidad, a pasivo, a contem- les. Y es, sobre todo, confusa. Se
plativo; en gram. la voz activa, que ejerce fuera de las tareas obliga-
expresa la acción hecha por el sujeto, torias y tiende más bien hacia lo
se opone a la voz pasiva; hablando de accesorio. Preludio sin conclusión,
elecciones, voto activo es el que puede no por falta de perseverancia, sino
elegir, voto pasivo el que puede ser ele- por la asignación de fines superio-
gido. res a sus fuerzas. Y, por lo tanto,
V. Escuela• activa, Intelecto• activo vana. El extremo deseo de no en-
o agente. contrarse nunca inactivo se satis-
B. Psicol. y caracterol. Aquel en face en movimientos sin objeto y
quien dominan las tendencias o dispo- obras sin .provecho. (J. ToULEM0l'i-
siciones a obrar. Se opone: en los DE, Les inquiets, 123.)
psicol. de antaño a afectivo• o emoti- Actividad. Lat. activita,i. A. En ge-
vo• y a intelectual• o especulativo; neral. Carácter de lo que es actiYo.
en la caracterología de HEYMANS-LE Ejercicio de una facultad de obrar. La
SENNE, a emotivo•. actividad de una fábrica, de una col-
47. El activo es (... ) aquel de mena, del espíritu. Un volcán, un fun-
quien es cierta la frase de Ribot cionario en actividad.
que Malapert repite: «¡Necesita 50. A veces, el jefe inepto pa-
obrar!» Es indispensable entender ra decidirse da mediante la agita-
ese «necesita» en el sentido de que ción la apariencia y la ilusión de
una necesidad congénita le empuja actividad y, aplicándose a ciertos
a la acción. Los acontecimientos detalles, consume en intervencio-
exteriores no son para él más que nes accesorias y desordenadas su
ocasiones, pretextos; si no los hu- deseo de influir, no obstante, en
biese, los buscarla, los suscitaría, los acontecimientos. (Ch. DE GAUL-
porque vive ¡,a.ra obrar. (R. LE LE, Lo fil de l'épée, 22.)
SENNE. 7'r. de camctérol., 77.) 50'. Las actividades se dispa-
48. ... los Cnracte,·e• activos. ran como mecanismos; su curso no
Caracteres proutos, vivos, nun- depende de nosotros; incluso las
ca desocupados, llenos de impulso, actividades psíquicas responden··al _
2. Dic:ciouario del Lenguaje Filo:iOCito.
ACTO 18
O. Estar afectado es confesar cir, que hay una ceguera que nos-
que el yo está «tocado». Y estu otros mismos alimentamos, de la
misma palabra resulta instructiva, que no queremos salí r y que secre-
porque significa dos cosas: en pri- tamente preferimos a todas las lu-
mer lui¡-nr, que se ha llej!'ndo al ces de la verdad. (B0URDALOUE, Sur
contacto con él, o, como suele de- l'a11,uulrmrnt apir., l.)
cirse, ha sido alcanzado; pero tam- 15. Otro error que ya he com-
bién que está conmovido, como si batido, pero que no abandonará ja-
solamente In emoción pudiese sa- más a las gentes de cortos alcan-
carlo de su energía obligándole a ces, es el de afectar en todo mo-
tomar parte en lo que le afecta. mento In dignidad magistral, y
(L. LAVEI,LE, l'uiss. du moi, 73.) querer pasar por hombre perfecto
10. Dejo de ser en el mismo en el espíritu de su discípulo.
punto en que empiezo n ser insen- (RoUSSEAU, Émilc, IV, p. 417.)
sible. Y In línea que scpnrn el yo 10. Afectaba preferir la pru-
del no-yo es también In linea fron- dencia a la virtud y la razón al
tera entre In afección y la repre- entusiasmo. (G. SAND, Hist. de 111a
sentación. Porque sólo me repre- vie, VII, 217.)
sento el no-yo, pero sólo el yo pue-
de afectarme. (L. LAVELLE, bltimi- 17. Para parecer afectado bas-
té spirit., 75.) ta con intentar ser sincero. (A. GI-
DE, Journal, 27 julio, 1922.)
11. El reproche de egoísmo era
el que más le afectaba. (J. DELAY. Afectación. Lat. a,ffectatio. Acción
Jcm1cssc d'A. Gidc, II, 168.) de afectar, estado o carácter de quien
o lo que está afectado; aquello a lo
V. bnagi11aci611, 37; Sueño, 8. que la cosa o la persona se halla afec-
2. Dar una afección a alguien o n tada.
algo, es decir, aplicarlo a un empleo A. Sin. de ambición pretenciosa
o a un uso determinado. Soldado afec- (anticuado).
to a la oficina del coronel. Sala afecta
a los archivos del regimiento. 18. Afectación se dice todavía
B. Lat. a,flcctarc, tratar de alcan- de un deseo demasiado acentuado
zar, ambicionar. de hacer alarde de prendas y cua-
lidades que no se poseen. (Tré-
l. En el sentido etimol. (anticua- vouo:.)
do) : ambicionar, pretender algo. 18'. Es la afectación el lastre
12. Los mismos que más traba- de la grandeza. Consiste en una
jan para engrandecerse en el mun- alabanza de sí muda, y el alabarse
do, y que, a fuerza de pretenderlo, uno es el más cierto vituperarse.
lo consiguen al fin, afectan aún (B. GRACIÁN, El héroe, 39.) Ad. E.
hacer creer que en nada han con- B. Falta de naturalidad; manüesta-
tribuido a ello, y persuadir, si pu- ción de sentimientos exagerados o in-
diesen, que ha sido contra su vo- cluso irreales.
luntad. (B0URDALOUE, Sur l'état de
vic... , l.) 19. La afectación en el gesto,
en el hablar y en las maneras es
13. En sus versos oscuros, pe• a menudo secuela de la ociosidad
[ro densos y acuciantes, o de la indiferencia; y parece que
afectó Persio encerrar menos pa- una gran inclinación o serias ocu-
[labras que sentido. pariones devuelven al hombre su
(B0ILEAU, Art poét., 11, v. 156.) naturalidad. (LA BRUYERE, Caract.,
13'. Afectó Tiberio conseguir XI, 146.)
por lo político lo que Augusto por 20. Ln a,fcctació11 de estilo, e11
lo magnánimo. (B. GRACIÁN, El hé- el lcmguajc y en la co>wersación
roe, 22.) Ad. E. ( ... ) consiste en decir, en términos
2. Poner ostentación en el compor- rebuscados y a veces ricliculamen-
tamiento o manifestar sentimientos que te elegidos, cosas triviales o comu-
no se experimentan. Se emplea sobre nes. ( ... ).
todo en el part. pa~ndo (ignorancia 21. La afectación en el estilo es
afectada, que consiste en conducirse aproximadanumto la misma cus!l
como si no se supiese). que la afectación en el lenguaje,
14. hay unn ceguern ( ... ) vo- con In diferencia de que lo escritú
luntaria e incluso afectada. Es de- debe estar naturalmente algo más
AFECTO 24
cuidado que lo que se dice, J)orquc Afectirn. Lnl. a.ffcctivu.s, der. de af.
se supone que se piensn y madura ficcrc, V. af,•ctar,
al escribirlo; de donde resulta que A. Psicol. Que coneierne a los es-
lo que es afcctaci6n en el lenguaje, lados de placer y de dolor, de cual-
·• veces no lo es en el estilo. quier orden e intensidad que sean, Ji.
(D'ALEMDERT, Méla11gcs litt., (Eu. siro o moral, ecnsneiones o sentimien-
rrra ¡iliilos., III, 162, París, 180ó.) tos, emociones y pasiones, Estados afec-
22. La afectación de indiferen- tivos, conciencia afectiva ...
cia no es a menudo más que la 26. Los primeras sensaciones
ilusión nacida de un despecho in- de los niños son puramente afecti-
consciente. (Th. RIB0T, Psychol, vas; sólo perciben el placer y ei
a.ffcct., 163.} dolor. (R0USSEAU, Émile, I, ]J, 42.)
22'. Sola la historia desechó de 27. cuando se constituye, la
sí la impertinente afectación y conciencia es totalmente o sobre
mantuvo la castidad del idiomn todo afectiva y no puede ser de
sana, incontaminada, limpia. (J. otro modo. (T. RIBOT, Probl. de
P. FoRNER, E,:equias de la lengua psychol. alfect., 7.)
castellana, 133-134.) Ad. E.
28. Lo propio de la conciencia
Afección. Lat. af!ectio: acción de afectiva es ante todo registrar to-
afectar, estado resultante de esta ac- das esas conmociones del cuerpo ...
ción, estado afectivo. ( ... }.
A. Medie.: estado de quien está Pero aquí percibimos, al parecer
afectado en el sentido A l. Afección claramente, la ligazón del espíritu
pulmonar, psicótica. y el cuerpo en el interior de nues-
B. Filos. (anticuado}: atribuui o tra vida afectiva. (L. LAVELLE,
modo que determina la sustancia. Puiss. du moi, 80.)
23. Entendemos aquí por afec- 29. El comportamiento percep-
ciones lo que Descartes llama los tivo pone en juego (... ) resortes
atributos (... ). afectivos simples (placer y dolor fj.
Las afecciones del Ser son cier- sicos) (... ) , finalmente resortes,
tos atributos bajo los cuales cono- afectivos complejos o sentimenta-
cemos la esencia o la existencia de les. (M. PRADINES, Tr. de ps¡¡chol.,
cada ser y de los que no obstante I, 273.}
sólo se distingue por una distin- 29'. El más trágico problema de
ción de razón. (SPIN0ZA, Pem. mé- la filosofio es el de conciliar
taph., III.) las necesidades intelectuales con las
24. Afección tomado en su sig- necesidades afectivas y con las vo-
nificación natural y literal, signi- litivas. Como que ahi fracasa toda
fica simplemente un atributo par- filosofía que pretende deshacer la
ticular a algún sujeto. ( ... ) eterna y trágica contradicción,
Afección es en este sentido sinó. base de nuestra existencia. (M. DE
nimo de propiedad. (Grande Ency. UNAMUN0, Del sentimiento trágico
clo-p,) de la vida, Obras escogidas, 344.)
Ad. E.
C. En el vocabulario psicológico:
todo estado de la sensibilidad• en el B. En el uso ordinario: que con-
sentido A 1 de la palabra, es decir, todo cierne a los estados de placer y de do-
estado psíquico acompañado de placer lor de orden moral, a los sentimientos.
o de dolor. Las afecciones simples Vida afectiva. Carencia afectiva.
constituyen los afectos•. Entre las 30. La privación afectiva es
afecciones complejas están la emoción tan peligrosa para el lactante co-
y la pasión. Para JANET, PRADINES ... mo la privación alimenticia. (R.
los sentimientos son afecciones regula- SPITZ, La pcrte de la mere, En/an-
doras; las emociones, afecciones altera- ee, 1948, 376.)
doras. Afectividad. Capacidad para ser afec-
25. Llamaré afección, según es tado, es decir, para experimentar sen-
uso, a todo lo que nos interesa por timientos de placer y de dolor. Reem-
algún grado de placer o de dolor. plaza a «sensibilidad»* tomado en el
(ALAIN, Ave11t. du coeur, 63.) sentido afectivo.
D. Aplicación de una cosa a un cier- 31. La afectividad no es sim-
to uso. V. Afectar A 2: plemente la aptitud para ser afee-
25 AFINIDAD
lado (no importa cómo): es In ap- !ación (al menos que yo pueda com-
titud pnrn ser nfectndo por el ¡,la- prender) entre esa emoción del es-
rrr o el rlolor. (M. PnADINES, R. cfo tómago y el deseo de comer. (DES-
synth., X (1936), 187.) CARTES, 6.' Médit., IX', 60.)
B. El conjunto rlc los hechos psíqui- l. Psicol.: acuerdo de los caracteres
eos de orden afectivo, es decir, que <le las ideas, del que resulta una sim-
implican placer o dolor. patía• natural. Afinidades ,·lretivas
(IVahlverwandtRchaftcn), título de una
Si11.: vida afectiva, sensibilidad.
novela de GOETIIE.
C. Principalmente: disposición del Sin.: parentesco, simpatía, comuni-
que experimenta espontáneamente ·cn- dad, conformidad, concierto, analogía,
timicntos afectuosos. correspondencia.
32. ln afectividad ( ... ) se sitúa 2. El alma juzga al alma poi·
ante todo ( ... ) en el plano de la~ afinirlad clectíva, a través de las
relaciones interhumanas. (E. MIN-
I<OWSICI, en L'évol. psychiatr., 194'i, palabras y del sílencio, de las ac-
p. 55.) ciones y de la mirada.
33. La afectividad es la capaci- Convengo en que e1 criterio es
dad de experimentar sentimientos subjetivo, y está sujeto a error:
altruistas de simpatía, apego, ab- pero, en primer lugar, no hay otro
negación, amistad, ternura, amor, más seguro y además la justeza
es decir, las emociones sentimenta- de las aproximaciones es propor-
les: amistosas, familiares, pasiona- cional a la cultura moral del juez.
les, basadas en el afecto. (F. HEC- (H.-F. AMIEL, Journal int., 29 oc-
KEL, La n,évrose d'angoisse, 15-16.) tubre 1880.)
34. No hay que confundir emo- 3. Toda influencia sufrida pre-
tividad con afectividad. Un chico sunone una afinidad electiva. (E.
o una chica no emotivos pueden GILSON, Le phi/os. et la théol., 172)
ser muy afectivos, es decir, que, 4. Para conocer su objeto, el
mientras tienen poca emoción, re- historiador debe poseer en su cul-
accionan débilmente a las emocio- tura personal, en la propia estruc-
nes-choque y se excitan sólo excep- tura de su espíritu, las afinidades
cionalmente, pueden tener senti- psicológicas que le permitirán ima-
mientos fuertes y duraderos, y, por ginar, experimentar, comprender
ello, ser muy sensibles a cuanto los sentimientos, las ideas, el com-
atañe a los sentimientos. (R. Muc- portamiento de los hombres del pa-
CHIELLI, Psychol. prat., I, 31.) sado que en los documentos van a
salirle al paso. (H. llfARROU, De la
AFINIDAD. Lat. af!initas o adfini- co1111aiss. hist., 102.)
t.as, carácter de lo que es affinis o ad-
finis (limítrofe [que toen a las fron- 4'. Esta atracción [la de Amiel]
teras, ad fines], vecino, aliado, parien- que llevaba a veces a sus víctimas
te) ; vecindad, parentesco. a ·extremos delirantes, es incompa-
tible con la hipótesis de una ti-
A. Propiamente: parentesco ;esul- midez vulgar, por conciencia de
tante del matrimonio. Entre una mu- una inferioridad efectiva. Su úni-
jer y los parientes consanguíneos de
ca explicación es In de la afinidad
su marido hay una relación de paren- específica entre individualidades
tesco por afinidad. sexuales muy ag,udas. (G. MARA-
Afinidad espiritual: la que crea el ÑÓN, Amicl, 181.) Ad. E.
bautismo entre el bautizado y sus pa-
drino y madrina. 2. Química: tendencia de los cuer-
pos a combinarse, que asegura la es-
B. Por anal.: semejanza, relación, tabilidad del edificio molecular.
analogía. 3. Geom.: «Correspondencia entre
l. Cuando examinaba ( ... ) por los puntos de dos planos que transfor-
qué no se qué emoción del estóma- ma las rectas paralelas del uno en rec-
go, a la que llamo hambre, nos ha- tas paralelas del otro. Las propiedades
ce tener gana de comer ( ... ) no gcom(~tricas conservadas en tal tl'ans-
podía dar ninguna razón de ella formación son llnmadns afines o linea-
(. .. ) ; porque, ciertamente, no hay les,· su estudio constituye la gco,mctría
ninguna afinidad ni ninguna re- af(n» (Die t. des se.).
AFIRl\UClóN 26
VENARGUF..tS, Jn.trocl. a. la. conna.iss ... , ria, entraba. (A. GIDE, Nourr.
XII,) tcrr., 75.)
11. El estilo no es más que el 2. El principio de In vida moral.
mo,·imiento da! alma. (MICIIELET, Si11.: conciencia (moral). Un alma
Jo11-r11a/, 4 de julio de 1820.) recta, turbada; la paz del alma. Un
12. No es su espíritu lo que in- alma grande, hermosa, buena.
teresa a Walter, sino su alma.
( ... ) Aprecia poco la fría razón, 10. Las almas más grandes son
que es objetiva, común a todos y capaces de los más grandes vicios,
por eso mismo vulgar, y reserva su tanto como de las mayores virtu-
ternura para el alma, que es sub- des. (DESCARTES, Disc. de la méth.,
jetividad total y resonancia úni- I, Introd.)
ca. (J. DELAY, Jcmressc d'A. Gide 20. Un alma grande está por·
II, 544-545.\ encima de la injuria, de la injusti
12'. Primero obra la naturale- cia, del dolor, de la burla. (LA Bnu-
za en los comienzos del ser me- YtnE, Ca,·act., XI, 81.)
diante la función de alimentarle, 21. Entre el alma y los senti-
después con la de aumentarle por [dos, la sabiduria infinita,
el crecimiento, y luego, a medida con su dedo divino, estableció la
que puede, por la conservación de [armonia.
los individuos de cada especie, ha- Tú la respetarás, la embriaguez la
ciendo que procreen. ( ... ) Y como [destruye.
el nutrirse, crecer y engendrar pro- Cuando la razón se apaga, tu alma
vienen del alimento, se comprenden [ está en las tinieblas.
bajo el nombre de alma vegetativa. (LAMARTINE, La chute d'un a11ge,
(,J. L. VIVES, Tratado del alma, visión 8.')
21.) Ad. E. 22. No puede haber lugar vacío
2. Identificada al espíritu y conce- en el alma; y en el trono que un
bida como independiente o pudiendo ángel no ha ocupado vendrá, estad
hacerse independiente del cuerpo. Este seguros, a sentarse un demonio. (A.
es el sentido de la palabra en el VINET, Nouv. ét. évangél., 40-41.)
término «inmortalidad del alma» (no ,23. Las almas se .pesan en si-
se dice: inmortalidad del espíritu), así lencio ( ... \ y las palabras que pro-
como en el voc. religioso Oas almas nunciamos sólo tienen sentido gra-
del purgatorio, salvar su alma). cias al silencio en que están su-
13. ¿Volvéis aún, almas de los mergidas. (M. MAETERLINCK, Tré-
[caballeros? BOT des humbles, 10.)
(VIGNY, Le cor).
24. Pecado es lo que oscurece
14. Es toda nuestra libertad la el alma. (A. GIDE, Symphonie paat.,
que abandonamos para siempre al 107.)
prendarnos de un ser ( ... ). El hom-
bre que ama ha vendido su alma. 25. Las almas i:-randes son co-
(J. GREEN, Léviatha11, I, XI.) mo altas cimas. (R. RoLLAND, Vie
de lllichel-A11gc, postfacio.)
C. Acepciones amplias. l. El con- 26. Sólo son grandes la.s almas
junto de las funciones psíquicas o de
los estados de conciencia; la concien- que fueron cimentadas, forjadas y
cia concebida como el lugar en que se edificadas como fortalezas por la
sitúan esos estados. sujeción al culto y el ceremonial
que es a la vez tradición, oración
15. ¿Cabrá tanta miel en el al- y obligación no discutida. (SAINT-
i ma de los devotos• EXUPÉRY, Citadelle, XCIX, Pléiade,
(BOILEAU, LutrÍll, l.) 729.)
16. Mi alma se halla estrecha D. Por anal. 1. Hablando de per-
[en su vasta prisión. sonas: el que desempeña en un grupo
(LAMARTINE, lllédita.t., I, XXXIV.) o en una empresa colectiva el papel del
17. incluso cuando se escribe alma en el cuerpo, el que lo anima.
un libro con el alma, no se escribe El alma de la conjuración.
con toda el alma. (A. CARTAULT, 2. Hablando de grupos humanos: el
L'i11tellcctuel, 199.) conjunto de los estados de conciencia
18. Mi alma era posada abierta comunes a los miembros de un grupo.
en cruce de caminos; el que que- El alma de las muchedumbres. El alma
31 ALTERNATIVA
n. Lóg. y derecho: que anuncia dos ternativa; pero no por ello dejo
cosas de lns que sólo una es verdndern de rerusa1· las horcas caudinas de
Proposición alternativa (v. A/tcr11ati- esa dicotomia. (E. LITTRf, La
va, subst.). Obligación alternativo. scirncr ,lu poiut de• vue pililos.,
Esta dualid:ul constituye una alterna- 323.)
tiva. 13. la razón nos obliga a con-
5. El deudor de una obligación cluir por la siguiente alternativa:
alternativa queda liberado por la o bien debemos creer en ella, y en-
entrega de una de las dos cosas tonces no podemos evitar el pro
comprendidas en la obligación. clamar que la verdad moral con-
(Código Civil fr., art. 1189.) siste en un naturalismo de espíri-
G. La obligación alternativa se tu bastante análogo a uno de los
convierte en pura y simple si una concebidos por la Antigüedad, o
de las cosas prometidas perece ... bien hemos de negarle nuestra con-
(lbíd., art. 1193.) fianza, y entonces debemos procla-
mar la imposibilidad de toda mo-
Alternath·a. A. Sin. de alternancia: ral racional (... ). En ambas alter-
serie de cosas que llegan por turno. nativas se da igualmente la nece-
7. Los acontecimientos produ- sidad de que terminemos con las
cidos por causas profundas tienen morales sentimentales ... (A. CRES-
esas alternativas de explosión y soN, Mor. de la raison théor., 297-
apaciguamiento. (P. B0URGET, L'é- 298.)
tape, 290.)
ALTRUISMO. Palabra derivada del
8. La alternativa de la excita- lat. alter (otro), y creada por Auguate
ción y la depresión domina la vida C0MTE para designar la actitud opues-
afectiva; y cuanto más alto nos ta al egoismo•.
e1evamos en la excitación, más ba.
jo volvemos a caer en la depresión. Der.: altruista. Sentimientos altruis-
(I-L DELACR0IX, Études d'hist. et tas. Moral altruista.
de psychol. clu mystic., 420.) A. Psicol.: disposición a interesarse
l". Anarquía, 4; Crucial, 5. por los demás e incluso a consagrarse
a ellos.
B. Sistema de dos proposiciones de l. La preponderancia habitual
las que una es verdadera y la otra del altruismo sobre el egoísmo, en
falsa. la que reside el gran problema hu-
Sin. (Lóg.) : disyuntiva. Situación mano, resulta allí [en la síntesis
en la que sólo hay dos partidos po- positiva] directamente de un con-
sibles. curso continuado de todos nuestros
9. La alternativa de los casti- trabajos, teóricos y prácticos, con
gos y las recompensas futuras es nuestras mejores inclinaciones. (A.
inevitable. (MAI.EBRANCHE, E11tr. •· C0MTE, Catéch. poBitiv., lntrod. Ed.
la métaph., Pref.) Garnier, p. 60.)
10. Todo pueblo que no tiene, 2. esa caridad fría a la que se
por su posición, más que la alter- da el nombre de altruismo. (A.
nativa entre el comercio y la gue- FRANCE, Le lys rouge, 63.)
rra, es intrínsecamente débil. 3. Se habla de altruismo cuan-
( RoussEAU, Contrat soc., II, x, Co- do el amor se enfría y muere. (N.
lin, 1938, 192.) BERDIAEFF, Sena ele la création,
11. La conversación de Valéry 340.)
me pone en esta horrible alter- 4. Si nos complace tanto el al-
nativa; o encontrar absurdo lo truismo es porque ninguna otra
que dice, o encontrar absurdo cualidad humana hace tales pro-
.lo que haJ<O. (A. GIDE, Jo1tr11al, 9 mesas a nuestro egofsmo. (MARIE
febrero, 1907.) BoNAPARTE, Gla11es des jours, 38.)
C. Cada uno de los miembros de V. Egoísmo, 6; Tendencia, G.
una alternativa en el sentido B. B. Moral. Doctrina que sitúa la nor-
12. se me dirá; pero es pN!ciso ma suprema de la moralidad en la con-
que la materia sea eterna o sea sagración a los demás.
creada; no hay otra alternativa. 6. las afecciones domésticas se
Sé que, en efecto, para el espf- convierten en los únicos interme-
ritu moderno (... ) no hay otra al- diarios espontáneos entre el egoís-
33 ALUCINAClóN
tacio1_1cs, o que reúne caracteres pcr- tabou, cap. III: «Le tabou et l'am-
tcncc1cntcs a dos naturalezas diferen- bivalence des sentimentso, 90.)
tes (el murciélago). 3. (Según BLEULER.) La ambi-
Sin.: equívoco•, anfibología, doble valencia consiste en una disposi-
sentido. ción de espíritu del esquizofréni-
2. El doble sentido se asemeja co a realizar simultáneamente esta-
mucho al cquí11oco y difiere como dos psíquicos opuestos. ( ... ) ccEI
él de la ambigiirdacl ( ... ) • Pero si el amor y el odio están más cerca uno
rquíl'oco esa menudo voluntario, del otro que la indiferencia. (... )
el doble sentido lo es siempre. (LA- Pero el normal pasa de un senti-
FAYE.) miento al otro, mientras que en el
esquizofrénico son las dos caras de
3. No hay que confundir la no- una misma afección.» (J. BouTO-
ción de ambigüedad con la de ab- NIER, Notion d'annbival., 19, 20.)
surdo. Declarar la existencia ab-
surda es negar que pueda darse un 4. La ambivalencia es una dis-
sentido; decir que es ambigua es posición de las fuerzas afectivas
afirmar que su sentido no es nun- y activas, es decir, de las tenden-
ca algo fijo, que debe conquistarse cias, que se caracteriza por la co-
sin cesar. (S. DE BEAUVOIR, Mor. ele existencia en una persona de dos
l'ambig., 180.) opuestas tendencias en conflicto.
( lbíd., 116.)
V. Anfibología; Coraz6n, 1; Equí-
voco, l. 5. [A propósito del complejo de
Edipo); al mismo tiempo que [el
AI\IBIV ALENCIA. Comp. del lat. chico] tiene celos de su padre y
ambi (los dos juntos) y va./cntía (der. desea confusamente su marcha o
de valcre, ser fuerte, poder.) El senti- su desaparición, le quiere, le admi-
do de esta palabra deriva de la noción ra y Je teme. De esta ambivalencia
química de valencia*. Término creado afectiva nacen tensiones, conflictos
por el psiquiatra suizo BLEULER (1911). generalmente inconscientes. (G.
MAUCO, Éduc. de la sensib. chcz
Carácter de lo que es ambivalente, l'enfant, 46.)
es decir, presenta dos valores.
6. La palabra 11sacer» es ambi-
A. En el sentido preciso de BLEULER valente: sagrado y maldito. El es-
(Psicol. y Psiquiatría) : carácter de lo pacio sagrado es un espacio que
que comporta dos componentes de sen- atrae y que repele. (J. PUCELLE, Le
tido contrario. Principalmente (ambi- regne des valcurs, 147.)
valencia afectiva) carácter de un esta-
do de conciencia que comporta disposi- V. Élite, 3; Privado, 2.
ciones afectivas de sentido contrario: B. Otras acepciones discutibles. l.
amor y odio, alegl"ia y tristeza, orgullo Carácter de lo que está hecho de dos
y vergüenza ... componentes, se presenta bajo un do-
Se distingue de la ambigüedad•, que ble aspecto (sin que haya necesariamen-
concierne a la interpretación de los he- te oposición o ambigüedad).
chos y no a los hechos mismos; de la Sin.: dualidad.
bivalencia• y de la polivalencia• (id.
pluri y multivalencia), que no implican . 7..... la ambivalencia del yo:
ni la simultaneidad ni la oposición 1mphcado en las cosas por la obje-
esenciales a la ambivalencia. tividad ( ... ) , desligado de ellas en
la medida en que como sujeto par-
1. el soñador, el niño y el sal- ticipa ya de la personalidad ... (R.
vaje se comportan de manera ab- LE SENNE, Tr. de morale, 30.)
solutamente idéntica frente a la
muerte, en virtud misma de la am- 8. A pesar de la ambivalencia
bivalencia afectiva que les es co- de la emotividad, que acabamos de
mún.( ... ) ver es susceptible de dividirse
en tendencia y emoción... (R. LE
2. ( ... ) esos sentimientos de do- SENNE, Tr. de caractérol., 76.)
ble carácter, es decir, a la vez
tiernos y hostiles, tratan de mani- 2. Carácter de lo que puede reci-
festarse, de expresarse simultánea- bir dos interpretaciones, tener dos usos,
mente en el momento de In muer- tomar diversas formas.
te bajo la forma de dolor y de O. .. . pues no hay nada más
satisfacción. (S. FREUD, Tot"'111 et ambivalente que el primer aflorar
Al\lISTAD - Al\lOR 36
53. No es la falta de amor, sino eso es casi tocio el amor. (J. Ros-
la fnltn de amistad lo que hace n TAND, /Jcux angoisseo, 78.)
los matrimonios desgraciados. (F. 03. El compañero ideal apropia-
NIETZSCHE, CE,wrcs post/,., § 301.) do para «llenar» ]ns aspiraciones
54. El amor, en el matrimo- del amor celoso no puede ser más
nio sería la realización de un bello que un compañero imaginario ( ... ).
suc'llo si no fuese con demasiada Un ser real no puede ser actual-
frecuencia su fin. (A. KARR, en mente poseído en su totalidad; sólo
L'esprit d'A. K., 64.) se da por «facetas• en «presenta-
55. Los libros de amor apenas ciones» en las que el todo de su
pueden ser escritos más que por los existencia pasada, presente y fu-
desencantados. (R. DE GOURMONT, tura constituye un horizonte repre-
Promenades philos., II, 196.) sentado. (D. LAGACHE, La jaloUBie
ainoureuse, 11, 60.)
56. El amor sensual (... ) , al ser 64 Los mejores matrimonios
esencialmente la búsqueda de la ( ... ) · son aquellos en que reina la
sensación (... ) no implica «el
amor». Es egoísta por definición; semejanza de gustos.
es amor con el mismo título que El amor pasa ( ... ). AJ cabo de
la sed o el hambre. (J. LEMAlTRE, cierto tiempo de vida en común, lo
Conte111p., V, 363-364.) que queda son los gustos del uno
alzados frente a los gustos del
57. El amor sensual está desti- otro hostiles, amenazadores, o
nado a extinguirse una vez satis- ami~tosos y conciliantes. (M. Bo-
fecho; para poder durar debe es- NAPARTE, Glanes de jours, 31.)
tar asociado desde el comienzo a
elementos de pura ternura, desvia- 65. Estaremos medio curados
dos de todo fin sexual, o bien su- de un amor cuando alcancemos a
frir en un momento dado una tras- persuadirnos de que el ser del que
posición de ese género. (S. FREUD, estamos prendados no es, después
Psychol. col! ... , 72.) de todo, más que una criatura bas-
tante corriente. La fuerza de las
58. Es imprescindible que el ligaduras viene de la torturante
amor se convierta en amistad si convicción de que hay algo excep-
quiere seguir siendo amor. (Les cional, único, irreemplazable, que
propos d'Alain, 1, 172, N. R. F., no volveremos a encontrar. (A. GI-
1920.) DE, Journa,l, 17 octubre 1929.)
59. En muchos hombres y mu- 66. A menudo llamamos amor a
jeres el amor, en sus comienzos, se la necesidad que tenemos de un ser
alimenta de duda, o más bien, de que nos dé el sentimiento de nues-
una alternancia, de fervor 11 frial- tra importancia personal. (M.
dad. (... ) El amor, nacido d! la DnuoN, Remarques, 19.)
inquietud, se parece a esas espinas 67. las grandes pasiones se
cuya forma es tal que el que trata preparan en grandes ensoñaciones.
de arrancarlas les hace, por sus Se mutila la realidad del amor al
mismos esfuerzos, penetrar aún separarla de toda su idealidad.
más en la carne. (A. MAUROIS, Un (G, BACHELARD, Poétique de la ré-
art de vivre, 58, 59.) veric, 7.)
60. No podemos esperar supe- 68. no se debe verdaderamen-
rar el amor por un esfuerzo de vo- te hablar de amor más que a par-
luntad. Porque el amor es el deseo tir del momento en que la valori-
más profundo de todo nuestro ser. zación del ser amado alcanza al
Pero es preciso ahondar Jo bastan- menos el nivel de atribuirle un va-
te en nuestra alma para que sólo lor igual, si no superior, a nuestro
pueda nacer en ella un amor por propio valor. (E. SOURIAU, L'ombre
el que nuestra voluntad no resulte do Dieu, 101-162.)
humillada. (L. LAVELLE, La canse.
de soi, 191-192.) 69. En la literatura francesa,
desde hace nueve siglos, apenas se
61. El amor, como todo Jo que trata más que del amor; pero en
vive, empieza a degenerar una vez Francia el amor es tan raro como
concebido. (J. RoSTAND, De la va- en otras partes. Al francés le gus-
nité, 174.) ta sobre todo la familia. (J. CHAR·
62. Necesitar que nos necesiten, DONNE, Attacl,emellts, 86.)
41 AMISTAD - AMOR
70. Esas citas, esas cartas y to- 78'. ¿Por qué medios se con-
dos los gestos de los enamorados, quista la amistad de una criatura
¿no es eso el amor? No. Amar a que parece no abrigar más que
una persona es compartir su vid1•. odios en su corazón? El amor; he
(... ) Ese amor quiere la duración ahí el grande, el único medio; la
y supone In familia. (lbíd., 40.) caridad es la vara prodigiosa que
71. Tenemos menos amor que hace brotar el arrepentimiento de
inclinación, e inclinación forzada. la áspera roca de un corazón dz-
(!bid., 32.) pravado. Si no tenemos caridad de
esa que no se irrita, ni se cansa,
71 '. El más trillarlo y derecho y que todo lo espera, inútil es que
camino para ser amado es que tú emprendamos la regeneración de
ames, pues nada hay que engen- ningún pecador; pero si esa cari-
dre tanto amor como el amor. (J. dad divina existe en nosotros, na-
L. VIVES, lntrorlucci6n a la sabi- da hay imposible. (C. ARENAr,, El
duría, § 408, p. 82.) Ad. E. vi•itador del pobre, 84.) Ad. E.
71". Si una vez somos poetas, 3. Seguido de un complemento, de-
es de enamorados; y si lo somos signa también la inclinación hacia co-
muchns, ninguna como en la ve1. sas que procuran placer: el amor a la
de amor. (J. MARAGALL, Vida es- buena vida, a los viajes.
crita, 233.) Ad. E. D. Como disposición prinripalmen-
71"'. Es el amor, por su misma te volitiva que pone en juego las fun-
esencia, elección. Y como brota del ciones raciona1es e intelectuales inse-
centro personal, de la profundidad parablemente ligada al sentido moral.
anímica, los principios selectivoa l. Respecto a las personas: dispo-
que la deciden son a la vez las sición del querer a procurar el bien
preferencias más íntimas y arca- de otro, a consagrarse a él. En el voc.
nas que forman nuestro carácter cristiano, gr. agape; lnt. caritas (ca-
individual. (J. ORTEGA y GASSET, ridad). Amor a Dios, al prójimo, a la
La clccci6n en a,nor, Obras, V, patria.
605.) Ad. E.
74. El verdadero amor empieza
V. 28, Alteridad, 1; Altruismo, 3; donde ya no se espera nada a cam-
Celos, 3, 4, 6, 8; Cristalización, 5; Eros, bio. Y si resulta tan importante
3; Indiferencia, 1; lmtancia, 21; Ma- para enseñar al hombre el amor a
trimonio, 1, 3, 4; Pasión, 26; Tienipo, los hombres, el ejercicio de la ora-
2 bis. ción, es ante todo porque no halla
2. Acompañado de un calificativo: respuesta. (SATNT-EXUPÉRY' Cita-
designa las diversas inclinaciones que d elle, LV, Pléiade, 647.)
experimentan unos por otros los diver- 75. el deseo se aplica siempre
sos miembros de una misma familia. a cosas mientras que el amor sólo
Amor conyugal, materno, filial, fra- se dirige a personas. Y cuando el
ternal... amor cede ante el deseo, la propia
72. no hay amor paterno co- persona es tratada como una cosa.
rrespondiente al amor maternal, y (... ) El deseo no cesa de pedir
(... ) el amor del padre por el hijo mientras que al amor no cesa de
es función del amor que el hombre dar: el uno necesita siempre de un
experimenta por la madre del hijo, socorro extraño y el otro parece
en tanto que el amor maternal es siempre alimentarse de sí mismo.
un amor directo, totalmente inde- (L. LAVELLE, Tr. des valeurs, II,
pendiente de los sentimientos que 184, 185.)
la madre puede experimentar por 76, el deseo sólo ve en aquello
el padre. (M. SCHELER, Nat. et hacin lo que tiende un objeto a po-
formes de la symp., 256,) seer; el amor ve en lo que ama un
73. El padre identifica a sus sujeto de floración del ánimo cuya
hijos consigo mismo, porque, en nresencia es su alegría. (G, MADr-
efecto, ellos le continúan (.,.). El Nrnn, Consc. et amonr, 2.' ed., 95.)
amor paterno está hecho, en gran 76'. Muchos merecen ser ama-
parte, de amor propio; en muchos dos y no lo son, o lo son mucho
hombres no es más que eso, (J, n1enos de lo que n1erecen; mas a
LARGUIER DES n., lntrorl. rl. la psy- Cristo, aunque no se le puede dar
c/101., 208,) el amor que se le debe, dióscle
AllfISTAD - AIIIOR 42
siempre el que es posible a los dad. (D. LAGACIIE, l,r, jfll, amour.,
hombres. (Fr. Lms DE LEÓN, De 11, 13.)
los 110,nbrrs de Cristo, 111, 94.) Oblativo. Lat, oblaliuus, der. de of-
Ad. E. frrrc (ofrecer). Que está dispuesto a
2. Respecto a los valores idea les, darse ni otro, a dejarse poseer afecti-
apeg-o desint(;'resado a lo que creemos vamente por él.
da su sentido n In actividad reflexiva 83. El neurótico nos aparece co-
del hombre. Amor a la justicia, a la mo un ser incapaz de oblatividnd,
\'erdad ... de amor objeta), de renuncia a las
Sin.: querer, satisfacciones narcisianns. (G. PAR-
77. ninguno de nosotros hace CHEMINEY, en A mour et vio/., 38-
bien más que lo que hace con amor. 39, Études carn,él., 1946.)
(F. BHUNETIEllE, Roma.n nafttral., V. Justicia, 17.
200.)
A mor de co11cupÚlcencia, de compla-
78. Lo que hacemos con más cencia, ele benevolencia (en los escolás-
profundidad no es Jo que decidimos ticos):
sino lo que nos gusta hacer, No
cabe duda de que no podemos en- el amor de concupiscencia busca la
tregarnos al querer sin reglas, lo satisfacción de sus deseos ( cupere, con-
que no quiere decir que las reglas cupiscere, desear), es esencialmente
no tengan mayores aspiraciones egoísta;
que las de servir al amor. (R. LE el amor de complacencia se compla-
SENNE, Tr. de mor., 718.) ce, es decir, halla su propio placer en
79. La obligación aparece cuan- el bien, la perfección, la dicha del ser
do el movimiento nacido del valor amado; es esencialmente desinteresa-
encuentra una resistencia interna. do; es sobre todo Dios, el ser perfecto,
(... ) Esta resistencia supone un quien puede ser objeto de ese amor que
conflicto, una oposición, un imper- constituye el lado afectivo de la cari-
fecto dominio del amor que no bas- dad teologal;
ta para unificarlo todo. (J. DELA- 83'. Muchas gentes no se han
YE, Obligation nwr. et amour, 25.i enterado de que Dios es amor. Si
80. Cuanto más el amor al bien fuera meramente poder estaría an
reina soberano en una persona, im- sus manos hacer un mundo en el
poniendo silencio a todas las oposi- que desaparecieran los dolores y
ciones, más se borra el sentimien- los males. Todos los hombres sería-
to de sujeción para ceder paulati- mos entonces para con Dios Jo que
namente el sitio a un creciente son para nosotros los perros cari.
sentimiento de autonomía y espon- ñosos y obedientes. Nos quieren
taneidad espirituales. (A. MARC, mucho; los queremos mucho, pero
nuestro amor es solamente de mi-
Dialect. de l'agir, 447.) sericordia. No es el amor que te-
V. Obligación, 21, 23; Verdad, 38. nemos a nuestros hijos cuando
A mor captativo y amor oblativo. pueden ser malos y son buenos.
Captativo. Neo]. der. del lat. cap- Entonces surge el amor pleno y
tare, tratar de apoderarse ( capero). satisfecho, amor de complacencia.
Que trata de acaparar al otro para (R. DE MAEZTU, España y Europa,
sí, de apropiárselo afectivamente. Es, 168.) Ad. E.
en particular, la aetitud primera del el amor de benevolencia consiste, se-
niño hacia su madre. gún la etimología de esta palabra (be-
Sin.: posesivo. 11cvolencia = voluntad de bien), en
81. Al principio rigurosamente querer el bien del objeto amndo. Cons-
captativa, la sensibilidad del niño tituye Jo esencial de In caridad hacia
debe convertirse poco a poco en nuestros semejantes. V. Benevolencia.
oblativa. (G. MAUC0, L'éduc. de la Amor propio. A. En sentido lite-
sensib., 31.) ral y primitivo (anti c.; siempre peyo-
82. Puede incluso decirse que rativo) : amor de sí mismo, egoísmo•,
el amor captativo implica los ce- vanidad•.
los, que se confunde con el amor 84. La naturaleza del amor pro-
celoso, al estar los celos virtual- pio y de ese yo humano es de no
mente presentes en él, incluso fue- nmal' ni considerar más que a sí
ra de toda situación real de rivali- mismo. (PASCAL, Pensécs, 376.)
43 AMISTAD - AMOR
C. En sentido amplio (el más ces muy lejanas, pero que sólo tie-
usual) : semejanza mlis o menos vaga nen poder evocador por ser tales
entre cosas esencialmente diferentes. analogías. (B. DE SOLACES, Dial.
6. Hay que acostumbrarse cuan- sur l'analogie, 161.)
to antes a captar esta analogla, Analogía del ser. Tesis clásica de
que hace pasar las palabras por la filosofía escolástica según la cual
diferentes acepciones (... ). los términos, en particular eI de ((sern,
Si no se capta esta analogía, la aplicados a Dios y a las criaturas no
mayoría de las bellezas del lengua- son univocas (lo que implicaría un mo-
je se nos escapan. No se ve ya en nismo• panteísta), ni equívocos (lo que
los términos figurados más que pa- conduciría al agnosticismo*), sino aná-
labras arbitrariamente elegidas pa- logos. Dios y las criaturas tienen en
ra expresar ciertas ideas. (CoN- común ser, querer, obrar ... , pero ada
DILLAC, L'art d'écr., I, vm, CE1t- uno n su manera: Dios es a la mane•
vres phüos., I, 667.) ra del ser por sí; las criaturas son a
la manera del ser por otro. De igual
6. Me preguntaréis si los mo- modo, el vegetal, el animal, viven, pero
vimientos de los animales son es- cada uno a su manera. El animal es
pontáneos; os diré que lo ignoro, inteligente, pero a su manera, y no a
pero que la analogía está por la la manera del hombre.
afirmativa. (ROUSSEAU, Émile, IV,
p. 328.) V. Unívoco, 6.
7. Nunca sabremos nada sobre Razonamiento por analogía. A. En
la vida psíquica de los niños de sentido estricto: operación mediante la
seis años porque nada podemos cual, dados tres términos de una pro-
comprender si no es por analogía, porción, se determina el cuarto. Sea,
y no existe ninguna entre un hom- p. ej., 3/4 y 6: deduzco que el cuarto
bre y un niño. (R. DE GOURMONT. número es 8, porque 3/ 4 = 6/8.
Prom. littér., V, 269.) B. En sentido amplio: operac10n
8. Nadie puede entrar en la mental que consiste en deducir una se-
conciencia de los demás, pero pue- mejanza de otra. P. ej.: Pedro es del
de interpretar signos externos por mismo país que Pablo, luego tendrá
analogia con su propia experien- la misma amabilidad que Pablo. Algu-
cia. (Th. RIBOT, en De la méth. nos (RABIER) ven en ello una induc-
dana les sciences, I, 235.) eión seguida de una deducción:
Pablo es amable;
9. El elemento esencial, funda- Pablo es de tal país;
mental, de la imaginación creado- luego las gentes del tal país
ra en el orden intelectual es la fa- [son amables;
cultad de pensar por analogía, es Pedro es de tal país;
decir, por semejanza parcial y a
menudo accidental. Entendemos luego Pedro es amable.
por analogía una forma imperfec- Pero es más corriente considerar el
ta de semejanza: lo semejante es razonamiento por analogía como una
un género del que la analogía es forma particular de pensamiento.
una especie. (Th. RIBOT, Essai sur 12. la analogía es propiamen-
l'imag. créatr., 2.) te una deducción fundada en una
10. Es verosímil, de acuerdo inducción anterior. (E. RABIER,
con la propia ley de analogía de L<"c. de philos., 7.' ed., 248.)
la que resulta la existencia de las 13. Sin duda puede resoh·e!
especies, que, si dos individuos [el razonamiento por analogía]
fuesen idénticos en un punto, Jo en ( ... ) Inducción (con enumera•
serian enteramente. (E. BoUTROUX, ción i ns uf i e i ente) + Silogis-
De la contingence ... , 10.', ed., 37.) mo. ( ... ) En realidad, no obstante,
11. de un modo general, toda en el razonamiento por semejanza
explicación, toda expresión inclu- el espíritu discurre de lo particu-
so de un conocimiento se basa en lar sin pasar por una ley univer-
la analogla, y la psicología del sal, sino tan sólo por la semejan-
lenguaje, del gesto, del signo, vie- za ele los dos casos en cuestión.
ne a confirmar las conclusiones de (J. MARITAIN, Pctitc logiquc, 335.)
la psicologla del conocimiento. La 14. La conclusión analógica per-
poesía vi ve de imágenes y de me- manece siempre dudosa desde el
táforas que son annlogíns a ve- punto de vista de una lógica rigu-
4. Diccion.i.rio tic) Lt'11auaje FilosMico.
ANARQUIA óO
nos aparece como amcnnzando dc1• bre habrla en buena lógica qus
truir nuestro propio Da..'fei,1. hablar del a11im11s de In mujer pu-
La cwgr'8tia, por el contrario, ~¡ 1·a dar a eu alma el nombre que le
hien lleva en sí el anuncio del pe- eonviene. (C.-G. JUNll, Types psy-
lig-ro, 1,0 l'S mrnca pro t1ocada por cllol., 429-430,)
rrn existente ddcrmiHado o detc1·• 2. La tesis que queremos de-
111i11nb/c. La cosa ante la cual tem- fender en el presente ensayo: el
blamos en In angustia (el IVovor) e11stccño se halla bajo el signo del
no es 1rn11ca un esto o un aqricllo: anima. Cuando el ensueño es Vl!f-
(A. DE WAELHENS, La Pllil. de M, dadernmente profundo, toda nues-
lfridcggcr, 121.) tra alma se impregna de las in-
S. Ln angustia nace de nuestr:i fluencias del anima. (G. BACHE-
condición y nos la revela. Ella es LARD, Poétique ele la reuerie, 83.J
el nrdadero sentimiento de la si-
tuación original. (lbíd., 123.) ANIMAL, subs. y adj. Lat. animal
y anima.lis (der. de anima), ser ani-
9. La angustia es ( ... ) el sen- mado.
timiento de nuestra situación ori-
ginal, descubriéndonos que estamos A. Por op. a vegetal: organismo v:-
arrojados al mundo para morir en vo dotado de movilidad y de sensib:Ji-
él. ( lbíd., 145.) dad.
l. Al no poder el animal fijar
9'. La angustia contiene en su directamente el carbono y el nitró-
unidad emocional, sentimental, esas geno que se hallan por todas par-
dos notas características ontológi- tes, está obligado a buscar, para
cas: por un lado, la afirmación de nutrirse de ellos, los vegetales que
la ansiedad de ser, y, por otro la- han fijado ya estos elementos o los
do, la radical temerosidad ante la animales que los han tomado de
nada. La nada sobrecoge al hom- los vegetales. El animal es, pues,
bre, y entonces la angustia de po- necesariamente móV'il. (H. BERG-
der no ser es la que lo atenaza y soN, Évol. cr., 109.)
sobre ella se levanta la preocupa-
ción, y sobre la preocupación la B. Por op. a hombre: organismo
acción para ser, para seguir sien- vivo dotado de sensibilidad y, en los
do, para existir. (M. GARCÍA Mo- más altos grados de la jerarquía, de
nENTE, Ensayos, 221.) Ad. E. una cierta inteligencia, pero no de la
inteligencia racional, Al perro se le
V. Cogito, 17; Inquietud, 9; Serio, 4 atribuye inteligencia, pero no razón;
Fil. Ad. E. En el existencialismo, alma, pero no espíritu.
principalmente en KIERKEGAARD y HEI- Sin.: bestia, bruto.
DEGGER, la angustia excede el marco
de lo meramente psicológico y se inclu- 2. de la misma manera que los
ye dentro de lo existencial u ontológico. perros y algunos otros animales
Así, para HEIDEGGER, la angustia es la nos expresan sus pasiones, nos ex-
condición misma de la existencia tempo- presarían también sus pensamien-
ral y finita. La angustia es el esta- tos si los tuviesen. (DESCARTES,
do de ánimo peculiar por medio del Carta del 23 nov. 1646, IV, 575.)
cual se descubre la nada y la existen- 3. El animal comprende la sig-
cia sosteniéndose sobre ella. nifi.caci611 de las cosas; es decir,
Anima, Anim.us. En la psicología que un fenómeno dado puede ser
analítica (C. G. JUNG) : el anima está para él un indicio, un a.vüro, do
constituida, en el inconsciente del hom- sus consecuencias o de sus conco-
bre, por los elementos de femineidad mitantes, aun invisibles, habitua-
complementarios de su masculinidad; les; no parece tratar, ni poder tra-
a la inversa, el aui?nus es, en el incons- tar, de comprender por qué razo-
ciente de la mujer, el elemento mascu- nes ocurren las cosas. Porque el
lino de su femineidad. ilulicio de una cosa no es una ra-
l. Cuanto más femenino es el
zón de ella, y son dos curiosidades
exterior de la mujer, más viril es diferentes la de los indicios y !11
su alma, y viceversa; cuanto más de las razones. (M. PRADINES, Tr.
viril es el exterior del hombre, más ele psychol., 11, 21-22.)
femenina es su am"ma (... ). Si ha- 4. En el comportamiento nni,
blamos, pues, del anima del hom- mal, los signos se quedan siempre
53 AXOREXIA
Arbitral. Lat. a,·bilmJis, del árbitro. Argüir ele: sacar ele un hecho o de
.\. Prop.: que depende del árbitro un principio la consecucncin que de él
(sentencia arbitral) ; que desempeña emana.
el papel de árbitro (tribunal arbitral). Argumento. Lat. argumcutum, der.
6. El derecho es lo que está de arguere.
reconocido como derecho. Recono- A. Consideración aportada para es-
cido, es decir, aprobado o pronun- tablecer o refutar una tesis. Argu-
ciado por un poder arbitral, y a mento en forma• = razonamiento, si-
plena luz. (... ) logismo.
Muchos estiman que el tribunal Sin.: prueba•, razón, motivo, justi-
arbitral debe estar, además, pro- ficación.
visto de poder ejecutivo, y, como 1. afirmar vale más que de-
suele decirse, de guardias. Pero 11iostrar. U na afirmación tiene
semejante poder no está en la no- más peso que un argumento, al
ción de derecho. Cuando un tribu- menos para la mayoría de los hom-
nal arbitral (. .. ) se ha pronuncia- bres, porque el argumento suscita
do el derecho está declarado y la desconfianza. Por eso los ora-
reconocido. Nada le falta. (ALAIN, dores populares tratan de sentar
,llincrvc, 226-227.) los argumentos de su partido me-
7. Un Tribunal arbitral de la diante afirmaciones. (NIE"nSCHE,
Comunidad estatuye sobre los li- Le vo¡¡ageur et son ombre, § 295.)
tigios entre miembros de la Co- 2. Se finge creer, y a menudo
munidad. (Constitución fr. de han querido hacerme creer, que
1958, art. 85.) los argumentos tienen una fuerza
B. Por contaminación con arbitra- propia, de modo que se llega a
rio: que puede pronunciarse indiferen- vencer a unos mientras se es co-
temente en favor o en contra. mo derribado por otros. Pero no
existe mecánica pensante que pe-
8. La libertad no es como tan a se asl los argumentos. Las razo-
menudo y tan erróneamente se la nes de dudar de todo, que Pierron
ha representado, al igual que un ordenó, son muy fuertes si se quie-
simple poder arbitral, siempre due- re, e invencibles si se quiere, pe-
ña de prestar o negar la mediación ro no tienen poder sobre mí, por-
de la razón ... (M. BLONDEL, L'ac- que no he querido seguir ese ca-
tion, 125.) mino. Y él, en cambio, ,se satisface
A rch-, are-, arqu-. Prefijos tomados con esas pruebas porque las busca-
de la raíz griega arch-, que expresa la ba ... (ALAIN, Esq. de l'h., 267.)
idea de comienzo y, pues el jefe mar- 3. Todo argumento invita a
cha en cabeza, la de mando ( are he). De una apreciación de su fuerza, y
ahí las palabras relativas a lo antiguo estos repetidos ensayos de refuta-
( archaios), como archivo, arcaísmo, ar- ción mental, a poco tengan éxito
queología; las que expresan la ·dea algunas veces, pueden degenerar
de prioridad, como arquetipo; las que en un negativismo sistemático cu-
expresan la de primacía, princ. bajo ya influencia, incluso en la vida
la forma del pre!. archi (archiduque, íntima, no conviene desconocer.
arcipreste) y bajo la forma de los (Ch. PERELMAN, Tr. de l'argumen-
suf. arquia, arca (monarquía, monar- tation, 11, 637-638.)
ca oligarquía, oligarca). En leng. fa-
mÚiar, el pref. archi tiene un sentido 11. Sumario de una obra de teatro,
superlativo: archifalso, archifeo. V. de una conferencia. El sumario envia-
Anarquía. do a los miembros de la Sociedad Fran-
cesa de Filosofía suele comenzar as!:
ARGUCIA. Lat. argutia, finura, su- «M. X ... presenta al examen de la So-
tileza. ciedad los siguientes argumentos», o:
«las consideraciones siguientes».
Razón o argumento, a menudo de
pura forma, pero siempre sutiles y Argumentación. Acción de argumen-
que por ello embarazan al defensor de tar. Serie o conjunto de argumentos.
la tesis opuesta. 4. toda argumentación es in-
dicio de una duda, porque supone
ARGUMENTO la conveniencia de precisar o re-
Argüir. Lat. arvuere: indicar, de- forzar el acuerdo sobre una deter-
mostrar, convencer. minada pooición que no está sufi-
65 ARISTOCRACIA
TI(' que y1v1r como heredero, esto mundo. ( ... ) Una naturaleza est~-
t'S, tit•ne l]lll' usnr el <'aparnzón tfo lien no es acomodarla a este espec-
otrn vida. ( ... l Está condonado táculo, quiere percibir la armonía
n n·1n-cst11far al otro, por tanto, n y no siempre el reehinar de las di-
lr11 s<·,· ni el otro ni él mismo, Su sonancias. (H.-F. AMICI,, Jn11r11al
vida pierde, inexorablemente, au- int., 3 marzo 1870.)
tenticidad y se convierte en purn Armo11ía pra•fablrcicla. A. Prop.:
repr1.:sentación o ficrión de otra vi-
da. (J. ORTEGA Y GASSET, La rcbe- doctrina leibniziana de las relaciones
lió11 dr las masas, Obra.s, IV, 208.) entre el alma y el cuerpo y, más gene-
Ad. E. ralmente, de lns mónadas• entre si.
C. Poi' ext.: pequeño número de in- 4. Figuraos dos relojes de pa-
dividuos que poseen la preeminencia o red o de bolsillo que marchan de
la supremacía en un campo determi- perfecto acuerdo. Esto puede ocu-
nado; esta misma preeminencia. La rrir de tres maneras. La primera
aristocl'acia de la ciencia, del arte, de consiste en una influencia mutua;
la moda. Toma a menudo una acepción la segunda, en afectar a ellos un
irónica: la aristocracia del dinero, «la hábil artesano que les dé cuerda
aristocracia del tapón». (F. MAURIAC y los haga marchar juntos en to-
para designar a los grandes propieta- do momento. La tercern, en fabri-
rios de bodegas.) car esos dos relojes con tanto ar-
te y ajuste que podamos estar se-
5. En Francia todo el mundo guros de que maroharán de acuer-
es aristócrata, todo el mundo tien- do. Poned ahora el alma y el cuer-
de a distinguirse de todo el mun- po en el lugar de esos dos relojes;
do. (J. BARBEX o' A., Pcusécs déta- su acuerdo puede suceder de las
cliécs, núm. 23, p. 17.) mismas tres maneras. El camino
6. Un aristócrata reconoce In de la influencia es el de la filoso-
nobleza allí donde se encuentra y fía vulgar; pero como no podemos
desconfía de las castas. (J. CHAR- concebir partículas materiales ca-
D:>NNE, Allachcme11ts, 45.) paces de pasar de una de esas sus-
tancias a la otra, hay que abando-
ARMONfA. Gl'. harmo11ia, ajuste de nar tal creencia. La vía de la asis-
las partes entre sí. tencia continua del Creador es la
A. Prop.: cualidad de los sonidos del sistema de las causas ocasio-
simultáneos que producen una impre- nales; pero pienso que es hacer
sión agradable o al menos tienen un intervenir Deus ex machina en
valor expresivo. una cosa natural y ordinaria en In
que, según la razón, no debe
l. Se llama armonía la emisión concurrir sino de la manera que
simultánea de varias melodías di- concurre a todas lns demás cau-
ferentes. sas naturales. De este modo no
Esta emisión simultánea hace queda sino mi hipótesis, es decir,
nacer combinaciones de sonidos a tan 11ólo la vía de la armonía pre-
los que los tratados de armonía establecida. (LEIBNIZ, Second éclai1·-
han dado el nombre de acore/es. cisscnu:nt ... , CEuvres, cd. P. Janet.
(V. D'INDY, Co1trs de compos. mus., II, 54:l.)
91.)
5. El camino de la armonía
2. Mediante la consonancia, la preestablecida poi' un previsor ar-
disonancia y sus combinaciones y tífice divino que desde el comienzo
experiencias, la armonía expresa. formó a cada una de esas sustan-
el acuerdo y el conflicto ... (H. DE- cias de manera tan perfecta, re-
LACROIX, Psychol. de l'art, 307.) gulada con tanta exactitud, que
B. Por anal.: cualidad de un todo sin seguir más que las propias le-
luyas partes acuerdan entre sí. Armo- yes que ha recibido con su ser se
nía dc.> colorl"s, de movimiento, de hora- acuerda no obstante con la otra;
rios, de ocupaciones, de gustos, de sen- del mismo modo que si hubiese una
timientos. Vivir en perfecta al'monla. influencia mutua o que si Dios pu-
Sin.: acuerdo, unisono, concordia, siese de continuo ·la mano en ellas
simpatía. más allá de su concurso general.
3. Todas las fuerzas y todos los (LEIBNIZ, Troisiim1c éclairc., JI,
principios obran a la vez en el 645.)
67 ARREPENTIMIENTO
AUTISMO. Neo!. der. por BLEULER Aquel cuyo poder no está sometido
del gr. a1tfoe para designar In disposi- a ningún control. Der.: autocrático.
ción patológica de quien está encerra- V. Conetituci6n, 11.
do en sí mismo y aislado del mundo ex-
terior. AUTOMATISMO
Sin.: egocentrismo•, introversión• Autómata. Gr. automatos: primitiva-
csquizotimin•. Der.: autfstico. ' mente, que piensa (raíz indoeurop. men,
de donde deriva el Jat. meru,) por si
l. Los esquizofrénicos más mismo; más tarde, que obra por su
avanzados, que no tienen ya nin- propio movimiento, espontáneamente:
g-unn relación con el ambiente, vi- finalmente, que ocurre por azar.
ven en un mundo que no es más
que suyo. Se han encerrado en él, A. Hablando de cosas: aparato mo-
por así decirlo, con sus deseos, que vido por un resorte interior y que imi-
imaginan realizados, o con el su- ta los movimientos de un ser animado,
fri~iento resultante de las perse- en particular del hombre.
cuc10ncs de que se creen víctimas. l. Deseo que consideréis, des-
Limitan sus contactos con el mun- pués de esto, que cuantas funcio-
do exterior al mínimo estricto. nes he atribuido a esta máquina
Llamamos autismo a esta rotu- fel cuerpo humano J se derivan to-
ra con la realidad, acompañada de das naturalmente (... ) de la sola
un predominio, relativo o absolu- disposición de sus órganos, ni más
to, de la vida interior. (E. BLEU- ni menos que lo hacen los movi-
LER, cit. por E. MINK0WSKI La mientos de un reloj, o de cual-
schi.zophrénic, 145.) ' quier otro autómata ... (DESCARTES,
Tr. de l'homme, fin, XI, 201.)
2. El comportamiento de los
temperamentos esquizotímicos ( ... ) 2. Se reprocha tradicionalmen-
se inclina hacia el autismo, la vida te al maquinismo: 1.0 sustituir
interior, hacia la elaboración de por autómatas a los seres cons-
una zona individual de claros lími- cientes, que se hacen superfluos·
tes, de un mundo de sueños y de 2.0 hacer servir a esos autómata~
principios extraños a la realidad. por seres conscientes; 3.0 trans-
Estos sujetos se forjan un con- formar a la larga a estos últimos
traste acentuado entre el Yo y el en autómatas. Pero el ser cons-
mundo exterior; indiferentes o sus- ciente se enorgullece: l.<1 de crear
ceptibles, se aíslan de la muche- autómatas; 2.(1 de mandarlos; 3.º
dumbre de sus contemporáneos, o de convertirse en un autómata, que
bien se pasean entre ellos, sin va tan de prisa como la máquina
atención y sin contacto. (KRETSCil- de calcular sin cometer más erro-
MER, Peychol. médú,ale, 251.) res que ella. (M. MARSAL, en LA-
LANDE, Voc., 100.)
3. el autismo ( ... ) constituye la
conducta favorita de los seres dé- B. Hablando del hombre: individuo
bHes obsesionados por el sentimien- cuyos movimientos estereotipados y
to de su inferioridad, que hallan conduct=1 i!-7eflex!va hacen pensar en
consuelo en las ficciones de In ima- una maquina. Aire, gestos de autó-
ginación. Es la actitud normal del mata.
niño, que siente predilección por Sin.: robot, marioneta.
el sueño y el juego. (R. LACR0ZE, 3. Porque no debemos descono-
Fonct. de l'imagin., 137-138.) cernos: somos autómatas tanto
Auto. Pref. tom. del gr. autos que, como espíritu . (... ) . Es necesario,
unido a un pronombre personal, se tra- pues, persuadir a nuestras dos
duce por ((mismo»: yo mismo, tú mis- piezas: al espiritu, mediante las
mo, él mismo ... Entra en un gran nú- razones, que le basta con haber
mero de palabras: autobiografía (bio- vist? una vez en su vida, y nl
grafía de alguien escrita por él mis- automata, por la costumbre, no
mo); autógrafo (escrito por el autor permitiéndole inclinarse a lo con-
mismo, de su puño y letra). Autónomo, trario. (PASCAL, Pensées, 449-450.)
autómata. 4. La idea de los aut6matas,
Autoanñlisis. V, A11cílisis. sobre todo, aplicada a los anima-
les, triunfaba y hacía furor ( ... ).
AUTóCIIATA. Gr. CLctfo/mctiis, que No tenia en contra más que el
manda (lcrutei) él mismo (autos). buen sentido de algunos hombres
Al'TO~IATISl\10 86
ele mundo ( ... ) que hahínn sido en- s1on del sueño, una liberación del
2adorcs o jinetes )' que snbfan a inconsciente. Todo intcrven,·ión de
qué atl'HC'rse sobre C'l maquinismo In inteligencia crítica es un aten-
.le los animales. (SAINT!:-BEl!VF., tado o In inspirnción, cuya fuerza
J'.,.-t-Ro¡¡aJ, V, 352.) virgen hny que, por el contrario,
Aulomátiro. A. En sC'ntido C'limo1. respetar. ( ... ) Sentado a mi mesa,
que obru por 5¡ mismo, espontánl'a- anoto, escriba fiel, cuanto sube de
mente. !ns profundidades sagrados del
B. Hr.hlando de la actividad hu- inconsciente. Esto es la «escritura
mana (a menudo con matiz pcyornti- automático». (A. 81,ANC'HF.T, La lit-
,·o) : que es ejecutado sin ayuda ele la tér. et le spirituel, 132.)
inteli)!"encia ni de In ,·oluntnd. Gestos Automación. Aunque no derivado se-
automáticos. gún !ns reglas (habría que decir auto-
5. Hemos visto en el estudio de 1natización, como se dice meca.nizacicm
las sugestiones que el acto es pri- y no 111aqu,fo.a.ció11.), este neologismo,
meramente ejecutado de un modo creado simultáneamente en 1947 por
automático y que después, en un dos americanos, D. S. HAnDER y J. DIE-
cierto grado de desarrollo, es adop- BOLD, triunfará sin duda a causa de
tado por la voluntad personal. su uso internacional.
Igual ocurre con esas funciones 9. la automación es el conjun-
que han descendido por debajo del to de los procedimientos automáti-
niYel del acto voluntario y que cos que reemplazan al trabajo del
parecen paralizadas. El funciona- hombre. (L. SALLERON, L'automa-
miento automático las eleva gra- fion, 6.)
dualmente y nos sorprende mucho
constatar un día que la voluntad 1O. hay 1necm1.ización cuando
ha vuelto a adoptarlas y puede de una máquina hace el trabajo del
nuevo gobernarlas. (P. JANET, l11é- hombre. Hay automaci6n cuando
dieatio11s psyclwl., I, 299.) una máquina hace el trabajo del
6. ¿en qué consiste el progreso hombre controlando a la vez sus
del propio sistema nervioso? En propias operaciones y corrigiendo
un desarrollo simultáneo de la ac- incluso sus propios errores. (GAn-
tiYidad automática y de la acti- DELLINI, cit. lbíd,, p. 9.)
,·idad Yoluntaria, sirviendo la pri- 11. El automatismo, la mecá-
mera a la segunda de instrumen- nica, no tomaba a su cargo más
to apropiado. (H. BERGSON, É1•0I. que los componentes materiales de
t-r., 252.) la acción (... ) la automación, los
\". Afasia. mecanismos cibernéticos, toman a
C. Hablando de la actividad de las
su cargo también los componentes
máquinas (a menudo con intención va- intelectuales. (P. DE LATIL, 11 faut
lorizadora) : que efectúa mecánicamen- ti,cr les robots, 90.)
te un trabajo que exigía la interven- Automatización. ,rExtensión del auto-
ción del hombre: bloqueo automático matismo al conjunto de la produccion,»
de señalización reemplazando al blo- (M. SORRF., Rc11co11t1·rs ele la géogr. et
queo manual, teléfono automático. de /a. socio/., 205.)
Escritura automática. Método pre- Automatismo. A. En sentido abstrac-
conizado por los surrealistas'~ y con- to (el automatismo) : carácter de un
sistente en dejar correr la pluma sin acto o de una actividad automáticos.
reflexionar y sin ninguna preocupación El automatismo de una fabricación, de
por la lógica o el buen sentido. un timbrazo, de los gestos del con-
7. La historia de la escritura ductor.
automática en el surrealismo sería, 12. en un orador (... ) resulta
no me importa decirlo, la de un que un cierto movimiento del bra-
infortunio continuado. (A. BRETON, zo o de la cabeza, siempre el mis-
/.," measa9<: aut01n., en Le poiut du. mo, se repite periódicamente. Si
j,,ur, 22G.) lo noto ( ... ), involuntariamente
8. lus surrealistas condenan in- reiré. ¿Por qué? Porque lo que
eluso la noción de olira de artt:. ahorn tengo ante mi es una mecá-
¡Nada de poemas labrados, traba- nica que funciona automáticamen-
jados con el cincel ele la voluntad te. No es ya la vidn, sino el auto-
y cirl gusto!(. .. ,, ~ino una e:xpau- matismo inolalndo en la vida e
87 AUTONOMfA
acierto. (l\l. l\lJ!NBNDEZ PIDA!., T,os cton, decisión, intención, orden. uni-
•••¡ia,io/rs c11 la. hiatoria, 102.) verso... axio16gicos (términos recogi-
Ad. E. dos en R. PoLJN). Se op. a ontológico•
(que concierne al ser).
AUTOSCOPIA. Comp. de las pala-
bras gr. scopia (acción de observar) 4. la dignidad de las catego-
(s/wpcin) y autos (uno mismo). rías axiológicas nos conduce a re-
bajar las categ'orías ontológicaJ ...
Alucinación en la que el sujeto cree (L. LAVELLE, Tntrod. et /'onfol., 72.)
percibi1· como un doble de sí mismo
(dcuteroscopin, nutoscopin externa, alu- 5. Sin embargo, el irrealismo
cinación especular) o el interior de sus de los valores no- implica su vani-
órganos (autoswpia interna). dad (... ). Lo irreal imaginario
constituye, en efecto, mundos su-
AVERROISMO LATINO. Ad. E. ilfo- blimes en los que el mito reempla-
vimiento filosófico, iniciado en el si- za a la acción y que, muy a menu-
glo XIII, motivado por el descubri- do son construidos para ocupar su
miento de las obras de An1sT6TELES y lugar. Lo irreal axiológico es, por
el influjo de AvEnnoEs, cuyo principal el contrario, el princi,¡,io de ],a
representante fue SIGER DE BnAVANTE transformación y <le la creación de
(m. en 1281). Sus tesis más caracterís- lo real. (R. POLIN, Création des
ticas son: la de la unidad del enten- val., cap. drréalisme axiologique»,
dimiento agente para toda la especie 125.)
humana, negando así la inmortalidad 6. El Cogito parece ontológico_
personal, y la de la "doble verdad», se- En realidad, es axiológico. En
gún la cual habría una verdad para el efecto (... ), prueba indisoluble-
dogma y otra, superior, para la filo- mente tanto el valor de verdad co-
sofía. mo el «agente que busca lo verda-
AXIOLOGIA. Neo!. comp. a partir dero y evalúa». (R. RUYER, Phi/os.
del adj. gr. axios, digno, de gran va- de la valeur, 51-52.)
lor. Axiologismo. Doctrina o sistema de
Ciencia o teoría de los valores. Se los valores.
emplea sólo para los valores de orden 7. La actitud creadora, que .se
inmaterial y principalmente para los presenta como un axiologismo tí•
valores morales. Estando el valor em- pico, afirma a la vez la existen-
parentado con el ideal y oponiéndose cia sui generis de los valores y la
como él a lo real o al ser, la axiolo- aptitud del sujeto para comunicar
gía se opone a la antología*. con ellos. El axiologismo tipo es.
l. La axiología es una especie pues, a la vez místico y mágico.
de metafísica de la sensibilidad y (... ) El axiologismo culmina (... )
del querer. (L. LAVELLE, T,·. des en una teología. (R. PoLIN, Com-
valeurs, I, 26.) préh. des va/curs, 110, 111.)
2. Al repudiar una axiología AXIOl\!ATICA
de lo trascendente en beneficio de
una axiología de la trascenden- Axioma_ Gr. axioma (der. de axios,
cia, se niega que exista unn nor- que tiene valor, digno [v. axiología]),
ma ideal para la actividad de la precio o valor, estima, principio en que
trascendencia y, por consiguiente, se basa una demostración.
que se pueda asignar límites a lo A. Filos. l. En sentido estricto
arbitrario de la evaluación. (R. ( con exclusión de los postulados) : pro-
P0LIN, Création de• valw,·•, 271.) posición evidente para cualquiera que
comprenda su sentido y sobre la
3. cuando G. Marce! opone el que descansa toda demostración, pe-
mundo de la técnica y el de la es-
peranza ( ... ) es por un movimien- ro que es en sí misma indemostrable.
to axiológico como descubre el ser Sin.: primer principio.
superexistencial ( ... ) . La axio/o- l. hay proposiciones que se en-
uía está al servicio de la ontolo- tienden por sí mismas y de las
gía. (!'. CÉSAJtl, La 1•flfr11r, 92.) que no es necesario pedir prue•
Axiológico. Que concierne n la axio- has; por ejemplo, en matematicas:
]ogía o a los valores, o también que E/ todo es mayor que s11 pm·tc (... ).
tiene un valol', Aclilud, comprensión, Estas proposiciones, clnrns e in•
coherencia, conilurtn, C'ondencia, eren- telig-ibles por sí mismas, y de la!:1
AXIOJ\L\TICA 92
prende así ( ... ) dos clases de pro- 13. El papel que pensamos ha-
posiciones: las proposiciones pri- cer desempeñar al método axiomá-
meras, que son indemostrables, lla- tico no se limita a su empleo en
madas indiferentemente a:i:itnnas, las matemáticas. ( ... ) En este pa-
postuJados o principios, y las pro- pel ampliado es cuando el méto-
posiciones derivadas, demostrabled do axiomático formula el breviario
n partir de ellas, a las que se lla- de la abstracción, (F. GONSETII,
ma comúnmente teoremas. (L. Les ,nath. et la réal., 243.)
RoUGIER, Tr. de la ctm.nlllÚls., 45.) 14. En la edificación de una
O. en el punto de partida de teoría hay que distinguir tres fa-
una teoría deductiva, concebida pa- ses:
ra satisfacer a las exigencias ló- l.' La síntesis inductiva.
gicas, deberán figurar no los trea 2.' El enunciado axiomático.
«principios» tradicionales: defini-
ciones, axiomas y postulados, sino 3.' La parte deductiva. (J.-L.
unas proposiciones no demostradas DESTOUCHES, Pri11c. ele phys.
a las que se llamará indiferente- théor., 12.)
mente axiomas o postulados... (R. 15. le. geometría abstracta es-
BLANCHÉ, L'a,,i;i,nna,t,, 16.) tá inspirada por un pensamiento
V. Convención, 2¡ Predicado, 7. axiomático. ( ... ) Por el contrario,
Axiomático, adj. A. Que tiene el ca- la geometría. concreta implica, has-
rácter de los axiomas en el sentido clá- ta en sus teoremas más simples,
sico de la palabra. (A 1), es decir, que el principio de la inducción expe-
es afirmado como una verdad eviden- rimental. (G. BACHELARD, Valeur
te e indemostrable. induct. de la relativ., 247.)
B. Que se refiere a los axiomas en 16. Al análisis inductivo, que
el sentido contemporáneo de la pala- de los hechos se remonta a las le-
bra (B 2), es decir, e. las proposiciones yes, sucede el análisis axiomático,
que pueden servir de base a un siste- que, prosiguiendo de la obre. de sis-
ma hipotético-deductivo. tematización, se remonta de las le-
10. la base axfomátice. debe yes a los axiomas. (R. BLANCHÉ,
haber abstraído de la realidad to- L'a,,i;i,nnat., 79.)
do lo necesario para que podamos 17. en la exposición de las teo-
aparentar que olvidamos comple- rías científicas, con la exclusión
tamente esta última. (F. GoNSETH, acaso del campo de las matemáti-
Les 1na,th. et la réal., 237.) cas puras, el método llamado «axio-
11. la purificación axiomática- mático» es a la vez el más satis-
ca no logra expurgar completa- factorio pa,re. nuestra razón y el
mente el lado teórico de todo prés- menos fecundo en la práctica. (... )
tamo intuitivo o experimental. (F. No se puede decir que las teorías
GONSETH, La géo,n, et le probl. de axiomáticas rigurosas sean inúti ..
l'esp., 609.) les, pero, en general, apenas con-
C. Que procede deductivamente a tribuyen e. los progresos más no-
partir de un sistema de axiomas. te.bles de la Ciencia. Y la razón
Si11.: deductivo, hipotético-deductivo. profunda de ello es que el método
axiomático tiene precisamente por
12. Hoy no hay ya ninguna fin eliminar la intuición inducti-
proposición evidente por si misma. va, única que puede permitir ir
Hay tan sólo dos categorias de he- más allá de lo ye. conocido; puede
chos: los que aceptamos sin demos- ser un buen método de clasifica-
tración y los que demostramos. Y ción y de enseñanza, pero no es
tan sólo aceptamos -los primeros un método de descubrimiento. (L.
porque es imposible demostrarlos, DE BROGLIE, Sur les scnticrs de la
ya porque definan los seres geo- Science, 211-212.)
métt·icos de que hablaremos, ya
porque representen una elección D. Que tiene por objeto simbolos
entre diversas posibilidades lógi- vacios de todo contenido significativo.
cas. Este paso de la concepción Sfo.: formaliza.do.
intuitiva. del axioma a la concep- 18. Por las palabrns punto,
ción precedente constituye lo esen- recta, etc., no hay que entender
cial del «método axiomático», (F, en la geometría axiomática más
GoNSETH, F'o11cl. <les mat/1., 12,) que conceptos esquemáticos vacíos
AXIOMATICA 94
<lr contenido. Lo que les confiere versos campos de una misma cien
contenido no pertenece n la ma- l'Íu, e incluso pnrenlescos entre
tem.itica. (A. EINSTEIN, [,,a yéo111. l'Ícnl'Ías que parecían extrañas.
et l'cr¡><·1·., 5.) (R. llLANCIIÉ, L'axiomaf., C.9.)
rn. el método nxiomútico (... ) 25. La axiomática es la culmi-
se propone eliminar la intuición nación de lu teoría deductiva, lo
para sustituirla, no ya siquiera por c¡ue quiere también decir que toda
el razonamiento, sino por un cálcu- puesta en forma deductiva hace
lo, un manejo cie¡ro y reglado dr entrar yn en In vía de la axiomú-
símbolos. (R. BLANCIIÉ, L'axiomat., tica. ([bid., 77.)
79.)
B. En sentido particular ( una axio-
20. El beneficio del método mática). l. Prop,: sistema de las pro-
axiomático no está en excluir la
posiciones formuladas como principios
intuición, sino en contenerla y re- básicos de una construcción hipotético-
ducirla al estrecho terreno en el deductivn.
que resulta irreemplazable. (lbíel.,
82.) 26. Una axiomática es cosa
Axiomática, subst. A. En sentido ge- bastante vana si no se construye
neral (la axiomática): disciplina que sobre una previa teoría deductiva,
investiga y organiza en sistema los la cual a su vez sólo tiene valor
axiomas implicados en una ciencia científico si organiza un vasto con-
dada o en un grupo de ciencias di- junto de leyes adquiridas inducti-
versas. vamente, como resultado de una
larga exploración de los fenóme-
21. El progreso realizado por nos. (R. BLANCHÉ, L'axiomatiqw•,
esta última [la axiomática] consis- 76.)
te en que la parte lógica y formal
es cuidadosamente separada del 27. por muchos de sus lados,
contenido objetivo o intuitivo. Se- una axiomática es un robot mate-
li:ÚTI la axiomática, la parte lógica mático. Pero hay que saber hacer
y formal es lo único que constitu- a esta axiomática operante, es
ye el objeto de la matemática, pero preciso que una inteligencia clara
no el contenido intuitivo o cual- haga marchar a este mecanismo
quier otro que se le añada. (EINS- de claridad. (G. BACHELARD, Ra-
TEIN, La géom. et l'expér., 2.) tional. appl., 25.)
22. Axiomática. (... ) Estudio V. Lógica, 41; Teoría, 14.
analítico preliminar a la exposi- 2. Por ext.: esta misma construc-
ción lógica de una rama de las ma- ción hipotético-deductiva.
temáticas, destinado a separar sin
omisión ni superabundancia las 28. Al construir una axiomática
nociones primeras y los enuncia- se trata de no dar la impresión
dos denominados a.cio111as (o postu- de utilizar lo que la ciencia a la
lados), que deben ser admitidos sin que va a servir de base sabe ya,
demostración. (G. BOULIGAND, Dé- pero en realidad una axiomática
clin. de, absolus mathématu:au.,.:- sólo se establece a propósito de
wgiques, 233.) cosas conocidas. (G. JUVET, Struc.
eles nouv. théorics phys., 162.)
23. Mientras la antigua rucio-
mática hacía descansar la elección 29. Un sistema axiomático -se
de esos enunciados primeros en su c1ice también: una teoria axioma-
evidencia intuitiva, la axiomática tizada o, más brevemente, una
moderna se presenta como un sis- axiomática- es, pues, la forma
tema hipotético-deductivo. No hay acabada que hoy toma una teoría
enunciados privilegiados por ra- deductiva. (R. BLANCHÉ, L'axio-
zón de su evidencia. (J. LADnIÉllE, mat., 3.)
R. phi/os. ele Louvain, 1949, 472.) 30. Pongamos la mecánica o la
24. Como la anatomía compara- óptica bajo la forma de una axio-
da, guiada por el principio de mática simbolizada: el lector hn
identidad de plan, discierne bajo dejado de estar en presencia de
su pintoresca variedad los órga- una ciencia de la realidad y se
nos homólogos, descubriendo las halla delante de un sistema for-
analogías formales, revela corres- mal, vaciado de todo contenido em-
pondencias insospechadas entre di- pírico, en el que «ya no se sabe
05 AZ,\U
sólo se pel'cibe por e) espíritu, cu- ¡,ueslo en la serie porque diee más
~·a operaciún es preciso no confun- que ellos ( .. ,) . La verdad es el co-
dir con la de los sentidos, bajo nol'imiento del ser; el hicn es su
¡11·etexto de que la acompaña. alructivo; lo bello, su alegría. (A.
Así, cuando encontramos bello MAltc, Dia./rcl. de l'uffirm., 2:l8.)
un edificio, lo que hacemos es un V. ,\11álisis, 2.
juicio sob1·e la justeza y propor- Belleza. A. Acepción abstracta, Ca-
ción de todas sus partes, relacio- 1(1cle1· de lo que es bello, La belleza de
nándolas entre sí; y hay en esta un paisaje. Amar la belleza,
juicio un razonamiento oculto que
no percibimos porque es hecho muy 13. hay un siglo para las ru-
de prisa. (BOSSUET, Co1111. de Dicu, bias, otro para las morenas ( .. ,) .
1, 8.) La moda misma y los países de-
cretan II menudo lo que llamamos
3. Un rostro hermoso es el más la belleza. (PASCAL [ ?]. Disc. s. les
bello de los espectáculos; y la ar- pass. de /'a,no11r,)
monía más dulce es el sonido de la
voz de la amada. (LA BRUYERE, 14. La belleza es la forma de
Caract., III, 10.) la fi11alid1Ul de un objeto en tanto
4. Una mujer bella con las cua- que percibida en· él sin la repre-
lidades de un hombre honrado es se11taci61t de un fin [defin. ordi-
lo que en el mundo hay de más nariamente recogida en la fórmu-
d~licioso trato; se encuentra en la: la belleza es una finalidad sin
ella todo lo mejor de los dos sexos. fin]. (KANT, Crit. du jug., § 17.)
( Ibíd., III, 13.) 15. La belleza es una lógica
Y. Arbitrario, 1; Bonito, l. que percibirnos corno un placer. (R.
Lo bello. Sólo se torna substantiva- DE GOURMONT, Culture des idées.
102.\
mente en sentido estl!tico.
5. Lo bello es el equilibrio ha- 16. La belleza moral deja un
llado entre las dos estructuras d~ recuerdo inolvidable a quien la ha
!o sublime y lo gracioso. (DIDEROT, contemplado al menos una vez,
I'aradoxe s. le comidien, 226, Pa- Nos conmueve más que la belleza
rís, 1864.) de la naturaleza. (A. CARREL,
L'homme, cet inc,, 162.)
6. Lo bello es Jo que place uni-
versalmente sin concepto. (KANT, 16'. El valor belleza constituye
Crit. du jug., § 9 fin.) una unidad irreal absoluta que,
por no hallarse en el tiempo ni
7. La belleza tiene algo de ani- en el espacio, por ser irreductible
mal; lo bello, algo de celeste. (J. a las categorías del ser y del es-
JOUBERT, Pensées, 107.) tar, no puede sucumbir al juicio
8. Lo bello es cosa de razón v de progreso, (M. GARCÍA MoRENTE,
no da sensibilidad. (Th. JOUFFROY Ensayos, 123.) Ad. E.
Cours d'esth., 462.) B. Acepción concreta: personas o
9. Cuando veo lo bello, querría cosas bellas. Una belleza (hablando de
[ser dos. una mujer). Las bellezas de la Fedra
(J.-M. GUYAU, Vera d'un philos., de RACINE,
138.) 17. Puede conmovernos al ver
10. Una puerta bella tiene que a ci~rtas bellezas tan perfectas y
ser ante todo una puerta ( ... ) . Lo de un mérito tan sobresaliente que
Lello sólo florece sobre Jo útil. todos se limitan a verlas y a ha-
(ALAIK, Prélim. ci /'estll., 176.) blarles. (LA BRUYERE, Caract., 111,
11. En el fondo no decidimos 12,)
de lo bello; ea el objeto quien de- 18. El amor que nos une a las
cide por sí mismo al manifestarse. [bellezas eternas
(M. DEFRENNE, ['l,,énoménol. de no ahoga en nosotros el
l'exp. e,th., J, 22.) [amor a las temporales.
12. lo bello es a menudo desde- (MOLIERE, Tartuf!e, 111, m.)
ñado, pero deberla ser incluido en
la serie de los trascendentales. Es BENEFICIO
omitido, o apresuradamente exa- Beneficio. Lat. bencficium, acción
minado, porque se retrotrae al buena o meritoria; distinción, gratifi-
bien o a la verdad. Deberla ser cación; privilegio.
101 BENEVOLENCIA
luto, lo que le hace digno de ser mismo interno de esa elección del
querido, es decir, digno de ser, bien por el bien quiere y ama al
(L. LAVELLE, lntro,l. a l'ontol., 98.) Bien separado como el fin últinrn
5. Del bien puede decirse, en de su existencia. (J. MARITAIN,
efecto, que es la esencia del ser. Raison et raÜ!ons, 137.)
( lbícl., 11 O.) 11'. para que un hombre sea
V. Volllntad, 9. bueno le basta un bien mediano:
más en In mujer ha de ser nego-
2. Absolut. (el Bien): el ser cuya cio de muchos y muy sabidos qui-
esencia no admite límites y que posee lates; porque no es obra de cual-
In perfección absoluta. En partic. en quier oficial, ní lance ordinario, ni
PLATÓN: la Idea que está en la cumbl'e bien que se halla a doquiera, sino
de la jerarquía del mundo inteligible. artificio primo, y bien incompara-
6. En la cumbre del mundo in- ble, o, por mejor decir, un amon-
teligible está la Idea del Bien, tonamiento de riquísimos bienes.
que cuesta trabajo percibir, pero (Fr. LUIS DE LEÓN, La perfecta ,,a-
que no puede ser percibida sin sada, 29-30,) Ad. E.
concluir que ella es la causa de 2. En particular: lo que es hecho
cuanto hay de recto y de bello ( ... ), para el consuelo o la mejora moral del
de suerte que es necesario haber- prójimo.
la visto para conducirse con sabi-
duría, tanto en la vida privada co, 12. ...Nos aficionamos cada
mo en la vida pública. (PLATÓN, vez más a las personas a quienes
République, VII, 517.) hacemos bien ... (LA BRUYERE, Ca-
•·act., 11, 68.)
C. En sentido ético. l. Esencialmen-
te: lo que es conforme a la norma 13. Tengo un alma amante, y
o al ideal de la moralidad y que, por mi afecto hacia los demás ha es-
consiguiente, merece la aprobación de tado siempre menos en proporción
una recta conciencia y debe ser bus- al bien· que me han hecho que al
cado rpor sí mismo, con independencia que me han deseado. (J .-J. Rous-
de su utilidad, pero cuya posesión es la SEAU, Con/es., I, 111.)
única que puede procurar la verdade- 14. Los grandes nos hacen no
ra felicidad. poco bien cuando no nos hacen
7. Un hombre de bien es el mal. (BEAUMARCHAIS, Barbicr ... , 1,
que hace cuanto le dicta la verda- 11.)
dera razón. (DESCARTES, c. a Éli- 15. Nada atrae tanto el odio
sabeth, sept. 1646, IV, 490.) como el bien mal hecho. (J. Ros-
8. Es preciso amar el bien pa- TAND, Joun1al d'ttn caract., 119.)
ra ir al propio bien de una ma- 15'. byen que farás eras, pa-
nera moral. (A.-D. SERTILLANGES,
R. de philos., 1903, 166.) [labra es desnuda·
vestidla con la obra, ante
9. El bien es, en cada país y [ que muerte acuda.
en cada instante, lo que las con- (ARCIPKF.STE DE HITA, Libro d,•I
ciencias colectivas juzgan ser bue- buen amor, 149.) Ad. E.
no, y la idea de bien implicada en
esos juicios es un hecho social. (A. Bien (moral) y deber. A. En la
BAYET, L'i.dée de bien, 62.) concepción corriente, la relación de es-
tas dos nociones se halla bastante mal
10. El bien es hoy lo que las definida. «Hacer el bien» y «cumplir
conciencias juzgan bueno; será con su deber» expresan ambos un mo-
mañana lo que ellas quieran; y do loable de obrnr. Pero: se considera
los juicios de mañana podrán ser que el bien desborda el deber («me
la contracción de los juicios de he limitado a cumplir con mi deber•),
hoy. (lblcl., 98.) de modo que «hombre de bien» dit·ía
1 t. En su primer acto bueno más que «hombre cumplidor de su de-
de libertad ( ... ), el niño que hace bcr11; no obstante, como consecuenc1a
su primer acto de hombre no pien- de la devaluación de In palabra «bien»,
sa explícitamente ni en Dios ni en el «rumplidor de su deber» da la im-
RU fin último. Piensa en lo que
presión de una moralidad superior.
estú bien y en lo que i,stá mnl. Pe- ll. Para KANT (moral del cll>her) :
1·0 a la vez conoce a Dios sin sa- el bien se funda en el deber. Una con-
berlo, porque en virtud del dina- ducta no es obligatoria por ser bue-
mm.; 104
11a; rs lmcnn pol'qUe es obligntorin. dad; us! los alimentos, los vestidos.
Obrar bien consiste estrictamente en Los seg-undos, o bienes indirectos (tie-
cumplir con su deber. rras, una fí1brira textil), no procuran
C. En sentido opuesto y más gene- csn satisfacción pur sí mismos, sino
ralmente (moral del bien): el deber por intermedio de los bienes de consu-
se furnia en el bien. El deber sólo se mo que producen.
justifica por el bien al que se ordena. 20. Cal"I Menger ha propuesto
Sobcra110 bic11. Lo que procurarla distinbruir los bienes de primer or-
una satisfacrión del ser total, pero en den de los bienes de orden supe-
particulnr de sus tl'ndcncias espiritua- rior. Son bienes de primer orden
les y morales. los aplicables inmediata y directa-
Sin.: bien supremo, fin último. mente a la satisfacción de una ne-
cesidad. Son bienes de segundo or-
16. el soberano bien es, sin du- den los que sirven para obtener
da. la cosa que debemos proponer- bienes de pl"imer orden. Son bienes
nos como meta en todas nuestras de tercer orden los que sirven para
acciones, y la satisfacción de espí- obtener bienes de segundo orden,
ritu que de él se deriva, siendo el y así sucesivamente. (J. RoMEUF,
atractivo que hace que lo busque- Dict. des se. écon., 149.)
mos, es también con todo derecho E. Por anal. con los bienes econó-
llamado nuestro fin. (DESCARTES micos: lo que es capaz de satisfacer
C. a Élisabeth, A.-T., IV., 275.) ' las aspiraciones espirituales y mora-
16'. La vida no es el supremo les. Hoy se habla más bien de valo-
bien. El antiguo hispano pierde res*.
la ,'ida con entusiasmo patriótico 21. Los verdaderos bienes no
como los cántabros en la cruz y disminuyen cuando pasan de ma-
los numantinos en suicidio colec- no en mano; incluso se multipli-
tivo; la pierde por cumplir los a.1- can siempre entre las manos de
tos deberes de fidelidad, no sólo quien los posee, reverdeciendo sin
individual, sino también ciudadd- cesar la actividad que los produce,
na e internacional, como en el sa- disfruta de ellos y los -comunica.
crificio de Sagunto. (R. MENÉN- Los bienes espirituales no tienen
DEZ PIDAL, Los espafwlcs en la dueño; son de quien los siente y
Historia, 47.) Ad. E. de quien los ama, son de quien los
V. Beatitud, 3; Destino, 12. toma. (L. LAVELLE, La consc. de
D. En sentido económico: lo que soi, 301.)
se reconoce como capaz de satisfacer Bi01, coniún. El conjunto de las
alguna necesidad del hombre y es sus- condiciones materiales y espirituales
ceptible de aprobación. Tener grandes que procuran a una comunidad huma-
bienes. Bienes muebles e inmuebles. na un bienestar favorable al desarrollo
Sin.: riqueza, propiedad, posesiones, armonioso de los individuos que la com-
capital. ponen.
17. Todas las cosas que son o 22. la fórmula de bien común
pueden ser obj cto de apropiación presenta (... ) la ventaja de unir
se consideran como bienes muebles dos órdenes de ideas en un térmi-
o inmuebles. (Código Civil, art. no felizmente elegido. La palabra
333.) Bi01i comporta, en efecto, una do-
ble acepción que evoca simultánea-
18. La propiedad de los bienes mente al espíritu los intereses le-
da derecho por accesión a todo lo g(timos, los bienes materiales in-
;¡ue ellos producen o se les une o dispensables al hombre ( ... ) y el
incorpora natural o artificialmen-
te. ( lbícl., art. 353.)
bien moral, es decir, la regla dic-
tada por el deber y el honor que
19. La posesión de los bienes debe presidir a la utilización de
hereditarios se entiende transmiti- esos bienes y ordenar su desti-
da al heredero sin interrupción y no ( ... ),
desde el momento de la muerte del En cuanto al adjetivo común o
causante ... ( /búl., art. 440.) público, implica además la idea
Bic,1rs ,Ir consumo y bienes de pro• indispensable de que el Estado no
du,cci611. Los primeros, llamados tam- puede perseguir fines particula-
bién bienes directos, procuran por sí res ( ... ). (M, DE LA BIGNE, L'acti-
mismos la satisfacción de una necesi- vité étatique, 24-25.)
105 BIOLOGIA
ces de hacer dichoso a otro hom- 10. Hay al menos algo tan ro-
bre o a toda la humanidad. Un busto como el amor, y a veces tan
hombre es bueno cuando favorece <luro: es la bondad, que asume
tales actos, en lo que de él depen- to<las las responsabilidades del
da, pero sin renunciar a su parte amor, pero apoyándose en otra sa-
de felicidad. Un hombre se sacri- biduría: en la que toma conciencia
fica cuando renuncia a hacer lo ele nuestra solidaridad con todo
que le permitiría ser dichoso pa- ser menesteroso de ayuda, y sin
ra aumentar las posibilidades <le hacer ele ello privilegio para nin-
dicha de uno o varios otros hom- guno. (E. SoURIAU, L'ombrc ele
bres. (A. CRESSON, l\Ior, ele fa rai- Die1t, 167.)
son théor., 224-225.) 11. Apenas es posible la boP-
3. Apenas nos procura placer dad cuando no se está contento de
el ser buenos cuando no sobreesti- uno mismo; y cuando se está, re-
mamos nuestros favores. (,J. Ros- sulta tan fácil que apenas merece
TAND, De la vanité, 96.) su nombre. (,J. ROSTAND, Carnets
4. Me gusta no ser bueno, si- cl'un biol., 150.)
no ser mejor de lo que se espera. V. Virtud, 15.
Es cuando ya he hecho demasiado
por el prójimo cuando siento la BONITO. Adj. diminut. de bueno.
comezón de hacer más. (,J. Ros- (< Lindo, agraciado, de cierta propor-
TAND, Joun,al cl'u.n caract., 11 t.) ción y belleza" (Real Aca.d.). «Todo
Bondad. Lnt. bonitas. Carácter de lo aquello que gusta sin tener nada de
que es bueno, pero en nuestros días grande.,, (CONDILLAC, Syn.)
casi exclusivamente en el sentido B (V., Lo bonito y lo encantador son
no obstante, cit. 5, 8) : carácter de una tambié'll lo bello, ,pero lo bello sin
persona o unos actos que procuran al grandeza. (Ch. LÉVEQUE, La scien-
prójimo consuelo de sus penas o satis- ce du beau, I, 181.)
facción. Acoger con bondad. V. Bello, l.
6. no hay nada real que no
tenga en sí alguna bondad. (DES- BRUTO. A. Adj. Lat. bnttllS, pesa-
CARTES, Passions, II, 92.) do, estúpido; de donde bruta, los ani-
6. Cuando Dios formó el cora- males.
zón y las entrañas del hombre, ·pu- Que no ha sido objeto de una ela-
so en ellos ante todo la bondad boración por la actividad inteligente
( ... ) . La bondad debía, pues, ser del hombre. Piedra en bruto (no talln-
como el fondo de nuestro corazón da). Producto brnto de una venta (an-
y al mismo tiempo el atractivo tes de deducir los gastos).
que en nosotros tendríamos para Psicol. Que se reduce al dato in-
ganar a los demás. (BOSSUET, O, mediato, sin ninguna elaboración inte-
/un. de Con.dé.) lectual. V. Hecho* br1tto (se op. a he-
7. La justicia truena y fulmi- cho científico).
na: ( ... ) llena la imaginación con l. [En la lectura de una fra-
el terror del castigo. La bondad se.] La percepción bruta de cier-
va mucho más allá, pues, por su tas partes sugiere una represen-
indulgencia y su compasión, hace tación esquemática del conjunto y,
sentir en lo más hondo el horror por ella, de las relaciones de las
de la culpa. (BOSSUET, S. sur les partes entl'e sí. (H. BERGSOX,
jug. hurnains, II.) Éncrgic spir., 173.)
8. el placer ( ... ) no es siempre B. Subst, Lat. brutwn.
juez infalible de la bondad de
una obra. (CONDILLAC, Art, <l'écr., El animal por op, al hombre y con-
IV, v; <Euvrcs phi/os., I, 604, b.) siderado en lo que le opone al hombre.
9. Es In bondad lo que limita Poi' anal. se <lice del hombre que
voluntariamente la sngaci<ln<l. El se muestrn inhumano.
espíritu dej n<lo a si mismo sería 2. Bnito ( ... ) encarece a ne-
implacable ( .. ,), Ella pone un ca- cio, (... ) Pero brnto no sób dice
puchón sobre In pel'spicacin purn nu\s que necio, sino que dice algo
no hacer sufrir inútilmente ni p1·ó- distinto. Necio conciel'ne sólo a io
jimo. (H.-F. AMIEL, Journal int., intclcC'tual; bruto se refiere tam-
19 enero 1870.) bién a lo moral, a los sentimien-
UCRGUESIA 108
Un muy caro amigo. Un vestido muy dos por respeto n esta palabra
caro. Jtrnbadn profun,lnmente en nues-
tos espíritus cnrt,•siunos. (G. Du-
CARISMA. Gr. cliarisma, gracia, fa- Jf.\MF.:L, ~llcwurl e/u ¡,rolt•statCLirt?,
vor. Der. de cltari.,, igual sentido, Otrn 252.)
der.: rueharistia, acción de gracias sa-
crificio de acción de gracias. Dcr: ca- 2. Eruditos y críticos se esfor-
rismático. zabnn por poner en evidencia el
rnrócter cartesiano de la obra de
A. Prop. (en el Nuevo Testamen- Corneille o de Balzac ( ... ). Mal-
to) : don sobrenatural conferido para herbe representa en esta perspec-
el bien de la comunidad, desde el don tiva el tipo mismo del poeta car-
de los milagros hasta el de gobierno. tesiano. (G. GUSD0RF, Tr. de mé-
l. Hay, ciertamente, diversidad taph., 48.)
de carismas, pero el Espíritu es el Cartesianismo. La doctrina de DES-
mismo. ( ... ) Y siempre la manifes- CARTES, el movimiento de pensamiento
tación del Espíritu es dada por el que de él procede.
bien común. A uno, da el Espíritu
la palabra prudente; a otro es la 3. [El eclecticismo]. Es el car-
palabra sabia lo que le ed dado tesianismo sin su extensión ni su
por el mismo Espíritu; a otro, la profundidad: sin la extensión que
fe en el mismo Espíritu· a otro le da la concepción del nexo racio-
en fin, el carisma de las' curacio~ nal de -todas las cosas, y de ahí el
nes en_ ese único Espíritu; a éste, alcance infinito de la razón; sin
el carisma de obrar milaa-ros · a la ,profundidad que le da la con-
aquél, la profecía; a tal ~tro' el cepción de la reflexión interior,
discernimiento de los espíritus'· a que alcanza por sí sola más allá
éste, la diversidad de lengua; y de lo que los actos particulares
a aquél el don de interpretarlas. Pe- tienen de relativo, lo absoluto de
ro todo eso es obra de un único la naturaleza espiritual. (F. RA-
y mismo Espíritu que distribuye VAISS0N ... , Rapport; 4.' ed., 11, p.
sus dones a cada uno según le pla- 32.)
ce. (San PABLO, I Cor., XII, 4"11.) 4. Esta dependencia evidente
B. Por ext.: don natural señalado respecto a sus antecesores no res-
pero especialmente en el terreno mo~ ta nada a la originalidad profun-
ral y religioso. da del cartesianismo.
2. [El cura de 11:cully.] Este Esta originalidad ha perjudica-
antiguo monje, este canónigo de do a la 1·ápida difusión del esplri-
Santa Genoveva, revelaba extra- tu cartesiano. Todos sienten con-
ordinarios carismas de cura. (D. fusamente que Descartes rompe
PÉZERIL, Pauvre et saint curé con una tradición venerable, la
d'Ars, 20.) del animismo ( ... ) .
3. El P. Teilhard tenía un ca- La física cartesiana ha supri-
risma para volver a dar a los es- mido prácticamente la fuerza e
píritus religiosos el gusto por el incluso el impulso, introducido por
Cosmos ... (J. GUITT0N, Jqurnal, la mecánica medieval. La impul-
234.) sión divina y la inercia bastan pa-
ra explicar la ,perpetuidad del mo-
CARTESIANISMO vimiento. De hecho, ha casi eli-
minado la finalidad. Todos los
Cartesianismo, adj. y subst. Palabra cartesianos, bajo nombres diver-
formada sobre Cartesiua, trad. lat. de sos, restablecen esos elementos
DESCARTES. tradicionales. (A. RIVAUD, Hist.
l. Concerniente a la doctrina de III, 576-577.) '
DESCARTES: el cogito, la duda carte- V. Carácter, 8.
siana; las coordenadas cartesianas.
2. Que posee las cualidades consi- CASTA. Portugués casta, der. del
deradas como características de DES- lat. castus, puro. V. Castidad.
CARTES: amor a la claridad, lógica. A. Primit.: se decía de las clases
l. A veces tengo ocasión de ob- sociales rigurosamente cerradas de la
servar de cerca los caminos de la India. La casta de los brahmanes,
justicia. Digo caminos y no méto- la casta de los parias. Es hereditaria e
121 CASUISTICA
caso particular a In luz <le los prin- un conjunto de hábitos que el es-
cipios de la disciplina de que depende. píritu hn contraído nl esforzarse
4. Apenas puedo rozar aquí la por asimilar los fenómenos. Los
easuística particular de estas cues- at!apta a sus fines y se adapta a
tiones de poesía. (P. VALÉRY, Va- su naturaleza. (E. IJ0UTR0UX, Se.
riétf.\ Pléiade, 1, 7G6.) et rclig., 348.)
6. Las condiciones del lengua-
CATEGORfA je imponen a toda lengua un mí-
Categorema. Gr. lrntrgorfma (der. nimo de lógica y el empleo de cier-
de katt~go1·ci11, acusar, afirmar, acusa- tas categorías gramaticales. Es
ción, cualidad, atribuida a un objeto, un hecho que a partir de ese mí-
atributo. nimo las categorías gramaticales
Corresponde al lat. escolást. ¡,racdi- y las eategorías lógicas dejan de
cabi/c (v. I'1·cdicub/c). corresponderse. Las categorías
Sin. (único usual) : universal• (subst.). gramaticales varían según las co-
munidades lingüísticas. (H. DEI..A-
Categoría. Gr. l.utcgoria (der. de cno1x, Lang. et pensée, 2.• ed.,
katcgort·in, afirmar) : cualidad atri- 605.)
buida a un objeto, atributo, predicado,
Lat.: pra-edicamentum. 5', Los momentos en que más
elevado precio se atribuye a cier-
A. En la filosofía aristotélico-es- tas categorías estéticas o éticas
colást.: los géneros supremos o pri- secundarias coinciden con aquellos
meras divisiones del ser, en número de la cultura en que, con efectos
de diez: la sustancia y nueve acci- más o menos fatales, el aura de
dentes (cualidad, cantidad, relación, una decadencia se ha infiltrado
tiempo, lugar, situación, acción, pa- en el espiritu colectivo. (E. o'Ons,
sión, hábito). Tres lecciones en el M. del Prado
Sin. (en los escolásticos): predica- 46-48.) Ad. E.
mento*.
5". Corno nuestra realidad <tvi-
l. El orden de las categorías vir» es muy distinta de la realidad
de Aristóteles es conforme al ge- cósmica antigua, estará constitui-
nio de las lenguas y a lo que po- da por un conjunto de categorías
dríamos llamar el orden de las ca- o componentes, todos ellos forzo-
tegorías gramaticales. De ahí una sos, igualmente originarios e in-
verdadera contradicción, una opo- separables entre sí ( ... ). Nuestra
sición real entre las condiciones vida «es la de cada cual», por tan-
de estructura del órgano del pen- to, distinta la mía de la tuya, pe-
samiento y la naturaleza del obje- ro ambas son «mi vivir» y en am-
to del pensamiento. (A. C0URN0T, bas habrá una serie de ingredien-
Essai sur les fmulcments ... , 3.• tes comunes -las categorías de
ed. 167, p. 256.) «mi vida»-. (J. ORTEGA Y GAs-
2. El P. Noel, en su famosa SET, ¿Qué es filosofía?, 249.) Ad.
controversia con Pascal, rechaza E.
el vacío de la cámara barométri- V. Axiología, 4; Cultura, 6; Dialéc-
ca porque, al no ser ni sustan · tica., 43; Entcn.dimiento, 9.
cia ni accidente, no puede figurar C. En la filosofía kantiana: los
en las categorías de Aristóteles. conceptos a priori del entendimiento,
(L. RouGIER, Tr. de la conna.iss., que son doce, distribuidos en cuatro
213.) clases: cantidad (unidad, pluralidad,
B. En el lenguaje filosófico en ge- totalidad), cualidad (afirmación, ne-
neral: conceptos de vasto alcance bajo gación, limitación), relación (sustan-
los cuales se ordenan las ideas y los cia, causa, comunidad), modalidad (po-
hechos. sibilidad, existencia, necesidad).
3. No disputemos sobre la do- Categorial. Sin. de conceptual abs-
sis ni sobre la forma de la reli- tracto. El pensamiento categorial se
gión; conservemos la categoría de contenta con clasificar el objeto en una
lo desconocido, la posibilidad de categoría general, mientras que el pen-
soñar. (RF.NAN, Fcuilles détachtcs, samiento concreto lo percibe en su in-
Pref., XVIII.) dividualidad.
4. lo que llamamos categorías 6. El comportamiento catego-
del entendimiento no es más que rial, e& decir, la posibilidad de
123 CAUSA
obrar en función de normas abs- H. Acepción etimol.: universal.
tractas y no ya solamente con 2. Si no puede existir ciencia
obediencia a las exigencias vita- inexpugnable, católica. sí existe
les, es un atributo esencial de la una especie de catolicidad de los
afirmación humana ... (G. GUSD0RF, fundamentos de la razón, en el
Tr. de 1néta,ph., 317.) sentirlo de la definición rle San
Categórico. Gr. ka,tigorikos, afir- Vicente de Lérins: todo el mun-
mativo. do, siempre y en toda circunstan-
A. En el uso ordinario. Que es tancia, ha razonado y razona to-
claro y neto, sin compromiso. Orden, davía según un modo esencial-
negativa categóricos. mente invariable. (E. MEYERS0N,
De l'explic. clans les se., 703.)
B. Filos. El sentido de la palabra
se precisa por opos. a hipotético o con- 3. La filosofía moderna h!I
dicional: sin condición. triunfado de la crisis del siglo xvr
l. Lóg. El juicio categórico (ven- gracias a la invocación de la ca-
dré) se opone al juicio hipotético o tolicidad de la razón, instituida
condicional (vendré si no llueve) y al sobre las ruinas de los dogmatis-
juicio disyuntivo (vendré o no vendré). mos caducos. (G. GUSD0RF, Tr. de
méta.ph., 335.)
Se llama categórico al razonamiento
o el silogismo en el que todas las pro- V. Herejía, 2.
posiciones son categóricas. CAUSA
V. Hipótesi8, 18. Causa. Lat. ca.usa,: 1.0 causa (corre!.
2. Mor. El! imperativo categórico de efecto) ; 2.º causa judicial, proceso
(KANT) es el que prescribe sin condi- y, por ext., asunto, cosa• (res).
ciones.
Lo que hace que una cosa sea lo
Ca.ta.rsi8. Subst. der. del gr. lca.thar- que es o que obre.
sür, que significa purificación, purga-
ción. Ka.tha.ros (puro) ha dado cátaro. A. Acepción restringida (la más
usual) : el correlato del efecto: la cau-
A. En la antig. y en sentido reli- sa eficiente, es decir, el antecedente al
gioso: ceremonias de purificación a que se atribuye la producción del
las que, en los misterios de E.Jeusis, efecto.
eran sometidos los candidatos a la ini-
ciación. ARISTÓTELES (Poét., VI) atri- . Sin.: origen, condición, razón, mo-
buye un efecto análogo al teatro. tivo.
B. En psicoan.: la catarsis o mé- 1. La causa en las cosas res-
todo catártico (término creado por ponde a la razón en las verdades.
BREUER) consiste en liberar al psicó- (LEIBNIZ, N. essa.Úl, VI, XVII, 3.)
pata de lo que hoy se llama los com- . 2. La ca~sa hace nacer, es pro-
plejos. piamente eficaz. El motivo mue-
Der.: catártica, método catártico. ve, empuja a querer, solicita
una ca.usa, libre. Los filósofos bus-
V. Sociodra.ma., 2. can las causas de nuestras ideas,
CATóLICO. Gr. ka.tholikos, der. de de :nuestros sentimientos, y los
la loe. adverbial lca.th' holou. (halos, motivos de nuestras voluntades
por entero) : universal. Sé la 1;a.usa, de vuestra aflicción y
el motivo de la gestión que habéis
Der.: catolicidad, catolicismo. hecho. (LAFAYE, Suppl., 192.)
Sin.: universal, ecuménico, ecume-
3. [ Contra el fatalismo], es
nicidad, ecumenismo. falso que el acontecimiento ocu-
A. Acepción usual: que pertenece rra hágase lo que se haga; ocu-
a la fracción de la Iglesia cristiana, rrirá porque se haga lo que a él
que reconoce por jefe al Papa, obispo conduce; y si el acontecimiento es-
de Roma. tá escrito, la causa que le hará
l. Hay que reconocer que an- suceder está escrita también. Así,
tes de la revolución cristiana y In In relación de los efectos y las
organización católica, el espíritu causas, lejos de establecer la doc-
acababa siempre adorando al po- trina de una necesidad perjudi-
der; y a ello vuelve siempre cuan- cial a la práctica, sirve para des-
do ha perdido el sentido católico. trnirla. (LEIBNIZ, Théocl., Pref.)
(AI.AIN, Propos. s. la, relig., 210.) 4. vos, reinn y causa eficien-
CAUSA 124
,1.•, la en usa final, es decir, aquello en ¿qué entendemos por las palabras
vista de lo cual es hecha una cosu ¡,01·lo que? Si hubiésemos dicho que
(,11<'1., 1, 3, 983). una causa es aquello tras de lo
A .:,stas cuatro causas se nñndc a cual una cosa existe consta11temc11-
menudo la causa ejemplar, es decir, te, hubiésemos comprendido los
el modelo. términos de In definición. (HUME,
22. Para adquirir las prirncras B11tcncl. hum., VIII, l, nota, 145.)
nociones sobre las causas, tene- 24. Se llama causa al antece-
mos de Aristóteles un ejemplo que dente invariable. (ST. MrLL, S¡¡st.
le es familiar. ele loy., 111, v, 3; I, 370.)
Una estatua puede dar lugar 25. La causa ( ... ) es la suma
a varias preguntas, a las que se de las condiciones positivas y ne-
satisface declarando las causas de gativas tomadas en conjunto, el
esa obra. total de las contingencias de toda
u¿Qué es esto? -Una estatua.)1 naturaleza a las que, una vez rea-
Esta respuesta indica la forma del lizadas, sigue invariablemente el
objeto o, como dicen los escolás- consecuente. ( lbíd., 375.)
ticos, su causa formal. 26. No es cierto que la inves-
u¿De qué es? -De mármol.)1 tigación experimental nos haga
Tenemos ahí la materia o causa descubrir causas de las que indu-
material. cimos leyes. Nos hace descubrir
leyes de las que deducimos cau-
<t¿ Qué representa? -A Apolo.l> sas. (E. GOBLOT, Tr. de lag., 291-
He ahí el modelo o causa ejem.- 292.)
piar.
27. Siendo la causa el antece-
«¿Quién la ha hecho? -Policle- dente constante, no se puede sa-
to.n Es el autor o causa eficiente. ber si un antecedente es causa sin
u¿ Por qué la ha hecho? -Para saber antes si es constante: hay
ganar un talento de oro.» He ahí que conocer la ley para poder ha-
el motivo, el propósito, la inten- blar de causa. (E. GoBLOT, R. phi-
ción, el fin, cosas todas que hacen /os., 1925, II, 69.)
relación a la causa final. V. Ley, 26, 27.
En todas las obras salidas de 2. Concepción positiva: lo que
mano del hombre encontramos el produce un fenómeno (concepción clá-
concurso de estas cinco causas. sica), pero permanece incognoscible,
pues sólo pueden ser conocidos el an-
Un artífice, causa ..eficiente, con tecedente o la condición. También la
un cierto propósito, causa fin.al, ciencia busca no las causas, sino los
pone ante los ojos de su cuerpo o antecedentes constantes. La causa se
de su imaginación un modelo, cau- opone asi a In ley. V. Ley:
sa ejemplar; después toma oro,
plata, hierro o madera, causa ma- 28. En nuestras explicaciones
terial, y modifica esta materia pa- positivas ( ... ) no tenemos la me-
ra derle una forma, causa fonnal. nor pretensión de exponer las cau-
(Th. DE RÉGNON, Jl!étaphysiq1te des Bas generadoras de los fenómenos
causes, 124-125.) ( ... ), sino tan sólo de analizar con
exactitud las circunstancias de su
En una acepción análoga, ARISTÓTE- producción y referirlas unas a
LES dice también que el término medio otras mediante relaciones norma-
es 1(la causa» del silogismo o de su les de sucesión y de similitud. (A.
conclusión; gracias a él es concluyen- COMl'E, Cours de philos. posit., I,
te. El es también «el objeto de todas 17.)
nuestras pesquisas» (2 Anal. 2, 90 a.)
29. Quien estudia el mundo fí-
D. Otras concepeiones. l. Concep- sico ve necesariamente los cambios
ción empirista: el antecedente constan- desde fuera. Considera la causa
te de un fenómeno (y no lo que lo pro- no ya como el factor interno reve-
duce, pues esta producción no es un lado por la conciencia, sino como
dato de la ex·per1encía). Así la causa una sucesión, dada por los senti-
se identifica con la ley o constituye dos. Antecedentes, consecuentes,
un caso particular de la ley. sucesión invariable, tales son para
23. si se define una causa co- él los únicos datos útiles. Condi-
mo a,¡uello por lo que algo existe, ciones equivalen a causa; y la de-
127 CELO
de gobierno) : técnica que tiene por ob- cabo, de sus geniales exhibiciones.
jeto In construcción de máquinas con (R.-H. LEN0RMAND, Mémoires d'u,i
nutorrcgulación, es decir, que, a seme- autcur dram., 11, 295.)
janza del hombre, se controlan a si 4. El ciclotímico oscila entre la
mismas. El campo de esta cibernética tristeza y la alegría (... ). Cuando
es el de la automación•. la conciencia es invadida por uno
V. Automa.ti.smo, 11. u otro de esos humores, es inme-
diatamente desbordada y se con-
CICLO vierte en una conciencia totalmen-
Ciclo. Gr. kyklos, circulo. te alegre o totalmente triste, sin
Serie de fenómenos ,¡ue se producen lugar ya en ella para los tempera-
en el mismo orden. Ciclo lunar. Ciclo mentos y los matices ( ... ). Los
de las estaciones. Ciclo litúrgico. cambios, cuando se producen, no
Cíclico. Gr. kyklikos, en forma de tienen lugar progresiva sino brus-
círculo (kylolos), circular. Como pref.: camente, no so:i evoluciones sino
ciclo (gr. kyklo). revoluciones, mudanzas del humor.
Med. y Psicopatol. Que pasa por las Esas mudanzas aparecen general-
mismas fases y vuelve a su punto de mente determinadas por una mo-
partida. Locura ciclica o circular. V. dificación del ambiente, pero so-
Ci.clot(mico. bre todo ligadas a las instancias
orgánicas, a las necesidades y a
Sin.: circular, periódico, pendular las defensas. (J. DELAY, Déregl. de
(ciclo de dos tiempos). l'humeur, 2.)
l. Si las crisis cíclicas han 6. Numerosos ciclotimicos pa-
constituido y constituyen aún te- san simplemente por naturalezas
ma de abundante controversia, ardientes, un tanto «excitadas», de
existe al menos un acuerdo casi actividad desbordante y a menu-
general sobre su existencia y su
periodicidad aproximada. (A. SAU- do afortunada, entrecortada de
VY, Prévision écon., 92.)
periodos de agotamiento y desen-
canto. Agradables en el trato,
V. Tiempo, 27. bons vivants, optimistas, de espí-
Ciclotímico. Comp. del gr. kyklos ritu abierto, ávidos de informa-
(circulo) y thymos (alma afectiva, afec- ción y de lectura, se entregan con
tividad). ímpetu a cuanto emprenden, aun-
Individuo cuya constitución psiquica que no siempre lo lleven a buen
se caracteriza por la ciclotimia, es de- fin. ( ... ) Pero, junto a esto, hay
cir, que pasa alternativamente de un un fondo de tristeza y de melan-
polo del humor al opuesto. Ciclotfmico colia que apenas los abandona ba-
indica más bien la constitución; cicloi- jo el barniz de su alegre exube-
de, una ciclotimia premórbida; en su rancia y que los invade en cuan-
forma claramente mórbida se la deno- to se hallan a solas. Por ello te-
mina locura circular o psicosis mania- men tanto la meditación solitaria
co-depresiva. como la inacción, y sólo se encuen-
2. El ciclotímico. Henos ante tran verdaderamente a gusto en-
el hombre camaleón, triste duran- tre la multitud de sus ocupacio-
te ciertos periodos, inactivo, vién- nes y de sus relaciones. (M. VER-
dolo todo negro; y después, sin DUN, Le caract. rt ses corrél., I,
motivo, alegre ya, optimista, acti- 334-336.)
vo, emprendedor ( ... ). CIENCIA
Es entre los ciclotimicos donde Saber. Der. del lat. sapere: prop., te-
se encuentra un gran número de ner sabor, gusto (referido a cosas); por
sujetos geniales. (LÉVY-VALENSI, anal. (referido a personas), tener gus-
Préci.s de p81Jchiatrie, 2, 8 ed., 100.) to, disccrnin1iento 1 sel' entendido, sa-
3. Ln J>alabra de esa ciclotími- ber. Pero es scir,, el térn,ino que co-
ca [la condesa de Noailles] en pro- i-responde, por su sentido, al español
ceso de exaltación bastnbn para saber.
llenar In velada, sin una fisura A. Vel'bo. Conocer con cono,·imien-
en la que colocar la menor nota to inteleetunl y susceptible de ser co-
[musical], In menor pnlab,·n. Nos municado.
ronvertímnos en eSJ>eetadores, ni Contr.: ignornl'. Se opone también a
principio ganados, 11brumados ni Cl'C81',
CIENCIA
prever, en cuyo cnso carece de va- cómo son las cosas. (P. i,AÍN EN-
lor como regla de acción, o bien TRALGO, La Univcrsida<l, P[ Í1lte-
permite prever de modo más o me- lectual, Europa, 57.) Ad. E.
nos imperfecto, y entonces no ca- V. Creencia, 34; Determinismo, 56;
rece de valor como medio de cono- Dilema, 2; Doctrina, 2; Educación, 26;
cimiento. (H. POINCARÉ, Valcur de Problema, 3 bis, 5.
la se., 220.) C. En sentido concreto: la ciencia
34. La antigua geografía se de- en general, una ciencia particular.
finía como la descripción de la tie- 1. La ciencia: el conjunto de los
rra; la nueva geografía es verda- conocimientos científicos; o (la Cien-
deramente la eie11cia de la tierra. cia) la personificación ya de ese con-
No se contenta con descubrir los
junto, ya del saber.
fenómenos; quiere explicarlos. (J.
BnUNIIES, Géogr. hum., I, 35.) 41. La ciencia no puede pres-
cribirnos nada, ni siquiera que cul-
36. El pensamiento sólo revis- tivemos la ciencia. (E. B0UTR0UX,
te carácter de ciencia cuando tie- Qucst. de 1Mr. et d'éduc., 48.)
ne un valor universal. ( ... ) Quiero
decir que un conocimiento sólo es 42. la ciencia progresa en ra-
científico en cuando es válido pa- zón del desinterés con que es cul-
ra todas las mentes. A la ciencia tivada. (G. MILHAUD, Le rationnel,
se opone la opinión, e incluso la 91.)
creencia colectiva si le faltan los 43. La definimos [la ciencia]
medios de hacerse universal. (E. como el conjunto de los conoci-
GoBLOT, Syst. des se., 16.) mientos que responden a las e."ti-
36. La ciencia pura dice: To- gencias más o menos rigurosas de
do cuanto es humano debe serm~ nuestro espíritu, que querría sa-
extraño. (P. VALÉRY, Instants, ber, juzgar, comprender y... do-
Pléiade, I, 394.) minar. (E. GIRARDEAU, Les aventu-
res de la scie11ce, 7.)
37. Toda ciencia no es otra co-
sa que una depuración del pensa- 43'. La ciencia logra fabricar
miento cotidiano. (A. EINSTEIN, una clase ejemplar de verdades,
Concept. scient ... , 66.) gracias a que renuncia a resolver
los problemas fundamentales. Así
38. El espíritu del sabio sigue la Física descubrirá las leyes ri-
siendo el de curiosidad desintere- gurosísimas según las cuales acon-
sada, pero el concepto que la so- tecen las modificaciones de la ma-
ciedad, sobre todo la democrática, teria, pero no nos dirá nunca de
tiene de la ciencia no implica cier- dónde procede la materia. La Bio-
tamente semejante desinterés. La logía llegará a averiguar con su-
posibilidades de la técnica son hoy ficiente rigor cómo funciona el ojo
tales, se ha hecho tan evidente el para ver y el estómago para di-
beneficio social a alcanzar con gerir, pero no nos revelará nunca
ellas, que el pensamiento de la ma- qué es la vida misma del organis-
sa y 'de los dirigentes que la re- mo y cómo se origina. 1-Iás aún:
presentan eclipsa a la ciencia pura de no intentar resolver tan gra-
y a la cultura. (A. SIEGFRIED, As- ves y últimos problemas, ha ve-
pects du XX• •·• 212.) nido a hacer su virtud máxima.
39. En suma, el empirismo em- Los métodos que se emplean son
pieza por registrar hechos eviden- exactos, pero incapaces de respon-
tes; la ciencia denuncia esa evi- der a las postreras preguntas. (J.
dencia para descubrir las leyes ORTEGA Y GASSET, Obras, III, 345.)
ocultas. S6/o hay ciencia de lo Ad. E.
oculto. (G. BACIIF.LARD, Rational. V. Experiencia, 1, 17; Magici, 1, 2,
appl., 38.) 5; Superstición, 9; Técnica, 10, 13, 14.
40. La ciencia es un conoci- 2. Una ciencia: conjunto de cono-
miento que se hace auténtico por cimientos adquiridos y organiza<los me-
medio de la crítica. (S. BACIIEI.ARD, tódicnmente.
La /og. de 1/usscrl, 1:lfi.) 44. una ciencia bien tratada
40'. Decin10s tccicncin» en un no es sino una lengua bien he-
sentido e•tricto a In operución y al cha. [V. No-111i11alis11w.] (CoNDl-
rcsulludo de cxpresur -o crnar- LLAC, Tr. des syst., XVIII.)
