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DICCIONARIO

DEL

LENGUAJE FILOSÓFICO

dirigido por
PAUL FOULQUIÉ
con la colaboración de
RAYMOND SAINT-JEAN

EDITORIAL LABOR, S. A.
BAIICEJ. >NA - MAIJHIU - BUENOS All!ES • HIO Jlll JANEll!O
MEXICO - l\10NTE\'II)i;:0
l!ili7
Traducción de
CÉSAR ARMANDO GÓMEZ
y complementos por
JOSÉ LUIS LOBATO CARBJA
y
CÉSAR ARMANDO GÓMEZ

TJtulo de la obra ortglnal:


DICTIONNAIRE DE LA LANOUE PHILOIOPl!IQUE
Publlcada por PRESSES UNIVERSITAIRES DE FRA~rl!. PARIS
@ EDITORIAL LABOR, S. A. : Calabrla, 235-239 : BARC!'l,ONA (1~)
Depósito Legal: M. 19760 • 1!165 PRINT~'ll IN SPAIN

AHTES GRÁPJCAS SOTO • LlberlHd, 2'l • MADlllll (4)


A
A. l. Lógica form. Símbolo de la se justifica de la misma manera. Por
proposición universal afirmativa: to- ejemplo:
dos los hombrt!s son mortales; todo l. El que pone freno al furor de
hombre es mortal. V. Oposición. [las olas
2, En la caracterología de HEY- sabe también detener las maqui-
MANS-LE SENNE designa el tipo activo•; [naciones de los malvados.
nA, el tipo no actívo. V. E, P, S. (RACINE, Athalic, !, 1.)
3. Pref. gr. (alfa privativa) que in- B. El argumento a fortiori (con
dica ausencia o privación: abulia*, am- más fuerte razón) se funda en una re-
nesia• amoral•. Delante de vocal o de lación de superioridad, e infiere de la
h va s1eguido de una n eufónica: anar- verdad de una proposición la de otra
quía*, anhidro. para la que la razón invocada resulta
Corresponde al pref. lat. in en sen- aún más aplicable. Por ej.:
tido privativo: átomo = indivisible; 2. Si morir por su príncipe es ilus-
anestesia = insensibilidad. [tre destino,
Si comparamos lo que hemos lla- ¡ cuál no será la muerte del que
mado «realidad» con el puro es- [muere por su Dios!
tímulo, lo primero que se ve e_s que (CORNEILLE, Polycucte, IV, m.)
la «cosa-estímulo» no es algo in·eal C. El argumento a contrario (a par-
(quimérico, ficticio, puramente pen-
sado, etc.) ; pero tampoco es algo tir de lo contrario) se funda en una re-
lación de oposición, e infiere de una
formalmente real: es simplemente proposición otra construida con térmi-
arrea/. (X. ZUBIRI, Sobre la esen-
nos de significación opuesta. Por ej.:
cia, 393.) Ad. E. si la pereza favorece el vicio, el traba-
A contrario. V. A parí, jo favorecerá In virtud,
A fortiori. Con mayor motivo, con
A priori, a posteriori. Expresiones
tanta más razón. V. A puri. del latín escolást. que servian primiti-
A pari, a fortiori, a contrario. Se di- vamente para distinguir dos procesos
cen de argumentos fundados en uno ele del razonamiento: el razonamiento (t
los tres siguientes tipos de relación que priori partía de lo que ern anterior
pueden existir entre proposiciones di- (prior), yendo de la causa al efecto,
ferentes. del principio a la consecuencia; el ra-
A. El arg. " pal'Í (lat. par, igual, zonamiento et postcriori partía <le lo
parejo) se funda en una J'elación de que es posterior (posterior), y se re-
pal'idad, y de la verdad de una pro- montaba del efecto a In causa, de la
posición infiere In verdad de otra que consecuencia al principio. Hoy deci-
J. IJiLdou.11 io dd Ll·11uurljc Filo~Mico.
AllERRACióN 2

mos: razonnmiento sintético y rnzonn- ri con l'C>lución n1 control experimental


miento analítico. que cstú c..le::ilinn<ln a provocar .
.A. De un modo g-enernl, en filosofín, 4. Lu idcu u priori o, mejor, la
1~ 7H"iod y a JJosltTiori se dicen hoy con hipólesis es el estímulo de la exp~-
n•lación a la experiencia. Sin embargo, rienciu. (CL lh;nNARD, /uf rod., I, r,
estas fórmulas no indirnn una rela- § 6.)
ción temporal (anterioridad y posterio- 5. La idea experimental es (... )
ridad), sino una relación lógica (inde- una idea u priori, pero una idea
pendencia y dependencia): es u priori que se presenta bajo la forma de
una proposición reconocida como ver- una hipótesis cuyas consecuenci»s
dadera con independencia de la expe- deben ser sometidas al criterio ex-
riencia; a postc,-iod, la que se funda perimental a fin de juzgar su va-
en la experiencia. lor. (lbírl., l, 11, comienzo.)
l. Sólo Dios (o el Ser necesa-
rio) tiene el privilegio de ser ne- C. Absolutamente: se califica de "
priori un dato independiente de toda
cesario que exista, si es posible. experiencia (aunque ésta pueda ser ne-
Y como nada puede impedir la po- cesaria para que se haga consciente),
sibilidad de lo que no encierra lí- o incluso que condiciona la experiencia.
mite alguno ( ... ) esto basta para
reconocer la existencia de Dios a Se llama a postcriori el dato que pro-
prio,·i. ( ... ) Pero acabamos de pro- viene de la experiencia.
barla también a posteriori, puesto 6. por conocimientos u priol'L
que e.."-.isten unos seres contingentes entenderemos en adelante (... ) los
que no podrían tener su razón úl- que son absolutamente independien-
tima o suficiente más que en el tes de toda experiencia. A estos
ser necesario, que tiene en sí mis- conocimientos a priori se oponen
mo la razón de su existencia. los conocimientos empíricos, o sea,
(LEIBNIZ, Monadol., 45.) aquellos que sólo son posibles u
2. El problema que divide al posteriori, es decir, por la experien-
empirismo y al racionalismo puede cia. (KANT, Crit. de la raison pure,
32.)
reducirse a estos términos: ¿es po-
sible, y cómo, un conocimiento a V. Metafísica, 7.
priori, es decir, independiente de D. En el leng. ordinario, a priori
la experiencia? (JANET y SÉAILLES, se toma a menudo en el sentido de: sin
Hist. de la phi/os., 148.) fundamento, arbitraTio, gratuito.
3. [A propósito de Hamelin]. Ab. Pref. que, en las palabras de ori-
Su método es una dialéctica que in- gen latino, indica alejamiento, aver-
tenta justificar todas las cosas a sión o negación. Abstracción*. Aberra-
p1i.o1·i. [Pero en tales construccio- ción,:..
nes] la razón se limitará a poner el
sello de a priori sobre observacio- ABERRACióN. Lat. aberratio: ac-
nes que no han podido ser hechas ción de errar ( e,-rare) lejos de ( ab),
sino a posteriori. (A. ETCHEVER· de apartarse o extraviarse. Sin matiz
RY, L'idéalisme contemp., 293, 295.)
peyor.
B. Relativamente: el conocimiento A. Cienc. nat.: desviación con re-
de un hecho es calificado de a priori lación a la trayectoria considerada
cuando resulta, no de una observación, como normal: a. de las estrellas, del
sino de una inferencia*, aunque esta rayo luminoso. Carácter del fenómeno
inferencia se funde en la experiencia. aberrante, es decir, que se aparta de
Así, el profesor sabe a priori (es de- la regla general y constituye una ex-
cir, antes de haber oído la reflexión) cepción.
si el alumno que pide la palabra dir:í B. Cienc. hum. y Mor., y en leng.
una tontería o hará una pregunta jui- oro.: error tan grosero de juicio prác-
ciosa; pero el conocimiento de su almn- tico o de conducta que es considerado
no, gracias al cual puede hacer esta corno un trastorno mental pasajero.
previsión, es a posteriori. Advirtamos cómo ciertos gran-
Un caso importante de esta clase de des pensadores de la estética,
a priori es en metodología lo que Clau- un Menéndez y Pelayo, un Bene-
de BERNARD llama la «idea a priori», detto Croce, se vuelven aberrantes
«idea preconcebida•» o hipótesis: suge- y malos guías al llegar a tal capi-
rida por la experiencia, esta idea no s tulo de crítica particular, cuando
absolutamente a priori; pero es a prio- no tienen el recurso a una tradi-
3 ABSOLUTO

ción, que les p1·011orciona los jui- biese entregado por completo a!
l'ios ya confeccionudos, (E. o'Ons, trabajo de Dios en ellos. (J. DE
T,·,·• ll'ccio»cH cu el M, del l'r(l(/u, GUIBERT, Dictionn. de spíritual., I,
18.) Ad. E. 105.)
ABIEllTO. A. En B1mGS0N, Oposi- ABllEACCióN. (Psicoanál.) El pref.
ción, en moral, de lo cerrado y lo nbier- ab indica aquí alejamiento, retraso:
to. V. Ccrra,lo. Corresp., en lo que con- reacción retardada,
cierne n In religión n la opos. de lo
estático• y lo dinñmico•, Descarga emocional por la que el
sujeto se libera de un complejo ~esul-
l. Ln moral del Evangelio es tante de un antib"IIO choque afectivo al
esencialmente In del alma abierta, que no había reaccionado de manera
(... ) El neto por el que el alma se adecuada. «Sería más exacto llamarlo
abre tiene como efecto el ensan- post-reacción.» (Dict. de psychanal.)
char y elevar n In pura espiritua-
lidad una moral npl'isionadn y ma- ABSOLUTO
terializada en las fórmulas. (I-1. Absoluto. Lat. absolutus, part. pa-
BERGSON, Les dw., sourccs, 57.) sado de absolverc (desliga,· [ solverc] de
2. Entre el alma cerrada y el [ab] : l.º desligado de, independiente;
alma abierta está el alma que se 2." acabado, perfecto.
abre. ( Ibíd., 62.)
A. En los sentidos del lat. absolu-
V. Subsumir, 2. tus. 1. Independiente; genitivo, abla-
B. En F. GoNSETH, Filosofía abier- tivo, participio absoluto: palabra em-
ta, conocimiento abierto: filosofía que pleada absolutamente (sin complemen-
implica el principio de revisibilidad • to de ningún tipo) ; soberano absoluto.
universa}, al podet· la experiencia mo- l. La autoridad absoluta no re-
dificar las tesis tenidas por definitivas. conoce nada por encima de ella: e3
V. Dialéctica C 3, ldoncísmo. una usurpación. (T. CoNDILLAC,
3. en un conocimiento abierto Syn.)
(a nuestro juicio) toda idea perma- V. Anarquía, 1.
nece más o menos abierta a su pro- 2. Acabado, total, integral. Que no
pio devenir, toda concepción debe admite ninguna excepción, restricción
implicar la dimensión de su even- o reserva: principio absoluto; necesi-
tual e imprevisible progreso. (F. dad, imposibilidad absolutas; vacío,
GoNSETH, Philosophie néo-scolasti- nada, silencio absolutos; soledad abso-
quc et philosophie ouverte, 70.) luta; confianza absoluta; perfección
V. Predicativo, 6; Rcvisibilidad, 3. absoluta.
ABNEGAClóN. Lat. abnegatio, de- 2. No sabemos lo que son la fe
negación, negativa. licidad o la desgracia absolutas.
Todo se halla mezclado en esta vi-
Estado de alma de quien ha renun- da; no se experimenta en ella nin-
ciado a lo que Je complace o halaga, gún sentimiento puro ... (RoussE.\U,
sacrificándose a intereses superiores, Émilc, 11, 63.)
principalmente a Dios. Término del
voc. ascético cristiano: «Si alguno 3. Si M. Littré hubiese recibido
quiere seguirme, que hngn renuncia de una educación católica, hubiera si-
sí» (Vulg.: ab11egct scmctipsmn). (MA- do un místico exaltado (... ) . Las
TEO, XVI, 24.) naturalez11s absolutas necesitan de
tan resueltas decisiones. (RENAN,
Sin.: renunciación•, sacrificio•, de.3- Souvcnirs d'cllf ... "', 206.)
asimiento, desprendimiento.
4. M. Mnnier ( ... ) debia al tra-
( ... ) estúdiese In vida de los «san- to con Thomns Reid ( ... ) una con-
tos frustrados», quie1·0 decir los fi11nza absoluta en el buen sentido.
sacerdotes, religiosos o simples fie- (lbícl., 215.)
les excelentes, fervientes y celosos,
píos y devotos, pero que a pesar 5. Este contrnste entre la in-
de ello no han sido «santos» sin mensidad de nuestro amor pasado y
más· y se comprobará que lo que lo absoluto de nuestrn indiferen-
les l;a faltado es una cierta pleni- cia presente... (M. PnousT, Le•
tud en la renunciación, una cierta ¡,laisirs et les j., 197.)
profundidad de abnegación y tota- 5'. Los resultados ele la libertad
lidad en el olvido de sí que los hu- absoluta en la obra de 11rtc la colo-
ABSOLUTO 4

enrían fuera drl dominio estético C. Psicol. Sin. de imperioso, nuto-


ya, sumiéndola en las falsedades ritnrio, despótico, totalitnrio.
del desorden. (F.. o'Ons, Tres lcc- 10. Se toma esta palabra en
cioncs en el lll. del Pra,lo, 60.) sentido odioso cuando se dice «ha-
Ad. E. blar en un tono absolutoo. No hay
B. Por op. a relativo•: que es tal medio de vivir con ese hombre,
por sí mismo o considerado en si mis- quiere ser absoluto. (CONDILL.\;::,
mo, y no eon respecto o relativamente n S1111.)
otra cosa. Valor absoluto; cero absolu- 11. Imperioso se emplea más
to; mayoría absoluta. bien al hablar de In forma, del ai-
6. No podriamos determinar re, de las maneras, del tono, del
cuál es la magnitud absoluta de lenguaje, y absoluto, al hablar de!
los cuerpos que nos rodean ( ... ). fondo, de la voluntariedad de un
Porque la razón nos enseña que hombre. (LAFAYE, 682.)
el más pequeño de los cuerpos no 12. El rector, M. Leterrier, es-
sería pequeño si estuviese solo píritu absoluto y filósofo espiri-
( ... ). Y cuando digamos, por ejem- tualista, no habia sentido nunca
plo, que un pájaro es pequeño, no gran simpatía por la inteligencia
lo entendamos de un modo absolu- crítica de M. Bergeret. (A. FnAN-
to, porque nada es grande ni pe- CE, L'a.,meau d'améth., 194.)
queño en sí mismo. Incluso un pá-
jaro es grande con respecto a una 13. No es fácil hacer compren-
mosca; y si es pequeño con respec- der a un adolescente absoluto y
to a nuestro cuerpo, de ello no se exaltado las necesidades de la
sigue que lo sea absolutamente, prudencia, las maniobras, las con-
puesto que nuestro cuerpo no es cesiones, la diplomacia que la vida
una regla absoluta por la que de- exige. (M. VAN DER MEERSCH,
bamos medir a los demás. (MALE- Corps et ámes, II, 117.)
BRANCHE, Recherche ... , I, VI, 1-2.) 14. A su edad se tienen juicios
7. Si tuviésemos puntos de refe- absolutos. (G. BERNANOS, J. d'un
rencia de cuya absoluta fijeza es- curé de camp., 87 .)
tuviésemos seguros, podríamos oh• D. Metaf. (sobre todo empleado sus-
servar directamente los movimien- tantivamente: lo absoluto, un absolu-
tos absolutos que dan razón de los to, el Absoluto). Lo que es por sí o en
movimientos relativos. (A. Coun- sí, independientemente de otra cosa.
N0T, Matérialismc ... IV, 7, p. 347.) l. Dentro de un orden dado. Todo
8. La elección del Presidente de relativo supone un absoluto, p. ej., el
la República se hace por mayoría accidente•, una sustancia•; la igual-
absoluta en primera vuelta. Si és- dad, cosas iguales. En particular: la
ta no es obtenida, el Presidente de cosa en sí, con independencia de lo
la República es elegido en segun- que es para nosotros, es decir, del he-
da vuelta por mayoría relativa. cho de que la conozcamos.
(Constitución francesa de 1058, 15. el calor no es una cualidad
artículo 7.) sensible( ... ), absoluta, sino ( ... ) re-
9. Las palabras de una frase lativa a órganos proporcionados ...
no tienen un sentido absoluto. Ca- (LEIBNIZ, N. Essais ... , II, VII, 21.)
da una de ellas toma un matiz de 16. Si algo de absoluto no nos
significación particular de lo que hubiese sido dado primitiva y ne-
le precede y de lo que le sigue. cesariamente, como objeto de creen-
(H. BERGSON, Énergie spir., 172.) cia, no habría conocimiento relati-
U'. Cuando una idea, un concep- vo, es decir, que no conoceríamos
to son verdaderos, rcflcj an exacta- nada. Lo relativo supone un ab-
mente lo que es; y entonces son soluto preexistente, pero como este
verdaderos en absoluto y no rela- absoluto deja de ser tal y toma
tivamente a tal o cual sujeto más necesariamente carácter relativo en
o menos pensante. La verdad es cuando llegamos a conocerlo, im-
absoluta o no es verdad. No cabe plica contradicción el decir que ten-
en esto término medio. (M. GARCfA gamos algún conocimiento posi 1~ivo
MonENTE, Ensayos, 50-51.) Ad. E. o idea de lo absoluto ... (M. DE Bl-
\'. Objeto, 7; l'ocler, 2; Real, ¡:;; RAN, Rapports des se. nat. ave e la
Relación, 4, 26. psychol. en <Euvres, X, 124.)
ABSTRACClóN

17. es preciso admitir que la avatar del Dios de los teólo~os.


primera y absoluta existencia, de (G, GUSDORF, Tr. de métaph., 117.)
In que cualquier otra no nos ofre- 23. Espíritus creados, somos un
ce sino unn limitación, que In úni- impulso hacia el Absoluto (... ). Y
ca sustancia perfecta es el pensa- cuando nos aplicamos a criticar y
miento. (F. RAVAISSON, Rapport •.. , a rectificar la conducta y los fru-
276,) tos de nuestro pensamiento, obe-
18. .. . dos maneras profunda- decemos a nuestra naturaleza, so-
mente diferentes de conocer una mos fieles al impulso que somos.
cosa ( ... ) . La primera depende del Nuestras críticas no lo embarazan
punto de vista en que uno se sitúa ni disuaden: él mismo es quien las
y de los símbolos por los que uno se inspira, quien las dirige y les da
expresa. La segunda no depende un sentido positivo. Y es en este
de ningún punto de vista ni se mismo impulso en el que el Abso-
apoya en ningún sfmbolo. Del pri- luto se nos da a conocer. (H. DE
mer conocimiento diremos que se LUDAC, Sur les chemins de Dieu,
detiene en lo rc/a.t.i,,o; del sc1?undo, 134-135.)
allí donde es posible, que alcanza V. Dios, 20, 23; Trascendencia, 15.
lo a.bsolnto. (H. BERGSON, La pcn-
sée et le 11101tv., 177-178.) Absolutismo. A. Carácter de lo que
es absoluto. El absolutismo de una doc-
19. Las herejías modernas se trina, del dertcho de propiedad, de un
derivan de un doble movimiento temperamento voluntarioso, de un es-
de relativizació11 de lo absoluto y de píritu dogmático•.
absolutizaci611 de una serie de rea- 24. El absolutismo político o
lidades relativas. (A. PHILIP, en
L'Europe et le 711011de d'au;., 16 naturalista hace de la ciudad o de
«Rencontres de Geneve» 1958.) la naturaleza la regla de las re-
glas, absolutamente obligatoria.
20. [El realismo] separa el ob- El absolutismo moral ( ... ) hace del
jeto de su relación con el sujeto y imperativo categórico una objeción
lo erige en absoluto. ( ... ). La cosa contra la existencia de un Dios
en sí es el objeto erigido en abso- que, si existiese, no podría tolerar
luto. (J. MOREAU en Ét. phi/os., el mal que puede, por definición,
oct.-dic. 1959, 423.) suprimir. (E. Bon1rn, Dieu n'est
20'. La razón formal de la esen- pas mort, 102.)
cia, de lo absoluto, no es la sufi- B. Empleado de modo absoluto (el
ciencia en el orden de la constitu- absolutismo) : régimen político en el
ción (sustantividad), sino la sufi- que el soberano tiene un poder abso-
ciencia «por si misma» (esencia) en luto.
dicho orden. Lo absoluto es lo au-
tosuficiente en el sentido de la su- ABSTRACClóN
ficiencia «por si mismo» para cons- Abstraer. Lat. abstrahere, sacar,
tituir sistema. (X, Zuem1, Sobre traer (trahere) de (ab).
la esencia, 207 .) Ad. E. Efectuar una abstracción, es decir,
V. Dime11si611, 7. separar mentalmente, en el objeto da-
2. Principalmente ( el Absoluto): el do, alguna propiedad particular para
Ser que existe por si mismo, con inde- considerarla por separado.
pendencia de cualquier otro y de quien l. para generalizar se debe an-
todo depende, Dios. tes nbstraer, pero para abstraer
21. La verdad dicta absoluta- útilmente es ya preciso saber ge-
mente lo que debemos pensar (... ). neralizar. (H. BERGSON, lllatierv et
La verdad remite, pues, al Absolu- 711é1n., 17.)
to en tanto que Éste existe. El bien 2. Abstraer es, pues, discernir,
obliga absolutamente a hacer lo en lo individual, lo universal. (A.
que debemos hacer. Sólo puede 01·- MARC, Dialect. ele l'affirm., 128.)
denar de manera incondicionada ai Abs/J'ac,·so. Apartar el espíritu del
manifiesta un acto incondicionndo, mundo exterior para seguir los pro-
por consiguiente el Absoluto en pios pensamientos.
tanto que debe se1·, (R. LE SENNF., 3. en una sociedad tan cerrad ..
Ltt tlesti11éc pcrs., 211-212.) a lo que le ocupe, tan agitada por
22. el absoluto de los filósofos cosas que le dejan frío (... ), el in-
podrfa muy hien no ser más que un telectual se abstrao de la conver-
ARSTHACClóN

sación, que no es pnrn él sino un 11. Como resultado ele la opernrión


vano ronroneo... (A. CARTAULT, nbstrnctivn. l. En sentido concreto
L'i11tcllcct1<el, 293.) (una abstracción, ubstrucciones): sin.
,\bstrar<ión. Lat. abstractio, acción de idea nbstrnctn, ircnern]mente con
de sacar (trahcrc) fuera de (ab). acepción peyorativa. El mundo de las
uhstrncrionc-s pnrn fúrilmcnte por inin-
A. Como operación mental: acción teligible, irrPa], verhnl.
del espíritu que considera separada-
mente lo que no está separado ni es Si11. de In pnlabrn con acepción
siquiera separable en la realidad; la peyor.: entidad•.
naturaleza de un individuo o su esen- 8. Me gusta el Platonismo por
cia (por ej., su humanidad o su anima- las abstracciones. (MOLIERE, Les
lidad), con independencia de sus pro- /rmmrs sav., III, 11. Philaminte.)
piedades individuales; la forma (p. ej., 9. Esta época [la Revolución]
esférica) , con independencia de la ma- fue verdaderamente la dictadura
teria, del color, de las dimensiones ... de las abstracciones. (P. VALtnY,
Es clásico en filosofía escolástica Pléiadc, I, 941.)
distinguir tres grados de abstracción: 10. Las generaciones literarias
1.0 , en las ciencias de la naturaleza son obtenidas por abstracciones de
sólo se hace abstracción de las pro- la crítica, cuyo oficio es construir
piedades individuales; 2. 0 , en matemá- realidades ideales, pensables, ma-
ticas se hace abstracción de todas las nejables. Pero la crítica se entre-
propiedades salvo la cantidad; S.0 , en gría a un vano juego si esas abs-
metafísica, o más exactamente en on- tracciones no estuviesen, en cierta
tología, se hace abstracción incluso de medida, fundadas en la realidad.
la cantidad para no considerar sino (A. THIDAUDET, Physiol. de la crit.,
el ser. 202.)
4. La abstracción, no vulgar ni 10'. No hubo abstracción tan su-
arbitraria, sino científica, debe til ni concepto tan encumbrado
descubrir caracteres que sean los que se resistiese al romance, de
sustitutos de un grupo ( ... ), que nuestro vulgo: sépanlo los de hoy,
ocupen su lugar y permitan pen- a titulo de filosofía, le destrozan y
sarlo. (Th. RIBOT, Évol. des idées maltratan. (M. MENfNDEZ y PELA-
gén., 232-233.) YO, San Isidoro, Ccrva1ttcs y otros
estudios, 57.) Ad. E.
5. La abstracción propiamente
dicha comienza con la conciencia V. Resolución, 3.
de la semejanza y de la diferencia. 2. En sentido abstracto: carácter
Abstraer es distinguir el carácter de lo que es abstracto.
común a varios objetos o el ca- 11. muchos de ellos [ de los jó-
rácter diferencial de un objeto. venes] son rebeldes a la abstrac-
(A. BURLOUD, Peruiée concept., 163.) ción de los razonamientos matemá-
V. Gcneral,ización, 9. ticos. (L. DE BnOGLIE, No11v. pers-
pect ... , 247.)
Hacer abstracción de ... : abstracción Abstracto. Lat. abstract11s, part. pa-
negativa consistente en no considerar sado de abstrahcre, sacar de, abstraer.
o en no tomar en cuenta ciertos ele-
mentos del objeto en cuestión. A. Hablando de ideas y de térmi-
nos: se dice de una idea obtenida por
6. Para elevarse a las ideas ge- abstracción y del término que le. ex-
nerales, el espíritu se ve obligado presa; se opone a concreto•.
a abstraer, y para razonar con
acierto al hablar de las opiniones 12. El progreso de los conoci-
de una persona, debemos hacer mientos no va en modo alguno de
abstracción de nuestros sentimien- lo concreto e. lo abstracto, sino, por
tos por ella. (LAFAYE, 51.) el contrario, de lo abstracto e. lo
concreto. (ALAIN, en Dcvrct, I, 250-
7. siendo nuestras ideas el re- 251.)
sultado de la abstracción, el obje- 13. Estamos obligados n ir de
to que en ellas aprehendemos nos lo conocido e. lo desconocido, lo que
es presentado hecha abstracción equivale a decir de lo simple y abs-
de la existencia actual. (J. MARI- tracto a lo concreto e individual,
TAIN, Pctitc Logique, 30.) que nunca agotaremos. (ALAIN,
V. Prccisi6,r, !. l'ropos s. l'éd., XXX, p. 118.)
7 ABSURDO
14. La vida práctica, quo pare- sulta, por ello, difícil de comprender.
ce ni pronto el reino de lo concre- 22. el predicador no tiene el
to y de lo singular, puesto que si- apoyo, como el abogado, de hechos
túa a los individuos frente a !ns siempre nuevos (... ). Debe, por el
circunstancias particulares, es en contrario, extraer su discurso de
realidad el reino de lo abstracto y una fuente común, y en la que todo
de lo genernl, porque está hecho ele el mundo abreva; y si se aparta de
representaciones distintas y de mo- esos lugares comunes, deja de ser
dos de obrar típicos. (,J. SEGOND, popular, se hace abstracto o de-
Tr. de psyclrol., 179.) clamatorio ... (LA BRUYERE, C"racl.,
16. En toda construcción abs- XV, 26.)
trncta hay un residuo intuitivo que Abstraído. Que está como ausente del
es imposible eliminar (... ) , mundo real a causa de la concentración
La distinción entre lo abstracto de su espíritu en otra cosa.
y lo experimental es sólo de ten- Si,r.: distraído, concentrado, ab-
dencia, no de esencia. (F. GoNSETII, sorto.
Fo11d. drs math., 106, 107.) 23. Tcócri110 ( ... ) es abstraído,
16, Ser un poco abstracto cuan- desdeñoso ( ... ). Si por azar le leo
do se narra, un poco concreto mi obra, la escucha. Una vez
cuando se razona: eso sitúa todo leída, me habla de la suya. (LA
lo expresado en la media de más BRUYERE, Caract., I, 25.)
grata audición. (IIL CHAPELAN, Li- 24. Fedón (... ) es abstraído, so-
rc et écrirc, 129.) ñador, y tiene, a pesar de su inge-
V. Co11c1·eto, 2, 3, 5, 8. nio, un aire estúpido. (lbícl., VI, 83.)
Arte abstracto, Técnica que trata 25. Tenía un modo distante,
de provocar sentimientos estéticos sin científico, abstraído, de auscultar
servirse de la representación de obje- a sus enfermos. Para él había
tos exteriores a la propia obra de arte, siempre en ellos, ante todo, un pro-
que en sí misma constituye el único blema a resolver que no necesita-
objeto. ba en modo alguno de simpatía ni
Si11.: arte no figurativo•, arte puro•. de penetración en la intimidad del
17. Despojado de toda semejan- alma; y esto tanto más cuanto
za con las formas de la naturaleza, que, salido de la burguesía, consi-
el cuadro abstracto crea un re- deraba a los hombres del pueblo
pertorio de signos emocionales que como seres bastante elementales, a
alcanzan directamente -Y no ya curar sin ninguna explicación. (M.
mediatamente- la sensibilidad del VAN DER MEERSCH, Corps et times,
espectador. (M. Ba10N, L'abstrac- 1, 234.)
tion, 10.) 26. Taciturno, abstraído. leja-
18. las figuras se convierten no, Norf no llegó nunca a dirigirle
paulatinamente en signos, cada vez la palabra. (lbíd., 246.)
menos representativos y, finalmen- ABSURDO
te, absolutamente absti-actos. (B. Absurdo. Lat. abs11rcl11s, comp. de
DORIVAL, «La peinture abstr.», Rr- surdus (sordo) y del pref. ab: que des-
vue de Paris, mayo 1958, 84.) entona, discordante.
19. en un cuadro abstracto no Que es contrario a las leyes de la
se percibe ningún objeto suscepti- razón o dd buen sentido.
ble de ser recmrocido. (Ch.-P. BRU- Sin.: ilógico*, contradictorio*, im-
Esthét. de l'abstraction 45.) pensable, incoherente, inconsecuente,
20. el cuadro abstracto no se- extravagante, estúpido.
ría, en suma, mús que una BUJJer- l. La vida no es absurda. Sólo
ficie pla11a recubierta de colores. intelectuales o filósofos que, ya ga-
( Jbúl., 50.) nada Ju vidn, raciocinan, inventan
21. Al no ser el objeto difcrcn. esa absurdidad de la vicia, para
te de él, el cuadro abstrncto (... ) ciarse el gusto de recrear una li-
representa, en suma, el pa¡,el ele bertad también absurda. (J. Gu~-
objeto. (lbitl., 269.) IIENNo, La foi cliffic., 212.)
B. Hablando de personas. Que pien- 2. Bien llamemos misterio o
sa mediante ideas abstractas, se ex- bien abs11rclo a lo que no compren-
presa en un lenguaje abstracto, y re- demos, In palabrn carece de im-
ABULIA 8

portnncia: la primera revela en día explicarla. (.1.-P. SAllTRE, ¡,,,


quienes la utilizan mayor modes- 11a1tsfr ", JG8-IGO.)
tia, más elegancia inteligente; ln D. En sentido concreto: aserción ab-
segundn denota un sabor de rebel- su,·da. Dicho o hecho contrario a la ra-
día y una acritud contra In natu- zón (Real Arad.).
raleza que proceden de un espíri- Sin.: Absurdo.
tu menos desarrollado, menos pru-
dente, más pedante. (M. TOESCA, 7. Por muy insoportables que
RCvcrics d'un pt?chcttr solitafrc, sean Jns absurdidades, siempre hay
145-146.) alguien que las apruebe. (Log. de
Port-R., 1.•·• Disc.)
3. Quiero que se me explique
todo o nada. Y la razón es impo- ccAbsurdismo>l. Neol. que designa la
tente ante este grito del cora- doctrina de ciertos existencialistas con-
zón ( ... ). El absurdo nace de esta tcmporúneos según los cuales el mundo
confrontación entre la vocación hu- y In vida son absurdos.
mana y el irrazonable silencio del ABULIA. Gr. aboulia, falta (a) de
mundo. (A. CAMUS, Le ,nythe de determinación (boulii), de voluntad.
Sisyphe, 44, 45.)
Estado en el cual, mientras perma-
4. El absurdo es la noción esen- nacen normales las funciones intelec
cial y la primera verdad. ( lbíd., tuales, el individuo deja de poder pa-
49.) sar a la decisión o a la ejecución.
5. una de dos: o bien yo mismo El morfinómano ha perdido to-
soy absurdo en mi realidad última da voluntad; su abulia, su apatía
-Y en este caso mis propios jui- son extremas, y todo se Je hace in-
cios son absurdos, se niegan, quie- diferente; tan sólo Je interesa
ro decir que yo mismo no puedo la búsqueda de su veneno, tarea
concederles ningún valor- o bien en la que nada le repugna. (LÉVY-
hay que admitir que soy doble, que V ALENSI, Précis de psycliiatric',
hay en mí un aspecto de no absur- 244.)
didad. (G. MARCEL, Les hommes V. Ti?ni.dez, 6.
contrc l'humain, 89.)
Razonamiento por el absurdo. Pro- ABURRIMIENTO. De aburrir, ant.
ceso que consiste en establecer: bien la aborrir (lat. abliorrere; de ab, de, y ho-
verdad de una proposición, al mostrar rrere, tener horror), aborrecer.
que su contradictoria• conduce a con- Penosa sensación de vacío causada
secuencias falsas o incompatibles con por la ociosidad o la falta de interés de
la hipótesis (prueba por el absurdo) ; las ocupaciones.
bien su falsedad, al mostrar que con- l. El que dice: me aburro, no
duce a consecuencias falsas (reducción se da cuenta de que dice: soy para
al absurdo). mi mismo una compañia estúpida
Absurdidad. A. Carácter de Jo que y enojosa. (STENDHAL.)
es absurdo. La absurdidad de un razo- 2. Cuando se consigue oponer
namiento, de una conducta. al gigante Aburrimiento el ejérci-
6. La palabra Absurdidad nace
to de los enanos Placeres, el gigan-
te ahoga a los enanos en un dos
en este momento de mi pluma; na- por tres y vuelve a su gesto de
ce un rato, en el jardín, no la en- hastío. (R. DE GoURMONT, Prome-
contré, pero tampoco la buscaba, na,des phil., 111, 211.)
no la necesitaba: pensaba sin pa-
labras, sobre las cosas, con las co- 3. El aburrimiento ( ... ) se pre-
sas (... ). Y, sin formular nada cla- senta a primera vista con una mez-
ramente, comprendía que habla en- cla de tristeza e inercia. (P. JANET,
contrado la clave de la Existen- De l'angoillse a l'ext., 11, 142.)
cia ... ( ... ) : el mundo de las expli- 4. Las preocupaciones impiden
caciones y de las razones no es el el aburrimiento. El aburrimiento
de la existencia. Un circulo no es no es, pues, la conciencia preocu-
absurdo; se explica muy bien por pada, sino, por el contrario, la ca-
la rotación de un segmento de rec- beza desocupada; y, viceversa, los
ta alrededor de uno de sus extre- cuidados, al ocupar el vacío do la
mos. Pero tampoco un circulo exis- imaginación, expulsan al aburri-
te. Esa raíz nor el contrario, exis- miento en vez de crearlo (... ). El
tía en la medida en que yo no po- aburrimiento se precipita, pues, en
ACCIDENTE

los vncíos de In prcocupnci6n. (W. 6. el espíritu humano no puede


J ANm:r.i:VtTCII, l,'alternativc 133.) concebir que los occidentes del pan
6. el aburrimiento es la mayor [ en la Eucaristía] sean reales, y
fclicidnd de !ns provincias. Me que no obstante existan sin sus-
refiero a ese aburrimiento profun- tancin, que no los conciba del mis-
do irremcdioble, que, con su vio- mo modo que si fuesen sustancia.
lencia, libero en nosotros el ensue- (DESCARTES, Quatr. Rép., IX',
ño. (L. ULDACII, citado por G. BA- 195.)
CHELARD, Poétiquc de la révcric, 7. El accidente no puede ser más
103.) nohle que la sustancin; ni lo ac-
V. Dit•t•rsióu, 6; Tiempo, 12. resorio más considerable que lo
principal; ni el edificio más sólido
Acabar. V. Fi11a/izar en FÍJI l. que el sucio sobre el que se alza;
ACCIDENTE ni, en fin, Jo agregado a nuestro
ser, más grande ni más importan-
Accidente. Lat. accide11s, part. pr. te que nuestro ser mismo. (Bos-
de accidente: caer sobre, sobrevenir, SUET, S. R, la mort, I, <Euvres or.,
ocurrir por azar. LEBARCQ, IV, 166.)
A. En el uso ordinario: lo que ocu- 8. Los accidentes no tienen exis-
rre por azar y generalmente, en nues• tencia propia, que se añada a la de
tros días, si no hay epíteto de sentido In sustancia para completarla. Pa-
contrario (feliz occidente), por un azar ra ellos, existir es simplemente
desgraciado. Accidente de automóvil, «existir-en-la-sustancia» o, como a
de montaña, lnborol, accidente técnico. veces se dice, su esse es inesse.
l. Es en los hospitales donde (E. GIi.SON, Le thomisme, 44.)
se reúnen todns las desgracias 9. El accidente tiene su esencia
y accidentes de la vida humana. propia, es decir, sus caracteres es-
(FLÉCHIER, en Trévouo:.) peciales, diferentes de los de la
2. No hay accidentes tan des- sustancia, a la que aporta nuevas
graciados que los hábiles no pue- determinaciones. (J. DE TONQUÉDEC,
dan sacar de ellos alguna ventaja, PhiloB. de la nature, 1, II, 62.)
ni tan felices que los imprudentes V. Ser /, 38; Sustancia, 3, 9, 10.
no puedan hacerlos redundar en
su perjuicio. (LA ROCHEFOUCAULD, 2. Por op. a esencia; Jo que no for-
llfao:., 59.) ma parte de la naturaleza o de la
esencia de un ser y puede llegar a ser
3. el menor accidente de la vi- otro sin que haya cambio de especie.
da lleva en sí la semilla de un Por ej., el hecho de estar sentado o
gran acontecimiento interio1·. (M. acostado, de estar en París, de estar
MAETERLINCK, La sagesso et la frente n Pedro ...
dest., XI.)
1O. Lo que ha de entenderse por
4. Triunfar no es nada; sólo accidente propiamente dicho, es
un accidente. Pero no dudar de uno una particularidad que adviene al
mismo es cosa muy distinta; es un ser, pero que no proviene de él,
carácter. (M. LENÉRU, Journal, 20 que no cabe prever, que no es po-
dic. 1901.) sible deducir, que no se deriva de
B. 111:etaf. El accidente de la filo- la naturaleza del ser.
sofía aristotélico-escolástica; corres- Así el geómetra, ·al estudiar las
ponde al gr. synibcbelcüs, part. perf. de propiedades esenciales del triángu-
11ymbainein, ir con, añadirse. lo, no puede decidir por sus cálcu-
l. Por op. o sustancia*: lo que los si el triángulo es de mndera o
existe, no en si mismo, sino en otro; de hierro, si es blanco o negro, si
aquello cuyo esse (ser) es un inesse está cnliente o frío, porque éstas
(ser en otro). Por ej., el color, la for- son propiedades que no se derivan
ma, que no pueden se,· mt\s que color de la figurn; son las cunlidndes
o forma de oigo subsistente en si mis- accidentales del triángulo en tan-
mo. V. Categorías. to que tricíngulo. (Th. DE RÉGNON,
6. Ningún accidente o ningún lllétapll. des c<tU8cs, 2.' ed., 122-
acto puede ser sin una sustancin 123.)
de la que sen el acto. (DESCARTES, Por accidente. Lat. escolást. pcr ac-
Trois. llé¡¡., IX', 136.) cidc11s. Se opone n pcr se (por si)•. Lo
ACEPCIÓN 10

que una cosn cs por sí, lo es en vir- ACEPCl6N. Lnt. ac,rptio, acto de
tud de su naturnlcza. Lo que es por nceplar.
aecidentc, lo es como consecuencia de llnhlnndo de personas, hacer acep-
..:-ircunstnncias indepenclií'ntes de su nn- ci(m de personns consiste en mostrar
tura;c>za. Un alimento que es sano de prcfel'encius más o menos arbitradas.
por sí puede, por accitlcnte (dado, por
cjcm1plo. el estado orgúnico de quien Tratundo de pnlabrns con significa-
lo ing-icrc), ser malsano. ciones diversas suele hnblarse de acep-
Con1•crsió11 por accfrlc11tc. V. Conver- ción para designar el significado n
sión. que se toman: acepción amplia o res-
t1·ingida.
11. No debe, pues, identificarse
el accidente con lo que ocurre por Sin.: sentido.
accidente (... ) : todo lo que ocurre -ac1011. Sufijo que indica de ordi-
por accidente es accidente, pero no nario una acción, Afirmación y nega-
todo lo que es accidente (en el sen- ción, eliminación y reintegración.
tido filosófico de la palabra) se La racionalidad es el carác-
produce por accidente. Hay el ac- ter esencial de la filosofía; el ra-
cidente natural, ordinario, constan- r.io11a1ismo o un racionali,'fmo es su
te, incluso necesario, y el acciden- ideal: la racionalización es su vi-
te a.ccidcntal... (J. DE TONQUÉDEC, da. Las palabras en acción no son
PI, ilos. de la nat., I, n, 19.) muy elegantes, pero evocan direc-
Sofisma del accidente (lat.: fallacia tamente una acción. (H. GoUHIEn,
accidcntis). Sofisma que consiste en La phi/os. et son hist., 25.)
inferir de un carácter accidental un
carácter esencial, por ej., del hecho de ACONDICIONAMIENTO. Acción de
que un hombre haya muerto de la gri- acondicionar. Operación consistente en
pe. que esta afección es mortal. realizar las mejores condiciones* para
alcanzar un fin determinado. Acondi-
Accidental. A. En el uso ordinario. cionamiento de los productos destina-
Que resulta de un accidente (muerte dos a la venta (= presentación, emba-
accidental) o de un azar (encuentro ac- laje) ; acondicionamiento del aire de
cidental). las oficinas o talleres. V. Condición,
B. Metaf. Que es del orden del ac- condicionar.
cidente, en las dos acepciones del tér- Acondicionar. Proveer a una cosa de
mino. lo que conviene a su uso. Un mueble
l. Por op. a sustancial: que no bien acondicionado. Aire, temperatura
forma parte de la sustancia. acondicionados.
El color es una propiedad accidenta, ACONTECIMIENTO. De acontecer
de la piedra. pref. a [ad] y contecer [lat. continge-
2. l\'.Iás comúnmente, por op. a esen- re, suceder, acontecer]).
cial* o a necesario*, que no forma par-
te de la esencia y por consiguiente po- A. Hecho particular de importancia
dría no ser o ser diferente. notable para una colectividad humana
e incluso para un individuo. Un acon-
Sin.: fortuito*, contingente*, insóli- tecimiento literario, político. Aquella
to, anormal, excepcional. visita fue para él un acontecimiento.
12. ¿ Cómo suponer que causas l. ¿qué es un acontecimiento?
accidentales, presentándose en un ¿ Un hecho cualquiera? En modo
orden accidental, hayan llegado va- alguno, Es un hecho notable. Pe-
rias veces al mismo resultado, sien- ro, ¿cómo juzga el historiador si
do las causas infinitamente nume- un hecho es notable o no? Pues ar-
rosas y el efecto infinitamente bitrariamente, con arreglo a su
complicado? (H. BEnGSON, Évol. gusto y capricho, a su manera, co-
cr., 57.) mo un artista, en suma, ya que
13. Cuando llega la muerte, los hechos no se dividen, por su
sentimos que hubiera podido no propia naturaleza, en históricos y
ocurrir: ahí reside la paradoja de no históricos. (A. FnANCE, Le jar-
algo inevitable que toma siempre din d'Épicure, 139.)
la -apariencia de lo accidental. (H. 2. Lo que caracteriza al acon-
GouHIEn, Ll' tl/Pátrc et l'cxist., tecimiento es la multiolicnción y
77.) duración de los efectos producidos,
Acción. V. Acto. In intensidad de su repercusión en
11 ACTITUD

el espacio y en el tiempo. (. .. ) Del ACOSMISMO. Teoría que niega ia


mismo modo que hay azares indi- realidad del mundo (gr. cosmos•¡.
fer~ntes y aro11tccimicntos, hay in-
dividunlidndes omisibles y persona- ACTITUD. «De acto,, (Real Acad.J
les. (H. BERR, La synthese en hist., ~'r. altitwlc, del ita!. attitudinc, der.
GG, 7G.) del lat. aptitudo. V. Aptitud.
A. Pro p. (actitud física): asiento o
3. Los grnndes acontecimiento.,
no lo son acaso mús que para los postura del cuerpo. Act. natural, des-
espiritus pequeños, Para los espí- mañada, provocadora.
ritus más atentos, lo que cuentan Sin.: planta, continente, porte, aire,
son los acontecimientos insensibles postura.
Y continuos. (P. VAI,ÉRY, Reu. s. l. la fisonomía del juez de
le mande act., 101.) instrucción había vuelto a hacerse
4. Sin la concicncin hay acaso grave. Estos cambios de una ac-
un devenir, pero es evidente que titud a otra son mucho más since-
nin~ún momento de ese devenir ros de lo que imaginan quienes
podria adquirir el valor de un constatan estos contrastes entre el
acontecimiento que In conciencia hombre privado y el funcionario.
descubriese más tarde ... (P. TIIÉ- El perfecto comediante social, que
VENAZ, L'liommc et l'hisf,, ccVI° Con- considera su oficio con un cierto
gres des Soc. fr. de Phil .... », Es- desprecio, es felizmente un mons-
trasb., 1952, 22.) truo muy raro. (P. BounGET, Le
disciple, JI, CEuvres, III, 33.)
6. Sólo el cañón que tronaba
sobre la ciudad continuaba refi- n. Fig. (actitud moral): disposición
riendo a los cielos el solemne acon- de espíritu que se manifiesta al exte-
tecimiento [visita del Presidente rior.
de la República]. (J. GUÉHENNO, J. 2. Consideradas analíticamen-
d'un hamme de 40 ans.) te, las actitudes son formas sin
B. En ciertos usos referidos al sen- materia, sin contenido. ( ... ) No
tido etimol.: lo que ha ocurrido u ocu- son más que un molde, pero que
rrirá. El acontecimiento no ha respon- impone su marca a los estados de
dido (o no responderá) a las esperan- conciencia intelertuales y afecti-
zas. vos. (Th. RIBOT, La vie inconsc. et
les mouv., 35-36.)
ACORDAR 3. Allport subraya que ccel con-
Acordar. A. Der. del lat. carda o cepto de actitud es probablemente
charda (cuerda) : poner las cuerdas el más característico y el más in-
o los sonidos que emite un instrumento dispensable en la psicología social
musical en el tono exacto que deben americana contemporánea (... ).
tener. Allport propone finalmente la si-
Il. Der. del lat. cor, cardis (cora- guiente definición: «Una actitud
zón) : poner los corazones al unísono; es unn disposición (state af readi-
llegar a la armonía o el acuerdo. nesa) mental y nerviosa, organiza-
Acorde, Unísono, estado de lo que da por la experiencia y que ejer-
está acordado o se acuerda en los dos ce una influencia directriz o diná-
sentidos del verbo, que a menudo se mica en la conducta del individuo
funden en esta palabra. (inclividual's response) por rela-
ción a todos los objetos y a todas
A. En mús. (por anal. en las demás las situaciones a las que se halla
artes) : carácter de los sonidos simul- ligada».
táneos que dan una impresión de ar-
monía. (... ) Una actitud es esencialmen-
te una conducta (allficipatory res-
B. Por anal.: conveniencia mutua ponse), el inicio <l.e una acción que
( t<acordesi, o <<de acuerdo») de dos o no es necesariamente acabndn. En
más cosas (colores, elementos de un este sentido, la actitud es m:is di-
menú ... ); compatibilidad o complemen- námica y anuncia mejor las líneas
tariedad de proposiciones diferentes. del comportamiento que la opinión
Acuerdo. Hablando de 1>ersonns: o la idea. (A G11t0D, Attitudcs cal-
unión consistente en la comunidad de lect., 7-9.)
ideas, de sentimientos, de propósitos ... 4. Tener 1wa actitw.l es estar
V. Acorde. dispuesto a una cosa determinada,
ACTO 12

murquc st•a inconsciC"nfc,· lo qua dnr al exterior, en poner un resul-


significa: tener a priori una di- tado, que en ponerse uno mismo,
rección hacia un fin determinado, en constituir el propio ser? (A.
representado o no. La disposición MAiie, Psyclw/, rr.fl,, 1, 68.)
que es pnra mí la actitud cons- V. l'r11samir11to, 22.
siste siempre en la presencia de
una cierta constelación subjetiva, A. En general (hahlnndo tanto de
combinación determinada de facto- cosas como de personas) : ejercer algu-
res o de contenidos psíquicos que nos de sus poderes o facultades; des-
determinan esta o aquella dirección plegar una fuerza capaz de producir
de la actividad o esta o aquella in- un cierto efecto: el viento actúa so-
terpretación del estímulo externo. bre las velas, el anestésico, sobre la
(C. G. JUNG, Typ,s psycltol., 433.) sensibilidad; el orador, sobre su audi-
torio ...
5. Hemos aprendido de nues- 4. La fe que no actúa, ¿es una
tros maestros a contraponer la [fe sincera?
razón geométrica a la vida y a lla-
mar ideal la deformación cons- (RACINE, Atltalie, l, l. 71.)
ciente de la libre actividad, acti- 6. Maestros celosos, ( ... ) nunca
tud impracticable y falsa que con- os apresuráis a actuar si no es pa-
duce a la violenta negación o a un ra impedir que obren los demás.
desesperante futurismo. (M. GAR- (R0USSEAU, Émilc, 11, 86,)
CÍA M0RENTE, E11sayos, 67.) Ad. E. V. Ser I, 2.
ActiYo y ders. V. Acto, acción. B. Hablando de personas. l. Más
ACTO, ACClóN comúnmente: poner en ejecución, pasar
Actuar. Lat. agerc, propulsar, obrar, del proyecto a la realización. En este
sentido, el actuar se distingue del tra-
hacer; part. pasado, actus, hecho. bajo mental que prepara la realización
En el latín escolást. agere se opone e incluso se opone a él; no se trata ya
a pati. De ahí en el voc. filos. la opo- de discutir, de deliberar, se impone
sición entre acción y pasión en el actuar.
sentido de «sufrir la acción:,. 6. Cicerón dice que filosofar no
En ciertos casos, se utiliza más en es otra cosa que aprestarse a la
castellano obrar. muerte (... ).
l. «El sentido original de ago, Hemos nacido para actuar (... ).
«propulsar», lo designaba para ex- Obremos (... ) y que la muerte me
presar la actividad en su ejercicio encuentre plantando mis coles, más
continuo, mientras que fa.cere ex- descuidado de ella... (M0NTAIGNE,
presa la actividad sorprendida en Essais, I, xx, Pléiade, 103, 113.)
un cierto instante. ( ... ) • (BRÉAL Y 7. He pensado demasiado para
BAILLY.) Ago es esencialmente du- descender a actuar. (Axe! en A. DE
rativo; facio, casi determinado. V1LL1Eas DE L'IsLE-A., Ao:el, rv,
(ERN0UT y M., Dict. étymol.) IV,)
2. Nuestra personalidad entera V. Raz6n, 11; Vida, 11; Voluntad, 3,
no se compromete en cada uno de 36.
nuestros actos. Muchos no son ac- 2. A veces (sobre todo en los filó-
ta, sino tan solo /acta (... ). En el sofos de la acción) : ej erce1· las funcio-
límite inferior de estos /acta es- nes o facultades humanas con vistas
tán las acciones inconscientes en a un resultado a obtener. En este sen-
las que el Yo no entra apenas pa- tido, obrar implica todo el trnbajo men-
ra nada ... (E. M0UNIER, Tr. du ca-
ract., 455.) tal que prepara la realización e in-
cluso pone el acento en él.
3. [A propósito de la concien- 8. [A propúsito de la doctrina
cia. J Más que un hacer, es un ac- de los estoicos]:
tuar. La distinción latina y llena
de sentido del /acere y el agcre El premio del bien actuar está
vuelve a aparecer en nuestra len- sólo en conducirse como un hom-
gua. Mientras que hacer es un ver- [bre.
bo transitivo, actuar es un verbo (SULl,Y-PRUDH0MME, Le bo11/teur,
neutro replegado, por asi decirlo, 11, VI,)
concentrado en sí mismo. ¿Será 9. Admito que la inteligencia
acaso que obrar consiste menos en es interior a In acción, que trata
13 ACTO
poco II poco de igualarla, de ex- memente en su espíritu la idea de
plicitarla, y que debe acabar por este Agente, que distraía su mente
orientarla y gobern111'111. ( .. ,) Ac- de toda otra cosa en que se ocu-
tuar, en esta acepción fuerte y para, olvidándose ya de la con-
completa, es buscar el acuerdo del templación e investigación de los
conocer, del querer y del ser. (M. seres del orden natural; y llevaba
BLONDEL, 81111. de la Soc. fr. de hasta tal punto esta preocupación,
l'l,i/os., 1902, 190.) que no posaba su vista en cosa al-
10. R. Martigues. -¿ ... No cree guna sin que al propio tiempo des-
que el actuar sea un modo superior cubriera en ella vestigios de la ope-
de pensar? l'ación de aquel Agente, tras!adan-
do al instante su consideración al
P. Erivan.-¿ Y no cree que el artífice y abandonando su artefac-
pensar pueda ser una forma supe- to. (ADENTOl•'ÁIL. El filósofo autodi-
rior de actuar? (A. VILLER0Y, La dacto, 93, Bs. Aires, Austral, 2. 1
do11ble passion, I, v.) ed., 1954.) Ad. E.
\'. Filósofo, 16. Acto y Acción. A. En el uso corrien-
El actuar. En Maur. BLONDEL: Em- te. Los dos der. del lat. agere, obrar,
pleado sustantivamcnte como más ex- hacer: acto, del part. pasado actum,
presivo del carácter dinámico del ser hecho, consumado; acción, de actio, el
que •acto». Al término clásico de Acto hacer o el actuar mismos.
puro prefiere el de puro Actuar, Actuar l. Acción se toma en una acepción
abso/11to. Sin. el obrar. abstracta (sin plural) para designar
11. no temeremos hacer de la el hecho de obrar sobre algo o sobre
palabra actuar un uso técnico, aná. alguien, de producir un efecto. Se ha-
logo al que se hace de la palabra bla de la acción -pero no del acto-
ser en su triple función [ verbo, de las cosas (ácido, lluvia, calor, tiem-
nombre propio, nombre común]. po, hábito ... ) y de las personas (ami-
Porque nos parece que el actuar go, educador, político, Dios ... ).
especifica de modo excelente lo que 13. Estos dos términos causa y
de más esencial, de más vital hay efecto se unen en la acción, que
er, el ser, y lo que designa emi- es el despliegue de la causa y 1:1
nentemente el acto puro del Ser realización del efecto. (HAMELIN,
en sí, y señala especialmente la Essai, 168.)
parte de iniciativa inherente a los 14. La teoría corpuscular se
seres dotados de causalidad segun- basa en la acción por contacto.
da. (M. BLONDEL, L'action, I, 38, (E. MEYERS0N, ldentité et réal.,
Alean, 1936.) 69.)
12. actuar es un verbo neutro 15. No conocemos la materia
que no admite, como el verbo ac- si110 por su acción. ( lbícl., 82.)
tivo, régimen directo ( ... ). 16. Sabemos por la experiencia
Ésa es también una razón pri- que la acción cura esa clase de hu-
mordial de la superioridad metafí- mor que llamamos, según los casos,
sica de la expresión puro actuar impaciencia, timidez o temor. Es
sobre la de acto puro. Actuar su- así como a espaldas nuestras el
giere a la vez lo que, no siendo es- trabajo nos cura de la parte infe-
tático y ligado a una producción rior y casi mecánica de nuestras
definitiva, es dinámico, sin deja,· pasiones. (ALAIN, Avent. d11 cornr,
de ser interior a sí. ([bid., 170.) 67.)
El ser no es cosa, sino actrc.ar 2. Acción, y no acto, se toma tam-
inmanente que se pone y se po- bién como absoluto, es decir, sin on1-
see ... (A. DoNDEYNE, R. 11éosco/ast., plemento expreso o tácito: pasar, pre-
19:J8, 364.) pararse a la acción, homb1·e de accion.
Tomado en este sentido, acción se opo-
V. Filosofía, 60. ne a pensamiento, a especulación, como
Agente. Lat. a11c11c, part. pr. de age. J)l'ácticn a teoría¡ o, en el voc. religio-
re (obrar). Se op. a ¡,atie11s. so, a contemplación.
El o lo que actúa, por op. al paciente 17. Una onza de acción vale pvr
que "padece», es decil', sufre la acción. vnl'Íns librns ele discurso. (Fr. ni;
V. [11telccto•, a.gente. SAl,ES [Esp,·it el,, sui11I]. lV, XIV.)
12'. Habfnse arraigado tan fi1·- 18. Originalmente, no pensa-
ACTO 14

mos sino pnrn obrur. Nuestra por el contrario, la acción del hombre
inteligencia ha sido vacindn en el se ejerce mediante netos o acciones.
molde ele la acción. La espcculn- 26, Una buena acción es la que
ción es un lujo, en tunlo que la encierra bondad y exige energía
acción es una necesidad. (JI. llEJIG- mornl pura hacerla. (MoNTESQUIEU,
SON, i.,vol. cr., 44.)
/'eusées ,/fo.)
19. La acción, que a veces opo- 27. la ,a,1ciencia está tan suje-
nemos ul pensamiento, o por la ta a error que sólo el acto nos ha-
que en ocasiones explicamos C'l pen- ce conocer la verdad sobre la fuer-
samiento, cs ante todo pensamien- za exacta de nuestros sentimien-
to. (ll. DELACROIX, La11g, et pc11oér, tos y el valor de nuestras c1·een-
423.) cias. (J. PAYOT, La croyance, 2.~
20. el pensamiento parte de la ed., 199.)
acción para ir a la acción (... ). 28. Las acciones más decisiva.
Muerta y verbal toda idea que de nuestra vida ( ... ) son casi siem-
no procede de una experimentación pre acciones inconsideradas. (A.
real de la voluntad; muerto, sobre GIDE, Faux-monnay., III, 15.)
todo, y ficticio, todo conocimiento 29. Los hechos tienen causas
que no mira al obrar. (M. BLONDEI,, (... ), los actos resultan de inten-
L'actio11, 295-296.) ciones. (Ch. BAILLY, J. de psychol.,
21. En realidad, pensamiento y abril 1939, 161.)
acc1on son expresiones e instru- 30. ¿ Dónde está el comienzo de
mentos ligados y complementarios nuestros actos? Nuestro destino,
de algo más proiundo a lo que lla- cuando queremos aislarlo, se pa-
mamos dinamismo espiritual. (J. rece a esas plantas que resulta im·
LACilOIX, en R,·cherches et clial. posible arrancar con todas sus
phi/os. et éco11., núm. 4, 23.) ralees. (F. MAURIAC, Th. Desquey-
22. La acción no vale sino por roux, 34-35.)
la idea que la engendra, como la 31. no cabe deslindar los lími-
idea por la acción de que está pre- tes de un acto; lo que estamos o.n
ñada. (J. RosTAND, Journal d'un vías de hacer no podemos prever-
cara.et., 124.) lo. (S. DE BEAUVOIR, Le sang des
autres, 63.)
23. El «intelectual» sufre de
un exceso de conciencia, se encuen- V. 111tenci6n, 8.
tra paralizado. El hombre de ac- 4. Aplicados al obrar humano, acto
ción, por el contrario, es por exc~- y acción son a veces sinónimos (a los
lencia el «hombre inmediato». Na- hombres hay que juzgarlos por sus ac-
da se interpone entre su instinto tos [o sus acciones]), pero suele per-
y su acto. (J. GnENIER, L'e:i:ist. sistir la diferencia indicada:
malhcureuse, 175.) acto designa más bien la cara ob-
24. El filósofo de la acción es jetiva o externa de aquello de que se
acaso lo más alejado de la acción : habla; lo que ha sido efectivamente
hablar de la acción, incluso con ri- realizado; de ahí el uso de la palabra
gor y profundidad, es declarar que acto para designar los escritos que con-
no se quiere obrar, y Maquiavelo signan de un modo definitivo ciertos
es lo contrario de un maquiavélico. hechos (acta de venta, Actas de los
mártires, Actas de un concilio, de un
(M. MERLEAU-PONTY, Éloge de la
congreso ... ) ;
phi/os., 80.)
acción apunta más bien a la •ara
25. No existe acción sin esta subjetiva o interna; lo que ha sido
facultad de anticipar, sin esta vi- querido y las condiciones psicológicas
va imaginación del porvenir, pero en las que la cosa ha sido realizada.
reglada sobre lo posible. (J. GUIT- Por esta razón se habla de una «bue-
TON, Initi.at. u la pensée ... , 93.) na» o de una «mala acción», más bien
3. En sentido concreto (un acto, los que de un «acto bueno• o «malo».
aclos, una o varias acciones), acto y Al hablar de la moralidad de un acto
acción sólo se dicen del obrar huma- el moralista considera éste objetiva-
no: las cañerías estallan bajo la acción mente, tratando de determinar si es
de la helada, pero esas roturns no cons- conforme a 111 1•egla o está en 111 línea
tituyen acciones o actos de la helada; del ideal. Cuando se interroga sobre
15 ACTO
el valor moral de una acción, considera es permanente como Jo es el ser, mien-
adcmús In intención• del agente, su tras que la accié.n es momentánea.
grudo de rcs11onsabilid11d, etc. Nos pre- V. Acto B.
guntamos por los móviles• o los moti- 36. El acto permanente o dura-
vos* de una acción, y decimos: 11Nucs- ble no es otra cosa que la forma,
tros netos nos siguen». sustancial o accidental: la forma
32. En In palabra acción pare- sustancial (el alma, por ejemplo¡
ce que el espíritu se limita a consi- es del todo permanente, al meno::,
derar el efecto como provenienk en mi opinión, y la accidental sólo
de su causa, y en la palabra acto lo es durante un cierto tiempo. Pe-
parece considerar el efecto con re- ro el acto enteramente pasajerr,,
lación ni objeto al que se refiere, cuya naturaleza es transitoria,
Este hombre tiene ante sí a.ccioncs consiste en la acción. (LEIBZ\'IZ,
justas, acciones virtuosas y no ac- Théod., I, § 87, I, 158.)
tos de justicia o de virtud, Porque
:sólo considero las acciones en él, y Acto. A- Psicol. Acto humano. Lat.
mi atención no se dirige a ninguna escol., actus humanas, en op. a actas
otra relación. Pero diré que estl.! ho111i11is (acto del hombre).
hombre ha realizado en esta oca- l. Es acto del hombre todo lo que
sión un acto de justicia o de vir- el hombre hace, comprendidas sus acti-
tud; porque entonces mi atención vidades involuntarias e incluso incons-
comienza a volcarse sobre lo que cientes: homicidio por error, diges-
ha sido el objeto de ese acto, tión ...
(CONDILLAC, Sy11., en la palabra Ac- 2. El acto humano es aquel del que
tion.) el hombre es dueño, es decir, el que
33. Podemos expresarnos me- realiza con conocimiento de causa y
jor por los actos que por las pa- libremente. V. Moral, 9.
labras. (A. GIDE, Faux-,nonnay., 36'. En la «hora de la muerte),
u, 5.) hay que distinguir, a mi parecer,
34. La única prueba de un hom- dos aspectos: lo que tiene de suce-
bre son sus actos. (E. MoUNIER, so uel morirl> y lo que tiene de ac-
Tr. du caract., 406.) to humano, de última instancia
V. Belleza, 14. concedida al hombre para la obra
moral de si mismo. (J. L. ARA:<GU-
5. No obstante, y siempre referido REN, Ética, 193-194; Madrid, 1958.)
al obrar humano, en algunos de sus Ad. E.
usos, acto designa la actividad en su
fuente y no en su despliegue o en sus Acto material y acto for-mal. Dist.,
resultados: asi, hay un acto de volun- análoga a la precedente, de dos ele-
tad en el origen de una o de varias ac- mentos en el acto humano: la mate-
ciones voluntarias; un acto heroico es ria, es decir, el objeto de la volición
más personal y más íntimo que una (acto material), y la forma, la inten-
acción heroica; un acto de energía su- ción o el fin que dirige e querer (acto
pone fuerza del querer, mientras una formal).
acción enérgica implica sobre todo po- B. Metaf. Los escolást. han tradu-
der de los medios puestos en juego. cido por actus los términos aristoteli-
35. «Nuestras acciones son cos entclcchcia y c1tergcia. El acto se
nuestras obras propiamente di- opone a la potencia* como principio de-
chas)), dice Roubaud; nuestros ac- terminante del principio capaz de reci-
tos no son más que operaciones de bir una determinación (por opos. a «en
nuestras facultades. Hacemos ac- potencial), ((en acto» = de hecho).
tos de fe, de esperanza, de cari- Si11.: entelequia*.
dad; estos actos no son más que 37. El ado es, pues, para una
declaraciones de nuestros senti- cosa el hecho de existir en reali-
mientos, y no acciones. Pecamos dad y no de la manera en que de-
por el pensamiento, por la pala- cimos que existe en potencia cuan-
bra, por la acción. El pensamien~o do decimos, por ejemplo, que el
no es más que un acto, y la acción Hermes está en potencia en lu ma-
es una obra. (LAFAYE, 169.) dera, o la media línea en la línea
B. En el uso filosófico, la distin- entera porque podría ser sacnd.-i
ción entre acto y acción es mucho más de ella ( ... ) : Pues bien, el otro mo-
acusada que en el uso ordinario: el neto do de existiL' es la existencia en ac-
ACTO 1G

to. La noción de acto que J)ropone- la. realidad. I~n la vida contempla-
mos puede set· elucidada 1,01· induc- tiva parcr.e m(,s bien que el indi-
ción, con ayuda de ejemJ)los parti- viduo absorbe í,sLa dentro de sí, Ju
culares, sin que deuamus tratar de elcsrcaliza, pcrmítaseme el término,
definirlo todo, sino contentándonos convirtiéndola en imagen e idea.
,·on percibir la analogía. (ARISTÓ- En la vida de acción, por el con-
Tt:t.ES, Jlctaf., IX, 6, 1048•.) trario, como no intentamos refle-
38. El acto no es una operaciún jar la realidad sino alterarla, he-
que se añade al ser, sino su esencia mos de entrar nosotros en ella y
misma. (L. L,\VELLE, De l'actc, 66.) quedamos absorbidos en su poder,
entregados a sus violentos influjos.
39. La identidad del ser y del (J. ORTEGA Y GASSET, Ideas sobre
acto es la clave de la metafísica. Pío Baraja, Obras, II, 90.) Ad. E.
( Ibúl., 301.) V. Ciencia, 30, 33; Inteligencia, 5;
V. Devenir, 8; EmocióH, 9; 1Uateria, Intención, 18; Juego, 6, 8; Pcnsami01i-
5, 6; Alovi-miento, 5. to, 63; Percepción, 6; Regla, 7; Senti-
Acto ele se,·, acto ele e,•istir. Lat. clo, 134; Sueño, 26; Técnica, 2.
escolást.: actus cssencli. Términos por Filosofía ele la acción. En la pers-
los que se sustituye el de existencia pectiva de esta filosofía (E. LE Rov y
que, sobre todo por su correlación con sobre todo M. BLONDEL), acción desig-
esencia, tiene el riesgo de ser compren na la actividad humana integral (pen-
dido en sentido puramente estático samiento, querer y realización efecLi-
cuando existir (sistere ex) indica as va), por ser el propio pensamiento y
censión, salto. con mayor razón el querer, incompletos
40. Toda esencia es puesta por mientras no ha habido realización.
un acto de existir que no es ella 43. Por Acción hemos de en-
y que la incluye como su autodeter- tender la vida espiritual íntegra, y
minación ( ... ); es, pues, la jerai-• no un modo particular de vida, el
quia de los actos de existir la que irreflexivo y oscuro. El pensamien-
funda y regla la de las esencias. to es inmanente a la acci6n así
cada una de las cuales no expresa comprendida, de modo que no hay
sino la intensidad propia de un acción sin pensamiento sino en el
cierto acto de existir. (E. GtLSON, límite. (E. LE Rov, Bull. de la Soc.
Le thomisme, 52.) fr. de Philos., mayo 1908, 274.j
41. [En la fil. de Lavelle], el 44. La búsqueda de la verdad
acto mismo de ser (... ) no es, pue~, debe ser obrada y vivida tanto co-
una operación que se añade al ser: mo pensada. ( .•. ) La inteligencia
es su misma esencia. (G. DAV'<, no puede tomar la delantera a la
Études phil., 1958, núm. 1, p. 27.) acción, porque estamos ante una
Acto puro. 1- Acción que no admi- de esas realidades que no pueden
te ninguna pasividad. ser percibidas sino en la medida
en que son aceptadas y vividas.
42. El propio acto que realizo (E. LE RoY, Le probl. cu Die11,
no permanece nunca en el estado 127-128.)
de acto puro. l\Iodifica el mundo;
tiene efectos con respecto a los 45. Desde el momento en que se
cuales puede decirse que me man- piensa conocer suficientemente a
tengo pasivo. (L. LAVELLE, Tr. des Dios, deja de eonocérsele. (... ).
va/eurs, I, 215.) En el momento, pues, en que
v. 11, 12. nos parece alcanzar a Dios con un
dardo del pensamiento, se nos es-
2. Principalmente (con mayúsc.: el capa si no lo retenemos por la ac-
Acto puro) : el Ser que no admite nin- ción. (... ) Todo lo que hemos visto
guna potencia o potencialidad, Dios. o sentido de él no es más que un
Acción. El hecho de obrar, Al ha- medio para seguir adelante; es
blar de la actividad del hombre, se un camino, y no podemos detener-
opone a pensamiento•, intenci6n•, es- nos en él sin que deje de serlo.
peculación•, contemplación•. Un hom- Pensar en Dios es una acci6n ...
bre de acción. V. Reacción. (111. BLONDEL, L'action, 352.)
42'. Acción es la vida entera de 40. Entiendo por acció11 lo que
nuestra conciencia cuando está envuelve la inteligencia, prece-
ocupada en la transformación de diéndola y preparándola, aiguién-
17 ACTO
dola y sobrepasándola; lo que, por de garbo, de destreza, de habili-
consiguiente, es en el pensamiento dad, de savoir-faire. Lo hacen todo
síntesis interna antes que repre- con soltura y como jugando ( ... ),
sentación objetiva. (111. llI.ONDEL, pero también a veces Caracteres
Bu/1. de la Soc. fr. da Phi/os., agitados y dispersos, que abarcan
1902, 182.) demasiadas cosas para poder ce-
46'. Acci<iu no es cualquier an- ñirlas como es debido, maripo-
dar n golpes con l:ts cosas en tor- seando de una a otra, negándose a
no, o con los otros hombres: eso elegir, a detenerse, y al fin sin pro-
es lo infrahumano, eso es altera- fundizar en nada (... ). Su automa-
cióu. La acción es actuar sobre el tismo instintivo está falto de di-
contorno de las cosos materiales o rección y su agitación resulta a
de los otros hombres conforme a menudo estéril. (M. VERDUN, Le
un plan preconcebido en una pre- caract. et ses corrélat., I, 72-73.)
via contemplación o pensamiento. Agitado. Lat. agitattts, part. pasa-
No hay, pues, acción auténtica si do pas. de agitare (frecuentativo-inten-
no hay pensamiento, y no hay au- sivo de auerc, empujar, obrar), impe-
téntico pensamiento si éste no va ler vivamente, agitar.
debidamente referido a la acción y Psicol. Lo que caracteriza a auna
virilizado por su relación con ésta. forma de actividad excesiva, confusa y
(J. ORTEGA Y GASSET, E11siniis- vana, por la que se trata de engañar
1naniicnto 11 alteración, Obras, V, a un deseo de acción innato y momen-
308.) Ad. E. táneamente inhibido.» (J. ToULEM0l'iDE,
V. 9; Dialéctica, 37. Les inquieta, 123.)
Acti\'O, Lat. activus. A. En vene- 49. El agitado es un gran acti-
ra!: que obra o tiene la virtud de vo, como el impaciente, del que no
obrar. Se dice tanto de las cosas (un es sino la réplica exaltada (... J. Su
remedio muy activo) como de las per- actividad es excesiva, en el sentido
sonas (una empleada activa). Se opo- de que no puede sacrificar nada al
ne a inactivo, a pasivo; en el voc. de descanso y a las relaciones socia-
la espiritualidad, a pasivo, a contem- les. Y es, sobre todo, confusa. Se
plativo; en gram. la voz activa, que ejerce fuera de las tareas obliga-
expresa la acción hecha por el sujeto, torias y tiende más bien hacia lo
se opone a la voz pasiva; hablando de accesorio. Preludio sin conclusión,
elecciones, voto activo es el que puede no por falta de perseverancia, sino
elegir, voto pasivo el que puede ser ele- por la asignación de fines superio-
gido. res a sus fuerzas. Y, por lo tanto,
V. Escuela• activa, Intelecto• activo vana. El extremo deseo de no en-
o agente. contrarse nunca inactivo se satis-
B. Psicol. y caracterol. Aquel en face en movimientos sin objeto y
quien dominan las tendencias o dispo- obras sin .provecho. (J. ToULEM0l'i-
siciones a obrar. Se opone: en los DE, Les inquiets, 123.)
psicol. de antaño a afectivo• o emoti- Actividad. Lat. activita,i. A. En ge-
vo• y a intelectual• o especulativo; neral. Carácter de lo que es actiYo.
en la caracterología de HEYMANS-LE Ejercicio de una facultad de obrar. La
SENNE, a emotivo•. actividad de una fábrica, de una col-
47. El activo es (... ) aquel de mena, del espíritu. Un volcán, un fun-
quien es cierta la frase de Ribot cionario en actividad.
que Malapert repite: «¡Necesita 50. A veces, el jefe inepto pa-
obrar!» Es indispensable entender ra decidirse da mediante la agita-
ese «necesita» en el sentido de que ción la apariencia y la ilusión de
una necesidad congénita le empuja actividad y, aplicándose a ciertos
a la acción. Los acontecimientos detalles, consume en intervencio-
exteriores no son para él más que nes accesorias y desordenadas su
ocasiones, pretextos; si no los hu- deseo de influir, no obstante, en
biese, los buscarla, los suscitaría, los acontecimientos. (Ch. DE GAUL-
porque vive ¡,a.ra obrar. (R. LE LE, Lo fil de l'épée, 22.)
SENNE. 7'r. de camctérol., 77.) 50'. Las actividades se dispa-
48. ... los Cnracte,·e• activos. ran como mecanismos; su curso no
Caracteres proutos, vivos, nun- depende de nosotros; incluso las
ca desocupados, llenos de impulso, actividades psíquicas responden··al _
2. Dic:ciouario del Lenguaje Filo:iOCito.
ACTO 18

jue!!O mecánico de los esthnulos o B. Aclivismo teórico: doctrina se-


de las acciones y son meramente gún 111 cual el espíritu humano está y
movimientos que 1<1ne pasan», que elche estar ordenado a 111 acción, que
«acontecen en mín, no en rigor que proporciona un elemento esencial de
«haJ:!O yo». ( ... ) ¿Qué es lo que yo c,·itel'io del valor de los es))eculaciones
lrngo entoncl's? ¿Qu~ es lo que est:'i del espiritu. Variedad o distinta deno-
en mi mnno, lo que depende de mi? minación del pragmatismo•. El marxis-
Algo muy sencillo: ¡>onerme n in- mo es un activismo así entendido.
tentar resolver el problema o a Actual. A. En el uso ordinario. l. Sin.
componer el soneto. Es decir, yo de presente y por op, a antiguo, even-
puedo inicia,· ciertas series de ac- tual ... : que existe o sucede en el mo-
tividades psíquicas cuyo curso ul- mento en que se habla. La situación ac-
terior use hace» hasta cierto pun- tual, los acontecimientos actuales.
to sin mí». (J. IIIARÍAS, Introcl11c-
ció11 a la filosofía, 251-252.) Ad. E. 53, Lo actual es siempre lo más
confuso de la historia, porque nun-
B. Psicol. y caracterol. l. En la ca se sabe si el acontecimiento es
psicol. clásica del s. XIX y comienzos germen o ceniza. (J. GUITTON, Jus-
del XX se agrupaba bajo el titulo de ac- tif. du temtps, 77.)
tividad o de ccvida activa», y por oposi-
ción a la inteligencia (o «vida cognosci- 2. Con intención valorizadora (por
tiva») y a la sensibilidad (o «vida afec- op. a inactual y como sin. de intere-
sante, al gusto del día ... ) : que se re-
tiva•), el grupo de los hechos psíqui- fiere a cosas que tienen un interés pre-
cos dependientes de las tendencias, del sente: un libro muy actual, una cues-
instinto, del hábito y, sobre todo, de la tión siempre actual,
voluntad.
B. En el sentido técnico de la me-
2. En caracterología, la actividad cánica, de la metaf. y de la teol.
constituye el rasgo distintivo de los que
son naturalmente inclinados a la ac- l. Por op. a potencial (mecánica):
ción. Se opone: en las antiguas clasifi- que obra efectivamente. La energía ac-
caciones, a la sensibilidad (o afectivi- tual o cinética se opone a la energía
dad• o, también, emotividad) y a la in- potencial.
telectualidad; en la clasificación de 2. En la oposición acto-potencia
HEYMANS-LE SENNE, a la emotividad•. (metaf.) : se dice actual de lo que es en
51. Es indispensable distinguir acto y no en potencia (o también vir-
entre la actividad que llamaremos tual, potencial).
111am"fiesta, a.paren.te., y la activi- 3. En moral (sobre todo en moral
dad a la que ( ... ) reservaremos el teol.: en los términos «voluntad ac-
nombre de actividalil caracterológi- tual», «intención actual», actual califi-
ca. ( ... ) ca una volición* o una intención• pre-
El término caracterológico de sentes en el momento mismo de la ac-
ción; cuando la acción se realiza en
actividad no conviene, pues, más virtud de una volición o una intención
que al hombre que obra por efecto pasadas, se habla de intención ora vir-
de una disposición a la acción que tual•, ora habitual.
proviene de sí mismo. (R. LE SEN-
NE, Tr. de caractérol., 76, 77.) 4. En teol. dogm,: en el término pe-
cado actual (por op. a pecado 011gi-
52. Se puede ser activo (... ) y nal •), actual califica los faltos consis-
no tener más que una muy medio- tentes en actos personales; en el tér-
cre actividad manifiesta. Un acti- mino gracia• actual (por op. a gracia
vo puede dormir tranquilamente habitual o santificante), califica la gra-
mientras cerca de él un inactivo cia que interviene en los actos par-
más sensible o más concienzudo se ticulares.
agita y se gasta. No es la activi-
dad lo que le impide dormir, sino Actualidad. A. En sentido abstracto:
la emotividad. (G, BERGER, Tr. cuácter de lo que es actual.
prat. d'anaJ. du caract., 25-26.) l. En el uso ordinario, actual en el
sentido A y sobre todo A 2: la actuali-
Ac1i,·ismo. A- Activismo práctico: ca- dad de un problema, de un libro.
rácter de una conducta o una vida
moral no dirigida más que a la f1ca- 2. En mctaf., actual en el senti-
cia externa, a las realizaciones tangi- do B, es decir, en acto y no en poten-
bles. O también : carácter del que toma cia.
la agitación por acción (ADLER). 54. Su actualidad perfecta [del
19 ADECUADO

en-sí de Sartre] excluye toda po- 2. el animal o el vegetal sólo


tencialidad intel'Íol', (A, ETCllf:VER- puede vivir en un medio que con-
IIY, Co11f/il .. ,, 5:l.) ven¡ra a su estructura y a su fi.
64'. La cosa real q11a real en su eiología (... ) : la rulwptaci6n 11ece-
primera y )lrimaria actualidad saria, y suficiente es, pues, forza.
puede tener una conexión causal samente anterior a la instalación
con otras cosas reales; (... ) Pero en un medio dado; es siempre pre-
esta conexión o respecto casual no aptitud, una preadantación. (L.
es la respectiviclad transcendental, CUÉNOT, lnvention et finalité, 110.l
y, ))Or tanto, esas modalidades y 3. Así, según Lamarck ( ... ) el
condiciones no conciernen formal• animal ( ... ) •• adapta activamente
mente al ser, sino a la realidad en al medio. ( ... ) El problema de la
y por si misma. En cambio, con- transformación de las especies se
siderada la cosa real como actual confunde para Lnmarck con el de
en el mundo, esto es, considerada la adaptación. (J. ROSTAND, État
como actual en su respectividnd 7,résent e/u transf., 69.)
trascendental, la cosa real tiene V. Síntesis, 8.
ser. (X. ZUBIRI, Sobre la esencia,
435.) Ad. E. Adaptar. Lat. adaptare, comp. de ap-
tare, ajustar, adaptar, y del pref. ad.
B. En sentido concreto: conjunto de
hechos actuales (en el sentido A) o muy Ajustar una cosa a otra. Modificar-
recientes. La actualidad política, lite- la de manera que responda a nuevas
raria, filosófica. condiciones o a un nuevo destino.
Actualización. Acción de actualizar Adaptarse. Ponerse o hallarse en
armonía con otra cosa, en particular
o de hacer actual. Palabras del voc. fi- con el medio fisico o humano.
los. que designan el hecho del paso:
de la potencia• al acto (en este sen- 4. Se entiende por inteligencia
tido se dice también: actuación) ; la facultad de adaptarse de ma-
nera rápida y racional a unas cir-
del estado virtud al estado real (en cunstancias modificadas. (G. MORF,
la actualización de los recuerdos, la Él. de psychol., 162.)
asociación desempeña un papel api-
ta!). 5. El que quiere adaptarse de-
masiado corre el riesgo de poner-
Acuerdo. V. Acordar. se a remolque. (H. DE LUBAC, Pa-
Ad. Prefijo tomado del lat. y que radoxes, 30, Seuil, 1959.)
indica movimiento hacia consumación. 6. Para la mayoria de los na-
La d final suele sincoparse delante de turalistas, los caracteres morfoló-
la primera consonante del radical gicos y funcionales de la planta
(abordar, atraer). desértica o del animal acuático,
Acl hominem (Argumento). Argu- por ejemplo, se adaptarían preci-
mento que tiene un valor puramente samente a la vida en el desierto
pa·rticular contra aquel (el hombre) o en el agua.
con quien discute, pero que puede no ¿Cómo se efectuaría esta adap-
valer más que para él. tación? U na vez planteada la pre-
ADAPTACióN. A. En general: ac-
gunta, los naturalistas no están
ción de adaptar o de adaptarse; con- ya de acuerdo y proponen solucio-
junto de las transformaciones que con- nes diferentes. (E. RABAUD, Tra11s-
fo1·mis111c et adaptatio11, 43.)
dicionan este resultado. Estado de lo
que se halla adaptado. V. lutclige11cia, 12.
B. Biol. Conjunto de las modifica- ADECUADO. Lat. a,lacquatus, he-
ciones por las que un organismo se po- cho igual ( ac•q1111s, de donde equivalen-
ne paulatinamente en armonía con nue- te, etc.).
vas condiciones de existencia,
A. En general. Que es exactamen-
l. En Lamarck, In adaptación te proporcionado o ajustado al fin per-
se explica por sí misma y resulto seguido: una expresión adecuada (a lo
directamente de la actividad de los idea n expresar) ; una respuesta ade-
organismos en el medio. Es el cen- cuada (11 111 pregunta hecha), un oficio
tro de la doctrina lamarckiana ... adecuado (a las aptitudes), una casa
(M. CAULLimY, Le probl. ele l'évol,, adecuada (a las necesidades y los re-
245.) cursos familiares).
ADIIIIRACióN 20

No es ya posible, como en mos n aquellos n quienes admira-


tiempos más venturosos, definir mos. (LA RocnEI•'0Ul'AULD, /lla.t.,
l!lllnnamente In verdad diciendo 204.)
qJe es la adecuación del pensa- 4. Cuando parece que admira-
miento con In realidad, El término mos a alguien estad seguros de
uudccuación» es equivoco. Si se le que es una forma hipócrita de de-
toma en el sentido de «igualdad•, nigrar a algún otro. (L'eoprit d'A.
resulta falso. Nunca una idea es /forr., 160.)
igual a la cosa a que se refiere.
Y si se le toma más vagamente 5. Admirar es lomar concien-
en el sentido de «correspondencia», cia de lo mejor de uno mismo y
se está ya reconociendo que las sentirse en secreta afinidad con Jo
ideas no son la realidad, sino todo que se ndmirn. (A. l!ELLESS0RT, Le
lo contrario, a saber: ideas y sólo college et le monde, 73.)
ideas. El físico sabe muy bien que 6. No se puede admirar mucho
lo que dice su teoría no lo ha,y en tiempo lo que se admira sin saber
la realidad. (J. ORTEGA Y GASSET, por qué. (J. RosTAND, Pcnséeo d'un
Idca,s y crcencia,s, Obras, V, 402.) biol., 184.)
Ad. E. Admiración. Lat. admira,tio.
B. Psicofisiol. Excitante adecuado: A. Acepción anticuada: asombro,
que está acorde con el órgano sensorial. sorpresa provocados por una cosa ex-
Sin.: natural, normal. traordinaria o imprevista.
Contr.: inadecuado, artifical. La luz 6 bis. La admiración es una sú-
es el excitante adecuado de la vista; bita sorpresa del alma que hace
la corriente eléctrica y el choque lo que se ponga a considerar con
son inadecuados. atención los objetos que le pare-
cen raros y extraordinarios. (DES-
AD:IIIRAClóN CARTES, Pa,ssions, 11, 53.)
Admirar. Lat. admirari, asombrarse B. Acepción actual: sentimiento de
de modo admirativo; mirari, asombrar- agradable sorpresa pt·oducido en nos-
se, der. de minis, asombroso. maravi- otros por lo que es bello o grande.
lloso. V. Mila,gro. 7. La admiración es hija de la
A. Acepción anticuada, o 1ron1ca- ignorancia. (Cab. DE MÉRÉ, Réfl.
mente, hablando de un comportamien- mora,les, 333.)
to extraño o irrazonable: asombrarse, 8. Aprobad, pero admirad ra-
estar sorprendido. Admiro la creduli- ramente. La admiración es la di-
dad de los hombres, su versatilidad. visa de los tontos. (Mme. DE LAM-
l. Cuando el primer encuentro BERT, Lcttres s. l'éduc., 202, Ams-
con algún objeto nos sorprende y terdam, 1729.)
lo juzgamos nuevo, o muy dife- 9. Saint-Evremond dice que la
rente de lo que antes conocíamos lldmira,ei6n denota pequeñez de es-
( ... ), eso hace que lo admiremos y píritu; hubiese debido decir, para
estemos asombrados. (DESCARTES, hacerle justicia, que la admira,eió11
Pa,ssions, 11, 53.) de una cosa vulgar denota peque-
2. Si las cosas que admiramos ñez de espíritu; pero hay ocasio-
parecen grandes, la admiración va nes en que la extensión de la ad-
siempre seguida de la estima y a mira,ci6n es, por así decirlo, la
veces de la veneración. Por el con- medida de la belleza del alma y
trario, va siempre acompañada de de la grandeza de espíritu. (Gro,i-
desprecio y a veces de desdén de Encyclop.)
cuando parecen pequeñas. (MALE· 10. Hay una admiración que es
BRANCHE, Rech. de la vér., V, VII.) hija del saber. (J. J0UDERT, Pen-
B. Acepción usual. «Causar sor11re- sées, 71.)
sa la vista o consideración de alguna 11. Hace falta algo más que
cosa extraordinaria o inesperada. Ver, gusto, hace falta carácter para
contemplar o considerar con sorpresa, apreciar lo artistico. La indepen-
o con sorpresa y placer, alguna cosa dencia de las ideas es necesaria a
admirable.» (Real Acad.) la independencia de la admiración.
3. Amamos siempre a los que (E. y J. DE GONC0URT, Idéos et sen-
nos admiran, y no siempre ama- sa,tions, 196.)
21 ADVENTICIO

12. Lo. admiración, pnrn no ser ADQUIRIDO. Lat. acquisitus. part.


vnnn y sin objeto, debe, pues, pasado de acqnirerc, adquirir. Acqui•i-
ser histórica, es decir, erudita. Ca- t.io, comp. de quacsitio o quaestio: bús•
da obra es bella en su medio; y no queda que llega a ( ad) su objeto.
porque entre en uno de los casille- Que ha venido a añadirse a la natu-
ros que nos hemos formado de ma- raleza. Psi col.: que resulta del ejerci-
nera más o menos arbitraria. (RE· cio, de la experiencia o de la educa-
NAN, Avenir de la se., 294.) ción.
13. Los hombres dan medida de Sin.: logrado, alcanzado, ganado,
si por sus admiraciones y en cam- conseguido.
bio se les ju1.ga por sus juicios. Contr.: natural•, congénito, innato"'
(J. BARDEY D' A., Pc11•ées détacliées, infuso (teol.).
núm. 55, página 31.)
l. los rasgos adquiridos, aun-
14. El comienzo de toda educa- que más grandes, profundos y
ción es la admiración, el respeto, fuertes que los naturales, se pier-
el entusiasmo. ¿Por qué? Por cual- den poco a poco si no tenemos el
quier cosa. Que el niño adore gui- cuidado de conservarlos mediante
jarros o legumbres, si no tenéis la aplicación de las causas que
otra cosa que proponer a su adm i- los han producido. (MALEBRANCHE,
ración, pero que aprenda a admi- Rech. de la vér., 11, VI, 6. )
rar. (J. RUSKIN, cit. en R. DE LA
SIZERANNE, Ruski11 et la rclig. de 2. aunque creemos saber lo que
la beauté, 324.) es innato y lo que es adquirido en
el sentido vulgar, en la práctica
15. Lo irritante no es la admi- resulta a menudo difícil de distin-
ración del público por lo que le guir ( ... \ : muchas reacciones in-
conviene, sino por aquello que cree natas son tardías en sus manifes-
honroso admirar. (J. RosTAND, taciones; es cuestión de madura-
Journal. d'un caractere. 75.) ción. (P. CHAUCHARD, Les mécan.
16. La mayoría de los españo- cérébraux de la prise de con.,c.,
les se avergüenzan un poco cuan- 67-68.)
do se les sorprende en flagrante V. Herencia, 10.
delito de admiración. Dijérase que
el acto de admirar, de tributar res- ADVENTICIO. Lat. adventicius, que
petuoso cariño a otro hombre, lo viene de fuera, que llega ( advenit) sin
consideran como una disminución estar previsto.
de su propia valía; dijérase que
sienten una especie de extraño te- Que no forma naturalmente parte
mor a perder tanto de su ser pro- de una cosa, que se añade a ella (bie-
pio cuanto en admiración otorguen nes adventicios: los que se añaden al
al ser ajeno. (M. GARCÍA M0RENTE, patrimonio) ; a menudo con el sentido
Ensayos, 203.) Ad. E. de: parasitario, inoportuno (hierbas ad-
venticias, exposición a la que estorba
ADORACIÓN. Lat. adoratio, acción un exceso de reflexiones adventicias).
de adorare, es decir, de hablar (o,·are, l. Por desnuda que sea, la ima.
orator) a (ad) alguien, de rogarle, de gen evoca de golpe, por asociación,
adorarlo. toda especie de 1·epresentaciones
A. Prop.: culto que la criatura rin- accesorias y adventicias, que cons-
de a Dios o a ciertas cosas por onsi- tituyen en gran parte la riqueza
deración a Dios (adoración de la Cruz), do la poesía. (R. WALTZ, La créa-
para honrar su infinita grandeza y re- tion poétique, 109.)
conocer la propia dependencia. 1'. lntramundanamente, la esen-
A propósito de una reflexión cia es «de suyo» principio de la
de los Goncourt: la pequeñez de sustantividad como estructura.
un espirito se mide por la peque- Esta estructura es principio no
ñez de su adoración o de su bias, sólo de las notas constituc!onales
femia. Verdaderamente esos espí- de la sustantividad; es principio
ritus no han comprendido nada de también de sus notas adventicias.
Dios. (A. GrnE, Journal, Pléiade, Aquí, adventicio, no significa for-
124.) tuito, sino debido a la conexión de
B. Hiperbólicamente: culto apasio. una realidad sustantiva con otras;
nado por algo y sobre todo 1101· alguien. adventicio es «adquirido». (X. ZU-
Eso no es amor, es adoración. BIRI, Sobro la esencia, 514.) Ad. E.
AFASIA 22

lclca,i ad1•c11ticias (DESCARTES). lde,1s 11onde a un choque-sorpresa. (H.


que vienen de los sentidos. Se opone l'IÉnoN, Voc. de la. psycl,ol.)
a las ideas innatas y a las ideas fnc- 3. 1En el apetito]. carencia e
ticias. impulso son vividos en la unidad
2. Tres clases [ de ideas l ; a sn- de un afecto activo, por oposición
bC'r: quacdam, sunt adve11titiac, co- ni placer y al dolor, que son, por el
mo la idea que vulgarmente se contrario, afectos sensibles. (P. RI-
tiene del Sol; aliae factae vel fac- C0EUR, l'syc/iol. ele la vol., I, 86.)
fifiac, entre las cuales se puede 3'. Cuando a la memoria pri-
incluir los que los Astrónomos sa mera de cualquier objeto se une
hacen del Sol por su razonamien- un vivo afecto, es luego su recuer-
to; et a.liac innatae, ut idea Dei,
Jfrutis, Corporis, Trianguli, et pc- do más fácil, pronto y duradero,
ncraliter om11es q1tae aliquas Es- como sucede con aquello que ha
sentia.s Veras, in·mu.tabilcs et Ae- penetrado en nuestra alma con
tcrnas repraesentant. (DESCARTES, gran tl'Ísteza o con gran dolor. (J.
C. del 23 de junio 1641, III, 382.) L. VIVES, Tratado del alma, 62.)
Ad. E.
AFASIA- Gr. aphasia (phasis, pa- B. En el uso ordinario: sentimien-
labra, y a primativa), imposibilidad de to tierno hacia personas, pero sin la
hablar. violencia del amor-pasión ni la firmeza
del amor-devoción.
Pérdida parcial o total de la función
de la palabra, sea de la función de 4. El afecto o el odio cambian
expresión verbal (apraxia •) sea de la de rostro a la justicia. (PASCAL,
función de comprensión (agnoia *) del Pensées, 365.)
lenguaje hablado (sordera verbal) o 5. El único viático útil para la
escrito (ceguera verbal). Der.: afásico. travesía de la vida es un gran de-
El afásico es un hombre cu- ber y algunos afectos serios. (H.-F.
yo comnortamiento se halla modi- AMIEL, Journal int., 18 marzo
ficado en su conjunto. ( ... ) Las 1869.)
perturbaciones más «inferiores» del 6. El único interés verdadero
lenguaje no pueden ser considera- de mi vida son algunos afectos. Lo
das como exclusivamente motoras demás es tan sólo pretexto. ( lbíd.,
sino simplemente como «más» mo- 14 octubre 1872.)
toras, ni simplemente como auto-
máticas, sino como «más» auto- 6'. Lo mismo es descubrirle a
máticas. (J. DE A.TURIAGUERRA y un varón un afecto que abrirle un
H. HECAEN, Le corte:,; cérebral, 201- portillo a la fortaleza del caudal,
202.) pues por allí maquinan política-
mente los atentos, y las más veces
AFECTO asaltan con triunfo. Sabidos los
afectos, son sabidas las entradas y
Afecto. A. Psicol. Estado afectivo salidas de una voluntad, con seño-
Estado del que está afectado en el río en ella a todas horas. (B. GRA-
sentido A l. CIÁN, El héroe, 11.) Ad. E.
l. Ha de entenderse por afecto Afectar. A. Lat. afficcre, poner en
un estado de sentimiento caracte- una cierta disposición (buena o, mb
rizado por una inervación percep- a menudo, mala), debilitar.
tible del cuerpo y por un trastorno
específico del curso de las re- 1. Ejercer una acción sobre el orga-
presentaciones. El término afecto nismo o sobre el psiquismo, en especial
es para mí sinónimo de emoción. una acción perturbadora. El clima,
(C.-G. JUNG, Types psych., 423-424.) sus fracasos ... le han afectado mucho.
2. Afecto. Estado afectivo ele- 7. Es lo que toca o afecta ac-
mental con la doble polaridad de tualmente al espíritu, que es su
placer-di8gusto (alem. Lust-Un- objeto inmediato. (MALEBRANCIIE,
lust) o agrado-desagra,d,o, entre los Entr. d'un pltilos. fr ... , <Euvres,
que podemos situar un afecto, ca- XVI, 6.)
rente de nombre definido, que rige 8. En cuanto al cambio que ha-
una reacción de espera y explora- bla afectado a los placeres de M.
ción (entre la apetici6n y la aver- de Charlus, sigue intermitente. (M.
sió11), suscita el interés y corres- PR0UST, Temps rctr., I, 105.)
23 AFECTO

O. Estar afectado es confesar cir, que hay una ceguera que nos-
que el yo está «tocado». Y estu otros mismos alimentamos, de la
misma palabra resulta instructiva, que no queremos salí r y que secre-
porque significa dos cosas: en pri- tamente preferimos a todas las lu-
mer lui¡-nr, que se ha llej!'ndo al ces de la verdad. (B0URDALOUE, Sur
contacto con él, o, como suele de- l'a11,uulrmrnt apir., l.)
cirse, ha sido alcanzado; pero tam- 15. Otro error que ya he com-
bién que está conmovido, como si batido, pero que no abandonará ja-
solamente In emoción pudiese sa- más a las gentes de cortos alcan-
carlo de su energía obligándole a ces, es el de afectar en todo mo-
tomar parte en lo que le afecta. mento In dignidad magistral, y
(L. LAVEI,LE, l'uiss. du moi, 73.) querer pasar por hombre perfecto
10. Dejo de ser en el mismo en el espíritu de su discípulo.
punto en que empiezo n ser insen- (RoUSSEAU, Émilc, IV, p. 417.)
sible. Y In línea que scpnrn el yo 10. Afectaba preferir la pru-
del no-yo es también In linea fron- dencia a la virtud y la razón al
tera entre In afección y la repre- entusiasmo. (G. SAND, Hist. de 111a
sentación. Porque sólo me repre- vie, VII, 217.)
sento el no-yo, pero sólo el yo pue-
de afectarme. (L. LAVELLE, bltimi- 17. Para parecer afectado bas-
té spirit., 75.) ta con intentar ser sincero. (A. GI-
DE, Journal, 27 julio, 1922.)
11. El reproche de egoísmo era
el que más le afectaba. (J. DELAY. Afectación. Lat. a,ffectatio. Acción
Jcm1cssc d'A. Gidc, II, 168.) de afectar, estado o carácter de quien
o lo que está afectado; aquello a lo
V. bnagi11aci611, 37; Sueño, 8. que la cosa o la persona se halla afec-
2. Dar una afección a alguien o n tada.
algo, es decir, aplicarlo a un empleo A. Sin. de ambición pretenciosa
o a un uso determinado. Soldado afec- (anticuado).
to a la oficina del coronel. Sala afecta
a los archivos del regimiento. 18. Afectación se dice todavía
B. Lat. a,flcctarc, tratar de alcan- de un deseo demasiado acentuado
zar, ambicionar. de hacer alarde de prendas y cua-
lidades que no se poseen. (Tré-
l. En el sentido etimol. (anticua- vouo:.)
do) : ambicionar, pretender algo. 18'. Es la afectación el lastre
12. Los mismos que más traba- de la grandeza. Consiste en una
jan para engrandecerse en el mun- alabanza de sí muda, y el alabarse
do, y que, a fuerza de pretenderlo, uno es el más cierto vituperarse.
lo consiguen al fin, afectan aún (B. GRACIÁN, El héroe, 39.) Ad. E.
hacer creer que en nada han con- B. Falta de naturalidad; manüesta-
tribuido a ello, y persuadir, si pu- ción de sentimientos exagerados o in-
diesen, que ha sido contra su vo- cluso irreales.
luntad. (B0URDALOUE, Sur l'état de
vic... , l.) 19. La afectación en el gesto,
en el hablar y en las maneras es
13. En sus versos oscuros, pe• a menudo secuela de la ociosidad
[ro densos y acuciantes, o de la indiferencia; y parece que
afectó Persio encerrar menos pa- una gran inclinación o serias ocu-
[labras que sentido. pariones devuelven al hombre su
(B0ILEAU, Art poét., 11, v. 156.) naturalidad. (LA BRUYERE, Caract.,
13'. Afectó Tiberio conseguir XI, 146.)
por lo político lo que Augusto por 20. Ln a,fcctació11 de estilo, e11
lo magnánimo. (B. GRACIÁN, El hé- el lcmguajc y en la co>wersación
roe, 22.) Ad. E. ( ... ) consiste en decir, en términos
2. Poner ostentación en el compor- rebuscados y a veces ricliculamen-
tamiento o manifestar sentimientos que te elegidos, cosas triviales o comu-
no se experimentan. Se emplea sobre nes. ( ... ).
todo en el part. pa~ndo (ignorancia 21. La afectación en el estilo es
afectada, que consiste en conducirse aproximadanumto la misma cus!l
como si no se supiese). que la afectación en el lenguaje,
14. hay unn ceguern ( ... ) vo- con In diferencia de que lo escritú
luntaria e incluso afectada. Es de- debe estar naturalmente algo más
AFECTO 24
cuidado que lo que se dice, J)orquc Afectirn. Lnl. a.ffcctivu.s, der. de af.
se supone que se piensn y madura ficcrc, V. af,•ctar,
al escribirlo; de donde resulta que A. Psicol. Que coneierne a los es-
lo que es afcctaci6n en el lenguaje, lados de placer y de dolor, de cual-
·• veces no lo es en el estilo. quier orden e intensidad que sean, Ji.
(D'ALEMDERT, Méla11gcs litt., (Eu. siro o moral, ecnsneiones o sentimien-
rrra ¡iliilos., III, 162, París, 180ó.) tos, emociones y pasiones, Estados afec-
22. La afectación de indiferen- tivos, conciencia afectiva ...
cia no es a menudo más que la 26. Los primeras sensaciones
ilusión nacida de un despecho in- de los niños son puramente afecti-
consciente. (Th. RIB0T, Psychol, vas; sólo perciben el placer y ei
a.ffcct., 163.} dolor. (R0USSEAU, Émile, I, ]J, 42.)
22'. Sola la historia desechó de 27. cuando se constituye, la
sí la impertinente afectación y conciencia es totalmente o sobre
mantuvo la castidad del idiomn todo afectiva y no puede ser de
sana, incontaminada, limpia. (J. otro modo. (T. RIBOT, Probl. de
P. FoRNER, E,:equias de la lengua psychol. alfect., 7.)
castellana, 133-134.) Ad. E.
28. Lo propio de la conciencia
Afección. Lat. af!ectio: acción de afectiva es ante todo registrar to-
afectar, estado resultante de esta ac- das esas conmociones del cuerpo ...
ción, estado afectivo. ( ... }.
A. Medie.: estado de quien está Pero aquí percibimos, al parecer
afectado en el sentido A l. Afección claramente, la ligazón del espíritu
pulmonar, psicótica. y el cuerpo en el interior de nues-
B. Filos. (anticuado}: atribuui o tra vida afectiva. (L. LAVELLE,
modo que determina la sustancia. Puiss. du moi, 80.)
23. Entendemos aquí por afec- 29. El comportamiento percep-
ciones lo que Descartes llama los tivo pone en juego (... ) resortes
atributos (... ). afectivos simples (placer y dolor fj.
Las afecciones del Ser son cier- sicos) (... ) , finalmente resortes,
tos atributos bajo los cuales cono- afectivos complejos o sentimenta-
cemos la esencia o la existencia de les. (M. PRADINES, Tr. de ps¡¡chol.,
cada ser y de los que no obstante I, 273.}
sólo se distingue por una distin- 29'. El más trágico problema de
ción de razón. (SPIN0ZA, Pem. mé- la filosofio es el de conciliar
taph., III.) las necesidades intelectuales con las
24. Afección tomado en su sig- necesidades afectivas y con las vo-
nificación natural y literal, signi- litivas. Como que ahi fracasa toda
fica simplemente un atributo par- filosofía que pretende deshacer la
ticular a algún sujeto. ( ... ) eterna y trágica contradicción,
Afección es en este sentido sinó. base de nuestra existencia. (M. DE
nimo de propiedad. (Grande Ency. UNAMUN0, Del sentimiento trágico
clo-p,) de la vida, Obras escogidas, 344.)
Ad. E.
C. En el vocabulario psicológico:
todo estado de la sensibilidad• en el B. En el uso ordinario: que con-
sentido A 1 de la palabra, es decir, todo cierne a los estados de placer y de do-
estado psíquico acompañado de placer lor de orden moral, a los sentimientos.
o de dolor. Las afecciones simples Vida afectiva. Carencia afectiva.
constituyen los afectos•. Entre las 30. La privación afectiva es
afecciones complejas están la emoción tan peligrosa para el lactante co-
y la pasión. Para JANET, PRADINES ... mo la privación alimenticia. (R.
los sentimientos son afecciones regula- SPITZ, La pcrte de la mere, En/an-
doras; las emociones, afecciones altera- ee, 1948, 376.)
doras. Afectividad. Capacidad para ser afec-
25. Llamaré afección, según es tado, es decir, para experimentar sen-
uso, a todo lo que nos interesa por timientos de placer y de dolor. Reem-
algún grado de placer o de dolor. plaza a «sensibilidad»* tomado en el
(ALAIN, Ave11t. du coeur, 63.) sentido afectivo.
D. Aplicación de una cosa a un cier- 31. La afectividad no es sim-
to uso. V. Afectar A 2: plemente la aptitud para ser afee-
25 AFINIDAD

lado (no importa cómo): es In ap- !ación (al menos que yo pueda com-
titud pnrn ser nfectndo por el ¡,la- prender) entre esa emoción del es-
rrr o el rlolor. (M. PnADINES, R. cfo tómago y el deseo de comer. (DES-
synth., X (1936), 187.) CARTES, 6.' Médit., IX', 60.)
B. El conjunto rlc los hechos psíqui- l. Psicol.: acuerdo de los caracteres
eos de orden afectivo, es decir, que <le las ideas, del que resulta una sim-
implican placer o dolor. patía• natural. Afinidades ,·lretivas
(IVahlverwandtRchaftcn), título de una
Si11.: vida afectiva, sensibilidad.
novela de GOETIIE.
C. Principalmente: disposición del Sin.: parentesco, simpatía, comuni-
que experimenta espontáneamente ·cn- dad, conformidad, concierto, analogía,
timicntos afectuosos. correspondencia.
32. ln afectividad ( ... ) se sitúa 2. El alma juzga al alma poi·
ante todo ( ... ) en el plano de la~ afinirlad clectíva, a través de las
relaciones interhumanas. (E. MIN-
I<OWSICI, en L'évol. psychiatr., 194'i, palabras y del sílencio, de las ac-
p. 55.) ciones y de la mirada.
33. La afectividad es la capaci- Convengo en que e1 criterio es
dad de experimentar sentimientos subjetivo, y está sujeto a error:
altruistas de simpatía, apego, ab- pero, en primer lugar, no hay otro
negación, amistad, ternura, amor, más seguro y además la justeza
es decir, las emociones sentimenta- de las aproximaciones es propor-
les: amistosas, familiares, pasiona- cional a la cultura moral del juez.
les, basadas en el afecto. (F. HEC- (H.-F. AMIEL, Journal int., 29 oc-
KEL, La n,évrose d'angoisse, 15-16.) tubre 1880.)
34. No hay que confundir emo- 3. Toda influencia sufrida pre-
tividad con afectividad. Un chico sunone una afinidad electiva. (E.
o una chica no emotivos pueden GILSON, Le phi/os. et la théol., 172)
ser muy afectivos, es decir, que, 4. Para conocer su objeto, el
mientras tienen poca emoción, re- historiador debe poseer en su cul-
accionan débilmente a las emocio- tura personal, en la propia estruc-
nes-choque y se excitan sólo excep- tura de su espíritu, las afinidades
cionalmente, pueden tener senti- psicológicas que le permitirán ima-
mientos fuertes y duraderos, y, por ginar, experimentar, comprender
ello, ser muy sensibles a cuanto los sentimientos, las ideas, el com-
atañe a los sentimientos. (R. Muc- portamiento de los hombres del pa-
CHIELLI, Psychol. prat., I, 31.) sado que en los documentos van a
salirle al paso. (H. llfARROU, De la
AFINIDAD. Lat. af!initas o adfini- co1111aiss. hist., 102.)
t.as, carácter de lo que es affinis o ad-
finis (limítrofe [que toen a las fron- 4'. Esta atracción [la de Amiel]
teras, ad fines], vecino, aliado, parien- que llevaba a veces a sus víctimas
te) ; vecindad, parentesco. a ·extremos delirantes, es incompa-
tible con la hipótesis de una ti-
A. Propiamente: parentesco ;esul- midez vulgar, por conciencia de
tante del matrimonio. Entre una mu- una inferioridad efectiva. Su úni-
jer y los parientes consanguíneos de
ca explicación es In de la afinidad
su marido hay una relación de paren- específica entre individualidades
tesco por afinidad. sexuales muy ag,udas. (G. MARA-
Afinidad espiritual: la que crea el ÑÓN, Amicl, 181.) Ad. E.
bautismo entre el bautizado y sus pa-
drino y madrina. 2. Química: tendencia de los cuer-
pos a combinarse, que asegura la es-
B. Por anal.: semejanza, relación, tabilidad del edificio molecular.
analogía. 3. Geom.: «Correspondencia entre
l. Cuando examinaba ( ... ) por los puntos de dos planos que transfor-
qué no se qué emoción del estóma- ma las rectas paralelas del uno en rec-
go, a la que llamo hambre, nos ha- tas paralelas del otro. Las propiedades
ce tener gana de comer ( ... ) no gcom(~tricas conservadas en tal tl'ans-
podía dar ninguna razón de ella formación son llnmadns afines o linea-
(. .. ) ; porque, ciertamente, no hay les,· su estudio constituye la gco,mctría
ninguna afinidad ni ninguna re- af(n» (Die t. des se.).
AFIRl\UClóN 26

AFIRl\lAClóN Que nos ngrndn, es decir, que lo hn-


Afirmar. Lnt. a (firma,·,·: propiamen- llnmos l'onforme o nuestro gusto, a
te, hacer firme (firn111111), consolidar; nuestros deseos. El sentirnic-nto de lo
por l'Xt., afirmnr, dnr por cierto. agradable es de una efectividad más
A. En el uso ordinario: dar unn inlclectunl y mí1s espiritual que el pla-
cel".
cosa por verdadera (sea afirmativa o
nc¡rativa In proposición que la enun- l. Lo desagradable no es el do-
cia: afirmo que no ha venido). lor; ni siquiera es un dolor ligero,
l. Nunca se afirma Jo bastan- y lo agradable no es más el placer
te la opinión de las masas cuando que lo desagradable es el dolor. (G.
DUMAS, N. Tr. de Psycltol., II,
se la quiere consolidar. (Hyde DE
NEUVILLE, ..Ué111oirrs et soud., I, 223.)
125.) 2. Lo agradable y lo desagrada-
2. Si no afirmo más, es porque ble difieren del placer y del dolor
creo más eficaz la insinuación. (A. físico por una cierta falta de in-
GmE, Pagcs cu Jo11r11a./, 1929-1932, tensidad. (A. BURLOUD, Psyc/10/.
110.) ele la, se11sibil., 55.)
B. Lóg. (por op. a negar): declarar V. Dolor, 2.
que existe una relación entre el suje- AGRAFIA. Pérdida (a privativa) de
to y el atributo de una proposición. In capacidad de escribir (gr. gr(]lf)ltein),
Afirmación. Lat. a,ffirmatio, acción independiente de cualquier parálisis.
de afirmar.
AGRESIVIDAD. Der. del lat. a.dgrc-
A. En sentido abstracto. l. Acción dl, ir hacia, atacar.
de afirmar, es decir, de dar un juicio Carácter de lo que es agresivo, es de-
por verdadero, sea ese juicio afirmati• cir, inclinado a atacar, a buscar el
vo o negativo. combate en vez de rehuirlo. FREUD con-
Sin.: aserción. sideraba la agresividad como un ins-
3. De todas las monotonías, la tinto de destrucción. Numerosos psico-
de la afirmación es la peor. (J. analistas contemporáneos tratan de re-
JOUBERT, Pcnsécs, 145.) valorizarla, viendo en ella una manifes-
2. Lóg.: cualidad de la proposición tación de la voluntad de vivir indiVl-
en la que la relación enunciada por la dual.
cópula• es dada como real. Parece esenciai para la salud
Contr.: negación. mental aceptar la agresividad e
integrarla al amor y a una vi-
B. En sentido concreto ( una afir- da social. Cuando los instintos
mación, las afirmaciones) : lo que es agresivos son rechazados, se diri-
afirmado. gen, faltos de otra salida a su
Sin.: aserción, proposición, alegación. energia, contra el propio individuo,
V. Argumento, 1; Negación, 1, 2, 3. que entonces se encarniza en des-
truirse. (Dict. do psycl1a,na,./.)
Ágape. Subst. gr. que significa afec-
ción (de donde ágapes: en su origen, V. Frustrad611, 2.
comida que los primeros cristianos ha- AHORA. Momento presente que im-
cían en común: hoy, comida fraternal plica normalmente una cierta duración
o de amigos). Utilizado en nuestros pero que, tomado estrictamente, se re-
días, por op. a eros•, para designar el duce al instante.
amor-caridad.
Se nos muestra el ahora, este
Agente. V. Acto. ahora. Ahora, ha dejado de ser
Agnosia, Agnóstico. V. Gnosis. cuando nos es mostrado (... ) Y
vemos que el ahora es justamen-
AGORAFOBIA. Comp. de las pala- te esto de no ser ya cuando es.
bras gr. agora, (plaza pública) y pltobos (HEGEL, Plténoménol. ele l'esprit,
(temor). Fobia de los espacios libres trad. HYPP0LITE, I, 88.)
(calle, plaza) y de los lugares públi-
cos. El agoráfobo va rozando las pare- ALEATORIO. Lat. aleatorius, der.
des. de alca (clase de juego de dados, azar).
Co11tr.: claustrofobia•. A. Derecho: Se dice de un contrato
cuyos efectos dependen de un aconte-
AGRADABLE. Der. del lat. gratUll, cimiento incierto. El tipo del contrato
agradable. aleatorio es la lotería.
27 ALEXIA

B. En el uso ordinario: Se dice de Es un placer•, pero de orden moral,


todo hecho futu1·0 al que hace incierto aunque con una base física. La ale-
la intervención del azar•. Suceso alea- gría es de corta duración; si fuese
torio. Aleatorio se dice de un aconte- permanente, se aproximaría a la feli-
cimiento por venir; fortuito•, de un cidad•.
acontecimiento pasado. 1. La alegría es una emoción
Si11,: problemático•, incierto, arries- viva y a11;radáble, producida por el
gado, azaroso. goce de lo que se ha deseado, o por
V. Azar, 3. un acontecimiento feliz inesperado.
(CONDILLAC, Syn., JII, 349.)
Las relaciones entre dos sis- 2. La madre de la disolución
temas son dclcr111ini•tas cuando só- no es la alegría, sino la falta de
lo pueden tener lugar de una 1íni- alegría. (NIETZSCHE, Le vo¡¡agcur
ca. mnnera. Son, por el contrario, et son ombre, trad. ALBERT, 54.)
aleatorias cuando pueden tener lu-
gar de diversas maneras posibles. 3. la naturaleza (... ) nos ad-
(VENDRY~s, Déterminúm1e et au- vierte mediante un indicio preciso
ton., 64,) de que hemos alcanzado nuestro
destino. Ese indicio es la alegria.
ALEGORIA. Gr. allegoria, literal- Digo la alegría y no el placer. El
mente: acción de decir otra cosa placer no es sino un artificio ima-
(a/1011) en una asamblea (agora). ginado por la naturaleza para ob-
Especie de metáfora• prolongada o tener del ser vivo la conservación
de comparación explotada en todos •us de la vida; no indica la dirección
detalles. La alegoría de la caverna. en que la vida se halla lanzada.
A diferencia de la parábola, la parte Pero la alegría anuncia siempre
narrativa o descriptiva de la alegoría que la vida ha triunfado, que ha
sólo tiene interés por la idea que está ganado terreno, que ha logrado
destinada a manifestar. Compárese, una victoria; toda gran alegría tie-
por ej., la parábola del Buen Samari- ne un acento triunfal. (H. BERG-
tano y la alegoría del Sembrador. SON, Énergie spir., 23.)
(MAT. XIII, 1-23.) 4. Del placer puede decirse que
l. La escultura es naturalmen- pertenece al instante.
te alegórica, como la pintura es De la felicidad, que pertenece al
naturalmente .simbólica (... ) por tiempo o duración.
ser el símbolo al sentimiento lo que La alegría ( ... ) es el encuentro
la alegoría es al pensamiento. fu¡ritivo en el instante de la eter-
(ALAIN, Syst. des beaux-arts, 224.) nidad. (L. LAVELLE, Tr. des va-
2. De la alegoría al símbolo leurs, II, 231.)
hay la misma diferencia que del 5. La alegría es el medio y la
mecanismo a lo viviente y de la señal de las victorias decisivas.
simetría a la flexibilidad. Una ale- (J. GUÉHENNO, Caliball parle, 196.)
goría es la expresión de ideas me- 6. El estado propiamente huma-
diante imágenes. Un símbolo da no no es ni el placer, que está por
por medio de imágenes la imnre- debajo del hombre, ni la felicidad,
sión de ideas. (A. THIBAUDET, Re- que está por encima, sino la ale-
/léxions s. le roman, 30.) gria. (J. LACROIX, Le sens d11 dial.,
3. El espíritu pasa sobre la 120.)
simole metáfora (... ) ; suele dete- 7. Señal feliz de vitalidad pro-
nerse en la alegoría, detallándola funda, de buena salud de cuerpo
y esculpiéndola a placer. Pero lo y alma, el placer no puede nunea
que caracteriza sobre todo a la ser un guía.
alegoría, breve o amplia, es que La alegría, por el contrario, es
siempre responde a una idea mo- guía que no engaña. Va unida a la
ral, a la que se superpone e ilus- virtud, es decir, a la plena ex pan,
tra, a la que evoca por vía de alu- sión de la persona y las personas.
sión. (R. WALTZ, La création poéti- (J. LACROIX, Lrs sr11timruts et la
que, 126,) mor., 42.)
AJ,F.GRIA. De alegre (lat, alacris). V. Trabajo, 3, 4.
Estado de satisfacción que repercu- ALEXIA. Forma particular de agno-
te en todo el campo de la conciencia. sia visual, consistente en la pérdida
.i.1.GEDRA 28

(et privnti\•n) de la faculta,\ de reco- Algesia. Gr. alge•i• o algos, dolor.


nocer las palnbrns (g1·. /ra·is) <'Scritas. I>rr.: álgido (doloroso).
Sin.: Ceguera verbal. Sensibilidad al dolor.
.{LGEBRA. Arnbe Al-rljbr. A 11al17eRitt (a privativa y n eufóni-
Parte de !ns matemáticas que 1·e- ca). Insensibilidad al dolor (pero que
presenla las cantidades y sus rela- deja subsistir la componente percep-
ciones por medio de símbolos con los tiva de ln sensación, que en la anes-
cuales se opera, haciendo abstracción tesia es suprimida),
de lo que puedan representar. Antig.: «AI.GIAn. Gr. algos, dolor. Med.: do-
álgebra especiosa•. lor sin lesión. Entra en diversos térmi-
l. Hay dos clases de Álgchm, nos técnicos para indicar dolor: cefa-
la vulgar y la especiosa. La vul- lalgia (dolor de cabeza), gastralgia
l?!lr, o numeral, que es la de los (dolor de estómago ... ).
Antiguos, se sirve de los números Como prefijo toma la forma algo:
para la solución de los problemas algofilia . (amor al dolor).
de aritmética, sin demostraciones.
El Álgebra especiosa, o nueva, en Der.: álgico. Sensaciones álgicas
vez de números emplea las letras (sensaciones dolorosas).
del alfabeto para designar las es- Las neuralgias son dolores de-
pecies o las formas de las cosas bidos a alteraciones del sistema
sobre las que ejerce sus razona- cerebroespinal del simpático, para
mientos, lo que alivia en extremo las cuales las intervenciones en
la imaginación de quienes se apli- vías nerviosas bien definidas re-
can a esta ciencia. (Trévoux.) sultan a menudo eficaces ( ... ). No
2. El álgebra es a las cifras obstante, cuando la operación ha
árabes lo que éstas son a las ro- cumplido su fin anatomofisiológico
manas. (C0NDILLAC, Hist. mod., de sección de las vias dolorosas,
XX, VI.) ocurre a veces que el enfermo con~
tinúa sufriendo, debido a su parti-
a. El álgebra es una lengua cular estado menta1. Entramos en-
bien hecha, la única. (... ) Las ma- tonces en el segundo grupo de
temáticas son una ciencia bien tra- dolores o .psicalgias, en el que el es-
tada, cuya lengua es el álgebra. tado doloroso ha sido transforma-
(CoNDILLAC, La langue des calculs, do y perennizado por la interven-
Introd. II, p. 420.) ción de los centros cerebrales. (J.
4. La aritmética se divide en DELAY, Méth. biolog. en clinique
aritméti.ca numéri.ca, o por cifras y psychatr., 298.)
álgebra o aritméti.ca universal por
letras, que no es otra cosa que el ALGORITMO. Der. de Al KoRISllll,
cálculo de las magnitudes en ge- matemático árabe del siglo IX que in-
neral. (D'ALEMBERT, Ezpli.c. du trodujo la numeración decimal en Eu-
S?Jst. gén. des connais. hum.) ropa.
5. El álgebra es un conjunto A. Primitivamente: el sistema de
de procedimientos que permiten re- numeración decimal.
solver los problemas mediante B. Por ext,: conjunto de las reglas
cálculos mecánicos y automáticos. operatorias de toda especie de cálcu-
(P. B0UTR0UX, Les math., 79.) lo: el algoritmo de la multiplicación.
6. Entre los dos idiomas del Alienación. V. E1taje11aci6n C.
mecanismo y del electrismo, está ALMA. Lat. anima, soplo, principio
un aparato traductor: es la fór- de la vida que se escapa en el momento
mula algebraica. Esta fórmula al- de la muerte (gr, psyche). El mase. ani-
gebraica es la llave de dos reinos. mus designa el principio del pensa-
(G. BACIIELARD, Rational. a,ppl., miento, el espíritu y sobre todo el di-
168.) namismo del ser animado, el valor (gr.
V. Análisis, 19. thymos). V. a11ima, a11imo y der.
Ályebra de la l6gica. Extensión a A. En el uso ordinario, incluso en
la ló¡dca y a la expresión de toda los filósofos (princip. en Metaf.) : Uno
rlase de pensamiento de un simbolis- de los dos principios del compuesto
mo operatorio análogo al simbolismo humano, el principio de la sensibili-
algebraico. V. Logíatica. dad y ¡!el pens11miento. Se opone al
29 ALMA

cuerpo•. El alma informa al cuerpo. de corromper; y cómo en unas cel-


Un alma señora del cuerpo ni que dillas de él llenas de leve licor ha-
anima. Un alma fuerte en un cuerpo ce sus obras principales con ayu-
débil. da de los sentidos, por do se le
l. De suerte que ese yo, es de- traslucen las cosas de fuera. (FEit-
cir, el alma, por In que soy lo que NÁN PÍ:REZ DE O1,IVA, Diálogo ele
soy, es entcrnmcnte distinta del I« dignidad del hombre, 39.) Ad. E.
cuerpo, e incluso es más fácil de 7"'. El griego no ha descubierto
conocer que él, y aunque él no fue- el alma partiendo de la visión ín-
se, olla no dejaría de ser todo lo tima de sí mismo, sino que la en-
que es. (DESCARTES, Disc. ele la cuentra fuera como una entidad
m<'th. IV.) casi corporal. Por eso interpreta
2. Si es fácil conocer In existen- la percepción sensible, y con ella
cia del alma, no lo es tanto cono- toda la vida intelectual, como un
cer su esencia y su naturaleza. choque entre los cuerpos; las co-
(MALEBIIANCIIE, llcchcrche de la sas corpóreas tropiezan con la
vér., VI. Parte ll, 1v.) cosa alma y dejan en ella impresa
la huella de su figura. (J. ORTEG.\
3. os dir6 que no veo a mi Y GASSET, ¿Qité es filosofía?, 179-
abua, que no conozco y siento más 180.) Ad. E.
que a mi cuerpo, que es ese cuerpo
el que piensa, juzga, sufre y goza. 7"". En el fondo de la natura-
(D'HOLBACII, Lo bo11 sens ou les leza humana, el alma, que es prin-
idécs naturellcs apposécs au:,; idéc• cipio de su esencia, no se inmuta
surnat., § 100.) porque los elementos naturales que
rodean al hombre sean más o me-
4. El alma es lo que niega al nos dominados por él; pues el al-
cuerpo. Por ejemplo, lo que se nie- ma, que es de naturaleza eterna,
ga a huir cuando el cuerpo tiem- mora en la eterna paz. Pero no
bla, lo que se niega a golpear vivimos en un mundo de almas pu-
cuando el cuerpo se irrita, lo que ras, sino que de él ha arrancado
se niega a beber cuando el cuer- el nuestro, y la naturaleza humana
po tiene sed. (ALAIN, Dé/in., 23.) es el misterioso camino de vuelta
5. Es preciso, pues, definir el a aquella primitiva pureza. (J.
alma como un poder-ser más que ll-lARAGALL, Vida escrita, 321.) Ad.
como un ser. O, mejor, debemos E.
decir que es el ser de un poder-ser. V. Trascenelencia, 23.
(L. LAVELLE, De !'ame "ª"'·· 140.)
B. Acepciones estrictas más deter-
6. Todos los que niegan la exis-
tencia del alma han ganado de an- minados. l. Distinguida del espíritu,
temano si quieren que el alma sea princ1p10 del pensamiento, y concebida
una existencia comparable a la de como el pl'incipio de la vida vegeta-
los cuerpos y objetiva como ella. tiva y de la vida sensitiva. Se atri-
( lbíd., 156.) buye un alma a los animales no un
espíritu. '
7. estamos tan habituados n la
disociación del alma y del cuerpo, 8. Toda la Escuela está de
de los que hemos hecho conceptos acuerdo ( ... ) al dar la sensación a
tan distintos, que el problema si- los animales, les da un alma sensi-
gue siendo saber cómo conseguire- tiva distinta del cuerpo. (BossUET,
mos unil'los; cuando la verdad es De I« connaiss. de Dieu ... , V, 18.)
que partimos de esta unión viva 9. aunque el alma de los ani-
y primitiva, inseparable de nues- males sea distinta del cuerpo, no
tra experiencia inmediata. (lbíel., hay ninguna apariencia de que
616.) pueda ser conservada separada-
7'. El alma es «un principio ac- mente, porque carece de operación
tivo esencial que habita en un que no esté totalmente absorbida
cue,·po apto para la vida ... (J. L. JlOr el cuerpo y por la materia.
VIVES, Tratado del alma, 49.) (lbíd.)
Ad. E. 10. El gusto es una aptitud pa-
7". ya tú bien sabes cómo ol m bien juzgar de las cosas del sen-
alma nuestra su principal asiento timiento. Es, pues, necesario te-
tiene en el cerebro, blando y fácil ner alma para tener gusto. (V A.U-
AUIA 30

VENARGUF..tS, Jn.trocl. a. la. conna.iss ... , ria, entraba. (A. GIDE, Nourr.
XII,) tcrr., 75.)
11. El estilo no es más que el 2. El principio de In vida moral.
mo,·imiento da! alma. (MICIIELET, Si11.: conciencia (moral). Un alma
Jo11-r11a/, 4 de julio de 1820.) recta, turbada; la paz del alma. Un
12. No es su espíritu lo que in- alma grande, hermosa, buena.
teresa a Walter, sino su alma.
( ... ) Aprecia poco la fría razón, 10. Las almas más grandes son
que es objetiva, común a todos y capaces de los más grandes vicios,
por eso mismo vulgar, y reserva su tanto como de las mayores virtu-
ternura para el alma, que es sub- des. (DESCARTES, Disc. de la méth.,
jetividad total y resonancia úni- I, Introd.)
ca. (J. DELAY, Jcmressc d'A. Gide 20. Un alma grande está por·
II, 544-545.\ encima de la injuria, de la injusti
12'. Primero obra la naturale- cia, del dolor, de la burla. (LA Bnu-
za en los comienzos del ser me- YtnE, Ca,·act., XI, 81.)
diante la función de alimentarle, 21. Entre el alma y los senti-
después con la de aumentarle por [dos, la sabiduria infinita,
el crecimiento, y luego, a medida con su dedo divino, estableció la
que puede, por la conservación de [armonia.
los individuos de cada especie, ha- Tú la respetarás, la embriaguez la
ciendo que procreen. ( ... ) Y como [destruye.
el nutrirse, crecer y engendrar pro- Cuando la razón se apaga, tu alma
vienen del alimento, se comprenden [ está en las tinieblas.
bajo el nombre de alma vegetativa. (LAMARTINE, La chute d'un a11ge,
(,J. L. VIVES, Tratado del alma, visión 8.')
21.) Ad. E. 22. No puede haber lugar vacío
2. Identificada al espíritu y conce- en el alma; y en el trono que un
bida como independiente o pudiendo ángel no ha ocupado vendrá, estad
hacerse independiente del cuerpo. Este seguros, a sentarse un demonio. (A.
es el sentido de la palabra en el VINET, Nouv. ét. évangél., 40-41.)
término «inmortalidad del alma» (no ,23. Las almas se .pesan en si-
se dice: inmortalidad del espíritu), así lencio ( ... \ y las palabras que pro-
como en el voc. religioso Oas almas nunciamos sólo tienen sentido gra-
del purgatorio, salvar su alma). cias al silencio en que están su-
13. ¿Volvéis aún, almas de los mergidas. (M. MAETERLINCK, Tré-
[caballeros? BOT des humbles, 10.)
(VIGNY, Le cor).
24. Pecado es lo que oscurece
14. Es toda nuestra libertad la el alma. (A. GIDE, Symphonie paat.,
que abandonamos para siempre al 107.)
prendarnos de un ser ( ... ). El hom-
bre que ama ha vendido su alma. 25. Las almas i:-randes son co-
(J. GREEN, Léviatha11, I, XI.) mo altas cimas. (R. RoLLAND, Vie
de lllichel-A11gc, postfacio.)
C. Acepciones amplias. l. El con- 26. Sólo son grandes la.s almas
junto de las funciones psíquicas o de
los estados de conciencia; la concien- que fueron cimentadas, forjadas y
cia concebida como el lugar en que se edificadas como fortalezas por la
sitúan esos estados. sujeción al culto y el ceremonial
que es a la vez tradición, oración
15. ¿Cabrá tanta miel en el al- y obligación no discutida. (SAINT-
i ma de los devotos• EXUPÉRY, Citadelle, XCIX, Pléiade,
(BOILEAU, LutrÍll, l.) 729.)
16. Mi alma se halla estrecha D. Por anal. 1. Hablando de per-
[en su vasta prisión. sonas: el que desempeña en un grupo
(LAMARTINE, lllédita.t., I, XXXIV.) o en una empresa colectiva el papel del
17. incluso cuando se escribe alma en el cuerpo, el que lo anima.
un libro con el alma, no se escribe El alma de la conjuración.
con toda el alma. (A. CARTAULT, 2. Hablando de grupos humanos: el
L'i11tellcctuel, 199.) conjunto de los estados de conciencia
18. Mi alma era posada abierta comunes a los miembros de un grupo.
en cruce de caminos; el que que- El alma de las muchedumbres. El alma
31 ALTERNATIVA

de la familia, de la patria. El ser mo- 4. En la medida en que la per-


ral constituido por esos grupos. sona ajena es irrcdu.ctiblc a mi vi-
da, trasciende de ella de un modo
27. Unu nación es un alma, un distinto y mús radical: no es :;ólo
principio espiritual. (E. fü;NAN. algo otro que yo -un ali,ul-, sino
JJiu. et co11fér., 306.) que es un u/frr, para quien yo mis-
28. Se habla del alma de uo mo, en mi realidad originaria, fun-
pueblo, del espíritu de una época: ciono como otro a.//er. La altcrida·J
parece querer significarse una en- es, pues, esencialmente recíproca.
tidad mística, un cierto foco de (J. i\lAI<ÍAS, !,,troclucció11 a la Fi-
fuerza espiritual c¡ue anima la co- loxofía, 431.) Ad. E.
lectividad. Pero si el alma de ésta
no es por completo un mito, tam- V. /y1ialdad, 10.
poco es ent-crnmente una realidad. ALTEl!NATIVA
Pongamos que 11ca una metáfora,
una imag,m cómoda que la complr- Alternar. Lat. a/fcnrnre, der. de al-
ter (otro), alter1111s (uno tras de otro¡.
ja naturaleza de los fenómenos que
designa contribuye n hacer tomar Sucederse o hacer suceder por turno.
al pie de la letra con demasiada El día alterna con la noche. Alternar
frecuencia. (J. HAESSAERT, Socio/. los cultivos.
gén., 68-69.) Alternancia. Lat. altcruatio, sucesión
3. Hablando de cosas: psiquismo de dos cosas que vuelven por turno.
que, por una especie de animismo in- Serie de dos cosas que alternan, es
consciente, prestamos n seres inanima- decir, que se reemplazan mutuamente.
dos.
l. Al salir del éxtasis, los mís-
29. Objetos inanimados, ¿tenéis ticos cristianos se hallan dispues-
[ acaso un alma tos a obrar, fortalecidos por ~a
que se aficiona a la nuestra y que exaltación del éxtasis. (... ) Hay
[la obliga a amar? así una especie de alternancia en-
(LAMARTINE, Harmo11il's ... , Milly, tre In vida personal y el éxtasis
15-16.) impersonal. (H. DELACR0IX, Études
30. Cierta noche, el alma del vi- d'hist. et de psycho/. du myst., 422-
[ no cantaba en las botellas. 423.)
(BAUDELAIRE, Flcurs du mal, CIV .) 2. A menudo se ha hablado de
31. El alma de la naturaleza es las alternancias de flujo y reflujo
adivinada por el poeta. (H. F. que se observan en la historia. To-
AMIEL, Journal, 31 oct. 1852.) da acción prolongada en un senti-
do provocaría una reacción en sen-
ALTERIDAD. Der. del lat. alter, tido contrario. Después se reanu-
otro. Alterar, volver otro. Carácter de daría, y el péndulo oscilaría indefi-
lo que es otro•. nidamente. (H. BERGS0N, Les deux
Conlr.: identidad•. "º"rccs ... , 311.)
t. El amor no destruye In al- 3. Lu alternancia de esfuerzos
teridad, sino que, por el contrario, y de ocios en los que gozamos del
la intensifica, aunque trnnsformñn- fruto de los esfuerzos constituye el
doln ( ... ), El amor implica una tiempo mismo del mundo. (E. Lt-
cierta alteridad; no una alteridad VINAS, De l'cxistcnce a l'cxistant,
del orden del él, que es exclusión, 154.)
sino del orden del tú, c¡ue es reci- 4. Suena en ese n1omento la
procidad de presencio. (G. MADI- camnana de la escuela vecina, y
NIER, Consc. et amour, 96, 97.) percibo la su,:esión de esas breves
2. Ln alteridad de Ju pareja, alternancias de sonidos y silencios
que es el motivo específico de los que corresponden a sus tañidos.
verdaderos sentimientos amorosos, (P. FRAISSE, Psychol. du te,nps,
es el obstáculo específico e irreduc- 67.)
tible del amor celoso. (D, LAGACIIE, A ltcrnnth·o. A. Que alterna, es de-
La jal. amoureu,c, II, 60.) cir, se produce sucediendo periód;ca-
3. En lo alteridad se revela un mente a otra cosa. Movimientos alter-
secreto parentesco, (M, DUI•'RENNF., nativos de los brazos y de las piernas.
«L'expér. esth. de la nntureu, R. iu- Esta sucesión constituye una alter~
ternat. de pltiloB,, !H [1965-1], 105.) nancia. Sin.: alterno.
ALl'RUISl\10 82

n. Lóg. y derecho: que anuncia dos ternativa; pero no por ello dejo
cosas de lns que sólo una es verdndern de rerusa1· las horcas caudinas de
Proposición alternativa (v. A/tcr11ati- esa dicotomia. (E. LITTRf, La
va, subst.). Obligación alternativo. scirncr ,lu poiut de• vue pililos.,
Esta dualid:ul constituye una alterna- 323.)
tiva. 13. la razón nos obliga a con-
5. El deudor de una obligación cluir por la siguiente alternativa:
alternativa queda liberado por la o bien debemos creer en ella, y en-
entrega de una de las dos cosas tonces no podemos evitar el pro
comprendidas en la obligación. clamar que la verdad moral con-
(Código Civil fr., art. 1189.) siste en un naturalismo de espíri-
G. La obligación alternativa se tu bastante análogo a uno de los
convierte en pura y simple si una concebidos por la Antigüedad, o
de las cosas prometidas perece ... bien hemos de negarle nuestra con-
(lbíd., art. 1193.) fianza, y entonces debemos procla-
mar la imposibilidad de toda mo-
Alternath·a. A. Sin. de alternancia: ral racional (... ). En ambas alter-
serie de cosas que llegan por turno. nativas se da igualmente la nece-
7. Los acontecimientos produ- sidad de que terminemos con las
cidos por causas profundas tienen morales sentimentales ... (A. CRES-
esas alternativas de explosión y soN, Mor. de la raison théor., 297-
apaciguamiento. (P. B0URGET, L'é- 298.)
tape, 290.)
ALTRUISMO. Palabra derivada del
8. La alternativa de la excita- lat. alter (otro), y creada por Auguate
ción y la depresión domina la vida C0MTE para designar la actitud opues-
afectiva; y cuanto más alto nos ta al egoismo•.
e1evamos en la excitación, más ba.
jo volvemos a caer en la depresión. Der.: altruista. Sentimientos altruis-
(I-L DELACR0IX, Études d'hist. et tas. Moral altruista.
de psychol. clu mystic., 420.) A. Psicol.: disposición a interesarse
l". Anarquía, 4; Crucial, 5. por los demás e incluso a consagrarse
a ellos.
B. Sistema de dos proposiciones de l. La preponderancia habitual
las que una es verdadera y la otra del altruismo sobre el egoísmo, en
falsa. la que reside el gran problema hu-
Sin. (Lóg.) : disyuntiva. Situación mano, resulta allí [en la síntesis
en la que sólo hay dos partidos po- positiva] directamente de un con-
sibles. curso continuado de todos nuestros
9. La alternativa de los casti- trabajos, teóricos y prácticos, con
gos y las recompensas futuras es nuestras mejores inclinaciones. (A.
inevitable. (MAI.EBRANCHE, E11tr. •· C0MTE, Catéch. poBitiv., lntrod. Ed.
la métaph., Pref.) Garnier, p. 60.)
10. Todo pueblo que no tiene, 2. esa caridad fría a la que se
por su posición, más que la alter- da el nombre de altruismo. (A.
nativa entre el comercio y la gue- FRANCE, Le lys rouge, 63.)
rra, es intrínsecamente débil. 3. Se habla de altruismo cuan-
( RoussEAU, Contrat soc., II, x, Co- do el amor se enfría y muere. (N.
lin, 1938, 192.) BERDIAEFF, Sena ele la création,
11. La conversación de Valéry 340.)
me pone en esta horrible alter- 4. Si nos complace tanto el al-
nativa; o encontrar absurdo lo truismo es porque ninguna otra
que dice, o encontrar absurdo cualidad humana hace tales pro-
.lo que haJ<O. (A. GIDE, Jo1tr11al, 9 mesas a nuestro egofsmo. (MARIE
febrero, 1907.) BoNAPARTE, Gla11es des jours, 38.)
C. Cada uno de los miembros de V. Egoísmo, 6; Tendencia, G.
una alternativa en el sentido B. B. Moral. Doctrina que sitúa la nor-
12. se me dirá; pero es pN!ciso ma suprema de la moralidad en la con-
que la materia sea eterna o sea sagración a los demás.
creada; no hay otra alternativa. 6. las afecciones domésticas se
Sé que, en efecto, para el espf- convierten en los únicos interme-
ritu moderno (... ) no hay otra al- diarios espontáneos entre el egoís-
33 ALUCINAClóN

mo y el altruismo, de modo que volvía a invadirle. (P. BOURGET, Le


proporcionan In bnse esencial del démon de múli, I, 91.)
gran problema humano. A partir 5. Las imaginaciones de pesa-
de ahí, su verdadero perfecciona- dilla de Edgar Poe sólo nos hacen
miento debe consistir, en general, estremecernos porque nos represen-
en convertirse cada vez en más so- tamos a nosotros mismos o a se-
ciales y menos personales, sin per- res como nosotros presa de tales
der nndn de su intensidad. (A. alucinaciones terroríficas. (A. CAR·
CoMTE, Syst. de polit. posit., II, TAULT, L'intcllectuel, 57.)
184.)
Alucinación verdadera (TAINE). Pa-
V. Evolución, 24. ra el sentido común, la alucinación
es una percepción sin objeto; pero, ob-
ALUCINAClóN. Lat. hallucinatio. serva TAINE, incluso cuando existe
A. Pro p.: sensación de percibir sin que un objeto, la percepción no es nunca,
haya efectivamente objeto exterior co- como la alucinación, más que la objeti-
rrespondiente. Falsa percepción. vación do impresiones subjetivas que
l. La alucinación, cualquiera son Jo único dado. Lo que llamamos per-
que sea su forma ( ... ) , es un fenó- cepción no es, pues, de hecho, más que
meno de representación mental li- una alucinación. No obstante, esta alu-
gado a ln descomposición temporal cinación difiere en que le corresponlle
o duradera de la personalidad. (G. un objeto. Es la presencia de este ob-
BALLET, Psychol. pathol. des hal- jeto lo que hace de ella una «alucina-
/uc., 411.) ción verdadera».
2. La historia de las teorías de 6. La percepción exterior es una
la alucinación mostraría cómo s~ alucinaci6n verdadera. Con ocasión
esfuerzan por hacer buena, a tra- de una sensación nace una idea
vés de una complicación progresi- representativa, o, en otros térmi-
va, esta doble exigencia: la alu- nos, un simulacro que tomamos por
cinación es una sensación, ,la aluci- el objeto; que, como el objeto, nos
nación es una idea. (H. DELACROIX, parece exterior y real, y cuyo naci-
Le lang. et la pensée, 2.• ed., 485.) miento coincide con la presencia de
un objeto real y exterior. l\Iale-
8. Cuando el dato alucinatorio branche tiene razón: el sol que
no es creado totalmente por la en- brilla allá arriba es invisible. El
fermedad, sino que resulta de la que percibimos es un fantasma de
deformación de datos sensoriales nuestro espíritu. Siempre que nues.
auténticos (una mancha en la pa- tro nervio óptico y nuestro cere-
red tomada por un animal, por bro sean tocados en el lugar con-
ejemplo), estamos ante una ilusión veniente, ese sol subsistirá en au-
sensorial, fenómeno muy próximo sencia del otro y lo veremos lucir
a la alucinación y de análogo va- en el cielo negro y desierto.
lor semiológico.
( ... ) el conocimiento sensible es
Cuando la alucinación no aca- la conciencia de un simulacro in-
rrea la creencia del sujeto en la terior que parece exterior, especie
realidad del objeto representado, de alucinación natural, de ordina-
cuando es consciente e inmediata- rio correspondiente a un objeto
mente reconocida como patológica, real, operación que lleva por la
algunos autores (H. Claude y H. ilusión a la verdad, que engaña al
Ey) la llaman a/ucinoois. (J. SuT- hombre para instrnirlo y, por los
TER en el Manuel alph. de psychia- fantasmas de dentro, le revela las
trw.) sustancias de fuera. (TAINE. Les
V. Objctivúlad, 43; Rcdttcción, 8. phi/. class. dtt XIX' s., 44-47.)
B. Hiperból.: representación memo- Alttcinacioncs hipnagógicas. Del gr.
rial o imaginativa que presenta un gra- hypnos, sueño, y agon, que conduce o
do de vivacidad y nitidez análogo al guia.
de la sensación. Visiones de una particular vivacidad
que preceden al sueño.
4. el invencible devanarse de
los recuerdo.s ,le retrotraía a las Sin.: visiones de lu duermevela, imá-
emociones entonces experimenta- genes o visiones hipnagógicas.
das se las hacia de nuevo presen- 7. Son muchas las personas que,
tes, La alucinación retrospectiva al dormirse, no pasan de la per-
J. Dicduna.rio del Le11u;uuje filosúfüo,
AIIIBIDEXTRO 34

fecta vigilia al sueño, sino que bajador por la composición qu1m1-


atraviesan un estado más o me• ca del aire y por sus caracteristi-
nos prolongado que, sin ser ya la cas térmicas (lbíd., 1116.)
una, no es todavía el otro. En este 3. El hombre vive en ciertas
estado, y generalmente con los condiciones de ambiente y su adap-
ojos cerrados, son asaltadas, sin taci6n a las variaciones del me-
que su voluntad parezca intervenir dio externo es limitada. El entor-
en ello para nada, por las «visio- no de trabajo debe, pues, tener ca-
nes» de carácter muy particulu racterísticas relativamente fijas.
que constituyen el objeto de esta
obra: muy vivas, en npnrienciu
...
( )
más próximas a In alucinación de Los elementos de este medio son
lo que lo están !ns representacio- múltiples, y entre los más impor-
nes ordinarias, no son, sin embar- tantes citaremos: la iluminación,
go, tomadas por percepciones; y, el ruido, las vibraciones y la tem-
por otra parte, no forman parte peraturn. (J.-M. FAVERGE, Adapt.
de verdaderos sueños. (Dr. E. BER- de la mach. a l'llomme, 154.)
NARD-LEROY, Visions du dcmi-som- V. Autismo, l.
mcil, Ilallucin. hypnag., VII-VIII.) B. Principalmente: la atmósfera mo-
8. Las imágenes hipnagógicas ral resultante de las relaciones interhu-
( ... ) se presentan como espectácu- manas.
los en cuya realidad no creemos, 4. Lo interesante es el estudio
pero que contemplamos, en la ma- de las relaciones entre los humanos
yoría de los casos, con curiosidad y del ambiente que ellas crean o
y, a veces, con verdadero placer. en el que se desenvuelven. (M.
(lbíd., 125.) B0LL y F. BAUD, La personnalité,
Amar. V. Amistad-amor. 11.)
5. Ei sujeto debe hallar en ~¡
AJIIBIDEXTRO. Comp. del lat. ambo psicólogo a un alter ego compren-
Oos dos) y dextcra (diestra, mano de- sivo que Je permita «percibirse» en
recha). un ambiente de seguridad. (Ch.
Que se sirve con igual facilidad de NAH0UM, L'entretien psychol., 58.)
las dos manos. Se op. a diestro (en este V. Esquizofrenia.
sentido) y a zurdo.
La ambidextría es (•.. ) , des- AMBIGOEDAD
de el punto de vista del equilibrio Ambiguo. Lat. ambiguus, der. del v.
psicomotor, la peor fórmula. Los ambigere (tratar ( agere) entre dos
ajustamientos motores, la organi- (amibo), discutir): entre dos, dudoso.
zación de los gestos, exigen una A. Se dice propiamente de lo qu~
especialización entre la derecha y puede ser tomado en diversos sentidos,
la izquierda; la dirección, el predo- se presta a diversas interpretaciones.
minio de un lado sobre el otro. (R. Sin.: equívoco•, oscuro, anfibológico,
ZAZZO, Manuel pour l'ezannen psy-
chol. de l'enf., 17.) B. Por ext.: se dice de cosas sobre
las que pueden hacerse juicios contra-
AMBIENTE. Der. del lat. ambire, rios, porque pueden ser consideradas
ir alrededor. desde puntos de vista opuestos o pare-
A. «Medio material, intelectual o cen participar de naturalezas contra-
moral» (Ac. fr.). rias.
Sin.: entorno. Sin.: ambivalente•.
l. Para un óptimo de eficien- Las fuerzas evolutivas no son ni
cia sobre la actividad del traba- morales ni inmorales; sus conse-
jador, el ambiente luminoso debe cuencias (caso de la industrializa-
responder a las condiciones que le ción) son ambiguas; es el hombre
permitan ver el plano de trabajo quien las utiliza en favor o en con-
con nitidez y facilidad, sin fatiga tra de los fines naturales del es-
ni esfuerzos ... (Dr. CoUMET0U, en piritu. (0. A. R.umr, Dial. avcc
1'r. de psyclwl. appl. de PIÉRON, Toilhard, 127.)
1096.) Ambigüedad. Lat. ambiguitu.
2. El ambiente climático puede Carácter de Jo que es ambiguo, es
obrar sobre la eficiencia del tn- aecir, susceptible de diversas interpre-
85 AMBIVALENCIA

tacio1_1cs, o que reúne caracteres pcr- tabou, cap. III: «Le tabou et l'am-
tcncc1cntcs a dos naturalezas diferen- bivalence des sentimentso, 90.)
tes (el murciélago). 3. (Según BLEULER.) La ambi-
Sin.: equívoco•, anfibología, doble valencia consiste en una disposi-
sentido. ción de espíritu del esquizofréni-
2. El doble sentido se asemeja co a realizar simultáneamente esta-
mucho al cquí11oco y difiere como dos psíquicos opuestos. ( ... ) ccEI
él de la ambigiirdacl ( ... ) • Pero si el amor y el odio están más cerca uno
rquíl'oco esa menudo voluntario, del otro que la indiferencia. (... )
el doble sentido lo es siempre. (LA- Pero el normal pasa de un senti-
FAYE.) miento al otro, mientras que en el
esquizofrénico son las dos caras de
3. No hay que confundir la no- una misma afección.» (J. BouTO-
ción de ambigüedad con la de ab- NIER, Notion d'annbival., 19, 20.)
surdo. Declarar la existencia ab-
surda es negar que pueda darse un 4. La ambivalencia es una dis-
sentido; decir que es ambigua es posición de las fuerzas afectivas
afirmar que su sentido no es nun- y activas, es decir, de las tenden-
ca algo fijo, que debe conquistarse cias, que se caracteriza por la co-
sin cesar. (S. DE BEAUVOIR, Mor. ele existencia en una persona de dos
l'ambig., 180.) opuestas tendencias en conflicto.
( lbíd., 116.)
V. Anfibología; Coraz6n, 1; Equí-
voco, l. 5. [A propósito del complejo de
Edipo); al mismo tiempo que [el
AI\IBIV ALENCIA. Comp. del lat. chico] tiene celos de su padre y
ambi (los dos juntos) y va./cntía (der. desea confusamente su marcha o
de valcre, ser fuerte, poder.) El senti- su desaparición, le quiere, le admi-
do de esta palabra deriva de la noción ra y Je teme. De esta ambivalencia
química de valencia*. Término creado afectiva nacen tensiones, conflictos
por el psiquiatra suizo BLEULER (1911). generalmente inconscientes. (G.
MAUCO, Éduc. de la sensib. chcz
Carácter de lo que es ambivalente, l'enfant, 46.)
es decir, presenta dos valores.
6. La palabra 11sacer» es ambi-
A. En el sentido preciso de BLEULER valente: sagrado y maldito. El es-
(Psicol. y Psiquiatría) : carácter de lo pacio sagrado es un espacio que
que comporta dos componentes de sen- atrae y que repele. (J. PUCELLE, Le
tido contrario. Principalmente (ambi- regne des valcurs, 147.)
valencia afectiva) carácter de un esta-
do de conciencia que comporta disposi- V. Élite, 3; Privado, 2.
ciones afectivas de sentido contrario: B. Otras acepciones discutibles. l.
amor y odio, alegl"ia y tristeza, orgullo Carácter de lo que está hecho de dos
y vergüenza ... componentes, se presenta bajo un do-
Se distingue de la ambigüedad•, que ble aspecto (sin que haya necesariamen-
concierne a la interpretación de los he- te oposición o ambigüedad).
chos y no a los hechos mismos; de la Sin.: dualidad.
bivalencia• y de la polivalencia• (id.
pluri y multivalencia), que no implican . 7..... la ambivalencia del yo:
ni la simultaneidad ni la oposición 1mphcado en las cosas por la obje-
esenciales a la ambivalencia. tividad ( ... ) , desligado de ellas en
la medida en que como sujeto par-
1. el soñador, el niño y el sal- ticipa ya de la personalidad ... (R.
vaje se comportan de manera ab- LE SENNE, Tr. de morale, 30.)
solutamente idéntica frente a la
muerte, en virtud misma de la am- 8. A pesar de la ambivalencia
bivalencia afectiva que les es co- de la emotividad, que acabamos de
mún.( ... ) ver es susceptible de dividirse
en tendencia y emoción... (R. LE
2. ( ... ) esos sentimientos de do- SENNE, Tr. de caractérol., 76.)
ble carácter, es decir, a la vez
tiernos y hostiles, tratan de mani- 2. Carácter de lo que puede reci-
festarse, de expresarse simultánea- bir dos interpretaciones, tener dos usos,
mente en el momento de In muer- tomar diversas formas.
te bajo la forma de dolor y de O. .. . pues no hay nada más
satisfacción. (S. FREUD, Tot"'111 et ambivalente que el primer aflorar
Al\lISTAD - Al\lOR 36

de la experiencia. (J. GurrTON, porque era yo. (M0NTAJGNE, Essais,


L"c.l"Íst. tem¡,or., 107.) 1, XXVIII.)
10. Lo que sólo es vivido es um- 6. El que empieza a amar debe
hivalente; hay en mi sentimiento! prepararse a sufrir. (Cab. de MÉ-
n los que no doy su nombre y lam- IIÉ, Ré/1. mor., 183.)
bi<'n falsas dichas en las que nn ü. ¡ Ah, le he amado demasiado
estoy por entero. (M. MERLEAU-P., [para no odiarle 1
l'hé110111rnol. de la pe,·ccpt., 343.) (RACINE, Andromaque, 11, 1, v.
11. La ambivalencia de la his- 416, Hermiona.)
toria puede ser constatada en el 7. El placer de amar sin atre-
desarrollo del Imperio romano. ( ... ) verse a declamrlo tiene sus espi-
Hoy, un ejemplo particularmente nas, pero también sus dulzuras.
obvio de esta ambivalencia nos lo (PASCAL [ ?] ' DiBc. s. les pass. de
ofrece el advenimiento de la era l'amour.)
atómica, con las posibilidades que
comporta tanto para la destrucción 8. El estar entre personas a
de la humanidad como para una las que amamos es algo que nos
inaudita mejora de su existencia. colma; soñar, hablarles, no ha-
(,T. lllARITAIN, Pour nnc phi/os. de blarles, pensar en ellos, pensar en
l"hist., 67.) cosas más indiferentes, todo es
igual si es junto a ellos. (LA BRU-
Al\lISTAD-Al\lOR YERE, Cara.et., IV, 23.)
Amar. Lat. amare, estar enamorado 9. parece que en nuestros paí-
de ... , complacerse en ... Amar con amis- ses tan civilizados, y sobre todo
tad se dice diligcrc. entre los jóvenes de educación más
Sentido general. Tener inclinación refinada, el deseo de gustar y de
por alguien. ser amado prima con mucho sobre
la facultad de amar ..• (Mme. NEC-
l. <tDime, fatuo por amor, ¿qué ICER DE SAUSSURE, Éduc. progresa.,
cosa es maravilla?» Respondió «que 11, 318, Garnier, 1911.)
amar más las cosas ausentes que
las presentes, y amar más las co- 10. La niña no espera de su
sas visibles corruptibles que las muñeca una declaración de cari-
invisibles e incorruptibles». (R. Lu- ño. La ama sin más. Asi es como
LIO, Libro del amigo y del Amado, hay que amar. (R. DE GoURMONT,
§ 86.) Ad. E. Promenades philos., III, 279.)
2. Quien feo ama, hermoso le 11. Sólo se ama aquello en lo
parece. (Refrán.) Ad. E. que se persigue algo inaccesible,
sólo se ama lo que no se posee.
A. Hablando de las cosas o de los (M. PnousT, La prisonni~re, II,
actos: Tener amor a las cosas. Encon- 247.)
trar placer en alguna cosa.
12. Ligados a nuestros herma-
Sin.; gustar. nos por un fin común y situado
3. Se acaba por amar todo fuera de nosotros, es cuando res-
aquello hacia lo que se rema. (E. piramos y la experiencia nos en
RosTA."<D, La princesse lointaine.) seña que amar no es mirarnos
V. Preferencia, 1. unos a otros, sino mirar juntos en
la misma dirección. (A. DE SAINT-
B. Hablando de las personas. EXUPÉRY, Terre des l&tm111i.es, 202-
l. En sentido afectivo; experimen- 203.)
tar una inclinación que puede admitir
todos los grados, desde un apacible 13. lo que tantas personas lla-
sentimiento de simpatía hasta la pa- man amar no es sino el tembloro.;o
sión delirante y exclusiva. Normalmen- deseo de ser amados, incapaces co-
te, según haya o no diferencia de sexo, mo son de llevar su soledad. (J.
se ama con amor o con amistad. Em- GUÉHENNO, J. d'u" 1,omma de 40
pleado absolutamente (amo), este ver- ans, 130.)
Lo designa una inclinación y a menudo 14. Sólo se puede amar perfec-
una pasión amorosa. tamente lo que se ha perdido para
4. Si se me apremia a decir por siempre. (J. RoSTAND, Pensées d'un
qué le amaba [a La Boétie], siento biol., 1!18.)
que es algo que solo puede expre- 16. A las personas que se ama.
sarse respondiendo: Porque era él : se las idealiza; a las ideas, se las
37 AMISTAD - AMOR

personifica. (J. RoSTAND, J11/ien ... , los deberes naturales. (MONTAIGNE,


107.) Essais, I, XXVIII, Pléiade, 220.)
IR. Amar puramente es conser- 22. .. . la amistad. Desde que un
tir en la distancia, es adorar In niño es capaz de ella, ya sólo es
distancia entre si y lo que se ama. cuestión de encaminar su corazón
(S. WEIL, La pesantc11r et la gr., hacia personas que le sean útiles.
76.) La amistad le llevará a casi todo
17. Las beldades del serrallo no lo que se quiera ele él. (FÉNEWN,
se hacen amar porque son prisio- Éduc, des filies, V.)
neras. 2:i. Lo que los homhres han lla-
A la inversa, las beldades de las mado amistad no es más que una
playas americanas se hacen amar sociedad, un recíproco ajuste de in-
apenas porque son manumitidas. tereses y un intercamhio de bue-
¿Dónde está tu victoria, amor, nos oficios; no es, en fin, sino un
cuando nada (velo, pudor, mora?) comercio en el que el amor p1·opio
se opone a tus insinuaciones? (A. se propone siempre alguna ganan-
MAUROIS, u,. art de vivro, 62.) cia. (LA RoCHEF., l',la,:., 82.)
V. Admiraci6n, 3; Alma, 14; Dura- 24. La amistad (considerada en
ci6n, 1; Indifaroncia,, 6; Nosotros, 2; su perfección) es la unión de doa
Placer, 14. personas ligadas por un amor recí-
proco y un mutuo respeto. (KANl',
B. En sentido volitivo: querP.r el Doctr. de la verttt, § 4.)
bien de otro. V. Amor• de bcncvo/c,,.
cia. 25. He renunciado a la amistad
de dos hombres; el uno porque nun-
18. Amar es ser llevado a ha- ca me ha hablado de él; el otro
llar placer en la perfección, bien porque jamás me habló de mí.
o felicidad del objeto amado. Y pa- (CHAMFORT.l
ra ello no se considera ni se pide
otro placer propio que aquel mismo 26. La amistad es un contrato
que se encuentra en el bien y el por el que nos comprometemos a
placer de aquel a quien se ama; prestar pequeños servicios a al-
pero en este sentido no amamos guien a fin de que nos los preste
propiamente Jo que es incapaz de grandes. (MONTESQUIEU, Cahiers,
placer y de dicha, y gozamos de 41.)
las cosas de tal natura-leza sin 27. El afecto puede pasarse sin
amarlas por eso. (LEIBNIZ, Nouv. ser correspondido, pero no la amis-
essais, II, xx, 6.) tad. ( ... ) La palabra amigo no tie-
19. amar es tener por fin la ne otro correlativo que ella misma.
felicidad de otro, subordinarse a él, (J.-J. RoUSSEAU, Éntile, IV.)
emplearse y consagrarse a su bien. 28. El amor será siempre egoía-
(H. TAINE, Philos. de l'art, V, 111, mo a medias, porque lleva consigo
§ 2, t. II, 286.) satisfacciones infinitas. La amis-
20. Amar es querer al otro co- tad es más desinteresada, compar-
mo sujeto. (G. MADINIER, Consc. e' te todos los dolores y no todos los
amour, 2.• ed., 96.) placeres. Tiene 1nenos raíces en la
realidad, en los intereses, en las
Amistad. Lat. amicitia, der. de ama- embriagueces de la vida. (G. SAND,
re (amar). Corr. al gr. p/1i/ia. H ist. de nia vic, VIII, 238.)
Sentimiento reciproco de simpatla o 20. El hombre no tiene amigos;
afección entre personas del mismo sexo es su amistad la que los tiene. (Na-
o al menos independiente de la atrac- poleón BoNAPARTE, Virilités, 46.)
ción sexual. Tiene un sentido más res-
tl'Ínguido que amigo: se es amigo de !ns 30. El que no tiene las debili-
letras, de la paz ... ; sólo se tiene amis- dades de la amistad no tiene sus
tad por las personas. fuerzas. (J. JoUBERT, Pe11sécs, 77.)
21. Lo que existe de hijos a pa- 31. Los niños deben tener por
dres es más bien respeto. La amis- amigos a sus camaradas, y no a
tad se nutre de comunicación, que sus padres y sus maestros. Estos
no puede encontrarse entre ellos, no deben ser más que sus gmas.
por la demasiada disparidad, y ( lbfrl., 163.)
porque se aventuraría a ofende· 32. Los amigos, esa familia
Alll!STAD - AMOR 38

cuyos miembros hemos elegido. cordialidad sino sacrificándole el


(L'esprit d'A. Karr, 237.) ardor de nuestros pensamientos,
33. A veces es bueno tener nmi- sólo In amistad nos revela una vida
JO'OS ausentes para escribirles lo
inlensn y, por milagro, tiema y
que uno no hubiese dicho nunca, ni cordial nl mismo tiempo. Un ami-
siquiera a ellos. (J. TANNERY, «Pen- go abre en nosotros estnncins ce-
sées", R. c/11 mois, marzo 1911, 259.) l'l'ndns. Nos ayuda n ser nosotros
mismos y nos enriquecemos con to-
34. Al comienzo de la amistad dos los bienes que hn querido des-
uno está asombrado de tener tan- cubrir en nosotros. (J. GuliiHENNO,
tas ideas comunes, tantos gustos J. d'un homme de 40 a11s, 133.)
iguales: parece que nos penetra-
mos mutuamente, que nos mezcla- 41'. La amistad es un alma en
mos uno al otro. Poco a poco, los muchos muerpos. El que no tiene
elementos mezclados se separan y ami~os, no tiene pies, no tiene ma-
sólo permanecen confundidos en un nos, manco vive, a ciegas camina,
pequeño espacio: cada uno vuelve y ¡ ay del solo, que si cayere no
a hallarse a sí mismo, y queda la tendrá quien le ayude a levantar!
amistad. (lbíd., 260.) (B. GnACIÁN, El critic6n, 167.)
35. Por más que se esfuerce 41". El sol quita del mundo el
el amigo que se casa, ya no será el que de la vida quita la amistad.
amigo de antes. Al alma del hom- (J. L. VIVES, Introducción a la sa-
bre está mezclada ahora el alma biduría, § 406, p. 82.)
de la mujer. (R. R0LLAND, L'hum- 41"'. Ln amistad es un senti-
blc vic héroique, 90.) miento que constantemente se re-
36. Toda amistad humana co- frena, y de nhi su elegancia. Es
mienza con el sentimiento, no sólo una relación esencialmente elegan-
de una doble presencia de dos se- te, porque el ·amigo respeta al ami-
res el uno al otro, sino con el sen- go. Los amantes no se comportan
timiento de otra Presencia que le asi; los amantes no respetan recí-
da fundamento ... (L. LAVELLE, Le procamente su intimidad; respetan,
mal et la souffr., 224.) por supuesto, al otro, pero no su
-intimidad, sino que, al revés, la in-
37. Un amigo es un hombre al vaden. El amante es invasor, inva-
que se da más crédito que a nadie de la intimidad de la persona ama-
cuando habla mal de nosotros. (J. da. El amigo no; tiene las riendas
RosTAND, Journal d'un caract., en la mano y refrena constante-
163.) mente sus ,impulsos de invasión del
38. Entre amigos no hay sólo prójimo. (J. MARÍAS, El futuro d•
el sentirse unidos por un senti- la libertad, en Libertad II organi-
miento de igualdad como en la ca- zaci6n, Tiempo de España, I, Ma-
maradería, sino el comulgar en una drid, 1963.) Ad. E.
misma idea. (J. LACR0IX, Sena du V. Diada; Prese11te, 19; Prueba, 10.
dial., 136.)
Enemistad. Lat. inimicitia, der. de
39. Una gran vida no tiene con inimicus, enemigo, pero n titulo priva-
frecuencia otro origen que una idea do. Enemigo de guerra o enemigo pú-
que ha germinado y se ha desarro- blico se dice hostia.
llado en las múltiples conversacio-
nes nocturnas entre dos amigos. Sentimiento prolongado de oposición
Se habla de amistades de la infan- que hace nacer y alimenta pequeños
cia. ¡ Qué equivocación I Habría que conflictos.
decir de la adolescencia. El niño 42. He observado que !ns ene-
sólo tiene camaradas; únicamente mistades que carecen de fundamen-
el adolescente tiene amigos. (J. LA- to son las más obstinadas. (Carde-
cno1x, L'adolesccnce scolaire, 38.) nal DE RETZ, lllaximes et réflc-
40. Nos consolamos con múlti- xwns, 196, t. II, 65.)
ples amigos de no haber encontra- Amor. Lat. amor.
do ninguno. (A. B0NNARD, cit. por Disposición del querer y de la afec-
A. MAUR0IS, Sent. et cout., 109.) tividad hacia lo que es reconocido o sen-
41. Mientras que en nuestras tido como bueno de modo absoluto o
relaciones ordinarias con los demás relativo. Se diversifica según su inten-
hombres no solemos llegar a la sidad (amor-sentimiento, amor-pasión),
39 AMISTAD - AMOR
el sujeto que lo experimenta (amor pu- dualidad. (G. TmenN, Notre re-
ramente espiritual en Dios, amor con gard manque ... , 11, 6.)
acompañamiento orgánico en el hom- 47'. Las sendas del amor son
bre) y, sobre todo, el objeto que lo ins- largas y breves, porque el amor es
pira (amor de uno mismo, del propio claro, puro, limpio, verdadero, su-
placer, del propio interés; amor a los til; siempre fuerte, diligente, res-
demás, bien como objeto que se utiliza, plandeciente y abundante de nue •
bien como sujeto que se trata de pro- vos pensamientos y de antiguos
mover; amor a los valores espiritua- recuerdos. (R. LUJ.IO, [Abro del
les y a Dios). amigo 11 del Amado, § 73.) Ad. E.
43. El amor, la ternura, la in- 47". El amante busca alcanzar
clinaci6n dependen más de Ia sen- el bien, para con él lograr la feli-
sibilidad, son más espontáneos, más cidad, pero ¿de qué modo quiere al-
involuntarios, nacen y mueren sin canzar tal bien? Para hacerlo pro-
razón, de manera brusca y capri- pio, esto es lo esencial. Como que
chosa. La amistad y e! afecto de- husca en el bien la mitad de sí
penden menos ele) temperamento, de mismo, un complemento que hará
la constitución: suponen la refle- suyo para siempre. En él ve una
xión, la estima, la preferencia¡ na• suma de bienes y felicidad que es
cen y crecen poco a poco, y como el incentivo del amor. Pues el ob-
está en nuestro poder el consagrar jeto del amor es el bien, y esencial
a alguno, no amor, ternura o in- del amor es el logro perpetuo de
clinaci6n, cosas todas de las que ese bien. Esa sería la definición
sólo la naturaleza decide, sino del amor platónico. (A. TOVAR, Un
amistad o afecto, está también en libro sobre Platém, 75-76.) Ad. E.
nuestra mano el retirarlos. (LAFA- V. Coraz6n, 2; Justicia, 25.
YE, 338.)
A. Como disposición principi.lmen-
44. No esperemos el amor a la te afectiva.
verdad de un alma ajena a todo
amor: aceptemos las ca,rgas de l. Tomado absolutamente: designa
nuestra naturaleza junto a sus be- de ordinario la inclinación hacia las
neficios. (A. VINET, Ét. s. la littér, personas del otro sexo, en particular
fr. au XIX' s., 111, 385.) bajo la forma pasional. Gr. eros.
45. No hay en el fondo más que 48. Moliere (a Mlle. Béjart).-
un único amor, que expresa la in- Vos representáis a una de esas mu-
suficiencia de los seres y el radi- jeres que, salvo la consumación del
cal impulso de cada uno hacia el amor, creen que todo les está per-
todo. El amor es nuestra orclena- mitido. (MOLIERE, lmpromptu de
cióa al otro, al que queremos dar- v., I.)
nos para poseerlo y acrecernos con 49. Cuando se ama a una dama
ello. El amor tiende al Bien en si, de desigual condición, la ambición
y cada amor particular no es más puede acompañar al comienzo del
que una determinación y una li- amor; pero al poco tiempo es él
mitación de ese amor. (G. MADI- quien se hace dueño. Es un tirano
NIER, Canse. et amour, 2.' ed., 91- que no sufre compañero; quiere ser
92.) solo; es preciso que todas las pa-
46. El amor pone dos términos siones le obedezcan. (PASCAL [ ?],
distintos para que tengan la dicha Disc. s. les pass. de l'a111011r.)
de referirse cada uno al otro y de 60. El amor es la ocupación de
vivir el uno para el otro. ( Ibíd., los que no tienen otra. (Cab. de
99.) MÉRÉ, Réfl. mor., 140.)
47. El amor perfecto se recono- 61. Si juzgamos del amor por
ce en dos señales, y esas dos se- la mayoría de sus efectos, se pa-
ñales son humanamente contradic- rece más al odio que a la amistad.
torias: la primera es la necesidad (LA RocUEFOUCAULD, Max., 62.)
de una fusión, de una unidad ab- 62. El amor gusta más que el
soluta ent,·e los amantes, es decir, matrimonio, por la misma razón
la negación de la dualidad; y la que las novelas son más divertidas
segunda, el respeto de In persona- que la ·historia. (CHAMFORT, .llax.
lidad, de la libertad, del Otro, es et peusécs, VI, CEu vrcs, 11, 75, Pa-
decir, la aceptación de esa misma •rís, 1812.)
Al\llSTAD - AMOR 40

53. No es la falta de amor, sino eso es casi tocio el amor. (J. Ros-
la fnltn de amistad lo que hace n TAND, /Jcux angoisseo, 78.)
los matrimonios desgraciados. (F. 03. El compañero ideal apropia-
NIETZSCHE, CE,wrcs post/,., § 301.) do para «llenar» ]ns aspiraciones
54. El amor, en el matrimo- del amor celoso no puede ser más
nio sería la realización de un bello que un compañero imaginario ( ... ).
suc'llo si no fuese con demasiada Un ser real no puede ser actual-
frecuencia su fin. (A. KARR, en mente poseído en su totalidad; sólo
L'esprit d'A. K., 64.) se da por «facetas• en «presenta-
55. Los libros de amor apenas ciones» en las que el todo de su
pueden ser escritos más que por los existencia pasada, presente y fu-
desencantados. (R. DE GOURMONT, tura constituye un horizonte repre-
Promenades philos., II, 196.) sentado. (D. LAGACHE, La jaloUBie
ainoureuse, 11, 60.)
56. El amor sensual (... ) , al ser 64 Los mejores matrimonios
esencialmente la búsqueda de la ( ... ) · son aquellos en que reina la
sensación (... ) no implica «el
amor». Es egoísta por definición; semejanza de gustos.
es amor con el mismo título que El amor pasa ( ... ). AJ cabo de
la sed o el hambre. (J. LEMAlTRE, cierto tiempo de vida en común, lo
Conte111p., V, 363-364.) que queda son los gustos del uno
alzados frente a los gustos del
57. El amor sensual está desti- otro hostiles, amenazadores, o
nado a extinguirse una vez satis- ami~tosos y conciliantes. (M. Bo-
fecho; para poder durar debe es- NAPARTE, Glanes de jours, 31.)
tar asociado desde el comienzo a
elementos de pura ternura, desvia- 65. Estaremos medio curados
dos de todo fin sexual, o bien su- de un amor cuando alcancemos a
frir en un momento dado una tras- persuadirnos de que el ser del que
posición de ese género. (S. FREUD, estamos prendados no es, después
Psychol. col! ... , 72.) de todo, más que una criatura bas-
tante corriente. La fuerza de las
58. Es imprescindible que el ligaduras viene de la torturante
amor se convierta en amistad si convicción de que hay algo excep-
quiere seguir siendo amor. (Les cional, único, irreemplazable, que
propos d'Alain, 1, 172, N. R. F., no volveremos a encontrar. (A. GI-
1920.) DE, Journa,l, 17 octubre 1929.)
59. En muchos hombres y mu- 66. A menudo llamamos amor a
jeres el amor, en sus comienzos, se la necesidad que tenemos de un ser
alimenta de duda, o más bien, de que nos dé el sentimiento de nues-
una alternancia, de fervor 11 frial- tra importancia personal. (M.
dad. (... ) El amor, nacido d! la DnuoN, Remarques, 19.)
inquietud, se parece a esas espinas 67. las grandes pasiones se
cuya forma es tal que el que trata preparan en grandes ensoñaciones.
de arrancarlas les hace, por sus Se mutila la realidad del amor al
mismos esfuerzos, penetrar aún separarla de toda su idealidad.
más en la carne. (A. MAUROIS, Un (G, BACHELARD, Poétique de la ré-
art de vivre, 58, 59.) veric, 7.)
60. No podemos esperar supe- 68. no se debe verdaderamen-
rar el amor por un esfuerzo de vo- te hablar de amor más que a par-
luntad. Porque el amor es el deseo tir del momento en que la valori-
más profundo de todo nuestro ser. zación del ser amado alcanza al
Pero es preciso ahondar Jo bastan- menos el nivel de atribuirle un va-
te en nuestra alma para que sólo lor igual, si no superior, a nuestro
pueda nacer en ella un amor por propio valor. (E. SOURIAU, L'ombre
el que nuestra voluntad no resulte do Dieu, 101-162.)
humillada. (L. LAVELLE, La canse.
de soi, 191-192.) 69. En la literatura francesa,
desde hace nueve siglos, apenas se
61. El amor, como todo Jo que trata más que del amor; pero en
vive, empieza a degenerar una vez Francia el amor es tan raro como
concebido. (J. RoSTAND, De la va- en otras partes. Al francés le gus-
nité, 174.) ta sobre todo la familia. (J. CHAR·
62. Necesitar que nos necesiten, DONNE, Attacl,emellts, 86.)
41 AMISTAD - AMOR

70. Esas citas, esas cartas y to- 78'. ¿Por qué medios se con-
dos los gestos de los enamorados, quista la amistad de una criatura
¿no es eso el amor? No. Amar a que parece no abrigar más que
una persona es compartir su vid1•. odios en su corazón? El amor; he
(... ) Ese amor quiere la duración ahí el grande, el único medio; la
y supone In familia. (lbíd., 40.) caridad es la vara prodigiosa que
71. Tenemos menos amor que hace brotar el arrepentimiento de
inclinación, e inclinación forzada. la áspera roca de un corazón dz-
(!bid., 32.) pravado. Si no tenemos caridad de
esa que no se irrita, ni se cansa,
71 '. El más trillarlo y derecho y que todo lo espera, inútil es que
camino para ser amado es que tú emprendamos la regeneración de
ames, pues nada hay que engen- ningún pecador; pero si esa cari-
dre tanto amor como el amor. (J. dad divina existe en nosotros, na-
L. VIVES, lntrorlucci6n a la sabi- da hay imposible. (C. ARENAr,, El
duría, § 408, p. 82.) Ad. E. vi•itador del pobre, 84.) Ad. E.
71". Si una vez somos poetas, 3. Seguido de un complemento, de-
es de enamorados; y si lo somos signa también la inclinación hacia co-
muchns, ninguna como en la ve1. sas que procuran placer: el amor a la
de amor. (J. MARAGALL, Vida es- buena vida, a los viajes.
crita, 233.) Ad. E. D. Como disposición prinripalmen-
71"'. Es el amor, por su misma te volitiva que pone en juego las fun-
esencia, elección. Y como brota del ciones raciona1es e intelectuales inse-
centro personal, de la profundidad parablemente ligada al sentido moral.
anímica, los principios selectivoa l. Respecto a las personas: dispo-
que la deciden son a la vez las sición del querer a procurar el bien
preferencias más íntimas y arca- de otro, a consagrarse a él. En el voc.
nas que forman nuestro carácter cristiano, gr. agape; lnt. caritas (ca-
individual. (J. ORTEGA y GASSET, ridad). Amor a Dios, al prójimo, a la
La clccci6n en a,nor, Obras, V, patria.
605.) Ad. E.
74. El verdadero amor empieza
V. 28, Alteridad, 1; Altruismo, 3; donde ya no se espera nada a cam-
Celos, 3, 4, 6, 8; Cristalización, 5; Eros, bio. Y si resulta tan importante
3; Indiferencia, 1; lmtancia, 21; Ma- para enseñar al hombre el amor a
trimonio, 1, 3, 4; Pasión, 26; Tienipo, los hombres, el ejercicio de la ora-
2 bis. ción, es ante todo porque no halla
2. Acompañado de un calificativo: respuesta. (SATNT-EXUPÉRY' Cita-
designa las diversas inclinaciones que d elle, LV, Pléiade, 647.)
experimentan unos por otros los diver- 75. el deseo se aplica siempre
sos miembros de una misma familia. a cosas mientras que el amor sólo
Amor conyugal, materno, filial, fra- se dirige a personas. Y cuando el
ternal... amor cede ante el deseo, la propia
72. no hay amor paterno co- persona es tratada como una cosa.
rrespondiente al amor maternal, y (... ) El deseo no cesa de pedir
(... ) el amor del padre por el hijo mientras que al amor no cesa de
es función del amor que el hombre dar: el uno necesita siempre de un
experimenta por la madre del hijo, socorro extraño y el otro parece
en tanto que el amor maternal es siempre alimentarse de sí mismo.
un amor directo, totalmente inde- (L. LAVELLE, Tr. des valeurs, II,
pendiente de los sentimientos que 184, 185.)
la madre puede experimentar por 76, el deseo sólo ve en aquello
el padre. (M. SCHELER, Nat. et hacin lo que tiende un objeto a po-
formes de la symp., 256,) seer; el amor ve en lo que ama un
73. El padre identifica a sus sujeto de floración del ánimo cuya
hijos consigo mismo, porque, en nresencia es su alegría. (G, MADr-
efecto, ellos le continúan (.,.). El Nrnn, Consc. et amonr, 2.' ed., 95.)
amor paterno está hecho, en gran 76'. Muchos merecen ser ama-
parte, de amor propio; en muchos dos y no lo son, o lo son mucho
hombres no es más que eso, (J, n1enos de lo que n1erecen; mas a
LARGUIER DES n., lntrorl. rl. la psy- Cristo, aunque no se le puede dar
c/101., 208,) el amor que se le debe, dióscle
AllfISTAD - AIIIOR 42

siempre el que es posible a los dad. (D. LAGACIIE, l,r, jfll, amour.,
hombres. (Fr. Lms DE LEÓN, De 11, 13.)
los 110,nbrrs de Cristo, 111, 94.) Oblativo. Lat, oblaliuus, der. de of-
Ad. E. frrrc (ofrecer). Que está dispuesto a
2. Respecto a los valores idea les, darse ni otro, a dejarse poseer afecti-
apeg-o desint(;'resado a lo que creemos vamente por él.
da su sentido n In actividad reflexiva 83. El neurótico nos aparece co-
del hombre. Amor a la justicia, a la mo un ser incapaz de oblatividnd,
\'erdad ... de amor objeta), de renuncia a las
Sin.: querer, satisfacciones narcisianns. (G. PAR-
77. ninguno de nosotros hace CHEMINEY, en A mour et vio/., 38-
bien más que lo que hace con amor. 39, Études carn,él., 1946.)
(F. BHUNETIEllE, Roma.n nafttral., V. Justicia, 17.
200.)
A mor de co11cupÚlcencia, de compla-
78. Lo que hacemos con más cencia, ele benevolencia (en los escolás-
profundidad no es Jo que decidimos ticos):
sino lo que nos gusta hacer, No
cabe duda de que no podemos en- el amor de concupiscencia busca la
tregarnos al querer sin reglas, lo satisfacción de sus deseos ( cupere, con-
que no quiere decir que las reglas cupiscere, desear), es esencialmente
no tengan mayores aspiraciones egoísta;
que las de servir al amor. (R. LE el amor de complacencia se compla-
SENNE, Tr. de mor., 718.) ce, es decir, halla su propio placer en
79. La obligación aparece cuan- el bien, la perfección, la dicha del ser
do el movimiento nacido del valor amado; es esencialmente desinteresa-
encuentra una resistencia interna. do; es sobre todo Dios, el ser perfecto,
(... ) Esta resistencia supone un quien puede ser objeto de ese amor que
conflicto, una oposición, un imper- constituye el lado afectivo de la cari-
fecto dominio del amor que no bas- dad teologal;
ta para unificarlo todo. (J. DELA- 83'. Muchas gentes no se han
YE, Obligation nwr. et amour, 25.i enterado de que Dios es amor. Si
80. Cuanto más el amor al bien fuera meramente poder estaría an
reina soberano en una persona, im- sus manos hacer un mundo en el
poniendo silencio a todas las oposi- que desaparecieran los dolores y
ciones, más se borra el sentimien- los males. Todos los hombres sería-
to de sujeción para ceder paulati- mos entonces para con Dios Jo que
namente el sitio a un creciente son para nosotros los perros cari.
sentimiento de autonomía y espon- ñosos y obedientes. Nos quieren
taneidad espirituales. (A. MARC, mucho; los queremos mucho, pero
nuestro amor es solamente de mi-
Dialect. de l'agir, 447.) sericordia. No es el amor que te-
V. Obligación, 21, 23; Verdad, 38. nemos a nuestros hijos cuando
A mor captativo y amor oblativo. pueden ser malos y son buenos.
Captativo. Neo]. der. del lat. cap- Entonces surge el amor pleno y
tare, tratar de apoderarse ( capero). satisfecho, amor de complacencia.
Que trata de acaparar al otro para (R. DE MAEZTU, España y Europa,
sí, de apropiárselo afectivamente. Es, 168.) Ad. E.
en particular, la aetitud primera del el amor de benevolencia consiste, se-
niño hacia su madre. gún la etimología de esta palabra (be-
Sin.: posesivo. 11cvolencia = voluntad de bien), en
81. Al principio rigurosamente querer el bien del objeto amndo. Cons-
captativa, la sensibilidad del niño tituye Jo esencial de In caridad hacia
debe convertirse poco a poco en nuestros semejantes. V. Benevolencia.
oblativa. (G. MAUC0, L'éduc. de la Amor propio. A. En sentido lite-
sensib., 31.) ral y primitivo (anti c.; siempre peyo-
82. Puede incluso decirse que rativo) : amor de sí mismo, egoísmo•,
el amor captativo implica los ce- vanidad•.
los, que se confunde con el amor 84. La naturaleza del amor pro-
celoso, al estar los celos virtual- pio y de ese yo humano es de no
mente presentes en él, incluso fue- nmal' ni considerar más que a sí
ra de toda situación real de rivali- mismo. (PASCAL, Pensécs, 376.)
43 AMISTAD - AMOR

85. El amor propio es el amor nudo laudatorio): sentimiento de orgu-


do si mismo y de todns las cosas llo personal que nos lleva a merecer la
por si. ( ... ) J nmás descansa fuera estima de los demás y nos hace par-
de si, y tan sólo se detiene en los ticularmente sensibles a las señales de
otros sujetos como las abej ns en esa estima y sobre todo a las de me-
!ns flores, pnra sacar de ellos lo nosprecio. Bajo esta última forma, el
que Je conviene. (LA RocHEFOU- amor propio degenera fácilmente en
CAULD, Max., 583.) susceptibilidad.
86. Tales son, en efecto, Cristia- 91. Ese fondo inagotable de
nos, los progresos del amor propio. amor propio que nos ea tan natu-
AJ principio nos concedemos sólo ral nos lleva siempre a cultivar,
lo necesnrio; ¡,ero de lo necesario estimar y amar sin medida to-
se pasn en seguida a Jo cómodo, de das aquellas cosas en las que
lo cómodo n lo superfluo, de lo pensamos destacar sobre los demás.
superfluo n lo delicado y de lo de- (LUIS XIV, Mémoircs, 1862, II.)
licado, en fin, a lo delicioso y a lo 92. La educación que suele dar-
sensual. (BOURDALOUE, Sur /a, tcm- se a los jóvenes es un segundo
pér. chré., I.) amor propio que se les inspira. (LA
87. Unn simplicidad austera es RoCHEFOUCAULD, Maz., 261.)
otro refinamiento del amor propio: 93. El amor es más violento
no se renuncia entonces a la gran- que el amor propio, puesto que
deza sino por un modo refulgente puede amarse a una mujer a pesar
de renunciar a ella (•.. ). He oído de sus desdenes. (VAUVENARGUES,
decir que en algún tiempo se os Rr!fl. et Maz., 677.)
vio vestida como las hermanas de
una comunidad. Es demasiado 94. Cuando comienzo un tema,
en apariencia, y demasiado poco en mi amor propio se imagina que ha-
el fondo. (FÉNELON, C. a la Conde- go maravillas. (M. DE GUÉRIN,
sa de Montberon, 3 marzo 1700.) Jour11al, 10 junio 1834.)
88. No es al amor al que debe- 95. Lo que más tacto debería te-
rían pintar ciego, sino al amor ner en nosotros es el amor propio,
propio. (VOLTAIRE, C. a M. Damila- y es lo que tiene menos. (J. BAR•
ville, 11 mayo 1764.) BEY o'Aua., Pensées dét., 84, p. 43.)

89. Aunque apenas haya más 96. La perfección de la activi-


que una verdad en ese libro [las dad no deja al amor propio sitio
MázimM de La Rochefoucauld], para nacer; pero el amor propio
que es que el amor propio es el ocupa cuantos intersticios le aban-
m6vil do todo, sin embargo, este dona la actividad apenas comienza
pensamiento se presenta bajo tan- a decaer. (L. LAVELLE, Consc. de
tos y tan variados aspectos que re- soi, 145.)
sulta casi siempre atractivo. (Vo1.- 97. El verdadero amor propio,
TAIRE, Siecle de Louis XVI, capí- como el verdadero amor, es púdi-
tulo XXXII.) co. (J. ROSTAND, De la vanité, 55.)
90. El amor a sí mismo es un 98. El amor propio es cosa de
sentimiento que empuja a todo ani- dos, como el amor, y el placer
mal a velar por su propia conser- de lograr la estima no se confunde
vación, y que, dirigido por la ra- con el de recibirla. (J, ROSTAND,
Jo1tr11al c!'mr caracf., 33.)
zón y modificado por la piedad,
produce la humanidad y la virtud. V. Ca,·iclad, 10; Destino, 1; Il11mo1·,
El amor propio no es sino un sen- 11.
timiento relativo, facticio y naci- A mor pu.ro o puro a.mor. Disposi-
do de la sociedad, que lleva a cada ción del alma que no implica ningún
individuo a hacer más caso ele sí amor de concupiscencia, es decir, exclu-
que de cualquier otro, que inspira ye toda búsqueda ele interés personal.
a los hombres tocios los males que 99. Se puede amar a Dios con
se infieren mutuamente, y que es la un amor que es caridad pura, ~,
verdadera fuente del honor. (J .-J. sin ninguna mezcla del motivo del
Rousst:Au, Disc. •· l'origi11c ele propio interés (... ) .
l'inégal., I. n. 15.)
El amor por Dios solo, consid~-
V. Orgullo, 2. rndo en sí mismo y sin mezcla a;-
B. En el sentido hoy usual (a me- gunn ele motivo interesado, ni de
.HIORFO 44

ternor ni de esperanza, es el pUl'o ANÁLISl>l. Gr. AnulyRis de ana/ycn


amor o la perfecta caridad. (FÉ- (desli1:rnr): acción de desligar, de re
NEI.ON, F:.rplir. des max. drs saints. solver un tocio en sus purtes.
De los diversos amores con que se A. En su forma experimental ( aná-
¡,uedc amar a Dios.) lisis de hechos físico-químicos, psíqui-
AmnC"Sia. V. ,Uncmc. cos, históricos.,.),
l. Por op. a síntesis; descomposi-
AMORFO. Gr. amo,·phos, sin forma, ción de un todo en sus elementos cons-
comp. de a privativa y de morphe (for- titutivos. Puede ser: real, como en qui-
ma). Corres p. al der. del lat. informe. mica; mental, como en psicología o en
A. Sin forma determinada. No tie- historia.
ne el matiz peyorativo de «informe». 1. para descomponer basta con
B. Caracterol.: aquel cuya persona- separar las partes, en tanto que
lidad es inconsciente. En la clasif. para analizar es preciso además
de lIEYMANS responde a la fórmula captar las relaciones entre ellas.
nEnAP (no emotivo, no activo, prima- En una palabra, analizar es des-
rio). co1npo11cr en un orden que mues-
1. Los amorfos son legión. De- tra los principios y ]a generación
signo así a los que carecen de for- de la cosa. (CONDILLAC, Syn., IJT,
ma propia. ( ... ) ; la naturaleza los 179.)
ha hecho plásticos en exceso. Son 2. Ocurre aquí [en las artes]
ínte¡tramente producto de las cir- con el análisis lo mismo que en Ja
cunstancias, de su medio, de la química: destruye la cosa redu-
educación que han recibido de los ciéndola a sus primeros principios.
hombres y de las cosas. Es otro, Nos hallamos, pues, entre dos es-
o, en defecto de ese otro, el medio collos. Si nos abandonamos a la
social quien quiere y obra por impresión que lo bello ejerce so-
ellos. No son una voz, sino un eco. bre nosotros, lo sentimos sin po-
(Th. RIBOT, Psychol. des sent., der darnos cuenta de ello; si, por
386.) el contrario, queremos analizar esa
impresión, se disipa y el senti-
2. La etiqueta puesta a este miento se entibia. (CONDILLAC, Art
carácter es satisfactoria, a no ser d'éc,·., IV, v, t. I, 605.)
porque hace pensar demasiado en
un ser fofo y sin consistencia, al 3. El fin esencial del análisis,
que las circunstancias y las in- desde el punto de vista de la psico-
fluencias pueden llevar de acá pa- logía general, es preparar mate-
ra allá. ( ... ). [Ahora bien] lejos riales para las síntesis futuras.
de dejarse ir en todas direcciones, (Fr. PAULHAN, Anal.ystes et esprit•
los amorfos oponen a las solicitu- synth., 45.)
des una fuerza de inercia centrada 4. Una opinión muy extendida
en torno a un yo que no se salva pretende que su objeto esencial
con mayor facilidad que se pier- [el de la quimica] sea el análisis:
de radicalmente. Son los partida- las personas benévolas están siem-
rios del eterno statu quo. De ahí pre dispuestas a ofrecer al quími-
el rasgo fundamental de su carác- co, como regalo, un análisis que
ter: la pereza. (LE GALL, Caracté- hacer, y esperan verlo derraman-
rol., 324.) do agradecimiento. No hay error
más grosero y más cómico; equi-
ANAGóGICO. Der. del gr. agogii vale a decir que la gente va a vi.
acción de conducir ( agein): que con- vir a un sexto piso para poder su-
duce (agogikos) hacia lo alto (ana); bir escaleras con sus equipajes a
que eleva. cuestas. El análisis es casi siem-
A. Hermenéutica. "El sentido ana- pre un medio, raramente un fin.
gógico es un sentido espiritual de la (J. DUCLAUX, L'hommo devant
Esrritura, fundado en un tipo o un l'univers, 275.)
objeto figurativo del cielo y de la vida V. Síntesia, 1, 2.
eterna.» (E. MANGENOT, Dict. de la Bi- Aná./isia factorial. V. Factor.
b/c, I, 534.)
2. En ocasiones (englobando la sín-
B. Filos. En LEIBNIZ, sin. de in- tesis) : todo proceso intelectual que im-
ductivo. plica la reducción de lo dado n sus e le-
Analgesia V. Algia. mentos.
45 ANÁLISIS

6. Es necesario descompone1· juzgado, etc., la actividad que sien.


para conocer cada cualidad por se- te, percibe, imagina y juzga. (A.
parado; y es necesario recomponer BURLOUD, IX Congr~s internat.
para conocer el todo que resulta de PIiilos., VIII, 115.)
de las cunlidndes conocidas. Es a 11. Análisis regresivo: esta ex-
esta descomposición y esta recom- presión es, a decir verdad, un pleo-
posición a lo que yo llamo arnílisiR. nasmo, una tautología. ( ... ) An1-
(CONDILLAC, Cours d'ét., <Euvres lizar es ir regresando, remontan-
pkilos., 1, 410.) do ( ana): de los efectos a las cau-
6. Analizar es descomponer, sas. de las consecuencias a los
comparar y captar !ns relaciones. principios, de lo dado a lo que
( ... ) El análisis es, pues, la des- lo da.
composición total de un objeto, y Pero, en tanto que el análisis
In distribución de !ns partes en ,1 científico regresa de objeto en ob-
orden en que la generación se ha- jeto, el análisis filosófico regresa
ce fácil. (CONDILLAC, Art de pen- de los objetos al s1tjcto y del yo-
scr, <Euvrcs pkilos., 1, 769.) objeto empírico al sujeto trascen-
B. Bajo su forma racional ( análisis dental espiritual: por ejemplo, de
racional) : operación intelectual que los objetos relegados a la duda al
procede de la consecuencia al principio cogito que duda, de los objetos co-
y consiste en ascender desde una pro- nocidos a las condiciones subjeti-
posición dada n otras proposiciones re- vas trascendentales del conoci-
conocidas como verdaderas de las cua- miento. (J. VIALATOUX, L'intc11tion
les podemos a continuación deducirla. ph-ilos., 60.)
V. Razonamiento analítico. V. Constitución, 10.
7. Este término análisis, en la D. Sin. de psicoanálisis ( caso part.
aplicación que de ól se hace a las del análisis en el sentido A) : acción
ciencias, designa con menos fre- de sondear las profundidades del psi-
cuencia la descomposición de un quismo según los métodos elaborados
todo en sus partes integrantes que principalmente por FREUD.
la distinción de los principios cuya 12. En química, en filosofía, en
combinación permite la explicación gramática, se llama análisis todo
razonada de un fenómeno comple- lo que descompone un todo en sus
jo, y no sólo la descripción de ese elementos. Esto no es por comple-
fenómeno. (A. COURNOT, Essais s. to verdad del psicoanálisis. Sin
les fond., 387.) duda se trata de encontrar en el
C. Análisis reflexivo•, intencional* fondo del alma los elementos que,
o regresivo: análisis que se refiere a la mal unidos o mal dirigidos, han
propia actividad mental y trata de desembocado en la neurosis. Pero
remontarse a lo que ella implica, in- esto es sólo la mitad del trata-
cluso hasta el principio pensante. Se miento. ( ... ) Una vez descompues-
aproxima a la analítica* trascendental tos los elementos psíquicos, es pre-
de KANT. ciso recomponerlos en una unidad
8. El análisis reflexivo (... ) es nueva. Todo análisis es, pues.
un esfuerzo del espíritu para dis- igualmente una síntesis. (Dict. de
tinguirse de los fenómenos y apre- Psychan., 27.)
henderse en sus producciones. (G. V. Resistencia, 4.
MADINIER, Conscience et mouv., Análisis didáctico: análisis que su-
363, n. 2.) fre, parn su formación, el que va a de-
9. El análisis reflexivo se re- dicarse a la profesión de psicoanalista.
monta, a partir de nuestra expe- 13. El análisis didáctico es el
riencia del mundo, al sujeto como elemento capital de esta formación.
a una condición de posibilidad dis- Es necesario que el propio apren-
tinta de ella y hace ver la síntesis diz de psicoanalista haga la e.xpe-
universal como aquello sin lo cual riencia de un análisis prolongado
no habría mundo. (M. MEIILEAU-P., y profundo, llevado según el espí-
Pllénoménol. de la perc., Pref., ritu y la técnica de la cura-tipo.
11.) (D. LAGACHE, La psychanal., 126.)
10. El análisis reflexivo se prú• A iitoanálisis. Exploración que un
pone sorprender, más allá de lo que individuo hace de su propio incons-
es sentido, percibido, imaginado, ciente, con o sin el control de un psi-
ANALISIS 46

coanalista, pero siguiendo princ1p1os y ln sfntcsis, con In excepción de Eucli-


procedimientos tumndos del psicoanñ- des («Análisis de los antiguos•), en
lisis. quien el amílisis constituye lo que lla-
14. Desde hnce cuatro dias, mi mamos corrientemente síntesis.
autoanálisis, que considero indis- 1. "Análisis de los antiguosn (EU-
1wn~ahlc para In comprcnsh:m de CLIDES) : proceso que consiste, para de-
todo el problema, progi,l?"ue en mis mostrnr una proposición, en dedur,ir
sueños y me ha proporcionado lns de rila otras proposiciones hasta lle-
pruebas e informaciones más pre- g-ar a una reconocida como verdadera.
ciosas. (S. FnEUD, C. a F'lic.iss, 20 Este modo de razonnmiento no es rigu-
sep. 1898, en La 11aiss. de la psy- rosamente válido, porque proposiciones
cha11., 193.) verdaderas pueden ser deducidas lógi-
15. Freud vivía en una atmós- camente de proposiciones falsas.
fera de autonálisis personal ( ... ). 2. «Análisis de los modernos» (DES-
El autoanálisis ha representado pa- CARTES) : proceso que consiste, para de-
ra Freud el instrumento privile- mostrar una proposición, en deducirla
giado de su formación profesio- de otras proposiciones hasta que se lle-
nal. (D. ANZIEU, L'auto-anal., 150, g-a a una reconocida como verdadera.
151.) Este modo de razonamiento es riguro-
16. El autoanálisis fuera de to- samente válido, porque de proposicio-
da experiencia psicoanalítica apa- nes verdaderas sólo se puede deducir
rece cada vez más como un fenó- lógicamente proposiciones verdaderas.
meno sociológico propio de nues- 18. lo que se llama análisis
tra civilización. Su frecuencia es- consiste en establecer una cadena
tá ligada a la difusión de las ideas de proposiciones, comenzando en
psicoanalíticas. Su edad, predilecta la que se quiere demostrar, aca-
es la adolescencia, y le sigue la bando en una proposición conoci-
juventud. Semejante autoanálisis da, y tales que partiendo de la pri-
consiste casi exclusivamente en la mera cada una sea consecuencia
aplicación de las concepciones psi- necesaria de la que le sigue. De
coanalíticas al conocimiento de sí ahí resulta que la primera es una
mismo. (lbíd., 297.) consecuencia de la última y, por
Análisis del destino (alem. Schick- consiguiente, verdadera como ella.
(J. M. DUHAMEL, Méth. dans les se.
salsanalyse). Método de investigación de raisonn., 1, 41.)
de la psicología profunda creado por
el rumano Lipot SZONDI y consistente 3. Más tarde: el Álgebra, que, en
en explicar las diferentes elecciones in- la resolución de los problemas, proce-
dividuales que orientan un destino por de analíticamente, suponiendo el pro-
la acción de genes* recesivos. Este mé- blema resuelto y tratando a continua-
todo pretende alcanzar el estado del in- ción de eliminar la incógnita de la so-
consciente familiar, localizado por en- lución dada al principio. V. Geometría
cima del inconsciente colectivo. (C. analítica.
G. JUNG) y por debajo del inconsciente 10. Los geómetras entienden por
individual (FREUD). análisis, en la acepción más am-
17. El fin del análisis del des- plia y más utilizada del término,
tino es buscar, en el destino del el álgebra y todas las ramas del
ho-mbre, el proyecto que hace de su cálculo de magnitudes. (A. Coun-
vida -ácsde el nacimiento hasta la NOT, Corrcsp: cutre l'alg~bre et la
muerte- una totalidad global. (L. géom., 382.)
SZONDI, en Acta psychologu:a, 111, 4. En nuestros días. a) Térnlino
73, La Haya, 1937.) genérico ~ue designa, por oposición al
.Varcoaruífois. Gr. Nerké, letargo. álgebra elemental, diferentes sectores
Procedimiento de exploración del in- de la investigación matemática: análi-
consciente que consiste en reducir las sis infinitesimal (cálculo diferencial y
resistencias o la censura por la intro- cálculo íntegra!), también llamado po,·
ducción en el organismo de narcóticos abreviación «análisis»; análisis vecto-
de los que es tipo el pentothal. rial, tensorial, combinatorio ...
E. ~fat. La palabra ha cambiado b) Método consistente en conside-
notablemente de sentido en el curso de rar el objeto de las matemáticas como
los años y ha designado procesos bas- un dato a explorar en vez de preten-
tante diversos, pero que se oponen a der, como los partidarios del método
47 ANÁLISIS

sintético, construirlo a partir de sus Analítico. A. Adj. Que procede por


elementos, construrción ésta que se re- análisis: método, demostración analí-
lega al final de los trabajos de análi- tica; espíritu analítico.
sis. 26. he seguido exclusivamente
20. Lo que hoy se considera co- la vía analitica en mis Meditacio-
mo esencial en el trabajo de des- nes porque me parece la más ver-
cubrimiento es el análisis (... ) , pe- dadera y la más apropiada para
ro el análisis entendido en un nue- enseñar. (DESCARTES, Rép. aux se-
vo sentido. Trns haber sido desde co11des obi., IX', 122.)
el siglo XIV o XV -al menos, tras
haber sido, sobre todo- un cons- 27. Por el método analítico se
tructor, un generalizador, el ma- reduce el problema propuesto a un
temático se ha convertido en una segundo, éste a un tercero y así
especie de escrutador que analiza, sucesivamente hasta llegar a un
a la manera del químico, una ma- problema que sabernos resolver. El
teria extraña, infinitamente com- método sintético consiste, por el
pleja. (P. BoUTR0UX, ldéal scic11t. con-trario, en partir de este últi-
du math., 210.) mo, deducir de su solución la del
Espíritu a11alítico. Por op. a anterior, de éste la del precedente
espíritu sintético: individuo en y así sucesivamente hasta que se
quien predomina el gusto por el llega al propuesto, del que se ob-
análisis. tiene asi la solución. (J.-M. DUHA-
MEL, Métl,. dans les se. de raiso11n.,
21. Otros, como Sainte-Beuve, 1, 51.)
espíritus más bien analíticos, se
complacen sobre todo en coleccic- 28. La enseñanza de la medici-
nar y en analizar, en apreciar los na debe, pues, ser analítica, toman~
hechos, para llegar también, no do el fenómeno complejo y aislán-
obstante, a una síntesis, pero a una dolo y simplificándolo cada vez
sintesis menos vasta, la reconsti- más. Todo es analítico ¡¡ la, sínte-
tución de una personalidad. (Fr. sis no es más que una prueba, pe•
PAULHAN, Anal¡¡stcs et esprits ro eso no es un método. No hay,
s¡¡nth., 51.) pues, método analítico y método
22. Stuart Mili fue, sin duda, sintético. Hay sólo el método cma-
un eminente representante del ti- lítico que reconoce una prueba lla-
po del espíritu analitico filósofo. mada síntesis. (Cl. BERNARD, Princ.
(lbíd., 77.) de méd. e:r:p., 184-185.)
23. considerado en sí mismo, 29. No hay (... ) método sinté-
el tipo del espíritu analítico apare- tico y método analítico, sino diver-
ce como carente en sí de su razón sos medios de conducir el propio
de ser. Es el primer miembro de pensamiento, caracterizado por los
una pareja de la que el segundo lugares diferentes que en él ocu-
es el espíritu sintético. Sólo el pan las síntesis y los análisis,
equilibrado forma un todo que re- y ( ... ) esta distinción no puede te-
lativamente se basta. (/bid., 100.) ner el alcance psicológico que a
Analista. A. Que practica el análi- menudo se le ha adjudicado. (Ch.
sis, bien sea matemático, químico o SERRUS, Tr. de Log., 323.)
psicológico. Geometría analitica. V. Geometría.
24. El control de una teoría Juicio analítico. V. Juicio.
matemática es tan fácil y rápido
que apenas se hace necesario es- Psicología analítica. V. Psicología.
pecificar cómo y cuándo debe ha- Razonamiento analítico. V. Razo11a-
cerse. Cuando el analista se ha ·micuto.
asegurado de no haber cometido
desatinos, su obra es definitiva. B. Subst. f. l. En ARISTÓTELES (por
(P. B0UTR0UX, ldéal scicnt. du op. a la dialéctica• que trata de los
math., 245.) argumentos probables) : parte de la
25. su neurosis [de Proust] Lógica que trata de la demostracion.
( ... ) va a contribuir a hacer de él Los Primeros Analíticos tienen por
un minucioso y sutil analista da objeto la demostración en general; los
las pasiones. (A. MAUR0IB, A la s,,gumlos A 11aliticos, el silogismo. Los
recli. de M. Proust, 24.) A11alíticos constituyen la tercera parte
B. Autor de ,anales». del Organon.
ANALOGIA 48

30. Ante todo, es necesario es- guno, análogo a él. Un voltímetro


tablecer cuál es la materia de nues- es anúlog-o a un electroimán, pero
tra inquisición y de qué disci¡1lina no se le asC>mejn. Un barúmetrc.
depende: su matcrin es la demos. de esfern se nsemej a a un reloj de
tración y depende de In. ciencia de- pared, sin ninguna analogía; por
mostrativa (a11al11tiquc cpistc,né) el contrurio, un barómetro ele es·
(AIUSTÓTELES, Primeros Anal., I, fcra es nnúlogo n un barómetro de
I, comienzo.) mercurio, sin semejanza. La con-
2. En KANT: part<e de la Critica que clusión de todos estos ejemplos es
tiene por objeto la investigación de que la analogía se halla, en el or-
las formas del entendimiento; por ser den del entendimiento, muy por en-
estas formas a ¡n-iori y condicionar el cima de la semejanza (... ) . Es un
ejercicio del pensamiento, la analítica error considerar In analogía como
es calificada de trascendental•. una semejanza imperfecta. (ALAIN,
É.'léments de phi/os., 112.)
31. Entiendo por analítica de 4. ¡ que no olvide que de un
los conceptos no el análisis de los grado al otro [de la jerarquía de
propios conceptos o el método uti- los seres] puede haber analogía,
lizado en las investigaciones filo- pero nunca semejanza perfecta!
sóficas y que consiste en descom- ¡ Que no pretenda, por ejemplo, ha-
poner, siguiendo su contenido, y blar de la «estructura» de un vi-
para esclarecerlos, los conceptos viente como se habla de la estruc-
que se presentan, sino la descom- tura de un mineral, ni a fortiori
posición, aun rara vez intentada, explicar ambas «estructuras» po.r
de la facultad misma del entendi- la misma fórmula! (A. SESMAT,
n1iento para reconocer la posibili- Dialcctique .. ., 62.)
dad de los conceptos a priori, por
un procedimiento que consiste en Analogía. Gr. analogia, proporción
buscarlos exclusivamente en el en- matemática, correspondencia, analogía.
tendimiento, como en su país de En filosofía se dice particularmente
origen, y en analizar el uso puro, de las obras o los términos que, apli-
en gen e r a 1, del entendimiento cados a cosas diferentes, no son uni-
(KANT, Crit. de /a, raison purc, vocas*, es decir, no tienen una signi-
86.) ficación idéntica, ni equívocos•, es de-
cir, no tienen significaciones del todo
ANALOGIA diferentes, sino una significación que
Análogo. Gr. analogos, proporcional. es a la vez la misma y diferente.
Que presenta una analogía, en los A. En su sentido primitivo (analo-
diversos sentidos de esta palabra. Sue- gía de proporcionalidad) : identidad de
le decirse de las cosas que presentan .relaciones que unen dos a dos los tér-
una cierta semejanza (situaciones aná- minos de dos o más parejas. Así, hay
logas, naturaleza análoga ... ), de los analogía entre 1/2, 3/6, 5/10 ... ; en-
términos empleados en significaciones tre la cabeza y el jefe, porque el jefe
diferentes pero con una cierta seme- es a su tropa lo que la cabeza a cuer-
janza (pie de persona, de una consola, po; entre el ojo y el oído, porque el
de la montaña, a pie de obra). oído es al sonido lo que el ojo es a la
luz; entre el barómetro y el termó-
l. Digamos que el ser supre- metro, que miden el primero la pre-
mo posee eminentemente todo lo sión atmosférica y el segundo la tem-
que es perfección, digamos que hay peratura; entre In bondad de Dios y
en él algo de análogo a la inteli- la del hombre, pues Dios se comporta
gencia, a la libertad; pero no diga- como el hombre bueno, pero con las
mos que es inteligente, que es li- diferencias esenciales resultantes de su
bre, porque es tratar de limitar lo propia naturaleza.
infinito, de nombrar lo inefable V. Eminente, 3.
(RENAN, Avenir de la ac., 480.)
B. Por extensión (analogía de atri-
2. los hombres no pueden com- bución) : semejanza consistente en que
prender más que sentimientos aná- dos o más cosas tienen una relación
logos a los que ellos experimentan. común con otra. As(, llsnno» se dice
(H. TAINE, Phi/os. de l'art, 3.' ed., propiamente de un organismo en bue-
I, 68.) na salud; pero por analogin se dice
3. Un reloj se asemeja a un «sano» igualmente de un alimento o de
voltímetro, pero no es, en modo al- un clima, de las orinas ...
4!l ANALOGIA

C. En sentido amplio (el más ces muy lejanas, pero que sólo tie-
usual) : semejanza mlis o menos vaga nen poder evocador por ser tales
entre cosas esencialmente diferentes. analogías. (B. DE SOLACES, Dial.
6. Hay que acostumbrarse cuan- sur l'analogie, 161.)
to antes a captar esta analogla, Analogía del ser. Tesis clásica de
que hace pasar las palabras por la filosofía escolástica según la cual
diferentes acepciones (... ). los términos, en particular eI de ((sern,
Si no se capta esta analogía, la aplicados a Dios y a las criaturas no
mayoría de las bellezas del lengua- son univocas (lo que implicaría un mo-
je se nos escapan. No se ve ya en nismo• panteísta), ni equívocos (lo que
los términos figurados más que pa- conduciría al agnosticismo*), sino aná-
labras arbitrariamente elegidas pa- logos. Dios y las criaturas tienen en
ra expresar ciertas ideas. (CoN- común ser, querer, obrar ... , pero ada
DILLAC, L'art d'écr., I, vm, CE1t- uno n su manera: Dios es a la mane•
vres phüos., I, 667.) ra del ser por sí; las criaturas son a
la manera del ser por otro. De igual
6. Me preguntaréis si los mo- modo, el vegetal, el animal, viven, pero
vimientos de los animales son es- cada uno a su manera. El animal es
pontáneos; os diré que lo ignoro, inteligente, pero a su manera, y no a
pero que la analogía está por la la manera del hombre.
afirmativa. (ROUSSEAU, Émile, IV,
p. 328.) V. Unívoco, 6.
7. Nunca sabremos nada sobre Razonamiento por analogía. A. En
la vida psíquica de los niños de sentido estricto: operación mediante la
seis años porque nada podemos cual, dados tres términos de una pro-
comprender si no es por analogía, porción, se determina el cuarto. Sea,
y no existe ninguna entre un hom- p. ej., 3/4 y 6: deduzco que el cuarto
bre y un niño. (R. DE GOURMONT. número es 8, porque 3/ 4 = 6/8.
Prom. littér., V, 269.) B. En sentido amplio: operac10n
8. Nadie puede entrar en la mental que consiste en deducir una se-
conciencia de los demás, pero pue- mejanza de otra. P. ej.: Pedro es del
de interpretar signos externos por mismo país que Pablo, luego tendrá
analogia con su propia experien- la misma amabilidad que Pablo. Algu-
cia. (Th. RIBOT, en De la méth. nos (RABIER) ven en ello una induc-
dana les sciences, I, 235.) eión seguida de una deducción:
Pablo es amable;
9. El elemento esencial, funda- Pablo es de tal país;
mental, de la imaginación creado- luego las gentes del tal país
ra en el orden intelectual es la fa- [son amables;
cultad de pensar por analogía, es Pedro es de tal país;
decir, por semejanza parcial y a
menudo accidental. Entendemos luego Pedro es amable.
por analogía una forma imperfec- Pero es más corriente considerar el
ta de semejanza: lo semejante es razonamiento por analogía como una
un género del que la analogía es forma particular de pensamiento.
una especie. (Th. RIBOT, Essai sur 12. la analogía es propiamen-
l'imag. créatr., 2.) te una deducción fundada en una
10. Es verosímil, de acuerdo inducción anterior. (E. RABIER,
con la propia ley de analogía de L<"c. de philos., 7.' ed., 248.)
la que resulta la existencia de las 13. Sin duda puede resoh·e!
especies, que, si dos individuos [el razonamiento por analogía]
fuesen idénticos en un punto, Jo en ( ... ) Inducción (con enumera•
serian enteramente. (E. BoUTROUX, ción i ns uf i e i ente) + Silogis-
De la contingence ... , 10.', ed., 37.) mo. ( ... ) En realidad, no obstante,
11. de un modo general, toda en el razonamiento por semejanza
explicación, toda expresión inclu- el espíritu discurre de lo particu-
so de un conocimiento se basa en lar sin pasar por una ley univer-
la analogla, y la psicología del sal, sino tan sólo por la semejan-
lenguaje, del gesto, del signo, vie- za ele los dos casos en cuestión.
ne a confirmar las conclusiones de (J. MARITAIN, Pctitc logiquc, 335.)
la psicologla del conocimiento. La 14. La conclusión analógica per-
poesía vi ve de imágenes y de me- manece siempre dudosa desde el
táforas que son annlogíns a ve- punto de vista de una lógica rigu-
4. Diccion.i.rio tic) Lt'11auaje FilosMico.
ANARQUIA óO

rosa ( ... ). Pero no podemos meno~ A. Como estado de hecho: desorden


de sentirnos admirados del senti- resultante de una ausencia o de una
miento de convicción que acarreo cn.-encin de autoridad.
el razonamiento por nnalogfa ( ... ) . l. Ln anarquía conduce al po-
Su interés es, pues, ante todo, el der absoluto. (Napoleón BoNArAR-
de hacer comprender 1J dar ,nás o TE, Virilités, 76.)
mn1os fucrtrmt'utc la imvresión
de que mw comprende. (M. DoR0L- 2. En el gobiemo del hombre
LE, Le raisonn. par anal., 170,
moral, como en el de una sociedad
176-177.) bien constituida, es preciso que el
poder (i,nperium) venga de arri-
15. El razonamiento por ana- ba ( ... ). Cuando el poder viene de
logía, que consiste en inferir de In abajo, todo es confusión y desor-
semejanza de ciertos objetos en al, den: la nnarqufa reina en las pa-
gunos respecto de su semejanza siones y las ideas del individuo co-
en otros, ¿interviene en los méto- mo en los movimientos y las rela-
dos de la ciencia matemática? No, ciones de In sociedad. (M. DE B1-
desde luego; es superfluo subra- RAN, Jour11al, 30 enero 1821.l
yarlo, como instrumento de demos- 3. Al ser la revolución más
tración. Pero su papel es inmenso mental que social, In anarquía te?-
como instrumento de descubrimien- rica tuvo incluso que sobrepasa!'
to. (R. DELTEIL, en LE LI0NNAIS, el desorden práctico. (A. C0MTE,
Gra,tds courants de la pensée Syst. de ¡,olit. posit .. 111, 506.)
math.. 48.)
4. Francia ha sufrido, desde
15'. El estudio de algunos géne- hace catorce siglos, las más estre-
ros de nuestra literatura supone pitosas alternativas de anarquía y
el reconocimiento previo de ciertos despotismo. (F. GUIZ0T, Hist, de la
fenómenos, divergentes de los que civilis., 1, Pref., 11.)
se observan en otras literaturas
hermanas. Pero el criterio de ana- 5. El sabio tiene sus horas de
logía es tan exigente que, seg~n anarquía, con las que disfruta; só-
él llegaron a negar los hechos m 1s- lo sufre con In anarquía general.
(R. MARTIN DU G., Petite suite de
m10s que en abundancia ofrecían
los textos españoles, porque no se max ... , 7.)
hallaban semejantes en los textos V. Déspota, 2.
extranjeros. (R. MENÉNDEZ PIDAL, B. Como doctrina: concepción polí-
Los eS1Jañoles en la literatura, 16.¡ tica que excluye de la sociedad todo po-
Ad. E. der que disponga de un derecho de
Analogon. Adj. gr. neutro. .i:oacción sobre el individuo. Más co-
rrientemcn te: anarquismo.
Empleado substantivamente: en una Anárquico. Que está en la anarquía
relación de analogía, el término corre- en el sentido A, es decir, que está en el
lativo de un término dado. desorden por falta de autoridad. Situa-
16. [En la filosofía de Plotino:l ción, estado anárquico.
Siendo el Alma hija de la Inteli- 6. A las convulsiones anárqui-
gencia, puede halla~e en ella una cas sucede siempre una dictadura
especie de a11alogon imperfecto de militar consentida por el pueblo.
la verdadera estructura inteligible. (A. C0URN0T, Souvenirs, 257.)
(M. DE GANDILLAC, Sagesse de Plo-
Anarquismo. Doctrina política que re-
tin, 145.) chaza , ,, da intervención del Estado en
17. quiero hacer aparecer el la vida de los individuos.
rostro de mi amigo Pierre, quiero
«hacérmelo presente». Y, como.~º
7. El anarquismo refleja In re-
puedo hacer surgir ~u percepc10n acción del hombre del siglo XIX a
directamente, me sirvo de una quien se ha hecho entrever el espe-
cierta materia que obra como a11a- jismo de la libertad y que estima
logo11, como un equivalente ~~ In por ello tanto más indignantes las
percepción. (J.-P. SARTRE, L 1111a- injusticias de la vida social que su-
gi1u1ire, 31.) fre. (H. ARV0N, L'anarchisme, 12.)
Anamnesia. V. Mne,ne. 8. El anarquismo es, en nues-
tra opinión, u11; _movimiento. que,
ANARQUfA. Gr. anarcliia, ausencia nacido de la escisión que el libera-
(a p1·ivativa) de mando (arclie• ). lismo provocó entre el Estado y
51 ANGUSTIA

la Sociedad, rechaza el Estado y paso estrecho y difícil, situación crí-


reconstruye la Sociedad sobre la tica.
base de la voluntad individual au- Sensación interna de opresión e inhi-
tónoma. ( Ib!d., 124.) bición de las funciones respiratorias
8'. El espiritu del anarquismo que, de ordinario, constituye el lado fi-
que llevamos todos en el meollo del siológico de la ansiedad resultante de
alma ( ..• ) es el pecado original de la representación de un mal inminen-
la sociedad humana, pecado no bo- te. V. Ansiedad.
rrndo por el largo bautismo de l. La angustia es un fenóme-
sangre de tantas guerras. Piden no bulbar; la ansiedad, un fenó-
un nuevo Napoleón, un gran anar- meno cerebral: la angustia es un
quista, los que tiemblan de las bom- desarreglo físico que se traduce en
bas del anarquismo y mantienen un sentimiento de inseguridad in-
la paz armada, fuente de él. (M. DE definible. (E. BRISSAUX, cit. por
UNAMUNO. En torno al ctuticiamo, H. CLAUDE y LÉVY-VALENSI, Les
I, Obrtu escogidas, 46.) Ad. E. états anxieux, 22-23.)
Anarquista. A. Adj. Que se refiere 2. Aunque sea difícil mantener
a la anarquía en el sentido B o al un limite tan riguroso y artificial.
anarquismo. Manejos, teorias anarquis- podemos no obstante reconocer es-
tas. tados ansiosos que interesan a to-
B. Subst. Que profesa el anarquismo do nuestro ser moral (... ) : y, por
o pone en práctica sus teorías. otra parte, estados de angustia
más elementales, más vividos que
A.NFIBOLOGfA. Gr. annphibolia, pensados, más físicos que mora-
der. de ampl,i, alrededor (anfiteatro), les... (Th. KAIIIMERER, en Man.
que, en composición, toma el sentido de alph. de psychiatrie.)
«por ambos lados» (ánfora: que se
puede llevar por los dos lados). 3. en Francia ( ... ) sigue sien-
do Port-Royal la fuente más ilus-
La Acad. fr., como la esp., sólo re- tre de esta angustia centrada en
conoce anfibología (am,phibologie), pero la obsesión de la salvación indivi-
los filósofos prefieren usar amphibolie. dual. (F. MAURIAC, Le Fils de
Carácter de una proposición que pue- l'Homme, 187.)
de ser interpretada en dos sentidos di- 4. si la existencia es la liber-
ferentes. tad misma en acción, hay un ries-
Sin.: ambigüedad•, equívoco•. go metafísico que Je es en cierto
Proponemos emplear con prefe- modo esencial: lo que muestra por
rencia ambigüedad para las pala- qué ha podido considerarse la an-
bras o los términos; anfibolía, gustia como reveladora de la exis-
para las frases o las proposicio- tencia misma. (L. LAVELLE, Tr. des
nes, y equívoco en el sentido gene- va/ei,rs, l, 287.)
ral. (LALANDE, en la palabra Am- 5. La angustia es el precio de
phibolie.) la subjetividad. Está en el filóso-
ANGELISMO. Der. de angelus, án- fo, no en su filosofía; y si pasa a
gel, espíritu puro. su filosofía es que ésta ha sido in-
fectada por su yo, y es también
A diferencia de angélico, se toma en que su yo ha encontrado este me-
mal sentido y designa la disposición de dio de desahogarse: excogitar la
quien, siendo espiritu encarnado, tien- angustia es mñs confortable que
de a comportarse como si fuese espíritu sufrirla. (J. MARITAIN, Court tr.
puro. de l'cxist ... , 232.)
En el orden de las realizacio- G. La angustia se distingue del
nes del amor, las consecuencias temor en que el temor es temor a
del angelismo no son felices ( ... ) . los seres del mundo, y la angustia
Se diria que toda la pasión del an- es angustia ante mí. El vértigo es
gelista consiste no en unirse al ob- angustia en la medida en que te-
jeto sagrado, sino en crear el obs- mo no oaer en el pl'ccipicio, sino
táculo que impedirá profanarlo. arrojarme a él. (J.-P. SARTRE, L'e-
(J. DELAY, La jeun•••• cl'A. Gide, tro et lo néant, 66.)
I, ·520.)
7. El temor es, pues, una reac-
ANGUSTIA. Lat. angor, der. de an- ción -por otra parte no apropia-
gerc, apretar, estrangular. Anoustiac, da- frente a algo o alguien que
ANl!ll,lL 52

nos aparece como amcnnzando dc1• bre habrla en buena lógica qus
truir nuestro propio Da..'fei,1. hablar del a11im11s de In mujer pu-
La cwgr'8tia, por el contrario, ~¡ 1·a dar a eu alma el nombre que le
hien lleva en sí el anuncio del pe- eonviene. (C.-G. JUNll, Types psy-
lig-ro, 1,0 l'S mrnca pro t1ocada por cllol., 429-430,)
rrn existente ddcrmiHado o detc1·• 2. La tesis que queremos de-
111i11nb/c. La cosa ante la cual tem- fender en el presente ensayo: el
blamos en In angustia (el IVovor) e11stccño se halla bajo el signo del
no es 1rn11ca un esto o un aqricllo: anima. Cuando el ensueño es Vl!f-
(A. DE WAELHENS, La Pllil. de M, dadernmente profundo, toda nues-
lfridcggcr, 121.) tra alma se impregna de las in-
S. Ln angustia nace de nuestr:i fluencias del anima. (G. BACHE-
condición y nos la revela. Ella es LARD, Poétique ele la reuerie, 83.J
el nrdadero sentimiento de la si-
tuación original. (lbíd., 123.) ANIMAL, subs. y adj. Lat. animal
y anima.lis (der. de anima), ser ani-
9. La angustia es ( ... ) el sen- mado.
timiento de nuestra situación ori-
ginal, descubriéndonos que estamos A. Por op. a vegetal: organismo v:-
arrojados al mundo para morir en vo dotado de movilidad y de sensib:Ji-
él. ( lbíd., 145.) dad.
l. Al no poder el animal fijar
9'. La angustia contiene en su directamente el carbono y el nitró-
unidad emocional, sentimental, esas geno que se hallan por todas par-
dos notas características ontológi- tes, está obligado a buscar, para
cas: por un lado, la afirmación de nutrirse de ellos, los vegetales que
la ansiedad de ser, y, por otro la- han fijado ya estos elementos o los
do, la radical temerosidad ante la animales que los han tomado de
nada. La nada sobrecoge al hom- los vegetales. El animal es, pues,
bre, y entonces la angustia de po- necesariamente móV'il. (H. BERG-
der no ser es la que lo atenaza y soN, Évol. cr., 109.)
sobre ella se levanta la preocupa-
ción, y sobre la preocupación la B. Por op. a hombre: organismo
acción para ser, para seguir sien- vivo dotado de sensibilidad y, en los
do, para existir. (M. GARCÍA Mo- más altos grados de la jerarquía, de
nENTE, Ensayos, 221.) Ad. E. una cierta inteligencia, pero no de la
inteligencia racional, Al perro se le
V. Cogito, 17; Inquietud, 9; Serio, 4 atribuye inteligencia, pero no razón;
Fil. Ad. E. En el existencialismo, alma, pero no espíritu.
principalmente en KIERKEGAARD y HEI- Sin.: bestia, bruto.
DEGGER, la angustia excede el marco
de lo meramente psicológico y se inclu- 2. de la misma manera que los
ye dentro de lo existencial u ontológico. perros y algunos otros animales
Así, para HEIDEGGER, la angustia es la nos expresan sus pasiones, nos ex-
condición misma de la existencia tempo- presarían también sus pensamien-
ral y finita. La angustia es el esta- tos si los tuviesen. (DESCARTES,
do de ánimo peculiar por medio del Carta del 23 nov. 1646, IV, 575.)
cual se descubre la nada y la existen- 3. El animal comprende la sig-
cia sosteniéndose sobre ella. nifi.caci611 de las cosas; es decir,
Anima, Anim.us. En la psicología que un fenómeno dado puede ser
analítica (C. G. JUNG) : el anima está para él un indicio, un a.vüro, do
constituida, en el inconsciente del hom- sus consecuencias o de sus conco-
bre, por los elementos de femineidad mitantes, aun invisibles, habitua-
complementarios de su masculinidad; les; no parece tratar, ni poder tra-
a la inversa, el aui?nus es, en el incons- tar, de comprender por qué razo-
ciente de la mujer, el elemento mascu- nes ocurren las cosas. Porque el
lino de su femineidad. ilulicio de una cosa no es una ra-
l. Cuanto más femenino es el
zón de ella, y son dos curiosidades
exterior de la mujer, más viril es diferentes la de los indicios y !11
su alma, y viceversa; cuanto más de las razones. (M. PRADINES, Tr.
viril es el exterior del hombre, más ele psychol., 11, 21-22.)
femenina es su am"ma (... ). Si ha- 4. En el comportamiento nni,
blamos, pues, del anima del hom- mal, los signos se quedan siempre
53 AXOREXIA

en señales y no llegan nunca a ser C. Doctrina (E.-B. TYLOR) que, fun-


símbolos. (M. MERLEAU-P., Struct. dírndose en la observación de los pri-
d11 comport., 161.) mitivos, explica cómo el hombre ha
5. El liombrc rs un Her ,le i111a- sido llevado, por la experiencia del sue-
ño, de )a muerte y de los sueños, a lr,
ni11ació11, un ser centrado adela1t- idea del alma, más tarde al culto e
l e de si mi.smo, como dicen los exis-
tencinlistns. El animal no mani- los antepasados y finalmente a la idea
fiesta por su comportamiento más de Dios. V. Naturaleza, Naturismo A.
que unn vida centrada en Jo inme- ANOMALIA. Gr. anoma/ia, irregu-
diato de las impresiones presen- laridad.
tes. (,J .-C. Fru.oux, l'sychol. dra
Carácter o estado de lo que es anó-
ª"·· 124.) malo•, es decir, irregular. Esta misma
V. Cmulucta, 3; DrRtiuo, 3; lnvcn- i rrcgularidad. Designa también el ca-
ció11, 12; Problema, 1; Señal, 1, 2; Sig- rácter de lo que es anormal.
no, 20.
l. [A propósito de su locura]
Animalidad. Lat. a11ima.litas, a medida que mi espontaneidad
Caracteres que hacen que un ser o restableció la existencia normal,
un comportamiento pertenezcan ni gé- me remonté lentamente del feti-
nero o.nimnl. La naturalc1.a o esencia chismo al politeísmo, y de éste al
del animal. monoteísmo, desde el que no tar-
6. Lo que constituye la anima- dó en volver a mi positividad an-
lidad ( ... l es la facultad de utili- terior. ( ... ) Mis lectores convenien-
zar un mecanismo de disparo pa- temente preparados podrán tam-
ra convertir en acciones «explosi- bién utilizar esta sumaria indica-
vas» una suma lo más grande po- ción de una anomalía memorable.
sible de ener¡¡-ia potencial acumu- (A. CoMTE, Syst. de polit. posit.,
lada. (H. BERGS0N, Évol. cr., 121.) III, 76.)
2. La obra de Freud no es un
ANIMISMO. Der. del Jat. anima. cuadro de la existencia humana,
No se dice de la doctrina que afirma sino un cuadro de anomalías, por
la existencia del alma, a la que se lla- frecuentes que sean. (M. MER-
ma espiritualismo•. LEAU-P., Struct. d1i comport., 242-
A. Actitud que consiste en atribuir 243.)
a las cosas un alma análoga al alma Anómalo. Gr. aniimalos, desigual,
humana. irregular. Raíz: homos, semejante (V.
l. El animismo del niño parece homo), de donde der. homalos, liso,
hacer imposible toda distinción ri- igual; precedido de una a privativa,
gurosa entre el sujeto y el objeto. an01nalos.
Todo siente, vive, desea:, conoce;
pero se trata de un animismo im- Que se aparta de la regla general,
plícito ... (P. GUILLAUME, In/roe/. d irregular. Se utiliza sólo en el ,·oc.
la p1111chol., 188.) científico y no presenta el matiz peyo-
rativo de anormal. V. Nonnal.
V. Cartesiani•n10, 4.
3. Hay algunos que parece que
B. Doctrina según la cual una mis- les calzó la naturaleza el gusto y
ma alma es el principio de las funcio- el ingenio al revés, y .Jo afectan
nes vegetativas y de las funciones in- por no seguir el corriente. Exó-
telectuales o espirituales. ticos en el discurrir, paradojos en
2. Desde los tiempos de Bichnt, el gustar y anómalos en todo; que
el organismo [ «que explica la vida la mayor figurería es sin duda la
por las propiedades de los órga- del entendimiento. (B. GRACIÁN, El
.: os»] reinaba casi incontestndo en discreto, 105.) Ad. E .
h Escuela de Medicina de Pnris, y «Anomían. Gr. a.-nomia., ausencia de
el vitalismo [ «que la explica por leyes (nomos). Ausencia de organiza-
un principio vital diferente de la ción legal o natural. Der.: anómico
materia y no menos diferente del (gr. a11omos, sin leyes) : que no está
e.~piritu»] en la de Montpellier. El organizado.
animismo, que refiere la vida al
alma, apenas tenía ya partidarios. ANOREXIA. Gr. a11orexia, falta de
W. RAVAISS0N, Rapport ... , 4.' edi- apetito (orexis). Pérdida duradera del
ción, XXIII, 180.) apetito,
ANSIEDAD 64
Anormal. V. Normal y A11ómalo. sil., In mayor y la menor), de donde
A 11sc/1ammg. Subst. alem. der. de resulta el consecuente o conclusión.
Schau: vista. Pl'incipalmente en In enunciación con-
Vi~ión inmediata, intuici(m; modo dicional, In proposición que formula la
de ver; contemplación. V. ll'l'lta11- condición (si A es verdadero), mien-
schamrng. tras la que formula lo condicionado (B
es también verdadero) constituye el
ANSCHAUUNG. Todo el mundo en consecuente.
Francia traduce esta palabra por
cdntuición». La traducción es en B. Epistem.: lo que precede al fe-
muchos casos exacta, pero el con- nómeno o el hecho considerados. Se ha-
texto obliga a menudo a reempla- bla sobre todo del antecedente cons-
zar «intuición» por «contempla- tante, constancia que permite formu-
ción», e incluso «percepción». Re- lar una ley y es indicio de una rela-
cordaremos a este propósito la de- ción esencial"' o causal.
finición de Fichte: «contemplación Sin.: condición, causa, razón.
muda, inconsciente, que se pierde V. Causa, 24, 27, 29.
en los objetos». (S. JANKÉLÉVITCII, C. Med. y cienc. humanas (en plu-
Pref. a su trad. de Fr. W. SCHEL- ral: los antecedentes) : acontecimientos
LING, Essais, p. 39.) del pasado personal o familiar que
ANSIEDAD. Lat. am:ietas, predis- pueden explicar el estado físico o mo-
posición a estar ansioso, estado del ral del individuo considerado.
que está ansioso ( ano:ius, du. de an- Sin.: precedente, origen, prodromo.
gcre). V. Angustia.
ANTEPREDICATIVO. Que precede
Estado de emoción depresiva resul- a la predicación•, es decir, a la afir-
tante de la aprensión más o menos mación de la relación del sujeto con el
vaga de un mal inminente y normal- predicado o atributo. Anterior al jui-
mente acompañada del fenómeno fisio- cio o pensamiento propiamente dicho
lógico de la angustia•. Es a esta aprehensión de la realidad
l. El ansioso está literalmente anterior al pensamiento a la que pre-
ahogado en la inseguridad (... ). La tende remont¡,.rse la fenomenología.
ansiedad banal nace de la concien-
cia de un peligro real, y si la com- Anti. Pref. gr.: frente a, contra,
batimos desanarece junto con su en lugar de.
causa. En cambio, el ansioso cons- Prefijo que indica oposición; salvo
titucional va por delante de la an- cuando viene del Jatln anti, forma pri-
siedad, aunque ella le torture. Es mitiva de ante (antes), como en anti-
su ansiedad antes de ser cual- cipar.
quiera otra cosa; la refleja sobre
el mundo y ve avanzar contra él ANTIN0111IA. Gr. antinomia, con-
los fantasmas que él mismo ha pro- tradicción entre las leyes (nomoi).
ducido. (E. MoUNIER, Tr. du ca- A. Contradicción.
ract., 279.) l. De un modo general, pensar,
2. Para el ansioso, todo lo con- pensar objetivamente, es luchar,
cebible está realizado de antema- para dominaTlas, contra las con-
no. (J. RosTAND, Deu:x: angoisses, tradicciones, contra las oposicio-
91.) nes con las que se tropieza, para
V. Angustia, 1, 2. después utilizarlas.
Ante. Lat. ante, antes. Primitiva- Pero lo característico de las an-
mente anti, de donde compuestos como tinomias es que, lejos de resolver-
anticipar. se o de colmarse, se hacen más
Sin.: prae ( antecedcre = pracccde- profundas cuando se las piensa
claramente. (G. MARCEL, Du rcfus
re).
a l'inv., 321.)
Prefijo que indica anterioridad, an-
tecedencia. B. Antinomias de la razón puru
(KANT) : afirmaciones contradictorias
ANTECEDENTE. Lat. antccedcns, a las que llega la razón cuando, en la
part. pres. de antecedere ( cedere, ir: Cosmologia racional, pretende determi-
a11te, delante), preceder. nar la naturaleza del mundo. He aqui
A. Lóg. ( corre!. de consecuente) : la primera de las cuatro antinomias:
la proposición o proposiciones (en el 2, Tesis: el mundo tiene un co-
55 ANTITESIS

mienzo en el tiempo y es limitado simetría: su regla no es hablar


con el espacio. con precisión, sino hacer figuras
Anti tesis: el mundo no tiene ni precisas. (PASCAL, Pensécs, 330.)
comienzo en el tiempo ni límite en 3. Hay oposición siempre que
el espacio, sino que es infinito se reúnen dos ideas que contras•
tanto en el tiempo como en el es- ton; hoy antítesis cuando se eli-
pacio. (KANT, Crit. do /a. r. purc, gen los giros que hacen la oposi-
338-339.) ción más sensible. Así, la oposición
Correlat. (en la psicologfa racional) : está más en las ideas y la an títe-
paralogismos de la razón pura. sis más en las palabras. (CONDIL-
LAC, Art d'écr., II, v, CEiivres
ANTIPATIA. Gr. a11tipat/1ia, afec- phi/., 1, 558 <t.)
ción (pathos) o sentimiento contra (an- 4. Mme. de Maintenon ha es-
ti). crito que Luis XIV creía lavarse
Aversión irrnzonoda por algo y, so- de sus culpas cuando era implaca-
bre todo, por alguien. ble con las de los demás. No hay
Sin.: aversión, distanciamiento, re- antítesis en este giro, pero podéis
pulsión, repugnancia, animosidad, mal- decir como consecuencia que uno
querencia, hostilidad, odio. es severo para los demiLs cuando
es indulgente para sí; y esto se-
Contr.: simpatía, inclinación, afi- ría una antítesis. (lbíd., 559 a.)
nidad.
5. No ha.y figura menos figu-
l. la antipatfa. es una forma ra que la antítesis, es decir, nin-
atenuada de instinto de conserva- guna está más en la naturaleza
ción que obra por anticipación. de las cosas y en la del espíritu
(Th. RIBOT, Probl. de psycltol. af- humano; o, mejor aún, la antíte-
fect., 86.) sis, como el silogismo, antes de ser
2. El odio conoce su «por qué• ; una figura, es un procedimiento de
la antipatía lo ignora; es que el la inteligencia, y un instrumento
uno nace de la reflexión, la otra de investigación o de prueba antes
de la intuición; el uno es intelec- que un ornamento o una lumina-
tual, la otra es instintiva. (lbíd., ria del discurso. (F. BRUNETIERE,
121.) Gr. Encyclop. [Lamirault], art.
3. Un carácter inclinado a la Antithese.?
antipatía se asemeja a una for- V. Conocimiento, 15.
taleza. erizada. de defensas. (lbíd., 2. Por ext.: oposición o contraste
125.) entre personas o cosas. El hijo es la
4. La antipatfa. por un maes- antítesis del padre.
tro puede traducirse en una inepti- B. Filos. Término o proposición
tud para la rama que él enseña. formulados en oposición a un término
(E. CLAPAREDE, Commcnt diagnos- o a una proposición que constituyen
tiquer... , 100.) la tesis.
V. Carácter, 7. l. En KANT (en la dialéctica tras-
ANTITESIS. Gr. antitltesis, oposi- cendental) : proposición radicalmente
ción. Comp. de t/1esis, acción de afir- opuesta a la tesis y tan fundada en
mar, tesis, y del pref. anti, contra. razón como ella, de suerte que es im-
posible dirimir el conflicto. V. Antino-
A. Ret. l. Prop.: figuro de retó- mia.
rica o tropo, consistente en unir dos 6. Si damos el nombre de téti-
ideas o dos expresiones de sentido ca a un conjunto de doctrinas dog-
contrario, a fin de dar más relieve al máticas, entiendo por antitética no
pensamiento. unas afirmaciones dogmáticas de
l. La antítesis es una oposi- lo contrario, sino el conflicto en-
ción de dos verdades que se escla- tre unos conocimientos dogmáticos
recen mutuamente. ( ... ) Los jóve- aparentes (thesill cum a11tithcsi),
nes se sienten deslumbrados por sin que se atribuya más a una
el brillo de lo antítesis y lo utili- que a otra un título más perfecto
zan. (LA BRUYERE, C<tr<Lct., 1, 55.) parn nuestra. aprobación. (KANT,
2. Los que hocen las antítesis Crit. ele /<t 1·. purc, 335.)
fonando las palabras son como los 2. En la dialéctica hegeliana: el
que h11cen f11lsas vent11n11s por 111 segundo paso del espíl"itu que, tras
ANTl!Ol'Ol)lCEA 50

haber afirmado alguna cosa (tesis), ln los estudios indicados en D, se dice


niega, debiendo el tercer pnso (sin- hoy etnolor.in.
tcsis) realizar el acuerdo de las pro- 2. Una cátedra que, actual-
posicionrs antitétirns. mente, llevase el título de cátedra
V. D,'a/c'rtim. de Antropología, un museo que se
AntroJJo. Del J!f, mrthropos, hombre. llamase Musco de Antropología, se-
Primosa parte de palabras como an- ría, para la inmensa mayoría de
tropocentrismo (actitud consistente en los franceses, una cátedra en la
hacer del hombre el centro de todo), que se estudiarían los caracteres
antropometría (técnica de la medida anatómicos o biológicos, la histo-
de las proporciones del cuerpo huma- ria natural del hombre, un esta-
no). Suf. en misántropo, filántropo ... blecimiento en el que el visitante
esperaría encontrar únicamente
ANTROPODICEA- Neo!. calcado de cráneos o esqueletos. (P. RIVET,
teodicea para designar una filosofía Diogime, 13 (1916, 1), p. 141.)
en la que el hombre ha tomado el lu- 3. En nuestros días es antro-
gar ocupado por Dios en la filosofía pologista el sabio que mide los crá-
clásica. neos. (G. MARS0T, Dict. de Socio/.,
En las filosofías francamente 1, 925.)
modernas en las que el problema 2. Se observa, no obstante, una ten-
de la acción humana ha llegado a dencia a recuperar el sentido A.
ser el central... (Ph. MuLLEn, Iti- 4. La antropología se constitu-
nér. Philos., p. 44.) ye como el grupo de las ciencias
Antropoide. Gr. anthriipoeides, que humanas: psicología, historia, so-
tiene forma (gr. eidos) humana. V. Jde, ciología, que permiten una inter-
Antropomorfo. pretación positiva de los compor-
tamientos individuales... (G. Gus-
ANTROPOLOGIA. Gr. anthropolo- D0RF, Tr. de Métaph., 16-1.)
,r¡ia (discurso sobre el hombre, ciencia 5. Sería menester desarrollar
del hombre). toda una nueva disciplina, aún no
A. En el sentido etimol. y primi- intentada y que desde hace años
tivo (s. XVI), por op. a la cosmología me ocupa y preocupo. Suelo darle
(ciencia del mundo) y 11 la teología el nombre de Conocimiento del
(ciencia de Dios) : ciencia del hom- hombre o Antropología filos6fica.
bre. Esta disciplina nos enseñará que
l. Bajo el nombre de antropo- las almas tienen fOTmas diferen-
logía entendemos aquí la filosofía tes lo mismo que los cuerpos. Con
del hombre. Oponemos esta pala- más o menos claridad, según la
bra a la de psicología, que es más perspicacia de cada uno, percibi-
exactamente la filosofía del alma. mos todos en el trato social esa di-
versa configuración intima de las
( ... ) La tesis fundamental de la personas, pero nos cuesta mucho
antropología, tal como la conside- trabajo transformar nuestra evi-
ran los escolásticos frente a la dente percepción en conceptos cla-
psicología propuesta por Descar- ros, en pleno conocimiento. Senti-
tes, consiste en afirmar la unidad mos a los demás, pero no los sabe-
substancial del hombre. (Card. MER- mos. (J. ORTEGA y GASSET, Para
CIER., Orig. de la Psych. contcmp., una psicología, del hombre intere-
p. 292, 295, Alean, 1937.) sante, Obras, 111, 467.) Ad. E.
B. En el s. XIX, para DE QUATRE-
FAGES (1810-1892), para BROCA (1824- ANTROPOMORFISl\1O
1880), la antropología englobaba, con Antropomorfo. Gr. ant/iriipomorphos,
la ciencia de las razas humanas, sus con forma (morphé•) de hombre (a11-
orígenes, su historia, las civilizaciones, thr<ipos). Monos antropomorfos.
las costumbres ... V. Antropoide.
V. Etnología, 4. Antropomorfizar. Concebir o repre-
C. En nuestros días. l. "Esta pa- sentar bajo forma humana.
labra no evoca generalmente más que l. No podemos evitar el antro-
la idea de las razas y de las pobla- pomorfizar la naturaleza. Habla-
ciones humanas desde el punto de vis- mos de fuerzas, de tendencias, de
ta físico» (P. RIVET). Para designar trabajo, de acción, de resistencia,
67 APARIENCIA

como si detráa de cada fenómeno riencia si no nos movemos; tam•


hubiese un hombre reflexionando, poco In hay si nos movemos, por-
esforzándose y actuando. (G. que n las primeras apariencias
Mocil, La relativité des phén., 83.) suceden otras apariencias. (ALAIS,
Ant.ropomorfismo. Acción de conce- Les úlées et les áges, I, 24.)
bir a Dio• o a los seres desprovistos de 3. El drama de las relaciones
pensamientos o incluso de coneiencic1 entre los hombres es que me obli-
se¡njn la particular naturaleza del hom- gan a regularme por la aparien-
bre. cia que me dan y a no ofrecerles
de mí mismo más que mi propia
2. Existe un dilema irreduc- apariencia. En ambos casos es ne-
tible para quien busca una inter- cesario atravesar esta apariencia.
pretación intelectualista del dogma ( ... ) Pero a veces es de una trans-
«Dios es personal». O bien se de- parencia tal que dejamos de per-
fine la palabra «personalidad», y cibi ria: no vemos ya más que lo
entonces se cae fatalmente en el que nos ocultaba y ahora nos des-
antropomorfismo, o bien no se la cubre. Sólo entonces empieza la
define, y entonces se desemboca intimidad. (L. LAVELLE, Conduitc
en el agnosticismo. (E. LE RoY, el l'égard d'a.utrui, 108-109.)
Dogme et critique, 17.)
B. Como género especial de reali-
3. El antropomorfismo más pe- dad (sobre todo en metaf. y en teol.) :
ligroso es el que se ignora, enga- lo que de las cosas nos es dado en
ñándose a sí mismo. El reconoci- nuestra representación.
miento del carácter humano de In
verdad humana, lejos de destruir Sin.: fenómeno•. El fenomenismo•
la ciencia del hombre, permite dar- reduce toda la realidad a las aparien-
le un fundamento. (G. GUSDORF, en cias así comprendidas.
Diogene, 17 [enero 1957], 123.) 4. La apariencia no puede ser
separada de ese ser del que se pre-
APARIENCIA. Lat. apparentia, der. tende que sea apariencia, pues sin
de apparere (aparecer, ser visible) [en él no sería nada, ni siquiera una
lo fís. como en lo moral)], que ha dado apariencia. (L. LAVELLE, De l'etre,
también apparitio. Apparentia signifi- 299-300.)
caba primitivamente aparición, pero 5. Mientras pudo creerse en
después ha tomado el sentido de apa- las realidades noumenales, se pre-
riencia. sentó la apariencia como algo pu-
A. Por op. a realidad: el aspecto ramente negativo. Era «Jo que no
engañoso de las cosas. Desconfiar de es el ser». (... ) Pero (... ) si ya no
las apariencias. En este sentido se dist. creemos en el ser que está detrás
de fenómeno•. de la aparición, ésta se hace, por
l. Según la etimología, las pa- el contrario, llena de positividad,
labras fenfnncno y apariencia tie- su esencia es un «parecer» que no
nen el mismo sentido, tomada una se opone ya al ser, sino que es,
de la fuente griega y la otra de por el contrario, su medida. Por-
la latina. [Pero] el uso (el de los que el ser de un existente es pre-
sabios y los filósofos) ha puesto cisamente lo que el tal parece.
una distinción donde no la ponla (J .-P. SARTRE, L etre et le 11., 11-
la etimología. ( ... ) Las estaciones 12.)
y retrogradaciones de los plane- 6. La conciencia no tiene nada
tas, sus zigzags en el Zodiaco, ni de sustancial, es una pura 11apa-
son en la astronomía moderna más riencia», en el sentido de que sólo
que apariencí,a,s; el movimiento existe en In medida en que apa-
diurno de la Tierra, su movimien- rece. ( lbícl., 23.)
to eliptico en torno al Sol, la pre- 6'. Tanto se requiere en las co-
cisión de los equinoccios, son fenó- sas la circunstancia como la sus-
menos de una importancia capi- tancia; antes bien, lo primero con
tal. (A. COURNOT, Matérialismc ... , que topamos no son las esencias
IV, § 8, 366-366.) de las cosas, sino lns apariencias:
2. [ En las visiones ele la duer- por lo exterior se viene en conoci-
mevela.] Hay una llamada de la miento ele lo interior, y por la cor-
apariencia que nos es bien cono- teza del tl'llto sacamos el fruto del
cida. No existe solución de la apa- caudal; que aun a In persona que
Al'ATIA 68

no conocemos, por el porte In juz- Si 11.: flojedad, indolencia, desi<lin,


gamos. (B. GUACIÁN, El cliacreto, abulia''.
128.) Ad. E. V. Abulia..
G". La apnl'iencin es nuís que A¡11Ítico. A. En el uso ordinario: que
rus rntionis y más que algo mern- se carncterizn por la apatía que impli-
lnl'llle (clógicon como, por ejemplo, ca insensibilidad y ausencia de reacción.
el Schci11 de Hegel. Ln apariencia
es tambi~n algo más que ilusión Sill.: amorfo•.
subjl'tiva: cuando menos, no es U. Caraeterol.: que se distingue por
forzoso interpretarla como ilusión su insensibilidad y por su lentitud de
subjetiva, incluso añadiendo que reacción, pero a la vez, a diferencia del
esta ilusión estuviera fundada in amorfo, por su capacidad de resisten-
re. Y, sin embargo, no es realidad. cia a los esfuerzos de quienes preten-
Tampoco lo es la figura aparente den obrar sobre él. En la clasif. de
tomada formalmente en y por aí HEYMANS-LE SENNE responde a la
misma, porque por ser apariencja fórmula nEAS (no Emotivo-Activo-
no tiene existencia de suyo, sino Secundario).
una existencia «apoyada», por así
decirlo, en aquello de quien es apa- l. El lenguaje corriente califi-
riencia. Ninguna cosa puede ser ca fácilmente de apáticos a todos
«pura» apariencia. (X. ZUBIRI, So- los niños faltos de energía y acti-
bre la esencia, 397-398.) Ad. E. vidad. (... ) Hay que reservar esta
denominación para aquellos que,
Salvar las apariencias. A. En el inemotivos e inactivos ( ... ) , están
sentido ordinario: hacer de modo que además afligidos por una secun-
no siendo como debiéramos, lo parez dariedad que, en el vacío de este
camas. carácter, actúa como una parálisis
7. llloliere (a Mlle. de Brie). En suplementaria. Porque la secun-
cuando a vos, sois una de esas mu.. dariedad es un valor cuando domi-
jeres que piensan ser las personas na fuerzas y facultades como en
más virtuosas del mundo con sólo el apasionado; pero no hace más
salvar las apariencias. (MOLIERE, que subrayar y agravar la debi-
l111promptu de l'., l.) lidad cuando endurece formas sin
8. [En lenguaje ordinario.] contenido. (LE GALL, Caractérol.,
Cuando se dice que hay que salvar 362.)
las apariencias ( ... ) significa qus 2. La miseria produce, entre
es preciso al menos ocultar los vi- otros males, una apatía que pare-
cios y no sacarlos a relucir. (CoN- ce preferir los dolores al trabajo
DILLAC, Syn.) de buscarles remedio, y un aban-
V. Comportamiento, 2. dono que la caracteriza siempre
y en todas partes. (C. ARENAL, El
B. Filos.: formular hipótesis que visitador del pobre, 65.) Ad. E.
expliquen las apariencias. V. Fcnómc
nos (Salvar los -) • APERCEPCióN. Acto de percibir o
apercibir. Este término técnico de la
APATIA. Gr. apatheia, ausencia de filosofia difiere de percepción en que:
sensibilidad. Comp. de a privativa y de 1.0 Se emplea sólo en sentido psicológi-
un derivado de pathos, Jo que se experi- co. 2.o Designa un acto consciente de
menta, lo que se sufre. La misma raíz su objeto, mientras que hay percepcio-
que el lat. pati (sufrir), de donde pas- nes inconscientes.
sio.
l. La apercepción de una obra
A. En los fil. gr., la apathcia con- plástica no es tanto algo instan-
siste en una insensibilidad querida táneo como la suma, la concentra-
como conforme al ideal racional del ción de varias apercepciones suce-
hombre. V. Estoicismo. sivas. (H. DELACROIX, Psyc/10/. de
Sin.: ataraxia•, impasibilidad, im- l'art, 132.)
perturbabilidad. 2. Ejercer !ns funciones men-
B. En la acepción moderna (neta- tales, incluso sin percibirlas bajo
mente peyorativa) : carácter de la per- la forma de principios, es pensar.
sona cuya debilidad de reacción deno- La apercepción de los principios y
ta insensibilidad o indiferencia 1atu- de las relaciones, la reflexión, só-
ralee, lo se formula II un nivel euperior
59 APODICTICO

de desarrollo. (H. DEl,ACROIX, Pcrt- cepci6n empírica, o también apcr-


séc et /rrng., 2.' ecl., G02.) cepción originaria, porque es esta
A. En LEIDNIZ, creador de la pala- conciencia de sí la que, al produ-
bra, en tanto que la percepción no es -eir la representación yo pienso,
en suma más que el reflejo en la mó- debe (muss) poder acompañar a
nndn de las cosas que In rodean, la todas las demás, y la que, una e
opcrccpción es uno. toma de conciencia idéntica en toda conciencia, no
reflexiva de ese contorno. puede ser acompañada por ningu-
no otra. (Ibíd., 110.)
3. conviene distinguir entre la
percepción, que es el estado inte- APETITO. Lat. appetitus, der. de
rior de In mónada representando appetcre, tender hacia, desear. Gr. orc-
n !ns cosas externas, y la apercep- xis. V. Anorexia.
ción, que es la conciencia o el co-
nocimiento reflexivo de ese estado A. En sentido original y en los es-
interior. (LEIBNIZ, Princ. de la colást.: tendencia hacia el bien cono-
11at. et de la gr., 4.) cido, ya sea sensible (apetito sensi-
ble = deseo), ya espiritual o racional
V. Intuición, 10; Tema, 9. (apetito racional = voluntad).
B. En MAINE DE BmAN: Conciencia Sin.: a petición.
inmediata por el yo de su actividad l. No hay menos movimientos
interior.
en el apetito intelectual o razona-
4. Pensaba estos últimos días ble al que llamamos voluntad, que
en los diversos grados de pro- en el apetito sensible o sensual:
fundidad que puede adoptar la re- pero aquéllos reciben ordinaria-
flexión, desde la apercepción inme- mente el nombre de afecciones, y
diata más simple hasta la abstrac- éstos el de pasiones. (Fr. DE SALES,
ción reflexiva del más puro yo. Tr. de l'amour de Dieu, I, v.)
Son otras tantas facultades dife-
rentes. (M. DE BIRAN, Journal, ju- 2. Los antiguos filósofos ( ... )
nio 1818, II, 110.) llaman apetito concupiscible a
aquel en que domina el deseo o la
5. Estoy por naturaleza dota- concupiscencia, e irascible a aquel
do de apercepci6n interna y tengo, en que domina la cólera. Este ape-
por lo que a mi interior se refiere, tito tiene siempre alguna dificul-
ese tacto rápido que los demás tad que salvar o algún esfuerzo
hombres tienen para los objetos que hacer, y es esto lo que pro-
exteriores. (lbíd., 3-4 nov. 1818, mueve la cólera.
II, 172.)
El apetito irascible sería acaso
V. Hecho, 19. mejor llamado esforzado. (Bos-
C. En KANT: Conciencia del yo, SUET, Conna.iss. de Dieu ... , I, 6.)
que tiene dos niveles: la apercepción V. Afecto, 3; Deseo, 5.
empírica, conciencia de sí que acom-
paña a toda intuición de lo real; la. B. En nuestros días. l. Pro p.: ten-
apercepción trascendental o pura, dencia que lleva a satisfacer alguna
(= conciencia trascendental, yo tras necesidad orgánica, principalmente la
de alimentos.
cendental), actividad del «Yon, prin
cipio supremo de unidad situado má 2. Fig.: Tendencia que tiene por
allá de toda experiencia posible, pero objeto la satisfacción de deseos inor-
que constituye la experiencia. gánicos, pero especialmente vivos. Ape-
6. La conciencia de si mismo tito de honores, de saber.
(la apercepción) es In representa- 3. Julia ha leído demasiado
ción simple del yo. (KANT, Crit. do pronto y demasiados libros. Ellos
la raison pure, 73.) le hnn despertado un apetito de
7. Toda la diversidad de la in- emociones que le ha hecho pare-
tuición tiene una relación necesa- cer insoportable la carrera de
ria con el yo vicnso en el mismo maestra a la que In destinabas.
sujeto en que se encuentra esa di- (P. B0URGET, L'étapc, 647.)
versidad. Pero esta representación
es un acto de la cs¡,ontancidad, APODICTICO. Gr. apodeiktikos, de-
es decir, que no podría considerár- mostrativo, propio parn convencer.
sela como perteneciente a la sen- Apodcixis = demonstratio.
sibilidad. La llamo apercepción Que tiene una evidencia de derecho
pura para distinguirla de 111 aper- y no sólo de hecho, Neces¡¡rio, Una de
Al'OF.I.NTIC'O 60
lns tres modalidades que, en el cua- a quien NIETZSCIIE opone a Dionisos:
dro kantiano de las categor!as•, se el primero es el dios ele la forma, de la
opone a as~rtóricn• y a problemática•, medida, de la serenidnd dueña de sí;
Si1·.: irrecusable, irrefragable, pe- el segundo, el dios del vino y de las
rentorio, necesario. inspiraciones que en él se hallan, de
V. Hipótesis, 18; Tipo, 2. los entusiasmos sin freno ...
l. Si la poesia es dionisiacn
APOFANTICO
por sus orígenes, es apolinea en
Apofántico. Gr. a¡,oplia11til.-os, der. de cuanto es poesía. La exuberancia
apophai11d11 (hacer ver, declarnr). que irrumpe en las palabras, la
Adj. Que declara mediante una pro- violencia del impulso, sólo crean
posición que puede ser tanto negativa el ritmo a través del prisma de
(apofática) como afirmativa (catafím- una inteligencia ordenadora. (H.
tic.a). DELACR0IX, Psychol. de l'art, 389.)
l. La primera especie de dis- 2. la ciencia se convierte con
curso apofántico es la afirmación; demasiada frecuencia en nuestras
la segunda, la negación. (ARISTÓ- manos, no ya tan sólo en clave
TELES, De l'interprétation, 5.) de la verdad, sino en instrumen-
Apofántica. Subst. f. Parte de la ló- to de poder. De apolínea, como di-
gica que trata del juicio. ría Nietzsche, se hace dionisiaca, y
en este concepto se carga de una
2. Toda la lógica llamada «clá- pasión, grandiosa sin duda, pero
sic~» gira e!1 torno al J.¿10.; r.t-::l);;ri•, que no deja de envenenarnos. (A.
~x'"';, es decir, en torno al supuesto SIEGFRIED, en Progres techn. et
de que el pensamiento se basa en pronres m.or., ccRenc. de GenCve»,
las distintas formas del juicio S es 1948, p. 12.)
P. La «nueva lógica» se ha dirigido
por lo general contra este predo- 3. En una ·cultura de tipo apo-
minio de la apofántica, y a veces líneo, todo exceso está prohibido y
ha considerado que esta última es- en todo se encarece el justo me-
tá vinculada indisolublemente a dio. La personalidad debe desva-
una cierta especie de metafísica: necerse (... ), los bailes tienen un
la metafísica de la sustancia-ac- carácter acompasado y ceremonio-
cidente, a la cual correspondería so (... ). En tanto que en las tri-
lógicamente la relación sujeto-pre- bus de cultura dionisiaca se afir-
dicado. (J. FERRATER MORA, Dfo- ma el individualismo ( ... ). Las
cimw.rio de Filosofía, 62.) Ad. E. danzas son frenéticas y extáti-
cas... (J. PUcELLE, Le r~gne des
APOFÁTICO. Gr. apophatikos (der. fina, 294.)
de apophanai, decir no), negativo. Teo- 4. Cierta etapa de la evolución
logía apofática =teología negativa. humana es incomprensible si no
V. este término. se admite que el hombre vivió du-
l. la experiencia mística de la rante ella señoreado por el terror.
teología apofática en la que Dios Los «tabús•, los ritos mágicos, só-
es conocido como desconocido. (J. lo se entienden partiendo de un
MARITAIN, La raison. et les raisons, miedo difuso alojado en las almas.
97.) Nada es indiferente: cualquier ac-
2. La teología apofática es el to puede disparar las secretas
conocimiento negativo de Dios. ( ... ) fuerzas hostiles que se ocultan en
La teología apofática no es agnós- la tierra. La cultura cthónica dio-
tica, sino muy mística. (N. BER- nisiaca conserva, aun en sus for-
DIAEFF, Esprit et réal., 172-173.) mas pulidas de más tarde, esta
3. «quien piensa que Dios es resonancia medrosa. (... ) Penélope
algo determinado se aparta del es una í1ltima modelación del mi-
que es el Ser por esencia ... ». Esta to cthónico: también ella estaba
doctrina, que es la misma de la sentada, quieta e hilando. Símbo-
teología apofática, aparece a cada lo de una cultura hembra. Aún
paso en San Gregorio. (J. DANit- tardará en llegar Apolo, repre-
LOU, Plato11is,ne et théol. myat. sentante de una cultura masculi-
c/icz Grr'y. rle Nysse, 323.) na, portadora de luz y alegría. (J.
ORTEG,I Y GASSET, Espíritu de /11
APOLINEO. Adj. derivado de Apolo, letra, Obraa, 111, 594-695.)
Gl APREHENSIÓN

APOLOGÉTICA !icultad de orden racional de la que


Apologético. Adj. Que contiene una no se ve cómo escapar.
apología (discurso, obro apologética), V. Ser, 111, 47.
Relativo a In disciplina llamada apolo- Aporético. Gr. aprwetikos (der. de
gética (método apologético), aprwia): dubitativo, escéptico.
Apologética. Subst. f. l. En su for- Uno de los calificativos por los que
ma negativo y en sentido etimol. (apol. se designaba a los escépticos: dudador.
destructiva): disciplina que tiene por Co11tr.: dogmático.
objeto defender la religión contra lo• La Filosofía dogmática y la Fi-
ataques que sufre, apartar los obs. losofía aporética, es decir, la fi.
t:ículos que pueden alejar de la fe. losofía afirmativa y la filosofi~
2, En su fom1a positiva y en sen- que enseña a dudar, correrán la
tido actual (apol. constructiva) : parte misma suerte. Pero nosotros lo:i
de la teologia (corrientemente califi- probabilistas tendremos sobre ellos
cada de «fundamental»), que tiene por la ventaja de que ellos no saben
objeto establecer, mediante argumen- que no saben nada, y nosotros lo
tos históricos y racionales, el hecho de sabemos, aunque de modo incíertú
la revelación cristiana de la que es y entre dudas. (HUET, Traité de
órgano la Iglesia, desembocando asi en la faib/essc de l'eB'pril humain, pá-
el juicio de credibilidad, preámbulo de gina 260, Londres, 1741.¡
la adhesión de fe.
APROCHE. Palabra franc. der. del
El especialista en apologética es adv. lat. prope, oerca. Indica la ac-
llamado apologeta y no apologista. ción de aproximarse en el tiempo o
La apologética, entendida en el en el espacio.
sentido estricto, puede definirse
indiferentem,mte como la ciencia Gal. que designa, en sentido fig., el
que tiene por objetó propio la conjunto de acciones convergentes ha-
prueba del hecho de la revelación cia un fin determinado. Trabajo de
divina, considerada como funda- approche. Bajo la influencia de la no-
mento de la verdadera religión, o ción de «conocimiento aproximado»
la ciencia de la credibilidad de la (co11uaissa11ce approchée), se ha hecho
religión cristiana· y católica. (X. usual en el vocabulario psicológico.
M. LE BACHELET, en Dict. apolog., Métodos de approche.
I, 225.) l. El approche clínico es el más
V. Inmanencia-, 12. adaptado al estudio de la conduc-
ta humana concreta. (D. LAGACHE,
Apología. Gr. pologia, defensa. L'unité de la p81Jchol., 56.)
Escrito o discurso dirigido o deféri- 2. los dos modos de approche
der o a justificar algo o a alguien. seña!ados [experimentación en el
Apología de Sócrates. Der.: apologis- trabajo y experimentación en el la-
ta, autor de una apología. boratorio] se unen en un fin co-
mún: la comprensión del compor-
APORfA tamiento del obrero en el trabajo.
Aporía. Gr. aporia, carácter de lo (J.-1\I. FAVERGE, Adapt. de la 111ach.
que es aporos, es decir, sin ( a privati- el l'homme, 193.)
va) paso (poro•, que ha dado el esp. po- V. l11dividuo, 14.
ro), situación sin salida. Fig.: dificul-
tad. APRAXIA. Gr. 111pTaxia (a privati-
A. En AlllSTÓTELES (cuya Meta/. [J va y praxis, acción). Pérdida por un
deiarrolla 14 aporías) : dificultad o in- sujeto exento de toda parálisis, de la
certidumbre resultante de «la igualdad» capacidad de ejecutar voluntariamen-
do los razonamientos contrarios ( ... ) : te ciertos movimientos ordenados a un
en efecto, cuando, razonando en ambos fin y que, en estado normal, son auto-
sentirlos, todas las razones nos pare- máticos. Por ej.: pérdida del hábito de
cen ig11ales de una y otra parte, nos los movimientos de escritura (agrafia).
encontramos en la incertidumbre en Corre/.: agnosia•.
cuanto a la acción o emprender», (Tó- APREHENSlóN
picos, VI, 6, 145 b), Aprehender. Lat. upprehe11dcr,·. to-
11. I~n los modernos apol'ía lieno mar, opoclerorse ele (pre/1c11dcre) con
más bien el sentido fuerte indicado por movimiento hacia (a</). Ha dado el do-
la eLimologlo: callejón sin salida, di- blete op1·ehenso1·-oprender.
,\PRENDER 62

A. Prop.: ns.ir fisirnmentc a una 4". En todo acto de aprehen-


persona, apoderarse de ella. El ladrón, swn, lo aprehendido desempeña
el Joco ha sido aprehendido por los unn función más honda que la de
guarrlins. ser el término sobre el que recae
B. Fig.: Capturar mentalmente. el neto: lo aprehendido no es sólo
Percibir, concebit·. el término del acto, sino Jo que
l. La ambición del novelista confiere a este acto su intrí11seca
moderno es, en efecto, aprehender nctualidud concreta. Actualidad,
al hombre todo entero con sus con- en efecto, no significa tan sólo
tradicciones y marcjadas. (F. que el acto cst'.\ siendo actualmen-
lllAURIAC, Dieu et J\Iammon, 162.) te ejecutado, sino que lo ejecutado
V. Dcveuir, l.
tenga determinada actualidad in-
trínseca, que sea formalmente el
Aprehensión. Lat. appTchc11sio, ac- acto de anrehender tal cosa y no
to de coger (pTaehc11dere). conocimien- tal otra. ( lbíd., 443.) Ad. E.
to, comprensión.
Aprensión. Estado de quien conside-
En sentido cognoscitivo (técnico) : ra el porvenir con temor e inquietud.
operación por la que el espíritu alcan-
za un objeto de pensamiento: una cosa 5. la aprensión es un presen-
material, como en la percepción; una timiento, una idea, una vaga ad-
relación, como en el juicio, etc. En los vertencia que uno se hace a si
escolástic., la appraehensio simplex es mismo, más que una previsión do-
el acto por el que el espíritu concibe tada de un fundamento explicable.
una idea sin emitir sobre ella ningún ( ... ) El temor es la vista y la
juicio. La aprehensión supone un ob- aprensión la sospecha de un pe-
jeto de pensamiento simple; la com- ligro. (LAFAYE, 479.)
prensión•, un objeto complejo. . 6. . Aprensión. Inquietud premo-
2. las aprehensiones de los sen- mtona, absorbente e inhibidora,
tidos son siempre verdaderas. (PAS· creada por la sospecha de un peli-
CAL, Pe11sées, 325.) gro posible y por la representa-
3. en la expres1on «simple ción mental de dificultades temi-
aprehensión», la palabra simple bles. (G. STRELETSKI, Clavier psy-
chol., 46.)
se entiende por oposición a la ac-
tividad constructiva que se mani- APRENDER. Lat. appreliendere,
fiesta en las demás operaciones coger, apresar (en lo físico y en lo mo-
del espíritu [juicio y razonamien-
to]. (J. MARITAIN, Petite logique, ral), comprender, adquirir un conoci-
miento.
24.)
V. Cuerpo, 6. l. Nuestra manía docente y
pedantesca consiste siempre en en-
Nótese, no obstante, que siendo siem- señar a los niños lo que aprende-
pre la conciencia conciencia de algo, rían mucho mejor por si mismos.
todo estado afectivo constituye un mo- (J.-J. RoUSSEAU, Émile, 11, p. 60.)
do de aprehensión de la realidad en
el sentido dicho. 2. en cuanto a este arte de co-
n?.cer "; los hombres (... ) , te diré,
4. la aparición de un -amigo h1Jo mio, que puede aprenderse
muerto como irreal tiene lugar so- pero no enseñarse. (Luis XIV;
bre el fondo de aprehensión afec- Memorias, l.)
tiva de la realidad como mundo
vacío desde este punto de vista. 3. no hay que creer que han
(J.-P. SARTRE, L'imaginaire, 235.) terminado los estudios cuando se
4'. El modo de aprehensión es sale de la escuela; no se ha hecho
siempre -trátese del puro sentir más que aprender a aprender y
o de la intelección- un momento es necesario trabajar toda la vlda.
extrínseco a lo aprehendido e:;ctra (Cl. BERNARD, Pr. de méd, e:;cp, p.
animam. Pero la índole propia del 184.) '
modo de aprehensión es una mos-
tración de la índole misma de las APltIORISMO. Doctrina que admite
c?sas. L~s. cosas, en efecto ( ... ), principios o formas a priori. Con fre-
tienen distintos caracteres segú.1 cuencia peyor.
estas dos formalidades. (X. ZUBI- Sin.: racionalismo (pero sin matiz
RI, Sobre la esen,:ia, 393.) Ad. E. peyor,).
63 ,U{BITRO

APROXll\lACI<>N. Lat. u¡,¡,rorimatio, bitro elegido por las partes; en con-


der. de a.ppro.rimare, acercar, der., a su secuencia, dueño del destino de ...
vez, de pro ..rimus 1 muy cercano. Persona, a arnenudo elegirla poi· las
A. Mat. Cálculo que permite, para partes, n quien corresponde zanjar un
una cantidad dada, obtener una medi- litigio o juzgar una competición.
da cercana a la realidad, pero no Arbitrario. Lat. arbitrari11•. propio
rigurosamente exacta. del árbitro, arbitral, voluntario, dt• va-
l. Por paradójico que pueda lor discutible, arbitrario.
parecer, cabe decir que toda cien- A. Que no es impuesto ni por la
cia exacta está dominada por la naturaleza de las cosas ni por el
idea de la aproximación. (B. Rus- derecho positivo, sino que dl'pcnde
SELL, L'esprit scic11t., 64.) ele cada uno o de una libre cfocisiún ele
B. El resultado de ese cálculo. los hombres.
Si 11.: valor aproximado. l. El atractivo es arbitrario.
2. Una verdad de aproximación la belleza es algo más real y más
no es una verdad aproximada (... ) ; independiente del gusto y de la
si afirmo que la distancia entra omnión. (LA BRUYÍ:RE, Caract.,
el Pirco y Atenas es de más de III, 11.)
una legua y de menos de dos, mi 2. Las palabras son signos ar-
proposición es de un rigor irrepro- bitrarios. ( ... ) Así, pues, es un
chable. (L. BRUNSCHVIG, L'expér. rasgo fundamental de los signos
hum ... , 370.) lingüísticos el no tener con las co-
3. La historia de la ciencia fí- sas significadas ningún lazo na-
sica es un cortejo de aproximacio- tural. (A. MEILLET, en la Encycl.
nes que se suceden y se corrigen. franc., 1, 32, 7.)
(G. JUVET, Stnict. des nouv. tl&éo- V. Valor, 31.
ries phys., 4.) B. Con matiz peyorativo: que de-
pende de una decisión sin motivo, cuan-
APTITUD. Lat. aptitudo, calidad de do la materia exigiría una motivación
quien o de lo que es aptus (apl'opiado, racional.
apto).
Disposición natural para alguna Sin.: injustificado, inmotivado, gra-
tuito, irracional, ilegal.
cosa.
Sin.: Predisposición, talento, capaci- 3. El poder absoluto es un po-
dad, facilidad. der independiente de los hombres
sobre quienes se ejerce; el poder
1. La aptitud es la condición arbitrario es un poder indepen-
co11génita de una cierta modalidad diente de las leyes en virtud de
de efici.encia. las cuales se ejerce. (V1zcoNDE DE
Es el substrato, no directamen- BONALD, <Euvres, ed. llligne U,
te accesible, de una capacidad que, 625.)
ésta sí, es directamente revelable,
a condición de una voluntad de 4. No hay nada en una lengua
que sea enteramente motivado; pe-
ejecución, pero que depende tam-
bién de la formación educativa y ro tampoco nada que sea entera-
del ejercicio, asi como del gl'ado de mente arbitrario. (H. DELACROIX,
madurez, cuando el desal'l'Ollo no Le lang. et la pensée, 607.)
ha tel'minado o se encuentra pre- Arbitrio. Elipse por libre arbitrio
cozmente detenido. (H. PIÉRON, (fom1a antic.). Poder de determina!'se
Tr. de Psychol. appl., 1, 31.) sin otra razón que el propio querer.
2. La presencia de espíl'itu se Sin.: libertad de indiferencia. V.
podría definir como una aptitud Libre• arbitrio. Se decía también:
para aprovechar la ocasión de ha- franco lll"bitrio.
blar y de obrar. (VAUVENARGUES, Contr.: sel'Vo arbitrio (LUTERO, De
Jntrod, a la co,maiss. de !'esprit servo a,·bit,·io).
llumafo, I, 10.)
5. La forma social y política en
Arbitrario. V. Árbitro. 111 que un pueblo puede entrar y
Arbitrio. V. Árbitro. pcrm.ancce1· no es dejada a su ar-
bitrio, sino determinada por su ca-
ÁRBITRO rÍlcter y su •pas11do. (H. TAINE,
Árbitro. Lat. arbiler, testigo, ár- Origines ... , I, Préf., 11.)
AHGUCIA 64

Arbitral. Lat. a,·bilmJis, del árbitro. Argüir ele: sacar ele un hecho o de
.\. Prop.: que depende del árbitro un principio la consecucncin que de él
(sentencia arbitral) ; que desempeña emana.
el papel de árbitro (tribunal arbitral). Argumento. Lat. argumcutum, der.
6. El derecho es lo que está de arguere.
reconocido como derecho. Recono- A. Consideración aportada para es-
cido, es decir, aprobado o pronun- tablecer o refutar una tesis. Argu-
ciado por un poder arbitral, y a mento en forma• = razonamiento, si-
plena luz. (... ) logismo.
Muchos estiman que el tribunal Sin.: prueba•, razón, motivo, justi-
arbitral debe estar, además, pro- ficación.
visto de poder ejecutivo, y, como 1. afirmar vale más que de-
suele decirse, de guardias. Pero 11iostrar. U na afirmación tiene
semejante poder no está en la no- más peso que un argumento, al
ción de derecho. Cuando un tribu- menos para la mayoría de los hom-
nal arbitral (. .. ) se ha pronuncia- bres, porque el argumento suscita
do el derecho está declarado y la desconfianza. Por eso los ora-
reconocido. Nada le falta. (ALAIN, dores populares tratan de sentar
,llincrvc, 226-227.) los argumentos de su partido me-
7. Un Tribunal arbitral de la diante afirmaciones. (NIE"nSCHE,
Comunidad estatuye sobre los li- Le vo¡¡ageur et son ombre, § 295.)
tigios entre miembros de la Co- 2. Se finge creer, y a menudo
munidad. (Constitución fr. de han querido hacerme creer, que
1958, art. 85.) los argumentos tienen una fuerza
B. Por contaminación con arbitra- propia, de modo que se llega a
rio: que puede pronunciarse indiferen- vencer a unos mientras se es co-
temente en favor o en contra. mo derribado por otros. Pero no
existe mecánica pensante que pe-
8. La libertad no es como tan a se asl los argumentos. Las razo-
menudo y tan erróneamente se la nes de dudar de todo, que Pierron
ha representado, al igual que un ordenó, son muy fuertes si se quie-
simple poder arbitral, siempre due- re, e invencibles si se quiere, pe-
ña de prestar o negar la mediación ro no tienen poder sobre mí, por-
de la razón ... (M. BLONDEL, L'ac- que no he querido seguir ese ca-
tion, 125.) mino. Y él, en cambio, ,se satisface
A rch-, are-, arqu-. Prefijos tomados con esas pruebas porque las busca-
de la raíz griega arch-, que expresa la ba ... (ALAIN, Esq. de l'h., 267.)
idea de comienzo y, pues el jefe mar- 3. Todo argumento invita a
cha en cabeza, la de mando ( are he). De una apreciación de su fuerza, y
ahí las palabras relativas a lo antiguo estos repetidos ensayos de refuta-
( archaios), como archivo, arcaísmo, ar- ción mental, a poco tengan éxito
queología; las que expresan la ·dea algunas veces, pueden degenerar
de prioridad, como arquetipo; las que en un negativismo sistemático cu-
expresan la de primacía, princ. bajo ya influencia, incluso en la vida
la forma del pre!. archi (archiduque, íntima, no conviene desconocer.
arcipreste) y bajo la forma de los (Ch. PERELMAN, Tr. de l'argumen-
suf. arquia, arca (monarquía, monar- tation, 11, 637-638.)
ca oligarquía, oligarca). En leng. fa-
mÚiar, el pref. archi tiene un sentido 11. Sumario de una obra de teatro,
superlativo: archifalso, archifeo. V. de una conferencia. El sumario envia-
Anarquía. do a los miembros de la Sociedad Fran-
cesa de Filosofía suele comenzar as!:
ARGUCIA. Lat. argutia, finura, su- «M. X ... presenta al examen de la So-
tileza. ciedad los siguientes argumentos», o:
«las consideraciones siguientes».
Razón o argumento, a menudo de
pura forma, pero siempre sutiles y Argumentación. Acción de argumen-
que por ello embarazan al defensor de tar. Serie o conjunto de argumentos.
la tesis opuesta. 4. toda argumentación es in-
dicio de una duda, porque supone
ARGUMENTO la conveniencia de precisar o re-
Argüir. Lat. arvuere: indicar, de- forzar el acuerdo sobre una deter-
mostrar, convencer. minada pooición que no está sufi-
65 ARISTOCRACIA

cientemente clara o no se impone dencia que nadie nunca ha pues-


con fuerza bastante. (Ch. PEREI.- to en duda: nadie desea que los
MAN, Tr. ,le l'a1·u1111wntation, II, peores, los más malvados, los me-
G36.) nos prudentes, los menos eficaces
A. Sin. de demostración•: conjun- dirijan los asuntos de la comuni-
to de argumentos dados para estable- dad. Y todos quieren que sean en-
cer o combatir una tesis; acción o ma- cargados de ellos los mejores. La
nera de argumentar. dificultad está en hallar quiénes
son los mejores en una comunidad.
5. No tengo yo la culpa si mis La tesis aquí defendida consiste
maestros me habían enseñado ló-
gica Y, por sus argumentaciones en afirmar que la democrMia es
implacables, habían hecho de mi el sistema político que, en una co-
espíritu un filo de acero. (RENAN, munidad sana, tiene mayores pro-
Souv. d'enf., V, 3.) babilidades de llevar a los mejo-
res a los puestos dirigentes. (E.
D. Por op. a demostración•: con- WEIL, Philos. polit., 217.)
junto de procedimientos, tanto orato-
rios como racionales, utilizados para V. Oligarquía, l, 2.
hacer admitir una tesis. D. Clase social a la que le son o Je
G. La propia naturalezn de la eran reconocidos particulares derechos
deliberación y la argumentación a las grandes funciones públicas.
se opone a la necesidad y a la evi- Sin.: nobleza.
dencia, porque no se delibera allí 3. una aristocracia sólo asegu-
donde la solución es necesaria ni ra su duración por los servicios
se argumenta contra la evidencia. que presta; lo que equivale a de-
El campo de la argumentación es cir que sólo vive de los sacrificios
el de lo verosímil, lo plausible, lo que hace. (E. FAGUET, Polit. et mo-
probable, en la medida en que es-
te último escapa a las necesidadea
ral.ª" XIX' s., III, xvn.)
del cálculo. (Ch. PERELMAN, Tr. de 4. Un poder social cuyo título
l'arguni.entation, I, 1.) se funda en los servicios prestados
y los ejemplos dados es denomina-
7. En una demostración, todo do aristocracia. (J. LEMAiTRE, Le
está dado, ya se trate de un siste- romantisme fr .. , 347.)
ma hipotético-deductivo, ya sean
los axiomas proporcionados por 4'. La aristocracia española.,
una intuición racional o sensible. tanto la de capacidad como la de
En la argumentación, por el con- posición social, no aspira a situar-
trario, las premisas son lábiles. se como clase enteramente aparte
Pueden enriquecerse al hilo de la sobre el nivel común de las gen-
argumentación; pero por otra par- tes, ni aspira a realizar concepcio-
te son siempre precarias, y la in- nes demasiado personales dentro
tensidad de nuestra adhesión a de un pequeño grupo minoritario,
ellas sufre modificaciones. ( Ibíd., sino que consagra su obra a la ma-
11, G51.) yoría, lo cual le impone un estilo
general de llaneza, apoyado siem-
ARISTOCRACIA. Gr. aristokratia: pre en el pensar y sentir de an1-
régimen político en el que son los me- plio fondo humano. (i\I. IIIENÉNDEZ
jores ( aristoi) quienes detentan el po- PIDAL, Los cspmiolcs en la histo-
der (kratoa). ria, 101-102.) Ad. E.
A. Prop.: régimen político en el 4". El aristócrata hereda, es
que el poder pertenece a una clase que decir, encuentra atribuidas a su
constituye sólo una minoría en la na- persona unas condiciones de vida
ción, pero se considera posee títulos que él no ha creado, por tanto,
particulares, generalmente heredita- que no se producen orgánicamen-
rios, para el gobierno del Estado. te unidas a su vida personal y pro-
V. Oliuarqufa. pia. Se halla al nacer instalado, de
l. Cuando el poder soberano pronto y sin saber cómo, en me-
está entre las manos de una parte dio de sus riquezas y de sus pre-
del pueblo, esto se llama aristo- rrogativas. El no tiene, íntimamen-
cracia. (MONTESQUIEU, EBp1·it rica te, nada que ver con ellas, p(irque
loú,, II, Il,) no vienen de él. Son el caparazón
2. La mejor forma de gobierno g·igantcsco de otra persona, de otro
es la aristocracia. Es ésta una cvi- ser viviente, su antepasado. Y tie-
S. Diccionario Jc-1 Len¡iuaje Filu~úfico.
ARJ\IONIA 60

TI(' que y1v1r como heredero, esto mundo. ( ... ) Una naturaleza est~-
t'S, tit•ne l]lll' usnr el <'aparnzón tfo lien no es acomodarla a este espec-
otrn vida. ( ... l Está condonado táculo, quiere percibir la armonía
n n·1n-cst11far al otro, por tanto, n y no siempre el reehinar de las di-
lr11 s<·,· ni el otro ni él mismo, Su sonancias. (H.-F. AMICI,, Jn11r11al
vida pierde, inexorablemente, au- int., 3 marzo 1870.)
tenticidad y se convierte en purn Armo11ía pra•fablrcicla. A. Prop.:
repr1.:sentación o ficrión de otra vi-
da. (J. ORTEGA Y GASSET, La rcbe- doctrina leibniziana de las relaciones
lió11 dr las masas, Obra.s, IV, 208.) entre el alma y el cuerpo y, más gene-
Ad. E. ralmente, de lns mónadas• entre si.
C. Poi' ext.: pequeño número de in- 4. Figuraos dos relojes de pa-
dividuos que poseen la preeminencia o red o de bolsillo que marchan de
la supremacía en un campo determi- perfecto acuerdo. Esto puede ocu-
nado; esta misma preeminencia. La rrir de tres maneras. La primera
aristocl'acia de la ciencia, del arte, de consiste en una influencia mutua;
la moda. Toma a menudo una acepción la segunda, en afectar a ellos un
irónica: la aristocracia del dinero, «la hábil artesano que les dé cuerda
aristocracia del tapón». (F. MAURIAC y los haga marchar juntos en to-
para designar a los grandes propieta- do momento. La tercern, en fabri-
rios de bodegas.) car esos dos relojes con tanto ar-
te y ajuste que podamos estar se-
5. En Francia todo el mundo guros de que maroharán de acuer-
es aristócrata, todo el mundo tien- do. Poned ahora el alma y el cuer-
de a distinguirse de todo el mun- po en el lugar de esos dos relojes;
do. (J. BARBEX o' A., Pcusécs déta- su acuerdo puede suceder de las
cliécs, núm. 23, p. 17.) mismas tres maneras. El camino
6. Un aristócrata reconoce In de la influencia es el de la filoso-
nobleza allí donde se encuentra y fía vulgar; pero como no podemos
desconfía de las castas. (J. CHAR- concebir partículas materiales ca-
D:>NNE, Allachcme11ts, 45.) paces de pasar de una de esas sus-
tancias a la otra, hay que abando-
ARMONfA. Gl'. harmo11ia, ajuste de nar tal creencia. La vía de la asis-
las partes entre sí. tencia continua del Creador es la
A. Prop.: cualidad de los sonidos del sistema de las causas ocasio-
simultáneos que producen una impre- nales; pero pienso que es hacer
sión agradable o al menos tienen un intervenir Deus ex machina en
valor expresivo. una cosa natural y ordinaria en In
que, según la razón, no debe
l. Se llama armonía la emisión concurrir sino de la manera que
simultánea de varias melodías di- concurre a todas lns demás cau-
ferentes. sas naturales. De este modo no
Esta emisión simultánea hace queda sino mi hipótesis, es decir,
nacer combinaciones de sonidos a tan 11ólo la vía de la armonía pre-
los que los tratados de armonía establecida. (LEIBNIZ, Second éclai1·-
han dado el nombre de acore/es. cisscnu:nt ... , CEuvres, cd. P. Janet.
(V. D'INDY, Co1trs de compos. mus., II, 54:l.)
91.)
5. El camino de la armonía
2. Mediante la consonancia, la preestablecida poi' un previsor ar-
disonancia y sus combinaciones y tífice divino que desde el comienzo
experiencias, la armonía expresa. formó a cada una de esas sustan-
el acuerdo y el conflicto ... (H. DE- cias de manera tan perfecta, re-
LACROIX, Psychol. de l'art, 307.) gulada con tanta exactitud, que
B. Por anal.: cualidad de un todo sin seguir más que las propias le-
luyas partes acuerdan entre sí. Armo- yes que ha recibido con su ser se
nía dc.> colorl"s, de movimiento, de hora- acuerda no obstante con la otra;
rios, de ocupaciones, de gustos, de sen- del mismo modo que si hubiese una
timientos. Vivir en perfecta al'monla. influencia mutua o que si Dios pu-
Sin.: acuerdo, unisono, concordia, siese de continuo ·la mano en ellas
simpatía. más allá de su concurso general.
3. Todas las fuerzas y todos los (LEIBNIZ, Troisiim1c éclairc., JI,
principios obran a la vez en el 645.)
67 ARREPENTIMIENTO

n. Por ext.: acuerdo de diversas mitológicos conocidos. En tal caso


personas o cosns que parecen haber expresa, antes y sobre todo, ma-
sido hechas las unas para las otras. teriales colectivos inconscientes, a
G. Esa arrnonia preestablecida la vez que indica que la conciencia
entre la teoría de Schopenhauer y en su estado momentáneo tiene
mi hombre natural me causa un menos de personal que de someti-
placer mezclado de terror. (H.-F. da n una influencia colectiva.
AMIEL, Journa,I int,, 28 agosto Una imagen perse>nal no tiene
1869,) ni carácter arcaico ni significación
7. Sin duda existía entre la personalmente condicionada del
estética vaporosa de 1885 y el cli- consciente.
ma natural y humano de Flandes La imagen primordial, que en
una arrnonia preestablecida, que otra parte he llamado también
brillaba en los poemas y las nove- «Arquetipo», es, por el contrario,
las de Rodenbach corno en los dra- siempre colectiva, es decir, común
mlis fantásticos de Maeterlinck. al menos a todo un pueblo o a to-
(P.-H, SIM0N, Littér. contcmp,, 1, da una época. (C. G. Jur;a, Tupca
45.) psychol., 454.)
ARQUETIPO. Gr. arcltetypos (comp. 5. Los arquetipos (... ) son he-
de arclte [que trad. el lat. principum, redados con la estructura cerebral;
comienzo principio] y de typos, mode- aún más, son el aspecto psíquico
lo, tipo) : tipo primitivo, modelo origi- de ésta. (C. G. JUNG, Essais de
nal. psychol. anal., 87.)
A. Tipo supremo del que los obje- V. Conciencia, 65.
tos de nuestra experiencia no son sino ARQUITECTóNICA, adj. y subst.
copias. Gr. architektonikos, que concierne a la
Sin.: prototipo, patrón, original, mo- arquitectura (architektonia), que posee
delo, paradigma. una ciencia o un arte.
l. Considerad con atención la A. En ARISTÓTELES: una ciencia es
idea clara de la extensión: es el llamada arquitectónica con relación a
arquetipo de los cuerpos; repre- otras cuando éstas no son sino medios,
senta su naturaleza y sus propie- en tanto que ella constituye el fin.
dades. (MALEBRANCHE, Entr. mé- l. los fines de todas las cien-
taph., III, x.) cias arquitectónicas son más im-
2. la extensión inteligible es portantes que los de las ciencias
eterna, necesaria, infinita, Porque subordinadas. Las segundas son
es la idea o arquetipo de la exten- cultivadas en función de las pri-
sión creada, que percibimos inme- meras. (ARISTÓTELES, Éth. a Ni-
diatamente, (MALEBRANCHE, Entr. ccnn., 1, 1.)
cl'un phi/, clirétien. .. , penúl. párr.J B. En KANT: arte de construir sis-
temas.
3. la república, tal como está
encarnada, forzosamente poco con- 2. Entiendo por arquitectónica
forme a su arquetipo. (A. THÉRI· el arte de los sistemas( ... ). La ar-
VE, Moralistes de ce tcmps, 339.) quitectónica es, pues, la teoria de
Jo que hay de científico en nuestro
6'. Los ideales son las cosas se- ronocimiento en general, y por ello
gún estimamos que debieran ser. pertenece necesariamente a la me-
Los arquetipos son las cosas según todologla. (KANT, Crit. ele la raiso1t
su ineluctable realidad. (J. ORTE- pu,·e, 558.)
GA Y GASSET, Mira,bcau o el polí-
tico, en Trlptico, 9,) Ad. E. ARREPENTIMIENTO, De arrepen-
tirse, ant. repentirse, del lat. re, intens.,
V. Poder, 9. pacnitere, estar descontento de si mis-
B. En O. G. JUNG: símbolo que for- mo, arrepentirse.
ma parte del inconsciente colectivo y A. Prop.: vivo pesar• de una falta
condensa las experiencias del alma pri- moral con la firme voluntad de no vol-
mitiva. ver a cometerla y, en la mediJa de
4. Llamo primorclial a toda lo posible, de repararla. V. Penitencia,
imagen de carácter arcaico: dicho Pesar, R,:·mo,·dim,icnto.
de otro modo, que presenta una l. La exngerción del arrepenti-
concordancia notable con motivos miento desanima a In virtud. El
.\RTE 68

animo que no tiene ya esperanzas 2. El nl'te más inocente tiene


de reparar no trntn de hacerlo; se 1algo de perfid in.
somete a su humillación y pronto (V0LTAIIIE, Zafrr, IV, 11,)
se resignará a su debilidad. (lllme,
GUIZ0T, Cousci/s de 11w1·., II, 103.) 3. El comercio es el arte de
abusar del deseo o la necesidnrl
2. El arrepentimiento mata el que alguien tiene de alguna cosa.
nervio vital de la falta que prolon- (E. y J. G0NC0URT, Jclées et se11su-
gaba su acción de ésta. (M. Scm;- tio11s, 22.)
LEI!, Sens ele la so11ff1·., 89.)
3. Acaso sea cierto decir que V. Ate11ci611, 7; Cortesía, 6.
nadie soporta la vista de su pasado B. Sólo en plural ( en la Edad Me-
sin sufrir. Al menos, importa dis- dia) : las siete artes liberales, es decir,
tinguir, en este caminar retrospec- las disciplinas enseñadas en la facul-
tivo, el remordimiento, que nos tad de artes, que, con la de teolog!a,
bloquea en el dolor de la falta pa- constituían In universidad. Las artes
sa.da y nos cierra todo horizonte, liberales, que preparaban para las pro-
y el arrepentimiento, que sólo mira fesiones liberales, se oponían a las ar-
al pasado porque quiere que el tes mecánicas que preparaban para los
porvenir sea distinto. (L. LAVELLE, oficios. Estaban repnl'tidns en dos
Le mal et la souffr., 127.) grupos:
V. Moroso.
El trivium: gramática, retórica, dia-
B. Improp. y por ext.: vivo pesar léctica (= lógica) ;
de una acción que no engendra culpa-
bilidad. El quadriviu,m: ar.itmética, música,
geometría y astronomía.
4. Hay pocas mujeres tan per-
fectas que impidan a un marido Las artes liberales conducían a la
arrepentirse al menos una vez al «maestría en artes», antecedentes del
día de tener mujer ... (LA BRUYERE, actu&.l bachillerato.
Caract., III, 78.) 4. El león, para bien gobernar,
C. Por anal. (en pintura y, por ext., queriendo aprender la moral,
en las obras humanas en general) : in- se hizo un buen día traer
dicio que muestra que algo ha sido re- al mono, maestro en artes en-
tocado. [tre gente anímal.
6. con frecuencia [en los En- (LA F0NTAINE, Fables, XI, 6.)
sayos de Montaigne] los arrepen- 4'. en el circulo de los antiguos
timientos, retoques y añadidos son estudios se comprendían las llama-
tan instructivos como el propio das entonces artes liberales, a !ns
texto. (A. GmE, Journal, 8 febrero cuales pertenecía la matemática;
1933.) pel'o pertenecía en el sentido de
6. los tachones señalaban los aquellos tiempos, en que el álge-
arrepentimientos del estilo y las bra, la geometría trascendental y
vacilaciones del análisis. (P. H. SI- las ciencias físico - matemáticas
l!ON, Le somnambule, 11.) eran apenas conocidas entre nos-
V. Atención, 12. otros. (G. M. DE J0VELLAN0S, Me-
moria sobre ed11Caci6n pública,
ARTE. Lat. ars, artis (emparenta- Obras, 236.) Ad. E.
do con el gr. artyein, arreglar, dispo- C. Por op. a ciencia y como sin. de
ner) : manera de ser o de obrar; incrs, técnica (Escuela de A1·tes y Oficios) :
que no obra, inerte. aplicación del saber a la obtención de
A. Sólo en sing.: habilidad, savoir- l'esultados útiles al hombre, El saber
f airc. El arte de la contemporización, del «artiíice» de antaño era esencial-
el arte de persuadir, de complacer. mente empírico y consistía, sobre todo,
Sin.: talento, don, instinto, destreza, en un sabe!' hacer. Al hacerse más y
gracia, gusto. más experimental, merece el nombre
de ciencia. Al'te militar, veterinario,
l. Al menos, si no sé el secreto artes del hogar.
[ de gustarle,
sé el arte de castigar a un 5. El maestro de baile. -Yo
[ rival temerario. sostengo que la danza es una cien-
(RACINE, Brita,micus III, VIII, cia a In que nunca se hnl'á bastan-
Nerón hablando de Junia.) te honor.
69 Al!TE

El maestro de música. -Y yo, nos que en v1v1r y eso que la cien-


que la música es una a la que to- cia de vivir es la más difícil.
cios los siglos han prestado culto. Maestros de las otras artes en-
cuéntrnnse arreo y en profusión;
El maestro de armas.-Y yo res- en algunas de ellas se han visto
pondo a ambos que la ciencia dr. niños que tan bien las habían
las armas es la más hermosa y ne-
cesaria de todas las ciencias. aprendido que estaban en disposi-
ción de enseñarlas; pero de vivir,
El maestro de filosofía.-¿ Y qué se ha de aprender toda la vida, y
será entonces la filosofia? Me pa- lo que acaso te sorprenderá más,
recéis los tres muy impertinentes toda la vida se ha de aprender a
al hablar ante mi con esa arrogan- morir. (SÉNECA, De la brevedad de
cia y dar impúdicamente el nom- la vida, VII.) Ad. E.
bre de ciencia a cosas a las que ni
siquiera se debe adornar con el de 1". deben ser esquivadas todas
arte, y que sólo pueden ser com- aquellas artes incompatibles con l_a
prendidas bajo el nombre de ofi- virtud, como lo son todas las adi-
cio miserable de gladiador, de can- vinatorias: verbigracia: quiroman-
tor, de histrión. (MOLIERE, Bour- cia; piromancia, nigromancia, hi-
geois gent., II, IV,) dromancia; también la astrología,
6. El arte no es sino la colec- que encubre la mayor proporción
ción de las reglas necesarias para de la vanidad pestífera inventada
aprender a hacer alguna cosa. por el mayor de los impostores: el
(CoNDILLAC, Art d'écrire, IV, v.) demonio. Estas artes tratan y
profesan aquellas materias que
7. Joven maestro, os predico un Dios se reservó para Él solo, a
arte difícil: el de gobernar sin saber: el conocimiento de las co-
preceptos y hacerlo todo sin hacer sas venideras y abstrusas. (J. L.
nada. (J.-J. ROUSSEAU, Émilc, II, VIVES, Introducción a la sabiduría,
120.) 129-130, p. 40.) Ad. E.
8. Las esferas racionales de In
-ciencia y del arte son, en general, V. Ciencia, 21, 30. Técnica, 15.
perfectamente distintas, aunque fi- D. Por op. a naturaleza (natural,
losóficamente relacionadas: a la artificial) : empleo reflexivo de méto-
una corresponde conocer, y, por dos comprobados con vistas a obtener
tanto, prever; al otro, poder y, por un cierto resultado.
tanto, obra,r. (A. COMTE, Cours de Sin.: técnica, procedimiento, método.
philos. pos., III, 195.)
9. La ciencia está en la búsque- 12. La delicadeza es un don na-
da de las leyes de los fenómenos tural, y no una adquisición del
y en la concepción de las teorías;
arte. (PASCAL (?), Di,sc. s. les pass.
de l'a,nour.)
el arte en la aplicación, es decir,
en una realización práctica, en ge- 13. Todos saben que el arte no
neral, útil ni hombre, que necesi- debe aparecer en una obra; pero
ta siempre la acción personal de acaso no sea tan sabido que es a
un individuo aislado. (CI. BERNARD, fuerza de arte como puede ocul-
Princ. ck méd. expér., 175.) tarse. (CoNDILLAC, A,·t de pcnser,
10. Se dice: la medicina es el II, VII, <Etwres phil., l, 774-775.)
arte de curar. Hay que decir: 14. El arte sólo hace los ver-
el fin de la medicina es llegar n cu- [sos:
rar científi~a, no empíricamente. es el corazón quien es poeta.
(C]. BERNARD, Le,. de physiol. opé- (A. CHÉNIER, Élégies, l, 22.)
rat., 15.) 15. Para el poeta el arte de los
11. Las artes no son ni cien- versos debe ( ... ) llegar a ser una
cias puras ni ciencias aplicadas, segunda naturaleza. (R. CAILLOIS,
sino aplicaciones de ,las ciencias. ,\rt poét., 102.)
Un ingeniero sabe matemáticas, 16. Una gran parte del talento
mecánica racional, física, etc., y de un orador consiste en disimu-
estos conocimientos teóricos regu- lar su arte y mostrar una natu-
lan sus operaciones prácticas. (E. ralidad que crea entre quien lo
GoBWT, Syst. des se., 171.) escucha y él una corriente de sim-
11'. El hombre agobiado de patía. (M. GAR~ON, Essai s. l't'loq.
quehaceres en nada se ocupa me- jucl., VIII.)
ARTE 70

16'. Es el arte complemento de gírsela n las ciencias, porque ella


la naturaleza y un otro segundo es su ohjeto. (A. FnANCE, Jurrl.
sc>r que por c-xtremo la hermoscn tl'J!:pic., 21.)
y aún pretende de excederla en 22. Ese trabajo del artistas, de
~us obras. Préciase de haber aña- tratar de percibir bajo la materia
dido un otro mundo artificial ni bajo !ns palabras algo diferent~
prime1·0, suple de ordinario los
(... ) ese arte tan complicado es
descuidos de la naturaleza, perfcc- justamente el único arte vivo. (M.
ciónala en todo, que sin este soco- PnousT, Le tcmps reir., 11, 49.)
rro del artificio quedara inculta y
grosera. Este fue sin duda el em- 23. El arte tiene siempre pos
pleo del hombre en el Paraíso, función crear un mundo en el que
cuando le revistió el Creador la el espíritu se encuentre a gus-
presidencia de todo el mundo y to y que sea a su medida. (II.
la asistencia en aquél para que lo DELACR0IX, Psychol. de l'art, 161.)
cultivase, esto es, que contra el 24. El arte es, ante todo, libe-
arte lo aliñase y puliese. (B. GRA- ración, desintcresamiento y rup-
CIÁN, El Criticón, 71.) Ad. E. tura de los intereses prácticos y,
V. Naturaleza, 35, 36, 37. por tanto, constitución de una ac-
E. Acepción estética (Escuela de tividad superflua, de una activi-
Bellas Artes, llluseo de Artes Deco- dad de lujo, que se emplea por
r_ativas) y po_r op. a los oficios, que pura potencia, por ejercitarse. Es
tienen por ob¡cto la producción de co- cuanto hay de cierto en la compa-
sas útiles: las artes tienen por Objeto ración con el juego. ( ... ) Pero (... )
la producción de cosas bellas. Los ofi- en el arte hay, además - a dife-
cios son cosa del artesano· las artes, rencia del juego-, el gusto por la
del artista. ' materia, la aspiración a la obra.
( Ibúl., 476.)
17. La naturaleza es bella
cuando tiene el aspecto del arte y 25. La obra de arte está siem-
el arte sólo puede ser llamado bello pre entre lo universal y lo par-
si tenemos conciencia de que es ticular, como está entre lo Eterno
y lo Instantáneo. Pero nunca lo
arte y ofrece, no obstante, la apa- uno sin lo otro; nunca la proliji-
riencia de la naturaleza. (KANT, cit. dad indefinible de la pura par-
por D. HUYSMAN, Est., 118.) ticularidad. (H. DELACR0IX, en el
18. Admitir el arte porque pue- N. Traité de DUMAS, IV, 272.)
de moralizar a los. individuos o a 26. el arte tiende a imprimir
las masas es admitir las rosas por- en nosotros sentimientos más que
que de ellas se extrae un remedio a expresarlos. (H. BERGS0N, Es-
bueno para los ojos; es confundir sai, 14.)
dos series de ideas que el ejerc1c10
regular de la inteligencia sitúa en 27. Lo propio del arte es dar
planos diferentes. (R. DE Goun- forma a ese mundo de posibilida-
M0NT, Culture des idées, 106.) des que llevamos en el fondo de
nuestra conciencia: es en este sen-
19. La industria era un arte: tido en el que todo arte es justa-
el arte es una industria. La jn- mente llamado creador. (LAVELLE,
dustria sólo es arte en un pueblo Tr. des valcurs. II, 329.)
cuando el arte es una inspiración
que se ignora a sí misma y co- 28. la emoción puede ser la ma-
rre por los dedos de todo obrero, teria misma del arte, pero el ar-
una eosa ingenua y sencilla como te empieza con la disciplina que
una Gracia. (E. y J. DE G0NC0URT, nosotros le imponemos. (Ib!d., 11
Idécs et scnsations, 163.) 333J '
20. el arte tiene por fin mani- 29. Es el arte el que, lejos de
festar el carácter capital, alguna imitar a la naturaleza, sólo se ins-
cualidad saliente y principal, un pira en ella para hacerla compren-
punto de vista importante, una der. (R. LE SENNE, Tr. de mor,
manera de ser esencial del objeto. 2~J '
(TAINE, Phi/os. de l'art, a.· ed., I, 30. El arte tiene por único fin
I, 6, t. J, p. 37.) la propia obra y su belleza.
21. El arte no tiene por objeto Pero para el hombre que opera
la verdad. La verdad hay que exi- la obra a realizar entra en la 11-
71 Al<TE

nea de la moralidad, y a este titu- dnd y utilidad seria obra larga el


lo no es sino un medio. (J. MARI- disertar... (J. L. VIVES, Tratado
TAIN, Art. et scolast., 3.• ed., 122.) e/el alma, 91.) Ad. E.
31. El lenguaje no tiene razón Il. Hov ( por op. a obrero) : que eje r-
de ser si no significa. Igual ocu- ce un oficio personalmente y por su
rre con el arte (... ). cuenta. En ciertos países la ley esta-
No obstante ( ... ), lo que el ar- blece el límite de obreros que puede
tista va n hacer dcci r a su len- empicar para no perder la condición
guaje de imágenes no pertenece de artesano.
n la lengua de las palnb1·as. ( ... ) C. Por ext.: autor, causa. Artesa-
El lenguaje de las imágenes cubre no de la victoria, de su propia desgra-
una zona de In vida interior dife- cia.
rente de In de las ideas de que Sin.: factor, agente.
las palabras se nutren. (R. HuY- Artista. Lat. medieval artista, estu-
GIIE, Dialogue avec le visible, 100- diante de la Facultad de Artes. Has-
101,) ta el s. xvm, sin. de artesano.
32, En materia de arte, a me-
nudo el ciego pretende ser nictá- A. Aquel cuyo trabajo tiene por ob-
lope, (J. RoSTAND, De la vanité, jeto la creación de obras bellas.
14.) 34. Lo útil va siempre por de-
32'. El arte es •artificio, es far- lante, y el artista es ante todo ar-
sa, taumatúrgico poder de irreali- tesano. Como vemos en las casa~
zar la existencia, Un arte que se antiguas, en las que el ornamen-
afana por ser tomado como reali- to está siempre sometido a la obra.
dad se anula a sí mismo. (J. OR- Lo bello no florece más que sobre
TEGA Y GASSET, Obras, 11, 326.) lo útil. Hasta en Ia poesía, en la
que la medida y la rima tuvieron
V. Ce,·tid11mbro, 4; Efecto, 3; Esté- en su origen como fin servir a
tica, 12, 13, 14; Fin 11, 10; Intención, la memoria, según vemos en los
10; Mentira, 10; Oficio, 4; Ra•ón, 51; proverbios. (ALAIN, Prél. ti l'esth.,
Real, 36; Ser 11, 34. 176.)
Arte abstracto, arte figurativo, V. 35. A mis ojos, el artista era
Abstracto, Figurativo. ante todo un artesano, un hombre
Artefacto. Neo). que significa etimo- que sabia un oficio, y que lo ama-
lóg.: hecho por el arte, artificialmente. ba. (ALAIN, Hist. de mes pcnsées,
Psicol. Que no es natural, sino pro- 191.)
ducido por las técnicas empleadas en 36. La vida es el don propio del
la exploración de la conciencia. Hecho artista (... ) : sólo la vida es la
psíquico artificial. marca del arte. (A. SUÁREZ, Trois
33. ¿ En qué medida no fabrica- hom,ncs, Ibsen.)
mos factores a medida que fabri- 37, Hay grandes artistas que
camos tests? ( ... ) Nos hallamos sólo se expresan a sí mismos. Pero
una vez más ante la noción de ar- los mayores son aquellos cuyo co-
tefacto tan invocada, explícitamen- 1•azón late por todos. (R. RoLI,AND,
te o no, en las discusiones sobre el L'hu,nb/e vic héroiquc, 53.)
alcance del método factorial ( ... ).
¿No podría temerse que los ene- 38. Según los biógrafos legen-
migos del método apelen a la des- darios, Cimnbue admirn a Giotto,
confianza contra un análisis artc- pastor que dibuja corderos; según
f actoriano? (P. ÜLÉRON, Les co111- los biógrafos verídicos, no son los
pusa11tes de l'i11tellige11cc, 461.) corderos quienes dan a Giotto el
Artesano. Bajo lat. artesamts (der. amor por la pintura, sino precisa-
de ara), Antaño, sin. de artista. mente los cuadros de Cimabue. Lo
que hace el artista es haber sido
A. Prop.: trabajador manual que en In adolescencia más profunda-
produce cosas útiles. mente afectado por el descubri-
33'. Dio la naturaleza al hom- miento de las ob1·as de arte que
bre el más excelente de todos los por el de las cosas que ellas repre-
artistas en el mundo, un instru- sentan. (A. MALRAUX, Les voi.t clu
mento externo con el cual no es sil., 279.)
comJ)arable ningún oh·o, n sahel', 38'. El arte es siempre crea-
la mano; de cuya aptitud, cornod1- ción y no elección entre lo )"a
ASCETIS.\10 72

creado. Es rrcari6n no sólo por un arte, partic. el atleta. El que prac-


parte del artistn. productor, sino tica el ascetismo.
tambi,•n del contemplador. Una cs- Ascética. A. Pr{u,tica <le\ renuncia-
tl·tica torpe nos ha hahitundo a miento, de la vida austero.
r1.. se.rvar el nombre de artista pa-
ra el que produce ]a obra, como
Sin.: ascetismo.
si <'1 que la goza adecuadamente 5. El culto de la virtud, es de-
no tuviese también que serlo. ( ... ) cir, la ascética moral ( ... ) es una
Si se tuviese en cuenta que usen- especie de dietética paro conser-
tirn el arte es tambil•n un modo varse moralmente sano. (KANT,
de creación, nadie atribuiría al l'rinc. métaph. de la mor., 318, La-
g-usto ese libertinaje de movimien- drange, 1854.)
tos que expresa el dicho «de gus• n. Parte de la moral (prácticamen-
tos no hay nada escrito,,. (J. OR- te de la teología moral) que trata de
TEGA Y GASSET, Obra,,, II, 550.) la ascesis y de las prácticas ascéticas
Ad. E. que liene por fin no la simple obser-
vación de los preceptos, sino la perfec-
Y. Dogmatismo, 4; Efecto, 4; Esté" ción.
tica., 1.
6. La teología ascética o sim-
B. El que tiene el gusto o el senti- plemente Ascética es, pues, la par-
do de lo bello, o el que, como conse➔ te de la ciencia sagrada que ex-
cuencia de estas disposiciones, está :fa}.. pone los principios de la perfec-
to del sentido y el gusto de las co- ción cristiana y trata de las reglas
sas prácticas, huye del trabajo y vive prácticas para operar esa ascen-
fuera de la realidad cotidiana. sión del alma hacia Dios. (M.-J. RI-
BET, L'ascctique chrétienne, 3.• ed.,
ASCETIS~IO 2.)
Ascesis. Gr. asliCsis, ejercicio. 7. la ascética de Fénelon es,
A. Disciplina o doctrina relativa a pues, esencialmente realista. (J.-
las prácticas ascéticas. L. GonÉ, N otion d'indif!ér. chez
Fénelon, 109.)
Sin.: ascético.
Ascético. Que es propio del asceta
B. Práctica de ejercicios austero~ (vida ascética, prácticas ascéticas) ; que
que condicionan el desarrollo de las fa concierne a la ascesis como doctrina
cultades intelectuales o espirituales. (teología ascética; doctrina, literatura
l. Para la tradición personalis- ascética).
ta (en especial la cristiana), la as- Ascetismo. A. Concepción positiva.
cesis de la desposesión es la asee- l. Prop.: régimen de vida duro y mor-
sis central de la vida personal. (E. tificante que tiene por fin esencial la
TEGA Y GASSET, Obras, 11, 550.) perfección moral de quien a él se so-
2. la experiencia mística ( ... ) mete.
parece comportar su propia crítica, 8. El ascetismo es un conjunto
bajo la forma de una larga asee- de procedimientos terapéuticos ten-
sis previa que libera al alma de dentes a la purificación moral. (Th.
todo lo que en ella parece natu- RIBOT, Essai s. les pC18siona, 106.)
raleza, de los deseos, los placeres, 9. El ascetismo no puede ser
las sensaciones, los conceptos ... sino el medio de una cultura que
(F. ALQUIÉ, L'cxpéricncc, 80.) tiende al dominio de uno mismo
3. Mi propio yo no me es tam- para hacer el bien. (R. LE SENNE,
poco, hablando propiamente, dado: Tr. de mora/e, 646.)
Descartes no lo descubre sino tras 10. El ascetismo es un sacrifi-
la ascesis de la duda, y únicamen- cio educativo de doma moral, pro-
te en la negación de cuanto no es piamente una gimnasia interior.
él. ( !bid., 90.) [Está destinado] a alimentar en
4. Vemos la importancia ( ... ) de nosotros la disponibilidad para el
un buen equipo, armado de un uti- sacrificio eventual obligatorio ( ... ).
llaje técnico a punto, sólidamente El más alto premio del ascetismo
formado por una asccsis intelec- es mantener la libertad interior.
tual básica. (L. LF.PRINCFrRINGUET, (!bid., 658.)
Des a tomes et des h., 37' .) 11. El ascetismo es una concen-
Asceta. Gr. aslciit,'s, el que ejerce tración de !ns fuerzas interiores,
73 ASIMILAClóS

un recobro de sí mismo. ( ... ) El bles de la trascendencia. (M.-MER•


ascetismo no es únicamente espi- I,EAU-P., Pht!nomrnol. de /a perc.,
ritual; puede ser deportivo. Es in- 270.)
cluso probable que ésta sen In úni-
ca forma de ascetismo que admite ASENTIMIENTO. Lat. assensus,
el hombre contemporáneo. (BE1t- der. de (1(/scntire o asscnlire. (Sentir
DIAEl'P, Esprit et réalité, 92-93.) o pensar uniendo nuestro sentimiento
12. El ascetismo cristiano po- al [ad] de otro.)
see a la vez el valor preventivo de Acto del espíritu que se adhiere a
un don de si retribuido en dominio una opinión o a una decisión.
de si y el sentido retroactivo de Sin.: aquiescencia, adhesión, consen-
una expiación por el pecado. (G. timiento, acuerdo.
GUSDORF, Expér. hum. du sacrif., Asentimiento parece decir menos que
161, n.) consentimiento: es menos voluntario y
2. Por ext.: todo tipo de austeridad no roncliciona la acción.
que tiene por fin la obtención de un l. Hace falta, no el asentimien-
resultado considerado como un fin su- to tácito, sino el consentimiento
perior. La austeridad de la vida depor- formal de la nación para legitimar
tiva, de los trabajos eruditos. los impuestos. (MARMONTEL, en
13. El primer principio de la BÉNAC, Syn., 179.)
educación cientifica me parece, en 2. La mayoría de nuestros asen-
el reino intelectual, ese ascetismo timientos [asse11t op. a injercncc]
que es el pensamiento abstracto. no son sino la expresión de nues-
(G. BACHELARD, Fonnation do tras preferencias personales: gus-
!'esprit scie11t., 237.) tos, principios móviles, opiniones
B. Ascetismo patológico o aberran- naturales o hereditarias; en otras
te: búsqueda del dolor, ya sea como palabras, son actos, manifestacio-
bueno en sí mismo, ya como agradable nes de nuestro yo: pero, ¿qué hay
a Dios. más raro que el conocimiento de
Sin.: dolorismo•. A menudo la defi uno mismo? ( ... ) Puede decirse que
nición que se da del ascetismo sólo e los asentimientos dados con cono-
válida para este dolorismo. cimiento de causa son extremada-
mente raros. (Card. NEWMAN,
ASEIDAD. Lat. scol. ascitas. Carác- Gramm. de l'assent., trad. Mme.
ter del ser que es por sí ( a se) y no por G. PARIS, 153.)
otro ( ab alio.)
ASERCióN. Lat. assertio: acto de
A. Pro p.: carácter del ser que es reivindicar, de afirmar (asserere o
por si, es decir, cuya existencia no de adsererc).
riva de otro, que es increado. Atribu
to propio de Dios. V. Causa• sui, Por Proposición, afirmativa o negativa
si•. que se enuncia como verdadera.
Asertórica. Que afirma como un he-
l. Decir que Dios es por sí es cho real. Una de las tres modalidades•
decir que su esencia da cuenta de que, en el cuadro de las categorías•
su existencia porque la exige o la kantianas, se opone a problemática• y
incluye. (... ) Luego la aseidad no a apodíctica•.
se reduce a una negación ( ... ) ex-
presa la causa por la que Dios no ASIMILACIÓN
tiene causa. (J. DE FINANCE, Exist. Asimilar. Lat. adsimilarc (converti-
et liberté, 136.) do en assimilare por asimilación de la
D. Por ext. abusiva: carí,cter de lo d a lo s que le sigue): hacer semejan-
que es en si, posee su existencia pro- te (similis) a (acl).
pia. Atributo común a todas las sus- A. Hacer semejante a algo o a al-
tancias. guien.
2. Lo que hace la «realidad» de l. Efectivamente V. supra: adsi-
la cosa es, pues, lo que la sus- milare-assimi/aro. Lo cólera asimila al
trae a nuestra posesión. La asci- hombre sensato al loco.
r
dad de la cosa Sil independencia
2. Legalmente. En Francia, el 1<mni-
con respecto a quien la percibe],
su presencio h-recusable y la au- ~re ele Recherches» está asimilado al
sencia irrecusable en la que so J>rofesor de Facultad.
escuda son dos aspectos inseporo- 3. Mentalmente o por el pensamien-
ASOCIACióN 74

to: comparar. DESCARTES asimila el co- 2. El curúcLer propio de la asi-


razón n una bomba. milación surge n plena luz en el
injerto, donde los mismos nutriti-
V. Juicio, 7. vos aseguran el crecimiento simul-
n. Hacer semejante o idéntico u sí tí111eo ele dos individuos específica-
mismo. l. Fisiológicamente: transfor- mente diferentes.
mar en In propia sustancia orgánica.
El fenómeno de la asimilación es
2. Intelectualmente: hacer suyo lo absolutamente característico del
que uno aprende, integrarlo en el con- viviente. (A. VANDEL, L'homme et
junto del propio saber. Asimilar el con- l'évol., 94. )
tenido de una obra.
2. Psicológica e intelectualmente o
l. El medio físico no se impri- en sentido fig.: asimilación de una téc-
me tal cual en el espíritu del niño, nica, de una filosofía.
sino que ( ... ) es asimilado por me-
dio de esquemas sacados de la ex- 3. Hay ( ... ) asimilación cuando
periencia interna. (J. PIAGET, Cau- percepciones por sí mismas infor-
sal. phys. chez l'enf., 288.) mes, e incapaces de completarse
gracias a elementos sacados del
1'. El pueblo no asimila sino mismo plano de realidad, vienen
aquello que le emociona; y por esto a moldearse en esquem(L.8 anterio-
su poesía es pura. (J. MARAGALL, res a la experiencia del orden con-
Vida escrita, 177.) Ad. E. siderado y condicionados por la
3. Sociológicamente: transformar a estructura del organismo. (J. PIA-
individuos llegados de fuera de modo GET, Causal. phys. chez l'enf., 321-
que se integren al grupo social en el 322.)
que se encuentran. Los inmigrantes
italianos son pronto asimilados. 3. Sociológicamente o por analogía:
procesos por los que un grupo social
.Asimilación. A. Acción de hacer se- modifica a los individuos que le llegan
mejante o incluso idéntico a alguien o del exterior y los integra en su propia
a algo ya sea real, legal o mental- civilización.
mente. V. Asimilar.
4. Francia posee un gran po-
1". En su concepto, pues, las der de asimilación ( ... ) : sabe en
acciones que venía obligado a prac- poco tiempo hacer franceses con
ticar tendían a tres fines: o era los elementos más dispares. (... )
una acción por la cual se aseme- Pero el observador liberal se pre-
jase a los animales irracionales, gunta hasta qué proporciones pue-
o bien una acción por la que sa de llegarse en la aleación sin al-
pareciese a los cuerpos celestes, o terar y comprometer las propieda-
bien una acción en virtud de la des del metal. (G. DUHAMEL, Biogr.
cual se hiciese semejante al Ser de mes fantómes, 69.)
necesariamente existente. La pri-
mera asimilación érale necesaria ASOCIAClóN. Lat. sociatio, acción
en cuanto tenía un cuerpo som- de asociar (saciare) o hecho de estar
brío, oscuro, con miembros distin- asociado, de formar una sociedad.
tos, facultades diversas y apetitos
diferentes; estaba obligado a la A. En sentido abstracto: nexo en
segunda asimilación en cuanto te- virtud del cual personas o cosas distin-
nía el espíritu animal ( ... ); nece- tas forman un todo. Asociación de in-
sitaba, finalmente, de la tercera tereses, de colores, de palabras.
asimilación -en cuanto era lo que Psicol. (Asociación de ideas.) l.
era esto es, en cuanto era aque- Pro p.: el que las ideas, las imágenes
lla 'esencia por la cual conocía y otros hechos psíquicos se encadenen
aquel Ser de existencia necesaria ... entre si o se hallen encadenados de
(ABENTOFÁIL, El filósofo autodi- modo que se evoquen unos a otros (en-
dacto, 103.) Ad. E. cadenamiento asociativo). V. Constela-
B. Acción de hacer semejante o ción.
identificar a si mismo. l. Asociamos también ideas, y
l. Fisiolog. o en sentido propio: entonces esta palabra es sin. de
función vital por la que el organisma encadenar. Se encadena a. las
transforma en su propia sustancia el ideas cuando se las coloca en un
alimento que absorbe. orden que hace resaltar las rela-
75 ASOCIAClóN

ciones que entre si tienen. Se las la relación de causa a efecto ( ... )


asocia cuando se hace un hábito J)roducen una asociación entre las
de ver juntas ideas sin ninguna ideas ( ... ) . Hay en ello una especie
relación. Se asocia, por ejemplo, In de atracci611, que, como veremos,
idea de las tinieblas con In de los tiene en el mundo del espíritu efec-
espíritus o aparecidos; y se enca- tos tan extraordinarios como en el
cle11a a las ideas que forman un mundo de la naturaleza y se revela
buen sistema. El cncacle11a,miento bajo tantas y tan variadas for-
de las ideas es el verdadero medio mas. (D. HUME, Tr. de la 11at.
de adquirir conocimientos; su aso- h11m., I, lib. 1.0 , secc. 3.)
c10aci611, la fuente de los prejuicios. 8. Se habla de leyes de asocia-
(C0NDILLAC, Syn., en el término As- ción de las ideas; pero esas pre-
socicr.) tendidas leyes expresan que tal
2. Cuando hemos visto o pensa- idea puede, y no que debe, suscitar
do a menudo dos cosas juntas, y en nosotros tal otra; y el verda-
no las hemos visto o pensado, en dero nexo debe ser buscado lo máa
ningún caso, aislado.mente, ho.y, en a menudo, no en nuestros propios
virtud de las leyes primitivas de pensamientos, sino en las oscuras
la asociación, una dificultad cre- afecciones sobre las que reposan y
ciente, que puede llegar a ser insu- que forman por debajo de ellos la
perable, de concebir esas cosas trama. continua de la conciencia.
aparte una de la otra. (J. STUART (J. LACHELIER, Psychol. et métaph.,
MILL, Syst. do /og., I, 271-272.) II, CEuvrcs, I, 182-183.)
3. Cuando dos procesos cere- 9. Desde el punto de vista psi-
brales tienen lugar simultáneamen- cológico, la asociación por conti•
te, se establece entre ellos una re- l?iiidad no es otra cosa que la ten-
lación tal que la reexcitación del dencia de un conjunto a reconsti-
uno tiende a propagarse hasta el tuirse a partir de uno de sus ele-
otro; es a esta relación a la que mentos; y la razón de este hecho
llamamos asociación. (E. CLAPARE- es que el elemento no está aislado,
DE, L'assoc. des idécs, 51.) sino que participa del conjunto y
4. Es sabido que la asociación vive por él. (H. DELACR0IX, en N.
de ideas ha sido reducida a dos le- tr. de psychol., de DUMAS, IV, 143-
yes fundamentales: la de conti- 144.)
güidad y la de semejanza.. (... )
Ambas no son de la misma natu- 10. El que piensa por asocia-
raleza; la primera, puramente me- ción no piensa todavía. Incluso
cánica., es resultado de las expe- cuando es razonable, la asociación
riencias; la segunda. supone, ade- no tiene nada de razonada. (H. DE-
más, un cierto traba.jo del espíri- LACR0IX, Le lang. et la pensée,
tu. (Th. RIBOT, Psychol. des scnt., 108.)
171.) 11. No hay nunca asociac1on
5. Lejos de ser una función au- de ideas, sino tan sólo juicios im-
tónoma, la asociación se reduce, en plícitos. (ALAIN, C. a E. Halévy,
el fondo, al hábito y a la inteli- C<>rrespo11d., 77.)
gencia.. (H. DELACROIX, en el N. V. Juicio, 24, 26.
tr., de DUMAS, IV, 137 .)
V. lmplicaci6n, 3; Mutaci6n, 8. B. En sentido concreto (una aso-
ciación, asociaciones) : agrupación par-
2. Por ext.: el que las ideas, imá- ticular de J)ersonas o cosas. En partic.:
genes, etc., asociadas se evoquen unas una serie o constelación de ideas a las
a otras (evocación asociativa). V. Red- que une entre sí un cierto nexo.
integracitm. Es la única acepción se-
ñalada por el Voc. de LALANDE. 12. Ciertas asociaciones, aun-
que muy recientes, han adquirido
O. Propiedad que tienen los fe- ri\JJidamente una singular autori-
nómenos psiquicos de atraerse unos ducl; así la de instrucción e inte-
a otros dentro del campo de la con- ligencia, o In de instrucción y mo-
ciencia sin intervención de la vo- ralidad. Ahora bien, por lo más
luntad e incluso a pesar de su re- que la instrucción J)Uede testimo-
sistencia. niar es por una de las formas par-
7. l,a semejanza, la contigüi- ticulares ele la memoria o por un
dad en el tiempo y en el espacio y conocimiento liternl de los lugares
.\SOMBRO 76

comunes dC'l Decúlogo. (R. DE fcnúnu•nos ele pensamiento; en se.


GoUHMONl\ Cult11rt' des idé<'S, 108.J gunclo lugor, porque no tiene L>n.'i-
12'. La paz es tan necesaria n t~nte en cuenta In influencia que
1
:\ as~riación como In quietud pnru
e,1erccn sobre el curso de nuestras
f'5tlldtar el curso rlc los astros; y representaciones ( ... ), nuestr1H
qul•1_-er obtener sus ventajas en tendencias afectivas, nuestras dis-
medio del tumulto es como inten- posiciones, nuestro humor. Hasta
tar hacer observndones asLronómi- en el sueño hay finalidad. (A.
cas desde un barco combatido por BUHLOUD, Peusée co11cc11t., 386.)
la tempestad. (C. ARENAL, Cartas
a un ob,·ci·o, 209.) Ad. E. ASOMBRO. Estado de espíritu sor-
prendido por algo que le parece extra-
Asociacionismo. Teoría según la cual ordinario.
las_ f~rmas superiores de la actividad
ps1qmca resultan de la asociación de l. Fue, en efecto, e-1 asombro
hechos_ más simp!es y, en definitiva, de lo que, como hoy, empujó a los pri-
s~nsac1on~. Segun este mismo princi- meros pensadores a las especula-
p10, las diversas formas de asociación ciones filosóficas ( ... ) ; ocurre co-
(en partic. la asociación por semejan- mo en el caso de las marionetas,
Z?,) __ ~e reducen a la asociación por con- que se mueven solas a la mirada
tigu:d~d con~ebida como puramente de quienes aún no han considerado
meca!11ca y sin exigir ninguna activi- la causa, o como para los solsti-
dad mtelectual. cios, o también para la inconmen-
surabilidad de la diagonal: pare-
. 13_. La nueva teoría [el asocia- ce, en efecto, asombroso que una
c10n1smo] muestra que los diver- cantidad dada no pueda ser medi-
S?s procedimientos de la inteligen- da ni siquiera por una cantidad
cia no son sino formas diversas de niínima. Pero debe acabarse por
una_ ley_ únic_a; que imaginar, de- el asombro contrario. ( ... ) : por-
ducir, 1nduc1r, percibir, etc., es que nada sorprendería tanto a un
combinar las ideas de una manera geómetra como que la diagonal se
determinada; y que las diferencias hiciese conmesurable. (ARISTÓTE-
entre las facultades no son más LES., .'lfétaph., A, 2, trad. TRICOT.)
que diferencias de asociación. (Th.
RrnoT. Philos. angl. contemp. 272- 2. El asombro es el primer
273J ' efec~o de_ un gran fenómeno, y a
la f1losofia corresponde el disipar-
14. El error constante del aso- lo. De lo que se trata en un curso
ciacionismo es el de sustituir esa de filosofía experimental es de que
continuidad de devenir que es }a a su final quien a él asiste se en-
realidad viviente por una multipli- cuentre más instruido, y no más
cidad discontinua de elementos estupefacto. (DIDEROT, De l'intcr-
inertes y yuxtapuestos. (H. BERG- prét. de la nat., X, p. 185.)
SON, Matiere et mém., 148.)
3. Sorprender y sorpresa se re-
15. La verdadera cuestión es- fieren más a lo imprevisto de la
tá en saber cómo se opera la selec- cosa¡ asombrar y a.sombro, más a
ción entre una infinidad de recuer- la fuerza de la impresión. ( ... ) La
dos semejantes todos por algún la- novedad o la aparición súbita de
do a la percepción presente, y por una cosa nos sorprende,- para
qué uno solo de entre ellos - y és- aBonibrarnos hace falta que una
te y no aquél- emerge a la luz de cosa sea además grande, importan-
la conciencia. Pero el asociacionis- te, extraordinaria, que nos con-
mo no puede responder a esta cues- ~ueva, que nos turbe en gran me-
tión porque ha erigido las ideas y dida, (... ) un acontecimiento im-
las imágenes en entidades indepen- previsto nos asombra cuando nos
dientes que flotan, a la manera de sobrepasa, cuando está por encima
los átomos de Epicuro, en un es- de nuestra inteligencia y de nues-
pacio inferior ... (lbíd., 182.) tras fuerzas. (... ) .
16. De hecho, el asociacionismo
ni siquiera explica la asociación: Finalmente, solemos sorprendet·-
en primer lugar, porque no distin- nos a la vista o a primera vista
gue entre la asociación de conti- y asombrarnos al oír lo que dice~
~üidad, que es un fenómeno de me- las personas al reflexionar. (LAFA-
YE, 977-978.)
moria, y las asociaciones de seme-
janza, de contraste, etc., que son 4. el asombro, tan útil en la
77 ASUNClóN

cultura científica, no puede que- 6. No se puede comprender ob-


darse en lo imli,,iclital. Apenas jetivamente la filosofía de Santo
asombrados, queremos asombrar a Tomás sin tener en cuenta la teo-
los demás. Nos inscruimos para logía que la asume. (A. llAYEN, La
asombrar. Instruirse mutuamente communic. de l'étre, 31.)
es asombrarse uno al otro. (G. BA- 6. la máquina asume funciones
CIIELARD, Rational. appl., 69, n.) que, en el hombre, corresponden a
la inteligencia. (P. DE LATIL, ll
ASTENIA. Gr. asthc11cia, falta de faut tucr les robots, 143.)
(<1) fuerza (st/,c11os), de vigor.
7. El saber teológico se orga-
«Falta de fuerza. Este término de- nizó entonces [en la Edad Media]
signa, en el plano físico, estados de fa- asumiendo en su síntesis específica
tiga, de lasitud; en el plano psíquico, el saber de la especulación filosó-
estndos de íntigabilidad intelectual. fica de los antiguos, en particular
Entt·e los primeros deben citarse, so- el sistema aristotélirn. CD. Dc1n:,.
bre todo, las neurastenias.» (H. AuoIN, LE, Rcch. phi/os., III-IV, [1959],
en Ma11. alph. clr 7,suchiatric.)
93.)
Asténico. Que se caracte,·iza por la V. Deseo, 16; Instancia, 14; Sagra-
astenia. En partic. en KRETSCIIMER, ti- rio, 9; Ser III, 59; Simpatía, 2.
po morfológico caracterizado por su
delgadez y el afilamiento de las for- B. Tomnr o aceptar, pero sin ha-
mas, cerlo propio; es decir, adjudicarse o re-
Si 11.: leptosomático, longuilíneo. cibir a título de hipótesis como base
de una investigación, de un razona-
Co11tr.: pícnico. miento.
ASUNCIÓN 8. Lo que impide al niño razo-
Asumir. Lat. assumcrc (contrae. de nar sobre un dato que no admite y
adsu.mere), tomar añadiendo a, tomar que se le pide simplemente «asu-
para sí o sobre sí. V. Subsumir. mir», es ( ... ) que ignora el arte de
A. Tomar a su cuenta, hacer suyo, entrar en el punto de vista de los
aceptar por una libre opción. Asumir demás. Para él no hay más que un
una carga, una responsabilidad. punto de vista comprensible: el su-
yo. (J. PIAGET, J. ele psuchol., XXI
l. El tempramento de jefe es (1924), 97.)
el que tiene no sólo la vocación de
asumir su parte de responsabilida- Asunción. Lat. assumptio, acto de to-
des y de riesgos, sino el gusto y el mar, de asumir.
don de tomar sobre sí las numero- A. Filos. l. En sentido abstrac-
sas partes de •las que millares de to: acto de asumir, es decir* bien de
hombres se descargan en torno su- hacernos cargo de alguna cosa (V. Asu-
yo. (E. MoUNIER, Tr. du caract., '1lir, A), bien de hacer nuestra. una
478.) proposición, principalmente a título de
2. No somos nosotros más que hipótesis que sirva de partida a una
a los ojos de los demás y sólo a operación deductiva. (V. Asumir, B.)
partir de la mirada de los otros nos 9. la asunción de la razón hu-
asumimos como nosotros. (J.-P. mana por la fe (... ) es el paso pro-
SARTRE, L'étre et le n., 494.) pio de la auténtica escolástica ( ... ).
3. Al afrontar el problema del Corresponde a 11:tienne Gilson el
mal, la filosofía asume, pues, un mérito de haber redescubierto y
riesgo total, al convenir que en de imponernos el reconocimiento de
tanto no ha atravesado el fuego esta evidencia. (A. HAYEN, La com-
de esta cuestión no sabe bien ni lo mu11ic. de l'itre, 39.)
que ella es ni incluso si es. (E. 10. Quien dice misión dice ( ... )
BORNE, Probl. du ,nal, 4.) asunción desinteresada de respon-
4. la historia crítica [de la fi- sabilidad personal con vistas a un
losoffa] ( ... ) busca las fuentes. fin trascendente al individuo. (G.
Fijémonos ya en esta palabra: no BASTIDE, Gra11ds themcs '1lora,i:c',
las causas, sino las fuentes, es de- 8.)
cir, las influencias que han sido 11. La fecundidad del sufri-
no só)o sufridas, sino asumidas y miento (... ) sólo se experimenta en
en ciertos aspectos elegidas. (P. la autenticidad de In asunción, que
RICOEUR, llist. et vérité, 68.) es la misma del sacrificio. Asumir
ATARAXIA 78

un sufrimiento no es simplemente nea que recibimos por la presión


admitirlo o tolernrlo como condi- de la opinión de ciencia que pen-
ción de un placer o incluso de una samos tener de las cosas. (MoN-
alegría interior -volvcrinmos u TAIGNE, Essais, 11, XII, Pléiade,
caer en el cálculo-; es confel'ible 659.)
un valor positivo en un plano dis- 2. cuando recibió el aviso de
tinto de aquel en el que ha sido haber siclo nombrado profesor ti-
experimentado. (CI. DucoT, Pré- tular [M. Bergeret] experimentó
sc11cr et abs. de l'ctre, 137.) una alegría mayor de lo que hu-
11 '. En el mundo de los obje- biesen parecido permitirle sus pro-
tos, el más homogéneo y elemental gresos en ataraxia. (A. FRANCE,
inclusive ( ... ) el más macizo en L'anncau d'Améth., 234.)
su estructura, el más soso y falso 3. La ataraxia consiste en un
de donaire, tiene, sí má:s no, en su estado de alerta, que es serenidad
superficie una cierta asunción con y clarividencia en orden a la ac-
la realidad circundante, una seque- ció1t, (J. MARIAS, A taraxía 1J alcio-
dad o humedad, una temperatura, 1tis11w, 21-22.) Ad. E.
unos reflejos que inevitablemente
insertan en su objetividad algo ATEISMO
perteneciente a la vez a otras ob- Ateo, adj. y subst. Gr. atheos ( a pri-
jetividades. (E. o'Oas, Tres leccio- vativa y theos, dios), que no cree en los
nes en el .11. del Prado, 64.) Ad. E. dioses reconocidos por la ciudad, implo.
V. Sospecha, 2. El que no cree en la existencia de
2. En sentido concreto: la proposi- Dios (ateo teórico) o vive como si Dios
ción asumida o admitida. no existiese (ateo práctico).
12. este pensamiento reflexivo l. Compadeced a los ateos que
característico del adolescente nace buscan; ¿acaso no son suficien-
a partir de los once-doce años, del temente desgraciados? Guardad
momento en que el sujeto se hace vuestras invectivas para los que
capaz de razonar de manera hipo- hacen de ello vanidad. (PASCAL,
tético-deductiva, es decir, sobre Pe11sées, 414.)
simples asunciones sin relación ne- 2. Distingo a los ateos en tres
cesaria con la realidad. (J. PIAGET, clases. Hay algunos que os dicen
Psychol. de l'intellig., 177.) claramente que no hay Dios, y que
B. Teol. Dogma según el cual, in- así lo piensan: son los verdaderos
mediatamente después de su muerte, la ateos; otros, muy numerosos, no
madre de Jesús resucitó y fue elevada saben qué pensar de ello, y de
al cielo. buena gana lo echarían a cara o
cruz: son los ateos escépticos; en
ATARAXIA. Etim.: gr. tassein o fin, muchos más que querrían que
tattein, colocar, poner en orden (de no lo hubiese, que fingen estar
donde taxis, puesba en orden) ; tarat- persuadidos de ello, que viven co-
tcin, alterar, turbar, de donde tara:ris, mo si lo estuviesen: son los fanfa,-
agitación, turbación) ; precedido de una rrones del partido. (DIDER0T, Pen-
a privativa, ataraxia, ausencia de tur- sées pliilos., XXII.)
bación, tranquilidad del alma. 3. No querría vérmelas con
Tranquilidad del alma resultante de un príncipe ateo que creyese de
la sabiduría, en particular de la mode- su interés hacerme machacar en
ración en la búsqueda de los placeres un mortero; estoy bien seguro
(Epicúreos), de una apreciación exac- de que seria machacado. (V0LTAI-
ta del valor de las cosas (Estoicos), de RE, Dict. phi/os., Ateo.)
la suspensión del juicio (Pirronianos o 4. Proudhon no es un ateo; es
Escépticos). un enemigo de Dios. (Card. MA-
Sin.: apatía en el sentido J•. TlllEU, arzob. de Besan~on, cit. en
l. Esta madurez de su juicio,
PnoUDII0N, col. «Grands économis-
recta, inflexible, que recibe todos tes», 24.)
los objetos sin aplicación ni con- 5. Soy ateo como soy bretón,
sentimiento, los encamina [a lo$ como se es moreno o rubio, sin ha-
pirronianos] a su ataraxia, que berlo querido ( ... ). (Y. LE DANTEC,
es una condición de vida apacible, L'athéismo, 10.)
sosegada, exenta de las agitacio- 6. Ateo por temperamento, he
79 ATENCióN

consagrado mi vida n estudios que, ignorase o rechazase la existencia de


a 111 i parecer, me hubiesen condu- Dios.
cido nl ateísmo de haber sido cre- 14. Hay un ateísmo oculto que
yente. Pero, de haber sido creyen- se derrama en todas las acciones:
te, no hubiese dirigido mis estudios se tiene a Dios en nada. (BossUET,
de ln misma manera (... ). (/bid., Pcnsées dét., 11.)
15.) 15. Fuera de esos ateos que
7. Soy lo bastante sabio parn níegan a Dios porque se hacen de
decirme, con M. de La Pnlisse, que él una idea más alta que sus con-
si no creo en Dios es porque soy temporáneos, hay sólo ateos prácti-
nteo; es ln única buena razón que cos cuyo ateísmo consiste, no en
puedo dar de mi incredulidad. negar la verdad de la existencia
( lbíd., 38.) de Dios, sino en no realizar a Dio:í
8. La revuelta aten que no en sus actos. (J. LAGNEAU, Célébrcs
reemplaza a Dios por un antiguo lcf. et fragm., 229.)
ídolo no descubre en torno n sí V. Deísmo, l.
más que el absurdo de un univer-
so privado de finalidad. (E. BOR- ATENCióN. Lat. atte11tio: tensión
NE, Dicu n'cst pas mort, 97.) hacia (ad).
V. Deísmo, 2, 3. A. Psicol. Concentración del espf-
Ateísmo. Gr. atlteiótiis, der. de athcos. ritu en un objeto de pensamiento. Se
V. Ateo. emplea sólo en sentido abstracto (sin
plural). Adj.: atento.
A. Como teoría: doctrina que ex-
cluye la existencia de Dios. Sin.: aplicación, concentración, refle-
xión, circunspección.
9. Ateísmo, señal de fuerza de
espíritu, pero hasta un cierto gra- Contr.: desatención, distracción, in-
do solamente. (PASCAL, Pensées, advertencia.
431.) l. El exceso de atención a un
10. Si se quisiera hacer admi- [peligro
tir el ateísmo, habría que conver- hace casi siempre caer en él.
tirlo en una religión. Ejemplo: Au- (LA FoNTAINE, Le rcnard et le•
gusto Comte. (Cl. BERNARD, Cahicr poulets d' lnde.)
r., 93.) 2. La atención es ( ... ) un esta-
11. Afirmar que Dios no existe do de consistencia en el espíritu,
es propio de un espíritu que iden- que se da a considerar alguna co-
tifica la idea de Dios con las ideas sa. (BOSSUET, Logiquc, v.)
que de él nos hacemos generalmen- 3. la atención es una oración
te y que le parecen contrarias a natural del espíritu que obtiene
las exigencias ya de la ciencia, ya inmediatamente de Dios la luz y la
de la conciencia. (J. LAGNEAU, Cé- inteligencia de las verdades más
/ébres lef. et fragm., 229.) sublimes, sin que sea necesario que
12. (... ) el ateísmo es la sal que yo intervenga en calidad de me-
impide que se corrompa la creen- diador, de autor de la Gracia. (... )
cia en Dios. ( /bid., 132.) (MALEBRANCHE, /11 édit. chrét. et
métaph., XIII, 11.)
13. el más puro, más verdade-
ro y más fecundo ateísmo es el 4. si no fuésemos en modo al-
que se atreve a leer en la realidad guno dueños de nuestra atención,
del mal el signo y la prueba de la o si nuestra atención no fuese la
nada de Dios ( ... ) • causa natural de nuestras ideas,
no seríamos libres ni nos hallaría-
( ... ) Según una fenomenología mos en estado de merecer. Porque
exacta del ateísmo, la conciencia no podríamos ni siquiera suspen-
atea es una conciencia kantiana que der nuestro consentimiento, ya que
lee a la inversa el célebre postula- no tenddamos el poder de consi-
do de la razón práctica. (E. Bon- derar las razones que puedan lle-
NE, en Études phi/os., 1969, 275- varnos a suspenderlo. (MALEBRAN-
276.) cnE, Entr. métaph., XII, 10.\
V. I'oBitivo, 23. 6. La atención del espíritu c,i,
B. Como actitud práctica: manera pues, unn oración natural por la
de vivir del que se comporta como si que obtenemos que la Razón nos
ATENCióN 80

ilumine. (MALEDRANCIIF., Tr. de za en vez de ayudar en un momen-


moralc, I, V, 4. ) to en que In menor vacilación e:.1
G. Los movimientos del rostro, funesta. La conciencia es mortífe-
del cuerpo, de los miembros y !ns ro. Turba la infalibilidod sonom-
modificaciones respiratorias que bülica y compromete el funciona-
acornpaúan a la atención, ¿son sim- miento ele un mecanismo cuya ex-
plenwnte, como suele admitirse. trema precisión no soporta ni du-
efectos, signos'! ¿O son, por el con~ das ni arrepentimientos. (R. CAil,-
trario, las condiciones ,t('cesarius, LOIS, Les jrux et les lwmml'B, 217-
los elementos constitutii-os, los 218.)
fa.cton!s indispensables de la aten, 12'. De igual modo que para
ción? ver es necesario tener abiertos los
Sin dudar admitimos esta segun- ojos, necesita la inteligencia, para
da tesis. Si se suprimiesen total- entender la atención, un cierto ad-
mente los movimientos, se supri- vertir . del espíri~u a 9ue , llaman
miría totalmente la atención. (Th. los griegos 7".(J''ª'"f.H'I u,·1 •1m·1, una
RmoT, Psychol. ele /'att., 32.) especie de apertura de la mente
7. El arte de prestar atención, para recibir cuanto se le ofrece.
que es el gran arte, supone el arte (J. L. VIVES, Trata,/o del alma, 67.)
de no hacer caso, que es un arte Ad. E.
de reyes. (ALAIN, Jlincrve ... , 26.) V. Esfuerzo, 5; Reflexión, 7, 10; Te-
8. la atención no es una facul-
ma, 8.
tad especial, sino un poder del psi- Atención espontánea y atenci6n vo-
quismo para concentrarse en los lunta.ria. La primera se establece sin
puntos queridos mediante su es- esfuerzo, esta n d o determinada por
fuerzo actual de adaptación. (E. nuestras tendencias y nuestros intere-
MOUNIER, Tr. clu caract., 44.) ses actuales. La at. voluntaria o re-
flexiva se establece por una fijación
9. Quien quiera ver el máximo voluntaria del espíritu sobre un ob-
de atención, de aplicación, de se- jeto por el que no experimentamos in-
riedad, de decisión de que son ca- terés actual.
paces algunas de nuestras contem-
poráneas, no tiene más que obser- 13. observamos en nosotros mis-
varlas en el momento en que es- mos una atención forzada; sin em-
crutan su imagen en el espejo de bargo, no es eso lo que llama-
su bolso de mano. (Aug. BRÉAL, mos atención: sólo damos ese nom-
Cheminements, 195.) bre a la atención en la que ele-
gimos nuestro objeto para pensar
10. Es nuestra atención la que en él voluntariamente.
pone los objetos en una habitación,
y el hábito el que los retira para Que si no fuésemos capaces de
dejarnos sitio. Sitio no lo habría tal atención, no seríamos nunca
para mí en mi habitación [del ho- dueños de nuestras consideracio-
tel] de Balbec (mía de nombre so- nes y de nuestros pensamientos
lamente) ; estaba llena de cosas ( ... ), careceríamos de libertad .. .
(BosSUET, De la com1aiss. de Dieu .. .
que no me conocían, que me devol- 111, 17.)
vieron la ojeada desconfiada que
les eché y, sin hacer el menor caso 14. un objeto que ha empezado
de mí existencia, testimoniaron que ocupándonos por una atención vo-
estorbaba a la rutina de su vida. luntaria nos tiene después largo
(M. Pnov3T, A l'ombre ... , 11, 92.) tiempo pendientes de él, incluso 11
11. La atención, en su grado nuestro pesar, porque los espíritus
más alto, es la misma cosa que que han tomado un cierto camino
la oración. Supone fe y amor. (S. no pueden fácilmente ser desvia-
,VEIL, La pesanteur et la gr<icc, dos.
135.) Asi, nuestra atención es uno
12. El acróbata debe, sin duda, mezcla de voluntario e involunta-
calcular el impulso, el tiempo y la rio. ( lbíd., 18.)
distancia, la trayectoria del trape- 16. Un ••fuerzo de alenci611 vo-
cio. Pero vive con el terror de pen- luntaria no puede durar ·más quo
sar en ello en el momento decisi- unos •eoundos. «Sostener la aten-
vo. La atención tiene casi siem- ción• es repetirla por medio de es-
pre consecuencias fatales. Para!i- fuerzos sucesivos que traen una y
111 ÁTOMO

otrn vez ante el espíritu In idea Sfo.: prevenc1on, solicitud, cuidado,


que se escapa. Una ve• traída, esa consideración, deferencia.
idea, a menos de ser excesivamen- Contr.: inadvertencia, negligencia,
te ingrata, se desarrolla por sí desdén.
misma, y si al hacerlo llega u ser 18. las atenciones son señales
interesante, la atención voluntaria y testimonios de la atención par-
se prolonga en atención espontá- ticular que se dedica a las perso-
nea. (W. JAMES, Précia ele p81Jchol., nas; consisten en cuidados oficio-
291.) sos, tiernos, particulares, asiduos,
10. In atención espontánea da que prueban que uno quiere hacer-
un múximo de efecto con un míni- se agradable. Provienen de un celo
mo de esfuerzo, en tanto que la afectuoso por las personas a las
atención voluntaria da un mínimo que se ama realmente o de las que
de efecto con un esfuerzo máximo. uno quiere hacerse amar. (LAFAYE,
(Th. RmoT, llfal. ele la vol., 108.) 548.)
16'. Hay, pues, que invertir la 19. Tenía [A. Gide] la bondad
creencia trad1cional. No deseamos de decirse «atento» --era su pala-
una cosa porque la hayamos visto bra- a la que hacíais y acaso lo
antes, sino al revés: porque ya en estaba realmente. Pero su «aten-
nuestro fondo preferiamos aquel ción» me irritaba. Notaba que se
género de cosas, las vamos buscan- reía de todo, que se reiría siem-
do con nuestros sentidos por el pre. Era intolerable. (J. GuÉHEN
mundo. De los ruidos que en cada NO, La foi diffic., 101.)
instante llegan a nosotros y mate- V. Indiferencia, 5.
rialmente podriamos oir sólo oí-
mos, en efecto, aquellos a que fa- ATLi::TICO. Gr. athliitikos, que con-
vorecemos con el subrayado de cierne a la lucha ( athlos) o al atleta
nuestra atención, y como no se (atliletiis).
puede atender una cosa sin des- Tipología (KRETSCHMER). Tipo mor-
atender otras, al escuchar un son fológico caracterizado por un esquele-
que nos interesa desoímos enérgica- to y una musculatura particularmente
mente todos los demás. Todo ver desarrollados, así como por la rudeza
es un mirar, todo oir es a la pos- de las formas, que parecen corno talla-
tre un escuchar; todo vivir, un in- das con hacha. Corre/.: leptosomático•,
cesante, original preferir y desde- pícnico•, displástico•.
ñar. (J. ORTEGA y GASSET, ¿Qué
es filosofía?, 258.) Ad. E. ÁTOMO
Átomo. Gr. atamos, indivisible (comp.
V. Esfuerzo, 3; Interés, 9, 11, 15. de tomos, cortado, y a privativa).
A tenci6n constituyen.to y ato11ci6n A. Primit., en los filósofos atomis-
constituida. La atención constituyente tas gr. (DEMÓCRITO, EPICUR0) : los áto-
consiste en el esfuerzo de puesta en mos son lus partículas indivisibles de
marcha. En la atención constituida este que está constituida la materia.
esfuerzo es inútil, pues la atención se
mantiene por si misma ·a consecuencia B. En la química moderna: elemen-
del interés que el esfuerzo ha hecho to de la molécula considerado como in-
nacer. alterable.
A tenci6n c:,;pccta11tc. Concentración . C. En, la física atómica contempo-
del espíritu sobre lo que se espera ver rnnea: sistema compuesto de un nú•
llegar; espera durante la cual el pen- cleo constituido por protones y neutro-
samiento se concentrn en lo esperado. nes en torno al cual gravitan electro-
nes planetarios.
17. La atención expectante es
un estado de vigilia y alerta en l. Cuando Demócrito inventó
una dirección más o menos defini- los átomos los consideraba como
da. (H. DELACR0IX, Les gra11cle• elementos absolutamente indivisi-
formes ... , 161.) bles y más allá de los cuales no
había nada que buscar ( ... ) . El
B. Mor.: Actitud del que se desve- átomo del químico no le hubiese,
la pot· complacer h loa dernós (sentido pues, dado satisfacción, porque
abstracto) ; lo que se hace para ser no es absolutamente indivisible, no
agradable (sentido conc1·eto). Adj.: es un verdadero elemento, no se
atento (que tiene muchas atenciones). halla exento de misterio; ese úto-
tí. Diccionario d,·1 l.,·111111:ijt• FilosllÍil'IJ.
ATHIBVTO 82

mo es un mundo. Demócrito hu- útomos por sí mismos inertes. Atomis-


bies~ estimado que tras habernos mo antiguo (DEMÓClll'fO, EPICUR0).
tomado tanto trabajo para buscar- 2. Atomismo dinámico: doctrina se-
lo, estamos <lande cstúlrnmos. Es- gún la cunl cada el ase de útomos está
tus filüsofos jnmás están conten- ,lotada de una energía especifica pro-
tos. (H. I'oINCARÉ, Rapp. de la pia. Atomismo moderno (Boscovnc11,
mat. et de l'éthcr, en Les idécs mo- T0NGIORGI).
dc,·ncs, 5.) 6'. el atomismo actual no tiene
2. El átomo es un hecho pnra por lo menos la misma aignifica-
los simples. Para los inteligentes ci6n que el antiguo. Este implica
es una idea; y a los ojos de los gran- un discontinuismo, por así decirlo,
des genios, sólo una convención. arbitrario: aquél no rechaza to-
(ALAIN, Ilist. de mes pcnsécs, 156.) talmente lo continuo. El atomismo
3. nos sentimos bastante incli- antiguo distingue los átomos por
nados a ver en el átomo, no una caracteres externos, tales como la
cosa real, sino el residuo materin- posición o la figura; el atomismo
lizado de las explicaciones mecá- de la física moderna y, sobre todo,
nicas. (H. BERGS0N, Essai s. les de la actual reconoce que la «posi-
r/onnécs, 109.) ción» del átomo en cada tipo de
4. Recientemente se nos ha pe- realidad puede cambiar radical-
dido [a su hermano Maurice y a mente el ((comportamiento» de las
él] definir la palabra ,,átomo». partículas. (J. FERRATER MORA,
Nos hemos Yisto en un gran apu- Dicciona,-io ele Filosofía, 82.) Ad.
ro... Si fuese un humorista diría E.
que, tras habernos pasado la vida C. Psicol. (atomismo psicológico o
estudiando los átomos, no tenemos atomismo mental). Nombre dado por
ni idea de lo que es eso. Cierto que sus adversarios. (W. JAMES, BERGS0N ... )
un eminente físico nos ha dado, a la concepción asociacionista de ia
hace algunos años, una definición vida del espíritu, según la cual los es-
precisa: ((El átomo, ha dicho, es tados de conciencia complejos se re-
un sistema de ecuaciones». (L. DE suelven en agregados de estados ele-
BROGLIE, Sai,ants et découvcrtes, mentales, como los cuerpos en molécu-
304.) las y las moléculas en átomos.
D. Por anal. (átomos psíquicos): Atomístico, ca. A. Adj. Relativo al
término empleado por adversarios de atomismo. Teoría, hipótesis atomística.
los filósofos o psicólogos que, como 6. Ostwald proclamaba «la de-
LocKE y TAINE, concebían la vida psí- rrota del atomismo». ( ... ) Lo cier-
quica como un agregado de datos ele- to es, por el contrario, que en la
mentales análogos al átomo. hora actual (... ) la opinión cien-
Atomismo. Doctrina que admite la tífica sufre (... ) un poderoso em-
existencia de átomos. puje hacia las doctrinas atomísti-
5. Si la experiencia sensible no cas. (E. MEYERS0N, [dentité et
nos presentase los diversos fenó- réal., 95-96.)
menos del polvo, es presumible que B. Subst. f. Ciencia que tiene por
el atomismo no hubiese recibido de objeto el átomo y la energía atómica.
los filósofos una adhesión tan Átono. V. Tono.
pronta ni hubiese conocido un des- Atrabiliario. V. Nervioso.
tino tan fácilmente renovado. (G.
BACHELARD, Jntuitiona atomist., A'J'RJBUTO. Lat. attributum (part.
17.) pasado de alriúuerc): lo que es atri-
buido.
A. Química ( se dice más bien: teo-
ría atómica). Conjunto de las nocio- A. Gram. y Lóg. Término que es
nes relativas a la constitución y la com- afirmado o negado del sujeto.
binación de los átomos (peso atómico, Sin.: predicado.
número atómico ... ). B. Metaf. Propiedad esencial de una
B. Filos. Doctrina según la cual la sustancia. Se habla sobre todo de los
realidad material se reduce a átomos. atributos de Dios.
1. A tomismo mecanista o mecani- l. Entiendo por atributo lo que
cista: doctrina según la cual los fenó- el entendimiento percibe de la sus-
menos del mundo material se explican tancia como constituyendo su esen-
por la combinación y el movimiento de cia. (SPIN0ZA, Élh. I, def. 4.)
83 ,\ VSE'.'ICI.\

2. Entiendo por atributo todo compatibles e irreductibles. (J.-L.


lo que se concibe por sí y en sí, de Df;ST0UCIIES, Princ. fond. ele la
suerte que el concepto de tal atri- phys. théor., III, 843.)
huto no encierra el concepto de ZUBIRI, siguiendo a ORTEGA Y GAS-
otra cosa. Por ejemplo, la exten- SET, traduce ,mfhcbcn por absorber, y
sión se concibe por sí y en sí, pe- aufhebtrng por absorción. Ad. E.
1·0 no ocurre igual con el movi-
2. Lo negativo del objeto o su
miento, que se concibe en otra co- autoabsorción tiene para la auto-
sa y cuyo concepto envuelve la conciencia significación positiva, e-;
extensión. (SPIN0ZA, Carta 2, Pléia- decir, la autoconciencia sabe de
de, 1116.) esta nulidad suya, por una partt?,
3. Dada una clasificación jerár- por el hecho de exteriorizarse a 3Í
quica, la comprensión de un tér- misma; pues en esta extcrioriz:1-
mino abarca todos los atributos de ción se pone como objeto o ponic:
los términos superiores, pero no el objeto como ,1sí-mi~mo;, por la
los de los términos inferiores. (E. inescindible unidad del ser para
GoBL0T, Tr. de loo., 110.) sí. Por otro lado, yace aquí 2.l
V. Afecto, 23, 24. mismo tiempo este otro momento
C. En el uso ord. l. Lo que es atri- por el cual esta exteriorización y
buido a alguien como su carácter o de- objetividad se ha absorbido y re-
recho propios. cogido en sí misma, y, por tanto.
sa encuentra consigo misma en gu
Sin.: particularidad, característica, ser-otro como tal. Tal es el mo-
prerrogativa, patrimonio. vimiento de la conciencia y tal la
4. Si se quiere definir al ciuda- totalidad de sus momentos. (HEGEL,
dano de los tiempos antiguos por Fenomenología del Espíritu, trad.
su atributo más esencial, hay que de ZUBIRI, p. 126.) Ad. E.
decir que es hombre que posee la
religión de la ciudad. (FUSTEL DE 3. Pero el espíritu se nos ha
C., La cité a11tique, 227.) mostrado ser no solamente el re-
trotraer la autoconciencia a su pu-
5. Una ilusión duradera tiene ra interioridad, ni la mera inmer-
los atributos de la verdad. (A. sión de aquélla en la sustancia y
FRANCE, L'anneau d'a1n., 221.) en el no ser de lo diferente de ella,
2. Por ext.: signo distintivo, símbo- sino que se ha mostrado ser este
lo tradicional, emblema. movimiento del 1Uismo, el cual se
6. La espada y la balanza en exterioriza a sí mismo y se sumer-
los atributos de la Justicia. (BÉ- ge en su sustancia; e igualmen-
NAC, Syn.) te, como sujeto, ha entrado desde
Atributivo. Que afirma un atributo ella dentro de sí mismo y se ha
de un sujeto. La proposición atributiva convertido en objeto y contenido,
se opone a la proposición existencial y al absorber esta diferencia de ob-
a la proposición de relación. jetividad y contenido. (lbíd., 146.)
Ad. E.
Sin.: predicativo•. V. Relación C.
V. Ser III, 63, G4. 4. En su entrar en si el espíri-
A nclición coloreada. V. Sinestesia. tu está sumergido en la noche de
su autoconciencia, pero su existen-
Aufhebu11g. Acción de levantar (auf- cia desvaneci<la se conserva, sin
heben), de sobrepasar, ya sea para su- embargo, en ella; y esta existencia
primir (supresión), para conservar absorbida -la existencia ant2-
(conservación). En HEGEL, ambos sen- rior, pero renacida desde el sa-
tidos a la vez: «[la palabra aufhcbc11] ber- es la nueva existencia, un
tiene a la vez el sentido de 11egar y el nuevo n1undo y una nueva configu-
de conservar». ( Phénoménol. de l'es~ ración del espiritu. ( lbíd., 153.)
v,:it, .trad. HYPP0l,ITE, !, 94.) v. Sí11tc- Ad. E.
Bl8 (..
l. El desarrollo ulterior del sa- AUSENCIA. Lat. absentia, carácter
he1· y de su teoríu se hará por un de lo que abc~t, es decir, está ( t'~t) le-
procedimiento dialéctico, salvando jos de (cib).
cada dificultad de coherencia me- A. Curúcter de lo que no se encuen-
diante una c,ufheb101u, aboliendo, tra l'n un lu¡,:ar en el que serín nor-
conservando, sintetizando y supe- mal o nl menos posible que estu\'lesc.
rando a la vez los elementos in- Contr.: presencia.
AUTARCIA 84

l. La ausencia disminuye las pa- AUTARQUIA. Gr. autarlda, gobier-


siones mediocres y aumenta lns no (arle/!) por el propio soberano (au-
grandes, como el viento apaga tos), monarquía absoluta.
las velas y enciende el fuego. (LA Régimen polltico en el que la ley de-
R0C.HEl'tlUCAULD, Max., 276.) pende de In voluntad personal del so-
2. Tenemos una infinidad de berano.
conciencias de au.sencia, todas in- Sin.: autocracia.
nominadas, todas diferentes entre
sí. Y no se confunda la ausencia AUTJ1:NTICO. Gr. autlicntil<os (der.
de sensación con la sensación de de autos•), que es authcntifs, es decir,
ausencia, que es una sensación hecho con autoridad o ejecutado por
muy intensa. Podemos tener pre- propia mano. Authcntia, poder absolu-
sente en la conciencia el ritmo de to. Der.: autenticidad.
una palabra perdida sin que lo A. Sentido propio: se dice de los
revista un sonido, o el vago senti- documentos o las obras que son del
miento de un no sé qué que es autor o de la época a los que se atri-
la vocal o la consonante inicial buyen.
de la palabra, duende impalpable B. Por anal. (hablando de perso-
cuya risa aguda y entrecortada nas) : se dice de los pensamientos, sen-
suena en nuestros oídos sin que lo timientos o conductas que emanan de
podamos ver ni echarle mano. (W. la personalidad misma. En el voc. exis-
JAMES, Précis de psychol., 212.) tencialista, especialmente en HEIDEG-
3. No hay otro lugar tan lleno GER, se llama inauténtico lo que es so-
de mi madre; de tal modo su pre- bre todo eco del medio, de la opinión
sencia, y más aún su ausencia, lo común, del «se»•, cuyas habladurías
impregnaron de su persona. ¿Aca- no tienen ya contacto con la realidad
so no es la ausencia, para quien ni con uno mismo.
ama, la más cierta, eficaz, viva, l. Creo ( ... ) que los sentimien-
indestructible y fiel de las presen- tos auténticos son extremadamente
cial? (M. PROUST, Les plaisirs et raros y que la inmensa mayoría de
les j. 142.) los seres humanos se contentan
4. Es siempre en la ausencia con sentimientos convencionales,
cuando se revela la esencia secre- que se imaginan experimentar real-
ta de los demás seres, que es su mente, pero que adoptan sin pen-
parte mejor y que las relaciones sar ni por un instante en poner
cotidianas a menudo interceptan en duda su autenticidad. (A. GIDE,
en vez de entregárnosla. (L. LAVEL- Journal, 10 feb. 1929.)
LE, Le 111al et la, soolfr., 22.) 2. la modalidad inauténtica del
5. Dios sólo puede estar presen- existir ( ... ) es una existencia en
te en la creación bajo la forma de el Se (Man). Das Man ejerce en
ausencia. (S. WEIL, La pesanteut todas las formas de la existencia
et la gro.ce, 126.) cotidiana (los adjetivos cotidia110
6. Mi ausencia de Dios no es e inauténtico deben ser en adelan-
menos misteriosa que vuestro Dios. te considerados como sinónimos)
(J. RosTAND, Carnets d'un biol., una opresora tiranía (A. DE WAEL-
68.) HENS, La philos. de M. Heidegger,
110.)
B. Psicol. Carácter o estado de quien
no presta ning·una atención a una cosa 3. Ningún hombre, incluso si
a la que normalmente debería estar tiene acceso a la existencia autén-
atento. tica, es capaz de liberarse por com-
Sin.: distrarción. pleto del contenido material del
diario discurso. (lbid., 111.)
AUTARCIA. Gr. autarleeia, estado 4. El drama de la conciencia
del que es autarkés, es decir, que se [reside] en que me descubro inca-
basta (arl<ei) a sí mismo (autos). paz de mí mismo, infiel a mi au-
Régimen económico de un grupo so- téntica naturaleza. (G. Gusoom·,
cial que se basta a sí mismo para la Tr. de l'exist. mora/e, 126.)
producción y el consumo de las rique- C. Por ext.: se dice de lo que es
zas, es decir, que no practica ningún verdadero. Una ciencia, un valor, una
intercambio con los grupos exteriores. caridad auténtica.
Si11.: economla cerrada. V. Prueba., 10.
85 AUTOMATISMO

AUTISMO. Neo!. der. por BLEULER Aquel cuyo poder no está sometido
del gr. a1tfoe para designar In disposi- a ningún control. Der.: autocrático.
ción patológica de quien está encerra- V. Conetituci6n, 11.
do en sí mismo y aislado del mundo ex-
terior. AUTOMATISMO
Sin.: egocentrismo•, introversión• Autómata. Gr. automatos: primitiva-
csquizotimin•. Der.: autfstico. ' mente, que piensa (raíz indoeurop. men,
de donde deriva el Jat. meru,) por si
l. Los esquizofrénicos más mismo; más tarde, que obra por su
avanzados, que no tienen ya nin- propio movimiento, espontáneamente:
g-unn relación con el ambiente, vi- finalmente, que ocurre por azar.
ven en un mundo que no es más
que suyo. Se han encerrado en él, A. Hablando de cosas: aparato mo-
por así decirlo, con sus deseos, que vido por un resorte interior y que imi-
imaginan realizados, o con el su- ta los movimientos de un ser animado,
fri~iento resultante de las perse- en particular del hombre.
cuc10ncs de que se creen víctimas. l. Deseo que consideréis, des-
Limitan sus contactos con el mun- pués de esto, que cuantas funcio-
do exterior al mínimo estricto. nes he atribuido a esta máquina
Llamamos autismo a esta rotu- fel cuerpo humano J se derivan to-
ra con la realidad, acompañada de das naturalmente (... ) de la sola
un predominio, relativo o absolu- disposición de sus órganos, ni más
to, de la vida interior. (E. BLEU- ni menos que lo hacen los movi-
LER, cit. por E. MINK0WSKI La mientos de un reloj, o de cual-
schi.zophrénic, 145.) ' quier otro autómata ... (DESCARTES,
Tr. de l'homme, fin, XI, 201.)
2. El comportamiento de los
temperamentos esquizotímicos ( ... ) 2. Se reprocha tradicionalmen-
se inclina hacia el autismo, la vida te al maquinismo: 1.0 sustituir
interior, hacia la elaboración de por autómatas a los seres cons-
una zona individual de claros lími- cientes, que se hacen superfluos·
tes, de un mundo de sueños y de 2.0 hacer servir a esos autómata~
principios extraños a la realidad. por seres conscientes; 3.0 trans-
Estos sujetos se forjan un con- formar a la larga a estos últimos
traste acentuado entre el Yo y el en autómatas. Pero el ser cons-
mundo exterior; indiferentes o sus- ciente se enorgullece: l.<1 de crear
ceptibles, se aíslan de la muche- autómatas; 2.(1 de mandarlos; 3.º
dumbre de sus contemporáneos, o de convertirse en un autómata, que
bien se pasean entre ellos, sin va tan de prisa como la máquina
atención y sin contacto. (KRETSCil- de calcular sin cometer más erro-
MER, Peychol. médú,ale, 251.) res que ella. (M. MARSAL, en LA-
LANDE, Voc., 100.)
3. el autismo ( ... ) constituye la
conducta favorita de los seres dé- B. Hablando del hombre: individuo
bHes obsesionados por el sentimien- cuyos movimientos estereotipados y
to de su inferioridad, que hallan conduct=1 i!-7eflex!va hacen pensar en
consuelo en las ficciones de In ima- una maquina. Aire, gestos de autó-
ginación. Es la actitud normal del mata.
niño, que siente predilección por Sin.: robot, marioneta.
el sueño y el juego. (R. LACR0ZE, 3. Porque no debemos descono-
Fonct. de l'imagin., 137-138.) cernos: somos autómatas tanto
Auto. Pref. tom. del gr. autos que, como espíritu . (... ) . Es necesario,
unido a un pronombre personal, se tra- pues, persuadir a nuestras dos
duce por ((mismo»: yo mismo, tú mis- piezas: al espiritu, mediante las
mo, él mismo ... Entra en un gran nú- razones, que le basta con haber
mero de palabras: autobiografía (bio- vist? una vez en su vida, y nl
grafía de alguien escrita por él mis- automata, por la costumbre, no
mo); autógrafo (escrito por el autor permitiéndole inclinarse a lo con-
mismo, de su puño y letra). Autónomo, trario. (PASCAL, Pensées, 449-450.)
autómata. 4. La idea de los aut6matas,
Autoanñlisis. V, A11cílisis. sobre todo, aplicada a los anima-
les, triunfaba y hacía furor ( ... ).
AUTóCIIATA. Gr. CLctfo/mctiis, que No tenia en contra más que el
manda (lcrutei) él mismo (autos). buen sentido de algunos hombres
Al'TO~IATISl\10 86

ele mundo ( ... ) que hahínn sido en- s1on del sueño, una liberación del
2adorcs o jinetes )' que snbfan a inconsciente. Todo intcrven,·ión de
qué atl'HC'rse sobre C'l maquinismo In inteligencia crítica es un aten-
.le los animales. (SAINT!:-BEl!VF., tado o In inspirnción, cuya fuerza
J'.,.-t-Ro¡¡aJ, V, 352.) virgen hny que, por el contrario,
Aulomátiro. A. En sC'ntido C'limo1. respetar. ( ... ) Sentado a mi mesa,
que obru por 5¡ mismo, espontánl'a- anoto, escriba fiel, cuanto sube de
mente. !ns profundidades sagrados del
B. Hr.hlando de la actividad hu- inconsciente. Esto es la «escritura
mana (a menudo con matiz pcyornti- automático». (A. 81,ANC'HF.T, La lit-
,·o) : que es ejecutado sin ayuda ele la tér. et le spirituel, 132.)
inteli)!"encia ni de In ,·oluntnd. Gestos Automación. Aunque no derivado se-
automáticos. gún !ns reglas (habría que decir auto-
5. Hemos visto en el estudio de 1natización, como se dice meca.nizacicm
las sugestiones que el acto es pri- y no 111aqu,fo.a.ció11.), este neologismo,
meramente ejecutado de un modo creado simultáneamente en 1947 por
automático y que después, en un dos americanos, D. S. HAnDER y J. DIE-
cierto grado de desarrollo, es adop- BOLD, triunfará sin duda a causa de
tado por la voluntad personal. su uso internacional.
Igual ocurre con esas funciones 9. la automación es el conjun-
que han descendido por debajo del to de los procedimientos automáti-
niYel del acto voluntario y que cos que reemplazan al trabajo del
parecen paralizadas. El funciona- hombre. (L. SALLERON, L'automa-
miento automático las eleva gra- fion, 6.)
dualmente y nos sorprende mucho
constatar un día que la voluntad 1O. hay 1necm1.ización cuando
ha vuelto a adoptarlas y puede de una máquina hace el trabajo del
nuevo gobernarlas. (P. JANET, l11é- hombre. Hay automaci6n cuando
dieatio11s psyclwl., I, 299.) una máquina hace el trabajo del
6. ¿en qué consiste el progreso hombre controlando a la vez sus
del propio sistema nervioso? En propias operaciones y corrigiendo
un desarrollo simultáneo de la ac- incluso sus propios errores. (GAn-
tiYidad automática y de la acti- DELLINI, cit. lbíd,, p. 9.)
,·idad Yoluntaria, sirviendo la pri- 11. El automatismo, la mecá-
mera a la segunda de instrumen- nica, no tomaba a su cargo más
to apropiado. (H. BERGSON, É1•0I. que los componentes materiales de
t-r., 252.) la acción (... ) la automación, los
\". Afasia. mecanismos cibernéticos, toman a
C. Hablando de la actividad de las
su cargo también los componentes
máquinas (a menudo con intención va- intelectuales. (P. DE LATIL, 11 faut
lorizadora) : que efectúa mecánicamen- ti,cr les robots, 90.)
te un trabajo que exigía la interven- Automatización. ,rExtensión del auto-
ción del hombre: bloqueo automático matismo al conjunto de la produccion,»
de señalización reemplazando al blo- (M. SORRF., Rc11co11t1·rs ele la géogr. et
queo manual, teléfono automático. de /a. socio/., 205.)
Escritura automática. Método pre- Automatismo. A. En sentido abstrac-
conizado por los surrealistas'~ y con- to (el automatismo) : carácter de un
sistente en dejar correr la pluma sin acto o de una actividad automáticos.
reflexionar y sin ninguna preocupación El automatismo de una fabricación, de
por la lógica o el buen sentido. un timbrazo, de los gestos del con-
7. La historia de la escritura ductor.
automática en el surrealismo sería, 12. en un orador (... ) resulta
no me importa decirlo, la de un que un cierto movimiento del bra-
infortunio continuado. (A. BRETON, zo o de la cabeza, siempre el mis-
/.," measa9<: aut01n., en Le poiut du. mo, se repite periódicamente. Si
j,,ur, 22G.) lo noto ( ... ), involuntariamente
8. lus surrealistas condenan in- reiré. ¿Por qué? Porque lo que
eluso la noción de olira de artt:. ahorn tengo ante mi es una mecá-
¡Nada de poemas labrados, traba- nica que funciona automáticamen-
jados con el cincel ele la voluntad te. No es ya la vidn, sino el auto-
y cirl gusto!(. .. ,, ~ino una e:xpau- matismo inolalndo en la vida e
87 AUTONOMfA

imitando n la vida. Es algo com1- automatismo normal, motor, inte-


co. (H. BERGSON, I,c rire, 24-26.) lectual o moral, es ser un automa-
18. el automatismo, con respec- tismo vigilado. (Ch. BLONDEJ., en
to a la actividad libre; eso es, en N. traité ele psychol,, de DUMAS,
suma, lo que la risa subraya y VI, 378.)
querría corregir (lbíd., 100.) 20. Toda acción descansa sobre
B. En sentido concreto (un automa- enormes pliegues de automatismo.
tismo, automatismos) : operación auto- El automatismo, que sustituye con-
mática. tinuamente a la iniciativa, sirve
de punto de apoyo y de partida a
14. Llamo au/0111atum10 a todo !ns nuevas iniciativas. El pensa-
proceso biológico en el que la ac- miento y la voluntad no son ape-
tividad orgánica es puesta en jue- na~ más que un medio de crear y
go por la misma circunstancia que explotar automatismos, la aptitud
In hace necesaria. (E. GoBI,OT, Sysl. para fabricar hábitos. (H. DELA-
dr• se., 126,) cno1x, Les gramlcs form.,, 90.)
15. En ninguna parte halla- 21. La perfección del automa-
mos un automatismo vital que no tismo no está en fijar irrevoca-
parezca penetrado de una inteli- blemente un cierto encadenamiento
gencia preexistente, ya sea dormi- muscular, sino, por el contrario, en
da, ya distraida, ya intermitente In creciente libertad de elección de
y eruptiva. (M. PRADINES, Pref. a las acciones musculares a encade-
GnAPPE, Gencsc récipr., VII.) nar. ( Ibíd., 95.)
V. Voluntad, 46. 22. El lenguaje intencional y vo-
Automatismo psico/6gico. Carácter luntario tiene toda la complejidad
de las operaciones psíquicas que se del acto voluntario; pero del mis-
desarrollan sin intervención actual del mo modo que en el acto volunta-
pensamiento reflexivo ni de la volun- rio, los automatismos montados por
tad, o (en sentido concreto) esas ope- la experiencia trabajan en él a la
raciones mismas. vez que el pensamiento libre que
16. Ese estado (el ensueño) es inventa y se explicita. (H. DELA-
el automatismo de la inteligencia cno1x, Le lang. et la peiisée, M4.)
caracterizado por el ejercicio in- 23. Automatismo no quiere, en
voluntario de la memoria y de la efecto, decir ,nccanismo. (... ) Lo
imae-inación. (BAILLERGER, Tl,éo- que llamamos automatismo es pri-
rie de !'automatismo [1841], en meramente y ante todo la acth·i-
Recli. sur les maladies ,nent., 496.) dad subconsciente de las tenden-
17. muchos filósofos se niegan cias. (A. BURLOUD, Penséc concep.,
a reconocer en el espíritu humano 285-286.)
un automatismo, que es, no obstan- 24. Hay, pues, un abismo entre
te, real y sin el cual muchos fenó- esos automatismos vigilados y unos
menos son inexplicables, porque se reflejos o cadenas de reflejos que
figuran que admitir el automatis- en ningún n1omento se dan con10
mo es suprimir la conciencia y re- nuestros. (P. R1cOEUR, Philos. ele la
ducir al hombre a un puro meca- 1•01., I, 286.)
nismo de elementos diluido en V. 1lclo, 48; ll<'al, 37.
insensibles. Creemos que cabe ad-
mitir simultáneamente el automa- AUTONOMIA
tismo y In conciencia ( ... ) y mtcstro Autónomo. Gr. crntouomos: que se da
fin es demostrar no sófo q11c hay a sí mismo (autos) sus propias leyes
una activülctd humana que mcrcrr (11omos).
el nom.bre ti,• trnfomcít frn sino tum-
I

bifn qur <'B lraítimo llanrnrla nuto- A. En sentido estricto (etimol.\:


que s~ rige por leyes que t'l mismo
mutismo lJHirolóyiro. (P. JANJ•:1·,
L'automn.Usm<' psyrlwl., 2-3.)
dicta. Al estar la palabra 1101110• en
su sentido original reservada parn lns
18. [La conciencia] se duerme reglas estableeidas por la soei,•dnd po-
ruando In vida est,í condenada ¡11 lítil·n, nulúnomo se deda tau só!o dC'
automatismo; se despierta apenns pueblos, estados n gobiernos.
n•nnre la posibilidad de una clec- 11. ~:n sentido amplio: independion-
rión. (H. ll1mcsoN, /~110/. r.J'., 2U2.) ll•. Sli dice tanto dC' L'Osas l'Ollhl tlt•
10. g1 l'Ul'Íu·lel' l'OlllÚll ti{! tnclo pc1·sonas. 8indkalo autónomo.
AUTONOMIA 88

l. Constantemente me he pro- ¿Cómo saberlo? Es muy sencillo: el


puesto, en efecto, probar que In que sabe obedecer sabe mandar;
Física procedfa según un método el que sabe mandar sabe gobernar-
autónomo, independiente de toda se. El criterio de la madurez de
,.pinión metafísica_ (P. DmtEM, Lu una clase será In obediencia de sus
thi'oric ph11s., 414-415.) miembros. (A. FERRIERE, L'autono-
2. El medio tnn sólo lo provee ,ni, rlcs reo/,, 265.)
[al viviente] de medios de reali-• 9. La autonomía es una disci-
zación; las verdadi;?ras condiciones pliniL Lo indica la etimología de
determinantes se hallan en él. La la palabra. La libertad sin reglas,
vida es un reino autónomo. (L. la esclavitud de los caprichos no
BOl'NOURE, L'autonom.ic de l'Ct,·r pueden llevar el nombre de auto-
1•it•a.nt, 168.) nomía. (A. FERRIERE, v·, co11ores
3. La filosofía no realiza un de- intenrat. d'~duc. mor., 1930, 173.)
venir autónomo. (G. GusoonF, Tr. 10. Una antropología no podría
de métaph., 333.) partir de una especie de autono-
Autonomía_ Gr. autono,nia. Carácter mía del individuo, que sólo a pos-
o condición de lo que es autónomo. teriori descubriría sus relaciones
A. Prop. (polít_) : condición de la con sus semejantes. Sin duda, cada
sociedad política que se administra a individuo se nos ofrece (... ) como
si misma. La autonomía absoluta cons- un centro aparentemente indepen-
tituye la soberanía. diente de acción y reacción. ( ... )
4. Cada ciudad se preciaba de Pero esta independencia de la con-
su auto,1omía. 1• llamaba así a un ducta y el pensamiento encubre
conjunto que comprendía su cul- de hecho una solidaridad, una de-
pendencia esencial. (G. GUSDORF,
to, su derecho, su gobierno, toda Tr. de l'ezist. mor., 199-200.)
su independencia religiosa y polí-
tica. (FUSTEL DE c., La cité ant. ", 11. el carácter esencial del jui-
240.) cio científico es la autonomía, la
exclusiva conformidad a las exi-
5. La autonomía es, pues, a ve- gencias de pensamiento. (E. LE
ces un regalo peligroso, porque la RoY, Essai de phiL prem., 677.)
libertad es una carga que no basta
desear para ser digno de ella. (G. C. Autonomía de la voluntad (mor.
BURDEAU, Tr. de la se. polit., II, kantiana) : carácter de la voluntad
103.) que se determina por puro respeto a
la ley dictada por la razón práctica y
6. La autonomía cultural es el con independencia del interés que pue-
conjunto de los poderes consenti- da presentar lo que la ,ley ordena.
dos por el Estado a sus minorías
nacionales para el desarrollo de Contr.: heteronomía• (se emplea
sus civilizaciones particulares. (S. sólo en sentido moral).
D'IRSAY, en Di-et. de socio!., II, 12. La automm1ía de la volun-
955.) tad es el principio único de todas
7. En la Comunidad instituida las leyes morales y de los deberes
por la presente Constitución, los que a ellas se conforman. (... ) El
Estados gozan de autonomía; se principio único de la moralidad
administran por sí mismos y re- consiste en la independencia res-
gentan democrática y libremente pecto de cualquier materia de la
sus propios asuntos (Constitución loy (es decir, respecto a un objeto
fr. de 1958, art. 77.) deseado), y a la vez también en la
determinación de la libre elección
B. Condición de los individuos, las (Willkühr) por la simple forma le-
colectividades o las instituciones que gislativa universal, de la que una
disfrutan de una cierta independencia máxima debe ser capaz. (KANT,
frente a la autoridad exterior o cen- Crit. do la r. prat., 33.)
tral. La autonomía financiera del mu-
nicipio. Todo detentador de autoridad V. Amor, 80.
debe tener una cierta autonomía. Autonomismo. Profesión de autono-
8. Sólo puede acor<larsc un 1:icr- mía o pretensión a la autonomía.
to !Jrado de autonomía a una comu- 13. En la época clásica, y toda-
nidad de niños o adolescentes, vla en el siglo XIX, ( ... ) el autono-
cua!quicra que sea su edad, cuan- mismo intelectual del metafísico se
do ha11 probado que la merae11. justificaba en un universo con es-
60 AUTORIDAD

tl'Ucturas estables, que el pensa- existiese, está tan convencido de


miento, ni menos en esperanza, po- que no podría pasarse sin ella, que
día abarcar de una sola mirada la admite incluso donde nada tie-
..
( ,). ne que hacer. (A. CARTAUJ,T, L'iH-
El hombre de hoy ( ... ) ha perdi- tellectucl, 214.)
do la armazón interna que pc1·mi- 8. Hay una autoridad que usa
tln n sus antecesores afirmar su del poder y del saber de que dis-
autonomismo estoico. (G. GusooRF, pone para subordinar a los demás
Tr. de 1néta,ph., 255, 256.1 a sus fines particulares ( ... ): es
la esclavizadora.
AUTOIUDAD. Lat. auctoritas, ca-
rácter de auctor (de donde autor), der. Hay otra autoridad que usa del
de a1tgrro (aumentar, hacer crecer). poder y del saber de que dispone
para subordinarse en cierto sen-
l. La palabra y la iMa de au- tido a los que Je están someti-
toridad nos vienen del pensamien- dos, y que, uniendo su suerte a
to romano. Auctor es el que sostie- la de ellos, persigue junto a ellos
ne una cosa y la desarrolla; aucto- un fin común: es la liberadora.
ritas es la fuerza que sirve para (L. LABERTHON~IERE, Théoric de
sostener y acrecer. (K. JASPERS, l'éduc., 10.' ed., 29.)
«Liberté et aut.», en Diogene, I, p.
12, 1.0 nov. 1052.) 9. la autoridad sólo consigue
debilitarse cuando pretende adivi-
A. El poder de imponerse a los de- nar pensamientos y provocar sen-
más, de mandarlos. timientos; porque si finge amar,
l. Poder legal (autoridad de dere- resulta odiosa, y si ama realmen-
cho). te carece de poder. (ALAIN, Pro-
2. La autoridad ( ... ) difiere mu- pos s. l'éduc., IX; p. 40-41.)
cho del poder. La una hace vene- 1O. La autoridad, g"arantía real
rable, el otro temible; la una ins- de la libertad (... ). Y esto no es
pira el sentimiento del respeto, el una paradoja, porque la autoridad
otro el del temor. Se respeta a la bien entendida, liberada de condi-
autoridad, se cede ante el poder. ciones hostiles, guardián y árbi-
La autoridad se relaciona más con tro de las actividades libres, está
la dignidad, el poder con la fuerza. tan lejos de la dictadura como de
(LAFAYE, 378.) las debilidades de la democrac:a
3. El principio de toda sobera- formal. (R. ALIBERT, Encycl. fr.,
nía reside esencialmente en la na- X, 28, 6.)
ción. Ningún cuerpo ni individuo V. Absoluto, 1; Educación, 27;
puede ejercer autoridad que de Obediencia, 1 ; Ra.zón, 8.
ella no emane expresamente. (De- 2. Poder o don natural, con o sin
claraci6u de los der. del h., 1791; el derecho indicado en 1, de hacerse
art. 3.) obedecer (autoridad de hecho). Tener
4. El fundamento de toda auto- autoridad; una gran autoridad.
ridad es el bien de quien obedece. Sin.: ascendiente, prestigio, imperio,
(NAPOLEÓN B., Virilités, 90. ) influencia, crédito.
5. Toda autoridad que no ten- 11. Tenemos autoridad [sol,rc
ga por principio la abnegación no una persona] cuando estamos se-
es digna de tan grande nombre, guros de determinarla por las ra-
y, en la educación sobre todo, sus zones que le damos. por la estima
efectos son deplorables. (Mons. que por nosotros ha concebido o
DUPANLOUP, De l'éduc., III, VI.) por otl'as consideraciones que no
6. Las desigualdades sociales parecen atacar a la libertad. (CoN-
están siempre en proporción in- DILLAC, Sy11.)
versa a la fuerza de la autoridad 12. La autoridad es una espe-
pública. (FUSTEL DE c., 1,cs tra11s- cie de ir1/lur11cia ( ... ) ejel'cicla poi'
/orm. de la roya1tté, 583.) los hombl'cs de peso y de conside-
7. La autoridad, legitima o no, ración, pol' los hombres a quienes
e~ invasora; no se resigna fácil- se respeta y honra por su cnr¡°Lcter,
mente a no ser omnipotencia (... ) ; su cducl, su virtud, su prud~ncia.
por otra parte, el hombl'e se sen- (L,WAYF., G99.)
tiría tan desnmpal'Udo si clln no 13. Ln nutol'idnd •~ menos cua-
Al'TORIDAD 90

lidad de un hombre que relación 17. Las verdades son de todos


entre dos sel'es. (M. BARRES, I/r11- los tiempos. Si Aristóteles descu-
uemi des lois, ed. Crés, p. 4.) brió algunas, también podemos
14. Más tarde, en el colegio, me descubrirlas hoy ( ... ). Es una ilu-
orurría encontl'nr desierta una cla- sión pretender probar mediante
se poblada de camaradas anónimos, autoridades humanas las verdades
y sentirla llenarse de una inmensa de la naturaleza (MALEDRANCHE,
presencia con la sola entrada del Rec/1. do la vór., V, Yll.)
prefecto de estudios, No es el nú- 18. Exigir autoridades en apo-
mero de los que la habitan, sinn yo de una afirmación es reconocer
su autoridad lo que amuebla unn que puede tropezar con una con-
casa. (H. BAZIN, Vipere au poing, tradicción razonable, (P. PEETERS,
XXII, Livre de poche, 90.) Se11tcnccs illtcmpor., núm. 166.)
V. Moml, 11. V, Uno, 3.
B. Por anal.: todo lo que puede in- Autoritario. Que restringe o está in-
,~ocarse en apoyo de una afirmación. clinado a restringir las libertades aje-
Argumento de autoridad. Diccionario nas.
de autoridades. A. Hablando de instituciones, prin-
15. La certidumbre de las verda- cipalmente políticas: que está fundado
des evidentes descansa únicamente en el principio de autoridad. El Im-
en la autoridad o el testimonio perio autoritario (,por op. al Imperio
de un cierto número de hombres liberal).
que atestiguan que su espíritu es B. Hablando de individuos (siempre
afectado de la misma manera por peyorativo): que hace un uso veja-
la misma proposición; y si el tes- torio o abusivo de la autoridad que de-
timonio es unánime o la autoridad tenta o incluso usurpa una autoridad
universal, la certidumbre es la más que no tiene. Temperamento autorita-
completa que podamos obtener. (F. rio, tono autoritario.
DE LA ll1ENNAIS, Essai •. l'b,diff., 19. El autoritario sufre de un
cap., XIV.) permanente sentimiento de falta
16. Invocar la autoridad de la de plenitud que necesita compen-
experiencia. (H. BERGS0N, Évol. cr., sar sin descanso. En el límite, la
36.) iniciativa ajena le causa un su-
16'. La autoridad de los san- frimiento intolerable, la siente a
tos, que muchos que pocos, en or- la vez como una amenaza y como
den a la materia de las ciencias una especie de robo perpetrado
naturales, sólo persuade a propor- contra su propia iniciativa. (E.
ción del valor de la razón en que MoUNIER, Tr, du caract. 527.)
se fundan. (MELCH0R CANO, De lu- 20. El autoritario hurta a sus
cí• theologicis, lib. VII, cap. I, 1: relaciones esa esfera de desahogo
concl.) Ad. E. que es, en torno a un ser libre, el
16". Es imponderable el daño juego del espacio vivído necesario
que padeció la filosofía, por estar para las maniobras de su libertad.
tantos siglos oprimida debajo del ( Ibíd., 528.)
yugo de la autoridad. Era ésta, en Autoritarismo. Carácter de un indi-
el modo que se usaba de ella, una viduo o un gobierno autoritarios.
tirana cruel, que a la razón huma- 21. El autoritarismo es tam-
na tenía vendados los ojos y ata- bién una energía de dóbil. Se sitúa
das las manos, porque le prohibía generalmente en las fronteras de
el uso del discurso y de la expe- la neurosis, y alterna a menudo en
riencia. (P. FEIJ00, Arg1t111c11toc la misma familia con las enferme,
de autorid,u/, Obras, 445.) Ad. E. dades del escrúpulo. {E, MoUNIER,
V. Prejuicio, 7. Tr. du caract., 527.)
C. Las personas, físicas o morales, 21'. El dirigente que quiere ha-
detentadoras del derecho de mandar cer obra de mayorías no profesa
(autoridades civiles, militares, religio- un autoritarismo absoluto, exclu-
sas ... , o que ejercen un poder eíerti- yente de toda otra 11articipación.
vo en un cierto campo (,,autoridades Ni siquiera excluye la cooperación
soriales» f LF. PI.AY f. autoridades cien- del dirigido, reconociendo en éste
tíficas ... ). una posible iniciativa ele mayor
AXIO:'IIATIC\

acierto. (l\l. l\lJ!NBNDEZ PIDA!., T,os cton, decisión, intención, orden. uni-
•••¡ia,io/rs c11 la. hiatoria, 102.) verso... axio16gicos (términos recogi-
Ad. E. dos en R. PoLJN). Se op. a ontológico•
(que concierne al ser).
AUTOSCOPIA. Comp. de las pala-
bras gr. scopia (acción de observar) 4. la dignidad de las catego-
(s/wpcin) y autos (uno mismo). rías axiológicas nos conduce a re-
bajar las categ'orías ontológicaJ ...
Alucinación en la que el sujeto cree (L. LAVELLE, Tntrod. et /'onfol., 72.)
percibi1· como un doble de sí mismo
(dcuteroscopin, nutoscopin externa, alu- 5. Sin embargo, el irrealismo
cinación especular) o el interior de sus de los valores no- implica su vani-
órganos (autoswpia interna). dad (... ). Lo irreal imaginario
constituye, en efecto, mundos su-
AVERROISMO LATINO. Ad. E. ilfo- blimes en los que el mito reempla-
vimiento filosófico, iniciado en el si- za a la acción y que, muy a menu-
glo XIII, motivado por el descubri- do son construidos para ocupar su
miento de las obras de An1sT6TELES y lugar. Lo irreal axiológico es, por
el influjo de AvEnnoEs, cuyo principal el contrario, el princi,¡,io de ],a
representante fue SIGER DE BnAVANTE transformación y <le la creación de
(m. en 1281). Sus tesis más caracterís- lo real. (R. POLIN, Création des
ticas son: la de la unidad del enten- val., cap. drréalisme axiologique»,
dimiento agente para toda la especie 125.)
humana, negando así la inmortalidad 6. El Cogito parece ontológico_
personal, y la de la "doble verdad», se- En realidad, es axiológico. En
gún la cual habría una verdad para el efecto (... ), prueba indisoluble-
dogma y otra, superior, para la filo- mente tanto el valor de verdad co-
sofía. mo el «agente que busca lo verda-
AXIOLOGIA. Neo!. comp. a partir dero y evalúa». (R. RUYER, Phi/os.
del adj. gr. axios, digno, de gran va- de la valeur, 51-52.)
lor. Axiologismo. Doctrina o sistema de
Ciencia o teoría de los valores. Se los valores.
emplea sólo para los valores de orden 7. La actitud creadora, que .se
inmaterial y principalmente para los presenta como un axiologismo tí•
valores morales. Estando el valor em- pico, afirma a la vez la existen-
parentado con el ideal y oponiéndose cia sui generis de los valores y la
como él a lo real o al ser, la axiolo- aptitud del sujeto para comunicar
gía se opone a la antología*. con ellos. El axiologismo tipo es.
l. La axiología es una especie pues, a la vez místico y mágico.
de metafísica de la sensibilidad y (... ) El axiologismo culmina (... )
del querer. (L. LAVELLE, T,·. des en una teología. (R. PoLIN, Com-
valeurs, I, 26.) préh. des va/curs, 110, 111.)
2. Al repudiar una axiología AXIOl\!ATICA
de lo trascendente en beneficio de
una axiología de la trascenden- Axioma_ Gr. axioma (der. de axios,
cia, se niega que exista unn nor- que tiene valor, digno [v. axiología]),
ma ideal para la actividad de la precio o valor, estima, principio en que
trascendencia y, por consiguiente, se basa una demostración.
que se pueda asignar límites a lo A. Filos. l. En sentido estricto
arbitrario de la evaluación. (R. ( con exclusión de los postulados) : pro-
P0LIN, Création de• valw,·•, 271.) posición evidente para cualquiera que
comprenda su sentido y sobre la
3. cuando G. Marce! opone el que descansa toda demostración, pe-
mundo de la técnica y el de la es-
peranza ( ... ) es por un movimien- ro que es en sí misma indemostrable.
to axiológico como descubre el ser Sin.: primer principio.
superexistencial ( ... ) . La axio/o- l. hay proposiciones que se en-
uía está al servicio de la ontolo- tienden por sí mismas y de las
gía. (!'. CÉSAJtl, La 1•flfr11r, 92.) que no es necesario pedir prue•
Axiológico. Que concierne n la axio- has; por ejemplo, en matematicas:
]ogía o a los valores, o también que E/ todo es mayor que s11 pm·tc (... ).
tiene un valol', Aclilud, comprensión, Estas proposiciones, clnrns e in•
coherencia, conilurtn, C'ondencia, eren- telig-ibles por sí mismas, y de la!:1
AXIOJ\L\TICA 92

que nos servimos pnra demostrar ses de principios de !ns matemática•


la verdad de !ns demás, se llamnn que era clásico oponer: axiomas pro-
axiomas o primeros principios. piamente dichos, definiciones y postu-
(RossUET, Connaiss. de Dieu ... , 1, lados.
13.) Si11.: hipótesis, postulado, principio.
2. sería importante demostral' 5. A medida que se precisa el
todos nuestros axiomas secunda- método de axiomatización ( ... ),
rios reduciéndolos a los axiomas el término axioma se despoja de la
vrimitfoos o inmediatos e inde- implicación de evidencia que daba
mostrables, que son lo que, hace interés a la idea desde el punto
poco y en otra pnrte, llamaba yo de vista epistemológico y filosófi-
idénticos. (LEIBNIZ, N. Essais ... , co. Se ha conservado el nombre
IV, vn, l.) mientras se suprimía la cosa, co-
2. En sentido amplio (con inclusión mo se vende y bebe «café» sin ca-
de los postulados) : proposición funda- felna. (L. BRUNSCHVICG, «AGES DE
mental que está fuera de discusión. L'INTELL.», 77.)
Sin.: principio•, postulado•. 6, A principios del siglo pasa-
3. Un sabio ilustre [CI. Ber- do el axioma es concebido como
nard] ha formulado en nuestros una verdad evidente y necesaria
días el axioma fundamental de la por si misma, que no necesita ser
inducción al decir que, en los se- fundada, y que será el fundamen-
res vivos tanto como en los cuer- to de una deducción y que tomará
pos brutos, las condiciones de exis- prestado su carácter de necesidad,
tencia de todo fenómeno son de- procurando una verdad absoluta.
terminadas de una manera abso- En ese momento el postulado se
luta. (J. LACHELIER, CEuvres, I, distingue del axioma en que su
26.) evidencia no está reconocida; no
3. Por ext. (irónic.): propos1c1on es más que una hipótesis, Se crean
admitida como evidente por un indivi- geometrlas no euclidianas negando
duo o en un medio dados, pero que no la hipótesis del postulado de Eucli-
lo es comúnmente. des y reemplazándola por otras hi-
Sin.: principio, máxima. pótesis. Pero, arrastrados por el
4. Hay aserciones que comien- éxito, llegan a darse cuenta de
zan por ser hipótesis y que, a que pueden crearse otras nuevas
fuerza de ser repetidas, se convier- negando ciertos axiomas de Eucli-
ten en axiomas. (FUSTEL DE C., In- des considerados hasta entonces
vasion fr., XI.) como evidentes, y as! todos los
axiomas aparecen revisables, axio-
B. Mat. l. Hasta la época con- mas y postulados se confunden,
temporánea (como en el sentido filosó- no queda ya más que un sistema
fico I y 2): proposición considerada de hipótesis de las que ahora no
como necesaria y, en todo caso, puesta se exige que sean evidentes, sino
fuera de cualquier discusión. Algunos tan sólo compatibles entre sí, es
oponían los axiomas (evidentes en sí decir, que sus consecuencias no
mismos) a los postulados• (faltos de conduzcan a enunciados contradic-
esta evidencia). Pero era más corriente torios; es el criterio de la con-
reunir ambas clases de proposiciones sistencia interna. La verdad in-
bajo el nombre de axiomas, distin- condicional, deducida de la evi-
guiendo: dencia, cede el sitio a la verdad
Axiomas comunes a todas las cien- condicio11al de un sistema hipoté-
cias matemáticas y que, al ser analiti- tico-deductivo. (J. ULLMO, La pe11-
cos, son de una evidencia intdnseca; sée scient. moderne, 190-191.)
Axiomas propios de ciertas ramas 7. El axioma de la geometría,
de las matemáticas (geometría, mecá- como el de la lógica, ern antañn
nica), que son sintéticos y no son evi- considerado como una verdad a la
dentes por sí mismos ( = postulados). vez indemostrable y necesaria.
Hoy no se duda en tratarlos como
2. En nuestros días: elemento de
una axiomática• o proposición cnun• enunciados hipotéticos. (F. GoN-
ciada como base de partida de un sis- SETH, Pre!. a G. LEMAITRE, L'liy-
loma hipotético-deductivo•. El axioma pol/1, ele l'atome prim., 13.)
así comprendido engloba las tres cla- 8. Toda teoría deductiva com-
03 AXIOMÁTICA

prende así ( ... ) dos clases de pro- 13. El papel que pensamos ha-
posiciones: las proposiciones pri- cer desempeñar al método axiomá-
meras, que son indemostrables, lla- tico no se limita a su empleo en
madas indiferentemente a:i:itnnas, las matemáticas. ( ... ) En este pa-
postuJados o principios, y las pro- pel ampliado es cuando el méto-
posiciones derivadas, demostrabled do axiomático formula el breviario
n partir de ellas, a las que se lla- de la abstracción, (F. GONSETII,
ma comúnmente teoremas. (L. Les ,nath. et la réal., 243.)
RoUGIER, Tr. de la ctm.nlllÚls., 45.) 14. En la edificación de una
O. en el punto de partida de teoría hay que distinguir tres fa-
una teoría deductiva, concebida pa- ses:
ra satisfacer a las exigencias ló- l.' La síntesis inductiva.
gicas, deberán figurar no los trea 2.' El enunciado axiomático.
«principios» tradicionales: defini-
ciones, axiomas y postulados, sino 3.' La parte deductiva. (J.-L.
unas proposiciones no demostradas DESTOUCHES, Pri11c. ele phys.
a las que se llamará indiferente- théor., 12.)
mente axiomas o postulados... (R. 15. le. geometría abstracta es-
BLANCHÉ, L'a,,i;i,nna,t,, 16.) tá inspirada por un pensamiento
V. Convención, 2¡ Predicado, 7. axiomático. ( ... ) Por el contrario,
Axiomático, adj. A. Que tiene el ca- la geometría. concreta implica, has-
rácter de los axiomas en el sentido clá- ta en sus teoremas más simples,
sico de la palabra. (A 1), es decir, que el principio de la inducción expe-
es afirmado como una verdad eviden- rimental. (G. BACHELARD, Valeur
te e indemostrable. induct. de la relativ., 247.)
B. Que se refiere a los axiomas en 16. Al análisis inductivo, que
el sentido contemporáneo de la pala- de los hechos se remonta a las le-
bra (B 2), es decir, e. las proposiciones yes, sucede el análisis axiomático,
que pueden servir de base a un siste- que, prosiguiendo de la obre. de sis-
ma hipotético-deductivo. tematización, se remonta de las le-
10. la base axfomátice. debe yes a los axiomas. (R. BLANCHÉ,
haber abstraído de la realidad to- L'a,,i;i,nnat., 79.)
do lo necesario para que podamos 17. en la exposición de las teo-
aparentar que olvidamos comple- rías científicas, con la exclusión
tamente esta última. (F. GoNSETH, acaso del campo de las matemáti-
Les 1na,th. et la réal., 237.) cas puras, el método llamado «axio-
11. la purificación axiomática- mático» es a la vez el más satis-
ca no logra expurgar completa- factorio pa,re. nuestra razón y el
mente el lado teórico de todo prés- menos fecundo en la práctica. (... )
tamo intuitivo o experimental. (F. No se puede decir que las teorías
GONSETH, La géo,n, et le probl. de axiomáticas rigurosas sean inúti ..
l'esp., 609.) les, pero, en general, apenas con-
C. Que procede deductivamente a tribuyen e. los progresos más no-
partir de un sistema de axiomas. te.bles de la Ciencia. Y la razón
Si11.: deductivo, hipotético-deductivo. profunda de ello es que el método
axiomático tiene precisamente por
12. Hoy no hay ya ninguna fin eliminar la intuición inducti-
proposición evidente por si misma. va, única que puede permitir ir
Hay tan sólo dos categorias de he- más allá de lo ye. conocido; puede
chos: los que aceptamos sin demos- ser un buen método de clasifica-
tración y los que demostramos. Y ción y de enseñanza, pero no es
tan sólo aceptamos -los primeros un método de descubrimiento. (L.
porque es imposible demostrarlos, DE BROGLIE, Sur les scnticrs de la
ya porque definan los seres geo- Science, 211-212.)
métt·icos de que hablaremos, ya
porque representen una elección D. Que tiene por objeto simbolos
entre diversas posibilidades lógi- vacios de todo contenido significativo.
cas. Este paso de la concepción Sfo.: formaliza.do.
intuitiva. del axioma a la concep- 18. Por las palabrns punto,
ción precedente constituye lo esen- recta, etc., no hay que entender
cial del «método axiomático», (F, en la geometría axiomática más
GoNSETH, F'o11cl. <les mat/1., 12,) que conceptos esquemáticos vacíos
AXIOMATICA 94

<lr contenido. Lo que les confiere versos campos de una misma cien
contenido no pertenece n la ma- l'Íu, e incluso pnrenlescos entre
tem.itica. (A. EINSTEIN, [,,a yéo111. l'Ícnl'Ías que parecían extrañas.
et l'cr¡><·1·., 5.) (R. llLANCIIÉ, L'axiomaf., C.9.)
rn. el método nxiomútico (... ) 25. La axiomática es la culmi-
se propone eliminar la intuición nación de lu teoría deductiva, lo
para sustituirla, no ya siquiera por c¡ue quiere también decir que toda
el razonamiento, sino por un cálcu- puesta en forma deductiva hace
lo, un manejo cie¡ro y reglado dr entrar yn en In vía de la axiomú-
símbolos. (R. BLANCIIÉ, L'axiomat., tica. ([bid., 77.)
79.)
B. En sentido particular ( una axio-
20. El beneficio del método mática). l. Prop,: sistema de las pro-
axiomático no está en excluir la
posiciones formuladas como principios
intuición, sino en contenerla y re- básicos de una construcción hipotético-
ducirla al estrecho terreno en el deductivn.
que resulta irreemplazable. (lbíel.,
82.) 26. Una axiomática es cosa
Axiomática, subst. A. En sentido ge- bastante vana si no se construye
neral (la axiomática): disciplina que sobre una previa teoría deductiva,
investiga y organiza en sistema los la cual a su vez sólo tiene valor
axiomas implicados en una ciencia científico si organiza un vasto con-
dada o en un grupo de ciencias di- junto de leyes adquiridas inducti-
versas. vamente, como resultado de una
larga exploración de los fenóme-
21. El progreso realizado por nos. (R. BLANCHÉ, L'axiomatiqw•,
esta última [la axiomática] consis- 76.)
te en que la parte lógica y formal
es cuidadosamente separada del 27. por muchos de sus lados,
contenido objetivo o intuitivo. Se- una axiomática es un robot mate-
li:ÚTI la axiomática, la parte lógica mático. Pero hay que saber hacer
y formal es lo único que constitu- a esta axiomática operante, es
ye el objeto de la matemática, pero preciso que una inteligencia clara
no el contenido intuitivo o cual- haga marchar a este mecanismo
quier otro que se le añada. (EINS- de claridad. (G. BACHELARD, Ra-
TEIN, La géom. et l'expér., 2.) tional. appl., 25.)
22. Axiomática. (... ) Estudio V. Lógica, 41; Teoría, 14.
analítico preliminar a la exposi- 2. Por ext.: esta misma construc-
ción lógica de una rama de las ma- ción hipotético-deductiva.
temáticas, destinado a separar sin
omisión ni superabundancia las 28. Al construir una axiomática
nociones primeras y los enuncia- se trata de no dar la impresión
dos denominados a.cio111as (o postu- de utilizar lo que la ciencia a la
lados), que deben ser admitidos sin que va a servir de base sabe ya,
demostración. (G. BOULIGAND, Dé- pero en realidad una axiomática
clin. de, absolus mathématu:au.,.:- sólo se establece a propósito de
wgiques, 233.) cosas conocidas. (G. JUVET, Struc.
eles nouv. théorics phys., 162.)
23. Mientras la antigua rucio-
mática hacía descansar la elección 29. Un sistema axiomático -se
de esos enunciados primeros en su c1ice también: una teoria axioma-
evidencia intuitiva, la axiomática tizada o, más brevemente, una
moderna se presenta como un sis- axiomática- es, pues, la forma
tema hipotético-deductivo. No hay acabada que hoy toma una teoría
enunciados privilegiados por ra- deductiva. (R. BLANCHÉ, L'axio-
zón de su evidencia. (J. LADnIÉllE, mat., 3.)
R. phi/os. ele Louvain, 1949, 472.) 30. Pongamos la mecánica o la
24. Como la anatomía compara- óptica bajo la forma de una axio-
da, guiada por el principio de mática simbolizada: el lector hn
identidad de plan, discierne bajo dejado de estar en presencia de
su pintoresca variedad los órga- una ciencia de la realidad y se
nos homólogos, descubriendo las halla delante de un sistema for-
analogías formales, revela corres- mal, vaciado de todo contenido em-
pondencias insospechadas entre di- pírico, en el que «ya no se sabe
05 AZ,\U

de qué se hnbln ni si lo que se di- 34. la constitución política axio-


ce es verdadero». (lbíd., 03.) matiza un cierto estado de las re-
Axiomática form11lizacla (por op. a laciones humanas, y sólo puede
axiomí1tica mntcrinl o intuitiva). En modificarse las relaciones entre
una axiomática material o intuitiva el los hombres levantando acta de lo
que son. (G. GusoORF, Tr. de mé-
espíritu se fija tnn sólo en el nexo ló- taplt., 446.)
gico que une entre sí a las proposicio-
nes del sistema hipotético-deducLivo; Axiomatización. Acción de organizar
pero su actividad vn acompañada de una ciencia de forma axiomática. El
intuiciones de origen sensible, y los carácter de la ciencia así organizada.
tól'minos de lns proposiciones tienen 35. axiomatización ( ... ), acto
para él un sentido que proviene de la menta] qu~ conduce a la creación
experiencia. del esq1<cma abstracto. (F. GoN-
En una axiomática formalizada o SETII, Les math. et la réal., 88.)
formal el espíritu considera tan sólo 36. la axiomatización no crea
el nexo lógico que une entre sí a unas de nuevo un abstracto autónomo:
proposiciones cuyos términos están superpone un esquema a otros es-
constituidos por símbolos sin referen- quemas, de modo que el sentido del
cia a ninguna otra cosa, es decir, des• último no puede nunca prescindir
provistos de todo significado. por completo de lo que significan
31. En una axiomática de con- los primeros. ( lbíd., 209.)
tenido intuitivo, como la de la an- 37. Su solución [del problema
tigua geometría, -la necesidad in- d~ la matematización del método]
teligible, que reside en el nexo da- se reduce esencialmente a la satis-
ductivo entre las proposiciones, va facción de dos exigencias: la axio-
acompañada de la propagación matización y la formalización. La
por contacto de la evidencia intui- primera nos invita a tomar una
tiva de los axiomas. En una axio- conciencia clara y distinta de las
mática formalizada la necesidad nociones más simples a las que se
resulta de la aplicación de re¡¡-las reducen todos los métodos a fin de
puramente operatorias; el paso de poder precisar las reglas de sus
una proposición a otra equivalen- asociaciones. La segunda nos pro-
te se hace absolutamente mecáni- pone buscar un lenguaje que pe1·-
co. (L. RoUGIER, Tr. d• la con- mita expresar sin contradicciones,
naiss., 67.) sin ambigüedades y sin redundan-
32. Lo mismo que, al nivel de cias todo cuanto pe1•tenece a un
las axiomáticas abstractas, •e ad- método dado. (F. DE LIONNAIS, .,,
mite uno junto al otro diversos sis- La méth. dans les se. mod., 333, ed.
temas de postulados incompatibles Science et industrie, 1958.)
entre sí (euclidiano, lobatchevskia- AZAR. De El Azar, en Palestina
no, etc.), sin pre¡¡-untarse cuál es donde los cruzados inventaron un juel7¿
el verdadero y aceptándolos como de dados al que dieron el nombre del
igualmente válidos, cabrá acoger, lugar de la invención.
al nivel de las axiomáticas forma-
lizadas, diversos sistemas de reglas A. En sentido abstracto: carácter
lógicas y, por consiguiente, diver- del hecho inexplicable y, por consi-
sas maneras de desarrollar la mis- guiente, si está por venir, imprevi-
ma axiomática; ( ... ) cada uno P.S sible.
libre de construir a su guisa su ló- l. El azar es la antítesis de la
gica, siempre que la enuncie cla- razón y no se comprende sin ella
ramente y la siga con rigor. (R. (J. JAURts, Réal. d11 mo11de srns.,
BLANCIIÉ, L'axiomat., 61.) 329.)
Axiomatizar. Organizar en forn:n 2. El azar no es sino la medi-
axiomática. da de nuestrn ignorancia. (H.
33. Se axiomatiza lo que ya se POINCARÉ, Scie,11ce et méth., 65.)
conoce. Se axiomatiza para mejor 3. Nuestra conducta en la vida
administrar el rigor del conoci- es aleatoria, hecha de provic-;,iones
miento. La axiomática es una 1·ei- aniesgadas y de hipótesi• (... ) ;
teraci611, nunca un vel'dudero obramos siempre un poco a lo que
ananque. (G. BAcm:1.ARD, Rnlio- salga, y es esta parte de azur,
nal. a.p¡,l., 28.) este juego de los acontecimientos,
AZ.\R 90

lo que vuelvr la accciún apasionan- 8. m infinito número de golpe•


t~ para quic.>ní'S sienten inclinn- hace que todo ocurrn, y que blan-
ciún hnein ella; y es lo que tiene cos alcanzados por azar parezcan
(le irracional y azaroso lo que de alcanzados por una voluntad. (E.
ella aparta al intelectual. (A. CAR- RENAN, F'cuillr• rlétacltée•, 406.)
1'.\t'I.T, L'i11tcllrct11el, 295.) O. el azar p01• inexistencia par-
,l. Los juegos de nzar son un cial de causalidad (... ) es ( ... ) el
poderoso medio para escapar ni modo [de azar] más definible y
aburrimiento. La gannncin, aun concebible. Pero ( ... ) hay otra ee-
cuando sea mínima, ejerce una fas- pecie de azar, a saber, el azar por
cinación inmensa. Es un signo, el inexistencia de finalidad: lo quP,
símbolo de la fortuna. (H. DELA- aunque determinado en lo posible
c1101x. P•yc/wl. <le l'arr, 13.) por causas como causas puras ca-
5. La ley única del azar (... ) rece de fin, es fortuito a su mane-
consiste, esencialmente, en que los ra. (O. HAMELIN, Essai... , 242.)
fenómenos mu)• poco probables no 10. El azar es, pues, el meca-
se producen. (E. BoREL, Les pro- nismo comportándose como si tu-
babilités et la i•ic, 5.) viese una intención. (H. BERGSON,
V. Suerte, 3. Les deuo: sources ... , 155.)
1- Carácter de 1 hecho inexplicable 11. hallo un mecanismo don-
por las causas eficientes, por ser (con- de hubiese buscado, donde hubiese
cepción de ARISTÓTELES adoptada por debido encontrar, al parecer, una
CoURIWT) resultado del encuentro in- intención; esto es lo que expreso al
voluntario de dos series de causas hablar de azar. (... ) Pero en reali-
independientes. dad el azar no hace sino objetivar
el estado de alma de quien hubie-
6. Una teja cae de un tejado se esperado una de las dos espe-
pase o no pase yo por la calle; no cies de orden y encuentra la otra.
existe ninguna conexión, ninguna (H. BERGSON, Évol. créatr., 235.)
solidaridad, ninguna dependencia
B_ En sentido concreto ( un azar
entre las causas que producen la
caída de la teja y las que me han azares) : hecho fortuito, es decir, inex-
hecho salir de casa para llevar una plicable por sus causas. ¡ Qué feliz
carta al correo. La teja me cae
azar! Los azares de un viaje.
en la cabeza y ahí tenemos al vie- Sin.: suerte, ventura, fatalidad.
jo lógico definitivamente fuera de 12. La meditación sobre el
servicio: es un encuentro fortuito azar que ha hecho que mi padre
o que se produce por azar. ( ... i y mi madre se encontrasen es más
Lo3 hechos que ocurren por azar saludable aún que la de la muerte.
o por combinación fortuita, lejos
de derogar la idea de causalidad, ¿ Hay una sola cosa en mí que
lejos de ser efectos sin causa, exi- no tenga su origen en ese encuen-
gen para su producción el con- tro? (S. WEIL, La pesanteur et la
curso de varias causas o series de gr., 124,)
causas. El carácter de fortuidad 13. Nuestra vida es un tejido
se refiere tan sólo al carácter de de azares ciegos y coincidencias ab-
independencia de las causas con- surdas. (A. BILLY, La terrasse d11
currentes. (A. COURNOT, Matéria- Luz., 163.)
lismc, vitalis111c ... , 306-307.)
7. Los acontecimientos produ-
c_ Como consecuencia de la reali-
zación o personificación de la idea cie
cidos por la combinad6n o el c11- azar: fuerza o poder que produce lo~
cuc11tro de otros acontecimientos hechos fortuitos.
que pertenecen a series indepen-
clic11 tes unas de ot!'as son lo que Sin.: destino, fortuna, suerte.
llamamos acontecimientos fortui- 14. El azar, a veces agradable,
tos o !'esultados del azar. (A. nos hizo encontrarnos al extremu
CouitNOT, Théorie des chances, del paseo. (Mme. DE SÉVIGNÉ, Lit-
§ 40.) tré.)
2. Carácter del hecho inexplicable 15. Asi es como los hombres
por las causas finales, pel'o en el que son sacudidos por la fortuna. Su
se cree ol,,;ervar una cierta finalidad, Sagrada Majestad el Azar lo de-
!)7 AZAR

cide todo. (V0LTAIRE 1 C. a Mariott., 18. Fue más que yo el azar


26 febrero 1767.) quien descubrió la anafilaxia. (Ch.
R!CHET, Souv. d'un biol., 101.)
16. El azar es el mayor nove- 19. el azar carece de memoria.
lista del mundo: para ser fecun- Al contrario que en nuestra ruti-
do no hay más que estudiarlo. na administrativa, no se siente li•
(BALZAC, Comedie hnm., Prólogo, gndo por ningún precedente y
1, 7.) quiere disponer en todo momento
de su completa libertad. (J. Du-
17. El azar sólo favorece a los CLAUX, La se. de l'incertiude, 77.)
espíritus preparados. (PASTEUR, en V. Invención, 8; Pcnsamic,do, 60;
VALLÉRY-R., Vie de Pasteur, 90.) Providencia, 3.
B
Barbara (Lóg. form.) Primer modo• A. Todos los justos son virtuosos.
de la primera figura• del silogismo A. Todo hombre es justo.
(sub-pruc) en el que las tres proposi- A. Todo hombre es virtuoso.
ciones son universales afirmativas (A). Esta conclusión es la contradictoria
Ejenplo clásico: de la menor del silogismo en Baroco,
A. Todos los hombres son mortales. y esta contradicción prueba que no se
A. Sócrates es hombre. puede, sin contradecirse, rechazar la
A. Sócrates es mortal. conclusión de un silogismo en Baroco.
Baroco (Lóg. form.) Modo de la se- BEATITUD. Lat. beatitudo, estado
gunda figura• (prac-prae) en el que la del bcatus (de donde beato), es decir,
mayor es universal afirm. (A), la me- el colmado de bienes.
nor y la conclusión particulares negat. Se dice tan sólo de un estado de sa-
(O). Ejemplo: tisfacción que no deja resquicio al de-
A. Todos 'los justos son virtuosos. seo de otra cosa.
O. Algún hombre no es virtuoso. En español, sobre todo en contexto
O. Algún hombre no es justo. religioso, se utiliza más a menudo bien-
Es, sin duda, lo extraño de este modo aventuranza.
de silogismo lo que inspiró el portu- A. Pro p. (Teol.) : estado de los
g-ués baroeco (perla de forma irregu- bienaventurados que en el cielo gozan
lar), de donde viene el fr. baroquc de la posesión de Dios.
(Littré). (La Academia Española da l. la beatitud de que habla-
como origen común de barroco y ba- mos ( ... ) es el Reino de Dios que
rrueco [perla irregular] el lat. vcrruca, el Evangelio nos promete, la co-
verruga.) munión de los santos y la vida
Este modo es irreductible a un modo eterna con Cristo en el Espíritu
de primera figura. Pero se prueba, me- Santo junto al Padre. En una pa-
diante un silogismo de primera figura, labra, la beatitud es el Reino d~
que el que, admitiendo las premisas Dios evangélico con todas sus di-
rechace la conclusión, se contradice. mensiones divinas, espirituales, pe-
ro también sociales, corporales, te-
En efecto, si rechaza la conclusión rrestres y cósmicas. (M.-J. LE Gun:.-
admite su contradictoria: Todo hombre LOU, en Initiat. théolog., 111, 106.)
es justo. Con esta proposición como me-
nor y volviendo a tomar como mayor V. Deseo, 4; Gracia, 10.
la del silogismo en Baroco, construyo Las bicnavc11tura11zas cvan.gélu:as.
el siguiente silogismo en Barbara: Ocho medios de llegar a la beatitud
99 BELLEZA
(en el sentido A), enumer11dos por en mis primeros escritos, era una
Cristo al comienzo del Sermón de la tentativa de hacer una cosa: de
Montaña. aplicar al estudio experimental del
2. Bien11venturados los pobres hombre la clase de método y el
de espíritu, porque de ellos es el mismo vocabulario descriptivo que
reino de los cielos. numerosos investigadores han es-
Bienaventurados los mansos, timado convenientes en el estudi~
porque ellos poseerán la tierrn. de los animales inferiores al hom-
bre. (WATSON, Bekaviorism, VIII.)
Bienaventurados los que lloran,
porque ellos serán consolados. 2. el behaviorismo, que se pro-
Bienaventurados los que tienen pone la experimentación, conside-
hambre y sed de justicia, porque ra que la existencia de la concien-
ellos serán hartos. cia nos retrotrae a los viejos días
de la superstición y de la magia.
Bienaventurados los misericor- (P. NAVILLE, La psychol. science
diosos, porque ellos alcanzarán mi- du comport., 10.)
sericordia.
3. el behaviorismo (es) una
Bienaventurados los limpios de concepción de la psicología como
corazón, porque ellos verán a Dios. ciencia. Brevemente formulado,
Bienaventurados los pacíficos, afirma que la psicología, para ser
porque ellos serán llamados hijos una ciencia incontestada, como la
de Dios. física o la fisiología, no puede ni
Bienaventurados los que pade- debe tener otro objeto que el com-
cen persecución por la justicia, portamiento (behaviour) del hom-
porque de ellos es el reino de los bre y del animal. ( ... ) Proscribe
cielos. (MAT., V, 2-10.) de la psicología, en la medida ea
B. Estado de satisfacción total. A que ésta pretende dignidad cien-
diferencia de la felicidad, que es a me- tífica, el objeto que la etimología y
nudo accidental, la beatitud es más la tradición le han asignado y que
esencial y se deriva del hecho de que se disfraza bajo los variados nom-
la naturaleza ha alcanzado su fin. Ade- bres de alma, conciencia, espíritu,
más, la palabra implica mucha mayor estados, funciones, hechos, fenó-
duración y estabilidad: «Puede así ha- menos psíquicos o mentales, vida
blarse de una felicidad pasajera, pero interior, etc. Y este objeto lo re-
no de una beatitud fugitiva». (R. Jo- emplaza por el comportam:ento.
LIVET, Voc.) No obstante, la impresión (A. TILQUIN, Le behaviorisme, 13.)
de beatitud puede ser pasajera. BELLEZA
3. hay diferencia entre la bea- Bello. Der. del lat. belliis (di-
titud, el soberano bien y el fin úl- min. de bonu.s), que significa propia-
timo o meta a la que deben tender mente bonito, pero que poco a poco
todas nuestras acciones: porque sustituyó a las palabras que en latin
la beatitud no es el soberano bien, significaban bello: pulc/ier, fonnosus,
pero Jo presupone, y es el conten- specioslts ...
to o satisfacción de espíritu que
se deriva de poseerlo. (DESCARTEll, Prop. (acepción estática) : que susci-
C. a l!:lisabeth, IV, 275.) ta placer desinteresado de las funcio-
nes perceptivas y admiración.
4. Vuelvo a casa y me encierro
a trabajar hasta la noche en un Sin.: bonito, gracioso, admirable,
estado tan cercano a la beatitud hermoso, magnífico, sublime.
que no deseo nada mejor 11quí aba- l. La idea de bello comprend~
jo. (A. GIDE, Jour11al, 12 nov. las de grandeza, regularidad y no-
1912.) bleza; la de bonito representa más
bien· algo pequeño, de poco relieve,
BEHAVIORISMO. Del americano pero fino, delicado, encantador.
beltavwris111, teori11 que hace consistir Un bello castillo, una bo11ita casa
la ·psicología en el estudio del compor- de ca1npo; una mujer bdla, una
tamiento (beltaviour) o de 111 m11nern niña bo11ita. El mismo objeto que
de conducirse (beltave, comp. al lnt. hemos llamado bello nos parecería
•e /iabere), sim¡ilemente bonito ejecutado en
l. El behaviorismo, tal como pequeño. (l.AFAYE, 398.)
me esforcé en desarrollarlo en mi~ 2. la belleza, es decir, la jus-
lecciones de Columbia en 1912 y teza, la proporción y el orden, tan
BENEFICIO 100

sólo se pel'cibe por e) espíritu, cu- ¡,ueslo en la serie porque diee más
~·a operaciún es preciso no confun- que ellos ( .. ,) . La verdad es el co-
dir con la de los sentidos, bajo nol'imiento del ser; el hicn es su
¡11·etexto de que la acompaña. alructivo; lo bello, su alegría. (A.
Así, cuando encontramos bello MAltc, Dia./rcl. de l'uffirm., 2:l8.)
un edificio, lo que hacemos es un V. ,\11álisis, 2.
juicio sob1·e la justeza y propor- Belleza. A. Acepción abstracta, Ca-
ción de todas sus partes, relacio- 1(1cle1· de lo que es bello, La belleza de
nándolas entre sí; y hay en esta un paisaje. Amar la belleza,
juicio un razonamiento oculto que
no percibimos porque es hecho muy 13. hay un siglo para las ru-
de prisa. (BOSSUET, Co1111. de Dicu, bias, otro para las morenas ( .. ,) .
1, 8.) La moda misma y los países de-
cretan II menudo lo que llamamos
3. Un rostro hermoso es el más la belleza. (PASCAL [ ?]. Disc. s. les
bello de los espectáculos; y la ar- pass. de /'a,no11r,)
monía más dulce es el sonido de la
voz de la amada. (LA BRUYERE, 14. La belleza es la forma de
Caract., III, 10.) la fi11alid1Ul de un objeto en tanto
4. Una mujer bella con las cua- que percibida en· él sin la repre-
lidades de un hombre honrado es se11taci61t de un fin [defin. ordi-
lo que en el mundo hay de más nariamente recogida en la fórmu-
d~licioso trato; se encuentra en la: la belleza es una finalidad sin
ella todo lo mejor de los dos sexos. fin]. (KANT, Crit. du jug., § 17.)
( Ibíd., III, 13.) 15. La belleza es una lógica
Y. Arbitrario, 1; Bonito, l. que percibirnos corno un placer. (R.
Lo bello. Sólo se torna substantiva- DE GOURMONT, Culture des idées.
102.\
mente en sentido estl!tico.
5. Lo bello es el equilibrio ha- 16. La belleza moral deja un
llado entre las dos estructuras d~ recuerdo inolvidable a quien la ha
!o sublime y lo gracioso. (DIDEROT, contemplado al menos una vez,
I'aradoxe s. le comidien, 226, Pa- Nos conmueve más que la belleza
rís, 1864.) de la naturaleza. (A. CARREL,
L'homme, cet inc,, 162.)
6. Lo bello es Jo que place uni-
versalmente sin concepto. (KANT, 16'. El valor belleza constituye
Crit. du jug., § 9 fin.) una unidad irreal absoluta que,
por no hallarse en el tiempo ni
7. La belleza tiene algo de ani- en el espacio, por ser irreductible
mal; lo bello, algo de celeste. (J. a las categorías del ser y del es-
JOUBERT, Pensées, 107.) tar, no puede sucumbir al juicio
8. Lo bello es cosa de razón v de progreso, (M. GARCÍA MoRENTE,
no da sensibilidad. (Th. JOUFFROY Ensayos, 123.) Ad. E.
Cours d'esth., 462.) B. Acepción concreta: personas o
9. Cuando veo lo bello, querría cosas bellas. Una belleza (hablando de
[ser dos. una mujer). Las bellezas de la Fedra
(J.-M. GUYAU, Vera d'un philos., de RACINE,
138.) 17. Puede conmovernos al ver
10. Una puerta bella tiene que a ci~rtas bellezas tan perfectas y
ser ante todo una puerta ( ... ) . Lo de un mérito tan sobresaliente que
Lello sólo florece sobre Jo útil. todos se limitan a verlas y a ha-
(ALAIK, Prélim. ci /'estll., 176.) blarles. (LA BRUYERE, Caract., 111,
11. En el fondo no decidimos 12,)
de lo bello; ea el objeto quien de- 18. El amor que nos une a las
cide por sí mismo al manifestarse. [bellezas eternas
(M. DEFRENNE, ['l,,énoménol. de no ahoga en nosotros el
l'exp. e,th., J, 22.) [amor a las temporales.
12. lo bello es a menudo desde- (MOLIERE, Tartuf!e, 111, m.)
ñado, pero deberla ser incluido en
la serie de los trascendentales. Es BENEFICIO
omitido, o apresuradamente exa- Beneficio. Lat. bencficium, acción
minado, porque se retrotrae al buena o meritoria; distinción, gratifi-
bien o a la verdad. Deberla ser cación; privilegio.
101 BENEVOLENCIA

A. Beneficio, ventaja, provecho. si, habiéndosete concedido un b~-


1. No hay gran beneficio en neficio temporal, piensas que se te
dejarnos il' demasiado apresura- hace injuria porque no es perpe-
damente a nuestros gustos. (A. tuo. No consideres lo que tuviste
GIDE, Journal, 12 julio 1934.) ni por cuánto tiempo lo tuviste,
sino lo que no tienes y cuánto
B. Econ. poi. (noción discutida. en- tiempo hace que no lo tienes. (,J.
tl'e economistas). Diferencia. entre el L. VIVES, fatrod1tcció11 a la sabi-
precio de venta de las merca.ncias y duríct, § 220, p. 51.) Ad. E.
su precio de coste (comprendido el in-
terés de las sumas invertidas, la. retri- Beneficencia. Lat. beneficentia.
bución del organismo directo!', la pri- Acción o hábito de hacer el bien en
ma para. la cobertura. de riesgos). el sentido C 1, es decir, de consolar a
2. El beneficio es, en el régi- los que sufren y ayudar a quienes lo
men actual, el único medio de en- necesitan.
riquecerse, y si desapareciese se G. Lo atroz de la beneficencia
seca.ria. con él la. fuente de la• es que el obligado no puede ya, sin
grandes fortunas. (Ch. GIDE, Cour• resultar odioso, permitirse una
d'écon. polit.', II, 193.) exacta opinión de su bienhechor.
3. El beneficio moviliza. lo me- (J. RoSTAND, Jour11al d'un caract.,
jor y lo peor al servicio de la efi- 121.)
cacia. económica. ( ... ) El beneficio
es la. quinta. esencia. de la. motiva- V. Limosna, 3.
ción ca.pita.lista.. No porque la. bús- BENEVOLENCIA. Lat. benn·ole11-
queda. del beneficio haga. nacer el tia, disposición a querer el bien.
instinto de lucro, sino porque la.
forma de ese ingreso moviliza, a A. En sentido fuerte ( a01tiguo) : vo-
la. vez que el instinto de lucro, el luntad real y eficaz del bien ajeno.
instinto de poder, el de creación e V. Amor de benevolencia.
incluso el instinto altruista.. Ha.y Sill.: caridad, bondad, abnegación,
grandes empresarios que, conse- generosidad.
guidos sus primeros triunfos, ha.11
desea.do ganar para. dar..• (F. PER- 1. Se distingue comúnmente
aoux, Le cwpitalisme, 38.) dos clases de amor, una de la3
V. Capital, 13. cuales es llamada amor de bene-
volencia, es decir, que incita a que-
C. Ventaja o provecho procurado a rer el bien de lo que se ama; la
alguien. otra, amor de concupiscencia, es
4. No se puede, pues, por nin- decir, que hace desear la cosa ama-
guna compensación, satisfacer un da. Pero me parece que esta dis-
beneficio recibido, porque el que tinción mira solamente a los efec-
lo ha recibido no puede nunca. qui- tos del amor y no a su esencia.
tar al bienhechor la. ventaja de ha- (DESCARTES, Pa,isio11s, LXXXI.)
ber sido el pl'Ímero en hacerle bien.
(KANT, Princ. métaph. de la ,no,·., 2. Al contrario [ que el amor de
§ XXXII,) concupiscencia], el amor de bene-
volencia es desinteresado. Busca,
6. El bienhechor valora el be- no esencialmente el bien de quien
neficio como pobre; el obligado, co- amn, sino el bien propio del obje-
mo rico. (J. RoSTAND, De la va11i- to amado. Es el amor que «quiere
té, 94.) bien»: en él se ama al objeto por
6'. la parte mayo!' de los be- si mismo. La causa que este último
neficios que el vulgo de los hom- aparece como un valor en sí~ dig~
bres debe a la ley divina se refie- no de sel' contemplado y persegui-
re sólo a su vida en este mundo, do como un fin al que uno mismo
es a saber, para proporcionarse los se refiere, y no como un simple
medios de sustentarse; para. que medio que el sujeto retrotrae a si.
uno no lesione los derechos do Por eso semejante dignidad sóJ.,
otro en 11quello que le pertenece 11uede convenir a la persona. (R.
o le es propio ... (ADF:NTOFÁII,, El OLIVIER, en lllitia.t. tltéol., 111,
filóHofo autodidacto, 180-131.) Ad. 683.)
E. B. En sentido débil: disposición fn-
6". Será ingratitud insufrible vornble hacia el prójimo.
BIEN 102

Sin.: complacencia, atención, amabt- hacer de un ser «mal» un ser


lidad, interés, simpatía, bondad. «bien». (J. RoSTAND, l,,. /amilio-
3. Quien extingue en el hombre t,~s, <1Lcs gens bienn, 191.)
un sentimiento de benevolencia lo Bien, subst. A. l~n general, lo que es
mata parcialmente. (J. JoUDERT, útil para algo o 11ara alguien, Jo que
Pcnsérs, 78.) responde a una necesidad o a una ten-
4. Tengo un fondo de benevo- dencia, y que, por ello, en los seres
lencia y de simpatía que me hoce conscientes, provoca deseo y procura
vh1 ir fuera de mi y me sitúa na- satisfacción. Esta lluvia hará bien a
turalmente al nivel de aquellos las plantas. Este remedio, este paseo
con quienes trato aunque sólo sea le harán bien. El bien de nuestros hi-
momentáneamente. (M. DE BIRAN, jos, del Estado.
Jo,m,a/, 20 agosto 1818.) l. por el bien de los hombres,
5. Ser benévolo no es compro- hay a menudo que engañarlos.
meterse a hacer bien a nuestros (PASCAL, PenséeB, 468.)
semejantes a costa de nuestro do- 2. La vida ( ... ) se pasa toda
lor, sino deseárselo, estar satisfe- en desear. El descanso y las ale-
cho de que les ocurra y dispuesto grías se aplazan para el porvenir,
a facilitarlo si no supone dema- para esa edad en que a menudo
siado esfuerzo. La benevolencia se los mejores bienes, la salud y la
manifiesta por la acogida condes- juventud, han desaparecido. (LA
cendiente, favorable, por el inte- BnUYERE, Caract., XI, 19.)
rés que uno se toma en lo que otro
desea, por la seguridad de que no 3. Un bien sólo puede ser mi
pondremos obstáculos a su realiza- bien si de él gozo; un mal sólo
ción, por las buenas palabras: in- puede ser mi mal si con él sufro.
cita a las confidencias y hace sen- (E. G0BL0T, Log. des jug. de va-
tirse a gusto. (A. CARTAULT, Les leur, 67.)
scntiments généreux, 43.) 3'. Los que primero introduje-
V. Bondad, 2. ron el nombre de bienes, no sintie-
Bi o bis. Pref. lat. que significa ron de ellos lo que ahora siente el
vulgo, el cual, corrompidos los ver-
dos veces. Bianual. Bicolor. Bivalen- daderos y naturales significados,
te•. Corresp. al gr. dis o di (disílabo,
dicotomía). ha vuelto al revés la estimación de
las cosas. (J. L. VIVES, Introduc-
BIE~ ción a la sabiduría, § 20, p. 23.)
Bien, adv_ Lat. bene (adj. bonus, Ad. E.
bueno). 3". Los bienes corporales son
Adv. que puede ser empleado adje- los que se quitan, los que se ro-
tivamente: de manera satisfactoria. Ha ban, los que perecen, los que de
hecho usted bien. Gente bien. Haz bien mil modos se pierden; los espiri-
y no mires a quién. tuales sólo pueden dejarse, y su
pérdida no es otra sino desampa-
Contr.: mal. rarlos con el pecado quien los tie-
No basta con tener el espíritu ne. (P. J. E. NIEREMBERG, Dif. en-
bueno, lo principal es aplicarlo t.re lo elemental ¡¡ eterno, 223.)
bien. (DESCARTES, Disc. de la métll. Ad. E.
l.) 8- En sentido metaf. l. En gene-
Se les asegura [ a los moribun- ral: el bien (se dice también el va-
dos] que todo va bien, cuando _3 lor) es el ser mismo en tanto que ob-
evidente que todo va mal. (Boun- jeto del querer o del deseo; o también
DALOUE, Sur la prépar_ a la mort, lo que hace al ser deseable. El bien es
l.) a la medida del ser; el ser, la medida
Son la gente bien. Todo Jo que del bien. Pero los filósofos discuten qué
no es ellos resulta despreciable. noción es la más fundamental: es más
(... ) El que no ha nacido «bien» clásico fundar el bien en el ser; pero
está condenado sin remisión. Ha- los teóricos de los valores sostienen
bitan un universo en el que, co- con preferencia que es el ser el que
mo ha dicho Bergson, «hay que se funda en el bien. V. Valor (valor
esperar a que se disuelva un te- y ser).
rrón de azúcar», y en el que nin- 4. El bien es el ser en tanto
guna precipitación malsana puede que querido; es, en el propio abso-
103 BIEN

luto, lo que le hace digno de ser mismo interno de esa elección del
querido, es decir, digno de ser, bien por el bien quiere y ama al
(L. LAVELLE, lntro,l. a l'ontol., 98.) Bien separado como el fin últinrn
5. Del bien puede decirse, en de su existencia. (J. MARITAIN,
efecto, que es la esencia del ser. Raison et raÜ!ons, 137.)
( lbícl., 11 O.) 11'. para que un hombre sea
V. Volllntad, 9. bueno le basta un bien mediano:
más en In mujer ha de ser nego-
2. Absolut. (el Bien): el ser cuya cio de muchos y muy sabidos qui-
esencia no admite límites y que posee lates; porque no es obra de cual-
In perfección absoluta. En partic. en quier oficial, ní lance ordinario, ni
PLATÓN: la Idea que está en la cumbl'e bien que se halla a doquiera, sino
de la jerarquía del mundo inteligible. artificio primo, y bien incompara-
6. En la cumbre del mundo in- ble, o, por mejor decir, un amon-
teligible está la Idea del Bien, tonamiento de riquísimos bienes.
que cuesta trabajo percibir, pero (Fr. LUIS DE LEÓN, La perfecta ,,a-
que no puede ser percibida sin sada, 29-30,) Ad. E.
concluir que ella es la causa de 2. En particular: lo que es hecho
cuanto hay de recto y de bello ( ... ), para el consuelo o la mejora moral del
de suerte que es necesario haber- prójimo.
la visto para conducirse con sabi-
duría, tanto en la vida privada co, 12. ...Nos aficionamos cada
mo en la vida pública. (PLATÓN, vez más a las personas a quienes
République, VII, 517.) hacemos bien ... (LA BRUYERE, Ca-
•·act., 11, 68.)
C. En sentido ético. l. Esencialmen-
te: lo que es conforme a la norma 13. Tengo un alma amante, y
o al ideal de la moralidad y que, por mi afecto hacia los demás ha es-
consiguiente, merece la aprobación de tado siempre menos en proporción
una recta conciencia y debe ser bus- al bien· que me han hecho que al
cado rpor sí mismo, con independencia que me han deseado. (J .-J. Rous-
de su utilidad, pero cuya posesión es la SEAU, Con/es., I, 111.)
única que puede procurar la verdade- 14. Los grandes nos hacen no
ra felicidad. poco bien cuando no nos hacen
7. Un hombre de bien es el mal. (BEAUMARCHAIS, Barbicr ... , 1,
que hace cuanto le dicta la verda- 11.)
dera razón. (DESCARTES, c. a Éli- 15. Nada atrae tanto el odio
sabeth, sept. 1646, IV, 490.) como el bien mal hecho. (J. Ros-
8. Es preciso amar el bien pa- TAND, Joun1al d'ttn caract., 119.)
ra ir al propio bien de una ma- 15'. byen que farás eras, pa-
nera moral. (A.-D. SERTILLANGES,
R. de philos., 1903, 166.) [labra es desnuda·
vestidla con la obra, ante
9. El bien es, en cada país y [ que muerte acuda.
en cada instante, lo que las con- (ARCIPKF.STE DE HITA, Libro d,•I
ciencias colectivas juzgan ser bue- buen amor, 149.) Ad. E.
no, y la idea de bien implicada en
esos juicios es un hecho social. (A. Bien (moral) y deber. A. En la
BAYET, L'i.dée de bien, 62.) concepción corriente, la relación de es-
tas dos nociones se halla bastante mal
10. El bien es hoy lo que las definida. «Hacer el bien» y «cumplir
conciencias juzgan bueno; será con su deber» expresan ambos un mo-
mañana lo que ellas quieran; y do loable de obrnr. Pero: se considera
los juicios de mañana podrán ser que el bien desborda el deber («me
la contracción de los juicios de he limitado a cumplir con mi deber•),
hoy. (lblcl., 98.) de modo que «hombre de bien» dit·ía
1 t. En su primer acto bueno más que «hombre cumplidor de su de-
de libertad ( ... ), el niño que hace bcr11; no obstante, como consecuenc1a
su primer acto de hombre no pien- de la devaluación de In palabra «bien»,
sa explícitamente ni en Dios ni en el «rumplidor de su deber» da la im-
RU fin último. Piensa en lo que
presión de una moralidad superior.
estú bien y en lo que i,stá mnl. Pe- ll. Para KANT (moral del cll>her) :
1·0 a la vez conoce a Dios sin sa- el bien se funda en el deber. Una con-
berlo, porque en virtud del dina- ducta no es obligatoria por ser bue-
mm.; 104

11a; rs lmcnn pol'qUe es obligntorin. dad; us! los alimentos, los vestidos.
Obrar bien consiste estrictamente en Los seg-undos, o bienes indirectos (tie-
cumplir con su deber. rras, una fí1brira textil), no procuran
C. En sentido opuesto y más gene- csn satisfacción pur sí mismos, sino
ralmente (moral del bien): el deber por intermedio de los bienes de consu-
se furnia en el bien. El deber sólo se mo que producen.
justifica por el bien al que se ordena. 20. Cal"I Menger ha propuesto
Sobcra110 bic11. Lo que procurarla distinbruir los bienes de primer or-
una satisfacrión del ser total, pero en den de los bienes de orden supe-
particulnr de sus tl'ndcncias espiritua- rior. Son bienes de primer orden
les y morales. los aplicables inmediata y directa-
Sin.: bien supremo, fin último. mente a la satisfacción de una ne-
cesidad. Son bienes de segundo or-
16. el soberano bien es, sin du- den los que sirven para obtener
da. la cosa que debemos proponer- bienes de pl"imer orden. Son bienes
nos como meta en todas nuestras de tercer orden los que sirven para
acciones, y la satisfacción de espí- obtener bienes de segundo orden,
ritu que de él se deriva, siendo el y así sucesivamente. (J. RoMEUF,
atractivo que hace que lo busque- Dict. des se. écon., 149.)
mos, es también con todo derecho E. Por anal. con los bienes econó-
llamado nuestro fin. (DESCARTES micos: lo que es capaz de satisfacer
C. a Élisabeth, A.-T., IV., 275.) ' las aspiraciones espirituales y mora-
16'. La vida no es el supremo les. Hoy se habla más bien de valo-
bien. El antiguo hispano pierde res*.
la ,'ida con entusiasmo patriótico 21. Los verdaderos bienes no
como los cántabros en la cruz y disminuyen cuando pasan de ma-
los numantinos en suicidio colec- no en mano; incluso se multipli-
tivo; la pierde por cumplir los a.1- can siempre entre las manos de
tos deberes de fidelidad, no sólo quien los posee, reverdeciendo sin
individual, sino también ciudadd- cesar la actividad que los produce,
na e internacional, como en el sa- disfruta de ellos y los -comunica.
crificio de Sagunto. (R. MENÉN- Los bienes espirituales no tienen
DEZ PIDAL, Los espafwlcs en la dueño; son de quien los siente y
Historia, 47.) Ad. E. de quien los ama, son de quien los
V. Beatitud, 3; Destino, 12. toma. (L. LAVELLE, La consc. de
D. En sentido económico: lo que soi, 301.)
se reconoce como capaz de satisfacer Bi01, coniún. El conjunto de las
alguna necesidad del hombre y es sus- condiciones materiales y espirituales
ceptible de aprobación. Tener grandes que procuran a una comunidad huma-
bienes. Bienes muebles e inmuebles. na un bienestar favorable al desarrollo
Sin.: riqueza, propiedad, posesiones, armonioso de los individuos que la com-
capital. ponen.
17. Todas las cosas que son o 22. la fórmula de bien común
pueden ser obj cto de apropiación presenta (... ) la ventaja de unir
se consideran como bienes muebles dos órdenes de ideas en un térmi-
o inmuebles. (Código Civil, art. no felizmente elegido. La palabra
333.) Bi01i comporta, en efecto, una do-
ble acepción que evoca simultánea-
18. La propiedad de los bienes mente al espíritu los intereses le-
da derecho por accesión a todo lo g(timos, los bienes materiales in-
;¡ue ellos producen o se les une o dispensables al hombre ( ... ) y el
incorpora natural o artificialmen-
te. ( lbícl., art. 353.)
bien moral, es decir, la regla dic-
tada por el deber y el honor que
19. La posesión de los bienes debe presidir a la utilización de
hereditarios se entiende transmiti- esos bienes y ordenar su desti-
da al heredero sin interrupción y no ( ... ),
desde el momento de la muerte del En cuanto al adjetivo común o
causante ... ( /búl., art. 440.) público, implica además la idea
Bic,1rs ,Ir consumo y bienes de pro• indispensable de que el Estado no
du,cci611. Los primeros, llamados tam- puede perseguir fines particula-
bién bienes directos, procuran por sí res ( ... ). (M, DE LA BIGNE, L'acti-
mismos la satisfacción de una necesi- vité étatique, 24-25.)
105 BIOLOGIA

23. El bien comun -que se labios ordinariamente delgados; el


o¡,one al bien propio- es el bien pelo negro, duro y áspero, la com-
d~ los individuos humanos toma- plexión del cuerpo enjuta y seca.
dos en conjunto, tal como se reali- (J. TOULEMONDE, Caractéro/., 25.)
za normalmente en el marco y por 2. no pocas veces también des-
intermedio de la Sociedad política. pués de un discurso recto y acaba-
(J. DADIN, Phi/os. de l'ordre jurid. do se interpone una eapeeie de nie-
positif, 166.) bla a la conclusión y juicio de
V. Estado, 8; Tiempo, 29. un objeto, que produce alucinación
Bienestar. A. Estado afectivo agra- y hace tomar una cosa por otra.
dable resultante de que las diversas Esto sucede mucho a los biliosos,
funciones, principalmente físicas, se aun siendo expertos y sabios, tan-
ejerr.an, no s6lo sin dolor, sino incluso to más cuando se hallan afectados
con un cierto placer. de miedo, de ira o de vergüenza;
Sin.: euforia. por lo cual esos discurren mejor
por escrito que de palabra. (J. L.
24. El bic,iestar es In felicidad VIVES, Tratado del alma, 77.) Ad.
fisica, especie de felicidad que se E.
disfruta y de la que se es capaz
sin necesidad de poseer o desarro- B. Caracterol.: el que se distingue:
llar la sensibilidad moral. ( ... ) desde el punto de vista afectivo, por su
«Así, pues, el bienestar pertenece pesimismo; desde el punto de vista de
a la sensibilidad simple, estando la sus reacciones, por su obstinación; en
fclicida,d reservada a la sensibili- sus relaciones con los demás, por la
dad reflexiva.» [Marmontel.] (LA- necesidad de dominar y una actitud
FAYE, 408.)
agresiva contra los que se oponen a sus
ambiciones.
B. Condiciones materiales de vida
que permiten la satisfacción de las ne- 3. Los biliosos (... ) se caracte-
cesidades. rizan sabre todo por su infatiga-
ble necesidad de actividad fisica
25. Situación y estado de una o intelectual, tan pronto pujante
persona que vive cómodamente y como inquieta. ( ... ) Esta actividad
a la que nada falta, de acuerdo pujante suscita en su grupo las
con su condición. (Trévottx.) ambiciones frías, las inteligencias
26. El bienestar se halla por dominadoras y la pasión vindica-
entero en el que lo disfruta. (F. tiva ante el obstáculo... (E. Mou-
SARCEY, Le mot et la chose, 66:, NIER, Tr. du caract., 184.)
26'. tu bienestar depende de BIOLOGIA. Creado por LAMARCK
que la sociedad produzca mucho, para designar la ciencia de la vida
sea rica; de que la riqueza se dis- (gr. bios).
tribuya bien, y de que al consu-
mirla se haga en razón, y sin en- A. La biología es la ciencia de los
tregarse a viciosos excesos. (C. seres vivos o de los fenómenos vitales.
ARENAL, Cartas a "" obrero, 33-34.) V. Función, 2, 3.
Ad. E.
l. Todo el tinglado de la civili-
V. Ser I, 4; Política, 6. zación está levantado, para nues-
Bienaventuranza. V. Beatitud, tra desgracia, sobre un olvido ab-
BILIOSO. Lat. biliosus (der. de bi- soluto de la Biología. Esta ciencia,
la ciencia natural del hombre, no
lis) bilioso, triste, moroso. ha tenido valor social hasta el si-
A. Fisiol.: en la clasif. hipocraticr. glo en que vivimos. Y el hombre
de los temperamentos según el humor ha creado sus leyes sin tener pre-
dominante, aquel en el que predomina sente sus propias conveniencias
la bilis. actuales, con un criterio tan ab-
l. Los biliosos se reconocen surdo, por lo general, como el del
por el color amarillento, azafrn- aastre que teniendo al lado su mo-
nado u oliváceo. Tienen los ojos delo le hiciese el traje sin moles-
hundidos, negros o leonados, pe- tarse en tomarle las medida,. (G.
netrantes y muy expresivos. Los ll!ARAÑÓN, EnBCl/108 liberales, 72-
rasgos están vigorosamente escul- 73.) Ad. E.
pidos, In nariz es aguda y enél'gi- D. Una biología es una teorill de la
ca, las fosas nasales abiel'tas, lo; vida.
IllOSFEHA lOG