,m:-.cu 138
causa, de no conocer más que la tn los números. Por cxt., esos mismos
objetividarl, de integrar el mundo números.
humano en el mundo de los ob- 2. Las cifras son para el espí-
jebs. (J. VlALATOUX, l)i11tc11tio11 ritu humano el gran instrumento,
pl,i/os., 29.) el instrumento goneral de preci-
63. El positivismo cientista ali- sión. (A. C0URN0T, Co11sidérations
mentaba la asombrosa ambición de s. la 111arclic des idées, V, 1, t. 11,
constituir una ciencia del hombre 107.)
sin el hombre. La tentativa, tan C. Sin. de símbolo (princip. símbo-
a menudo reanudada, de hacer pre- lo de la divinidad o de lo trascenden-
valecer en la esfera humana los te) : ropresentación o expresión figura-
determinismos de la física, 111 quí- tiva; por ext., sistema de intet'Preta-
mica o la biología, bajo el con- ción de esas fi¡:uras. Poco usado.
trol de las fórmulas matemáticas,
ilustra perfectamente ese deseo de 3. Cifra de doble sentido: una
ne¡:ar la especialidad del ser hu- claridad en la que se dice que el
mano refiriéndolo a normas que sentido está oculto. ( ... )
no son las suyas. (G. GUSD0RF, Cuánto hemos, pues, de estimar
Diogene, 17 [1957, 1), 121.) a quienes nos descubren la cifra y
nos enseñan a conocer el sentido
64. El postulado fundamental oculto... (PASCAL, Pensées, 636-
de toda ciencia del hombre consis- 637.)
te en definirla como un conoci-
miento del hombre por el hombre. 4. El Viejo Testamento es ung
Es precisamente esta condición de cifra. (lbfd,, 643.)
partida, juzgada restrictiva y hu- 6. No hay nada que no pueda
millante, lo que el cientismo pre- ser cifrado. (K, JASPERS, Philoso-
tende evitar. (G. GUSD0RF, lntrod. pliie, 111, 168. Cit. por M. DUFREN-
aux scie11ccs hum., 482.) NE y P. RrcCEUR, K. Jaspors, 293.)
V. Positivo, 33. 6. El hombre se acerca más a. la
Cierto. V. Ccrtidztmbre. Trascendencia cuando la contem-
pla a través de sí mismo como ci-
CIFRA Del árabe cifr, vacío, cero; fra. (lbíd., p. 187, 296.)
utilizado más tarde para designar los 7. La relación con el otro se
signos de numeración en general. define como una figura ambigua,
A. Primitivamente y toda.vía en que puede ser leída según cifras
ciertos usos: escritura secreta, de don- diversas, e incluso contradictorias.
de descifrar. (G. GUSDORF, Tr. de métaph., 277.)
l. Se puede, pues, escribir, so- 8. Lo sagrado se halla, pues,
bre todo si se trata de generalida- por todas partes ( ... ) : su presen-
des, series de frases que tengan a cia, englobante, atmosférica, se-
la vez un sentido abierto y otro gún se concentre aquí o allá, es
secreto. Las palabras, que son sig- la cifra originaria de toda autori-
nos, son también casi siempre ci- dad y de todo valor. (lbíd., 377.)
fras. (R. DE G0URM0NT, Culture 9. Consideramos siempre el pre-
des idées, 100.) sente como una cifra de nosoti·os
l'. Pergaminos escritos llamó mismos. (G. GusD0RF, Mémoire et
el mayor de los sabios a esos cie- pers., 1, 36.)
los, iluminados de luces en vez de 10. Nuestro pasado [tal como
rasgos, y de estrellas por letras. nos lo presenta la memorial J , co-
Fáciles son de entender esos bri- mo cualquiera otra afirmación de
llantes caracteres, por más que al- nuestra vida, sólo cobra sentido
gunos los llamen dificultosos enig- como el simbolo o cifra de nuestro
mas. La dificultad la hallo yo ser último, en sí mismo inaccesible,
en leer y entender lo que está de ( /bid., 284.)
las tejas aba.jo; porque como todo 1l. A través de la cifra del re-
ande en cifra y los humanos co- cuerdo nos encontramos a nosotros
razones estén tan sellados e ines- mismos. (!bid., 11, 427.)
crutables, asegúroos que el mejor V. Precariedad, 2.
lector se pierde... (B. GRACIÁN,
El criticó11, 297-298.) Ad. E. CIGOTO. Der. del gr, zygo11, lo que
B, Signo de escritura que represen- une, yugo; por ext., ¡,areja,
111 CIUDAD
ria! a todos los cuerpos, ¿por qué Califica las violentas contracciones
se nos alega con tono tan afirma- convulsivas e involuntarias que se pro-
tivo las leyes eternas, necesarias e ducen particularmente en la epilepsia.
hmutnbles para el movimiento de Op. a tónico•.
los átomos, sin recurrir n un pri-
mer motor? (FÉNELON, De /'exist. COCIENTE. Lat. quotien.s (der. de
de Dic1t, I, m.) quot, cuanto, en qué número) : cuántas
veces.
CLINICO, adj. Gr. klinikos, concer- A. Aritm.: producto de la división.
niente al lecho (kli11ii). Raíz klin, in-
clinar, ladear, acostar. B. Psicol. Cocien~ intelectual (Q.
l.) : relación entre la edad menta.! y
A. Prop. (Med.). Que atañe a las la edad real. Un niño de diez años
relaciones directas del médico con el (edad real) que, según los tests, se
enfermo en cama. La medicina cllnica,
que procede por simple observación, se halla al nivel medio de los niños de
opone a la medicina de laboratorio doce años, tiene como cociente intelec-
que recurre a técnicas científicas. 12
B. Por anal. (Psicol.). l. En sen- tual: - - = 1,2. En el caso inverso,
tido estricto: que se atiene a la ob- 10
servación del sujeto sin recurrir a las 10
técnicas de la psicología de laborato- su cociente intelectual sería:
rio. V. Psicología,• clínica.. 12
2. En sentido amplio: que está cen- = 0,83. Es más corriente tomar 100
trado en el conocimiento del individuo como media; en cuyo caso, en vez de
en su originalidad irreductible, pero 1,20 y 0,83, tendríamos 120 y 83.
con el concurso de las técnicas de la El cociente intelectual del idio-
psicología de laboratorio utilizadas ta se sitúa por debajo de 20; el
como medios de approche a la per- del imbécil, entre 20 y 30; el del
sona. débil mental, entre 50 y 70. (E11-
l. a partir de la cllnica, se c¡¡cl. médicocliir., 37,270 A", 1-2,
prevén los exámenes especiales, juz- 1955.)
gados indispensables, que precisa- COGITAOióN. Lat. cogitaUo: acto
rán tal modo del funcionamiento de pensar (cogitare), de reflexionar;
orgánico o tal aspecto inaccesible pensamiento.
de la morfología. Por un retorno
a la clínica, los resultados de esos Término anticuado empleado para
exámenes, integrados en todo un designar los procesos del pensamiento
conjunto de datos, revisten su espontáneo con sus asociaciones fan-
completa significación. (A. REY, tásticas y más o menos incoherentes.
L'exam,,en clin. en p,rychol., 5.) Un silencio preñado de cogita-
C. Por ext. del sentido B (Socio!.). ciones diversas reinó en el despa-
Que procede por experiencia directa de cho cuando Lemesme hubo termi-
persona a persona. nado su demostración. (M. DE SAINT-
PIERRE, Murmures de Sata11, 176.)
2. La observación clínica ( ... )
halla su aplicación en sociologia COGITATIVA. A. En los escolást.:
al nivel de los grupos de reducida facultad de hacer inferencias• que, al
tamaño (a este respecto la obser- no esta,· fundadas sobre un principio
vación etnográfica es, en los me- universal, no tienen el rigor de la de-
jores casos, de tipo clínico, cuan- ducción. V. EstimaUva, Tran.sducci6n.
do se ejerce sobre sociedades res-
tringidas que admiten una rela- La cogitativa difiere, pues, de
ción inmediata y «subjetiva• con In razón propiamente dicha en que
el observador) y en situaciones in- se atiene a lo particular y no con-
dividuales (estudio de los «conduc- cluye sino de lo frecuente, no
tores» y de las personalidades ex- de lo universal y de lo necesario.
cepcionales dentro de las colectivi- Difiere de la estimativa en que in-
dades). (G. GURVITCII, Tr. de So- fiere ve1·daderamente ( componit et
cial., I, 141.) diviclit), mientras ésta no hace si-
no juzgar pasivamente, en virtud
CLóNIC0. Der. del gr. k/011os, mo- de combinaciones entre el instinto
vimiento tumultuoso. dado con el ser y la influencia de
149 COGITO
tributh•o, es decir, por los diputados mite entonces a los padres y mnes-
considerados separadamente. trns fustigar a los niños y casti-
Colectivismo. Doctrina u organiza- garlos estando en cólera? Eso no
ción político-económica que reserva la es ya corrección, es venganza.
propiedad de los medios de producción (MDNTAIGNE, Essais, JI, XXXI.)
a la colectividad, generalmente al Es- 2. cuando el mal hecho por
tado. otros no se refiere a nosotros, ha-
Sin.: socialismo, socialismo de Es- ce tan sólo que sintamos por ellos
tado. Indignación; y cuando a nosotros
V. Comunidad, 10. se refiere, promueve también la
Cólera. (DESCARTES, Les pru-
Colecth·ista. Relativo al colectivis- sions..• , II, 66.)
mo (teoría colectivista). Que profesa el
colectivismo (los colectivistas, el par- 3. La cólera es un medio de
tido colectivista). defensa análogo a las diversas se-
Colectividad. A. En sentido abs- creciones de guerra de los ani-
tracto: carácter de lo que es colectivo. males (, .. ) Se trata de causar mie-
La colectividad de los bienes de pro- do. (R. DE GDURllDNT, Pro111e11ade•
ducción. phi/os., III, 268.)
B. En sentido concreto ( una, unas 4. El instinto de conservación
colectividades) : conjunto determinado individual, en su forma ofensiva,
de individuos que mantienen entre sí es el origen de la cólera, tipo de
relaciones organizadas. las tendencias violentas y destruc-
tivas. (Th. RmoT, Psychol. des
Sin.: sociedad. sent., 226.)
V. Con.unidad, 4.
5. ahora me doy cuenta de
C. Absol. (La colectividad), princi- que hay indignaci6n en muchas
palmente en la escuela sociológica cóleras, y, en fin, que es la idea de
francesa: un conjunto de hombres con- una supuesta injusticia, cierta o
siderado como dotado de un ser pro- equivocada, la que las enciende to-
pio, moralmente distinto de los indi- das. (ALAIN, Pro-pos, 672, Pléiade.)
viduos que lo componen.
6. la más temible cólera pro-
Sin.: sociedad. viene de la impaciencia de no po-
l. en el mundo de la experien- der dominar la cólera. El hombre
cia no conozco más que un sujeto que se irrita contra la cerradura
que posea una realidad moral más ( ... ) se irrita contra si mismo irri-
rica, más compleja que la nues- tado. (ALAIN, Santime,.ts, prusions
tra: es la colectividad. Pero digo et •·• 62.\
mal: hay otro que podría desem- 7. La sangre fría es una cuali-
peñar el mismo papel: la divini- dad indispensable, y el orador só-
dad. Entre Dios y la sociedad es lo puede permitirse una cólera fin-
preciso elegir. (E. DURKHEIM, So- gida o una violencia de la que
ciologie et philos., 75.) siempre pueda apreciar el alcance
2. El creyente se inclina ant, y detener el curso. La cólera es
Dios porque es de Dios de quien una debilidad, la cólera fingida
cree tener el ser, y particularmen- una habilidad, y la calma una
te su ser mental, su alma. Tene- fuerza. (M. GARCDN, Essai s. l'é-
mos razones para experimentar es- loc. judi,c., 2.ª ed., 164.)
te sentimiento hacia la colectivi- 8. La buena cólera tiene como
dad. (]bid., 108.) base un descontento legítimo: es
CóLERA. Der. del gr. cho/e (bilis). una voluntad razonada de repri-
Emoción resultante de un vivo sen- mir, pero que, para ser perento-
timiento de haber sido herido por otro ria y eficaz, utiliza, dominándolo,
y que provoca un fuerte impulso de el mordiente de la sensibilidad, a
vengarse haciéndole sufrir. fin de apoyar el efecto de una jus-
ta reprimenda o un justo castigo.
l. No hay pasión que desbara- (H.-D. NOBLE, en Dict. de spirit.,
te tanto la sinceridad de los jui- II, 1058.)
cios como la cólera. Nadie duda-
ría en castigar a muerte al juez V. Ti,nidez, 1.
que, por cólera, hubiese condena- Colérico, «Que fácilmente se deja
do a su criminal: ¿ por qué se pe,·- llevar de la cólera.» (R. Acad.) (Hu-
153 COMPARAClóN'
mor colérico). Que denota cólera (un cicndo decir misas. (PASCAL, Pen-
gesto colérico). sécs, 441.)
Carncterol. No se refiere a la reuc- 2. Al franquear la puerta del
ción relativamente simple de la cólera, teatro he aceptado hasta el fin,
pero engloba el complejo psíquico li- es decir, hasta la existencia, la
gado II esta reacción. El colérico es el convención por la que el actor sa-
que, dotado de una viva sensibilidad, le de su propia vida para entrar
reacciona vigorose. e inmediatamente. en un personaje y en el mundo en
En la clasif, de HEYMANS-LE SENNE el que ese personaje es una per-
tiene por fórmula EAP (Emotivo-Acti- sona. Toda existencia implica
vo-Primario). "creer»; cuando está pendiente de
Etimológicamente, colérico corres- una convención, implica «creer co-
ponde a bilioso•. Pero las significa- mo si. .. ».
ciones usuales de estos términos no Esta «creencia como si. .. » no es
coinciden exactamente. en modo alguno una creencia ate-
9. Los coléricos (EAP) forman nuada. ( ... ) «como si...» señala
la categorla de los buenos chicos. no un juicio debilitado por la du-
Son los hombres de la cordialúiad da, sino un juicio liberado de la
pronta, y servicial. Dominados por duda por una radical disociación
la actividad, a la que su emotivi- entre creer y saber. (H. GoUHIER,
dad colorea e inflama, aman la Le théíi.tro et l'ezist. 103-104.)
vida sin reserva y a ella se arro- V. Culpa,bilülad, 4; Juego, 12.
jan con juvenil desembarazo. (... )
Su primariedad .Jos inclina al pre- COMPARACióN. Lat. compa,ra,tio
sente, los refuerza. Pero el grupo en el sentido de «constitución de un
EP es también el de la emotividad par».
explosiva y desordenada. Los hace A. Operación mental consistente en
superficiales, versátiles, devotos aproximar dos o más cosas, a fin de
del cambio, apartados de la vida determinar en qué se parecen y en
.familiar, prontos al arrebato y a qué se diferencian.
la reconciliación (Shelley), (E. 1. La comparación es lo esen-
M0UNIER, Tr, du ca,ra,ct., 261.) cial de todo estudio científico.
10. nunca Naturaleza, con sus Comparación sigue a descripción
irritaciones y apetitos, trata de y precede a explicación. La tarea
conservar al destemplado con cau- de la ciencia es, ante todo, aproxi-
sas semejantes, sino siempre pro- mar y confrontar los hechos des-
cura 1·educirle con contrarios, co- critos en un principio aisladamen-
mo si estuviese enfermo; y asi te; desprender sus semejanzas y
vemos que el colérico aborrece el desemejanzas, agruparlos en gé-
estio y se huelga con el invierno, neros y en clases; dar, en fin, ra-
el vino le abrasa y con el agua se zón de sus conformidades y de sus
amansa. (J. HUARTE, Ezannen d• diversidades. (R. MAUNIER, In-
ingenios, 50.) Ad. E. trod. a la, social. 11.)
Com. Del lat. cum, prep. que signi- B. Fig. de ret. consistente en acer-
fica con, significación que permanece car una cosa a otra, bien para hacer-
en el prefijo com (comprender•), con la conocer mejor, bien para adornar
(consecuente•), co (coexistir, colacio- el discurso. Rico como Creso. Vanido-
nar). so como un pavo real.
Corresp. al gr. syn: compasión = 2. Estoy muy persuadido de la
sim.patfa; composición = síntesis. verdad de una comparación que se
Como si. Pensar, hablar, ... como si.. ha hecho: es que, así como los ár-
El «como sí» consiste en un comporta- boles tienen hoy la misma forma
miento, externo o interno, que, cons- y producen los mismos frutos que
ciente o inconsciente, no responde a lo producían hace dos mil años, los
que en realidad se es. hombres producen los mismos pen-
samientos. (FÉNELON, Lcttrc ,,
l. Queréis ir a In fe ( ... ) : l'Ac., IV.\
aprender de los que hnn estado
atados como vosotros, ( .. ,) Seguir 3. Toda comparación es ger-
1a manera por la que ellos han co- men ele mitologia. (G. BACIIELARD,
menzado: es haciendo cbmo si rrr- Matéria,l. ra,tio1111cl, 29.)
yr.scn, tomando agun bendita, hu- Compnrati"º· Que con1para, que es-
COi\lPASióN 154
trarsc mús una sola. El sistema es en- A. Contener dentro de sus límites,
tonces calificado de decidiblc. como partes o como elementos. Un
Si11.: suficiente. cuerpo de ejército comprende varias
divisiones. Entre-Deux-Mers es la re-
COMPORTAMIENTO gión comprendida entre la Gironda y
Comportar. Lat. comportare, llevar la Dordoña.
(portare) con (cun,), junto, en el mis- 1. Caña pensante. (... ) por el
mo lugar. espacio, el universo me comprende
Llevar con, implicar, permitir ... Este y me engulle como a un punto: por
voto comporta la desconfianza en el el pensamiento, soy yo quien lo
gobierno. Ese precio no comporta los comprende a él. (PASCAL, Pensées,
derechos reales. La regla comporta di- 488.)
versas excepciones.
Comportarse. Conducirse, obrar ex- 2. [A propósito de la demos-
teriormente. Me comportaré como si no tración.] E incluso mientras dura,
hubiese entre nosotros ninguna dife- no podríamos comprenderla toda
rencia. entera a la vez; porque todas
sus partes no podrían estar al mis-
l. Disimulad no obstante, fin- mo tiempo presentes al espíritu.
[gid, y comportaos (LEIBNIZ, N. Essais, IV, 1, 7.)
como hermano en secreto, en
[público como esposo. B. Conocer intelectualmente, es de-
(LA F0NTAINE, en LITTRÉ.) cir, dándose cuenta del sentido de las
2. puedo prometerte (... ) com- palabras oídas, de la naturaleza de la
portarme, en fin, como un perfec• cosa conocida, de sus causas, de su
to caballero, arreglármelas para fin... Trad. el Jat. intelligere: com-
salvar las apariencias. (G. DuHA- prender un texto es tener inteligencia
MEL, Ja,roin des betes sauv., XIX, de él.
Le livre rnod., 114.) 3. Esta lentitud en comprender
Comportamiento. A. En el uso or- es señal de buen juicio. (MOLIE-
dinario: manera de comportarse. La RE, Le malade im., II, IV.)
psicología ha reactualizado el uso de 4. El espíritu del hombre no
esta palabra. está hecho de tal modo que no sa-
B. En psicol.: conjunto de las re- be contentarse con constataciones
acciones• accesibles a la observación y quiere comprender. (G. SoREL,
exterior. V. Psicologia del comporta- Rófl. s. la vio!., Introd., III, p. xxx,
miento. Ingl.: behaviour. Alem.: Ver- París, 1908.)
halten.
5. Comprender es, ante todo,
Sin.: conducta. sistematizar. Se comprende cuando
3. El conjunto de las reaccio- se ha sistematizado. (H. DELA-
nes de un organismo, comprendi- CROIX, Lang. et pensée, 456.)
das las reacciones complejas que 6. existe para el hombre un
pCTmite en el hombre el empleo modo de comprender las cosas me-
de ese instrumento social tan fle- diante la razón que Je es específico,
xible que es el lenguaje, es lo que que se distingue radicalmente del
constituye el comportamiento, ob- modo animal de comprenderlas me-
jeto del estudio de la ciencia psico- diante 8U8 signos antictipadores,
lógica. (H. Pil!iR0N, De !'actinio d los cuales nos las hacen simple-
l'homme, 58.) mente aguardar, incluso cuando
4. El comportamiento puede de- esta espera reviste un carácter de
finirse como el conjunto de las res- certidumbre que imita la necesi-
puestas ajustadas a los estímulos dad racional. (M. PRADINES, Tr. de
que las desencadenan, (A. TILQUIN, Psycliol,, II, 48.)
Le behaviorisme, 67.)
7. Para In ciencia moderna ( ... )
V. Behaviorúrmo, 3; Cult11ra, 20, 21, comprc,•nder es ser capaz dl' >'l'lw-
22, 23; Introttpecció11, 6; Persona, 39; cer; un concepto es comprendido
Tolerancia, 5. cuando se posee de él una defini-
ción operatodn; un fenómeno,
COMPRENSlóN cuando se posee de él una defini-
Comprender. Lat. co1nprelte11dere, lo, al menos virtualmente, y, por
asir (prelte-1ukre), con (cu111), a In vez. tanto, de preverlo. Co111p1·e11der es
cmll'RRNSJON rno
])odcr. (J. ULLMO, Pl•nséc scic11t. dos los soriólogos nlemnnes acepta-
l"Ían, creo, la fórmula <le Weber:
'"ºª·· 207.) una relación estndlsticn, por pro-
8. (tComprender», asir al mis-
n.o tiempo, reunir el asimiento. batoria que sea, no basta para sa-
Como decimos que el fuego pren- tisfacer nuestra euriosidad; que-
de o que el ccmentfJ agarra ... , o remos com.prcnder el nexo entre
qu1e una idea prende en el público, los motivos y el acto, que explica
así es como las cosas se compren- In conducta <le los hombres y, en
den o cómo nosotros las compren- consecuencia, la propia relación
demos. (P. CLAUDEL, Art poét., estadística. (R. ArtoN, La sociolo-
uie al!. contemp., 158.)
121.)
9. [A propósito de la explica- 18. El comprender vuelve indul-
gente, excepto a aquellos a quie-
ción de la polea:] querer consta- nes amamos. (J. ROSTAND, Journal
tar aquí en vez de comprender es
d'u11 caract., 171.)
lo que yo lla 1no hacer tramJ)a.
(ALAIN, Libres propos. Cit. en A. 19. Para educar a un niño ha-
DREYET, M. choisis, I, 229.) rú falta comprenderlo, y ¿cómo
comprenderlo cuando ya no se
10. Comprendemos la realidad es niño? (J. CHARDONNE, Attache-
en la medida en que la necesidad ,ncnts., 40.)
la organiza. (G. BACHELARD, Va-
lcur induct. de la relativ., 240.) V. Explicación, 6; Historia, 62, 63,
83.
C. Conocer por intuición sintética, Comprensión. Lat. comprehensio: ac-
principalmente por experiencia vivida to de agarrar (prehensio) o de asir
(corrientemente opuesto en nuestros con ( cu1n), a la vez, por un solo acto
días " explicar). de la mano o del espíritu.
11. Comprenderlo todo no es A- Lóg. (correl. de extensión•):
perdonarlo todo. (E. RENAN, Dial. conjunto de los caracteres que el aná-
et fragm. phi/., 311.) lisis descubre en un concepto. En la
12. Explicamos la naturaleza, comprensión de francés entra el ser
comprendernos la vida psíquica. europeo, hombre, mamifero, etc. La
(W. DILTHEY, Le monde de l'cs- comprensión de francés responde a la
¡,rit, I, 150.) pregunta: ¿qué es un francés? La ex-
13. El historiador comprende, tensión, a la pregunta: ¿quiénes son
cuando se halla, en cierta medida, franceses?
en estado de ponerse en lugar de Comprensión y extensión se hallan
su ((héroe», allí donde él estaba, en en razón inversa: «El ser» tiene una
el tiempo en que él vivía. (E. D,1R- comprensión mínima y una extesión
DEL, L'hist., se. du concret, 37.) máxima; un término que designa a un
individuo (Pedro, esta flor) tiene una
14. Explicar un delirio no . es extensión mínima y una comprensión
todavía comprenderlo, y a la in- máxima. De ahí el adagio: omne i11di-
versa. La oposición parece, puea, vúluu,n ineffabilc (todo individuo es
incorporable a la de _la. intuici?n inefable: es imposible decir de él todo
simpática y el entend1m_1ento <l1s- lo que podría decirse).
cursivo, lo abstracto racional Y lo
concreto existencial. (M. MARSAL, 20. Cuando un término está
contenido en extensión en otro, el
en Voc. de LALANDE,) segundo está contenido en com-
15. La aparición del compren- prensión en el primero. La exten-
der significa que pasamos de las sión y la comprensión de los con-
ciencias de la naturaleza a las cien- ceptos se hallan, pues, en razón in-
cias del hombre. (J. MoNNEROT, versa una de otra. (GOBLOT, Tr. de
Lea jaita soc. ne aont pas des ch., /og., 104.)
43.) 21. no puede dudarse que, en
JG. Tratar de comprender es el caminar espontáneo del pensa-
con frecuencia aprender a no odiar miento, la comprensión prima so-
y es a veces aprender a amar. bre la extensión (... ) .
(Aug. BRÉAL, Chemineme11ts, 183.) La lógica de la extensión se ase-
17. Casi toda la sociología ale- meja n In concepción puramente
mana tiende a la comprensión (en legal de la ciencia. (E. MEYERSON,
el sentido amplio del término). To- Chcniin. do la pcirsée, 203, 207.)
161 COMl'RENSlóN
terapeuta ( ... ) .. Pc~o conviene una clición. (G. GUSD0RF, Tr. de l'e:óst.
toma de conc1enc,n reflexiva de mor., 264.)
ello, a fin de controlar, ni menos, V. i'rlérito, 3.
sus efectos eventuales. Frente nJ B. En nuestros días se ha propa-
enfermo, el terapeuta se esfuerza gado, en la esfera religiosa y, sobre
por permanecer disponible y rea- todo, en la político-social, una místic_a
lizar los compromisos y desasi- del compromiso, que puede caracteri-
mientos deseables con arreglo a la zarse como la acción: l.ª, no de com-
situación. (G. DESIIAIES, Psychopa- prometerse a algo determinado, sino
thol. gén., 190.) de poner fuerzas y pensamiento al ser-
V. Lectiira, 11; Riesgo, 3. vicio de una causa; 2.•, de tomar una
clara conciencia reflexiva de la situa-
2. Situación del que se halla com- ción, en particular de la situación so-
prometido (compromiso pasivo u obje- cial, en la que uno s~ halla compr~-
tivo), de la que se derivan obligaciones metido y asumir sus intereses u_ obh-
que ha de asumir, aunque no las haya gaciones; 3. •, de obrar como s1 uno
contraído por libre decisión. estuviese seguro del valor absoluto de
7. La grandeza de In casa de su elección, sabiendo .ª la vez que se
que procedfa no era para •!la corre el riesgo de equivocarse.
sino un más estrecho compromiso 12. Moral del Compromiso: así
con el cisma de sus antepasados. creo que habría que definir el có-
(B0SSUET, Or. /1111. d' Henriettc digo personal que rige mis accio-
d'Angl.) nes ( ... ). Toda mi vida he inten-
8. Algunos compromisos se for- tado, por instinto más que por
malizan sin que intervenga nin- intención deliberada, ser fiel a los
guna convención, ni de parte del compromisos, a los seres que ama-
que se obliga ni de la de aquel ba, a mi país. Lealtades contradic-
hacia el que está obligado. (Códi- torias han hecho a veces la elec-
go Civil fr., art. 1370.) ción difícil, casi imposible. (A.
MAUR0IS, Mémoires, 1, 332-333.)
9. tener tan sólo cuidado de
que [los niños] estén orgullosos, 13. si no se quiere que el com-
no de haber cumplido con su de- promiso sea una ficción ( ... ). Com-
ber en tal o cual ocasión, sino de prometerse verdaderamente es, por
que les crea incapaces de faltar a así decirlo, firmar a Dios una le-
él: así el sentimiento de su méri- tra en blanco, sin saber lo que él
to será para ellos un compromiso escribirá allí más tarde, sabiendo
de sostenerlo. (Mme. GUIZ0T, Édtt- solamente que nunca dejará de
escribir. (Y. DE M0NTCHEUIL, Probl.
cat. domest., 6.ª ed., 1, 218.) de vie spirit., 105.)
10. Llamo compromiso en sen- 14. Nunca trabamos más que
tido objetivo a una situación que combates discutibles por causas im-
obliga n un ser a tomar actitudes perfectas. Rehusar por ello el com-
de las que dependerán su existen- promiso es rehusar la condición
cia o el valor de su existencia. humana. (E. !lloUNIER, Personna-
Es fácil comprobar que todo ser lisme, 111.)
viviente se halla «comprometido» 15. No existe ninguna espiri-
en tal sentido ( ... ). Vivir es estar tualidad del compromiso que no
comprometido a vivir, es estar em- deba equilibrarse mediante una
barcado antes de haberse uno mis- espiritualidad del desasimiento. (E.
mo comprometido. La existencia es MoUNIER, Tr. d1t caract., 587.)
así, ante todo, una obligación pu- 16. nuestFa época, que tan nito
sivn, una suerte que hemos de su- habla de compromiso, no se com-
frir. (M. NfnoNCELLE, De la ficlé- promete tanto como dice. Cultiva
lité, 26-27.) el semblante de compromiso, qua
11. El compromiso con las di- es el compromiso con la rausa que
versas comunidades de que la per- va seguramente a triunfar. (J.
sona fo1·ma parte aparece como GUITTON, JéBltS, 193.)
necesariamente ambiguo. Cada 17. El hombre sólo adquiere Al
grupo humano trnc consigo oportu- conocimiento de lo que es median-
nidades de expansión, pero repre- te el c01npromiso de su ser en
senta también un peligro de por- un mundo determinado. Sabe que
COMPROMISO 164
ángulos. ( ... ); y, sin embargo, ¡,ue- imágenes, sino símbolos. (H. BERG-
do c9ncehirlu muy clara v muy dis- S0N, Évol. cr., 161.)
tintamente. (Lag. ele Port-Roual, 10. El concepto aislado no es
I, 1,) nada. Todo concepto es un esbo-
5. La prolongación hasta el in- zo de juicio. No se piensa un con-
finito de la curva y de su asin- cepto, el árbol, por ejemplo, o la
tota no puede ser, en verdad, ima- virtud, más que pensando algo del
ginada, pero es muy claramente árbol o de la virtud. La compren-
concebida. (A. C0URN0T, Traité de sión de un término es como una
l'enchainemcnt ... , n. 23, p. 28.) lista abierta de juicios en número
6. ante la palabra árbol, so indefinido, es decir, que el espíri-
bre todo si la leo despacio y con tu flota entre una serie de afir-
atención, se despierta en mí una maciones más o menos vag-amente
imagen vaga, tan vaga que en el esbozadas. (H. DELACR0IX. en el
primer momento no puedo decir si N. Traité de DUMAS, V, 110.)
es la de un manzano o la de un 11. El concepto es un pensa-
abeto. ( ... ) Lo que concibo es, miento abstracto, relativamente
pues, cosa distinta de lo que ima- inmutable y designado por una pa.-
gino, y mi concepción no es la f1- labra. (A. BURLOUD, Pensée ccm-
gura vacilante que la acompaña. eept., 47.)
(TAINE, De l'i,,tellig., 1, 36, 38.) 12. El concepto es, si se quie-
7. Nuestra inteligencia obtie- re, la idea en tanto que represen-
ne de las cosas dos tipos de repre- tación cerrada y estancada: resul-
sentaciones completamente distin- tado, época del pensamiento; veo
tas, según se aplique a percibir- en ello algo de distinto, de termi-
las o se esfuerce en concebirlas. nado, dotado de una identidad es-
(... ). Llevada a su extremo lími- table ( ... ). Por el contrario, idea.
te ( ... ), esta actividad desemboca- cuando se opone a concepto, sería
l'Ía en la oposición de lo dado y lo más bien la palabra convenient~
construido. (J. CHEVALIER, L'i<lée para designar un principio direc-
et le réel, 121.) tor, un sentido y un impulso de
conceptualización; en resumen, ur
V. Imaginación, 32. proyecto que orienta una investi-
Concepto. Lat. conceptus (der. de gación, y que dejamos abierto y
concipere, concebir) : el fruto de la con- flexible: hay un significativo pa-
cepción mental. rentesco entre wea e id'!a/. (E. LE
Representación mental abstracta y Rov, Pensée intuit., I, 55.)
general. El concepto de justicia, de ne- 13. Los conceptos, vacíos de
cesidad. Idea, se arrastran sin luz al ni-
Sin.: jdea• general, noción 11 • vel de las palabras que son sus
portadoras y en cuyas dimensiones
A difereneia de «idea», que pertene- planas están como apergaminados.
ce al lenguaje común, «concepto» es un (J. VIALATOUX, Le discours et l'in-
término técnico de la filosofia. Por eso tuition, 89.)
tiene un sentido más preciso. Es tam- 14, ¿Qué es, pues, en definiti-
bién más objetivo: mientras puedo te- va el concepto? Es la cosa misma,
ner mi propia idea de la justicia, el la naturaleza inteligible recibida
concepto de justicia es independiente de los sentidos gracias a la abs-
de mi y como exterior a mi espíritu. tracción y llevada por el espíritu
En tanto que «cada uno tiene sus dentro de si al grado supremo de
ideas» que son más o menos persona• inmaterialidad. (J. MARITAIN, Ré-
les, más o menos brillantes, los concep- llexio11s s11r l'intelligencc, p. 327.)
tos son impersonales.
8. Lo que se llama el tipo aris- 15. El concepto no es /o q11c es
tocrático, dice Georges Frémont, conocido cuando nuestra inteligen-
os un puro concepto del espiritu. cia trabaja; es el medio de la in-
No tiene mayor realidad que el ti- telección: lo que por ese medio
po clásico de la Bacante o de la conocemos es la propia nat:.iraleza
Música. (A. FRANCE, l\lamicqwin o determinación inteligible de una
c!'osier, 204.) cosa actualmentl.! posible o rxisten-
te. (J. MARITAIN, Degr<'• clu scu•ufr,
9. Los conceplos (... ) no son yu 233,)
CONCEPTO 170
cual el concepto es una realidad men- así decir, 11resente a si misma; gra-
tnl distinta ele las palabras (contrn el cias a él, el sujeto siente que siente,
nominalismo•), pero sin nada que le conoce que conoce ...
corresponda fuera del espíritu (contra 3. La conciencia podría muy
el realismo•). V. Nominalismo cientí- bien ser una sensibilidad de se-
fico (que constituye de hecho una for- gundo 1rrado: tener conciencia es
ma de conceptualismo) y Universa/es. sentir que se siente. (E. G0BL0T,
Co11ccptualis1110 realista. Doctrina clá- Syst. de• se., 156.)
sica .según In cual el concepto es una 4. la conciencia, aun reducida
realidad mental a la que, en los seres a su mínimo de intensidad, es siem-
individuales, corresponde alguna cosa, pre el acto por el que una multi-
a saber, una forma o tipo que perte- plicidad y una diversidad de esta-
nece o puede pertenecer a un número rlos son referidos a un yo y a uno
indefinido de sujetos. solo ( ... ). Lo que varía es la cla-
ridad de la percepción, no la uni-
CONCIENCIA dad del yo. (E. B0UTR0UX, De la
Lnt. co1r..scicntia, conocimiento o cien- contingence ... , 10 ed., 108.)
cia compartida con ( cum) otro (gr. 5. Lejos de hallarse ligada al
Bl}Jiei.desis, mismo signif. etimol.). La funcionamiento de la conciencia,
conciencia es un testigo. la actividad intelectual suele ser
En su acepción más amplia (que en- por ella perturbada; se escucha
globa la conciencia j,Qf;electual y la mal una sinfonía cuando se sabe
conciencia moral) ~ facultad que tiene que se la escucha; se piensa mal
el hombre de conocer inmediatamente cuando se sabe que se piensa: la
sus estados o actos interiores así co- conciencia de pensar no es el pen-
mo el valor moral de éstos. O también: samiento. (R. DE G0URM0NT, Cul-
este conocimiento mismo. ture des idées, 49.)
l. lo que hay de mejor en la 6. Parece que al ocuparse de-
conciencia moderna es el tormen- masiado de uno mismo, la propia
to del infinito. (G. S0REL, Réfl. s. conciencia turba su propio funcio-
la vio!., lntrod.) namiento (... ). Esta conciencia
2. Tengo conciencia de no ha- cancerosa emplea los procesos da
ber podido nunca ser justo con conciencia para invertir la fun-
ese viejo seductor [A. Gide]. (J. ción misma de la conciencia ( ... ) .
GUÉHENNO, La fc,i diff., 101.) La conciencia creadora es un pro-
2'. nadie ha probado que el ceso de compromiso, la concien-
hombre tenga que ser naturalmen- cia cancerosa, un proceso de eva-
te alegre. Es más: el hombre, por sión. La conciencia creadora es un
ser hombre, por tener conciencia, instrumento de verdad y de clari-
es ya, respecto al burro o a un dad, la conciencia cancerosa, un
cangrejo, un animal enfermo. La aparato de mistificación. (E. Mou-
conciencia es una enfermedad. (M. NIER, Tr. du caract., 283-284. )
DE UNAMUN0, Del sentinnieiito trá- 7. La conciencia de ser es el
gico de la vül.a, Obras escogidas, ser de la conciencia. (J .-P. SARTRE.
346.) Ad. E. L'etre et le n., 68.)
2". JOh, feliz culpa, de In cien- 8. Para ella [la conciencia]
[cia madre existir y tener conciencia de exis-
0
t6 hlci~te -~¡ V~rb~ .-~;.,;~: ~~: tir son la misma cosa. En otros
términos, In gran ley ontológica
[to es: conciencia, de In conciencia es la siguiente:
carne que toca y siente, que la 1ínica ·manera. de existir es pa-
[oye y ve! ra la concie1tcia tener conciencia
(M. DE UNAMUN0, El Cristo de de que existe. (J.-P. SARTRE, L'ima-
Velázquez, 3.' Parte, 11.) gi>1ation, 125-126.)
l. CONCIENCIA PSICOL<>GICA o 8'. la filosofía moderna, desde
intelectual (nlem. S"lbslbcwus•l•ein): Descartes, ha sustantivado «la»
sentimiento o intuición nuís o menos conciencia. Pero la conciencia no
clara ele lo que pasa en nosotros o in- tiene sustantividad ninguna; y ello
cluso fuera de nosotros. no porque sen sólo un acto, sin_o
A. l'rop. l. Saber que acompaña porque ni tan siquiera es acto, s1-
a 111 actividad psíquica y la hace, por no tan sólo carácter de algunos
CONCIENCIA 172
cia como activa son dirigidas por acumulación del pasado en el pre-
cambios materiales que son cons- sente.
cientes, pero que obran en tanto Pero toda conciencia es antici•
que cambios materiales, y no por- pación del porvenir. (... ) La aten-
que sean conscientes. (Y. LE DAN- ción es una espera, y no hay con-
TEC, Science et c01U1c., 49.) ciencia sin una cierta atención a
23. Que la teoria de la con- la vida.
ciencia epifen6meno sea desolado- Retener lo que ya no es, antici-
ra o consoladora, me es del todo par lo que no es todavía, he ahí,
indiferente. Para mi la única cues- pues, la primera función de la
tión es saber si es verdadera. Aho- conciencia. (H. BERGSON, L'é11er-
ra bien, la creo falsa 1,0, comple- gie spirit., 5, 6.)
to. Todos mis trabajos ( ... ) tien-
den a establecer que la ccnu:icncia 26. la conciencia es la luz in-
es efü:M ¡¡ ve-rcladcram,mte crea- manente a la zona de acciones po-
dora. (H. BERGSON, en LE DANTEC, sibles o de actividad virtual que
Ibíd., 242.) rodea a la acción efectivamente
realizada por el ser vivo. Signifi-
24. La conciencia no es un epi- ca duda o elección. Allí donde mu-
fen6meno, sino un momento del chas acciones igualmente posibles
pensamiento: aquello sobre lo que se dibujan sin ninguna acción re2!
se dirige, lo transforma, e inversa- (como en una deliberación que no
mente, lo que a ella escapa se llega a ningún fin), la concienciz
transforma. (J. LAGNEAU, Célebres es intensa. Allí donde la acción
r., .. 79.) real es la única acción posible (co-
Conciencia esponttínea. y conciencia mo en una actitud del género so-
·refleja. La ccnu:iencia espontánea, nambúlico, o, más generalmente,
que sel"ia mejor llamar conciencia in- automático), la conciencia se hace
mediata o directa, es la primera im- nula. (H. BERGSON, Évol. créatr.,
presión que tenemos de nuestros estados 145.)
psíquicos; consiste en un simple regis- 27. la conciencia corresponde
tro de esos estados. Por ejemplo, exactamente al poder de elección
enfrascado en mi trabajo, no presto de que el ser vivo dispone; es co-
atención al sonar de la hora ni a la extensa con la franja de acció~
lluvia que cae; no obstante, oigo dar posible que rodea a la acción real :
la hora y a la lluvia caer: no tengo conciencia es sinónimo de acción
de estos hechos más que una conciencia y de libertad. (lbúi., 264.)
espontánea. 27'. También en el mundo del
La conciencia refleja es una vuelta conocimiento, como en el del im-
del espíritu sobre la primera impresión; pulso, cabe seriar el e>.-tremo de
consiste en la lectura de lo que ha sometimiento de la conciencia a
sido registrado, o mejor de lo que se re- la vida, o sea, -la subconciencia;
gistra a medida que se registra. Hay considerar, encima de él, el caso
conciencia reftej a cuando no sólo estoy de equilibrio entre el conocimien-
triste o despechado, sino que me doy to y la vida, que representa la
cuenta de que lo estoy. Se dice tam- conciencia, y poner, más alto aún,
bién: conciencia reflexiva, pero atribu- el caso de rendimiento de la vida
yendo a este adjetivo un sentido que in- a la luz, significado por la sobre-
cluye una intención metafísica. V. Rr- conciencia, por lo que nos compla-
flezivo. cemos a veces en llamar elemento
V. Refle,:ilm, 33, 34, 36; Sueño, 22. angélico. (E. D'Ons, Tres /cctrio11cs
B. Por ext. l. Como facultad: po- en el M. del Prado, 52.) Ad. E.
der que posee el sujeto de tener una V. Acto, 27; Afecto, 27, 28; A11alo-
experiencia vivida y por consiguiente gía, 8; Bchaviorism.o, 2, 3; Ek-stasis
un cierto conocimiento de sus estados 3; Sentido, 11, 12.
interiores. Es clásico oponer la con- Co11cie11cia pura (HUSSERL), Ad. E.
ciencia por la que conocemos los he- Concebida la conciencia como c<vivencia
chos d~ la vida, a los sentidos, que nos intencional» (noesis), aplicnnclJ la re-
hacen conocer el mundo exterior. ducción fenomenológica o existencial a
26. conciencia significa ante to- los contenidos de estus vivencias ( ,wc-
do memoria. ( ... ) toda conciencia mas) y también ul 110 empíric-u, que-
es, pues, memoria, conservación y dándonos con el ¡10 puro, obtenemos
CONCIENCIA 174
lo que HussEHL llama ron.ciencia JJU- aparta del verdadero mal del hom-
ra, cuyo fundamento está constituido bre, que es el pecado, se llama con-
por la temporalidad y la historicidad. ciencia, (BosSUET, De /u. cmw. de
Las vivencias son ahora vivencias de Dieu ... , I, 7.)
esta Cü:-tciencia pura, no del yo em- 34. Sí, Dios ha hecho ya nues-
pírico. tro proceso por nuestras Jl'l'Opins
2. Como conjunto de los hechos psí- conciencias, y no necesita de otro
quicos, o, en un estilo nu.ís realista, tribunal para juzgarnos, (, .. ) Por-
como el lugar en que se desarrollan: que ese juicio exterior y público
se habla del campo, <le la corriente de que Dios hará de nosotros al fin
la conciencia; se examina In propia de los siglos no añadirá al otro se-
conciencia; se la abre y se la cierra; se creto e interior de nuestras con-
la compara a un escenario ... ciencias más que el aparato y la
Sin.: subjetividad'''. solemnidad. (BoURDALOUE, Sur le
28. No estamos en nosotros, no jug, deni., II,)
estamos al abrigo de los caprichos 36. Nunca se hace el mal tan
del azar ni nos sentimos fuertes plena y alegremente como cuando
más que en el recinto de nuestra se hace a conciencia. (PASCAL, Pen-
conciencia, (M. MAETERLINCK, La sées, 7'39,)
sagcsse et la dest., 22.) 36, el gran recurso del pecador
29. No hay nadie de nosotros es la conciencia recta y sana que,
que, al descender al fondo de su incluso cometiendo el pecado, lo
conciencia, no reconozca que no condena y lo reconoce como peca-
hubiese sido del todo el mismo si do, (BOURDALOUE, Sur la fauue
no hubiese leído tal o cual cosa, consc., II.)
(P, BOURGET, Essais de psych, con-
tcmp., I, XIII,) 37. La conciencia es la voz del
alma; las pasiones, 1a voz del cuer-
30. El grado y la extensión de po ( ... ) ; ella es al alma Jo que el
la conciencia son inversos uno del instinto al cuerpo. (J,-J. ROUSSEAU,
otro. ( ... ) Émü.e, IV, Garnier, 348.)
~:le parece verosímil que €n las 38. ¡ Conciencia, conciencia, con-
mujeres, por término medio, la in- ciencia! Instinto divino, inmortal
tensidad de la conciencia sea más y celeste voz; guía seguro de un
elevada y el campo de la concien- ser ignorante y limitado, pero in-
cia más restringido que en los teligente y libre; juez infalible
hombres, (G. HEYMANS, Psychol. del bien y del mal, que hace al
des femmes, 45-52.) hombre semejante a Dios, a ti se
31. Leer mucho es abrirnos la debe la excelencia de su natural6-
tradición del pasado, es agrandar za y la moralidad de sus acciones;
nuestra conciencia a la medida de sin ti no siento nada en mí que
la conciencia de la humanidad en- me eleve por encimn de los anima-
tera. (L. LAVELLE, La par. et l' é- les, salvo el triste privilegio de
crit,, 225.) extraviarme de error con ayuda
de un entendimiento sin regla y
V. Diálogo, 5. de una razón sin principios. (lb{d.,
II. CONCIENCIA MORAL (alem. 364-356,)
Geu;isun): facultad de emitir un jui- 39. La conciencia es la razón
cio sobre el valor moral de los actos práctica representando al hombre
humanos· o también: el sentido inme- su deber. (KANT, Doctr, de la ver-
diato de' eBe valor. V. Objeción• de tu, Introd,, XIII,)
concie1z.cUI.. 40. ¿ Qué es lo que viene en so-
32. deberíamos ( ... ) arrepentir- corro de su virtud [la de las mu-
nos cuando hemos hecho algo con- jeres]? ¿La voz de In conciencia?
tra nuestra conciencia, aunque re- -¡No! La voz de la vecina.
conozcamos después haber obra- (NIETZSCHE, CEuvreB posth., § 334,)
do mejor de lo que pensábamos; 41. la conciencia moral, senti-
porque sólo tenemos que responder miento de la norma, se coextensa
de nuestros pensamientos. (Df;s- con la conciencia psicológica, sen-
CARTES, C. a Elisabeth, A.-T., IV, timiento del yo a normar, Pero,
307,) de las dos, es ella la que es prin-
33. La razón, en tanto nos cipio de la otra, o, más bien, no
175 CONC'IENCL\
son ambas sino manifestaciones quilada por ella. (E. MOUNIER, Tr.
solidarias de un mismo princi- du caract., 730.)
pio... (J. LAGNEAU, Célebres le9. Mala conci.cncia. Por este término
et fragm., 80,) no se entiende una conciencia que cum-
42. En general, es el veredicto ple mal su oficio, una especie de mala
de la conciencia. el que hace a.l yo vista mora.], sino una conciencia que
social. (H. BERGSON, Les dcux sour- nos afecta dolorosamente. Este dolor
ces, 10.) puede ser de dos tipos diferentes.
43. Conciencia es una. hermo- A. Puede ser un dolor propiamente
sa. palabra. que, en su sentido po- moral, que supone una conciencia orien-
pular, rechaza. el deja.r correr. tada hacia el bien o el deber y al que
(ALAIN, Propos, abril 1920, Pléia- se llama remordimiento o pesar. Tal
de, 840.) conciencia es moralmente buena.
44. la. conciencia psicológica 49. [Los cristianos comparados
( ... ) responde a la. pregunta.: con los paganos.] Apenas son me-
«¿Qué soy?». La. conciencia. moral, jores, pero se hacen más repro-
por el contrario, está totalmente ches. Hacen casi tanto mal, pero
lanzada. ha.cia la acción por la. pre- lo hacen con mala conciencia. Lo
gunta: ¿«Qué hacer?• (R. LE SEN- ganado es, pues, un poco más de
NE, Tr. do mor., 312.) delicadeza y de escrúpulo. (H.-F.
AMIEL, Journat int., 20 enero
45. La conciencia. mora.! misma 1871.)
es otra. forma de la. conciencia. mo-
ra.! intelectual, en ta.nto que el or- B. Puede ser (y es la acepción más
den por ella exigido es un orden usual) un sentimiento egoísta: temor
que depende de nosotros. (L. LA- de las sanciones que amenazan a quien
VELLE, Tr. des valeurs, II, 400.) ha obrado mal. En este sentido se atri-
buye una ccmala conciencia» al perro
46. tener conciencia. de la fal- que se aleja con el rabo entre pierna.e.
ta es ya. haberla. superado. (L. LA- Considerada estrictamente, semejante
VELLE, Le mal et la souffr., 128.) concieneia no tiene nada de moralmente
V. Deber, 15; Tentaci6n, 4. bueno.
Buena conciencia., mala. conciencia. Concienzudo. A. Que tiene una con-
Términos tomados en muchos casos en ciencia exigente a la que obedece.
una. a.cepción intencionadamente a.m- 60. Todo el mundo es concien-
bigua. zudo hasta la severidad para su
Buena conciencia significa. propia- prójimo ( ... ). Pero al mismo tiem-
mente: «Conciencia. mor&! que (a.cer- po ( ... ), nadie es concienzudo pa-
tada. o erróneamente) experimenta el ra si sino en la medida en que
sentimiento de no tener nada que re- las necesidades de sus negocios,
procharse» (LALANDE, en Buena con- la mejora de su fortuna, el éxito
ciencia); pero en general erróneamen- de sus empresas, en una palabra,
te: 1.0 , porque hace falta tener una su interés, puede soportarlo.
conciencia bien poco delicada para no (BOURDALOUE, Sur la, fausse consc.,
tener nada que reprocharse; 2. 0 , por- l.)
que, de hecho, se habla sobre todo de B. Dícese de la persona que estu-
la buena conciencia de quien ha co- dia o hace las cosas con mucha aten-
metido acciones reprochables, (Todas ción o detenimiento. Ad. E.
esas malversaciones no han alterado
su buena conciencia.) Consciente. Lat. conscien,i, que sabe
(scie11s) con (cum) otro, confidente,
Sin.: conciencia satisfecha (E. Mou- cómplice, conjurado; que tiene claro
NIER.) conocimiento de algo.
47. El ideal le da buena con- A. Aplicado a los actos o a los es-
ciencia y él se jacta, ilusoriamen- tados personales: aquellos de los que
te, de perseguirlo. (R. LE SENNE, uno se da cuenta, de los que tiene con-
Tr. de m01·., 561.) ciencia. Gesto consciente, celos cons-
48. La susceptibilidad irritable cientes.
de la buena conciencia, individual B. Aplicado a las personas. l. Que
o colectiva, tmicio1111 In fragilidad está dotado de conciencia (psicológica),
de los equilibl'ios que realiza. La que se da cuenta de lo que hace o ex-
angustia es sofoca<lu, pero no ani- perimenta. Y n no está consciente.
CONCIENCIA 176
uno mismo. (.J. MARITAIN, Dcgrés Ser miserable es, pues, saberse
du savoir, 218.) miserable; pero es ser grande sa-
3. conocer es penetrar el ser ber que se es miserable. (PASCAi,.
hasta coincidir interiormente con l'ens<'cs, 609.)
él por el pensamiento y ver fun- 7. Conócete a ti mismo. Máxi-
dada en él la serie múltiple de to- ma tan perniciosa como fea. El
das sus aparilmcia,i. (J. VrALA- que se observa detiene su desarro-
T0UX, Le discaurs et l'intuition, llo. La oruga que tratase de co-
14.) nocerse bien no llegaría nunca a
V. Absoluto, 18; Co11cie11cia, 21; Sen- mariposa. (A. GmE, Noiiv. nour-
tido, l. rit., 111.)
B. Como saber (sentido derivado): 8. Con el excesivo conocerse sr
poseer y poder hacerse presente la idea arriesga uno a impedirse el ser.
de un objeto de pensamiento. Conozco (J. R0STAND, Journal d'un co.ract.
esta noticia, esta ley física, este pro- 19.)
ducto farmacéutico. 9. Al conocerse uno en excesG
3'. ¿Por venturn, no te basta se hace demasiado indulgente pa
ser conocido de ti mismo y, lo que ra los demás; al conocer a los de-
es mucho más, de Dios? ¿Para quP más. demasiado indull!'ente para
buscas, mentecato, un teatro más uno mismo. ( Ibid., 108.)
lleno? ¿ O un nombre que durará V. Otro• (los), 11.
en el recuerdo de algunos unos po- Conocimiento. Del lat. cognitio (el
cos instantes más? (J. L. VIVES, hecho de conocer), der. de cognoscere
Introduccilin a la sabiduría, 572, sin. del verbo simple noscere, que si,ar-
p. 106.) Ad. E. nifica: en presente (11osco), aprendo
C. Hablando de personas: tener re- a conocer (conocimiento haciéndose) ;
laciones personales con alguien o al en perfecto (novi), he aprendido, sé
menos haberlo visto; saber, sin haber- (conocimiento consumado). Ambos sen-
lo visto, quién es, lo que piensa... He tidos, que se unen en 11otio (hecho de
leído todos sus libros, pero no nos he- conocer y noción), han pasado a1 es-
mos encontrado nunca y me gustaría pañol conocimiento.
conocerle.
A. Acepción subjetiva ( en singu-
4. Habla en él [Nicolás = Res- lar) : acto o hecho de conocer. Tener
tif de La Bretonne] un sentimien- conocimiento de, dar conocimiento; per-
to singular que experimentan to- der el conocimiento.
dos los que ven de cerca por vez Siu.: conciencia, sentimiento.
primera a una mujer de teatro, y
que es el de tener que trabar co- 10. el primero y menor grado
nocimiento con una persona a la de conocimiento es el percibir.
que tan bien conocen. A menudo (C0NDILLAC, Essai sur /"or. des c01t
no tarda uno en darse cuenta de 11a.issa1tces humaines, I, 11 A.)
que la diferencia es j?rande. (G. ll. ¡ Qué distancia de conocer
DE NERVAI., Lea illuminés, Nicolás, a Dios a amarlo! (PASC~I., Pc11sécs.
1.) 469.)
Conocerse. Hacerse una idea exac- 12. si tanto el instinto como
ta de lo que uno es, principalmente la inteligencia encierran conoci-
del propio ser moral, de las propias mientos, el conocimiento es más
capacidades intelectuales y morales, represen.lado e inconsciente en el
del propio temperamento y carácter. caso del instinto, más ¡>c11.,culo y
6. No nos conocemos a noso- consciente en el caso de la inteli-
tros mismos, y de ahí viene el que gencia. (H. BERGS0N, Évol. cr.,
nos cueste tanto trabajo humillar- 146.)
nos; y porque no nos gusta humi- 13. Para un espíritu científico,
llarnos, de nhí viene también el todo conocimiento es la respuesta
que no s61o no nos conozrnmos, si. a una pregunta. Si no hay pre-
no que no queramos conocernos. g-untn, no puede haber conocimien-
(BoURDAI.OUE, Pc11Rf1•s Rlll' divcr• to científico. ,Nada es porque sí.
a11jrls. Carflcl. r/,• l'humil., I.) Nada es dado; todo es construido.
r.. La l?l'Bndeza del homb,e es (G. BACHEI.\RD, J,'ormo.t. de /'es-
grande en que se sabe mlsernhle. prit se., 14.)
Un árbol no se sabe miserable. 14. Hay que decir( ... ), con todo
CON'OCIMIENTO 186
rigor, que el conocimiento es indc• tl'aif. raiHcrnné du. Trait.é des scn-
finible (... ) . salio11s, com. I, 323 A.)
Querer (cconoccr el conocimiento»
es tratar de vc1· la propia mirada. 17. RI conocimiento de especie
Para saber lo que es la visión hay más humilde es el saber no uni-
que mirar los objetos y después ficado; el conocimiento científico,
reflexionar; no cerral' los ojos.
el saber parcialmente unificado; el
(G. BERGER, Rcch. s. les fo11d. de conocimiento filosófico, el saber
la comraiss., 41-42.) completamente unificado. (I-1. SrEN-
CER, Lrs premicrs principes, § 38.)
15. El conocimiento es a la vez
distancia y fusión. Por todas 18. Nos gustan los conocimien-
partes nos encontramos con tales tos que nos den armas y sirven a
uniones de antitesis. (J. WAHL, nuestra vanidad o nuestro poder;
Enc:ycl. f1·a11c., XIX, 12, 13.) pero la crítica de nosotros mis-
15'. Nosotros hemos heredado mos, de nuestros prejuicios o in•
de Grecia la idea del conocimiento, clinaciones, nos resulta antipáti-
pero no hemos heredado, por lo ca. (AMIEL, Journal int., 6 febre-
menos con suficiente integridad, ro 1877.)
esa creencia en el ser, en la na• 19. La mayoria de los conoci-
tura rermn, que la respalda, y de mientos no son tan externos como
aquí la constante inseguridad que los bienes materia-les; son inúti.
ha padecido en Occidente la ocu- les e hinchan el esplritu en vez de
pación de conocer. (J. ORTEGA Y iluminarlo. El número de conoci-
GASSET, Apuntes sobre el pensa.- mientos que bastan para producir
miento, su teurgia 11 s1t de-miurgia, la sabiduría es muy pequeño; y se
ObrO,S, V, 535.) Ad. E. trata de conocimientos muy sim-
V. Dcuominación, 2; Intu,ición, 4, 8. ples acompañados de una evidencia
a la vez muy profunda y muy
Teoría del conocimiento. Ad. E. Mien- dulce. Pero son éstos los que nos
tras que la Lógica sólo se ocupa de la inclinamos a olvidar o a menos-
verdad formal, es decir, de que el pen- preciar en beneficio de ciertos co-
samiento esté de acuerdo con sus pro- nocimientos curiosos y lejanos, fal-
pias leyes, esta disciplina filosófica se tos de relación con nuestra vida y
plantea el problema del conocimiento, de los que pensamos que deben
su posfüilidad, objetividad, límites, etc. asombrar a los demás y darnos fa-
Este problema adquiere una gran ma. (L. LAVEI,I,E, La consc. do soi.
importancia desde DESCARTES que, fren- 34.)
te al realismo ingenuo de los escolás- 20. Ninguna exploración cien-
ticos, comienza por dudar de la reali- tífica se efectúa a partir de un ce-
dad conocida. Es KANT quien coloca ro de conocimientos, estado en el
la Crítica en el lugar primordial de que el sabio estarla en disposición
la Filosofía, opinión rechazada por de recibir informaciones perfecta-
HEGEL, que le reprocha el absurdo de mente depuradas, y dispondría de
ccquerer conocer antes de conocer». métodos perfectamente seguros.
Sin.: Crítica, Epistemología (aunque Una explotación científica sólo
este término se utiliza frecuentemen- puede efectuarse a partir de una
te en el sentido de «teoría de la cien- cierta situaci6n de conocimiento,
cia» o reflexión filosófica sobre las situación en la que el sabio dispo-
ciencias físico.matemáticas). ne de un cierto saber previo y un
B. Acepción objetiva (más a menu- cierto lenguaje preconstituido. (F.
do en pi ural) : Lo que es conocido. GoNSETH, La géom. et /e probl. de
Acumu1ar conocimientos. Presumir de /'r•p., 5R8.)
sus conocimientos. 21. De hecho, se conoce contra
Sin.: saber, ciencia, crudici6n, cul• un conocimiento anterior, destru-
tura. yendo conocimientos mal formados
16. El principal objeto de esta superando lo que, en el propio es-
obra es hacer ver cómo todos nues- píritu, obstaculiza la espiritunli -
tros conocimientos y todas nuestrns zación. (G. BACIIEl,ARD, Form. ele
facultades vienen de los sentidos, /'esprit. Rcicnt., 14.)
o, por hablar más exactamente, de 22. Alberto Consiglio constat11
las sensaciones. (CoNDll,LAC, Ex- en 1937, sin rastro de paradoja.
187 ('0:SSECUENCJA
los votos. (E. BEHSOT, Lib1'c phi- que una filosofía que desbarata
/os., 53.) lus incautac:íones y desafía las ane-
B. Sentido actual: acto por el que xiones, la vhilosophiu pcrennis, de
alguien da a una decisión de iniciati- la que se nutren los destinos máe
va ajena la adhesión personal nece- aventurados y en torno a la cual
saria para pasar a la ejecución. gravitan los más excéntricos men-
sajes. (J. PAUMEN, Raú,on et exiat.
2. No hay consentimiento vá- chcz [(. Jaspers, 250.)
lido si e1 consentimiento ha sido
dado por error, o si ha sido arran- 3. El Greco, como el barroco
cado por la violencia o sorprendi- en general, es una manifestación
do mediante dolo. (Código Civil de la «constante» de la Edad Me-
fr., art. 1109.) dia, que atraviesa el Renacimiento
hasta llegar al Romanticismo. Por
CONSISTENCIA. Der. del lat. co11- esto la plenitud de su gloria se vio
sistcrr, permanecer ( sistere) con por el romanticismo otorgada. (E.
( cum), formar un todo compacto. D'Ons, Tres lecciones en el M. del
A. Prop.: carácter de un cuerpo P,-cu/o, 73.) Ad. E.
consistente, es decir, cuyas partes for- CONSTELACióN. Lat. constellatio,
man un todo sólido. La helada da con- posición de los astros (stclla, estrella).
sistencia al barro, a la nieve.
A. Prop.: grupo de estrellas que
B. Fig.: carácter de lo que, siendo forman una figura característica. Cons-
sólido y firme, es capaz de resistir a te!. de la Lira, de Libra.
las fuerzas que podrían dislocarlo o
alterarlo. Este asunto, este gobierno, B. Por anal. (Psicol.): conjunto de
esta opinión, el pensamiento de ese los principales elementos de un esta-
hombre han adquirido consistencia. do de conciencia en un momento dado.
El espíritu adquiere consistencia l. la evocación de una idea de-
a medida que las ideas se multipli- pende de sus relaciones de conti-
can y se disponen con orden. (CoN- güidad no sólo con la idea inme-
DILLAC, Syn., III, 145.) diatamente procedente, sino tam-
C. Lóg. y Mat. Carácter de un pen- bién con todas las ideas que han
samiento claro, firme y que forma un estado anteriormente presentes o
todo coherente. que, actualmente, son subconscien-
tes. Esta red de representaciones
~Iás estrictamente: no contradicción. (... ) ha sido llamada la constela-
La consistencia o no contradicción o ción de las ideas. (E. CLAPAnEDE,
coherencia* de los axiomas es la con- L'assoc. des idées, 163.)
dición fundamental de la legitimidad
de una base axiomática. V. Compa- 2. La expresión: «Está conste-
tible. lado» indica que el sujeto ha adop-
tado una posición de espera, una
V. Axiomática, 6. actitud preparatoria que presidirá
CONSTANTE, subst. A. Mat. Can- sus reacciones. Ln constelación es
tidad que no varía. Se op. a variable. una operación automática, espon-
tánea, involuntaria, de la que
B. Filos. R<!a!idad o idea que se nadie puede defenderse. Los con-
repite en el curso del tiempo. tenidos constelados responden a
Sin.: invariable. ciertos complejos que poseen ener-
l. A la pregunta principal que gía especifica propia. (C. G. JuNo,
nos hemos planteado en este li- L'homme d la découvertc ... , 194.)
bro: ¿cuáles son las constantes del V. Recuerdo, 15; Relaci611, 12.
pensamiento francés?, nuestra res-
puesta será muy sencilla. Afirme- CONSTITUCióN
mos, en primer lugar, que ]a filo- Constituyente - constituido... Oposi-
sofía es un amor al orden ... (N. ción establecida por A. LAI..ANDE. V.
BALAD!, Les constantes de la pen- Razón constituyente...
sfr fran<;., 105.) Es constituido lo que está organiza-
2. Como Louis Lavelle, Jaspers do de modo estable y, por consiguien-
no se inquieta por reconocer pro- te, tiende a persistir sin cambio. Por
fundamente ancladas en la tradi- oposición, se llamu constituyente a lo
ción las constantes de su experien- que ha operado esa organización y
cia o de su reflexión. No hay más tiende sin cesar a mejorarla.
191 CONSTITUCióN
los rayos luminosos o de la lente que los por op. a !ns religiosas de coro). Res-
hace converger. to de In nntigun distinción entre los
Co11f>•.: divergencia. o/Jlat i, que, ofrecidos o dados al mo-
nasterio por sus padres desde tempra-
B. Por anal.: carácter de los hechos na edad, recibían una formación ade-
o argumentos que conducen a un mis• cuada, y los co11vcrsi, que, convertidos
mo resultado. La con,,ergencia ele prue- n In vida religiosa a una edad avan-
bas que no procuran, tomadas una a zada, no podfnn recibir esa formación.
una, más que una probabilidad, con-
duce a una certidumbre práctica. Sin.: lego.
l. Ninguna imagen puede reem- Conversión. Lat. convcrsio, acción
plazar a la intuición de la dura- de volver (vertere) por entero (convcr-
ción, pero muchas imágenes diver- tcrc) o de darse In vuelta.
sas, tomadas de órdenes de cosas A. En sentido propio: acción de in-
muy diferentes, podrán, por la con- vertir el sentido de la marcha, de dar
vergencia de su acción, dirigir la In vuelta. El ejército realizó una sú-
conciencia sobre el punto preciso bita conversión. V. Histc,·ia, de con-
en el que hay una cierta intuición versión.
que captar. (H. BERGSON, La, pcn- 2. Dios nunca engaña a quie-
séc et le mouv., 185.) nes le interrogan mediante una
2. La convergencia de !ns pro- seria aplicación y una total con-
babilidades autoriza una aserción versión del espÍl'itu hacia él. (MA-
categórica, porque la razón sufi- LFBRANCHE, Rech., Pref.)
ciente de un tal conjunto no po- 8. Como un rebaño mordido en
dría ser otra que la verdad de In los jarretes por los perros, y que,
conclusión a la que remite, por tras algunos minutos de desorde-
su parte, cada una de las proba- nado revuelo, realiza una conver-
bilidades. (H. PINARD DE LA BoUL- sión sobre el terreno, los manifes-
LAYE, L'ét. comparée des rel., 4. 1 tantes dieron media vuelta... (R.
ed., 11, 528.) MARTIN, DU G., Les Thibault, VI,
3. La convergencia puede tam- 283.)
bién suscitar la desconfianza: se B. Fig.: acción de cambiar una co-
temerá que los nuevos elementos sa en otra. Conversión de libras en
hayan sido dispuestos con vistas francos. Conversión de las industrias
a esta convergencia. Los plebisci- de guerra.
tos o elecciones demasiado favora C. En sentido moral y relig.: cam-
bles a las tesis o los candidatos bio radien! de las ideas morales y de
del gobierno rara vez han sido con- la conducta. Principal y absolutamen-
siderados como expresión sincera te: cambio por el que el incrédulo se
de los votantes. (Ch. PÉRELMAN adhiere a una doctrina religiosa.
Tr. de l'a,rgumcntation, 11, 626-
627.) 4. la psicología de la conver-
sión nos ofrece también el ejem-
CONVERSIÓN plo de trastrocamientos tan radica-
Converso, com·ersa. Que ha sufri- les que se diría que, al menos en
do o efectuado una conversió,1. los limites de In humanidad, pa-
recen surgir de vez en cu&ndo al-
Sin.: convertido. gunos hombres para testimoniar la
A. Lóg. (proposición conversa o posible victoria de lo imposible.
substantiv., la conversa). Proposición (E. MoUNIER, Tr. du caract., 743.)
resultante de una conversión: «Algu• 5. La conversión ( ... ) no es ge-
nos franceses son bretones» es In con- neralmente un cambio brusco de
versa de: •Los bretones son franceses». creencia, sino la conquista progre-
l. Los grandes hombres so~ siva gracias a una duda continua.
mis reyes, señor, pero la conversa Pero esta duda no es a su vez
no se da en este caso; los reyes no posible, desde un principio, más
son mis grandes hombres. (Vo1,- que por la presencia insospechada,
TAIRE, C. a Maupertuis, 22 junio pero real, de otra creencia que roe
1740.) la primera n medida que se ex-
B. En el vocab. relig. (hermanos plicita. (J. LACROIX, lt.úiér. apir.,
conversos, por op. a los padres, que 193.)
son sacerdotes; hermanas conversas, 5'. La conversión es el cambie¡
201 CóPULA
tíf.) : relación de dos o más cosas cu- todas !ns demás. (G, Cuvum, Disc.
yas variaciones son nu'is o menos con• sur les révol. 1lu g/obc.)
comitnntcs. Es la correlación formulada sobre es-
Sin.: rovarinción*, concordancia"", te principio la que hace posible In de-
correspondencia, dependencia. finición binominnl (por el carácter do-
Cont,·.: independencia. minante o género próximo y el carácter
subordinado o diferencia específica.)
2. Correlación: noción m11temá- V. Definició11.
tira que mide la rigidez de In re-
lación existente entre dos varia- CORTESIA
bles. (M. B0LL y F. BAUD, Prrso11- Cortés. De corte.
nalité, 129.) Que observa en sus relaciones con
3. La covariación expresa In los demás las reglas de educación y
ma.gnitud de la influencia de un evitn comportarse de modo que pueda
fenómeno sobre otro; la correla- ofender.
ción, la frecuencia de esa influen- l. Unn persona cortés no ha-
cia. (E. CLAPAREDE, Psychol. de lla nunca ocasión de hablar de si
l'cnfa.11t, 367.) misma. (Mme. DE LAMBERT, Lettres
4. El hijo de un médico o de s. l'éduc, 58, Amsterdam, 1729.)
un militar puede ejercer cualquier 2. No améis al joven a. quien
oficio; nada le impide ser sacer- los viejos no hallen cortés. (J. Jou-
dote, albañil o vendedor de perió- BERT, Pc11sécs, 289.)
dicos, en vez de seguir la carrera Cortesía. De cortés.
paterna. Pero incluso aquí la esta-
dística muestra una correlación en- Manera de comportarse con los de-
tre la carrera del padre y la del más para. no herirlos ni ca.usarles mo-
hijo. (J. DucLAUX, La scienco de lestias.
l'inccrtitudc, 57.) 3. Basta con tener mundo para
a.finar los modales, pero ha.ce fa.I-
5.• Se dice que dos cantidades ta mucha. delicadeza para hacer
cualesquiera están en relación una pasar la. cortesía. al espiritu
con otra cuando el valor de la pri- (Marquesa. DE LAMBERT, Lettres s.
mera fija exactamente el de la se- l' éduc., 58.)
gunda. Así, la superficie de un
círculo está en relación con su diá- 4. Creo que el espíritu de cor-
metro. Dos cantidades están uni- tesla consiste en un cierto cuida.-
das por una correlación si el valor do de hacer que por nuestras pa-
de la primera fija sólo aproxima- labras y modales estén los demás
damente el de la segunda ( ... ). contentos de nosotros y de si mis-
mos. (LA BRUYERE, Caract., V, 32.)
Supongamos que el candidato •5. La verdadera cortesía. con-
tiene un valor absoluto (... ). Des- siste en mostrar benevolencia. a. los
pués de haberlo asado en condicio- hombres; se muestra sin esfuerzo
nes, [el tribunal) Je da una nota cuando se tiene, y es para quien
de conjunto (... ). ¿Relación o co- no la tiene para quien es forzoso
rrelación? (J. DUCLAUX, La science codificar en arte sus apariencias.
de l'incertitudc, cap. X: «Bachille- (J.-J. R0USSEAU, Émilc, IV, 422.)
rato», p. 117.) 6. La. cortesía se compone (... )
V. Tipo, 7. del conocimiento de los usos mun-
Zoo!. Principio de correlación: prin- danos y de la benevolencia, que
cipio que G. CuVIER formula en estos hace evitar cuanto puede resultar
términos: molesto. (Mme. CAMPAN, De l'éduc.,
11, 354, Beaudouin, 1924.)
G. Todo ser organizado forma
un conjunto, un sistema único y 7. La exquisita cortesia, las
cerrado cuyas partes se correspon- buenas maneras son hijas del co-
den mutuamente y concurren a la razón y de un gran sentimiento
misma acción definitiva por una de dignidad personal. (H. DE BAL-
reacción 1·eciproca. Ninguna. de ZAC, Le lys dans la. valléc, Furne,
esas partes puede cambiar sin que 1844, 111, 356.)
las otras cambien también; y, por 8. ¿Qué es la cortesia? Un con-
consiguiente, cada. una de ellas, to- venio tácito entre dos personas por
ma.das separadamente, indica y da el que cada un11 disim11l11 su va-
COSA
pnrt.. p1·es. rr.~,lt>nH, rrr.,fr11tin se drri- ( ... ) Se dan razones para creer, lo
vnn: crrrlruritr. (mesa o npa1·ado1· en que no es lo mismo. (P. Dou11c;n,
<'1 que~ l'll lus J?run,fos l'nsas, se pro- 1/,tnpe, 22.)
baban los munjnres y bebidos purn 11. cuando c.·reemos t·on la rm-ís
mostrar que eran digno• de rnnfi11nz11 firme f<i que poseemo::; !a verdad
y no conleniun veneno), ert'Cfr11ci11/ y debemos saber <1ue 1o ereemo!-1, no
rrl'c11cia. El pnrt. pusndo rrerlit11s ha creer que lo sabemos. (,l. l.>;,¡u1~1,,
dndo rrédito y sus derivados. l'rn11iC1•,: 1-•,:rifi, 102.)
A. l~n sentido fuerte,. l. Jo:n ge- 12, Cr~er e5 cautivar nUL"~lr:1
Jlrral: dnr su n~••ntimic•ntn a vrrJades inlcligene!a hajo la aulol"irlad d':'
l'icartae, JH~rn que.•, por diversas razo- Dios. (H. OU,ACltulX, /,ri ¡,,; d /11
nes, no pu~1fon Her rrr.onocidas como re/ig., 118.J
tales sin In pnrticipuci<in de In volun-
13. Creer es tene1· confianza
tad. V. Crl'lidumbre mora./, (... ). Creer es conocer ( ... ). Cree:·
l. No se duda en uno de estos es confesar nuestra fe. (K. BARTII
tres cusns: cuando se 111·, cuando se f proles. 1, EstJ. d'111w tluomatir¡11e,
s1>l1r, eunndo se crt•r. (Ch. R~N0U • titulas de los cap. I, 11, 111.¡
vnm, T,·.de psycll. ,.,.,., I, 352.)
14. crct•r, en sentido fuert•!
2. toda voluntad rlc creer es, ( ... ), es siempre creer en un tú,
inevitablemente, una razón de du- es deeir, en una realidad personal
dar. (E. RABIElt, l'sychologie, 8: o suprapersonal susceptible de ser
ed., 270.) invocada y como situada más allá
3. Sabemos bien que morir~mos, de todo juicio referido a un dato
pero no lo creemos. (P. BouncET, objetivo cualquiera. (G. MARCEL,
Le disciple, I, XXIII.) Du re/tts U l'lnvoc., 220.)
4. Una cosa es decir: tengo 15. El gran pecado de, munJo
frío; otra, decir: hace frío. Se pue- es la negación de lo in\•i::;iL!e. E!
de tener frío sin creer que hace c 11!ro no ¡>riedica ya los fines últi-
frio. (V. BR0CIIARD, De l'err,·11r, iÚos; nos habla de los p,·ub:emas
104.) sociales, lo que está muy bien, pe-
6. No basta con quei·er para ro casi nunca del paraíso. del pur-
creer, pero sólo se cree porque se gatorio ni del infierno. Ya no si!
quiere. ( lbíd., 161.) cree en ellos. l\Ie pt·e¡,unto lo que
6. La necesidad de creer faná- se cree. (J. GREEN, Jo11r1wl, \'!,
ticamente en algo es una de las 323, 21 dic. 1954.)
peores pla17ns de nuestra época. (B. B. En sentido débil. l. Admití,·
RussELL, Scio11ce, p11iss., vial., 102.) una cosa, pero sin concederle un:1. ad-
2. En particular (sobre todo em- hesión total o que sea ver<lad¿r.aml!ntl!
pleado absolutamente) : tener fe 1·eli- personal.
giosa, ser cl'cyentc. 16. El peor desorden Lle! espí-
7. estoy hecho de tal manera ritu es creer las cosas porqu2 SC'
que no puedo creer. ¿Qué queréis quiere que sean, y no porque s~ ha
que haga? visto que, en efecto, son. (Bos-
-Es verdad. Pero daos al me- SUET, Co1111aiss. de Di,·11, I, § 16.)
nos cuenta de vuestra impotencia 17. Otro «desorden ucl espíri-
para creer, puesto que la razón os tu» es tomar nuestros dc-s..?os por
llevn II ello y, sin embargo, no po- Cl'l'Ores 1 y dudar <le las cnsas por-
déis probarlo. (... ) Vos queréis ir que queremos que sean. (J. Ros-
a la fe ... (PASCAL, l'ensries, 440- TAND, Julit·n ou. mu.: COll8t fr11ct·,
1
441.) 205.)
8. l\le he hecho cristiano ( ... ) : 18. Y todos c1·een ~on gran fa.
mi convicción ha surgido de mi co- [eilidad
razón; he llorado y he creldo. lo que temen y lo qu~ l.h:s~an.
(CIIATl•;AIJDRIAND, Mémoi1·es d'o.-1., (LA l•'o~T,\INE, ~'abfrs, XI, ü.)
11, 157, Pal'is, 1800.) 19. Los grados del creer son 1,,s
!l. Su!Jo1·dinad11 mi rozón rebel- siguientes: en lo mús bajo, L'l"t:!1!1·
de a esa ardiente voluntad de creer, poi· miedo o por deseo ( ... ). _E~1c'-
a fin de poder amar, y orar. (l,A- ma1 cl'eer por costumbre e 11111ta-
HARTINII, Cort/idc11ce&, XII, XVI.) ri6n (c1·eer en los reyes, e_n lo:.i ~ra-
10. La religión no se prueba. doros, ~n los ricos). Mus urr1bu,
CREE.i.'1/CIA 212
tente, (R. MARTIN DU GAKD, [,,.. ve para ju1.2ar [krindn ]. regla par~
1'1tibault, U, 270.) rlistingui r lo verdadero de IQ falso).
3. Ln 1,•,•turn había cristaliza,lo Lo ,rue Rirve pura rli:.rPnir lns va-
súbitamente en í•I veleidades has- lorPs, en pnrticular lo VPrdaderc,: Pl
ta entonces difUBBS e inconscien- <·ritC?rio de vetclnd, il,• ('P.t"l.(1-za. 8e lla-
tes. (ll>íd., Vil, 255.) m!L tamhif•n t·ril<•,h;,; a ri(\ttn.-i l'Ompc-
ticio11p:-1 ,ll"purtivas.
CriRtaliza,·icín. A. Prop.: lH"l'¡(111 rl<1
cristnliznl'Se, es derir, nquclln de c1ue Siu.: norma, rt•;.!"Ia, ru.nm,.
resulta la trunsformaciún de una mate- 1. )1:l úníro rriterio ,lt' la ver-
ria líquidn en cristales. da~ es la propin verdad. (SPINOZA,
De ,·mrndt1t. fotr/1., I, 12.)
B. Poi' nnnl.: nrritrn por In que lns
icl<"as, y sohrr. tocio los Slmlimientos, 2. Los ojos no pul'<lcn testimo-
hasta entoncf'!\ im:nnRrientes, se orgn- niar por lo~ ojos, ni el J,!'Usto pnr
nimn en un conjunto fil"me y estable. el guslri; pero la 1·azlin te:stimonia
por sí misma a la vez que )1) ha~e.
C. En STr•:NDIIAI,: «Lo que llamo según )os casos, por o contra los
crislnliz11· ,,n es la operación del es- ojos y el J?USto. Ad,·más, seria r¡ui-
pfritu que extrae de cuanto se prcsen- ml"ricu e incluso absur,lo Luscar
tn el descubrimiento de que el objeto un crit~rio a la facultad que cri-
amarlo posee nuevas perfe('ciones.» Lil'a a las demás, puesto que de
(De 1'11111n11r, libro I, cnp. 11.) ese modo llegaríamos al infinito.
Ln imagen que inspira a STENDll 41, (A. C0URN01', Es,ui s. lcs io11rl. ... ,
no es la cristalización de los físicos de- § !JO, p. 131.)
finida en A, sino la formación de ma- 3. Tenemos (... ) un crit.et·io de
sas cristalinas por concreción•. la verdad, de la cert!dumbre, en
4. En las minas de Salzburgo esa neresidad de las conclusiones,
arrojan a los pozos abandonados en ese l'igor ele )as demostracimh:s,
una rama de árbol deshojada por más que en su eviden("ia y -l'n su
el invierno, que al cabo de dos o claridad. (A. MARC. Dialt-ct. el"
tres meses retiran cubierta de bri- l'affin11., 223.)
llantes cristalizaciones: sus ramas 4. No hay otro Cl'iterio de ve,-
más menudas, las que son apenas dad que la impo~ihilidad en qu'!
más gruesas que la pata de un he- nos hallamos de nwclificar cie!·ta3
rrerillo, están adornadas por una síntesis mentales, si queremos ha-
infinidad de diamantes inquietos y cer uso dC" nue!:iotro pensamiento se-
deslumbradores; es imposible re- gún sus leyes esenciales. (V. BR<>-
conocer la primitiva rama. (STEN- CHARD, De l'rrreur, 102.)
DHAL, De l'amo11r, libro 1, cap.
11.) 5. La expresión tan frecuentt..-
mente utilizada crif,,rio ele certt.·=a
5. Por la cristalización, el ob- es soberanamente impropia ( ... ).
jeto amado se encuentra transfor- En toda hipótesis y en toda doc-
mado en un ser diferente dlll que trina será neeesario habituarse a
es, superior al que es ( ... ). no hablar sino del crih-rio ele ,·n--
Desde que se ha operado la pri- clael. (V. BnoCHARD, :tt. ele phi/os.
mera cristalización, ya puede dar- ancie,11,r, 2.• ed., 473--li4.)
se un segundo encuentro sin peli- 6. Desde que han caiuo en des-
gro para el amor, porque nuestr.i uso los criterios clásicos de aprt:!-
emoción será tal que va 110 11cre- riación, la tarea de-1 rritico se ha
mos, aunque esté delante de nos- hecho mucho m,ís dificil (... l. La
otros, al ser rcttl, Lo reemplazare- critica, transforma.la en prudeut~
mos por el de la cristalización. (A. o dócil o demasiado benévola, elu-
MAUROJS, Un art de 1'ÍVre, 67.) de el único ¡,robl~ma que la con
6. la mujer se quedaba en el cierne, e.1 de ele1?ir y pesar, juz-
castillo; ,•1 hombre partía p11ra la gar y orientar. (E. Not'I.ET, «Probl.
cruzada y, por los grandes cami- dt-s lettresl), l)iuyi·w:, 14 [195li, :.!],
nos del mundo, pensahn en su da- p. 135.)
ma. Al paso de los caballos, la 7. Cl'iterio es un medio parn co-
cristalización se hacía con buen noce,· la verdad. La v~rdad en las
aire ... ( lbíd., 63.) eosa,i, en la realidad. La ver,la<I
en el entendimiento es conocer las
CRJTEIUO. Gr, /,ritfrion (lo que sir- cosas tal como son, La verdad en
CRITICA 216
que resuen11 por los sonidos, vibru 11. En el propio cuerpo y me-
1101· lodos lo~ rolol'eR y confiere u rliante {,I •• expresa el universo d,,
las 11alnbrus su signifiraeión ¡,ri- las relaciones, refractado en una
mol'di11l poi· la matll'ra en que las PXpcrjenc·ia singu?ar. (G. BERGER,
arogc. (lhíd., 27:J.) R,.:ch. s. foa romlitio,M tll· la, r.o,i-
O. ,,1 ,·uerpo no es sólo un vu- ·miisR., !J7.)
101· enll'e otros; csl,,i implicado en 12. Mi cuerpo no es, sin clu,ia,
nlgím moilo ,,n in aprehensión más que una ocasión para mi d~
de lo;los lo~ molivos y, u travfo¡ de lanzar en estu o aqu!!lla dir~cci,)n
ellos, cll! toe.los los valores. l!:s el mis intcnc:ione~ de ~ignificación
medium 11feclivo de todos los va- (... ), No por ello ca menos cierLo
lores, (P. Ricurm11, /'liifo•. de In que es "mi ,:uerpo,, quien se halla
,,,,/., l, 117,) en el centro de In existencia. ( lbíd.,
7. Ln volunlad no mueve más 97.)
qul! u concJiciém de s~r movida: es 1:-1. Es en el cue1·po donde ex-
preciso que el cuerpo marche y que perimento por mí mismo el senti-
la voluntad lo modere después, se- do más p1·ofundo que cada uno de
i:-ún la bella metáfora del j in etc y nosotros concede espontáneamente.
la montul'a. ( lbld., 260.J al verbo existir, es decir, estar ahí,
8. ( ... ) Cic,·tamentc, hay un manifestarse. Es por el cuerpo, y
esfuerzo intelectual, un esfuerzo sólo por él, poi' lo que yo puedo es-
de actualización de los recuerdos, 1..ar ahí y manifestarme, existir.
etcétera; pero, en última instancia, (A. DE WAEI.IIENS, E.<ist. et sig11i-
es en los músculos donde la volun- ficafio11, 207.J
tad termina; cualquier otl'o esfuer- 13'. Conoció, pues, que el cielo
zo es finalmente esfuerzo por su y todos los astros que l~n l;l exis-
componente muscular, poi' el do- ten son cuerpos, por cuanto se ex-
minio del cuerpo. Un ser compoa tienden según las tres dinwnsio•
sui no gobierna su pensamiento nes de longitud, latitud y profun-
más que si gobierna su cuerpo. didad; ~in que haya cosa a]~una de
( lblcl., 291.) aquéllas privada de este atributo;
8'. la naturaleza y constitución ahora bien, todo lo que no c.st..i
tic nuestro cuerpo es tal, que se exento de dicho atributo es cuer-
satisface y contenta de tan pocas po; luego todos aquéll.Js son cuer-
cosas, que si alguno mús de asien- pos. (ABENTOFÁIL, El filósofo at<to-
to y maís de cel'ca lo considerare, clidacto, 87.) Ad. E.
tendl'ía, sin duda, poi' locos a los
que con tanto afán y agonía alill- V. Objeto, 17, 18.
gun tantas cosas, siendo así que C. Por anal.: se dice de la parte
son menester tan ))Ocas. (J. L. VI• principal ele unu cosa o de lo que cons-
VES, Introducción a. la. sabithiria, tltuye un todo orgánico (cuerpo de edi-
au, Jl. 25.) Ad. E. ' ficio, cuerpo de ejército, espíritu de
B. Por ext.: toda sustancia ma- cuerpo) ; sirve pal'a subrayar la con-
terial. sistencia (tomar cuerpo, hacer cuerpo
9. la naturaleza de la materia, con).
o del cuerpo tomado en genel'BI, V. Dolo,·, 3.
no consiste en ser una cosa dura, o
pesada, o coloreada, o que afecta CUES1'lóN. Lat. quaestio, der. de
a nuestros sentidos de algún otro quaererc (buscar) : búsqueda, encuesta,
moJo, sino sólo en ser una suatan. pl'egunta.
cia extensa en longitud, anchura Aquello de que se habla (volvamos a
y profuntlidnd ( ... ) , su 11at1tra.lezn la cuestión). 1'11 problema práctico so-
cons"i8te s6lo en eBo, en ser una bre cuya solución se discute \la cues•
sustancia que tiene extensión. tión social, In cuestión escolar).
(DE~CARTES, Príncipes, ll, § 4,)
l'oncr en c1testió11. Preguntar¡e si
10. hay <¡ue admitir en los cuet·- unu nril'lnuciOn tenida por verdadera o
flOS algo diferente de la musa y In
velocidad, a menos que queumo, cuya verdad habiamos cstableL~ido se
negut'lcs Loda potenriu de ob1·a1·. up°oyn efectivamente t!Jl {undnmcntus
(LEIBNIZ, Carta a Buyle, l'/iilos. válidos,
sc/11•., III, 4:l.) Una puesta en cuestión ordina-
CULPABILIDAD 224
necí'n, y sólo eso tiene valor. (RL·> sonal d(• quiene~ pertl'ncec>n u ese•
NAN, .t1t'l'11Í1' <(e la. ac-., 238.) nll.'dio. Ln cu1luru españoln, In culturo
8. La cultura es lo que queda cl:ísica.
cuando se ha olvidado todo. (E. 10. La mayol'Ía de los que de-
HrnRIOT.) fienden ln cultura clásica, con su
V. La cultura es cosa muy di- indigesto griego y su latín, son los
ferente de la instrucción. En ella que no quieren que su prnpin gra-
los poetas son tan necesarios co- duación sea un error. (Marie Bo-
mo los geómetras. (ALAIN, Prélim. NAPARTE, Gla11cs de. iourB, 56.)
á /u mythol., 142.) 17. La cultura es un instru-
10. sólo hay verdaderamente mento manejado por los profeso-
cultura cuando el espiritu se am- res para fabricar profesores que,
plía a la dimensión de lo univer- a su vez, fabricarán profesores.
sal. (J. LECLERCQ, Culture et per- (S. WEIL, L'cnracinement, 65.)
somic, 26.) 18. Ninguna cultura es satis-
1 l. De un modo general, hay factoria, y si nos lo parece, es que
cultura en la medida en que se eli- se encuentra ya en su ocaso. (R.
mina la contingencia del saber. MEHL, De l'autorité des valeurB,
(G. BACHELARD, Rationalisme appl., 251.)
14.) 19. Una cultura tiene que afi-
12. No hay que confundir cul- narse durante varios siglos para
tura y saber ( ... ) y mucho más que perder toda aspereza. (H. PETIT,
en el conocimiento, la cultura con- Le bonheur, 261.)
siste quizá en cierta disposición al 19'. Cultura es el sistema de
conocimiento. (J. GUÉHENNO, Gali- ideas vivas que cada tiempo posee.
ban parle, 163.) Mejor: el -sistema de ideas de•de
13. Quó maravilloso mantillo las cuales el tiempo vive. (J. OR-
para todas las tonterías esa cier- TEGA Y GASSET, Misión de la Uni-
ta semicultura tan extendida: pue- versidad, Obras, IV, 341.) Ad. E.
de ser más peligrosa que la pro- C. En el vocab. de la etnol. y la
pia ignorancia. (J. GUÉHENNO, Sur socio!., partic. en los Estados Unidos:
le chemin des hommes, 35.) género de vida tradicional en un país
14. Nuestra enseñanza filosófi- determinado.
ca, que en Francia tiene el temi- 20. La cultura es la configura-
ble privilegio de ser dispensada al ción general de los comportamien-
conjunto de las futuras élites de tos aprendidos y de sus resultados,
la nación al término de los estu- cuyos elementos son adoptados y
dios secundarios, no está destina- transmitidos por los miembros de
da a formar especialistas, profe- una sociedad dada. (R. LINTON,
sionales de la filosofía, sino a dis- Cultu.-al Background of Persona-
poner a· todos Jo que se complacen lity, 21.)
en llamar una coronación de la cul-
tura. (G. SPIRE, Disc. en el «Con- 21. Por «cultura• entendemos
cours généraJ., de 1959, en R. de el conjunto de las formas adqui-
l'cnseign. philos., oct .. nov., 1959, ridas de comportamiento qut un
p. l.) grupo de individuos, unidos por
15. Instrucción: piedras en un una tradición común, transmiten a
saco. Cultura: una semilla en sus hijos (... ). Esta palabra de-
un til'sto. Por grande que sea el sa- signa, pues1 no sólo las tradicio-
co y num::::·osas las piedras, allí no nes artísticas, científicas, religio-
crece nada. Por modesta que sea sas y filosóficas de una sociedad,
la semilla y pequeño el tiesto, sino también sus técnicas propias,
aquello germina, crece y florecr. sus costumbres políticas y los mil
01. CilAPJ:LAN, Lire et écrire, 34.) usos que caracterizan su vida co-
tidianu: modos de preparación y
V. EHpccÍl', 23; /lamani<lad, 10; Juc- <le consumo de los alimentos, mu-
!Jfl, ~J; /J;irl:ro, 1, 2. nera <le dormir a los pequeños, mn-
::J. Objet!v.: maneras colectivas d,! clo de desi¡~naeión del presidente
p.cn:iar y de :-.;1•ntir, eonjunto de cos- del Consejo, procedimiento de revi-
tumbn·::, dr• in~titutionn; y d(~ obras sión de la Constitución, etc. (M.
que, en u11 m1°Uio dado, son a la Vl'Z el l\l1an, Socidc's, traililious et trch-
efetLo y el medio ele la cullura pet- ,1iquc11, p. 1a, Ulll'SCO, 1B53,)
227 Cl"HIOSIIJAI>
en primera, por ejemplo. (A. G1m~, n la razón divina es, pues, In con-
Si le ,qrai111u' ·mcurt, CEuvrcs 1 X, dición necesaria y suficiente para
226.) crear una 1110ml del deber. (A.-D.
V. D11a/is1110, 1; Libertad, 62. SERTILLANGES, R. phi/os., 1901, !,
288.)
Deber, subsl. No tit>nc correspon-
dencia exacta c>n latín. Se traduce a 11. Así el deber, si lo conside-
menudo por officium; pero esta pala- ramos en una forma pura, y apar-
bra significa oficio, cargo, deberes de te de esa obligación parasitaria
su cargo, y no «deber» como absoluto. que le viene de la tradición o de
Sin.: obligación. vanas tcorias 1 se nos presenta sim-
plemente como una inclinación na-
Cor1·cl,: derecho. tural hacia lo más razonable, cuya
V. Obligación, 14. especial autoridad no es otra que
A. En sentido abstracto: carácter la misma de la razón. (M. PRA-
de lo que uno está obligado a hacer; DINES, Princ. de toute phi/os. de
esta obligación considerada en sí mis- l'action, 289.)
ma y con abstracción de su objeto. 12. El deber enmascara la as-
5. Cumplimos siempre con nues- piración. [Pero, a la inversa] ayu-
tro deber cuando hacemos lo que da a la aspiración a desligarse de
juzgamos n1ejor, aunque acaso juz- la ganga de las tendencias natu-
guemos muy mal. (DESCARTES, rales; le prepara satisfacciones
Passions. § 170.) más sustanciales. (J. NABERT, Él.
V. Conciencia, 32 . po1tr 1tne éth., 145-145.)
13. El deber no es un constre-
6. Los hombres obran con de- ñimiento natural como el de la so-
jadez en las cosas que constituyen ciedad o concertado como el de la
su deber, en tanto que convierten ley jurídica. Es un constreñimien-
en mérito, o más bien en vani- to que el yo impone al yo para
dad, el apresurarse para las que respetar una jerarquia interior :le
les son extrañas y no convienen sus propias funciones; es una obli-
ni a su estado ni a su carácter. gación. Sólo hay deber cuando hay
(LA BRUYERE, Caract., XI, 139.) resistencias que se Je oponen. (L.
7. la mayor perfección moral LAVELLE, Tr. des valeurs, II, 402-
posible del hombre es cumplir su 403.)
deber y por deber. Que la ley mo- 14. Quienes no conocen más
ral no sea, pues, solamente la re- que la ley del deber permanecen
gla, sino también el móvil de las extraños a sí mismos hasta el día
acciones. (KA:"\T, Princ. métaph. en que hacen, sin pensar en el de-
de la mor., 168-169. Ladrange, ber, lo que poco antes hacían por
1854.) respeto al deber. ( Ibúl., 421.)
8. Odio la austeridad de esas 15. el deber no puede ser diso-
gentes que, para hacer más exten- ciado del Bien que es el fin de la
so el deber, no dejan nada a la voluntad ( ... ) . Está llamado a des-
buena voluntad. Transforman to- aparecer a medida que la concien-
do en la necesidad de obedecer, cia va unificándose; y allí donde
sin otras razones que la de ejer- el deber predomina, hay siempre
cer sin tasa nuestra obediencia, falta de amor. ( lbícl., 432, 433.)
que el placer que encuentran en 16. A nuestro parecer, la mo-
gozar sin medida de su poder ... ral exclusiva del deber sólo puede
(SAINT-EVHEMO~D. (EuvrcR niélées, existir por una persistencia de un
J, ], XIX.) super-yo sádico severo, y conoce-
!l. El hombre más moral no es mos por experiencia el lado rígid~
necesariamente aquel en quien e] e intransigente de esa moral en
sentimiento del bel'e es más vivo todos los escrupulosos y los ohse-
(... ) . Puede ocurrir, por ello, que sos, en los que es difícil distinguir
haya grandes hombres que no han entre un super-yo neurótico y una
conocido nunca el sentimiento del actitud de austeridad moral real.
deber, o sólo lo han conocido mez- (Dr. G. PARCIIEMINEY, «Morales du
clado, fundido con la inspiración Bien, du Devoir ... n, en JJs11chtí, 18-
moral. (F. RAUII, R. r/c mét. et <le 19, abril-mayo 1048.)
mor., 1902, 661.) 16'. El antiguo y conocido cnm•
10. Religar la razón humana po del Deber es el lugar de liza de
233 DEBU,ll>AD
hazafias )Jara los modernos caballe- 23. Cada cual tiene su deber
ros, y cum)llir en ese paso honroso particular, además del general de
de la Obligu,·ión, la mucstrn mñs hac,•r nlgo. Tú drheM ser un profr-
cierta de virilidad moderna. (,J. On- ~ol' concienzu<lo (... ), debes elcg-ir
TEOA Y GASSET, Ob.-as, 1, 130-61.) lo que nadie haría mejor que tú
Ad. E. o no puede hacer nadie en tu lu-
V. Dios, 23: lmperafiuo, 8; Nlltu- 1;ar ( ... ) . Dchcs jugar tu juego y
t·alcza, 6. no el de los demás, jugar crin tu.,;
cartas y no con las que te faltan,
H. En sentido concreto ( un, los de- jugar ~in tardanza y no propont·r-
beres) : lo que uno cstlÍ obligado a ha- w vagamente jugar. (ff .• [•'. A~IIF-J.,
rcr o evitar; lo que imponen lo con- .fo!Lrnal int., 31 oct. 1877.J
dencia mora), 1a ley o las convenien-
cias. Deberes de justicia• y deberes 24. Puede decirse que no hay
de caridad•. más que un deber, el de ser siem-
pre razonable. Pero al tener el
17. me ha ocurrido ver mi bie- hombre relaciones diversas, ese de-
nesta1· convertido en verdadera ber único y general .se determina
angustia por culpa de deberes que y divide en otros tantos deberes
me imponía la frecuentación de particulares. (V. CorsrN, Du vrrti,
un mundo que no había buscado. d!L bea!L... , lec. 15."', 374.)
(CHAMF0RT, Carta V, fEttvres, I,
332, París, 1812.) 25. Persisto en creer que la
existencia es la cosa más frívola
18. El primero de los deberes del mundo si no la concebimos co-
[ es sin duda el de ser justo. mo un magno y continuo deber.
(VOLTAIRE, Po6mc s. la loi nat., (RENAN, Souv. d'enf ... , Ir!, l.)
III.)
26. Los deberes hacen más feliz
19. Siempre ocupado con los que las pasiones. (H. BF.CQUE, No-
deberes de los demás, y nunca, tes d'album, (E1wrcs, VII, 119.)
¡ay!, con los suyos. (J OUBERT I Pen-
sé es, 104.) 27. No es difícil convenir que
más de la mitad de nuestra mo-
20. [El que comprende bien l:i ral se compone de deberes cuyo
ética.) Se ha revestido del deber, carácter obligatorio se explica en
que es para él expresión de su na- último análisis por la presión de
turaleza más íntima (... ). El indi- la sociedad sobre el individuo ...
viduo ético no tiene, pues, el deber (H. BERGSON, Deux sourccs ...• 46.J
fuera de sí, sino en sí. (S. KIER•
KEGAARD, Ou bien. .. Ott bien., 535,
28. <f Reconocerás un deber, de-
537.) cía mi padre, en que, para empe-
1~r1 no te corresponde eleg-ir:o.))
21. El deber, ¿consiste en obe- (A. DE SAINT-EXuPERY, Citad elle.
decer a la propia naturaleza, aun xcvr, Pléiade, 723.)
a la mejor y la más espiritual, o
en vencerla'! (H.-F. AMIEL,. Jour- V. Afecto, 5; Compro-m.Wo, 4, 5; Fe-
nal int., 6 febrero 1851.) licidad, 2•1; Motfoo, 4; Obligació"
15.
22. Existencia de wn cierto de-
ber innpersonal creado por el mis- DEBILIDAD. Lat. dcbi/i/(l,8, der. de
mo poder de obrar. Pri1ncr. equiva- clcbi/i,,, enfermo, débil.
lente del deber (... ) . Sentir inte- Carácte1· o estado de lo que está fa).
riormente lo más grande que uno to de fuerzas.
es capaz de hacer es por lo mismo Debilidad mental. «Clásicamente, la
una primera forma de conciencia debilidad es un estado de pobre,a y
de que se tiene el deber de hacer. endeblez congénitas del psiquismo en
El deber, desde el punto de vista su conjunto, y máa particularmente de
de los hechos y con ahstracdón de la inteligencia, que sitúa a los sujetos
las nociones metafísicas, es una en estado de inferioridad social.,, (A.
sobreabundandu de vida que pide P0R0T, ,lfan., 142.)
dercitn.-se, darse; hasta ahora ha
sido demasiado intc,·pretada como V. Atra.<o.
el sentimiento ele una 11cceH1dad o 8e <lcsignu l'OB el nomhrl• J1-• Ul·-
de una obli¡¡ación, pero es unte to- i,ilidad nH•ntal los estados de atrn-
do el de un ¡,odcr. (.1.-M, GUYAU, so cuva eilacl mental {'stú ~om-
E's,¡. d'1w,· wor. su11s Qbliy. ni pren<lf<la entre 7 y 10 allo5 lBi-
sa,wt., !OG-107.) net y Simon, ¡goR. [(111 1 . Para
DEC!Slúl>
ción mental que discurre de un ¡1rin- menos pel'fectn. ( ... ) «Algunas ver-
cipio gencl'al a una proposición 1rnr- dades de la geometría son inde-
ticular que en él se halla implicudn: mostrables; y, como no es a causa
o, más brevemente: el razonamiento de su oscuridad, sino a causa de
que discurre de lo general a lo par- su extrema evidencia, esta falta de
ticular (en tanto que la inducción dis- pruebas no es un defecto, sino más
curre de lo particular a lo general). bien una perfección.» (PASCAL, Es-
Pero esta definición debe rechazarse prit né.,m., Brunsehvicg, 173.) (LA-
porque no es válida p~ra la deducción l•'AYE, 764.)
matemática, que no procede de lo ge. 2. Además falta es objetivo (... ),
ncral a lo particular. Por otra par- mientras que defecto es subjetivo.
te, no es cierto que la inducción* sea
la inversa de la deducción: la induc- «Nos basta haber visto que es por
ción no saca consecuencias, sino que el único defecto de su voluntad y
procede, por una vía que no es lógica- no por falta de socorros absoluta-
mente válida, de lo particular a lo ge- mente necesarios para poder evi-
neral. tar todos los pecados, por lo que
pecan, a veces, los más justos.»
3. La deducción proporciona (B0SSUET.) (LAFAYE, 764.)
inteligibilidad, no certidumbre; la
inducción metódicamente conduci- B. En sentido usual: aquello por lo
da, certidumbre, no inteligibili- que una cosa o alguien se aparta de la
dad. La verdadera ciencia resulta norma y pierde su valor.
de su colaboración. (G. HEYMANS, Sin.: vicio, tara, defectuosidad, im-
Psychol. des femmes, 22.) pefección,
4. La deducción es el razona- Co11t1·.: cualidad, perfección.
miento que hace percibir la ne- l. A veces (hablando de las cosas,
cesidad de una relación. La mduc- pero también de las personas) : sin con-
ción muestra solamente que una sideración del valor moral. Defecto de
relación es constante. (E. GOBLOT, fabricación, de conformación; defecto
Essai s. la classif. des se., 49.) de la vista, de elocución, de entendi-
V. Inducción, 6, 8. miento. ·
Deducción trascendental* [de las 2. Más comúnmente (hablando de
categorias• o conceptos puros del en- las personas y por ext. de las obras
tendimiento] (KANT). Parte de la ana- del hombre) : imperfección considerada
lítica• trascendental en la que el au- como imputable a alguien. Defecto de
tor de la Crítica de la razón pura, pa- carácter. Defectos de estilo, de compo-
ra «explicar cómo unos conceptos a sición.
prforí pueden referirse a objetos»,
muestra que un entendimiento no in- 3. Si no tuviéramos defectos, no
tuitivo no puede conocer objetos sino sacaríamos tanto placer en poner
por medio de categorías. de relieve los de los demás. (LA
ROCHEFOUCAULD, Mase., 31.)
5. . .. procediendo a una especie
de «deducción trascendental», es 4. Tan sólo los grandes hom-
decir, de justificación de concep- bres tienen grandes defectos.
tos por el poder de hacer posible (lbfd, 190.)
un cierto campo de objetividad. 5. Hay pequeños defectos que
(P. RICOEUR, Finitude et culp., 1, de buen grado abandonamos a la
151.) censura y poi' los que no nos mo-
lesta ser criticados: defectos pa-
DEFECTO. Del latín deficerc (part. recidos son los que debernos esco-
pas. defectus) que ha dado difercnles ger para criticar a los demás. (LA
derivados de sentido anúlo~o: déficit, BnUYl!:nE, Caract., V, 65.)
deficiencia, defección, defectuoso.
6. Apenas agradecemos a nues-
V. Vicio, 5. tros amigos el que estimen nues-
A. En sentido propio: carencia o tras buenas cualidades, si tan sólo
falta de las cualidades propias y natu- se atreven a apercibirse de. nucs. .
rales <le una cosa. (Real Acad.) El de- tros defectos. (VAUVENAUGUES, Ré/1.
fc,·to de la coraza: el intersticio en la et maz., 166.)
juntura de dos de sus piezas. 7. Con f1·ecuencia, sólo se apre-
l. la falta convierte a la cosa cian nuestras buena~ cualidades en
en incompleta, pero quizá no en 111 medida en que nuestros defectos
237 o•;nsrclóN
atempernn su brillantez. Llega in- mites (fi>les), delimitar, dete¡-minar,
cluso a ocurrir que se nos quiera precisar.
más por nuestros defectos que por A. Delimitar (en sentido fig.¡; in-
nuestras cualidades. (J. JounERT, dicar con precisión. Definir la• atri-
P,·11sécs, 77.) buciones de un ministro, el objeto de
8. Demasiada severidad hiela una discusión,
nue~tros defectos y los fija; con B. Formular, tan breve y clara-
frecuencia, la indulgen,•ia los ma- mente como sea posible, la naturalezr~
la. Un buen n¡irobadot· es tan ne- de una cosa, el contenido de un con-
crsario como un buen corrector. cepto, el sentido de un término. Dar
(lbícl., 154.) una definición.
9. En lo que al arte se refiere, C. En sentido dogmático (Teol.):
la ausencia de defectos no es una determinar un punto de doctrina.
cualidad y hasta la~ cualidades Definido. A. Que ha sido debida-
medias casi no son consideradas mente delimitado, precisado, o que es
más que como ausencia de defecto. fúcil de precisar. Tarea, programa de-
(E. FAGUET, XVII• •·• Boileau, II, finidos. Cuadro, nube con los tonos y
p. 349.) los contornos bien definidos.
10. Sus defectos han servido a Sin.: determinado.
su talento. En el fondo del hombre
de intriga, siempre al acecho, hu- V. Causa, 11; Individuo, 6; Lect1t-
bo una curiosidad intensa siempre ra, 8.
despierta ( ... ) ; la necesidad de B. Que ha sido objeto de una de-
odiar, y para ello de buscar impa- finición. Un término bien definido. La
cientemente el punto débil, el de- definición debe convenir a todo lo de-
fecto disimulado, la tara secreta, finido y sólo a ello. La infalibilidad
el vicio intimo y vergonzoso. (E. pontificia es un dogma definido. Se op.
FAGUET, Xl'll' s., Snint-Simon, IV, a no definido.
p. 622.) V. Coli,rencia, l.
11. se acostumbra uno a los de- Definición. Lat. dcfinitio, der. de
fectos graves de su mujer, pero se definir,.
llevan cada vez peor sus pequeños
caprichos. (J. R0STAND, Le maria-- A. Operación mental que determi-
ge, 52.) na los límites de un objeto de pensa-
miento. V. Fin.
12. [A propósito de las criticas
dirigidas por Loisy a las Deu:,; Sin.. : delimitación, demarcación, de-
Sources de Bergson] un sacerdote terminación, especüicación ..
«puesto fuera de la comunión» de l. La autoridad debe estar tam-
la Iglesia no se encuentrn ya en bién limitada por la definición
un sistema de pensamiento y de precisa del objeto sobre el cual se
sentimiento totalmente normales: ejerce. (A. CARTAULT, L'intellec-
se endurece, se defiende . .Ataca. tuel, 210.)
(Algunos de nuestros defectos no 2. La definición es siempre
son sino otro nombre de nuestros una elección. Los que a ella pro-
sufrimientos.) (J. GUITT0N, en ceden ( ... ) p1·etenden generalmen-
•Bergson et nous», 136; B1tll. de te haber despejado el ,·erdadero, el
la soc. fr. de Philos., 1959.J único sentido del concepto, o al
13. Grande asunto es el conse- menos el único razonable, o el
guir singulares prendas, pero ma- único que col'l'esponde a un uso
yor es el huir vulgares defectos, constante. (Ch. PERELMAN, Tr. de
porque uno solo basta a eclipsarlas l'arg11111e11t11tio11, 594-595.)
todas, y todas juntas no bastan a B. Proposición que indica los ca-
desmentirlo solo. (ll. GRACIÁN, El racteres esenciales de una cosa. (En
dÍJlcroto, 121.) Ad. E. términos térnicos: su esencia, su qui-
14. El talento inferior no puede didad, su comprensión: en términos
copiar del grande sino los ,!efectos. corrientes: lo que es.)
(J. P. J?onN•:n, B.,·cr1uias de In lrn- 3. Regln~ para, las <lcji11i<•w11l'S,
uw, 1mstl'lla11a, 80.) Ad. E. 1,u No intentar dl!finir ning-una
do las cosas tan conocidas por sí
DJWINICióN mismas que no haya términos miis
Uefinir. l.at. dcfi>1iro, marcar los li- claros pnl'a explicarlas; 2;' No <le-
DEFINIClóN 238
guen. (L. LIARD, Les clé/i11. géom. C'llel ateísmo o en e! deísmo, QUf'
,·t l,,s clé/i11. emp., 176.) son dos cosas que In relir:ión cris-
lk/i11ició11. >1,nni11al y d. real. Ln d. tiana aborrece casi poi' igual.
nominal o del nombre (1101nen, 1101ni- (PASCAi.. Pe11sées. 581.)
11is) consiste en dar un equivalente de 2. Un deísta es un hombre que.
una palabra de In que no se conoce en su corta exi1tencia, no ha te-
el senlido o en explicarla poi· su eti- nido tiempo de hacerse ateo. (Viz-
mología. La d. real o de 111 cosa (rfB) conde DE BoNAI.D, Pcnsées re/ig.,
indica In naturaleza del. ol,jeto defi- <Euvrcs, III, 1348, Migne.l
nido. 3. «La diferencia entre los
llefinieión ¡míetica y d. ci,•11/ífica. ateos y los deístas no es casi na-
La d. práctica se hace indicando un da si se examinan las <'osas co!1
cierto número de caracteres cualesquie- rigor», dice Bayle; pero en ese
ra, accidentales o esenciales, que pe1- ccisi, ¡ cuántos matices pueden ca-
mitan saber de qué se habla. La d ber! «Un deísta -dirá Bonald- es
cienlifica o lógica, mediante un pe- un hombre que no ha tenido tiem-
queño nllmcl'o de caracteres esencia• po de hscerse ateo"· Parece más
les; prácticamente, en las ciencias cons- bien que se trata de un hombre
tituidas y que han llegado a una cla- que no ha querido hacerse ateo.
sificación de los seres que tienen por (P. HAZARD, La, crisc •.. , 11, 31.l
objeto, mediante dos caracteres (d. bi-
nominall : el género• (en biol., el en 4. [A propósito de Lri reli11icJ.,
rácter dominante) y la diferencia• es- na,tural de J. Simon J Jo que re-
pecífica (en biol., el carácter subordi- pruebo, más que ese deísmo, e3 e:
nado). haberlo tapizado, para que haza
ilusión, con ideas que jamás hu-
DIFERENCIA
GfNERO ESPECIFICA
biésemos tenido sin 111 reli¡:ión po.
sitiva que se rechaza. (J. BARBE:Y
El hombre es un animal racional n'Aua., Les icUrs et les h., I, 75.
El animal • un viviente sensible Amyot. 1850.)
El cuadrado» un rectáng. equilátero 5. El Dios del deísmo. ese Dios
El rectáng. » un paralelog. con 4 án- de varias <<teodíceasn m:>jc;-na..s.
gulos r. que lo juzgan y aforan más qu,,
El paralelog. » un cuadril. de lados lo «defienden•; ese Dios del que nu
paralelos. sabemos si todavía puede decir
(1yo soy» ( ... ); que, a la vez, se hs.
CARÁCTER CARÁCTER hecho lejano y ha perdido su mis-
DOMINANTE SUBORDINADO terio, Dios hecho a nuestra medi-
El roedor es un mamífero con dientes da y definido por nuestro ideal,
[de crecimiento persistente. Dios que Si! coniunde- con 11el or-
El mamífero es un vertebrado que den moral del universo» tal como
[amamanta a sus pequeños. el hombre puede concebirlo, Dios
al que sólo se adora y se sirve
12. Al definir se clasifica y al por el culto a la moralidad ... (H.
clasificar se define. DE LUBAC, Sur les chenii11s de Dicu.
Pero como In interpretación en 203.)
extensión debe tener preferencia
(... ) sobre la interpretación en ex- Deidad. Lnt. escolást. deitas. Co-
tensión, la definición es lógica- nesponde más exactnmente que dfri.
mente anterior a la clasificación. nitas al gr. theiotes.
(J. TRICO'f, Tr. dr log. fv1•m., 88.) Sin. de divinidad, pero con una acep-
ción más abstrncta: la naturaleza di-
DEISMO vina, la esencia de la divinidad.
Deísmo. Der del lat. deua, Dios. ü. La razón, por sus solas fuer-
Doctrina de los que, rechazando al zas, nn puede saber lo que es e-n
Dios de la revelación, admiten, bns,\n- sí la Deidad, en la que se identifi-
dose exclusivamente en los datos de ran las perfecciones absolutas: ~o
las facultades naturales, la existencin puede alcanzar ¡,usitivament'-· mns
de un ser supremo y naturaleza bns- que los predicados analógicos co-
tant" indetel'minnda. V. Telsmo. munes u Dios y n lns criaturas ...
t. Todos los que buscan a Dios (U. G.-\RIUGn11 L.-\lilt., Vfru., 1 l. .. t>d .•
fuera de ,Jesucristo ( ... ) caen n '· 21:1.)
IlELIBERAClóN 240
ble. (Th, ,T0UFFR0Y, Pre!. a los V. lntuici6n, 12; Prueba, 17, 18, rn.
E•q. ele 7>/,i/, mor., de DUGALD-STE-
WAIIT, LVI-LVII, París, 1826.) 2. En sentido amplio (sin. de prue-
ba) : toda operación mental que esta-
B. Lóg, Acción de demostrar. El blece la verdad de una proposición,
proceso que demuestra. comprendida la prueba o demostración
l. En sentido estricto: operación indirecta, (v. Prucbct indir., Prueba
mentnl que establece In verdad de una por el abs1<relo) y la prueba por los
proposirión dcductivnmentc, es decir, hechos (v. Razonamiento e.rperi·men-
unii•ndola por un encadenamiento ne- ta,/.)
eesario a otrns proposiciones eviden- 1 J. La prueba de una ley por
tes o ya demostrnclas. En este scnti- una experiencia crucial es una ver-
cto no es sin. de prueba. dadera demostración por el absur-
4. 1creo 1 haber hallarlo cómo do. (E. G0BLOT, Tr. ele loo., 297.)
se puede demostrar las verdades
metnfísiras de una manera que es 12. ¿En qué debería consistir,
más evidente que las demostracio- en realidad, una demostración ex-
nes de la geometria. (DESCARTES, perimental válida de la conserva-
C. del 16 abril 1630, I, 144.) ción de la energía? (E. MEYERS0N,
Jelcntité et réal., 211.)
5. Una verdadera demostración
exige dos cosas: una, que en la 12'. es necesario que distinga-
materia no haya nada que no sea m0s un doble género de demostra-
cierto e indudable; la otra, que ción: al uno se le llama ostensi-
nada haya de vicioso en la forma vo; al otro, declucente al imposi-
de arl{Umentar. (Loo, ele Port-R., ble. El primero es el que, por sí y
IV, VIII.) directamente, es requerido para la
6. La verdad no tiene otra prue- ciencia, y en él se procede de las
ba de su existencia que la eviden- causas a los efectos, y de la esen-
cia y la demostración no es otra cia de las cosas a las propieda-
cosa que la evidencia obtenida por des que han de ser demostra-
el razonamiento. (VAUVENARGUES, das. ( ... ) El segundo género de
Ré/1. et 11iax., 472.) demostración no es nece.sario por
7 La prueba, es una razón que sí, sino que más bien es usado por
da un cierto grado de certidum- deficiencia, ignorancia o protervia
bre; la demostración lleva consigo humanas. Y es útil no sólo para
la evidencia. (CoNDILLAC, Syn. III, las conclusiones, sino también pa-
189.) ra hacer ver y probar los prime-
8. Las demostraciones que po- ros principios; lo cual no puede
demos emplear en geometría son hacerse por el primer modo ...
de dos espec-ies, directas e indi- (Fr. SUÁREZ, De las propiedades
rectas. Las primeras son inmedia- del ente ... , III, § 6, p. 69.) Ad. E.
tamente deducidas de la noción Demostrativo. Lnt. demostrativus,
misma del objeto del que se quie- que muestra, que designa. Es el sen-
re establecer alguna propiedad; y tido del adj. en el vocab. gramatical:
son las que se deben emplear con adjetivos, pronombres demostrativos.
preferencia, porque esclarecen al
mismo tiempo que convencen. A. En el uso ordinario (princ,p.
(D'ALEMBERT, Essai s. les élémcnts hablando de personas) : que manifies-
de phi/os., XV.) ta con gran despliegue de signos ex-
9. Sólo una prueba apodíctica, teriores lo que experimenta o quiere
en tanto que es intuitiva, puede lla- aparentar que experimenta. En espa-
marse demostración. La experien- ñol se utiliza nuí.s en este sentido c:r-
cia nos enseña lo que es, pero no J>l'l'Bivo, efusivo.
que lo que es no pueda ser de B. Lóg.: que demuestra, es decir,
otro modo. (KANT, Crit, ele la 1·ai- establece ele modo irrefutable. llna ex-
"º" pure, 606.) periencia demostrativa. Eso es demos-
10. la demostración vacila entre trativo.
una función psicológica (determi-
nar el asentimiento) y una fun- 13. el co,wrimintfo cfrmos/J"ati-
ción lógica (organizar las pro- 110 no es sino un encadenamiento
posiciones en sistema). (R. BLAN- de los conol'imi~ntos intuitivos en
CIIÉ, L'axiomat., 19.) todas las L'Oncxiones <le las i<leas
DE:\'O~IINACióN 244
llar la sutileza, corno 111 esgrima; Derecho, subst. Traduce al latín jus,
otros In potencia, corno 111 nata- que ha dado las palabras justo, juzgar,
ción o el boxeo; la agilidad y la jurídico y sus derivados.
presencia de espirito, corno el te- A. Derecho subjetivo (que es una
nis; o el dominio, corno la carre- prerrogativa del sujeto) : facultad o po-
ra. (E. M0UNIER, Tr. du caract., der moral de hacer, poseer o exigir al-
623.) guna cosa. Se opone al hecho (de de-
4. Los jugadores se imponen a recho ... , de hecho ... ); su correlativo es
si mismos el respeto II la• reglas el deber•.
porque, a fnltn de reglas, Pl jue-
go ya no existe. Semejante hábito 4. El propio triunfo de la usur-
cunndo se ha impuesto n todo un pación transfiere a sus autores, a
pueblo durante varias generacio- falta del derecho, el deber de ase-
nes por una lal'gll práctica de loe gurar el orden público. (... ) Y si
depot"tcs, tiende a formar ciudada- los acontecimientos sirven a ese
nos que respetan las leyes. (A. MAU- nuevo poder, si sale con bien de su
no1s, U11 art do vivrc, 136.) función protectora, si el sentimien-
to popular se pronuncia en su fa-
DEPRESIÓN. Psiquiatría. Descen- vor, día llegará en que su existen-
so del tono flsieopslquico que se ma- cia de hecho reciba la consagración
nifiesta por la lasitud o decaimiento, del derecho ... (Mons. D'HULST, Can-
un sentimiento de impotencia teñido fér. de la N.-D. de Paris, 1895, 36.)
de rnelancolia. 5. Puede ocurrir que no se pue-
Si11.: estado depresivo, astenia, pos- da transformar el derecho en he-
tración. cho, por ejemplo, cuando el deudor
Co11tr: excitación. La alternancia ha muerto sin dejar ni un cénti-
de excitación y depresión da el estado mo. Pero no por eso ha dejado el
maniaco-depresivo (v. llla1tía), tribunal de declarar el derecho ( ... )
Así, el derecho puede no llegar a
DERECHO ser realizado de hecho, sin cesar
Recto, adj. Lat. rccllls. por ello de ser un derecho. (ALA~,
A. Pro p.: que no es curvo ni torci- Mfocrvc, 227.)
do. Linea recta. V. Explicaci611, 8; Igualdad, 2, 4.
B. Fig.: que no se aparta de la nor- l. En sentido abstracto (el dere-
ma moral de la verdad; que tiene rec- cho) : facultad o poder moral de hacer,
titud y derechura. poseer o exigir alguna cosa, considera-
Si11.: justo, verdadero, franco, leal, dos en sí mismos y con abstracción de
sincero. esa cosa. Los filósofos discuten los fun-
l. El recto uso de la razón, al damentos del derecho, las relaciones del
dar un verdadero conocimiento del derecho y la fuerza del derecho y el de-
bien, impide que la virtud sea fal- ber ...
sa e incluso ( ... ) hay que confesar V. Fuerza, 6, 6.
que la mayor felicidad del hombre
depende de ese recto uso de la ra- 2. En sentido concreto (un derecho,
zón. (DESCARTES, c. a l!:lisabeth, los derechos, el derecho de ... ) ; aquello
4 agosto 1646, IV, 267.) mismo que se tiene la facultad de ha-
cer, poseer o exigir. El derecho de ca-
2. Os suplico que me comuni- za, de propiedad, de usufructo; los de-
quéis si pienso rectamente. (Mme. rechos civiles y políticos.
DE SEVIGNÉ, C. del 4 de agosto
1677.) 6. Durante una de las reunio-
nes de la Comisión Nacional Fran-
3, Es un juicio l'ecto y sano el cesa de In Unesco en la que se
que examina debidamente de qué discutían los Derechos del Hom-
se origina una cosa, que es propio bre, alguien manifestó su extrañe-
de cada una de ellas qué, njeno y za ni \'er que ciertos defensores de
contrario, qué, congruente y ade- ideologías violentamente o¡,uestns
cuado. (,J.-L. VIVES, Tr1tt11<l0 ele/ al- se habían puesto de acuerdo para
ma, 77.) Ad. E. redactar esos derechos. •Sí, repli-
Dere,,ho, adj. Lnt. <lirrct11s (deriva- caron, estamos de ncuC'rdo en esos
do de regere, dirigir, conducil', gobel'- derechos, a co1u.lfoión de QHC' uo se
11a1·), directo, que va en línea l'ectn. Ha uo.'i p1·cg1111te por qw;,). (J. l\IARl-
dado lugar al dobleto derecho-recto. TAIN, L'f/o111111r et l'Élat, 70.)
DERECHO 246
en el mundo, sin otra perspectiva que Tender o aspirar hacia algo que no
la muerte) de HEIDEGGER, se tiene y que se considera bueno pa-
.. .la Gcworfc11hcit hace que el ra uno .
Dasei,, se constate sie111-pre-11a l. Es bueno desear mucho, pe-
existiendo ( ... ), se descubra 11a ro es menester ¡ioner orden n los
arrojado en el mundo. ( ... ) Esta deseos y hacerlos surtir efecto ca-
derelición ( ... ) es un carácter per- da uno según su sazón y vuestro
manente en la existencia, unido a poder. (Francisco DE SALES, C. a la
ella, y que la marca continuamen- hermana de Souflour, abril-mayo
te con la señal del abandono. (A. 1603.)