2. J\latel'in organizada e iden culn de sustancia orgánica en que


organizadora, ln materia viva npn- hoy nos aparece envuelta la Tie-
rere ('On un carúctcr de dualidad rra, ¡ capa realmente estructural
irreductible; por ello determini,- del planeta, a pesar rle su tenui-
uw mafl'rial y /iua/i<fod inmanru- dad 1 (P. TEILIIARD DE Ch., Le gron-
lf serán los principios respectivos pe zoo/. humaill, 45.)
de dos biologias concurrentes, en- V. Día; Noosfera, 1, 3.
carnizadas en combatirse la und
materialista y mecanicista', tratan- IIIVAI,ENTE. A. Química. Que tie-
do de modelarse sobre el tipo de ne dos valencias.
las citmcias fisico-químicas; la otra B. Lógica. Que está construido so-
espiritualista y vitalista afecta a la bre dos valores, el verdadero y el fal-
impo1•tancia de una finalidad que so, o mejor, el verdadero y el no ver-
escapa al empirismo puro. (L. Bou- dadero. V. Lógica bivalente.
NOURE, Dftcrminismr et finalit.é
242.) ' C. Por ext.: que puede servir para
<!os usos. Sirviente bivalente (p. ej.:
3. Por fortuna han pasado los Jardinero y chófer).
tiempos en que Darwin inspiraba Contr.: monovalente. V. Ambivalen-
la atmósfera de los laboratorios. te, l'olivaleute.
La nueva biología, penetrando m,ís
adentro en los fenómenos vitales Bocarda (Lóg. form,) Modo de la
ha llegado a opuestas intuiciones 3. 8 fig. (sub-sub) en el que la mayor
sob.re el proceso de la evolución Y la concl. son particulares negat. (0)
orgánica. Y a no aparece la vida la menor, universal afirm. (A). Por ej.;
c~mo una lucha triste por no mo- O. Algunos bretones no son sobrios.
rir, como una mera reacción al A. Todos los bretones son france-
medio, co~o una adaptación, sino ses.
al contrario: vivir es producción, O. Algunos franceses no son so-
creación de multiplicidad organi- brios.
zada. aumento, e:\.-pansión, domi-
Este modo no es reductible a un mo-
nio. (J. ORTEGA Y GASSET, Obras, do de primera fig.; para refutar al
II, 199.) Ad. E. que, habiendo admitido las premisas,
BIOSFERA. La envoltura de la es- rechazare la conclusión, se procede por
fera terrestre constituida por los seres reducción al absurdo, tomando como
,rivos y por sus residuos; por ej.: los mayor la contradictoria de la concl.:
calcáreos, las hullas. Todos los franceses son sobrios. V.
Ba,·oco.
l. La Tierra es portadora de
vida; está envuelta por una esfe- BONDAD
ra viva, por una bias/era; asi va Buen'!· Lat. bonus. Tiene por ad,•.
en la negrura del espacio, con su bene, . b_,en, que entra en bcneficus y
tripulación de vivos y la túnica brmefic,um, bcnefactum y bencficcntia
que Je teje, poco a poco, el polvo (beneficio, beneficencia).
acumulado de sus muertos. (P.
TERMIER, La voc. de savant, 257.) A. En general: lo que tiene cuali-
dades satisfactorias y merece una
2. Por Biosfera no entendemos apreciación laudatoria. Un buen sastre
r<una especie de gran animal» des. y buen paño. Un buen alumno y un
tructor de las espontaneidades in- buen ejercicio. Un buen hotel y una
dividuales, sino tan sólo una aso• buena habitación.
ciación natural de individuos ,1 n
una cierta unidad de orden supe- B. Especial y absolutamente (ha-
rior, la cual no puede ser imagina• blando de personas o de relaciones in-
da sino por ana/ogfo con todo Jo terpersonales) : que busca el bien aje-
demás que conocemos en materia no; que es servicial, amable, indulgen-
de unidades naturales. (P. TEII.- te; quo posee bondad. Un maestro jus-
JJARD DE Ch., La vision du passé, to, pero bueno.
lGG n.) l. En este mundo hay que se1·
3. Por Biosfera hay que enten- un tanto exageradamente bueno
der aquí, no, como erróneamente para serlo bastante. (MARIVAUX,
hacen algunos, la zona periférica Jeu de l'amour... , I, 11.)
del globo en la que se halla confi- 2. Un hombre es benévolo
nada la Vida, sino la propia pe!í- cuando se opone a los actos capa-
107 BRUTO

ces de hacer dichoso a otro hom- 10. Hay al menos algo tan ro-
bre o a toda la humanidad. Un busto como el amor, y a veces tan
hombre es bueno cuando favorece <luro: es la bondad, que asume
tales actos, en lo que de él depen- to<las las responsabilidades del
da, pero sin renunciar a su parte amor, pero apoyándose en otra sa-
de felicidad. Un hombre se sacri- biduría: en la que toma conciencia
fica cuando renuncia a hacer lo ele nuestra solidaridad con todo
que le permitiría ser dichoso pa- ser menesteroso de ayuda, y sin
ra aumentar las posibilidades <le hacer ele ello privilegio para nin-
dicha de uno o varios otros hom- guno. (E. SoURIAU, L'ombrc ele
bres. (A. CRESSON, l\Ior, ele fa rai- Die1t, 167.)
son théor., 224-225.) 11. Apenas es posible la boP-
3. Apenas nos procura placer dad cuando no se está contento de
el ser buenos cuando no sobreesti- uno mismo; y cuando se está, re-
mamos nuestros favores. (,J. Ros- sulta tan fácil que apenas merece
TAND, De la vanité, 96.) su nombre. (,J. ROSTAND, Carnets
4. Me gusta no ser bueno, si- cl'un biol., 150.)
no ser mejor de lo que se espera. V. Virtud, 15.
Es cuando ya he hecho demasiado
por el prójimo cuando siento la BONITO. Adj. diminut. de bueno.
comezón de hacer más. (,J. Ros- (< Lindo, agraciado, de cierta propor-
TAND, Joun,al cl'u.n caract., 11 t.) ción y belleza" (Real Aca.d.). «Todo
Bondad. Lnt. bonitas. Carácter de lo aquello que gusta sin tener nada de
que es bueno, pero en nuestros días grande.,, (CONDILLAC, Syn.)
casi exclusivamente en el sentido B (V., Lo bonito y lo encantador son
no obstante, cit. 5, 8) : carácter de una tambié'll lo bello, ,pero lo bello sin
persona o unos actos que procuran al grandeza. (Ch. LÉVEQUE, La scien-
prójimo consuelo de sus penas o satis- ce du beau, I, 181.)
facción. Acoger con bondad. V. Bello, l.
6. no hay nada real que no
tenga en sí alguna bondad. (DES- BRUTO. A. Adj. Lat. bnttllS, pesa-
CARTES, Passions, II, 92.) do, estúpido; de donde bruta, los ani-
6. Cuando Dios formó el cora- males.
zón y las entrañas del hombre, ·pu- Que no ha sido objeto de una ela-
so en ellos ante todo la bondad boración por la actividad inteligente
( ... ) . La bondad debía, pues, ser del hombre. Piedra en bruto (no talln-
como el fondo de nuestro corazón da). Producto brnto de una venta (an-
y al mismo tiempo el atractivo tes de deducir los gastos).
que en nosotros tendríamos para Psicol. Que se reduce al dato in-
ganar a los demás. (BOSSUET, O, mediato, sin ninguna elaboración inte-
/un. de Con.dé.) lectual. V. Hecho* br1tto (se op. a he-
7. La justicia truena y fulmi- cho científico).
na: ( ... ) llena la imaginación con l. [En la lectura de una fra-
el terror del castigo. La bondad se.] La percepción bruta de cier-
va mucho más allá, pues, por su tas partes sugiere una represen-
indulgencia y su compasión, hace tación esquemática del conjunto y,
sentir en lo más hondo el horror por ella, de las relaciones de las
de la culpa. (BOSSUET, S. sur les partes entl'e sí. (H. BERGSOX,
jug. hurnains, II.) Éncrgic spir., 173.)
8. el placer ( ... ) no es siempre B. Subst, Lat. brutwn.
juez infalible de la bondad de
una obra. (CONDILLAC, Art, <l'écr., El animal por op, al hombre y con-
IV, v; <Euvrcs phi/os., I, 604, b.) siderado en lo que le opone al hombre.
9. Es In bondad lo que limita Poi' anal. se <lice del hombre que
voluntariamente la sngaci<ln<l. El se muestrn inhumano.
espíritu dej n<lo a si mismo sería 2. Bnito ( ... ) encarece a ne-
implacable ( .. ,), Ella pone un ca- cio, (... ) Pero brnto no sób dice
puchón sobre In pel'spicacin purn nu\s que necio, sino que dice algo
no hacer sufrir inútilmente ni p1·ó- distinto. Necio conciel'ne sólo a io
jimo. (H.-F. AMIEL, Journal int., intclcC'tual; bruto se refiere tam-
19 enero 1870.) bién a lo moral, a los sentimien-
UCRGUESIA 108

tos, a ln conducta, como sucede que distingue entre sus placeres.


con los adjetivos bruto // brutal. (ltIVAIIOL, De l'/iomme, 02, París,
(LAFAYE, 342.) 1800.)
3, 1Flaubert) hacia de la pala-
UURGUESIA
brn burgués sinónimo de necedad
Burgués. Der. del alem. B111·0, cas- y In definía así: «Llamo burgués
tillo, ciudadela. n todo el que piensa bajamente»,
A. Antig.: ciudadano de un burgo (G. DE MAUPASSANT, en G, FLAU-
que gozaba de una independencia pri- FEKT, <Euvres, VII, 69,)
vilegiada. 4. Burguh (... ) es una de esas
palabras anfibias que son un elo-
~- . ll~odern. l. Acepción objetiva y gio o una injuria, según la perso-
soc10log1ca: a) Desde In Baja Edad
Media hasta la Revolución Francesa: na que de ellas se sirve y la ma-
individuo perteneciente a la clase in- nera de prqnunciarlas. (F. SAR-
termedia entre la nobleza y el pueblo CEY, Le mot et la chose, 29.)
Y que se distingue de este último por 6. Se puede ser burgués sin
la cultura, rentas más elevadas y ele tener nada y no serlo teniéndolo.
ordinario una profesión liberal. El estado de burguesía es un gé-
nero de vida y una manera de pen-
l. la mujer de In burguesía es sar. Son unas costumbres y un es-
más burguesa que el hombre de la tado de espíritu (... ), En último
burguesía. Lleva al extremo las análisis, la burguesia consiste en
cualidades, defectos, elementos una cierta «educación». (J, BAIN-
constitutivos y conflictos inter- VILLE, Lectures, 257-Z58.)
nos del psiquismo de clase. (H. LE- 6. Es burgués todo el que Vl\-
FEBVRE, en el Tr. de socio/. de Gun- lora al hombre, no por sus cuali-
VITCH, II, 379.) dades intrínsecas, sino por su si-
b) En la actualidad: individuo per- tuación y por el medio que lo ro-
teneciente a la clase detentadora del dea. (N. BEKDIAEFF, Le sena de la
poder político y económico, la burgue- création, 325,)
sía que alcanza el poder a causa de 7. Es burgués el que vive de
la revolución burguesa. V. Burguesía. persuadir. El comerciante en su
Ad. E. tienda, el profesor, el sacerdote, el
abogado, el ministro, no hacen otra
1'. La filosofía moderna, pro- cosa (... ) Lo que se les resiste no
ducto de la suspicacia y cautela, es el objeto, sino el hombre.
nace del burgués. Es éste el nuevo (ALAIN, Les dicw1:, 89.)
tipo de hombre que va a desalojar
al temperamento bélico y va a ha- 8. Un ci-rujano es proletario por
cerse prototipo social. Precisamen- su actividad y burgués por su pa-
te porque el burgués es aquella es- labra. Se halla entre los dos, y el
pecie de hombre que no confía en médico está a su diestra. El más
sí, que no se siente por sí mismo burgués de los burgueses es el sa-
seguro, necesita preocuparse, ante cerdote, porque su trabajo consis-
todo, de conquistar la seguridad. te en persuadir, sin ninguna otra
consideración. El abogado no es~II
Ante todo, evitar los peligros, de- lejos del sacerdote. (ALAIN, Esq. de
fenderse, precaverse. El burgués l'homme, 133.)
es industrial y abogado. La eco-
nomía y el derecho son dos disci- D. l. El racionalismo, ideología
plinas de cautela. (J. ORTEGA Y de la burguesía nscendente.-II.
GASSET, Kant, Obras, IV, 31.) Ad. El positivismo, ideología de la bur.
E. guesía dominante.-III, El idealis-
mo, ideología de In burguesía de-
2. Acepción subjetiva que implica cadente. (A. ConNU, Bergso11ismu
intención apreciativa o despreciativa. et cxiatencia/isme, titulas de Ju
En el voc. marxista se aplica a todo tres partes de su artículo en M.
lo perteneciente a la clase que detenta FARBER, L'Mtivité phi/os ... , Il.)
la propiedad privada de los medios de 10, Esta breve exposición de
producción, en los países no socialis- la evolución del pensamiento bur-
tas: el mundo burgués, la ideología, la gués desde el racionalismo hasta
ciencia burguesas. el existencialismo muestra que si-
2. Un burgués es un hombre gue con bastan-te exactitud el des-
109 BURGUESiA

arrollo econom1co y social de la tre de la sustancia de esa bur-


burguesía. (A. CORNU, lbíd., 11, guesía, no pintoresca, inelegante y
182.) gris, en la que crecen sin resplan~
11. por no ser sino una fórmu- dor, pero con eficacia, los cate-
la de la ideología burguesa, el dráticos de Liceo y las institutri-
existencialismo no es un humanis- ces. (G. MARAÑÓN, Amiel, 186.)
mo. (J. KANAPA, L'existent. ,i'c•t B. Actualm. l. En el voc. mands-
pas un hum,m., 116.) ta la clase que, por poseer la propie-
V. Clase, 4; Proletario, 1. dad privada de los medlos de produc-
ción, y siendo las relaciones de pro-
Burguesía. Ad. E. A. Antig., clase ducción determinantes de las relacio-
social intermedia entre la nobleza y el nes sociales, detenta el poder y explo-
pueblo que se establece en las ciuda- ta, en su provecho, a las restantes cla-
des y se dedica al comercio y a la in- ses.
dustria. Su enriquecimiento progresivo
hace que vaya adquiriendo un papel 2. En sentido amplio, el conjun-
cada vez más preponderante. La Re- to de las personas que disfrutan de
volución Francesa o burguesa repre- un nivel económico elevarlo.
senta su acceso al poder. Abl!rguesamiento. Ad. E. Acción de
11'. Una nueva clase apareció, aburguesarse, de adoptar los modelos
más poderosa en número y poten- de existencia burgueseD.
cia que las preexistentes: la bur- Contra la opinión de MARX que afir-
guesia. Esta indigna burguesía ma que, por efecto de la concentración
posela, ante todo y sobre todo una progresiva de la riqueza, empeorarían
cosa: talento, talento práctico. Sa- paralelamente las condiciones de vida
bía organizar, disciplinar, dar con- de las demás clases sociales (se prole-
tinuidad y articulación al esfuer- tarizariau), presentan los sociólogos
zo. (J. ORTEGA Y GASSET, La rebe- neo-capitalistas el aburgl!esa11tiento de
lión de las n1aBas, Obras, 223. ) las clases obreras de los países des-
11". Hace mucho tiempo que arrollados, con renuncia a la lucha de
el interés de la Humanidad se nu- clases y tendencia a la colaboración.
e
C,~LCULO. Lat. ca/cultts (der. de del campo de la conciencia, y este
ca/x, calds, cal): guijarro. De ahí, en mismo estrechamiento es debido a
el voc. médico, el empleo de la palabra la debilidad de sintesis y a la des-
cálculo para designar las concreciones agregación del compuesto mental
pétreas que se forman en las glándu- en diversos grupos más pequeños
las o en los vasos excretores: cálculo de lo que deberían ser normalmen-
biliar. te. (P. JANET, L'automat. psychol.,
A. Prop.: operación con magnitu- 452.)
des así llamada porque en otro tiempo B. Acepción dinámica. l. Física
los niños aprendían a efectuarlas con (campo de fuerzas) : porción del espa-
piedrecillas, y que se efectúan normal- cio en el que obran fuerzas de un gé-
mente con signos (cifras, símbolos al- nero determinado. Campo gravitacio-
gebraicos ... ). nal, campo electromagnético.
B. Por anal.: combinación de me- 2. ¿ Cómo pueden un protón y
dios con vistas a un fin. un neutrón permanecer reunidos
V. Asttnción, 11. en un espacio extraordinariamen-
te reducido para formar un núcleo
Calidad. V. Cualidad. estable que prácticamente nada
CAMPO. Lat. campus, terreno llano; puede demoler salvo proyectiles
por ext.: terreno cultivado, campo. nucleares recibidos de lleno? ¿Có-
mo se traban?
A. Acepción estática. Por anal. con
la acepción vulgar (superficie culti- Hay que imaginar una nueva
vada). l. El conjunto del objeto de especie de fuerza, una interación
que se habla considerado en su exten- específicamente «nuclear•, que va
sión. El campo visual. El campo de la a aiiadirse a las dos únicas fuer-
física. El campo de las hipótesis. zas que conocemos en el universo,
la da la gravitación y la del elec-
Sin.: dominio, reino, esfera, círculo, tromagnetismo ( ... ), tercera fuer-
departamento, jurisdicción, competen- za ( ... ) potentísima a las distan-
cia. cias extraordinariamente pequeñ~s
2. En partic. (Psicol.), campo de la que separan los constituyentes de
conciencia: conjunto de los hechos de un núcleo, y que desaparece a di•-
que un sujeto dado tiene una cierta tancias apenas superiores al diá-
percepción. metro nuclear (.. ,). Entrarnos asi
l. Este estado [de desagrcga- en un dominio inmenso, el del cam-
c1on mental, partic. en la histe- po nuclear. (L. LEPRINCE-RINGUET,
ria] depende del estrechamiento Des atom,es et des Ji., 32-33,)
111 CANON

2. Psicol. ( por anal. con la acep- to de lo canónico, una carne, una


ción fisica) : el conjunto de las fuer- piel, unos aspectos cambiantes y
zas psíquicas que determina la mane- matizados ofrecen el espectáculo
ra en que los acontecimientos obran de la vida. En el arte académico,
sobre la conciencia. como en los crustáceos, el esque-
Sin.: constelación•. leto cae por la parte de fuera; el
armatoste del canon resulta visi-
3. La vuelta (de los recuerdos)
depende esencialmente de las con- ble; y aun en los casos en que la
vida y la pasión se guardan den-
diciones del campo. Bajo la in-
fluencia de una concepción atomís- tro, la vista ha de esforzarse pa
ra no juzgar lo que es un ser or-
tica de la psicologia se considc-
gánico como un producto minerai.
rnba la percepción actual y el (E. D'Ons, Tres lecciones en el .11.
recuerdo con abstracción del conte-
del Prado, 61.) Ad. E.
nido del campo temporal interme-
dio; pero éste desempeña un papel R. En la iglesia cat. designa:
decisivo. (P. GUILLAUME, Psychol. l.º Las reglas d·e fe promul¡¡-adas por
de la; forme, 162.) los concilios; 2. 0 las reglas de acción
4. un campo social viene ca- reunidas en el Código de Derecho Ca-
racterizado poi· la presencia de nónico, que es para la sociedad reli-
otras personas (ya se trate de una giosa lo que el Código Civil es para
presencia ·real, efectiva, ya esté la sociedad civil. El Código actual, en
tal presencia simplemente repre- vigor desde 1918, comprende 2.414 cá-
sentada en procesos psicológicos, nones.
percepciones, recuerdos, temores, Canónigo. Adj. Gr. kancmi/cos, que
etc., relacionados con esas perso• concierne a las reglas.
nas). (D. KRl,:CH y R. s. CRUTCH- A. Filos. Que es del orden de las
FIELD, Psycliol. sociale, I, 8.) reglaJ o la.s concierne.
V. Dim.ensión, 9.
3. Todo hábito engendra una
CANON cierta regla personal: el acto rea-
Canon. Gr. /ca;11ün, regla. Lat. eclea.: lizado sin resistencia en el pasado
canon (los cá11011es de la legislación se convierte en tipo para el acto
ecleciástica corresponden a las leyes de futuro. (... ) El hábito tiene, en
la legislación civil). una palabra, virtud canónica y
educadora; es la regla primitiva
A. Principio práctico, regla de ac- de la vida. (J.-M. GUYAU, Éduc. et
ción. El principio de cada uno de los liérédité, 37.)
«métodos» de STUART MILL (semejanza,
diferencia ... ) es titulado «Canon». V. D. Derecho. Que concierne al de-
Método, 18-22. recho de la Iglesia: el derecho canó-
l. Entiendo por canon el con- nico; procedimiento, pena canónicos.
junto de los principios a priori Canónica, subst. A. Sistema de las
para el uso legítimo de ciertas fa- reglas concernientes a una determina-
cultades de conocer en general. da disciplina.
Así, la Lógica general, en su parte 4. Las reflexiones que siguen
analitica, es un canon para el en- no son una canónica de la crítica.
tendimiento y para la razón en
general ... (KANT, Crit. de la; raiso11 Y a digo más adelante que la crí-
tica no está autorizada para dar
pure, 638.) reglas a los géneros literarios.
2. Los cánones del método in- Ahora bien, la crítica representa
duotivo pueden, en los casos más un género literario. (A. THIBAU-
favorables, constituir procedimien- DET, I'hysiol. de la; crit., 18.)
tos auxiJiares para una cxpos~ión
justificativa de ciertos resultados· 11. En pnrtic. (sobre todo en EPI-
pero no entran para nada en In CUIIO) : las reglas del pensamiento.
conquista o en la inteligencia de Sin.: Lógica.
esos resultados, y son extt·años 5. el estudio completo d,•I me-
al espíritu que anima ail sabio o al canismo del pensamiento y <ll1 la
filósofo, (L. DnUNSCIIVIC"G, I,',•,q,a. pn\ctica constituiría, en fin, esa
/111111 ... , 688.) C,rnó11 ica; general del espíritu hu-
2'. En el arte clásico el canon numo de ln que la ló_g:icn formal
existe; pero, encima del esquelc- y lu metodologia de las diversas
CANTIDAD 112

ciencias no ofrecen sino muestra. 2. El carácter esencial de todo


(M. BLONDEL, L'actio11, 473.) nlribulo perteneciente n ln cntogo-
G. el pensamiento discursivo rín de c11ntidnd es, ,,ues, el si-
rlepende, a ese mismo título, de un ,ruiente: cada estado de mu,rnitucl
código de procedimiento, o de una de una cantidad puede siempre ser
canónica natural, bajo cuya dis- formado, por vía de adición, me-
ciplina su proceso evitará la con- diante otros estados más pequeños
tradicción y el error. (J. VlALA- de In misma cantidad (... ).
TOUX, Lr discours et l'iutuition, Todo atributo que no es ca11ti-
97.) dad es cualida,l. (P. DUIIEM, La
Canonizar. A. En sentido usual: théoric pliys., 2.' ed.; 163.)
inscribir en el catálogo de los santos. 3. todos los pueblos han con-
Der.: canonización. La canonización tado los días del año, enumerando
va precedida por In beatificación.
los rebaños, cerrando tratos y tran-
B. En sentido etimol.: erigir en sacciones que exigen evaluaciones
regla imperativa, en tipo a imitar. numéricas. Ningún animal cuentn.
7. [Al utilizar ciertos términos Esta abstracción, que distingue la
filosóficos para definir la fe], la cantidad de las cosas de sus cuali-
Iglesia no pretende canonizar nin- dades, es un carácter específico de
guna filosofía particular, sino tan la inteligencia humana. (E. Go-
sólo definir en términos de un ri- BLOT, Syst. des se., 242.)
gor perfecto la verdad que cree .. B. Lóg. Extensión• de los térmi-
(É. GILSON, Le philosophr et la nos de una proposición y de In propo-
tltéol., 136.) sición misma. V. Universal, Particu•
la,·, Singular. Desde el punto de vista
CANTIDAD de la cantidad, en «El hombre es mor-
Cantidad. Lat. quantitas, der. de tal», «hombre» es universal (se trata
quantus, cuan grande (quantum, adv. 1 de todos los hombres) ; «mortal» es par-
cuanto). ticular (designa sólo, entre los morta-
Corre/.: cualidad*. les, a aquellos que son hombres).
A. En el uso corriente y, de modo Cuantificación. Acción de cuantificar,
más preciso, en filosofía: propiedad es decir, de atribuir a algo un cierto
de la magnitud mensurable (sentido quantum, una cierta cantidad.
abstracto), o (sentido concreto) las co- Cuautificaci611 del predicado. Refor-
sas mismas consideradas desde el pun- ma que el escocés HAMILTON trató de
to de vista de la medida (una gran introducir en la lógica del juicio y
cantidad de trigo). que consiste en atribuir al predicado
En ARISTÓTELES, categoría, uno de una extensión independiente de la cua-
los principales accidentes•. Se opone a lidad de la proposición.
la cualidad* en que la cantidad es, por En la lógica clásica o, mejor, natu-
definición, mensurable. ral, el predicado de una afirmativa es
En KANT, el primero de los cuatro particular (en «el hombre es un ani-
títulos de Categorías o conceptos pu· mal», «animal» sólo se refiere n una
ros del entendimiento que incluye las determinada clase de animales) : el pre-
categorías de unidad, pluralidad y to- dicado de una negativa es universal (en
tali.dad. Ad. E. «la piedra no es un animal», el hecho
de ser piedra es negado de todos los
V. CuaJidad, B 3, Categoría, C. animales).
l. Se llama canti.dad o magni- HAMILTON hubiese querido que pudié-
tltd todo lo que puede ser aumen. semos atribuir al predicado de ciertas
tado o disminuido. ( ... ) afirmativas una extensión universal
La cantúlm1 abstracta, objeto de (algunos animales son [todos los] hom-
las matemáticas, puede ser nume- bres) y una extensión particular a
rable o extensa. ciertas negativas (el hombre no es
La cantúlm1 abstracta numera- [cierto] animal, a saber, un animal fal-
ble es el objeto de la arit1nética, to de razón). V. U e Y.
y la canti.dad abstracta extensa, el 4. Los adversarios de In cuan-
de la geometria. (D'ALEMBERT, Ex- tificación del predicado sólo opo-
pUc. du s¡¡st. gén. des co11naiss. nen a este método razones de 01·-
hum.) den psicológico: no es asi como es-
118 CAPILARIDAD

tamos acostumbrados a pensar. (E. su sinceridad. (0. HAMELIN, Es-


GOOLOT, 7'r. de log., 214.) aai ' ... , 228.)
Cuantitath·o. Que pertenece al or- H. Por analogía. Todo estado de
den de la cantidad. Se op. a cualitati- desorden.
vo•. El análisis cualitativo de una 3. ¿Qué quimera es, pues, el
muestra de agua determina si con- hombre? ¿Qué novedad, qué mons-
tiene sustancias extrañas y cuáles. Un truo, qué caos, qué sujeto de con•
análisis cuantitativo determina la can- tradicción ... ? (PASCAL, Pcnsécs,
tidad de cada una de esas sustancias. 531.)
5. Puede decirse u1·osso modo 4. Un caos dé ideas y de inte-
que un conocimiento y una técnica reses en lucha entre individuos
se hacen puramente cientificos en distintos y próximos: he ahí el pri-
la medida en que se esfuerzan por mer grupo social. (G. TARDE, Logi-
llegar a ser cuantitativos. Y que q1tc socio.le, 96.)
la ciencia experimental sólo se dis- 5. El hombre antiguo parte de
tingue del empirismo por la me- un sentimiento de confianza hacia
dida y la cantidad. (A. REY, La el mundo, que es para él, de ante-
scicncc oricnt. av. les Gr., 452.) mano, un Cosmos, un Orden. El
G. Ese paso del método cuali- moderno parte de la de3confianza,
tativo al cuantitativo es una eta- de la suspicacia, porque -Kant
pa decisiva del progreso del espí- tuvo la genialidad de confesarlo
ritu humano, más importante aca- con todo rigor científico- el mun-
so que la aparición del método ex- do es para él un Caos, un Desor-
perimental, que sólo ha sido ver- den. (J. ORTEGA Y GASSET, Kant en
daderamente fecundo en la medida Tríptico, 67-68.)
en que llevaba al estudio de las CAPACIDAD. Lat. capacitas, ca-
relaciones y las cantidades. (Ch. ract. de lo que es capaz (derivado de
MoRAZÉ, lntrod. a l' hist. écon., capcrc [coger]), capacidad (cabida, ap-
89.) titud).
V. Cualidad, 7, 12. Psicotéc. Cualidad del que está en
condiciones de superar con éxito una
CAOS. Lat. chaos, del subst. gr. que cierta tarea. A diferencia de la apti-
designaba: l. El espacio tenebroso an- tud, que es congénita, la capacidad im-
terior a la aparición de las cosas; 2. plica un desarrollo y una educación de
El conjunto mismo de esas cosas arro- los dones naturales.
jadas en dosorden en el espacio antes V. Aptitud, l.
de su organización en cosmos*.
A. Prop. (en las cosmogonias anti-
CAPILARIDAD. A. Carácter de lo
guas) : el estado confuso de los ele- que es capilar, es decir, delgado y tenue
como un cabello (lat. capillua).
mentos cósmicos antes de la interven-
ción de un demiurgo• o la acción de B. Fis. Conjunto de las propieda-
fuerzas organizadoras. des de los tubos capilares en lo concer-
niente a los líquidos que contienen. La
l. me resolví a dejar por ente- principal consiste en que, contraria-
ro este mundo a sus disputas [las mente a lo que exigirían las leyes de la
de los udoctos»] y a hablar tan gravedad, esos líquidos se elevan por
sólo de lo que ocurriría en uno encima del nivel de la fuente de que
nuevo, si Dios creara ahora en los provienen. La ascensión de la savia en
espacios imaginarios materia sufi. los árboles es un fenómeno de capi-
ciente para componerlo, y agitara laridad.
diversamente y sin orden las diver-
C. Socio), Capilaridad social: por
sas partes de esa materia, de suer- nnulog!n, fenómeno consistente en que
te que compusiese con ellas un caos los individuos tienden a elevarse en la
tan confuso como puedan fingi1·lo jernrquin social.
los poetas... (DESCARTES, Disc. clo
l. He creado In expresión ca-
lamüh., V.) pilaridad social ( ... ) , Esta idea de
2. Por mucho que alguien diga la capilaridad social, que es el al-
con Uescartes que parte del dato ma de nuestra teoría de la pobia-
del puro caos, la facilidad con que ción, es la expresión de un hecho
ese pretendido caos se desenmara- tan simple y tan inmediatamente
ña basta para hacer sospechar de obser,•able que podía surgir en
8, Diccimrnriu lid I.cnKuajc Filu;;1ill\;U,
CAPITAL 114

cualquier parle y se halln en l'en- hay que tomar al pie de la letra,


lidad en estado latente en todos los sino traducirla por esta perlfra-
espíritus. (A. DU~IONT, Dé¡,o¡mla- sis: la producción del trabajo por
t ;on rt civilÜ!., Pref.) medio del capital. (Marqués de
2. Todo hombre tiende a ele- LA Tou11 DU PIN, Vers un ordrc
BOC. cltrét., 75-76.)
varse desde las funciones inferio-
res de la sociedad a las que se ha- 6. el carbón será «capital» si
llan por encima ( ... ) . Guiada por es utilizado para hacer marchar
un instinto infalible y fatal, ca- una máquina o una locomotora.
da molécula social se esfuerza, con Será «bien de consumo» si es pues-
toda la energía que puede quedar- to en la chimenea que sirve para
le disponible, una vez asegurada calentar la habitación en la que
su conservación, y sin cuidarse de nos encontramos. (G. Pmou, Tr.
sus semejantes más que para so- cl'écon. pol., I, 1, 117.)
brepasarlos, en subir sin cesar ha- 6. Cualesquiera que puedan ser
cia un ideal luminoso que sucede la organización y el régimen de
y atrae, como el aceite asciende en una sociedad, el progreso econó-
la mecha de la lámpara. Cuanto mico depende en ella de la acumu-
más ardiente y brillante es el fo- lación del capital eficiente. (F.
co, más activa y devorante es esta PERR0UX, Le capitalÜ!me, 15.)
capilaridad social. (lbíd., 106.)
7. La remuneración del capital
CAPITAL. Subst. Lat. capitalis, adj. puro es el interés. Mientras está
l. Pro p.: que se refiere a la cabeza asociado a la empresa (capital ac-
( caput, capitis). Poena capitalis. Empl. ciones y comandita), el capital per-
substantiv., capitale = crimen capital. cibe una parte del beneficio. (P.
Otra der.: ca.pitatio, impuesto por ca- DIETERLEN, en Dict. des se. écon.,
beza. 2. Fig.: la parte superior, p. ej., I, 201.l
de una columna (capitel), la parte prin- 7'. La falta de trabajo puede
cipal. provenir también, y es en general
A. Prop.: toda riqueza o todo bien el caso en nuestra España, no de
relacionados con la producción de otras que no haya que hacer, ni de que
riquezas y que producen una renta. sobre población, sino de que falte
capital, ya porque escasea, ya por-
l. Consumir menos de lo que que se dedica a especulaciones que
se produce supone ahorrar, y tal no proporcionan trabajo, o a gas-
es el procedimiento para consti- tos que alimentan el trabajo de
tuir el capital. (ST. MILL, ÉCO)I, otros paises. (C. ARENAL, Cartas u
polit., I, 80.) un obrero, 79.) Ad. E.
2. Decir que el trabajo es esté- B. Por anal.: todo valor de orden
ril sin el concurso del capital quie- moral o espiritual recibido como he-
re simplemente decir que el traba- rencia de una larga tradición.
jo presente no puede producirse
más que con la colaboración del 8. El enorme capital de virtu-
trabajo pasado. (Ch. GIDE, Cours des guerreras acumulado en nos-
d'écon. poi., 7." ed., 1, 189.) otros al cabo de los siglos no pue-
de resultar muy menoscabado poi·
3. La industria del hombre, la unos años de neurastenia. (Oh. DE
larga acumulación de sus ahorros, GAULLE, Vers l'arméa de 1nétier,
había formado el capital, al que 112.)
habría que llamar no el odioso ca- V. Intelectualismo, 9.
pital, sino el divino capital, y gra-
cias al cual podía a veces sustraer- C. Adj. Principal, muy grande o
se a la dura ley que Je obliga a importante. Error capital. Ad. E.
ganar el pan con el sudor de su Capitalismo. A. Punto de vista pu-
frente. (J. BAINVILLE, Journal, 4 ramente económico: situación econ6mi-
julio 1903.) ca en la que una gran masa de bienes
4. No es el dinero convertido se halla afectada a ,la producción. En
así en capital, es decir, en instru- este sentido, hay un capitalismo de Es-
mentos de trabajo, el que trabaja, tado.
sino quien lo pone en actividad; 9, Las declamaciones politicas
y la productividad del capital es no pueden cambiar este hecho: la
una de esas expresiones que no prosperidad, condición de la dig-
115 CARÁCTER

nid11d, depende, p11r11 los hombre~ C. Psicol. La palabra se emplea en dos


del siglo xx, de un capitalismo que sentidos que se hallan reunidos en la
«funcione bien». (Fr. PERROUX, Le siguiente frase: todo el mundo tiene
ca.pitaliB111c, 131.) su carlíctfl'r, pero pocos tienen carác-
10. El capitalismo ha realizado ter.
la liberación de la colectividad con l. La palabra ,ccarácteru en-
respecto a la naturaleza. Pero esa cierra una feliz ambigüedad. De-
colectividad ha tomado con respec- signa a la. vez el confunto de las
to ni individuo la sucesión de la condiciones que nos son dadas y
fuerza opresora que antes ejercía más o menos impuestas, y la fuer-
la naturaleza. (S. WEIL, La pesan- za más o menos grande con que
teur et la, gr., 202, 203.) dominamos eso dado. (A. MoUNIER.
B. Punto de vista. económico-social: Tr. du cara,ct., 52.)
régimen económico-social en el que las 2. Tener carácter no es lo mis-
riquezas productivas no pertenecen a mo que tener un carácter. Pero el
aquellos euyo trabajo las hace producir doble sentido de la palabra. debe
ni a la colectivida.<I, sino a un número ponernos sobre aviso. Tener carác-
restringido de individuos. ter es aceptar la. propia aparien-
11. La contradicción fundamen- cia y hacer de ella un arma.
tal del capitalismo es la contradic- (ALAIN, Les idées et les riges, II,
ción entre el carácter social de la 185.)
producción y la. forma. privada de 3. Hacia los cincuenta o sesen-
la apropiación. (M. ROSENTAHL, ta años (... ) El mundo hostil os
Pctit dict. ¡,hilos., 62, Moscú, habrá esculpido. Seréis caracteres,
1966.) pero también tendréis carácter y
C. Punto de vista politico-económi- el olea.je de la opinión os dará
co: régimen en el cual el poder poli- risa. (A. MAUROIS, Un art de vivrc,
tico se halla bajo la dependencia de los 237.)
detentadores de capitales. t. Estrict.: predisposiciones, parti-
Capitalista. A. adj. Relativo al capi- culares a un individuo o a un grupo de
talismo, doctrina capitalista. individuos, que rigen su manera de
sentir y de reaccionar. V. Te1npcra-
12. El fin de la. empresa capi- 111cnto.
talista es, ante todo, realizar bene-
ficios, y sólo secundariamente sa- Si11.: natural, humor.
tisfacer necesidades. (G. DURANDIN, 4. carácter designa una forma
Enc11cl. Fr., XX, 30, 13.) constante del alma, y humor, una
B. Adj. y subst. E1 que posee ca., forma pasajera. (LAFAYE, supl.,
pitales. 58.)
13. Capitalista. Es el que po- 5. A menudo ocurre entre los
see un capital y retira de él un hombres de Estado lo que a diario
beneficio cuando lo hace producir vemos entre los cortesanos; el de
por si mismo, o un interés cuando mayor ingenio fracasa, y el que
lo presta a. un empresario que lo tiene en el cariícter mayor pacien-
hace producir, y, en consecuencia, cia, fuerza, ductilidad y perseve-
consume el servicio de ese capital rancia, ése triunfa. (VOLTAIRE, Siil-
y retira sus beneficios. (J.-B. SAY, clc de Louis XIV, VI.)
Tr. d'écon. poi., G." ed., 570-571.) 6. No os diré: cambiad de ca-
Captativo. V. A mor• capta,tivo. [rácter;
porque eso no se cambia.
CARÁCTER [demasiado lo sé,
Carácter. Gr. charakti!r, signo gra- Desterrnd el natural y vol-
bado, huella. [ verá al galope.
(DESTOUCIIES, Le gloricux, III, v.)
A. En sentido pt·opio: signo graba-
do o escrito; especialm., caracteres de 7. Las antipatías nacen del cho-
imprenta. que de los caracteres y no de la
lucha de las ideas. (BALZAL', Urs.
B. Fig.: signo distintivo. El pro- Jllirouct, t. III, 287.)
blema de la herencia de los caracteres
adquiridos. Caracteres genéricos. Ca- 8, ni adoptar el cartesianismo,
racteres específicos. al menos en buena pute, Arnoldo
CAIUCTEH 116

L'onsea·vó su intrepidez; Bossttet, nuestro nmigo por In vereda del


su equilibrio; Da)?uesseau, su pla- jar<lin derimos: c,éste ce Pedro»,
cidez. 1'~so equivale ncuso a decir cometemos deliberadnmenle, iróni-
que cada uno llevn u su fe y sus camente, un error. Porque Pedro
dod.rinas su carñcter y su humor. significa para nosotros un esque-
(SAINTE - BEUVE, l'ol't-Royal, V, mático repertorio de modos de
35ll.) ,·om1,ortnrse física y moralmente
!J. en todo el curso de esta -lo que llamamos «carácter»-, y
obrn, carácter significará el con- la 1,ura verdad es que nuestro ami-
ju11 to ele las <lisposidonrs congéui- go Pedro no se parece, a J'atos, en
tns que formcrn el esqueleto 11H'1l- casi nada a la idea «nuestro ami-
tal de "" hombre. (R. LE SENNE, go Pedro». (J. ORTEGA Y GASSET,
TI'. de caractcirol., 9.) La 1·cbeli6n de IUJl niasM, 146.)
10. Los rasgos de carácter que Ad. E.
permiten a un ser adquirir una V. lfomo,·, 3, 6; Nat1traleza, 61; Per,
gran fortuna son casi siempre los soua, 50; Pluriva.lcntc.
que también le impiden obtener de 2. Con intención valorizadora ( •te-
ella otros goces que los del pode1· ner carácter»): fuerza de alma que se
y el trabajo. (A. MAUROIS, Le ccr- manifiesta en el dominio de sí mismo
clc de famille, 178.) y de los demás, en la constancia en me-
11. En el sentido absoluto de dio de las dificultades.
la palabra, el carácter se define Sin.: energía, coraje, firmeza, reso-
como «el conjunto de cualidades lución, voluntad, intrepidez.
que confiere a un ser cualquiera 14. El carácter consiste en el
su carga de inalienable originali- hábito de obrar con arreglo a má-
dad». Todas las particularidades ximas (... ) en la firmeza de reso-
de u:1 hombre forman, pues, parte lución con la que se quiere hacer
de su carácter. una cosa, y se hace realidad en la
Pero en el sentido corriente del ejecución. (KANT, Tr. de pédag.,
término, el carácter comprende 94, 104, Alean, 1931.)
tan só!o el conjunto de las dispo- 15. El espíritu abunda y super-
siciones (innatas o adquiridas) de abunda: el carácter es raro. Que
la sensibilidad y de la voluntad. un hombre parezca verdaderamen-
con arreglo a las cuales un indi- te un carácter y encontrará mil
viduo humano orienta su compor- cosas esperándole (... ). Mil fuer-
tamiento social. El carácter co- zas di9Persas en la vida, en la
mienza en la vida de relación y se ciencia, se agruparán en cuanto
detiene en el lado ,afectivo y mo- llegue tal hombre, serán suyas, se
tor de ésta. (G. THIB0N, en Dict. convertirán en su fuerza. (J. M1-
de spiritual., 11, 121-122.) CHELET, L'étudiant, 62.)
12. Mi carácter no es Jo que 16. A decir verdad, no es la
soy en el sentido en que una ins- inteligencia Jo que más a nienud6
tantánea psicológica fijaría todas falta a los hombres: es el carác-
mis determinaciones pasadas (... ) . ter, la independencia de espíritu,
Es lo que puedo ser más que lo que el valor: el valor de ser uno mis-
soy, mis disponibilidades más mo, de pensar la verdad hasta el
que mis haberes, las esperanzas fin, de decirla y de hacerla, sin
que he dejado abiertas más que las temer nada del juicio de los pode-
realizaciones que tengo en depósi- rosos o de las multitudes. (J. CIIE-
to. (E. M0UNIER, Tr. du caract., VALIER, La, 11ie ,nort. et l'au-dela,
GO.) 97.)
13. A decir verdad, el retrato 17. El carácter es el humor
psicológico de un ser no ha sido constreñido. Por ejemplo (... ) un
nunca más que la descripción más militar de humor desigual adquiri-
o menos fiel de sus tendencias. El rá carácter. (ALAIN, Esq. do l'hom-
«carácter» de cada cual se define me, 213.)
por las tendencias que Je son pro- 18. el carácter no es ya una
pias, y por la importancia recí- simple suma de las tendencias, si-
nroca de cada una. (Ch. BAUDOUIN, no una especie de forma impuesta
L'ame et /'action, 63.) a todas ellas. (Ch. BAUD0UIN, L'd-
13'. Cuando al ver llegar a mc et l'action, 147. )
117 CARDINAL

10. Carn a los acontecimientos, Caracterial. A. Adj. Relativo al ra-


es así mismo a quien recurre el rñcter.
hombre de carácter. (... ) Y lejos 24. Tipos caracteriales ( ... ) l,e-
de res.-uardarse bajo In jerarquía, mos debido subrayar que en el in-
de ocultarse en los textos, de cu- tervalo de esos tipos, y después
brirse con informes, ved cómo se por encima de ellos mediante una
yergue, se planta y hace frente. creciente adición de elementos ca-
(Ch. DE GAULLE, Le fil ele /'épóa, racteriales, se debe obtener una
41-42.) variedad cada vez más numerosa
20. El carácter, si nada le de familias caracteriales ... (R. LE
acompaña, da sólo temerarios u SENNE, La destinée pcrs., 229.)
obstinados. Pero, a la inversa. las 25. La estructura caracf.erial
más altas cualidades del espíritu es una estructura psirosom:iticn.
no bastan por sí solas. La historia (R. MUCCIIIELLI, en Notion dr
nos presenta cientos de personajes struet., 346, «XX• Sem. de Synth,i)
dotados de los más raros talentos,
pero cuya obra fue condenada a la B. Subst. Que presenta disturbios
esterilidad nor la falta de carác- de carácter.
ter. (lbíd., 45.) «Niño inadaptado, o mal adaptado,
21. Soporta que [tu mujer] te a consecuencia, no de debilidad inte-
importune: está convencida de que lectual, sino de perturbaciones del ca-
es falta de carácter el no tenerlo rácter.» (R. COUSINET, en Voc. de la
malo. (J. ROSTAND, Le ,nariage, psychol.)
42.) Caracterología. Ciencia del carácter
V. Adiniraei6n, 11; Pri11cipio, 21, y de los caracteres.
24. A. Teóricamente, esta cien~ia com-
prendería dos partes:
Característico, ca. A. Adj. Que ca-
racteriza. - la caracterología general o ciencia
del carácter, que considera al hom-
Sin.: distintivo, típico, propio, sig- bre. no ya como la psicología, de ma-
nificativo, específico, singular, par- nera analítica, facultad por facultad,
ticular. sino de una manera sintética, como
B. Subst. fem. 1. Lo que sirve para un todo, observando las corre1acione3
caracterizar. entre las diversas funciones distin-
Sin. de carácter en el sentido B. guidas por el psicólogo. (V. ldiología.)
22. Me asombró notar en su - la caracterología especial o cien-
rostro algunos de esos si¡mos que cia de los caracteres, que trata de es-
son, en efecto, la característica de tablecer para los caracteres una clasi-
los viejos. (A. MAUROIS, Un art de ficación ¡reneral análoga a. la clasi-
vitore, 190.) ficación de los seres vivos elaborada
por la biología.
2. En LEIBNIZ: representación de
las ideas y de sus relaciones por sig- B. De hecho, se entiende por ca-
nos o caracteres convencionales.
racterología la ciencia de los caracte-
res o la parte de la ,psicología que
Sin.: especiosa•. se aplica a determinar y clasificar los
23. [Es la característica] la que diferentes caracteres humanos.
da las palabras a las lenguas, las Si esta clasificación se basa en las
letras a las palabras, las cifras diferencias orgánicas, tenemos la ti-
a la Aritmética, las notas a la pología•; si se basa en las diferen-
Música; ella es quien nos enseña cias psíquicas, la caracterología pro-
el secreto de fijar el razonamien- piamente dicha.
to, y de obligarle a dejar a modo
de huellas visibles sobre un pe- CARDINAL, adj. Lat. carcli11alis
queño papel, para ser examinado (der. de carclo, cardinis: gozne, bisagra,
a placer; ella es, en fin, la que nos pivote [ nropio y fig.], recodo, punto
permite razonar con poco esfue1·- critico): prop. concerniente al gozne;
zo, poniendo caracteres en lugar de fig., principal, capital.
las cosas, para desembarazar la Que l'onstitu~·e como la bisagra o
imaginación. (LfllRNIZ, De la ,néth. el pivote sobre los que giran las cosas
do /'1111ivcr•alitú, en COUTURAT, o ese giro mismo (fecha cardina!) ¡
Opuse. et fr. iné,lits, 99.) que constituye el armazón de un con-
C'.\RENCI.\ 118

junto complejo (las virtudes• cardinn- motivo de raridad, no hay también


]es) o el sistema de re,ferencias con mús <JUe un solo amor, aunque ten-
relación al cunl juzg-amos (los cuatro J!'R dos objetos: el Creador <le una
punto 5 cnrdinn1es). Y. Númn·o. parle y las criaturas de otra. Só-
V. Otro, 4: Fc11ómcno, 18; Ncrrsi- lo Dios es ubjelo principal; las
dad, l. criaturas no pueden ser mó.s que
objetos secundarios. (M. Vrr,LER,
CAREXCI.\. Der. del lnt. carcrc, ca- en nict. el" spirit,utf., 11, 64fl-650.)
recer de. 6. ¿se hn dicho todo sobre la
Sin.: falta, ausencia, defecto de. caridad fraternal cuando (, .. ) se
Pero, a diferencia de estas palabras, ha afirmado que debe tender ni
carencia se refiere exclusivamente al bien temporal del prójimo como
hon1bre: la cosecha es mediocre, no 1m m,<>clio de asegurar mejor su fe-
por carencia de lluvia o de calor, sino licidad eterna?
por falta de ... Sin duda, no. Porque esto sería
A. Me-d. y psicol. Ausencia o in- olvidar que la caridad no nos in-
suficiencia de uno o varios factores clina sólo a amar las alma.a, sino
del desarrollo o del equilibrio nor- también n amar a los hombres, es
mal del organismo o del psiquismo. Ca- decir, n unos compuestos _terrestres
rencia hepática, carencia afectiva. deseosos, desde nquf aba¡o, de una
B. Por anal. Defección de una per- cierta felicidad terrestre. (G. DE
sona o de una institución que no <les- EROGUE, lbícl., Il, 686.)
empeñan su papel. Carencia del pa- 6. Comprendo la significación
dre, del gobierno. de los deberes de caridad que me
predicaban. La caridad servia a
CARIDAD. Lat. caritas, carácter de Dios a través del individuo. (A. DE
lo que es caro en los dos sentidos SAINT-EXUPÉRY, Pilote de guerre,
de este adj. XXVI, Pléiade, 376.)
A. Moral y teol. crist.: virtud teo- 6'. Por esta caridad de los pró-
logal, es decir, que tiene a Dios por jimos era San Ignacio grandemen-
objeto, y que consiste en amar a Dios te aborrecido del infierno y su
por sí mismo y al prójimo a causa de príncipe Lucifer. Todo el tiempo
su relación con Dios. Corresponde al que se ocupó el Santo en atender
gr. agapii. V. Amor C L a sí solamente, en Manresa, le de-
l. Acto de caridad.-Dios mío, jó vivir en mayor paz y buena re-
os amo con todo mi corazón y so- putación y admiración de todos;
bre todas las cosas, y amo a mi pero luego, que dio principio con
prójimo como a mí mismo por más fervor a una vida apostólica y
amor vuestro. celosa de 'las almas que redimió
2. Dios ( ... ) ordena que el amor nuestro Bien Jesús, comenzó a per-
y la caridad se dirijan ante todo seguirle con todas sus fuerzas tra-
a él como al principio de todas las yéndole por cárceles, desacreditan-
cosas; que de ahí se extiendan por do su doctrina, procurando quien le
una general efusión sobre todos persiguiese, levantándole testimo-
los hombres que son nuestros se- nios, y armando contra él todo el
mejantes; y que, cuando entremos infierno ... (P. J. E. NIEREMBERG,
en relaciones y amistades particu- Vida de S. Ignacio de Loyola, 69.)
lares, las hagamos derivar de ese Ad. E.
principio común, es decir, de _é! V. Amor, 99; Rfntrncia, 3.
mismo. (BOSSUET, S. s. la chari/.c B. Moral filos.: virtud, corriente-
frat., I, Lebarcq, V, 86.) mente opuesta a la justicia, que con-
3. A menudo me he preguntado siste en querer el bien del prójimo
cuál podía ser la diferencia entre como el propio, considerando, no sus
la caridad de tantos cristianos y derechos, sino sus necesidades, y con
la maldad de los demonios. (L. independencia de todo interés perso-
BLOY, Le ,ang du pauvre, IX, en nal.
exergo.) 7. Puede haber una caridad
4. En realidad, no hay, pues, de la abstención, respetuosa, dis-
más que un único motivo de cari- creta, atenta y nmnnte, y que toma
dad, que es la infinita perfección los rasgos de la indiferencia. Ella
de Dios. ( ... ) Y como sólo hay un nos preserva de fijnr en otro esa
119 CARIDAD

mirada que se hace insistente y corros), porque no corresponden a un


que le hiere o le abruma, como derecho de un individuo particular.
vemos en ciertns formas espontá- 13. La caridad bien entendida
neas y opresivas de la simpatía, es el fundamento de la justicia.
que olla nos obliga a inmolar. (L. ( ... ) La justicia es una caridarl
LAVELLE, L'crrcur de Nurc., 107.l conforme a In prudencia. (LEm-
8. la justicia (... ) trata a los NIZ, Phi/os. Schr., VII, 740, ed.
individuos como seres separados Gerhardt.)
(... ). En cambio, la caridad ( ... ) 14. Si has permanecido duro e
colma en vez de ahondarlo el in- insensible ante el espectáculo de
tervalo que separa a los indivi- la miseria ajena, tu conciencia _gri-
duos unos de otros. (L. LAVELLE, ta contra ti; y, sin embargo, ese
Tr. des valcurs, II, 418.) hombre que sufre, que acaso va a
9. La caridad es la unión de morir, no tiene el menor derecho
los yo en un acto de sociedad per- sobre la menor parte de tu fortu-
fectas en los que los seres se dan na, por inmensa que sea; y, si
mutuamente ( ... ) . usase de la violencia para arran-
carte un óbolo, cometería una fal-
El amor o caridad se esfuerza ta. Encontramos aquí un nuevo
por sustituir el orden de los él por orden de deberes que no corres-
el orden de los tú y de los yo, a ponden a unos derechos. ( ... ). La
fin de crear un verdadero 11os- justicia respeta o restituye; la ca-
otros. (G. MADINIER, Consc. cf ridad da, y da libremente. (V.
amour, 2.' ed., 127-128.) CousIN, Du vrai, du beau... , lec.
V. Altruismo, 2. 15.', 386.)
C. En el uso vulgar: acto de be- 15. No es caridad, dicen [los
neficencia que excluye todo derecho que sufren necesidad], es justicia
de quien de él se beneficia. Practicar lo que queremos (... ). La caridad
la caridad, vivir de la caridad; obras, es la podredumbre cristiana que
sermón de caridad. mantiene la injusticia [ ... ]. Un día
Sin.: limosnas, ayuda, socorro. llegará en que sea abolida y sóio
la justicia distribuya a cada uno
10. es algo bien cruel quedar su parte. (Ch. GtoE, Justice et
abandonado al socorro de ciertas charité, en Morale soc., 193-194,
gentes; porque, ¿qué es una cari- Alean, 1899.)
dad que no tiene pudor para con
el miserable y que, antes de con- 16. [A pesar de ello:] Ésta (la
solarle, empieza por pisotear su justicia) representa tan sólo el
amor propio? (MARIVAUX, La vio elemento muerto, fijado, cristali-
de Mariannc, 14, Hachette, 1862.) zado; sí, cada regla de justicia es
un cristal de formas geométricas
11. La verdadera caridad con- ( ... ) y poco a poco los cristales au-
funde a quien la recibe y a quien mentan en el agua madre que los
la da. (J. LAGNEAU, Célebres le9. et baña: es la caridad quien los nu-
fragm., 44.) tre. (lbícl., 214.)
12. La caridad como coartada 17. No hay que representarse
de la justicia. (... ) La verdadera a la justicia y la caridad como
caridad es a menudo escarnecida dos corrientes de diferente origen
por la inhumana justicia y por que se mezclan y combinan sus ac-
la hipócrita «caridad». (P. RI- ciones. La justicia es el conjunto
C0EUR, Hi-st. et vérité, 227, 228.) de las reglas que la caridad ha in-
V. Limosna, 1, 4. ventado para afirmarse y estable-
Deberes <le justicia y deberes de ca- cerse entre los hombres de un n10-
ridcul. En esta oposición clásica, ((Ca- do duradero. (G. MADINIEn, Cousc.
ridad» es tomado más o menos cons- et amo1tr, 2.' ed., 128-129.)
cientemente en el sentido C (limosna). V. Justicia, 22, 23, 24, 2G, 27.
Esto supuesto, se dice: los deberes de
justicia son estrictos, porque corres- Caro. Lat. carus, caro: l." afecti-
vnnwnte (que C'S querido); 2." econó-
ponden a un derecho del prójimo; los
deberes de caridad son amplios (inde- micamente (que es de un precio ele-
terminados en cuanto nl beneficiario, vado).
al modo, n la Importancia de los so- Iguales acepciones en el lat. cants.
CAIUS~IA 120

Un muy caro amigo. Un vestido muy dos por respeto n esta palabra
caro. Jtrnbadn profun,lnmente en nues-
tos espíritus cnrt,•siunos. (G. Du-
CARISMA. Gr. cliarisma, gracia, fa- Jf.\MF.:L, ~llcwurl e/u ¡,rolt•statCLirt?,
vor. Der. de cltari.,, igual sentido, Otrn 252.)
der.: rueharistia, acción de gracias sa-
crificio de acción de gracias. Dcr: ca- 2. Eruditos y críticos se esfor-
rismático. zabnn por poner en evidencia el
rnrócter cartesiano de la obra de
A. Prop. (en el Nuevo Testamen- Corneille o de Balzac ( ... ). Mal-
to) : don sobrenatural conferido para herbe representa en esta perspec-
el bien de la comunidad, desde el don tiva el tipo mismo del poeta car-
de los milagros hasta el de gobierno. tesiano. (G. GUSD0RF, Tr. de mé-
l. Hay, ciertamente, diversidad taph., 48.)
de carismas, pero el Espíritu es el Cartesianismo. La doctrina de DES-
mismo. ( ... ) Y siempre la manifes- CARTES, el movimiento de pensamiento
tación del Espíritu es dada por el que de él procede.
bien común. A uno, da el Espíritu
la palabra prudente; a otro es la 3. [El eclecticismo]. Es el car-
palabra sabia lo que le ed dado tesianismo sin su extensión ni su
por el mismo Espíritu; a otro, la profundidad: sin la extensión que
fe en el mismo Espíritu· a otro le da la concepción del nexo racio-
en fin, el carisma de las' curacio~ nal de -todas las cosas, y de ahí el
nes en_ ese único Espíritu; a éste, alcance infinito de la razón; sin
el carisma de obrar milaa-ros · a la ,profundidad que le da la con-
aquél, la profecía; a tal ~tro' el cepción de la reflexión interior,
discernimiento de los espíritus'· a que alcanza por sí sola más allá
éste, la diversidad de lengua; y de lo que los actos particulares
a aquél el don de interpretarlas. Pe- tienen de relativo, lo absoluto de
ro todo eso es obra de un único la naturaleza espiritual. (F. RA-
y mismo Espíritu que distribuye VAISS0N ... , Rapport; 4.' ed., 11, p.
sus dones a cada uno según le pla- 32.)
ce. (San PABLO, I Cor., XII, 4"11.) 4. Esta dependencia evidente
B. Por ext.: don natural señalado respecto a sus antecesores no res-
pero especialmente en el terreno mo~ ta nada a la originalidad profun-
ral y religioso. da del cartesianismo.
2. [El cura de 11:cully.] Este Esta originalidad ha perjudica-
antiguo monje, este canónigo de do a la 1·ápida difusión del esplri-
Santa Genoveva, revelaba extra- tu cartesiano. Todos sienten con-
ordinarios carismas de cura. (D. fusamente que Descartes rompe
PÉZERIL, Pauvre et saint curé con una tradición venerable, la
d'Ars, 20.) del animismo ( ... ) .
3. El P. Teilhard tenía un ca- La física cartesiana ha supri-
risma para volver a dar a los es- mido prácticamente la fuerza e
píritus religiosos el gusto por el incluso el impulso, introducido por
Cosmos ... (J. GUITT0N, Jqurnal, la mecánica medieval. La impul-
234.) sión divina y la inercia bastan pa-
ra explicar la ,perpetuidad del mo-
CARTESIANISMO vimiento. De hecho, ha casi eli-
minado la finalidad. Todos los
Cartesianismo, adj. y subst. Palabra cartesianos, bajo nombres diver-
formada sobre Cartesiua, trad. lat. de sos, restablecen esos elementos
DESCARTES. tradicionales. (A. RIVAUD, Hist.
l. Concerniente a la doctrina de III, 576-577.) '
DESCARTES: el cogito, la duda carte- V. Carácter, 8.
siana; las coordenadas cartesianas.
2. Que posee las cualidades consi- CASTA. Portugués casta, der. del
deradas como características de DES- lat. castus, puro. V. Castidad.
CARTES: amor a la claridad, lógica. A. Primit.: se decía de las clases
l. A veces tengo ocasión de ob- sociales rigurosamente cerradas de la
servar de cerca los caminos de la India. La casta de los brahmanes,
justicia. Digo caminos y no méto- la casta de los parias. Es hereditaria e
121 CASUISTICA

implica un estatuto civil o político par- que fueren, debernos aceptarlos


ticular. corno venidos de Dios y tenerlos
l. Es una subdivisión endóga- por muy buenos con absoluta ron-
ma y hereditaria de una unidad forrnidnd con la voluntad divina,
étnica que goza de un rango y de porque no parezca que por nues-
una e$tima social superior o infe- tra pasión, haciendo la., ,·cces de
rior en comparación con otras sub- juicio, condenamos y cleserhamos
di,•isiones. (A. KROEDER, cit. p. la voluntad del soherano y sapien-
M. DUFHENNE, La perso1111alité de tísirno Gobernador de todas las
base, 231.) cosas, por el hecho de no alcan-
zarla. (J. L. VIVES, fo.frocluceió11
2. Repulsión, jerarquía, espe- a la sabiduría, § 267, p. 58.) Ad. E.
cialización hereditaria, tales son
las tres tendencias que reúne el Caso ele co11ciencia. Situación con~
espiritu de casta (... ) . Diremos creta en la que se plantea la cuestión
que una sociedad está sometida a de saber dónde se encuentran el deber
este régimen de castas sí está di- o el bien. Hacer un caso de conciencia
dividida en un gran número de ele ... : considerar algo como un deber.
grupos heredi.tariamente especia- V. Co11flicfos de deberes.
lizados, jerárquicamente super- l. Hice un caso de conciencia
puestos y mutuamente opuestos el transmitirle intacta la magra
-si no tolera en principio ni ad- herencia que había recibido para
v,enedi1.os, ni mestizos, ni tráns- ellos [sus hijos). (G. SAl<D, Hisf.
fugas de la profesión- si se opo- de ma vic, IX, 73.)
ne a la vez a las mezclas de san- Casuista. El que resuelve los ca-
gre, a las conquistas de ran¡,o y sos de conciencia; el especialista de la
a los cambios de oficio. (C. Bou- casuística.
GLÉ, Essa,i s. le répinic des castes,
2.' ed., 4.) Casuística. A. Pro p.: parte de la
moral que tiene por objeto resolver los
B. Por ext. y con intención peyo- casos ele con'ciencia y, de un modo ge-
rativa: todo grupo social celosamente neral, aplicar los principios teóricos a
cerrado sobre si mismo. las situaciones concretas de la vida
3. los burgueses de entonces práctica.
se hacían de la sociedad una idea 2. En sí, la casuística es el
un poco hindú y la consideraban complemento necesario de toda
como compuesta de castas cerra- moral teórica que pretenda llegar
das en las que cada uno se encon- a la vida, como la jurisprudencia
traba, desde su nacimiento, situa- es el complemento de la legisla-
do según el rango que ocupaban ción. (A. BAYET, La casuisf. chrét.
sus padres, y de donde nada, sal- contemp., 4.)
vo los azares de una carrera ex-
cepcional o de un matrimonio in- 3. siempre resultará que es ne-
esperado, podía sa'c11ros p11ra ha- cesario aplicar una ley, que es ab-
ceros penetrar en una casta su- soluta, a la vida cotidiana en el
perior. (M, PROUST, D11 cóté ele mundo, que es contingente. Difícil
che• Swann, I, 29.) problema; trabajar en resolverlo
por el análisis moral, es decir, por
V. Ari8tocracia, 6, la casuística, comporta dignidad:
CASUISTICA tal trabajo significa que el hom-
bre no ha dimitido de In morali-
Caso. Lat. casus, der. de cae/ere dad. En este sentido, la casuísti-
(caer) ; part. pasado p11s, casus: caí- ca es eterna ( ... ). Ni siquiera Pas-
da, accidente. cal pudo escapar a la fatalidad de
Lo que ocurre o puede ocurrir. Es la casuística (... ); su Pl'Ot•incial
ei caso iccneral; un caso extraordina- undécima usa de todos los proce-
rio; un caso a prever; un cnso teóri- dimientos tradicionales de los ca-
co, Coso tipo: que corresponde exacta- suistns para demostrar que el se-
mente a las normas de In especie con- cretario de Port-Royal no hn fal-
sider11d11, mientras que el caso limite tado n la ley cristiana al burlar-
sólo corresponde n ellas difícilmente se di' los casuistas. (J. CAl,VET,
o en forma deficiente. T>e Fru11r, ,1" Sales rl Fc'11c/011,
( ... ) todos los casos que en esta 202-203.)
vida nos acontecieran, sean los B. Por ext.: todo examen de un
CATEGORIA 122

caso particular a In luz <le los prin- un conjunto de hábitos que el es-
cipios de la disciplina de que depende. píritu hn contraído nl esforzarse
4. Apenas puedo rozar aquí la por asimilar los fenómenos. Los
easuística particular de estas cues- at!apta a sus fines y se adapta a
tiones de poesía. (P. VALÉRY, Va- su naturaleza. (E. IJ0UTR0UX, Se.
riétf.\ Pléiade, 1, 7G6.) et rclig., 348.)
6. Las condiciones del lengua-
CATEGORfA je imponen a toda lengua un mí-
Categorema. Gr. lrntrgorfma (der. nimo de lógica y el empleo de cier-
de katt~go1·ci11, acusar, afirmar, acusa- tas categorías gramaticales. Es
ción, cualidad, atribuida a un objeto, un hecho que a partir de ese mí-
atributo. nimo las categorías gramaticales
Corresponde al lat. escolást. ¡,racdi- y las eategorías lógicas dejan de
cabi/c (v. I'1·cdicub/c). corresponderse. Las categorías
Sin. (único usual) : universal• (subst.). gramaticales varían según las co-
munidades lingüísticas. (H. DEI..A-
Categoría. Gr. l.utcgoria (der. de cno1x, Lang. et pensée, 2.• ed.,
katcgort·in, afirmar) : cualidad atri- 605.)
buida a un objeto, atributo, predicado,
Lat.: pra-edicamentum. 5', Los momentos en que más
elevado precio se atribuye a cier-
A. En la filosofía aristotélico-es- tas categorías estéticas o éticas
colást.: los géneros supremos o pri- secundarias coinciden con aquellos
meras divisiones del ser, en número de la cultura en que, con efectos
de diez: la sustancia y nueve acci- más o menos fatales, el aura de
dentes (cualidad, cantidad, relación, una decadencia se ha infiltrado
tiempo, lugar, situación, acción, pa- en el espiritu colectivo. (E. o'Ons,
sión, hábito). Tres lecciones en el M. del Prado
Sin. (en los escolásticos): predica- 46-48.) Ad. E.
mento*.
5". Corno nuestra realidad <tvi-
l. El orden de las categorías vir» es muy distinta de la realidad
de Aristóteles es conforme al ge- cósmica antigua, estará constitui-
nio de las lenguas y a lo que po- da por un conjunto de categorías
dríamos llamar el orden de las ca- o componentes, todos ellos forzo-
tegorías gramaticales. De ahí una sos, igualmente originarios e in-
verdadera contradicción, una opo- separables entre sí ( ... ). Nuestra
sición real entre las condiciones vida «es la de cada cual», por tan-
de estructura del órgano del pen- to, distinta la mía de la tuya, pe-
samiento y la naturaleza del obje- ro ambas son «mi vivir» y en am-
to del pensamiento. (A. C0URN0T, bas habrá una serie de ingredien-
Essai sur les fmulcments ... , 3.• tes comunes -las categorías de
ed. 167, p. 256.) «mi vida»-. (J. ORTEGA Y GAs-
2. El P. Noel, en su famosa SET, ¿Qué es filosofía?, 249.) Ad.
controversia con Pascal, rechaza E.
el vacío de la cámara barométri- V. Axiología, 4; Cultura, 6; Dialéc-
ca porque, al no ser ni sustan · tica., 43; Entcn.dimiento, 9.
cia ni accidente, no puede figurar C. En la filosofía kantiana: los
en las categorías de Aristóteles. conceptos a priori del entendimiento,
(L. RouGIER, Tr. de la conna.iss., que son doce, distribuidos en cuatro
213.) clases: cantidad (unidad, pluralidad,
B. En el lenguaje filosófico en ge- totalidad), cualidad (afirmación, ne-
neral: conceptos de vasto alcance bajo gación, limitación), relación (sustan-
los cuales se ordenan las ideas y los cia, causa, comunidad), modalidad (po-
hechos. sibilidad, existencia, necesidad).
3. No disputemos sobre la do- Categorial. Sin. de conceptual abs-
sis ni sobre la forma de la reli- tracto. El pensamiento categorial se
gión; conservemos la categoría de contenta con clasificar el objeto en una
lo desconocido, la posibilidad de categoría general, mientras que el pen-
soñar. (RF.NAN, Fcuilles détachtcs, samiento concreto lo percibe en su in-
Pref., XVIII.) dividualidad.
4. lo que llamamos categorías 6. El comportamiento catego-
del entendimiento no es más que rial, e& decir, la posibilidad de
123 CAUSA
obrar en función de normas abs- H. Acepción etimol.: universal.
tractas y no ya solamente con 2. Si no puede existir ciencia
obediencia a las exigencias vita- inexpugnable, católica. sí existe
les, es un atributo esencial de la una especie de catolicidad de los
afirmación humana ... (G. GUSD0RF, fundamentos de la razón, en el
Tr. de 1néta,ph., 317.) sentirlo de la definición rle San
Categórico. Gr. ka,tigorikos, afir- Vicente de Lérins: todo el mun-
mativo. do, siempre y en toda circunstan-
A. En el uso ordinario. Que es tancia, ha razonado y razona to-
claro y neto, sin compromiso. Orden, davía según un modo esencial-
negativa categóricos. mente invariable. (E. MEYERS0N,
De l'explic. clans les se., 703.)
B. Filos. El sentido de la palabra
se precisa por opos. a hipotético o con- 3. La filosofía moderna h!I
dicional: sin condición. triunfado de la crisis del siglo xvr
l. Lóg. El juicio categórico (ven- gracias a la invocación de la ca-
dré) se opone al juicio hipotético o tolicidad de la razón, instituida
condicional (vendré si no llueve) y al sobre las ruinas de los dogmatis-
juicio disyuntivo (vendré o no vendré). mos caducos. (G. GUSD0RF, Tr. de
méta.ph., 335.)
Se llama categórico al razonamiento
o el silogismo en el que todas las pro- V. Herejía, 2.
posiciones son categóricas. CAUSA
V. Hipótesi8, 18. Causa. Lat. ca.usa,: 1.0 causa (corre!.
2. Mor. El! imperativo categórico de efecto) ; 2.º causa judicial, proceso
(KANT) es el que prescribe sin condi- y, por ext., asunto, cosa• (res).
ciones.
Lo que hace que una cosa sea lo
Ca.ta.rsi8. Subst. der. del gr. lca.thar- que es o que obre.
sür, que significa purificación, purga-
ción. Ka.tha.ros (puro) ha dado cátaro. A. Acepción restringida (la más
usual) : el correlato del efecto: la cau-
A. En la antig. y en sentido reli- sa eficiente, es decir, el antecedente al
gioso: ceremonias de purificación a que se atribuye la producción del
las que, en los misterios de E.Jeusis, efecto.
eran sometidos los candidatos a la ini-
ciación. ARISTÓTELES (Poét., VI) atri- . Sin.: origen, condición, razón, mo-
buye un efecto análogo al teatro. tivo.
B. En psicoan.: la catarsis o mé- 1. La causa en las cosas res-
todo catártico (término creado por ponde a la razón en las verdades.
BREUER) consiste en liberar al psicó- (LEIBNIZ, N. essa.Úl, VI, XVII, 3.)
pata de lo que hoy se llama los com- . 2. La ca~sa hace nacer, es pro-
plejos. piamente eficaz. El motivo mue-
Der.: catártica, método catártico. ve, empuja a querer, solicita
una ca.usa, libre. Los filósofos bus-
V. Sociodra.ma., 2. can las causas de nuestras ideas,
CATóLICO. Gr. ka.tholikos, der. de de :nuestros sentimientos, y los
la loe. adverbial lca.th' holou. (halos, motivos de nuestras voluntades
por entero) : universal. Sé la 1;a.usa, de vuestra aflicción y
el motivo de la gestión que habéis
Der.: catolicidad, catolicismo. hecho. (LAFAYE, Suppl., 192.)
Sin.: universal, ecuménico, ecume-
3. [ Contra el fatalismo], es
nicidad, ecumenismo. falso que el acontecimiento ocu-
A. Acepción usual: que pertenece rra hágase lo que se haga; ocu-
a la fracción de la Iglesia cristiana, rrirá porque se haga lo que a él
que reconoce por jefe al Papa, obispo conduce; y si el acontecimiento es-
de Roma. tá escrito, la causa que le hará
l. Hay que reconocer que an- suceder está escrita también. Así,
tes de la revolución cristiana y In In relación de los efectos y las
organización católica, el espíritu causas, lejos de establecer la doc-
acababa siempre adorando al po- trina de una necesidad perjudi-
der; y a ello vuelve siempre cuan- cial a la práctica, sirve para des-
do ha perdido el sentido católico. trnirla. (LEIBNIZ, Théocl., Pref.)
(AI.AIN, Propos. s. la, relig., 210.) 4. vos, reinn y causa eficien-
CAUSA 124

te de la salud de los demás, tened bota con ello. El remedio es sen-


cuidado de la vuestrn. (Mme. DE cillo; tanta desgracia se quita co
Stv1c:-:É, C. del lG oct. 1689.) mo un traje. Lo sabemos muy bien,
5. No puedo pensar y moverme y el mal se nos hace ligero, in-
iibremente sin conocer inmediata- cluso en el presente, por el cono-
mente mi /urrza pensante o mo- cimiento de las causas. (ALAIN,
vic~te, no como sustancia, sino co- l'rol'o• sitr le bonltmr, 34.)
rno causa. o fuerza que opera por 13. La noción vul11:ar de "cau-
el querer. (111. DE BIRAN, Jo11r11al, sa» sólo puede encontrar un uso
agosto 1819, Ed. Gouhier, II, 235.) riguroso en los casos en que, por
G. un fenómeno que determina la experimentación, es posible
a otro precediéndolo es lo que en constituir un sistema cerrado en
todo tiempo se ha llamado una el que se aisle, para constatar y
causa eficiente. (J. LACIIELIEn, hacer variar sus efectos, la acción
IB1wrcs, I, 27.) de una causa determinada. (H.
7. [La idea de causa] tiene MARROU, De la co1111aiss. hiot.,
una fuerza interna, subjetiva; nos 180.)
es sugerida por nuestra actividarl 13'. ¡ Gran ceguera no pene-
motora. Un ser, puramente pasi- trarse de que la causa es la sus-
vo por hipótesis, que viniera o sin- tancia del efecto, que mientras és-
tiera su-cesiones externas constan- te vive es porque vive aquélla!
tes no tendría la menor idea de (M. DE UNAMUNO, En tor110 al cas-
la causalidad. (Th. RIBoT, Évol. ticismo, Obras escogidas, 58.) Ad.
des idées gén., 203.) E.
8. La causa llama al efecto: 13". No le está bien a un filó-
esto significa que, bajo una cierta sofo tan grave como Platón ocu-
relación, el estado dado de las co- rrir a las causas universales sin
sas no se basta en absoluto y no buscar primero los artículos con
es nunca pensado sin que antici- mucha diligencia y cuidado. (J.
pemos los estados por venir. (0. HUARTE, Examen de ingenios, 70.)
HAMELIN, Essai..., 188.) Ad. E.
9. si la causa acarrea el efec- 13"'. Para Dios, autor y mode-
to, no es porque lo contenga, sino lador de todo lo existente, las cau-
porque lo llama: lejos de ence- sas son antes y más conocidas que
rrarJo en sí, lo echa de menos. los efectos, lo general que Jo par-
( lbíd., 204.) ticular de las cosas ... (J. L. VIVES,
1 O. Si tomamos por ejemplo
Tratado del alma, 69.) Ad. E.
un cañonazo, ¿diríamos que la cau- V. Acto, 13; Ciencia, 27; Condición,
sa de la partida del obús es la 10, 11; Craaci6n, 1; Esfuerzo, 2;
explosión del pequeño cebo o el Fin II, 49; Ley, 20, 22, 23, 25; .l\fila-
movimiento de la mano que ha pro, 1, 3, 4; Razón, 25, 28; Recurre,1.
tirado de la cuerda? ¿O diremos, te, 1; Síntoma, 2.
más verosímilmente, que es la car• Causa ocasfonal. V. Ocasió11.
J!a de pólvora? (P. LECONTE DU Causa primera y causa segunda. La
NoUY, L'hommc dcva11t la scicncc, causa primel'a obra por si misma, con
73.) independencia de cualquier otra cau-
11. Si tratamos de determinar sa; es Dios. La causa segunda obra
la ((causa" de un fenómeno, de un bajo la dependencia de otra que se en-
acontecimiento, lle11:amos forzosa- cuentra por encima de ella en la ca-
mente a puntos de partida mal dena causal; puede ser próxima o re-
definidos, que son, a su vez, el mota, V. Condiciones de e:ristencia.
efecto de un inmenso número de 14. Las causas segundas hacen
causas anteriores que, del hilo al existir su efecto en tanto que ellas
ovillo, nos retrotraen al comienzo mismas son a su vez movidas por
de todas las cosas, al ori11:en del Dios ( ... ), y, por consiguiente, hay
mundo. (lbíd., 76-77.) en la posición existencia, algo que
12. Causas insignificantes, por sobrepasa lo que una causa se-
ejemplo, un zapato que roza, lle- gunda por sí sola, sin promoción
gan a estropear una hermosa jor- ele la causa primera, pod1·ía pro-
nada. Nada puede entonces resul- curar ... (J. MARITAIN, Scpt Ter. 8.
tar agradable, y el juicio se em- l'etrc, 146-147.)
125 CAUSA

15. Pase que el primitivo se in- Causa final. El resultado a alcanzar


terese por las causas primeras en tanto que obra sobre la puesta en
más que por las segundas, que in- acción de los medios aptos para obte-
voque fuerzas misteriosas y no nerlo. V. Causa final• (en Fin ll ).
antecedentes empiricos. No por 18. en presencia de la unidad
ello subsiste menos una exigencia tan completa de los seres organi-
de explicación y, por así decir, de zados. ( ... ) En vez de quedarnos,
explicación causal. (R. ARON, ln- para la explicación de los fenóme-
trod. a la phi/os. de l'hist., 296.) nos, en una simple idea de causa
15'. Sólo los primeros hombres eficiente (... ), llegamos ahora a
que hubo en el mundo, dice Pla- ]a idea, más plena y más cerca-
tón que los hizo Dios; pero los na a nuestra experiencia interior.
demás nacieron por el discurso de de una causa que, desde el comie:1-
las causas segundas, las cuales, si zo de su operación, implica el fin
están bien ordenadas, hace el áni- como meta de una causa final al
ma vegetativa muy bien sus obras, mismo tiempo que eficiente, aún
y si no concurren como conviene, más, eficiente por lo mismo que
produce mil disparates. (J. HUARTE, es final. (F. RAVAISON, Rapport ... '.
Examen de ingenios, 146.) Ad. E. XXXVI, p. 255.)
V. Concurso; órgano, 2; Positivo, 13. V. 22; Condición, 15; Fin ll, 17, 18,
Causa vróxima, causa remota, causa 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32, 33.
liltinw. La causa próxima consiste en
el antecedente o el conjunto de ante- B. En una acepción más amplia
cedentes inmediatos que producen el (que engloba la causa eficiente y la
fenómeno o concurren a su producción. causa final) : lo que explica la apari-
La causa remota, en los antecedentes ción de un ser o de un cambio en ese
de los antecedentes que constituyen la ser. La loe. prepos. a causa de y la
causa próxima. La causa última, el palabra porque sirven para esas dos
antecedente que se sitúa al principio especies de causa.
de la cadena y que carece de antece- 19. Hay una infinidad de figu-
dente. Esta causa, llamada última por- ras y de movimientos presentes y
que es hallada en último lugar, es en pasados que entran en la causa
sí misma primera•, puesto que está en eficiente de mi escritura presen-
el origen del encadenamiento causal. te; y hay una infinidad de peque-
V. Condición, 13, 14. ñas inclinaciones y disposiciones
Causa sui (causa de sí). Fórmula de mi alma, presentes y pasadas,
que significa que Dios, creador o cau- que entran en la causa final.
sa de todas las cosas, carece de causa, (LEIBNIZ, M onad., § 36.)
siendo necesario y, en este sentido,
causa de sí mismo. 20. Las almas obran según las
leyes de las causas finales, por
Sin.: por sí (a se). V. Aseidad. apeticiones, fines y medios. Los
16. La causa sui es In mejor cuerpos obran según las leyes de
contradicción interna que se ha- las causas eficientes o de los mo-
ya concebido jamás, una especie vimientos. (lbíd., § 79.)
de violación y de monstruo lógi-
co. (NIETSCHE, Au-del<t du bien et C. En acepción muy amplia (en
du mal, § 21.) metaf.) : todo lo que contribuye a la
17. La expresión causa sui, to- constitución de un ser.
mada al pie de la letra, es contra- 21. A todo lo que nos parece
dictoria: es esencial a la causa, si un paso en el camino de las expli-
no el preceder temporalmente al caciones, lo adornamos con el non1-
efecto, al menos el distinguirse de bre de causa. (E. MEY~RSON, ldrn-
él. Y, no obstante, bajo su torpe tité et réal., 40.)
formulación, la noción de cai,sali-
dad de si subrayaba oportunamen- En este sentido, ARISTÓTELES distin-
te un aspecto de In verdad que la gue cuatro clases de causa: l.ª, la cau-
filosofía al uso corría el riesgo en- sa formal, o lo que hace que una cosa
tonces a dejar en la sombra el sen lo que es, su quididad; 2.ª, la l'nusa
carácter e2·iste11cial ele l<t ctseitlacl. material, es decir, aquello de que está
(J. DE FINANCE, Exist. et liberté, hecha; 3.\ 1n cnusa eficiente, que pro-
136.) voca el paso de la potencia al ucto;
CAUSA 126

,1.•, la en usa final, es decir, aquello en ¿qué entendemos por las palabras
vista de lo cual es hecha una cosu ¡,01·lo que? Si hubiésemos dicho que
(,11<'1., 1, 3, 983). una causa es aquello tras de lo
A .:,stas cuatro causas se nñndc a cual una cosa existe consta11temc11-
menudo la causa ejemplar, es decir, te, hubiésemos comprendido los
el modelo. términos de In definición. (HUME,
22. Para adquirir las prirncras B11tcncl. hum., VIII, l, nota, 145.)
nociones sobre las causas, tene- 24. Se llama causa al antece-
mos de Aristóteles un ejemplo que dente invariable. (ST. MrLL, S¡¡st.
le es familiar. ele loy., 111, v, 3; I, 370.)
Una estatua puede dar lugar 25. La causa ( ... ) es la suma
a varias preguntas, a las que se de las condiciones positivas y ne-
satisface declarando las causas de gativas tomadas en conjunto, el
esa obra. total de las contingencias de toda
u¿Qué es esto? -Una estatua.)1 naturaleza a las que, una vez rea-
Esta respuesta indica la forma del lizadas, sigue invariablemente el
objeto o, como dicen los escolás- consecuente. ( lbíd., 375.)
ticos, su causa formal. 26. No es cierto que la inves-
u¿De qué es? -De mármol.)1 tigación experimental nos haga
Tenemos ahí la materia o causa descubrir causas de las que indu-
material. cimos leyes. Nos hace descubrir
leyes de las que deducimos cau-
<t¿ Qué representa? -A Apolo.l> sas. (E. GOBLOT, Tr. de lag., 291-
He ahí el modelo o causa ejem.- 292.)
piar.
27. Siendo la causa el antece-
«¿Quién la ha hecho? -Policle- dente constante, no se puede sa-
to.n Es el autor o causa eficiente. ber si un antecedente es causa sin
u¿ Por qué la ha hecho? -Para saber antes si es constante: hay
ganar un talento de oro.» He ahí que conocer la ley para poder ha-
el motivo, el propósito, la inten- blar de causa. (E. GoBLOT, R. phi-
ción, el fin, cosas todas que hacen /os., 1925, II, 69.)
relación a la causa final. V. Ley, 26, 27.
En todas las obras salidas de 2. Concepción positiva: lo que
mano del hombre encontramos el produce un fenómeno (concepción clá-
concurso de estas cinco causas. sica), pero permanece incognoscible,
pues sólo pueden ser conocidos el an-
Un artífice, causa ..eficiente, con tecedente o la condición. También la
un cierto propósito, causa fin.al, ciencia busca no las causas, sino los
pone ante los ojos de su cuerpo o antecedentes constantes. La causa se
de su imaginación un modelo, cau- opone asi a In ley. V. Ley:
sa ejemplar; después toma oro,
plata, hierro o madera, causa ma- 28. En nuestras explicaciones
terial, y modifica esta materia pa- positivas ( ... ) no tenemos la me-
ra derle una forma, causa fonnal. nor pretensión de exponer las cau-
(Th. DE RÉGNON, Jl!étaphysiq1te des Bas generadoras de los fenómenos
causes, 124-125.) ( ... ), sino tan sólo de analizar con
exactitud las circunstancias de su
En una acepción análoga, ARISTÓTE- producción y referirlas unas a
LES dice también que el término medio otras mediante relaciones norma-
es 1(la causa» del silogismo o de su les de sucesión y de similitud. (A.
conclusión; gracias a él es concluyen- COMl'E, Cours de philos. posit., I,
te. El es también «el objeto de todas 17.)
nuestras pesquisas» (2 Anal. 2, 90 a.)
29. Quien estudia el mundo fí-
D. Otras concepeiones. l. Concep- sico ve necesariamente los cambios
ción empirista: el antecedente constan- desde fuera. Considera la causa
te de un fenómeno (y no lo que lo pro- no ya como el factor interno reve-
duce, pues esta producción no es un lado por la conciencia, sino como
dato de la ex·per1encía). Así la causa una sucesión, dada por los senti-
se identifica con la ley o constituye dos. Antecedentes, consecuentes,
un caso particular de la ley. sucesión invariable, tales son para
23. si se define una causa co- él los únicos datos útiles. Condi-
mo a,¡uello por lo que algo existe, ciones equivalen a causa; y la de-
127 CELO

terminación importante no es la la ciencia busca causas y no sólo ante-


de una entidad operante, sino la de cedentes constantes. Se op. al positi-
una relación constante. (Th. R1- vismo. Doctrina tradicional, pero adop-
BOT, Évol. des idées gén., 214.) tada particularmente por E. MEYER-
Causal. Lat. ca11salis. S0N, quien dio ocasión a la creación de
la palabra causalismo.
Que es del orden de la causa, que se
refiere a la causa. Nexo causal, acción Celarent (lóg. form.) Modo• de la
causal, proposición causal. l.' figura• (s11b-prae) en el que la ma-
yor y la concl. son univers. negat. (E),
30. El yo percibe inmediata- la menor una univcrs. afirmat. (A).
mente tanto su poder causal co-
mo su existencia. (MAINE DE B1- Ej.:
RAN, <Etivres, XI, 426.) E. Ningún hombre está libre de pe-
V. Ley, 36. cado;
Causalidad. A. Carácter de lo que A. Todos los sacerdotes son hom-
es causa. La causalidad física; la cau- bres;
salidad de la idea, del querer. E. Ningún sacerdote está libre de
B. Relación de causa a efecto. pecado.
Sin.: causación•.
CELO. Gr. ze/os. prop.; ebullición.
31. la causalidad es para nos- Fig.: ardor, emulación, celos. Lat. ze-
otros el encadenamiento necesario ltts.
de los fenómenos por un dinamis-
mo mecánico racional. (O. HAME- Devoción por una persona o una
LIN, Essai..• , 168.) causa; principalmente, ardor en con-
32. Del modo de causaliclacl del seguirle partidarios. Se emplea, sobre
fin-propósito. todo, en materia religiosa: el celo de
la gloria de Dios.
En el hombre, la idea es la
razón del acto por intermedio de l. veréis a cristianos practicar
un deseo; en el ser ininteligente devociones singulares para ellos y
por intermedio de una tendencia. dispensarse de las obligaciones co-
munes. ( ... ) Aquél es el celo que
En ambos casos, la causalidad hay que suprimir y éste el que es
de la idea o causalidad final no es preciso moderar. Es un celo in-
adecuadamente distinta de la cau- quieto por la perfección del pró-
salidad eficiente, no se ejerce apar- jimo, en tanto que descuida la su-
te de ésta: la completa añadiéndo- ya propia. (B0URDAL0UE, s. p. el
le una dirección. (A. VALENSIN, A 10.0 domingo desp. de Pent.).
travers la métaph., 201.)
33. Kant distingue una «cau- 2. hay un celo hijo del humor
salidad por necesidad», que deter- y el temperamento que está siem-
mina la naturaleza fenoménica, y pre a dos pasos de la impruden-
una «causalidad por libertad», que cia. Pero el celo que tiene fuente
emana del sujeto trascendental y en la caridad es un celo dulce v
constituye la moralidad. (J. VIALA- paciente. (IIIASSILLON, Con/fr., 1i,
73. Paris, 1746.)
TOUX, L'intention pl,ilos., 28-29.)
V. Azar, 6; Dios, 28; Ley, 38-39. 3. Cuánto mayor celo tengo por
los demás que por mi mismo ( ... ) ;
Principio de causalidad. V. Princi- me consumo a la vista de su indi-
pios primeros. ferencia, de su ligereza y su sin-
Causadón. Acción de causar. Suele l'azón: y al mismo tiempo soy más
usarse causalidad (B). descuidado, más inconsecuente,
más débil que ellos. (111. BLONDEL.
34. aquí [en la volición] no Car,wl• int., 23 marzo 1889.)
más que en cualquier otro caso
de causación, nada nos p1•ueba 4. es un falso celo el que en-
que haya otra cosa que lo que la gendra impaciencia. inquietud y
experiencia nos enseña; y la ex- descontento. ( lbíd., 1 febrero
periencia nos enseña tan sólo una 1892.)
sucesión inmediuta, invariable e Celador, celadora. De celar. procu-
incondicionada. (St. MILL, Phil. de rar, observar, vigilar, at_ender.
llan,i/1011, 366.) A diferencia de celoso (el que tiene
Causali•mo. Doctl"ina según In cual celo o celos) designa al que cela o vi-
CELOS 128

gila, y en -particuln1· ni encargado de malestar.» (M. IlOJ,1, y l'. IlAUD,


vi1dlar o cuidar. /'rl'ROJllla./ité, 120.)
2. l,as impresiones cenestésicas
CELOS. Del lat. zcT,,s (gr. zclos), son acaso m{1s acLivas aún que ]ns
celo, ardor, celos.
impresiones sensorio.les como cau-
A. Recelo que uno siente de que sa de sueños. Es sabido que se lla-
cualquier afecto o bien que disfrute ma cenestésicas n tocias las impre-
o pretenda llegue a ser alcanzado por siones vugas o precisas, difusas n
otro (Real Acad.), localizadas que tienen por origen
l. Los celos son un mal al que no uno de los cinco sentidos espe-
todas las cosas sirven de alimen- ciales, sino los puntos del orj!anis-
to y ninguna de remedio. (Cab. DE mo provistos de nervios sensitivos
MÉRÉ, Réflc~·. mora.les, 192.) independientes de esos cinco sen-
tidos. Tales son nuestras vlscerns.
2. Los celos son un estado que (Y. DELAGE, Le rcve, 163.)
se sufre sin saberlo, n1ientras sal.
ta a los ojos de los demás. (E. CENSURA. Lat. censura., cargo de
ESTAUr-É, Le labyrintltc, 221.) censor, ejercicio de este cargo, exa-
B. Disposición afectiva de quien men y juicio crítico.
quiere para él solo el objeto de su A. Acción de criticar y de reprolbar.
amor. Inquietud suspicaz resultante de l. Tememos la censura de los
tal disposición. hombres, y la tememos porque a
3. Hay en los celos más amor menudo es muy justa. (BOURDA-
propio que amor. (LA ROCHEFOU- LOUE, Sur le ;ug. dern., I.)
CAULD, Max., 324.) 2. ¿ Teméis ,para vuestros ver-
[sos la pública censura?
4. Los celos nacen siempre con Pues sed paNI vos mismos un
el amo1\ pero no siempre mueren [critico severo.
con él. ( lbíd., 361.) (BOILEAU, Art poét., I.)
5. El temperamento tiene mu- 3. La asamblea nacional plan-
cha parte en los celos, y éstos no tea la responsabilidad del gobier-
siemnre suponen una gran pasión. no mediante el voto de una moción
(LA BRUYERE, Caract., IV, 27.) de censura. (Constituci6n fr. de
1958, art. 49.)
6. los celos nacen de la inso-
portable visión del placer que una 3'. El juicio es una censura, es
criatura amada recibe de otro y decir, la aprobación o desaproba-
le prodiga. (F. MAURIAC, La plia- ción de la razón, o sea, el discur-
ris., 82.) so y ,sus conclusiones, cosa que es-
tá en la mente como cierta regla
7. Los celos no se embotan; el y norma, o como el fiel en la ba-
corazón es rutinario y adquiere lanza. Por eso, mientras la razón
el hábito de recibir el dolor de un se halla actuando, el juicio des-
mismo ser. (J. ROSTAND, Dcux an- cansa; cuando ha terminado aqué-
goisses, 141.) lla su función surge la censura, y
8. Ninguna evidencia de no juzga primero aceren de la con-
traición puede tranquilizar al ce- cesión, luego del discurso, y si
loso: en amor, como en ciencia, no aprueba éste, no puede ya recha-
hay prueba negativa. (lbíd., 151.) zar la conclusión. (J. L. VIVES,
9. Nuestros celos, al inducir al Trata,lo del alma, 70.) Ad. E.
ser amado a una opinión dema- B. Examen que sufren o deben su-
siado elevada de sí mismo, le dan frí r ciertos escritos, generalmente an-
ganas de experimentar sus méri- tes de ser publicados (censura previa).
tos en los demás. (lbíd., 161.) C. Derecho .can. Pena de orden es-
V. Amor, 82. piritual (p. ej., la excomunión) que la
Iglesia inflige al pecador por faltas
CENESTESIA. Comp. del gr. lwi- graves y para procurar su enmienda.
ne aisthésis,
sensación común. Der.: ce• D. Psicoan. Acción del super-ego
ncstésico. al impedir el regreso a la conciencia
l. «Repercusión confusa de las de representaciones o sentimientos re-
funciones vegetativas que conduce primidos.
a estados difusos de bienestar y Si11.: resistencia, supresión.
129 CERTIDUMBRE

4. incluso en el sueño, la censu- de lo cerrado y de lo abierto. Esta ac-


rn continúa sometiendo los efectos titud concierne: a las personas (con-
a un control que les obliga n dis- centración del interés sobre sí y los su-
frazarse para acceder n una for- yos, o, por el contrario, extensión de
ma de conciencia. ( Dict. ck psy- ese interés a los demás y, en definiti-
cha.n., 68.) va, a la humanidad entera) ; a las
ideas y concepciones de la vida (de
CEREBRAClóN. Der. del lat. oere- un lado, estado estático e inmovilismo
brum, cerebro. en una tradición fijada; del otro, di-
Término creado por psicólogos de namismo y espíritu de adaptación o de
tendencia materialista para designar invención). V. Moral estática, Religión
In actividad mental en su aspecto pu- estática.
ramente cerebraL l. Nuestras sociedades civiliza-
l. El automatismo cerebral y das ( ... ) son, también, sociedades
la cerebraci6n inconsciente se ma- cerradas. Por vastas que sean
nifiestan indiscutiblemente en el (... ), no dejan de tener por esen-
sueño. (Y. DELAGE, Le réve, 668.) cia el comprender en cada momen-
2. la cerebración inconsciente to un cierto número de individuos
está constituida por residuos psí- y excluir a los restantes. ( ... )
quicos ( ... ). Es conciencia extin- ¿ Quién no advierte que la cohe-
guida, fijada, cristalizada en sus sión social es debida, en gran par-
elementos motores. (Th. RIB0T, Vie te, a la necesidad para una socie-
inconsc., 72.) dad de defenderse contra otras, y
V. Conciencia, 66. que es ante todo contra los de-
más hombres como amamos a
CERO. Cifra en forma de O (prime- aquellos con los que vivimos? (H.
ra letra del gr. ouden, no uno (en), BERGSON, Les deu:c sources, 25,
ninguno, nada) que no designa por sí 28.)
misma ningún valor, pero que, en vir-
tud del principio de posición de nues- 2. La sociedad cerrada es aque-
tro sistema numérico, decuplica el va- lla cuyos miembros se mantienen
lor de las cifras que se encuentran a unidos entre sí, indiferentes al res-
su izquierda. to de los -hombres, dispuestos siem-
l. Ese jefe de partido [Conti] pre a atacar o defenderse, empu-
era un cero, que sólo multiplicaba jados, en fin, a una actitud de
por ser príncipe de la sangre. combate. (Ibíd., 283.)
(Card. DE RETZ, Mémoires, II, 217.
LITTRÉ.) CERTIDUMBRE
Punto cero. Punto del que se par- Cierto. Lat. cc,·tus, decidido, fijado,
te para contar, medir o apreciar la ex- determinado; por consiguiente, no du-
tensión o el desar1·ollo de una cosa. El doso, cierto.
punto cero de una carretera, de una
negociación. l. Scg,iro se dice de las cosas
o de las personas con las que se
2. no hay, en la forja del co- puede contar, de las que se puede
. nocimiento, un instante cero en el uno fiar; cierto, de las cosas que
que nada existiese aún y en el que uno puede asegurar. Ejemplo: es-
fuésemos libres de comenzar se- ta noticia es cierta, porque me lle-
gún normas incondicionadas. El
hombre que se aventura en el co- ga de una fuente muy segura. Se
nocimiento tiene siempre un pasa- dice un amigo seguro, un espía se-
do de saber, pasado que le pro- guro,· y no un amigo cierto, un es-
porciona los propios medios de pia cierto.
su búsqueda. (F. GONSETH, Dialcc- Cierto sólo se dice de las cosas,
tica, 31 [16 sept. 1964], p. 186.) a menos de que se trate de la per-
3. descartar In ficción del mo- sona misma que tiene la certidum-
mento cero del conocimiento, del bre. Esto cierto de ese hecho ( ... );
momento en el que el conocimien- ese historiador es un testigo muy
to se constituiría sin apoyarse en segm·o en las cosas que euenta,
un conocimiento previo. (lbícl., porque no dice nada de lo que no
194,J está hien cierto. (D' ALEMBERT, Si-
nón., <Eu1,res phi/os., 111, 328, Pa-
CEllJtADO. En BERGS0N. oposición rí•, 1805.)
CERTIDUMBRE 130

2. Se clic.•l' c-stoy C"i<'1·to o :-1••010·0, Certidumbre. Lnt. ccrtituclo, estado


como se dice tal cosa es cic,•t,a o del que está cf!rtus.
segu.ra,. A. Subjetiv.: estado del espíritu
Pero cierto tiene más fuerza, se que dn su asentimiento"' ein ningún te-
emplea sólo en materia de cienci n mor n errar,
c-icrta.. Por eso es más vecino de 7. La certidumbre no es la evi-
e11 idc11tc- que seguro. Pero no por ,/r11cia. Esta palabra, que se ha
eso deja de diferir: ( ... ) la ver- prodigado un tanto excesivamen-
dad que supone no se muestra en te, designa una cualidad del obje-
el primer momento. Para llegar a to; la palabra certiduml,rc expre-
percibirla se requieren idens in- sa más particularmente un estado
termedias y algún trabajo. Prue- del sujeto. ( ... ) La certidumbre es
ba cierta. Consecuencia cierta. simplemente el reposo del espíritu
Certidumbre de las demostracio- que ha dejado de dudar. ( ... ) (A.
nes. <tEl principio es evidente, la VINET, Uberté des c,útcs, 52.)
co11secue11cia. es cierta». Boss. (LA-
FAYE, 589.) 8. Hay, pues, verdades, y en
gra.n número, sobre las que pode-
A. Hablando de cosas: que está de- mos obtener la más satisfactoria
terminado de antemano y ocurrirá in- certidumbre, de la que no podría-
faliblemente. Un suceso cierto. mos, por tanto, renegar sin mentír
3. Lo que hay de cierto en la a nuestr.a conciencia y a nuestra
muerte está un tanto dulcificado razón, y que, no obstante, están
por lo incierto: es un indefinido privadas del carácter de la eviden-
en el tiempo que tiene algo del in- cia. (lbfd., 54.)
finito y de lo que llamamos eter- 9. Cuando al fin se llega a la
nidad. (LA BRUYERE, Caract., XI, certidumbre se experimenta una
38.) de las mayores alegrias que pueda
4. El arte de los versos no es sentir el alma humana. (L. PAS-
felizmente un arte cierto, y en él TEUR, Inaug. del Inst. Pasteur.)
se presentan a cada instante pro- 10. La certidumbre depende de
blemas sin salida. (P. VALÉRY, los motivos de credibilidad; la evi-
Pléiade, 1, 1645.) dencia de la claridad de la cosa
B. Hablando de aserciones o jui- misma. Por otra parte, la certi-
cios: que no dejan lugar a ninguna dumbre tiene, en sentido filosófico,
duda (certidumbre objetiva). una solidez que no puede tener la
5. [Puede ocurrir que haya ver- evidencia: antaño fue evidente que
daderas demostraciones; pero no es el Sol giraba en torno a la Tierra;
algo cierto. Por tanto, eso no de- esta evidencia era falsa; las gen-
muestra otra cosa sino que no tes creían tener la certidumbre de
es cierto que todo sea incierto, a ello, pero tenían tan sólo la per-
mayor gloria del pirronismo.] suación. (LITTRt, en f:vúlence.)
(PASCAL, Pcn.sées, 506.) 11. La certidumbre es un caso
C. Hablando de personas: que se particular de la creencia, una es-
adhiere a una aserción sin experimen- pecie de creencia. Se puede creer
tar la menor duda (certidumbre subje- sin estar cierto; no se puede es-
tiva considerada como tal) ; que se ad- tar cierto sin creer. (V. Bao-
hiere a una aserción reconocida como CHARD, De l'errcur, 131.)
evidente (certidumbre subjetiva consi- 12. la certidumbre ( ... ) no es
derada en su referencia a la realidad impersonal. Intervenimos no só-
objetiva). lo en cuanto seres pensantes, sino
6. Nuestra lengua no distingue como individuos, tanto en la certi-
entre el criterio de la verdad y el dumbre científica como en nues-
de la certidumbre, y decimos in- tras creencias. Lo único verdade-
diferentemente que estamos cier- ramente independiente de nosotros
tos o que una cosa es cierta. (V. es la verdad: la certidumbre no
BROCHARD, De l'erreur, 6.) lo es nunca. ( IbW., 142.)
D. Delante de un substantivo al que 13. La certidumbre no es nun-
se refiere, señala, por el contrario, una ca una adhesión forzada; no es
indeterminación, una atenuación. Cier- una victoria que In 1·azón alcnnza
to número. Cierto tiempo. Ciertos lec- sobre la voluntad; resulta de la
tores. Una cierta aplicación. unión orgánica, espontánea, mo-
131 CERTIDUMBRE

ral en última instancia, de la ra- tante, en ciertas circunstancias st


zón y de la voluntad. (lbíd,, 163.) fortalecen de tal modo por la adi-
14. No hay expresión más im- ción de unas a otras que sobran
propia que In de ccrtulun,brc sul,- para condenar por extravagancia
jctiva ( ... ) : es una contradicción a quien intente resistirlas ... (FIL-
en los términos¡ la certidumbre LEAU DE LA CHAISE. «Qu'il y a des
nada tiene de certidumbre si no démonstrations d'une autre espCce
es más que subjetiva. (V. Bno- aussi certaines que celles de la
CHARD, Ét. de phi/os. anc .. . , 2.' ed., géometrie», en R. de mét. et de
468.) mor., 1923, 216.)
16. El acuerdo de las ideas, la 10. Si existe una ley ( ... ). los
comunión de los corazones, ]a uni- hechos seguirán siendo, serán siem-
dad de las prácticas, realizan un pre conformes a ella, y eso es lv
modo ele existencia visible de la que la experiencia verifica. En
cortidumbre. El espíritu sabe bien ningún caso será ésta, no obstan -
que el número y la aprobación te, una perfecta certidumbre; nun ·
son fundamentos inciertamente ca será sino algo más o menos pro-
asentados; pero el corazón juzga bable. (F. RAVAISSON, Rapport ... ,
de otra manera. (Ch. REN0UVIER, XXXII, p. 221.)
Tr. de phychol. rationn., II, 192.) 20. Sin certidumbre es imposi-
16. La certidumbre es una re- ble expresar una duda. El que du-
gión profunda en la que el pensa- da rinde homenaje al carácter ab-
miento sólo se mantiene mediante soluto de la verdad, porque, a!
la acción. Pero ¿qué acción? No enunciar su pensamiento con re-
hay más que una, la que combate servas, proclama que el pensamien-
la naturaleza y con ello la crea, la to como tal es necesario. (P. On-
que modela el yo magullándolo. TÉGAT, Phi/. de la rclig., 100.)
(J. LAGNEAU, Cél. Ter. et fragm., 21. Las certidumbres son a mo-
94.) do de unos recursos que tengo a
17. La certidumbre es la creen- mi disposición. Pero pueden de-
cia plena que excluye por comple- preciarse a mis ojos, precisamen-
to la duda. (H. DELACR0IX, en el te porque las tengo a mi disposi-
Tr. de psychol. de DUMAS, II, 197.) ción. (G. MARCEL, P1·ésence et im-
17'. Todo mundo presenta fisu- mort., 155.)
ras o grietas en el sistema de 22. tenemos multitud de certi-
creencias que lo constituye, y por dumbres que no se hallan funda-
ello pertenece a toda vida un coe- das en evidencias. Desde el punto
ficiente de incertidumbre; pero de vista psicológico, no existe,
esas grietas difieren no sólo por pues, relación directa, de dependen-
su magnitud, sino también por su cia necesaria, entre la certidum-
contenido concreto, y más aún por bre y la evidencia. Pero debemos
la índole del contexto de certidum- ahora demostrar que esa depen-
bre que las rodea; es decir, las dencia existe desde el punto de vis-
fisuras vienen definidas ante to- ta crítico, que sólo la evidencia es
do por aquello de que son grietas, apta para justificar la certidum-
por la certidumbre que en ellas bre. (R. VERNEAUX, Episté·mo/. gén.,
está disminuida y quebrantada. 108.)
(J. MARÍAS, Introducción a la Fi- C. Distinción clásica. l. La certi-
losofía, 97.) Ad. E. dumbre física o de hecho tiene por ob-
V. Creencia, 35, 37; Escrúpulo, 2; jeto un hecho de la experiencia, con:o
Evidencia, 6. c1llueven
B. Objetív.: carúcter de una afir- 2. La certidumbre metafísica o de
mación a la que se da asentimiento sin derel·ho tiene por objeto una propo-
restricciones (sentido abstracto), o esu sición que no cabe negar sin contra-
afirmación misma (sentido conc:reto). decirse (la certidumbre de la verdad
V. Evidtmcia. formal de la conclusión de un silog-ismo
18. La mayoría de lns máximas correcto). ·
certidumbres que tengamos están 3:. Por certidumbre moral se entien-
fundadas en un pequeñísinw nll- de: ya una probabilidad muy grande,
meJ'o de pruebas que no son infn- ya una verdadera certidumbre que pre-
1ib1cs por sepnrndo, y que, no ohs- supone condiciones mornlC's.
CETF.:TICO 182

C,·rtidumbrr moral. A. En el uso V. Di,,/éctica, 7.


corriente, que fue antaño el de los filó- 111ccrtitlumbro. Cnról'ler de lo que
sofos: estado del esp!ritu que, sin ex- no es cierto, en el sentido A, es decir,
cluir de un modo absolut~ toda posibi- que no es detem1in11do o determinable,
lidad de error, est1\ suficientemente que permanece aleatorio, imprevisible.
convencido de hallarse en lo cierto para
tomar en In vida práctica decisiones V. Duda, l.
firmes. Relaciones o 71rincipfo de incrrti<Ium-
Sin.: certidumbre práctica. b1·c (HEISENDEUG). v. Relaci611.
23. distinguiré aqui dos clases
28. Hay siempre en la nueva
de certidumbre. La primera es lla- Mecánica una cierta incertidum-
mada moral. Es decir, suficiente bre en cuanto n la posición del
para regular nuestras costumbres,
y tan grande como la de las cosas corpúsculo y una cierta incerti-
de 1as que no tenemos costumbre de dumbre en cuanto a su estado de
dudar tocante a la conducta en movimiento. ( ... ) ambas incerti-
la vida, aunque sepamos que pue- dumbres no son independientes:
de ocurrir, hablando de un modo cuanto más pequeña es una, ma•
absoluto, que sean falsas (... ). yor es In otra, (L. DE BR0GLIE, M a-
tiere et lumiere, 270.)
La otra clase de certidumbre es
cuando pensamos que no es en modo CET:tTICO. Gr. thetrtikos, que gus-
alguno posible que la cosa sea dis- ta de inquirir (thetein, buscar).
tinta a como la juzgamos. (DES-
CARTES, Príncipes, Parte IV, 205, A. Fil. Adj. que designa a los es-
206.) cépticos o filósofos buscadores.
B. En numerosos filós. contemporá- La orientación escéptica es
neos: estado del espíritu que excluye llamada buscadora (o cetétiea) por
toda duda, pero tan sólo en el dominio su afán de buscar y examinar.
de la vida moral: estado condicionado (SEXTUS EMPIRICUS, Esquiases pyr-
por ciertas disposiciones morales y rhoniennes, Libro primero, cap.
una cierta actitud de la voluntad. Es III.)
el género de certidumbre que implica B. Math. Análisis cetético: nom-
la fe de que hablan los teólogos. bre dado por VlETE al método matemá-
24. por certidumbre moral en- tico, hoy llamado método anal!tico y
tendemos siempre la certidumbre consistente en partir de la proposición
propia de las verdades morales, a demostrar para llegar, por sustitu-
que en sí misma tiene un carácter ción rigurosa, a una proposición cono-
moral. (L. OLLÉ-LAPRUNE, De la cida como verdadera.
cert. mor., 12.)
25. La certidumbre moral de CIBERN:tTICA. Gr. kyberni!tiki!, ar-
que hablamos (... ) se llama moral te de /cyben1i!tiis (piloto y, ,por ext., ofi-
porque depende de disposiciones cial de marina) ; arte de gobernar (gr.
propiamente morales. Es a la vez /cybernan).
asentimiento de la razón y consen- A. En la clnsific. de las ciencias de
timfonto de la voluntad; es saber AMPERE: parte de la política que tra-
· y fe. (lbúl., 414.) ta del arte del gobierno.
26. No puede aquí tratarse
más que de certidumbre moral, B. En nuestros días (N. WlENER,
nombre qu.e designa (... ) no un Cybernetics or control a,ul communi-
grado, sino un género de certidum- cation in tite animal a1ul the machille,
bre. Esta certidumbre es llamada 1948). l. Prop.: ciencia y técnica de
moral, ante todo porque tiene por la información, en principio por medio
objeto una realidad moral, y des- de máquinas, pero con el propósito de
pués y sobre todo porque requiere llegar a una mejor explicación del fun-
condiciones morales. (E. LE RoY, cionamiento de los organismos vivos.
Le probl. de Dieu, 127.) Esta técnica se refie1·e esencialmente a
27. Una certidumbre moral es las transformaciones gracias a las cua-
una certidumbre que puede palide- les los datos percibidos por los sentidos
cer con el tiempo, como una ima- pueden ser 1·egistrndos y comunicados,
gen fotográfica no revelada. (J. conservados y nctunlizndos.
R0STAND, Journal d'u,i caract., 2. Por extensión (al no ser la in-
183.) formación sino un medio de acción o
133 CIENCIA

de gobierno) : técnica que tiene por ob- cabo, de sus geniales exhibiciones.
jeto In construcción de máquinas con (R.-H. LEN0RMAND, Mémoires d'u,i
nutorrcgulación, es decir, que, a seme- autcur dram., 11, 295.)
janza del hombre, se controlan a si 4. El ciclotímico oscila entre la
mismas. El campo de esta cibernética tristeza y la alegría (... ). Cuando
es el de la automación•. la conciencia es invadida por uno
V. Automa.ti.smo, 11. u otro de esos humores, es inme-
diatamente desbordada y se con-
CICLO vierte en una conciencia totalmen-
Ciclo. Gr. kyklos, circulo. te alegre o totalmente triste, sin
Serie de fenómenos ,¡ue se producen lugar ya en ella para los tempera-
en el mismo orden. Ciclo lunar. Ciclo mentos y los matices ( ... ). Los
de las estaciones. Ciclo litúrgico. cambios, cuando se producen, no
Cíclico. Gr. kyklikos, en forma de tienen lugar progresiva sino brus-
círculo (kylolos), circular. Como pref.: camente, no so:i evoluciones sino
ciclo (gr. kyklo). revoluciones, mudanzas del humor.
Med. y Psicopatol. Que pasa por las Esas mudanzas aparecen general-
mismas fases y vuelve a su punto de mente determinadas por una mo-
partida. Locura ciclica o circular. V. dificación del ambiente, pero so-
Ci.clot(mico. bre todo ligadas a las instancias
orgánicas, a las necesidades y a
Sin.: circular, periódico, pendular las defensas. (J. DELAY, Déregl. de
(ciclo de dos tiempos). l'humeur, 2.)
l. Si las crisis cíclicas han 6. Numerosos ciclotimicos pa-
constituido y constituyen aún te- san simplemente por naturalezas
ma de abundante controversia, ardientes, un tanto «excitadas», de
existe al menos un acuerdo casi actividad desbordante y a menu-
general sobre su existencia y su
periodicidad aproximada. (A. SAU- do afortunada, entrecortada de
VY, Prévision écon., 92.)
periodos de agotamiento y desen-
canto. Agradables en el trato,
V. Tiempo, 27. bons vivants, optimistas, de espí-
Ciclotímico. Comp. del gr. kyklos ritu abierto, ávidos de informa-
(circulo) y thymos (alma afectiva, afec- ción y de lectura, se entregan con
tividad). ímpetu a cuanto emprenden, aun-
Individuo cuya constitución psiquica que no siempre lo lleven a buen
se caracteriza por la ciclotimia, es de- fin. ( ... ) Pero, junto a esto, hay
cir, que pasa alternativamente de un un fondo de tristeza y de melan-
polo del humor al opuesto. Ciclotfmico colia que apenas los abandona ba-
indica más bien la constitución; cicloi- jo el barniz de su alegre exube-
de, una ciclotimia premórbida; en su rancia y que los invade en cuan-
forma claramente mórbida se la deno- to se hallan a solas. Por ello te-
mina locura circular o psicosis mania- men tanto la meditación solitaria
co-depresiva. como la inacción, y sólo se encuen-
2. El ciclotímico. Henos ante tran verdaderamente a gusto en-
el hombre camaleón, triste duran- tre la multitud de sus ocupacio-
te ciertos periodos, inactivo, vién- nes y de sus relaciones. (M. VER-
dolo todo negro; y después, sin DUN, Le caract. rt ses corrél., I,
motivo, alegre ya, optimista, acti- 334-336.)
vo, emprendedor ( ... ). CIENCIA
Es entre los ciclotimicos donde Saber. Der. del lat. sapere: prop., te-
se encuentra un gran número de ner sabor, gusto (referido a cosas); por
sujetos geniales. (LÉVY-VALENSI, anal. (referido a personas), tener gus-
Préci.s de p81Jchiatrie, 2, 8 ed., 100.) to, disccrnin1iento 1 sel' entendido, sa-
3. Ln J>alabra de esa ciclotími- ber. Pero es scir,, el térn,ino que co-
ca [la condesa de Noailles] en pro- i-responde, por su sentido, al español
ceso de exaltación bastnbn para saber.
llenar In velada, sin una fisura A. Vel'bo. Conocer con cono,·imien-
en la que colocar la menor nota to inteleetunl y susceptible de ser co-
[musical], In menor pnlab,·n. Nos municado.
ronvertímnos en eSJ>eetadores, ni Contr.: ignornl'. Se opone también a
principio ganados, 11brumados ni Cl'C81',
CIENCIA

l. Saber de mcmol'ia no es sn· Il. SubsL. Conjunto de lo que se sa-


her. (l\10N1'AIGNE, Essais, 1, xxv, be poi· huberlu 111,rendido mediante una
Pléiadc, 185.) conLinundn actividad mental. Un hom-
2. En cuanto a la Física, cree~ bre de grnn saber. Eso excede a mi
ríu no saber nada de ella si no saber, mi saber en matemáticas.
supiese más que decir cómo pueden Siu.: cicnrin, conocimiento, informa-
ser lns cosas, sin demostrar que ción, luces, cultul'a, acervo, erudición,
no pueden ser de otro modo. (DES- 8. Para tener triencia hay que
CARTES, carta de 11 de marzo de
ubarcm· al menos todo un sistema
1640, III, 39.) de conocimientos; para tener sa-
3. Lo que mejor sabemos es: b,,r basta con tener acerca de uno
1.0 , lo que hemos adivinado¡ 2. 0 , o varios sistemas más conocimien-
lo que hemos aprendido por In ex- tos ele los que tiene el vulgo. En
periencia de hombres y cosas; 3. 0 , una palabra, el saber es la cic>I-
lo que hemos aprendido, no en los cia del hombre que no es ignoran-
libros, sino por los libros, es de- te. (CONDILLAC, Syn., 111, 609-
cir, por las reflexiones que nos lle- 610.)
van a hacer; 4.0 , lo que hemos
aprendido en los libros o con maes- 9. Vale más la ignorancia que
tros. (CHAMFORT, Jlfax., (Euv,·es [ un saber afectado.
eo,npl., 1, 429.) Nada es bello, repito, sino
[por la verdad.
4. Dirigíos a los jóvenes: ellos (BOILEAU, Épitrc, IX.)
lo saben todo. (J. JoUBERT, Pen-
sfrs, 289.) 10. La única prenda de autén-
5. Sí, llegará un día en el que tico saber es el poder: poder de
la humanidad no creerá ya, pero hacer o poder de predecir. Todo
sabrá; un día en el que sabrá el lo demás es literatura. (P. V ALÉ-
mundo metafísico y moral, corno RY, Pléiade, 1, 1285.)
sabe ya el mundo físico. (E. RE- 11. El poder es más amado que
KA:S, A1.•e11ir de la se., 91.) el saber ( ... ). Quien explica por
6. No podemos decir que sabe- qué no gira un motor, interesa, a
mos una cosa ni siquiera cuando falta de cosa mejor; pero el que
la hacemos, en tanto que no sabe- hace girar el motor es un dios.
mos que la hacemos. (L. BRUNSCH· (ALAIN, Esq. de l'/1on1me, 141.)
\'ICG, Co1111aiss. ele soi, 68.) 12. El saber especulativo es la
7. Nunca sabemos lo que debe- voluntad de una comprensión. (D.
mos saber si no hemos aprendido DUBARLE, en Rech. de philos., 11-
muchas cosas que no necesitamos IV [1959], 90.)
saber. (J. CALVET, D'une critique 13. El saber es una pantalla
cathol., 41.) entre la verdad del ser y el yo. No
7'. provar orne las cosas non vemos las cosas: a través de su
[ es por ende peor vaga presencia, vemos su existen-
é saber bien é mal, é usar lo cia pasada o futura, su idea ge-
[mejor. neral, o bien vemos otras ideas,
(AncrPRESTE DE HITA, Libro del nuestras preocupaciones, nuestros
bue11 amor, 21.) Ad. E. deseos. La posesión del mundo es
7". sin amigos del genio y del también su aniquilamiento. (F.
ingenio no vive un entendido ni ELLENBERGER, Le myst~re d• la
se logran las felicidades, que has- mémoire, 136.)
ta el saber es nada si los demú, 14. cuanto sé intelectualmente,
no saben que tú sabes. (B. GRA- y que designaremos con el térmi-
CIÁN. El criticón, 158.) Ad. E. no general de «saber», es más
7"'. distribuye la riqueza como bien esquema, método flexible, que
quieras, repártela como se te an- asociación rígida. í... ) La seme-
toje, organiza la sociedad política janza ontre el saber y la destreza
y económica como te parezca· aprendida es incluso tal que 111
mientras haya una multitud igno- estructura del uno se encuentrn
rante y unos cuantos que sepan, en la de la otra. (P. RICOEUR, p¡,¡.
éstos la explotarán. (C. AnENAI .. 1os. dr la vol., 1, 276.)
Cartas 11 "" abrero, 195.) Ad. E. 16. A medida que la ciencia
V. Como si, 2; Creencia, 3. aumentn su poder, está menos se-
135 CIE:-ICIA

gu1·n de su saber. (J. RosTAND, 20. Yo creía que un sabio era


l'c11st'rs d'111, biol., 139.) siempre un hombre que busca una
16'. Para eso se acarrea el sa- verdad, cuando no es a menudo
ber en el alma, para que más fá- más que un hombre que persigue
cilmente huyamos del vicio, luego un puesto. (J. RosTAND, Carnet
de haberlo conocido, y con mayor d'11n biol., 95.)
facilidad Juego de haberla conoci- 20'. Sólo el sabio está exento
do vayamos a los alcances y consi- de las leyes del género humano;
gamos y practiquemos la virtud. todos los siglos le están sumisos
Si así no fuere, todo saber huel- como a un dios. ¿Un tiempo es
ga. (,J. L. VIVES, Introducm611 a la ya pasado? Él, por el recuerdo, lo
sabidu1-ía, § 36, p. 26.) Ad. E. actualiza. ¿Es presente? Lo utili-
za. ¡,Es venidero? Él lo disfruta
15". yo necesito saber a qué por anticipación. Larga hace su
atenerme con respecto a las cosas vida la fusión en uno de los tiem-
de mi circunstancia. Éste es el pos todos. (SÉNECA, De la breve-
sentido verdadero, originario del dad de la vida, XV, p. 55.) Ad. E.
saber: saber yo a qué atenerme.
El ser de 1ns cosas consistiría, se- 20". no compares los sabios a
gún esto, en la fórmula de mi Sísifo infernal, aunque los veas
atenímiento con respecto a ellas. muchas veces tornar a aprender
(J. ORTEGA y GASSET, E1t torno a de nuevo lo que tienen sabido, mas
Galileo (1963 l. Obras, V, 86.) Ad. antes los compares a los amadores
E. de alguna gran hermosura. cuyo
V. Ad1niraci61t, 10; Crce,icia, 39, 40; deleite de verla recrea el trabajo
Cultura, 12; l11terés, 10; Sinestesia, 2; de seguirla. (F. PÉREZ DE OLIVA,
Técni.ca., 6, G. Diálogo de la dignidad del hom-
bre, 65.) Ad. E.
Sabio, adj. y subst. Del lat. sapidus,
ele sapcrc, saber. V. Método, 11, 12; Vocació1t, 8.
A. Aplicado a personas. l. Pro- 2. En sentido amplio: bien infor-
piamente (en nuestros días) : que ha mado o particularmente hábil en cier-
adquirido una gran competencia en al- tas cosas. Sabio en el arte de hacerse
guna ciencia determinada. oír. Se dice también de animales: un
perro sabio.
16. El sabio y el profesor difie-
1·en tanto como el fabricante y el B. Aplicados a cosas: que instru-
distribuidor, (RENAN, Avc1tir de la yen o contienen sabiduría. Un sabio
se., 113.) estudio, una sabia investigación.
17. Un hombre que sabe es un Ciencia. Lat. scientia, der. de scire,
hombre cuya memoria está llena saber (sciens, scientis, el que sabe).
de muchas cosas. Un sabio es un _ A. En sentido amplio. l. (Anta-
hombre versado en alguna deter- no y por opos. a arte) : toda suerte de
minada materia de e1·udic·ión, o de conocimiento teórico, es decir, que tie-
las ciencias propiamente dichas. ne por fin el propio saber y no sus
(LITTRÉ), aplicaciones prácticas.
18. Sólo creo en un sabio cuan- 21. No hay ciencia cuva mar-
do le he oído decir tres veces: «du- cha huya debido ir tan estrecha-
do», y dos: «no sé». (L'esprit ele mente unida al arte correspon-
A. Karr, 251.) diente como la historia nos lo
19. ¿ Qué es un sabio? Es, se muestra para la biología compara-
piensa a menudo, un hombre que da y el arte médico. (A. COMTE,
•abe: idea falsa ( ... ). Reducido al Cours de pltilos. posit., III, 196.)
sólo snber, un sabio no serín más 22. In ciencia tiene dos cnras.
útil al prqgreso que una enciclo- Si de una parte es, por esencia.
pedia o un diccionnl'io. Un verda- teórica y especulativa, de otra se
dero sabio debe unir ni saber ( ... ) dirige a In aplieación. (... ) Esi>ecu-
el espíritu investigador, una cu- lación y aplirución son insepara-
riosidad siempre nlerta, una pa- bles, y los griegos no habían he-
ciencia incnnsnble, unn imagina- cho excepción n este respecto:
ción rapaz de crear r<'lorioncs hn- ¿ul'nso la naciente matemática no
previstas ... (P. Arrt:1., R. du 111ois, se uplicú en seguida al estudio de
agosto l!JUü, 129-130.) los sonidos, ul movimiento ele los
CIENCJ.\ 186

astros, a los fcnllmcnos 611ticos7 27. l1;slimumm~ poseer la cien-


(G. !lilLIIAUD, Le ratio1111cl, 92.) cia ,le unn cosa de mnnern abso-
V. Arte, 6, 8, 9, 11. lutn ( ... ) cuando creemos conocer
la causn por la que In cosa es, sa-
Ciencia nredia (lot. scientia media). ber que esa causa es la de In cosa
En MoLINA y los molinistas: modo de y, además, que no es posible que
conocimiento intermedio entre la cien- la cosa sea diferente de lo que es.
cia de visión (por la que Dios, estando (ARISTÓTt:LES, Sec01uls arra/., 1, 2,
fuera del tiempo, ve el futuro como 71 b, trad. TRICOT,)
pasado) y la ciencia de pura inteli-
gencia (por la que sabe lo que resul- 28. El objeto de la ciencia y lu
taría 11ccesaria.mente de unas determi- ciencia misma difieren del objeto
nadas condiciones). Es gracias a la de la opinión y de la opinión. Por-
ccciencia media» cómo, según la teoría que la ciencia versa sobre lo gene-
molinista, Dios sabe cómo se determi- ral y procede J!Or necesidad, y es
naría libremente el hombre en tales o imposible que lo necesario sea otro
cuáles situaciones concretas. V, Futu- que lo que es. (!bid., 33, 88 b.)
ribles. 29. El verdadero objeto de la
2- Hoy (por opos. a ignorancia): to- ciencia no es, según él [Aristóte-
do ,tipo de conocimiento. Eso excede de les], lo general, sino lo necesario,
mi ciencia. y si ello es al mismo tiempo gene-
ral, es porque la necesidad impli-
23. La ciencia de las cosas ex- ca la generalidad. (G. RODIER, Ét.
teriores no me consolará de la ig- de philos. gr., 173.)
norancia de la moral en tiempos
de aflicción; pero la ciencia de las 30. En resumen, ci,mcia, luego
costumbres me consolará siempre previ.si6n,· provisión, luego acción:
de la ignorancia de las cosas ex- tal es la fórmula simplísima que
teriores. (PASCAL, Pensées, 346.) expresa, de modo exacto, la rela-
24. Toda ciencia es un conoci- ción general entre ciencia y arte,
miento cierto y evidente. (DESCAR- tomando ambas expresiones en su
TES, Regles p. la dir. de !'esprit, acepción total.
2, trad. LE RoY, 9.) Pero ( ... ) no hemos de olvidar
25. Jamás estuvo el mundo fa]. que las ciencias tienen, ante todo,
[to de charlatanes: un destino más directo y elevado,
esta ciencia que en todo tiempo el de satisfacer la fundamental
fue muy fértil en profesores. necesidad que experimenta nuestra
(LA FoNTAINE, Fables, VI, XIX.) inteligencia de conocer las leyes
de los fenómenos. (A. CoMTE,
26. Nos sorprenderían los co- Cours de philos. poait., I, 65.)
nocimientos del más grosero de
los hombres si siguiéramos su pro- 31. en una ciencia cualquiera
greso desde el momento en que na- sólo se aprende a predecir racio-
eíó hasta aquel al que ha llegado nalmente el futuro después de ha-
Si dividiésemos toda la ciencia hu- ber predicho, en cierto sentido, el
mana en dos partes, una común pasado. ([bid., IV, 330,)
a todos los hombres, la otra par- 32. Se ha repetido con frecuen-
ticular de los sabios, ésta sería cia que la )lerfección de una cien-
pequeñísima en comparación con cia se mide por la cantidad de ma-
aquélla. (J.-J. RoussEAu, Émüe, temáticas que implica; cabría de-
I, 41.) cir, a la inversa, que su imperfec-
26'. Decía el amigo que la cien- ción se mide poi· la cantidad de
cia infusa venía de voluntad de imaginación que encierra. Es ésta
devoción y de oración; y la adqui- una necesidad psicológica. Alli don-
rida venia de estudio y trabajo de el espíritu humano no puede
del entendimiento. ( ... ). (R. LuLio, constatar o explicar, inventa; pre-
Libro del amigo II ele/ Amrulo, 244, firiendo un simulacro de conoci-
p. 96.l Ad. E. miento a su total ausencia. (Th.
RIDOT, Easai s11r l'imagirr. creátr.,
B. En sentido estricto ( sobre todo 201.)
hoy y por opos. a conocimiento vul-
gar) . conocimiento cierto y racional 33. [Contra E. Le Roy.] No
aet>rca de la naturaleza de las cosas o hay medio de escnJ111r a ese dile
de sus condiciones de existencia. ma: o bien In ciencia no permite
137 CIENCIA

prever, en cuyo cnso carece de va- cómo son las cosas. (P. i,AÍN EN-
lor como regla de acción, o bien TRALGO, La Univcrsida<l, P[ Í1lte-
permite prever de modo más o me- lectual, Europa, 57.) Ad. E.
nos imperfecto, y entonces no ca- V. Creencia, 34; Determinismo, 56;
rece de valor como medio de cono- Dilema, 2; Doctrina, 2; Educación, 26;
cimiento. (H. POINCARÉ, Valcur de Problema, 3 bis, 5.
la se., 220.) C. En sentido concreto: la ciencia
34. La antigua geografía se de- en general, una ciencia particular.
finía como la descripción de la tie- 1. La ciencia: el conjunto de los
rra; la nueva geografía es verda- conocimientos científicos; o (la Cien-
deramente la eie11cia de la tierra. cia) la personificación ya de ese con-
No se contenta con descubrir los
junto, ya del saber.
fenómenos; quiere explicarlos. (J.
BnUNIIES, Géogr. hum., I, 35.) 41. La ciencia no puede pres-
cribirnos nada, ni siquiera que cul-
36. El pensamiento sólo revis- tivemos la ciencia. (E. B0UTR0UX,
te carácter de ciencia cuando tie- Qucst. de 1Mr. et d'éduc., 48.)
ne un valor universal. ( ... ) Quiero
decir que un conocimiento sólo es 42. la ciencia progresa en ra-
científico en cuando es válido pa- zón del desinterés con que es cul-
ra todas las mentes. A la ciencia tivada. (G. MILHAUD, Le rationnel,
se opone la opinión, e incluso la 91.)
creencia colectiva si le faltan los 43. La definimos [la ciencia]
medios de hacerse universal. (E. como el conjunto de los conoci-
GoBLOT, Syst. des se., 16.) mientos que responden a las e."ti-
36. La ciencia pura dice: To- gencias más o menos rigurosas de
do cuanto es humano debe serm~ nuestro espíritu, que querría sa-
extraño. (P. VALÉRY, Instants, ber, juzgar, comprender y... do-
Pléiade, I, 394.) minar. (E. GIRARDEAU, Les aventu-
res de la scie11ce, 7.)
37. Toda ciencia no es otra co-
sa que una depuración del pensa- 43'. La ciencia logra fabricar
miento cotidiano. (A. EINSTEIN, una clase ejemplar de verdades,
Concept. scient ... , 66.) gracias a que renuncia a resolver
los problemas fundamentales. Así
38. El espíritu del sabio sigue la Física descubrirá las leyes ri-
siendo el de curiosidad desintere- gurosísimas según las cuales acon-
sada, pero el concepto que la so- tecen las modificaciones de la ma-
ciedad, sobre todo la democrática, teria, pero no nos dirá nunca de
tiene de la ciencia no implica cier- dónde procede la materia. La Bio-
tamente semejante desinterés. La logía llegará a averiguar con su-
posibilidades de la técnica son hoy ficiente rigor cómo funciona el ojo
tales, se ha hecho tan evidente el para ver y el estómago para di-
beneficio social a alcanzar con gerir, pero no nos revelará nunca
ellas, que el pensamiento de la ma- qué es la vida misma del organis-
sa y 'de los dirigentes que la re- mo y cómo se origina. 1-Iás aún:
presentan eclipsa a la ciencia pura de no intentar resolver tan gra-
y a la cultura. (A. SIEGFRIED, As- ves y últimos problemas, ha ve-
pects du XX• •·• 212.) nido a hacer su virtud máxima.
39. En suma, el empirismo em- Los métodos que se emplean son
pieza por registrar hechos eviden- exactos, pero incapaces de respon-
tes; la ciencia denuncia esa evi- der a las postreras preguntas. (J.
dencia para descubrir las leyes ORTEGA Y GASSET, Obras, III, 345.)
ocultas. S6/o hay ciencia de lo Ad. E.
oculto. (G. BACIIF.LARD, Rational. V. Experiencia, 1, 17; Magici, 1, 2,
appl., 38.) 5; Superstición, 9; Técnica, 10, 13, 14.
40. La ciencia es un conoci- 2. Una ciencia: conjunto de cono-
miento que se hace auténtico por cimientos adquiridos y organiza<los me-
medio de la crítica. (S. BACIIEI.ARD, tódicnmente.
La /og. de 1/usscrl, 1:lfi.) 44. una ciencia bien tratada
40'. Decin10s tccicncin» en un no es sino una lengua bien he-
sentido e•tricto a In operución y al cha. [V. No-111i11alis11w.] (CoNDl-
rcsulludo de cxpresur -o crnar- LLAC, Tr. des syst., XVIII.)
,m:-.cu 138

4.t;. llna ricncin es un sistema temáticas, siempre juzgadas ciencia


ele c-onocimientos metódicamente pura, y que la !'elación entre la
rtilacionados y referidos a un mis- una y la otrn se nos ofrezca como
m11 tema. (E. GoDLOT, A1ssa1· s. In Jll•rtenecienle al mismo tipo que la
,·las.si(. ,ks se., 281.) que hay, por ejemplo, entre In te-
.u;_ la ciencia se hace con he- rapéutica y la botánica,.. (E .
chos como una casa con piedras; D'011s, Tres /eccione• en el !11. <Ir/
pero una acumulación de hechos l'ra,fo, 108.) Ad. E.
no es una ciencia igual que un \'. Art,·, 11.
montón de piedrns no es una ca- Cir,11cias del espfritrt. Trad. del al.
sa. (H. PO!NCARÉ, La se. rt /'/,y. Gei•trs111issr11srhaflrn. En español se
poth .. 168.) emplea más ciencias humanas, cien-
47. Las ciencias físicas y quí- cias del hombre, ciencias morales.
micas pueden ser caracterizadas,
epistemolórdcarnente, en su des- 50. La crítica de la razón his-
arrollo contemporáneo, como es- tórica opone las ciencias del hom-
feras de pensamiento que rompen bre a las ciencias de la natura-
netamente con el conocimiento vul- leza.( ... ).
i:-ar. (G. BACHELARD, Lr ra.tional. Las ciencias del espíritu no pue-
a.ppl., 102.) den ni deben imitar a las ciencias
Y. Sistema., 4. de la naturaleza, porque las rea-
lidades por ellas estudiadas po-
Clasi.ficadón de w.s ciencfos. Aug. seen una estructura especifica. El
COMTE las clasifica por orden de com- conjunto psíquico es un dato pri-
plejidad creciente y generalidad decre- mario de la observación, como es
ciente. la condición de nuestro conocimien-
48. En definitiva, matemática, to. La originalidad de las ciencias
astronomía. física, química, fisio- morales deriva de ese hecho fun-
loi,:ia y física social: tal es la damental: ... (R. ARON, Essai sur
fórmula encic1opédic8 que, entre la théorie de l'hist. da:ns /'Ali.
el ,rran número de clasificaciones cont., 17, 49.)
posibles de las seis ciencias fun- Ciencias del hombre, Ciencias huma-
damentales, es la única IÓ!?Ícamen- nas. Grupo de disciplinas que tienen
te conforme a la jerarquía natu- por objeto al hombre en cuanto ser pen-
ral e invariable de los fenómenos. sante, su comportamiento individual y
(A. COMTE, Cours de phi/os. pos., colectivo, sus obras, su pasado. Com-
2." lec., fEuvres ch., p. H. Gou- prende: la psicología, la historia (hist.
HIER, 140.) general, hist. de la litel'atura, del arte,
Ciencias aplicadas. Disciplinas que de la filosofía, etc.), la sociología, la
tienen por objeto adaptar los conoci- geografía humana, la etnología ...
mientos teóricos a la obtención de un Sin.: ciencias morales, ciencias del
fin práctico. Así, la medicina es una espíritu.
aplicación de diversas ciencias (ana-
tomía. fisiología, química) a la cura- 51. La sociología del conoci-
ción de las enfermedades; el psicoaná- miento permite reconsidel'nr In
lisis, una aplicación de la psicología, historia de la geometría o de la
especialmente de la psicología profun- mecánica y descubrirlas, en se-
da. El término es poco usado; antaño gunda lectura, como vel'dadel'as
se decía 11artesu*; hoy suele decirse ciencias del hombre. (G, GUSDORF,
"técnicas»•. Diooenc, 17 [ 1967, 1 1, p. 126.)
49. No hay ciencias aplicadas. V. Antro¡wloyía, 4.
La misma unión de estas palabras Presci,ncia. A. Prop, (Teol.): co-
rPsulta chocante. Pero hay aplica- nocimiento, propio de Dios, de !ns cosas
ciones de la ciencia, cosa muy di- por venir.
ferente. (PASTEUR, en /..,,..'f pf1,.'f ,,,,,. 52. La presciencia en sí misma
, , . /Hl{JPB, :rns.) no hace la verdad más determina-
-19'. Si una ciencia pura se en• da: es prevista porque es determi-
cuentra siemp1·e colocada por l'11• nada, porque es Vl1 rdndt.>rn: pero
r.irn.1J de una eiencia aplicada, re. no es verdadera JlOI' ser prcvist,1,
sulta difícil de evitar que la y en esto el conorimiento del futu-
mú!•dca nos aparezca como una i·o no tiene nadu que no so halle
ciencia aplicada, al lado de las ma- también en el cono,·imienlo del p11-
139 CIENCIA

sudo y del presente. (LEIBNIZ, profese el culto a la verdad y tan sólo


Tltéod., I, § 38.) a aquella verdad cuya certeza ha es-
B. Por ext.: conocimiento de los tab]ecido, ya por demostración raciona~,
sucesos futuros por medios misteriosos, ya por control experimental.
diferentes de los discursivos o intuiti- 59. Si pretendemos saber qué
vos del pensamiento normal, que permi- es el espíritu científico, lo halla-
ten la previsión. mos compuesto sobre todo de cua-
Si11.: adivinación, profecía. lidades morales. Porque el espíritu
cientifico no es el genio que hace
Científieo. A. Adj.: que presenta los descubrimientos, sino la aptitud
caracteres de una ciencia en el sentido para pensar científicamente, aun
estricto (B, C). Verdad científica, he- cuando no se añade nada al saber
cho cientifico; obra, método científicos. adquirido. ( ... ) El espíritu cientí-
53. Una noción es científica fico se compone sobre todo de amo:·
incluso cuando es todavía oscura y a la verdad, de conciencia intelec
vaga, siempre que la mente se dé tual, y de un imperio de la vo-
cuenta de su imperfección y sepa luntad sobre el juicio que preser-
distinguir entre lo que sabe y lo va de cualquier influencia extraña
que no sal-e. (... ) (E. G0BLOT, Syst. a la razón. (E. G0BL0T, Tr. de log.,
eles se., 199.) 11.)
54. No hay, pues, conocimien- 60. La formación del espíritu
to que no sea científico, una ve;:. científico es no sólo una reforma
que ha sido sometido a crítica. del conocimiento vulgar, sino tam-
(lbíd., 200.) bién una converBión de intereses.
55. Entre el conocimiento co- Ahí reside precisamente el prin-
mún y el conocimiento científico cipio de la dedicación científica
nos parece la ruptura tan neta que (G. BACHELARD, Ratio11al. app/.,
ambos tipos de conocimiento no 24.)
podrían tener la misma filosofía. V. Problema, 5.
El empirismo es la filosofía que B. Subst.: se emplea hoy como sin.
conviene al conocimiento común. de sabio y sobre todo de trabajador
En él halla el empirismo su raíz, científico. La opinión de los científi-
sus pruebas, su desarrollo. Por el co:;. Una reunión de científicos.
contrario, el conocimiento científi-
co es inseparable del racionalis- 61. La mayoría de los científi-
mo ... (G. BACHELARD, Matérial. ra- cos ignoran por completo la filoso-
tionnel, 224.) fía, o la tienen por pura palabre-
66. Los fenómenos científicos ría. · Algunos filósofos ( ... ) se
de la ciencia contemporánea sólo muestran no menos intransigentes.
empiezan verdaderamente en el (A. VENDEL, en Dialectica, 53,
p. 8.)
momento en que se ponen en mar-
cha los aparatos. El fenómeno es, Cientismo, científismo. Tendencia a
pues, aquí un fenómeno de apa- reducir todo conocimiento válido al pro-
rato. (G, BACHELARD, L'activ. ra- curado por las ciencias, entendiendo
tiona/iste de la phys., 5.) principalmente por éstas las ciencias
físico-químicas.
57. el circuito que en el pen-
samiento científico va sin cesar de A. Cientismo metafísico: tendencia
la teoría a la técnica y de los nue- a creer que la ciencia resolverá los pro-
vos resultados técnicos a las re- blemas de que antes se ocupaba la me-
fundiciones teóricas nos muestra tafísica.
un nuevo movimiento humano ... B. Cientismo metodológico: tenden-
( Ibíd., 223.) cia a considerar el método de las cien-
58. Las bellezas del pensamien. cias físico-químicas como el único váli-
to científico no se ofrecen a la do en las demás esferas, en particular
contemplación. Surgen eontempo- en In de lns riencins humanas.
1·1Íneamente al esfuerzo de cons- Siu.: positivismo.
trucción, (G. BACIIELARD, Ratio11al, 62. Lo que caracteriza la men-
ap¡,l., 214.) talidad cientista (que no hay que
Espfritu cic11tlfico. Coujunto de dis- confundil' con In ciencia) es, a la
110siciones intelectuales y sobre todo inversa de la mentalidad primitiva,
morales que hacen que un individuo lu pretensión de objetivar toda
CIFJ!A 140

causa, de no conocer más que la tn los números. Por cxt., esos mismos
objetividarl, de integrar el mundo números.
humano en el mundo de los ob- 2. Las cifras son para el espí-
jebs. (J. VlALATOUX, l)i11tc11tio11 ritu humano el gran instrumento,
pl,i/os., 29.) el instrumento goneral de preci-
63. El positivismo cientista ali- sión. (A. C0URN0T, Co11sidérations
mentaba la asombrosa ambición de s. la 111arclic des idées, V, 1, t. 11,
constituir una ciencia del hombre 107.)
sin el hombre. La tentativa, tan C. Sin. de símbolo (princip. símbo-
a menudo reanudada, de hacer pre- lo de la divinidad o de lo trascenden-
valecer en la esfera humana los te) : ropresentación o expresión figura-
determinismos de la física, 111 quí- tiva; por ext., sistema de intet'Preta-
mica o la biología, bajo el con- ción de esas fi¡:uras. Poco usado.
trol de las fórmulas matemáticas,
ilustra perfectamente ese deseo de 3. Cifra de doble sentido: una
ne¡:ar la especialidad del ser hu- claridad en la que se dice que el
mano refiriéndolo a normas que sentido está oculto. ( ... )
no son las suyas. (G. GUSD0RF, Cuánto hemos, pues, de estimar
Diogene, 17 [1957, 1), 121.) a quienes nos descubren la cifra y
nos enseñan a conocer el sentido
64. El postulado fundamental oculto... (PASCAL, Pensées, 636-
de toda ciencia del hombre consis- 637.)
te en definirla como un conoci-
miento del hombre por el hombre. 4. El Viejo Testamento es ung
Es precisamente esta condición de cifra. (lbfd,, 643.)
partida, juzgada restrictiva y hu- 6. No hay nada que no pueda
millante, lo que el cientismo pre- ser cifrado. (K, JASPERS, Philoso-
tende evitar. (G. GUSD0RF, lntrod. pliie, 111, 168. Cit. por M. DUFREN-
aux scie11ccs hum., 482.) NE y P. RrcCEUR, K. Jaspors, 293.)
V. Positivo, 33. 6. El hombre se acerca más a. la
Cierto. V. Ccrtidztmbre. Trascendencia cuando la contem-
pla a través de sí mismo como ci-
CIFRA Del árabe cifr, vacío, cero; fra. (lbíd., p. 187, 296.)
utilizado más tarde para designar los 7. La relación con el otro se
signos de numeración en general. define como una figura ambigua,
A. Primitivamente y toda.vía en que puede ser leída según cifras
ciertos usos: escritura secreta, de don- diversas, e incluso contradictorias.
de descifrar. (G. GUSDORF, Tr. de métaph., 277.)
l. Se puede, pues, escribir, so- 8. Lo sagrado se halla, pues,
bre todo si se trata de generalida- por todas partes ( ... ) : su presen-
des, series de frases que tengan a cia, englobante, atmosférica, se-
la vez un sentido abierto y otro gún se concentre aquí o allá, es
secreto. Las palabras, que son sig- la cifra originaria de toda autori-
nos, son también casi siempre ci- dad y de todo valor. (lbíd., 377.)
fras. (R. DE G0URM0NT, Culture 9. Consideramos siempre el pre-
des idées, 100.) sente como una cifra de nosoti·os
l'. Pergaminos escritos llamó mismos. (G. GusD0RF, Mémoire et
el mayor de los sabios a esos cie- pers., 1, 36.)
los, iluminados de luces en vez de 10. Nuestro pasado [tal como
rasgos, y de estrellas por letras. nos lo presenta la memorial J , co-
Fáciles son de entender esos bri- mo cualquiera otra afirmación de
llantes caracteres, por más que al- nuestra vida, sólo cobra sentido
gunos los llamen dificultosos enig- como el simbolo o cifra de nuestro
mas. La dificultad la hallo yo ser último, en sí mismo inaccesible,
en leer y entender lo que está de ( /bid., 284.)
las tejas aba.jo; porque como todo 1l. A través de la cifra del re-
ande en cifra y los humanos co- cuerdo nos encontramos a nosotros
razones estén tan sellados e ines- mismos. (!bid., 11, 427.)
crutables, asegúroos que el mejor V. Precariedad, 2.
lector se pierde... (B. GRACIÁN,
El criticó11, 297-298.) Ad. E. CIGOTO. Der. del gr, zygo11, lo que
B, Signo de escritura que represen- une, yugo; por ext., ¡,areja,
111 CIUDAD

óvulo fecundndo. V. DicigMico, ,1/o- mediata. Eso es el cinismo y ésa


nocigótico. su clara misión histórica. (J. OR-
TEGA Y GASSET, Ideas •obre Pi,,
Es sabido que un cigoto, es l/aroja, Obras, II, 85-86.) Ad. E.
decir, un óvulo fecundado, puede
dividirse y producir así dos o más B. Como actitud mora! o práctica:
embriones. Tal es la génesis de los el cínico desprecia, no sólo los conven-
gemelos verdaderos o monocigóti- cionnlisrnos, sino también la moral, que
eos. Sabemos también, por otra viola sin sombra de vergüenza o pesar,
parte, que dos o más óvulos ma- incluso con afectación de impudor.
duros pueden caer a un mismo 2. El adolescente quiere obrar,
tiempo en las trompas y ser fe- v cuanto intenta le sale mal. En-
cundados por otros tantos esper- tonces se convierte en un cínico.
matozoides. Ésta es la génesis de Pero su cinismo es obra de su
los falsos gemelos o dicigóticos. idealismo desengañado, de la des-
(R. ZAZZ0, Les j1tmca1tx, I, 71.) proporción entre su sueño y 1a
realidad. (A. MAUR0IS, Sentiments
CINESTESIA o KINESTESIA. et cout., 94.)
Comp. del gr. kinein (mover; kine1na, 3. el cinismo se encuentra siem-
movim'ento) y aisthesis (sensación). pre al extremo de la ironía ( ... ):
Sentido por el que, basándonos en los bajo este ángulo, el cinismo no es
datos del tacto interno, somos informa- sino una ironía frenética y aue
dos de los movimientos de diferentes se divierte escandalizando a lo.s *fi-
partes del cuerpo. listeos por el gusto de hacerlo.
(W. JANKÉLÉVITCH, L'ircmie, 7.)
CINJCO, cinismo. Gr. kynikos re-
lativo al perro o que a él se pare1ce. CIRCULO o círculo vicioso. Defecto
de razonam!ento que consiste en pro-
A. Como escuela filosófica: el ci- bar A por B y B por A. DESCARTES lo
nismo, así llamado a causa del gimna- llama cccírculo lógico)). Es defecto que
sio (el Cinosargio, mausoleo del perro) le fue reprochado, en particular po!'
en el que enseñaba su fundador AN- ARNAULD, que exigía:
TÍSTENES, que fue discípulo de SÓCRA-
TES, hacía consistir la felicidad en la Cómo puede defenderse de no
virtud, pero profesaba el desprecio cometer un círculo, cuando di-
más absoluto por todos los convencio- ce que sólo estamos seguros de que
las cosas que concebimos cla?"a y
nalismos, opiniones o valores común-
mente recibidos por los demás. distintamente son verdaderas a
causa de que Dios es o existe.
l. El cinismo parecía el pro- Porque sólo podemos estar se<ru-
ducto de un medio sin tradiciones, ros. de que Dios es porque lo c~n-
en el que nada es respetado ( ... ) . ceb1mos muy clara y muy distinta-
Indiferente a toda convención, a mente; luego, antes de estar se-
todo conformismo, extraño a todo guros de la existencia de Dios
respeto huma.no, a todo artificio, debemos estarlo de que todas la~
insensible a todas las seducciones, cosas que concebimos clara y dis-
de la cortesía y la sensiblería, tintamente son verdaderas. (AR-
verdadero en todo, el sabio es el NAULD, en Descartes, CEu.vres IX 1
hombre de Ia naturaleza en su 166.) ' '
fuerza y candor originales. (A. RI-
VAUD, Hist. de la phi!., I, 153.) CIUDAD. Lat. civita.s: 1.0 , condi-
1'. Siendo la cultura un estua- ción de ciudadano ( civis) o ciudad a
rio construido para que en él cir- nía; 2. 0 , el conjunto de los ciudada-
cule la vida, queda, en ocasiones, nos q:1e forman una unidad política;
3. 0 , mas tarde, por sustitución de urbs
vacío y hueco, como un caracol sin eiudad.
animácula. Ésta es ln cultura fic- '
ticia, ornamental, farsante. Cuando A. En la Antiguedad, y en nuestros
esto sobreviene, el instinto radi- dias en el voc. jurídico: personalidad
cal de vitalidad se revuelve sobre jurídica y moral eonstituida por el con-
sí mismo, da unas cuantas em- junto de los ciudadanos que viven de
bestidas a los tinglados de !u cul- modo independiente bajo las mismas
tura y propone n los hombres co- leyes.
mo salud el retorno n la natura- l. El verdadero sentido de esta
leza originaria, a In simple e in- palabra se ha borrado casi por
CIYILIZACJóN 142

completo en los modernos; 1a ma- orde.n; por la resistencia, In liber-


yoría toman una población por tad. (ALAIN, l'olitiq1tc, 27.)
una riudad, y a un burgués por un G'. Bahnes, que en ciencias so-
ciudadano. No saben que las cnsns ciales tuvo intuiciones y presen-
haLen la población, pero son los timientos que rayan con el genio,
ciudadanos quienes hacen la ciu- no era un político meramente es-
dad. (J.-J. RoussEAU, Contrnt so- peculativo: ern también un gran
cial, I, VI, n.) ciudadano, que intervino con su
2. Varias familias han forma- palabra y su consejo en los más
do la fratría, varias fratrías la arduos negocios de su tiempo y
tribu, varias tribus la ciudad ( ... ). ejerció cierta especie de suave do-
minio sobre muy nobles y cultiva-
La ciudad era una confedera- das inteligencias. (M. MENÉNDEZ Y
ción ( ... ) : es una confederación de PELAYO, Dos palabras sobre el
Yarios grupos constituidos antes centenario de Balmes, en San Isi-
que ella y a los que deja subsistir. doro ... , 156.) Ad. E.
(FUSTEL DE c., La cité ant., 19.•
ed., 143-145.) Ch·ico. Lat. civicus, relativo al ciu-
dadano (ci11is) o a la ciudad.
3. Ciudad y población no eran
sinónimos entre los antiguos. La Sin. <le civil-is.
ciudad era la asociación religiosa Que concierne al ciudadano. Se dice
y política de las familias y de las sobre todo de los deberes y del ideal:
tribus; la población, el lugar de deberes, virtudes cívicas; formación,
reunión, el domicilio y, sobre to- instrucción cívica.
do, el santuario de esa asociación. 7. Desde el día en que el efebo
( !bid., 151.) presta el juramento cívico, debe a
3'. la ciudad es una unidad la ciudad sus pensamientos y su
producida por el amor, y por el sangre. (G. GLOTZ, La cité gr., 35.)
amor ha de ser regida. (J. MARA- Civismo. Cualidad del buen ciuda-
GALL, Vida escrita, 216.) Ad. E. dano. Principalmente: sumisión leal,
B. En el uso ordinario. l. Sin. d· en una República, al legítimo detenta-
población importante. dor del poder.
2. El casco antiguo de una pobla- 8. Civisnio y patriotismo son
ción ( cité de Lutecia, de Carcasona; una misma cosa, si el patriotis-
city de Londres), o un grupo de vivien- mo merece su nombre. Eres de un
das que constituyen un todo más o me- país en el que hay patriotismo n
nos cerrado sobre sí mismo (Ciudad sacudidas, y civismo nunca; en el
Universitaria). que el civismo es tenido por ri-
dículo. Yo te digo: "Si eres patrio-
Ciudadano. Lat. civis. Que goza de ta, selo seriamente.u ( ... ) No ha-
los derechos propios de los miembros go gran caso de un hombre que
de una ciudad o de un Estado. Por op. defiende con valentía, en tiempo
a súbdito (que pertenece a un Estado de guerra, el país que hn debilita-
monárquico), el que pertenece a una do con mil alfilerazos en tiempo
República. de paz. (H. DE MONTIIERLANT, Car-
4. Los excelentes métodos que ta de un padre a su hijo, en Ser-
habéis dado para educar a los jó- vice inutile, 265.)
venes como ciudadanos. (VOLTAI·
RE, c. a LA CHALOTAIS, 27 sept. CIVILIZACióN
1764.l Civil. Lat. civilis, que concierne al
5. Se reconocía al ciudadano ciudadano ( civis), que es digno de un
en que tomaba parte en el culto de ciudadano.
la ciudad, y de esta participación A. Relativo a los ciudadanos, y por
le venían sus derechos civiles y po- extensión u los habitantes de la ciu-
líticos. Quien renunciaba al culto, dad, o propio de ellos. Sociedad civil,
renunciaba a los derechos. (Fus- derechos civiles, estado civil. V. Rcs-
TEL DE C., La cité ant., 14.ª ed., pon•abilida,:l• ciPil.
226.)
B. Se opone: a militar (autoridades
6. Resistencia y obediencia, he civiles y militares) ; en jurispr., a cri-
ahí las dos virtudes del ciudada- minal (derecho civil y derecho penal
no. Por la obediencia asegura el o criminal); a religioso (matrimonio
143 CIVILIZ.\Cl6N

civil y matrimomo religioso o canó- mar los fanatismos y las idolatrías


nico). salvajes en certidumbre3 funda.
C. Que observa lns buenas maneras das sobre ]a razón, en convicl'Ío•
de In sociedad educada. Subst.: civi- nes basadas en las exigencias d"
lidad. la conciencia personal. (L. Bu:>1,
Siu.: educado, cortés, afable, fino, A /'écltel/e ltumainc, 83.)
atento. 7. Lo que llamo civilización es
l. Es loable sutileza la de ha- lo imnlícito en nuestra3 virtudes.
cer recibir con suavidad una nega- (ALAIN, Politique, 52.J
tiva mediante palabras civiles, que 8. El mal de las civilizaciones
reparan la falta del bien que no está en que son mecánicas. (lbíd.,
se puede conceder. (Marquise nu 144.)
SABLÉ, Max., 53.) 9. Pat'a mí ( ... ), la civilización
2. La negativa acompañada de es el conjunto de las recetas o tra-
dulzura y civilidad satisface más diciones, de las doctrinas morale.:i
a un buen corazón que una grada o religiosas, de las reglas sociales,
concedida secamente. (lbíd., 55.) de las filosofías, de las obras de
Civilizado. Aplicado a las agrupa- arte, de los métodos y de las dis-
ciones humanas: que tiene una civili- ciplinas científicas, de todos los
zaci6n de nivel superior. Aplicado a conocimientos que, transmitidos por
los individuos: que participa de esa la enseñanza del maestro y por la
clase de civilizaci6n. práctica de la lectura, permiten a
3. Toda nación civilizada, es la humanidad superar y suplir las
decir, toda nación que da al pen- fuerzas del instinto. (G. DUHAMEL,
samiento más importancia de la en La cttlture est-elle en péril?, 16,
que tiene en la vida práctica. (P. Baconn., 1955.)
VALÉnY, Variété, Pléiade, I, 519.) 10. La civilización de la hor-
V. Amistad, 9. miga está inscrita en los reflejos
del insecto, que a su v¿z proc2de:1.
Civilización. Der. de civis, ciudada- de sus cromosomas. La civilización
no. del hombre no reside en el hom-
A. En sentido abstracto (la civili- bre; está en las bibliotecas, en los
zación) : estado de los individuos o de museos y en los códigos. (J. Ros-
los países civilizados. Norma ideal y TAND, Pensées d'un biolog., 36-37.)
absoluta por la que juzgamos las civi- 11. Llamamos Civilización, o
lizaciones particulares. mejor actividad civilizadora, a la
4. La civilización consiste, ha orientación de la actividad humana
blando propiamente, en el desarro- social en el sentido del aumento
llo del espíritu humano de una de la moralidad, es decir, en el do
parte, y de otra, en el desarrollo una mayor comprensión del hom-
de In acción del hombre sobre la bre por si mismo. La civilización
naturaleza que de aquél es conse- se hace, pues, con la naturaleza,
cuencia. (A. COMTE, cit. p. J. LA- por medio de la cultura, en vista
CROIX, Socio/. d' A. Comte, 93.) de la moralidad. (G. BASTIDE, Mi-
5. La extrema civilización des- ragcs et ce,·/. de la civil.• 323.)
poja al crimen de su terrible poe- 12. La civilización no es otra
sía. ( ... ) No obstante, los críme- cosa que un continuo triunfo del
nes de la extrema civilización son hombre sobre si mismo (... ). La
más ciertamente atroces que los de civilización es un esfuerzo en per-
la extrema barbarie a causa de su petua vuelta a empezar, siempr¿
refinamiento, de la corrupción que en peligro, y cuyo progreso ape-
suponen y de su grado superior de nas resulta sensible. (R. CAILLOIS,
intelectualidad. (,J. BARDEY n'A., Le .-ocher de Sisyphe, 9, 10.)
Lee diaboliquee, Veng. de una mu- V. Esfuc.-zo, 9; Flu111a11idad, 10; 11/a-
jer, Mere. de Fr., 1939, p. 278- sa, 6.
288.)
B. En sentido concreto (una civi-
G. El problema de la civil!za- lización, las civilizaciones) : colljunto
c10n (. .. ) es p1·ccisnmcnte el de de las em·nl·tel'Ístiras m.orales, religio-
sustituir las energías animales por sas, sociales, técnicas y científicas pro-
fuerzas disciplinudns, armoniosas, pias de unn sociedncl o de un grupo
eepiritualizadae; el de transfnr- de sol'i~dndes detC'rminudns. La civili-
CLAN 144

zación cristiana. Lns civilizaciones pre- dé a todo hombre venido a este


colomhinas de América. mundo las mayores oportunidades
13. Nosotras, las civilizaciones, 11osibles de realizar su vocación es-
s:, hemos ahora que somos morta- piritual, dentro ele un justo esca
les. (P. VALÉRY, Pléiade, 1, 1968.) lonamiento de sus necesidades y
14. Una civilización es una he- sus funciones. (J. PUCEl,LE, Le
rencia de creencias, costumbres y r~g11e des valeurs, 463.)
conocimientos lentamente adquiri- 21'. Este desequilibrio entre la
dos en el curso de los siglos, y sutileza complicada de los proble-
difíciles a veces de justificar por mas y la de las mentes será cada
la lógica, pero que se justifican vez mayor si no se pone remedio
por si mismos, como los caminos, y constituye la más elemental tra-
si conducon a alguna parte, pues gedia de la civilización. De puro
abren al hombre su dimensión in- ser fértiles y certeros los princi-
terior ( ... ). pios que la informan, aumenta su
En una pequeña ciudad silencio- cosecha en cantidad y en agudeza
sa, bajo el gris de un día de llu- hasta rebosar la receptividad del
via, diviso a una inválida reclui- hombre normal. No creo que esto
da que medita tras su ventana. haya acontecido nunca en el pasa-
¿ Quién es? ¿ Qué han hecho de do. Todas las civilizaciones han
ella? Yo juzgaré de la civilización fenecido por la insuficiencia de
de la pequeña ciudad por la den- sus principios. La europea ame-
sidad de esa presencia. ¿Qué· va- na:oa sucumbir· por lo contrario.
lemos una vez inmóviles? (A. (J. ORTEGA y GASSET, La re~eli6n
DE SAINT-EXUPÉRY' Pilote de gurr- de las masas. Obras, IV, 202-203)
re, 105-106.) Ad. E.
15. Mi civilización descansa en Civilizaci6n y cultura•. A. En fran-
el culto al Hombre a través de los cés: aunque estas dos palabras sean a
individuos. (lbíd., XXV, Pléiade, menudo sin., civilización es más am-
332.) plia y engloba a la vez la técnica y
todas las manifestaciones de la vida
16. Una civilización reposa so- espiritual, en tanto que la cultura se
bre lo que se exige a los hombres refiere sólo a lo espiritual. Además,
y no sobre lo que se les da. (A. DE mientras la civilización es asun-to so-
SAINT-EXUPÉRY, Cita.de/le, 51.) cial o colectivo, la cultura es cosa más
17. lo esencial de una civiliza- personal y no se adquiere sin un tra-
ción es el elemento cultural. (A. bajo personal.
T0YNBEE, L'histoire, 446.) B. Los alemanes tienden a oponer
18. No, una civilización no ,e civilización (identificada con progre-
mide por la rapidez de los viajas so material y técnico) y cultura (con-
ni por el confort de la vida ma- cebida como el acervo espiritual).
terial, sino que, como el reino de C. Los angloamericanos se inclinan
Dios, reside en nuestro interior y a rechazar la noción de civilización
va unida a una cierta virtud del como redundante con la de cultura•.
alma. Esta virtud no se improvi-
sa: exige la estrecha alianza de D. En España se suelen utilizar
las generaciones y de Dios. (F. estos conceptos en un sentido interme-
MAURIAC, Inaugur. del museo del dio entre el francés y el alemán, dado
Cayla, Journal, II, 70.) que nuestro mundo intelectual es tri-
butario de estos paises. Ad. E.
19. En definitiva, es la vida
privada la que eonstituye el asien- CLAN. Subst. ingl., gaélico, clan,1,
to mismo de una civiHzación. (J. familia.
LACR0IX, 11ÉI. constitut. de la no- A. Primitivamente: tribu rlc Esco-
tion de civilis.», Semaine soc. de cia o de Irlanda compuesta de varias
Marseille, 1936, p. 114.) familias bajo la autoridad de un jefe
20. Una civilización del hom- hereditario.
bre solo no dura largo tiempo. (A. B. Término adoptado por los so-
MALRAUX, Psychol. de l'art, II; T,rt ciólogos para designar la forma ele-
11wm1aie de l'absolut., 11.) mental de la organización social. La
21. ¿ Qué pedirnos, a fin :le escuela de DURKIIEIM lo relaciona con
cuentas, a una civilización? Que el totem.
14ñ CLASE
l. La primel'a agrupacion que G. La claridad es la cortesiu
encontramos en las sociedades in- del escritor. (J. RENARD, Jo1tr11al,
feriores, el clan, es (... ) una agru- 1892.)
pación cuyo papel es a In vez -y 7. La claridad es el valor da
sin que quepa buscar prioridad.--- los pequeños escritores y la coque-
politico y doméstico, pero cuya na- tería de los grandes. (J. RosTAND,
turaleza es mistica. Su cohesión De la vanité, 16.)
viene de que sus miembros se con- 7'. Al cabo de algún tiempo,
sideran portadores de un mismo los discípulos de Zubiri hacíamos
toflem ... (A. M0RET y G. DAVY, Des un descubrimiento sorprendente:
cla11s au:r: Empires, 14.) el de su claridad. Cuando se ha-
2. Damos el nombre de clan a bían leido las páginas necesarias
la horda que ha dejado de ser in- de filosofía, cuando se había ad-
dependiente para convertirse en quirido cierto hábito intelectual y
elemento de un grupo más exten- se había conseguido la habituali-
so. (E. DunKHEIM, Di-vision du dad de escribir veinte páginas de
trav., 4.• ed., 150.) apuntes durante los cuarenta mi-
Claridad. V. Claro. nutos de sus clases, se advertía
hasta qué punto era claro aquel
CLARO difícil y hondo pensamiento, de
Claro. Lat. clarus, aplicado en .prin- concisión casi irritante, reforzado
cipio a la voz y a los sonidos. ,por una celeridad verbal inaudita.
(J. MARÍAS, La filosofía españolo.
Psicol. Se tiene una idea clara de actu.a.l 137.) Ad. E.
un objeto cuando se puede distinguirlo
de los demás; si no, la idea es cali- V. Idea, 10, 11; Simple, l.
ficada de oscura•. Para que una idea CLASE. Lat. c/assis, clase, escua-
clara sea distinta• es preciso saber dra.
además en qué difiere el objeto de los
demás; si no, es confusa•. l. el sentido primitivo es sin
duda el de «continente»; cla.ssis
l. Llamo clara a la percepción juniorum, «continente de los jóve-
que es presente y manifiesta a un nes», por oposición a cla.ssis sc-
espíritu atento (... ). Y distinta nioru.m. Pasa después a designar
a la que es de tal modo precisa los diversos tipos de «clases» de
y diferente de todas las demás que ciudadanos susceptibles de ser lla-
no comprende en si más que lo mados bajo las armas (... ) y por
que aparece inanifiestamente a otra parte la atropa» convocada
quien la considera como es debi- bajo las armas. (... ) Más tarde, al
do. (DESCARTES, Príncipes, I, 45 usarse e:r:ercitus para designar el
A.-T., rx•, 44.) ejército de tierra, c/assis quedó
2. Digo, pues, que una idea es con el sentido de «escuadra». (En-
clara cuando basta para conocer N0UT Y MEILLET.)
la cosa y para distinguit·la: ( ... ) A. Socio!. Conjunto de individuos
si tengo una idea clarn de una entre los que una cierta comunidad de
planta, la discerniré entre otras cultura, de nivel de vida, de intereses
vecinas: sin eso, la, idea es osett• económicos, crea lazos más estrechos
ra. (LEIBNIZ, N. essais •. . , II, XXIX, y relaciones más fáciles.
3.)
2. La historia de toda sociedad
3. La frase debe ser tan clara hasta nuestros días no ha sido si-
que plazca a primera vista y que, no la historia de las luchas de
no obstante, la releamos por el clases. (K. MARX y F. ENGELS, El
placer que nos ha causado. (J. RE- Manifiesto C01nu11., l.)
NARD, Journal, 16 de mayo de
1903.) 3. No hay cambio súbito de cla-
ses, y hay clases desde el momen-
Claridad. Lat. claritas. Carácter de to en que hay familias, y familias
lo que es clnl'o. desde el momento en que hay so-
4. La claridad adorna los pen- ciedad... Para que las familias
samientos profundos. (VAUVENAR- c1•ezcan hace falta tiempo. Sólo
GUES, lléf/c:r:. et ma,:r;., 4.) llegan por etapas. (P. BounGET,
5. Ln claridad es la buena f~ L'étape, 615.)
de los filósofos. ( Ibúl., 720.) •1. un simple burgués francés,
Cl,ASIFICAClóN ¡4r,

un personaje de In clase media. supuesto que se desliza subrepti-


¡ Qué expresión tan justa! El bur- ciamente en In teoria sociológica
gués está a dos pasos del oficio, y que es injustificada: consiste en
pero va a salir de él, ya ha salido. suponer que las cluscs sociales son
Empieza a vivir noblemente, co- paralelas, lo cual es cierto, pero
mo se decia antaño. Las auténti- además horizo11tales, Jo cual no
cas realidades son para él el sen- tiene por qué ser verdad. Decir
tido del dinero y el deseo de estar que hay clases sociales no quiere
situado. (P. BOURGET, Démo11 de decir forzosamente que unos están
midi, II, 174.) «abajo» y otras «arriba». (J. MA-
5. La clase es una manifesta- RÍAS, El futuro de la libertad, en
ción de la vida colectiva que im- Libertad y organizaci6n. Tiempo
plica una solidaridad por semejan- de España, 1, Madrid, 1963.) Ad. E.
za entre un gran número de fa- B. Biol. Subdivisión de las ramas,
milias que, como consecuencia de que a su vez se subdividen en órdenes,
influencias hereditarias y sociales, y éstos en grupos. Los Mamiferos, las
se ganan la vida de In misma ma- Aves, los Reptiles, los Batracios y
nera, conciben y llevan a cabo su los Peces son clases de la rama de los
vivir del mismo modo, juzgan los Vertebrados.
valores con arreglo a un mismo
criterio y cumplen la misma fun- C. Lóg. moderna. Todo conjunto
ción social en el seno de una mis- de objetos que poseen ciertos caracte-
ma comunidad nacional. (E. Du- res determinados. La clase engloba el
THOIT, Semaine soc. de Bordcaux, género y la especie de la lógica, como
1939, p. 84.) lo general engloba lo particular.
6. Cada uno se casa, en ge- 10. «clase» no es forzosamen-
neral, dentro de su clase; las te «especie». Aunque siempre han
uniones dispares suelen encontrar solido ser empleados promiscua-
dificultades. La amistad, el depor- mente ambos conceptos, creo que es
te, el regimiento, la escuela inclu- fundamental distinguirlos estricta-
so pueden crear grupos muy uni- mente. (... ) aunque toda especie
dos, compuestos de jóvenes de cla- sea clase, no toda clase es espe-
ses diferentes. Cuando se casan, cie, y, por tanto, la razón for-
el grupo se disloca, porque cada mal de la especificidad no consis-
uno ha sido recuperado por su cla- te en ser clase. (X. ZUBIRI, Sobre
se. (A. SAUVY, La nature socia/e, la esencia, 231.) Ad. E.
179.) CLASIFICAClóN
7. Lo que se llama la clase di-
rigente está compuesta de gentes Clasificar. A. En sentido estricto:
que, en general, han perdido todo repartir entre los diversos comparti-
contacto con las demás clases, sal- mentos de una clasificación anterior-
vo con la ociosa. (M. DRUON, Rc- mente establecida. El botánico clasifica
n,arques, 82.) las flores en su herbario.
8. cuando es muy señalada y l. Para un naturnlista digno
muy permanente la diferencia de de este nombre, clasificar un ani-
clases, las elevadas creen en In mal o un vegetal es encontrarle
inferioridad innata de la plebe, tie- un sitio auténticamente natul'al
nen por inevitable su abyección: en un conjunto orgánico de formas
llaman lazos necesarios a los pe• vivas considerado como un todo en
sados eslabones, orden de las co- vías de desarrollo. (P. TEILHAIW
DE CH., Réflexio11s s. /'avenir nt
sas al de sus ideas, y quieren jus-
tificar a la Providencia haciéndo- la valeur de la systé111atique, <Eu-
la la mayor de las ofensas, que es vres, 111, 147.)
mirar como obra suya males que B. En sentido amplio: colocar en
son el resultado de la infracción un cierto orden. Al acabal' el trabajo,
de sus leyes. (C. ARENAL, Cartas el estudiante clasifica sus papeles.
a un obrero, 260.) Ad. E. Clasificación. Acción de clasificar
9. yo creo que la sociedad su- las cosas o las personas, es decir, de
pone una pluralidad de clases; lo colocarlas en un cierto orden. El orden
cual no quiere decir forzosamen- según el cual están colocadas las co-
te que haya clases superiores y sas ( clasificación alfabética, lógica,
clases inferiores, porque hay un cronológica ... ). En los concursos o exá-
147 CLINAMES

menes, la clasificación de los candida- llamada artificial se sitúa en un pun-


tos se hace por orden de méritos. to de vista particular más o menos
A. En sentido abstracto. l. Acción arbitrariamente elegido; altura (,írbo-
de clasificar, es decir, de distribuir un les y arbustos), utilidad (plantas ve-
conjunto de objetos de pensamiento nenosas, medicinales ... ).
en clases o categorías sistemáticamen- 5. Las clasificaciones artificia-
te ordenadas y jerarquizadas. les y naturales corresponden al
2. Técnica o teoría de esta acción. nominalismo y al realúnno de los
escolásticos. Nada menos artificial
Sin.: sistemático, taxonomía. o -nominal que la especie orgáni-
2. Es todavía demasiado fre- ca; nada más fundado en la na-
cuente no ver más que un simple turaleza de las cosas, con indepen-
artificio de clasificación en lo que, dencia de las leyes de nuestro en-
por su naturaleza, constituye, al tendimiento o de los signos de
contrario, el resumen más sus- nuestro pensamiento, y en este
tancial del conjunto de los diver- sentido nada más real. (A. Coua-
sos conocimientos biológicos y el NOT, Considéra,tions s. la, marche
más poderoso medio racional de su des idécs, IV, n, t. 11, 23.)
perfeccionamiento ulterior. (A.
CoMTE, Cours de philos. posit., III, 6. Las propias palabras son ob-
422.) jetos que es necesario clasificar,
y los diccionarios alfabéticos ofre-
2'. [La «critica del sentido»] cen el ejemplo más claro de una
ha de manejar, como uno de sus clasificación artificial, muy apro-
principales instrumentos metódi- piada para el fin práctico de la
cos, la clasificaci6n. Lo mismo que búsqueda, mientras que la clasifi-
en historia natural, en historia del cación sistemática puede hacerse
arte, mientras no hemos dado la desde dos puntos de vista: el de
dicotomia del objeto de nuestra ob- la lingüística, agrupando las pala-
servación, incluyéndolo en el gé- bras en torno a sus raíces foné-
nero y la especie respectivo, no ticas, y el de la lógica o de la ideo-
hemos hecho nada. (E. D'ORS., Tres logía, agrupándolas según las afi-
lecciones en el M. del Prado, 176.) nidades lógicas y racionales de las
Ad. E. ideas que representan. (A. Coua-
B. En sentido concreto ( una clasi- NOT, Jlfatérialisme, vitalisme ....
ficación, la clasificación de los seres 294-295.)
vivos) : el resultado de la acción de
clasificar. CLAUSTROFOBIA. Fobia de los
3. La tabla de la clasificación lugares cerrados (lat. claustra). Ccmt.:
periódica de Mendeleiev, al tradu- agorafobia•.
cir las relaciones entre elementos CLINAMEN. Raíz gr. klinein, la-
suministrados por la naturaleza, y dear, inclinar. Trad. lat. del gr. ekkli-
no entre puras creaciones de nues- sis, paregklisis, declinación de un as-
tro espíritu, carece de la perfecta tro, inclinación.
simetria de las construcciones a
priori. No por eso es menos ex- En la fil. de EPI CURO: desviación
tremadamente importante y nota- espontánea gracias a la cual los áto-
ble. (A. BoUZAT, Chimic gén., 116.) mos que caen en el vacío se apartan
de la línea recta y pueden asi encon-
4. una clasificación es una trarse y unirse para formar los di-
teoría implicita; una hipótesis so- versos cuerpos; también se explica gra-
bre los caracteres significativoq; cias a ella la libertad de los átomos
el anuncio de una teoria explícita; sutiles que constituyen el alma hu-
que la justificará y la explicará. mana.
(J. ULLMO, en Les méth. cla11s les
se. mod., 27, ed. Science et Indus- l. Si la línea recta para el mo-
trie, 1958.) vimiento es esencial a los cuer-
pos, y nada puede apartarlos, ni
V. Defillfoi611, 12. por consiguiente unidos durante
Clasificaci611 11at11ral y clasificación toda la eternidad, el c/i11a111e11 vic-
artificial. La el. natural o científica ia la esencia de la materia y esos
se funda en In naturnlezn misma o filósofos se contradicen sin pudor.
esencia de las cosas, en sus caracteres Si, por el contrario, la línea rec-
esenciales, en lo que son en sí. La el. ta para el movimiento no es esen-
CUNIC0 148

ria! a todos los cuerpos, ¿por qué Califica las violentas contracciones
se nos alega con tono tan afirma- convulsivas e involuntarias que se pro-
tivo las leyes eternas, necesarias e ducen particularmente en la epilepsia.
hmutnbles para el movimiento de Op. a tónico•.
los átomos, sin recurrir n un pri-
mer motor? (FÉNELON, De /'exist. COCIENTE. Lat. quotien.s (der. de
de Dic1t, I, m.) quot, cuanto, en qué número) : cuántas
veces.
CLINICO, adj. Gr. klinikos, concer- A. Aritm.: producto de la división.
niente al lecho (kli11ii). Raíz klin, in-
clinar, ladear, acostar. B. Psicol. Cocien~ intelectual (Q.
l.) : relación entre la edad menta.! y
A. Prop. (Med.). Que atañe a las la edad real. Un niño de diez años
relaciones directas del médico con el (edad real) que, según los tests, se
enfermo en cama. La medicina cllnica,
que procede por simple observación, se halla al nivel medio de los niños de
opone a la medicina de laboratorio doce años, tiene como cociente intelec-
que recurre a técnicas científicas. 12
B. Por anal. (Psicol.). l. En sen- tual: - - = 1,2. En el caso inverso,
tido estricto: que se atiene a la ob- 10
servación del sujeto sin recurrir a las 10
técnicas de la psicología de laborato- su cociente intelectual sería:
rio. V. Psicología,• clínica.. 12
2. En sentido amplio: que está cen- = 0,83. Es más corriente tomar 100
trado en el conocimiento del individuo como media; en cuyo caso, en vez de
en su originalidad irreductible, pero 1,20 y 0,83, tendríamos 120 y 83.
con el concurso de las técnicas de la El cociente intelectual del idio-
psicología de laboratorio utilizadas ta se sitúa por debajo de 20; el
como medios de approche a la per- del imbécil, entre 20 y 30; el del
sona. débil mental, entre 50 y 70. (E11-
l. a partir de la cllnica, se c¡¡cl. médicocliir., 37,270 A", 1-2,
prevén los exámenes especiales, juz- 1955.)
gados indispensables, que precisa- COGITAOióN. Lat. cogitaUo: acto
rán tal modo del funcionamiento de pensar (cogitare), de reflexionar;
orgánico o tal aspecto inaccesible pensamiento.
de la morfología. Por un retorno
a la clínica, los resultados de esos Término anticuado empleado para
exámenes, integrados en todo un designar los procesos del pensamiento
conjunto de datos, revisten su espontáneo con sus asociaciones fan-
completa significación. (A. REY, tásticas y más o menos incoherentes.
L'exam,,en clin. en p,rychol., 5.) Un silencio preñado de cogita-
C. Por ext. del sentido B (Socio!.). ciones diversas reinó en el despa-
Que procede por experiencia directa de cho cuando Lemesme hubo termi-
persona a persona. nado su demostración. (M. DE SAINT-
PIERRE, Murmures de Sata11, 176.)
2. La observación clínica ( ... )
halla su aplicación en sociologia COGITATIVA. A. En los escolást.:
al nivel de los grupos de reducida facultad de hacer inferencias• que, al
tamaño (a este respecto la obser- no esta,· fundadas sobre un principio
vación etnográfica es, en los me- universal, no tienen el rigor de la de-
jores casos, de tipo clínico, cuan- ducción. V. EstimaUva, Tran.sducci6n.
do se ejerce sobre sociedades res-
tringidas que admiten una rela- La cogitativa difiere, pues, de
ción inmediata y «subjetiva• con In razón propiamente dicha en que
el observador) y en situaciones in- se atiene a lo particular y no con-
dividuales (estudio de los «conduc- cluye sino de lo frecuente, no
tores» y de las personalidades ex- de lo universal y de lo necesario.
cepcionales dentro de las colectivi- Difiere de la estimativa en que in-
dades). (G. GURVITCII, Tr. de So- fiere ve1·daderamente ( componit et
cial., I, 141.) diviclit), mientras ésta no hace si-
no juzgar pasivamente, en virtud
CLóNIC0. Der. del gr. k/011os, mo- de combinaciones entre el instinto
vimiento tumultuoso. dado con el ser y la influencia de
149 COGITO

las imágenes actuales o adquiridas. go soy», esa palabra luego denota


(A.-D. SERTILLANGES, Philos. de tan s61o la dependencia de las ideas,
Saint Tlunnas, II, 119, Aubier.) una anterioridad lógica, pero no
n. Por ext.: facultad de combina- implica el menor intervalo de tiem-
ción espontánea resultante de la inti- po en la adquisición de esas ideas.
ma fusión de las funciones empiricas (E. BERSOT, Libre phi/os., 32.)
(imaginación, memoria ... ) y de las 6. Es sobre todo en el razona-
funciones racionales. miento donde el diablo se oculta;
si fuésemos más humildes, lo re-
COGITO. A. En DESCARTES: Cogi- conoceríamos en el Cogito erqo
to, croo sum (en la edic. lat. del Dis- sum. Ese ergo es el espolón del
curso: Ego cogito, ergo sum., sive exis- diablo. Sabe que hay ciertas almas
to). Primera certidumbre que, al resis- a las que no podrá llevarse a viva
tir a la duda metódica, constituye la fuerza y a las que conviene per-
base de la filosofía cartesiana. suadir. (A. GIDE, Journa.l, 608.)
l. Adverti que, mientras asi 7. El «Pienso• es un fenómeno
queria pensar que todo era falso, tardío. Llegamos al «Yo pienso»
era absolutamente necesario que por las etapas del «El piensa• y
también yo, que lo pensaba, fuese del «Yo pensaba». (P. Gu1LLAUME,
algo. Y, reparando en que esta Jntrod. a la psychol., 265.)
verdad: Pienso, luego soy, era tan 8. El cogito cartesiano es ( ... )
firme y tan asegurada que todas
las más extravagantes suposicio- a la vez una experiencia de mi
nes de los escépticos no eran capa- existencia y una intuición intelec-
ces de conmoverla, juzJ?Ué que po- tual de mi esencia. (O. LACOMBE,
día recibirla sin escrúpulo como Diogene, n.0 24, p. 43.)
primer principio de la filosofía l. Interpretaciones realistas, es de-
que buscaba. (Discours de la mé- cir, que consideran que el cogito car-
thod,i, Parte IV.) tesiano nos hace alcanzar, a través
Una de las «extravagantes suposi- del pensamiento, el ser distinto de ese
ciones» a las que hace alusión este tex- pensamiento.
to es la de un «genio maligno» que se 9. El argumento «pienso, luego
complace en engañar. A lo que DES- soy» inscribe el pensamiento en el
CARTES responde: ser y no el ser en el pensamiento
2. No cabe duda de que si me (L. LAVELLE, Do l'etre, 138.)
engaña soy; y por mucho que me 10. Pienso, luego el ser es: por-
engañe, no podrá nunca hacer que que mi pensamiento exige el ser.
no sea nada mientras pienso ser No lo encierra analíticamente, pe-
algo, (Seconde méditatfon, A.-T., ro se refiere a él. (G. MARCEL,
IX', 19.) «ETRE ET AVOIR», 52.)
Mucho antes que él, San AGUSTÍN V. Noético, 4.
habla formulado el mismo argumento:
2. Interpretación idealista, es de-
3. Si me engaño, soy. Porque, cir, con arreglo a la cual el cogito car-
sin duda, el que no es no puede tesiano nos asegura la mera e..~sten-
engañarse; y existo por el hecho cia del pensamiento y no otra cosa.
mismo de engañarme. (Cité de
Dicu, XI, XVI.) 11. El ser que afirma el Co-
gito, el ser que él pone y garanti-
4. Por más que quiera dudar za inicialmente, no puede ser otro
de todo, me es imposible poder du- que el del pensamiento sin más,
dar si soy. La nada no podría del que el Y o no expresa sino un
dudar; y aunque me equivocase, rc- aspecto, el aspecto «conciencia)).
sultaria que por mi propio error (E. LE Rov, Essai d'1tne phi/oso-
soy algo, ya que la nada no puede ¡,lric pl'cmi/Jrc, I, 231.)
equivocarse. Dudar y equivocarse,
es ,pensar. Ese yo que piensa, 12. Es innegable que el idea-
que duda, que teme equivocar- lismo moderno es hijo del cogito
se, que no se atreve a juzgar de cartesiano; una vez que la duda
nada, no podría hacer tocio eso si metódica ha puesto en cuestión la
no fuese nada. (FÉNEl,ON, De l'c- realidad de los objetos sensibles,
:risf. de Dic11, 11, 1.) convertidos en fenómenos, subsiste
una certidumbre, la de la existen-
6. cuando decimos: «l'ien•o, luc- cia de yo, del sujeto pensante, jun-
COGNOSCIBILIDAD 150

to a la cual la existencia de las ser, sino !a de una falla de ser (expe-


cosas externas resulta en adelante riencia de la nndn, de ln zozobra, del
problemática. (,J. MoREAU, La eons- «ser para In muerte» en la primera fi-
cicnce et l'ctrc, 71.) losofía de HEIDF.<'.GER; experiencia de la
B. Cogito biraniano. Me esfuerzo, náusea, de lo absurdo en J. P. SARTRE).
quiero: luego soy. Se podría, en ciel'ta medida, hablar de
un cogit.o existencialista.
13. Si DESCARTES ha cl'eído sen-
tar (. .. ) la primera vcl'dad eviden- 17. ...Cogito nuevo que es, si
te por sí misma al decir: Pienso, puede decirse, el cogito de la an-
1urgo soy cosa. o sustancia pen- gustia. (L. LAVELLE, fotrod. a l'on-
sante, diremos mejor y de manera tol., 36.)
más determinada, con la evidencia V. Sentido, 3.
irrecusable de sentido Intimo:
Obro, quiero o pienso en mi la COGNOSCIBILIDAD. Carácter de lo
aedón, luego 1nc sé ca.usa, luego que es cognoscible (lat. eognoscibilis).
soy o existo rca.lmcntc a titulo de Se emplea más conocible.
ca!lsa o de /1terza. (M. DE BIRAN, Cognoscitirn. Der. del lat. eognitus,
N. Essais d'anthropol., 11, 1; CEtt- part. pasado de eognoseere (conocer).
1•rcs, XIV, 271.) Que atañe al conocimiento. Fa-
C. Cogito de los fenomenólogos. El cultades, operaciones cognoscitivas. Se
dato inmediato del cogito o del pen- dice también cognición, acto de co-
samiento no es ni ese pensamiento nocer.
misn10 ni el yo, sino lo que uno piensa COHERENCI~
( cogitatmn) o lo que uno vive.
Coherente. Lat. eohacrens, part.
14. todo cogito o incluso todo pres. de cohaerere, estar unido (hac-
estado de conciencia «apunta» (... ) rcre) con (eum).
a su respectivo cogitatum (... ). La A. Prop. (aplicado a las realidades
palabra intcncionalidad no signifi- físicas) : que sus partes permanecen
ca otra cosa que esta particula1·i- juntas.
dad radical y general que tiene la
conciencia de ser conciencia de al- B. Princip. (fig.): se dice de una
go, de llevar, 6n su calidad de co- serie de pensamientos que se encade-
gito, su cogitatwm en sí misma. nan lógicamente, o de una obra del
(HUSSERL, Jlf édit. C(]l1'tés., § 14, espíritu (discurso, proyecto, informe ... )
Vrin, 28.) racionalmente ordenado.
Sin.: lógico, racional, ordenado.
15. la vida del sujeto consiste
en pensar el mundo; no se piensa C. Mat. Se dice de un sistema axio-
en el vacío, y decir, de un modo mático cuyos postulados no se contra-
absoluto, cogito, carece de sentido. dicen entre sí.
Creer que el pensamiento se basta Sin.: compatible•, consistente•.
a sí mismo no es exagerar el pa- COHERENCIA. Lat. eohaerentia..
pel del sujeto; es no haberlo com- Carácter de lo que es coherente; so-
prendido... (G. BERGER, Reeh. •· bre todo en sentido fig.: carácter de
ks eond. de la connaiss., 114-115.) una serie de pensamientos que for-
lG. No se sale de ahí [de la du- man un todo lógico o racionalmente
da] más que ( ... ) arrojándose a ordenado.
ojos cerrados en el hacer. Así que l. [En las matemáticas forma-
no es porque pienso por lo que es- lizadas.] Al criterio de la eviden-
toy seguro de existir ( ... ). Mi cia de los principios y de los teore-
amor, mi odio, mi voluntad no mas de una teoría deductiva se
son ciertos como simples pensa- sustituye el criterio de la coheren-
mientos, sino, al contrario, toda la cia de un sistema de axiomas, ex-
certidumbre de esos pensamientos presado bajo la forma de relacio-
viene de la de los actos de amor, nes entre símbolos no definidos.
de odio o de voluntad de los que (L. RoUGIER, Tr. ele la eonnaiss.,
estoy seguro porque los hago, (M. 336.)
MERLEAU-P., Phénoménol. de la 2. Sólo hay un modo preciso
pcrc., 438.) de definir In coherencia: es por
D. En ciertos existencialistas: la la eoordi11aei611 en la eomposició11.
experiencia primera y fundamental no (A. LAM0UCIIE, Lag. ele la simpli-
es, como en la filosofía clásica la del cité, 162.)
151 COLECTIVO

3. la' coherencia del pensamien- Sin,: general, común, en equipo,


to es una virtud muy necesaria. Contr.: individual, personal, par-
Mas no la única. Ni puedo ser ella. ticular.
la garantía suprema de ese acier-
to que llamamos verdad. Es plau, l. Los grandes placeres del
sible el deseo de que las razones pueblo son las alegrías colectivas.
se traben y encadenen en con- A medida que el individuo sale
gruencia mutua. Pero, ¿diremos por del pueblo y de él se distingue,
esto que todo sistema coherente es siente una mayor necesidad de
verdadero? (M. GARCÍA MoRENTE, placeres personales y hechos pa-
Elisa¡¡os, 60.) Ad. E. ra él solo. (E. y J. DE GoNcouRT,
ldées et sensat., 54.)
4. la esencia no es consisten-
cia, sino coherencia, porque la con- 2. Si puede decirse, en ciertos
sistencia deriva de la coherencia: respectos, que las representaciones
la realidad consiste justamente en colectivas son exteriores a las con-
aquello en lo que y por lo que es ciencias individuales, es porque no
coherente. (X. ZUBIRI, Sobre la se derivan de los individuos toma-
esencia, 298.) Ad. E. dos aisladamente, sino de su con-
curso; lo que es muy diferente.
V. Matemáticas, 22. (E. DunKIIEIM, ReprésentatiQ11s in-
div. et repr. coll., en Sociologie et
COHESlóN. Lat. cohacsio. V. Co- phi/os., 3ó-36.)
herente.
3. Las representaciones colec-
Caráct. de lo que es coherente, so- tivas tienen sus leyes propias que
bre todo en sentido propio: carácter no pueden descubrirse -sobre todo
de lo que forma un todo cuyas partes si se trata de pueblos primitivos--
son difícilmente disociables. La cohe- por el estudio del individuo «blan-
sión del cemento, de un partido polí-
co, adulto y civilizado», (L. LÉVY-
tico. BRUHL, Fonctions mentales ... , 2.)
l. la unidad, la cohesión, la
disciplina interior del gobierno, de- 4. Lo colectivo es algo interca-
ben ser cosas sagradas, so pena lado entre las vidas personale,,
de ver rápidamente a la propia di- que de ellas nace y en ellas des-
rección del país impotente y des- emboca. Su papel, su rango, con
calificada. (Ch. DE GAULLE, Con- ser constitutivo del hombre, es
fer. de Prensa, 16 junio 1946.) simplemente papel y rango de
medio, de utensilio y aparato; por
2. el equipo necesita una cier- tanto, secundario al papel y ran-
ta cohesión para ser eficaz. (M. go de la vida personal. (J. ORTE-
DEBESSE, Tr. de ps¡¡chol. appl., de GA Y GASSET, Un rasgo de la t)ida
PIÉRON, IV, 840.) alemana, Obras, V, 203) Ad. E.
3. los cuerpos tienen cohesión 5. la cuestión, hasta ahora ro-
porque, como realidades, son cohe- mántica, de si se resolvería uno
rentes. La coherencia es la condi- por las ((ideas» individualistas, se
ción, nada más que la condición, convierte en asunto harto más trá-
para que haya cohesión, y no al gico, a saber: si la realidad co-
revés como si la cohesión fuera lectiva de hoy, si las sociedades ac-
el único tipo de coherencia. La co- tuales no son por sí mismas de
hesión no es sino la forma macro- constitución colectivista, y abando-
material de la coherencia. (X. ZU- nadas n su espontaneidad no con-
BIRI, Sobre la esencia, 229.) Ad. E. cluirán ahogando la vida personal
V. Ccrrculo, l. y transformándose en termiteras
humanas. (J. ORTEGA Y GASSE'r,
COLECTIVO lbíd., 205.)
Colectivo. Lat. collrcliv11s, derivado B. Lóg. Se dice de un concepto
de colliuerc, junta, reunir. o de un término que designa a un con-
junto de individuos considerados en
A. Que comprende o concierne a. un tnnto que formnn un todo: ::-1 regi-
cierto número de personns o de co- miento, la Academia Francc-sa, los
sas. Billete colectivo. Contrato colec- diputados. Se op. a distributivo•: las
tivo. Trabajo colectivo. Sentimientos leyes son hechas por los diputado:, en
colectivos. el sentido colectivo, pero no en l'l dis-
CóLERA 162

tributh•o, es decir, por los diputados mite entonces a los padres y mnes-
considerados separadamente. trns fustigar a los niños y casti-
Colectivismo. Doctrina u organiza- garlos estando en cólera? Eso no
ción político-económica que reserva la es ya corrección, es venganza.
propiedad de los medios de producción (MDNTAIGNE, Essais, JI, XXXI.)
a la colectividad, generalmente al Es- 2. cuando el mal hecho por
tado. otros no se refiere a nosotros, ha-
Sin.: socialismo, socialismo de Es- ce tan sólo que sintamos por ellos
tado. Indignación; y cuando a nosotros
V. Comunidad, 10. se refiere, promueve también la
Cólera. (DESCARTES, Les pru-
Colecth·ista. Relativo al colectivis- sions..• , II, 66.)
mo (teoría colectivista). Que profesa el
colectivismo (los colectivistas, el par- 3. La cólera es un medio de
tido colectivista). defensa análogo a las diversas se-
Colectividad. A. En sentido abs- creciones de guerra de los ani-
tracto: carácter de lo que es colectivo. males (, .. ) Se trata de causar mie-
La colectividad de los bienes de pro- do. (R. DE GDURllDNT, Pro111e11ade•
ducción. phi/os., III, 268.)
B. En sentido concreto ( una, unas 4. El instinto de conservación
colectividades) : conjunto determinado individual, en su forma ofensiva,
de individuos que mantienen entre sí es el origen de la cólera, tipo de
relaciones organizadas. las tendencias violentas y destruc-
tivas. (Th. RmoT, Psychol. des
Sin.: sociedad. sent., 226.)
V. Con.unidad, 4.
5. ahora me doy cuenta de
C. Absol. (La colectividad), princi- que hay indignaci6n en muchas
palmente en la escuela sociológica cóleras, y, en fin, que es la idea de
francesa: un conjunto de hombres con- una supuesta injusticia, cierta o
siderado como dotado de un ser pro- equivocada, la que las enciende to-
pio, moralmente distinto de los indi- das. (ALAIN, Pro-pos, 672, Pléiade.)
viduos que lo componen.
6. la más temible cólera pro-
Sin.: sociedad. viene de la impaciencia de no po-
l. en el mundo de la experien- der dominar la cólera. El hombre
cia no conozco más que un sujeto que se irrita contra la cerradura
que posea una realidad moral más ( ... ) se irrita contra si mismo irri-
rica, más compleja que la nues- tado. (ALAIN, Santime,.ts, prusions
tra: es la colectividad. Pero digo et •·• 62.\
mal: hay otro que podría desem- 7. La sangre fría es una cuali-
peñar el mismo papel: la divini- dad indispensable, y el orador só-
dad. Entre Dios y la sociedad es lo puede permitirse una cólera fin-
preciso elegir. (E. DURKHEIM, So- gida o una violencia de la que
ciologie et philos., 75.) siempre pueda apreciar el alcance
2. El creyente se inclina ant, y detener el curso. La cólera es
Dios porque es de Dios de quien una debilidad, la cólera fingida
cree tener el ser, y particularmen- una habilidad, y la calma una
te su ser mental, su alma. Tene- fuerza. (M. GARCDN, Essai s. l'é-
mos razones para experimentar es- loc. judi,c., 2.ª ed., 164.)
te sentimiento hacia la colectivi- 8. La buena cólera tiene como
dad. (]bid., 108.) base un descontento legítimo: es
CóLERA. Der. del gr. cho/e (bilis). una voluntad razonada de repri-
Emoción resultante de un vivo sen- mir, pero que, para ser perento-
timiento de haber sido herido por otro ria y eficaz, utiliza, dominándolo,
y que provoca un fuerte impulso de el mordiente de la sensibilidad, a
vengarse haciéndole sufrir. fin de apoyar el efecto de una jus-
ta reprimenda o un justo castigo.
l. No hay pasión que desbara- (H.-D. NOBLE, en Dict. de spirit.,
te tanto la sinceridad de los jui- II, 1058.)
cios como la cólera. Nadie duda-
ría en castigar a muerte al juez V. Ti,nidez, 1.
que, por cólera, hubiese condena- Colérico, «Que fácilmente se deja
do a su criminal: ¿ por qué se pe,·- llevar de la cólera.» (R. Acad.) (Hu-
153 COMPARAClóN'

mor colérico). Que denota cólera (un cicndo decir misas. (PASCAL, Pen-
gesto colérico). sécs, 441.)
Carncterol. No se refiere a la reuc- 2. Al franquear la puerta del
ción relativamente simple de la cólera, teatro he aceptado hasta el fin,
pero engloba el complejo psíquico li- es decir, hasta la existencia, la
gado II esta reacción. El colérico es el convención por la que el actor sa-
que, dotado de una viva sensibilidad, le de su propia vida para entrar
reacciona vigorose. e inmediatamente. en un personaje y en el mundo en
En la clasif, de HEYMANS-LE SENNE el que ese personaje es una per-
tiene por fórmula EAP (Emotivo-Acti- sona. Toda existencia implica
vo-Primario). "creer»; cuando está pendiente de
Etimológicamente, colérico corres- una convención, implica «creer co-
ponde a bilioso•. Pero las significa- mo si. .. ».
ciones usuales de estos términos no Esta «creencia como si. .. » no es
coinciden exactamente. en modo alguno una creencia ate-
9. Los coléricos (EAP) forman nuada. ( ... ) «como si...» señala
la categorla de los buenos chicos. no un juicio debilitado por la du-
Son los hombres de la cordialúiad da, sino un juicio liberado de la
pronta, y servicial. Dominados por duda por una radical disociación
la actividad, a la que su emotivi- entre creer y saber. (H. GoUHIER,
dad colorea e inflama, aman la Le théíi.tro et l'ezist. 103-104.)
vida sin reserva y a ella se arro- V. Culpa,bilülad, 4; Juego, 12.
jan con juvenil desembarazo. (... )
Su primariedad .Jos inclina al pre- COMPARACióN. Lat. compa,ra,tio
sente, los refuerza. Pero el grupo en el sentido de «constitución de un
EP es también el de la emotividad par».
explosiva y desordenada. Los hace A. Operación mental consistente en
superficiales, versátiles, devotos aproximar dos o más cosas, a fin de
del cambio, apartados de la vida determinar en qué se parecen y en
.familiar, prontos al arrebato y a qué se diferencian.
la reconciliación (Shelley), (E. 1. La comparación es lo esen-
M0UNIER, Tr, du ca,ra,ct., 261.) cial de todo estudio científico.
10. nunca Naturaleza, con sus Comparación sigue a descripción
irritaciones y apetitos, trata de y precede a explicación. La tarea
conservar al destemplado con cau- de la ciencia es, ante todo, aproxi-
sas semejantes, sino siempre pro- mar y confrontar los hechos des-
cura 1·educirle con contrarios, co- critos en un principio aisladamen-
mo si estuviese enfermo; y asi te; desprender sus semejanzas y
vemos que el colérico aborrece el desemejanzas, agruparlos en gé-
estio y se huelga con el invierno, neros y en clases; dar, en fin, ra-
el vino le abrasa y con el agua se zón de sus conformidades y de sus
amansa. (J. HUARTE, Ezannen d• diversidades. (R. MAUNIER, In-
ingenios, 50.) Ad. E. trod. a la, social. 11.)
Com. Del lat. cum, prep. que signi- B. Fig. de ret. consistente en acer-
fica con, significación que permanece car una cosa a otra, bien para hacer-
en el prefijo com (comprender•), con la conocer mejor, bien para adornar
(consecuente•), co (coexistir, colacio- el discurso. Rico como Creso. Vanido-
nar). so como un pavo real.
Corresp. al gr. syn: compasión = 2. Estoy muy persuadido de la
sim.patfa; composición = síntesis. verdad de una comparación que se
Como si. Pensar, hablar, ... como si.. ha hecho: es que, así como los ár-
El «como sí» consiste en un comporta- boles tienen hoy la misma forma
miento, externo o interno, que, cons- y producen los mismos frutos que
ciente o inconsciente, no responde a lo producían hace dos mil años, los
que en realidad se es. hombres producen los mismos pen-
samientos. (FÉNELON, Lcttrc ,,
l. Queréis ir a In fe ( ... ) : l'Ac., IV.\
aprender de los que hnn estado
atados como vosotros, ( .. ,) Seguir 3. Toda comparación es ger-
1a manera por la que ellos han co- men ele mitologia. (G. BACIIELARD,
menzado: es haciendo cbmo si rrr- Matéria,l. ra,tio1111cl, 29.)
yr.scn, tomando agun bendita, hu- Compnrati"º· Que con1para, que es-
COi\lPASióN 154

tablece una comparación. Cunclro, es- 4. lo verdadera compasión con-


tado comparativo de los precios¡ pl'Q- siste no tanto en temer el sufri-
posición comparativa, objetivo compn- miento como en desearlo. Frágil
rnth·o. Empl. suhstantiv. en grom.: deseo que apenas se querría ver
el comparativo. - realizado, y que se forma, no obs-
~Uétodo comparatil'o. Consiste en tante, a pesar de uno mismo, co-
buscar la explicación de los hechos mo si la naturaleza cometiera al-
comparándolos a otros hechos del mis- guno injusticia y hubiera que apar-
mo género, scmcj antes o análogos, Se tar toda sospecha de complicidad
emplea cuando es imposible, como en con ella. La esencia de la compa-
las ciencias físicas, obtener hechos sión es, pues, uno necesidad de hu-
prácticamente idénticos. Es el método millarse, una aspiración de des-
esencial de las ciencias que, como las cender. Esta aspiración dolorosa
humanas, no admiten experimentación tiene, por lo demás, su encanto,
rigurosa. y hace que nos sintamos superio-
4. La experimentación compa- res a esos bienes sensibles de los
rativa es una regla general y ab- que nuestro pensamiento se separa
soluta en medicina experimental. momentáneamente. (H. BERGS0N,
(Cl. BERNARD, I11trod ... , I, 11, § 8.) Dom,. imm., 14, Alean, 1930.)
6. la compasión viene del cuer-
COi\lPASióN po y no del espíritu. (... )
Compadecer. Lat. compati, bajo lat.
compa.tescere, sufrir con. Tomar par- El espíritu no es piadoso, ni
te en el dolor de otro. puede serlo. Se lo impide el res-
peto. (ALAIN, 16 jul. 1922, Vigiles
V. Compasió11. de /'esprit, 138.)
Compasión. Lat. compassio, der. 6. Muy mal se describe la com-
de compati (sufrir con) : comunidad de pasión cuando se dice que el que
sufrimientos, de sentimientos. Corresp. la siente piensa en sí mismo y se
al gr. 81Jmpatheia (V. Simpatía). ve ocupando el lugar del otro. Esta
Estado afectivo consistente en to- reflexión, cuando se hace, sólo se
mar parte en el sufrimiento o en la hace después de la compasión ...
desgracia de los demás. (ALAIN, Pro-pos, 20 feb. 1923. Pléia-
A. Simpatía ante los sufrimientos de, 465.)
con voluntad de procurar aliviarlos. 7. Con sus compasiones de de-
Sin.: piedad*, conmiseración, miseri- talle, el rico se parece a esos es-
cordia, caridad, lástima. pectadores de corridas de toros que
protestan porque se tarda en re-
Contr.: indiferencia, insensibilidad, matar a un caballo destripado. (J.
dureza, crueldad. RoSTAND, De la 11a1tité, núm. 334,
l. Debemos tener compasión p. 109.)
unos de otros; pero para unos he- B. Conmiseración que implica una
mos de tener una piedad hija de la apreciación desfavorable.
ternura; para otros, una lástima
nacida del desprecio. (PASCAL, Pen- Sin.: desdén, desprecio, disgusto, lás-
sées, 417, n. !.) tima.
2. la compasión en el hombre Co11tr.: estima, respeto, admiración.
que vive bajo la dirección de la 8. Se pone por encima de todos
Razón es por sí misma mala e inú- los demás; y los brazos cruzados,
til. ( ... ) desde lo alto de su espíritu, mira
De donde se deduce que el hom- con compasión todo lo que se dice.
bre que vive de acuerdo con el man- (MOLIERE, Le misa11tl1rope, 11, IV.)
dato de la Razón se esfuerza, en 9. El sentimiento que el hom-
la medida de lo posible, en no apia- bre soporta con más dificultad es
darse. (SPIN0ZA, Éthíque, 111, 50.) la compasión, sobre todo cuando la
3. la compasión no es más que merece. El odio es un tópico, da vi-
un secreto repliegue sobre nosotros da, inspira la venganza; pero la
mismos ante los males ajenos, de lástima mata, debilita todavía
los que nosotros también podemos más nuestra debilidad. (H. DE BAL-
ser víctimas. (CHAMFORT, Max. s. ZAC, Urs1,/e illirouet.)
l'art dra-m., 36.) Compatible. Der. del lat. compati (V.
155 COMPLACENCIA

Compadecer). Etimolog.: que puede tividad del inconsciente compensa


conllevarse. el exclusivismo de la actitud ge-
Son compatibles dos cosas que no se neral debido a las funciones cons-
e;<cluyen mutuamente y pueden coexis- cientes. (C. G. JUNG, Types Pl1'/J-
tir o acordarse. Der.: compatibilidad. chol., 437.)
Sill. (especial en mat.) : coherente•, V. Inferioridad, 3, 6, 7.
consistente•. Supercompensaci6n. Nación funda-
Incompatible. Dos cosas son incom- mental de la psicología de ADLER:
patibles cuando se excluyen mutua- comportamiento del individuo que,
mente. Der.: incompatibilidad. bajo el impulso de un sentimiento de
10. Las funciones de miembro inferioridad, se esfuerza por superar
del Consejo constitucional son in- incluso a los que están superiormen-
compatibles con la-s de ministro te dotados o se hallan en condiciones
o de miembro del Parlamento. Las más favorables. V. Compkjo de infe-
demás incompatibilidades serán fi- rioridad.
jadas •por una .Jey orgánica. (Cons- 4. Me he hallado en presencia
tituoi6n fr. de 1958, art. 57.) de una asombrosa correlación en-
tre la inferioridad de los órganos
COMPENSAClóN, Lat. con1pensa- y la supercompensación psíquica,
tio: acción de pesar (pensare, v. pen- lo que me ha permitido formular
sar) una cosa con ( cu111) otra, contra- esta proposición fundamental: el
pesar, compensar. sentimiento de inferioridad que ta-
A. En general: acción de compen- les o cuales 6'rganos inspiran al in-
sar, es decir, de restablecer el equili- divúl.uo se convierte en un factor
brio o la igualdad añadiendo o qui- permanente de desarrollo psíquico.
tando. (A. ADLER, Le tempérament ner-
B. En psicoan.: fenómeno consis- veu:x, 23.)
tente en que el sentimiento de una V. Fanatismo, 6; Inferioridad.
inferioridad, sea real o imaginaria,
lleva a igualar e incluso a sobrepasar COMPLACENCIA. Lat. complacen-
(supercompensación) a quienes no su- tia, acción de placer (placere), cuya
fren de esa inferioridad. Es ésta una significación está simplemente reforza-
de las tesis esenciales de la psicología da por el pref. com.
de ADLER o psicología individual, A_ Carácter de las personas o de
l. Al examinar de cerca este las acciones dirigidas a complacer a
deseo, al que Nietzsche ha dado el otro, o, en sentido concreto, esas ac-
nombre de «voluntad de poder», y ciones mismas. Disposición a plegar-
al tener en cuenta sus modos de se, para complacerla, a los deseos o
expresión, se comprueba fácilmen- ideas de otro.
te que en el fondo no es otra cosa l. No cabe duda de que la com-
que una particular fuerza de com- placencia y el halago tienen mu-
pensación, por medio de la cual cha parte en la aprobación que se
el hombre trata de poner remedio da a las acciones y palabras de
a su estado de inseguridad inte- las personas de condición. (Log.
rior. (A. ADLER, Le tempérament ele Port-R., III, xx, 7.)
nerveux, 41.) 2. Las falsas complacencias
2. La suerte del ser humano de- que para nosotros se tienen ( ... )
pende, a fin de cuentas, de la nos pueden perjudicar mucho má•
compensación lograda o insuficien- que las contradicciones más obs-
te del sujeto, compensación perma- tinadas. (LUIS XIV, ,Ué111oires,
nente perturbada. (A. ADLER, La 1667.)
compensation psychiquc de l'état B. Estado de alma del que se com-
d'infériorité des organes, p. 99.) place ya sea en sí n1ismo, yn en los
3. Para Adler, la compensa- demás, ya en alguna cosa; es decir,
ción no tiene otra función que la que encuentra placer en ello, y, en el
de contrapesar el sentimiento de primer caso, un placer injustificado o
inferioridad. Yo veo esta idea en excesivo.
un sentido más general y advierto 3. El combate contra la men-
en la compensación unu equilibra- tira, la complacencia, la vanidad,
ción funcional de todo el aplll'uto sigue siN1do el mi1s exigente de
psíquico. A mi modo de ver, la ne- los que debe nfrontnr un escritor
COMPLEJO 166

que sr confiesa. (H.-R. LENOR- V. Grnuraf(a, 3; /-lecho, 14.


!'ttAND, Confcss. d'ttn miteu.1· clram., 11. En psicoan.: sistema de rerire-
Préf., 12-13.) scntaciones con fuerte carga afectiva
.\mM' de complacencia.. V. Amor que se desarrolla al margen de la con-
ele conr".pi..::cc11cia. ciencia clara y llega a dominarla. El
4. Si aquel parn quien quere- l)ict. ,le ps11cl1anal., sefiala cerca de
mos el bien [amor de benevolen- cien complejos. V. Complejo de infc-
cia] lo tiene ya y lo posee, se lo riorirlarl•, ele supcrioridacl•.
queremos por el placer y el con- 4. ¿Qué es, pues, cientificam2n-
tento de que lo tenga y lo posea: te hablando, un «complejo afecti-
y as! se forma e' amor de compla- vo»? Es la í,nagen emocional 11 vi-
cencia, que no es otra cosa que el va.z ,lo una situaci6n psíquica es-
acto de la voluntad por el que ésta tancada, imagen incompatible, ade-
se une y junta al placer, conten- más, con la actitud 11 la atm6sfcra
to y bien de otro. (Fr. DE SALES, co11scicntes habituales; está dota-
T,·. de l'anwm· de Dirn, I, XIII.)
da de una fuerte cohesión inter-
V. Dialéctica, 8. na, de una especie de totalidad
CO~IPLEJO propia y, en grado relativamente
Complejo_ Lat. complexus, part. pa- elevado, de autonomía: su sumi-
sado de complccti (abarcar, anglobar). sión a las disposiciones de la con-
ciencia es fugaz, y por ello se com-
Compfojo, adj. Que contiene un porta en el espacio consciente co-
número más o menos grande de ele-
mentos de diferentes especies o for- mo un corpus alienum animado de
mando un todo que, de ordinario, pre- vida propia. A costa de un es-
senta aspectos diversificados. fuerzo de voluntad, se puede de
Contr.: simple. ordinario reprimir un complejo,
tenerlo en jaque; pero no hay es-
1. La composición es la multi- fuerzo de voluntad que llegue a
plicidad en Jo homogéneo. La com- aniquilarlo, y reaparece, a la pri-
plejidad, la multiplicación en lo mera ocasión favorable, con su
heterogéneo. (A. LAMOUCHE, Le fuerza original. (C.-G. JUNG, L'hom-
principe de si,npUc., 81.) ,ne a la découverte •. ., 198.)
2. conviene atribuir a la pa-
labra complejo un sentido de he- 5. En general, es de rigor una
terogeneidad cualitativa superpues- insigne inconsciencia de los com-
to a la multiplicidad cuantitativa. plejos, lo que, naturalmente, les
Por el contrario, ésta interviene confiere una libertad de acción
sola en la significación de la pala- tanto mayor. ( lb(d., 201.)
bra compuesto. Para volver al vo- 6. Llamamos complejo a las
cabulario filosófico corriente puede clisposiciones que persisten como
decirse que el complejo es del orden consecuencia de una experiencia o
de la comprensi6n, el compuesto de una clase de experiencias de-
del orden de la cxtcnsi611. (lb(cl., terminadas y que ejercen sobre la
352-353.) vida psiquica ulterior una influen-
Complejo, subst. A_ En general, con- cia sistemática que podemos com-
junto ele cualquier naturaleza (física, prender partiendo de la primera
psíquica ... ) de elementos unidos en un experiencia. (K. JASPERS, Ps11cho-
todo or:-ránico. pathol. gén., 338.)
3. A imitación del primer ver- 7. parece que la actividad de
so que acabo de definir, procede-
mos a la emisión de .una serie de ciertas revistas y sociedades de psi-
complejos aislados, a los que hay coanálisis ofrece indicios de una
que dejar, mediante el punto y especie de «complejo de Padre11
aparte, tiempo, aunque no sea más con respecto al Maestro de Vie-
que un segundo, para coagularse na y de una vigilante censura
,.¡ aire liJ,re, siguiendo los lími- que tiende a reprimir, como «des-
tes de un compás que permite al viaciones», toda nueva elaboración
1 rrtor comprender de un solo gol- a partir de las teorias de l<'reud
pe su estructura y su sabor. (P. y todo pensamiento vigorosamente
CI.Al1D~I., Positim,s el 11rop., I, innovador. (G. FRIEDMANN, DiogiJ-
11-12.) i,e, 14, ( 19í,G, 2), ¡1. 28.)
157 COMPLEMENTARIEDAD

8. Un «complejo» es también Complejidad.. Carácter de lo que es


una estructura. Es unn constela- complejo.
ción de sentimientos, un núcleo de 11. Por «complejidad» entende-
comportamientos posibles que orien- remos ( ... ) la cualidad que posee
ta y determina la reaccción a un esa cosa de estar formada:
cie1·to tipo de situación en el que 1.0 Por un mayor número de
un sujeto se halla. Quiero decir elementos.
con esto que el sujeto que tiene
un «complejo» es un sujeto sen- 2.0 Más estrechamente organi-
sibilizado a un cierto tipo de si- zados entre sí.
tuaciones, a ciertos «temas» ante (... ) No, pues, simple multiplici-
los cuales pierde el control y la dad, sino multiplicidad organizada.
libertad de su conducta. (R. Muc- (P. TEILHARD DE Ch. (Euvres, V.,
CHIELLI, en Notion de st,-ucture, 137-138.)
350. «XX• Sem. intern. de Synt.».) Complexificación. N eol. que expresa
Complejo de Ediq,o. Asi llamado el proceso que conduce a una mayor
porque, según la leyenda, Edipo sin complejidad (en el sentido precisado en
saberlo y empujado por una inexora- la cita anterior) o el resultado de ese
ble fatalidad, mató a su padre y des- proceso.
pués se casó con su madre. 12. Las actividades del viviente,
«Disposición afectiva por la que un al principio estrechamente someti-
ser humano está libidinalmente unido das al medio, adquieren una cre-
n su progenitor del otro sexo, mien- ciente autonomía, en proporción a
tras alimenta con respecto al de su la «complexüicación» de la orga-
mismo sexo una actitud de rivalidad nización y la diferenciación del
posiblemente cargada de aversión». (E. sistema nervioso. (A. VANDEL, en
PICH0N, R. fr. de P81JChan., 1938, 6.) Dia,lectica, núm. 53, p. 17.)
9. El complejo de Edipo es COMPLEMENTARIEDAD
(.. ,) la idea central del psicoanáli- Complemento. Lat. complementum,
sis. De su buena o mala liquida- der. de complere, llenar (plere; plcn1ts,
ción depende todo el equilibrio lleno) por completo, colmar.
psíquico del hombre. (Dictionn. de
p81JChana.l., 89.) Lo que se añade a una cosa para
completarla.
10. El neófito de Freud no ha,
naturalmente, olvidado que ama- No conduce la naturaleza, aun-
ba a su madre cuando era peque- que tan próvida, sus obras a la
ño, y uno de los artículos de su perfección el primer día, ni tam-
nueva fe quiere que el amor fi. poco la industriosa arte; vanlas
lial a esa edad sea siempre más cada día adelantando, hasta dar-
o menos incestuoso. Armado de es- les su complemento. (B. GRACIÁN,
te mandamiento, vuelve a descen- El discreto, 106.) Ad. E.
der a su pasado y descubre en l:l Complementario. A. En el uso ordi-
fuente de su amor por su madre nario: que constituye un complemen-
algo de la atracción que hoy ha- to, que completa la cosa de que se ha-
lla en si por el sexo. El niño que bla. Dif. de suplementario: que se
ha sido, se revela, pues, un Edipo añade a la cosa ya completa. Pero, en
por persuasión. Pero este Edipo la práctica, la dirferenci'a es menos
por persuasión llega a ser de he- acusada.
cho un Edipo. Ha bastado con la B. En geom.: ángulos complemen-
virtud del análisis. (Ch. BLONDEL, tarios (cuya suma es ib'11al a un án-
Introd. a la p81Jchol. collect., 164.) gulo recto). Fís.: colores complemen-
Complejo de Elcctra.
Electra se tarios (cuya fusión da la luz blanca).
aplicó n vengar la muerte de su padre C. Metodol.: se dice de explicacio-
Agamenón a quien habla hecho ma- nes o representaciones irreductibles y,
tar su madre Clitemnestrn. Ella sim- no obstante, necesarias para explicar
boliza la fijación de la hija en su pa- los hechos en cuestión.
dre. Así el complejo de Electra es, pn- l. Esencialm. en r:sica atóm:t:n: se
rn las muchachas, equivalente ni com- dice de In imagen del cor¡iúsculo y de
plejo de Edipo en los chicos, lu de In onda que, aunque aparente-
V. Complejo de inferioridad, de s11- mente incompatibles, del>en, no obstan-
1}l'l"forülml>IA. te, ser ambas contenidas en una re-
COMPLETO 158

prC'scntación adecuada dl1 los hechos. mo objeto. (M.-M. DAVY, G. Mur-


Son co1nplcmentarias. ccl, 77.)
1. La única rnanera de snlir de V. Acto, 21; Co11d11cta, 8.
las dificultades concernientes n la
materia era, en efecto, admitir que Con1plementariednd. Carácter de lo
el aspecto corpuscular de In ma- 9ue es complementario, de lo que forma
teria y su aspecto ondulatorio, tal Junto una realidad únicn. Utilizada en
como se revelan en diferentes ca• 1;eometría (complementnriedad de los
tegorías de experiencias, son dos •m~ulos), la palabra fue tomada para
aspectos «complementarios)> (la pa- designar lo relación onda-corpúsculo
labra es de N. Bohr) de una mis- de. donde hoy se extiende a todos lo~
ma realidad. (L. DE BROGLIE, Ma- obJetos de conocimiento. V. Dualidad
ticrc et lumiere, 100.) (Principios de).
2. En mecánica ondulatoria, lo- 7. [En los componentes del im-
calización precisa y movilidad pu- pulso vital.] La armonía o mejor
ra pueden encontrarse sucesiva- la ((COmplementariedad)), 1no se re-
mente, y son, según esta nueva vela más que en grande en las
doctrina y según la plabra de M. tendencias mejor que en Íos esta-
Bohr, aspectos complementarios de dos. (H. BERGSON, Évol. cr., 61.)
la realidad. (L. DE BROGLIE, Phy- 8. M. Bohr no teme extender la
siqne et mieroph., 203.) aplicación de la idea de comple-
3. Según Bohr, las imágenes de mentariedad incluso más allá de
onda y de corpúsculo son comple- los límites de la fisica, por ejem-
mentarias en el sentido de que, plo, el c,:impo biológico. Para él, en
aunque estas imágenes se contradi- un ser ~yo, el !'SJ?ecto vital y el as-
gan, ambas son necesarias para pecto fis1co-qu1m1co serían en cier-
dar cuenta del conjunto de los as- to modo complementarios ... (L. DE
pectos bajo los que pueden pre- BROGLIE, Physiqne et microph.
593-594.) '
sentarse a nosotros las partículas
elementales. (L. DE BROGLIE, Dia- 9. Toda actiV1dad humana debe
lectica, 7 y 8, p. 326.) ser considerada a la vez en dos
4. La sustitución de la palabra planos de existencia, siendo uno
contradictorio por la de coniplc- aquel en el que determinismo y
nientario representa un giro del azar se reparten los papeles, y
pensamiento físico. (F. de GoN- otro aquel en que actúan ciertas
e~igencins morales. ( ... ) Las rela-
SETH, Déterminismc et libre arb.,
c10,nes entre ambos planos no po-
165.) drian ser adecuadamente concebi-
2. Por ext.: tiende a decirse, en das_ sin la idea de su complemen-
filos., de los diversos principios de ex- tar1edad. (F. GONSETH, Détermi-
plicación irreductibles unos a otros e nisme et libre arb., 167.)
igualmente necesarios. Por ej.: en el JO. Para superar las estrechos
probl. de la yjda, finalismo y mecani- visiones de los especialistas (... J
cismo; en el probl. de la actiyjdad hu- nada vale tanto como el coloquio
mana, determinismo y libertad¡ en entre hombres de experiencia con
el probl. de los principios racionales, formaciones y responsabilidades
empirismo y racionalismo. diferentes (... ). Y de esta confron-
5. El presidente.-( ... ) Hemos tación entre los puntos de visto
unido el determinismo y la liber- personales de hombres competen-
tad en su oposición complementa- tes se desprender{\ una visión co-
ria. Nuestra búsqueda ha encon- mún que no será de confusión, si-
trado respuesta. (F. GoNSETII, Dé- no de complementariednd. (G. BER-
tcrniinis-me et libre urb., 184.) GER, en Encycl. fr .. , XX, 5,1, 13.)
6. Si su obra filosófica [la de COMPLETO. (Mat.). Se dice de
G. Marce]] no puede ser totalmen- un sistema axiomático• gracias al cual
te separada de su obra dramática, para toda pareja de proposiciones eon'.
su nexo es el de dos modos de ex- trndictorins formuladas en los térmi-
presión complementarios, La una nos del sistema, se puede demostrnr al
es una visión especulativa y la menos, uno de ellos. Si, además, el ;is-
otra una visión sensitiva del mis- tema es coherente•, no puede demos-
159 COMPUENSlóN

trarsc mús una sola. El sistema es en- A. Contener dentro de sus límites,
tonces calificado de decidiblc. como partes o como elementos. Un
Si11.: suficiente. cuerpo de ejército comprende varias
divisiones. Entre-Deux-Mers es la re-
COMPORTAMIENTO gión comprendida entre la Gironda y
Comportar. Lat. comportare, llevar la Dordoña.
(portare) con (cun,), junto, en el mis- 1. Caña pensante. (... ) por el
mo lugar. espacio, el universo me comprende
Llevar con, implicar, permitir ... Este y me engulle como a un punto: por
voto comporta la desconfianza en el el pensamiento, soy yo quien lo
gobierno. Ese precio no comporta los comprende a él. (PASCAL, Pensées,
derechos reales. La regla comporta di- 488.)
versas excepciones.
Comportarse. Conducirse, obrar ex- 2. [A propósito de la demos-
teriormente. Me comportaré como si no tración.] E incluso mientras dura,
hubiese entre nosotros ninguna dife- no podríamos comprenderla toda
rencia. entera a la vez; porque todas
sus partes no podrían estar al mis-
l. Disimulad no obstante, fin- mo tiempo presentes al espíritu.
[gid, y comportaos (LEIBNIZ, N. Essais, IV, 1, 7.)
como hermano en secreto, en
[público como esposo. B. Conocer intelectualmente, es de-
(LA F0NTAINE, en LITTRÉ.) cir, dándose cuenta del sentido de las
2. puedo prometerte (... ) com- palabras oídas, de la naturaleza de la
portarme, en fin, como un perfec• cosa conocida, de sus causas, de su
to caballero, arreglármelas para fin... Trad. el Jat. intelligere: com-
salvar las apariencias. (G. DuHA- prender un texto es tener inteligencia
MEL, Ja,roin des betes sauv., XIX, de él.
Le livre rnod., 114.) 3. Esta lentitud en comprender
Comportamiento. A. En el uso or- es señal de buen juicio. (MOLIE-
dinario: manera de comportarse. La RE, Le malade im., II, IV.)
psicología ha reactualizado el uso de 4. El espíritu del hombre no
esta palabra. está hecho de tal modo que no sa-
B. En psicol.: conjunto de las re- be contentarse con constataciones
acciones• accesibles a la observación y quiere comprender. (G. SoREL,
exterior. V. Psicologia del comporta- Rófl. s. la vio!., Introd., III, p. xxx,
miento. Ingl.: behaviour. Alem.: Ver- París, 1908.)
halten.
5. Comprender es, ante todo,
Sin.: conducta. sistematizar. Se comprende cuando
3. El conjunto de las reaccio- se ha sistematizado. (H. DELA-
nes de un organismo, comprendi- CROIX, Lang. et pensée, 456.)
das las reacciones complejas que 6. existe para el hombre un
pCTmite en el hombre el empleo modo de comprender las cosas me-
de ese instrumento social tan fle- diante la razón que Je es específico,
xible que es el lenguaje, es lo que que se distingue radicalmente del
constituye el comportamiento, ob- modo animal de comprenderlas me-
jeto del estudio de la ciencia psico- diante 8U8 signos antictipadores,
lógica. (H. Pil!iR0N, De !'actinio d los cuales nos las hacen simple-
l'homme, 58.) mente aguardar, incluso cuando
4. El comportamiento puede de- esta espera reviste un carácter de
finirse como el conjunto de las res- certidumbre que imita la necesi-
puestas ajustadas a los estímulos dad racional. (M. PRADINES, Tr. de
que las desencadenan, (A. TILQUIN, Psycliol,, II, 48.)
Le behaviorisme, 67.)
7. Para In ciencia moderna ( ... )
V. Behaviorúrmo, 3; Cult11ra, 20, 21, comprc,•nder es ser capaz dl' >'l'lw-
22, 23; Introttpecció11, 6; Persona, 39; cer; un concepto es comprendido
Tolerancia, 5. cuando se posee de él una defini-
ción operatodn; un fenómeno,
COMPRENSlóN cuando se posee de él una defini-
Comprender. Lat. co1nprelte11dere, lo, al menos virtualmente, y, por
asir (prelte-1ukre), con (cu111), a In vez. tanto, de preverlo. Co111p1·e11der es
cmll'RRNSJON rno
])odcr. (J. ULLMO, Pl•nséc scic11t. dos los soriólogos nlemnnes acepta-
l"Ían, creo, la fórmula <le Weber:
'"ºª·· 207.) una relación estndlsticn, por pro-
8. (tComprender», asir al mis-
n.o tiempo, reunir el asimiento. batoria que sea, no basta para sa-
Como decimos que el fuego pren- tisfacer nuestra euriosidad; que-
de o que el ccmentfJ agarra ... , o remos com.prcnder el nexo entre
qu1e una idea prende en el público, los motivos y el acto, que explica
así es como las cosas se compren- In conducta <le los hombres y, en
den o cómo nosotros las compren- consecuencia, la propia relación
demos. (P. CLAUDEL, Art poét., estadística. (R. ArtoN, La sociolo-
uie al!. contemp., 158.)
121.)
9. [A propósito de la explica- 18. El comprender vuelve indul-
gente, excepto a aquellos a quie-
ción de la polea:] querer consta- nes amamos. (J. ROSTAND, Journal
tar aquí en vez de comprender es
d'u11 caract., 171.)
lo que yo lla 1no hacer tramJ)a.
(ALAIN, Libres propos. Cit. en A. 19. Para educar a un niño ha-
DREYET, M. choisis, I, 229.) rú falta comprenderlo, y ¿cómo
comprenderlo cuando ya no se
10. Comprendemos la realidad es niño? (J. CHARDONNE, Attache-
en la medida en que la necesidad ,ncnts., 40.)
la organiza. (G. BACHELARD, Va-
lcur induct. de la relativ., 240.) V. Explicación, 6; Historia, 62, 63,
83.
C. Conocer por intuición sintética, Comprensión. Lat. comprehensio: ac-
principalmente por experiencia vivida to de agarrar (prehensio) o de asir
(corrientemente opuesto en nuestros con ( cu1n), a la vez, por un solo acto
días " explicar). de la mano o del espíritu.
11. Comprenderlo todo no es A- Lóg. (correl. de extensión•):
perdonarlo todo. (E. RENAN, Dial. conjunto de los caracteres que el aná-
et fragm. phi/., 311.) lisis descubre en un concepto. En la
12. Explicamos la naturaleza, comprensión de francés entra el ser
comprendernos la vida psíquica. europeo, hombre, mamifero, etc. La
(W. DILTHEY, Le monde de l'cs- comprensión de francés responde a la
¡,rit, I, 150.) pregunta: ¿qué es un francés? La ex-
13. El historiador comprende, tensión, a la pregunta: ¿quiénes son
cuando se halla, en cierta medida, franceses?
en estado de ponerse en lugar de Comprensión y extensión se hallan
su ((héroe», allí donde él estaba, en en razón inversa: «El ser» tiene una
el tiempo en que él vivía. (E. D,1R- comprensión mínima y una extesión
DEL, L'hist., se. du concret, 37.) máxima; un término que designa a un
individuo (Pedro, esta flor) tiene una
14. Explicar un delirio no . es extensión mínima y una comprensión
todavía comprenderlo, y a la in- máxima. De ahí el adagio: omne i11di-
versa. La oposición parece, puea, vúluu,n ineffabilc (todo individuo es
incorporable a la de _la. intuici?n inefable: es imposible decir de él todo
simpática y el entend1m_1ento <l1s- lo que podría decirse).
cursivo, lo abstracto racional Y lo
concreto existencial. (M. MARSAL, 20. Cuando un término está
contenido en extensión en otro, el
en Voc. de LALANDE,) segundo está contenido en com-
15. La aparición del compren- prensión en el primero. La exten-
der significa que pasamos de las sión y la comprensión de los con-
ciencias de la naturaleza a las cien- ceptos se hallan, pues, en razón in-
cias del hombre. (J. MoNNEROT, versa una de otra. (GOBLOT, Tr. de
Lea jaita soc. ne aont pas des ch., /og., 104.)
43.) 21. no puede dudarse que, en
JG. Tratar de comprender es el caminar espontáneo del pensa-
con frecuencia aprender a no odiar miento, la comprensión prima so-
y es a veces aprender a amar. bre la extensión (... ) .
(Aug. BRÉAL, Chemineme11ts, 183.) La lógica de la extensión se ase-
17. Casi toda la sociología ale- meja n In concepción puramente
mana tiende a la comprensión (en legal de la ciencia. (E. MEYERSON,
el sentido amplio del término). To- Chcniin. do la pcirsée, 203, 207.)
161 COMl'RENSlóN

22.Todo concepto (... ) es el re- cológica (... ) . El descubrimiento de


sultado del planteamiento de una un nexo objetivo de causa a efec-
ecuación, de una síntesis efectua- to, constatado desde fuera (por los
da o correspondencia establecida métodos de las ciencias naturales)
entre una extensión y una com- no es llamado nunca comprensión,
prensión, un campo de aplicabili- sino siempre c:cplicaci6n (Erklü-
dad y un contenido de inteligibi- rung), (K. ,JASPERS, Psychopathol.
lidad, un conjunto de existencias y gén., 26.)
un conjunto de caracteres. (E. LE 26. al lado de la explicación
RoY, Pcnsée intuit., 70.) causal hay que hacer sitio, en psi-
V. Universa,/, 16. cología, a la explicación teleológi-
B. En el uso ordinario. l. En sen- co;, que puede dútinguirse ctnt el
tido puramente intelectual: acto de uombre de comprensión. Un pro-
comprender, es decir, de descubrir o ceso psíquico es «comprendido»
conocer el porqué o el cómo de lo que cuando se ha descubierto cuál es
se estudia. Este modo de comprensión el interés que tiende a satisfacer.
es una explicación que uno se da a sí En tanto que la explicación caus.il
mismo. considera los procesos psíquicos
23. Que hace mucho tiempo que desde fuera, la comprensión los
considera desde dentro, desde el
tocante a la comprensión de los punto de vista del yo, del sujeto.
grandes problemas no he encon- (E. CLAPAREDE, Psyclwl. de l'en-
trado (... ) nada que vuelva a fa;nt, 396.)
abrirme el apetito. (J. RoSTAND,
Carnet d'un biol., 161.) 27. la comprens1on, conoci-
23'. Toda palabra tiene, de una miento ya. no en la tercera perso-
parte, uno; forma;; de otra parte, na, sino en primera... (G. Gus-
u11 signifka;do; de otra parte, y es D0RF, Tr. del l'exist. mor., 81.)
lo más misterioso de ellas, un sen- 28. Para la explicación, lo sim-
tido, La más profunda, la más va- ple es la razón de lo complejo:
ledera de las comprensiones de un para la comprensión, lo uno es la
vocablo, será aquella que penetre razón de lo múltiple. (P. RIC0EUR,
el secreto de su sentido. (E. o'ORS, en Probl. act. de phénom. 120
Tres lecciones en el M. del Prado, Desclée de Br., 1952.) ' '
157.) Ad. E. 29. El verdadero historiador
2. Con una componente afectiva: [de la filosofía] da crédito a su
actitud de quien, poniéndose por sim- autor y juega hasta el fin la car-
patía en el lugar de los demás, los juz- ta de la coherencia: comprender
ga con mayor benevolencia. es comprender por la unidad· la
24. Mi indulgencia, hecha de comprensión opone, pues, un 'mo-
comprensión, debe extenderse a mi vimiento centrípeto de marcha ha-
propia debilidad. (M, BARRES, Un cia la intuición central al movi-
homme libre, 206.) miento centrífugo de la explica-
ción por las fuentes. (P. RrcoEUR,
24'. La precaria felicidad de es- Hist. et vérité, 59.)
te mundo no se compra con otra
moneda que la comprensión. De la 30. Para captar el sentido de
comprensión, que a veces es dolor, u!la conducta humana hay que
es de donde brota, y no de otra disponer de lo que los psiquiatras
fuente, la perfección. (G. MARA- e historiadores alemanes han lla-
ÑÓN. Ensa¡¡os libera;/cs, 66.) Ad. E. mado «comprensión». Pero no se
trata aquí de un don particular,
C. En el voc. fil. contemp. (por op. ni de una especial facultad de in-
a explicación) : neto del espíritu que tuición: este conocimiento es sim-
procede por intuición sintética o ex- plemente el movimiento dialéctico
periencia vivida y no por constatación que explica el acto por su signifi-
de coincidencias constantes o por re- cación terminal a partir de sus
ducción del hecho particular n la ley condiciones iniciales. (J.-P. SARTRE,
general. Esta clase do comprensión Cril. ele la mison dial., 1, 96.)
desempeña un papel capital en las
ciencias humanas. 31. nuestra comprensión del
26. Reservamos el término com- otro se realiza necesariamente por
prender ( vcrste/1en) al conocimien- los fines. (lbíd., I, 98.)
to obtenido por interpretación psi- V. Empatía; Fcuomeuología, l.
11. llicciunnrio 111"1 Lr11guajc Filo;:Micu.
COMPROMISO 162

Comprensivo. A. Aplicado a los tér- criado. (Fr. LUIS DE GRANADA, Guia


minos (princip. en Lóg.), a lns opera- de pecadores, 22.) Ad. E.
ciones o a las obras del espíritu: que lncom¡,rcnsible. Que no puede ser
abarca un número más o menos gran- comprendido.
de de caracteres o de cosas. Hombre
es más comprensivo (tiene una mayor 36. [Incomprensible e inconce-
comprensión en el sentido A) que ma- bible.] Lo primero se dice de las
mífero. La historia actual es más com- cosns de las que no se puede dar
prensiva (no se limita a la crónica po- razón, lo segundo de aquellas ~e
lítica y militar). las que no podemos formarnos
una idea. (CONDil,LAC, Sign., III,
32. el primer golpe de vista 330.)
[ v. sincretismo, cit.] es general,
comprensivo, pero oscuro e in- V. Indefinido, 2; Filósofo, 23.
exacto: todo se da en él amonto- COMPROMISO
nado sin distinción. (E. RENAN,
A venir de la se., 302.) Compromiso. Lat. compromissum (de
ctun, con, y pro-mittere, prometer mu-
33. De todas las ciencias que tuamente, comprometerse, confiar a
se ocupan del hombre, desde la un árbitro), compromiso, convenio, pro-
anatomía hasta la economía poli- mesa mutua. Equivale al francés enga-
tica, la medicina es la más com- gcmcnt.
prensiva. Sin embargo, está lejos
de hacerse cargo de su objeto en A. l. Acción de comprometerse
toda su extensión. (A. CARREL, (compromiso activo o subjetivo), es
L'lunnme, cet inconnu, 344.) decir, de contraer una obligación legal
V. Inteligencia,, 11. o moral, o también aquello a lo que
uno se ha comprometido. El compromi-
B. Aplicado a las personas. En sen- so mutuo de los esposos. Firmar un
tido puramente intelectual: que tiene compromiso con la Marina. La expi-
una inteligencia abierta, amplia. ración del compromiso.
34. Todo cuanto distingue (... ) l. Llamo compromiso en senti-
los espíritus comprensivos y deli- do subjetivo al acto por el que un
cados de los espíritus vulgares se ser crea por sí mismo la situación
retrotrae a esa facultad de cap- que le compromete. (M. NÉDONCEL-
tar las más finas analogías ... LE, De la, fidélité, 38.)
(TAINE, De l'intellig., II, 265.)
2. Un compromiso que ha de
2. Con un matiz afectivo: que, por durar hasta la muerte no debe ha-
experiencia vivida, o intuición simpá- cerse sino con grandes precaucio-
tica, se pone fácilmente en el lugar de nes. (MOLIERE, L'avare, I, VII.)
los demás y los juzga con benevolencia.
C. Aplicado a los métodos (en las 3. el compromiso en que uno se
ciencias humanas) : que procede por ha puesto de defender un senti-
experiencia vivida, realmente o en la miento turba la visión del espíri-
imaginación. Psicología, historia, so- tu y le hace tomar por verdadero
ciología comprensivas. cuanto sirve a su fin; y el único
remedio que a ello puede ponerse
V. Ambiente, 5. es ol de no tener otro fin que la
Comprensible. Lat. co,nprehensibi- verdad y examinar con tanto cui-
lis, que puede ser asido (propio y fig.). dado los razonamientos que ni el
Que puede ser comprendido; aquello propio <.'Ompromiso pueda enga-
de lo que puede conocerse la naturale- ñarnos. (l,og. de Port-R., III,
za, la causa o la razón, Der.: compren- XX, 9.)
sibilidad. 4. ¡ Cuántas personas toman los
Sin.: inteligible, explicable. compromisos por deberes! Es la
35. Puede decirse que <1el eter- virtud de quienes no tienen otra.
no misterio del mundo es su com · (Vizconde De BoNAW, Pen.sées s. la
prensibilidad». (A. EINSTEIN, Con- mora/e, CEuvres, III, 1379, ed. Mig-
ccptions scient ... , 62.) ne.)
85'. todas las criaturas, como 6. los compromisos que no for-
son limitadas, así son comprcnsi- tifican los deberes debilitan las
b.Jcs; mas sólo aquel Ser divino, virtudes. (lbíd., III, 1382.)
así como es infinito, así es incom- 6. no convcndríu negar o rehu-
prensible a todo entendimiento sur todo compromiso afectivo del
163 COMPROMISO

terapeuta ( ... ) .. Pc~o conviene una clición. (G. GUSD0RF, Tr. de l'e:óst.
toma de conc1enc,n reflexiva de mor., 264.)
ello, a fin de controlar, ni menos, V. i'rlérito, 3.
sus efectos eventuales. Frente nJ B. En nuestros días se ha propa-
enfermo, el terapeuta se esfuerza gado, en la esfera religiosa y, sobre
por permanecer disponible y rea- todo, en la político-social, una místic_a
lizar los compromisos y desasi- del compromiso, que puede caracteri-
mientos deseables con arreglo a la zarse como la acción: l.ª, no de com-
situación. (G. DESIIAIES, Psychopa- prometerse a algo determinado, sino
thol. gén., 190.) de poner fuerzas y pensamiento al ser-
V. Lectiira, 11; Riesgo, 3. vicio de una causa; 2.•, de tomar una
clara conciencia reflexiva de la situa-
2. Situación del que se halla com- ción, en particular de la situación so-
prometido (compromiso pasivo u obje- cial, en la que uno s~ halla compr~-
tivo), de la que se derivan obligaciones metido y asumir sus intereses u_ obh-
que ha de asumir, aunque no las haya gaciones; 3. •, de obrar como s1 uno
contraído por libre decisión. estuviese seguro del valor absoluto de
7. La grandeza de In casa de su elección, sabiendo .ª la vez que se
que procedfa no era para •!la corre el riesgo de equivocarse.
sino un más estrecho compromiso 12. Moral del Compromiso: así
con el cisma de sus antepasados. creo que habría que definir el có-
(B0SSUET, Or. /1111. d' Henriettc digo personal que rige mis accio-
d'Angl.) nes ( ... ). Toda mi vida he inten-
8. Algunos compromisos se for- tado, por instinto más que por
malizan sin que intervenga nin- intención deliberada, ser fiel a los
guna convención, ni de parte del compromisos, a los seres que ama-
que se obliga ni de la de aquel ba, a mi país. Lealtades contradic-
hacia el que está obligado. (Códi- torias han hecho a veces la elec-
go Civil fr., art. 1370.) ción difícil, casi imposible. (A.
MAUR0IS, Mémoires, 1, 332-333.)
9. tener tan sólo cuidado de
que [los niños] estén orgullosos, 13. si no se quiere que el com-
no de haber cumplido con su de- promiso sea una ficción ( ... ). Com-
ber en tal o cual ocasión, sino de prometerse verdaderamente es, por
que les crea incapaces de faltar a así decirlo, firmar a Dios una le-
él: así el sentimiento de su méri- tra en blanco, sin saber lo que él
to será para ellos un compromiso escribirá allí más tarde, sabiendo
de sostenerlo. (Mme. GUIZ0T, Édtt- solamente que nunca dejará de
escribir. (Y. DE M0NTCHEUIL, Probl.
cat. domest., 6.ª ed., 1, 218.) de vie spirit., 105.)
10. Llamo compromiso en sen- 14. Nunca trabamos más que
tido objetivo a una situación que combates discutibles por causas im-
obliga n un ser a tomar actitudes perfectas. Rehusar por ello el com-
de las que dependerán su existen- promiso es rehusar la condición
cia o el valor de su existencia. humana. (E. !lloUNIER, Personna-
Es fácil comprobar que todo ser lisme, 111.)
viviente se halla «comprometido» 15. No existe ninguna espiri-
en tal sentido ( ... ). Vivir es estar tualidad del compromiso que no
comprometido a vivir, es estar em- deba equilibrarse mediante una
barcado antes de haberse uno mis- espiritualidad del desasimiento. (E.
mo comprometido. La existencia es MoUNIER, Tr. d1t caract., 587.)
así, ante todo, una obligación pu- 16. nuestFa época, que tan nito
sivn, una suerte que hemos de su- habla de compromiso, no se com-
frir. (M. NfnoNCELLE, De la ficlé- promete tanto como dice. Cultiva
lité, 26-27.) el semblante de compromiso, qua
11. El compromiso con las di- es el compromiso con la rausa que
versas comunidades de que la per- va seguramente a triunfar. (J.
sona fo1·ma parte aparece como GUITTON, JéBltS, 193.)
necesariamente ambiguo. Cada 17. El hombre sólo adquiere Al
grupo humano trnc consigo oportu- conocimiento de lo que es median-
nidades de expansión, pero repre- te el c01npromiso de su ser en
senta también un peligro de por- un mundo determinado. Sabe que
COMPROMISO 164

pierde totalmente la percepción del do en un enojoso proceso (entablado


curso total de las cosas cuan• por otro).
do se sitúa en la actitud de un 23. Me he comprometido, Mni-
espectador exterior que, precisa- tre J acques, a dar de cenar esta
mente, querria conocer la totali · noche. (MOl,IERE, I}avare, 111, v.)
dad. (K. JASPERS, Situatioll spi- 24. El individuo ( ... ) es único
·rit ... , 240.) en el mundo, comprometido en una
18. El viejo Rolland publicó un naturaleza, en un suelo, en una si-
llamamiento público en pro de 111 tuación que sólo a él pertenecen,
independencia del espiritu. Pedía pero que son los vehiculos de una
firmas. Le envié la mía sin dudar ley común cuya explicación debe
ni siquiera de mí ( ... ). Era mi pri- hallar en sí mismo. (L. LAVELLE,
mer compromiso público. (J. GuÉ- La par. et l'écrit., 187.)
HENNO, Foi diffkile, 29, 30.) 25. La conciencia inmediata no
19, [La teología moral] tiene es contemplativa, sino activa, com-
por fin ( ... ) formar cristianos ]lromctida. (G. GUSD0RF, Tr. dr
«adultos» que comprometan libre- l'exist. mor., 109.)
mente su destino. No es ella la eP• 26. De hecho, el horizonte per-
cargada de adquirir ese compro• sonal es siempre un horizonte com-
miso en su lugar. Nadie puede prometido, es decir, inserto en
comprometerse en lugar de nadie. un concepto social, en una situa-
(B. OLIVIER, JI! orale chrét. et re- ción de conjunto que le da su sen-
quétes contemp., 254.) tido, que plantea las preguntas y
20. una grave y solemne ad- proporciona los elementos para las
vertencia se impone a cuantos respuestas. (Ibíd., 266.)
( ... ) han repudiado lo universal, o V. Acto, 2.
incluso, mucho más profundamen•
te, a los que pretenden sustituir, B. Hoy (acepción mística): se dice
también absolutamente de las personas
como quizá fue mi caso en otro (un hombre, un escritor comprometí•
tiempo, las categorías tradiciona- dos) y de las actividades humanas
les organizadas en torno a la idea puestas por compromiso personal al
de verdad por categorías trágicas servicio de una causa (filosofía, lite-
como las de compromiso, envite, ratura comprometidas).
riesgo. (G. MARCEL, en Le •mal est
parmi 1tous, 51, col. «Présences».) 27. El hombre comprometido
lleva sus afirmaciones como vivos
21. En cada nueva situación misterios, siempre preñados de fu-
[ el político] tiene que volver a in- turo, no como depósitos muertos o
terrogarse sobre sus fines, que como esclavos. Es de In raza de los
elegirlos y justificarlos sin ayu- que creen: una raza de hombres
da. Pero es precisamente en ese li- modestos a la vez que seguros. (E.
bre compromiso donde reside la M0UNIER, Tr. du earact., 694,)
moral. (S. DE BEAUV0IR, L'cxist. 28. Se habla siempre de com-
et la, sag. des nations, 91-92.) prometerse como si dependiese de
22. Sólo puedo existir compro- nosotros; pero esta,nos comprome-
metiéndome, y mi compromiso no tidos, embarcados, pre-ocupados.
puede contentarse con haber sido Por eso la abstención es ilusoria.
lúcido de una vez para siempre: (E. M0UNIER, Personnalisme, 112.)
la elección auténtica que hago de 29. Un hombre no existe a la
mí mismo no es una solución, sino manera del árbol o el pedrusco:
el punto de partida de nuevos pro- tiene que hacerse obrero ( ... ) : está
blemas. (F. JEANS0N, Le probl. mo- comprometido, hay que envidar, y
ral et la 7JC11Bée de Sctrtre, 352.) la abstención es una elección. To-
V. Ser lll, 59, 61; S<'rio, 2. talmente comprometido y totalmen-
Comprometido. A. Antaño (acep- te libre. (J .-P. SARTRE, Presenta-
ción juríd. o mor.): se decía, hablando ción de Tcmp• modernos, en Situa-
de personas, del que se halla sujeto a tions, 11, 18.)
determinadas obligaciones, bien por 80. ¿Habla algo más compro-
haberlas contraido libremente, bien metido, más propicio n disgustos
porque sean el resultado de una situa- que el designio de ntncnr II In
ción independiente de él. Comprometi- Compañia de ,Jesús? Pues con ello
165 CO!'tlUNICAClóN

tejió Pascal sus Provincia-les, (J.- Sentido comp1trsto. Se op. a sentido


P, SARTRE, Situationa, 11, 76,) dividido. Se dice de términos que im-
plican dos o más ideas cada una de las
31. Yo diria que un escritor es- cuales puede ser aludida con indepen-
tá comprometido cuando tmta de dencia de las demás. Así, el término
adquirir la conciencia más lúcida «ciego» quiere decir, en el uso corrien-
y plena de hallarse embarcado, e~ te, «individuo ciego•. Cuando San Juan
decir, cuando hace pasar el com- Bautista, en el Ev. de San MATEO, XI,
promiso, nara sí y para otros, de 6, dice: «Los ciegos venD, ((ciegos» de-
la espontaneidad inmediata a la be tomarse en sentido dividido (in se11-
reflexión. ( lbld., 124.) su diviso), porque no es el ciego quien
32. El concepto de «filosofía ve, sino el individuo en otro tiempo
comprometida» ( ... ) está ligado a ciego; por el contrario, la proposición
la negativa y admitir verdades y «los ciegos no lo ven» es verdadera en
valores eternos y a la precedencia sentido compuesto (in sensu co,npo-
concedida a la acción sobre la con- trito).
templación. La filosofía marxista Comulgar, V. Comunión.
sólo puede ser comprometida, po- Común. Lat. comm11nis, repartido
dríamos decir que por definición. entre todos, compartido. Se opone a
Pero es sin duda porque no es una propius.
filosoffa. (R. VANC0URT, La phi/o•. A. Que es propiedad o hecho de
ot sa; struct., 1, 17, n.) varios, de la mayoría o incluso de to-
33. La «literatura comprometi- dos. Bienes comunes (por op. a bienes
da» -comprometida hasta el cue- propios). Sala común. Hacer bolsa co-
llo en el nudo corredizo de la po- mún. Acción común. Opinión común.
lítica- hubiese sido mortal para Bien• común.
la literatura. (A. BLANCHÉ, La lit- (... ) lo especüico es algo cierta-
tér. et le spir., 143.) mente «común», pero algo que es
común por estar «comunicado»; só-
34. .. .el ingeniero que no re- lo en la medida en que algo está
suelve en la fábrica los problemas comunicado o es comunicable pue-
a los que cabe aportar soluciones de ser específicamente común. (X.
y va a hablar de reformas de es- ZUBIRI, Sobre la; esencia, 309.) Ad.
tructura en un sindicato o un par- E.
tido polftico, la madre de familia
que educa mal a sus hijos y va B. Con acepción peyorativa: falto
de distinción, vulgar.
a plantear reivindicaciones en las
reuniones de padres de alumnos, COMUNICAClóN
todos esos no son comprometidos,
son evadidos. (Th. SUAVET, Spiri- Comunicar. Lat. co,nmun.icare, po-
tua;lit• de l'enga;g,, 107-108.) ner en común.
A. Estar en relación con. Esta ha-
COMPUESTO. Lat. compositus, part, bitación comunica con el despacho. Pe-
pasado de componere (panero, poner; dro y Pablo se comunican con frecuen-
cum, con). cia.
Que consta de varias partes o va- B. Transmitir algo, en particular
una información. La biela comunica el
rios elementos. movimiento a la rueda. La agencia de
Lóg. Término compuesto: que com- prensa comunica las últimas noticias.
porta varios términos; por ej., la pro- El comunicado (part. empleado substan-
pos. «Pedro y Pablo son inteligentes tivamente) del ministerio.
y estudiosos» tiene por sujeto y por Comunicación. Lat. com.11iunicatio 1 ac-
predicado términos compuestos. ción de comunicar, de hacer conocer.
Propo•ici6n compuesta: que compor- A. Hablando de cosas: lo que per-
ta varias JH'OJJosiciones subordinadas o mite tener relaciones o ir de un lugar
coordinadas. Por ej.: «Si eres len!, a otro. Establecer una comunicación
tendrás la conciencia tranquila e ins- entre dos habitaciones (mediante una
pirarás confianza.» puerta), entro dos ciudades (mediante
SiloyiH1110 rom71ursto: rnzonamienlo la vía f6rrea, el avión ... ). Lns comu-
complejo ,¡uc, puede explicilnl'Be en va- nicncione• postales, telefónicas ...
·l'ios silogismos encadenados ent1·e si. U. Hablando de personas. l. En
co,IUNIDAD 166

sentido abstracto: acción de comuni- municnc10n indirecto, es decir, que


car nlgo a alguien. Comunicación de se reali1,a n pesar del lenguaje,
una noticia, de un dorumcnto. por medios de fortuna... y a
l. La ciencia de la comuni- menudo a contrapelo del lenguaje.
cación de las ideas ( ... ) debe to- (G. Gusoom,, La paro/e, 7.)
davía aprender a expresar cada 7. un discurso preparado está
idea de la manera más clara po- lleno de efectos concertados; un
sible. (D'ALEMBERT, Disr. ¡,ré/nn., discurso improvisado halla los su-
p. 42, Colin, 1894.) yos por sumisión a la muchedum-
2. La comunicación de pensa- bre y sus deseos. Acabo por no
miento es siempre muy difícil pa- sentir ya más que las dificultades
ra quien tiene fuertes preocupa- de la comunicación y el intercam-
ciones metafísicas. (G. SoREL, Réfl. bio. (J. GUÉHENNO, La foi dilf.,
s. la riol., p. X. París, 1908.) 162.)
3. De hecho, la comunicación V. Comunión, 3, 4; HÜ!toria, 39; Si-
está corrientemente asegurada de lencio, 2.
una manera económica por el pro- Comttnü:ación de IJLB co11ciencias. A.
cedimiento de la alusión, porque Para la psicol. clásica: acción o con-
la identidad del pensamiento es- junto de acciones por las que diversos
tá ya a medias realizada en las sujetos se participan, gracias a los
circunstancias ordinarias de ln vi- diversos medios de expresión, Jo que
da social en el momento en que el piensan, experimentan, desean ... Esta
lenguaje interviene. (P. GUILLAU- comunicación es indirecta.
ME, Introd. a la psychol., 204.)
B. Para ciertos psicólogos de hoy:
2_ En sentido concreto: aquello mis- estado de varios y más comúnmente de
mo que es comunicado. Comunicación dos sujetos cuyas conciencias parecen
difundida por la radio. comunicarse sin ninguna intermedia-
Sin.: comunicado. ción de signos, por una especie de vi-
C. Psicol. Estado en el que pare- sión directa de Jo que pasa en el otro.
cen más o menos alzaclas las barreras Esta especie de comunicación sería di-
que separan a las conciencias entre sí. recta.
El orador debe crear una comunicación Pero es más creíble que sea a través
entre él y su auditorio; su palabra es del comportamiento de conjunto del
entonces comunicativa. La comunica- otro como tales estados interiores son
ción así comprendida participa de la conocidos por una de esas intuiciones
comunión. V. Psü:ología en segunda adivinadoras, que se apoya en inter-
persona, subjetividad (lnter-). mediarios sin tener conciencia de ello.
4. Es una gran ilusión creer
que, cuando dos seres entran en co- COMUNIDAD. Lat, con,munitas.
municación uno con otro, se comu- A. En sentido abstracto: carácter
nican uno al otro lo que ya tienen. de lo que es común, es decir, que perte-
Lo que se comunican es tan sólo nece a todos los miembros de un grupo.
el poder de adquirir uno por otro Comunidad de bienes, de sentimientos,
lo que ni uno ni otro tienen aún. de origen. En particular, régimen ma-
(L. LAVELLE, L'erreur de Narc., trimonial bajo el cual los bienes de los
42.) esposos son puestos en común, ya sea
5. la comunicación con otro totalmente, ya en parte (comunidad re-
sólo es posible si él penetra a su ducida a los gananciales).
vez en ese mismo silencio donde l. Cuando los esposos estipu-
parece que prosigue conmigo el lan que no habrá entre ellos más
diálogo secreto que eternamente que comunidad de gananciales, iC
prosigue consigo mismo. ( ... ) El si- considera que excluyen de la comu-
leneio, lejos de abrir la comunica- nidad las deudas de cada uno de
ción, cancela solamente el testimo- ellos, actuales y futuras, y su mo-
nio de ella, pero cuando es la más biliario respectivo, presente y fu-
perfecta y la más profunda, d turo. (Código Civil fr., art. 1498.)
propio testimonio se hace inútil. 2. Vivía ya junto a mi prima
(L. LAVELLE, La pOh'. et l'r'crit., en una consciente comunidad de
141.) gustos y de pensamientos... (A.
G. La comunicación más verda- GIDE, Si le grain 1w 111rurt, CEu-
dera entre los hombres es una co- vrcs, X, 161.)
167 COMUNlóN

3. No es el verdadero espíritu RE, Recontre• de la géogr. et de


de comunidad el que reina cuando la socio/., 206.)
en común, pero sin comunidad, se 7. La comunidad rural o de
lucha por arrancar a un mund,., pueblo es ol grupo rural básico que
que a ello se opone el cambio tan ha conservado un cierto número
ardientemente deseado de las ins- de caracteres comunitarios, ( ... )
tituciones. (M. BUBER, Dialo(lue, en En cierta medida, la cooperación,
La vio en dialogue, 138-130.) la mutualidad, tienden a reintro-
B. En partic. (en sociol.): forma ducir la noci6n de comunidad en
particular de agrupación social o de In vida rural... (M. CÉPEDE, en
sociabilidad. Diction. des se. écon. 1 de RoMEUF',
I, 257.)
l. El alemán TÜNNIES opone la co-
munidad (Gcmcinschaft) a la sociedad* D. La federación política formada
(Gcsel/$chaft). A diferencia de la so- por el Estado francés y otros Estados
ciedad (p. ej., sociedad industrial o li- o pueblos de ultramar.
ternria), fundada por un acuerdo o un 8. La República y los pueblos
contrato explícito y libre, la comunidad de los Territorios de Ultramar,
(p. ej. comunidad familiar o nacional, que, por un acto de libre determi-
comunidad que constituye una aldea) nación, adoptan la presente Cons-
se crea con independencia del indivi- titución, instituyen una Comuni-
duo: normalmente, se nace en ella, y si dad.
a ella se llega, no basta con un acto La Comunidad se funda en la
jurídico como el matrimonio pnra ha- igualdad y la solidaridad de los
llarse psicológicamente integrado en pueblos que la componen. (Cons-
ella. titnción fr. de 1958, ar. l.º)
En un sentido análogo, el ruso BER- V. Arbitrio, 7.
DIAEF~· la opone a la colectividad. Comunitario. De la comunidad. Que
4, La comunidad es una frater- constituye una comunidad. Bienes co-
nidad real de los hombres. Supone munitarios. Vida, régimen comunita-
In transformación y la transfigu- rios.
ración de los hombres. Es orgáni- Comunitarismo. Organización social
ca, implica la libertad; la colecti- fundada en el régimen comunitario.
vidad, en cambio, significa una Este se distingue radicalmente del ré-
agregación forzada y mecánica de gimen colectivista o comunista por su
los hombres, su subordinación a carácter personal ista.
una pseudorrealidad que se halla 10. El comunitarismo (... ) es
fuera y por encima de ellos. En
ella los hombres pueden permane- personalista; se funda en la co-
cer extraños entre sí. (N. BER- munión y la comunidad de los hom-
bres. ( ... ) El colectivismo es una
DIAEFF, en L'lt01nmc daus la civi-
concepción de la comunidad a tra-
lisation technique, 75, Bnconniere, vés de las cosas, de los objetos.
1948.) (N. BERDIAEFF, Royaume de !'es-
2. En G. GURVITCH: nivel de socia- prit ... , 115, 117.)
bilidad intermedio entre la masa• y la COMUNióN
comunión*. V. Microsociologfa.
Comulgar. Prop.: recibir el sacra-
5. Al ser la Comunidad In for- mento de la Eucaristía y, mediante él,
ma mús equilibrada del Nosotros, unirse en primer lugar a Cristo, y des-
es también, por esta razón, la más pués a las demás personas que comul-
estable y la más frecuente. (G. gan.
GURVITCII, Voc. act. de la socio/., l. He tenido algunas personas
140.) en ,la misa de medianoche, que ce-
C. En sentido concreto: grupo de lebraba sin ilusión y por seguir el
hombres que viven en común con ayu- ejemplo de mi predecesor. Comul-
da de recursos que no son ele su pro- gué solo, pobre verbo comulgar ...
piedad personal. Comunidad religiosa. (H. QUEFFELEC, C/ic1>1ins de tcr-
Comunidad de trabajo, l"C, 56-57.)

n. Grupo de hombres ligados 11. Por anal. (comulgar con): parti-


por un conjunto de nspirnriones, cipar de las mismns ideas, de los mis-
de intereses, y que forman unn mos sentimientos.
unidad social localizada. (M. Son- V. 1lmistacl, 38.
COMl1 NISMO 168

Comunión. Lnt. conrn1.m,io, comuni- la comunidad II los IJíenes de produc-


dad, en part. la comunidad cristiana. ción y se dirige ante todo a impedil'
A. Aeto o estado del que comulga que In pl'opíednd privada permita In
en los sentidos A y ll. explotación de los trnbnjadol'es.
Por opos. ni socialismo: el comunis-
B. El grupo de los fieles que co- mo considera el socialismo de Estado
mulgan en una rnisma fe, es decir, en- como una etapa provisional tras de la
tre los que esa fe es común. Las dife- cual los trnbnjadores se administrarán
rentes comuniones cristianas. por sí mismos; el principio «a cada
c. Sociología (G. GURVITCII). For- uno según su capacidad» es sustituido
ma superior de la socialidad en la que por el de «a cada uno según sus ne-
la fusión es máxima y la presión mí- cesidades». La URSS está todavía en
nima. V. llfie1·osocio/ogfa. la etapa del socialismo de Estado.
2. La Masa, la Comunidad y la El comunismo, meta del socid-
Comunión no son sino matices de lismo, es el estado social en el que,
la sociabilidad por fusión parcial puestas en común todas las fuer-
( ... ). zas productivas y asegurado el
La Comunión representa el grado auge de todas las fuerzas intelec-
máximo de la intensidad de parti- tuales y morales, gozarán todos
cipación, de la fuerza de atracción de un reparto de las riquezas con-
y de In profundidad de fusión en forme a la libre expresión de sus
el Nosotros, cuyos miembros no ex- necesidades. Ln divisa del comu-
perimentan por ello mismo sino In nismo es, pues: de cada uno según
presión mínima. (G. GuRVITCH, sus medios, a cada uno según sus
Yoc. act. de la socio/., 146.) necesidades. (M, TABARAUT, Petit
catéch. social.)
3. Hay una diferencia radical
entre la comunicación y la comu- CONCEPTO
nión. La comunicación entre las Concebir. Lat. concipere; part. pasa-
conciencias supone siempre la des- do conceptus, de donde el subst. concep-
unión y la disociación. (... ) Nun- tio.
ca, en ninguno de sus escalones, A. Prop., hablando de la mujer:
podría llegar a la comunión, a la formar un hijo en su seno, quedar en-
fraternidad humana. (N. BER- cinta.
DIAEFF, Cinq médit., 190.)
l. El hijo concebido durante el
4. La comunicación sin comu- matrimonio tiene por padre al ma-
nión se realizaría en el plano del rido. (C6digo Civil fr., art. 312.)
discurso socializado y no sería más
que adaptación recíproca de obje- B. .Fig.: formar rep1-esentaciones
tos. Pero la comunión sin comuni- en nuestro espiritu.
cación quedaría en una experien- l. En sentido amplio: toda clase de
cia vivida, sin esa transparencia representaciones. En este sentido, in-
que es lo único que me permite concebible es sinónimo de inimaginable.
apropiármela subjetivamente; aná- Sin,: imaginar, comprender.
loga, en última instancia, a esos fe- 2. Hacedle al menos concebir,
nómenos de contagio emocional que [por vuestra frialdad.
permanecen extraños a la concien- que debe noner en otra par-
cia porque la colman. (R. JOLIVET, [ te sus deseos y su esperanza.
Essa.i s. le probl. et les co11d. de (RACINE, Nerón a Junia en Bri-
la sfocfrité, 139.) tanicus, 11, IV, 673.)
COMUNISMO. Doctrina u organiza- 3. Cuando un buen escultor
ción político-económica que elimina la modela una estatua, cualquiera que
pl'opiedad privada y establece la co- sen, tiene ante todo que concebii·
m unídad de bienes. con fuerza el movimiento general.
A. El comunismo absoluto (más o (RODIN, cit. por H. DELACROIX,
menos utópico) : establece la comuni- Psychol, de l'art, 159.)
dad de todos los bienes, comprendidos 2. En sentido estricto: formar con-
los de consumo. Es el pl'evísto en la ceptos, es decil', Ideas abstractas, Se
República de PuTÓN para las clases distingue de imaginar•.
supel'Íol'es de la sociedad. 4. No puedo, pues, propiamen-
B. El comunismo marxista: reduce te imaginarme una figura de 100
169 CONCEPTO

ángulos. ( ... ); y, sin embargo, ¡,ue- imágenes, sino símbolos. (H. BERG-
do c9ncehirlu muy clara v muy dis- S0N, Évol. cr., 161.)
tintamente. (Lag. ele Port-Roual, 10. El concepto aislado no es
I, 1,) nada. Todo concepto es un esbo-
5. La prolongación hasta el in- zo de juicio. No se piensa un con-
finito de la curva y de su asin- cepto, el árbol, por ejemplo, o la
tota no puede ser, en verdad, ima- virtud, más que pensando algo del
ginada, pero es muy claramente árbol o de la virtud. La compren-
concebida. (A. C0URN0T, Traité de sión de un término es como una
l'enchainemcnt ... , n. 23, p. 28.) lista abierta de juicios en número
6. ante la palabra árbol, so indefinido, es decir, que el espíri-
bre todo si la leo despacio y con tu flota entre una serie de afir-
atención, se despierta en mí una maciones más o menos vag-amente
imagen vaga, tan vaga que en el esbozadas. (H. DELACR0IX. en el
primer momento no puedo decir si N. Traité de DUMAS, V, 110.)
es la de un manzano o la de un 11. El concepto es un pensa-
abeto. ( ... ) Lo que concibo es, miento abstracto, relativamente
pues, cosa distinta de lo que ima- inmutable y designado por una pa.-
gino, y mi concepción no es la f1- labra. (A. BURLOUD, Pensée ccm-
gura vacilante que la acompaña. eept., 47.)
(TAINE, De l'i,,tellig., 1, 36, 38.) 12. El concepto es, si se quie-
7. Nuestra inteligencia obtie- re, la idea en tanto que represen-
ne de las cosas dos tipos de repre- tación cerrada y estancada: resul-
sentaciones completamente distin- tado, época del pensamiento; veo
tas, según se aplique a percibir- en ello algo de distinto, de termi-
las o se esfuerce en concebirlas. nado, dotado de una identidad es-
(... ). Llevada a su extremo lími- table ( ... ). Por el contrario, idea.
te ( ... ), esta actividad desemboca- cuando se opone a concepto, sería
l'Ía en la oposición de lo dado y lo más bien la palabra convenient~
construido. (J. CHEVALIER, L'i<lée para designar un principio direc-
et le réel, 121.) tor, un sentido y un impulso de
conceptualización; en resumen, ur
V. Imaginación, 32. proyecto que orienta una investi-
Concepto. Lat. conceptus (der. de gación, y que dejamos abierto y
concipere, concebir) : el fruto de la con- flexible: hay un significativo pa-
cepción mental. rentesco entre wea e id'!a/. (E. LE
Representación mental abstracta y Rov, Pensée intuit., I, 55.)
general. El concepto de justicia, de ne- 13. Los conceptos, vacíos de
cesidad. Idea, se arrastran sin luz al ni-
Sin.: jdea• general, noción 11 • vel de las palabras que son sus
portadoras y en cuyas dimensiones
A difereneia de «idea», que pertene- planas están como apergaminados.
ce al lenguaje común, «concepto» es un (J. VIALATOUX, Le discours et l'in-
término técnico de la filosofia. Por eso tuition, 89.)
tiene un sentido más preciso. Es tam- 14, ¿Qué es, pues, en definiti-
bién más objetivo: mientras puedo te- va el concepto? Es la cosa misma,
ner mi propia idea de la justicia, el la naturaleza inteligible recibida
concepto de justicia es independiente de los sentidos gracias a la abs-
de mi y como exterior a mi espíritu. tracción y llevada por el espíritu
En tanto que «cada uno tiene sus dentro de si al grado supremo de
ideas» que son más o menos persona• inmaterialidad. (J. MARITAIN, Ré-
les, más o menos brillantes, los concep- llexio11s s11r l'intelligencc, p. 327.)
tos son impersonales.
8. Lo que se llama el tipo aris- 15. El concepto no es /o q11c es
tocrático, dice Georges Frémont, conocido cuando nuestra inteligen-
os un puro concepto del espiritu. cia trabaja; es el medio de la in-
No tiene mayor realidad que el ti- telección: lo que por ese medio
po clásico de la Bacante o de la conocemos es la propia nat:.iraleza
Música. (A. FRANCE, l\lamicqwin o determinación inteligible de una
c!'osier, 204.) cosa actualmentl.! posible o rxisten-
te. (J. MARITAIN, Degr<'• clu scu•ufr,
9. Los conceplos (... ) no son yu 233,)
CONCEPTO 170

15'. Por muy impenetrnbles que en ella más que implícitamente.


dos cuerpos sean, lo son mucho (PAUL JANET, Tr. élém. de p/iilos.,
más dos conceptos. La Identidad, 367.)
poi· ejemplo, ofrece una nbsolut11 U. El producto de la acción de con-
resistencia a confundirse con la cebir. Lo que se concibe, lo que se
Diferencia. El hombre virtuoso es piensa. Toda clase de productos de la
siempre, a la vez, más o menos vi- actividad mental, desde los de In imagi-
cioso; pero la Virtud está exenta nación o In sinrazón (concepciones qui-
de Vicio. Los conceptos puros son, méricas, extrañas, ineptas) hasta los
pues, más claros, más inequivocos 1 del pensamiento racional (concepciones
más resistentes que las cosas de politicas, filosóficas, cicntfficas).
nuestro contorno vital, y se com- 18. Tal es ( ... ) la concepción
portan seg1\n leyes exactas e in- más moderna del número irracio-
variables. (J. ÜRTEGA Y GASSET, El
tema. de nuestro tiempo, Obras, III, nal, sobre la que se edifica todo
176.) Ad. E. el análisis. (J. CHEVALIER, L'i.cléo
et le réel, 96.)
15". El griego creyó haber des- 19. En la base de todas las teo-
cubierto en la razón, en el concep- rías cientlficas (... ) hay concep-
to, la realidad misma. Nosotros, ciones o representaciones, unas ve-
en cambio, creen10s que la razón, ces concretas y otras abstractas,
el concepto, es un instrumento do- por las que el investigador expe-
méstico del hombre, que éste ne- rimenta más o menos simpatla y
cesita y usa para aclarar su pro- a las que se adapta con más o me-
pia situación en medio de la infi- nos facilidad. (L. DE BR0GLIE, en
nita y archiproblemática realidad Les ,néth. dans les se. mod., 252,
que es su vida. (J. ORTEGA Y GAs- ed. Science et Ind., 1958.)
SET, La rebelión de las masas,
147.) Ad. E. 19'. Cada pueblo ha ido asen-
tando en su lenguaje su concep-
V. Comprensión, 22; Concreto, 2; ción abstracta del mundo y de la
/cica, 37, 38, 39, 40, 46, 47. vida, y en la extensión y compren-
Concepción. Lat. co11ccptio, acción de sión que da a cada vocablo va im-
conciperc, es decir, de contener, de con- plícita su filosofía. (M. DE UNA-
cebir. MUNO, Plc11-it11,l de plenitudes,
Obras escogi.clas, 228.) Ad. E.
Psicol. A. Acción mental (análoga
, al proceso fisioló¡dco por el que la Conceptual. Que es del orden del
'\ madre concibe un hijo) que consiste en concepto. La actividad, el pensamiento
formar, a partir de los datos de la ex- conceptual.
periencia, la representación intelectual V. Tiempo, 16.
de un objeto de pensamiento, es decir, Preeonceptual. Que es anterior a la
una idea o un concepto*. Para evitar formación del concepto, al pensamiento
la anfíbol. con el sentido B, se dice propiamente dicho; que se reduce a In
también coneeptualización. pura aprehensión del dato. Ésta es
Sin.: ideación. la experiencia que trata de recobrar la
fenomenología. V. predicativo (Ante-).
16. señalo primeramente la di-
ferencia qµe existe entre la ima- Conceptualización. Acción de con-
ginación y la pura intelección o centualizar, es decir, de formar concep-
concepción. Por ejemplo, cuando tos (sfo.: ideación•), de organizar en
imagino un triángulo, no lo conci- un sistema conceptual (sin.: sistemati-
bo solamente como una figura zaciónº).
compuesta de tres líneas y en ellas 20. la psicología general puede
comnrendida, sino que además de aportar mucho más a la psicología
esto considero esas tres Jíncas co- médica, dado que constituye una
mo presentes por la fuerza y la conceptualización más rigurosa de
aplicación interior del espíritu; y los hechos, de las hipótesis y
esto es propiamente lo que llamo de las teorins concernientes II la
imaginar. (DESCARTES, 6' lllhlit., personalidad, a la conducta... (D.
IX', 57.) LAGACIIE, en Enc¡¡cl. ,néclico-c/1ir.,
17. No hay concepción sin afir- :noao, A'", 1955.)
mación ( ... ), pero esta afirmación V. FiloHofía, 41.
inherente a la concepción no está Conceptualismo, Doctdnu según In
171 CONCIENCIA

cual el concepto es una realidad men- así decir, 11resente a si misma; gra-
tnl distinta ele las palabras (contrn el cias a él, el sujeto siente que siente,
nominalismo•), pero sin nada que le conoce que conoce ...
corresponda fuera del espíritu (contra 3. La conciencia podría muy
el realismo•). V. Nominalismo cientí- bien ser una sensibilidad de se-
fico (que constituye de hecho una for- gundo 1rrado: tener conciencia es
ma de conceptualismo) y Universa/es. sentir que se siente. (E. G0BL0T,
Co11ccptualis1110 realista. Doctrina clá- Syst. de• se., 156.)
sica .según In cual el concepto es una 4. la conciencia, aun reducida
realidad mental a la que, en los seres a su mínimo de intensidad, es siem-
individuales, corresponde alguna cosa, pre el acto por el que una multi-
a saber, una forma o tipo que perte- plicidad y una diversidad de esta-
nece o puede pertenecer a un número rlos son referidos a un yo y a uno
indefinido de sujetos. solo ( ... ). Lo que varía es la cla-
ridad de la percepción, no la uni-
CONCIENCIA dad del yo. (E. B0UTR0UX, De la
Lnt. co1r..scicntia, conocimiento o cien- contingence ... , 10 ed., 108.)
cia compartida con ( cum) otro (gr. 5. Lejos de hallarse ligada al
Bl}Jiei.desis, mismo signif. etimol.). La funcionamiento de la conciencia,
conciencia es un testigo. la actividad intelectual suele ser
En su acepción más amplia (que en- por ella perturbada; se escucha
globa la conciencia j,Qf;electual y la mal una sinfonía cuando se sabe
conciencia moral) ~ facultad que tiene que se la escucha; se piensa mal
el hombre de conocer inmediatamente cuando se sabe que se piensa: la
sus estados o actos interiores así co- conciencia de pensar no es el pen-
mo el valor moral de éstos. O también: samiento. (R. DE G0URM0NT, Cul-
este conocimiento mismo. ture des idées, 49.)
l. lo que hay de mejor en la 6. Parece que al ocuparse de-
conciencia moderna es el tormen- masiado de uno mismo, la propia
to del infinito. (G. S0REL, Réfl. s. conciencia turba su propio funcio-
la vio!., lntrod.) namiento (... ). Esta conciencia
2. Tengo conciencia de no ha- cancerosa emplea los procesos da
ber podido nunca ser justo con conciencia para invertir la fun-
ese viejo seductor [A. Gide]. (J. ción misma de la conciencia ( ... ) .
GUÉHENNO, La fc,i diff., 101.) La conciencia creadora es un pro-
2'. nadie ha probado que el ceso de compromiso, la concien-
hombre tenga que ser naturalmen- cia cancerosa, un proceso de eva-
te alegre. Es más: el hombre, por sión. La conciencia creadora es un
ser hombre, por tener conciencia, instrumento de verdad y de clari-
es ya, respecto al burro o a un dad, la conciencia cancerosa, un
cangrejo, un animal enfermo. La aparato de mistificación. (E. Mou-
conciencia es una enfermedad. (M. NIER, Tr. du caract., 283-284. )
DE UNAMUN0, Del sentinnieiito trá- 7. La conciencia de ser es el
gico de la vül.a, Obras escogidas, ser de la conciencia. (J .-P. SARTRE.
346.) Ad. E. L'etre et le n., 68.)
2". JOh, feliz culpa, de In cien- 8. Para ella [la conciencia]
[cia madre existir y tener conciencia de exis-
0
t6 hlci~te -~¡ V~rb~ .-~;.,;~: ~~: tir son la misma cosa. En otros
términos, In gran ley ontológica
[to es: conciencia, de In conciencia es la siguiente:
carne que toca y siente, que la 1ínica ·manera. de existir es pa-
[oye y ve! ra la concie1tcia tener conciencia
(M. DE UNAMUN0, El Cristo de de que existe. (J.-P. SARTRE, L'ima-
Velázquez, 3.' Parte, 11.) gi>1ation, 125-126.)
l. CONCIENCIA PSICOL<>GICA o 8'. la filosofía moderna, desde
intelectual (nlem. S"lbslbcwus•l•ein): Descartes, ha sustantivado «la»
sentimiento o intuición nuís o menos conciencia. Pero la conciencia no
clara ele lo que pasa en nosotros o in- tiene sustantividad ninguna; y ello
cluso fuera de nosotros. no porque sen sólo un acto, sin_o
A. l'rop. l. Saber que acompaña porque ni tan siquiera es acto, s1-
a 111 actividad psíquica y la hace, por no tan sólo carácter de algunos
CONCIENCIA 172

actos, de los conscientes. (X. ZU- es conciencia de odio: r.s concien-


BIRI, Sobre la ese11cia., 436-437.) cia de Pablo como odlable; el amor
Ad. E. oo es, ante todo, conciencia de si
V. A~rnr-1ºón 1 12; Emoción, 13; Psico- mismo: es conciencia de los en-
n11rilisis, 3; Scutido, 45, 87, 106, 107, cantos de la persona amada. (lbúl,
108; T,•s;s, 7, 8, 9, 10, 11. 03.)
2. Aelo o estado en los que se hace 17. Toda conciencia es, como
¡rntente esa pres~nria a uno mismo y ha mostrado Husserl, conciencia
que implican por ese mismo hecho la de nlgo. Esto significa que no hay
distinción entre: sujeto ronscientc, oh- conciencia que no sea posición de
joto conocido, acto de conocer. En efec- un objeto trascendonte, o, si se
to, conciencia dice a la vez: 1. 0 1 con- prefiere, que la conciencia no tie-
ciencia de sí como sujeto, es decir, co- ne «contenido». ( ... ) Una mesa no
mo principio activo del conocimiento; está en. mi conciencia, ni siquiera
2.0 , conciencia de lo otro («la concien- a titulo de representación. Una
cia es siempre conciencia de algo»), es mesa está en el espacio, junto R
decir, de un objeto distinto del sujeto. la ventana, etc. (J.-P. SARTRE, L'e-
En consecuencia, el conocimiento que trc et le 11., 17.)
el sujeto tiene de sí mismo no es in- 18. No toda conciencia es co-
tuitivo, sino reflexivo, es decir, luz que nocimiento (hay conciencias afec-
no se aparece a sí misma sino en la tivas, por ejemplo), pero toda con-
medida en que se refleja en el objeto ciencia co~osciente no puede ser
al que ilumina. conocimiento más que de su obje-
9. La conciencia es el acto in- to. (lbíd., 18.)
herente a todo pensamiento de 19. La conciencia es un ser pa-
afirmar un objeto para un suje- ra el cual, en su ser, se hace cues.
to. (0. HAMELIN, Essai ... , 271.) tión su ser, en tanto que este ser
Y. Intuic-ió11, 28. implica un ser distinto de él.
I O. Entiendo por conciencia la (lbíd., 29.)
puesta en conexión con el yo de 20. El ser de la conciencia, en
contenidos psíquicos. (C. G. JUNG, tanto que conciencia, es existir
Types psychol., 440.) a distancia de sí como presencia a
11. No hay, pues, conciencia sí. (lbfd., 120.)
más que de mi propia actividad ni V. Ausencia, 2; Espíritu, 71; Tras-
conocimiento más que de un obje- cendencia, 17.
to. (L. LAVELLE, en Les sciences et 3. En sentido amplio, se dice de
la sag., 7, Presses Universitaires todo conocimiento inmediato. No he te-
de France, 1950.) nido conciencia de que llovía. Tuve con-
12. todo conocimiento es ges- ciencia de ser seguido. Tengo una vaga
tual. Un gesto querido debe mez- conciencia de que ese rojo es más vivo,
clarse, por oscuramente que sea, de que ese razonamiento no es conclu-
tan intencionalmente como se quie- yente. Tener conciencia es entonces si-
ra, a todo acto de conciencia. (G. nónimo de darse cuenta, ver, conocer.
MADINIER, C011sc. et mou.v., 460.) Pero «conocimiento» tiene una acep-
13. La conciencia (... ) sólo ción más objetiva: esta palabra remi-
existe acoplada al lenguaje, y no te al objeto. «Conciencia» supone, por
es ella la que aparece, sino él. el contrario, una vuelta del sujeto so-
( ... ) ella no puede tan siquiera bre si mismo.
contemplarse a si misma sin su Sin.: sentimiento, impresión, intu1-
intermediario. (B. PARAIN, L'em- ci6n.
barras du ch.oiz, 86.) 21. Conocer no es tener aigo en
1-1. Toda co1iclencia es concien- la conciencia; es tener conciencia
cia de algo. (J.-P. SARTRE, L'ima- de algo. (H. DUMÉRY, Critique et
gination, 144.) rcligion, 205.)
I 5. Toda conciencia pone su ob- V. Abslraci,i611, 5; Acl111iració11, 5.
jeto, pero cada una a su manera. Concic11da rpifenóm,110 (Teoría de
La percepción, por ejemplo, pone la -) o epifenomenismo•. V. esta pa-
su objeto como existente. (,1.-P. labra.
SAR'fRE, //¡'nza9í11aire, 24.) 22. Todas las operaciones en
16. El sentimiento de odio no las que consideramos a la concien-
178 CONCIE:\'CIA

cia como activa son dirigidas por acumulación del pasado en el pre-
cambios materiales que son cons- sente.
cientes, pero que obran en tanto Pero toda conciencia es antici•
que cambios materiales, y no por- pación del porvenir. (... ) La aten-
que sean conscientes. (Y. LE DAN- ción es una espera, y no hay con-
TEC, Science et c01U1c., 49.) ciencia sin una cierta atención a
23. Que la teoria de la con- la vida.
ciencia epifen6meno sea desolado- Retener lo que ya no es, antici-
ra o consoladora, me es del todo par lo que no es todavía, he ahí,
indiferente. Para mi la única cues- pues, la primera función de la
tión es saber si es verdadera. Aho- conciencia. (H. BERGSON, L'é11er-
ra bien, la creo falsa 1,0, comple- gie spirit., 5, 6.)
to. Todos mis trabajos ( ... ) tien-
den a establecer que la ccnu:icncia 26. la conciencia es la luz in-
es efü:M ¡¡ ve-rcladcram,mte crea- manente a la zona de acciones po-
dora. (H. BERGSON, en LE DANTEC, sibles o de actividad virtual que
Ibíd., 242.) rodea a la acción efectivamente
realizada por el ser vivo. Signifi-
24. La conciencia no es un epi- ca duda o elección. Allí donde mu-
fen6meno, sino un momento del chas acciones igualmente posibles
pensamiento: aquello sobre lo que se dibujan sin ninguna acción re2!
se dirige, lo transforma, e inversa- (como en una deliberación que no
mente, lo que a ella escapa se llega a ningún fin), la concienciz
transforma. (J. LAGNEAU, Célebres es intensa. Allí donde la acción
r., .. 79.) real es la única acción posible (co-
Conciencia esponttínea. y conciencia mo en una actitud del género so-
·refleja. La ccnu:iencia espontánea, nambúlico, o, más generalmente,
que sel"ia mejor llamar conciencia in- automático), la conciencia se hace
mediata o directa, es la primera im- nula. (H. BERGSON, Évol. créatr.,
presión que tenemos de nuestros estados 145.)
psíquicos; consiste en un simple regis- 27. la conciencia corresponde
tro de esos estados. Por ejemplo, exactamente al poder de elección
enfrascado en mi trabajo, no presto de que el ser vivo dispone; es co-
atención al sonar de la hora ni a la extensa con la franja de acció~
lluvia que cae; no obstante, oigo dar posible que rodea a la acción real :
la hora y a la lluvia caer: no tengo conciencia es sinónimo de acción
de estos hechos más que una conciencia y de libertad. (lbúi., 264.)
espontánea. 27'. También en el mundo del
La conciencia refleja es una vuelta conocimiento, como en el del im-
del espíritu sobre la primera impresión; pulso, cabe seriar el e>.-tremo de
consiste en la lectura de lo que ha sometimiento de la conciencia a
sido registrado, o mejor de lo que se re- la vida, o sea, -la subconciencia;
gistra a medida que se registra. Hay considerar, encima de él, el caso
conciencia reftej a cuando no sólo estoy de equilibrio entre el conocimien-
triste o despechado, sino que me doy to y la vida, que representa la
cuenta de que lo estoy. Se dice tam- conciencia, y poner, más alto aún,
bién: conciencia reflexiva, pero atribu- el caso de rendimiento de la vida
yendo a este adjetivo un sentido que in- a la luz, significado por la sobre-
cluye una intención metafísica. V. Rr- conciencia, por lo que nos compla-
flezivo. cemos a veces en llamar elemento
V. Refle,:ilm, 33, 34, 36; Sueño, 22. angélico. (E. D'Ons, Tres /cctrio11cs
B. Por ext. l. Como facultad: po- en el M. del Prado, 52.) Ad. E.
der que posee el sujeto de tener una V. Acto, 27; Afecto, 27, 28; A11alo-
experiencia vivida y por consiguiente gía, 8; Bchaviorism.o, 2, 3; Ek-stasis
un cierto conocimiento de sus estados 3; Sentido, 11, 12.
interiores. Es clásico oponer la con- Co11cie11cia pura (HUSSERL), Ad. E.
ciencia por la que conocemos los he- Concebida la conciencia como c<vivencia
chos d~ la vida, a los sentidos, que nos intencional» (noesis), aplicnnclJ la re-
hacen conocer el mundo exterior. ducción fenomenológica o existencial a
26. conciencia significa ante to- los contenidos de estus vivencias ( ,wc-
do memoria. ( ... ) toda conciencia mas) y también ul 110 empíric-u, que-
es, pues, memoria, conservación y dándonos con el ¡10 puro, obtenemos
CONCIENCIA 174
lo que HussEHL llama ron.ciencia JJU- aparta del verdadero mal del hom-
ra, cuyo fundamento está constituido bre, que es el pecado, se llama con-
por la temporalidad y la historicidad. ciencia, (BosSUET, De /u. cmw. de
Las vivencias son ahora vivencias de Dieu ... , I, 7.)
esta Cü:-tciencia pura, no del yo em- 34. Sí, Dios ha hecho ya nues-
pírico. tro proceso por nuestras Jl'l'Opins
2. Como conjunto de los hechos psí- conciencias, y no necesita de otro
quicos, o, en un estilo nu.ís realista, tribunal para juzgarnos, (, .. ) Por-
como el lugar en que se desarrollan: que ese juicio exterior y público
se habla del campo, <le la corriente de que Dios hará de nosotros al fin
la conciencia; se examina In propia de los siglos no añadirá al otro se-
conciencia; se la abre y se la cierra; se creto e interior de nuestras con-
la compara a un escenario ... ciencias más que el aparato y la
Sin.: subjetividad'''. solemnidad. (BoURDALOUE, Sur le
28. No estamos en nosotros, no jug, deni., II,)
estamos al abrigo de los caprichos 36. Nunca se hace el mal tan
del azar ni nos sentimos fuertes plena y alegremente como cuando
más que en el recinto de nuestra se hace a conciencia. (PASCAL, Pen-
conciencia, (M. MAETERLINCK, La sées, 7'39,)
sagcsse et la dest., 22.) 36, el gran recurso del pecador
29. No hay nadie de nosotros es la conciencia recta y sana que,
que, al descender al fondo de su incluso cometiendo el pecado, lo
conciencia, no reconozca que no condena y lo reconoce como peca-
hubiese sido del todo el mismo si do, (BOURDALOUE, Sur la fauue
no hubiese leído tal o cual cosa, consc., II.)
(P, BOURGET, Essais de psych, con-
tcmp., I, XIII,) 37. La conciencia es la voz del
alma; las pasiones, 1a voz del cuer-
30. El grado y la extensión de po ( ... ) ; ella es al alma Jo que el
la conciencia son inversos uno del instinto al cuerpo. (J,-J. ROUSSEAU,
otro. ( ... ) Émü.e, IV, Garnier, 348.)
~:le parece verosímil que €n las 38. ¡ Conciencia, conciencia, con-
mujeres, por término medio, la in- ciencia! Instinto divino, inmortal
tensidad de la conciencia sea más y celeste voz; guía seguro de un
elevada y el campo de la concien- ser ignorante y limitado, pero in-
cia más restringido que en los teligente y libre; juez infalible
hombres, (G. HEYMANS, Psychol. del bien y del mal, que hace al
des femmes, 45-52.) hombre semejante a Dios, a ti se
31. Leer mucho es abrirnos la debe la excelencia de su natural6-
tradición del pasado, es agrandar za y la moralidad de sus acciones;
nuestra conciencia a la medida de sin ti no siento nada en mí que
la conciencia de la humanidad en- me eleve por encimn de los anima-
tera. (L. LAVELLE, La par. et l' é- les, salvo el triste privilegio de
crit,, 225.) extraviarme de error con ayuda
de un entendimiento sin regla y
V. Diálogo, 5. de una razón sin principios. (lb{d.,
II. CONCIENCIA MORAL (alem. 364-356,)
Geu;isun): facultad de emitir un jui- 39. La conciencia es la razón
cio sobre el valor moral de los actos práctica representando al hombre
humanos· o también: el sentido inme- su deber. (KANT, Doctr, de la ver-
diato de' eBe valor. V. Objeción• de tu, Introd,, XIII,)
concie1z.cUI.. 40. ¿ Qué es lo que viene en so-
32. deberíamos ( ... ) arrepentir- corro de su virtud [la de las mu-
nos cuando hemos hecho algo con- jeres]? ¿La voz de In conciencia?
tra nuestra conciencia, aunque re- -¡No! La voz de la vecina.
conozcamos después haber obra- (NIETZSCHE, CEuvreB posth., § 334,)
do mejor de lo que pensábamos; 41. la conciencia moral, senti-
porque sólo tenemos que responder miento de la norma, se coextensa
de nuestros pensamientos. (Df;s- con la conciencia psicológica, sen-
CARTES, C. a Elisabeth, A.-T., IV, timiento del yo a normar, Pero,
307,) de las dos, es ella la que es prin-
33. La razón, en tanto nos cipio de la otra, o, más bien, no
175 CONC'IENCL\

son ambas sino manifestaciones quilada por ella. (E. MOUNIER, Tr.
solidarias de un mismo princi- du caract., 730.)
pio... (J. LAGNEAU, Célebres le9. Mala conci.cncia. Por este término
et fragm., 80,) no se entiende una conciencia que cum-
42. En general, es el veredicto ple mal su oficio, una especie de mala
de la conciencia. el que hace a.l yo vista mora.], sino una conciencia que
social. (H. BERGSON, Les dcux sour- nos afecta dolorosamente. Este dolor
ces, 10.) puede ser de dos tipos diferentes.
43. Conciencia es una. hermo- A. Puede ser un dolor propiamente
sa. palabra. que, en su sentido po- moral, que supone una conciencia orien-
pular, rechaza. el deja.r correr. tada hacia el bien o el deber y al que
(ALAIN, Propos, abril 1920, Pléia- se llama remordimiento o pesar. Tal
de, 840.) conciencia es moralmente buena.
44. la. conciencia psicológica 49. [Los cristianos comparados
( ... ) responde a la. pregunta.: con los paganos.] Apenas son me-
«¿Qué soy?». La. conciencia. moral, jores, pero se hacen más repro-
por el contrario, está totalmente ches. Hacen casi tanto mal, pero
lanzada. ha.cia la acción por la. pre- lo hacen con mala conciencia. Lo
gunta: ¿«Qué hacer?• (R. LE SEN- ganado es, pues, un poco más de
NE, Tr. do mor., 312.) delicadeza y de escrúpulo. (H.-F.
AMIEL, Journat int., 20 enero
45. La conciencia. mora.! misma 1871.)
es otra. forma de la. conciencia. mo-
ra.! intelectual, en ta.nto que el or- B. Puede ser (y es la acepción más
den por ella exigido es un orden usual) un sentimiento egoísta: temor
que depende de nosotros. (L. LA- de las sanciones que amenazan a quien
VELLE, Tr. des valeurs, II, 400.) ha obrado mal. En este sentido se atri-
buye una ccmala conciencia» al perro
46. tener conciencia. de la fal- que se aleja con el rabo entre pierna.e.
ta es ya. haberla. superado. (L. LA- Considerada estrictamente, semejante
VELLE, Le mal et la souffr., 128.) concieneia no tiene nada de moralmente
V. Deber, 15; Tentaci6n, 4. bueno.
Buena conciencia., mala. conciencia. Concienzudo. A. Que tiene una con-
Términos tomados en muchos casos en ciencia exigente a la que obedece.
una. a.cepción intencionadamente a.m- 60. Todo el mundo es concien-
bigua. zudo hasta la severidad para su
Buena conciencia significa. propia- prójimo ( ... ). Pero al mismo tiem-
mente: «Conciencia. mor&! que (a.cer- po ( ... ), nadie es concienzudo pa-
tada. o erróneamente) experimenta el ra si sino en la medida en que
sentimiento de no tener nada que re- las necesidades de sus negocios,
procharse» (LALANDE, en Buena con- la mejora de su fortuna, el éxito
ciencia); pero en general erróneamen- de sus empresas, en una palabra,
te: 1.0 , porque hace falta tener una su interés, puede soportarlo.
conciencia bien poco delicada para no (BOURDALOUE, Sur la, fausse consc.,
tener nada que reprocharse; 2. 0 , por- l.)
que, de hecho, se habla sobre todo de B. Dícese de la persona que estu-
la buena conciencia de quien ha co- dia o hace las cosas con mucha aten-
metido acciones reprochables, (Todas ción o detenimiento. Ad. E.
esas malversaciones no han alterado
su buena conciencia.) Consciente. Lat. conscien,i, que sabe
(scie11s) con (cum) otro, confidente,
Sin.: conciencia satisfecha (E. Mou- cómplice, conjurado; que tiene claro
NIER.) conocimiento de algo.
47. El ideal le da buena con- A. Aplicado a los actos o a los es-
ciencia y él se jacta, ilusoriamen- tados personales: aquellos de los que
te, de perseguirlo. (R. LE SENNE, uno se da cuenta, de los que tiene con-
Tr. de m01·., 561.) ciencia. Gesto consciente, celos cons-
48. La susceptibilidad irritable cientes.
de la buena conciencia, individual B. Aplicado a las personas. l. Que
o colectiva, tmicio1111 In fragilidad está dotado de conciencia (psicológica),
de los equilibl'ios que realiza. La que se da cuenta de lo que hace o ex-
angustia es sofoca<lu, pero no ani- perimenta. Y n no está consciente.
CONCIENCIA 176

2. Que tienc- un ,,ivo senthnienlo de ( ... ) Lns lwehos ¡,aíquiros lalent<'s


rosas que le concic-rn('n. ConsciC'ntc, ( ... ) son hechos ¡,rcco11scic11tc•, y
de su valor o de su debilidad, de sus reservamos el nombre de incmu,-
mérito~ o de sus fnltas, de la situación, cie11lrs parn los hechos psíquico•
del peligro; un ciudadano consciente. reprimidos ( ... ) . (S. FREUD, EBBaÍJI
C. Empl. substant. (el consciente, ele ps¡¡c/ia,nal., 167.)
por op. al inconsciente) : el conjunto 66. toda la tarea del tratamier-
de los hcehos psíquicos de los que tie- to psicoanolítico podría resumirse
ne conciencia. en la fórmula: transformar la to-
lnco11.scic11te, adj. A. Hablando de talidad del inconsciente pato¡¡-é-
los seres: que carece de conciencia, nico en consciente. (S. FREUD, Jn-
bien por naturaleza, birn por acciden- trocl. el /r, psyc/ianal., 306.)
te o pasajeramente. Se dice tanto de V. Cercbraci611, 1, 2.
la conciencia moral como de la con- Inconsciente, subst. A. Psicol.: el
cioncia psicológica, pero es mucho más conjunto de los hechos psíquicos que es-
corriente en psicología. La piedra es capan totalmente o la conciencia; el
inconsciente. El animal, aunque dota- psiquismo inconsciente.
do de una cierta conciencia, es incons-
ciente de su cólera e incluso de su ham- 57. La psicología, ciencia del
bre. inconsciente, considerada como
51. El yo inconsciente o, como ·principio del consciente, o expli-
suele decirse, el yo subliminar, cación del consciente por el incons-
desempeña un papel capital en la ciente. (J. LAGNEAU, Célebres leg.
invención matemática. (H. POIN- et fragm., ~4.)
CARÉ, Se. et méth., 55.) 58. El inconsciente dirige todo
52. No está más animada que en nosotros, tanto lo físico como
la vida inconsciente de los vegeta- lo moral. (E. CoUÉ, La maitrise de
les. (IIL PROUST, La prisionniere, 1, soi-meme plih' l'auto8"Uggcstion in-
84.) co11,ic., 74, Nancy, 1938.)
B. Hablando de los fenómenos, en 59. el inconsciente no compren-
particular de los fenómenos psíquicos: de, pues, más que lo que, no sien-
aquellos de los que no se tiene con- do o no siendo ya consciente, in-
ciencia. En los casos de débil concien- terviene no obstante en el dinamis-
cia, se dice más bien subconsciente•. mo psíquico. (M. BoLL y F. BAUD,
La personnalité, 88.)
53. La idea de los fenómenos
psicológicos inconscientes es con- 60. [Yo] tenla que ser juzgado
tradictoria. ( ... ) La hipótesis del severamente por todos los docto-
inconsciente es absurda y contra- res desde el momento en que no
dictoria. (E. RABIER, Legons de adoraba a cuatro patas el incons-
philos., S.• ed., I, 67, 68.) ciente, el subconsciente, el umbro!
54. conviene notar a propósito de la conciencia y otros articu-
de ese trabajo inconsciente que los de la filosofía simiesca. (ALAIN,
sólo es posible y, en todo caso, Hist. de me• pcn11ée•, 265.)
que sólo es fecundo si va por una 61. el Inconsciente despreciado
parte precedido y por otra segui- tiene retornos terribles. (E. Mou-
do de un periodo de trabajo cons- NIER, Tr. du caract., 543.)
ciente. (H. PorNCARÉ, Science et 62. El consciente es la con-
méth., 54.) ciencia sensible degradada, más o
En FREUD: que no puede hacerse menos desparramada, más o me-
consciente por estar reprimido (lo que nos separada tombién de esa con-
sólo es inconsciente por falta de aten- ciencia intelectual en la que ton-
ción, o a consecuencia de la obst1·uc- tos se obstinan en ver la única con-
ción del campo de la conciencia, se ciencia verdadera. (A. BURLOUD,
llama preconsciente). Scnsibil., 24.)
55. existen dos variedades de 63. El psicoanálisis existencial
inconsciente: los hechos psíquicos rechaza el postulado del incons-
latentes, pero susceptibles de ho- ciente: el hecho psíquico es, paro
cerse conscientes, y los hechos psí- él, coextenso con la conciencia. Pe-
quicos reprimidos que, como tales ro si el proyecto fundamental es
y entregados a si mismos, son in- plenamente vivido por el sujeto y,
capaces de llegar a la conciencia. como tal, totalmente consciente,
177 CONCRETO
eso no significa en modo algu1to mitc de la conciencia, un poco por
que deba ser por lo mismo conoci- debajo, fuera de su alcance; 1;?l
do por él, sino al contrario; nues- pensamiento inconsciente puede
tros lectores recordarún quizá el permanecer por siempre desconoci-
cuidado que hemos puesto en nues- do, y puede, bien en el preciso mo-
tra introducción en distinguir con- mento en que cesa el automatismo,
ciencia y conocimiento. (,J.-P. SAR- bien más tarde, e incluso al cabo
TRE, L'etre et le n., 658.) de varios años, surgir a la luz. (R.
V. Automa.tismo, 8; Psicoanálisis, 5; DE GoURMONT, Culture des idée.,.
S11ciio, 14, 17, 18; Sublimaci6n, 4. 49.)
B. Metaf. (lo Inconsciente) ; en al- 67. creo (... ) que todo nuestro
gunos filósofos, como A. VON HART- pasado está ahí, subconsciente;
MANN: el principio único del que la quiero decir presente a nosotrog
ciencia sería tan sólo una manifesta- de tal manera que nuestra concien-
ción. cia, para tener revelación de él,
no necesita salir de sí misma ni
64. Los actos del inconsciente incorporarse nada extraño; para
que parecen individuales no son, percibir distintamente todo cuan-
en el fondo, sino las manifestacio- to ella encierra, 0 1 mejor, todo
nes de un inconsciente idéntico. cuanto ella es, le basta con apartar
(A. VON HARTMANN, Phil. de l'in- un obstáculo, con levantar un velo.
consc., 11, 195.) (H. BERGSON, Énergie spír., 57.)
Inconsciente colectivo. (C. G. JUNG).
B. Para otros y en el uso corrien-
Por op. al inconsciente individual ad- te: que está por debajo del umbral de
quirido por cada uno: resultado, trans-
mitido hereditariamente, de las adqui- la conciencia refleja y supone una cier-
siciones ancestrales. ta conciencia espontánea.
Sin.: arquetipo*. 68. c<Subconsciente» califica lo
que, no siendo objeto de atención
65. El inconsciente, conjunto de consciente, es débilmente conscien-
todos los arquetipos, es el residuo te (conciencia oscura, conciencia
de cuanto los hombres han vivido marginal, conciencia subliminar).
desde los más lejanos comienzos, (D. LAGACHE, Encycl. médico-chi-
y no un residuo muerto ( ... ) , sino rurg., 37030, A", 8, 1955.)
un conjunto de sistemas vivos y
de disposiciones que determinan la CONCLUSióN. Lat. conclusio, ac-
vida individual por vías invisibles. ción de conchulere (comp. del pref.
Y, por lo mismo, tanto más efica- cum y del v. claudere), cerrar, con-
ces. (C. G. JUNG, Essaui de psychol. cluir.
anal., 83.)
A. La aeción de concluir, es decir,
Inconsciente familiar (L. SZONDI). de terminar; un asunto, generalmente,
Situado entre el inconsciente personal por una decisión; un discurso, una obra
y el inconsciente colectivo, consiste en formulando las lecciones teóricas o
los genes recesivos que no obran sobre prácticas que de ellos se desprende; un
el fenotipo•, sino que determinan las silo~ismo, explicitando la proposición
preferencias y las elecciones: elección implicada en las premisas.
del cónyuge, de los amigos, de la pro-
fesión ... B. Lo concluido. En particular: la
última parte de la obra o del discurso
Preconscíente (FREUD). Zona del psi- en la que se sacan las lecciones; la
quismo actualmente inconsciente, pero tercera proposición del silogismo.
que puede, ya espontánea, ya volunta- Quizá querms saber ( ... ) si
riamente, franquear el umbral de la
conciencia. la conclusión es esencial al silogis-
mo ... (!IIOL!ERE, /lfariagc forcé,
v. 65. IV.)
Subconsciente. A. Para algunos: que Concordancia. V. Método.
está por debajo, pero muy cerca, del Conrreción. V. Concreto.
umbral de la conciencia espontáneo,
Aprox. ein. de inconsciente. CONCRETO
66. El estado inconsciente es el Concreto. Lnt. co11crcttt.s (pn,-t. pa-
estado de cerC!brnción automática, sado de concr(•sct•rc, crecer con): for-
en plena libertad, Ju actividad in- mado por agregación o condensación
telectual que evoluciona en el Jí- de las partes. V. Concreción. Los es-
12. Dicciuuariu lid Le1111uajl' Filo~ófico.
CONCUPISCENCIA 178

col. hacían de concrrtu.• en el sen- los accidentes o los abstractos.


tido filos. el part. pasado de co11ecr- (LEIBNIZ, N. Essais, 11, XII, 20.)
11.erc, ver con, en compafiía de (sin abs- 4. Lo concreto no es dado nun-
tracción). ca en sí mismo ( ... ) . Lo real no
A. En el uso ordinario: que puede se deja apresar sino con la ayu-
ser percibido por los sentidos o que ha- rla de lo ideal y lo esquemático.
bla a la imaginación. W, GoNSETII, Les math. et la réal ..
l. Hablando de la expres1on del 72.)
pensamiento: que prorede por evoca- 5. nuestro conocimiento de Jo
ción de hechos individuales vistos y vi- concreto depende de puntos de vis-
vidos, no por ideas generales; o al me- ta teóricos y reobra sobre ellos; lo
nos que ilustra la idea general me- abstracto y lo concreto se constru-
diante ejemplos llamados concretos por- yen así simultáneamente en una
que consisten en casos singulares. Al dialéctica de Jo abstracto-concreto.
insistir en las singularidades, se cae en (F. G0NSETH, La géom. et le probl.
Jo pintoresco. de !'esp., 111, 26.)
Es concreta una moral que se conten- 6. Lo concreto ha de ser perpe-
ta con proponer modelos; abstracta, la tuamente conquistado. Lo dado al
que procede a partir de principios. principio es una especie de confu-
2. Hablando de cosas: lo que se sión innombrable e innominada en
puede ver y tocar y que, por ello, prue- la que unas abstracciones no ela-
ba a ser real. Resultados concretos pal- boradas forman como otros tantos
pables. grumos. S6lo después de la abs-
tracción científicamente tratada
l. Ciertos maestros de retóri- puede ser lo concreto recobrado y
ca, partidarios de efectos fáciles, reconquistado. (G. MARCEL, Les
preconizan, para conmover al audi- hommes contre l'humain, 119.)
torio, el recurso a objetos concre-
tos, como la túnica ensangrentada 7. Lo concreto es el hombre en
de César que mostró Antonio an- el mundo. (J.-P. SARTRE, L'étre et
te los romanos, o los hijos del acu- le n., 38.)
sado llevados ante los jueces para 8. Mezclar Jo concreto y lo
excitar su compasión. (Ch. PEREL- abstracto en la expresión de un
MAN, Tr. de l'argumentatim, I, pensamiento o de un sentimiento
157.) le da un sabor parecido al de esos
B. Filos. (por op. a abstracto; se postres, a la vez deliciosos y sor-
dice de los conceptos o ideas y de los prendentes, en los que se pone cho-
términos que los expresan) : que con- colate caliente sobre el helado. (M.
sidera o designa al sujeto, es decir, al CHAPELAIN, Lire et écrire, 129.)
ser rea1, y no (como el concepto o el V. Número, 10.
término abstractos) alguna cualidad de Concreción. Lat. concretio (der. de
ese ser. concreBcere, crecer a la vez por aglo-
Términos concretos meración) : agregación.
Lo existente. A. Prop.: formación de un cuerpo
El hombre. sólido por la reunión de partes elemen-
El sabio. tales conglutinadas. Las estalactitas
Lo blanco. son concreciones calcáreas.
Tér,ninos abstractos B. Fig. (Psicol.): formación de una
La existencia. representación compleja por fusión de
La humanidad. datos elementales.
La sabiduria. 9. Las cualidades visuales ( ... )
La blancura. tienen una apariencia de autono-
2. El concepto concreto presen- mía. Pero en realidad todas las
ta al espíritu lo que es esto o aque- cosas son concreciones de un me-
llo (i.d QUOD cst); el concepto dio y toda percepción explícita de
abstracto presenta al espíritu una cosa vive de una comunica-
aquello por lo que una cosa es es- ción previa con una cierta atmós-
to o aquello (i.d QUO cst aliquúl). fera. (M. MERLEAU-P., Plu'no-ménol.
(J. MARITAIN, Petite log., 45.) de la pcrcept., 370.)
3. Las sustancias o los con- CONCUPISCENCIA. Lat. concu-
cretos son concebidos antes qu<: ¡,isc,mtia. Raiz cupero, desear; de don-
179 CONDIClóN

de wpid11s (codicioso), cupidila•, Cu hre: su situación en el mundo, su mo•


pido. do de ser. Las condiciones de trabajo,
Deseo de nuestro bien personal, prin- las condiciones económicas y social(.,;;
cipalmente de los bienes materiales y de una época.
los pl9ceres sensibles. Los teól. hablan, Mísera es, ciertamente, la con-
no obstante, del amor de concupiscen- dición de los hombres atareados;
cia, que tiene por objeto a Dios en tanto pero misérrima es la de aque-
que procurador de felicidad. V. Amor• llos que ni aún a sus ocupaciones
de concupiscencia, Benevolencia. propias se consagran, que duermen
La concupiscencia no es sino el a sueño ajeno, caminan a paso de
esfuerzo natural que las impresio- otro, y a quienes se les impone el
nes del cerebro hacen sobre el es- odio y el amor, que son las más
píritu para afectarlo a las cosas libres de todas las cosas. (SÉ,;E-
CA, De la brevedad de la vida,
sensibles. (MALEBRANCIIE, Rcch. de
la vér., 11, VII, 6.) § XX.) Ad. E.
Concupiscible. V. Apetito C. 1. Especialmente: la clase social de
una persona, su tren de vida, su sitio
CONCURSO. Lat. concursus, acc10n en la jerarquía mundana. Condición
de concurrir ( concurrere), es decir, de modesta.
correr (currere) con (cum), juntos, l. Pocos hay que no hagan
de reunirse; acepción que permanece una razón de su condición y su~
en la expresión «un gran concurso de riqaezas, y que no pretendan que
g'ente». sus sentimientos deben prevalecer
Fil. Se dice del hecho de que dos sobre los de quienes están por de-
o más causas o agentes concurran a o bajo de ellos. (Log. de Port-R., III,
participen en la producción de un XX, 7.)
efecto. 2. Aunque la igualdad de con-
En particular (sobre todo en teol.) : diciones no sea necesaria al matri-
el concurso divino: acto por el cual, monio, cuando esta igualdad se une
en virtud del principio de la creación• a las demás conveniencias les con-
continuada, el poder divino interviene fiere un nuevo valor; no entra en
en todos los actos de las criaturas, com- la balanza con ninguna, pero la
prendidos los actos libres del hombre. hace inclinarse cuando está equili-
Como no se puede afirmar que brada. (ROUSSEAU, Émile, V, 517.)
hay un Dios, es decir, una causa 3. El [un oficial alemán] te-
primera y universal, sin creer a la nía por misión matarme y la mis.
vez que ella ordena todo y hace to- ma misión tenía yo. Era algo que
do inmediatamente, de ahí el que entraba en nuestra condición de
se haya establecido un concurso soldados. (J. RoY, Le métier des
inmediato de Dios que alcanza en armes, 61.)
particular a todas las acciones de
la criatura, incluso las más libres. 4. El obrero industrial se dis-
(BossuET, Tr. du libre arb., VIII.) tingue de las demás categorías so-
ciales menos por su nivel que por
CONDICIÓN. Lat. conditio, acción su estilo de vida, menos por su
de condiccre, o lo que ha sido condic- condición material que por su con-
tum, es decir, dicho con (otro), con- dición social. (Th. MAULNIER, A1t-
venido, estipulado; la situación que delii dtt nation., 156-157.)
resulta de esas estipulaciones; en fin, V. Amor, 49; Humildad, 2, 3; Pue-
absolutamente, situación, estado, con- blo, 6; Cualidad, 1.
dición (de esclavo, de liberto). (Con-
ditio significa: acción de sazonar, de 2. En la filosofía contemporánea el
poner condimentos.) término t1condición humanan eng-loba,
con la C'ondición social y las dC'más
A. De modo general (princíp. en condiciones de una existencia particu-
plural) : In manern de ser de una per- lar, los caracteres comunes a todos los
sona o de una cosu, las circunstnncias hombres, es decir, lo que se llamaba In
de un acontecimiento. Lns contlicionrs naturaleza hmnana.
atmosféricos. Este asunto se presenta
en malas condiciones. 6. Este último término [ condi-
ción] debería, creo, en el rampo de
Sin,: coyunluru 1 circunstan{'ias. la antropolog-ia filosófica, susti-
11. En particular, hablando del hom- tuir cnda vez mús corrientemen-
CONDICIÓN 180

te al de naturaleza. Quien hoy sa de nado. (CI. BERNARD, l'liy•iol.


repitiese la empresa de Hume de- gén., 326.)
bería, me parece, titular su obra 11. Un fenómeno es producido
De la Condfoión hmnana. (G. MAR- por causas bajo ciertas condicio-
C~L, Du refus ... , 122.) nes. (J. LACHELIER, en V ne. de LA-
ll. los filósofos del siglo XVIII LANDE, art. Co,ulition.)
escribían tratados de la 11attira/c- V. Causa, 25, 29.
za humana porque para ellos el 2. En la práctica, a menudo con-
hombre tenía una naturaleza uni- fundidas con la causa. Porque: 1.0 , el
versal, y por lo mismo casi eterna, efecto depende a menudo de múltiples
subyacente a todas las diversifi- condiciones entre las cuales es impo-
caciones del ser humano en los di- sible determinar cuál constituye la ver-
versos contextos históricos y socia- dadera causa; 2.º, es determinando la
les. En el siglo xx el hombre vive condición necesaria y suficiente o con-
bajo el signo de la condición hu- dición sine qua 11011 como se determina
mana. Las naciones de condición la verdadera causa.
humana, o, mejor aún, de situa- 12. Una vez conocida la condi-
ción, en la filosofía actual, inten- ción de un fenómeno, éste debe re-
tan caracterizar esta nueva mane- producirse siempre y necesaria-
ra de reflexión filosóficamente so- mente a voluntad del experimenta-
bre el hombre en la historia. (P. dor. (H. TAINE, De l'intellig,, U,
THÉVENAZ, L'homme et sa raison,
454.)
II, 104.)
Condi.ci6n sine qua non. Circunstan-
7. El metro es uno de los luga- cia sin la cual ( sine qua) la cosa en
res del mundo donde mejor puede cuestión no (non) puede ser ·obtenida.
reconocerse la condición humana. Condi.ciones de existencia (en plur.).
(J. GUÉHENNO, Foi di!f., 86.)
Principalm. en biologia: conjunto de
8. [Loti] se había hecho una aquello (causas y condiciones propia-
idea trágica de la condición huma- mente dichas) sin lo que los seres vivos
na derivada no de alguna catás- no podrian subsistir largo tiempo.
tr~fe particular, sino de la propia 13. [El método experimental]
esencia de esa condición, desgarra- tiene por objeto remontarse expe-
da entre lo eterno y lo efímero. rimentalmente a las causas próxi-
(P.-'H Sno10N, Litt. contemp., I, mas del fenómeno, es decir, hacer
26.) conocer sus condiciones de existen-
V. Angustia, 8; Compromiso, 14. cia. (CI. BERNARD, Princ. da n&éd.
ezpér., 123.)
C. Hablando de la P.roducci6n de
los hechos, de la ejecuc16n de contra- 14, toda ciencia ( ... ) está fun-
tos ... : aquello sin lo que la cosa no se dada sobre el único principio de
produciría. una relación necesaria entre los
fenómenos y sus causas próximas
l. Teóricamente o en principio dis- o condiciones de existencia. (Ibíd.,
tinguida de la causa. La causa es aque- 204.)
llo por lo que es producido el efecto. 15. La observación y el razo-
La condición no produce el efecto, pero namiento han transformado gra-
permite a la causa producirl_o: es aqu~- dualmente el dogma de las causas
llo sin lo que no se produc1r1a. P. e¡., finales en un principio fundamen-
el contacto en el circuito eléctrico. La tal: el de las condiciones de exis-
luz es una condición necesaria para tencia. ( ... ) Cuando las condicio-
la transcripción de un texto, pero no la nes favorables II un designio se
causa. Las condiciones requeridas pa_ra dan reunidas, el designio se pro-
la obtención de un empleo no lo obtie- duce; cuando se clan las condicio-
nen automáticamente. nes favorables u un contra-desig-
9. Los fenómenos físicos no nio, el contra-designio se realizo
engendran. la vida, aunque sean con la misma re¡.,"lllaridad. (E. LIT-
una co,uli.ci(m de su manifestación. TRJ!i, Frag,n. de vhi/os, posit.,
(CI. BERNARD, Princ. de méd. ez- Pref., X.)
pér., 244.) V. A1ttono111ía, 2; DctcrmiHismo, 31.
10. No hay que confundir las Condicional. Que depende de una
causas y las condiciones. Esa es la condición. Promesa condicional. V. Re-
clave. La materia no es nunca cau- flejo• condicional.
181 CONDUCTA

V. Imperativo, 5. te sometidas al fenómeno del con-


A. Grnm. l. Proposición condicio- dicionamiento. Si una emoción se
nal: quo formula una condición (si suscita repetidamente, en una mis-
fueses aprobado). ma circunstancia, esta circunstan-
cia bastará para suscitar en ade-
2. Modo condicional (o «el condi- lante la emoción, independiente-
cional») : modo potencial del verbo que
indica lo que pasarla si se realizase In mente de la presencia de la causa
condición expresada por la proposición emocional. Es decir, que esta cir-
condiciona.!. cunstancia puede alcanzar la cate-
goria de causa e'!,Pecífica de la
B. Lóg. (sin. de hipotético• y op. emoción. (G. MARANÓN, Ensayos li-
a categórico•) : que está subordinado a berales, 64.) Ad. E.
una condición. La proposición condi-
cional empieza por si o una fórmula CONDUCTA. Der. del lat. ccmducc-
equivalente. rc, llevar (ducere) junto a, con (cum).
Contr.: incondicional, absoluto, ca- A. Acción y efecto de conducir, lle-
tegórico. var o guiar alguna cosa. Sin.: conduc-
V. Axiomático, G. ción.
Silogismo co11dicional• o hipotético. B. Manera de conducirse. l. En el
Sil. cuya mayor presenta la conclu- uso ordinario (con una acepción mo-
sión como subordinada a una condi- ral) : manera de comportarse, bien o
ción. Si hace buen tiempo, vendrá; mal. Notas de conducta. Buena, mala
hace buen tiempo, luego vendrá. conducta.
Condicionnr. Ser o establecer la 2. Psicol. ( sin acepc1on moral) :
condición (C) de una cosa. Su respues- conjunto de las acciones de todo orden
ta condicionará In mía. Mi respuesta (orgánicas y motoras, psíquicas y ver-
está condicionada por ... bales) por las que un individuo trata
de adaptarse a una situación. Psico-
Contr.: incondicionado (sin.: abso- logía• de la conducta. (Pierre JANET,
luto•). V. Condicional. D. LAGACHE.)
Condicionamiento. A. Lo que con Sin.: comportamiento*, pero esta pa-
diciona una cosa, es decir, aquello sin labra sólo designa normalmente las re-
lo cual no existiría. acciones exteriores (motoras, verba-
Sin.: determinismo•. les ... ).
B. Psicotecn. Operación consisten- l. por el mecanismo del reflejo
te en hacer que un estimulo o una si- condicionado, un gesto puede crear
tuación determinados provoquen un una emoción y los actos correspon-
comportamiento que no provocan en el dientes a esa emoción. Y si repeti-
estado normal. Los reflejos condicio- mos muchas veces el gesto, la emo-
nados suponen un condicionamiento ción correlativa y sus actos s,e
previo. convertirán en una conducta. Es-
16. La «socialidad» exige el te es el mecanismo de la rlomesti-
condicionamiento de ciertas «inhi- cación. (G. MARAÑÓN, Ensa,yos li-
biciones» que impedirán el deter- berales, 56.) Ad. E.
minismo asocial de los instintos. 2. el pensamiento es una con-
(M, BOLL y F. BAUD. Personnali- ducta que los demás no pueden
té, 96.) ver. (Pierre JANET, La pensée in-
17. Durante los primeros años, tér. et ses troubles, 4.)
la educación no es más que un 3. Un animal social distingue
tuliestra,niento; el ser humano vi- a los que trata socialmente de los
ve aún con una vida animal y, pa- demás objetos, de los árboles, de
ra él, los mejores argumentos de !ns rocas o incluso de los demás
condicionamiento son lo agradable animales, y tiene, al principio,
y lo desagradable. (... ) Como en frente a ellos ciertas conductas
el condir.ionnmiento de los reflejos, perceptivas. Pero si se limita a
no se durln en utilizu las sensacio- conductas perceptivas, no tiene
cencs desagradables para obtcne1· aún conductas propiament ..• socia-
las inhibiciones necesarias. (ll>íd., les. (P. JANET, Les débuta de l'in-
98.) tcllig., 60.)
17'. las emociones, como refle- 4. El mandato C"S una conducta
jos que son, también profundamcn- superiol', como la obediencia: pre-
CONFLICTO 182

ver, reflexionar, intervenir en la se rccf))rocnmente y qul•, por tanto,


acción en el momento y desde el 11lnntea un caso"' de coneiencia.
ún¡rulo querido (... )-no hay quizá Conflictunl (en el voc. 11sicoan.). Que
conducta que abarque un campo planten, en el interior del sujeto, un
de conciencia tan abierto,., (E. conflicto entre los impulsos del incons-
M0UNIER, Tr. du ca.rae(.. , 625-626.) ciente (el ello) y las aspiraciones cons-
5. Con respecto a la obedien- cientes (el yo).
cia y el mandato, la conducta de
dominio y la conducta de sumisión CONFORME. Lat. co11formis, que es
son dos figuraciones simétricas. de la misma forma ( fon11a) con
(lbíd., 526.) ( c1tm) : exactamente semejante.
6. El determinismo psicológico Que corresponde exactamente al mo-
es, antes que una concepción teó- delo, a lo que había sido previsto o es-
rica, una conducta de excusa o, si tipulado. Copia conforme. Resultado
se quiere, el fundamento de todas conforme n las prev1s10nes.
las conductas de excusa. (J.-P. Conformidad. Carácter de Jo que es
SARTRE, L'etre et le n., 78.} conforme.
7. Una ventaja del concepto de 1. Las leyes orgánicas, antes de
conducta, tal como nosotros lo en- su promulgación, y los reglamen-
tendemos, es que, al referir a la tos de las asambleas parlamenta-
conducta operaciones de diferente rias, antes de su puesta en apli-
naturaleza, no prejuzga su cuali- cación, deben ser sometidos al
dad consciente o inconsciente. (D. Consejo constitucional, que se pro-
LAGACHE, en Encycl. m.édico-chir., nuncia sobre su conformidad con
37030, A"', 7, 1955.) la Constitución. (Constitución fr.
8. si es cierto que la persona- de 1958, art. 61.)
lidad se forma a través de la con- 2. La pureza es la cualidad su-
ducta, no lo es menos que la con- ma de las cosas, es la cualidad de
ducta expresa la personalidad; di- las cualidades, porque es la con-
cho de otro modo, la personalidad formidad absoluta de la cosa con
es a la vez el resultado de la con- su esencia, sin mezcla alguna que
ducta y lo que conduce; persona- la enturbie o desequilibre, que per-
lidad y conducta son dos aspectos turbe la profunda armonía de su
complementarios de una historia. ser. (J. MARAGALL, Vida escrita,
(J.-CI. F!LLOUX, La, personnal., 27.) 176.) Ad. E.
V. Autismo, 3; Culpa,bilidad, 6; In- Conformismo. Actitud del que se
trospección, 7; Timidez, 4. conforma estrictamente a los usos de
su medio y adopta las ideas de éste.
CONFLICTO. Lat. conflwtus, der. 3. Paradójicamente [Brunetie-
de confligere, entrar en colisión, cho- re], sigue siendo positivista por
car. sus tendencias y su cultura, pero
A. Prop.: contienda o lucha entre los reflejos conservadores y mora-
personas o naciones. lizadores lo empujan finalmente
B. Por anal.: antagonismo entre hacia un conformismo doctrinario
fuerzas de orden moral (en el sentido y apasionado. (P.-H. SIM0N, Hist.
de psíquico) que tienden a desbancar- de la- /itt. co11temp., I, 37.)
se mutuamente. Conflicto de intereses, 4. El hombre del conformismo
de pasiones, del deber y la pasión. afirma en su actitud una moral de
l. Los conflictos más inte,·e- la conformidad. (G. GUSD0RF, Tr.
santes para el psicólogo y, sobre cfr l'exist. mor,, 397.)
todo, para el psicopatólogo son los 6. Los diferentes grados de
que se plantean entre el 1<él» y el conformismo, aleanzados conscien-
super-yo, entre los instintos y los te o inconscientemente por un in-
«principios». (A. BURLOUD, Psy- dividuo, permiten apreciar con
chol. de /a, sensib., 181.) clnridad el nivel de su integración
2. La esencia de las relaciones en el grupo. (Dr. CoUMET0U, en
entre las conciencias no es el Mit- Tr, ele psyc/10/, appl, de PIÉRON,
sein [ser con], sino el conflicto. 1134.)
(J.-P. SARTRE, L'étr, et le n., 602.) G. Viviendo de estabilidad, de
Conflicto de deberes. Situación en la conformismo, de tradición, <!-l ejér-
que dos o más deberes parecen excluir- cito teme por instinto cuanto tien-
183 CONJETURA

da a modificar su estructura. (Ch. 3. La palabra «literatura» es


DE GAULLE,
224.)
v.,,..
l'armée de meticr, una de las más confusas que exis-
ten. Encubre las actividades más
V. lntcoraci6n, 6. heteróclitas y les da a todas el
mismo falso prestigio. (J. GutHEN-
CONFUSO NO, La foi di//., 87.)
Confundir. Lat. confu11derc (fun,k- V. Acto, 53; Distinción, 3.
rc, verter, cum, con): mezclar, poner Confusión. Lat. confusio, acción de
junto y revuelto, mezclar, estado de lo que se halla mez-
A. En sentido etimol.: mezclar di- clado, en desorden.
ferentes cosas de manera que no for- Estado de quien o de lo que es con-
men más que un todo. En la confluen- fuso•. Esos cumplidos provocaron en
cia, los ríos confunden sus aguas. Bajo él una gran confusión. Las lecturas de-
el régimen de comunidad, los cónyuges masiado heteróclitas conducen a la
confunden sus bienes. confusión de las ideas.
B. En sentido afectivo (confundir Confuaión mental (pato!.). «Disolu-
n alguien, estar confundido) : turbar ción más o menos completa de la
hasta el punto de inhibir los medios conciencia con obtusión intelectual y
normales de reacción. Mi argumenta- lentitud de las percepciones y de los
ción le ha confundido. Me confundió procesos de orientación y de identifica-
tanta insolencia, tanta generosidad. Se ción.» (A. P0R0T, Man. alphab., 124.)
puede estar confundido sin estar con-
fuso. CONGl1:NITO. Lat. conge-nitus, na-
C. En sentido cognoscitivo ( el más cido (gcnitus; v. Génesü,) con (cum).
corriente) : tomar a una persona o una Que se posee desde el nacimiento.
cosa por otra, no distinguirlos. El que
no puede ser tomado por otro es in- Conviene no confundir heredita-
confundible. rio y congénito: son hereditarios
todos los caracteres que dependen
V. DistÍ11ci6n, l. de la constitución o de la estruc-
Confuso. Lat. confu,s11s, part. pa- tura de dos elementos sexuales
sado de confimdcrc (verter juntos). masculino o femenino. Son congé-
V. Conf111,dir. nitos todos los caracteres presen-
A, Aplicado a las personas: turba- tes en el individuo en el momento
do por haber sido cogido en falta o de su nacimiento. Pero, entre éstos,
incluso por ser objeto de atención. los hay que dependen de una causa
que ha obrado sobre el óvulo ya
B. Aplicado a las percepciones o a formado; en el curso de la ~;da
las ideas y por op. a distinto•: que no intrauterina; no son. pues. here-
se ve más que de una manera impre- ditarios. (E. CLAPAREDE, Psychol.
cisa y sin poder distinguir sus elemen- de l'cnfant, 10.• ed., 127.)
tos. V. Claro.
l. Las cosas son confuso,,i cuan- CONJETURA. Lat. conjectura, ac-
do están revueltas. Son oscuras ción de conjicere (arrojar junto, com-
cuando no se muestran lo bastan- binar, conjeturar), conjetura.
te. Son indistinto,,i cuando no las Opinión dubitativa fundada en dé-
distinguimos, lo que puede prove- biles probabilidades. Der.: conjetural.
nir de su oscuridad, de su confu-
sión o de nuestra manera de ver. Sin.: suposición, presunción, hipó-
Un espiritu es confuso por el des- tesis.
orden con que presenta sus ideas, l. En las ciencias que se ocu-
y OBcuro cuando no presenta lo pan de hechos, todas las verdades
suficiente a cada una de ellas. experimentales han recorrido una
(CONDILLAC, S1111., III, 141-142.) fase conjeturnl ( ... ) .
2. El público moderno parece Por el contrario, hay conjeturas
sentir debilidad por los escritm·es que han triunfado sin excesiva es-
confusos, que nuncn rrvelan su ti]. pera, pero en las que ln íu~e ima-
timo secreto y que, acaso, en sus ginativa -la de la invención an-
desórdenes, no ocultan ning-uno. terior n toda demostración- es f1i-
(A. T 111:n1v~:, ,llor11/inf11s el,• s,· cil de constatar. (Th. Rrnm·, Es,ai
t,111.¡,•, 61.) 81<1' l'i111agi11. c,·éatr. 205-206.)
CONJUNTO 184

2. No se inclina la asJ>it·nción CONNOTACION. Lat. escol. con110-


cnt<>rn de la mente ante In utili- tat.io: acción de notare (señalar, de-
dad o daño presente, sino que signar, hacer conocer): cu·m, con, al
re •uerda lo pasado, y conjetura mismo tiempo.
acerca de lo futuro; busca el jui- Se opone a denotación• (como con-
cio de lo verdadero y de lo falso, notar a denotar).
cosa de lo que no se preocupa el
animal, sólo atento a mirar lo que A. En los escolásticos: propiedad
conviene al cuerpo y lo que le da- que posee el término de designar, con
fia, sin más que el arrebato de la su objeto propio, algunos de sus atri-
fantasía. (J. L. VIVES, Tmtado del butos.
a,lma, 43.) Ad. E. B. En algunos modernos: conjunto
Conjunth-o. Lat. con;u11ctivua (que de los caracteres que posee el objeto
sirYe para unir), der. de conjungcr, designado por un término. En este
(enganchar, jungcrc cton, con, junto caso, connotación es sin. de compren-
a). sión• (en el sentido !óg. de la palabra);
denotación•, sin. de extensión. «Hom-
A. En general: que une o junta. bre» connota los caracteres esenciales
Tejido conjuntivo. del hombre y denota todos los indivi-
Cont,·.: disyuntivo. Comp.: conjun- duos pertenecientes a In humanidad.
tor-disyuntor. Todo nombre denota uno o va-
B. Gram. Las partículas conjun- rios sujetos y connota las cuali-
tivas (conjunciones) y las locuciones dades a ellos pertenecientes. (E.
conjuntivas unen los elementos de la G0BLOT, Tr. de /.ogique, 102.)
frase. Pero la conjunción gramatical V. Ob;eto, 12; Religió11, 14.
puede ser disyuntiva en cuanto al son-
tido, como cuando o expresa una al- CONOCIMIENTO
ternativa (puede ser admitido o recha- Conocer. Lat. cognoscere, que tiene
zado). el mismo sentido que noscere (part. pa-
De ahí la distinción de las proposi- sado notus, conocido; de donde notio,
ciones conjunth·as en copulativas (se noción, conocimiento). V. Gnosis, Cog-
puede ser pobre y honrado) y disyun- noscitivo.
tivas (hay que ser pobre o granuja). A. Como acto (sentido primitivo):
C. Lóg. Los razonamientos conjun- capta,· directamente algo mediante el
tivos son ~os que tienen como mayor pensamiento, con o sin intervención de
una proposición conjuntiva. No se pue- los órganos sensoriales.
de ser a la vez honrado y despreciado; Sin.: ver, percibir, apercibir, des-
tú eres honrado, Juego no eres despre-
ciado. cubrir, experimentar, aprender.
En partic. (según la concepción aris-
CONJUNTO totélico-escolástica adoptada por In fe-
Conjnnto. Lat. co11;untus, de con- nomenol. contemp.) : devenir intencio-
ju.ngere, unir, juntar. nadamente el otro. Pero los fenome-
A. En el vocabulario corriente. Re- nólogos hablan sobre todo de In inten-
unión de varias cosas consideradas co- cionalidad • de la conciencia••
mo formando un todo. El conjunto l. Conocer, para Santo Tomás,
de la población, de los electores, de los no consiste ni en recibir una im-
comerciantes, de mis bienes inmuebles. presión ni en producir una ima-
V. Global. gen, es algo mocho más Intimo y
B. En Mai. (alem. Mcngc). Todn más profundo. Conocer es devenir;
devenir el no-yo. ( ... ) Pero ( ... )
colección de objetos, sea en número fi- se trata aquí de 1111 devenir in-
nito o infióito. material, de una identificación
Teoría de conjuntos (elaborada por inmaterial ( ... ), el conocimiento es
G. CANTOR): «Parte de las matemáti- función de 'la inmaterialidad. Cono-
cas que estudia las propiedades de los cer consiste, pues, en devenir in-
conjuntos y de las operaciones a las materialmente el otro en tanto qu~
que pueden ser sometidos.» ( Dict. <le• otro. (J. MARITAIN, Raúion et rai-
Se.} sons, p. 26-27.)
Conmensurable. V. Medida. 2. Conocer es ( ... ) ser de una
Connaturalidad. V. Conocimiento• y cierta manera otra cosa que Jo
Juicio• por connaturali<lad, que se es; es clcvcnir otra cosa que
185 CONOCIMIENTO

uno mismo. (.J. MARITAIN, Dcgrés Ser miserable es, pues, saberse
du savoir, 218.) miserable; pero es ser grande sa-
3. conocer es penetrar el ser ber que se es miserable. (PASCAi,.
hasta coincidir interiormente con l'ens<'cs, 609.)
él por el pensamiento y ver fun- 7. Conócete a ti mismo. Máxi-
dada en él la serie múltiple de to- ma tan perniciosa como fea. El
das sus aparilmcia,i. (J. VrALA- que se observa detiene su desarro-
T0UX, Le discaurs et l'intuition, llo. La oruga que tratase de co-
14.) nocerse bien no llegaría nunca a
V. Absoluto, 18; Co11cie11cia, 21; Sen- mariposa. (A. GmE, Noiiv. nour-
tido, l. rit., 111.)
B. Como saber (sentido derivado): 8. Con el excesivo conocerse sr
poseer y poder hacerse presente la idea arriesga uno a impedirse el ser.
de un objeto de pensamiento. Conozco (J. R0STAND, Journal d'un co.ract.
esta noticia, esta ley física, este pro- 19.)
ducto farmacéutico. 9. Al conocerse uno en excesG
3'. ¿Por venturn, no te basta se hace demasiado indulgente pa
ser conocido de ti mismo y, lo que ra los demás; al conocer a los de-
es mucho más, de Dios? ¿Para quP más. demasiado indull!'ente para
buscas, mentecato, un teatro más uno mismo. ( Ibid., 108.)
lleno? ¿ O un nombre que durará V. Otro• (los), 11.
en el recuerdo de algunos unos po- Conocimiento. Del lat. cognitio (el
cos instantes más? (J. L. VIVES, hecho de conocer), der. de cognoscere
Introduccilin a la sabiduría, 572, sin. del verbo simple noscere, que si,ar-
p. 106.) Ad. E. nifica: en presente (11osco), aprendo
C. Hablando de personas: tener re- a conocer (conocimiento haciéndose) ;
laciones personales con alguien o al en perfecto (novi), he aprendido, sé
menos haberlo visto; saber, sin haber- (conocimiento consumado). Ambos sen-
lo visto, quién es, lo que piensa... He tidos, que se unen en 11otio (hecho de
leído todos sus libros, pero no nos he- conocer y noción), han pasado a1 es-
mos encontrado nunca y me gustaría pañol conocimiento.
conocerle.
A. Acepción subjetiva ( en singu-
4. Habla en él [Nicolás = Res- lar) : acto o hecho de conocer. Tener
tif de La Bretonne] un sentimien- conocimiento de, dar conocimiento; per-
to singular que experimentan to- der el conocimiento.
dos los que ven de cerca por vez Siu.: conciencia, sentimiento.
primera a una mujer de teatro, y
que es el de tener que trabar co- 10. el primero y menor grado
nocimiento con una persona a la de conocimiento es el percibir.
que tan bien conocen. A menudo (C0NDILLAC, Essai sur /"or. des c01t
no tarda uno en darse cuenta de 11a.issa1tces humaines, I, 11 A.)
que la diferencia es j?rande. (G. ll. ¡ Qué distancia de conocer
DE NERVAI., Lea illuminés, Nicolás, a Dios a amarlo! (PASC~I., Pc11sécs.
1.) 469.)
Conocerse. Hacerse una idea exac- 12. si tanto el instinto como
ta de lo que uno es, principalmente la inteligencia encierran conoci-
del propio ser moral, de las propias mientos, el conocimiento es más
capacidades intelectuales y morales, represen.lado e inconsciente en el
del propio temperamento y carácter. caso del instinto, más ¡>c11.,culo y
6. No nos conocemos a noso- consciente en el caso de la inteli-
tros mismos, y de ahí viene el que gencia. (H. BERGS0N, Évol. cr.,
nos cueste tanto trabajo humillar- 146.)
nos; y porque no nos gusta humi- 13. Para un espíritu científico,
llarnos, de nhí viene también el todo conocimiento es la respuesta
que no s61o no nos conozrnmos, si. a una pregunta. Si no hay pre-
no que no queramos conocernos. g-untn, no puede haber conocimien-
(BoURDAI.OUE, Pc11Rf1•s Rlll' divcr• to científico. ,Nada es porque sí.
a11jrls. Carflcl. r/,• l'humil., I.) Nada es dado; todo es construido.
r.. La l?l'Bndeza del homb,e es (G. BACHEI.\RD, J,'ormo.t. de /'es-
grande en que se sabe mlsernhle. prit se., 14.)
Un árbol no se sabe miserable. 14. Hay que decir( ... ), con todo
CON'OCIMIENTO 186

rigor, que el conocimiento es indc• tl'aif. raiHcrnné du. Trait.é des scn-
finible (... ) . salio11s, com. I, 323 A.)
Querer (cconoccr el conocimiento»
es tratar de vc1· la propia mirada. 17. RI conocimiento de especie
Para saber lo que es la visión hay más humilde es el saber no uni-
que mirar los objetos y después ficado; el conocimiento científico,
reflexionar; no cerral' los ojos.
el saber parcialmente unificado; el
(G. BERGER, Rcch. s. les fo11d. de conocimiento filosófico, el saber
la comraiss., 41-42.) completamente unificado. (I-1. SrEN-
CER, Lrs premicrs principes, § 38.)
15. El conocimiento es a la vez
distancia y fusión. Por todas 18. Nos gustan los conocimien-
partes nos encontramos con tales tos que nos den armas y sirven a
uniones de antitesis. (J. WAHL, nuestra vanidad o nuestro poder;
Enc:ycl. f1·a11c., XIX, 12, 13.) pero la crítica de nosotros mis-
15'. Nosotros hemos heredado mos, de nuestros prejuicios o in•
de Grecia la idea del conocimiento, clinaciones, nos resulta antipáti-
pero no hemos heredado, por lo ca. (AMIEL, Journal int., 6 febre-
menos con suficiente integridad, ro 1877.)
esa creencia en el ser, en la na• 19. La mayoria de los conoci-
tura rermn, que la respalda, y de mientos no son tan externos como
aquí la constante inseguridad que los bienes materia-les; son inúti.
ha padecido en Occidente la ocu- les e hinchan el esplritu en vez de
pación de conocer. (J. ORTEGA Y iluminarlo. El número de conoci-
GASSET, Apuntes sobre el pensa.- mientos que bastan para producir
miento, su teurgia 11 s1t de-miurgia, la sabiduría es muy pequeño; y se
ObrO,S, V, 535.) Ad. E. trata de conocimientos muy sim-
V. Dcuominación, 2; Intu,ición, 4, 8. ples acompañados de una evidencia
a la vez muy profunda y muy
Teoría del conocimiento. Ad. E. Mien- dulce. Pero son éstos los que nos
tras que la Lógica sólo se ocupa de la inclinamos a olvidar o a menos-
verdad formal, es decir, de que el pen- preciar en beneficio de ciertos co-
samiento esté de acuerdo con sus pro- nocimientos curiosos y lejanos, fal-
pias leyes, esta disciplina filosófica se tos de relación con nuestra vida y
plantea el problema del conocimiento, de los que pensamos que deben
su posfüilidad, objetividad, límites, etc. asombrar a los demás y darnos fa-
Este problema adquiere una gran ma. (L. LAVEI,I,E, La consc. do soi.
importancia desde DESCARTES que, fren- 34.)
te al realismo ingenuo de los escolás- 20. Ninguna exploración cien-
ticos, comienza por dudar de la reali- tífica se efectúa a partir de un ce-
dad conocida. Es KANT quien coloca ro de conocimientos, estado en el
la Crítica en el lugar primordial de que el sabio estarla en disposición
la Filosofía, opinión rechazada por de recibir informaciones perfecta-
HEGEL, que le reprocha el absurdo de mente depuradas, y dispondría de
ccquerer conocer antes de conocer». métodos perfectamente seguros.
Sin.: Crítica, Epistemología (aunque Una explotación científica sólo
este término se utiliza frecuentemen- puede efectuarse a partir de una
te en el sentido de «teoría de la cien- cierta situaci6n de conocimiento,
cia» o reflexión filosófica sobre las situación en la que el sabio dispo-
ciencias físico.matemáticas). ne de un cierto saber previo y un
B. Acepción objetiva (más a menu- cierto lenguaje preconstituido. (F.
do en pi ural) : Lo que es conocido. GoNSETH, La géom. et /e probl. de
Acumu1ar conocimientos. Presumir de /'r•p., 5R8.)
sus conocimientos. 21. De hecho, se conoce contra
Sin.: saber, ciencia, crudici6n, cul• un conocimiento anterior, destru-
tura. yendo conocimientos mal formados
16. El principal objeto de esta superando lo que, en el propio es-
obra es hacer ver cómo todos nues- píritu, obstaculiza la espiritunli -
tros conocimientos y todas nuestrns zación. (G. BACIIEl,ARD, Form. ele
facultades vienen de los sentidos, /'esprit. Rcicnt., 14.)
o, por hablar más exactamente, de 22. Alberto Consiglio constat11
las sensaciones. (CoNDll,LAC, Ex- en 1937, sin rastro de paradoja.
187 ('0:SSECUENCJA

que las nueve décimas 11artes de reconocimiento en un barrio, en la,


los conocimientos de un obrero o lineas enemigas ...
un campesino de nuestro tiempo J, Declaración verbal o escrita en
tienen su origen en el cine. (G. la que se reconoce la realidad o la
CoHEN-SfAT, Philos. du cinéma, verdad de una cosa. Reconocimiento de
103.) deuda, de un hijo ...
22'. Cauta, si no engañosa, pro- B. Disposición moral (de la afec-
cedió la naturaleza con el hombre tividad y del querer) que debe resul-
al introducirle en este mundo, pues tar de la conciencia de los beneficios
trazó que entrase sin género algu- recibidos.
no de conocimiento, para deslum- Sm.: gratitud, obligación.
brar todo reparo: a oscuras llega
y aun a ciegas quien comienza a 28. Le asistí en la indigencia·
vivir, sin advertir que vive y sin jamás me devolvió nada.
saber qué es vivir. (B. GRACIÁN, El Pero, aunque todo su bien me de-
criticón, 41.) Ad. E. [biese.
soportaba sin esfuerzo mi presen-
Reco11ocimicnto. Lat. recog11itio, ac- [cia.
ción de reconocer (sólo en sentido cog- ¡ Oh, peregrino reconocimjento !
noscitivo: no significa gratitud). (BOILEAU, Épigr., Xl.1
Acto de reconocer, implicando el pre- 29. El reconocimiento es ante
fijo re una vuelta del espiritu sobre al- todo cosa de quien socorre, cuan-
go anteriormente conocido. do el socorro es puro. El obligado
A. Acepciones cognoscitivas. 1. Pro- sólo lo debe a título de reciproci-
piamente: acto atribuido a la memo- dad. (S. WEIL, La pesa11teur ,t la
ria por el que el espiritu identifica el grdce, 78.)
objeto de una representación actual V. Gracia, 17;
(percepción o recuerdo) a un objeto
anteriormente percibido. C. Acción por la que la persona
afirma al otro como sujeto y como de
23. Ciertas teorías quieren ha- la misma naturaleza que ella.
cer salir todo reconocimiento de Contr.: Desconocimiento (acción de
una aproximación entre la percep-
ción y el recuerdo; pero, por otra tratar al otro como un objeto).
parte, hay una experiencia que Consciente. V. Co>1cirncia.
atestigua que, generalmente, el re-
cuerdo sólo surge una vez recono- CONSECUENCIA
cida la percepción. (H. BERGSON Conseceución. Lat. consecutio, acc1on
Mat. et mém., 98.) de seguir (sequ.i), de venir después.
24. En último extremo hay pri- Psicol. Serie de representaciones
mero un reeonoeimiento en lo i1ls- puramente empíricas, es decir, sin el
tantd11eo, un reconocimiento del que nexo lógico o racional que caracteriza
es capaz el cuerpo solo, sin que nin- a la consecuencia.
gún recue,·do ex,plícito intervenga. l. la facultad que tienen los
Consiste en una acción, y no en animales de hacer consecuciones es
una representación. (lbíd., 100.) algo inferior a la razón que se ha-
25. Reconocer un objeto usual lla en el hombre. Las consecuciones
consiste sobre todo en saber ser- de los animales son puramente co-
virse de él. (lbfd., 101.) mo las de los simples empíricos,
que pretenden que lo que ha suce-
26. Es decir, que solemos re- dido alguna vez volverá a suceder
presentar nuestro reconocimiento en un caso en el que lo que llama
antes de pensarlo. (lbúl., 105,) su atención sea semejante-, sin ser
27. El reconocimiento, cuando por eso capaces de juzgar si sub-
se le quiere hace,· derivar de al- sisten las mismas razones. Por eso
gún contenido, se precede tiemprt• es tan fácil para los hombres atra-
a si mismo. (M. MERl&U-P., Phi- par II los animales ( ... ), Lns con-
111nnénul. da la porc., 473,) secuciones de los animales no son
mi\s que una sombra de rnzona-
V. Verda,l, 21. miento, es decir, tan sólo 1ma co-
!l, Examen profundo de una renli- nexión de imaginaciones y un pa-
rlad ,·omplejR par11 determina,· su 11u- so de una idea a otra. (L1•:1DNIZ,
tur11leza y contenido. Llev111· a caho un Noui•. Essais, Prefacio, 1, 11.)
CONREClTENCIA 188

2. los animales tienen conse- sobre su or¡!anismo y su salud.


cuciones de percepción que imitan (,T.-M. FAVERGE, Arlapt. rle. la march.
el rnzonamiento. (LEIDNJZ, Tltéodi- a l'lwmmc, 173.)
cée, Discurso ... , 65, ed. Janet, 83.) 7. En el sueiio ( ... ) hay secuen-
V. Experiencia I, 5. cias, no consecuencias. (P. VALÉRY,
Consecuencia. Lat. consequcntia, der. Variété, Pléiade, I, 034.)
de consequi, seguir (sequi) o venir con 8. Una con-secuencia es una
( cu,11.), después: séquito. secuencia provista rle una espe-
A. Prop. (sentido abstracto): rela- cial co11co:i611 que sólo el espiritu
ción en virtud de la cual el anteceden- dirigido de una cierta manera pue-
te* acarrea el consecuente•; nexo que de entender. (M. PRADINES, Traité
une la conclusión o consecuente a las do psychol., 11, 22.)
premisas. 8'. El progreso sin Dios sería
l. es de una consecuencia casi un efecto sin causa, una consecuen-
infalible que una ley que los hom- cia sin principio, un movimiento
bres han osado condenar a la vez sin impulso, una vida sin funda-
por exceso y defecto es justamente mento, porque Dios es la palabra
aquella en que se halla ese tempe- que todo lo explica, ol ser que todo
ramento de prudencia y razón que lo contiene, el eterno sol de la na-
caracteriza, según la palabra del turaleza y del espiritu. (E. CAS-
real Profeta, a la ley sin mácula. TELAR, Discursos, 259.) Ad. E.
(B0URDALOUE, Sur /a. sapesse et /a. V. A11á/isia, 18.
douc. de la. loi chrét., Ex.) C. Secuela o consecuencia impor-
2. Lo que llamamos consecuen- tante; importancia. Un acontecimien-
cia ( consequentia.) no es otra cosa to con, sin consecuencias,
que la argumentación tomada en 9. Hay otro defecto de muy
lo que podríamos llamar su nudo grandes consecuencias en el que los
vital, es decir, en la relación que estudiosos suelen caer, y es el de
une entre sí al antecedente y el encapricharse con algún otro au-
consecuente. (J. MARITAIN, Petite tor. (MALEBRANCHE, Rcc/1. de la
Log., 188-189.) 11ér., II, Parte 11, v.)
3. La consecuencia concierne 10. Esta cuestión es de extre-
únicamente a la manera en que el madas consecuencias. (B0URDALOUE,
consecuente s, sigue del anteceden- Sur la fa1tsse co11sc., III.)
te, con abstracción del valor, por 11. Es un error en los grandes
relación a lo que es, y de la verdad creer que pueden prodigar sin con-
de la materia o el contenido de secuencias sus palabras y sus pro-
las proposiciones. (lbíd., 193.) mesas: los hombres sufren mal que
B. Por ext. ( sentido concreto) : lo se les quite lo que se han, en cier-
que se sigue o resulta de un antece- to modo, apropiado por la esperan-
dente dado (hecho o proposición). En za. (VAUVENARGUES, Réfl. et mao:.,
Lóg., sin. de conclusión o consiguiente. 276.)
En consecuencia = como continuación Inco1111ecue11cia. A. Prop.: carácter
lógica de lo que acaba de ser expuesto. de dos proposiciones tenidas ambas
Tenernos quP pensar en las consecuen- por verdaderas mientras son incompa-
cias de nuestros actos. tibles entre sí.
Sin.: conclusión, efecto, resultado. Si11.: contradicción, ilogismo.
consi,ruiente. 12. Es una inconsecuencia ( ... )
4. ya no veo morir más que a escribir de un modo y pronunciar
gentes más jóvenes que yo: eso me de otro. ;,Qué extranjero podrá
hace sacar consecuencias. (Mme. de adivinar que se escriba paon y la
~t::VIGNt, C. del 15 abril 1685.) ciudad de Caer,, y se pronuncie
5. me parece que estáis alegre: pa11, la ciudad de Can? (V0LTAIRE,
vuestra alegria denota salud: así Rcmarqnes s. le Cicl, I, vr.)
co como saco mis consecuencias. B. Por extensión: caráctet• de una
íMme. de SÉVIGNÉ, C. del 4 de agos- eonducta en desacuerdo con los prin-
to IG77.) cipios profesados.
6. El ruido no sólo modifica In Consiguiente_ Lnt. r.011scque11,i (p&l't.
audición del trabajador, sino que pr. de co11scqui, seguir l•cq11i), ventr
puede también tener consecuencias con (cmn) o después: lo que sigue,
189 CONSENTIMIENTO

Subst. (el consiguiente) : el corl'ela- espíritu consecuente lo tienen pre-


to del antecedente. ciso; saben sacar las conclusiones
A. En la explicación causal ( siendo de un solo principio, pero no siem-
la causa el antecedente) : el efecto, el pre perciben todos los principios y
1esultado. todas las facetas de las cosas, de
modo que no razonan más que
13. ¿dónde hallar un consi- de un lado y se equivocan. (lbírl.,
guiente que, desde el punto de vis- 354.)
ta de la cualidad, sea exactamente
idéntico a su antecedente? ¿Se- 18. Estoy tentado de decir que
guiría siendo un consiguiente, un un escrito verdaderamente escri-
efecto, un cambio, si no se dife- to y sobre todo deducido y pensa-
renciase del antecedente ni por la do, no lleva puntos y aparte. S1
cantidad ni por la cualidad? (E. los pensamientos son consecuente:-:.
BOUTROUX, La oontin¡¡en,:e ... , 10.ª si el estilo se encadena, no admite
ed., 26.) reposo hasta que el pensamiento
que constituye el fondo del tema es-
14. Un consiguiente psicológi- té completamente desarrollado. (E.
co no halla nunca en el anteceden- DELACROIX, Journal, 8 sept. 1854.)
te su causa completa y su l'azón
suficiente. ( ... ) En la resolución 19. podemos oponer la frase de
que sigue a la consideración de los Georg Cantor: «La esencia de las
motivos hay algo más que en matemáticas reside en su liber-
los motivos: el consentimiento de tad», a la que resumía la concep-
la voluntad a tal motivo con pre- ción nacionalista: «La esencia de
ferencia a tal otro. (lbúl., 123.) las matemáticas reside en su ne-
B. En Lóg. (siendo el antecedente cesidad•. La única exigencia que
una proposición o, en el silogismo, las se impone al espíritu humano es
dos premisas) : la conclusión o conse- el de ser consecuente con sus pro-
cuencia. También se dice consecuente. pias convenciones. (L. RoUGIER, Tr.
de la coomaiss., 23.)
16. Si la consecuencia es buena
y el consi¡¡uiente falso, el antece- Inconsecuente. Se dice sobre todo
dente es necesariamente falso. de personas. Falto de consecuencia de
lógica, en sus pensamientos y, ~bre
Pero si es imposible que de todo, en su conducta, en sus decisiones.
un antecedente verdadero se si-
ga un consiguiente falso, puede por 20. debemos tolerarnos mutua-
el contrario suceder que, en una !"ente porque todos somos débiles,
consecuencia buena, de un antece- 1nconsecuentes, y estamos sujetos a
dente falso se siga un consi¡¡uiente la mudanza, al error ... (VOLTAIRE,
'IJerdadero. Dict. philos., en Tolérance, III.)
Así ocurría, por ejemplo, en el Consecutivo. Der. del lat. consequi
razonamiento siguiente: «Mi pol'- (part. pasado: consecut11s), seguir.
tamonedas está en la luna; ahora A. Que se sigue en el tiempo: ocho
bien, la luna está en mi bolsillo, días consecutivos, tres encuentros con-
luego mi portamonedas está en mi secutivos. V. lmage" consecutiva.
bolsillo ( ... )., B. Que sigue a otra cosa como su
De ello se sigue que si la co,r- efecto o su consecuencia: el encareci-
sccuenc-ia es buena 'JI el consiguien- mien.to consecutivo a la inf.Jación, a la
te verdtulero, 110 es 1iecesa·rio pa- seqma.
ra ello que el antecedente sea ver- Proposición consecutiva: que expre-
dadero. (J. MARITAIN, Petite log .. sa una consecuencia.
194-195.)
Consecuente. Adj.: se dice princi- CONSENTil\lIENTO. Lat. c011sen-
palmente de las personas que obran sio o consensus (Der., de conscntire,
conforme a sus principios o sacan de sentir o pensal' con), acuerdo de los
estos principios todas las conclusiones sentimientos, de los pensamientos, de
que de ellos se derivan. las voluntades.
16. El espíritu del hombl'e es A. Sentido ctimol. (antic.), adhe-
más penetrante que ,•011secuente, y sión a una afirmación. Subsiste en la
abarca mús de lo que puede apre- expresión ccronsentimiento universal».
tal'. (VAUVENAIIGUE8, Réfl, el max.) l. En materia de consentimien-
17. No todos los que tienen el to universal lo difil'il es rel!oger
CONSISTENCIA 190

los votos. (E. BEHSOT, Lib1'c phi- que una filosofía que desbarata
/os., 53.) lus incautac:íones y desafía las ane-
B. Sentido actual: acto por el que xiones, la vhilosophiu pcrennis, de
alguien da a una decisión de iniciati- la que se nutren los destinos máe
va ajena la adhesión personal nece- aventurados y en torno a la cual
saria para pasar a la ejecución. gravitan los más excéntricos men-
sajes. (J. PAUMEN, Raú,on et exiat.
2. No hay consentimiento vá- chcz [(. Jaspers, 250.)
lido si e1 consentimiento ha sido
dado por error, o si ha sido arran- 3. El Greco, como el barroco
cado por la violencia o sorprendi- en general, es una manifestación
do mediante dolo. (Código Civil de la «constante» de la Edad Me-
fr., art. 1109.) dia, que atraviesa el Renacimiento
hasta llegar al Romanticismo. Por
CONSISTENCIA. Der. del lat. co11- esto la plenitud de su gloria se vio
sistcrr, permanecer ( sistere) con por el romanticismo otorgada. (E.
( cum), formar un todo compacto. D'Ons, Tres lecciones en el M. del
A. Prop.: carácter de un cuerpo P,-cu/o, 73.) Ad. E.
consistente, es decir, cuyas partes for- CONSTELACióN. Lat. constellatio,
man un todo sólido. La helada da con- posición de los astros (stclla, estrella).
sistencia al barro, a la nieve.
A. Prop.: grupo de estrellas que
B. Fig.: carácter de lo que, siendo forman una figura característica. Cons-
sólido y firme, es capaz de resistir a te!. de la Lira, de Libra.
las fuerzas que podrían dislocarlo o
alterarlo. Este asunto, este gobierno, B. Por anal. (Psicol.): conjunto de
esta opinión, el pensamiento de ese los principales elementos de un esta-
hombre han adquirido consistencia. do de conciencia en un momento dado.
El espíritu adquiere consistencia l. la evocación de una idea de-
a medida que las ideas se multipli- pende de sus relaciones de conti-
can y se disponen con orden. (CoN- güidad no sólo con la idea inme-
DILLAC, Syn., III, 145.) diatamente procedente, sino tam-
C. Lóg. y Mat. Carácter de un pen- bién con todas las ideas que han
samiento claro, firme y que forma un estado anteriormente presentes o
todo coherente. que, actualmente, son subconscien-
tes. Esta red de representaciones
~Iás estrictamente: no contradicción. (... ) ha sido llamada la constela-
La consistencia o no contradicción o ción de las ideas. (E. CLAPAnEDE,
coherencia* de los axiomas es la con- L'assoc. des idées, 163.)
dición fundamental de la legitimidad
de una base axiomática. V. Compa- 2. La expresión: «Está conste-
tible. lado» indica que el sujeto ha adop-
tado una posición de espera, una
V. Axiomática, 6. actitud preparatoria que presidirá
CONSTANTE, subst. A. Mat. Can- sus reacciones. Ln constelación es
tidad que no varía. Se op. a variable. una operación automática, espon-
tánea, involuntaria, de la que
B. Filos. R<!a!idad o idea que se nadie puede defenderse. Los con-
repite en el curso del tiempo. tenidos constelados responden a
Sin.: invariable. ciertos complejos que poseen ener-
l. A la pregunta principal que gía especifica propia. (C. G. JuNo,
nos hemos planteado en este li- L'homme d la découvertc ... , 194.)
bro: ¿cuáles son las constantes del V. Recuerdo, 15; Relaci611, 12.
pensamiento francés?, nuestra res-
puesta será muy sencilla. Afirme- CONSTITUCióN
mos, en primer lugar, que ]a filo- Constituyente - constituido... Oposi-
sofía es un amor al orden ... (N. ción establecida por A. LAI..ANDE. V.
BALAD!, Les constantes de la pen- Razón constituyente...
sfr fran<;., 105.) Es constituido lo que está organiza-
2. Como Louis Lavelle, Jaspers do de modo estable y, por consiguien-
no se inquieta por reconocer pro- te, tiende a persistir sin cambio. Por
fundamente ancladas en la tradi- oposición, se llamu constituyente a lo
ción las constantes de su experien- que ha operado esa organización y
cia o de su reflexión. No hay más tiende sin cesar a mejorarla.
191 CONSTITUCióN

l. Puede ocurrir (... ) que, jun- ó. Las constituciones psicopáti-


to a la moral constituida y que se cas aparecen sólo como hipertro-
mantiene por la fue1·za de la tra- fias -o atrofias-- de las disposi-
dición, se abran paso nuevas ten- ciones psíquicas normales, y la cla-
dencias... (E. DURKREIM, Socio!. sificación de las constituciones per-
et philos., 87.) mite clasificar las disposiciones
sin poner de relieve entre ambos
2. La idea constituida impide grupos más que diferencias de gra-
la ideación. (G. B~CIIELAIID, en do y no de naturaleza. (M. BoLL
L'homme deva;nt la, se., 23, «Rene. y F. BAUD, Person11alité, l!J.)
de Geneve•, 1952.)
6. Lo que se hereda no es la lo-
3. La moral no es un conjunto cura circu1ar, ]a demencia precoz
de valores y principios constitui- o la epilepsia, sino tan sólo una
dos, sino el movimiento constitu- constitución morfo-psicológica par-
yente por el que valor y principios ticular que predispone a una u
han sido afirmados. (S. DE BEAU- otra de esas psicosis. Tampoco se
vorn, L'exist. et la; sa;g. des 11a- las transmite. Tan sólo se transmi-
tions, 92.) te la constitución que a ellas pre-
Constitución. Lat. constitutio, esta- dispone. (M. VERDUN, Le ca;ract. et
do (en part. del cuerpo), arreglo, dis- ses corrél., I, 410.)
posición (en part. disposición legal, 6'. Aquella primera constitu-
institución, constitución). Raíz sta;re ción del cuerpo animado y aquel
(estar de pie) ; de donde sta;tuere (po- temple por acción del calor y de la
ner en pie) ; constituere, establecer, humedad de que se dotó a la na-
instituir. turaleza, una vez llegada ésta a
3'. El desarrollo de algo es cosa su total evolución y desarrollo, al
distinta de su constitución, y está luchar en ellas las cualidades di-
sometido a condiciones diferentes. versas del lugar y de los alimen-
Así, la constitución de la Física, tos, se desata y hace más débil de
nombre colectivo de la ciencia ex- día en día, hasta que sucumbe a
perimental, obligó a un esfuerzo manos de los oponentes. (J. L. VI-
de unificación. Tal fue la obra de VES, Tra;tad,, del alma, 20.) Ad. E.
Newton y demás hombres de su B. Derecho. Carta o ley fundamen-
tiempo. Pero el desarrollo de la tal que determina el modo de gobierno
física inició una faena de carác- de un Estado.
ter opuesto a la unificación. Pa-
ra progresar, la ciencia necesita Sin.: ley constitucional.
que los hombres de ciencia se es- 7. las constituciones inventa-
pecialicen. (J. ORTEGA y GASSET, das por la inteligencia tienen muy
La; rebelión de la,s ma.,as, Obra;s, pocas posibilidades de ser practi-
IV, 216.) Ad. E. cadas. Una constitución está saca-
A. Psicofisiol. Conjunto de los ca- da de la costumbre o vuelve a ella.
racteres psicosomáticos de un indivi- (ALAIN, Propos, Pléiade, 1212.)
duo; estrict., conjunto de los caracte- 8. Una constitución está bien
res heredados y transmisibles. hecha cuando es tal que quienes
Sin.: complexión, temperamento*, participan en el gobierno son lle-
natu,·aleza •. vados no sólo por el entusiasmo,
la virtud o la razón, sino por sus
4. La constitución emotiva ( ... ) instintos y sus intereses, a obrar
existe en estado fisiológico, en el como exige el interés general. (A.
niño. El lactante y el niño de muy MAUROIS, Senti111ents et cout., 164-
corta edad son, en estado normal, 165.)
emotivos constitucionales. (... ) Lu
emotividad aparece en biología ge- C. Fenomenol. Acto de constituir,
neral como una forma natural de es decir, no de crea1· <le la nada, sino
la expresión del instinto de con- de dar a la cosa en si, mediante la to-
servación. Sólo se hace patoló- ma de conciencia, el estatuto de ser
gica 1ior la prolongación 1111ís allá verdadero, que implica ser conocido;
de la infancia o por el exceso de neto de conferirle un sentido.
sus manifestaciones en el adulto ... 9. Si Husserl sostendrá, en
(E. DUPRÉ, Pa;thol. ,lo l'ima;gin., cierto sentido, que el yo trascen-
249-260.) dental constituye el Lcb•11,<1c<1t
CONSTltE~BIIENTO 192

[mundo vivido] y el sujeto empfri- Que constituye algo, lo fundamenta o


co en su relación reciproca, ~' qul', estnblerc. As! ICANT llnmn 11 los concep-
por tanto, remontándonos n él por tos puros del entendimiento o catego-
la reflexión, penetramos en la rías constitutivos, porque constituyen
fuente de la que nace el propio el objeto del conocimiento, mientras
Ll·bc11swelt, debemos añadir en se- que lus idens (en sentido kantiano) só-
guida que se trata aqul de una lo son regulativas.
constitución del Lebenswelt como C,mstit.1tlii•o formal, Ad. E. Aquello
sentido (porque la fenomenologla que constituye la esencia metafísica
no ha aceptado nunca constituir de algo, aquello en que una cosa «con-
sino significaciones, con exclusión siste».
de toda existencia). (A. DE W AEL-
HENS, en Le choix, le monde, Las diversas escuelas discuten acer-
l' ••·ist., 55-56.) ca del constitutivo formal de Dios.
Para unos, siguiendo n Sto. TOMÁS, es
10. El análisis reflexivo cree la «ascidad», el ser por sí mismo;
seguir en sentido inverso el cami- Dios es el «Ipsum Esse Subsistens»,
no de una previa constitución y al- o sea, en Dios su esencia es su existen•
canzar en «el hombre interior», co-
mo dice San Agustín, un poder cia. Para otros, que siguen a DUNS
constituyente que ha sido siempre SCOTO, es la Infinitud. Para ARISTÓTE-
él. (M. MERLEAU-P., Phénoménol. LES Dios es 116esis noéseos, el ser que
de la pcrc., Prefacio, IV.) se piensa a sí mismo.
Constitucional. A- Fisiol. y psicol. 13. Por tanto, siendo Dios el
Que se refiere a la constitución física mismo existir subsistente, no le
o mental: debilidad, psicosis constitu- puede faltar nada de la perfección
cionales. de ser. Pues las perfecciones de
todas las cosas pertenecen a la
V. Ansiedad, l. perfección de ser: y según esto,
B. Polít. Que tiene una constitu- algunas cosas son perfectas por-
ción (B), que concierne a esa constitu- que de algún modo poseen el ser.
ción, que le es conforme: régimen De donde se sigue que Dios no ca-
constitucional, derecho constitucional, rece de la perfección de ninguna
ley anticonstitucional (que no es con- cosa. (Sto. ToHÁS, Summa Theolo-
forme a la constitución). gica, 1 q. 4 a. 2.)
Gobierno constitucional. Régimen 14. Sin embargo, el concepto de
político en el que el ejercicio del po- Dios) a la vez más perfecto y más
der está regulado por una ley consti- simple posible para nosotros, es el
tucional que reparte las funciones en- concepto de ente infinito. Pues éste
tre diversos organismos. es más simple que el de ente bue-
11. Hablaremos, a falta de otro no, ente verdadero, u otros simi-
término, de gobierno constitucio- lares, porque «infinito» no es a
nal allí donde el gobierno se con- mnnera de atributo o afección del
sidera, y es considerado por los ser ... , sino que expresa el modo
ciudadanos, como vinculado a la intrlnseco de esa entidad, de tal
observación de ciertas reglas lega- manera que cuando digo ccente in-
les que limitan su libertad de ac- finito» no tengo un concepto co-
ción por la intervención obligato- mo «per accidens», hecho de suje-
ría de otras instituciones y defi- to y afección, sino el concepto «per
nen así las condiciones de validez se» del sujeto en un cierto grado
de los actos gubernamentales, con- de perfección, a saber, de infini-
diciones inexistentes en un régimen tad. Y as! se hace patente In
autocrático. (E. WEIL, Phi/os. po- simplicidad de este concepto de en-
lit., 157.) te infinito. (DUNS SCOTO, Ordi-Ha-
12. El tipo constitucional de rio, I 3, 1, 1-2.)
gobierno se caracteriza por la in- CONSTRESIMIENTO. De constre-
dependencia de los tribunales y por ñir.
la participación, requerida por la
ley, de los ciudadanos en la legis- Recurso a la fuerzn par11 impedh· a
lación y en la adopción de las de- alguien obrar o para hacerle obrar
cisiones políticas. (E. WEII,, Phi- contra su voluntad.
/os. ¡,olit., 169.) Sin.: coerción, coacción, violencia.
Constitutfro. Ad. E. Adj. y subst. l. Es gracias a formidables e
1U3 CONTINGENCI,\

incesantes constreñimientos exter- dad, no con verosimilitud, sino con


nos a cada uno de nosotros como la mayor de las certidumbres, vien-
nos liberamos de algunas de nues- do y conociendo las causas de to-
tras más degradantes dependen- das las cosas en el mismo autor de
cias. (F. PERROUX, Com11111na11té, ellas, emancipados a la vez nues-
91.) tros entendimientos de esta cár-
Constreñir Lat. constri11gcrc, apre- cel oscura y tenebrosa, no exis-
tar (stringcrc; part. pasado, strict11s, tiendo ya distinción alguna ni di-
de donde estricto), cuin, con. Atar, en- ferencia de juicios, <le suerte qu2
cadenar. convengan unos con otros, o, me•
jor, existiendo un juicio igual pa-
Impedir el ejercicio de la libertad o ro. todos. (J. L. VIVES, Trata,lo
recurrir n la fuerza para hacer obrar del alma, 96.) Ad. E.
a alguien contra su voluntad. V. Obli-
gar. V. Sue1io, 32; Meditación, 4.
Sin.: forzar. CONTENTAMIENTO, CONTENTO.
Der. del lat. contentus (contento), part.
CONTEMPLACIÓN, Lat. contcm- pasado de continere (contener), y que
platio, der. de tcmplum. significaba en principio: que se con-
En el vocab. de la espiritualidad: tiene, que no pide nada más.
meditación en la que el alma está uni-
da a Dios por una visión de la inteli- Estado del que se halla plenamente
gencia y una adhesión de la voluntad satisfecho, que no pide más de lo que
muy simples, con exclusión de todo tiene. V. Satisfacción.
pensamiento discursivo y de toda mul- l. aunque haya contentos qun
tiplicidad de representaciones o de dependen del cuerpo, y otros que
afecciones. V. lllcditació11, Oració11. de él no dependen, no se da, sin
l. la oración se llama medita- embargo, ninguno más que en el es•
ción hasta que ha producido la píritu. (DESCARTES, c. a Élisabeth,
miel de la devoción; entonces se A.-T., IV, 277.)
convierte en contemplación. (... ) El 2. CHICANEAU
deseo de obtener el amor de Dios Pero esa pensión, señora, ¿es
nos hace meditar, el amor obteni- [muy grande?
do nos hace contemplar; porque LA CONDESA
el amor nos hace hallar una sua- Con ella viviría yo, señor,
vidad tan agradable en la cosa [muy honestamente.
amada que no podemos saciar nues- Pero vivir sin agobios, ¿ se-
tros espíritus de verla y conside- [ría eso contento?
rarla. (Fr. DE SALES, Tr. de l'a- (MOLIERE, Les plaideurs, I, VI,
mour de Dieu, VI, m.) 228--250.)
2. La contemplación es una 3. Lo que <!_istingue al placer
operación por la que el alma con- del contento, forma de la felicidad
templa la universal verdad. Lo animada por el valor, es que el
propio de esta operación es ser placer no pasa de parcial, de local,
muy sencilla y muy poco distinta conserva siempre ese carácter de
( ... ) . Cuanto más alta es, rmís con- ir unido a un objeto, en tanto que
fusa resulta. (J.-B. SURIN, Caté- el contento llena el espíritu. (R.
chisme Bpirit., 11, 1, § 2.) LE SENNE, Tr. de mor., 674.)
3. La meditación ( ... ) es una
actividad que se apodera de su ob- CONTINGENCIA
jeto, que lo analiza y lo diseca; en Contingente. Lat. co11ti11gc11s, part.
la contemplación, por el contrnrio, pr. de contingere (suceder por azar o
podríamos decir que es el propio por suerte),
objeto quien se apodern del alma A. Aclj. Que puede suceder o no
y quien la modifica. (A. VINET, Ét, suceder, es decir, que no es ni necesa-
s. la littér. fr. d1t XVIII' s., 11, rio ni imposible. Se opone a necesal'io.
247.) El tiempo que harú dentro de un año
4. La contemplación mñs dicho- es un futuro contingente.
sa habrá de ser en el cielo, In de l. las leyes de la naturaleza
Dios, ser el más grande y excelen- son necesarias, pero ( ... ) el curso
te que cabe pensar, alejada locl11 de los acontecimientos de la natu-
niebla, manifestada In suma vc,·- rnlezn es contingente. La necesi-
13. Dkcio11aiio Je! J.cnglmjc Filu!!l,hl'll.
CONTINUO 19'1

dad propia de las /c¡¡cs no hace a tuidad perfecta. Todo es gratuito,


los acontrcimfr11tos necesnrios, este jardín, esta ciudad y yo mis-
porque la ley se refiere, de una mo. (J.-P. SARTRE, La nausée, 40.'
manera o de otra, a lns esenrins e<l., 171.)
universales separadas de las cosas 4. Nunca sabrán bastante los
por abstracción, en tanto que los hombres la contingencia de su
ncontecimic>ntos se sitúan en 1n persona, y a cuán poco deben el
realidad existencial, concreta, indi- no ser aquello que desprecian. (J.
vidual, que se halla abierta a la ROSTAND, l'cnsécs d'u11 biol., 22.)
mutua interferencia de Hncns cau-
sales independientes... (J. MARI- V. C11/turn, 11; Gratuito, 9; Voca-
TAIN, I'our une phi/os. de l'hist., ción, 7.
45-46.) B. En sentido concreto (las contin-
V. Xcccsidad, 2, 4. gencias): circunstancias accidentales y
variables. Estar por encima de las con-
B. Subs. l. Parte que cada uno
recibe o da, ya fortuitamente (tener tingencias, no tomarlas en cuenta.
su contingente de miserias, aportar su 6. [El jefe] tiene que perso-
contingente de servicios), ya en vir- nificar el desprecio por las con-
tud de decisiones del derecho positivo tingencias, en tanto que la masa se
y, por tanto, contingentes (contingente dedica a cuidarse de los detalles.
de importaciones). (Ch. DE GAULLE, Le fil de l'épée,
2. Conjunto de los hombres llama- 76.)
dos al mismo tiempo a filas. Es contin- 6. Los principios que rigen el
,rente en el sentido de que sus efectivos empleo de los medios ( ... ) sólo tie-
dependen de diversas contingencias: nen valor ( ... ) por la manera en
número de jóvenes de la edad requeri- que son adoptados a las circuns-
da, exenciones, etc. tancias. ( ... ) La acción ha de ser
Contingencia. Lat. cont·ingentia, azar, e]aborada sobre las contingencias.
contingencia. (Ibíd., 97-98.)
A. En sentido abstracto: carácter CONTINUO. Lat. continumn, der.
de lo que es contingente, es decir, no de continere (tener con, contener).
necesario, de lo que no tiene su prin- A. En el uso vulg. (sólo adj.), sin
cipio de ser en sí mismo. interrupción. Un ruido, un desfile, un
Contr.: necesidad, aseidad. hilo continuos.
2. Si la contingencia no rei- B. Filos. (adj. y subst.). Que cons-
nase hasta cierto punto en la serie tituye una realidad sin partes actual-
de las causas determinantes, el mente distintas. Se dice propiamente
azar reinaría en la serie de las del espacio.
causas finales. Porque es la propia l. en el continuo no hay divi-
finalidad la que implica, en la su- siones actuales; las hay solamente
cesión de 1os fenómenos, una cier- virtuales. (A.-D. SERTILLANGES, Les
ta contingencia. (E. BouTnoux, De urnndes theses ..• , 149.)
la contin.qence des lois de la nat.,
10.' ed., 143.) 2. se supone entre los elemen-
3. Lo esencial [para compren- tos del continuo una especie de ne-
der la náusea] es la contingencia. xo íntimo que hace de ellos un to-
Quiero decir que, por definición. do. (H. PoINCARÉ, Se. et hypoth.,
la existencia no es la necesidad.
30.)
Existir es estar ahí, simplemen- 3. El continuo es una realidad
te; los existentes aparecen, se única que se extiende, se prolonga,
dejan encontrar, pero nunca se pue- ya en el espacio, ya en el tiem-
de deditcirlos. Creo que hay perso- po ( ... ). Unos objetos en simple
nas que han comprendido esto. contacto, unos movimientos múlti-
Pero han tratado de superar esa ples que le siguen inmediatamen-
contingencia inventando un ser ne- te no forman una continuidad. Por
cesario y causa de si. Ahora bien, el contrario, un cuerpo concreto es
ningún ser necesario puede expli- continuo, porque sus partes no es-
car la existencia: la contingenciu tán simplemente yuxtapuestas, si-
no es una ilusión, una apariencia no que se sostienen unas n otras.
que se puede disipar; es lo abso- (J. DE TONQUÉDEC, Phi/. de la, nat.,
luto y, por consiguiente, ln gra- Parte I, 11, 238,)
195 CONTRADICClóN

C. Mat. (adj.). Se dice de una can- de ocultarse, como la perdiz de


tidad que numcnta o disminuye por La Fontaine que, en el momento
udición o sustracción de cantidades in- en que el cazador cree tenerla ya
finitamente divisibles como el espacio en la mano, levanta el vuelo y se
y el tiempo. Se op, a discontinuo o dis- ríe? (O. GRÉARD, Recepción de J.
creto•. Lemaitre en la Ac. fr., 43.)
V. Creación• co11t.inuacla, coHtinua. 7. Nuestras contradicciones cons-
tituyen la sustancia de nuestra
CONTRADICCióN, Lat. contradic- actividad espiritual. (P. V ALÉRY,
tio, acción de decir (dictio der. de Mélange, Pléiade, I, 325.)
clicerc, decir) contra: acción de con-
tradecir. C. Lóg. Oposición existente entre
dos términos o dos proposiciones con-
l. Sólo hny contradicción don- tradictorias, es decir, una de las cua-
de hay dicción. (M. PRADINES, Psy- les niega lo que la otra afirma: todos
chol., 111, 112.) - no todos; blanco - no blanco; hace
2. No hay contradicción sin dic- frío - no hace frío.
ci6u, es decir, fuera tlel cliscurso. 8. Hay, pues, contradicción en-
(P. VALÉRY, Disc. s. l'esth., Pléiade, tre la unidad y la no-unidad (... ),
1, 1307.) mientras que no la hay entre la
A. Acción de contradecir a alguien, unidad y la pluralidad. (O_ HA-
de negar lo que afirma o incluso de MELIN, Essai, 11.)
sostener lo contrario.
3. La contradicción pasa por
Contradictio
tu,n, lo añadido.
,n adjecto. Lat. adjec-
una ofensa porque supone conde-
nar el juicio de otro; para obrar Contradicción existente entre un tér-
bien hay que evitar tanto el con- mino y lo que se le añade, ordinaria-
tradecir como el ser contradicho. mente un adjetivo.
(Caballero DE MÉRÉ, Réfl. mor., 9. Una representación tota'.-
336.) mente indeterminada es ( ... ) una
4. La contradicción debe des- contradicción in adjecto, pues el
pertar la atención, y no la cólera. epíteto destruye el substantivo.
Hay que escuchar y no rehuir al (S. BRET0N, Ap'{YT'oches phi,.om. de
que contradice. Nuestra causa de- l'idée d'etre, 141.)
be ser siempre la de la verdad, Contradictio in terminis (contradic-
sea cualquiera la manera en que ción en los términos). La que hay en un
se nos muestre. (Marquesa DE S.1.- juicio afirmativo cuyo atributo es la
BLÉ, Ma:ic., 69.) negación del sujeto (a veces la injus-
6. La prueba deja siempre in- ticia es justicia) o en la asociación en
seguro a aquel a quien persuade, un mismo término de palabras que se
e inquieto o irritado de ver que excluyen mutuamente (en tiempos, al-
otros no son persuadidos. Tampo- gunos hacían de la noción de fenóme-
co soporta la contradicción. Con- no psíquico inconsciente una contradic-
vencido e irritable, tal es el hom- ción en los términos, pero sólo habría
bre que ha dirigido la prueba. contradicción si se hablase de fenóme-
(ALAIN, Vigiles de !'esprit, 81.) nos psíquicos no psíquicos).
V. Complacencia, 2. Principio de co1ttradicción. V. Princi-
B. Acción de contradecirse, es de- pios* prime·roB.
cir, de formular una afirmación in- Contradictorio. Lat. Cont>-arlictoriua.
compatible con una proposición dada
como vcrdade1·a 1 o, por extensión, de A. Que contiene una o más contra-
realizar un acto en desacuerdo con dicciones, es decir, cosas incompatibles.
nuestros pl'inci])ios o con decisiones an- Explicación, programa, conducta, exi-
teriores. Su doctl·ina, su discurso, su gencias contradictorias.
vida, son un tejido de contl'8diccioncs. 10. Todo lo que es contradicto-
ü, La contradicción es la sal l"Ío en si es imposible. ( K.\NT, L'u-
del pensamiento ( ... ) , ¿ Puede ha- nique fo,.dcmcnt ... , trad. FESTU-
ber nada mós excitante ( ... ) que GIERE, 31.)
esa contra,licción cuundo, alerta 11. los relatos diferentes e in-
y alegre, como corre en vuestros duso contradictorios por tesliJ!OS
escritos, se encierra en unn súbi- oculares. (SAINTE-BEUVE, en Ro-
ta reserva, en no sé qué manera DERT,)
CONTRARIEDAD 190

11'. poned frente n frente dos trarins. (LA RoCIIEF0UCAUl,D, Max.,


principios antitéticos por natura- 11.)
leza y veréis cómo son contradic~ 2. En la realidad, la determina-
torios por consecuencia. (E. CAs- ción del contrario es siempre apro-
TJ,.LAR, Discu,•sos, 17.) Ad. E, ximada, y a menudo arbitraria, de-
B. En sentido estricto (Lóg.), Se pendiente de la organización indi-
dice: l. De dos términos, uno de los vidual. Es una clasificación cómo-
cuales es la negación del otro, como da en In práctica, lo que explica su
muerto y vivo, caliente y no caliente, empleo universal: pero no por eso
contento y no contento. deja de ser un concepto de psico-
12. No hay que querer cosas logía popular, sujeto a extravíos.
contradictorias, no hay que que- As!, bajo el pretexto de que el pla-
rer ser y no ser. (J.-J. RoUSSEAU, cer es el contrario del dolor, se
Carta 10 nov. 1763.) han cortado sus dos psicologías
por el mismo patrón, limitándose
2. De las proporciones con térmi- a hacer resaltar la abundancia de
nos idénticos, pero que difieren en can- materiales para el estudio de In
tidad y cualidad, es decir, que una de una y su escasa variedad para
ellas es universal y la otra particular, la otra. (Th, RID0T, Psychol. af-
una afirmativa y la otra negativa. Por fect., 128.)
ej.: todos están presentes (univ. af.) ; 2'. como el hombre sea criatura
algunos no están presentes (partic. raciona,) y el pecado sea obra con-
neg.). Ninguno está atento (univ. neg.) ; tra razón, y sea cosa tan natural
algunos están atentos (partic. af.). V. destruir un contrario a otro con-
Oposición. trario, de aquí es que cuanto más
Regla de los contradictorios: dos se multiplican los pecados tanto
proposiciones contradictorias no pue- más se estragan las potencias de
den ser ni verdaderas ni falsas a la ánima, no en sí mismas, sino en
vez; una es necesariamente verdadera, las habilidades que tienen para
la otra necesariamente falsa. V. Con- obrar. (Fr. LUIS DE GRANADA, Guía
trario. de pecadores, 57.) Ad. E.
13. es más evidente por sí que B. En sentido estricto (Lóg.), se
haya repugnancia entre las con- dice: l. De dos términos que presentan
tradictorias que el que exista un sentidos de oposición extrema, por ej.:
término medio entre ellas: pues lo verdadero y falso, virtuoso y vicioso,
primero resplandece inmediata- caliente y frío, lejos y cerca, No debe
mente en los mismos términos, lo confundirse con contradictorio• (ver-
segundo necesita de algún discur- dadero y no verdadero). V. Oposición.
so y aclaración. Por lo cual lo pri- 2. De dos proposiciones que tienen
mero es común a todos los opues- los mismos términos (mismo sujeto y
tos, ya que en cuanto opuestos pug- mismo atributo) y son ambas univer-
nan entre sí; mas lo segundo no sales, pero una de ellas afirmativa y la
conviene a todas las cosas. (Fr. otra negativa. Por ej.: todos están ahí,
SUÁREZ, De laB propieda,deB del ninguno está ahí. O también: de dos
ente, 11, § 5, p. 68,) Ad. E. proposiciones universales afirmativas
V. Comple1nenta.riedad, 4. que tienen el mismo objeto, pero cuyos
Contraposición V. ConverBión. atributos son de sentido diametralmen-
te opuesto. Ej.: todos están atentos,
CONTRARIEDAD todos están distraídos (la negación está
Contrario. Lat. contrarius, que está en el atributo).
enfrente (contra), opuesto. Regla de los contrarios: dos propo-
siciones contrarias no pueden ser ver-
A. En sentido amplio: que es opues- daderas a la vez, pero pueden ser fal-
to a alguien o a algo. Vientos contra- sas a la vez (basta con que haya uno
1·ios, movjmientos contrarios, parecer presente o uno atento).
contrario.
Contrariar. A. Ir en contra de lo
Sin.: opuesto, discordante, inverso, que otro quiere o desea hacer. He visto
antónimo. contrariados mis proyectos.
Contr.: idéntico, análogo, sinónimo. B. Principalmente, en sentido afec-
l. Las pasiones engendran con tivo: causar dolor por la oposición a
frecuencia otras que les son con- los deseos de otro o por una conducta
197 CONVENCER

que él desaprueba, Mi negativa, mi de contraherc (en lenguaje jurídico se


fracaso, mi matrimonio le han contra- op. a clissolvere, desligar, disolver.)
riado mucho. «El contrato existe desde que una o
Contrariador. Adj. ant. Que se po- varias personas consienten en obligar-
ne en contra de lo que ha sido deci- se, respecto de otra u otras, a dar al-
dido, de Jo que se desea, que lleva la guna cosa o prestar algún servicio»
contrnria. (C6cligo Civil, art. 1254).
Sin.: espíritu de contradicción. El contrato es sinalagmático
3. Ciertas personas son tan o bil«teral cuando los contratantes
contrariadoras que basta que se se obligan recíprocamente uno res-
les admire para que ya no se ad- pecto de otro.
miren a si mismas. (J. R0STAND, Es unilateral cuando una o va-
De la vanité, 141.) rias personas están obligadas re, ..
Contrariedad. Lat. contrarictas, ca- pecto de otra u otras sin que haya
rácter de Jo que es contrarium, opo- obligación de parte de estas úl-
sición. timas. (Código Civil fr., arts. 1102,
1103.)
A. Sentido general: oposición entre V. Convención, I.
cosas o afirmaciones contrarias.
Contrato social. Convención por la
4. He conocido devotos que, por cual, según ciertos filósofos (H0BBES,
una cierta contrariedad entre el RoussEAU ... ), los hombres se han or-
corazón y el espíritu, amaban muy ganizado en sociedad política.
de veras a Dios sin creer del todo
en Él. (SAINT-EVREM0ND, CEuvres 2. Lo que el hombre pierde por
mélées, I, I, 15.) el contrato social es la libertad na-
5. mi voluntad debilitada sin tural y un derecho limitado a to-
cesar por la contrariedad de sus do lo que le tienta o puede alcan-
deseos. (BossUET, S. pour la Cir- zar; lo que gana es la libertad
conc., 11, 1668.) civil y la propiedad de lo que po-
see. (RoussEAU, Du contrat social,
6. Los casuistas ponen de acuer- J, VIII.)
do las contrariedades que apare-
cen entre sus opiniones y las de- CONTUICióN. Neo!. por el que
cisiones de los papas. (PASCAL, ciertos psicólogos designan el hecho de
Prov., VI.) conocimiento en el que, con ( cu,n) la
B. Psico]. Oposoción entre la rea- intuición directa de un objeto, el es-
lidad y los deseos. píritu alcanza a la vez, aunque menos
l. Estado afectivo de quien se halla directamente, otro objeto; por ej., la
contrariado.
causa en el efecto.
Sin.: decepción, pesar, irritación, CONVENCER
descontento. Convencer. Lat. convincere, confun-
7. Si ( ... ) advierto que me fal- dir n un adversario, dejar convicto
tan muchas cosas (... ) es inevitable (de una culpa).
que mi contrariedad sea grande Llevar a alguien por medios racio-
( ... ). La muerte del deseo haría nales a admitir la verdad de una pro-
imposible toda contrariedad y to- posición, la prudencia, la necesidad o
da inquietud. (A. CRESS0N, Mor, la obligación de una conducta. V. Pcr-
de la raison théor., 165, 167.) suadi1·, Sugcrfr.
8. Era imperioso y disimulaba
mal su contrariedad. (J. RoY, Le 1. La convicción depende más
,nétier des armes, 50.) del espíritu, la persuasión del co-
razón; así se dice: el orador debe
2. Lo quo contraría, es decir, va no sólo convencer, es decir, probar
contra los proyectos o los deseos. lo que afirma, sino también per-
Sin.: contratiempo, dificultad, obs- suadir, es decir, impresionar y con-
táculo, impedimento. mover. La convicción suporie prue-
C. Lóg, Oposición existente entre bas: no podía creer tal cosa, pero
dos términos o dos proposiciones con- me ha dado tantas pruebas que
trarias, en el sentido lógico del tér- me ha convencido. La persitasión
mino. no siempre la supone: la buena
opinión que de usted tengo bas-
CONTRATO. Lat. contrcictus, red. ta para pc,·suadirme do que no
CONVENCER 108

me engaña. (D'ALEMBERT, S11110111., Piezas ele convicciém. V. JJcrsuasi6n,


(Eut•rcs phi/os., III, 293; París, S11gesliót1,
1805.) n. En sentido usual (sin. de certi-
2. Ninguna verdad nos es tan dumbre moral). l. Subjetiv.: actitud
propicia y se convierte mejor en de espíritu de quien tiene una cosa por
parte de nosotros mismos que In verdadera. Tengo In íntima convicción
que hemos combatido durante mu- de su inocenrin.
cho tiempo. Ser convencido es ha- 7. La suficiencia subjetiva se
ber sido vencido, (A, VlNliT, Essai llama co,11,icci611 (para mí mismo)
s. la manifest. des co11vict., 45.) y la suficiencia objetiva ccrtidum-
3. Cuando somos convencidos l,rr (para todo el mundo), (KANT,
no somos vencidos sino por nos- Crit. ele la, raison pure, 552.)
otros mismos, por nuestras pro- 7'. La conV1cc1on científica,
pias ideas. Cuando somos persua- precisamente porque se funda en
didos, lo somos siempre por otro. verdades, en razones, no pasa, ni
(A. CHAIGNET, La rhét. et son tiene para qué pasar, de la piel,
h istoirc, 93.) de nuestra alma y posee un carác-
4. es (... ) lllme. Antipoff quien ter espectral. Es, en efecto, una
me ha persuadido (¡ pero no con- convicción consistente en puro asen.
vencido!) de que sería interesante timiento intelectual, que se ve for-
publicar estas investigaciones. (Ed. zado por determinadas razones;
CLAPEREDE, La genese de l'h.ypo- no es como la fe y otras creencias
t.h.esc, 2.) vitales que brotan del centro radi-
cal de nuestra persona. (J. ORTE•
5. El general Giraud se atuvo GA y GASSET, ¿Qué •• filosofía?,
a su modo de ver. No obstante, 126.) Ad. E.
viéndolo más obstinado que con-
vencido, conservé la esperanza de 7". El «no importa» impertur-
que algún día la fuerza de las bable y contento, unido a la se-
cosas le llevaría a cambiar de idea. briedad, suscita desde muy anti-
(Ch. DE GAULLE, ltfém., III, 82.) guo en los españoles la convicción
de que ellos son más fuertes y su-
5'. Quien sabe que la íntima fridos d~ trabajos que los demás
disputa es el ser auténtico del hom- pueblos, y que eso les permite un
bre no puede sentir un gran em- desplie1?ue de acción vedado a
peño en convencer a nadie de na- otros. (M. MENÉNDEZ PIDAL, Los es-
da. Sólo el fanático, el que no es pañoles en la historia, 31.) Ad. E.
para sí hombre, el petrefacto hu- V. C1•ee,icia, 8.
mano, es persuasivo, luchador, pro-
sélita. Es decir, los que no han 2. Objetiv. o como objeto de pensa-
pensado nada por sí son los que miento (j?en. en plur.) : aquello mismo
se afanan en convencer a los de- de lo que se está convencido. Las con-
más de muchas cosas. (J. ORTEGA vicciones religiosas, políticas.
Y GASSET, 11, 739.) Ad. E. 8. En general, aquí [en los ju-
V. Persuadir, 2, 4, 5, 8, 9. rados] como en otras partes, Ju
violencia de las convicciones está
Co11vcncersc, Llegar a admitir una en razón de ln incultura y de la
proposición que se creía falsa o dudo- ineptitud para la crítica. (A. G1-
sa, dándose a sí mismo las razones que DE, Souv. ,le la Cour ,l'As., (Eu.
la justifican. vre•, VII, 97.)
a. se está convencido porque se 9. Esas convicciones no discu-
ha sido vencido. La polémica pue- tidas son otras tantas luces pa-
de ser real (convencer) o ideal rásitas que turban las legítimas
(convencerse). (D. DnEYFUS, R. de claridades que el espíritu debe
l'enscign. ph.ilos., enero 1959, 23.) acopiar en un esfuerzo discursivo,
Com·icción. Lat. convictio (der. de (G. BACIIELARD, Psyclra11al. de /cu,
c0111Jincere, confundir a un adversario, 17.)
demostrar victoriosamente), acción de 9', Cuando todos los españoles
convencer, demostración decisiva. acepten, bien que sea con el sacri-
A, En sentido original (antic,): ficio de sus convicciones teóricas,
como acción. El hecho de convencer a un estado de derecho fijo, indis-
alguno o de convencerse a si mismo. cutible y por largo tiempo inmuta-
Ese argumento produjo mi convicción, ble, y se pongan unánimes a tra-
109 CONVERGENCIA

bajar en la obra que n todos in- ciencias, en particular los postulados,


teresn, entonces podrá decirse que son convenciones, en el sentido de que
ha empezado un nuevo período his- dependen de una determinación positi-
tórico. (A. GANIVET, Idcárium CB- va del científico.
pa,iol, 78.) Ad. E. 2. Los axiomas geométricos no
9". Cuanto más profundo y ele- son, pues, ni juicios sintéticos a
mental sea un ingrediente de nues- priori ni hechos experimentales.
tra convicción, menos nos preocu- Son convenciones, y nuestra
pamos de él, y, en rigor, ni siquie- elección entre las convenciones po-
ra lo percibimos. Vamos viviendo sibles está guiada por los hechos
sobre él; es la base de todos nues- experimentales, pero permanece
tros netos e ideas. Por lo mismo, libre y no está limitada más que
queda fuera de nosotros, corno es- por la necesidad de evitar toda
tá fuera de nosotros el palmo de contradicción. (H. PoINCARÉ, La
tierra que pisamos... (,J. ORTEGA se. et l'hypoth., 66.)
Y GASSET, El arte en presente y Convencional. Que resulta de una
en pretérito, Obras, III, 425.) convención.
CONVENCióN. Lat. conventio, ac- A. Sin matiz P.',yorativo si se trata
ción de convenirc: l. Etimolog., venir de una convenc10n estipulada por
con, reunirse; de donde asamblea (la acuerdo explícito o implícito (signos
Convención Nacional francesa de 1792- convencionales).
95). 2. Por ext.: convenir con, enten- 3. El interés es legal o conven-
derse, ponerse de acuerdo; de donde cional. El interés legal está fija-
convención. do por la ley. (... ) El tipo del in-
A_ Derecho. Acuerdo o pacto que terés convencional debe ser fijado
tiene lugar entre dos o más partes. por escrito. (Código Civil fr., art.
Las estipulaciones particulares de este 1907.)
acuerdo. 3'. Es muy importante la rei-
l. El contrato es una conven- vindicación de Jo convencional, tan
ción por la que una o más perso- importante, que sólo de la fe en el
nas se obligan respecto a otra u poder de la convención para trans-
otras a dar, hacer o no hacer al- formar la naturaleza, puede sur-
guna cosa. (C6digo Civil fr., art. gir para nosotros la fe en el por-
1101.) venir de la raza. Hay mucha gen-
te que no se ha convencido toda-
B. En sentido amplio y usual (so- vía de que lo espontáneo es forzo-
bre todo en plur.): lo que, en un me- samente malo, y sólo podremos me-
dio dado, es tenido por normal o como jorar cuando nos finjamos, por
de regla. Convenciones sociales. un acto de clara volición, una na-
1'. Todo cuadro es pintado par- turaleza nueva y convenida. (J.
tiendo de una serie de convencio- ORTEGA Y GASSET, Planeta sitibun-
nes y supuestos que se dan por sa- do, Obras, I, 148-149.) Ad. E.
bidos. El pintor no transmite al B. Ordinariamente con matiz peyo-
lienzo todo lo que dentro de él con- rativo, cuando se trata de convencio-
tribuyó a su producción. Por el nes sociales o mundanas: cortesía, ac-
contrario, elimina de él los datos titud convencionales; sentimientos con-
más fundamentales, que son las vencionales.
ideas, preferencias, convicciones
estéticas y cósmicas en que se fun- 4. La solemnidad convencional,
de genéricamente lo individual de por lo mismo que es querida y fi-
aquel cuadro. Con el pincel hace jada de antemano, arroja sobre
constar precisamente lo que no es nuestra piedad una sombra fría y
<ccosa sabida» para sus contempo- como una especie de mentira im-
ráneos. Lo demás lo suprime o, palpable. (P. CHARLES, La Pricre
por lo menos, lo apunta sin insis- de to11tcs les hcures, l, IX.)
tencia. (J. ORTEGA Y GASSET, El ar- CONVERGENCIA. Der. del verbo
te en, vrcscntc 11 en pretérito, convergen•: tender juntos (eum), RO-
Obras, III, 424.) Ad. E. breent.: hacia el mismo punto.
V. Como si, 2. A. Propiamente: carácter de las
C. Lóg. Pura algunos pensadores, trayectorias que tienden a un mismo
los principios fundamentales de las ¡,unto. Convergencia de las líneas, de
CONVERSIÓN 200

los rayos luminosos o de la lente que los por op. a !ns religiosas de coro). Res-
hace converger. to de In nntigun distinción entre los
Co11f>•.: divergencia. o/Jlat i, que, ofrecidos o dados al mo-
nasterio por sus padres desde tempra-
B. Por anal.: carácter de los hechos na edad, recibían una formación ade-
o argumentos que conducen a un mis• cuada, y los co11vcrsi, que, convertidos
mo resultado. La con,,ergencia ele prue- n In vida religiosa a una edad avan-
bas que no procuran, tomadas una a zada, no podfnn recibir esa formación.
una, más que una probabilidad, con-
duce a una certidumbre práctica. Sin.: lego.
l. Ninguna imagen puede reem- Conversión. Lat. convcrsio, acción
plazar a la intuición de la dura- de volver (vertere) por entero (convcr-
ción, pero muchas imágenes diver- tcrc) o de darse In vuelta.
sas, tomadas de órdenes de cosas A. En sentido propio: acción de in-
muy diferentes, podrán, por la con- vertir el sentido de la marcha, de dar
vergencia de su acción, dirigir la In vuelta. El ejército realizó una sú-
conciencia sobre el punto preciso bita conversión. V. Histc,·ia, de con-
en el que hay una cierta intuición versión.
que captar. (H. BERGSON, La, pcn- 2. Dios nunca engaña a quie-
séc et le mouv., 185.) nes le interrogan mediante una
2. La convergencia de !ns pro- seria aplicación y una total con-
babilidades autoriza una aserción versión del espÍl'itu hacia él. (MA-
categórica, porque la razón sufi- LFBRANCHE, Rech., Pref.)
ciente de un tal conjunto no po- 8. Como un rebaño mordido en
dría ser otra que la verdad de In los jarretes por los perros, y que,
conclusión a la que remite, por tras algunos minutos de desorde-
su parte, cada una de las proba- nado revuelo, realiza una conver-
bilidades. (H. PINARD DE LA BoUL- sión sobre el terreno, los manifes-
LAYE, L'ét. comparée des rel., 4. 1 tantes dieron media vuelta... (R.
ed., 11, 528.) MARTIN, DU G., Les Thibault, VI,
3. La convergencia puede tam- 283.)
bién suscitar la desconfianza: se B. Fig.: acción de cambiar una co-
temerá que los nuevos elementos sa en otra. Conversión de libras en
hayan sido dispuestos con vistas francos. Conversión de las industrias
a esta convergencia. Los plebisci- de guerra.
tos o elecciones demasiado favora C. En sentido moral y relig.: cam-
bles a las tesis o los candidatos bio radien! de las ideas morales y de
del gobierno rara vez han sido con- la conducta. Principal y absolutamen-
siderados como expresión sincera te: cambio por el que el incrédulo se
de los votantes. (Ch. PÉRELMAN adhiere a una doctrina religiosa.
Tr. de l'a,rgumcntation, 11, 626-
627.) 4. la psicología de la conver-
sión nos ofrece también el ejem-
CONVERSIÓN plo de trastrocamientos tan radica-
Converso, com·ersa. Que ha sufri- les que se diría que, al menos en
do o efectuado una conversió,1. los limites de In humanidad, pa-
recen surgir de vez en cu&ndo al-
Sin.: convertido. gunos hombres para testimoniar la
A. Lóg. (proposición conversa o posible victoria de lo imposible.
substantiv., la conversa). Proposición (E. MoUNIER, Tr. du caract., 743.)
resultante de una conversión: «Algu• 5. La conversión ( ... ) no es ge-
nos franceses son bretones» es In con- neralmente un cambio brusco de
versa de: •Los bretones son franceses». creencia, sino la conquista progre-
l. Los grandes hombres so~ siva gracias a una duda continua.
mis reyes, señor, pero la conversa Pero esta duda no es a su vez
no se da en este caso; los reyes no posible, desde un principio, más
son mis grandes hombres. (Vo1,- que por la presencia insospechada,
TAIRE, C. a Maupertuis, 22 junio pero real, de otra creencia que roe
1740.) la primera n medida que se ex-
B. En el vocab. relig. (hermanos plicita. (J. LACROIX, lt.úiér. apir.,
conversos, por op. a los padres, que 193.)
son sacerdotes; hermanas conversas, 5'. La conversión es el cambie¡
201 CóPULA

del hombre, no de una idea a otra, l. Los etnólogos han descrito


sino de una perspectiva total a la el papel y las funciones de las cla-
opuesta: In vida, de pronto, nos ses de edad que formaban verdade-
aparece vuelta del revés. Lo que ros grupos en el seno de la socie-
ayer quemábamos, hoy lo adora- dad rural ( ... ). Cada sexo cumplía
mos. (J. ORTEGA Y GASSET, En dentro de esas clases las funcio-
torno a Galileo, Obras, V, 116.) nes particulares que le asignaba
Ja tradición. Las familias, en fin,
V. Sanci6n, 2. se repartían en la estima colectiva
D. Lóg. Por anal, con el sentido A, del pueblo entre las «buenas fami-
ln convers10n de las proposiciones lias», 1as ccviejas familias)) y las
consiste en invertir el orden de los tér- demás; y esta evaluación "moral n
minos, es decir, en hacer del sujeto traducida de una evaluación eco-
predicado y del predicado sujeto. To- nómica decidía los matrimonios y
do A es B: Todo B es A. Las reglas las relaciones cotidianas. Nume-
de la conversión tienen por objeto ase- rosas coordenadas permitían así
gurarse de que la proposición obteni- situar a cada uno en su casilla del
da por conversión no afirma más quo tablero del poblados. (H. l\[ENDRAS,
la proposición convertida. en el Tr. de socio/. de G. GunVITCH,
Hay conversión simple cuando la I, 318.)
proposición no cambia de cantidad: 2. Las coordenadas por relación
ningún hombre es mortal (E), ningún a las cuales mi pensamiento filo-
mortal es hombre (E) ; algunos filóso- sófico empezó a definirse en el
fos son distraídos (1), algunos distraí- curso de los años anteriormente
dos son filósofos (1). inmediatos a la primera guerra
Hay conversión imperfecta o per ac- mundial me parecen haber sido
cidens cuando la proposición obtenida (... ) el idealismo crítico de un
por conversión tiene una extensión me- León Brunschvicg y la filosofía
nor que la proposición convertida: to- bergsoniana. (G. MARCEL, en En-
dos los hombres son mortales (A), al- c¡¡cl. fran9., XIX, U, 2.)
gunos mortales son hombres (1). V. Geo1netría, 5.
La proposición O (particular nega- CóPULA. Lat. copula, atadura.
tiva) sólo es convertible después de
haber modificado su cualidad, es de- El verbo ser en cuanto afirma o nie-
cir, tras haberla transformado en ne- ga un predicado de un sujeto: la nieve
gativa: algunos hombres no son sabios es blanca. El verbo copulativo debe ser
(O) ; algunos hombres son no-sabios distinguido del predicativo que, ade-
(1) ; algunos no-sabios son hombres. más, afirma una e..,istencia: Pedro es
Este proceso se denomina por contra- rubio. Pero se discute sobre el sentido
posición. de la cópula.
Los escolásticos expresaban los di- l. La cópula, que sirve para
versos tipos de conversión mediante unir el predicado al sujeto en las
las palabras siguientes: lenguas indoeuropeas y que se ha
convertido en pilar de la frase
/Ecl simpliciter, evA per accid, nominal, es una palabra vacía.
ast O per contrap: sic fit conversio (Ch. SERRUS, La langue, le sens,
tata. la penséc, 79.)
La conversión de las proposiciones 2. el verbo empleado como có-
interviene en la reducción a la prime- pula dice que la cosa existe, o ac-
ra figura de los silogismos de las de- tualmente fuera del espíritu o po-
más figuras. V. Modos. siblemente fuera de él ( ... ) . Así,
Convicción. V. Convencer, el verbo ser, en una proposición
con verbo copulativo tanto como
COORDENADAS, subst. A. Prop. en una con verbo predicativo [por
(Geom.) : conjunto de dos (o tres) in- ej.: yo soy], significa siempre la
dicaciones numéricas que determinan. existencia; y toda proposición
por relación a un cierto sistema de re- afirma o niega la existencia ac-
ferencia, la posición de un punto en el tunl o posible, real o ideal, de tal
plano (o en el espacio). sujeto determinado por tal predi-
B. Por anal.: conjunto de datos que cado, (J. MARITAIN, Éléments de
permiten determinar la situación de phi/os., 66, 67.)
una persona o de una cosa. 3. la cópula no se opone al ver-
C'ORAZóN 202

bo; lo sohrcenliend~, }o dC'terminn a. Al escribir esta palabra


v limita su aplicaciún. (L. LAVELl,B, ha estado a punto de parlír-
Í)r l'rrrc, 150.) [seme el corazón.
(Vll,LON, Le tcstame11t.)
Y. Sr,· ll, ll4.
4. Llueve en mi corazón
Copulath-o. Lnl. c-01rnlaU1 1 us, der. de como sobre la ciudad.
copula, atadura. /, Qué languidez es ésta
4. El ser copulativo no es }lri- que tl'ospnsa mi corazón?
maria y primeramente una expre- (P. VEllLAINt:, lloma11ccs sa11s1"'·
sión del «ser» de la realidad, sino roles.)
de la realidad misma. A su vez, el C. La propia vida afectiva. No te-
ser sustantivo no es algo prima- ner corazón. En este sentido se opone
rio, sino algo fundado en la reali- a menudo a espíritu, a «cabeza».
dad. Por consiguiente, no existe 5. Se es más sociable y de me-
una unidad del ser que abarcara jor trato por el corazón que por
analógicamente el se1· copulativo, la cabeza. (LA BRUYi:RE, Ca;ract.,
el ser de la esencia y el ser de la IV, 78.)
existencia, sino que no hay más 6. El espíritu es el ojo del al-
unidad que la unidad de realidad, ma, no su fuerza; su fuerza está en
la unidad «de suyo», la cual se ac- el corazón, es decir, en las pasiones.
tualiza ulteriormente en dos mo- La razón más esclarecida no da
dos formalmente independientes y obrar ni querer. ¿Basta con tener
ajenos entre sí: el «ser» sustanti- buena vista para caminar? (VAU-
vo (momento de la realidad como VENARGUES, Réflcx. et max., 149.)
acto ulterior de ella) y el «ser»
copulativo, la intención afirmati- 7. los ojos son los intérpretes
va (momento de la intelección com- del corazón; pero sólo quien por
pleja.) (X. ZUBIRI, Sobre la; esen- él se interesa entiende su lengua-
cia., 412.) Ad. E. je. (PASCAL [?], Disc. s. les pass.
de l'amour.)
Lóg. Un sujeto o un atributo se 8. Todos hablan bien de su co-
llaman copulativos cuando comprenden razón y nadie se atreve a hacer
varios términos unidos por las conjun- lo mismo de su talento. (LA Ro-
ciones y o ni. Los mentirosos y los CHEF0UCAULD, Max., 98.)
ladrones no son creídos ni estimados. 9. El corazón de un hombre de
Corre/.: disyuntivo•. Estado debe estar en su cabeza.
(NAPOLEÓN B., Virilités, 25.)
CORAZóN'. Lat. cor, cordis, de don-
de: 1.0 cordial y sus derivados; 2.0 co- 10. La razón nos advierte de
raje. Jo que hay que evitar. Sólo el co-
razón dice lo que hay que hacer.
l. la humanidad se caracteriza (J. J0UBERT, Pcnsécs, 72.)
tanto por la energía como por la 11. Se habla de cabezas, y no
ternura, según familiarmente lo de corazones bien sentados. Los
atestigua la feliz ambigüedad de corazones bien sentados son aque-
la palabra corazón. (A. COMTE, llos en que todas las clases de afec-
Syst. de po/it. posit., I, 266,) tos están bien encasillados y no
2. La palabra corazón designa tienen más que su justo alcance.
a la vez el amor y el coraje, al mis- (lbf.d., 97.)
mo tiempo que, por su sentido fi- 12. El corazón de las mujeres
siológico, exalta ambos al nivel del es parlanchín y no necesita gran
tórax, lugar de riqueza y dist~ibu- cosa; le basta consigo mismo para
ción, no de apetito y neces1da~. expansionarse hasta el infinito y
C'on ello el valor resulta esclareci- presumir de elocuente. (Eug. DE
do, y aún más el amor. (Ar~AIN, GUÉRIN, Journal, 19 febr. 1838.)
Les idées et les áges, I, 243,) 13. El corazón da ingenio y el
A. Prop.: el órgano principal de la ingenio no da corazón. (A. FRAN-
circulación sanguínea. CE, La; vic littér., 111, 332.)
B. El órgano de la circu\ación COJ!· 14. La dureza de corazón nace
siderndo como sede de la vida afecti- a menudo de un abuso de la lógica.
va. Tener buen corazón, hablar con el (E. JALOUX, Esscnccs, 185.)
corazón en la mano. 15. Cuando el corazól\ tiene
203 conn1-;1,.,c1<,:,,

ojos, es la inteligencia la que le propiamente dicho sólo alcanza a


presta su mirada. (P. On11:GAT, las cosas. (L. LAVEI,LE, T,. rl« mi.,
lntuition et relig., 120.) II, 408.)
lG. Me gusta que el corazón 20. Es conceder un ,rran cr~di-
dicte, la imaginación escriba y el to a la razón dejar~í' ,Ji;;;uadir por
espíritu corrija. (M. CIIAPELAN, ella del ideal que <·l cnraz,.Jn no:.;
Lirc et écrirc, 55.) propone. (J. RosT,\SD, D, /a. ,.,,,,¡.
lG'. Se ha dicho que los gran- té, 122.)
des pensamientos salen del cora- 20'. El corazón, máquina incan-
zón; también pudiera añadirse que sable de preferir y dearloñar, e., e'.
del corazón salen grandes erro- soporte de nuestra per:;rJ!la:idad.
res, grandes delirios, grandes ex- (J. ORTEGA Y GASSET, ¿Qué ,a ii-
travagancias, grandes crímenes. losofía?, 257.) Ad. E.
Del corazón sale todo; es un arpa F. En PASCAL (por op. a la raz,,~ t,
soberbia que despide toda clase de potencia intuitiva del espíritu.
sonidos, desde el horrendo estré- 21. Conocemos la verrla 1 no
pito de las cavernas infernales sólo por la razón, sino también
hasta la más delicada armonía de por el corazón; es de e.sta ú:tima
las regiones celestes. (J. BALMES, forma como conocemos los pr~rr.-::=-
El criterio, 220.) Ad. E. ros principios ( ... ).
V. Cortesía, 7, 14; Espíritu, 26, 27, Y tan inútil y ridicu!o es que
28; Pcnsa111ic11to, 48, 54; Raz6n, 6. la razón pida al corazón pruebas
D- Conjunto de las cualidades que de sus primeros principios para
hacen a los hombres valerosos y de ca- consentir con ellos como seria ri-
rácter. En este sentido se opone a co- dículo que el corazón pidiese a la
razón referido a la vida afectiva. V. razón un sentimiento de todas las
Valor. proposiciones que ella demuestra
17. Rodrigo, ¿tú tienes cora- para querer recibirlas. (PASCAL.
[zón? Pensées, 459-460.)
(CORNEILLE, Le Cid, I, IX,)
22. Los poetas sólo están segu-
17'. Así como dicen que van de• ros de lo que adiYinan, es decir.
generando los hombres, siendo más de lo que su corazón siente como
pequeños cuanto más va, de suer• verdadero por un impulso. ()[.
te que cada siglo marcan un de- BARRES, Mes cahicrs, XII, 187.)
do, y a este paso vendrán a parar V. Espíritu, 29; Instinto, 11; Sen-
en títeres y figurillas, que ya po- tido, 5.
co les falta a algunos; sospecho
que también los corazones se les CORRELAClóN
van achicando y así se halla tanta
falta de aquellos grandes sujetos Correlato, subst. Etimol.: término
que conquistaban mundos, que fun- en relación (relatum) con ( ciun) otro.
daban ciudades, dándoles sus nom- Neo!. frecuentemente utilizado por
bres, que era su real facicbat. (B. HUSSERL.
GRACIÁN, El critic6n, 146.) Ad. E. Término de una relación o de una
17". ¿Qué importa que el en- correlación.
tendimiento se adelante si el cora- l. La categoría de objetividarl
zón se queda? Concibe dulcemente y la categoría de evidencia son co-
el capricho lo que le cuesta mucho rrelatos. (HUSSERL, Log. forme/le
de sacar a lucimiento el corazón. et log. tra11scc11cla11talc, 219.)
(B. GRACIÁN, El /iéroe, 15.) Corr~loti\'O, Que es relativo a otro
E. La afectividad en tanto que y no puede darse sin él: la causa y
fuente de conocimiento. Los ojos, las el efecto, el comprador y el vendedor, el
intuiciones del corazón. objeto y el sujeto, el fin y los medios.
18. Las cosas del corazón no Correlación. Lat. corrclatio, relación
son verdaderamente emprendidas con (cum).
más que por el corazón. (A. VI- A. En sentido amplio (etimol.): ca-
NET, Les plus bel/es pagcs, 1, 203.) rácter de dos términos correlativos, es
19. Podriamos ( ... ) decir que es decir, que no se dan el uno sin d otro.
únicamente el corazón el que Hay correlación entre padre e hijo,
nos decubre la presencia de otra entre alto y bajo.
persona, y que el conocimient~ B. En sentido más preciso (cien-
CORTESIA 204

tíf.) : relación de dos o más cosas cu- todas !ns demás. (G, Cuvum, Disc.
yas variaciones son nu'is o menos con• sur les révol. 1lu g/obc.)
comitnntcs. Es la correlación formulada sobre es-
Sin.: rovarinción*, concordancia"", te principio la que hace posible In de-
correspondencia, dependencia. finición binominnl (por el carácter do-
Cont,·.: independencia. minante o género próximo y el carácter
subordinado o diferencia específica.)
2. Correlación: noción m11temá- V. Definició11.
tira que mide la rigidez de In re-
lación existente entre dos varia- CORTESIA
bles. (M. B0LL y F. BAUD, Prrso11- Cortés. De corte.
nalité, 129.) Que observa en sus relaciones con
3. La covariación expresa In los demás las reglas de educación y
ma.gnitud de la influencia de un evitn comportarse de modo que pueda
fenómeno sobre otro; la correla- ofender.
ción, la frecuencia de esa influen- l. Unn persona cortés no ha-
cia. (E. CLAPAREDE, Psychol. de lla nunca ocasión de hablar de si
l'cnfa.11t, 367.) misma. (Mme. DE LAMBERT, Lettres
4. El hijo de un médico o de s. l'éduc, 58, Amsterdam, 1729.)
un militar puede ejercer cualquier 2. No améis al joven a. quien
oficio; nada le impide ser sacer- los viejos no hallen cortés. (J. Jou-
dote, albañil o vendedor de perió- BERT, Pc11sécs, 289.)
dicos, en vez de seguir la carrera Cortesía. De cortés.
paterna. Pero incluso aquí la esta-
dística muestra una correlación en- Manera de comportarse con los de-
tre la carrera del padre y la del más para. no herirlos ni ca.usarles mo-
hijo. (J. DucLAUX, La scienco de lestias.
l'inccrtitudc, 57.) 3. Basta con tener mundo para
a.finar los modales, pero ha.ce fa.I-
5.• Se dice que dos cantidades ta mucha. delicadeza para hacer
cualesquiera están en relación una pasar la. cortesía. al espiritu
con otra cuando el valor de la pri- (Marquesa. DE LAMBERT, Lettres s.
mera fija exactamente el de la se- l' éduc., 58.)
gunda. Así, la superficie de un
círculo está en relación con su diá- 4. Creo que el espíritu de cor-
metro. Dos cantidades están uni- tesla consiste en un cierto cuida.-
das por una correlación si el valor do de hacer que por nuestras pa-
de la primera fija sólo aproxima- labras y modales estén los demás
damente el de la segunda ( ... ). contentos de nosotros y de si mis-
mos. (LA BRUYERE, Caract., V, 32.)
Supongamos que el candidato •5. La verdadera cortesía. con-
tiene un valor absoluto (... ). Des- siste en mostrar benevolencia. a. los
pués de haberlo asado en condicio- hombres; se muestra sin esfuerzo
nes, [el tribunal) Je da una nota cuando se tiene, y es para quien
de conjunto (... ). ¿Relación o co- no la tiene para quien es forzoso
rrelación? (J. DUCLAUX, La science codificar en arte sus apariencias.
de l'incertitudc, cap. X: «Bachille- (J.-J. R0USSEAU, Émilc, IV, 422.)
rato», p. 117.) 6. La. cortesía se compone (... )
V. Tipo, 7. del conocimiento de los usos mun-
Zoo!. Principio de correlación: prin- danos y de la benevolencia, que
cipio que G. CuVIER formula en estos hace evitar cuanto puede resultar
términos: molesto. (Mme. CAMPAN, De l'éduc.,
11, 354, Beaudouin, 1924.)
G. Todo ser organizado forma
un conjunto, un sistema único y 7. La exquisita cortesia, las
cerrado cuyas partes se correspon- buenas maneras son hijas del co-
den mutuamente y concurren a la razón y de un gran sentimiento
misma acción definitiva por una de dignidad personal. (H. DE BAL-
reacción 1·eciproca. Ninguna. de ZAC, Le lys dans la. valléc, Furne,
esas partes puede cambiar sin que 1844, 111, 356.)
las otras cambien también; y, por 8. ¿Qué es la cortesia? Un con-
consiguiente, cada. una de ellas, to- venio tácito entre dos personas por
ma.das separadamente, indica y da el que cada un11 disim11l11 su va-
COSA

nidad en beneficio de la otro. (A. llamar cortesanos. (A. DE GUF.VARA,


KARR, en l}t!sprit d'A. K., 69.) EpiBtolas familiares, t:l7.) Ad. E.
9. Lu upatn la llana» tiene tam- 18. Iguala la palabra favorable
bién su gracia. de un superior a la obra de un
igual, y excede la cortesía de
Pero cuidodo cor, las rlisputSB un r>rinripe al rlon de un ciudadano.
en semejante ambiente; su crudeza (B. GRACIÁN, NI héroe, 32.) Ad. E.
degenern en seguida en g,·oseria.
Cuondo no se usnn guantes, las V. CuntumlJre, 3; Iustituci611, 3;
uñas surgen ft\cilmente. Es en- Moda, 5; Modestia, 5.
tonres cuando se mide el vulor de COSA. Lat. ct1usn, que ha dado el
la cortesio, de la dignidad, de la doblete rausa-cosa. En el lenguaje ju-
reserva. w.-H. AMIEI,, Journal rídico acompañó primero a res (asun-
inf., 14 agosto 1876.) to, cosa) y poco a poro ha llegado a
10. La cortesía ( ... ) es la cal- sustituirlo. Así, el español cosa que co-
derilla de la admiración y del ha- l'responde ni latín res.
lago, su forma mutua y su vul- A. En el uso ord.: término inde-
garización. (G, TARDE, l,ogiqur: so- terminado que sirve para designar
cialc, 117.) cualquier objeto de pensamiento. El
11. In cortesía que es la gracia creador de todas las cosas. Hablar de
del csplrilu. Como In grncia, la cor- muchas cosas. Ir al fondo de las cosas,
tesía despierta en nosotros la idea "La conciencia es siempre conciencia
de una flexi·bilidad sin limites; de alguna cosa». (HUSSERL.)
''Jl, también como la gracia, nos 1. Poca cosa nos consuela por-
hace creer que esa flexibilidad se que poca cosa nos aflige. (PASCAL,
halla a nuestro servicio, que pode- Pc11sécs, 389.)
mos contar con ella ... (H. BERGSON, 2. Hay muchas cosas que sabe-
Disc, s. la polifc•sc, Écrits et par., mos mal y que conviene repetir.
I, 61.) (VAUVENARGUES, Ré/1. et max., 399.)
12. esta simpatía amañada que 3. Se dicen pocas cosas sólidas
es la cortesía. (ALAIN, Syst. ,les cuando se intenta decirlas extraor-
beauz-arts, 41.) dinarias. (VAUVENARGUES, Ré/1. et
13. no hay mentira en la cor- '"ª"'·· 112.)
tesía; porque Jo que muestro al ser 4. En las grandes cosas, los
descortés no soy yo, sino un ani- hombres se muestran como convie-
mal inquieto, tembloroso, brutal. ne a la ocasión; en las pequeñas,
(lb{d., 71.) c~mo son. (CHAIIFORT, Max. et pen-
14. Se dice a menudo que hay sees. I, CEuvres, 11, 14, París,
una cortesía del corazón que se 1812.)
burla de las formas. Es algo que 4'. Ved de cuán poco valor
no creo. (ALAIN, Sentimcmts, pas- Son las cosas tras que andamos
sions et signes, 196.) Y corremos;
16. Las amistades de cortesía, Que en este mundo traidor
en las que la formn salva el fon- Aun primero que muramos
do, son un modelo preciso parn el Lns perdemos.
amor, que se corrompe, por el con- (Jorge MANRIQUE, Coplas.)
tl'ario, por un desprecio de In for- 4". El verdadero arte, sea plás-
ma. (ALAIN, Les idées et les ages, tico o literario, se apoya en las
11, 188.) cosas. De la realidad tangible par-
16. Un hombre de mediana cor- te pnra el ensueño. (AzoafN, El es-
tesla es tan sutil como tres mo- critor, 65.) Ad. E.
ralistas. (ALAIN, Politiquc, 144.) V. Absurdo, 6.
17. Cuán justo es que el plate- B. Por op. a persona: el ser des-
ro sepa hacer una tnza, y el sacer- ¡n·ovisto de conciencia reflexiva.
dote decir una misa, y el sastre 5. Innumerables lazos, doloro-
hacer una ropn, tan justo es que [sos y frágiles,
el buen cortesano sepa qué cosa en todo el universo van de
es la buena cl'ianza; porque en la [mi nlma a las cosas.
corte del rey, de ser allí los hom- (SULLY-PRUDHOIIIIE, La. i•ie inter.,
bres muy corteses, los vinieron a «Les chaines», 3-4.)
COSMOLOGIA 206

6. ¡ Oh sol!, sin quien lns cosns p6Lesis como existencin exterior al


no serian lo que son. pensamiento. La cosn en sí es to-
(E. RosTAND, Clia11tcdcr, I, 11.) talmente indispensable: es una pu-
7 El único medio que el niño ra nada. (E. LE UoY, Essui d'u11e
tiene para extender su imperio so- ¡,hilos. prcm., I, 203.)
bre lns cosas, que no sabe mane- 3. En los fenomenólogos: el corre-
jar, es saber manejar a las per- lato del pensamiento, que puede ser
sonas. (P. GUll,LAUME, Introd. a concebido l>icn como el en sí, bien co-
la ¡JSyc/iol., 187.) mo lo que es para una conciencia, es
C. Fil. ( Principalm. en la expresión decir, el fenómeno.
(1c;:osn en sí»): lo que tiene existencia 13. Por el mismo acto que da a
independiente. la cosa su nombre, la idea se ha-
l. En la fil. aristotélico-escolást.: ce cosa y hace su entrada en el
lo que existe en si y no en otro. dominio del espíritu objetivo.
Sin.: sustancia. (J .-P. SARTRE, L'hommc et les e/lo-
8. Llamo cosa a lo que se con- ses, Seghers, 1947.)
cibe como subsistente por sí mis- 14. Esos objetos reales (las co-
mo, y como el sujeto de todo lo que sas) son lo que son no en sí mis-
en él se percibe. Es lo que tam- mos, sino en cuanto nosotros nos
bién se llama sustancia. (Log. de ocupamos con ellos. El ocuparnos
Port.-R., I, 11.) con las cosas es lo que les confie-
re el carácter de cosas; porque
8'. Aunque la mente no piense llamamos precisamente cosas al
nada acere-a de las cosas, el oro término inmediato de nuestra ac-
es oro verdadero y es una cosa de- ción. (M. GARCIA MORENTE, Ensa,.
terminada distinta de las demás. yos, 216.) Ad. E.
(Fr. SUÁREZ, De las propiedades
del cnt,·, l, § 10, p. 38.) Ad. E. Cosificar. Considerar como una co-
sa lo que no es más que una idea del
V. Objeto, 13. espíritu.
2. En la fil. kantiana: lo que exis- Sin.: de realizar B o de reificar.
te con independencia del espíritu. La
cosa en sí. 15. Las dificultades mentales
para aprender la verdadera reali-
Siu.: noúmeno. Es esa cosa en sí que dad del yo estriban en que el pen-
los idealistas rechazan. samiento tiene el hábito de servir-
9. El mundo de los sentidos no se de ideas de «cosas» u objetos,
contiene más que fenómenos que y apenas pueden excluir estas for-
no son, sin embargo, cosas en sí, mas de pensar. La. mente hu-
pero éstas (noumcna) debe el en- mana tiende a «cosificar» todos
tendimiento admitirlas precisamen- sus contenidos, y tropieza con una
te porque conoce como simples fe- realidad irreductible, para la que
nómenos los objetos de experien- carece de instrumentos propios. (J.
cia. (KANT, Prolegom., § 69.) MARÍAS, El lumibre y Dios en 1\lai-
10. Si tomamos los objetos ex- ne de Biran, en San A·nschno ... ,
teriores por cosas en sí, resulta 243.) Ad. E.
por completo imposible comprender Cosismo. Concepción o carácter de
cómo podríamos llegar al conoci- una concepción que cosifica.
miento de su realidad fuera de Sin.: realismo ingenuo.
nosotros, apoyándonos simplemen- V. Serio, 4.
te en la representación que hay
en nosotros. (KANT, Crit. de la rai- COSl\lOLOGIA
so11 pure, 306.) Coemo. Del gr. kosmos, orden (kos-
11. El filósofo trascendental metikos, relativo al cuidado del ador-
trata no de prol>ar la existencia de no), el orden del universo, el universo,
las cosas, sino tan sólo de mostrar el mundo. Entra como prefijo en di-
que admitimos la realidad de las versas palabras: cosmogonía (origen
cosas exteriores en virtud de un del mundo), cosmograf(a (descripción
prejuicio natural. (SCHELLING, Es- -) , cosmolog(a (ciencia -) , cosmopo-
sais, 128, Aubier, 1946.) lita (ciudadano del mundo).
12. Es contradictorio, es impo- Cosmos. Subst, gr. V. Cosmo.
sible pensar en un grado cualquie- El universo, el mundo, como un to-
ra ( ... ) lo que es afirmado por hi- do organizado.
207 COSTUMBRE

l. En el Mundo, el «Sistema• Cosmológico. Relativo al mundo


es inmediatamente J>erceptible n (ciencias cosmológicas). Relativo a la
cualquier observador de la Natura- cosmología (teorías co:,;molr,gil'as).
leza. ( .. ,) Cndn elemento del Cos- 1lrgrtmc11tn cosmológico. Prueba de
mos cstú positivamente tejido de In existencia rle Dios a partir de la
todos los demás. 1I'. T>m,HARD DE existencia del mundo.
CH., a,·,wrrH, 1, :18.)
4. si suponemos que algo exis-
1'. Solo Dios es el principal te, no podemo.:; negarnos a p_g.ta
Hacedor y Sc1ior de todas las co- consecuencia: que algo existe tam•
sas, y el que sólo lo puede lodo y bién necesariamente. Sobre esta
lo snbe todo. Este mundo es como conclusión natural (aunque no
11_na morada suya, o, por mejor de- por eso m{,s segura) descansaba
cir, su templo; ll:I lo sacó de In el argumento cosmológico. (KANT,
nada con este ser y este hermoso Crit. de la r. purr, 438.¡
parecer que tiene. Por eso entre
nosotros fue llamado ,nundo y en- COSTUMBltE_ Der. del lat. r.011sur·-
tre los griegos fue llamado Co•- tudo (h:íbito, costumbre, uso).
111os, que monta tanto como rleci r A. Hablando de las colectividades
ataviado, (J. L. VIVES, lntroduc- (la acepción mús corriente): práctica
ció11 a. /,i •abiduria, § 262-263, ¡,. tradicional y general en ciertos países.
57.) Ad. E.
Si11.: uso, tradición, hábito.
1". La respectividad es un ca-
rácter que concierne n «lo que» las l. Al obedecer al hábito. cedo
cosas son en realidad, a su «ta- a un impulso naturnl, porque el
lidndu: cada cosa es como es, pe- luíbito es, como suele decirse, una
ro «respectivamente». Esta respec- segunda naturaleza; al obedecer a
tividad talitativn es lo que for- la costumbre o al uso. hag-o defe-
malmente he llamado kosmos, co.•- rencia a la autoridad y la opinión.
(LAFAYE, 651.)
'"º"· (X. ZUBIRI, Sobre la esencia,
2. Las leyes de la conciencia
427.) Ad. E.
Cósmico, Que pertenece o es relativo que decimos nacer de la natura~
al universo. Rayos cósmicos. Sacudida leza, nacen de !a costumbre (... l.
cósmica. De donde viene que a lo que está
fuera de los goznes de la costum-
2. La música es siempre cós- bre lo cr1;emos fuera de los goznes
mica. El universo se eX'Presa en de la razon. (M0NTAIGr<E Essais I
ella por entero. (ALAIN, Pré/im. a. XXIII, Pléiade, 144.) ' ' '
l'esth., 188.)
3. Se puede definir el espíritu
3. Somos así llevados n supo- de. co_rtes1a_; pero no delimitar su
ner que cuando el radio del espa- practica: esta sigue el uso y las
cio no era más que una fracción costumbres recibidas. (LA Bnuvt-
de millón de años luz en vez de RE, Caracteres, V, 32.)
diez millones de hoy, no existían
más que los rayos cósmicos, áiez 4. El pensamiento es cosa de
mil veces más intensos y más ma- c~stu.~bre o, si se quiere. de ins-
ravillosos que ahora. (G, LEMAfTRE, t1tuc1on, mucho más de Jo que que-
Ra.yons cosmiques et cos1110/ogie, remos creer. (ALAIN, Esq. de l'hom-
30.) m,:, 31-32.)
Cosmología. Lat. cosmología, ciencia 4'. En este mundo las costum-
del mundo (/.osmo•: propiamente, 01·- bres, vístanse con esta o con la
den; por ext., mundo ordenado, por otra apariencia, son siempre unus
op. al caos.) es decir, ridículas y extravagante~
en la mayor parte. (J. P. FonNER,
A. En sentido amplio: el conjunto Exequias de la fr11gua castrllu11a
de las investil!'aciones generales rela- 76.) '
tivas al universo. Se subdivide en cos-
mologia empirira o experimental y cos- ~-. Educació11, 23: Hábit.o, 5; lmi-
mologia racional. lurion, G; ..lloda, 4; Pre}tti.e-io, 5.
8- En sentido estricto y por op. ni 11. Hablando de individuos: mnne-
estudio experimental de la naturaleza: l'B habitual de comportarse. Una vez
solamente 111 cosmologia racional, que no buce costumbre. La costumbre, a
es el estudio mctafisico del universo diferencia del hábito, es sólo exterior.
material. 6. Tener el h<ibito del café o
COYUNTURA 208

del tabaco supone unn necesidad; hombres o animales. Las costumbres


tener eost11mb1·e de fumar o tomar de los esquimales, de las abejas.
café indica únicamente el hecho 10. La costumbre hace las cos-
externo. Se tiene el hábito de hacer tumbres públicas, y el hábito, las
lo que uno se ve impulsado a ha- costumbres individuales. (J. Jou-
cer; se tiene cost.wmbrc de hacer, BEIIT, Pe11sécs, 260.)
y más aún de sufrir lo que se hace 2. En sentido moral (lat. mos, mo-
:} se sufre con frecuencia, sea o no 1·i•, manera de obrar determinada no
de modo voluntario. (LAFAYE, 651.) por la ley, sino por el uso) : manera
6. La costumbre es una segun general de comportarse en cuanto a la
da naturaleza, que destruye la pl"i- observación de la ley moral, a la prác-
mera. Pero ¿qué es naturaleza? tica del bien y del mal.
¿ Por qué la costumbre no es na- 11. Llamo costumbres a todo lo
tural? Temo mucho que esta na que, en la conducta humana (... ),
turaleza no sea a su vez más que se hace por instinto, por tradición,
una primera costumbre, como la por adaptación espontánea al me-
costumbre es una segunda natura- dio social, etc. Llamo moralidad
leza. (PASCAL, Pensées, 372-373.) a lo que se refiere a la afectivi-
7. La costumbre hace nuestras dad es1,ecialmente consciente. No
pruebas más fuertes y más crudas; es necesario comulgar consciente-
ella inclina al autómata, que arras- mente con un ideal para tener bue-
tra al espíritu sin que éste lo ad- nas costumbres; lo es para tener
vierta. (lbíd., 450.) una moral. Se puede hablar de cos-
tumbres refiriéndose a los anima-
8. La costumbre no ofende al les, mas para hablar de morali-
espíritu. ¿Por qué? Porque no pi dad hay que referirse a los hom-
de aprobación. (ALAIN, Propos bres. (G. THIB0N, Diagnostica, 141.)
Pléiade, 652.)
V. Progreso, 9.
9. La costumbre es la cristali- 3. Manera general de juzgar, en un
zación del conjunto de los usos de medio dado de lo que coneierne a la
una sociedad. Un pueblo en el que moral; lo que en ese medio es general-
la costumbre es del todo soberana mente admitido; el conjunto de reglas
debe ser considerado como un víc.- cuya violación acarrea desaprobación
tima del despotismo de los muer- por parte de la conciencia común. Tal
tos. (B. DE J0UVENEL, Du pouvoir es el sentido particular dado a la pa-
309.) labra por L. LÉVY-BRUHL (La morale
9'. Costumbre es facilidad que et la science des moeurs, 1903), que re-
nace del uso, sin la cual ninguna duce la moral a la ciencia de las cos-
de m,estras potencias debe estar, tumbres así comprendidas.
escogiendo entre las que le convie- V. Ley, 3.
nen las mejores. Pueden acostum-
brarse al entendimiento y la volun- COYUNTURA. Der. del lat. con-
tad, y la memoria, y los apetitos junctus (par. pasado de conjungcre),
sensuales, y todos los miembros del unido, conjunto. V. Conjuntivo.
cuerpo. El entendimiento muestra A. Estado de cosas resultante de In
su costumbre en el juicio, la volun- coincidencia más o menos fortuita de
tad en el amor, la memoria en el ciertas series de acontecimientos. Di-
acuerdo, la gana sensual en el de- fícil coyuntura, coyuntura politica.
leite, y los miembros del cuerpo Sin.: circunstancias.
en el moverse para diversos ejer- l. Sin calificativo, «coyuntura•
cicios. Mas la voluntad tiene ta- se aplica a la situación económi-
les costumbres cuales para sí es- ca en movimiento. (A. SAUVY, Pré-
coge; y las otras partes cuales 11ision écon., 9.)
son los ejercicios en que ella las
pone. (F. PÉREZ DE OLIVA, Diálou~ V. Política, 9.
de la dignidad del hombre, 82.) B. Conocimiento de la coincidencia
Ad. E. de ciertas series de acontecimientos
que crean un particular estado de co-
V. Automatismo, 3. sas y a partir de los cuales se puede
C. En plural: las costumbres. l. prever el futuro. Con este objeto se
Conjunto de los comportamientos co- fundó en Francia en 1933 el lnstitutu
munes a una categorla particular de de la Coyu11tura. V. l'rospcctiva.
209 CREAClóN

2. El objeto general de la co• [Probl. de Dieu, 285.J Y es perfec-


yunturn es cciluminar la acción». to. (P. DECOQS, Praclect. theol.
Partiendo do los hechos, saca las ,wl,, JI, 371.)
ncccsal'ias enseñanzas con arreglo 5. Hablar de creación er. ílt-
a un esquema muy semejante 111 hilo es afirmar simplemente de la
diagnóstico médico. (A. SAUVY, en criatura al Creador una relacióZJ
Dict. dts ac, rro11.) de total dependencia que llega al
3. Desde 194ií, In política eco- fondo último del ser, sin ninguna
nómica ( ... ) ha desembocado en suposición de una materia, cual-
una serie de decepciones previstas quiera que sea, preexistente al ac-
con sobrada facilidad por la co- to divino. (E. LF. RoY, EsRai d'uuc
yuntura. (A. SAUVY, Prévision phi/. prem., 798.)
écon., 123.) G. La creación no es un hecho
CREACióN, Lat, crcatio, acción de de la experiencia, sino una exi-
creare (crear). gencia de orden racional. La expli-
cación última del universo no sus-
A. En sentido abstracto: acción de C'ita una cuestión de origen en el
producir una cosa. pasado, sino de razón suficient~
l. Prop.: acción de producir a par- para el presente. (A. ETCHEVERRY,
tir de la nada. Le con/lit acluel des hum., 61.)
l. la creación es una opera- 6'. Esta producción de cosas
ción en la que no concurren más realizada por la Naturaleza es
causas que la eficiente; es decir, una imagen del mundo creado des-
que una cosa creada es una cosa de el principio. La Natu1·aleza no
que, para existir, no supone an- puede sacar cosa alguna de la na-
tes que ella nada más que a Dios. da, pues eso sólo a Dios e3tá re-
(SPINOZA, Pensées méta,ph., I, x, servado; y las crea con un co-
Pléiade, 342.) mienzo tan débil que nos paree¿
2. La creación del mundo era diferenciarse muy poeo de la na-
sólo un preparativo de la gran da; luego sostiene ~r aumenta lo
obra de Dios; y (... ) la gl_oria de que ha producido; con !o cual ad-
sus santos iba a ser su última per- miramos a la vez la bondad y e~
fección. (BOSSUET, S. pour la fete podor del Creador en ésta que es
de Tous les Saints, l.) como una segunda creación. (J.
L. VIVES, Tratado del alma, 20.)
3. Un ser puede ser producido Ad. E.
por otro por precisión, emanación,
transformación o creación. Hay V. Emanación, 2; Evolución, lG,
procesi611, cuando, sin división de 17, 20.
sustancia, una naturaleza inmuta- 2. Por anal.: acción de producir un
ble es comunicada a varias perso- nuevo tipo de ser por una con1binación
nas; as( las personas de la Sant(- original de elementos preexistentes. La
sima Trinidad; emanaeión., cua:ndo creación artística.
se saca de la propia sustancia, co-
mo realidad separada, una sustan- Sin.: invención•.
cia semejante o análoga ( ... ); 7. Tratemos de seguir paso a
transformación, si algún agente paso la transición que lleva de
externo determina en otro un cam- la reproducción pura y simple u la
bio de estado: creación, si, por un creación... (Th. RIBOT, Essai s.
poder más absoluto, ese agente lle- l'magin. créatr., l.)
va fuera de s( algo que de ningu- 7'. Cuando los psicólogos y los
na manera preexistía. (H. PINARD analistas <le la existencia humana
DE LA B., art. «Créationo del Dict. hablan de <1creación» se refieren
de théol. cathol., IV, 2034-2036.) de ordinario n la egregia actividad
4. M. Le Roy (... ) da una de- t<crendorao del artista, del hombre
finici6n exacta de la creación des- ele ciencia y, en general, de cuan-
de el punto de vista metaJísico y tos enriquecen la historia de la
que coincide con la enseñanza tra- humanidad con una novedad mús
dicional. «Afirmar que Dios es o menos importante. Pero esto l\S
creador es afirmar entre el mundo restringir excesivamente el área
y él una total dependencia que al- del problema. En rigor, todo ocio
canza hasta el fondo del ser (... ) .D humano personal es un neto de
J ◄. Diccionario dtl Lcn¡u;ajt- Filosófiw,
210

crcacwn. (P. LAIN ENTRALG0, La Creución contimia. A. En BERGSON:


espera 11 la eRJ1r1·a11.:n, -HHl.) Ad. I~. ncrerenlamiento de Ju sustuncia cósmi-
V. Fdfridru/, 21; Trasrt'wi<-11cia, 2:!; l'a l'Olllo conseruenl'ia d.1 Ja duración.
l"hht :!, 3, 15. 12. [Sigui!!ndo In vín en Ju q•Je
Il. len sentido concreto: lo que re- se habla internado Descartes al su-
suita ,lt.· un arlo crcatlor. poner el determinismo de los fcnó-
1. Absolut. (la rrención): el conjun- m"nos físicos el indeterminismo de
to de les seres creados (en el sentido las acl"ioncs humanas], se llegaba
A). El homine es el 1·ey de la creación. a todas las consecuencias que im-
plica la intuición de In duració.1
2. En sentido relativo (una, las verdadera. Ln creación no apare-
C'reari,mes): un ser o un grupo de sc- cía ya simplemente como continua-
l .!3 cn.~a:Ios, ~·a en el sentido A (el
cla, sino como continua. El uni-
hombre es la mús bella creación de verso en su conjunto evoluciona-
Dios; siu.: criatura), ya en el sentido ba verdaderamente. (H. BERGS0N,
B (las creaciones del arte, de la indus- Évol. cr., 346.)
tria ... ; si 11.: obra).
B. En algunos astrónomos contem-
Crc,aciúu couti11uada. Acción por la porúneos: aparición constante de nue-
que Dios conserYa a las criaturas en vos e~emcntos de materia. Así se ex-
la existencia. plicaría In expansión del universo.
8. Si el mundo subsiste es por- 13. . .. parece verosímil que se
que Dios continúa queriendo que ~l cree constantemente materia nueva
mundo sea. La conservación de las a fin de mantener constante la
criaturas no es, pues, por parte densidad de In materia fundamen-
de Dios, sino su creación continua- tal. Así la situación es tal que la
da. (MALEBRANCIIE, Entr. sur 111 perdida de galaxias por expansión
111étaphysique, VII, VI, p. 153.) del universo es compensada por
9. La creación no pasa, pues la In condensación de nuevas gala-
conserva~ión de las criaturas es xias, y esto puede continuar inde-
por partz d~ D!os mis que una finidamente.
creación continuada, una misma La idea de una creación conti-
vo:u:1tad que subsiste y opera sin nua de la materia representa In
cesar. (MALEBRANCIIE, [bid., VI, X, meta final de esta serie de confe-
p. 15li.) rencias. (F. H0YLE, La 11at11ro de
10. toda interrupción de la l'miivers, 116.)
creación continua.da, por la que Creacionismo. A. En general: doc-
Dios sostiene a las cosas en el ser, tt-ina que enseña In creación del mun-
las devolvería instantáneamente a do por Dios. Se opone ni monismo•
la nada. (E. GILS0N, Le tltomisme, panteísta y ni dualismo•.
249.J
B. En particular (por op. al evolu-
11. La teoría de In creación cionismo) : doctrina según la cual el
continuada, al despojar al ser de mundo, o al menos las especies vivien-
lo que los alemanes llaman la tes, han sido creadas tales como las
Se/Lstü11digkheit, lo hace desvane- conocemos.
cerse en la subjetividad divina.
Si el ser existe frente a Dios es 14. Respecto a la creación de
porque es su propio soporte, por- Dios, el creacionismo y el evolu-
que no conserva el menor rastro cionismo no dific1·en ( ... ) • El mun-
de la creación divina. (J.-P. SAR- do evolutivo es como un pergami-
1"HE, L'étre et le n., 32.)
no que se desenrolla. El creacionis-
mo lo veía como unu hoja extendi-
11 '. No sólo está obligado el da de una vez para siempre. Para
hombre a Dios por el beneficio de In causalidad creadora resulta
la creacilJn, sino también por el de equivalente. (A.-D. SERTII.LANGES,
la conservación, porque El es el que L'idéc de créatio11, 140-141.)
le hizo y el que te conserva des-
pués de hecho. De manera que tan V. 1!,'vo/ución, 18.
col,:ado estás ahora de la mano Credencial, crcdihilidud, crédito, cre-
de Dios, y tan poca pa_rte ~res dulidad. V. Creencia.
para vivil· sin ti, como Jo fuiste
para ser sin ti. (Fr. LUIS DE CIIEENCIA
GIIANADA, Guía de pecadores, 36.) Creer. Lnt. croe/ere, tener confianza
Ad. E. en, confiar o prestar algo, creer. Del
211 CREENCL\

pnrt.. p1·es. rr.~,lt>nH, rrr.,fr11tin se drri- ( ... ) Se dan razones para creer, lo
vnn: crrrlruritr. (mesa o npa1·ado1· en que no es lo mismo. (P. Dou11c;n,
<'1 que~ l'll lus J?run,fos l'nsas, se pro- 1/,tnpe, 22.)
baban los munjnres y bebidos purn 11. cuando c.·reemos t·on la rm-ís
mostrar que eran digno• de rnnfi11nz11 firme f<i que poseemo::; !a verdad
y no conleniun veneno), ert'Cfr11ci11/ y debemos saber <1ue 1o ereemo!-1, no
rrl'c11cia. El pnrt. pusndo rrerlit11s ha creer que lo sabemos. (,l. l.>;,¡u1~1,,
dndo rrédito y sus derivados. l'rn11iC1•,: 1-•,:rifi, 102.)
A. l~n sentido fuerte,. l. Jo:n ge- 12, Cr~er e5 cautivar nUL"~lr:1
Jlrral: dnr su n~••ntimic•ntn a vrrJades inlcligene!a hajo la aulol"irlad d':'
l'icartae, JH~rn que.•, por diversas razo- Dios. (H. OU,ACltulX, /,ri ¡,,; d /11
nes, no pu~1fon Her rrr.onocidas como re/ig., 118.J
tales sin In pnrticipuci<in de In volun-
13. Creer es tene1· confianza
tad. V. Crl'lidumbre mora./, (... ). Creer es conocer ( ... ). Cree:·
l. No se duda en uno de estos es confesar nuestra fe. (K. BARTII
tres cusns: cuando se 111·, cuando se f proles. 1, EstJ. d'111w tluomatir¡11e,
s1>l1r, eunndo se crt•r. (Ch. R~N0U • titulas de los cap. I, 11, 111.¡
vnm, T,·.de psycll. ,.,.,., I, 352.)
14. crct•r, en sentido fuert•!
2. toda voluntad rlc creer es, ( ... ), es siempre creer en un tú,
inevitablemente, una razón de du- es deeir, en una realidad personal
dar. (E. RABIElt, l'sychologie, 8: o suprapersonal susceptible de ser
ed., 270.) invocada y como situada más allá
3. Sabemos bien que morir~mos, de todo juicio referido a un dato
pero no lo creemos. (P. BouncET, objetivo cualquiera. (G. MARCEL,
Le disciple, I, XXIII.) Du re/tts U l'lnvoc., 220.)
4. Una cosa es decir: tengo 15. El gran pecado de, munJo
frío; otra, decir: hace frío. Se pue- es la negación de lo in\•i::;iL!e. E!
de tener frío sin creer que hace c 11!ro no ¡>riedica ya los fines últi-
frio. (V. BR0CIIARD, De l'err,·11r, iÚos; nos habla de los p,·ub:emas
104.) sociales, lo que está muy bien, pe-
6. No basta con quei·er para ro casi nunca del paraíso. del pur-
creer, pero sólo se cree porque se gatorio ni del infierno. Ya no si!
quiere. ( lbíd., 161.) cree en ellos. l\Ie pt·e¡,unto lo que
6. La necesidad de creer faná- se cree. (J. GREEN, Jo11r1wl, \'!,
ticamente en algo es una de las 323, 21 dic. 1954.)
peores pla17ns de nuestra época. (B. B. En sentido débil. l. Admití,·
RussELL, Scio11ce, p11iss., vial., 102.) una cosa, pero sin concederle un:1. ad-
2. En particular (sobre todo em- hesión total o que sea ver<lad¿r.aml!ntl!
pleado absolutamente) : tener fe 1·eli- personal.
giosa, ser cl'cyentc. 16. El peor desorden Lle! espí-
7. estoy hecho de tal manera ritu es creer las cosas porqu2 SC'
que no puedo creer. ¿Qué queréis quiere que sean, y no porque s~ ha
que haga? visto que, en efecto, son. (Bos-
-Es verdad. Pero daos al me- SUET, Co1111aiss. de Di,·11, I, § 16.)
nos cuenta de vuestra impotencia 17. Otro «desorden ucl espíri-
para creer, puesto que la razón os tu» es tomar nuestros dc-s..?os por
llevn II ello y, sin embargo, no po- Cl'l'Ores 1 y dudar <le las cnsas por-
déis probarlo. (... ) Vos queréis ir que queremos que sean. (J. Ros-
a la fe ... (PASCAL, l'ensries, 440- TAND, Julit·n ou. mu.: COll8t fr11ct·,
1