DE W AELHENS, La philns. de 111. 2. cuando el alma desea algo,
Heidegger, 162.) mñs dispuesto a moverse de lo que
todo el cuerpo se hace más ágil y
DERIYAClóN, Lat. clcrivatio, ac- ern su costumbre sin ello. Y una
ción de derivare, es decir, de desviar vez el cuerpo ns( dispuesto, los de-
un arroyo (rivus). seos del alma se hacen más fuer-
A. Psicol. Desviación, espontánea tes y más ardientes. (DESCARTES,
o voluntaria, de fuerzas psíquicas de Des passions ... , 11, cxr.)
sus vías naturales o normales. 3. Habla un viejo sentado jun-
Cuando una fuerza primitivamen- to a mi en el café Riche. El ca-
te destinada a ser utilizada para marero, tras haberle enumerado
la producción de un cierto fenóme- los platos, le preguntó quti desea-
no permanece inutilizada porque ba: «Desearía, dijo el viejo, de-
ese fenómeno se ha hecho im- searla... tener un deseo.• Aquel
posible, se producen derivaciones, viejo era In vejez misma, (E. y J.
es decir, que esa fuerza se gasta DE G0NC0URT, [dées et scnsat., l.)
en la producción de otros fenóme- 3'. Querer es querer la realidad
nos no previstos e inútiles. (P. JA- de algo, y, por tanto, querer los
NET, Les obscssio11s et la ps11cha,;- medios que lo realizan. En última
thé11ic, l, 555.) sustancia, es siempre un querer
B. Gram. Creación de una palabra ahaccrn algo. Desear, en cambio,
nueva a partir de otra dada. Palabra es lo que solemos expresar con más
derivada se opone a palabra primiti- rigor cuando hnblamos do un ame-
va. ro deseoo. El deseo, en sentido es-
tricto, implica el darse cuenta de
DESCUBRIMIENTO. Acción de des- que lo deseado es relativa o abso-
cubrir una cosa oculta, ignorada, pero lutamente imposible. (J. ORTEGA Y
preexistente. La invención•, por el con- GASSET, El «Quijote-,, en la escuola,
trario, tiene por objeto una cosa que Obras, 11, 289.) Ad. E.
no existe. Deseo. Lat. dcsi<frri1011, pesar, deseo
l. En cierto sentido, la inven- de una cosa que ya no se tiene.
ción tiene en la ciencia teórica el Tendencia espontánea y consciente
carácter de un descubrimiento, pe- hacia un objeto que uno se representa.
ro es un descubrimiento en el mun- 4. No todas las clases de deseo
do del espiritu. (L. DE BR0GLIE, son incompatibles con la beatitud;
Co11tinu et disc., 81.) sólo lo son aquellos que van acom-
2, El carácter esencial del des- pañados de impaciencia y tristeza.
cubrimiento científico es que no se (DESCARTES, c. a 11:lisabeth, 4 agos-
hace por encargo, ( ... ) to 1646, IV, 266.)
El espiritu sólo hace el descubri- 5. entre el apetito y el deseo
miento en el momento en que no no hay más diferencia que la de
está ocupado en nada. (J. DUCLAUX, referirse generalmente el deseo a
L'/10111,ne deva11t l'1<11ivcrs, 280.) los hombres, en tanto que son cons-
V. lnvcnció11, 14. cientes de su apetito, lo que hace
que pueda ser definido como el
DESEO apetito aconipa,iado de (cum) la
De&ear. Lat. dcsidcrare. Primitiv., conciencia do ri mismo. (SPIN0ZA,
término de la lengua augural deriva- 1:th., 111, IX.)
do de sidus, sideris, astro: co1111idcr111rc, 6. Estaba inquieto, distraido,
contemplar un astro; desideraro, cons- soñador: lloraba, suspiraba, desea-
tatar o lamentar su ausencia. ba una felicidad de la que no tenia
240 DK'iEO
lo puede ser en las cosas en tanto to, el Dios revelado. Hay en todo
que ,;l las piensa, y esta ohjctivi- ello fecunrlas oposiciones de natu-
dnd es, a fin de cuentas, el colmo raleza dialéctica, (H. DUMÉRY,
del subjetivismo, como habla de- l'ltr11omé110/. et rclig., 12.)
mo.;trado el ejemplo de Hegel. 2. En sentido menos estricto (que
Mnrx no desplaza, pues, la dialéc- consel'va unn verdadera oposición, pe-
tica hacia las cosas, sino que la ro sin reducirla a la contrariedad 16-
dosplaza hacia los hombres, toma- gira) : proceso del pensamiento o el de-
dos, desde luego, con todo su apa- venir que progresa por una alternancia
rejo humano y en tanto que com- de movimientos de sentido inverso o por
prometidos por el trabajo y la cul- un juego de causalidad reciproca. Dia-
tura en una empresa que trans- léctica de la intuición y el discurso, del
forma la naturaleza y las relacio- amor y el deber, del actor y el perso-
nes sociales. (M. MERLEAU-P., Élo- naje, del amo y el esclavo.
ge de la ¡,hilos., 70-71.)
20. El esplritu científico mo-
V. Jlctafísica, 37, 38. del"llo realiza una justa dosifica-
C- En nuestros dias: aunque (o ción de prudencia y audacia; se
por estar) muy de moda y de uso co- halla sin cesar animado por una
rriente, <cdialéctica» se toma en senti- especie de dialéctica de la inven-
dos tan diversos que es dificil darle ción y la reflexión. (G. BACHELARD,
una significación precisa. Le matérial. rat.ion., 123.)
l. En el sentido más estricto (con- 21. la dialéctica de lo racional
scn·ando lo esencial de la noción he- y lo experimental... (G. BACHE-
geliana) : proceso del pensamiento que LARD, L'activité ratio11aliste ... , 2.)
toma conciencia de sí mismo y se ex- 22. El interracionalismo en for-
presa mediante afirmaciones antitéti- mación que podemos sorprender en
cas que una síntesis englobante trata la dialéctica maestro-discípulo es
de reducir. filosóficamente más rico en ense-
17. Los modernos dirán que su ñanzas que el racionalismo forma-
conocimiento [el de Dios] es dialéc- lizado. (G. BACHELARD, Rational.
tico, es decir, que toda afirmación appl., 20.)
sobre él provoca la afirmación 23. La dialéctica del maestro y
contraria. Ya Santo Tomás mos- el discípulo se invierte a menudo.
traba que cuanto de él se dice En un laboratorio, un joven inves-
debe ser al momento negado, que la tigador puede adquirir un conoci-
teología negathra es el complemen- miento tan avanzado de una técni-
to necesario de la teología afirma- ca o una tesis que sea en este pun-
tiva. (J. DANIÉLOU, Dieu et 11ous, to maestro de su maestro. (Ibíd.,
65.) 23.)
18. Para todo pensamiento dia- 24. La existencia del individuo
léctico hay un pecado capital que en el tiempo implica las tres dia-
debe evitar a toda costa: es la lécticas del pasado y el futuro, del
toma de posición unilateral, el sí saber y el querer, del yo y los
o el no. ( ... ) La única manera de otros. (R. AnoN, Introd. a la phi-
acercarse a la realidad humana -y /os. de l'hist., 335.)
Pascal lo había descubierto dos si-
glos antes que Engels--, es decir, 25. La dialéctica interna del
sí y no, reunir los dos extremos pensamiento es un vaivén constan-
contrarios. (L. GoLDMANN, Le dieu te de la bienvenida a la réplica, de
caché, 187.) la asimilación a la invención, de la
pasividad a la actividad. (E. Mou-
19. la experiencia religiosa lo NIER, Tr. du caract., 680.)
es de lo invisible y por eso se da
representaciones de ello. Es expe- 26. Un ejemplo más sorpren-
riencia de lo inexpresable, y por dente aún de ese mismo movimien-
eso se da expresiones de ello. (... ) to dialéctico nos lo proporciona el
Yavé es el Dios oculto, inacce- caso en que el personaje reobra so-
siLle. Por eso se convierte en bre su propio creador. (G. GusnonF,
el Dios próximo y familia,·. Es el Découv. de soi, 262.)
Dios no manifiesto, impenetrable, 27. Nuestros recuerdos nos han
Por eso se hace el Dios manifies- hecho; hacemos nuestros recuerdos,
2G3 DIALJ::CTICA
Equilibrio de presente y pasado 33. [Por oposición a eid:Otico.]
del que deriva toda la dialéctica Decimos que una actividad, un
ile la memoria. (G. Gusoom,•, JIU- proceso, un progreso son ele rarác.
moir,~ t'f JJf'.Tso,rne, I, 256,) ter dial~ctico cuando vuelven a
28. A decir verdad, esa dialécti- poner en cuestión sus fundamen•
ca de tres términos sigue siendo tos, sus orígenes o sus principios.
grosera; (... ) cada término de esa (F. GONS~'Tll, /'/tilo,, 11,'o-seol., 18.)
triada se uclialectizao interiormen- 34. Un conocimiento dialéctico
te, quiero decir que cada uno es debe estar abierto a la experien-
afectado por un proceso doble e cia, ser capaz de integrar su pro-
inverso, por unn tendencia a clog- pia experiencia. Para ello necesita
matizarsw y una tendencia a pro- estar tejido con la doble trama de
blrmntizar•e. Es ésta una manera experiencia y razón de que ya he-
más sutil de hacer vibrar a la ver- mos hablado; necesita ser perfecti-
dad. (P. RrcoEUR, Tlisl. r,t i,érilt', ble, progre·sivamente especificable
147.) y revisable si llega al caso. ([bid.,
29. esa fecunda dialéctica de la 162.)
ap/icació11, por la que el teórico in- 35. a pesar de las precisas de-
forma a la experiencia y se infor- finiciones de la palabra dialéctica,
ma por ella. (J. CmsfNIER, en Re- dadas en diversas ocasiones por
c/1creltcs et dial. phi/os. et écon., Gonseth, en sus trabajos mismos
núm. 2, 18.) es más una atmósfera, un cierto
V. Concreto, 5; Dualism.o, 11; Expe- clima lo que decide nuestra com-
riencia 11, 6. prensión de la palabra. Y a su vez
3. En los promotores de la «filoso- son las palabras: revisable, diná-
fía abierta» (princip. F. GoNSETH) que mico, provisional, las que dominan
reconocen también el proceso mental ya ese clima. (J. DESGRANGES, Le dé-
señalado (2): actitud del espiritu que clin des absolus, 144.)
no considera ninguna afirmación como 4. En sentido muy amplio (no con-
rigurosamente definitiva y profesa el servando apenas de la noción hegelia-
principio de revisibilidad• universal. V. na más que la idea de movimiento y
Idóneo, Abierto B. progreso), carácter del pensamiento J:.
30. El juego dialéctico no está námico que, en vez de instalarse en In
saturado de antemano, sino, por adquirido (pensamiento estático), tien-
el contrario, abierto, en devenir~ de a superarse; método consistente en
Va acompañado de una constante tratar de comprender lo que se estu-
creación de objetos mentales, nue- dia volviendo a situarlo en la realidad
vos e imprevistos, a los que arras- viva, histórica, concreta.
tra inmediatamente en su ritmo. 36. La acción lleva en sí una
El ejercicio dialéctico es, pues, ex- norma cuyos exigencias, consecuen-
periencia interna, con todas las cias y sanciones sólo se revelan en
sorpresas, todos los azares de la y por el desarrollo mismo de su ín-
creación-descubrimiento. (F. GoN- tima historia. Hay, pues, que, por
SETH, uPhilos. math.», 25, Actuali- así decirlo, situarse en ella, asis-
tés ... , núm. 837.) tir a esa dialéctica de la vida real,
31. De un conocimiento que considerar su itinerario y su re-
acepta su propia revisión como sultado... (111. BLONDEL, L'adion,
parte de la ley de su progreso 1937, 11, 411.)
( ... ), que acepta con todas sus con- 37. Dialéctica, si se quiere, la
secuencias el diálogo entre el a marcha hacia Dios es en todo ca-
priori y el n pllstcriori, diremos so una dialéctica de acción tan to
que es de carácter dialéctico. (F. como de discurso. (... ) A fin de
GoNSF.1'11, TJi1tfrctica, 4 [16 nov. cuentas, he aquí el Yerdad~ro nom-
1047), 208.) bl'e de esa dialéctica: ltint•1·a,-io dd
32. El proceso dialéctico es alma ltacia Dios. (K LE RoY, Le
esencialmente prog1·eso de depura- pl'obl. el,· Dic11, 125.)
ción de un conocimiento bajo In 38. [ «La dialéctica como yo la
prc•siim do una experiencia con concibo», p. 13): no es, pues, el
la que se confronta. (F. GoN~E1'11, prog1·eso sintético hegeliano que
Dialcclic1t, G [junio 1048], 02.) supern a la vez la tesis y la an-
DIALELO 264
p1·edic11do es nquí idéntico al su- que los hombres han hecho. (L'es-
jeto; Dios, en efecto, es su propio 7,rit d'Alph. Karr, 278.)
existir ( ... ), Pero como no sabe- 19. cuando la filosofía habla
mos lo que Dios es, esa proposi- de Dios. Se trata tan noco del
ción no es para nosotros eviden- Dios en el que piensan la mayo-
te; ne,·esita scr clemostrndn por lo ría de los hombres que si ( ... ¡
que nus es mejor conocido, a sa- Dios así definido descendiese al
ber, por los efectos de Dios. (SAN- campo de la experiencia, nadie lo
TO TOMÁS, Summa Tcol., I, Qu. 2, reconocería. Estático o dinámico,
art. l.) la religión lo tiene ante todo por
10. Pero, remontándonos 11 Dios un Ser capaz de entrar en relación
a partir de sus efectos, no pode- con nosotros; ahora bien, de eso
mos ronoccr la naturaleza divina es precisamente de lo que es in-
tal comn es en sí misma; sólo po- capaz el Dios de Aristóteles, adop-
demos proceder según el método tado con algunas modificaciones
de eminencia, de causalidad y de por la mayoría de sus sucesores.
eliminación ... ( lb{d., Qu. 13, a1·t. 8, (H. BEnGSON, Les deuz sources,
nd 2"'.J 256.)
11. Es al darse cuenta de que 20. Hay un absoluto en el fon-
su esencia [ In de Dios] está por do de la exigencia moral ( ... ), re-
encima de su capacidad cuando el conocerlo es ya afirmar a Dios
espíritu llega al más perfecto cono- ( ... ). No digo ( ... ) que la afirma-
cimiento de Dios. (Santo ToMÁS, In ción de Dios se deduzca de una
Boel/1iu111 De Trinit., IX, 1, art. 2.) afirmación moral antecedente.
Tampoco digo que sea preciso afir-
12. Por el nombre de Dios en- mar previamente a Dios para fun-
tiendo una sustancia infinita, eter- dar de un modo absoluto la exigen-
na, inmutable, independiente, om- cia moral. Lo que digo es que esas
nisciente, omnipotente y por la que dos afirmaciones no son distin-
yo mismo y todas las demás cosas tas, equivalen a una sola. (E. LE
que son (si es verdad que algunas ROY, Essai d'u11e philos. prcm., 11,
existen) han sido creadas, han si- 794.)
do producidas. (DESCARTES, lllédit., 21. Rechazar a un dios que la
111; (Euvrcs, IX, 35.) conciencia moral o la razón con-
13. Y pienso que es manifiesto dena, es también rendir homenaje
a todo el mundo que la considera- a Dios. (A. VALENSIN, Autour de
ción de la causa eficiente es el ma foi, 99.)
medio primero y principal, por no 22. Una voluntad no tiene por
decir el único, que tenemos para sí ningún derecho, ningún derecho
probar la existencia de Dios. sobre otra voluntad; ni siquiera
(DESCARTES, 4' Rép., IX A, 184.) la de Dios ( ... ), si se la separa
14. «¿Dios de Abraham, de Isaac de las razones de Dios. (A. D.
y de J acob» y no de los filósofos y SERTILLANGES, Philos. des úris,
los sabios? (PASCAL, Mémorial, en 16.)
Pcnsées, ed. Brunschvicg, 142.) 23. Puesto que encontramos lo
15. La palabra Dios es equivo- absoluto en el deber, es natural
ca, e infinitamente más de lo que que hayamos encontrado a Dios
se cree; y hay quien se imagina mismo. Antes de buscarlo, lo he-
amar a Dios y no ama en realidad mos encont1·ado. Sabemos que hay
sino a un cierto fantasma inmenso un bien, un bien obligatorio; si el
que él se hn formado. (MALEBRAN- deber no es Dios n.1ismo, es como
CIIE, Tr. de mor., 1, 111, 2, p. 25.) la puerta que se nos habrc sobre
16. Si Dios nos hn hecho a su lo absoluto. (,J. LAG:>!E..W, C,'h'br,-s
imagen, bien le hemos correspon- lef&lls et fragmenta, p. 236.)
dido. (VOl,TAIRE, Sottiaier, XXXIII.) 24. El descubrimiento de Dios
17. Si Dios no existiese, habrín debe reunir una componente de
que inventado. (VOl,TAIHE, Epi- evidencia y una componente ele fe.
tres, 104.) (R. LE SENNF., 1,n dérouvcrfe de
lH. Creo en el Dios que hn he- Dirn, 284.)
cho a los hombres y no en el Dios 25. ¿Poi· qu{, [el Ser] es? Al
DIOS 272
cilcs de captar, como los color<!'s, I>isci11linn. Lat. cliscipli11n (der. del
en tanto que se discic·rnc lo que es v. cliscer,,, aprencle1·), acción de 11pre11-
oculto o delicado, lo que sólo se de1·, enseñanza, educación,
perc;be con la finurn y la sagaci- A. En sentido primitivo (Pedag.):
dad. (LAPAYE.) materia de enseñanza. Las disciplinas
1'. Los rudos no disciernen: o clúsicns.
toda novedad dan por descaminada, 2. Sois un ignorante, un in-
como contrabando, o toda admiten, docto, un hombre ignaro de todas
como género licito. (P. FEIJOO, las buenas disciplinas; un asno,
J11sta repulsa ... , 29.) Ad. E. en buen francés. (MOLIERE, Lo ia-
Discernimiento A. Acción de dis- lou.sic du barb., VI.)
cernir. B. En sentido usual: conjunto de
Sin.: distinción, discriminación. reglas de conducta, normalmente con
2. La justicia y la injusticia sus correspondientes castigos, que se
se hallan en tan grande oscuridad imponen a los miembros de una colecti-
que el común de los mortales es vidad; la observación de esas reglas.
incapaz de hacer discernimiento La disciplina militar.
entre ellas. ( Log. de Port-R., III, Contr.: indisciplina.
XX, 7.) 3. En un ejército, la disciplina
3. La voluntad divina es que pesa como un cinturón, no como
quien ha nacido súbdito obedezca un yugo. (RIVAROL, <Euvres ch., I,
sin discernimiento. (Luis XIV, lllc- 266, Parls, 1880.)
moria8.) 4. Se observa (... ) en los fran-
B. Disposición natural para discer- ceses una cierta indisciplina natu-
nir con exactitud en el terreno de las ral que cede siempre ante la evi-
cosas morales y humanas. dencia de la necesidad de una dis-
Sin..: juicio, tacto, finura, sagacidad, ciplina. Con frecuencia se encuen-
perspicacia, clarividencia. tra a la nación bruscamente unida
cuando más podía esperarse encon-
4. discenlimiento significa al- trarla dividida. (P. VALÉRY, Reg.
go más fino y sutil que jtu"cio ¡ su- s. le monde oct., 107.)
pone la idea de tacto y delicadeza. 5. Que los obreros se encuen-
(LAFAYE, 528.) tren desgarrados entre la discipli-
5. Después de la capacidad de na patronal y la disciplina sindi-
discernimiento, lo que en el mun- cal es un mal. Hay que delimitar
do hay de más raro son los dia- claramente las zonas de poder del
mantes y las perlas. (LA BRUYERE, patrono y del sindicato. (A. MAU-
Caract., XII, 57.) ao1s, Un art de vivrc, 182. )
DISCIPLINA 5'. en la milicia científica y
literaria no es tan severa la disci-
Discípulo. Lat. disci¡J1tlus, el que plina que no sea licito al soldado
aprende (discit) con un maestro. dirigir algunas observaciones a su
El que, ya con capacidad de pensa- jefe. (J. BALMES, El criterio, 125.)
miento personal, se adhiere a los prin- Ad. E.
cipios fundamentales de un maestro o, 5". tanto como a la acción co-
al menos, profesa inspirarse en ellos. mún la disciplina, es necesario al
L1TTRf escribió para el Curso de /iros. pensar In libertad. (R. DE MAEZTU,
posit. de COMTE el Prefacio de un dis- España y Europa, 56.) Ad, E.
cípulo. C. Por cxt.: reglas de acción o mar-
l. La vida de cuantos se ini- co de vida que uno se impone a sí mis-
cian en un conocimiento se divide mo.
en dos partes: en una son alum- 6. Tener al din este cuaderno:
nos; en la otra, discípulos; quiero buena disciplina que me ha sen-
decir que, en la primera, están tado muy bien. (A. GIDE, Jo11r11al,
únicamente ocupados en aprender 26 sept. 1915.)
'l hacer suyo; en la otra, dueños V. Escritura, 7.
ya del conjunto, emplean el méto-
do y los principios en trabajos que DISCUECióN
sean a la vez critica y expansión. Discreto. Lat. cliscrrt11s, pnrt. pasa-
(E. Ln·TnÉ, A11g. Comte ... , 673.) do de disccr11c1·e, separar, discernir. ,
275 Dl8CUUSIVO
puede decirse que sea par o impar, A. Acción de apartar. Táctica mi-
y de la cantidad que sea finita o litar que consiste en apartar al enemi-
infinita, del mismo modo puede de- go del punto que se quiere atacar.
cirse que una propiedad del ente B. Ocupación que aparta a alguien
es que sea finito o infinito, en ne- de lo que •le preocupa o apesara.
lo o en potencia, o cosas semejan- 4. Deseo una diversión que me
tes. (Fr. SuAnEZ, De las propieda- arranque a mí mismo por algún
des ,Ir! ente .•. , 11, § 3, p. 46-47.) tiempo, a mi mesa de trabajo, a
Ad. E. mi piano, en los que mi memoria
2. El silogismo disyuntivo es aquel se siente igualmente abrumada por
cuya mayor expret1a una alternativa (o el esfuerzo que le exigen. (A. GI-
hien, o hien). Corriente, pero impropia- DE, Journal, 32 marzo 1917.)
mente llamado dilema•. C. Sin. de distracción, juego, re-
2. . .. como el de Cicerón: creo.
Los que han matado a César son 6. Por muy lleno de tristeza
parricidas o defensores de la liber- que esté un hombre, si podemos
tad; conseguir hacerlo entrar en algu-
Ahora bien, pnrl'icidas no son; na diversión, será feliz durante ese
Luego son defensores de In li- tiempo: y por feliz que sea un
bertad. (Log. de Port-R., 111, XII.) hombre, si no le divierte y ocupa
alguna pasión o solaz que impida
3. la vida no tiene más forma desatarse al aburrimiento, pronto
de existir que In de ser aésta u estará apesadumbrado y se sentirá
ésta o ésta•, del mismo modo que desgraciado. Sin diversión no hay
en el juicio disyuntivo no tiene alegria, con la diversión no hay
más remedio que ser verdadero tristeza. (PASCAL, Pensées, 395.)
mio de los términos, y ni pueden
serlo todos ni tampoco, suspendien- G. Las diversiones han sacado
do toda posición, ninguno. A la vi- su nombre de la diversión que pro.
da le es esencial la posición exis- ducen de los objetos enfadosos y
tencial en forma disyuntiva: por- tristes a las co.sas placenteras
que vivir es encontrarme haciendo y agradab!es: lo que demuestra
forzosamente algo en vista de las bién que es difícil triunfar de la
circunsttincias. (J. MARÍAS, lntro- dureza de nuestra condición por
ducci6n ti lti Filosofía, 220.) Ad. E. la simple fuerza de espíritu; pero
que con destreza cabe ingeniosa-
V. Dilema, 4. mente apartarse de ella. (SA.'-T·
EVREMOND, <E1,vres -mélées, I, I, 5.)
DIVERSIÓN
Divertir. Lat. diuerterc, volverse en 7. La vida que lle,·o en Paris
sentido opuesto (dis). es una vida de diversiones sin pla-
cer. Hay que divertirse en el mun-
Antig.: apartar. Actual.: apartar ,le do entregándose al movimiento de
cuidados o pesares, entretener, alegrar. la sociedad o bien desempeñar en
l. Cualquier cosa nos divierte él el papel de observador para ins-
y aparta, porque cualquier cosa truirse. Yo no hago ni lo uno ni
nos gana. (MONTAIGNE, Essais, III, lo otro; me limito a ,iturdirmc.
IV, Pléiade, 935.) (M. DE BIRAN, Jo11r11til, 11 abril
2. El rey está rodeado de gen-
1817.)
tes que sólo piensan en divertir al 8. La ciencia es In m:is podero-
rey y en impedirle pensar en si sa de las diversiones. Nos distrae
mismo. Porque si en ello piensa, del hombre y del universo que pre-
por muy 1·ey que ª"ª• es desgracia- tende explicar. (J. GUEHE:-INO, Ca-
liban parle, 187.)
do. (PA8CAL, l'cnsérs, 392.)
3. es hacer a un hombre feliz Dh·ino, Divinidad. V. Dws.
el divertirlo de la vista de sus mi- DlVISióN. Lat. diL•isio, acción de
Rerias domésticas parn llenar tocios dividcre (comp. del pref. lat. dis, que
sus pensamientos con los cuidados indicn aquí separación, y de ·1•ido·c
drel hi~n danzar. (11,írl., 397.) [que no debe confundirse con uidcrc,
Diversión, Lnt. diucrHiu, uc,·iún de ver], que sólo existe en composición),
,liverterc, volverse en sentido opuesto. ,li\'idii·.
DOCIMOLOGIA 282
D. Fil. l. En general, y por o¡,. a lor íísil"o. (P. CIIAU<"IIAIU>, l.1fl ,fott-
escepticismo o pirronismo: toda doctri- lr.1tr, 9.)
na que afirma para el hombre In posi- V. Agradable, 1, 2.
bilidad de alcanzar certidumbres.
B. Por ext. ( dolor mol'al ¡: scnli-
20. Tenemos una impotencia de mientu penoso resultante de la insatis-
proba1· invencible para el dogma- facción de las tendencias o los deseos.
tismo. Tenemos una idea de la ver- :J. Me pai-ece que la mayol'ía de
dad invencible para el pil'l'onismo. nuestros dolores, los mora1es, na-
(PASCAL, l'r11aéea, 608,) turalmente, proceden de que tene-
21. Rechazamos igualmente el mos palabras para describirlos ...
escepticismo frlvolo y el dogmatis- Les damos cuerpo, e incluso un
mo escolástico: somos dogmáticos cuerpo que no es el suyo, porque
criticos, (RENAN, Avenir de la Se., las palabras de todo el mundo no
445.) corresponden nunca a nuestros
22. El dogmatismo del sectario sufrimientos, que son una espe-
es inconciliable con la crítica. (R&- cie siempre nueva y distinta. (A.
NAN, <E1t11res, 1, 230.) MAUROIS, L'i11sti11ct ,lu bo11hcur,
V. Im11resfonismo, 8, 9: Escepticis• XXIII.)
,no, 7, 9. Dolorismo. Teoría que afirma la
«superioridad innegable del enfermo so-
2. En particula1· y por op. al cri- bre el sano en cuanto a la riqueza del
ticismo kantiano: doctrina que empren-
de la metaflsicn sin haberse planteado fuero interno y a las enseñanzas a sa-
el problema del valor de la razón o que car de él sobre el problema primordial
lo ha resuelto afh-mativamente. de las relaciones entre lo físico y lo mo-
ralo. (J. TEPPE, Apologie pr,ur l'a11or-
23. El dogmatismo es, pues, el mal ou Manifeste du doforisme •, 26,
camino que sigue la razón pura l.' ed., 1935.)
sin haber llecllo mu• crítica previa Doxa. Subst. gr_ der. de dokein (pa-
de Bit propio poder. (KANT, Raiao11 recer) y que significa opinión. Se op.
pure, Pref., 2.' ed., p. 26.) a epiateme (ciencia). V. Dogma.
DOLOR. Lat. dolor. ~ Dóxico: que es el del orden de b
A. Prop. (dolor flsico) : carácter in- opinión o-de-la crcenci.a.
definible, pero demasiado familiar pa- l. Toda expresión· es un acto
ra necesitar ser definido, de ciertas sen- dóxico en sentido pleno, es decir.
saciones. Sensación de quemadura, de una certidumbre de creencia. (E,
pinchazo, de frío, de magullamiento ... HUSSERL, ldées ... , 429.)
Sin.: sufrimiento. 2. Parménides admite, por su-
l. Con respecto ni cuerpo, clo- puesto, el mundo de la dora, de
lor ( ... ) indica males o el senti- la «opinión de los mortales», n1ien-
miento de males agudos, acongo- tras no pretenda ser más que eso,
jantes; y sufrímie11to ( ... ) señala esto es, mientras no pretenda decir
el efecto de males menos vivos, pe- lo que las cosas son; sólo se con-
ro que obran de modo continuo y vierte en falsedad y error cuando
sin intermitencia. (LAFAYE, 752.) J)retende suplantar al punto de
vista de la verdacl y sustituir lo
2. Durante mucho tiempo se qu.e es l,;.,) por lo que parecl' ser
creyó que todo estimulo sensible n los mortales o é-stos 1.·onvicucn.
demasiado intenso era dolo1·oso, No para manipular las cosas y enten-
hay nada de eso: un sabor, un del'se. (J. IIIARÍAS, lutro,lucci,h, a
olor pueden ser desagradables, pe- la Filosofía, 157.) Au. E,
ro no dolorosos; el dolor sólo in-
terviene cuando la sensibilidad no DUALISMO
específica de la mucosa resulta ex- Dualismo. Der. del lat. rluali.s, que
citada. Un relámpago deslumbrn- ('S en número de do.s (<luoJ.
dor nos hace sufrir a consecuencia Conti-.: lllonismo•.
del espasmo del esfínter irldeo; un
sonido violento, 1>01· espasmo de A. Sin. do dualidad•: carácter de
los músculos tensores del tímpa- lo que comportu <los rcalidu<les o dos
no¡ pero nunca el propio mensnje elementos ind<>pendientes.
visual u auditivo es factor de do- l. universalismo fundado en e!
DUALISMO
moraÍ (co~flicto entre la realidad cho, pues según ella existe un de-
y el ideal, el egoísmo y el amor). recho natural junto al derecho po-
(G. THIB0N, en Dicf. de spirif., II, sitivo. La «teoría pura del dere-
124.) cho» es, por su parte, una teoría
monista del derecho. Según ella,
4. Todo el siglo XIX ha admiti- hay tan sólo un derecho, el dere-
do un dualismo entre la materia cho positivo. (H. KELSEN, en An-
ponderal y la energía imponder~I. 11alcs de pliilos. polit., III: Le droit
En la física moderna se admite 11a.turel, 122.)
que materia y energía son de_ la
misma esencia. (L.-J. OLMER, Eta- 9. Llamo dualista, según es
pes de la chimie, 119.) uso, a toda filosofía o religión que
plantea dos principios distintos.
5. [A propósito] del sentido Por ejemplo, si alguien habla del
real del dualismo onda-corpúsculo. espíritu y la materia como de los
Tres posibles interpretaciones de principios más generales, y no lle-
ese dualismo han sido, que yo se- ga a demostrar (o de ello no se
pa, contempladas (... ) y creo que ocupa) que la materia procede del
es necesario admitir como un hecho espíritu o el espíritu de la mate-
físico la dualidad onda-corpúsculo. ria su sistema es dualista. (S. PÉ-
(L. DE BR0GLIE, Nouv. perspect .•. , TRÉMENT, Le dualismo de Plato1t,
123.) l.)
V . .llecanismo, 15. Dualidad. Lat. dualitas, der. de dua-
B. Más a menudo (por ~P• a mo- lis (de dos, dual), der. a su vez de duo
nismo*) : doctrina que admite, e!' el (dos).
campo considerado, dos elementos ~rre- Carácter o estado de lo que es do-
ductibles e independientes. Dualismo ble.
cartesiano del cuerpo y el alma. Dua-
lismo maníqueo del Bíen y el Mal. Contr.: unicidad.
6. Este libro afirma la realidad 10. El hombre cree por instin-
del espíritu y la realidad de la ma- to en la dualidad del pensamiento
tería, y trata de determinar 1~ re- y el ser. (A, ETCHEVERRY, L'idéa-
lación de uno a otra sobre un e¡em- /is,ne contemp., 205.)
plo preciso, el de la rneinoria. Es, V. Amistad, 47; Heterogé1teo, 4;
pues, netamente _dualista. Pero, por Percepción, 19.
otra parte, considera cuerpo Y es- Principio de dualidad. V. Compleme11-
píritu de maner'.' tal qu~ ~•pera tariedad.
atenuar mucho, s1 no suprimir, 18:_s
dificultades teóricas que ha susci- 11. Un principio de dualidad re-
tado siempre el dualismo... (H. conoce que ni el racionalismo ni el
BERGS0N, llfatiere et mém., Pref. empirismo puros pueden servir de
a la 7.' ed.) plataforma su~ieie!'te a la m~tod?-
logía de las c1encu1s. La c1enc1a
7 A la dualidad de los princi- realiza un diálogo, una dialéctica,
pio; de la termod_inámica _refiere en la que lo abstracto y lo con-
Meyerson un duahsmo radical ~n creto se especifican uno por 1·ela-
el que figuran de un lado la razon ción al otro. (F. G0NSETH, Dialec-
y la causalidad, _del otro la expe- tica, 6. p. 124.)
riencia y la reahdad. Pero n~ po-
demos evitar preguntarnos s1 tal 12. ¿ Qué dice el pl'incipio de
interpretación se impone realmente dualidad de la filosofía abierta?
fuera de los postulados del pecu- Ese principio enuncia, no como
287
'
201 ECOLOGI.\
,h•l hombre. (111. S0RRE, Fo11cl. ele los nominalistas.:. 1u ronccr,c1011 realis-
In géog,·. /111111., 3." cd, 1, JO.) ta de los universales•.
2. Un reciente coloquio de lu 6. en su análisis de la realidad
Soc'cdad de Biogeografía de Parls existente, o de los juicios que po-
llegti a esta definición: «Ciencia demos hacer sobre las cosas, [ Oc-
de ]ns condiciones de existencia kham] recurre ni principio de eco-
y de interacción entre los seres nomía, Si, por ejemplo, dos factores
\'i\'os y el medio.» (111. SOllRE, Rc11- bastan para explicar el movimiento
cont rcs cutr,· la géog1·. et la sociol., no se debe añadir un tercero. Fi-
116.) nalmente, cuando postulamos enti-
dades que no son ni necesarias ni
ECONOMIA observables, suele deberse a que
Economía. Gr. oikonomia, adminis- nos dejamos engañar por el len-
tración (nomos, ley) de la casa (oikos). guaje. (F. C0PLEST0N, Hist. de la
Por ext.: administración en general, pliilos., III, 89.)
A. Prop.: administración racional C. Ciencias de la nat,: cconomia
de los bienes dirigida a obtener el me- de pensamiento (E. MACII, 1838-1916.)
jor rendimiento posible. Economía do- G. Toda ciencia se propone reem-
méstica, rural, nacional. plazar y ahorrar experiencias con
l. Ignoran la economía y la ayuda del acopio y figuración de
ciencia de un nadre de familia. los hechos en el pensamiento. ( ... )
(LA BRUYERE, Caract., IX, 24.) Esta función de eco,wmía, que pe-
B. En particular, sobre todo en el netra todo el ser de la ciencia, se
lenguaje corriente: gestión que evita manifiesta ya claramente en la de-
gastos inútiles, o los resultados de esa mostración. (E. MACH, Méca11ique,
gestión (hacer economías). IV, IV, § 1, p. 443.)
Sin.: ahorro. 7. a causa de la col'ta duración de
2. El avaro designa su avaricia la vida y de los estrechos limites
con el nombre de economía. (Dict. de la inteligencia humana, un sa-
ele Trévoux, III, 555.) ber digno de este nombre sólo pue-
de adquirirse mediante la máxima
3. La economía es en todas las economía mental. La propia cien-
cosas la madre de la liberalidad. cia puede, pues, ser considerada
(A. VIl<ET, Esprit d'-, II, 28.) como un problema de mlnimo, que
Economizar. Reducir los gastos, el consiste en exponer los hechos lo
consumo. más perfectamente posible con el
4. El empleado, el obrero ac- menor dispendio intelectual, (]bid.,
tual, que ya no economizan, se si~ § 6, p. 457.)
túan también por debajo de los D. Biol. (Principio de MORCANº) :
•burgueses» egoístas que les pre- en la explicación de las reacciones de
cedieron. Si ya no guardan dine- los seres vivos no debe recurrirse a
ro, no es porque hayan superado la hipótesis de una facultad superior
la avaricia, sino porque ya no son cuando una de nivel inferior basta pa-
capaces de ninguna especie de do- ra explicarlas,
minio de sí, de ningún sacrificio, V, Vida, 24.
ni siquiera de vencerse hoy por su
interés de mañana. (G. THIB0N, C. Por ext.: organización de las
Diagnostics, 20.) partes de un todo complejo. La econo-
mía de un estudio, de una empresa in-
Príncipw de economía. A. Fís.: en la dustrial.
naturaleza, todo se hace por el cami-
no más corto y con el mínimo gasto de 8. ¿ no han sido ellos los pri-
fuerza y tiempo, meros en reconocer la economía
B. Filos. ("Xavaja de OcKIIAM»): del libro de los «Caracteres»? (LA
c,,tia non Bunt multiplicanda praeter BnUYERE, Disc. en la Ac.)
11ccessitatcm (los seres no deben ser 8', Los autos sacra111e11talcs tie-
multiplicados sin necesidad), es decir: nen un tema único, aunque de fer-
en la explicación de las cosas, el filó- tilidad inagotable, y desar1 ollado
sofo no debe recurrir a entidades que con riquísima variedad de medios
no son hechos de experiencia, a menos y recursos artísticos: el dogma de
que no pueda explicarlas sin ellas. Fun- la presencia eucarística. Este dog-
dándose en este principio rechazaban ma es el que en las obras de n ues- ,
293 ECONOMIA
tros poetas reduce a grandiosa uni- nómicas. (L. BAUDIN, Mamvl d'é-
dad toda la eronomía del saber teo- con. poi., 7." ed., J, n.)
ló¡dco y reviste de símbolos y figu- 15. La economía política es la
ras a un tiempo palpables y mis- ciencia de la admini3trac1<>n de los
teriosas la historia y la fábula, el recursos raros en una sociedad hu-
mundo sagrado y el gentil, los ári- mana: estudia las formas que to-
dos esquemas de la dialéctica y los ma el comportamiento humano en
arrobamientos del amor místico ... el acondicionamiento oneroso del
(M. MENÉNDEZ Y PELAY0, Sobre /os mundo exterior en razón de la ten-
nulos Ra~ramrntalrs, en San Isido- sión que existe entre los deseos i!i-
ro ... , 131.) Ad. E. mitados y los medios limitados de
D. El nacimiento ele los seres los sujetos económicos. (R. BARRE,
organizados es, pues, el mayor mis• Écon. poi., 12.)
terio de In economía orgánica y de Economía. social, Ciencia de las rela-
toda ln naturaleza. (G. CUVIER, Le ciones humanas resultantes del modo
,·cune animal, I, 17, París, 1817.) de producción y reparto de las rique-
10, el papel extraordinaria- zas. A diferencia de la economía políti-
mente potente y variado que des- ca, que pone el acento en las riquezas,
empeñan en la economía humana la economía social lo pone en el hom-
las hormonas cedidas al medio san- bre.
guineo por las glándulas de secre- 16. tenemos derecho a hablar
ción interna. (J. RosTAND, L'avcn- de economía política o social. Pero
turc humainc, 190,) a fin de evitar todo equívoco y de
separar nuestro concepto de la
Eco11011tia política. Ciencia de las le- ciencia económica de la noción in-
yes de la producción, la distribución y completa de ciencia de las rique-
el consumo de las riquezas (J.-B. SAY). zas, preferimos la expresión eco-
Título de la obra: Tratado de ccono- nomía social. (Ch. ANT0INE, Cc,urs
mia polití,ca o simple exposición. de la d'écon. socia/e, 6. 1 e<l., G.)
ma.nera en que se forman, distribuyen
11 consumen las rfq1wzas. 16'. La defectuosidad de la eco-
nomía tradicional procede de que
11. Falta por encontrar una de- es una ciencia social particular, cu-
finición exacta de la economía po- yos cimientos estarán al aire mien-
lítica. (Ch. GIDE, Cours d'Écon. tras no exista una ciencia funda-
¡,o/. ', I, l. Sirey, 1921.) mental sociológica, como no es
12. La economía política tiene posible una buena óptica o una
por objeto, entre las relaciones de buena acústica. si no existe una
los hombres que viven en sociedad, buena mecánica. (J. ORTEGA Y GAS-
tan sólo aquellas que tienden a SET, Un rasgo ele la t'"icla alemana,
la satisfacción de sus necesidades Obras, V, 206.) Ad. E.
materiales, a todo lo que concierne Económico, adj. A. Que es poco co3-
a su bienestar. ([bid., I, 3.)' toso. Bebida económica.
13. A mi parecer, la economía B. Relativo a la economía política,
política tiene por objeto esos ac- política económica, teorías económicas.
tos de intercambio por los que un
17. toda tentativa de explica-
individuo abandona a otro lo que ción de los mo,·imientos políticos y
posee para obtener en contraparti- sociales de] mundo nctual tropieza
da lo que desea; actos gracias n con el examen de los hechos eco-
los cuales se establece el puente en- nómicos, como con el estudio de
tre la producción de las riquezas y los hechos tecnicos y rientificos
la satisfaeción de las necesidades. que determinan la c-voluci0n N'onó-
IG. Pmou, illtrocl. el l'éco11. poi., micn. ( ... ) Hay que rc.-conocl'r que
88.) la acción social y la ncciún política
14. Como M. ,Jourdnin hncin estírn dominal1ai nor la ncL·illn cco-
prosu, Lodo t.•l mundo hnce econo- nómina. (.T. FottRASTIÉ, Grand rs-
mía polílica sin i:.rnherlo. Cuando ¡,ofr... , 215.)
se habla ele la enrcstín de In Yida, 18. Definirl'mos el sistc-wa eco-
del cnmhio del di'1lnr, del aumento nómico como un (,.'onjunto Cl)heren-
de lu produn·i,·111, de lo~ prohll'mas le dl' inslitucionC's jurídkas Y so-
~ocialcs, se tratu de cuestione:i Cl'O- l'iales c.-n cuyo sc-no St' 1..•mpl~an, pa-
ECUAClóN 294
ra asegurar la realización del equi- que sólo se verifica para ciertos valo-
librio económico, ciertos medios téc- res de estas (1ltimas.
nicos organizados en función de En el principio era la figu-
ciertos móviles dominantes. (J. LA- ra. En la nueva religión, en el
JUGJE, Lrs sust. économiques, 6.) principio es la ecuación; In escala
19. El régimen ccon6mico es tan ele valores no es ya la misma.
sólo un elemento del sistema. Lo (J .-L. PELLETIER, [,'1igc eles math.,
definiremos como el conjunto de 97.)
1as reglas legales que, en el seno Educación personal. A. Prop. (pri-
de un sistema económico dado, ri- mitivamente en astronomía) : interva-
gen las actividades económicas de lo, diferente según los individuos, en-
los hombres, es decir, sus actos tre el momento en que un fenómeno
y gestos en materia de produc- tiene lugar y aquel en que es registra-
ción y cambio. (lbíd., 6.) do por el observador.
20. Finalmente, la noción de B. Por ext.: deformación que cada
estroctura económica se halla a me- uno hace sufrir a los hechos como con-
dio camino entre la de sistema y la secuencia de sus prejuicios, sus intere-
de régimen. ses ...
Designa ( ... ) las particularidades
que dan fisonomía propia a una ECúMENO
unidad económica determinada. ((Ecúmeno». Gr. C oi/coumc11C (so-
(lbíd., 7.) brent.: giJ), la tierra habitada. Der.
de oil,os, casa.
Y. Historia, 32.
l. Bajo la diversidad de las
Eco~ómica, subst. A. Subat. fem. imágenes que componen el ecúme-
(gr. e aikonomil,e [sobrent.: tcclt-
ne], el arte de administrar la casa, los no, sentimos una fuerza única con
bienes familiares; o oikonomikos [so- expresiones múltiples, una fuerza
brent.: lagos] La Económica, tratado que crece con el tiempo, el genio
de econ. doméstica, p. ej., él de JENO- humano ( ... ). Ahí se encuentra la
FONTE).
unidad del ecúmeno. (M. SORRE,
Fond. de la géogr. hum., II, 8.)
Ciencia de los hechos económicos.
Sin.: economía política. Ecuménico. Relativo al conjunto de
la tierra habitada.
21. La Económica moderna se Sin.: universal, general. Princip.:
asemeja a la Física. Tanto en una concilio ecuménico = concilio general.
como en otra hallamos experien-
cias claras y leyes que sanean el Ecumenicidad. Carácter de lo que es
espíritu; y junto a ello, en ambas, ecuménico, es decir, universal.
un álgebra trascendente, en la que 2. [ el maniqueísmo] es una re-
las palabras ordinarias no encuen- ligión 1111iversa.l (... ) .
tran ya su sentido. (ALAIN, Pro- Esta pretensión de ecumenicidad,
pos, 119, Pléiade.) unidr. a la naturaleza escatológica
B. Subst. neutro (lo-): el conjunto del maniqueísmo, explica ( ... ) su
de los hechos económicos. carácter esencialmente misionero.
22. Se nos repite que la políti- (H.-Gh. PUECH, Le manicliéiame,
ca está subordinada a lo e:-:-iómi- 01, 63.)
co. (ALAIN, Pro])OB,, 729, Pléiade.) 3. El filósofo sueña con una
23. lo social, lo jurídico y lo ecumenicidad de In razón, capaz de
político están subordinados a lo eco- establecerse por encima del anta-
nómico, es decir, a las condicio- gonismo de las profesiones de fe.
nes materiales de la vida en socie- (G. GusoonF, Tr. ele méta1ilt., 117.)
dad. (J. FOURASTIÉ, Grand espoir... , Ecumenismo. Movimiento que tiene
2113.) por objeto realizar la unidad de las
iglesias cristianas y mediante ella un
ECUAClóN. Lat. r,rquatio (del'. de cristianismo ecuménico,
acquus, igual), igualación, repa1·to
igual. EDUCAClóN. Lat. etl11catio, etimo-
Mat.: Fó!'mula que expresa una !'e- log,, acción de conducir (tlncrn,) fuera
lación de igualdad entre cantidades co- de (e); acción ele criar plantns o nni-
nocidas y desconocidas (o variables) males, ele instruir. ,
295 EDUCAClóN
si, es una 11111/ilación ,Ir sí. (,J.-M Semejante disposición sería un resulta-
GUYAU, Esq, cl'1111r, mor... , 249.) • do de la asociación (STUART l\111,L) re-
2. El estudio de lae neurosis forzada al correr de los tiempos por
muestl'n que el egoísmo se desarro- la herencia (SPENCEn).
lla siempre con 111 debilidad flsica:
los grandes 11gotodos lo llevan has- EGOTISMO. Ingl. egoti-sm: manía de
ta el ridículo, (•~. M0UNIER, T1•, hablar de si mismo, de jactarse. Pala-
d11 caracl,, 562,)
bra adoptada por STENDHAL (S01,ve-
11irs cl'égoti-smc) para designar el aná-
a. El egoísmo tiende a disimu- lisis que el escritor hace de su propia
larse bajo el aspecto de un seu- personalidad. Der.: egotista.
do desinteresamiento colectivo: Excesiva preocupación por cultivar
egoísmo matrimonial, fnmiliar, del lo personal y original, sin excluir a ve-
medio, de la casta. Estas diversas ces ni siquiera lo anormal o perverso.
formas no expresan una amplia-
ción de la conciencia egoista, sino l. Los intereses del egotista se
un rodeo que adopta pal'U asegu- centran en sí mismo; pero son in-
ral'se una tranquilidad moral a la tereses menos materiales y más
vez que refuerza sus instrumentos intelectuales que los del egoísta.
de poder. (lbfd.). 2. hemos sido creados para
4. el egolsta hace de su propia analizar nuestras sensaciones, y
felioidad la ley de quienes le ro- para sentir el mayor número de
dean. Pero las cosas no marchan las exaltadas y sutiles. ( ... ) Cu!ln-
de este modo; el egofsta está tris- do se tiene el honor de ser en tal
te porque espera la felicidad; es, grado apasionado y reflexivo, hay
por tanto, la ley del aburrimiento que cuidar en uno particularid,.d
y la desgracia lo que el egoísta im- tan atractiva. Refinemos cuidado-
pone a quienes le aman o le te- samente la sensibilidad y el análi-
men. (ALAIN, Propos s. le bonheur, sis. (M. BARRES, Un hommc libre,
264.) 22.)
5. Siento una cierta repugnan- 3. A fuerza de considerar a
cia por esos chorros de altruismo Sainte-Beuve, ,·eo que su extrema-
que se escapan de los egoísmos sa- da cortesía y su comprensión no
ciados. (J. RosTAND, Pcnsées d'u11 van acompañadas de la menor sim-
bio/,, 236.) patía. Sigue siendo un cerrado
6. No conocemos de nuestro egotista junto a aquellos a quienes
egofsmo más que los puntos en que seduce por la más delicadas inti-
encuentra resistencia. (J. RosTAND midades de su penetración. (Ibíd.
Joun,ol d'u11 coroct., 110.) ' 112.) '
7. En la maternidad como en el 4. ¡ Invencible egotismo el que
amor, es un egoismo aplicado fue- se priva del goce de las formas be-
ra de sí el que Ol'dena 111 abnega- llas! Sin que ella lo note, tomo
ción. (A. MAUROIS, Sc11timcmts et sus almas para medirlas con la
cout., 67.) mía y entristecerme por lo que les
falta. ( lbíd., 197.)
8. Creen no tener ya egoísmo
porque lo han puesto todo en plu- ~- ya no vive con su mujer
ral. (G. CESDR0N, Ce si~c/c a,ppcllo mas que a temporadas y a ella no
au secours, 163.) se la ve nunca... Dos artistas en
un matrimonio era demasia,lo · sus
9. El egoísmo consiste en no ser- egotismos chocaban. (A. MAu~o1s,
vir a nada fuera de si, en no tras- Tare p1·011,isr, 20.)
cender de sí mismo. El egoísta
es un hombre sin ideal. (J. ÜIITEGA 6. El Egotismo literario consis-
te, finalmente, en reprt:'sentar el
Y GASSET, lntimiclaclc•, Obra-s, II, papel dC' uno mi..1mrn; en hncE'rse
G60.) Ad. E.
más n~/11ra.l que lo natural, más
V. Afecto, 11; Odio, 3; Si'llipatía, 1. uno nusmo de lo que se ern mo-
Ego-ollr1<is1110. Disposición moral en mentos nnlcs de haber tenido rnl
la que el egoísmo se acuo!'da con el idcn. (P. VALÉRY, l'ariété, Pléia-
altruismo, y que ronsiste en busca!' d~, I, 6füi.)
c•I interés del pnijimo enrontrnndo II In 7. Tomando In ¡,alnbrn dl• Stc11-
vez en ello el máximo intc1·l•s personal. 1lh11l, que la introdujo en nuestra
EID~~TICO
ªºº
leng-ua, y desviándola un poco pn- (subst. mase.) : el que tiene imágenes
rn mi uso pnrticulnr, diré quc el de ese género,
vcrdadC'ro '1H·todo de Desenrks de- l. ,J nensch designa como eidé-
hC'l'Ía llnmnrsc cootismo, desarro- ticos a los individuos que poseen
llo dP ln conciencia para los fine~ la facultad de formar imágenes
del conocimiento. (lbíd., 80G.) ópticas concretas. En la esfera del
~- El carácter C'Sencinl que ti- sentido del oido y de las sensacio-
lll' todos los rnsgos del timido de nes cutáneas existen también fe-
un mismo l'olor sombrío es el ego- nómenos correspondientes. El eidé-
tismo, Snhenws que, detnasiado tico puede reproducir una imagen
Ol'upado C'll contemplarse, no tiene que represente un objeto concreto,
tiempo d(' Y('r a los demás.,. no sólo bajo la forma de una re-
(J. LACHOIX. Timidiié et ado/csc., presentación, sino de manera con-
136.\ creta, con los caracteres de la sen-
sación. (E. KRETSCHMER, P8)Jcholo-
EIDÉTICO gic médicalc, p. 37, Doin, 1956.)
Ei<los. Subst. gr. de ci<lc11 (he visto) 2. En tanto que la imagen con-
y que designa lo que queda después de secutiva clásica reproduce nebulo-
haber visto: la forma, en partic. la samente tan sólo masas de un di-
forma de una cosa en ,e] pensamiento, bujo, una buena imagen eidética
la idea, la esencia. Es en este último tiene colores vivos, contornos ne-
sentido como la emplea HUSSERL. Eidé- tos, detalles minuciosos. (P. QUER-
tico se dice de lo relativo a las esencias CY, «Les eidétiques», J. de psychol.•
y no a las cosas o existencias (conoci- nov. 1925, 803-804.)
miento o ciencia eidética, juicio o ver- 2. Tipo eidético: que se representa
ciad eidética ... \ lo real tal como es dado, sin modificarlo
l. La esencia (Eidos) es un al integrarlo en su psiquismo.
objeto (Gcgc11sta11<l) de un nuevo Contr.: tipo integrado*.
tipo. Lo mísmo que en la intuición B. Fenomenol. l. Adj.: relativo a
del individuo o intuición empírica las esencias con abstracción de su exis-
lo dado es un objeto in'dividual, lo tencia, abstracción que constituye la re-
dado en la intuición eidética es ducción• eidética.
una esencia pura. (HUSSERL, ldées,
3. la fenomenología pura o
21.)
trasccndenta,l no se erigirá en
1'. El hombre, en cuanto cono- ciencia relativa a los hechos, sino
ce las ideas, sirve de enlace entre relativa a la,s esencias, en ciencia
los dos planos paralelos del ser y <ceidética». Semejante ciencia trata
del acontecer. El hombre viene de de establecer únicamente «conoci-
lo alto, participa del ser y. por ha- mientos de esencias» y en 111-odo al-
ber tenido la visión del plano su- guno <Chechos». La reducción co-
perior, de los horizontes del ser, rrespondiente, que conduce al fenó-
es capaz de saber, pues ha vi.sto meno psicológico a la rcesencia» pu-
lo que es. Para Platón, como grie- ra (... ) es la rcclucci6n eidética.
go que es, el primero de los senti- (HUSSERL, lclées, 7.)
dos es la vista, y la etimología de 4. la intuición del ser en tan-
idea o ciclos (como en griego la del to que ser es una intuición eidética
verbo ,<saber))) es la misma que [título.] (J. MARITAIN, Sept. lc~0118
la de nuestro verbo ver (en latín s. /'étrc, 66.)
vidcrc). (A. ToVAH, Un libro so- V. Reducción, 6.
bre Platón, 103.) Ad. E. 2. Subst. (la eidética). Ciencia de
V. Noenw, J. las esencias.
Eidético. Gr. cicletikos, relativo a las 6. Se debe tratar de construir
cidi! (plur. de ciclos: formas exteriores, una eidética de la imagen, es de-
ideas, especies, esentias). cir, de fijar y describir la esen-
A. Psicol. (E. R. JAENSCII, 1833- cia <le esa estructura psicológica
1(/40). l. Imágenes eidéticas; repre- tal como aparece a la intuición re-
sental'iones imaginarias c·arac-teriza- flexiva. (J.-P. SARTllE, L'imagi11a-
das por colores vivos, detalles minucio- lÍ011, 113.)
sos, una nitidez alucinatoria. Eidético C. Epistemol. (por op. a dialécti-
301 F.LECCl6S
co) : que es total y definitivamente ver- rioridnd que •·• (y no que tic11c)
dadero (por refet'irse n las esencias, un movimiento hacia lo otro que
cicli'), ella misma. (A. DE WAELHES~,
6. La geometría hn sido consi- E:r.iat, et signifieatio11, 15.J
derada durante mucho tiempo co- ELECClóN
mo el modelo de ciencia eidética,
es decir, de ciencia construida en Elección. Lat. clretio, der. de ,.¡¡.
un clima de pura necosidad, de gere (legere e, coger de, entre): acciún
una necesidad manifiesta por una de escoger.
parte en los axiomas, y por otra Acción y efecto de elegir, de prefe-
en el absoluto rigor de la deduc- l'ir a una persona o cosa para un fin.
ción. (F. GoNSETII, Phi/os. néo-sco- Nombl'nmiento de una persona, que re-
laa ... , 21.) gularmente se hace por votos, para al-
gún cargo, comisión, etc. Deliberación,
EJECUClóN. Lat. r,•scculi1J, der. libertad para obrar (Real Acad.)
de exsequi, seguir (scqui) a putir de l. Según hace notar el P. Bou-
( ,x); es decir, desde la decisión hasta hours, la diferencia entre elegir y
el fin. escoger es que la elección hace re-
Acción de ejecutar, es decir, de rea- lación a un cuerpo o comunidad,
lizar una decisión, un plan. en tanto que la palabra escoger
En partic. (Psicol.) : el último mo- apenas se dice más que de la per-
mento del acto voluntario. sona que lo hace. ( Dict. d.,; Tré-
vou:,;, III, 613.)
La ejecución es la piedra de
toque de la voluntad: lo que dis- 1'. Estamos ya a los fines de
tingue las decisiones serias, las los siglos. Allá en la Edad de Oro
verdaderas voliciones de las sim- se inventaba: añadióse después;
ples veleidades es que se realizan. ya todo es repetir. Vénse adelan-
(R0USTAN-BURGELIN, PBIJCho/., 419.) tadas todas las cosas, de modo que
V. Deliberaci6n, 2; Voluntad, 2. ya no queda qué hacer, sino e!e-
gir. Vívese de elección, uno de los
EK-STASIS. Del gr. ,k stasis. V. más importante favores de la na-
f:xtasis. turaleza, comunicado a pocos, por-
Grafía utilizada por algunos filósofos que la singularidad y la excelen-
contemporáneos para designar ciertos cia doblen el aprecio. De aqui es
hechos extraños a la mística y a la que vemos cada día hombres de in-
religión: estado del que se halla fuera genio sutil, de juicio acre, estudio-
de si, o movimiento desde el punto en sos y noticiosos también, que en
que nos encontramos hacia otro punto. llegando a la elección, se pierden.
Der.: ek-stático. (B. GRACIÁN, El c/iscreto, 79.) Ad.
l. Nuestra descripción fenome- E.
nológica de las tres ek-stasis tem- Electivo. Que es obtenido o procede
porales [pasado, presente, futuro l poi· vía de elección. Cargo electivo. In-
debe permitirnos abordar ahora la clinaciones, afinidades electivas.
temporalidad como estructura tota-
litaria. (... ) Es decir, que la tem- V. Afini</ad, 2, 3.
poralidad no puede más que desig- tlite. Part. pasado antic. del fran-
nar el modo de ser de un ser que cés élirr (lat. eligerr). Significaba
es sí mismo fuera de sí. (J .-P. SAR- pl'imitivamente acción de escoger.
TRE, L'itre et le n., 174-175, 180.) Lo que de mejol' y más digno de ser
2. El Para-sí, para atenernos n elegido hay en un grupo social deter-
las primeras ék-stasis ( ... ) , puede minado. La élite campesina. r n obrero
y debe a la vez: 1.0 , no ser lo que de élite.
es; 2.0 , ser lo que no es; 3. 0 , en 2. según el ideal democrútico,
la unidad de un perpetuo reenvio, una élite que no instruye al pue-
ser Jo que no es y no ser lo que es. blo es más e,•identemente injusta
Se trata de trrs dimensiones ek- que el rico que cobl'a sus rentas e
státieas, siendo el sentido de In ek- interés. (ALAIN, I'·1·opos. s. l'Muc.,
stasis la distancia a si. (lb/el., 183.) LX, p. 234.)
:J. Desde lu percepción, la con- 3. Si In masa admira de buen
ciencia ee revela como una interio- grado a su ~lite, se halla no obs-
1·idad ekstútica, •• decir, una inte- tante dispuesta, por una especie de
ELE~IENTO 302
óvulon, por proliferación celular y g-riego que significa ,1teoría del cono-
hnjo Ju influencia del medio, ni ser cimiento» es gnoseología•.
el óvulo ni principio de la segmen- 2. "Epistemology: ( ... ) The
tación una célula anñlogn a todas branch of phi!osophy which inve3-
!ns demos. (G. VIAUU, l,rs insfinct", tigates the origin, structure, me-
l(j).) thods and validity of knowledge.»
2. Sus progresos [los del mi- (La rama de la filosofía que in-
croscopio) dieron el golpe de gra- vestiga el origen, estructura, mé-
cin a la prcl'ormncitln nl mostrar todos y validez del conocimiento.)
que, tnnto en el óvulo como en el (RUNES, Dicf. o/ l'hilosophy, 94,
espermatozoide, no exisll' ningún Nueva York.)
eshozo material, ninguna maqueta 3. Llámesela lógica especial o
del futuro organismo. Las que van lógica mayor, teoría de la certi-
a ser formas del adulto aparecen dumbre o teoría del conocimiento,
poco n poco, emergen lentamente epistemología o gnoseología, cri-
en el curso del desarrollo embrio- terio1ogía o crítica, la investiga-
nario: la teoría de la epig(•nesis ción que pretendemos ha tenido
rcemplnznrá pronto a lo. preforma- siempre por fin el establecer, de
ción. En vez de admitir que el un modo u otro, las condiciones, ~l
descendiente está ya preformado valor y los límites del conocimien-
en el germen, se admite cada vez to humano. (G. VAN RrET, Epú,té-
mó.s que se construye de un ma- mol. th<>mistc, 637.)
terial amorfo. (,J. CAHLES, V crs la Epokhé o Epojé. Subst. gr.: deten-
conque te de la vie, 22-23.)
ción, suspensión*, época (período qu2
EPIQUEREMA. Gr. cpicheiriima, presenta una cierta estabilidad, como
der. de epichcircin, poner la mano si la marcha del tiempo se hallase sus-
( cheir) en o sobre (epi): intento, em- pendida.)
presa, esfuerzo; breve argumentación. A. En los escépticos: suspensión del_
Silogismo en el que cada una de las juicio, es decir, negativa a afirmar o
premisas va acompañada de las razo- negar nada.
nes que la justifican. Ej. clásico: el l. La epojé es la suspensión
Pro .Milo11e de CICERÓN. del juicio: no neg'amos nada. no
afirmamos nada. (SEXTT.:S EMPir:1-
EPIQUEYA. Gr. epicikeia, verosi- cus, Esquisses pyrrhon., IV: (E',._
militud, equidad, conveniencia. vres ch., 159.)
Mor. Interpretación que restringe en 2. Dudar de todo y ser indife-
un caso particular la obligación de la rente a todo: he ahi todo el es-
ley fundándose en la presunción razo• cepticismo, tanto en tiempos de Pi-
nable de que el ,legislador no babia rron como más tarde. Epojé, o sus-
previsto ese caso. pensión del juicio, y adiaforia; he
ahi las dos palabras que repetirá
EPISTEMOLOGIA. Etimo!.: estudio toda la escuela. (V. BROCHARD, Les
o teoría (lagos) de la ciencia ( epistii- sceptiques, 54.)
me).
B. En HUSSERL ( cpojé fenomenológi-
A. Disciplina que trata de los pro- ca o reducción fenomenológica) : sus-
blemas filosóficos planteados por la pensión del juicio en lo que concierne
ciencia. al problema de la existencia del mun-
Sin.: Filosofía de la ciencia. do exterior, puesta «entre paréntesis*»
o ,.fucra del circuito» de ese problema.
l. Es en esencia el estudio cri- V. Rr<lucción.
tico de los principios, las hipótesis
y los resultados de !ns diversas 3. esta universal invalidación,
ciencias, destinado a determina!' esta ((inhibición 11, esta (1puesta fue-
su origen lógico (no ¡,sicol/,gico), rn de juego» de todas las actitu-
su valor y su alcance objetivo. des que podemos tomar frente al
(LAl,ANDI-:.) mundo objetivo í. .. ) o también, co-
mo suele decirse: esta , i-;:r,'J.r, fe-
ll. Principalmente en los países de nomenológica», esta «puesta entre
lengua inglesa: leo ría dt!l conocimien- parCntesisl) del rnundo objetivo, no
to (y no tan sólo del conocimiento cien- nos sitúan ante la pura nada.
tífico), (IIUSSERL, Méclit. cnrtés., § 8, p. 17-
N. B. El término técnico derivado del 18.)
EQUIDAD 31G
ferentes. (H. BERGS0N, L'cffo,·t in- más que consentir en ella. A me-
fcl/rct., en L'éncrgic spfrit., 178.) dida que el consentimiento se hace
5. Se ha dicho que la atención más perfecto, el esfuerzo disminu-
era un estado de monoideísmo. Y ye. (L. LAVELLE, Canse. de soi, 116.)
se ha hecho notar, por otra parte, 13. Lo que llamamos trabajo o
que la riqueza de un estado men- esfuerzo no es casi nunca otra cosa
tal está en proporción con el es- que esa tensión estúpida, que, en
fuerzo que éste testimonia. ( ... ) efecto, fatiga tanto como levantar
No hay, pues, esfuerzo mental más fardos. (ALAIN, Minerve, 30.)
que allí donde hay elementos inte- 13'. La vida es esfuerzo, esto
lectuales en curso de organización. es, alternación de acción y reposo;
En este sentido, todo esfuerzo men- esto es, ritmo, que se manifiesta
tal es, sin duda, una tendencia al más o menos en la materia de las
monoideísmo. (lbíd., 185.) cosas y constituye sus formas (... )
6. no confundamos la enseñanza el sello del esfuerzo de la vida
del esfuerzo con la enseñanza por por la revelación de su alma, que
el esfuerzo. (E. CLAPAREDE, Psy- es Dios. (J. MARAGALL, Vida escri-
chol. de l'enfant, 489.) ta, 65.) Ad. E.
7. Lo que no hemos tenido que 13". Es intelectualmente masa
descifrar por nuestro esfuerzo per- el que ante un problema cualquiera
sonal, lo que estaba claro antes de se contenta con pensar Jo que bue-
nosotros, no nos pertenece. (M. namente encuentra en su cabeza.
PR0UST, Le tcmps retr., II, 27.) Es, en cambio, egregio el que des-
estima lo que halla sin previo es-
8. No me atrevo a deciros que fuerzo en su mente, y sólo acepta
cuanto no exige ningún esfuerzo como digno de él lo que aún está
no es más que tiempo perdido. Pe- por encima de él y exige un nuevo
ro algunos átomos de verdad hay estirón para alcanzarlo. (J. ORTE-
en esa fórmula atroz. (P, VALÉRY, GA Y GASSET, La rebelión de las
Variété IV, 142.) masas, 88, nota l.) Ad. E.
9. Todo sistema de civilización V. Valor, 6.
que tiende a disminuir el esfuerzo
debilita, en consecuencia, la cul- ESOTf:RICO. Gr. esoterikos, que es-
tura. (G. DUHAMEL, Défense des tá en el interior (eso), por op. a cxo-
lettres, 23.) tcrikos, que está en el exterior ( exo).
1 O. el esfuerzo es el índice de Hablando de obras y doctrinas: se
una voluntad todavía a tientas y llama esotérico lo que está destinado a
que no es ella misma. (J. NABERT, los miembros de la escuela o la secta
Expér. intér. de la lib., 134.) y es por lo mismo más o menos difícil:
secreto, misterioso, extraño; y exotéri-
11. El esfuerzo se hace para co• lo que destina al público no inicia-
lanzar, y cuando es necesario, na- do.
turalmente, para reanudar la acti-
vidad. Debemos hacer un esfuerzo l. La idea que Darwin se ha-
para aprender lo que no nos inte- ce de la ciencia no tiene nada de
resa si es indispensable, pero con esotérica. Lejos de despreciar al
miras a llegar al nivel en que nos profano, sostiene que el hombre d~
interesará; debemos hacer un es- la calle debe ser iniciado en las
fuerzo para adquirir sentimientos cuestiones de biologia filosófica.
e instrumentos, pero con la con- Por ello la mayoría de sus obras
fianza de que acabarán por ser están escritas de modo simple y ac-
ellos quienes nos lleven. Podría de- cesible. (J. RosTAND, Ch. Darwin,
cirse que el esfuerzo es en esencia 227.)
aquello por cuya mediación la vo- 2. Hay para cada lengua un
luntad pulsa el botón de arranque. esoterismo, para cada literatura
(R. LE SENNE, Tr. de mor., 645.) un templo cerrado, y sólo entran
12. El esfuerzo no es, como sue- en el santuario quienes pueden dar
le creerse, el símbolo de la activi- In consigna y cumplir los ritos mis-
dad, sino la señal de su limitación teriosos. (G. DUHAMEL, Dé/. des let-
y de su impotencia. El ser que obra tres, 273.)
por esfuerzo resiste a la actividad, V, Exotérico,
329 ESPACIO
ESPACIO, Lat. spatium, extensión so: las cosas son espaciosas, pero
libre, en partic. lugar destinado a pa- no están en el espacio. El espacio
seo (alem. apazieren); plazo de tiem- es meramente respectivo, es el es-
po ... pacio que dejan las cosas entre si;
A. Sin. de extensión, sobre todo en no es un receptáculo de las cosas.
el lenguaje corriente (tiene plural): el (X. Zuomr, Sobre la. rsrncia, 436.)
lugar mús o menos exactamente deli- Ad. E.
mitado en el que se sitúan o pueden V. Si, 12.
situarse ciertas cosns. Un vasto, un pe.. B. Por op. a extensión, particul. en
queño espacio. El espacio que separa geom. y filos. (carece de plural): me-
dos casas. DESCARTES reduce los cuer- dio, caracterizado por la simultaneidad
¡,os a su extensión e identifica la ex- y la exterioridad de sus partes, en el
tensión con el espacio, que localizamos los objetos de toda per-
1. El espacio, o lugar interior, cepción externa, real o posible, es de-
y el cuerpo comprendido en ese es- cir, los cuerpos dotados de extensión.
pacio, no son tampoco diferentes ... 6. ¿ Cuáles son en principio las
mtls que por nuestro pensamien- propiedades del espacio propiamen-
to. Porque, en efecto, la misma ex- te dicho, quiero decir del que cons-
tensión en longitud, anchura y pro- tituye el objeto de la geometría y
fundidad que constituye el espacio al que yo llamaría espacio geomé-
constituye el cuerpo ... (DESCARTES, trico? He aquí algunas de las más
Princ., II, 10.) esenciales:
2. en cuanto a mi, he indicado 1.0 Es continuo;
más de una vez que tenla al espa- 2. 0 Es infinito;
cio por algo puramente relativo, 3.0 Tiene tres dimensiones.
como el tiempo; por un orden de 4.0 Es homogéneo, es decir, que
coexistencia•• como el tiempo es todos sus puntos son idénticos en-
un orden de sucesiones. (LEIBNIZ, tre sí:
C. a Clarke, en (EuvreB phüoa., ed.
Janet, 11, 627.) 5.0 Es isótropo, es decir, que to-
das las rectas que pasan por un
3. Para Newton, como para mismo punto son idénticas entre sí.
Descartes, el espacio y el tiempo (H. POINC,\RÉ, Se. et hyp.,th, G0.)
son algo en si mismos (... ). Son,
en el lenguaje de hoy, seres abso- 7. el espacio representativo, ba-
lutos. Para Leibniz son, por el con- jo su triple forma visual, táctil y
trario, seres relativos, cuya exis- motriz, es esencialmente diferente
tencia se halla subordinada a la del espacio geométrico. ( ... )
de otros seres creados, puesto que No nos representamos, pues, los
no consisten sino en ciertas rela- cuerpos en el espacio geométrico,
ciones entre esos seres creados. (E. sino que razonamos sobre esos
VAN B1tw, Le temps et l'e8J>. che: cuerpos como si estuviesen en el es-
Leibniz ... , 126.) pacio geométrico. (lbíd., 74-75.)
4, Por todas partes árboles, jar- 8. es ese poder [ el de ,lar cor-
dines, suntuosos espacios vacíos. tes en el «tejido» que constituye el
La mayor belleza de una ciudad no conjunto de la materia] el que
está en los edificios, sino en el es- afirmamos cuando decimos que exis-
pacio libre entre ellos. Los grandes te un espacio, es decir, un me-
artesanos de ciudades son esculto- dio homogéneo y vacío, in finito e
res de espacio. (G. DUIIAMEL, Co,n- infinitamente divisible. ( ... ) . Un
bat contrc les o,nbrcs, V.) medio de ese género no es nunca
5. Era espacio lo que querían percibido, sino tan sólo concebido,
los primeros emigrantes, y es aún Lo pel'cibido es la extensión colo-
reada, resistente, dividida con atT(' -
lo que quieren sus descendientes. glo a las lineas que dibujan lus
Les hablaban de oro y plata. contornos de los cuerpos... (H.
( ... ) Pero en lo más profundo de BERGSON, E:vol. cr., 157.)
si mismos, lo que pedían, lo que 9. el vel'dadero concepto de es-
exigían, era espacio. (B. FAY, Civi- pacio quedó constituido el día en
lisation wméricaiuo, 20.) que los antiguos geómetras toma-
5', Suele decirse que las cosas ron do las diversas cxtensione.i los
están •en• el espacio. Esto es fa\- caracteres esenciales a los que die-
ESPACIO 330
gún animal obra un poco diversa- crnn anticipada del objeto y cuan·
mente de los restantes de la mis- do vinculamos a esta representa-
ma familia, se le elasifiea en se- ción la actividad que realiza el ob-
guida en otra especie. (J. L. VIVES, jeto, doformamos la verdadera rea-
Tratado del alma, 75.) Ad. E. lidad y convertimos al fin en una
C. Psicol. (Escolást. y cartesianos). causa. (HAMELIN, Essai... , 248.)
Lo que, en el conocimiento sensible (es- 13. por último, se veía avanzar,
pecie sensible o imagen) y en el cono- riendo y discutiendo, al cortejo bas-
cimiento intelectual (especie inteligible tante inquietante de Verlaíne. Ver-
o idea) reemplaza al objeto conocido; laine figuraba en él bajo la espe-
su sustituto mental. Se les llama tam- cie sórdida de un mendigo o de un
bién especies intencionales•, porque son peón caminero, llevando una gorra
el medio por el que el sujeto tiende ha- y un pañuelo rojo al cuello. (P. V 1t.-
cia el objeto, sin ser ellas mismas un LÉnY, Variété, Pléiade, I, 777.)
objeto, ni siquiera en el sentido de ob- 14. El Arte sólo existe bajo la
jeto de conocimiento. especie <le las artes; tan mal de-
V. Id quod, id quo. limitadas como numerosas sus ca-
10. En cuanto a las especies tegorías, de lo sublime a lo cómi-
que se conservan en la memoria, co, a lo pintoresco. (B. TEYSSEDRE,
no imagino que sean cosa distinta Esth. de Hegel, 2.)
a como los pliegues que se conser- 15. la realidad moral es perci-
van en este papel, después de ha- bida y afirmada por el hombre ba-
ber sido doblado; y así creo que jo la especie de una exigencia _u
son principalmente recibidas en to- obligación absoluta, basada a su
da la sustancia del cerebro. (DES- vez sobre el absoluto valor de una
CARTES, Carta 29 enero 1640, III, cierta finalidad que impone a la
20.) voluntad. (E. LE RoY, Essai d'une
11. Prácticamente, es casi im- phiC. prem., 650.) ·
posible hablar de ella sin expresar- 16. nuestro cuerpo se atestigua
se como si la especie fuese una directamente a la conciencia bajo
imagen, un equivalente o sustitu- la especie de la cenestesia. (G.
to del objeto, y el propio Santo GUSD0RF, Tr. de métaph., 218.)
Tomás no deja de hacerlo así; pe- 17. Se ha dicho que la memoria
ro es capital comprender que la es- concreta producía una especie de
pecie de un objeto no es un ser, ni alucinación del pasado. Pero más
el objeto otro ser; ella es el objeto bien habría que decir un éxtasis
mismo por modo de especie, es de- del pasado, un éxtasis bajo la es-
cir, el mismo objeto considerado en pecie del pasado. (G. GUSD0RF, Mé-
la acción y en la eficacia que ejer- moire et personne, I, 137.)
ce sobre el sujeto. ( ... ) La espe-
cie no es, pues, lo que el pensa- ESPECIAL. Lat. specialis, der. de
miento conoce de la cosa, sino spccies (especie).
aquello por lo que la conoce y nin- Que se refiere únicamente a una es-
gún ser intermedio se interpone, pecie particular. Por ext.: que concier-
en el acto de conocimiento, entrt! ne únicamente a una cosa particular.
el pensamiento y su objeto. (E. Autorización especial.
GILSON, Le thomisme, 315, 316.)
Contr.: general.
Especie expresa, especie impresa. V.
Intelecto. Especialidad. A. En sentido abstrac-
to (raro) : carácter de lo que es espe-
Ba;o las especies de. A. Teol. (dog- cial.
ma de la Eucaristía) : bajo las aparien- B. En sentido concreto: 1·ama de es-
cias de. Comulgar bajo las dos especies. tudio, de trabajo profesional, de co-
B. En general y en sing.: bajo la mercio... a la que alguien se consagra.
forma de. Especie toma entonces una Especialidades regionales, farmacéuti-
acepción que participa tanto de la acep- cas.
ción teológica citada más arriba (apa- 18. Si admito la especialidad
riencias) como de la acepción lógica para lo que hay de práctico en la
(división de género). ciencia, la rechazo de manera ab-
12. Cuando concebimos el fin soluta para todo lo que es teórico.
bajo la especie de una representa- Considero, en efecto, que hacerse
333 ESPF.CIE
senta bajo dos formas: bajo una rebro por las arterias que más en
forma indete1·minada, en la que se línea recta vienen del corazón, com-
espera del futuro, sin que ese fu- ponen como un aire o viento muy
turo esté aún prefigurado; y bajo sutil al que se denomina Espíritu•
una forma determinada, cuando se a11imale•; los cuales, dilatando d
trata de un acontecimiento parti- cerebro, lo hacen propio para reci-
culat· que el pensamiento se repre- bir la impresión de los objetos ex-
senta de antemano o de varios teriores, y también las del alma; es
acontecimientos entre los que al- decir, para ser el órgano, o la sede,
ternativamente oscila. (L. LAVEI.LE, del se11túlo com1í11, de la lmagiu.a-
D11 trmp• rt ele l'é!<-nr.il<', 280,) ci6n y de la Memoria. Después,
6, En el lengUaje técnico con- ese mismo aire y esos mismos es-
vendría reservar el término ues- piritus corren del cerebro a loa
!>Cl'II• 1inra la designación del há- músculos por los nervios, por cuyo
bito entitativo de existir hacia el medio disponen a esos nervios para
futuro, y poner en cireulaci6n un servir de órganos a los sen ti dos ex-
expresivo vocablo cinegético, el teriores; e hinchando diferentemen-
11guarclo. «Aguardo• es el acto te los músculos, dan movimiento a
de esperar aguardando; llamando todos los miembros. (DESCARTES,
«sala de aguardo» a la «sala de Descript. du. corps huma,ín, XI,
espera» quedaría aún más clara su 227.)
condición de cámara donde se espe- 3. los espíritus animales son
ra algo muy concreto y determina- cuerpos; por pequeños que puedan
do, cuyo posible advenimiento a la ser, no se trata sino de lo má!
vida del esperante ha sido expresa- sutil de la sangre y de los humo-
mente proyectado por él. (P. LAfN res. (MALEIIRANCHE, E11tr. sur la
ENTRALGO, La espora 1J la esperan- nr,étaph., VII, 13.)
za, 543-544.) Ad. E. 4. Es de pequeños cuerpos más
V. Conciencia, 25; Constelacwn, 2; [ pesado conjunto,
Tienipo, 13. Espíritu compuesto de átomos
ESPIRITU. Lat. spiritus (der. de spi- [ más burgueses ...
(l:IOLlf:RE, Fcnu11cs sac, Gl 7. 1
rare, soplar), soplo, viento, inspira-
ción; en lenguaje relig., Spiritus, el 5. trataremos de dar otro cu r-
Espíritu Santo. Trad. también el lat. so a los pequeños espiritu.s, y oa~~
a11.imus. ideas a vuestra imaginacló:1. (::llme.
l. Se dice propiamente de todo DE SÉVIGNÉ a Mme. DE GRIGN.\~,
lo que es muy sutil y muy activo; · 13 die. 1676.)
y figuradamente de las sustancias 6. Tomo siempre la resolución
que piensan. En este sentido, hay de callarme, y no paro de hablar:
tres clases de espfritu: Dios, los es el curso de los espíritus, que no
ángeles y las almas. (CONDILLAC, consigo detener. ( /bid., C. del 4
S¡¡n., 111, 259,) ' agosto 1684.)
A. Sentido primitivo (subsiste sólo 7. Pero un secreto remordi-
en ciertas expresiones) : sustancia ma- [miento agita mis espíritus.
terial muy sutil de 111 que son muestra (RACINE, Plicdre, II, v, 591.)
el viento, el soplo de la respiración, la 8. Los espíritus vitales son las
llama ... partes más finas de la san¡,:re.
1. Antigua QuímiC'a: sustancia volá- (Encyclop., en el término •Vital».)
til resultante de la destilación. Espíri- 8'. como veis el cielo ser en si
tu de vino. Adj.: espirituoso, pul'o y penetrable de la lumbre, asi
2. Paico!. (en plural: los espíritus es en nosotros el leve espíritu ani-
animales o los espiritus; en los car- mal, situado en el cerebro, y de
tesianos, que han heredado esta noción allí a los sentidos derivados, por
de la J~dad Media): las partes mús li- donde se recibe lumbre, y vista de
ge1·as de la sangre que, subierulo del las cosas de fuera; por donde es
corazón al ccrebl'o, aseguran el enlace manifiesto ser el hombre cosa uni-
entre el cuerpo y el alma, que tiene por versal, que de todas participa. (r'.
sede la glándula pincal. Plf:REZ DE ÜI.IVA, Diálogo ele la dig-
2. las parles más 1111itadas y nidad del l,omb,.,•, 51.) Ad. E.
vivas de esa sangre, llcvudas al e~- V. Mito, 14.
ESPIRITU 328
las bellas artes: tipo propio de una uno reacción en un ser clohulo de sis-
época, de una escuela, de un país. Es- tema sensorial.
tilo románico, estilo Luis XII. Sin.: excitante.
3. toda cultura es, efectiva- Corre/.: respuesta.
mente, ante todo, un estilo, puesto
que el estilo es la conjunción del l. la energía recibida es, en
lenguaje y el espirito, la comu- general, al menos varios millones
nión recíproca de la forma y el de veces menor que la energía gas-
alma. (H. LEMAITRE, en Rcelier- tada en la reacción. El estímu'.o
clies et débats, núm. 33, dic. 1960, no hace más que desencadenar un
p. 67.) gasto de energla acumulada en los
tejidos ( ... ). La energía de las res-
2. En moral y sociol.: manern de puestas viene dada por la adquisi-
obrar. En nuestros días se dice, sobre ción alimenticia y pertenecen al ci-
todo, "estilo de vida•. clo general del metabolismo. (H.
4. Se trata de reproducir una Prl!iRON, PB¡fchol. e:,:pé.-., 25-26.)
actitud de manera activa y perso- 2. La equívoca noción de estí-
nal, de asumir un estilo de vida, mulo se desdobla en el análisis:
un tipo de existencia, que conser- abarca y confunde el acontecimien-
ve su actualidad en todo momento, to físico tal como es en sí y, por
por poco que uno sepa adaptarla otra parte, la situación tal como
al adoptarla. (H. DUMÉRY, P/1é110- es «para el organismo», única de-
m,fool. et .-elig., 21.) cisiva en 1as reacciones del ani-
V. Condici611, 4. mal. (M. MERLEAU-P., Struct. du
comport., 172.)
ESTIMATIVA. En los escolásticos:
facultad por la que tanto el hombre 3. Llamamos estímulo - agente
como el animal aprecian, mediante una al estímulo que causa reacciones
apréhensión prejudicativa, la realidad reflejas o tropísticas, y estimulo-
conocida en función de sus instintos y signo al que desencadena reaccio-
de sus tendencias orgánicas. nes perceptivas. (G. VIAL'D. Les
imtincts, 117.)
l. La estim11,ti1111, implica una
especie de juicio y de elección; pe- 4. el puro sentir nos abre o.
ro la elección no es aquí el resul- las cosas, y nos las presenta con:.u
tado de una deliberación, ni el jui- meros estímulos independientes de:
cio el fruto de una idea propia sentir; son las cosas-estímulo. La
del animal. Es la naturaleza la formalidad de las cosas en cuanto
que imprime esa determinación al puramente sentidas es «estimuli-
dar el ser. Los juicios de la esti- dado ( ... ). Pero el hombre no sólo
mativa son iru,tintivos, es decir, siente las cosas como estímulos,
que son como propiedades natura- sino también como realidades· el
les, como impulsos espontáneos. estímulo mismo es ordinaria~en-
Por ello se refieren únicament., a te sentido como realidad estimulan-
lo que interesa a la vida animal, te, esto es, como estímulo cereal».
pues a la naturaleza le preocupa La apertura a las cosas como rea-
la acción, no la ciencia. (A.-D. SER- lidades es lo que formalmente cons-
TlLLANGES, PIiilos. de S. Tlum,as, tituye la inteligencin. (X. ZUBIRI,
11, 2.ª ed., 117.) Sobre la esencia,, 413-414.) Ad. E.
2. La facultad estimativa es ESTOCÁSTICO. Gr. stocha,itikoa
aquella que partiendo de las im- (der. de stochos, mira, blanco), que
presiones sensibles produce el acto apup.ta bien, sagaz en sus conjeturas;
del juicio, dirigido a distinguir lo con¡eturnl.
que puede ser provechoso o noci-
vo, puesto que la naturaleza le lllat. (cálculo de probabil.). Lo que,
creó J>ara nuestra salud, y para el por depender sus casos particulares del
conocimiento o estimulo de los sen- nzar, sólo admite la formulación de
tidos. (J. L. VIVES, Tratado del al- ¡1robabilidades.
ma, 41.) Ad. E. ESTOlCISi\1O. A. Escuela filosó-
V. Cngit<ltiva. fica (representada princip. por ZENÓN
de Citium, CR1s1ro, EPICTET0 y MARCO
F..S'ffMULO. Lat. sti11111l11s, nguijón. AURE1.10), así llamada porque su fun-
Agente físico susceptible de ¡Hovo,·111· dmlor enseñaba bajo el pórtico (gr.
ESTl!ATEGIA 352
efoo) del Pecilo (de donde su otl'o nom- do n un fin determinado, principalmen-
bl'e de Escuela del Pól'tico o «el P6l'li- te a la eliminación del adversario. La
co»). Orientado hacia la moral, el es- estrntegia electoral.
toicismo profesa que la felicidad l'esi- Tanto prop. como fig. se opone n
de en la virtud¡ de ahí su soberana in- táctica•.
diferencia hacia cuanto afecta a la sen-
sibilidad, indiferencia que llega hasta ES'l'RUCTUUA. Lat. structura, cons-
negar el dolor. tl'ucción, en partic. mamposterin. Der.
l. en España, donde era el de struerc (pnrt. pasado pas. structus),
asiento del estoicismo 1nás lógico, amontonar, construir.
no del más pel'fecto, del más hu- A. Disposición de las diferen,tes par-
mano, el senequismo se mezcla con tes de un todo: ya sen material (del
el Evangelio de tal suerte que, de cuerpo humano, de un macizo monta-
nuestro Séneca, si no puede decir- ñoso), ya, por anal., de una realidad
se en 1·igor que ((huele a santo», sí inmaterial (de un discurso, de la con-
puede afirmarse que tiene todo ciencia).
el aire de un doctor de la Iglesia. l. todo lleva a creer que el
(A. GANIVET, ldeariun, español, 9.) hombre realmente separado de los
Ad. E. hombres vuelve a la condición ani-
B. Como actitud moral: carácter de mal, con no menos prontitud que
quien es estoico o se comporta como una ternera nacida en el bosque
verdadero estoico, es decir, que en la adquiere las costumbres de un pe-
desgracia o el dolor se muestra insen- queño búfalo. Lo que yo expreso
sible y no manifiesta la menor altera- de otro modo diciendo que lo úni-
ción. V. Apatía, Atara.xia. co hereditario es la estructura, y
que todo lo demás es ropaje.
2. El español, duro para sopor- (ALAIN, Esq. de l'kommte, 31.)
tar privaciones, lleva dentro de sí
el sustine et abstine, «resiste fir- 2. Un Estado moderno debe
me y abstente fuerte», norma de adaptar su estructura a la consi-
la sabiduría que coloca al hombre derable extensión de sus activida-
por encima de toda adversidad; des y responsabilidades. (D0NNE-
lleva en sí un particular estoícis- DIEU DE V., L'État, 60.)
mo instintivo y elemental; es un 2'. Sólo puede entrar el mun-
senequista innato. (M. MENÉNDEZ do en mi mente si la estructura de
PIDAL, Los españoles en la historia, mi mente coincide en parte con la
17.) Ad. E. estructura del mundo, si mi pen-
sar se comporta en alguna manera
Estoico. El oue en su moral o com- coincidentemente con el ser. (J. OR-
portamiento es -conforme con los prin-
cipios de los estoicos, para los cuales TEGA y GASSET, ¿Qué es filosofía?,
94.) Ad. E.
el dolor es un hecho indiferente.
Sin.: impasible, insensible, impertur- 2". siendo el estado nctual de
bable. las sociedades una estructura tran-
sitoria, puesto que no está inspi-
3. [Fran~oise] gustaba ahora rado en una realidad justa y no
de hacer notar sus menores tortí- satisface por igual a la convenien-
colis, un vahído, un pequeño golpe cia de todos, sino con preferencia
que se diera. Pero si yo hablaba a la de unos con detrimento de los
de alguno de mis males, de nuevo demás; y siendo, por lo tanto, una
estoica y grave, parecía no haber- estructura necesitada de constan-
me oído. (M. PR0UST, Temps rctr., te renovación, la fuerza legítima-
I, 211.) mente propulsora de ese cambio
V. Snob, 5. tiene que ser la juventud. (G. MA-
RAÑÓN, Ensayos liberales, 91.)
ESTRATEGIA. Gr. strategia, arte Ad. E.
del estratega (strategos), es decir, del V. Persona, 68; Fenomenología, 12.
que conduce (agei) un ejército (stra-
tos), del general. B. En nuestros días: disposición en
la que las partes son dependientes del
A. Prop.: parte del arte militar que todo y por consiguiente solidarias en-
tiene por objeto la preparación y direc- tre si.
ción general de las operaciones. Sin.: forma • (en el sentido de Ges-
B. Por anal.: plan de acción ordena- talt).
353 ESTRUCTURA
S. de un modo general cabe de- nes (.. ,). Si bien hay estructura-
finir la estructura como una uni- ciones que tienen una cierta per-
dad que posee su ley inmanente de manencia (... ), la mayoría son va-
ncción y desarrollo, está dotada riables en el tiempo y el espacio,
1h• una causalidad propia y realiza según las series de influjos que las
una individualidad funcional. (R. rigen. Si pudiésemos seguir a una
l\luccmELLI, en La notion ele s/r11c- so)a neurona, veríamos que forma
/11ri·, 344, aXX• Semainc Intcrn. parte sucesivamente de numerosas
de Syntb.1) estrucluras diversas. (P. CHAU-
4. la emotividad no existe fue- CHARD, Le ccrveau, 49.)
ra de su inclusión en una estruc- Estructura y aup<'restru.ctura (Mar-
turn, es decir, en un carácter (... ). xismo). Por estructura entienden los
La emotividad de los nerviosos, marxistas la realidad económica-so-
por ejemplo, función de In estruc- bre todo el modo de producción y el re-
tura Emotivn-no-Activa-con-rcper- parto de la propiedad-, que constitu-
cusión-Primarin, será una emotivi- ye la base de las relaciones sociales y
dad reactiva que se expresa inme- el resorte que rige el curso de la his-
diatamente en acciones, en movi- toria. Esas estructuras económicas, y
mientos, en manifestaciones, que en definitiva materiales, soportan cons-
busca In excitación. La emotividad trucciones de carácter más o menos in-
del sentimental pertenece en cam- material (políticas, filos.óficas, religio-
bio a otro tipo. (lbíd., 347.) sas ... ), cuya suerte está estrechamen-
5. Cuando escucho música per- te ligada a la suya: éstas son las su-
cibo en cada instante una breve perestructuras.
estructura rltmica, pero que se in- 10. El conjunto de las relacio-
tegrn en un conjunto melódico ni nes de producción constituye la es-
que debe su resonancia afectiva. tructura económica de la sociedad,
(P. FRAISSE, Psyc/101, du temps, la base real sobre la que se eleva
88.) una superestructura jurídica y po-
G. Una generación es, pues, lítica y a la que corresponden for-
una realidad, global, definida por mas de conciencia social determi-
una cierta estructura cualitativa, nadas. (K. l\.·IARX, Crit. ele l't;co1•.
caracterizada por un conjunto de poi., Pref.)
rasgos de los que acaso ninguno 11. Toda base tiene su ¡,n,.
de los individuos que a ella perte- pia superestructura correspondien-
necen posea la totalidad. (CI.-E. te ( ... ). Cuando la base es modifi-
MAGNY, Hiat. du roman fr., 50.) cada o liquidada, su superestructu-
7. La forma se define por opo- ra es, a su vez, modüicada o li-
sición a una materia que le es ex- quidada; y cuando nace una nueva
traña; pe1·0 la estructura carece base, nace tras ella una superes-
de contenido distinto: ella es el tructura a ella correspondiente.
propio contenido, aprehendirlo en (STALIN, Dernie,·a écrita, 13-14.)
una organización lógica concebida 11'. [Para los federalistas con-
como propiedad de lo real. (CI. LÉ- temporáneos] la historia hasta hoy
VI-STIIAUSS, La atructu·ro et la for- oficial y ortodoxa, la castellanista,
me, en Rechercl&ca et dial. phi/os. es la historia del Estado, y el Es-
et éco11., 7, p. 3.) tado no es más que una «superes-
V. Tiempo, 81. tructura» artificial, impuesta a la
Estructuración. Acción de est1·uctu- España auténtica, a la España
rar; carácter de lo que está estrnctu- constituida por los pueblos primi-
rado. tivos ( ... ). A este fondo indígena y
verdadero quiere dar vida el fe-
Sin.: estructura. deralismo, pensando que el unita-
8. El aumento de los conoci- rismo atiende sólo a la superes-
mientos consiste en una estructura- tructura.
ción pro11:resiva. (J. PIAGET, Épist.
Este t~rmino 1 usupcrestl'uctura»,
ginét,, III, 297.) nos pide su complemento obligado:
O. En las estructuras anatómi- el fondo indi¡,rena, reacio a la 01·-
cas del reposo, indiferentes y l'icas ganización superior, serú una «in-
en múltiples posibilidades, so rea- ft'l)estrnctura», que no puede re-
liznn, pues, Vftl'iadas estructuraciq- presentar lo perpetuamente natu-
2J. Diccionario dd Lr111t11ah- Fil,u;1ihrn.
ETERNIDAD 354
y las bestias. (Fr. DF. SALES, T,·. dd ,1'1. Entrémc donde no supe,
amo,· de Dios, I, x.) y qnc,Umo no Rahic11dn,
toda ciencia traBcr,ulirmlo.
A. Prop. (éxtnsis mlstico): eslndo
en el que el sujeto se halla como trans- Yo no supe dónde entraba,
portado fuera del mundo sensible, co- pero, cuando allí me vi,
mo fuera de sí. y se siente inC'fnble- sin saber dónde me estaba,
mente unido a lo trascendente. Santa grandes cosas entendí;
TERESA prefiere decir rapto, arrobo o no diré lo que sentí,
embeleso. que me quedé no sabiendo,
2. El fenómeno esencial del toiút ciencia trttSccndicn<lo ...
misticismo es lo que se llama é-xta- ... Y, si lo queréis oir,
sis. un estado en el que, rota toda consiste esta suma ciencia
comunicación con el mundo exterior en un subido sentir
el alma tiene el sentimiento de de la divinal esencia;
comunicar con un objeto inter- es obra de su clemencia
no que es el ser infinito, Dios. hacer quedar no sabiendo,
(E. BOUTROUX, Ps¡¡chol. du ,n¡¡stic., foda ciencia trascendiendo.
en La na.turc et !'esprit, 177.) (San JUAN DE LA CRUZ, Coplas so-
3. El éxtasis es un estado de
b,·c un éxtasis.) Ad. E.
conten1plación pasiva, infusa, que 4'". . .. manda el Esposo (Dios)
pertenece a la ((vida unitiva» y su- cerrar las puertas de las Moradas,
cede generalmente a las fases de y an las del Castillo y cerca; que
purificación pasiva. Se caracteriza en quiriendo arrebatar esta alma,
esencialmente por un «rapto», una se Je quita el huelgo de manera
completa absorción en la visión in- que, aunque duren un poquito más
telectual de Dios (... ). algunas veces los otros sentidos,
en ninguna manera puede hablar,
El éxtasis lleva consigo compo- aunque otras veces todo se quita
nentes somáticos: la motilidad y depresto, y se enfrían las manos y
la palabra se hallan completamen- el cuerpo de manera que no parece
te suspendidas, las aferencias sen- tiene alma, ni se entiende algunas
soriales no son ya percibidas sino veces si echa el huell!"O- Esto dura
confusamente o desaparecen por poco espacio ... quitándose esta gran
completo, la respiración y el pulso suspensión un poco, parece que el
resultan imperceptibles; el sujeto cuerpo torna algo en sí y alienta
tiene la sensación de que el cora- para tornarse a morir y dar ma-
zón se le enfría, las extremidades yor vida a el alma, y con todo no
están frías... (Th. KAMHERER, en dura mucho tan gran éstasis.
Man. alph. de psychiatr.)
Más acaece, aunque se quita, que-
4. Sin duda hay que distinguir darse la voluntad tan embebida y
el éxtasis en que la suspensión de el entendimiento tan enajenado ... ,
los sentidos no es sino la reacción que parece no es capaz para en-
natural a la absorción en Dios de tender en cosa que no sea para
aquel otro en el que Dios mismo despertar la voluntad a amor ...
((ligm> milagrosamente los sentidos (Sta. TERESA DE JESÚS, Las Mora-
para comunicarse al alma. Pero, das, Morada sexta, cap. IV, Clá-
tanto en uno como en otro caso, sicos Castellanos, 5.• ed., 153.)
los procesos puestos en juego son Ad. E.
esencialmente naturales. (M.-M. DE
LA CROIX, en Catlwlicúimc, IV, 4"". Aparece el Señor en este
centro del alma sin visión imagi-
978.) naria, sino intelectual... Es un
4'. El décimo y último grado de secreto tan grande y una merced
esta escala secreta de amor hace al tan subida Jo que comunica Dios
alma asimilarse totalmente a Dios, allí a el alma en un instante, y el
por razón de la clara visión de grandísimo deleite, que no sé a qué
Dios que luego posee inmedia- lo comparar, sino a que quiere el
tamente el alma que, habiendo lle- Señor manifestar por aquel me-
gado en esta vida al nono grado, mento la gloria que hay en el cie-
sale de la carne. (San JUAN DE LA lo ... No se puede decir más que, a
CRUZ, Noche oscura, 2, cap. 20.) cuanto se puede entender, queda el
Ad. E. alma, digo el espíritu de esta alma,
377 EXTESSió:V
hecho unn cosa con Dios. ( lbírl. extenso es un continuo cuyas par-
Morada séptima, 2GG.) Ad. E. tes son coexisrentes o existen a In
V. Alternativa, l. vez. (LEIBNIZ, N. Essaúi, II, XIII,
11. Éxtnsis pntol.: estado mórbido en 7.)
el que d sujeto presenta algunos de 2. la extensión no es otra cosa
los aspectos caracl.eristicos del éxta- que un abstracto, y (... ) exige al-
sis místico: inmovilidad e insensibili- go que sea extenso. Necesita un su-
dad, signos de alegrln indecible. jeto, es algo relativo a ese sujeto
como la duración (... ) la extensión
C. Por Pxt.: estado de admil'llcíón ce en cierto modo al espacio como
tan intenso que el resto de la vida psi- la duración es al tiempo. (LEIBNIZ,
quien pnre<.•c r.n suspenso. En ciste sen- Ex. des princ. du R. P. Malebra11-
tido: extasiarse anl.e. chc, Phi/os. Schr., Gerhardt, VI,
5. B1 éxtasis sentimental es una 584.)
exaltación de la felicidad de estor 3. No percibimos la extensión,
juntos. (D. LAGACIIE, en .V. Trai- percibimos en l11 extc11sión. La ex-
té, de DUMAS, VI, 134.) tensión no es una cualidad -y por
D. Fenomenol. ( en este sentido sue- eso no podrá nunca accederse a
le escribirse: ék-stasis, ek-stático): ac- ella sin la ayuda accesoria de una
titud intencional• de la conciencia, que cualidad- pero, en cambio, es una
es siempre conciencia de algo distinto forma de la percepción de todas
de si misma, de un más allá de sí ... (V. las cualidades. (M. PRADINES,
E/(-stasis.) Probl. de l11 sc11sat., 83.J
6. El conocimiento no es otra 4. ...percibimos que la exten-
cosa que la presencia del ser al sión es un carácter de todas las
Para-si, y el Para-sí no es sino la sensaciones, pero que todas nues-
11ad11 que realiza esa presencia. Así, tras sensaciones no son sensoria-
el conocimiento es, por natura- les, es decir, representativas, en el
leza, ser ek-stático y se confun- mismo sentido y que el carácter de
de por ello con el ser ek-stático de! exterioridad y espacialidad aume~-
Para-si. (J.-P. SARTRE, L'etre et ta en ellas en proporción a su ca-
len., 268,\ rácter representativo. (lbíd .. 165.1
7. La afirmación intencional V. Arquetipo, 1, 2.
(, .. ) es como una ék-stasis pasivo B. En sentido concreto: parte dc1
del En-sí que lo deja inalterado y espacio ocupado por una cosa. sus di-
que, no obstante, se efectúa en él mensiones. La extensión de un can1po;
y a partir de él. (Ibid., 269.) una extensión de veinte áreas.
8. «En» mi presente, si lo apre- Identificada por DESCARTES con la
hendo aún vivo, y con todo lo que materia (de ahí la negación del Ya-
implica, hay un éxtasis hacia el cío) y diversificada por los varios mo-
futuro y el pasado que hace apa- vimientos que le son comunicados (de
recer las dimensiones del tiempo, ahí el mecanismo).
no como rivales, sino como insepa-
rables. (M. MERLEAU-P. Phé1iomé- 5. si se nos pregunta qué ocu-
nol. de la perccpt., 483.) rriría en el caso de que Dios qui-
tase todo el cuerpo que hay en un
9. si hay un mito de la interio- recipiente, sin permitir que en-
ridad, ¿no lo habrá también de la trase ningún otro, responderemos
cxterioridoo y del éxtasis? (S. BRE- que los lados de ese recipiente se
TON, Conscience et intentionnalité, hal/a.ráu tmi próximos que se toca-
289.) l'Ían inmediatamente. Porque (... )
V. Tiempo, 33. habría contradicción en que esos
dos cuerpos estuviesen alejados, es
EXTENSióN Lat. extcnaio (de e:r:- decir, hubiese distancia de uno a
tcnJere, extender, desplegar), acción de otro, y que no obstante esa dis-
extender. tancia no fuese nada: porque la
A. En sentido abstracto: carácter de distancia os una propicclad de
las cosas cuyas partes están situadas la extenshln que no podl'ia subsis-
en el espacio y son exteriores unas a lil' sin algo extrnso. (DESl~ARTES,
otras. Corre/.: duración. Pri11dp,·s, 11, § 18, IX', 75.)
l. Lu extensión es In ubsll·nt•- (i, Estoy d~ acuet·do en que, na-
rión de lo extento. Ahorn bien, lo turalmente, todo cuerpo es extenso
EXTERIOR 378
comprt'ndcr, n lodos los cscdlorcs cosa que el alma en tanto que quie-
de siglos pasados, (A. FRANCE, La re y elige. ( ... ) De suerte que eabe
,·ic /itt<'r., II, x.) entender que todas esas facultades
ó. Cuando digo que el azufre no son, en el fondo, sino la misma
funde n 66°, que hierve a 146°, que alma que recibe diver90s nombres
es combustible ( ... ). No se trn- a causa de sus diferentes opera-
tn, pues, de una cualidad actual, ciones. (BossUET, De la connai••·
sino de una facultad y ( ... ) resul- de Dic11 ... , I, 20.)
ta claro que todas las propieda- 8. No hay que imaginarse que
des que atribuimos a los cuerpos las diversas facultades del alma,
no son sino facu.ltacús de este gé- de las que el entendimiento y la
nero. (E. MEYERS0N, Idc11tité et voluntad son las principales, sean
réal., 34.) entidades diferentes del alma mis-
5'. Todo diputado tiene la fa- ma. ( ... ) Es, pues, propiamente el
cultad de proponer a las Cortes los alma la que percibe, y no el enten-
proyectos de ley, haciéndolo por dimiento concebido como algo dis-
escrito, y exponiendo las 1·azones en tinto del alma. Lo mismo ocurre
que se funde. (Constitución de Cá- con la voluntad; esta facultad no
diz, 1812, art. 132.) Ad. E. es sino el alma en tanto que ama
su perfección y su felicidad ...
B. Eln particular (psicol. las facul- (MALEBRANCHE, Rech. de la vér., «2'
tades o potencias del alma) : Principio Eclairc. sur le livre», l.)
de acción que suponen los hechos psí-
quicos dotados de especificidad propia. 9. No son las facultades o cua-
En los escolást. (que suelen decir po- lidades las que obran, sino las sus-
tencia) : conocimiento (sensible e inte- tancias por las facultades. (LEIB-
lectual), a petición (sensible o deseo, e NIZ, N. essaia ... , II, XXI, § 7.)
intelectual o voluntad). En los moder- 10. Las palabras facultad, ca-
nos: sensibilidad, inteligencia, vol un~ pacidad, poder, que han desempe-
tad; pero la memoria y la imaginación ñado tan gran papel en psicología,
se definen también como facultades. no son ( ... ) más que nombres có-
Problemas metaf.: l. Entre el alma modos de los que nos servimos pa-
y sus facultades y entre las propias fa- ra poner juntos, en un comparti-
cultades, ¿ hay distinción real o distin- miento distinto, todos los hechos de
ción de razón? 2. Las facultades, ¿cons- una especie distinta; esos nombres
tituyen una realidad distinta de los he- designan un carácter común a los
chos que se les atribuyen o se reducen hechos alojados bajo la misma eti-
a palabras (nominalismo) ; v. cita de queta. (H. TAINE, De l'intellig.,
Préf.)
TAINE.
11. La idea de las facultades
Problemas psicol.: una determinada ( ... ) no es un producto, un objeto
facultad (o categoría de hechos psíqui- inmediato de la apercepción inter-
cos), ¿no es reductible a otra, p. ej. na. Se trata de un pensamiento,
la sensiblidad a la inteligencia (intelec- una concepción, una explicación,
tualismo), la voluntad al deseo, es de- pero necesaria a la psicología ...
cir, a la sensibilidad (sensualismo) o (J. LAGNEAU, Célebres ler. et
a la inteligencia (intelectualismo)? fragm., GO.)
6. Tenemos un conocin1iento ae~ 12. La actividad del espíritu se
tual de los actos u operaciones de escinde necesariamente en dos fun-
nuestro espíritu, pero no siempre ciones, de las cuales una es el in-
de sus facultades, a no ser en po- telecto, que es la facultad de for-
tencia (DESCARTES, 4" Rép. IX', mar la idea o lo posible, y la otra
190.) la voluntad, que realiza o actualiza
7. Aunque demos a esas facul- lo posible: tal es la condición im-
tades nombres diferentes en rela- puesta al espíritu por la búsqueda
ción con sus diversas operaciones, del valor, y ella explica la distin-
esto no nos obliga a considerarlas ción de esas dos facultades. (L.
como cosas diferentes. Porque el LAVELLE, Tr, des vaJeurs, I, 354.)
entendimiento no es otra cosa que 12'. Esas facultades no tienen
el alma en tanto que concibe; la su sitio establecido en el cuerpo
memoria no es otra cosa que el al- animado, de modo que cada una
ma en tanto que 1·etiene y vuelve a esté en un miembro, y no en otro;
acordarse; la voluntad no es otra slno que se hallan en todas las
385 FALTA
partes y miembros, aunque en uno'! C. Aplicado a personas: que se
en mayor proporción, y más ex- muestra distinto del que es, que mani-
puestas u nuestra observación, fiesta sentimientos que no experimenta.
mientl'US que en otras, menos se- Sin: hipócrita, doble, falaz, emhus-
ñaladas, mús oscuras. (J. L. Vrv1:s, tero.
Trc,tmlo ilrl a/11111, 17.) Ad. !•:, 5. Las mujeres son falsas, se
V. l•'nctor, ,¡; S,r 1, 1. nos dice. Llegan a serlo. Su don
natural es la arteria y no la fal-
1"ALSEDAD sedad: si siguen las verdaderas in-
l'alRo, Lat, fala11a, dc1·. de /al/ere, clinaciones de su sexo, aun cuan-
engañar, V. 1''alta. do mientan, no son falsas. (Rous-
De modo ¡.,"l•nernl, se opone a venia, SEAU, Émile, V, p. 486.)
dcro. O. Como dice muy bien Mme. du
A. Aplicado a unn afirmnriím: con- Deffand: Se puede ser mentiroso,
trario a la verdad. Una noticia falsu. pero no hay que ser nunca falso.
Una cita, un argumento falsos. (M0NTESQUIEU, Cahiers, 260.)
Siu.: tirróneo, inexacto. 7. Sin ser falsa, Gise tenia, en
l. Los reproches que los espo- efecto, afición a conservar secretos
sos se dirigen suelen set· falsos; ciertos pensamientos. (R. MARTIN
los verdaderos, no hay más reme- DU G., Les Thibaztlt, l, 49.)
dio que calhll'los. (J. R0STAND, Lr Falsedad. Lat. fa/sitas.
111ariagc, 63.) A. Hablando de personas: carácter
1'. la filosofía no sigue las re- de quien es falso en el sentido C.
glas de la nobleza, que la que prue- B. Hablando de cosas, principalmen-
ba más antigüedad es la mejor; te de proposiciones o juicios ( sin.
si ella es en si falsa, no será, des- error; pero, sin duda por contamina-
pués de muchos siglos de posesión, ción del sentido A, falsedad suele to-
más que un crro1· envejecido; y si mar un marcado matiz peyorativo).
es verdade1·a, en su mismo naci- l. En sentido abstracto: carácter de
miento será una hermosa luz de la una afirmación falsa en el sentido A
razón, (P. FEIJ00, Causas del atra- (la falsedad de una noticia, de un ar-
so que se padece en Espa,ia en or- gumento).
den a las ciencias natu:rales, Obras,
541.) Ad. E. 2. En sentido concreto: afirmación
falsa en el sentido A. Este reportaje
B. Aplicado a las cosas o a las ac- es un tejido de falsedades.
ciones: que no co1·responde a aparien-
cia. Moneda falsa. Falsa modestia. 7'. El hombre que vive sobre un
Sin.: trucado, falsificado, apócrifo, supuesto de ideas y creencias de cu-
fingido, falaz, engañoso, mendaz. ya falsedad está íntimamente con-
vencido, o que al menos sospecha,
Contr.: auténtico. y que no tiene el ánimo necesario
2. Hay una falsa mode•tia para vivir en la duda y a la
que es vanidad, una falsa gloria intemperie, para sentirse perdido,
que es ligereza, una falsa grande- aplazar decisiones y ponerse a rea-
za que es pequeñez, una falsa vir- lizar esa faena inexorable que es
tud que es hipocresla, una falsa el pensar ( ... ) huye de la verdad
prudencia que es ñoñez. (LA Bnu- y la persigue, porque adivina que
vtRE, Caract., 111, 48.) su mera p1·esencia arruina el
3. La falsa modestia es un úl- il'l'cal fundamento Lle su vida. Me-
timo refinamiento de la vanidad. jor dicho -y esto es lo más gra-
( Jbíd., XI, 66.) ve-, de su contrnvida, de su vida
como fonuul iunu.truticülacl, que C3
4. Falso y falaz son objetivos,
se dicen de lns cosas o hnccn re-
el mod,, de "º ser de la vida huma-
na. (J. IIIARÍAS, fatro<lztcción a la
lación a ellas; 111cntiroso es subje- I•'ilusofía, 119.) Ad. E.
tivo, sirve para calificar a las per-
sonas o a ellas se refiern. Una l•'ALTA. Der. del lat. popul. /nllitu.
falsa historia no es verdad, no de- (que ha dado el doblete falta-falla), de-
be ser admitida; una historia IIIC/1• rivado a su vez del ve1·bo fallerc, en-
tirosa no es veraz, no debemos gañar, escapa1· n, cuyo part. pasado
crce1· en la palabra del narrndo1·, fa./sus ha dado nuestro adj. falso•
(LAFAYE, 004.) Otl'o ,lcrivado esp.: falaz.
FAJ\IILIA 386
cluso, por extensión, de los problemas de la progres,on será 1,1; por consi-
morales y metafísicos, guiente, tendremos:
36, El fideísmo no admite que Ccrnli<la,l lnlensidad
se prueben los preámbulos de la ele c:reitantc de sensación
Fe por In razón natural, y que así 2g 1
la razón conduzca ni hombre n la 2 X 1.10 = 2,20 2
Fe; funda In Fe en la Fe. ( ... ) Lo 2,20 X 1,10 = 2,42 :¡
que expresan todas IIIA formas de
fidelsmo es la desconfianza en In
2,42 X 1,10 = 2,6G2 4
etcétera.
razón. (H. DELACR0IX, La, religion
et la, Joi, 101.) P,erl-Ba,:k, lngl. Literal.: alimentar
B. En ciertos protestantes: doctrina hacia atrás. Retroacción. En términos
se~m la cual el hombre será salvado abstractos: regulación de las causas
por la fe (fe-confianza), con indepen- por los efectos. Ej.: en la máquina de
dencia de las obras. vapor, el regulador de bolas de Watt.
V. 20. Tan sólo a efectos prácticos,
definimos el feedba.ck como un dis-
/111r11a, fr. Disposición moral de quien positivo de autocorrección que per-
dice lo que cree verdadero y obra con mite a una máquina regular su ac-
arref'\'IO a las indicaciones de su con- ción por el juego de los propios
ciencia. desvíos de esa acción. (P. DE LA-
Si11.: lealtad, sinceridad, probidad. TII,, La pc11séc artificielle, 54.)
37. En los libros de historia, es- FELICIDAD. Lat. felicitas, felici-
critos de buena fe, pero inspira- dad, éxito, fecundidad.
dos por la pasión politica, vemos
a cada instante los hechos disfra- l. Hay un tipo de felicidad tan
zados de la más extraña manera. poco incorporado a nosotros como
(V. BR0CHARD, De l'errc11r, 224.) un abrigo, Asi, por ejemplo, la fe-
licidad fortuita de heredar o de ga-
lita.la. fo. Disposición moral contraria nar a la lotería. Pero la felicidarl
a la buena fe. que depende de nuestro propio po-
A. En la acepción más corriente es der es, por el contrario, incorpo-
de mala fe el que dice lo que cree no rada; nos tiñe más y mejor que la
ser verdadero o se atribuye derechos púrpura a la lana. (ALAIX, Propos
que sabe carentes de fundamento váli- s. le bonhcur, 260.)
do. 2. El lenguaje común ofrece
B. En una acepción más sutil, es de matices admirables. Cuando se di-
mala fe el que, por interés, se engaña ce de un hombre que tiene suerte,
a si mismo. no debe entenderse que es feliz
38. La mala fe ( ... ) es mentir a porque tiene éxito, sino, más bien,
que tiene éxito porque es feliz.
sí mismo, lndudablement~, para el (ALAIN, llli'.11ert•c ••• , 251.)
que practica la mala fe, se ,rata
de enmascarar una verdad des- A. (A propós. de hechos particula-
agradable o de presentar como ver- res) : suerte feliz, suerte favorable,
dad un error agradable. La mala acontecimiento feliz,
fe tiene, pues, en apariencia la es- Se utiliza, con más frecuencia, el
tructura de la mentira, Pero, y es- término suerte. Tener suerte en algo.
to lo cambia todo, en la mala fe es
a mí mismo a quien enmascaro la Por opas. a: desgracia, mala suerte,
infortunio, revés, fatalidad, accidente.
verdad. (,J.-P. SARTRE, L'etrc rt
lo n., 87.) 3. No había tenido suerte en to-
cia esta fase de mi existencia. No
Fcchner (Ley de-), La intensidad hay felicidad para nadie. (G.
de la sensación varía como el logarit- SAND, Hú,t, do ,na vie, X, 255.)
mo del excitante. En otros términos:
si la excitación crece (o decrece) si- 4. Había tenido s1tertrs, es de-
guiendo una progresión geométrica, la cir alegrías, en el amor materno,
sensación crece con arreglo n una pro- en la amistad, en la reflexión y en
gresión aritmética. Ej.: suponiendo los sueños, ( lbíd.)
que, en el peso, el mínimo sensible sea 5. ¡ Qué coincidencia! JQué suer-
2 ,r. y para sentir un aumento de pe- te! JUna verdadera suerte para
so haya que añadir 0,20 g,, la razón mi pobre marido! (A. VAN DER
FELICIDAD 30-1
,·us, part. pasado de figerc, fijnr, cla- mente y que se traln de prevenir,
var. mientras que la h11ma11ida,l se
A. Psicol. Acto por el que los re- aplica a males presentes por los
cuerdos son registrados en la memoria. que el alma es a-feetada y que ea
V. /1/cmorizadón. ella quien evita o consuela. La /i,.
lantrop{a. ea toda teorfa, toda pro-
l. La fijación mnemomcn no
yectos, y en ella tiene escasa par-
representa, pues, una desaparición te el corazón. La lmman.idad es
incompleta de la sensación, sino un eminentemente práctica; hay en
fenómeno positivo nuevo. (A. P1É- ella mucha sensibilidad. (LAFAYE,
RON, en N. Tr. de ps11ch., de DU- 412.)
MAS, IV, 69.)
2. Lo que consideramos como fi- FILMOLOGIA. Ciencia del arte ci-
jación es precisamente el olvido, la nematográfico.
descarga, el liberar a cada instan- Lo que la filmología considera en
te presente del lastre del pasado el film es la constitución esencial
inútil. (H. EY, Ét. Psycliiatr., 11, de éste, es decir, la yuxtaposici6n y
62.") sucesi6n continua sobre una misma
B. Psicoanal. Estado del sujeto cu- banda, que puede pasar de una ti-
yas fuerzas efectivas se hallan con- rada ante los ojos del espectador,
centradas sobre una persona y que, por de imágenes homogéneas aparen-
consiguiente, no puede consagrar afec- temente permanentes y, no obstan-
to e. ninguna otra (la fijación de la te, continuamente var,iadas, y cuya
hija en su padre o del hijo en su madre misma variación reproduce y sugie-
inhibe los afectos normales que conclu- re el movimiento de la vida. (111.
yen en la fundación de un hogar). Esta- ROQUES, R. internat. de filmologie,
do de aquel cuya efectividad permanece I (1947), 6.)
en las formas infantiles y no llega al
desarrollo del adulto normal. V. Re- FILOGÉNESIS o FILOGENIA. La
gresión. evolución de la especie. Se opone a la
evolución del individuo u ontogénesis.
FIJISMO. Por op. al transformis- El hombre de instinto indiferen-
mo o evolucionismo: teoría según la ciado ama a cualquier mujer, a la
cual las especies vivas conservan el mujer como género; es el tipo del
mismo tipo a través de las edades. Don Juan, próximo todavía a la
Corre!.: fijista. etapa femenina de la sexualidad;
Resulta lamente.ble, desde ciertos y en el sentido filogénico, a la se-
puntos de vista, que los fijistas xualidad animal o cínica. (G. MA-
vayan haciéndose tan raros que RAÑÓN, Ensayos liberales, 106 no-
los transformistas se vean reduci- na.) Ad. E.
dos e. dirigir sus instintos de V. Ontogénesis, J.
combatividad contra otros biólogos
que creen también en la evolución FILOLOGfA. Gr. pltilologia, amor
pero no de manera completamente (philos, amigo) a la palab1·a (logos).
igual: los evolucionistas se enten- Estudio que tiene por objeto una len-
derían mucho mejor entre si de gua determinada. Filología griega,
existir todavía un cierto número francesa. Se distingue de la lingüísti-
de fijistas. (J. CARLES, Transfor- ca por esta particularidad.
misme, 26.)
(... ) todos cuantos escribimos, los
FILANTROPfA_ Gr. philantl1rópia, que escribimos con amor, somos fi-
amor (philia.) al hombre (anthropos), lólogos, quien más, quien menos;
humanidad, benevolencia. la filología es una vasta ciencia
A. En la Antigüedad (sobre todo en que abarca las más nobles disci-
los estoicos) : amor a los hombres sin plinas; filosofía, psicología, histo-
distinción de raza o nacionalidad. ria literaria, literatura imaginati-
va. No hay que entender la filolo-
B- En los tiempos modernos (forma gia --cosa de humanistas-- en el
laicizada y racionalizada de la cari- concepto de rebusca estricta de la
dad cristiana) : interés teórico y prác- progenie en los vocablos. (AzonfN,
tico por la felicidad de la humanidad. El escritor, 130-131.) Ad. E.
(... ) la filantropía supone males
futuros que sólo impresionan e. la FILOSOFIA. Gr. pl,ilosophia, amor
405 FILOSOFl,A
periencia que altera sus ideas. 26. en este siglo filósofo. (Rcms-
(ALAIN, Pro¡,os, 250, l'léinde.) SEAU, Émilc, V, 483.)
19. Estimo filósofo a todo hom- l'ilosofnr. Buscar las razones, y
bre, cualquiera que sen su grado de principalmente las razones profundas,
cultura, que trnta de vez en cuan- de las cosas. Hacer consideraciones ge-
do de procurarse una visión de nernles.
conjunto de lo que sabe por expe- 27. Al fin [la liebre) se delata
riencia directa, interior o exterior. por los espíritus que salen de su
(P. VALÉRY, en F. LEFi::VRE, Entre- [ cuerpo caldeado.
tien at•ec P. l'aJfry, 78-79.) Miraut, habiendo filosofado so-
20. El filósofo no snbe real- [bre su dolor,
mente n1ás que la cocinera; a no concluye que es su liebre, y con
ser de cocina, cosa de la que (en [ ardor extremo
general) ella sabe más que él. la obliga ...
Pero la cocinera (en general) (LA F0NTAINE, Fables, V, XVII,)
no se hace preguntas universales. 28. En resumen, filosofar es co-
Son, pues, las preguntas las que nocer el universo. El un;verso se
distinguen al filósofo. En cuanto compone de dos mundos, el flsico
a las respuestas ... Por desgracia, y el moral. Al estudio de la natu-
hay en cada filósofo un genio ma- raleza y de la humanidad se redu-
lo que tiene respuesta para todo. ce, pues, toda la filosofla. (RENAN,
(P. VALÉRY, Rhuntbs, 193-194.) Dial. et fragm. philos., 292.)
21. La manera del filósofo, su 29. los filósofos, cuando filoso-
entrada en danza, es bien conoci- fan, están o parecen estar en des-
da ... Inicia el paso de la interro- acuerdo sobre todas las cosas. (J.
ga.ción. (P. VALÉRY, Pléiade, 1, MARITAIN, Le philosophe dans la
1395.) cité, 9.)
22. Oyendo a los filósofos, ¿no 30. Filosofar equivale, pues, en
se diría que son candidatos a un suma, a esto: comportarse frente
examen en el que contestar cual- al universo como si nada pudiese
quier cosa vale más que callarse? darse por supuesto. (W. JANKÉLÉ-
(J. ROSTAND, Carnets d'une biol., VICH, La mauvai.se cons. 1 3.)
8.) 31. F'ilosofar es uruiversalizar
23. la eminencia de un filósofo una experiencia espiritual tradu-
debe manifestarse en algo más que ciéndola a términos intelectuales
en esa característica tan frecuen- válidos para todos. (J. LACRO IX,
te de resultar incomprensible pa- Marxis1ne, existencialis1ne, perso-n.
ra la mayoría. (G. GUSDORF, Auto- 11alisme, 68.)
biogr., La Table ronde, junio 1959, 32. Filosofar es buscar, es im-
23.) plica,· que hay cosas por ver y por
V. Hermético, 1; Pensador, 67; Pro- decir, pero en nuestros dias ape-
blema, 12, 13, 14; Sentido, 116; Si8te- nas se busca. Se «vuelve» a una u
ma, 7. . otra de las tradiciones, se la «de-
Filósofo, empl. adjet.: filosófico, pre- fiende». (M. MERLEAU-P., Éloge de
dispuesto o dado a la filosofía. la pltilos., 67.)