441.) 205.)
8. l\le he hecho cristiano ( ... ) : 18. Y todos c1·een ~on gran fa.
mi convicción ha surgido de mi co- [eilidad
razón; he llorado y he creldo. lo que temen y lo qu~ l.h:s~an.
(CIIATl•;AIJDRIAND, Mémoi1·es d'o.-1., (LA l•'o~T,\INE, ~'abfrs, XI, ü.)
11, 157, Pal'is, 1800.) 19. Los grados del creer son 1,,s
!l. Su!Jo1·dinad11 mi rozón rebel- siguientes: en lo mús bajo, L'l"t:!1!1·
de a esa ardiente voluntad de creer, poi· miedo o por deseo ( ... ). _E~1c'-
a fin de poder amar, y orar. (l,A- ma1 cl'eer por costumbre e 11111ta-
HARTINII, Cort/idc11ce&, XII, XVI.) ri6n (c1·eer en los reyes, e_n lo:.i ~ra-
10. La religión no se prueba. doros, ~n los ricos). Mus urr1bu,
CREE.i.'1/CIA 212

creer en los viejos, en lns antiguas de los creyentes no se adhieren n


costumbres, en las tradiciones. Más tales pruebas [de In existencia de
arriba, creer en lo que todo el mun- Dios] sino a posteriori: adquieren
do cree (que París existe, aunque eficacia para ellos gracias a la
no lo veamos ... ). Más arriba, creer preexistencia de un sentimiento
lo que los más sabios afirman de moral y religioso, al que esas prue-
nrucrdo y según pruebas ( ... ). To- bas aportan una justificación ra-
dos esos grados constituyen el cional. (A.-D. SERTILLANGES, Dicu
campo de In creencia. (AI.AIN, Dé-
finitions, 72.)
º" ricn, 1, 102.)
Credencial. Del bajo lat. credentia.
20. No se puede nunca más que V. Creer.
creer, y ( ... ) toda la diferencia es- Que acredita. Cartas credenciales:
tá entre los temerarios que creen las que acreditan a un funcionario pa-
que saben y los sabios que saben ra tomar posesión de su plaza o, más
que creen. (J. R0STAND, Ce que ;e corrientemente, al diplomático ante el
crois, 13.) gobierno del país en que ejerce sus
21. ¡ Cuántas ideas fingimos funciones.
creer porque creemos que los de- Credibilidad. Lat. crcdibilitas, ca-
más las creen! (J. R0STAND, De la rácter de lo que es credibile (creíble,
,·anité, 122.) verosímil).
22. Sobre un número inconce- Carácter de una aserción que mere-
bible de cuestiones (... ) se forma ce ser creída. Apenas se emplea fuera
una doctrina que no es en realidad del vocab. teológico. Cuando alcanza
elegida por nadie, pero que adquie- una cierta firmeza, el juicio de credi-
re, no obstante, una especie de so- bilidad acarrea el juicio de credenti-
lidez y de existencia por un siste- dad ( credendum est, hay que creer),
ma de errores que mutuamente se que enuncia el deber de creer.
respaldan. Todos creen lo que creen V. Raz6n, 78.
que se cree. Lo creen, es decir,
lo dicen en público y obran en con- Crédito. Lat. creditum, part. pasa-
secuencia. (A. LAFFAY, Temps mo- do de crcdere, confiar en préstamo, te-
dcmes, nov. 1947, p. 769.) ner confianza, creer: lo que ha sido
prestado, préstamo. Der.: acreditar,
2. Considerar una cosa como proba- desacreditar.
ble (creo que lloverá) o imaginarla co-
mo real (creerse desgraciado). A. Confianza que inspira una per-
sona, en particular desde el punto de
23. Creerse un personaje es vista de su solvencia y su veracidad.
muy común en Francia. (LA F0N- Por ext.: influencia que ejerce.
TAINE, Fables, VIII, 15.)
Contr.: descrédito.
24. El niño que cabalga una
escoba se cree a caballo y juega 28. A veces no es malo darse
crédito a uno mismo. Y casi siem-
a creérselo. (J.-L. EsTEVE, Ét. phi- pre es bueno dar crédito a otro,
los. s. l'cxpress. litt., 187.) porque el crédito que ve que conce-
C. Tener confianza en alguien; te- demos a una cierta virtud, le com-
nerlo no sólo por verídico, sino tam- promete y anima a asumir lo que
bién por honesto, por capaz de una no hubiese podido mantener en sí
obra importante. reducido a sus propias fuerzas. (A.
25. de todo este análisis del GIDE, Journal, 9 oct. 1927.)
hombre se desprende una impre- V. Ami8tad, 37.
sión de desencanto, de desconfian-
za total. Pascal cree en Dios, pero B. En términos financieros. 1. An-
no en el hombre. (J. CALVET, De ticipo, en forma de dinero (apertura
Fra,u;. de Sales a Féneum, 230.) de crédito) o de mercancias (venta a
crédito), que implica reembolso o pago
Creyente (adj. y subst.). Que tiene en unn fecha posterior. Este tipo de
una fe religiosa. crédito supone confianza.
2G. Y a no hay masas creyen- 2. Operación por In que una suma
tes; una parte muy grande del de dinero es puesta a disposición de
pueblo no admite ya lo sobrenatu- una persona física o moral. Este tipo
ral... (E. RENAN, Souv. d'enf., de crédito no implica reembolso. Ln Cá-
et de jeun., Pref., xrv.) mara ha votado un aumento do los cré-
27. En la práctica, la mayoria ditos para Educación Nacional. Se ha
218 CREENCIA

horrado aquí la primitiva idea de con- jctivamente. Si la creencia no ,.~


fianza. suficiente más que subjetivamente
Crédulo. Lat. credulru. Que cree y es a la vez tenida por objetiva-
con excesiva fncllidad, que ndmitc co- mente insuficiente, se llama /e.
Hs inverosimiles. Finalmente, 1a creencia suficiente
tanto subjetiva como objetivamen-
29. La devotn cree en los devo- te se llama ciencia. (KANT, Crit.
tos, la no devota en los filósofos; de la r. ¡,ure, 652.)
pero nmbas son igualmente crédu-
las. (RIVAROL, a!Iu11rc8, cap. I, 234, 36. La creencia es un género
Paris, 1880.) del que la certidumbre es una es-
pecie. (V. BROCHARD, J;t, de phi-
29'. Son crédulos los que de- loB. anc., 465.)
senn, los que temen, los sencillos,
dulces, benévolos: son incrédulos 36. La creencia reflexiva es la
aquellos que no alcanzan o no com- que ha pasado por la prueba de la
prenden las razones y las causas duda y ha sido controlada. Débil
de alguna cosa, los que tienen ra- o firme, admite todos los matices
zones contrarias que las sujetas de que van del puede ser al ciertamen-
varias maneras, los que no quie- te. (A. BURLOUD, Psychol., 338.)
ren, los que desean inmoderada- V. Fe, 4, 11, 12, 20, 32, 33.
mente al ver que las cosas no son l. En sentido fuerte (creencia-cer-
o suceden de un modo dndo. (J. L. tidumbre), el más corriente en Fil.:
VIVES, Tratado del alma, 78.) Ad. asentimiento del espíritu que excluye
E. toda duda.
Credulidad. Carácter del que es 37. Por mucho que hagamos,
crédulo. Ambos términos son siempre la creencia y la certidumbre son
peyorativos. psicológicamente indiscernibles (... )
30. La credulidad abunda don- El psicólogo no percibe diferencia
de la fe desaparece. (Eug. DE GUÉ- entre la certidumbre y la creencia
RIN, Journal, 17 mayo 1837.) si no es al mismo tiempo metafí-
31. La credulidad, esa feliz ig- sico. A sus ojos, la certidumbre
norancia del fraude. (J. JOUBERT, difiere de la creencia por una de-
Pensées, 123.) terminación extrínseca. (V. Bao-
CHARD, De l'erreur, 130-131.)
32. La credulidad no es más
que la servil complacencia de un 38. La creencia es la adhesión
espíritu débil, en tanto que la fe ingenua de la conciencia a la idea
exige todo el impetu y el vigor del que la ocupa; al nivel de la natu-
alma. (A. VINET, Les plus bel/es raleza, concebir y creer son una
pages, I, 201.) misma cosa. (R. LACROZE, en L'hom-
me et son prochain, 58, P. U. F.
33. La credulidad del profesor 1956.) '
[Joseph Monneron] era la del jus- V. Certidumbre, 11, 12, 17.
to que, no habiendo engañado nun-
ca, se encuentra desarmado ante 2. En una acepción análoga I creen-
ciertas mentiras. (P. BouRGET, L'é- cia-convicción) : asentimiento del es-
tape, 199.) píritu que excluye toda duda, pero no
V. Superstiti6n, 2. comporta justificación racional, váli-
da para todos.
Incredulidad. Carácter del que es Sin.: fe.
incrédulo, es decir, que está falto no
de credulidad, sino de fe, de creencia. 39. Tuve, pues, que abo!ir el sa-
V. Tolerancia, 12. ber con el fin de hacer sitio n la
creencia. (KANT, Crit. de la r. p11re,
Creencia. Der. de creer. Pref., 2.' ed., 24.)
A. En sentido subjetivo: actitud 40. En metafisica, ciencia es-
del espiritu que, con una seguridad peculativa de la razón pura, no se
que admite toda suerte de grados, re- puede nunca apelar al sentido co-
cibe una cosa por verdadera. mún, sa1vo, no obstante, cuando
34. La creencia ( ... ) presenta nos vemos obligados a abandonar-
los tres grados siguientes: la opi- la y renunciar a todo conocimien-
11i6n, la /• y la ciencia. La opi- to especulativo puro, que debe ser
nión es una creencia de ser insu- siempre un sabor ( ... ), y sólo es
fir.iente, tanto subjetiva como ob- posible para nosotros una creen-
CRISTALIZAClóN 214

cia razonable, suficiente tnmbil'n 48. no creer en !ns creencias


p:1ra nucstl'as necesidades (y nl'a- comunes es cvidcntem<!nte creer en
so más saludable aí111 que el pro- uno mismo, y a menudo tan sólo
pio saber). 1,ANT, J>,-o/c://Omi'lun~ ... , en uno mismo. (P. VAl,ÉltY, Vctri,'-
fin:,!.) té, Pléiade, I, 10:14.)
41. Podría caracterizarse asi el 4!l. Poco a poco, se hn instalado
pensamiento religimm: es la creen- así ,,n el espíritu de la mayoría de
cia do que existe un orden de co- quirncs se consng-rnn al estudio
sas inYisihlc ( ... ): ercer en ln rl'n- ele !ns ciencias la creencia de que
lidad de un objeto que no pode- el mundo físico es una máquina
mos ver. ('V. JAMES, L'r.'fJJt~r. 1·e- cuya evolución está inexorablemen-
lig., 45.) te determinada, (L, or-: BR0GLIE,
42. Creencia y posibilidad ele Matic,·e et lmniere, 263.)
dudar están conexas, como eviden- 60. Estas «ideas» básicas que
cia e imposibilidad de dudar. (H. llamo 11creencias» ( ... ) no surgen
DELACROIX, en G. DUMAS, Tr. de en tal día y hora dentro de nues-
pS!fchol., II, 198.) tra vicia, no arribamos a ellas por
43. En tanto que la plena evi- un acto particular de pensar, no
dencia ( ... ) se impone como una son, en sumn, pensamientos que te-
necesidad a la inteligencia que ve, nemos, no son ocurrencias ni si-
la creencia se propone como una quiera de aquella especie más ele-
obligación a un pensamiento que no vada por su perfección lógica y
ve todo, pero al que se muestra, co- que denominamos razonamientos.
mo razón para creer, un conjunto Todo lo contrario: osas ideas que
suficiente de pruebas convergentes. son, de verdad, «creencias» consti-
(,T. VIALAT0UX, Le diacours et l'in- tuyen el continente de nuestra vi-
tuitio11, 117.) da y, por ello, no tienen el carác-
3. En sentido débil (creencia-opi- ter de contenidos particulares den-
nión): asentimiento del espíritu que tro de ésta. Cabe decir que no son
comporta ninguna o muy poca refle- ideas que tenemos, sino ideas que
xión personal, y que es de ordinario somos. (J. ORTEGA Y GASSET, Ideas
un eco del pensamiento colectivo o se y crec11cia,s, 16-17.) Ad. E.
funda en el deseo. V. Conversión, 5; Idea, 10.
44. la creencia en duendes y es- CRISTALIZACióN
pectros ha desaparecido. (E. RE-
NAN, S01w. d'enf. et de ;eun. Pref., Cristalizar. Gr. lcr11stal-lizci11, bri-
XIV.) llar como el cristal (lcr¡¡stallos).
45. la creencia de que podre- A. Pro p.: pasar o hacer pasar al
mos volver vivos del combate ayu- estado cristalino.
da a afrontar la muerte. (111. B. Fig.: pasRr o hacer pasar de un
Pnousr, Reck. du t. p., VI, 149, en estado de dispersión e inconsistencia a
RoBERT, cit. 3,) oh'o de conjunto organizado y consis-
B. En sentido objetivo: lo que se tente. Sus fracasos cristalizaron en
cree; lo que, especialmente en el te- manía persecutoria. Aquel fracaso cris-
rreno religioso, se tiene por verdadero. talizó en manía persecutoria un con-
junto de pequeños rencores,
46. las creencias abandonadas
dejan casi siempre alguna huella, l. Le reprocha sobre todo
sea que el alma ceda todavla in [Guéhenno a Barres] haber cris-
conscientemente a los hábitos pa- talizado sus sueños en torno al
sados, sea, por el contrario, que, Pasado, mientras él prefiere cris-
como reacción, se incline con ex- talizarlos en torno al Futuro. (A,
ceso a las doctrinas y a las prác- 'l'HÉRIVE, Jlloralistes de ce tcmpa,
ticas que le son más opuestas. (,J. 354.)
LEBRET0N, Orig. du dogme de la 2. -Dime, mamá, ¿no has no-
Tri11., XII.) tado nada en la actitud de J ac-
47. Ninguna manifestación de ques hacia nosot1·os ... , hacia J en-
nuestra personalidad expresa ésla ny?
más adecuadamente que la creen -¿Hacia Jenny?, repitió Mmc.
cia. Creemos con todo lo que so de Fontanin, Aquellas dos palabras
mos. (J. PAY0T, La "royancc, 2. lanzadas poi· Daniel, cristalizaban
ed,, 174-1.76,) de pronto en clh, una inquietud la-
215 CRITERIO

tente, (R. MARTIN DU GAKD, [,,.. ve para ju1.2ar [krindn ]. regla par~
1'1tibault, U, 270.) rlistingui r lo verdadero de IQ falso).
3. Ln 1,•,•turn había cristaliza,lo Lo ,rue Rirve pura rli:.rPnir lns va-
súbitamente en í•I veleidades has- lorPs, en pnrticular lo VPrdaderc,: Pl
ta entonces difUBBS e inconscien- <·ritC?rio de vetclnd, il,• ('P.t"l.(1-za. 8e lla-
tes. (ll>íd., Vil, 255.) m!L tamhif•n t·ril<•,h;,; a ri(\ttn.-i l'Ompc-
ticio11p:-1 ,ll"purtivas.
CriRtaliza,·icín. A. Prop.: lH"l'¡(111 rl<1
cristnliznl'Se, es derir, nquclln de c1ue Siu.: norma, rt•;.!"Ia, ru.nm,.
resulta la trunsformaciún de una mate- 1. )1:l úníro rriterio ,lt' la ver-
ria líquidn en cristales. da~ es la propin verdad. (SPINOZA,
De ,·mrndt1t. fotr/1., I, 12.)
B. Poi' nnnl.: nrritrn por In que lns
icl<"as, y sohrr. tocio los Slmlimientos, 2. Los ojos no pul'<lcn testimo-
hasta entoncf'!\ im:nnRrientes, se orgn- niar por lo~ ojos, ni el J,!'Usto pnr
nimn en un conjunto fil"me y estable. el guslri; pero la 1·azlin te:stimonia
por sí misma a la vez que )1) ha~e.
C. En STr•:NDIIAI,: «Lo que llamo según )os casos, por o contra los
crislnliz11· ,,n es la operación del es- ojos y el J?USto. Ad,·más, seria r¡ui-
pfritu que extrae de cuanto se prcsen- ml"ricu e incluso absur,lo Luscar
tn el descubrimiento de que el objeto un crit~rio a la facultad que cri-
amarlo posee nuevas perfe('ciones.» Lil'a a las demás, puesto que de
(De 1'11111n11r, libro I, cnp. 11.) ese modo llegaríamos al infinito.
Ln imagen que inspira a STENDll 41, (A. C0URN01', Es,ui s. lcs io11rl. ... ,
no es la cristalización de los físicos de- § !JO, p. 131.)
finida en A, sino la formación de ma- 3. Tenemos (... ) un crit.et·io de
sas cristalinas por concreción•. la verdad, de la cert!dumbre, en
4. En las minas de Salzburgo esa neresidad de las conclusiones,
arrojan a los pozos abandonados en ese l'igor ele )as demostracimh:s,
una rama de árbol deshojada por más que en su eviden("ia y -l'n su
el invierno, que al cabo de dos o claridad. (A. MARC. Dialt-ct. el"
tres meses retiran cubierta de bri- l'affin11., 223.)
llantes cristalizaciones: sus ramas 4. No hay otro Cl'iterio de ve,-
más menudas, las que son apenas dad que la impo~ihilidad en qu'!
más gruesas que la pata de un he- nos hallamos de nwclificar cie!·ta3
rrerillo, están adornadas por una síntesis mentales, si queremos ha-
infinidad de diamantes inquietos y cer uso dC" nue!:iotro pensamiento se-
deslumbradores; es imposible re- gún sus leyes esenciales. (V. BR<>-
conocer la primitiva rama. (STEN- CHARD, De l'rrreur, 102.)
DHAL, De l'amo11r, libro 1, cap.
11.) 5. La expresión tan frecuentt..-
mente utilizada crif,,rio ele certt.·=a
5. Por la cristalización, el ob- es soberanamente impropia ( ... ).
jeto amado se encuentra transfor- En toda hipótesis y en toda doc-
mado en un ser diferente dlll que trina será neeesario habituarse a
es, superior al que es ( ... ). no hablar sino del crih-rio ele ,·n--
Desde que se ha operado la pri- clael. (V. BnoCHARD, :tt. ele phi/os.
mera cristalización, ya puede dar- ancie,11,r, 2.• ed., 473--li4.)
se un segundo encuentro sin peli- 6. Desde que han caiuo en des-
gro para el amor, porque nuestr.i uso los criterios clásicos de aprt:!-
emoción será tal que va 110 11cre- riación, la tarea de-1 rritico se ha
mos, aunque esté delante de nos- hecho mucho m,ís dificil (... l. La
otros, al ser rcttl, Lo reemplazare- critica, transforma.la en prudeut~
mos por el de la cristalización. (A. o dócil o demasiado benévola, elu-
MAUROJS, Un art de 1'ÍVre, 67.) de el único ¡,robl~ma que la con
6. la mujer se quedaba en el cierne, e.1 de ele1?ir y pesar, juz-
castillo; ,•1 hombre partía p11ra la gar y orientar. (E. Not'I.ET, «Probl.
cruzada y, por los grandes cami- dt-s lettresl), l)iuyi·w:, 14 [195li, :.!],
nos del mundo, pensahn en su da- p. 135.)
ma. Al paso de los caballos, la 7. Cl'iterio es un medio parn co-
cristalización se hacía con buen noce,· la verdad. La v~rdad en las
aire ... ( lbíd., 63.) eosa,i, en la realidad. La ver,la<I
en el entendimiento es conocer las
CRJTEIUO. Gr, /,ritfrion (lo que sir- cosas tal como son, La verdad en
CRITICA 216

la voluntad es quererlas como es pensamiento aplicado al descerni-


debido, conforme n !ns reglas de la miento de lo verdadero y de lo fal-
sana moral. La verdad en la con- so. (A. CARTAULT, L'fatcllectuel,
ducta l"S obrar por impulso de es- 123.)
to. buena voluntad. (J. BALMES, El 3. se observa en el orden inte-
crilC'rio, 236.) Ad. E. lectual una actividad puramente
8. Dos criterios, uno intelec- critica que no encuentra s~ segu-
tual, pragmático el otro, permiten ridad más que en sus propias ra-
declarar «provisionalmente verda- zones de dudar y que las multipli-
dera» una conclusión cient!ficn par- ca con una especie de alegria per-
ticular. El criterio intelectunl ata- versa. (L. LAVELLE, Puiss. du moi,
ñe a la evidencia de esa presunta 39.)
verdad: que de un modo incues- Espíritu critico. Actitud intelectual
tionable, riguroso y multiforme, se consistente en la tendencia a no ad-
muestre evidente n la inteligencia, mitir ninguna afirmación sin haber re-
dentro de In situación histórica en conocido su legitimidad. Puede haber
que se In formula. El criterio prag- un exceso de espíritu critico y el tér-
mático toca a su eficacia: que sen mino se toma a veces en mal sentido.
eficaz en In relación del hombre
con In realidad, que le permita or- 4. Profesad el culto al espíritu
denarla y gobernarla. (P. LAfN critico. Reducido a sí mismo, no
ENTRALGO, Hacia una teoría del in- es ni suscitador de ideas ni estimu-
telectual cat6lico, en Mis páginas lante de grandes cosas. Pero sin él
preferidas, 263.) Ad. E. todo es caduco. Suya es siempre la
última palabra. (PASTEUR, Disc. de
V. Afinidad, 2; Autonomía, 8; Cer- inaug. del Inst. Pasteur.)
tidumbre, 6; Coherencia, 1; órgano, l.
Sentido critico. Tendencia a no ad-
Criteriología. Parte de In filosofía mitir nada sin haberlo sometido a un
que trata del criterio de In verdad. Em- previo examen y facultad de discernir
pleado a veces como sinónimo de cri- espontáneamente lo verdadero de lo
tica del conocimiento. falso. Por implicar mesura, este tér-
CRITICA, CRITICO mino no es nunca peyorativo.
Crítico, adj. Gr. kritikos (der. de 5. Los espíritus que tienen el
krinein, juzgar) : que concierne al sentido critico más despierto son
juez, decisivo, critico (hablando de una también a menudo los de menor
enfermedad). poder creador. (L. LAVELLE, La
parole et l'écrit., 245.)
A- Que juzga del valor de las ac-
ciones o las obras humanas. G. La falta de sentido crítico
acarrea ingenuidad, candor, credu-
l. En el uso ordinario_: que ~uzga lidad y, como corolario, inconsis-
desfavorablemente, sin sennlnr m ver tencia de carácter. Ella crea los
más qa.e las faltas, las deficiencias, las primos y los tontos, que no ven
razones de dudar y sospechar. Así en- más allá de sus narices. Así M.
tendido el espíritu critico, que seria J ourdain, Orgon y el bueno de
preferible llamar espíritu de critica, Chrysalio ...
consiste en In tendencia a subrayar los
defectos ajenos. Su e:i:altaci6n, en cambio, oca-
siona el espíritu da contradioci6n 11
1 Guardaos, dirá el uno, de ese denigratorio, el espíritu escéptico
· [esp!ritu critico: ( ... ) el «mal espíritu•, el «despec-
a veces no se sabe la mosca tivo• ( ... ) , el pesaroso, como Al-
[que le píen. ces tes; el amargado ( ... ) y, como
(BOILEAU, Satire, IX, V, 119.)
corolario, la mala lengua, como
2 Propiamente, en sentido etimo- la de Beaumarchais; la «mala ca-
lógÍco: que juzga objetivamente del beza•, el urna! carácter., (M. VER-
valor intelectual, estético o moral de DUN, Le caract. et ses correl., I,
las obras humanas. Estudio critico. 89-90.)
Edición critica. 3. En partic. (Filos,): que, a imi-
En este sentido, el espíritu critico tación de KANT, plantea el problema
consiste en no suscribir ninguna afir- del valor del conocimiento humano,
mación sin haber reconocido su legiti- principalmente cuando llega a una so-
midad. lución análoga. Problema critico. Fi-
2. El pensamiento critico es el losofia critica,
217 CRITICA

7. Puesto que son los matcmñ- Critica, subst.


ticos quienes han dado al eaplritu A. En el uso ordinario: juirio des-
humano la inteligenria del verda- favorable hecho sobre un individuo o
dero análisis, era natural que la so- una obra. J,a meditla ha pro\'ocndo mu-
lución Cl'iticn empezase n surgir en chas criticas.
el campo del conocimiento matc-
mí,tico. (BRUNSCIIVICG, l'rogres d,, 11. Hay que sufrir las críticas
la co11sc., 302.) inteligentes e imparciales que se
hacen de los hombres y las obras
8. La actitud critica ( ... ) susti- más estimables: odio esa pasión rle
tuye el «S es pn dogmático por el quienes no pueden sufrir que se
«cr~o que S es 7,n, tal es mi «opi• separe, en Jo que admiran, los de-
nión». Estn «opinión• necesita ser fectos de las bellezas y que quie-
confirmada, sufrir la verificación ren consa,¡"rarlo todo. (VAUVENAR-
para podel' ser llamada verdadero GUES, Réfl, et max., 403.)
juicio, La critica tiene, pues, por
término la vuelta a las cosas mis- 12. Los niños tienen mayor ne-
mas, de modo que a su con tact,, cesidad de modelos que de críticas.
veamos si es efectivamente como lo (J. J0UBERT, Pc11sécs, 233, Didie1·,
penaábamos. (S. BACHELARD, La lo- 1862.)
gique de Hegel, p. 131.) 13. Toda crítica, incluso la más
Epierl!ico. Por op, a la sensibilidad amarga, es buena para el que, ha-
protopática • (que es la primera en biéndola sufrido, reacciona dicien-
aparecer y es puramente afectiva), la do: «Hagamos que esto sea una
sensibilidad epicritica surge sólo en se- injusticia•. (M. BARRES, illes ca-
gundo lugar ( epi, por encima) e in- hicrs, XII, 268.)
cluye datos cognoscitivos que implican 14. No te impacientes por sus
un cierto discernimiento de la natura- criticas [las de tu mujer:] sólo
leza de los estlmulos. pretende rebajarte en la medida en
Precrltieo. Que es anterior a la que te encuentra den1asiado gran-
ópoca o a la actitud critica, es decir, de para ella. (J. RosTAND, Le ma-
a la puesta en cuestión del poder de riagc, 41-42.)
conocer o del valor del conocimiento. 15. Es cierto que el espíritu de
9. Descartes era precrítico al crítica, denigración e insubordina-
imaginar que el mundo podía ser ción, que hace a los franceses polí-
completamente deducido en térmi- ticamente ingobernables, se opone
nos matemáticos. Y el empirismo también el ejercicio de la autoridad
inglés lo era igualmente al bus- intelectual. No queremos que «nos
car un dato absoluto en la sensa- la dé» nadie, ni siquiera el talento
ción pura. (F. GoNSETH, Los math. o el genio ... (A. BILLY, La terras-
et la réal., 53.) se du. Lu.:r:., 144-145.)
B. Que constituye una crisis, ,s de- B. En sentido etimol., en el uso
cir, un momento en el que se produce más corriente (crít. literaria, teatral,
un cambio decisivo, análogo al que re- musical, artística ... ) : examen aprecia-
sulta de una importante decisión judi- tivo de una obra, principalmente desde
cial. Edad critica: la adolescencia. Se el punto de vista estético.
dice sobre todo de las enfermedades, 16. abandonar la pequeña y fá.
pero también se emplea en flsica (pun- cil critica de los defectos por la
to critico) e incluso en filosofia («paso grande y difícil de las bellezas.
crítico», cit. infra).
(CHATEAUBRIAND, Mélanges litt.,
10. Cuando el agua, a la pre- Furne, IX, 277.)
sión normal, alcanza los 100 gra-
dos y seguimos calentándola, el 17. Lo molesto es la actitud del
primer cambio que se sigue -sin público frente a la critica; el pú-
variación de temperatura- es In blico es perezoso; no obstante, quie-
tumultuosa expansión de las mo- re tener una idea de la obra; pero
léculas liberadas y vaporizadas en vez de hacérsela ól, prefiere to-
(... ). Asi [por esta comparación] marla ya hecha, lo que le dispen-
podemos imaginar en su mecanis- sa de leer y juzgar por si mismo.
mo el paso crítico de la reflexión. (A. CARTAULT, L'illt,•l/cct1tcl, 195.)
(P. TEILHARD DE CH., Plulnom. hu- 18. Critica no significa otra
main, 186.) cosa que examen y libertad. (J.
CRITICA 218

LACROIX, en Rrch. d dial. phi/o•. cado, no seria éste un g-rnn des-


C't éron., núm. 4, 11.) cubrimiento; y esto no puede con-
1~. Aunque la critica se equi- verli rsc en trabajo provechoso pa-
Yoqu::-, sus observaciones, por im- ra la <'Íl'nrin mús que en cuanto se
JH'rtinC'ntes que sean, no serán nun- muestre rómo se hn equivocado
ca inútiles. El poeta necesita que ese hombre. ( lbíd., 283.)
lo aguijoneen ( ... ). Hace fnltu que Crítica liiHtúrica. Examl'n aprecia-
los túhanos de la crítica le despier- tivo ciPI vnlol" de los documentos.
ten y que sus irritantes piC'Hlluras
La rrítiea l:'>..tcrnn examina su au-
le obll.l:ucn a examinar su obra:
lentidclaci• y tratn de restnblecerlos
casi siempre, al buscar un error
en su intcg-riclncl*.
que no ha comC'ti<lo y que los ccn-
sor('s le reprochan, verá de pron- La crítica interna se dedica n de-
to brillar otro del que nadie ha terminar ]a significación de su con-
hablndo, y se henC'ficiará de sus tenido.
propios descubrimientos. (M. PA- Ln cl"ítica ele los testimonios cletel"-
GXOL, Crit. des c1·itiq11cs, 15.) mina si los testigos por ruyas afirma-
19'. La verdarlera crítica con- cio!lcs son conocidos ciertos hechos
siste en potenciar la obra o el au- históricos no se equivocan (crítica de
tor estudiados, convirtiéndolos en exactitud) y no nos engañan (crítica
tipo de una forma especial de hu- de sinceridad).
manidad y obtener de ellns, por es- C. Filos. Parte de la filosofía que
te procedimiento, un máximum de trata el problema, clásico desde la
reverberaciones culturales. (J. OR- Crítica ele la razón pztra de l{ANT
TEGA Y GASSET, Rcnan, Obras, I, (1781), del valor del conocimiento y
453.) Ad. E. particularmente del valor de la razón.
19". Critica del sentido es la 23. No entiendo por ella (C,·iti-
que toma ca:la uno de sus objetos, ca de la razón pura,) una crítica
sea el conjunto de un siglo, de de libros y sistemas, sino del po-
una escuela. de la obra totnl der de la razón en general, con re-
de un artista, sea en un extremo lación a todos los conocimientos
una obra de arte sing-ular o, en a que puede aspirar indcpcuclirntc-
otro extremo, alguna de las cons- 1nc11te ele cualquirr expcricncict, y
tantes de la historia artística, co- por consiguiente la cuestión de la
mo una figura. Quiere decir que posibilidad o imposibilidad de una
el crítico ve y juzga simbólicamen- metafísica en general. (KANT, C,·it.
te en cada objeto una categoría, ele la raison JJ1trc, Pref., l.ª ed., p.
a cuya generalidad eleva la anéc- 7.)
dota de este mismo objeto, sacán-
dole de la situación fragmentaria Criticismo .A. Propiamente: doctri-
que sin eso tendría. (E. o'Ons, na de KANT, en particular la que ex-
Trrs lcccio,1es en el 111. del Prado, pone la Críticu ele la razón pura. Al
174.) Ad. E. concluir esta obra la incapncidad para
la razón de sobrepasar el cnmpo de In
V. Canon, 4. experiencia, de aquí resulta la imposi-
Critica experimental. Examen apre- bilidad de la constitución de unn meta-
ciativo de las hipótesis científicas y de física o la necesidad de reducirla al
los hechos por los que se las justifica. problema críti<-o: el criticismo reduce
20. la crítica experimental po la metafísica a la crítica..,.
ne todo en duda, salvo el princi- Sing.: filosofía crítica.
pio del determinismo científico y 24. Según el crilicismo, las ca-
racional en los hechos. (Cl. BEII- tegorías (tiempo, espacio, causali-
NAIID, Jntrod., III, 11.) dad) son condiciones necesarias
21. Hay siempre dos cosas que se imponen a In materia de
esenciales a distinguir en la crí- todo· pensamiento; sin ellas no hay
tica <.>xperimental: el hcr,ho de ex- más que confusión y caos, nada
periencia y su interpretación. es pensable, es decir, inteligible.
( Jbíd., 301.) (Th. RrnoT, Ps11chol. affcct., 3.)
22. la crítica no consiste en 24'. En el criticismo kantiano
probar que otros se han equivoca- contemplamos la gigantesca pro-
do; y aun cuando se probase que yección del alma. burguesa que ha
un hombre eminente se ha equivo- regido los destinos de Euro1ia con
219 CRUCIAi.

exclush•ismo creci,mte desde el Re- tor tienen siempre la mi~ma cro-


nacimiento. !.ns etapns del caplln- naxin: son isór,,·onnR ( ... ).
lismo hnn sido, n la ,,ar, estadios Si ,,1 influjo (..,) Nl inodt•railr,,
de la cvolucit\11 eriticistn. No rs In cxcitarión se transmit.ir;Í lÍni-
un nzur que Knnt reeihiern los im- ramente a aquellas de las neuro-
pulsos dreisivns pnrn su ,lefinitivu nas con:-1r.rutivn~ quci r·stán arotdff-
creneión dr los 1iensnrlores ingl,•- rlas, que son isóerauuN, con la pri-
ses. Inglnterrn hahín llegado nn- mera, como un ml1~wu!? con :H~:-l
t•• qu" el eontin,•nte n lns formas rwrvios; cua~ulo rl inf!uJo ~t.•a 111c":....;
superiores riel capilnlismo. ( ... ) No íurrte, despertará, E"ntrc otras, a
diJ:o qui, la filosofiu crítica sea neuronas que pre!(entan un l'iPrto
un efecto del e11pít111ismo, sino que hrlcror.1·onismn, y después, al se-
nmbns cosns son creaciones pnra- guir aumentando, a nuevas neuro-
lelns ele un tipo humnno clonrle la nas cada vez más hetcr()cronas.
ausnicnci11 11rcclomin11. (,J. ORTEGA L. LAPICQUE, .f. rlr: P8JJchol.. VII
Y GASSET, J(ant, Obra•, IV, 31.) [ 1911 ], 4, 6.)
Ad. E.
CRóNJCO. adj. Gr. cltrnnilco.•. rela-
B. Por ext.: toda doctrina que
adoptn una actitud crítica, es decir, tivo al tiempo (c/ironos).
que pone sistemáticamente en duda Med.: que dura mucho tiempo (afec-
cunnto 1mrl•cc verdndero. ción <"rónica). Proporciona diversos
compuestos, sobre todo (·ientífic?s: ~i~-
25. El criticismo convertido en crónico o síncrono (contra.: d1acroni-
hábito, «ticn y sistema supone la co); anacrónico (a la za)!'a [ana] del
abolición de la energía moral, de tien1po presente).
la Ce y de toda fuerza. (AMIEJ,,
Jo,ir11ai ÍIII., 7 nov. 1862.) Los europeos hemos gravita-
do desde siempre hacia el futuro y
26. el criticismo consiste en la sentimos que es ésta la dimensión
idea de que el fnctor intelectual, más sustancial del tiempo, el cual,
siempre necesario, no resulta nunca para nosotros, empieza por el «des-
suficiente; de que en presencia ele pués» y no por el (cantes». Se com-
una afirmación cualquiera cabe prende, pues, que al mirar la vida
siempre una duda especulativa, un grecorromana nos parezca acróni-
temor razonable al error; y que, ca. (J. ORTEGA Y GASSET, La rebe-
por consiguiente, el hombre se lión de las ma,ias, Obl'as, IV, 257.)
determina libremente a afirmar. Ad. E.
(R. VERNEAUX, Esq. d'une théorie
de /a, connaiss., 184.) CRUCIAL. Der. de cruz, cn,cis
(cruz).
Cron. Raíz tomada del gr. chronos
(tiempo), de donde se derivan crónico, A. En sentido propio: en forma ele
cronicidad, y que entra en diversas pa- cruz, cruciforme. Incisión crucial.
labras que e?' presan tiempo (cro1¡óme- B. Fig.: capital, por constituir una
tro, cronolog1a). encrucijada (cruz) de caminos en la
que va n decidirse el futuro.
CRONAXIA_ Término creado por Sin.: crítico, decisivo, capital, esencial.
L. LAPJCQUE (a partir del gr. c/iro,ios
[tiempo] y de axia [valor]) para de- l. De creerlo, entraríamos aquí
signar «la unidad de tiempo caracterís- [libro IX de las Co11/esio>1,s] en
tica de la excitabilidad de un tejido». los años cruciales de su vida, los
(LAPJCQUE, J. de psyclwl., 1925, 98.)
que obraron la revolución de su
destino. (J. GmiHENNO, Jean-Jac-
l. duración para la que la in- ques, II, 133.)
tensidad liminar es igual al doble 2. El problema crucial para el
de la reobase. (L. LAPICQUE, La personalismo es el de la legitimi-
1nachi1w ,ien,ettsc:, 116.) dad del poder ejercido por el hom-
2. Hay motivos para admith•, bre sobre el hombre, que parece
para cada net·vio motor, una cro- contradictorio con la rclarhln in-
naxia modHirada por la influen- terpersonal. (E. MoUNJER, l'crso/1-
cia de los centros superiores; lla- ualismc, 126.)
ma1·emos a é•Nlt\ crmw.rict ele su.bur- 8. Hemos llegado así al punto
tli11acitJII, por oposición a la crona- crueial de nuestl'as explil"aciones.
xia ,fr eo/lsliluriri11. ( Jlifrl., 168.) (F. GONSETH, La géom. et le probl.
3, Un músculo y au nervio mo- do !'es¡,., 690.)
CUALIDAD 220

4. 1905 (... ) ese año crucial en CU ALIDAD-CAl,IDAD


la historia de In Fisicn. (L. DE Calidad. Lat. qualitas, der. de qua-
º"
BnoGLIE, N v. ¡,<"r•pcct ., 173.) li• (cual), que, como interrogativo, sig-
E•·pc, icncia c,~1cia/ (trnd. del l,,s- nifica: ¿de qué especie, de qué natura-
ta11tiac cmci.,, de Fr. BACON): expe- leza?
riencia que muestra que, de las dos A. Acepción axiológica • (la más co-
únicns hipótesis cnpnccs de explicar rriente) : manera de ser buena o mala
un fenómeno, una es contraria a los (calidad superior, media, inferior); to-
hechos y, por ello, hace a In segunda mado absol.: manera de ser buena (un
indiscutible. Por desgracia, en la prác- tejido de calidad).
tica es imposible probnr con rigor que
las dos hipótesis consideradas son las B. Acepción jurídica: formalidad
únicas posibles. bajo la que se actúa (en calidad de pa-
dre, de acreedor, de funcionario).
5. Cuando las hipótesis se pre- C. Acepción social (antic.) : rango,
sentan en forma de una alterna- condición social (un hombre de cali-
tiva, la experiencia decisiva que dad).
demuestra una por exclusión de la l. Que una misma cosa sea
otra se llama experiencia cnicial. propuesta por una persona de ca-
(E. GOBLOT, Tr. de log., 297.) lidad o por un cualquiera, y casi
6. Dos veces en cada veinticua- siempre la aprobaremos en boca
tro horas, cuando el cielo está des- de aquella persona de calidad,
pejado, tenemos un expcrimentuni mientras apenas nos dignaremos
escucharla en la de un hombre de
crnci.s de que la causa del dia es baja condición. (Log. de Port-R.,
el sol. (STUART MILL, Syst. de log., II, xxx, 7.)
I, 382.)
2. Las gentes de calidad lo sa-
7. Se trata, sin duda [en la teo- ben todo sin haber aprendido na-
ría fisiológica de la emoción], de da. (MOLIERE, Les Précieuses rúl.,
una hipótesis sin prueba decisiva. IX, habla Mascarille.)
La experiencia crucial sólo podría Cualidad. Lat. qua,lita,a.
proporcionárnosla un hombre afec- V. CalüLul.
tado de anestesia total, externa e
interna, sin parálisis; ¿seguiría Propiedad que determina la natura-
experimentando alguna emoción? leza de un objeto.
El caso es absolutamente irreali- Corre!.: cantidad•.
zable. (Th. RIBOT, Psyckol. des A. Psicol. de la sensación. Dos sen-
sent., 96.) saciones de igual modalidad• son de
cualidades diferentes cuando, como lo
8. Según él [P. Duhem], no caliente y lo fria, lo dulce y lo amar-
hay verdaderas experiencias cru- go: l.", son opuestas como contrarios
ciales, porque es el conjunto de de un mismo género; 2.", se puede pa-
una teoría formando un todo in- sar de uno a otra por transición con-
divisible lo que debe ser compara- tinua. La imposibilidad de este paso
do a la experiencia. La confirma- (como entre lo caliente y lo dulce) de-
ción experimental de una de sus fine la modalidad. La sensación no
consecuencias, aun elegida entre comporta cantidad, porque no es men-
las más características, no podría surable: sólo se miden sus causas (el
aportar a aquélla una prueba cru- excitante que la provoca) o sus efec-
cial. (L. DE BROGLIE, Nouv. pers- tos (ciertas reacciones del sujeto).
pect., 325.) De igual modo se habla de cualidad
9. Una experiencia sólo tiene cuando la naturaleza del objeto no
valor cuando es crucial, cuando permite determinación precisa y ha de
ser aprehendida por intuición global.
responde si o no a la pregunta que
se le hace ( ... ). La experiencia cru- 3. La risa, el aplauso, o bien
cial es el estadio crucial de la in- una cierta calidad del silencio, le
vestigación. (E. W OLFF, en Les info1·man con seguridad [al ac-
,néth. dans les se. mod., 152, 154, tor]: no es bueno, por ejemplo,
ed. Sciencie et industrie, 1958.) que la gente tosa o se mueva en
la butaca. (A. SIEG•ºRIED, Sa,voir
V. Demostración, 11. pa,rler, 169, A. Michel, 1950.)
221 CUALIDAD

R. 1.6g. En la proposición, carác- caliente, el mercurio sufre una di-


ter resultante del ser afirmativa o ne• latación aparente: esta dilatación
gnliva. es tanto mayor cuanto más calient,,
Corre/,: cnntitlncl•. estú el cuer¡io: he aquí un efecto
cuantitativo que nos proporeiona-
C. Ontol. Una de las cntcgorias ni. un fr.rm6mctro, que permitirá
fundamentules del pensamiento y la construir una escala de tempe-
realidad. ~:n ARISTÓTEl,EH, In cualidad ratura apropiada para señalar nu-
es, con In cnntidnd• y In relación•, el nil,ricamente las diversas intensi-
más importuntc ele los accidentes•. Se dades de calor. (P. DUHEM, La
opone: a In relación, en que modifira théorie phys., 170, 175.)
la sustancia intrínsecamente; a la can-
tidad, en que no es mensurable y sólo 8. De este modo, la elerción de
comportu diferencias de intensidad. una escala pcrmíte sustituir el es-
En KANT, el segundo de los cuatro tudio de las diversas intensidades
titulos de categorias o conceptos puros de una calidad por la consideración
de los números, sometidos a las re-
del entendimiento que incluye Jns cate- glas del cálculo algebraico. ( lbíd.,
gorías de realidad, 11ega,ci6n y /i11Lila- 175.)
ció11, Junto con el titulo de cantidad
constituye la clnse de las categorías 9. ¿Acaso no se halla la canti-
matemáticas. Ad. E. dad en el interior de la cualidad,
bajo la especie de la cantidad in-
4. no supongo en la naturale- tensiva? (... ) Dos sabores que difie-
za ninguna cualidad real añadidu ren por lo qoe llamamos más o me-
a la sustancia. (DESCARTES, C. al nos amargor no son dos sensaciones
P. MERSENNE, 26 abril 1649.) igualmente amargas, salvo por el
5. las cualidades (... ) reciben grado, sino dos sensac~ones di\·er-
el más o el menos por grados di- samente amargas, y así en los
versos. U na cosa es más o menos .demás casos. Tras de lo que pa-
caliente, más o menos blanca, más rece ser cantidad intensiva no se
o menos amargo. halla nunca más que cualidad pa-
Cuando una cosa es más o menos ra. (0. llAMELIN, Essai..., 115-116.)
grande es que ocupa más o menos 9'. Esta tabla de categorías
sitio, y esto se llama extensión, que comprende cuatro clases de
porque la cosa se extiende más o conceptos, se divide primeramente
menos en cuanto al lugar. en dos partes, de las cuales la pri-
Pero el más o menos de la cuali- mera se refiere a los objetos de la
dad ( ... ) se cuenta no por pies ni intuición (pura o empírica) y la
por otras medidas semejantes, si- segunda a la existencia de estos
no por grados, y se llama inlc11Bi- objetos (sea en relación entre sí o
dad... (BOSSUET, Logiquc, I, LVI.) con el entendimiento).
6. el espirito humano tiende Denominaría a la primera cla-
( ... ) a reducir a una variaclór, de se de estos conceptos categorías
cantidad (para la que posee pro- matemáticas, y a la segunda ca-
cedimientos regulares de determi- tegorias dinámicas. (KANT, Crítka
nación y expresión) toda variación de la. razón pura, trad. de PEROJO,
en la cualidad de las cosas. ( ... ) Ed. Losada, I, 224.) Ad. E.
Hasta en esos exámenes, en esos V. Intcnsidrul, 4.
concursos en los que se trata de Cualidades pri111arias y cualidades
clasificar a numerosos candidatos secundarias (distinción hecha ya por
por su saber e inteligencia, ¿no DEMÓCRITO y adoptada por Loen,
nos vemos arrastrados a utilizar LEIBNIZ, etc.) :
los números? ¡ Como si fuese posi-
ble valorar en números la erudi- Las cualidades primarias de la ma-
ción, la sagacidad y )a finura de tel'ia son concebidas: 1.º, como esencia.
espiritu ! (A. C0URNOT, Essai s. les les a los objetos materiales y, por con-
fo,ul ... , § 199, p. 303-804,) siguiente, presentes en todos; 2.0 , como
presentes tal como las percibimos e
7. Las 1li-uersas fotc11•idrulos 11" independientes del sujeto que las per-
una misma cualidad son czprcsa- cibe; en otros términos, como objetivas.
bles 11Lcdiaflte nú111cros. Son la extensión. la forma, la resisten-
( .. ,) Aai, denh-o de un depósito cia y el movimiento;
de vidrio rodeado por un cuerpo Por el contrario, !ns cuulidades ae-
CUERPO 222

cundnrias: 1.0 , no son esenciales n los rirtci6n cua./itativa con llJ/1ula dn


ohjctos materiales y pueden faltarles lo• clifcrcnles estado• ,le mug11i-
(olor, sabor, sonido); 2.0 , no están en l11d de 1111 cttmbio c11u11tiltttivo co-
los oh_ietos tal como son percibidas y rn•s¡rn,u/icnfr. Por ejemplo, pode-
dependen ele quien lns percibe; son sub- mos señalar los diferentes g-mdos
jetivas. de tempernturn con ayuda de !ns
10. Las cualirlacles primarias difct·entes alturas de In columna
son percibidas tal como están en mercurial de un termómetro en
los tuer11os; las se~undarias, tal una escala A"rndunda.
como están en nosotros. ( ... ) En La descripción cualitativa del
las cualidades primarias nuestl'D, mundo físico es así sustituida por
,·onriencia nos presenta modos <le la descripción cuantitativa, de or-
un no-yo; en las secundarias, mo- den espaciotemporal, de las coinci-
dos del yo. (1-IAMII.TON, cit. por S. dencias que podemos siempre ha-
1\111.1.. l,a phi/os. de llam., lC-10.) cer corl'esponder, en virtud de
Calificado o cualificado. Comp. del leyes físicas invariables, con lo~
lat. qua/is y de un der. de facc,·e (ha- cambios cualitativos que en una
cer) : que ha sido hecho o se ha hecho primel'a instancia descubren nues-
como ... t,·os sentidos. (L. RoUGIER, T,·. de
la counaiss., 185-186.)
Der.: calificación, calificativo.
Cuantificación, Cuantitativo. V. Can-
Que presenta los caracteres impli- tidad.
cados en la definición de un objeto de
pensamiento (falsedad, asesinato ca- CUERPO. Lat. corpus, cuerpo (por
lificados). Particul.: que posee las cua- op. al alma), todo objeto material.
lidades requeridas para un trabajo de- A. El componente material de un
t~rminado (esa casa está particular- ser animado, en part. en el hombre.
mente calificada ¡1ara ese génei;.o de Corre/.: alma•.
empresas).
La fenomenología insiste en el papel
11. El obrero calificado es u,1 esencial del propio cuerpo en el cono-
profesional que ha adq1,irido una cimiento.
competencia técnica que escapa al l. Las cosas existen para mí
automatismo y es capaz de discu- en la medida en que las miro co-
tir la fabricación en la que inter- mo prolongaciones de mi cuerpo.
viene: se distingue del peón por (G. MARCEL, Joi,rnal métaph., 273.)
su especialidad; del maestro o ca-
pataz, porque la organización J 2. si el cuerpo expresa en ca-
disciplina del trabajo caen fuera da momento las modalidades de
de su especialidad, y, finalmente, la existencia ( ... ) no es al modo
del ingeniero, menos por una téc- como los galones significan el gra-
nica que comparte con él que por do o como un número designa la
tener una cultura general de me- casa: el signo aqui no indica sólo
nor alcance. (A. SIEGFRIED, cit. por su significación; está habitado por
NAVII.I.E, Essai s. la qualif. du tra- ella, es en cierto modo lo que sig-
vail, 18.) nifica ( ... ). El enfermo no pone
en escena, con su cuel'po, un d1·n-
Cualitath·o. Que es del orden de ma que tenga lugar «en la con-
la cualidad. Una ley cualitativa enun- ciencia». (M. MERLEAU-P., P/1é110-
cia que un fenómeno depende de otro, ménol, de la perc., 188.)
pero sin dal', como ]a ley cuantitativa*,
relacione3 num~ricas entre la causa y
3. la estructura metafísica de mi
el efecto. cuerpo, a !11 vez objeto pura los de-
más y sujeto para mi. ( lbíd., 105.)
12. Si ha sido posible pasar de
la física cualitativa a la cuanti- 4. Hay dos sentidos, y sola-
tativa es gracias a un hecho em- mente dos, de la palabra existir:
pírico que nada podía hacei· pre- se existe como una cosa y se exis-
ver a priori. La experiencia nos te como una conciencia. La expe-
enBeiia (JUe toda variaci611.. cuali- riencia del propio cuerpo nos re-
tativa está ligada a un ca11tbio vela, por el contrario, un modo de
cuantitativo co11comi11ante (despla- existencia ambiguo. ( lbíd., 231.)
zamiento o deformaci6n), de mo- 5. mi cuerpo no es sólo un ob-
do que cabe sefuúar los diferente• jeto entre los objetos (... ), es un
grados de intensidad de una va- objeto sensible a todos los demás,
223 CUESTló.N

que resuen11 por los sonidos, vibru 11. En el propio cuerpo y me-
1101· lodos lo~ rolol'eR y confiere u rliante {,I •• expresa el universo d,,
las 11alnbrus su signifiraeión ¡,ri- las relaciones, refractado en una
mol'di11l poi· la matll'ra en que las PXpcrjenc·ia singu?ar. (G. BERGER,
arogc. (lhíd., 27:J.) R,.:ch. s. foa romlitio,M tll· la, r.o,i-
O. ,,1 ,·uerpo no es sólo un vu- ·miisR., !J7.)
101· enll'e otros; csl,,i implicado en 12. Mi cuerpo no es, sin clu,ia,
nlgím moilo ,,n in aprehensión más que una ocasión para mi d~
de lo;los lo~ molivos y, u travfo¡ de lanzar en estu o aqu!!lla dir~cci,)n
ellos, cll! toe.los los valores. l!:s el mis intcnc:ione~ de ~ignificación
medium 11feclivo de todos los va- (... ), No por ello ca menos cierLo
lores, (P. Ricurm11, /'liifo•. de In que es "mi ,:uerpo,, quien se halla
,,,,/., l, 117,) en el centro de In existencia. ( lbíd.,
7. Ln volunlad no mueve más 97.)
qul! u concJiciém de s~r movida: es 1:-1. Es en el cue1·po donde ex-
preciso que el cuerpo marche y que perimento por mí mismo el senti-
la voluntad lo modere después, se- do más p1·ofundo que cada uno de
i:-ún la bella metáfora del j in etc y nosotros concede espontáneamente.
la montul'a. ( lbld., 260.J al verbo existir, es decir, estar ahí,
8. ( ... ) Cic,·tamentc, hay un manifestarse. Es por el cuerpo, y
esfuerzo intelectual, un esfuerzo sólo por él, poi' lo que yo puedo es-
de actualización de los recuerdos, 1..ar ahí y manifestarme, existir.
etcétera; pero, en última instancia, (A. DE WAEI.IIENS, E.<ist. et sig11i-
es en los músculos donde la volun- ficafio11, 207.J
tad termina; cualquier otl'o esfuer- 13'. Conoció, pues, que el cielo
zo es finalmente esfuerzo por su y todos los astros que l~n l;l exis-
componente muscular, poi' el do- ten son cuerpos, por cuanto se ex-
minio del cuerpo. Un ser compoa tienden según las tres dinwnsio•
sui no gobierna su pensamiento nes de longitud, latitud y profun-
más que si gobierna su cuerpo. didad; ~in que haya cosa a]~una de
( lblcl., 291.) aquéllas privada de este atributo;
8'. la naturaleza y constitución ahora bien, todo lo que no c.st..i
tic nuestro cuerpo es tal, que se exento de dicho atributo es cuer-
satisface y contenta de tan pocas po; luego todos aquéll.Js son cuer-
cosas, que si alguno mús de asien- pos. (ABENTOFÁIL, El filósofo at<to-
to y maís de cel'ca lo considerare, clidacto, 87.) Ad. E.
tendl'ía, sin duda, poi' locos a los
que con tanto afán y agonía alill- V. Objeto, 17, 18.
gun tantas cosas, siendo así que C. Por anal.: se dice de la parte
son menester tan ))Ocas. (J. L. VI• principal ele unu cosa o de lo que cons-
VES, Introducción a. la. sabithiria, tltuye un todo orgánico (cuerpo de edi-
au, Jl. 25.) Ad. E. ' ficio, cuerpo de ejército, espíritu de
B. Por ext.: toda sustancia ma- cuerpo) ; sirve pal'a subrayar la con-
terial. sistencia (tomar cuerpo, hacer cuerpo
9. la naturaleza de la materia, con).
o del cuerpo tomado en genel'BI, V. Dolo,·, 3.
no consiste en ser una cosa dura, o
pesada, o coloreada, o que afecta CUES1'lóN. Lat. quaestio, der. de
a nuestros sentidos de algún otro quaererc (buscar) : búsqueda, encuesta,
moJo, sino sólo en ser una suatan. pl'egunta.
cia extensa en longitud, anchura Aquello de que se habla (volvamos a
y profuntlidnd ( ... ) , su 11at1tra.lezn la cuestión). 1'11 problema práctico so-
cons"i8te s6lo en eBo, en ser una bre cuya solución se discute \la cues•
sustancia que tiene extensión. tión social, In cuestión escolar).
(DE~CARTES, Príncipes, ll, § 4,)
l'oncr en c1testió11. Preguntar¡e si
10. hay <¡ue admitir en los cuet·- unu nril'lnuciOn tenida por verdadera o
flOS algo diferente de la musa y In
velocidad, a menos que queumo, cuya verdad habiamos cstableL~ido se
negut'lcs Loda potenriu de ob1·a1·. up°oyn efectivamente t!Jl {undnmcntus
(LEIBNIZ, Carta a Buyle, l'/iilos. válidos,
sc/11•., III, 4:l.) Una puesta en cuestión ordina-
CULPABILIDAD 224

ria transforma una )lroposición una misma exigencia: es la misma


afirmativa o un conjunto de pro- culpabilidad la que, racionalizada,
posicionl's afirmativas en una pro- socializada, es vivida como respon-
posición o un conjunto de proposi- sabilidad. (J. SARAN0, La cu/pabili-
ciun~s problemáticas. (P. F0UGEY- té, 47 n.)
R0LLAS, La ¡,hilos. en q11cstio11, 05.)
B. Subjetiva: estado del que se
CULl'ABILIDAD siente culpable, sea con justo titulo
Culpa. Lnt. culpa, falta, culpa. De (sentimiento fundado, justificado ra-
donde culpare, reprochar una falta, cionalmente), sea erróneamente (sen-
acusar, inculpar (co11t1·.: disculpar). timiento irracional, sin justificación
vúlida).
Todos tenemos conciencia y
propensión a reconocer nuestras Sentimiento o complejo de culpabi-
faltas; pero si se exageran, el lidad. Estado patológico (acaso sim-
amor propio y el espíritu de jus- ple exageración de una disposición
ticia toman la iniciativa. La pa- normal) consistente en que el sujeto se
sión hace oir su voz, y empezando siente culpable e inclinado a infligirse
por defender nuestro derecho, con- un castigo (autopuni-ción) antes de te-
cluimos por defender nuestra cul- ner conciencia de una falta determina-
pa. (C. ARENAL, El visitador del da y con independencia de ella. No es
pobre, 34.) Ad. E. la conciencia de faltas cometidas la
Teol. (por op. a la pena• o castigo que provoca ese sentimiento; es, por el
del pecado) : el pecado en tanto que contrario, tal sentimiento el que incita
mancha del alma. a buscar y, llegado el caso, a inven-
l. Cuántos casos de inocentes tar las faltas que pueden justificarlo.
castigados hemos descubierto, quie- De ahi el término (Dr. HESNARD) de
ro decir sin culpa de los jueces ... «culpabilidad endógena» (que procede
(MoNTAIGNE, Essais, III, xm, Pléia- del interior).
de, 1201.J 4. un modo de culpabilidad sor-
l'. El amigo alababa el poder y da e implicita; en el sentido de
la sabiduria, la voluntad de su que, cuando no surge el sentimien-
Amado, que todo lo había creado, to, la toma de conciencia de la de-
menos la culpa, la cual no sería valuación personal en forma de an-
sin el poder y la sabiduría de su gustia de la culpa, el sujeto se
Amado; mas ni su poder, ni su sa- comporta como si esa angustia
biduría, ni su voluntad son ocasión existiese, como si en alguna par-
de la culpa. (R. LULI0, Libro del te se desarrollase una transgre-
amigo y del Amado, § 278, p. 102- sión de alguna ley sobrenatural o
103.) Ad. E. un crimen cuya materia permane-
Culpable. Lat. culpabilis, aquel a ciese en el incógnito. Ese compor-
quien puede o debe serle imputada una tamiento con significación de cul-
falta (culpa). pabilidad puede desembocar en una
El que ha cometido una falta. punición de sí mismo e incluso en
la búsqueda del fracaso. (A. HES-
Sin.: responsable. NARD, 111oralo sans péché, 88.)
2. Es necesario condenar al cul-
pable. Pero resulta odioso, por es- 5. La culpabilidad se presenta,
tar ya determinado. No cabe so- pues, como un comportamiento
lución humana cuando los datos fundamental, perfectamente inmo-
del problema son inhumanos. (J. tivado, que se desarrolla en sordi-
RoSTAND, Pc11sées d'un biol., 29.) na fuera de cualquier conocimiento
Culpabilidad. Der. de culpabilis, cul-
de su verdadera significación ( ... ).
pable, que ha cometido una falta Es un sistema de conductas fun-
(culpa). damentales del individuo humano
( ... ) que, normalmente inaparen-
Estado del que es culpable. te (aunque eficiente), adquiere en
Co11tr.: inocencia. estado mórbido un desarrollo evi-
A. Objetiva: estado del que es cul- dente (aunque deformado) y a ve-
pable = autor de una falta de la que ces monstruoso. (A. HESNARD.
es moralmente responsable. L'univcra morbido do la /auto, 394-
3. culpabilidad y responsabili- 305.)
dad constituyen dos estados de Cultivo. V. Cultura.
225 CULTl;RA

Clil.TURA A. En scnt. propio, cuitivo. En ea,.


Culto. Lut. cull.us, der. del v. cole- t.ellano, apenaM i,;e emplea en este sen-
re (supino, c·ultum), cultivar (colonus, tido.
cultivador, colono), rodear de deferen- B. En sent. fig. l. Acción de rul-
cias, honrar (principalmente a los dio- tivar, es decir, de desarrollar por el
ses): acción de ,ultivur, de honrar ... ejercicio, ya sea el cuerpo ícultuta fí-
A. En sentido propio: homenaje sica), ya el espiritu o el alma (eultu-
rendido a la divinidad o a ciertas per- 1·a intelectual, espiritual. moral).
sonus, nsí como a riertas cosas, en 4. Cuando me anuncian una
consideración a sus rela<"iones con Dios. Biblioteca de Cultura general, me
La teol. cató(, distingue el culto de la- lanzo sobre Jo~ volúmene.3, creyen-
tria•, reservado a Dios, y el de dulía, do hallar en ellos hermosos textos,
que se rinde a los santos. preciosas traducciones, todo el te-
H. Por nnal.: admiración mezclada soro de los poetas, loe politicos, los
de t·espeto religioso por alguien; in- moralistas, los pensadores. Pero
terés apasionado por algo. Culto a la nada de eso: son unos hombres
madre, a la amistad, al ejército. muy instruidos, y seguramente cul-
tivados, quienes me participan su
l. El culto debido a la verdad cultura. Ahora bien, la cultura no
exige que [ el sabio] no terna nun- se transmite. Ser cultivado es, en
ca volver sobre un error cometido. cada orden, remontarse a la fuen-
(CI. BERNARD, lntTod., 111, ll, l.) te y beber en el hueco de la mano
t'. El comer, el dormir, el ejer- y no en una copa prestada. (ALAIN,
cicio fisico, todo el tratamiento PTopos Blt'I' l'éduc., XLV, 171-
que al cuerpo se diere, debe ende- 172.)
rezarse a la salud, no al placer ni 5. El fin de la cultura es l.;
al regalo, para que sirva al alma plena realización de todas las vir-
con presteza y ni se insolente por tualidades humanas. (J. LACROL"<,
culto demasiado ni decaiga por fal- en Cla.ssea et culture, 433, Sem.
ta de fuerzas. (J. L. VIVES, lntTo- sociales, 1939.)
ducci6n ,z l,z s,zbid,trí,z, § 91, pá-
gina 83.) Ad. E. 2. Subjetiv.: can,der o cualidad de
la persona cultivada, ~s decir, aquella
V. Heroísmo, 2.
en quien el estudio y la reflexión han
Cultivo. Del lat. culhts, der. de cole- desarrollado las capacidades intelectua-
'l'C. les, ya en genei·al (cultura general), ya
A. Acción y efecto de cultivar con en un campo particular (cultura lite-
vistas a la fructificación de la tierra. raria, matemática, filosófica).
En sentido concreto: una tierra culti- El alemán Kultur corresponde a ci-
vada o una especie particular de pro- vilización, y el equivalente de nuestra
ducción agrícola. •cultura» es Bildtrng (prop.: forma-
B. En sent. fig. con las palabras ción) ; •cultivado» se dice gehildet
talento, ingenio, memoria, etc.,' acción (formado).
y efecto de desenvolver y ejercitar es- 6. ¿Qué es un espíritu culti\'a-
tas • facultades y potencias. (Real do? El que ha atrnvcsado un ¡:ran
Acad.) número de aprendizajes de la re.
2. el cultivo perseverante de flexión y puede considerar desde
nuestras facultades estéticas nos un gran número de puntos de vis-
hace hasta tal punto clarividentes ta. La cultura es proporcional a
la cantidad de categorías de que
para con lo feo y nos dispone tan- una inteligencia dispone. (H.-F.
to a sufrir poi· ello, que, poi· do- AMIEL, Ju11r11ul jo,t,, 1-1 agosto
quiera que lo encontremos ( ... ), lo 1877.)
reconocemos y su aspecto nos hie-
re. (Ch. LéVl!QUE, La BM'11cr du 7. Una multitud de datos espe-
beau, l, 111.) ciales, más o menos penosamente
aprendidos, se escapan por sí mis-
3. Jlay que cruzar los cultivos mos <le la memoria; pero hemos d('
para no agotar el suelo. (A.-D. gUal'darnos de L"reer que por es,>
SER'fll,LANGES, Ln ·vic i11tcllect., estén perdidos. Porque la ,·ultura
107.) intelectual resultado dP es~ tra-
Cultura. Lat. ,•u/tura, der. de colerc. bnjo, el camino que el es¡,Íl'itu ha
V. Ca/tu. l'C('Ol'rido por esos <.•stmlios, perm.i-
CUl,TUUA 226

necí'n, y sólo eso tiene valor. (RL·> sonal d(• quiene~ pertl'ncec>n u ese•
NAN, .t1t'l'11Í1' <(e la. ac-., 238.) nll.'dio. Ln cu1luru españoln, In culturo
8. La cultura es lo que queda cl:ísica.
cuando se ha olvidado todo. (E. 10. La mayol'Ía de los que de-
HrnRIOT.) fienden ln cultura clásica, con su
V. La cultura es cosa muy di- indigesto griego y su latín, son los
ferente de la instrucción. En ella que no quieren que su prnpin gra-
los poetas son tan necesarios co- duación sea un error. (Marie Bo-
mo los geómetras. (ALAIN, Prélim. NAPARTE, Gla11cs de. iourB, 56.)
á /u mythol., 142.) 17. La cultura es un instru-
10. sólo hay verdaderamente mento manejado por los profeso-
cultura cuando el espiritu se am- res para fabricar profesores que,
plía a la dimensión de lo univer- a su vez, fabricarán profesores.
sal. (J. LECLERCQ, Culture et per- (S. WEIL, L'cnracinement, 65.)
somic, 26.) 18. Ninguna cultura es satis-
1 l. De un modo general, hay factoria, y si nos lo parece, es que
cultura en la medida en que se eli- se encuentra ya en su ocaso. (R.
mina la contingencia del saber. MEHL, De l'autorité des valeurB,
(G. BACHELARD, Rationalisme appl., 251.)
14.) 19. Una cultura tiene que afi-
12. No hay que confundir cul- narse durante varios siglos para
tura y saber ( ... ) y mucho más que perder toda aspereza. (H. PETIT,
en el conocimiento, la cultura con- Le bonheur, 261.)
siste quizá en cierta disposición al 19'. Cultura es el sistema de
conocimiento. (J. GUÉHENNO, Gali- ideas vivas que cada tiempo posee.
ban parle, 163.) Mejor: el -sistema de ideas de•de
13. Quó maravilloso mantillo las cuales el tiempo vive. (J. OR-
para todas las tonterías esa cier- TEGA Y GASSET, Misión de la Uni-
ta semicultura tan extendida: pue- versidad, Obras, IV, 341.) Ad. E.
de ser más peligrosa que la pro- C. En el vocab. de la etnol. y la
pia ignorancia. (J. GUÉHENNO, Sur socio!., partic. en los Estados Unidos:
le chemin des hommes, 35.) género de vida tradicional en un país
14. Nuestra enseñanza filosófi- determinado.
ca, que en Francia tiene el temi- 20. La cultura es la configura-
ble privilegio de ser dispensada al ción general de los comportamien-
conjunto de las futuras élites de tos aprendidos y de sus resultados,
la nación al término de los estu- cuyos elementos son adoptados y
dios secundarios, no está destina- transmitidos por los miembros de
da a formar especialistas, profe- una sociedad dada. (R. LINTON,
sionales de la filosofía, sino a dis- Cultu.-al Background of Persona-
poner a· todos Jo que se complacen lity, 21.)
en llamar una coronación de la cul-
tura. (G. SPIRE, Disc. en el «Con- 21. Por «cultura• entendemos
cours généraJ., de 1959, en R. de el conjunto de las formas adqui-
l'cnseign. philos., oct .. nov., 1959, ridas de comportamiento qut un
p. l.) grupo de individuos, unidos por
15. Instrucción: piedras en un una tradición común, transmiten a
saco. Cultura: una semilla en sus hijos (... ). Esta palabra de-
un til'sto. Por grande que sea el sa- signa, pues1 no sólo las tradicio-
co y num::::·osas las piedras, allí no nes artísticas, científicas, religio-
crece nada. Por modesta que sea sas y filosóficas de una sociedad,
la semilla y pequeño el tiesto, sino también sus técnicas propias,
aquello germina, crece y florecr. sus costumbres políticas y los mil
01. CilAPJ:LAN, Lire et écrire, 34.) usos que caracterizan su vida co-
tidianu: modos de preparación y
V. EHpccÍl', 23; /lamani<lad, 10; Juc- <le consumo de los alimentos, mu-
!Jfl, ~J; /J;irl:ro, 1, 2. nera <le dormir a los pequeños, mn-
::J. Objet!v.: maneras colectivas d,! clo de desi¡~naeión del presidente
p.cn:iar y de :-.;1•ntir, eonjunto de cos- del Consejo, procedimiento de revi-
tumbn·::, dr• in~titutionn; y d(~ obras sión de la Constitución, etc. (M.
que, en u11 m1°Uio dado, son a la Vl'Z el l\l1an, Socidc's, traililious et trch-
efetLo y el medio ele la cullura pet- ,1iquc11, p. 1a, Ulll'SCO, 1B53,)
227 Cl"HIOSIIJAI>

22. Tal como ha sido emplcndo a horrar su::; contornos y perder


por la sociologfa y la psicologia so- su vigor», la aculturación eg]:
cial nor~umcricuna, el término cu/. una unión fecunda, un matrimo-
'1,ra se refiere n todo lo que, con nio de culturas, capaz d<.' aU!icitar
un substrato en lns estructuras so- una civilización nueva a partir de
l"iales, pnrticipn dit·ectamente del civilizaciones anteriorl.'s. Esto sólo
comporlamiento de los miembros es posible si una misma e.strudU·
del gruJlo. Lo <tcultural11 se pre- ra de existencia, inventada por
senta ('ntonc('S romo lo ,1social)) en personalidades creadoras, logra do-
tanto que in!ó!crito en las eonducta5 minar laa corrientes más opuestas,
individuales. (.J.-CI. F1u.oux, La desviarla:; en un nuevo 3.!nli~Io.
¡,ersc»11111Jité, 66.) (. .. ) El eristíanismo sería una df>
23. La cultura designa precisa- las aculturaciones más podernga:..
mente el comportamiento de los de la historia. (H. DP>lÉRY, Phi-
dcmns en lo que tiene de general losopltic de /11 rcligion, II, p. 210,
y. por usí derirlo, de autorizado, n. :1.)
de modo que puede influir en mi
propio comportamiento al verme CUOTA. Lat. quofa. V. Cuofidad.
invitado a imitnrlo o al menos a Suma que constituye una parte de-
reaccionar frente a él. (M. Du- terminada de un todo. Según el Dere-
t'RENNE, l'ersomuu. de base, Z83.) cho francés, en las sucesiones la cuota
disponible es de la mitad si el testador
Técnica• ele cultivo. Métodos em- no tiene más que un hijo, etc.: en un
pleados por el agricultor en In labran- gasto en común, la suma que cada uno
za. debe entregar constituye la cuota o alí-
24. En los países de vieja civi- cuota parte,
lización agrícola, el suelo debe una
parte de sus caracteres a las téc 4 CUOTIDAD. Fr. quotite, der. del
nicas de cultivo, a las aportaciones adj. ,interr. lat. quotus, q,wta. q,w-
del estiércol y de los abonos. (P. tum (der. a su vez de qua/, cuan-
GEORGES en el Tr. de social. de G. to): ¿en qu.: número? Correl. de quan 4

GURVITCH, 1, 257.) tus (cuán grande, en qué cantidad) y


Cultural Relativo a la cultura, a la de qua/is (de qué calidad o naturale-
civilización, Agregado cultural; asu11- za). Quotus ha dado u cuota)) y el fran-
tos, relaciones culturales. cés ((cote» (der. cotizar, cotización).
25. todo el pasado cultural es Lo que responde a la pregunta uen
inherente al acervo lingüistico. qué númerol), es decir, el núm¿ro car-
(H. DUMÉRY, Phi!. de la relig., II, dinal correspondiente a un conjunto
212.) de objetos, cada uno de los cuales cons-
tituye una unidad natural: 1000, apli-
V, Auto11umía 1 6¡ Civilización, 17.
cado a francos, representa una cuoti-
Culturalista. Se dice de teorias y dad; aplicado a metros cuadrados de
teóricos del psicoanálisis que, en Es- terreno, representa una cantidad lpor
tados Unidos, insisten en la ..acción carecer esos metros cuadrados de reali-
ejercida sobre el individuo por el medio dad individual). V. Yoc. LALANDE.
cultural, en el sentido norteamericano Co,·rc/,: cualidad*, cantidad''.
del término cultura. (C).
Aculturación, inculturación. Intro- CURIOSIDAD. Lat. curiositas, der.
ducción o desarrollo de un cierto tipo de cura (cuidado).
de cultura. A. Subjet. (la curiosidad): deseo
26. Podría emprenderse un (que puede ser general o particular)
g1 an estuJio sobre la difusión de de aprender las cosas nuciYas o raras.
los modos de cultura urbana en el l. Curiosidad no es más qut>
campo. No cabe duda de que, en vanidad. Generalmeatc, sólo se
este movimiento de aculturación, quiere saber para hablar lo que si!
los rurales conservan ciertas tra• debe. De otro modo no se viajarin
diciones pa,·ticulares y rechazan por mar, para no decir nunca na-
ciertos modos o comportamientos da de ello... (PASCAL. I',·11si,s,
urbanos. (H, MENDIIAS, en el T.-. 401.)
de socio/. de GURVITCII, 1, 327.) 2. Hay diver.sas especie.:; de cu-
27. [Por oposición ni sincretis- riosidad: una la de intcr¡•s, que
mo (len el que cada cultura viene 11uj lle\'a a de_,s,•.:11· uprcn<ler lL)
CURIOSIDAD 228

que puede sernos útil; y la otrn la B. Objetiv. (una curiosidad, curio-


de orgullo, que procede del deseo de sidades): cosas raras, que excitan la
saber lo que los demús ignoran. curiosidad en el sentido A. Vendedor
(LA RoCHEFOUCAULD, Jlfo:r., 173.) de curiosidades.
3. El arte de enseüar no es Falta de curiosidad. Desinterés y ne-
más que el arte de despertar In gligencia por aprender lo que se ig-
curiosidad de las almas jóvenes nora.
para después satisfacerla, y la cu- 6. la ignorancia y la falta de
riosidad sólo está viva en los es- cu,-iosida<l son dos almohadones
píritus dichosos. (A. FRANCE, Le muy blandos; pero para encon-
crim.c de S. B., 215.) trarlos asi, hay que tener la ca-
4. En el ocaso de su vida, Mme. beza tan bien hecha como Mon-
de Guermantes había sentido des- taigne. (DIDER0T, Pcnsées philos.,
pert81'se en ella nuevas curiosida- XVII.)
des. (111. PR0UST, Tc,nps rctr., 11, 7. La falta de curiosidad pue-
199.) de provenir de una debilidad ori-
5. La curiosidad que nos abre ginal. ( ... ) Pero la falta de curio-
los ojos a algunos fenómenos nos sidad es, con frecuencia, el funes-
los cierra a un número mucho to 1·esultado del medio educador.
mayor. (J. GUÉHENNO, Galiban par- El niño desconcierta y hasta irri-
le, 187.) ta con sus preguntas. Pero res-
5'. Lo curioso de la cosa curio- ponderles con mentiras burdas o
sa es simplemente su novedad, y 1·eñirle, o reirse de él, acaba por
como ésta se pierde en el primer replegar definitivamente a la in-
contacto con el objeto, la curiosi- teligencia infantil sobre si misma.
dad no hace más que resbalar por Ahora bien, este repliegue es la
las cosas sin adueñarse de ellas, sin puerta abierta, por la inhibición,
volver a la persona con la nue- a la obtusión. (E. M0UNIER, Tr. du
va riqueza. (J. ORTEGA y GASSET, caract., 662.)
El espectador, VIII, Obras, II, Incurioso, a, adj. Del latín, incurio-
670.l su.s. Descuidado, negligente.
Ch
CHOQUit lngl. shock. duce trastornos psicosomáticos y psí-
quicos que pueden ser crónicos.
Psicofisiol. y psiquiatría. Perturba- Choque tera,péutico. Método consis-
ción súbita y violenta, de origen fí- tente en provocar (partic. por medio
sico (choque operatorio) o psíquico del electrochoque) una violenta pertur-
bación orgánica tras la cual, al quedar
(choque afectivo), que, desequilibrando destruido el equilibrio patológico, el
los centros reguladores de la vida neu- enfermo puede volver al equilibrio nor-
rovegetativa y de la afectividad, pro- mal.
D
DADO. En filos. y princip. en psicol. clusión particulares afirm. (1). Ejem-
(!o dado) : lo percibido inmediatamen- plo:
te por el sujeto cognoscente, por opo- A. Todos los perezosos serán cas-
sición a lo conocido por inferencia o tigados;
cálculo. Conviene tener presente la
equivalencia dado = dato ( datum). l. Algunos alumnos son perezosos;
Ensa.yo sobre los datos inmediados de l. Algunos alumnos serán castiga-
la conciencia, de BERGS0N. Dada la si- dos.
tuación; una situada dada. Lo dado ae
opone a lo construido y lo puesto por DARWINISIIO. Teoría transformis-
un sujet.o. ta de Charles DARWIN (1809-1882). Se
opone al lamarckismo. V. Transfor-
l. La experiencia sensible reve- mismo.
la la oposición entre lo dado y las l. Por una parte, Darwin ha
exigencias de la razón. (F. AL- aportado la primera demostración
QUIÉ, L'ezpérúnwe, 97.)
científica del transformismo; por
2. El yo es sin duda afecta.do otra, con su teoría de la selección
en una experiencia psicológica, pe- natural, ha propuesto una particu-
ro no es dado en esa experiencia. lar interpretación del mecanismo
Está simplemente presente en ella. de la evolución y es únicamente
(G. l\lADINIER, Consc. et an,our, 5.) a esta interpretación a la que con-
viene el nombre de darwinismo.
3. El problema supone una si- (J. RoSTAND, Ch. Darwin, 183,)
tuación intermedia: que algo sea
dado y que lo dado sea incomple- 2. La biología darwiniana co-
to, no se baste a sí mismo. Si no mienza precisamente alli donde la
sabemos algo no sabríamos qu'? vida, en sentido estricto, acaba.
es insuficiente, que es manco, que Darwin sólo pretende explicar có-
nos faltan otros datos postulados mo de ciertas formas dadas, unas
por el que ya tenemos. Esto es la perduran y otras sucumben; pe-
conciencia de problema. (,J. ORTE- ro deja intacta la cuestión esen-
GA y GASSET, ¿Qué es filosofía?, cial, a saber: cómo esas formas
144.) Ad. E. dadas son dadas; cómo y por qué
son creados. Si el darwinismo fue-
Dc,.rii (Lóg. íorm.). Tercer modo• de se cierto, que no lo es, constituirla
la primera figura• del silogismo (sub- uno biologio de srgunda clase. (J.
prC1r ), en el que la mayor es una uni- ORTEGA Y GASSET, El «Quijote» r11
versal afirm. (A) y la menor y la con- la rscuc/c,, Obras, II, 382.)
231 DEBER
S('odanri11i.'lnw. T('oría trnnsfo1·mis. na! /.,.) ---el bastón sumergido en
ta <le birla 11 A u¡¡usto WEISMANN (I 8:!4- el ngua- es dato el del tacto, que
19141 y según la cual el aomo, no influ- nos presenta el bastón recto, y es
ye sobN! el uermrn. Admitido este prin- dato, el de la visión, que nos pre•
ripio, no se ve cómo los caracteres senta el bastón quebrado. El pro-
udquirldos por el individuo en el curso blema surge en la medida en que
de su vidn (cnrnctcres inscritos en el esos dos hechos no sean problema,
~ama) podrían pnsar n su dt:1srendcncia. sino hPchos efectivos e indudables.
Cuando lo son surge ante nosotros
JJascin. Vt~rho nlc>mán: !ll'l' (s;11¡ su cariícter contradictorio y en és-
ahl (,la), estar prcsenlc,, Empleado te ( .. ,) consiste todo problema. (.T.
suhstanl.: la .,,ist,•nria ( l(tJmpf ums ORTf.GA y GASSET, ;Qué es filoso-
l>a•ri11, lucho por In existencia, por In fía?, 143.J Ad. E.
vida).
De. A. Pref. lat. que siim'fica "a
En HEIDEGGER, da., Dasein designa partir den: deducción, delirar (apar-
al rxistentc humano o el C'xistir de ese tarse del surco, lira).
existente. 8. Pre!. derivado del lat. dís, que
l. [Para Heidegger], In esen- expresa principalmente la idea de des-
cia del Da,sein está en su existen- hacer o de defecto, de privación. Asi,
cia [Da-11 «W cscn» des Da,seins discursus ha dado decurso al mismo
lieot in. seiner Exiatenz. Sein uncl tiempo que discurso.
Zeit, 42]. Esta proposición no
quiere insinuar -todo lo contra- DEBER
rio- que el Dasein ex.ista nece- Deber, ,·erbo. Lat. deberc: prop., te-
sariamente o que le pertenezco. ner por alguien ( de-habere); de donde
esencialmente existir ( ... ) . Lo que obligación de devolver y, por ext., obli-
significa es que su «esencia» no gación en general; finalmente. al debi-
es otra que su manera de existir, litarse la idea de obligación, ,frbere lle-
la cual está siempre afectada de ga a indicar lo futuro.
una incertidumbre insuperable y A. Tener una deuda; ser deudor a
fundamental. Para el Da-11ei11, ser al-i;uien de nhruna cosa. Le debo mil
esto equivale a existir sel?Ún tal !)esetas, le debo la vida.
modo. (A. DE W AET.HENS, La phi/,
de M. Heidegger, 28.) l. Por poco delicado que uno
sea, no es muy agradable debe!".
V. Angusria, 7; Ser l, 26; Cuidado, (J. R0STAND, Jour-na/ d'un caract ..
23. 121.)
DATO. E-n el uso ord. y en mat. R. Indica el carácter cierto o, más
(los datos) : condiciones, efectivas o hi- a menudo, muy probable o al menos
potéticas, que constituyen In base de verosímil de un hecho, actual o futuro.
una operación real o mental. Los da- Todo hombre debe morir. El sol debe
tos de la operación, del problema. V, salir a las seis. Debes aprobar, ganar
Dado. ' la partida. A estas horas debe haber
llegado.
Sin.: hccho 1 experiencia, hipótesis,
supuesto. C. Estar obligado, por la ley mo-
ral natural o la ler positiva, o incluso
l. El hecho de la libertad nos
por las conveniencias, a hacer o evi-
aparece ante todo como un dato tar alguna cosa.
íntimo. (E. LE RoY, Essai d'une
phi/. prcm., JI, 520.) Sin.: tener que. haber de.
2. Ciertamente, [Husserl] no 2. Jimena.-Vete, yo no te odio.
niega In existencia de datos visua- Rodrigo.-Debes odiarme,
les que forman parte de In con- Jimena.-No puedo.
ciencia como l lomentos subjetivos
1 (CoRNEII-LE, [,e Cid, 111. JV,J
inmnnent~e. Pero cHos no son el :J. Nos cuesta mucho menos t:·a-
o'1j,•fo: la conciencia no se dirige hajo hacer mús de lo que debe:nos
sobre cl1os; a trnvé~ dl· ellos, apun. que hacer lo que debemos. (B<H'R-
ta a la cosn exlerna. (J.-P. SAn- DALOUE, s. 8. /u S<; l'(.:rit1• h•a ng.,
TRE, l/i1nagi11lllfoll, 145.) III.)
a. Todo p rolilC'ma :,;upone du- 4. c1Nos d~bernoso ( ... ) tener una
l()f!. Los tlnloli :,i.on Jo qm• no C'~i puerta L'orhrrn, lo mismo que ({nos
prolilen:a. En el c•j(•mplo t rmlieio- debemos>, no vinjar nu1wa mú~ que-
232

en primera, por ejemplo. (A. G1m~, n la razón divina es, pues, In con-
Si le ,qrai111u' ·mcurt, CEuvrcs 1 X, dición necesaria y suficiente para
226.) crear una 1110ml del deber. (A.-D.
V. D11a/is1110, 1; Libertad, 62. SERTILLANGES, R. phi/os., 1901, !,
288.)
Deber, subsl. No tit>nc correspon-
dencia exacta c>n latín. Se traduce a 11. Así el deber, si lo conside-
menudo por officium; pero esta pala- ramos en una forma pura, y apar-
bra significa oficio, cargo, deberes de te de esa obligación parasitaria
su cargo, y no «deber» como absoluto. que le viene de la tradición o de
Sin.: obligación. vanas tcorias 1 se nos presenta sim-
plemente como una inclinación na-
Cor1·cl,: derecho. tural hacia lo más razonable, cuya
V. Obligación, 14. especial autoridad no es otra que
A. En sentido abstracto: carácter la misma de la razón. (M. PRA-
de lo que uno está obligado a hacer; DINES, Princ. de toute phi/os. de
esta obligación considerada en sí mis- l'action, 289.)
ma y con abstracción de su objeto. 12. El deber enmascara la as-
5. Cumplimos siempre con nues- piración. [Pero, a la inversa] ayu-
tro deber cuando hacemos lo que da a la aspiración a desligarse de
juzgamos n1ejor, aunque acaso juz- la ganga de las tendencias natu-
guemos muy mal. (DESCARTES, rales; le prepara satisfacciones
Passions. § 170.) más sustanciales. (J. NABERT, Él.
V. Conciencia, 32 . po1tr 1tne éth., 145-145.)
13. El deber no es un constre-
6. Los hombres obran con de- ñimiento natural como el de la so-
jadez en las cosas que constituyen ciedad o concertado como el de la
su deber, en tanto que convierten ley jurídica. Es un constreñimien-
en mérito, o más bien en vani- to que el yo impone al yo para
dad, el apresurarse para las que respetar una jerarquia interior :le
les son extrañas y no convienen sus propias funciones; es una obli-
ni a su estado ni a su carácter. gación. Sólo hay deber cuando hay
(LA BRUYERE, Caract., XI, 139.) resistencias que se Je oponen. (L.
7. la mayor perfección moral LAVELLE, Tr. des valeurs, II, 402-
posible del hombre es cumplir su 403.)
deber y por deber. Que la ley mo- 14. Quienes no conocen más
ral no sea, pues, solamente la re- que la ley del deber permanecen
gla, sino también el móvil de las extraños a sí mismos hasta el día
acciones. (KA:"\T, Princ. métaph. en que hacen, sin pensar en el de-
de la mor., 168-169. Ladrange, ber, lo que poco antes hacían por
1854.) respeto al deber. ( Ibúl., 421.)
8. Odio la austeridad de esas 15. el deber no puede ser diso-
gentes que, para hacer más exten- ciado del Bien que es el fin de la
so el deber, no dejan nada a la voluntad ( ... ) . Está llamado a des-
buena voluntad. Transforman to- aparecer a medida que la concien-
do en la necesidad de obedecer, cia va unificándose; y allí donde
sin otras razones que la de ejer- el deber predomina, hay siempre
cer sin tasa nuestra obediencia, falta de amor. ( lbícl., 432, 433.)
que el placer que encuentran en 16. A nuestro parecer, la mo-
gozar sin medida de su poder ... ral exclusiva del deber sólo puede
(SAINT-EVHEMO~D. (EuvrcR niélées, existir por una persistencia de un
J, ], XIX.) super-yo sádico severo, y conoce-
!l. El hombre más moral no es mos por experiencia el lado rígid~
necesariamente aquel en quien e] e intransigente de esa moral en
sentimiento del bel'e es más vivo todos los escrupulosos y los ohse-
(... ) . Puede ocurrir, por ello, que sos, en los que es difícil distinguir
haya grandes hombres que no han entre un super-yo neurótico y una
conocido nunca el sentimiento del actitud de austeridad moral real.
deber, o sólo lo han conocido mez- (Dr. G. PARCIIEMINEY, «Morales du
clado, fundido con la inspiración Bien, du Devoir ... n, en JJs11chtí, 18-
moral. (F. RAUII, R. r/c mét. et <le 19, abril-mayo 1048.)
mor., 1902, 661.) 16'. El antiguo y conocido cnm•
10. Religar la razón humana po del Deber es el lugar de liza de
233 DEBU,ll>AD

hazafias )Jara los modernos caballe- 23. Cada cual tiene su deber
ros, y cum)llir en ese paso honroso particular, además del general de
de la Obligu,·ión, la mucstrn mñs hac,•r nlgo. Tú drheM ser un profr-
cierta de virilidad moderna. (,J. On- ~ol' concienzu<lo (... ), debes elcg-ir
TEOA Y GASSET, Ob.-as, 1, 130-61.) lo que nadie haría mejor que tú
Ad. E. o no puede hacer nadie en tu lu-
V. Dios, 23: lmperafiuo, 8; Nlltu- 1;ar ( ... ) . Dchcs jugar tu juego y
t·alcza, 6. no el de los demás, jugar crin tu.,;
cartas y no con las que te faltan,
H. En sentido concreto ( un, los de- jugar ~in tardanza y no propont·r-
beres) : lo que uno cstlÍ obligado a ha- w vagamente jugar. (ff .• [•'. A~IIF-J.,
rcr o evitar; lo que imponen lo con- .fo!Lrnal int., 31 oct. 1877.J
dencia mora), 1a ley o las convenien-
cias. Deberes de justicia• y deberes 24. Puede decirse que no hay
de caridad•. más que un deber, el de ser siem-
pre razonable. Pero al tener el
17. me ha ocurrido ver mi bie- hombre relaciones diversas, ese de-
nesta1· convertido en verdadera ber único y general .se determina
angustia por culpa de deberes que y divide en otros tantos deberes
me imponía la frecuentación de particulares. (V. CorsrN, Du vrrti,
un mundo que no había buscado. d!L bea!L... , lec. 15."', 374.)
(CHAMF0RT, Carta V, fEttvres, I,
332, París, 1812.) 25. Persisto en creer que la
existencia es la cosa más frívola
18. El primero de los deberes del mundo si no la concebimos co-
[ es sin duda el de ser justo. mo un magno y continuo deber.
(VOLTAIRE, Po6mc s. la loi nat., (RENAN, Souv. d'enf ... , Ir!, l.)
III.)
26. Los deberes hacen más feliz
19. Siempre ocupado con los que las pasiones. (H. BF.CQUE, No-
deberes de los demás, y nunca, tes d'album, (E1wrcs, VII, 119.)
¡ay!, con los suyos. (J OUBERT I Pen-
sé es, 104.) 27. No es difícil convenir que
más de la mitad de nuestra mo-
20. [El que comprende bien l:i ral se compone de deberes cuyo
ética.) Se ha revestido del deber, carácter obligatorio se explica en
que es para él expresión de su na- último análisis por la presión de
turaleza más íntima (... ). El indi- la sociedad sobre el individuo ...
viduo ético no tiene, pues, el deber (H. BERGSON, Deux sourccs ...• 46.J
fuera de sí, sino en sí. (S. KIER•
KEGAARD, Ou bien. .. Ott bien., 535,
28. <f Reconocerás un deber, de-
537.) cía mi padre, en que, para empe-
1~r1 no te corresponde eleg-ir:o.))
21. El deber, ¿consiste en obe- (A. DE SAINT-EXuPERY, Citad elle.
decer a la propia naturaleza, aun xcvr, Pléiade, 723.)
a la mejor y la más espiritual, o
en vencerla'! (H.-F. AMIEL,. Jour- V. Afecto, 5; Compro-m.Wo, 4, 5; Fe-
nal int., 6 febrero 1851.) licidad, 2•1; Motfoo, 4; Obligació"
15.
22. Existencia de wn cierto de-
ber innpersonal creado por el mis- DEBILIDAD. Lat. dcbi/i/(l,8, der. de
mo poder de obrar. Pri1ncr. equiva- clcbi/i,,, enfermo, débil.
lente del deber (... ) . Sentir inte- Carácte1· o estado de lo que está fa).
riormente lo más grande que uno to de fuerzas.
es capaz de hacer es por lo mismo Debilidad mental. «Clásicamente, la
una primera forma de conciencia debilidad es un estado de pobre,a y
de que se tiene el deber de hacer. endeblez congénitas del psiquismo en
El deber, desde el punto de vista su conjunto, y máa particularmente de
de los hechos y con ahstracdón de la inteligencia, que sitúa a los sujetos
las nociones metafísicas, es una en estado de inferioridad social.,, (A.
sobreabundandu de vida que pide P0R0T, ,lfan., 142.)
dercitn.-se, darse; hasta ahora ha
sido demasiado intc,·pretada como V. Atra.<o.
el sentimiento ele una 11cceH1dad o 8e <lcsignu l'OB el nomhrl• J1-• Ul·-
de una obli¡¡ación, pero es unte to- i,ilidad nH•ntal los estados de atrn-
do el de un ¡,odcr. (.1.-M, GUYAU, so cuva eilacl mental {'stú ~om-
E's,¡. d'1w,· wor. su11s Qbliy. ni pren<lf<la entre 7 y 10 allo5 lBi-
sa,wt., !OG-107.) net y Simon, ¡goR. [(111 1 . Para
DEC!Slúl>

c•slos nulot·cs ((C'S dé>bil el nmo que /1ulr-ci<li/,I,·. Aquello de lo que no


ha IIC'g-ado a comunicarse VC'l'bal- puede decirse si es vi,rdndero o fal-
mente y por escrito ron sus stm1c • so. Tercer valor introducido en la l6-
jantC's, pero que prrsf'nta un re- 1dc11 (ló¡dcn trivnlenle) en particular
traso de 2 años si tiene menos cfo por los matemáticos holandeses Bnou-
9 años: y de 3 años, si tienC' mt\s WER y HEITING, que, por ello mismo,
cic n, a condición de que tal retra- pretenden rc~hnzar el principio de ex-
so no SC'a dcbi<lo a una insuficien- clusión de tercero.
eia de escolaridad». El cociente Sin.: indeterminado.
X' intelectual se sitúa entre 50
y 70. (H. Ducn!:1m y V. SMIRN0l'F, Decisión. Lnt. dccisio, neto de cor-
Encyclop. 111édica-chir., 37270, A'" tar (decidare).
1955.) A. Lo que pone fin n la delibera-
ción. Tomar una decisión.
DECISlóN
Sin.: reso1ución, determinación, par-
Decidir. Lat. dcciclerc, cortar ( cae- tido.
d ere) de (de) separar cortando, zan-
jar, decidir. 5. Nos decidimos cuando oscilá-
bamos entre varios partidos; nos
A. Prop.: dar a una deliberación rc.~olt1emo3 o nos determinamos
una conclusión teórica (decidir unu cuando oscilábamos entre hacer
cuestión de doctrina o práctica (decidir una cosa o no hacerla; pero pa-
un programa de acción, una compra, rece que uno sólo se resuelve ha-
un viaje). ciéndose una especie de violencia,
l. No hay diferencia entre de- y que, por el contrario, cuando
cidir y hacer. (ALAIN, Hist. de mes uno se determina obra completa-
pcnsées, 14.) mente de grado. (C0NDILLAC, Syn.,
2. Todos conocemos muy bien en III, 177-178.)
nosotros mismos esa falsa pruden- G. Hay un gran número de de-
cia que razona siempre y nunca cisiones en las que el juicio no
decide. (ALAI:S, Jlinerve ... , 188.) interviene. Se decide por eviden-
3. la palabra decidir adquiere cia, por cansancio, con precipita-
toda su elocuencia cuando sabe- ción, para terminar un examen
mos que se refiere a la raíz lati- que aburre o para hacer cesar
na ca.edo, cortar. Obrar es siem- una incertidumbre que atormen-
pre tajar algún nudo gordiano. ta: se decide, en fin, por volun-
Pero no h"ay que olvidar que ese tad, y no por inteligencia. (J. Jou-
DEIIT, Pensées, 10.)
nudo está en nosotros mismos, y
que tenemos que dar el tajo en 7. Ocurre que las grandes de-
nuestra sustancia. cisiones no se toman, sino que ·se
Para obrar es, pues, necesario forman por sí mismas. ( ... ) No
consentir en una cierta mutilación nos damos cuenta de que hemos
( ... ). No hay aprendizaje de la tornado un partido, pero hacemos
acción sin un cierto aprendizaje todos los gestos que ello implica,
del rieSJ!O. es decir, en última ins- insensiblemente. Se comienza así
tancia, del sacrificio, concebido co- por la acción más modesta, en un
rno una mutilación consentida. movimiento de actos simples y na-
(Ch. BAIJD0UIN, L'áme et l'actio11, turales que van poco a poco pre-
143, 144.J cisándose. Cuando esta precisión
llega a sernos clara, todo está de-
Y. Acto, 50; Naturaleza, 6 bis. cidido. (J, Bosco, Malicroix, 143.)
B. Por anal.: se dice de hechos o 8. Apenas se toma una deci-
a~ontecirnientos que determinan una sión; es la decisión la que nos to-
orientación particular de las cosas hu- ma. (A. SIEGFlllED, Quclqucs max.,
manas. Aquel encuentro, ese acciden- 11, p. 15.)
te decidieron mi vocación.
9. Ln decisión no es ( ... ) un
4. un meridiano decide la ver- acto en la persona, sino la per-
dad. (PASCAL, Prnsécs, 465.) sona en acto, concentrada por en-
V. Jmpnl.so vita./, 2. tero en una afirmnrión creado-
Dccidiblc. Que puede ser dcridido, ra de hien o de mnl, de verdad
C'S decir, que puede desemhocar en una o de error ... (E. Mou1ma1, Tr. d11
dC'cisión que ací'pte o rechace la e1s.a rnrael., 433-,l[J.1.)
considcrrda. l O. Un pensamiento que no lle-
235 DEDUCClóN

ga a la decisión es un pensamien- es el dogma de la ley natural.


to incompleto. (lbld., 604.) (,l. SIMON, La /ibrrt•, 1, 28,)
11. La decisión, para ser un
arma de luz, exige que se acepte DRDUCC16N
de antemano, y con lealtad y con- Deducir. Lat. decluc,rc, prop. con-
tento, el posible fracaso. Lo que ducir (ducere), llevar desde arriba
a veces impide decidir, lo que i,m- (do).
bola el sentido de la responsabi- L6g. Sacar de ciertos datos (hecho,
lidad, es que uno quiere desligar- afirmación) la o las consecuencias que
se de sus netos si fracasan, y no de ellos rigurosamente se desprenden.
reconocerlos por propios méa que Este ril!'or falta cuando se habla de
cuando triunfan. (J. GurrroN, ln- introducir•.
vitation d la penséo ... , 97-98.) l. Lo que creemos saber del
11'. El hombre, cada hombre, estado pasado de nuestro globo
tiene que decidir en cada instan- lo deducimos de su estado presen-
te lo que va a hacer, lo que va te. Y el cómo de esta deducción
11 ser en el siguiente. Esta deci- es por medio de las leyes supues-
sión es intransferible: nadie pue- tamente conocidas. Siendo la ley
de sustituirme en la faena de de- una relación entre el anteceden-
cidirme, de decidir mi vida. Cuan- te y el consiguiente, nos permite
do me pongo en manos de otro, tanto deducir el consiguiente del
soy yo quien ha decidido y sigue antecedente, es decir, prever el
decidiendo que él me dirija: no porvenir, como deducir el antece-
transfiero, pues, In decisión, sino dente del consiguiente, es decir,
tan sólo su mecanismo. (J. OR- inferir del presente al pasado.
TEGA y GASSET, En torno a Ga- (1-1. POINCARÉ, Valeur ele la se.,
lileo (1933), Obras, V, 23.) Ad. E. 254.)
V. Deliberación, 8; Motivo, 7; Re- Deductivo. Que deduce, que consti-
soluci611, 6, 7; Voluntad, 26. tuye una deducción (razonamiento de-
B. Cualidad de quien es pronto en ductivo) o que procede por deducción
deliberar y no vuelve sin motivo váli- (método deductivo, espíritu deductivo,.
do sobre la resolución tomada. Tener V. A:rimncítkn, 25.
decisión. Espíritu de decisión. Deducrión. Lat. cfrd11cfio. uc~-:(1!1 _:,
12. M. de la Rochefoucauld era conducir (clucr·re) a partir de (d•. ,1_ :;.
dulce, complaciente, agradable, in- ción de llevar ccnsil,ro,
sinuante; y no tenía ese aire de Lóg. A. Prop.: operación rr.cct;,
decisión y autoridad que tenía que consistC' en inf2rir de U.!!! 0 v~-
M. de Montausier. (SEGRÉ, en LIT- rias proposiciones dadas (anteceden-
TRÉ,) te) otra proposición que es su conse-
Decisivo. Que acarrea o constituye rUl1ncia lógicamente necesaria. La de-
una decisión definitiva, una .cierta ducción es la forma esencial del dis-
orientación de los acontecimientos. rurso,., o pensamiento discursivo.
Una razón, una prueba, una obser- Se llama inmediata cuando el ante-
vación decisivas. La batalla, la jorna- cedente lle,·a sólo una proposición (V.
da decisiva. C01n1<T,'iió11 y Oposiri0nJ; mediata,
Decisorio. A. Al principio, térmi- cuando el antecedente llc\"a dos pro-
no del voc. juridico que, en un pro- posiciones o pn•misas (v. Silugismo),
ceso, determina la decisión. La dcduccil1n inmediata es nui::. i..'Orri~n-
Sin.: decisivo. tcmente llumallU infc-rcnri.," ino1cclia-
tn o simplernenk inforl•nl·ia.
B. Por ext. al terreno lógico-cicn-
tíf.: que es puesto•, afirmado por unn 2. La dl'dUc1,'iÓn r.s el nlovi-
libre decisión del espíritu. mic..nto th'l C's.píl'itu qw., va Ül' in-
tuiribn c-n inluh•ión a fin ,l..:- unir
DF..CLARACl6N. Drrl,m1ci,i1t cfr d,•. fllll' un nrxo t•,·i,fonte y HC'l'._•:--:H·i,_,
rc•clroH. Al.'lo por el que la nuloridnd los dos tl·rminus c.•xt rL'lllOS tJ¡,_• una
eon~tituytmte formula, r~conol•j,."•ndolos scri<'. (C'h. St1t1n 1:_.., .l!. t/i. d,· !J .....
romo anteriores y SUJJl'l'iot·r~ n toda t·r.,.,o~. l'i'."I
legis1al'itÍn hurnann, rier·to:-1 principios V. ,\'flY::idm/, 1:.!.
CJ:Ut? rfeben Sl)l"Vil' tlL· rundam,mto n la-; B. Pl•r \,p. u la inrhH•1•iVn, h~ cl\!-
leycn. dun•ión ha ~ido 1,•1,m i°l'l'l'ut'rh·iu lll"ii-
l.n Ul.•rlurncii'rn dt• ]),•l't~l'hu~1 nidn l"11111,l: t•t 1·nzonnmil'nln u illli:"l"a-
DEFECTO 236

ción mental que discurre de un ¡1rin- menos pel'fectn. ( ... ) «Algunas ver-
cipio gencl'al a una proposición 1rnr- dades de la geometría son inde-
ticular que en él se halla implicudn: mostrables; y, como no es a causa
o, más brevemente: el razonamiento de su oscuridad, sino a causa de
que discurre de lo general a lo par- su extrema evidencia, esta falta de
ticular (en tanto que la inducción dis- pruebas no es un defecto, sino más
curre de lo particular a lo general). bien una perfección.» (PASCAL, Es-
Pero esta definición debe rechazarse prit né.,m., Brunsehvicg, 173.) (LA-
porque no es válida p~ra la deducción l•'AYE, 764.)
matemática, que no procede de lo ge. 2. Además falta es objetivo (... ),
ncral a lo particular. Por otra par- mientras que defecto es subjetivo.
te, no es cierto que la inducción* sea
la inversa de la deducción: la induc- «Nos basta haber visto que es por
ción no saca consecuencias, sino que el único defecto de su voluntad y
procede, por una vía que no es lógica- no por falta de socorros absoluta-
mente válida, de lo particular a lo ge- mente necesarios para poder evi-
neral. tar todos los pecados, por lo que
pecan, a veces, los más justos.»
3. La deducción proporciona (B0SSUET.) (LAFAYE, 764.)
inteligibilidad, no certidumbre; la
inducción metódicamente conduci- B. En sentido usual: aquello por lo
da, certidumbre, no inteligibili- que una cosa o alguien se aparta de la
dad. La verdadera ciencia resulta norma y pierde su valor.
de su colaboración. (G. HEYMANS, Sin.: vicio, tara, defectuosidad, im-
Psychol. des femmes, 22.) pefección,
4. La deducción es el razona- Co11t1·.: cualidad, perfección.
miento que hace percibir la ne- l. A veces (hablando de las cosas,
cesidad de una relación. La mduc- pero también de las personas) : sin con-
ción muestra solamente que una sideración del valor moral. Defecto de
relación es constante. (E. GOBLOT, fabricación, de conformación; defecto
Essai s. la classif. des se., 49.) de la vista, de elocución, de entendi-
V. Inducción, 6, 8. miento. ·
Deducción trascendental* [de las 2. Más comúnmente (hablando de
categorias• o conceptos puros del en- las personas y por ext. de las obras
tendimiento] (KANT). Parte de la ana- del hombre) : imperfección considerada
lítica• trascendental en la que el au- como imputable a alguien. Defecto de
tor de la Crítica de la razón pura, pa- carácter. Defectos de estilo, de compo-
ra «explicar cómo unos conceptos a sición.
prforí pueden referirse a objetos»,
muestra que un entendimiento no in- 3. Si no tuviéramos defectos, no
tuitivo no puede conocer objetos sino sacaríamos tanto placer en poner
por medio de categorías. de relieve los de los demás. (LA
ROCHEFOUCAULD, Mase., 31.)
5. . .. procediendo a una especie
de «deducción trascendental», es 4. Tan sólo los grandes hom-
decir, de justificación de concep- bres tienen grandes defectos.
tos por el poder de hacer posible (lbfd, 190.)
un cierto campo de objetividad. 5. Hay pequeños defectos que
(P. RICOEUR, Finitude et culp., 1, de buen grado abandonamos a la
151.) censura y poi' los que no nos mo-
lesta ser criticados: defectos pa-
DEFECTO. Del latín deficerc (part. recidos son los que debernos esco-
pas. defectus) que ha dado difercnles ger para criticar a los demás. (LA
derivados de sentido anúlo~o: déficit, BnUYl!:nE, Caract., V, 65.)
deficiencia, defección, defectuoso.
6. Apenas agradecemos a nues-
V. Vicio, 5. tros amigos el que estimen nues-
A. En sentido propio: carencia o tras buenas cualidades, si tan sólo
falta de las cualidades propias y natu- se atreven a apercibirse de. nucs. .
rales <le una cosa. (Real Acad.) El de- tros defectos. (VAUVENAUGUES, Ré/1.
fc,·to de la coraza: el intersticio en la et maz., 166.)
juntura de dos de sus piezas. 7. Con f1·ecuencia, sólo se apre-
l. la falta convierte a la cosa cian nuestras buena~ cualidades en
en incompleta, pero quizá no en 111 medida en que nuestros defectos
237 o•;nsrclóN
atempernn su brillantez. Llega in- mites (fi>les), delimitar, dete¡-minar,
cluso a ocurrir que se nos quiera precisar.
más por nuestros defectos que por A. Delimitar (en sentido fig.¡; in-
nuestras cualidades. (J. JounERT, dicar con precisión. Definir la• atri-
P,·11sécs, 77.) buciones de un ministro, el objeto de
8. Demasiada severidad hiela una discusión,
nue~tros defectos y los fija; con B. Formular, tan breve y clara-
frecuencia, la indulgen,•ia los ma- mente como sea posible, la naturalezr~
la. Un buen n¡irobadot· es tan ne- de una cosa, el contenido de un con-
crsario como un buen corrector. cepto, el sentido de un término. Dar
(lbícl., 154.) una definición.
9. En lo que al arte se refiere, C. En sentido dogmático (Teol.):
la ausencia de defectos no es una determinar un punto de doctrina.
cualidad y hasta la~ cualidades Definido. A. Que ha sido debida-
medias casi no son consideradas mente delimitado, precisado, o que es
más que como ausencia de defecto. fúcil de precisar. Tarea, programa de-
(E. FAGUET, XVII• •·• Boileau, II, finidos. Cuadro, nube con los tonos y
p. 349.) los contornos bien definidos.
10. Sus defectos han servido a Sin.: determinado.
su talento. En el fondo del hombre
de intriga, siempre al acecho, hu- V. Causa, 11; Individuo, 6; Lect1t-
bo una curiosidad intensa siempre ra, 8.
despierta ( ... ) ; la necesidad de B. Que ha sido objeto de una de-
odiar, y para ello de buscar impa- finición. Un término bien definido. La
cientemente el punto débil, el de- definición debe convenir a todo lo de-
fecto disimulado, la tara secreta, finido y sólo a ello. La infalibilidad
el vicio intimo y vergonzoso. (E. pontificia es un dogma definido. Se op.
FAGUET, Xl'll' s., Snint-Simon, IV, a no definido.
p. 622.) V. Coli,rencia, l.
11. se acostumbra uno a los de- Definición. Lat. dcfinitio, der. de
fectos graves de su mujer, pero se definir,.
llevan cada vez peor sus pequeños
caprichos. (J. R0STAND, Le maria-- A. Operación mental que determi-
ge, 52.) na los límites de un objeto de pensa-
miento. V. Fin.
12. [A propósito de las criticas
dirigidas por Loisy a las Deu:,; Sin.. : delimitación, demarcación, de-
Sources de Bergson] un sacerdote terminación, especüicación ..
«puesto fuera de la comunión» de l. La autoridad debe estar tam-
la Iglesia no se encuentrn ya en bién limitada por la definición
un sistema de pensamiento y de precisa del objeto sobre el cual se
sentimiento totalmente normales: ejerce. (A. CARTAULT, L'intellec-
se endurece, se defiende . .Ataca. tuel, 210.)
(Algunos de nuestros defectos no 2. La definición es siempre
son sino otro nombre de nuestros una elección. Los que a ella pro-
sufrimientos.) (J. GUITT0N, en ceden ( ... ) p1·etenden generalmen-
•Bergson et nous», 136; B1tll. de te haber despejado el ,·erdadero, el
la soc. fr. de Philos., 1959.J único sentido del concepto, o al
13. Grande asunto es el conse- menos el único razonable, o el
guir singulares prendas, pero ma- único que col'l'esponde a un uso
yor es el huir vulgares defectos, constante. (Ch. PERELMAN, Tr. de
porque uno solo basta a eclipsarlas l'arg11111e11t11tio11, 594-595.)
todas, y todas juntas no bastan a B. Proposición que indica los ca-
desmentirlo solo. (ll. GRACIÁN, El racteres esenciales de una cosa. (En
dÍJlcroto, 121.) Ad. E. términos térnicos: su esencia, su qui-
14. El talento inferior no puede didad, su comprensión: en términos
copiar del grande sino los ,!efectos. corrientes: lo que es.)
(J. P. J?onN•:n, B.,·cr1uias de In lrn- 3. Regln~ para, las <lcji11i<•w11l'S,
uw, 1mstl'lla11a, 80.) Ad. E. 1,u No intentar dl!finir ning-una
do las cosas tan conocidas por sí
DJWINICióN mismas que no haya términos miis
Uefinir. l.at. dcfi>1iro, marcar los li- claros pnl'a explicarlas; 2;' No <le-
DEFINIClóN 238

jar sin definición ninguno de los €1 conjunto de los atributo.,


términos algo oscuros o equívocos; esenciales de un sujeto constituye
.3.º No emplear en la definición mt1s su romprensión. La definición con-
que pnlabras perfectamente cono- siste, 1,ues, en enunciar la com-
ci<l~s o ya explicadas. (PASCAL, De prensión de una Idea. (L. LIARD,
/.'cs¡,rit géom., Brunschvicg, 189.) Dé/iH. orom., 11.)
4. Estoy muy lejos de pensar 1O. Generalmente no existe 1111a
que sea necesario atenerse a las definición de un término económi-
definiciones y a los ejemplos; pe- co, sino nccpciones mfis o menos
ro mantengo que son siempre ne- numerosas y más o menos diver-
cesarios y que constituyen In esen- gentes. (,T. RoMEUF, Dict. des se.
cia de todo diccionario útil [ A écon. 1 Pref. 1 x.)
propósito de la Enciclopedia]. 10'. la definición es un tema
(VOLTAIRE, C. a D'Alembert, 13 tan fecundo y concertado que ape-
nov. 1756.) nas se halla paso ni contempla-
5. Como las definiciones consis- ción en In ciencia, ni en el método
ten en expliear una palabra por con que se ha de procede,·, que no
otra u otras, resulta necesaria- esté en él apuntado. Por donde
mente de ello que hay palabras que es cierto que no se puede bien pro-
no se debe nunca definir, pues de ceder en ningún género de sabi-
otro modo el conjunto de las de- duría no comenzando de aqul. (J.
finiciones no formaría más que HUARTE, Exannc11 ele ingenios, 68.)
una especie de círculo vicioso en Ad. E.
el que una palabra sería explica- 10". Para que una proposición
da por otra a la que habría servi- esencial sea una definición han de
do para explicar a su vez. (D'ALEM- cun1plirse dos condiciones que han
BERT, Méla11gc., litt., CEuvres plli- de entenderse con todo rigor for-
los., III, 184, París, 1805.) mal. Primero, ha de ser una pro-
6. Las ideas de espacio y tiem- posición que enuncie notas que
po son tan claras por sí mismas en sí mismas pertenezcan ,naterial-
que escanan a toda definición. mcntc a la quiddidad de la cosa.
Cuando Leibniz define el espa- Segundo, que sea una. proposición
cio con10 ((el orden de las cosas tal que los predicados material-
coexistentes», y el tiempo como uel mente quidditativos estén precisa
orden de las cosas sucesivas», 1·e- y formalm01,tc articulados en for-
sulta demasiado claro que sus de- ma de género próximo y última di-
finiciones [sentido B] presuponen ferencia. (X. ZUBIRI, Sobre la esen-
la idea de los objetos definidos, y cia, 349.) Ad. E.
que no nos enseñarían nada sobre Defi11ici6n doomática, (Teol.). Ac-
su naturaleza si no tuviésemos la to por el que el magisterio eclesiástico
idea de ella antes de su definición. proclama como parte del contenido de
(A. CoURNOT, Essa; s. les /011</e- la revelación, y, por consiguiente, co-
ments ...', 143, p. 223.) mo algo que se impone a todos los fie-
7. ¿Qué es una buena defini- les, una doctrina sobre In que no so
ción? Para el filósofo, o para el había aún pronunciado.
científico, es una definición que Definiciones gcométricaa y definicio-
se aplica a todos los objetos de- 11cs cmpíricaa. Las d. geom~tricas o
finidos y sólo a ellos ( ... ). Pero matemáticas precisan las propiedades
en la enseñanza ya no es eso; una esenciales del objeto definido con abs-
buena definición es la que es com- tracción de los datos de la experien-
prendida por los buenos alumnos. cia, y en este sentido crean ese obje-
(H. POINCARÉ, Scien,:c et méth., to. Las d. empiricas las determinan por
123.) observación de los datos de la expe-
8. las definiciones que mejor riencia.
comprenderán unos no serán las 11. Las definiciones geométri-
que más convienen a otros. (lbíd., cas son pl'incipios de conocimien-
127.) to; las definiciones empíricas no
9. La suma de los atrioutos son más que resúmenes. Unas y
áccidentales de un sujeto es la otras contienen la ciencia en esta-
descriprión de ese sujeto; la su- do virtual, pero con la diferencia
ma de sus atributos esenciales es de que las primeras p1-ecedon a su
su definición. (. .,) desarrollo y las segundas lo si-
f>EIS)IO

guen. (L. LIARD, Les clé/i11. géom. C'llel ateísmo o en e! deísmo, QUf'
,·t l,,s clé/i11. emp., 176.) son dos cosas que In relir:ión cris-
lk/i11ició11. >1,nni11al y d. real. Ln d. tiana aborrece casi poi' igual.
nominal o del nombre (1101nen, 1101ni- (PASCAi.. Pe11sées. 581.)
11is) consiste en dar un equivalente de 2. Un deísta es un hombre que.
una palabra de In que no se conoce en su corta exi1tencia, no ha te-
el senlido o en explicarla poi· su eti- nido tiempo de hacerse ateo. (Viz-
mología. La d. real o de 111 cosa (rfB) conde DE BoNAI.D, Pcnsées re/ig.,
indica In naturaleza del. ol,jeto defi- <Euvrcs, III, 1348, Migne.l
nido. 3. «La diferencia entre los
llefinieión ¡míetica y d. ci,•11/ífica. ateos y los deístas no es casi na-
La d. práctica se hace indicando un da si se examinan las <'osas co!1
cierto número de caracteres cualesquie- rigor», dice Bayle; pero en ese
ra, accidentales o esenciales, que pe1- ccisi, ¡ cuántos matices pueden ca-
mitan saber de qué se habla. La d ber! «Un deísta -dirá Bonald- es
cienlifica o lógica, mediante un pe- un hombre que no ha tenido tiem-
queño nllmcl'o de caracteres esencia• po de hscerse ateo"· Parece más
les; prácticamente, en las ciencias cons- bien que se trata de un hombre
tituidas y que han llegado a una cla- que no ha querido hacerse ateo.
sificación de los seres que tienen por (P. HAZARD, La, crisc •.. , 11, 31.l
objeto, mediante dos caracteres (d. bi-
nominall : el género• (en biol., el en 4. [A propósito de Lri reli11icJ.,
rácter dominante) y la diferencia• es- na,tural de J. Simon J Jo que re-
pecífica (en biol., el carácter subordi- pruebo, más que ese deísmo, e3 e:
nado). haberlo tapizado, para que haza
ilusión, con ideas que jamás hu-
DIFERENCIA
GfNERO ESPECIFICA
biésemos tenido sin 111 reli¡:ión po.
sitiva que se rechaza. (J. BARBE:Y
El hombre es un animal racional n'Aua., Les icUrs et les h., I, 75.
El animal • un viviente sensible Amyot. 1850.)
El cuadrado» un rectáng. equilátero 5. El Dios del deísmo. ese Dios
El rectáng. » un paralelog. con 4 án- de varias <<teodíceasn m:>jc;-na..s.
gulos r. que lo juzgan y aforan más qu,,
El paralelog. » un cuadril. de lados lo «defienden•; ese Dios del que nu
paralelos. sabemos si todavía puede decir
(1yo soy» ( ... ); que, a la vez, se hs.
CARÁCTER CARÁCTER hecho lejano y ha perdido su mis-
DOMINANTE SUBORDINADO terio, Dios hecho a nuestra medi-
El roedor es un mamífero con dientes da y definido por nuestro ideal,
[de crecimiento persistente. Dios que Si! coniunde- con 11el or-
El mamífero es un vertebrado que den moral del universo» tal como
[amamanta a sus pequeños. el hombre puede concebirlo, Dios
al que sólo se adora y se sirve
12. Al definir se clasifica y al por el culto a la moralidad ... (H.
clasificar se define. DE LUBAC, Sur les chenii11s de Dicu.
Pero como In interpretación en 203.)
extensión debe tener preferencia
(... ) sobre la interpretación en ex- Deidad. Lnt. escolást. deitas. Co-
tensión, la definición es lógica- nesponde más exactnmente que dfri.
mente anterior a la clasificación. nitas al gr. theiotes.
(J. TRICO'f, Tr. dr log. fv1•m., 88.) Sin. de divinidad, pero con una acep-
ción más abstrncta: la naturaleza di-
DEISMO vina, la esencia de la divinidad.
Deísmo. Der del lat. deua, Dios. ü. La razón, por sus solas fuer-
Doctrina de los que, rechazando al zas, nn puede saber lo que es e-n
Dios de la revelación, admiten, bns,\n- sí la Deidad, en la que se identifi-
dose exclusivamente en los datos de ran las perfecciones absolutas: ~o
las facultades naturales, la existencin puede alcanzar ¡,usitivament'-· mns
de un ser supremo y naturaleza bns- que los predicados analógicos co-
tant" indetel'minnda. V. Telsmo. munes u Dios y n lns criaturas ...
t. Todos los que buscan a Dios (U. G.-\RIUGn11 L.-\lilt., Vfru., 1 l. .. t>d .•
fuera de ,Jesucristo ( ... ) caen n '· 21:1.)
IlELIBERAClóN 240

DELIBERACIÓN por un obstáculo exterior, sino por·


Deliberar. Lat. dclibrmrr (tiene sin una idea o una imagen que sus-
duda por raíz lib,·a, de donde libm,·r, citan un deseo antagónico. (J. LA-
pesar) : pesar (en sentido fig.), refle- P0RTE, Cc,nsc. do la lib., 206.)
xionar rnaduramcnte, deliberar. 8. En realidad, la deliberación
«Pesar el pro y el contra con vistn sigue a In decisión, es una deci-
a una decisión a tomar» (RoBER1). sión secreta que hace aparecer los
motivos: y no es siquiera concebi-
l. deliberamos y nos consul- ble cuí,l puede ser la fuerza de
tamos a nosotros mismos si ire- un motivo sin una decisión a la
mos o no de paseo; pero nunca po- que confirme o contrarie. (M. MER-
nemos a deliberación si queremos LF.AU-P., Pliénoménol. ele la perc.,
ser o no felices: Jo que rnuestrn 498.)
que. al igual que nos sentirnos de-
terminados por nuestra propia na- 9. no por ello pierde la delibe-
turaleza a desear ser felices, sen- ración ese carácter propio de ser
timos también que somos libres pa- una reflexión critica aplicada a
ra elegir los medios de serlo. los fines mismos de la conducta, y
(BossUET, Tr. de libre a1·b., II.) de que el único querer que presu-
pone, aunque rigurosamente orien-
2. Cuando sólo se trata de de- tado, sigue siendo indeterminado
[ liberar, en su objeto. (J. MonEAu, en La li-
la corte hierve de consejeros: berté, 183-184, La Bacon., 1948.)
pero si hay que ejecutar,
no hay modo de dar con nadie. V. Argumento, 6.
(LA FoNTAINE, Fables, La asam-
blea de los ratones.) DELIRIO. La,t. delirium, estado del
que delira (delirat), es decir, ae apar-
3. Se delibera cuando se con- ta del surco (lira) desrazona. La ima-
trapesan las razones que se tienen gen es exactamente la que hoy nos da
para hacer o dejar de hacer una el término descarrilar.
cosa. (C0NDILLAC, Syn.)
A. Prop.: perturbación grave pero
4. Deliberar es no sufrir nin- temporal de las funciones mentales ca-
gún impulso, sino someterlos todos racterizada principalmente por la in-
al juicio activo del espíritu. (G. coherencia de los pensamientos o In
FoNSEGRIVE, Essai s. le libre arb., intensidad de las imágenes, que pueden
2.ª ed., 423.) llegar a ser alucinatorias.
5. El que delibera se olvida de l. A primera vista, el delito se
querer. (ALAIN, Vigil.es de /'esprit, presenta, pues, como una pertur-
130.) bación intelectual, como un desor-
6. Cuando delibero, la suerte den del pensamiento ( ... ) pero, en
está echada. Y si debo venir a de- realidad, detrás de ese desorden
liberar sobre ello, es simplemen- intelectual hay casi siempre una
te porque entra en mi proyecto alteración profunda del psiquismo
original el darme cuenta de los y de la personalidad y a veces un
móviles por la deliberación, me- verdadero estado mórbido general.
jor que por tal o cual forma de (A. P0ROT, llfa1mc/... , 149.)
descubrimiento... (J.-P. SARTRE, B. Hiperbólicamente: exaltación que
L'étre et le n., 527.) da la impresión de una locura pasaje-
Deliberación. Lat. tle/iberatio, der. ra. Entusiasmo delirante. El delirio de
sin duda de librare (libra, peso de una la victoria.
libra), pesar en la balanza, balan-
cear. DEMENCIA. Lat. clemcntia (estado
Acción de deliberar, es decir, de pe- del dcmens, es decir, de que se halla
sar los motivos,¡, en pro y en contra de privado de [de] la facultad intelectual
una determinación de la que hemos te- [ mcns] de razón), locura, extravagan-
nido la. idea. Cuando llega a wrmino, cia.
concluye por la decisión•; si no, per- Estado patológico consistente en In
manec.:mos en la indecisión. disolución m6s o menos completa de
'i. La deliberación se produce las funciones intelectuales.
( ... • cuando el movimiento que me Sill.: alienación mental, confusión
arrastraba al acto es fo/iibido, no mental, psicosis.
241 DEMOCRACIA
D1•11ir11cia precoz o hebefrenin: es- 2. el amor a la democracia es
quizofrenia• o autismo• del adolescen- amor II la igualdad. (lbíd., V, 111.¡
te (gr. /1cbc, adolescencia, juventud). 3. Si tomamos el término en el
l. Para ser riguroso desde el rigor de la acepción, no ha exis-
punto de vista terminológ!co se p~- tido nunca verdadera democracia
dria, pues, conservar bn¡o la ru- ni existirá jamás (... ).
brica de demencia precoz los casos
de demencia verdadera que surgen Si hubiese un pueblo de dioses,
nntes de 111 edad adulta. (A. Po- se gobernarla democráticamente.
llOT, ,l!a11., 164.)
Un gobierno tan perfecto no es
apropiado para los hombres. (J.-J.
2. m rns1:o fundamental de, la RoussEAU, Contra! social, III, IV.)
demtncia precoz es la pertu1·bac16n 4. Nuestra democracia, al pro-
timica. La afección de la esfera fesar que el pueblo tiene siempre
instintiva o afectiva, mientras ·razón en su mayoría numérica,
la esfera intelectual no es toduvia confunde la razón del más fuerte
deficitaria produce una discordan- con la razón del más clarividente.
cia absolutamente especial de es- (H.-F. AIIIIEL, Journal int., 25 ene-
ta enfermedad, y por eso el térmi- ro 1872.)
no hebefrenia, que no contiene la
idea de demencia y evoca tan 5. La Democracia no es nec.:•
sólo la edad juvenil en 111 que es- sariamente el Parlamentarismo,
ta p::sicosis sobreviene, es con mu• puesto que dos repúblicas democrá-
cho preferible al de demencia pre- ticas, una muy grande y otra muy
coz. (J. DELAY, Dércgl. de l'/11111,eur, pequeña, los Estados Unidos y la
152.) Confederación Helvética, practican
desde su fundación regímenes que
DEMIURGO, Gr. demiourgos, comp. no son parlamentarismos, ya que en
de démios, público (demos, pueblo) y ellos la soberanía del pueblo no
ergon (trabajo) : que trabaja para el está encarnada y por a3Í decir
público, cualquiera que ej~rce un~ pro- absorbida por las Asamb!eas par-
fesión manual. En los f1l6s, griegos, lamentarias. (L. Bur>1, ,i /'éc/,c/1,·
portie. en PLATÓN (Timco): . el dios o hu.maine, 52.)
principio organizador del umverso. 6. Democracia po!itica y Demo-
( ... ) el Demiurgo, ese pensa- cracia social son, al menos en
miento organizador residente sin Francia, términos inseparables. La
duda en un alma ( ... ) parece re- Democracia política no será viable
presentar el poder causal y fecun- si no se expande en Democracia
dante de las realidades inteligibles. social; la Democracia social no se-
Antes de que él se haya puesto en ria ni real ni estable si no se fun-
marcha, ya la Necesidad br~ta o dase sobre una democracia políti-
el puro mecanismo ha real1za~o ca. El pueblo francés ( ... ) quiere
una cierta selección en el caos mo• combinar el orden económico y la
vil de la materia primera. ( ... ) Es igualdad social con la libertad po-
en realidad sobre una materia que litica, cívica, personal. (lbíd., 136.)
se hn dado mecánicamente un prin- 7. La tragedia de las democra-
cipio de organización sobre lo que cias modernas es que no han con•
trabaja el Demiurgo. (L. RooIN, seguido realizar la democracia. (J.
La pensée grecquc, 272-273.) M,\RITAIN, Christian. rt clémocr.,
23.)
DEMOCRACIA. Gr. demokratia, ré- 8. la palabrn democracia tie-
gimen político en el que el pueblo ( do- ne, en el uso de los pueblos mo-
mo•) detenta el poder ( !.ratos). dernos, un sentido mucho mús am•
Régimen politico en el que la sobe- plio que en los tratados clásicos
ranía pertenece al conjunto de los ciu- de ciencia del gobierno. Designa
dadanos y no a uno solo o a algunos previamente y ante todo una filo-
de entre ellos. sofía general de la vida humana y
de lu vicia política, y un estado _de
l. Cuando, en la república, el espfritu. (, ,,) Un rl"gimcn. 1~1onur~
puehlo co1•por11tivamento tiene el po- quico pue<lc ser demorrnt1co s1
der soberano, es una democrncia. se acucl'cla a ese cstndo de eos-
(MONTESQIJIEU, Esprit ,¡,.. loi•, piritu y a los principios de esa
11, 11,) filosofia. (lbíd., 31.)
DEl\lOSTRAClóN 242

9. La democrncia (. .. ) es el sis- democracia consiste, por tanto, en


tema sel{ún el cual toda sobera- hncel' este sistema lo mús directo ...
nía reside esencialmente en la y lo mús generalizado que sea po-
multitud en cuanto tal y se ex- sible. En suma, que preguntas y
presa por la decisión del mayor respuestas lleguen rápida y fiel-
número. (M. DE LA BIGNE, L'actfoi- mente al destinatario; y que el pue-
té itat., 257.) blo entero esté incorporado al po-
10. En raztln del encarecimien- del' por esa l'ed de comunicaciones.
to demagógico que sufre desde ha- ( lbfcl. 239-240.) Ad. E.
ce dos siglos el mundo civilizado, V. Aristocracia, 2.
el pueblo no acepta ya sel' gober- DEIUOSTRAClóN
nado nuis que si se le hace creer
que es él quien gobierna o que Demostrar. Lat. demo11strnre, der.
se gobiel'na en su nombre. Esta de mo11strum, prodigio: mostrar, desig-
ilusión en adelante necesaria se nar.
llama democracia. (A. LAM0UCHE, Establecer de manera evidente y ri-
La desti11ée h1t1nai11e, 222.) gurosa.
l. Se muestra cuando sólo ha-
11. Democracia y liberalismo ce falta una indicación, la de aque-
son dos respuestas a dos cuestio- llo sobre lo que basta con poner
nes de derecho político completa- los ojos para comnrender o para
mente distintas. La democracia creer; se demuestra mediante ra-
l'esponde a esta pregunta: ¿ Quién zonamientos lo que sólo se com-
debe ejercer el Poder público? La prende con esfuerzo. (LAFAYE, 123.)
respuesta es: el ejercicio del Po-
der público corresponde a la colec- 2. Para Taine, un capítulo de
ti\•idad de los ciudadanos. ( ... ) El historia es como la mampostería
liberalismo, en cambio, responde a de un edificio en cuya cima se
esta otra pregunta: ejerza quien alzará una nueva verdad general,
quiera el Poder público, ¿cuáles exaltada hasta la plena luz de
deben ser los límites de éste? La la evidencia. Michelet mostraba
respuesta suena así: el Poder pú- por el gusto de mostrar; Taine
blico, ejérzalo un autócrata o el puede mostrar con tanto relieve
pueblo, no puede ser absoluto, si- como él, pero ·por el gusto de de-
no que las personas tienen dere- mostrar. (P. B0URGET, Essais de
chos previos a toda injerencia del psychol. contemp., ed. Lemerre,
Estado. (J. ORTEGA Y GASSET, No- 183-184.)
tas del vago estío, Obras, II, 424- V. Necesidad, 13.
425.) Ad. E. Demostración. Lat. demostratio, ac-
12. La democracia no es un ción de mostrar, descripción.
status en el que pueda un pueblo A. En sentido etimol.: acción de
cómodamente instalarse. Es una mostrar.
conquista ético-política de cada día l. Acción de manifestar abierta-
que sólo a través de una autocrí- mente. Demostración de amistad. De-
tica siempre vigilante puede man- mostración naval.
tenerse. Es más una aspiración 2. Acción de explicar mediante ex-
que una poacsi6n. Es, como decía periencias un hecho científico o el fun-
Kant de la moral en general, una cionamiento de un aparato.
"tarea infinita» en la que, si no 3, la convicción que acompaña
se pl'ogresa, se retrocede. (ARAN- a la demostración bien hecha de
GUREN, l:tú:a y Política, Guadarra- un fenómeno interior no es la con-
ma, 188). Ad. E. fianza en el testimonio del pro-
13. La democracia ha sido des- fesor; es la confianza en el testi-
crita, en términos de ciencia mo- monio de la conciencia, que, so-
derna, como un sistema de co1nu- licitada y dirigida por las indica-
11icacion.es entre el poder funcio- ciones del ,profesor, nota, en un
nal especializado y la masa, co- fenómeno que ha sentido mil veces,
mo un juego mutuo -si no hay circunstancias muy reales que
Juego mutuo tendremos un régi- nunca había distinguido en él. Es-
men político de manipulación pura ta convicción es de la misma na-
de la opinión, pero no de democra- turaleza y de la misma fuerza que
cia- de «llamadas• y «respues- la que acompaña a la demostra-
tas». El problema cientlfico de la ción de un hecho visible y tangi-
243 DEMOSTRAClóN

ble. (Th, ,T0UFFR0Y, Pre!. a los V. lntuici6n, 12; Prueba, 17, 18, rn.
E•q. ele 7>/,i/, mor., de DUGALD-STE-
WAIIT, LVI-LVII, París, 1826.) 2. En sentido amplio (sin. de prue-
ba) : toda operación mental que esta-
B. Lóg, Acción de demostrar. El blece la verdad de una proposición,
proceso que demuestra. comprendida la prueba o demostración
l. En sentido estricto: operación indirecta, (v. Prucbct indir., Prueba
mentnl que establece In verdad de una por el abs1<relo) y la prueba por los
proposirión dcductivnmentc, es decir, hechos (v. Razonamiento e.rperi·men-
unii•ndola por un encadenamiento ne- ta,/.)
eesario a otrns proposiciones eviden- 1 J. La prueba de una ley por
tes o ya demostrnclas. En este scnti- una experiencia crucial es una ver-
cto no es sin. de prueba. dadera demostración por el absur-
4. 1creo 1 haber hallarlo cómo do. (E. G0BLOT, Tr. ele loo., 297.)
se puede demostrar las verdades
metnfísiras de una manera que es 12. ¿En qué debería consistir,
más evidente que las demostracio- en realidad, una demostración ex-
nes de la geometria. (DESCARTES, perimental válida de la conserva-
C. del 16 abril 1630, I, 144.) ción de la energía? (E. MEYERS0N,
Jelcntité et réal., 211.)
5. Una verdadera demostración
exige dos cosas: una, que en la 12'. es necesario que distinga-
materia no haya nada que no sea m0s un doble género de demostra-
cierto e indudable; la otra, que ción: al uno se le llama ostensi-
nada haya de vicioso en la forma vo; al otro, declucente al imposi-
de arl{Umentar. (Loo, ele Port-R., ble. El primero es el que, por sí y
IV, VIII.) directamente, es requerido para la
6. La verdad no tiene otra prue- ciencia, y en él se procede de las
ba de su existencia que la eviden- causas a los efectos, y de la esen-
cia y la demostración no es otra cia de las cosas a las propieda-
cosa que la evidencia obtenida por des que han de ser demostra-
el razonamiento. (VAUVENARGUES, das. ( ... ) El segundo género de
Ré/1. et 11iax., 472.) demostración no es nece.sario por
7 La prueba, es una razón que sí, sino que más bien es usado por
da un cierto grado de certidum- deficiencia, ignorancia o protervia
bre; la demostración lleva consigo humanas. Y es útil no sólo para
la evidencia. (CoNDILLAC, Syn. III, las conclusiones, sino también pa-
189.) ra hacer ver y probar los prime-
8. Las demostraciones que po- ros principios; lo cual no puede
demos emplear en geometría son hacerse por el primer modo ...
de dos espec-ies, directas e indi- (Fr. SUÁREZ, De las propiedades
rectas. Las primeras son inmedia- del ente ... , III, § 6, p. 69.) Ad. E.
tamente deducidas de la noción Demostrativo. Lnt. demostrativus,
misma del objeto del que se quie- que muestra, que designa. Es el sen-
re establecer alguna propiedad; y tido del adj. en el vocab. gramatical:
son las que se deben emplear con adjetivos, pronombres demostrativos.
preferencia, porque esclarecen al
mismo tiempo que convencen. A. En el uso ordinario (princ,p.
(D'ALEMBERT, Essai s. les élémcnts hablando de personas) : que manifies-
de phi/os., XV.) ta con gran despliegue de signos ex-
9. Sólo una prueba apodíctica, teriores lo que experimenta o quiere
en tanto que es intuitiva, puede lla- aparentar que experimenta. En espa-
marse demostración. La experien- ñol se utiliza nuí.s en este sentido c:r-
cia nos enseña lo que es, pero no J>l'l'Bivo, efusivo.
que lo que es no pueda ser de B. Lóg.: que demuestra, es decir,
otro modo. (KANT, Crit, ele la 1·ai- establece ele modo irrefutable. llna ex-
"º" pure, 606.) periencia demostrativa. Eso es demos-
10. la demostración vacila entre trativo.
una función psicológica (determi-
nar el asentimiento) y una fun- 13. el co,wrimintfo cfrmos/J"ati-
ción lógica (organizar las pro- 110 no es sino un encadenamiento
posiciones en sistema). (R. BLAN- de los conol'imi~ntos intuitivos en
CIIÉ, L'axiomat., 19.) todas las L'Oncxiones <le las i<leas
DE:\'O~IINACióN 244

mediatas. (LEIBNIZ, N. Essais, IV, 2. sustituimos ]as cosas por sím-


11, § 2.) bolos, cuya denotación evocamos lo
14. Hay [/os] que se engañan menos posible. (A. 8PAIER, l'e11-
( ... ) o dándolo todo por demostra- sée concr,, 130.)
tivo, por su ignorancia en lo que
es demostración, o dudando de to- DEONTOLOGIA. Etimol.: ciencia o
<h1, por no saber cuándo es preci- teoría (logos) de lo que debe ser (gr.
so someterse, o sometiéndose en dcon; dci, es menester).
todo. faltos de conocer cuándo es Palabra creada por J ercmíns BEN-
preciso juze:ar. (PASCAL, P(•nsécs, THAM como equivalente técnico de Mo-
456.) ral.
. Apenas se ~mplea más que para de-
DENOMINAClóN. Lat. dcnominat.io, signar !ns diversas morales profesio-
der. de nomen, nominis, nombre. nales. Se habla, sobr,, todo, de deonto-
Acto de dar un nombre a alguien o logfn médica.
a alg'o. Ese nombre mismo: objeto co- l. Es un importante precepto
nocido bajo diversas denominaciones. de deontología lógica el de conver-
l. Toda percepción de un obje- tirnos siempre en nuestro propio
to es prácticamente denominación adversario. (E. G0BLOT, Tr. de log.
de ese objeto y, por consiguiente, 38.) '
inserción de objeto percibido en 2. la deontología del trabajo
un sistema organizado de repre- deductivo, es decir, la lógica. (R.
sentaciones, en un sistema defini- BLANCHÉ, L'axiomat., 50.)
do de nociones, en las cuales se
expresa una visión más o menos Deontologismo. Doctrina de moralis-
coherente del mundo. (Ch. BLONDEL, tas ingleses de la época contemporánea
Introd. a la psycltol. col/., 117.) para quienes la moralidad consiste en
obrar como se debe, sin consideración
2. La denominación de los ob- de la utilidad o del bien.
jetos no viene después del cono-
cimiento, es el conocimiento mis- 3. El deontologismo se consti-
mo. Cuando veo un objeto en la tuyó a fines del siglo XIX y co-
penumbra y digo: ce Es un cepillo)), mienzos del XX para oponerse a
no hay en mi espíritu un concep- la, tradición utilitarista. (... ) . Se-
to del cepillo bajo el cual subsu- gun los deontologistas, un acto no
ma al objeto y que, por otra par- es moral por ser bueno ( good), si-
te, se halle ligado por una aso- no por ser recto (right). (G. DE-
ciación frecuente con la palabra LEDALLE, en Ét. phi/os., oct.-dic.
«cepillo)), sino que la palabra lle- 1959, 544.)
va el sentido y, al imponerlo al
objeto tengo conciencia de lleirar DEPORTE. Del ant. deportar (lat.
a ese objeto. (M. 111ERLEAU-P., Plté- deportare), divertirse, recrearse.
11omé110/ogw de la pcrc., 207.) Se dice de todos los ejercicios físicos
practicados con vista ni desarrollo no
DENOTAR sólo del organismo, sino también d: las
Denotar. Lat. denotare, denotar, de- facultades morales, Hacer algo por de-
signar. porte.
A. Acepción usual: ser señal de, Der.: deportivo.
hacer conocer. Ese comportamiento de- l. La formación deportiva cons-
nota una viva contrariedad. tituye un excelente medio de adies-
Sin.: indicar, revelar, desvelar. tramiento y, a la vez, un excelen~
1. Las imágenes denotan siem-
te procedimiento de infnntilización.
pre objetos, nos dicen hoy todos Los países totalitarios hacen de
los psicólogos. (A. SPAIER, Pensée ella una institución nacional y no
sin razón. (E. D~ GnEEFF: Aux
co11cr., 86.) sou,·ccs de l'hwnam, 202.)
V. Con11otaci6n.
2. Cabría caracterizarlo ( ni de-
B. Lóg. form. (se opone a conno- porte] por una fórmula de apa-
tar') : designar algo o a alguien, riencia paradójica, diciendo que
Denotación. Acción de denotar, en el consiste en In educación reflexiva
sentido B, es decir, de designar; Jo de los reflejos, (P. VALÉRY, l'a,~e-
que es designado. té, III, Pléinde, I, 1083.)
SÍII.: extensión. 3. Hay deportes para desarro-
245 DERECHO

llar la sutileza, corno 111 esgrima; Derecho, subst. Traduce al latín jus,
otros In potencia, corno 111 nata- que ha dado las palabras justo, juzgar,
ción o el boxeo; la agilidad y la jurídico y sus derivados.
presencia de espirito, corno el te- A. Derecho subjetivo (que es una
nis; o el dominio, corno la carre- prerrogativa del sujeto) : facultad o po-
ra. (E. M0UNIER, Tr. du caract., der moral de hacer, poseer o exigir al-
623.) guna cosa. Se opone al hecho (de de-
4. Los jugadores se imponen a recho ... , de hecho ... ); su correlativo es
si mismos el respeto II la• reglas el deber•.
porque, a fnltn de reglas, Pl jue-
go ya no existe. Semejante hábito 4. El propio triunfo de la usur-
cunndo se ha impuesto n todo un pación transfiere a sus autores, a
pueblo durante varias generacio- falta del derecho, el deber de ase-
nes por una lal'gll práctica de loe gurar el orden público. (... ) Y si
depot"tcs, tiende a formar ciudada- los acontecimientos sirven a ese
nos que respetan las leyes. (A. MAU- nuevo poder, si sale con bien de su
no1s, U11 art do vivrc, 136.) función protectora, si el sentimien-
to popular se pronuncia en su fa-
DEPRESIÓN. Psiquiatría. Descen- vor, día llegará en que su existen-
so del tono flsieopslquico que se ma- cia de hecho reciba la consagración
nifiesta por la lasitud o decaimiento, del derecho ... (Mons. D'HULST, Can-
un sentimiento de impotencia teñido fér. de la N.-D. de Paris, 1895, 36.)
de rnelancolia. 5. Puede ocurrir que no se pue-
Si11.: estado depresivo, astenia, pos- da transformar el derecho en he-
tración. cho, por ejemplo, cuando el deudor
Co11tr: excitación. La alternancia ha muerto sin dejar ni un cénti-
de excitación y depresión da el estado mo. Pero no por eso ha dejado el
maniaco-depresivo (v. llla1tía), tribunal de declarar el derecho ( ... )
Así, el derecho puede no llegar a
DERECHO ser realizado de hecho, sin cesar
Recto, adj. Lat. rccllls. por ello de ser un derecho. (ALA~,
A. Pro p.: que no es curvo ni torci- Mfocrvc, 227.)
do. Linea recta. V. Explicaci611, 8; Igualdad, 2, 4.
B. Fig.: que no se aparta de la nor- l. En sentido abstracto (el dere-
ma moral de la verdad; que tiene rec- cho) : facultad o poder moral de hacer,
titud y derechura. poseer o exigir alguna cosa, considera-
Si11.: justo, verdadero, franco, leal, dos en sí mismos y con abstracción de
sincero. esa cosa. Los filósofos discuten los fun-
l. El recto uso de la razón, al damentos del derecho, las relaciones del
dar un verdadero conocimiento del derecho y la fuerza del derecho y el de-
bien, impide que la virtud sea fal- ber ...
sa e incluso ( ... ) hay que confesar V. Fuerza, 6, 6.
que la mayor felicidad del hombre
depende de ese recto uso de la ra- 2. En sentido concreto (un derecho,
zón. (DESCARTES, c. a l!:lisabeth, los derechos, el derecho de ... ) ; aquello
4 agosto 1646, IV, 267.) mismo que se tiene la facultad de ha-
cer, poseer o exigir. El derecho de ca-
2. Os suplico que me comuni- za, de propiedad, de usufructo; los de-
quéis si pienso rectamente. (Mme. rechos civiles y políticos.
DE SEVIGNÉ, C. del 4 de agosto
1677.) 6. Durante una de las reunio-
nes de la Comisión Nacional Fran-
3, Es un juicio l'ecto y sano el cesa de In Unesco en la que se
que examina debidamente de qué discutían los Derechos del Hom-
se origina una cosa, que es propio bre, alguien manifestó su extrañe-
de cada una de ellas qué, njeno y za ni \'er que ciertos defensores de
contrario, qué, congruente y ade- ideologías violentamente o¡,uestns
cuado. (,J.-L. VIVES, Tr1tt11<l0 ele/ al- se habían puesto de acuerdo para
ma, 77.) Ad. E. redactar esos derechos. •Sí, repli-
Dere,,ho, adj. Lnt. <lirrct11s (deriva- caron, estamos de ncuC'rdo en esos
do de regere, dirigir, conducil', gobel'- derechos, a co1u.lfoión de QHC' uo se
11a1·), directo, que va en línea l'ectn. Ha uo.'i p1·cg1111te por qw;,). (J. l\IARl-
dado lugar al dobleto derecho-recto. TAIN, L'f/o111111r et l'Élat, 70.)
DERECHO 246

B. El derecho objetivo (exterior n un voluntarismo supremo, el dere-


los sujetos) : conjunto de las normas cho musulmán Ignora nuestro con-
que rigen el comportamiento de los cepto de un derecho natural, ya
miembros de una sociedad. que todas [sus] prescripciones per-
Sin.: ley, legislación, código. tenecen ni positivismo de un dere-
cho divino inscrito siempre en el
l. En el uso ordinario: el derecho marco contractual: In justicia es
positi\•o"', conjunto de las normas de la fidelidad prometida a Dios. (R.
conducta establecidas por el legislador. CHARLES, L'li1ne mitsulnnane, 1057.)
Se op. ni derecho natu.-a!•. Facultad 11'. Condenar a limine la gue-
de Derecho, profesor de Derecho, tra- rra es una solución cómoda; mas
tado de Derecho. la cultura es trabajosa y la solu-
Pero, generalmente, tomada en este ción culta de In guerra habrá de
sentido, la palabra va acompañada de salvar cuanto en ésta ·hay de justa,
un complemento determinativo: dere- poniendo mano a la invención de
cho nacional (francés, español, etc.) y un nuevo ;us, el cual regule y sa-
derecho internacional; derecho civil, tisfaga esos fluidos, delicadísimos
mercantil, penal; derecho canónico. derechos que, en efecto, sólo la
7. Aseguráis tener vuestras ri- guerra hn podido administrar du-
quezas de vuestros antepasados rante milenios. (J. ORTEGA Y GAS-
(... ) . Semejante orden se basa ex- SET, Obras, 11, 208-209.) Ad. E.
clusivamente en la voluntad de los V. Arbitrio, 6.
legisladores, que han podido tener 2. Por encima del derecho positivo:
buenas razones para establecerlo, el derecho (absolutamente) o el dere-
pero que ciertamente no han toma- cho natural, principios generales en los
do ninguna de un derecho natural que nos fundamos para justificar o cri-
que sobre esas cosas tengáis. ( ... ) ticar el derecho positivo y que a su vez
Así, el único título por el que po- descansan en la naturaleza de las co-
seéis vuestro bien no se basa en sas, es decir, en las exigencias que en
la naturalea, sino en una institu- ellas descubre la razón. El legislador
ción humana. (NICOLE, Essais de no establece tales principios como esta-
mor., Disc. de Pascal sur la cond. blece el del derecho civil o penal: se
des Grande, l.) contenta con tomar conciencia de ellos
8. Se llama derecho positivo al y formularlos en una declaración•.
conjunto de las reglas o leyes que 12. Los representantes del pue-
gobiernan las relaciones sociales de blo francés han resuelto exponer,
los individuos. El derecho positivo en una solemne declaración, los de-
descansa en el derecho natural, que rechos naturales, inalienables y sa-
le sirve a la vez de fundamento, grados del hombre. (Declaración
medida y límite. Ley suprema de de los derechos del h. 11 del c.,
toda ley positiva es el no ser con- Preámb.)
traria a la ley natural. (V. CousIN, 13. Dicen: «¿ Cómo queréis que
Du vrai, du beau..• , lec. 15.• 308.) haya un derecho cuando hay tantas
9. No hay una sola parcela de legislaciones?• Y pregunto a mi
derecho positivo que no participe, vez: «¿ Cómo queréis que haya tan-
de cerca o de lejos, de la digni- tas legislaciones sin que hnyn un
dad del derecho natural. (G. RE- derecho?» (E. BERS0T, Libre p/ii-
NARD, Le droit, l'ordre et la raison, los., 88.)
126.) 14. El derecho no viene por en-
10. La moral ( ... ) tiene por tero de ella [ de In Realeza], por-
unico objetivo la realización del que el Derecho no es cosa que
ideal moral por los individuos; se dependa de la voluntad de los go-
deriva de la naturaleza misma de bernantes; tiene sus ralees en las
las cosas. El derecho, por el con- costumbres de un largo pasado y
trario, es una creación de la socie- en concepciones mentales que no
dad que determina cómo ésta pre- cambian sino muy lentamente.
tende vivir a fin de realizar el (FUSTEL DE c., Mo11arcliio franqttr,
bien común. (J. DELOS, uDroit et 649.)
morale», en Arch. de philos. du 15. Todos los estudios objeto de
droit, 1933, p. 184.) la presente obra están dominados
11. Nacido exclusivamente de por la idea, n· mis ojos fundamen-
247 DERELICló!'I

tnl, de que el Estado se halla su- el princ1p10 de que las naciones


bordinado a una regla de derecho deben hacerse en la paz el mayor
superior a él. ( ... ) bien y en la guerra el menor mal
Esta limitnción del Estado por posible~ s:n perjudicar a sus Vl'r-
el derecho hay que admitirla tam- daderos intereses. (Mm<TESQUif:U,
bi,•n, cualquiera que sen el funda- Esprit des lois, I, III.)
mento que ni derecho se dé (... ) ; 21. Quod natura/is ratio intn·
sin ello, no hay civilización posi- onmca ucntcs con8tituíf, vor,at1lr
ble; tan sólo, despotismo y bnrbn- i1ts ge11ti1tm. (Se llama derecho de
rie. (L. DUGUIT, Tr. dr druit const,, gentes a aquello que la razón na-
2.' ed., lll, 547-549.) tural ha establecido entre todaa
Jr,, El derecho natural es des- las naciones.) (FRANCISCO DE VI-
concertante. Resultn indispensable TORIA, Re/ecfio ele lndiia, de tit.
pnra asentar el Orden (... ); pero leg., 2.) Ad. E.
pnrecc encerrar un principio des- 22. Muchas cosas, ciertamente,
tructor de todo Orden. ( ... ) Si parecen derivarse del derecho de
prescindimos de él nadie está ya gentes, el cual, puesto que se de-
obligado moralmente a obedecer a riva suficientemente del derecho
la ley civil; pero si de nuevo lo natural, tiene evidentemente fuer-
admitimos, es él quien nos incita a za de derecho y de obligación. Y
discutir la ley. (G, RENARD, Le aunque no siempre se derive del
droit, l'ordre et la raiso11, 131.) derecho natural, parece ser sufi-
17. Existe, en virtud de la pro- ciente el consentimiento de la ma-
pia naturaleza humana, un orden o yor parte de todo el universo, so-
disposición que la razón humana bre todo encaminándose al bien co-
puede descubrir y, según la cual, la mún de todos. (/bfrl., 4.) Ad. E.
voluntad humana debe obrar pa- 23. El derecho de gentes no ob-
ra acordarse con los fines necC' tiene 1í11icamente su obligatorie-
sarios del ser humano. La ley no
escrita o derecho natural no es dad de un pacto o a./go establecido
otra cosa que eso. (J. MARITAIN, e11trc los h<nnbres, sino que tiene
Les droits do l'h. et la loi nat., 64.) incluso valor de ley. El universo
entero, que representa en cierta
18. Los gobernantes no suelen manera una sola República, posee
ser amantes del derecho natural, el poder de establecer leyes, equi-
porque apenas lo invocamos si no tativas y aplicables a todos, como
es para resistirles. (J. LECLERCQ, son las reglas del derecho de gen-
Du droit nat. a la social., I, 17.) tes... Y no está permitido a nin-
19. el derecho natural se con- gún reino no acatar el derecho de
vierte en lo que se sobreentiende, gentes, dado que éste ha sido im-
lo que una comunidnd considera puesto por la autoridad del uni-
como obligación y derecho tnn evi- verso entero. (FRANCISCO DE VI-
dentes que le parecería _ridículo TORIA, De potcstate eivili, 21.)
formularlos y por ello se remite a Ad. E.
los usos y a In costumbre ( ... ) . El Derechos sociales. Pueden ser con-
derecho natural se convierte así cebidos como ciertos derechos que una
en el derecho no escrito, superior sociedad bien organizada concede a sus
al derecho escrito porque no nece- miembros, principalmente a aquellos
sita de éste para ser reconocido. que sin ellos correrían el riesgo <le no
No por ello rs menos histórico, poder conseguir condiciones de vida
aunque no se halle inscrito sobre humanas. V. Justicia Sorial.
tablas y en códigos; por el con-
trario, es él el que, evolucionando, DERELIClóN. Lat. dcrc/ictio, esta-
obliga a evolucionar al derecho do del que está c/r,-e/ictus (part. pasa-
escrito. (F. WEII,, Phi/os. polit., do de derelinquere), abandonado: aban-
39.) dono,
Derecho r/c gen/es. Trad. el lat. ju.• Estado de quien se halla completa-
g,mfium (Derecho de las naciones). mente abandonado. En el voc. relig-io•
Principios jurídicos que presiden las so se aplica a Cristo en su Pasión. Pa·
relaciones <le las nnl'iones entre si. labra adoptada por el l'xistencialismo
20. g¡ derecho de gentes se parn traducir el Grn•or/e>1/zcit (estado
halla naturalmente fundado sobro de quien se halla arrojado [ge1t'or/en]
DERIYAClóN 2-18

en el mundo, sin otra perspectiva que Tender o aspirar hacia algo que no
la muerte) de HEIDEGGER, se tiene y que se considera bueno pa-
.. .la Gcworfc11hcit hace que el ra uno .
Dasei,, se constate sie111-pre-11a l. Es bueno desear mucho, pe-
existiendo ( ... ), se descubra 11a ro es menester ¡ioner orden n los
arrojado en el mundo. ( ... ) Esta deseos y hacerlos surtir efecto ca-
derelición ( ... ) es un carácter per- da uno según su sazón y vuestro
manente en la existencia, unido a poder. (Francisco DE SALES, C. a la
ella, y que la marca continuamen- hermana de Souflour, abril-mayo
te con la señal del abandono. (A. 1603.)
DE W AELHENS, La philns. de 111. 2. cuando el alma desea algo,
Heidegger, 162.) mñs dispuesto a moverse de lo que
todo el cuerpo se hace más ágil y
DERIYAClóN, Lat. clcrivatio, ac- ern su costumbre sin ello. Y una
ción de derivare, es decir, de desviar vez el cuerpo ns( dispuesto, los de-
un arroyo (rivus). seos del alma se hacen más fuer-
A. Psicol. Desviación, espontánea tes y más ardientes. (DESCARTES,
o voluntaria, de fuerzas psíquicas de Des passions ... , 11, cxr.)
sus vías naturales o normales. 3. Habla un viejo sentado jun-
Cuando una fuerza primitivamen- to a mi en el café Riche. El ca-
te destinada a ser utilizada para marero, tras haberle enumerado
la producción de un cierto fenóme- los platos, le preguntó quti desea-
no permanece inutilizada porque ba: «Desearía, dijo el viejo, de-
ese fenómeno se ha hecho im- searla... tener un deseo.• Aquel
posible, se producen derivaciones, viejo era In vejez misma, (E. y J.
es decir, que esa fuerza se gasta DE G0NC0URT, [dées et scnsat., l.)
en la producción de otros fenóme- 3'. Querer es querer la realidad
nos no previstos e inútiles. (P. JA- de algo, y, por tanto, querer los
NET, Les obscssio11s et la ps11cha,;- medios que lo realizan. En última
thé11ic, l, 555.) sustancia, es siempre un querer
B. Gram. Creación de una palabra ahaccrn algo. Desear, en cambio,
nueva a partir de otra dada. Palabra es lo que solemos expresar con más
derivada se opone a palabra primiti- rigor cuando hnblamos do un ame-
va. ro deseoo. El deseo, en sentido es-
tricto, implica el darse cuenta de
DESCUBRIMIENTO. Acción de des- que lo deseado es relativa o abso-
cubrir una cosa oculta, ignorada, pero lutamente imposible. (J. ORTEGA Y
preexistente. La invención•, por el con- GASSET, El «Quijote-,, en la escuola,
trario, tiene por objeto una cosa que Obras, 11, 289.) Ad. E.
no existe. Deseo. Lat. dcsi<frri1011, pesar, deseo
l. En cierto sentido, la inven- de una cosa que ya no se tiene.
ción tiene en la ciencia teórica el Tendencia espontánea y consciente
carácter de un descubrimiento, pe- hacia un objeto que uno se representa.
ro es un descubrimiento en el mun- 4. No todas las clases de deseo
do del espiritu. (L. DE BR0GLIE, son incompatibles con la beatitud;
Co11tinu et disc., 81.) sólo lo son aquellos que van acom-
2, El carácter esencial del des- pañados de impaciencia y tristeza.
cubrimiento científico es que no se (DESCARTES, c. a 11:lisabeth, 4 agos-
hace por encargo, ( ... ) to 1646, IV, 266.)
El espiritu sólo hace el descubri- 5. entre el apetito y el deseo
miento en el momento en que no no hay más diferencia que la de
está ocupado en nada. (J. DUCLAUX, referirse generalmente el deseo a
L'/10111,ne deva11t l'1<11ivcrs, 280.) los hombres, en tanto que son cons-
V. lnvcnció11, 14. cientes de su apetito, lo que hace
que pueda ser definido como el
DESEO apetito aconipa,iado de (cum) la
De&ear. Lat. dcsidcrare. Primitiv., conciencia do ri mismo. (SPIN0ZA,
término de la lengua augural deriva- 1:th., 111, IX.)
do de sidus, sideris, astro: co1111idcr111rc, 6. Estaba inquieto, distraido,
contemplar un astro; desideraro, cons- soñador: lloraba, suspiraba, desea-
tatar o lamentar su ausencia. ba una felicidad de la que no tenia
240 DK'iEO

idea, pero cuya privación sentía. seo el lanzarse hacia el porvenir,


( ... ) esn plenitud de vida (... ) en aino que tamhi(,n puede decirse
la embria1:tuez del deseo de un pre.- que es él quien crea el porvenir:
gusto del goce. (,J..,J. RoUSSEAU, s6/o ltay porvenir para el que cfr-
Con/., I, libro 111, 80.) sea ... (L. LAVALLE, Dit temps et
7. El deseo es mucho, In pose- l'<'tcrnitr, 282.)
sión muy poco, (G. SAND, //iRI. de 18. la conciencia humana no
nw l'ic, II, 155, C.-Lévy, 1870.) deja de oscilar entre las dos tesis
~- El deseo de !ns cosas nace, opuestas de ser el deseo lo que
pues, del «doblen que de ellns nos produce lo deseable o lo deseable
proporciona la imaginación. (Ch. lo que produce el deseo. ( ... ) Pe-
HI.ONDEL, P•¡¡cltoora.pltic de M. ro, en lo deseado, es lo deaeable lo
J>,·orrnf 1 2.) que busca el deseo. (L. LAVELLE,
Tr. des valettrs, I, 199.)
O. [ JI ablnndo con unos viejos
insoportables] me consolaba con- 19. es falso decir, no sólo del
fundiendo, como un comerciante querer, sino incluso del deseo, que
que se embrolla en los libros, el lo que buscan es el placer, cuan-
valor de su posesión con el precio do el placer es tan sólo el testi-
ni que mi deseo los había cotiza- go de que han alcanzado lo que
do. (M. PR0UST, Tcmps reir., 11, buscan, a saber, la presencia ac-
163.) tual de ese objeto que se ha hecho
adherente al sujeto y en el que en
10. El deseo florece, la posesión adelante su propia vida participa.
marchita todas las cosas. (M. ( lbíd., 205.)
PR0UST, Les plaisirs et les j., 185.)
11. Es la realización de nues- 20. En nuestra opinión, hay
tros deseos lo que nos revela su que distinguir entre el deseo que
vanidad. (G. THIB0N, Notre re- no es más que una tendencia ima-
gare/... , 231.) ginativa, una forma dinámica en
busca de contenido, y el deseo que
12. Lo que el deseo engendra es esa tendencia reflejada sobre
es siempre lo más claro que exis- una representación (... ) A veces es
te. (P. VALÉRY, Variété, 115.) preciso esperar durante mucho
13. El deseo nos hace amar los tiempo la ocasión que nos revele
objetos de ese deseo y no sólo, sal- la verdadera figura de nuestro de-
vo por desviación, el placer que nos seo. (A. BURLOUD, Princ. d'une psy-
dan; porque es tan sólo el obje- cho/. des t.e11d., 126-127.)
to, y no el placer, el que puede 21. El hombre es fundamental-
satisfacer la necesidad. (M. PRA- mente deseo de ser (... ) El senti-
DINES, Sens-ibil. élé,ncnt., I, 84.) do del deseo es, en última instan-
14. el deseo es el gran resorte cia, el proyecto de ser Dios. (J.-P.
providencial de la actividad; to- SARTRE, L'etre et le 11., 654.)
do deseo es una ilusión, pero las 22. El placer imaginado se lla-
cosas están dispuestas de tal mo- ma deseo. El dolor imaginado se
do que sólo vemos la inanidad del llama temor. (P. RIC0EUn, Phi/os.
deseo después de haberlo satisfe- ele la vol., I, 102.)
cho. (RENÁN, Dial, phi/os., 27.)
23. El deseo es esa especie de
15. Es la espontaneidad natu- empresa que sube del cuerpo a la
ral del deseo lo que constituye la voluntad, y que hace que o! que-
sustancia misma, a la vez que rer sea escasamente efieaz si no
la fuente y el origen primero de la está previamente aguijoneado por
acción. (F. RAVAISS0N, De l'ltab·itu- In punzada del deseo. (lbícl., 249.)
clc, 59.)
24. Luchar contra nuestros de-
16. El deseo es tan sólo una seos y nuestras aspiraciones no
proposición que se me hace. Y el puede nunca significar otra cosa
papel de la voluntad es permitir que ponerlos al servicio del deseo
a la libertad asumirla. Es, pues, la fundamental y de la aspiración
distancia que sepnru In voluntad primera. Y asi la voluntad, cuyo
del deseo lo que permite al yo cons- papel habitual es el de oponerse a
tituirse romo tal. (L. LAVF.J.U:, De los <lrseos, estó en realidad nl ser-
l'acte, 459.) vicio cid dt.•seo: c.s un esfuerzo se-
17. No sólo es lo propio del de- lectivo ele los dt•scos pura volver
DtSPOTA 250

a hallar, más allá de la multitud supone fija de modo irrevocable el cur-


de ellos, In unidad del deseo de in- so de los acontecimientos. Lat, fatum.
finito. (J. LACR0IX, Sens. du dial., Sin.: fatalidad.
47.) l. Cuando el destino es favora-
25. Todos los actos surgen del ble, no se sabe si el amor propio
deseo, incluso el de escribir un li- experimenta mayor alegria llamán-
bro sobre el imperativo categórico. dose su artífice o su favorito.
(G. BERGER, en La liberté, 72, La Cuando nos es contrario, experi-
Bacon., 1948.) menta un amargo consuelo tenién-
26. Toda obra nace del deseo y dose por su mártir. (L. LAVELLE,
todo deseo es a la vez rico y po- Consc. de soi, 146.)
bre. (P. RIC0EUR, Finitude et culp., B. Curso de la existencia de las
I, 30.) cosas, pero sobre todo de las personas
27. hartas veces la peste ma- y de los pueblos: l. En tanto que de-
yor que nos pudiera tocar es la terminado de antemano por el poder
realización y cumplimiento de nues- misterioso que llamamos destino (en el
tros deseos. (J. L. VIVES, Introduc- sentido A).
ción a la sabiduría, § 270, p. 68.) Sin.: suerte.
Ad. E. 2. El destin es una causa que
V. Amor, 75, 76; Facultad, 1; Inesta- lo ha determinado todo de una ma-
bilidad, 2; Pesar, 3; Problemático, 9; nera fija, inmutable, necesaria.
Temor, 1; Tendencia, 3; Voluntad, 6. La destinée es una sucesión nece-
saria de acontecimientos que con-
DÉSPOTA. Gr. despotiis, dueño ab- ciernen a un individuo, un pueblo
soluto. Der.: despótico, despotismo. o una nación. ( ... ) así la destinée
Soberano que gobierna por sí solo. El difiere del destin en que no es más
monarca, por el contrario, gobierna por que una parte de las cosas que se
medio de poderes interpuestos, que le supone produce el destin. La fata,.
están sin duda subordinados, pero que, lidad es la determinación inmuta-
no obstante, aseguran la continuidad ble del destin o de la destinée. Se
y son los guardianes de las leyes fun- considera que produce indiferente-
damentales del reino. mente el bien y el mal, y más or-
dinariamente este último, (C0NDIL-
Sin.: autócrata•. LAC, Syn., III, 312-313.)
l. El poder intermedio subordi-
nado es el de la nobleza. Esta en- 2. Ese mismo curso de la existen-
tra en cierto modo en la esencia de cia que debe realizarse, pero sin idea
la monarquía, cuya máxima fun- de predeterminación. V. Andlisis• del
damental es: «Si no hay monarca, desti110.
no hay nobleza; si no hay nobleza, 3. El animal no tiene destino.
no hay monarca». Pero hay un Se halla sometido a la necesidad.
déspota. (M0NTESQUIEU, Esprit des La idea de destino añade a la de
!ois, 11, IV.) necesidad un comienzo de com-
prensión y de aprobación. ( ... ) El
2. Cuando la voluntad de uno destino no se sobreañade desde el
solo hace todo, sin otra ley, esta- exterior al determinismo de las
mos ante el despotismo; cuando la causas naturales. Representa más
multitud lo puede todo, a pesar de bien su organización, su unidad.
las leyes, estamos ante la anar- Esta unidad es la de un designio,
quía, otra forma de despotismo. de un fin perseguido. (H. NIEL,
(L. VEUILLOT, Mélanges, 2.' ed., V, L'a11alyse du ,lesti11, 10.)
338.)
V. Juú:io, 2.
4. tejemos nuestro destino, lo
sacamos de nosotros mismos como
la araña su tela. (F. MAURIAC, Vie
DESTINO. Der. del v. lat. desti114- de Racinc, 146.)
re (sujetar, fijar) en cuyo origen se
halla starc (estar en pie, permanecer). 5. ¡ Qué extraño que el destino
de una nación se halle ligado no
La ¡,alabra española destino expresa ya a la voluntad, sino al humor
tres ideas muy diferentes que el fran- de un solo hombre! Los movimien-
c(•s distingue con los términos destin, tos de humor de un individuo, in-
desli11aliu11 y dcsti11le. cluso los más fugitivos, se inscri-
( Drstin) A. Poder misterioso que se ben para siempre en la historia
251 DETERMINISMO

de su ])ueblo. (F. MAURIAC, Jour- destino [1lesti11ée] de las criaturas ra-


11al, 306, Table R.) zonables y libres, en particular su con-
G. 1En 1945.] Lo que me pre- dición en el más allá. V. Predetermi-
ocupa sobre todo es lo que pasa en 11aci6n.
Alemania. Es allí donde se deci- ( Destinéc) A. La suerte o la vida
de el destino, (Ch. DE GAULI.E, Mé- de un ser consideradas bien como un
moircs de gucrre, lll, 1G7.) desarrollo necesario fijado de antema-
G' Lo que no es Destino es só- no (sin. de desti1'), bien como un sim-
lo Í\'Ívolidnd. (,J. ORTEGA y GASSET, ple dato de hecho.
,'1irabca1t o rl político, en Trípti- B. Aquello a lo que alguien está
co, 62.) Ad. E. destinado y que debe realizar por su
G". No se diga tampoco que la concurso personal.
fntnlidad no nos deja mejorar 9. El eje de la vida religiosa
nuestra vida, porque la belleza de es el interés que se toma el indivi-
la vida estií precisamente no en duo en su destino personal. (E.
que el destino nos sea favorable o B0UTR0UX, Pref. a L'ez:pér. relig.,
adverso -ya que siempre es des- de W. JAMES, XV.)
tino-, sino en la gentileza con 10. una obra me atrae en la
que le salgamos ni paso y labremos medida en que en ella se refleja
de su materia fatal una figura no- un destino. (F. IIIAURIAC, Journal,
ble. (J. ORTEGA Y GASSET, ¿Qité es 237, Table Ronde.)
filosofía?, 2Gl.) Ad. E. 11. es igualmente posible ha-
V. Retrospccción, 1; S1tcño, 36; Ti- blar del destino del alma y de su
po, 4. vocación. Porque sólo se habla de
(Dcstination) A. En el uso corrien- su destino cuando se considera la
te: el término de un viaje, el lugar a serie de circunstancias que for-
donde se envia una cosa. man la trama de su existencia co-
B. Hablando de las cosas de que el mo si pudiesen bastar para expli-
hombre puede disponer: aquello a que car su estado final. ( ... ) Pero se
una cosa está destinada o afectada. hablará de la vocación del alma
Cambiar el destino de un edificio. cuando las circunstancias en que
se halla comprometida, en vez de
C. Hablando de persona.s: aquello obrar sobre ella ( ... ), parecen co-
a que está destinado, por la naturaleza mo llamadas dirigidas a sn liber-
o por Dios, el hombre en general o una tad y a las que ésta debe respon-
cierta categoria de hombres. der. (L. LAVELLE, De l'dme hu.111.,
7. Está claro que la naturale- 234.)
za no ha hecho al hombre para fi- 12. El destino tiene por hori-
losofar: ése será, si se quiere, el zonte el soberano bien personal.
destino [dcstinée] de algunos indi- Por relación a él mide sus éxitos
viduos, pero no es con seguridad y sus fracasos. El sentido de nues-
el destino [dcstination] de la espe- tro destino se hace presente en
cie. (C0URN0T, Fondement•, VI, nosotros como el movimiento mis-
§ 8G, p. 123.) mo que nos lleva a realizarnos en
8. No comprendo mi destino nuestra plenitud. (G. GUSDORF, Tr.
por entero: lo que debo llegar a de l'rzist. mo·r., 138.)
ser y lo que seré, todo eso sobre- V. Ser I, 36; Filosofía, 36.
pasa mi pensamiento. Una parte
de ese destino permanece oculta DETERI\IINISI\1O
para mí ( ... ) . Todo lo que sé es Determinar. Lat. determinare, mar-
que lo tengo seguro, y que es ete1·- car los limites (términos): fijar, re-
no y e!!p]éndido como Dios mis- glamentar. V. Térmi110.
mo. (J. G. FICIITE, La drsti11atio11
de l'hom111c (/Jrstim1111wg eles ltle11•- A. En sentido cognoscitivo (deter-
c/ien]. 111, trnd. Molitor, p. 204.) minar las causas de un accidente) : des-
cubl'ir, precisar, definir (en partic. el
V. Ale(lría, 3. sentido de una palabra, de un texto).
Predesti11a,iió" (Teol.). Lnt. eles ti- l. El papel del sabio es trat:ir
na.tío, que el castellano conserva sólo de clrfi11ir y de clctermiuar para
en este compuesto. t•adn fenóml'no las condiciones ma-
Acto poi· el que, de antemano (IH·e- teriales que produce su manifes-
y desde toda la eternidad, Dios lija el tación. Una vez conocidas estas
DETEIDIINISMO 252

condiciones, el cxperimenlndor se de alguna importoncio: en ellas


hace duefio del fenómeno. (Cl. BEll- licnc siempre unn rnz6n que la de-
NAllD, lntrod ... , II, 1, § 8.) termina. (BossUET, Tr. cl1t libre
2. Cierto que lns musas deter- arb., VII.)
minantes son mucho más difíciles O. otra inquietud tengo: es el
de reconocer y determinar en los cleterminal'la a dejar inmediata•
fenomenos de los seres vivos; pe- mente la casa del tutor. (BEAUMAR-
ro, no obstante, existen... ([bid., CIIAIS, le Barbier ele Séville, VI, 6.)
O.) 10. Para un motivo, determinar
3. N cgar~c a determinar a Dios no es acusm\ sino fundar, legiti-
no es negarlo; esta r<!servn es, por mar, justificar. (P. R!COEUR, Phi-
el contrario, el efecto de una pro- /os. de la vol., 66.)
funda piedad, que teme blasfemar V. Causa, 6.
diciendo lo que no es. (E. RENAN, Determinarse. A. Verbo pronom. Re-
Dial. et fmgm. phi/os., 317.)
cibir una determinación. No se sabe
4. Cada hombre ha sido creado exactamente cuándo se determina el se-
para ser testigo y actor de un xo. El carácter se determina desde los
cierto espectáculo, para determinar primeros años. Es en el consejo de hoy
en él su sentido. (P. CLAUDEL, Art cuando se determinará ( = cuando será
poét., 148.) determinada) la política del gobierno.
V. Ca.usa., 11; Libertad, 12; P1·inci- V. Palabra, 12.
pio, 37; Resistencia, 2; Risa, 4.
B. Verbo reflexivo. Tomar una de-
B. En sentido eausal ( determinar terminación, una decisión; decidirse
U!1 accidente) : influir como causa• o por razones o motivos.
condición•. La helada determina la
ruptura de las cañerías. 11. si abrazamos las cosas que
la razón nos persuade ser buenas,
Sin.: causar, producir, provocar, des- nos determinamos entonces con
encadenar. mucha facilidad. (DESCARTES, C.
5. El modo de producción de la del 27 mayo 1641, IJI, 380.)
vida material determina, de una 12. Como sólo podemos amar
manera general, el proceso social, por amor al bien, nos determina-
político e intelectual de la vida. mos siempre a lo que nos parece
No es la conciencia del hombre la
que determina su existencia, sino mejor en el instante en que nos de-
su existencia la que determina su terminamos. (MALEBRANCHE, Entr.
conciencia. (K. MARX, Ét. phüos., sur la métaph., XJI, 10.)
G9.) V. ·55; Libertad, 40; Dc<Jisi6n, 6; En-
6. la vida pública determina tendimiento, 10; Soberanía, 4.
toda vida privada. (R. ARON, ln- Determinante, adj. y subst. Lo que
trod. á la philos. de l'hi.s., 335.) determina en los sentidos B y C es
7. Parece que las variaciones decir, lo que causa o motiva. Motivo
sonoras intensas determinan en el determinante¡ causa, circunstancia de-
J:>ombre fenómenos complejos y pro- terminantes.
vocan procesos biológicos de defen- 13. Si las mismas causas, en
sa que indican que han sido afec- las mismas circunstancias, produ-
tados los centros reguladores de jesen efectos diversos, esa misma
las grandes funciones y las glán- diversidad carecería de causa o ra-
dulas endocrinas. (J.-M. FAVERGE, zón determinante. (A. CounNoT, Es-
Adapt. de la mach. á l'homme, sai sur les fondrments ... , 48, p. 66.)
173.) V. 2, 18; Principio, 33; Conti11gc11-
V. 33, 54; Economía, 17; Fin JI, 29; tc, 2.
Libertad, 46; Si9no, 14. Determinado. A. En sentido cog-
C. En sentido volitivo (determinar noscitivo: aquello de lo que se conoce
una decisión): influir como motivo•, o se ha hecho conocer la naturaleza,
provocar una decisión voluntaria, Ese las causas, las modalidades; aquello
motivo me determinó. Le determiné a de lo que se ha evaluado la magnitud .•.
tomar una decisión. Una persona determinada debe, en una
Sin.:• motivar•. fecha determinada, reembolsar una de-
8. aunque nuestra alma sea Ji- terminada suma ...
hrc, no obra sin razón en las cosas Sin.: definido.
253 DETERMINISMO

Contr.: indeterminado. teza hasta qué punto podré dispo-


V. l,ilirrtnd, 12. ner de él. (BOSSUET, Tr. du librr
arb., VII.)
J4. las cosas son determinadas
parn un pensamiento. Las cosas 20. Teófilo.-( ... ) la elección,
son rleterminadas quiel'e decir: es por determinada que a ella esté In
posible conocer las cosas. (J. TAN- voluntad, no debe ser llamada nece-
N•:RY, Scie11cr el p/1ilos.•, w.) saria absolutamente y con ri,:-or;
15. para prever el estado de la prevalencia de los bienes per-
un sistt•mn determinado en un mo- cibidos inclina sin necesitar, aun-
mento determinado, hace falta ... que, todo considerado, e3a inclina-
(11. l!Jmcso:s, Essai s11r Ir• don- ción sea determinante y nunca de-
nfra ... , 114.) je de hacer su efecto.
16. Derecho de gentes y ley po- Filaleto.-Ser determinado por
sitiva son una prolongación o ex- la razón a Jo mejor, es ser tanto
lensiún di! la ley natural (... ). En más libre. ¿Querría alguien ser im-
efecto, es la pro¡,ia lfu 11al1tral la bécil sólo porque un imbécil está
qur e.r:igr que tocio lo que ella deja menos determinado por sabias re-
intlcfcr111i11ado sea determinado ul- flexiones que un hombre de buen
teriormenlc. (,J. MARITAIN, L'Hom- sentido? (LEIBNIZ, N. Essais, II,
111r et l'Élat, 92,) XXI, 49, 50.)
V. Apofático, 3; Contrarlicció11, D; Superdrtermillado. Que está deter-
E1noci611, 9; Juslu:ia, 24; Libertad, 11; minado (B), pero por la entrada en jue-
Porvenir, 7; Tic1npo, 13. go de instancias superiores que condi-
B. En sentido causal: que está ba- cionan la libertad en vez de abolirla.
jo la dependencia rigurosa de sus an- 21. Estaría tentado de decir
tecedentes o sus causas. Se op. a li- que el acto libre no está determina-
bre. do, sino, al contrario, superdeter-
Sin.: necesidad. minado; es decir, que se deja com-
17. Una máquina de vapor po- prender no como eslabón en u:ia
see una aetividnd independiente de cadena de causas y efectos, sino
las condiciones fíeico-químicas e.x- como expresión de la unidad con-
teriores ( ... ) . Mas para el físico creta y suprainteligible que cons-
que desciende al medio interior de tituye la personalidad. (G. llAR-
la máquina resulta que esta inde- CEL, en La Ne/, junio 1946 [19],
pendencia no es más que aparen- 69.)
te, y que el movimiento de cada Determinación. Lat. determinatio, fi-
engranaje está determinado por jación de un limite.
eondiciones físicas absolutas y cu- En sus diversos sentidos se opone a
ya ley conoce. Lo mismo ocurl'e indeterminación.
con el fisiólogo. Si puede descen-
der al medio interior de In Il\lÍqui- V. Libertad, 59.
na viviente, encuentra allí un de- A. Acción de determinar ( sentido
te1·minismo absoluto... (Cl. BER- A o cognoscitivo), es decir, de descu-
NARD, bitrod. II, I, § 8.) brir, de hacer conocer, de precisar la
18. Es, pues, una psicología naturaleza de alguna cosa, su causa
grosera ( ... ) In que nos muestra el su significación (determinación cognos'.
alma determinada por una simp11- citiva). La determinación de los ele-
tl11, una aversión o un odio co- mentos de un producto químico, de los
mo por otras tantas fuerzas que componentes de un carácter, de los mó-
pesan sobl'e ella. (H. BERGSON, viles de un crimen, del sentido de una
Essai •ur Ir• t/0111,r't-s •.. , 124.) palabra.
V. 46; Ciencia, 62. Onrnis tldt.•rminatio l'::.f n,:gativ (to-
C. En sentido volitivo: que depen- da determinación es una negación). Al
de de motivos (hablando de actos) ; que añadir a un tém1i110 cualquiera un ad-
se ha determi11ado por motivos, o que se jetivo determinativo, niego de d todo
atiene firmemente a las decisiones to- lo que no p1·esenl11 esa determinación:
marlas (hal,lnndo de personas). así, «el hombre blanco• excluye u los
hombres de otros colores. ·
JO. Sepa yo hasta qué punto V. Co.,t,-u,-ieclad, 2.
uno de mis amigos csllí determina-
do II complnccrma y sabré con cer- B. Acción de determinar (sentido 11
DETERMINISMO 254

o causal), es decir, de ser causa o con- 26. En esa circunstancia andu-


dición de algo (determinación causal). ve falto de determinación, como
21 ,_ Ninguna criatura cstÍ\ <ll'· andaré fallo siempre. (M, DE B1-
terminada por sí mismn nl bien o RAN, Jo11r11al, l.• abl'il 1815.)
al mal, porque semejante determi- 26. Es muy notable que la pa-
nación destruiría In noción de liber- labra determinación pueda servir
tad. (BosSUET, Tr. dit libre a,·b., a In vez para excluir la existencia
VI.) de la libertad y para designar el
22. La idea de una mutua de- mús específico de sus actos: deci-
terminación de las cosas sigue sien- mos una «determinación de la vo-
do también para nosotros el prin- luntad» o incluso «tener determi-
cipio 1·ector y el fundamento de nación» para referirnos a una po-
toda ciencia. (G. :MILIIAUD, Le ra- tencia de obrar que proviene de
tionncl, 18.) nosotros y no de las cosas. (L. LA-
VELLE, De l'intimité spir., 209.)
23. lo que hasta ahora se había
creído que constituía el más seguro V. Comunidad, 8; Libertad, 49; Vo-
fundamento de la ciencia, a saber, luntad, 13.
la convicción de la determinación D. Lo que especifica o individuali-
absoluta de los fenómenos, se en- za a un ser, permitiendo e,si su deter-
cuentra ya puesto en duda, si no minación en el sentido A, es decir,
completamente rechazado. La de- el conocimiento de sus caracteres par-
terminación existe sólo a nuestra ticulares. El carácter del niño, al prin-
escala, en lo global, por debajo cipio altamente indeterminado, recibe
hay un mundo en el que reina lo sucesivas determinaciones del medio
indeterminado, y para el que es familiar, social, escolar, de las prime-
imposible precisar a la vez las ras experiencias de la vida ...
condiciones de posición y de velo- 27. [En el éxtasis estético o
cidad ... (E. MEYERSON, Le chemi- religioso.] Todas las determinacio-
11ement de la pcnsée, I, 64.) nes sensibles o intelectuales han
23'. No creo en la absoluta de- desaparecido al mismo tiempo que
terminación de la historia. Al con- la conciencia del sujeto se libera
trario, pienso que toda vida y, por de sí misma. (H. DELACROIX, Psy-
tanto, la histórica, se compone de chol. de l'art, 125.)
puros instantes, cada uno de los 28. Todas las determinaciones
cuales está relativamente indeter- que llenan nuestra conciencia o, si
minado con respecto al anterior, se quiere, todos los modos parti-
de suerte que en él la realidad va- culares de la existencia... (L. LA-
cila, piétin e sur place, y no sabe VELLE, De l'intimité spir., 224.)
bien si decidirse por una u otra en-
tre varias posibilidades. Este titu- 29_ Nos hallamos abocados a
beo metafísico proporciona a to- desear la determinación definitiva,
do lo vital esa inconfundible cua- y a rechazarla cada vez que se pre-
lidad de vibración y estremecimien- senta, como la tentación de un sui-
to. (J. ORTEGA Y GASSET, La rebe- cidio espiritual. (G. GUSDORF, Dé-
lión de las masas, Obras, IV, 193.) couvertc de soi, 293.)
Ad. E. V. Libertad, 51.
y_ Principio, 47. Prcdeterminaci611. A. Prop. (Teol.) :
C- Acción de determinarse ( en el neto por el cual, de antemano (pre) e
sentido volitivo y reflexivo), es decir, incluso desde toda la eternidad, Dios
de determinar el examen de los moti- deteJ"minn (en los sentidos A y B có-
vos por una decisión (tomar una deter- mo se comportará el hombre en su ac-
minación). Estado del que es determi- tivic!nd libre, es decir, prevé ese com-
nado en el sentido C, es decir, firme portamiento y hace que esa previsión
y constante en su o sus decisiones (ata- llegue a realizarse. Esta eficacia de
car con determinación y valor). la previsión divina es también llama-
Sin.: decisión, resolución. da predeterminación física o premo-
ción físiea. V. Predestinación.
24. La determinación es el úl-
timo juicio de la inteligencia prác- B. Por ext. (Fil.) : acto por el que
tica, o la conclusión de la cuestión un hecho es determinado o fijado de
sobre la que se delibera. (LEIBNIZ, antemano en sus causas o condiciones.
en COUTURAT, Opuse. et fraom., 30. Son la predeterminación de
498.) los netos y ciertos hñbitos los que
255 DETER1'IINJSMO

constituyen, sobre todo, nuestra nómeno es el conjunto de sus con-


fuerza moral; la cunl no puede diciones materiales, es decir, de las
imponerse ni organismo por su es- circunstancias que acarrean su
fuerzo actual e instantáneo cuan- aparición. (Cl. BERNARD, Le,;. •.
do no ha habido tendencias virtua- les plién. de la vic, II, 399.)
les o predeterminaciones anterio- 35. Lo que he llamado determi-
res. (... ) El que no tiene nada nismo de los hechos, es decir, el
de predeterminado gira al menor conjunto de las condiciones de esos
viento de la inestabilidad; apenas hechos. (Cl. BERNARD, Le,;. de phy-
es un ser moral. (M. DE BmAN, siol. opfrat. 47-48.)
agosto 1810, Jo1tr11al, Ul, 1G9.) ;J6. En los fc116menos de la vi-
Determinismo. Del francés detcnni- da hay un determinismo tan abso-
uismc, posterior al Diccionario Acadé- luto como en loa fc116nunos de lo.'f
mico de 1835. cuerpos brutos. (Cl. BERNARD,
31. Se me ha criticado mucho l'rinc. de la méd. exp., 264.)
la palabra determinismo. Algunos 37. Afirmo como principio cien-
me han dicho que era un término tífico ( ... ) que en los fenómenos de
bárbaro que yo formaba. inútil- la naturaleza, bruta o viviente, no
mente. Debo decir que he emplea- existe efecto sin causa, es decir,
do esa palabra para. expresar sim- que cuando aparece un fenómeno,
¡,Jemente que todo fenómeno de la es porque hay una condición de-
naturaleza tenia sus con,liciones terminante de esa manifestación.
detcn11i11antcs. Pero después he vis- Pues· bien, yo afirmo: el cientüi-
to que no era yo un inventor. Se co no tiene otro objetivo que el de
encuentra en el diccionario de tratar de conocer esa causa deter-
Bouillet como sinónimo de fatalis- minante (... ) o, en otros términos
mo. Ahora bien, yo la empleo en y de manera general, el cientüico
un sentido opuesto. (CI. BERNARD, debe investigar el determinismo de
Pri11c. de méd. cxpér., 265.) los fenómenos que observa. (]bid.,
32. Con sólo pesar el valor se- 265.)
mántico de la palabra determinis- 38. La libertad de elegir equi-
mo hallamos incluida en ella la vale, pues, ya sea a obedecer a la
palabra término. El determinismo sensibilidad, es decir, a seguir e:
es el proceso que engendra un tér- determinismo de los motiros, ya a
mino, un fin ( ... ). Determinismo y ceder a la razSn, es decir, a dar
finalismo se hallan estrecha y ne- de Caribdis en Escila, puesto que
cesariamente unidos. (R. C0LLIN, el determinismo de los motivos no
Plaüloycrs pour la vie hu111., 71.) es menos riguroso que el otro...
A. Como dato de hecho (el deter- (A. SPAIER, Pcnsée concr., 302-303.)
minismo de uno de los fenómenos). 39. Sea cualquiera la forma. ba-
l. En sentido concreto: conjunto de jo la que se ofrezca a la concien-
las condiciones necesarias para que se cia, el pensamiento de Dios es
produzca un fenómeno. ••Condiciones aportado a ella por un determinis-
inherentes a la naturaleza de los seres mo que nos lo impone. (M. BLON-
DEL, L'action, 351.)
que los hacen desarrollarse como se
desarrollan•. (LITTRf, SuppL). «El mé- 40. En tanto que todos los
todo experimental tiene por fin hallar grandes maestros de la época clá-
el determinismo y la causa próxima de sica ( ... ) proclamaron siempre que
los fenómenos.» (Cl. BERNARD, La se. los fenómenos naturales estaban
expér., 78.) determinados y que la probabili-
dad ( ... ) resultaba. de nuestra ig-
Sin.: causa, condicionamiento, norancia o de nuestra incapacidad
33. Lo que llamamos defrr111i- de seguir un determinismo dema-
11ismo de un fenómeno no significa siado complicado, en In interpreta-
otra cosa que la causa ,letcrmi11a11- ción actualmente admitida de la
fe o la causa pr6xima que deter- Fisicn cuántica nos hallamos ante
mina la aparición de los fenóme- la «probabilidad purn», que no es
nos. Se obtienen as( necesariamen• resultado de un oculto determinis-
le las c,m,licio11es de existencia de mo. (L. DE BR0GLIE, No,w. pcrs-
los fenómenos ... (Cl. BERNARD, ln- pectiv<'s, 133.)
trod., U, ll, § l.) 41. se observan en clinica des-
:J4, El determinismo de un fe- al'l'eglos del humor que no pare-
DETERMINISMO 206

<'en proceder de un dt>terminismo so de los acontecimientos a un


dienccfúlico. (J. DELAY, Dfrcgl. de poder oculto o a una voluntad su-
l'humcu1·.) perior, los somete a la ley de la
42. el encad<'nniriiento de cau- cnusa y el efecto. Todos los fenó-
s!ls y efC'rtos, la sucesión de los menos del universo, tanto morales
tiempos, el determinismo de las si- como físicos, son determinaclos por
tuaciones, muestran claramente causus anteriores. (Paul JANET,
hasta qué punto son inevitables el Cours él. de phi/os., 2.• ed., 316,)
mal y la mezcla del bien y del mal... 2. Noción cientifica (el determinis-
(E. BORNE, ]',-obl. cl1t mal, 68.) mo definido por la previsibilidad) : teo-
43. la libertad humana no es ab- ría según la cual, conocidas exactamen-
soluta. Se halla contenida en lími- te ciertas condiciones, los hechos que
tes bastante estrechos por un en- de ellas se sigan pueden ser previstos
trecruzamiento de determinismos. con certidumbre y exactitud rigurosas.
(R. VERNEAUX, Epistémol. gén., 47. Para el físico, hay deter-
101.) minismo cuando el conocimiento de
V. 53; Ciencia, 63; Condición, 16; un cierto número de hechos obser-
El'olnción, 4; Historia, 51; Libc1·tad, vados en el instante presente o en
49, 51; Ley, 22; Positivo, 33. los anteriores, unido al conocimien-
to de ciertas leyes de la Natura-
2. En sentido abstracto: carácter leza, le permite prever rigurosa-
de lo que es determinado (sentidos B mente que tal o cual fenómeno ob-
~• C), es decir, que depende de sus an- servable tendrá lugar en tal época
tecedentes. El principio del determinis- posterior. Esta definición del de-
mo. La actividad animal es de un de- terminismo -por la previsibilidad
terminismo riguroso. rigurosa de los fenómenos parece
44. un mundo en el que no rei- la única que pueda el físico acep-
nase el determinismo estaría ce- tar, por ser la única realmente ve-
rrado para el científico, y cuando rificable. (L. DE BROGLIE, Continu
se pregunta cuáles son los límites et discontinu, 69.)
del determinismo, es corno si se 48. podremos siempre suponer
preguntase hasta dónde podrá ex- que existe un determinismo funda-
tenderse el dominio de la ciencia, mental de los fenómenos que per-
dónde se hallan los límites que no manece oculto para nosotros y se
podrá traspasar. (H. POINCARÉ, en encuentra más allá de los límites
Le matérialisme actuel, 60.) de nuestra ciencia humana; pero
45. Al apoyarse en el determi- ésta es una hipótesis metafísica,
nismo de la naturaleza para do- un acto de fe, y ese determinismo
minar el curso de ésta, que pare- no sería el único que, a nuestro en-
cía irreductible, el espíritu señala tender, tiene derecho a considerar
el advenimiento de un nuevo rei- el físico y que hemos definido por
no por relación al de la vida. (L. la previsibilidad rigurosa. (L. DE
BRUNSCHVICG, Progres de la consc., BROGLIE, Continu et clise., 65.)
751.) 49. ¿ Qué es el determinismo?
V. 16; Libertad, 37, 38, 44, 49, 53, Una doctrina según la cual, en la
55, 56, 62; Fin II, 36. Naturaleza, los acontecimientos fu-
B. Como teoría: doctrina según la turos están completamente deter-
cual los fenómenos del universo (o una minados de antemano, y son, por
categoría de esos fenómenos) dependen consiguiente, completamente previ-
tan estrictamente de los que les prece- sibles. Si conociésemos actualmen-
den que hay sólo una resultante posi- te la situación de los átomos del
ble. Der.: determinista (teoría determi- Universo, podríamos prever por
nista). completo lo que va a suceder. Pues
bien: para nosotros, los físicos, se-
l. Noción filosófica (el determinis- mejante afirmación carece simple-
mo definido por la causalidad necesa- mente de sentido. Para que lo tu-
ria) : teoría según la cual todos los fe- viese sería necesario que fuésemos
nómenos del universo fo una categoría capaces de conocer por completo el
de esos fenómenos) son el efecto nece- presente, y esto es nlgo con lo que
sario de sus antecedentes. no puede contarse. (Max BORN, en
46. El determinismo es la doc- L' Europo et le mondo cl'auj., 200,
trina que, en vez de someter el cur- Bacon, 1968.)
257 D~'TERMINIS.MO

V. Comple111•ntariedad, 6, 9; Uníuo- LEIBNIZ: doctrina según la cual la vo-


ro, 4. luntad humana se determina necesa-
C. Determinismo psicológico. t. En riamente por el motivo más fuerte.
sentido amplio (determinismo del psi- 54. U na de dos: o nos deter-
quiemo) : dortrina según la cual, al minamos siempre en favor del mo-
Igual que el mundo físico, la ,•ida psí- tivo que nos parece más fuerte, y
quica se halla rigurosamente determi- no otra cosa piden los partidarios
nada, es decir, dependiente de sus an- del determinismo, o hacemos entre
tecedentes, y no comporta la menor li- )os propios motivos una elección
bertad. Lo• factores determinantes pue- sin motivo, y llegamos dando un
den ser de orden físico o fisiológico, de rodeo a la doctrina de la libertad
orden social, de orrlen psicológico (cog- de indiferencia. (J. LACHELIER,
noscitivo o afectivo). CEuvres, 1, 180.)
En la época en que no se ponía en du-
da el determinismo de la materia, esta Determinista. Que profesa el deter-
doctrina constituia •implemente el de- minismo (B). Teoría determinista. Fi-
terminismo. lósofo determinista.
60. El hombre no está ya blo- 55. La ciencia es determinista;
queado en su destino por el deter- lo es a priori; postula el determi-
minismo. Si permanecemos concre- nismo porque sin él no podría
tamente ligados a numeroso• y existir. Lo es también a posterio-
apretados determinismos [sentido ri; si ba empezado por postnlarlo,
A], cada nuevo determinismo que como condición indispensable de
el científico descubre e• una nota su existencia, lo demuestra des-
más en la gama de nuestra liber- pués existiendo, y cada nna de sus
tad. (E. MOUNIER, Personna/irme, conquistas es una victoria del de-
23.) terminismo. (H. POU.CARÉ, Dern.
V. Co11duota, 6. pe11sées, 244.)
2. En sentido más restringido ( de- 56. Sí, la ciencia es determinis-
terminismo por el psiquismo) usual en ta; lo es por definición: una cien-
los filósofos: doctrina según la cual to- cia que no fuese determinista no
dos los hechos de la vida psíquica es- sería ya ciencia. (H. PoIXCARE, e:i.
tán rigurosamente determinados por Le matériaJ. actuel, 50.)
sus antecedentes psiquicos. 57. Una teoría física se llama-
61. El determinismo psicológi- rá detcrn,inista si, a partir del
co, en su forma más precisa y re- c~nocimiento supuesto de los re-
ciente, implica una concepción aso- sultados de ciertas medidas ini-
ciacionista del espiritu. Se repre- ciales, es posible prever con certi-
senta al estado de conciencia ac- dumbre cualquier medida ulterior.
tual como necesidad derivada de (Paulette FÉVRIER, Déterminisme
los estados anteriores... (H. BERG· et indét., 9.)
SON, Essai •· lea données ... , 117.)
Pri11cipio del detenninismo. V. Prin-
62. No es el determinismo, si- cipio.
no el fatalismo el que constituye
el anverso de la libertad. (J .-P. bulctermi11ismo. A. En los hechos
SARTRE, L'i111agi11aire, 68.) (el indeterminismo de un fenómeno) :
carácter del hecho que no está deter-
63. es preciso (... ) que los mó- minado en los sentidos A o B.
viles afectivos no acarreen necesa-
riamente el querer, pues de lo con- l. Indeterminismo subjetivo o para
trario el querer no podl'Ía nunca nosotros (consistente esencialmente en
intercambiar esos móviles afectivos la imprevisibilidad) : carácter de los he-
contra los motivos racionales; di- chos de los que no podemos determinar
cho de otro modo, el determinis- en el sentido A (es decir, conocer), ni
mo paicológico debe ser ya roto al los antecedentes que los explican ni,
nivel de la facultad de desear. La sobre todo, los consiguientes que de
razón práctica sólo puede determi- ellos resultarán.
nar el querer si In sensibilidad no Cuntr.: determinismo en el sentido
lo determina necesariamente. (P. U 2.
RICOEUII, P/ii/01, da la vol., I, 126.) Esa imposibilidad puede ser debida a
3. F,n sentido mu;r estricto (deter- los límites de nuestros conocimient,>a,
minismo por loa mot1voa), princi¡,, en 11 In existencia <le parámetros ocultos.
17, I>icdonuri•-' dd J.rnguaj1• Filo-t,'1íirn.
DEVENIR 258

2. Indeterminisrno objetivo o en sí podemos devenir. (Ch. DU Bos,


( consistente en la auscncin de cnusa- A¡1¡H"oxin1<1tio11R, 111, 129.)
lidad): carácter del hecho que no está 3. Pnra devenir algo, (... ) hay
determinado en el sentido 11 ¡1or sus que serlo ( ... ). Por tanto, en el de-
antet'L•dentes, es decir, que no es el efec- venir no hay sitio para el ser. Pe-
to necesario de ellos, rle suerte que una ro1 n lu inv("rsa, lo que es, por lo
situación dada puede tener diferentes mismo que ts, no deviene; luego
resultantes. para el movimiento no hay lugar
Confr.: determinismo en el sentido en el ser. En una palabra, si lo
B l. que es no deviene y lo que deviene
En esta hipótesis, la imprevisibilidad no es, ¿ cómo reconciliar el deve-
proYiene no de la ignorancia, sino de nir y el ser? (A. MAHC, Dialcct. de
las cosas mismas. /.'affirm., 340.)
58. el indeterminismo que de B. Empl. substant. El paso de un
ellas resulta [de las relaciones estado a otro, el cambio. En los esco-
de incertidumbre de Heisenberg] lást.: el paso de la potencia al acto.
no parece que deba ser eliminado 4. Para él [Santo Tomás], el
por el progreso de nuestros cono- ser móvil es móvil en su mismo ser
cimientos. (L. DE BROGLIE, Continu (... ) ; se deshace y rehace a fon-
et c/iscont., 74.) do por la generación y la destruc-
B. Como teoría (sostenida en nues- ción, como se hace y deshace en
tros días en física atómica y a mennLfo sus modos por la alteración, el
denominada indeterminismo cuántico) : aumento o el movimiento local. Un
doctrina según 1a cual, a escala atómi- permanente devenir lo afecta, no
ca. la resultante de antecedentes da- respetando en él más que una po-
dos no está rigurosamente determina- tencialidad real, el prope nihil [ca-
da y permanece imprevisible. si nada] de la materia. (A.-D. SER-
TILLANGES, Les grandes theses ... ,
59. Una teoría se llamará inde- 152.)
terminista si no cabe indicar medi-
das tales que a partir de sus resul- 5. si el lenguaje se moldease
tados pueda preverse con certidum- aquí sobre la realidad, no diría-
bre el de cualquier medida ulte- mos «el niño deviene hombre», sino
rior. (Paulette FÉVRIER, Détcr- «hay devenir del niño al hombre».
ministc et indéterm., 9.) En la primera proposición, «devie-
ne» es un verbo de sentido inde-
Pero unos (en general los filósofos) terminado, que sirve para enmas-
toman ((determinado» en el sentido A carar el absurdo en que se cae al
y explican la imprevisibilidad por lo atribuir el estado «hombre» al su-
limitado de nuestros conocimientos, jeto «niño». ( ... ) En la segunda,
mientras otros (un cierto número de <e devenir» es un sujeto; pasa a pri-
especialistas o teóricos de la física ató- mer plano; es la realidad misma;
mica) lo toman en el sentido B y ex- e infancia y edad madura no son
plican la imprevisibilidad por la na- ya entonces más que etapas virtua-
turaleza misma de las cosas, que, a les, simples puntos de vista del es-
esa escala, no están sometidas al prin- píritu. (H. BERGSON, Évol. créat.,
cipio de causalidad. 312.)
DEVENIR. Lat. dcvenire, venir des- 6. todo devenir exige la posi-
cendiendo de. La idea de devenir se bilidad de unir de algún modo un
expresa en lat. por fieri. In ficri, en pasado a un futuro, lo que sólo
devenir, haciéndose. Se op. a ser. puede ser realizado por una con-
ciencia ... (L. LAVELLE, Du temps et
A_ Como verbo: pasar de un esta- de l'éternité, 249.)
do a otro o de un momento del tiempo
al que le sigue. 7. la duración y el devenir son
J. Ninguno de nosotros podría
las dos caras opuestas del tiempo;
no puede concebírselas separada-
aprenhender lo que es antes de mente; el devenir exige la dura-
haberlo devenido. (L. LAVELLE, De ción, sin In que no sería un deve-
/'ámc hum., 144.) nir, pues no habriu ningún lazo
2. se trata en todo momento entre sus sucesivos términos, y la
de sacrificar lo que somos a lo que duración exir.e el devenir, sin el
259 DrALltCTICA

que no sería un presente contim.,a- sofístico de una argumentación (una


do y no permitiría que en ella dis- dialéctica sutil, falaz).
tinguifsemos una plurnlidnd de l. las palabras no se liberan
momentos. ( !bid., 369.) nunca por completo de la~ suce-
8. el devenil' resulta ser la uni- sivas sii.rnificaciones que se les han
dad ( ... ) de ese ser y ese no-ser re- atrfüuido al correr de los tiempos.
lativos uno al otro; es por la sín- De ahí los vagos ecos con traJ1cto-
tesis del neto y la potencia. (A. rios que repercuten en nuestro es-
MAR<', Dialccl. ele l'affir-m., 362.) píritu cuando oímos hablar de dia-
8'. el devenir no e~ el carácter léctica: la palabra nos sugiere
1,formuln dí' ln esencia ni por lo aún, como en el tiempo en que la
que roncicrne a la unidad que ,res>,, dialéctica se idenUficaha con la ló-
ni por lo que concierne n !ns no- gica. uargumentación rigurosa y
tas c1.~ddus11, Entre la unidad y las vigorosa"; pero a la vez nos insi-
notas no <(median proceso ninJ?U- núa "procedimientos abstrusos, ar-
no: es simplemente una dualidad tificios tortuosos que extravían al
momentual entre acto Y actualiza- espíritu en busca de la verdad,
ción. Todo lo devenido es actuali- como cuando la dialéctica se haLta
zado, pero no todo lo actualizado convertido en sofística. 11Dialécti-
es devenido. Ser y sido son mo- can no de un sonido claro, es una
mentos de In actualid11d y no de palabra ambigua. (P. FOULQUIÉ, La
devenir. (X. ZUBIRI, Sobre la esen- c/ialccliquc, 124.)
cia, 341.) V. Mito, 1.
V. Historia, 34, 44, 47. A. Antiguamente: generalmente uni-
da a la lógica (la excepción capital
DIADA. Gr. clyas, clyados (der. de es PLATÓN).
dyo, dos): grupo de dos, pareja.
1. Comúnmente identificada con la
Aun desprovista de pasión, la lógica por lo.; escolásticos (hasta la l:'po-
diada acoge difícilmente a un nue- ca contemporánea, los tratados de ló-
vo yo de manera que forme gica escritos en latín solía~ titu:ar,:;...,
una triada, que después forma- Dialcctica). Lo esencial de esta concep-
ría una tetrada, y así sucesiva- ción subsiste en ciertas definiciones
mente. !llás allá de la amistad modernas, pero con la difereneia de
comienza la muchedumbre. Tampo- que la lógica es más teórica (es una
co es más frecuente que una diada ciencia), la dialéctica más práctica (es
se una a otra diada ( ... ) Cada uno un arte).
de nosotros puede entrar en la com-
posición de un cierto número de 2. Lógica, s. f. Ciencia que en-
diadas simultáneas o sucesivas; no seña a razonar acertadamente.
obstante, la reciprocidad de dos Dialéctic-a, s. f. Lógica, arte de
conciencias es ya tan débil en sus razonar ( Dict. de l'Acacl. fr.', 1935.)
mejores momentos que sería utó-
pico creer en unidades de índice su- Ló9ica, n. f. Estudio de los pro-
perior a la diada. (M. NÉDONCELLE, cedimientos de razonamiento; cien-
Réciproc. des canse., 27.) cia que enseña a razonar acertada-
mente.
V. Reciprocidad, 2.
Dialéctico, adj. de ambos g~ne-
DIALltCTICA. Gr. clialektil.é, al'te ros. Que se refiere a las n•_vlas del
de la discusión; dialelctikos, relativo a razonn111icnto. Los prot."cdi1,1fr11to.~
la discusión. Raíz legein, hablar; dia, clialécticos.
uno con otro.
Se emplea mús a menudo como
En el uso ordinario, esta palal>ra to- nombre femenino y designa el L'on-
ma dos acepciones, que volvemos a ha- junto de las. rcg-las del razonamien-
llar en el uso filosófico. to, el arte ele disl!utir, de razonar
A veces, en una acepción favorable, (/Jict. ele l'Acucl. fr.', u,:;5.)
pal'a señalar el rigor de un razonn- 2•. Viulécticci. f. Ciencia filosó-
mienlo, de una dcmostrarilm (unn dia- fica que trata dl'l radodnio y <le
léctica conciso, irrefutable). sus leyes, formas y modos de ex-
Más a menudo, con intención Till!llOS- presión. 2. Impulso natural <ld
prccjaJora, para sugerir el curúcter ó.nimo, que los sostiene y guía en
DIAU:CTICA 260

la im•estigación de la verdad. 3. cuya evidencia humilla, que por el


Ordenada serie de verdades o teo- argumento, cuya invención halaga.
remas que se desarrolla en In cien- (L. LAVEI.LE, La co11sc. de soi, 30.)
cia o en la sucC'sión y encadena- 9. La dialéctica es necesaria pa-
miento de los hechos. ( Dic. de la ra poner la intuición a prueba, ne-
Rea./ Acacl. esp., 1947.) cesaria también para que la in-
3. La lógica es el conocimiento tuición se refracte en conceptos y
de los procedimientos por los que la se propague a otros hombres; pe-
inteligencia descubre y constata ro muy a menudo no hace sino des-
la verdad ( ... ). La dialéctica usa de arrollar el resultado de esa intui-
los procedimientos de la lógica y de ción que la supera. (H. BERGSON,
la l(ramútica para hacer resaltar la Évol. cr., 339.)
e,·icl~ncia de las verdades y fal-
sedad de los errores. En este sen- 10. En resumen, la dialéctica
tido, la dialéctica es la aplicación es lo que asegura el acuerdo de
o práctica del arte del que la ló- nuestro pensamiento consigo mis-
gica constituye la teoría; pero la mo. Pero, por la dialéctica --<1ue
diferencia desaparece en los deri- es sólo una expansión de la intui-
vados dialéctico y lógico, que ex- ción- son posibles múltiples acuer-
presan ambos al que deduce sus dos, cuando no hay más que una
razones con rigurosa exactitud. verdad. (lbíd., 239.)
(LITTRÉ.) 10'. Damos crédito con mayor
4. La simplicidad y naturalidad facilidad a una fábula que olmos
de J\lassillon me parecen ( ... ) más contar sencillamente que a razona-
apropiadas para hacer entrar en mientos dispuestos previamente pa-
el alma las verdades del cristianis- ra controversia en un certamen, y,
mo que toda la dialéctica de Bour- por eso mismo, para inspirar con-
daloue. La lógica del evangelio es- fianza al vulgo, es más útil la re-
tá en nuestros corazones; es ahí tórica que la dialéctica. (J. L. VI-
donde debe buscársela; los razo- VES, Tratado del alma, 78.) Ad. E.
namientos más acuciantes sobre el 10". lo que sobresale en él [Bal-
indispensable deber de ayudar a mes] es la pujanza dialéctica, el
los desgraciados difícilmente afec- grande arte de la controversia, que
tarán al que ha podido ver sufrir en manos tan honradas como las
a un semejante sin sentirse con- suyas no degenera nunca en logo-
movido. (D'ALEMBERT, Réfl. •. l'é- maquia ni en sofistería. (M. ME-
loc. orat.) NÉNDEZ Y PELAYO, Dos palabras so-
5. Hay inteligencias a las que bre el centenario de Balmes San
la lógica hace feroces; no son ya Isidoro ... , 149.) Ad. E. '
almas, son mecanismos dialécticos. 10"'. Era sentencia recibida y
(A. VINET, Homélitiquc, 202.) común que la majestad y alteza se
6. Resulta difícil ( ... ) cuando adquiría en los libros de los plató-
nos damos a la dialéctica no dejar- nicos; la invención y nervio en los
nos llevar a probar demasiado; a peripatéticos; y en .Jos estoicos si
fuerza de rigor se llega al sofis- bien poco convenientes para la par-
ma, y el razonamiento acaba por te de la alocución, In sutileza en
proscribir a la razón. (A. VINET, el disputar, por la suma travesura
[Eoprit d'-], II, 36.) de su dialéctica. (J. P. FoRNER,
E:x:equias de la lengua castellana,
7. La relatividad del conoci- 81.) Ad. E.
miento no es para Kant sino un
medio dialéctico de arruinar las 2. Considerada como un proceso de
otras formas de certidumbre en be- pensamiento inferior a 'los procesos ló-
gicos.
neficio de la certidumbre moral.
(F. BnUNETIERE, L'art et la mora.- a) En ARISTÓTELES: deducción a
le, III.) partir de premisas simplemente pro-
8. No encontramos a nadie que, bables (por op. a la analítica: deduc-
si es capaz de triunfar en ellos, ción a partir de proposiciones ciertas).
no encuentre placer en los juegos . b) . En KANT: alógica de la apa-
sutiles de In dialéctica (... ). Se rienc1a» (por op. a la analítica, que es
siente menor gusto por la verdad, la «lógica de la verdad»). La aparien-
261 DIAI.tCTICA

cía de racionalidad consiste en el rigor 14'. In realidad histórica, el


del razonamiento, pero este rigor no destino humano avanza dial•·dica-
desemboca en la verdad, porque los ra- mente, si bien esa esencial dial~l·-
zonamientos dialécticos aplican a las tica de 1n vida no es, como rreía
cosas en si, o nóumenos, principios sólo Hegel, una dialéctica conceptual, de
válidos para las cosas para nosotros, o raión pura, sino precisamente la
fcn6menos. V. Tr(l.llcrndcntal B. dialéctica de una razón mucho mág
11. la dialéctica no era otra co- amplia, honda y rica que In pura,
sa para ellos [los Antiguos] que a saber, la de la vida, la de la ra-
la lógica de la apariencia: nrte so- zón viviente. (,J. ORTEGA Y GASSET,
flsliro de dar a su ignorancia, e En torno a Galileo, ObrfJ.'I, V, 135.)
incluso a sus ilusiones (Bltmdwer- Ad. E.
krn) premeditadas, la apariencia Dialéctica del amn y el eselaco. (HE-
de la verdad ( ... ) Y asi es tam- GEL) Evolución por la qne la situación
bién como querrlnmos saberla com- del amo y el esclavo llega progresiva-
prendida (KANT, Crit. de la r. pu- mente a invertirse, cuando la ociosi-
rc, 82.) dad y el placer rebajan poco a poco
12. Antes hemos Jlamado a la al amo al nivel del animal esclavo de
dialéctica en general /6gica de la sus necesidades y deseos, en tanto que,
apariencia. (lbúl., 251.) por el trabajo, el esclavo conquista po-
B. En los tiempos modernos (y en co a poco el dominio de sí y de la na-
la Antigüedad en PLATÓN). Distinta turaleza.
de la lógica o incluso opuesta a ella. v. 23.
l. En PLATÓN: proceso por el que 3. En los marxistas ( el término no
el alma se eleva de las apariencias del es empleado por MARX) : adaptación de
mundo sensible a las realidades tras- la concepción hegeliana al materialis-
cendentes o Ideas del mundo inteligi-
mo de MARX. HEGEL, corno idealista,
ble. atribuye el proceso dialéctico a la idea.
13. la dialéctica no es un mé- MARX y ENGELS, materialistas, nn los
todo lógico; toda su fuerza está procesos dialécticos en la mater:a. ci._,
en la intuición inmediata de Jo ab- la que el pensamiento só!o cor::-~:tuyl'
soluto, que no abarca, en verdad, un reflejo; es fundamentalmente en ::J.
por completo del primer golpe, pe- m.1\teria donde se oponen los contrarios
ro a Jo que se eleva progresivamen- y la conciliación se realiza. V . .llatc-
te atravesando todos los grados del riali3mo dialietico.
ideal y del ser. (Paul JANET, Es-
sai sur la dial. de P/aton, 109.) 15. En Hegel, la dialéctica es
2. En HEGEL: proceso por el que el la idea desarrollándose a sí misma.
pensamiento (que se confunde con (... ) En Hegel, el desarrollo dialéc-
el ser) se desarrolla según un ritmo tico que se desarrolla en la natu-
ternario: tesis o afirmación; antítesis raleza y en la historia ( ... ) no es,
o negación; sintesis o negación de la pues, más que el reflejo del auto-
negación, por la que se conserva lo que movimiento personal de la idea
de verdadero contienen las dos propo- ( ... ) con independencia de todo ce-
siciones antitéticas. V. Aufhebung, En rebro humano. Era esta inversión
tanto que la lógica se funda en la in- ideológica la que se trataba de eli-
compatibilidad de los contrarios, el mo- minar. Volvimos a considerar las
vimiento de la dialéctica hegeliana tie- ideas de nuestro cerebro desde el
ne por motor esa misma oposición, que punto de vista materialista, como
tiende a reducirse. reflejos de los objetos, en vez de
14. Jlamamos dial<'ctica al mo- considerar a los objetos reales co-
vimiento racional superior a cuyo mo reflejos de tal o cual grado de
favor esos términos en apariencia 111 idea absoluto ( ... ) y al hacerlo,
separados [el ser y la nadn] pa- la dialéctica levantó la cabeza, o,
san de unos a otl'os espontánea- más exactamente, de andar de ca-
mente, y por la pl'opia virtud de beza pasó a verse de nuevo en dos
lo que son, resultando asi elimi- pies. (F. ENGELS, L. Fcucrbach,
nada la hipótesis de su sepal'ación. § 4.)
(HEGEL, Scienc• el• la logiquB, 1, 16. Cuando alguien dice que
99.) hay unn dialéctica en las cosas, só-
DI.\LI';CTICA 262

lo puede ser en las cosas en tanto to, el Dios revelado. Hay en todo
que ,;l las piensa, y esta ohjctivi- ello fecunrlas oposiciones de natu-
dnd es, a fin de cuentas, el colmo raleza dialéctica, (H. DUMÉRY,
del subjetivismo, como habla de- l'ltr11omé110/. et rclig., 12.)
mo.;trado el ejemplo de Hegel. 2. En sentido menos estricto (que
Mnrx no desplaza, pues, la dialéc- consel'va unn verdadera oposición, pe-
tica hacia las cosas, sino que la ro sin reducirla a la contrariedad 16-
dosplaza hacia los hombres, toma- gira) : proceso del pensamiento o el de-
dos, desde luego, con todo su apa- venir que progresa por una alternancia
rejo humano y en tanto que com- de movimientos de sentido inverso o por
prometidos por el trabajo y la cul- un juego de causalidad reciproca. Dia-
tura en una empresa que trans- léctica de la intuición y el discurso, del
forma la naturaleza y las relacio- amor y el deber, del actor y el perso-
nes sociales. (M. MERLEAU-P., Élo- naje, del amo y el esclavo.
ge de la ¡,hilos., 70-71.)
20. El esplritu científico mo-
V. Jlctafísica, 37, 38. del"llo realiza una justa dosifica-
C- En nuestros dias: aunque (o ción de prudencia y audacia; se
por estar) muy de moda y de uso co- halla sin cesar animado por una
rriente, <cdialéctica» se toma en senti- especie de dialéctica de la inven-
dos tan diversos que es dificil darle ción y la reflexión. (G. BACHELARD,
una significación precisa. Le matérial. rat.ion., 123.)
l. En el sentido más estricto (con- 21. la dialéctica de lo racional
scn·ando lo esencial de la noción he- y lo experimental... (G. BACHE-
geliana) : proceso del pensamiento que LARD, L'activité ratio11aliste ... , 2.)
toma conciencia de sí mismo y se ex- 22. El interracionalismo en for-
presa mediante afirmaciones antitéti- mación que podemos sorprender en
cas que una síntesis englobante trata la dialéctica maestro-discípulo es
de reducir. filosóficamente más rico en ense-
17. Los modernos dirán que su ñanzas que el racionalismo forma-
conocimiento [el de Dios] es dialéc- lizado. (G. BACHELARD, Rational.
tico, es decir, que toda afirmación appl., 20.)
sobre él provoca la afirmación 23. La dialéctica del maestro y
contraria. Ya Santo Tomás mos- el discípulo se invierte a menudo.
traba que cuanto de él se dice En un laboratorio, un joven inves-
debe ser al momento negado, que la tigador puede adquirir un conoci-
teología negathra es el complemen- miento tan avanzado de una técni-
to necesario de la teología afirma- ca o una tesis que sea en este pun-
tiva. (J. DANIÉLOU, Dieu et 11ous, to maestro de su maestro. (Ibíd.,
65.) 23.)
18. Para todo pensamiento dia- 24. La existencia del individuo
léctico hay un pecado capital que en el tiempo implica las tres dia-
debe evitar a toda costa: es la lécticas del pasado y el futuro, del
toma de posición unilateral, el sí saber y el querer, del yo y los
o el no. ( ... ) La única manera de otros. (R. AnoN, Introd. a la phi-
acercarse a la realidad humana -y /os. de l'hist., 335.)
Pascal lo había descubierto dos si-
glos antes que Engels--, es decir, 25. La dialéctica interna del
sí y no, reunir los dos extremos pensamiento es un vaivén constan-
contrarios. (L. GoLDMANN, Le dieu te de la bienvenida a la réplica, de
caché, 187.) la asimilación a la invención, de la
pasividad a la actividad. (E. Mou-
19. la experiencia religiosa lo NIER, Tr. du caract., 680.)
es de lo invisible y por eso se da
representaciones de ello. Es expe- 26. Un ejemplo más sorpren-
riencia de lo inexpresable, y por dente aún de ese mismo movimien-
eso se da expresiones de ello. (... ) to dialéctico nos lo proporciona el
Yavé es el Dios oculto, inacce- caso en que el personaje reobra so-
siLle. Por eso se convierte en bre su propio creador. (G. GusnonF,
el Dios próximo y familia,·. Es el Découv. de soi, 262.)
Dios no manifiesto, impenetrable, 27. Nuestros recuerdos nos han
Por eso se hace el Dios manifies- hecho; hacemos nuestros recuerdos,
2G3 DIALJ::CTICA
Equilibrio de presente y pasado 33. [Por oposición a eid:Otico.]
del que deriva toda la dialéctica Decimos que una actividad, un
ile la memoria. (G. Gusoom,•, JIU- proceso, un progreso son ele rarác.
moir,~ t'f JJf'.Tso,rne, I, 256,) ter dial~ctico cuando vuelven a
28. A decir verdad, esa dialécti- poner en cuestión sus fundamen•
ca de tres términos sigue siendo tos, sus orígenes o sus principios.
grosera; (... ) cada término de esa (F. GONS~'Tll, /'/tilo,, 11,'o-seol., 18.)
triada se uclialectizao interiormen- 34. Un conocimiento dialéctico
te, quiero decir que cada uno es debe estar abierto a la experien-
afectado por un proceso doble e cia, ser capaz de integrar su pro-
inverso, por unn tendencia a clog- pia experiencia. Para ello necesita
matizarsw y una tendencia a pro- estar tejido con la doble trama de
blrmntizar•e. Es ésta una manera experiencia y razón de que ya he-
más sutil de hacer vibrar a la ver- mos hablado; necesita ser perfecti-
dad. (P. RrcoEUR, Tlisl. r,t i,érilt', ble, progre·sivamente especificable
147.) y revisable si llega al caso. ([bid.,
29. esa fecunda dialéctica de la 162.)
ap/icació11, por la que el teórico in- 35. a pesar de las precisas de-
forma a la experiencia y se infor- finiciones de la palabra dialéctica,
ma por ella. (J. CmsfNIER, en Re- dadas en diversas ocasiones por
c/1creltcs et dial. phi/os. et écon., Gonseth, en sus trabajos mismos
núm. 2, 18.) es más una atmósfera, un cierto
V. Concreto, 5; Dualism.o, 11; Expe- clima lo que decide nuestra com-
riencia 11, 6. prensión de la palabra. Y a su vez
3. En los promotores de la «filoso- son las palabras: revisable, diná-
fía abierta» (princip. F. GoNSETH) que mico, provisional, las que dominan
reconocen también el proceso mental ya ese clima. (J. DESGRANGES, Le dé-
señalado (2): actitud del espiritu que clin des absolus, 144.)
no considera ninguna afirmación como 4. En sentido muy amplio (no con-
rigurosamente definitiva y profesa el servando apenas de la noción hegelia-
principio de revisibilidad• universal. V. na más que la idea de movimiento y
Idóneo, Abierto B. progreso), carácter del pensamiento J:.
30. El juego dialéctico no está námico que, en vez de instalarse en In
saturado de antemano, sino, por adquirido (pensamiento estático), tien-
el contrario, abierto, en devenir~ de a superarse; método consistente en
Va acompañado de una constante tratar de comprender lo que se estu-
creación de objetos mentales, nue- dia volviendo a situarlo en la realidad
vos e imprevistos, a los que arras- viva, histórica, concreta.
tra inmediatamente en su ritmo. 36. La acción lleva en sí una
El ejercicio dialéctico es, pues, ex- norma cuyos exigencias, consecuen-
periencia interna, con todas las cias y sanciones sólo se revelan en
sorpresas, todos los azares de la y por el desarrollo mismo de su ín-
creación-descubrimiento. (F. GoN- tima historia. Hay, pues, que, por
SETH, uPhilos. math.», 25, Actuali- así decirlo, situarse en ella, asis-
tés ... , núm. 837.) tir a esa dialéctica de la vida real,
31. De un conocimiento que considerar su itinerario y su re-
acepta su propia revisión como sultado... (111. BLONDEL, L'adion,
parte de la ley de su progreso 1937, 11, 411.)
( ... ), que acepta con todas sus con- 37. Dialéctica, si se quiere, la
secuencias el diálogo entre el a marcha hacia Dios es en todo ca-
priori y el n pllstcriori, diremos so una dialéctica de acción tan to
que es de carácter dialéctico. (F. como de discurso. (... ) A fin de
GoNSF.1'11, TJi1tfrctica, 4 [16 nov. cuentas, he aquí el Yerdad~ro nom-
1047), 208.) bl'e de esa dialéctica: ltint•1·a,-io dd
32. El proceso dialéctico es alma ltacia Dios. (K LE RoY, Le
esencialmente prog1·eso de depura- pl'obl. el,· Dic11, 125.)
ción de un conocimiento bajo In 38. [ «La dialéctica como yo la
prc•siim do una experiencia con concibo», p. 13): no es, pues, el
la que se confronta. (F. GoN~E1'11, prog1·eso sintético hegeliano que
Dialcclic1t, G [junio 1048], 02.) supern a la vez la tesis y la an-
DIALELO 264

títesis y las engloba en la síntesis, de Royaument, Ed. de Minuit,


sino el progreso de una reflexión 1957.)
que trasciende sus propias posicio-
nes. (G. lllARCEL, Jo11r11a! ,néta,ph., DIALELO. Gr. diallclos (sobrent.
12.) ti·opos), maneru de razonar en la que
los argumentos se fundan valiéndose
39. la verdadera dialéctica con- ( clia, por medio de) uno de otros ( alli-
siste, no en una sarta de concep- lón),
tos, sino en el propio movimiento
de la inteligencia trabajando so- Sofisma consistente en probar una
bre sí misma. (G. MARCEL, cit. por tesis apoyándose en esa misma tesis.
J. CIIENU, Le thécit,•c de G. 111., 45.) Nombre griego del circulo• vicioso. En
particular, argumento de los escépticos
40. La dialéctica es esencial- de la Antigüedad: «Para saber que hay
mente expresiva del dinamismo del una demostración, decian, por ejemplo
espíritu, reflejo del de las cosas ... (Diógenes LAERCIO, IX, Pirrón; E. Gar-
(A. SESMAT, Dialcctiq11c, ... , 132.) nier, 11, 187): neeesitamos un criterio,
41. Llamamos dialéctica a una y para demostrar qué es un criterio,
relación tal entre dos actos que el nos hace falta una demostración, De
primero halla su perfección en donde 1·esulta que, puesto que cada uno
el segundo. (A. HAYEN, Communic. de ellos remite al otro, ambos son in-
de l'ctrc, II, 182, n.) comprensibles.»
42. La vida del espíritu es, pa- DIÁLOGO. Gr. dialogas, der. de
ra Santo Tomás, vida y no inmovi- dialcgein, hablar, discurrir (legein, de
lidad. Progresa. Es una dialéctica, donde der. lagos) uno con otro (día,).
Es decir, que, por el despertar de
la reflexión, la vida exterior se A. Prop.: conversación entre dos
perfecciona en conocimiento, el que, personas. Se op. a monólogo. El mo-
a su vez, se perfecciona en amor, nólogo supone un oyente o un ..udito-
expresándose en las obras exterio- rio, mientras que el soliloquio consiste
res. (Ibíd., 200.) en hablar (lat, loqui) solo (solus), V.
Comunicaci6n, Inter8'Ub;ctividad (en
43. Nuestro tiempo ha visto el Sub;etiwmo).
fin del método lógico, al menos si
queremos entender por tal el es- l. El punto de partida de una
fuerzo para captar las relaciones investigación filosófica es siempre
estáticas entre las ideas puras fue- un fenómeno. (... )
ra del devenir histórico del indi- Ahora bien, el fenómeno que nos
viduo y de la humanidad. Lo que parece proporcionar, y sólo propor-
Jo reemplaza es el método dialécti- cionar un punto de partida ade-
co, es decir, el descubrimiento pro- cuado es el diálogo. (A. BRUNNER,
gresivo del espíritu humano, que La connaiss. hum., 22.)
se conoce poco a poco creándose a 2. La existencia de mi interlo-
través de sus contradicciones: la cutor, lejos de ser el resultado del
dialéctica es, en suma, en la expli- diálogo, es su condición, (... ) En
cación, la sustitución de las cate- el diálogo estoy desde el primer
gorías lógicas por categorías his- momento en contacto con una rea-
tóricas. (J. LACR0IX, Marxismo, lidad que existe independientemen-
cxist., pcrsonn., 62.) te de mi pensamiento ... (lbld. 26.)
44. Cuando nos proponemos es- 3. Lo propio del diálogo (... ) es
tudiar un texto, el método dialécti- la reciprocidad (en la igualdad con-
co consiste, en primer Jugar, en in- sentida) de las presencias y las ac-
tegrarlo en conjuntos significativos ciones. (M. DESCHOUX, en L'hommo
cada vez más vastos, es decir, en et son prochain, 32, P. U. F., 1966.)
la obra de la que está extraído,
en el conjunto de la obra del au- 4. El diálogo es a la propagan-
tor, en el complejo de las corrien- da lo que el amor a la violencia.
tes literarias, filosóficas y religio- (lbid.)
sas de la época o del país en que 6. Los objetivos son separados
ha sido escrito, y, finalmente, en y exclusivos; las conciencias son
el conjunto de la vida social, eco- reciprocas, Su existencia es diálogo
nómica y política. (L. GoLDMANN, y su unidad consiste en vivir unas
en Blaise Pascal, 111-112, Cahiers de otras, en 1111 intercambio 'f un
265 DIARIO

enriquecimiento mutuos. (G. MA- esquivar la vidn que para practi-


DINIER, Canse. et siu11i/ic., 100.) carla. El diario hace de confiden-
G. Ln intenci6n del diálogo nos te, es decir, de amigo y de esposa;
parece ser ante todo la ele unn gé- sustituye a la producción, a la pa-
nesis recíproca. No se trata tan tria y al público, Es un engañado-
sólo de la expresión de una verdad lores, un derivati,•o, unn escapato-
poseída que serín después intercam- ria. (H.-F. AMIEL, Jo1<rnaL int., 26
biada como una especie d., haber, julio 1876.)
unn posesión adquirida. ~:s en el 5. He vuelto a leer, antes de
diálogo donde las ideas se forman mi marcha, todo mi diario; me hn
nu\s nú.n de lo que se comunican. producido un disgusto inexpresa-
(A. I•'0IIEST, en L'lrnmme el son ble. No encuentro en él más que
prorhai11, 210, P. U. !•'., 1956.) orgullo; orgullo incluso en la ma-
7. Quienes no son seres de diá- nera de expresarme, siempre con
logo son fanáticos. (J. LACR0IX, alguna pretensión, ya sen de pro-
Sena d11 dial., 130.) fundidad, ya de ingenio. (A. Gmc,
Journal, p. 38, Pléiade.)
V. Con111tticaci6n, 6; Dualidad, 11;
D11da., 6; L6gica, 17; Persona, 36. 6. El deseo de escribir bien es-
B. Por anal.: nlternancin de dos tas páginas de diario les quita to-
factores complementarios. El diálogo de do mérito, nun el de la sinceridad.
lo abstracto y lo concreto. (lbíd., 30.)
Sin.: dialéctica en el sentidn C 2. 7. El diario íntimo no es nun-
8. El pensamiento científico se ca, ni puede serlo, una simple ac-
presenta hoy como un diálogo de ta levantada para uno mismo. La
la hipótesis y In experiencia. (F. sola presencia del papel basta pa-
Russo, Hiat. do la pettSéo sciont., ra desviar el análisis. Es la con-
106.) ciencia misma del sujeto que se es-
cucha, que se desdobla, o más exac-
DIARIO INTIMO. Relato cotidiano o tamente que se divide en tres: al
al menos muy frecuente y escrito pa- Yo observante y al Y o observado
ra uno mismo de los acontecimientos viene a añadirse un Yo superior
del día y, sobre todo, de las reacciones que aprecia el conjunto, y cuyo
interiores por ellos suscitadas. punto de vista anticipa el del pro-
l. Un diario de viaje debe es- bable lector en el caso del escri-
tar lleno de sensaciones; un itine- tor. (G. GUSDORF, Découvcrte do
rario, vacio de ellas. (STENDHAL, soi, 70-71.)
Journal, 28 junio 1813.) 8. Mi diario se compone de ho-
2. Pongo en ejecución el pro- jas arrancadas a mi diario íntimo.
yecto tantas veces hecho de escri- (J. GREEN, Le bel aujourd'hui, 21,
bir un diario. Lo que más viva- 25 marzo 1965.)
mente deseo es no perder de vista 9, El diario íntimo es accesorio
que lo escribo para mi solo. ti:spe- tan necesario al narcisismo psico-
ro, pues, ser sincero, y que ello me lógico como el espejo al narcisismo
haga ser mejor. (E. DELACROIX, físico. (J. DELAY, Jeuncsse d'A. Gi-
Journal, 3 sept. 1822.) de, II, 543.)
3. Para ocupar la velada, releo Dic!um. Part. pasado del verbo dice-
mi diario (... ). Al empezar, me ha- ro (decir), empleado substantivadamen-
bía prometido no hablar sino para te. Ha dado en subst. dicho: del dicho
mi, y, sin embargo, es tal la in- al hecho ...
fluencia del hábito de hablar para
la galeria que a veces me olvido. Como sin. del gr. lr.~is: simple enun-
(B. CoNSTANT, Jo1tr11al illt., 91, ciado que no se dn ni como verdadero
Ollendorf, 1805,) ni como falso.
4. El diario es almohada de la Dictum de 011111i et 1111/10, Principio
pereza; dispensa de completar los genernl del silogismo considerado des-
temas, admite cualquie,· repetición, de el punto de vista de la extensión. Se
acompaña todos 101 caprichos y explica nsl:
meandros de In vida Interior y no Lo que se dice de toda una clase ( dic-
se propone ningún fin. Este diario /1<111 de 011rni) se die,• igualmente de to-
( ... ) me habrá servido más para dos los individuos que a ella pertenecen;
DIFERE:-:CIA 2G6

Lo que no se dice de ninguno ( dic- MNodo dr diferencia. V. Método.


tu 111 de mtllo) ele los individuos de una lndif<'1·encia, Se dice sólo ele las dis-
clase, es decir, lo que se niega de toda posiciones ele In afectividad o del que-
una clase, se niega también de los in- rer. V. en su orden alfab.
dividuos de esa rlase. V. Nota notae.
Diferenciación. A. Pl'occso por el
que dos cosas semejantes se hacen di-
DIFERENCIA. Lat. diffc,.entia, der. ferentes.
de <liJ.ffrr<', lle,rar de una parte a otra
(dis), ser diferente. 2. En la evolución orgánica, la
naturaleza procede por diferencia-
A. Relación de alteridad• entre co- ción a partir del tipo original. (CI.
sas que tienen elementos idénticos. BERNARD, Pr. de méd. exp., 143.)
. R Carácter por el que una cosa se B. El hecho de que una cosa difie-
d1stmgue <le otra. Lóg.: la diferencia ra de otra y pueda ser distinguida de
específica es el carácter por el que ella.
una especie se distingue de las demás
especies del mismo género. Es uno de 3. En el reino mineral, la dife-
los cinco predicables. renciación de los individuos no
existe; no hay cristales individua-
. Contr.: semejanza*, similitud*. In- les. (Cl. BERNARD, Pr. de méd. exp.,
diferencia* se emplea sólo en sentido 114.)
moral.
4. El hecho de pertenecer a un
l. Las cosas son distintas por- grupo bien determinado constituye
que son ~arias; son diferentes por- ya una diferenciación por relación
que no tienen las mismas cualida- a la masa. (G. DuRANDIN, en Tr.
d~s .. E_~ rigor, siempre que hay de psych. appl., de PIÉRON, V,
distrnczo!l, hay diferencia, porque 1181.)
no podr1amos encontrar dos cosas C. Acto por el que el espíritu di-
absolutamente iguales. Pero no se ferencia una cosa de otra, es decir, las
tienen en cuenta las clifcrencias distingue y determina aquello en que
que no se perciben: por ejemplo, se distinguen.
no hallamos diferencia entre dos
esc_udos que, en cambio, sí distin- 5. Cuando un experimentador
guimos. Los pasaron a cuchillo sin se encuentra frente a fenómenos
distinción de sexo, es decir, hacien- complejos debidos a las propieda-
do caso omiso de que la hubiese en des reunidas de diversos cuerpos,
ellos. Estaría mal decir sin dife- procede por diferenciación, es de-
rencia de sexo. Tampoco podría cir, que separa sucesivamente ca-
emplearse di.stinción en la frase da uno de los cuerpos uno a uno,
siguiente: A menudo hay diferen- y ve por diferencia lo que a cada
cia entre un hombre de letras y un uno de ellos pertenece en el fenó-
hombre de ingenio. (CONDILLAC, meno total. (Cl. BEnNARD, Introd ... ,
Syn., III, 209.) II, u,§ 8.)
Hay, pues, dos clases de espíri- DIFICULTAD. Lat. clifficultas, ca-
tus. Unos notan con facilidad las rácter de lo que es difficilis, es decir,
diferencias en las cosas, y esos son no (dis) fácil (facilis).
los buenos. Los otros imaginan y
suponen semejanza entre ellas, En sentido abstracto: carácter de lo
y ésos son los espíritus superfi- que es difícil. En sentido concreto: la
ciales. (MALEBRAl<CHE, Rcch. de la misma cosa difícil o lo que la hace di-
vér., 11, Parte 11, VIII, 2.) fícil.
(... ) hay que poner aquí la di- Es buscando pruebas como he
f erencía por encima de la seme- encontrado dificultades. (DIDEROT,
janza; y es que la diferencia nos Pe,uiécs phi!., LXI, p. 48.)
descubre la riqueza infinita de la V. Objeción, 1.
realidad en tanto que la semejanza
la destruye ( ... ) Reconocer y apre-
ciar las diferencias: tal es, diria- DIGNIDAD. Lat. dignitas, cualidad
se, la función esencial del espíritu de lo que es dig1ms, adj. der. de dccct
(L. LAVELLE, Tr. des valcurs, II, (conviene).
264-265.) A. En ~~ntid9 abstracto: carácter
267 DILEM.\
o cualidad del que es (y por analogía naturaleza humana en sí y en los de-
de lo que es) digno, es decir, como con- más. Estú implicada en torln moral pu.
viene, y que, por consiguiente, merece ramente racional, p. ej. en la moral de
aprobación o incluso respeto. La ac- los estoicos, pnrn quienes es pn•ciso vi-
titud que es expresión de ese cnrúc- vir conforme a la propia naturaleza de
tcr. hombre, es decir, conforme a la raz<Jn.
Sill,: seriedad, gravedad, grandeza, Antaño centrada en los deberes hacia
nobleza, prestancia, mnjegtad. sí mismo, hoy considera sobre todo los
deberes hacia los demás.
l. Ln dignidad es el carácter de
lo '}UC" tiene valor de fin l~n sí, y 3. Torla la moral humana ( ... )
no solnmente de medio. No hoy que depende de este principio único:
confundir precio y dignidad. Una respeto igual y recíproco de la dig-
cosn. tiene precio cuando ¡guede ser nidad humana... (Pnouo110N, La
reemplazada por otra equivalente. justice da,rs la Rérol. et dans
pero lo que no tiene equivalente, y l'É.'gl., II, 74, ed. Riviére.)
por tanto, está por encima de to-
do precio, tiene una dignidad. Sólo DILATADO. Lat. clilatatztS, der. de
las personas tienen una dignidad latus (ancho), con el pref. dis indican-
o valor; ]ns cosos sólo tienen un do alejamiento.
precio. (J, LACROIX, La socio/. d' A. Cnracterol. En el test. de RonscHACII,
Comfc, p. 27-28.) se opone a coartado. En el vocab. de
1 '. Dignidad es, o bien la buena la morfopsicología de L. GORMAN, a re-
opinión que tienen los hombres, tractado•.
grnnjendn en justicia por la vir- Física y psicológicamente, el diala-
tud, o cierto decoro que asoma al tado es abierto, expansivo. De natural
exterior de In virtud, que vive re- fácil, optimista, afectuoso, carece de
catada en In más entrañable inti- personalidad, de carácter.
midad. (J. L. VIVES, Introducción a
la sabidztría, § 26, p. 24.) Ad. E. DILEMA. Gr. dilc:mma: dis, dos ve-
ces; lemnia, lema, dato, premisa.
B. En sentido concreto (una digni-
dad, dignidades) : título, honor, cargo A. Prop.: razonamiento disyuntivo
que sitúan a alguien en un nivel ele- (es decir, cuya mayor enuncia una dis-
vado de la jerarquía social. yunción*: o bien, o bien) en el que dos
Dignidad humana (más exactamente: miembros de la misma alternativa* con-
dignidad de la persona humana). Valor ducen a la misma conclusión. Los esco-
particular que presenta todo hombre en lásticos lo llamaban sy/logismzts con,u-
tanto que hombre (es decir, en tanto tus. Esquemáticamente:
que razonable y libre, o en tanto que hay necesariamente que optar entre
persona), y que merece el respeto de A y B;
todos. ahora bien, si A es verdadero, C es
2. La dignidad humana es tan verdadero;
refractaria a In opresión social co- si B es verdadero, C es también ver-
mo ni despotismo del instinto; uno dadero;
se acomoda mal a no ser más que
una bestia salvaje o un animal luego C es necesariamente verda-
amaestrado. (J. RosTAND, De la va- dero.
nité, núm. 347, p. 116,) l. Allí [en la Prott'ptica de
Principio de la dignulad humana. Aristóteles] se encontraba d dile-
KANT lo ha formulado nsi: «Obra siem- ma famoso: o bien no es necesa-
pre de tal suerte que trates n In huma- rio filosofar, o bien es necesario fi-
nidad, en tu persona tanto como In per- losofar; si es necesario filosofar,
sona del prójimo, como un fin y no co- <'S necesa1·io filosofar, v si no es
mo un simple medio». Este principio necesario filosofar, pa1:a mostrar
se halla integrado en todas las morales que no es necesario filosofar, es
que no sitúan el fin de la vida en el necesario también filosofar1). (R. A.
placer egoísta. GAllTIIIER, .lfora/c cl'A rist ,, ,J.)
Moral de fo cliunulacl """'ª"ª·
trina según la cual el principio fun-
Doc- B. Abusiv., pero corrientemente, si-
logismo disyuntivo, es decir, aquel
damental ele In moral es el respeto II In ruya mayor enuncia una disyunción•
DI~IENSióN 268

o alternativa•: una de dos: o bien ... , o la experiencia la que nos ha de-


bien ... Se descnrtn entonces uno de los terminado a. ejercitarlo en un sen-
miembros dC' la nltC'rnativa, y con ello tido y no en otro. (II. PorNcAnl:,
queda estahlerida la verdnd del otro. «Pourquoi l'espace A trois dimen-
En 1ns rliSl'Usiones corresponde de or- sions?)), U. ,le mét, d de mor., ju-
dinario al atacado elegir entre los dos lio 1912.)
miembros <le ln alternativa, a menos 2. El tractor da nuevas dimen ..
que pueda esquivar el dilema por un siones n la extensión: los campos
addo f<'rtium (añado una tercera hi- se median antaño por la super-
pótesis). Para preYenir ese peligro el ficie trabajada por un hombre y
atarante trata de presentar la alterna- su herramienta en el curso de una
tiYa bajo la forma de proposiciones jornada («el jornal» de ciertas re-
contradictorias, como en el dilema de giones) ; hoy se miden por hora
Aristóteles. (V. A.): o el filosofar es de tractor o de cosechadora. (H.
necesario, o el filosofar no es necesario.
MENDRAS, en el Tr. de sociol., de
2. No hay medio de escapar G. GURVITCH, 1, 320.)
a ese dilema: o bien la ciencia no
permite prever 1 y entonces carece B. Fig.: componente particular de
de valor como regla de acción, o la realidad o el pensamiento.
bien permite prever de un modo 3. la solución biológica o eco-
más o menos imperfecto, y enton- nómica de un problema humano
ces no carece de valor como medio (... ) es incompleta y frágil si no
de conocimiento. (H. POINCARÉ, Va- se tienen en cuenta las más pro-
lrnr de la se., 220.) fundas dimensiones deil hombre.
3. Si Dios no es el Ser, ¿có- Lo espiritual es también una in-
mo explicar el mundo? Pero si fraestructura. (E. MOUNIER, Per-
Dios es el Ser. ¡_cómo puede haber sonnalisme, 27.)
otra cosa que Él? (. .. ) ¿ Podemos 4. la dimensión colectiva de la
salir de ese dilema? (E. GILSON, acción. (]bid., 110.)
Esprit de la philos. médiév., I, 5. No hay patria sin historia.
87.)
En Estados Unidos se ve demasia-
4. cuando [los oradores] «en- do bien lo que es un pueblo pri-
cierran a su adversario en un di- vado de la dimensión del tiempo.
lema», suele tratarse de un silo- (S. WEIL, L'enracinement, 197.)
gismo disyuntivo. «¿ Cómo, seño-
res, escapará el ministro a ese 6. La lectura es una dimensión
dilema? O bien ha sido engañado del psiquismo moderno. (G. BA-
por los servicios de su ministerio, CHELARD, Poétique de la reverie,
22.)
en cuyo caso debe proceder a un
severo castigo, o bien ha sabido lo 7. La tradición idealista de Oc-
que ocurría y es sobre él sobre cidente se ha instalado en esa
quien debe recaer la sospecha. dimensión conceptual que le pa-
¡ Pero nos asegura que sus servi- rece constituye el orden mismo de
cios no le han engañado, protege la realidad. Lo absoluto es el lu-
a sus colaboradores! Luego, etc.». gar ontológico del filósofo a par-
(J. MARITAIN, Pctite logique, 303.) tir de Platón. (G. GUSDORF, Tr. de
V. Antropomorfismo, 2; Historia, 86, métaph., 104.)
8. La 1·elación con el otro se
DIMENSióN. Lat. dimcnsio, acción desarrolla según las dimensiones
de medir (mctiri) de un extremo a contradictorias, o más bien com-
otro, mensuración, dimensión. plementarias, de la simpatía y la
A. Prop.: cantidad que mide la ex- agresividad. (Ibíd., 283.)
tensión de los cuerpos. 9. Las dimensiones vividas del
l. la facultad de construir un silencio, el amor, la luz o la no-
continuo físico y matemático ( ... ) che ( ... ) evocadas por los artis-
podría ejercitarse en sentidos di- tas, restituían asi la profundidad
versos; ella nos permitirá cons- del campo de la existencia, pero
truir un espacio de cuatro dimen- no obtenían la convalidación on-
siones, lo mismo que un espacio tológica de los filósofos, que per-
de tres. Es el mundo exterior, es sistian en excluir al poeta de la
269 DINAMISMO

ciudad de los es¡,lritus puros. Los 2. Por anal.: parte de la ciencia


pensadores existenciales han reco- (en partic. de la sociología) que estu-
nocido In importancia de tales ho- dia su objeto en movimiento o en evo-
rizontes primordiales. (lbúl., 302- lución, y no, romo la estática•, consi-
303,) derándolo en su estado actual.
10. La relación con Dios pare- 4. el verdadero espíritu gene-
ce imponerse como una dimensión ral de la sociología dinámiea con-
constitutiva de la realidad del siste en concebir cada uno de los
mundo humano. (lbíd., 401.) estados sociales consecutivos como
V. Bratilud, 1; Hü,toria, 71; Mito, el resultado necesario del prece-
12: Sustancia, 9. dente y el indispensable motor del
Din. Del gr. dy11asthai, poder; dy- siguiente, según el luminoso axio-
11atos, que puede, potente. ma del gran Leibniz: el presente
está encinto del futuro. (... ) En
Primer elemento de palabras como una palabra, la dinámica social
dinamo, dinamómetro, dinastía. Más estudia las leyes de la sucesión,
recientemente hn servido para formar mientras que la estática social
la pnlabra dina. busca la de la coexistencia. (A.
DINAMISMO COMTE, Cours de philos. posit., IV,
Dinámico. A. Adj. l. Prop,: rela- 263-264.)
tivo a la fuerza (gr. dy11amü,), que 6. la perennidad que no halla-
despliega fuerza, que provoca trans- mos en la estática de la razón pue-
formaciones. Bergson opone la «reli- de tener sitio en su dinámica o,
gión* dinámica» a la «religión está- como hoy prefiere decirse. en su
ticaD. dialéctica. Si así sucede, los con-
l. Debes, hija mia, concebir ceptos y las leyes, por las que se
ante todo esta gran ciencia [la expresan, pueden muy bien modi-
socio!ogia] como compuesta por ficarse; pero es en su línea gene-
dos partes esenciales: una estáti- ral, siguiendo una directriz que
ca que construye la teoría del or- permanece idéntica. (A. LALA:<DE,
den; otra dinámica que desarrolla La raison et les 1rnnnc·s, 16.J
la doctrina del progreso. (A. CoM- Dinamismo. A. Filos. Doctrina que
TE, Catéch. posit., «4. entr.», Gar-
11
admite en la materia la existencia <le
nier, 1922, 138.) fuerzas. Se op. a mecanisn10*.
2. Llamo inconsciente dinámi- l. En sentido usual: doctrina se-
co al que trabaja, al que elabora gún la cual la realidad material no se
en la sombra combinaciones in- reduce a la masa• y al movimiento que
coherentes o adaptadas, invencio- le es comunicado desde el exterior,
nes absurdas o geniales. (Th. R1- sino que comporta esencialmente fuer-
BOT, La vie inconsc. et les 11ou.v., zas, al menos la de inercia. Es la con-
65.) cepción de LEIBNIZ.
3. esos estados anormales [ de
los místicos] se comprenderán sin 2. A veces: doctrina según la eual
esfuerzo si se piensa en el des- las fuerzas del mundo material tienen
quiciamiento que supone el paso una realidad propia independiente de
de lo estático a lo dinámico, de lo la masa o, incluso, constituyen la rea•
cerrado a lo abierto, de la vida lidad última de ese mundo. Es más
habitual a la vida mística. (H. frecuente decir energetismo•.
BEKGB0N, Les deuz sources... , 243.) 6. Se ha llan1ado dinamismo a
2. Por anal., hablando de personas: un sistema que realiza o sustnn-
que manifiesta una gran actividad, en cializa las fuerzas. (0. l-IAMELIN,
particular un especial poder para Essai .. . , 198.)
arrastrar a los demás. Un jefe diná- V. M,·canis1110, 20.
mico. B. En el uso corriente: carácter de
H. Dinámica. Subst. f. l. llfat. (poi· In persona (fiska o moral) que es di-
opos. a estática.) Parte de la mecánica námica en el sentido 11, es decir, que
que tiene por objeto el estudio del mo- manifiesta espíi-itu de empresa, y, por
vimiento de los cuerpos bajo la acción tanto, de conductor. El dinamismo de
de fuerzBB. un oficial. di.:o una tropa, de una so-
V. Jlfecaniamo, 14. ciedad industl'iul.
DIOS 270

Dinamogénico. Que engendra -cncr- l. Impersonal y confundido con el


¡ría, que eleva el tono• físico o 11si- mundo y con los espíritus (concepción
quico. ponteistn).
Sabemos que las excitacio- 4. Ln sustancia de Dios es para
nes musicales son dinamogénicas. ZenÍ>n el conjunto del cielo y del
que determinan un aumento gene- mundo (... ). Antípotro dice, por
ral de la actividad or¡ránica, (H. su parte ( Del Mundo, libro 7), que
DELACROIX, Psycliol. de /'art, 109.) la sustancia de Dios es de aire
Dionisiaco. V. Apolíneo. Beto (De !et Naturaleza) afirma
que la sustancia de los dioses es
DIOS la esfera de los astros fijos. (Dió--
Dios. Lat. deus, que parece der. de genes LAERCI0, Vie, doctrines •.• , VII
dcil'os, luminoso, celeste. V. Absoluto, [los Estoicos], ed. Garnier, 11, 95.)
Acto ¡mro, Perfecto, Por sí. 5. Fuera de Dios, ninguna sus-
A. Noción común (lomada princi• tancia puede ser ni ser concebida.
palmente de la religión) : ser sobrena- ...
( ).
tural al que los hombres deben hon- De ello se sigue muy claramente.
rar. Esta noción es compatible con la
1.0 Que Dios es único ( ... ).
pluralidad de dioses o politeísmo. Fue
la organización jerárquica del pan- 2. 0 Que la cosa extensa y la
teón de la Antigüedad la que condujo cosa pensante son o atributos de
poco a poco a la idea de que no había Dios (según el ao:ioma 1) o afec-
más que un verdadero Dios, aquel de ciones de los atributos de Dios
quien dependían las divinidades de or• (SPIN0ZA, Étwa, 1, XIV,)
den int"'erior. 6. Qué otra cosa es Dios para
l. Homero y Hesiodo han atri- la humanidad, sino el resumen
buido a los dioses todo lo que en trascendente de sus necesidades
los mortales provoca oprobio y suprasensibles, la categoría del
vergüenza: robos, adulterios y en- ideal, es decir, la forma bajo la que
gaños recíprocos. ( ... ) concebimos la idea, como el espa-
cio y el tiempo son las categorías,
No hay más que un solo Dios, es decir, las formas bajo las que
señor soberano de los dioses y de concebimos los cuerpos. (RENAL,
los hombres, que no se parece a A venir de la se., 676.)
los mortales ni por el cuerpo ni
por el pensamiento. (JENÓFANES 7. Cuando decimos que Dios es
[s. V a. de J. C.], en Les penseurs verdad o amor. eso no significará
grccs av. Socrate, 44-45, Garnier, para nosotros que la verdad o el
1941.) amor sean propiedades de Dios co-
mo los atributos de un ser que
2. Conoce la diferencia de los existiese por su cuenta personal
[ dioses a quienes servimos: aparte de los demás seres (... ).
los tuyos te ordenaron el crimen Verda.d, amor, son su definición
[y la venganza;
misma. (L. BRUNSCHVICG, Com,aiss.
y el mío, cuando tu brazo acaba
[ de asesinarme, de soi, 191.)
me ordena compadecerte y perdo- 8. Dios no es una persona que
[ narte, podría encontrarse en el espacio
(V0LTAIRE, Za,re, V, VII.) y en el tiempo con otras personas;
3. la asamblea de los dioses es la realidad pum e íntima qu~
constituía una especie de «conse- rige en cada uno de nosotros la
jo de regencia», a la sazón inves- vida espiritual. (L. BRUNSCIIVICG,
ti\l<> de la tutela de la humanidad. Nature et liberté, 151.)
(A. C0MTE, Syst. de polit. posit., 2. Personal y distinto del mundo
II, 88.) (concepción teísta o clásico) : el Ser
H. Noción filosófica (obtenida por supremo, causa primera y fin último de
depuración racional de los datos reli- todas las cosas, concebido, por analo-
giosos y organización en un sistema gía con el hombre, como todopoderoso,
lógicos de las tesis asi cosechadas) del omniscente y soberanamente bueno.
Ser absoluto, es decir, sin mezcla de 9, la proposición «Dios existe»,
no-ser, infinitamente perfecto, necesa· en cuanto él está en ella, es evi-
rio y eterno. dente por si misma, porque el '
271 DIOS

p1·edic11do es nquí idéntico al su- que los hombres han hecho. (L'es-
jeto; Dios, en efecto, es su propio 7,rit d'Alph. Karr, 278.)
existir ( ... ), Pero como no sabe- 19. cuando la filosofía habla
mos lo que Dios es, esa proposi- de Dios. Se trata tan noco del
ción no es para nosotros eviden- Dios en el que piensan la mayo-
te; ne,·esita scr clemostrndn por lo ría de los hombres que si ( ... ¡
que nus es mejor conocido, a sa- Dios así definido descendiese al
ber, por los efectos de Dios. (SAN- campo de la experiencia, nadie lo
TO TOMÁS, Summa Tcol., I, Qu. 2, reconocería. Estático o dinámico,
art. l.) la religión lo tiene ante todo por
10. Pero, remontándonos 11 Dios un Ser capaz de entrar en relación
a partir de sus efectos, no pode- con nosotros; ahora bien, de eso
mos ronoccr la naturaleza divina es precisamente de lo que es in-
tal comn es en sí misma; sólo po- capaz el Dios de Aristóteles, adop-
demos proceder según el método tado con algunas modificaciones
de eminencia, de causalidad y de por la mayoría de sus sucesores.
eliminación ... ( lb{d., Qu. 13, a1·t. 8, (H. BEnGSON, Les deuz sources,
nd 2"'.J 256.)
11. Es al darse cuenta de que 20. Hay un absoluto en el fon-
su esencia [ In de Dios] está por do de la exigencia moral ( ... ), re-
encima de su capacidad cuando el conocerlo es ya afirmar a Dios
espíritu llega al más perfecto cono- ( ... ). No digo ( ... ) que la afirma-
cimiento de Dios. (Santo ToMÁS, In ción de Dios se deduzca de una
Boel/1iu111 De Trinit., IX, 1, art. 2.) afirmación moral antecedente.
Tampoco digo que sea preciso afir-
12. Por el nombre de Dios en- mar previamente a Dios para fun-
tiendo una sustancia infinita, eter- dar de un modo absoluto la exigen-
na, inmutable, independiente, om- cia moral. Lo que digo es que esas
nisciente, omnipotente y por la que dos afirmaciones no son distin-
yo mismo y todas las demás cosas tas, equivalen a una sola. (E. LE
que son (si es verdad que algunas ROY, Essai d'u11e philos. prcm., 11,
existen) han sido creadas, han si- 794.)
do producidas. (DESCARTES, lllédit., 21. Rechazar a un dios que la
111; (Euvrcs, IX, 35.) conciencia moral o la razón con-
13. Y pienso que es manifiesto dena, es también rendir homenaje
a todo el mundo que la considera- a Dios. (A. VALENSIN, Autour de
ción de la causa eficiente es el ma foi, 99.)
medio primero y principal, por no 22. Una voluntad no tiene por
decir el único, que tenemos para sí ningún derecho, ningún derecho
probar la existencia de Dios. sobre otra voluntad; ni siquiera
(DESCARTES, 4' Rép., IX A, 184.) la de Dios ( ... ), si se la separa
14. «¿Dios de Abraham, de Isaac de las razones de Dios. (A. D.
y de J acob» y no de los filósofos y SERTILLANGES, Philos. des úris,
los sabios? (PASCAL, Mémorial, en 16.)
Pcnsées, ed. Brunschvicg, 142.) 23. Puesto que encontramos lo
15. La palabra Dios es equivo- absoluto en el deber, es natural
ca, e infinitamente más de lo que que hayamos encontrado a Dios
se cree; y hay quien se imagina mismo. Antes de buscarlo, lo he-
amar a Dios y no ama en realidad mos encont1·ado. Sabemos que hay
sino a un cierto fantasma inmenso un bien, un bien obligatorio; si el
que él se hn formado. (MALEBRAN- deber no es Dios n.1ismo, es como
CIIE, Tr. de mor., 1, 111, 2, p. 25.) la puerta que se nos habrc sobre
16. Si Dios nos hn hecho a su lo absoluto. (,J. LAG:>!E..W, C,'h'br,-s
imagen, bien le hemos correspon- lef&lls et fragmenta, p. 236.)
dido. (VOl,TAIRE, Sottiaier, XXXIII.) 24. El descubrimiento de Dios
17. Si Dios no existiese, habrín debe reunir una componente de
que inventado. (VOl,TAIHE, Epi- evidencia y una componente ele fe.
tres, 104.) (R. LE SENNF., 1,n dérouvcrfe de
lH. Creo en el Dios que hn he- Dirn, 284.)
cho a los hombres y no en el Dios 25. ¿Poi· qu{, [el Ser] es? Al
DIOS 272

remontarnos a lo que dará respues- crédulo, su ausencia. (Marie Bo-


ta n esta pregunta, hacernos nl NAPAnTE, Glanc• des jours, 114.)
Ser seg-undo, derivado, por rela- 34. Las "pruebas» de la exis-
ción al Valor absoluto. Dios es el tencia de Dios tienen por fin úni-
Y nlor que se hace ser; en tanto co establecer que hay en nosotros
que Causa. sui, es Valor como cau- una e.xigencin de fe que es pro-
sa y Rcr como efecto. Lo que en pio de la razón justificar y no
él adoro no es lo que es, es lo que abolir. (J. LACROIX, Encyclop
\'ale. (R. LE SENNE, La dcstinéc frang., IX, 4, 05.)
pcrs., 24G.)
36. Dios se halla en el puntó
2G. La razón puede llegar a de partida de la teología y en el
Dios, a la moral ( ... ) . Pero, de he- de llegada de la filosofía ( ... ) . El
cho, Dios nos es conocido por una
revelación. Una cosa es ha.llai·, filósofo contempla el mundo y, si
otra demostrar lo hallado. Hoy de- mira bien, sus ojos descubren en
mostramos n1uy bien lo que no él el rastro de Dios; el teólogo
mira a Dios y, si persevera en su
hemos hallado. (J. PoUGET, Logia,
G2-63.) contemplación, el propio Dios le
descubrirá el mundo que en su
27. En las cosas de Dios, cuan- amor ha creado. (A. HAYEN, l,a
to más misterioso, más verdadero. co·mmunic. de l'itrc, I, 69.)
Si no fuese misterioso, no sería
\'erdadero. (lbíd., 216.) 36. El Dios del filósofo 1... ) es
siempre deudor del Dios revelado,
28. Las pruebas de Dios irra- del que toma todos lo• elementos po-
dian de un centro único: la afir- sitivos de su filiación. La especi-
mación de la causalidad. (H. PAIS- ficidad del Dios de los filósofos es
SAC, en ((Preuves de Dieml, 88, Lu- realmente ilusoria: el Dios de los
mierc et vie, 1954, núm. 14.) filósofos conserva el estatuto que
29. [Oposición entre Kierke- le reconocía la escolástica. En Oc-
gaard y Nietzsche] : uno piensa cidente no es imaginable un Ser su-
ante Dios, el otro ante la ausen- premo cuyos atributos no fuesen
cia de Dios. Pero el pensamiento los del Dios de los cristianos; a és-
de la ausencia de Dios aguza en el te es al que implícitamente se reco-
segundo el pensamiento de la exis- noce, para convalidarlo o com-
tencia, como la presencia de Dios batirlo. (G. GUSD0RF, Tr, de mé-
lo aguza en el primero. (J. WAHL, ta.ph., 394.)
Tr. de métaph., 550.) 36'. Hay épocas de odium dei,
30. Los que creen en un dios, de gran fuga lejos de lo divino,
¿piensan en él con el mismo apa- en que esta enorme montaña de
sionamiento que nosotros, que no Dios llega casi a desaparecer del
creemos, pensamos en su ausencia? horizonte. Pero al cabo vienen sa-
(J. ROSTAND, Pcnsécs d'un biol., zones en que súbitamente, con la
130.) gracia intacta de una cosa vir-
31. la nostalgia y la angus- gen, emerge a sotavento el acan-
tia humanas oscilan entre dos po- tilado de la divinidad. (J. OnTEGA
los: el temor de Dios y el temor a Y GASSET, Dios a la vista, Obras,
la ausencia de Dios. (A. LAM0UCHE, 11, 493.) Ad. E.
L'hommc dans l'harmonie univer- 36". El mundo es respecto a
sc/lc, 206-207.) Dios, pero Dios no lo es al mun-
32. No sabemos Jo que es Dios, do. Dios es irrespcctivo, extramun-
pero sabemos lo que no es. O, me- dano, porque es realidad esencial-
jor, decimos que no sabemos lo mente existente. (X. Zuem1, Sobr•
que es, porque sabemos lo que no la esencia, 431.) Ad. E.
es. Ambas afirmaciones son soli- V. A priori, 1; Ateísmo, 11, 12, 13,
darias. Son, <:n realidad, idénticas. 14; Ausencia, 5, G; Bien, 11; Colec-
(H. DE LUBAC, Sur les chcrnÍ>ls de tiviclad, 2; Creencia, 27; Dcfs,mo, 6;
Dicu, 162.) Determinis1no, 3; Dilema, 3; Dimen-
33. Todo en la Naturaleza de- sión, 10; Inmanencia, 1; Intuición, 36;
muestra para el creyente la pre- l,ey, 11; Mística, 20, 21, 23; Ontolo-
sencia de Dios; todo, para el in- uía, 14, 16; Poder, O, 21; Proceder, ,
27:l DISCERNIMIENTO

R: JtroVi'drncia, 2: Ra.zó11, 4; Unívoco, tes del capitalismo sin instaurar un


1, 2; Valor, 211. régimen propiamente socialista. Así, el
Divinidad. l.at. <livl,iitaa. A. En sen- dirigísmo se opone sobre todo al libe-
tido abstracto: carácter de lo que es ralismo, sin confundirse con el socia-
divino. La divinidad de Cristo. lismo.
B. En sentido concreto. l. En gene- l. «Economía dirigida•, pro-
ral (una, las divinidades), Prop.: ser claman hoy muchos de los que
divino (las divinidades del paganismo). querrían pasar del desorden al or-
V. IJl'idad. den. «Economía humana•, decimos
nosotros, a fin de precisar hacia
V. Ru:ó11, 10. qué debe ser dirigida la Economía.
2. En un contexto monoteísta: Dios (E. Dur1101r, L'Écon. au service
considerado en su esencia o su natu- de t'Homme, 9.)
raleza. 2. La doctrina dirigista ( ... ) se
37. Oh grandeza humana ( ... ) distingue del socialismo, pero el
debes ser referida a Dios, porque socialismo es necesariamente diri-
ele ese modo descubro en ti un rayo gista. (P. DIETEKLEN, en Dict. deo
de la Divinidad. (BoussuET, S. s. la se. écon. I, 406.)
mort, l.)
DIS o DI. A. Pref. lat. Suele indicar
38. Por Divinidad entendemos separación (dislocar, distancia) y, por
lo infinito, el Ser sin restricciones, consiguiente, lo que es contrario (dis-
el Ser inlmitnmente pe1·fccto. J:'e- conforme, disgustar, disfavor). V. tam-
ro nada finito puede representa,· bién Des.
lo infinito. Basta, pues, con pen-
sar en Dios para saber que existe. B. Pref. gr. que significa dos ve-
(MALEBRANCHE, Entr. sur la mét.,
ces. Disílabo. Díptero. Dicigoto•. Co-
VIII, l.) rresponde al latín bis (bimensual, bila-
teral).
39, Se nos habla demasiado C. Pref. gr. (dys) que indica di-
pronto de Dios; otro defecto: no ficultad, mal funcionamiento. Dispensa
se insiste bastante en su presen- dif. de la digestión). Dislexia (pertur-
cia. Los hombres han proscrito a bación del mecanismo de la lectura·,.
la Divinidad de su seno... (Dm&- Distelia (en biol., hecho en oposiciún
ROT, Pe11aées philos., XXVI.)
con el fin, telos, de un ser, es decir,
40. Si el Cielo nos dejó como ll desfavorable a su conservación).
[ un mundo abortado, ( ... ) si las monstruosidades y las
el justo ha de oponer el desdén distelias les resultan a los meca-
[a la ausencia, nismos un escándalo, cosa muy an-
y responder tan sólo con un frío tropomórfica, no podemos dejar de
[silencio advertir que el lugar que ocupan
ni eterno silencio de la divini- en la biosfera es manifiestamen-
. l dad. te mucho menor que el de los fe-
(VIGNY, Les Destfoées, Le füOllt nómenos armoniosos, y tenemos
des Oliviers, 111.) derecho a afinnar que, en su con-
V. Colectividad, 1; Emanación, l. junto, el Universo viviente es con1-
Divino. Lat. dii·inus, relativo a la parable a una sinfonía mejor que
divinidad o que está inspirado por ella a una cacofonía. (R. COLLIN, Pa-
(de donde adivino, adivinación). 11oratna de la bio/., 227 .)
A. Que pertenece a Dios o a los DISCERNII\IIENTO
dioses (naturaleza, poder divinos), que Discernir. Lat. <lisL·e111cre, cribar
viene de la divinidad (ley divina) o (cernera), separando (clis). Fig.: \'el'
a ella se dirige (culto divino). separnndo = distinguir.
D. Hiperból.: que parece sobrepasar Ver distintamente unu rosa de for-
el poder humano; sublime (una gracia, ma que sen posible conocer en qué di-
una perfección rlivinas). fiere de otras semejantes.
DIRIGISMO o economía dirigida. Siu.: discriminar•, tlistinJ.,ruir, dife-
Doctrina polftico-económica que preco- rencinr.
niza un sistema de intervenciones del 1, se dlstiugue poi' signos o
Estado para corregir los inconvcnien- cnrnctcrcs visibles, n¡,ar1.•ntes, t'ú-
DISCIPLINA 274

cilcs de captar, como los color<!'s, I>isci11linn. Lat. cliscipli11n (der. del
en tanto que se discic·rnc lo que es v. cliscer,,, aprencle1·), acción de 11pre11-
oculto o delicado, lo que sólo se de1·, enseñanza, educación,
perc;be con la finurn y la sagaci- A. En sentido primitivo (Pedag.):
dad. (LAPAYE.) materia de enseñanza. Las disciplinas
1'. Los rudos no disciernen: o clúsicns.
toda novedad dan por descaminada, 2. Sois un ignorante, un in-
como contrabando, o toda admiten, docto, un hombre ignaro de todas
como género licito. (P. FEIJOO, las buenas disciplinas; un asno,
J11sta repulsa ... , 29.) Ad. E. en buen francés. (MOLIERE, Lo ia-
Discernimiento A. Acción de dis- lou.sic du barb., VI.)
cernir. B. En sentido usual: conjunto de
Sin.: distinción, discriminación. reglas de conducta, normalmente con
2. La justicia y la injusticia sus correspondientes castigos, que se
se hallan en tan grande oscuridad imponen a los miembros de una colecti-
que el común de los mortales es vidad; la observación de esas reglas.
incapaz de hacer discernimiento La disciplina militar.
entre ellas. ( Log. de Port-R., III, Contr.: indisciplina.
XX, 7.) 3. En un ejército, la disciplina
3. La voluntad divina es que pesa como un cinturón, no como
quien ha nacido súbdito obedezca un yugo. (RIVAROL, <Euvres ch., I,
sin discernimiento. (Luis XIV, lllc- 266, Parls, 1880.)
moria8.) 4. Se observa (... ) en los fran-
B. Disposición natural para discer- ceses una cierta indisciplina natu-
nir con exactitud en el terreno de las ral que cede siempre ante la evi-
cosas morales y humanas. dencia de la necesidad de una dis-
Sin..: juicio, tacto, finura, sagacidad, ciplina. Con frecuencia se encuen-
perspicacia, clarividencia. tra a la nación bruscamente unida
cuando más podía esperarse encon-
4. discenlimiento significa al- trarla dividida. (P. VALÉRY, Reg.
go más fino y sutil que jtu"cio ¡ su- s. le monde oct., 107.)
pone la idea de tacto y delicadeza. 5. Que los obreros se encuen-
(LAFAYE, 528.) tren desgarrados entre la discipli-
5. Después de la capacidad de na patronal y la disciplina sindi-
discernimiento, lo que en el mun- cal es un mal. Hay que delimitar
do hay de más raro son los dia- claramente las zonas de poder del
mantes y las perlas. (LA BRUYERE, patrono y del sindicato. (A. MAU-
Caract., XII, 57.) ao1s, Un art de vivrc, 182. )
DISCIPLINA 5'. en la milicia científica y
literaria no es tan severa la disci-
Discípulo. Lat. disci¡J1tlus, el que plina que no sea licito al soldado
aprende (discit) con un maestro. dirigir algunas observaciones a su
El que, ya con capacidad de pensa- jefe. (J. BALMES, El criterio, 125.)
miento personal, se adhiere a los prin- Ad. E.
cipios fundamentales de un maestro o, 5". tanto como a la acción co-
al menos, profesa inspirarse en ellos. mún la disciplina, es necesario al
L1TTRf escribió para el Curso de /iros. pensar In libertad. (R. DE MAEZTU,
posit. de COMTE el Prefacio de un dis- España y Europa, 56.) Ad, E.
cípulo. C. Por cxt.: reglas de acción o mar-
l. La vida de cuantos se ini- co de vida que uno se impone a sí mis-
cian en un conocimiento se divide mo.
en dos partes: en una son alum- 6. Tener al din este cuaderno:
nos; en la otra, discípulos; quiero buena disciplina que me ha sen-
decir que, en la primera, están tado muy bien. (A. GIDE, Jo11r11al,
únicamente ocupados en aprender 26 sept. 1915.)
'l hacer suyo; en la otra, dueños V. Escritura, 7.
ya del conjunto, emplean el méto-
do y los principios en trabajos que DISCUECióN
sean a la vez critica y expansión. Discreto. Lat. cliscrrt11s, pnrt. pasa-
(E. Ln·TnÉ, A11g. Comte ... , 673.) do de disccr11c1·e, separar, discernir. ,
275 Dl8CUUSIVO

A. Psicol. l. Que se comporta con C. En partic.: cualidad de quien nu


discernimiento y tiende a no hacerse habla de cosas personales sino con re-
notar. serva y, sobre todo, guarda fielmente
Sin.: reservado, modesto, moderado, los secretos.
2. En partlc.: que no habla incon- Discrecional. A. Pro p.: que se deja
sideradamente y sabe guardar un secre- n la discreción (sentido A), es decir, a
to. El demasiado discreto se convierte la libre apreciación de alguien: el
en secreto. p1·esidente del tribunal goza, en ciertos
casos, de un pode!' discrecional (lo que
l. Cuando se comete una indis- no quiere decir que no haya de con-
creción, uno se cree disculpado re- formarse a la justicia).
comendando a In persona ser ( ... )
mús discreta de lo que uno mismo 4. Una Federación de fútbol ne-
ha sido. (,J, RENARD, Jm,nra/, 21 cesita una autoridad discrecional
nbril 1890.) para que el árbitro de un partido,
débil en medio de veintidós acalo-
B. Mnt. Se llmnn discreta n la can- rados gigantes, haga escuchar su
tidad l(Ue aumenta o disminuye por silbato. (B. DE JoUVENEL, Un pou-
unidades indivisibles, voir, 74.)
Sin.: discontinuo. B. Por ext.: ilimitado, arbitrario,
Co11tr.: continuo•. exento de toda regla y toda norma.
DiscrC'Ción. Lat. <liscretio, acto de se- DISCRIMINAR. Del lat. díscrime-n,
parar (tlisccrnerc), facultad de distin- acción de disccrncre, es decir, de cribar
guir, discernimiento. (oernerc) separando.
Contr.: indiscreción. Acción de distinguir unos de otros
A. Antaño: cualidad del que dis- diferentes objetos de pensamiento de
cierne o juzgn con precisión; poder del naturaleza concreta, ya físicos, como
que puede decidir y obrar con toda li- los datos de la percepción, ya psíquicos,
bertad. Ambos sentidos se conservan en como los estados de conciencia. Der.:
ciertas expresiones todavía corrientes: discriminación, discriminativo, discri-
dejar a la discreción de alguien, vino minatorio. Aplicacadas a personas, es-
a discreción. tas palabras toman con frecuen¡,:ia
un matiz peyorativo: discriminación
2. ¿ Sois aún lo bastante ciegos racial.
para creer que Dios, que ha regu-
lado todas las cosas, haya abando- . Sin.: discernir, distinguir"', diferen-
nado ese bien a vuestra discreción ciar.
y haya pretendido dároslo para Desde el punto de vista de la
que lo disipéis a vuestro gus- sensibilidad discriminativa al ni-
to ... ? (BOURDALOUE, Sur les riches- vel de los sonidos ( .. ,) Seashore
•c•, III.) (sobre 167 niños, sin influencia fa-
V. Juicio, 3. vorable de la edad) halla que en
algunos basta una vibración con
B. Hoy: cualidad del que es dis- un patrón próximo al normal, pe-
creto,.,, es decir, reservado en su com-
ro que 14 de ellos necesitan más
portamiento, moderado en su afán de de 30. (H. PIÉRON, Tr. de psycltol.
ventajas. appl., I, 97.)
3. La discreción es un arte de-
licado que hay que sabel' llevar DISCURSIVO
hasta la indiferencia, pero que es Discurso. Lat. discursus, compuesto
lo contrario de ella. Es una indi- de curstis (acción de correr, c1Lrrcro)
ferencia atenta y siempre dispues- y del pref. clis (de varios Indos). Prop.,
ta a r¡uebl'al'se. El intel'és que to- acción de ir y venir; fig,, conversación,
mamos por alguien que quiere discurso.
guardar su secreto y no confinrlo A. En la acepción nuís amplia: ex-
más que aquel a quien ha elegido, presión verbal del pensamiento. Prin-
es más op1·cBivo que el oclio y nos cipalmente, en nuestros días: desarro-
hace aparecer la indifcr·eneia L'o- llo de un tema al modo oratorio (dis-
mo una. u.uti'.•ntica raridn<l, (L. LA- curso político, discurso de nperturn).
V.tJ,U;, Collllu.ítc ,t l'égarcl cl'ciutrui, l. Cuando en un discurso halla-
111-11 ~-) mos palabras l'epetidas, y al tra-
DISIMULO 27G

tar de colTí'J.drlas las encontramos que conocen a lo que no conocen.


tan apropiarlas que estropearíamos (,J. L. VIVES, 1'rata,/o del cilma, 72.)
el discurso, hay que respetarlas ... Ad. E.
(PASCAL, Pcll.sécs, 338.)
Discursi\'o. Lnt. esrol. cliscuraivus,
B. Filos. (por op. a intuición): mo- der. de cliscur8U8. V. Di,iciir•o.
do de conocimiento que alcanza su ob-
jeto, no directamente como la intuición, Se opone a intuitivo y se dice del es-
sino de modo indirecto, por el rodeo del píritu o el pensamiento que procede
lenguaje y de otras operaciones elemen- mediante el discurso, es decir, que al-
tales que constituyen el pensamiento canza su objetivo indirectamente, por
discursivo o razonamiento. V. Decluc- el rodeo del concepto o el razonamien-
ci6n. to. V. Hipotéti.co-di•cursivo.
2. El alma ejercitada en la me- G, Hay equivoco en hablar de
ditación ( ... ) llega por ella a no conocimiento cliscursivo; el discur-
necesitar ya ( ... ) discurso, refle- so no es, a decir verdad, conoci-
xión. razonamiento. (BossUET, Car- miento, sino vía de acceso, medio,
ta 10 oct. 1964.) método para llegar a conocer; o,
si se prefiere, conocimiento en de-
3. hace falta al menos un es- venir, en desarrollo, en actuaci6n.
bozo de intuición para poner en Lo discursivo es el proceso del pen-
marcha el discurso, como la intui- samiento. El pensamiento discurre
ción necesita, para tomar cuerpo para conocer; pero su acto mismo
y no disolverse al momento en sue- de conocimiento es visión. (J. VrA-
ño, un esbozo al menos de discur- LATOUX, L'intuition et le discours,
so. (E. LE RoY, Pcnséc intuit., I, 40-41.)
142.)
V. Sistema, 9.
4. A lo largo de su trayecto, el
discurso procede intuitivamente DISIMULO. Lat. dü,simulatio, comp.
( ... ) Cuando [el pensamiento] ra- de si?nulatio (acción de imitar, de si•
zona, su vista no abandona los jui- mular) y del prefijo dis, que tiene aquí
cios-premisas para posarse en el un sentido negativo: el que disimula
juicio-conclusión, sino que ve arti- trata, no de parecer lo que no es, sino
cularse esa cadena de juicios; ·ha de no dejar adivinar lo que piensa o
de ver a la conclusión derivarse experimenta.
de las premisas, so pena de no in- Acción de ocultar los propios pensa-
ferir nada. Las palabras luego y mientos y sentimientos mediante una
pues sólo a ese precio tienen sen- represión sistemática de su mnnifestn-
tido. (J. VIALAT0UX, Le discours et ción natural.
l'intuition, 45.) Pero el disimulo es n su vez
5 El discurso no crea nada por In cosa más difícil de disimular;
sí inismo ¡ es sólo un medio de lo que se comprende con bastante
transporte, un canal que conduce facilidad si se consiente en reco-
al agua de una fuente. Nuestra nocer que la apariencia no es dis•
fuerza, en cuanto al conocimiento, tinta del propio ser que npnrece,
se halla por completo en la intui- puesto que es el acto por el que
ción, y nuestra debilidad en la ne- se realiza. Es inevitable que el di-
cesidad de probar mediatamente simulo se señale, ante todo, ora
aquello cuya verdad no se impone por la suspensión de ln esponta-
neidad y de todos los gestos que la
por sí misma. (A. LALANDE, Les expresan, ora por una especie de
raisona et les norm,ea, 123.) falsa espontaneidad que sólo en-
5'. Sí es el discurso la transi- gaña a los menos perspicaces.
ción de una cosa a otra, no cabe (L. LAVELLE, Les ¡miss. d11 moi,
dudar que los animales discurren; 274-275.)
pero si consiste en pasar por com-
paración de lo menos a lo más co- DISOCIACióN. Lat. ,lissociatio,
nocido, como dependiendo Jo uno comp. de •ociatio (asociación) y del
de lo otro, o siguiéndose de ello, es pref. rlis (aquí con el sentido de desha-
evidente que no discurren, pues no cer o deshecho) : separación.
son capaces de proceder de aquello Acción de se¡rn,·nr lo que estaba uni-'-
277 DISPUTA

do, o estado de separación de elemen- conciencia. (G. GUSDORF, Mémcfrc


tos que habian estado unidos. Lo inver- et pers., I, 89.)
so de la asociación•. 6. las Caves [ du Vatican 1 per-
Muy probablemente no son las miten a Gide formular, sin tomar-
células las que hnn formado al indi- la a su cargo y en el clima litera-
viduo por vía de asociación; es más rio que le conviene, la ética de la
bien el individuo el que hn forma- fantasia, de la absoluta disponibi-
do las células por vía ele disocia- lidad, que en ese momento le sedu-
ción. (IJ. BERGSON, Rvnl. cr., 2ü0.) ce, (CI.-E. MAr.:<Y, Hi.<t. r/11 rom1111
fr., I, 233.)
DISl'LASTICO. Gr. pla••cin., mode-
lar; pla1Jtiko1, relativo al modelado. 6'. Sin mandamientos que nos
obliguen a vivir de un cierto modo,
Tipologia (KRETSCHMER). Tipo mor- queda nuestra vida en pura dispo-
fológico caracterizado por la despropor- nibilidad. Esta es la horrible si-
ción entre las diferentes partes del tuación íntima en que se encuen-
cuerpo. Corre!,: atlético, leptosomaíti- tran ya las juventudes mejores del
co•, pícnico•.
mundo. De puro sentirse libres,
DISPONIBILIDAD exentas de trabas, se sienten va-
Disponible, Der. del lnt. disponcrc, cías. Una vida en disponibilidad es
disponer (en un cierto orden). mayor negación de sí misma que la
muerte. Porque vivir es tener que
Que no está ocupado o empleado y hacer algo determinado -es cum-
puede servirse libremente de ello para plir un encargo--, y en la medi-
sus fines. Asiento, empleo disponibles. da en que eludamos poner a algo
l. El ser centrado en sí mismo nuestra existencia evacuamos nues-
está indisponible; quiero decir con tra vida. (J. ORTEGA Y GASSET, La
ello que es incnpnz de responder rebelión. de la.s 1nasas, Obras, IV,
a las llamadas de In vida. (G. MAR- 239.) Ad. E.
CF.L, Lo myst~re de l'étre, I, 178.) B. En sentido concreto: lo que está
2. el ser disponible es el que disponible. He comprometido todas mis
es capaz de estar por entero con- disponibilidades.
migo cuando lo necesito; el indis- 7. Compruebo ( ... ) cómo dismi-
ponible es, por el contrario, el que nuyen mis disponibilidades de sim-
parece realizar en mi favor una patía. (A. GmE, Jo11n1al, 2 junio
especie de momentánea detracción 1915.)
del conjunto de los recursos de que
puede disponer. Para el primero V. Carácter, 12.
soy una presencia, para el segun~ DISPUTA. Lat. disputatio, acción Je
do un objeto. (G. MARCEL, Position examinar (putarc) contradictoriamen-
et approcltcs, 203 u 83.) te (dis).
3. Hallo muy peligrosa una· sim- A. Antig.: sin. de discusión. Las
patía demasiado disponible. (A. G1- disputas escolásticas.
DE, Jottrna/, 34.)
l. Esto no significa que se pue-
Disponibilidad. Der. del lat. <lisponc- da condenar las disputas en _g-Pn<'-
rc, colocar (poncre) separando (dis), ral: por el contrario, puede decirse
disponer. que, siempr-e que se use bien de
A. Estado o carúcter de la cosa o ellas, no hay nada tan útil para
la persona disponibles, es decir, a dis- proporcionnr diversas vias o para
posición de quienes pueden utilizarlas. hnllnr la verdad o para persuadir-
Militar en disponibilidad, In a los demás. (Log. de Port-R.,
4. El no tener nada que hacer, 111, XX, 7.)
esa disponibilidad total de la que 2. Una larga disputa sobre ma-
no s~• si 5ufro o gozo en el cam- terias filosóficas puNle contener
po ... (F. MAtlRIAC, l,c 11m1ul do vi- muy poca filosofía. (FoNTENEI.LE,
¡iéres, 2G3.) Elogio (h.•l P. l\IAL1':RRANCHE, (]-..'¡¡-
5. Se puede pcnsnr que el más wcs, V, 433, París, 17'1.)
imprevisto hrotc de In memol'ia B. Hoy: discusión en la que los ad-
C'Ollcrcta l'Ol'l't.'Sl)Olllh• sil!nl}HC ( ... ) versarios se oponen violentnmente has-
u unu cierta 1lisponibilidad de mi ta 1lc~ur 1 u veces, a las manos.
DJSTINClóN 278

DlSTINCióN B. Subjetivamente (hablando de las


Distinguir. Lat. distingucre, separar funciones cognoscitivas) : que no con-
(dis) y para ello señalar, puntear (sti11- funde o permite no confundir una cosa
_qtu•1·r, que sólo existe en composición; con otrn. Una visión, una noción dis-
v. Instinto). tintas, recuerdos distintos. Por anal.:
una elocución, una imagen fotográfica
A. Percibir netamente los objetos distintas.
como particularidades que los diferen-
rian unos de otros. En DESCARTES y los cartesianos
(ideas claras y distintas), se opone a
Sin.: discernir*. confuso•. V. Claro.
Contr.: confundir*.
3. las ideas distintas (... ) dis-
B. Establecer un cierto número de tinguen en el objeto las señales que
clases, categorías o divisiones entre las hacen conocerlo, lo que da el aná-
que se distribuye el objeto de que se lisis o definición; de lo contrario
trate. El historiador distingue diversos las llamamos conf11sa,s. (LEIBNIZ,
períodos, y en cada período diversas Nouvca11x Essais, 11, XXIX, § 4.)
categorías de hechos históricos (políti- V. Co11fuso, l.
cos, económicos ... ). La caracte1·ología
distingue diversos tipos de caracteres. Distinguido, empl. adjet. Que se
hace notar por su superioridad o sus
C. Princip. en las discusiones: es- méritos. Un auditorio, un jurista, un
tablecer, para una proposición dada, pintor distinguidos.
dos o más interpretaciones diferentes
de las que una se admite rechazándo- 4. La mujer distinguida es
se las demás. aquella a la que sus ideas, sus sen-
timientos, los hábitos de su espí-
V. Di.scerni111iento, 1. ritu, hacen estar a la altura de to-
Distinguo. l.' pers. del pres. de in- do, al menos por la facultad de
dic. de disti11u11ere: yo distingo. comprender e interesarse. (Mme.
En las discusiones escolásticas, para GmzoT, Éduc. domest., <5.• ed., 11,
los diferentes miembros de la distin- 11.)
ción, anunciada por el distingu,o, el ar- Distinción. Lat. disti11ctio, acto de
gumentador añade: para el uno, con- distinguere, es decir, en sentido propio,
cedo (estoy de acuerdo) o tra,nsca,t (pa- de separar ( dis) mediante una marca
se, sea) ; para los demás, ncgo, lo nie- (gr. stigma,).
go. A. Acción de distinguir entre sí
l. En ,Ja Cámara de Diputados cosas diferentes, es decir, de señalar
francesa, como una distinción he- que son diferentes y en qué se diferen-
cha por Mons. d'Huslt hubiese pro. cian. Hacer, establecer una distinción.
vocado un burlón: «¡Sí, claro! dis- En partic., hablando de una aserción:
tinguo", el orador replicó: «Sí, se- acto por el que se hace la división en-
ñores; quien no distingue, confun- tre lo que se admite como verdadero
de». y lo que se rechaza como falso o no
2. Angélica.-Pero la mayor se- demostrado. Cf. Disti11g110.
ñal de amor es ·someterse a la vo- 6. a los hombres les gustan po-
luntad de aquella a quien se ama. co las distinciones: el discernimien-
Tomás Diafoirus.-Disti11go, se- to los embaraza; quieren todo o
ñorita; en lo que no concierne a su nada. (Log. de Port-R., 111 XX, 6.)
posesión, con.cedo; pero en lo que B. El hecho de ser distinto u otro.
la concierne, 11ego. (MOLIERE, Le Aquello por lo que un objeto de pensa-
malade ;,na,g., 11, VI.) miento es otro o reconocido como otro.
Distinto. Lat. distinctus, part. pasa- El género de diferencia constitutivo de
do de d;stingucre. esa alteridad. Reconocer, probar una
distinción.
A. Objetiv.: que no se confunde
con otra cosa. Una misma persona pue- Contr.: identidad.
de tener dos funciones distintas. El G. No puede haber en las cl'ia-
alma es distinta del cuerpo. Naturaleza turas ninguna distinción, cualquie-
y origen constituyen problemas distin- ra que sea, que tenga un funda-
tos. Juzgar y querer son actos distin- mento fuera riel es)líritu, a no ser
tos. que se trate de cosas realmente dis- '
279 DISTINClóN

tintas, (OCKAM, Logique, 1, XIV, cit. tionis ratiocinantis) es la que se da


por R. J0LIVET, Notion de subst., entre conceptos que tienen la misma
84.) comprensión, y, por tanto, no tiene fun-
7. hay tres clases de distincio- damento en la realidad. Por ejemplo,
nes, a saber, real, modal y de ra- la que existe entre el definiend1tm y la
zón, o que se haca en el pena111111ien- definición. 2. Distinción de razón rci.:o-
to. La real se halla propiamente nada (rationi.s ratiocina,tac) es la que
entre dos o más sustancias. (DES- se da entre conceptos que tienen distin-
CARTES, Príncipes, 1, § 60.) ta comprensión; por ejemplo, cuando
distingo en KANT al filósofo, al ciuda-
V. Difrrencia, l. dano y al hombre privado. Esta distin-
Distincim, real y distinci6n /6gica o ción tiene, pues, un fundannento "" la
rlc ra:611 o conceptual. Es real la dis- realidad. Este fundamento puede ser
tinción que es efectiva en la cosa mis- perfecto (si dichos conceptos pueden
ma con independencia del cspiritu (en- realizarse separadamente, como en el
tre Pedro y Pablo, entre H y O en la ejemplo citado) o imperfecto (si no pue-
molécula de agua). Es lógica la distin- den darse por separado, pero se conci-
ción efectuada por el espiritu sin ser ben por relación con cosas realmente
efectiva en '1a cosa, aunque pueda fun- distintas, como, por ejemplo, los atri-
darse en la naturaleza de la cosa (en butos divinos). Esta distinción se Ua-
Pablo, distinción entre el hombre, el ma también virtual. Admite dos espe-
padre, el ciudadano ... ). cies: a) Virtual perfecta o estricta-
8. No hay que pretender que a mente precisiva que se da entre con-
toda distinción de conceptos (... ) ceptos que no se incluyen el uno al otro.
corresponda una distinción real. ni siquiera implícitamente. b) Virtual
(... ) La causa de este error es evi- imperfecta, o precisiva en sentido lato,
dente: el desconocimiento de la ac- que se da entre conceptos de los que el
tividad propia del intelecto. La na- uno incluye al otro (por ejemplo, los
turaleza de In inteligencia es, sin atributos divinos). Ad. E.
duda, la de conformarse a las co- Distinci6n física y distinción meta~
sas: pero de ello no se sigue que física. Ambas son reales en e! sen-
las cosas tengan en el pensamien- tido de que corresponden a la realidad
to los mismos caracteres que en objetiva. Pero sólo hay distinción físi-
la realidad. (J. DE F1NANCE, «ETRE ca entre las cosas (las diferentes letras
ET AGIR», 33-'34.) de esta palabra, los diferentes átomos de
9. [Según Suárez.] La criatu- una molécula.) La distinción meta-
ra es creada y contingente, pero física se refiere a aquellos principios
lo que es creado es una esencia (,\. 1) que el espiritu reconoce como ne-
real, es decir, una esencia existen- cesarios a la constitución de las cosas
te, y la distinción entre la esencia (materia y forma, sustancia y acci-
dentes, esencia y existencia).
y su existencia es tan sólo .intelec-
tual, aunque se funde en el carác- 10. Una distinción real puede
ter contingente de la criatura, que ser fisica o metafísica. Es física
la hace posible. (F. C0PLET0N, Hist. cuando se aplica a dos objetos dis-
de la philos., 111, 391.) tintos, cada uno ron una existencia
actual, propia e independiente, co-
9'. la distinción de razón, que mo dos individuos de la misma es-
tiene su origen en una precisión pecie; o n dos partes es¡lt'cialmen-
del entendimiento, no tiene lugar te distintas de un mismo todo físi-
por concepción de alguna entidad co, como la mano y el brazo. Es
fingida, que no existe en la reali- metafísica cuandu, refiriéndos~ a
dad, sino sólo por un modo inade- la constitución ontológica de los
cuado de concebir la verdadera rea- seres, desig-nn dos C'ntidaclc!i talrs
lidad; el atributo, por consiguiente, que la definición de una no impli-
puede ser 1·eal, aun cuando el mo- ca ,la de la otra, ['l'l'O sin CJUt' la
do de atribución y de distinción se unn pueda existir fü•tualmcntc:' sin
deba sólo a In razón. (SUÁRl:Z, De la otra, (L. RouG1•:1t, La. sc·ulusl.
lttlJ 1n·o11irclmf,·s rlt:l l'llff.',.,, (, § 6
1
et le thor11is111c, Jfül.)
11. ~3.) Ad. I~. 11. Qu,, esta distinci,\n [de lll
Cf<,,,,·s cfr Ir, 1li8I iuci(íu ,1,· ra:ú11. t s1:ml'ia y In cxh•tencia] sea real,
1

l. Distinci6n de ruzcin rnzomrntt· (,-e,- no pul!de dudnrse, pero se afirma


!)ISTRACCióN 280

en el ordc,n metafísico del arto y Agenda, 11 febrero rn1r,, en Jour-


la potencia, no en el orden físico 11al, 111, 74.)
de la relación de las partes en el 11. Ocupación a la que uno se entre-
seno de un todo material. (E. GtL- ga a títulos de diversión y desranso.
soN, Le thomismc, 61.)
4. Los más hermosos, los más
C. Hablando de personas: prerro- preciosos instantes de mi vida
gativa que distin~e de los demás al tronscurren en distracciones que
que con el1a es honrado, es decir, lo co- en el fondo no me producen más
loca por encima de ellos; o también ca- que enojo. (E. DELACR0IX, Jour11al,
rácter del que posee una cualidad per- 4 abril 1824.)
sonal que le distingue de los demás en
fa,•or suyo (distinción de maneras). DISTRIBUTIVO. Lóg-. (por op. a co-
12. La distinción de las cosas lectivo*). Se dice del término general
que rodean a un ser es la medida tomado para designar a la vez a todos
de la distinción de ese ser. (E. y los individuos comprendidos en su ex-
J. DE Gor-coURT, Idécs et scnsat., tensión y a cada uno de ellos. La pala-
72.) bra "diputado» es colectiva cuando di-
¡:o: "Los diputados hacen las leyes»;
13. la lengua de las personas distributivo, cuando digo: "Los diputa-
que frecuentaban el hotel de Rarn- dos se benefician de la inmunidad par-
bouillet era a la vez de una adora- lamentaria». Asi será fácil de resolver
ble negligencia y de una alta dis- el sofisma siguiente: Los diputados ha-
tinción. (F. SARCEY, Le ,not et la cen las leyes; Tú eres diputado;
chosc, 86.) Luego tú haces las leyes.
14. La celebridad de M. Méri- Distinguiremos: collectivc, concedo;
dier provenía tanto de la distin- distributive, nego.
ción de su enseñanza como de la
indisciplina que toleraba en sus Distributiva (Justicia-). V. Justi-
clases. (J. MALEGUE, Augustin, I, cia.
57.) DISYUNCióN. Lat. clisjunctio, ac-
15. A veces es distinción apre- ción de suprimir una función, de des-
ciada la de ser una persona con unir, de separar.
la que se discute. (Ch. PERELMAN, A. Acción de separar lo que estaba
Tr. de l'argumentation, I, 21.) unido (como hace el disyuntor que cor-
ta la corriente).
DISTRACCióN. Lat. distractio, es-
tado de aquel de quien se tira o es ti- B. Lóg. Carácter de la proposición
rado (tractus) en diversos sentidos que anuncia una alternativa* o esa
(dis). proposición misma.
A. Falta de atención a aquello a Disyuntivo. Lat. disjunctivus (que
lo que se debería estar atento. Se op. a desune), der. de disjungcrc (dis, que
atención, pero expresa más que inaten- indica lo contrario,· jungcrc 1 juntar,
unir).
ción.
l. Son nuestros propios pensa- Contr.: conjunctivus.
mientos los que nos hacen abstraí- A. Gram. La partícula disyuntiva
dos; son los objetos exteriores los ( o, ora, ya, cuando expresan una al-
que nos hacen distraídos. Un filó- ternativa) es una «conjunción que,
sofo está abstraído porque su aten- uniendo los miembros de una proposi-
ción se dirige más a sus ideas que ción o de una frase, separa las cosas
a las que otro le propone; un joven de que se habla; es decir, que une las
está distraúlo porque su atención expresiones y separa ]ns ideas». ( Acad.
se dirige más a los objetos exte- F'r.)
riores que a lo que se le quiere ha- B. Lóg. l. La proposición disyun-
cer oir. (C0NDILLAC, S1111., en el tér- tiva enuncia una disyunción o una al-
mino Abstrait.) ternativa: esa seguridad no puede ser
2. Llevo las distracciones en mí más que inconsciente o mala fe.
mismo y las busco fuera. (M. DE l. adcmlis de estas propiedades
BrnAN, Jour11a/, 11 abril 1817.) simples, pnrece haber otras comple-
3. La distracción está en mí y jas o disyuntivus; pues, ni igunl
no en los objetos. (M. DE BrnAN, que como propiedad del númet·o
281 DIVISlóN

puede decirse que sea par o impar, A. Acción de apartar. Táctica mi-
y de la cantidad que sea finita o litar que consiste en apartar al enemi-
infinita, del mismo modo puede de- go del punto que se quiere atacar.
cirse que una propiedad del ente B. Ocupación que aparta a alguien
es que sea finito o infinito, en ne- de lo que •le preocupa o apesara.
lo o en potencia, o cosas semejan- 4. Deseo una diversión que me
tes. (Fr. SuAnEZ, De las propieda- arranque a mí mismo por algún
des ,Ir! ente .•. , 11, § 3, p. 46-47.) tiempo, a mi mesa de trabajo, a
Ad. E. mi piano, en los que mi memoria
2. El silogismo disyuntivo es aquel se siente igualmente abrumada por
cuya mayor expret1a una alternativa (o el esfuerzo que le exigen. (A. GI-
hien, o hien). Corriente, pero impropia- DE, Journal, 32 marzo 1917.)
mente llamado dilema•. C. Sin. de distracción, juego, re-
2. . .. como el de Cicerón: creo.
Los que han matado a César son 6. Por muy lleno de tristeza
parricidas o defensores de la liber- que esté un hombre, si podemos
tad; conseguir hacerlo entrar en algu-
Ahora bien, pnrl'icidas no son; na diversión, será feliz durante ese
Luego son defensores de In li- tiempo: y por feliz que sea un
bertad. (Log. de Port-R., 111, XII.) hombre, si no le divierte y ocupa
alguna pasión o solaz que impida
3. la vida no tiene más forma desatarse al aburrimiento, pronto
de existir que In de ser aésta u estará apesadumbrado y se sentirá
ésta o ésta•, del mismo modo que desgraciado. Sin diversión no hay
en el juicio disyuntivo no tiene alegria, con la diversión no hay
más remedio que ser verdadero tristeza. (PASCAL, Pensées, 395.)
mio de los términos, y ni pueden
serlo todos ni tampoco, suspendien- G. Las diversiones han sacado
do toda posición, ninguno. A la vi- su nombre de la diversión que pro.
da le es esencial la posición exis- ducen de los objetos enfadosos y
tencial en forma disyuntiva: por- tristes a las co.sas placenteras
que vivir es encontrarme haciendo y agradab!es: lo que demuestra
forzosamente algo en vista de las bién que es difícil triunfar de la
circunsttincias. (J. MARÍAS, lntro- dureza de nuestra condición por
ducci6n ti lti Filosofía, 220.) Ad. E. la simple fuerza de espíritu; pero
que con destreza cabe ingeniosa-
V. Dilema, 4. mente apartarse de ella. (SA.'-T·
EVREMOND, <E1,vres -mélées, I, I, 5.)
DIVERSIÓN
Divertir. Lat. diuerterc, volverse en 7. La vida que lle,·o en Paris
sentido opuesto (dis). es una vida de diversiones sin pla-
cer. Hay que divertirse en el mun-
Antig.: apartar. Actual.: apartar ,le do entregándose al movimiento de
cuidados o pesares, entretener, alegrar. la sociedad o bien desempeñar en
l. Cualquier cosa nos divierte él el papel de observador para ins-
y aparta, porque cualquier cosa truirse. Yo no hago ni lo uno ni
nos gana. (MONTAIGNE, Essais, III, lo otro; me limito a ,iturdirmc.
IV, Pléiade, 935.) (M. DE BIRAN, Jo11r11til, 11 abril
2. El rey está rodeado de gen-
1817.)
tes que sólo piensan en divertir al 8. La ciencia es In m:is podero-
rey y en impedirle pensar en si sa de las diversiones. Nos distrae
mismo. Porque si en ello piensa, del hombre y del universo que pre-
por muy 1·ey que ª"ª• es desgracia- tende explicar. (J. GUEHE:-INO, Ca-
liban parle, 187.)
do. (PA8CAL, l'cnsérs, 392.)
3. es hacer a un hombre feliz Dh·ino, Divinidad. V. Dws.
el divertirlo de la vista de sus mi- DlVISióN. Lat. diL•isio, acción de
Rerias domésticas parn llenar tocios dividcre (comp. del pref. lat. dis, que
sus pensamientos con los cuidados indicn aquí separación, y de ·1•ido·c
drel hi~n danzar. (11,írl., 397.) [que no debe confundirse con uidcrc,
Diversión, Lnt. diucrHiu, uc,·iún de ver], que sólo existe en composición),
,liverterc, volverse en sentido opuesto. ,li\'idii·.
DOCIMOLOGIA 282

Operación que consiste en distl'ibuir Doctrinal. Perteneciente a la doctri-


un todo en sus partes (y no en sus ele- na. Posición doctrinal.
mentos como en el análisis*). Lihl'o que contiene reglas y precep-
Sentido dh·idido, Se o¡,. a sentido tos ( Doct,rina.l de Privados),
compuesto•. Doctrinario. A. Que es estricta-
DOCIMOLOGIA. Comp. de lns pala- mente afecto a una doctrina cuyos prin-
bras gr. dokimi! (prueba) y logos (cien- cipios aplica a todas las cosas. Gene-
cia). ralmente peyorativo.
Término creado por H. PIÉRON para Sin.: dogmático, sistemático.
designar el estudio científico de los .i. Estaba usted en tan franca
métodos de examen. oposición con las ideas entonces rei-
nantes que los doctrinarios del
DOCTRINA. Lat. cloctrilla (der de ejército hubiesen podido tratarle
doecrc, enseñar; doctu..s, el que ha sido
0

con rigor. Pero la cosa quedó en


enseñado, el docto) enseñanza. nada. A pesar de sus opiniones te-
Afirmación, y más a menudo conjun- merarias y del imperio de un dog-
to o sistema de afirmaciones de orden ma no poco intolerante ... (P. VA-
teórico que se enseñan como verdade- 1,ÉRY, Rép. ª" remare. d1t Mar. Pé-
ras. La doctrina moral de KANT, la doc- tain a l'Acad. frang., Pléiade, 1,
trina católica. 1107.)
l. En el método experimental, 5. no es lo mismo describir y
la hipótesis es una idea científica construir teóricamente una teoría
que se trata de someter a la expe- capitalista que proponerla y de-
riencia ( ... ). La teoría es la hi- fenderla doctrinal mente. ( ... ) Can-
pótesis verificada (... ). Pero una tillon, si no un doctrinario del ca-
teoría, para seguir siendo válida, pitalismo, es al menos un teórico.
debe irse modificando con los pro- (J.-VIALAT0UX, Le peuplement hu-
gresos de la ciencia (... ). Si se con- mai11, II, 119.)
siderase una teoría como perfecta B. En Francia, bajo la Restaura-
y se dejase de verificarla por la ción, se llamaba doctrinarios a los teó-
experiencia científica cotidiana, se ricos de una politica de justo medio
convertiría en una doctrina. Una entre el absolutismo y el liberalismo.
doctrina es, pues, una teoría ( ... ) RoYER-C0LLARD fue el filósofo más no-
que nos creemos dispensados de se- table del grupo.
guir sometiendo a la verificación 6. Creemos (... ) que el titulo
experimental. (Cl. BERNARD, ln- de eclécticos que se dan les sirve
trod., III, rv, § 4.) tan sólo para velar la falta de con-
2. Al parecer, debería decirse vicciones en todo, el verdadero es-
que las obras de Bonald y de Dur- cepticismo (... ). Asi, pues, en vez
kheim son de doctrina, no de cien- de doctrinarios se les podría lla-
cia. Durkheim dice que las obras mar adoctrinarios, (F. BR0USSAIS,
de Bonald son de doctrina, pero Cours de phrt' 1ogic, 8€7-828.)
que las suyas, y acaso las de al-
gunos de sus discípulos, son de DOCUMENT clocumentrtm
ciencia. (J. M0NNEROT, Les faits so- (der. de c/ocerc, , enseñanza.
ciattx 11e sont pas dt!s choscs, 35.) Objeto, y prim J escrito que
3. El contenido intelectual de puede proporciou nformación o
una doctrina es siempre un cuerpo servir de prueba.
de afirmaciones solidarias, y, por J. La historia es una ciencia:
tanto, un sistema organizado de no imagina; ve; y para que pue-
ideas; pero, al insistir en el aspec- da ver con precisión, necesita do-
to afirmativo de esas aserciones. cumentos ciertos. (FUSTEL DE C.,
se }es añade una creencia inheren- Mo11archic fra11q11c, J.)
te en su vel'dad ( ... ). U11a doctri-
ua rs un sist,cma forfifica'1o 71or 2. Siempre presa en el dilema:
r{f•mrufos afectitios qur lo hacen Clío, me faltan fichas; historia,
claramente rebelde a. todo caml,fo, tengo demasiadas. ( ... )
i11atacablc por toda critica, imper- Para ~l mundo antiguo, la his-
111eablr a toda experiencia. (E. CAI,- tol'ia se hace 7iorr11w so carece de
LOT, P/,ilos. biolog., 184.) documentos. Pero el mundo moder-'
283 DOGMATISMO

no, no se hace porqr<a se tienen, ( ... ) Tocio su trabajo consi•te en


(Ch. PÉGUY, Clio, <Euvres compl., pulir las cosas que le fueron anti-
VIII, 242, 244.) guamente dadas. (BossUET, l're-
3, el gula más precioso en ese miers avertiss. a11:r Prot., ed. La-
con•tante esfuerzo creador es la chat, XV, 184.)
preocupación de llegar siempre al 2. Se disputa sobre el Dogma y
hombre: el buen documento es el no se practica la Moral. Es que es
que nos muestra al obrero, al in- dificil practicar la Moral y muy
dustrial, al bamquero, debatiéndose fácil disputar sobre un Dogma.
con !ns dificultades de la lucha co- (M0NTESQUIEU, Cahiers, 176.)
tidiana. (Ch. MoRAZÉ, lntrod. a
l'écon, poi., 30.) B. Por anal. con el dogma religio-
so: toda afirmación emitida con auto-
4. La II istoria se hace con do- ridad (matiz peyor.). Dogmas políticos,
cumentos escritos, sin duda. Cuan- literarios ...
do los hay. Pero puede hacerse, de-
be tratar de hacerse, a cualquier 3. Materialismo histórico, dia-
precio, sin documentos escritos léctica, sometidos al espíritu de
cuando no existen. (... ) Con pala- examen son hipótesis de trabajo o
bras. Con signos. Con paisajes procedimientos heurísticos; sus-
y tejas. Con formas de campos y traídos al espíritu de examen son
de malas hierbas. ( ... ) En una pa- dogmas. (J. M0NNER0T, Socio/. du
labra, con todo lo que siendo del comm., 300.)
hombre, depende del hombre, sir- 4. Si existe un dogma al que
ve al hombre, significa la presen- se hayan adherido la mayoría de
cia, la actividad, los gustos y la los escritores del pasado siglo y del
manera de ser del hombre. Toda nuestro, ese es el dogma de la ab-
una parte, la mós apasionante sin soluta independencia del artista.
duda de nuestro trabajo de histo- (F. MAURIAC, Dicu et Ma;mmo-n,
riador, ¿no consiste acaso en un 139,)
esfuerzo constante por hacer ha- C. Antaño: tesis admitida por la
blar a las cosas mudas ... ? (L. FEB- generalidad de los filósofos o por una
VRE, R. de métapl,. et de mor., 1949, determinada escuela. Los dogmas es-
236-236.) toicos.
5. la comprensión de los docu- 6. Epicuro me place y sus dog-
mentos relativos al pasado ( ... ) no [mas son extremados.
se diferencia, desde un punto de (MOLIERE, Les Femmes savantes,
vista lógico, de la comprensión III, v, habla Armanda.)
de los signos e indicios que nos ha-
cen posible el conocimiento de los 6. Las nuevas doctrinas de la
demás en la experiencia del presen- herencia moral y de la sugestión
te. (H. MARR0U, De la com,aiss. por la hipnosis no han dejado in-
hist., 86-87 .) ' tacto el viejo dogma de la libertad
humana. (A. FRANCE, La 11ie littér.,
DOGMATISMO I, 131.)
Dogma. Gr. dogma, der, de clokeiu V. Doctrina, 4.
(parecer), de donde el sentido de opi- Dogmático, adj. A. En el sentido pri-
nión; más tarde (al decirse opinión do- mitivo del gr, dogmatikos (sin matiz
.:a), designa la prescripción legal; fi- peyomtivo) : que expone la doctrina, el
nalmente, una doctrina impuesta. saber adquirido, sin ocuparse del modo
A. En sentido usual: punto de doc- en que ha siclo adquirido (método his-
trina considerado como obligatorio a tórico) ni de sus fundamentos.
la fe del católico. El dogma de la in- Sin.: didáctico.
falibilidad pontificia. 7. Toda ciencia puede ser ex-
Empleado absolutamente, •el dogma• puesta según dos caminos esencial-
designa el conjunto de los dob"lllas y se mente distintos ( ... ) , el histó,.ico y
opone u 11la moral». el dogmáti<·o (... )
l. La Iglesia de Jesucristo, Por el segundo se presenta el
gunrdiunn í'Uidadosa de los dogmas sistema d~ ideas tul como podría
'IUC le hall Mido l'onfiados en tll1 J)Óa se,· concebido hoy por una sola
sito, jo111ás cuml>in nnda en ellos. mente que, situada en el punto de
OOGMATISMO 284

vista conveniente y provista de co- pió, hace ya muchos años, mi sue-


nocimientos suficientes, se ocupase 1io dogmático. (KANT, Prolégomc-
en rchaccl' la ciencia en su con- """• lntrod., p. 13.)
junto. ( ... ) Dogmática, subst. f. (Teol.). La par-
El modo dogmático ( ... ) sólo es te de la teologla que tiene por objeto
aplicable a una ciencia llegada ya el estudio de los dogmas. Corre/.: la
a un grado bastante nito de des- Moral (en el sentido de Teología mo-
arrollo. (A. CoMTE, Co111·• de ¡,hi- ral).
los. ))OS., lec. 2.• <Euvrcs ch. P. 14. La dogmática es la ciencia
H. GoUHIER, 112-113.) por la que la Iglesia, al nivel de
B. En el sentido más usual. t. los conocimientos que posee, se da
Prop.: relativo al dogma. Teología dog- cuenta a si misma del contenido de
mática. correlat. de Teología moral. su predicación. (K. BARTH, Esq.
2. Por anal. (con acepción pey.): d'uuc doomatique, 6.)
que, a la manera del magisterio ecle- Dogmatizar. Hablar con el tono del
siástico, afirma con autoridad. que tiene autoridad para definir la
Sin.: doctoral, perentorio, autorita- verdad; exponer la propia opinión co-
rio, tajante, categórico•. mo una certidumbre absoluta.
8. Es la profunda ignorancia la 16. Una ciencia naciente está
que inspira el tono dogmático. (LA siempre dispuesta a dogmatizar. Al
BRUYERE, Caract., V, 76.) no disponer sino de una experien-
cia restringida, opera menos sobre
9. Consulté a los filósofos ( ... ) , hechos que sobre algunas simples
y a todos los hallé orgullosos, afir- ideas, sugeridas o no por ellos, a
n1ativos, dogmáticos, incluso en su las que trata de modo deductivo.
pretendido escepticismo. (RoussEAu, (H. BERGSON, La, pensée et le
Émile, IV, 322.) mouv., 47.)
10. Muchos espíritus dogmáti- Dogmatismo. A. En el uso ordina-
cos ( ... ) son espíritus pobres. Cual- rio: actitud del que dogmatiza•, es de-
quier idea que les llega, por poco cir, afirma con intransigencia y a me-
imperiosamente que se les presen- nudo con una autoridad que no tiene.
te, se convierte en soberana e in- 16. El dogmatismo es como un
tratable, al no estar equilibrada delirio recitante. Le falta esa pun-
por poderes vecinos, y así se cons- ta de diamante, la duda, que pene-
tituye el espíritu primario en el tra sin cesar. (ALAIN, Minervc, 75.)
sentido corriente del término. (E.
MOUl<IER, Tr. dtL caract., 647.) 17. Todos los dogmatismos van
a pedirle [a 4a historia] que prue-
V. Idea, 107. be que tienen razón, y, como se
C. Filos. l. Por op. a escéptico o contradicen, cada uno le hace ha-
pirroniano: que admite para el hombre blar a su manera, (R. LENOBLE,
la posibilidad de alcanzar la certidum- R. phi/os., 1946, 339.)
bre. Antaño se llamó también dogma- 18. Los jefes militares de la
tista. Revolución, y más tarde los del
11. Aristóteles (... ) es el prín- Imperio (... ) hallaron en su des-
cipe de los dogmatistas. (MONTA!· precio por el dogmatismo una bue-
GNE, Essais, 11, XXII, Pléiade, 564- na preparación para el triunfo. En
565.) la Grande Armée no hubo nunca
12. el único fuerte de los dog- un cuerpo de doctrina. (Ch. DE
matistas ( ... ) está en que, hablan- GAULLE, Le fil de l'é))ée, 103.)
do de buena fe y sinceramente, no 10. nada más peligroso para el
se puede dudar de los principios maestro que su propia maestría.
naturales. (PASCAL, Pcnsécs, 530.) (... ) Envejece sin ni siquiera darse
V. Aporético, l. cuenta y sus ideas se endurecen
al mismo tiempo que sus arterias,
2. Por op. a critico (en el sentido Aunque enseñe la duda, a él no lle-
de KANT): que admite el valor del co- ga a rozarle. El método c1·itico se
nocimiento humano sin haberlo puesto convierte entre sus manos en un
en cuestión. dogmatismo, (J. GUl!':HENNO, S11r le
13. fue la advertencia de Da- c/rr111i11 eles lw111111<'8, 97.)
vid Hume la que primero interrum- V, Ncuacióu, 1.
2s:; J>UAJ.ISMO

D. Fil. l. En general, y por o¡,. a lor íísil"o. (P. CIIAU<"IIAIU>, l.1fl ,fott-
escepticismo o pirronismo: toda doctri- lr.1tr, 9.)
na que afirma para el hombre In posi- V. Agradable, 1, 2.
bilidad de alcanzar certidumbres.
B. Por ext. ( dolor mol'al ¡: scnli-
20. Tenemos una impotencia de mientu penoso resultante de la insatis-
proba1· invencible para el dogma- facción de las tendencias o los deseos.
tismo. Tenemos una idea de la ver- :J. Me pai-ece que la mayol'ía de
dad invencible para el pil'l'onismo. nuestros dolores, los mora1es, na-
(PASCAL, l'r11aéea, 608,) turalmente, proceden de que tene-
21. Rechazamos igualmente el mos palabras para describirlos ...
escepticismo frlvolo y el dogmatis- Les damos cuerpo, e incluso un
mo escolástico: somos dogmáticos cuerpo que no es el suyo, porque
criticos, (RENAN, Avenir de la Se., las palabras de todo el mundo no
445.) corresponden nunca a nuestros
22. El dogmatismo del sectario sufrimientos, que son una espe-
es inconciliable con la crítica. (R&- cie siempre nueva y distinta. (A.
NAN, <E1t11res, 1, 230.) MAUROIS, L'i11sti11ct ,lu bo11hcur,
V. Im11resfonismo, 8, 9: Escepticis• XXIII.)
,no, 7, 9. Dolorismo. Teoría que afirma la
«superioridad innegable del enfermo so-
2. En particula1· y por op. al cri- bre el sano en cuanto a la riqueza del
ticismo kantiano: doctrina que empren-
de la metaflsicn sin haberse planteado fuero interno y a las enseñanzas a sa-
el problema del valor de la razón o que car de él sobre el problema primordial
lo ha resuelto afh-mativamente. de las relaciones entre lo físico y lo mo-
ralo. (J. TEPPE, Apologie pr,ur l'a11or-
23. El dogmatismo es, pues, el mal ou Manifeste du doforisme •, 26,
camino que sigue la razón pura l.' ed., 1935.)
sin haber llecllo mu• crítica previa Doxa. Subst. gr_ der. de dokein (pa-
de Bit propio poder. (KANT, Raiao11 recer) y que significa opinión. Se op.
pure, Pref., 2.' ed., p. 26.) a epiateme (ciencia). V. Dogma.
DOLOR. Lat. dolor. ~ Dóxico: que es el del orden de b
A. Prop. (dolor flsico) : carácter in- opinión o-de-la crcenci.a.
definible, pero demasiado familiar pa- l. Toda expresión· es un acto
ra necesitar ser definido, de ciertas sen- dóxico en sentido pleno, es decir.
saciones. Sensación de quemadura, de una certidumbre de creencia. (E,
pinchazo, de frío, de magullamiento ... HUSSERL, ldées ... , 429.)
Sin.: sufrimiento. 2. Parménides admite, por su-
l. Con respecto ni cuerpo, clo- puesto, el mundo de la dora, de
lor ( ... ) indica males o el senti- la «opinión de los mortales», n1ien-
miento de males agudos, acongo- tras no pretenda ser más que eso,
jantes; y sufrímie11to ( ... ) señala esto es, mientras no pretenda decir
el efecto de males menos vivos, pe- lo que las cosas son; sólo se con-
ro que obran de modo continuo y vierte en falsedad y error cuando
sin intermitencia. (LAFAYE, 752.) J)retende suplantar al punto de
vista de la verdacl y sustituir lo
2. Durante mucho tiempo se qu.e es l,;.,) por lo que parecl' ser
creyó que todo estimulo sensible n los mortales o é-stos 1.·onvicucn.
demasiado intenso era dolo1·oso, No para manipular las cosas y enten-
hay nada de eso: un sabor, un del'se. (J. IIIARÍAS, lutro,lucci,h, a
olor pueden ser desagradables, pe- la Filosofía, 157.) Au. E,
ro no dolorosos; el dolor sólo in-
terviene cuando la sensibilidad no DUALISMO
específica de la mucosa resulta ex- Dualismo. Der. del lat. rluali.s, que
citada. Un relámpago deslumbrn- ('S en número de do.s (<luoJ.
dor nos hace sufrir a consecuencia Conti-.: lllonismo•.
del espasmo del esfínter irldeo; un
sonido violento, 1>01· espasmo de A. Sin. do dualidad•: carácter de
los músculos tensores del tímpa- lo que comportu <los rcalidu<les o dos
no¡ pero nunca el propio mensnje elementos ind<>pendientes.
visual u auditivo es factor de do- l. universalismo fundado en e!
DUALISMO

dualisrno del ser y el debcl' sc_r lia1· sistema de Meyerson. (L.


( ... ) No volvemos así a la dunh- IlnUNSCIIVICG, L'e:rpér. /1u111aine,
dad del ser y el deber ser. (H. 359.)
Ano~, Iut,·od. el. /a. philos. de l'hist., V. Monismo, 1, 2.
298, 318.)
Dualista. Que comporta o admite una
2. se dibuja así una especie de dualidad o un dualismo. Monarquía
dualismo entre la verdad y la rea- dualista (Austria-Hungría), Doctrina,
lidad. \G. GUSD0RF, Déco1w. de soi.) religión dualistas.
3. Hay en el hombre un dua-
lismo ontológico (sensibilidad-espi- 8 Ln teoria del derecho natu-
ritu) pero sobre todo, un dualismo ral es una teoría dualista del dere-
0

moraÍ (co~flicto entre la realidad cho, pues según ella existe un de-
y el ideal, el egoísmo y el amor). recho natural junto al derecho po-
(G. THIB0N, en Dicf. de spirif., II, sitivo. La «teoría pura del dere-
124.) cho» es, por su parte, una teoría
monista del derecho. Según ella,
4. Todo el siglo XIX ha admiti- hay tan sólo un derecho, el dere-
do un dualismo entre la materia cho positivo. (H. KELSEN, en An-
ponderal y la energía imponder~I. 11alcs de pliilos. polit., III: Le droit
En la física moderna se admite 11a.turel, 122.)
que materia y energía son de_ la
misma esencia. (L.-J. OLMER, Eta- 9. Llamo dualista, según es
pes de la chimie, 119.) uso, a toda filosofía o religión que
plantea dos principios distintos.
5. [A propósito] del sentido Por ejemplo, si alguien habla del
real del dualismo onda-corpúsculo. espíritu y la materia como de los
Tres posibles interpretaciones de principios más generales, y no lle-
ese dualismo han sido, que yo se- ga a demostrar (o de ello no se
pa, contempladas (... ) y creo que ocupa) que la materia procede del
es necesario admitir como un hecho espíritu o el espíritu de la mate-
físico la dualidad onda-corpúsculo. ria su sistema es dualista. (S. PÉ-
(L. DE BR0GLIE, Nouv. perspect .•. , TRÉMENT, Le dualismo de Plato1t,
123.) l.)
V . .llecanismo, 15. Dualidad. Lat. dualitas, der. de dua-
B. Más a menudo (por ~P• a mo- lis (de dos, dual), der. a su vez de duo
nismo*) : doctrina que admite, e!' el (dos).
campo considerado, dos elementos ~rre- Carácter o estado de lo que es do-
ductibles e independientes. Dualismo ble.
cartesiano del cuerpo y el alma. Dua-
lismo maníqueo del Bíen y el Mal. Contr.: unicidad.
6. Este libro afirma la realidad 10. El hombre cree por instin-
del espíritu y la realidad de la ma- to en la dualidad del pensamiento
tería, y trata de determinar 1~ re- y el ser. (A, ETCHEVERRY, L'idéa-
lación de uno a otra sobre un e¡em- /is,ne contemp., 205.)
plo preciso, el de la rneinoria. Es, V. Amistad, 47; Heterogé1teo, 4;
pues, netamente _dualista. Pero, por Percepción, 19.
otra parte, considera cuerpo Y es- Principio de dualidad. V. Compleme11-
píritu de maner'.' tal qu~ ~•pera tariedad.
atenuar mucho, s1 no suprimir, 18:_s
dificultades teóricas que ha susci- 11. Un principio de dualidad re-
tado siempre el dualismo... (H. conoce que ni el racionalismo ni el
BERGS0N, llfatiere et mém., Pref. empirismo puros pueden servir de
a la 7.' ed.) plataforma su~ieie!'te a la m~tod?-
logía de las c1encu1s. La c1enc1a
7 A la dualidad de los princi- realiza un diálogo, una dialéctica,
pio; de la termod_inámica _refiere en la que lo abstracto y lo con-
Meyerson un duahsmo radical ~n creto se especifican uno por 1·ela-
el que figuran de un lado la razon ción al otro. (F. G0NSETH, Dialec-
y la causalidad, _del otro la expe- tica, 6. p. 124.)
riencia y la reahdad. Pero n~ po-
demos evitar preguntarnos s1 tal 12. ¿ Qué dice el pl'incipio de
interpretación se impone realmente dualidad de la filosofía abierta?
fuera de los postulados del pecu- Ese principio enuncia, no como
287

hecho de evidencia sino de obser- que, bajo su apariencia banal, en~


vación, que todo conocimiento real, cierra un misterio; porque, a fin
poi' depurado que esté, presenta to- de cuentas, ¿cuál de esos dos in-
davía un aspecto emplrico residual, terlocutores soy yo mismo? (.J. P1·-
y que todo conocimiento real, por <"ELl,E, Le regne deB fina, 176.)
cmpirico que sea, presenta ya un 5'. la duda, la verdadera, la
cierto rudimento de carácter teól'i- r¡ue no es simplemente metódica
co. (F. GoNSETH, Phi/01. néo-sco- ni intelectual, es un modo de la
lust •.. , 64.) creencia y pertenece al mismo es-
DUDA. Der. del lat. dubitarc (du- trato que ésta en la arquitectura
d&I'), que parece formado a su \'CZ a de la vida. También en la duda
partir de la ralz du de duo (dos). Se- se eBtá. Sólo que en este caso el
gún la etim., el que duda está dividi- estar tiene un carácter terrible.
do entre los dos miembros de una alter- En la duda se está como en un
nativa. abismo, es decir, cayendo. (J. OR-
TEGA Y GASSET, Ideas y crceucias,
Estado de la mente que se pregunta 32.) Ad. E.
si un hecho es o no real, si una pro-
posición es ve1·dadera o falsa, V. Ciencia, 18; Creencias, 1, 2, 42;
Dogmatismo, 16; Inquietud, 9.
Sin.: incertidumbre, vacilación, irre-
solución, ¡icrplejidad, indecisión. Duda; metódica. Actitud de duda
adoptada como medio de llegar a la
Co11tr.: certidumbre, seguridad, con- certidumbre. Se op. a la duda escépti-
vicción. ca: el escéptico se instala en su duda
l. La duda está en la mente como en un estado definitivo.
( ... ) . La inc..-tidumbre está tam-
bién en la mente, pero procede so- 6. porque entonces quería dcdi-
bre todo de la naturaleza de las cal'me solamente a la búsqueda de
cosas, que no se desvela de modo la verdad, pensaba que era nece-
suficiente. En efecto, la; duda; tie- sario (... ) que rechazase, como ab-
ne por objeto lo que es, y la i11cer- solutamente falso, todo aquello en
tid111nbrc lo que será ( .•. ). lo que pudiese imaginar la menor
duda, a fin de ver si al cabo me
La irresoluci611 está en la volun- quedaba algo de mi creeencia que
tad, y nace de la duda; de la mente fuese indudable. (DESCARTES, D isc.
o de la incertidumbre de los acon- de la; méth., IV, A.-T., VI, 31.)
tecimientos. (... ) La perplej-idad es
una irresoluci611 mezclada de in- 7. importa determinar bien so-
quietud ( ... ) porque nos vemos en bre qué puntos debe versar la du-
peligro de elegir lo peor. (CoN- da, a fin de distinguirla del excep-
DILLAC, Syn., III, 222.) ticismo y de mostrar cómo la duda
científica se convierte en elemen-
2. Diez mil dificultades no va- to de una mayor certidumbre. ( ... )
len una duda. (NEWMAN, Apologiu, El que duda es el verdadero sabio;
p. 215.) sólo duda de sí mismo y de sus in-
3. La duda no está por debajo terpretaciones, pero cree en la cien-
del saber, sino por encima. (ALAIN, cia. (CI. BERNARD, lntrod., l, 11,
Libres propos, 20 sept. 1927.) § 6.)
La duda es la sal del espíritu. 7'. La duda metódica, la deci-
(lb{d., mayo 1931.) sión de dudar de cuanto tenga un
4. Todo progreso es hijo de la sentido inteligible dudar, no fue en
duda ( ... ) El espíritu que no sabe Descartes una ocurrencia, como lo
ya dudar se sitúa por debajo del es su fórmula inicial sobre la in-
espíritu. (ALAIN, Saisons de l'e•- dubitabilidad de la \'ida. La reso-
¡,rit, 138.)
lución de la dudo uni\'ersal es só-
lo el anverso o instrnmento de otrn
6. En cuanto a la eluda, puede resolución nuís positiva: la de no
comprenderse como un diálogo in- ndmitil' como contenido de la cien-
teriorizado. Preguntas y respuestas eia sino lo que podamos probar.
se intercambian en el fuero inter- Ahora bien, ciencia, teoría, no es
no, desdoblándose el sujeto en dos sino )u transcripción de lu realidad
interlocutores <¡ue, por turno, lll'C- en un sistema de p1·oposicioncs
¡,,untan y rcs¡wnden. Experiencia ¡,rob11dns. La duda metódica no es,
llllHACióN 288

¡1urs, una avrnlura rlc ln filosofía: 4. La duración es la continua-


l'S la filosofía misma, percatándose ción indefinida de la existencia.
de su propin y nativa condición. (SPIN0ZA, Ét,hique, 11, Défin., 5.)
(,T, OnTEGA Y GASSET, ¿Q11é es fi- 5. el tiempo sirve ,para deter-
losofía?, 1G2.) Ad. E. minar In duración, y la medida, In
DUHAClóN
cantidad. (SPIN0ZA, C. n Meyer,
Pléiade, 1164.)
Durnr. Lat. d11ra1·e, der. de dun,s
(duro), endurecer, resistir ni uso, du- V. Tiempo, 6, 7, 8.
rar. H. Acepción común hoy: pnrte del
.-\. Resistir ni uso. Un tejido que tiempo absoluto ocupada por una acción
dura mucho. o que separn dos acontecimientos. La
duración de un viaje, de una espera.
B. Continuar siendo, prolongnrse en En esta acepción, la duración de los
el tiempo. Dar la sensación de ser al- acontecimientos sucesivos está engloba-
go. da en el tiempo considerado como abso-
l. No es con los que amo con luto.
quienes me durnn las horas. 6, El tiempo es el orden de las
(Guez DE BALZAC, III, 1, 10, en sucesiones posibles; un orden según
LITTRÉ.) el cual todo fenómeno se ordena y
2. desde que os fuisteis, los que se aplica n todo, en tando que
días me han durado siglos. Mme. In duración es una cualidad, un
DE SÉVIGNÉ, c. del 15 nov. 1677.) atributo perteneciente a este o
2'. No se engañe nadie, no, nquel acontecimiento determinado.
Pensando que hn de durar El tiempo no pertenece solamente
Lo que espera a una cosa, sino que es relativo
Más que duró lo que vio, a toda cosa, (... ) Duración y exten-
Porque todo ha de pnsar sión son los atributos de las cosas;
Por tal manera. pero el tiempo y el espacio están
(JORGE MANRIQUE, Coplas.) como congelados fuera de las cosa&
Ad. E. y sirve para medirlas. (LEIBNIZ,
Ex. des pri11c. du R. P. Malebra11-
2". Las cosas que presto llegan chc, Philos. Schr., Gerhardt, VI,
a su perfección valen poco y du- 584.)
ran menos; una flor presto es
hecha y presto deshecha; mas un 7. si el objeto como tnl existe
diamante, que tardó en formarse, sólo en el instante ( ... ) el r~rácter
apela para eterno. (B. GRACIÁN, E 1 de la duración en tanto que dura-
discreto, 106-107.) Ad. E. ción sólo puede derivarse de la per-
sistencia del recuerdo (, .. ) ; [el
Duración. Der. de durar. objeto] sólo dura en el recuerdo.
A veces es sinónimo de tiempo• y a (L. LAVELLE, D11 te111ps et de l'éter-
veces se distingue de él, siendo el uno nité, 389.)
parte de la otra. A diferencia de tiem- 8. Todo una vida junto al mis-
po, apenas se emplea en plural, salvo mo ser, resulta lnrgo: uno de los
en el voc. cientlfico. beneficios del matrimonio consiste
A. Antaño: el medio indefinido aná- en hacernos sentir In duración.
logo al espacio en el que se suceden los (J. RosTArm, Le 111ariage, 51.)
tiempos de los diversos acontecimientos. 9. hC'lllos adquirido el sentido
En esta acepción, la duración es el ab- ele la duración y riel tiempo sin re-
soluto que engloba tiempos particula- torno. Sabemos que dos fenómenos
res. V. Tiempo A. no son nuncn idénticos, porque so11
3. La duración es, como el es- sucesivos; no podl'ían, pues, ser
pacw, algo indefinido, ilimitado, más que análogos. Ln duración en-
sin confines; en tanto que el ticm- gendra acontecimientos siempre
¡,o es particular, una porción de nuevos y singulares. (A. VANDEL,
la duració11. «El tiem¡,o es una par- L'liomme et l'évol., 77.)
te o una medida de la duruci611» O'. In duración no es tnl vez
(Volt.) «Los seres existen en una una realidad distinta de la existen-
cierta porción de la duración a In cia actunl, y nsí el concepto de
que llamamos tiempo ( ... ) • (Id.) unn y otra serú el mismo. Porque
(LAFAYE, 539.) si quizA es realmente distinta eri,..
28U DURAClóN

las criatu1·us, no se enumeru con organización. (H. BEltGS<JN. lbíd ... ,


justicia entre las propiedades del 96.)
ente, ya que es un ente especial... 12. nuestra duración no es un
(Fr. SUÁREZ, De las propiedades instante que reemplaza a otro ins-
,¡,1 c11tc... , 11, § 11, p. 66.) Ad. E. tante: no habría entonces nunca
V. Dn 1c11ir, 7¡ Exte1uti6n, 2; Etcr11i- más que presente, sin prolongación
da,1, !1, 11. de lo pasado en lo actual, sin evo-
C. Por op. al tiempo (en BERGSON: lución. La duración es el progreso
«duracié,n purn•, «duración vivida», du- continuo del pasado que devora el
rnciún realo, «duración cualidad•, «du- futuro y se esponja al avanzar.
ración concreta .. ): cualidad p1·opia de (H. BERGSON, Évol. cr., 4.)
los estados psiquicos, que se suceden 13. lo que es duración pura ex-
sin yuxtaposición y resolviéndose, por cluye toda idea de yuxtaposición,
C'I contrario, unos en otros. de exterioridad recíproca y de ex-
Sin.: tiempo vivido, por op. al tiem- tensión. (H. BERGSON, La pe nsée et
po pensado de los matemúticos o al le mouv., 184.)
tiem!JO objetivo de los relojes.
14. no hay estado de alma, por
10. La duración pura es la for- simple que sea, que no cambie en
ma que toma la sucesión de nues- todo instante, puesto que no hay
tros estados cuando nuestro yo se
deja vivir, cuando se abstiene de conciencia sin memoria, ni conti-
establecer una separación entre el nuación de un estado sin la adi-
estado presente y los estados ante- ción, al sentimiento presente, del
riores. (H. BERGSON, Essai •· les recuerdo de los momentos pasados.
don11t!es imméd••• , 76-76.) En eso consiste la duración. (lbíd.,
200.)
11. Por debajo de la duración
homogénea, simbolo extenso de la 15. La duración interior es la
duración verdadera, una psicologia vida continua de una memoria que
atenta distingue una duración cu- prolonga el pasado en el presente.
yos momentos heterogéneos se pe- (... ). Sin esta supervivencia del pa-
netran (... ) ; por debajo del yo con sado en el presente, no habría du-
estados bien definidos, un yo en ración, sino tan sólo instantanei-
el que la sucesión implica fusión y dad. (lbíd., 201.)
E
E. l. En !óg. formal, simboliza la l. Nos engañariamos mucho si
proposición universal afirmativa. Vid. creyésemos que Potamon, y los
A. l. O, Oposición. eclécticos de los que fue príncipe,
2. En la caracterología de HEY- fueron tan inconsiderados como pa-
llIANS-LE SENNE, designa el tipo emo- ra abrazar opiniones repugnantes y
tivo*; nE, el tipo no emotivo. Vid. contradictorias. ( ... ) Otro tanto
A, P, S. hay que creer de los demás ecléc-
ticos, que han sido tan circunspec-
E o ex. Pref. tomado ya del latín tos en esto como para no sujetar-
e o ex, ya del gr. ek o ex, y que indica se siquiera a todas las opiniones
alejamiento o separación. Ej.: educa- de Potamon, sino tan sólo a su mé-
ción, educción, elevación, eliminación, todo de tomar de todas partes lo
emoción, expansión, expresión, éxtasis. que parece mejor. (HUET, Tr. de la
«ECCEIDAD». Lat. escolást. cccei- faiblessc de /'esprit h., 223, Lon-
tas, der. del adv. ccce (he ahí). dres, 1741.)
Carácter de lo que se halla aquí o 2. El ecléctico es un filósofo
allá (alem. da; v. Dasein). Antaño se que, haciendo tabla rasa del pre-
hacía de ccceidad el equivalente de juicio, la tradición, la antigüedad,
haecceidad*. el consentimiento universal, la au-
... el Da del Dasein, mi estar ahí, toridad, en una palabra, de cuan-
mi ecccidad, oculta el misterio úl- to subyuga a la multitud de los es-
timo de mi existir. (A. DE W AEL- píritus, osa pensar por s[ mismo,
HENS, Phi/os. de JI/. Heidegger, remontarse a los más claros prin-
79.) cipios generales, examinarlos, dis-
cutirlos y no admitir más que bajo
ECLECTICISMO el testimonio de su experiencia y
Ecléctico. Gr. e/<le/ctikos, que eli- su razón; y de todas las filosoflas
ge. Der. del v. c/clegein, elegir sacan- que ha analizado sin perjuicio ni
do de. Equivale al lat. e/igere. parcialidad, hacerse una particu-
lar y doméstica que le pertenece,
A. Filósofo que, en vez de edificar ( E11cyclop, de DIDEII0T y D' ALEM-
un sistema nuevo, toma de los diversos DEIIT, V, 270.)
sistemas las tesis que le convienen. El
alejandrino P0TAM0N (s. 111) pasa por 3, [A propósito de Sutlrez] al-
ser el inventor del eclecticismo. El tér- gunos han pretendido que le fal-
mino y la idea fueron adoptados por taba espíritu de síntesis. ( ... ) Ade-
Víctor C0USIN. más, su gran erudición le inclina-

'
201 ECOLOGI.\

ba al eclecLicismo. Tomaba esta pronto Schelling y Hegel, a quie-


opinión aqui, la otra allá, y el re- nes descubre; más tarde Platón,
sullado era un remiendo y no un Plotino, Descartes y Leibniz, a
sistema. Los críticos no pueden quien vuelve a encontrar. Estas di-
pretender que sea un ecléctico su- versas doctrinas han brillado por
perficial (... ) ; pero si pretenden turno en esa viva imaginación co-
<1ue ern ecléctico en el sentido de mo otras tantas luces en una lin-
que no poseia el don de síntesis. terna mágica, un tanto confundi-
(lo'. Corl,EST0N, llisl, ,¡, ,,, philos., das, alteradas, transformadas. De
111.:wn.) todo ello se ha formado el eclecticis-
mo. (H. TAINE, /'hilos. cla4<n., 131.)
V. f)ol"frina, 6.
8. Sobrevino la Revolución de
D. Por anal.: se llama ecléctico a 1830 y el partido del señor Cousin
runlquiera que, en cualquier terreno subió al poder. Pronto el señor
(n1·tc, literalurn, relaciones, gastrono- Cousin fue ministro; y el eclecti-
min ... ) , no se limita a una catcgorfa cismo se convirtió en la filosofía
de objetos, sino que toma en cualquier oficial y prescrita y pasó a llamar-
parte lo que lo conviene. se espiritualismo. (Ibíd., 306.)
Edectici•mo. A. Escuela filosófica 9. El eclecticismo no merece un
que pretende constituirse una doctrina largo examen, aunque sea una es-
propin eligiendo entre las tesis de los capatoria tentadora y una solución
diversos sistemas aquellas que le con- económica: la de la palabrería filo-
vienen. Principalmente la escuela de sófica. (P. RIC0EUR, HiBt. et 11éri-
Víctor Cous1N. Difiere del sincretismo• té, 55.)
por la organizaci6n de un sistema co-
herente. 10. [En sociología] el eclecticis-
mo fabrica vestidos de Arlequín.
4. En general, en la historia de Quiere reducirlo todo a la unidad
la filosofía estamos en favor de de un punto de vista; y los trozos
todos los sistemas que a su vez es- que junta, puestos el uno junto al
tán en favor de la razón. ( ... ) otro, revelan su heterogeneidad.
Tales son los muy simples fun- (J. M0NNER0T, L,s faits sociaux 11c
damentos de nuestro eclecticismo. sont pas des choses, 37.)
(V. Cous1N, Du 11rai, du beau... , V. Cartesianismo, 3.
lec. 1.•, 429-480.)
B. Por analogía: modo de compor-
5. En estos Primeros Ensayos tarse el que elige entre lo que se pre-
se encontrará ya el eclecticismo, la senta, y en particular del que elige en
cosa y la palabra, con su justo al- categorías muy diversas. Eclecticismo
cance y en su verdadera medida, en las relaciones, en las lecturas.
es decir, como un método histórico
que supone una filosoffa avanza- ECO. Gr. echó. Psicopatol. Como
da, capaz de discernir lo que de pref. en otras palabras gr., caracteriza
verdadero y de falso hay en las .di- el comportamiento de quien, a seme-
versas doctrinas y, tras haberlas janza del eco, reproduce aquello de lo
depurado y despejado mediante el que es testigo: ecokinesia (kine:tis, mo-
análisis y la dialéctica, de hacer- vimiento), ecolalia (lalia, locuacidad),
les a todas un sitio legitimo en una ecomimia (·mimisis 1 imitación mímica),
doctrina mejor y más vasta. (V. ecopraxia ( praxiB, acción).
CouslN, Premicrs essais de philos.,
XVI-XVII.) V. Imitación, 7.
6. Vfctor Cousin tuvo el pensa- ECOLOGIA. Comp. de las palabras
miento de reunir, a su vez, en un gr. oi/.os (casa) y logos (discurso, cien-
nuevo eclecticismo todo lo que con- cia).
tenían de verdadero los sistemas
que los diferentes tiempos y paises Disciplina que tiene por objeto las
han producido. (F. RAVAISS0N, Rap- relaciones de los seres vivos con su ha-
port ... , § 2, p. 19.) bitat o medio físico.
7. [ A propósito de V. Cousin.l l. Seguir ese juego apasionan-
Primero los sensualistas, 11 conti- te de acciones y reacciones, de lu-
nuación lo• escoceses comentados y chas y nliansus entre el hombre
desarrollados por Royer-Collarcl, y ,•1 medio nutural ( ... ), tal es ~¡
después M. de Biran, luego Kant, objeto que asignamos a In ecolog1u
ECONO)IIA 202

,h•l hombre. (111. S0RRE, Fo11cl. ele los nominalistas.:. 1u ronccr,c1011 realis-
In géog,·. /111111., 3." cd, 1, JO.) ta de los universales•.
2. Un reciente coloquio de lu 6. en su análisis de la realidad
Soc'cdad de Biogeografía de Parls existente, o de los juicios que po-
llegti a esta definición: «Ciencia demos hacer sobre las cosas, [ Oc-
de ]ns condiciones de existencia kham] recurre ni principio de eco-
y de interacción entre los seres nomía, Si, por ejemplo, dos factores
\'i\'os y el medio.» (111. SOllRE, Rc11- bastan para explicar el movimiento
cont rcs cutr,· la géog1·. et la sociol., no se debe añadir un tercero. Fi-
116.) nalmente, cuando postulamos enti-
dades que no son ni necesarias ni
ECONOMIA observables, suele deberse a que
Economía. Gr. oikonomia, adminis- nos dejamos engañar por el len-
tración (nomos, ley) de la casa (oikos). guaje. (F. C0PLEST0N, Hist. de la
Por ext.: administración en general, pliilos., III, 89.)
A. Prop.: administración racional C. Ciencias de la nat,: cconomia
de los bienes dirigida a obtener el me- de pensamiento (E. MACII, 1838-1916.)
jor rendimiento posible. Economía do- G. Toda ciencia se propone reem-
méstica, rural, nacional. plazar y ahorrar experiencias con
l. Ignoran la economía y la ayuda del acopio y figuración de
ciencia de un nadre de familia. los hechos en el pensamiento. ( ... )
(LA BRUYERE, Caract., IX, 24.) Esta función de eco,wmía, que pe-
B. En particular, sobre todo en el netra todo el ser de la ciencia, se
lenguaje corriente: gestión que evita manifiesta ya claramente en la de-
gastos inútiles, o los resultados de esa mostración. (E. MACH, Méca11ique,
gestión (hacer economías). IV, IV, § 1, p. 443.)
Sin.: ahorro. 7. a causa de la col'ta duración de
2. El avaro designa su avaricia la vida y de los estrechos limites
con el nombre de economía. (Dict. de la inteligencia humana, un sa-
ele Trévoux, III, 555.) ber digno de este nombre sólo pue-
de adquirirse mediante la máxima
3. La economía es en todas las economía mental. La propia cien-
cosas la madre de la liberalidad. cia puede, pues, ser considerada
(A. VIl<ET, Esprit d'-, II, 28.) como un problema de mlnimo, que
Economizar. Reducir los gastos, el consiste en exponer los hechos lo
consumo. más perfectamente posible con el
4. El empleado, el obrero ac- menor dispendio intelectual, (]bid.,
tual, que ya no economizan, se si~ § 6, p. 457.)
túan también por debajo de los D. Biol. (Principio de MORCANº) :
•burgueses» egoístas que les pre- en la explicación de las reacciones de
cedieron. Si ya no guardan dine- los seres vivos no debe recurrirse a
ro, no es porque hayan superado la hipótesis de una facultad superior
la avaricia, sino porque ya no son cuando una de nivel inferior basta pa-
capaces de ninguna especie de do- ra explicarlas,
minio de sí, de ningún sacrificio, V, Vida, 24.
ni siquiera de vencerse hoy por su
interés de mañana. (G. THIB0N, C. Por ext.: organización de las
Diagnostics, 20.) partes de un todo complejo. La econo-
mía de un estudio, de una empresa in-
Príncipw de economía. A. Fís.: en la dustrial.
naturaleza, todo se hace por el cami-
no más corto y con el mínimo gasto de 8. ¿ no han sido ellos los pri-
fuerza y tiempo, meros en reconocer la economía
B. Filos. ("Xavaja de OcKIIAM»): del libro de los «Caracteres»? (LA
c,,tia non Bunt multiplicanda praeter BnUYERE, Disc. en la Ac.)
11ccessitatcm (los seres no deben ser 8', Los autos sacra111e11talcs tie-
multiplicados sin necesidad), es decir: nen un tema único, aunque de fer-
en la explicación de las cosas, el filó- tilidad inagotable, y desar1 ollado
sofo no debe recurrir a entidades que con riquísima variedad de medios
no son hechos de experiencia, a menos y recursos artísticos: el dogma de
que no pueda explicarlas sin ellas. Fun- la presencia eucarística. Este dog-
dándose en este principio rechazaban ma es el que en las obras de n ues- ,
293 ECONOMIA

tros poetas reduce a grandiosa uni- nómicas. (L. BAUDIN, Mamvl d'é-
dad toda la eronomía del saber teo- con. poi., 7." ed., J, n.)
ló¡dco y reviste de símbolos y figu- 15. La economía política es la
ras a un tiempo palpables y mis- ciencia de la admini3trac1<>n de los
teriosas la historia y la fábula, el recursos raros en una sociedad hu-
mundo sagrado y el gentil, los ári- mana: estudia las formas que to-
dos esquemas de la dialéctica y los ma el comportamiento humano en
arrobamientos del amor místico ... el acondicionamiento oneroso del
(M. MENÉNDEZ Y PELAY0, Sobre /os mundo exterior en razón de la ten-
nulos Ra~ramrntalrs, en San Isido- sión que existe entre los deseos i!i-
ro ... , 131.) Ad. E. mitados y los medios limitados de
D. El nacimiento ele los seres los sujetos económicos. (R. BARRE,
organizados es, pues, el mayor mis• Écon. poi., 12.)
terio de In economía orgánica y de Economía. social, Ciencia de las rela-
toda ln naturaleza. (G. CUVIER, Le ciones humanas resultantes del modo
,·cune animal, I, 17, París, 1817.) de producción y reparto de las rique-
10, el papel extraordinaria- zas. A diferencia de la economía políti-
mente potente y variado que des- ca, que pone el acento en las riquezas,
empeñan en la economía humana la economía social lo pone en el hom-
las hormonas cedidas al medio san- bre.
guineo por las glándulas de secre- 16. tenemos derecho a hablar
ción interna. (J. RosTAND, L'avcn- de economía política o social. Pero
turc humainc, 190,) a fin de evitar todo equívoco y de
separar nuestro concepto de la
Eco11011tia política. Ciencia de las le- ciencia económica de la noción in-
yes de la producción, la distribución y completa de ciencia de las rique-
el consumo de las riquezas (J.-B. SAY). zas, preferimos la expresión eco-
Título de la obra: Tratado de ccono- nomía social. (Ch. ANT0INE, Cc,urs
mia polití,ca o simple exposición. de la d'écon. socia/e, 6. 1 e<l., G.)
ma.nera en que se forman, distribuyen
11 consumen las rfq1wzas. 16'. La defectuosidad de la eco-
nomía tradicional procede de que
11. Falta por encontrar una de- es una ciencia social particular, cu-
finición exacta de la economía po- yos cimientos estarán al aire mien-
lítica. (Ch. GIDE, Cours d'Écon. tras no exista una ciencia funda-
¡,o/. ', I, l. Sirey, 1921.) mental sociológica, como no es
12. La economía política tiene posible una buena óptica o una
por objeto, entre las relaciones de buena acústica. si no existe una
los hombres que viven en sociedad, buena mecánica. (J. ORTEGA Y GAS-
tan sólo aquellas que tienden a SET, Un rasgo ele la t'"icla alemana,
la satisfacción de sus necesidades Obras, V, 206.) Ad. E.
materiales, a todo lo que concierne Económico, adj. A. Que es poco co3-
a su bienestar. ([bid., I, 3.)' toso. Bebida económica.
13. A mi parecer, la economía B. Relativo a la economía política,
política tiene por objeto esos ac- política económica, teorías económicas.
tos de intercambio por los que un
17. toda tentativa de explica-
individuo abandona a otro lo que ción de los mo,·imientos políticos y
posee para obtener en contraparti- sociales de] mundo nctual tropieza
da lo que desea; actos gracias n con el examen de los hechos eco-
los cuales se establece el puente en- nómicos, como con el estudio de
tre la producción de las riquezas y los hechos tecnicos y rientificos
la satisfaeción de las necesidades. que determinan la c-voluci0n N'onó-
IG. Pmou, illtrocl. el l'éco11. poi., micn. ( ... ) Hay que rc.-conocl'r que
88.) la acción social y la ncciún política
14. Como M. ,Jourdnin hncin estírn dominal1ai nor la ncL·illn cco-
prosu, Lodo t.•l mundo hnce econo- nómina. (.T. FottRASTIÉ, Grand rs-
mía polílica sin i:.rnherlo. Cuando ¡,ofr... , 215.)
se habla ele la enrcstín de In Yida, 18. Definirl'mos el sistc-wa eco-
del cnmhio del di'1lnr, del aumento nómico como un (,.'onjunto Cl)heren-
de lu produn·i,·111, de lo~ prohll'mas le dl' inslitucionC's jurídkas Y so-
~ocialcs, se tratu de cuestione:i Cl'O- l'iales c.-n cuyo sc-no St' 1..•mpl~an, pa-
ECUAClóN 294

ra asegurar la realización del equi- que sólo se verifica para ciertos valo-
librio económico, ciertos medios téc- res de estas (1ltimas.
nicos organizados en función de En el principio era la figu-
ciertos móviles dominantes. (J. LA- ra. En la nueva religión, en el
JUGJE, Lrs sust. économiques, 6.) principio es la ecuación; In escala
19. El régimen ccon6mico es tan ele valores no es ya la misma.
sólo un elemento del sistema. Lo (J .-L. PELLETIER, [,'1igc eles math.,
definiremos como el conjunto de 97.)
1as reglas legales que, en el seno Educación personal. A. Prop. (pri-
de un sistema económico dado, ri- mitivamente en astronomía) : interva-
gen las actividades económicas de lo, diferente según los individuos, en-
los hombres, es decir, sus actos tre el momento en que un fenómeno
y gestos en materia de produc- tiene lugar y aquel en que es registra-
ción y cambio. (lbíd., 6.) do por el observador.
20. Finalmente, la noción de B. Por ext.: deformación que cada
estroctura económica se halla a me- uno hace sufrir a los hechos como con-
dio camino entre la de sistema y la secuencia de sus prejuicios, sus intere-
de régimen. ses ...
Designa ( ... ) las particularidades
que dan fisonomía propia a una ECúMENO
unidad económica determinada. ((Ecúmeno». Gr. C oi/coumc11C (so-
(lbíd., 7.) brent.: giJ), la tierra habitada. Der.
de oil,os, casa.
Y. Historia, 32.
l. Bajo la diversidad de las
Eco~ómica, subst. A. Subat. fem. imágenes que componen el ecúme-
(gr. e aikonomil,e [sobrent.: tcclt-
ne], el arte de administrar la casa, los no, sentimos una fuerza única con
bienes familiares; o oikonomikos [so- expresiones múltiples, una fuerza
brent.: lagos] La Económica, tratado que crece con el tiempo, el genio
de econ. doméstica, p. ej., él de JENO- humano ( ... ). Ahí se encuentra la
FONTE).
unidad del ecúmeno. (M. SORRE,
Fond. de la géogr. hum., II, 8.)
Ciencia de los hechos económicos.
Sin.: economía política. Ecuménico. Relativo al conjunto de
la tierra habitada.
21. La Económica moderna se Sin.: universal, general. Princip.:
asemeja a la Física. Tanto en una concilio ecuménico = concilio general.
como en otra hallamos experien-
cias claras y leyes que sanean el Ecumenicidad. Carácter de lo que es
espíritu; y junto a ello, en ambas, ecuménico, es decir, universal.
un álgebra trascendente, en la que 2. [ el maniqueísmo] es una re-
las palabras ordinarias no encuen- ligión 1111iversa.l (... ) .
tran ya su sentido. (ALAIN, Pro- Esta pretensión de ecumenicidad,
pos, 119, Pléiade.) unidr. a la naturaleza escatológica
B. Subst. neutro (lo-): el conjunto del maniqueísmo, explica ( ... ) su
de los hechos económicos. carácter esencialmente misionero.
22. Se nos repite que la políti- (H.-Gh. PUECH, Le manicliéiame,
ca está subordinada a lo e:-:-iómi- 01, 63.)
co. (ALAIN, Pro])OB,, 729, Pléiade.) 3. El filósofo sueña con una
23. lo social, lo jurídico y lo ecumenicidad de In razón, capaz de
político están subordinados a lo eco- establecerse por encima del anta-
nómico, es decir, a las condicio- gonismo de las profesiones de fe.
nes materiales de la vida en socie- (G. GusoonF, Tr. ele méta1ilt., 117.)
dad. (J. FOURASTIÉ, Grand espoir... , Ecumenismo. Movimiento que tiene
2113.) por objeto realizar la unidad de las
iglesias cristianas y mediante ella un
ECUAClóN. Lat. r,rquatio (del'. de cristianismo ecuménico,
acquus, igual), igualación, repa1·to
igual. EDUCAClóN. Lat. etl11catio, etimo-
Mat.: Fó!'mula que expresa una !'e- log,, acción de conducir (tlncrn,) fuera
lación de igualdad entre cantidades co- de (e); acción ele criar plantns o nni-
nocidas y desconocidas (o variables) males, ele instruir. ,
295 EDUCAClóN

A. Absolutamente (educación ge- 10. Necesitaríamos una educa-


neral) : empleo de los medios propios ción que nos enseñase a sufrir por
¡,ara procu rnr el desarrollo del hom- la inferioridad del prójimo con res-
bre, y principalmente de sus faculta- pecto a nosotros. (9 oct. 1892.)
des morales: sentimiento, voluntad, sen- Se nos ha fomentado, por el con-
tido de los vnlores, .. trario, el vanagloriarnos de los
l. Ln educación lo puede todo, triunfos conseguidos sobre los de-
(HELVÉTIUS, De l'ltommc, X, 1, titu- más. (9 oet. 1942.) (L. BRUNSCH-
lo de cap.) VICG, Agenda retrouvé, 186.)
2. La instrucción se da <>n cla- 11. La educación no se limita
se, en e) liceo, en Ja escuela; la a la infancia y la adolescencia.
educación se recibe en In casa pa- ( ... ) Nuestro medio es durante to-
terna. (K fü:NAN, Réfor,ne in tell. da la vida nuestro educador, y un
et mor., 307.) educador a la vez severo y peli-
groso. Severo, porque las faltas se
3. En materia de educación, to- pagan aquí más seriamente que en
dos los medios son buenos para el los colegios, y peligroso, porque
que sabe servirse de ellos y no apenas tenemos conciencia de esta
rechazar ninguno. Los métodos de acción educadora, buena o mala,
educación son herramientas en la del medio y de nuestros semejan-
mano de un buen obrero ( ... ) . Pe- tes. (P. VALÉRY, Bilan de rintell.,
ro sería una extraña idea preten• Pléiade, I, 1080.)
der que las herramientas trabajen
solas. (Mme. Gu1zoT, Conseils de 12, Educación significa libera-
moraJe, II, 69, Pichon, 1828.) ción. (A. GIDE, Journal, l.º nov.
1917.)
4. La educación es el desarro-
llo de la propia naturaleza en lo 13. La educación del mno es
que tiene de buena; por ello, se- un aprendizaje de la libertad me-
gún la sencilla y profunda frase diante la colaboración de la tutela
de Fénelon, debe seguir a la natu- y de sus potencias espontáneas.
raleza y ayudarla: su marcha no (E. JIIOUNIER, .llanif. de pcrsonn.,
ha de ser nunca violenta ni sus 126.)
progresos precipitados. (Mons. Du- 14. La educación crea fue!'zas
PANLOUP, De l'éducat., l, 11,) vivas, la instrucción sólo puede ser-
5. La educación ( ... ) es esen- vir para dirigirlas. (J.-111. GUYAU,
cialmente obra de la autoridad y el Éduc. et héréd., 53.)
respeto: si una de estas dos gran- 15. Al consistir la parte más
des condiciones llega a faltar, la eficaz de la educación en ejemplos
obra perece. (Ibíd., V, IV.) y no en consejos, para refundir to-
6, El más hermoso efecto que talmente el tipo social de las nue-
pueda tener una educación es el vas generaciones habría que empe-
de inspirar al alumno el deseo de zar por someter a nueva acuñación
mejorarla. (E. PAGUET, Polit. et a sus educadores, los adultos de
moral. du XIX' s., 8.' ed., III, 238.) hoy. (G. TARDE, en R. i11terJ!at. de
7. La Educación es, en efecto, un Socio/., 1901, 7.)
verdadero alumbramiento ( ... ) , 16. Todo lo que enseñamos in-
un alumbramiento a una vida su- tencionadamente a los niños, co-
perior por la acción de otra vi- nocimientos científicos u of:cios;
da superior. (L. LABERTIIONNl~nE, constituye la sugestión consciente;
Théoric de l'éd1tc., 10.' ed., 48.) to<lo lo que los niños imitan inde-
8. Ilay sin duda una ciencia pendientemente de nuestro <leseo
de la Educación. Pero 1!1 Educa- -sobre todo en nuestra vi<la, en
ción no es una ciencia, sino un nuestros actos ... - constituye la
apostolado. Y pnra ser apóstol hay sugestión inconsciente.
que creer, que amar, que dar sin La sugestión consciente es lo que
rontar, que entregarse a la reali- se llama instrur~ilm; la sug-cstión
<lud crucificn<lora de )ns tarea! CO· inconsciente lo que> llamanws, en
tidianas ... ( 1/iíd., 106.) sentido estricto, cdut·acilln. (L.
n. Ninguna cclucnción transfor- To1,srn1, rit. por Ch. IlAUll0l'!:<, T.
ma a un ser: tun sólo lo despicrtn. 1,11.)
1·dt1('(1fl'IU,

(M. BAltnf:~, f,<'1<1'8 fiurm,., 12.) 17. La l'(lUL'acil1n (... ) consiste


EOUCACióN 206

en suscitar móviles. Indicar lo que de imponerle los ejercicios que se juz-


conviene, lo que es obligatorio, lo gan formativos.
que está bien, incumbe a la ense- V. l'sicologfa.• f11ncional.
ñnn1.a. Ln educación se ocupa ele V. Escuelo.* activa, Escuelo.* n11eva.
los mó,>iles para la ejecución efec-
tiva. (S. " 1 EIL, L'e11racin<'nic11t, 24. La educación funcional es
16~.) la que tomn la necesidad del niño,
su interés por alcanzar una meta,
18. Con\'endría abstenerse de como palanca de la actividad que
creer que In mejora de los indi- se desea despertar en él. (E. CLA-
\'iduos por la educación es el re- PAREDE, L'édueat. fonctionn.)
sultado de una «des,•iación» de 25. In educación funcional es
las leyes psicológicas. Muy ni con- la que se bnsa en la necesidad: n';-
trario, es una consecuencia de ellas. cesidad de saber, de buscar, de mi-
(F. AclllLLE-DELMAS y M. BOLI,, rar, de trabajar. La necesidad, el
I'crso1rna1ité li11m., 254.) interés resultante de la necesidad,
19. Parece incluso que si el indi- he ahí el factor que hará de una
\'iduo no ha recibido educación en reacción un verdadero acto. ( lbúl.,
el momento apropiado, se hace 195.)
en ciertos aspectos refracta1·io a Educación 1111eva.. V. Escuela nueva.
ella. (J. RosTAND, L'aventurc ltum.,
137.) F,durador, educadora. A. Adj. Se di-
ce a veces de las cosas que contribu-
V. Admiración, 14; A1no1·, 92; Auto- yen a la educación: un trabajo educa-
dda.d. 5; Burgués, 5; Instrucció-11, 1; dor .
.l/asa, 7; Negación, 4; Superioridad, l. Si11.: de educativo,
B. Seguido de un adj. o un compl. 26. La ciencia verdaderamente
determinativos: puesta en práctica de educadora no es la que se da por
los medios aptos para desarrollar cier- hecha, acabada e infalible en su
tas capacidades particulares. Educa- simplicidad y su uniformidad lógi-
ción intelectual, cívica, profesional. ca, sino la que trabaja, busca, tan-
Educación de los sentidos, de los re- tea ( ... ) : es la ciencia viva, en
flejos. Educación de lo. voluntad. (J. PA- trance de crearse en los laborato-
YOT.) rios. (E. BOUTROUX, La 11ature et
20. No había educación comple- l'esprit, 140.)
ta para un artista sin un viaje a V. lnte11ci6n, 10.
Italia. (E. DELACROIX, Jounta/, 28
abril 1853, II, 173.) B. Subst. Persona que se ocupa de
educación. Por anal. se dice también,
21, No hay educación moral sin personificándolns, de cosas que contri-
comunicación de sentimientos. (C. buyen a la educación: la vida, la ad-
BOUGLÉ, Évol. des valeurs, 51.) versidad son excelentes educadoras.
22. La educación de la voluntad 27. La autoridad de educador
es así la clave de toda moralidad. es la ayuda que [ el niño] espera
(D. PARODI, Bases ps¡¡cltol. de la y pide para llegar a ser lo que
vie mor., 136.) debe. ( ... )
V, Escuelo., 5. (... ) si el educador ( ... ) manda
e_ Hábito de los usos de la buena de modo que d:\ la impresión de
sociedad. Falta de educación. Una edu- que él mismo obedece al mandar,
cación refinada. llega a ser para el niño como la
revelación de una vida superior
23. Cuando el domingo, en la en la que, bajo el reinado de la
pequeña iglesia de la comarca de justicia y de la bondad, la oposi-
Met1., el niño de coro saludaba a ción de los e¡,'Oísmos desaparece.
la pequeña de doce años que hacía (L. LABERTIIONNIERE, Tliéorio ele
la cuestación, ¡ qué educación [ re- l'éduc., 10.• ed., 34-36.)
cibida] de las costumbres! (M. 28. Nunca he visto a un edu-
BARRES, Mes ca/iiers, XII, 212.) cador cambiar de método. El educa-
Educación fw1cio11al. Método que dor carece del sentido ele/ fracaso
consiste en suscitar la acción espontá- precisamente po1·que se cree un
nea que desencadena en el niño In ne- maestro. El que enseña manda; y
cesidad de ejercitar sus fuerzas, en vez de ahí surge toda una sarta de ins-
297 F.FF.CTO
tintos, (G. BACIIEI.ARD, J,'orm. ,Te bien educado, una cierta manera
l'rsprit scicnt., 19.) de estar atento al efecto que produ-
29. Lo que cuenta aquí [en el ce y de no perder nunca conciencia
aprendizaje de la libertad] no es de ser un personaje importante ...
tanto lo que los educadores saben (F'. MAURIAC, Jo11r11al, 263, Table
romo lo que «son•. {G. MAUco, Ronde.)
l:d1&c. de /a, scll8ib., 114.) V. C011crcto, 1; Espíritu,, 26.
30. F.1 gran defecto de los edu- C. Er¡ ciertos usos: cosa efectiva-
cadores es· que nunca se acuerdan mente realizada o su realización. En
lo bastante de que tambii•n ellos efecto (en el sentido de: efectivamen-
fueron niños. (J. DE LACRF.TELLE, te). A tal efecto (para que tal cosa se
/d;,s dans 1111 cha,pca11, fil.) realice).
31. No hay educadores mús rí- V. Espíritu, 10; Sanción., l.
gidos que los padres desvergonza-
dos. (M. MERLEAU-P., l/11man. et Ley drl efecto. (THORNDIKE). El ex1-
t'1'1'CIIT, XXXIX.) to provoca la repetición del acto; el
fracaso, su eliminación.
Educatirn, adj. Que tiene por fin In
educación, que edur.a de manera eficaz. Eficaz. Lat. efficax (der. de efficc-
Un ejercicio, una película educativos; rc, ejecutar, realizar), operante, que
lecturas, castigos educativos. realiza.
32, El esfuerzo que [los profe- Que produce su efecto. Un remedio,
sores de filosofía] desplegamos pa- una reprimenda eficaces. Gracia* efi-
ra crear ante nuestros alumnos caz (Teol.).
nuestro propio pensamiento sobre 5. [El jugador que ha tomado
este o aquel problema es lo más la víspera la resolución de no vol-
«educativo» que hay en nuestra ver a jugar] cree en lo eficaz de
misión. (G. SPIRE, Discurso en el esa resolución. Pero lo que enton-
«Concours général» 1959, en R. de ces comprueba con angustia es pre-
l'Em,cign. phi/os., oct.-nov., 1959, cisamente esa total ineficiencia de
p. 3.) la resolución pasada. Está alli, sin
duda, pero paralizada, ineficaz, su-
EFF.cTO pcrcuia por el hecho mismo de que
Efecto. Lat. c/fcctus (der. de c/- tengo conciencia de ella. (J .-P. SAR-
ficere, hacer, ejecutar), lo que ha sido TRE, L'etre et le 11., 70.)
ejecutado o se ha realizado, el resulta-
do de la causa. 6. Decir crueldades alivia más
A. El correlato de la causa.: lo que que hacerlas: obrar es menos efi-
resulta de una causa. caz que hablar. (J. ROST.U.'D, Pen-
sées d'tm biol., 236.)
l. lo que debe cuidadosamente
observarse ni filosofar es el no Eficacia. Carácter de lo que es efi-
atribuir nunca a una causa· nin- caz. Acción de una cosa o una perso-
gún efecto que sobrepase su po- na que producen su efecto. La eficacia
der. (DESCARTES, Princ., § 60.) de un remedio.
2. cuando se tiene tiempo de 7. El problema que [América]
pensar en ello [ en las oscilaciones estudia con pasión desde hace me-
del humor] y se piensa con aplica- dio siglo, y sobre todo en los últi-
ción, las pequeñas razones acuden mos diez años, es el de dar al es-
en tropel y creeis que son causas fuerzo de cada uno la máxima efi-
cuando se trata de efectos. (Al..AIN, cacia, (A. SIEGFRIED, L,·s E.-['.
en M. c/ioisis p. A. DREVET, I, d'cmj., s.• ecl., 346.)
116.) Eficiente. Lnt. e//iric11s, part. pres.
B. Impresión producida. Causar de r//iecrc, «empleado a menudo en el
efecto, buen efecto. sentido de /t1C<'l'f [hacer) para subrn-
3. ¡,Qué, sino el efecto, es el yu1· la idea de consumación» (ERNOUT
fin supremo de toda especie de y 1\1.): que produce un efecto (rjfcc-
arte? (E. DI~LAcnmx, Joul'nal, 22 11011, pa..t. pasado de cffice,·c).
f,h. 1860.) En lenguaje 1,,~hl.sil'O se empleaba só-
4. A menuun suhsistc en ,,¡ 111·- lo como rnlificativo de cu usa: la l'all-
tisLa célchre, cuando 110 ustá muy sa * eficiente es lo que produce una co-
EGO 298

sa, la condición necesaria y suficiente lo continuamente que recapitulaba,


de su aparición. De ordinario se dice es corriente ver en Gocthe uno de
simplem~nte <crausan, salvo cuando se los casos más evidentes de egocen-
qui<>re distinguir la causa eficiente de trismo que el biógrafo y el histo-
la causa final. riador se hayan echado a la cara.
V. Causa, 20, 22; Fin II, 25. (E. o'ORs. T,·rs lecciones en el M.
Eficiente empleado absolutamente (es del P,·a.do, 168.) Ad. E.
muy eficiente) es un neologismo toma- V. I'ara.n.oia 1 1; Pcsimis1no, 6.
do del inglés para significar capaz, di- B. En PIAGET [ esencialmente cog-
námico, de gran rendimiento. Lo mismo noscitivo) : carácter del pensamiento in-
vale para eficiencia .. fantil que, al no estar aún socializa-
Efici<>ncia. Lat. cfficic11tia, facultad do, se halla falto de las exigencias de
de hacer (faecrc), de producir un efec- objetividad del pensamiento adulto.
to; virtud, propiedad. 2. Los niños no piensan toda-
Carácter o acción de lo que es efi- v!a socialmente; su pensamiento
caz o eficiente. está impregnado de egocentrismo y
V. Ambiente, 1, 2. este factor tiene consecuencias con-
siderables en su manera de ra-
EGO. Pron. pers. g.r. y lat.: yo. Es zonar: ausencia de la necesidad
para mi un alter ego (un otro yo). de discusión, de deducción lógi-
Fil. Se emplea sobre todo para desig- ca, de verificación; predominio de
nar, más allá del yo empírico, el «yo» los esquemas sincréticos o visuales
trascendental* o sujeto sustancial. sobre el análisis lógico, etc. En
todos estos respectos puede decirse
l. el ego trascendental ( ... ) se que el pensamiento infantil, en tan-
aprehende tanto ,a sí mismo en su to que egocéntrico, es intermedio
ser primordial propio como, bajo entre el autismo del pensamiento
la forma de su experiencia tras- simbólico y el carácter socializado
cendental del otro, de los otros de la inteligencia. (J. PIAGET, Arcli.
egos trascendentales... (HUSSERL, ele psycliol., XVIII (1921-1923),
Médit, cartés., 62, p. 127.) 285.)
Superego. V. Superyo en Yo. 3. Egocentrismo significa a la
EGOCE:\TTRISMO. Tendencia del vez ausencia de conciencia de sí y
que es egocéntrico, es decir, se hace ausencia de objetividad. (J. P1A-
centro de todo. GET, Jug. et raisonn... , 6.)
A. En general (con componente 4. La construcción del mundo
afectiva y volitiva; forma particular objetivo y la del razonamiento ri-
del egoísmo) : tendencia de aquel en guroso consisten ambas, en efecto,
quien todos los intereses, comprendido en una reducción progresiva del
el que le lleva a consagrarse a los de- egocentrismo del pensamiento en
más, se subordinan al interés que con- beneficio de una progresiva socia-
sagra a sí mismo. lización, es decir, de una objetiva-
ción y una puesta en reciprocidad
l. Individuos activamente con- de los puntos de vista. (J. PIAGET,
sagrados al prójimo, a quienes no Causal. phys. che• l'enf., 338.)
se podría tachar de egoísmo, pue-
den desplegar en su consagración EGOISMO. Palabra .creada por los
el más puro egocentrismo, por la nMessieurs de Port-Royal» para desig-
manera en que imponen su volun- nar la disposición o perseguir exclusi-
tad, sus modos, su presencia. (E. vamente el placer y el interés persona-
~foUNIER, Tr. e/u caract., 561.) les. Antes se dcc!a amor propio•, En
1'. Si un hombre ha habido en el voc. filos. se opone a alt1-uismo•. V.
el mundo pal'a el cual el hecho do f>crso11al. Der., egoista.
la propia existencia tuviera y man• l. La felicidad puramente egoís-
tuviera relieve, ¿no será este Goc• ta de ciertos epicúreos es una qui-
the '! Empezando por lo mucho que mera, uno. abstracción, una imposi.
a sí mismo se importaba; siguicn• bilidad: los verdaderos placeres
do por lo tenazmente que se per- humanos son todos mlís o menos
formaha, pasando por lo ávidamen- socia.les. El egoísmo puro (, .. ) , en
te que absorbia y concluyendo por vez de se1· una real afirmación de
209 EGOTISMO

si, es una 11111/ilación ,Ir sí. (,J.-M Semejante disposición sería un resulta-
GUYAU, Esq, cl'1111r, mor... , 249.) • do de la asociación (STUART l\111,L) re-
2. El estudio de lae neurosis forzada al correr de los tiempos por
muestl'n que el egoísmo se desarro- la herencia (SPENCEn).
lla siempre con 111 debilidad flsica:
los grandes 11gotodos lo llevan has- EGOTISMO. Ingl. egoti-sm: manía de
ta el ridículo, (•~. M0UNIER, T1•, hablar de si mismo, de jactarse. Pala-
d11 caracl,, 562,)
bra adoptada por STENDHAL (S01,ve-
11irs cl'égoti-smc) para designar el aná-
a. El egoísmo tiende a disimu- lisis que el escritor hace de su propia
larse bajo el aspecto de un seu- personalidad. Der.: egotista.
do desinteresamiento colectivo: Excesiva preocupación por cultivar
egoísmo matrimonial, fnmiliar, del lo personal y original, sin excluir a ve-
medio, de la casta. Estas diversas ces ni siquiera lo anormal o perverso.
formas no expresan una amplia-
ción de la conciencia egoista, sino l. Los intereses del egotista se
un rodeo que adopta pal'U asegu- centran en sí mismo; pero son in-
ral'se una tranquilidad moral a la tereses menos materiales y más
vez que refuerza sus instrumentos intelectuales que los del egoísta.
de poder. (lbfd.). 2. hemos sido creados para
4. el egolsta hace de su propia analizar nuestras sensaciones, y
felioidad la ley de quienes le ro- para sentir el mayor número de
dean. Pero las cosas no marchan las exaltadas y sutiles. ( ... ) Cu!ln-
de este modo; el egofsta está tris- do se tiene el honor de ser en tal
te porque espera la felicidad; es, grado apasionado y reflexivo, hay
por tanto, la ley del aburrimiento que cuidar en uno particularid,.d
y la desgracia lo que el egoísta im- tan atractiva. Refinemos cuidado-
pone a quienes le aman o le te- samente la sensibilidad y el análi-
men. (ALAIN, Propos s. le bonheur, sis. (M. BARRES, Un hommc libre,
264.) 22.)
5. Siento una cierta repugnan- 3. A fuerza de considerar a
cia por esos chorros de altruismo Sainte-Beuve, ,·eo que su extrema-
que se escapan de los egoísmos sa- da cortesía y su comprensión no
ciados. (J. RosTAND, Pcnsées d'u11 van acompañadas de la menor sim-
bio/,, 236.) patía. Sigue siendo un cerrado
6. No conocemos de nuestro egotista junto a aquellos a quienes
egofsmo más que los puntos en que seduce por la más delicadas inti-
encuentra resistencia. (J. RosTAND midades de su penetración. (Ibíd.
Joun,ol d'u11 coroct., 110.) ' 112.) '
7. En la maternidad como en el 4. ¡ Invencible egotismo el que
amor, es un egoismo aplicado fue- se priva del goce de las formas be-
ra de sí el que Ol'dena 111 abnega- llas! Sin que ella lo note, tomo
ción. (A. MAUROIS, Sc11timcmts et sus almas para medirlas con la
cout., 67.) mía y entristecerme por lo que les
falta. ( lbíd., 197.)
8. Creen no tener ya egoísmo
porque lo han puesto todo en plu- ~- ya no vive con su mujer
ral. (G. CESDR0N, Ce si~c/c a,ppcllo mas que a temporadas y a ella no
au secours, 163.) se la ve nunca... Dos artistas en
un matrimonio era demasia,lo · sus
9. El egoísmo consiste en no ser- egotismos chocaban. (A. MAu~o1s,
vir a nada fuera de si, en no tras- Tare p1·011,isr, 20.)
cender de sí mismo. El egoísta
es un hombre sin ideal. (J. ÜIITEGA 6. El Egotismo literario consis-
te, finalmente, en reprt:'sentar el
Y GASSET, lntimiclaclc•, Obra-s, II, papel dC' uno mi..1mrn; en hncE'rse
G60.) Ad. E.
más n~/11ra.l que lo natural, más
V. Afecto, 11; Odio, 3; Si'llipatía, 1. uno nusmo de lo que se ern mo-
Ego-ollr1<is1110. Disposición moral en mentos nnlcs de haber tenido rnl
la que el egoísmo se acuo!'da con el idcn. (P. VALÉRY, l'ariété, Pléia-
altruismo, y que ronsiste en busca!' d~, I, 6füi.)
c•I interés del pnijimo enrontrnndo II In 7. Tomando In ¡,alnbrn dl• Stc11-
vez en ello el máximo intc1·l•s personal. 1lh11l, que la introdujo en nuestra
EID~~TICO
ªºº
leng-ua, y desviándola un poco pn- (subst. mase.) : el que tiene imágenes
rn mi uso pnrticulnr, diré quc el de ese género,
vcrdadC'ro '1H·todo de Desenrks de- l. ,J nensch designa como eidé-
hC'l'Ía llnmnrsc cootismo, desarro- ticos a los individuos que poseen
llo dP ln conciencia para los fine~ la facultad de formar imágenes
del conocimiento. (lbíd., 80G.) ópticas concretas. En la esfera del
~- El carácter C'Sencinl que ti- sentido del oido y de las sensacio-
lll' todos los rnsgos del timido de nes cutáneas existen también fe-
un mismo l'olor sombrío es el ego- nómenos correspondientes. El eidé-
tismo, Snhenws que, detnasiado tico puede reproducir una imagen
Ol'upado C'll contemplarse, no tiene que represente un objeto concreto,
tiempo d(' Y('r a los demás.,. no sólo bajo la forma de una re-
(J. LACHOIX. Timidiié et ado/csc., presentación, sino de manera con-
136.\ creta, con los caracteres de la sen-
sación. (E. KRETSCHMER, P8)Jcholo-
EIDÉTICO gic médicalc, p. 37, Doin, 1956.)
Ei<los. Subst. gr. de ci<lc11 (he visto) 2. En tanto que la imagen con-
y que designa lo que queda después de secutiva clásica reproduce nebulo-
haber visto: la forma, en partic. la samente tan sólo masas de un di-
forma de una cosa en ,e] pensamiento, bujo, una buena imagen eidética
la idea, la esencia. Es en este último tiene colores vivos, contornos ne-
sentido como la emplea HUSSERL. Eidé- tos, detalles minuciosos. (P. QUER-
tico se dice de lo relativo a las esencias CY, «Les eidétiques», J. de psychol.•
y no a las cosas o existencias (conoci- nov. 1925, 803-804.)
miento o ciencia eidética, juicio o ver- 2. Tipo eidético: que se representa
ciad eidética ... \ lo real tal como es dado, sin modificarlo
l. La esencia (Eidos) es un al integrarlo en su psiquismo.
objeto (Gcgc11sta11<l) de un nuevo Contr.: tipo integrado*.
tipo. Lo mísmo que en la intuición B. Fenomenol. l. Adj.: relativo a
del individuo o intuición empírica las esencias con abstracción de su exis-
lo dado es un objeto in'dividual, lo tencia, abstracción que constituye la re-
dado en la intuición eidética es ducción• eidética.
una esencia pura. (HUSSERL, ldées,
3. la fenomenología pura o
21.)
trasccndenta,l no se erigirá en
1'. El hombre, en cuanto cono- ciencia relativa a los hechos, sino
ce las ideas, sirve de enlace entre relativa a la,s esencias, en ciencia
los dos planos paralelos del ser y <ceidética». Semejante ciencia trata
del acontecer. El hombre viene de de establecer únicamente «conoci-
lo alto, participa del ser y. por ha- mientos de esencias» y en 111-odo al-
ber tenido la visión del plano su- guno <Chechos». La reducción co-
perior, de los horizontes del ser, rrespondiente, que conduce al fenó-
es capaz de saber, pues ha vi.sto meno psicológico a la rcesencia» pu-
lo que es. Para Platón, como grie- ra (... ) es la rcclucci6n eidética.
go que es, el primero de los senti- (HUSSERL, lclées, 7.)
dos es la vista, y la etimología de 4. la intuición del ser en tan-
idea o ciclos (como en griego la del to que ser es una intuición eidética
verbo ,<saber))) es la misma que [título.] (J. MARITAIN, Sept. lc~0118
la de nuestro verbo ver (en latín s. /'étrc, 66.)
vidcrc). (A. ToVAH, Un libro so- V. Reducción, 6.
bre Platón, 103.) Ad. E. 2. Subst. (la eidética). Ciencia de
V. Noenw, J. las esencias.
Eidético. Gr. cicletikos, relativo a las 6. Se debe tratar de construir
cidi! (plur. de ciclos: formas exteriores, una eidética de la imagen, es de-
ideas, especies, esentias). cir, de fijar y describir la esen-
A. Psicol. (E. R. JAENSCII, 1833- cia <le esa estructura psicológica
1(/40). l. Imágenes eidéticas; repre- tal como aparece a la intuición re-
sental'iones imaginarias c·arac-teriza- flexiva. (J.-P. SARTllE, L'imagi11a-
das por colores vivos, detalles minucio- lÍ011, 113.)
sos, una nitidez alucinatoria. Eidético C. Epistemol. (por op. a dialécti-
301 F.LECCl6S

co) : que es total y definitivamente ver- rioridnd que •·• (y no que tic11c)
dadero (por refet'irse n las esencias, un movimiento hacia lo otro que
cicli'), ella misma. (A. DE WAELHES~,
6. La geometría hn sido consi- E:r.iat, et signifieatio11, 15.J
derada durante mucho tiempo co- ELECClóN
mo el modelo de ciencia eidética,
es decir, de ciencia construida en Elección. Lat. clretio, der. de ,.¡¡.
un clima de pura necosidad, de gere (legere e, coger de, entre): acciún
una necesidad manifiesta por una de escoger.
parte en los axiomas, y por otra Acción y efecto de elegir, de prefe-
en el absoluto rigor de la deduc- l'ir a una persona o cosa para un fin.
ción. (F. GoNSETII, Phi/os. néo-sco- Nombl'nmiento de una persona, que re-
laa ... , 21.) gularmente se hace por votos, para al-
gún cargo, comisión, etc. Deliberación,
EJECUClóN. Lat. r,•scculi1J, der. libertad para obrar (Real Acad.)
de exsequi, seguir (scqui) a putir de l. Según hace notar el P. Bou-
( ,x); es decir, desde la decisión hasta hours, la diferencia entre elegir y
el fin. escoger es que la elección hace re-
Acción de ejecutar, es decir, de rea- lación a un cuerpo o comunidad,
lizar una decisión, un plan. en tanto que la palabra escoger
En partic. (Psicol.) : el último mo- apenas se dice más que de la per-
mento del acto voluntario. sona que lo hace. ( Dict. d.,; Tré-
vou:,;, III, 613.)
La ejecución es la piedra de
toque de la voluntad: lo que dis- 1'. Estamos ya a los fines de
tingue las decisiones serias, las los siglos. Allá en la Edad de Oro
verdaderas voliciones de las sim- se inventaba: añadióse después;
ples veleidades es que se realizan. ya todo es repetir. Vénse adelan-
(R0USTAN-BURGELIN, PBIJCho/., 419.) tadas todas las cosas, de modo que
V. Deliberaci6n, 2; Voluntad, 2. ya no queda qué hacer, sino e!e-
gir. Vívese de elección, uno de los
EK-STASIS. Del gr. ,k stasis. V. más importante favores de la na-
f:xtasis. turaleza, comunicado a pocos, por-
Grafía utilizada por algunos filósofos que la singularidad y la excelen-
contemporáneos para designar ciertos cia doblen el aprecio. De aqui es
hechos extraños a la mística y a la que vemos cada día hombres de in-
religión: estado del que se halla fuera genio sutil, de juicio acre, estudio-
de si, o movimiento desde el punto en sos y noticiosos también, que en
que nos encontramos hacia otro punto. llegando a la elección, se pierden.
Der.: ek-stático. (B. GRACIÁN, El c/iscreto, 79.) Ad.
l. Nuestra descripción fenome- E.
nológica de las tres ek-stasis tem- Electivo. Que es obtenido o procede
porales [pasado, presente, futuro l poi· vía de elección. Cargo electivo. In-
debe permitirnos abordar ahora la clinaciones, afinidades electivas.
temporalidad como estructura tota-
litaria. (... ) Es decir, que la tem- V. Afini</ad, 2, 3.
poralidad no puede más que desig- tlite. Part. pasado antic. del fran-
nar el modo de ser de un ser que cés élirr (lat. eligerr). Significaba
es sí mismo fuera de sí. (J .-P. SAR- pl'imitivamente acción de escoger.
TRE, L'itre et le n., 174-175, 180.) Lo que de mejol' y más digno de ser
2. El Para-sí, para atenernos n elegido hay en un grupo social deter-
las primeras ék-stasis ( ... ) , puede minado. La élite campesina. r n obrero
y debe a la vez: 1.0 , no ser lo que de élite.
es; 2.0 , ser lo que no es; 3. 0 , en 2. según el ideal democrútico,
la unidad de un perpetuo reenvio, una élite que no instruye al pue-
ser Jo que no es y no ser lo que es. blo es más e,•identemente injusta
Se trata de trrs dimensiones ek- que el rico que cobl'a sus rentas e
státieas, siendo el sentido de In ek- interés. (ALAIN, I'·1·opos. s. l'Muc.,
stasis la distancia a si. (lb/el., 183.) LX, p. 234.)
:J. Desde lu percepción, la con- 3. Si In masa admira de buen
ciencia ee revela como una interio- grado a su ~lite, se halla no obs-
1·idad ekstútica, •• decir, una inte- tante dispuesta, por una especie de
ELE~IENTO 302

amlJivalC'ncia, a vilipendiarla apc•• para nosotros elementos. (LAVOI-


nas sea cogida en falta. (J. HA- SIEH, T1·. élém, ele chimie, Disc.
SAERT, Socio/. génfrale, 202.) prél., (Euvrcs, l, 7.)
:l'. La brc,·e<lad de los momen- 3'. Constan los cuerpos natura-
tos electivos en la época moderna, les de los elementos mismos de la
dijimos, hace parecer continua la naturaleza, que sabemos son cua-
depresión en nuestra curva histó- tro: fuego, aire, agua y tierra. De
rica, y hace pensar en un defecto todos ellos nos alimentamos, ya de
de siempre, congénito, el cunl des- su misma naturaleza, ya de la
de Costa y Macías Picavea se cree de sus propiedades ... (J. L. VIVES,
consiste en la falta de una «élite» T.-atado del alma, 15.) Ad E.
o minoría escog-ida que diri.in la V. Experiencia[, 10; Ptincipio, 5, B.
vida del país. (R. MENÉNDEZ PIDAL,
Los esvafwlcs en la histo1·ia, 100- 8- Eln sentido amplio: que entra
101.) Ad. E. en un todo como uno de los componen-
tes. Hay buenos elementos en esta di-
ELEMENTO. Lat. elementum, empl. sertación, en esta clase. Los elemen-
sobre todo en plur. (clementa) para tos no divisionarios de un ejército, Un
designar: 1.0 los conocimientos rudi- radiador de ocho elementos.
mentarios; 2. 0 , los componentes últi- 4. Seria injusto y poco confor-
mos de las cosas y del lenguaje (las le- me a la verdad restringir la par-
tras del alfabeto). Los cuatro elemen- te del elemento intelectual en la
tos. Los Elementos de EUCLIDES. Der.: literatura. (A. CARTAULT, L'intel-
elemental (los corpúsculos elementales lcctuel, 66,)
del núcleo del átomo; tratado elemen-
tal). 5. La necesidad de resolver las
ideas e incluso los sentimientos en
A. En sentido estricto (especial- elementos claros y distintos, que
mente en Química) : lo que es simple, hallen sus medios de expresión en
y, por consiguiente, imposible de des- la lengua común, es característica
componer, ya relativamente, es decir, de la filosofía francesa desde sus
desde el punto de vista en que nos si- orígenes. (H. IlERGS0N, Écrits et
tuamos, ya absolutamente. El átomo, paro/es, II, 433.)
elemento de la química clásica, no lo 6. la nación francesa es par-
es ya en física atómica. ticularmente difícil de definir de
Sin.: principio. A 2. un modo simple; y es ya un ele-
l. La física es la [ciencia] que mento no poco importante de su
explica los principios de las cosas «definición» esa propiedad de ser
naturales v las propiedades de los difícil de definir. (P. VALÉRY, Reg.
cuerpos; que discurre sobre la na- s. le monde act., 107-108.)
turaleza de los elementos, de los V. Error, 10.
metales, de los minerales... (MO- C. Sólo en pur. ( en partie. en los
LIERE, Bourgeois gcnt. II, VI.) títulos de obras) : conocimientos esen-
2. Los antiguos distinguían cua- ciales que constituyen una primera
tro ele11ientos: el fuego, el agua, el iniciación. Los Elementos de EUCLIDES.
aire y la tierra. Cada uno de es- Sin.: rudimentos, principios, trata-
tos elenientos parecía propio ele al- do elemental.
guna especie animal. Esto es lo
que dio Jugar a la expresión «está 7. Los principios son roglas,
en su clcmeutoi,, para decir: está preceptos, algo general que se di-
en el Jugar que más le place, si- rige a espíritus que reflexionan y
gue la ocupación que le resulta más razonan. (... ) Los elementos son,
por el contrario, algo simple, sen-
agradable, aquella para la que reú- sible, material en cierto modo, que
ne más condiciones. (C0NDILLAC, resulta apropiado para los princi-
Syn., 235.) piantes. (LAFAYE, 879.)
3. Si unimos al nombre de ele-
mentos o principios de los cuerpos ELICITO. Lat. clicitus, part. pasa-
la idea del último término a que do de eliccrc, sacar de, hacer salir.
llega el análisis, todas las sus- En el voc. escolast.: el acto elicito
tancias que no hemos podido des- ( elicitus o cxercitu8) es el que es rea-
componer por ningún medio son lizado por la voluntad misma, p. ej.:
!l03 ElfERG F.NCIA

querer, ronsentir), y se opone al acto que es absolutan1cntc una, sim1>1~


imperado (i111paat11s), es decir, al e indivisible. (R. GARIIIGOl!-LAGII.,
acto de otra facultad (práctic., la inte- Die,,, 46fl.)
ligencia) en los casos en que su ejel'ci- 3. Ese Dios único [ de los Gnós-
cio dependa del que1·er (por ej.: la con- ticos] no es más que una potencia.
clusión que pone fin a una delibera- capaz de desarrollarse. Se desarro-
ción). lla, en efecto, por una expansil>n
li:liu. V. Elccci611. de si mismo, mediante emanacio-
nes sucesivas ( ... ) Pero a medida
uEl,LO• (FREUD.) Alem.: ••· Fr.: que los eones se alejan del Primer
<;a. Por op. al 110, designa el incons- Principio, fuente de la emanación,
l"fonte; de mnncra más precisa, el psi- se produce una disminución o de-
quismo pl'imilivo anteriol' al desper- grabación proporcional del ser.
tar de la conciencia y del que la con- (G. BAREILLE, en Dict. de théol.
ciencia reprime los elementos contra- cath., VI, 1460-61.)
rios a las exigencias educativas y mo-
rales, V. Creaci6n, 3.
2. A veces ( sin. de participación o
EMANAClóN. Lat. emanatio, der. creación) : acción por la que Dios pro-
ele emanare: manar (manare) de (e). duce seres que tienen de él todo cuan-
Acción de emanar (sentido abstracto). to son. Es uno que debe evitarse.
Aquello mismo que emana (sentido con- 4. La primera producción de
creto). Dios, que es el principio y fun-
A. En sentido físico: acción de Jo damento de todas las emanaciones
que emana, es decir, se desprende en de Dios, ya en sí mismo, ya fuera
fol'ma de particulas imponderables y de su esencia, es la producción del
generalmente invisibles, como los olo- Verbo eterno ... (Card. DE BÉRULLE,
res (sentido abstracto) : una emanación <Euvres, Migne, 970,)
ininterrumpida de gases tóxicos. Aque- 5. La gran tristeza de Dios fue
llo mismo que se desprende (sentido ver que sus ángeles, emanaciones
concreto) : emanaciones malsanas. de sí mismo, desel'taban de su Pa-
B. Fig.: realidad de orden inmate- raíso para amar a las hijas de ]03
rial que emana de otra, es decir, que hombres. (M. BARRES, Un hombre
proviene de ella como de su fuente: en libre, 281.)
una democracia, el poder emana, es una
emanación de la voluntad del pueblo. Emanatismo. Doctrina según la cual
el universo es una emanación (en el sen.
C. Metaf. y especialm. teod. l. Or- tido C 1) de Dios. Forma de panteísmo.
dinar. (por op. a creación• y a partici- Teoría emanatista.
pación*) : acción por la que Dios pro-
ducirla el universo de los espíritus y EMERGENCIA. Der. de eme,-gere,
los cuerpos como poi' un derramamien- comp. de mergere (sumergirse) y el
to necesario de su naturaleza. V. Pro- pref. e.
ccsi611, A. En sentido usual: acción de
l. si estáis de acuerdo en que emerger, ya en sentido propio, por op.
el mundo no puede se,· una ema- a est~r sumergido, ya en el figurado,
nación necesaria de la Divinidad, al sah r de la oscuridad y hacerse co-
os daréis cuenta de que no era ne- nocido.
cesal'io que fuese eterno, aunqu• l. La emergencia es el momen-
no deba acabar nunca, (MALEBRAN- to en que lo que era ya aparece en
CHE, Tr. do la nat. et de la gr., 1, la supel'ficie y se convierte en ob-
IV.) jeto de constatación. (J. GUITTON,
2. La Creación difie1·e esencia.1- Jésus, 77.)
mente de la ,111anaci611 pantcfstica, B. Filos, y especialm. filos. biológ.
aunque otra cosa hayan dicho Cou- (teoría de la emergencia o de la sínte-
sin y vnrios filósofos model'nos, La sis emergente) : aparición de propieda-
emanación implica contradicción, des nuevas superiores a aquellas de las
como el panteísmo que supone. O que emergen; así el pensamiento sería
bien es i11111aue11t,•, e implica la con. una emergencia de la vida. Esta emer-
fusión de lo finito y lo infinito, o gencia es comúnmente atribuida a la
bien es lran•itiva, y supone la di- complejificación del ser en quien se ob-
visibilidad de la sustancia divina, serva.
IrnINENTE

2. Hay, en rada fm;.r, una sin te 2. Nada de lo que atribuimos


sis ele un orden nue\·o, una síntr- le pertenece for111<1/111tmic [a Dios],
sis rmcrgcnlt', en el sl'l'ilido espe- n menos que al momento añadamos
cial de esta palabl'a. ( ... ) En tnn- emi1w11temc11tc, para indicar que el
h que nueva, una síntesis cm('>"- atributo en cuestión está allí sin
!l''"tc es imprevisible a cualquiera duda en su pleno valor, en su va-
de los niveles. (C. LLOYD MORGAN, lor infinitamente desbordante, pe-
en Sci<·11tia, t. 38. (1025], 8.) ro desvanecido y como disuelto en
3. Conviene investigal' ( ... ) las el Su1ier-Scr, y vuelto extraño a to-
i111101•c1cio11rs que aporta al mundo do nombre. (A.-D. SERTILLANGES,
cada nurvo escalón evolutivo. Es Grandes theses, 72.)
este hecho lo que a veces se desig- 3. Dios debe poseer, en grwfo
na con el término de emergencia. eminente, todas las perfeccione~
(A. VAr,rDEL, L'/iomn,c et l'évol., que se hallan en las criaturas. Los
14.) nombres que designan esas perfec-
4. La palabra «emergencia», ciones deben, pues, convenirle. No
que, a decir verdad, no significa obstante, sólo le convienen en un
nada o significa etimológicamente cierto sentido, porque se trata en-
lo contrario de lo que se le hace tonces de transferir esos nombres
decir, da buena conciencia cientí- de· la criatura al creador [son aná-
fica, al igual que In palabra «or- logos y no unívocos], ( ..•) Hablar
ganicismo», a aquellos que entre- de Dios por analogía e~, pues, de-
vén el hecho de la finalidad, pero cir, en cada caso, que Dios es emi-
se niegan a reconocerla, sin que- nentemente una cierta perfección.
rer no obstante volver al viejo ma- (E. GILS0N, Thomisme, 4." ed., 147-
terialismo mecánico. (R. RUYER, 148, 154.)
.Véo-finalüm,c, 251.) 4. no hay nin•guna realidad que
5. El agua tiene propiedades no superexísta en Dios de mane-
que no dejan en modo alguno pre- ra eminente, suficiente y trascen-
ver las de los dos gases que la dente. Superexiste en Dios de ma-
constituyen. Basándose en este nera eminente en la medida en que
ejemplo, G. H. Lewez ha emitido todo lo que hay en ella de perfec-
la teoría llamada de la «Emergen- ción es una participación de Dios
cia», según la cual la combinación sin las limitaciones propias del ser
de unidades de un cierto orden creado. (J. DANIÉLOU, Diou et 11ous,
realiza una entidad de orden su- 86.)
perior cuyas propiedades son ente- Vía de c111i11encia. Uno de los tres
ramente nuevas. (P. OST0YA, Théo- métodos o vías de conocimiento de los
ries de l'évol., 279.) atributos de Dios (vía de negación, de
V. Evolución, 6. atribución y de eminencia) que consiste
EMINENTE. Lat. cmincns (part. en elevar a un grado infinito aquellas
pres. de eminere, destacarse, elevarse perfecciones que observamos en los se-
por encima) : que supera, aventaja, se res creados y que hemos atribuido a
distingue. Adv.: cmi1lcnter, eminencial- Dios en virtud de la vía de at.-ibución,
Ad. E.
mente.
A. En el uso ordinario: que se dis- EMOCIÓN. Dei·. del lat. cmovcrc,
tingue por su superioridad. Un físico, mover de (e), hacer salir fuera de.
un profesor eminentes; eminentemente A. En sentido fuerte y prop, (emo-
concienzudo. ción-choque) : estado psico-f1siológico de
B. En filos. (por op. a formal): una intensa tonalidad afectiva, inten-
que es superior por pertenecer a un or- sidad resultante de la brusca ruptu-
den superior de realidad. ra del equilibrio del compuesto humano.
Sin.: trascendente. l. La emoción obra como el
l. acaso también una infinidad agua que rompe el dique; la pasión
de otras I cosas] que ignoro están como el torrente que cava su lecho
en Dios formal o eminentemente más y más profundo. La emoción
[ed. lat.: wl formalitcr vel e111ii1t•11- obra sobre la salud como un golpe
ter] ... (DESCARTl'.S, 9.' Médit., IX, de sangre; la pasión como una ti-
37; VII, 46.) sis o una consunción. ( ... ) Donde
305 EMOClóN

hny muchas emociones, hay de or- deficiencia imaginativa representa


dinario poca pnsión, como vemos ( ... ) una defensa casi radical.
en los franceses, cuya vivacidad ( Ibíd., 729.)
es tan móvil en comparación con 7. La emoción, en cuanto tal,
los italianos y los españoles, que nace cuando ante la amenaza no
incuban su venganza en el renco1· queda ya nada que hacer. (J. VUllr
o se obstinan en su amor hasta el LEMIN, Essai. s. la signif. de la
extravío. (E. KANT, Anthropolo- mort, 130.)
gic, § 73, trad TISSOT, p. 216-217.)
8. la sorpresa hace a todas las
2. Hay circunstancias a las que emociones inquietantes y ahogadas,
el individuo no se encuentra adap- incluso a la alegria y la risa des-
tado por su organización anterior atada. Este efecto es resultante
y a lus que por una 1·azón cualquie- de la irradiación a todo el cuerpo de
ra no es capaz de adaptarse actual- una repentina y viva excitación, lo
mente, aunque las perciba y sien- que obstaculiza a todos los múscu-
ta la necesidad de reaccionar, En los, paraliza el aliento, sacude al
tn1es casos, en vez de la rearción corazón y paraliza el cerebro y el
útil se observa un conjunto de per- instinto. El miedo es por ello el pri-
turbaciones en todas las funciones, mer estado de toda emoción, 11 cau-
y es ese conjunto de perturbacio- sa de esta alarma fisiológica que
nes que en tales condiciones so- se alimenta de sí misma. (ALAIN,
breviene, lo que me propongo de- Définit., 94.)
signar con el nombre de emoción.
(P. JANET, Médicat. psychol., 2.' ed. 9. La emoción es un estado inde-
I, 203.) terminado, complejo, ambiguo, que
contiene en germen el placer y el
3. Decir que In emoción es un dolor. ( ... ) El niño presa de la
desarreglo significa oponerla a una emoción y extraviado por ella se
regulación. En efecto, el punto de pregunta siempre cómo acabará
partida de la nueva especulación aquello: está tan presto a la r:sa
ha sido, en J anet, ese oposición de como a las lágrimas. ( ... )
la emoción desordenada al senti-
miento regulador, que ha produci- Pero la emoción no contiene su~o
do una verdadera renovación en la el placer y el dolor en potencia: los
psicología afectiva. (M. PRADINES, contiene ya en acto. Así, no sa-
L'avent. de l'ei,prit ... , 142.) bríamos decir si nos es agradable
o desagradable, porque es lo uno
4. Cuanto certificamos de emo- y lo otro. (L. LAVELLE, P11iss. du
ción no es nunca otra cosa que una moi, 83.)
especie de crisis de algún senti-
miento (que a menudo lleva el mis- 10. la emoción (... ) es una per-
mo nombre). Una emoción de ale- turbación del yo que quiere ser
gria o de tristeza es siempre la fo1·- dueño de si y no lo consigue. (lbíd.,
ma explosiva de una afección que, 87.)
a veces, la precedia. (M. PRADINES, 11. La lucha directa que nos es
Tr. de psychol., I, 683.) dado emprender contra la emoción
6. La emoción produce el efec- en el plano estrictamente muscular
to de poner en juego, al anticipar, tiene algo de irrisorio: la a~tación
por el carácter alucinante de las motriz, teóricamente dominable por
representaciones, los acontecimien- la voluntad, se ve presa en el seno
tos cuya inminencia la hace nacer, de 111 perturbación visceral, que
un mecanismo de reacción prema- no se halla directamente sujeta a
tura que previene, cancela y recha- la influencia voluntaria. (P. R1-
za las combinaciones de adaptación COEUR, Phi/os. de la vol., I, 295.)
apropiadas, priva al sujeto emo- 12. Quien tema hacerse demasia-
cionado del beneficio del tiempo y do sensible debe saber ceder de tar-
la preparación, sustituye la refle- de en tarde a la emoción. (J. Ros-
xión por el reflejo y traslada toda TAND, Journal cl'trn caract., 106.)
la actividad del estado de la me- 13. sólo podemos adquirir con-
moria al del automatismo. ( lbíd., ciencia de la emoción que nos opri-
723.) me una vez pasada esta emoción
11. Cont1·a cualquier emoción, lu ( ... ).
20. Diccionario dd l.rn1uajc l• ilo .. iiíko.
El\lOC'lóN 306

No cabe, pues, pensar: ce Estoy 17'. Si nos representamos la


conmovidon sin dC'jar inmediata- emoción como un volumen, yo diría
mente de estarlo. Decimos: c1Esta- que la ternura es por dentro pla-
ba conmovido)), o mejor: <(Sin du- cer y por fuera dolor. Huy en el
da estaba conmovido)), hombre n1uchas de estas emocio-
En presente podemos decir: <(Es- nes dobles, exquisitos sentimientos
tú conmovidon. Sólo cabe tomar tornasolados. (,J. ORTEGA Y GASSET,
conciencia de la emoción ajena. 11zorín o vrimores de lo vulgar,
(J.-L. BAnRAULT, Noitv. 1·éflcxio11s Obras, 11, 158-159.) Ad. E.
s. le théátrc, 69.) V. Afecto, 9; Estética, 6, 6.
13'. . .. mis hallazgos sobre la ac- Teoría. fisio/6gica o periférica de la
ción emotiva de ciertas drogas, co- emoción (tiene por principal represen-
mo la adrenalina. Si nosotros in- tante a W. JAMES). La emoción no es
yectamos un miligramo de esta sus- mús que la conciencia de los disturbios
tancia a una persona que está en orgánicos internos o externos que acom-
su cama, tranquila y ajena a to- pañan a la representación.
da emoción, producimos en ella, en 18. La idea que naturalmente
frío, gran parte de las alteraciones nos hacemos de esas emociones
vegetativas que caracterizan al groseras es que la percepción men-
momento emocional. ( ... ) . El indi- tal de un hecho excita la afección
viduo inyectado nos dice: «siendo mental llamada emoción, y que es-
como si estuviera emocionado, pe- te último estado de espíritu hace
ro no lo estoy; estoy perfectamen- nacer la expresión corporal. Mi
te tranquilm>. Mas si la conmoción teoría es, por el contrario, que los
es muy fuerte, si se trata de una cambios corporales siguen inmedia-
persona muy sensible, o si nosotros tamente a la percepción del hecho
le sugerimos una idea cargada de excitante, y que el sentimiento que
poder emotivo, por ejemplo, el re- de esos cambios tenemos a medida
cuerdo de un hijo ausente o muer- que se producen constituyen la
to, la emoción aparece en toda su ltemoción». (... ) la afirmación más
integridad, y el hombre o la mu- racional es que estamos afligidos
jer aquélla son presa de una fuerte porque lloramos, irritados porque
congoja. golpeamos, asustados porque tem-
No cabe, pues, duda de que he- blamos, y no que lloramos, golpea-
mos logrado producir la emoción mos o temblamos porque estemos
partiendo de los fenómenos físicos afligidos, irritados o asustados, se-
y no de los intelectuales. (G. MARA- gún el caso. Sin los estados corpo-
ÑÓN, Ensayos liberales, 44.) Ad. E. rales que la siguen, la percepción
V. Pasión, 10, 21. tendría una forma puramente cog-
B. En sentido débil y por ext. noscitiva, pálida, descolorida; esta-
(emoción-sentimiento): estado afectivo ría falta de calor emocional. Po-
de orden moral que, de intensidad me- dríamos entonces ver al oso y en-
diocre, estimula las funciones orgáni- contrar apropiada la huida, recibir
cas y psíquicas sin perturbarlas. el insulto y juzgar bueno el gol-
14. la emoción casi religiosa pear; pero no experimentaríamos
que inspira un pasado remoto. realmente ni temor ni cólera. (W.
JAMES, La théorie de l'émoticn,, 60-
(Oh. MAURRAS, Anthinca, 51.)
Gl, Alean, 1903.)
15. Las emociones ligeras son
tónicas para las funciones orgáni- Emotirn. A. Relativo a la emoción.
cas, en tanto que las fuertes resul- Reacción emotiva. Choque emotivo.
tan depresivas. (H. DUMAS, N. Tr. 19. La sorpresa es la actitud
de psychol., II, 353.) emotiva más simple, y no obstante
16. casi siempre hay algo de ade- contiene ya toda la riqueza de lo
rezo y convención en la emoción que podemos llamar fc11ómcno cir-
que nos parece más sincera. (A. G!- c,,lar entre el pensamiento y el
DE, Journal, 19 junio 1931.) cuerpo. En la sorpresa, el viviente
17. Donde la emoción desapare- es sobrecogido por el acontecimien-
ce, la conciencia ha de vérselas tan to súbito y nuevo, ¡,or lo otro: es-
sólo con la representación. (L. LA- to es más fundamental, más primi-
VELI.E, Tr. des valcurs, II, 142.) tivo que el temor y el odio, que el
307 ENAJENAClóN

deseo, que la alegría y la tristeza. peculativo [que la simpatía]. Por


(P. RICOEUR, Pltilos. de la vol., X, ello aparece esencialmente como
238,) una diligencia participativa ten-
B. Aplicado a personas: que tiene dente a la comprensión del otro en
predisposición a las emociones fuertes. tanto que otro y a la previsión de
l>a.: emotividad. sus potencialidades. (P.-H. l\!At:,
20. El emotivo no es necesaria- CORPS y R. BASSOUL, Empatlties et
mente afectuoso. ( ... ) Un bombar- connaissa,rcc tl'autnti, 8.J
deo, un temblor de tierra ( ... ) so- Empírico, empirismo. V. E.rpe·rien-
meten a dura prueba a nuestra cia.
emotividnd, pl'ro no 1·01.an Jlarn na-
da a nuestra vicia afectiva. (E. EMULACIÓN. Disposición moral que
nos lleva a esforzarnos por igua!ar o
MtNKOWSJU, en 1./évol, psyclria.tr.,
superar a los demás en el saber, el ren-
1947, 64,) dimiento en el trabajo, las hazañas de-
21. La emotividad no es sino la portivas, etc. En esta clase reina una
tendencia a reemplazar las opera- gran emulación.
ciones superiores de adaptación, Por relacionadas que parez-
que se han hecho imposibles, por can la envidia y la emulación, hay
ln cxngcración de lns operaciones entre ellas la misma distancia que
inferiores y sobre todo por grose- hallamos entre el vicio y la virtud.
ras agitaciones viscerales. (P. JA- ( ... l ésta ea un sentimiento vohm-
NE'!', R. ncurol., 18 (1909, II), tario, valeroso, sincero, que fecun-
1666.) diza el alma, que la hace aprove-
22. podria decirse en cierto sen- char los grandes ejemplos, la lleva
tido que la propia emoción es un con frecuencia a superar aquello
valor, puesto que la emotividad es que admira ... (LA BRUYERE, Carac-
sin duda una cualidad de la con- teres, XI, 85.)
ciencia que abre a ésta el mundo En si. V. Si.
de los valores, y fácilmente imagi-
namos hasta qué punto sería po- ENAJENAClóN. Lat. i", en, y a.',c-
bre y degradada una conciencia sin 11arc, enajenar.
emotividad ( ... ) . Sólo en la medida
en que la emoción pertenece a la A. Derecho: transmisión o renun-
naturaleza es condición !el valor cia a favor de otro del dominio de una
y no el valor mismo. (L. LAVELLE, cosa o de algún otro derecho sobre ella.
Tr. des valeurs. 11, 142.) B. l. Acción de sacar a uno fue-
C. Caracterol. (en la clasificación ra de sí, de entorpecerle o turbarle el
de HEYMANS-LE SENNE) : la emotividad uso de la razón o de los sentidos. El
(E) constituye .con la actividad• (A) miedo la enajenó.
uno de los elementos esenciales del ca- 2. Med.: perturbación mental que
rácter. V. también Resonancia,. ,·uelve al individuo como extraño a si
V. Acto, 5-2; Afecto, 34; Cólera, 9; mismo y n la sociedad de sus semejan-
Constitución, 4; Estructura, 4; Tcr,iu- tes,
ra, 2. Si11.: locura, manía. demencia.
EMPATIA. Gr. empatheia, estado 3. f(Distracción, falta d~ n~cnción
del que se halla interiormente afectado, embelesamiento». (Real Acad.) '
conmovido (empathes). V. Patlios. C. Fil. (alem. E11t/rl'111d1111g). Tér-
A. Palabra tomada primero como mino introducido por HEGEL y adopta-
sin. de intropatia para traducir el alem. do por MARX, aunque con acepción sen-
Eillfühlung, que designa el conocimien- siblemente diferente. No obstante, se
to del prójimo por comunión afectiva usa m,is la forma de alienación.
o simpatía. l. En HEGEL: acción de devenir otro
B. Acepción ampliada después para o mi,s simplemente de- devenir, lo que
designar el conocimiento del otro, ob- supone l'll definitiva un enriqul!c:mien-
tenido mediante el examen reflexivo de to. V. 1l11fltrb1111g, Dialt'ctira.
las Interacciones del yo y el tú. 2. En I\Lrnx: estado de quien, a
( ... ) la empatía presentu un ca- conseruencia de las condiciones exterio-
rácter mns desinteresado, más con- l'es -l'eligiosas, económicas, políticas-
jetural y en cierto modo mtls ••· dej n do ser dueño de sí, es trntn<lo co-
ENERGIA 308

mo una cosa y se convierte en esclavo del discul'so. (G. Gusnorw, Autobio-


de las cosns, en pal'ticular del dincl'o. grafía, La Table Rontle, junio
1969, p. 22.)
l. Ln nlicnnción religiosa, co-
mo tal, se opera sólo en el domi- Emlo. Prcf. tomado del gr. e11do11,
nio de In conciencia, pero la aliena• dentro, Se op. a exo. Equivale a los
ciCln económica es la de la vida pref. de Ol'igen lnt. intra e intro. En-
real. (MARX, (E11t•1·cs phi/., VI, 24- tra en In composición de diversos tér-
25.) minos científicos: endocrina (glándu-
la), endógeno, endolinfa, endoscopio, en-
2. La «alienación» es el desdo- dósmosis.
blamiento del hombre que, habien- Endofasia. Formado con las pala-
do creado símbolos o instituciones, bras gr. p/1asis (palabra) y cndon (den-
no los reconoce ya como productos tro). V. Palabra interior.
de su actividad y los considera co- Endogamia (Socio!.). Matrimonio
mo independientes de su humani- (gl'. gamos) en el interior de un mis-
dad e inaccesibles a su acción. mo grnpo social. Consiste en tomar cón-
(R. GARAUDY, Le commtrn. et la
yuge en el propio grupo social.
mor., 34.)
Contr.: exogamin.
3. El espíritu de libertad es in- Los bailes, que llevan hasta
cansable en descubrir y reabsor- los más lejanos contornos a una
ber mis enajenaciones, es decir, las juventud motorizada, favorecen los
situaciones en las que me entrego matrimonios fuera de la zona de
con10 un objeto a fuerzas imperso- endogamia tradicional. (H. MEN-
nales. (E. MOUNIER, Pcrsonnalismc, DARS, en el Tr. de socio!. de Gun-
80.) VITCH, J, 319.)
4. el trabajo estaba normal- ENERGfA
mente destinado a la expansión y
a la felicidad del hombre. Pero el Energía. Gr. energeia, cualidad de
régimen capitalista ha hecho de lo que está energes o energos, es decir,
él un instrumento de alienación. en actividad, en trabajo (en ergo), de
En el objeto fabricado se concen- lo que es eficaz.
tran la inteligencia, la fuerza, el A. Psicol. Fuerza de carácter en la
corazón del trabajador; en una pa- realización de cosas difíciles.
labra, todo su ser. Y he aquí que l. Se incrimina hoy a nuestra
en vez de quedar en posesión suya, literatura; se Je reprocha su refi-
el producto pasa bajo un dominio namiento y el haber 'trabajado más
extraño ( ... ), se convierte en un por debilitar que por galvanizar
extraño o incluso en un tirano. El nuestras energías. (A. GmE, Jour-
trabajo muerto domina al trabajo nal, 11 junio 1940.)
vivo. Cuanto más produce el obre- B. Fís. Capaeid·ad de producir un
ro, más se empobrece y acrecienta trabajo, que a su vez se define como
el poder de su adversario. La alie- el producto de una fuerza por su des-
nación de la obra acarrea la alie- plazamiento. La energía total de un sis-
nación de la persona. (A. ETCHE- tema de fuerzas está constituida por:
VERRY, Con/lit des human., 152.) l. 0 la energía actual o cinética, que es
5. Una moral auténtica no pue- proporcional a la velocidad y tiene por
de imponer al hombre en busca de fórmula 1/2 mv'; 2.0 la energía poten-
sí mismo consignas exteriores, una cial, que depende de la posición del
forma abstracta de alienación. cuerpo considerado (p. ej., la pesa de
( ... ) La moral ( ... ) no interviene un reloj de pared en lo alto de su ca-
nunca como testigo de una ortodo- rrera).
xia, celosa de sustituir la vocación 2. La suma de la energía cinéti-
personal poi' una identidad facti- ca y la energía potencial es una
cia. La salida no está en la alie- constante. Tal es el principio de
nación. (G. GUSDORF, Tr. de l'exist. la conservación de la energía. (H.
'1WT., 107.) POINCARf, La se. et l'hypotl,., 148,)
6. Temo la alienación intelec- V. Vida, 8.
tual, que abandona la presa del Energético. A. Adj. Relativo a In
mundo concreto por la sombra energía. Potencia energética.
300 E:SGLOBANTE

Teoría c11crgética (Mecán,) : sistema cnga.gcment o compromiso, yn st'a mo-


que sustituye la noción de fuerza de la ral (palabra dada), ya sea legal (obli-
mecánica clásica por la noción de ene1·- gación contractual), es decir, de po-
gla. ner ·fin a este compromiso. Con más
11. Subst. l. Ciencia de la energía. frecuencia: estado del que no está com-
prometido•.
2. Sin. de energetismo.
Si11. libertad, independencia, dispo-
Encrgetismo. A. Energetismo abso- nibilidad,
luto: teorln, sostenida por el químico y
filósofo alemán OSTWAIJ>, según la cual ( ... ) tan útil es este ejercicio
los elementos de todo lo real, tanto es- [las discusiones] cuando nos ser-
piritus como cuerpos, consisten en la vimos de él como conviene, y con
enl"rgía, un total dégagemen.t de apasiona-
miento, como peligroso cuando nos
H. Energetismo restringido a la servimos mal de él, y nos empe-
materia: tcoria según la cual la mate- ñamos en mantener nuestra opi-
ria se reduce a la energia. La deno- nión cueste lo que cueste, y en
minación de «materialismo energHico» contradecir a los demás. (Log. ele
que le da BACIIELAl!D convendria -mucho Port.-R., 111, XX, 7.)
mejor al energetismo absoluto de OsT- nEngagé». V. Comprometido.
WALD.
3. desde el punto de vista filo- ENGLOBANTE. Trad. usual del ale-
sófico, el materialismo energético mán e/as Umgreifende (K. JASPERS): el
se esclarece al afirmar un verda- ser en tanto que es a la vez inmanente
dero existencialismo de la c11ergía. y trascendente a toda realidad conoci-
En el estilo ontológico, en el que da.
el filósofo gusta de decir «el ser l. Todo lo que, para mi, devie-
es», hay que decir «la energía es». ne objeto sale, por así decir, del
Es de un modo absoluto. ( ... ) La fondo oscuro del ser ( ... ). Como el
energía es el soporte de todo; ya horizonte envuelve las cosas del
no hay nada detrás de la energía paisaje, así todos los objetos están
( ... ) ; la energía desempeña desde cercados por lo que los contiene (. .. )
ahora el papel de la cosa en si (... ) .
Nos interrogamos acerca del ser
Si el energetismo es tan funda- que, en sí, se nos escapa, aunque
mental, conviene incluir en el ran~ se revele en todo fenómeno que se
go de las nociones orgánicamente nos ofrece como objeto y como ho-
primeras la noción de energía. (G, rizonte. Es a este ser al que lla-
BACHELARD, Le ,natéríalio,ne ra- mamos englobante. Lo englobante
tionnel, 177-178.)
es, pues, lo que no hace más que
nENGAGEMENTn anunciarse, lo que nunca encontra-
«Engagement... Pal. francesa. Der. mos, pero de lo que procede todo
del latín vas, vadis (caución, gaj~, fian- cuanto percibimos. (K. JASPERS, Bi-
za, prenda), marcando el prefijo en lan et per:rpectiv,,s, 156.)
(lat. in) la acción de dar en prenda. 2. Lo englobante que somos.
A. Primitiv. (e11gage,nent limitado ( lbíd., 157, 159.)
a las cosas): acción de empeñar, de 3. cuando lo englobante es con-
dar en prenda. cebido como el ser mismo, tomn los
B. Actualm. V. Co111¡mnnioo A y B. nombres de trascendencia (Dios) o
«Dégagementn. Pal. francesa. Dei·. de mundo; cuando es conct.•bido co-
del latín vus, vadis (caución, gaje, mo lo que nosotros mismos somos 1
fianza), marcando el prefijo de In re- se llama sujeto vital, l'onriencia en
tirada de esta caución. Lo contrario de general, espíritu y existencia. (K.
cngage,nent•. JASPERS, lntrod, a la phi/os., 38-
39.)
A. P1·op. acción de desempeña,·, es
decir, de recuperar lo que estaba em- 4, interrogarse acerca de lo en-
peñado. globante no es, a decir verdad, pre-
guntarse sobre el hol'izonte en el
D. Por ext.: acción de aparta,- lo que rada modalidad determinada
que molesta, y sobre todo el resultado de lo 1·eal y de lo verdadero se
de esta acción, of1·ere a nosotros, sino, mucho más
C. Fig. aceión de cmoncipa1·se de un exactamente, proguntarse sobre lo
ENGRAMA 310

que, si desborda infinitamente y Ser en entelequia, el que es inde-


abarca absolutamente todo hori- terminado. (ARISTÓnJLES, Métaph.,
zonte particular, no es sino para IV, 4, 1007 b.)
escapar sin cesar a nuestra mira- 2. El alma es In entelequia pri-
da. (J. PAUMEN, Raison et vérité mera de un cuerpo natural que tie-
rhrz K. Jaspers, 260.) ne la vida en potencia. (ARISTÓTE-
V. Fr, 15; Trascendencia, 16 bis. LES, De l'cime, 11, 1, 20.l
ENGRAl\lA. Carácter de escritura
El neto, en el sentido filosófico del
(gr. gramma) grabado en (en.) término, es decir, el ser en tanto que
real y fuente de acción.
Palabra introducida por el ·psicól. ale-
mán SEMON para designar las huellas 3. Se podría dar el nombre de
dejadas en el cerebro por la experien- entelequias a todas las sustancias
o mónadas creadas, porque tienen
cia pasada. En el vocab. de la psicolo- en sí una cierta perfección (,xouo, ,¿
gía objetiva, los recuerdos son engra- ,mi.,j,), hay una suficiencia (ai,c/p-
mas. xm) que las hace fuente de sus ac-
ENSAYO. E11.sa.yo y error. Método ciones internas y, por así decirlo,
que consiste, para la solución de pro- autómatas incorporales. (LEmNIZ,
blemas prácticos, en proceder por tan- lllonad., § 18.)
teo, eliminando los errores, es decir, los 4. todo cuerpo viviente tiene
ensayos que no logran éxito, a medida una entelequia dominante que en
que se producen. Se opone al método el animal es el alma, pero los
propiamente humano que produce por miembros de ese cuerpo viviente es-
razonamiento o por intuición (ingl. in- tán llenos de otros \fivientes, plan-
sight*). Traduce la denominación in- tas, animales, cada uno de los cua-
glesa trial and error. les tiene también su entelequia o
alma dominante. (lbíd., 70.)
l. En el andar a tientas, los
ccensayos» son elegidos por las cir- ENTENDIMIENTO
cunstancias; en el pensamiento, lo Entender. Del lat. intendere, tender
son por la reflexión. (E. CLAPARE- hacia, estar atento a.
DE, Éduc. fonct., 145.)
Percibir por la inteligencia, compren-
2. Lo que le falta al animal, en der. «No entiendo el griego.•
los casos en que carece de expe-
riencia o ésta no ha proporciona- La caridad bien entendida. A buen
do solución concluyente -cuando, entendedor ...
por ejemplo, el método de ensayo y l. Es de creer que [un corres-
error no ha conducido a ningún re- ponsal del P. Mersenne] no haya
sultado regular-, es (... ) susti- podido comprender, como dice, lo
tuir con ensayos por úl.ea ( ... ) los que entiendo por la idea de Dios,
ensayos sin úl.ea del método de por la idea del alma y por la idea
trial, que espera a que la experien- de las cosas insensibles, puesto que
cia tenga éxito para adoptar la so- por ellas no entiendo otra cosa que
lución, en tanto que el hombre lo que él ha debido necesariamen-
monta la experiencia a la luz de te comprender cuando os ha escri-
la solución esperada. Es fácil ver to que no lo entendía. (DESCARTES,
la diferencia; cuando el método de Carta a Mersenne, julio 1641, 111,
tria/ logra éxito, no verifica nin- 392.)
guna úl.ea, puesto que ha sido pues-
to en práctica sin ellas. (M. PnA- 2. muy grandes polémicas cesa-
DINES, Tr. de ps11chol., I, 252.) rían en un momento si uno u
V. Inteligencia, 4, 8. otro de los contendientes tuviese el
cuidado de señalar claramente en
ENTELEQUIA. Gr. c11telech~ia b-,,- pocas palabras lo que entiende por
i.izsto. literalmente: que tiene ( echei) los términos que constituyen el te-
su fin (te/os) en sí (en). Carácter de ma de la disputa. ( Log. de Port-R.,
lo realizado o acabado ( enteles). El ser IV, IV.)
en entelequia se opone al ser en poten- 3. Aunque esos dos actos de
cia. imaginar y entender sean tan dis-
l. cuando se imaginan tratar tintos, aparecen siempre mezcla-
del Ser tratan del No-Ser, puesto dos. El entendimiento no define el
que es el Ser en potencia, y no el triángulo ni el circulo sin que la
311 ENTENDDtIENTO

imaginación se los figure. Las imá- nuestro entendimiento. (VOl,TAIRE_


¡?enes se mczclun hasta en la consi- Le pliilos. ignorant, 18.)
deración de las cosas más espiri• 9. La inteligencia or¡?anizada,
tuules, por ejemplo, de Dios y de provista de conceptos y de cate¡?o-
las almas. (BossuET, Co111!llÍRB, clr rías, es lo que suele llamar~e en-
/Ji,·11 et ele soi-mémc, I, 10.) tendimiento. (A. Bum.01·0, I'rnR<'e
4. Dios sirve parn entender el concept., 367.)
nlmu, y el alma, In nnturaleza. V. Facultad, 7.
(F. RAVAISSON, Rapporl ... , XXXVI,
262.) B. En DESCARTES y los cartesia-
nos: poder de conocer que, junto con
ó. Los tontos Icen un libro y la facultad de querer, constituye los
no lo C"ntienden; los espíritus me- dos modos del acto de pensar.
diocres creen entenderlo perfecta-
menlC"; los grandes C'spíritus no lo 10. Todas las maneras de pen-
entien<lcn a V('ccs del todo: enrucn- sar que advertimos en nosotros
tran oscuro lo que es o~curo, como pueden ser referidas a dos más f!C-
claro lo que es claro; los precio- nerales, de las que una consiste en
sistas quieren hallar oscuro lo que percibir por el entendimiento y la
no lo es y no entender lo que re- otra en determinarse por la volun-
sulta por demí1s inteligible. (LA tad. Así, sentir, imaginar e inclu-
BRUYERF., Caract., I, 35.) so concebir cosas puramente inte-
ligibles no son sino maneras dife-
6. ¿Por qué entonces (... ) ci- rentes de percibir. (DESCARTES,
táis n un tal Aristóteles en grie- I'ri11c., I, 32.)
go?
11. El entendimiento es la luz
-Es -replicó el sabio- porque que Dios nos ha dado para condu-
hay que citar lo que no se com- cirnos. Se le aplican diversos nom-
prende en absoluto en la lengua bres: en tanto que inventa y pene-
que menos se entiende. (VOLTAIRE,
Micromégas, VII.) tra, se llama espíritu, en tanto
que juzga y dirige hacia la verdad
6'. Es naturalmente el hombre y el bien, se llama razón y jui-
variable en los apetitos, profundo cio. ( ... )
en el corazón, mudable en los pen-
samientos, inconstante en los pro- Los sentidos no nos aportan mj_s
pósitos e indeterminable en los que sus propias sensaciones, y de-
fines; de lo cual se puede muy jan al entendimiento el juzgar de
bien inferir que es el hombre las disposiciones que indican en los
muy fácil de conocer, y muy difícil objetos.
de entender. (A. DE GUEVARA, Epís- Por la misma razón, sólo el en-
lolaa fan,üiarcs, 44.) Ad. E. tendimiento puede errar. Hablando
V. Idea, 29; Metafísica, 5, 13. con propiedad, en el sentido no hay
error, pues hace siempre lo que
Ser cnte1u/ido e11. Ser competente, debe ( ... ). Al entendimiento, que
hábil o conocedor en un cierto terreno. debe juzgar incluso de los órga-
7. A menudo tengo la in1pre- nos, corresponde sacar de las sen-
sión, al leer ciertas críticas musi- saciones las necesarias consecuen-
cales, de que están escritas por sor- cias; y si se deja sorprender, es
dos, y por sordos que razonan so- él quien se equivoca. (BossUET,
bre la música sin que les guste. Connaiss. ele Diru ... , I, 7.)
Quizá sean entendidos en ella, pe-
ro desde Juego no lo entienden. V, Error, 4.
(C. MAUCLAIR, Re/igion ele la mus., C. En KANT (por opos. de una par-
103.) te a la sensibilidad [Sinnlicliklicit], de
Entendimiento. A. En ¡?eneral: fa- otra u la razón [Vrr111rnft]): el enten-
cultad de enten·der, de comprender. Eso dimiento (Vasfa.11c/f) es la facultad de
excede al entendimiento ::=- es incom- juzgar; más precisamente: la función
prensible, ininteligihle. mental que, por medio de las catego-
rías, coordina los datos de la experien-
Sin.: inte]igencia, razón. cia y constituye una física que explica
B. Lo infinito en número y ex- los hel'hos. Pero Ju explicación última
tensión está fuern de la esfera de o metafísica ca obrn de la razón (V cr-
ENTilllElllA 312

nu11ft), en el sentido especial de esta scñó n los dialécticos la experien-


pa!abra en el vocabulario kantiano. cia de lo que estaban viendo a ca-
12. Antes hemos definido el en- da paso, pues pudieron notar que
tendimiento como una espontanei- en la práctica se omitia, por su-
dad del conocimiento (por oposición perfluo, el presentar por extenso
a la receptividad de la sensibili- todo el hilo del raciocinio. (J. BAL-
dad), una facultad de pensar, o MES, El criterio, 106.) Ad. E.
una facultad de formar conceptos,
o una facultad de emitir juicios; ENTóPTICO, adj. Comp. de las pa-
y tales definiciones, una vez acla-
labras gr. optilcos (relativo a In vista,
radas, equivalen todas a lo mismo.
que es visto) y cntos (en el interior).
Ahora podemos caracterizarlo de- Destellos entópticos: sensaciones de
nominándolo la fac,i/tad que da re- luz o de colores provocadas por estimu-
glas. Este carácter es más fecundo lantes interiores en el órgano de la vi-
y nos acerca más a su esencia. La sión.
sensibilidad nos da formas (de la Sin.: fosfenos, estrellas en la frase
intuición), pero el entendimiento ,cver las estrellas».
reglas. Este se halla siempre ocu-
pado en espiar los fenómenos con l. esos destellos entópticos no
la intención de hallarles alguna re- permanecen nunca inmóviles y fi-
gla. Las reglas, en tanto que ob- jos, sino que se mueven, se disuel-
jetivas (y, por consiguiente, en ven, se penetran y superponen. Re-
tanto que perteneciente necesaria- sulta imposible además conferirles
mente al conocimiento del objeto), una forma definida y no se lo-
se llaman leyes. (KANT, Crit. de la gra descubrir en ellos, como en
r. pure, 141.) una mancha mural, semejanza
con una imagen real. (J. LHERMIT-
13. la intuición es cosa de los TE, Les reves, 17.)
sentidos; pensar, del entendimien-
to. Ahora bien, pensar es unir re- 2. como los destellos entópticos
presentaciones en la conciencia. están en los ojos, no se puede ha-
( ... ) La unión de las representacio- cer tomar a los globos oculares po-
nes en una conciencia es el juicio. sición con relación a ellos. No obs-
Pensar es, pues. juzgar ... (KANT, tante, nos vemos continuamente
Prolégomenes ... , § 22.) solicitados a dar contornos a esos
destellos. (J.-P. SARTRE, L'imagi-
V. Análisis, 31: Error, 5. nairc, 65.)
Entidad. V. Ser l.
ENTORNO. Término antic., sin. de
ENTIMEMA. Gr. cnthymiima, Jo que contorno, adoptado por los psicólogos y
se tiene en el espíritu (en thymo). sociólogos contemporáneos para desig-
Razonamiento en el que se sobren- nar menos lo que envuelve físicamente
tiende una proposición: al individuo que lo que existe para él,
lo que ejerce sobre él una cierta ac-
o la mayor (has mentido, luego ya ción, principalmente de orden moral.
no mereces confianza) ; Traduce el Umwelt de HUSSERL.
o la menor Oos que han mentido ya Sin.: medio, ambiente, atmósfera, cli-
no merecen confianza; luego tú ya no ma.
mereces confianza) ;
o la conclusión Oos que han mentido l. Lo que es cierto de mí vale
ya no merecen confianza; y tú has men- también, bien lo sé, para todos los
tido). demás hombres que hallo presen-
tes en mi entorno. Por In experien-
l. Los entimemas son, pues, la cia que de ellos tengo en tanto que
manera ordinaria en que los hom- hombres, los comprendo y los aco-
bres expresan sus razonamientos, jo como sujetos personales con los
suprimiendo la proposición que mismos títulos que yo, y refel'idos
juzgan debe ser fácilmente supli- a su entorno natural. Pero su en-
da. (Log. de Port-R., III, XIV) torno y el mío los concibo, no obs-
2. El entimema ( ... ) no es más tante, como formando objetivamen-
que un silogismo en que se calla, te un solo y mismo mundo que ac-
por sobrentendida, alguna de sus cede de modo diferente a todas
proposiciones. Esta forma se la en- nuestras conciencias ( ... ) re¡¡lidad
313 ENUNCIADO

objetiva (objcctiu IVirklicMcit) de Hacer por todas partes enume-


orden espacio-temporal que forma raciones tan completas y revisio-
asl pn ra todos 11osotro• el c11 tor110 nes tan generales, que estuviese
tlo los t;-cistentrs, mrnqttr. a la v,·z seguro de no omitir nada. (DES-
uosotros miamos JormcmwR parte CARTES, Disc. de la mtith., II, regla
cw "'· (HUSSERL, lclées, 08-94.) 4.)
2. Van Uexkilll ha senlado que Enumcraci6n impcr/crla: sofisma
si el llm.gcbung, el entorno mate- consistente en dar, en un razonamien-
l'ial tolal, era el mismo para todos, to que comporta una alternativa, una
esta identidad teórica resultaba enumeración incompleta de todos los
puramente Ilusoria. Lo que impor- casos posibles. Por ej.: o mientes tú,
ta, en efecto, para cada individuo o soy yo quien miente. Hay otra hipó-
concrl'.!to es su Umwclt, es decir, su tesis: uno de nosotros se equivoca.
campo de presencia, el medio efec-
tivo en que se afi,•ma. (G. Gus- ENUNCIADO
DORF, Tr. de méto.ph., 30U-310.) Enunciar. Lat. cnuntiare (comp. del
pref. e y el verbo nuntíarc, der. de
3. La estructura del entorno y 11uutiits, mensaje y mensajero), hacer
la constelación de fue1·zas en él conocer fuera, declarar.
varlan con los deseos y las necesi-
dades, y en general con el estado FormuJar unn o varias proposicio-
de la persona. (K. LEVIN, cit. por nes.
G. GUSDORF, Tr. de méta,p/1., 302.) Enunciación. A. Acepción abstracta:
3'. Entorno, en su acepción la- acto de enunciar o formular una o va-
ta, es lo que rodea algo; y el que rias proposiciones.
algo desempeñe función de entor- l. ¿Imagináis la victoriosa ale-
no (producción de claridad) no es gria que hubiese experimentado un
sino que algo sea respectivo. En- Pitágoras o un Platón ante la
torno es urespectividad», y luz es enunciación de las inmortales le-
brillo en respectividad. Cada cosa yes de Kepler? (G. 111ILHAUD, Le ra-
es real como un ude suyo». Pero tionnel, 32.)
este momento de realidad abarca B. Acepción concreta: la o las pro-
transcendentalmente todas las de- posiciones formuladas. Se dice más a
más realidades. Lo cual significa menudo enunciado.
entonces que realidad no es sólo el
ude suyo» de cada cosa, sino reali- 2. [Para el autor partidario
dad en respectividad transcenden- del empirismo• lógico], la compa-
tal. Y esta respectividad es justo ración es siempre entre enunciac-io-
el mundo en sentido transcenden- 1ies 1J enunciaciones, y no ( ... ) en-
tal. (X. Zuem1, Sobre la esencia, tre las enunciaciones y una «reali-
448-449.) Ad. E. dad», entre enunciaciones y «co-
sas». (0. NEURATH, en St>ientia, 50
ENTROPIA. Gr. entropia, conver- [ 1931], supl., 118-119.)
sión, vuelta atrás, Enunciado. Toda fórmula. o conjun-
Función matemática que expresa el to de fórmulas que expresan algo. El
enunciado del problema, de la acusa-
principio de la degradación de la ener- ción, de la sentencia.
gla. Por ext., esa misma degradación.
La entropía del mundo aumenta y tien- En1111ciado protocolario. (En partic.
de a un máximo. en el vocab. del empirismo lógico: alem.
l'rotol,ol/satz): relato o informe de una
Ncgentrop{a. Neo!. utilizado por cier- observación científica.
tos filósofos de la vida parn expresar
el poder que el ser vivo tiene de rege- 3. Las constataciones suelen ir
nerar partes perdidas, asimilar lo no revestidas de enunciados más com-
viviente, multiplicarse, y negar con plejos a los que se da el nombre
ello la entropia, es decir, ir en sentido de «enunciados protocolarios». És-
inverso. tos asocian a una constatación
hruta circunstancias de tiempo y
ENUMERAClóN. Acción de enume- lugar, por ejemplo: «A las diez y
rar, es decir, de expresar sucesiva y 01·- dic:r., al miral' n travé-s de un es-
denadamente las partes de que consta pectroscopio, Yi una raya amari-
un todo. lla.o U11 c11u11ciado 1n·otocolario es
ENVIDIA 314

un co>1ju11to de const.atacioncs in- voz, el recuerdo de un cambio


trrp1·cfada.s en fu.:nción de teo,·ías de palabras. Sienta mal el éxito
¡n·cexistcntes. ( ... ) de aquellos a quienes conocemos
La ciencia, llegada a un cierto y ele quienes, tan a menudo, hemos
grado de progreso, no utiliza más tenido ocasión de juzgarnos supe-
que.> enunciados protocolarios, es de- riores o al menos iguales. (J. Ros-
cir. relatos de la observación o la TAND, lgna,cc ou l'écrivain, 67-68.)
experiencia. Pero esos enunciados 8. In envidia exagera a placer
protocolarios sólo tienen valor por las bellezas envidiadas. El miedo
las constataciones que engloban. de admirar sirve a la admiración.
(,J. RoUGIER, Ti·. d<! /a, co1111aiss., ( Ibúl., 88.)
256.) 8'. Del mirar se pasa al admi-
rar, donde no hay pasión, que si
ENVIDIA. Lat. invidia, der. de in- la hay, luego degenera; y cuando
t•iderc, mirar hacia, mirar mal. no puede llegar a emulación, se
A. Prop. (con acepción peyorativa: convierte en la poquedad de la en-
tener envidia de alguien) : dolor cargado vidia. (B. GRACIÁN, El dÜ!creto,
de la hostilidad que nos causan los 89.) Ad. E.
beneficios obtenidos por otro, incluso B. Por ext. (sin acepción peyorati-
si no los querernos para nosotros. va) : «emulación, deseo honesto» (Real
Cuando lo que pretendernos es su po- Acad.)
sesión exclusiva se trata de celos.
EON. Der. del gr. aion, tiempo, eter-
l. La envidia es una tristeza nidad, que existe desde toda la eterni-
que tenernos del bien ajeno, y un dad.
temor de que al poseerlo nos prive En los gnósticos: seres emanados
de él; o una desesperación por ad- más o menos directamente del princi-
quirir el bien que vemos ya ocu- pio a:bsoluto de todas las cosas. V.
pado por otro, con una fuerte in- Emanación.
clinación a odiar al que parece se- Las gnosis hacen generalmente
cuestrárnoslo. (B0SSUET, Conn. de intervenir a una compleja jerar-
Dieu, et de soi-m., I, VI.) quía de entidades, de fuerzas, de
2. La envidia que habla y gri- potencias: los eones o aeones.
ta es siempre torpe; la temible es (S. HUTIN, Les g,iostiques, 37.)
la envidia que se calla. (RIVAR0L, Epi. Prep. gr. que significa: sobre,
Jlfax. et pensées.) por encima, además. Epi-scopos, que ve-
3. A muchos abrevió la vida la sobre. Epithalwmion (canto) sobre la
la envidia de la fortuna ajena o cámara nupcial. Epigastrios, que está
el afanoso cuidado de la propia ... encima del ·bajo vientre.
(SÉNECA, De /a, brevedad de /a, vida, Pref. que suele indicar la idea de
§ II, p. 28.) Ad. E. añadido a (epílogo, epifenórneno*) o
4. La envidia es el deseo pro- que viene después (epígono). No con-
ducido por el sentimiento acucian- tiene la nota de exageración implica-
te de hallarse falto de algo que da en hiper.
otro posee. (0. BRACHFEID, Sent. Epicrítica (Sensibilidad-). V. Críti-
d'infér., 114.) co.
5. el deseo de despojar a los Epifenómeno, Epifenomenismo. v.
demás nos hace olvidar el de po- Fenómeno, Concicmcia• cpi/cnó1neno.
seer lo que poseen, de suerte que la EPIGJ;:NESIS. Formado por el subs.
envidia propiamente reactiva de po- gr. genesis (devenir, formación, géne-
seer lo que no se tiene se convierte sis) y el pref. epi.
en la envidia casi maligna de pri-
var de ello a alguien. (W. JANKÉ- Biol. y particul. ernbriol.: aparición
LÉVITCH, Tr. des vert.us, 604.) en un ser vivo de una forma nueva no
preexistente en los estados anteriores
6. La peor envidia es la del gran- o en el germen. La teoría de la epigé-
de, que no tolera en el pequeño la nesis se opone a la de la preforrnación.
menor sombra de grandeza. (J. l. Los pa11;idarios de la pre-
RoSTAND, Journal d'un caract., 29.) formación afirmaban que el em-
7. la envidia exaspera cuando brión se halla por completo pre-
llega a poner, sobre un nombre, formado en el óvulo; los epigene-
una figura familiar, un timbre de tistas, que ijC desarrolla «sobre el
315 EPJSTEMOl,OGIA