33. los griegos, como no tenian
Una naturaleza filósofa. ' aún libros propiamente filosóficos,
24. Cuando ellos [ Platón y Aris- cuando se preguntaban ¿qué es fi-
tóteles] se entretuvieron en hacer losofía? -como Platón- pensaban
sus Leyes y su Política, lo hicieron en un hombre, en el filósofo, en
jugando; era la parte menos filó- una vida. Para ellos filosofar era
sofa y menos seria de su vida, ya ante todo el ~fo; ¡¡,.:,pr¡t,xó,. En
que la más filósofa era vivir sim- rigor, los primeros libros filosófi.
ple y tranquilamente. (PASCAL, cos -no sólo como materia sino
Pc1tsées, 483.) formalmente tales- que hubo o
25. esa luz general de que se fueron los libros de vidas ele los
glorifica nuestro siglo filósofo. siete sabios, biografías. Todo lo
(D'ALF.MBEnT, E•sai •· les gc1tB de, que no sea definir la filosofin co-
l., <Euvres pl,il., 111, 75, París, mo filosofar, y el filosofar como
1805.) un tipo esencial de vida, es insu-
413 FIN
15. No es posible ( ... ) extraer Hay que distinguir: el fin que se re-
de las especulaciones matemáticas presenta y hacia el que tiende un ser
ningún argumento en favor de la pensante (fin en sentido propio); el fin
finitud o infinitud de nuestro uni- que realiza o al que colabora un ser
verso. (E. BoREL, l'aradoxcs de desprovisto de pensamiento (fin en sen-
l'i11fini, 8.) tido ana]ó¡,,jco). En ambos casos, exis-
16. El Dasein se ve entonces te plan o idea, pero de naturaleza dife-
[ ni contemplar su muerte] en su rente: "El hornbre se conduce en vir-
finitud radical. (A. D8 WAHI.ENS, tud de las ideas que tiene; la bellota se
Ln phi/. de M. 1/eidc¡mcr, 149.) desarrolla en virtud de la idea que es».
(A. VALENSIN, A travcrs la métaph.,
17. La especial finitud de la 201.)
percepción está ligarla a la no-
ción de ¡,u11!0 de vistn. (I'. RrcoEUR, A. En sentido propio ( en el ser pen-
Négativité et nffirmatio11, I, 103.) sante: fin intencional*): aquello en vis-
ta de lo cual se hace algo. Es el senti-
18. La finitud no es en sí una do de la palabra fin en a fin de, con
maldición; llega a serlo para el re- el fin de (a tal fin = con tal propósi-
belde que no acepta su condición y to). Con el solo fin.
se empeña en ver un destino abru-
mador en aquello mismo que es Sin.: propósito, designio, blanco, ob-
fundamento de su ser. (G. Gus- jetivo, intención.
DORF, Tr. de méta,ph., 42-5.) Correlat.: medio.
19. la libertad humana es inse- Axioma. Finis est prinia in intentio-
parable de la finitud, adquiere con- ne, ultima in exccutione. El fin está
ciencia de sí misma en contacto primero en la intención, después en la
con el obstáculo, supone un inalie- ejecución. Es Jo que se tiene presente
nable elemento de pasividad. (F. en primer lugar, pero Io que tan sólo
ALQUIÉ, L'expérience, 98.) se realiza en último término.
20. La meditación heideggeria- Emoleado para designar el fin de la
na es esencialmente un redescubri- actividad humana, toma a menudo el
miento de la finitud y contingen- plural. Para todos los fines útiles. Con
cia de toda existencia. (E. BORNE, otros fines.
Dieu n'est pas mort, 39.) l. ~ara llegar a sus fooes. la
21. la infinitud de discusiones mayoria de los hombres son más
suscitadas por tales hipótesis hi- capaces de un gran esfuerzo que de
percríticas... (H. MARROU, De la una larga perseverancia. (LA BRt:-
co1tnaiss. hist., 140.) YERE, Caract., XI, 137.)
22. El hombre que tiene con- 2. Queremos ser ricos; tal es el
ciencia de su finitud, que sabe su fin que nos proponemos y al que
existencia única y limitada, debe, estamos absolutamente decididos.
si no renuncia a vivir, dedicarse De los medios, ya se tratará más
a fines cuyo valor consagre sul1or- adelante. (B0URDALOUE, Sur les ri-
dinándole su ser. Sin esto, todo se chesses, l.)
perdería en la indiferencia... (R.
ARON, lntrod. a la phi/os. de l'hist., 3. El tema tratado y el fin que
33G.) nos proponemos determinan lo que
debemos decir. (CmmILLAC, A rt
Final. A. Por op. a inicial: que se cl't'ct., IV, I, CEuvrfs philos. I
refiere al fin en el sentido de «térmi- 593 b.) ' '
no», «punto de parada» de la cosa en
cuestión. Punto final. Es la lucha final. 4. El fin de todo escritor es
Substant.: la final de rugby; los com- instruir o agradar, o agradar e
petidores reciben el nombre de finalis- instruir a la vez. ( /bid., 600 b.)
tas. 5. El acuerdo entre el tema, el
Sin.: último, terminal. fin y los medios constituye toda la
belleza del estilo. (/bid., V, 605 b.)
B. Por op. a causal o eficiente: que
pertenece al orden de la causalidad fi- 6. Obra siempre de tal suerte
nal. Causa final. V. Fin II. que trates a la humanidad, tanto
en tu persona como en la persona
FIN 11 (propósito). Corre!. de medio. del prójimo, y en toda ocasión, co-
Aquello por lo que se hace algo; el rno un fin y nunca como un sim-
plun, la idea rca]izndos o u realizar, ple medio. (KANT, Pond. de la mé-
FIN 41G
no ser por unn causn final deter- 30. La finalidad no acaba con
minada de antemano. (Th. DE RÉ- el determinismo, sino que lo su-
GNON, .HdaJJ/r. d<·s t"auscs, 2. ed.,
11 pone. Es un modo de la determi-
344.) nación de los hechos por sus an-
tecedentes, un aspecto que presen-
33. Insisto en el punto de que to, una forma que reviste, en cier-
causa final y causa mcc{rnicn son tos casos, el determinismo de los
eomplementarias, y en modo al- fenómenos. (E. GoeLOT, ]bid., 110.)
iruno contradictorias entre si; lu
primera, que se deduce y no ene 37. la finalidad no dispensa de
bajo la experiencia directa, care- la causalidad eficiente, sino que
ceria de efecto si no existiese la duplica por as! decirlo los moti-
materia; la segunda no llegaría si- vos para buscarla, porque no sa-
no a un objeto informe e inútil si bemos nada cuando ignoramos el
no existiese la primera. (L. CUÉ- medio por el que el fin se realiza,
:<OT, L'adaptatio11, 380.) y que es su causa eficiente, (E.
GOBLOT, 1bid,, 250.)
Finalidad. Carácter de lo que está
ordenado a un fin en el sentido 11, es 38. La finalidad del placer y
decir, a un propósito. del dolor, esos dos signos esencia-
les de la vida afectiva, es un prin-
Estrictamente hablando, la finalidaa cipio filosófico generalmente ad-
es una forma particular de la causali- mitido. (Th. RIBOT, Psyclwl. af-
dad, la causalidad final, y se opone a fcct., 150-161.)
la eficiencia. Pero, de hecho, suele opo- 39. hay que buscar siempre, e
nérsele a la causalidad, considerada co- incluso en el mundo de la vida,
mo la única causa eficiente. V. Telcolo- el mecanismo de los fenómenos.
9ía. Creer que la finalidad determina
34. Según nuestra manera de sola y por sí misma su encadena-
concebir racionalmente la finali- miento es dotarla de un poder efi-
dad, el término final de una serie ciente y restablecer, aunque de ma-
es lo que gobierna toda la serie de nera viciosa, la causalidad. (HA-
los términos antecedentes, y cada MELJN, Essai ... , 236.)
término es inmediatamente gober- 40. hay partidarios de la finali-
nado por el término que inmediata- dad que, incapaces de distinguirla
mente le precede. (... ) La finalida,t realmente del mecanismo, se satis-
instintiva procede de modo muy facen a bajo precio pensando que
distinto y sus esfuerzos tienden a no es otra cosa que una causali-
adjudicar lo mejor posible, y ge- dad en la que una representación
neralmente con un arte que nos del futuro obra por su parte y a
confunde, la producción actual a la manera de otra causa cualquie-
condiciones antecedentes y domi- ra. ( !bid., 249.)
nantes. (A. CoURNOT, Enchain. des
idées fond., I, 495-496.) 41. El mecanicismo era la au-
sencia de racionalidad completa o
35. Haría falta una extraña de sistema; la finalidad es la ra-
obstinación en cerrar los ojos a la cionalidad completa ... (!bid., 263.)
evidencia para negar la finalidad
en los fenómenos de la vida. 42. La relación de consecuencia
¿Quién se atrevería a decir: los y la de finalidad se hallan en ve-
animales tienen ojos que ven, pel'o cindad estrecha. No obstante, re-
el ojo no está hecho para ver? ¿E! sulta imposible confundirlas. Com-
pájaro, al encontrarse con que tie- párese: su madre la ha educado
ne alas, las aJJrovecha para volar, ele tal modo que pueda vivir con
pero el ala no tiene por fin el vue- poco, y: su madre la ha educado
lo? ¿ Puede tomarse en serio seme- bien, de modo que puecle vivir con
jante lenguaje? Negar la finali- poco. (F. BRUNOT, La pe11séc et la
dad orgánica es la más audaz de langue, 3." ed., 843.)
las paradojas. No obstante, mu- 43. Es evidente que el régimen
chos fisiólogos se resisten a las que se desarrolla y el perro que
consideraciones finalistas ( ... ) . Es- asimila no conocen el fin a alcan-
to equivale a rechazar la idea mis- zar. Es preciso, pues, vaciar aquí
ma de función., que es el único ob- el concepto de finalidad de todo
jeto de su ciencia. (E. GOBLOT, contenido ))sicológico antropológi-
Syst. des se., 107.) co. ( ... ) Para lo filosof!a, por muy
419 FIN
clnd, y su sujeto es yn sel' en neto. 2. J~n l{AN'I', l~n In lroría del cono.
( Ibíd., qu. 77, art. 6.) cimiento, en la que «malerio.o designa
12. Recuerdo que a los quince lo . que viene de la experiencia o de!
años fui a pasear solo por un bos- obJcto, nformnn designa lo que viena
quecillo cercano a Leipzig, llamndo del sujeto, es decir, de las estructuras
Rosendnl, pnra deliberar si conser- de sus funciones rognoscilivas. J!:stas
varia las formas sustanciales. Al son: las «formas a priori de la sensi-
fin el mecanicismo prevaleció y bilidad», espacio y tiempo; las «cate-
me llevó a aplicarme a !ns mate- gorías de,] entendimiento» y las «ideas
máticas. ( ... ) Pero cuando busqué de la razón•.
las razones últimas del mecanicis- 15. 8i hago abstracción de to-
mo y de las leyes mismas del mo- da existencia de las cosas queda
vimiento, quedé muy sorprendido al todavía, no obstante, la fo rma de
0
FRENOLOGIA. Comp. del gr. /a- gucn a Frcud en sus últimas doc-
nos (ciencia) y p/n•,>u, vhrcnos (primi- trinas sobre el instinto de muerte
tiv.: dinfrag-rma; más tarde, el cornzün y sobre In agresividad primaria,
como sl'de de los sentimientos y el pen- consideran que la agresividad es
samiento). Por consiguiente, esla 1rn- una reacción a la frustración.
labra debería ser sin. de psicologla. ( Die/, tic- psyrlw».)
En rr:i.lidnd, designa la concepción se- 3. Existe ( ... ) unn angustia
gún In cual el desarrollo psíquico se metafísica que denuncia una frus-
halla condicionado por el de las ci t'- tración, la frustración de lo abso-
cunvoluciones correspondientes a las
diversas facultades, desarrollo que se luto. (A. Bunwuo, l'syclwl. tic ltt
manifiesta por protuberancias cranea- sc»sib., 169.)
nas (GALL). 4. entre la frustración y la an-
l. La frenología y la fisiognó- gustia no existe una relación nece-
mica, las ciencias de Gall y de La- saria: de la primera pueden sur-
vatcr, que son gemelas, y están gir otras emociones. La frustra-
en relación de causa a efecto, de- ción sin angustia debe ser más
mostraban a los ojos de más de bien llamada decepción. ( lbúl.,
un fisiólogo las huellas de un 174.)
fluido inaprehensible, base de los 5. los sujetos que son incapa-
fenómenos de la voluntad humana, ces de comprender la estriu:tui·a
y del que resultan las pasiones, interna de una tarea ( ... ) traba-
los hábitos, las formas del rostro y jando en tareas parciales, para
las del cráneo. (H. DE BALZAC, u,·- ellos enteramente desprovistas de
sule Mirouet, Hachette, 1853, 95.) significación, experimentarían mu-
2. Libre es cada cual de figu-
cho menos que otros la tendencia a
rarse a su modo el elemento primi- lo perfecto y acabado, y, por con-
tivo de la vida. Yo me limito a re- siguiente, la frustración, la insa-
tisfacción de lo inconcluso, el «fas-
petir, siguiendo a los frenólo- tido». (G. FRIEDMANN, Travail en
gos, que la causa primera, cual-
quiera que sea, de nuestra inteli- niiettes, 113.)
gencia y de nuestra moral necesita 6. Existe frustración siempre
de estos o aquellos órganos para que el organismo encuentra un
manifestarse mediante los actos obstáculo o una obstrucción más
que designamos bajo esas denomi- o menos insalvable en el camino
naciones. (F. BnousSAIS, Cours de que le lleva a la satisfacción de
phrénologie, 77-78.) una necesidad cualquiera. (J. DE-
LAY, J. PERSE, P. PICHOT, Métho-
FRUSTRACIÓN. Lat. fri,stratio, des psychométriques en. cliniqu.o,
acc10n de engañar, de decepcionar 238.)
(fntstrare, der. de frustra, en vano).
FUERO. Der. del lat. fo,·11m (der. a
Privación de algo a Jo que se tenía su vez de foris, fuera): primit., espacio
derecho o con lo que se contaba. libre¡ más tarde, plaza pública, centro
Sin.: decepción, desilusión, fracaso. de la vida política; en partic., tri-
l. la exigencia de una pulsión
bunal.
instintiva insatisfecha se acompa- Sin. de jurisdicción•.
ña muy pronto de una reivindica- F11ero externo y fuero i>iterno. A.
ción. (... ) En tanto que la injus- En el uso ordinario, el primero desig-
ticia, la frustración o el daño no na los tribunales civiles; el segundo,
sea reparado, la agresividad domi- la conciencia.
nará las relaciones sociales, per-
manecerá al acecho, y volverá a V. Opini6n, 32.
encenderse a la menor privación, B. En el voc. eclesiástico: «fuero
aunque ésta sea justa y objetiva- externo» designa principalmente las
mente motivada. (Ch. ÜDIER, Les instituciones judiciales do la Iglesia,
deux sources consc. et in.canse. de análogas a los tribunales civiles, que
la vie mor., 174.) miran ni bien común y cuyos actos son
2. Para los psicoanalistas, la públicos; en tanto que «fuero Interno•
frustración tiene siempre el senti- designa el dominio o los netos de In
do de frustración del amor mater- autoridad religiosa, de los que el prin-
no. Los psicoanalistas que no si- cipal es la absolución sncrumental, que
483 FUERZA
expres10n que contiene una o múa lo, sostiene el edificio. Suele utilizar-
variables; una función proposicio- se cccimientoe)),
naJ es una función conteniendo ll. Fig. l. Principio o conjunto de
una o más variables que será sus- principios que supone todo edificio
ceptible de convertirse en una conceptual, porque reposa sobre ellos.
proposición verdadera o falsa si El fundamento de las matemáticas, de
se atribuye a esas variables cier- la moral, del derecho, de la inducción•.
tos valores particulares llamados
va.lo1·cs C?nsta.ntcs. Por ejemplo,
l. Por fundamento puede en-
la expresión «x es la capital de tenderse aquello que justifica una
Francia1l es una función proposi- afirmación ( ... ). Una acción judi-
cional que se convierte en una cial «sin fundamento» es un abu-
proposición para todos los valores so (... ). Pero, por otra parte, se
constantes atribuibles a x (verda- entiende también por fundam1en-
dera para x = París, falsa para tos las <lproposiciones primeras»
todos los demás valores del mismo los principios de un sistema de~
tipo, es decir, para las demás ciu- ducth:o, La ley de la gravitación,
dades francesas). Una función por e¡emplo, es calificada de fun-
proposicional no es, propiamente damento de toda la mecánica ce-
hablando, una proposición, sino l~ste, porque permite, si se la
un molde para proposiciones ... acepta, deducir de ella las leyes
(L. R0UGIER, Tr. de la connaiss. de Kepler, explicar las mareas
58.) etcétera. (A. LALANDE, La raiso,;
'
et les normcs, 132.)
Funcional. Relativo a una función. V. Vcrdod, 35.
En pato!. se califica de funcional un
trastorno independiente de toda lesión 2. Lo que legitima o justifica una
orgánica. V. Educación* cosa, en particular una afirmación.
funcio1tal Una reclamación, una acusación sin
Psicología* funcional. ' fundamento.
15. el estado patológico no crea
nada. Toda enfermedad no es más 2. atacamos la probidad de és-
que un desarreglo funcional y tie- te, la reputación de aquélla, sin
ne, por consiguiente, una función otro fundamento que el de las
apariencias. (B0URDALOUE Sur le
que normalmente le corresponde. jug. témér., 11.) '
(Cl. BERNAnD, Pr. de ,néd. cxp.
138.) ' 3. el fundamento de nuestra
c:e~ncia en la verdad de los prin-
V. Intelige,u::ÜL, 11. c1p10s abstractos y generales resi-
Funcionalismo. Teoría estética se- de en los hechos particulares que
gún la cual la belleza de la obra de la experiencia constata. (A. LA-
arte está condicionada por su función LANDE, La raison. et les normea
utilitaria e incluso se reduce a esta 133J '
utilidad. 4. el aislacionismo predomin·a
16. La verdad profunda del mucho en España, y busca sus
funcionalismo está precisamente fundamentos en la esfera de los
en haber subrayado la exigencia principios, pensando que el espa-
de integración de lo decorativo en ñol tiene muy poco que aprender
lo utilitario; verdad parcial, no de los pueblos extraños y que es
obstante, porque las teorías fun- esencialísimo el conservar inte-
cionalistas, arquitecturales o no, gras todas las formas de vida y
cometen el error de interpretar de pensamiento, libres de cual-
en su mayor parte esta exigen- quier influjo extranjero el cual
cia en el sentido de una simple rc- no sirve sino para debilitarlas y
d1<cción de la belleza a la utilidad. ponerlas en peligro. (R. MENÉNDEZ
(Ch.-P. Bnu, Esthét. de l'abstrac- PIDAL, Los cspaiiolcs en la histo-
túm, 283.) rÜL, 162.)
V. Autoridad, 4.
FUNDAMENTO. Lat. funda,nen-
tum, cimiento, soporte. Prop.: de una FUTURO
casa. Fig.: de una institución ( funda- Futuro. Adj. y subst. Lnt. futu-
menta rcip1iblicae). rum, part. fut. del verbo essc (ser) : lo
A. Prop. (sobre todo en plural): que será.
obra de albañilería que, en el subsue- Lo que 11ucedcrú o se considera quo
437 FUTURO
debe suceder. El futuro gobierno, ln sólo se manifiesta en escritores de
vida futura, su futurn (sobrent. «es- primera fila, como Whitman, sino
posan), también en toda una literatura po-
Si11: por venir, pero no porve- pular que tiene un inmenso l'xito
nir•. El porvenir comprende todos los en Estados Unidos, la novela de
posibles, y, por consiguiente, permane- anticipación o de ciencia ficción.
ce indeterminado. El futuro, por el con- (G. PoULET, en L'Europc rt Ir
trario, es solamente lo que ser{1. monde d'auj., 286-287, Bacon,
1058.)
Futuro contingente. Acontecimiento
por venir, pero condicionado por cau- Futurición. Realización del futuro.
sas que pueden ser a su vez yn sim- 3. la duración que, por el mi-
plemente contigentes•, ya libres. El lagro de la futurición, propulsa
tiempo que hará mañana, mis ocupa- sin esfuerzo la pululante continui-
ciones de estn noche son futuros con- dad de los instantes. (W. ,TANI,É·
tingentes. LÉVITCH, H. Bcrgson, 231, P. U. F.,
l. Los filósofos convienen hoy 1959.)
en que la verdad de los futuros 4. Nos corresponde guiar la
contingentes está determinada, es futurición de suerte que el futu-
decir, que los futuros contingen- ro no sea uno cualquiera, sino és-
tes son futuros, o sea, que serán, te o aquél, día de fiesta y de ale-
que llegarán ( ... ). Era ya verdad goría. (W. JANKÉLÉVITCH, Le ¡mr et
hnce cien años que yo escribiría l'impur, 32.)
hoy, como será verdad al cabo de
otros cien que he escrito. Así lo 5. No es el presente o el pasa-
contingente, por ser futuro, no de- de lo primero que vivimos, no;
ja de ser contingente. (LEIBNIZ, la vida es una actividad que se
Tltéodicéc, § 35, ed. J anet, 125.) ejecuta hacia adelante, y el presen-
Futuríble. Futuro contigente libre te o el pasado se descubren des
dependiente de una condición que no pués, en relación con ese futuro.
se realizará o no se ha realizado. Las La vida es futurición, es lo que
decisiones que yo hubiese tomado en aún no es. (J. ÜTITECA y G.\SSET'
las diversas situaciones de un estado ¿Qué es fi/osofia?, 237.) Ac!. E.
que no es ni será nunca el mío, por 6. No se trata en modo alguno
ej., diputado, son futuriles. Algunos de que «conv·enga)) tener un pro-
atribuyen a Dios el conocimiento de yecto vital; se tiene, quiérase o
los futuribles, pero discuten sobre la no, sépase o no, porque sin él no
manera en que los conoce. se puede vivir, no se puede hacer
Futurismo (futurista). Doctrina es- nada sino en vista de lo que se L'a
tética que preconiza las formas artísti- a ser. La vida es anticipación <le
cas tenidas por una prefiguración del sí misma, o, con expresión de Or-
mundo futuro. tega, futurición. (J. MARÍAS, ln-
2. Esta inclinación futurista t,·aducció11 a la filosofía, 247-248.)
de la imaginación americana no Ad. E.
G
G. Psicotecn.: Factor G. V. Factor. La «generación» no es simple re-
Gen. Raíz indoeurop. que expresa petición», no es un acto que mera-
la idea de engendrar. Gr. genos, lat. mente «reproduce», sino que, man-
genus, raza. Lat. genitor, el que en- teniendo la propia «dignidad» del
gendra, el padre. generante, determina causalmente
la alteridad de una esencia estric-
GENE. Neo!. der. del gr. genos, na- ta y formalmente individual. (X.
cimiento. ZUBIRI, Sobre la esencia, 253.)
Ad. E.
Partícula localizada en el cromoso-
ma y que es portadora de alguna ca- El afán de inmortalidad se sa-
racterística hereditaria del individuo. tisface en el amor, es decir, en la
Son los genes los que determinan el generación y en la cría del na-
desarrollo o génesis del tipo indivi- cido, y las generaciones se suce-
dual. V. Ge1t0tipo. den con la misma identidad casi
que la del indivliduo, que cam-
Las propiedades constitucionales bia como los cabellos y la•s uñas
que forman el genotipo y de las que en todo el cuerpo, y lo mismo cam-
se deriva el fenotipo del individuo, bia el alma en modos, costumbres,
aparecen, de acuerdo con los méto- aficiones, etc. Nuestro mismo sa-
dos experimentales de la Genética, ber, lo más cerca de lo inmortal,
como dependientes de unidades se renueva y cambia. Así logra lo
definidas, los ge,ies, localizadas en moral su inmortalidad, no con la
los cromosomas. (M. CAULLERY, Gé- eterna identidad de lo divino, sino
nétique et h.érédité, 86.) con la continuada sustitución de
V. Recesivo, 1. lo viejo por lo nuevo. (A. TOVAR,
Un libro sobre Plat6n, 76.) Ad. E.
GENERAClóN. Lat. generatio, ac- Generación espontánea,. Término que
ción de engendrar ( generare, der. de se remonta a ARISTÓTELES y sirve para
genus, generis [v. género]; gr. genos). designar la formación de seres vivos
Acción de engendrar. En sentido con- a partir de la materia no viviente.
creto (una generación, las sucesivas Sin.: generación equívoca, abiogé-
generaciones) : el conjunto de los nesis, heterogenia.
individuos engendrados directamente
por alguien y, por ext., el intervalo de Regeneración. Lat. regoneratio, ac-
tiempo que separa la época en que uno ción de hacer revivir, de reproducir.
ha sido engendrado de aquélla en que Acción de devolver a un ser degene-
está en edad de engendrar. rado, es decir, decafdo de su forma
439 GENERAL
de extender a todos los casos lo obser- 1·es del mismo origen y el mismo tipo
vado en un cierto número de ellos. natural.
Sin.: inducción•. Era clásico expli- A. En el uso ord.: conjunto de ca-
car el establecimiento de las leyes de racteres que constituyen un cierto
la natural~za por esta forma de gene- tipo de cosas. Género de personas, de
ralización. Hoy se dice que la ley ge- paisaje, de conducta ...
neral es vista por intuición* en los ca- El hombre medieval no ima-
sos individuales. gina, no puede imaginar para sí
7. Lo tenido por verdadero no otro género de vida que aquel en
es, pues, una generalización J>OS- que ha nacido. Puede proyectar
terior a la experiencia de las cosas cumplirlo, llenarlo con la máxima
singulares, sino lo que queda, des- perfección posible, pero no se le
pués de la crítica, del carácter de ocurre alterarlo. Desde que nace
generalidad implicado en la per- es lo que ha de ser, y sólo le res-
cepción (A. LALANDE, T/iéo,·ics de ta serlo lo más pura e íntegramen-
/'i11d11ction ... , 254.) te posible. (M. GARcfA MORENTE,
8. Nuestra intención de basar E11sayos, 138.) Ad. E.
nuestras conclusiones en la razón, B. En biol. Subdivisión de la fami-
y no en la costumbre ( ... ) da tam- lia, que a su vez se subdivide en es-
bién a todas nuestras generaliza- pecies:
ciones el carácter de una relación,
no sólo de lo particular a lo gene- C. Lóg. Idea general o clase que
ral, como en la inducción, sino, co- engloba diversas especies. Uno de los
mo en el análisis, de la experien- cinco predicables.
cia contingente a sus principios Se Ilama género próximo el que por
necesarios. (M. PRADINES, Tr. de debajo sólo tiene especies• (uanima!D
psychol., 111, 171.) es el género próximo de la especie
B. Fil. Operación mental consisten- «hombre») ; género remoto, el que com-
te en reunir bajo una misma idea ca- prende otros géneros de menor exten-
racteres comunes a diversos objetos sión• ( «viviente» es el género remoto
particulares. Los conceptos se forman de la especie «hombre) ; género supre-
por una generalización de este tipo. mo, el que no está comprendido en
9. En la formación de nuestros ningún otro (tales son las categorías•
conceptos, la abstracción y la ge- aristotélicas).
neralización van de la mano. El l. Los tipos eternos de las for-
concepto es el acto de la mente [mas efímeras.
que, reuniendo los atributos comu- que viera en lo absoluto resplan-
nes bajo nombre común, forma pa- [decer Platón,
ra su uso particular un grupo que ¿son reales? Un género, ¿es un
la naturaleza no podría distinguir, [ser?, ¿es un nombre?
definir y determinar por sí sola. ¿ Los géneros no son sino anti-
(H. DELACROIX, en el N. tr. de psy- [guas quimeras?
chol., de DUMAS, V, 237.) ¿ O sin ellos el mundo es sólo un
V. Obs,rvación, 11. [vano caos?
Eco largo y sonoro tienen estos
Generalizar. Pasar de lo particular [debates.
a lo general. Extender a toda una cla- (SULLY-PRUDHOMME, Le Bonhcur,
se, o al menos a la gran mayoría de JI, VI.)
los individuos de esta clase, lo cons-
tatado en un cierto número de ellos. 2. Parece, pues, que no comen-
V. Historia, 20. zamos ni por la percepción del in-
dividuo ni por la concepción del
Genérico. A. Adj. V. Gé,iero. género, sino por un conorimiento
B. Subst. m. En el vocab. cinema- intermedio, por una confusa sen-
togr.: parte de la banda cinematográ- sación de cualidad indicativa o
fira (ordinariamente al comienzo) en semejanza: este sentimiento, tan
la que se indica el origen del film: alejado de la generalidad plena-
productores, actores, etc. mente concebida como de una ne-
tamente percibida individualidad,
GtNERO las engendra a ambas por vía de
Género. Lat. genus, generis (gr. ge- disociación. (H, BERGSON, llfat. 11
nos), nacimiento, raza, conjunto de se- mém., 176.)
441 Gf:NESIS
l. Todos los hombres tienen ge- rales eminentes que permiten, al me-
nio si son capaces de descubrir su nos en una esfera determinada, rom-
propio genio. Pero a,hl está lo difí- per el marco de la rutina y hacer obra
cil: porque apenas hacernos otra creadora.
cosa que envidiar a los demás, 5. La naturaleza forma los
imitarlos y tratar de superarlos, hombres de genio como forma en
en vez de explotar lo que nos- el seno de la tierra los metales
otros llevarnos. (L. LAVELLE, L'cr- preciosos: en bruto, informes, lle-
re11r de Narc., 123.) nos de ganga y de materias extra-
A. En sentido etimológico: disposi- ñas. El arte no hace por el genio
ciones naturales del individuo (genio sino lo mismo que por esos me-
y figura, hasta la sepultura) o con- tales; sin añadir nada a su sus-
junto de los caracteres particulares tancia, los J.ibra de .Jo que tienen
que constituyen la originalidad de una de ajeno y descubre la obra de la
creación completa de los hombres o de naturaleza. (D'ALEHBERT, Disc. de
un grupo humano. El genio de la len- réc. a l'Ac. fr.)
gua latina, del pueblo inglés. 6. Aunque otra cosa haya dicho
2. Al fin, Burrhus, descubre Buffon, la paciencia. no es el ge-
[Nerón su genio. nio; pero el genio, sin paciencia,
(RACINE, lp/1igé11ic, Agripina). no alcanza su verda.dera. a.ltura.
3. además de esa firmeza que (A. VINET, Ét. s. la littér. fr. att
la justicia debe extraer del genio XVIII• s., 11, 382.)
común de la virtud, está obligada 7. El genio ama. los obstáculos,
a ella por su carácter particular, y los obstáculos hacen al genio.
ya que consiste en una cierta (R. RoLLAND, L'httmble vic héroi-
igualdad hacia todos que exige pa- q1te, 61.)
ra sostenerse un espíritu fi rrne y 8. Un libro no es nunca una
vigoroso ... (B0SSUET, s. BIIT la i1ts- obra maestra: llega a serlo. El ge-
tice, l.) nio es el talento de los muertos.
4. A otros les gusta seguir a (E. y J. DE GoNC0URT, [dées et sen-
un jefe, vivir en grupos compac- sations, 213.)
tos, hacer como todo el mundo. 9. ¿ Qué es, en efecto, el genio
No es ese nuestro genio. Nos gus- sino el Espíritu en tanto que no-
ta poco el orden rígido que convie- tablemente inventivo? (G. TARDE,
ne a los grandes rebaños. (Ch. DE
GAULLE, Vers l'armée de méticr, Loo. socia/e, 165, Alean, 1898.)
110.) 10. Pestalozzi es una muestra
4'. cada época es la resolución del genio sin talento. Le faltaron
de ineludibles exigencias vitales, todos los talentos: no sabía ni ha-
según el apremio de las circuns- blar, ni escribir• ni administrar,
tancias ambientes; al enfrentarse ni gobernar, ni contar. Con un
con estas urgentes realidades, el gran pensamiento y un gra.n cora-
genio de un pueblo puede, en un zón, jamás pudo poner en claro su
momento dado, mostrarse más o método (... ). Y, no obstante, es
menos feliz, puede caer en un des- el padre de la. moderna pedagogía
acierto que habremos de explicar y de la educación popular. (H. F.
comprensivamente, más bien que AMIEL, Jo11rnal, 29 oct. 1874.)
.inculparlo o exculparlo; pero ,a 11. El genio es el conjunto de
través de toda una larga época, las facultades del alma elevadas
no pudo sino realizar la conve- a su más alta expresión. El genio
niente acomodación de sus propias tiene por efecto la creación (... );
posibilidades con las perentorios es el prototipo de todo lo que en-
exigencias de su tiempo. (R. ME- gendra.
NÉNDEZ PIDAL, Los españoles en la El talento es el conjunto de las
historia, 232.) Ad. E. facultades del alma. que basta.n pa-
V. Hisloria, l. ra asimilar las obras del genio,
B. En sentido usual: disposición na- pero carecen de pujanza para
tural notable para una cosa (el genio crear obras esencialmente origina~
del comercio, de las finanzas) ; y, sobre les.
todo: como absoluto (es un genio, un Ha habido, hay y habrá genios
pintor de genio), disposiciones natura- latentes, que, por no haber adqui-
GE~OCIDIO 444
ta que se muera, pues si no expi- esa accwn. La explicación ele esta efi-
ra en gracia todo lo tendrá per- cacia difiere según las escuelas teol.
dido: y si mucre en gracia, ¿qué Para los molinistas y más general-
importa haya vivido mil años en mente: es el concurso del hombre el
los mayores trabajos del mundo? que convierte una gracia suficiente en
(P. J. E. NIEREMBERG, Di/. entre gracia eficaz, de suerte que «gracia
lo temporal 1J eterno, 132.) Ad. E. puramente suficiente», es decir, no efi-
2. Gracia actual ( una gracia, gra- caz, sería «sinónimo de gracia no uti-
cias) : socorro exterior o interior conce- lizada•. (J. &!VIERE, Dict. des connaisa.
dido por Dios para la práctica del bien. rel., 111, 540.)
Esta gracia no se opone a la natu- Para los tomistas (especialm. BÁ-
raleza más que en el sentido peyo- ÑEZ) : siendo rigurosa la predetermi-
rativo de esta palabra: hay gracias nación física de las acciones humanas,
naturales (una buena madre, una en- la gracia es puramente suficiente o
fermedad o una curación) y gracias eficaz en sí misma, con independencia
sobrenaturales (la fe, la salvación del concurso del hombre. Según esta
eterna). Gracias de estado (para las concepción:
diversas situaciones). Gracias de luz, 16. cuando el hombre consiente,
de fuerza ... no es él quien hace eficaz la gra-
12. Es el gran Agustín quien cia, pero su acto es signo de que
me enseña esta verdadera y sólida ha tenido lo gracia eficaz. ( ... )
teología: que es en la gracia pri- Puede decirse que la gracia su-
mera y en la última donde la ficiente es la que confiere al
gracia se muestra como tal; es de- hombre el poder de obrar bien;
cir, que es en la vocación que nos pero para que, de hecho, obre bien,
previene y en la perseverancia fi- es decir, para que utilice de hecho
nal que nos corona donde la bondad el poder que le es conferido, hace
que nos salva aparece en toda sn falta una nueva. gra.t:ia, más pode-
ll'ratuidad y pureza. (BossUET, Or. rosa., es decir, una gracia eficaz.
/un. de Ma.da.me, dueh. d'Orléa.ns.) (J. VAN DER MEERSCH, en Dict. da
13. llamamos gracia actual a théol. ca.th., VI, 1666-1667.)
una inspiración de Dios por la que Gracioso. Lat. graciostts, que goza
nos hace conocer su voluntad y de favor o es obtenido por favor.
nos excita a querer cumplirla. A. Que tiene gracia en el sentido A.
(PASCAL, Provint:ia.les, IV.) es decir, encanto, agrado (una figurilla,
14. Como el sacerdote siguiera un peinado gracioso; un niño gracioso
sin aparecer, creí un deber expre- como un ángel). V. Ingrato B.
sar a mi infortunado camarada B. Sin. de gratuito• en el senti-
cuánto sentía aquel retraso (... ) do A: que es concedido por gracia en
No pareció oh-me. Pero instantes el sentido B, es decir, por favor, sin
más tarde ( ... ) pronunció ( ... ) cla- contrapartida o desembolso. «A título
ramente, aunque con extremada gracioso» se opone «a título oneroso».
lentitud, estas palabras que estoy
seguro de referir con toda exac- Gratitud. Lat. gratitudo, cualidad
titud: «¿ Qué importa eso? Todo de lo que es gra.tu.s (en el sentido de:
es gracia». agradecido) : agradecimiento.
Cont,·.: ingratitud•.
Creo que murió casi al instan-
te. (G. BERNANOS, Jom-na.l d'tm cu- 17. La grntitud es un senti-
ré de ca,mp., fin.) miento, el recuerdo del corazón;
16. Una falta cometida pue- el reconoc-im.iento es una acción, el
de transformarse en gracia. (J. recuerdo de la conducta. Decimos
GREEN, Le bel aujo1wd'/mi, 203, 14
un sentimiento de gratitucl y un
acto de reco11ociniie11to (... ). La
junio 1966.) gratitud es debido .a la beneficen-
V. Remorclimie11to, 1. cia, el reconoci111.ieuto al beneficio.
Gracia. stt/it:iente y gracitt e/icciz. Es (LAFAYE, 643.)
suficiente la gracia que puede alcan- 18. Al primer desfallecimiento
zar su fin, es decir, hacer cumplir de la gratitud, el bienhechor sien-
la buena acción para lo que es dada. te subil'lc a la garganta todas su•
La gracia suficiente se convierte en buenas obras. (J. RosTAND, De la
eficaz si, efectivamente, hace realizar vcrnité, 92.)
GRAFfA 462
12. Gidc sufrió toda su vidn dos por un psicólogo con vislns a for-
nor su ausencia de espontaneidad, marlos en los 1·elnciones humanas. Se
hasta llc¡rar a hacer la apología trnta de que tomen conciencio de lo que
del neto ¡rratuito, es decir, del im- debe modificar en su comportamiento
pulso, audacia de los tímidos, vo- para uno buena integración en los gru-
lición ele los irresolutos, tentación pos naturales de que forma porte. V.
de l~s analistas. (J. DELAY, Jel!- Trainino• Group.
11cssc d'A. Gidc, 590.) Psicoterapia, de grupo. Técnica psi-
13. Gide habrla cambiado dia- quiátrica que utiliza como factor te-
bc\licamcnte el sentido de esta her- rapéutico la acción de un grupo de in-
mosa palabra si su famoso «acto dividuos organizado y dirigido con es-
gratuito, resultara ser, a fin de te fin. V. Psicodrama, Sociodrama.
cuentas, el acto más interesado l. Por el método de psicotera-
que cabe, por ser aquel por el pia de grupo, el grupo se con-
que un individuo pretendía signifi- vierte en agente terapéutico en vez
car al unh·erso su diferencia irre- de ser un agente de disolución de
ductible y soberana. Gratuidad se- la personalidad, tal como se cons-
guía siendo para nosotros una tata en el método clásico de inter-
hermosa y vieja palabra cristiana namiento. (P. BERNARD, L'óvol. ps¡¡-
que por nada del mundo hubiése- chiatr., nov. dic. 1948, 4.)
mos manchado. Designaba la cuali-
dad de lo que, por una gracia su- Gr11po de presión (Socio!.) lngl.
perabundante, se da sin pensar en vressurc gro11,p.
el retorno. (J. GUÉHENN0, La foi Asociación que tiene por objeto
diffic., 111.) defender los intereses comunes de sus
Gratuidad. Carácter de lo que es miembros y que, para ello, trata por
¡,:ratuito, en los diferentes sentidos de todos los medios de influir en ia ac-
esta palabra. L:i gratuidad de la escue- ción gubernamental así como en la opi-
la, de una acusación o de un insulto, nión pública.
de una obra literaria ... 2. Los jefes de los grupos de
presión ingleses son, se dice, mo-
14. Nuestros jóvenes (... ) en- derados, bien por temperamento,
señan que las obras del espíritu de- bien porque en Inglaterra la mo-
ben ser ordenadas a un fin concre- deración es un buen medio para ob-
to, que ha terminado el tiempo de tener Jo que se quiere. Sin tener en
la gratuidad. (... ) Pero ( ... ) ¿no cuenta cuestiones de temperamen-
es a menudo por la gratitud de to, en Francia las relaciones entre
una obra por lo que se mide su el gobierno y los grupos de pre-
alcance en profundidad en los se- sión invitan a éstos a la falta
res y en extensión en el tiempo? de moderación. (H. W. EHRMANN,
(F. MAURIAC, Journal, 327.) La politique du patrona! fr., 1936-
15. El milagro de Jean Girau- 1955, 397.)
doux estará en encerrar, en la fra- 3. La constelación de los gru-
se más artificial, más aparente- pos de presión refleja fielmente
mente abandonada al demonfo de las estructuras socioecon6micns
la gratuidad y del juego, un pen- y las querellas ideológicas del pals
samiento franco y humano (... ) y considerado. (J. MEYNAUD, Les
hasta una muy razonable filosofía. groupes de pression, 12.)
(P.-H. SIIII0N, Littér. contemp., I,
169.) GUSTO, Lat. gustus, acción de gus-
tar, sabor.
GRUPO. Der. del ita!. gruppo,
prop.: nudo. A. Prop.: Sentido gracias al cual
experimentamos una categoría particu-
A. Mat. «Conjunto de elementos de lar de sensaciones y percibimos los sa-
la misma naturaleza que contiene con bores; el sabor mismo; gana o prefe-
cada elemento su inverso, y con cada rencia resultante del sabor de un ali-
grupo de elementos su resultante» mento.
( Di,ct. de11 Se.).
1. Gusto, s. m. El sentido que
D. Psicol. U. S. A.: Trai1Ling Group juzga de los sabores, y por exten-
grupo de formación. En Francia sue- sión la cualidad de las cosas mis-
le decirse «grupo de diagnóstico». Pe- mas que se comen. (C0NDILLAC,
queño número de individuos rcuni- Dict. eles sy11., III, 302.)
455 GUSTO
cristiana de los seres a partir del fesa o pertenece a una colectividad que
ser. Esto es un error, porque de profesa una herejía•.
lo que se trata no es de comparar Sin.: heterodoxo.
dos ontologias entre sí, sino una Contr.: ortodoxo.
«ontología» y, si asi puede decir-
se, una «enología». (E. GILSON, 2. Lo propio del hereje, es de-
L'ctrc et l'css., 41-42.) cir, del que tiene una opinión par-
2. cabe decir simplemente que ticular, es aferrarse a sus pensa-
mientos; y lo propio del católico,
la ontología tiene por contraria a
la he,wlogía, y definirlas como si- e~ decir, del universal, es preferir
gue: la primera estima que lo in- a sus sentimientos el sentimiento
común de la Iglesia. (BossUET,
ferior toma de lo superior una
parte de lo que es; la segunda sos- Hist. eles Var., Pref. fin.)
tiene que lo inferior recibe de lo 2'. Déjese a la gente ruda esa
superior con qué ser lo que Jo su- vulgar cantinela de despreciar
perior no cs. En la primera hay cuanto hay en los herejes, sólo por-
comunicación; en la segunda, li- que lo son. Lo bueno se puede apre-
teralmente, puesta de autoposición. ciar en cualquier parte que esté ...
(H. DUMÉRY, Probl. de Dieu, 99.) Los herejes, por serlo, no dejan
«Henológico11. Relativo ni Uno o n de ser hombres. Ni Dios repartió
la henología. las almas con una providencia tal,
que todos los grandes ingenios hu-
3. Este argumento [prueba de biesen de caer precisamente den-
la existencia de Dios por los gra- tro de su Iglesia ... (P. FEIJOO, So-
dos del ser] ha recibido el nom- bre Raimundo Lulio, Obras, 529.)
bre de argumento henológico (,,. Ad. E.
unum) porque se eleva de lo múl-
tiple a lo uno, de lo compuesto a Herético, adj. Relativo a la herejía o
lo simple. (R. GARRIGOU-L., Dieu, al hereje.
277.) 3. Previsteis que hacía falta
una nueva táctica para una guerra
HENOTEtSMO. Doctrina que afir-
ma la existencia. de un Dios (gr. hen nueva (... ) . Pero con ello Mon-
y theos), pero sin excluir, como el mo- sieur, os colocabais en un es'tado de
noteísmo, la posibilidad de varios. espíritu al que es preciso califi-
car de herético. Confesemos que el
HER,EJfA camino de la herejía os ha llevado
Herejía. Gr. hairesis, acción de ele- muy alto ( ... ) y finalmente hasta
gir (hairein), de preferir. aquí, Monsieur, adonde a veces
lleva también la herejía literaria.
A. Prop.: doctrina contraria a la (P. VALÉRY, Rép. au remerc. el"
verdad religiosa establecida por la en- Mar. Pétain a l'Ac. franc., Pléia-
señanza oficial de la Iglesia. La here- de, I, 1107.)
jía de Arria.
4. la principal herejía moderna
B. Por anal.: doctrina contraria a transforma el /techo en valor y ab-
verdades establecidas (herejía científi- solutiza las realidades relativas de
ca), o incluso a las opiniones profesa- la vida social y política. (A. Pm-
das corno dogmas por un determinado LIP, en L'Europe et le monde
grupo. d'attj., 16, Bacon, 1958.)
l. Aquellos de entre ellos (los
países subdesarrollados) a los que HERENCIA
hemos colonizado se alzan hoy con- Heredero. Lat. hercs, heredis, de don-
tra nosotros ( ... ) , y llevan a cabo de hercditas, que ha dado herencia y
su lucha, ya en nombre de nues- heredad.
tra fe europea, ya a veces, por
desgracia, en nombre de nuestras El que recibe por vía de sucesión.
herejias, que se han extendido en Herencia. Lat. hcrcditas (der. de
tre ellos. (A. PHILIP, en L'Europc he res, heredero), herencia, Jo heredado.
et le monde el'auj., 24, Bacon,
1968.) A. Prop. ( dere~ho): transmisión de
bienes por vía de sucesión¡ los pro-
V. Absoluto, 19. pios bienes recibidos. Aceptar la he-
Hereje. Gr. haii-etikoa, lat. hacreti- rencia, renunciar a ella. La herencia
etts, el que elige, partidario, El que pro- de la corona, de los cargos.
11 El:BNCI,\ 404
mético, obh•nido haciendo fundir los Heroísmo. Cualidad del agente mo-
bordes de la vasija con los de la tapo, ral o de la acción heroicos (B). Fuer-
se atribuía n Hermes. zo de alma extraordinaria puesta al
H<'rmetismo. A. Pro p.: 1-,rnosis"' pn· servicio de una gran causa.
gana aparecida en Egipto y basada en 2. El culto al riesgo puede ser
los libros att·ibuidos a Hel'mcs 'l'ritne• definido como un heroísmo sin
gisto. objeto. El verdadero heroísmo con-
13. Por anal.: carácter de toda doc- siste en saber correr grandes pe-
trina particularmente oscura. ligros parn realiza,· grandes co-
sas. (G. TIIIBON, Éclwllc de Jacob,
l. El público filosófico es en 1·68.)
Francia un público de técnicos
universitarios cuyns particulares llrtero. Del gr. /teteros, otro.
exigencias es preciso satisfacer. Prime,· elemento de ciertas palu-
(... ) El filósofo escribe para los fi- bras, principalmente del vocabulBl'io
lósofos, y debe respetar las normas científico, y que expresa la idea de
de un hermetismo de buen tono. Y alteridad. Se opone a lto1110 (gr. /to-
euando un filósofo tiene audiencia mos*, semejante, idéntico), a autos•
entre el gran público, como ocu- (sí mismo), a isos• (igual). Heterócli-
rrió con Bergson o con Sartre, sus to (¡rr. /ictero/ditos, que en su declina-
colegas le tratan con rigor por ción participa de paradigmas diferen-
ese éxito de mala ley, que impu- tes). V. Sugestión (autosugestión y he-
tan al snobismo. (G. GusDORF, T1·. terosugestión).
de niétaph., 20.) HETERóCRONO. Gr. /ietcrochro•
2. El hermetismo, la oscuridad, nos, de tiempo (chronos). diferente. Se
es un derecho ( ... ). Pero cuando la op. a isócrono.
oscuridad se viste de pedantería, Fisiol. Dos neuronas son heterócro-
de snobismo, o se convierte en un nas cuan~o no tienen ,]a misma crona-
alarde, cuando se hace provocado- xia*, es decir, la misma velocidad de
ra, pretenciosa y exagerada, no reacción.
debemos dudar en pensar que es
un insulto al arte y a .Ja belleza y HETERODOXO. Gr. lteterodo:,;os,
que, al fallar en su propósito -<[Ue que tiene una opinión (gr. do:,;a) dis-
después de todo no puede ser otro tinta (hetera) de la comúnmente acep-
que el de gustar- se condena a si tada. Subst.: heterodoxia.
misma. (R. WALTZ, La créatio11 A. Prop. (teol.): que sostiene una
poét., 274.) doctrina contraria al dogma definido.
HEROiSl\1O Sin.: herético•.
Héroe_ Gr. hiriis, semidiós u hombre Contra.: ortodoxo•.
elevado a la dignidad de semidiós. B. Por ext.: que se aparta de las
A- Prop.: semidiós de la mitología ideas recibidas en un medio o una
antigua. escuela.
B. Por anal.: que ha realizado ac- El profesor de táctica heterodoxo
ciones o manifestado un valor que no se privaba de subrayar y po-
parecen exceder a las posibilidades de ner en la picota los ingenuos erro-
la naturaleza humana. Los héroes de la res de los sistemas de tiempos pa-
Grande Armée. sados. (P. VALÉRY, Rép. a11 remcrc.
du /llar. Pétai11 ,l l'Ac. fra11g.,
l. Parece que el héroe tenga Pléiade, 1, 113.)
un solo oficio, que es el de la gue-
rra. (LA BRUYERE. Caract., 11, 30,) HETEIWGENEO. Gr. hcterogc11i!s,
C. Por ext.: principal personaje de que es de otro (/teteros), género ( gc-
una obra literaria, teatral... (los hé- 11os).
roes de Racine), de un acontecimien- Que está compuesto de elementos o
to (el héroe de la fiesta, de la aventu- partes de naturaleza diferente. Se op.
ra ... ). a homogéneo•. En SPENCER, la evo-
Heroico. A. Relativo a los héroes lución• implica paso de lo homogéneo
(A) de la mitología antigua o a seres a lo heterogéneo. (Der.: heterogenei-
análogos. Edad heroica, poema heroico. dad.)
B_ Que es propio de ]os hél"Oes (B). l. El cambio de .Jo homogéneo
Valor, lucha, muerte heroicos. en lo heterogéneo se manifiesta
467 HILOZOfSMO
21. no hay eiencin que se hnllc masas lecciones del pasado que ni
en }lí'ores l'Ondiriones que ln histo- a los mismos militares han permi-
ria. Nunl'a obsen•arioncs directas, tido felicitarse de haberlas busca-
siempre herhos desaparecidos; e do con tanta diligencia. Si por ello
incluso nunca hechos completos, si- se entiende recetas pnrn el éxito.
no fragmentos dispersos, conservo- no hay tales lecciones del pasado.
dos al azar, detritus del pasndo: (L. FEDVRE, Pref. a Ch. MORAZI:,
el historiador hace oficio de trn- La Franco bo11rg., IX.)
pero. Y aún se ve obligado a opl'- 31. La única lección que inten-
rar sobre tan precarios materiales ta dar es la de que no hay leccio-
por vía indirecta, empleando el nes de In historia. (L. FEBVRE,
peor de los razonamientos, el de
analogía. (Ch. SEIGN0B0S, Bull.
a
«Av.-Propos Ch. MoRAZÉ•, Trois
cssa.is s. hist. et cul., VII.)
Soe. fr. de PhiJ., 1907, :167.)
32. Marx pasa constantemente
22. La historia expone los he- de In idea de que es imposible escri-
chos singulares e imprevisibles, a bir historia sin tener en cuenta las
la vez que busca, cuando quiere condiciones económicas n la de que
ser explicativa, las razones perma- es posible escribir la historia por
nentes. (A. DARB0N, Catégorirs de el juego de las causas económicas.
la. modaJité, 119-120.) (Th. MAULNIER, Au-dela du nation.,
23. La interpretación de los he- 171.)
chas se llama Historia; su trans- 33. La hüitoria se halla siem-
figuración, Poesía. Pero su verdad pre a merced de una reinterpreta-
pertenece de derecho al olvido. ció11, A medida que sabemos más
(E. JALEUX, Esse11ccs, 49.) cosas, las antiguas que sabíamos
24. Siempre que se saca una no son ya las mismas, cambian de
lección de la historia es que, de sentido. (J. M0NNER0T, Les faits
uno u otro modo, se la había pues- sociau:o ne sont pa8 des ch., 107-
to allí antes. (H. MASSIS, Les idécs 108.)
restcnt, 96.) 34. La historia es eo111prensió11
25. La novela debe, según la retrospectiva de un devenir huma-
definición de P.aul Bourj!:et, e¡,for- 1101 es decir, a, la, vez social 1J espi-
zarse por ser verosímil. Es la his- ritual. (R. ARON, Introd. a /a, phil.
toria la que resulta increíble. (J. de l'hüit., 82.)
BAINVILLE, Lccturcs, 104.) 35. ¿ Qué es, pues, la historia?
26. La historia es la ciencia Y o propondría responder: La hi-'-
de las cosas que no se repiten. (P. tori.a, es el conocimiento del pasado
VALÉRY, Variété IV, 139.) h1tmano. (H. MARR0U, De la con-
naÜ!s. hist., 32.)
27. He aquí, en fin, mi última
palabra: me temo que -la historia 36. ni objetivismo puro ni sub-
no nos permita apenas prever; pe-
jetivismo radical; In historia es
a la vez conocimiento del objeto y
ro aliada con la independencia de aventura espiritual del sujeto que
espíritu, puede ayudarnos a ver conoce. (lbí.d., 229.)
mejor. (lbí.d., 142.)
37. La historia, necesaria, no
28. [La Historia] es un arte: suficiente, no es, pues, sino una
nada menos, pero nada más. (P. causa ocasional. No es ausencia de
VALÉRY, en Préscn,:e de Valéry, valor, ni el valor mismo, ni siquie-
12.) ra el material del valor. Es una
29. La historia justifica Jo que ocasión, entre otras, en que el
se quiere. No enseña rigurosamen- hombre puede experimentar la
te nada, porque Jo contiene todo existencia aún confusa de un valor
y da ejemplos de todo. (P. VALfRY, que Je sirve para juzgar la histo-
Rcgar<h s. le monde actucl, 64, ria. La propia rebeldía nos oa
Pléiade, JI, 935.) prueba de ello. (A. CAMUS, L'/,om.-
30. La historia es eso: un me- me rév., 306.)
dio de comprender y, por ello mis- 38. la historia está condenada
mo, de obrar sobre el curso de los a utilizar, concurrentemente, di-
acontecimientos. No apropiándose yersos esquemas de explicación
las «lecciones del pasado•, esas fa.- sin haber reflexionado sobre ellos
475 HISTORIA
que el nivel del hombre se ha fi- tes el bien que el mal. (BossuET,
jado en otro lugnr, 11 una altura S. •1tr les jttg. /11t111ai11s, I, fin,)
distinta. Por cie1'lo, no se ha fija- D. En sentido concreto: el conjun-
do en la mismu alturn en todas to de los hombres considerados como
las sociedades. No tiene el menor formando un todo e incluso una reali-
sentido considerar que hay un ni- dad mornl dotada de una dignidad in-
vel único de lo humano y que los finitamente superior a In de los indivi-
pa(s~s, las sociedades o los gru- duos que In componen. La evolución de
pos que vienen por debajo de él la humanidad, consagrarse a la huma-
viven en :forma infl'ahumana. No nidad, religión de la humanidad (A.
hay tal. Pueden vivir en forma C0MTE),
plenamente humana, si es que el 4'. La humanidad desposeida
nh·el de lo humano para aquellas tiene el derecho de esperar de la
sociedades es efectivamente otro. humanidad poseedora la ayuda téc-
(J. MARÍAS, El ftttttro de la, liber-
tacl, en Libertad y orga11izació11, nica y financiera que permita es-
Tiempo de España, I, Madrid, capar a la regresión y adquirir
1963.) Ad. E. mediante un trabajo más pro-
ductivo la posibilidad de cubrir
2". El intelectual es humano; sus necesidades esenciales. (L ..J.
y, a veces, demasiado humano. H_a LEBRET, Jlfo11ifeste pour une civil~
creido en ocasiones que su prcenu~ sation. solidaire, 25, en Économie
nencia en el atender y en el decir et Hwnia11is,11e, 1960.)
le daba derecho a mandar; y cuan- 4". Puede que la unidad es-
do ha mandado, sólo por excepción piritual de los hombres merezca
logró hacer felices a los hombres. ser ambicionada, que constituya
(P. LAíN ENTRALGO, La, Univers~ un ideal; pero esa Humanidad no
da.d, el inlelcctttal, Europa, 61.) ha sido ni es un hecho. (J. ORTEGA
Ad. E. Y GASSET, La.s Atltintida.s, Obru,
Humanidad. Lat. lmmanitas (der. III, 303.) Ad. E.
de ltuma11us, humano), carácter de 4"'. Salvándoos a vosotros mis-
quien o de lo que es humano en los di- mos y a cuantos os tocan por la
versos sentidos de este adj. carne, por la sangre, por el cono-
cimiento personal, vivo, el mundo
A. En sentido abstracto: carácter está salvado. Porque la humani-
de quien o del que es humano. dad es una cadena, y no hay esla-
l. Acepción puramente objetiva ( sin bón sin eslabón. (J, MARAGALL, Vi-
intención valorizadora) : conjunto de da, escrita,, 104.) Ad. E.
los caracteres constitutivos de la natu- Humanidades (plur.). Lat. l11tma.11io-
raleza humana. La humanidad que nos res litterae, letras más humanas (que
es común. En Cristo, la humanidad es la escolástica tradicional).
asumida por la divinidad. Estudios dirigidos a la formación ge-
2. Con intención valorizadora: con- neral del hombre, principalmente por
junto de los caracteres por los que el la familiaridad con las obras maestras
hombre se distingue específicamente de la literatura, ya grecolatina y del
de los animales. En ciertos estados de país en que se estudian (humanidades
demencia, toda apariencia de humani- clásicas), ya casi exclusivamente de
dad parece haber desaparecido. Prin- este último.
cipalmente: disposición simpática, com- 5. Decimos «las Humanidades»
prensiva. para designar ese coloquio cotidia-
no con los grandes antepasados,
3. Pues si se me arrebata el (ALAIN, Mars ... , 191.)
[poder de hablar,
tanto me da perder la hu- O. No hay Humanidades moder-
[manidad nas ( ... ). Es necesario que el pa-
y cambiar mi esencia en la sado ilumine el presente, pues sin
[de un animal. ello nuestros contemporáneos son
(M0LltRE, I,e dépit annoureuz, a nuestros ojos animales enigmá-
11, VI.) ticos. (ALAIN, Propos s. l'éd11c.,
LXVIII, p. 257.)
4. la prudencia me enseña a no Humanismo. En general: actitud
precipitarme en mis juicios; la hu- consistente en centrar el interés en el
manidad me ordena presumir an- hombre o Jo humano.
483 HUMILDAD
de ellas ofrecen una representa- Sin. (en Claude BERNARD): idea pre-
ción sensible y singular; y, por concebida.
otra, con respecto al espíritu que 48. el primer mc,vimiento del
las piensa en un acto individual y espirito científico es una hipóte-
pasajero, (E. GoBLOT, Syst. des se,, sis o idea a priori con cuya ayuda
97.) la mente se lanza más allá del he-
45. Nosotros no creamos las cho bruto... (Cl. BERNARD, Princ.
ideas. Son los elementos de un uni- de mé<l, expér., 77.)
verso de pensamiento, como }os 49. la idea a priori, o mejor, la
cuerpos son los elementos de un hipótesis, es el estímulo de la ex-
universo de materia. Cabe así de- periencia. (Cl. BEnNARD, Introd,, I,
cir que todas las ideas que vienen I, § 6.)
a iluminar nuestro espíritu son de
Dios... Y, euando ha surgido el 60. La idea experimental es,
descubrimiento, somos como el es- pues, también una idea a, priori,
pectador que ha ido a buscar el pero una idea que se presenta ba-
espectáculo que tiene ante los jo la forma de una hipótesis cuyas
ojos, pero que no lo ha creado, que consecuencias deben ser sometidas
tan sólo lo presentía antes de co- al criterio experimental a fin de
nocerlo. ( ... ). Voces silenciosas, juzgar su valor. (Ibúl., I, 11, ln-
formas sin contornos, pasos que trod.)
permanecen, las ideas nos intro- 61. es preciso, si se quiere, que
ducen en un mundo luminoso en el tengamos alguna idea preconcebi-
que nuestra alma nace a la vida da o a priori para montar una ex-
eterna. (L. LAVELLE, La consc. de periencia; pero una vez montada
soi, 60-64.) la experiencia, escuchamos con cui-
V. Objeto, 63. dado la respuesta (... ), sea o no
2. En HEGEL (por op. al concepto, favorable a nuestra idea primiti-
subjetivo, la Idea es objetiva, en sí), va. (CI. BERNARD, Le~. de physio/.
el pensamiento absoluto del que pro- cxpér., I, 293.)
ceden por desarrollo dialéctico la Na- V. A priori, 4, 6.
turaleza y el Espíritu. Idea, fija. Representación parásita
46. si la palabra Idea ha de ser que tiende a acaparar por completo el
mantenida a fin de que sirva pa- campo de la conciencia y a la que no
ra designar el concepto objetivo o reconoce carácter mórbido. Cuando
real, y si la Idea debe ser distin- existe este carácter, se trata de una
guida del concepto mismo, es tan- obsesión.
to más necesario rechazar la defi- 62. la idea fija es la «atención
nición de la Idea según la cual es permanente». Atrae y concentra en
algo ideal, lo que hace a menudo sí todas las energías intelectuales
decir de ciertos pensamientos, que, y, con la progresiva desaparición
sin embargo, expresan verdades de las demás ideas, llena por s! so-
que no son más que úleas. (HEGEL, la el campo mental y ejerce as! en
Se. de la /og., 11, 462.) él, sin contradicción, una sobera-
47. Puesto que de cuanto aca- nía absoluta y tiránica, (A, EY-
bamos de decir resulta que la Idea MJEU, Gouvcrn. de soi-1n., l 1 236-
representa la unidad del concepto 236,)
y la objetividad ( ... ), todo lo que 53. La diferencia Ientre la idea
es real lo es sólo en cuanto con- fija y la obsesión] reside, sobre to-
tiene y expresa la Idea. (lbíd., 11, do, en el hecho de que la idea fija
4G3.) del trabajador absorbido es queri-
Idea a priori. A. En KANT, V. más da, al menos en su origen, y en
adelante Ideas trascendentales. nada rompe con su intervención la
B. En Cl. BERNARD (sin, de hipó- uniclad psíquica del individuo;
tesis) : explicación sugerida por los mientras que la idea fija de la ob-
hechos (y en este sentido a posterio- sesión es involuntaria, auttmiática
ri) pero que aún no ha sufrido la ve- y discorclantc con el curso regular
rificación racional mediante los hechos del pensamiento. (A. PITRES y E.
(y en este sentido solamente a priori). RÉGIS, Les obscssions et les impul-
Esta idea sólo es a priori en un sentido sions, 253.)
relativo. V. Pasión, 19,
491 IDEA
Todo surt•d~
111,rn.la u(1 et ira. ( ... ) las tic, In ideologin. (lt AnoN, en
l'Ulllo ~¡ la ideología fuese ufnbri- lfrch. ¡,hilos., VI, 64.)
c:ulni) para responder a l'iertas nc- 103'. El clescuiJrimienlo de las
CC'~irl:·drs sociales, es de('ir, inter- ideologías de clase es de primera
suhjC'liYas, l'0Jl\0 los productos ín- importancia si se le reduce a los
(1usti-ialC's para responder a cier- términos dentro de los cuales tie-
tas nPcesidades económicas. (.T. ne un sentido serio; a saber: si en
:\1o:'\~EROT. Les faits soriau .. .: 1H'
la ideología de clases se ve úni-
,.,•011t JJ(r.~ des ch., 206.)
camente un hecho empírico, la
~~- La ideología es (... ) el equi- tendencia frecuente en muchos
\·alente fun,•ional del mito. (lbíd., hombres a dejarse influir en sus
2ll8.) ideas por sus intereses. Pero en
~H1'. la ideología tiene con la fi-
Marx tiene un carácter absoluto y
meta.físico, que es, a todas luces,
losofía una relación comparable a exorbitante y falso. (J. ORTEGA Y
la de la vulgarización con la cien- GASSET, No ser hombre ele partido
cia. A n1enudo ésta, vista a través (1930), Obras, IV, 83.) Ad. E.
de aquélla, resulta irreconocible;
pero no por eso la vulgarización V. Derecho, 6; Historia, 63.
deja de deber su nacimiento a la Ideológico. A. Relativo a las ideas.
ciencia. (lbíd., 210.) Que se basa en ideas (pruebas ídeolú-
gicas [ de la exist. de Dios]).
1OO. Las ideologías se enfren-
tan con las filosofías, cuando es- 104. En vez de observar las co-
tán hechas sobre filosofías apre- sas y describirlas, de compararlas,
suradas improvisadas sobre otras nos contentamos entonces con to-
filosofías más profundas, reforma- mar conciencia de nuestras ideas,
das para subvenir a las necesi- analizarlas, combinarlas. En vez
dades afectivas, adaptadas a tran- de una ciencia de realidades, no
cas y barrancas al intercambio y hacemos ya más que una ciencia
las fluctuaciones bursátiles de la ideológica. (E. DURKHEIM, Regles
política cotidiana. (... ) Un carác- de la méth. soc., 8. • ed., 21.)
ter fundamental de la ideología es B. Relativo a la ideología o a una
el de ser utilizable. ( ... ) Las ideo- ideología. Lucha, controversia ideológi-
logías ( ... ) son, por el hecho mis- ca.
mo de su producción, candidatos Ideólogo. A. Palabra creada por
desde su nacimiento al papel de Bonaparte para designar y denigrar a
c,pabellón que cubre la mercancía». los pensadores que reducían la filosofía
(lbf.d., 211-212.) a ideología (en el sentido A). Más tar-
101. Las ideas están atiborra- de, no siempre se ha tomado en sentido
das de ideologías, de abstraccio- peyorativo. Les Idéologues, obra de F.
nes inmovilizadas y simplificadas PICAVET, Alean, 1891.
para un amplio consumo, que mo- 105. Bonaparte tenía siempre
delan Jos espíritus y en ellos resis- en la boca la palabra ideólogo, con
ten a la creación espiritual. (E. la que pretendia cubrir de ridícu-
MOL'NIER, Manifeste du personn., lo a los hombres en los que creía
11.) entrever una tendencia a la per-
102. La ideología aspira por fectibilidad indefinida. (BOURRIEN-
NE, /11émoires, III, 283.)
naturaleza a convertirse en propa-
ganda, es decir, en transmisión au- Il. Hoy: el que profesa una ideolo-
tomática de fórmulas magnetiza- gía en el sentido B. Tiene siempre
das por una pasión de esencia en acepción peyorativa.
el fondo rencorosa, y que sólo to- 106. la muchacha (... ) mostra-
ma cuerpo a condición de ejercer- ba esa temeridad de los ideólogos,
se contra una cierta categoria de capaces de dejar que el mundo pe-
humanos: los judios, los cristia- rezca antes de renunciar a una so-
nos, los masones, los burgueses, la coma de su programa. (G. Du-
etcétera. (G. MARCEL, Les hommcs llAMEI,, Les plaisirs et les jeux,
contre /'humain, 167.) 250-260.)
103. La fórmula «la ideología 107. Decid a un ideólogo de
es la idea de mi adversario» seria nuestros días que es un ideólogo y
una de las definiciones menos ma- se sentirá herido. Él afirma que
407 IDENTJDAD
alguno ch:- sus trihutos. En el pri- ,·e: hacer (fcice,•e, que en compos1c10n
mer caso es i1111 nriuncin; en el se- se transforma en ficere o fica.rc) lo
J!Ulldll, c•qui1•ale11cia-. Hay que dis- mismo (ülc1n); lo que supone que las
ting-uir, pues, la identidad del u,ro, cosas identificadas son en cierto modo
que es la de Jo incambiac/o, y la diferentes,
clrl 11110 !I d oh·o, que es lu identi- Establecer la identidad de alguien o
dad de Jo intcreambiablr. (A. L,1- de algo, es decir, determinar: quién es
MOUCHE, Log. clr la si·mplicité, 233- tal individuo, p. ej., un manifestante
234.) detenido por la policía, el autor de un
A. Identidad concreta o numél'ica: cuadro (identidad concreta) ; o a qué
carácter de lo que es numéricamente categoria pertenece, p. ej., cuál es la
lo mismo, es decir, único, aunque se especie o el nombre de un insecto,
presente bajo nombres, aspectos o cir- la nacionalidad de un avión ... (identi-
cunstancias cuya diversidad podría ha- dad abstrncta).
cer ercer en una multiplicidad_ Identi- Contr.: diversificar, distinguir.
dad del Lago de Ginebra y el Lago
Lemán, identidad del Yo en el curso 12. Cierta mañana de mayo
de la ,-ida, identidad de un criminal o sorprendi, inmediatamente antes
un suicida. de mi despertar, un «espej ismo11
que me deslumbró para siempre,
9. En mí se halla la sustancia, sin que pudiese identificarlo. (M.
a la vez en el tiempo y fuera del JOUHANDEAU, Mé,norial, 1, 29.)
tiempo, medida del cambio y de la 12'. Fue España la única que,
permanencia, tipo de la identidad. prolongando su inveterada decisión
(F. RAVAISSON, De l'habit., 20.) medieval, identificó sus propios fi-
10. Sólo dos cosas establecen nes nacionales con los fines uni-
de hecho nuestra identidad a nues- versalistas de la Cristiandad, to-
tros propios ojos: la permanencia mando éstos como propios a partir
de nuestro carácter y el encade- de Fernando el Católico, quien, co-
namiento de nuestros recuerdos. mo Gracián dice, «supo juntar la
(J. LACHELIER, Psychol. et mé- tierra con el cielo». (R. MENÉN-
taph., II; <Euvres, 1, 178.) DEZ PIDAL, Los españoles en la /iis-
V. Entorno, 2. toria, 57.) Ad. E.
B. Identidad abstracta o específica: Identificarse (referido a personas).
carácter de lo que presenta caracterís- Llegar a ser, en el pensamiento, el mis-
ticas comunes, de lo que es del mismo mo que otro, es decir, pensar, sentir,
género, del mismo tipo. comportarse como si fuese él.
11. la identidad constitucional 13. Hay, bien lo sabéis, autores
de los gemelos y su perfecta seme- que no consiguen inventar sin
janza en todos los aspectos podrá, identificarse con los personajes de
en muy variadas circunstancias, su imaginación. (G. DE NERVAL, Les
constituir un objeto de experimen- filies clu /cu, a Al. Dumas.)
tación particularmente interesan- 14. el lector empieza su lectura
te. (M. CAULLERY, Biologic des ;u- identificándose con el héroe de la
meaux, 106.) novela. (J.-P. SARTRE, Sit11atio11s,
1, 133.)
11'. no conviene contar entre
las propiedades del ente la identi- V. llospitalis,no, l.
dad y la diversidad, porque en Identificación, A. Acción de iden-
cuanto éstas pueden expresar for- tificar, es decir, de constatar que una
malmente relaciones de razón, no persona o una cosa determinadas son
pertenecen a las propiedades del las mismas que otra: ya numérica o
ente, (... ) porque tales relaciones concretamente (identidad concreta:
no le convienen por sí al ente, si- identificación de un individuo por me-
no sólo de modo extrínseco, por el dio de una tarjeta de identidad) ; ya
pensamiento, reflexión o compa- especificamente (identidad abstracta:
ración de la mente. (Fr. Su.(REZ, identificación de una flor por medio
De las ¡,ropiedades ckl e11tc ... , II, ele un manual de botánica).
§ 14, p. 50.) Ad. E.
15. Es la tendencia a la iden-
Principio de ulentidad. V. Princi¡,ios tificación lo que constituye el fon-
l6gú:os. do ele nuestra razón. (E. MEYER-
Identificar. Lat. escolást. identifica- soN, C/1e-mi11 1 de la pe11sée, I, 249.)
499 IDOLATRIA
ig-ualmC"ntc n los que clln hizo dl'S- que dr.gradn, consiste en su nr-
iJ!UR.les? (J. RnsTAND, Prnsérs d'trn t1ad,í11. (G. T!IID0N, lleto11r au réel,
biol., 24.) 106.)
14'. la mnyor smna de igualda11
posible se alranzn en el estado sul- ILACIONISMO
Ynje, y la civilizarión lleva consi- Ilath·o. LaL. illativu•, que infiere
go indefectiblemente la desigual- (i11fer1·, tiene por part. pasado illa./11s),
1lad; y aun he llegado a sospechar que concluye.
yo, que <.'sas tribus salvajes, que Empleado sobre todo en inglés, es-
por iní'ivilizablcs perecen, no pu- pecialm. en el término illativo scnso
diendo sostenerse enfrente de puc- (NEWMAN), para designar un conoci-
hlos muy adelantados, son tal vez miento por inferencia inmediata o in-
tazas absolutamente refractarias tuitiva.
a las desigualdades indispensables l. El rasgo caracteristico de
a toda civilización. (C. ARENAL,
estas operaciones del sentido ila-
Cartas a 1111 obrero, 263.) Ad. E. tivo es que, en un esfuerzo instan-
V. Autoridad, 6. táneo, por un so]o y mismo acto,
Igualitario. A. Que realiza o tiende In inteligencia percibe el signo y la
a realizar la igualdad. Doctrinas, le- rosa significada, el indicio y la ley.
yes igualitarias. (,J. Huev, en Rech. de se. relig.,
14". La sobriedad es altamen- 1919, 60.)
te igualitaria. La sobriedad mate- Ilación. Lat. illatio, acción de infe-
rial es la inestimable riqueza que rir, de concluir; conclusión.
poseen por igual tanto el pudiente A- Acción y efecto de inferir una
como el desvalido; la sobriedad cosa de otra.
mental prescinde de aceidentales o Sin.: inferencia*.
secundarias distinciones. (R. ME-
NÉNDEZ PIDAL, Los españoles en la 2. mi amigo ( ... ) intentó probar
hÚ!toria, 33.) Ad. E. esa ilación mediante un razona-
miento en forma. (LEIBNIZ, Théod.,
R Que profesa el igualitarismo. Disc., 70, p. 86.)
15. El orgullo del rico igualita- B. Lóg. Enlace o nexo del consi-
rio está a salvo, puesto que ton1a guiente con sus premisas.
al pobre por igual libremente. (J.
RosTAND, De la va.nité, 84.) e_ Trabazón razonable y ordenada
de las partes de un discurso. (Real
v_ Temperamento, l. Acad.)
lgualitarismo_ Doctrina que profesa Ilacionismo_ Teoría según la cual
la igualdad absoluta de los hombres un cierto conocimiento, especialmente
bajo todos los aspectos, o sistema po- el del mundo exterior o la idea de ob-
lítico que tiende a hacerla efectiva. jeto, no es obtenido inmediatamente, si-
16. si es falso que el igualita- no por inferencia (lat.: illatio).
rismo, al negar las diferencias de Sin.: teoría de la inferencia.
los individuos, tienda a suprimir
la competencia entre ellos, es cier- Co>1tr_: intuieionismo.
to que tiende a igualar las condi- ILUSlóN_ Lat. illusio, der. de i!lu-
ciones de esa misma competencia,
( ... ) La igualdad de oportunida- dore (jugar [/11dere] sobre in), bur-
des no está hecha para borrar, si- larse, reíl'se de: ironía, ilusión, enga-
no para poner de relieve la des- ño,
igualdad de capacidades. (C. Bou- A. Prop.: percepción errónea como
GLÉ, ldéco égalit., 27.) consecuencia de una mala interpreta-
17. . .. para sostener y avivar el ción de los datos sensoriales, error de
sentido de la igualdad sin caer en ordinario favorecido por una aparien-
un igualitarismo nivelador... (J. cia engañosa de las cosas.
MARITAIN, Christian. et démoc., Sin.: el'ror, equivocación, espejismo,
68.) fantasma, visión, quimera.
18. El igualitarismo cl"istiano, l. La i/iu,i6n supone cosas exis-
basado en el amor que eleva, im- tentes, y se refiere a la manera
plica la supcraci611 de las desigual- en que se muestran a nosotros
dades naturales; el igualitarismo o en que nosotros las vemos; es de-
democrático, basado en la envidia bida a la mente que se deja enga-
503 IMAGINAClóN
ñar ( ... ). La quimera es una pura térmicas y, sobre todo, álgicas. El pro-
invención, presenta cosas que no blema psicol. es explicar el origen de
existen ni podrian existir. (LAFA- esta impresión: como la explicación pe-
YE), riférica (excitación de las terminacio-
2. Nos alimentamos más de ilu- nes nerviosas del muñón) no abarca to-
siones que de cosas. (H.-F. AMIEL, dos los hechos, hay que recurrir a una
Jo1m1al, 1D marzo 1869.) explicación central: persistencia del
esquema corporal o imagen del cuerpo.
2'. A los falsamente acusados, 6. Lo que resulta, en último
que por debilidad condescienden al análisis, de la consideración de la
interrogatorio contra el testimonio ilusión de los amputados, es que
do su conciencia, se añaden mu- la imagen de nuestro cuerpo es mu-
chos que se confiesan reos por ilu- cho más resistente a la destrucción
sión o fatuidad. Esta ilusión es que nuestra morfología. (J. LHER-
contagiosa, y se multiplica infini- MJTTE, L'image de notrc corpa,
to cuando anda algo ardiente la
pesquisa sobre hechicerias. Tanto 126.)
se amontonan las brujas donde hay Ilusio11es o errores de los sentidos.
pesquisidores cavilosos como las Percepciones no conformes con la rea-
energúmenas donde hay conjura- lidad. Por ej.: creemos ver el movi-
dores porfiados. (P. FEIJ00, Para- miento de una cosa en realidad inmó-
clojas políticas y mora/e•, Obras, vil; hallamos pesada una cosa ligera,
292.) Ad. E. recta una línea curva ... Pero se trata
de errores de percepción y no de erro-
B. Apariencia que sabemos es tal y res de los sentidos.
no provoca juicio categórico erróneo,
pero frente a la cual nos comportamos 7. Las ilusiones de los sentidos
no obstante como frente a la realidad. ( ... ) muestran siempre que no es
V. Al1tcinacio11es hipnagógicas. porque percibamos un cuerpo do-
tado de tales propiedades por lo
3. La ilusión está en las sensa- que juzgamos que las posee, sino
ciones y el error en los juicios. Se que, por el contrario, es por juz-
puede a la vez gozar de la ilusión gar que las posee por lo que io
y conocer la verdad. (J0UBERT, percibimos asi. (J. LAGNE.\U, Céic-
Pcnsées, 122.) brcs lefOHB et fragmcnts, 162.)
4. Prefería sus ilusiones a la 8. Las ilusiones de los sentidos
realidad. (A. DE MUSSET, Les ca- son maneras de percibir tan sólo
prices de Marianne, II, VI, Octa- falsas en cuanto nos representan
vio.) el objeto de nuestra percepción de
5. El placer de la novela es ca- un modo no conforme al normal.
si siempre el comunicarnos esa vi- (lbW., 180.)
da imaginaria, el ponernos en el
lugar del héroe, el darnos la ilu- IM.-\GINAClóN
sión de vivir una aventura. (H. Imagen. La~. _i1na.go, imagnus, co-
DELACR0IX, Psyclwl, e/o l'art, 122.) rresp. al gr. eiko" (de donde icono) y
5'. La vida es ilusión, Y la poe- pha11ta,ima (der. fantasma, etc.).
sía no sería nada si no fuera ilu- A. Pro p. ( Fis.) : representación de
sión. Tan apegados estamos a la orden material de un objeto percibido
ilusión, que muchas veces, leyendo por la vista, ya por reflejo en el agua
un poema, ponemos en él mucho o en un espejo, ya por procedimientos
más de lo que en ese poema exis- gráficos.
te. Poemas que admiramos no los l. [ En el festin de los merce-
admiraríamos si los creyéramos de narios]: los cráteres, con borde de
un poeta mediocre. Poemas que des- espejos convexos, multiplicaban la
deñamos los admirariamos si los imagen ampliada de las cosas. (G.
creyéramos de un poeta predilecto, FLAUBERT, Sa/a,mbo, cap, l.)
(AZ0RIN, El cscri/01•, 47.) Acl. E.
2. No hay fuente que pueda de-
C. Esperanza acariciada sin funda- volver a Nat·ciso unn imagc.'n fiel
mento racional. (Real Acad.) y ya formada. (L. LAVELLE, L'cr-
f11tsi6n ele los amp1ttados. lmpresi,ín, rcur de Narcissr, 10.)
frecuente en los amputados, de perci- R. Por anal. (Psicol.): representa-
bir el miembro inexistente como sede ción mental; primitivamente de un ob-
de determinadas sensaciones: táctiles, jeto percibido por la vista; más recien-
IM.\GINAClóN 504
cho nuls por sus inuíg-cnes qUC' por dncl deseudu y se imaginan que
su í'sfuí'rzo semántico. ( /bid., 285.) cabe ![Ustur en una realidad el en-
Imaginar. A. Representarse en im:í- canto de un sueño. (llf. PnoURT, TJu
,::-enes ( sentido H) ya sean cosas 1msn- cüté de chcz Swan11, I, 13-14.)
das, ya cosas ausentes o no pe_rce~~i- C. Inventar; concebir oigo nuevo,
blcs a los sentidos. V. lmag111ac1011 V. Imaoiuación creadora.
1·cproduton1. Para distinguir esta acti- 34. El recurso de quienes no
,·idad mcnt.al de la indicada en JI, SAR- imaginan está en contar. (VAUVF~
TRE emplea el neo!. "imnger». Se dis- NARGUES, Réfl. et max., 116.)
tingue de concebir*.
35. Imaginar es fingir, es de-
W. anoto las punzadas de mis cir, crear ficciones ilustradas que
scm~aciones por la curiosidad de ocupen más o menos a nuestros
imag-inarlas cuando el tiempo las ojos el lugar de las cosas. No se
haya borrado. (M. BARRÉS, Un trata, pues, sólo de tener imágenes
hommc libre, 29-30.) y ser más o menos su juguete -en
30. el que imagina el pasado el sentido que Bossuet y los carte-
con g-ran viveza y del que decimos sianos daban al verbo, que para
que se transporta a él, transporta ellos designaba, sobre todo, una de
el pasado al presente y le da siem- las formas de la pasividad huma-
pre nueva forma. Del pasado en si na-, sino, esencialmente, de dár-
mismo no conserva más que una noslas ( ... ), y, para la psicología
nueva capacidad de pensar y de moderna, el verbo designa, sobre
obrar. (L. LAVELLE, en L'cxistcncc, todo, una actividad de la mente.
116-117.) (llf. PRADINES, Tr. do psychol., 111,
31. el acto imaginante es inver- 5.)
so del acto realizante. Si quiero 36. Por la imaginación abando-
imaginar [representarme como rea- namos el curso ordinario de las co-
les] los arabescos ocultos ... (J.-P. sas. Percibir e imaginar son tan
SARTRE, L'imaginairc, 230.) antitéticos como presencia y ausen-
V. Concepto, 5, G; Entendimiento, 3. cia. Imaginar es ausentarse, lan-
zarse hacia una vida nueva. (G.
B. Representarse concretamente co- BACHELARD, L'air et les songcs,
sas irreales, en particular un porvenir 10.)
posible.
Sin.: figurarse, soñar, concebir, con- Imaginario. En sus diferentes acep-
templar. ciones, se opone a real.
32. Que si quiero pensar en una A. Adj. l. En el uso ordinario:
figura de mil ángulos, concibo, en que no existe o no es tal más que en
verdad, que es una figura com- la imaginación. Enfermedad o enfermo
puesta de mil lados, tan fácilmen- imaginario. No es sin. de imaginativo•.
te como concibo que un triángulo 37. Mis personajes imaginarios
es una figura compuesta tan sólo me afectan, me persiguen, o n1ás
de tres lados; pero no puedo ima- bien soy yo quien soy en ellos.
ginarme los mil lados de aquella Cuando escribía el envenenamiento
figura. (Log. de Port-R., I, I, de Emma Bovary, tenía de tal mo-
Hach., 1854.) do el sabor a arsénico en la boca
33. La vida es tan diferente de que me ocasionó dos indigestiones
la que yo había imaginado ... seguidas, dos indigestiones muy
No hay que intentar vivir lo reales, puesto que devolví toda la
que uno había imaginado, dijo Ed- cena. (FLAUBERT, Carta a Taine,
mée. Hay que sacar partido de lo cit. en Do l'intelliy., I, 90.)
que nos es dado. (A. MAUROIS, . 38, No son seres reales, sino
Tcrre promisc, 181.) imaginarios los que ejercen sobre
Imaginarse. Representarse, fundán- el alma la acción más profunda y
dose en datos más o menos válidos, al- duradera. (A. FRANCE, Crainquebi-
go de lo que no se tiene un conocimien- lle ... , 79.)
to directo, principalmente un aconteci- 39. Los refugios imaginarios
miento por venir. (titulo]. ( ... ) Esas construcciones
33 bis. .. .los que viajan para imal{innrias ( ... ) tienen en común
ver con sus propios ojos una ciu- el reemplaza.- una adaptación la-
507 llUAGINAClóN
boriosa por una adaptación fácil. que lleva más lejos que cualquier
(E. MoUNIER, Tr. d11 caracl ., 383- expresión (imaginativa o incluso
384.) conceptual). (H. DuMÉRY, Philoso-
V. Amor, 63; //usióu, 6; Sueño, 28. 7>/iic .de la rcligio11, 11, p. 58, n.
3.)
2. En mat.: «Calificativo aplicado
ni elemento que no puede (o que pa- La imauina.tiva (anti c.). Elipsis de
rece no poder) ser asociado a ninguna la potencia imaginativa.
figuración concreta. Ejemplo: recta Corrr/.: estimativa•, cogitativa•.
imagiHaria» (Diet. des Se.). Así, lo 43. Y, no obstante, cuanto quie-
imaginario matemático no puede ser [ro, tengo la imaginativa
imaginado. tan buena como cualquiera.
Número imaginario. «Número com- (MOLIERE, L'étourdi, 11, XIV.)
plejo cuya porte reo\ es nula. Todo nú- 4'1. La imaginativa, facultad
mero imaginario o imaginario puro animal, es muy diferente de la
puede ser considerado como una de las imaginación. La primera es pasi-
ralees cuadradas de un número real uc- va; la segunda, por el contrario,
gativo. Ejemplo -3 i =- V _9,. activa y creadora. Los niños, los
(Diet. des Se.) débiles mentales, los tímidos, tie-
V. Ntímcro, 9. nen mucha imaginativa. Las gentes
B. Subst. Mundo creado por la ima- despiertas y de mucho ingenio tie-
ginación. El i111a.gi11ario (título de una nen gran imaginación. (J. JoUBERT,
obra de J .-P. SARTRE). Pcnsécs, Didier, 1862, p. 561.)
40. Esta obra tiene por objeto 45. Pero, ¿por qué habláis tan
describir la gran función uirreali- [despacio?
zante» de la conciencia o «ima- ¿Acaso tenéis gota en la imagi-
ginación» y su correlato noemáti- [nativa?
co, el imaginario. (J .-P. SARTRE, (E. RosTAND, Cyrano ... , III, VI.
L'i111agi11aric, 1-1.) Roxana a Christian.)
41. el sueño es la realización 45'. Es la función imaginati-
perfecta de un imaginario cerra- va en el alma como los ojos en el
do; es decir, de un imaginario cuerpo, la de recoger las imágenes
del que ya no podemos salir en mirando; luego está la memoria en
absoluto y del que es imposible to- forma de abertura de vaso, para
mar el menor punto de vista exte- conservarlas; la fantasía, que reú-
rior. (lbíd., 213.) ne y separa aquellos datos aislados
y simples que recibiera la imagi-
Imaginativo. A. Aplicado a perso- nación. (J.-L. VIVES, Tratado del
nas: que tiene una particular facili- a/,na, 40.) Ad. E.
dad para imaginar.
V. Fantasía, 2.
42. La psicología del imagina-
tivo se reduce a una intervención Imagi!'ación. Lat. imagi11atio (= gr.
de los papeles, progresivamente phantasu,,, de donde fantasía•). der. do
creciente: las imágenes se convier- imago (imagen), visión, imagen.
ten cada vez más en estados fuer- A. Facultad de imaginar, en los di-
tes, las percepciones en estados dé- versos sentidos de esta palabra. Es clá-
biles. (Th. RIB0T, Esaai sur l'imag. sico distinguir entre imaginación re-
eréatr., 269.) productora e imaginación creadora.
B. Aplicado a los procesos psíqui- 46. El gozo y la posesión perte-
cos: que es del orden de la imagen (y necen principalmente a la imagi-
no del concepto). Una representación nación. Ella abraza más cálida y
imaginativa. continuamente lo que busca que Jo
que ya tocamos. (M0NTAIGNE, Es-
42 bi.s. Que el lector no confun- sais, III, IX, Pléiade, 1092.)
da sin discernimiento «imaginati-
vo» e «imaginario». La forma ima- 47. la parte de la mente que
ginativa responde a la ohlignción más ayuda en las Matemáticas, es
en que la conciencia se halla de dcrir, la imaginación, es d~ más
«esquematizat'1) sus categorías, clnño que provecho en les especula-
Cuando desempeña correctamente ciones metafísicas. (DESCARTES,
esta obligación, puede ser salvada. Carta 13 nov. 1639, 11, 622.)
No es engañada por la Imagen •i 48, La imaginación no consiste
la utiliza según la intencionalidad, sino en la fuerza que el alma tiene
IM.\GINAClóN 508
privativo corrcsp, ni alfa privativo del Pierre J ANE1' parn designar el es lado
griego (i11fructuoso = a.karpos; inde- de profunda insnlisfacl'ión, de rndical
finido = aoristo) ; insuficiencia, de que sufren los psi-
2.0 en ciertos casos (in locativo), pre- casténicos.
sencia en (incorporado), movimiento Estos enfermos, predispuestos al
hacia o contra (inclinación, inducción, alcoholismo, poseen siemp1·e en al-
insulto). to grado los sentimientos de in-
Incertidumbre. (Relaciones de). V. completud que causan la depre-
Rrlaci6n E. sión: sentimientos de inquietud, de
hastio, de vacio, de sueño, de mie-
INCLINACióN. Lat. inclinati.o, der. do, de incapacidad, de falso reco-
de inclinare (doblar hacia, inclinar). nocimiento, de falta de interés, de
Psicol. Disposición afectiva que lle- desorientación, de despcrsonaliza-
va hacia algo, pero sobre todo hacia eión, de peligro, de muerte, etc. (P.
personas. JANET, Médicatio11s p•ychol., 2.• ed.
III, 349.)
Sin.: tendencia, afecto, sentimiento,
deseo. V. Inquietud, l.
l. ... esta palabra significa pro- Inconmensurable. V. Jllcclula.
piamente la acción del cuerpo INDEFINIDO. Lat. indefinitus, in-
cuando hacemos una reverencia definido, vago.
por respeto, o la de la cabeza que
bajamos por cortesía ante los in- A. Por op. a definido*: que per-
feriores. manece indeterminado, no especificado.
Pronombre, pretérito indefinidos.
Figuradamente, la inclinación Sin.: indeterminado*.
no es más que un deseo habi-
tual por determinada cosa; o, si V. Cl!l1'tiduntbre, 3; Infinito, 5.
su objeto son las personas, un de- B. Por op. a finito*: que, aun sien-
seo que tan sólo difiere del amor do finito, es susceptible de aumentos
en ser menos vivo. (CoNDILLAC, ilimitados. Progreso indefinido. Y así
Sy11., III, 329.) indefinidamente.
2. No quiero forzar tu inclina- C. Por op. a infinito*: que sólo es
ción. ( ... ) No puede haber matri- infinito desde un cierto punto de vista,
monio feliz donde no existe incli- porque no podemos alcanzar su fin.
nación. (MOLIERE, L'avare, IV, 111, l. no hay ·nada que yo llame
Harpagon a Cléante.) propiamente infinito, si no es aque-
3. U nos tienen inclinación a llo a lo que por ninguna parte en-
las armas, o por las armas, otros cuentro límites, y en este sentido
al estudio; los unos a la virtud, los sólo Dios es infinito. Pero aquellas
otros a la vida desordenada. Nun- cosas a las que sólo bajo cierto as-
ca se triunfa cuando se fuerza la pecto no veo fin, como la exten-
propia inclinación. (Dict. de Tré- sión de los espacios imaginarios, la
voux.) multitud de los números, la divisi-
bilidad de las partes de la cantidad
4. fueron a las cosas dadas y cosas semejantes, las llamo i11-
sus potencias para que con ellos clcfi1lida8, y no fofinitas, porque
busquen su perfección, y estarían no carecen por todas partes de fin
en ocio todas si no tuviesen dentro y limites. (DESCARTES, Prem. rép.,
de sí alguna incitación que las mo- IX, A, 89-90.)
viese. Esta incitación o apetito es
a las veces sin conocimiento algu- 2. No teniendo ninguna razón
no, como el apetito que tienen to- para probar, e incluso no pudien-
das las cosas de ser, y los elemen- do concebir que el mundo tenga lí-
tos de colocarse en sus lugares y mites, lo llamo ·indefinido. Pero no
obrar según su naturaleza. Esta por eso puedo negar que acaso ten-
tal manera de apetito se llama na- ga limites conocidos de Dios, aun-
tural inclinación. (F. PflnEZ DE que me sean incomprensibles: por
OLIVA, Diálogo de la dignidad del eso digo de modo absoluto que sea
hombre, 79.) Ad. E. infinito. (DESCARTES, Carta 6 junio
1647, V, 51-62.)
INCOMPLETUD. (Sentimiento de--). 3. todo cuerpo puede ser dividi-
Término (illcomplétude) creado por do en plll'tes infinitamente peque-
517 INDIFERENCIA
unn o rlc otra mnncrn, se nos pn- re lan sólo lo que Dios le ha~ que-
N'Ct:'; lo absolutamente contrario o rer por su hechizo: no tiene ya de-
en absoluto diferente de nosotros seos por su propio interés y tan
no nos merece ni amor ni odio, si- sl>lo nmn n Dios en todo cuanto
no indiferencia. (M. DE UNAMUN0, ama. Quiere todo para Dios y na-
Sobrr la sol,c.-bia, Obras escogidas, dn para ella. Ni siquiera quiere
245.) Ad. E. su salvación como recompensa, si-
V. Absoluto, 5; Afecto, 22; Interés, no como voluntad de Dios. (Dict. de
29; Tofr,·ancia., 3, 4. Trévou:r.)
3. Estado de quien, sin ser efecti- 14. La indiferencia respecto a
vamente neutro, es decir, aun experi- todos los acontecimientos no es si-
mentando placeres y dolores que orde- no el efecto de su desproporción
nan sus preferencias, no quiere esto con ese amor a lo infinito que se
m:is que aquello y permanece en una halla en el fondo de nuestra alma
neutralidad volitiva. V. Libei·tad de in- y que ningún objeto finito es capaz
diferencia. de retener, (L. LAVELLE, L'erreur
do Narc., 112.)
B. Relig. y amor. l. Estado del
que permanece e.xtraño a toda preocu- INDIVIDUO
pación de orden moral o religioso. En- Individuo. Lat. individuus, que no
sayo sobre la útdifercrwia en 1natcria está (in) dividido o no es divisible
de religión (título de una obra de LA- (diviáuus, der. de dividcrc, dividir).
ME:SNAIS).
Todo ser concreto que forma un to-
2. En el extremo opuesto: estallo do reconocible.
de quien, dedicado únicamente al de- A. Biol. Ser vivo cuyas partes es-
ber, al bien o a Dios, no tiene prefe- tán tan estrechamente coordinadas que
rencia en cuanto al resto. Si esta in- no puede ser dividido sin ser destruido.
diferencia es de pura voluntad (A 3), Es noción de sentido común y no cien-
tenemos la resignación; si se extiende tífica.
a las potencias afectivas, llegamos al
amor puro o (<Santa indiferencia» de l. Un cristal no es un indivi-
los místicos. duo, porque es, acaso indefinida-
mente, divisible en cristales seme-
10. La resignación prefiere la jantes actualmente existentes. (E.
voluntad de Dios a todas las co- Bouraoux, De la contingence ... ,
sas, pero no deja de amar n1uchas 20. • ed., 80.)
otras cosas, aparte la voluni:.o.d de
Dios. Por ello la indiferencia está 2. será un individuo todo cuer-
por encima de la resignación, por- po vivo anatómicamente aislado y
que no ama nada sino por amor a funcionalmente autónomo. (E. RA-
la voluntad de Dios, de tal modo BAUD, Phén. social et soc. anim.,
que cosa alguna conmueve al cora- 24.)
zón indiferente en presencia de la 2'. La vida no se puede atomi-
voluntad de Dios. (Fr. DE SALES, zar. El «átomo» vital es precisa-
Tr. de l'amour de Dieu, IX, IV.) mente el individuo. Ambos térmi-
11. La resignación se distingue, nos encierran una sabia amonesta•
en mi opinión, de la indiferencia en ción para que no dividamos lo in-
que tiene deseos propios, aunque divisible. El hecho de que el cuerpo
físico tolere su división en unida-
sometidos. La indiferencia es una des independientes -los átomos--
voluntad positiva y formal que demuestra simplemente que el cuer-
nos hace querer o desear real- po físico no es un individuo; pero
mente toda voluntad de Dios que no asegura que acontezca lo mis-
nos es -conocida. (FÉNELON, CEu- mo con el cuerpo vivo. (J. ORTEGA
vres, Paria, 1861, II, ó5.) Y GASSET, Las Atlántidas, Obras,
12. La indiferencia [ en Féne- III, 297.) Ad. E.
lon] es el equilibrio del alma cu- 2". los individuos son distintos
yas pasiones se han acallado. (J.-L. en su irreductible condición; cada
GonÉ, Notion d'indiff. chez F., uno es cada uno, y es, además, algo
114.) cuyas notas le pertenecen en pro-
13. Los místicos llaman santa piedad intransferible, y le hacen,
indifcre,u:ia al estado en que el al- por tanto, inconmensurable con los
ma no quiere nada para sí, y quie- demás; sin ellas no seria aquel y
519 INDIVIDUO
aquello que determinadamente es. duo. Sólo por ironla llega a unlrsele un
(X. Zuom1, Sobro la esencia, 214.) calificativo valorizador.
Ad. E. V. l'ersona, 23, 24, 31, 33, 54, 73, 75.
B. Lóg. Ser concreto que entra en Individual. Que caracteriza al indi-
la extensión• de una especie. El géne- viduo o lo constituye (caracteres indi-
1·0• contiene varias especies, y cada es-
viduales, propiedades individuales), le
pecie un número indeterminado de in- concierne (examen, test individuales),
dividuos dotados cada uno de sus ca- le pertenece en propiedad Oibertad,
racterl!S individuales o individuantes. propiedad, habitación individual).
C. Psicol. l. Sin. de persona• (fi- Sin.: personal, particular.
sica) : el ser humano en tanto que dis- Contr.: común, colectivo, universal.
tinto de los demás. Con frecuencia op.
a sociedad, Estado ... V. Abstracci6n, 2.
3. La psicologla aplicada debe Individualizar. Término didáctico
guiar al individuo desde su más (Acad. fr.).
tierna edad. (R.-E. LACOMBE, Dé- A. Acepción cognoscitiva: «Consi-
clin de !'individualismo, 23,) derar, presentar alguna cosa aislada-
4. En las nuevas formas de dic- mente, individualmente.»
tadura, el individuo es intencio- B. Acepción activa: «Hacer que una
nadamente subordinado al Estado- cosa tenga un carácter propio y que la
fin, al Estado-Dios. (lbíd., 28.) distingue de todas las demás de su es-
5. La originalidad esencial del pecie» (Acad. fr.).
individuo humano es debida a un 7. Individualizar la enseñanza
efecto de cin,,;unto, a una asocia- en el sentido amplio de la expre-
ción original de elementos comu- sión es, en efecto, adaptarla a la
nes. Lo mismo que con las notas vez a la edad del niño, a sus ap-
de la escala se pueden componer titudes intelectuales, a su carác-
todas las sinfonlas, y con las le- ter, a su género de vida ... (M. DE-
tras del alfabeto todas las obras BESSE, Tr. de psych. appl., de PIÉ-
literarias, con la colección de ge- RON, IV, 833.)
nes variables de que la humanidad Individualización. Acción de indivi-
dispone puede renovarse sin tre- dualizar, es decir, de extender y adap-
gua ( ... ), haciendo nuevo con lo tar a los individuos lo que sólo existía
antiguo, a la manera del caleidos- en el plano de lo colectivo o lo general.
copio. (J, RosTAND, Science fausso Individualización de la propiedad, La
et fausscs sciences, 193.) individualizaci6n de la pena (obra de
6. Empezamos a darnos cuenta J. SALEILLES, 1898), La ·i11dividualiza-
de que la superficie del cuerpo no ci6n de la enseñanza (obra de H. Bou-
es el verdadero limite del indivi- CHET, 1933.)
duo, de que tan sólo establece en- Contr.: uniformización, socializa•
tre nosotros y el mundo exterior ción, colectivización.
el plano de fractura indispensable
para nuestra acción. ( ... ) Sin duda Individuación. Lat. escol. individua-
alguna, nuestra individualidad es tio.
real. Pero es menos definida de lo Realización, en un individuo, de un
que creemos. Nuestra completa in- tipo espeeüico o universal: p. ej., del
dependencia de los demás indivi- tipo hombre en Ped1·0 o Pablo.
duos y del mundo cósmico es una 7'. Si se me pregunta ( ... ) cuál
ilusión. (A, CARREL, L'honnne, cet ha sido la transformación más
inconn", 321-322,) grande a que he asistido, no vaci-
2. Por opos. a persona•: el ser hu- laré en afirmar que la acontecida
mano en tanto que realiza un tipo co- en lo que va de siglo XIX -¡y "º
mún, pero a la vez considerado como antes, conste!- respecto al radio
distinto de los demás, encerrado en sí ele indivicluación concedido al hom-
e incluso vagamente hostil a sus seme- bre. (... ) Me sorprende que los his-
jantes. También en el lenguaje corrien- toriadores no hayan cnido en la
te tiene esta pnlnbra acepción peyora- cuenta de que una de !ns magnitu-
tiva¡ sólo tratamos de individuo a aquel des decisivas para resolver la ecua-
con quien no queremos tener relncio. ción que nos permite comprender
nes. ¿Quién es ese individuo? llnbla una épocn ronsiste en determinaL·
allí tres individuos. Un pobre indivi- la medida en que, durante ella, po-
INDIYIDUO 520
día y tenía el hombre que compor- ,•11111 puramente objetiva, •in intención
tarse S('g\m su individual inspirn- ele C"ncarecimiento o menosprecio.
eíún. (.J. ÜR1'EGA Y GASSET, Mt>mo- 12. Con la actual vida urbana
rfos ele Jfrt;fanza, Ob1·as 1 V, 475.) desaparece el hogar, refugio de la
Ad. E. individualidad. (R.-E. LAC0MBE,
J>rfociJJio dt' iu<lividuación. Lo que 1Jécli11 de l'i11dividualú1111c, 23.)
hace que un individuo se distinga de 13. Mi individualidad consiste
todos los otros de su misma especie. en no tener ninguna y contener-
8. Lo que se llama principio de las todas en potencia. (H.-F. AMIEL,
indfriduación en las escuelas ( ... ) Jo11r11a.f, 29 agosto 1876.)
consiste en la propia existencia, 14. se tiene la impresión de que
que fija cada ser a un tiempo par- [el psicólogo] considera uno de los
ticular, a un lugar incomunicable medios de approchc psicológico -la
a dos seres de la misma especie. búsqueda de leyes generales-- co-
mo su fin propio, y que, paradóji-
( ... ) Si dos i1ulivid1ws fuesen camente, la individualidad, en
perfectamente ( ... ) indistinguibles cuanto tal, no le interesa. (J.-Cl.
por sí mismos, no habría principio FILLOUX, La personnalité, 6.)
de individuación. (LEIBNIZ, N. Es-
sais, II, XXVII, 3.) 14'. En las lenguas como en los
hombres, persigo la individualidad
Indh·idualidad. A. Acepción abs- personal. O, si se prefiere, la per-
tracta (la individualidad.) sonalidad individual. (M. DE UNA-
l. En general: carácter de lo que
MUN0, A 1ulamzas y visiones cspa-
es indh•idual o constituye un individuo. iiolas, 130.) Ad. E.
La indh'idualidad de un estilo literario b) Por opos. a personalidad (con
o musical. intención menospreciadora) : aquello
por lo que alguien se afirma frente a
9. Hacemos diferencia entre la los demás y por lo que a ellos se opo-
cabra y el cordero; pero, ¿distin- ne.
guimos una cabra de una cabra, un 15. La individualidad propia-
cordero de un cordero? La i,uiivi- mente dicha, la que separa y opo-
dualidad de las cosas y de los se- ne, es en nosotros limitación es-
res se nos escapa siempre que no piritual. ¿Cuál es entonces nuestra
nos es materialmente útil aperci- tarea esencial? Pasar de la indi-
birnos de ella. (H. BERGS0N, Le Ri- vidualidad egoísta a la verdadera
re, 116.) personalidad. Y la fórmula de la
10. la individualidad de esos personalidad verdadera es «todo
corpúsculos [consiste] en que pode- en uno y uno en todos». (E. LE
mos seguirlos en el curso del tiem- RoY, Essai <l'uue pltilos. prcn1.,
po al seguir sus posiciones sucesi- 865.)
vas ( ... ) Es, pues, en último térmi- B. Acepción concreta (una indivi-
no, su localización puntual en ca- dualidad): individuo que presenta ca-
da instante, y sólo ella, lo que per- racteres distintivos muy marcados. Es
mite individualizar constantemen- preferible decir personalidacl•.
te a esas partículas. (L. DE Bno- lG. La individualidad no tiene
GLIE, Contim, et disc., 75.) segunda edición. (A. VINET, Es-
11. Una de las más seguras en- prit d'-, II, 223.)
señanzas de la genética humana 17. El fisiólogo y el médico no
es la de revelarnos la imlivitfaali- deben, por tanto, olvidar nunca
dad (... ) de cada uno de los repre- que el ser vivo constituye un or-
sentantes de la especie. Todo indi- ganismo y una individualidad. (Cl.
viduo es portador de una cierto BEIINAllD, I»trod., ll, II, § l.)
combinación genética que sólo a él
pertenece. (J. RosTAND, L'/u!rédité lndMdualismo. A. Tendencia a atri-
hum., 98.) buir la primada al individuo por pen-
sar que constituye: ya In verdadera
2. Principalmente, hablando del 1·ealidad (Ontol.), ya el fundamento de
hombre. Lo que hace que un hombre todos los valores (Mor, y Pol.), ya la
sea un individuo en las dos acepciones única explicación de los hechos socia-
de esta palabra. (C I y 2). les (Socio!.)
a) Como sin. de personalidad: acep- l. Ontol. Doctrino según la cual
521 INDUCClóN
tan sólo los individuos existen realmen- mismo. (R.-E. LAC0MBE, Déclin de
te, pues los términos generales no co- l'i!tdivid., 45.)
rresponden a nada real. Acepción inu- 22. Sería juzgar con severidad,
sitada, siendo el término corriente no- pero no falsamente quizá, el indi-
minalismo•. vidualismo de francés el ver ante
2. Mor. y Poi. Doctrina para la que todo en él una señal de vanidad,
el individuo es el valor supremo con la manifestación ele la necesidad
relación al cual las instituciones colec- de ser considerado tanto como otro,
tivas, y en particular el Estado, no más que otro. (lbíd., 37.)
son sino medios. 22'. el hombre va descubriendo
18. el individualismo parece su individualidad en la medida en
destruir la individualidad. Al que- que va sintiéndose hostil a la co-
brar las tradiciones materiales tan- lectividad y opuesto a la tradi-
to como las morales o intelectua- ción. Individualismo y antitradi-
les, al separar al individuo, por cionalismo son una y misma fuer-
la movilidad de la vida económica, za psicológica. (J. ORTEGA y GAS-
de su entorno terrestre y, por la SET, El ocaso de las revoluciones,
anarquía intelectual, de su atmós- Obras, III, 213.) Ad. E.
fera espiritual, lo empobrece en ex- 2. Como conducta práctica (eufe-
tremo (... ) : asi, en ese ser social mismo por egoísmo) : carácter del que
que es el animal humano, queda el sólo busca su interés personal, cuya
campo libre para las pasiones gre- máxima es «cada uno para sí».
garias, que reúnen a los individuos
en masas tiránicas, clases, parti- 23. La agrupación que sólo
dos, naciones, destruyendo liber- existe para defender in te reses pri-
tad y personalidad. (R.-E. LAC0M- vados tiene todos los defectos del
BE, Déclin do l'individua,lisme, 20.) individualismo multiplicados por
el poder de la asociación. (P. PEE-
19. Las épocas en que reina el TERS, Sentences intempor., núm.
individualismo son las que menos 191.)
individualidades producen. (Pf-
TAIN, Individual. et nation, en R. Individualista. A. Referido a doc-
Universelle, 1941-2.) trinas: que admite el individualismo.
Concepción individualista. Moral indi-
20. En el libro de Stirner [Lo vidualista.
único y su propiedad] el indivi-
dualismo se expresa con una in- V. Norma, l.
transigencia que, en esta ocasión, B. Referido a personas: que profe-
parece perfecta; és la rebeldía sa o practica el individualismo.
contra todo valor objetivo, el in- Sin.: personal (en el sentido de
sensato recordarse un individuo a egoísta), anticonfonnista.
sí mismo que es el centro del mun-
do, el creador de lo divino, y de to. INDUCCióN
dos sus sucedáneos. (L. VIALLE. Le Inducir. Lat. inducere: conducir ha-
clésir du ,iéa,nt, 678-679.) cia o a (in).
3. Socio!. Doctrina según la cual la A. Llevar o tratar de llevar a al-
explicación última de los hechos socia- guien o algo. No suele emplearse sino
les se halla en el individuo. Esta con- en ntal sentido: inducir a tentación, a
cepc10n, especialmente representada error.
por A. DE TARDE, suele ser llamada psi-
cologismo• y se opone al sociologismo• Lo propio de las técnicas es in-
de un DURKIIEIM. ducir al espíritu a tentación. (G.
MARCEL, Déclin de la sag., 21.)
B. Actitud de espiritu o conducta
práctica independiente de las normas o B. Lóg. Sacar de ciertos datos (he-
los intereses colectivos. cho, afirmación) las consC!-cuencias por
ellos sugeridas o que en ellos se hallan
l. Como actitud espiritual: tenden- implicadas; princip.: extraer de he-
cia a o pretensión de tener ideas per- chos particulares unn leJt general.
sonales.
Sin.: inferior*, concluir"'.
21. Como la pro11ia pnlahrn in-
dica, el individualismo es un es- Corr<'l.: deducir•.
fuerzo del individuo pnrn liberar- l. Inducir -es, partiendo de cier-
se de los influencias sociules II fin tos hechos observados -p. ej.,
de pensa1·, ohror y sentit· 1,01· sí el puso de rayos luminosos poi:
INDUCClóN 622
hoy el concepto de plomo. (G. BA- poseído sin procurar nueva materia de
CIIELARD, Essai sur la connaias. conocimiento. Así, el profesor que aca-
appr., 127-128.) ba de corregir un montón de deberes de
11. Al romper, por saltos irra- sus alumnos sabe que Pedro, Santiago,
cionales ( ... ) el circulo rigido en Juan, etc., han entregado sus respecti-
que nos encierra el razonamiento vos deberes, pero no está seguro de que
deductivo, la inducción fundada en lo hayan entregado todos. Podrá estar-
la imaginación y la intuición es la lo si, contando los cuadernos, halla que
única que permite las grandes con- su número coincide con el de sus alum-
quistas del pensamiento; en ella nos. Esta operación no le da un cono-
está el origen de todos los verda- cimiento material nuevo: no le hace
deros progresos de la Ciencia. Y saber que hay un alumno de más que
es por ser capaz de ella por lo que ha entregado su ejercicio. Tan sólo da
la mente humana me parece defi- una forma nueva a su saber; puede de-
nitivamente superior a todas las cir: todos mis alumnos han entregado
máquinas que calculan o clasifican su ejercicio.
mejor que ella, pero que no pueden · La inducción amplificante o induc-
ni imaginar ni presentir. (L. DE ción propiamente dicha consiste en ex-
BR0GLIE, Sur los sontiors de la tender a la especie entera la observa-
scieMc, 354..) ción hecha en uno o varios casos de
V. Hip6tosia, 19. esa especie.
C. En el uso filosófico de antaño: Inducción ma,temática. Operación con-
operación mental consistente en esta- sistente, una vez establecido que es le-
blecer una afirmación general por gítimo extender una relación de un tér-
«enumeraciones completas» (DESCAR- mino al siguiente de la misma serie, en
TES), es decir, mostrando que es ver- generalizar extendiéndola de uno en
dadera de todos los casos particulares otro a todos los términos de la serie.
que podemos concebir. DESCARTES in- Sin.: razonamiento por recurrencia*.
cluso dice: «enumeración o inducción» 13. Un tipo de razonamiento
(Regles, 7, 11). Por op. a la inducción muy usado en matemáticas, y que
amplificante (B), este modo de induc- lleva también el nombre de induc-
ción es calificado de completo o for- cjón ( ... ), consjste en probar que
mal. s1, en una serie que puede com-
12. Que yo amoneste, por ejem- prender un número infinito de tér-
plo, a un beneficiado hasta donde minos, uno o varios términos con-
llega la severidad de esos teólogos secutivos están sometidos a una
indulgentes. (... ). Si no me dirijo cierta ley, el término sill'Uiente es-
mis que a él, los demás que me es- tará igu~lm~nte sometido a ella, y,
cuchan, al no estar en ello intere- por cons1gu1ente, el que viene des-
sados, alabarán mi celo y procla- pues de él, y así de uno en otro
marán que tengo razón. Pero que (... ) : una inducción rigurosa Jo ex-
extienda la inducción hasta su per- tiende después a toda la serie de
sona y su estado, que pase del be- ~é~i.nos consecutivos, en número
neficiado al financiero, del finan- mf1mto. (A. C0URNOT, Essai •. les
ciero al magistrado, del magistra- fond .. ., § 253, p. 379.)
do al comerciante y al artesano 14. Es muy notable que se ha-
(... ), poco faltará para que mi au- ya dado el nombre de induct:ión a
ditorio en pleno se levante contra uno de los procedimientos de de-
mí. (... ) Inducción que prueba que mostración, que consiste en descu-
queremos (... ) una moral estricta brir en el enunciado una necesi-
para los demás, pero no para nos- dad interna tal que no puede ser
otros. (B0URDALOUE, Su,· la fa1issc verdadera una vez sin serlo sien1-
canse., I.) pre. (J. TANNERY, Les 1nath. pures
lnduct:i6n formal o inducción wmpli,. en De la ,néth. da,is les se., I, 65.)
ficante. La inducción formal o comple- Fmulamento o principio de la induc-
ta consiste, una vez constatado que ca- ció11. Lo que (o el principio que) ex-
da uno de los casos de una determinada plica y justifica el paso de los hechos
especie presentan una cierta propiedad, particulares a la ley universal.
en afirmar esta propiedad de la espe- 16. El principio de inducción
cie; y se llama formal porc¡uc se con- descansa en dos juicios. El univer-
tenta con dar nueva forma ni saber ya so es gobernado por leyes estables:
IN'EFABLE 624
La cosa y ln verdad sólo es aceptada, [¿cifre sur les rxig. rle le,, pcns,!r
recibida y asimilada por quien de ella <'011/rlllp,, 30,)
tiene una cierta necesidad, ya sen in- 12. Poseo] se sirve de la inma-
tclectunl, ya moral, es decir, por quien nencia como de un método (... )
está preparado pnrn reconocerla. Es el nrloptodo a los libertinos a quienes
principio en que se basa el mHodo de quiere llegar y al fin que persi-
inmancnrin. V. Pra.gma.tismo fra.nrét~. gue, Realiza con ello una verdade-
9. el principio de inmanencia ra revolución. Antes de él, la apo-
no resume una doctrina, y mucho logética apo1·to al incrédulo y al
menos una doctrina de exclusión y creyente, desde fuera, un •onjunto,
fragmentación; caracteriza un mé- un sistema de pruebas ohjet1vas
todo y se refiere menos a la ver- ligadas por el razonamiento, y de
dad en sí que a nuestra manera de él se sirve para imponer a su asen-
entrar en relación con ella. Lo que timiento una doctrina trascenden-
afirma es que una verdad que vi- te revelada por Dios. Pascal, por
niese a nosotros puramente de fue- el contrario, parte del hombre y de
ra, como una cosa radicalmente un análisis del hombre, al que
exterior, extraña, heterogénea a muestra incompleto y miserable en
nuestra mente, sin previa prepara- la condición que le es propia ( ... ¡
ción en nosotros ( ... ) resultaría Renueva y refresca la apologé-
inasimilable, inaprehendible (... ) tica con este aporte de inmanencia.
(LE RoY, Dognie rt crit., 63.) Pero no hay en ello ningún inma-
10. El principio de inmanencia nentismo, Pascal desprecia dema-
no excluye en modo alg-uno, para siado la naturaleza para buscar o
cada individuo, e incluso (en cier- ver en ella la ralz de lo sobrena-
to sentido), para la humanidad en tural. (J. CALVET, De Frang. de
su conjunto, el hecho de una ense- Sales a Fénelon, 245.)
ñanza exterior que nos propone la 13. No es, pues, equivocado ver
verdad por vía de revelación. Se li- en el método de Pascal una prime-
mita a precisar las condiciones ba- ra forma del método de inmanen-
jo las que esa enseñanza puede lle- cia, al menos si por ello se entien-
garnos, a hacer la teoría de la ne- de un método que parte del alma
cesaria preparación interior. Y lo humana, de sus problemas y sus
que excluye es tanto el intrinsecis- aspiraciones, para mostrar que el
mo puro como el puro e::r.trinsecis- cristianismo resuelve aquéllos y sa-
mo. ([bid., 305-306.) tisface éstas; pero no un método
C. Punto de vista apologético•. Con- que tuviese por prueba suficiente
siste en permanecer en cierto modo en de la verdad del cristianismo el he-
(manero in) aquel a quien se quiere cho de que proporcione aquella ex-
lle,~ar a la verdad religiosa, es decir, plicación y responda a esas aspira-
en partir de lo que es, cree y experi- ciones. (R.-E. LAC0MBE, L'apo/ogét.
menta, tratando de conseguir que aque- de Pascal, 309-310.)
lla verdad le aparezca como respuesta lnmanentismo. Doctrina de quienes
a sus interrogantes, a sus necesidades. profesan el principio de inmanencia en
Se opone al método clásico que, pura- los sentidos A y B l.
mente intelectualista, se contentaba con 14. El inmanentismo es el sis-
probar la verdad de la religión median- tema que niega o desdeña cual-
te argumentos idénticos para todos. quier realidad trascendente, que
V. E:rtrinsecismo. conduce a encerrar al sujeto en si
11. En qué consiste, pues, el mismo. (J. DE T0NQUfDEC, Imma-
método de inmanencia, sino en po- 11cnce, 3.ª ed,, 8.)
ner en ecuación, en la propia con- INMEDIATO
ciencia, lo que parecemos pensar y
querer hacer con lo que hacemos, Inmediato. Lat. imncdiatus, sin na-
queremos y pensamos en realidad; da (in neg.) en medio (mrdius),
de tal suerte que en las negacio- A. En el uso corriente (inll\ediatez
nes ficticias o los fines artificial- empírica) : que no comporta intervalo
mente queridos se hagan reconoci- de tiempo o espacio. Salida inmediata.
bles las afirmaciones profundas y En la inmediata vecindad.
las incoercibles necesidades por El español propende a no sentir
ellau implicadas... (M. BLONDEL, la solidaridad social sino tan sólo
535 INMEDIATO
INNOV ACióN. Lnt. i1111ovatio, cam- tente casi hace falta haberlo he-
bio, renovación. cho. (SAINTE-BEUVE, P<>'T'tr. con-
Acción de renovar o innovar, es de• temp., V, 461.)
cir, de «mudar o nltern1· las cosas, in- 6. La inocencia suele ser una
troduciendo novedades» (Real Acad.). felicidad y no una virtud. (A.
El «esplritu Goncourt», que es FRANCE, Les dicux ont soi/, 226.)
espirito «de innovación», contrasta 7. Había soñado con ese pre-
con el espíritu «de tradición• que mio de elocuencia de la academia
cnrnctriza a In Academia France- para conquistar a su prometida.
sa. (Ch. BRUNEAU, Pctitc ltist, de En la inocencia de su corazón, veía
la /a11g11c fr., 11, 170.) en ello una brizna de gloria con
la que probar su valor a los pa-
INOCENCIA dres. (P. BounGET, Démo11 de mi-
lnoccnl•. Lat. i1111occ11s, comp. de 110- di, I, 20.)
ecn,i, port. pr. de 11occrc (dañar, per-
Estado de Íltocc11cia. Pr~p. (Teol.) :
judicar) y el pref. in: que no es nocivo
o culpable, estado del hombre antes del pecado
original. Por ext.: estado del niño an-
Exento de culpabilidad o incluso de tes del pecado personal.
toda idea del mal.
8. Los niños se hallan en un es-
1. cuanto más inocente parece tado anterior al de la moralidad,
[el amor representado en el tea- al que impropiamente se llama es-
tro 1 a las a:lmns inocentes, más ca- tado de inocencia, ignorantes e
paces son de verse conmovidas por irresponsables; y no pueden pasar
él. (PASCAL, Pc11sécs, 324.) de uno a otro, como es necesario e
2. Las mujeres creen siempre inevitable, sino mediante un inter-
inocente aquello a lo que se atre- mediario, la experiencia del mal;
ven. (J0UBERT, Pc11Bécs, 74.) pero tememos que el niño sienta la
3. Es raro que seamos del todo atracción del mal una vez revela-
inocentes de nuestros sufrimientos. do. (A. CARTAULT, L'intellect1<cl,
(J. RosTAND, Journal d'u11 caract., 242.)
169.) Inocencia citerior (más acá de la ten-
Inocencia. Lat. innoccn.tia., innocui- tación, es decir, antes) e inocencia ul-
dad, integridad moral. terior (después).
A. Estado de quien no es culpable 9. El niño es para la inocencia
de una determinada falta o delito. El ulterior un testigo de su inocencia
tribunal ha reconocido su inocencia. citerior: para la segunda infancia,
Contr.: culpabilidad. conquistada entre amarguras con.
B. Carácter de lo que no es dafü- tra la tentación y el cuidado, la
no, de quien no hace mal, no hace da- primera, la infancia del niño, re-
ño a los demás. La inocencia de una presenta la pureza prototípica, la
broma, de un remedio (suele decirse que todo hombre trata de revivir
inocuidad). Una vida de inocencia y sa- mientras aún es tiempo. (W. JAN•
crificio. KÉLÉVITCH, Tr. des vcrtus, 777.)
V. Técnica, 20. INQUIETUD
C. Estado del que ignora el mal y Inquieto. Lat. inq11ietus, que no se
no siente la tentación de conocerlo. La halla en reposo (q11iet11s), agitado, tur-
inocencia bautismal. La inocencia de bado.
los primeros años.
Turbado o agitado por el temor, o
Sin.: candor, candidez, ingenuidad. perpetuamente insatisfecho de su esta-
4. La perfecta inocencia es la do.
perfecta ignorancia. No es ni pru- l. Hay en torno a la~ religio-
dente ni desconfiada, y apenas ca- nes ·inquietos que se les aproximan,
be contar con ella; pero es una las tientan y tantean y tratan de
cualidad amable, a la que se res- inflamarse con ellas. Pero estos
peta casi tanto y se estima más tales tienen una tara de incomplc-
que a la virtud. (J. J0UBERT, Pc11- tud; lo quieren todo, más de lo que
sées, 92.) puedo dárseles y nada de lo que se
6. La inocencia ignora el mal, les puede dar; todo, con tal de que
no lo ve. Para ver todo el mal exis- se les dispense de ejercitar la vo-
INQUIETUD 538
instancia, mñs rlccisivn que la pro- 3. Por influencia ele! inglés (for
pin razón. (Ch. BAUDOUIN, 1/dmc i11Rla11ce, p. ej.) y en el sentido ele F.
d l'nctio11, 12.) UACON: ejemplo típico. V. Crucial. Muy
13. Los sindi0atros de nuestro poro usado.
pais se han convertido en una ins- 21. Podemos fundadamente de-
tancin rival del Estado. (Siid,lruts- cir que un amor pasajero no es en
chc Zciln11g, agosto 1054. Cit. por modo alguno tal amor ( ... ) y que
A. THÉRIVE, Cliniquc clu lang., el que se cansa nunca estuvo ver~
127.) daderamente prendado. Adolfo se-
V. Cualidad, 12. ría una instancia evidente de esta
2. Categoría, esfera particular de verdad; o, como contraprueba, el
factor<es o de funciones (s'in íd<>a de je- ejemplo de Sten<lhal el demasiado
rarquía). fiel, por estar realmente enamora-
do. (CI.-E. MAGNY, Hist. du roman
14. La presión mímica no ce- fr., 1, 18.)
de sino en la medida en que su
func.-ión es prog-resiv,amente asumi- INSTANTE. Lat. i11stans, que está
da por otras inst.a.ncias reguladoras o permanece (sta11s) sobre o contra
del pensamiento. (G. GusoonF, Tr. (in): acuciante (que insta o insiste),
de métaph., 75.) amenazador.
15. El encuentro con el otro re- A. En sentido amplio (usual): es-
presenta una instancia esencial de pacio de tiempo muy pequeño. Espera
la presencia en el mundo. ( Ibírl., un instante.
250.)
Sin.: momento, minuto, segundo,
16. Los sociólogos americanos abrir y cerrar de ojos ...
Kardiner y Linton han dado el
nombre de personalidad básica a l. parece que en el momento
esa instancia cultural del hombre nos representamos, al menos de
en el mundo. ( Ibíd., 359.) manera indeterminada, una corta
17. La primera instancia espe- sucesión y que en el inatantc no
cífica de la noción de materia es la nos representamos ninguna. Por
resistencia. (BACHELARD, Matériul. eso el instante es más corto que el
rationaL, 10.) momento. (CONDILLAC, Syn., III,
389.)
18. La vi.sión, la intención, la
revisión. son tres instancias del U. En sentido estricto: punto de la
acto cognoscitivo. (G. BACHELARD, duración que n su vez carece de dura-
Rational. appl., 124.) ción. V. Ahora.
19. Instancia: determinante psí- 2. en rigor, el punto y el ins-
quico que obra -en un sentido da- tante no son partes del tiempo o
do (vector) y al que identificamos del espacio, ni tampoco tienen par-
por su posible oposición a otros. les. Son tan sólo extremos. (LEIB-
(J. PLAQUEVENT, Miserc sans no111, NIZ, N. Essais, II, XIV, 10.)
51, n.) 3. El «Porvenir» es la parte
20. Sufrimos una ilusión cuan- más sensible del instante. (P. VA-
do creemos tropezar con resisten- LÉRY, Jlfélanges, Pléiade, I, 307.)
cias que pensamos que proceden no 4. el hombre natural vive en el
de nosotros mismos, sino de alguna instante lo mismo que el animal
instancia radicalmente fuera de (... ). !Pero] por un aumento, por
nuestro alcance. (J. LADRIERE, en una generalización imaginaria del
Qu'est-ce que vouloir?, 52, Cerf, instante, por una especie de abu-
1958.) so, el hombre, al crear un tic1npo,
20'. la nueva masa encuentra no sólo construye perspectivas más
la plena franquía vital como esta- acá y más allá <le sus intervalos
do nativo y establecido, sin causa de reacción, sino que, lo que aún es
especial ninguna. Nada de fuera más, vive 1miy poco en el instante
la incita a reconocerse límites y, mismo. Su principal iristálación se
por tanto, a contar en todo mo- halla en el pasado y en el futuro.
mento con ot'ras instancias, sobre Tan- sólo permanece en el ¡fresen-
todo con instancias superiores. (J. te obligado por- la sensación: pla-
ORTEGA Y GASSET, La rebelión de cer o dolor. (P. VALÉRY, lbíd.,
las masas, 87.) Ad. E. 1024-1025.) .
541 INSTINTO
priv. y un adj. emparentado con el ver- gcr (v. íntegro), volver a su estado, re-
bo tanucrc (tocar) : en lo físico, intac- parar.
to (intactas = no tocado), no dañado, A. Introducir algo de un todo co-
entero; en lo moral, honesto, íntegro. mo parte componente. Integrar una pe-
A. Completo, sin falta de ninguna queña empresa en una gran sociedad,
de sus partes. a un nuevo empleado en el personal de
B. Fig.: que es de una probidad una casa, una hipótesis particular en
incorruptible. Un juez, un examinador, una gran teoría.
un ministro íntegros. 3. La ciencia se ha hecho más
Integridad. Lat. integritas, carácter integrada, no sólo porque cada di-
de lo que está intcger, es decir, intac- visión se compone de teoremas mu-
to, sin disminución ni alteración; fig.,
tuamente dependientes, sino por-
carácter del que es de una probidad que las diferentes divisiones se ha-
escrupulosa. llan también en dependencia mu-
tua, es decir, que no pueden rorten-
l. Está en cuestión la inteori • der sus propias investigaciones sin
dad del hombre, en el doble sentido la ayuda de las demás. (SPENCER,
de totalidad o integralidad, y de la Premiers princ., § 115, p. 294.)
lealtad sin fisuras del hombre ín-
tegro. (E. DARDEL, L'histoire, se. Tipo integrado (E. R. JAENSCH):
du conc-ret, '34.) <cAquel cuyas operaciones mentales per-
manecen estrechamente solidarias unas
A. Prop.: estado de la cosa que de otras, de suerte que el dato obje-
permanece entera, intacta. El ejército tivo es siempre interpretado y defor-
defiende la integridad del territorio mado en función de las disposiciones
nacional; el magisterio eclesiástico, subjetivas». (M. VERDUN, Le caract. et
la integridad de la Fe. En historia, la ses corrél., I, 53.)
critica de integridad tiene por objeto Contr.: tipo eidético~.
restablecer los documentos en su esta-
do primitivo. Previsiones realizadas en V. Reflexión, 3.
su integridad. B. Mat. Efectuar una integración•.
Sin.: totalidad. Integración. A. Acto de integrar,
2. si, por casualidad, un frag- es decir, de reunir partes para formar
mento del pasado, en su integri- un todo orgánico, o de insertar un <le-
dad, fuera transportado a nuestra terminado elemento en ese todo. La
conciencia presente, este milagro integración puede ser mental (cuando
de resurrección haría inútil el Co- el pensamiento integra elementos di-
nocimiento en el sentido propio del sociados) o real (en este sentido se in-
término. Seriamos, de nuevo, el tegra un nuevo funcionario en un ser-
mismo Yo que habíamos sido. (R. vicio).
ARON, lntrod. a la phi!. de l'hist., Sin.: síntesis, agregación, incorpora-
55.) ción.
V. 7, Real, 27. Contr. : desintegración, disociación,
descomposición, disolución.
B. Fig.: cualidad de quien es ínte-
gro, es decir, de una probidad incorrup- 4. La acción del ruido sobre el
tible. carácter parece poco discutible, y
Integral. Der. del lat. integer. V. in- perjudica a la integración de los
tegro. trnbaj adores en sus medios profe-
sional y extraprofesional. (J .-1\L
Filos. Se decía de las partes que en- FAVERGE, Arlapt. ele la mach. á
tran simplemente en la composición de l'homme, 178.)
un todo, distinguiéndolas de las «esen- B. Estado de lo que se halla inte-
ciales)), sin las que no puede subsistir grado, es decir, forma un todo orgá-
una cosa. nico.
Sin.: integrante. 5. Lo propio de toda síntesis es
Cálculo i11teurul. «Parle de las mate- superar los elementos que sirven
máticas que tiene por principal objeto para constituirla ... Cada nivel de
la integración de las funciones, es de- integTación funcional supera los
cir, In determinación de nuevas funcio- niveles inferiores, integrándolos.
nes admitiendo las primeras como de- (H. DELACROIX, en N. Tr. de psy-
rivadas». (Dict. des Be.). chol., de DUMAS, VI, 478.)
Integrar. Lat. integrare•, hacer iufe- ll. Los diferentes grados de
35. Diccionariu cid l.1,:11¡iu:ijl' Filo~M1ru
INTELECTO 546
decir, que pueden conocerse sus cau- ticas susceptibles de coordinar los
sas o naturaleza intima. datos suministrados por nuestros
22. la experiencia prueba tan aparatos de medidas. (L. R0UGIER,
sólo que una proposición es verda- Tr. de la connaiss., 406.)
dera; para el matemático es pre- V. Matcmáticas, 18.
ciso, además, que sea inteligible.
(E. G0BLOT, Syst. des se., 20.) INTENCIÓN. Lat. intenti-0, acc1on
de tender (tensio, del verbo tendere)
23. el conocimiento del orden hacia (in).
constante de los hechos ( ... ) no bas-
ta para satisfacer la mente del En el uso ordinario, se emplea sólo
científico, Quiere saber por qué es- para expresar modalidades de la ac-
te orden es constante; es decir, que, ción; pero en el latín escolástico y en
suponiendo que lo constante debe los filósofos contemporáneos se dice
ser necesario, quiere percibir esta también del pensamiento.
rnecesidad; lo que significa que l. Todas las intenciones del
quiere llegar a relaciones inteligi- pensamiento y de la acción proyec-
bles, y que un& vez conocido el or- tan en torno al hombre un reino
den de las cosas, trata además de de personas, un conjunto de pro-
explicarlo. (]bid., 32-33.) yectos, un pulular de posibilida-
des entrevistas. La más económica
24. El verso era para Mallar- definición de un mundo seria la
mé el medio por excelencia de ha- de un espacio vital orientado en
cer pasar la realidad de la esfera función de una presencia que fija
de lo sensible a la de Jo inteligible, su centro, irradiando en torno su-
de la esfera del hecho a la defi- yo, hasta los límites de su hori-
nición, del azar a la necesidad, en- zonte, las diversas modalidades de
ecrrándolo en una combinación nu- su conocimiento y de su acción.
mérica infrangible. (P. CLAIJDEL,
Positions et propos., I, 203.) (G. GUSDORF, Tr. de métaph., 309.)
2. Por op. a sensible ( en partic. A. Sentido actual: lo que se pro-
en PLATÓN) : que existe fuera del mun- pone el que obra. Salvo en los empleos
do percibido por los sentidos, en un especiales de la fene>menol. (C), la in-
mundo de las ideas o mundo inteligible. tención ya no se refiere más que a la
voluntad o a la acción.
25. En la cumbre del mundo in-
teligible está la Idea del Bien, que V. Azar, 10, 11.
percibimos con dificultad, pero que Pero, a este propósito, cabe distin-
no podemos percibir sin concluir guir ordinariamente dos componentes:
que ella es la causa de cuanto hay la intención-proyecto y la intención-
de recto y bello. (PLATÓN, Républ., fin; así, el ebanista quiere hacer una
VII, 517 a-b,) mesa de despacho muy cuidada (inten-
26. debes distinguir dos espe- ción-proyecto) para ganarse un nuevo
cies de extensión, una inteligible, cliente (intención-fin).
la otra material. La extensió1t in- l. Lo que el agente quiere o quería
teligible es eterna, inmensa, nece~ (intención-proyecto), lo que se propo-
saria. Es la inmensidad del Ser ne o se proponía hacer.
Divino en tanto que infinitamen- . Sin.: propósito, proyecto, designio,
te participable por la criatura cor- idea, voluntad.
poral, en tanto que representativa
de una materia inmensa; es, en 2. Debe buscarse en los conve-
una palabra, la idea inteligible de nios la intención de las partes con-
una infinidad de mundos posibles. tratantes, sin detenerse en el sen-
(MALEBRANCHE, Médit. ch1·ét. et tido literal de los términos. (Có-
,nétwph., IX, 9.) digo civil fr., ar. 1156.)
V. Arquetipo, 2. 3. La 110/untad es fija v se re-
fiere a algo próximo; en ~cambio,
Inteligibilidad, Carúcter de lo que la intención es vaga y re!ativu a
es inteligible, algo lejano. Con la voliu,tad de
27. Para los físicos ele hoy, su hacer el bien, estamos muy cerca
única inteligibilidad [ del mundo] de hacerlo, vamos a hacerlo; con
reside en el hecho de que nuestro la intc-n01."ón de hacer el bien, tan
aparato mental es lo bastante fle- sólo tendemos a ello (in tendcrc,
xib1e para creul' formas matcmá- tcndor hacia), nos inclinamos a
INTENClóN 552
ello. ( ... ) Una mujer tiene, antes Dirección ,le intención. A. En teol.
del matrimonio, la intc11ci61t de moral: actitud interior que consiste, en
alimentar por si misma a sus hi- el caso de una acción de suyo buena o
jos, cuando los tenga; una vez ca- indiferente, pero con dos consecuencias,
sada y madre, tendrá o no tendrá una buena y otra mala, en no propo-
la t•olmrtad de hacerlo. (LAFAYE, nerse más que la consecuencia buena
1038.) mientras se permite la mala, entendién-
4. Mil intenciones no valen lo dose que el •bien perseguido es más im-
que un gesto. Y no es que las in- portante que el mal permitido. Asf, el
tenciones carezcan de valor; pero comandante que hunde su navfo (acto
el menor gesto de bondad, de va- de suyo indiferente) toma esta decisión
lor, de justicia, exige más que un no para exponer a su tripulación a la
millar de buenas intenciones. (M. muerte, sino para privar al enemigo de
MAETERLINCK, La sagesse et la un importante medio de combate: es a
dest., LXI, 150.) este resultado al que se dirige su inten-
ción.
5. [ Robert Greslou] sólo me
contó que vivía con su madre y B. En PASCAL (teoría que atribuye a
que su intención era hacer carre- los jesuitas) y de modo corriente: ac-
ra en el pnrl"esorado. (P. BOURGET, titud consistente, cuando una acción
Le disciple, (Eu.vres, III, 40.) de suyo mala es también buena desde
un oie.rto punto de vista o presenta
6. No tengo la intención de de- algunas ventajas, en justificarla con-
tenerme en esta parte de mi his- siderándola sólo desde este último pun-
toria. (G. DUHAMEL, Confess. de to de V'ista. Ej.: hacer una ·acusación
minu.it, XIX, 229.) calumnfosa para defender a un amigo
7. La intención es una cierta o para disculparse uno mismo; robar
guía del futuro. (W. JANKÉLÉVITCH, para socorrer a. los pobres o procu-
Tr. des vcrtu.s, 81.) a·arse mayor bienestar. Esta teoría su-
8. La verdad de la intención es pone que el fin justifica los medios.
el acto, afirma Hegel. Querer y ha- 11. tratamos de poner en prác-
cer son una misma cosa. (... ) Pe- tica nuestro método de dirigir la
ro la recíproca es también cierta: intención, que consiste en propo-
la verdad del acto es la intención. nerse por fin de las propias ac-
El acto sin intención no es más ciones un objeto permitido. Ello no
que un hecho físico, un puro movi- quiere decir que en cuanto está
miento. (J. LACROIX, en Rech. et en nuestra mano no apartemos a
dial. phiú>s. et écon., núm. 4, p. 7.) los hombres de las cosas prohibi-
9. Considerada en sí misma, la das; pero cuando no podemos im-
intención puede ser actual, virtual pedir J.a acción, purificamos al me-
o interpretativa. Es actual o del nos la intención, y corregimos así
momento cuando queremos con el vicio por medio de la pureza del
atención, conscientemente, lo que fin. (PASCAL, Prov., carta 7.ª)
hacemos o decidimos. Es virtual 12. Hay que humillar a esas
cuando obramos en virtud de una gentes, nos decimos; conviene pa-
decisión anterior, sin pensar en ra el bien de la Iglesia socavar su
ella al presente, o en estado de reputación y disminuir su crédito.
distracción. (... ) Para los moder- Esto se establece como un princi-
nos, la intención habitual es la que pio; sobre ello nos hacemos una
en un principio virtual ha deja- conciencia, y nada hay que no se
do de serlo al perder toda acción crea permitido con tan hermoso
sobre el movimiento voluntario. motivo. Se inventa, se exagera
( ... ) La intención interpretativa es (, .. ) : y todo ello, una vez más, a
1-a intención presunta o que presta- la mayor gloria de Dios. Ya que
mos a alguien, con razón o gratui- esa dirección de intención lo recti-
tamente. (A. THOUVENIN, en Dict. fica todo. (BOURDAWUE, Sur la mé-
de théol. cath., VII, 2268-2269.) disa,1ce, l.)
1O. La función educadora del 13. la dirección de intención
arte sólo existe en la medida en (... ) consiste en sustituir, mintién-
que la intención educadora está dose a uno mismo, la intención
ausente. (Th. MAULNIER, Arriere- verdadera a que la voluntad se di-
pe11sées, 142.) rige por una pscudointención. (O.
V. Volu.nuul, 29. HAMELIN, Essai... , 341.)
553 INTENCióN
sino de modo totalmente concreto¡ 10. Por oscuro que sea el cdns-
es el bloque unllu-alrza-r.ristrnciu tinto» que le advierte [al inventor]
lo que indivisiblemente alcnnza ... de que ha hallado la verdad, no
(G. PtCARU, Probl. cdf. fonclam., puede ser otra cosa que la confusa
64.) conciencia de las ,•a.zones que la
14. tenemos la intuición del ser demostración habrá de explicar.
en la misrna medida en que tene- Concluyamos, pues, que la intui-
mos la intuición del Yo, y esn in- ción (en tanto que inventiva, eR
tuición del ser ( ... ) nos pone en decir, verdadera) consiste en la
posición de lo absoluto, justifica apercepción sintética de una rela-
la evidencia de los primeros prin- ción o un conjunto de relaciones
cipios y nos hace experimentar la lógicas, que la deducción debe po-
veracidad de nuestro espíritu. der siempre explicitar y verificar.
(!bid., 59.) (L. C0UTURAT, en R. de mét. et de
11101"., 1913, 266-267.)
15. [Según Malebranehe.] La 20. En toda meditación cientí-
Idea no podría representar a Dios fica, la palabra pertenece, para
( ... ) sino en la medida en que se empezar, a la intuición; el razona-
dilatase para llegar a igualarse a miento riguroso que después se
él. ( ... ) Esa idea no es ya Idea, si-
no la intuición del Ser sin restric- elabora no es otra cosa que la in-
tuición controlada. (J. HADAMARD,
ción. (l\L GUER0ULT, Malcbranchc,
I, 266.) en Encycl. fran~ .• 3, 52, 10.)
21. Ningún camino lógico con-
V. Metafísica, 8. duce a leyes elementales [hipóte-
C. Más corrientemente (intuición sis generales) : sólo nos lleva a
adivinadora o prospectiva) : toma de ellas la intuición apoyada en el
conciencia inmediata, pero resultante sentimiento de la experiencia. (A.
de un trabajo de refleA-ión inconsciente, EINSTEIN, Commcnt je vois le mon-
de relaciones que sólo podrían ser es- de, 115.)
tablecidas racionalmente med,iante com- 22. La intuición se manifiesta
plejas operaciones discursivas. La in- por la imaginación equilibrada y
tuición del médico al dar un diagnósti- orientada por el buen sentido. La
co inmediato sobre algunos datos ele- imaginación es el sentido de lo con-
mentales. La del jefe de un ejército cebible; el buen sentido, el de lo
que adivina la maniobra del enemigo vcrosí-m il. La lógica selecciona, en
y concibe al momento un nuevo plan de
lo concebible, la posible; la expe-
batalla. El olfato del hombre de mun- riencia, en lo verosímil, lo verda-
do. dero. (A. LAM0UCHE, Métlt. gén. des
16. el analista ( ... ) adivina por se., 100.)
una especie de intuición antes de V. Lógica, 24.
poder demostrar.
D. En ocasiones (intuición retros-
¡ Adivinar antes de demostrar! pectiva) : visión sintética de un con-
¿Necesito recordar que es así corno junto del que previamente se ha tenj-
se han hecho todos los descubri- do un conocimiento analítico, es decir,
mientos importantes? (H. P0INCA· elemento por elemento.
RB, Scicnce et hyp., 153.) 2~. Si he reconocido previamen-
17. se demuestra por la lógica, te por diferentes operaciones qué
se inventa por la intuición. (H. relación hay entre B y C, después
PuINCARB, Sciencc et 111éth., 137.) entre C y D, y finalmente entre D
18. La intuición tiene en su ra- y E, no por ello veo qué relación
pidez y su desarrollo la relativa se- hay entre A y E, y no puedo per-
guridad del instinto: una y otro cibirla por las que me son ya co-
padecen errores; pero, de ordina- nocidas, a menos de acordarme de
rio, entre varias vías posibles, vn todas.
derecha a la buena. No es un acto Para ello las recorreré vnrias
<le puro conocimiento que constata veces con un movimiento continuo
como la percepción: ella adivina lo de la imaginación que debe, al mis-
que hay debajo o más allá, infiere, mo tiempo, tener lu intuición de
apoyada quizá en la organización cada cosa y pasar a otras, hasta
inconsciente del espíritu. (Th. RI- que haya aprendido a pasar de In
B0T, f'sychol. affect., 116.) primera n In última con rapidez
563 INTUICióN
6. Entiendo por laicidad la cien- pregenital (siete años aprox.) del co-
cia en la escuela y la instrucción mienzo de la pubertad.
religiosa en la iglesia, es decir, la l. Hay más seres de los que
neutralidad de la escuela pública. creemos que llevan en sí una psi-
(E. VAUCIIEZ, Secret. gon. de la cosis latente. Numerosas psicosis
Liga de la Enseñanza. Cit. por L. dormitan ya en el inconsciente; y
CAPÉRAN, Hi,st, contemp, de la lai- determinan en sus portadores una
cité frang., 127.) apariencia externa exageradamen-
7. La Jaicidad republicana ( ... ) te normal. (... ) Es también el m0-
pretende sustituir el alma católica tivo por el que tantos individuos
de )ns antiguas instituciones por un portadores de psicosis latentes se
espíritu libe1•ado de toda alianza hacen alienistas, como para probar
confesional, cuando no de toda que están mucho menos locos que
religión y toda metafísica. En la los enfermos a quienes tratan. (C.
medida en que asi se aparta de G. JUNG, L'homme a la recher-
la antigua tradición espiritual de che ... , 157-158.)
nuestra historia, es «hija de la En- 2. Dos estímulos que atacan si-
ciclopedia y de la Revolución». (L. multáneamente al organismo no
CAPÉRAN, lbíd., VIII.) son 1 sin embargo, percibidos como
8. La idea de laicidad no se simultáneos. Las causas para ello
opone a la religión; pero implica son múltiples.
al menos la distinción entre lo pro- Unas, fisiológicas. Cada tipo de
fano y lo sagrado, supone que una receptor tiene en principio una la-
parte do la vida humana se halla tencia propia. En las mejores con-
sustraída a la influencia de lo re- diciones, la latencia irreductible de
ligioso ... o al menos de Jo clerical. la vrisión es superior en 4 cs. a la
(J. LACROIX, Socio/. d'A. Comte, de la audición. (... ) Por otra par-
106.) te, 'la latencia de un mismo recep-
V. Tolerancia, 7. tor es función de la intensidad del
estímulo. (P. FRAISSE, Psychol. d1t
Laicización. A. Prop.: acc1on de temps, 105.)
'laicizar, es deoiT, de reemplazar a los
clérigos o religiosos por laicos. La lai- LATRIA. Gr. latreia, servicio, en
cización decretada por la ley francesa partic. servicio a la divinidad, culto,
de 1882 consistía esencildmente en ex- adoración. Entra en la comp. de algu-
cluir a los religiosos y religiosas de las nas palabras: idolatría, zoolatria.
escuelas primai,ias públicas. Laiciza- Teol. Adoración reservada a Dios. Se
ción de los hospitales, opone al culto de dulía que se rinde a
B. Acción de eliminar no sólo a las la Virgen y a los santos. El que se rin-
personas, sino los principios y conside- de a la Virgen se llama, concretamen-
raciones de carácter religioso. te, hiperdulia.
Laicismo. Doctrina o política que LAXISMO, Der. del lat. lax1<s, la-
preconiza la laicización de toda la vida xo, relajado.
pública. Mor. A. Como estado de alma (con-
LAMARCKISMO. Teoría transfor- ciencia relajada) : disposición moral
mista de LAMARCK, V. Tra,nsformismo•. que lleva a negar la obligación de ha-
cer o no hacer alguna cosa, o al me-
V. Medio, 8; Mutacionismo, 12. nos a minimizar la gravedad de la fal-
ta.
LATENCIA. Der. del lat. lal,rns,
part. pres. de la/ere (estar oculto) : B. Como sistema (Teol. mor.): doc-
oculto, invisible. trina, condenada por la Iglesia, según
In cual no existe pecado en una acción
Está latente lo que no se manifiesta probablemente lícita, por débil que sea
al exterior. Principalmente en la psico- esta probnbilidnd.
logía profunda, latente implica incons-
ciente y virtual. LF..CTURA. Lat. mediev. lectura.
Se llama período de latenl'ia: en psi- A. Acepción usunl: ncción de leer
cología, el intervalo que separa la ac- un texto escrito.
ción del estímulo y In respuesta del su. l. Con mis propios ojos he vis-
jeto; en psicoamílisis, el pc1·fodo que sl'~ to naturalezas ricas, dotadas y na-
·para el fin de la sexunlidnd infantil o cidas pnra la libertad, arruinadas
LECTURA 684
brotar de un nuevo acto que fija el La lengua latina, las lenguas indoeuro-
sentido definitivo de mis razones. peas. V. Lingüística.
Ahora bien, esta doblo lectura se 2. Una lengua es una filosofía
halla inscrita en la propia estruc- petrificada. (M. l\lULLER, La, se. d1t
tura de la decisión ... (P. RICOEUR, lang., 477.)
en Probl. act. de /a, phintnnénol.,
132, Desclée de Br., 1962.) 3. Todas las lenguas apalean
el oro. (J. JOUBERT, PC!t8ées, 200.)
16. Justicia. Estar continuamen-
te ,dispuesto a admitir que el otro 4. En el erludio de una lengua
os cosa distinta de lo que leemos real se hallan todas las ideas hu-
cuando ee halla frente a nosotros manas hechas sistema, y luces so-
( ... ). bre toda la experiencia. (ALAIN,
llt<manités, 217.)
Leemos, pero también somos leí-
dos por ·los .demás. Interferencias ó. La lengua es un instrumen-
de estas lecturas. (S. WEIL, La, pe- to para pensar. Los espíritus que
santcur et la. gr8.ce, 164, 1'66.) llamamos perezosos, soñolientos,
16. El marxismo es, pues, en su inertes, son verosímilmente sobre
fondo filosófico, una lectura atea todo incultos, en el sentido de que
de Hegel. (E. BORNE, Dieu n'est poseen tan sólo un pequeño núme-
pas mort, 34.) ro de palabras y expresiones; y
es rasgo de acusada vulgaridad el
16'. A los «propietarios de cul- empleo de una palabra para todo.
tura» ( ... ) que vivían instalados en ( Ibíd., 242.)
la confortable cotización en alza.
o cuando menos estable, de todos 6. Quien conociera perfecta-
sus vidores, la amenaza de una re- mente su lenguaje conocería al
volución arrasadora a la. vez de los hombre todo. (ALAIN, Esq. de l'h.,
planos económico, político-social, 80.)
cultural y sobrenatural, había de 6'. Sojuzgada y frecuentada
aparecer como in.superal>lemente España por distintas naciones en
terrorista. Se romprende bien que diversos tiempos, formó su lengua
una de las primeras lecturas vul- de las ruinas de las que hablaban
gares de Nietzsche haya sido la estas naciones. Esto contribuyó
anarquista. (J. L. ARANGUREN, Im- maravillosamente a su abundan-
plicaciones de la. filosofía, en la vi- cia; y como algunas de aquellas
da contemporánea, 16-17.) Ad. E. lenguas eran nobles, sonoras y ma-
V. Revela.ción., 4; Ciencia,, 61; Socio- jestuosas, adquirió también la no-
logía, 3. bleza, armonía y majestad que le
Legal, legítimo y der. V. Ley. ha distinguido entre todas las que
se hablan. (J. P. FORNER, Exeq1tias
Lego. V. La,icidad. de /a, lengua castellana,, 56.) Ad. E.
LEM-A. Gr. lemma, (der. de la,nba- Lenguaje. A. Prop. y absolutamen-
tiein, tomar) : lo que se toma; en par- te: facultad de expresar el pensamien-
tic., en lóg., lo que se toma como a.car- to por medio de sonidos en cuya pro-
dado, la premisa•. V. Dilema. ducción interviene la lengua (músculo).
Mat. Proposición establecida a con- Facultad derivada de la de pensar.
tinuación de un teorema, por ser nece- 7. El hombre es naturalmente
saria al curso de la demostración. ((hablante», como es naturalmente
pensante, y tan poco filosófico es
LENGUAJE asignar un principio voluntario al
Lengua. Lat. lingua.. lenguaje como al pensamiento.
A. Prop.: el órgano principal del (RENAN, Orig. dit la11g.', 91-92.)
gusto y de la deglución, y, sobre to- 8. El lenguaje hace con pala-
do, en el hombre, el órgano de la pala- bras y lógica lo que la música con
bra. notas y sentimiento. (H. DELA-
l. No hay mayor signo de fuer- CROIX, Laug. et pcnséc, 2.- ed.,
za que el ser capaz de dominar In 461.l
lengua. (L. LAVELLE, La par. et l'é- 9. Las lenguas son diversas,
crit., 148.) f>et·o no hay m,ís que un lenguaje
11. Por anal.: sistema de expresión humano.
verbal propio de un pueblo, de un país. Unu lenguu es unl\ variución so-
LEPTOSOI\UTICO 686
bre el gran tema humano del len- especie de indecencia el lograr esa
guaje. (lbíd., 605.) expresión. ( lbíd., 181.)
V. Pc11samfr11to, 37, 55. 19. Un lenguaje no es algo ar-
B. Por ext.: sistema o conjunto de bitrario, una convención; por el
signos, fonéticos o no y particularmen- contrario, es algo que crece como
te ,·isuales, que sirven para la expre- una planta. (S. WEIL, Écrits de
sión del sentimiento y del pensamien- Londres, 69.)
to a la indicación de una conducta. 20. [ Cuando se aprende de me-
Lenguaje mimico. Lenguaje de los ani- moria] se cree guarnecer el espíri-
males. tu de vocab'ios; en realidad, uno
Hay también un lenguaje interior en se enriquece con pensamientos.
el que los signos son sólo pensados o La medalla tiene su reverso. Es
imaginados. V. Pa/a.bra i11tcrio1·. igualmente cierto que el lenguaje
10. lenguaje, que proporciona a es un instrumento propicio a
la conciencia un cuerpo inmaterial favorecer la pereza. Y es porque
en que encarnarse. (H. BERGSON, contiene pen·samiento en potencia
Ét•ol. cr., 265.) por lo que sentimos la tentación de
descansar en él y hacerle realizar
11. El lenguaje es uno de los nuestro trabajo. (J. GUITT0N, Nou-
instrumentos espirituales que tras- vcl art de pcnscr, 82-83.)
forman el mundo caótico de las
sensaciones en mundo de los obje- V. Conciencia, 13; Filosofía, 49; Re-
tos y de las representaciones. (H. vrescntación, 10.
DELACR0IX, Le lang. et la pensée, C. Por ext.: modo de expresión, y
126.) principalmente vocabulario, propio de
un individuo o de una determinada ca-
12. El lenguaje humano sólo se tegoría de hombres. El lenguaje de Mo-
distingue evidentemente del len- liere. El lenguaje de la curia. El len-
guaje animal por ser una forma guaje diplomático, matemático ...
de expresión, no del sentimiento,
sino del pensamiento. (M. PRADI- 21. E4 lenguaje de los niños, y
NES, Tr. de psychol., II, 413.) en general el de la pasión, es otra
forma extrema del lenguaje, en que
13. En la vida del pensamien- la palabra, que aún casi no lo es,
to hay que meter siempre el vi- expresa un mínimo de idea y un
no nuevo del espíritu en los viejos máximo de afectividad. Esto es la
odres del lenguaje. (F. G0NSETH, interjección, o sea, el término téc-
Les 1>ULth. et la réal., 43.) nico de las pasiones. (J. ORTEGA Y
14. Todos los medios del espíri- GASSET, Obras, II, 107.) Ad. E.
tu se hallan encerrados en el len-
guaje, y quien no ha reflexionado LEPTOSOMÁTICO. Comp. del gr.
sobre el lenguaje no ha reflexiona- leptos (delgado) y soma (cuerpo).
do en absoluto. (ALAIN, Propos s. En KRETSCHMER, tipo morfológico
l'édue., LXVI.) caracterizado por la delgadez y afila-
15. Un hombre que no conoce miento de las formas,
más que las cosas es un hombre Sin.: leptomorfo, asténico.
sin ideas. Es en el lenguaje donde Co11tr.: pícnico,
las ideas se hallan. (ALAIN, Huma-
nités, 217.) LEUCOTOMIA. Comp. del gr. leu-
16. El lenguaje no es, como se
kos, blanco, y tome, cortadura, inci-
sión.
cree a menudo, el ropaje del pen-
samiento, sino su verdadero cuer- Psicocirugía. Incisión practicada en
po. (L. LAVELLE, La 'f){JJY'O/c et l'é- la sustancia blanca de un lóbulo de los
crit., 25-26.) hemisferios cerebrales.
17. Al revés de lo que se cree, Sin.: lobotom!a•.
a menudo es difícil elevar el ·pen- Le,tis. Subst. gr. der. de /cgein (decir,
samiento hasta la dignidad del len- hablar) : palabra, modo de hablar. Co-
guaje. (lbíd., 30.) rresp. al lat. clictum.
18. Cuanto hay en el alma de A:doptado por los lógicos para desig-
más sutil y personal es sugerido, nar lo que se enuncia sin afirmarlo ni
más que expresado, por el lengua- negarlo. En la frase: «Se dice que los
je. Muchas veces sería en él una ciervos viven mucho tiempo•, la subor-
587 LEY
di nada: Los ciervos «viven mucho tiem- 7. Ayer, un hombre justo y ra-
po» constituye una /exis. zonable decía, como tantos otros:
Ninguna lcxis referente n la téc- «Si fuese tirano, haría una ley».
nica equivale a la técnica; y la No pudo acabar. Se oyó la risa del
t6cnica no es reductible a un dis- jurista. «Sois de los que creen que
curso, aun cuando éste respete su las leyes se hacen. Pero no hay
complejidad, igual que un libro de nadie que, en ningún país, haga
cocina no representa, en manos de las leyes. Se hacen solas».
un aficionado totalmente despro- "¿Cómo -dijo el otro--, acaso
visto de práctica, el menor germen no hacen leyes los diputados? Me
de «técnica culinaria». (P. DUCAS- parece que no son pocas las que ha-
sf, Les tecl111iques et le pltiloB., c:,n malas.»
16.) «Ahí voy yo -dijo el jurista-.
LEY Todas las leyes que hacen son, en
Ley. Lat. lex, /egis. A. Sentido efecto, malas, porque son leyes he-
primitiv. (Ley positiva) : regla impera- chas. (... ) Pero las verdaderas le-
tiva establecida por la autoridad sobe- yes se hacen, y brotan de la socie-
rana (Dios, el poder legislativo de una dad de los hombres como los reto-
sociedad autónoma ... ). V. Derecho po- ños del rosal.» (ALAIN, Politique,
71-72.)
sitivo.
Santo TOMÁS define la ley en general 8. El rigor ha de venir de las
como «ordin.atio rationis ad bonum com- leyes, de lo impersonal; así choca,
m.u1r.c a.b co, qui cu.raim conrnnunitatis hiere menos. La bondad debe, en
/1abet, pro11mlgata» (ordenación de la cambio, venir de las personas; así
razón al bien común, promulgada por conmueve, llega más. (G. THIBON
aquel que tiene a su cargo In comuni- Retour au réel, 108.) •
dad.). Ad. E. 8'. Ley es constitución del pue-
l. la multitud de leyes propor- blo que recibió su sanción de los
ciona a menudo excusas a los vi- ancianos, juntamente con el pue-
cios; de •suerte que un Estado es- blo. (San ISIDORO, Etimologias,
tá mucho mejor ordenado cuando, 114.) Ad. E.
teniendo pocas, son muy estricta- Ley eterna. la definición clásica de
mente observadas. (DESCARTES, San AGUSTÍN es la siguiente: «ratio
Disc. de la méth., H.) vcl 1)0/mrtas Dei ordinem naturalcm
2. La ley en general es la ra- conservari: iuben.s, prrturbari rctansn
zón humana en cuanto gobierna a (es la razón o voluntad de Dios que
todos los pueblos de la tierra; y manda conservar el orden natural y
las leyes políticas y civiles de ca- prohibe alterarlo). Ad. E.
da nación no deben ser sino los ca- V. Cousecuencia, l.
sos particulares en que se aplica
esa razón humana. (MONTESQUIEU, B. Por ext. (ley natural) : regla
Esprit des lois, I, 111.) imperativa implicada en la naturaleza
3. No hay que hacer por las le- misma de las cosas. V. Derecho 11at11-
ral.
yes lo que se puede hacer por las
costumbres. ( ... ) La moral y el derecho se fundan en
Las leyes inútiles debilitan las esa_ ley_ !'atural (en sing.), que implica
necesa~ias. (MONTESQUIEU, Cahicrs obhgae1on y se dirige a la voluntad li-
95.) ' bre. Las ciencias ele la naturaleza es-
tablecen leyes naturales (en plur.) o de
4. Una cosa no es justa porque la naturaleza, leyes que constatan una
sea ley, sino que debe ser ley por- constancia o una necesidad.
que es justa. ( /bid., 125.)
9. Decir que nada hay de jus-
5. Las leyes son telas do araña to ni de injusto fuera de lo que
a cuyo través pasan las grandes ordenan o prohiben las leyes posi-
moscas y donde quedan las peque- tivas es decir que antes de que al-
ñas. (H. ot: BALZAC, La m<1iB011 tlr•
guien hubiese trazado círculos no
N11ci11g,m, ed. Iloussinux, XI, 50.) eran iguales todos los radios. Hay,
6. El buen ciudadano obedece pues. que aceptar relaciones ele
a In ley; pero es mejor el que la equidad anteriores n la ley positi-
supera. (L. BnUNSCIIVICG, l'ruy,·e• va que !ns establece. (Mor,;TES-
do /u cu11•1·., 744.) QUlt:lT, D,· l',·sprit eles /ois, I, 1.)
LEY 588
(en el sentido B) y por op. a todo de- un partido más que otro; y en este
terminismo: poder de elegir entre dos sentido la he tomado al decir que
netos. O también: facultad de determi- el grado más bajo de la libertad
narse sin otra razón que el propio que- consistía en podernos determino r
rer. V. Libertad de indiferencia. en •]as cosas en las que somos por
40. La grandeza de la libertad completo indiferentes. Pero acaso
consiste, o en una gran facilidad haya otros que por la palabra in-
que tenemos para determinarnos, o ilifercncia entiendan aquella facul-
en el gran uso de ese poder posi- tad positivá que tenernos de deter-
tivo que tenemos de seguir lo peor, minarnos a uno u otro de dos con-
aunque conozcamos lo mejor. (DES- trarios, es decir, de buscar o re-
CARTES, C. de 17 mayo 1641, III, huir, de afirmar o negar una mis-
380.) ma cosa. (DEScAnTES, C. de 27 ma-
41. Sólo se puede dudar sobre yo 1641, III, 178-179.)
el bien supremo cuando se le co- A. En sentido fuerte: facultad que
noce con un mero conocimiento su- la voluntad tiene de determinarse con
perficial, imperfecto y confuso. independencia de motivos o razones.
(... ) Entonces la oscuridad de ese DESCARTES la atribuye a Dios porque,
gran objeto, y la lejanía con que según su doctrina, él es el autor del or-
se le considera, produce una espe- den racional, de las normas de la ver-
cie de compensación con la peque- dad y el bien; pero no la supone en el
ñez del objeto finito que se halla hombre sino con grandes reservas.
presente y sensible. Dentro de es- 46. Una entera indiferencia en
ta falsa igualdad, el hombre deli- Dios es prueba grandísima de su
bera y elige, y ejerce su libertad omnipotencia, pero no ocurre así
entre dos bienes infinitamente des- con el hombre, el cual, hallando
iguales. (FÉNELON, Lettrcs sur la la naturaleza de la bondad y de la
relig., II, 111, 6.) verdad ya establecida y determina-
42. El espíritu tiene movimien- da por Dios, y la voluntad sienllo
to para ir más 'lejos: no ama ne- tal que sólo puede inclinarse ha-
cesario. ni invenciblemente esa dig- cia ]o que es bueno, resulta mani-
nidad [tornada corno ejemplo], y fiesto que abraza de tanto mejor
es libre con respecto a ella. Y su grado, y, por consiguiente, tanto
libertad consiste en que, no estan- más 1ibremente, el bien y la verdad
do plenamente convencido de que cuanto más evidentemente lo cono-
esa dignidad encierra todo el bien ce; y que sólo es indiferente cuan-
que es capaz de amar, puede sus- do ignora lo que es mejor y más
pender su juicio y su amor. (MA- verdadero ( ... ). Y así, la indiferen-
LEBRANCHE, Rech. de la vér., I, I,
2.) cia que conviene a la libertad del
homb:e es muy diferente de la que
43. mi libertad (... ) no es una conviene a la libertad de Dios.
cualidad sobreañadida a una pro- DESCARTES, Six. Rép., 6; CEuvrcs,
piedad de mi naturaleza; es, exac- IX', 233.)
tamente, el tejido de mi ser. (J .-P.
SARTRE, L'etre et lo n., 614.) B. En sentido débil: poder de deci-
dirse en los casos en que, por ser tan
44. Lo contrario de la libertad válidos los motivos de una parte como
no es el determinismo, sino el fa- de otra, no hay razón para optar más
talismo. (J.-P. SARTRE, L'imaginai- por un partido que por otro. Los parti-
rc, 68.) darios de la libertad <le indiferencia así
V. Atención, 13; Verdad, 64. entendida recurrían a la fábula del As-
Libertad de i,ulifcrcncia. Facultad de no de Bllridán: falto de esa libertad,
decidirse con independencia de 'los mo- un asno hambriento que se hallase
tivos o sin razón. El término se toma entre dos pesebres de heno igualmen-
en dos sentidos, expuestos así por DES- te apetitosos debería morir de hambre,
CARTES: al no tener razón para empezar por
45. la buliferencia me parece uno de los pesebres y no por otr0.
significar propiamente ese estado 47. esta indiferencia que sien-
en el que la voluntad se halla to cuando no soy llevado más a un
cuando no se siente inclinada, por lado que a otro por el peso de nin-
el conocimiento de lo que es verda- guna razón, es el grado más bajo
dero o de lo que es bueno, a seguir de la libertad, y muestra más un
LIIIERTAD 508
defecto riel conocimiento que unn rezones o motivos, pel'o sin la exigen•
pcrfccrit)n ele la voluntad; porque cia de una fuel'zn exterior, aunque la
si C'Onoril'sc siempre elarumcntc lo 11erfección de la libertad consista en
que es v<•rdflllc-ro y lo que es bue~ determinarse necesariamente.
no. no me veda nunca en la fnliJ!a 51. la afirmación rle la necesi-
rlc dclibcrnr qué juicio y elección dad en la evidencia se halla indis-
habria de hacer; y nsi sería ente- cutiblemente ligada a la de la li-
ramente libre sin ser nunca indi- bel'tnd del Espíritu, Reconocerse
ferente. (DESCARTES, .1/édit., IV; obligado a la afirmación de una
a,urrcs, IX', 46.) verdad significa reconoce!' que an-
48. Hay, pues, una libertad de tes de sufrir esa dctel'minaci6n
contingencia o, en cierto modo, se era capaz de ser detel'minado
de indiferencia, siempl'C que ]JOl' in- ele otro modo; se era libre, dicho de
diferencia entendamos que nada nos otra manera. La condición del re-
obli~a por uno u otro partido; pe- conocimiento de la evidencia es,
ro nunca hay indiferencia de equi- pues, en el espíritu, el sentimien-
librio, es decir, en la que todo sea to de su libertad. Es necesario que
perfectamente igual de una y otra el espíritu en presencia de aquello
parte, sin que haya mayor inclina- de los que debe juzgar, sienta, sepa
ción hacia uno de los lados. (LEIB- que es un juez cuya sentencia sólo
NIZ, Théod., I, § 46.) puede ser determinada por razones
49. la indiferencia y la elección (J. LAGNEAU, Célebres leg. et fr.,
no existirían en Ia plenitud de la 100.)
emancipación espiritual. La liber- 52. La libertad es la facultad
tad, si por ella entendemos el po- de llegar a ser lo que debemos. (P.
der de elegir, no es, pues, esencial POUGET, en J. GUITTON, Portrait de
a la voluntad; la autonomía de la M. P., 207.)
Yoluntad, también llamada liber- 53. La libertad, lejos de excluir
tad del sabio, coincide con la ple- el determinismo, surge de él y lo
na determinación racional; es en utiliza; el determinismo, lejos de
el antagonismo entre el determi- excluir la libertad, la prepara y
nismo inferior, el de los impulsos produce. (M. BLONDEL, L'action,
sensibles, y la superior determina- 120, ed. 1893.)
ción, según valores racionales, don- 54. Ser llamado a la vida de la
de la elección halla ocasión de ejer- razón y de la libertad es participar
citarse. ( ... ) Así entendida, nues- en la libre necesidad de Dios, quien
tra libertad nunca es perfecta; en no puede dejar de quererse. Tam-
su perfección, excluiría la elección. poco nosotros podemos dejar de
(J. MOREAU, en La, liberté, 186-187, querernos. (Ibíd., 371.)
« IV• Congres des Soc. de philos. de
langue fr.•). 55. En el origen, el hombre no
50. El hecho de ceder a una ne- veía por todas partes sino capri-
cesidad interior en nada merma la cho y arbitrariedad. Por consi-
conciencia que entonces pudiese te- guiente, la libertad que se atribuía
ner y que retrospectivamente sigo carecía de poder sobre nada. La
teniendo de mi propia libertad. A ciencia moderna le ha hecho ver le-
la inversa, ha podido haber casos yes en todas partes, y cree adver-
en 'los que he tenido que elegir en- tir cómo su libertad se pierde en
tre dos actos posibles equivalentes; el determinismo. Pero un justo
he elegido al azar; digamos que concepto de las ,]eyes naturales le
ha sido como tirar a cara o cruz; devuelve la posesión de si mismo,
y, no obstante, tengo conciencia de a ·la vez que le muestra que su li-
que, en ese caso, mi libertad ha si- bertad puede ser eficaz y dirigir
do muy débil, casi inexistente. De los fenómenos. (E. BOUTROUX, De
estas elementales observaciones se l'idée do /oí nat., 143.)
deduce que la confusión entre li- 56. La moral no necesita más
bertad y elección debe ser cuidado- que la libertad ( ... ). Y esta liber-
samente evitada. (G. MARCE!,, en tad sólo es posible en y por el de-
La ne/, núm. 19, junio 1946, 69.) terminismo. (J. PAYOT, Éduc. de la
B. Distinguida del libre arbitrio y vol., 32.)
por op. tan s61o al determinismo de las 57. S61o mandamos sobre nos-
causas: facultad de determinarse por otros mismos sometiéndonos a las
599 LIBERTAD
mC'nll' por lo que es comt'mmrnle del ohjrto lil,idinnl». (H. Snrz, En-
conocido como nmor y cantado por fn»cr, 1!)48, :176.)
los poeta~. í's deci1\ por e] amor Libidinoso. Que se abandona a los
sexual, l'Uyo último término estú placeres sexunlcs. Siempre peyoralivo.
constituido por la unión sexual.
Pf'ro no sepai-emos de él todas las LICITUD. Der. ele lut. licct, está
variedadc-s del amor, tales como el permitido.
amor n sí misrno, el que se expe- Cnrácte,· de lo que es lícito (lat. lici-
rimL'nla por los padres y los hijos, f1tm), es decir, no está prohibido por
la amistad. el amor a los hombre,:; la ley.
en g'C'neral, como no separamos Princip. en teo"l. moral, se op. a va-
tampoc0 el afecto por objetos con- lidez: un acto puede no ser lícito y ser
cretos o ideas abstractas. (FREUD, no obstante válido•.
Ess«is di' ¡,sychanal., 100.)
Y. Sublimació11, 2. l. La ley principal de la natu-
raleza del hombre, que es su con•
B. En Jm,G: la intensidad del dina- servación en el orden debido fí-
mismo psíquico. sica y rnorailmente, no se cumpliría,
2. Entiendo por libido la ener- no se observaría. en la tierra, si no
gía psíquica. La energía psíquica fuese lícito -sacar de su error a los
es la intensidad del proceso psíqui- que han degenerado de su especie,
co (... ) la fuerza determinante de con daño de sus semejantes. (J. P.
dicho proceso, que se manifiesta FORNES, Exequias de la lengua
por efectos definidos o «rendimien- castellana, 123.) Ad. E.
tos psíquicos)). No concibo, pues, la 2. Todos los teólogos y filóso-
libido como una fuerza. psíquica, fos convienen en que e-1 príncipe
como a veces han pensado errónea- que por medio de la fuerza y de
mente mis críticos. No hipostasío las armas ocupó la república, sin
el concepto de energía; lo utilizo derecho alguno y sin el consenti-
para designar intensidades o valo- miento de los ciudadanos, es lícito
res. (C. G. JUNG, Typcs psyehol., quitarle la vida y despojarle del tro-
478.) no ... (P. J. DE MARIANA, Del Rey ... ,
3. No doy a la palabra libido 126.) Ad. E.
( ... ) ningún sentido sexual, aun-
que no por ello niegue la existen- LIMINAR. Der. del Iat. limen, um-
cia de una dinámica sexual, como bral.
la de ninguna otra; la del instin- Que está al nivel del umbra]•, es de-
to de nutrición, por ejemplo. (C. G. cir, que es apenas perceptible.
JUNG, L'é11ergétiquc psyehiquc, 50.) Der.: sublimínar, que está por deba-
4. El pansexualismo es una teo- jo del umbral (sin.: subconsciente o in-
ría extremada que pocos espíritus consciente); suprnliminar, que está por
científicos consienten en admitir. encima del umbral (sin.: consciente).
Pero reemplácese la horrible pala- Estos términos, aún corrientes hacia
bra libúio por afectividad o inte- 1900, se han quedado anticuados.
rés (Claparéde), o por tendencia, La conciencia y la memoria sub-
y la objeción de principio desapa- liminares tienen mayores faculta-
rece. (A. HESNARD, J. de psychol., des a la vez fisiológicas y psicoló-
XX (1923), 106.) gicas que ]a conciencia supralimi•
5. Sería mejor designar la li- nar, porque esta última se halla li-
búlo en el sentido de Jung con el mitada por las necesidades de la
nombre de potencial afectivo, como lucha por la vida. (BnAUMWELL, cit.
hace Baudouin, y no emplear la por P. JANET, Médications psychol.,
palabra libido más que en el sen- I, 237-238.)
tido freudiano. (R. DALBIEZ, Le V. Conciencia, 51; Reobase, 1.
mith. psychanal., I, 270.)
Libidinal. En el vocab. psicoanal.: LIMITE. Lat. limrs, limitis.
relativo a la libido, que es objeto de A. Vulg. l. Prop.: lo que (pun-
libido. to, línea, superficie) separa dos terri-
G. el texto de nuestra confe- torios o dos regiones del espacio con-
rencia es: ,, La pérdida de la ma- tiguos; lo que limita o señala el fin del
dreo. En términos psicoanaliticos, territorio considerado, su punto extre-
preferiríamos decir: «La pérdida mo.
603 LINGOISTICA
41'. en nuestro siglo aún pue- l'slú motivada pot' las l'ondiciones eco-
den considerarse como un triunfo nómicas y e.s el motor <le ]a historia, y
de la tradición pitagórica adquisi- sólo cesaría con la abolición de la pro-
ciones tan significativas en el or- piedad privada de los medios de pro-
den científico como la ateoria de ducción y la implantación de la socie-
los conjuntos», la <1teoría de los dad sin clases.
grupos11 --con su apéndice acálcu-
lo de invadantes»-, la «ley gene- A esta teoria se oponen las doctrinas
ral del número)>, la reforma de la del «neocapitalismo» y las llamadas
teoría de las funciones y, en pos- oterceras víasn, que proponen la «cola-
trer término, la síntesis de Eins- boraoión de clases».
tein. Gracias a todo esto, identifi- V. Dicta,lura del proletariado, en
cadas la Física, la Matemática y ProletariacuJ.
la Lógica, pueden reunirse en un
saber total, de carácter aséptica- «LúDICOn. Neo!. derivado del lat,
mente formalistico, que recibe el ludus (juego de acción), para servir de
nombre de «Logistica•. (E. o'Oas, adj. a ccjuego•. V. este término.
Tres lecciones en el M. del Pr(UU), l. Sin un cierto mantenimiento
105-106.) Ad. E. de la actitud lúdica no hay cultu-
. Logos. Subst. gr. (der. de legei11, de- ra posible. (J. HUIZINGA, Homo lu-
cir, hablar), palabra, discurso, razón. de11,8, 169.)
A. Filos. La razón divina en tanto 2. La verdadera cultura no pue-
que organizador del mundo, o también: de existir sin un cierto tenor lú-
la razón tornada absolutamente. dico. (lbíd.., 337.)
l. Hay dos principios del mun- Lugares comunes. Lat. loci com-
do: el principio activo y el princi- munes; gr. koinoi topoi.
pio pasivo. El principio pasivo es A. Ret. y Lóg. ant. Principales epí-
la materia, sustancia sin cuali- grafes (o simpl. lugares) a los que
dad; el principio activo es la razón pueden referirse los argumentos uti-
(logos) que obra en ella, es decir, lizados en los diferentes campos y cu-
Dios. (DIÓGENES LAERCIO, VII, Les yo conocimiento facilitaría la inven-
stoiciem.) ción de las pruebas necesarias en cada
«Logos spermaticos». En los estoi- caso determinado. Eran expuestos en
cos: Principio activo, generador, distin- la Tópica•.
to de la materia, pero no de orden es- l. Podemos tomar por testigos
piritual. Bajo la influencia de HERÁ- a casi tantas personas como han
CLITO, lo identifican con el fuego. Su pasado por los cursos y han apren-
traducción es «razón seminal». Ad. E. dido ese método artificial para ha-
B. Teol. El verbo, segunda perso- llar pruebas ( ... ); porque, ¿hay
na de la Trinidad. una sola de entre ellas que pueda
verdaderamente decir que, cuando
V. Razón, 7, 67. se ha visto obligada a tratar al-
2. el impulso creador de la ciu- gún tema, haya reflexionado sobre
dad grecolatina ( ... ) fue simple- tales lugares y buscado en ellos las
mente un apetito genial de conver- razones que necesitaba? (Log. de
sación. Aquellos locuaces medite- Port-R., 111, XVII.)
rráneos necesitaban de la charla y
la disputa. No es un azar que la 1'. estos rnodernisimos Zoilos
palabra más prestigiosa en Grecia de los venerables inventores de las
fuese la palabra apalabra•, el la- ciencias que hoy poseemos colman
gos, el hablar. La ciencia suprema de pomposos elogios el Nuevo Or-
que descubrieron fue llamada «dia-
ga110 del canciller Bacon, y son de
léctica», que quiere decir conversa- discernimiento tan perspicaz que,
ción, y cuando una divinidad semí- detestando fieramente los tópicos
tica conquista sus corazones, lo del viejo Estagirita, no echan de
más alto que de ella saben decir es ver que el tal Nuevo Orga,110 no
que era el logos, el verbo hecho es más que un arte tópico particu-
carne. (J. ORTEGA Y GASSET, Obras, lar o un agregado de lugares co-
JI, 331.) Ad. E. munes, que señalan las sendas por
donde se debe ir al examen de la
LUCHA DE CLASES. Ad. E. En- naturaleza, así como la Tópica de
frentamiento entre las clases sociales. A rist6te/cs es un conjunto de no-
Para MARX y los marxistas esta lucha tas o asientos generales para ha-
611 LUJO
llar pl'uebas en la confil'mación de se tiene aparece como un lujo, y se
los al'gumentos, donde no tiene ca- quiere imitar, igualar a quienes
bida In demostración evidente ... se hallan en estado de tenerlo. En
(J. P. FORNER, Excq1'ias de la lcn- el principio era la vanidad. (H.
0"ª castellana, 96,) Ad. E. BERGSON, Les de""' sourccs, 323.)
B. En el uso ordinario: ideas tri- 2. La alfombra de alta lana que
lladas y banales. es el Iujo del nómada. (A. DE
2. Hoy es casi un lugar común SAINT-EXUPfRY, Torre des hcnn-
comparar a los goces artisticos las 111,s, 114.)
satisfacciones y entusiasmos que a V. Natttral,za, 10.
menudo procura a sus adeptos la B. Gran abundancia o superfluidad.
ciencia matemática desinteresada. Lujo de criados, de imágenes, de pa-
(P. BOUTROUX, Idéal scicntif., 46.) labras, de argumentos.
3. A los hombl'es les gusta que Luz natural. Las facultades cognos-
se les diga lo que se 'les ha dicho citivas, principalmente la inteligencia
siempre, y de ahi ,nace el lugar co- o razón, que son esenciales a la natu.
mún. (E. FAGUET, XIX• s., 211.) raleza humana. Se opone: de una par-
4. Para el sentimiento no hay te, a las luces adquiridas, es decir, a
lugal'es comunes. ( ... ) los conocimientos recibidos de los de-
El lugar común, miserable cuan- más o resultantes de la actividad per-
do es simplemente repetido, puede sonal; de otra (en el vocab. teol.), a la
ser grande cuando es sentido. (Ma- luz sobrenatural, luz de fe destinada a
rie BoNAPARTE, Glancs des ;ours, transformarse en una «luz de gloria»
65.) que nos haga capaces de la visión in-
tuitiva de Dios.
4'. a la incompetencia de la
cl'itica de arte periodística, enhe- l. Los paganos sólo conocieron
bradora apresurada de lugares co- a Dios mediante la luz natural;
munes de primer grado, responde abusaron de sus l1tces, de los co-
la .incomprensiva oquedad de la nocimientos que habían adquirido
crítiea de arte historicista, incan- por el estudio. (P. LAlIY, en Dict.
sable pespunteadora de lugares co- de Trévoux.)
munes de segundo grado -pues 2. voy a exponer con más cla-
aquí hay su grad,uación, como en ridad lo que pienso según la nor-
las ecuaciones de 'la matemática-. ma, no de la luz natural con que
(E. u'Oas, Tres lecciones en el -mu- sueñan los indoctos, sino de la ver-
seo del Prado, 17.) Ad. E. dad, la cual, tanto en la naturaleza
como sobre ella, es una solamente
LUJO. Lat. laxus, exceso, especial- y no dos ... (J. L. VIVES, Tratado
mente en ~a manera de vivir, fasto, de- del alma, 10.) Ad. E.
rroche. Entre los der. anotemos: lujo- Filosofía de las luces. Alem. Aujk-
so, lujuriante (vegetación, salud luju- lüning; dcr Zeitalter der Aufkliirung
riante) y lujurioso (mhadas lujurio- el siglo de las luces. '
sas),
El movimiento filosófico del siglo
A. Magnificencia en el tren de vi- xvm, caracterizado por la fe en el pro-
da: vestido, mesa, habitación. greso, el culto a la razón y la oposi-
l. es generalmente por amor ción a la religión revelada, reemplaza-
al lujo por lo que se desea el bien- da por un vago deísmo. V. Filósofo,
estar, po.-que el bienestar que no A 2.
M
M~ro. Pref. tomado del gr. makros, pre, que (... ) rechazada por la cien-
largo, grande. cia, la magia subsiste y espera su
Sin.: mega. hora. ( ... ) (H. BERGSON, Les deux
Con,tr.: micro. sourccs .. ., 182.)
Entra en 'la composición de diversos 3. La una pretende forzar el
términos científicos: macromo1écula, consentimiento de la naturaleza, la
macropsia (visión [gr. opsis] agranda- otra implora el favor de Dios. (... )
da de los objetos), macrofísica. Magia y religión divergen, pues,
a partir de un origen común, y
MAGIA. Gr. mageia, religión y sor- no puede intentarse haeer surgir
tilegios de los magos, sacerdotes de los la religión de la magia: son con-
medos y persas. temporáneas. Asi se comprende
A. Prop.: arte de obrar sobre la que cada una de ellas siga ase-
naturaleza y obtener, por medio de fór- diando a la otra, que subsista algo
mulas o ritos más o menos secretos, de magia en la religión, y, sobre
resultados contrarios a sus leyes. Por todo, algo de religión en la magia.
lo que tiene de técnica, la magia pre- ( Ibíd., 184.)
senta un cierto parentesco con la cien- 4. Lo propio de la magia es
cia, pero en su pretensión de utilizar atribuir al hombre el poder de do-
poderes misteriosos se aproxima a la mesticar las fuerzas naturales. Eso
religión. De ahí las discusiones de los es Jo que hace que de ordinario no
sociólogos sobre el orden de dependen- reconozca dioses ( ... ), y que, cuan-
cia: ¿religión, magia, ciencia? ¿mn- do encuentra a los dioses de la re-
gi·a, religión, ciencia? ¿ciencia, religión, ligión, se plante siempre frente a
magia? ¿magia, ciencia, religión? ellos en actitud de desafio. (M.
l. La marcha del pensamiento PRADINES, E•prit de la relig., 116.)
en su forma más elevada ( ... ) se 6. La magia (... ) ha podido
ha dirigido en general de la magia servir de fuente común a la reli-
a la ciencia a través de la religión. gión y a la ciencia no porque las
(J.-G. FRAZER, L'hon,me, Dieu ... , haya formado en vida, sino por-
254.) que las liberó con su muerte.
2. No hablemos (... ) de una era ( Ibíd., 155.)
de la magia a la que habría suce- Magia blanca y magia negra. Lama-
dido la de la ciencia. Digamos que gia blanca consiste en producir efec-
ciencia y magia son igualmente tos extraordinarios utilizando para ello
naturales, que han existido siem- propiedades ele la materia todavía des-
613 MAL
11. Toda materia que sirvo para la convirtió tan fácilmente en el na-
construcción do un edilicio o In fabri- turalismo de Feuerbach y Marx.
cación de un objeto. (J. GUITTON, L'exi.st. tempor., 78.)
C. Sólo en plural (materiales): sir- 17'. In física ha solido tender
ve también para designar los docu- a sublevarse como auténtica filo-
mentos destinados a In composición de sofía, y esta pseudofilosofía sub-
una obra, a una investigación cientí- versiva es el materialismo. (J. On-
fica ... TEGA y GASSET, ¿Q,u es filosofía?,
Materialismo. A. Metaf. (materia- 113.) Ad. E.
lismo teórico). Doctrina según la cual V. Espiritu, 67.
In l'j!alidad se reduce a la materia, que
basta '))ara dar cuenta de los fenóme- Matcrialis-mo clásico y materiali.smo
nos vitales y psíquicos. Se opone prin- dialéctico. El materialismo clásico (por
cipalmente al espiritualismo, que ad- ejemplo, en la Antigüedad, EPICURO;
mite In realidad del espíritu. en los tiempos modernos, LA METTRIE,
D'HOLBACH) no admitía en la materia
13. El materialismo es el sis- más que cambios cuantitativos, de suer-
tema según el cual las leyes, los te que reducía el pensamiento a hechos
hechos generales de In física, no de orden material. El materialismo dia-
necesitan ser explicados y basta- léctico (MARX, ENGELS), al introducir
rían para explicarlo todo si nues- en la materia los procesos dialécticos,
tras ciencias se hallasen suficiente- admite al término de los procesos cuan-
mente adelantadas. (A. CounNOT, titativos, cambios cualitativos o de na-
Essai s. l'enchaín' ... , núm. 619, p. turale~a, y con ello la existencia de un
684.)
psiquismo, que no es, sin duda, más que
14. Vogt ( ... ) es materialista y un producto de la materia, pero real-
liberal, sin ver que el materialis- mente distinto de los fenómenos de or-
mo o deificación de la fuerza es den material.
la proclamación del derecho del
más fuerle, lo que justifica toda 18. La expresión c<materialismc
tiranía. (H.-F. AMIEL, Journal int., dialéctico" parece haber sido em-
20 enero 1871.) pleada por vez primera por G.
Plekhanov, en un ensayo sobre la
15. Según la excelente defini- filosofía de Hegel publicado en
ción de Augusto Comte (... ), el ma- la Neue Zeit, 1891-1892. (M. RUBEL,
terialismo es la doctrina que ex- Karl Marx, 308, nota.)
plica lo superior por lo inferior.
(... ) Y cuando el materialismo lo- 19. Discípulos de Feuerbach
gra en apariencia dar cuenta, ( ... ), Marx y Engels dedicaron na-
en tal o cual caso, de lo superior turalmente su atención principal
por lo inferior, es que, por modo al perfeccionamiento de la filoso-
subrepticio del que no se ha aper- fía materialista, es decir, a la con-
cibido, ha puesto ya en lo inferior cepción materialista de la historia,
eso superior que, más tarde, cree y y no a la gnoseología materialista.
parece hacer nacer de ello. (F. RA- Por consiguiente, en sus obras so-
VAISSON, Rapport ... , XXIV, 189.) bre el materialismo dialéctico sub-
16. Si sólo existiese la materia, rayaron más la dialéctica que el
el materialismo no existiría. (E. materialismo, y, al traitar del ma-
NAVILLE, La se. et le matérial., 85.) terialismo histórico, insistieron más
en el aspecto histórico que en el
17. el materialismo doctrinal materialista. (LENIN, MatérialiS11tc
( ... ) es menos la doctrina que hace et empiriocriticisme, 288.)
proceder lo superior de lo inferior
que aquella según la cual no existe 20. La cuestión reside en saber
diferencia real entre el idealismo si la alianza de esas dos palabras,
absoluto y el materialismo abso- materialismo y dial~ctica, tiene
luto, y podemos fácilmente conver- una significación real (... ) , puesto
tirnos del uno ni otro como ya ha que la idea de materia no es ya
ocurrido a veces en la historia, en en modo alguno la que ordinaria-
especial cuando el idealismo grie- mente nos hacemos de ésta. (J.
go, nacido de Platón y Aristóteles, W AHL, Tr. ele métaph., 589.)
descendió con tanta facilidad al 21. La mnteria sólo es «dialéc-
naturalismo estoico ( ... ) , o también tica}), si tanto importa esta pala-
cuando el idealismo hegeliano se bra, por la presencia y la huella
1\IATRDIONIO 624
en ella do! espíritu. (J. D~: FINAN- nómcno rlave para la comJ)rensión
CE, E.rist. l't liberté, 264.) do la renlidnd social pnsadn y pre-
V. J>rnJ.·is, 1. sente. (L. G0LDMANN, Se. l1u1llllline
et phi/os., 101.)
.llatcrialis1110 histórico. Una de los
tesis fundamentales del marxismo, se- V. Dogmatismo, 3.
gún la eual «el modo de producción de l11111aterialünno. Doctrina de BERKE-
la vida material condiciona el proceso LEY, para quien no existe materia, si-
de conjunto de la vida social, política no tan sólo ideas de un mundo mate-
y espiritual» (K. lllARX, Crít. de la rja.J puestas por Dios en nuestro espí-
cro11. poi., Pref.). Las condiciones eco- ritu. Se expresa por esta breve fórmu-
nómicas constituyen las estructur&!I 1n: cssc est percipere aut pc,rti,pi (ser
con relación a las cuales 18!1 realida- es [para una mente] percibir o [ para
des llamadas espirituales no son sino un objeto materia,)) ser percibido).
superestructuras ostrechamente depen- B. Mor. (materialismo práctico).
dientes de 18!1 bases sobre las que des- Doctrina (generalmente informulada,
cansan. V. Estructura y superestruc- pero implicada en los principios de con-
tura. ducta) de aquellos para quienes los va-
22. El primero en emplear el lores supremos son los de orden ma-
término «materialismo histórico• teri,al o sensible. Se opone al idealismo
fue Engels, en la introducción a la o al espiritualismo en sentido moral.
edición inglesa de su folleto So- 26. Un pnis que ha desempeña-
cialismo utópico y socialismo cie11- do un papel de primer orden no
tífico. E,ngels precisó entonces que tiene derecho a reducirse al mate-
designaba por esta expresión la riadismo burgués, que ,no pide sino
concepción de la historia según gozar tranquilamente de ,las rique-
la cual «la causa última y el motor zas adquiridas. (E. RENAN, «Réf.
decisivo de todos los acontecimien- intell.», <Euvres compl., I, 363-
tos históricos importantes» deben 364.)
buscarse en el «desarrollo econó- Material y der. V. Materia.
mico de la sociedad, en el cambio
de los modos de producción y de MATRIMONIO. Unión legal de un
intercambio, en la división ( ... ) hombre y una mujer ordenada a la
de la sociedad en clases distintas y fundación de una familia. Matrimonio
en .las luchas de esas clases en- civil, matrimonio religioso.
tre sí» (M. RUBEL, Ka,rl Marx, l. el acto por el que el amor
307-308, n. 2.) de un hombre y una mujer se ins-
23. Según la concepción mate- tituye libremente con vista a una
rialista de la historia, el factor de- comunidad de destino, de un des-
terminante en ésta es, en última tino a la vez personal, temporal y
fn8tancia, la producción y la repro- carnal, conforme a las exigencias
ducción de la vida real. Ní Marx radicales de su naturaleza y, se-
ni yo hemos afirmado nunca más. cundariamente, a las necesidades
Si, después, alguíen retuerce esto de la sociedad. (S. DE LESTAPIS,
hasta decír que el factor económi- Amour et inst. fa111il., 96.)
co es el único determinante, trans- 2. El matrimonio indisoluble es
forma aquella proposición en una cosa terriblemente grave y que
frase vacia, abstracta,. absurda. da gravedad a quienes lo contraen.
La situación económica es la base, El matrimonio disoluble es cosa li-
pero las diversas partes de la su- gera y que da ligereza a quienes
perestructura ( ... ) ejercen igual- lo contraen, o les deja la que ya
mente su acción en el cul'So de las tenían. (E. FAGUET, Préjugés 111!-
luch&!I históricas y determinan, de cess., 277.)
modo preponderante, su forma en 3. El amor no es esencial ni
muchos casos. (ENGELS, en Étiules matrimonio. El matrimonio de 1·a-
phi/os., 123.) zón ofrece más garantias que el de
24. Partidarios del materialis- amor, aunque In ausencia de ten-
mo histórico, vemos en la existen- sión y pasión interna pueda ser
cia de las clases sociales y en la para él causa de destrucción. (D.
estructura de sus relaciones (lu- LAGACIIE, en E11cycl. franc., VIII,
cha, equilibrio, colaboración, según 38, 4.)
el pais y la época histórica) el fe- 4. Contrariamente a la creen-
625 MAYIWTJCA
dó el din en que Galileo ( ... ) con- abuelo y nieto de una familia. (E.
cibió la iden no sólo de interrogar o'Ons, Tres lecciones en el M. del
n la nnturaleza mediante la expe- Prado, 120.) Ad. E.
riencia (lo que también Bacon pro- V. Escala, 2; Cantidad, 5.
ponla por su lado), sino de preci- Mesura. Lat. mensura, der. de mc-
sar la forma general que era ne- tiri (medir), me11sus sum (he medido).
cesario dar a las experiencia,, Moderación que impide traspasar los
asignándoles como objeto inmedia-
to la medida de cuanto puede ser límites de lo conveniente.
mensurable en los fenómenos na- Sin.: medida.
turales. (A. CoURNOT, Essai sur Contr.: desmesura. V. Hybris.
les fond., § 199, 305.) 7. Moderación, modestia, mcsr<-
2. En las ciencias experimen- ra. La idea común a estas tres pa-
tales, la medida de los fenómenos labras es la de evitar el exceso,
es un punto fundamental, puesto ,Ja de no hacer demasiado ( ... ).
que es mediante la determinación La mesura es objetiva. (... ) Un
cuantitativa de un efecto con re- hombre moderado o modesto tiene
lación a una causa dada como pue- este carácter; un hombre mcsu.ra-
de ser establecida la ley de los fe- do hace o dice cosas en las que no-
nómenos. (CJ. BERNARD, lntrod., tamos la circunspección y el mi-
I, 11, § 9.) ramiento. (LAFAYE, 924.)
3. Los cocineros no pueden su- 8. La mesura no es mediocri-
frir los pesos y las balanzas -pre- dad o falta de vigor; es esa espe-
fieren puñados y pizcas-- y consi- cie de plenitud interior y justa
der11111 un aitentado a su destreza proporción con el universo que de-
el insinuar que valdrla más em- be permitir a cada uno ser él mis-
plear medidas definidas. (H. SPEN• mo y dueño de sí, es decir, domi-
CER, Princ. de p81Jchol., II, 404.) nar los extremos en vez de huir-
4. Cuando se sabe comparar a los o ceder a ellos. (L. LAVELIE,
la magnitud estudiada otra mag- L'crreur de Nrtrc., 205.)
nitud de la misma naturaleza, se 9. esa barbarie matemática
sabe medir, y el resultado de la que, a fuerza de medirlo todo, pier-
operación es un número. El ele- de por completo el sentido de la
mento de comparación utilizado es mesura. (G. GUSDORF, en Diogé11c,
la unidad.; la operación de medida 26, 80.)
es el proceso por el que se ha ave- Conmensurable. Literalm.: que os
riguado cuántas veces está conte- mensurable ()at. mensurabüis), que
nida la unidad en fa magnitud con- puede ser medido con ( cum) otra cosa.
siderada. (G.-A. BOUTRY, lntrod, a 10. Dos magnitudes A y B se
l'art de la mes., 11.) llaman conmenm,rables cuando tie-
6. cabría determinar las dife- nen una medida común ( ... ) : en
rentes épocas de una ciencia por el caso contrario se llaman i11co11-
la técnica de sus instrumentos de 111c11surablcs. (A. COURNOT, Co-
medida. (G, BACHELARD, Forma- rrcsp. e11tre l'alg. et la géom., 28.)
tion de l'espr. se., 216.) foco11nie11s1trablc. Que no tiene me-
dida común con otra rosa. Por ext.:
6. La física cuántica nos ense- que no es mensurable. Dr:r.: inconmen-
ña ( ... ) que todo proceso de me- surabilidad.
dida perturba por completo el es-
tado de cosas existente antes de 11. El descubrimiento de la in-
esa medida ... (L. DE BROGLIE, Nouv. conmensurabilidad de -la hipoten:i-
perspect ... , 224.) sa con el lado del triángulo rectán-
gulo isósceles había puesto de re-
6'. Grecia había dado a todo lieve la inadeounción a la realidad
una medida humana: al templo del de la aritmética propiamente di-
dios, las proporciones de una casa cha. (L. BRUNSC'HVICG, L'c.Tpéricn-
particular; a la ciudad, las del re- cc hum ... , 476.)
corrido de un paseo a pie; a la v.
filosofía, •las del campo de nuestra
conciencia; a la historia, como en MEDIO. Lat. medius.
aquel Tucidides, escándalo de A. Subst. Prop.: espacio situado en-
Spengler, las de la memoria, entre tre dos o más cosas; el punto que se
J\IEDIO 632
halla a i¡:-ual distancia de dos objetos O. f,e hubla más del ambiente
considerados; el centro de un conjun- del cine que del cine como medio
to dado. vito!. No obstante, la sola y su
D. Por anal.: conjunto de las co- público constituyen un medio, es
sas o las personas entre las cuales u decir, un sistema de interconexión
bajo cuya influencia se halla In cosa entre quienes lo componen y lo que
o pc>1·sona considerada. Hay un medio les rodea. (M. DEDESSE, ll. intern,
físico o C'Xterior, un medio orgánico o de filmolouie, VII [1966]. 100.)
interior, diferentes medios sociales. V. 7. Para Darwin, el medio des-
.11 csológico. empeña un doble papel: instiga la
Sin.: entorno, ambiente. variabilidad y criba la variación.
(,J. RoSTAND, Évol. des esp., 112.)
l. ... dos órden~s de medios
hien distintos para los scre.s vivos: 8. El lamarckismo ( ... ) eompor-
l." Los medios c-ósmicos o c:r- ta ( ... ) dos elementos esenciales. El
trriorrs, que rodean por completo primero es que el medio provoca
al individuo; 2.º los medios or- una adaptación del ser vivo, y el
gánicos o interiores, en contacto seg-undo, que esta adaptación se
inmediato con dos elementos anató- transmite a los descendientes. (J.
micos que componen el ser vivo CARLES, Le tra11sformisme, 68.)
( ... ). O. El medio es, esencialmente,
La sangre no es otra cosa que lo que, en el entorno, es acción
un medio interior en el que viven creadora, diversiíicante o pertur-
•los elementos anatómicos, como los badora, ya que se trata de expli-
peces viven en el agua ... (Cl. BER- car por él las frregularidades de
NARD, Le9. s. les propiétés des tis-
la evolución según unos, la propia
sus vivants, 55-56.) evolución según otros. (R. ZAZZO,
Les jumeax, I, '51.)
2. El medio es como la nebu-
Josa que, de cerca, se resuelve en 9'. como ,en la naturaleza se
multitud de estrellas de magnitud reúnen eosas diversas, hay que re-
muy desigual. Perdbo a :individuos ferirlas a un medio común adecua-
que se influyen mutuamente o se do a ellos. ( ... ). Es, por tanto, el
modelan unos por otros; pero en medio a,quello que corresponde con
parte alguna los veo nadar juntos lo sensible y con lo sentido; como
en la especie de atmósfera sutil e en la visión o la audición, el aire
o el agua. Hay también que ver
imaginaria así llamada y que, co- en el medio la circunstancia de
mo el éter en física, pero con mu- hallarse lo sensible como atenuado
cha menos razón, es el factótum por la distancia, y venir ol senso-
en sociología. (G. TARDE, Ét. de rio algo menos material y más
psychol_ soc., 79-80.) congruente con la naturaleza del
3. la influencia del medio es la sentido, el cual es más espiritual
influencia sobre un ser de todo que el objeto mismo sensible. (J.
lo que le rodea. Este sentido es no L. VIVES, Tratado del alma, 24-25.)
poco singular, porque es el &.er Ad. E.
quien se halla en medio de lo que 9". la educación, sobre todo en
le rodea, y la expresión medio ex- su primera (ltapa, en vez de adap-
terior parecería paradójica si no tar el hombre al medio, tiene que
fuese habitual. (E. GOBLOT, Vocab. adaptar el medio al hombre; en
philos., ,344.) lugar do apresurarse a converth·-
4. Un medio elegante es aquti! nos en instrumentos eficaces para
en el que la opinión de cada uno tales o cuales formas transitori~s
es producto de la opinión de los de la civili2>ación, debe fomentar
demás. Cuando es producto de un con desinterés y sin prejuicios el
llevar la contraria a la opinión de tono vital primigenio de nuestra
los demás, se trata de un medt0 personalidad. (J. ORTEGA y GASSET
literario. (M. PnousT, Les plaisirs El <CQ1tijote» en la escuela, Ob,·as:
et les j., 82.) II, 294.) Ad. E.
5. Viviendo del medio, debemos V. Adaptación, 1, 2, 3; Asimilación
sacudirnos constantemente para 1; Educación, 11; Füoso/ía, 45; Me'.
que nos resulte letal. (E. MAUNIF.ll, so/ógico; Opinión, 18; Sentido, 17.
Tr. du cara,ct., 78.) C. Correlativo de fin. Lo que con-
633 MEDITAClóN
te y con ntención los misterios do 1inrio. Jt;I mismo dice -iY qu!i bien
la fe y los preceptos de la mornl, dicho!- que en su juventud es-
parn examinarlos con detalle y co- tudiaba «llena el alma de idealis-
nocerlos a fondo. ( ... ) La co11tc111- mo puro y la boca de una saH-
plació11 es un acto simple, pcrmu• villa amarga producto de la mala
nente, por ol que se ve todo en digestión, por culpa de lecturas
Dios, de irolpe y sin reflexión, fuera de hora». No eran, no, las
(Dict. dr T,·évo11x.) lec-turas fuera de hora, sino la ino-
V. Cont-cm¡1lación, 1, 3; Discursi- cente atrabilis la que le amargaba
110, 2.
la boca, y, en oc&11iones, la pluma.
(G. MARAÑÓN, E11sa.yos liberales,
.lfrga. Pref. tomado del gr. 111rgas 136.) Ad. E.
(fem., mcga,1C ¡ neutro, mega), grande. 2". Auméntese la melancolía
Sin.: macro. con la agitación de los pensamien-
Conf1•.: micro. tos o de los afectos cálidos, por lo
cu-al conviene que esté mezclada
(Omega, última letra del alfabeto con otros humores, principalmen-
griego, es más larga que omicron.) te con la bilis amarilla, que sirve
Entra en la composición de diversos como de freno para evitar que
términos del voc. científico e incluso aquélla, movediza por su índole y
del común (megalomanía =manía de naturaleza, se precipite a donde
grandezas). En física, multiplica por no debe; y dejando sola a la bilis
un millón: megaciclo (en el estudio de negra, por la desecación de todns
las corrientes alternas de alta frecuen- las humedades, invade tumultuosa-
cia) = un millón de ciclos unidades. mente el cerebro, condensa y oscu-
rece los espíritus, de donde provie-
MELANCOLIA_ Gr. 111ela11cholia, nen los furiosos y maniacos. (J. L.
humor negro o atrabilis (forma latina). VIVES, Tratado del alma, 80-81.)
A. En la antigua clasif. de los Ad. E.
caracteres por el humor dominante: B_ Psiquiatría: «Estado patológico
humor cuyo predominio produce los caracterizado por una profunda tris-
melancólicos o atrabiliarios. Cuando se ·teza y un pesimismo generalizado». (J.
averiguó que ese humor no existía, se SUTTER, en Man. alph. de PB1Jc/r,ia,trie.)
atribuyó a un predominio de los ner-
vios el carácter peculiar de los melan- Sin.: ni!urastenia, lipomanía (gr. lu-
cólicos, llamados desde entonces ner- pii, pena).
viosos. 3. La melancolía es una psico-
l. La bilis negra; el humor se- sis caracterizada clinicameute por
gregado por el hígado cuando se la depresión de 'la actividad psí-
hace espeso y negro. Los a11,tigur,s quica y motora, y que se manifies-
1 ntédicos consideraban a la melan- ta sobre un fondo de humor triste
colía co>M capa,,: de producin- las y evoluciona bajo la forma de un
afeccio11es 1J enfermedades /iipo- acceso generalmente curable. (LAI-
condriacas. (Dict. de l'Acad. fr., GNEL-LAVASTINE, BARDÉ y DELMAS,
Pratique psychia.tr., 204.)
1835.l
2. Y a sea la bilis la que me ha C. Hoy, en el uso ord.: estado, con
frecuencia agradable, y en el que nos
hecho melancólica o la melancolía complacemos, de leve tristeza provo-
la que me ha hecho biJiosa (y esto cada por el sentimiento de una p&11a'1a
resolvería un gran problema meta- felicidad o de sueños no realizados,
físico y fisiológico, del que no voy
a ocuparme ahora), lo cierto es 4. La molancolia es la felicidad
que los vivos dolores en el hígado de estar :triste. (V. Huco, Trav. de
tienen por sintomas, en todos la, mer, Parte 111, 1, 11.)
cuantos a ellos están sujetos, una 5. La melancolía es la reina de
profunda tristeza y el deseo de las almas que sienten con viva-
morir. (G. SAND, Hist. de ma vie, cidad; llega a ellas sin que sepan
IX, 248.) cómo ni por qué, a una hora s~re-
2'. Alguna vez, quizá [Clarín] ta, inesperada. (LAC0RDAIRE, I,rt-
fue injusto más de frase que de tres a des j. g., 17.' ed., 266.)
concepto. Era cuestión de tempe- 6. La edad i!sparce sobre nues-
ramento. El suyo era el que los tras melancolías matices muy di-
médicos antiguos llamaban atrabi- ve~sos, El joven está melancólico
635 MEMORIA
ples niveles hasta el liLulo parn anmir.nto, sino que posa de unog
siempre ilegible. (P. Cuum:L, l'osi- " otroe, por -lo cual necesita un
tio11s l't ¡,ro¡,os., !, 108.) l'ierto depósito en que, ni presen-
8. Vivimos, nnlc todo, por In tarse los nuevos, conserve los an-
imaginnciún y la memoria: tnl l'8 leríores eomo tesoro de cosas aho-
el primci·o de los temas tle Proust ra ausentes, !ns cuales reproduzca
y acaso uno de los mús esenciales.
y tome cuando ee menester. El
\ ... \ Lo que en In realidad y el nombre de esta función es la me-
moria. (J, L, VIVES, Tratado del
presente hay de riqueza y alegría
responde, sohre todo, a lo que en 1tlma, 55.) Ad. E.
,·llos sobrevive del pasado y se di-
V. Co11cic11,iia, 25; Hábito, 15.
bujn de porvenir, n cuanto en ellos B. Por anal. (memoria-hábito de
insinúan nu<>~lra imaginación y BERGSON): conservación, en un orga-
n~estra lllC'TilOl'ia. (Cl. BLONDEL, nismo vivo y principalmente en el ce-
l syrho[Jr. de M. Pro1tsf, l.) rebro, do impresiones pasadru. que si-
guen influyendo en el comportamiento,
a. Ocurre con los placeres co- en particular bajo In forma de hábi-
mo con las fotografías. Lo que se tos, de costumbres ...
toma en presencia del ser amado
no es más que un cliché negativo, 14. Una vez que Ju fibras del
que se re,~ela más tarde, una vc.:1. cerebro han recibido ciertas im-
en casa, cuando de nuevo tenemos presiones por intermedio de los es-
a nuestra disposición esa cáma,ra píritus animales, y por la acción
oscura interior cuya entrada está de los objetos, guardan dura11to
<ccondenada» mientras ve-mas gen• mucho tiempo cierta facilidad pa·
te. (M. PROUST, A l'ombre ... , 111, ra recibir esas mismas disposicio-
148.) nes. La memoria no consiste sino
en esa facilidad. (MALEBRANCIIE,
10_ Las pretendidas instantá- Rech. ele la vér., 11, l.' parte, V,
neas tornadas por mi memoria 3.)
nunca me habían dicho nada. (M,
Pnm:sT, Tcmps retr., II, 8-9.) 16. Está claro, por Jo que aca-
bamos de decir, que hay gran re-
11. Incluso con la duquesa ,le lación entre la memoria y los há-
Guermantes ( ... ) , su encanto sólo bitos, y que en cierto sentido la
me era visible a distancia, y se memoria puede pasar por una es-
desvanecía cuando me hallaba jun- J)<!Cie de hábito. (/bid., 4.)
to a ella, porque residía en mi me- 16, La destrucción progresiva
moria y mi imaginación. (Ibúl., II, de la memoria sigue, pues, una
163.) mi>reha lógica, una ley. Desciende
12. Sólo cabe comprender la proorcsivamumte de lo inestable a
memoria como una posesión direc- lo estable. Comienza por los re-
ta del pasado, sin contenidos inter- cuerdos recientes que ( ... ) rara-
puestos. (M. MERLEAU-P., I'héno- mente repetidos y, por consiguien-
wnol. de la perc., 307.) te, débilmente asociados con los de-
13. La memoria lleva un regis- más, ·representan el grado más a.,.
tro de •instantes» de los que no bil de organización. Acoha por esa
nos damos cuenta y que son lo memoria sensorial, instintiva, que
esencial de nuestra vida. (M. Jou- fija en el organismo, conve,·tida e~
HANDEAU, 11/émorial, J, 12.) parte de él o mejor en él mismo,
representa la organizació11 en •U
13'. hacer memoria de las co- grado más fuerte. (Th. RIBOT, Mal.
sas y acordarse dellas después de de la mMnoire, 04.)
sabidas, es obra de la imaginati- 17. En sentido amplio, la me•
va, como el escribir y tornarlo a moría es la función de integración
leer es obra del escribano y no del pasado en el presente. ( ... ) As(,
del papel. Y así la memoria queda como el propio ritmo de mi exis-
por potencia pasiva y no activa, tencia, la memoria no es otra cosa
romo lo liso y blanco del papel no que esa re•piración profunda que
es más que comodidad para que vivifica, en el punto cualitativa•
otro pueda escribir. (,J. HUARTE, mento indivisible del instante pre-
Examen de JngenÚJs, 201.) Ad. K sente, Jo que soy por lo que he
13". nuestro espíritu no per- sido. (H. EY, l:t. psychiatr., II,
manece siempre en un mismo pcn- 6Z.)
637 MEMORIA
metamúsicn, sino tan sólo metn• tener una vía ,le accrHo a la rea-
músicos. (C. lllAUCLAII<, Rclioion d" lidad¡ y ~sa vía o camino es lo que
la mus., 85.) llnmaban los griegos ¡,ilfooo;, mé-
«Metaproblemático». Que se sitúa todo, (J. MARÍAS, Introducción a la
más allá del problema, en d mistel"io. Filoso/fa, 146.) Ad. E.
V. Problemático, r,·ob/cma y llfistc,·io. A. En sentido abstracto; carácter de
El misterio ""' lo metaproblcnuí- 111 actividad que se despliega según un
tico. (G. lllARCEL, «tTRE I,T AV0IR», plan reflexivo y determinado de ante-
162.) mano. Proceder con método.
Metapsíquico, Metnpsicología. V. I'si- Sin.: orden, ,lógica, técnica.
cologia. 1. La idea do método es siem-
«Metasistema». Sist,-ma que englo- pre In de una dirección definible y
ba diversos sistemas particulares o in- rcgularm,cntc scguUla en una ope-
cluso todos los sistemas posibles. ración de la mente. (M. BERNES, en
La historia de la filosofía re- Voc. de LAL.)
sulta a fin de cuentas una meta- 2. El método es, en muchos as-
física de la metafísica; la soberana pectos, la antítesis del hábito, y
puesta en escena de un metasis- aquí reside el error gnoseológico
tema, en cuyo seno todas las ideas del formalismo, que pretende ha-
tienen un sitio. (G. GUSD0RF, Tr. do cer el método maquinal. La con-
métaph., 10.) ciencia metódica debe permanecer
alerta. (G. BACHELAnD, Rational,
«Metatécnica». Que es de un orden appl., 25.)
superior al de las técnicas.
Quien ha alcanzado la maestría B. En sentido concreto (un méto-
en el ejercicio de una o varias téc- do) : conjunto de procedimientos desti-
nados a asegurar económicamente un
nicas ( ... ) siente casi siempre la
mayor repugnancia a admitir que cierto resultado. Método de piano, de
una actividad metatécnica pueda taquigrafía, de inglés o de alemán. Mé-
ser tomada en consideración (... ). todo experimental, método histórico ..
En una civilización de tipo técnico 3. Buscar un método es buscar
(por oposición a otra de tipo sa- un sistem,a de operaciones exterio-
cra!) son los saberes del segundo riza:bles que hag,a mejor que la
grado los que se hallan casi inevi- mente el trabajo ele la mente, (P.
t&.blemente desacreditados en prin- VALÉRY, Variété, Pléiade, I, 800.)
cipio. (G. MARCEL, Déclin de la 4. No ha.y práctica sin un oier-
BU!J., 23.) to método, ni método sin algo de
práctioa ( ... ) . La misma idea
l\lETE:IIPSICOSIS. Gr. mctcmpsy- de método se desarrolla y determi-
chosis, paso (meta) del alma (psyché) na a medida que se organizan y di-
de un cuerpo a otro. ferencian !as·técnicas. (F. GoNSETII,
Doctrina según la cual una misma I'hil. math., 19, Herma.nn, 1939.)
alma puede informar sucesivamente a 5. Todo método es, inevitable-
varios cuerpos, ya sean de hombres, ya mente, un repaso reflexivo a ope-
de animales. raciones ya realizadas. (G. BER-
Sin.: transmigración. GER, I'rospcctivc, I, p. 1, P.U.F.,
1958.)
M:eTODO. Gr. m'!thorws (odos, ca-
mino; meta, hacia) 1 seguimiento, bús- V. Procedimiento, 2.
queda; fig., estudio metódico, método. C. Método cientifico: conjunto de
( ... ) aunque la realidad, en cier- procedimientos racionales que tienen
to sentido, nos sea «dada», esté ahí por fin establecer y demostrar la ver-
y nos encontremos, desde luego, dad.
con ella, necesitamos, sin embargo, li. Entiendo por método unas
paradójicamente, llegar a ella, por- reglas ciertas y fñciles gracias a
que su modo propio de ser es el es- las cuales todos aquellos que exac-
tar oculta ( ... ). Y como está oculta tamente las observan no supon-
y escondida, y nosotros, por lo vis- dró.n nunca verdadero lo que es
to, necesitamos algo latente en ella falso, y llei('arán, sin fatigarse en
y que no tenemos, de ahi la forzo- esfuerzos inútiles, y aumentando,
sida<i en que nos encontramos de por el contrario, progresivamente
647 MJ::TODO
da,l. (G. Rou1N, G111iriBu11 <Ir• dé- ter religioso, sino técnico. Son ccinge-
fa11ts et des vices ... , 306.) nieros». Ante los fallos que persisten,
19. La mitomanla vanidosa es se llega a admitir «voluntades superio-
la más frecuente en el hombre. Da res, y esto nos lleva al umbral de la
lugar a verdaderos accesos de men- Rcligilm. Estos «dioses» son concebi-
tira y fabuliación. Su forma más dos, genera.lmente, como malos.
placentera sigue siendo la «char- C. La realidad como mito. El mito
latanería fantástica» (Tartarín, es el esquema de la concepción deJ mun-
Numa Ro11mesta11, el Mentiroso de do de los hombres que lo crean. Mito
Corneille). ( ... ) sig,nifica «narración», y estas narra-
Por el contrario, en las mitoma- ciones son siempre dinámicas. Para
nías malignas, el desorden imagi- ellos el mito es la realidad. Por tanto,
nativo va asociado a diversas for- es inval'iable e intocable. Pero progre-
mas del instinto de destrucción. sivamente, lo que se había hecho para
(... ) El predominio de la ma.licia explloar J,a realidad, se convierte en la
sobre Ja vanidad ( ... ) es evidente en realidad misma: la realidad es el mito.
los autores de anónimos, los de- Esto sucede en virtud de la transmi-
nunciantes falsos... (E, MOUNIER, sión oral y formulística de los ritos, y
Tr. d,. caract., 392.) por eJ monopolio. que ejerce la casta
de los magos. No se distingue entre el
Pensamiento mítico. Ad. E. Se puede símbolo y la cosa simbolizada. Cuando
definir el pensamiento mltico, por opo- se inventan nuevas técnicas, en res-
sición al pensamiento lógico, como una puesta a nuevas necesidades, se crean
concepción del mundo no racional. a la vez sus mitos correspondientes, y
La estructura del pensamiento mí- el éxito no se obtiene debido a !as téc-
tico. nicas, sino debido a los mitos.
A. Actividad proyectiva. Podemos D. La swperación clel mito a través
suponer fundadamente que, tras una de los problemas que plantea y de la
primera /ase designativa en que se nueva situación.
crea el lenguaje (sustitución del gesto 1. El mito como irn,trum,,nto prrí.c-
por el sonido que le acompaña), una se- tico. El mito garantiza el orden cósmi-
gunda fase proyectiva llevaría al hom- co y socia!l. Se instrumentaJiza para re-
bre a proyectar sobre el mundo exte- solver problemas individuales y colec-
rior su subjetividad. Dado que el co- tivos (magia). El rito mágico «manda"
nocimiento es el triunfo del orden men- sobre la realidad. Af percatarse de la
tal 110bre el caos de sensaciones, todas vanidad de este mandato, el mito se
las Mitologías presuponen un caos ini- humilla y se convierte en «súplica» an-
cia!!. El triunfo sobre éste lo represen- te las fuer:11as superiores o dioses: el
ta Ua Justicia C6smica. El orden es, mito se convierte en Religión.
pues, elemento esencial en la realid,ad.
2. El 1nito como vehículo de especu-
Como ca.racterístfoas diferenciales lación. Los problemas teóricos se ex-
con el pensamiento lógico hay que se- plican a través de mitos que narran el
ñalar el predominio de la imaginación, origen de las cosas, En una primera
y la escasa capacidad crítica. fase, el mito no guarda ninguna rela-
B. La naturaleza como un «tú». Pa- ción lógica con la pregunta a que res-
ra el hombre mítico, la naturaleza es ponde, sino que es un mito fácilmente
viviente, todos los seres son animados. representable. En una segunda fase, el
De ahí nace el temor, el agradecimien- mito pretende dar una respuesta colte-
to, la -C<Jilaboración. Estos «yo» y estos 1·1mte, antropomórfica, por ejemplo, el
«tú» son materiales; el hombre mítico cosmos ha nacido, como los hombres, de
es materiaUsta. una o varias parejas. En una tercera
La sustancia de las cosas es el nom- fase se pone como origen un principio
bre. Por tanto, maniobrando con los activo, del que proceden todas las co-
nombres se puede manejar Ja realidad. sas, incluidos los dioses. Generalmen-
'fa! es el origen de ,la «magia». Con te, este principio activo es eJ ag1<a. Es
ella se podrá prever el porvenir. El ,~to el estadio de la «arjé». El mito cede
mágico falla: se -pensará que los ri- el paso a la Filosofía y n la Ciencia a
tos están mal hechos, apareciendo la tNLvés de ,un proceso de crítica del con-
«corrección formal» de los procedi- tenido del mismo.
mientos. Esto requiere una especia.liz11- 3. El mito co-mo vicla ética. Una vez
clón y una tecnificación que represen- que el mito se convie1•te en religión, los
tan los ,,magos», que no tienen carác• dioses son concebidos, generalmente,
42. Uiccionariu Jd l.c1111uajc Filo:.tifico
~IObA Gii8
estilos; poco importa el estilo que como si no fuese cierto que los tie-
se adopte con tal de que sea «el ne en nada, (lbúl., XI, 69.)
último». (W. JANKJ!:LÉVITCII, L'iro-
5. La modestia es el primer ele-
nio, 141.) mento de una verdadera cortesía.
7. La permanente llevaba cua- (LACORDAIRE, Lettrcs a des j. g.,
renta años de moda. Era fatal que 7. • ed., 164.)
aquello acabase un dia u otro. ( ... ) 6. La verdadera modestia no
Los responsables de la moda falta- puede ser otra cosa que una medi-
rian a su deber si no la hiciesen taaión sobre la vanidad. Nace del
cambiar. (A. BILLY, Figuro del 26 espectáculo de los errores ajenos y
nov. 1959.) do! temor al propio extravío. (... )
MODESTIA Es difícil decir en qué momento
Modesto. Lat. modcstus, que no so- preciso el cuidado de hacerse mo-
brepasa la medida (modus), mensurado, desto se separa del temor a llegar
moderado. a ser ridículo. Pero este temor y
aquel cuidado se confunden en el
A. Referido a cosas: poco impor- origen. (H. BERGSON, Le rire, 133.j
tante, sin brillo, ordinario. Una situa-
ción, un piso, ingresos modestos. A un 7. Del demasiado practicar la
nivel inferior, se hablará de ingresos modestia se acaba por dudar de
módicos (lat. modicus, derivado tam- uno mismo. (J. RosTAND, Journal
bién de 1nodus). d'11n cara;ct., 36.)
B. Principalm., hablando de perso- 8. Apenas tiene mérito el incli-
nas y de su comportamiento: que ca- narse a la modestia cuando hemos
rece de pretensiones y manifiesta un convenido en que los grandes nos
sentimiento muy mesurado de su pro- dan el ejemplo. (lbíd., 37.)
pio valor. 9. El pudor moral de Jean
l. Si el modesto se contrae ba- Guéhenno es una modestia, vaga-
jo los efectos de la lisonja, es que mente orgullosa como todas las
ésta le acaricia en un lugar sen- modestias, al expresarse. (A. THÉ-
sible y frecuentemente irritado. (J. RIVE, Moralistrs de ce tenips, 330-
RosTAND, De /a; va;nité, 53.) 331.)
V. Simplicidad, 5.
2. La charca de los mediocres
desborda de falsos modestos y fal- Fa;lsa modestia. Apreciación de uno
sos prudentes 811 acecho del «orgu- mismo modesta o incluso injusta, pero
llo» y la «temeridad» de quienes se falta de sinceridad, ya que tiene por
atreven. (E. MOUNIER, Tr. d1t ca;- objeto más o menos consciente el pro-
ra;ct., 573.) vocar como reacción juicio,3 halagado.
res.
V. Orgullo, 17.
Modestia. Lat. modestia;, canícter 10. La falsa modestia es el úl-
del que observa mesura (modus), mode- timo refinamiento de la vanidad;
ella hace que el hombre va,io no
ración.
lo parezca, y se haga valer, al
A. Reserva y disc1·eción en la mane- contrario, por la virtud opuesta
ra de hablar de sí mismo y de compor- al vicio que constituye su carácter.
tarse ante los demás. (LA BRUYERE, Caract., XI, 66.)
3. La modestia es al mérito lo 11. La falsa modestia es la más
que las sombras a las figuras de decente de todas las mentiras.
un cuadro: ella le da su fuerza y (CHAMFORT, Ma.x. et pe11sées, cap.
su relieve. (LA BnUYERE, Caract., ll.)
11, 17.)
MODO
4. El hombre, por naturaleza,
habla alta y soberbiamente de si Modo. Lat. moclits: l." medida de
mismo, y sólo de sí piensa de superficie; 2.0 medida que no debe so-
ese modo. La modestia sólo tiende brepasarse, moderación; 3.0 n1anera de
a hacer que nadie sufra con ello. conducirse; 4.0 manera de hacer. Ha
Es una virtud externa, que regula ciado o1 doblete modo-moda.
sus ojos, su continente, sus pala- A. En general: manera de ser o de
bras, su tono de voz, y le hace obrar. Modo de producción; modo de
obrar exteriormente con los demás vida.
!IIODO 660
ble de c.-ilificnción desde el punto de nmornl en este senlido, como son amo~
,·ista de la moralidad, es decir, puede rnles nuestros movimientos reflejos) ;
ser juzgado bueno o malo. La «reali- n veces (sin. de inmoral), que tiene unn
dad moral• comprende tanlo los peen- conducta contraria n la moral por falta
dos como los netos de virtud. Pero de sentido moral! (al disoluto puede cn-
hacer sufrir a otro sin quererlo no lificársele de amoral en este sentido),
l'Onstituye un acto moral: es un ne- Inmoral significa: que no es moral
to amoral o mornlmente (éticamente) en el sentido B 2, es decir, que es con-
neutro. trario a la ley moral (el animal no po-
,. Un vicio, W1 Cl'imen moral, dría ser inmoral; la inmoralidad supo-
una cobardía, son desgrncias que ne el conocimiento del bien o del deber
nos hacen envejecer de pronto (... ). y ln posi'Mlidnd de regirse por él),
Hay en el orden moral enferme- ll'. Llamamos inmoral al hom-
dades análogas a las de la vida bre que, comprendiendo lo que de-
física en cuanto a dejarnos enfer- be hacer, no Jo hace. Al que posee
mos y tullidos para siempre. (G. sentido moral, pero carece de fuer-
SAND, Hi-st. cu, 111a vic, IX, 83.)
za moral (por eso Aristóteles habla
8. Un juicio moral no es una expresivamente, en este caso, de
constatación, sino un consenti- a.1'rasla) y es arrastrado por las
miento. (F. RAUH, «Se. et consc.», pasiones. Es el video meliora pro-
R. phil., 1904, 1, 360.) boq,ie, deteriora seq11or. Por el con-
2. En el lenguaje ordinario ( por op. trario, llamamos amoral ni que pa-
a «inmoral»): que es conforme a lamo- rece carecer de sentido moral. El
ral, es decir, a la regla de las cos- problema de la «ceguera» para el
tumbres. «valor moral», o para determina-
dos valores morales, aparece aqui,
9. El a.cto moral es esencial- antes de que nadie •hubiese hecho
mente racional; es la razón misma filosofía de los valores. (J. L. ARAN-
aplicada a la conducta. (G. MADI- GUREN, Ética, 36.) Ad. E.
:<IER, Canse. et amour, 2.ª ed., 17.)
11". De la moral no es posible
10. Ser moral no consiste en desentenderse sin más ní más. Lo
someterse a una ley, externa o in- que con un vocablo falso hasta de
terna, sino en crearse resolviendo gramática se llama annoralüla.d es
las propias contradicciones (... ). El una cosa que no existe. Sí usted no
progreso moral no consiste nunca quiere supeditarse a ninguna nor-
en aceptar la ley que nos dan he- ma, tiene usted, velÜJ nolÜJ, que
cha, sino en descubrir poco a poco supeditarse a la norma de negar
un orden inmanente a la persona ... toda moral, y esto no es amoral,
(J. l...ACROIX, Pers011ne et annour, sino inmoral. Es una moral nega-
42--43.) tiva que conserva de la otra la
V. Libertad, 9. forma en hueco. (J. ORTEGA Y GAs-
C. A veces, en una acepc10n mixta SET, La rebeli6n d• las masas,
(englobando psíquico y ético) : que es 200,) Ad. E.
de orden espiritual y tiene un valor Moral, subst. Del adj. Jat. mora.lis,
espiritual. Los valores morales. que es tan sólo adjetivo (philosophia
11. Una autoridad moral es una moralis, tlwologi,a, ,noralis); «la moral»
realidad psíquica, pero más alta y se dice ethica..
rica que la nuestra y de la cual ·A•. Absolutamente (la moral). l.
sentimos que la nuestra depende. Conjunto de las normas de conducta
(E. DURKIIElll, Socio/. et phi/os., tenidas por absoluta y universalmente
107.) válidas.
Amoral e inmoral. Ambos prefijos, a 12. La moral no es un orden
e in. indican, en principio, una priva- procedente del exterio1·, ni siquiera
ción. Pero, de hecho, amoral, de crea- del cielo, sino la voz de la razón
ción relativamente reciente, tiene una reconocida como voz divina, (A.-D.
significación notalJlemente diferente de SERTILLANGES, Phi/os. mor, de
la de inmoral. Sai11t Thomaa, 2.a. ed., I, 96.)
Amoral significa: que no es moral 13. Que !ns leyes de la moral
en el sentido B 1, es decir, que es ex- hnynn comenzado por ser órdenes
traño al dominio de la moralidad, que sociales no es algo que invalide s11
es moralmente neutro (el animal es fuente psíquica y racional, por
665 MORAL
turbia y confusa que hayn podido 3. Sistema particular de reglas de
ser en un principio. (P. GAULTIER, conducta. Moral de EPICUR0, de KANT;
R. Philos., 1008, I, 261.) moral del interés; moral positivista,
V. Compromiso, 21; Constitución, 1, comunista; moral científica, indepen-
3; Dogmatismo, 2; Naturalc,a, 68; d-iente.
Norma, 9; Totemismo, 5. 19. Nuestra mora,! se halla en-
2. Parte de la filosofia que trata de teramente subordinada a la lucha
los problemas relativos n la conducta de clase del proletariado. (LEN IN,
del hombre en su vida personal y so- Disc. al III Congreso de las Juv.
cial. Com., 2 oct. 1920.)
Sin.: ética•. 20. No puede haber moral cien-
14. La moral tiene por objeto el tífica ( ... ). Y la razón es muy sim-
bien como la lógica ·la verdad. ple; es una razón, ¿cómo diría?,
(Pnul JANET, Tr. élé,n. de phi/.' puramente gramatica:l.
551.) Si las premisas de un silogismo
15. Toda moral se nos presenta están ambas en indicativo, la con-
como un sistema de reglas de con- clusión estará igualmente en indi-
ducta. (E. DURKIIEIM, Socio!. et cativo. ( ... ) Ahora bien, las premi-
phüos., 51.) sas de la ciencia, los postulados de
16. La moral es el conjunto la geometría, están y sólo pueden
más o menos sistematizado de las estar en indicativo; en el mismo
determinaciones ideales, reglas o modo están las verdades experi-
fines, que el yo, considerado co- mentales, y en la base de las cien-
mo fuente absoluta, si no total, cias no hay ni puede haber otra
del porvenir, debe por su acción cosa. (H. POINCARf, Dern. pensées,
actualizar en la existencia para 225.)
que ésta alcance un mayor valor. 21. Henri Poincaré decía con
(R. LE SENNE, Tr. de mor. gén., 22.¡ razón que la ciencia está en indica-
V. Técnica., 24. tivo y la moral en imperativo, pe-
ro se equivocaba al creer por ello
División. La moral fundamental o a toda ciencia ineficaz en materia
general establece los fu'lldamentos y de mora:l. El imperativo es dicta-
principios generales de la moralidad. do o al menos requerido por lo que
La moral aplicada o especial aplicada es. (0.-A. RABUT, Dial. auec Tci/-
esos principios a las diversas condi- hard, 123.)
ciones de la vida humana. Es también
clásieo distinguir entre mora,! teórica 22. Nada menos racional que
y moral práctica; pero una moral que quiera hacerse in-
dependiente de toda metafísica. Se-
17. la moral teórica es una mejante moral sólo puede ser la
contradicción en los términos; la confesión de quien la escribe. Pue-
moral práctica, un pleonasmo. (L. de ser bella, consoladora, generosa,
BRUNSCHVICG, Le progres de la, pero la razón no podría reconocerle
COIIBoience, 742.) ninguna solidez. (A. CRESS0N, Mo-r.
18. El espíritu humano ( ... ), a de la, raison théo-r., 47.)
falta de una práctica racional, ha 212'. Ninguna moral que verda-
«racionalizado• la práctica. De ahí deramente lo sea se puede cumplir:
1a moral teóri~a de los filósofos. (L. sus normas se elevan como esque-
LfVY-BRUHL, La, mor. et la se. des mas incorpóreos en el limite de
moeurs, 23.) nuestro horizonte vital. Desde alli
B. Con un .complemento determina- ejercen su noble ministerio de pun-
tivo (moral familiar o social, moral tos cardinales para el espíritu. (J.
cristiana o utilitarista). ORTEGA Y GASSET, Para, la, e1tltura
l. Conjunto de las reglas de conduc- clel a.mor, Ob,·a.s, II, 143.) Ad. E.
ta relativas a unn esfera particular V. Altcr11ativa,, 13.
(moral individual, moral profesional) o V. J.Uoral en primera persona*.
comúnmente admitidas en esa esfera
(In moral de los negocios). Moral de situ.a.ció11. Concepción según
In cual lu moralidad consiste en deter-
2. Conjunto de las normas aceptadas minarse con arreglo n los datos com-
en un gru¡,o pnrtioulnr (In moral ju- plejos de cada caso particular, y no
dia, In moral burguesa). por leyes generales.
JIIORAJ. 660
que ho. reducido lo. tensi6n y reco- ro.tivo. Pero un móvil asumido por lo.
bro.do su integridad (principio de razón se transforma en motivo.
constancia). Ya hemos visto que, l. Nos representamos el móvil
para el psicoanálisis, lo. fuente úl- como aJgo que impulsa: es un cle-
tima de la motivación ero.n los ins- seo, una pasión, un apetito, un mo.
tintos, remodelados por la expe- vimiento sensible cualquiera que
riencia individual y lo. sociailiza- peso. sobre la voluntad de algún
ción. Clínico.mente, se manifiestan modo y la determina. ( ... )
be.jo dos formas principales: las El motivo es una actitud del es-
necesidades y ,las emociones. (D. píritu, una concepción de las ven-
LAGACIIE, Psychan., 38-39.) tajas, de la conveniencia, de la jus-
MOTOR, adj. y subst. Deriv. del v. ticia de una decisión tomada o por
latino movere (mover), cuyo part. pas. tomar; es una razón de obrar, un
es motus (movido), del que derivan principio de acción ilustrado y re-
también moción, motivo. flexivo, que influye no ya sobre la
parte sensible, sino sobre la parte
Que confiere (o lo que confiere) mo- inteligente de nuestra naturaleza.
Vlimiento. Corre!.: móvil (que recibe el (LAFAYE, 264.)
movimiento). En filos. eKolástica debe
entenderse «movimiento» como todo 2. Te han faltado los tres
tránsito de la potencia al acto y «mo- grandes móviles del escritor: el
tor» es sinónimo de ca,usa. amor propio, la necesidad mate-
rial, la atracción simpática de un
Primer 1notor. El que confiere un público adicto. (AMIEL, Joun,al int.,
movimiento que él mismo no ha reci- 28 enero 1872.)
bido y que es inmóvil.
3. el motivo se caracteriza ( ... )
Sin.: c&usa• primera. como una apreciación objetiva de
l. Cuando una serie de moto- la situación. (... ) Por el contrario,
res y de móvi'les están ordenados, el móvil es considerado ordinaria-
es decir, que forman una serie en mente como un hecho subjetivo. Es
la que cada oual m,ueve al siguien- el cO'lljunto de los deseos, de las
te, es inevitable que, si el primer pasiones que me empujan a reali-
motor desaparece o deja de mover, zar un cierto acto. (J.-P. SARTRE,
ninguno de los siguientes sea ya ni L'etre et le n., 522.)
motor ni movido; es el primer mo- 3'. Los móviles más profunda-
tor, en efecto, el que confiere a mente naturales conservan intacto
todos las demás la facultad de mo- su vigor en el pueblo hispano. a
ver. (E. GILS0N, Le thomisme, 89.) modo de una integral reserva hu-
2. La existencia del mundo en mana, frente al continuo peligro
la totalidad consiste solamente del desgaste degenerante que ame-
en su disposición al movimiento naza a otros pueblos más atosiga-
que le imprime este motor, exento dos por los goces y disfrutes de la
de materia y de los atributos corpo- civilización. (R. MENÉNDEZ PIDAL
rales, e inmune de todo aquello que Los españoles en la Historia 18 ¡'
pueda percibir el sentido o a que Ad. E. '
puede llegar la imaginación. (ABEN- V. Deliberación, 6; EdtiCación, 17.
TOFÁIL, El fil6sofo atitodida.cto, 90.) MoYilismo. Doctrina según la cual
Ad. E. todo es móvil y cambiante, y que re-
MóVIL. Lat. mobilis, que se puede chaza la estabilidad implicadn en la
mover o desplazar. noción de sustancia.
A. Subst. y adj. (Fís. y sentido 4. Bergson ( ... ) hizo del mo,'i-
etimol.). Que está en movimiento, que lismo puro e integral fundamento
puede .ser desplazado o desplazarse. Gu- de toda su filosofía. Pero leyéndolo
temberg inventó los caracteres móviles. con atención, nos damos cuenta de
Locomóvil. Pol'icla móvil. que, sin decirlo e incluso diciendo
lo contrario, hace de la movilidad,
B. Sólo subst. (psicol.). Lo que lle- de la evolución, una cuasi sustan-
va a la acción. A diferencia de los mo- cia. (J. DE T0NQUÉDEC, Pltilos. de
tivos•, los móviles están constituidos la nat., I, n, 13.)
por fuerzas más o menos irracionales
e incluso inconscientes. Por ello, en el MOVIMlEN1'0. Lat. 111ot1Cs, motio,
uso vulgar, el término suele set• peyo- der. de 11wvera, mover.
MUCHElllll'tlllllE 672
<lena lo que no conoce con idéntica a todos los yguales é lievas por
ligereza temeraria, (J .-L. VIVES, [un prez:
lntroducci6u a la sabiduría, § 664, por papas é por reyes non das una
p. 106.) Ad. E. [vil nuez.
Non catas señorío, debod é amistad,
JIIUERTE con todo el mundo tyenes continua
Muerte. Lat. 111ors. El fin de la [ en amistad;
vida. non hay en ty mesura, amor, nin
l. El hombre libre en nada [piedad;
piensa menos que en la muerte, y synon dolor, tristesa, pena é cruel-
su sabiduria es una meditación no [dad.
de In muerte, sino de la vida. (SPI- (ARCIPRESTE DE HITA, Libro de
NOZA, É.'thique, IV, XVII.) b1tcn amor, 148.) Ad. E.
2. Suponemos que algún día 6". Muere el hombre cuando
tendremos tiempo de pensar en la había de comenzar a vivir, cuando
muerte, y fiados en esta falsa ae- más persona, cuando ya sabio y
guridad tomamos durante toda la prudente, lleno de noticias y ex-
vida el partido de no pensar en ,periencias, sazonado y hecho, col-
ella. (Port-Royal, en Dict. de Tré- mado de perfecciones, cuando era
voux.) de más utilidad y autoridad a su
casa y a su patria. Así que nace
3. La muerte sorprende inclu- bestia y muere muy persona. Pero
so al moribundo. (M. RoLLINAT,
no se ha de decir que murió ahora,
L'abimc, «L'hcure incertaine .. ,))). sino que acabó de morir, cuando no
4. La muerte destruye, pero la es otro el vivir, que un ir cada día
vida deprava. (F. MAURIAC, Rcn- muriendo. (B. GRACIÁN, El criti-
contre avec Ba,-res, 60.) cón, 381.) Ad. E.
6. Ese fin que designamos como G"'. de calenturas, tercianas,
la muerte no significa, para la rea- cuartanas, na~idos y otras enfer-
lidad hwnana, estar en l_as últi- medades corporales, todos estamos
mas «estar-acabada»; designa un sanos y buenos, excepto el licen-
ser Í,ara el fin que es el ser de ese ciado Alarcón, que estando rela-
existente. La muerte es una ma- tando un proceso en el Consejo, se
nera de ser que la realidad huma- cayó muerto de súbito y de verdad,
na asume desde que es: «Desde que que espantó en la corte a muchos
un humano llega a la vida, es ya su muerte, aunque a ninguno vi
bastante viejo para morir». (M. por eso enmendar la vida. (A. DE
HEIDEGGER, «Sein und Zeit», 248, GUEVARA, Epístolas familiares, 40.)
en Qu'cst-ce que la métaphysiq1w?, Ad. E.
131-132, Gallimard, 1938.)
6'"'. cuando el morir no está
6. El existente auténtico, c~n-
sidera la muerte como un 1nd1ce perturbado por las últimas inter-
venciones oficiosas de la humani-
que afecta a cada una _de sus ac- dad; cuando el hombre da con sen-
ciones y a cada modalidad ~e. su cillez y seriedad su último paso so-
ser, Vive en la incesante anticipa.-
ci6n de la muerte. Por ello ( ... ) bre la tierra; cuando muere sin que
percibe ( ... ) la profunda inanidad nadie le moleste, corno esos pobres
que los n1édicos vernos morir en el
de toda acción. ( ... ) A su luz, se hospital, a solas con su concien-
comprende a sí mismo como nada.
cia y con Dios, entonces la l'luer-
(A. DEl wAELHENS, La phi/. de M.
te no tiene un rostro trágico ni una
Heidegger, 148.) guadaña por emblema, sino una
G'. ¡ Ay Muerte! muerta sens, sonrisa de paz y un ge,;to de repo-
[muerta é malandante! so infinito. (G. l\lARAÑÓN, Ensayos
liberales, 113-114.) Ad. E.
Enemiga del mundo, que non ns 6"'". Es más fácil lleno de fe
[semejante: morir, que exento de ella arras-
de tu memoria amarga non sé trarse por la vida. La muerte re-
[quien non se espante. gocijada es el síntoma de toda cul-
..................... tura vivaz y completa, donde las
Al bueno 6 a.l malo, ul noble é al ideas tienen eficacia para arrebatar
[rrehez, los corazones. (J. ORTEGA Y GASSET,
,43, Oicdon:irio lid Lenguaje Filu:.i'Jlico,
I\IUERTE 674
lelras sobre Pío Iln,·oja, Ob1·as, II, tion lle rlc l'timc rt tltt corps,
1°é(1
88.) Ad. E. sont r/r111011t.rr'e8.D (DESCARTES, Tí-
6"'"', Quien es traidor a su vo• tulo de la trad. franc. de las Jlfc-
cación propin incurre en falsedad, ditaeioncs [l.ª ed., JG47], corres-
vhrc acn falson y deja de ser (cél pondiente al título de la edición
mismo». No nos arredre el afirmar lat. [l.ª ed., 1640].)
que ese hombre <1muerc». Hny, en 10. En cua,nto a lo que decis de
efecto, varios 1nodos de morir, y que no he puesto [en el título de
uno de ellos, distinto de la «muer- las Jlleditacione•J ni una palabra
te biológica» o pérdida de la vida sobre la inmortalidad del alma, no
terrena, es la <(muerte biográfica» es cosa por la que debáis asombra-
de quienes siguen una vida indi- ros; porque no podría demostrar
Yidual distinta de aquella a que su que Dios no puede aniquilarla, si-
Yocnción les llamaba. (P. LAIN EN- no tan sólo que es de naturaleza
TRALGO, La rspera y la esperanza, enteramente distinta a la del cuer-
524.) Ad. E. po, y, por consiguiente, que no se
V. Acto, 6; Certiclumbrc, 3; Porve- halla naturalmente sujeta a morir
nir, 9; l'ida, 12. con él... (DESCARTES, c. al P. Mer-
!llortal. Inmortal. Lat. mortalis, i11- senne, 24 dic. 1640, III, 265-266.)
1nortali.s. 11. Toda inmortalidad que no
Que está (que no está) sujeto a la lleva consigo a través de la eter-
muerte. nidad ( ... ) ese signo indeleble de
7. Sócrates. -En consecuencia, nuestra identidad, es para nosotros
cuando la mue1,te se acerca al hom- como si no existiese. (M. MAETER-
bre, lo que en él hay de mortal LINCK, L'i11tcllig. eles fleurs, 283-
muere, según parece, pero lo que 284.)
hay de inmortal se retira sano y 12. No creo que un filósofo pue-
salvo e incorruptible y cede e'i sitio da tratar de la inmortalidad del
a la muerte. alma sin tener en cuenta los com-
Cebes.~Es evidente. plementos que e-1 pensamiento re-
Sócrates.-Entonces es absolu- ligioso aporta a -las respuestas,
tamente cierto, Cebes, que el alma verdaderas pero insuficientes, que
es inmortal e imperecedera, y nues- la razón y la filosofía pueden
tras almas existirán realmente en por sí solas dar sobre el tema.
el Hades. (PLATÓN, Phédon, 106 e. (J. MARITAIN, Raison et 1·aisous,
Trad. Chambry.) 130.)
8. Bien está que no se profun- 12'. Sólo los débiles se resig-
dice en la opinión de Copérnico, nan a la muerte final, y sustitu-
¡ pero en ésta! Importa a la vida yen con otro el anhelo de inmorta-
entera saber si el alma es mortal lidad personal. En los fuertes, el
o inmortal. (PASCAL, Pe1U1ées, 430.) ansia de perpetuidad sobrepuja a
1nmortalidad. Lat. inmortalitas. la duda de lograrla, y su rebose de
A. Propiamente: carácter de lo que
vida se vierte al más allá de in
muerte. (M. DE UNAMUNo, Del se11-
no está sujeto a la muerte. timic11to trágico de la vüla, Obru•
lnmortalidael ele/ alma. Tesis de la fi- escogidas, 357.) Ad. E.
losofía espiritualista según la cual el
alma sobreYive a la muerte del com- B. Por anal. («inmortalidad subje-
puesto humano con su individualidad tiva• de Aug. CoMTE). Carácter de lo
propia para una existencia que no que sobrevive sin fin en la memoria de
tendrá fin. la humanidad.
9. Jl1cditatio11es ele prima pTii- 13. La inmortalidad consiste en
Iosopliia, in qua Dei eristentia et trabajar en una obra eterna. (E.
a,11i1na-e i11un.ortalitaa dcm,onstra,tur. RENAN, Ave11ir ch- /u se., Pref., XX.)
(DESCARTES, Titulo primitivo de las 14. Las grandes obrns dan la
Meditaciones.) inmortalidad; pero son las peque-
•Les 111i.ditati01UJ 1nétlJl[Jhysiqucs ñas las que dan el pan, sin el cual
r/e René Descartes touchant la 7,re- la vida neabnria y In inmortali-
111 wre philoso¡,hie da1UJ lesquelles dad empezaría demnsindo pronto.
l'exiBte11cc de Dieu, et la diBti11c- (L',·sprit cl'A. J<arr, 1!19.)
675 MUNDO
que rigen n esos seres. (G. Cuvmn, ción era la causa de su propia con-
T,c 1·i'g11c auimal, Introd.) servaciÍ!n, optó por el menor de los
A. En sentido abstracto (der. del dos males y transigió con la más
etimol.). Aquello con lo que nace un leve de las transgresiones. (ABEN-
ser, es decir, sus caracteres originales TOI•'ÁIL, El filósofo autoc/ulacto,
y, por consiguiente, fundamentales; 105-106.) Ad. E.
más generalmente, los caracteres pro- V. Costumbre, 6; Ley, 30; Posit.i-
pios de un ser, caracteres que se con- vo, 21.
funden con las leyes de su actividad. 2. Aplicado ni hombre (la naturale-
1'. Naturaleza es siempre y só- za humana) : lo que es innato en el
lo 1R manera como algo es «de su- hombre, y no adquirido por la educa-
yo», pero no es primaria y formal- ción, la costumbre ... V. Estado• de na-
mente el «de suyo» mismo. Natu- turaleza..
raleza, en efecto, no es sólo siste- 4. Tomemos por máxima incon-
ma interno de principios operati- testable que los primeros movi-
vos de la eosa. Por el contrario, mientos de la naturaleza son siem-
sólo cuando estos principios son pre rectos: no hay perversidad ori-
intrínsecos en el sentido de com- ginal en el corazón humano. (Rous-
peter a la cosa «de suyo» es cuan- SEAU, Éniilc, JI, 81.)
do dichos principios son naturale- 5. La verdadera cuestión moral
za. Es decir, el «de suyo» es ante- (... ) es In de saber si no tenemos
rior a la naturaleza y fundamento más que una naturaleza o si te-
de ella. (X. ZUBIRI, Sobre la esen- nemos dos (... ) . Si no tenemos más
cia, 395-396.) Ad. E. que una, y esta naturaleza es se-
Sin.: esencia, pero la esencia con- mejante en el fondo a las de todos
siderada en tanto que fuente de pro- los demás seres vivos, la tarea de
piedades u operaciones. In moral es bien simple: consiste
l. En general (naturaleza específi- en dejar a esta naturaleza perse-
ca) : el conjunto de los caracteres que guir sus fines ( ... ). No cabe ha-
hacen que una cosa o un ser pertenez- cerse cuestión del deber (... ). Pero
can a una especie o categoría determi- si el pensamiento constituye en
nadas. El médico se pregunta por la nosotros una segunda naturaleza
naturaleza de la enfermedad que pade- superior, en valor y dignidad, a
ce su cliente; el quimico, por la natura- nuestra naturaleza animal, al pun-
leza del veneno que ha provocado una to aparece la posibilidad del de-
muerte; el moralista, por la naturale- ber; porque resulta claro que esta
za de los móviles que determinan la naturaleza inferior debe ser puesta
actividad del hombre. al servicio de aquélla. (J. LACHE-
LIER, CEuvres, JI, 156.)