óvulon, por proliferación celular y g-riego que significa ,1teoría del cono-
hnjo Ju influencia del medio, ni ser cimiento» es gnoseología•.
el óvulo ni principio de la segmen- 2. "Epistemology: ( ... ) The
tación una célula anñlogn a todas branch of phi!osophy which inve3-
!ns demos. (G. VIAUU, l,rs insfinct", tigates the origin, structure, me-
l(j).) thods and validity of knowledge.»
2. Sus progresos [los del mi- (La rama de la filosofía que in-
croscopio) dieron el golpe de gra- vestiga el origen, estructura, mé-
cin a la prcl'ormncitln nl mostrar todos y validez del conocimiento.)
que, tnnto en el óvulo como en el (RUNES, Dicf. o/ l'hilosophy, 94,
espermatozoide, no exisll' ningún Nueva York.)
eshozo material, ninguna maqueta 3. Llámesela lógica especial o
del futuro organismo. Las que van lógica mayor, teoría de la certi-
a ser formas del adulto aparecen dumbre o teoría del conocimiento,
poco n poco, emergen lentamente epistemología o gnoseología, cri-
en el curso del desarrollo embrio- terio1ogía o crítica, la investiga-
nario: la teoría de la epig(•nesis ción que pretendemos ha tenido
rcemplnznrá pronto a lo. preforma- siempre por fin el establecer, de
ción. En vez de admitir que el un modo u otro, las condiciones, ~l
descendiente está ya preformado valor y los límites del conocimien-
en el germen, se admite cada vez to humano. (G. VAN RrET, Epú,té-
mó.s que se construye de un ma- mol. th<>mistc, 637.)
terial amorfo. (,J. CAHLES, V crs la Epokhé o Epojé. Subst. gr.: deten-
conque te de la vie, 22-23.)
ción, suspensión*, época (período qu2
EPIQUEREMA. Gr. cpicheiriima, presenta una cierta estabilidad, como
der. de epichcircin, poner la mano si la marcha del tiempo se hallase sus-
( cheir) en o sobre (epi): intento, em- pendida.)
presa, esfuerzo; breve argumentación. A. En los escépticos: suspensión del_
Silogismo en el que cada una de las juicio, es decir, negativa a afirmar o
premisas va acompañada de las razo- negar nada.
nes que la justifican. Ej. clásico: el l. La epojé es la suspensión
Pro .Milo11e de CICERÓN. del juicio: no neg'amos nada. no
afirmamos nada. (SEXTT.:S EMPir:1-
EPIQUEYA. Gr. epicikeia, verosi- cus, Esquisses pyrrhon., IV: (E',._
militud, equidad, conveniencia. vres ch., 159.)
Mor. Interpretación que restringe en 2. Dudar de todo y ser indife-
un caso particular la obligación de la rente a todo: he ahi todo el es-
ley fundándose en la presunción razo• cepticismo, tanto en tiempos de Pi-
nable de que el ,legislador no babia rron como más tarde. Epojé, o sus-
previsto ese caso. pensión del juicio, y adiaforia; he
ahi las dos palabras que repetirá
EPISTEMOLOGIA. Etimo!.: estudio toda la escuela. (V. BROCHARD, Les
o teoría (lagos) de la ciencia ( epistii- sceptiques, 54.)
me).
B. En HUSSERL ( cpojé fenomenológi-
A. Disciplina que trata de los pro- ca o reducción fenomenológica) : sus-
blemas filosóficos planteados por la pensión del juicio en lo que concierne
ciencia. al problema de la existencia del mun-
Sin.: Filosofía de la ciencia. do exterior, puesta «entre paréntesis*»
o ,.fucra del circuito» de ese problema.
l. Es en esencia el estudio cri- V. Rr<lucción.
tico de los principios, las hipótesis
y los resultados de !ns diversas 3. esta universal invalidación,
ciencias, destinado a determina!' esta ((inhibición 11, esta (1puesta fue-
su origen lógico (no ¡,sicol/,gico), rn de juego» de todas las actitu-
su valor y su alcance objetivo. des que podemos tomar frente al
(LAl,ANDI-:.) mundo objetivo í. .. ) o también, co-
mo suele decirse: esta , i-;:r,'J.r, fe-
ll. Principalmente en los países de nomenológica», esta «puesta entre
lengua inglesa: leo ría dt!l conocimien- parCntesisl) del rnundo objetivo, no
to (y no tan sólo del conocimiento cien- nos sitúan ante la pura nada.
tífico), (IIUSSERL, Méclit. cnrtés., § 8, p. 17-
N. B. El término técnico derivado del 18.)
EQUIDAD 31G

4. Al suspender así, en la acti- cerrarse por completo a los argu-


tud ingenua, el juicio emitido, tro- mentos que se le presentan ( ... ):
pezamos con la conciencia que erni- esta llamada n su sentido moral
te ese juicio. No podemos <(ex- puede incitarle a inventar argu-
cluin), <(poner fuera de ejercicio)) mentos válidos dentro de su mar-
a los juicios que se aplican a la co convencional, o a apreciar de
conciencia. íE. LÉVINAS, Théo1·ie de otro modo aquellos de que dispo-
l'intuit. d. la phénoménol. de Hus- ne. (Ch. PERALMAN, Tr. de l'arou-
sc,·/, 210.) mentation, 139.)
5. Esta '"ºX'i que la fenome- V. Igualdad, 7; Ley, 35.
nología de la conciencia se impo-
ne con respecto a los juicios exis- EQUIPOLENTE. Lat. acquipollcns,
tenciales sobre el mundo de los ob- part. pres. de acquipollere (comp. de
jcti,•os e incluso de los sujetos (en pollere [tener poder o fuerza] y aeque
tanto que partes del mundo) es lo [igualmente]): equivalente. Der.: equi-
que Husserl llama la reducción fc- polencia.
nome11ológica por excelencia. (J. Lóg. Dos proposiciones son equipo-
HÉRING, Phénoménol. et phi/os. rc- lentes cuando tienen la misma signifi-
lig., 63.) cación.
V. Paréntesis, 2; Rcducc-ión, 7. Sin.: equivalente. «Todo hombre es
injusto» y «no hay hombre que sea jus-
E qui o ecu. (delante de vocal). Del to» son proposiciones equipolentes.
lat. acquus, igual. Entra en la compo-
sición de diversas palabras: ecuanimi- Equh·alencia. Carácter de lo que es
dad, equidistante, equilibrio (libra, ba- equivalente.
lanza), equinoccio.
Equivalente. Adj. y subst. Lat. aequi-
EQUIDAD. Lat. aequitas, caract, de valens.
lo que es igual ( acquus), conforme al Lo que, desde el punto de vista consi-
ideal de justicia. derado (cantidad, eficacia, poder adqui-
Justicia natural, superior a la de- sitivo ... ), no difiere en nada de aque-
terminada por la ley positiva y más llo con que se Jo compara. El salario
flexible que ella. suele consistir en una cierta suma de
dinero; pero ésta puede ser reempla-
l. La naturaleza propia de la zada por su equivalente en especie.
equidad consiste en corregir la ley, La noción de equivalencia difiere así
en la medida en que ésta se mues- de la de identidad e incluso de la de
tra insuficiente, en raWn de su ca- igualdad.
rácter general. [ Su papel es com-
parable a] lo que ocurre en la ar- EQUIVOCO
quitectura de Lesbos con la regla Equívoco. Adj. y subst. Lat. ae-
de plomo; esta regla, que no perma- quivoeus, comp. de vox (voz, palabra)
nece rígida, puede adoptar las for- y aequus (igual, idéntico). Literalm,,
mas de la piedra; de igual modo la misma palabra (para cosas diferen-
se adoptan les decretos a las cir- tes). Alem. zwcúlcutio, que tiene dos
cunstancias particulares. (ARISTÓ- significaciones (contr.: eindeutig, que
TELES, Éth. a Nicomaquc, V, X, 7.) tiene un solo significado.)
2. En todas las cosas, y sobre A. Prop. (hablando de la expresión
todo en el derecho, hay que tener del pensamiento) : que tiene más de un
presente la equidad. (Digesto, 90.' significado, que es susceptible de va-
y última regla de derecho.) rias interpretaciones. Cepillo, gato, fa-
3. la justicia y la equúlad di- lla, son términos equívocos.
fieren en que aquélla juzga según Der.: equivocidad, caráct. de lo que
la letra de la ley y ésta según el es equivoco; equivocar, tomar una co•
espíritu con el que se piensa la ley sa por otra.
ha sido hecha. (CONDILLAC, Syn., Sin.: homónimo, anfibológico•, ambi-
III, 224.) guo*.
4. en un proceso, la tendencia Contr.: unívoco•.
a juzgar con arreglo a derecho, se
combina con la tendencia a juzgar Intermedio entre la pareja antitética
con equidad. Si esta última tiene «equívoco-univoco»: análogo•.
menos importancia para un juez l. Lo equivoco está propiamente
técnico, no obstante éste no podría en )a palabra¡ si se dice del dis-
317 EREUTOMANIA

curso, es porque todo cquLvoco de la 2. En moral: que e• empleado inten-


palabra hace el discurso anfibo/6- cionadamente en sentido distinto del
gico o ambiguo. que acudirá naturalmente a la mente
La a11fibología está en la fra- de aquel a quien nos dirigimos. P. ej.,
se. (... ) Hay aml,igiirdrid cuando el a una visita molesta: «El señor no es-
doble sentido que resulta del cqul- tá aquí u, donde «aquí» significa: para
el visitante, en la casa; para quien le
''º"º o la a11fibolooía hace el dis- hn abierto, aquí mismo, en el vestíbulo.
CUl'so muy oscuro. (C0NDILLAC,
S1111., 111, 257.) 8. Una de las cosas más emba-
2. Si nunca se hubiese mani- razosas ( ... ) es evitar la mentirJ
festado nadn de Dios, esta priva- (... ). Para ello sirve admirable-
ción C'lerna sería equi\·oca, y po- mente nuestra doctrina de los
dría referirse tanto a la ausencia equívocos, por la cual «está per-
de todn divinidad como a la indig- mitido utilizar términos ambiguos,
nidad de los hombres pa,-a cono- haciéndolos entender en sentido
cerla; pero el que se manifieste a distinto de aquel en que uno los
veces, 3,• no siempre, elimino el entiende», como dice Sánchez.
equivoco. (PASCAL, Pe11•,'••• 383.) (PASCAL, .?.·• Prov., ed. Garnier,
139-140.)
3. Todo equivoco, todo malenten-
dido suscita la muerte; sólo el len- 9. Puede establecerse como re-
RUnjc claro, In palabra sencilla gla de conducta de la que no cabe
puede salvar de esa muerte. (A. apartarse que no se debe usar ja-
CAMUS, L'J,ommc révolté, 350.) más de eq11ívocas cuando se habla
con alguien a quien se está obli-
4. un signo es equivoco (pue- gado a descubrir el propio pensa-
de tener dos o más sentidos) en miento. En semejante caso, no es
tanto que un símbolo o una s~ñal menor mal engañarle con un equi-
son unívocos (no deben tener más voco que con una mentira. ( Dict.
que un '\entido). (B. MonEL, Le sig- de Trivouz, III, 814.)
11e sacre, 40.)
V. Estimulo, 2. Equivocar. Tener o tomar una co~a
por otra, juzgando u obrando desa~er-
B. Con matiz peyorativo. l. En ge- tadamente. Se usa más como reflexi\'o.
ral: se dice de las cosas cuya natu- (Real Acad.).
raleza real es dudosa, principalmente
de los actos humanos faltos de fran- F:ciuh·ocación. Acción o efecto de
queza y que hacen sosuechar intencio- equ!vocar o equivocarse. Cosa hecha
nes poco confesables. Actitudes, mira- equivocadamente. (Real Acad.).
das, antecedentes equivocas. ER~SMO. Gr. crct/ii&111os, acto
5. Todas las demás pruebas de de !:'citar, estado de excitación de irri-
mi finalidad son equívocas, sospe- tac1on. '
ehosas, dudosas; sólo la cruz os
asegura de que podéis contar con- ll~edi_c; Y psicol. Estado anormal de
migo. (B0URDALOUE, Sur la convers. exc1tac1on, de exaltación o de tensión.
de Madcl., II.) .La exageración de la emoti-
6. Confieso que la santidad tie- ".•dad iba acompañada de un ere-
ne caracteres equívocos, capaces de t1_smo nervioso que representa en
seducir; pero tiene otros infali- c1crt~ m~~o el aspecto físico de la
bles que, siéndole exclusivamente consti-tu~10.n. emotiva: una particu-
prnpios, no pueden ser sospecho- lar sen_s1.b1hdad a las impresiones
sos. (BOURDALOUE, S11r l'liypocrisic t~ansm1t1das. por los nervios, reac-
II.) ' ciones excesivas del simpátil-o v
una nredisposición a los estado·•
7. La coordinación racional del espasmó_dicos; y, en fin, lo precario
verdadero sistema de los conoci- del sueno, ese gran regulador de
mientos humanos impone estricta- la excitabilidad. (J. DELAY Jc1111,•s-
m,mte esa condición [hacer a la sc c!',A Gicle, 1, 230.) '
ciencia independiente de sus apli-
cnciones], sin la que nuestras con- ~!tEUTOMANIA, ereutofobia. Ob-
cepciones fundamentales tendrían scs,on ~•l temor a ruborizarse (gr.
necesariamente un carácter equívo- .-reutlicw). No conf. con erotomanía
co y hastardo ... (A. CoMTF: Co1tr8 (V. Eros).
tic ¡,liilas. pasit., III, 197.)
0
Ergo. ,l. Pa1·tícula lat. que signifi-
V. Es¡1írit1t, 37. ca «luc¡,'O» y suele servir de introduc-
ERfSTICO 318

ción a la conclusión. Der.: ergotizar, tas atribuibles a esta «critica del


ergotista. sentido» que preconizamos. (E.
V. Lógica., 5; Razón, 60. o'ORS, Tres lecciones c11 el M. del
B. Pref. tomado del gr. (er11011, tra-
Pra,lo, 173-174.) Ad. E.
bajo) y que entra en un cierto número E1·/cb11is. Subst. alem. (plur., Erleb-
Je términos técnicos: ergógrafo (que 11issc), der. de /cbcn (vivir), crleben
registra el trabajo realizado) ; ergóme- (vivir, experimentar algo): experiencia
tra (que lo mide) ; ergoterapia (trata- vivida, intima; conocimiento compren-
miento por el trabajo). sivo. El término «vivencia», propues-
to por ORTEGA, es hoy su traducción
Ergonomía. Neol. creado sobre el mo- corriente al español. Ad. E.
delo de economía para designar las le-
yes y técnicas de organización del tra- l. «Una oportunidad única de-
bajo, pero principalmente el arte de cidió la posibilidad de este yo que
adaptar las condiciones del trabajo al soy ( ... )• [G. BATAILLE, L'ezpér,
hombre desde los puntos de vista físico intér., 109]. ( ... ) He ahí, diremos,
y quimico. Corresponde al norteameri• un punto de vista cientifico y ob-
cano Human Engincering. jetivo. ( ... ) Estamos, pues, al pa-
recer, en los antípodas de una
ERISTICO. Gr. cristikos, que ama la Erleb11is ·del sujeto, de un encuen-
disputa o la discusión (eris). Oi cris- tro concreto de la existencia por
tikoi, los controversistas (filósofos de ella misma. (J.-P. SARTRE, Situa-
la escuela de Megara). tio11s, I, 167.)
Hoy tiene acepción peyorativa, tan- 2. En frases como «vivir la vi-
to en el adjetivo, que designa lo rela- da», «vivir las cosas», adquiere el
tivo a la discusión o la disputa, como verbo «vivir» un curioso sentido.
en el sustantivo erística, arte de ma- Sin dejar su valor de deponente
nejar las argucias lógicas. toma una forma transitiva signifi-
cando aquel género de relación in-
l. Es erístico el silogismo que mediata en que entra o puede en-
parte de opiniones que, aunque pa- trar el sujeto con ciertas objeti-
recen nrobables, en realidad no lo vidades. Pues bien, ¿ cómo llamar 11
son. (ARISTÓTELES, Tópicos, I, l.) cada actualización de esta rela-
2. Hay toda una erísti<!a a base ción? Yo no encuentro otra pala-
de la heurística. (G. BACHELARD, bra que «vivencia». Todo aquello
Dia/ect. de la durée, 68.) que llega con tal inmediatez a mi
3. El diálogo heurístico, en el yo que entra a formar parte de él
que el interlocutor es una encar- es una vivencia. Como el cuerpo
nación del auditorio universal, y el físico es una unidad de átomos, así
erístico, que tiene por fin domi- es el yo o cuerpo consciente una
nar al adversario, no son ambos unidad de vivencias. (... ) En tan-
sino casos excepcionales¡ en el diá- to que no se encuentra otro térmi-
logo habitual los participantes no mejor, seguiré usando «viven-
tienden simplemente a persuadir a cia» como correspondiendo a «Er-
su auditorio con el fin de determi- lebnis». (J. ORTEGA Y GASSET, So-
nar una acción inmediata o futu- bre el concepto de sensación [1913],
ra. (Ch. PERELMAN, Tr. de l'argu- Obras, I, 257 nota.) Ad. E.
mentation, 51.) Éros. Subst. gr. que significa deseo,
4. La antigua dialéctica -la amor (princip. en la acepción sexual de
«erística» de los sofistas- ( ... ) la palabra). Eros, dios del amor, iden-
era un método que no probaba na- tificado por los romanos con Cupido.
da, o, mejor aún, que Jo refuta- A. En general (princip. en el voc.
ba todo. (S. HooK, Pour compren- cristiano) : el amor sexual por op.: l.•
dre Marx, 69.) a la philia (lat. dilectio, amistad, ternu,.
4'. Todo Jo apuntado anterior- ra que excluye la sensualidad); 2.• el
mente en varias ocasiones, bien agapé (lat. ca,ritas), que pertenece al
con carácter erístico, al marcar querer y al obrar tanto como al senti-
oposición con otras maneras de miento, Érós y agapii, título de una
crítica, bien deductivo, al aludir a obra del sueco A. NIGREN,
las consecuencias de las tesis fun- Der.: erótico (poesia erótica, pensa-
damentales que sucesivamente pro- mientos eróticos), erotismo, erotómano
ducíamos, habrá ya orientado a (no confundir con ereutómano•, que tie-
nuestros oyentes acerca de las no- ne la manía de ruborizarse),
319 ERROR

l. aunque no siempre fisico, el cumbimos bajo nuestros propios


movimiento que expresa general- errores que bajo la realidad de las
mente érii• es siempre un deseo de cosas, por tomar por grandes bie-
¡,osesi6n, un deseo egoistn. Y cuan- nes o por males grandes los que
do se trntn del eros por una per- realmente no lo son. (J. L. VIVES,
sona, el sentido físico va casi ne- /11/rod. a /a •abir/uría, § 235, p
cesariamente incluido, De ahí vie- 53.l Ad. E.
ne el que no tengamos, por así de- 2". A fuerza de errar se va
cir, ej,•mplo en el que se hable de: acotando el área del posible acier-
ér,i11 de un padre o unn madre por to. De aquí la importancia de con-
sus hijos, de un hermano por sus servar los errores, y esto es la his-
hermano• y hPrmanns: la idea del toria. En la existencia individual
incesto acudida en SCl\'llida a In lo llamamos «experiencia de la vi-
mente. (A. ,J. l,'ESTUGll:RE, La, ,,,_¡,._ da .. y tiene el inconveniente de que
teté, 02-93.) es poco aprovechable porque el mis-
2. El erotómano persuadido de mo sujeto tiene que errar prime-
su irresistible poder de seducción ro, para acertar luego, y el luego
es un especialista de las empresas es, a veces, ya demasiado tarde.
amorosas que empiezan en el op- Pero en la historia fue un tiempo
timismo y acaban en la hostilidad. pasado quien erró y nuestro tiem-
(E. I\I0UNIER, Tr. cli, caract., 670.) po quien nuede aprovechar la ex-
3. El erotismo no es un análogo periencia. (J. ORTEGA y GASSET.
del amor, sino su contrario: mien- ldea,s y creencias, Obras, V, 405.)
tras el amor hace participar al Ad E.
otro como sujeto, el erotismo lo V. llrcsió11, 3; Sentido, 10.
convierte en objeto. (M. CAnnou- A. Subjetiv.: acto o estado de la
GES, /1/ysl, d11 •urli., 214, Gall., mente que tiene por verdadero lo que
1948.) es falso. Estar en un error. Inducir a
B. En psicoanálisis freudiano: prin- error.
cipio de acción cuya energía recibe el 3. Mas, puesto que sabemos que
nombre libido. Identificado en un prin- el error depende de nuestra vo!un-
cipio con el instinto sexual, se con- tad, y que nadie tiene \'Oluntad de
virtió más tarde en símbolo del deseo, equivocarse, acaso nos asombre que
del impulso que lleva a buscar placeres haya error cu nu,-stros ju.icios. Pe-
sensibles (erotismo bucal y anal del ro es preciso fijarse en que existe
niño). mucha diferencia entre querer ser
ERROR. Lat. error, der. de errare engaña:do y querer dar nuestro con-
sentimiento a opiniones qu.e son
(errar, ir a la ventura). causa de que a veces nos engañe-
Acción de equivocarse, principalmen- mos. (DESCARTES, Pri>u:. I, § 42.)
te de afirmar como verdadero lo que
es falso. Ax.: error e•t fa jutlic(o (el 4. ¿De dónde nacen, pues, mis
error reside en el juicio). errores? Tan sólo de que, al ser
la voluntad mucho más amplia y
Sfo.: ilusión, lapsus, desatino, des- extensa que el entendimiento, no
acierto, equivocación, yerro, malenten- la contengo en los mismos limites,
dido, inexactitud, olvido. sino que la extiendo también a las
l. La equivocación es efecto de cosas que no entiendo. (DESCARTES,
la falta de atención, en tanto que il/éclil., IV, Euvres, IX A, 46.)
el ,rror puede ser también efecto 6. La causa fundamental de to-
de In reflexión. La cqui,,ocaci611 es do erl'or es, pues, única, y debe ser
además tan sólo un juicio hecho buscada tan sólo en la iufluc11cia,
de pasada, sin aferrarse a él; el oc1</ta de lr1 se11sibilitlcul sobre el
error, una falsa opinión que prohi- rut,,ndimit•uto o, para hablar más
jamos. (C0NDILLAC, Sy11., 111, 381.) exactamente, sobre el juicio. ( ... )
2. La llegada del sueño es de Lo que haee posible el error es,
sentir eobre todo porque no refle- pues, la apariencia por la que lo
xiono sobre tales errores, y asi no simplemente subjl'li1•0 es tomado
los elevo •iquiera al nivel del por objctiioo. (KANT, Logiq1te, trad.
error. (AI,AIN, 1,r, ü/ées et le• T1sso1·, 75.)
<i(leB, (, 24.) 6. El error puede ser de hecho
2'. Con mayor frecuencia su- o de derecho.
ESCALA 320

El cr,·o,· o ignorancia de hecho bre. (J. ORTEGA Y GASSE'r, Kant, en


consiste en no saber una cosa, co- Tríptico, 65-66.) Ad. E.
mo sucede, por ejemplo, cuando un V. 1'Jntcmlimiento, 11.
heredero instituido ignora el testa-
mento que lo nombra herede- B. Objetivamente: lo que no es con-
forme a la norma (error de maniobra,
ro. (... ). de trnnscripción) ; principalmente, afir-
El error o ignorancia de derecho mación falsa o el carácter propio de tal
consiste en no saber lo que una ley afirmación.
o una costumbre ordenan. (Encycl. 12. Todos nuestros errores son
de DIDER0T y D'ALEMBERT, V, 911.) juicios temerarios, y todas nues-
7. El error es esencialmente in- tras verdades, sin exccpci6n, erro~
dividual y personal; no se puede res rectificados. (ALAIN, Vigiles de
explicar sin tener en cuenta las !'esprit, 34-35.)
disposiciones particulares del suje- 13. A veces fingimos compartir
to que piensa. ( ... ) Nada es tan ciertos errores por no abandonar
verdaderamente nuestro como nues- a aquellos de quienes nos separan
tros errores. (V. BR0CHARD, De escasas diferencias. (J. RosTAND,
l'crreur, 213-214.) Pcnsées d'm, biol., 228.)
8. El error no tiene nada de V. Razón, 33; Tolerancia, 6.
extraño; es el primer estadío de ES. V. Ello, Sí B.
todo conocimiento. (ALAIN, Mincr-
vc, 9.) ESCALA. (Lat. scala, der. de scan-
dere, subir). A. Prop.: aparato forma-
9. No existe evidencia objetiva do por dos largueros unidos por barro-
sin la conciencia de un error inti- tes o travesaños.
mo y previo. (G. BACHELARD, For-
mation de l' esprit scient., 242.) B. Por anal. l. Linea dividida en
partes iguales y que sirve para medir
10. El error es uno de los tiem- las longitudes en los mapas o planos.
pos de la dialéctica que hay nece-
2. Orden de magnitud. A escala na-
sariamente que atravesar. Él sus- cional.
cita averiguaciones más precisas,
él es el elemento motor del cono- l. Nada prueba a priori que
cimiento. (G. BACHELARD, Essai s. las determinaciones métricas de ia
la connaiss. appr., 249.) geometría ordinaria sean verdade-
ras en lo infinitamente grande y
11. Es por la experiencia del lo infinitamente pequeño. Cada es-
error como llegamos a la idea po- cala de magnitud puede tener su
sitiva de verdad. La verdad sólo geometria propia. (B. R1EMAN, Ue-
se manifiesta por su oposición a ber die Hypothesen ... , Giittingen,
un error previo. (J. WAHL, Tr. de 1854.)
métaph., 481.) V. Determinismo, 23.
11'. Toda la filosofía moderna C. Por ext.: serie continua de valo-
brota, como de una simiente, de es- res progresivos. Escala de sonidos. Es-
te horror al error, a ser engaña- cala social. Escala de salarios.
do, a étre dupe. De tal modo ha
llegado a ser la base misma de Psicol.: Escala métrica de la inte-
nuestra alma, que no nos sorpren- ligencia. Serie o batería de tests• gra-
de, antes bien nos cuesta mucho duados de manera que correspondan a
esfuerzo percibir cuanto en esa los diferentes niveles del desarrollo
propensión hay de vitalmente ex- mental y que permiten determinar la
traño y paradójico. Pues qué -pre- edad mental y el cociente • mental de
guntará alguien-, ¿no es natural los sujetos.
el empeño de evitar la ilusión, el 2. Esta escala permite, no pro-
engaño, el error? Ciertamente; pe- piamente, la medida de la inteli-
ro no es menos natural el empeño gencia, ya que las cualidades inte-
de saber, de descubrir el secreto lectuales no se miden como las
de las cosas. (... ) Afán de saber y longitudes, puesto que no es posi-
afán de no errar son dos ímpetus ble superponerlas, sino una cl11si-
esenciales al hombre, pero la pre- ficaci6n, una jerarquía entre las
ponderancia de uno sobre otro de- diversas inteligencias, y esta cla-
fine dos tipos diferentes de hom- sificación equivale, para las ne-
321 ESCATOLOGIA

cesidades prácticas, a una medida. que la decisión por la que el hom-


(A. BINET y Th. SIMON, Annéo bre se sitúa en cada instante con
psyc/10/., XI, (1905), 194.) respecto a Dios, ni otro fin que la
suerte definitiva comprometida en
ESCÁNDALO. Lat. •ca,ulaluin (gr. cada una de esas decisiones. Ec¡
•kanda/011), escollo, Jo que hace come- una escatología existencial. (J. DA-
te,· el mal. NIÉLOU, Must. 1k l'húit., 2G3.)
A. En sentido primitivo: todo lo que 2'. El hombre topa, quiera o
puede ser ocasión de falta o r,ecado. no, con las ultimidades, por el he-
l. F.n la Sagrada Escritura se cho radical de que tiene que mo-
dice qu,, la predicación de In Cruz rir. En la escatología cristiana, la
fue un escánrlalo para las ju,lios. muerte es la primera de las pos-
( Dict, de l' Ac. fo'r.) trimerías o «novísimos»; aunque
han perdido vigencia social las
B. Pro11, (por restricción del sentido otras tres, la presencia de la muer-
primitivo) : ejemplo o dicho que inci- te es ineluctable; es el poro por el
tan a los demás ni mal. Del escándalo cual se filtra Jo escatológico aun
verdadero se distingue: en el hombre que pone más empe-
el escándalo de los débiles, provoca- ño en eludirlo. (J. MARÍAS, Intro-
do por acciones legítimas en sí, pero cl11,cci<Í1, a la Filosofía, 92.) Ad. E.
cuya legitimidad escapa a ciertos es-
píritus mal formados o no informados. B. Ext.: teoría u opiniones relativas
a un más allá de la situación actual de
el escándalo farisaico, más afectado la humanidad; principalmente el tér-
que real, y que se preocupa más de sal- mino de una evolución más allá del
var las apariencias que de evitar el mal cual ya no habría historia.
propiamente dicho.
3. La afirmación central de to-
C. Por ext.: acción resonante que da escatología es no sólo que hay
choca a las conciencias o conmueve a la un fin de la historia y que este fin
opinión pública. El escaindalo de Pana- es revelación del sentido de la his-
má. Subjetiv.: ese mismo choque o emo- toria (y acaso de los sentidoa de
ción. la historia), sino que es posib!c
2. cuando la opinión pública gri- captar, en el seno mismo de la his-
ta ante tales escándalos, no se sabe tol'ia (y esto por caminos dh·ersos
bien si condena verdaderamente lo según las escatologias), algo de ese
que denuncia o se sacia con ello. fin; que el sujeto histórico tiene
(B. HARING, La loi du Christ, 111, ya ahora alguna relación con ese
81.) fin de la historia ( ... ). De cualquier
modo, la escatología transforma
ESCATOLOGIA. Comp. del gr. es- mi manera de ser en situación en
cl&atos (último) y logos (ciencia, doctri- la historia. (R. MEHL, en L'homme
na, discurso acerca de). Der.: escatoló- et l'hist., 315-316, «VIº Congres des
gico. • Soc. de Philos. de langue fr.,, Es-
A. Prop. (Teol.) : doctrina relativa a trasburgo, 1952.)
las postrimerías, es decir, a lo que ocu- 4. La visión cristiana de In his-
rrirá al fin: ya sea de In vida de cada toria [es] escatológica, es decir,
uno (escatología individual), ya, prin- que la idea de fin ( escl&at,ni) des-
cipalmente, al fin del mundo (escato- empeña en ella un papel capital,
logía colectiva). Discurso escatológico y esto de una triple manera. En
de Cristo: anuncio del fin del mundo pl'imer lugar, la histol'ia no es un
y el juicio final. (MAT., XXIV-XXV). programa eterno, sino que tiene
l. La antigua escatología (.. ,) un fin (... ). En segundo lugar, es-
descansaba por entero en la espera te fin es el cristianismo: Cristo se
de súbitas catástrofes a consecuen- presentó como viniendo al fin de
cia de las cuales la humanidad los tiempos y como introductor del
alcanzaría de golpe su definitiva mundo definitivo ( ... ). En último
meta. (Eug. PICARD, en E11cuclop. lugal', ese fin propiamente ha llega-
des se. relig., IV, 600.) do: con la encarnación y la ascen-
2. [Para Bultmann], la l'epre- sión de Cristo se ha alcanzado el
fin de las cosas. \J. D,,NIÉI.OU,
sentación de un juicio futuro es Mysl. ,fo l'hi.t., 14.)
una supervivencia mitológica de
los Apocalipsis. No hay más juicio 6. Ese, retorno de la armonía, <le
21. Dicciou:ariu •h·I J.c11y:11ajt' F1l11~•·•1Ílu.
ESCEPTICISMO 322

la paz, esa visión escatológica de 1·azón al sentido común que afir-


un mundo renovado en el que el lo- ma. (E. LITTRÉ, Aug. Comtc ... ,
bo y el cordero, según la fórmula 670.)
de Isnias, vivan en armonía, es lo 6. El estado de absoluto escep-
que suscita y alimenta In esperan- ticismo, si fuese posible, consisti-
za mesiánica. (H. DUMÉRY, Phé110- ría precisamente en abnndonarno!!I
mf110/, et rclig., 14.) al sentimiento inmediato que tene-
6. los intelectuales marxistas mos de nuestra vida, sin añadirle
fingen olvidar que su escatología ninguna afirmación. Pero el escép-
es un calco del «meliorismo» judío. tico sale de ese estado por el he-
(lbíd., 67.) cho mismo de declarar que en él
se encierra... (J. LACHELIER, C. a
ESCEPTICISMO J anet, en Tcxfcs clwisis, p. L. MIL-
Escéptko. Gr. skeptikos, que obser- LET, 27.)
va, que reflexiona. Der. de skeptesthai, 6. El escepticismo ( ... ) se nie-
mirar, examinar (misma raiz que el ga al afirmarse como verdadero.
1at. spiccre, que sólo existe en sus com- (J. LAGNEAU, Célebres /eg. et
puestos: ad.spü:erc, despicerc ... ), Oi fragm., 106.)
skcptikoi, los filósofos escépticos que
pretenden limitarse al examen y no 7. En su pretensión de evitar
afirmar nada. todo dogmatismo, el escepticismo
se muestra como el dogmatismo
Que profesa o practica el escepti- más chocante y estrecho que quepa
cismo. Que se refiere a esta doctrina concebir. (J. MARÉCHAL, Point de
(la doctrina escéptica, la literatura es- départ ... , 1, 24-26.)
céptica).
8. El escepticismo es un juego
l. Un rasgo común a muchos es- del ocio y de la abstracción. Cuan-
cépticos es que creen a ojos cerra- do nos acucia la urgencia, cuando
dos en su propia superioridad. (P. nuestra salvación depende de la
PEETERS. Senteuces intempor., nú- intuición y de la acción, se halla
mero 219.) a mil leguas de nuestro espíritu.
V. Cetético, l. (R. LE SENNE, Tr. de mor., 24.)
Escepticismo. A. Como posición teó- 9. El escepticismo es inexpug-
rica: doctrina de quienes tienen al hom- nable. Sin duda, responderemos; y
bre por incapaz de llegar a la certeza. el dogmatismo carece de poder, de
influjo sobre él. Pero, ¿por quél
l. Absolutamente, en filos. (escepti-
creyendo que el hombre no puede lle- Por la razón de que no existe. Los
cismo universal) : doctrina de quienes,
golpes más violentos no hacen el
menor daño a una sombra; pero
gar en ningún campo a la certidum- la sombra es vencida cuando es
bre, preconizan la suspensión ( cpoclle•) reconocida como tal. (R. VERNEAUX,
del juicio. Esquiase d'une théo,·ie ele la con-
Sin.: pirronismo•. 11aiss., 173.)
Coufr.: dogmatismo•. 10. [A propósito de A. Fran-
2. Lo que nunca ha sido puesto ce] : el escepticismo es la más fá-
en duda no está probado. Lo que cil de las filosofías. (R. KEMP, La
nunca ha sido examinado sin pre- vie des livres, 97.)
vención no ha sido nunca bien exa- V. Duda, 7.
minado. El escepticismo es, pues, 2. Escepticismo relativo ( siendo esa
el primer paso hacia la verdad. Y relatividad indicada por un adj. cali-
debe ser general, porque es su pie- ficativo o por el contexto) : doctrina
dra de toque. (DIDER0T, Pcnsées de aquel para quien el hombre no pue-
phi/., XXXI, 28.) de, en una esfera determinada, alcan-
3. No cabe dejar sitio al escep- zar la certeza (escepticismo metafísico,
ticismo: una vez que ha penetra- religioso ... ). En el uso corriente: acti-
do en el entendimiento, lo inva- tud intelectual de quien no admite poi·
de por entero. (ROYER-C0I,LARD, cierto un determinado hecho (esa no-
Fragm. phi/os., 194.) ticia me dejó escéptico, fue recibida
4. el escepticismo no puede nun- con escepticismo). V. Probabüismo.
ca deshacerse de una primera pro- 11. Como actitud práctica: disposi-
posición no escéptica, dando as! ción del espíritu inclinado a In duda;
323 ESCRITURA

actitud más o menos general, y a ve- 3, La opresión de una atroz


ces afectada, del que duda. realidad que agobia a muchos hom-
11. Sólo están faltos de fe los bres y que ha agobiado a enormeJ
que se han encerrado en sí mis- porciones de la humanidad en to-
mos, y el escepticismo no es, en da In historia universal. Pero la
~recto, más que la ron:iecueneia opresión inevitable es siempre mo-
lógicn del egoísmo intelectual. Se mentánea. Ln libertad puede ser
acaba inevitablemente por no creer sorprendida y subyugarla, pero la
ya en nada cuando •e ha hecho esclavitud duradera, la esclavitud
primero un juego, m1ís tarde un permanente, es siempre aceptada.
virio, de no creer más que en sí (J. MARIAS, El futuro de la liber-
mismo. (F. IIRUNETI!:RE, F:r1"cctlio11 tad, en Libertad y organizació11,
et in•lr., 102.) Tiempo de España, I, Madrid,
12. ¡ Cuántos hombres, sin ha- 1963, p. G3-64.) Ad. E.
blar ya de los filósofos, son escép- Escolástica. V. Escuela.
tieos por indolencia! Es gran l'rror
considerar el escepticismo como ]a ESCRITURA
desconfianza de un espíl'ltu aler- Escribir. Lat. scribcre, trazar ca•
ta. Generalmente no es más qua racteres de escritura.
una forma de pereza. (V. Bno- Expresar nut!stro pensamiento por
CIIAltD, De• l'crrcur, 168.) medio de ]a escritura.
12'. El escepticismo no es me- l. escribir bien es a la vez
nos que el ascetismo, una postura pensar, sentir y expresar bien; es
rígida, abstracta, ciega y vacía. tener al mismo tiempo mente, a!-
Sonreír de todo es tan estúpido y ma y gusto. (BUFF0N, Disc. de rec.
tan fácil como volver a todo las es- en la Ac.)
paldas. (J. ORTEGA Y GASSET, lu-
cilaciones, Obra.,, II, 234.) Ad. E. 2. Cuando se escribe con faci-
lidad se cree siempre tener má~
ESCLAVO. Del lat. s/avus, transfor- talento del que se tiene. Para e5-
cuando en sclavus en la Edad Media, crihir bien hacen falta una fal'ili-
cuando numerosos esclavos fueron re- dad natural y una dificultad ~ 1-
ducidos a esclavitud por los germanos. quirida. (JoUBERT, l't·nst'cs, 2:.::5.1
Corresponde al lat. servus. 3. Para encontrar la felicidaa
A. Prop.: que está bajo la depen- de escribir no sirve de nada ima-
dencia absoluta de un amo. ginnr, hay que escribir; la grac:a
l. si cada instrumento pudie- no puede venir de otro modo. Sin
se, a una orden dada, o incluso ese socorro y esa preparación, L1
presentida, ejecutar la tarea que imprevisible felicidad de pensar no
le es propia ( ... ) , si las lanzade- es más que ensoñación y también
ras tejiesen por sí mismas la te- ella se pierde. (ALAIN, Propos de
.Ja ( ... ), entonces los nrquitrctos litt., 104.)
no tendrían necesidad de obreros, 4. al hablar se utiliza el pen-
ni los amos de esclavos. (ARISTÓ- samiento, en tanto que al escribir
TELES, Polit., 1, 11, § 5.) se le renueva. (At.AlN, Propos sur
B. Fi~.: que se conforma con entero l'érluc., LII, p. JV9.)
rigor a las órdenes de otro o n unn re- 5. Es ..·ribir es para mí una
gla de conducta (esclavo del deber, de verdadera lectura de mí mismo, en
la palabra dada); que se halla bajo la la que n mc.•nuclo encuentro mu-
dependencia absoluta de una fuerza cho mñs de inesperado que en el
cualquiera (esclavo de la pasión, de sus libro mús orig-innl. Pero lo que leo
hábitos). no existía antes, soy yo quien lo
Esdavitud. Condición del esclavo, en pone al descubrirlo. Hay, pues, que
los diversos sentidos de In palabra. escribirlo para exislir, para lle~ar
Sin.: servidumbre. a ser uno mismo. (M. LEN~Rl',
Jou,~,rn/, 195, Grnssct, l!J-15.)
2. Lo temible es In esc!avitud V. Srr I, 9; Filó,ofo, 12.
no consentida, impuesta: lo exce-
lente, la que uno se impone; y, a EsC"ritura. Lat, scriptuni, der. de
falta de otra cosa, aquella n lu quu Bt~-iptus 1 part. pasudo de seriberc.
uno ae somete. ¡ Oh esclavitud vo- A. Pro p.: representnritln de los ob-
!unturia l (A. GIOE, ./our,111/, <i70.) jetos de pensamiento por medio de sig-
ESCRúPULO 324

nos visuales, ya directamente en la es- pables netos que no lo son o en exage-


critura ideográfica, ya indirectamente rar su culpabilidad.
en la escritura fonética, cuyos signos l. En la fórmula del escrúpulo
corresponden a los del lenguaje habla- como «comezón de la conciencia»
do. Co.-,·rl.: palabra. V. Ese1·itura, au- entran un grnno de duda ligera,
tomát.i.ca "'. pero persistente; una onza de in-
6. Sin lectura, luego escritura, quietud y una libra de sentimiento
algo que fija, cautiva, ocupa. (Eug. excesivo del deber. (C. STRELETSICI,
DE GUÉRIN, Jo111~1al, 20 abril 1831.) C/a,vicr psychol., 48.)
7. La escritura es una discipli- 2. Para apaciguar una con-
na del pensamiento que le da ma- ciencia insatisfecha, el escrupuloso
yor firmeza y constancia; ella le se entrega a una vana búsqueda
impide permanecer en el estado de de la certeza. Apetencia normal en
veleidad o sueño y contentarse con sí ( ... ). Pero el hombre medio sabe
esos resplandores intermitentes que que se la alcanza raramente, que
les bastan a los más tímidos o más hay que contentarse con un rela-
ligeros. (L. LAVELLE, La, par. et tivismo pragmático, con una cer-
l'écrit., 162-163.) tidumbre aproximada (... ). El es-
crupuloso no se satisface con apro-
8. No es la escritura, sino el ximaciones, sobre todo en cuanto a
disco el que fija la palabra y la sus propios actos. (J. ToULEMON•
repite indefinidamente ( ... ). Lo que DE, Les inquiets, 280.)
ella conserva no es la palabra, si-
no el pensamiento, al que nos obli- B. En sentido débil: gran delicade-
ga sin cesar a resucitar, a experi- za de conciencia que nos hace atentos
mentar, a prolongar, a ensanchar a las más leves obligaciones, sensibles a
indefinidamente. (lbf.d., 172.) las menores faltas e incluso a las im-
perfecciones. Un comerciante de una
9. La escritura se asemeja honestidad escrupulosa. Ese escrúpulo
siempre a un monólogo más que a le honra.
un diálogo, y es incluso la única
especie de monólogo que no es del V. Concie11cia, 49.
todo un artificio. Pero es también C. Por anal.: Cantidad insignican-
un diálogo ideal con un auditor te. En astronomía: pequeñísima parte
ausente, posible, desconocido y que del minuto.
no nos responde. (lbf.d., 178.) ESCUELA (lat. schola,; gr. sc/iole),
10. Hay una pereza de la lectu- prop., ocio; por ext., ocupación del hom-
ra que no es con frecuencia más bre ocioso, estudio.
que una complacencia en el juego A. Prop.: establecimiento organiza-
de nuestras potencias ociosas; en do para la enseñanza. Se toma a veces
tanto que la escr.itura las emplea en mal sentido.
siempre de manera más directa y
l. -Están los regimenes ...
más fuerte. ( Ibf.d., 202.)
V. Sueño, 4. -Desde luego. Pero hay demasia-
dos médicos que los manejan con
B. Por anal.: manera de expresarse torpeza. Claro que no son ellos los
por escrito. Una escritura suelta o pre- responsables: la medicina de es-
miosa. cuela les ha enseñado mal. (M. VAN
Sin.: estilo. DER MEERSCII, Co1-ps et ames, I,
278.)
ESCRúPULO. Lat. scrupulus (di- B. Ext.: enseñanza particular o con-
min. de scrupus, guijarro puntiagudo) : junto de ejercicios, y todo lo que pue-
l.º piedrecilla; 2.° la más pequeña di-
de instruir o formar. La escuela del
visión de una unidad de medida; 3.0 en soldado. La escuela de la vida.
sentido moral, leve contrariedad que
lastima; como la piedrecilla en el cal- 2. Se dice de un hombre que
zado. tiene buena escuela, para decir
Der.: escrupuloso, escrupulosidad. que está en un lugar de donde pue-
de sacar provecho. Eso lo ha apren-
A. En sentido fuerte (más usual): dido en la escuela, de la pobreza.
trastorno de conciencia, que puede lle- (Vaug.) (... ). El ejército es mejor
gar hasta la obsesión y la angustia, escuela, que las clases; tan rigida
que consiste en reprocharse como cul- es la disciplina militar en compa-
325 ESCUELA

ración con la de los colegios. ( Die t. espíritu de nuestros ninos que a


de Trévouz, III, 663.) sus pies. Los zapatos son de tama-
Esc11r/a, 11ctiv11. Concepción pedagó- ños y formas diferentes. ¿ Cuán-
gica que, en vez de imponer al niño do tendremos escuelas a medida?
deberes y lecciones, se bnsa en su ne- (Ed. CLAPARtDE, Confer. sobre
cesidad natural de actividad, conten- L'l:colc sur mesure, Ginebra, 1901.)
tándose con crear un medio en el que C. Por anal. (Filos., Bellas Ar-
elija por sí mismo ocupaciones educa- tes ... ). l. Grupo y, ordinariamente,
tiva•. serie de pensadores o artistas que re-
3. La e•cuela activa eo, pues, conocen a un mismo maestro o profe-
aqu ..lln en que In actividad c•po11.- san la mismas doctrinas. La escuela
lá11ra. del niño constituye In hase sociológica francesa. La escuela im-
del trabajo y en la que se satisfa- presionista.
cen el 11.¡,rlilo de saber y la 11ccesi- 7. aunque hayas pensado que
<lad de obrar y de crear que se embrollando las cuestiones con tér-
manifiestan en el niño sano. (A. minos de escuela, las respuestas a
1"Enn1tRE, Pra,Hque de l'éc. a,ct., ellas serían tan largas, osearas y
136.) espinosas que se les perderla el
4. La escuela tradicional exige gusto... (PASCAL, Prov. 12.", ed.
esta monstruosidad psicológica: ac- Garnier, 190.l
tos que no responden a ninguna 8. Tan pronto como hay escue-
neceoidad, y, por lo tanto, acto• sin las de algo, ese algo ya no está
causa. La escuela activa, por el vivo. (E. y J. DE GoNCOURT, I<lées
contrario, se basa en el principio et BCIIB<I,tions, 225.)
de la necesidad. Para hacer obrar 9. Lo que distingue las escue-
a westro nlumno, ponedlo en cir- las entre si es que cada una repre-
cunstancias tales que experimente senta un temperamento, el de su
la necesidad de realizar la acción clima y su país. (H. TAINE, Phi/os.
que de él esperñis, (E. CLAPARt- ele l'art, V, 111, § 1, t. II, 278-279.)
DE, lrduc, /011,;tion., 198.)
V. /Ilativo, 8. 10. No hay Escuela romántica
en el sentido preciso de la palabra.
Escuela, 11.ucva,, Movimiento pedagógi- ( ... ) Un cenáculo en el que se re-
co y establecimientos de educación di- unían (para admirarse unos a
rigidos al desarrollo del hombre com- otros, dicen las malas lenguas) un
pleto en un clima de libre iniciativa y cierto número de poetas no consti-
de responsabilidad personal. tuye una Escuela. Para que haya
En particular, doctrina pedagógica escuela literaria tiene que haber
de la Liga, Interna,ciona./ de Ed11cació11 una doctrina común. ( ... ) Tal fue
Nueva,, fundada por iniciativa de Adol- el caso de los parnasianos. (F.
fo FERRitRE. He aquí el «Programa mí- BRUNOT, Hi.st. de la, la11gue fr.,
nimo» a realizar para constituir una XIII, 2, 233.)
«escuela nueva» : 11. Una escuela es un conjunto
6. La Escuela nueva es ante to- de filósofos que, a riesgo de rom-
do un intentado fa,miliar situado per el equilibrio original, ceden a
en el ca,mpo, en el que la experien- la tentación de favorecer uno de
cia persona./ del niño constituye la los pri11cipios del maestro en de-
base tanto de la educación intelec- trimento de los demás, El oca-
tual -en particular por medio de sionalismo de Malebmnche, la nr-
los tra,ba,jos ma,1ma,les- como de la monia preestablecida de Leibniz, el
educación moral mediante la prác- paralelismo de Spinoza, son otras
tica del sistema de relativa autono- tantas respuestas posibles al pro-
m ia de los escolares. (aDureau in- blema creado por el método car-
ternat. des l!:c. nouv., Programme tesiano de lus ideas claras y dis-
des Éc. nouv.", reproducido en tintas. (E. GILSON, Rc·111arq11es sur
F. Fouu¡mf, f.:colcs 1101tv., 91.) l'c.1·¡,ér. c11 111<'taph., en «Acles du
Escuela a, meclida. Escuela en la que XI' Congr~s. internat. de Phil.o,
lecciones y ejercicios serían adaptados Bruselas, 1963, IV, 6.)
a las necesidades y posibilidades do ca- V. Epokhé, 2; Fcnómc1w, 24.
da uno. 2. Absol. (La Escuela): enseñanza
O. Prestamos menos atención al dada en la Eda,i Media por las escue-
ESCUELA 826

las y Universidades, que eran institu- para muchos de nuestros contemporá-


ciones eclesiásticas centradas en la teo- neos, MARX y ENGEl,S)'
logía y que, a partir de Santo TOMÁS 16. Hay un formalismo escolás-
(1227-1274), tomaron de ARISTÓTELES tico; es incluso, en general, a este
los principios de su filosofía. carácter al que nos limitamos cuan-
Sin,: filosofía escolástica, filosofía do queremos definir una filosoffa
aristotélico-tomista. de escuela, En la medida en que
es formalista, una escolástica se-
12. En cuanto al desprecio que meja a una máquina inhumana
os han dicho que yo hacía de la Es- que rechaza cuanto le es extraño
cuela, sólo puede haber sido ima- y desarrolla implacablemente una
ginado por personas que no cono- serie de movimientos imposibles de
cían mis costumbres ni mi humor. desviar o modificar, Se dirla que
(DESCARTES, II, 201.) en ella muere el espfritu, y que no
13. A veces hay oro escondido se trata ya de ,cosas vivas, de
bajo la basura del bárbaro latín lo concreto en su corporeidad, si-
de los monjes; lo que me ha hecho no de conceptos sin alma. (J, Jo-
desear más de una vez que un hom- LIVET, L'csprit scolastique, en Rech,
bre hábil, a quien su función hu- plril., II (1966), p. 311,)
biese obligado a aprender el len- 16. Puede decirse que una filo-
guaje de la Escuela, hubiese que- sofía de talante escolástico consa-
rido extraer lo mejor que hay en gra una estabilización de las ideas
él, y que un nuexo Petavio o To- y tiende a reforzarla. (]bid., 312.)
masino hubiese hecho con los esco-
lásticos lo que aquellos dos sabios S. Sin. de escolar (peyorativo).
hicieron con los Padres. (LEIBNIZ, 17, No me atrevo a profanar es-
Théod., 6.) te soberbio texto con acentua-
Esco/a.rca (gr. scholarchiis). En la ciones escolásticas y dejo al lector
el placer de descubrir por sí mis-
Antigüedad: jefe de escuela filosófica. mo todas las bellezas de consonan-
Euolástico. Lat. scholasticus, que cias, de aliteraciones, de movimien-
frecuenta la escuela ( schola), relativo tos de diseño. (P. CLAUDEL, Posi-
a la escuela. tions et propos., I, 75.)
A. Adjet. 1. Prop.: relativo a la Es- 18, Noto mucho, al releer las
cuela (de la Edad Media y la filosofía líneas que preceden, una falta de
que a ella va unida) , propio de ella. orden y de buena redacción. Hay
Método, doctrina, vocabulario escolásti- repeticiones, frases de las que sa-
co. V. Teología,*, escolástica. len todo tipo de proliferaciones,
!. Por anal.: que presenta ciertos que habría que recortar o cer-
caracteres de la filosofía escolástica. char, ( ... ). Pero he perdido la afi-
ción al bello trabajo escolástico y
a) A veces con intención laudato- prefiero seguir el hilo de mi plu-
ria. ma a dirigirle. (lbúl., 11, 248.)
14. Es preciso llamar escolásti- B. Subst. mase. (un escolástico, los
ca a esa elaboración y ese perfec- escolásticos) ; 1. Filósofo o teólogo de
cionamiento del saber que adopta la Edad Media,
como fin el acordar entre si los 2. Joven religioso destinado al sa-
discursos. ( ... ) Puede incluso de- cerdocio y que cursa estudios filosófi-
cirse que toda idea es en principio co-teológicos,
escolástica. ( ... ) Nuestra escolásti-
ca es nuestro pensamiento. (ALAIN, Sin.: estudiante, seminarista, Los
Humanités, 203, 205.) escolásticos corresponden a los grandes
seminarios diocesanos.
b) Más corrientemente con intención
despreciativa, referido tan sólo a las C. Substantivo fem. 1, La escolásti-
debilidades y ridículos de la escolás- ca: la filosofía escolástica (en el sentido
tica decadente: palabrería (soluciones A) o filosofía de la Escuela (la Escue-
verbales tomadas por soluciones rea- la aristotélica-tomista). Por ext.: una
les), sutileza (abusos de las distincio- enseñanza que procede de modo análo-
nesc y subdistinciones, asi como de las go.
abstracciones), conformismo y culto su- 19, La escolástica tomará su
persticioso a las autoridades intelectua- revancha, si por aquélla entende-
les (en la Edad Media, ARISTÓTELES; mos el esfuerzo del espíritu y esa
ESFUERZO
nitidez de ideas sin la que no hay texto histórico-social para el que
conducta leal. (J. JAIJRÉS, Réal, du fue pensado. Toda escolástica im-
monde sen•., 33.) plica, pues, de una parte, anquilo-
samiento del pensar, y, de otra,
10'. El maravilloso escolasticis- el vano esfuerzo por la detencicin,
mo fue la piedra de afilar sobre paralela, del tiempo histórico real
la eual, durante cinco siglos, se es- o, al menos, por hacerle homogé-
tuvo afinando el corte el intelecto neo al pasado y, con ello, poderle
orcidental. (J. ORTEGA y GASSF.T, seguir aplicando el sistema decla-
l'frr•, Obras, V, 601.) Ad. E. rado dogmáticamente privilegiado.
Sin.: Escolnstirismo. (,J. L. ARANGUREN, lmpliccu:io11c•
de la filosofía en la vida rn11fenr-
:!. Una esrnlñslica (neepción peyo• porá11ea, 31.) Ad. E.
rativa) : filosoíia que presenta los ca-
racteres de la escolástica decadente. V. ll1luició11, 39.
Esencia y der. V. Srr ll.
20. In fenomenología en su for-
ma existencin1ista no es más que ESFUERZO. Der. del lat. fortis
una esrolástica corrompida desda (fuerte), precedido del pref. er. que
el principio ( ... ) ; y esta escolásti- traduce una idea de movimiento fuera
rn corrompida abona quizá el sue- de.
lo parn una nueva germinación Acción de esforzarse, es decir, de
(... ) de la metafísica auténtica. (J. movilizar las propias fuerzas para ven-
MARITAIN, De /'cxist., 17.) cer una resistencia.
21. Si hay una escolástica mar l. El hecho primitivo del sen-
xistn, si hay y ha habido escolás- tido íntimo no es otro que el de
ticas estoica, positivista, etc., es un esfuerzo voluntario, inseparable
porque toda doctrina se formula y de una resistencia orl?ánica de In
se enseña. La escuela es la razón que el yo es causa. (M. DE BmA:s,
constituida, cualquiera que sea su Essai s. les fo11ds de la psychol.,
contenido. (R. J0LIVET, Reol,. phi/., II, r, p. VIII, 187.)
II (1956), 313.) 2. En una experiencia interior,
22. Es oficio duro y fatigoso el como la de nuestro esfuerzo l ibF~
de enseñar, y los hábitos descan- (... ), sentimos el efecto al mismo
san. Cedemos, a nuestro pesar, a tiempo que percibirnos la causa.
la facilidad. Que una enseñanza, (M. DE BIRAN, Not,s sur la Phi/os.
cualquiera que sea su objeto, ten- de Kant, XI, 268-269.)
ga tendencia a convertirse en esco- 3. ¿ Cuál es el origen de la sen-
lástica y rutina es casi inevitable. sación de esfuerzo en la atención
(J. GUÉHF.NNO, Sur le cltemi>t des y cuál su significado?
hommes, 61.)
Su origen está en esos estados
22'. una filosofia universal, co- físicos tantas veces enumerados.
mo pretendió ser la escolástica, es condiciones necesarias de la aten-
contraproducente.. Someter a la ac- ción. ( ... )
ción de una ideologia invariable la Significa que la atención es
vida de pueblos diversos, de diver- un estado anormal, no duradero,
sos orígenes e historia, sólo puede que produre un rápido agotamiento
conducir a que esa ideología se del organismo; porque al extre-
transforme en una etiqueta, en un mo del esfuerzo eshi la Cati~a. y al
rótulo, que den una unidad apa- cabo de la fatiga, la inactividad
rente, debajo de la cual se escon- funcional. (T. RIB0T, l'syclwl. ele
dan las ener¡dns particulares de /'att., 105.)
cada pueblo, dispuestas siempre n
estallar, y a estallar con tanta o 4. Si se trata de un ejerc1c10
más violencia cuanto más largo corporal, sólo podemos aprenderlo
haya sido el período de forzado si- utilizando o modificando ciertos
lencio. (A. GANIVF.T, lclrarimn rs- movimientos a los QUt' estamos ya
paño/ [1806]. 18.) Ad. E. nrostumbrados. Pero el hábito an-
tiguo sigue ahi, y resiste al nuevo
22". Escolástica significa aho- hábito que queremos contraer por
ra y aqul mantenimiento «en con- medio de él. El esfuerzo no hace
servan de un sistema de ex111ica- manifostar esta lucha entre dos
ción de la realidad, fuera del con- hábitos, 11 la vez semejantes y di-
ESOTf:RICO 328

ferentes. (H. BERGS0N, L'cffo,·t in- más que consentir en ella. A me-
fcl/rct., en L'éncrgic spfrit., 178.) dida que el consentimiento se hace
5. Se ha dicho que la atención más perfecto, el esfuerzo disminu-
era un estado de monoideísmo. Y ye. (L. LAVELLE, Canse. de soi, 116.)
se ha hecho notar, por otra parte, 13. Lo que llamamos trabajo o
que la riqueza de un estado men- esfuerzo no es casi nunca otra cosa
tal está en proporción con el es- que esa tensión estúpida, que, en
fuerzo que éste testimonia. ( ... ) efecto, fatiga tanto como levantar
No hay, pues, esfuerzo mental más fardos. (ALAIN, Minerve, 30.)
que allí donde hay elementos inte- 13'. La vida es esfuerzo, esto
lectuales en curso de organización. es, alternación de acción y reposo;
En este sentido, todo esfuerzo men- esto es, ritmo, que se manifiesta
tal es, sin duda, una tendencia al más o menos en la materia de las
monoideísmo. (lbíd., 185.) cosas y constituye sus formas (... )
6. no confundamos la enseñanza el sello del esfuerzo de la vida
del esfuerzo con la enseñanza por por la revelación de su alma, que
el esfuerzo. (E. CLAPAREDE, Psy- es Dios. (J. MARAGALL, Vida escri-
chol. de l'enfant, 489.) ta, 65.) Ad. E.
7. Lo que no hemos tenido que 13". Es intelectualmente masa
descifrar por nuestro esfuerzo per- el que ante un problema cualquiera
sonal, lo que estaba claro antes de se contenta con pensar Jo que bue-
nosotros, no nos pertenece. (M. namente encuentra en su cabeza.
PR0UST, Le tcmps retr., II, 27.) Es, en cambio, egregio el que des-
estima lo que halla sin previo es-
8. No me atrevo a deciros que fuerzo en su mente, y sólo acepta
cuanto no exige ningún esfuerzo como digno de él lo que aún está
no es más que tiempo perdido. Pe- por encima de él y exige un nuevo
ro algunos átomos de verdad hay estirón para alcanzarlo. (J. ORTE-
en esa fórmula atroz. (P, VALÉRY, GA Y GASSET, La rebelión de las
Variété IV, 142.) masas, 88, nota l.) Ad. E.
9. Todo sistema de civilización V. Valor, 6.
que tiende a disminuir el esfuerzo
debilita, en consecuencia, la cul- ESOTf:RICO. Gr. esoterikos, que es-
tura. (G. DUHAMEL, Défense des tá en el interior (eso), por op. a cxo-
lettres, 23.) tcrikos, que está en el exterior ( exo).
1 O. el esfuerzo es el índice de Hablando de obras y doctrinas: se
una voluntad todavía a tientas y llama esotérico lo que está destinado a
que no es ella misma. (J. NABERT, los miembros de la escuela o la secta
Expér. intér. de la lib., 134.) y es por lo mismo más o menos difícil:
secreto, misterioso, extraño; y exotéri-
11. El esfuerzo se hace para co• lo que destina al público no inicia-
lanzar, y cuando es necesario, na- do.
turalmente, para reanudar la acti-
vidad. Debemos hacer un esfuerzo l. La idea que Darwin se ha-
para aprender lo que no nos inte- ce de la ciencia no tiene nada de
resa si es indispensable, pero con esotérica. Lejos de despreciar al
miras a llegar al nivel en que nos profano, sostiene que el hombre d~
interesará; debemos hacer un es- la calle debe ser iniciado en las
fuerzo para adquirir sentimientos cuestiones de biologia filosófica.
e instrumentos, pero con la con- Por ello la mayoría de sus obras
fianza de que acabarán por ser están escritas de modo simple y ac-
ellos quienes nos lleven. Podría de- cesible. (J. RosTAND, Ch. Darwin,
cirse que el esfuerzo es en esencia 227.)
aquello por cuya mediación la vo- 2. Hay para cada lengua un
luntad pulsa el botón de arranque. esoterismo, para cada literatura
(R. LE SENNE, Tr. de mor., 645.) un templo cerrado, y sólo entran
12. El esfuerzo no es, como sue- en el santuario quienes pueden dar
le creerse, el símbolo de la activi- In consigna y cumplir los ritos mis-
dad, sino la señal de su limitación teriosos. (G. DUHAMEL, Dé/. des let-
y de su impotencia. El ser que obra tres, 273.)
por esfuerzo resiste a la actividad, V, Exotérico,
329 ESPACIO

ESPACIO, Lat. spatium, extensión so: las cosas son espaciosas, pero
libre, en partic. lugar destinado a pa- no están en el espacio. El espacio
seo (alem. apazieren); plazo de tiem- es meramente respectivo, es el es-
po ... pacio que dejan las cosas entre si;
A. Sin. de extensión, sobre todo en no es un receptáculo de las cosas.
el lenguaje corriente (tiene plural): el (X. Zuomr, Sobre la. rsrncia, 436.)
lugar mús o menos exactamente deli- Ad. E.
mitado en el que se sitúan o pueden V. Si, 12.
situarse ciertas cosns. Un vasto, un pe.. B. Por op. a extensión, particul. en
queño espacio. El espacio que separa geom. y filos. (carece de plural): me-
dos casas. DESCARTES reduce los cuer- dio, caracterizado por la simultaneidad
¡,os a su extensión e identifica la ex- y la exterioridad de sus partes, en el
tensión con el espacio, que localizamos los objetos de toda per-
1. El espacio, o lugar interior, cepción externa, real o posible, es de-
y el cuerpo comprendido en ese es- cir, los cuerpos dotados de extensión.
pacio, no son tampoco diferentes ... 6. ¿ Cuáles son en principio las
mtls que por nuestro pensamien- propiedades del espacio propiamen-
to. Porque, en efecto, la misma ex- te dicho, quiero decir del que cons-
tensión en longitud, anchura y pro- tituye el objeto de la geometría y
fundidad que constituye el espacio al que yo llamaría espacio geomé-
constituye el cuerpo ... (DESCARTES, trico? He aquí algunas de las más
Princ., II, 10.) esenciales:
2. en cuanto a mi, he indicado 1.0 Es continuo;
más de una vez que tenla al espa- 2. 0 Es infinito;
cio por algo puramente relativo, 3.0 Tiene tres dimensiones.
como el tiempo; por un orden de 4.0 Es homogéneo, es decir, que
coexistencia•• como el tiempo es todos sus puntos son idénticos en-
un orden de sucesiones. (LEIBNIZ, tre sí:
C. a Clarke, en (EuvreB phüoa., ed.
Janet, 11, 627.) 5.0 Es isótropo, es decir, que to-
das las rectas que pasan por un
3. Para Newton, como para mismo punto son idénticas entre sí.
Descartes, el espacio y el tiempo (H. POINC,\RÉ, Se. et hyp.,th, G0.)
son algo en si mismos (... ). Son,
en el lenguaje de hoy, seres abso- 7. el espacio representativo, ba-
lutos. Para Leibniz son, por el con- jo su triple forma visual, táctil y
trario, seres relativos, cuya exis- motriz, es esencialmente diferente
tencia se halla subordinada a la del espacio geométrico. ( ... )
de otros seres creados, puesto que No nos representamos, pues, los
no consisten sino en ciertas rela- cuerpos en el espacio geométrico,
ciones entre esos seres creados. (E. sino que razonamos sobre esos
VAN B1tw, Le temps et l'e8J>. che: cuerpos como si estuviesen en el es-
Leibniz ... , 126.) pacio geométrico. (lbíd., 74-75.)
4, Por todas partes árboles, jar- 8. es ese poder [ el de ,lar cor-
dines, suntuosos espacios vacíos. tes en el «tejido» que constituye el
La mayor belleza de una ciudad no conjunto de la materia] el que
está en los edificios, sino en el es- afirmamos cuando decimos que exis-
pacio libre entre ellos. Los grandes te un espacio, es decir, un me-
artesanos de ciudades son esculto- dio homogéneo y vacío, in finito e
res de espacio. (G. DUIIAMEL, Co,n- infinitamente divisible. ( ... ) . Un
bat contrc les o,nbrcs, V.) medio de ese género no es nunca
5. Era espacio lo que querían percibido, sino tan sólo concebido,
los primeros emigrantes, y es aún Lo pel'cibido es la extensión colo-
reada, resistente, dividida con atT(' -
lo que quieren sus descendientes. glo a las lineas que dibujan lus
Les hablaban de oro y plata. contornos de los cuerpos... (H.
( ... ) Pero en lo más profundo de BERGSON, E:vol. cr., 157.)
si mismos, lo que pedían, lo que 9. el vel'dadero concepto de es-
exigían, era espacio. (B. FAY, Civi- pacio quedó constituido el día en
lisation wméricaiuo, 20.) que los antiguos geómetras toma-
5', Suele decirse que las cosas ron do las diversas cxtensione.i los
están •en• el espacio. Esto es fa\- caracteres esenciales a los que die-
ESPACIO 330

ron el nombre de dimensiones. mili es suplantado por el espa-


(Th. RIBOT, Éi•ol. des idres gé11., cio visual. (B. BounvoN, en el Tr.
195.) de psychol., de DUMAS, 1, 36.)
10. La idea de espacio es la re- 16. Supremamente sensible a la
presentación de un medio homogé- hipocresia, [Stendhal] olfatea a
neo, no limitado, sin cualidades cien leguas, en el espacio social, la
sensibles propias, es decir, vacfo, simulación y el disimulo. (P. VA-
pero susceptible de ser llenado por LÉRY, Variété, Pléiade, 1, 672.)
cualquier cuerpo. Es la idea de un Espacio-tiempo. En la teoría de la re-
continente indiferente a su conteni- latividad; concepto resultante de la
do, de un marco en el que nues- fusión del concepto de espacio geom~-
tras sensaciones vienen a instalar- trico de tres dimensiones representa-
se, a yuxtaponerse, y que no re- das por tres variables con el concepto
sulta destruido o alterado cuando de tiempo, formando así un continuo
ellas desaparecen. (ROUSTAN-Bun- espacio-temporal de cuatro dimensiones,
GELIN, Psychol., 210.) es decir, representado por un sistema
11. La idea de espacio es inse- de cuatro variables.
parable de la idea de posibilidad. 16. «Nadie ha visto nunca un
( ... ) y en eso consiste la verdade- lugar más que en un cierto tiempo,
ra diferencia entre las ideas de ni un tiempo más que en un cierto
espacio y de extensión. En la ex- Jugar. ( ... ) Desde este momento,
tensión todas las distinciones es- el espacio en sí y el tiempo en · sí
tán representadas como hechas o deben · descender al reino de las
como reales; en el espacio, como sombra$; sólo su combinación con-
simplemente posibles. (L. LAVELLE, serva una existencia independien-
Dia/ect. di< monde sens., § 47, te» [H. Minkowski].
p. 15.) A esta combinación [Minkows-
12. Podemos considerar el espa- ki] le da ·el nombre de espacio-
cio como totalmente aetµal, pero ticmpo. (G. MocH, La relativité des
sólo tomamos posesión de él en un phén., 180.)
tiempo que siempre tiene todavía 17. el espacio cuadridimensio-
un futuro ante sí; y la infinitud nal de Minkowski-Einstein no es
actual que conferimos al espacio un espacio físico. Se trata de una
no es nunca otra cosa que la in - rcvrcscntación gráfica, puramente
finidad potencial del tiempo ... (L. figurativa, de las relaciones métri-
LAVELLE, Du temps et de l'ét., 418.) cas y funciones entre el espacio y
13. el espacio aparece como un el tiempo físicos, dentro de una
medio de distinción, puesto que concepción unitaria de las leyes de
sitúa exteriormente, los unos por la mecánica y de la gravitación.
respecto a los otros, los objetos que (A. LAMOUCHE, Loo, de la simpli-
en él se hallan; pero a la vez los cité,· 166.)
relaciona entre sí, por ser, gracias V. Relación,
al movimiento, medio de comunica- Hiperespaeio, E timol.: el espacio que
ción, unión y orden, esto gracias está más allá (más allá, desde el pun-
al tiempo que es la síntesis del to de vista de la complejidad, del es-
espacio y el movimiento. (A. MARC, pacio resultante de la experiencia).
L'étre et !'esprit, 31.) Para quien vive en el espacio de tres
V. Definición, 6; Dimensión, 1 ¡ Ex- dimensiones: espacio de más de tres di-
tensión, 2; Ser II, 29, 48. mensiones.
C. El espacio concreto considerado 18. seres infinitamente planos,
desde un cierto punto de vista (espa- viviendo en el plano (... ) podrían
cio visual, táctil; espacio vital) Y, por concebir un «hiperespacio de tres
anal., la duración (en el espacio de una dimensiones». (G. MocH, La relati-
mañana). vité des phén., 189.)
14. Una doctrina de carácter Espacial. Que pertenece o es relati-
un tanto emph·ista consistiría en vo al espacio. Movimiento espacial.
sostener que el espacio visual sus- Formas espaciales.
tituye poco a poco al espacio táctil, Espacialidad. Carácter de lo que es
o a la inversa. La teoria que hoy espacial. En sentido concreto: es es-
parece más fácil de defender es que pacio mismo en sus determinaciones
el espacio táctil del hombre nor- particulares, es decir, le extensión.
331 ESPF,CIE
19. la espacialidad que se des- resolver casi todo en la vida. (H,
pliega en In realidad n In que la DE MONTIIERLANT, L'art et la vie,
conciencia apunta, está siempre ii- en Brocé/ia.nce, 175.)
gnda a In temporalidad, Pero mien- B. Biol. En espera de una definición
tras ésta aparece en principio co- conveniente a todo lo definido, es decir,
mo específica de In conciencia, la que no comporte excepciones, podemo_!:I
espacialidad aparece en principio atenernos a la siguiente: conjunto de
como especifica de In realidad ex- los individuos cuyo cruzamiento es fe-
terior. (Cl. DucoT, Préscnc, et ab- cundo.
"""" de /'clrr, 70.) 4. Se dehe definir la especie co-
ESPECIE mo 1a reunión de todos los cuerpos
organizados, nacidos unos de otros
E.spedc. Lnt. Rprcir• (misma raíz o de parientes comunes, y de los
que el v. •pccr,·c [ ver J que, hnjo la que se les parecen tanto como ellos
forma spicr•rr, cntrn en numerosos com- se asemejan entre sí. (G, CuVTEn,
puestos: a.spiccrc [ aspC'ctuR, aspecto], Le reune animal, I, 19, París,
prospiccre, rcspiccrc): aspecto, apn- 1817.)
riencin, especie. En fil. traduce el gr.
cidoe•, representación, imagen, idea. 5. Se ha llamado especie a to-
da colección de individuos seme-
A. Lóg,: uno de los universales•; di- jantes que fueron producidos por
visión del género•. Según la exten- otros individuos semejantes a ellos.
sión•: conjunto de los individuos que (LAMARCK, Phi/os. zoo/., I, Ill.)
presentan los mismos caracteres esen- 6. Ningún criterio sobre la es-
ciales (la especie humana cuenta más
pecie tiene valor absoluto. (ARON
de tres mil millones de individuos vi- y GRASSÉ, Préci,, de biol. an., II,
vos). Según ln comprensión•: conjun- 1268, Masson, 1957.)
to de los caracteres comunes a un cier-
to número de individuos (el lenguaje 7. La especie no existe en tan-
articulado es propio de la especie hu- to que realidad corporal; es una
mana). esencia, una noción abstraída de
la comparación de los indivi<luo.3,
l. El progreso natural del es- o, dicho de otro modo, un ente <le
píritu humano consiste en elevarse razón, fundado en y por la re:i:i-
de los individuos a las especies, de dad corporal de los individuos su-
las especies a los géneros, de los cesivos. (R. COLLIN, Panorama de
géneros próximos a los remotos; la biol., 32.)
y en formar a cada paso una cien-
cia, o al menos añadir una rama 8. Nadie pone en duda la exis-
nueva a una ci'encia ya formada. tencia de especies animales y ve-
(D'ALEMBERT, Explic. gén. rlit syst. getales, pero no poseemos ni crite-
des connaiss, hum.) rio ni definición general y satis-
factoria de la especie. El estableci-
2. Aunque la naturaleza,nn hu- mineto de !ns especies es, ante to-
biese hecho más que un solo ejem- do, cosa de intuición, incluso de mo-
plar de un cristal, éste figuraría da. (E. GUYÉNOT, Or. des esp. 92.)
entre las especies mineralógicas
con tantos tltulos como la especie 9. El criterio de fecundidad,
más abundante en individuos. (A. aunque pueda ser teóricamente
CoUUNOT, Essai s. les fond., XX, considerado como el más indicado,
§ 307.) presenta también numerosas ex-
cepciones (... ) y sin duda cabrá ci-
Caso e•pccífico (princip., Mor. y tar alrn murhas más el día en que
Derecho). Caso particular que no pue- las técnicas de la inseminación ar-
de ser resuelto por una simple aplica- tificial permitan cruzar a la fuer-
ción de los prineipios o reglas estable- za especies que se nieg-nn, por el
cidos para la especie o la categoría a momento, a todo neto de reproduc-
la que pertenece, y exige una adapta- ción, (111. DELSOL, Cahiers d'ét.
ción o una interpretación particulares. biol., núm. 5, junio ID58, p, €-7.)
Se op. al caso típico. 0
1
•Los actos de los irraciona-
3. Todo caso es un caso especi- les se verifican por especies, sin
fico --eomo lo es casi todo en In variar con multitud de matices de-
vida y resolvemos tales cusas sin semejantes, sino en más o en me-
mucha coherencia- romo solemos nos, hasta el punto de que si al-
ESPECIE 332

gún animal obra un poco diversa- crnn anticipada del objeto y cuan·
mente de los restantes de la mis- do vinculamos a esta representa-
ma familia, se le elasifiea en se- ción la actividad que realiza el ob-
guida en otra especie. (J. L. VIVES, jeto, doformamos la verdadera rea-
Tratado del alma, 75.) Ad. E. lidad y convertimos al fin en una
C. Psicol. (Escolást. y cartesianos). causa. (HAMELIN, Essai... , 248.)
Lo que, en el conocimiento sensible (es- 13. por último, se veía avanzar,
pecie sensible o imagen) y en el cono- riendo y discutiendo, al cortejo bas-
cimiento intelectual (especie inteligible tante inquietante de Verlaíne. Ver-
o idea) reemplaza al objeto conocido; laine figuraba en él bajo la espe-
su sustituto mental. Se les llama tam- cie sórdida de un mendigo o de un
bién especies intencionales•, porque son peón caminero, llevando una gorra
el medio por el que el sujeto tiende ha- y un pañuelo rojo al cuello. (P. V 1t.-
cia el objeto, sin ser ellas mismas un LÉnY, Variété, Pléiade, I, 777.)
objeto, ni siquiera en el sentido de ob- 14. El Arte sólo existe bajo la
jeto de conocimiento. especie <le las artes; tan mal de-
V. Id quod, id quo. limitadas como numerosas sus ca-
10. En cuanto a las especies tegorías, de lo sublime a lo cómi-
que se conservan en la memoria, co, a lo pintoresco. (B. TEYSSEDRE,
no imagino que sean cosa distinta Esth. de Hegel, 2.)
a como los pliegues que se conser- 15. la realidad moral es perci-
van en este papel, después de ha- bida y afirmada por el hombre ba-
ber sido doblado; y así creo que jo la especie de una exigencia _u
son principalmente recibidas en to- obligación absoluta, basada a su
da la sustancia del cerebro. (DES- vez sobre el absoluto valor de una
CARTES, Carta 29 enero 1640, III, cierta finalidad que impone a la
20.) voluntad. (E. LE RoY, Essai d'une
11. Prácticamente, es casi im- phiC. prem., 650.) ·
posible hablar de ella sin expresar- 16. nuestro cuerpo se atestigua
se como si la especie fuese una directamente a la conciencia bajo
imagen, un equivalente o sustitu- la especie de la cenestesia. (G.
to del objeto, y el propio Santo GUSD0RF, Tr. de métaph., 218.)
Tomás no deja de hacerlo así; pe- 17. Se ha dicho que la memoria
ro es capital comprender que la es- concreta producía una especie de
pecie de un objeto no es un ser, ni alucinación del pasado. Pero más
el objeto otro ser; ella es el objeto bien habría que decir un éxtasis
mismo por modo de especie, es de- del pasado, un éxtasis bajo la es-
cir, el mismo objeto considerado en pecie del pasado. (G. GUSD0RF, Mé-
la acción y en la eficacia que ejer- moire et personne, I, 137.)
ce sobre el sujeto. ( ... ) La espe-
cie no es, pues, lo que el pensa- ESPECIAL. Lat. specialis, der. de
miento conoce de la cosa, sino spccies (especie).
aquello por lo que la conoce y nin- Que se refiere únicamente a una es-
gún ser intermedio se interpone, pecie particular. Por ext.: que concier-
en el acto de conocimiento, entrt! ne únicamente a una cosa particular.
el pensamiento y su objeto. (E. Autorización especial.
GILSON, Le thomisme, 315, 316.)
Contr.: general.
Especie expresa, especie impresa. V.
Intelecto. Especialidad. A. En sentido abstrac-
to (raro) : carácter de lo que es espe-
Ba;o las especies de. A. Teol. (dog- cial.
ma de la Eucaristía) : bajo las aparien- B. En sentido concreto: 1·ama de es-
cias de. Comulgar bajo las dos especies. tudio, de trabajo profesional, de co-
B. En general y en sing.: bajo la mercio... a la que alguien se consagra.
forma de. Especie toma entonces una Especialidades regionales, farmacéuti-
acepción que participa tanto de la acep- cas.
ción teológica citada más arriba (apa- 18. Si admito la especialidad
riencias) como de la acepción lógica para lo que hay de práctico en la
(división de género). ciencia, la rechazo de manera ab-
12. Cuando concebimos el fin soluta para todo lo que es teórico.
bajo la especie de una representa- Considero, en efecto, que hacerse
333 ESPF.CIE

especialista en generalidades es un una herramienta sin punta, una


principio antifilos6Cico y anticien- tijera con el .filo mellado. ( ... ) La
tífico, aunque haya sido proclama- cultura general tal como la preco-
do por una escuela filosófica mo- nizan los filósofos se queda a me-
derna que se jacta de estar funda- nudo en una cultura incoativa.
da en las ciencias. (CI. BERNARD, (G. BACIIELA8D, Activité ratio11.
l11trml., I, § G.) de la phys., 12.)
rn. Las especialidades científi- 24. Hace falta ignorar por com-
cas ,on el gran escándalo de las pleto la psicología del especialista,
gentes (.•omunl'!s, como las gencrali- del trabajador apasionado de su
clnde• son el escándalo de los sa- especialización, para describirlo
bio•. Ln verdad es, a mi entender, como un hombre con anteojeras me-
que las especialiclndes sólo tienen tido en un callejón sin salida. En
sentido referidas a las gencralida- ciencia, las visiones precisas son
de•, pero que las generalidades a prenda de visiones amplias. (G.
su vez sólo son posibles por los es- BACHELARD, Epiatémologie, 34, Ac-
tudios más minuciosos. (E. RENAN, tualités, 1126.)
Dial. et fra.gm. ¡,/iilos., 302.) 24'. antes los hombres podían
E•perializació11, Acción de especiali- dividirse, sencillamente, en sabios
zar o espeeializane. e ignorantes, en más o menos sa-
20. Lo especialización de los bios y más o menos ignorantes. Pe-
cientiíicos es indispensable. (... ) ro el especialista no puede ser sub-
Representa un cierto peligro. (... ) sumido bajo ninguna de esas dos
La propia eminencia de un espe- categorías. No es un sabio, por-
cialista le hace más peligroso ( ... ) que ignora formalmente cuanto no
Ciertamente, los especialistas son entra en su especialidad; pero
necesarios. La ciencia no puede tampoco es un ignorante, porque
progresar sin ellos. Pero la aplica- es «un hombre de ciencia» y cono-
ción al hombre del resultado de ce muy bien su porciúncula de uni-
sus esfuerzos exige la previa sín- verso. Habremos de decir que es un
tesis de los datos dispersos del sabio-ignorante, cosa sobrernan~ra
análisis. (•.. ) Semejante síntesis pi- grave, pues significa que es un se-
de el esfuerzo, no de un grupo de ñor el cual se comportani. en toda::;
hombres, sino de un hombre. (A. las cuestiones que ignora no como
CARJtEL, L'lunnme, cet inco1rnu, 52- un ignorante, sino con toda la pe-
53.) tulancia de quien en su cuestión
21. Parece evidente que la exa- especial es un sabio. (J. ORTEGA Y
GASSET, La rebelió>t de las 1nasas,
geración de la especialización, el
aumento del número de trabajado- Obras, IV, 218.) Ad. E.
res científicos y su segregación en Especia.ción (Biol.) : proceso por el
sociedades limitadas al estudio de que se forman tipos diferentes entre
un pequeño tema han prodi.cido si.
una merma de la inteligencia. 25. La esp,·cia.ció11. ( ... ) En una
(lbíd., 65.) primera aproximación, especiarse
22. Especialización: sistema cu- (o más simplemente, en neutro, «es-
yo artículo esencial es que, para peciar») es, para una porción de
ser admitido a hablar de una cosa, materia viva, fragmentarse, esta-
es necesario haber probado que se dísticamente, en un cierto número
ignoran todas las demás. (P. PEE- de aglomeraciones definidas por
Tr.ns, Sc11tcnccs intempor., núme- una cierta reunión de caracteres
1·0 95.) comunes. (P. TEILHARD DE Cn., La
23. Finalmente, son las cu/111- vi•ion du passé, 367.)
ra.s m.ús rHnrcia.lizUflas las -mds fcí- 2G. Esencialmente, nos dicen
cilnie11tc abiertas a las sustitucio- los genetistas, la especiación, toma-
nes. ( ... ) El que se ha especializa- da en todos sus grados (es decir,
do en una cuestión de álgebra, /u, hasta en el caso de los géne1·os, fa.
amplúulo necesariamente una cul- milins, ót·denes y otros productos
tura algebraica general. La espe- de macroevolución), opera a partir
cialización es aquí prenda de cul- de dos mecanismos elementales ...
turn profunda. ( ... ) Unu cultura (I'. 'l'EILIIARD DE Cll., L'apparitio>t
cienlífica sin especialización sel'Ín ,fr l'/1., 305-30<l.)
ESPECIE 334

27. Para el biólogo, es el estu- descarga In imaginación. (LEIBNIZ,


dio de los procedimientos por los N. Essais, IV, XVII, § 12.)
que se diferencian las especies,
(J, PIVETEAU, «Le carnctere rela- ESPECIFICO. Lat. escol. specificus
tionnel de la spécintion humaine» (/acic11s speciem, que hace o determi-
en L'ét 1olutio11 h,nnaine, p. 9. Flam- na la especie).
marion, 1957.) A. Poniendo el acento en la genera-
lidad: que es propio de una especie y
ESPECIOSO. Lat. spcciosus (der. de común a todos los individuos de esa
sprcics, aspecto, apariencia, · hermosa especie. La diferencia específica dife-
apariencia, belleza), de hermosa apa- 1·encin a In especie de las demás espe-
riencia. cies del mismo género. Según la teoría
A. En general: que tiene una apa- de la energía específica de los nervios,
riencia de lógica que hace su refuta- cada especie de nervios tiene una ener-
ción delicada. Acepción peyorativa. gía propia, y es esta energía (y no
28. No es cuestión de examinar el excitante) la que determina la es-
aquí si esas ideas son tan sólidas pecie de sensación producida. Peso, ca-
como especiosas. (BossUET, Disc. s. lor específicos.
l'Hist. m1iv., III, v.) La distinción especifica (entre el
29. desde el momento en que el hombre y el caballo) se opone a la dis-
corazón es su presa, ¿cuántas ra- tinción numérica (entre el caballo de la
zones falsas, pero especiosas, no derecha y el de la izquierda).
sugiere [la pasión]? (B0URDAL0UE, 34. La acción del centro orga-
Sur la fausse co11sc., l.) nizador no es específica, en el sen-
30. Nada tan especioso, en la tido de que pueda ejercerse sobre
especulación, como la igualdad; un embrión de especie diferente. Si
pero nada tampoco más impracti- se injerta un organizador de sapo
cable y quimérico. (VAUVENARGUES, campanero en un embrión de sala-
Réfl. et ,nax., 551.) manquesa, provocará en él la for-
mación de un organismo supernu-
31. El único motivo especioso merario de salamanquesa. (J. Ros-
que cabe alegar en favor de una TAND, L'a11enture ku,nainc, 76.)
tal confusión [ de la fisiología y la
medicina] consiste en el temor vul- 35. los instintos de los anima-
gar de que la teoría, entregada en les son comportamientos que tie-
adelante a su libre impulso, pier- nen generalmente caracteres espe-
da excesivamente de vista las exi- cíficos, es decir, que pertenecen a
gencias de la práctica... (A. CoM- tal especie animal y no a tal otra;
TE, Cours de pkilos. pos., III, 199.) que presentan escalla variabilidad
de un individuo a otro en el seno
32. El especioso rigor del razo- de una misma especie. (G. VIAUD,
namiento... (P. BoURGET, Dé,non Les instincts, l.)
de ,nüli, 11, 3.)
36'. Aunque la etimología de
B. En los s. XVII-XVIII. 1. Primiti- los vocablos sea la misma, una co-
vamente: que, en matemáticas, utiliza sa es lo «general-especial», otra lo
como signos, no cifras, sino letras. La «genérico-específico». Lo primero,
aritmética especiosa (o, substantiv., la se da en toda «clase»; lo segundo,
especiosa) = el álgebra. tan sólo en la «especie» física. No
V. Álgebra, l. todo lo general es genérico, ni to-
2. Por extensión de ese procedimien- do lo especial es específico. La se-
to a todo tipo de expresión del pensa- rie de lo general o. lo especial, en
miento (en LEIBNIZ: especiosa universal efecto, es, de suyo, indefinida; da-
o característica• universal): método do un concepto siempre es posible,
de expresión por medio de un sistema en principio, encontrar otro que lo
de signos de significación tan rigu- especialice más. En cambio, la se-
rosamente determinada que el pensa- rie de lo genérico a lo específico
miento y el razonamiento se reducen al está acotada, y en este sentido es
cálculo. La especiosa soñada por LEIB- finita; la especie es algo último,
NIZ se llama hoy logística•. es cl'to¡,ov ,loo~. (X. ZUBIRI, Sobro
33. La especiosa en general, es /a, esem:ia, 232.) Ad. E.
decir, el arte de los caracteres, es V. Compre11si6n, 6.
de una maravillosa ayuda porque B. Poniendo el acento en la particu-
335 ESPFCULACJóN

laridad: que tiene su carácter, sus le- la interna, conserva también la


yes propias, y exige una adaptación de especificidad sustancial; se halla
)ns normas generales. enteramente de acuerdo con el «es-
36. Las relaciones entl'e los quema de In sustancia, <1uc es la
homb1·es, yn se trate de economía permanencia de la realidad en el
o de política, plantean problemas tiempo• (KANT). (lbúl., 107.)
específicos, irreductibles a las le- V. Cfrncia, 63; llltcligcncia, 8.
yes nhstractas de la ética. (R. Especificar. Determinal' la especie.
AaoN, lntrrx/, u la phi/o,. de l'/1i,t,, V. Especificación.
326.) Sin.: determinar, precisar.
V. Altrridad, 2; Cantidad, 3; órua- V. Psicoanúlisis, l.
110. 4; Vi<la, 2..1.
Esprcificaciú11. Acciún de especificar.
C. Medie. Medicamento pl'opio de la es decir, de determinar la especie en
terapéutica de unn enfermedad, En es- los dos sentidos del v. determinar: sen-
te sentido se emplea substantivadamen- tido cognoscitivo y sentido causal.
te. Sin.: diferenciación, determinación.
37. El remedio específico con- A. Objetiv. (en las cosas): el hecho
tra la precipitación es la circu>1s- de que un ser tome la forma de esta
prcciú11, ( ... ) • El remedio específi- especie y no de otra; acción que deter-
co contra la prevención en gene- mina la aparición de esta forma.
ral es la duda metódica. ( ... ) El
remedio específico contra los pre- Sfo.: especiación.
juicios relativos a la confusión del 41. Hay que considerar la es-
alma y el cuerpo es el entrena- pecificación de nuestros placeres
miento sistemático en dudar del est¿ticos corno una respuesta úni-
testimonio de los sentidos. (E. Gn.- ca condicionada por los aspectos.
SON, Coment. del Discours de la (R. BAYER, Tr. d'cstlt., 230.)
méthodc, 198-199.) B. Subjetiv. o en el pensamiento. 1.
Especificidad, Carácter de lo que es En sentido estricto: operación mental
específico, es decir, propio de una es- por la que se determina a qué especie
peeie. Aquello por lo que una cosa es pel'tenece una cosa, indicando sus ca-
específica, es decir, distinta de las de- ra::..terísticas especificas.
más (sin.: diferencia específica). V. Ser l, 30.
38. La especificidad de los va- En sentido amplio: acc1on de es-
lores espirituales escapa al instru- pecificar, es decir, de completar una
mento de investigación creado por afirmación anterior aportando precisio-
el genio de Freud. (R. DALBIEZ, La nes gracias a las cuales no pod1·á ser
méthode psycha11al., II, 611.) intel'pretada falsamente.
39. Obtendremos ( ... ) la lógica
más genel'BI cercenando cuanto ESPECULACJóN. Lat. speeulatio,
constituye la e•pecificidad de los acción de obsel'var (speculari), de es-
objetos; y es en esto en lo que la piar. V. Spccu/11111, espejo.
lógica genel'BI es, como tan bien A. Especulación teórica. l. Subjetiv.:
ha dicho Ferdinand Gonseth, la actividad intelectual sin otro fin que
física clcl objeto c11 general. (G. el conocimiento puro o incluso (acep-
BACIIELARO, P/tilosop/tie t/11 11011, ción a veces peyol'ativa) sin relación
106.J con la l'ealidad. El que a ella se entre-
40. Pel'o esta última posición ga es calificado de especulativo; sus es-
sólo es segul'a si podemos estar tudios son especulativos. Especulación
convencidos de haber cel'cenado to- es correlativo de acción y sinónimo de
teoría•.
da especificidad en el objeto. (... )
Pero pal'ece que la Física e/el ob- 1. Esp,•cHlcición con·~sponde a
jeto e11 u,•11cral ( ... ) es la física de un verbo. La cspcc11lació" es la
un objeto que ha conservado una acción de c•peeular o la recuerda.
especialidad. ( ... ) Grosso muelo, he- Es algo subjetivo, que se conoide-
la aqui: el objeto de todo conol'i• 1·a por l'elnción n un sujeto o a lo
miento usual conserva la especifi- que hace; mientras que la tc.!oría
cidod ,le 1a localizncilm geométri<•,t es objetiva y se l'onsidera en sí,
euclidiana. Esto en l'Uonto n 111 (LAl•'AYE, Suppl., WO.)
scnsihili<lnd exte,·nn. l•~n l'Uunto ,1 2. tanta relación hay cntl'e la
ESPERA 336

cspeculacií>n y la práctica que, malo; pues ya que tódas las accio-


cuando una ha arraigado, no es nes morales versan sobre el bien
ya dificultad el permitil' la otra y el mal el •pl'imer principio mo-
(. .. ) sin distinción entl'e teoria y ral debe estal' formado por estos
práctica. (PASCAL, 19' Próv., ed. términos; sin embargo, puesto que
Garniel', 2J7.) el orden práctico se fundamenta
3. La investigación cientifica en el especulativo, el primer prin-
oscila entl'e esos dos polos, que no cipio de lo especulativo es, sim-
cabe concebir separados: la espe- ple y absolutamente, el primero.
culación y la experimentación. (F. (Fr. SUÁREZ, De las propiedades
G0NS!s'TH, Foml, des 111atl,., 115.) del ente ... , III, § 11, p. 76-76.) Ad.
V. Acto, 18; ReaJ, :í6. E.
2. Objetiv.: el fruto de la especula-
V. Ciencia, 12; Filoso/fa, 1, 24.
ción en sentido subjetivo. Obra llena ESPERA. Del lat. aperare, esperar,
de abstrusas especulaciones. confiar; prever, temer. Espera es en
B. Especulación práctica: combina- latin exspectatio.
ciones y operaciones bursátiles o comer- A. Objetiv.: acción de esperar o el
ciales basadas en la previsión de los intervalo durante el cual se espera (una
precios o cotizaciones. El que a ellas larga espera; esperas repetidas).
se dedica es un especulador. B. Subjetiv.: estado del alma de
4. Lo curioso en Ludovic Val- quien espera. En este sentido, que es el
Jorge es que, con todas sus espe- filosófico, LAfN ENTRALG0 ha propues-
culaciones y cálculos, este arribis- to el término venatorio agUM'do para
ta era trabajador y concienzudo. traducir el francés attonte, a diferen-
(M. VAN DER MEERSCH, Corps et cia de la espera ( espoir) y la esperan-
o.mes, II, 220.) za ( espéranco). (Cf. La espera II la es-
Especulativo. Relativo a la especu- peranza, Madrid, 1957.) Ad. E.
lación o que practica la especulación en l. [Los candidatos en una opo-
el sentido cognoscitivo. (El que practi- sición.] La espera del tema los tie-
ca la especulación en el sentido B se ne en una extremada agitación.
llama especulador.) (... ). Una vez el tema dictado, to-
Sin.: teórico. do se calma, porque, levantada la
barrera, las fuerzas preparadas se
Cont,·.: práctico. emplean libremente en. el esperado
5. tenemos, sin duda, una evi- trabajo. (P. JANET, Obscssions et
dencia y una convicción especula- psychastli., 1, 656-557.)
tiva de que moriremos; pero, a la 2. La espera tiene por objeto
vez, mil errores prácticos nos ha- hacer lo presente ausente y lo au-
cen creer que no moriremos. (Boun- sente presente. (P. JANET, L'é'IJol.
DALOUE, Sur la prépar. a la mort, de la 111émoire, 133, Ohahine, 1928.)
l.) 3. Mientras que la atención es
6. [A propósito de Newton] la concentración, la espera es inesta-
ciencia, con su penetración tan in- bilidad. [En efecto], la espera es
tima en los fenómenos celestes, ¿no atención al futuro. Pero el futuro
parecía traer la prueba incontes- no está dado y no puede ser para
table de que las visiones especula- nosotros objeto, El cuerpo se tien-
tivas del espíritu se adaptan ne- de entonces tan sólo hacia la au-
cesariamente a la realidad? (G. sencia, el esph-itu ha de nutrirse
MILHAUD, Le rati.onnel, 37.) de imágenes imprecisas. ( ... ). Pe-
7. M. Bergeret buscó un piso; ro la espera no es sólo inestabili-
fue su hermana quien lo encontró. dad; es también inquietud, y ello
De este modo el espiritu positivo porque el futuro no es sólo ausen-
aventajó al especulativo. (A. FRAN- cia, sino incertidumbre e imprevi-
CE, lff. Bergeret a Paria, 74.) sibilidad. (F. ALQUif, Le désir d'é-
8. ningún ente es II no es (... ) tcrnité, 46-46.)
este principio es el primero en el 4. La espera fabrica marcos
orden especulativo, pues en el or- temporales para recibir los recuer-
den práctico o moral se da otro dos, (G, BACHEI.ARD, Dial. do la du-
primer principio, a saber, todo rée, 69.)
lo bueno debe /iaeerse II evitarse lo 5. la espera pura ( ... ) se pre-
33j F..SPIRITli

senta bajo dos formas: bajo una rebro por las arterias que más en
forma indete1·minada, en la que se línea recta vienen del corazón, com-
espera del futuro, sin que ese fu- ponen como un aire o viento muy
turo esté aún prefigurado; y bajo sutil al que se denomina Espíritu•
una forma determinada, cuando se a11imale•; los cuales, dilatando d
trata de un acontecimiento parti- cerebro, lo hacen propio para reci-
culat· que el pensamiento se repre- bir la impresión de los objetos ex-
senta de antemano o de varios teriores, y también las del alma; es
acontecimientos entre los que al- decir, para ser el órgano, o la sede,
ternativamente oscila. (L. LAVEI.LE, del se11túlo com1í11, de la lmagiu.a-
D11 trmp• rt ele l'é!<-nr.il<', 280,) ci6n y de la Memoria. Después,
6, En el lengUaje técnico con- ese mismo aire y esos mismos es-
vendría reservar el término ues- piritus corren del cerebro a loa
!>Cl'II• 1inra la designación del há- músculos por los nervios, por cuyo
bito entitativo de existir hacia el medio disponen a esos nervios para
futuro, y poner en cireulaci6n un servir de órganos a los sen ti dos ex-
expresivo vocablo cinegético, el teriores; e hinchando diferentemen-
11guarclo. «Aguardo• es el acto te los músculos, dan movimiento a
de esperar aguardando; llamando todos los miembros. (DESCARTES,
«sala de aguardo» a la «sala de Descript. du. corps huma,ín, XI,
espera» quedaría aún más clara su 227.)
condición de cámara donde se espe- 3. los espíritus animales son
ra algo muy concreto y determina- cuerpos; por pequeños que puedan
do, cuyo posible advenimiento a la ser, no se trata sino de lo má!
vida del esperante ha sido expresa- sutil de la sangre y de los humo-
mente proyectado por él. (P. LAfN res. (MALEIIRANCHE, E11tr. sur la
ENTRALGO, La espora 1J la esperan- nr,étaph., VII, 13.)
za, 543-544.) Ad. E. 4. Es de pequeños cuerpos más
V. Conciencia, 25; Constelacwn, 2; [ pesado conjunto,
Tienipo, 13. Espíritu compuesto de átomos
ESPIRITU. Lat. spiritus (der. de spi- [ más burgueses ...
(l:IOLlf:RE, Fcnu11cs sac, Gl 7. 1
rare, soplar), soplo, viento, inspira-
ción; en lenguaje relig., Spiritus, el 5. trataremos de dar otro cu r-
Espíritu Santo. Trad. también el lat. so a los pequeños espiritu.s, y oa~~
a11.imus. ideas a vuestra imaginacló:1. (::llme.
l. Se dice propiamente de todo DE SÉVIGNÉ a Mme. DE GRIGN.\~,
lo que es muy sutil y muy activo; · 13 die. 1676.)
y figuradamente de las sustancias 6. Tomo siempre la resolución
que piensan. En este sentido, hay de callarme, y no paro de hablar:
tres clases de espfritu: Dios, los es el curso de los espíritus, que no
ángeles y las almas. (CONDILLAC, consigo detener. ( /bid., C. del 4
S¡¡n., 111, 259,) ' agosto 1684.)
A. Sentido primitivo (subsiste sólo 7. Pero un secreto remordi-
en ciertas expresiones) : sustancia ma- [miento agita mis espíritus.
terial muy sutil de 111 que son muestra (RACINE, Plicdre, II, v, 591.)
el viento, el soplo de la respiración, la 8. Los espíritus vitales son las
llama ... partes más finas de la san¡,:re.
1. Antigua QuímiC'a: sustancia volá- (Encyclop., en el término •Vital».)
til resultante de la destilación. Espíri- 8'. como veis el cielo ser en si
tu de vino. Adj.: espirituoso, pul'o y penetrable de la lumbre, asi
2. Paico!. (en plural: los espíritus es en nosotros el leve espíritu ani-
animales o los espiritus; en los car- mal, situado en el cerebro, y de
tesianos, que han heredado esta noción allí a los sentidos derivados, por
de la J~dad Media): las partes mús li- donde se recibe lumbre, y vista de
ge1·as de la sangre que, subierulo del las cosas de fuera; por donde es
corazón al ccrebl'o, aseguran el enlace manifiesto ser el hombre cosa uni-
entre el cuerpo y el alma, que tiene por versal, que de todas participa. (r'.
sede la glándula pincal. Plf:REZ DE ÜI.IVA, Diálogo ele la dig-
2. las parles más 1111itadas y nidad del l,omb,.,•, 51.) Ad. E.
vivas de esa sangre, llcvudas al e~- V. Mito, 14.
ESPIRITU 328

3, En el voc. espiritista• (sobre to- 14. Cuando afirmo que soy un


do en plur.: los espíritus) : las almas espil'itu, quiero decir que me dis-
de los difuntos desencarnadas, pero no tingo de las cosns por In concien-
por completo inmateriales, cia que correlativamente tengo de
9. Si no creéis en el espíritu, ellas y de mi. (R. LE SENNE, ln-
creeréis en la materia, y encima trod. a la philos., 2.• ed., Z53.)
en los espíritus. (F. BRUNETii::RE, 16. La primera y suprema pa-
Disc. de combat, Ill, 309.) radoja es que el espíritu no es.
( ... ) Cunndo decimos que no es, se
B. En Metaf. y en lenguaje ordi- entiende que es más que ser.
nario. l. Pro¡,.: principio del pensa- (ALAIN, Défin., 198-199,)
miento y de la actividad reflexiva del
hombre. Se opone a la materia, princi- 16. el espíritu sólo niega la
pio de la actividad física; y a la car- materia para significar que él no
ne (San PABLO), principio de la activi- es un objeto; pero es que es mu-
dad instintiva. cho más y no mucho menos: es
una actualidad que se produce sin
El concepto espiritu difiere del con- cesar a sí mismo, y con respecto
cepto de alma• en que el alma es tam- a la cual la materia es una cosa
bién principio de la vida orgánico-afec- exterior y lejana y que tan sólo
tiva y tiene por correlato al cuerpo•. puede aparecérsele. (L. LAVELLE,
No obstante, salvo indicación contra- De l'intimiité spirit., 163.)
ria del contexto, la palabra espíritu de- 17. El espíritu es el ser que se
signa normalmente el espíritu encarna- apercibe de la presencia de los se-
do del hombre. res y de la suya propia; él se la
10. las cosas que concebimos cla- representa. (A. MARC, L'étro ot
ra y distintamente ser sustancias !'esprit, 130.)
diferentes, como concebimos el es- 17'. No hay lugar, no hay mo-
píritu y el cuerpo, son en efecto mento ni ser diverso; nada valen
sustancias diversas, y realmente tiempos ni distancias, ni la muer-
distintas unas de otras. (DESCAR- te; sólo el espíritu vive siempre y
TES, Méditations, «abrégé», IX A, resplandece, y todo lo demás es
10.) sombra. (J. MARAGALL, Vida escri-
11. no soy, pues, precisamente ta, 120.) Ad. E.
hablando, sino una cosa que pien- 17". Aunque el moderno ha con-
sa, es decir, un espíritu, un enten- servado la palabra «espíritu» pa-
dimiento o una razón ( ... ) . Luego ra designar su descubrimiento de
soy una cosa verdadera y verda- la intimidad, conviene hacerse car-
deramente existente. (DESCARTES, go de que el griego y el latino en-
M édit. seco-nd.e, IX, 21.) tendían por ella una realidad no
12. [A propósito de las verda- menos externa que los cuerpos,
des innatas:] El espíritu no es só- adscrita a los cuerpos, un poder
lo capaz de conocerlas, sino tam- alojado en lo cósmico. (J. ORTEGA
bién de hallarlas en si (... ). Las Y GASSET, ¿Qué es filosofía,?, 179.)
ideas intelectuales, que son la Ad. E.
fuente de las verdades necesarias, V. Alma, 12.
no vienen de los sentidos, y reco- 2. Por extensión: se dice de todos
nocéis que hay ideas que son de- los seres inmateriales concebidos como
bidas a la reflexión del espíritu dotados de vida psíquica: Dios, los án-
cuando reflexiona sobre si mismo. geles, los demonios, los espíritus que
(LEmNIZ, N. essais, I, I, 11.) no son almas desencarnadas.
13. debemos entender por espí- 18. El primero de todos los es-
ritu una realidad que es capaz de píritus es Dios. (BoSSUET, Con-
sacar de sí misma más de lo que naiss. do Dieu... , V, 13.)
contiene, de enriquecerse desde 19. El hombre ( ... ) va de lo fa-
dentro, de crearse o recrearse sin miliar a lo nuevo; y porque la so-
cesar, y que es esencialmente re- ciedad de los hombres le es fami-
fractaria a la medida porque no liar y próxima, sobre todo en sus
está nunca enteramente determina- primeros años, supondrá en todas
da, nunca hecha, sino siempre en partes hombres invisibles, lláme-
acción. (H. BERGS0N, Écrits et var., los espíritus o como se quiera.
II, 359.) (ALAIN, Minc1-vc, 284-285.)
3:10 F.SPIRITU'
20. Los indios Navajos de Nue- hecho de mi espfritu una cortante
vo Méjico celebr11n una fíest11 ( ... ) lámina de acero. (RENAN, S,rn,•,
con el fin de obtener la curación d'enf., V, 111.)
de los enfermos y la bendición de 24. El espíritu que ya no sabe
los espíritus sobre la tribu. (R. dudar desciende 7ior debajo ele/ es-
CA1u.01s, Les jeu:x: et les hommes, píritu. (AI..AIN, Saisona clr. /'esprit,
210.) 138.)
20'. en cuanto a Ju esencias 25. El espíritu es un poder de
divinas y a los espíritus heroicos, conceder a una circunstancia ac-
todos ellos carecen de cuerpos y de tual los recursos del pasado y las
lo que de ellos depende, halhíndo- energías del devenir. (P. VAU:RY,
se de ellos a considerable distancia, Mé/a11ge, Pléiade, I, 299.)
y sin que con ellos ten1ean ningún V. Libertad, 42.
lazo de unión ni dependencia algu-
na; de tnl modo que, con respecto 2. En partic. (por oposición a co-
11 dichos espíritus y esencias, im- razón) : unas veces el principio de la:;
porta lo mismo que perezcan los funcione• del conocimiento en general
cuerpos como que subsistan, que (cuando se considera al corazón como
existan o que no existan, pues su símbolo de afectividad) ; otras, el prin-
conexión y dependencia se refiere cipio de las funciones discursivas (cuan-
sólo a la esencia del Ser · único, do, como ocurre con frecuencia en PAS-
Verdadero, de Aquel que existe CAL, el corazón designa a una facultad
por necesidad de naturaleza, de de intuición).
Aquel que es el primero y la cau- 26. El corazón tiene su lengua-
sa de dichos espíritus y esencias, je como el espíritu tiene el suyo, y
quien les ha comunicado la exis- esta manera de expresarse del co-
tencia, les concede la duración y razón produce, con frecuencia,
les otorga la permanencia y la grandes efectos. (Chevalier de :\IÉ-
perpetuidad ... (ADENTOFÁIL, El fi- RÉ, Conversat., I, 261.)
16sofo autodidacto, 119.) Ad. E. 27. El espíritu siempre es en-
20". Donde no hay problema no gañado por el corazón. (LA RocIIE-
hay angustia, pero donde no hay •-oucAULD, Jifa,:., 102.)
angustia no hay vida humana. Por 28. El espirítu es incapaz de
eso la vida humana no puede ser desempeñar durante mucho tiemno
Jo que Hegel llama «Espíritu», si- el papel del corazón. (lbícl., 104.)
no sólo movimiento y estación ha- 29. El corazón tiene su propio
cia él: afán de transparencia, par- orden; el espíritu tiene el suyo,
cial iluminación, constante descu- que es, por principio y por demos-
brimiento y averiguación, mas por tración, el corazón tiene otro.
lo mismo nunca plenaria claridad. (PASCAL, Pensées, 460.)
(J. ORTEGA Y GASSET, En el ce11te-
nario d,¡ Hegel, en Ideas II cree·11- 30. Tratemos de ver, no ya
cias, 91-92.) Ad. E. únicamente con los ojos de la in-
teligencia, que sólo capta el todo
C. En psicol. y en el Jeng. común. l. y que mira desde fuera, sino con
En general: facultad de conocimiento el espíritu, quiero decir con esta
propia del hombre (se habla del almo facultad de ver que es inmanente
del animal y no de su esplritu), facul- a la facultad de actuar y que sur-
tad de pensar. ge, en cierta manera, de la tor-
Si 11.: entendimiento, razón, inteligen- sión de la voluntad sobre sí mis-
cia. ma. (H. BERGS0N, Évo/. cr., 251.)
21. Nunca he contado dem11sia- V. Coraz611, 5, G, 8, 13, 16.
do con las cosas que venían de mi 3. Dotes intelectuales, en p11rticular
espÍl'itu. (Df:SCAIITES, Disc. de la de vivacidad, de oportunidad y de agu-
mét/1., VI, L'lllcole 66.) deza maliciosa.
22. Is! espíritu tiene movimien- Aclj.: espiritual. En este sentí<lo se
to p111·a ir más lejos. (MAI.EDRAN- emplean, no obstante, con más frecuen-
CIIE, Rec/1. ele la vér., I, 1, § 2.) ciu los sustantivos ingenio•, ingeniosi-
2:1. mis mnestros me habían en- dad, y el adjetivo ingenioso. Ad. E.
señado la lógica, y, por sus argu- ~H. Cuanto más espiritual se es,
mentaciones despiododas, hnblnn más bellezas originales se cncucn -
ESPIRITU 340

tran; pero no hay que estar ena- 30. El at·te de la convcrsacton


morado; porque, cuando se quiere, es lo que se conoce, en Francia,
sólo se encuentra una. (PASCAL, con el nombre de esprit. Consiste
[ ?] , Disc. s. les pass. d<l l'amour.) en un diálogo, por lo general ale-
32. Estar infatuado de uno mis- gre, en el que cada uno, sin escu-
mo y estar fuertemente persuadido char demasiado, habla y contesta
de que se tiene mucho ingenio y en el que todo es tratado con
es un accidente que sólo le ocurre prontitud y sagacidad. (lbíd., 261.)
a aquel que no tiene nada o que 40. Lo que se llama esprit en-
tiene muy poco. (LA BRUYl1:RE, Ca- tre los franceses, no es, pues, el
ract., V, 11.) espíritu, sino un tipo particular
33. El ingenio en una conver- de espíritu. En cuanto a éste, con-
sación consiste mucho menos en siste en el sentido común unido a
dar pruebas de que se tiene mu- la clarividencia. (lbW., 262.)
cho que en hacérselo encontrar a 41. No es una gran ventaja el
los demás: el que deja vuestra con- tener un espiritu ágil, si no se Je
versación satisfecho de sí mismo tiene justo. La perfección de un
y de su ingenio está igualmente reloj no radica en su rapidez, sino
satisfecho de vosotros. ( lbíd., V, en su regulación. (VAUVENARGUES,
16.) Ré/1. et muz., 204.)
34. Resulta difícil de compren- 42. El ingenio es, pues, en ge-
der cómo personas espirituales pre- neral, esa facultad que ve con
fieren utilizar el espíritu de los rapidez, resplandece y hiere. (RI-
demás en la búsqueda de la ver- VAROL, De l'homme, 80, París,
dad que el que Dios les ha dado. 1800.)
(IIIALEBRANCHE, Rech. de la, vér., 43. Las anécdotas son el inge-
11, 11.• parte, 111, l.) nio de los viejos. (RIVAROL, Jbúl.,
35. No soy entendido en la ma- 146.)
teria, pero sospecho que hay en- 44. El ingenio corre tras las
tre pensar y tener ingenio la mis- frases ocurrentes; el entendimien-
ma diferencia que entre andar y to aspira a Jo visto (... ). El inge-
correr; y, si esto es verdad, ¡ qué nio prefiere fa salsa y el entendi-
grande es vuestra culpa! (CHAM- miento el pescado. (KANT, Anthro-
FORT, Carta 2, CEuvres, I, 825, Pa- pol., trad. TISSOT, 167.)
rís, 1812.) 46. Del ingenio al sentido co-
36. Cuanto más ingenio se tie- mún hay más camino del que se
ne, más descontento se está de lo cree. (NAPOLEÓN B., Virilités, 44.)
que se tiene. (D'ALEMBERT, Essai 46. En el mundo de la inteli-
s. les gens de L, CEuvres phi/os., gencia, el ·sentido común es un
111, 31, París, 1805.) bien raíz, mientras que el ingenio
sólo es un bien mueble. (Vicomte
37. Pensar poco, hablar mucho, de BoNALD, Pensées relig., (Eu-
no dudar de nada, no vivir más vres, 111, 1327, ed. Migne.)
que el exterior del alma y no cul-
tivar más que la superficie del 47. A un hombre espiritual sólo
espiritu; expresarse con acierto; Je hace falta una mujer sensata:
tener un giro de conversación agra- serian demasiado dos ingenios en
dable, una conversación insustan- una misma casa. (ID., Pcnsées s. la
cial y delicada, y saber gustar sin n,01·ale, 111, 1376.)
saber hacerse estimar; haber na- 48. No todos los hombres inge-
cido con el talento equívoco de niosos improvisan; los hay, y no
una concepción rápida y ágil, y son aparentemente los menos na-
creerse, por consiguiente, por en- turales, cuyo ingenio consiste ex-
cima de toda reflexión ( ... ) : esto clusivamente en recordar con opor-
no es sino un pobre cuadro de Jo tunidad. (V. EGGER, Paro/e intér.
que nuestro siglo es aficionado a 289.) '
honrar bajo el nombre de espíritu. 40. La presencia del ingenio
(D'AGUESSEAU, Septiemc Mcrcur.) permite sacar partido de las oca-
38. Cuando se corre tras del siones que pasan. Se manifiesta
ingenio, sólo se alcanza la nece- también en las réplicas ocul'rentes.
dad. (MoNTESQUIEU, Cahiers, 46.) ( ... )
341 ESPfRITU

En conjunto, la presencia de in- píritus falsos•; es una calificación


genio tiene ulgo de paradójico. Es que se aplica fácilmente a las per-
un acto inteligente, pero (... ) pa- sonas con las que no se está de
rece una reacción simple, un refle- acuerdo. (... ) Pensad que es en la
jo. Y, sin embargo, sólo hablamos vida corriente donde se creen en-
de ingenio en la medida en que contrar «espíritus falsos», es de-
suponemos que la reacción adap- cir, a pronósito de cosas humanas
tadn no reposa sobre huellas bien en las que la verdad es difícil de
organizadas. (Ed. C1.APAR!:DE, Ge- desenmarañar, y que se prestan a
"""" de l'ltypotlt., 34-%.) apreciaciones muy diferentes; en
50. El ingenio nunca es bien semejante caso, el error no pro-
consid<'rado. Por pequeñas razones¡ viene del instrumento que es la in-
el ing-l'nio no respeta nada; el in- teligencia, sino del manejo de este
genio se ríe de todo; es imposible instrumento, que es obra de la ac-
reirse de él sin temerle; nos pre- tividad apasionada o voluntaria.
guntamos dónde se parará; hasta (A. CARTAULT, L'inte/lectuel, 153.)
dónde nos llevarla. He aquí por "Espíritu fuerte» (Esprit fort). En
qué, des¡,u{,s de haberle tomado Francia, sobre todo en el siglo XVII, se
poco en serio, se le tomn demasia- designaba así al que pretendía recha-
do en serio. (AI.AIN, Politique, 252.) zar toda creencia reli.~iosa. La expre-
51. Lo que se llama ingenio no sión está en uso todavía y ha pasado
es sino una agilidad en compren- a otras lenguas.
der los indicios (... ) e incluso en Sin.: libertino•, incrédulo, escépti-
adivinarlos. (ALAIN, Les idécs et co•.
les cigcs, II, 44.) 66. Los «espíritus fuertes• ¿sa-
V. Adm.fraci6n, 9¡ Fortuna,, 8; Jui- ben que se les llama así por iro-
cio, 14, 16; Justicia., 2, 8. nía? ¿ Hay debilidad mayor que
D. Por anal. (seguido de un adj. o la de estar incierto en cuanto al
nn complemento determinativos.) principio del propio ser ... ? (LA
l. Objetiv.: ideas fundamentales o BnUY!:nE, Cara,;t., XVI, «Des es-
inspiración esencial de una obra, de prits forts», l.)
una doctrina, de una colectividad. El 57. el espíritu dócil admite la
espíritu del Evangelio, del Cristianis- verdadera religión, y el espíritu
mo, de la Revolución, del cartesianis- débil o no admite ninguna o arJm'.-
mo. te alguna falsa. En cambio, el es-
2. Subjetivamente: disposiciones in- píritu fuerte o carece de religión
telectuales y, sobre todo, morales de un o se la inventa; luego el espíritu
individuo o un grupo. El espíritu cien- fuerte es el espíritu débil. ( !bid.,
tífico, crítico, filosófico, militar, bur- 2.)
gués; el espíritu de intriga, de equi- 58. A menudo he oído decir a
po, de cuerpo, del sistema•. jóvenes despiertos, que querían ha-
62. El espiritu de familia ( ... ) cerse un poco los esprits forts, que
base primera y esencial del espíri- es inútil predicar la virtud, con-
tu social. (A. C0MTE, COllTB de phi- denar el vicio (... ), puesto que pue-
lo•. posit., IV, 400.) de decirse del libro de los destinos
qu~ lo escrito, escrito está, y que
63. El espíritu de partido divi- nuestra conducta nada podría cam-
de y disuelve; el espíritu de cuer- biar en ello; y que nsi. lo mejor
po reúne y afirma. (Vizconde DE es seguir lu propia inclinación ...
B0NALD, (Euv1·cs, II, 851.) (LEIBNIZ, Théod., Pref.)
«E•píritu fa/Ro» (E,prit fa11.r). El
59. Los pretendidos csprits
que es incapaz, por lo menos en ciertos fo,·ts querrían que Dios los gober-
terrenos, de emitir un juicio correcto. nase por lu razón¡ y Dios les res-
Se dice, sohrc todo, del individuo cuyo ponde: •Quiero que sen la fe quien
t>spíritu crítico no solamente es cxnge- os g-obi('rnc, o mc>jor, quiero yo (:O-
rado (hipercrítico), sino también está bernaros por la fon. (B0URDAL0UE,
alterado. lllstr. s111· l'l11w1i/. cf,. la foi, VIII.)
54. Los «espíritus falsos" no 60. Esprit fort. Se llama nsi al
son IIUOl'll ni finos ni geómetras. que, por unn lora presunción, quíc-
(PASClil~, /'r11sén1, :H!J.) l'C' C'star por Pnrima de las opinio-
;1,J, lodo el mundo hnbla dt~ ,te:,- nes y las miiximns l'C'cibidas, so-
ESl'll!ITU 342

bre todo en materia de religión. der espiritual, vigencia de ciertas


( Dict. de Trévottx, 111, 859.) ideas, y se crea el Sacro Romano
Imperio. De esl;e modo luchan dos
EST'IRITUAL. Lat. s¡,iritalis y s¡,i- poderes igualmente espirituales
ritualis. que, no pudiendo diferenciarse en
A. Que pertenece al orden del espí- la sustancia -ambos son espíri-
ritu en el sentido B. Se opone a mate- tu-, vienen al acuerdo de instalar-
rial. El alma es una realidad espiri- se cada uno en un modo del tiem-
tual; el pensamiento, una actividad po: el temporal y el eterno. (J. OR-
espiritual; la vida espiritual implica el TEGA Y GASSET, La, rebeli6n de la,,
predominio de los intereses del alma o masas, 144.) Ad. E.
el espíritu sobre los del cuerpo o la
materia; los valores materiales o econó- V. Tiempo, 28.
micos deben estar al servicio de los va- C. Que tiene o que manifiesta es-
lores espirituales. píri<tu en el sentido C 3. Un escritor es-
61. lo propio de una realidad piritual, una réplica espiritual.
espiritual es no cambiarse nunca Espiritualidad. A. Prop.: carácter
en objeto, o no conocerse más de lo que es espiritual en el sentido A,
que en el acto mismo por el que es decir, independiente de la materia.
se realiza. (L. LAVELLE, De l'dme La espiritualidad del alma.
hum., 143.) 65. la espiritualidad comienza
62. Lo propio de la existencia en el hombre cuan'do empieza a
espiritual es el ser producida por despuntar la luz de la inteligencia
el acto mismo que piensa la exis- y la reflexión, porque es entonces
tencia material. (L. LAVELLE, De cuando el alma comienza a elevar-
l'intimité lf1)fr., 163.) se sobre el cuerpo, y no sólo a ele-
B. Con acepción ético-religiosa: re- varse por encima de él, sino tam-
lativo a una vida moral centrada en la bién a dominarlo y a aficionarse
unión con Dios. Los autores espiritua- a Dios, es decir, al más espiri-
les, un alma espiritual. Ejercicios es- tual y el más perfecto de todos
pirituales. En este sentido, el poder los objetos. (BossUET, Conn. de
espiritual (de la Iglesia) se opone al Dieu ... , V, 13.)
poder temporal* (del Estado); el «hom- B. Por ext.: doctrina relativa a la
bre espiritual», al «hombre carnal» vida espiritual en el sentido B del adj.
(San PABLO), La espiritualidad de San FRANCISCO DE
63. Cada vez que lo espiritual SALES, Diccionario de espiritualidad
se ha apoyado en la fuerza, ha per- (Beauchesne).
dido su carácter. (ALAIN, Propos C. En sentido concreto: conjunto de
s. la relig., 268.) los principios que inspiran la vida es-
piritual de un individuo o de un gru-
64. En la vida espiritual hay po. Esa práctica está poco de acuerdo
siempre un diálogo interior entre con mi espiritualidad. La espirituali-
nuestro propio yo individual y ese dad franciscana.
espíritu del que participamos, que
es el mismo en nosotros y en los V. Abierto, 1; Compromiso, 16.
demás y al que parece que opone- EspirituaJ.ismo. A. En sentido es-
mos sin cesar resistencias; de tal tricto: doctrina que afirma la espiri-
suerte que la vida espiritual es tualidad del alma, es decir, la existen-
una lucha contra nosotros mismmi cia en el hombre de un principio sustan-
y una especie de consentimiento a cial intrínsecamente independiente del
una gracia que está siempre pre- organismo, aunque su actividad pueda
sente en nosotros, pero a la que depender de él. Se opone al materia-
nunca abrimos un paso Jo bastan- •lismo•. En el vocabulario marxista
te libre. (L. LAVELLE, Tr. des va- es abusivamente identificado con el
leurs, 11, 452-463.) idealismo, que reduce toda la realidad
64'. El Estado o poder público al espíritu o al pensamiento.
primero que se forma en Europa 66. Los espíritus materiales
es la Iglesia --con su carácter es- constituyen el objeto, no del espi-
pecífico y ya nominativo de «poder ritualismo, sino del espiritismo, y
espiritual»-. De la Iglesia apren- el espíritu, confundido con la facul-
de el poder público que él tam- tad de pensar, no supone necesa-
bién no es originariamente sino po- riamente la existencia de seres es-
343 ESPONTÁNEO
plritunlcs, (A, FnANCK, Dict, des ridad; y, más allá de los límites
se. 1,li.ilos,, 2. 0 ed., 1812.) de este mundo, nos muestra a un
67. Llamamos alma al principie, Dios autor y tipo de la humanidad.
del pensnmiento (. .. ). ¡,Es tal prin- (V. Cous1N, DIL vrai, du bcau ... ,
cipio distinto del cuerpo? ¿Tiene Prefacio, VII.)
unn realidad en sí, independiente Espiritualista, adj. y subst. Que pro-
de In realidad i,orporal? Así lo sos- fesa el espiritualismo: los espiritualis-
tiene el espiril ,wli:nno. ;, No es, por tas, por opos. a los materialistas. Re-
el rontrnrio. sino una ,Je las fun- lativo al espiritualismo: movimiento
riones drl ruer¡,o y de la materia? espiritualista, tesis espiritualista.
Tnl afirma el materialismo (Paul 69. El espiritualista no es el
JANi!T, Tr. é/,:m. de 71hiloR., 2.ª ed., que cree en dos sustancias grose-
817.) ramente acopladas, sino el que
G7'. Que, en serio, se hable hoy piensa que sólo los actos del espí-
todavia del «espiritunlismon ne ritu tienen un valor trascendente.
Aristóteles en el sentido moderno (RENAN, Avenir de la se., 478.)
de In palabra espiritualidad sería Espiritú,ta, adj. y subst. Relativo al
sólo una inocencia histórica si no espiritismo (actos, doctrinas, prácticas
fuese una insinceridad, Porque si espiritistas) ; que practica el espiritis-
forzando los textos se introduce en mo (reunión de espiritistas).
el espíritu aristotélico nuestro con- 70. Es en las obras de Allan
cepto moderno de conciencia, en- Kardec donde se halla la exposi-
tonces ln insinceridad se invierte ción más antigua, más completa
y estriba en no confesar que es y, digámoslo también, más elevada
ininteligible cómo, según Aristóte- de la filosofía espiritista. (Y. CAs-
les, tienen los astros alma. esto es, TELLAN, Le spiritisme, 42.)
conciencia, y cómo una conciencia
que no consiste en más que un pu- EspiritÚ!mo. Teoría y práctica rela-
ro darse cuenta de sí puede empu- tiva a los «espíritus», es decir, a las
jar la mole grave de un cuerpo si- almas de los difuntos, con las que se
deral. (J. ORTEGA y GASSET' ¿ Qué pretende entrar en comunicación va-
es filoso/la?, 179.) Ad. E. liéndose de un mcdiinn.
B. En sentido amplio: doctrina que El espiritismo difiere del espiritua-
admite, junto a la tesis de la espiri- lismo en que: 1.0 no se interesa rn.á.s
tualidad del alma (espiritualismo en que por el alma de los muertos; 2.0 pre-
sentido estricto), la creencia en la exis- tende basar su creencia en la expe-
tencia de Dios y el reconocimiento de riencia y no en el razonamiento. 3. 0
valores espirituales o morales que cons- concibe el alma como revestida de una
tituyen el fin propio de la actividad envoltura material, el «períespíritu»,
racional del hombre. tan sutil que resulta normalmente im-
En particular: la doctrina de Víctor perceptible, pero capaz de obrar sobre
Cous1N y el eclecticismo francés -le! si- la materia, de desplazar, por ejemplo,
glo XIX. los objetos, de dar golpes (mesas gira-
torias), etc.
68. Nuestra verdadera doctri-
na, nuestra verdadera bandera, es Difiere de la metapsíquica, que tra-
el espiritualismo, esa filosofía tan ta de explicar los hechos alegados
s61ida como generosa que empie- por los espiritistas recurriendo a la hi-
za con Sócrates y Pintón, que pótesis no de una acción de los «espí-
el Evangelista ha extendido por el ritus», sino de facultades que trascien-
mundo. ( ... ) Se le da con todo de- den a las reconocidas por la psicologia
recho el nombre de espiritualismo cliisicn.
porque su carlictcr consiste en su- 71. El espiritismo es pueril por-
bordinar los sentidos al espíritu y que cree que la conciencia es efi-
entendel', por todos los medios que caz fuern de toda técnica, no por-
In razón aprueba, a elevar y en- que ven en In conciencia una verda-
gl'andeccr al hombre. I~nseñn In dero fuerza. (R. RUYER, Néo-fina-
espiritualidad del alma, In liberttlll lis111<•, 223.)
y responsahilidad de !ns acciones V. 6G; Psyché, 5.
humanas, Ju ol.Jlignt•illn mornl, la
virtud ilcsintcrl'sndn, la di~nidnd ESPONT,tNEO. Lnt. spoJ1taJ1cus,
de In justicia, Ju belleza de la en- der. del abl. empl. adverbial. spo11ta
344

(sponfc sua, por su propia iniciativa), onone a In imagen concreta y deta-


espontáneamente. llada, sigue siendo no ohstnnte del
A. Sentido general (por opos. a pro- orden de In ima,ren ... (A. MARC,
Yocado): lo que la persona hace por l'•11clwl. i•,'f/cx., 11, 261.)
sí misma, sin intervención de un im- D. En l{ANT (esquema trascenden-
puho, ya sea físico, ya moral (amena- tal) : intermediario entre el fenómeno•
za, orden, deseo) que provenga del ex- percibido por los sentidos y las cate-
terior. gorías• por cuyo medio unifica el en-
No es sin. de libre: Todo acto libre tendimiento• los diversos fenómenos.
es espontáneo; pero hay actos espontá- 4. [Entre el fenómeno dado por
neos que no son libres (así, los actos la intuición sensible y las catego-
instintivos, los no deliberativos ordena- rfns del entendimiento] debe ha-
rlos por la necesidad o el deseo ... ). ber un tercer término que sea ho-
La- enseñanza elemental tie- mogéneo, por un lado, con la cate-
ne que asegurar y fomentar esa goría; por otro, con los fenómenos,
Yida primaria y espontánea del es- y que haga posible la aplicación
píritu, que es idéntica hoy y hace del primero al segundo. Esta re-
diez mil años, que es preciso de- presentación intermedia debe ser
fender contra la ineludible mecani- pura (sin ningún elemento empíri-
zación que ella misma, al crear ór- co) ; y, no obstante, es preciso que
ganos y funciones específicas, aca- sea, de un lado, intelectual,, y, de
rrea. (J. ORTEGA y GASSET, El «Qui- otro, sensible. Tal es el esquema
jote» en /a, escuela, Obra11, 11, 280.) tra-sccndental. (KANT, Crit. de la r.
Ad. E. p11re, 151.)
B. Psicol. (por opos. a reflexivo•). 5. Aun las más acrisoladas ca-
Lo que la persona ejecuta sin aplicar tegorías necesitan ser apuntaladas
el pensamiento a su acción para darse por esquemas que verifiquen el
cuenta de su naturaleza. En este sen- enlace entre el entendimiento y la
tido es a menudo sin. de involuntario. experiencia. (H. DUMÉRY, Probl. de
Dieu, 103.)
ESQUEMA. Término griego. Figura,
forma, apariencia. Esauematismo. A. Carái:ter de lo
que es esquemático, -es decir, del orden
A.. Figura que representa los ele- del esquema. El esquematismo de una
mentos esenciales de un objeto para ha- exposición.
cer comprender su con:formación o fun-
cionamiento. B. En KANT: el «esquematismo de
los conceptos puros del entendimiento•
B. Por extensión: exposición suma- o «esquematismo trascendental» desig-
ria de la articulación y las ideas esen- na el sistema de los esquemas que ase-
ciales de un proye·cto, discurso u obra. guran la mediación entre el fenómeno
C. Psicol. Estructura de represen- y las categorías del entendimiento.
taciones mentales o, de un modo más
general, de actividades psíquicas y or- ESQUIZOFRENIA. Término creado
ganopsíquicas. en 1911 por E. BLEULER con ayuda de
las palabras gr. schizain (hendir) y
l. el esquema por medio del phrén (prop., diafragma; fig., sede de
cual medimos la palabra oída seña- las pasiones y sentimientos, espíritu).
la solamente sus contornos más
salientes. (... ) El esquema imagi- Estado del esquizofrénico, consisten-
nativo, compuesto de algunas sen- te en la «pérdida de contacto vital con
saciones musculares nacientes, no la realidad». (E. MINK0WSICI, La. schizo-
era más que un esbozo. Las sensa- :phrénie, 82, Payot, 1927.) Esquizoidia
ciones musculares realmente expe- y esquizotimia designan más bien la
rimentadas le dan color y vida. (H. constitución predispuesta a la esquizo-
BERGS0N, 11/a,t. et mém., 123.) frenia, única patológica.
2. El esquema es una forma de Sin.: esquizomania, hebefrenia, de-
movimiento interior, y no la re- mencia• precoz.
presentación de una forma. (A. Contr.: sintonía•.
BURLOUD, Psychol. des tend., 223.) [En el maniaco.] Cada objeto
3. El esquema, que se opone del ambiente puede influir duran-
a la imagen como una imagen abs- to un instante en el curso de su
tracta, esquemática, estilizada, se pensamiento. Se halla asi en con-
345 ESTADO

,acto 7>rrmmrc11tc con r.l rntorno. 3. Estadística, n. f. T. didácti-


( ... ) co. Ciencia que tiene por objeto
Muy dislinln es la actitud de los recoll'er y numerar los diversos he-
esquizofrénicos. El ambiente no chos de la vida social. (Dicl. de
pnrece yR afectnrlos. (E. MIN- l'Acad. fr., 8.ª ed., 1935.)
KOWSKI, La sc/1i:ophrénir., 22-23.) 4. La estadística oficial, admi-
V. Ambfoa,fcnoia, 3; Autismo, l. nistrativa, ha permanecido fiel a
las aspiraciones de quienes fue-
ESQlTJZOTIMIA. Comp. del griego ron sus creadores; se propone el
0,/1.i:rin (de,c:arrado) y th11mn• (alma conocimiento cifrado del estado y
afectiva, ,livinidnd). los cambios de las sociedades hu-
Estado del esquizotlmico, es decil', manas: población, actividad eco-
del individuo cuyn constitución peíqui- nómica y social. ( ... )
ca se caracteriza por la tendencia Siempre que unos hechos se pre-
a nislarse de los demás y encerrarse en sentan en masa, puede intervenir
si mismo (autismo"'). Esquizotímico ca- la estadística con su triple obje-
lifica mi1s bien In constitución: esqui- to: describir, explicar, prever.
zoide, los estados premorbosos; sólo los (M. HUBERT, Dir. de la Estad. ll'en.
estados netamente morbosos son llama- de Fr., en La statistique, «7• Sem.
dos esquizofréniros. intern. de Synthese (1935]•, 42.)
V. Auti•mo, 2. 5. El instrumento matemático
ESTADISTICA. Der. del lat. sta- de la estadística es el cálculo de
tus, estado y Estado. probabilidades. (M, B0RN, Ibíd.,
221.)
A. En sentido concreto ( una esta-
d[stica: censo o evaluación numérica Estadístico. Que pertenece al orden
de una cierta catell'oría de objetos de la estadística. Estudios, datos esta-
o de hechos. Estadística del ll'anado, del dísticos; leyes• estadísticas.
estado civil. Por metonimia: el servicio 6. Estoy realmente convencido de
encargado de las estadlsticas (emplea- que el carácter esencialmente es-
do en Estadistica). tadístico de la teoría de los quanta
l. la estadística (... ) sólo da, debe ser atribuido únicamente al
como el empirismo, el estado de las hecho de que esa teoría opera con
cosas, status rcrum, en tanto que una descripción incompleta de los
la ciencia o racionalismo da la ra- fenómenos. (A. EINSTEIN, cit. por
z611 de las cosas, ratio,m1atio [ sic, J. WAHL, Tr. de métaph., 490.)
por ratio] rerun1. (CI. BERNARD,
Pr. de métl, exp., 69,) 7. los fenómenos que observa-
mos directamente son siempre fe-
B. En sentido abstracto (la estadís- nómenos estadísticos, cuyas apa-
tica: ciencia que tiene por objeto las riencias son el resultado de un nú-
estadísticas en el sentido A. mero inmenso de fenómenos ató-
1. Antaño: ciencia destinada n ¡:ro- micos elementales. (L. DE BR0GLIE,
porcionar a los gobiernos informacio- Co11ti11u et di8c., 70.)
nes precisas, necesarias para la direc- 8. todas las variaciones esta-
ción de los asuntos del Estado, sobre dísticas piden una comprensión,
el estado o situación de los diveros todas las comprensiones una con-
recursos del pala y en particular de firmación estadistica. (R. ARON,
la población. Introd. ,, la p/iilos. dr l'hist., 270.)
2. Estadistica, n. f. Ciencia
que enseña a conocer un Estado ESTADO. Lat. stat1tS, der. de sta,·c
bajo los aspectos de su extensión, (estar de pie, por op. a estar sentado
su población, su agricultura, su o acostado) : actitud, posición, situa-
industl'ia, su comercio, cte. (Dict. ción, estatuto, V. Estadística.
ele l' A cacl. fr., r,,• ed., 1835.) A. Con minúscula (estado). 1. Ma-
2. Hoy: rienda que tiene por objeto nera de esta,· de una cosa o de una
elaborar estadísticas, advertir las co- persona considerada bien en si mismn,
r,·elaciones <¡ue presentan sus datos y bien en sus relaciones con los denuís.
extrner de l'llns consecuencias teól'icns Estado de las finanzas, de los edificios,
(parn la explkación del ¡,usado) o prúc- de las tien·as. Estado ele salud, de nl-
tieas (parn la previsión y orgnnización mn, de concicncin.
ilel futuro). 1. I.11 causa más inmediata de
ESTADO 346

la 1·uina \' desastre de lns perso- 2, Por ext.: documento en el que se


nas de an'1bas condiciones, de togn consigna un cierto estado d~ cosas o
y de espada, es que sólo el esta- una situación. Estado numérico o no-
do, v no los bienes, regula el g-ns- minal de los efectivos de una tropa.
to. (LA BRUYERE, Cm·act., VI, 81.) Estado de naturaleza. A. Teol. (por
2. No hace mucho, el hijo de op. n estado de gracia) : estado hipo-
una mujer del pueblo ha dejado la tético de una humanidad que no hu-
casa comercial en que trabajaba, biera sido elevada al orden sobrenatu-
diciendo que era «un estado en el ral. No se identifica con la privación
que nunca se habla de uno». (E. de la gracia, nrivación que constituye
y J. DE GONCOURT, Journal, 21 ene- una caída del estado sobrenatural y no
ro 1866.) una vuelta al estado de naturaleza.
3. Cualquier paisaje es un es- B. Filos. (por op. a estado civil) :
tado de alma, y quien lee en los estado, más hipotético que histórico, de
dos se asombra de la similitud que una humanidad sin organización so-
halla en cada detalle. (A MIEL, J our- cial y en la que los individuos se ha-
nal int., 31 oct. 1852.) llaban reducidos a sus propias fuerzas,
4. Si, a medida que nos aleja- pero podían ejercerlas sin ninguna co-
mos de los estratos profundos del acción.
yo, nuestros estados de conciencia 6. Ese paso del estado de na-
tienden más y más a adoptar la turaleza al estado civil produce en
forma de una multiplicidad numé- el hombre un cambio muy notable,
rica y a desplegarse en un espa- al sustituir en su conducta el ins-
cio homogéneo, es precisamente tinto por la justicia y dar a sus
porque esos estados de conciencia acciones la moralidad que antes
afectan a una naturaleza cada les faltaba. (J.-J. R0USSEAU, Co,i-
vez más inerte, una forma cada vez trat soc., l, VIII.)
más impersonal. (H. BERGS0N, Es-
sai s. les données imm., 101.) V. Naturaleza,, 48.
5. De cuantos hechos nos pre-
Ley de los tres estadios. (A. CoMTE).
Doctrina según la cual la evolución
senta la vida interior, el primero mental de la humanidad en su conjun-
y más concreto es, sin duda, éste: to y de los individuos desde la infan-
estculos de conciencia surgen, cia hasta su madurez intelectual pasa
transcurren y se suceden sin ce- por tres estadios:
sar en nosotros. (W. JAMES, Précris
de psychol., XI, «Le courant de la el estadio teológico o ficticio (feti-
consc.», p. 196.) chismo•, politeismo, finalmente mono-
teísmo), durante el cual los fenómenos
5'. El hombre que escoge esta- son explicados por medio de volunta-
do en que vivir él y sus pensamien- des análogas a la voluntad humana;
tos con voluntad de tratarlo como
le ~ostrare la razón, vive conten- el estadio metafisico o abstracto, ca-
to, y tiene deleite; mas el que por racterizado por el recurso a entidades•
fuerza, siguiendo uno, muestra que o abstracciones• personificadas (la
tiene los ojos y el deseo en los atracción, la vida, la Naturaleza ... );
otros más altos, sin templanza Y el estadio positivo, real o cientifico,
sin concierto, éste vive disipado, y estadio definitivo de la inteligencia
apartado de sí mismo, atormenta- que, llegada a su madurez, se conten-
do de lo que posee, y atormentado ta con establecer relaciones constantes
de lo que desea. (F. PÉREZ DE OLI- entre los fenómenos observados.
VA, Diálogo de la, dignidad del B. Con mayúscula (Estado): socie-
hombre, 70.) Ad. E. dad humana que se administra a si
5". Cada estado humano, en su misma de modo soberano.
plenitud, se basta a si mismo: to- 7. La admisión del concepto de
dos son caminos de Dios de que Estado acarrea el de soberania al
hemos menester en la compleji- que va históricamente unido. Sin
dad de nuestra imperfección, pero duda, la teoría integral de la so-
en tomando bien uno, hay que se- beranía no resulta ya aceptable,
guirlo rectamente y no rodearlo. en el sentido de que yn no es posi-
(J. MARAGALL, Vida escrita,, 60.) ble sostener que el Estado se halla
Ad. E. situado por encima del derecho
V. Dura,cüm, 14. desde el momento en que se ad-
347 ESTADO

mite la existencia de la sociedad Lt1 rcbc/i6n do Tas masas, Obras,


internacional. Pero la noción de IV, 2&8.) Ad. E.
soberania conserva su interés en 2. En sentido estricto: organismo
el plano funcional. Asl lo expresa jurldico-político que rige de modo so-
pel'fcctamente In Carta de las Na- berano a un conjunto de hombres c¡ue
riones Unidas cuando habla de la constituyen una naci6n. El Estado así
Hr,lirra11ía ig1wl ,Te lo• E•lcu:fo•. considerado es como la armadura de la
(M. lltERLE, Sem. Soc. de Paria nación.
[ 1953], 111.) 11. El Estado es en manos de la
l. En sentido amplio y como sinóni- clase dominante un mecanismo des-
mo de nación (un Estado, los Esta- tinado a aplastar a sus adversa-
dos) : grupo de hombres establecidos rios de clase ( ... ). El Estado pro-
en un territorio determinado y depen- letario es un mecanisn10 para
diente de una misma autoridad. El Es- aplastar a la burguesía. (STALIN,
tado de Israel. El Estado de Nueva Les princ. du léninisme, 49.)
York. En este sentido no suele em- 12. El fin supremo de! Estado
plearse más que hablando de naciones racista debe ser velar por la con-
extranjeras. servación de los representantes de
8. El Estado está constituido la raza primitiva, dispensadora
por la reunión en un territorio de- de la civilización, que constituyen
terminado de un grupo de hom- la belleza y el valor moral de una
bres que obedece a una autoridad humanidad superior. (HITLER, ;1/ein
independiente encargada de reali- Kampf, trad. fr., 392.)
zar el bien común del grupo. (L. LE 13. El Estado es tan sólo aque-
Fun, en Encycl. fr., X, 10, 7.) lla parte del cuerpo politico que
tiene por objeto especial el man-
9. Los conceptos de patria y de tener la ley, promover la prospe-
naci6n corresponden a un senti- ridad común y el orden público y
miento fuerte y una idea impreci- administrar los asuntos públicos.
sa. ( ... ) El Estado da a la vaga El Estado es una parte cspu:ali-
idea de nación un objeto preciso. zada en los intereses del todo. 1.T.
(lbúl., 9.) MARITAIN, L'Homme et l'Étaf, 11-
10. El término Estado -y por 12.)
eso lo evitamos--- tiene dos senti- 14. El Estado es el conju~t-,
dos muy diferentes. Designa, en orgánico de las instituciones de
primer lugar, una sociedad organi- una comunidad histórica. (E.
zada con un gobierno autónomo, y WEIL, Phi/os, polit., 131.)
en este sentido todos somos miem- 15. El día en que la familia, y
bros del Estado, el Estado somos más tarde la ciudad, aparecen co-
nosotros. Pero, J!Or otra parte, de, mo insuficientes en vista de las
nota el aparato que gobierna a esa condiciones políticas, económicas ,l
sociedad. En este sentido, los sociales de la época, cada uno de
miembros del Estado son quienes esos grupos -o si se quiere todos
participan en el Poder, el Estado los miembros de esos grupos-- de-
son ellos. (B. DE JOUVENEL, Du pou- ben respetar al Estado, que se ha
voir, 35-36.) hecho por hipótesis necesario. ( ... )
10'. la realidad que llamarnos La sociedad de los Estados, cuando
Estado no es la espontánea con- sea universal, representará la úl-
vivencia de hombres que la con- tima etapa de esta serie de inte-
sanguinidad ha unido. El Estado graciones sucesivas, todas ellas ne-
empieza cuando se obliga a con- cesarias, para llegar a la 1·ealiza-
vivir a grupos nativamente sepa1·n- ción del bien de la humanidad. (L.
dos. Esta obligación no es desnu- LE Fun, Les gra11d.s prob/. d11
da violencia, sino que supone un Droit, 496.)
proyecto incitativo, una taren co- 16. El Estado es el poder ins-
mún que se proponen a los gru- titucionalizado. (G. B1:RDEAU, T.-.
pos diversos. Antes que nada es el de lu s,·.polit., 11, 149.)
Estado proyecto de un hacer y 17. El Pl'esidente de la Repú-
¡irogran111 de colaborneión. Se lla- blica vela poi' el respeto d~ la
ma a las gentes pura que juntus Constitución. El es quien asegura,
hagan algo. (J. ORTEGA y C:ASSET, mediante su n1•bitraje, el funcio-
ESTÁTICO 348

nnmiento regular de los Poderes A. Adj. Que guarda el equilibrio o a


públicos, nsí como la continuidad él se refiere. Que permanece inmóvil,
del Estado. (Co11stit1tció11 fr. de inactivo.
1958, nrt. 5.) Moral estática (op. a moral dinámi-
18. El término Estado evoca ca). V. Moral.
ante todo la idea de poder, de po- Religión estática (op. a re!. dinámi-
der ~ficaz, protegido, organizado. ca). V. Religión.
El Estado es una forma de orga-
nización social que garantiza, con- B. subst. fem. l. Prop.: parte de la
tra los peligros interiores o exte- mecánica• que tiene por objeto el estu-
riores, su propia seguridad y la dio de las fuerzas en equilibrio, es decir,
de quienes de él dependen. (D0N- de las que no resulta ningún movimien-
NEDIEU DE V., L'État, 6.) to. Se op. a dinámica •.
3. En el uso corriente: la persona l. La estática, ciencia del equi-
jurídica y moral constituida por el librio de los cuerpos sólidos en su
organismo juridico-politico de una na- relación mutua, utiliza dos concep-
ción. El Estado así considerado se opo- tos fundamentales: las longitudes
ne a los particulares e incluso a la y las fuerzas. Se sirve simplemen-
nación concebida como el conjunto de te de dos tipos de conceptos, geo-
los miembros de esa nación. Abogado métricos unos, los otros energéti-
del Estado. Relaciones entre la Iglesia cos. Cabe incluso considerar la es-
y el Estado. tática como una geometría energe-
19. Todos quieren vivir a cuen- tista. (P. VENDRYts, Détcrminisme
ta del Estado; pero todo el mun- et auton., 146-147.)
do olvida que el Estado vive a V. Mecanismo, 14.
cuenta de todos. (BASTIAT.) 2. Por anal.: 4>arte de la ciencia ( en
20. una sociedad es tanto más partic. de la sociología) que considera
perfecta cuanto de menos cosas su objeto en su estado actual, y no,
se ocupa en ella el Estado. (E. RE- como la dialéctica, en su evolución.
NAN, Réfl. intell... , 314.) 2. Toda estática del pensamien-
21. Si las locomotoras fuesen to es falsa. (M. BLONDEL, L'illwrion
conducidas como el Estado, el ma- idéalistc, en Prcmiers éorits, 116.)
quinista tendría una mujer senta- Este. Del gr, aisthesis, facultad de
da en las rodillas. (ALAIN, Polit., percibir por los sentidos. Forma par-
34.) te como primer elemento de diversas
22. hay por todas partes una palabras compuestas.
profunda desconfianza y una gran Estesiómetro (gr. aisthesis, sensa-
resistencia frente al Estado y na- ción). Instrumento de medida de la
die piensa sino en recibir lo más sensibilidad táctil
posible y pagar lo menos que pue-
da. (lbíd., 258.) ESTÉTICA
23. En nuestro tiempo está en Estela. Gr. aisthetes, que percibe
auge la politica de protección; no por los sentidos.
hay clase social que no pida auxi-
lio al Estado, y alguna pretende Nombre dado, generalmente con in-
transformarlo en proveedor gene- tención irónica, a quienes practican o
ral de felicidad; por este camino afectan el culto exclusivo de lo bello.
se llegará insensiblemente a con- l. Un artista no es necesa1·ia-
vertir el poder político en padre mente un esteta ( ... ). En efecto, el
de familia y se Je obligará a bus- esteta hace caso omiso de las ca-
car medios extraordinarios para tegorías pragmáticas del éxito y
llenar sus nuevas y flamantes fun- el fracaso, hasta el punto de no
ciones sociales. (A. GANIVET, ldoa- trntar de realizar el universo de
ri11m espaüol [1896], 72.) Ad. E. sus valores mediante la transfor-
V. Pueblo, 2. mación eficaz de la realidad. Se
encierra en una actividad imagi-
ESTÁTICO. A. Gr. statikos, Jo naria. No es hombre de acción.
que detiene o pesa; relativo al equili- (R. PoLIN, Compréh. eles va/eurs,
brio; sfatos, estacionario. 110, 117.)
Se op. a dinámico. Estético. Gr. aistMtikos, que está
340 ESTÉTICA

dotado de sc11sac1011 (ainfl,inin), que es ~n In medida en que rne exct•rt._,, IJe


perceptible por los sentidos. suerte que podl'ía rJ¡•eir:ie qut> lo
propio de la emoc~ón l':~t,-,t1ca n1
Adj. A. Relativo n ln belleza sensi- mucho menos el ensirni:1mam:,_•:1~0
ble. Sentido, juicio, emoción, creación
estética. La cirugía estética. que la alteraci(,n. (L. L,vnr.1;,
Tr. dcH valrnrs, 11, 308.¡
2. En ln constitución del sen-
timiento estético hay dos factores; 6'. la verdadera emoción e3té-
uno directo, ligado a ]a-, 8cnsncio- tfca sólo se produce en quien no e;;-
nes y percepciones; el otro indi- tá dispuesto a tenerla y no ha pre-
reeto, ligado a las reprcsentaciones- formado el gesto de admiración.
(imágenes y asociaciones de ideas) ; (J. ORTEGA y GASSET, Notas del
y predominan uno u otro según las "ªUº estío, Obras, II, 442.) Ad. E.
nrtes: el factor directo en In mú- B. Que es apropiado para suscitar
sica y lns artes pl{1stlcas, el indi- el sentimiento de la belleza. Una deco-
recto en la poesía. (Th. RmoT, ración estética.
PB1}cliol. des ae11t., 103.) Sin.: bello, gracioso.
3. Todo placer estético comple- C- Relativo al estudio de lo bello:
to es In síntesis de un placer sen- teorías estéticas.
sorial, un placer formal y un pla-
cer propiamente afectivo. La sen- Subst. Persona que se ocupa de esté-
sación es el comienzo del arte ( ... ). tica, que se consagra al estudio de lo
En esta verdad reside la fuerza bello.
del sensualismo estético. (H. DE1.~- Estética. A. En KA:-<T (estétic2.
cno1x, Ps¡¡cliol. de l'a,rt, 93.) trascendental) : parte de la Critica de
4. en el punto de partida de to- la raz6n pura que determina las for-
do sentimiento estético hay un ele- mas• a priori del conocimiento sensible.
mento de pura sensibilidad, un Estas formas son el espacio (conoci-
placer sensorial, sensaciones agra- miento del mundo exterior) y el tiempo
dables (... ). (conocimiento del mundo interior de la
Pero este placer es belleza, tan- conciencia).
to por la propia cualidad de las 7. En la Estetica tra~cl!?~-~,~:--..
sensaciones que lo procuran como tal (... ), aislarcm,os, en primer i'J-
por su ordenación. Es el lado for- gar la sensibilidad, haciendo ~~:: -
mal del arte, el armazón de toda tracción de cuanto el etendimien10
impresión estética: disposición de piensa en ella mediante su5 eon-
sensaciones, compatibilidad de co- ceptos, para dejar tan sólo la in-
lores y sonoridades; encadenamien- tuición emnírica. En segundo lu-
tos y sucesiones, agrupación rit- gar, separaremos también de esa
mada, claridad e inteligibilidad del intuición cuanto pertenece a la
conjunto, orden lógico. (H. DE- sensación, para que queden tan
LACROIX, Psucliol. ele l'art, 31G.) sólo la intuición pura y la simple'
5. El hecho mismo de que bus- forma de los fenómenos, única co-
queinos la emoción estética atesti- sa que puede dar a priori la sen-
gua la presencia en ella de un cier- sibilidad. De esta búsqueda resul-
to placer. Sin embargo, ella no es tará que hay dos formas puras de
placer; porque es también cosa la intuición sensible, como princi-
diferente del placer, e incluso su pios del conocimiento a priori; a
contrario. (J.-P, WEBER, Psychol. saber: el espacio y el tiempo.
de l'art, 16.) (KANT, Crit. ele la r. p1trt', 54-55.)
6. es evidente que, en la emo- B. En el uso ordinario: se refiere
ci6n estética, puedo aferrarme a tnn sólo al sentimiento de lo bello y a
la sacudida que recibo y buscar lo bello en sí mismo.
romplacidamente todas sus varia- 8. el solo nombre de Estéti-
ciones y grados, pero cntonr.es la ('fi ( ••. ) haee a mi espíritu dudnr
emoción deja de ser propiamente entre la idea extrall.umente scUuc-
estética; lo es ya tan sólo por el tora de unu 11Ciencia de lo Belloo,
morlo de produci1·se; o bien pue- que, por una pa1·te, nos haría <lis-
do, a travl•s de esn misma emo- \'ernir con scguriclud lo que hay
cic'jn, reL·onocer tollo::; los aspectos que amar, ocliar 1 aclamnt· o des-
de un valor que me es ofrecido y truir; y que, por otra, nos enseña-
e11 el que participo, sin dudn, pero ría a pl'oducir, co,i st.•guridacl,
ESTILO 360

obras de arte de un valor incon- la estética como el estudio espe-


testable; y, frente u esn primera cifico del arte y no en modo algu-
idea, la de una «Ciencia de !ns Sen- no de la belleza natural (... ) . Hay
sacionPsn, no menos seductora ... que repetir con Ét. Sourinu que In
(P. VALÉRY, Disc. s. l'csth., Pléia- estética es ni arte «como una cien-
de, I, 1295.) cia teórica» a la ciencia aplicada
l. En sentido amplio (que engloba correspondiente. (D. HUJSSMAN,
el estudio descriptivo de la belleza sen- Esth., 118.)
sible, el análisis psicológico de Jos senti- 13'. Si la emoción artistica se
mientos que ¡>ro,roca, su explicación fi- revelase como algo esencialmente
losófica e incluso In historia del arte) : distinto de toda otra emoción, co-
disciplina que tiene por objeto la be- mo algo esencialmente estético, en-
lleza sensible. tonces la forma artística no serla
2_ En el sentido estricto de antaño: otra cosa que el modo manifesta-
disciplina normatiYa, que tiene por ob- tivo natural, la apariencia propia
jeto establecer las normas de lo bello de la emoción. Y asi como la lógi-
y lo feo. La lógica, la estética y la mo- ca no es el sistema de normas para
ral constituían las tres disciplinas nor- descubrir verdades, sino la teoría
mativas, de las que eran objetos res- de la verdad, asi la estética no ne-
pectivos la verdad, la belleza y el bien. cesitaría tampoco ser un sistema
9. U na parte de la filosofía que de normas para crear obras de ar-
toca de cerca a la moral, la esté- te, sino simplemente -y objetiva-
tica o teoría de la belleza ... (F. RA- mente- la teoría de la emoción ar-
VAISS0N, Rapvort ... , XXXV, 242.) tística. (M. GARCfA M0RENTE, En-
1 O. Los jóvenes de hoy ¿ aman
sayos, 63.) Ad. E.
verdaderamente aquello que les Esteticismo. Actitud del esteta •. Ca-
gusta? Quiero decir sí lo frecuen- rácter de las conductas o juicios de-
tan como nosotros hemos frecuen- terminados exclusivamente por la con-
tado y habitado las novelas de sideración de la belleza. Doctrina que
costumbres y de carácter, escritas hace de la belleza el valor supremo.
con arreglo a una estética que ellos 14. Hay un cierto esteticismo
condenan o consideran hoy supe- que consiste en ver en la actitud
rada. (F. MAURIAC, Mémoires i11- estética la actitud fundamental
tér., 62.) que da sentido a la existencia ( ... ).
3. En el sentido estricto de hoy: dis- Pedir al arte que dé un sentido a
ciplina positiva que tiene por objeto la vida, ¿no es acaso lo que sugiere
la belleza artística, filosófica del arte •. la obra estética de A. Malraux ... ?
11. Suponed que ( ... ) se llega (G. MADINIER, Consc. et sig11ific.,
a definir la naturaleza y señalar 107.)
las condiciones de existencia de ca- 16. el esteticismo lleva consigo
da arte: tendríamos entonces una el peligro del snobismo. (G. Du-
explicación completa de las bellas MESNJL, L'amc et l'évol. ele la litt.,
artes y del arte en general, es de- II, 273.)
cir, una filosofía de' las bellas ar-
tes: es a eso a lo que se llama una ESTILO. Lat. stilus, punzón para
estét~a. (TAINE, Phi/os. de l'art, escribir.
I, 13.) A. Manera de expresarse por escrito.
12. el intelecto y sus vias abs- Estilo florido, lacónico.
tractas (... ) han aportado al arte l. El estilo no es sino el orden
el concurso (más o menos feliz) y el movimiento que ponemos en
del pensamiento reasumido y re- nuestros pensamientos ( ... ) .
hecho, constituido en operaciones El estilo es el hombre. (BUFF0N,
distintas y conscientes ( ... ). Esta Dú,c. de réc. a l'Acad. fr.)
intervención, entre otros efectos,
ha dado nacimiento a la Estética 2. Tener estilo es no escribir
--o mejor a las diversas Estéti- más que lo que uno ha pensado
cas--- que, considerando el Arte co- para si y tal como en si lo ha sen-
mo problema de conocimiento han tido. (M. BLONDEL, Ca,r,iets int.,
intentado reducirlo a ideas. (P. VA- 3 marzo 1884.)
LÉRY, Encycl. fr., 16, 04, 7.) V. Alma, 11; lgztalclad, 6.
13. Hay, pues, que considerar a B. Por ext. l. En el lenguaje de
361 F.STOICISllO

las bellas artes: tipo propio de una uno reacción en un ser clohulo de sis-
época, de una escuela, de un país. Es- tema sensorial.
tilo románico, estilo Luis XII. Sin.: excitante.
3. toda cultura es, efectiva- Corre/.: respuesta.
mente, ante todo, un estilo, puesto
que el estilo es la conjunción del l. la energía recibida es, en
lenguaje y el espirito, la comu- general, al menos varios millones
nión recíproca de la forma y el de veces menor que la energía gas-
alma. (H. LEMAITRE, en Rcelier- tada en la reacción. El estímu'.o
clies et débats, núm. 33, dic. 1960, no hace más que desencadenar un
p. 67.) gasto de energla acumulada en los
tejidos ( ... ). La energía de las res-
2. En moral y sociol.: manern de puestas viene dada por la adquisi-
obrar. En nuestros días se dice, sobre ción alimenticia y pertenecen al ci-
todo, "estilo de vida•. clo general del metabolismo. (H.
4. Se trata de reproducir una Prl!iRON, PB¡fchol. e:,:pé.-., 25-26.)
actitud de manera activa y perso- 2. La equívoca noción de estí-
nal, de asumir un estilo de vida, mulo se desdobla en el análisis:
un tipo de existencia, que conser- abarca y confunde el acontecimien-
ve su actualidad en todo momento, to físico tal como es en sí y, por
por poco que uno sepa adaptarla otra parte, la situación tal como
al adoptarla. (H. DUMÉRY, P/1é110- es «para el organismo», única de-
m,fool. et .-elig., 21.) cisiva en 1as reacciones del ani-
V. Condici611, 4. mal. (M. MERLEAU-P., Struct. du
comport., 172.)
ESTIMATIVA. En los escolásticos:
facultad por la que tanto el hombre 3. Llamamos estímulo - agente
como el animal aprecian, mediante una al estímulo que causa reacciones
apréhensión prejudicativa, la realidad reflejas o tropísticas, y estimulo-
conocida en función de sus instintos y signo al que desencadena reaccio-
de sus tendencias orgánicas. nes perceptivas. (G. VIAL'D. Les
imtincts, 117.)
l. La estim11,ti1111, implica una
especie de juicio y de elección; pe- 4. el puro sentir nos abre o.
ro la elección no es aquí el resul- las cosas, y nos las presenta con:.u
tado de una deliberación, ni el jui- meros estímulos independientes de:
cio el fruto de una idea propia sentir; son las cosas-estímulo. La
del animal. Es la naturaleza la formalidad de las cosas en cuanto
que imprime esa determinación al puramente sentidas es «estimuli-
dar el ser. Los juicios de la esti- dado ( ... ). Pero el hombre no sólo
mativa son iru,tintivos, es decir, siente las cosas como estímulos,
que son como propiedades natura- sino también como realidades· el
les, como impulsos espontáneos. estímulo mismo es ordinaria~en-
Por ello se refieren únicament., a te sentido como realidad estimulan-
lo que interesa a la vida animal, te, esto es, como estímulo cereal».
pues a la naturaleza le preocupa La apertura a las cosas como rea-
la acción, no la ciencia. (A.-D. SER- lidades es lo que formalmente cons-
TlLLANGES, PIiilos. de S. Tlum,as, tituye la inteligencin. (X. ZUBIRI,
11, 2.ª ed., 117.) Sobre la esencia,, 413-414.) Ad. E.
2. La facultad estimativa es ESTOCÁSTICO. Gr. stocha,itikoa
aquella que partiendo de las im- (der. de stochos, mira, blanco), que
presiones sensibles produce el acto apup.ta bien, sagaz en sus conjeturas;
del juicio, dirigido a distinguir lo con¡eturnl.
que puede ser provechoso o noci-
vo, puesto que la naturaleza le lllat. (cálculo de probabil.). Lo que,
creó J>ara nuestra salud, y para el por depender sus casos particulares del
conocimiento o estimulo de los sen- nzar, sólo admite la formulación de
tidos. (J. L. VIVES, Tratado del al- ¡1robabilidades.
ma, 41.) Ad. E. ESTOlCISi\1O. A. Escuela filosó-
V. Cngit<ltiva. fica (representada princip. por ZENÓN
de Citium, CR1s1ro, EPICTET0 y MARCO
F..S'ffMULO. Lat. sti11111l11s, nguijón. AURE1.10), así llamada porque su fun-
Agente físico susceptible de ¡Hovo,·111· dmlor enseñaba bajo el pórtico (gr.
ESTl!ATEGIA 352

efoo) del Pecilo (de donde su otl'o nom- do n un fin determinado, principalmen-
bl'e de Escuela del Pól'tico o «el P6l'li- te a la eliminación del adversario. La
co»). Orientado hacia la moral, el es- estrntegia electoral.
toicismo profesa que la felicidad l'esi- Tanto prop. como fig. se opone n
de en la virtud¡ de ahí su soberana in- táctica•.
diferencia hacia cuanto afecta a la sen-
sibilidad, indiferencia que llega hasta ES'l'RUCTUUA. Lat. structura, cons-
negar el dolor. tl'ucción, en partic. mamposterin. Der.
l. en España, donde era el de struerc (pnrt. pasado pas. structus),
asiento del estoicismo 1nás lógico, amontonar, construir.
no del más pel'fecto, del más hu- A. Disposición de las diferen,tes par-
mano, el senequismo se mezcla con tes de un todo: ya sen material (del
el Evangelio de tal suerte que, de cuerpo humano, de un macizo monta-
nuestro Séneca, si no puede decir- ñoso), ya, por anal., de una realidad
se en 1·igor que ((huele a santo», sí inmaterial (de un discurso, de la con-
puede afirmarse que tiene todo ciencia).
el aire de un doctor de la Iglesia. l. todo lleva a creer que el
(A. GANIVET, ldeariun, español, 9.) hombre realmente separado de los
Ad. E. hombres vuelve a la condición ani-
B. Como actitud moral: carácter de mal, con no menos prontitud que
quien es estoico o se comporta como una ternera nacida en el bosque
verdadero estoico, es decir, que en la adquiere las costumbres de un pe-
desgracia o el dolor se muestra insen- queño búfalo. Lo que yo expreso
sible y no manifiesta la menor altera- de otro modo diciendo que lo úni-
ción. V. Apatía, Atara.xia. co hereditario es la estructura, y
que todo lo demás es ropaje.
2. El español, duro para sopor- (ALAIN, Esq. de l'kommte, 31.)
tar privaciones, lleva dentro de sí
el sustine et abstine, «resiste fir- 2. Un Estado moderno debe
me y abstente fuerte», norma de adaptar su estructura a la consi-
la sabiduría que coloca al hombre derable extensión de sus activida-
por encima de toda adversidad; des y responsabilidades. (D0NNE-
lleva en sí un particular estoícis- DIEU DE V., L'État, 60.)
mo instintivo y elemental; es un 2'. Sólo puede entrar el mun-
senequista innato. (M. MENÉNDEZ do en mi mente si la estructura de
PIDAL, Los españoles en la historia, mi mente coincide en parte con la
17.) Ad. E. estructura del mundo, si mi pen-
sar se comporta en alguna manera
Estoico. El oue en su moral o com- coincidentemente con el ser. (J. OR-
portamiento es -conforme con los prin-
cipios de los estoicos, para los cuales TEGA y GASSET, ¿Qué es filosofía?,
94.) Ad. E.
el dolor es un hecho indiferente.
Sin.: impasible, insensible, impertur- 2". siendo el estado nctual de
bable. las sociedades una estructura tran-
sitoria, puesto que no está inspi-
3. [Fran~oise] gustaba ahora rado en una realidad justa y no
de hacer notar sus menores tortí- satisface por igual a la convenien-
colis, un vahído, un pequeño golpe cia de todos, sino con preferencia
que se diera. Pero si yo hablaba a la de unos con detrimento de los
de alguno de mis males, de nuevo demás; y siendo, por lo tanto, una
estoica y grave, parecía no haber- estructura necesitada de constan-
me oído. (M. PR0UST, Temps rctr., te renovación, la fuerza legítima-
I, 211.) mente propulsora de ese cambio
V. Snob, 5. tiene que ser la juventud. (G. MA-
RAÑÓN, Ensayos liberales, 91.)
ESTRATEGIA. Gr. strategia, arte Ad. E.
del estratega (strategos), es decir, del V. Persona, 68; Fenomenología, 12.
que conduce (agei) un ejército (stra-
tos), del general. B. En nuestros días: disposición en
la que las partes son dependientes del
A. Prop.: parte del arte militar que todo y por consiguiente solidarias en-
tiene por objeto la preparación y direc- tre si.
ción general de las operaciones. Sin.: forma • (en el sentido de Ges-
B. Por anal.: plan de acción ordena- talt).
353 ESTRUCTURA
S. de un modo general cabe de- nes (.. ,). Si bien hay estructura-
finir la estructura como una uni- ciones que tienen una cierta per-
dad que posee su ley inmanente de manencia (... ), la mayoría son va-
ncción y desarrollo, está dotada riables en el tiempo y el espacio,
1h• una causalidad propia y realiza según las series de influjos que las
una individualidad funcional. (R. rigen. Si pudiésemos seguir a una
l\luccmELLI, en La notion ele s/r11c- so)a neurona, veríamos que forma
/11ri·, 344, aXX• Semainc Intcrn. parte sucesivamente de numerosas
de Syntb.1) estrucluras diversas. (P. CHAU-
4. la emotividad no existe fue- CHARD, Le ccrveau, 49.)
ra de su inclusión en una estruc- Estructura y aup<'restru.ctura (Mar-
turn, es decir, en un carácter (... ). xismo). Por estructura entienden los
La emotividad de los nerviosos, marxistas la realidad económica-so-
por ejemplo, función de In estruc- bre todo el modo de producción y el re-
tura Emotivn-no-Activa-con-rcper- parto de la propiedad-, que constitu-
cusión-Primarin, será una emotivi- ye la base de las relaciones sociales y
dad reactiva que se expresa inme- el resorte que rige el curso de la his-
diatamente en acciones, en movi- toria. Esas estructuras económicas, y
mientos, en manifestaciones, que en definitiva materiales, soportan cons-
busca In excitación. La emotividad trucciones de carácter más o menos in-
del sentimental pertenece en cam- material (políticas, filos.óficas, religio-
bio a otro tipo. (lbíd., 347.) sas ... ), cuya suerte está estrechamen-
5. Cuando escucho música per- te ligada a la suya: éstas son las su-
cibo en cada instante una breve perestructuras.
estructura rltmica, pero que se in- 10. El conjunto de las relacio-
tegrn en un conjunto melódico ni nes de producción constituye la es-
que debe su resonancia afectiva. tructura económica de la sociedad,
(P. FRAISSE, Psyc/101, du temps, la base real sobre la que se eleva
88.) una superestructura jurídica y po-
G. Una generación es, pues, lítica y a la que corresponden for-
una realidad, global, definida por mas de conciencia social determi-
una cierta estructura cualitativa, nadas. (K. l\.·IARX, Crit. ele l't;co1•.
caracterizada por un conjunto de poi., Pref.)
rasgos de los que acaso ninguno 11. Toda base tiene su ¡,n,.
de los individuos que a ella perte- pia superestructura correspondien-
necen posea la totalidad. (CI.-E. te ( ... ). Cuando la base es modifi-
MAGNY, Hiat. du roman fr., 50.) cada o liquidada, su superestructu-
7. La forma se define por opo- ra es, a su vez, modüicada o li-
sición a una materia que le es ex- quidada; y cuando nace una nueva
traña; pe1·0 la estructura carece base, nace tras ella una superes-
de contenido distinto: ella es el tructura a ella correspondiente.
propio contenido, aprehendirlo en (STALIN, Dernie,·a écrita, 13-14.)
una organización lógica concebida 11'. [Para los federalistas con-
como propiedad de lo real. (CI. LÉ- temporáneos] la historia hasta hoy
VI-STIIAUSS, La atructu·ro et la for- oficial y ortodoxa, la castellanista,
me, en Rechercl&ca et dial. phi/os. es la historia del Estado, y el Es-
et éco11., 7, p. 3.) tado no es más que una «superes-
V. Tiempo, 81. tructura» artificial, impuesta a la
Estructuración. Acción de est1·uctu- España auténtica, a la España
rar; carácter de lo que está estrnctu- constituida por los pueblos primi-
rado. tivos ( ... ). A este fondo indígena y
verdadero quiere dar vida el fe-
Sin.: estructura. deralismo, pensando que el unita-
8. El aumento de los conoci- rismo atiende sólo a la superes-
mientos consiste en una estructura- tructura.
ción pro11:resiva. (J. PIAGET, Épist.
Este t~rmino 1 usupcrestl'uctura»,
ginét,, III, 297.) nos pide su complemento obligado:
O. En las estructuras anatómi- el fondo indi¡,rena, reacio a la 01·-
cas del reposo, indiferentes y l'icas ganización superior, serú una «in-
en múltiples posibilidades, so rea- ft'l)estrnctura», que no puede re-
liznn, pues, Vftl'iadas estructuraciq- presentar lo perpetuamente natu-
2J. Diccionario dd Lr111t11ah- Fil,u;1ihrn.
ETERNIDAD 354

ral y auténtico; será siempre algo MUNo, E11 torno al casticism,o,


inferior a la superestrucLura, la Obras escogidas, 61.) Ad. E.
cual, aunque en su origen haya 2. En Filos. y Teol. ( concepcl6n in-
sido artificial o impuesta (no lo temporal de la eternidad) : que está
fue ¡•asi nunca), el transcurso de fuera del tiempo,
los siglos la convirtió en lo esen-
cial, auténtico y nativo. (R. M11- 3, Parece que [V. I-lugo] fue
NÉNDEZ PIDAL, Los rspaiiofrs ('JI lct
creado por un decreto especial y
h istaria, 153.) Ad. E. nominativo del Eterno. (RENAN,
J,'ruilles détachées, 280,)
V. Dimensi6n, 3. 4. Matemáticas puras, lógica,
Estructural. Relativo a lo que consi- metafisica, son otras tantas cien-
dera la o las estructuras. cias de lo eterno, de lo inmutable,
V. Test, 5. en modo alguno histórico, y sin
Der.: estructura.lisma. En hist., p. ninguna relación con la existencia
ej., el estructuralismo consistirá en in- y con los hechos. (RENAN, C. a Ber-
vestigar las estructuras generales con thelot, <Euvres, 1, 643.)
preferencia a reconstruir los aconteci- B. Acepción relativa: que no tendrá
mientos particulares. fin (sin. de inmortal). Vida eterna, re-
Psicología, estructural. Se opone a mordimientos eternos. V. Retorna.
psicología • funcional. La primera se Eternidad. Lat. aeternitas, der. de
interesa por las estructuras en el sen- a.efcrmts, eterno.
tido A; la segunda, por las estructu- A. En sentido abstracto: carácter de
ras en el sentido B. lo que es eterno. La eternidad de Dios,
de la vida en el más allá.
ETERNIDAD
5. Tal es la eternidad: la uni-
Eterno. Lat. aeternus, der. de aetas, formidad de una vida inmutable y
tiempo de la vida, edad, época. sin límites, presente a sí misma
A. Acepción absoluta (las verdades toda a la vez. (R. GARRIG0U-L.,
eternas, el Eterno). Se op. a tempo- Dieu, 4.ª ed., 388.)
ral*. 6. la eternidad no puede ser
l. Primitivamente y en el uso vulgar definida como una negación, si no
(concepción temporal de la eternidad) : es en el sentido de ser la nega-
que no tiene ni principio ni fin. ción de una negación, es decir, no
l. ¿Qué es, pues, lo que verda- del tiempo mismo, sino de cuanto
deramente es? Lo que es eterno, es en el tiempo hay de negativo. (L.
decir, lo que jamás tuvo nacimien- LAVELLE, Du temps et de l'ét., 406.)
to ni tendrá jamás fin (MONTAI- 6'. la fama vana consoladora
GNE, Essais, II, XII, Pléiade, 681.) de la brevedad de nuestra vida. 11:s-
2. El eterno silencio de esos es- ta toman muchos por remedio de
pacios infinitos me asusta. (PAS- la muerte, porque dicen que da
CAL, P,msées, 428.) eternidad a las mejores partes del
2'. Y los deleites de acá hombre, que son el nombre y la
Son en que nos deleitamos gloria de los hechos, los cuales
Temporales, quedan en memoria de las gentes,
Y los tormentos de allá que es, según dicen, la vida verda-
Que por ellos esperamos, dera, (F. PÉREZ DE OLIVA, Diálogo
Eternales. de la, dignidad del hambre, 47.)
(JORGE MANRIQUE, Coplas.) Ad. E.
Ad. E. 6". Veía el amigo que la eter-
2". La humanidad es la casta nidad se conviene mejor con su
eterna, sustancia de las castas his- Amado, que es esencia infinita en
tóricas que se hacen y deshacen grandeza y en toda .pe\-fección,
como las olas del mar; sólo lo hu- que tiene cuantidad, entidad y ac-
mano es eternamente castizo. Mas ción finida y terminada; y por es-
para hallar lo humano eterno hay to en la justicia de su Amado vela
que romper lo castizo temporal y el amigo que el mundo era nuevo,
ver cómo se hacen y deshacen las y que la eternidad de su Amado
castas, cómo se ha hecho la nues- conviene ser antes del tiempo y de
trn, y qué indicio nos da de su la cuantidad definida, para que se
porvenir su presente. (M. DE UNA- conociese su inmensidad ser ma-
355 ETICA

yor que la capacidad del mundo. de inestimable valor. (P. J. E. Nn:-


(R. Luuo, I,ibro del amigo II del REMBERG, Di/. entre lo temporal v
Amado, § 293, p. 105.) Ad. E. eter110, 86.) Ad. E.
B. En sentido concreto: especie de V. /nsta11te, 7; Tiempo, 1, 1 bi•.
medio que podemos concebir por ano- C. Hiperbólic.: tiempo que parece
logia con el tiempo (concepci,ín tempo- largo. Hace una eternidad que no te he
ral) o por negación del tiempo (con- visto.
cepción intemporal). 13. tras algunas semanas de
7. Sólo Dios es, no según nin• labor, eternidades de reposo. (A.
guna medida del tiempo, sino se- GIDE, Nourril. trrr., 10!1.' ed.,
gún una eternidad inmutable e in- 183.)
móvil, no medida por tiempo ni Etl,os. Sust. gr. que significa hábi-
sujeto a ninguna declinariún, ( ... ) to, costumbre, empleado por algunos
realmente estable, que con un solo para designar la manera de ser habi-
ahora llena el siempre; y no hay tual de las personas sin caer en la an-
nada que verdaderamente sea si- fibología de las palabras «carácter» y
no él, sin que se pueda decir: Ha dempe.-amento» y sus impUcacione!i
sido, o: Será; sin principio y sin va)orizadoras.
fin. (M0NTAIGNE, Essais, II, XII,
hacia el final; Pléiade, 082.) La violencia continuada, aunque
la ejecute el Estado, revela cierta
8. La eternidad no está tanto propensión criminosa en el ethos
en el tiempo como el tiempo está social de que emana. Esta atmós-
en la eternidad. (MALEBRANCIIE, fera de criminosidad nativa llega a
E11tr. s. la méta,p/1., VIII, IV.) nosotros en bocanadas, apenas abri-
9. Cuando considero la peque- mos un libro de historia antigua.
ña duración de mi vida, ahsorbida (J. OnTEGA Y GASSET, Obras, II,
en la eternidad precedente y si- 509.) Ad. E.
guiente... (PASCAL, Pc11sées, 427.)
10. La eternidad no es una es-
ETICA ,,
pecie de tiempo divino que pre- Ético, adj. Gr. ifhikos, re1at~vo a las
cediese al tiempo, sino un instante costumbres (ta iilhii).
sin límites que &'barca indivisible- Relativo a la moral. Sin. de mora:
mente toda la sucesión del tiempo, en el sentido B. Los valores éticos.
y en el que todos los momentos de Este adj. tiene la ventaja de evitar
esta sucesión están físicamente pre- la anfibología de mo1:a!•. No obstante,
sentes. (J. MARITAIN, Petit traité es poco empleado: se dice 11teorías mo-
de l'ezist. et de l'ezistant, 182.) rales» y no «teorías éticas».
11. A pesar de todas las obje- Lo mismo cabe señalar del substan-
ciones de los filósofos, el hombre tivo «ético», que evitaría la anfibolo-
aspirRl'á siempre, si no a la eter- gía de moralista•.
nidad intemporal, al menos a un·a
duración indefinida. (J.-M. GUYAU, l. Si llegamos a ponernos de
Eesai sur une mor. sa11s oblig ... , acuerdo sobre algunas proposicio-
29.) nes éticas fundamentales, otras po-
drán ser derivadas de ellas (... ).
12. La eternidad no es otro 01·- Tales pl'emisas éticas desempeñan
den más allá del tiempo, sino la en moral un papel análogo al que
atmósfera del tiempo. (M. MER- los axiomas representan en mate-
LEAU-P., Phhromé110/. ele la prrc., máticas. (A. EINSTEIN, Co11ceptio11s
451J · scie11t ... , 35.)
12'. Es la guerrn a la paz lo· ttica. Pal'te de la filosofía que tra-
que a la eternidad el tiempo: su ta de detern,inar el fin de la vida hu-
fo1·ma pasajera. (M. DE UNAMIJN0, mana y los medios para alcanzarlo.
Paz <'lt la gu.rrn1 1 Obn,s rscogiclus, Sin. de 111oral, pero poco usado salvo
045.) Ad. E. por los filósofos. De igual modo, la éti-
12". Con ser tan poco y tim de- ca se .-cfiel'e más a los problemas filo-
leznable el tiempo, tiene una cosa sóficos derivndos de la moral teórica
preciosísima, que es se1· ocnsiiín d2 o fundamental (cual es el bien supre-
la eternidad; pues podemos gana!' mo, naturaleza y valor de la concien-
en noco tiempo lo que hemos de cia moral, fundamento de la obliga-
gozar ctcl'namente, pu1· lo cual es ción ... ) que a la nomenclatura de los
ETIIIIOLOGIA 356

deberes expuestos en la moral práeti- ta ex/lctitud de lenguaje, habrá que


ca o aplicada. En la escuela primaria decir que la etiología histórica o
se estudia moral y no ética. filosoffa de la historia inquiere la
2. Suele juzgárseme por ese Ji. razón de los acontecimientos más
bro de juventud, como si la ética que su causa. (Ibld., I, O.)
de las No1t1·ritu,•es hubiera sido la D. El conjunto de las causas de un
de toda mi vida. (A. GIDE, Les hecho, especialmente de una enferme-
1101trr. ter,·., Pref. de la ed. de dad.
1927.) 3. Es investigando la etiología
3. el programa completo de y las causas profundas de las en-
una ética racional ha sido más fermedades mentales del adulto co-
prometido que realizado por la mo- mo los psiquiatras han comprend1-
ral racionalista, porque, como la do que la mayoría de ellas evo-
ciencia deductiva, se ha encontra- lucionan sobre un terreno ya ta-
do con la diversidad, siempre en rado en la infancia. (G. HEUYER,
cierto grado imprevisible, de la ex- Introd. d la pBIJchiatrie infant.,
periencia. (R. LE SENNE, Tr. de 38.)
mor., 36.)
4. la secundaridad, al organi- ETNIA. Neo!. técnico de la socio!.
zar, tiende a estabilizar. Amena- calcado sobre el gr. ethnos, pueblo: con-
za con dar a la ética de la ley pre- junto de individuos que pueden perte-
dominio sobre la ética del amor, necer a razas y naciones diferentes,
con sustituir la inquietud por el pero unidos por una civilización y, en
automatismo, el sentido de lo trá- particular, una lengua comunes. La
gico por el simple código de bue- etnia francesa engloba a la Bélgica va-
nas costumbres, (E. M0UNIER, Tr. lona y la Suiza románica. Der.: étni-
du caract., 717.) co.
ETIMOLOGfA. Gr. etymologia (comp. ETNOGRA:FfA y ETNOLOGIA. Dis-
de las palabras ety,nos, verdadero, y ciplinas derivadas de la sociología y
/ogos, lenguaje) ; sentido verdadero de que tienen por objeto (como sugieren los
una palabra. sufijos grafía• y logia*) : la primera,
descubrir las instituciones y hechos de
Origen de una palabra. Ciencia que civilización de los diversos pueblos o
tiene por objeto determinar el origen etnias; la segunda, proporcionar su
y precisar, mediante él, la significación teoría general o explicación.
de las palabras.
El estado civil de las pala- l. La etnografía es la historia
bras se llama etimología; pero el de los pueblos sin historia. (J. M0N·
estado civil de las palabras, apar- NER0T, Les faits sociauo: ne sont
te de ser a menudo incierto, es pas des ch,, 105.)
también menos decisivo que el de 2. la etnografía (... ) exige el
las personas: el acta de nacimien- trabajo usobre el terreno», la ob-
to no nos enseña gran cosa, y hay servación directa, incluso la parti-
que recurrir al árbol genealógico. cipación del encuestador, constan-
(A. HERHANT, Lettres d Xavie,r s. temente a la búsqueda de las
l'art d'écrire, 54.) mejores vfas de acceso. No sobre-
V. Metafísica, l. pasa el nivel de la descripción y
pretende una presentación lo más
ETIOLOGfA. Del gr. aitia (causa) completa posible de un grupo (de
y logos (ciencia, teoría). una cultura) cuya extensión res-
A. Ciencia de las causas. tringida parece permitir una total
l. la filosofía de la hiatoria captación. Su medio de expresión
( ... ) que preferiríamos llamar etw- es, por excelencia, la monografín
/ogía hist6rú:a, entendiendo por que reúne y clasifica los materia-
ello el análisis y discusión de las les recogidos (... ).
causas o encadenamientos de cau- 3. La etnología cumple una se-
sas que han concurrido a producir gunda etapa. Sin excluir la obser-
los acontecimientos cuyo cuadro vación directa, tiende a la slntesis.
nos ofrece la historJ!I, (C0URNOT, (G. GURVITCH, Tr. da socio/., l,
Considérations ... , I, 2.) 101.)
2. Si pretendemos una perfec- 4. la et110/ogla corresponde
357 EVIDENCIA

exactamente a lo que primitiva- 2. En la euforia que le causa


mente se llamó a11tropolog{a., es el elogio, el escritor ve su obra tal
decir, que comprende el estudio de como la soñaba antes de haberla
lo• caracteres f(sicos de los pue- escrito. (J. RoSTAND, De /0, ua11ité,
blos o antropología propiamenLe 44.)
dicha; el estudio de los caracteres
materiales de las civilizaciones: EUGENESIA. (Comp. del gr. cu,
1,rehistoria, arqueología, etnogra- bien, y ge nos, raza). Aplicación racio-
fía; el estudio de los f,nómenos nal de las leyes de la genética dirigida
sociales o sociología, la historia de a obtener en el hombre b'uenas condi-
las religiones y el estudio de los ciones de reproducción y una mejora,
fenómenos lingiiisticos. (P. RIVET, tanto mental como física, de la raza.
Diogine, 13 [ 1!166, 1), p. 142.) Tanto si se trata de una Eu-
genesia negativa, por eliminación
ETOLOGIA. Término poco usado pa- de los tarados, como de una Euge-
ra designar la ciencia de laa él/ic (plur. nesia positiva, por el empleo de
de e/has: ya sea la ciencia de los ca- métodos apropiados para favore-
racteres (STUART MILL); ya la ciencia cer la generación de los mejores,
de las costumbres descritas por la et- la conciencia colectiva se muestra
nografía (WUNDT) ; ya, en nuestros bastante refractaría a ella; y pien-
días, la ciencia del comportamiento de so que, por el momento, un control
los animales en su medio natural. de la reproducción humana provo-
Eu, pref. Adv. gr. que significa bien. caría en el cuerpo social un mal-
Se op. a dys (esp. dú,), difícilmente. estar desproporcionado con las
Eupepsia-dispepsia (papsia, digestión) ; ventajas que de él cabría obtener.
euritmla-disritmia. (J. R0STAND, Ce que ;, erais, 83.)
EUDEMONISMO. Der. del gr. eu- EUTANASIA. Palabra creada por
daitnonia, felicidad. Rogerío BACON partiendo del gr. e1<
Doctrina según la cual la moralidad (bien) y thanatos (muerte). De la defi-
consiste en la búsqueda de la felicidad, nición que de ella se dé depende el va-
considerada como el soberano bien. lor moral de los actos que tienden a
Eude1nonis1no racional. Doctrina de procurar la eutanasia.
ARISTÓTELES según la cual el soberano A. En sentido etimológico y primiti-
bien consiste en la dicha que procura vamente: muerte que tiene lug-ar en
la actividad de la razón en la contem- buenas condiciones. «Muerte feliz1,
plación de la verdad. (Di,;t. de Trévou:t, 1711). «Buena muer-
V. Hedonismo, 4. te, dulce y sin sufrimiento• (LITTRÉ).
El médico procura la eutanasia así en-
EUFORIA. Gr. cuphoria, estado del tendida por medio de analgésicos.
que lleva (phorei, equival. de phcrei; B. En muchos contemporáneos:
lat. fert) bien (eu), es decir, fácilmen- muerte acelerada mediante intervencio-
te, una carga, unos frutos (para l& tie- nes destinadas a atenuar el dolor: o in-
rra). cluso muerte provocada .para •poner fin a
Estado de bienestar físico que reper- una existencia demasiado dolorosa; 0 1
cute en el moral. finalmente, «Por eo:t.: teoría según la
1. esta disposición, este senti- cual es legítimo suprimir a los sujetos
miento de bienestar que los médi- tarados o precipitar la muerte de los
cos llaman euforia ( ... ) es un sen- enfermos incurables, para nhorrarlcs
timiento de placer difuso, indeter- los suf,·imientos de la agonia» (Ro-
minado, sin objeto, que sólo es re- BERT).
conocido por comparación con el Doloroso dramn de eutanasia
estado medio o neutro. Se trata de ( ... ). Un industrial de origen ucra-
una tendencia generalizada a ver- niano ahorca a su hija inv,ilida y
lo todo color de rosa, a disfru- se entrega después a la policía.
tar de la alegria de vivir; de un ( Fiuaro, 22 abril 1960, p. 2.)
optimismo espontáneo y momentá-
neo. ~:s lo opuesto, no al dolor, EVIDENCIA. Let. cviclrntia, carác-
sino a una ,lis/orfo que tendría un ter de lo que se ve (lat. vi,c/rrc) de ( l')
fondo de inercia, de aburrimiento, lejos, ae lo que es evidente / cviclrns).
de falta de impulso. (Th. RIB0T, A. En sentido abstracto: carácter de
l'1ychol. 0,/foct., 133.) lo que es evidente, es deci1·, debe aca-
EVIDENCIA 358

rrear el inmediato sentimiento del es- evidencia o demostrarla ( ... ) . De-


píritu. mostrar la evidencia es haber co-
l. cuando tengo una idea cla- menzado a no creer en ella, cosa
ra de una cosa, ya no depende de muy grave. (E, BERSOT, Libre phi-
mi el ir contra la evidencia de esn los., 35.)
idea. (FÉNELON, De l'exist. de Dieu, O. La evidencia es a la vez una
II, 1.) propiedad lógica del juicio y un
2. Como Descartes no puso dis- hecho psicológico. ( ... )
tintivo en la mansión de la eviden- Las condiciones de la evidencia
cia, todos se creen con derecho a son, pues, de dos clases: unas con-
alojar en él su opinión. (HELVÉ- ciernen al sujeto, a la mente que
TlUS, De l'csprit, l." disc., cap. 1, conoce con evidencia; las otras al
2.) objeto, a las ideas que son eviden-
3. la fuerza de la evidencia se tes. Cuando un profesor de mate-
manifiesta ( ... ) en las repugnan- máticas demuestra en el encera-
cias sobre las que triunfan. (A. do un teorema, se preocupa, ante
LALANDE, Voc., en Évidc1tce, 2.) todo, del rigor del razonamiento.
( ... ) Después el maestro se asegu-
4. En efecto, no estamos segu- rará de si es comprendido (... ) .
ros de que haya evidencia sino En su demostración observaba las
cuando hay mala fe en dudar; pa- reglas de la lógica; ahora aplica
ra reconocer que hay evidencia, no leyes psicológicas. Su fin no es ha-
basta exclamar con alguna espon- cer una proposición evidente, sino
taneidad: es evidente; es preciso, producir el sentimiento cJe la evi-
en cierto modo, incitarnos nosotros dencia en unos ciertos espíritus.
mismos al error, resistir a la ver- (E. GLOBOT, Tr. do log., 24-25.)
dad, resistir para ceder, y no ce-
der sino para evitar esa pena inte- 10. La evidencia que menos di-
ficultades suscita y que no se dis-
rior que nos advierte que vamos a cute es la evidencia lógica, la de
mentirnos cuando vamos a enga- una conclusión que resulta de las
ñarnos. (J. LEQUIER, Recherche premisas en un razonamiento rigu-
d'une premiere vérité, 87-88.) roso. (A. DARBON, Les ca,tégories do
5. [Mme. de Guermantes] El la, modalité, p. 40.)
mundo no tenía ya nada que ense- 11. la evidencia es la presen-
ñarle. La idea de que en él le co- cia para la conciencia del objeto
rrespondía el lugar de honor era, en persona. ( ... ) Una evidencia es
ya lo hemos visto, tan evidente pa- una presencia. (J.-P. SARTRE, L'i-
ra ella como la altura del cielo magi11aire, 210.)
azul sobre la tierra. (M. PROUST, 11'. cuando aceptamos la ver-
Temps retr., II, 199.) dad de una frase fu1tdrí1tdo11os
6. Evidencia y certidumbre son en que estamos viendo aquello mis-
expresiones absolutamente sinóni- mo que en el sentido de sus pala-
mas: designan la misma cosa, una bras estamos entendiendo, esa fra-
de,de el punto de vista objetivo, la se es una verdad evidente. La
otra desde el subjetivo. ( ... ) La cer- evidencia no es un sentimiento que
tidumbre es un estado del sujeto, nos incita a deherirnos a una fra-
la evidencia se concibe como una se y a otras no. Al revés: cuando
propiedad del objeto; pero la cer- es un sentimiento y sólo un senti-
tidumbre, estado del sujeto, no pue- miento, sea el que sea, quien nos
de definirse sino como la posesión fuerza a aceptar como verdad una
del objeto. (V. BROCHARD, Ét. de proposición, ésta es falta. La evi-
philos. a:nc.•, 467-468.) dencia no tiene nada que ver con lo
7. el acto de reconocer la evi- sentimental -es, casi podía decir-
dencia no es en modo alguno un se, lo contrario que el sentimiento,
acto simple; la evidencia no es per- el cual por su naturaleza misma
cibida, no es objeto de intuición: es ciego ... (J. ORTEGA y GASSET,
tan sólo se la reconoce juzgando ;_Qué es filosofía,?, 133.) Ad. E.
que existe. (J. LAGNEAU, Cél. le- V. Certidumbre, 7, 8, 10, 22; Demos-
~ons et fra,gm., 109-110.) tra,ci6n, 6; Error, 9.
8. Dos faltas graves puede co- B. En sentido i:oncreto (una eviden-
meter la filosofía: contradecir la cia, evidencias) : lo que (hecho, propo-
3:;9 EVOLUClóN

sición) es evidente, es decir, acarrea al pasado; no se hasa en ninguna


de modo inmediato el asentimiento de la prueba directa. Corresponde. no
mente. obstante, a la única manera de in-
12. A veces se abusa de la pa- terpretar racionalmente h•chos de
lahra evidente: hay pretendidas orden anatómico, embriológico y
evidencias que no son sino el re- paleontológico que en conjunto
sultado de inducciones fáciles y constituyen un verdade,-o haz de
rápidas. (A. SESMAT, Dialectiquc, pruebas. (E. GUYÉNOT, Orig. rles
16.) especes, tz2.)
13. he descubie,-to ya esta evi- 3. Si el hecho de la evolución
dencia. Nada es intolerable. ·(A. DE parece inquebrantable, el mecanis-
SAINT-EXUPilRY, Tcrrr drs 1,ommes, mo por el que el hecho se produce
164.) fracasa, actualmente, ante cual-
V. Esprc111aci6n, 6. quier explicación profunda. (A.
GE0RGE, La vi.e i11tcllcct., 25 junio
EVOCAClóN. Lat. evocatio, acción H/!J8, 431.)
de llamar (vacare) fuera de (e); en 4. Los naturalistas no dudan
particular a los muertos. ya hoy de la evolución; pero no
Psicol. Acto por el que los recuct·dos están de acuerdo sobre las causas,
son llamados a la conciencia. sobre el determinismo de las trans-
Sin.: recuerdo•. formaciones del mundo vivo. (Aaos
y GRASSÉ, Precia de biol. an., 5.•
V. Constelación, l. ed., II, 1300, Masson, 1957.)
EVOLUClóN 5. La evolución se ha converti-
E,·oludón. La.,. evolittio, accrnn de do en punto central, en piedra an-
desenrollal" ( evo/ve re), de desplegar. gular de toda la zoología y de to-
A. Prop.: serie de movimientos con- da la botánica modernas. El bió-
certados. Las evoluciones del ejército, logo que estudia el mundo yh-o lle-
del coro, del cuerpo de baile. ga muy pronto a instalarse en es-
ta mentalidad evolucionista y a
B. Fig.: serie de lentas transforma- encontrarla tan esclarecedora Y
ciones que parecen orientadas en una tan rica que no vuelve a pasar··,,
cierta dirección. En este sentido se por la cabeza el que pueda prrHir~-
opone a revolución. La evolución del dir de ella. (J. CARLES, Tra11sior-m .,
tiempo (meteoro!.), de una enferme- 20-21.)
dad.
V. Fijiamo.
l. El sentido de la evolución
humana consiste sobre todo en dis- D. Biopsicol. Serie de transforma-
minuir paulatinamente la inevita- ciones que afectan, a la vez que a las
ble preponderancia, siempre nece- formas orgánicas, al psiquismo tanto
sariamente fundamental, pel"o en colectivo como individual.
un principio excesiva, de la vida 6. Flecha suprema de la evolu-
afectiva sobre la vida intelectual. ción; dominando a todos los seres
(A. CoMTE, Cours do pl&il. posit., que le han precedido en la vida,
v. 35.) que, lentamente, a través de mile-
C. Biol. Serie de transformaciones nios, hicieron posible su aparición,
que conducen a la aparición de nuevos el hombre emerge asi como centro
tipos de seres vivos. y término -algunos dicen fin- de
2. Ha habido, y hay todavía, toda evolución, que sin él pareceria
una Evolución .,, superficie que no tener ya sentido. (lbícl., 116.)
consiste en la dife,-enciación de la& 7. Renunciemos a In seductora
razas y de las especies, evolución idea de una evolución indefinida.
que Labbé ha calificado, no sin El hombre seguirá siendo el supre-
cierto desprecio, de ,nicrorvo/11ció11. mo acierto de la vida. (J. RoSTAND,
( ... ) L'é1•0I. des e•·¡,., 197.l
Por otra parte, debe habel" ha- 8. La Evolución (... ) es un as-
bido una EL'olución c11 prof11ndi- censo hacia la Coneieneia (... l. de-
clacl susceptible de l"calizar 111 dife- be, pues, culminar su avance en al-
renciación de los géneros, fami- guna Conciencia suprema. (P.
lias, órdenes, clases y ramas. Esta TEILHARD DE CH., Ph<'ttom. lt11-
evolución pertenece poi" completo 111ai><, 287.)
EVOLUCIÓN 860

9. ¿ Qué será la Evolución e!l ha abandonado nunca su esfuer-


el futuro? ( ... ) El hombre no es si- zo; ha ido elevándose constante-
no una etapa t.-ansitoria del movi- mente de grado en grado hasta
miento evolutivo y de la ascensión llegar al Hombre. Su marcha pa-
del espíritu. (A. VANDEI,, L'hommc sada es garantía del porvenir. (A.
et l'ét-ol., 194, 196.) VANDEL, L'hommo et l'évol., 104.)
E. En SP&NCER (por op. a involución 13. La Evolución sigue siendo
y a disolución) : paso de lo homogéneo para muchos el Transformismo; y
;. lo heterogéneo por un proceso de di- el Transformismo no es a su vez
ferenciación e integración progresivas. más que una vieja hipótesis dar-
1O. La evolución es una integra- winiana ( ... ).
ción de materia acompañada de ¿ La evolución una teoría, un sis-
una disipación de movimiento, du- tema, una hipótesis? No, sino mu-
rante la cual la materia pasa de cho más: una condición general a
una homogeneidad indefinida, in- la que desde ahora deben plegar-
coherente, a una heterogeneidad se y satisfacer, para ser pensa-
definida, coherente, y durante la bles y verdaderas, todas las teo-
cual, asimismo, el movimiento re- rías, todas las hipótesis, todos los
tenido experimenta una transfor- sistemas. Una luz que ilumina to-
mación análoga. (H. SPENCER, Pre- dos los hechos, una curvatura que
mierB princ., § 145, p. 365.) todos los rasgos deben adoptar;
In.volución. Lat. involutio, acción de tal ea la Evolución. (P. TEILHARD
involverc (envolver). Utilizado en In- DE Cu., Phénom. huma,in, 242.)
glaterra y adoptado en Francia por Evolucián crea,dora,. Titulo de una
A. LALANDE para expresar el movimien- obra en la que BERGS0N muestra que la
to inverso a la evolución en el senti- vida es creadora, si no de materia, al
do E. menos de formas nuevas.
Paso de lo heterogéneo a lo homogé- 14. Evolución crea,dora, no que-
neo por un proceso de asimilaciones su- ría decir evolución que crea, sino
cesivas. evolución en la que hay creación.
11. Herbert Spencer se sirvió Es lo que entonces escribimos [en
de la palabra disolución para de- Dieu ou rien, II, 63), y lo que el
signar el movimiento que se opo- autor nos agradeció poco después.
ne a la vez a la diferenciación y (A.-D. SERTILLANGES, Bergson et le
a la integración, es decir, a la or- ca,thol., 3'1.)
ganización individuante, y la pri- 16. Todos nuestros estudios su-
mera edición de esta obra ( ... ) se ponen, en efecto, o sugieren al me-
había conformado a tal uso. La nos, que la evolución es, realmen-
experiencia ha mostrado que era te y en el rigor del término, crea.-
una adopción desafortunada ( ... ). dora.: quiero decir productora, ge-
Disolución va teñido de un matiz neradora de novedad radical e
peyorativo indeleble. (... ) Vale, irreductible ( ... ). Las formas vi-
pues, más renunciar a ese térmi- vas no sólo salen una de otra, co-
no y decir aquí involución (... ). mo si estuviesen envolviéndose y
Entenderemos por ello la transfor- cada una al desplegarse no hiciese
mación de lo diverso en igual, la sino desenmascarar la siguiente:
marcha hacia una mayor semejan- se transforman también una en
za ... (A. LALANDE, JllUBiO'IUI évolu- otra, por un progreso que es más
tionniBtCB, 21-22. La 1.• ed. se inti- que emergencia de realidades la-
tulaba: L'idée directrice de la, DiB- tentes, que es verdadera invención.
Bolution, opposéc a cellc de l'évo- (E. LE RoY, L'e:x:ig. idéa,listo .•. ,
lution.) 234.)
F. Como principio de explicación 16. El transformismo así con-
(se escribe a veces con E): fuerza o cebido se halla, pues, muy lejos
personificación de la fuerza que orde- ( ... ) de tender a la exclusión de
na la marcha hacia adelante de los se- la idea de un Dios creador ( ... ) .
res y las instituciones. «Creación evolutiva» no tiene na-
12. ¿ Qué será la Evolución en da de inconciliable con «evolución
el futuro? ( ... ) Debemos esperar creadora»; ambas fórmulas expre-
que la Evolución reanude su mar- san el haz y el envés de una misma
cha algún dia. La Evolución no idea. ( ••• )
361 EVOLUCfóN

¿ Es la evolución cl'eadora? An- simples de entre ellas o incluso de se-


te todo, por poco que en ello se res monocelolares.
piense, no hay verdadera evolu- in. Las discusiones en lomo al
ción sino a tal precio. ( /bid., 235.) Transformismo son, en apariencia,
17. una creación de tipo evolu- de orden científico; pero, en el fon-
tivo (Dios lindindo•t: hacer las co- do, In pasión en ellas manifiesta
sas) parece desde hace mucho tiem- tiene un origen más profundo: es
po n muy grandes ingenios la más de orden moral y reH~ioso. Los
hermosa que podamos Imaginar pa- adversarios del Evolucionismo bio-
ra la operación divina en el Uni- lógico no sedan tan ingeniosos pa-
""""º· (P. TEll,IIARD DE en., Vi•io11 ra multiplicar o agrandar sus oh-
tl11 pa,i••'• 217.) jecioncs si no estuviesen animados
17'. desde el punto de vista de de una funrlamental desconfianza
una mctafisira intramundana, la frente a las nuevas opiniones que
evoluci<)n es aquel carácter según les persuade de que al atacar las
el cual lns esencias quiditativas tie- ideas transformistas salvan la vir-
nen unn constitución genética a lo tud y la religión. (P. TEILHARD DE
lnrgo del tiempo, y la tienen pre- CH., Visfon e/u JJOHsé, 185.)
cisamente porque en su contenido 20. Dentro de la perspectiva del
constitutivo son inalterables. El fijismo, In creación tomaba el as-
ámbito de !ns esencias especificas pecto de numerosas intervenciones
no es sólo •~~~. orden, sino que sucesivas; porque entonces la apa-
es «génesis esencial». ( ... ) Ln me- rición de cada forma vegetal y
tafísica de las esencias específicas animal suponía un distinto acto
es una metafísica genética. Es de- creador. En la perspectiva del evo-
cir, frente a la idea clásica de In lucionismo la creación toma el as•
pe1·durabilidad de la esencia, hay pecto de una intervención sin hia-
que afirmar la idea de una evolu- to, como un acto único que se des-
ción esencial en la linea de Jo es- pliega poco a poco. ¿Acaso esta se-
pecífico. (X. ZUBIRI, Sobre /a fBCll- gunda visión no da una idea aún
cia, 256-257.) Ad. E. más grandiosa de la omnipotencia
E,·olutivo. Que evoluciona, es decir, divina? (J.-M. BERGOUSIOUX, en
pasa por una serie de fases diversas Catho/idsme, IV, 846.)
(enfermedad evolutiva) ; que constituye V. Creacionismo, 14.
una evolución (transformación evoluti-
va, movimiento evolutivo). B. Filos. (extensión del evolucionis-
mo biológico llevada a cabo por SPEN-
18. El mundo evolutivo es co- CER) : doctrina según la cual la ley de
mo un pergamino que se desenro- evolución rige toda la realidad, desde
lla. El creacionismo lo veía como el mundo inorgánico hasta el pensa-
una hoja puesta de plano de una miento y las instituciones humanas.
vez para siempre, Para la causali-
dad creadora resulta equivalente, 21. hemos llegado a considerar
(A.-D. SERTILLANGES, L'idéo do la ley de evolución como común a
créatio11, 141.) todos los órdenes de existencia, en
Evolucionismo. Doctrina filosófico- general y en particular. (H. SPEN-
cientifica que explica las formas supe- CER, Preinicrs princ., 187, 486,)
riores de la realidad por evolución a 22. en todas !ns evoluciones,
partir de las formas inferiores. La pa- inorgánicas, orgánicas y supcr-
labra designó en un principio y conti- orgiinicas, ese cambio en la dispo-
núa designando sobre todo el evolu- sición de la materia va acompaña-
cionismo biológico o transformismo. do de un cambio paralelo en la
No figura todavía en el LITTRf, cuyo disposición del movimiento, pues
suplemento (1877) contiene solamente todo aumento en la complejidad de
rion/ucionista con esta indicación: «Pnr- la estructul'a implica un aumento
tidario del sistema de In evolución, si- correspondiente en la complejidad
nónimo de transformista,» f11ncional. ( lbíd., 487.)
A. Biol. (sin. de trnnsformista • y En partir.: doctrina que resuelve re-
por op, a fijlsmo•): teoría científica se- curriendo a la evolución de los proble-
gún la cual las especies vivas descien- mas de origen, princi¡,almente los rela-
den, por transformación evol11tiva y tivos a lo que de pl'O)>iamente humano
complejificación progresiva, de las más hay en el hombre. Por ej.:
EXCEPCIÓN 862

l. Psirol. La superioridad mental del egoísta será la evolución ulterior


hombrC' sohr<> los animales es un resul- ele In humanidad. Llegará entonces
tado de las transformaciones evoluti- a ocurrir que la ambición más ele-
vas que han conducido al cerebro hu- vada de quienes ejerzan la benefi-
mano; la supuesta superioridad nati- cencia sea la de contribuir a «ha-
,·a de los individuos pertenecientes a cer al Hombre». (H. C0LLINS, Rés.
pueblos civilizados es el resultado de de la ¡,hilos. ele TI. Spencor, 649.J
una e, olución psicológica consistente
en la transmisión hereditaria de los EXCEPCióN. Lat. cxccptio, der. de
hábitos adquiridos por las sucesivas ge- cxcipere: sacar de (capero ez), ya sea:
neraciones, evolución acelerada por el 1 • para retenerlo, ya 2.' para apartar-
juego de la selección natural. (DAR- lo, para exceptuarlo. Es en aquel pri-
WIN), mer sentido de czcipere en el que se di-
23. el cerebro representa una ce: 011mis pcrceptio est ezceptio (toda
infi_nidad de experiencias recibidas percepción es una excepción, es decir,
durante la evolución de la vida en una elección entre). Pero en el latín
general; las más uniformes y fre- clásico cxccptio tiene el mismo sentido
cuentes han sido sucesivamente le- que excepción en español.
gadas, interés y capital, y han así Caso en el que la regla o la ley no
ascendido lentamente hasta ese al- se aplican, ya sea de hecho (excepcio-
to grado de inteligencia latente en nes gramaticales), ya de derecho (ex-
el cerebro del niño. (SPENCER, cepciones previstas por la propia ley o
Princ. de psychol., § 208, 508.) dispensas concedidas por la autoridad
28'. La Historia cayó en ma- competente).
nos de los progresistas liberales, de l. la palabra ezcepci6n es an-
los darwinistas y de los marxistas. ticientífica ( ... ) ; lo que hoy llama-
Ahora bien; estas tres castas de mos excepción es simplemente un
pensadores coinciden en creer que fenómeno una o varias de cuyas
la estructura esencial de la vida condiciones nos son desconocidas.
humana ha sido siempre idéntica. (Cl. BERNARD, lntrod., II, I, § 5.)
Los primeros dirán que las varia- 2. La ciencia no admite excep-
ciones históricas provienen de la ciones; sin ello no habria ningún
lucha entre el espíritu de libertad determinismo en la ciencia, o, me-
y el de opresión; los segundos sos- jor aún, ya no habría ciencia ...
tendrán que donde quiera se ha lu- (Cl. BERNARD, Leg. de pathol. ex-
chado por vivir, y han triunfado los pér., 2.• ed., 514.)
mejor adaptados; los terceros pen-
sarán que el hecho económico ha 3. toda dispensa, toda suaviza-
sido ayer, como anteayer y como ción de la ley debe dar lugar a una
hoy, el substracto de la vida histó- nueva proclamación de la ley en
rica. lo que tiene de necesaria para el
funcionamiento del organismo so-
En general, el espíritu evolucio- cial. Es verdaderamente la ocasión
nista, tan característico del siglo de decir, es incluso la única oca-
pasado, tiende a ignorar las dife- sión de decir que la excepción con-
rencias y a subrayar lo que hay de firma la regla. (GE0RGES-DAVID, La
común entre las cosas. (J. ORTEGA science et l'ezista11t, 89.)
y GASSET, Las Atlántidas, Obras,
III, 308.) Ad. E. EXCITAClóN. Lat. czcitatfo, acción
2. Moral. La conciencia moral es un de hacer salir (citare) de (cz), de des-
producto de la evolución que, en el con- pertar.
flicto entre las tendencias egoístas y A. Fisiol. l. Acepción técnica: «Ma-
las altruistas, conducirá a una concilia- nifestación de una reacción del orga-
ción final, al llegar el hombre a ha- nismo al estímulo eficaz». (H. P1faoN,
llar sn placer en el placer procurado La scnsation, 9.)
a los demás. V. Sentido, 82.
24. La experiencia nos muestra 2. Acepción más usual: «Acción do
desde ahora que puede haber un in- un estímulo sobre una extremidad ner-
terés extremo en la persecución de viosa sensitiva». (l'oc. LALANDE.)
fines totalmente altruistas, y a me-
dida que el tiempo avanza, habrá Sin.: estimulo, activación.
cada vez más intereses cuyo fin no Contr.: inhibición*, frenado.
363 l~XPEIUENCI,\!

t. La existencia de tales •sla- J<~XOGAMIA. Matrimonio (gr. ga-


dos fluctuantes de excitación e in- 1n,,s) en el exterior de un grupo social
hibición ligados a las variaciones determinado. La exogamia consiste en
del quimismo de la materia viva es tomar cónyuge fuera del propio grupo
elemento explicativo capital del social.
funrionnmiento de los centros ner- Cmrlr.: endogamia ...
viosos. (P. CIIAUCIIAHD, I~,· ccrt,rau,
40.) Para Durkheirn ( ... ) la prnhihi-
ción sexual dictada por la exo-
V. l1111irrsió11, l. ¡!arnia, que obliga a los hombres
B. Psicol. Acción de excitar, rs de- de una fratria o de un clan a ca-
cir, ele empujar, principalmente me- sarse fuera de su fratria o de su
diante palnbras, a ciertas acciones o, clan, no es otra cosa que un tabú
más a m,nudo, de provocar sentimien- totémico. (A. J\IORET y G. DAVY,
tos que harán obrar de la manera d•- Dr• c/a,,rs a,¡i:, Emp., 10.)
seada. Estado del que está excitado
(v. C). EXOTltRICO. Gr. er,iterikos, que
C. Psicopatol. «Desorden caracteri- se halla en el exterior.
zado por la sobreactividad de las funcio- Que se dirige a las gentes del exte-
nes psíquicas normales, perturbadas o rior, al público no iniciado. Se op. a
deficitarias, a la que se añaden casi esotérico•.
siempre reacciones de exteriorización l. una obra filosófica digna
verbal y motriz». (Ch. BARDENAT, en de tal nombre debe ser letra muer-
Ma,11. a,/pltab. de psyehiatric). ta para el lector exotérico que la
Sin.: eretismo, manía. recorre como haría con una obra
Co11tr.: depresión, astenia. literaria, en busca del desenlace,
de los resultados, sin filosofar por
2. Estoy siempre dispuesto a sí mismo, sin rehacer por propia
pasa1· con singular prontitud de cuenta el trabajo del autor: es pre-
la excitación al abatimiento y de la ciso que ambos lo sepan de anten,a-
reflexión a una imaginación vaga- no y tomen sus medidas. La fi'.o-
bunda, etc. (M. DE BIRAN, Jour11al, sofía es esencialmente esot~rica.
22 marzo 1819.) (J. LAGNEAU, Cél. lcr1n1s et fra9m.,
V. Alternativa,, 8. 34.)
Exis. Subst. gr. der. de eehein, tener 2. La filosoíia de Pitágoras,
(como el lat. ha,bitus, der. de ha,bere, con sus inmediatas aplicaciones pa-
tener) : posesión, manera de ser. ralelas a astronomía, arquitectura,
Empl. para traducir el lat. habitus música, dibuja a lo largo de la his-
e indicar una manera de ser. toria una tradición, ininterrumpi-
damente comunicada, a la yez que
Mediante el entrenamiento, la por escuelas, por cofradias; fre-
formación profesional, etc., el ins- cuentemente secretas o practican-
trumento existe como e:r:is en el or- do un exoterismo doblado de esote-
ganismo del que, por función, de- rismo. (E. o'ORs, Tres lecciones rn
be utilizarlo, ( ..• ) De hecho, la el /11. del Pra,do, 99.)
pra:r:is es la temporalización de
la e:r:is en una situación siempre EXPERIENCIA
singular. ( ... ) No hay e:ris, no hay División del art.: Del gr. pcira, !ensa-
hábito sin vigilancia práctica, es yo, prueba) se deri\•an dos series de
decir, sin un objetivo concreto que palabras que repartiremos bajo los tí-
viene a determinarlos en su inde- tulos E:rprrie11cia, I y Experiencia II.
terminación esencial, y sin un pro-
yecto que los actualiza especificán- E,·pericncia, I (Ref. gr. rn [dentro
dolos. (J. - P. SARTRE, Crit. de la de] que se convie,·te en ""' delante de
ra,ison dia,l., 1, 467-468.) las labiales) tiene como derivados:
ExiRlencia y der. V. Ser 111. empiria,, em.pirico, empirismo.
F..xo. Preí. tornado del gr. c.,.,;, fue- E.rpcric11cia, II (Ref. gr. ck o ex;
ra. Se opone a e11do. Equivale al pref. prof. latino ex. Indica origen) tiene
de origen Jat. e:r:tra o c,:tro. Entra en como derivados: expcrfoncntar, experi-
la composición de diversos términos menta./, e.t:perimr.ntación, e.rpen·mento.
cientlficos: e:rodermo o ectodermo, exo- l. la noción de experiencia es
gamia, ex6geno. en si misma ambigua. Tenemos,
EXPERIENCIA 304

por un lado, una <!XJlCl'icncia cons- netrn1· con ayuda de la observación


tituida y archivada en cuyo nombl'e en los fenómenos íntimos de In
se anuncian los juicios en «se»; pol' máquina viviente y determinar su
otro. una experiencia en vias de mecanismo ... (CI. BERNARD, llltrod.,
formación que no es justamente III, IV, 3.)
posible sino a condición de hacer
tabla !'asa de la primel'a, aunque B. Por op. a racional o sistemático:
ultariol'mente, y tras haber sido que pel'manece en el plano de la ex-
ronvenientemente desecada, sea periencia espontánea o vulgar, sin re-
llamada a ocupar un lugar en el currir a la razón para interpretar los
herbolario de la sabiduría univer- datos de esa experiencia u organizar-
sal. (G. MARCEL, Homo viator, 68- los en un sistema racional.
69.) 5. Los hombres obran como los
animales mientras )as consecucio-
EXPERIENCIA I (Empírica) nes de sus percepciones se deben
Empiria. Neo!. calcado sobre el gr. sólo al principio de la memoria.
cmpeiria (experiencia) que se opone a Se asemejan a los médicos empi-
cpistihnc (ciencia): el dato del hecho ricos, que poseen una simple prác-
bruto. tica sin teoria; y no otra cosa si-
l. En el plano empírico, la gra- no empiricos somos en las tres
cia, la alegría, la creación no pue- cuartas partes de nuestras accio-
den durar sin contradicción: nues- nes. Por ejemplo, cuando esperamos
tra empiria sólo es rasgada por que mañana amanezca, obramos
una metaempiria instantánea y como empíricos, porque es algo
que no dura sino un instante, es que siempre ha ocurrido as!, has-
decir, no «dura». (W. JANKÉLÉ- ta ahora. Sólo el astrónomo lo
VITCH, Tr. des vertus, 183.) juzga con arreglo a la razón.
(LEIBNIZ, Manad., § 28.)
2. Si nos referimos a la empi- 6. Cuando creemos que nada
ria, es, ante todo, por hallar en ella puede saberse más allá de los he-
punto de partida para un estudio chos, como el empírico, permane-
fenomenológico (... ). Pero una re- cemos voluntariamente en una es-
flexión sobre la experiencia estéti- trecha vía que no permite llegar a
ca, incluso si parte de la realidad la ciencia, es decir, a la ley de los
empírica de las obras de arte, ga- fenómenos.
na quizá con no insistir en su di-
versidad... (M. DUFRENNE, Phr!no- Cuando creemos saberlo todo, co-
ménol. de l'e:epér. esth., I, 13, 14.) mo el sistemático, y que basta con
deducir todas las consecuencias de
Empírico. Gr. empeirikos, que se unos sedicentes principios que con-
guía por la experiencia (se dice espe- sideramos como absolutos, detene-
cialmente de los médicos: SEXTUS EM- mos igualmente la ciencia, falsea-
PIRICUS = Sexto el médico). Adj. em- mos los hechos. (Cl. BERNARD,
pleado también substant. Pri,ic. de ,néd. c:ep., 79.)
A. Por op. a experimenta]• o cien- V. Observaci6n, 13; Voluntad, 34
tífico: que se atiene a la experien- bis.
cia vulgar o inmediata, sin someterla a
un control metódico. En este sentido 7. [En medicina.] También los
se emplea también como sustantivo. signos diagnósticos, como los me-
Los curanderos y ensalmadores son dios de tratamient<¡, son con mu-
unos empíricos. cha mayor frecuencia empíricos que
3. los empíricos son los que se racionales: la «lengua blanca» es
guían por una experiencia instin- un excelente signo de trastorno
tiva adquirida por medio de he- gástrico; pero ¿por qué el trastor-
chos no razonados y observados en no gástrico blanquea la lengua?
cierto modo de manera inconscien- Nadie lo sabe.
te. (CI. BERNARD, Princ. de méd. Como la medicina, la psicopeda-
c:rJJ., 45.) gogía será más s: menudo empírica
4. El médico empírico se halla que racional. (E. CLAPARtDE, Psu-
satisfecho cuando (... ) llega a sa- chol. de l'cnfa.nt, 117.)
ber que tal remedio cura tal en- Para Cl. BERNARD son emph-icas las
fermedad (... ) Pero el médico ex- observaciones efectuadas antes de la
perimentador [querrá además] pe- formulación de una hipótesis, es decir,
305 EXPERIENCIA

las que se reducen u In simple constu- de lo empmco ( ... ) es ya una no-


tnclón de los hechos. ción mcttunnpirica, es dceir, in-
8. Las obstrvacio11cs empíricas concebible e imposible en el plano
son las hechas sin ninguna idea del puro saber positivo, puesto que
preconcebida y con el solo fin de esa totalidad o totalización tan
constatar el hecho sin tratar de sólo puede ser concebida a condi-
comprenderlo. Este género de ob- ci<Jn de trascender la experiencia.
serva,•ión debe constituir siempre (R. JOLIVET, L'hr»nmt métaph., 67.)
In base primera de la ciencia, sin Empirismo. A. En el terreno prác-
la que se falsea o se trunca la ob- tico: actitud del empírico, es decir, d~
servnci6n al pretender darle una quien, en el ejercicio de su arte, se guía
significul'i6n nntes de cono(•erln en por tradiciones y experiencias sin ca-
si misma. Pero unn vez estahleci- rácte1· cientüico. Carácter de los resul-
dos los hechos de observación em- tados así obtenidos.
plrica hay que darles una signifi- 12. el empirismo no es otra
cación, deducir de ellos leyes con cosa que una especie de experiencia
ayuda de hipótesis y de ob•rri•c,. inconsciente y como instintiva ad-
cio>t<'B, que son su piedra de toque, quirida por el hábito y la práctica
la apropia,la, pa.ra t•rrificarlo•. Es misma de las cosas. (CL BERNARD,
a eslas últimas n las que corres- Princ. de méd, exp., 44.)
ponde el nombre de obs,rvaciurirs 13. El empirismo debe ser pa-
ci,11tí/icas. Son necesal'iamente he- l'& él [el médico] la cabaña de que
chas con vista a una idea precon- habla Descartes y que sirve tan
cebida que se trata de verificar. sólo para estar al abrigo y no dor-
(CI. BERNARD, Princ. dt m,i<I. erp., mir a la intemperie, en espera de
3.) ser constl'uido el edificio científi-
C. A veces, pero impropiamente: t. co. (Ibúl., 179.)
Sin. de empirista (que explica todo el
psiquismo humano por la experiencia) : 14. primitivamente todo fue
empírico, y sólo más tarde llegó la
teoría emph-ica; 2. Sin. de experimen- teoría a iluminal' la práctica- El
tal (que procede de o por la experien- empirismo no es, pues, 1o contra-
cia, incluso en su forma metódica y ra- rio de la ciencia, sino un peric,J11
cional) : método empírico.
necesario que precede a la cien-
D. En KANT (por op. a puro, a prio- cia y la acompaña. Porque todas
ri): se dice del conocimiento que tiene las ciencias, incluso las más avan-
su fuente en la experiencia de los sen- zadas teóricamente, tienen tambien
tidos. partes oscuras y todavía empíricas
9. La impresión de un objeto junto a otl'as en que la teoría bri-
sobre la facultad representativa, en lla con todo su fulgor. (CL BER-
tanto que por él somos afeetados, NARD, Princ. de méd. exp., 180.)
es la se11•aci6n, y la intuición que 15. El aspecto dogmático de la
se refiere al objeto por medio de Constitución francesa del 26 de oc-
la sensación se llama empírica, tubre de 1946 no debe enmascaral'
(KANT, Crit. de /a, r. pure, 53.) el pl'ofundo empirismo y la diYer-
10. Intuición y conceptos cons- sidad esencial, tanto en su anti-
tituyen, pues, los elementos de to- güedad como en su espíritu, de
do conocimiento. ( ... ) Estos dos nuestras instituciones políticas.
elementos son o puros o empíricos: (DONNEDIEU DE V., L'État, 20.)
empíricos cuando contienen ¡¡na B. Como actitud científica: decisión
sensación (que supone la presencia de observar simplemente los hechos sin
J'eal del objeto) y puros cuando a formular hipótesis. Este empirismo
la representación no va mezclada puede ser metódico y justifical'se poi'
ninguna sensación. (... ) únicamen- el cuidado de no falsear la observación
te las intuiciones y conceptos pu- (es la actitud que CL BERNARD llama
ros son posibles a priori; los empi- empirismo científico). Puede también
l'icos sólo lo son a po•toriori, ( Ibúl., ser escéptico y resultal' de la convic-
76.) ción de que no hay más certidumbl'c
.Uetaempírico. Que sobl'epasa los da- científica que la de los hechos.
tos de 111 experiencia. A veces sin. de lG, el empil'ismo científico con-
metafísico. siste en la constatación precisa de
1J. la noci6n de una tot11lid11d los hechos Qlle el azar o las cir-
EXPERIENCIA 366

constancias fortuitas nos presen- nndn, ele doncle bl'otn la organiza-


tan ( ... ). El empirismo científico, ción sistcmí,tica cuya imagen ofre-
tal como acabamos de considemr- ce nuestra ciencia actual. (L.
lo, no es, sin duda, toda la ciencia, BRUNSCHVJCG, L'expér. hum ... , 3-4.)
pero constituye, en realidad, su 21. La dificultad con que se en-
umbral; le sirve de introducción y frenta el empirismo consiste natu-
debe precederla de modo inmediato. ralmente en explicar cómo puede
(CI. BERNARD, Princ. de ,néd. cxp., ocurrir que los principios y catego-
53.) rías posean caracteres de univer-
17. La ciencia sólo se edifica salidad y necesidad en completa
sólidamente mediante la bien equi- oposición con la puticularidad y
librada asociación del empirismo la contingencia de los hechos de la
y el racionalismo. ( lbíd., 66.) experiencia de que se los supo-
18. El empirismo puede servir ne derivados. (M. GEX, lnit. d la
para acumular los hechos, pero no phi/os., 206.)
podrá nunca edificar la ciencia. El V. Crítico, 9.
experimentador que no sabe lo que 2. Para el empirismo relativo de la
busca no comprende lo que encuen- filosofía más común: los principios re-
tra. (Cl. BERNARD, Ra'Pport ... , 185.) sultan de la experiencia, en el sentido
C. Como doctrina filosófica y por de estar condicionados por ella; pero
op. a racionalismo* o a idealismo*: no exclusivamente de la experiencia,
teoría según la cual todos nuestros co- ya que su formación se halla igualmen-
nocimientos (comprendidos los prime- te condicionada por una facultad inte-
ros principios y las categorías) no son lectual distinta de la sensibilidad:
datos a priori, sino adquisiciones de la la rnzón. Sus partidarios completan la
experiencia. fórmula del empirismo estricto me-
diante la reserva propuesta por LEIB-
l. Para el empirismo estricto o ab- NIZ: nada hay en la inteligencia que
soluto: los principios resultan de la sola no haya pasado antes por los sentidos,
experiencia, sin nada que les sea ante- nisi ipse intellectus (si no es la propia
rior si no es el propio poder de expe- inteligencia o 1·azón). Esta concepción
rimentar, es decir, la sensibilidad. Tie- se denomina también empirico-raciona-
ne por fórmula c)ásica: Nihil cst in lista.
intellectu quod non fuerit prius in. sen-
su (nada hay en la inteligencia que 22. Queda el preguntarse si
no haya pasado por los sentidos). El esos principios, no explicados ni
asociacionismo* constituye su forma por la experiencia ni por la inte-
más evolucionada. · ligencia tomadas aisladamente, no
pueden nacer del concurso de la in-
19. El empirismo inglés se opo- t.eligeneia y la experiencia. (E.
ne a la filosofía cartesiana. Des- RABIER, Psychologie, 392.)
cartes y sus sucesores son racio-
nalistas cuya ambición consiste en La creencia en la causalidad [y
aplicar el método de las matemá- en los demás principios] surge,
ticas a la filosofía. Los empiristas pues, de un com'ercio del espíritu
ingleses adoptan como ideal las con las cosas. ( ... ) No es debida
ciencias de la naturaleza y apli- ni a la experiencia b1·uta ni al es-
can el método inductivo al estudio píritu puro, sino a un empirismo
del entendimiento humano. (JANET inteligente. (lbúl,, 406.)
y SÉAILLES, Hist. de la phi/os., 22 bis. Es el mismo sentido d•
1041.) la doctrina de la abstracción de
20. el empirismo ( ... ) es el pos-
las ideas, que se ve as! confirmada
por su aptitud para conciliar, en
tulado según el cual la experiencia lo que tienen de fundado y justo,
se basta a sí misma. La mente,
considerada con independencia de los puntos de vista contrarios del
la naturaleza, no posee recurso al- empirismo y el Idealismo. (R. Jo-
LIVET, PB11chol,, 467.)
guno para añadir nada al cuadro
de lo que la naturaleza le aporta; 3. Para. un empirismo al que puede
el contenido del conocimiento vie- calificarse de metafísico: teor(a según
ne por completo del exterior. Por la cual todos nuestros conocimientos
otra parte, es de este contenido, en proceden de la experiencia, pero de
tanto que contenido, sin referencia una experiencia ampliada que compren-
a una forma previamente determi- de la intuición de la. realidad en sí
367 EXPERIE.'llilCIA
(experiencia metafisica) e incluso de rís, 1935. Aloe. final, Act"•• VIII,
Dios (experiencia mistlca), 87.)
23. un verdadero empirismo es 25. ¿Dónde estará entonces la
el que se propone ceñir lo más intelígíbílidad, sino en lo que su-
apretadamente posible el propio pera el empirismo lógico sirviendo
original, profundizar en su vida y, a la vez de fundamento a la expe•
por una especie de ciuscultació11 es• l'iencin y a la lógica? Pero no se
¡iirilual, sentir palpitar su alma; quiei·c marchar en este sentido por
y este <•mpirismo es In verdadera un aprensivo prejuicio hacia la
melafíska. (11. BERGSON, f,,. pr11séc metafísica. (G. BERGER, Rec/1. s.
,·1 1, mo,u•., l!IG.) lrs co11el. ele la con11., 30.)
V. A 71riori, 2. 25'. El neopositivismo es un
Em¡,iri•mo /,ígico (llamado también racionalismo, como cierto tipo de
positivismo lógico, neopositivismo, em• sociedades mercantiles, 11de respon-
pirismo científico). Doctrina que dche sabilidad limitada». Puede contes-
su origen ni Círculo de Viena (Wic11rr tar preguntas concretas y bien de-
Krt'i•J y según la cual: 1.0 la experien- terminadas, pero no se siente ca-
cia es la única fuente de lo que nos es paz de dar respuesta a las cuestio-
dado conocer de In realidad (empiris- nes capitales de la existencia, ni
mo); 2.0 la razón tiene, no obstante, un de guiar el comportamiento huma-
papel que desempeñar (lógica), a saber, no. (J. L. ARANGURE."{, ],np/icacio-
coordinar en un sistema coherente los nes de la filosofía en la i•icla con1-
«enunciados protocolarios» de observa- lc111porá11ca, 26.) Ad. E.
ciones (pero no los hechos .mismos) y Empirista. Que profesa el empirismo
para ello constituir esa «lengua bien o a él se refiere, principalmente en eJ
hecha• que, como decia CONDILLAC, es sentido filosófico (C). Teoría, concep-
toda la ciencia. Forma contemporánea ción empirista. Los filósofos empiris-
del nominalismo•. tas o, substant., los empiristas (por op.
a los racionalistas).
24. Hemos partido de una doc-
trina ( ... ) que ofrecía una excelen- 26. Somos, ante todo, e mp iris-
te base de discusión: la de la Es- f as: en el sentido más clásic-o, esta
cuela de Viena, a la que podemos palabra significa que esperamos <le
convenir en dar el nombre de em- la experiencia sensorial, de la per-
pirismo lógico. Según esta doct,·i- cepción por el ta.eta, la vista, el oí-
na, la filosofía científica debería do y los demás sentidos, el cono-
reducirse a la si'1taxis lógú:a del cimiento de la realidad. (R. LE
lenguaje científico, es decir, a las SENNE, Introd. a la phi.los.', 7.)
reglas de formación y de transfor- 27. el empirista admite el uso
mación de las proposiciones cien- de la razón para la organización
tíficas. En una palab,·a, la filoso- de la experiencia. (H. REICHEN-
fía científica seria la gramática BACH [v. EmpiI·ismo lóg.]) L'a-
ele la ciencia, Esta doctrina no c,,n- t•e11. de la philos. scient., 75.)°
sidera sino la coherencia lógica de
las proposiciones entre si, no su co- 28. Empiristas y racionalistas
rrespondencia con algo dado que están de acuerdo en el hecho de que
constituiría los datos materiales, el conocimiento se deriva de los da-
cuyo estudio se deja a las ciencias tos de la experiencia organizada
especiales. En el curso de este Con- por la razón. Se oponen entre
greso hemos visto la necesidad de sí en cuanto al origen da esta ra-
superar ese punto de vista exclu- zón. ( ... ) Para los empiristas, la
sivamente ÍOl'mal, y los defensores razón se deriva de 1a experiencia,
de la teoría de la cohe,·encia lo han en tanto que para los rncionalis-
reconocido con ejemplar lealtad. tns posee su estrul'lurn completa
No cabe dal' cuenta de la anato- antes de su contacto con la expe-
mía de la ciencia sin volver a in- riencia. (M. GEX, foil. rl ,,. phi/os,,
corporar al concepto clásico de 210.)
verdad fundada en la correspon- 28', Por una centuria y pico se
dencia univoca de un sistema ,Je pudo crcc1· que la critil-a de arte
símbolos con algo dado. (L. Rou. se identificaba con el comentario
GIEII, Presidente del I Congreso ln- ti,• asuntos. Lo representado intere-
tcrn. de Filos. de las Ciencias, Pn- saba más ni contemplador en ve-
EXPERIENCIA 868

na de crítica que la manera de la 4. Las ilusiones caen una tras


representación. Lo que se llamaba olra, como Jas cortezas de un fru-
entonces «el espíritu», en vez de lo to, y ese fruto es la experiencia.
que se llamaba desdeñosnmente In (G, DE NERVAI,, Sy/vic, IV.)
1tletrn)); el «fondo», en vez de 6. ¡ Qué lástima que la expe-
la ti forman¡ ~sto, en una oposición riencia llegue precisamente en In
dC' tt,rminos que nunca hubiera po- edad en que se van las fuerzas!
dhlo tolera1: antes, no ya un idea- (E. DELAC1to1x, Journal, 4 febrero
lista a lo platónico, sino inclusive 1847.)
un empirista a lo aristotélico; pa- 6. La palabra griega que tra-
ra el cual, al fin y al cabo, el cs- ducimos por experiencia significa
víritu tenía que ser una forma. rutina y se opone al conocimiento
(E. o'Ons, Tres lcccio11cs en el 111. racional. ( ... ) Podemos así obser-
del Pra,lo, 27.) Ad. E. var una especie de dialéctica en
EXPERIENCIA II (Experimental) los propios cambios de In significa-
ción del término c1experiencia)): lo
Experiencia. Lat. el.'pericnt.ia, der. que en un principio era rutina se
de cxperiri, experimentar, hacer la ex- convirtió después en lo que debía
periencia de. Gr. pcira, prueba, ensa- liberar el hombre de la rutina.
yo.
(J. WAHL, Métaph., 406.)
A. La experiencia que se tiene: sa- 7. La experiencia no se eleva a
ber o destreza adquirido mediante el lo universal, no extrae leyes, pero
ejercicio.
se aproxima a ellas cuanto es po-
l. En el lenguaje corriente (alem. sible sin abandonar el plazo del co-
Erfahru11g): cualidad del que es expe- nocimiento sensible. ( ... ) Proporcio-
rimentado (por haber hecho muchas ex- na, en efecto, tal familiaridad con
periencias en el sentido B). lo concreto (con los árboles, por
l. En francés, la palabra ex- ejemplo, si uno es leñador [ ... ])
periencia en singular significa, de que el riesgo de error es mí-
manera general y abstracta, la ins- nimo al juzgar una situación nue-
trucción adquirida por el uso de la va en función de las anteriores.
vida. ( ... ) Después se ha dado por (R. VERNEAUX, Epistémol. gén., 80.)
extensión y en sentido concreto el 2. Fil. (por op. a la razón): lo que,
nombre de experiencias a los he- en el conocimiento, es adquirido (sien-
chos que nos proporcionan esa ins- do lo innato atribuido a la razón). V.
trucción experimental de las co- Empiris,no.
sas ( ... ). 8. Por lo mismo que la razón
De donde se sigue que se puede interviene junto con la experiencia
adquirir experiencia sin hacer ex- en la formación de una ciencia, fá-
periencias, tan sólo con razonar cilmente se reconoce que no hay
convenientemente sobre hechos bien ciencia que sea puramente experi-
establecidos, lo mismo que se pue- mental. La experiencia de lo par-
de hacer experiencias y observa- ticular; la razón busca en ello y
ciones sin adquirir experiencia, si descubre lo general; y es este des-
uno se limita a la constatación de cubrimiento el que eleva los datos
los hechos. (Cl. BERNARD, lntrod., de la experiencia al nivel de una
I, I, § 2.) ciencia. ( Die t. des se. philos., 506.)
2. La experiencia adquirida 9. La experiencia hace a la ra-
mediante el empirismo es en prin- zón y la razón hace a la experien-
cipio ( ... ) una especie de rutina, cia. Entre lo real y lo racional hay,
una como experiencia de sentimien- pues, una mutua dependencia jun-
to de la que no nos damos la me- to a una independencia relativa, de
nor cuenta. (Cl. BERNARD, Princ. suerte que es un problema singu
de niéd. expér., 46.) iarmente arduo el de saber lo que,
3. lo que llamamos la experien- en la elaboración del saber, es de-
cia de una larga práctica no es si- bido a la presión de las cosas y lo
no la experiencia estadística des- que se debe a las exigencias de In
pojada de los números que le dan inteligencia. (J. PIAGET, Causal.
significación precisa y valor con- pliys. chez l'cnf., 337.)
cluyente. (A. COURNOT, Essai sur 10. Nuestra experiencia lleva
les fond., XXI, § 332.) nuestro sello.
360 EXPERIENCIA