2. Hay que llevar con pacien-
cia el pertenecer a la naturaleza 5'. La naturaleza nos incita a
humana y no a la angélica. (San la vida agresiva; aspiramos a uni-
Fr. DE SALES, <Euvres, Annecy, versalizar nuestros gestos y nues-
XVIII, 172.) tras fórmulas, obligando brutal-
mente a que los demás nos imiten;
3. La diferencia entre la natu- nos sentimos espontáneamente lle-
raleza de un gobierno y su princi- vados a imponer nuestra populari-
pio es que su naturaleza es lo que dad, lo que hay en nosotros de di-
le hace ser como es, y su princi- ferente, de único, y el medio que
pio lo que le hace obrar. (MoN- más a mano está para ensanchar-
TESQUIEU, Esprit des /ois III, I.)
nos consiste en negar o destruir
3', Conoció, pues, que lo rec- las vidas colindantes. (J. ORTEGA
to sería (si posible fuera) abste- Y GASSE'I', Rc,11a11, Obras, I, 455.)
nerse de toda comida, eualquiera Ad. E.
que ella fuese; mas como esto no V. Condici611, 5, 6; Deber, 21; Tra11s-
cabía en lo posible, y como viese cc,rdc11cia, 2.
que el abstenerse de toda alimen-
tación conduciría a la disolución Es el contexto el que determina lo
de su cuerpo, lo cual era una opo- que en el hombre es tenido por innato:
sición al Hacedor, más grave que a) A veces, van en ello incluidas las
la anterior, por cuanto era él más funciones racionales. En este sentido
noble, de naturaleza más excelen- se da como principio fundamental de
te que aquellas cosas cuya disolu- la moral uvivir confom1c a la natura-
683 NATURALEZA
lezn» (sobrent. n In naturaleza razo- trataba del barón ... (M. PROUST,
nable del hombre, a la razón). Temps. retr., 1, 177.)
6, La luz natural hace a todos V. Absoluto, 3; Persona, 56.
conocer que, habiendo sido hecho 4. En p,artic. ( en los existencialistas
el hombre raciono:!, nada debe ha- y por opos. a libertad) : lo que, en el
cer sino con arreglo a razón, pues individuo, es independiente de su libre
de otro modo obraría contra su na- voluntad y, por consiguiente, al ser el
turaleza y, por consiguiente, con- hombre esencialmente libertad, no es
tra Quien es autor de ella. (RICH&- él. De ahí la paradoja: como ser libre,
LIEU, Test. polit., II.) el hombre carece de naturaleza; la li-
V. Absoluto, 23; Deber, 20; Educa- be1-tad consiste precisamente en la fa.
cióu, 4; Vocación., 6. cultad de darse una naturaleza o al
menos de elegirla entre una infinid~d
b) Más corrientemente, se exclu- de naturalezas posibles. Pero precisa-
yen esas funciones, ouyo desarrollo es mente esa facultad es facultad de una
tardío y a menudo mediocre. En este naturaleza, la naturaleza humana.
sentido se habla del deber de dominar
la propia naturaleza, de vencerla. Por 12. Dos tesis extremas ( ... ) se
naturaleza no se entiende entonces más nos proponen: la primera, que es-
que los impulsos irracionales e instin- tuvo de moda en la época del cien-
tivos. tifismo, extrae del hecho de que
el hombre sea una naturaleza la
G bis. No hemos de considerar consecuencia de que no es libre;
como nuestro .Jo que proviene de la segunda, cuya moda va unida
nuestra naturaleza. No somo9 res- a la del existencialismo, dednce
ponsables de •lo que experimenta- del hecho de ser el hombre libre
mos, sino tan sólo de lo que deci- la consecuencia de que carece de
dimos. (Abate DE TOURVILLE, Pié- naturaleza. (P.-B. GRENET, Onto-
té confiante, 279.) logie, 91.)
3. Referido al hombre ( considerado 13. No es la esencia en tan to
en su individualidad) : el conjunto de que naturaleza lo que alcanzo en
los rasgos característicos de un indi- el tú. En efecto, al tratar al otro
viduo. Las naturalezas coléricas. Dos como él, lo reduzco a no ser más
naburalezas incompatibles. que naturaleza: un objeto anima-
Sin.: natural, temperamento, carác- do que funciona de tal manera y
ter, complexión, humor. no de tal otra. Por el contrario, al
7. como queremos siempre ple- tratarlo como tú, lo trato, lo apre-
gar la razón a nuestros deseos, hendo como libertad, porque es
llamamos razón a lo que es confo1• también libertad y no sólo natu-
me a nuestro humor natural, es raleza. (G. MARCEL, «ETRE E:r AVO IR»
decir, a una pasión secreta que se 154.)
hace tanto menos notar cuanto que 14. La libertad sólo existe uni-
constituye como el fondo de nues- da a una naturaleza que es a la
tra naturaleza. (BossUET, Connaiss. vez su soporte y su límite. (L. LA-
de Dieu ... , I, 16.) VELLE, Du temps et de l'éteniité,
266.)
8. Era una naturaleza burlo-
na, llena de agrado y que en todo 15. La libertad recibe por así
veía el lado cómico. (G. SAND, decirlo una primera determinación
Hist. de ma vie, VII, 244.) de 'las condiciones mismas que se
le ofrecen para actualizarse. Es lo
9. Las naturalezas sensibles se que solemos expresar diciendo que
ven fácilmente poseídas y arras- la libertad va asociada en nosotros
tradas por el corazón. (E. DELA- a una naturaleza. (L. LAVELLE, De
CROIX, Journal, 16 marzo 1857, III, l'cime hum., 135.)
265.)
16. esa naturaleza de la con-
10. El lujo ejerce una irresis- ciencia que consiste en no tener
tible atracción sobre las naturale- naturaleza ... (1\1. lllERLEAU-PONTY,
zas elegantes y delicadas. (A. Phénoménol. de la perc., 449.)
FRANCE, Vie litt., 1, 350.)
17. La naturaleza humana es
11. Por una indiscreción pro- más que naturaleza. ( ... ) Hay na-
pia de su naturaleza, Jupien no turaleza en el hombre, y, por con-
pudo abstenerse de decirme que se siguiente, universalidad y genera-
N.\TllllALEZA
lidnd, por las que resulta posible c1on ,le cntendel' poi' tal la nutu-
unn definición, pero esa naturnle- rnleza de lns cosas, y no las cosas
za ,•s pnrn la lihertnd. Al dejar si- mismas; la naturaleza de las co-
tio para una libertad, In teorin de sas son sus ideos. (E. GOBLOT, Tr.
la nnturnleza humana reconoce la de logiqur, 115.)
singularidad del individuo, que no 21. La naturaleza, que deja de
,,s sólo el resultado de ciertas va- sel' objeto ele contemplación y ad-
rinbles dentro de un concierto de miración, sólo puede ser ya des-
leyes, sino el acto mismo del in- pués materia de unn acción que
in<lividuo que va a inscribir en el pretende transformarla. (A. CA-
universo su decisión existencial. MUS, L'lwmme ,·évolté, 370.)
(M. DUFRENNE, Pcrsonnalité de ba-
se, ~11-212.) V. Arte, 17, 20.
18. Lo que constituye la natu- 2. Por personificación ( en este sen-
raleza humana (en el sentido ge- tido, se escribe a veces Naturaleza) o
neral de «quididad»; la respuestn concepción realista del conjunto cons-
a la pregunta: ¿qué es el hombre1) tituido por el mundo exterior: la vo-
es la falta de una naturaleza en luntad que produce la consistencia y
el sentido de la physis de Aristó- orden del mundo; el principio dinámi-
teles: un organismo determinado co en el que participan en mayor o
en virtud de su nacimiento, en la menor grado todos los seres, pero so-
fuente de la actividad prapiamen- bre todo los seres vivos. La naturaleza
te humana. El hombre no tiene no hace nada en vano.
tras de sí una naturaleza, sino que 22. Decir que nervierte el or-
él mismo se sitúa, en tanto que [den de la naturaleza
ser libre, detrás de la naturaleza. y hace del día noche, ¡ qué tremen-
No está, en lo que tiene de hu- [da impostura!
mano, determinado a tergo por su (MoI,IERE, Le dépit amourcux,
organismo, sino que posee las ma- III, VI.)
nifestaciones de éste como objeto 23. La naturaleza parece ser-
de su libertad. (J.-H. WALGRAVE, virse de los hombres para sus de-
Ncwman, 311.) signios, sin cuidarse ele los instru-
V. Ser JI, 12, 21. mentos que emplea; de modo no
5. Por opos. a gracia o a sobrenatu- muy diferente al de los tiranos
ral (Teol.): lo que un ser es por su que se deshacen de aquellos de
esencia. La gracia en el sentido C 1 quienes se han servido. (CHAMFORT,
(gracia santíficante) es un don que Jlfax. et pensées, cap. II.)
trasciende las potencias positivas de 24. La naturaleza dispone las
esa naturaleza. 'J)artes del cuerpo natura1; el arte,
Natura/,eza pura (Estado de--). Con- las de los cuerpos artificiales o
cepto teológico de una naturaleza hu- máquinas. (CoNDILLAC, Syn., III,
mana ficticia anterior a su elevación 308.)
al estado sobrenatural. 25. Lo esencial es ser lo que In
Naturaleza caída. La naturaleza hu- naturaleza nos ha hecho; demasia-
mana tras el pecado original. do somos lo que los hombres quie-
ren que seamos. (RoussEAU, Émi-
B. En sentido concreto. l. Prob.: w, V, 488.)
el mundo e>.-terior que constituye el ob-
jeto de las ciencias naturales, por opos. 26. La lengua que la naturale-
al mundo interior del pensamiento, así za habla a mi alma es una lengua
como a las transformaciones realiza- en voz baja. El menor ruido im-
das por el hombre en aquel mundo pide oirla. (LAMARTINE, Co11fide11-
exterior, transformaeiones que depen- ecs, XII, XXVIII,)
den de las ciencias humanas. En este 27. Pero allí está la naturale-
sentido se op. al arte•. [zn invitadora y amante ...
rn. Da su alimento a los paja- (LAMAnTINE, Premie,·. Jllédit., «Le
[rillos Vallon».)
y su bondad se extiende a toda la 27'. Madrastra se mostró la na-
[naturaleza. turaleza con el hombre, pues lo que
(RACINE, A tha/ie, II, VII.) le quitó de conocimiento al nacer, le
20. Si cabe hablar de una cien- restituye al morir: allí, porque
cia de la naturaleza, es a candi- no se perciben los bienes que se
685 NATURALEZA
reciben, y aquí, porque se sienten insoluble. En cada individuo, lo
los males que se conjuran. (B. Gn,1- <lado y lo adquirido se interfieren
CIÁN, Et criric6n, 13.) Ad. E. de un modo singular, específico, de
27". La Nnturalezn nos mostró su propia personalidad. Es, pues,
las cosns que nos son nec<!sarias, inútil tanto el pretender verificar
las cuales son harto pocas y ase- su proporción en un momento da-
quibles. Fue la necia presunción do en tal o cual individuo como
quien inventó las superfluas, que el pretender operar estadísticamen-
son infinitas y de difícil consecu- te... (J.-Cl. Fn.Loux, La person-
ción. (J. L. VIVES, Introducci6u a nalité, 23.)
la sabiduría, § 107, p. 35.) Ad. E. Natural, adj. Que pertenece o se re-
V. Alma, 31. fiere u la naturaleza. V. Filosofía• na-
tZLml.
3. Por depuración de la mentalidad
personificndora y realista: el sistema A. Por op. a adquirido: que forma
de leyes que rige y explica el conjunto parte de la naturaleza de un ser, que
del mundo exterior. se remonta a su nacimiento. Un tic,
una necesidad naturales. Una deformi-
28. bajo el nombre de natura- dad natural.
leza entendemos una profunda sa-
biduría que desarrolla con orden, y Sin.: congénito, innato, constitucio-
según justas reglas, todos los mo- na1, hereditario.
vimientos que vemos. (BossUET, De 32. hay dos clases de huellas
la counaiss. de Dieu ... , IV, I.) en el cerebro. Unas son naturales
29. Nuestra alma está arrojada o propias de la naturaleza del hom-
en el cuerpo, donde encuentra nú- bre, las otras adquiridas. Las na-
mero, tiempo, dimensiones, y a eso turales son muy profundas, y es
llanta naturaleza, necesidad. (PAS- imposible borrarlas por completo;
CAL, Pensées, 434-435.) por e1 contrario, las adquiridas
pueden perderse fácilmente, porque
30. La naturaleza es el sistema no suelen ser tan profundas. (l\IA-
de leyes establecidas por el Crea- LEBRANCHE, Rech. de la vér., II,
dor para la existencia de las co- VII, 6.)
sas y la sucesión de los seres.
(BUFF0N, en LITTRÉ.) 33. El estilo es una cualidad
natural como el sonido de la voz,
30'. cuando dijo Aristóteles: y no en modo alguno cosa exclu-
«Dios y Naturnleza nada hacen siva de los escritores profesionales.
en vano» (De Coelo, lib. I), no en- (P. CLAUDEL, Pos-itions et propos.,
tendió que Naturaleza fuese algu- 77.)
na causa universal con jurisdicción
apartada de Dios, sino que es nom- V. Amor, 91; Escritura, 2; Perso-
bre del orden y concierto que Dios na, 37; Sentido, 18.
tiene puesto en la compostura del B. Que es o parece producido sin in-
mundo para que subcedan los efec- tervención del pensamiento reflexivo
tos que son necesarios para su y de la voluntad, por el simple juego
conservación. (J. HUARTE, Examr:n de las fuerzas espontáneas de la natu-
de ingenios, 100.) Ad. E. raleza o de las funciones mentales.
Naturaleza naturante y naturaleza l. Aplicado a cosas: se opone sobre
naturada. Lat. escolást. natura natu- todo a artificial. Lago natural. Signo*,
rans, natura naturata. Distinción uti- lenguaje naturales. Transición natural.
lizada por SPIN0ZA. La naturaleza na- Finalidad* natural.
turante se identifica con Dios en tanto 34. Nunca debe infligirse a los
que creador y conservador de todas las niños el castigo como castigo, sino
cosas; naturaleza nuturacla designa el que ( ... ) debe siempre llegar como
conjunto de las cosas creadas. secuela natural de su mala acción.
Naturc-nurt?u-e. Oposición, corrien- (Il0USSEAU, Émilc, II, 94.)
te sobre todo en Inglaterra, que co- 35. Lo natural ( ... ) es el arte
rresponde a las de lo innato o congé- convertido en hábito. Tanto el poe-
nito y lo adquirido, la herencia y el ta como el bailarin son naturales
medio. cuando han alcanzado ese grado
31. Plantear el problema 1111tu- de perfección que no permite ya
re-11urturc a la manera ele ,la advertir en ellos el menor esfuer-
psicologia experimental es hacerlo zo por observar las reglas que se
NATURALEZA 686
Sin.: moral naturnlísta, moral bio- males? (P.-H. SIMON, Litt. con-
lógica. tcmp., 11, 87, 88.)
V. Alternativa, 13. D. Est. Forma particular del natu-
ralismo en el sentido B: «El naturista
2. Mñs raramente (comprendiendo
la naturaleza también al hombre en se opone al naturalista en que prefie-
tanto que racional y libre) : doctrina re la emoción a la observación». (M. LE
según la cual las normas de In moral BLOND, Essai •• le 1ULtural., 119.)
se hallan en la propia naturaleza del Navaja ele Ocam. V. Economía (Prin-
hombre, cipio ele-).
Sin.: moral natural. NECESIDAD
68. El fundamento de la mo- Necesario. Lat. necessarius, der. de
ral es la naturaleza humana. ( ... ) necesse (neceRse est, es necesario).
La moral tomista es, pues, un na-
turalismo, pero en ella la natura- Sentido general: objet., que no pue-
leza se comporta como una regla. de no ser; subjet., que no puede ser
(E. GJLSON, Le thomismc, 384.) concebido como no siendo.
l. La idea de lo necesario, jun-
Naturalista. A. El que estudia la
naturaleza, el que está especializado en to con la idea opuesta de lo con-
las ciencias naturales. El que diseca tingente, y las correlativas de Jo
anirna•les. posible y lo imposible, desempeña
en las controversias tocantes a la
69. el psicólogo no es más que teoría del conocimiento, la existen-
un naturalista de cierta especie. cia de Dios y sus relaciones con
(Th. RIBOT, Psychol. ali. cont., el mundo y, en fin, la naturaleza
XXIII.) y la libertad, un papel cardinal.
70. Los naturalistas suelen re- (J. LAPORTE, L'idée ele nécessité,
chazar las observaciones hechas so- V.)
bre animales domesticados. (A. G1- A. Categórica o incondicionalmen-
DE, Journal, 23 abril 1932.) te: que no puede no ser; aquel para
V. Adapta,ci6n, 6; Cla,sificación, 1. quien es imposible no ser.
B. Que se refiere a alguna de las l. Aplicado a un ser: que no puede
doctrinas denominadas naturalismo no ser, es decir, que en él la esencia
(teoría, movimiento naturalistas) ; que implica la existencia. Se op. a contin-
profesa o se con'Íorma a una de esas gencia*. Dios es el único necesario en
teorias (novelista, novela, arte, moral este sentido.
naturalistas). 1 bis. Siento que podría no ha-
Naturismo. A. Doctrina según la ber sido (... ); luego no soy un ser
cual la religión tiene su origen en necesario. (PASCAL, Pensées, 547.)
la personificación de las fuerzas de 2. No pertenece a la naturale-
la natura,leza. V. Animismo C. za de la Razón el considerar las co-
B. Culto religioso a la naturaleza. sas como contingentes; por el con-
C. Doctrina que, por motivos de trario, las considera como necesa-
higiene o de filosofía, preconiza la vuel- rias. (SPINOZA, Ética, 11, XLIV.)
ta a las sencillas costumbres de los V. lnd1tcción, 5; Libertad, 8, 54.
pueblos no civilizados. Género de vida 2. Aplicado a una proposición o a
conforme a esa doctrina: vida al aire la relación por ella afirmada: que su
libre, alimentos naturales, nudismo. contradictoria es imposible o impensa-
71. no comprendo por qué se ble (por ser contradictoria en sí mis-
ha condecorado al principio de la ma). Las verdades eternas y necesa-
medicina hipocrática que tiene por rias. Los principios universales y ne-
fin imitar a la naturaleza con el cesarios.
nombre de naturi1mw. Lo cierto es Sin.: apodíctico•. '------
que a ese título todos los físicos y
quimicos son naturistas. (CI. BEn- 3. De modo general, una pro-
NARD, Princ. de la mé<l. cxp., 127.) posición necesaria es aquella de
la que nos es imposible concebir la
72. La vocación naturista, pan- contraria. (L. LIARD, Défin. giom.,
teista y rústica de Giono. (... ) ¿No 103.)
hemos de tener también por sig-
nificativo de la vocación naturista V. foteligiblc, 23,
el gusto por las historias de ani- B. Hipotética o condicionalmente.
NECESIDAD 090
1. Que, admitida una hipótesis o da- l'io, un impuesto del 20 por 100 so-
das ciertas condiciones, no puede dejar bre una renta de 200.000 francos
de seguirlas o de producirse (p. ej., la no es más que una detracción so-
conclusión de las premisas de un silo- bre lo superfluo. (Ch. ANTOINE,
gismo formalmente válido, el efecto de Cours cl.'éco11. Boc., G.• ed., 134.)
una determinada causa). V. Amor, 86.
Sin.: forzoso. inevitable. Necesidad. Lat. 11eccssilas, cmplea-
4. El tipo más perfecto de en- clo principalmente en sentido concreto
cadenamiento necesario es el silo- (lo inevitable, lo necesario, la necesi-
gismo. ( ... ) Pero en si este encade- dad). Gr. onanl,e.
namiento es puramente formal. Si Carácter de lo que es necesario en
la proposición general es contin- los diversos sentidos de este adj. Una
gente, la particular que de ella se de las modalidades• del juicio.
deduce es, como tal al menos, igual-
mente contingente. Sólo cabe llegar Contr.: contingencia, libertad, azar,
mediante el silogismo a la demos- 1O. Si hay un rasgo particular-
tración de una necesidad real si se mente chocante en el temperamen-
refieren todas las conclusiones a to francés (... ), es Jo que yo lla-
una mayor necesaria en si misma. ma.ria la rn,cesidad de la neceBidad.
(E. BOUTROUX, De la ccmtin.gen- El francés tiene horror al azar, a
ce ... , 10.• ed., 7-8.) lo accidental e imprevisto. (P.
5. Afirmar entre dos términos CLAUDEL, Positions et prop., I, 18-
un nexo causal o una cone:ri6n ne- 19.)
cesaria es afirmar que la presencia V. Cie11cia, 29; Generalidad, 5; Obli-
de uno de ellos acarrea infalible- gaci611, 17, 19; Universal, 14, 15.
mente la del otro; luego que no A. Carácter de lo que es categóri-
cabe afirmar uno de ellos sin que camente necesario (necesidad metafí-
lo sea también el otro. (J. LAPOR- sica o matemática o de derecho). Este
TE, L'ülée de nécessité, 15.) tipo de necesidad supone que la con-
V. General, 4. tradictoria es imposible e impensable
2. Que es la condición sirn, qua non de suyo. Se determina a priori, por
del hecho considerado, del resultado simple análisis de 1as nociones o de-
querido. ducción.
Sin.: indispensable. 11, Ya haremos ver que la ne-
6. ¿ Puede decirse ( ... ) que los cesidad absoluta, también llamada
límites de una nación están es- lógica y metafísica, y a veces geo-
critos en el mapa y que esa nación métrica ( ... ), no se encuentra en
tiene derecho a adjudicarse lo ne- las acciones libres. Y que, por con-
cesario para redondear ciertos con- siguiente, la libertad se halla exen-
tornos (... )? No conozco doctrina ta no sólo de la obligación, sino
más arbitraria ni más funesta. también de la verdadera necesidad.
(RENAN, Qu'est-ce q11'u11e nation?, (LEIBNIZ, Théoclicée, Pref., ed. Ja-
Diec. et confér., 304.) net, 15.)
C. Relativ. o moralm, (sobre todo 12, Lo que constituye para nos-
substantiv.: lo necesario) : que es te- otros la necesidad de una ley es su
nido por indispensables para la vida. deductibilidad: una ley es necesa-
ria si cabe deducirla con alguna
Co11tr.: superfluo. necesidad lógica de otra ,Jey o de
7. el pobre no tiene ni siquie- razones geométl'icas suficientes. (J,
ra lo necesario. Para proveerle de PJAGET, Causal. p/1ys, chez l'en-
eso necesario que no tiene, emplead fant, 313.)
lo superfluo que tenéis. (BOURDA-
LOUE, S. s. l'aumóne, l.) 13, ¿Qué es demostrar? Ante
todo, hacer necesario. La neuai-
8. Hay muchas personaa que no dad, la A11a11kc griega, es precisa-
tienen por necesario más que lo su- mente la fatalidad ciega, ( .. ,) Idea
perfluo. (MONTESQUIEU, Cahiers, de primitivo, Gracias a la demos-
42.) tración matemática, In idea pasa,
9. un impuesto del 10 por 100 sin cambiar de nombre ( ... ) de la
a aplicar sobre unos ingresos de esfera mistica a la racional. Era
1.000 francos es una detrncción lo que obliga ni hombre contra to-
sobre lo necesario; por el contra- da razón, Se convierte en lo que
691 NECESID.\D
nos o haeiendo intervenir muy po- gntivo) : quo va precedido del signo
co la inteligencia. (C. ARENAL, menos.
Cartas a w, obrero, 44.) Ad. E. 2. Psicol. y Mor. Aplicodo a una
V. Escuela activa, 3, 4. actitud doctrinal o moral, a una con-
N.-ccsitario. Que admite sólo In ne- ducta práctica: que dice siempre no,
cesidad, es decir, excluye lo. contin- es decir, combate las doctrinas aje-
gencia. nas sin proponer una propia, reprime
20. La filosofía spinoziana es el mal en vez de promover el bien, fre-
una filosofia necesitaria. (A. DAR- na las iniciativas ... V. Negativiamo.
BON, Les catégories de la nwda./ité, 4. La primera educación debe,
129.) pues, ser puramente negativa. Con-
2 l. Las filosofías necesitarías siste no en enseñar la virtud y la
no reconocen otro modo legítimo verdad, sino en garantizar al cora-
que la necesidad y su contrario, lo zón contra el vicio y al espiritu
imposible. (lbfd., 134.) contra el error. (RoUSSEAU, Émile,
22. ¿ Puede no ser necesario 11, 83.)
el clima de la metafísica? (F. GoN- 5. En esta interdependencia de
SETH, Phi.los. néo-scol ... , 27.) las personas que hace a todas so-
lidarias unas de otras, las reglas
NEGAClóN deben ser en principio negativas,
Negación. Lat. negatio, der. de ne- pero se truecan en reglas positi-
gare, decir no, negar. vas cuando la conciencia se sere-
Acto mental que rechaza una aseve- na. (L. LAVELLE, Tr. des valeurs,
ración como falsa. V. Abnegaci6n. 11, 409.)
l. Lo fundamental, lo único 6. La conversión de las reglas
con valor ontológico, es la afirma- negativas en positivas sólo es po-
ción. Pero en sí misma y por sí sible desde el momento en que
sola acarrea el más grave peligro la razón se transforma en amor.
de error, es decir, de dogmatismo (Ibíd., 411.)
y fanatismo. Es la negación, que V. Motivo, 9.
tiene valor metodológico, quien la «Negatividad». Carácter de aquello
salva permitiéndole superarse. (J. qoe es negativo.
LACROIX, Les sentiments et la mor., Traducimos por este término la ne-
52.) gatité de SARTRE, neo!. der. de nega-
2. De este modo concederíamos tif.
esencialmente a la afirmación un A. En sentido abstracto: carácter
valor ontológi.co y a la negación de lo que se halla sometido a,l poder
un valor metodológico (•.. ). La ne- nihilizante del para-<ií,
gación es, si se quiere, el único
medio de extraer la Afirmación 7. toda pregunta plantea, por
esencial implícitamente contenida esencia, la posibilidad de una res-
en todo jui.cio tanto afirmativo co- puesta negativa. ( ... ) De este mo-
mo negativo. (J. LACROIX, Sens du do, con la pregunta, se introduce
dial., 106.) en el mundo una cierta dosis de
negatividad. (J.-P. SARTRE, L'etre
3. siempre es posible hallar una et le 11., 50, 60.)
afirmación implícita en las más
virulentas negaciones de la con- B. En sentido concreto: la cosa mis-
ciencia. (P. RICOEUR, en Rech. de ma designada por el término negativo.
philos., 11 (1956], 119-120.) 8, Existen una cantidad infini-
V. Infinito, 3. ta de realidades que no son sólo
Negath·o. Lat. negativus. objetos de juicio, sino que son ex-
perimentadas, combatidas, temidas,
A. Por opos. a afirmativo (Gram. etcétera, por el ser humano, y que
y Lóg.) : que está afectado por una ne- son habitadas por la negación en
gación. Se dice tanto de los términos su intraestru'Clura, como por una
(no-ser, abúlico, insoportable ... ) como condición necesaria de su existen-
de las proposiciones. cia. Las llamaremos negativida-
Sin.: apofático•. des. (J .-P. SAIITRE, L'etre et le "··
B. Por opos. a positivo. 1. Mat. 57.)
Aplicado a magnitudes (cantidad ne- Negativismo. Comportamiento que
693 NEGACióN
ciencia del espíritu o de los espíri- nio; de igual modo que la hiedra
tus. Neumología, ciencia del pulmón, crece sobre la encina sin ayudar a
con numerosos términos técnicos: ncu- su desarrollo y porque halla en
mografía. neumotórax ... ella terreno favorable a su existen-
En cuanto «encarnada», la su- cia. (Dr. ToULOUSE, E. Zola, 62,
cesión del espíritu debe quedar so- 54.)
metida el tiempo biológico y mate- NEUROSIS. Der. del gr. 11eur011,
rial del cuerpo, a las edades, los nervio. Adj.: neurótico.
ritmos vitales y los procesos bio- l. afecciones nerviosas muy ex-
químicos de la existencia animal. tendidas, sin base anatómica co-
La temporeidad del compuesto hu- nocida y que, aunque intirnamente
mano tiene que ser, en consecuen- ligadas a la vida psiquica del en-
cia, la correspondiente al movi- fermo, no alteran (corno las psico-
n1icmto cósmico, al motus cacli. En sis) su personalidad y, por consi-
el curso real de su vida, el hombre guiente, van acompañadas de una
es más veces «carne espiritualiza- conciencia penosa y generalmente
da», san, que «espíritu encarna-
do», pneuma. (P. LAfN ENTRALGO, excesiva del estado mórbido. (A.
P0R0T, Manuel.)
La espera y la esperanza, 478.)
Ad. E. 2. la neurosis se caracteriza por
el fracaso de la supresión. (G. PAR-
NEURASTENIA. Palabra comp. del CHEMINEY, en Amour et violc11ce,
gr. y que significa debilidad ( a,ithc11ia) Ét. COll"mélit., 1948, 38.)
de los nervios (neuron).
3. ninguna linea de demarca-
A. En el sentido técnico de la psi- ción rigurosa entre los trastomos
quiatría: neurosis caracterizada por un dependientes de una explicación
estado habitual de astenia• física y [neurosis] más que de la otra
psíquica, acompañado de dolores de ca- [psicosis]. De hecho, el resultado
beza y que incapacita para el esfuerzo. ha sido una especie de reparto
La neurastenia es una psicopa- pragmático, es decir, terapéutico:
tía adquirida, accidental, curable, grosso ,nodo, las neurosis dependen
provocada en sujetos sensiblemen- de la psicoterapia; la psicosis, de
te normales por causas poderosas las medicaciones biológicas, fisicas
de debilitamiento y caracterizada y químicas... (J. R0UART, Eneycl.
esencialmente por un agotamiento médicho-chir., 37311, A'º, 1, 1966.)
nervioso. (LAIGNEL-LAVASTINE, BAR- 4. La neurosis es, en esencia,
BÉ y DELMAS, Pratique psychiatr., una perturbación del Nexo inter-
311.) hurnamo, de la relación con el mun-
B. En el voc. usual: estado de de- do humano y con el Otro (... ). No
presión acompañado de tristeza. cabe estudiarla y tratarla con vis-
Neuro. Del gr. neuron, nervio, del tas a su curación sino concibiéndola
que es un calco neurona.
corno una totalidad en relación in-
tima con el medio, no sólo fíaieo-
Primer elemento de palabras relati- quimico y biológico, sino social, y,
vas a los nervios: neurosis, neurópata, más generalmente, inter/111111a110,
neurólogo ... (A. HESNARD, Les phobics, p. 425.)
NEUROPATfA. Trastornos de las V. Análisis, 26.
funciornas fisiológicas y psíquicas atri- N eurosi.s de angustia (partic. en
buidos a una afección del sistema ner- FREUD). Angustia pura, es decir, que,
vioso central. Neurópata: «Sujeto afec- a diferencia del miedo o de la fobia,
tado de trastornos mentales discretos, carece de objeto propio, o al menos en
habitualmente compatibles con la vida la que los temores o fobias que sus-
en sociedad». (Dr. SIVAD0N, en el Voc. cita tienen tan sólo una existencia de-
clr la psychol.) rivada y una importancia secundaria.
(. .. ) la neuropatía aparece de NEUTRALIDAD
ordinario relaeionada con la supe-
rioridad intelectual. ( ... ) No cabe Neutro y neutral, adjs. El primero
ni decir que la neuropatía es la del lat. ncutcr, ninguno de los dos, ni
causa de la superioridad intelec- el uno ni el otro. El segundo, de 11c1t-
tual ni emitir la proposición con- tralis.
traria. ( ... ) En resumen, me pa1·e- A. Neutral: Se aplica a los hom-
cen afecciones p81"asitarias del ge- bres, las instituciones hull)nnas y los
695 NOCióN
Estados que no toman partido entre los falta a la que se había dejado
individuos, los grupos o las tesis en arrastrar. ( P. B0URGET, L'ét(J¡f)c,
oposición. País neutral (se op. a beli- 310.)
gerante). Escuela neutral (se op. a es- 2. Berthe profesaba un nihilis-
cuela confesional). mo sistemático frente a todas las
B. Neutro: Se aplica a las cosas. instituciones pasadas y presentes
l. Que no pertenece a ninguna de que envolvía en una misma conde-
las dos clases principales de una sub- na, por ejemplo, el catolicismo y el
división. Gram.: género neutro. Fís.: kantismo, la monarquía tradicional
que no tiene carga eléctrica ni positiva y la república. (P. B0URGET, Un di-
ni negativa. Química: que no es ni áci- ·vorce, 129.)
do ni base. Psicol.: estado que no es ni 3. El nihilista, no estimándose
agradable ni desagradable. a sí mismo, sintiéndose incapaz,
2. Sin brillo, tierno, inexpresivo. Se busca compensación aniquilando los
dice prop. de los colores y, por anal., valores del mundo. Asi se pone a
de los sabores, los sonidos (particul. de la par. (J. ORTEGA Y GASSET, Obras,
la voz), la expresión de los sentimien- II, 721.) Ad. E.
tos y de las ideas ... No o noo. Pref. der. del gr. noos
Neutralidad. Carácter de lo que es (por contracción: nous) y que signifi-
neutral. ca: relativo a la mente. Noo ante con-
Neutralismo. A. (peyor.). Tenden- sonante (noológico); no, delante de vo-
cia o actitud sistemática del que pre- cal (noético).
tende no apartarse de la neutralidad V. Nous.
cuando sería conveniente tomar par- NOCióN. Lat. notio, acción de
tido. aprender (nosure, cuyo participio pa-
B. Polit. Doctrina que postula. la. no sado es notus).
alineación con relación a los dos gran-
des bloques, Oriental y Occidenta1. Co- A. En el uso ordinario: conocimien-
rriente, sobre todo, entre los países del to elemental que se tiene de una cosa.
«Tercer Mundo». Tener nociones de geometría. No tengo
ni noción.
N entrón. Partícula compuesta de un l. 111e tomaba un trabajo inau-
protón (carga de electricidad positiva)
y un electrón (carga de electricidad ne- dito para poner orden en mis pe-
gativa) y, por consiguiente, eléctrica- queñas nociones de historia. (G.
SAND, Hist. de ma vie, VII, 119.)
mente neutra.
2. La noción ( ... ) se distingue
NIHILISMO. Der. del lat. nihil, fácilmente del conocimiento. Es
nada. una simple apreciación, una visión
A. Fil. Doctrina según la cual no general y sumaria, un conocirnien-
hay ninguna realidad sustancial (ni- to externo, e1emental, superficial y
hilismo ontológico) ; o también la doc- que, por consiguiente, e.."{ige poco
trina que afirma que no podemos co- trabajo para -ser adquirido. Las
nocer nada de la realidad (nihilismo ciencias dan nociones preliminares
crítico). antes de dar conocimientos. (LA-
B. Polít. Doctrina, particularmente FAYE, 674.)
difundida en la Rusia del s. XIX, que B. Filos, Idea que implica los carac-
no admite ninguna coerción de la so- teres esenciales del objeto. A diferen-
ciedad sobre el individuo. cia de idea, se dice, sobre todo, de los
Sin.: anarquismo. objetos de pensamiento de elevada abs-
tracción: tenemos las ideas de hom-
C. Moral. Doctrina, o más frecuen- bre, de coche, de comerciante ... ; las no-
temente estado de espíritu que no ad- ciones de verdad, de justicia, de tiempo.
mite ninguna forma moral, ninguna
coerción social. Si 11.: concepto.
l. La muchacha [que estaba Nocional. Que consiste en nociones
encinta] profesaba las teorías más el sentido B.
atrevidas, se burlaba ele los prejui- Sin.: ahstracto, conceptual. Tomado
cios e incluso de la moral corrien- con un nrntiz peyorativo por las filoso-
te; pero este nihilismo superficinl fías de la ncción y de la vida, que opo-
no impedía que se sintiese morir <le nen el eonoeimicnto nocional al cono-
vergüenza al dnrsc cuenta de In cimiento real.
NOEMA 096
que, con un número infinitamente gran- desviación relativa, 50/600, o sea, 1/10;
de, la diferencia relativa, que tiende etcétera. La ley de los grandes núme-
a lo infinitamente pequeño, serla prác- ros, formulada por J ean BERNOULLI
ticamente despreciable. Así, jugando a (1666-1748), es el fundamento del cálcu-
cara o cruz, es normal que 10 tiradas lo de probabilidades.
den 6 contra 4: desviación absoluta, 1; ccNURTURE». Palabra ingl.: ali-
desviación relativa, 1/ó, o sea, 2/10; mento, educación.
con 100 tiradas será normal obtener
68 contra 42: desviación absoluta, 8; Opuesto por GALTON a nature• (na-
desviación relativa, 8/60, o sea, 1,6/ 10; turaleza) como lo congénito a lo ad-
con 1.000 tiradas podremos tener 660 quirido.
contra 460: desviación absoluta, 60; V. Naturaleza, 31.
o
O. Log. form. Símbolo de la pro- una de estas dos situaciones: o
posición particular negativa, p. ej.: al- siendo uno el que manda o hallán-
gunos hombres no son leales. V. Opo- dose alojado en un mundo donde
sición. manda alguien a quien reconoce-
Ob. Prep. lat. que significa delante, mos pleno derecho para tal fun-
a causa de ... Entra bajo formas diver- ción; o mando yo u obedezco.
sas -como prefijo de diferentes palabras Pero obedecer no es aguantar
españolas, con acepciones también di- -aguantar es envilecerse-, sino,
ferentes, pero principalmente con el al contrario, estimar al que manda
sentido primitivo de: delante, enfrente y seguirlo, solidarizándose con él,
de ... , contra. V. Objetar, Objeto y der., situándose con fervor bajo el on-
Observar y der., Obsesión. deo de su bandera. (J. ORTEGA Y
GASSET, La rebelión de las masas,
OBEDIENCIA. Lat. obedientia, der. Obras, IV, 245.)
de obedire (audire, escuchar, precedido
del pref. ob.). OBJECióN. Lat. ebjectio, acción de
objicere. V. Objetar.
Sumisión a las órdenes de quienes
detentan la autoridad. Conside1•ación que se opone a una
afirmación o petición.
l. Hay que distinguir, pues, la
obedumda servil, que corresponde Sin.: dificultad, aporía•, contradic-
a la autoridad autoritaria, si se ción, critica.
nos permite e,apresarnos así, y la l. Se ponen dificultades para
obediencia libre, que corresponde esclarecerla [la opinión formula-
a la autoridad liberal. Si en el pri- da], para bo1·rar las dudas, y se
mer caso obedecer es sufrir, no hacen objeciones para combatirla
ocurre lo mismo en el segundo, en y destruh-la. (C0NDJLLAC, Sy11., 111,
el que obedecer es, por el contra- 210.)
rio, aceptar. (L. LABERTHONNIERE, 2. La mayor parte de los ora-
Théorie de l'éduc., 10.ª ed., 32.) dores prefieren ( ... ) pasar en si-
2. Hay en la obediencia, cuan- lencio una objeción a la que no
do es libre y entusiasta, una espe- podrían opone1· sino una débil re-
cie de embriaguez, de impulso, de futación. (Ch. PERELMAN, Tr. de
don. (G. DUHAMEL, Nuit de la l'argmne11tatio11, II, 637.)
Saint-Jean, 271.) 2', como intelectual no he veni-
:J. La vida creadora es vida do a esta tierra más que a hacer
enérgica, y ésta sólo es posible en y recibir objeciones. Así, pues, las
705 OBJETO
acojo encantado, y no s61o las aco- que percibo ,porque me es presente,
jo, sino que las estimo, y no s61o .pero al mismo tiempo es otra cosa,
las estimo, sino que las solicito. es esa realidad extraña que la per-
Siempre sé extraer de ellas exce- cepción no agota. (M. DUFRENNE,
lente ganancia. Si conseguimos re- Phénoménol. de l'exp. esth., I, 285.)
br.tirlas nos proporcionan el placer 2'. aquella fuerza que opera y
del triunfo y podemos hacer el ges- efectúa el sentir se llama sentido,
to del buen sagitario que ha pues- y lo que se siente, lo sensible; ha-
to la flecha en el flanco de la pie- biendo, por tanto, en la sensación
za; y si, por el contrario, la obje- dos elementos primeros, el vigor y
ción nos vence y hasta nos conven- el órgano, corno potestad de la na-
ce, ¿qué mayor ventura? (J. OR- tu raleza,
TEGA Y GASSET, ¿Q11é CB filoso/La?,
Mas para que esta potestad se
262-263.) Ad. E. ejercite se agrega algo en que
V. Refutación, 1, 2. ejercitarse, a saber: el objeto, co-
Objeci6,i de conciencia. A. En sen- mo materia de sensación. (J. L.
tido amplio: toda oposición al orden le- VIVES, Trata,:lo del alma, 24.)
gal, basada en lo que se estima manda- Ad. E.
to de la conciencia moral. v. 44, 50.
B. En sentido restringido (único A. Acepciones corrientes. l. Prop.
usuo:l) : negativa de colaborar en cual- (objeto-cosa) : toda realidad material
quier acto de guerra, por considerar que puede ser manejada. Un libro, un
.;sta esencialmente mala. reloj de pulsera, una piedra son obje-
3. Entendemos aquí por obje- tos. Una nube, el agua, una roca, no
ción de conciencia la negativa a reciben ese nombre.
servir como soldado, en tiempo de Sin.: cosa.
paz o de guerra, en calidad de 3. Hay que ser de corazón muy
combatiente efectivo o de auxiliar, ,sereno para mudarse sin melan-
no por motivos vulgares de cobar-
día, orgullo o anarquía revolucio- colía, y basta con que un objeto
naria, sino por motivos nobles, con- familiar no esté ya en su sitio pa-
side1·ados como urgentes y deriva- ra que, incluso antes de saber la
dos de los propios imperativos de causa, una sensación casi orgáni-
la conciencia. (P. LonsoN, Un chré- ca de vacío y malestar nos ad-
tie,i peut-il etre obj. de con.se.?, vierta del atentado llevado a cabo
10.) contra nuestro «yo» en nuestro
«mío». (Ch. BLONDEL, en Tr. ele
Objetar. Lat. objectare, frecuentati- psychol., de Dmus, II, 526.)
vo de objicere: en sentido etimol. arro- V. Presente, l.
jar (jacere) delante (ob). Corresp. al
gr. proballei11. V. Problema. 2. Fig.: aquello de lo que se trata,
de lo que la mente se ocupa, a lo que
Alegar algo, una idea o un hecho, en una acción se refiere ... Objeto de una
contra de una afirmación. reunión, o de un libro, de una distin-
Objetivo y der. V. Objeto. ción honorífica o de vivas críticas.
OBJETO Sin.: materia, cuestión, tema.
Objeto. Del lat. objectum, part. pa- 4. Cuando se piensa en los in-
sado de objü:cre (poner delante). AL mensos servicios que las ventanas
Gegenstand, que está dela,nte. Tomado prestan a los enamorados, parece
substantivadamente, objectmn designa bastante natm·al hacerlas objeto
lo que se presenta a alguna función de de una contribución. (H. DE BAL-
conocimiento, ya sea intelectual o sen- ZAC, Unmlc Mirouet, II, Hachette,
sible. 1853, 211.)
1. Todo lo que se presenta a 5. Las propias nociones de las
los sentidos y a la mente. Todo que nos servimos para pensar en los
cuerpo que vemos es un objeto que objetos politicos y discurrir sobre
cae bajo los sentidos; toda idea ellos. ( ... ) . La palabra pueblo, por
que tenemos, un objeto que se ofre- ejemplo. (P. V,\LÉRY, Rcgm,ls s.
ce a la mente. (CoNDII.J.AC, Syn., le monde act., 23.)
lll, 407.) 6'. El fin del discurso es el
2. El ob.>eto percibido tiene un hallazgo, la conclusión y recogida
estatuto ambiguo: es ese objeto del objeto. Cuando no alcanzamos
45. IJiccionario Jd J.,·ngu.ajc Film,útico.
706
onJETO
lo qur busNuno~ es por lo mismo unu npal'iencia que sólo existe pa-
qu<' pierde el Jll'l"l'O In ~azn qU<' Jl<'r- ra nosotros. (L. LAVEl,l,E, /Ju tcmvs
sigu(', o porqlll' l°'S C'l d1~c-urso tal'Cl,o et rlc l't't., 414.)
1,or nntur:"!.lezn y el ohJctn es.tú. ~1- 12, los objetos como tales ha-
tuaclo lejos, de numera que no t1c- cen nbstrncciún de In existencia ac-
TIC' ba$tantrs fuerzas para Ucgal' tual y encierrnn sólo una existen-
hastn ,,1, o poi' S<'l' débil de volun- cia posib/r; los objetos como tales
tad. eomo cunndo no tiene ganas de nuestros sentidos, connotan, por
de- alL"nder o camina por donde no el contrnrio, una existencia en ac-
conYiene. (J. L. VIVES, Tratm/o drl to, (J. MARITAIN, Les degrés du
nlma, 76.) Ad. E. sat•oir, 176.)
V. Afreto, 7; Afiniclad, 4. 13, Lo que llamamos el objeto
3. ~Í:is p!'ecisamente: aquello a _que no es necesariamente la cosa. Esta
se apunta, el resultado ni que se tien- es una realidad exterior objetiva-
de. El objeto de un deseo, de una ges- da, a In que atribuyo una cier~a
tión. permanencia dentro del devemr
Sin.: objetivo, meta, fin. del mundo. El objeto puede no ser
Y. Couocimicuto, lG; Fin 11, O. más que un elemento constante y
reconocible de mi representación,
n_ Acepciones filos,: se op. siempre Puede ser una cosa percibida, pero
a sujeto. pero en dos contextos muy también una imagen, un concepto,
diferentes (,•. Objctit-o), una idea, (CI. DucoT, Prése11ce et
l. Distinguido de la cosa en sí (ob- abs. de l'etre, 51.)
jeto-representación): «Lo pensado, o 13'. aquello a lo que va el yo
representado, en tanto que distinto del puro, más aún, aquello que se ac-
acto por el que es pensado» (LALANDE.) tualiza en la intelección como rea-
La representación en su realidad de re- lidad previa, no tiene el carácter
presentación. V. Intención B 1 bª formal de objeto. Lo tendría si el
6. Bajo el título de objeto po· yo consistiera formalmente en un
demos encerrar cuanto el ser pen- «ir--hacia» el no--yo; en ton-ces y só-
sante percibe, como actualmente lo entonces este no-yo nos saldría
distinto de su existencia individual, al «encuentro» y sería, por tanto,
idéntica y permanente. Así, una ob-jectum, objeto, Pero el yo no
modificación, incluso interior, pue- consiste sino en actualizar el no-
de ser un objeto por relación al yo, y entonces este no-yo no es
yo, si éste la distingue del senti- objeto por dos razones. Primero,
miento que tiene de sí mismo. (M. porque no todo lo inteligido es for-
DE BIRAN, Rupports des se. 11at. malmente objebual. ( ... ) Segundo,
a uc la psycliol., en CEuvres c/ioi- porque aun en el caso de estar in-
sies, 159-160,) teligiendo un objeto, una res ob-
7. La expresión objeto absoluto jecta, lo que formalmente intelijo
es una contradicción: es aquello no es la res en tanto que objecta,
que, no teniendo existencia más sino en tanto que res. (X. ZUBIRI,
que por relación con el para-sí del Sobre la esencia, 382.) Ad. E.
sujeto, debería, no obstante, ser V. Abstracción, 7; Cosa, 10; Co11-
afirmado independientemente de ciencia, 9.
esa relación. (L. LAVELLE, Le l'e-
trc, 29.) 2, Identificado a la cosa en si: aque-
8. Todo objeto es necesariamen- llo cuya existencia es independiente del
te fenomenal o ideal. (L. LAVELLE, conocimiento que de ello tienen los su-
De l'intimiü spir., 99.) jetos pensantes. Acepción que supone
el realismo cosmológico y que, por con-
9. el objeto es aquello que, por siguiente, no es admitida po1· los idea-
definición, no puede tener un en listas. V. Objetfoo, A 2.
sí. ( /bíd., 161.)
14, La ciencia tiene como pun-
1O. Lo propio de los objetos es to de partida el objeto; la filoso-
fol'mar un mundo que es incapaz fin, el sujeto ( ... ) : el objeto, fenó-
de subsistir por .si mismo y que es menos y leyes del mundo exterior
correlativo a la aparición del yo ni hombre; el sujeto, leyes y fenó-
en tanto que éste participa en un
menos del propio esp(ritu humano,
ser que le excede. (Ibúl., 172-173.) (LITTR~, Fragm, de p/1ilos. posit.,
11. la esencia del objeto es ser 185,)
707 OBJETO
alguien distinto de uno mismo. El amor tiene esa realidad que los filósofos
objetnl se opone al amor narcisista o llaman actual o formal, sino tam-
narrisismo"'. bién en las ideas en •las que tan
sólo se conside1•a la realidad que
Objeti\'O, adj. En fil. se toma en dos denominan objetiva: por ejemplo
sentidos muy diferentes: un primer ( .. ,), la idea del calor o de la pie-
sentido, t'Xclusivnme-nte filosófico, que dra no puede estar en mi si no hn
es el que la palabl'a tiene en el texto sido puesta poi· alguna causa que
más abajo citado de M. MERLEAU-P0N- contenga en si por lo menos tanta
T\': un segundo sentido, más común,
realidad como 1-a que concibo en el
que hallal'cmos en la crítica que hace calor o en la piedra, (DESCAIITES,
)[. DllFRE..'INE de la frase de M. MEn- 1" Jllédit., IX', 32,)
LEAl'-P0:STY,
25. Ser objetivamente no sig-
22. El cuerpo objetivo no es la nifica otra cosa que ser en el en-
verdad del cuerpo fenomenal, es tendimiento de la manera que los
decir, la verdad del cuerpo tal co- objetos acostumbran a ser en él
mo lo \"ivi.mos, sino una imagen (... ) ; de suerte que la idea del Sol
empobrecida. El problema de las es el sol mismo existente en el en-
relaciones entre el alma y el cuer- tendimiento, no en verda:d formal-
po no se refiere al cuerpo objetivo, mente como está en el Cielo, sino
que tiene sólo una existencia con- objetivamente, es decir, de la ma-
ceptual, sino al cuerpo fenomenal. nera en que los objetos acostum-
(ll. MERLEAU-P0NTY, Phéiunnénal
de la perc., 493.) bran a existir en el entendimien-
to. (... ) Así, si alguien tiene en la
23. [Crítica:] la objetividad no mente la idea de alguna máquina
designa sólo un carácter de lo co- de gran artificio (... ), el que esta
nocido que el conocimiento reivin- idea contenga tal artificio objetivo
dica ( ... ), sino también el ser del y no otro debe sin duda provenir
objeto. El cuerpo objetivo no tie- de alguna causa. (DESCARTES,
ne una existencia conceptual, sino Prcm, Rép., IX', 82, 83.)
la existencia del en-sí que el con- 26, Digo que una cosa está ob-
cepto se esfuerza por aclarar. (111. jetivamente en mi mente cuando la
DUFRE.'°'NE, La notion d'«a priori», concibo. Cuando concibo el sol, un
183.) cuadrado, un sonido, el sol, ese cua-
A. En ciertos filós. (y nunca en el drado, ese sonido, están objetiva-
uso ordinario) : que pertenece a la es- mente en mi mente, estén o no
fera del pensamiento (sin confronta- fuera de ella. (A. ARNAULD, Des
ción con la de la realidad independiente vraies et des fausses idées, V, 6.)
del pensamiento). 27. tengo tenor a la acción y
l. En los escolást., DESCARTES y al- sólo me encuentro a gusto en la
gunos contempor.: que constituye o se vida impcrsona:l, desinteresada, ob-
refiere a un objeto en el sentido B 1, jetiva del pensamiento. (H.-F,
es decir, un objeto de pensamiento, con AMIEL, Jaurnal, 27 julio 1855.)
abstracción de cualquier realidad que 28. en el uso común de los fi-
pueda corresponderle. Se opone a for- lósofos, el concepto y la esencia
mal. El porvenir que soñamos tiene só- son, para emplear el lenguaje de
lo una existencia objetiva (se redu·ce a la escolástica, la cosa objetiva,
representaciones) ; el libro que leo tie- aparte del entendimiento y dada en
ne una existencia formal (existe aparte sí misma, en la medida en que unn
del conocimiento que de él tengo). La abstracción puede serlo. (0. HAMF.-
oposición expresada por la pareja obje- LIN, Essai..., 260.)
tivo-formal apenas suele expresarse ya 29. el redactor de un di-ario In-
sino por la de subjetivo-objetivo, en la timo ( ... ). En vez de partir al des-
que subjetivo equivale a objetivo en cubrimiento de si mismo, se adju-
el sentido A y objetivo a formal, Vid., dica de entrada una cierta forma
no obstante, infra y en Objeto ll, tex- de ser. A partir de entonces su
tos de filósofos contemporáneos. diario es la expresión de una nc-
24. Jo que contiene en sí mayor tibud previamente elegida. Entre
rNllidad no puede ser consecuen- él y su mismidad, intercala el dato
cia y dependencia de lo menos per- obj'etivo de un personaje que ser-
fecto. Y esta verdad no sólo es cla- virá de regla a sus análisis. (G.
ra y evidente en los efectos que GusoonF, La décanvcrte do Bai, 62.)
700 OBJETO
terior. (G. RACll!:LARD, Nom•cl r•- be set· c,l fotógrafo de los fen6me-
nos; su observación ha de repre-
vrit. sc-ic11t., 12.)
Ob111-r1•ru··ión proi•occufo 11 obsc)'1'acfó11 sentar exactamenLe la naturaleza.
int•ocada (Cl. BERNARD), Pero, un a vez comprobado el he-
15. el observador y el experi- cho y el fenómeno bien observado,
mentador ( ... ) se comportan abso- llega la idea, interviene el razo-
lutamente como si se ti•atase de namiento, y el experimentador ha-
dos observaciones ord,inarias. No ce su aparición para interpretar
se trata, en efecto, en ambos ca- el fenómeno. (Cl. BERNARD, /n-
sos, sino de una cmuprobación de trod., I, 1, § 6.)
hecho; la única diferencia consis- OllSESióN. Lat, obsessio: acción
te en que, al no haberse presen- de sentarse (scssio) delante (ob). Comp.
tado naturalmente a ~l el hecho
que debe comprobar, el experimen- con obsidio (asedio).
tador ha tenido que hacerlo apa- Representación, acompañada de esta-
recer, es decir, p1·ovoca1•lo ( ... ). De dos emotivos penosos, que tiende a aca-
donde se sigue que podemos decir: parar el campo de la conciencia.
la experiencia no es en el fondo Sin.: idea fija, pesadilla, mania (suf.
más que una observación provoca- de diversos términos: cleptomanía, dip-
da ( ... ) con un fin de verificación. somanía ... ).
( ... ) Pero cuando una observación 1. La obsesión es un pensa-
está ya realizada, ya sea natural miento dominante que se impone a
o accidentalmente, ya incluso por la atención y ocasiona un trabajo
mano de otro investigador, la to- mental largo y penoso hasta el
mamos tal cual y la invocamos punto de hacerse angustioso, aun-
simplemente para servir de veri- que el sujeto reconozca en parte
ficación a la idea experimental. Lo su inutilidad y absurdo. (P. JANET,
que también cabría resumir di- De l'ang. a l'eo:t., 11, 146.)
ciendo que, en este caso, la expe-
riencia no es sino una observación 2. La obsesión es un síndrome
invocada con un fin de verifica- mórbido caracterizado por la apa-
ción. (CI. BERNARD, Introd., 1, I, rición involuntaria y ansiosa en la
§ 5.) conciencia de .sentimientos o pen-
samientos que tienden a imponer-
B. Moral y conducta práctica: ac- se a1 yo. (A. PITRES y E. RÉGIS,
ción de observar en el sentido B, es Les obsessio11s et les i,n.puls., 16.)
decir, de conformarse a las reglas pres-
critas (la estricta observancia de los 3, El obseso conoce su locura,
usos). En lo que concierne a las obli- es un loco lúcido (... ) Esta lucidez
gaciones religiosas, suele decirse ob- subsistente en medio de Ia idea lo-
servancia: un convento de estricta ob- ca es característica de la obsesión.
servancia. ( ... ) En el loco, por el contrario,
la idea absurda es aceptada ple-
16. Guéhenno se niega a ser un namente, sin reticencia. (A. EY-
comunista de estricta observancia. MIEU, Gottvcrn. do soi.,,,,,_, 11, 19,
(A. THÉRIVE, MoralÜltes da ce 21.)
temps, 364-355.)
4. Inquietud y obsesión provie-
16'. Todo español tiene derecho nen de un exceso de actividad men-
de representar a las Cortes o al tal ( ... ) . Y el defecto común es el
Rey para reclamar la observación de lanzarse a luchar contra un
de la Constitución. (Constitución pensamiento del que se pretende li-
de Cádiz, 1812, art. 373.) Ad. E. bral'Se. Argumentamos contra nos-
Observador. Metodol.: el que se de- otros mismos; nos probamos que
dica a la observación de los hechos. no deberíamos mirar hacia allí; lo
Corre/.: experimentador•. que equivale ya a mirar. (ALAIN,
17. El observador (... ) constata Minerve ... , 163.)
pura y simplemente el fenómeno lí. el carácter trágico de la ob-
que tiene ante los ojos. No debe sesión proviene de que lo. mente se
tener otro cuidado que el de pre- fuerza a sí misma a reproducir el
venirse contra los errores de ob- objeto temido. No hay reaparición
servación que podrían hacerle ver mecánica de la imagen obsesionan-
de modo incompleto o definir mal el te, ni monoideísmo en el sentido
fenómeno, ( ... ) El observador de- clásico del término: por el con-
717 OCASióN
los hombres, puesto que Crislo que menos se falsifica. (J. Ros-
nos los encomendó a todos. (J. L. TAND, Jo1w11al cl'm• caracterc, 64.)
VIVES, brtroducci6n a la sabidu- 6. Se disputa todavía para sa-
ría, § 381, p. 79.) Ad. E. ber si la poesía es un don o un
V. Afecto, 4; ,hrtipatía, 2; Bien, 15. oficio, (R. CAJLLOIS, A rt poét., 77.)
Il. Rt'fe.-ido a cosas: aversión pro- OLIGARQUIA. Gr. o/igarcltia, go-
funda. Odio a la mentira, a las mntc- bierno de algunos (o/igoi).
máti<'ns, a los gatos.
Sistema politico en el que el poder
5. los vigorosos odios está en manos de un pequeño núme-
que debe dar el vicio n !ns ro de individuos o familias (oligar-
[almas virtuosas. cas).
(MOLIERE, Le lllisanthr., I, I, Al-
ceste.) Der.: oligárquico.
6. El odio a la tonteria no bas- l. los antiguos tomaron siem-
ta para hacer una filosofía. (G. pre en mal sentido la p~labra Oli-
DuHAMEL, Rcfuges de la lcct., 198, gnrquín, y en bueno la de Aris-
en R0BERT.) tocracia, es decir, el señor lo de las
gentes de bien. (J. BODIN, De la
OFICIO. Der del lat. officiuni, ser- Républiq1te, 11, VI, 264, París,
vicio, obligación, cargo. 1577.)
A. Profesión manual ( oficio de sas- 2. De hecho, el poder es siem-
tre, de albañil) y por ext. todo tipo pre <1ligárquico. ( ... ) El problema
de profesión (oficio de las armas, ofi- a resolver es el de conseguir que
cio de rey). esa oligarquía sea una élite. ( ... )
l. Hacer un libro es un ofi- Hacer de la inevitable oligarquía
cio como hacer un reloj: hace fal- una arí.stocracia; asi puede enun-
ta algo más que ingenio para ser ciarse el problema, uno de los
escritor. (LA BRUYERE, Caract., I, más graves. (J. LECLERCQ, Le,. de
3.) droit nat., 11, 488, 489.)
2. El escritor moderno piensa OLVIDO. Lat. oblitus, part. pas.
mucho en la técnica de su oficio, de obliviaci, olwdnrse.
y escribe sobre ella. (A. MAUR0IS, El hecho de que un recuerdo no ha-
Étu.dcs litt., 11, 245.) ya vuelto a la memoria (falta de re-
3. Los niños y los jóvenes sacri- cuerdo espontáneo) o no pueda ser lla-
fican al menos tanto a la moda en mado a ella (fallo del recuerdo volun-
la elección de sus oficios como las tario), yn momentáneamente, ya de
mujeres en la corte de sus vesti- modo definitivo.
dos. (F. MAUVEZJN, Avant de choi- l. Es la materialidad, bajo cu-
sir son m., 12.) ya dependencia se hallan en par-
4. [Los teóricos de la retóri- te nuestros sentidos, la que pone
ca.] A fuerza de habilidades, fi- en nosotros al olvido. (F. RAVAIS-
nuras y sutilezas, han llegado a soN, R(Jf]Jport... , 177.)
transformar la práctica de un ar- 2. El olvido (... ) nos vuelve a
te en el ejercicio de un oficio. la presencia de lo que es, retirán-
(111. GARc;oN, Essai s. l'éloq. ;udic." donos de la presencia de lo que
65.) ya no es. (L. LAVELLE, Erre11r de
V. Arte, 35; Téc-11ica, 17. Narc., 115.)
B. Destreza adquirida por la prác- 3. El que quiere olvidar quie-
tica de un oficio en el sentido A. Tener re, en realidad, acordarse. En el
oficio. olvido es preciso que el pasado
se separe de nosotros; si trata-
5. Bien está que el don preva- mos de separarnos de él por noa-
lezca sobre el oficio; pero es más otros mismos, se nos adhiere aún
hacedero aprender el oficio que más. (lbíd,, 116.)
acrecentar el don.
4. Se trata de existir en pre-
Cierto que ol oficio no confie- sente y no en pasado. E•I pasado
re el don, pero el don a su vez no debe ser puesto en su sitio. Pro-
se obliga a llegar al oficio. Hay porciona elementos úttles para la
un don del oficio. constitución y comprensión de la ac-
El oficio es quizá todavía lo tualidad, pero no tiene de1·echo a
721 ONTOLOGJ..\
t'ntre nuestra idea de ser abstrac- ción operativa romo el arte de pre•
to y el Ser puro, se afirma más o ¡,arar científicamente !ns decisio-
menos que nlg-una ,wisión inmedin- nes a fin de asegurar Jn eficacia
tnn de. Dios, ah,'llna «visión onto- de 111 acción. (M. Mrrn,., en E11c11cl.
lógica» en el principio del cono- fra11r., XX, 42, 12.)
cimiento humano. (11. DE LUBAC', 2 bis. La contabilidad ha cons-
Sur les clic111i11s el,• Dieu, 276.) truido modelos que tienen por fin
!l. En sentido amplio: toda doctrina hacer la historia del pasado. Por
que admite un conocimiento intuitivo el contrario, In investigación ope-
de Dios. En partic.ular, la teoria de la rntiva establece modelos cuyo em-
yisión en Dios de MALEBRANCIIE. pleo es el de prever lo que pasará
C. Abusiv. (con intención peyor.): mañana. (R. FAURE, J.-P. Bos y
toda doctrina que admite la posibilidad A. LE GARFJ', La rcc/rnrche opéra-
de una ontología. tiom,cllc, 120.)
Ontologista. Partidario del ontolo- Operatorio. A. Medie.: que se re-
gismo en el sentido A- fiere a las operaciones quirúrgicas.
10. cuando ciertos ontologistas Choque operatorio.
dicen que los seres creados no pue- B. Epistemol. Que consiste en ope-
den ser conocidos en sí mismos, si raciones metódicamente ordenadas.
no tan sólo en la esencia divina, 3. Una definición operatoria es
no quieren decir otra cosa sino una definición que comporta la
que el conocimiento intelectual, descripción de un procedimiento
universal de las cosas es un cono- regular para localizar, medir y
cimiento que no tiene por objeto más generalmente, alcanzar e
lo individual, sino lo ideal, lo ne- identificar el concepto definido.
cesario, lo absoluto, lo divino. (J.
F ABRE n'ENVIEU, DéfcnJJe de l'o11-
( ... )
iologis111c, 135.) Señalemos que esta definición
de la definición implica un postu-
OPERACióN. Lat. opcratio, ejecu- lado de repetición. Es preciso que
ción de un o¡J!ls (obra). cualquiera pueda ejecuta1· las ope-
A. Acción compleja metódicamente raciones incluidas en la definición
ordenada a la obtención de un resulta- operatoria y estar con ello seguro
do. Operación matemática, quirúrgica, de llegar a las mismas constata-
financiera, militar. ciones inicialmente comprendidas
en ellas. (J. ULLM0, La pensée
Operación racümcú o lógü,a (J. PIA- scient. moder11e, 19.)
GET). Acción reversible. Por ej., dado un
número, multiplicarlo por 3, sabiendo C. Psicol. Pensamiento operatorio
voh•er al número dado por medio de (en J. PIAGET): estadio en el que el ni-
una división por 3. ño se hace capaz de procesos menta-
¡.,, reversibles. V. Opcraoi6n racional.
l. Una operación racional (... )
es una acción ---exteriorizada en 4. El esquema operatorio de or-
movimientos o interiorizada en den concreto es una agrupación de
pensamiento, poco importa- sus- esquemas intuitivos promovidos,
ceptible de reversibilidad comple- por e1 hecho mismo de su agru-
ta (... ). nación, al rango de operaciones
reversibles. (J. PIAGET, Psyc/10/. de
La aparición de las acciones re- l'intellig., 181.)
versibles u operaciones racionales
es característica de la inteligen- OPINióN
cia. (J. PIAGET, Classes, relatüms
Opinar. Lat. opi,mri, pensar, en el
et nombres, 13.) senti'do de este verbo en la expresión
Operacional. Que puede ser utiliza- ut opinar (según pienso).
do en operaciones, es decir, contribuit· Dar el propio parecer. «Discurrir so-
a -la obtención del resultado buscado. bre •las razones, probabilidades o con-
La bomba operacional es aquella cuyos
jeturas referentes a la verdad o re1·-
efectos pueden regularse. teza de una cosan (Real Acad,)
En partic.: que está adaptado a las l. (En el proceso] Sainte-Hé-
operaciones lógieas o racionales. Con- l~ne ( ... ) opinó, sin apoyarlo en
cepto, proceso operacionales.
nada, que Foucquet perdería la
2. Puede definirse la investiga- cabeza a causa del c1•imen de Es-
725 Ol'JNJóN
de las ideas o la ,·oluntad ajenas. V. bles como otras tnntas razones pa-
.Ncocrtirismo. rn esperar. (W. JANKfLfVITCH, Le
l. La actitud sistenuítira de mal, 74.)
oposición es la renC"eión de dC"bili- li. ¿Qué es ( ... ) un optimista?
d.ad de una concirnda personal de- Desde nuestro punto de vista, un
masiado pobre en madurez y se- hombre que sobrestima la esperan-
¡,:uridad para afirmarse sin ese 1.a matemática favorable e infra-
estímulo. (E. ~I0UNIER, Tr. du ca- cstima la desfavorable, como el
ract., 713.) llesimista hace a la inversa. ( ... )
C. Dererho y polit. Artividnd que Un tipo notable de optimista es
tiene por fin impedir un acto jurídico el alpinista novato, que se lanza
(la oposición a un matrimonio) o com- a empresas para las que no e•tá
batir la política del Gobierno (proyecto preparado con la idea inocente de
de ley que ha suscitado viva oposi- que los accidentes sólo ,les ocurren
ción). En este último sentido designa a los demás. (J. DUCLAUX, La
también el grupo de los oponentes (los Bci,mca da l'incert., 161.)
miembros de la oposición). 2. Estado de confianza con respec-
2. la oposición puede servirse to al porvenir de una determinada co-
de largos discursos como medio de sa. Considerar con optimismo el exa-
obstrucción. (M. DUVERGER, Ma- men. Corrían vientos de optimismo.
nuel de droit constit., 116.)
ORACIÓN. Lat. ora.tia (der. de ora.-
V. GobiRrno, 15. re, hab1ar, rogar) : palabra, discurso,
OPTDIIS'.\10. Der. del lat. i,ptim1ts. súplica.
Neutro: Optimum. A. En el primitivo sentido lat. (sin.
Contr.: pesimismo•. V. lllcliori8111-0. de discurso) : s6lo en algunas expre-
siones. Oración fúnebre, peroraci6n.
A. Como doctrina. l. Optimismo ab-
soluto: doctrina según la cual el B. En el vocab. religioso: plegaria.
mundo es, si no perfecto, al menos l. Fórmula. de plel!.'aria que empie-
el mejor posible (LEIBNIZ), y que nie- za. por orcmu,a (roguemos).
ga al mal cualquier existencia posith•a. 2. Meditaci6n mezcla de plegaria y
2. Optimismo relativo (sin. de me- contempla.ci6n.
Jiorismo*) : doctrina que afirma que V. Mcdita<:i611, 1.
el mundo es bueno o que, en la vida, el l. Ha.y, pues, diversas ora.clo-
bien supera al mal. nes extraordinarias que Dios da a
l. Cuanto más inferior es una quien le place; y aquella de la que
población, más ciegamente conser- se abusa. en nuestros días es la
vadora es, lo que constituye la for- llamada pasiva, de reposo o de
ma política del optimismo. (J.-M. quietud, y también de simple pre-
GUYAU, Essa.i d'une mor. sa.-ns sencia, de simple n1irada o, como
oblig ... , 12.) dice San Francisco de Sales, 1de
2. El optimismo es una falsa simple abandono a Dios». (Bos-
esperanza para uso de cobardes e BUET, lnstniction •· les étata d'o-
imbéciles. La esperanza es una raison, L. VII, «De l'oraiaon pas-
virtud, virtu11, una determinación sive».)
heroica del alma. (Ch. BERNAN0S, 2. No obstante, la llamada ora-
La liberté pour quoi failre, 15.) ción pasiva no es siempre la su-
presión de toda acción, incluso
B. Como actitud práctica. l. Ten- libre, sino tan sólo todo acto de
dencia o disposición generales a no ver los llamados discursivos, y en
sino el lado bueno de las cosas.
los que el razonamiento procede de
3. Todo verdadero optimismo una cosa. a otra: lo que cierta.-
tiene una base estoica. (J. GAB- mente no impide el uso de la li-
QUET, Les bienfaits ck la gucrrc, bertad. (lbúl.)
12.)
3. pues toda religión reside
4. ¿Es el optimismo una fuer- y arraiga en lo más íntimo de
za? Es un signo de fuerza. (M. nuestro pecho, esfuérzate por en-
BAR11i:s, Mes cahiera, XII, 306.) tender lo que rezas, mira que tu
5. el optimismo es un confuso rezar no sea un simple susurro de
agrupamiento de todos los posi- ]os labios, sino que, cuando ores,
729 ORDEN
mira de estar en ello todo entero el amigo de la razón y su objeto
con alma, pensamiento y gesto, propio. (B0SSUET, Connaiss. de
para que todo esté en armonla y Dic11, I, vm.)
responda a la obra con la más es- 5. El corazón tiene su orden;
tricta conformidad. (J. L. VIVES, y el espíritu el suyo, que es por
l11troducci61i a la sabid11rla, § 313, principio y demostración, a dife-
p. 66.) Ad. E. rencia del del corazón. ( ... ) J esu-
V. Q"iet11d. cristo, San Pablo, tienen el orden
de la caridad, no el del espíritu.
ORDEN. Lat. ordo, oroinis: 1.0 hi- (, .. ) Este orden consiste princi-
lera, fila (de árboles, de soldados ... ) y palmente en 1a digresión sobre
fig. clase social; 2.0 orden (en el sen- cada punto, que es referido al fin,
tido de: disposición regular). Der. para que esté siempre presente.
ordinarc (v. Ordenar A). (PASCAL, Pc>1sécs, 460-461.)
A. En el sentido del lat. ordo, inis. 6. El Amor al Orden no es tan
l. Rango, clase, categorla a los que sólo la principal de las virtudes
pertenecen las personas o las cosas en morales, sino la única virtud, la
un conjunto racionalmente organizado virtud madre, fundamental, uni-
o jerarquizado. Orden alfabético, Un versal; única Virtud que hace vir-
instrumento de primer orden. Los tres tuosos los hábitos o disposiciones
órdenes (clero, nobleza, estado llano). de las mentes. (MALEBRANCHE, Tr.
Entrar en órdenes, recibir las órdenes de mor., I, 11, l.)
(el diaconado, el sacerdocio ... ). Las
órdenes religiosas. La orden de caba- 7. El orden va con peso y medi-
lleria. Pasar a otro orden de conside- da; el desorden siempre tiene pri-
raciones, a una idea del mismo orden. sa. (Vizconde DE B0NALD, Pcnsées
s. la morale, <E"vrcs, III, 1386, ed.
l. Por vosotros va esto, espí- Migne.)
[ritus de último orden.
(LA FoNTAJNE, Fables, V, XVI.) 8. La idea del orden en todo,
es decir, el orden literario, mo-
2. Hay tres órdenes de cosas: ral, político y religioso, es la base
la carne, e1 esplritu, la voluntad. de toda educación. (J. JoUBERT,
(PASCAL, Pensées, 644.) Pensées, 152.)
3. Junta,ndo todos los cuerpos 9. El orden y la confusión son
no conseguiríamos hacer brotar de cosas contradictorias que se refie-
ellos el más pequeño pensamien- ren a la reunión de varios objetos
to: esto es imposible y de otro distintos. Hay confusión cuando
orden. De todos los cuerpos y es- nada explica el modo de reunión;
píritus no se podría sacar_ un mo- hay orden cuando una razón esta-
vimiento de verdadera caridad, es- blece la unidad en esa multiplici-
to es imposible, y de otro orden,
sobrenatural. (Ibíd., 697.) dad. (Th. DE RÉGNON, ltlétaph. eles
causes, 2. • ed., 578.)
3'. un Balboa, un Magallanes,
un Elcano, un Orellana, indaga- 1 O. El orden e.'l:ige, pues, la
dores de los arcanos geográficos acción de presencia. de cosas au-
que encerraba la redondez del pla- sentes, y resulta del equilibrio de
neta, pueden ciertamente figurar, los instintos por las ideas. (P. VA-
aunque en orden distinto de las LfRY, Variété, Pléiade, I, 609.)
facultades humanas, junto a los 10'. es una inocencia de las gen
más grandes indagadores del uni- tes de «ordenu pensa~ que éstas
verso, un Copérnico, un Ticho Bra- lcfuerzas de orden público)>, creadas
he o un Kepler. (R. MENfNDEZ P1- para el orden, se van a contener
DAL, Los eB7Jañolcs en la Historia, con imponer siempre el que aqué-
104.) Ad. E. llas quieran. Lo inevitable es que
2. Arreglo, disposición. Principio: acaben por definir y deciélir ellas
buen orden, arreglo o disposición con- el orden que van n imponer, y que
formes a las exigencias de la razón. será, naturalmente, el que les con-
Poner orden en sus asuntos. venga. (J. ORTEGA Y GASSET, La rc-
4. La relación entre el orden y bcli61i ele las masas, Obras, IV,
la razón es extrema. El orden sólo 227.) Ad. E.
puede ser puesto en las cosas por V. Libertad, 27; Proporción, l.
la razón, 'I entendido por ella. Es B. En el sentido del lat. j1tssio o
óRGANO 730
prender a los demás. (A. GmF., die? (,J. ORTEGA y GASBET, J\fom,o-
Jo11r11al, III, 10 feb. W22.) ,.;a,i ,r., Mc•fa11za, Obraa, V, 487,)
12. necesito de la mediación Ad. E,
de los denuís para ser lo que soy. V. Cif,·a, 7; Co11ocimic11to, 9; Dsbcr,
(J.-P. SARTRE, L'ctr,, rt l,• 11., 349.) 19; Ecl11c"ció11, 10; Empatía; Fclici-
13. El mús solitario de los ere- da,l, 34; l11stancia, 15; Intcrioridacl,
mitas lleva unn existencia marca- 1; Meclració11, 4; N<1l.11rafrza, 13; Opi-
da por sus pasados encuentros. 11ió11, 15; Persona, 40; Relación, 13;
Que los demás -sean objetivo,menlc So/cclacl, 2, 3, 9; Solip•i•mo, 1, 2.
presentes o ausentes, es algo que Oitsia. Subst, gr. derivado de ousa,
no importa al caso; me obsesionan part, pr. fem. del v. cinai (ser). La
siempre. La soledad no es más que ousia es, pues, lo que hace que el exis-
u:rn modalidad particular de la re- ten te sea lo que es. Se traduce este tér-
lación con los demás. (CI. DucoT, mino por esencia• o quididad•, y más
l'n'sr11cc et absc11cc ele l'ctre, 105.)
frecuentemente por sustancia•.
13'. ¿Quién no ha pasado por
más de una hora en que le pare- La sustancia [ousia] se toma,
ció con irrefragrable evidencia que si no en un gran número de acep-
no hay nada que hacer con «los ciones, al menos en cuatro princi-
demás», que la presunta conviven- pales: suele pensarse, en efecto,
cia no es tal con-vivencia, sino que la sustancia de cada ser es
más bien una extra, o an.tivive11cia, ya la quididad, ya el universal, ya
que vivir es inexorable incomuni- el género, ya, en cuarto lugar, el
cación, incorregible soledad y con- sujeto. (ARISTÓTELES, Mét., 1028 b,
sustancial no entenderse con na- 33-35.)
p
PACIENTE. Lat. patiena, part. pr. juego para el cuerdo; el loco las
de pati (sufrir, soportar). toma por monedas. (HOBBES, Levia,.
A. En sentido e timol.: el que sufre than, II, II.)
la acción, p. ej., el operado por el ciru- 3. Las palabras son la forta-
jano. En el voc. escolást. se op. a agen- leza del ,pensamiento. (W. HAMIL-
te• y es sin. de pasivo•. Intelecto• pa- TON, Lect. on Metaph. and Logic,
ciente o pasivo. III, 138.)
V. Pasi6n, 4. 4. Llenar una vieja palabra de
B. En sentido usual: que tiene pa- sentido nuevo, del que el uso y la
ciencia, es decir, .soporta sin quejarse vetustez la habían, por así decir,
los retrasos, los contratiempos de la vaciado, no es innovar, sino re-
existencia, los defectos ajenos; que sa- juvenecer. Las lenguas se enrique-
be esperar o muestra constancia en su cen escudriñándolas. (J. J OUBERT,
trabajo. Pensées, 200.)
5. Antes de decir algunas pa-
PAIDOLOGIA. Ciencia del niño (gr. labras felices, hacedles un sitio
pais, pai<ros). (lbíd., 201.)
PALABRA. Del lat. parabola, to- 6. Esas palabras [del voc. fi-
mada del gr. parabole, comparación, los.] contienen en sus significacio-
semejanza, parábola. nes no todo lo que puede saber-
se, sino todo lo que se sabe; es
A. Sonido o grupo de sonidos ar- decir, la teoría del sentido común
ticulados que sirven para expresu y como la sabiduria de la nación
ideas. Un importante problema filosó- en cuanto a los hechos por ellas re-
fico es el del p8JJ)el de las palabras en presentados. (LAFAYE, Synon., In-
el pensamiento. V. Universales (Pro- trod, LXX.)
blema de los-). 7. Bajo las palabras, que son
l. aunque en verdad creo que la poroión clara, están el trabajo
las lenguas son el mejor espejo del sordo y la vaga evocación de la
esplritu humano y que un análisis experiencia organizada que las vi-
exacto de la significación de las vifica. Sin ese factor inconsciente,
palabras serla lo que mejor haria que puede y a menudo debe vol-
conocer las operaciones del enten- ver a ser consciente, nada se hace
~imiento. (LEIBNIZ, N. Essais, III, que no sea ilusorio. (Th. RIBOT,
VII, 6.) Évol. des idées gé11., 252.)
2. Las palabras son fichas ele 8. la palabra ( ... ) es semejan-
47. Din:ir,11ariu th-1 I.C111{11njL· Filu-;,Hicn.
l'ALABR,\ 738
y de figuras. Hay igualmente una Pan. Gr. pan, puntos, todo. Panakcia
herencia, una impregnación en re- (panacea), planta imaginaria que cura
lentes alli acumulados, de cad11 vez todos los males.
que la palabra ha servido, sobre Pref. de diversas palabras (pancro-
todo si ha servido al genio. Hay, mático, sensible a todos los colores;
por fin, una fuerza de prolifera- pantómetra, que lo mide todo), en par-
ción y de superación, ora poética, ticu1ar de las terminadas en ismo que
ora heroica -de cada palabra ca- expresan una idea de totalidad, de to-
bría decir lo que Nietzsche del talitarismo o exclusivismo; pancalismo
hombre, que "es algo que desea ser (teoría según la cual todo es bello) ;
superadon-, que nuestra mente pangermanismo, panarabismo (movi-
puede captar. (E. o'Oas, Tres lec- mientos para una extensión nacional r,
ciones en el /11. del Prado, 167.) todos los países reputados germanos o
Ad. E. árabes) ; panteísmo• (doctrina según
V. Dia,léctica, 1; Fanatismo, 3, 5; la cual todo es Dios y nada existe fue-
Sentido, 40; Universo, 6. ra de Dios) ; panenteísmo• (doctrina
para la cual todo es en Dios).
B. En sentido abstracto (sólo sin-
gular): la facultad de hablar, es de- PANESPERMIA. Gr. panspermia,
cir, de expresar el .pensamiento por comp. de pan (todo) y sperma (semi-
medio de la voz. De los animales, sólo lla) : mezcla de todas las semillas.
el hombre posee la palabra. Doctrina según la cual el universo
Sin.: lenguaje (pero el lenguaje ha- entero está lleno de gérmenes. Reno-
blado es sólo la manera más común vada por s. ARRHÉNIUS (1&59-1927),
de expresar el pensamiento). para quien gérmenes vitales habían
21. La palabra ha sido dada llegado a la Tierra de otros mundos.
al hombre para explicar sus pen- PANLOGISMO. Palabra creada por
samientos; y, así como los pensa- J. ERDMANN para designar la doctrina
mientos son los retratos de las cosas, de HEGEL según la cual todo lo real es
las 'Palabras [sentido Bl son los racional y lo racional real, de modo
retratos de nuestros pensamientos. que la realidad puede ser construida
(MOLIERE, Maria.ge forcé, VI.) siguiendo exclusivamente las leyes del
Palabra interior. Representación ima- pensamiento racional.
ginativa de palabras que acompañan En un sentido más amplio: doctrina
al pensamiento sin actividad conscien- según la cual lo real es racional y pue-
te de los órganos de e,apresión verba,!. de ser explicado racionalmente, pero
Sin.: endofasia•. sin que, no obstante, se siga de ello la
22. Esa palabra interior, silen- posibilidad de deducir;o de las leyes de!
ciosa, secreta, que sólo nosotros pensamiento.
oímos, se hace sobre todo eviden- ( ... ) Jo que propongo es una es-
te cuando leemos: leer es, en efec- pecie de panlogismo, una total re-
to, traducir la escritura en pala- integración de la vida en el pensa-
bras, y leer para uno mismo es miento ( ... ) , un esfuerzo por resu-
traducirla en palabra interior; y, mir desde sus eomienzos y ratifi-
en general, leemos para nosotros car plenamente desde el punto de
mismos. Lo mismo pasa cuando es- vista de la reflexión y la libertad
cribimos: no hay escritura sin pa- aquello mismo que es impuesto,
labra; la palabra dicta, la mano subconsciente, espontáneo. (M.
obedece ( ... ) ; pero es una palabra BLONDEL, Bull. de la Soc. ír. de
interior, una palabra menta,}, sin Philos., 1902, 191.)
existencia objetiva, extraña al P ANTEfSI\I o_ Palabra creada en el
mundo físico ... (V. EGGER, Par. in- s. XVIII por el irlandés J. TOL.\ND y
tér., 1-2.) que designa etimológicamente la teoría
V. RegÚifro, 3. según la cual todo (gr. pan) es Dios
Palin. Pref. gr. que indica un movi- (theos).
miento en sentido opuesto: al contra- A. En general: doctrina según la
rio, de nuevo. cual Dios no es un ser personal dis-
Palingenesia: regeneración. Palino- tinto del mundo. Se opone a teísmo"',
dia: primitivamente ,poema, y hoy to- pero no a deísmo•. El panteísmo es
da suerte de escrito o discurso desdi- una forma de monismo (monismo pan-
tiéndose de afirmaciones anteriores. teísta o, absolutamente, monismo"');
PAPEL 740
so de In realidad. Pero esta irlentificn- leyes del len¡_runje no son las del
rión conduciría a ln indiferenciación pensamiento, y es vano eatnb1ccer
totnl y. por ronsig-uienh~, a la aniqui- entre ellas rorrespondenrin alguna.
lación del pensamiento. De donde In (Ch. SERltUS, Le parall. logico-
conclusión de que no existe explicación g1·a.11im., IX-X.)
total; la mente tropieza siempre con Pa.ra.fclúnno ¡,sicofü,i,,/ógi.co (o psico-
un irracional. fisico). Doctrina según la cual:
PAHALELISMO 1.0 A todo hecho psiquico corres-
Paralelo. Gr. paralle/a.i, líneas en- ponde un heoho fisiolób,;Co determina-
frente o a lo largo (pa.ra) unas de do, de suerte que «el acontecimiento
otras ( alliilai). mental y el acontecimiento cerebr,.J no
son, en el fondo, más que un solo y
A. Prop. (Geom.): equidistante. mismo acontecimiento con dos caras,
B. Por anal.: se aplica a las cosas una mental, la otra física; una acce-
que van regularmente en compañía sible a In conciencia, la otra a los sen-
(dev·aluación, encarecimiento y aumen- tidos». (TAINE, De l'intellig., I, 329.)
to de los salarios son fenómenos para- Este principio es común a todas las
lelos) o simplemente se corresponden formas de paralelismo psicofisiológico.
dentro de órdenes diferentes (la Direc- 2. La observación establece que
ción depertamental de Sanidad es en ciertos hechos de conciencia ha-
Francia paralela a la Inspección Aca- llan una condición necesar.ia en el
démica). V. Homól,ogo. cerebro. Bastará conferir alcance
Paralelismo. A. En sentido abs- universal a fa relación as! descu-
tracto: carácter de lo que es paralelo. bierta y afirmar que todo hecho
El paralelismo de dos líneas o dos pla- de conciencia posee un concomi-
nos, de dos carreras, de dos institucio- tante cerebral para obtener un
nes, de dos e"'--posiciones ... principio que responde tanto a las
B. Doctrina según la cual dos o exigencias de .Ja psicología como a
más series de hechos son rigurosamen- las de la fisio'logía. Este principio
te paralelas, en el sentido de que a to- es el del para:lelismo psicofísico. (J.
da variación de una corresponde en la LARGUIER DES B., Introd. a la, psy-
otra una variación del mismo sentido chol., 81.)
e importancia. Se presenta bajo dos 2.0 No hay la meno1· acción de lo
formas: físico sobre lo psíquico, ni de lo psí-
l. El paralelismo causal admite, en- quico sobre lo físico. Este segundo
tre las series paralelas, una relación principio sólo es válido para el parale-
de causalidad, ya como dato cierto (pa- lismo estricto que, de hecho, sólo ha
ralelismo dogmático), ya a título de hi- sido sostenido con firmeza por LEIBNIZ.
pótesis de trabajo (paralelismo meto- (V. Armo11ía preestablecida.)
dológico). 3. Los fenómenos físico-quími-
2. El paralelismo no causal rechaza, cos son inseparables de los fenó-
paradójicamente, toda relación de cau- menos vitales y aun psíquicos, pe-
salidad. Es la postura de la teoría lla- ro no hay engendramiento de los
mada «paralelismo ')1sicofisiol6gico» en fenómenos vitales por los quími-
el sentido estricto del término. cos; hay tan sólo paralelismo, y
ésto es cierto para todos los fe-
Paralelismo lógi.co-gramatical. Con- nómenos vitales, desde los más ín-
cepción según la cua,J hay una exacta fimos a los más elevados, incluso
correspondencia entre las formas del -los fenómenos intelectuales. (CI.
lenguaje y las del pensamiento. BERNARD, Pr. de méd. exp., 149.)
l. Esta obra tiene por objeto 4. Nuestra mente, ta1 como es-
denunciar ( ... ) la creencia en un tá hecha, no puede concebir nin-
paralelismo lógico-gramatic,.J. (... ) guna relación de causa a efecto en-
Admitimos, al menos confusamen- tre fenómenos tan radicalmente di-
te, que las gramáticas empíricas ferentes, heterogéneos, dispares,
contienen y abarcan una gramáti- como lo son los hechos de concien-
ca general, cuando no una gramá- cia de una parte y los fenómenos
tica pura, cuya marcha está mol- del mundo material de otra. ( ... )
deada por la del pensamiento. (... ) La única relación que podemos
Luego no procede afirmar un captar entre ellos es una simulta-
pa1·alelismo lógico-gramaticad, Las neidad: nuestros fenómenos de
743 PARANOIA
vo» tiene con gran frecuencia la temen te: relativo a uno o algunos ca-
sensación de participación entre sos determinados y no a todos los de
él y tales otros seres y objetos am- la misma especie. En este sentido es
bientes, de la naturaleza o la so- usua1 definir la inducción como la ope-
brenaturaleza, con los que está o ración mental que consiste en inferir de
entra en contacto, y que, con no lo particular a lo general. Se dice tam-
menos frecuencia, imagina partici- bién: no hay ciencia de lo particular,
paciones semejantes entre esos se- sólo la ·hay de lo general. Pero es pre-
res y objetos, ( Les can-nets de Lé- ferible decir, siguiendo la fórmula es-
v¡¡-Tlrulil, 77-78.) colást.: non est acientia de individuo,
no hay ciencia del individuo o de lo in-
PARTICULAR, adj. Lat. particula- dividual, de 1o singular.
ris, der. de particula, diminutivo de
pars, ¡iarHs (parte), que ha dado par- 3. si es cierto que no hay cien-
tícula. cia de lo particular, no hay acción
En todas sus acepciones se opone a ni producción que no sea, por el
general, pero con precisiones diversas. contrario, esencialmente particular,
A. En el uso ordinario, l. Que es ni sensación que subsista en lo
propio de alguien o de algunos. Coche, universal. (P. VALÉRY, Variété IV,
reunión particulares. Interés particu- 247. Pléiade, 1, 1301.)
lar. 3'. Todos sus juicios [de los
Sin.: privado, personal, individual. animales] son acerca de lo parti-
Contr,: general•, común, público. cular, pero sin descender de las
cosas generales a las especiales y
¿ Qué habrá más odioso que una de éstas a las particulares, ni su-
autoridad particular, que decida
soberanamente sobre el mérito de bir de nuevo de éstas a aquéllas
los hombres? (BOURDALOUE, Sur la para alcanzar así la verdad. (J. L.
1nédis., l.) VIVES, Tratado del alma, 72.) Ad.
E.
(... ) cuando una sociedad se con-
sume victima del particularismo 2. Prop.: se dice de los términos
puede siempre afirmarse que el que designan a uno o varios individuos
primero en mostrarse particularis- indete~minados (un hombre, algunos
ta fue precisamente el Poder cen- hombres) y de las proposiciones cuyo
tral. (J. ORTEGA y GASSET, España sujeto es un término particular (algu-
invertebrada, Obras, 111, 69.) nos o ciertos hombres son ciegos). Se
Ad. E. op. a universa!• y a singular.
2. Que no concierne más que a uno Los términos «Charles de Gaulle»,
o varios casos determinados de una «Esos hombres» (de los que hablamos
cierta categoría. Tras haber estableci- o a los que señalo con el dedo) desig-
do los principios generales, hay que pa-
sar a las aplicaciones particulares. Eso nan individuos determinados y, por
no es más que un caso particular de consiguiente, no son particulares: «de
un hecho general. Gaulle» es un término singular; «esos
hombres», un término colectivo.
3. Que es especial, por encima o
fuera de lo ordinario. Una atención, Particular, subst. Individuo conside-
una amistad particulares. Un don par- rado como persona privada. Se opone-a
ticu1ar para el dibujo, Un título par- las colectividades, a los hombres pú-
ticular para el agradecimiento. blicos.
Sm.: singular, excepcional, único. 4. jamás está permitido a los
l. Semejante confesión sólo es particulares pedir la muerte de
posible a espiritus de una particu- nadie ( ... ) : de modo que ha habido
lar calidad. (A. FRANCE, M. Bcr- que establecer personas públicas
gcret el, París, 113.) más bien de parte de Dios. (PAS-
2. Las razones del doctor era.n CAL, 14' Pro,•. Ed. Garnier, 261.)
demasiado ,particulares para poder Partido. V. P<ircia./iclcul.
hablar de ellas a sus amigos. (F.
MAURIAC, Le tléacrt ele l'a111our, PASADO, subst. Part. pasado empl.
57.) substant. del v. pasar (lat. vulg. pas-
V. General, 3; Singular, l. sarc, der. de passus, que designaba
11. Lóg. l. Abusiv., aunque corrien- primitiv. la separación [pa11dCl'r, abrir,
PASlóN 748
desplegar] de las piernas del que an- tencia fuera de ese acto mismo
da). que lo resucita. (L. LAVELLE, en
El tiempo transcurrido. L'ezistence, 121, Gallimard, 194ó.)
Corre/.: presente, futuro. 10. No existe el Pasado como
l. El pasado está siempre pre- dato. No existe el Pasado que en-
sente. (III. MAETERLINCK, Temple gendra al historiador. Es el histo-
c11scvrli, «Le passé», V.) riador el que hace nacer la Histo-
ria. El Pasado es recreado por ca-
2. La duquesa de Guermantes da generación en su tiempo, en su
habia podido ser feliz un instante clima, dentro de su particu1ar ci-
al sentir su pasado más consisten- vilización. (L. FEBVRE, Prólogo a
te, 11or ser compartido por mí. (M. Ch. M0RAZÉ, Trois essais... , VIII.)
PR0UST, Te1nps retr., 11, 227.)
ll. Evocar mi pasado en su
3. Por muy enterrado que esté conjunto es adoptar una actitud
nuestro pasado, ¡qué poco basta híbrida, es contemplar lo vivido
para resucitarlo! Unos trazos ama- sin resolverse a dejar de vivirlo.
rillentos en un papel, a veces me- (G. MARCEL, Présence et wnmort.,
nos, el encuentro de un objeto, un 47.)
perfume que pasa y, lo deseemos o 12. Cada uno de nosotros, de
no, vuelve toda una infancia. (E. acuerdo con la idea que de sf mis-
EsTAUNIÉ, Aseen.,. de M. Baslevre, mo se hace, se elige su pasado. (R.
56.) ARON, 1"trod. a la pkilos. de l'kist.,
4. La paradoja del tiempo si- 58.)
gue residiendo en que, en el fondo, 13. El historiador tiene tenden-
el pasado no ha existido nunca: cia a no conocer del pasado más
lo que ayer existía era entonces que aquello que ha preparado el
presente, otro presente; el pa- futuro desde entonces realizado.
sado .sólo existe como ta,] en el pre- (Ibúl., a37.)
sente de hoy. (N. BERDIAEFF, Cinq 14. las representaciones concre-
médit., 137.) tas del pasado están vinculadas a
5_ La idea de pasado sólo co- voluntades tendidas hacia el futu-
bra un sentido y eonstituye un ro. (Ibíd., 316.)
valor para el hombre que halla en 16. el historiador, en la medida
sí mismo pasión de futuro. El fu- en que vive históricamente, tiende
turo, por definición, carece de ima- a la acción y busca el pasado de
gen. La historia le da los medios su futuro. (Ibíd., 337.)
de ser pensado. (J. BAINVILLE, Lec- 16. Los viejos libros sólo debe-
tures, 100.) rían leerse ,para aprender en ellos
6. No captamos ni VIVImos en a pensar y escribir otros nuevos
su integridad el pasado, el presen- (... ). S61o vamos a:l altar del pasa-
te y el futuro, sino que recogemos do para encender en él nuestra
al azar, confundimos y revolvemos lámpara. (J. GUÉHENNO, s..r les
a cada momento briznas de los chemilis des kommcs, 217.)
tres. (E. JALOUX, Essenccs, 2.' ed., 16'. No es licito romper con el
105-106.) pasado; el pasado es nuestra dig-
7. El Pasado me reveló la cons- nidad. (J. ORTEGA Y GABSET, Obras,
trucción del Porvenir. (P. TEIL- I, 136.) Ad. E.
HARD de Ch., Lettres de voy., 8 16". el respeto al pasado sólo
sept. 1935.) se adquiere cuando uno empieza a
8. el pasado no está aniquila- ser pasado también. (G. MARAÑÓN,
do• es lo realizado, es decir, acaso Ensayos liberales, 94.)
la 'única realidad, si es cierto que V. Cifra, 10; I,nagi11aci6n, 30; l1tdi-
el porvenir es una potencialidad fcrent:ia, 9; Prcsc1ttc, 4, 10, 11, 14, 16,
que necesita ser actualizada y que, 18; Tic,npo, 20, 21, 22.
en el instante, no hay nunca más
que una transición desprovista de PASlóN
contenido. (L. LAVEI.LE, Du tcmps Pasión. Lat. passio, der. de pati,
et de l'éternité, 291.) soportar, sufrir (passua sum, he sopor-
9. El pasado no es nada sino tatlo, sufrido) : acción de soportar, de
por el acto de la mente que lo evo- sufrir, sufrimiento, Corresp. al gr. pa-
ca. ( ... ) El pasado carece de exis- tlios•. (V. Compasión y Simpa.tía.)
740 PASlóN
gía el estado agudo al rrónico. (Th. nuble y lógica, y tanto m6s irra-
RtBOT, Essai su.,· frn J>aRsions, 7.) zonable cuanto mós 16gica. (R. Du-
1 l. Las pasiones slllo son lwr- GAS, en N. Tr. ele 1•B1Jc/wl., de Du-
mosas contl'nidns. (P. MA.UJUAC, MAB, VI, 11.)
Jourual d'irn 11. de ,'10 ans., nov. 21. La ,pasión es la emoción
1031.) pensada, es decir, prevista, espe-
12. Acaso sea unn pas1on im- rada, deseada, temida. (ALAIN,
perfecta la que sabe que es pasión. l'i1111t fer. s. 1"• beaux-arts, 127.)
(J. ROSTAND, Julfr•,i ou trnc co11s- 22. La pasión es el pensamien-
cicnet·, 99.) to, es decir, la razón, desconocida,
13. lllás vale obedecer a sabien- burlada, reducida al silencio, o
das a nuestras pasiones que envi- desfigurada y disfrazada; e• la
lecer nuestra razón para justifi- objetividad reprimida, la previsión
carlas. (lbíd., 114.) de los efectos racionales anulada
por la interposición de algún atrac-
14. Nunca comprendemos la pa- tivo presente, que cobra valor de
sión de otro. (Marie BoNAPARTE, eternidad. ( ... ) Implica siempre la
Glan,& des jo,.rs, 18.) ruina del orden de conducta pro-
14'. . .. sollozos de pasión que en piamente humano. (... ) La volun-
sí no cabe. (M. DE UNAMUNO, El tad, dominada, no desempeña ya
Crist-0 el<? l' ,lázqu.ez, primera par- ningún papel. (M. PRADINES, Tr.
te, XXXI.) Ad. E. de p81Jchol., IH, 328.)
Y. Ausencia, 1; Vol1<11tad, 16. 23. la pasión (... ) tiene siem-
l. Generalmente (en el vocab. de los pre el carácter de una verdadera
literatos y, como consecuencia, de nu- rebeldía de los automatismos ins-
merosos psicólogos o moralistas) : in- tintivos contra el coutrol de la ra-
clinación o tendencia exclusiva que, es- zón (... ) . La pasión es, por natu-
c!a,izando el conjunto de 'las funcio- raleza, un "esc01pe o/ control" del
nes psíquicas, perturba el juicio y la ª"tomatismo con respecto a las re-
conducta. gulaoi.ones de sentinnientoa que el
penaa,niento prende. (lbfd., 336-
15. El fuego de las más nobles 337.)
pasiones, como el de las más oscu-
ras, produce siempre algún hu- 24. Las reivindicaciones de las
mo que ofusca nuestra razón. necesidades y de la pasión son se-
(LUIS XIV, Mémoires, I, 68.) mejan tes a personas que nos ha-
blan tan a,lto que nos impiden re-
16. Tal como el hombre está flexionar sobre lo que dicen. (R.
hecho, cuando su pasión le llama LE SENNE, Le devoi,r, 2126.)
a un lado y su deber a otro, o me-
jor, cuando su corazón ha tomado 25. Muchas pasiones nacen del
partido, ¿qué milagro no sería que hábito, y acaso no exista ninguna
conservase en tal estado una con- sin algún ·hábito que, al menos, la
ciencia pura y sana, quiero decir haya fortalecido. (... )
pura y sana de errores? (BOURDA- ¿ Qué decir, no obstante, del fle-
LOUE, Sur la fa"8BC conac., l.) chazo? Aquí, el ser amado parece
17. Todas las pasiones son exa- imponerse desde que hace su apa-
geradas, y sólo son pasiones por- rici6n, y por su propia fuerza. Pe-
que exageran. (CHAMFORT, Ma:x:. et ro la emoci6n que nos causa ¿se-
penaées, cap. l.) 1·ía comprensible sin admitir que
ese ser, nuevo en si mismo, se con-
18. Es absurdo razonar con las vierte para nosotros en imagen y
pasiones; si se atuviesen a 1a ra- símbolo de una realidad que nues-
zón, no serían pasiones. (Th. Jou- tro pasado ha conocido? (F. AL-
FROY, Cahier vert, 30.) QUlt, Désir d'étcrn., 24, 26.)
19. La pasión es e>1 el orden 26. Lo trágico inherente a la
afectivo lo que la itka fija en el pasión es que el ser sólo se entre-
intelectual (y cabría añadir: lo que ga a ella para conseguir a:lgo. El
la contracción en el orden motor). don del ser en la pasión es siem-
Es el equivalente afectivo de la pre fraudulento ( ... ). Recibir el
idea fija. (Th. RIBOT, Psychol. des amor apasionado de otro es saber
sent., 20.) que la alienación y el cautiverio
20. La pasión es a la vez irrazo- se hallan inscritos en el proceso
751 PASióN
es decir, de Jo que hay ( ..• ) de me- portan mis actos, si todos mis pen-
nos capaz ele pensar su destino en samientos no son más que retracta•
vez de sufrirlo. (DANIEI,-ROPS, Ce ción e irrisión de ellos? (G. DUIIA-
qui meurt ... , 101.) MEL, Confess. de minuit, XXII.)
28. las ideologías contemporá- B. En sentido subjetivo. l. Acción
neas (... ) han aprendido de Hegel de pensar. «Pensamiento elaborante»,
a pensar la historia en función de por opas. al «pensamiento elaborado»,
la dialéctica señorío-servidumbre. (0. LEMARIÉ). La soledad favorece
(A. CAMUS, L'honw,,c révolté, 172.) el pensamiento. V. Liberta.d• de p6118a-
1nientoª
29. Por acostumbrados que es-
temos a pensar las cosas, con fre-
Sin.: reflexión•, meditación*.
cu~ncia es la experiencia sensible, 34. Toda nuestra dignidad con-
mucho más que la inteligencia, siste, pues, en el pensamiento. Por
quien nos da su presencia y su pe- él hemos de regenerarnos, y no por
so. (Pn. SIMON, Le son11U1111tbulc, el espacio y el tiempo. (PASCAL,
178.) Pc11sécs, 488.)
V. A11tino1nia, 1; /Htcligcncia, 5. 35. El pensamiento hace el len-
guaje haciéndose mediante el len-
Pensamiento. A. En sentido muy guaje. (H. DELACROIX, Le lang. et
amplio (en los cartesianos)·: todo Jo que la pe118ée, 415.)
pasa en el alma. Acepción caída en 36. El pensamiento es una acti-
desuso, salvo a veces en la opos. pen- vidad inmediata, provisional, en•
samiento-acción.
treverada de monólogo interior
30. Por el nombre de pensa- muy diverso, de precarios resplan-
miento completo todo lo que está dores, de comienzos sin futuro; pe-
de tal modo en nosotros que tene- ro también rica en posibilidades,
mos de ello Inmediato conocimien- a menudo tan abundantes y seduc-
to. Así, todas las operaciones de toras que embarazan al hombre
la voluntad, del entendimiento, más de lo que lo aproximan a la
de la imaginación y de los sentidos meta. (P. VALÉRY, Variété, Pléia-
son pensamientos. (DESCARTES, Se- de, 1, 455.)
condes Rép., IX A, 124.) 37. Existen entre el pensamien-
31. por pensa.miento, ,na.nera. de to y el lenguaje dos movimientos
pen,ia.r o modifica.eión del a.lma, recíprocos ( ... ) : tan pronto es el
entiendo en general todas las co- pensamiento quien busca en el len-
sas que no pueden estar en el al- guaje una forma que a él respon-
ma sin que ésta las perciba por da corno el lenguaje quien busca
el sentimiento interior que de sí en el pensamiento una acción que
misma tiene; como son sus propias lo iguale. (L. LAVELLE, La. paro/e
sensaciones, sus imaginaciones, sus et l'écrit., 30.)
puras intelecciones o, simplemente, 38. es vano querer pensar pri-
sus concepciones, sus mismas pa- mero y expresar después el pen-
siones y sus inclinaciones natura- samiento. Pensamiento y expresión
les. (MALEBRANCHE, Rech., III, 11, van al mismo paso. Pensar sin de-
cap. 1, § l.) cir es querer escuchar la n1úsica
32. Por la palabra pe11sa.1nien- antes de cantarla. (ALAIN, Préli,n.
to comprendo todo aquello que re- a l'esth., 99-100.)
side en nosotros y de Jo que tene- 39. El pensamiento espontáneo
rnos inmediatamente conciencia. ( ... ) se abandona al pulular de los
Así, todas las operaciones de pensamientos. (R. LÉVEQUE, Éclo-
la voluntad, del entendimiento, de sion des pc11sécs, 155.)
la imaginación y de los sentidos son 40, El pensamiento vuela y las
pensamientos. (SPINOZA, Les princ. palabras van a pie. Ése es todo el
da la. phi/os, de Descartes, 1, de- drama del escritor. (J. GREEN,
fin. l.) J 01<rnal, 4 mayo 1943.)
33. El mundo tiene dos histo- 41. Hay autores que excitan el
rias: la de sus actos, aquella que pensamiento. Cada cual debe ha-
se graba en bronces, y la de sus llar el suyo. (J. GUITrON, Initiat.
pensamientos, de la que nadie pa- a la. pensé e (... ), 69-70.)
rece ocuparse. En verdad, ¿qué im- V. A oto, 19, 20, 21, 43, 45; E11sa¡¡o,
PENSAMIENTO 7GO
1; EslátiC'a, 2; Idea, 62; l111aoinarió11, samiento de In casa natal, de un libro a
21; lntr,·ioridatl, 3; J>alalu·a, 3; l'rácti- adquirir,
C"a, 7; Thni<lcz, 9. Sin.: idea en el sentido A t,
2. La propia facultad de pensar. V. [,ibcrta,l, 68.
Sin.: c-ntendimicnto, razón, inteligen- 2. En acepción estricta: Jo que se
cia, espíritu. piensa. El «J>ensamiento elaborado»,
42. Con frecuencia he desea- fruto del «pensamiento elaborante» (0,
do tener el pensamiento tan pron- LEMARIÉ), que se explicita en el juicio.
to, o la imag-inación tan clara y o en el pensamiento en el sentido D.
distinta, o la memoria tan amplia Le diré francamente mi pensamiento.
o presente como alg-unos otros. Un pensamiento profundo o superfi-
(DESCARTES, Disc. de /a méth,, l.) cial. original o banal,
43. por la palabra ¡,c11sa111ic11- Sin.: idea (en el sentido A 2), pare-
to no entiendo las modificaciones cer, sentimiento, concepción.
particulares del alma, es decir, tal 47. al hablar de nuestros asun-
o cual pensamiento, sino el pensa- tos ( ... ) no sólo aprendemos mu-
miento sustancial, el pensamiento cho de los demás, sino de nosotros
capaz de toda clase de modifica- mismos. El espíritu acaba, al ex-
ciones o pensamientos; del mismo teriorizarlos, los pensamientos pro-
modo que por extensión no entien- pios que antes tenía confusos, im-
do tal o cual extensión, como la perfectos y tan sólo esbozados,
1·edonda o la cuadrada, sino la ex- (Luis XIV, lllémoires, II, II.)
tensión capaz de toda su arte de 48. Los grandes pensamientos
modificaciones o figuras. (... ) El vienen del corazón. (VAUVENARGES,
simple pensamiento es, pues, la
esencia del espíritu, como la simple =··
111
V. 54.
127.)
extensión es la esencia de la ma-
teria. (MALEBRANCHE, Rech. de la 49. Para saber si un pensa-
vér., 111, I, l.) miento es nuevo, no hay más que
44. El ejercicio del pensamien- expresarlo con la mayor simplici-
to es a la vez un ejercicio de mora- dad. (lbíd., 734,)
lidad. (M. DE BmAN, Journal, 13 50. Me gusta demorarme con
enero 1819.) mis pensamientos, ,inclinarme, por
45. si me ofreciesen un oficio así decirlo, sobre cada uno de ellos
manual que, mediante cuatro o cin- para respirarlos, para gozar de
co horas de ocupación diarias, pu- ellos antes de que se evaporen.
diese bastarme, renunciaría por él (Eug. DE GUÉRIN, JournaJ, 7 enero
a mi título de profesor áe filoso- 1835.)
fía; porque, al no ocupar ese ofi- 51. Un libro sólo tiene éxito
cio más que mis manos, distraería cuando responde al secreto pensa-
menos mi pensamiento que la ne- miento de todos. (E. RENAN, Ave-
cesidad de hablar durante dos ho- nir de la se., 431.)
ras de algo que no es el objeto ac- 52. Se piensa mucho más allá
tual de mis reflexiones. (RENAN, de la imagen: con un pensamiento
A venir de la se., 396.) de cien mil francos tenemos imá-
46. mi pensamiento volvía siem- genes de cuatro cuartos. (A. BINET
pre a mi madre, a Margarita, esos Am1ée psycholog., 1911, 10.)
dos rostros queridos. (G. DUHA- 53, una imagen sensible puede
MEL, Confess. de minuit, XIX,
prestarse a un acto de generaliza-
233.) ción siempre que no contenga en
V. Lectura, 5; Lenguaje, 12, 13, 16, sf misma una particularización pre-
17. cisa, ( .. ,) Ahora bien, ¿constituyen
C. En sentido objetivo: lo que cons- tales imágenes en sí mismas un
tituye el objeto actual de la mente, pensamiento general? No Jo creo;
l. En acepción amplia: aquello en para que haya pensamiento gene-
que se piensa, es decir, toda suerte de ral, hace falta algo más: un acto
representaciones mentales, comprendi- intelectual consistente en utilizar
das aquellas en las que predominan las la imagen, (A. BINET, Él, expér, do
imágenes. El pensamiento de una esce- l'i11tellig., 154.)
na de la que se ha sido testigo; el pen- 54, Los pensamientos feos vie-
761 PERCEPCIÓN
nen del corazón. (P. VALfRY, Ins- Si 11,: reflexión, frase, sentencia, má-
tants, Pléiade, I, 376.) xima*.
66. el niño ( ... ) empieza por de- 65. A los pensamientos se les
cir, y tiene toda una vida para da la vuelta como a los trajes pa-
comprender "lo que dice. No empie- ra que sirvan varias veces. (VAU-
za por tener pensamiento que des- VENARGUEB, Maz., 831.)
pués comunica; sino que, en su 66. los «pensamientos y max1-
propio lenguaje, que le maravilla, mas» son un género agotado y
habla sus pensamientos. (ALAIN, fútil. ( ... ) Ahora bien, es muy cier-
Es<111isscs de l'hommc, 188.) to que, aun cuando los pensamien-
66. El absurdo es la ley del na- tos no son más que un juego inge-
cimiento de todos nuestros pensa- nioso, hace falta mucho ingenio
mientos. (lbíd., 237.) para cultivarlos con éxito. (J. LE-
67. Las frases que formamos MAITRE, Contcmp., II, 106.)
no «revisten» nuestro pensamiento Pensador. Aquel a quien una refle-
tanto como lo contornean. (A. G1- xión sostenida da ideas profundas y
DE, Journal, 1260.) personales.
68. el mundo se divide para 67. El pensador es al filósofo lo
nosotros en dos categorías de se- que el diletante al artista. Juega
res: ( ... ) los que despiertan mis con el pensamiento y le hace pro-
propios pensamientos y suscitan ducir una multitud de bonitos de-
sin cesar en mí otros nuevos y los talles, pero se preocupa más de las
que mustian y aniquilan incluso verdades que de la verdad, y lo
los que ya tenía. (L. LAVELLE, La esencial del pensamiento. su con-
parolc et l'écrit., 120.) secuencia, su unidad, se le escapa.
69. Son los pensamientos más (... ) En Francia, por un filó-
nuestros los que menos nos vemos sofo (Descartes) ha habido trein-
pensar. (J. RosTAND, Journal d'un ta pensadores. En Alemania, por
caract., 106.) cada diez pensadores hay veinte fi-
60, Tenemos que esperar del lósofos. (H.-F. AMIEL, Jounral, 27
azar que nos procure nuestros pen- febrero 1851, 52.)
samientos. (J. RosTAND, Carnets Pensamiento mítico. V. Mito.
d'un bioL, 104.) Pcr. Prepos. lat. que significa: a tra-
61. El pensamiento sin imagen vés, de parte a parte. Pref. de nume-
no es más que la espera de la ima- rosas palabras.
gen o el movimiento hacia ella. (A. Sobre todo en los adj., equivale a la
BURLOUD, Princ. d'une psychol. des forma superlativa: pcrbonus = exce-
tend., 94.) lente; perfacilis = facilísimo. En el
62. es exacto decir que el pen- mismo sentido: perturbar.
samiento en cuanto tal excluye por Princip. en los verbos, indica: l.º la
completo el orden de las imágenes, acción hecha de principio a fin, prose-
y, sin embargo, que no tiene otro guida o acabada (perscqui, perseguir,
contenido que imágenes. (M. PRA- proseguir); pcrmancrc, quedarse hasta
DINES, Tr. de PIIIJCltol., 111, 162.) el fin, permanecer; v. Perfeccionar,
63. Nuestros pensamientos se Persuadir,· 2.0 más raramente, una des-
nos parecen más que nuestras ac- viación (pervertir).
ciones. (E. JALOUX, Esacnces, 6.)
PERCEPCIÓN
64. Imposible saber si somos
nosotros quienes formamos nues- Percibir. Lat. percipcre, comp. de
tros pensamientos o ellos los que ca¡wrc (tomar) y el pref. per, que in-
se forman en nosotros. Querríamos dica aquí resultado: apoderarse de, ha-
ser nosotros quienes los formamos, cer suyo.
olvidando de qué modo hemos sido A. Prop.: recibir o cobrar, para sí
formados, sin intervenir en ello o para otros, sumas debidas (impues-
para nada. (M. CHAPELAN, Liro et tos, alquileres, precio de las localida-
écrire, 116.) des, cotizaciones).
D. Expresión, recogida en pocas pa- D. Fig.: recibir en la mente, tomar
labras, de un pensamiento (en el sen- conocimiento: principalm., de hechos
tido C 2) de alcance general. Los l'cn- exteriores, mediante los sentidos¡ por
samientos de PASCAL, de JOUDERT, ext., de hechos interiores, mediante la
PEIIC'EPClóN 762
ro, al pasar de una a otra, no va- cias a una educación especial, en vir-
mos de la subjetividad a la objeti- tud de asociaciones anteriores (para la
vidad, sino más bien de la objetivi- vista, el frío de la nieve, el calor del
dad indeterminada de la sensación hierro al rojo, la resistencia del suelo
a la objetividad definida de la helado ... ).
percepción. En el primer momen- 18. Imágenes asociadas a las
to, oigo un ruido - que - viene - de- sensaciones de los diversos senti-
fuera. En el segundo, oigo el rui- dos, y en particular de la vista y
do determinado que produce el can- el tacto, constituyen las percepcio-
to de los pájaros. (A. BURL0UD, La nes adquiridas, es decir, todo aque-
¡,c11séc conccpt., 264.) llo que, en el conocimiento de los
14. La psicología contemporá- objetos individuales exteriores, ex-
nea niega la existencia mental de cede de la sensación actual bruta.
las sensaciones para no reconocer (TAINE, De l'i11tell., 11, 122.)
más que percepciones organizadas. Percepcionismo. Teoría según la
(J. PIAGET, Epüité,n. génét., I, 18.) cual tenemos una. conciencia inmedia-
16. La pcrcepci6n es (... ) la ta del mundo exterior.
aprehensión de la cosa a la vez Sin.: intuicionismo, realismo.
que como exterior y como presen-
te Me et 11u11c. (CI. DucoT, Présc1i- C01,tr.: ilacionismo• o teoría de la
ce et abs, de l'étrc, 76.) inferencia; teoría de la proyección*.
V. l·mag1'.11ación, G; lntcn.ci6n, 26; 19. Los percepcionistas quieren
Relación., 21; Sentido, 84, 90. suprimir los intermediarios entre el
espíritu y las cosas: tienen razón.
2. Accesor.: acción de conocer por Pero, al conservar la dualidad rea-
medios diferentes de los sentidos: por
la conciencia (percepción interna o psi- lística del espíritu y las cosas se
cológica; pero suele hablarse más bien privan del medio para lograrlo y
de observación interna o introspección) hacen perder todo sentido a sus
por la inteligencia o entendimiento fórmulas. (0. HAlllELIN, Essai...,
(percepción intelectual del orden, de la 276.)
belleza, de la exactitud de una opera- 20. Existe una relación inme-
ción aritmética). diata del pensamiento a su objeto;
16. No es el simple placer del pero inferir de ello, del carácter
agrado sonoro, sino la percepción inmediato de la percepción, el rea-
de la belleza sonora lo que in ter- lismo del objeto, declarado incon-
viene en la actitud musical. (H. testable, es la ilusión del percep-
DELACR0IX, Psyckol. de l'art, 113.) cionismo. (J. !II0REAU, La c011scien-
17. La percepción de esas ver- ce et l'íitre, 29.)
dades me producía alegría. (M. PERENNIDAD
PR0UBT, Le temps retr., II, 53.)
Perennis. Adj. Primitivamente sig-
C. Por ext. del sentido B: el resul- nificaba: que dura todo el año ( per
tado o los datos de la percepción en aimum) y no una estación como las
en el sentido B, es decir, lo que es hojas caducas. Por ext.: duradero, per-
percibido por medio de los sentidos. petuo. Se emplea sobre todo en el tér-
Las percepciones de la vista son más mino pltUosophia perennüi (sin.: filo-
ricas que las de los demás sentidos. sofía eterna). Der.: perennizar (v. Al-
Sin.: percepto. gia, 1).
Percepciones 11at1<ra,/es y percepcio- l. El rostro de Dios lleva siem-
nes adquiridas (distinción clásica a par- pre la máscara de la historia. No
tir de Th. REID) : hay tkcologia pcr<">müi como no hay
Las percepciones i:iaturales de un sen- philosopkia pere,mis; esa par-
tido son las cualidades sensibles que ticipación del tiempo y el espacio
ese sentido nos hace conocer por su en la verdad aparece en la propia
propia constitución, sin educación y sin Revelación. (G. GUSD0RF, Tr. de
la ayuda de los recuerdos (para la vis- -méta¡,k., 411.)
ta, la luz y los colores; para el oído, Perennidad. Carácter de lo que dura
la intensidad y altura de los sonidos). perpetua y eternamente.
Las percepciones adquiridas son aque- 2. Sin duda esa ilusión de una
llas cualidades de los objetos que los perennidad quimérica (de los sen-
sentidos sólo nos hacen conocer gra- timientos intensos) puede ser rec-
PERFECTO 7fi4
tificada. (Th. RmoT, l's¡¡c/10/, af• hombre a través de una obra per-
frct., IG2.) fecta como encarecer una medío-
V. Dinamismo, 5. rre por el nombre que ya se tiene.
Perfección. \'. l'rrfcrto. (LA BRUYERE, Caract., I, 4.)
6. Uno de sus juegos favoritos
PERFECTO era el de hacer pompas de jabón,
Perfcrcionar. Lat. JH't.ficcn·. Dar los y había aprendido a saborear ese
últimos toques a una rosa ya hecha en momento en que una pompa per-
lo esencial. fecta, irisada, tensa, se halla tan
Sin.: acabar, completar. próxima a desaparecer que la con-
templamos con admiración y amor
l. Imposible llevar más lejos acrecidos por la certidumbre del
lRs experiencias que he hecho. La inevitable desastre. (A. MAUROIS,
que estoy en trance de perfecci~- La ferre promise, 13.)
nar no tcnd rá réplica. (M. DE Gm:-
n,~, Joun,al, 23 junio 1833.) C. Que reúne en sí todas las cua-
lidades concebibles. El Ser perfecto,
l'. Hay envuelta una especial Dios.
contradicción en que el ente en 7. Se dice: Jo •perfecto no exis-
cuanto ente, el cual abstrae de la te· lo perfecto es sólo una idea de
esencia sustancial o accidental, nu'estra mente que va elevándose
simple o compuesta, actual o po- desde Jo imperfecto que vemos con
tencial, perfecta o imperfecta, per- nuestros propios ojos hasta una
fectiva o perfectible, postule o re- perfección que sólo tiene realidad
quiera propiedades distintas que en el pensamiento. Tal es el razo-
sean como unos determinados ac- namiento que el impío querría ha-
cidentes intrínsecos, con los que sa cer en su corazón insensato, que no
perfeccione. (Fr. SUÁREZ, De /as
sospecha que lo perfecto es lo pri-
propiedades del ente ... , I, § 9, p, mero en sí y en nuestras ideas, V
38.) Ad. E. que Jo imperfecto en todos sus mo-
V. Re. dos no es sino una degradación de
Perfecto. Lat. pcrfectus, part. pasa- aquello. Dime, alma mía, ¿cómo en-
do de pcrficere, perfeccionar, acabar. tiendes la nada sino por el ser;
A.. En sentido etimológico: termina- cómo la privación, sino por la for-
do, completo. El perfecto de los verbos ma de que priva; la imperfección,
expresa lo que ha sido hecho. sino por la perfección de que de-
cae? (BOSSUET, Élévations, 2.' el.)
2. [La venta] es perfecta entre
las partes, y la propiedad es ad- 8 Estamos afectados por la
quirida de derecho por el compra- pre~encia en nosotros de esa idea
dor frente al vendedor, desde el de lo perfecto, sin la que ningún
momento en que se ha convenido sentimiento de nuestra imperfec-
la cosa y el precio, aunque la c_osa
ción de nuestra aspiración, de
nue~tra existencia sería posible.
no haya sido aún ~n~regad_a. m el (M. BLONDEL, La pensée, II, 302.)
precio pagado. (Cod100 C1v1l fr.,
art. 1583.) Idea de lo perfecto o de la perfec-
3. Helo ya, pues, hecho y per- ció11. (Prueba de la existencia de Dios
fecto. (Mme. DE SÉVIGNÉ, c. de 27 por la-). Esta prueba se presenta ba-
jo dos formas que es importante dis-
agosto 1690.)
tinguir.
B. Que posee todas las cua)idades
conformes a su naturaleza. VacJO per- l, Prueba fundada en la noción
fecto, igualdad perfecta. Un perfecto misma de lo perfecto (argumento on-
imbécil. tológico• de San ANSEI,MO) : la noción
de perfecto implica la existencia, por-
Sin.: cumplido, consumado, integral. que un ser perfecto inexistente seria
4. Al decir perfecto orador, mo- un ser perfecto no perfecto, lo que es
delo perfecto, habláis de manera contradictorio.
absoluta y sintética; si decís ora- O. volviendo a examinar la idea
dor con.sumado, modelo consuma- que yo tenía de un Ser perfecto,
do, os servís de una expresión ana- hallé que la existencia estaba en
lítica, que supone o hace esperar ella comprendida del mismo modo
una enumeración. (LAPAYE, 829.) que lo esté. en la de un trián-
5. No es tan fácil hacerse un gulo el que sus tres ángulos
765 PERFECTO
hay quien lo domine, está perdido. 12. Así hemos podido imaginar
Creyendo hacer frente al clamo,· que de lo posible a lo real había
popular, acabará por desafiar la una especie de progreso, o que ha-
conciencia pública y el sentido co- bía más en lo real que en lo posi-
común. (P. PEETERS, Sent. i11tem- ble. Pero se olvida casi siempre
p&r., núm. 228.) que hay también un progreso de lo
7. El diputado es un poder local real hacia lo posible y que ( ... )
que hace temblar al prefecto. el acto propio del espíritu (... )
(ALAIN, Polit., 271.) consiste siempre en la posibilita-
ci6n de lo real. (L. LAVELLE, De
7'. El poder, ¿qué otra cosa es l'áme hum., 126.)
sino una galana pesadumbre? Si
supieran todos y cada uno cuán- 13. No prestamos suficiente
tas molestias y cuántas congojas atención al circuito que hace que,
trae consigo el poder, qué mar de si bien nos pertenece siempre rea-
amargura es tan grande y tan vas- lizar lo posible, nos corresponde a
to, no hubiera hombre tan ambi- continuación posibilizar nuevamen-
cioso que no huyese de él como de te lo real, de tal suerte que lo po-
una pesada desventura y, según sible no deja de alimentarlo con
dijo aquel rey de la Antigüedad, todas las determinaciones que le
aunque hallase en el suelo la co- faltaban antes de haberse realiza-
rona, no la alzarla. (J. L. VIVES, do. (lbfd., 136.)
l11troducci6n a la sabiduría, § 54, 14. no tenemos derecho a opo-
p. 27.) Ad. E. ner lo posible al ser, como se hace
Poder indirecto. Derecho que la Igle- a menudo, pues de otro modo, ¿ qué
sia reivindica de intervenir en los asun- derecho tendría ni siquiera al nom-
tos temporales dependientes del Esta- bre de posible? ¿Cómo podría ser
do cuando lo exige el bien espiritual. distinguido de la nada? Por tanto,
Esta reivindicación invoca el principio sostendremos que lo posible tan só-
de que los intereses espirituales deben lo se opone a la ex1ste ncia y a la
tener preferencia sobre los temporales. necesidad, como vemos en las ca-
8. el poder indirecto sobre lo tegorías de la modalidad. (Ibíd.
144.) '
temporal no es otra cosa que el
propio poder espiritual aplicado a . 15. Pasa~ así de lo real a lo po-
las cosas materiales en razón de sible, es decir, a la idea, y volver
los intereses espirituales. (J. MA- de lo posible a lo real, es decir a
RITAIN, Primauté du spirit., 24-25.) la acción, tal es, sin duda, el cír~u-
Posible. Lat. possibilis der. de pos-
lo característico de la conciencia
que define tanto el lugar del hom-
••• poder. bre en el mundo como su destino.
A. Adj. Que no es, pero podría ser. (L. LAVELLE, Tr. des 11aleurs I
Aquello para lo que se dan las condi- 355.) ' '
ciones de existencia: ya sean las intrín-
secas (v. Posibilidad metafísica), ya las 16. Según el temperamento así
extrínsecas (v. Posibilida,d física). Se cambia de contenido la palabr~ po-
op. a imposible (contradict.), a nece- sible. Los tímidos ven, sobre todo
sario (contrario), a real o existente. lo imposible. Los temerarios ima~
ginan un posible imposible. (J.
9. Dios encierra en la simpli-
cidad de su ser las ideas o arque-
GUITTON, lnitiat. e, la pe11sée ... , 94.)
tipos de todas las criaturas posi- 17. La voluntad de transforma-
bles. (MALEBRANCHE, Réfl. s. la pré- ción que dirige la acción histórica
?notion phys., VIII, (Euvres, XVI, es, ante todo, atención a lo que es
25.) y a todo Jo posible que sin cesar
desborda por todas partes la reali-
10. Si el ser necesario es posi- dad. (J. LADRIE:RE, en Qtt'cst-cc que
ble, existe ( ... ) Si el ser necesario vouloirf, 60, Cerf, 19.58.)
no es, no hay ser posible. (LEIBNIZ,
De la démonstr. cartés. de l'exist. V. Necesidad l.
de Dfou, del P. LAMY, <Euvres, ed, B. Subst. (los posibles, un posible):
J anet, II, 56!1.) la entidad que constituye para una co-
11. Lo real sólo es inteligible sa el hecho de ser posible.
como un caso de lo posible. (G. TAR- 18. los posibles no dejan de lu-
DE, Logiq11e soc,, 159.) char entre sí y, en lugar de un me-
l'ODER 78.,1
ml'dio. sino por inrlusil)n, por npro- tiani•mo. (H. BIIEMOND, Apol. pour
piación más o menos completa de Ft'ndon, 418.)
lo que nos rodcn ( ... ). 2'. lrnscendentalmente la cosa
Así, purs, ser rs tener. El he- no tiene «sus» propiedades, sino
cho ele ln posr,sión nos orienta ha- que c-s usuynl), Este pcrteneeerse
cia una concepción abierta de la a sí mismo, este "suyo11, es 1o po-
existencia. ( ... ) . sitivo que subyace a la indivisión
Todas las cosas JlOseidas nos son formal. En su virtud, por ser usu-
símbolos de nosolr'Os mismos. (G. yo» qua. realidad, todo lo real es
GUSDORF, Expér. hnmai11c drt sa- incomunicable. La incomunicabili-
erij., 2.) dad es el aspecto negativo de esa
8'. Yivir es poseerse, y poseer- positiva pertenencia a si mismo.
se es pertenecerse a si mismo (.IJl (X. ZUBIRI, Sobre la ese11cia, 484.)
el respecto formal y ex)llicito de Ad. E.
realidad. La vida como transcurso 3. Moral. Que pone el acento en el
es mero etargumento» de la vida, bien hecho o por hacer, más que en
pero no es el ,'l.,,ir n1ismo. En la el mal cometido o que debe evitarse.
vida el hombre se posee a sí mis- B. En A. CoMTE y los positivistas,
mo transcurrentemente; pero este que han influido considerablemente en
transcurso es vida sólo porque es el sentido de esta palabra: sin. de real
posesión de sí mismo. Tomado el entendido como aplicado a las «cosas»
poseerse como un carácter del ac- en el sentido vulgar, es decir, a las rea-
to primero, este modo de ser suyo lidades materiales.
es justo lo que constituye la per-
sona. (X. ZUBIRI, Sobre la esencia, 3. Todas las lenguas occidenta-
504.) Ad. E. les coinciden (... ) en designar por
la palabra positivo y sus deriva-
9. nuestras posesiones nos de- dos los dos atributos de realidad
voran ( ... ). El sí mismo se incor- y utilidad cuya sola combinación
pora a la cosa poseída. (G. MAR- bastaría para definir en adelante
CEL, Étre et avoiir, 221.) el verdadero espíritu filosá.fico.
C. Estado del que es o se cree po- (... ) Ese mismo término recuer-
seído, es decir, bajo el dominio de una da también, en todo el Occidente,
fuerza sobrenatural. Posesión demonia- las cualidades de certidumbre y
ca. precisión por las que la moderna
Posibilidad, posible. V. Poder. 1·azón se distingue profundamente
Posicional V. Positivo. de la ·antigua. Una última acep-
ción u.n.i:versal caracteriza, sobre
Positirlsmo. V. Positivo. todo, la tendencia directamente or-
POSITIVO gánica del espiritu positivo, de for-
ma que lo separa, a pesar de su
Positivo. Der. del lat. po11ere, po- alianza inicial, del simple espiritu
ner; positwJ, puesto. metafísico, que nunca pudo ser
A. Por opos. a negativo•. l. Lóg. más que critico (... ).
y mat. Que afirma o concede en vez de Esta quinta significación del tí-
negar o rechazar (respuesta positiva) ; f.ulo ·esencial de la sana filosofia
en mat.: que va precedido del signo. conduce naturalmente al cnrácter
2. Ontol. Que manifiesta o subra- siempre relativo del nuevo régi-
ya el aspecto real, dinámico o deter- men intelectual, puesto que la ra-
minante del ser. zón moderna sólo puede dejar de
l. al escuchar al¡,'IÍn término ne- ser critica hacia el pasado renun-
gativo, quien quiera oírlo como es ciando a todo principio absoluto.
debido debe considerar Jo que de Cuando el público occidental se ha-
positivo y real le responde en el es- ya percatado de esta última rela-
píritu. (BoSSUET, Cu1111aiss. de ción, ( ... ) ¡iositivo se harfl en to-
Dicu ... , I, XVII.) das partes inseparable de re/a.tivo,
2. el análisis de los escritos de como hoy lo es de orgánico, de pre-
Bossuet os retrotraerá siempre a ciso, de cforto, de útil y de real.
unas cuantas ideas positivas muy (A. CoMTE, Syst. de polit. posit., 1,
sencillas, que no son otra cosa que 67-68.)
las verdaderas esenciales del cris- J, Por op. a especulativo, imagina-
791 POSITIVO
Pragmali~mo. Der. <lel gr. vragma, míis que de unu grosrru falsifica~
ncción. ción. (lbírl., 76.)
Teoría sC'g-Ím la cunl In función ('Scn- 7. 1~1 prngmnlismo romete un
cial de la intC'lig-cncia es no la de ha- error al reducir la verdad de las
cernos conocC'r las cosas, sino la de proposiciones n su éxito, es decir,
permitir nuestra acción sobre ellas. n su uerificaci611; pero si las ideas
Esta definición ha sido aplicarla es- no son verdaderas porque triun-
pecialmrnte a la doctrina de BEnGSON;
fan, sí triunfan porque son verda-
pero es válida también para las de W. deras, y cuando, tras haber sido
JAMES {pragmatismo norteninericnno)
durante largo tiempo ensayadas,
)º E. LE RoY (pragmatismo francés).
algunas de ellas Lropieznn con di-
ficultades insuperables, cabe con
4. Ese nombre de pragmatismo 1•azón suponer que contienen al
designa tan sólo espíritu técni- menos una parte de error. (E. GIL-
co. que toma por norma el no pen- SON, en L'Eurove et le m<n1<lc
sar mas que en su acción y el no cl'auj., 90, Bacon., 19.58.)
recibir como prueba más que los 8. El pragmatismo sólo ha con-
resultados. ( ... ) Tal espíritu es seguido introdueirse a favor de
demoledor. una confusión entre verdad y val:-
Si podemos esperar alguna civi- dez. (G. MARCEL, P1·é•ence et im-
lización, alguna cultura, no es ahí 111ort., 19.)
donde hemos de buscarlas. (ALAIN, B. Pragmatismo francés. Nombre
Hwna11ités, 199.) dado a veces a las filosofías de la ac-
4'. el origen del pragmatis- ción*, que consideran principalmente
mo habría que buscarlo en el enojo la esfera de ,las verdades morales y re-
que algunos sienten contra la cien- ligiosas.
cia, porque no ha demostrado aún l. Principio común: el pensamien~
la realidad de Dios y la inmortali- to es inseparable de la acción, de suer-
dad del alma. Por eso cuando lla- te que para reconocer J.a verdad hay
n1an a la ciencia i11stnonento sien- que ponerla en práctica.
ten fruición, como si al hermano 9. Para el intelectualista ( ... )
enemigo llamaran raca. (J. ORTEGA que pone a un lado el pensa-
Y GASSET, Obras, I, 119.) Ad. E. miento, al otro la acción, y que
A. Pragmatismo anglosajón y nor- erige en principio no sé qué sepa-
teamericano. Teoría según la cual la ración de poderes, es inevitable el
inteligencia sólo alcanza su fin cuando anteponer a todo precepto una idea
lleva a una acción eficaz; la idea ver- pura, una concepción teórica (... ) .
dadera es la que consigue su objeto; Pero el pragmatismo escapa a esta
bajo una forma menos paradójica, la necesidad, al no admitir el divorcio
que sale victoriosa de la pruebas de que la crea. (E. LE RoY, Dogme et
verificación; más brevemente, es ver- c,·it., 301-302.)
dadero lo que ha sido verificado. V. 10. Lo que el pragmatismo
Instrumeutalismo. afirma es que aquí se trata de per-
5. La actitud que el pragmatis- cibir realidades morales, y que pa-
mo representa es conocida desde ra esto se requieren condiciones
hace mucho tiempo, puesto que se morales, y que, por otra parte, las
trata de la actitud de los empiris- verdades religiosas pertenecen más
tas. (\\'. JAMES, Le pragmutismc, al orden de los datos y los hechos
Gl.) que al de las teorías, y que por
G. El pragmatismo se halla a ello las aprehendemos en un prin-
disgusto alejado de los hechos, en cipio más como momentos vitales
tanto que el racionalismo sólo se que corno materiales científicos.
encuentra a gusto en presencia de IE. LE RoY, Bull. de la. Soc. fr. de
las abstracciones. Que un pragma~ Phi/os., 1908, 280-281.)
tista hable de verdades en plural, 1 l. Quisiera hacer notar la di-
que las califii¡ue de útiles, de sa- ferencia entre la doctrina que de-
tisfactorias; que mencione el éxi~ fiendo y el «pragmatismo» inglés
to con el que «funcionan», etc., es contemporáneo. Éste parece, en su-
un lenguaje que, para un espíritu ma, sustituir In preocupación por
de tipo racionalista, no da idea, en Ju verdad por la de la simple uti-
Jo que a la verdad se refiere (... lidad. No propongo nada seme-
799 PRAXIS
dadcro. (L. LAVF.Ll,E, La ¡,a,·. rt. quier determinación proJJia del hom-
l'écrit., 182-183.) bre, hace que éste se determine de tal
10. Al fin y al cabo, un juicio o cual manera.
verdadero no es más que un prejui- Sin.: predeterminación• fiaica.
cio reconsiderado y justificado. (11. 1Según los partidarios de esta
DuMÉRY, C,·it. et relig., 182.) tesis] , Ja premoción y la predeter-
V. Juicio, 10; l'aradoja, 2; Verdad, minación fisica ( ... ) deja perfecta-
39.) mente a salvo In libertad y nues-
Prelógico. V. Lógico, tra dependencia de Dios ( .. ,) : por-
que, dicen, cuando Dios, en el con-
PREMISA. Lnt. praemiasa ~propos. sejo eterno de su providencia, dis-
[sobren t. 1 enYiada [ missa.] por delante pone las cosas humanas y ordena
[prae] de la conclusión [sobrent.]). toda su sucesión, ordena por el mis-
mo decreto lo que quiere que sufra-
El antecedente de una conclusión. mos por necesidad y Jo que quiere
Ordin. en plural (las premisas) : la ma- que libremente hagamos. (Bossum,
yor y la menor que, en el silogismo, for- Tr. du libre a,rb., VIII.)
man juntas el antecedente.
l. Afirmamos como hecho de PREMONITORIO
experiencia que el en-or en. 11ues- llfonici611 o admimición. Lat. monitio,
tras concluBÜ>nes se debe menos a acción de advertir (monere), recomen-
un vicio de deducci6n que a la ad- dación.
misión de premisas fahas (... ). La Advertencia de caráoter moral o mis-
mejor gimnasia para el espíritu es, terioso.
pues, la elección y discusión de las A. En el voc. ecles. (admonición ca-
premisas, y no el manejo del ins- nónica) : advertencia jurídica, hecha
trumento lógico propiamente dicho, por la autoridad religiosa a quien se
manejo en el que nos desempeña- halla en ocasión próxima de cometer
mos siempre bastante bien. (H. un delito, con amenaza de sanciones.
BOUASSE, Réttist. des matériau:r:, La admonición puede ser privada o pú-
Pre/., XIV.) blica (ante testigos) ; pero, aun la pri-
2. Cuando una cierta premisa vada, es consignada en un documento
es conocida de todo el mundo y no destinado a los archivos secretos.
está en discusión, el enunciarla po- B. En la esfera de la parapsicolo-
dría parecer ridículo ( ... ). Hay gía: advertencia recibida por medios
oradores que no dejan de utilizar distintos de los tenidos por normales:
esta facilidad para pasar en silen- sueño, telepatía, difuntos ...
cio premisas muy discutibles y so-
bre las que prefieren no llamar la Premonición. Advertencia que pre-
atención de su auditorio. (Ch. PE- cede al acontecimiento,
RELMAN, Tr. de l'argumentation, Premonitorio. Que advierte de ante-
193-194.) mano, que hace prever. Signos premoni-
torios de una tormenta.
V. Entimema.
l. En la medicina antigua, en
B. Por ext.: conjunto de l?roposi- la que la ciencia de los sueños ocu-
ciones que constituyen los principios paba lugar tan importante, se tra-
fundamentales de un estudio. taba de los llamados sueños pre-
3. Los estudios sobre el óptimo monitorios o enunciadores de una
de población en las zonas rurales se próxima enfermedad aún no decla-
hallan en Francia en sus comien- rada. (J. LHERMITTE, Lee revee,
zos. A. Sauvy ha planteado sus 30.)
premisas teóricas como resultado 2. ¿Debemos considerar que el
de algunos sondeos locales. (H. sueño es realmente premonitorio y
MEJSDRAS, en el Tr. de socio/., de que fuerzas ocultas presiden la
G. GURVITCH, J, 317-318.) eclosión de los sentimientos o sen-
saciones que turban al durmiente
PREMOC:IóN. Lat. escolást. ¡mic- al borde de la enfermedad? No Jo
nwtio, acdón de mover (1notio) antes creemos, y cabe dar de esos sedi-
(prae). centes sueños premonitorios una
Premoción física. Tesis de la filosofia explicación más sencilla y satisfac-
y la teologia to1nistas, según la cual es toria ( ... ). Durante el sueño, algu-
Dios quien, con anterioridad a cual- nos de nuestros sentidos cobran
805 PREOCUPACl6N
una acuidad mayor que en estado na que puede serlo en las condicio-
de vigilia, de suerte que una irri- nes actuales.» (Ley de la buena
tación mórbida inhibida durante el forma, o de ,la pregnancia de las
dia (... ) puede ser, en el sueño, ex- formas, de Wertheimer). (P. Gun.-
perimentada mucho más vivamen- LAUME, Psychol. de la, forme, 38.)
te ... (lbíd., 41.) 3. Volviendo a los fenómenos
Prenoción. V. N oci6n. [ de la percepción J ha11amos como
estrato fundamental un conjunto
PREJilADO, PREREZ. Der. del lat. ya preñado de un sentido irreduci-
pracgna.s, a menudo escrito pracgnans: ble: no sensaciones lagunares, en-
encinta, embarazada. tre las que deberian encajarse
A. En general, se dice preñado de unos recuerdos, sino la fisonomía,
lo que está henchido de virtualidades la estructura del paisaje y de la
que tienden a su plena realización. palabra, espontáneamente confor-
1. Lejos de hallarse vacia de me tanto a las intenciones del mo-
contenido, es sabido que [la noción mento como a las experiencias ex-
de trascendencia) ha designado, teriores. (M. MERLEAU-P., Pkéno-
por el contrario, en todas las épo- minol. de la, perc., 29-30.)
cas, una preñada riqueza. (J. GÉ-
RARD, L'etre et la, p6?18é•, 19.) PREOCUPACióN. Lat. praeocupa-
1'. así como la Divinidad es jun- tio, ocupación anticipada.
tamente una perfección sola, y mu- A. «Cuidado, desvelo, previsión de
chas perfecciones diversas, una en alguna contingencia azarosa o adver-
sencillez y muchas en valor y emi- sa• (Real Acad.).
nencia, asi la Santa Escritura, por l. Con cuidado o cuidadas so-
unas mismas palabras, dke mu- mos cuidadosos, diligentes, solíci-
chas y diferentes razones; y, como tos; con preocupación o preocupa-
lo enseñan los Santos, en la senci- ciones estamos preocupados, inquie-
Uez de una misma sentencia encie- tos, interiormente atormentados,
rra gran preñez de sentidos. (Fr. sombríos, pesarosos; con la solici-
Luis DE LEÓN, La perfecta casada, tud ejercemos una guarda benévola,
22.) Ad. E. compasiva y continua. Sin cuidado,
B. Especialmente en el vocabulario somos negligentes, hacemos las co-
de la Escuela de aa Forma se Uama «ley sas mal por falta de aplicación; sin
de la preñez» (se suele decir «ley de la preocupación somos despreoc1.tpa-
pregnancia») o «•ley de la buena forma» dos, vivimos tranquilamente, al día,
al hecho de que la forma tiende a ser sin que nada nos afecte ni apene;
todo lo «buena» o todo lo perfecta po- sin soli.citud, somos indiferentes ...
sible: «La organización psicológica se- (LAFAYE, 955.)
rá siempre tan buena como lo permitan B. En HEIDEGGER (al. Sorge) : es-
las condiciones existentes» (KOFFKA). tructura orgánica del Dasein• 11ue,
Así, el ojo se acomoda y orienta de mo- arrojado al mundo y en él abandonado,
do que la imagen retiniana sea lo más se ve obligado a asumir la existencia y
clara posible. Lo mismo ocurre con las a tomar opciones decisivas que lo des-
formas físicas. corazonan. ORTEGA traduce s<Yrge por
2. La pompa de jabón, la gota «cuidado».
de aceite en equilibrio con un líqui- 2. En tanto que preocupación,
do no miscible tienden a adoptar el Dasein se define así: • Un ser
una forma esférica perfecta; si ios anticipante que está ya arrojado y
rompemos, -los fragmentos forman abandonado en un mundo en el que
inmediatamente, por una redistri- se hn11a perdido». [Heidegger,
bución de todas las moléculas en el Scin ,rnd Zcit, 192] (M. CORVEZ, La
espacio, nuevas esferas más peque- phi/os. de Heidegger, 47,)
ñas. Esto es debido a que la esfera
es, de todas las figuras, aquel111 3. La preocupación no es un
que, a igual volumen, posee la me- predicado poseído adenuúr del ser,
nor superficie; y es también In una nota que de él se distingue. Es
más simple y la más regular. Ca- el ser y es en tanto que preocupa-
be, pues, hablar de una tendencia ción como el Dasein es. (A, DE
general a In realización de unn es- WAEUIENS, La ¡,Mios. de M. Hei-
tructura lo mí1s simple y regular tl,•ggrr, 130.)
posible. • La forma es todo lo bue- Presciencia. Conocimiento anterior
PRESCINDIR 806
tes lo son a menudo del modo me- 2. No hay cosa que no sirva
nos preconcebido; se comunican in- de pretexto a un alma mal guar-
mediatamente por el calor de su dada. (G. DUHAMEL, Co11fcss. de
simpatia y de su comprensión ( ... ). minuit, XXX, 236.)
La presencia de los demás no es
un hecho bruto, sino una recons- PREVENCióN. Lat. praevcntio, der.
trucción más o menos plena que de- de praevenire, prevenir (en el sentido
pende de la riqueza aportada por de adelantarse).
las partes en presencia. (E. Mou- A. Carácter de la opinión que nos
NIER, Tr. du caract., 318-319.) formamos, al confuso impulso de fuer-
24. El encanto es una cierta zas afectivas, antes del conocimiento
presencia de la persona en torno a de hechos en los que pueda vá:Jidamen-
lo que hace y dice. (G. MARCEL, te fundarse. Esa misma opinión.
Jou,rnal ntétaph., 291.) Sin.: prejuicio, idea preconcebida
25. Aunque no podamos identi- (pero no indican el elemento afectivo
ficar pura y simplemente el encan- implicado en prevención).
to y la presencia, aquél aparece l. Evitar cuidadosamente la
sin duda como uno de los modos se- precipitación y Ia prevenc1on ...
gún los cuales la presencia puede (DESCARTES, Dúic. de la méth., II,
manifestarse. (G. MARCEL, ll!yst. «R. de l'évidence».)
de l'étre, I, 222-223.)
2. Amais la verdad y odiais la
26. una presencia a la que per-
manecemos fieles no es la efigie mentira: ¿pero acaso la prevención
cuidadosamente conservada de un no os las hace confundir a veces?
objeto desaparecido; -la efigie no es, Justos por la rectitud de las inten-
a pesar de todo, más que un simu- ciones, ¿estáis siempre libres de la
lacro; metafísicamente es menos injusticia de los prejuicios? Y ¿no
que el objeto, una reducción de és- es acaso esa clase de injusticia la
te. La presencia, por el contrario, que podemos llamar el error de la
es más que el objeto, lo desborda virtud y, si se nos permite decirlo,
en todos sentidos. (G. MARCEL, Po- el crimen de las gentes de bien?
sitian et a¡ppr. concr. du, myst. (D'AGUESSEAU, 17" Mercuria/e.)
ontol. Apéndice del llfo-nde cassé, 3. Con todo, nuestras .preven-
289.) ciones no carecerían de remedio si
26'. Descubre tu presencia, pudiésemos siempre percibirlas;
Y máteme tu vista y hermosura; pero su traición más común es la
Mira que la dolencia de ocultarse. (Ibúi.)
De amor, que no se cura 4. Es la precipitación la que
sino con la presencia y la figura. nos arroja en la prevención; por
(San JUAN DE LA CRUZ, Canción eso Descartes ha descrito con gran
entre el alma y el esposo.) Ad. E. fuerza en esas dos palabras todo
V. Amúitad, 36; Ausencia, 3; Eviden- el círculo de nuestros errores.
cia, 11; Éxtasis, 6; Imaginaci6n, 17; (... ) El espíritu ha de ser re-
Otro, 1; Soledad, 8. posado, y no errante, flotant"e, dis-
Presión. V. Grupo de prettión. cutidor, divagador. Tales son las
causas más honorables de la pre-
PRETEXTO. Del lat. praetextus vención, sin contar la pereza de
(tejido o bordado por delante; toga espíritu y el amor propio, siempre
pretexta). aliados poderosos. (ALAIN, H,ima-
Razón aparente que se da para di- nités, 38.)
simular el verdadero motivo de una B. Der. Estado o efecto de ordenar
acción. y ejecutar un juzgado las diligencias
Sin.: excusa, alegación. iniciales o preparatorias de un juicio
l. El pretexto es la razón que civil o criminal, señaladamente las que,
damos de lo que vamos a hacer, por ser urgentes, no se deben demorar
cuando creemos necesario autori- aunque no esté demorada todavía la
zarnos para hacerlo. La excusa es competencia. (Real Acad.)
la razón que damos de Jo ya he- C. Organización o cuidados dirigi-
cho, cuando creemos estar expues- dos a prevenir ciertos males, es decir,
tos a algún reproche. (CoNDILLAC, tratar de ovitarlos de antemano. Los
8y11., III, 467.) preventorios se han creado principal-
PREVIO 810
pios de es,• arle l1111 difitil qu<• lnrs,• de 111111 v,•rilud de derecho, es de-
ambicionábanws Jll"llelirat·. (M. ci1\ ~vidente por sí misma.
GAa<,;or<, E••a-i s. l'éloq. judir., 2.• 2R. In palabra vri11tipio puede
ediribn, 2("1.) tomnrse en diversos sentidos y
26'. La ley gcoml'lrica que pro- ( ... ) una cosa es buscar una 110-
l'lama la homo!l'eneidnd inalterable ció11 común tan clara y general
del espacio, cualesquiera sean los que puedn servir de principio pa-
pror('sos que c:"1\ cH se ¡uoduct'n, en- 1·a probar In existencia de todos
tr:i en conflicto riguroso con lo ob- los Seres, los E11tia, que después
servación, con el hecho, con In ma- conozcamos; y otra buscar un Ser
teria. Una de dos; o la materia cuya existencia nos sea más co-
rede a la gcomctrin, o ésta n aqué- nocida que In de algunos otros,
lla. ( ... ) Lorcntz, representando de suerte que pueda servirnos de
en este punto el viejo racionalis- principio para conocerlos.
mo, cree forzoso admitir que es la En el primer sentido, podemos
materia quien cede y se contrae. decir que imposibile est ídem simul
( ... ). Einstein adopta la solución csse et non esse es un principio
contraria. La geometría tiene que ( ... \,
ceder; el espacio puro tiene En el otro sentido, el primer
que inclinarse ante la observación, principio es que nuestra Alma ezís-
tiene que encorvarse. te, porque no hay nada cuya exis-
Suponiendo una perfecta con- tencia nos sea más notoria. (DES-
gruencia en el carácter, llevado CARTES, Carta a Clerselier, IV,
Lorentz a la politica, dirla: pe- 444.)
rezcan las naciones y que se sal- 29. [Para Descartes] no es el
ven los principios. Einstein, en principio de identidad o de con-
cambio, sostendría: es preciso bus- tradicción, por evidente que sea,
car principios para que se salven sino el primer juicio de existencia
las naciones, porgue ,para eso es- el que constituye el_ primer princi-
tán los principios. (J. ORTEGA Y pio de la filosofía. Si conocer es
GASSET, El sentido hist6rú,o de la progresar de existencia en exis-
tc<>ria de Einstein, Obra,,, IH, tencia, el primer principio de la
240.) Ad. E. filosofía no puede ser otro que el
V. Autonomía, 12. juicio de existencia que precede y
condiciona a todos los demás: pien-
Prin.cipio del placer y Principio de so, luego soy. Descartes tenia ra-
la realidad (FREUD). Concepción freu- zón, al menos en el sentido de que
diana según la cual la actividad del ni- así subraya, hasta el punto de ha-
ño está en principio determinada por cerla en adelante inolvidable, la
la búsqueda del placer y la evitación distinción entre •los principios re-
del dolor hasta que la e,:periencia de guladores del pensamiento, tales
la realid~d y la educación le llev!'n, como el principio de identidad o
para evitar un mal mayor, a re.nu_nc1ar contradicción, y los principios de
a ciertos placeres y soportar ciertos adquisición del conocimiento, tal
dolores. como era para él el Cogito. (E. G11.-
27. la evolución de los procesos s0N, Le thomisme, 323.)
psíquicos se rige por el principio A. Antaño, en partic. en DESCAR-
del placer. Pero bajo la inf:1uencia TES: verdad de hecho o de experien-
del instinto de conservación del cia a partir de la cual se deduce todo
yo el principio del placer se des- un conjunto de nuevas verdades.
va~ece y cede el sitio al principio
de la realidad que hac~ que, sin 30. considerando que el que
renunciar a la meta final que quiere dudar de todo no puede, sin
constituye el placer, consintamos embargo, dudar de que él mismo
en diferir su realización... (S. sea mientras duda, y que lo que
FREUD, EBBaís de psychanal., 11, asl razona ( ... ) no es -lo que deci-
mos ser nuestro cuerpo, sino lo que
14.) llamamos nuestra alma o nuestro
Primer print:ipi.o. Verdad que sirve pensamiento, he tomado el ser o
de cimiento a una construcción inte- existencia de ese pensamiento como
lectual. Puede ser una verdad de he- primer principio, del que he deduci-
cho, pero para los modernos suele tra- do muy claramente los siguientes:
815 PRINCIPIO
do hecho tiene una causa: las mis- términos kantianos, todo fenómeno su-
mas causas producen los mismos pone un nóumeno, sin el cual carece-
efectos, se resienten aún de la con- ria de razón suficiente.
cepción precientifica de una serie e) Principio de finalidad (v. tam-
lineal de causas y efectos encade- bién Finali<lad). e 1) En sentido es-
nados, arrancada al mundo de las tricto (reducido a ,lo que manifiesta un
causalidades independientes. De pensamiento) : toda coordinación de me-
hecho ( ... ), hay que tomar esos dios a un fin supone una inteligencia
enunciados 11cgativa,ncnte. No hay (pues si no carecería de razón suficien-
hecho individual, ni causa aislable. te) ; y a la inversa: toda actividad in-
Pero cada fenómeno debe rer refe- teligente se dirige a un fin.
rido a otros y no tratado como un
comienzo absoluto. (J. ULLMO, La e 2) G<!neralizado: «La naturaleza
pe11sée scicnt. ,noderne, 142-143.) no hace nada en vano» (ARISTÓTELES) :
todo lo que obra, obra para un fin. Pe-
42. A menos que constaten en- ro según la naturaleza del agente, la
tre el antecedente y el consecuen- finalidad• es diferente: formal o in-
te, entre la causa y el efecto una tencional en el ser consciente, es mate-
identidad absoluta, [ciertos espíri- rial en el ser desprovisto de concien-
tus l no están satisfechos ( ... ) El cía.
princi,pio de causalidad se convier-
te en ellos en principio de identi- 44. Todo agente obra para un
dad. ( ... ). fin, pues, de lo contrario, de la ac-
ción deJ agente podría reaultar
Por el contrario ( ... ) la idea de igual esto que aquello. (Santo To-
la a·parición de algo nuevo está MÁS, Summa theol., I, Qu. 44, art.
implicada en la propia idea de cau- l.)
salidwl. Quien dice causa dice ac-
tividad, dinamismo ( ... ) : a lo que 45. es también máxima necesa-
se opone contradictoriamente la ria de Ia razón el no descuidar el
permanencia de Jo idéntico. (J. DE principio de los fines en las pro-
TONQUÉDEC, Pl,ilos. de la nat., I, ducciones de la naturaleza, pues
2, p. 85-86.) si no hace más inteligible su ori-
gen, es, no obstante, un principio
43. Basado en la constatación heurístico para estudiar laa leyes
experimental de secuencias de repe- particulares de la naturaleza.
tición, el principio de causalidad es (KANT, Crit. cl,i jug., 78.)
a la concepción dinámica y fun-
cional del universo lo que el prin- 46. El 1>rincipio: Todo ayrntr
cipio de identidad es a su concep- obra. con vista a un fin debe, pues,
ción estática y orgánica. El uno es entenderse analógicamente, en tan-
un ,principio de invariancia en el to que existe proporcionalidad o
devenir y la relación, como el otro similitud proporcional entre los di-
es un principio de invariancia en el versos agentes y sus fines corre-
ser y en el objeto. (A. LAMOUCHE, lativos. (R. GARRIGOU-L., Réalisntc
La tkéorie karm., I, 354.) du princ. da fin., 106.)
b) Principio de las leyes. En las 47. El ser como agente es or-
mismas cirounstancias, las mismas cau- denación o determinación a un cier-
sas producen los mismos efectos. Si no, to bien ( ... ) y esta determinación
una diferencia en los efectos carecería es la razón misma de (... ) la ope-
de razón suficiente. ración del agente. ( ... ) Y he ahi el
Sin.: Principio del determinismo, principio de finalidad en su pri-
mordial significación 1netafísica.
principio de la uniformidad de la na- ( ... ) Ser fuego es (... ) estar or-
turaleza. denado a la acción de consumir;
c) Principio del determinismo. Las ser pájaro, estar ordenado a la ac-
cosas dependen estrictamente unas de ción de volar. (J. MARITAIN, Scpt
otras, de suerte que en toda situación ler, s. l'iitrc, 124-128.)
conc,·eta dada no hay nunca más que 48. Decir que todo obra con
una resultante posible: una pluralidad vista a un fin significa que la ac-
de resultantes carecería de razón su- ción, considerada en su estructura
ficiente. típica, en tanto que procede de
d) Principio do snstancia. Todo una determinada naturaleza, se
cambio supone algo que cambia; todo orienta en una cierta dirección,
lo que aparece supone algo que es. En tiende de suyo a producir un efcc-
52. Dicciu11:irio del LrnU"uajc Film,Micu,
PRIVAClóN 818
ciencia y clima puticular que de él re- ello mismo como problema. (G.
sulta. MARCEL, «ETRE ET AV0IRo, 250.)
10. La problemática podría de- 16. El papel de la reflexión fi-
finirse como la rama del saber que losófica es, pues, reconocer más
se ocupa de la investigación, for- allá de los problemas una meta-
mulación y clasificación sistemáti- problemática que es el misterio
ca de los problemas relativos, ya mismo y en la que tenemos real-
a una esfera particular del cono- mente nuestro ser ... (M.-M. DAVY,
cimiento, ya a su conjunto. (E. G. Marce/, 254.)
JACQUES, lntrod. au probl. de la
com,ai,is., 6.) PIWCESO
11. cada cuestión metafísica Proceder. Lat. proccrlcrc, ir ( cc-
abarca ,siempre el conjunto de la dcre) adelante (pro), progresar.
problemática de la metafísica. (M. Co11tr.: recedcre, de donde recesión.
HEIDEGGER, 111 étapk., 21.) A. Obrar, operar. Proceder a la
12. Estamos entonces tentados elección de la junta. Proceder metódi-
de decir que cada filosofía es ver- camente.
dadera en tanto que responde ín- B. Tener su origen en ... Esa reac-
tegramente a la consteJación de ción procede del mal humor. Se emplea
problemas por ella abiertos ( ... ) ; en este sentido en Filos. y Teol.
y el gran filósofo es el que, por
una parte, ha renovado la proble- El poder civil, siempre que se
mática y, por otra, ha jugado su encuentra en un individuo o prín-
propia baza, ha dado la solución cipe en virtud de un derecho legí-
más coherente y vasta a la proble- timo y ordenado, ,procede del pue-
mática por él planteada. (P. RI- blo y de la comunidad, y no puede,
C0EUR, Hiat. et 11erité, 62-63.) si su posesión ha de ser justa, ad-
13. es extrañándose en otras quiri~se de otro modo. (Fr. SuÁ-
problemáticas como el filósofo vi- REZ, De legibtts, III, c. 4, n. 2.)
vo supera su propia limitación y Ad. E.
comienza a universalizar las cues- l. En PLOTINO, todo (las almas hu-
tiones qtre plantea. ( Ibúl., 73.) manas y ·los cuerpos, como el Alma
14. La filosofía se renueva universal y la Inteligencia) ,procede del
principalmente por su problemática, Uno*. V. Emanación.
es decir, reinventando el ciclo de 2. En el dogma cristiano el Verbo
las cuestiones por las que se •pre- y el Espíritu proceden del Padre, pero
gunta y preocupa. ( ... ) Cuando todo lo demás es creado.
aparece un gran filósofo, comienza Creo ( ... ) en el Espíritu San-
por causar extrañeza: la cuestión to (... ) que procede del Padre y
que plantea no tiene sitio en la del Hijo. (Símb. de Nicea.)
problemática anterior. (P. RIC0EUR, Procesión. Lat. processio, der. de
en La probl. do la pkilos. ckrét., proccdcrc.
44, P. U. F., 1949.)
Meta,problemática. En G. MARCEL A. Medio técnico de obtener un re-
(v. opos. misterio•-problema) : lo que ligiosa en la que los participantes des-
filan en orden; por ext., desfile inin-
está más allá de la problematización. terrumpido.
s,11.: misterio. B. Filos. y Teol.: acción de proce-
16. Allí donde hay problema, der, en el sentido de «originarse en».
trabajo sobre datos situados ante Las procesiones divinas. V. P,·occder
mí, pero al mismo tiempo todo ocu- B.
rre como si no tuviese que ocupar- V. Creación, 3.
me de ese yo que trabaja (... ). No
pasa igual ( ... ) ali! donde la inte- Procedimiento. Der. del lat. procc-
rrogación versa sobre el ser. Aho- derc, avanzar, ·progresar
ra el estatuto ontológico de quien A. Medio técnico de obtener un re-
cuestiona viene a primer plano. sultado determinado. Procedimientos
( ... ) Con ello penetramos en la me- de fabricación.
taproblemática, es decir, en el mis- l. Los parnasianos abusaron
terio. Un misterio es un problema de las recetas, de los procedimien-
que avanza sobre sus propios da- tos, de todo el aparato ortopédico
tos, que los invade y se supera por por el que In poesía se sostiene en
PRODUCTIVIDAD 822
ta), Se utiliza más apropiado (el hom- clases (las acomodadas). (E. Mou-
bre apropiado para el cargo, el término NIER, Tr. de caract., 475.)
apropiado).
PROPORCióN. Lat. proportio, for-
Co11tr.: impropio. mado tardíamente a partir de la fór-
3. Se dice que es propio de la mula pro portio11e (por su parte). Uti-
extensión el sel' divisible porque lizado para traducir el gr. a11alogía.
toda extensión puede ser dividida, A. En el uso ordinario (princip.
aunque In duración, el número y la est.): relación de conveniencia de las
fuerza puedan serlo también. ( Log, partes entre sí y con el todo.
de l'ort. R., I, Vil.) l. la belleza no consiste sino en
B. Subst. (filos.) Uno de los cinco el orden, es decir, en la disposición
universales. Cualidad que, sin formar y la proporción.
parte de In esencia de una cosa (esencia De ello procede que las cosas me-
que expresan el género, la especie y la nos bellas en si mismas cobren una
diferencia específica), que se sigue ne- cierta belleza cuando se las dispo-
cesal'iamente de ella y, por consiguien- ne con justas proporciones y en re-
te, conviene a In especie toda y sólo a lación mutua. (BosSUET, De la con-
ella. Ln risa, In palabra, son lo pl'opio nai••· de Dieu. .. , I, VIII.)
del hombre.
2. Así, cuando encontramos
4. Lo propio, en el sentido es- hermoso un edificio, se trata de un
tricto del término, es una determi- juicio que hacernos sobre la juste-
nación que pertenece tan sólo a za y proporción de todas las par-
una cosa y pertenee a esa cosa en tes refiriéndolas unas a otras.
toda su extensión, de modo que se (/bíd.)
reciproca con la cosa. A pesar de
esta identidad de extensión, no hay 3. La verdadera grandeza no es
identidad de naturaleza: por el cosa de dimensiones absolutas, si-
contrario, lo propio es tratado por no el efecto de proporciones afor-
Aristóteles como un signo exterior tunadas. (G. DUHAMEL, Scimes de
y una determinación superficial la vie fut., 110.)
que no entra en cuenta cuando se 3'. La misma proporción tiene
trata de formarse una noción de la cercanía entre el -amigo y el
u-na cosa. (0. HAMELIN, Syst. Amado que la distancia; porque
d'Aristote, 2.• ed., 113-114.) como mezcla de vino y agua, se
Propioceptivo. Creado por SHERRING- mezclan los amores del amigo y
T0N, a partir de «perceptivo». Las sen- del Amado; y como -claridad y res-
saciones propioceptivas son las provo- plandor se eslabonan sus amores,
cadas por estimulos resultantes de la y como esencia y ser se acercan
actividad propia del organismo. Pero y se convienen. (R. LULI0, Libro
las que provienen de los órganos de la clel amigo y del Amaclo, § 49, p.
vida vegetativa son ordinariamente de- 69,) Ad. E.
nominadas interoceptivas•. Unas y 3". Cuando a un periodo redon-
otras se oponen a las sensaciones exte- deado con número legítimo de ver-
roceptivas•, so antecede, sigue otro suelto y
En realidad, !ns sensaciones pro- sin. determinado número, o, por
pioceptivns no nos muestran grnn meJor decir, con número indetermi-
riqueza cualitativa, la que se da nado y vago, ,la despl'oporción es
sobl'e todo en las sensaciones exte- palpable, y de la desproporción re-
roceptivas. (H. PIÉHON, De l'acti- sulta la disonancia. (J. P. FoRNER
11ie a l'lwmme, 67.) Exeq1iias de la lengua castellana:
97.) Ad. E.
Propiofectivo. Creado sobl'e el mo-
delo de p1•opioceptivo n partir de efec- B. Mat. Igualdad de dos o más ra-
tivo. Los actos ,propiofectivos se termi- zones, p. ej,:
nan en el propio agente. 2 4 12
La costumbre de inhibir la mo- 4 8 24
tricidad propiofcctiva-el gesto in- Las analogías•, que tan gl'an papel
útil o excesivo-y de hacer de esta desempeñan en el lenguaje, implican
inhibición uno de los pilal'es de la una proporción de relaciones del mis-
educación predomina en ciertos mo género: así, se llama «gallito de
paises (Inglatel'ra) y en cie1-tas la clnseo ni alumno que, con relación
PIWPOSICióN 830
tituyen los datos del problema. Así, a menudo se infiere el suicidio por
Además, si todas las dc111ostracio- un argumento de ese g~nel'O: ha habido
11rs pueden ser llamadas ¡,rucbns, muerte natural, homicidio o suicidio;
no todas las pruebas constituyen pero evidentemente no ha habido ni
clrmostracionrs. ( ... ) En ciertos ca- muerte natural ni homicidio; luego ha
sos, para probar nos contentamos habido suicidio.
con producir un hecho que pone Prueba o razonamiento por rcclucción
fin a In duda: he ahí una prueba al absurdo. V. Absurdo.
que no es una demostración. (P.
1•'0ULQt:IÉ, Tr. él. ele p/ii/,, 11 109.) PSICAGOGIA. Gr, psyc/iagugia, di-
19. muy a menudo, cuando se recci6n ( aguge) de las almas,
trata de la existencia, lo que en
filosofia se llama una prueba no Aplicación de la psicología a la di-
tiene nada de propiamente lógico. rección moral de uno mismo y de los
Cuando, por ejemplo, Berkeley demás. Compárese con pedagogía.
quiere demostrar que la materia PSICASTENIA. Comp. del gr. 1>•Y
no existe, ¿qué argumento discur- cite (alma) y asthencia (debilidad). V.
sivo nos da? Ninguno, hablando en Astenia.
propiedad. Pero nos pide que ha- Palabra creada por Pierre JANET pa-
gamos un esfuerzo para pensar al- ra designar una neurosis consistente
go que esté fuera de nuestro pen- esencialmente en un descenso de la l<ln-
samiento, y constata que eso es sión psicológica, que acarrea trastor-
imposible. (F. ALQUIÉ, en Descar- nos de la «función de la realidad» y de
t.es, 14; «Cahiers de Royaumont», la·s funciones superiores de la activi-
1957.) dad mental,
20. La prueba es la encargada La psicastenia es una forma de
de trocar en certidumbre un he- depresión mental caracterizada por
cho dudoso. (M. GARQ0N, Essai s. el descenso de la tensión psicológi-
l'éloq. jiulic., 2.• ed., 240.) ca, por la disminución de las fun-
V. Denwstración, 7, 11. ciones que permiten obrar sobre la
2_ Lo que se aduce o puede ser adu- realidad y percibir lo real, por su
cido para probar. Este hecho, este tes- sustitución por operaciones in-
timonio, este -texto, son pruebas de lo ferio1,es y exageradas en forma de
que afirmo. Pruebas materiales. dudas, agitaciones y angustias, y
por ideas obsesivas que expresan
21. Acaso nunca he llegado a los precedentes trastornos y pre-
recibir tan fuertes pruebas de mi sentan a su vez los mismos carac-
impotencia intelectual como en es- teres. (P. JANET, Név,·oses, 367.)
tas últimas semanas. (M. DE GuÉ-
RIN, Journal, 16 marzo 1834.) PSICOANÁLISIS. Comp. de las pa-
22. los hombres huyen aún más labras gr. psyche (alma) y a11alysis
ante la prueba convincente que an- (análisis). «En su origen (esta palabra)
te la que no lo es, y se cierran a la designaba un determinado método te-
evidencia. Incluso de lejos. En esto rapéutico; hoy se ha convertido tam-
su astucia está en proporción a su bién en una ciencia: la del inconscien-
saber; los mejores espíritus son te psíquico» (FitEUD, Ma vic et le P•Y-
precisamente los que ven venir la clia11., 110). V. también Anális-is.
prueba de más lejos, los que se A. En general: toda técnica de in-
alarman y levantan el puente. vestigación psicológica y de psicote-
(ALAIN, Esq. de l'li., 107.) rapéutica por exploración del incons-
23. He nacido radical. (... ) Y ciente.
esos impulsos no constituyen prue- l. El psicoanálisis es una fór-
bas, pero llevan a encontrarlas. mula de psicología clínica y de psi-
(ALAIN, Politú¡ue, 44.) coterapia especificada sobre todo
V. Costumbre, 7. por el estudio de la transferencia.
(D. LAGACHE, Unité <le la 7>syc/1ol.,
Prueba fadirccta. Razonamiento que 36.)
establece la verdad de una proposición
demostrando que, en el caso considera- 2. El psicoanálisis tiene por ob-
do, todas las hipótesis posibles son evi- jeto no sólo el inconsciente con-
dentemente falsas con excepción de una cebido como esfern npnrte, sino el
sola, la que esa proposición enuncia. conjunto de la personalidad. (... )
837 PSICODRAMA
Wolf y sus seguidores, ambos es- Wundt mismo, por ejemplo, co-
tudios son partes complementarias existen confusas dos ciencias muy
de un mismo todo, en nuestra opi- diversas: una trata de describir y
nión sólo aquella psicología expe- clasificar los fenómenos de con-
rimental constituye toda la psico- ciencia, otra de construir causal~
logía, siendo el resto filosofía o mente el mundo psíquico. La dife-
metafísica, y, por tanto, algo aje- rencia de ambas es fatal, si ee su
no a la ciencia. (Th, RIB0T, La psy- diferenciación no se hace una cues-
clio/, a,,rg/, contemp., 23.) tión formal. Los conceptos psicoló-
7. La psicología tiene por obje- gicos primarios son intransferibles
to el estudio científico de los he- de la una a la otra, y cuando esto
chos de conciencia. (Th. RIB0T, en se olvida, pierden todo valor y pre-
De la, métli. dans les se., JI, 229.) cisión. (J. ORTEGA y GASSET, Sobre
el concepto de sensación, Obras, 1,
8. La psicología se halla en el 246.) Ad. E.
estado de la cirugía en la época C. En nuestros días: ciencia que
en que los cirujanos eran barbe- tiene por objeto el comportamiento del
ros. (A. CAnREL, L'liommc, cet in- hombre en tanto que ser consciente en
co111111, 184.) situación dentro del mundo físico y so-
9. Si hubiésemos de formular cial.
una definición de la psicología que 10. Hoy, la psicología ha com-
consiguiese la casi totalidad, si no prendido que la actividad psíquica
la unanimidad de los sufragios de del hombre debe ser concebida co-
los colaboradores de este Trata- mo un comportamiento en el mun-
do, diríamos que es la ciencia en do, y que los diferentes procesos
la que la introspección desempeña mentales no son, en realidad, otra
un papel esencial y previo en la cosa que componentes de esa con-
descrinción de los hechos y el aná- ducta global. Ha advertido tam-
lisis de los mecanismos mentales, bién, por otra parte, que ese com-
en la que la biología y la sociolo- portamiento es siempre, de hecho,
gía estudian las ralees y la evolu- función del comportamiento ajeno,
ción social de las funciones psí- de suerte que, en el estudio del pro-
quicas y en la que la psicología ceso mismo del comportamiento. el
patológica, la patología mental y factor social entra como uno de sus
la patología nerviosa nos aportan determinantes esenciales. (J. :lli:T-
(... ) la más preciosa contribución. TlN, en Les sciences soc. dans l'cn-
(G. DUMAS, Nouvea,u Tr. de psy- scign. sup., 138, Unesco, 1955.)
chol., I, 339.) D. En el lenguaje corriente. l. Sub-
V. Fisiología, 1. jetivamente o como cualidad intelec-
Psicología racional y Psicología ex- tual (tener psicologia, carecer de psi-
perimental o empírica. La psicol5>~ía cología) : aptitud particular para com-
raciona,) es la parte de la metaf1s1ca prender al hombre real, a los demás
que, partiendo de los datos de la expe- y a uno mismo, para penetrar en los
riencia, principalmente de la experien- secretos móviles de su conducta.
cia interior o psíquica, y basándose en 11. Hay más psicología en una
los .prindpios racionales, trata de de- de las grandes novelas de Tolstoi
terminar la naturaleza, origen y des- o de Dostoiewski, hay más psi-
tino de1 principio al que deben ser atri- cología, reflexiva y profunda,
buidos los hechos de conciencia. en L'affairc Craillqucbill.,· que en
La psicología experimental (que se- ciertos tratados de psicofísica o de
ría mejor llamar empírica cuando no psicofisiología que he tenido oca-
practica la experimentación metódica), sión de hojear. (Ch. REN0UVIER,
haciendo abstracción del problema de Dcrnicrs entr., 81.)
la naturaleza del principio de los he- 11'. Lo que yo admiro en el pin-
chos psíquicos, tiene por objeto el aná- tor -y en mí influye- no tanto
lisis de estos hechos y la búsqueda de es la pintura misma como la psi-
sus causas inmediatas. Considerada an- cología: su arbitrio en disponer de
taño como parte de la filosofía, consti- los colores, pincel en mano, y su
tuye hoy una disciplina independiente afán, ya ante el lienzo, ya en sus
dentro del grupo de las ciencias huma- ensoñaciones, de encontrar una
nas. composición feliz. (AZORÍN, El es-
O'. En la psicología al uso, en critor, 63.) Ad, E.
l'SICOLOGIA 840
relaciones con los demás hombres. aquélla, por los medios. (E. CLAPA-
(P. JANET, E11cycl. fr., VIII, 8, 11.) nEDE, Psycliol. de l'enfant, 120.)
19. El hecho psicológico no es 22. [los factores estructurales 1
ni espiritual ni corporal; se da en se derivan exclusivamente de la
el hombre entero, puesto que no es naturaleza dq los estímulos físicos
sino la conducta de ese hombre to- o de los efectos que éstos produ-
mada en conjunto. Un sentimiento cen en el sistema nervioso del su-
no está más en el alma que en el jeto. (... ) Los factores sensoriales,
vientre: es una modificación del que son independientes de las ne-
conjunto de la conducta. (P. J A- cesidades y de la personalidad del
NET, De l'a11g. a. l'ext., 11, 36.) sujeto percipiente y que imponen
20. Cuando Pierre Janet ( ... ) a su campo cognoscitivo ciertas or-
define su psiccilogia de la conduc- ganizaciones privilegiadas, son lo
ta, nos invita a mirar deBde fue- que se ha convenido en llamar
ra, pero no el exterior. (E. Mou- «factores estructurales de la per-
NIER, Tr. du cc,racl.,, 42.) cepción». ( ... )
Psicología difcrc11cial. Rama de la Por el contrario, los factores
psicología que estudia las diferencias f1<1u:ionales de la organización per-
existentes entre diversos gru-pos huma- ceptiva son aquellos que se derivan
nos (razas, sexos, edades) o entre miem- de la necesidad, del humor, de la
bros de un mismo grllpo. experiencia pasada y de la memo-
ria del sujeto. (D. KRETCH y R. S.
Psu:ologia de la Forma. Ad. E. Es- CRUTCHFIELD, Psyc/iol. Bociale, 108-
cuela que e,oplica el comportamiento 109.)
psicológico a partir de formas innatas.
Forma es una organización en la que Psicología, individ11al (al. lndividual-
las ·propiedades de las partes o de los psychologie). Término por el que AD-
procesos parciales dependen del todo. LER designó su concepción del psico-
Se aplica ya a sistemas físicos, ya a análisis después de su separación de
sistemas psíquicos (figuras, melodías, FREUD: la psicol. individ. estudia al
razonamientos, etc.). V. Ley de la bue- hombre en su complejidad concreta y
na forma. trata de adaptarlo a las condiciones
concretas de su existencia.
Psicología funcional y psicología es-
tructural, La psicología funcional con- Psicología patológica. «La psicología
sidera los hechos psíquicos en función patológica tiene por objeto establecer
del conjunto del psiquismo o del con- las leyes ,psicológicas de nuestros esta-
junto organismo..medio y como res- dos mórbidos e inferir, en lo posible,
puesta a unas necesidades. V. Educa- las leyes psicológicas de nuestros es-
ción• funcional. tados normales.» (G. DUMAS, J. de psy-
Por el contrario, la psicología estruc-
cliol., nov.-dic. 1907, 10.) V. Psicopato-
logía.
tural se atiene al análisis de las es-
tructuras de la actividad psíquica o Psicología profunda. Al.: Tiefenpsy-
comportamiento. chologie. Investigaciones que tienen por
objeto la exploración del inconsciente.
21. La psicología estructural es
a11alítu:a; dirige sus miradas a la Sin.: psicoanálisis.
composición de los procesos men- 23. La psicología profunda, co-
tales ( ... ). Se interesa en el cómo rno la llaman Freud, Jung, etc., es
de los fenómenos, en sus engrana- siempre una psicología del hombre
jes internos. ocioso; por eso predominan en ella
Por el contrario, la psicología los motivos sexuales. (G. LUKACS,
funcional considera la síntesis de en Action, 18 enero 1949, 7.)
todos esos engranajes elementales, Psicología reflexiva. V. Rcflcxió11,
con vista a la adaptación del indi- A 11álisis• reflexivo.
viduo ( ... ) y trata de descubrir los Psicología ,ocia/. Estudio del hombre
resortes que dan impulso a la má- viviendo en sociedad. Puede centrarse
quina; plantea unos l'•rqués. en el hombre individual (interpsicolo-
El punto de vista de la psicolo- gín de G. DE TARDE) o en ,Ja sociedad
gía estructural es mecanici,ta, des- como tal (sociologismo• de E. DUR-
criptivo, o•tático, El de la psicolo- KHEIM).
gía funcional es biológico, dinámi- 24. dada In situación fluida en
co, l!:sta se interesa por los fines, la que se halla hoy la psicologia
PSICOLOGIA 842
ral, 12; Necesidad, 2, 13; Norn!a, 10, ción, entonces tanto más habría que
12; Obligación, 22, 27: Obscrva<:tón, 2; comprender en una proposición
Orden, 4; Pasión, 18, 22, 23; Socie- aquella determinación reflexiva, a
dad, 23. la que las otras traspasan como a
Razón constituida, y razón co11stit11- su verdad, es decir, la contradic-
yentc (distinción debida a A. LALANDE). ció11; y habría que decir: Todas
las cosas están 011 contradicción 011
La razón constituida consiste en los si ·mismas, y esto justamente en
principios o norn1as, más o menos va- el sentido de que esta proposición
riables con el tiempo y las personas expresarla, frente a las otras, mu-
(aunque tendiendo en el límite hacia la cho más la verdad y la esencia de
unidad), en que se basan nuestros ra- las cosas. (HEGEL, Ciencia de la
zonamientos. La razón constituyente es Lógica, Hachette, II, p. 72.)
la facultad, inmutable e idéntica en to-
dos, de formar, gracias a la percepción (, .. ) cuando se tuviera que ha-
de las relaciones, principios universa- blar de un· orden jerárquico, Y
les y necesarios. cuando ambas determinaciones (la
20. Si podemos legítimamente, identidad y la contradicción) tu-
en ciertos casos, faltarle al respe- vieran que ser ma.ntenidas como
to a la razón constituida, es para separadas, entonces la co'!-tradic-
conformarnos más escrupulosamen- ción tendria que ser considerada
te a la razón constituyente. (A. como lo más profundo y Jo más
L.A.L.Urt"DE, La raison et les normes, esencial. En efecto, frente a ella,
187.) la identidad es sólo la determina-
ción. de lo simple inmediato, del
21. Hay [en la inteligencia] ser muerto; en cambio, la contra-
una tendencia activa, personal, in- dicción es la raíz de todo movi-
ventiva, que es la razón misma en miento y vitalidad; pues sólo al
lo que tiene de más esencial. Tal contener una contradicción en sf,
es lo que hemos llamado «razón una cosa se mueve, tiene impulso y
constituyente», por oposición a ese acti,¡idad .. (lbíd., II, 172.)
código público de reglas constitui-
das y verdades reconocidas que, (... ) la verdadera conclusión, que
por precioso que sea, sólo expresa procede de un ser finito y acci-
en cada instante el acervo imper- dental hacia una esencia absoluta-
fecto de la civilizadón. (lbíd., mente necesaria, no consiste en
228.) concluir en este ser absolutamente
22. Si la «razón constituy•nteo necesario, partiendo de un ser fini-
es un instinto, la «razón comtitui- to y accidental como de un ser que
dao es un cuerp·o de hábitos esta- se halle en /a, base y permanezca
blecido de la misma manera que allí, sino que consiste en concluir
todos los demás ... (A. BURLOUD, De en este ser absolutamente necesa-
la pB1Jchol. a la phüos., 200.) rio· partiendo de un ser solamente
caduco, qua se contradice en BÍ
V. Escuela, 21. mismo. (Ibíd. 77.)
Razón dialéctica. Ad. E. A. En ge- ( ... ) la dialéctica es un método y
neral frente a la razón analitica cuya un movimiento en el objeto; en el
concr~ción es la ciencia físico-matemá- dia4éctico se funda en una afirma-
tica, que se regiría por los principios ción de base que concierne al mis-
de no-contradicción ( A no es no-A, a la mo tiempo a la estructura de lo
vez y en el mismo sentido), y de «tercio real y a la de nuestra prazis:
excluido» (A es N o 1UJ-N), la razón afirmamos juntamente que el pro-
sintética y totalizante, que procede con- ceso del conocimiento es de orden
forme al método dialéctico y se identi- dialéctico, que el movimiento del
fica con la realid·ad, que es, asimismo, objeto (sea el que sea) es él mismo
dialéctica. Esta razón no se regirla por dialéctico y que estas dos dialécti-
el principio de no-contradicción, sino cas son sólo una. (SARTRE, Crítica
por el principio de contradicción. de la razón dialéctica, trad. de
V. Método dwléctico, Dialéctica. LAMANA, Losada, 1, l. 1, 166.)
22'. Si ahora se han elevado a B. Para SARTRE (cf. Critique de la,
forma de proposición las prime- raison dialcctique) la razón dialéctica
ras determinaciones reflexivas, la es el marxismo. Y así como KANT en
identidad, la diversidad y la oposi- la Critica de lt, razó11 p11ra se oponía
867 RAZóN
al «sueño dogmático• de la raz6n ana- das erigir la máxima que guía tus ac-
Htica, SARTRE intenta oponer una dia- tos en ley universal».
léctica critica a la dialéctica dogmá- V. Cimciencia, 33, 39.
tica.
Raz6n vitaT,.raz6n hiat6rica. Ad. E.
22". La «raz6n dialéctica», o Frente a la «razón pura», abstracta del
sea, el marxismo, es, para SARTRE, racionalismo, físico - matemático que
como para KANT, la ciencia flsico- capta las cosas au.b specie aeternita.-
matemática, el Faktum de que hay ti8, y que se muestra impotente ante
que partir, el Saber con may(1scu- lo especificamente humano, ORTEGA Y
la. La «critica» ha de consistir en GASSET postula la razón vital, que cap-
re-hacerlo dialéctico y en existen• te el carácter temporal del ser humano.
ciarlo. (ARANGUREN, cit. en la so- Esta razón se identifica con -la vida,
lapa de la Critica de la raz6n dia- sin dejar por ello de ser razón rigu-
léctica, de SARTRE, trad. de LA!IIA- rosa. Pero, dado que la vida es histó-
NA, Losada.) rica (la vida está hecha de «su tiem-
Hay que volver as! a tomar el po»), esta razón vital se convierte en
problema desde el principio y pre, raz6n histórica.
guntarse cuáles son el límite, la 22"'. Habla de razón vital co-
validez y la extensión de la Razón mo una razón que funcione en la
dialéctica. Y si se dice que esta vida, y que no se limita, por tanto,
Razón dialéctica sólo puede ser a la razón pura y abstracta, sino
criticada (en el sentido en que que llega hasta lo concreto y aca-
KANT tomó este término) por la ba por ser razón histórica.
Razón dialéctica misma, contesta- No se trata ya de una facultad
remos que es verdad, pero que pre- - y menos facultad característica
cisamente hay que dejarla que se del hombre como tal- ni tampoco
funde y '"' desarrolle como libre constitución inteligible de lo real.
critica de si misma al mismo tiem- sino más bien, uno de los modos de
po que como movimiento de la His- ser de la vida humana ...
toria y del conocimiento. Es lo que La razón no es, por consiguiente,
ha.sta ahl>l'a no se ha hecho : la un órgano de comprensión externo
han bloqueado en el dogmatismo. a la vida, sino que la vida misma
(SARTRE, lbíd., I, l. l, 168.) como razón es el órgano de toda
Raz6n pura. En KANT (reine Ver- comprensi6n. Porque la vida es la
nu.nft): lo que en el pensamiento es a realidad radical. (FERRATER MORA,
priori, es decir, independiente de la Dicciimario de filosofía.)
experiencia o ·simplemente aa razón. No Sólo cuando la vida misma fun-
se opone (como podría creerse por el tí- ciona como razón, conseguimos en-
tulo de las dos principales obras de tender algo humano. (MARÍAS, ln-
KANT : Critica de la raz6n pura y Cri- troducci6n a la, f-lJ.osofía, l947,
tica de la raz6n práctica) a razón prác- 1!110.)
tica; urazón pura se opondria, si ello Hasta ahora la filosofia ha sido
no fuese, para KANT, una contradicción siempre utópica. Por eso pretendía
en los términos, a «razón empirica». V. cada sistema valer para todos los
Pu.ro. tiempos y para todos los hombres.
Raz6n te6rica y razón práctica. En Exenta de dimensión vital, históri-
KANT: la razón es teórica o especula- ca, perspectivista-, hacía una y otra
tiva cuando su actividad se ordena tan vez vanamente su gesto definiti-
sólo al conocimiento; práctica, cuando vo ... La razón pura tiene que ser
se ordena a la acción moral. En la pri- sustituida por u.na razón vital,
mera de estas dos formas puede ser pu- donde aquélla se localice y adqllic-
ra o basarse en la experiencia. La ra- ra 'lltovilidad y pureza de tr,,,nsfor-
zón práctica es siempre pura. mación.
La razón pura teórica consiste en el Para mí, razón y teoría son sinó-
armazón a priori del pensamiento. V. nimos ... Mi ideología no va contra
la razón, puesto que no admite otro
Raz6n pura. método de conocimiento-teorético
La raz6n pura práctica dicta el prin- que ella; va sólo contra el racio-
cipio a priori de la actividad mornl o nalismo. (ORTEGA y GASSET, Ni vi-
imperativo• categórico: Obedece a la talismo ni racionali,mw, Obras, III,
lef: «Obra siempre de manera que pue- 237.)
RAZóN 858
lógica puramente verbal. Hoy es siem- el que percibo los limites de la ra-
pre peyorativo. zón. (G. MARCEL, Déclin de la •a,g.,
Der.: raciocinio. 80.)
V. Absurdo, l. 47. Podría decirse ( ... ) que en
Razonable. A- Antic. Racional. Que el razonador, en el discutidor, la
está dotado de razón. razón se toma por fin en si mís-
ma: se ama a si misma más que
38. Es porque somos razonables y ama a la verdad (... ). En el razo-
conscientes de nosotros mismos por nable, por el contrarío, la razón no
lo que nos juzgamos capaces de
iniciativas voluntarias. (M. BL<lN-
se conoce, no tiene conciencia de
su ejercicio. Está por entero ocu-
DEL, L'Action, 119.)
pada con el cuidado de acertar y
Contr.: in-aciana!. por eso, mientras en el razonador
B. Que se conforma o es conforme la razón utiliza a manos llenas el
a la razón: no a la razón raciocinan te razonamiento, en el razonable el ra-
o razón lógica, sino a la razón prácti- zonamiento está sometido a una
ca, al buen sentido. especie de instinto de realidad que
39. Todo el mundo razona, pero no siempre puede a-portar pruebas,
hay pocas personas razonables. y el razonamiento sólo interviene
(Ca:b. DE MÉRÉ, Réfl. morales, como un medio de exposición y con-
300.) trol. (J. GUITTON, N ouvel art de
penscr, 87-88.)
40. Es preciso que [los prínci-
pes] hagan siempre cosas razona- C. Conveniente, suficiente, acepta-
bles, y que razonen poco. (MONTES- ble (referido a cosas) ; de buen sentido,
QUIEU, Pensées div.) contemporizador (referido a personas).
41. Es razonable que mortifi- 48. Era, cuando lo tuve, de un
que mi carne, porque de lo contra- [grueso razonable.
rio mi carne se rebelará contra mi (LA FONTAINE, La laitwre et le
razón y contra Dios mismo. (BOUR- pot au la,i.t,)
DALOUE, Sur la sagesse et la dou- Razonador. Que explica y razona.
ceur de la, /,oi chrét., I.) En partic. y con sentido peyor. que ra-
42. Cuando veo a un hombre zona con intemperancia, principalmen-
infatuado de razón, al momento te para discutir las opiniones de los de-
apuesto a que no es razonable. más o las opiniones de aquellos de quie-
(VAUVENARGUES, Réfl. etma:i:., 644.) nes depende. Un niño, un político «ra-
43. Hay que presumir de ser zonadores». V. Razonable.
razonable, pero no de tener razón. 49. No he conocido ningún ra-
(J. JOUBERT, Pensées, 101.) zonador que no tuviera el espíritu
44. Los matrimonios de razón falso. (J. JOUBERT, Pensées, 128.)
corren peligro de ser a veces tan 50. Hay que conseguir que los
poco razonables... (E. ESTAUNIÉ, nmos sean razonables pero no
L'infirme mu mains de lum., l.) razonadores. Lo primero que hay
4ó. En la vida corriente el ser que enseñarles es que es razonable
razonable por excelencia es el hom- que obedezcan y fuera de razón el
bre experimentado que sabemos de que repliquen continuamente. Sin
conducta prudente y buen consejo; esta enseñanza previa, la educación
ese campesino familiarizado con el se reduciría a argumentaciones, y
ritmo de las estaciones, la alter- todo se perdería en el caso de que
nancia de los vientos, la brusque- todos los profesores no fueran bue-
dad de las tormentas; ese médico nos ergotistas. (J. JoUBERT, 155.)
al que una despierta curiosidad ha 61. Desde el momento en que la
hecho sensible al temperamento de inteligencia razonadora decide po-
los enfermos, a la gravedad de los nerse a juzgar obras de arte, ya
síntomas, a la oportunídad de los no hay nada fijo ni cierto: se pue-
remedios, arte individualísimo y de demostrar todo lo que se desee.
que, a menudo, sería difícil justi- (M. PnousT, Temp• retr., II, 46.)
ficar de modo explicito. (L. BnUN- 52. El razonador es aquel que
scHv1cG, Hérit. de mots ... , 14.) hace un uso equivocado de la ra-
46. El hombre razonable es aca- zón y que (... ) sustituye a la ver-
so, ante tQdo y fundamentalmente, dad por el juego del rnzonamíen-
861 RAZóN
to, la apariencia de la razón. (J. RAZONAM. ANAL. RAZONAM. SINT.
GUl'l'TON, Nouvel u,rt de pe11llfJ'1', Sócrates e.a mortal El hombre e., mortal.
87.) port¡ue ea /rombre, Sócrates ea hombrP,
luego el h. ea mortal. luego S. es mortal.
Razonamiento. Operación mental por Razonamiento experimental. Térmi-
la que, de juicios dados, se saca un no por el que designa CI. BERNARD el
nuevo juicio. Formulación lógica de razonamiento hipotético-deductivo que
una razón en el sentido B o de un ar- «dirige la experiencia», a fin de deter-
gumento. V. Inferencia.. minar el valor de la hipótesis experi-
Sin.: deducción•. mental. Esquemáticamente, presenta la
53. El razonamiento es una siguiente forma:
operación de la mente por la de Si la hipótesis es verdadera, debe-
que una cosa se infiere otra. (Bos- mos observar tal o cual fenómeno;
SUET, Logique, 111, l.) observamos (o no observamos) este o
54. La idea es el conocimiento estos fenómenos;
en potencia, objeto, materia del co- luego la hipótesis es verdadera (o
nocimiento en acto. El juicio, que falsa).
analiza la idea, o que establece en- Cl. BERNARD compara así el razona-
tre las ideas una relación necesa- miento hi-potético-deductivo de los ma-
ria, es el conocimiento en acto. El temáticos con el de los naturalistas:
razonamiento es el movimiento 57. Unos y otros inducen, for-
mismo por el que el ,pensamiento mulan hipótesis (... ) ; pero el ma-
se realiza en los sucesivos juicios temático dice: Dado tal punto de
(... ) , Ja acción por la que el en- parti.da, de él resulta necesaria-
tendimiento trata de justificar mente tal caso determinado. El na-
sus actos presentes poniéndolos de turalista dice: Si este punto de
acuerdo con todos los demás. (J. partida fuese exacto, de él resulta-
LAGNEAU, Cél. legons, 190.) ría tal caso como consecuencia. (CI.
55. El razonamiento no consis- BERNARD, Introd., 1, 11, 5.)
te sólo, como suele admitirse, en V. Idea, 27; Verdad, 67.
la transición de Jo conocido a lo «Ra.zcmamiento inductivo». Término
desconocido, es decir, en el hecho por el que antaño era corriente desig-
de esa t:ransición, sino, sobre todo, nar la inducción•. Pero este uso debe
en el sentimiento de que esa tran- proscribirse: concebida como el proce-
sición está justificada, de que la so que «concluye» de lo particular a lo
primera relación que se observa es general, la inducción es un razonamien-
equivalente a la segunda relación to lógicamente incorrecto y, por consi-
que se establece. (.E. CLAPARiDE, guiente, no constituye un verdadero ra-
L'assoc. des idées, 373.) zonamiento.
56. el razonamiento es el acto 58. Podemos distinguir un mé-
por el que pasa de una creencia a todo «deductivo», que es el de las
otra nueva con conciencia (o sen- matemáticas o las partes matemá-
timiento) de las razones. (M. Do- ticas de la física, y un método «in-
ROLLE, Le raisonn. par anal., 36.) ductivo», que es el de las ciencias
V. Consecuci6n, 2; Intuición, 8, 20; experimentales (... ) ; pero no te-
Süogismo, 4. nemos derecho a hablar de razona-
Razono,,niento analítico y razona- miento inductivo. (A. LALANDE, Les
miento Bintético. El razonamiento ana- théories de l'induct., 209.)
Htico comienza por plantear la propo- 59. El razonamiento inductivo
sición a demostrar y ·la ,refiere después es mucho menos fácil de analizar
a las proposiciones que la justifican [que el razonamiento deductivo].
porque de. ellas se desprende necesaria- Apoyándose en la analogía y la in-
mente. El razonamiento sintético pro- tuición, recurriendo más a la agu-
cede de manera inversa: comienza por deza que al espíritu geométrico,
plantear las proposiciones o principios trata de adivinar lo que no se co-
que deben justificar la proposición a noce aún, a fin de establecer nue-
demostrar, la cual es deducida de ellos vos principios que puedan servir
como consecuencia necesaria. Más bre- de base a nuevas deducciones. (L.
vemente: el razonamiento analltico pro- DE BROGLIE, Sur lea sentiers de la
cede de la consecuencia a los pl'inci- scicnce, 210.)
pios; el razonamiento sintético, de los V. Razonamiento por analogía*, Ra-
principios a la consecuencia. zonamiento por recurrencia•.
RAZóN 8fi2
con la fe racional. (... ) Ya no que- Re. Pref. lat. que indica un movi-
da nada que creer; todo está pro- miento hacia atrás o en sentido con-
bado. (H. DELACR0IX, La religion trario (regresar, reflexionar), la vuel-
et la foi, 101.) ta a un estado anterior (reponer, revi-
79. Los teólogos que abusan del vir) o la repetición de un acto (repe-
argumento de razón son los pri- tir, repensar).
meros en gritar contra el raciona- Esa sílaba re ex'Presa la idea de
lismo. (P. PEETERS, Sentences in- una acción de la mente que vuelve
tc11tpor., núm. 22.) sobre el acto, como la reflexión so-
lrra.cio11alimno. Teoría, o más bien bre la atención, lo que, según los
actitud intelectual que no admite el va- casos, perfecciona o corrompe. El
resentimiento pudre el sentimien-
lor de la razón o el carácter racional to, pero el recuerdo impide que las
de la realidad.
memorias pasen a la manera de
80. El actual resentimiento con- un sueño. (J. GUITT0N, Le travail
tra la inteligencia ( ... ) no es, sin intell., 116.)
duda, más que la consecuencia del
racionalismo eufórico del siglo pa- REACCióN. Comp. de acción• y el
sado: el hombre retrocede, como pref. re: acción recíproca o corno res-
descorazonado ante la magnitud puesta.
de los problemas ( ... ). El irracio- A. Pro p.: acción de sentido contra-
nalismo no es sino el reverso del rio al de la acción que la desencadena.
racionalismo: un racionalismo de- Motor a reacción. Los procedimientos
cepcionado. (Th. MAULNIER, Arriere autoritarios suscitan la reacción, es de-
pcnsées, 146.) cir, la rebelión.
81. El irracionalismo tiende a l. Las reacciones son, como las
refutarse a sí mismo, puesto que contrarrevoluciones, peripecias e
se afirma como verdad filosófica y intermedios sumamente transito-
niega la condición de ésta. (R. rios, que viven sobre el recuerdo
ARON, lntrod. d la. philos. de l'hist., fresco del postrer levantamiento.
318.) La reacción no es más que un pa-
2. Racionalismo relativo (por op. rásito de la revolución. (J. ORTEGA
al fideísmo) : doctrina que sostiene que, Y GASSET, El ocaso de las rct•ol11-
sin ser suficiente, la razón es necesa- ciones, Obras, 111, 2.20.) Ad. E.
ria para el establecimiento y la inteli- B. Fisiol. y psicol. Respuesta de un
gencia de las verdades de la fe. ser vivo a la acción de un estímulo o
Racionalista, adj. y subst. A. En excitante. V. Abreacción.
sentido usual: relativo al racionalismo Si el estímulo es incondicional o ab-
(argumentos racionalistas) : que profe- soluto (p. ej., la carne para la acción
sa esta doct1·ina (argumentos de los ra- salivar), tenemos una reacción. incon-
cionalistas). dicional. Si el estímulo es condicional
B. Menos corrientemente: que, en (en el ejemplo dado, un timbre como
la práctica, se gula sólo por los datos en las experiencias de PÁVLOV), la reac-
de la razón. ción es condicional.
V. Coniportamien.to, 3; Tendencia, 1.
82. No nos instalamos de golpe Psicología de rea.ceión. Concepción de
en el conocimiento racional ( ... ) la psicología que elimina toda conside-
Tratamos de llegar a ser raciona- ración de la conciencia y hace abstrac-
listas (... ) . Y asi es como, por un ción de los datos de la introspección
psicoanálisis del conocimiento ob- ,para atenerse a las reacciones e-xter-
jetivo y del conocimiento en imá- nas de los objetos observados. V. Beha-
genes, hemos llegado a ser racio- vioris-mo, Co·mportamiento.
nalistas con respecto al fuego. La
sinceridad nos obliga a confesar Tiempo de 1·cacción. Du1·ación del in-
que no hemos conseguido la misma tervalo que separn la acción del estí-
reeducación en cuanto al agua. Las mulo de la respuesta.
imágenes del agua seguimos vi- Ueaccional (Psiquiatría). Que es re-
viéndolas, las vivimos sintética- sultado de la reacción a un choque
mente en su complejidad primiti- afectivo y, 1101· consiguiente, inteligi-
va dándoles a menudo nuestrn ble y curable. Se op. a constitucional•.
adhesión frrazonada. (G. BACHE- 2. la patología mental provoca-
LARD, L'cau ot les revea, 10.) da por los acontecimientos sociales
SS. Diccionario del Le111uajc Filosófico,
REAL 866
dad, y lo que quiere realizar (una po- A. Adj. Que va del uno al otro y
litica realista). viceversa, que obra en un sentido y en
42. No hay en parte alguna, ni el contrario.
siquiera en el arte más realista, Sin.: mutuo. Adulación, denigración
datos objetivos e implacables. La mutuas. Los verbos recíprocos («se pe-
pura escenografia de la realidad gan») expresan esa reciprocidad de la
es siempre ilegible. A la impresión acción.
concurren la realidad y la mente. V. Correlaci611, 6.
(H. DELACR0IX, en N. Tr. do Ptr/1·
c/101. de DUMAS, VI, 493.) B. Recíproca, subst. l. Lóg. La
recíproca de una proposición se obtiene
B. Que profesa o practica el rea- invirtiendo el orden de los términos. El
lismo (B) en los diversos sentidos de hombre es un animal racional: un ani-
esta palabra (los realistas de la Edad mal racional es un hombre. Nótese que
Media), o que es relativo a esas doctri- la recíproca de una proposición verda-
nas (los supuestos realistas). dera no es necesariamente verdadera
43. Toda obra de arte es expre- (v. Co11versió11).
sión de un ideal; pero para un ar- 2. Mat. La recíproca de un teorema
tista realista, ese ideal nace casi se obtiene invirtiendo el orden de las
Inmediatamente al contacto de la proposiciones, es decir, tomando por
realidad, en tanto que para otros hipótesis la conclusión y la concl1,1sión
es más el producto de un trabajo •por hipótesis. Ej.: el teorema S, dos
interior. (H. DELACR0IX, Psychol. cuerdas de u11. círculo son. iguales, es-
do l'art, 89.) tán a, igual distancia. del centro, tiene
V. Nomi11a.lista., 10. por recíproca: Si dos cuerdas de un
círculo están a, igua,l distancia del ce11,-
RECESIÓN. Lat. rcccssio, acción de tro, son igua/,es. La recíproca de una
alejarse (recedcro). proposición verdadera no es necesaria-
A. Astronomía. Alejamiento progre- mente verdadera.
sivo de las nebulosas extragalácticas, Reciprocidad. Carácter de lo que es
origen de la hipótesis del universo en recíproco. La amistad implica recipro-
expansión. cidad de sentimientos.
B. Econ. polít. (uso reciente). Se l. Para quien quiera conocer el
dice de una baja de la producción o estatuto metafísico de la persona-
una disminución en su progreso. V. Re- lidad, el camino más fácil es el de
grcsi611. la reciprocidad. (M. NÉDO:<CELLE,
Recesivo. Der. del lat. reccdere, ir La réciprocité des co11sc., 23.)
( cedere) hacia atrás (re). 2. La diada es la única forma
Se op. a procedere en el sentido de directa de reciprocidad dada a la
progresar. experiencia. (... ) Cada uno de nos-
Genética. Se dice, por op. a «dominan- otros puede entrar en un cierto
te», del carácter que permanece laten- número de diadas simultáneas o
te; sólo se manifiesta en el fenotipo• sucesivas; no obstante, la recipro-
cuando se halla a la vez en la herencia cidad de dos conciencias es y a tan
tenue en sus mejores momentos,
materna. i~
cromosómica patel'na Y.. en la herencia
un valor que no tenían cuando dis- •pres. de rccurrerc, correr ( currerc) ha-
poníamos de su presencia sensi- cia atrás (re), volver, reproducirse.
ble. (L. LAVELLE, Le mal et la sou/- Que vuelve atrás, hacia su origen
fra11ce, 19-20.) (nervio recurrente), que se reproduce
12. Cuando tenéis un recuerdo, (fiebre recurrente). «En términos de
sois vosotros quienes lo tenéis, y álgebra, Serie recurrente, serje en la
a la vez es él quien «os tiene». Si que cada término se forma con un cier-
el recuerdo es algo intenso, soñáis, to número de términos precedentes
perdéis pie. Todo ocurre como si multiplicados por los mismos coeficien-
fueseis presa de un «otro yo». (R. tes» (Acad. fr.).
RUYEll, Bull. do la Soc. fr. de Pliil., l. En un todo organizado ( ... )
1948, 168.) cada efecto repercute en la totali-
V. Tesis, 4. dad, cuya modificación se convier-
13. El recuerdo puro carece de te a su vez en causa de cambio
fecha. 8610 tiene época, (... ) ¿Qué para el efecto primitivo. Es una
época o quó vientos corrían en especie de reflexión y multiplica-
aquel día memorable? ( ... ) Los re- ción de los efectos denominada re-
cuerdos se convierten entonces en currencia de la causa: una causa
grandes imágenes, en imágenes recurrente es aquella cuyo efecto
agrandadas, agrandadoras. (G. se hace causa por relación a ella
BACHELARD, Poétiquo do la révcrio, misma. (E. CALLOT, Phi/os. biol.,
100.) 158.)
14. El recuerdo evo.cado, des- 2. Constituida en orla de la geo-
arrollado, aparece aquí como un metría euclidiana, ,Ja geometría no
momento en el ciclo de los valores euclidiana dibuja desde fuera, con
personales. (... ) No atestigua tan- luminosa precisión, los límites del
to nuestro pasado como nuestro antiguo pensamiento. Lo mismo
presente y nuestro próximo futu- ocurría con todas las formas nue-
ro. (G. GusooRF, Mémoire et pers., vas del pensamiento cientüico,
I, 193.) que vienen a proyectar a posterio-
15. No existe recuerdo indepen- ri una luz recurrente sobre la os-
diente, anterior a cualquier orga- curidad de unos conocimientos in-
nización, como una pieza suelta completos. (G. BACHELARD, NoZ<v.
que esperase a ser integrada en un esp. se., 8.)
conjunto. (... ) Todo recuerdo se si- Recurrencia. A. En general: ca-
túa en una perspectiva, se dibuja rácter de lo que es recurrente, es decir,
sobre un particular segundo tér- vuelve sobre sí mismo o se repite.
mino. Una memoria se compone de 3. La forma más trivial [de la
diversas esferas, de constelaciones representación del espacio] resul-
y no de unidades aisladas de re- ta, como las imágenes genéricas,
cuerdos. (lbíd., 11, 324.) de la repetición de una sucesión
16. (A propósito de M.-Ponty y de acontecimientos de recurrencia
su madre.) Los recuerdos entre dos constante y aproximadamente uni-
son ritos: el superviviente sólo forme. (Th. RmoT, Évol. des idécs
encuentra hojas secas, palabras. gé11., 191.)
(J.-P. SARTRE, «M. Merleau-Ponty 4. El instinto y el mito no son
vivant». Temps modernos, núms. nunca superados para siempre.
184-185. [1961], p. 358.) Animan al superior desarrollo del
V. Dialéctica, 27. pensamiento con su perpetua re-
currencia, cada una de cuyas ins•
B. Por anal. l. La función de tanelas se esfuerza por lograr pre-
conservación y evocación del pasado (el ponderancia en el desarrollo de los
recuerdo = la memoria). sistemas. La recurrencia del ins-
V. Cifra, 11. tinto se hace sentir en las filoso-
2. Objeto que recuerda un suceso fías de la naturaleza ( ... ). En
pasado o a una 'J)ersona. Un armario cuanto a la recuri-encia del mito,
lleno de recuerdos. se manifiesta por el oscurecimien-
to del individuo en beneficio del
RECURRENCIA gr11po, tendencia que se afirma sin
cesar desde hace más de un siglo
Recurrente. Lat. rocurrs11s, p&1·t. en Occidente, ante el creciente una-
REOARGUIU 874
1'. Cuando el hombre discu1·re propio, sino a otro que le ha sido aso-
no anda en actos reflejados sobre ciado. Ej.: la salivación de los perros
su pensamiento, así como los ojos de PÁVLOV al sonido de la campana que
cuando miran no hacen contorsio- anuncia la comida. Se dice tambi~n:
nes para verse a si mismos. (J. reflejo condicional.
BALMES, El criterio, 106.) Ad. E. V. /lfímica,, 2.
3. (Psicol.). Aplicado a las funcio- 2. Por anal. (Psicol.): reacc1on in-
nes mentales y por oposición a espon- mediata, irreflexiva e involuntaria.
táneo•: que su actividad implica el
control de sus procesos o una vuelta de 4. El reflejo no procede siem-
la mente sobre esos procesos. Atención pre ni siquiera ordinariamente del
espontánea, atención refleja. Recuer- hábito, pero el hábito añade a la
do• espontáneo, recuerdo reflejo. En naturaleza nuevos reflejos, y aca-
muchos casos, se opone al mismo sen- so pudiera incluso ser definida
tido espontáneo a voluntario. en el ser vivo por esa aptitud. (M.
PRADINES, Tr. de psychol., I, 126.)
B. Subst. l. Prop. (Fisiol.) : reac-
ción involuntaria a una excitación pe- 5. La afirmación de existencia
riférica•. Las hay primarias o de cons- estima espontáneamente el hombre
titución (reflejo de la degludón) y se- formado en la ciencia · (... ), sólo
cundarias o de adquisición (reflejo pal- puede ser aceptada en proporción
pebral). a la experiencia hecha de lo exis-
tente (... ). Es el reflejo empirista.
2. Sobre una pata de rana des-
cerebrada se coloca una gota de Al lado de esta posición se afir-
ácido; la pata se retira: he aquí ma la tendencia a considerar como
un reflejo motor. La impresión condenada de antemano toda argu-
producida en las terminaciones ner- mentación que razone apoyándose
viosas de la piel ha llegado, por en el concepto de ser ( ... ) Es el re-
los nervios sensitivos, a la médula flejo nominalista. (D. DUBARLE,
espinal. desde donde se ha refleja- Rech. philos., II-IV (1959), 98.)
do en el nervio motor de la pata, 6. ¿Qué será entonces de él [el
para llegar a las fibras muscula- hombre nuevo], apenas fatigado y
res cuya contracción ha provocado. desbordante de ocios? La vida ame-
No sólo hay reflejos motores, sino ricana muestra que su primer re-
también secretores. (J. R0STAND, flejo es aturdirse. (J. FoURASTIÉ,
La, vie et ses probl., 88.) La civi/isu.tion de 1975, 68-69.)
3. A la idea de una simple re- Reflexión. Lat. reflexio, acción de
flexión con posibilidad de diversos reflectere (volver hacia atrás).
cambios de agujas que transfor- A. Prop. (Fís.). Cambio de direc-
man automáticamente un mensaje ción de las ondas que caen sobre una
sensitivo en mensaje motor (... ) ha superficie reflectante.
sucedido la concepción de que el B. Fig. (Filos.). Vuelta de la men-
reflejo era una respuesta integra- te sobre sus estados y sus actos.
da, resultado de una compleja ac-
tividad de los centros nerviosos l. Con intención esencialmente psi-
(CHAUCHAnD, Méca,n. cérébr. de la, cológica: vuelta de la mente sobre sus
prise de co11Bc., 36,) estados y sus actos para adquirir con-
ciencia más clara de ellos, analizarlos
3'. Cuando la reacción es sim- asistir n su evolución... '
ple y uniforme, rigida, invariable,
cualquiera que sea el estimulante, Sin.. : introspección*, observación in-
terior.
decimos que es un mero reflejo.
Cuando se trata de una reacción 7. la reflexión no es otra cosa
complicada, en que interviene to- que una atención a lo que hay en
da una serie de actos y que se nosotros. (LEIBNIZ, N. Essais, Pról.
adapta a ciertas variaciones del I, 12.)
estímulo, decimos que es un ins- 8. Distinguimos también entre
tinto. (J. ORTEGA y GASSET, La in- los pensamientos del alma que tien-
telige11cia, de los chimpa,ncés, den directamente a los objetos y
Obras, III, 572.) Ad. E. aquellos en los que se vuelve so-
V. Instinto, 8, 19. bre sí misma y sobre sus propias
operaciones, mediante esa manera
Reflejo condicionado. Reflejo adqui- de pensar llnmnda reflexión. (Bos-
rido que responde no a su excitante SUET, Conn. de D., I, 12.)
REFLEXlóN 878
turalcza propio. (J. LAGNEAIT, Cé- sufrir n los C'stu,los de <•onciencia <•I
l<'b,·cs le~. et frao111., 57-68.) medio psíquiro en el que se producen.
31. Por ,lfrlu<lo l'rf/r.dvo ( ... ), (... ) In refracción moral ( ... ) nos
entendemos nquí no el simple he- muestra In naturaleza tan pronto
rho de n~flexionar sobre conceptos hnjo un nspecto riente y gracioso
o de meditar, sino el hecho de re- como cubierta de un velo fúnebre
trotraer al pensamiento sobre sus que nos hace hallar en los mismos
propios actos, en tanto que pien- objetos unas veces motivos de es~
san la realidad, para encontrar las peranza y amor, otras sujetos de
leyes de una y otro. (A. ll1ARC, Dia- odio y temor. Así se halla oculta,
lcctiq11c ele l'affi>'mation, 43.) en secretas disposiciones, la fuente
32. el método del ancílisis re- de casi todo el encanto o el disgusto
ffrxi,•o ( ... ) es un método interior afectos a los diversos in5t.antes
que, rnediante una regresión y unn de nuestra vida: esa fuente de los
1·educción, quiere retrotraernos del bienes y los males, la más real, la
objeto al sujeto puro, de lo cono- llevamos en nosotros mismos, ¡ y
cido al acto que conoce, de las co- acusamos a la suerte, y elevamos
sas a su condición. (P. THÉVENAZ, altares a la fortuna! (MAINE DE
L'ho,mne et sa raison, 1, 36.) BIRAN, Mé111oire sur la clécomposi-
tio11 de la penséc, <Eu.vres, 1, 165-
33. la posición de existencia del 167.)
soñador no puede ser asimilada a
la del hombre despierto, puesto que V. Valar, 29.
la conciencia Teflexiva, en un caso, REFUTACióN. Lnt. refutatio, der.
destruye el sueño, por el hecho mis- de refutare, rechazar (a un enemigo),
mo de afirmarlo como lo que es, y refutar.
en cambio confirma y refuerza la
conciencia refleja en el caso de la Discurso o escrito que muestra In
percepción. (J.-P. SARTRE, L'ima- falsedad de una afirmación o una doc-
giuairc, 208.) trina.
34. La conciencia reflexiva po- Sin.: red·argución, crítica.
ne la conciencia refleja como su Co11ti-.: demostración, prueba, justi-
objeto. (J.-P. SARTRE, L'etre et le ficación.
"·· 19.) l. Refutación expresa mucho
35. La reflexividad es la refle- más que ob;eci611. La ob;eci611 pro-
xión espontánea tomándose a sí pone una dificultad a resolver, y
misma por objeto y tematizándose no pretende justificar una recu-
en un plano especulativo, científi- sación definitiva de la tesis cri-
co, elaborando criterios epistemo- ticada; la «refutación», por el con-
lól!icos de orden racional. (H. Du- trario, la condena de modo radical.
MÉRY, La foi ,i'est pru un eri, 247, (LALANDE, Voc., Refutación.)
Seuil, 1959.) 2. la mayoría de los oradores
V. Análisis, 8, 9, 10; Apercepci611, prefieren (... ) pasar en silencio
4; Eidético, 5; Positivo, 32; Sue,,o, 22. una objeción a In que sólo podrían
oponer una débil refutación. (Ch.
Prerreflexivo. Anterior a la vuelta PEREI~MAN, Tr. de l'argtt1ne11tatiou,
de la conciencia sobre sí misma. En ese 11, 637.)
estadio no hay distinción de sujeto y
objeto. Cf. no tético•, no posicional*. REGIONAL. Relativo a una región.
36. es la conciencia no reflexi- Empleado ·por ciertos filósofos contem-
va la que hace la reflexión posible: poráneos para calificm· el estudio re-
hay un cogito prerreflexivo que es lativo tan sólo a un aspecto particulnt·
la condición del cogito cartesiano. de su disciplina.
(J.-P. SARTRE, L'etre et le n., 20.) l. la antropología filosófica se
afirma ( ... ) como una ontología
REFRACCIÓN. Lat. refractio, ac- regional que tiene al hombre por
ción de quebrar (refringere) o que- objeto, coordinada con las demás
brarse. ontologías que con ella se repar-
A. Prop.: desviación del rayo lumi- ten la esfera de la totalidad de lo
noso cuando pasa de un medio trans- existente. (HEIDEGGER, Kant et le
parente a otro. probl. de la métaph., 267.)
B. Fig.: transformación que hace 2. [En un cap. titulado: «Los
881 REGLA
sados !ns reglas que pueden guiar- l." Hu ch, lrnuer t,·,·s términos: ma-
le en los actos del mañnna. (Ch. yor, medio y menor.
DE GAULLE, Vr,•s /'armrr dr mé- 2.0 El término medio ha de tomar-
tier, 153.) se, ol menos una vez, universalmente.
5'. como las reglas de las ar- :!," Los tí•1·minos no pueden tenel'
tes han debido su origen no al más extensión en la conclusión que en
arbitrario antojo de los hombres, las pl'emisas.
sino a aquel gusto universalísimo
que induce en todos la aprobación 4." La conclusión no puede incluir
de una misma cosa, éste, llamé- el término medio.
mosle instinto racional, en sus de- 5." De dos premisas afirmativas no
cisiones no da otra razón que la cabe deducir conclusión negativa.
de la observancia constante, na- 6." Si ambas premisas son negati-
ciendo de ahi que los elementos vas, nada se puede concluir.
fundamentales de las artes sean 7." La conclusión sigue siempre la
unos mismos entre todas las gen- peor parte, es decir, si hay una premisa
tes donde se cultivan, y las for- particular, ha de ser particular, y si
mas y modificaciones diferentísi-
mas. (J. P. FoRNER, Exequias de hay una premisa negativa, ha de ser
la lengua castellana, 96.) Ad. E. negativa.
V. Técnica, 12. 8." De dos premisas particulares no
cabe sacar conclusión alguna.
2. Hay reglas imperativas que pres-
criben una conducta a observar o un De la aplicación de estas reglas a
resultado a obtener, Son categórica- cada una de las figuras surgen unas
mente obligatorias, ya por derecho na- reglas •prácticas para cada figura.
tural, ya por derecho positivo. Primera figura: La menor ha de ser
Si11.: ley, precepto, deber. Las re- afirmativa y la mayor universal.
glas de la moral, del decoro, de pro- Segunda figura: Una premisa ha de
cedimiento. ser negativa y la mayor universal.
5 bis. La opinión de que los Tercera figura: La menor ha de ser
franceses son incapaces de cual- afirmativa y la conclusión particular.
quier regla o disciplina no tiene Cuarta figura: Si la mayor es afir-
otro fundamento que la incapaci- mativa, la menor ha de ser universal;
dad de sus jefes, que no saben ele- si la menor es afirmativa, la conclu-
gir los medios necesarios para los sión ha de ser particular; si una pre-
fines que se proponen. (RICHELIEU, misa es negativa, la mayor será uni-
Testament polit,) versal.
6. Los niños sólo obedecen a Reglamento. Conjunto de reglas
los padres cuando ven a éstos obe- prescriptivas que determinan Jo que se
decer a las reglas. El orden y la debe hacer. El reglamento suele refe-
regla, una vez establecidos y re- rirse a un grupo o sociedad (reglamen-
conocidos, constituyen el más fuer- to de un cuerpo de policia, de una
te de los poderes. (J. JOUBERT, asamblea nocional, de un colegio) ; pero
Pensées, 152.) cualquiera puede tener o redactar su
V. Juego, 11. reglamento personal.
C. Gram. Las reglas gramaticales O bis. La regla considera pro-
se basan en el uso, y, por lo tanto, en piamente 1118 cosas que deben ha-
hechos (como las leyes físicas). Pero cerse, y el regla·111e11to la mane-
prescriben (como las reglas definidas ra en que han de ser hechas. En
en B) en vez de limitarse a constatar lo ideo de aquélla enti-a algo más
el uso. directamente entroncado con el de-
D. Ad. E. Log. Reglas del silogis- recho natural; en la de éste, algo
mo. Los lógicos medievales, siguiendo a má• cel'cado al del'echo positivo,
ARISTÓTELIIS, que trata de esta cuestión Equidad y curidad deben se,· las
t.•n los Prim,rros A 11alítfouB, J, formu- dos grundes ,•cgla• de conducta:
laron oeho reglas para el silogismo, incluso tienen derecho a derogur
de las cuales, las cuatro ·¡,rimeras se cualquicl' detalle de un determina-
refieren a la materia 1·emotu, es de- do ,•eglame11to,
cir, los términos, mienh·as que las res- Nos sometemos a la regla, Nos
tantes se refierr,n a la materia p1·óxi- confo1·mumos al r,·ulame11to, (GI-
1na, las proposiciones, IIAIIU, Sy11., 202-263,)
883 ltEGRESiú:'11
ráeter religioso. Pero puede decir- hombres sin fe, sin seriedad, sin
se que ( ... ) la 711rfafísica ,s 1111 co- moral. (RENAN, A Vl'llir d,• la scirn-
nocimfrnio ll la. religión una vida. cr, 482.)
( lbíd., 530.)
11. La ciencia, el arte, In filo-
9. la filosofin ( ... ) conoce sin sofla sólo tienen valor en tanto
duda a los sujetos, pero los conoce que son religiosos, es decir, en tan-
como objetos, se inscribe por com- to que proporcionan al hombre el
pleto en la relación de inteligencia pan espiritual que las religiones le
a objeto, en tan.to que la religión proporcionaban antaño y que ya
se inscribe en la de sujeto a suje- no pueden darle. (RENAN, <E11vres,
to (... ). Ésta [la religión] es esen- I, 219.)
cialmente lo que ninguna filosofía
puede ser: relación de persona a 1-2. [El s. XVIII] acabó por te-
persona. (J. MARITAIN, Com·t trai- ner la religión de la razón y la re-
té de /'c,l'Íst., 119, 121.) ligión del sentimiento (.. ,). Los
hombres pertenecieron más bien a
9'. De la manera que un día de la religión de la razón, las muje-
la vida del hombre se ha de prefe- res a la del sentimiento. (E. FA-
rir a la longevidad de un cuervo o GUET, XVIII' s., XVI.)
de un ciervo, un día vivido en reli-
gión, esto es, de vida divina, ha de 1 13. Entendida como debe serlo,
anteponerse a la eternidad toda sin la religión no es otra cosa que la
religión. (J. L. VIVES, lntroducció11 aspiración espontánea del hombre
a la sabiduría, § 598, p. 110.) a la verdad, el bien y la belleza.
(F. BURTON, en La religio11, la mor.
9". A mi parecer, lo que n1ás 1 et la se., 3.• ed., 182.)
importa es, desde luego, la religio-
sidad de los individuos humanos, . 14. La palabra religión ( ... )
únicos que, en última instancia, son .'connota ,para mí el conjunto de las
capaces de religión. Cuando se ha- relaciones del hombre con su des-
bla de una sociedad cristiana, una ,tino, y comprende sus sentimientos
nación cristiana, unas leyes, unos más profundos, así como su senti-
usos o una cultura cristianos, se do de lo sagrado. (J. HUXLEY, L'évo-
desliza un equívoco, inofensivo si ' lutüm en action, 139.)
es advertido, pero muy -peligroso B. Objetivamente (las ,religiones, una
cuando no se repara en él. Ningu- religión) ; institución particular que tie-
na realidad social puede recibir sa- ne por objeto rendir a Dios el honor
cramentos, salvarse o condenarse; que le es debido, La religión romana.
sólo los hombres individuales, Pe- La .religión cwtólica.
ro esto no es ni mucho menos evi- l. Organización social con jerar-
dente que sea un mal, sin más, que quía, código y tradiciones.
el "mundo» no sea cristiano. (J.
MARÍAS, lnfn'oducci6n a la Filoso- 15. Autoridad y libertad consti-
fía, 78.) Ad. E. tuyen la verdadera distinción entre
V. Piedad, 1; Totemismo, 5; Trans- la religión y la filosofla, ( ... )
cendencia, 15. Es por la existencia mayor o me-
nor de esa autoridad por lo que
2. Sentido amplio: culto y sumi-
sión, análogos a los de los creyentes ciertas filosofias tienden a conve1·-
tirse en religiones y ciertas reli-
en sus relaciones con Dios, a valores giones a tran-sformarse en filoso-
considerados como absolutos. La reli- fía. (E, BERS0T, Libre philos., 114,
gión de la ciencia, del progreso, de la
belleza, de la humanidad, de la patria. H5.)
10. Hasta hoy se ha dividido a 2. Conjunto de los dogmas profesa-
los hombres en dos categorías, des- dos por los miembros de unn confesión
de el punto de vista de la religión: religiosa. Curso de religión.
los religiosos, creyentes en un dog- 16. La religión o es verdadera o
ma positivo, y los irreligiosos, que es .falsa: si no es m{1s que una vana
se sitúan fuera de cualquier creen- ficción, J"csultarán, si se quiere, se-
cia revelada. Esto no resulta ya so- senta años perdidos para el hom-
portable; en adelante hay que cla- bre de bien, para el cartujo o el
sificar asi: los hombres religiosos, solitario; es el (mico riesgo que co-
que toman la vida en serio y creen l'l'en. Pero si se basa en la verdad
en la santidad de las cosas; y los misma, qué es¡,antosa desgracia pa-
801 REMINISCENCIA
ra el vicioso... (LA BRUYÉRE, Ca- 25. Sé que la religión natural
ract., XVI, 35.) es, a menudo, tratada de quimera,
17. La religión es la única que y que se exagera la impotencia de
resuelve los problemas que la filo- la filosofía al ver en la historia
sofla planten. (M. DE BIRAN, Jour- tantas disputas, tantos sistemas
11a,l, III, 163.) uno tras otro florecientes y de-
rrumbados. Pero del seno de este
18. La religión es el opio del
pueblo. (K. MARX, Contrib. ci la amasijo de errores se alzan gran-
eles verdades, como crece en medio
crit. ele la philos. du droit, Costes, de las ruinas un árbol vigoroso.
l!l27, I, 84.) (.J. SIMON, La rcligion 11at., Pref.)
10. La religión, meciendo en la
esl)eranza de una recompensa ce- 26. En un sentido la reHgión
leste al que pena toda la vida en la natural, como la naturaleza huma-
miseria, le enseña la paciencia y na, es una abstracción; no ha exis-
la resignación, (, .. ) La religión es tido jamás. Es posible que algunos
el opio del pueblo. (LENIN, De la rc- individuos hayan adoptado para sí
ligio11, «Bureau d'édit.», 1936.) mismos esa concepción ( ... ). Pero
no por ello han constituido una re-
20. la razón no se salva salván- ligión, si es cierto que ésta impli-
dose de la religión, sino que ( ... ) ca una comunidad de personas( ... ).
por el contrario se pierde. Lo úni- La religión natural se aproxima
co que al pensamiento interesa es más bien a la Wcltanschauung fi-
dar un sentido a la religión. losófica; es, frente al universo,
(ALAIN, Prélin,in. a la mythol., una actitud racionalista. (R. VAN-
208.) COURT, La philos. et sa stn,ct., I,
21. Las fuentes de una religión 05.)
no se encuentran al cabo de una fi- 27. La religión natural sólo es
losofía; 'Para hablar de ello hay llamada así por antífrasis: de he-
que partir de la propia religión, cho, es totalmente artificial, cons-
que no tiene fuente, sino que es la trucción académica de filósofos en-
fuente, pues de otro modo no se la claustrados. La historia sólo cono-
alcanzará jamás. (E. G1LSON, Le ce religiones positivas. (H. Dn1É-
phi/os. et la théol., 124.) RY, Philos. de la relig., 11, 36.)
22. El peligro de toda filosofía V. Persona, 72.
religiosa está en que se tome por
la religión misma, en reemplazar Religión estática, religión dinámica
poco a poco la fe divina por la re- (BERGSON). La primera es invención de
flexión humana, en naturalizar la función fabuladora de la humanidad
creyendo profundizar. (H. DE Lu- para asegurar -su conservación. La se-
BAC, Paradoo:es, 179.) gunda, resultado de la experiencia in-
23. Los profesores de religión mediata de Dios en los místicos.
están siempre expuestos a trans- REMINISOENCIA- Lat. reminiscen-
formar el cristianismo en religión tia; gr. anamtnesis: Recuerdo.
de profesores. (/bf.d.)
Religi.ón 11atural 11 religi6,i positiva A. Propiamente: recuerdo sin reco-
o revelada, La religión ,natural se basa
nocimiento, es decir, sin la conciencia
del hecho de que se trata de un re-
exclusivamente en los datos del senti- cuerdo.
miento y de la razón, sin el recur,so a
una revelación divina. En la religión En particular en PLATÓN: retorno a
positiva o revelada, lo dado por el sen- la mente, con ocasión de la visión de las
timientio y la razón es completado y cosas sensi,bles que de ellas participan,
confirmado por lo dado por la revela- del recuerdo ele las Ideas contempladas
ción•. en el mundo inteligible, con la ilusión
24. J esuc1·isto acabó de trans- ele que las ideas que se nos ocurren son
formar la religión natural en ley, sacadas del mundo sensible: «Aipren-
y de darle la autoridad de un dog- der no es sino recordar» (Mc11ón, 81 d).
ma público. Hizo, sólo, lo que tan- l. Para ser hombre ( ... ) hay
tos filósofos habían intentado ha- que comprender lo que se llama lo
rer en vano: y ( ... ) la religión ele general, que, partiendo de la mul-
los sabios se convirtió en la reli- tiplicidad de las sensaciones, las
gión de los pueblos. (LEIDNIZ, Tliéo- reduce u unidad mediante el razo-
dicéc, Pref.) namiento. Esta facultad es una re-
REMORDIMIENTO 892
de In ley, responder ante los detenta- Suele ser de orden moral y social y no
dores de derechos, y, en definitiva, an- está respaldada por sanciones legales,
te el juez, de algo o de alguien. y, en todo caso, estas sanciones no son
l. Responsabilidad civil: carácter de tenidas en cuenta.
quien debe, en virtud de la ley, repa- La responsabilidad retrospectiva se
rar el daño hecho a otro. El propieta- refiere al pasado: prácticamente recae
rio tiene la responsabilidad civil de los sólo sobre las faltas, los fracasos, los
dnños causados por aquello que le per- accidentes desgraciados. Los hombres
tenece: animales, vehículos, pared que sólo rehuyen las responsabilidades por
se derrumba ... temor a la responsabilidad retrospec-
La responsabilidad civil no implica tiva: en cambio, les atrae la respon-
necesariamente la responsabilidad mo- sabilidad prospectiva.
ral, es decir, un neto consciente y li- V. Asunción, 1, 10.
bre. Pero si hay conciencia y libertad, C. En sentido concreto (una respon-
la responsabilidad civil acarrea res- sabilidad, responsabilidades) : aquello
ponsabilidad moral y, eventualmente, de lo que se es responsable. Tener
responsabilidad penal. grandes responsabilidades.
11. El padre, y la madre tras 12. no hay escritor honrado,
la muerte del marido, son respon- por mezquino que sea, que no
sables del daño causado por sus tiemble ante su responsabilidad ...
hijos menores que vivan con ellos. En El discípula hallarás el es-
( ... ). tudio de una de esas responsabili-
Los maestros y artesanos, del dades. (P. BOURGET, Le disc., A un
daño causado ,por sus alumnos y joven.)
aprendices durante el tiempo que 13. Quien quiera comprender
se hallen bajo su vigilancia. ( ... ) en historia debe, pues, con absolu-
No obstante, la responsabilidad ta necesidad, asumir }a responsa-
Civil del Estado sustituye a la de bilidad de su reconstrucción. (R.
los miembros de la enseñanza pú- LENOBLE, R. phi/os., 1045, 337.)
blica. (C6digo Civil fr., art. 1.384.)
14. Cómo admiro a esas per-
2. Responsabilidad penal: carácter sonas sobrecargadas de negocios,
de quien, en virtud de la ley, puede de citas, de responsabilidades, y
ser castigado por sus contravenciones, que nunca. tienen aire apresura-
delitos o crímenes. do... (H. DE MoNTHERLANT, Car-
En principio, la responsabilidad pe- nets 25 a 85, 192.)
nal supone la responsabilidad moral: 15. En ninguna guerra se da
sólo puede castigarse legítimamente un un 'perfecto reparto de las respon-
acto voluntario. De hecho: las penas sabilidades entre el poder civil y
graves, las que castigan los críme- el militar. (J. FAUVET, Hist. de la
nes, sólo son inf.ligidas a quienes de IV' Rép., W2.)
ellos son moralmente responsables; las
penas leves, principalmente las multas Respuesta. V. Rcspo11sabilidad.
por contravención, son normalmente Restricción 1nenta./. Procedimiento
dictadas sin consideración de la respon- que tiene por objeto ocultar el propio
sabilidad moral (práctica suficiente- pensamiento sin decir explícitamente
mente justificada por la atención al lo contrario, y que consiste en restrin-
bien común). gir mentalmente o por un sobrenten-
dido el alcance natural de las palabras
En los casos de responsabilidad ci- que lo expresan.
vil unida a la responsabilidad moral,
puede haber también responsabilidad No hay verdadera restricción mental
penal: quien ha causado daños con su cuando lo sobrentendido puede ser fá-
coche debe repararlos (responsabilidad cilmente adivinado, como cuando la
civil) ; pero además, si los ha causado doncella responde: <1 La señora no está
intencionadamente o incluso por impru- aquí» (sobren t.: para los visitantes or-
dencia culpable, puede y aun debe ser dinarios). Muy distinto es el caso de
condenado a una pena. quien, al decir: «Le prometo 100 fran-
cos», da por sobrentendido: «en bro-
Rcsponsabilida<l prospectiva• y ,·os- ma».
1,onsabilidad retrospectiva. La prime-
ra concierne al futuro: una tarea quo RETARDO. Pedag. El hecho de que
cumplir, un resultado a alcanzar ... un sujeto de constitución psíquica nor-
902
RETE:\"("JóN
mal se hn11c por debajo dl'l nivt,1 nor- retención (aún tengo 11a manon
mal de su edad por defec(o en el des- el comienzo de esta mañana) y se
nrrolJo. No debl'." confundtrsC' con re- proyeetn en horizonte de proten-
trnso•. ción (esta mnñan11 acaba con el al-
Por retardo mental hny que en- muerzo). (J,-F. LYOTARD, La p/ré-
tí'ndC'r una insuficiencia ligada a no111é11ol., !17.)
un defecto de desarrollo, partien- V. In,presión, 2.
do de estt·ucturas mC'ntales norma-
les. El potencial intelectual, aun- RETORNO. Raiz lat. tim,us (gr.
que normal en su base, no ha po- tornos), torno de alfarero, de donde
dido ser explotado por <'l niño a tornare, tornear.
causa de carencias educ-ativas, de Etrr,10 ret.or,10. Doctrina de los es-
falta de cultivo o de inhibiciones toicos, continuada en particular por
de orden nfoctivo. (... ) Si se de,- NIETZSCHE, según la cual, al cabo de
cuida. ese retardo mental tiende varios millares de años (el Gran Año),
a fijarse y a hacerse irreversible, volverá a comenzar sin una serie de
presentando entonces un cuadro acontecimientos idéntica a la preceden-
con las mismas características psi- te. V. Recursos hi-stóricos.
cológicas y la misma repercusión
social que el retraso mental. (H. RETRACTACióN. Lat. retractatin,
Dt.•cHENE y V. SMIRNOFF, E11cycl. acción de retractare, es decir, de tra-
médicc,-chir., 37250, A,. 19-55.) tar de nuevo (re): modificación, re-
forma, retoque. Es el sentido del titu-
RETENCIÓN. Lat. reten.tio, acción lo de la obra de San AGUSTÍN Retrac-
de tener (tcntio, der. de tcnerc) atrás ta.tiones.
(re), de retener. Pero te11tio podría Desautorización o reprobación for-
también derivarse de tcnderc (tender), mal de algo que se ha dicho, escrito o
que, como tencre, tiene por part. pasa- hecho.
do tentus. De ahí la doble acepción.
A. Acción de retener, de conservar RETRAfDO. Lat. retractus (part.
en la mente. pasado de retraherc, tirar hacia atrás,
l. La rete,u:ión se realiza de retirar) : alejado, oculto.
dos maneras: conservando la idea Tipología. Uno de los dos tipos fun-
actualmente presente, lo que llamo damentales de la clasificación morfo-
contemplaA>i6n., y conservando la psicológica de Louis CORMAN. Se opone
facultad de traerla ante la mente, al dilatado• o expansivo.
lo que llamo memoria. (LEIBNIZ, N. En los retraídos, la expansión,
Essais, 11, x, 1.) en vez de ser general como en los
B. Por op. a protención* (tensión dilatados, es, por el contrario, elec-
hacia adelante) : tensión hacia atrás, tiva: la personalidad sólo se ex-
retorno de la mente hacia el pasado in- pande en ciertas condiciones pri-
mediato. vilegiadas, que llamo medio de elec-
ción. Cuanto más reducida es la
2. Husserl ha descrito admira- expansión, es decir, cuanto menos
blemente esas particulares inten- amplio se presenta el rostro, más
ciones que, a partir de un «ahora» se confina el medio de elección en-
vivo y concreto, se dirigen hacia tre estrechos límites, y, natural-
el pasado inmediato para retener- mente, más pobre es la vida. ( .•. )
fo y hacia el inmediato futuro pa-
ra captarlo. Las llama «retencio- Los retraídos no ceden a la in-
neJ• y «protenciones•. (J.-P. SAR- fluencia del medio: son indepen-
TRE, L'imaginaire, 100-101.) dientes, autodidactas, tampoco se
dejan arrastrar por sus inclina-
3. las notas que manan de una ciones; se aplican a poseer domi-
melodía son captadas por retencio- nio de sí mismos. (L. CoRMAN, Jlfa-
nes apropiadas como aquello que nur/ de morpho-¡,sychol., 50-51.)
hace de la nota anteriormente oí- V. MorfopsicolDgia.
da lo que precisamente es. ( /bid.,
230.) REI'RASO. Psicopatol.: detención
4. Me encuentro preso en un prematura o insuficiencia de desarrollo
campo de presencias (ese papel, de las funciones psíquicas, ya intelec-
aquella mesa, esta mañana) ; ese tuales (atraso mental), ya afectivas (re-
campo se prolonga en horizonte de traso afectivo).
003 REVELACIÓN
gencia previa viene a situarse co- amenaza porque nos hemos expues-
mo condición Bine qua non: no só- to a él: es una consecuencia de
lo no debe ningún resultado ser nuestras empresas, de nuestros ac-
afirmado como intangible, sino que tos. El riesgo es el azar de sufrir
tampoco debe ningún punto de par- un mal, con la esperanza, si a él
tida ser decretado inalterable, in- escapamos, de obtener un bien.
condicional ( ... ) desde sus fuentes (CoNDILLAC, Syn., en la voz Peli-
a sus últimas consecuencias, toda gro.)
la extensión del conocimiento ha 2. Acaso la condición humana
de estar abierta a una universal se caracterice no sólo por los ries-
revisión. gos que implica ( ... ), sino también
( ... ) no establecemos un princi- y mucho más •profundamente por
pio de revisión universal por de- la necesidad de aceptar esos ries-
creto arbitrario ( ... ). Nos limita- gos, y de prohibirse creer que se-
mos a registrar una simple situa- ría posible y, en último análisis,
ción de hecho: la ciencia actual se ventajoso llegar a suprimirlos. (G.
sirve de la revisión como de un MARCEL, Homo viatOT, 74.)
procedimiento técnico natural y se- 3. El riesgo es la aceptación de
guro. la mala fortuna. La imprevisibili-
(... ) Revisar un juicio es, sin du- dad del futuro asocia así inevita-
da, corregirlo de algún modo, pe- blemente la acción al riesgo, y el
ro no necesariamente adoptar el compromiso se presenta como una
contrario. Revisar una intención es partida de juego de azar. (P. DAU-
darle una inflexión mayor o me- RE, EnCYcl. fr., XX, 54, 5.)
nor. (F. GONSETH, DiaJcctica, 4, p. 4. el gusto por el riesgo es in-
298, 299.) nato y se hace más tarde razona-
2. el principio de revisibilidad do. (... ) Es el deseo de perfeccio-
no afirma la existencia de propo- narse, de elevarse, de alcanzar el
siciones definitivas absolutamente ideal. Implica el gusto '))Or la res-
precisas. (F. GoNSETH, Phil. 11éo- ponsabilidad. Dominio de sí mis-
scol., 67.) mo y dominio del miedo.
3. El principio de revisibilidad Valor: escuela de voluntad, per-
deja abierta la posibilidad de que severancia, reflexión, disciplina,
tal o cual afirmación no tenga confianza.
nunca que ser revisada, ya porque El encanto del gusto por el ries-
sea definitivamente exacta, ya por- go reside en la incertidumbre del
que, no siéndolo, no llegue a pre- éxito. (L. LACHENAL, 26 junio
sentarse la obligación de revisar- 1942, Carnets de vertige, 57 .)
la. ( Ibíd., 59.)
4. El principio de revisibilidad RIGORISMO. Der. del lat. rigM", ri-
de la filosofía idoneista es tan sólo gidez (en sentido propio y fig.), seve-
un principio de prudencia. No ridad. Rigere, estar yerto, rígido (en
afirma que todo sea revisable. Se sentido pr.)
limita a aconsejar prudencia en Severidad extremada en la interpre-
las afirmaciones de irreformabili- tación y aplicación de las leyes mora-
dad. (F. GoNSETH, Dialectica, 26, les. Contr.: laxismo•.
página 170.)
Ridículo, Risible. V. Risa. RIQUEZA. De la raíz germ. rik, po-
deroso, rico. Al. rciclt. da• Rdch (el
,RIESGO. Del ita!. risco, cuyo ori- poder, el Imperio).
gen es desconocido. A. En el sentido más amplio (en el
Peligro con acusada idea de azar, pe- voc. de los economistas) : lo que puede
ro con la perspectiva de alguna posible satisfacer alguna necesidad o deseo del
ventaja. Es con vista a esas ventajas hombre El aire, la luz del sol, son ri-
por lo que el hombre asume riesgos, quezas en este sentido.
pero, de ordinario, asegurándose lo más B. En el sentido usual. l. Acep-
posible contra ellos. ción concreta (sobre todo en plur.): lo
l. El peligro es un mal que nos que, pudiendo satisfacer alguna nece-
amenaza, sea cualquiera la forma sidad o deseo, es susceptible de apro-
en que a él nos hallemos expuestos. piación (no podemos apropiarnos el
El aprieto es un peligro que 'los aire o la luz del sol). Son estas rique-
1106
RISA
las que constituyen el objeto de In nes, Riqueza de esplriLu, del coraz6n
;:!nomía política, que _truln ~~ In pro. del snber, de estilo, de vocabulario, de
t1UL·ción, distriburión, r1rculnc10n Y con- la rima ...
sumo de ]as ri1.1uezns. 4. la riqueza de la esencia no
1 la adquisición de riquezas es J)Uede confundirse con In abundan-
com Unmente, en In priieticn del
0
cia de notas. (,, ,) Lo que transcen-
mundo, ocasión de injusticia; o, si dentalmente determina la riqueza
preferís, el deseo de adquirir ri- es la «perfección» de lo real en
quezas, cuando no se halla regula- cuanto tnl. La esencia, lo real, es
do por el espíritu cristiano, es unn «de suyo» más o menos perfecta.
disposición próxima a la injusticia Una esencia que en una sola no-
(... ); la posesión de ·riquezas llena ta lo fuern todo, tendría suma per-
naturalmente de hinchazón al al- fección, (X. Zunrn1, Sobrr la esen-
ma rnna ( ... ) ; en fin (... ) es el mal
uso de las riquezas el que alimen- cia, 495.) Ad. E.
ta en un corazón el amor al pla- RISA
cer. (BOURDALOUE, Sur les richrs-
sc-s, Di\;sión.) Risa. Del lat, risus, risa, reir.
2. Tenéis, decís, vuestras rique- A. Prop.: dilatación de ciertos múscu-
zas de vuestros antepasados; pero, los ,faciales con expiraciones intermi-
¿no es acaso por mil azares como tentes y ruidosas que expresan una
esos antepasados las adquirieron y viva alegria,
conservaron? (PASCAL, Sur la cond. l. La risa es el sonar del es-
drs grands, Brunschvicg, 284.) píritu: algunas risas suenan a ton-
3. las virtudes necesarias para to como una moneda suena a fal-
la adquisición de la riqueza son so. (E. y J. DE GONCOURT, Idécs et
SC!ISat., 64.)
a la vez aqueUas virtudes de acti-
vidad que constituyen lo esencial 2. A menudo se empieza por
de la conciencia moral. Pero es su- reir del que ríe, antes de reir con
perfluo decir que la adquisición de él. He aquí cómo suelen ocurrir
la riqueza no puede nunca ser con- las cosas:
siderada como un fin más que por o hay una razón para reir y es
el egoísmo que tiende a sacrificar común al que ríe primero y al que
todas las demás, y lo propio del ríe tras de él y con él, Sólo la vis-
valor es respetar una jerarquía en ta de la risa la hace más eficaz;
la que el medio no se convierte o no la hay, y, viendo reir, uno
nunca en fin... (L. LAVELLE, Tr. se dice antes de reir: ¿,por qué se
des t•aleurs, II, 112.) ríe? ¿De qué hay que reírse? Y,
3'. para más tengo yo al hom- no viendo razón para ello, pensa-
bre que se arroja a repartir las mos: JQué gracia tiene que se ría!
riquezas, que no al que sabe alle- ¡ Qué risa tan estúpida! Y nos reí-
garlas; porque para ser uno rico mos de la risa y del que se rie an-
basta que sea solícito; mas para tes de reírnos con él y en su segui-
deshacerse de las riquezas ha de miento. (H. DELACROIX, J. de psy-
ser generoso. (A. DE GUEVARA, Epís- chol,, XVIII (1021), 114, n. l.)
tolas famüiares, 53.) Ad, E. 3. Reir de las mismas cosas
3". ]as riquezas, posesiones, constituye las nueve décimas par-
vestidos, solamente se han de ad- tes de la simpatía, porque todo el
quirir para su uso, y no ayudan, mundo, o casi todo, llora por las
precisamente, a su uso, sino que mismas cosas y eso no quiere de-
lo estorban todas las demasías, co- cir nada. (M. DONNAY, Le cocur et
mo a la chica nave la gran carga. la téte, 75.)
(J. L. VIVES, Introducción a la sa- 4. Para comprender la risa hay
biduría, § 41, p. 26.) Ad. E. que volver a situarla en su medio,
2. Acepción abstracta (en singul,): que es la sociedad, y, sobre todo,
carácter de quien o de lo que es rico, que determinar ~u función útil, que
es decir, posee gran abundancia de es una función social. (H. BERGSON,
bienes. La riqueza hace envidiosos, pe- Le rire, 6.)
ro no hace la felicidad. 5. La vanidad, que es un pro-
C. Fig.: toda abundancia de bienes ducto natural de la vida social, em-
de orden inmaterial o esos mismos bie- baraza, no obstante, a la sociedad,
907 RISA
-no puede apoyarse en nada pre- tudio metódico, y en virtud del cual se
establecido-. (J. ORTEGA Y GASSET, procede de manera más o menos auto-
Kant, en Tríptico, 64.) Ad. E. mática (B). Ordinar. peyorativo.
Rorschach. V. Test. Sin.: hábito (pero hábito tiene una
RUTINA. Del fr. routine, dimin. de mayor extensión: hay hábitos adquiri-
ro1<tc, palabra der. del v. latino rnm- dos metódicamente, buenos hábitos) ;
pere, r11pt11s: rupia (sobrent. via), vfa costumbre (pero la costumbre es, sobre
abierta en una espesura, que resulta todo, colectiva, y el término no es peyo-
así rota (rapta), cortada. A diferencia rativo).
de la ruta, producto de un trabajo me- Todo saber de edad madura es
tódico del hombre, la «rutina•, es de- así; se hace en él economía de pen-
cir, el sendero, nace del paso repetido samiento. Incluso en el oficio de
de hombres o animales. abogado, que es de razonamiento
A. Pro p.: manera tradicional o ha- y mira a persuadir, hay una ruti-
bitual de obrar (sin matiz peyorativo). na, como hay una rutina del juez.
B. Manera tradicional de proceder En el mejor de los casos, son
que se considera anacrónica o inadap- rutinas acertadas. Por eso vemos
tada. gentes competentes que son a la vez
C. Saber o habilidad adquirido por cabezas vacías. (ALAIN, Propos •·
una larga práctica más que por un es- l'éduc., XXVI, 101-102.)
s
S. En psicol. exp., Stimulus*, co- sentido de la consumación perso-
rrelath·o de respuesta•. nal. ( Ibíd., 264.)
Sabio, saber. V. Ciencia. 4. Mantenemos, puesto que es
preciso dar a las palabras su ex-
SACRIFICIO. Lat. sacrificium, ac- tensión y comprensión propias, que
to de sacrificare, es decir, de hacer (la- es la destrucción del objeto lo que
cere) una cosa sagrada ( acru,n). caracteriza al sacrificio, y que el
A. En sentido primitivo y única- don del objeto constituye la ofren-
mente religioso: ofrenda ritual a la di- da. Pero nada impide que un de-
vinidad de una víctima que es inmolada terminado rito participe a la vez
real o simbólicamente. de ambas esferas. (J. CAZENEUVE,
l. el sacrificio (... ) no puede
Les rites •.• , 380.)
ser ofrecido más que a Dios, -por- 5. En el verdadero sacrificio, el
que el sacrificio ha sido estableci- yo (... ) se aniquHa en favor de un
do para hacer confesión pública y sí más profundo por el que se
protesta solemne de la soberanía de reconoce trascendido. Ese aniqui-
Dios y de nuestra absoluta depen- lamiento será pura fachada si el
dencia. (BOSSUET, E:xposé ele la hombre lo acepta para conseguir
doctr. cath., 111.) una satisfacción posterior, aunque
sea de un orden «más elevado»
2. el sacrificio se presenta a pri- ( ... l : por ello el sacrificio no es
mera vista como un don desinte- precisamente un cálculo; hay siem-
resado. De ahí, desde los orígenes, pre en él un riesgo imposible de
una paradoja. Si el sacrificio es ponderar. (Cl. DucROT, Prése11ce
un don auténtico, está claro que et abs. de l'etre, 134-135.)
uno no puede dar más que a si B. Po,· extensión: todo tipo de 1·e-
mismo. Desde ese momento, el sa- nuncia o privación voluntaria. Sacrifi-
crificio abre una perspectiva que car un paseo, un ascenso deseado.
sólo puede consumarse en el sacri-
ficio de la vida. (G. GUSDORF, L'ex- G. ¿Po,· qué no habrían ciertos
pér. hu,n. du sacr., 262.) hombres de sacrificar su vida pa1·J
adquirir la ciencia indispensable a
3. acceso al ser por mediación la 1·econstrucción del ser humano
del tener. ( ... ). y de su medio? ( ... ) El sacrificio
La función del sacrificio podría, de si mismo no es dificil cuando
nues, ser definida como una trans- nos queda la pasión de una gran
mutación del tener en ser, que pro- aventura. (A. CARREL, L'ho111111c,
cura una elevación de valor en el cet i11co1111u, 347.)
911 SACRO
B.
Por cxt.: perversión consistente liberales, de honorarios o emolumen-
en hallar placer en el sufrimiento aje- tos. Pero, en la práctica, el término
no. "salario» tiende a extenderse: la «su-
bida de salarios» afecta a muy diver-
SAGACIDAD. Lat. sauacitas, der. sos tipos de retribución.
de sag,w, a, um, ( saga: hechicera.) La remunerac10n salarial puede
Cualidad que permite descubrir pron- efectuarse en especie, en dinero o me-
tamente la explicación de las cosas os- diante una combinación de ambas mo-
curas o complejas. dalidades. Suele calcularse por la du-
Si11.: penetración, perspicacia, agu- ración del trabajo (salario por tiempo
deza, malicia, intuición. o por horas), por el rendimiento (sa-
La sagacidad es la agudeza en lario por piezas) o también por un
la búsqueda de la verdad; ella des- procedimiento mixto (salario por tiem-
cubre esos leves indicios que no po y prima por el rendimiento que ex-
chocan a primera vista, pero que ceda del nivel normal).
no son indicios cualesquiera, sino Salario famiiliar. Remuneración ne-
los que ponen en el camino de la cesaria para el sostén de la familia.
prueba. La finura sagaz parece A. Salario familiar relativo: pro-
adivinar: en realidad, advierte, co- porcionado a;l número de hijos.
mo el salvaje, huellas sólo para B. Salario familiar absoluto: re-
ella perceptibles. (A. CARTAULT, muneración necesaria para el sostén
L'intellcctuel, 149.) de una familia media.
Sagrado. V. Sacro. Salario individual y salario social.
SALARIO. Lat. salarium, ración de El 'Primero consiste en las sumas y
sal ( sal, salis) distribuida a los solda- beneficios percibidos en cada paga
dos para conservar la carne; más tar- por el trabajador soltero; el segundo,
de, sueldo para comprar esa sal; fi- en las vacaciones pagadas, subsidios
nalmente, sueldo o soldada. familiares, prestaciones de la seguri-
dad social, pensiones de retiro ...
A. En sentido amplio: remunera-
ción de un trabajo o servicio. Todo Otros distinguen entre salario din·c-
trabajo merece un salario. La suma to y salario indirecto.
entregada al peluquero o al relojero Salario Mínimo Interprofesional Ga-
que ha arreglado mi reloj constituye su rantizado (S. M. I. G.). El fijado en
salario. Francia por decreto del Consejo de
B. En la acepción usual: remunera- Ministros.
ción de quien, por un contrato de tra- Salariado. Régimen económico en el
bajo, se ha puesto al servicio de otro que el trabajador pone a disposición
durante un tiempo y a veces para un de un empresario su capacidad de tra-
trabajo determinados. Salario semanal, bajo mediante una remuneración lla-
mensual. mada salario.
l. El término salario incluye SALUD. Lat. salus, salutis, estado
la idea de subordinación: el sala- del que está salvus, es decir, sano y
rio es la remuneración del traba- salvo ( salvare, salvar).
jador ligado al empres-ario por un A. Estado en que el ser orgánico
contrato de tlrabajo (tácito o es- ejerce normalmente todas sus funcio-
crito), y esto implica una s1'bor- nes.
dinaci6n habitual. (J. FOLLIET, ... Salud es una disposició11 del
lnitiation écon., 32.) cuerpo tal que el alma está sana.
2. Nada tiene de razonable el (J. L. VIVES, lnt,·oducción a la sa-
desdén con que a veces se dice; biduría, § 29, p. 24.) Ad. E.
un h01nbre asalariado, porque son B. Libertad o bien público o par-
cuestiones de nombre y disfraces ticular de cada uno. La salud del pais.
de vanidad las distinciones de ho- Comité de salud pública.
norarios, salarios, sueldos, habe-
res, pagas, etc. (C. ARENAL, Car- C. Estado de gracia espiritual.
tas a un obrero, 208.) Ad. E. V. Salvadón.
Antaño el salario sólo retribuía el SALVACIÓN. Lat. salvatio, -onis.
trabajo manu,al. Para los empicados, A. Acción y efecto de salvar o sal-
funcionarios y militares, se habla to- varse, es decir, de librarse de un ries-
davía de sueldo; •pura las profesiones go o peligro, de hallar seguridad.
58. Diccion.trio tld I.c11guajc Film,óficu,
SANClóN 914
bres que juzguen por muy malo tejido en vez de pintado. (E. o'Ons,
precisamente aquello que es lo me- Trc• lecciones en el M. del Prado,
jor, entonces todo nuestro afán de- 82.) Ad. E.
be consistir en que así nuestras V. Absoluto, 9; Mctafísü:a, 26, 27;
obras como nuestros más secretos 34.
pensamientos merezcan la aproba- b) Significación subjetiva (princip.
ción de Dios. (J. L. VIVES, l11tro- en el voc. de la fenomenologia) : aque-
ducció11 a. la sabiduría, § 85, p. 31.) llo de que une. cosa es signo para al-
Ad. E. guien; lo que ve en ella, y por lo mis-
B. Objetivamente ( como propiedad mo lo que de ella hace.
del objeto de conocimiento). 44. En le. case. en que nace un
l. Significación. a) Significación ob- niño todos los objetos cambian de
jetiva: aquello de que una cosa es sig- sentido. (M. MERLEAU-P., Phé110-
no por sl n1isma y que, por consiguien- mcnol. de la perception, 466.)
te, da lugar a interpretaciones válidas 46. toda conciencie. del mundo
para todos. Se dice principalmente impone un sentido al mundo. (G.
de lC>S signC>S (sentido o significación de GUSD0RF, Tr. de l'exist. mor., 139.)
una señal de tráfico, de un gesto), de 46. incluso el sentido de sus
las palabras y del lenguaje (sentido cadenas le aparecerá [al esclavo]
propio, sentido figurado ... ), pero tam- a la luz del fin que haya elegido:
bién, de todo aquello de lo que cabe seguir siendo esclavo o arriesgar-
inferir alguna cosa (sentido de un si- se a todo por liberarse de la ser-
lencio, de un estado febril). vidumbre. (... ) la situación del
40. Cambiar el sentido de las esclavo es incomparable con la del
palabras es alterar el valor de las amo. Cada uno de ellos no cobra,
monedas en un imperio. (RIVAROL, en efecto, su sentido más que para
De l'homme, 1-33, París, 1800.) el para-sí en situación y a partir
41. Quien quiere dar el sentí- de la libre elección de sus fines.
to de la Escritura y no lo toma (J.-P. SARTRE, L'étre et le n., 635.)
de la Escritura, es enemigo de la 47. el hombre, por el solo he-
Escritura. (PASCAL, Pensées, 740.) cho de su aparición en la reali-
dad, ilumina ésta, revela en ella
42. Mis versos tienen el senti- un sentido (ya sea que lo haga
do que se les dé. El que yo ,es aflorar en las cosas, ya que se lo
doy sólo se adapta a mí, y no es imponga). Esta aptitud para re-
oponible a nadie. Es un error con- velar no es privilegio del conoci-
trario a la naturaleza de la poe- miento (que no constituye sino un
sía, y que le sería incluso fatal, modo particular de elle.) ( ... ): tie-
pretender que a todo poema co- ne Jugar sin cesar y necesariamen-
rresponde un sentido verdadero, te por el hecho de que el hombre
único, y -conforme o idéntico a oxista. Ser revelante del sentido
algún pensamiento del autor. (P. de las cosas y existir a la mane-
VALÉRY, Pref. al Comment. de ra humana son expresiones rigu-
Charmes, de ALAIN, Pléiade, I, rosamente .sinónimas. (A. DE
1509.) WAELHENS, Exisr. et signific., 91.)
43. Palabras clarísimas, y por 47'. [Para Heidegger.] El sen-
convención expresa, como caloría, tido no es de orden intelectual
voltio, amperio, watio, no consti- (, .. ), significa la dimensión del
tuyen un lenguaje (... ) . El tedio proyecto humano, el ángulo de
se alimenta de esos signos que no tiro bajo el que una cosa apare~e
tienen más que un sentido, y que, y a partir del cual puede ser com-
por lo mismo, carecen de sentido. prendida en sus posibilidades, que
(ALAIN, Propos de littér., 18-19.)
son también las nuestras. (M. Con-
VEZ, La phi/. ele Heidegger, 42-
43'. No son bellos los tapices de 43.)
Goya porque faltan a la ley funda- 47". Esta versión de las cosas
mental del sentido que cualquier al viviente humano es lo que hnce
tapiz ha de tener. Un tapiz vale de ellas «cosas-sentido». El senti-
como objeto de arte decorativo, que do es, precisa y formalmente, el
no debe ni puede reemplazar al carácter constructo de lus rosns co-
cuadro; que no debe ser un cuadro mo momentos de Ju vida human~.
925 SENTIDO
bln con más claridad, como al de- 99. Pierre ( ... ) experimentnba
cir «sensación corporal». i;_:sta es la desagradable sensación de ,¡ue
.-1 conocimiento del almn mediante cada palabra que le decían estaba
el instrumento externo del cuerpo. preparada y todas sus respuestas
(J. L. VtVES, Trataclo ele/ alma, consignadas: la sensación de ver-
24.) Ad. E. se acusado. (G. CESBRON, ¡,. .•
90''. La sensación no puede ser •aillls vo11t en e11fcr, 116.)
el fundamento primario de la cien- 09'. Un implícito rumor de
cia, el hecho primitivo, por la sim- aplausos acompaña todos los mo-
ple razón de que no es un hecho. vimientos de contemplación de )ns
Un hecho no es nada si no es co- obras de Rubens. Mientras se di-
nocido, si no es para. algu.ie,i; su- ría que con Van Dyck estamos en
pone, por tanto, la oxistencia del una visita y con el Veronés en un
yo individual con el objeto cono- salón; con Velázquez, en la Plaza
cido, distinto de él. (J. MARIAS, El Mayor de un pueblo, y con Goya,
hombre y Dios en t.lainc de Biran, en una romería, y con Leon81'do,
en San A11selmo ... , 229.) Ad. E. en un confesonario, con Ruhens
V. Afecto, 26; Pcrcopció11, 9, 13, 14; nuestra sensación es In de asistir
Placer, 7, 8. a una representación teatral o a
B. Sentimiento particularmente vivo la peroración de un discurso. (E.
que reobra sobre el organismo y es ·o•oas, Tres lcccio11es en el M. del
con frecuencia colectivo (causar sensa- Prado, 210.) Ad. E.
ción, acontecimiento sensacional.) Sentimiento. Der. del lat. scntire, V.
91. Es una sensación curiosa Sentir.
la de tener que defenderse contra A. Antaño (sin. de sensación): sub-
los propios discípulos. (H. - F. jetiv., estado psíquico resultante de la
AMIEL, Joun1al i11t., 3 enero 1880.) excitación de un órgano sensorial; ob.
92. La visita de Landri a Pe- jetiv., fenómeno físico conocido por me-
dro había venido a aumentar aque- dio de los órganos de los sentidos. V.
11a sensación de enigma. (P. BouR- Scm1aci6n y Sentimiento A.
GET, L'émigré, 356.) 100. conocemos clara y disth1-
93. Mientras hablaba Genove- tamente el dolor, el color y los •le•
va [ Savignan], tuvo de pronto una más sentimientos... (DESCAR'LES,
aguda sensación de embuste y do- Principes, I, 68.)
blez. (P. BoURGET, Démo11 de ,nidi, 101. Por sentimientos entien.io
I, 200.) las afecciones del cuerpo por las
94. si él quería a Lucien [su que la facultad de obrar de ese
yerno] como a un hijo, sabía que cuerpo es aumentada o disminuida,
el muchacho no lo consideraba, a ay,udada o contenida, y a la vez !ns
su vez, como padre. Su choque de ideas de esas afecciones. (SPINO-
la víspera había redoblado en él ZA, Éthique, III, Defin. 3.)
esta sensación. (P. BOURGET, U11 B. Hoy (se opone n sensación): he-
divorcc, 210.) cho psíquico que tiene por antecedente
95. Tuve la sensación del ab- inmediato otro hecho psíquico,
surdo. (P. VALÉRY, Variété, Pléia- l. Acepción afectiva: estado afecti-
de, 1, 628.) vo que tiene por antecedente inmerlin-
96. Era para ella una sensa- to una representación. Sentimiento de
ción nueva la de sentirse guarda- orgullo, de aleg,ría. Se dice, sobre todo,
da por aquella viril solicitud, y a de los estados afectivos que tienen por
ella se abandonaba con delicia. objeto personas: sentimiento de ternu-
(R. MARTIN DU G., Les T/1ibault, ra, de celos.
VI, 267.) Sin.: emoción, afección, placer, do-
97. no hay hombre a quien, en lor, simpatía, antipatía, ternura.
el curso de su vida, no le hayan 102. Pronto el amor, fértil en
dado una o varias criaturas la [tiernos sentimientos,
sensac1on de la grandeza. (F. se apoderó tanto del teatro como
MAURIAC, Journal, 262, Table R.) [ de la novela.
08. Tuve de pronto la sensación (BOILEAU, Art. poél., 111.)
de no resultar ya desagradable. 103, Sigo prefiriendo los pe-
(F. MAURIAC, Noeud de vip., 46.) queños sentimientos que nos nver-
931 SENTIDO
gilenzo.n a los grandes que exhibi- 106. tengo, pues, un claro sen-
mos; son más auténticos. (E. JA- timiento de mi libertad. (BossuET,
LOUX, Esse11ccs, 2.• ed., 76.) Tr. du libre arb., 11.)
103', La alegria, la tristeza, la 107. conocemos suficientemente
esperanza, la melancolfa, la com- por nuestra conciencia, o por el
pasión, la vergüenza, la ambición, sentimiento interior que de nos-
el rencor, 111 simpatía y otras in- otros mismos tenemos, que nuestra
nume1·ables fuerzas del sentimien- alma es algo grande: pero puede
to tienen este mísmo carácter de ocurrir que lo que de ella conoce-
flujo humoral, que en el cuerpo mos tenga muy poco de lo que en
caracteriza II las secreciones in- s( misma es. ( ... ) No basta, pues,
ternas. La terminología más anti- paru conocer perfectamente el al-
guo. indico. ya ,la percepción de ma, con saber lo que de ella sabe-
que los sentimientos tienen una mos por el solo sentimiento inte-
consistencia fluida en compara- rior; puesto que la conciencia que
ción, por ejemplo, con los concep- de nosotros mismos tenemos acaso
tos, que son contenidos pslquicos no nos muestre sino una íntima
de contornos precisos y que, pu- parte de nuestro ser. (MALEBRAN-
lidos por la ciencia, adquieren ri- CHE, Rech. ele la vér., III, 11 Par-
gorosas aristas hasta parecer geo- te, VII, 4.)
métricos diamantes. (J. ORTEGA 'f 108. No tengo del alma ni de
GASSET, El «Qui;oten en la escuela, sus facultades una idea clara. Só-
Obras, 11, 295-296.) Ad. E. lo la conozco por conciencia o
V. Absol1tto, 2; Afecto, 34; Ambiva- sentimiento interior; y ese senti-
lencia, 10; Analogía, 2; A1tténtico, 1; miento me dice que soy libre. (MA-
Benevolencia, 3; Intelecto, 14; Mate- LEBRANCHE, Réfl. sur la prémot.
111.áticas, 13; Real, 3; Reflexión, 11; phys., <Euvres compl., XVI, 24.)
Regla, 7, 8; Virtud, 6. 109. Los acostumbrados a juz-
Ha de subrayarse, no obstante, que, gar por el sentimiento no com-
incluso en tanto que afectivo, el sen- prenden nada de las cosas de ra-
timiento es intencional (B) y, en este zonamiento, porque quieren pene-
sentido, cognoscitivo. trarlas de primera intención y no
104. Todo sentimiento es sen- principios. Y, por el contrario, lo.:i
timiento de algo, es decir, apunta principios. Y, por el contrario, lo.:i
a su objeto de cierta manera y acostumbrados a razonar por prin-
proyecta sobre él una cierta cuali- cipios no comprenden nada de las
dad. Tener simpatía por Pedro es cosas de sentimiento, en las que
tener conciencia de Pedro como buscan princi•pios y son incapaces
simpático. (J.-P. SARTRE, L'imagi- de ver de primera intención. (PAS-
CAL, Pensées, 321.)
11aire, 44.)
105. Debemos aplicarles [a los 110. Las verdades de senti-
sentimientos) la gran ley de 111 miento son aquellas en las que el
conciencia: toda conciencia es con- espíritu descubre de golpe, y por
ciencia de algo. (... ) El sentimien- la primera impresión, las mismas
to apunta •a un objeto, pero lo ha- señales de verdad que desarrolla
ce a su manera, que es afectiva poco a poco mediante reflexiones
( ... ). No se trata de un conoci- expresas. (NIC0LE, en Dict. de Troi-
1101t.1:.)
miento intelectual. (lb{d., 93-95.)
V. Conciencia, lG; Trascendencia, 111. Sólo lo desconocido nos
2 bis. agita y atormenta, y ello es lo que
excita sin cesar nuestras aspira-
2. Acepción cognoscitiva. a) He- ciones a la búsqueda de nuevas
cho de conocimiento inmediato no ex- verdades de las que nuestro senti-
plicable por los solos datos de los sen- miento tiene intuición cierta, pero
tidos; intuición más o menos confusa de las que nuestra razón, ayudada
que no sabemos justificar racionalmen- por la experiencia, quiere hallar
te. En español se usa más corriente- la fórmula científica. (Cl. BER-
mente se11saci6n•. NARD, Disc, de récept. a l'Ac. fr.)
Sin.: conciencia, intuición, presenti- 112. El sentimiento aparece en
miento, opinión, parecer, idea, punto el origen de todo. El hombre em-
de vista, pieza por elaborar una hipótesis
SENTIDO 932
que no es m,ís que la expresión de cmn del valor sin esa afección pu-
su sentimiento, y después razona ramente interior a la que llama-
sobre ella. (Cl. BERNARD, Le cal,icr mos se11t.i111ic11to. (L. LAVELLE, 7'r.
1·011gc, 136.) des valeurs, 1, 190.)
113. Los grandes hombres son 120. Se comprende ( ... ) que el
los que ponen en evidencia unn sentimiento se halle siempre tan
idea im¡,ortante en el momento en próximo al juicio: ambos términos
que está en el sentimiento de todos. se emplean con frecuencia en el
(Cl. BERNARD, Princ. de ,néd. cxp., mismo sentido. Al decir que un
189.) hombre tiene juicio, queremos de-
114. Se enseña mal aquello de cir que hay en él un sentimiento
lo que no se tiene un sentimiento que le permite reconocer la ver-
viv0 y directo. (RENAN, <Euvres, l, dad por una especie de contacto,
83.) pero reconoce1· también en el mis-
mo sentido el bien, la belleza, lo
115. Podríamos hallarnos ten- útil y todos los demás valores.
tados de llamar .sentimiento inte- (lbíd., 11, 1'66-166.)
lectual a esa percepción de con-
junto, a esa oscura presencia de 120 bis. El sentimiento es, pues,
ideas ya muy complejas y aun es- en cierto sentido, un juicio; pero
trechamente fundidas; y es, en este juicio difiere del juicio inte-
efecto, por un estado análogo al lectual en que su objeto no es el de
sentimiento por el que con frecuen- establecer una relación conceptual,
cia se revelan. (H. DELACROIX, en sino el de realizar el acto subje-
tivo de una acepción o una nega-
DUMAS, Tr. de psychol., II, 125.) tiva. (C. G. JUNG, Typcs psychol.,
116. Existe un cierto sentimien- 488.)
to de las ideas, de sus analogías, 121. El sentimiento no es al
que me parece poder obrar y ser fin y al cabo sino el conjunto de
cultivado como el sentimiento del las fases relativamente inarticula-
sonido o del color; incluso me in- das por las que pasa la idea para
clinaría no poco, si hubiese de tomar conciencia de si misma, pa-
proponer una definición de filóso- ra hallarse en condiciones de for-
fo, a basarla en el predominio en mularse como idea. (G. MARCEL, Le
su ser de ese modo de sensibi- mystere de l'etre, 1, 42-43.)
lidad. (P. VALÉRY, Pléiade, 1,
1,21'. La evidencia no es un
1249.)
sentimiento que nos incita a ad-
117. El sentimiento de lo ex- herirnos a una frue y a otras no.
cepcional lo ex:perimenté, siendo Al revés: cuando es un sentimien-
aún muy joven, al constatar que to y sólo un sentimiento, sea el
con frecuencia no reaccionaba co• que sea, quien nos fuerza a acep-
mo los demás; como el común de tar como verdad una proposición,
los demás. (A. GIDE, Journal, 27 ésta es falsa. La evidencia no tie-
junio 1937.) ne nada que ver con lo sentimen-
V. 14; Co11dú:ión, 1; Corazón, .Zl; tal, e.s, casi podía decirse, lo con-
Idea, 27; Razón, 55, 56; Sinceridad, 6. trario que el sentimiento, el cual
por su naturaleza misma es ciego,
118. el sentimiento implica y es ciego, no por enfermedad o
siempre, sobre los seres o las co• accidente, sino de nacimiento. (J.
sas, ese mismo juicio que llama- ORTEGA y GASSET, ¿Qué es filoso-
mos juicio de valor y que escapa- fía?, 133.) Ad. E.
ría siempre a la inteligencia si
ésta se hallase reducida a sus pro- V. Accidente, 13; Amor, 66; Angus-
pios recursos. (L. LAVELLE, Puiss. tia, 9; Fe/icidacl, 25.
du moi, 120.) b) Objetivamente: V. Sentir, subst.
119. El sentimiento pertenece 3. Acepción mixta (la más corrien-
al teclado del valor como la. se11- te). Estado psíquico a la vez cognosci-
sació11 al de la. realidad. De igual tivo y afectivo. Conocimiento por ax-
modo que la realidad no puede ha- periencia vivida.
cérsenos presente más que cuan.do 122. Quien quiera que sigamos
uno de nuestros se1•tidos entra en su sentimiento debe fingir )lene-
conmoción, hemos de reconocer tra1• en los nuestros. (Cab. DE MÉ-
que nunca tendrfamos la revela- RÉ, Réfl. ,nor., 336.)
033 SENTIDO
nuestros medios de acción. (E. Mo- precisar sin apenas ayuda un nue.
La cinéma, 101.)
RIN, vo uso de la palabra ser. A pesar
V. Ter111,ra, 2. de los fusiones y las interferen-
cias, he creído poder aislar una
Sentimiento. y der. V. Sentido. veintena de significaciones distin-
Señal. V. Sig110, tas. (R. CHAMPJGNY, «Le mot litre
dans l'etre et le néanh, Revue de
SER 1nét. et tic mor., abril-junio 1066,
División del art.: l.° SER 1 (Ser y 165.)
der.); 2.0 SER II (Esencia); 3.0 SER V. Ek-stasis, 1; Eternidad, 7; Na,.
111 (Existentia). tia, l.
Infinitirn empleado a menudo subs-
tantivadamente y en ambos casos en di- SER I
versos sentidos que a veces se hallan Ser (Verbo). Lat. esse. Part. pres.
yuxtapuestos. (latín escol.): ons, pi. cntia; trad. el
l. Desde toda la eternidad Dios gr. to on, pi. ta 011ta.
es, Dios es perfecto, Dios es feliz, Este verbo, que es también el prin-
Dios es uno. El impío pregunta: cipal de nuestros auxiliares, se toma en
¿ Por qué Dios es? Le respondo: múltiples acepciones (ver un dicciona-
¿Por qué Dios no iba a ser? ¿Por- rio),- de las que nos atendremos a las
que es perfecto? ¿Es acaso la per- más esenciales, y desempeña un papel
fección un obstáculo al ser? ¡ Error capital en el pensamiento.
insensato! La perfección es, por el l. En mi opinión, la facultad
contrario, la razón de ser ( ... ). ¿A distintiva del ser activo inteligen-
qué llamamos perfecto? A un ser te consiste en poder dar un senti-
a quien nada falta. ¿ A qué llama- do a la palabra cs. (RoUSSEAU,
mos imperfecto? A un ser a quien Émila, IV [P.rof. de fe). ed. Gar-
falta algo. ¿Por qué el ser a quien nier, p. 326.)
nada falta es con preferencia al 2. Obrar es ( ... ) esencialmente
ser a quien le falta algo? ¿De dón- un verbo que, al parecer, formula
de viene que algo sea, y que no el secreto del ser y lo afirma en su
pueda hacerse que la nada sea, si función radical: ser es obrar, y lo
no es porque el ser vale más que que no es obra no es. (M. BLONDEL,
la nada, y que nada puede prevale- L'aetion, I, 38, Alean, 1937.)
cer sobre el ser, ni impedir que el
ser sea? (BossUET, Élévations, l." 3. Supongamos que falte esa
Sem., 1.8 el.) significación indeterminada de ser
(Sein) y que no comprendamos
2. Sin haber analizado el sen- tampoco el sentido de esa signifi-
tido del sum, creyendo que la no- cación. ¿ Qué pasarla entonces?
ción de ser se comprende por sí ¿ Tan sólo que habria una paJabrn
misma, que es perfectamente clara menos en nuestra lengua? No. En-
y unívoca, Descartes atribuye al tonces 110 habría ya ninguna len-
sujeto pensante, al yo, la realidad gua (... ). Nosotros mismos no se-
o el ser de una cosa. (J. MoREAU, ríamos ya seres que hablan. No
La conscicnce et l'étrc, 106.) podríamos ya ser lo que somos.
3. Decimos: «Dios eso, «La tie- Porque el hombre se define como
rra es», uLa conferencia es en el «un ser que habla•. (HEIDEGGER,
aula•, «La copa es de plata• ... Einfiihrung fa die Metaph., 62,
«Ese libro es mío», «Es hombre Tubinga, 1953.)
muerto» ... Y en cada caso el «en 4. El empuje de lo humano se
tiene una significación distinta. dirige de preferencia hacia el
(M. HEIDEGGER, lntrod. a la mé- cimás-sero y no hacia el •bien-ser»
taph., 100.) o bienestar ... (J. RosTAND, Pcnsécs
4. Sartre ha elegido la palabra d'un biol., 229.)
ser como único término irreducti- A. En sentido existencial: afirma la
ble en El Ser /1 la nada. Es difícil realidad actual de una cosa. A menudo
fijar con precisión la significación tiene como correlativo: devenir, pare-
de esa palabra al hilo de la obra. cer.
Los usos son equívocos, el contex-
to casi siempre vago, y casi siem- Sin.: existir.
pre es la palabra ser la que ha de 5. Ser o no ser, Tal e■ la cues-
935 SER
tiún. [To be or no to be. That is se confundirá, por ejemplo, el ser
thu question,] (SIIAKESPEARE, Ham- en tanto que cópula del juicio con
lrt.) el término eziatir, y no se dirá:
6. Esta proposición: Soy, ezis- esta mercancía existe cara, el di-
t o, es necesariamente verdadera nero eziste metal o metálico, etcé-
cuantas veces -la pronuncio o In tera, en vez de: esta mercancía es
concibo en mi espirito. (DESCAR· cara, el dinero es metálico, etc.
TES, 2.• llledit., IX, 19,) (HEGEL, Science de la log., 11, 404.)
7. Que haya un momento en el V. 1, 3, 10; C6pula, l; Ser 11, 7, 16.
que nada sea y eternamente nada C. En ambos sentidos ( existencial y
será. (BOSSUET, Connaissance de atributivo) : al menos en la mayoría de
Dicu ... , IV, 5.) los juicios con forma atributiva; para
8. Se,· se me convertia en algo algunos, en todos los juicios.
enormemente voluptuoso. (A. G1- 14. Toda forma de existencia
DE, Les nourrit. terr., 109." ed., debe ser definida por ciertos carac-
118.) teres originales: sólo podemos ins-
9, Escribir, no para hablar, ni cribirla en el ser determinándola,
siquiera para escribir: para ser, y decir que es diciendo lo que es.
para devenir más y más en el pen- El ser de .Ja cópula no carece, pues,
samiento y el corazón. (M, LENÉ- de parentesco con el ser del verbo;
nu, Journal, 11 nov. 1907.) es tan sólo un ser facticio y dividi-
10. El tiempo es el creador, el do que expresa lo que el conoci-
conservador, el destructor de cuan- miento ha retenido del ser absolu-
to es. l!:l llama al ser a todos los to ( ... ). El juicio de existencia es-
individuos por el nacimiento, los tá, pues, implicado por los otros
mantiene en el ser por la duración, juicios. (L. LAVELLE, De l'étrc, 159-
consuma su ser llamándolos al se- 161.)
no del inmenso pasado por la 15. En Sócrates es, el verbo sig-
muerte. (L. LAVELLE, Canse. de soi, nifica el propio Sócrates como
224.) existente; en Sócrates es blanco,
11. No elijo ser, pero soy. Una lo significado no es la existencia
absurdidad responsable de sí mis- de Sócrates, sino la de lo blanco
ma, es lo que soy. (S. DE BEAUVOIR, en Sócrates. Al emplearlo así, como
Le sang des autres, 101.) cópula, el verbo es no se toma y a,
pues, en su significación princip.d
12. Existía en presencia de una y plena, la de la existencia actual.
mirada (... ) . Qué angustia descu- sino en una significación secunda~
brir de pronto esa mirada como un ria, derivada, •no obstante, de la
medio universal del que no podía principal ( ... ). Sócrates es hombre
evadirme. Pero qué descanso, tam- significa que la forma hombre es
bién. Al fin sé que soy. Transfor- inherente a. Sócrates como acto
mo, para mi uso particular y tu constitutivo de su sustancia. Só-
mayor indignación, el dicho imbé- crates es blanco significa la deter-
cil y criminal de vuestro profeta, minación actual del sujeto por esa
ese «pienso, luego soy» que tanto forma accidental, blanco. (E. G1r.-
me ha hecho sufrir -porque cuan- SON, Le thomisme, 60.)
to más pensaba menos me parecia
ser-, y digo: me ven, luego soy. 16. Cuando digo: «El miriágo-
(J,-P. SARTRE, Le aurlris, 320.) no es un poligono de diez mil la-
dos», esta proposición equivale a
V. 1, 2; Acto, 38; Devenir, 3, 4, 8; la siguiente: el objeto de pensa-
Eternidad, 1, 7; Forma, 10, 11; He- miento Mlriágono ezistc ( con e>:is-
cho, 20; Juicio, 31; Libertad, 43, 68; tencia posible fuera de mi espíri-
Nacla, 7; Objeto, 10; Principio, 30; tu) con esta determinación esen-
Ser 111, 11, 14, 18. cial: «Poligono de diez mil lados».
B. En sentido predicativo o atribu- (J. MARITAIN, Pctitc logiq1<c, p. 67.)
tivo (como cópula) : afirma lo que una D. Para los fenomenlstas y los fe-
cosa es, su esencia (la ballena es un nomenólogos contemporáneos de inspi-
mamífero), ración husserliana se emplea también
13. Se convendrá. acaso con en el sentido de: ser percibido, existir
más dificultad en que algo pueda para una conciencia. Esta concepción
ser eln ezistir; pero al menos no no acarrea necesariamente el rechazo
SER 036
sulta más fácil borrar su ser que Ser es, pues, la actualidad munda-
su servidumbre. (Cardenal DE Bf- na de lo real. (X. ZUBIRI, Sobre la
RULLE, <Euvres, Migne, 1150.) esencia, 434.) Ad. E.
29. ¡Mi hacha, mi pobre hacha! V, Cogito, 9, 10, 11; Eiiléfico, 4; Fe-
exclamaba: devuélvemela, 11ómc110, 4, 13; Filosofía, 28; Nada,
[Júpiter, 8, 9.
y por segunda vez habrásme B. En sentido concreto y en com-
[ dado el ser. prensión•: lo que una cosa es, su esen-
(LA F0NTAINE, El /eña,dor 1/ Mer- cia, con abstr,acción del hecho de Ser
curio.) (de la existencia).
30. La idea del «ente» en gene- 33. El hombre no obra por la
ral merece ya el nombre de tras- razón, que constituye su ser. (PAS-
cendental que los aristotélicos me- CAL, Pensées, 533.)
dievales aplicaban al uno, al ser y
al bien. Pero la generalidad del ser 34. el ser de las cosas desborda
-de lo que hace la existencia del el ser que [la ciencia J asimila, y
existente- no equivale a aquella el espíritu humano desborda las
trascendencia. El ser rechaza toda facultades humanas que ella uti-
especificación y no especifica nada. liza. íE, BoUTR0UX, Se. et relig.,
(LfVINAS, Do l'existeno, a. l'exis- 357.)
tant, 17.) 35. Respecto de los demás, la
31. Lo que podemos concebir es sinceridad es un esfuerzo para
la esencia de un ser, pero no la del eliminar toda diferencia entre
ser, (E. GILS0N, L'étro et l'essencc, nuestro ser real y nuestro ser ma-
288.) nifiesto. (L. LAVELLE, L'crreur de
N arcisse, 55.)
32. El ente se nos aparece por
todos lados, nos rodea, nos lleva, 36. Debemos seguir una línea
nos obliga, nos hechiza y nos col- de fidelidad a nuestro ser. El des-
ma, nos exalta y nos decepciona. tino no puede ser sino el cumpli-
Pero ¿dónde está y en qué consis- miento de una vocación, el camino
te, en todo ello, el ser del ente? por el que nos será dado llegar a
(HEIDEGGER, Ein/ührung in die ser lo que somos. (G. GUSD0RF,
M etaph., 24. Trad. WAHL, Vers la L'exist. mor., 155.)
fin de l'ontol., 58.) 37. La verdad auténtica de la
32'. Por todas partes tropeza- persona consiste en una consuma-
mos con el hecho gigante de que ción, en una expansión del ser. En
las cosas -números o cuerpos al- ella toma el hombre conciencia de
mas- poseen una estructura, un cuanto es, es decir, del conjunto de
orden y conexión de sus partes dis- lo que se siente llamado a ser.
tintos del orden y conexión que (lbíd., 370.)
tienen nuestras ideas. La identifi- 37'. ¿No es más noble, por ven-
cación de lo uno con lo otro, del lo- tura, el hombre ilustrado --en tal
gos con el ser, formulada en las o cual medida-- acerca de lo que
palabras de Spinoza -,,rdo et con- en verdad es él mismo y es su
nexio üJ.earum idcm est ac ordo et mundo? «Yo sé quién soy», dijo
connezio rerum..--, es ~a trans- Don Quijote a su paisano Pedro
gresión, la •ligereza que el racio- Alonso, y en poder decirlo consis-
nalismo añade al recto uso limita- tió la máxima dignidad de su exis-
do de la razón. (J. ORTEGA Y GAs- tencia andante. Si bien se mira,
SET, Ni vitalismo ni racionalismo, ésa es la dignidad que el verdade-
Obras, 111, 279.) Ad. E. ro intelectual -filósofo, teólogo,
32". Ser no es formalmente poeta, historiador u hombre de
idéntico a 1·ealidad, pero presupone ciencia- regal•a a quienes le escu-
la realidad. Realidad es una forma- chan: la de poder decir con cierto
lidad absoluta, mientras que ser fundamento, como Don Quijote, un
es un carácter respectivo. Sólo «Yo sé quién soyn esclarecido y
respectivamente tienen sentido ha- grave. (P. LAÍN ENTRALG0, La Uni-
blar de «salir a luz•, «dar a luzo, vorsiclad, el intclcct1tal, Euro-pa,
«venir ,al mundo», etc. En cambio, 64.) Ad. E.
génesis y nacimiento conciernen a V. 31; Apariencia, 5; Ser III, 60,
lo real qua real en absoluto. ( ... ) Rcp1·csontación, 9.
SEll 938
4. ( ... ) no sólo existo yo, sino o a nuís ser por autoposici6n o libre
que existen otros seres, a saber, elección. De ahi el 1·eílexivo <1existir-
los objetos de mis sensaciones; y se».
aun cuando esos objetos no fuesen 9. Del yo so11 emp(rico no pue-
sino mis idens, siempre será cier- do dudnr, pero del yo existo puedo
to que esas ideas no son yo dudar siempre, porque siempre pue-
(lbíd.) do dudar que yo sea auténticamen-
5, Existir es parn nosotros sen- te yo mismo. (K. JASPERS, cit. por
tir. (lbíd., 352.) J. HYl'P0LITE, en Die1t vivant, 3,
6. La sociedad sólo puede exis- 63,)
tir por los sacrificios individuales 10. En el sentido más fuerte,
que exigen las ,leyes. (BALZAC, La existir quiere decir realizar un ac-
fcmmc de frente a1111, Pléiade, 11, to libre y que nos compromete de
718.) manera absoluta. (L. LAVELLE, De
7. Fue algo que me dejó sin /'a.etc, p. 102.)
aliento. Nunca, hasta estos últi- 11. Existir (etimológicamente
mos días, ha'bía presentido lo que sistere ex) es ser teniendo un ori-
queria decir c«existir». Y o era co- gen, en tanto que ser no dice de
mo los demás ( ... ). Decía como sí ese origen, esa dependencia; es
ellos «el mar es verde»; aquel pun- , la autoposici6n absoluta. (A. MARC,
to blanco, allá arriba, ,·s una ga- L'étrc et l'esprit, p. 125.)
viota; pero no sentía que eso exis- 12. Para la realidad humana,
tia, que la gaviota era una gaviota no hay diferencia entre existir y
existente ( ... ) _ Pensaba en la pcr- elegirse. (J.-P. SARTRE, L'étre et
tcne11cia, me decía que el mar per- le néa.11t, p. 660.)
tenecía a la clase de los objetos 13. Existir, para el hombre, es
verdes o que lo verde formaba par- necesariamente, incluso sin que él
te de las cualidades del mar_ (J.- se dé cuenta, revelar y llegar a su
P. SARTRE, La. na.usée, 166.) eclosión la significación de las co-
8. Existir es simplemente estar sas y, por este comportamiento de
ahí; los existentes aparecen, se de- revelación tal como a cada instan-
jan encontrar, pero nunca podemos te lo realiza, establecer el sentido
deducirlos. Creo que hay quienes de su propia vida. (A. DE WAEL-
han comprendido esto. Pero han HENS, en Diooine, 5 enero 1954,
tratado de superar tal contingen- 55-56.)
cia inventando un ser necesario. 14. Existir no es ser. Una co-
( lbú1-, 171.) sa puede tener ser, atributo que
8'- Si existe sujeto existe inse- nosotros le conferimos; asi cuan-
parablemente objeto y viceversa. do decimos de esta lámpara que
Si existe yo que pienso, existe el es. Pero esta lámpara no existe,
mundo que pienso. Por tanto: la porque no es un sujeto; no tiene
verdad radical es la coexistencia más que un fuera, carece de den-
de mí con el mundo. Existir es tro; y cuando hablamos de su exis-
primordialmente coexistir -es ver tencia, lo hacemos como de una
yo algo que no soy yo, amar yo a imitación de la nuestra. (J. GRE-
otro ser, sufrir yo de las cosas. NIER, L'cxiat. mal/1eure11sc, p. 168.)
(J. ORTEGA y GASSET, ¿Qué es fi- V. 32; Mundo, 2, 3; Olvido, 4; Sen-
losofía.?, 222.) Ad. E. tido, 47; Situa.ci6n, 9; Ser 1, 12.
V. 31, 35; Contingencia, 3; Cuerpo, 1, Existirse (reflexivo). Darse un nue-
13; Mundo, 1; Nada., 3; Ser/, 13, 16. vo modo de ser por libre decisión.
B. En el vocab. existencialista y Sin.: «serse»•.
fenomenológico (por op. a ser) : se di- 15. La necesidad pam los de-
ce tan sólo de los seres conscientes, de más de existirse como pertenecien-
la realidad particular que da a los de- do a una raza, una clase, un me-
más seres la conciencia que de ellos to- dio. (J.-P. SARTRE, L'etre et le "··
mamos y de la que esta toma de con- 410.)
ciencia proporciona al sujeto cognos- 2. En sentido derivado: ser real pa-
cente. ra una conciencia (por op. n ser en si).
l. En sentido fuerte y etimológico De ahi In forma activa: «existir al-
(sisterc ex, surgir de): surgir al ser go», es decir, hacerlo real.
945 SER
16. Ser significa: ser objeto de El existir. Designa la existencia con-
una afirmación necesaria que lle- creta de un ser determinado. Tiene por
va su justificación en sí misma; fin evitar que se haga de la existen-
dicho de otro modo, ser inteligible; cia un concepto abstracto, una esen-
Existir es ser supuesto inteligible cia. Los escolásticos contemporáneos
y ser percibido. (J. LAGNEAU, Cé- traducen a menudo por ((existir» em-
lebres /e~ons, 249.) pleado sustantivadarnente el latín e.,:ic
17. De pronto mis ojos se po- o actus essen.di (acto de ser).
san en una papelera y he aquí que 26. En efecto, el existir ( esscj
se pone a existir. (J. GREEN, .Jour- del hombre se termina en la espe-
nal, VI, 94.) cie humana: y 1o mismo sucede
18. Cuando [Fran~oise] no es- •on el existir (csse) del caballo y
taba allí, aquel olor de polvo, aque- de cualquier otro objeto de expe-
lla penumbra, aquella desolada so- riencia. Por el contrario, el exis-
ledad, todo aquello no existía para tir ( essc) de Dios, porque no se
nadie, no existía en absoluto. Y halla recibido en un término re-
ahora ella estaba allí, y el rojo de ceptor, sino que es el existir (esse)
la alfombra traspasaba la oscuri- puro, no está limitado a ningún
dad como una tímida lamparilla .. valor de la perfección ccexistencia»
(S. DE BEAUVOIR, L'invitéc, 10.) (non limitatur ad alíquam perfec-
19. La eosa, al fin y al cabo, tionem cssendi), sino que posee zn
me necesita para existir. Cuando sí la totalidad del existir (totum
descubro un paisaje hasta enton- csse). (Santo TOMÁS DE AQUINO,
ces oculto por una colina, es cuan- De Potcntia, q. 1, art. 2, trad.
do únicamente se hace plenamen- GRENET, Le thomisme, 77.)
te paisaje, y no podemos concebir 27. No se puede pensar el cns
lo que sería una cosa sin la inmi- sin el csse ( ... ) y mucho menos el
nencia o la posibilidad de nuestra esse sin el ens. El existir es siem-
mirada sobre ella. (M. MERLEAU-P., pre el de algo que existe. (E. Gn-
Scns et non-sens, 57.) SON, Le th01nismc, G4.)
20. Pensar una cosa como exis-
tente es pensarse uno mismo como 28. Dios es el Existir por sí.
percibiéndola, es extender la pro- (J. MARITAIN, Court tr. de /'e ....·is,~ ..
pia experiencia de tal modo que 83.)
llegue a comprender aquello qua V. Ecceiclrul; Participación, 10; ['ni-
parecía dejar fuera de sí. (G. MAR- versal, 7.
CEL, Journal mét., lií.) Existente. Empleado, junto con (len-
Existir algo (como v. activo). Hacer- te», para traducir el alemán Seiendcs
lo existir mediante la torna de concien- (part. pr. de sein, ser) : toda realidad
cia. concreta que existe, en los diversos
21. La conciencia no puede exis- sentidos del verbo, en particular el
tir su cuerpo sino como conciencia. hombre («el existente»). V. Ente.
(J.-P. SARTRE, L'etre et le "·· 372.) 29. El tiempo y el espacio son
22. Este dolor en mi índice iz- de la naturaleza de las verdades
quierdo no ceso de existir/o, como eternas que se refieren tanto a lo
mi cuerpo en general. ( Ibíd., posible corno a lo existente. (LEIB-
400.) NIZ, Nouveaux csais, II, XIV, 26.)
23. Las cosas percibidas desig-
nan aquello que «yo existo» sub- 30. [El Verbo] es lo perfecto:
es lo existente, lo subsistente y el
jetivamente. (/bid., 420.) ser mismo. (BosSUET, É[évutions,
Ser existido. Tener su ser ele 12.º Sem., 8: clev.)
otro.
31. Puede ocurrir que la ima-
24. Mi cuerpo cesa de ser exis- gen exterior exista y desempeñe en
tido en su totalidad en la rnedidn la conciencia un papel no c.lespre~
en que es la contingencin total de cinble y que convendría determi-
mi conciencia. (/bíd., 399.) nar con precisión. Pero, una vez
25. Cuando ningún dolor, nin- mús, no es a un (<ser mental» a
gún placer, ningún desagracio pre- quien somos presentes, sino al exis-
cisos son «existidos» por la con- tente en persona. (R. VANCOURT,
ciencia. ( lbíd., 404.) La ¡,hilos. et sa struct,,,.c, I, 193.)
li/J. Diccionario del J.e11¡uajc FilO!,t'ifico.
SER 946
32. Los árboles flotaban ( ... ). vid unción por In matel'in]. (P.-G.
1.Vo truían ganas de existir, pero no GRENET, Le thomisme, 90-91.)
podían impedírselo, y eso ern todo 38. Lo esencial es la contingen-
( ... ). Todo existente nace sin rn- cia. Quiero decir que, por defini-
zón, se prolonga por debilidad y ción, la ~xistencia no es la necesi-
muere por azar. (J .-P. SARTIIE, La dad. Existir es, simplemente, es-
11a11séc, 174.) tar ahí. (J.-P. SARTRE, La, 11ausée,
33. La realidad humana -ese 4G.• ed., 171.)
existente que se siente ,,. me,Jio 30. Si In descripción de In esen-
de lo existente; que mantiene re- cia depende de In filosofía propia-
laciones ron lo existente- existe mente dicha, sólo In novela permi-
en demasía, de tal suerte que lo tirá recrear, en su verdad comple-
existente se halla siempre mani- ta, singular, temporal, el brote
fiesto en su conjunto. (HEIDEGGER, original de la existencia. (S. DE
en Qu'est-ce que la, métaph., 87.) BEAUVom, L'exist. et la sao. des
34. Soy un existente en medio 11at., 119.)
de otros existentes. (J.-P. SARTRE 40. No puede separarse el con-
L'étre <t le 11., 633.) cepto de existencia del de esencia:
35. El existente elige y se eli- la existencia es siempre existen.
ge. (J. WAHL, La, pe,uiée de l'exis- cia de algo, de una capacidad de
tenee, 57.) existir. (J. MARITAIN, Court traité
de l'cxistence et de l'existant, 59.J
EXISTENCIA. Lat. exisfentia, comp.
de ex (fuera de, a partir de) y de un 41. En nuestra experiencia hu-
derivado del part. pres. siste1u, (que mana, la existencia no existe; es
permanece). El cxistens es el que se siempre existencia de algo que
mantiene o surge a partir de... La existe, (E. GILS0N, Le thomisme,
existe11tia, el carácter del que su1·ge 47.)
de ... 42. En resumen, no hay más
36. Heidegger nos invita ( ... ) a existencia actual que la de los in-
partir de la palabra existencia, a dividuos; pero el intelecto no con-
ver en qué consiste ésta. Origina- cibe más que lo gener11l; luego la
riamente la existencia aparece co- existencia como tal escapa a la
mo sa./ida fuera, de; es salida fuera presa de nuestro intelecto. (E. Gn,.
del Uno para Plotino, salida fuera SON, Réalisme thomiste, 185.)
de lo posible para Leibniz, salida 43. Separada de la esencia a
fuera de la nada para Heidegger. la que actualiza en el tiempo, la
La existencia sería, pues, una es- existencia permanece en fatal ig-
pecie de separación, de ruptura, norancia de su origen y de su na-
de herida, por la que algo se se- turaleza más íntima. Se halla li-
para de la unidad, de Jo posible o teralmente desprovista de Bc11tido.
de la nada. (J. WAHL, Tr. de mét., (E. GILS0N, L'íitre et l'esse11ce,
558.) 327.)
A. En sentido que parece abstracto 44. Hay un huida de la exis-
(la, existencia, en singular tan sólo) y tencia ante el pensamiento de la
por op. a la ese11cia: el hecho de ser o existencia. (G. WAHL, Jllétaph.
de existir, con abstracción de lo que es. 666.) '
No es conceptualizable, porque sólo po- 45. La existencia empírica es
demos pensar en la existencia o el exis- tan sólo uno de los modos de la
tir de algo. No obstante, es esta exis- existencia. ( ... ). La existencia de
tencia pura de toda esencia e indepen- In verdad, de la belleza y del bien
diente de todo existente la que persi- no es más dudosa que la del mun-
gue HEIDEGGER, V. Ser, subst. A; Jui- do visible. (H. DELACROIX, Psyc/101.
cio• de existencia. de l'art, 131.)
37. La existencia se comunica 46. Creo en In existencia del
a una esencia que la limita a no actor.
set· más que existencia de esa esen-
cia. La esencia se comunica a una Creo en la existenicn del perso-
materia que la limita a no ser más naje que el actor representa.
que esencia de esa matel'ia [indi- ¿Es la misma existencia? Evi-
947 SER
dentemente no. J ean-Louis Bar- tinadamente recomenzadas ... (J.-P.
rault no es Hamlet. (.. ,) SARTRE, La nausée, 178.)
¿ Es el mismo juicio de existen- 61. La existencia de una mujer
cia? Evidentemente no. Depende hermosa se asemeja a la de una
de mí el afirmar la existencia de ·liebre en día de apertura de la ve-
Hamlct, no la de Jean-Louis Bar- da. (P. MORAND, Le réveille..,matin,
rault. (H. GOUIIIER, Le théii.tre et 141.)
l'exist., 101.)
62. La conciencia es una lla-
47. ante todo, habrla que pre- mita invisible y trémula. A menu.
guntarse una vez más si pensa- do pensamos que su papel consiate
mos verdaderamente la existencia, en alumbrarnos, pero que nuestro
lo que la convertirla en determina- ser está en otra parte. Y, sin em-
ción esencial. Por otra parte, si no bargo, esa claridad somos nosotros
la pensamos, ¿ cómo podemos ha- mismos. Cuando merma, es nues-
blar de ella? Ahi reside la dificul- tra existencia la que se debilita;
tad central, la especie de aporía cuando se extingue, nuestra exis-
en torno de la que no dejamos de tencia la que cesa. (L. LAVELLE,
dar vueltas. (G. MARCEL, Présencc Conac. rle aoi, I.)
et i111111ort., 162.)
53. Una conducta cualquiera, un
47'. la existencia no es una gesto de tal o cual individuo só-
propiedad de la criatura existente, lo pueden ser verdaderamente com-
bien porque no se deriva de prin- prendidos en la perspectiva de la
cipios inkinsecos de é6ta, sino que existencia particular en que los en-
le proviene extrínsecamente, bien contramos. (G. GUSDORF, Tr. de
porque no le conviene de modo ne- l'cxist. mor., 45.)
cesario y por sí. Por todo lo cual
la existencia actual de la criatura 64. (En el restaurante, el Au-
no cae propiamente bajo la cien- todidacta). Pienso ( ... ) que todos,
cia, en cuanto depende en acto de mientras somos, no hacemos más
que comer y beber para conservar·
la libre voluntad del creador; mas
qué sea esta existencia y de qué nuestra preciosa existencia, cuan-
modo se distinga la esencia de la do no hay nada, ni ninguna razó:i
criatura es una cosa oscura ... para existir. (J .-P. SARTRE, La
(F••. SUÁREZ; De las propiedades nausée, 147.)
del ente ... , H, § 4, p. 50.) Ad. E. 55. Medidos por nuestras ex,s-
V. Cogito, 8; Quididad, 5; Ser I, 14, tencias, montañas y astros nos pa-
30; Ser II, 2, 3, 9, 11; Variación, l. recen un modelo de majestuosa fi-
jeza. (TEILHARD DE CH., Le phé11.
B. En sen,tido _concreto (una exis- humain, 60-,61.)
tencia. particular, existencias, !a exis-
tencia que engloba la esencia) : la vida 56. El torbellino de la existen-
de un ser vivo, y muy particularmente cia moderna nos impide darnos
del hombre, considerada en su aspecto cuenta de lo que verdaderamente
temporal y en sus condiciones concre- pasa. Flotamos en la existen~ia
tas. como en un m·ar, sin poder esca-
par a él y agarrarnos a la orilla
48. El tiempo y el espacio se- desde donde nos seria posible abar-
ñalan posibilidades más allá de la car la totalidad en una pura con-
suposición de las existencias. templación. (K. JASPERS, Ltt situa-
(LEIBNIZ, N. es,ais, II, XIV,) tion spirit. de notre époque, 4-1.)
49. Esas pálidas existencias a 66'. ¿Cómo un hombre que crea
las que nunca ha atravesado el ra- ele veras en su propia existencia
yo del ideal y que, desde su pri- va a no intenta,. sellarla en todo,
mera luz hasta su último momen- y ligarla a todo y a todo comuni-
to, se han desarrollado día a día carla? ¿ Cómo un hombre que Cl'ea
como las hojas de un libro de con- ele veras en su propia existencia va
tabilidad. (RENAN, CEuvres, 1, 214.) a creer en su propia n1uerte, en
60. ¿ Parn qué tantas existen- su muerte existencial? Porque en
cias, puesto que todas se parecen'.' la aparencia! nos fuerza a Cl'Cel' el
¿A qué tantos árboles semejantes? mundo aparencia! que nos rodea.
Tantas existencias fallidas y obs- (M. DE UNAMUNO, Plo11it11d ele ple-
SER 948
E.xistencialista. Que profesa el exis- 03. l,a filoso/la tic /a. existencia
tencialisn10 o a él se refiere. No debe es un modo de pensamiento (... )
confundirse con existencial. gracias al cual el hombre puede
89. La visión existencialista del llegar a ser él mismo. No se refie-
mundo plantea un problema que re ·a realidades objetivas, sino que
estaría resuelto si Dios fuese po- esclarece y a la vez conduce a su
sible; el exilio, la indigencia, el •consumación al ser de quien la
sentimiento de la nada (... ) cons- ejerce (... ) y le proporciona el es-
tituyen 'la pintura de lo que el pacio de su obrar incondicionado
hombre es «tras el pecado» (como por la evocación de la trascenden-
diría Malebranche), pintura que cia (con lo que concluye en meta-
del cristianismo sólo ha conserva- física). (K. JASPERS, Sit. spirit. de
do esta visión pesimista de las co- notrc époque, 191.)
sas e ignora su contrapartida que Filoso/fa existencial. Doctrina que se
es la redención. (E. BRÉHIER, dirige a describir, explicar y orientar
Transformations de la ¡,hil. fran,., la existencia del hombre concreto, o
202-203.) simplemente a experimentarla y descri-
90. El tomismo es un intelec. birla. (MERLEAU-P0NTY).
tualismo existencialista. (J. MARI- Sin: filosofla de la existencia (JAS-
TAIN, Court tr. de l'ezistence, 79.) PERS).
91. Otro error es el de llamar 04. (... ) a mi parecer, siguien-
existencialistas a los filósofos que do una concepción que se aproxima
han estudiado la existencia en sen- a la de Jaspers, la filosofía exis-
tido propio, es decir, el ser exis- tencial es un modo de conocimien-
tente. Muchos tomistas se extra- to sustraído a la objetivación. (N.
vían totalmente al pretender ha- BERDIAEFF, Cinq ,nédit. sur l'ezist.,
cer de Santo Tomás de Aquino un 65-56.)
existencialista. Equivocación tan 95. La filosofla concreta o exis-
grotesca como la de situar a Hus- tencial (... ) se constituye en torno
serl dentro de la filosofía existen- a un dato que, al reflexionar sobre
cial porque ha ejercido sobre ella sí mismo, no sólo no se hace trans-
una gran influencia; la verdad es parente para sí, sino que se cam-
que Husserl pone precisamente la bia en la aprehensión distinta, no
existencia entre paréntesis. (C.-M. diré de una contradicción, pero sí
BocHENSKI, La 'Philos. contemp. en de un misterio radical, que da lu-
Europe, 136.) gar a una antinomia tan pronto
V. Hum.anidad, 9. como el pensamiento discursivo se
Fü-0soff,a, de la ezistencia, Investiga- aplica a reducirla, o, si se quiere,
ción centrada en la elucidación de la a problematizarla. (G. MARCEL, Du
existencia humana (JASPERS). A dife- refus ... , 36.)
rencia de la filosofía existencial (MER- 96. ( ... ) toda filosofía fenome-
LEAU-PONTY, Sens et non-sens, 185 y nológica o existencial se da como
siguientes), se interesa menos por las tarea, no la de explicar el mundo
descripciones y los ,análisis concretos o descubrir sus «condiciones de
que por las explicaciones. Pero se pasa posibilidad», sino la de formular
insensiblemente de fa filosofía de la una experiencia del mundo, un
ezistencia a la filosofía czistencial y, contacto con el mundo previo a to-
finalmente, a la filosofía czistencia/is- do pensar sobre el mundo. (M.
ta; además, estos términos son con fre- MERLEAU•P,, Sens et non-scns, 66.)
cuencia sinónimos. 07. La filosofía existencialista
92. Ls forma actual de la filo- es atea, la filosofía existencial es
sofía es la filosofía de la Ezisten- cristiana o al menos teísta. (R.
cia.. La materia de sus considera- VERDEAUX, Lc,ons sur l'ezist., 19.)
ciones le es dada por el conjunto 08. Si la fórmula lfilosofía
de las ciencias del hombre (... ) . existencial» es susceptible de un
Pero ella las supera al orientarse sentimiento predso, no podrá de-
hacia el ser mismo. La filosofla signar sino una filosofla que, re-
de la Ezüte11cf.a es la filoso/la del conociendo la primacla del existir
ser humano que llega a superar y respetando en todo sus exigen-
de 11uevo al hontbrc. (K. JASPERS, cias, acepta, no obstante, la esencia
Situation spir. de n-0tre ép., 178.) como su legitima objetivación in-
953 SEXUAL
15. Los gritos, 111 sonrisa, las una fuerza oculta. Ha nacido bajo el
lágrimas, los gestos no adquieren signo de 1a frivolidad, bajo el signo del
significación desde el p1·imer día. fracaso.
Antes de llegar n ser movimien- 18. La física nació, en el siglo
tos expresi\ros, son sólo movi- pasado, bajo el doble signo de la
mientos impulsivos. ( ... ) Un mismo fijeza y de In geometría. (P. TEIL·
movimiento puede ser alternativa- IIARD DE en. Le plién. h11ma·in,
mente puro reflejo, acto automáti- 41.)
co, signo involuntario y, finalmen-
te, In expresión volunta,rin de un Significar. Lat, significare ( = sig-
determinado estado anímico. (G. 1111m /acere, hacer un signo), indicar
CoMPAYRÉ, L'é,•ol. i11tcll. et mor. ele por señas, presagiar.
/'e11f., 110.) A. Hablando de los signos y del len-
4. Signo ¡,ropio y signo opcrado- guaje: expresar, querer decir. Signi-
110/. El signo propio afecta a una can-
fica.re significa: hacer un signo o se-
tidad (-4, + 2) ; el signo operacional ña,
indica una operación a efectuar (2 + B. Referido a cosas, a sucesos. l.
3). Cuando se hallan mezclados en una Objetiv.: permitir prever o deducir.
misma ecuación, los signos propios con Esas nubes rojas significan lluvia ma-
1as cantidades a las que afectan son ñana. Esa cara enfurruñada significa
puestos entre paréntesis: (+7) + una decepción.
(-5) = 2; (-5) X (-4) =+ 20. 2. -Subjetiv.: como consecuencia de
Signos loca.les, ngnos temporales. los intereses o proyectos personales de
Cualidades particulares de los datos alguien, equiva.ler a, ser esencialmente
empíricos, con arreglo a las cuales lo- considerado como ...
caliza el sujeto las sensaciones tácti- 19. [Un médico ante una ope•
les en una parte determinada de su rada que se muere.] Tenía la in-
cuerpo (signos locales) o los aconte- sensibilidad de los médicos, para
cimientos pasados en una fecha deter• quienes el sufrimiento ajeno signi-
minada (signos temporales). fica experiencia, provecho, interés
16. De acuerdo con nuestras profesional... (R. MARTIN DU G.,
suposiciones, cada región cutánea Les Tliibault, 11, 145.)
tiene su signo local determinado; C. Notificar o hacer saber en tér-
éste consiste en una cualidad de minos expresos o con las formalidades
sensación que depende del lugar de legales. Le significó su decisión.
la impresión y se añade a la cua- Significación. Lnt. significatio: ac•
lidad y la intensidad que presenta ción de hacer señas o signos (signa
la sensación, cualidad e intensidad /acere), significación.
resultantes de la naturaleza varia- A. En sentido propio: lo que hace
ble de la impresión exterior. (W. conocer un signo propiamente dicho o
WUNDT, Psychol. phynolog., 11,
un complejo de signos (una frase o una
28.) carta que acabamos de recibir), lo que
17. Cada acontecimiento tiene quiere decir.
un como «signo temporal». En Sin.: sentido B 1 n.
efecto, cada acto va asociado en
el recuerdo a todas las circunstan- 19'. los conceptos no son «in-
cias que lo rodearon. Entre ellas variantes», sino que su significa•
las hay que permiten de a1gún mo- ci6n está condicionada por una cir-
do fechar ese acontecimiento. (P. cunstancia. (J. MARIAS, I11trod1<c•
FRAISSE, Psychol. du temps, 158.)
ci611 a la Filosofía, 149,) Ad. E.
B. Por ext. (referido a cosas que
Bajo el signo de .. , A. Se decía en no son signos propiamente dichos), l.
un principio, en astrología, de los doce Objetiv.: lo que un hecho o cosa pue-
signos del Zodiaco, por estar la vida de de hacer conocer de otro, ya por sim-
cada uno, según los astrólogos, carac• ple asociación (voces humanas, signo
terizada y determinada por el signo de Ja presencia de hombres), ya por de-
bajo el cual nacía. ducción (del hecho a su causa, a sus
B. Por ext.: carácter o partícula• efectos, n sus concomitantes), Signi-
ridad notables que caracterizan la ac• ficación de un acceso de fiebre, de un
tividad de un individuo hasta el pun- ruido anormal en el motor. V. Se11ti•
to de que parecen denotar la acción de Jo B 1 11, Sig11 ificar B t.
959 SILENCIO
ticia. (E. o'ORS, Tres lcctriones en junto de relaciones, de que ellos son
el 111. del Prado, 171.) Ad. E. los modos o centros y que los con-
V. Alegoría, 1, 2; Sugerir, 4. vierte a todos en s-imb6licos. (E.
o'Oas, Tres lecciones en el M. del
C. En una acepción compleja o am- Prado, 168.) Ad. E.
bigua: imagen u objeto material que
representa una realidad invisible. El B. Simbólica, subst. l. Absoluta-
perro es el simbolo de la fidelidad; la mente (la simbólica) : ciencia o teoría
balanza, el de la justicia. de los símbolos, en el sentido de expre-
sión figurada o imaginada de las co-
1O. Los medallistas llaman sím- sas.
bolos s ciertas señales, o a ciertos
atributos particulares de determi- 2. En los casos particulares (una
nadas personas o deidades. Por simbólica) : sistema o conjunto de sím-
ejemplo, el rayo que a veces acom- bolos relativos a una determinada es-
paña a la cabeza de un emperador fera. La simbólica cristiana.
indica la soberanía y un poder Sin.: simbolismo A.
igual al de los dioses. (Di-et. de 14. La iconografía de la Edad
TrévoUII:.) Media es una escritura y una sim-
11. A nuestros ojos, el símbolo bólica. (H. DELACR0IX, Psychol. de
figura simplemente y, en rigor, su- l'art, 463.)
ple a aquello que representa. Pero
•la mentalidad primitiva no se Simbolismo. A. Sistema de símbo-
halla habituada al «como si» ( ... ) : los. Simbolismo religioso, simbolismo
el símbolo, por virtud de una par- cristiano; simbolismo científico, simbo-
ticipación, es realmente el ser o el lismo algebraico.
objeto que representa. (L. LÉVY- 1'5. El sonido vocal ( ... ) tiene
BaUHL, Le surnaturel... , 128.) por cometido (... ) no ya siquiera
12. . .. la continuidad que va del el representar propiamente la vi-
símbolo al signo. Ciertamente, no da ( ... ), sino ( ... ) el s-imbolizar/,a,,
cabe diferenciar de modo absoluto es decir, dar de ella un signo ar-
estas dos nociones, porque hay sig- tifical que tan sólo la representa
no en el símbolo, como hay simbo- en una transposición emblemática.
lismo en el signo. El simbolismo El simbolismo entero -eon la ex-
es un complejo inestable en el que tensión sin igual que va a tomar
la presencia afectiva puede en el en el lenguaje ordinario y cientí-
limite hacerse mágica, o la signifi- fico, en el arte y en el mito- se
cación intelectual tomar un carác- hallaba, pues, inaugurado con esa
ter puramente abstracto. (E. Mo- obra de la institución de la voz,
RIN, Le mnéma, 178.) que es verdaderamente el primero
y fundamental simbolismo de las
Simbólico, a. A. Adj. Que constitu- especies vivientes. (M. PRADINES,
ye un símbolo (gesto simbólico). Que Tr. de psychol., 11, 223-224.)
utiliza símbolos (lenguaje, pensamiento 16. el lenguaje es un simbolis-
simbólicos). Lógica simbólica, v. Logís- mo vocal por cuyo medio trata un
tica. pe11Bannie11to de expresar sus ele-
13. O el poder expresivo de la mentos socia.les. ( lbíd., 11, 416.)
voz debería quedar prodigiosamen- 17. Apenas constituida la cien-
te limitado, o la voz adentrarse cia ( ... ), apareció al momento su
por la vía de una repesentación simbolismo apropiado, y al momen-
puramente simbólica del alma. to también se separó del simbolis-
¿Cómo concebir, por otra parte, mo lingüístico. (lbíd., II, 494-495.)
que lo espiritual haya podido dar- 17 bis. el simbolismo intelectual
se un signo fisico que no fuera que constituye la ciencia, deroga
simbólico? (M. PRADINES, Tr. de precisamente la cualidad sensible
psychol., 1, 527.) y afectiva que es la materia del
13'. Coexisten., en los indivi- arte. (H. DELACR0IX, Psychol. de
duos y en los objetos, una entidad l'a,·t, 450.)
de significado, una entidad de for- B. En sentido abstracto: carácter
ma y una entidad de signo; dima- do lo que simboliza otra cosa, es decir,
nado este último, no de su contor- la representa de manera sensible o ima-
no material, ni tampoco de su con- ginada. El simbolismo del fuego, de los
torno conceptual, pel'o de un con- co101·es.
SIMILITUD 004
hago eco con todo mi ser sensorial ter raro y notable. (P. VALfRY,
y en particular con ese sector de Variété, Pléinde, I, 429.J
mi mismo que tiene la capacidad 3. las dificultades que he de
de los colores. (M. MERLEAU-P., vencer y que son mías, singulares,
Phénoménol. de la percept., 266, únicas a igual título que los rns-
271.) gos de mi cargo, no están previs-
3. La sinestesia no es dada tas en ninguna ley general. (F.
nunca como producida por una aso- MAURIAC, Die-u et Mamm<ni, 73.)
ciación. [En la audición colorea- V. Conocimiento, 4.
da. J El color se da como el sentí,.
do de la vocal. (J.-P. SARTRE, L'i- 2. Con matiz peyorativo. Una idea,
magi11a.ire, 141.) un atuendo singulares.
Sin.: original, extraño, extravagante.
SINGULARIDAD
Para encarecer, se recurre al adv.:
Singular. Lat. si11gularis, único, ex- una persona singularmente distingui-
cepcional. da, singularmente inteligente.
A. Aplicado a palabras, términos o 4. [Malebranche J sigue un pro-
diohos (Gram. y Lóg, form.) : que de- cedimiento singular, contrario al
signa, o se refiere a, un solo objeto. Se natural. (SAINTE-BEUVE, Port-Ro-
opone a plural (Gram.) ; a universa!• yal, V, 394.)
y a particular• (Lóg.).
5. Cuando uno está enfermo tie-
( ... ) no sólo en la perfección co- ne, ya lo ve, susceptibilidades sin-
mún de la prudencia se van hacien- gulares. (M. VAN DER MEERSCH,
de los hombres, sino en las singu- Corps et ámes, I, 312.)
lares de cada estado y empleo. (B.
GRAc1.(N, El discreto, 110.) Ad. E. Singularidad. Lat. Bingularitas, el
hecho de ser único.
Hay sustantividades que sólo
son singulares. Pero la singulari- Carácter de lo que, y sobre todo de
dad no es la razón formal de la quien, es singular, .es decir, se sale tle
individualidad estricta, sino que lo común. En sentido concreto: lo que
ésta enwelve una interna determi- hace singular.
nación en la manera misma como 6. [el libertino l renuncia a su
la cosa es «irreductiblemente una». fe por espíritu de singularidad,
(X. ZUBIRI, Sobre la esencia, 213.) por tener la ridícula prenda de no
Ad. E. pensar como los demás, es decir~
V. Abstracción, 14; Tendencia, 11; lo que nadie ha dicho... (BoURDA-
Transducción, 2; Universal, 13. LOUE, Sur la relig. chrét., II.)
B. Aplicado a cosas o personas: que 7. La singularidad es peligrosa
es único en su género, y, por consi- en todo; sólo puede excusarse en
guiente, llama la atención. las cosas que no dependen sino del
1. Particular distingue sin uso. (FÉNELON, Lettre a l'Ac., V.)
más; singular distingue y califica. 8. son modestos aquellos en
Lo particular no es común; lo sin- quienes el sentimiento de ser ante
gular es extraordinario, nuevo, ra- todo hombres prima sobre el de
ro, curioso. (... ) Una opinión par- ser ellos mismos. Prestan mayor
ticular es propia de alguien ( ... ) ; atención a su semejanza con lo co-
las opiniones singulares son sor- mún que a su diferenria y singu-
prendentes o exlirañas. Hasta tal laridad. (P. VALÉRY, Moralités,
punto está In idea de cualidad im- 74.)
plicada en la de singular, y no en D. Su si11g1ila1·ic/a,l [ de l\Inllar-
la de particular, que cabe hablar mé I consistió en meditar sobre
de la si1101tlaridad de las particu- aquello que nadie piensa en medi-
laridU<lc•. (LAFAYE, Suppl., 226- tar. (P. VALÉRY, Variété, Pléiade,
227.) I, 679.)
l. En ocasiones, sin intención de 10. Preguntamos a veces ( ... )
menosprecio. Una coincidencia, un J>U- qué es el yo, el iú, es decir, la
recido singulares. persona en su singularidad. (G.
2. el doble caso Vcl'lninc-Villon MADINIER, Consc. et amour, 2.ª ed ..
es singulal', y nos ofrece un canír- 100.)
SINOPSL\ 970
te!', tono más o menos agudo o grave, Sistema es mós general que teorla:
y del pref. s1111, con), que está de el sistema de un sabio o de un filósofo
acuerdo. está constituido por el conjunto de sus
Palabra creada por BLEULER para teorías.
calificar a aquel cuyos sentimientos 2. Un sistema no es otra cosa
,·an al unísono con los de quienes le que la di~posición de las diferentes
rodean. La sintonia supone la extraver- partes de un arte o ciencia en un
sión•; es frecuente en el ciclotimico•. orden en el que todas ellas se apo-
yan mutuamente, y en el que las
SISTE::UA. Gr. sysUma, der. de sy11- últimas se explican por las prime-
csta11ai, colocar junt06, reunir en un ras. Las que dan razón de las de-
todo organizado. más se llaman principios; y el sis-
tema es tanto más perfecto cuanto
A. Prop,: conjunto que constituye menos son los principios; incluso
un todo orgánico. Sistema solar. Siste- es de desear que se reduzcan a uno
ma digesti\·o. Sistema de fuerzas. Sis- solo. (CONDILLAC, Tr. d.ea BIJSt., co-
tema de señalización. Sistema métrico. mienzo. <Euvres philos., 1, 121.)
Sistema de defensa (de una plaza fuer-
te, de un acusado) ... 3. En el sistema en que todos
nuestros conocimientos proceden
l. este universo no es más que · de los sentidos, nada más fácil que
un sistema, es decir, una multitud hacerse una noción exacta de las
de fenómenos que, ligados unos a ideas. (CONDILLAC, lbíd., VI, 11, I,
otros, como causas o efectos, resul- 14-3 b.)
tan todos de una primera ley.
4. Una ciencia bien tratada es
Toda parte algo compuesta es un sistema bien hecho. Ahora bien;
un sistema. Luego si renunciamos en un sistema no hay, en general,
a los sistemas, ¿cómo será posible más que dos cosas: unos principios
profundizar en nada? (CONDILLAC, y sus consecuencias. (lbíd., XVIII,
Syn., III, 512.) I, 216.)
l'. el análisis suficiente de 5. Las observaciones son la
cualquier forma o hacer de la vi- historia de la física; los sistemas,
da (... ) nos descubre ipso facto la su fábula. (MONTESQUIEU, Penaées
cstru.ctura general d.e la vida. div.)
Ahora bien, a esto se llama si&te-
ma. Sistema en un sentido más 6. Los sistemas tienen sus fa-
profundo y radical que el usadero, náticos; no asi la ciencia, que usa
porque no se trata de que el pen- los sistemas y, poco a poco, los
reemplaza... (A. CoURNOT, Revue
samiento sea -mucho menos deba somm. des doctr. écon., 338,)
ser- sistemático, sino de que la
rcaUdad mi.sma lo es. (J. MARÍAS, 7. para el filósofo, el sistema
La filosofía española actual, 121.) no es cosa secundaria y sin la que
Ad. E. pueda pasarse. Si el filósofo difie-
re del hombre común, no es por
1". la esencia confiere carác- la naturaleza de sus ideas, ni in-
ter de sistema a la constitución cluso de manera esencial por su
entera de la sustantividad, es el número, sino por la manera en que
sub-sistema fundamental, funda- las domina, las unifica y hace de
cional, de la sustantividad. (... ) La ellas un cuerpo de doctrina, un
esencia es sistema por si misma; sistema. (Au(l'. VALENSIN, .·1 tra-
el resto de la sustantividad es sis- vers la ,nétoph., 142-143.)
tema ab alío, ab easentia. (X. ZU-
BIRI, Sobre la ,sentía, 267.) Ad. E. 8. En ciencia, las verdades se
agrupan en sistema, mientras que
V. Verdad, 20. los errores se pierden en un mag-
B. Por anal.: conjunto de proposi- ma informe. Dicho de otro modo,
ciones cientüicas o filosóficas que las verdades se enlazan apodlctica-
constituyen un todo orgánico, conside- mente, mientras que los errores se
rado en su coherencia intrínseca más amasan asertóricamenta. (G. BA-
que en su correspondencia con la reali- CIIELARD, Ratio11al. appl., 68-69.)
dad. El sistema de PTOLOMEO, el de Co- 9. en un pensamiento discur-
PÉilNICO, F.:l sistema de ARISTÓTELES, sivo el si~tema es un esbozo de
el de DESCARTES, el de KANT. pensamiento Intuitivo. ¿Acaso no
073 SISTEMA
es el sueño del espíritu el com- ciertas que poseen los hombres es-
prenderlo todo, el ser y a sí mis- tá aquella afirmación hegeliana de
mo, de un solo golpe? ( ... ) El sis- que le. verdad sólo puede existir
tema permite al intelecto esa sim- bajo la figura de un sistema. (J.
plificación enriquecedora. Porque ORTEGA Y GASSET, ¿Hombres o
está siempre presente de cuerpo ideao?, Obrao, /, 430-440.) Ad. E.
entero, el pensamiento se halla V, Compre11der, 5.
también íntegramente presente en
todas partes. (A. MARC, Psychol. C. En la conducta práctica: medio
deliberado y constante de tender a los
réflcx., II, 414.) propios fines. Gobernar por el sistema
V. Fi/oaof{a, 19; Positivo, 30; Teo- de sanciones. Convertir la desobediencia
ría, 12. en sistema.
Espíritu de sÚltcma.. Tendencia a or- 13. Se ha creído que tomando
ganizar los conocimientos particulares por sistema el tratar a los hom-
en un todo coherente. Con acepción pe- bres como canallas era posible con-
yorativa: tendencia a hacer prevalecer vertirse en una eminencia políti-
el sistema sobre los hechos, a descui- ca. (H. DE MoNTHERLANT, La vie
dar o deformar los hechos que no cua- en forme de proue, 117.)
dran con él.
Sistemático, a. A. Adj. l. En acep-
10. ... esas conjeturas frívolas ción favorable: que procede con méto-
a las que se honra con el nombre do y tiende a organizar el saber en sis-
de sistema. Si no pudiese haberlos tema. Exposición sistemática.
de otra especie, el principal mérito 14. Formar la verdadera no-
del físico sería, hablando propia-
mente, tener el espíritu de sistema menclatura de las cosas e imponer-
pero no hacer jamás ninguno. les un nombre sistemático que in-
(D'ALEMBERT, Esprit, max. et dique su naturaleza es uno de los
princ., 423, París, 1789.) atributos de la lógica especulati-
va. (E. LITTRÉ, Fragm. de phi/os.
11. Si el espiritu de sistema es posit., 56.)
peligroso en Jas ciencias físicas,
no es menos de temer que al amon- 2: Más frecuentemente (pdncip.
aphcado a personas), con acepción pe-
tonar sin orden un número dema- yorativa: que hace prevalecer el siste-
siado grande de experiencias, se
oscurezca la ciencia en vez de ilu- ma sobre los datos de la experiencia.
minarla. (LAVOISIER, CEuvres, II, V. Espíritu de sistema.
225.) 15. Los sistemas han sido en
12. es el espiritu de sistema, es todo tiempo más o menos ambicio-
la necesidad de actuar de prisa y sos e instintivamente orgullosos;
creer rápidamente lo que ha perju- por eso vemos con frecuencia a los
dicado a la buena síntesis, a la ho11;bres sistemáticos situarse por
acción sensata, a la creencia razo- encima de los experimentadores.
nable. (F. PAULHAN, Analyotes et (Cl. BERNARD, Pri11c. de méd. ex-
esprit• synth,, 189,) pér., 192.)
12' Marx, en buen discípulo de 16. dada una realidad, inmen-
Hegel, participó de su pretensión sa, naturalmente, un sistema es
de explicación total y de su con- lo que un sistemático ha podido
cepción de la verdad como oistcma. ver, retener en su corta vista· a
La recesión metafísica, la ubaja- incluso, _fuera de todo ello, lo que
mar» ontológica en la que nos en- ha fabricado con su corta imagi-
contramos hoy, tiene que mostrar- nación. (Ch. PÉGUY, L'csprit de
se reacia a las descomunales afir- syst., 11.)
maciones marxistas. (J. L. ARAN- 17. Su error [de los sistemáti-
GUREN, lmplicacio11eo de la filosofía cos] no es el ser sistemáti-cos, sino
en la vida contemporánea, 30.) el serlo estrechamente, y, en con-
Ad. E. secuencia, de modo insuficiente. (F.
12". Un hábito mental que no PAULHAN, A11alystes et esprits
he logrado dominar me impele a synth., 204.)
ver todos los asuntos sistemática- 18. a posar de las palabras, el
mente. Creo que entre las tres o error comienza cuando el sistema
cuatro cosas inconmoviblemente se hace sistemático. Un sistema
SITl1AClóN 974
mera finitud; porque sólo In per- por su forma, ciertas ideas a nues-
tenencia virtual a otras situaciones tra atención. (Ch. PERELMAN, Tr.
hace que se pueda sentir limitado de l'argumentati,m, I, 225.)
por aquella en que está. (J. MA-
RIAS, lntrodu.cci6n a la Filosofía, SNOB- Ingl. snob, advenedizo. El
354.) Ad. E. fr. también utiliza la palabra posc11r.
V. A1!gustia, 8, 9; Tast, 2, 3. Que finge las ideas, los gustos y el
Situcu:i6n llmite. Al. Granzsituation. comportamiento que pasan por distin-
Modo de ser fundamental de la condi- guidos.
ción humana que es, por consiguiente, l. El snob es un carnero de
imposible de modificar. Panurgo pretencioso, un carnero
8. Puedo esforzarme por cam- que salta como los demás, pero con
biar una situación. Pero las hay aire de suficiencia. (J. LEIIIAfTRE,
que subsisten en su esencia, aun Contemp., VII, 96.)
cuando su apariencia momentá- 2. El verdadedo «snob» es el
nea se modifique y su omnipotencia que teme confesar que se aburre
se disimule tras un velo: tengo cuando se aburre y que se divierte
que morir, tengo que sufrir, ten- cuando se divierte. (P. V ALÉRY,
go que luchar, me hallo sometido al Instants, Pléiade, I, 389.)
azar, me encuentro preso inevita- 3. Nada peor que el snob do-
blemente en el lazo de la culpabili- cumentado. Es, al lado del snob ig-
dad. Estas situaciones fundamenta- norante, un carnero rabioso capaz
les que nuestra vida implica las de desesperar a Panurgo. Hipnoti-
llamamos situaciones límite. Ello zado por la argucia, miope sobre
quiere decir que no podemos supe- el palimpsesto, halla en los útiles
rarlas, que no podemos transfor- del arte ocasión para descornarse
marlas. Tomar conciencia de ellas el alma. (C. MAUCLAIR, Religion de
es alcanzar, tJras el asombro y la la musique, 108.)
duda, el más profundo origen de la 4. Al snob no le alcanza la iro-
filosofía. (K. JASPERS, Introd. a la nía; siendo su ambición el dife-
philos., 19.) rir de la masa, la sátira más cla-
9. Hacer la experiencia de las rividente es para él una apología.
situaciones límite y existir son una (J. R0STAND, De la vanité, 77.)
sola y misma cosa. (JASPERS, cit.
por G. MARCEL, Du refus a l'inv., 5. Entre otras cualidades, el
303.) snob tiene la de ser estoico. Acepta
aburrirse prodigiosamente en un
Moral de situación. V. Moral. espectáculo, Es capaz de pasmar-
Test de situación. Prueba consisten- se de gozo ante un acertijo geo-
te en colocar al sujeto en circunstan- métrico, como en la audición de
cias concretas determinadas, de ordi- un poema hermético .. _ (A. BoLL,
nario relacionadas con la profesión pa- L'art, ce méconnu, 70.)
ra la que se le examina, a fin de ob- V. Estética, 15.
servar su comportamiento y apreciar
sus aptitudes. SOBERANIA
SLOGAN. Gaélico sluarghghairm, Soberano_ Lat. mediev. superanus,
grito de guerra, der. de super, sobre, por encima.
Fórmula concisa frecuentemente re- A. Que es superior a todos los de-
petida, con fines de publicidad o pro- más. El soberano bien. Un remedio so-
paganda. berano.
Los slogans, las consignas, cons- B. Princip. (Polit.): que se sitúa
tituyen máximas elaboradas con en el origen mismo del poder; de quien
visto a una determinada acción. todos dependen y no depende a su vez
Deben imponerse por su ritmo y de nadie, Poder soberano. Príncipe so-
su forma concisa y fácil de rete- berano. Pero se llama también sobe-
ner; pero están adaptadas a las rano al monarca constitucional que, sin
circunstancias, deben ser continua- poseer el poder soberano, lo personi-
mente renovadas y no disfrutan fica.
del amplio acuerdo tradicional de l. es en mi sola persona don-
que goza el proverbio. Su papel de reside el poder soberano (... ) ;
consiste esencialmente en imponer, es sólo de mí de quien mis tribu-
SOCIEDAD 076
mteriores del pensamiento, (D. Socio. Del lat. socius, compañero. Co-
ESSERTIEll, Les formes in/ér, de mo subst., designa hoy a la persona
l'cxplic., 171, 33.) asociada con otra u otras para algún
24'. donde no hay una minoría fin,
que nctún sobre una masa colecti- Primer elemento de diversas pala-
va, y una masa que sabe aceptar bras compuestas. Citaremos algunas
el influjo de una minoría, no hay de las que no se incluyen con artículo
sociedad, o se está muy cerca de propio: socia tría (psicoterapia de las
que no la haya, (J. ORTEGA y GAS- anomalías sociales), sociocracia (régi-
SET, España invertebrada, Obras, men en el que él poder pertenece a la
III, 96.) Ad. E. sociedad considerada como un todo or-
V. Persona, 62, 64, gánico), sociografía (ciencia puramente
b) En pnrtic.: conjunto de !ns per- descriptiva de los diversos tipos de so-
sonas más distinguidas de una ciudad. ciedad), sociolatría (culto religioso a la
Baile de sociedad, sociedad), sociofilia (tendencia a bus-
!!6. El periódico ha matado al car contactos con el medio social), so-
salón; el público ha sucedido a la ciofobia (tendencia a rehuir esos contac-
sociedad. (E. y J. DE GoNCOURT, tos), sociotécnica (aplicación de los da-
Iclécs et sensat., 131.) tos de la psicología social a los pro-
26. Lo que se llama la sociedad blemas industriales), socioterapia (téc-
en una pequeña ciudad es, en cier- nica dirigida a curar los trastornos
tos aspectos, la gente clistingt<icla mentales mediante la acción del medio
del lugar. (F. SARCEY, Le mot et social).
la chosc, 266.)
SOCIODRAMA. Palabra y técnicas
3. Por una especie de personifica- creadas por J.-L. MORENO.
ción y divinizacion (en partic. en la Representación teatral ordenada á
Escuela sociólog. franc.) : la colectivi- un conocimiento profundo del grupo de
dad humana considerada como una actores o a una acción terapéutica. V.
realidad moral distinta de los indivi- Psicoterapia* de grupo.
duos e infinitamente superior a ellos.
l. El sociodrama ha sido defi-
27. Kant postula a Dios por- nido como un método de investiga-
que, sin esta hipótesis, la moral es
ción, activa y profunda, acerca <le
ininteligible. Nosotros postulamos las relaciones que se constituyen
una sociedad específicamente dis-
entre los grupos y de las ideologías
tinta de los individuos porque, de
otro modo, la moral carece de ob-
colectivas. (J.-L. MORENO, Fond. de
jeto, el deber de punto de amarre. la sociom,étrie, 39.)
E. DURKHEIM, Socio/, et phi/os., 2. Representación teatral tera-
74.) péutica que permite a un grupo de
28. Querer que la sociedad sea pacientes realizar una catarsis re-
el Dios es una idea de salvajes. La presentando por sí mismos un pa-
Sociedad no es más que un medio. pel apropiado a su situación afec-
(ALAIN, Politique, 138.) tiva. El sociodrama difiere del psi-
V. Fin II, 8. codrama en la medida en que sir-
4. Por opos. a comunidad• (T0N- ve a una reunión de individuos en
interrelaciones mutuas y que pre-
NJES). Agrupación humana que se ba- tenden una catarsis colectiva y no
sa en un contrato explícito y no en ya individual. (M. CH0ISY, Diet. de
tendencias o exigencias naturales. So- l'syehanal.)
ciedad industrial, comercial.
29. Todo lo confiado, lo íntimo, SOCIOGRAMA. Representación grá-
lo que vive exclusivamente en la fica de las relaciones existentes entre
unión, pertenece a la vida en co- los diferentes miembros de un mismo
m1rn idad (tal es nuestra opinión). grupo social. Suele obtenerse pregun-
La sociedad es lo público, el mun- tando a cada uno de esos miembros a
do; por el contl'ario, nos encontra- quién o quiénes le gustaría tener por
mos en comunidad con los nuestros compañeros y a quiénes rechaza. V.
desde que nacemos, ligados a ellos Sociomctría.
en el bien como en el mal. En la
sociedad se entra como en tierra SOCIOLOGIA. Término creado poi·
extraño. (F. TONNIES, Communmt- Aug. Co&ITE para reemplazar el de "Fí-
té et socilté, 4.) sica social», empleado por él en su cla-
ROCJOLOGIA 980
el que más vie¡os de los que cree- nable. (MoNTESQUIEU, Espril des
mos van, faltos de futuro, a trans- luis, 11, 11.)
fig-urar su pasado. En todo caso, B. La sucesión de los acontecimien-
en el normal, a cualquier edad, In tos considerados como guindos por un
actividad mental permanente siem poder ajeno a la serie de las causas.
pre vigilante y dispuesta a aban- La suerte de una empresa, de una per-
donar el ensueño a la menor con-
sona. Una triste suerte.
minación de la realidad. (Ch. BL0N-
DEL, L'invcntion, «IX• Sem. intern. Si11.: destino, fortuna.
de Synth.», 17-18.) C. Azar favorable. Tener suerte.
V. Amor, 67; Ani1na, 2. ¡ Qué suerte I V. Felicidad, A.
B. Por ext.: sin. de reflexión tran- Contr.: desgracia (más comúnmente,
quila. ma./a suerte).
l. Subjetiv.: estado de la mente que 3. La suerte nos maravilla.
medita o reflexiona sin esfuerzo. Po- Por eso el juego de azar gusta
co usado. apenas probado. ( ... ) Si perdemos,
39. Tres cosas hacen al hom- es culpa del azar; pero si gana-
bre sabio y capaz: la lectura la mos nos nimba la gloria. ( ... ) La
conversación y el ensueño; la ~ri- suerte continuada da una especie
mera enriquece la memoria; la se- de delirios; somos un hijo predilec-
gunda pule el espíritu; y la última to de la naturaleza. (ALAIN, Pro-
forma el juicio. (Cab. DE MÉRÉ, pos, Pléiade, 971.)
Réfl. mor., 82.) 4. Si un jugador tiene una
40. Si pretendiésemos calcular suerte demasiado insolente, es fa-
de cuántos ensueños se compone tal que uno de sus compañeros, so-
una idea precisa, nos daríamos bre todo si pierde, lo vigile con
mejor cuenta de su precio. (VI- ojo -suspicaz. Y, no obstante, esa
G1'.-Y, J<,1tr1u,,l d'un p., 11 nov. 1837.) suerte insolente es un fenómeno,
no sólo normal, sino inevitable. (J.
2_ Objetiv.: el producto de esa re- DUCLAUX, La, science de l'incert.,
flexión. Peyorativo cuando se trata del 11-12.)
producto del ensueño en el sentido A
(no son más que ensueños y quime- 5. La suerte es, pues, la llega-
ras). da de un acontecimiento feliz e
inesperado; lo que equivale a de-
41. os espero con una pequeña cir que su probabilidad se juzgaba
colección de ensueños, que acaso muy pequeña. ( /bid., 164.)
no os desagraden [se trata de los
escritos preparatorios del Traité 6. Lo que me llega por suerte
de l'/w,n,ne ou du monde]. (DES- me ha dado siempre un poco de
CARTES, a Balzac, 5 mayo 1631, I, miedo. Tengo la sensación de que
206.) no me es debido y me creo de pron-
to un ladrón. (J. GUÉHENNO, La ioi
SUERTE. Lat. sors, sortis, azar, difficile, 27.)
destino fijado a cada uno. 7. La suerte no es sólo una
A. Lo que preside los acontecimien- forma insolente de la justicia, del
tos cuya causa no puede ser determi- favor gratuito e inmerecido, sino
nada. también la burla del trabajo, de la
Si 11.: azar, fortuna, destino. Lo ha labor paciente y encarnizada, del
ahorro, de las priva-ciones consen-
querido la suerte. tidas con vistas al futuro; en una
l. No hay cosa más común palabra, ele todas las virtudes ne-
que injuriar a la Suerte. cesarias en un mundo consagrado
El bien es cosa nuestra; el mal, al aumento de los bienes. (R. CAIL-
[ de la Fortuna: LOIS, Lee jcux et les hommett,
siempre razón tenemos, y el des- 248.)
[tino es quien yerra.
SUFICIENTE. Lat. sufficie11s, en-
(LA F0NTAINE, Fablcs, VII, XIV.) tia, part. pr. de s11flicerc, que tiene
2. La suerte es un modo de ele- por sentido primitivo: colocarse deba-
gir que a nadie aflige y deja a to- jo, soportar; de donde el sentido deri-
do ciudadano una esperanza razo- vado de: ser capaz de, basta,·.
991 SUGESTióN
ll. Estado de quien tiene unn idea, 10. Todas las mañanas al des-
experimenta un sentimiento o realiza pertar y todas las noches apen~s
un neto que le son sugeridos y, en cier- acostados, cerrar los ojos y, sm
ta medida, impuestos desde el exterior, tratar de fijar la atcnci6n en lo
como en la sugestión hipnótica, que decís, pronunciar con los la-
bios, lo bastante nito para oir las
S. En la acepción ordinaria del propias pulubrns y contando por
término, hay sugestión siempre que una cue,·decilln con veinte nudos:
una persona hace nacer, generñl- «Coda día marcho mejor, desde to-
mente mediante la palabra, en el dos los puntos de vista». Como las
espíritu de otra una idea a la que
ésta no hubiera sido llevada por palabras «desde todos los puntos
de vista» se dirigen a todo, es inú-
el curso natural de sus pensamien- til hacerse autosugestiones particu-
tos; idea susceptible de ejercer al- lares. (F. CouÉ, La maitrise de soi-
guna influencia sobre sus senti-
mientos o su conducta, ,néme ... , 4.' ed., 23-24.)
11. La autosugestión consiste en
Por el contrario, en su acepción suma, en crisparse sobre una cier-
nueva, ,la palabra sugestión im- ta 1·epresentación; apenas cabe
plica la idea de una obediencia in- concebirla sino como una contrac-
voluntaria o incluso automática de ción psíquica. (G. MARCEL, Le
la persona a la idea que le es suge- ,nyst. de l'étre, 11, 162.)
rida, y lo notable en el fenómeno
es precisamente esa imposibilidad Sugestibilidad. Carácter de quien se
en que se halla la persona de ,w halla predispuesto a ceder pasivamen-
hacer o no creer lo que se le dice. te a las sugestiones o incluso a pasar
(E. B0IRAC, Psychol. inconnue, lG.'l- al estado de sugestión (B), que alcan-
104.) za su grado más alto en el hipnotis-
n10.
9. La sugestión se establece
cuando un estado -idea, acto o 12. Un cierto estado de sugesti-
sentimiento-- procedente de otro se bilidad es la condición más corrien-
impone con la fuerza de un auto- te en toda sugestión, cualquiera que
matismo, sin que entre en compo- sea. La hallamos necesariamente
sición con él todo ese pulular de en la base de la sugestión refle-
xiva. (Ch, BAUD0UIN, Suggcstion et
experiencia que de ordinario acoge autosugg., 163.)
al recién llegado al campo de la
conciencia a fin de limitarlo, en- 13. Nada nos permite afirmar
cuadrarlo, interrogarlo en la uni- con certidumbre que la sugestibi-
dad personal. (E, M0UNIER, Tr. du lidad sea un rasgo de la personali-
caract., 516.) dad (... ), En realidad, casi todos
los datos experimentales pueden ser
V. Automatismo, 5; Histeria, 1; Imi- más simplemente interpretados, su-
tación, 7. 1poniendo que la aceptación o el re-
C. En sentido objetivo: Jo sugeri- chazo de una sugestión depende de
do. En este sentido se emplea casi siem- •la situación psicológica tomada en
pre sugereMia. Pedir, no admitir su- su conjunto. Podríamos, sin du-
gerencias, examinarlas. da, hablar de la sugestibilidad co-
mo de un «rasgo» de la situació11
Sugestionar. Recurrir sistemática- mú.s que de un rasgo de la persona.
mente a procedimientos de sugestión (KnECH et CnUTCIIPIELD, l'sychol.
capaces de imponer a alguien una idea socia/e, 460.)
o conducta.
V. l/ip11oais, 1; Impulsivo, 2.
Autosugestión. Acción de sugestio-
narse• a si mismo, es decir, de fijar en SUJETO
la propia mente ideas, a las que no .se
presta adhesión espontánea, por medio Sujeto, Lat. subject11111, part. pas.
de procedimientos que nada tienen de de subjieerc (poner debajo.)
racional o intelectual: repetición de Sin.: substantia, der. de substa,ro
ciertas fórmulas (COUÉ), vuelta siste- (estu debajo), Pero subjectum es so-
mática (por la elección de lecturas, de bre todo un término gramatical opues-
temas de conversación ... ) a las ideas to a praedieatum (predicado o atribu-
que uno trata de inculcarse... Se op. to); subetantia, un término metafísico
a heterosugestión. opuesto a accidana,
993 SUJETO
l. El sujeto es aquello de lo consciente; que es del dominio de la
que todo lo demás se afirma, y que conciencia o del psiquismo. Estados
no es a su vez afirmado de otra subjetivos. El pensamiento es un fenó-
cosa. Por eso es su concepto el que meno subjetivo; su expresión verbal,
conviene fijar ante todo, dado que, un fenómeno objetivo,
en la opini6n corriente, es el su- 11. Que es propio de uno o varios
jeto primero de una cosa lo que sujetos determinados y no vale para
constituye más verdaderamente su todos. Impresión, apreciación subjeti-
sustancia. (... ) vas, Los gustos son subjetivos; por eso
Hemos asi dado una exposición dice el proverbio que sobre ellos «no
esquemática de la naturaleza de la hay nada escrito». En este sentido, sub-
sustancia, al mostrar que es lo jetivo es a menudo sinónimo de aparen-
que no es predicado de un sujeto, te, ilusorio.
sino que es, por el contrario, de V. Afinidad, 2; Certidumbre, 14;
ella de la que todo lo demás es pre- H,imor, 10.
dicado. (ARISTÓTELES, Mét., 1029
b-1029 a.) C. Que se basa en el sujeto en
cuanto tal: en los datos de la concien-
A. Gram. y L6g:. aquello de lo que cia o introspección (psicología subjeti-
se afirma o niega alguna cosa (el su- va), en las impresiones personales del
jeto de la oración o proposición). En sujeto (critica subjetiva; v. Impresio-
este sentido es sin. de objeto, cosa. nismo). V. Psicología en vrimera per-
B. Por opos. a objeto•: el ser cons- sona•.
ciente considerado en cuanto tal y por 4. La Psicología sólo es subje-
opos. a las cosas conocidas. V. Ego ... tiva en la medida en que el psicó-
sujeto trasce11dental•. logo procede por introspección;
2. No nos agotemos machacan- cuando interroga a los sujetos so-
do argumentos conocidos, ofrecien- bre sus sentimientos, sobre sus es-
do un objeto, cuando es el sujeto tados de espíritu, lo que obtiene
quien no se halla dispuesto ( ... ); son respuestas verbales, palabras,
porque esa tarea de preparación y no estados subjetivos; sigue tra-
bajando sobre una materia objeti-
subjetiva es de primera importan- va. (H. PIÉRON, B111/. de la Suc.
cia. (M. BL0NDEL, Lettre s. les fran~. de Psych., XI, 1911, 24.)
exig. de la pe11sée cont. en n,at,
d'apologét., 28, P. U. F. 1956.) Subjetividad. A. Acepción abstrac-
ta: carácter de lo que es subjetivo. La
3, Es, pues, esencial al sujeto subjetividad de un juicio.
el percibir el objeto como más an-
tiguo que él ( ... ). El sujeto, para 6. Con el Criticismo se pro-
poder ser sujeto, debe retirarse del duce una revolución: se afirma la
subjetividad de todo conocimiento.
orden de las cosas. (M. MERLEAU· ( ... ) Nada puede ofrecérsele [al es-
P., Sens et ,wn-sens, 146, 147.) píritu] que no se halle afectado
V. Amor, 76; Animismo, 1; Idea., 85; por elementos propios al mismo
Identidad, 1; Se11túlo, 81. espíritu. (G, MILHAUD, Le ration-
C. Síntesis de los sentidos A y B: ncl, 5.)
Ser consciente considerado desde el G. [A propósito de la subjeti-
punto de vista de los demás, lo que, en vidad de los valores] ¿de qué sub-
este sentido, lo reduce a la categoría jetividad se trata? ¿Psicológica o
de los objetos. trascendental? ¿Es la sub¡etividad
Psicol.: el individuo (hombre o, por de un individuo aparte de los de-
ext., animal) que es objeto de una ob- más, cuya sensibilidad se halla
servación o una experiencia. La en~ conclicionnda por un organismo que
la sitúa en tal punto del mundo,
cuesta versa sobre 60 sujetos, en tal instante de la duración, o
Subjetivo. Lat. subjetiv11s, que se re- la de un yo representativo del es-
fiere al sujeto (s1tbject111n). píritu humano en general, en tan-
Que es propio del sujeto o a él se to que se despliegan intencionali-
refiere. Se op. a objetivo•. dades susceptibles de ser aprehen-
didas por una intuición indepen-
A. Que pertenece al sujeto en diente de cualquier particularidad
cuanto tal, es decir, en tanto que ser individual? (R. LE SENNE, en Bull.
t,J, Dicciunario tlcl Lenguaje FilosMico.
SUJETO 094
7. La sustancia es, pues, el ser (cada uno de esos árboles, Pedro y Pa-
independiente que no se construye blo). Se llama sustancias segundas a
sobre ningún fundamento extraño; los tipos universales obtenidos por abs-
el ser sólidamente establecido en tracción a putir de los seres indivi-
si mismo y que posee en si sus con- duales (el íirbol, el hombre ... ).
diciones de existencia: en una pa- V. Forma., 27.
labra, en el orden de la Naturale-
za, es el ser más ser, el único ver- B. Otra definición (a evitar por
daderamente ser. (J. DE TONQUÉ- ambigua) : lo que existe 7,or sí• y no
DEC, Philos. de la 11at., I, II, 34.) por otro. Definición que puede ser com-
prendida de dos maneras: l.º como
8. La sustancia no es un ca- equivalente de la defin. A, es decir, lo
rácter entre otros o un grupo es- que tiene su propia existencia, distinta
pecial de caracteres, sino lo que de la existencia de otro (que no es el
los soporta y contiene a todos. No caso del accidente) : 2." en un sentido
les es yuxtapuesta, sino interior ... diferente al de la defin. A, lo que, no
(lbíd., 19.) sólo tiene su propia existencia en si,
9. La sustancia no es un subs- sino que además no tiene esa existen-
trato estático e inerte, sino la raiz cia más que de si mismo.
primera de las actividades de una 13. Cuando concebimos la sus-
cosa. Aun permaneciendo la misma tancia, concebimos tan sólo una
en cuanto a su ser sustancial, no cosa que existe de tal modo que
cesa de obrar y de cambiar por sólo necesita de si misma para
sus accidentes, que son una expan- existir. ( .•. )· Hablando propiamen-
sión de ella misma en otra dimen- te, sólo Dios es tal. (DESCARTES,
sión, no sustancial, del ser, Pero Pri11c., I, 51, A.-T., IX B, 47.)
en tanto que sustancia no cam-
bia. (J. MARITAIN, Ra,ison et ra,i- 14. Por sustancia entiendo lo
sons, 78.) que es en sí y es concebido por si,
es decir, aquello cuyo concepto no
10. En nuestra experiencia no necesita del concepto de otra cosa
hay, indudablemente, más sustan- para ser formado, (SPIN0ZA, Éth.,
cias sin accidentes que accidentes I, Defin., 3.)
sin sustancias; pero son los ac-
cidentes los que pertenecen a la 15. os ruego prestar atención a
sustancia, no la sustancia a los la definición que he dado de la
accidentes. (E. GILS0N, Lo t110'1l1is- sustancia y de los accidentes, de-
1ne', 44.) finición de la que saco todas mis
conclusiones. (SPINOZA, Ca,rta, Pléia-
11. la definición de la sustan- de, 1123.)
cia a partir de la distinción real
entre esencia y existencia se des- 16. Se define a veces la sus-
prende por sí sola. Se llama sus- tancia como «un ser por si». Esto
tancia toda esencia que tiene la no es inexacto, pero no es toda la
existencia en sí misma. Será, pues, verdad. (E. GILS0N, Le t11omiamc 1,
lógico que quienes no aceptan esta 43.)
distinción propongan con indepen- 17. La sustancia no existe por
dencia de ella otra definición y la sí en el sentido de que carezca de
den como el ser por sí. (A. MARC, causa de su existencia: Dios, úni-
Dialect. de l'a,ffirm., 544.) co que existe sin causa, no es una
12. «sustancia», que nos llega sustancia. Existe por si en el sen-
usado y como abollado por una ex- tido de que lo que es le pertenece
cesivamente larga historia filosó- en virtud de un acto único de exis-
fica ( ... ) quiere decir pura y sim- tir, y se explica inmediatamente
plemente «lo que es», en el senti- por ese acto, raz6n suficiente de
do auténtico, pleno y fuerte. (P.-B. todo cuanto es. ( lbíd., 44-46.)
GRENET, Ontologie, 101.) C. Por analogía: lo que hay de
V. Hipóstasis, 1; Jl/odo, 1; Pcrso11a, esencial o s61ido en una cosa. La sus-
45; Sujeto, l. tancia de un patrimonio, de un libro,
S1u,ta11cia, primera, y sustancia se- de una argumentaci6n.
gunda, (ARISTÓTELES y los escolást.). 18. El error no es causa de nu-
Constituye una sustancia primaria el lidad del contrato más que cuando
ser individual que existe efectivamente recae sobre la sustancia misma
1001 SUTILEZA
contratista construye una casa se- la que la ciencia vive ( ... ) , pero sin
gún el plano de 11n arquitecto; llegar a tematizarla. (M. MEitLEAU-
b) un hombre reahza «maquinal- P., Sena et non-sena, 187-188.)
mente» en la oscuridad una serie 8. la atención es ( ... ) la consti-
de gestos habituales; e) un hombre tución de un objeto nuevo que ex-
friolero se aproxima al fuego pa- plicita y tematiza lo que sólo se
ra calentarse. Demos aún como ofrec!a hasta entonces a título de
ejemplos paralelos: a,) un pianis- horizonte indeterminado. (M. MER-
ta que descifra una partitura; b) LEAU-P., Phénoménol. de la perc.,
o que interpreta un trozo que sa- 39.)
be de memoria; e) o que compone
por tanteos una melodia que expre- 9. ¿ Qué tenemos, pues, al co-
sa el vago sentimiento que le em-
mienzo? No un dato con una aper-
barga. (R. RUYER, La, gen~se des cepción sintética que lo recorre y
/orines 11i11antes, 143.) atraviesa de parte a parte, sino un
cierto campo perceptivo sobre el
V. Test, 6. fondo de mundo. Nada está tema-
B. Que se da o es dado como objeto tizado. Ni el objeto ni el sujeto es-
de la actividad mental, ya implícita- tán planteados. (lbíd., 279.)
mente o por modo no reflexivo, ya ex- 10. El horizonte se halla, pues,
plícitamente o por modo reflexivo. siempre presente. Pero, ¿cómo?
Sin.: tético•. Puede ser bajo la forma totalmen-
4. Esa posición que me apresu- te pasiva de un «espacio vacío» que
ro a tomar en la cancha sólo tie- me deja indiferente. Pero yo po-
ne sentido por el gesto que a con- dría también ( ... ) apuntar explíci-
tinuación haré con la raqueta pa• tamente a ese horizonte, tornar ne-
ra mandar la pelota por encima ta conciencia de él corno campo de
de la red. Pero no obedezco a la determinaciones; en una palabra,
«clara representación» del gesto ternatizarlo corno posibilidad inde-
futuro ni a la firme voluntad de finida y, en este sentido, aprehen-
realizarlo. (... ) Es el gesto futuro derlo globalmente. (S. BRETON,
el que, sin ser temáticamente afir- Canse. et intentionnaJité, 121.)
mado, retrocede a las posturas que V. Poder, 34.
yo adopto, para darles sentido, co-
nectarlas y modificarlas. (J .-P. TEMERIDAD. Lat. tc·merita.s, der.
SARTRE, L'etre et le néant, 169.) del adv. te1nere, a ciegas, sin consi-
6. Para ser motivo (... ) el mo- deración.
tivo debe ser ezperimentado como Carácter del individuo o el acto te-
tal. Desde luego, esto no signifca merarios, es decir, que afrontan sin
en modo alguno que deba ser te- consideración grandes peligros, o in-
máticamente concebido y explicita- tentan más de lo que es razonablemen-
do como en el caso de la delibera- te posible, y con frecuencia frente a
ción. ( Ibtd., 612.) derechos sólidamente protegidos.
6. En nuestro caso [cuando nos Sin..: audacia, presunción, osadía, im-
preguntamos: u¿ Cómo es compren- pertinencia, insolencia.
sible el mundo en que vivimos?»], Contr.: circunspecc1on, prudencia.
el sujeto es el mundo, que no es reserva, timidez.
ya tan sólo el horizonte implícito l. La timidez y la insolencia
de la percepción, sino el objeto te- son decididamente y siempre defec-
mático de /a, investigación. (S. BRE- tos, porque nos hacen violar, la pri-
TON, Approches pl,énoménol. de l'i-
mera, las leyes de la prudencia;
dée d'étre, 66--66.) la segunda, las del decoro o la ho-
«Tematizar11. Hacer tem,ítico en el nestidad. El temerario (... ) intenta
sentido B, es decir, tomar como tema de lo imposible, corre al peligro sin
la actividad mental, como objeto in- haberlo medido o aunque haya en-
tencional* (en el sentido fenomenoló- tre los medios y los obstáculos tal
gico del término). desproporción que no pueda razo-
7. La metafísica es el propósito nablemente esperar nadn. (LAFA-
deliberado de describir esa parndo- YE, 657.)
ja de la conciencia y la verdad, del 2. La temeddad es una forma
intercambio y la comunicación, en del valor, pero no de la mejor ca-
t'H. Dicciouariu c.lcl Le11Hn:1jc Filu:11ufico,
TEMOR 1011)
lid ad. (... ) El valor se enfrenta los peligros que los inspiran. Se
al peligro, pero no sin haberse puede tener miedo de no dormir y
puesto en situación de combatir no de un duelo en serio, de un ru-
eficazmente; la temeridad se arro- lún y no de un león. (M. l'R0UST,
ja a él a ojos cerrados y sin sa- Tcm¡i• rctr., I, 103.)
ber cómo saldrá del trance. ( ... ) 3. Es normal que tengamos
La temeridad provoca una cierta mie<lo sin saber en princ'ipio <le
simpat(a por la generosidad del sa- qué (... ) . Cuando hemos descubier-
crificio, pero a la vez inquieta, por- to el objeto y ensayado la acción,
que no satisface a la razón. (A. el miedo se cambia en temor. El
CARTAULT, Los sentiments géné-
i·eiu:, 9Z-93.) temor mide y pesa; la acción nos
aparta de pensar en nosotros mis-
Juicio temerario. Juicio aventurado. mos. (ALAIN, Libres pro,pos, 1931,
Principalmente: juicio desfavorable en A. DREVET, Textes cltoisis, 1,
emitido sin razones suficientes. 122.)
3. Tres defectos se hallan en 4. El creer es acto de la volun-
los juicios desfavorables que del tad, y el temor disminuye el vo-
prójimo hacemos, de los que cabe luntario; mas acercarse a los mis•
deducir que son tales juicios in- terios -y a los sacramentos de
justos y temerarios. (... ) Juzgamos Cristo por el solo temor servil es
al prójimo, pero lo juzgamos te- sacrilegio. (F. DE VITORIA, Rclec-
merariamente ( ... ) porque Dios no ciones teológicas, 88.) Ad. E.
nos ha dado sobre él ninguna ju-
risdicción, y ésta será la primera V. Problemática, 9.
parte; porque no podemos pene-
trar en su corazón ni conocerlo TEMPERAMENTO. Lat. tempera-
bien, y ésta será la segunda; en mentum (der. de temperare, mezclar pa-
fin, porque son nuestras pasiones ra dulcificar o atenuar [p. ej. el agua
las que nos preocupan, y nuestro al vino], moderar, equilibrar), mez-
propio interés el motivo más or- cla proporcionada de los elementos de
dinario de nuestros juicios, y ésta un todo.
será la tercera. (B0URDALOUE, Sur La crítica, como todas las artes,
le jug. tém., división.) han salido de sus límites entre las
Temibilidad. Neo!. por el que se ca- manos de los hombres, ineptos siem-
racteriza a quien es susceptible de in- pre para mantener el debido tem-
timidación* y, por consiguiente, parti- ,peramento en las cosas. (J. P. Fon-
cularmente sensible a la amenaza de NER, Exequias de la lengua caste-
sanciones. llana, 61-62.) Ad. E.
A. Prop.: conjunto de los rasgos ge-
TEMOR. Der. del Jat. timor, temor, nerales que caracterizan la complexión
miedo, pavor. orgánica de un individuo. Etimol. e
Estado de inquietud resultante del histór., temperamento recuerda más
pensamiento de un peligro o de un bien la clasificación según los humo-
mal futuros. res. Corrientemente op. a carácter*,
Contr.: esperanza. que designa el aspecto ps(quico del in-
dividuo.
Sin.: miedo*, inquietud•, a.prensión,
desconfianza, alarma, susto, recelo, te• l. Hay belicosos cobardes, e
rror, espanto, pánico. igualitarios tiránicos; no se es for•
zosamente hipócrita por no tener
l. La esperanza y el temor na- el temperamento correspondiente
cen del mismo principio que ~1 al ideal. (J. R0STAND, De /a, ua11i-
amor y el odio. (... ) En efecto, es- té, 117.)
perar es confiar en el goce de un
bien; temer, verse amenazado de V. Naturaleza, 60; Poder, 16.
un mal. Cabe señalar que la espe- H. A veces tomarlo como sin. de ca-
ranza y el temor contribuyen a au- rácter, es decir, para designar: ya cier.
m,•ntar los deseos. (C0NDILLAC, Tr. tas disposiciones psíquicas (un buen
des se-nsatfo11s, I, 111, 8.) temperamento, un temperamento difj.
2. es falso creer que la escala cil), ya una gran fuerza moral (tiene
de los temores conesponde a la de temperamento).
1011 TENDENCIA
1, Dice: soy. Y se calla. Tan ra, salvo una tentación. (A. EY-
[sólo por lo bajo se dice: Tengo. MIEU, Gouvcrn. de s ~ , 11, 187,
188, Perrin, 1911.)
Dio~· ~~d~ 't'i~~.... si én°d~1~·
0 0
'i~ci~: 6. La tentación es, para una
(V. Huco, Dic1t, «L'aigle».) gran parte, un complejo de doble
2. El tener, ¿no podría ser con- juego, mala fe e inteligencia con
cebido corno una cierta manera de el enemigo. (W. JANKfLÉVITCH, Tr.
ser Jo que no se es? (G. MARCEL, des vertus, 724.)
«ETRE ET AVOIR», 214.) 7. Sé de un muchacho que, a
3. Por paradójica que pueda pa- los dieciséis años, se retorcfa en
recer tal afirmación, de hecho per- su lecho suplicando a Dios que Je
tenezco ante todo a Jo que tengo. diese ciertas tentaciones, a las que
(G. MARCEL, Du refus a l'inv., 130.) había cedido envileciéndose, a fin
de poder rehabilitarse venciéndo-
V. Poseer, 1; Sacrificio, 3. las. ¡ Insensato I Se sentía Jo bas-
1'ENTACióN, Lat. tenttitio (der. de tante fuerte para vencer la tenta-
tent,ira, probar) : ensayo, tentativa; ción en aquel momento, cuando
en el lenguaje de la lgl., tentación, im- no la experimentaba; pero no sa-
pulsión al mal. bía que la propia tentación le de-
jaba sin fuerza para resistir a la
A. Subjetivamente (sentido ordina- tentación. (Aug. VALENSIN, Frtin-
rio) : movimiento interior que inclina a QOis, 26.)
alguna cosa.
l. Prop.: movimiento interior que 7'. Quejábase el amigo con su
inclina a una acción moralmente mala. Amado de las tentaciones que ca-
l. No os esforcéis por vencer da día le venían disturbándole sns
vuestras tentaciones, porque ese es- pensamientos, y respondióle el
Amado que las tentaciones son oca-
fuerzo las fortalecería. (San Fr. DE sión de que el hombre recurra con
SALES, C. a Mrne. de Chanta!, Let- su memoria a acordarse de Dios, y
tres, 111, 210, Annecy.) a amarle y a honrar sus honores
2. No hay nadie que no tenga, con los dones gratuitos que Él da.
en sí mismo y fuera de sí, sus pro- (R. LULIO, Libro del annigo y drl
pias fuentes de tentación: en sí Amtido, § 336, p. 115.)
mismo, pasiones y hábitos; fuera 2. Por ext.: movimiento interior que
de sí, objetos y ocasiones, de las inclina a una acción que no es moral-
que tiene personalmente que defen- mente mala o incluso puede ser buena.
derse y que son para él principios
de pecado. (BOURDALOUE, Sttr les 8. ¿creéis que puede haber en to-
tent., l.) da la tierra un hombre lo bastan-
3. Hay tentaciones y dudas que te depravado para no haber entre-
prueban a almas débiles; las hay gado nunca su corazón a la ten-
que prueban a almas fuer.tes. tación de hacer el bien? Esta ten-
(SAINTE-BEUVE, Port-Roya,l, IV, tación es tan dulce que resulta im-
241.) posible resistirle siempre; y el re-
cu~rdo del placer que una vez pro-
4. En esa verdadera fiebre de du¡o basta pal'a atraerla sin cesar.
la conciencia que es una gran ten- (ROUSSEAU, ÉmÜe, IV, 356.)
tación, la duda sobre uno mismo
es el primer estado de la invasión. 9. Flotamos continuamente en-
Tener miedo a cometer una falta tre la tentación de quejarnos de
es ya reconocer que ésta no es im- cualquier cosa y la de contentar-
posible, El hombre absolutamente nos sin esfuerzo. (F. Gu1zoT, Hist.
probo no teme verse arrastrado a ele la ci1•ilis. en Ettr., 30.)
robar. (P. BOURGET, L'éttipe, 336.) 10. ¿No debía ser grande la
6. la tentación no existe cuan- tentación, para ese yo que tan cla-
do el yo espontáneamente In exe- ramente distingue los objetos exte-
cra (.. ,). Mientras nndn la inclina dores (... ), de introducir en el se-
al desfallecimiento, en .tanto que no de su existencia la misma dis-
no le alcanza ninguna atracción al cdminación? (H. BERGSON, Essai... ,
ma), habrá una impresión, una idea, 177.)
una imagen, una obsesión, unn vio• 11. A partir de los 35 años, os
Jencin sufrida, todo lo que se quie- acomete fúcilmente la tentación <lt!
TEOCRACIA 1014
Teología positiva y teologla escol6s- mismo, en tanto que las virtudes mo-
tica. La teologfa positiva procede al in- rales (entre las que las más importan-
ventario del contenido do las fuentes tes son las llamadas cardinales•) sir-
de la revelación: Sagrada Escritura, ven para dirigir racionalmente la vida.
tradición, actas del magisterio... La Teológico. Relativo a la teología,
tcolog!a escolástica• elabora los datos princip. a la teolol\"Ía dogmática. Estu-
de ese inventario e!I un sistema cohe- dio, obra, dogma teológicos.
rente.
5. los problemas y controver-
3. pertenece a la propia esen- sias teológicos han impregnado el
cia de la teolog!a de tipo escolásti- total desarrollo de la cultura y la
co el acudir amplia y libremente civilización occidentales y operan
al razonamiento filosófico. Es por aún en sus profundidades, de suer-
sus protestas de fe por lo que es te que quien prefiera ignorarlos
una teología escolástica, pero es será radicalmente incapaz de com-
por el uso característico que hace prender su propio tiempo y la sig-
de la filosoffa por lo que es una nificación de sus conflictos inter-
teología escolástica. (E. GILS0N, Le nos. (J. MARITAIN, Pour u11e plti-
philos. et la théol. 108.) los. de l'éducat., 185.)
No puede haber teología escolás- Estado teológico. El primero de los
tica sin filosofía. ( Ibúl., 126.) «tres estados» de Aug. C0MTE. V. Es-
Teología dogmtitica y teología moral. tado A.
La teología dogmática tiene por objeto TEORfA. Gr. thcória, acción de ob-
los dogmas a creer. El objeto de la teo- servar, espectáculo, desfile espectacu-
logia moral es establecer las normas lar; fig.: especulación intelectual.
de la conducta con ayuda de los da-
tos de la revelación. A. En una acepción emparentada
con el primitivo sentido griego: serie
V. Compromiso, 19. de personas que marchan procesional-
Teología negativa o apofática•. Ex- mente. Una teoría de escolanos.
presa la naturaleza de Dios, no me- l. Teorías de suplicantes se han
diante afirmaciones, sino mediante puesto en marcha hacia las Divi-
negaciones, que tienen por objeto su- nidades irúernales. (Ch. MAURRAS,
brayar la insuficiencia de los conceptos A ntl,inea, I, I, § 5.)
. que a Dios aplicamos. Así: Dios no es
ni bueno, ni poderoso, ni justo ... : en B. En el uso ordinario: visión men-
efecto, estas palabras evocan para nos- tal más o menos amplia y sistematiza-
otros cualidades observadas en las cria- da.
turas y principalmente en el hombre, l. Por opos. a práctica: representa-
y por lo mismo esencialmente imper- ción racional o ideal, sobrentendiendo
fectas y tales que no podrian existir de ordinario que los hechos (o la prác-
en Dios. V. Apof6tico. tica) no corresponden exactamente a
4. Negatividad no es negación. ella. En teoría ... ; en la práctica... V.
Teología que multiplica las 11cga- Tesis e lti,p6tesis.
ciones, la «teología negativa» no 2. La relación entre la teoría
es, sin embargo, una teología de y las obras pertenece con frecuen-
negaci611. El movimiento de nega- cia a la comedia del espíritu. Los
tividad que In caracteriza no es artistas ponen en teoría lo que que-
una puesta en cuestión. ( ... ) rrían hacer, pero hacen lo que pue-
Por consiguiente, la afirmación den; y su poder, a veces demasiado
permanece. Triunfa siempre, y en débil para sus teorías, es otras
su forma más alta. Triunfa por la más fuerte que ellas. (A. MALRAUX,
l'oix cl11 sil., 115.)
negación, que utiliza como único
medio de remediar su pro¡,ia insu- 2'. nos cabe la suerte de estre-
ficiencia. (H. o¡; LUBAC, S1tr frs nar conceptos. Por eso, desde nues-
cltemi11s de Dieu, 146-146.) tra presente situación, comprende-
mos muy bien la delicia .que debie-
V. Dialéctica, 17. ron sentir los griegos. Son los pri-
Teologal. Que tiene a Dios por ob- meros hombres que descubren el
jeto. Sólo se empica en la cx)lresión pensar científico, la teoría --esa
«virtudes• leologales» (fe, cspet·1111zn, espec.·in.lísima e ingeniosa caricia
caridad), c¡uc tienen J>Or objeto a Dios que lrnce 111 mente a las cosas an1ol-
TEORIA 1016