Suprimiendo aquí, añadiendo 1iroducto de irlentidades irrecusa-


nlhi, interpl'etamos. ( ... ) Lo que bles. (LITTRÉ, La •ci<'IICt" ch,. p. ele
aprehendemos es yn un testimonio vuc pltilos., 319.)
de nosotros mismos sobl'e las co- 15. Aquella estancia represen-
sa1. Trági,•o es el univel'so de un taba para él una experiencia in-
pesimistn, porque su alma es som• comparable. (M. VAN DER MEERSCII,
bria. (R. LE SENNE, lntrod. a la Corps et dmes, r, 300.)
p/1ilos., 2.ª ed., 13, 14.)
V. Ser lll, 20.
11. Es increible hasta qué pun-
to el hombre resiste a la experien- 2. La experiencia que se hace es ac-
cia, y qué infinito trabajo le cues- tiva (experiencia científica) cuando es
to sustituir definitivamente por Jo provocada como medio de instruir••• en
que hn visto y tocado lo imagina- particular para controlar una hipóte-
do y dispuesto ¡,or su particular es- sis. Procura un conocimiento experi-
tructura mental. (P. V.uJ:nY, In"- mental o cicntifico.
tants, Pléiade, 1, 383.) 16. La enseñanza debe tener
11'. de todos las cosas corpo- por base la experiencia, pero no
rales, tenemos sólo una intuición la experiencia de clase, que el
incompleto o inadecuada. En todo alumno considera casi como una
momento podremos añadir una nue- ilustración de su libro, sino la ex-
va visión a lo que ya hemos visto periencia que él mismo ejecuta, cu-
de una cosa ( ... ), mas esto indica yo desarrollo prepara y contempla,
sólo que la intuición de los cuer- sobre la que ol,rn, <.le la que ace-
pos, de las cosas materiales, puede lera o retarda las fases. Todo lo
ser siempre perfeccionada indefini- que pueda contársele no valdrá
d(lmente, pero nunca será total. A nunca lo que su experiencia perso-
esa intuición inadecuada, pero nal. (H. BDUASSE, Cinématique,
siempre perfeccionable, siempre mécanismes, p. XV.)
más cerca de ser adecuada, llama- 17. La experiencia sólo puede
mos «experiencia». (J. ORTEGA Y ser corregida mediante un razona-
GASSET, ¡Q,., es fi/osofíal, 138.) miento fundado a su vez en la ex-
B. Experiencia que se hace: acción periencia, en una experiencia arti-
de experimentar. ficial y metódica que supere º"
precisión y seguridad las observa-
12. Vale más, sin duda, estudiar ciones que se pretende corregir
la naturaleza que los libros; las (E. GOBLOT, Tr. de log., 79.)
experiencias visibles y sensibles
prueban sin duda mucho más que 18. El valor de la experiencia
los razonamientos de los hombres de laboratorio para el científico no
(... ) . No censuramos, pues, la filo- reside tan sólo en ser él mismo
sofia experimental, ni a quienes la quien p1·ovoca esas presencias, au-
cultivan, sino tan sólo sus defec- sencias y variaciones cuya corres•
tos. (MALEBRANCHE, Rech. de la pondencia o no correspondencia
vér., 11, Parte 11, VIII, 4.) afirma o contradice tal relación di-
recta inversa; sino también, y
13. Si bien todo nuestro conoci- muy esencialmente, en que puede
miento empieza con. la expc1·iencia 1 ver por sí mismo cómo esa corres-
eso no prueba que se del"ive todo pondencia o no correspondencia se
<1, la experiencia ... (KANT, Crit. ele produce. En la experiencia así
la r. pure, Introd. a la 2." ed., 31- realizada, el científico no se inte-
32.) resa sólo por los resultados, por
1- La experiencia que se hace es pa- los estados: se interesa, sobre todo,
siva (experiencia vulgar) cuando no es por los camuios, los movinu~nto:::i,
provocada con el fin de instruirse. Es las variaciones que llevan de un
con ella con la que se contentan los estado a otro. (F. SUIIAXD, Le sa-
empíricos; no da mí1s que un conoci- lafre, 69.)
miento empírico. 19. La experiencia es en cierto
14. La experiencia es una serie modo un diálogo entre dos persona-
de impresiones que se repiten idén- jes irreductiblemente diferentes: el
ticamente en un ol'den determina- expe1·imentador pregunta, la natu-
do y provocan una noción perma- raleza responde. Toda experiencia
nente que adquiere el carí1cter de es una pregunta que el hombre ha-
certidumb1·e, precisamente por ser ce a la naturaleza; toda medida,
24. Dicdon.ario dd Ll'Tll{ltah· Filu:,Üli,·11,
'EXPERIEN'ClA :rTI>
una respuesta que In nalurnlczn nN·c!mrio que el pensamiento tro--
concede al hombre (F. GoNSETII, piece con lo sensible para que
LIL géom, et le ¡,1·obl. ele !'esp., exista auténticamente experiencia:
120.) basta, como ya vimos, con que un
3. En sentido amplio: toda observa- acontecimiento, que tiene lugar en
ci'IJn, ya sea provocada (experiencia un plano de pensamiento relativa-
propiamente dicha) o «invocada» para mente concreto, juzgue un proyec-
el control de una hipótesis. to de afirmación elaborado en un
20. Lo propio de las teorías es plano de pensamiento más abstrae,
conducir lógicamente a deducciones to. (E. LE RoY, Essai d'u,nc ¡,liil.
que la experiencia no tiene más ¡,,•cm., 667.)
que controlar. (PASTEUR, en Les 26. Los místicos pretenden ex-
plus bel/es pagcs, 336.) perimentar a Dios. La característi-
21. La mente razona siempre ca de su experiencia es lo divino.
del mismo modo. Tanto el fisiólo- Tenemos que analizar esta expe-
go como el matemático parten riencia. (H. DELACROIX, :l:t, s. le
siempre de una proposición gene- niystic., cap, XII: «L'expérience
ral. Pero el matemático dice: mystique», 365.)
«Siendo tal cosa»; el fisiólogo: «Si 27. Hay experiencia cuando la
tal cosa fuese•. Se comprende, persona se rvprehende en rolaci6n
pues, que la conclusión exija la con el mundo, consigo misma, con
experiencia en el segundo caso y Dios. Más exactamente aún, la ex-
que, en el primero, la lógica sea periencia es el acto por el que la
suficiente y prescinda de la prue- persona se 111prohende en relación
ba experimental. (CI. BERNARD, con el mundo, si misma o Dios. (J.
Princ. de méd. eo:pér., 211.) Mouaoux, L'eo:périence chrétiennc,
22. Una observación se convier- 21.)
te en experiencia cuando es posi- 28. la necesidad lógica consti-
ble comparar dos fenómenos que, tuye ya, en sí misma, un tipo de
«en igualdad de condiciones», sólo experiencia intelectual. Desde que
difieren entre sí por el factor ob- ha planteado las premisas de un
jeto del estudio en cuestión. (M. silogismo, la mente se ve obligada
Bou. y F. BAUD, Personnalité, 11.) a afirmar la conclusión. (F. AL-
23. La experiencia sólo es ins- QUIÉ, L'eo:périonee, 40.)
tructiva para el buen observador. 29. Toda experiencia religiosa
Pero lejos de buscar en ella una parece oscilar entre la experiencia
enseñanza, lo que todos buscan es de la trascendencia, que es la de
un argumento, y cada uno saca la la separación de Dios y el hom-
conclusión que le interesa. (A. GI- bre, y la de la inmanencia, que es
DE, Jour1UU, 1923, Pléiade, 753.) la de su unidad. (lbíd., 79.)
V. Idea, 51, 56. Observaci6n y eo:periencia. A. En
C. Por ext.: toda operación mental, el uso ordinario, estas dos nociones se
racional o suprarracional, que procu- oponen: la observación supone un he-
ra un sentimiento de evidencia análogo cho independiente del observador (ob-
al de la intuición directa de las cosas. servación astronómica) ; la experiencia,
Experiencia lógica, metafísica, místi- un hecho provocado o al menos modi-
.ca ... ficado por el observador (experiencia
24. las pruebas o experiencias de física o de química). V. Eo:perimn,-
tador,
matemáticas ( ... ) no se hacen so-
bre la cosa misma, sino sobre los 30. La experiencia empirica no
caracteres que hemos puesto en lu- difiere, pues, realmente de la ob-
gar de la cosa, (LEIBNIZ, en Cou- servación empírica, sino en que,
TURAT, Opuse. et pages inéd., 154.) en la experiencia emph·ica, el he-
25. La experiencia es siempre cho bruto que se constata ha sido
y en todas partes el paso verifi- provocado por el experimentador,
cante esencial, incluso en aquellos en tanto que en la observación em-
campos del pensamiento donde no pírica, el hecho bruto que se cons-
suele hablarse de ella, como, por tata se ha ofrecido naturalmente
ejemplo, en matemáticas, y donde al observador. (CI. BERNARD, Pri11c.
se definen, tanto como en otros ele méd. cxpér., 56.)
terrenos, verdaderos hechos. No es V. Metafis-ica, O, 10.
371 EXPERIENCIA

R. Desde el punto de visto metodo- menta! de una hipótesis cic11rífira.


lógico, lo experiencia, al ser efectua- (lb{d., III, v, § 4.)
da con vista a una observación, no Exp,:riencia moral. Acción vi\.'ida, ca
constituye sino una forma pa1·ticular la cual, o con ocasión de la cual, viene
de observación. Por consiguiente, de- dada la conciencia de la realidad de
jando aparte el caso especial de la los valores morales.
11experiencia• para vero, puede admitir-
se esta otra distinción de CJ. BERNARD: 34. la creencia moral puede ser
llamada, sobre todo, experiencia;
1. Ln observación consiste en con- no la experiencia de un hecho, sino
siderar los hechos sin hipíitesis previa,
con vista precisamente a hacer surgir de un ideal (... ). No es deducida
esa hipótesis. ( ... ). En este sentido puede decirse
que una creencia no se prueba: se
2. Ln experiencia consiste en con- experimenta. (F. RAUH, L'expé-r.
siderar u observar los hechos con vista mor., 15.)
a verificar unn hipótesis; pero esos
hechos pueden ser de dos clases: 35. No hay experiencia moral
unos no comportan ninguna inter- sino para el ser pensante. La ex-
vención del observador, y tenemos en- periencia moral, como por otra
tonces la observación en el sentido or- parte todas las demás formas de
dinario del término, pero es una obser- experiencia, es una experiencia
vación i,wocada para el control de una pensada. (A. DARBON, Une philos.
hipótesis; de l'expér., 185.)
otros son provocados; tenemos en- 36. la experiencia moral con-
tonces la experiencia en el sentido or- siste en sacar a la luz nuestra vo-
dinario del término y una observación luntad (... ) la cual, en el caso
provocada para el control de la hipó- más favorable, tan sólo puede tes-
tesis. timoniar que, de hecho, no le es
posible decidir de otro modo. De
31. Tenemos tres medios prin- hecho, decimos: y en el hecho que
cipales: la observación de la natu- no es más que un hecho hay siem-
raleza, la reflexión y la experien- pre algo de inexplicable. ( lb id ..
cia. La observación reeoge los he- 193-194.)
chos; la reflexión los combina; la
experiencia verifica los resultados 37. La experiencia moral no d
de la combinación. Es necesario la de un hecho bruto ( ... ) ; es la
que la observación de la naturale- de un valor. (G. RICHARD, La consc.
za sea asidua, que la reflexión sea mor. et l'exp. mor., 42.)
profunda y que la experiencia sea
exacta. Raramente se ven estos 38. en la exper_ienc_ia moral,
medios reunidos. Por ello no son como en toda exper1enc1a, la con-
comunes los genios creadores. (D1- ciencia sufre y se somete. Es
DEROT, De l'interpr. de la 11at., XV, «obligada» a reconocer la legiti-
p. 189.)
midad de tal regla, el carácter
abominable de tal acción. Por ello
32. la experiencia no es, en el toda experiencia moral es, en su
fondo, sino una observación pro- esencia, experiencia del deber. La
vocada ( ... ), pero si una observa- experiencia moral (... ) no revela
ción ha sido ya realizada (... ), se ni una fuerza que se impone, ni
la tomará tal cual y se In invoca- una preferencia que inclina, sino
rá tan sólo para servir de verifica- un valor que obliga. (F. ALQl'IÉ,
ción a la idea central. Lo que se L'expériencr, 61.)
resumiría aún más diciendo que,
en este caso, la experiencia no es "Expc·ricncia ¡,m·a ,.1t•r 1
'. (Cl. BER-
sino una observación invoca.da con NARD). Experiencia efectuada sin pre-
un fin de control. (Cl. BcnNAllD, visión del resultado, con el fin precisa-
lntrod., I, I, § 5.) mente de observar ese resultado.
a3. En el método experimental 39. Las c.i·pl·ricuricts l'mpíriras
no se hacen nunca experiencias si- que he llamado JJcrra l't'J", son
no para ver o para probar, es de- las que se plantean l.'11 ausencia
cir, para co11trolar y verificar. El de tocia idea preconcebida y con
método experimental, en tanto que el fin ele ¡n·ovo,·ur la aparición de
método cientifico, descansa por unos cuantos hechos brutos cuan-
entero eu In 11t•rificació,,. r,t'JJt'l"i- do no poseemos ninguno en un
EXPERIENCIA 372

orden de fenómenos dados. (Cl. <lo 11 2) o n In cxperirn~nturi6n para


BERNARD, l'rinr. de méd, r::rJJér., asegumrsc de algo. Experimentar un
55.) remedio.
40. Alguien aconsejaba tocar el 44. el arte de experimentar,
clarinete a las plantas ])ara ver yendo ele] primer eslabón de la ca-
si son ca]laces de darse cuentn. dena al último, sin laguna ni vaci-
Evidentemente, ])robando toda cla- lación, haciendo uso sucesivamen-
se de combinaciones de causas, es te del razonamiento que plantea la
posible que se llegue a un nuevo alternativa y de la experiencia que
efecto; pero nos exponernos a 11er- la decide, hasta que, partiendo de
der el tiemJlo. (H. BoUASSE, en De un debilisimo resplandor, se llega
la méth. da.,w les se., 1, 74.) a la claridad, ese arte lo posela
41. en las ciencias s61idamen- Lavoisier en el más alto grado.
te constituidas, como lo son ya la (PASTEUR, (Euvrcs, VII, 277.)
Física y la Química ( ... ), la expe- 45. Se dice a menudo que es
riencia «para ver» de Claude Ber- preciso experimentar sin idea pre-
nard carece de sentido. (G. BACHE- concebida. Esto no es posible; no
LARD, Ra.tional. appliq1té, 2-3.) sólo equivaldrla a hacer toda ex-
Experiencia pura. Aquella en la que periencia estéril, sino que, aunque
no intervienen para nada las funciones se pretendiese, no se podria. (H.
racionales de comparación y de juicio. POINCARÉ, La sciencc et l'hypoth.,
Comp. con razón pura•. 170.)
42. Llamo experiencia pura al Experimentación. Empleo metódico
curso original de la vida antes de de la ex,periencia (en el sentido B 2),
que la reflexión lo haya canaliza- con el fin de descubrir la verdad.
do en las categorías. Sólo los re- 46. el verdadero carácter de la
cién nacidos o las personas sumidas sana experimentación no puede
en el estado semicomatoso que si- consistir en el montaje artificial
gue al sueño, a la ingestión de de las circunstancias de un fenó-
ciertas drogas, a a la enfermedad meno cualquiera; por el contrario,
o a los golpes pueden tener la resulta de la elección racional de
experiencia pura en el sentido li- los casos, ya sean naturales, ya ar-
teral de la palabra: es decir, la tificiales, más propios para poner
experiencia de algo que no es to- en evidencia la marcha esencial del
davía nada definido, pero puede fenómeno propuesto. (A. C0MTE,
llegar a ser cualquier cosa. (W. Cours de pkilos. poBit., III, 231.)
JAMES, J. of Philos., enero 1905, 47. la experimentación o arte
cit. por BALDWIN, La pensé e et les de obtener experiencias rigurosas
choses, 70-71.) y bien determinadas es la base
Experimentar. Hacer una experien- práctica y, en cierto modo, la par-
cia o experiencias. Es experimentado el te ejecutiva del método experimen-
que ha hecho muchas experiencias. tal... (CI. BERNARD, Jnt,·od. d la
A. En acepción a la vez cognosciti- méd. expér,, lntrod.)
va y afectiva (alem. erleben) : conocer 48. La experimentación es el
por experiencia personal, por experien- arte de provocar la aparición de
cia vivida y sentida. Experimentar la fenómenos por medios apropiados,
soledad, la alegría del trabajo. Es el en las condiciones elegidas y de-
vivir, cuando en español decimos «eso terminadas por el fin propuesto.
hay que vivirlo». (Cl. BERNARD, Précis él. de physiol.,
4.• ed., 33.)
43. la opinión que tienen de
que las partes del cerebro concu- 49. La experimentación no es,
rren con el espíritu para formar hablando con propiedad, sino la
nuestros pensamientos, no se fun- descomposición de un fenómeno en
da en ninguna razón positiva, sino sus elementos; se los va apartan-
tan sólo en que nunca han experi- do sucesivamente y se ve lo que
mentado el haber existido sin falta, a fin de ver la parte de cada
cuerpo. (DESCARTES, Sec. rép., IX uno de olios en la producción to-
A, 105.) tal del fenómeno, (Cl. BERNARD,
B. En acepción puramente .cognosci- Cal,icr rouge, 79.)
tiva o científica: recurrir a la experien- 60. para operar esta verifica-
cia metódica (experiencia en el senti- ción [de la hipótesis] ha sido nece-
373 EXPERIENCIA

surio rccurJ'ir a In experimenta- cia de los heehos. (CI. BERNARD, ln-


ción, es decir, al empleo de proce- trod. a la médec. a:p., Introd.)
dimientos operatorios más o menos 56. La medicina experimental
romplicaclos. (Cl. BERNARD, Introd., difiere por su fin de la Medici11a
III, ,, § l.) ele observación, del mismo modo
51. La lntroclitcci{m al método que las ciencias de observación en
c.Tpcrimcnta/ ( ... ). Es la obra de general difieren de las ciencias
un fisiólogo genial que se interro- experimentales. El fin de una cien-
gn sobre el método que ha seguido cia de observación es descubrir las
y saca de su propia experiencia re- leyes de los fenómenos naturales
glas generales de experimentación a fin de preverlos; pero no puede
y descubrimiento. (H. BERGSON, modificarlos ni dominarlos a su
~critn et paroleB, 11, 421.) antojo. El tipo de estas ciencias es
la astronomía; podemos prever los
52. Entre la observación y la fenómenos astronómicos, pero no
expcl'imentación hay ruptura y no cambiar nada en ellos. El fin de
continuiclud. (G. BACIIELARD, Form. una ciencia experimental es des-
ele /'esprit Bcicnt., 10.) cubrir las leyes de los fenómenos
V. Fcnomcnologia, 20. naturales, no sólo para preverlos,
Experimental. Acepción general: que sino con el fin de regularlos a su
se refiere a la experiencia, la utiliza, antojo y adueñarse de ellos: tal
es su resultado ... Técnica, método, co- es el caso de la física y la quími-
nocimiento eiqierimental. ca. (Cl. BERNARD, /ntrod., III, IV,
l.)
A. En sentido amplio (sin. de empí- Razonamiento experimental. V. Ra-
rico) : que utiliza la experiencia vul-
gal' (B 1) o es resultado de ella. La zonamiento.
psicología, antes de la constitución de Experimentador. El que se entrega
las técnicas de laboratorio, era califi- a la experimentación*. Corre!.: obser-
cada de experimental, cuando era fun- vador.
damentalmente empírica. 57. Hay que observar sin idea
53. [Por oposición a la psico- preconcebida: el espíritu del ob-
logía metafísica.] La psicología de servador debe permanecer, es de-
la que aquí se trata será, pues, pu- cir, callarse; escucha a la natur~-
ramente experimental: no tendrá leza y escribe a su dictado ( .. , .
por objeto sino los fenómenos, sus El experimentador ( ... ) es el
leyes y sus causas inmediatas; no que, en virtud de una interpreta-
se ocupará ni del alma ni de su ción más o menos probable, pe-
esencia, porque al hallarse esta ro anticipada, de los fenómenos
cuestión por encima de la experien- observados, organiza la experien-
cia y fuera de la verificación, per- cia de manera que, en el orden ló-
tenece a la metafísica. (Th. RrnoT, gico de sus previsiones, proporcio-
I'Byclwl. angl. cont., 3.• ed., 34.) ne un resultado que sirva de
B. En sentido estricto (por op. a control a la hipótesis o idea pre-
empírico): que utiliza la experiencia concebida. (Cl. BERNARD, Jntrod.,
científica (B 2) o resulta de ella. Clau- I, 1, § G.)
de IlEnNARD se había propuesto como 58. El experimentador que no
meta reemplazar la medicina empírica sabe lo que busca no comprende lo
por la medicina experimental. La pa- que encuentra. (Cl. BERNARD, De
lanca del 'método experimental es para la physiol. gén., 185.)
él razonamiento• experimental. 59. El observador considera los
54. Lo que caracteriza al méto- fenómenos en las condiciones en
do experimental no es tanto In ma- que la naturaleza se los ofrece; el
nera de obtener los hechos como la experi;nentador los hace aparecer
manera de razonar con y sobre en condiciones que ('Stán bajo su
ellos. (CI. BERNARD, Cahicr rouge, dominio. (CI. BERNARD, De la phy-
•11.) siol. gén., 187.)
55. El método experimental, üO. Novelista experimentador
considerado en sí mismo, no es es, pues, el que acepta los hechos
otra rosa que un ta:::oncnnknto, ron probados, muestra en el hombre y
<•uya ayuda sometemos metódica- C'n la sol'h'dUll el mecanismo de los
mente nuestras idcus a la expericn- fenómenos que la cit•nria domina
EXPLICAClóN 374

y no hace intervenir su sentimien- plirado en otra rosa (su causn) o com-


to personal sino en aquellos otros prendido en una ley general.
cuyo determinismo no ha sido aún 3. Explicamos la naturaleza,
fijado: tratando de controlar cuan- comprendemos la vida psíquica.
to pueda ese sentimiento personal, (\V. DII,THEY, Le mamlc de l'eB¡,rit,
esa iden a priori, mediante la ob- 1, 160.)
servación y la experiencia. (E. Zo-
LA, Le 1·oman c:t'ph·., V.) 4. Un determinado hecho está,
como suele decirse, explicado cuan-
v. do se ha indicado su causa, es de-
Experimento. Acción y efecto de cir, cuando se ha establecido la ley
experimentar. Sin.: experiencia. o leyes de causación de las que su
61. el experimento es una ma- producción es un caso particular.
nipulación nuestra mediante la (STUAnT MILL, Syst. de Log., I,
cual intervenimos en la Naturale- 251.)
za obligándola a responder. No es, V. Comprensión, 14.
pues, la Naturaleza, sin n1ás y se-
gún ella es, lo que el experimento Explicación. Lat. explica tío; pro p.,
nos revela, sino sólo su reacción acción de desplegar ( explica.re, mver-
determinada frente a nuestra de- so de plicarc, plegar) ; fig .. acción de
terminada intervención. Por con- desembrollar, de exponer claramente.
siguiente (... ) , la llamada realidad V. Comprc11sió11.
física es una realidad dependiente Acción de explicar en los diferentes
y no absoluta, una cuasi realidad, sentidos de este verbo, o resultado de
porque es condicional y relativa al esa acción.
hombre. En definitiva, llama rea- 5. La explicación es propia del
lidad el físico a lo que pasa si él hombre. El animal «comprende» la
ejecuta una manipulación. Sólo en sucesión de los fenómenos, pero só-
función de ésta existe esa reali- lo la comprende viviéndola ( ... ) .
dad. (J. ORTEGA Y GASSET, ¿ Por La relación causal, implícita en el
qué se vuelve a la filosofía? animal, es explícita en el hombre.
Obras, IV, 102.) Ad. E. La explicación es una explicita-
EXPLICACióN ción. (D. ESSERTIER, Formes infér.
de l'explic., I.)
Explicar. Lat. explicare (Jo inverso
de plicarc, plegar, enrollar): prop. des- 6. Jo que la explicación pre-
plegar, desenrollar; por anal., des- tende, ante todo, es la deducción
embrollar, exponer claramente. del fenómeno partiendo de sus an-
tecedentes, de los que deberá ser
A. Corno sin. de comprender ( con la consecuencia lógica. (E. MEYER-
diferencia de que se comprende para SON, De l'explic. dans les se., 7.)
uno n1ismo y se explica a los demás:
poner en claro, desarrollando el propio 7. Al buscar la explicación de
pensamiento, traduciendo un texto en un fenómeno, Jo que el físico per-
lengua extranjera), en particular de- sigue en realidad es la demostra-
terminando las causas o los motivos. ción de que el estado consiguiente
no difiere del precedente, sino que
l. Creer que explicar consiste puede, por el contrario, ser consi-
siempre y exclusivamente en redu- derado como idéntico a él. La cien-
cir a fin de deducir, es un error cia se aplica, pues, a hacer idén-
que hemos combatido sin tregua. ticas, para el pensamiento, cosas
(0. HAMELIN, Essai ... , 186.)
que han parecido en principio dife-
2. ( ... ) explicar un concepto rentes a la percención. (E. MEYER-
significa, si no es irreductible, de- SON, Cltcmin. de la peusée, !, 49.)
ducirlo de otros conceptos; si lo es,
colocarlo en su lugar en el nro- 8. Toda verdadera explicación
greso del pensamiento. (Ibúl., 263.) científica consiste en transformar
una verdad de !tecito en verdad de
V. Filosofía, 23, 37. derecho, es decir, en referir ese
B. En la fil. contemp. (por oposición hecho a las proposiciones de un
a comprender) : en tanto que se com- sistema anterior tal que pueda de
prl'nde por intuición o experiencia vi- él ser deducido racionalmente a
vida, se explica mediante procedimien- priori ( ... ) . Toda explicación ,·a-
tos discursivos, en particular mostran- cional implica la identificación de
do que el hecho a explicar se halla im- un estado c-uantitativo posterior
F:XT.ASIS

con un estado cuantitati,,o ante- cómo lo encarecen, c6mo Jo an~-


rior. (L. B0UN0URE, R. gén. de, BC,, ponen a cualesquiera otra p;~~rtr
1935, 502.) de bienes. (St:<ECA, De /,z f,,-r,·<·
9. siempre que hablamos de ex- e/ad de /,z vida, IV. p. 32.J Ad. E.
plicación, esta palabra tendrá el 5. el sueño es la más eficaz
siguiente preciso eenti,lo: hacer expresión de la muerte. (J. L. VI-
entrar datos experimentales en VES, lntrod. a la sabiduría, § 338,
un marco matemático apropiado. p. 71.) Ad. E.
(U. FILIPPI, Connaiss. dit mm,dc
¡1h11s., 64.)
G. Llamamos simplemente ezis-
tenciaa a aquellas expresiones qne
IO. Toda explicación tiende más se encuentran apenas iniciadas,
o menos a reducir la cosa que se apuntadas; signif~•. a aque-
ha de explicar a los términos con llas otras en que, dentro de una
cuya ayuda se la explica. Existe, existencia, ha amanecido la posi-
pues, siempre en este sentido, bilidad conceptual; sentido, a aque-
un riesgo de la explicación, ya que llas expresiones ya, por decirlo
en lugar de tomar la cosa tal como así, maduras, en que el simple he-
se presenta ( ... ), se la intenta redu- cho inicial de existir y el subsi-
cir a otra cosa. (J. WAIIL, Tr. de guiente, pero no supremo todavía,
111étaph., 264.) hecho de signüicar son llevados a
V. A11alogía, 11; Compremió11, 25, 26, su potencialidad máxima y conju-
28, 29; Jllilagro, 4. gados con otras expresiones. (E.
D'ORS, Tres lecciones en el M. del
EXPLfCITO. Lat. cxplicitus, desple- Prado, 156.)
gado, manifiesto. Que se expresa (apl. a
personas) o es expresado (apl. a los 7. El cuerpo humano es lo que
pensamientos) clara y distintamente, es y, «además», significa lo que
de manera que descarta el equívoco o él no es: un alma. La carne del
la incertidumbre y hace inútil toda ex- hombre manüiesta algo latente, tie-
plicación. ne significación, expresa un senti-
do. Los griegos, a lo que tiene sen~
Contr.: implícito. tido, llamaban «loJ!os1,, y !os ;ati-
Der.: explicitar, explicitación. nos tradujeron esta palabra en b
suya: «verbo». Pues bien: e:i. el
EXPRESlóN. Lat. expressio, ac- cuerpo del hombre el Yerbo se h:i-
ción de expri11iere, es decir, de prensar ce carne; en rigor, toda carne en-
(premere) para hacer salir de ( ex). carna un verbo, un sentido. Porque
.A. En sentido primitivo: acción de la carne es expresión, es símbolo
exprimir algo, en particular los frutos, patente de una realidad latente.
para extraerles el jugo. (En Farm,) (J. ORTEGA Y GASSE:r, Sobre la ex-
Zumo o sustancia exprimida. presión. fenómeno cósmico, Obras,
B. En sentido derivado: acción de II, 580.) Ad. E.
manifestar exteriormente, por la !)&la- C. Estét. Cualidad de la obra de ar-
bra o mediante signos, pensamientos o te que traduce una idea o un senti-
sentimientos. Manera particular de ex- miento que todo hombre cultivado pue-
presaree (expresión original, corriente.) de fácilmente captar.
l. La expresión es en general
imagen de un sentimiento. (DIDE- J;:XTASIS. Gr. ckstasis (comp. de
ROT, Essai sur la pci11t11rc, IV.)
stasis, acción de ponerse, y del pref.
ck, fuera de). desplazamiento, extravío
2. La pintura es la expresión del espíritu. Acepción peyorativa que
inmediata del sentimiento por la no ha pasado al Yoc. de la filosofía y
forma coloreada. (AJ.AIN, Syst. eles de la mística.
beaux-arts, 250.) Der.: extático.
3. J.a impresión y la expresión l. Los filósofos antiguos reco-
son por esencia alternativas. (Ma- nocieron que había dos clases de
rie BoNAl'AIITE, G/a11rs des jours. éxtasis, una de las cuales nos ele-
78.) vaba por encima de nosotros mis-
4. Verás cómo de In bocn de los mos, en tanto que el otl'o nos re-
hombres m1is inMuyentes y cnt•um- bajaba: como si hubiesen querido
hratlos cn~n exJJresiom•s que dnn a decir que el hon1bl'e es de natura-
entender ccímo dcseun el reposo, leza intermedia entre los ángeles
EXT.\SIS 376

y las bestias. (Fr. DF. SALES, T,·. dd ,1'1. Entrémc donde no supe,
amo,· de Dios, I, x.) y qnc,Umo no Rahic11dn,
toda ciencia traBcr,ulirmlo.
A. Prop. (éxtnsis mlstico): eslndo
en el que el sujeto se halla como trans- Yo no supe dónde entraba,
portado fuera del mundo sensible, co- pero, cuando allí me vi,
mo fuera de sí. y se siente inC'fnble- sin saber dónde me estaba,
mente unido a lo trascendente. Santa grandes cosas entendí;
TERESA prefiere decir rapto, arrobo o no diré lo que sentí,
embeleso. que me quedé no sabiendo,
2. El fenómeno esencial del toiút ciencia trttSccndicn<lo ...
misticismo es lo que se llama é-xta- ... Y, si lo queréis oir,
sis. un estado en el que, rota toda consiste esta suma ciencia
comunicación con el mundo exterior en un subido sentir
el alma tiene el sentimiento de de la divinal esencia;
comunicar con un objeto inter- es obra de su clemencia
no que es el ser infinito, Dios. hacer quedar no sabiendo,
(E. BOUTROUX, Ps¡¡chol. du ,n¡¡stic., foda ciencia trascendiendo.
en La na.turc et !'esprit, 177.) (San JUAN DE LA CRUZ, Coplas so-
3. El éxtasis es un estado de
b,·c un éxtasis.) Ad. E.
conten1plación pasiva, infusa, que 4'". . .. manda el Esposo (Dios)
pertenece a la ((vida unitiva» y su- cerrar las puertas de las Moradas,
cede generalmente a las fases de y an las del Castillo y cerca; que
purificación pasiva. Se caracteriza en quiriendo arrebatar esta alma,
esencialmente por un «rapto», una se Je quita el huelgo de manera
completa absorción en la visión in- que, aunque duren un poquito más
telectual de Dios (... ). algunas veces los otros sentidos,
en ninguna manera puede hablar,
El éxtasis lleva consigo compo- aunque otras veces todo se quita
nentes somáticos: la motilidad y depresto, y se enfrían las manos y
la palabra se hallan completamen- el cuerpo de manera que no parece
te suspendidas, las aferencias sen- tiene alma, ni se entiende algunas
soriales no son ya percibidas sino veces si echa el huell!"O- Esto dura
confusamente o desaparecen por poco espacio ... quitándose esta gran
completo, la respiración y el pulso suspensión un poco, parece que el
resultan imperceptibles; el sujeto cuerpo torna algo en sí y alienta
tiene la sensación de que el cora- para tornarse a morir y dar ma-
zón se le enfría, las extremidades yor vida a el alma, y con todo no
están frías... (Th. KAMHERER, en dura mucho tan gran éstasis.
Man. alph. de psychiatr.)
Más acaece, aunque se quita, que-
4. Sin duda hay que distinguir darse la voluntad tan embebida y
el éxtasis en que la suspensión de el entendimiento tan enajenado ... ,
los sentidos no es sino la reacción que parece no es capaz para en-
natural a la absorción en Dios de tender en cosa que no sea para
aquel otro en el que Dios mismo despertar la voluntad a amor ...
((ligm> milagrosamente los sentidos (Sta. TERESA DE JESÚS, Las Mora-
para comunicarse al alma. Pero, das, Morada sexta, cap. IV, Clá-
tanto en uno como en otro caso, sicos Castellanos, 5.• ed., 153.)
los procesos puestos en juego son Ad. E.
esencialmente naturales. (M.-M. DE
LA CROIX, en Catlwlicúimc, IV, 4"". Aparece el Señor en este
centro del alma sin visión imagi-
978.) naria, sino intelectual... Es un
4'. El décimo y último grado de secreto tan grande y una merced
esta escala secreta de amor hace al tan subida Jo que comunica Dios
alma asimilarse totalmente a Dios, allí a el alma en un instante, y el
por razón de la clara visión de grandísimo deleite, que no sé a qué
Dios que luego posee inmedia- lo comparar, sino a que quiere el
tamente el alma que, habiendo lle- Señor manifestar por aquel me-
gado en esta vida al nono grado, mento la gloria que hay en el cie-
sale de la carne. (San JUAN DE LA lo ... No se puede decir más que, a
CRUZ, Noche oscura, 2, cap. 20.) cuanto se puede entender, queda el
Ad. E. alma, digo el espíritu de esta alma,
377 EXTESSió:V

hecho unn cosa con Dios. ( lbírl. extenso es un continuo cuyas par-
Morada séptima, 2GG.) Ad. E. tes son coexisrentes o existen a In
V. Alternativa, l. vez. (LEIBNIZ, N. Essaúi, II, XIII,
11. Éxtnsis pntol.: estado mórbido en 7.)
el que d sujeto presenta algunos de 2. la extensión no es otra cosa
los aspectos caracl.eristicos del éxta- que un abstracto, y (... ) exige al-
sis místico: inmovilidad e insensibili- go que sea extenso. Necesita un su-
dad, signos de alegrln indecible. jeto, es algo relativo a ese sujeto
como la duración (... ) la extensión
C. Por Pxt.: estado de admil'llcíón ce en cierto modo al espacio como
tan intenso que el resto de la vida psi- la duración es al tiempo. (LEIBNIZ,
quien pnre<.•c r.n suspenso. En ciste sen- Ex. des princ. du R. P. Malebra11-
tido: extasiarse anl.e. chc, Phi/os. Schr., Gerhardt, VI,
5. B1 éxtasis sentimental es una 584.)
exaltación de la felicidad de estor 3. No percibimos la extensión,
juntos. (D. LAGACIIE, en .V. Trai- percibimos en l11 extc11sión. La ex-
té, de DUMAS, VI, 134.) tensión no es una cualidad -y por
D. Fenomenol. ( en este sentido sue- eso no podrá nunca accederse a
le escribirse: ék-stasis, ek-stático): ac- ella sin la ayuda accesoria de una
titud intencional• de la conciencia, que cualidad- pero, en cambio, es una
es siempre conciencia de algo distinto forma de la percepción de todas
de si misma, de un más allá de sí ... (V. las cualidades. (M. PRADINES,
E/(-stasis.) Probl. de l11 sc11sat., 83.J
6. El conocimiento no es otra 4. ...percibimos que la exten-
cosa que la presencia del ser al sión es un carácter de todas las
Para-si, y el Para-sí no es sino la sensaciones, pero que todas nues-
11ad11 que realiza esa presencia. Así, tras sensaciones no son sensoria-
el conocimiento es, por natura- les, es decir, representativas, en el
leza, ser ek-stático y se confun- mismo sentido y que el carácter de
de por ello con el ser ek-stático de! exterioridad y espacialidad aume~-
Para-si. (J.-P. SARTRE, L'etre et ta en ellas en proporción a su ca-
len., 268,\ rácter representativo. (lbíd .. 165.1
7. La afirmación intencional V. Arquetipo, 1, 2.
(, .. ) es como una ék-stasis pasivo B. En sentido concreto: parte dc1
del En-sí que lo deja inalterado y espacio ocupado por una cosa. sus di-
que, no obstante, se efectúa en él mensiones. La extensión de un can1po;
y a partir de él. (Ibid., 269.) una extensión de veinte áreas.
8. «En» mi presente, si lo apre- Identificada por DESCARTES con la
hendo aún vivo, y con todo lo que materia (de ahí la negación del Ya-
implica, hay un éxtasis hacia el cío) y diversificada por los varios mo-
futuro y el pasado que hace apa- vimientos que le son comunicados (de
recer las dimensiones del tiempo, ahí el mecanismo).
no como rivales, sino como insepa-
rables. (M. MERLEAU-P. Phé1iomé- 5. si se nos pregunta qué ocu-
nol. de la perccpt., 483.) rriría en el caso de que Dios qui-
tase todo el cuerpo que hay en un
9. si hay un mito de la interio- recipiente, sin permitir que en-
ridad, ¿no lo habrá también de la trase ningún otro, responderemos
cxterioridoo y del éxtasis? (S. BRE- que los lados de ese recipiente se
TON, Conscience et intentionnalité, hal/a.ráu tmi próximos que se toca-
289.) l'Ían inmediatamente. Porque (... )
V. Tiempo, 33. habría contradicción en que esos
dos cuerpos estuviesen alejados, es
EXTENSióN Lat. extcnaio (de e:r:- decir, hubiese distancia de uno a
tcnJere, extender, desplegar), acción de otro, y que no obstante esa dis-
extender. tancia no fuese nada: porque la
A. En sentido abstracto: carácter de distancia os una propicclad de
las cosas cuyas partes están situadas la extenshln que no podl'ia subsis-
en el espacio y son exteriores unas a lil' sin algo extrnso. (DESl~ARTES,
otras. Corre/.: duración. Pri11dp,·s, 11, § 18, IX', 75.)
l. Lu extensión es In ubsll·nt•- (i, Estoy d~ acuet·do en que, na-
rión de lo extento. Ahorn bien, lo turalmente, todo cuerpo es extenso
EXTERIOR 378

y en que no hay úxtcnsión sin cuer- Nosotros aeí lo crcemo•. (RoUSTAN-


po. No obstante, no hay que con- lltJnGELIN, l'•ychol., 221.)
fundir los conceptos de lugar, de V. lhmición, 11.
espacio o de extensión pura con
el de sustancia, que, ademt\s de lo. EX'rERIOH. Raíz: lnt. ex, que in-
extensión, encierra la resistencia, dica la idea de alejarse, salir de. De
es decir, la acción y la pasión. ahí: r,·fer1ts o rxter,ms (de la parte de
(LEIBNIZ, <E11v1·rs philos., ed. J a- afuera) ; comparat. exterior (más afue-
net, II, 521.) ra) ; superlat. exlremus (lo más afue-
V. Cuervo, 9; Espa~io, 1; J.llaf<'ri<I, ra, lo más alejado).
a, 10. En filos.: lo que existe fuera de la
C. Por analog.: sin. de amplitud, en- conciencia, dominio de la vida inte-
vr:rgadura, importancia, competencia ... rior. El mundo exterior.
Extensión de un desastre, de los cono- Der.: exterioridad, exteriorización.
cimientos, de una influencia, de una l. la exterioridad es el carácter
responsabilidad. propio de las cosas que ocupan el
D. Lóg. (correl. de comprensión*). espacio, en tanto que los hechos de
l. Conjunto de los seres o hechos indi- conciencia no son esencialmente
viduales a los que puede convenir una exteriores unos a. otros, y no
idea o concepto y el término que lo ex- llegan a serlo sino por un desarro-
presa. Todos los animales, comprendi- llo en el tiempo, considerado co-
dos los hombres, y todos los vegetales mo medio homogéneo. (H. BEnGSON,
entran en la extensión de «viviente». Essai sur les domuíes imm., 73-74.)
V . .Yominalista, 9; Universal, 15. 2. Hay así en nuestro yo suce-
sión sin exterioridad recíproca
2. En los términos y en las propo- fuera de mi, exterioridad reciproca
siciones que tienen a esos términos por
sujetos: carácter resultante de que sin sucesión. ( ... ) Pero entre esta
sean universales (es decir, tomados en sucesión sin exterioridad y esta ex-
toda su e>.1:ensión: todos los hombres, terioridad sin sucesión se produce
ningún animal) o particulares (es de- una especie de intercambio ... (lbíd.,
81.)
cir, tomados en una parte indetermina-
da de su extensión: algunos hombres, 3. Exterioridad no quiere decir
algunos animales). En este sentido, los exteriorización ante otras realida-
términos «los vivientes» y «los vege- des. Por el contrario, nada puede
tales» tienen la misma extensión, por- exteriorizarse en este sentido sino
que ambos son universales. porque previamente, es decir, inde-
pendientemente de esta posible ex-
Sin.: cantidad. teriorización, tiene o "es» exterio-
7. Examinó, pues, si podría dar ridad. Exterioridad es un momen-
con un solo atributo que corres- to trascendental del «de suyo•;
pondiera a todos los cuerpos, ani- no es sino la interioridad plasma-
mados e inanimados; mas no en- da, por así decirlo, en ser lo real
contró entidad alguna que fuera mismo. (... ) Trascendentalmente,
común a todos los cuerpos, sino la la esencia como realidad simp/ici-
noción de extensión en las tres ter es interioridad y exterioridad
dimensiones, la cual aparece en to- como momentos de ese constructor
dos ellos; y esto es lo que se lla- metafísico que es el «de euyo».
ma longitud, latitud y prof,tndúlcul. (X. Zuom1, Sobre la esencia, 493.)
(ABENTOFÁIL, El füósofo autodidac- Ad. E.
to, 80.) Ad E. Exteriorización. Acto de exteriori-
ExtensiYo. A. Que, sin ser extenso, zar estados interiores o hechos de con-
es representa.ble por la extensión, p. ciencia.
ej.: el peso, el calor. l. Mediante el pensamiento o el jui-
B. Que, sin ser extenso, representa cio (sin. de objetivación): neto por el
la extensión. Las sensaciones, al me- que el espíritu pasa de las impresiones
nos las táctiles, son extensivas aunque subjetivas de la sensación a la afit·-
inextensas. mación implícita de una realidad ob-
8. ¿No conviene ir aún más le- jetiva.
jos, en el sentido del nativismo, y 2. Mediante los medios ele expre-
reconocer un cierto carácter exten- sión: acto ¡,or el qu,, el sujeto manifies-
sivo a todas nuestras sensaciones? ta, voluntaria o involuntariamente, es-
379 EXTRAVERSlóN

tmlos interiores, ~wntimientos, intencio- ci6n de la matemática, cuya juris-


nes ... dicción se extiende más o menos fe-
E.,;teroc,epth·o. Literalm.: que captn lizmente en la propia obra de Des-
(es perceptivo de .. ,) el exterior. Los cartes a todos los dominios de la
sentidos exteroceptivos (vista, oído ... ) materia y del espirita. (G. Gu~-
nos iníormnn sobre el mundo exterior. DORt', Tr. tic métaph., 176.)
Corrd.: interoceptivo• o propiocepti- 4. por profesión conozco cuán
vo"'. peligroso es, científicamente, pro-
longar una curva más allá de los
EXTERNO. Lat. cxter11us (v. Exte- hechos, es decir, extrapolar. (P.
rior). En nnat., fisiol., psicofisiol. (por TEll,HARD DE cu., rEuvres, V, 95.)
op. a interno) : qoe se halla en la so-
perficie del cuerpo (cara externa de un EXTRAVERSIÓN. Carácter del que
órgano, oído externo) o está condicio- es extravertido, es decir, vuelto hacia
nado poi· órgano• euperficinles (senti- el exterior. En la caracterol. de JUNG
dos, sensaciones, dolores externos). se op. a introversión*.
Extra. Adv. y prepos. lat. que signi- l. Extraversión significa orien-
fica: fuera, en el exterior. Empl. so- tación de la libido hacia el exte-
bre todo en el leng, familiar en el sen- rior. ( ... ) En el estado de extra-
tido de no ordinario o extraordinario versión, se piensa, siente y obra
(un vino extra, ingresos extra). Entra relativamente al objeto. ( ... )
con10 pref. en diversas palabras. La extraversión habitual produ-
ce el tipo extravertido. (C. G.
EXTRAPOLACIÓN. Creado a fina- JUNG, Types psychol., 445-446.)
les del s. XIX como inverso de intrapo-
lación. 2. La introversión se expresa,
en el sujeto normal, por un natu-
A- Mat. Acción de extender lo ob- ral reservado, meditabundo, fácil-
servado para una serie de valores de mente vacilante, que no se da de
una función a valores situados antes o buen grado, se oculta con facili-
después de esa serie. dad ante los objetos, se halla siem-
B. Por ext. del eentido mat.: acción pre un tanto a la defensi\-a y sien-
de extender más allá o fuera de un te predilección por atrincherarse
cierto campo Jo que ha sido constatado tras una observación un tanto su.;.
o demostrado para ese campo. picaz.
l. [Interpolación.] Intercalare- La extraversión, en un sujeto
mos los «estados medios» entre In igualmente normal, se expresa por
completa «humildad» y In megn- un natural agradable, de aparien-
lomanfa, cuyos caracteres nos de- cia abierta y obsequiosa, que se
fine la psiquiatría. La interpola- pliega con facilidad a cualquier
ción e• un procedimiento de estudio nueva situación, hace rápidamente
perfectamente legitimo, al contra- nuevas relaciones y se lanza a me-
rio que la extrapolación, siem- nudo a lo desconocido, sin temor
pre hipotética y a menudo enga- y con toda confianza, apartando
ñosa. La extrapolación consistiría, deliberadamente cuantas objeciones
por ejemplo, en descubrir los sín- pueden ocurrírsele. En el introver-
tomas del delirio de reivindicación tido es manifiestamente el sujeto
a partir de la exclusiva observa- quien desempeña el papel de deci-
ción de individuos normales (M. sivo; en el extravertido es, en cam-
BoLL y F. BAUD, Personna./ité, 22.) bio, el objeto. (C. G. JUNG, P•ycho/.
2. tentación de las «extrapola- de l'i11co11sc., 91.)
ciones ind<Jbidas», utilizando las Extra,·ertido. Comp. de las palabras
teorías analíticas que, descubiertas lat. t•ersus (vuelto hacia) y extra. (fue-
en el campo de In psicología indi- ra).
vidual, parecen no poder ser trans- Que está vuelto hacia el exterior. Se
feridas al de las conductas colecti- opone a introvertido*.
vas. (G. FRIF.DMANN, «Psychnnaly- 3. Ll11mo extravertida II una
se et socio!.,,, en Dioy~11<', 14 [195-1, relación tal del sujeto al objeto
2] p. 23.) que el interés subjetivo se mue,·e
:J. La uciencin ndmirnble» ron posit ivamcnte hacia el objeto. ( ... )
la que Descartes soñó desde su ju- Ri l)C trata dt• unn extravt•rsi..Sn del
v,,ntud no es sino unn extm¡,0!11- pensamiento, el sujeto se piensa de
EXTREMO 380

algún modo l'n el objeto; si se tra- flenominnciones cxtrínsrcus toma•


ta de una extraversión del senti- das de las cosas mismas, y de esta
miento, ~stc impregnará el objeto manera se dice: uDios creador c:r:
como desde su interior. (C. G. tempo1·r», o «pared vistaH, etc ...
JUN<l, T!JpCS psyc/10/., 445-446.) (Fr. SUÁREZ, [Je las ¡,ro¡,ieda<lcs
V . .llístico, 10. del ente ... , 1, § 7, p. 34-36.) Ad. E.
Extrinsecismo. Neo!. Manera de pro-
EXTRE~to. Lat. c:rtrc11111s, der. de ceder consistente en considerar las co-
r.1·, V. E,:tcrio1·. sas como exteriores unas a otras, yux-
A. En el uso ordinario (sin. de úl- tapuestas y sin relación de dependen-
timo en el orden espacial o tempornl) : cia. En particular: pretensión de co-
que se halla en el punto en que acaba municar la verdad a los demás como
una cosa (límite extremo, vejez extre- desde el exterior, es decir, sin tener en
ma, Extremo Oriente). Fig. (sin. de su- cuenta sus disposiciones personales.
premo) : que se encuentra en el grado Opuesto por M. BLONDEL al método de
más alto (lentitud extrema, extrema inmanencia•.
paciencia).
2. el extrinsecismo consiste [pa-
B. Log. (hablando de los términos ra M. Blondel] en considerar la
del silogismo y por op. al término me- verdad «por cortes distintoso, ex-
dio) : que tiene la extensión más gran- teriores unos a otros, que pueden
de (término mayor) o la más pequeña ser examinados separadamente sin
(término menor). En el ejemplo clási- perder su verdad. (J. DE ToN-
co: QUÉDEC, bnmmwnce, 3.ª ed., 16.)
Todo hombre es mortal; V. lnma,nencia, 10.
Sócrates es hombre;
luego Sócrates es mortal. «Extrospección». Neo!. creado sobre
el modelo de introspección• para carac-
El término medio es h01nbre; los ex- terizar los procedimientos de observa-
tremos son mortal (mayor) y Sócrates ción psicológica que no recurren a la
(menor). conciencia sino a los sentidos.
EXTRINSECISMO Sin.: observación exterior, métodn
objetivo en psicología.
E."'{trinseco. Lat. cxtrinsecus, adY.
der. de ex: fuera de. El método objetivo o eo:tros-
pecci6n consiste en estudiar el psi-
Que es exterior al objeto de que se quismo por sus manifestaciones ob-
habla. Se op. a intrínseco. Una enfer- jetivas. Estas manifestaciones son
medad puede tener causas extrínsecas de cuatro clases: l.• Los movimien-
(al organismo: clima, alimentos ... ) y tos <le expresión (... ) . - 2.0 Las
causas intrínsecas (cáncer, epilepsia). obra,s, dando este nombre a cuanto
l. los predicados y atributos de el niño produce: dibujos, objetos
esta clase pueden colocarse en dos fabricados, literatura, etc. (... ).
grupos: uno formado por aque- a.• La estructura: juzgamos del
llos que consisten en la negación o desarrollo psíquico del niño por su
en la privación, y así decimos que desarrollo físico ( ... ). - 4. 0 La
u!.t. cosa es indivisible, que un conducta, la manera de comportar-
acto moral es ma,lo, que un hom- se. Es la más importante fuente de
bre es ciego, y cosas semejantes; documentos. (E. CLAPAREDE, Psv-
otro es el de los que consisten en c/io/. de l'en/ant, 250.)
F
FABULACIÓN. Lat. fa,bu/atio, acto con una sinceridad y una seguri-
de fabulari (der. de fa,ri, hablar), de dad tales que todo el mundo se con-
charlar, de parlotear. Fa,bula, conver- vence. (Dr. DUPRÉ, Pa,thol. de l'i-
sación, relato, cuento, fábula. ma,gi11a,tion, 9.)
A. Trabajo por el que la imagina- 3. la fabulació,i fa,ntástica ( ... )
ción elabora un tema dado, ya sea real alcanza en el adulto un interés psi-
o ficticio. Cuando se trata de la organi- cológico y médico-legal mucho ma-
zación imaginativa de un cierto tema yor, a causa de las cualidades de
suele decirse a,fabula.ción. lógica y verosimilitud, de sistemati-
B. Aetitud del que cuenta como rea- zación y duración que a veces pt·e-
les hechos de su invención. Si el relato senta la novela mitopática. ( lbíd.,
tiene cierta coherencia, estamos ante 26.)
la mitoman!a; si es incoherente, se tra- V. llfitoma,iía,, 19.
ta de la co,ifa,bu,la,ci(m, que es efecto de Fabulador. A. Subst.: Persona que
un estado patológico. cuenta cosas en gran parte inventadas.
l. Las representaciones que en- Sin.: mitómano.
gendran supersticiones tienen ;,or
carácter común el ser fantasmales. B. Adj. Relativo a la fabulación. Ac-
La psicología las refiere a una fa- fü·idad fabuladora, función fabulado-
cultad general, la imaginación. Ba- ra (BERGSON.)
jo la misma rúbrica clasifica tam- 4. Es, pues, verosímil ( ... ) qu?
bién los descubrimientos e inven- la religión fuese la razón de ser
ciones de la ciencia. (... ) Conven- de la función fabuladora: con res-
gamos entonces en separar las re- pecto a la religión, esa facultad se-
presentaciones fantasmales, y lla- ria efecto y no causa. (H. BERG-
memos afabulación» o "ficción» al SON, Les deux sources, 113.)
acto que las hace surgir. (H. BERG· 5. [La función fabuladora] es
SON, Les cleux souroes ... , 11 l.) la facultad de refel"irnos historias
2. La fabulctción constituye, en que no son la nuestra, aunque a
fin, la fom1a más alta y curiosa de veces desempeñemos en ellas un
la actividad mitica del espíritu in- papel. (H. GOUHIER, Le théátre et
fantil. Hay que entender por fabu- l'exist., 167.)
lación la invención espontíinea de
novelas, de relatos de aventurns FACTICIO
cuya intriga el nillo nan·u y l'Uya Facticio. Lnt. factitius, der. de fac-
sustuncia lll'J.{n induso u vivir, tu,s (hecho), part. pasado pas. de fa,cc-
FACTOR 382

rr. Se opone a nativus (nativo, que es ~- No olvidemos nunca que la


así de nacimiento). V. F'ctichc. oscuricln<l de un texto es producto
A. En el uso ordinario: que es pro- ele dos factores: la cosa leído y la
ducido artificialmente por imitación de persona que ]ee. Es raro í]Ue ,1stn
la realidad natural. se acuse a si misma. (P. VALÉRY,
Pléiade, I, 1613.)
Contr.: natural, verdndero.
V. I gun /dnd, 14. 3', no se puede negar hasta
qué punto los errores de la critica
B. En DEsrAHTES, las ideas ficti- de significados hun podido signifi-
cias* se oponen a las adventicias y a car una reacción. Ni cuán acorde
las innatas•. andaba esta reacción con otra, di-
Facticidad. A. En el uso ordinario: fusa, apreciable ésta en los m13-
carácter de lo que es facticio (lat. fac- mos instintos del público y según
titius), artificial. la cual ha venido a sustituir a In
Il. En el voc. cxistencialista; ca- enfadosa presencia de una interpre-
rácter de lo que no es más que un he- tación de las obras de arte, según
cho, sin necesidad y sin razón. Sería un criterio moral, otra interpreta-
más conforme a los usos Jingüisticos y ción que sólo toma en cuenta sus
más inteligible decir «factidad)) o tcfac- factores materiales, y, entre éstos,
tualidad» (Voc.) aquellos por donde se capta la que
llamaríamos su tangibüidad -'Vo-
l. mi facticidad, es decir, el he- lúmenes, pesos construcción, alba-
cho de que las cosas están ah! sim- 11ile1ia- sobre sus mismos valo•
plemente como son, sin necesidad res óptkos. (E. n'ORS, Tres leccio-
ni posibilidad de ser de otro mo- nes en el 111. del Prado, 83.) Ad. E.
do, y de que yo est-Oy ahí entre
ellas. (J.-P. SARTRE, L'étre et le n., C. Especialm. (Psicotéc.): «Elemen-
633-634.) tos comunes a ciertas categorías de
operaciones mentales que pueden dar
2. Descartes, en el momento del cuenta, en parte o totalmente, del pa-
cogito (. .. ) constató su contingen- rentesco de pruebas fundadas en esas
cia y su facticidad, la irracionali- operaciones (por la correlación de los
dad de su «ser-ahí» ... (J.-P. SAR- resultados de esas pruebas en un gru-
TRE, Sit1¿atwns !, 158.) po de individuos)». (H. PIÉRON, Voc. de
la psychol.) El análisis de los factores
FACTOR. Lat. factor: el que hace, se denomina análisis factorial.
el autor o creador. V. Artefacto.
4. El factor se opone a la fa-
Que contribuye a un cierto resultado. cultad como una interpretación
A. Aritm. Cada uno de los núme- científica a una interpretación fi-
ros que concurren a obtener un pro- losófica. (P. OLÉRON, Les compo-
ducto. santes de l'intell., 4.)
R EJn general: cada uno de los ele- 5. Los factores así aislados no
mentos que contribuyen al resultad_o tienen forzosamente una existen-
considerado; este resultado se denomi- cia «real». Son esencialmente un
na función• de esos elementos. Facto- sistema de referencias que permi-
res del progreso. te representar de manera sencilla
Sin.: condición, causa. una multitud de hechos experimen-
l. El gran mérito de James y
tales. No obstante, es tendencia
normal en numerosos autores la de
Lange es haber ambos ( ... ) demos- averiguar si los factores así aisla-
trado la importancia capital de los dos no tienen una significación ob-
factores fisiológicos en la emoción. jetiva. (P. P1c110T, Les tests me11-
(Th. RrnoT, Peych. des sentiments, tuur, 40.)
94.)
2. El comportamiento del hom- Factor g y factor s (SPEARMAN) : fac-
bre frente a su trabajo está con- tor ueneral y factor específico (In s
dicionado por un conjunto de fac- corresponde a la inicial inglesa y fran-
tores que es interesante analizar
cesa.)
para una eventual acción sobre ca- 6, cada evaluación individual
da uno de ellos, con vista a obte- de cada aptitud mental (•.. ) puede
ner de cada uno el resultado ópti- ser dividida en dos partes indepen-
mo. (M. COUMÉTOU, en Tr. de PB11- dientes, que poseen las propieda-
chol. appl. de PIBRON, 1094.) des fundamentales que ahora dire-
l!83 FACULTAD

mos. La primera ha siclo llumnda cia, llamamos lo «fáctico", enton-


facto-r general y representada por ces habría que forjar otro vocablo
la letra o; la hemos denominado para designar la condición metafí-
así porque, aunque varía libremen- sica, la manera de ser real, de lo
te de un individuo a otro, es siem- esencial, de lo absoluto. Podríamos
pre la misma para un individuo de- llamarle lo «factual». Lo factual
terminado, en lo que concierne a conviene con lo fáctico en nno» es-
todas sus aptitudes en correlación. tar fundado en necesidad ninguna.
La segunda ha sido llamada parte Pero se distingue abismáticamente
especifica y designada por la letra de lo fáctico en que éste, por muy
s. No sólo varía de un individuo a contingente que sea, se halla fun-
otro, sino de una aptitud a otra en dado, justo contingentemente, en la
un individuo determinado. (C. realidad, mientras que lo factual
SPEARMAN, Lee aptitudes ele l'hom- no está fundado en nada intramun-
mc, 62.) dano ni necesaria ni contingente~
7. Llegado el caso, podemos hu- mente. Lo absoluto es lo que es y
llar o no razones para concluir que nada más; es simpli,citer realidad
mide algo a lo que es legítimo
11 y nada más. (X. ZUBIRI, Sobre la
llamar intclig01teia. No obstante, esencia, 208.) Ad. E.
tal conclusión no constituirá nun- FACULTAD. Lat. facultas (der. de
ca la definición de o, sino tan sólo /acere, hacer) : capacidad, posibilidad
una co11stataci61t a su respecto. (de hacer).
(lbúl., 63.)
Factorial. Relativo a los factores• A. En general: poder o potencia''
(lat. factor). Ecuación, análisis facto- activa, o también derecho de hacer al-
riales. go. Atribuido principalmente a las per-
Análisis facto-ria/. «Método que se sonas, se dice también de las cosas. El
propone explicar una tabla de interco- estómago no tiene facultad para dige.
rrelaciones con ayuda de un cierto n ú- rir el alimento. Faculto.des designaba
mero de factores comunes». (J.-M. FA- antaño el caudad o hacienda.
VERGE, en el Tr. de p81Jchol. appl. de Sin.: propiedad, virtud, poder, po-
PIÉR0N, II, 296.) tencia; (hablando de personas): talen-
8. El análisis factorial es un to, don, capacidad, derecho.
método tipológico que permite esta- l. es, pues, en la desproporciOn
blecer qué magnitudes se hallau de nuestros deseos y nuestras fa-
relacionadas entre si. Por sí mis- cultades en lo que consiste nuestra
mo, no tiene nada de psicológico. miseria. Un ser sensible cuyas fa-
Puede perfectamente aplicarse al cultades igualasen a los deseos se-
estudio de las medidas del cuerpo ría un ser absolutamente dichoso.
humano. (J. RUDRAUF, en E11cyc. (R0USSEAU, Émile, II, 63.)
médicoohir., 37180 A,., 13, 1955.) 2. He tomado un secretario, pe-
V. Arte, 33. 1·0 me cuesta mucho trabajo dic-
uFactualidad11. Carácter de lo que es tar. Carezco de facultad de retener
factual (der. del lat. facturii; v. He- mis ideas sin escribirlas, de suerte
cho), es decir, pertenece al orden de que no sé construir mis frases en
los hechos. la cabeza y conservarlas sin alte-
l. Blondel ínterpreta no obstan- ración mientras mi hombre escri-
te la factualidad d·e la 1·esurrec- be. (B. C0NSTANT, Jo·umal int., 65,
ci6n de Cristo de manera más em- Ollendorff, 1895.)
pirista que Le Roy. (H. DUMÉllY, 3. Las facultades constantes v
Pliilos. de la relig., II, 79, n. 0 l.) de primera importancia debida,, ,,
2. El hecho de la existencia órganos partfo11larcs. (.'..) son:
temporal de ,Jesús pertenece, en l.º la de digeril· los alimentos;
nuestra opinión, a la historicidad 2. 0 la de respirar por un órgano
demostrable. ( ... ) En este punto especial ... (LAIIIARCK, Nouveau dict.
nos hallamos ante una factualidacl cl'hi,it, 11at., a1-t. «Facultéso, cit.
física pro¡,iamcnl.e dicha. ( lbícl., por J. R0STAND, L'évol. des e1tp.,
134.) 80.)
3. Si a los hechos, tanto en sen- 4. hay todavía en este país
tido prccisivo como en el sentido de hombres iguales, y acaso superio-
condición metafísica de contingcn- res, por una cierta facultad de
FACULTAD 384

comprt'ndcr, n lodos los cscdlorcs cosa que el alma en tanto que quie-
de siglos pasados, (A. FRANCE, La re y elige. ( ... ) De suerte que eabe
,·ic /itt<'r., II, x.) entender que todas esas facultades
ó. Cuando digo que el azufre no son, en el fondo, sino la misma
funde n 66°, que hierve a 146°, que alma que recibe diver90s nombres
es combustible ( ... ). No se trn- a causa de sus diferentes opera-
tn, pues, de una cualidad actual, ciones. (BossUET, De la connai••·
sino de una facultad y ( ... ) resul- de Dic11 ... , I, 20.)
ta claro que todas las propieda- 8. No hay que imaginarse que
des que atribuimos a los cuerpos las diversas facultades del alma,
no son sino facu.ltacús de este gé- de las que el entendimiento y la
nero. (E. MEYERS0N, Idc11tité et voluntad son las principales, sean
réal., 34.) entidades diferentes del alma mis-
5'. Todo diputado tiene la fa- ma. ( ... ) Es, pues, propiamente el
cultad de proponer a las Cortes los alma la que percibe, y no el enten-
proyectos de ley, haciéndolo por dimiento concebido como algo dis-
escrito, y exponiendo las 1·azones en tinto del alma. Lo mismo ocurre
que se funde. (Constitución de Cá- con la voluntad; esta facultad no
diz, 1812, art. 132.) Ad. E. es sino el alma en tanto que ama
su perfección y su felicidad ...
B. Eln particular (psicol. las facul- (MALEBRANCHE, Rech. de la vér., «2'
tades o potencias del alma) : Principio Eclairc. sur le livre», l.)
de acción que suponen los hechos psí-
quicos dotados de especificidad propia. 9. No son las facultades o cua-
En los escolást. (que suelen decir po- lidades las que obran, sino las sus-
tencia) : conocimiento (sensible e inte- tancias por las facultades. (LEIB-
lectual), a petición (sensible o deseo, e NIZ, N. essaia ... , II, XXI, § 7.)
intelectual o voluntad). En los moder- 10. Las palabras facultad, ca-
nos: sensibilidad, inteligencia, vol un~ pacidad, poder, que han desempe-
tad; pero la memoria y la imaginación ñado tan gran papel en psicología,
se definen también como facultades. no son ( ... ) más que nombres có-
Problemas metaf.: l. Entre el alma modos de los que nos servimos pa-
y sus facultades y entre las propias fa- ra poner juntos, en un comparti-
cultades, ¿ hay distinción real o distin- miento distinto, todos los hechos de
ción de razón? 2. Las facultades, ¿cons- una especie distinta; esos nombres
tituyen una realidad distinta de los he- designan un carácter común a los
chos que se les atribuyen o se reducen hechos alojados bajo la misma eti-
a palabras (nominalismo) ; v. cita de queta. (H. TAINE, De l'intellig.,
Préf.)
TAINE.
11. La idea de las facultades
Problemas psicol.: una determinada ( ... ) no es un producto, un objeto
facultad (o categoría de hechos psíqui- inmediato de la apercepción inter-
cos), ¿no es reductible a otra, p. ej. na. Se trata de un pensamiento,
la sensiblidad a la inteligencia (intelec- una concepción, una explicación,
tualismo), la voluntad al deseo, es de- pero necesaria a la psicología ...
cir, a la sensibilidad (sensualismo) o (J. LAGNEAU, Célebres ler. et
a la inteligencia (intelectualismo)? fragm., GO.)
6. Tenemos un conocin1iento ae~ 12. La actividad del espíritu se
tual de los actos u operaciones de escinde necesariamente en dos fun-
nuestro espíritu, pero no siempre ciones, de las cuales una es el in-
de sus facultades, a no ser en po- telecto, que es la facultad de for-
tencia (DESCARTES, 4" Rép. IX', mar la idea o lo posible, y la otra
190.) la voluntad, que realiza o actualiza
7. Aunque demos a esas facul- lo posible: tal es la condición im-
tades nombres diferentes en rela- puesta al espíritu por la búsqueda
ción con sus diversas operaciones, del valor, y ella explica la distin-
esto no nos obliga a considerarlas ción de esas dos facultades. (L.
como cosas diferentes. Porque el LAVELLE, Tr, des vaJeurs, I, 354.)
entendimiento no es otra cosa que 12'. Esas facultades no tienen
el alma en tanto que concibe; la su sitio establecido en el cuerpo
memoria no es otra cosa que el al- animado, de modo que cada una
ma en tanto que 1·etiene y vuelve a esté en un miembro, y no en otro;
acordarse; la voluntad no es otra slno que se hallan en todas las
385 FALTA
partes y miembros, aunque en uno'! C. Aplicado a personas: que se
en mayor proporción, y más ex- muestra distinto del que es, que mani-
puestas u nuestra observación, fiesta sentimientos que no experimenta.
mientl'US que en otras, menos se- Sin: hipócrita, doble, falaz, emhus-
ñaladas, mús oscuras. (J. L. Vrv1:s, tero.
Trc,tmlo ilrl a/11111, 17.) Ad. !•:, 5. Las mujeres son falsas, se
V. l•'nctor, ,¡; S,r 1, 1. nos dice. Llegan a serlo. Su don
natural es la arteria y no la fal-
1"ALSEDAD sedad: si siguen las verdaderas in-
l'alRo, Lat, fala11a, dc1·. de /al/ere, clinaciones de su sexo, aun cuan-
engañar, V. 1''alta. do mientan, no son falsas. (Rous-
De modo ¡.,"l•nernl, se opone a venia, SEAU, Émile, V, p. 486.)
dcro. O. Como dice muy bien Mme. du
A. Aplicado a unn afirmnriím: con- Deffand: Se puede ser mentiroso,
trario a la verdad. Una noticia falsu. pero no hay que ser nunca falso.
Una cita, un argumento falsos. (M0NTESQUIEU, Cahiers, 260.)
Siu.: tirróneo, inexacto. 7. Sin ser falsa, Gise tenia, en
l. Los reproches que los espo- efecto, afición a conservar secretos
sos se dirigen suelen set· falsos; ciertos pensamientos. (R. MARTIN
los verdaderos, no hay más reme- DU G., Les Thibaztlt, l, 49.)
dio que calhll'los. (J. R0STAND, Lr Falsedad. Lat. fa/sitas.
111ariagc, 63.) A. Hablando de personas: carácter
1'. la filosofía no sigue las re- de quien es falso en el sentido C.
glas de la nobleza, que la que prue- B. Hablando de cosas, principalmen-
ba más antigüedad es la mejor; te de proposiciones o juicios ( sin.
si ella es en si falsa, no será, des- error; pero, sin duda por contamina-
pués de muchos siglos de posesión, ción del sentido A, falsedad suele to-
más que un crro1· envejecido; y si mar un marcado matiz peyorativo).
es verdade1·a, en su mismo naci- l. En sentido abstracto: carácter de
miento será una hermosa luz de la una afirmación falsa en el sentido A
razón, (P. FEIJ00, Causas del atra- (la falsedad de una noticia, de un ar-
so que se padece en Espa,ia en or- gumento).
den a las ciencias natu:rales, Obras,
541.) Ad. E. 2. En sentido concreto: afirmación
falsa en el sentido A. Este reportaje
B. Aplicado a las cosas o a las ac- es un tejido de falsedades.
ciones: que no co1·responde a aparien-
cia. Moneda falsa. Falsa modestia. 7'. El hombre que vive sobre un
Sin.: trucado, falsificado, apócrifo, supuesto de ideas y creencias de cu-
fingido, falaz, engañoso, mendaz. ya falsedad está íntimamente con-
vencido, o que al menos sospecha,
Contr.: auténtico. y que no tiene el ánimo necesario
2. Hay una falsa mode•tia para vivir en la duda y a la
que es vanidad, una falsa gloria intemperie, para sentirse perdido,
que es ligereza, una falsa grande- aplazar decisiones y ponerse a rea-
za que es pequeñez, una falsa vir- lizar esa faena inexorable que es
tud que es hipocresla, una falsa el pensar ( ... ) huye de la verdad
prudencia que es ñoñez. (LA Bnu- y la persigue, porque adivina que
vtRE, Caract., 111, 48.) su mera p1·esencia arruina el
3. La falsa modestia es un úl- il'l'cal fundamento Lle su vida. Me-
timo refinamiento de la vanidad. jor dicho -y esto es lo más gra-
( Jbíd., XI, 66.) ve-, de su contrnvida, de su vida
como fonuul iunu.truticülacl, que C3
4. Falso y falaz son objetivos,
se dicen de lns cosas o hnccn re-
el mod,, de "º ser de la vida huma-
na. (J. IIIARÍAS, fatro<lztcción a la
lación a ellas; 111cntiroso es subje- I•'ilusofía, 119.) Ad. E.
tivo, sirve para calificar a las per-
sonas o a ellas se refiern. Una l•'ALTA. Der. del lat. popul. /nllitu.
falsa historia no es verdad, no de- (que ha dado el doblete falta-falla), de-
be ser admitida; una historia IIIC/1• rivado a su vez del ve1·bo fallerc, en-
tirosa no es veraz, no debemos gañar, escapa1· n, cuyo part. pasado
crce1· en la palabra del narrndo1·, fa./sus ha dado nuestro adj. falso•
(LAFAYE, 004.) Otl'o ,lcrivado esp.: falaz.
FAJ\IILIA 386

A. ..Qucbmnlnmienlo de la obli11a- mando, que en cualquier otro caso


ción ele cada uno ... Infracl'i,ln volunta- deben necesariamente aproximarse
ria de ln ley, ordenanza, i-eglnml"nto o lo más posible a ese modelo ele-
bando, a In cunl estií seilalniln sanción mental. (/bid., 416.)
lew». (Real Acnd.). 3, La sociedad humana se com-
B. Por ext.: violación de una re- pone de familias y no de indivi-
gla impuesta por el uso o por las téc- duos. ( ... ) Una socieda,l no es,
nicas. Faltas de ortografía, de pronun- pues, más dcscomponible en imlivi-
darión, de acuerdo, de cálculo, de gus- d11os que una superfice geométrica
tos ... lo es en líneas o una linea en pun-
Sin.: error, incorrección, equivoca- tos. (A. COMTE, Syst. de po/il. po-
ción. sil ., 11, 181.)
Lo que se llama falta en 4. El matrimonio es una socie-
franc[s es casi siempre el movi- dad c1•e11tual y la familia una so-
miento instintivo del lenguaje, que ciedad actual. ( ... ) En cuanto lle-
busca un atajo para evitar el ro- ga un hijo ( ... ), la sociedad se con-
deo, el obstáculo o In cacofonía vierte de eventual en actual. (Viz-
que los pedantes oponen a su mar- conde DE BONALD, Du divorce, IV.)
cha. La falta gramatical es, casi
siempre, el remedio n la falta eu- 5. La familia es acaso lo mejor
fónica. (... ) En vano pretenderá de este mundo, pero también, con
la gramática imponernos como co- demasiada frecuencia, lo peor. (... )
rrectos impronunciables engrudos, ¿ Por quién es uno más negado, re-
el empalagoso: Je pars ¡,011r Pa,·is pudiado, envidiado y vilipendiado
en vez del directo y pronto: Je que por su familia? ¿Puede hacer-
pars a ParÜI ... (P. CLAUDEL, Posi- se en alguna parte mejor el duro
tio11s et ¡,ropos., I, 83.) aprendizaje de In befa y In ingra-
titud que en la familia? (H.-F.
C. Carencia de una cosa necesaria o AMIEL, Journal int., 12 sept. 1868,)
que seria deseable. A falta de pan,
buenas son tortas. 6. Lo que unía a los miembros
de la familia antigua era algo más
FAMILIA. Lnt. familia, der. de fa- fuerte que el nacimiento, el senti-
m u.lus (servidor) : primitiv., el conjun- miento o la fuerza física: era la re-
to de los esclavos y servidores que vi- ligión del hogar y de los antepasa-
vían bajo un mismo techo; más tarde, dos. (FUSTEL DE c., La cité anl.,
el conjunto de las personas (mujer, hi- 40.)
jos, servidores) que vivían bajo In auto- 7. 10s odio, familias!, hogares
ridad del pater familias. cerrados; celosas posesiones de la
A. En sentido propio: grupo de per- felicidad, (A. GmE, Les nourrit.
sonas compuesto esencialmente por los terr., 109,• ed., 76.)
padres y su descendencia. 8. Para el francés, la familia
l. En su acepción más amplia: .con- es un abrigo contra la sociedad, el
junto de las personas unidas por lazos escondite del individualista, En fa-
de parentesco. Reunión de familia. milia, los seres se presentan a lo
2. En su acepción media: conjunto vivo; todo se halla sin freno e in-
de personas unidas por lazos de paren- vertido; en familia el republicano
tesco que constiuyen un mismo hogar, se hace autócrata, el monárquico
descansa en In anarquía, el tribu-
3. En su acepción restringida: gru- no pierde su aplomo, el timido le-
po forma.Jo por los padres y sus hijos. vanta la voz, etc. (J. CIIARDONNE,
Sin hijos, los padres constituyen un Altache111cnts, 36-37.)
matrimonio.
l. el espiritu científico no per- O. La familia es la encarnación
mite considerar la sociedad huma- de lo socittl priva,lo y el órgano
na como realmente compuesta de de la i11timiclad social. (J. LACIIOIX,
individuos. La verdadera unidad Force et faibl. de la fam., 61.)
social consiste sin duda en la fami- V. Amor, 70; Clase, 5; Esplrit11, 6,2;
lia. (A. COMTE, Cours de phi/os, Nombre, 2: Nosotros, 1; Pertc,u.>c(•r, 2.
posil., IV, 398.) B. En sentido anal.: conjunto de se-
2. La vida de familia ( ... ) , eter- 1·es que tienen entre sí relaciones de
na ,•scuela de la vida social, ya sea 01•igen o de semejanza análogas a las
para 111 obediencia, ya pal'll el de los hijos de un mismo pnd1·e y una
387 FANTASI.-\

mism11 madre. En part., en In c)asific. 6. El fanatismo no es nunca


de los seres vivos; subdivisión del or- otra cosa que una supercompensa-
den; la familia se subdivide a su vez ci6n de la duda. (C. G. JUNG, Ty-
en géneros. Familia de palabras, de pes psychof., 360.)
lenguas, familia espiritual. B. Hiperból.: culto excesivo a al-
1O. Se detesta n veces II la fa- l{Uien o n algo.
milia 1.fo carne, pero se nmn siem- 7. Ese fanatismo por la exac-
pre n In de espiritu. (M. CIIAPt:- titud se convierte en biología en
1.AN, I..irl' rt écrir,·, t,l.) inexactitud. (Cl. BERNARD, Pri11c.
10'. Los hovns, los cafres, los de mécl. expfr., 234.)
hotentotes, los mntnbeles y los zu- FANTASIA. Gr. pha11tasia (misma
1ús derraman también su snng1·e raíz que fenómeno: phaincin., aparecer),
por defender el suelo pntrio. En los aparición, imaginación.
pueblos cultos eso no bnstn; hay
que luchar por el engrandecimien- Da.: fantástico, fantasmagoría. V.
to ideal de In gran familia en me- Fantasma.
dio de In cual se ha nacido, y este A. Antig.: facultad de representarse
eni:randecimicnto exige algo más de manera sensible los objetos exterio-
que el mero sacrificio de In vida. res percibidos anteriormente; memoria,
(A. GANIVET, /c/cu1·i11111 espuiiol, 67.) imaginación. Por ext.: lo que esa fa-
Ad. E. cultad representa.
V. Ca,·ácter, 24. l. A la perceoción de las for-
mas sensibles están, pues, ordena-
FANATISMO. Der. de fa111tm, lu- dos el sentido propio y el sentido
gar sagrado, templo (contr.: profa11um, común ( ... ). A la retención y con-
profano•). Fa11atic11s se decía de los servación de esas formas está
sacerdotes afectos ni servicio del tem- ordenada la fantasía o imagina-
plo, en particular de los que se halla- ción, pues son una misma cosa. La
ban en trance de inspiración. Por ex- fantasía o imaginación, es, en
tensión se calificaba de fanatica a In
filosofía que explicaba los hechos por efecto, como un tesoro de las for-
la intervención de poderes sagrados. mas recibidas por el sentido. (San-
to TOMÁS, Summa thcol., !.•, qu.
A. Disposición del que está animado, 78, 4.)
hacia la religión o hacia cualquier otra
causa, de un celo ciego que le hace des- 2, cuando lo que he visto o lo
cuidar lo demás y tener por legítimos to- que he oído decir vuelve a mi en
dos los medios. las tinieblas o el silencio, no di¡:o
que lo veo o que lo oigo, sino qu~
Sin.: intolerancia, sectarismo. exal- lo imagino.
tación.
La facultad del alma donde se
l. El fanatismo no es un error, realiza este acto se llama imagi-
sino un furor ciego y estúpido nun- nativa o fantasía, de una palabra
ca moderado por la razón. (J .-J. griega que significa aproximada-
ROUSSEAU, L. ,i cl'Ale111bert •· frs mente lo n1ismo, es decir, hacerse
spect., 44, París, 1820.) una imngen. (BOSSUET, Con11. ele
2. La razón ofende a todos los Die1t... , I, 4.)
fanatismos. (VIGNY, Jo11·r1wl c/'1111 3. No sé si veo cosas reales o
¡,., 1829.) soy tan sólo turbado por fantasías
3. La servidumbre a las pala- y vanos simulacros. (BossuET, S.
bras es rníz del fanatismo. (J. LA- S111· la mo,·t, I.)
GNEAU, Célebres ief, et fragm., 4. Así, pues, cuando hablamos
141.) de las ideas, no damos este nom-
4. el fanatismo, ese temible bre a las inu\gencs que csttin pin-
amor n In verdad ... (ALAIN, /Jéfi- tadas en la fantasía, sino a cuan-
nit., 222.) to hay en nuestro espíritu ruando
6. Pensaremos que en In raíz podemos decir con \'erdad que conce-
del fanatismo está la se,·vidumbre bimos una coso, sen cualquiera la
o las palnhrns, que si destruye In muneru l•n que lu concebimos.
libertad es porque procede de una (Log. <I<' Po1·t-R., I, l.)
esclavitud. (G. MARCEL, Le, lwm- 6. el espíritu humano presiona
nu·s rautre l'/11t,mctiu, HG.) sin cesar con In totalidad de su me-
FANTAS~IA 888

moria contra la puerta que el cuer• 8. el ca¡,richa es propiamente


po va a entreabrirlo: de ahí los una determinación arbitraria, como
juegos de la fantasía y el trabajo la fa11tasfrt un gusto arbitrario:
,k la imaginación. (11, BERGSON, los ca¡>richas de la suerte, las
.1/al. et mém., 200.) fa11tasi<1s de In moda, Se pone,
o . Es [la fantasía] admirable- se muestra capricho en lo que se
~11cnte suelta y libre: ella formn, quiere, en Jo que se resuelve, y
reforma, cambia, encadena y diso 4
fa11/<1síu en lo que se desea. Una
cia cuanto se le antoja; enlazn las orden sin fundamento es un ca-
cosas mús distintas, y separa has- pricho, un deseo que no procede
ta el extremo aquellas que se de una verdadera necesidad es una
hallan rnás íntimamente unidas. fa11fasía. (LAI•'AYE, 420.)
Poi· eso, de no hallarse gobernada FANTASMA, Gr. pha11tusma, apa-
y contenida por la razón, agita y rición, visión, imagen. Der. de phaineiu.
perturba al alma como al mar las
tempestades. (J. L. VIVES, Tratacla
V. FamtaBía.
del alma, 40.) Ad. E. A. En la psicol. escolúst.: imagen
sensible.
B. Hoy: no corresponde ya más que
a una imaginación libre de todo control l. Supongamos que ( ... ) un
racional y por consiguiente caprichosa, cuerpo seruiible haya imprimido
inconstante, frívola. una imagen en el sentido común.
Y designemos por el nombre de
1. En sentido abstracto: carácter de fantasma a esa imagen ... (E. G11,.
la actividad psíquica que se abandona SON, Le tlunnÚlme, 300.)
al juego de las asociaciones y a la in-
fluencia del humor. La fantasía de un l'. los 'brutos animales, con el
testimonio. temperamento de su cerebro y con
los fantasmas que les entran por los
G. Una verdad que hay que re- cinco sentidos hacen los discursos
petir sin cesar a los entusiastas de y habilidades que les notamos.
las reglas: si se cortan las alas a (J. HUARTE, Examen de in.genios,
la Fantasía vuelven a crecer el do- 148.) Ad. E.
ble de largas. (J. BAR REY o' A un.,
Du clandysme, 28-29.) B. Más corrientemente (psicol. mo-
derna) : imagen mental; las construc-
7. La fantasía consiste tan só-
ciones de la fantasía (en el sentido A),
lo en dejar al espíritu funcionar a es decir, de la imaginación creadora, en
su antojo, irse hacia lo que le lo que tienen de inconsistente.
atrae y posarse en ello un instan-
te; cuando está bien dotada, la co- Der.: fantasmal o fantasmático (no
sa tiene un gran encanto. (A. CAR- tiene el matiz <le inverosimilitud de
TAULT, L'intellectuel, 87.) fantástico).
7'. La fantasía tiene fama de 2. Su objeto [de la imagina-
ser la loca de la casa. Mas la cien- ción] es el fantasma o lo imagi-
cia y la filosofía, ¿qué otra cosa nario, carece de existencia fuera
son sino fantasía? El punto ma- del acto que a él apunta. (R. VER-
temático, el triángulo geométrico, NEAUX, Phi/as. de l'liamme, 53-54.)
el átomo físico, no poseerían las V. Fabulación, 1.
exactas calidades que los constitu-
yen si no fuesen meras construc-
C. Psicoanal. Representación imagi-
ciones mentales. Cuando queremoa nativa, consciente o inconsciente, que
puede tener mayor influencia sobre el
encontrarlos en la realidad, esto es,
psiquismo que la percepción de la reali-
en lo perceptible y no imaginario,
tenemos que recurrir a la medida, dad. El fantasma puede ser suscitado
e ipsa facto se degrada su exacti•-
por el psicoanalista a fin de provocar
tud y se convierten en un inevita- la abreación.
ble "poco más o menos». (J. ORTE- FATAL. Lat. fata/is, der. <le fatum,
GA Y GASSET, Ideas y creencias, lo que ha sido dicho (sobren t.: por el
Obras, V, 403-404.) Ad. E. oráculo) : el destino; ordinariamente
2. En sentido .concreto (una fanta- destino desg1·acia<lo.
sía, fantasías): deseo pasajero y no A. Prop., se dice de un aconteci-
justificado por una razón válida. miento funesto que llega necesariamen-
Sin.: capricho. te por la acción del destino• (fat11m),
380 FE
porque eslú dicho o escrito que así de- 4. [En historia.] La retrospec-
be ser. cwn crea una i/r,sión ti,• fala/idrul
B. Por extensión, se dice: l. rle que contradice In impresión con-
un acontecimiento funesto que sucede temporánea de contingenria. (R.
necesariamente por el juego irresistible ARON, /11trorl. a la plLilos. de /'ltisl.,
de las causas. Con semejante herida, la 181.)
muerte era fatal. C. Por obra de la abstracción o In
Cn11tr.: arcirlental, fortuito, contin- personificación (In Fatalidad): poder
gente. misterioso por el que todo, y en parti-
Ning1in otro contingente se ha rulnr los sucesos desgraciados, está
mostrado tan ligero, tan írivolo, predeterminado.
tan pueril romo el europeo, en Fatalismo. Doctrina según la cual el
dnr por no existente lo fntal. A destino del hombre está determinado de
esto •e dehe, en buena parte, la antemano, con independencia de lo que
perpetua inquietud de su historia. pueda querer y hacer. No debe confun-
(J. ORTEGA Y GA~SET, Mira,bea11 O dirse con el determinismo, según el
el polltko, en Trlptko, 47.) Ad. E. cual, interviniendo en el juego de las
causas, cabe modificar los efectos, no
2. De un acontecimiento conside.-ado sólo en el mundo exterior, sino también
como contingente• o incluso fortuito•, en la propia existencia.
pero quo tiene consecuencias funestas,
mortales. Golpo fatal; distracción, en- FE
cuentro fatales; día fatal. Fe. Der. del ]at. fi,lcs, que sirve de
( ... ) soy hombre, y sobre hombre, subst. al verbo crcdcrc (creer) : 1.0 fe,
escritor: en los cuales no sé qué fa. creencia (en el sentido religioso) ; 2. 0
tal dominio tiene la altanería, que compromiso solemne (en partic. en el
rara vez se resuelven a reconocer voc. jurídico), confianza que resulta de
sus errores o su ineptitud. (J. P. ese compromiso.
FoRNER, Exequ,ia,, do /a, /cng1ta, De la misma raíz que fidcs, lidere
ca,,tel/a,na, 88.) Ad. E. (fiarse, tener confianza), ha dado los
Fatalidad. Carácter de lo que es fa. compuestos confirlrrc (confiar), diffi,lc-
tal. En sentido concreto (una fatalidad, re (desconfiar). V. Valor füfaciario.
las fatalidades) : acontecimiento fatal. A. Fe-compromiso (acepción anti-
A. Prop.: .carácter de lo que es obra cuada que subsiste en numerosas expre-
del destino• (fatu,n), es decir, que siones): juramento de fidelidad, en par-
ocurre necesariamente y con indepen- ticular al soberano, a la mujer (fe ju-
dencia de las circunstancias, porque ha rada, fe de caballero, tener la fe de al-
•ido dicho o está escrito que ocurrirá. guien, es decir, su promesa solemne).
V. Destino, 2. La confianza resultante de juramentos
o promesas de ese género (la fe de los
B. Por ext.: carácter de lo que es tratados, ese documento hace fe). La
efecto necesario de los antecedentes o exactitud en la ejecución de aquello a
de las circunstancias. lo que uno se habla comprometido.
Si 11.: necesidad. l. El acto, sea auténtico, sen
l. la relación de las causas mediante escritura privada, hace
con los efectos, lejos de causar fe entre las partes. (Código Ci1•i/
una fatalidad insoportable, nos fr., art. 1320.)
proporciona el medio de evitarla. 2. La sociedad está fundada so-
(LEIBNIZ, Tkéod., I, 65.) bre la familia, que a su Vl'7. reposa.
2. la marcha de la humanidad en la fe ele los contratos domésti-
( ... ) es la resultante inmediata de cos. (A. FRANCE, La vie littfr., II,
la libertad que hay en el hombre 7.)
y la fatalidad que hay en In na- B. Fe-asentimiento. Adhesión del es-
turaleza. (RENAN, CEuvrcs, I, 163.) ph-itu fundada en argumentos que no
3. Las excusas que [ el hombre con~tituyen demostración rigurosa,
moderno] halla en las fatalidades principalmente en el testimonio aje-
del impulso, del temperamento, de no.
la herencia, hubiesen resultado Sin.: creencia, pero creencia 1. 0 in-
ininteligibles para nuestros pa- dica una adhesión menos firme: 2. 0 se
dres. (P. BOURGET, Essais de p81J· toma más a menudo en su ace11ción ob-
clLol. co11t., I, 395, Pion, 1809.) jetiva (lo que se cree).
FE
3. Entre las rosas que no sn- Zenón, contra el mnterialismo, In
bemos, estún nque11as rn las que n•lig-ibn dc>I n,mr y el pesimismo.
creemos por testimonio ajeno; es (11.-F. AMIEI,, Journal Íllf., 24 abril
lo que se llama fe. llay otras so- 18G!l.)
hre lns que suspendemos el juicio, 10. No somos, pues, una apro-
tanto nntf's como dí'spué-s rlel exn- ximación ele voluntades sin doctri-
n1en: es lo que se llama duda. Y na común. Pensamos que la comu-
cuando, en la duda, nos inclinamos niclacl de acción supone la de pen-
mús de un lado que de otro, sin samiento, y que la acción puede
que por ello decidamos nndn de mo- afirmar, pero no crear esa fe. (J.
do nbsolulo, tenemos lo que se lla- LAGNEAU, «Simples notes pour un
ma opinión. programme d'union et d'actionll, en
Cuando creemos ako por testi- Crli'bres ler. rf Jragm., 4 !.)
n10nio ajeno, o es en Dios en quien 11. La fe es, de modo general,
creemos, y en este caso tenernos la una creencia; pero es, me parece,
fe divina, o es en el hombre, y en- especial y propiamente una creen-
tonces se trata de la fe humana. cia determinada por el interés que
(BOSSUET, De la canna.iss. de Diru ... , su objeto nos inspira (... ) : un am-
l, XIV.) bicioso, por ejemplo, tiene fe en
4. FE. Creencia basada en la el éxito de su empresa ( ... ), una
certidumbre en que estamos de que madre tiene fe en el porvenir de
no somos engañados. Así, damos su hijo, una mujer en el de su ma-
fr a una cosa, no porque veamos rido. (J. LACIIELIER, CEuvres, II,
que es tal, sino porque estamos 164.)
persuadidos de la veracidad de 12. La fe es creencia volunta-
quien la refiere. (CONDILLAC, Syn., ria. ( ... ) Cuando la creencia es vo-
III, 282.) luntaria y jurada con arreglo a la
6. La única fe que me queda alta idea que uno se hace del de-
es la fe en los diccionarios. (P. ber, su verdadero nombre es fe.
LÉAUTAlJD, Journal lit.t., l. 34.) (ALAIN, Dé/in., 72.)
6. [Al recibir la noticia de la 13. fe es fuerza de espíritu, no
muerte de un soldado en el fren- debilidad. Si imito, si temo, si no
te.] Hace falta un extraordinario inclino, esto no es ya fe, sino
acto de fe para representarse la creencia. (ALAIN, Propos sur la rc-
muerte cuando no se ha visto ni lig., 232.)
el cadáver ni la tumba. No llego a 14. La prueba de la fe, de to-
creerlo. (J. GUÉHENNO, Jour11a/ da fe, es la eruzada. ( ... ) Para los
d'un hommc de 40 ans, 180.) fieles, sea cualquiera la fe a que
7. el conocimiento histórico, que pertenezcan, se trata siempre de
descansa en la noción de testimo- conquistar los Santos Lugares, de
nio ( ... ) no es propiamente ha- no dejar en manos impuras el ma-
blando una ciencia, sino tan sólo nejo y la guarda de ciertas cosas
un conocimientao de fe. (H. MAR- eternas... (J. GUÉHENNO, Galiban
ROU, De la coitnaiss. hist., 143.) ¡,arle, 154.)
16. Tener fe es vivir inspirado
C. Filos. Principal y absolutamente por lo englobante, dejarse condu-
(tener fe) : actitud mental que implica cir y colmar por él. (K. JASPERS,
a la vez libre compromiso y asentimien- La Joi nhilos., 24.)
to. Adhesión a un orden de cosas que
trasciende el dominio de la experiencia 16. Todo el peso del pensamien-
y de la pura racionalidad. Fe religiosa, to marxista reside, al parecer, en
filos&fica, política (a menudo con acep- el vicio fundamental que consiste
ción despreciativa). en hacer pasar una fe por un se-
dicente saber. (K. JASPERS, Raison
8. La fe que no obra, ¿es una et déraison ... , 16.)
[fe sincera? 17. (Para Jaspers), ocurre con
(RACU-:E, A tha/ic, I, 1, Joad.) el psicoanálisis como con el mar-
9. Acaso la fe en el bien no xismo: es una fe de la que convie-
haga mucha falta al individuo pa- ne constantemente recordar que
ra la travesía de la vida, pero sf procede de un pretendido saber to-
es necesario haber tomado partido tal del hombre. (J. PAUMEN, Raison
por Sócrates, Platón, Aristóteles, et exÍJ!t. chez K. Jaapers, 340,)
3fü

18. El racionalismo más es- n causa de una verdad intrínse-


tricto pende de una fe que se ve ca discernida a la luz de la razón
obligado a suponer, puesto que es natural, sino a causa ele la autori-
condición de todo conocimiento, y dad misma de Dios revelador. que
que es la fr rn /a. rnzó11. (J. LA- no puede ni engañarse ni en~añar-
l'ROJX, i\larrismr, ('J'iRt,, perso11- no;;, que lo que ha rt'v~la:lo .es
11nl., 101.) verdad. (1 Concilio Vaticano, Con;;'.
1!l. ¿ Una re por la que vivir? el" la fui, cap. III.)
Tal fue el tema de una encuesta 22. siendo la fe un don de Dios,
n la 1111e mr invitaron a re::.ponder .,¡ mismo que da la gracia para
hnn' ulirunos a1ios. Me pr~gunlo si hacer creer las demás cosas, pue-
scnwjante fórmula plantea bien la de también darla para hacernos
CUl•stión. ¿Qué e~ lo n('rcsurio? ¿De creer que existe: no cabría, sin
qué lenl~mo~ rlesesperodamente ne- embargo, proponer esto a los infie-
cesidad? ¿ De una fe por la que les, que podrían imaginarse que se
vivir? ¿O de una re para la cual comete en ello la falta que los
\'i\'ir ( ... )? (,l. MAIIITAIN, La phi- lógicos llaman círculo. (DESCAR-
/os. cla,rs IIL cité, 169.) TES, ll/iditatio11.,, a los Sres. Deca-
D. Teol. Virtud teologal, es decir, nos y Doctores de la Sagrada Fa-
que tiene a Dios por objeto y se funda cultad de Teología de París.)
en la palabra de Dios, pero que es con- 23. La certidumbre de la fe
cebida de modo diferente según las viene de la autoridad de un Dios
confesiones. que habla y que jamás puede en-
20. Para ciertos creyentes, hay gañar. Luego, si no estás conven-
en toda fe dos elementos, uno in- cido por la razón de que hay un
telectual, el otro místico, el de la Dios, ¿cómo lo estarás de que ha
creencia y el de la confianza, y hablado? (MALEBRA!SCHE, Co,•i•crs.
ambos son inseparables y necesa- chrét., l.)
rios, 24. Estoy persuadido de que
Para otros creyentes, el elemen- hace falta ser huen íPósofo pa~·a
to intelectual, el de la creencia, es entrar en la intelig-encía de la.:5
el más importante, y su importan- verdades de la fe, y que cu3nto
cia puede amenazar con suprimir mñs fuerte se está en los verdatle-
y suprime de hecho el elemento ros principios de la metaiísiea se
místico, el de la confianza ( ... ). está m.is firme en las verdades de
Finalmente, hay aún otros cre- la fe. (l\·IAt.EBRANcnt:, Entrd 1n1s
yentes para quienes el elemento sur la ,nétaph., VI. 11.)
místico, el de la confianza, es el 25. Un hombre de mundo que
más importante, con importancia hace profesión de cristianismo, y ri
tal que puede amenazar e incluso quien se pide cuenta de su fe, di-
suprimir de hecho el elemento in- ce: no razono, pero quiero creí'r.
telectual de la fe, el de la creen- Este lenguaje, bien entendido, pue-
cia. Los creyentes de este tipo son de SC'r bueno; pero en un sentiLlo
los Fideístas. (L. DoUMERGUE, prof. bastante corriente indica poca fe,
en la Fac. de Teol. protest. de e incluso una secreta disposición a
1-fontauban, Dt'n étapctJ d1l .fúhis- ln incredulidad; porque ( ... ) esto
me, 4-5, Fischbacher, 1906.) significa a nwnudo: no rnzono,
V. Crrcncift, 30, 32, 34. porque si razonase mi razón nu ha-
llaría nndu que la deternunase a
J. En los trol. rnt. ( sin. de ,·reencin); rrC'cr ( ... ). mi prúpia razón m~•
adhesión a la doctrina revelada (acto opondrin dificultadl'3 que me itn·
de fe) o esta misma doctrina (los con- pedirían en absoluto ercer. Ahora
fesores de la fe). La confianza se re- bien, pt•nsar de este> modo y hJ.•
fiere a la vit'llld de la esperanza y no llarge así dispuesto ('S no tenrr fC' ·
a 111 virtud de In fe. porqUl' In fo, y nw rl'l"iciro a la ft!'
21. Esta fe, que es el l'Olllií'nzo ('ri8tiann, no es un puro n:s.enti•
de la salvaeión del hombre, la Igle- mitlJ\to u rr('et'. 11i una s·mn!e ~u-
sia tatólicn proclama que es unn mi:üón dt!l espÍl'ilu 1 .sino ml a:...'n-
virtud sohrenalurnl, pur la cual, timiento y una sumisión razona-
por inspiración de I>ios y con bl~3. (BOl 1lWA1.0l'E, l'cnsécs sur ch-
ayuda de su gracia, creemos, no l'<'rs s11jct,, De la fe.)
FE 392

2C>. d ¡,aso de In fe n In duda 31. ... ¿Crees? ¡ Pue• hien ! La


no es un cnmino memos largo que entrega de lu almn, su nbnndono,
el paso de In dudn n In fe. su confianza en el hecho que tiene
(P. BOURGET, Di11101t de 111idi, 11, por verdadero, eso es la fe. Fe,
W.l confinnza, fidelidnd, son una mis-
27. La fe así entendida [In de ma cosa. (A. VINET (ERprit d'-J,
1,,s católieos] es, pues, el acto de II, 51.J
la inteligcneia por el que el sujeto 32. In fe cristiana no es una
tiene por verdad cuanto Dios ha creencia. Aunque no falte nunca
revelado, porque él lo ha revelado en ella algún elemento intelectual,
y él no puede ni engañarse ni cn- no es un acto intelectual. Es un ac-
¡rañar. El objeto de la fe es, pues, to moral que llevn en sí mismo, co-
lo que Dios ha rc,•elado; el motivo mo todos los netos morales, su pro-
de la fe, la veracidad de Dios que pia legitimación y su garantía su-
lo revela. La demostración del he- fieiente. ( ... ) La fe así entendida
cho de la revelación no es el mo- no tiene nada que temer de la crí-
tivo de la fe; tan sólo hace creí- tica histórica: pertenece a otro or-
bles las verdades reveladas ... den. (A. SABATIEn, Les relig. d'au-
(H. DELACROIX, La rrlig. et. la, foi, torité et la re/. de /'esprit, 3.' ed.,
104.) 430-431.)
28. ¡ No, no he perdido la fe! 33. mientras enseñan In justifi-
Esta expresión «perder la fe», co- cación por la fe, esos doctores [pro-
mo se pierde la bolsa o el llavero, testantes ortodoxos] confunden,
me ha parecido siempre un poco bajo el nombre de fe, dos cosas
estúpida. (Ch. BERNAN0S, Jour11al muy distintas: la entrega del co-
d'mt c,iré de camp., 151.)
razón a Dios y In adhesión del es-
29. La fe no se pierde; deja de píritu a la verdad revelada; con-
informar la vida, y eso es todo. funden la /e y la creencia,, y llegan
(lbíd.) así a sustituir el dogma de la sal-
30. La fe es la admisión por la vación por la sola, fe por el dogma
inteligencia, bajo la influencia de de la salvación por /a, fe y las
la gracia, de verdades reveladas creencias. (MÉNÉGOZ, Sal11t par la
por un Ser en quien hemos puesto foi, 28.)
toda nuestra confianza. (R. VAN- E. Objetiv.: los dogmas de la reli-
COURT, La phénoménol. et la foi, gión o incluso la religión. Opinión con-
106.) traria a la fe. Los enemigos de la fe.
30'. Dios nos insufla una ver- 34. el mismo esp!ritu que le im-
dad mediante la fe, pone en nos• pide [a la Iglesia] disminuir la
otros la fe. Pero esta fe que viene fe, le impide también añadirle na-
de Dios a nosotros tiene que ser do. (BOSSUET, Carta a Leibniz, 27
asimilada, es decir, entendida. El julio 1692.)
contenido de la fe es la palabra de
Dios que llega al hombre, pero el 35. no necesitamos de la fe re-
hombre tiene que comprender esa velada para saber que existe un
palabra. Es indiferente que esa pa- tal principio único de todas las co-
labra diga o no un misterio. sas, perfectamente bueno y sabio.
Aun el misterio inexplicable tiene La rozón nos lo enseña por demos-
que ser entendido para ser miste- traciones infalibles. (LEIBNIZ, Théo-
rio. Yo no me explico el cuadrado dicée, «Discours» ... , 44.ª ed. Janet,
redondo, pero no me lo explico pre- 67.)
cisamente porque entiendo lo que Fideismo. Der. del lat. fules, fe.
esas palabras significan. (J. ORTE- Prop. (Teol.) : doctrina de quienes
GA Y GASSET, En torno a, Galileo, en nombre de la primacia o incluso de
01,ras, V, 128.) Ad. E. In absoluta suficiencia de In fe, recha-
V. Arto, 4; Hábito, 1. zan toda justificación racional de los
2. En los teol. protestantes: adhe- dogmas a los que se adhieren.
sión del alma al Dios de la revelación A. En general (principalmente en los
(la fe engloba el conjunto de las virtu- teól. cató!.) : doctrina qoo, no admitien-
des teologales, pero consiste esencial- do el valor de la razón, pide a la re-
mente en la confianza, en la acción sal- velación divina la solución de todos los
vífica de Dios). problem11e relativos a la religión e in-
393 FEl,ICIDAD

cluso, por extensión, de los problemas de la progres,on será 1,1; por consi-
morales y metafísicos, guiente, tendremos:
36, El fideísmo no admite que Ccrnli<la,l lnlensidad
se prueben los preámbulos de la ele c:reitantc de sensación
Fe por In razón natural, y que así 2g 1
la razón conduzca ni hombre n la 2 X 1.10 = 2,20 2
Fe; funda In Fe en la Fe. ( ... ) Lo 2,20 X 1,10 = 2,42 :¡
que expresan todas IIIA formas de
fidelsmo es la desconfianza en In
2,42 X 1,10 = 2,6G2 4
etcétera.
razón. (H. DELACR0IX, La, religion
et la, Joi, 101.) P,erl-Ba,:k, lngl. Literal.: alimentar
B. En ciertos protestantes: doctrina hacia atrás. Retroacción. En términos
se~m la cual el hombre será salvado abstractos: regulación de las causas
por la fe (fe-confianza), con indepen- por los efectos. Ej.: en la máquina de
dencia de las obras. vapor, el regulador de bolas de Watt.
V. 20. Tan sólo a efectos prácticos,
definimos el feedba.ck como un dis-
/111r11a, fr. Disposición moral de quien positivo de autocorrección que per-
dice lo que cree verdadero y obra con mite a una máquina regular su ac-
arref'\'IO a las indicaciones de su con- ción por el juego de los propios
ciencia. desvíos de esa acción. (P. DE LA-
Si11.: lealtad, sinceridad, probidad. TII,, La pc11séc artificielle, 54.)
37. En los libros de historia, es- FELICIDAD. Lat. felicitas, felici-
critos de buena fe, pero inspira- dad, éxito, fecundidad.
dos por la pasión politica, vemos
a cada instante los hechos disfra- l. Hay un tipo de felicidad tan
zados de la más extraña manera. poco incorporado a nosotros como
(V. BR0CHARD, De l'errc11r, 224.) un abrigo, Asi, por ejemplo, la fe-
licidad fortuita de heredar o de ga-
lita.la. fo. Disposición moral contraria nar a la lotería. Pero la felicidarl
a la buena fe. que depende de nuestro propio po-
A. En la acepción más corriente es der es, por el contrario, incorpo-
de mala fe el que dice lo que cree no rada; nos tiñe más y mejor que la
ser verdadero o se atribuye derechos púrpura a la lana. (ALAIX, Propos
que sabe carentes de fundamento váli- s. le bonhcur, 260.)
do. 2. El lenguaje común ofrece
B. En una acepción más sutil, es de matices admirables. Cuando se di-
mala fe el que, por interés, se engaña ce de un hombre que tiene suerte,
a si mismo. no debe entenderse que es feliz
38. La mala fe ( ... ) es mentir a porque tiene éxito, sino, más bien,
que tiene éxito porque es feliz.
sí mismo, lndudablement~, para el (ALAIN, llli'.11ert•c ••• , 251.)
que practica la mala fe, se ,rata
de enmascarar una verdad des- A. (A propós. de hechos particula-
agradable o de presentar como ver- res) : suerte feliz, suerte favorable,
dad un error agradable. La mala acontecimiento feliz,
fe tiene, pues, en apariencia la es- Se utiliza, con más frecuencia, el
tructura de la mentira, Pero, y es- término suerte. Tener suerte en algo.
to lo cambia todo, en la mala fe es
a mí mismo a quien enmascaro la Por opas. a: desgracia, mala suerte,
infortunio, revés, fatalidad, accidente.
verdad. (,J.-P. SARTRE, L'etrc rt
lo n., 87.) 3. No había tenido suerte en to-
cia esta fase de mi existencia. No
Fcchner (Ley de-), La intensidad hay felicidad para nadie. (G.
de la sensación varía como el logarit- SAND, Hú,t, do ,na vie, X, 255.)
mo del excitante. En otros términos:
si la excitación crece (o decrece) si- 4. Había tenido s1tertrs, es de-
guiendo una progresión geométrica, la cir alegrías, en el amor materno,
sensación crece con arreglo n una pro- en la amistad, en la reflexión y en
gresión aritmética. Ej.: suponiendo los sueños, ( lbíd.)
que, en el peso, el mínimo sensible sea 5. ¡ Qué coincidencia! JQué suer-
2 ,r. y para sentir un aumento de pe- te! JUna verdadera suerte para
so haya que añadir 0,20 g,, la razón mi pobre marido! (A. VAN DER
FELICIDAD 30-1

l\JEERSCH, Corp.~ et cimcs, I, 302, fclil'idnd, ¿se sentía vel'()nderamen-


A. Mirhel, Jn4.) te frliz? Era como t•l homhre que
6. Clara se encontrabn sumida JlOsee unn pnl'Cela de trrreno en
en í'l diñlog-o con Ménétrier y en- In que hay enterrado un teso-
cantnda de constatar que hnblobo ro cuya ('Xistencin ignora. (E. DE-
sil! C'sfuerzo, con inesperada feli- LACHOIX, Jo1tr11al, 28 abril 18.54.)
cidad, de cosas que no habría di- 13. La felicidad es esa alegre
rho a nadie más. (A. MAllROis, Tcr- casa de techo de paja cubierto de
1·c promisr, 218.) musgo e irisado de flores. Hay que
7. Como tienen una cobardía quedarse frente a ella; si se entra,
rutinaria, los dedos del pintor tie- ya no se In ve, (L'csprit d'A. Karr,
nen también una virtud inspirada. 2.)
La mano tiene momentos felices. 14. La felicidad es no precisa·
Realiza hallazgos. (H. DELACROIX, mente el apaciguamiento de nues-
Ps11chol. de l'art., 184.) tros deseos, sino una rotación en
8. helo aquí [el fuste truncado cierto modo cotidiana de deseos en-
de los Propileos de Atenas] que cadenados, periódicamente rena-
se eleva con10 un álamo entre la cientes y satisfechos de nuevo p~-
hierba enana, la suerte insolente ra volver a renacer, y así sucesiva
que le ha valido el ser bello, (Ch. e indefinidamente. (G, TARDE, Psy-
MAURRAS, Anthinéa, I, II, § 6.) chol. écon., I, 155-1'56.)
Y. Inocencia, 6. 15. Un griego ( ... ) no ve otro
B. Estado de satisfacción completa fin último a la actividad que la
de todas las tendencias humanas. Por obtención y conservación de la feli-
ello se distingue del placer, siempre in- cidad. Pero a medida que se des-
completo y que no es específicamente arrolla la idea de una responsabili-
humano: el animal experimenta placer, dad moral de la persona, la feli-
pero no alcanza la felicidad. cidad de que se trata es menos
una felicidad caída en suerte que
Sin.: beatitud, dicha, contento, satis- una felicidad merecida, (M. Ro-
facción. BIN, La mora/e ant., 74.)
9. Felicidad. Un estado, una si- 16. ¿Es verdadera felicidad la
tuación tal que desearía su dura- contenida únicamente en las pala-
ción sin cambio; y en esto es dife- bras tú y yo? Para mí, la felicidad
rente la felicidad del placer, que somos nosotros .. " comprendido el
es tan sólo un sentimiento agrada.. niño. (Ph. FAURÉ-FRÉMIET, Le so11f-
ble, pero corto y pasajero, y no flc du désordrc, I, 1.)
puede ser nunca un estado. La fe- 17. La felicidad es un estado de
licidad tiene el privilegio de poder equilibrio interior, el del alma
serlo. (Encyclop.) cuando no desea nada fuera de lo
1O. El que quiere hacer depen- que ya tiene. (A. CnESSON, /lfor. de
der demasiado su felicidad de su la raison théor., 283-284.)
razón, el que somete a examen, y, 18. La felicidad es una contem-
por así decirlo, busca pleito a sus plación activa. No puede residir si-
g-oces, y no admite sino placeres no en las ideas, para la élite, y pa-
delicados, acaba por no tener nin- ra el común de las gentes en In ac-
guno. Es un hombre que, a fuerza ción, (A. SUARES, Rcmarq11cs, 29.)
de hacer cardar su colchón, lo ve
disminuir y acaba por dormir en 19. La felicidad (... ) parece no
duro. (CHAMFORT, Jtiax. et pcnsécs, tener tanta necesidad de placeres,
cap. V.) puesto que los hace y compone con
cualquier material. Los coleccionis-
11. Con la felicidad ocurre co- tas, a quienes todos tenemos oca-
mo con los relojes. Los menos com- sión de observar, pueden dar so-
plicados son los que menos se es- bre ello muy útiles lecciones.
tro pean. ( Ibíd.) (ALAIN, llfinervc ... , 169-160.)
12. ¿ Puede decir un hombre 20. El avaro se priva de multi.
que ha sido feliz en tal momento tud de placeres, y se procura una
de su vida que encuentra encan- viva felicidad, ante todo triunfan-
tador en el recuerdo? Lo es sin du- do de esos placeres, y también acu-
rla por ese recuerdo mismo ( ... ) ; pe- mulando poder; pero quiere debér-
ro en el instante de esa pretendida sele a sí mismo. El que se hace ri-
395 FELICIDAD

co por herencia es un avaro tris- atraen a tocios a la admiración de


te, si es avnro; porque to<la felici- su felicidad: en sus propios bienes
dad es esencialmente poesía, y poe- se ahogan. (SÉNF:CA, Dr la. brc 1·r-
sía quiere decir acción¡ apenas r/arl ,fo la vida, 2a.) Ad. E.
amamos ln felicidad que nos cae 27". la felicidad humana con-
<lel cielo; queremos que sea obra siste en un agregado ele tocios los
nuestra. El niño se burln de nues- que se llaman bienes, honras, pla-
tros jnrdinl's, y se hncc uno her- ceres, riquezas, poder, mando, sa-
moso con montont:!s ele arena y lud, sahiduría, hermosura, gentile-
hriznus de pnja. ( Al.A.IN', Pro pos za, dicha y amigos con quien go-
sur fr bonhwr, 120.) zarlo. (B. GRACIÁN, El criticón,
21. Se corrompían en la ilusión 364.) Ad. E.
de felicidad que obtenían rlc bienes
¡,osridos, cuando la felicidad no es 27'". Cada época tiene su vida,
sino el calor de los actos y el con- y la siente como su¡¡a, porque en
tenido de la creación. (SAJNT-EXU- ella, siendo tal y como es, se sien-
PÉRY, Citadcllc, VII, Pléiade, 536.) te feliz. El error está en creer quo
la felicidad excluye el dolor y las
22. ¿ La felicidad? ¿ Qué es, a angustias. Al revés, las incluye.
fin de cuentas, sino ese continuo son ingredientes de ella. El histo-
esfuerzo por crearla? (A. MAUROIS, riador no ha entendido una edad
Trrrc p1·0111ise, 181-182.) si no ha calado el estrato en que
23. De hecho, las mayores feli- es feliz. (J. ORTEGA y GASSET,
cidades de mi vida, los breves mo- Obras, II, 738.) Ad. E.
mentos de éxtasis y maravilla, han V. Alegria,, 4, 6; Contento, 3; Egoís-
sido aquellos en los que me he vis- mo, 1, 4; Fin II, 15; Mérito, 8; Moral,
to libre, por el amor o por la cari- 31; Placer, 9, 10, 11.
dad, de la vana preocupación por
mi persona. (A. MAUR0IS, lll<'moi- Feliz. Lat. fclix, icis.
r,s, 1, 335.) A. Afortunado, aue constituye un
2.4. la felicidad del hombre no éxito (un feliz resultado).
estñ en la libertad, sino en la acep- 28. Cuando se quiere rebajar
tación de un deber. (A. GIDE, Jour- a un general, se dice que es (lfeiizJJ,
na./, 8 febrero 1032.) que ha tenido suerte; pero es
25. La felicidad no es instantá- hermoso que su buena suerte con-
nea como el placer ni dependiente venga al pueblo. (III0NTESQl"IEl",
del aconteeimiento. Se halla liga- Pr11sics div.)
da a la duración. No elimina la B. Que goza de felicidad, es decir,
conciencia del cuerpo; pero el cuer- tiene sus deseos plenamente satisfe-
po sólo sigue presente en el sen- chos.
timiento que tenemos de su salud,
de su equilibrio, de su actividad sin 29. A pesar de sus miserias [ el
trabas a la que las circunst.1ncias hombre] quiere ser feliz, no quiere
responden. (L. LAVELLE, T,-. drs va- más que ser feliz, y no puede no
/cura, II, 230.) querer serlo. (PASCAL, Pcnsécs,
406.)
26. La felicidad es un futuro, a
veces un pasado, mucho más rara- 30. Nunca es uno tan feliz ni
mente un presente. (G. Gusnon;-, tan desgraciado como se imagina.
Tr. de l'cxist. mor., ~57.) (LA RoCHEFOUCAlllD, .1/ax., 19.)
27. La felicidad, dice Jules Laf- 31. S1 sólo quisiéramos ser fe-
forguc, no tiene presente, sino tan lices, la cosa tendría buen arreglo;
s61o un pasado y un futuro. (... ) pero queremos ser más feJices que
A I fin, lo inexistente habrá existi- ]os demás, y esto es casi siempre
do; en el pasado por retrospección, difícil, porque los creemos más fe-
y en el futuro por anticipación; lices de lo que son. (lllo:<TESQU!Ell,
aquí rosa esperada, allí lamenta- f'cnsées div.)
da. (W. ,TANKÉJ.ÉVITCJJ, Tr. drs vrr- 32. El hombre que no ha sido
tllB, 8-9.) feliz se asemeja a quien no ha via-
27'. ¿Piensas que hablo yo de jado más que de noche. (lll. IIIAE-
aquellos cuyos males son ¡,ública- TERLINCI{, La, sagrsse et /a, drst.,
menlc conoridos? Fija más aún tu CXI, p. 230.)
atención en aquellos otros que 33. Hay que querer ser feliz y
FENú~IENO 39G

ponerse n dio. Si perrnancccmo~ cm (:AH~ET, l¿t1,'i Atltí11ticfus, Obras, III,


postura de espectador imparcial, 303.) Acl, E.
limitándonos a dejar la puerta 2, Como un hecho interior o hecho de
abierta n la felicidad, es ln tristeza conciencia, que sólo existe en ésta.
la que entrará. (ALAIN, l'ropns s. Así es romo la psicología clí1sica consi-
le bo11hn<>·, 263.) dera los hechos psíquicos (pensamientos,
~-1. debemos pensar en la feli- sentimientos, voliciones ... ) y el Idealis-
cidad de los demás; pero no se re- mo absoluto concibe la naturaleza de
pite los suficiente que lo mejor lo que el sentido común llama el mun-
que podemos hacer por quienes nos do exterior.
quieren es también ser felices. V. Nóumc110, 5.
( lbíd., 2G4.)
3. Como un hecho condicionado a la
35. Una vida feliz no está hecha vez por una realidad exterior o en sí
de momentos felices. y por una actividad interior o concien-
El tapiz más hermoso no está he- cia. Es el fenómeno de que se ocupa la
cho de puntos dotados cada uno de fenomenología inspirada en HUSSERL.
su propia belleza. l. La sola existencia de la cosa
Uno a uno, carecen de carácter, on sí no basta, ni siquiera a los
son indiferentes. ojos de sus partidarios, para expli-
car el fenómeno: es preciso que la
La vida humana es también una cosa entre en relación con nosotros,
composición de lo que sólo puede que modifique nuestra sensibilidad,
juzgarse a la distancia convenien- que se manifieste a nuestra con-
te. (H. PETIT, Le bonhew·, 54.) ciencia. (E. BoIRAC, L'idée de phé-
Y. Deliberación, l. 110111., 70.)

FEXóMEXO 2. La conciencia ingenua igno-


ra el fenómeno (... ) , sólo conoce el
Fenómeno. Gr, phainom. cnon, part. hecho real. Cuando se hace descon-
empl. substantiv. de pha.inesthail, ser fiada y crítica, descubre ese fenó-
visible, aparecer, der. de phOs, photos, meno; pero querer hacerlo inde-
luz. Ta phainomcna, las constelaciones pendiente de cualquier hipótesis
visibles, el espectáculo del cielo. sobre la realidad es arrebatarle to-
A_ En sentido vulgar: es extraordi- da significación. (P. GUILLAUME,
nario o excepcional, que asombra bien Introd. d la psychol., 287.)
por sus cualidades trascendentes (pro- 3. Si el fenómeno es el dato re-
digio) 1 bien por anomalías extraordina- cibülo por nosotros, es idéntica-
rias (monstruo). El joven PASCAL era mente el nosotros modificado por
un fenómeno en matemáticas. Una rl dato. (J. MARÉCHAL, Point de
ternera con dos cabezas es un fenómeno départ ... , III, 105.)
que se enseña en las ferias. 4. El carácter de fenómeno le
B. Filosofía: la que aparece al suje- viene a ser por el para sí [ con-=
to consciente, y que puede ser conside- ciencia]. (J.-P, SARTRE, L'etre et le
rado de diversas maneras (piénsese, 11., 713.)
por ejemplo, en los sonidos, los colores, V. Apariencia, 1; Cosa, 9.
los olores) :
Salvar los fenómenos. Trad. del gr.:
l. Como un hecho exterior y existen- s,l;;ein ta phainomcna. Concebir hipóte•
te en sí. Los fenómenos así concebidos sis que expliquen los hechos de la ob-
constituyen el objeto de las ciencias na- servación. V. Apariencias (Salva.r las).
turales, desde la astronomía hasta la
biología. 5. Todas las hipótesis se hacen
expresamente, y tocios los siste-
( ... ) el positivismo de viejo cu-
mas sur~en a posteriori, para sal-
fio, que es una divinización de lo
var los fenómenos o apariencias.
sensible, se negaba y se niega a ad- (LEIBNIZ, Éclairc. cltt 11011vca1< syst.,
mitir como hecho cuanto no sea fe-
nómeno táctil o visual. Y, sin em- II, 541.)
bargo, la idea pura, los fenómenos 6. Salvar los fenómenos es ha-
espirituales, existen con no menor llar hipótesis tales que sus con-
evidencia: son hechos que se dan secuencias estún de acuerdo con
al lado de los sensibles y con pa- todo lo observado, (A. LALANDE,
reja espontaneidad. (J. ORTEGA Y Théorie3 clo /'ind11ction ... , 116,)
397 FENóMEN'O

C. Concepciones partic. l. En KANT: 11. La fenomenología es, no


lo que lns cosas son pura nosotros, da- habrá dudas, el estudio de los fe-
do nuestro modo de captación de la nómenos. Pero ¿de qué fenómenos
realidad (por op. a lo que son en sí). se trata? ( .. ,\. Se trata de los fe-
Pero el fenómeno se diferencia de la nómenos humanos, es decir, de
a¡mriencin (Sclu•in), que sólo nos dn aquellos en los que está implicado
irrealidad; es aparición y mnnifestn- c•l /,ombr,·. fF. JEANSON, La pltéuo-
<·ión (Ersc/iri111111g) del en-sí, ni modo mé11ol., 68.)
en que puede ser conocido por nosotros. Fenomenal. Que pertenece a la cate-
7. El mundo de los sentidos no goría del fenómeno.
contiene más fenómenos, que no A. En sentido vulg.: extraordinario,
son, sin embargo, cosas en sí; pero inmenso. Estatura, error fenomenal.
éstas (noumcnn) deben ser admiti-
das por el entendimiento precisa- B. En sentido filosófico: que es dado
mente porque conoce como simple• en la experiencia. El dato fenomenal,
fenómenos los objetos de la expe- la realidad fenomenal.
riencia. (KANT, Prolégo,n,, § 5!>.) Sin.: ccfenoménico».
8. en el fenómeno los objetos y 12. Cuando hablo de objetas e:,
las maneras de ser que le atribui- el espacio y en el tiempo, no me re-
mos son siempre considerados como fiero a cosas en sí, por que lo igno-
algo realmente dado; pero, por ro todo de ellas, sino tan sólo
cuanto esa mnnern de ser no de- cosas fenomenales, es decir, de la
pende más que del modo de in- experiencia, -como de un modo par-
tuición del sujeto, en su relación ticular de conocimiento de las co-
con el objeto dado, este objeto es sas concedido exclusivamente al
distinto como Jenó111eno de lo que hombre. (KANT, Prolégomenes ... ,
es como objeto (Object) 011 si. Por § 52 c.)
ello, no digo que los cuerpos pa- 13. el ser del fenómeno, aun-
recen simplemente existir fuera de que ~oextenso al fenómeno, dt:he
mí o que mi alma pa,recc tan sólo escapar a la condición fenom..::!nal
ser dada en la conciencia que ten- --que es la <le existir sólo en la
go de mi misma ( ... ). Sería culpa medida en que ese existente se re-
mía si no viese más que una sim- vela- ... (J.-P. SAnTRE, L'drc el
ple apariencia (Schein), en lo que le n., 16.)
debería considerar co11lo un fenó- V. Objetivo, 22.
meno. (KANT, Crit. <le /u. r, p111"e,
74.) uFenoménico,>. Relativo al fenóme-
V. Nóu111eno, l. no (designando fenomenológico lo rela-
tivo a la fenomenología).
2. En los fenomenistas (HmlE) : el
dato inmediato de la expel'iencia, teni- 14. El estatuto fenoménico es,
do por la única realidad. sin duda, de todos los estatutos
existenciales, el n1ás obvio, el más
3. En los fenomenólogos contemporá- manifiesto, (E. SoURIAU, Diff. mo-
neos: el dato inmediato de la experien- dcs cl'cxist., 49.)
cia considerado en su set· propio (v. E¡,if,·11ó111r110, Comp. de las palabras
Fenomenología B) e incluso como el gr. epi (enrima, sobre) y plwi11umc11u11
auténtico ser (al no ser el en-si más (fenómeno).
que un ser virtual; de donde las afir-
maciones aparentemente fenomenistas A. Prop. (Psicol.) : fenómeno que
que hallamos en los fenomenólogos), ncompañu n un fenómeno e.sencial sin
añadirle nada ni modificar en nada el
9. el fenómeno ( ... ) no señala, desarrollo de la cadena causal. Palabra
por encima del hombro, 11 un ser creada por Th. Huxu:Y para ser apli-
verdadero que sería, can si, lo ab- L•ada n la concienc-in psicolOg-h:a. \'.
soluto. Lo que es, lu es absoluta- Concicnc,ia cpi.jc11óme110 e, infra, Epi-
mente. (J.-P. SAR'l'llf:, L'ét,·c et le f cuomenis-mo.
ti., 12.)
15. el sonido es un t'pi/t.·nó-nw-
1O, f en la fcnomenolugíu] fenó- uo lle los movimientos vib1·1.üorios
meno significa el "onjunto del mun- <JU.:? llamamos sonoros¡ no existe
do pasado por· un sujeto en tanto para los sordos, que, sin embargo,
que ese sujeto lo piensa. (G. B1m- pueden estudiar plenamente todos
GtJIC, 1,,, cogí/u de Il11••crl, 46,) los mo,•imiont-os sonol"os que St.'
FENOMENOLOGIA 398

¡H·opagan fuera. de ellos. (Y. LE nic¡rn totln participación en el va-


DANTEC', Athéisme, 109.) lor y 111 equipara por completo con
16. el n,anismo 0 1 lo que es el tipo de In realidad fisico-quimi-
cquin:lente, la teoría de la concien- c11. (M. GAIICÍA MmtENT~:, E11sauo•,
cia epifenómeno ... (lbíd., 20li.) 125.) Ad. E.
17. El dolor, considerado como Fenomenismo. Doclrinn según In cual
aconleeimiento psíquico, como he- no hay mí1s realidad que los fenómenos,
cho interior, como puro estado ele es decir, lns representaciones que nos
conciencia, no es una t•ausa, sino hacemos de las cosas, y que rechaza la
un síntoma ( ... ) 1 un signo, un in- existencia de nóumcnos o cosas en sí.
dicio que reYela al individuo vivo Ln palabra parece deberse a RENOU-
su propia desorganización. (... ) VIER, pero la doctrina en sí se remonta
ofrece los caracteres de un epife- n David HUME.
nómeno. (Th. RTBOT, Psychol. eles Epifr110111e11is1no. Teoría de la con-
sc11f., 35.) ciencia epifenómeno (H. MAUDSLEY,
18. La concepción psicológica Th. RmoT ... ), según la cual: l.º los he-
de Huxley y Maudsley, que reduce chos psíquicos no son más que la toma
la conciencia a epifenómeno de la de conciencia de modificaciones cere-
vida física, apenas tiene ya defen- brnlcs; 2." esta toma de conciencia ca-
sores. ( ... ) Y es que, en efecto, la rece de eficacia sobre el desarrollo de
noción cardinal de ese sistema es los hechos, que es determinado única-
puramente verbal (... ) ; la idea de mente por los procesos orgánicos.
un fenómeno adicional, que no sir- 23. No hay que concebir esta
ve para nada, que no hace nada, intervención [de la conciencia] co-
que no es nada, carece de cualquier mo la aparición de la luz que dn
contenido positivo. (E. DURKHEIM, color y forma visible a cosas oscu-
Socio/. et phi/os., 3.) ras, apórtándoles un principio de
19. contra la teoría de la con- irndiación que no pueden extraer
ciencia-epifenómeno, afirmamos que de sí mismas. Semejantes metáfo-
ningún estado cerebral equivale a ras ( ... ) aparecen en el 01·igen de
una percepción. (H. BERGSON, Mat. las teorías cpifcnome11istas, de las
et mém., 264.) que podemos preguntarnos si no
20. ¿qué es en el fondo la psi- tienen por único argumento tales
que? Un prejuicio materialista ha flores retóricas. (M. PRADINES, Tr.
hecho de ella un puro epifenóme- ele psyclwl., 1, 5.)
no, un producto accesorio de las 24. La eficacia de la conciencia
funciones orgánicas del cerebro. resulta innegable: el epifenomenis-
(C. G. JUNG, Psychol. et rclig., 24.) mo es tan sólo una teoría de escue-
B. Por ext.: fenómeno que se añade la. Pero In conciencia sólo es efi-
al fenómeno esencial. caz por medio de In técnica orgáni-
ca y extrao1•gánicn. (R. RUYER,
21. [ En la doctrina ascética de Néofiwúis111c, 223,)
Plotino.] Una sobriedad llevada
hasta la práctica del ayuno, un FENOMENOLOGIA, Etimol.: cien-
desprecio por los cuidados corpora- cia o teoría de los fenómenos. El térmi-
les que confina con la sociedad, son no parece ser debido al filós. alem.
menos actos meritorios que epife- LAMBERT (1728-1877).
nómenos de una absorbente con- A. Psicología (psicología fenome-
templación. (M. DE GANDILI.AC, Sa- nológica). Estudio de los fenómenos
gcs•c de Ploti11, 47.) psíquicos o hechos de coneiencia, Se
22. La paz no será nunca que- distingue de In psicología clásica por su
rida por sí misma; tan sólo puede esfuerzo para ver y describil· In reali-
ser un epifenómeno. (J. RoSTAND, dad tal como nos es dada, descartando
Pcnsées d'un biol., 234.) toda preconcepción y toda preocupa-
22'. El mecanicismo darwinista, ción metafísica.
al proclamar la concepción que l. Como preludio o investigaciones
considera la vida como un resul- previas a In elnbornción de unn psico-
.tante, como una consecuencia o logía 11ropinmente dicha: observación
epifcnómeno, la incluye íntegra- y descripción del dato real, haciendo
mente en lo que nosotros he- abstracción en lo posible de In totali-
mos llamado el ser; es decir, le dad del saber y de los p1·econceptos:
399 FENOME:\'OLOGIA

uDesrripción e interpretación sin pre- Qn'rsl-cc qur la plduomh1ol.?, art.


venciones de la r.xperienciu original». de la Encyc/, hrit., trarl. en WEBF.R
(A. DE WAELIIENS, .. significnLion de In y HUISMAN, Tab/ra11 de la phifoH.
phl'noml•nol.1) 1 en [)iogCnr, enero HJ54.) conlcmp., 343.)
l. Ln fenomenología tiene por 5. [la upsicología fenomenolú-
objeto el estudio ele los estndos de gican) efectuará en el plano intra-
ulma tnl como los experimentan los mundano de las investigacíonc.:t y
enfermos ( ... ). Lo que importa en de las fijaciones de esencias lo que
fenomenología es nlC'nos el estudio la fcnomenoloJ?Ía en el plano trns-
de innumernbl~s casos que la com- cendental. (J.-P. SARTRE, L'imagi-
prensión intuitiva y profunda de nat., 143.)
nlgunos casos determinnclos. (K. B. Como filosofía (ontología feno-
JASPERS, /'sye/topat/10/. grnirafr, menológica): ciencia del fenómeno o del
•17, 49.) aparecer; estudio de los femómenos di-
2. [Introducción u la conferen- rigido a determinar la estructura del fe-
cia: l1~t',wme11ología y clicilécticu de nómeno, las condiciones generales del
la tolcrm,cia.] Tengo mis razones aparecer. Cabe distinguir dos momen-
para utilizar e1 término fenomeno- tos:
logia en vez de psicología; en úl- l. Estudio descriptivo o analítico
timo análisis, no estoy en modo al- del dato fenoménico.
guno seguro de que In tolerancia 6. Para señalar a ]a vez la in-
sea, en cualquiera de sus grados, timidad de los objetos y la presen-
una realidad psicológica ( ... ). Nos cia en ellos de estructuras sólidas
mostramos foll'ra11tes,· la expre- que los distinguen de las aparien-
sión es aquí bien significativa; no cias, se les llamará (rfenómenosn, y
sé si somos tolerantes; creo que la filosofía, en la medida en que se
c'stamos más ncú o más allá de esa atiene a este tema, se convierte en
tolerancia. (G. MARCEL, Du rcfus una fenomenología, es decir. en un
U l'invocation, 269.) inventario de la conciencia como
3. Dejemos a un lado las teo- medio del universo. (l\L Mrn-
rías. Tan sólo queremos saber de LEAU-P., Sti-uct. du coniport., :!70-
]a imagen lo que la reflexión nos 271.)
diga de ella. Más tarde ( ... ) for- 2. Estudio explicativo: investig-a-:io-
maremos hipótesis sobre su natu- nes relativas a la génesis o la esencia
raleza íntima. Por el momento, del fenómeno. P. ej.: El srr u !u 11ada
tan sólo querernos intentar una (J.-P. SARTRE), que lleva como subtitu-
«fenomenología» de la imagen. El lo: «Ensayo de ontología fenomenoló-
método es sencillo: producir en gica)).
nosotros imágenes, reflexionar so- 7. La fenomenología se hai.=e ri-
bre ellas, describirlas, es decir, in- gurosa cuando el propio estatuto
tentar determinar y clasificar sus de la apariencia de las cosas (en
caracteres distintivos. (J.-P. SAR- el sentido más amplio del término)
TRE, L'imaginaire, 13-14.)
se hace problema; en resumen,
2. Como prolongación de In obser- cuando se plantea la cuestión: ¿que
vación y de la descripción fenomenoló- significa uaparecer» para una co-
gica: determinación de las estructuras sa, para un ser animado, para una
generales de los fenómenos psíquicos, persona, para una experiencia
p. ej. de la percepción, de la imagen, consciente, para una imagen, etc.'!
del deseo, .. El i111ar¡i11ario de ,J.-P. SAR- (P. RICOEUR, Enr:yl. jra:1<;., IX,
TRE lleva como subtítulo «Psicología fe- 10, 8.)
nomenológica de la imaginación». 8. En el fondo, In fenomenolo-
4. La tarea de cornprensión qut> gía nace desde el momento en que,
correspondl• a la psicología feno- poniendo entre par~ntesis -provi-
menológica es el examen sistemú- sional o definitivamente- la cues-
lico de los tipos y formns ele la tión del ser, se trata como pro-
experienciu intencional y la reduc- blema autónomo )a manera en que
ción ele sus estrul'lu1·us u las uin- las cosas aparecen. (P. RICOEUR,
tencionesi, clcmenlnles, lo cual de- en Esµrif, tlic. ID5:l, 821.)
be en.señurnos la naturaleza <le lo H. Entendemos por fcnomenolo-
psíquico y hucernos comprender el 1,da, un el sentido en que Sartre y
ser de nuestra nlmn. (JIUSSEnl,, Merleau-Ponty han aclimntatlo es-
FENOI\IENOLOGIA 400

ta palabra en Francia, la dt•srrip• gido de !ns meditaciones de un


ción que apunta a una esencia, a pensndur· profundo y aplicado
su vez definida como significación [Husserl], pero que no por ello
inmanente ol fenómeno y dndn. con dejaba de ser, en filosofía, un au-
él. 1M. DUl'RF.NNE, Plté110111é110/, tic todidacta, y que se pasó la vida
/'ex¡,. rst/1., 1, 4-5, n.) tratando de expresar lo que tenia
10. entendemos por fenomeno- que decir más que diciéndolo, (J.
logía del conocimiento (... ), no la MoREAU, La co11ecic11cc et l'étre,
descripción de los fenómenos tnl 6.)
como se presentan concretamente 14'. Si Husserl, ni encontrarse
a una conciencia individual, lo que hnciendo fenomenología -que es
sería una simple psicología de in- pura él la verdadera filosofla-,
trospección, sino un esfuorzo por hubiese suspendido su marcha ha-
aprehender en los fenómenos con. cia adelante y en un movimiento
cretos su esencia. (R. VERNEAUX, de retrospección hubiese reflexio-
Epistémol. gé11., 70.) nado con efectos ejecutivos sobre
C. Fenomenología trnscenden tal la trayectoria de su mente hasta
(HUSSERL). Método por el que la men- el punto en que ésta comenzaba ya
te, por medio de sucesivas reducciones ele los c1talcs c/cpc11dc. El hombre
(v. Rcclttcció11 ric/ética y r. fenomenoló- habría advertido que ésta es in-
gica), se halla frente a la conciencia separable de motivos no doctrina-
pura (es decir, considerada con inde- les en los cuales se enl!'endra y
pendencia de todo dato empírico) o el ele los cuales depemle. El hombre
yo trascendental (condición de toda ex- hace filosofía en virtud de ciertas
periencia posible), cuyas estructuras necesidades o conveniencias pre-
esenciales determina y, con ellas, las teoréticas y ateoréticas, es decir,
propiedades esenciales de cuanto le es vitales. Estas no son vagas, sino
posible conocer. precisas y condicio11an mu.y deter-
11,inadamun,te el ejercicio intelec-
11. la psicología se ocupa de tual llamado «razón». (J. ORTEGA Y
la «conciencia empírica,,, de la con• GASSET, Apuntes sobre el pe11sa-
ciencia en actitud experimental, m.iento, su teurgia y su. dcniiurgia,
tal como es dada en el orden de Obras, V, 544-545.) Ad. E.
la naturaleza; en tanto que la fe-
nomenología se ocupa de la con- V. Esc1tela, 20; Redttcción, 6.
ciencia «pura». (E. HUSSERL, Pltil., Fe11ome11ología del Espíritu (HEGEL).
como scie11cc rig., trad. LAUER, 69.) Análisis de las etapas por las que, par-
12. La fenomenología es una tiendo del conocimiento sensible, la con-
descripción de las estructuras de ciencia deviene conciencia de sí mis-
la conciencia trascendental basada ma, Razón, y se eleva hasta el saber
en la intuición de las esencias de absoluto.
esas estructuras. (J .-P. SARTRE, 15. En la Fenomenología clel
L'i111agi11at., 140.) Espíritu he expuesto el progreso
13. Hacer fenomenología con- de la conciencia desde la primera
siste, pues, en encerrarse en un oposición inmediata entre ella y
mundo exclusivo y reputado como el objeto hasta el saber absoluto.
suficiente, de fenómenos, es decil', Ese camino pasa por todas las for-
de pensamientos, y en no interesar- mas de la 1·elación entre la con-
se más que por el sentido que ellos ciencia y el objeto y tiene como
tienen para la conciencia. Toda resultado el Begrilf de la ciencia.
~xistencia es, entonc{!s, existencia (HEGEL, Logik, ed. Lasson, 1, 29.)
para la conciencia. Pero, recíp1·0- 16. La l•'e1101111mologla [de He-
camente, la conciencia no es un ¡,rel] es la conciencia que hn llega-
fragmento de sustancia espiritual do a ser Razón y, volviéndose, re-
( ... ) : la conciencia sólo tiene exis- flexiona sobre su historia, la re-
tencia en la medida en que es ac- pite. (J.-F. LYOTAIID, La phé110111é-
tiva, es decir, en que piensa. (R. nol., 43-44.)
PoLIN, en R. de l'aris, abril, l!/4(i,
Fenomenolog-ía criste11cial. Por op.
92.) a In fenomenol. de HUSSERL que es esen-
14. El reproche que puede ha- cial, en el sentido de que se nd,iudicn
cerse a la fenomenologla no es el como tarea la investigación de !ns esen-
de ser alemana: es el de haber sur- cias: descripción del medio concreto en
401 FETICHISMO

el que el sujeto pensante se hulla en 22. es el modo como [el espec-


situación. tador] participa en la acción lo
17. La fenomenología existen- que determina la significación de
cial se asigna desde nhora como la obra. El sentido de ésta no se
tarea el descubrir ese mundo na- halla ni en la escena ni en la men-
tural en el que inmediatamente es- te del espectador, sino entre am-
tnmos, que nos es siempre ya cia- bas: es una realidad fenomenoló-
do como el campo mismo de nues- gica. (G. BERGER, «Constitution
tra existencia y del que «yon no d'un univers thé3.traln, en 1llélan-
me separo o al que nyo» sólo me oc• G. Jamati, 34. )
opongo una vez esbozada la refle- Fenonenólogo. El que se ocupa en
xión. (A. DE WAEl,IIENS, en Le investigaciones fenomenol6oicas.
choi.-c, Ir. nwmlc, l'<•J·i11tcnce, 59,
Aubier, 1047.) FENOTIPO. Comp. de la raíz gr.
18. Una filosofía fenomenológi- phain (phainein, aparentar, parecer) y
ca o existencial se da como tarea, el subst. typos, forma, tipo.
no la de explicar el mundo o des- Genética. Conjunto de los caracteres
cubrir sus cccondiciones de posibi- aparentes de un organismo, conjunto
lidad», sino la de formular una ex- resultante de la acción del genotipo•
periencia del mundo, un contacto (genes constitutivos de la herencia) y
con el mnndo previo a todo pensa- de la acción del medio (paratipo).
miento sobre el mundo. (M. MER- (... ) Jo somático no repercute en
LEAU-P., Scns et 11011-80118, 54-55.) modo alguno sobre lo germinal, el
Fenomenológico. A. Poi· opos. a on- fenotipo sobre el genotipo; los ge-
tológico•: que se atiene al fenómeno, nes no experimentan ninguna re-
es decir, ni dato inmediato de la expe- percusión de las modificaciones
riencia. ocasionadas por el medio en el or-
19. La teoría general del áto- ganismo que los porta. (J. ROSTAl'D,
mo de In que acabamos de hablar N º""· biol., 94.)
es, en cierto modo, fenomenológi- V. Genes.
ca: admite la existencia de las in-
teracciones sugeridas por los re- FEO. Del lat. foedus, feo, torpe, r.e-
sultados experimentales y traduce fando.
esa existencia mediante un forma- Que produce una impresión desagra-
lismo apropiado, sin tratar de pe- dable desde el punto de vista estético
netrar en la naturaleza y el ori- o inconveniente desde el punto de vista
gen de las interacciones que invo- moral. Lo feo se hace estético cuando
ca. (L. DE BROGLIE, Phys. et mi- está ordenado a producir la impresión
crophys., 59.) de fealdad.
B. Por op. a empírico o a psicológi-
co: que, más allá del dato inmediato Ferio (Lóg. form.). Cuarto modo* de
o empírico, trata de determinar algu- la primera figura• del silogismo (sub-
na estructura esencial. prae) en el que la mayor es una uni-
versal negativa (E); la menor, una
20. el método llamado fenome- particular afirmativa (1) ; la conclu-
nológico ( ... ) , para distinguir en sión, una particular negativa (O).
un fenómeno sus rasgos constitu- Ejemplo:
tivos de las elementos puramente
accesorios, procede por una espe- E. Ningún vanidoso es sabio;
cie de exparimentación mental¡ I. Algunos filósofos son l'ani.Zosos;
prueba n suprimir alternativamen- O. Algunos filósofos no son sabios.
te los diferentes rasgos que pre-
senta, para ver si esa supresión FETICHISMO
deja subsistir el fenómeno o lo
suprime a su vez. (A. BRUNNEll, L« Fetiche. Portug. feitico, tler. del lat.
factitius, íacticio"', fabricado.
co11naiss. /w,rnaiuc, 24.)
21. Por aní1lisis fenomenológi-
A. Prop.: objeto material al que se
rinde el culto debido tan sólo a Dios.
co entenderé el análisis de un con-
tenido implícito del pensamiento, B. Por ext.: objeto que, por supers-
¡,or oposición ni unúlisis psicoló- tición o por juego, se consitlera tla bue-
gico que veraa sobre los estnclos. na suerte.
(G. MAHCEI,, C1ETHF. 1,:r AVom», 219.) Fetichismo. A. Prop.: adoración de
i6. Uicciun.\rlo <ld L<"n¡¡:uajc Filu~M1co.
402

objetos materiales. En teorín, el rulto dominios en imaginario. (J.- P.


fetichista se dirige al propio objeto SARTRE, L'i1nagÍllaire, 225.)
material, en tanto que el rulto idoU1- 3. es, pues, propiamente un en-
trico apunta, a travéis de la imagen, te fingido aquel que la mente pue-
a la dh·,nidad representada. de aprehender de modo tal que en
1. Siempre y en todas partes si envuelva repugnancia e imposi-
ese primer régimen mental de lu bilidad, las cuales son una negación
humanidad [el estado teológico] ha y por ello, el ente real no se di-
debido necesariamente comenzar vide de éste mediante una nega-
por un estado ( ... ) de puro fetichis- ción, sino, formalmente, por su
mo caracterizado constantemente realidad ... (Fr. SUÁREZ, De las pro-
por el auge libre y directo de nues- piedades del ente ... , 58-59.) Ad. E.
tra tendencia primitiva a concebir
todos los cuerpos exteriores, natu- Fico. Suf. der. del lat. ficus (de fa-
rales o artificiales, como animado• cerc, hacer) : indica que la cosa de que
por una vida esencialmente análo- se habla produce el efecto expresado
ga a la nuestra. (A. COIIITE, Cours por el radical: benéfico, dolorifico, te-
de phi/os. posit., V, 25.) rrorífico, especifico ...
2. Del fetichismo a la idolatría Fideísmo. V. Fe.
hay un progreso irreversible. (G.
TARDE, Log. sociale, 183.) FIGURA
B. Por anal.: importancia excesiva Figura. Lat. figura,, der. de fingerc,
concedida a ciertas cosas. modelar, formar, imaginar, fingir, V.
3. ¿No es un sentimiento de fe- Ficción.
tichismo el que pro.luce la pere- A.. Forma exterior, aspecto de los
grinación de las gentes hacia la objetos; dibujo formado por la agru-
torre Eüfel, símbolo de la Indus- pación de varios objetos, ya inmóviles,
tria? (11[. BARRES, L'ennemi des ya en movimiento.
wi.s, 11, ed. Crés, p. 52.) l. Calígula, Nerón,
4. Confesemos que no hay monstruos cuyo nombre cito
amor sin fetichismo, y hagamos [aquí a pesar mío
a los enamorados del viejo papel y que, no conservando de hom-
ennegrecido la justicia de que no [bres sino la figura,
están más locos que los demás ena- pisotearon todas las leyes de Ro-
morados. (A. FRANCE, La, vie littér., [ma.
11, 74.) . (RACINE, Bérénice, 11, II, 397-400,)
C. En Psiquiatría: perversión se- 2. Cada uno hace aquí abajo
xual consistente en una atracción ex- figura de lo que puede. (MOLIERE,
cesiva, cuando no exclusiva, por cier- Femnnes sa,v., III, 11.)
tas partes del cuerpo de la persona
amada o por sus vestidos. 3. Así cambia la figura de las
cosas de este mundo, asi el centro
FICClóN. Lat. fictio, der. de fin- de los imperios y el catastro de
gere modelar en arcilla; después, por las fortunas, y la carta de las si-
ext.:' formar, imaginar. V. Fig1tra,. tuaciones... (M. PROUST, Tcn,ps
Representación mental en la que na- retr., 11, 221.)
da corresponde a la realidad. Ficción 4. La figura es una parte del
poética. F. jurídica. objeto individual y concreto; la
l. [La epopeya] forma, un elemento abstracto, pe-
Se sostiene por la fábula y vive ro que no lo es por un acto refle-
[ de ficción. xivo de la mente, (A, BURI.OUD,
(BOU.,EAU, Art. poét., 111, 158.) Psychol. eles tend., 157.)
2. el sueño no se da -contra- Figuras del silogismo (Lóg.), Formas
riamente a lo que cree Descartes-• que toma el silogismo según el papel
como aprehensión de la realidad desempeñado por el término medio.
( ... ) Es vivido como ficción ( ... ) . Son cuatro:
Pero es una ficción «embrujado-
ra» ( ... ). Lo mismo que el rey Mi- sub-pra,e, tum prae-prar, tum sub-
das transformaba en oro cuanto sub, denique prae-sub.
tocaba, la conciencia está decidida Lo que quiere decir: en la primera
a transformar cuanto cae en sus fig., el término medio es sujeto (sub-
403 FIJAClóN

jectum) en la mayor y predicado tres pies alrededor. (F. DELACROIX,


(pracdicatum) en la menor, cte. Journa,l, 13 abril 1853.)
Pero al no ser la cuarta figura V. Fondo, 2; Situaei6n, 3.
(prae-sub) sino una primera figura 3. Figuras de retórica . .i\lodificación
•inversa• (sub-prac) suele admitirse del lenguaje ordinario para hacerlo
que los procesos mentales del silogismo más expresivo; especialmente mediante
se reducen a tres, el símbolo•, In comparación• y la me-
6. El término medio es en la táfora•.
primera figura un ghirro, en la se- Sin.: tropo•.
gunda un carácter, en la tercera 9. Dos características parecen
un s11j<!to. (E. GODLOT, R. Jihilos., indispensables para que haya figu-
dic. 1927, 321.) ra: una estructura discernible, in-
B. Representación o modo de expre- dependiente del contenido, es decir,
sión. Ilustrado con numerosas figuras una forma (... ) y un empleo que
(dibujos, esquemas ... ). Reparto de las se aleje del modo normal de ex-
figuras (personajes) en un cuadro. El presarse. (Ch. PERELKAN, Tf'. de
sacrificio de Isaac es figura (símbolo) l'a,rgumentation, 227.)
del de Cristo. «Esas cosas referidas en Figurar. Representar bajo forma vi-
el l!:xodo son figuras a nosotros diri- sible, simbolizar.
gidas (... ). Todos esos acontecimientos
eran simbólicos.» (San PABLO, I Cor. X, Aparentar, suponer, fingir. «Formar
6, 11.) parte o pertenecer al número de de-
6. La figura admite ausencia y terminadas personas o cosas. Refl.:
imaginarse, fantasear, suponer uno al-
presencia, placer y disgusto ( ... ). go que no conoce». (Real Acad.).
La realidad excluye la ausencia y
el disgusto. Figuración. Sin. de representación.
Para saber si la ley y los sacri- A. En sentido· abstracto: acción de
ficios son realidad o figura, hay figurar, es decir, de representar, de
que ver si los profetas, al hablar simbolizar. Estét.: se opone a abstrac-
de estas cosas, detienen en ellas ción (v. Figuratit-o, Arte abstracto).
su vista y sus pensamientos (... ) B. En sentido concreto: lo que fi-
o si nn en ellas alguna otra cosa .. . gura o representa, en particul. el con-
(PASCAL, Pensées, 636.) junto de los figurantes de un espec-
v. Gra,fía,, táculo.
l. Geom. Conjunto de líneas que Figurativo. Que figura, es decir, re-
limita una extensión o, en sentido más presenta.
amplio, «representación de elementos D'. La realidad se compone de
geográficos del plano o del espacio». expresiones; el conocimiento, de fi-
( Dict. des se.). guras. No conoceremos, pues, las
7. Las figuras del geómetra no realidades de arte que en el mun-
verifican sus pensamientos como do han sido, si no obtenemos de
por una medida que decidiese de sus respectivas expresiones, de sus
todo; hacen menos y más; sirven respectivos símbolos, figuras ade-
de soporte a los pensamientos en cuadas, Y damos el nombre de
toda su continuidad. Como In luz, «pensamiento figurativo» a aquel
a la que no veríamos sin un obje- que logra, mediante la. continua
to que la detuviese. (ALAIN, Libres invención de figuras adecuadas, la
propos, 1923, en Te.des ch., por captación del sentido expresivo de
A. DREVET, I, 206.) la realidad. (E. o'Oas, Tres lcccio-
V. Ee11aci611, l. 11cs en el M. e/el Prado, 178.) Ad. E.
2. Como correlativo de fondo (par- No figurativo. Arte no figurativo =
A1·tr. ubsfl'c,cto•).
ticul. en la psicología de la forma) :
lo que, en el conjunto del dato visual, 10. En un cuadro no figurativo
es objeto de una percepción o una con- no habrá, ante todo, ningún obje-
ciencia netas (permaneciendo el fondo to figurado, es decii\ puesto, en
en estado de sensación o de conciencia el propio cuadro. como exterior al
marginal). cuadro, y capnz de existir con in-
dependencia de él. (Ch.-P. Bnu, Es-
8. [En Lo• e/os /ucha,l,m•s, de tlir'r. de l'abstractio,1, 48.)
COUIIDET.] El fondo mata las fi-
gurns, y hnbrfa que quitar más de FIJACióN. Lnt. fi.,atio, der. de /i•
FIJISl\10 404

,·us, part. pasado de figerc, fijnr, cla- mente y que se traln de prevenir,
var. mientras que la h11ma11ida,l se
A. Psicol. Acto por el que los re- aplica a males presentes por los
cuerdos son registrados en la memoria. que el alma es a-feetada y que ea
V. /1/cmorizadón. ella quien evita o consuela. La /i,.
lantrop{a. ea toda teorfa, toda pro-
l. La fijación mnemomcn no
yectos, y en ella tiene escasa par-
representa, pues, una desaparición te el corazón. La lmman.idad es
incompleta de la sensación, sino un eminentemente práctica; hay en
fenómeno positivo nuevo. (A. P1É- ella mucha sensibilidad. (LAFAYE,
RON, en N. Tr. de ps11ch., de DU- 412.)
MAS, IV, 69.)
2. Lo que consideramos como fi- FILMOLOGIA. Ciencia del arte ci-
jación es precisamente el olvido, la nematográfico.
descarga, el liberar a cada instan- Lo que la filmología considera en
te presente del lastre del pasado el film es la constitución esencial
inútil. (H. EY, Ét. Psycliiatr., 11, de éste, es decir, la yuxtaposici6n y
62.") sucesi6n continua sobre una misma
B. Psicoanal. Estado del sujeto cu- banda, que puede pasar de una ti-
yas fuerzas efectivas se hallan con- rada ante los ojos del espectador,
centradas sobre una persona y que, por de imágenes homogéneas aparen-
consiguiente, no puede consagrar afec- temente permanentes y, no obstan-
to e. ninguna otra (la fijación de la te, continuamente var,iadas, y cuya
hija en su padre o del hijo en su madre misma variación reproduce y sugie-
inhibe los afectos normales que conclu- re el movimiento de la vida. (111.
yen en la fundación de un hogar). Esta- ROQUES, R. internat. de filmologie,
do de aquel cuya efectividad permanece I (1947), 6.)
en las formas infantiles y no llega al
desarrollo del adulto normal. V. Re- FILOGÉNESIS o FILOGENIA. La
gresión. evolución de la especie. Se opone a la
evolución del individuo u ontogénesis.
FIJISMO. Por op. al transformis- El hombre de instinto indiferen-
mo o evolucionismo: teoría según la ciado ama a cualquier mujer, a la
cual las especies vivas conservan el mujer como género; es el tipo del
mismo tipo a través de las edades. Don Juan, próximo todavía a la
Corre!.: fijista. etapa femenina de la sexualidad;
Resulta lamente.ble, desde ciertos y en el sentido filogénico, a la se-
puntos de vista, que los fijistas xualidad animal o cínica. (G. MA-
vayan haciéndose tan raros que RAÑÓN, Ensayos liberales, 106 no-
los transformistas se vean reduci- na.) Ad. E.
dos e. dirigir sus instintos de V. Ontogénesis, J.
combatividad contra otros biólogos
que creen también en la evolución FILOLOGfA. Gr. pltilologia, amor
pero no de manera completamente (philos, amigo) a la palab1·a (logos).
igual: los evolucionistas se enten- Estudio que tiene por objeto una len-
derían mucho mejor entre si de gua determinada. Filología griega,
existir todavía un cierto número francesa. Se distingue de la lingüísti-
de fijistas. (J. CARLES, Transfor- ca por esta particularidad.
misme, 26.)
(... ) todos cuantos escribimos, los
FILANTROPfA_ Gr. philantl1rópia, que escribimos con amor, somos fi-
amor (philia.) al hombre (anthropos), lólogos, quien más, quien menos;
humanidad, benevolencia. la filología es una vasta ciencia
A. En la Antigüedad (sobre todo en que abarca las más nobles disci-
los estoicos) : amor a los hombres sin plinas; filosofía, psicología, histo-
distinción de raza o nacionalidad. ria literaria, literatura imaginati-
va. No hay que entender la filolo-
B- En los tiempos modernos (forma gia --cosa de humanistas-- en el
laicizada y racionalizada de la cari- concepto de rebusca estricta de la
dad cristiana) : interés teórico y prác- progenie en los vocablos. (AzonfN,
tico por la felicidad de la humanidad. El escritor, 130-131.) Ad. E.
(... ) la filantropía supone males
futuros que sólo impresionan e. la FILOSOFIA. Gr. pl,ilosophia, amor
405 FILOSOFl,A

(philía.) n In sophia (sabiduría y cien- La sana filosofía no tiene otro fin


cia). V. Filóeofo. que la tranquilidad de espíritu.
A. Antaño (hasta el s. XVIII o (SAINT-EVREMOND, en Dkt. d• Trd-
XIX, sin. de ciencia) : el conjunto del vou.z.)
saber desinteresado y racional. Filoso- 7. La mejor .filosofía, en cuan-
/la. química. (FoUCROY, 1792; DUMAS, to al mundo, es la de aliar fren-
1837; WURTZ, 1865). Filosofía l1trn11'- te a él el sarcasmo de la alegría
tica. (LANGLET-DUFESNOY, 1792; hist. de con la índub?encia del desprecio.
!ns ci,mcias ocultas). (CIIAMFORT, Ma.x. et pmsée,, l.
t. en vez de esa filosofía es- (E,.vrcs, II, 9, París, 1812.)
peculativa que se enseña en las 8. Mí fílosofia apenas hace di-
escuelas, puede hnllnrse otra prúc- ferencia entre una cabaña y un
ticn, por In que, conociendo la fuer- palacio; pero tengo conmigo a unn
za y las acciones del fuego, el agua, parisina [Mme. Denis] nada estoi-
el ni re, los astros, los cielos y to- ca. (VOLTAIRE, c. de 31 enero 1855.)
dos cuantos cuerpos nos rodean.
tan distintamente como conocemos 9. Hago lo que puedo, llego has-
los diversos oficios de nuestros ar- ta donde puedo, y al diablo el qué
tesanos, podríamos de la misma dirán. Esta filosofía es de fecha
manera emplearlos en cuantos usos reciente. (M. DE Gt'ÉRIN, Journal,
les son propios, y hacernos con 10 junio 1834.)
elJo a modo de dueños y señores de 10. No existimos más que unos
la naturaleza. (DESCARTES, Disc. de para otros, sólo contamos con nos-
la. méth., VI. CEuvrcs, IX, 62.) otros mismos: tal es mi filosofía.
2. el conjunto de la Filosofía (L. LENfRU, Jo11rnal, 13 enero
es como un árbol, del que la raíz 1907.)
es la Metafísica, el tronco In Fi- 11. La palabra filosofía, toma-
sica, y las rnmas que de ese tron- da en su sentido más ,·ulgar, en-
co salen, todas las demás ciencias. · cierra lo esencial del concepto. Es
(DESCARTES, Príncipes, Pref.) a los ojos de cada uno una eva-
3. . .. materias de filosofía tale• luación exacta de los bienes y de
como los sonidos y la luz. (DESl'AR- los males que tiene como efecto re-
TES, C. a Huyghens, l.º nov. 1035.) gular los deseos, las ambicione3, los
4. Filosofía, s. f. Ciencia que temores y los pesares. (ALAl:S,
tiene por objeto el conocimiento de Élé,n., de phi/os., 13.)
las cosas físicas y morales por sus 12. Me hace pensar en aquel
causas y sus efectos; estudio de la profesor de la Sorbonn que ,·olvió
naturaleza y de la moral. ( Die t. n su tierra. El peluquero del pue-
de l'Aca.d, fr., 1835.) blo le preguntó: «¿Qué hace usted
B. En el curso corriente (sin. de en París? --Soy profesor de filo-
sensatez, de prudencia virtuosa y aus- sofía, respondió el universitario.
tera) : cualidad o actitud de quirn es -¡Cómo! ¿Pero hay profesores de
filósofo en el sentido B, es clecir, de eso? Yo creín que la filosofía era
quien, manteniéndose por encima de In, cuando a uno le ímpo11;aba todo
contingencias e intereses del común de un rábano•. (Ch. BAL'DOUIN, en
los hombres, conserva siempre su se- Psyché, oct.-nov. 1948. 14'.?0-1421.l
renidad. Aceptar In suerte, un frncn- 13. •Tomar las cosas con filoso-
so ... con filosofía. fían, ,(ser filósofo», son ex¡,resio-
li. Hay unn filosofía que nos ncs que suC'len oírse ref~ridas a
eleva por encima ele la ambición y una artitud de di¡midad resignada
la fortuna ( ... ) que no, hace des- o de humor r.•su,•lto frente a la
deñar los cargos y a quienes los nnla suerte, In tontería o In des-
procuren, que nos exime de de- gracia. (E. RnnNE, Probl. d11 mal,
sear, pedir, rogar, ~o1icito.r, y que 65.)
nos snlvn incluso dl• ln cmocil)n y V. Filosofía. de las beca•.
lo. .Pxcrsivn nll'U'l"Íi"l de ver colma- C. Prop. (investigación r:il'ion:il .-on
da• nuestras ambiciones. (!.A Ilm•- un objeto especial) : esluclio que tiene
Yi:n•;, Cara.et., XII, 69.) por objeto la com1n·4.•nsilln gen~ral ch.~l
6. Sólo con CilosnCi11 nos conso- hombre y del mundo y tiende a dnr d,•
lamos ele. 111 ¡,i•r,lidn di,J honor, de dlos una explh.-adón última. Es esta
los bienes, de lri person11 11macln. tendl•ncin a la l'Xl)licación última lo que
FILOSOFIA 406
constituye el carácter por el que In 21. Toda filosofía es evidente y
filosofía se diferencia esencialmente de esencialmente un racionnlísmo. In-
la ciencia, en el sentido ordinario del cluso una filosofía que estuviese, o
término. quisiera cstnr, contra la razón, se-
14. No siendo la filosofía otra guiría siendo racionalista. Lo úni-
cosa que 1n razón, sólo a la razón co que una filosofía puede aportar
puede seg-uirse en ella. ¿Queréis son razones. (PÉGIJY, Note sur M.
que eren nlg-una proposición en ma- Bergson, 48.)
teria de filosofía? Dejemos a un 22. La filosofía debe ser estu-
lado los grandes nombres y venga- diada, no por el valor que tendrían
mos a las pruebas: dadme ideas algunas respuestas precisas a las
claras, y no citns de autores que preguntas que plantea ( ... ), sino
han podido equivocarse. (FÉNELON, más bien por el valor de esas mis-
Lcttrcs sur la. rclig., IV.) mas preg-untas. (B. RussELL, Prohl.
15. La filosofía no es otra cosa de la phi/os., 176.)
que la aplicación de la razón a los 23. La instintiva pretensión de
diferentes objetos sobre los que explicarlo todo que es el alma mis-
puede ejercitarse. Unos elementos ma de la filosofía. (J. LEQUIER, La
de filosofía deben, pues, contener liberté, 97.)
los principios fundamentales de to- 24. Se llama hoy filosofía, en
dos los conocimientos humanos. el sentido propio del término, a
(D' ALEMBERT, Éléments de phi/os., una ciencia especulativa que parte
~dvert., § 3.) de las evidencias racionales del
· 16. por filosofía se entiende contacto con los hechos y, median-
esencialmente, por una parte, el te el doble y exclusivo concurso de
estudio e investigación de la razón la razón y la experiencia, conduce
\ de las cosas:_ por otra, el estudio su propia investigación hasta los
de las formas del pensamiento y de principios s11premos del ser y del
los procedimientos generales del es- saber. (A. D. SERTILLANGES, Le
píritu humano. (A. CoURN0T Es- Christianis,ne et les philosophies,
sai s. li!s fond., § 325, p. 479.)' I, 22-23.)
17. en filosofía, los cimientos '1: 25. La filosofía es el filtro de
del edificio son todo el edificio, lo las certidumbres. (B. PARAIN, De la
mismo que la ra!z de la trufa es dialect., 85.)
toda la trufa. (A. CoURN0T, Maté- 26. Una filosofía sólida sólo
riali.sme... , IX, § 9, 373.) . puede establecerse mediante el mé-
18. La filosofía es, bajo un cier- todo inductivo entendido en el sen-
to aspecto, una ciencia especial, tido más amplio.
que tiene su método y su lenguaje Se trata de construir un sistema
especiales; bajo otro aspecto, es coherente que, reflejando en su ar-
simplemente la razón natural cul- mazón el orden esencial de las co-
tivada, la doctrina sin nombre que sas, nos lo haga comprender gra-
circula a través de las doctrinas cias a In inteligibilidad misma de
religiosas, filosóficas, polfticas de ese armazón. (A. SESMAT, Dialecti-
un país... (E. BERS0T, Libre phi- que, 291.)
los., 164.) 27. La filosofía tiene por obje-
19. aun rehuyendo los sistemas to la totalidad de Jo real, tanto la
filosóficos, aprecio mucho a Jos realidad exterior como el espíritu
filósofos y me complace infinita- y las relaciones entre ambos. (... )
mente su trato. En efecto (... ) la Por el contrario, una ciencia se
filosofía representa la eterna aspi- adjudica un objeto limitado, e in-
ración de la razón humana al cono- cluso no surge como disciplina cien-
cimiento de Jo desconocido. Por tüica sino tras haber logrado esa
ello ( ... ) los filósofos comunican al limitación. (J. PIAGE1', Epistémol.
pensamiento científico un movi- gén., 1, 7.)
miento que Jo vivifica y ennoble- 27'. La notoria «inutilidad• de
ce. (CI. IlERNARD, /11/rod ... , III, la filosofía es acaso el síntoma mús
IV, 4.) favorable para que veamos en ella
20. La única filosofía, es decir, el verdadero conocimiento. Una co-
la investiiración racional. (RENAN, sa que sirve es unn cosa que sirve
fRl<VT'8, I, 224.) para otra, y en esa medida es ser-
407 FILOSOFIA

vil, La filosofin, que es la vida pios y causas primeras. Se llama


auténtica, In vida poseyéndose a sí fi 1osofia la ciencia o ciencias que
mismo, no es útil para nada ajeno se ocupan de esos dos objetos; y
a ella misma. En ella, el hombre es h11brá por tanto dos clases de filo-
sólo siervo de sí mismo, lo cual sofía: 1. 0 la filosofía del espíritu
quiere decir que sólo en ella el humano; 2.0 la filoso/la primera.
hombre es señor de sí mismo. (J. (Paul JANET, Tr. élé,n, de philoa.,
ORTEGA Y GASSET, Bronca en la fí- 2.' ed., 9, 1881.)
sira, Obras, V, 278.) Ad. E. 32. de hecho, la historia de la
V. Con.Rtantc, 1, 2; lUito, 6; Praxis, filosofía nos muestra que siempre
1; l'rol,lema, 14; llrligi6n, 15, 17, 21; se ha entendido por filosofía el
Srnticlo, 31, 32. conjunto de las ciencias psicológi-
El programa de los estudios filosó- cas y metafísicas. (E. RABIEn, Ler,
ficos sigue comprendiendo: Psicología, de philos., 8.' ed., 1, 10, 1907.l
Lógica y Filosofía de la Ciencia, Moral 33. Bergson ha definido la fi-
y Sociología, y finalmente Metafísica losofía corno el estudio de la reali-
con la cuestión previa del valor del co- , dad concreta. Yo diría mejor, y en
nacimiento o problema crítico. Pero: un sentido acaso un tanto diferen-
1. 0 de este conjunto tienden a sepa- te, que es el estudio del sujeto. P~-
rarse disciplinas que vienen organizán- ro estoy de acuerdo con él en pen-
dose como ciencias experimentales (psi- sar qae la filosofía -compuesta,
cología y sociología), así como la nue- para mí como para él, de la psico-
va lógica o logística, convertida en una logía y la metafísica- es una
ciencia hipotético-deductiva que, poc ciencia profundamente distinta a
consiguiente, se aproxima más bien a todas las demás. (J. LACHELIER,
las matemáticas; 2. 0 en este conjunto. CEuvres, II, 115.)
el acento se pone en unas u otras de 3. Definiciones centradas en la psi-
sus partes según las épocas y las men- cología, o aun exclusivamente en la
tes. De ahí la gran diversidad de de- gnoseología*.
finiciones.
34. La actividad intelectual to-
1. Definiciones que sólo consideran mando conciencia de sí misma: eso
la metafísica o incluso una de sus par- es el estudio integral del co~oci-
tes. miento integral, eso es la filosofía.
28. La ciencia del filósofo es la (L. BRUNSCHV!CG, Modalité dll jug.,
del Ser en cuanto ser, tomado uni- 5.)
versalmente y no en alguna de sus 34 bis. toda la filosofía es una
partes. (ARISTÓTELES, M étaph., K, 1n1c1ac1on a la vida del espíritu.
3, 1060 b.) (L. LAVELLE, prefacio a LE SENNE,
29. Creo que la filosofía es Introd. a la phil.', VI.)
esencialmente, e incluso, si se quie- 35. Puede definirse la filosofía
re, exclusivamente, la metafí~ica; en general corno el conjunto de las
y la metafísica es ( ... ) la riencin investigaciones que tienen por ob-
de las condiciones a priori de la jeto o centro de perspectiva el cs-
existencia y la verdad, (J. LACHE- píritl<, (A. BUnLoUD, l'sychol., 10-
LIER, en Voc. de LALANDE, 773.) 11.)
• 30. La filosofía es el conoci- V. Objct.i, 14.
1 miento científico que mediante la
luz natural de la razón considera 4. Definiciones centradas en el pro-
\ }as causas primeras o razones más blema metafísico-moral del sentido de
elevadas de todas las cosas. (J. la vida. En partic.: en los filósofos de
MARITAIN, Élém. de phi/os., I, 72.) la acción; sobre todo en los existencia-
listas que parten de la experiencia vi-
2. Definiciones que comprenden la vida de la angustia, del abandono, del
metafísica y la psicología. absurdo.
31. hay al menos dos objetos 36. Toda gran filosofín, lejos de
que hnn quedado fuera del marco ser una simple construcción del es-
de las ciencias propiamente dichas píritu, tiene su principio y su fin
( ... ) : 1. 0 la mente humana presen- en una concepción del de~tino hu•
te a sí misma por la conciencia; mano: la práctica la orienta y ella
2. 0 las más altas generalidades po- orienta a su vez n la práctica.
sibles, que hemos llamndo, siguien- Muertu y verbal es toda idea que
do u Aristóteles, primeros princi- no procede Uc una experimentación
FILOSOFIA 408

real de la voluntad; muerto, sobre parcialidad sólo es excusable en


todo, y ficticio todo conocimiento un inventor, (A. FRANCE, La vie
que no se dirige a un obrar, (M. littér., I, p. 11.)
BL0NDEL, L'adio11, 296,) 44. A falta de una filosofia ex-
37. La filosofia apunta inicial- presa, solemos tener una filosofla
mente, no tan sólo a explicar nues- ignorada. (M, BtoNDEI,, Hist. ot
tra vida, sino a hacerla. (M, BL0N- dog,ne, a continuación de Lettre
DEL, «Le point de départ de la rech. sur les exio, de la pens¿c cont.,
philos.», en A 1m. de philos. c/11•ét., 168.)
junio 1906 (LIV), 242.) 45. Una gran filosofia nunca. se
38. El origen de la filosofía se opone por completo a las ideas del
encuentra en el asombro, la duda, medio en que aparece. (A. RIVAUD,
la conciencia que tenemos de estar Hist. de la phi/os., I, 538.)
perdidos. Comienza siempre por un 45. Una gran filosofía nunca se
sobresalto que acomete al hombre del mundo, y hay diferentes filo-
y hace nacer en él la necesidad de sofías porque los filósofos no ven
darse un fin. (K. JASPERS, fotrod. un mismo mundo. Los verdaderos
a l.a phüos., 24.) desacuerdos entre filósofos son an-
39. La filosofía nace de la de- teriores a su filosofía; sus pensa-
cepción que engendra la actitud na- mientos no llegan a encontrarse
tural. (C. BERGER, en La liberté, porque no parten de los mismos
65, Bacon, 1949.) datos. (H. G0UHIER, La phi/os, et
40. La filosofía no es más que son hist., 12-13.)
una técnica reflexiva aplicada a 47. Desde un cierto punto de
las vivencias. (J. LAcao1x, Prefacio vista, toda filosofía de la vida no
al número 1 de Recherches ct dial. es sino la proyección del carácter
philos, et écon., l.) de un filósofo que propone aplicar
a escala humana. la solución que
41. La experiencia filosófica le ha parecido conveniente pa·ra su
puede animar la filosofía, pero no problema personal. (J. DELAY, As-
suplantarla sustituyendo al discur- pccts de la, ps¡¡chiatri• 'lllod., 96.)
so. Antes bien, debe probarse en
el discurso. Para la filosofía, la 47'. La filosofía más importante
experiencia filosófica es siempre de cada nación es la suya propia,
una vivencia que no tiene que vol- aunque sea muy inferior a. las imi-
ver a vivir, sino que conceptuali- taciones de extrañas filosofías; lo
zar. (M. DUFRENNE, La notio,i d:«a extraño está sujeto a alternativas,
priori», 291-292.) es asunto de moda, mientras que lo
D. Una. filosofía: sistema filosófi- propio es permanente, es el cimien-
co particular (la. filosofía de ARISTÓTE- to sobre el que se debe cons-
LES, de BERGS0N) ; conjunto de los prin- truir, sobre el que hay que construir
cipios implicados en las ideas o en la cuando lo artificial se viene aba-
conducta. de un individuo (cada cual jo. (A. GANIVET, ldearimn español,
tiene su filosofía.). 18.) Ad. E.
42. Una. gran filosofía no es V. Idea, 100.
aquella contra In que nada hay que E. Disciplina que, en España y
decir, sino aquella que ha dicho otros paises, se incluye en uno de los
algo. últimos cursos de la enseñanza secun-
E incluso es la que tenía algo daria. Clase de filosofia.
que decir, aun cuando llD haya po- 48. La filosofía de colegio no
dido decirlo. (PJ!:GUY, Note sur M. enseña a ser más sensato y más fe-
Bergso11, 37.) liz, sino a hablar más o menos co-
43. Hay que permitir a los rrectamente de un cierto número
pobres humanos que no siempre de cosas. (A. KAnn, en L'es¡irit d'A.
acuerden sus máximas con sus sen- /(., 256.)
timientos. Incluso ha.y que sufrir 49. La filosofía y la psicologír,
que cada uno de nosotros tenga a ( ... ) deben ser la «coronación» de
la vez dos o tres filosoflas; porque, los estudios literarios y de In cul-
a. menos de haber creado una doc- tura formal, que se propone ini-
trina, no ha.y razón alguna pa.rn ciar en el dominio de la lengua
creer que sea la. buena; semejante ( ... ), Una parte importante de esa
400 FILOSOFIA

educación consiste en el manejo del sofía de la naturaleza. (J. DE ToN-


lenguaje abstracto. La misión de QUÉDEC, Phi/os, dr ,wt., I, 69.)
la filosofía y la psicología es fa. Viloeofía, natural (término que tien-
míliarizarnos con él. (P. Guru,AU- de a caer en desuso).
ME, Introd. a la, psychol., 240.)
A. En el sentido antiguo del térmi-
50. Las clases de filosofía de no filosofía (A): parte del saber que
nuestrn enseñanza secundaria son tiene por objeto la naturaleza, es de-
admiradas e imitadas en todas par- cir, el mundo material. V. Filosofía de
tes. Cierto que en ellas no se en- /a, naturaleza.
seña más que un vocabulario, pero
cierto también que es el de todos. 52. desde la teoría de la gravi-
Corazón, espíritu, pasiones, espa- tación, ninguna creación matemáti-
cio, tiempo, -ciencia, ignorancia, ca ha tenido mayor valor y alcan-
justicia, mentira, son el pan coti- ce que ella en cuanto a los progre-
diano del espfritu. (Al,AIN, Ubres sos generale,i de la filosofía natu-
¡1ro¡1os, 15 oct. 102,l.) ral. (CoMTE, Phil. pos., II, 592.)
Filosofía. abierta (F. GoNSETH, G. 53. Para mostrarles toda la im-
BACHELARD). Doctrina según la cual portancia del análisis y la síntesis
ninguna afirmación puede ser dada co- en la filosofía natural, bastará re-
mo definitiva, sino que queda siempre cordar el análisis del agua, des-
sometida al principio de revisibilidad compuesta por la experiencia en
universal. V. ldoncísmo. hidrógeno y oxígeno, y la síntesis
del agua... (M. BERTHl'JLOT, Ler.
50 bis. La filosofía abierta sur les méth. génér. de 81}nthese
acepta, no como inevitable, sino co- en chimie org., 12, Gauth. - V ..
mo posible, el verse ante la obli- 1864.)
gación de renovarse, de repasarse,
precisamente ren respuesta a lo im- 54. la filosofía natural ha si-
previsto. (F. GoNSETH, en Dialecti- do totalmente renovada por el re-
ca, 57-58 [15 marzo 1961], 305.) ciente desarrollo del principio de
relatividad. (G. l\locu, La relati-
Filosofía, de la, naturaleza (se op., en vité des phén., 333.)
los postkantianos, a la filosofía del es-
píritu). ::>o. De este modo, en cada eta-
A. En el sentido antiguo de la pa- pa del progreso de nuestros cono-
labra filosofía (A): el conjunto de las cimientos en filosofía natural. se
disciplinas que tienen por objeto In rea- introducen nuevos elementos que
lidad material, principalmente la físi- con frecuencia nos obligan a re-
ca. V. Filosofía, natural A. fundir por completo la totalidad
de nuestra interpretación de los
B. En el sentido moderno de la pa- hechos físicos. (L. DE BnoGLIE,
labra !ilosofía: la parte de la filosofía 1V ottvellcs perspectit1 es en micro.
que trata los problemas metafísicos que phys., 49.)
plantean los seres materiales.
65'. las cosas que nascen de la
Sin.: cosmologia racional. Providencia divina -corno son lns
51. En In filosofía natural todo obras sobrenaturaleS- pertenesce
es de una generalidad much~ ma- su conocimiento y solución a los
yor que en la ciencia experimen- metafísicos, que ahora llaman teó-
tal. ( ... ) ¿ De qué está hecho el logos; pero la cuestión del hortela-
C?erpo, todo cuerpo, aun el más no es natural y pertenesce a la ju-
simple, el más irreductible a los risdicción de los filósofos natura-
ojos de la ciencia? ¿ Cuáles son les, porque hay causas ordenadas
los caracteres de las sustancias te- y manifiestas de d~nde tal efecto
r~es_tres en gc_neral? ¿ Qué es lo que puede nascer. (J. HUARTE, E.1:amcn
distingue radicalmente a los diver- de ingenios, 96-97.) Ad. E.
sos reinos de In naturaleza Jo V. Masa, 10; Sociología, l.
inanimado y lo viviente en 'sus
diversas especies vegetal: animal B. En el sentido moderno del tér-
humana? ¿Qué facultades y qué ti'. mino filosofia: la que produce basán-
pos de acción o de receptividad se dose en In experiencia y la razón, sin
desprenden de esas constituciones? recurrir n unn revelación sobrenatural.
¿Qué son la extensión, el th!mpo, 56. esa filosofía natural, que
el movimiento? Tnl es el tipo de iría sin prejuicio, impaciencia ni
cuestiones que se planlen la filo- or¡rullo husta el extremo de la ra-
FILóSOFO 410

zón puramente humana, es purn trar cómo proceden racionalmente


quin1cra. Sólo cuento con la grncin unas de otras. (A. CoURN0T, Maté-
para dirigir a la razón, aun den- rialis111c ... , IV, § O, p. 365.)
tro de sus propios y estrechos 62, un cspiritu filosófico es el
limites, en el descubrimiento de la que se forma sobre las cosas de
religión. (FÉNELON, Lctt>-cs sur la las ideas de conjunto, es decir,
rclig., VI.) ideas que representan no este o
V. J,'ilosofía. positiva•. aquel hecho, este o aquel objeto se-
Filosofía ¡>rimcra. En ARISTÓTELES parado, sino series enteras de he-
y DESCARTES: ciencia que tiene por chos, grupos enteros de objetos.
objeto las causas primeras y los pri- (P. BoURGET, Essais de psychol,
meros principios de las cosas. contcm.p., TAINE, ed. Lemerre, 185.)
Sin.: metafísica. 63. La característica esencial
Corre!.: la filosofía segunda (la Fi: de una naturaleza filosófica es su
sica). capacidad de veneración. (J. LA-
CR0IX, La, social. d'A. Comte, 62.)
57. La Física es sin duda una
especie de Filosofía, pero no es ln 64. El pensamiento espontáneo,
Filosofía primera. (ARISTÓTELES, que construye objetivamente su
Jlfétaph., III, 111, 1006 b.) obra, es esencialmente afirmativo.
El pensamiento filosófico es, por
58. Las meditaciones ,nctafísi- el contrario, un pensamiento inte-
cas de Renato Descartes tocante a rrogativo. Su modelo eterno es S6-
la filosofía primera, en las que se crntes... (H. LACRO IX, Reclierches
demuestra la existencia de Dios y et dial. philos. et écon., núm. 4, 12.)
la distinción entre el alma y el
cuerpo del hombre. (Título.) FILóSOFO
59. he dividido el libro [Princi- Filósofo. Gr. philosophos. Lat. fi-
pios de la Filosofía] en cuatro par- losofus. Fue al parecer PITÁGORAS
tes, de las que la primera contiene quien, rehusando, por modestia, llamar-
los principios del conocimiento, que se sophos (sabio) se calificó de pkiloso-
es lo que podemos llamar primera phos, es decir, amigo (philos) de la sa-
Filosofía o Metafísica. (DESCARTES, biduría (sopkia).
Príncipes, Pref.)
El que cultiva In filosofía (filosofía
60. Así, pues, vamos a intentar especulativa, sentidos A, B, C), o el
un ensayo de filosofía primera. que la practica (filosofía práctica).
¿Qué debemos entender exactamen-
te por ella? ( ... ) el filósofo, para A. Acepciones anticuadas. l. En la
merecer tal titulo, debe establecer Antigüedad y hasta el s. XVIII: sin.
en sí una unidad de actitud y de de sabio.
conducta, del saber y el obrar; de- l. Los filósofos convienen uná-
be proveerse de un principio su- nimemente en que el flujo y reflu-
premo de juicio universal ( ... ) ; y jo del mar es debido principalmen-
el cumplimiento de ese deber cons- te a In acción de In luna. (D'A-
tituye el objeto propio de la de- LEMBERT, Esprit, max. et pri11c., 61,
nominada «filosofía primera•. (E. Paris, 1769.)
LE RoY, Essaí d'une phi/os. pre-
miere, I, 30.) 2. Aplicado a los intelectuales del
siglo XVIII. Que pretende dirigirse ex-
Filosofía de la historia. V. Historia. clusivamente ·por las luces de la razón
Filosofía de las luces. V. Luces. y rechaza toda doctrina revelada. V.
Fi/,osofía positiva,_ V. Positivismo. Filosofía de las luces•.
Filosófico. Relativo a la filosofía o 2. Vos habéis perdido al abate
que presenta sus caracteres. Estudio, de Condillac [falsa noticia] ( ... ).
investigación, teoría, reflexión filosó• Nosotros perdemos en él a un gran
ficos. filósofo, a un gran amigo de la su-
61. En nuestra opinión, el es- perstición, (V0LTAIRE a D'ALEMBERT
píritu filosófico es el que se afa- C. de 10 dic. 1764.)
na en las ciencias, en la historia 3. La rnzón es para el filósofo
y en todas partes por penetrar la lo que In gracia pnrn el cristiano.
razón de las cosas, por ponerlas en La gracia determina al cristiano
el orden más apropiado para mos- a obrar; la razón determina al fi-
411 FILóSOFO
lósofo. (DIDER01', E11c11c/o¡,., en el mente claras a los demás. (DES-
término Philosopltc.) CARTES, Le monde, VI, XI, 35.)
4. El verdadero filósofo es, 11. Los verdaderos filósofos na-
pues, un hombre de bien que obra san la vida no creyendo lo que ven
en todo según la razón, y que une y tratando de adivinar lo que no
a un espiritu de reflexión y exac- ven. (F0NTENELLE, Entr. s. /o, p/11-
titud !ns costumbres y cualidades ralité eles m., l.' ve!.)
sociales. (Ibfd.)
12. Sólo suele contarse entre
5. ¿Qué es un filósofo? Un los filósofos a los que escriben; es
hombre que opone la naturaleza a un error; los hay que no escriben,
la ley, In razón al uso, su concien- pero piensan. (E. BEnS0T, Ubre
cia n la opinión y su juicio al pliilos., 163.)
error. (CITAMF0RT, <Euvr••· II, 14,
París, 1812.) 13. Los filósofos están aquí
6. Toda In política de los filó- abajo para mantener un pequeño
sofo• se reduce a poner la omnipo- número de problemas, para inquie-
tencia del Estado al servicio de In tar las mentes, como los poetas
infalibilidad de la razón. (A. So- para inquietar las imaginaciones y
REL, L'Europc et lo, Révol., 1, 117.'1 los corazones. El que sólo quiere
V. Creencia, 29. vivir tranquilo puede prescindir de
los filósofos y de los poetas, pero
B. En el uso corriente (sin. de sa- no se pasa sin ellos cuando se
bio en el sentido de aquel que posee la quiere vivir con dignidad. (E. BER-
sabiduria) : el que, despegado de los S0T, Essais d,¡ philos. et de mor.,
bienes por cuya obtención se agitan los I, 512.)
hombres, vive en una serena tranqui-
lidad no turbada por los accidentes de 14. El filósofo se consagra por
la vida. estado a buscar la razón de las
7. El nombre de filósofo se
cosas. (A. CoURN0T, Co11sid. s. la
aplica con mucha más razón [ que marche des úlfrs, I, 8.)
a los indicados en C] al hom- 15. Los filósofos sólo son ver-
bre prudente y juicioso que lleva daderamente fuertes unos contra
una vida tranquila y retirada, aje- otros. Sin sus mutuos errores,
no al tráfago del mundo; pero no ¿qué serían? (J. BARBEY D' AUR.,
hay que llevar demasiado lejos ese Les CEuvres et Tes hommes, I, 5 l.
espíritu de retiro. El hombre ha Amyot, 1860.)
nacido para •los demás hombres
(...). El verdadero filósofo sabe re- 16. El verdadero filósofo no es,
partirse entre el retiro y el trato según la opinión común, el que se
con los demás. (DUMARSAIS, en Dict. contenta con pensar, ni el que
de TréVOU3',) se contenta con obrar, sino el
que sabiendo más, obra mejor,
V. Moda, 1. el que saca de su propia experien-
C. Prop.: el que busca las razones, cia un aumento de luz y de fuerza,
y principalmente las 1·azones últimas sabiendo mejor lo que hace porque
de las cosas. ha hecho antes lo que sabía. (M.
8. El saber las cosas y no BL0NDEL, en An11. de phi/os. chrét.,
obrallas, no es ser filósofo, sino 64, junio 1906, 2•11.)
gramático. (B. GRACIÁN, El discre- 17. El filósofo es esencialmen-
to, 128.) Ad. E. te el hombre de un triple esfuerzo:
9. es buscando las primeras 1. esfuerzo de crítica, en pos de
0

causas y los verdaderos principios la plena claridad de la conciencia;


como pueden deducirse las razones 2," esfuerzo de especulación, en pos
de cuanto Romos capaces de saber; de un conocimiento profundo, inti-
y es a quienes han tl'8b11j11do par- mo, desinteresado de la realidad;
ticularmente en ello II quienes se 3. 0 esfuerzo de sabiduría, en pos
ha dado el nombre de filósofos. del diseernimiento de las realida-
(DESCARn;s, Prinei¡,es, Pref. IX B, des espirituales y la realización da
6.) los valores ideales. (E. LE RoY.
10. los filósofos son tan suti- Pr11séc i11t11it., I, 4-5.)
les que saben hallar dificultades en 18. Es ~t·an impertinencia que-
las cosas que parecen extremada- 1·er mostrat· a un filósofo una ex-
FILóSOFO 412

periencia que altera sus ideas. 26. en este siglo filósofo. (Rcms-
(ALAIN, Pro¡,os, 250, l'léinde.) SEAU, Émilc, V, 483.)
19. Estimo filósofo a todo hom- l'ilosofnr. Buscar las razones, y
bre, cualquiera que sen su grado de principalmente las razones profundas,
cultura, que trnta de vez en cuan- de las cosas. Hacer consideraciones ge-
do de procurarse una visión de nernles.
conjunto de lo que sabe por expe- 27. Al fin [la liebre) se delata
riencia directa, interior o exterior. por los espíritus que salen de su
(P. VALÉRY, en F. LEFi::VRE, Entre- [ cuerpo caldeado.
tien at•ec P. l'aJfry, 78-79.) Miraut, habiendo filosofado so-
20. El filósofo no snbe real- [bre su dolor,
mente n1ás que la cocinera; a no concluye que es su liebre, y con
ser de cocina, cosa de la que (en [ ardor extremo
general) ella sabe más que él. la obliga ...
Pero la cocinera (en general) (LA F0NTAINE, Fables, V, XVII,)
no se hace preguntas universales. 28. En resumen, filosofar es co-
Son, pues, las preguntas las que nocer el universo. El un;verso se
distinguen al filósofo. En cuanto compone de dos mundos, el flsico
a las respuestas ... Por desgracia, y el moral. Al estudio de la natu-
hay en cada filósofo un genio ma- raleza y de la humanidad se redu-
lo que tiene respuesta para todo. ce, pues, toda la filosofla. (RENAN,
(P. VALÉRY, Rhuntbs, 193-194.) Dial. et fragm. philos., 292.)
21. La manera del filósofo, su 29. los filósofos, cuando filoso-
entrada en danza, es bien conoci- fan, están o parecen estar en des-
da ... Inicia el paso de la interro- acuerdo sobre todas las cosas. (J.
ga.ción. (P. VALÉRY, Pléiade, 1, MARITAIN, Le philosophe dans la
1395.) cité, 9.)
22. Oyendo a los filósofos, ¿no 30. Filosofar equivale, pues, en
se diría que son candidatos a un suma, a esto: comportarse frente
examen en el que contestar cual- al universo como si nada pudiese
quier cosa vale más que callarse? darse por supuesto. (W. JANKÉLÉ-
(J. ROSTAND, Carnets d'une biol., VICH, La mauvai.se cons. 1 3.)
8.) 31. F'ilosofar es uruiversalizar
23. la eminencia de un filósofo una experiencia espiritual tradu-
debe manifestarse en algo más que ciéndola a términos intelectuales
en esa característica tan frecuen- válidos para todos. (J. LACRO IX,
te de resultar incomprensible pa- Marxis1ne, existencialis1ne, perso-n.
ra la mayoría. (G. GUSDORF, Auto- 11alisme, 68.)
biogr., La Table ronde, junio 1959, 32. Filosofar es buscar, es im-
23.) plica,· que hay cosas por ver y por
V. Hermético, 1; Pensador, 67; Pro- decir, pero en nuestros dias ape-
blema, 12, 13, 14; Sentido, 116; Si8te- nas se busca. Se «vuelve» a una u
ma, 7. . otra de las tradiciones, se la «de-
Filósofo, empl. adjet.: filosófico, pre- fiende». (M. MERLEAU-P., Éloge de
dispuesto o dado a la filosofía. la pltilos., 67.)
33. los griegos, como no tenian
Una naturaleza filósofa. ' aún libros propiamente filosóficos,
24. Cuando ellos [ Platón y Aris- cuando se preguntaban ¿qué es fi-
tóteles] se entretuvieron en hacer losofía? -como Platón- pensaban
sus Leyes y su Política, lo hicieron en un hombre, en el filósofo, en
jugando; era la parte menos filó- una vida. Para ellos filosofar era
sofa y menos seria de su vida, ya ante todo el ~fo; ¡¡,.:,pr¡t,xó,. En
que la más filósofa era vivir sim- rigor, los primeros libros filosófi.
ple y tranquilamente. (PASCAL, cos -no sólo como materia sino
Pc1tsées, 483.) formalmente tales- que hubo o
25. esa luz general de que se fueron los libros de vidas ele los
glorifica nuestro siglo filósofo. siete sabios, biografías. Todo lo
(D'ALF.MBEnT, E•sai •· les gc1tB de, que no sea definir la filosofin co-
l., <Euvres pl,il., 111, 75, París, mo filosofar, y el filosofar como
1805.) un tipo esencial de vida, es insu-
413 FIN

ficientc y no es rndicul. (,J. ÜIITE- una amistad, de las provisiones, del


GA y GASSET, ¿Qué CH filosofía!, sendero.
253.) Ad. E. Sin.: término, límite, extremo, des-
V. Acto, 6; Dilema, 1; Política, 4. enlace, resultado, salida.
Filum. Gr. phylon, ,·aza. 1. Los acontecimientos de 1814
Serie de las formas por las que, en se aproximaban: ante el anuncio
la hipótesis transformista, ha pasado del desastre de 1812, Talleyrand
una especie. Adj.: filético. había dicho su frase decisiva: «Es
el principio del fin». El fin pre-
FIN visto se ,precipitaba. (SAINTE-BEU-
Lat. /inis: prop., limite, término ( fi- VE, N. Lundis, XII, 68.)
11cs, las frontcrll.S); traduce también el 2. La vida es muy corta cuando
gr. te/o•. cima, resultado, meta (v. Te- nos aproximamos al fin. (H. BEC-
leología). QUE, Notes cl'a/bum, fEuvres, VII,
Dividiremos el articulo en Fin / (tér- 119.)
111i110) (correlativo: principio) que in- 3. No tengo ganas de morir;
cluirá Finaliza, finito, finitud; fino, fi- lucharé. Pero si la partida está
nura; fin, final, y Fin II (propósito) perdida, quiero tener un buen fin.
(correlativo: medio) que incluirá Fin, (A. CAMUS, La peste, 309.)
final, finalidad, finalismo, finalista. Finalizar. Lat. finire, marcar los
Fi11 último. Se empica en la doble límites (fines).
acepción de la palabra /in. A. Transitivo: llevar a su fin (tér-
A. En el sentido de fin-término mino), concluir, terminar, acabar.
(Tea!.; sólo en plur.: los fines últi- Correl.: comenzar.
mos) : lo que hay al término de la vi- l. Llevar a término. Finalizar la
da y más allá, es decir, la muerte, el jornada, el trabajo, la comida.
juicio, el cielo o el infierno. Los Noví-
simos. 2. Llevar a la perfección, comple-
B. En el sentido de fin-meta (Mor.; tar.
por opas. a fin próximo, fin remoto) : Corre/.: esbozar.
lo que es buscado por sí mismo, y no B. Intrans.: llegar al fin (término¡,
como medio de alcanzar un fin ulterior. concluirse, terminarse.
Sin.: fin supremo, soberano bien. Corre l.: comenzar. Las clases finali-
V. Beatitud, 3. zaron el 30 de junio.
1. Un fin último es un fin que 4. Todo finaliza con canciones
no supone ningún otro como con- (BEAUMARCHAIS, Mariage de Fig.,
dición de su posibilidad. (KANT, fin.)
Crit. du jug., § 84.) 5. «En toda mi vida no he
2. Deseaba el amigo pasar al hecho más que una maldad», le de-
último fin, por el cual amaba a su cía un día Rulhiere. -«¿ Y cuán-
Amado, y los otros fines impedían do va a finalizar?», le replicó
su tránsito; por esto, los dilatados Chamfort. (SAINTE-BEUVE, Caus.
deseos y pensamientos dábanle tris- d1< lundi, IV (Chamfort), 549.)
teza y pena. (R. LULIO, Libro del Fino, a, ~dJ. Del bajo latín jiirns,
amigo y e/el Amado, § 140, p. 76.) por el lat. /111,tus, acabado. De una ex-
Ad. E. trema pequeñez, delgadez (arena fina).
3. Ninguna de todas las cosas Por anal.: tratándose de lus cosas:
creadas yerra su fin, sino el hom- que es de una gran pureza, muy depu-
bre; él sólo desatina, ocasionándo- rado (oro fino) ; hablando de las per-
le este achaque la misma noblezn sonas, de las funciones cognoscitivas o
de su albedrío, y quien comienza de los órganos sensoriales: que discier-
ignor{mdosc mal podrú conocer las ne los matices más delicados y sutiles
demás cosas; pero ¿de qué sirve (un psicólogo fino, un oído fino, una
conocerlo todo, si a si mismo no se réplica fina),
conoce? (B. GRACIÁN, El critie611, Der.: afinar, refinar.
80.) Ad. E.
G. Es raro que los geómetras
FIN l (término). (Corre!. de princi- sean finos y que los finos sean geó-
pio) : ali( donde una cosa o una acción metras, ya que los geómetras tra-
acaban, se detienen. El fin del año, de tan geométricamente las cosas fi.
FIN 414

nas, y caen en el ridículo ... (PAS- Siu.: impecable, perfecto, acabado.


CAL, Pcnsées, 318.) 1 t. Todos esos semi sabios (... )
7. La manera más eficaz de ser ignoran (. .. ) que hoy una gran di-
eng-añado es creerse más fino que ferencio entre un fragmento he-
los demás. (LA R0CIIEF0UCAULD, cho y un fragmento acabado; que
Ma:r., 127.) en general lo que está hecho no
Finura. A. En sentido pre p.: cua- está aca.bado y que una cosa fina-
lidad <le lo que es fino, es derir, muy lizada puede no estar hecha del
t,,nue (arena fina) o de un trabajo de todo. (BAUDEl,AIRE, Curios, esth.,
delicada perfección (obra fina). Solon de 1845, V. R0DERT,)
B. Fig.: cualidad del órgano senso- 12. aquello a lo que el autor
rial o el espíritu que distinguen mati- o el artista puede añadir algo no
ces d~licudos; carácter del pensamien- está finali2ado o acabcu/o. ( ... ) La
to o la acción que suponen esa cuali- obra acabada está completa ( ... )
dad. de suerte que en ella no falta na-
Sin.: delicadeza, discernimiento, sa- da. ( ... ) La obra finalizada ( ... )
gacidad, perspicacia, intuición, sutile- ha sido corregida y pulida de mo-
za. do que no podría ser trabajada
con mayor cuidado. (LAFAYE, 831.)
8. en la finura de espíritu, los
principios están en el uso común y 13. [A propósito de los ensayos
a la vista de todo el mundo. No de Le Soulwr de Satín] : mientras
hace falta volver la cabeza ni vio- el trabajo no habla llegado a un
lentarse; es sólo cuestión de tener cierto g,rado de finalización, [a P.
buena vista, pero tiene que ser bue- Claudel] no le importaba arries-
na'., porque los principios están garse a intimidarnos, a estorbar-
tan enmarañados y son tantos que nos. (J.-L. BARRAULT, Nouv. réfle-
es casi imposible que no se esca- xions s. le thééitre, 213.)
pe alguno. Pero la omisión de un Finito. Lat. finitud, delimitado, de-
principio conduce al error: por finido.
ello, hay que tener la vista bien Por op. a •infinito: que tiene o ten-
despejada para ver todos los prin- drá fin (término).
cipios, y después la mente precisa Sin.: limitado.
para no razonar falsamente sobre
principios conocidos. (PASCAL, Pen- 14. La ficción de un universo
sées, 317.) material finito, que se pasea ente-
ro en un espacio infinito, no pue-
9. La figura persigue lo que de ser admitida. (LEIBNIZ, 3." car-
no es perceptible para la mayoría ta a Clarke, 29.)
de los hombres. (... ) La figura no
consiste en profundizar, cosa pro- 14'. se ha demostrado que todo
pia de mentes poderosas, sino en cuerpo es necesariamente finito, y,
penetrar diferencias. (A. CARTAULT, por tanto, toda fuerza residente en
L'intellectuel, 149.) cuerpo es también necesariamen-
te finita. Y si encontramos una po-
10. La finura es una virtud del tencia o fuerza que produzca un
juicio que le permite emplearse en efecto infinito, será una fuerza o
las materias difíciles, particular- potencia que no se halle en cuerpo
mente en esas zonas entremezcla- alguno; más hemos encontrado que
das en las que hay que saber des- el universo se mueve siempre con
enmarañar, separar, discernir en- movimiento infinito e incesante,
tre esencias vecinas y fáciles de pues lo hemos supuesto eterno y
confundir. (J. GUIIT0N, Invitation sin principio; necesario es, pues,
á /,a peruiée ... , 116.) que aquella potencia o fuerza que
Finalizado. Part. pas. de finalizar y le mueve ni se halle en su mismo
adj. cuerpo ni en otro cuerpo fuera de
A. Corre l. de comenzado: conducido él... (ABENTOFÁIL, El filósofo att-
o llegado a su término. todiclacto, OO.) Ad. E.
Sin.: terminado, acabado. V. lnfi>rito, 2, 3, 5.
Contr.: inacabado, inconcluso. Finitud. Carácter de lo que es fini-
B. Con una idea de perfección: aque- to, en el sentido de limitado.
llo a lo que el agente más industrwso Contr.: infinitud, infinidad. V. 111-
no puede añadir nada. V. Sutileza. finito.
FIN

15. No es posible ( ... ) extraer Hay que distinguir: el fin que se re-
de las especulaciones matemáticas presenta y hacia el que tiende un ser
ningún argumento en favor de la pensante (fin en sentido propio); el fin
finitud o infinitud de nuestro uni- que realiza o al que colabora un ser
verso. (E. BoREL, l'aradoxcs de desprovisto de pensamiento (fin en sen-
l'i11fini, 8.) tido ana]ó¡,,jco). En ambos casos, exis-
16. El Dasein se ve entonces te plan o idea, pero de naturaleza dife-
[ ni contemplar su muerte] en su rente: "El hornbre se conduce en vir-
finitud radical. (A. D8 WAHI.ENS, tud de las ideas que tiene; la bellota se
Ln phi/. de M. 1/eidc¡mcr, 149.) desarrolla en virtud de la idea que es».
(A. VALENSIN, A travcrs la métaph.,
17. La especial finitud de la 201.)
percepción está ligarla a la no-
ción de ¡,u11!0 de vistn. (I'. RrcoEUR, A. En sentido propio ( en el ser pen-
Négativité et nffirmatio11, I, 103.) sante: fin intencional*): aquello en vis-
ta de lo cual se hace algo. Es el senti-
18. La finitud no es en sí una do de la palabra fin en a fin de, con
maldición; llega a serlo para el re- el fin de (a tal fin = con tal propósi-
belde que no acepta su condición y to). Con el solo fin.
se empeña en ver un destino abru-
mador en aquello mismo que es Sin.: propósito, designio, blanco, ob-
fundamento de su ser. (G. Gus- jetivo, intención.
DORF, Tr. de méta,ph., 42-5.) Correlat.: medio.
19. la libertad humana es inse- Axioma. Finis est prinia in intentio-
parable de la finitud, adquiere con- ne, ultima in exccutione. El fin está
ciencia de sí misma en contacto primero en la intención, después en la
con el obstáculo, supone un inalie- ejecución. Es Jo que se tiene presente
nable elemento de pasividad. (F. en primer lugar, pero Io que tan sólo
ALQUIÉ, L'expérience, 98.) se realiza en último término.
20. La meditación heideggeria- Emoleado para designar el fin de la
na es esencialmente un redescubri- actividad humana, toma a menudo el
miento de la finitud y contingen- plural. Para todos los fines útiles. Con
cia de toda existencia. (E. BORNE, otros fines.
Dieu n'est pas mort, 39.) l. ~ara llegar a sus fooes. la
21. la infinitud de discusiones mayoria de los hombres son más
suscitadas por tales hipótesis hi- capaces de un gran esfuerzo que de
percríticas... (H. MARROU, De la una larga perseverancia. (LA BRt:-
co1tnaiss. hist., 140.) YERE, Caract., XI, 137.)
22. El hombre que tiene con- 2. Queremos ser ricos; tal es el
ciencia de su finitud, que sabe su fin que nos proponemos y al que
existencia única y limitada, debe, estamos absolutamente decididos.
si no renuncia a vivir, dedicarse De los medios, ya se tratará más
a fines cuyo valor consagre sul1or- adelante. (B0URDALOUE, Sur les ri-
dinándole su ser. Sin esto, todo se chesses, l.)
perdería en la indiferencia... (R.
ARON, lntrod. a la phi/os. de l'hist., 3. El tema tratado y el fin que
33G.) nos proponemos determinan lo que
debemos decir. (CmmILLAC, A rt
Final. A. Por op. a inicial: que se cl't'ct., IV, I, CEuvrfs philos. I
refiere al fin en el sentido de «térmi- 593 b.) ' '
no», «punto de parada» de la cosa en
cuestión. Punto final. Es la lucha final. 4. El fin de todo escritor es
Substant.: la final de rugby; los com- instruir o agradar, o agradar e
petidores reciben el nombre de finalis- instruir a la vez. ( /bid., 600 b.)
tas. 5. El acuerdo entre el tema, el
Sin.: último, terminal. fin y los medios constituye toda la
belleza del estilo. (/bid., V, 605 b.)
B. Por op. a causal o eficiente: que
pertenece al orden de la causalidad fi- 6. Obra siempre de tal suerte
nal. Causa final. V. Fin II. que trates a la humanidad, tanto
en tu persona como en la persona
FIN 11 (propósito). Corre!. de medio. del prójimo, y en toda ocasión, co-
Aquello por lo que se hace algo; el rno un fin y nunca como un sim-
plun, la idea rca]izndos o u realizar, ple medio. (KANT, Pond. de la mé-
FIN 41G

tap11. drs mot'I0'8, II, ed. Dclagrn- la mctn, es la perfección, el l,íen.


vc, 151.) (,J. LECLERCQ, La vic en ordrc, 1:J5.)
7. El nill.o que estudia correc- 16. El avión no es un fin sino
tamente su lección con el simple un medio. No es por el nvi6~ por
fin de que le den caramelos deja lo que arriesgamos la vida. (A. DE
de merecerlos, desde el punto de SAINT-EXUPÉRY, Tcrrc des hommcs
vista de la 1noral, precisamente 178J '
porque los ha tomado como fin.
(J.-M. GUYAU, Esquissc ... , 194.) V. Deliberación, 9; Intención 11 14
16, 23; Sanción, 3; Sentúlo, 46.' ' '
8. La sociedad se convierte en
fin supremo porque es medio uni- . D. Por anal. ( en los seres despro-
versal. (G. BELOT, Éf. de mor. po- vistos de pensamiento: fin no intencio-
sit., 506.) na~o) : lo que explica por qué una cosa
esta hecha de tal modo, la organización
9. La capacidad de plegar el d~ su actividad o de sus partes. Los
verbo común a fines imprevistos dientes tienen por fin triturar los ali-
sin romper las <(formas consagra- mentos; el estómago, digerirlos.
das» ( ... ); y, sobre todo, la guía si-
multánea de la sintaxis, la armo- 17. El fin sólo es causa en tan-
nía y las ideas (que es el problema to que mueve a obrar a la causa
de la más pura poesía), son a mis eficiente. (Santo TOMÁS De Poten-
ojos de los objetos supremos de tia, V, 1.) '
nuestro arte (P. VALÉRY, Pléiade, 18. el fin es causa de la cau-
I, 1500.) salidad eficiente porque hace que
10. [Para la mayoría de los es- lo que es eficiente intervenga efi-
critores de hoy.] Parece entendido, cazmente. De ahi que se diga que
de una vez para siempre, que la el fin es causa de las causas, por-
obra de arte no tiene otro fin que que es causa de la causalidad en
ella misma. Sólo cuenta a sus ojos todas las cosas. (Santo TOMÁS De
en la medida en que es gratuita, principi1's naturae, A 1, Viso' au.-
inútil. Si les creemos, cuanto se tem ... )
escribe para probar, para demos- 19. He aquí ese principio [pr.
trar, para servir, en una palabra, del juicio de finalidad interior en
cae fuera del dominio del arte. los seres organizados] y a la vez
(F. MAURIAC, Dicu et Mwmmon, su definición: Un producto orga-
139.) nizado de la naturaleza es ttn pro-
11. Psicológicamente, somos más ducto en el que todo es fin y medio
el hombre de los medios que em- recíprocamente; en él nada es in-
pleamos que del fin que persegui- útil, carente de fin o debido a un
mos, y tal es la verdadera razón ciego mecanismo natural. (KANT
por la que el fin no justifica los Crit. cltt jug., § 66.) '
medios. (J. LACROIX, ltinér. spirit., , ~O. Es con a_rreglo a ese tipo
124.) umc? d_e orgamsmo .interior [la
12. El fin de la sociedad polí- conc1enc1a] como concebimos todo
tica, como el de toda sociedad hu- lo que llamamos seres organizados,
mana, implica una cierta obra a cosas que tienen en sí mismas ( ... )
realizar en común. (J. MARITAIN, el principio y el fin de sus movi-
Les droits de l'honune et la loi nat., mientos, o, mejor dicho, una causa
43.) que es su principio tan sólo por-
que es su fin. (F. RAVAISSON, R{JJ[J-
13. Europa ha olvidado la sub- port ... , XXXVI, 262.)
ordinación de los fines politicos a
los espirituales. Esa es su gran 21. Explica usted su industria
culpa. (J. MARITAIN, Primauté du [)a del gusano de seda] por un
spirit., 132.) fm; pero yo percibo sus causas.
14. Otro es el objetivo que nos No es para encerrarse y dormirse
proponemos, otro el fín que se pro- para lo que hace un capullo. Hace
pone la naturaleza al inspirarnos un capullo porque segrega seda v
el desear un objetivo. (J. GUITTON, se duerme porque está encerrndo
Sources, nov. 1951, 4.) Supone usted bien inútilmente en
esa cabezota, ideas y proyectos'que
15. la felicidad no es sino un no había en ella. (ALAIN, Les pro-
resultado, pero no la meta. El fin, pos cl'A., I, 60.)
417 FIN

22. De la pregunta: «¿Con sas finales de la naturaleza al


qué fin!» se pasa naturalmente al mostrar cómo ciertos efectos son
Cómo, es decir, a la búsqueda de resultados de ciertas causas [ efi-
las causas y condiciones, ( ... ) Y cientes] dadas. ( ... ) Para que ha-
Claude Bernard no estaba equivo- ya causa final es preciso que la
cado al afirmar que el hígado de- causa ¡,rimera haya elegido unaa
bía servir para algo, siempre que causas seguidas precisamente apro-
averiguase para qué, y, ,mbl'e to<lo, piadas al efecto querido. Por con-
como. (Al,AIN, Ii;l,'111. clr phi/os., siguiente, ¿qué tiene de asombroso
131-132.) que al estudiar esas causas deduz-
v. Jlfrra11is1110, rn. cáis de ellas mecánicamente los
efectos? Lo contrario sería impo-
Final. A. Por op. n inicial. V. sible y absurdo. (lbíd., 255-256.)
Fin J.
B. Por op. a causal, a eficiente: que 29. La expresión causa final es
constituye o expresa el fin, el pro- un contrasentido. Un fin no es ni
pósito. Causa final. Conjunción final: puede ser una causa, pues no po-
la que, como a fin ele qué, denota el fin dría obrar por eficiencia y mecá-
u objeto de lo manifestado anterior- nicamente. Pero si quiere deducir-
mente. · se de ello que nn euenta, que no
determina los fenómenos en nin-
Causa final (sin. de fin-propósito) : gún sentido, la cosa cambia. (0.
aquello para lo que se hace una cosa; HAlllELIN, Essai ... , 216.)
el resultado o efecto que decide In pues-
ta en acción de los medios. Corr.•/, 30. No puede decirse indiferen-
usual: causa eficiente. temente que los vegetales han sido
creados para servir de pasto a los
23. No nos detendremos aquí a animales herbívoros o que los ani-
examinar los fines que Dios se pro- males herbívoros han sido organi-
puso al c1·ear el mundo, y recha- zados para nutrirse de alimentos
zaremos por completo de nuestra vegetales. ( ... ) Si nos fijamos y
filosofía In búsqueda de las causas examinamos la mayoría de los
finales; po1·que no debemos presu- ejemplos que se acostumbra a citar
mir tanto de nosotros mismos co- para ridiculizar las causas fjna!es,
mo pa1·a creer que Dios hnya que- se verá que el ridículo procede de
rido participamos sus designios que se han invertido las relacio-
(DESCARTES, Principes, I, 28.) nes, y desconocido la subor<l!na-
24. La expresión causas fi11ales ción natural de los fenómenos en-
está consagrada por el uso, pero tre si. (A. COURNOT, Essai s. les
sería más exacto intencioHcs fina- fo11d ... , § 66, p. 96.)
les. (Vizconde de BONALD, Recl,., 31. un fenómeno que determina
philos., XI; CEu.vrcs, cd. l\lignc, otro precediéndolo es lo que siem-
III, 302.) pre se ha llamado una causa efi-
25. No debemos detenemos en ciente, y un todo que produce la
las causas finales; científicamen- existencia de sus propias partes es,
te nada explican, porque harían según Kant, la verdadera defini-
falta las causas eficientes. (CI. ción de la causa final. (J. LACHE-
BERNARD, Cahier rouge, 83-84.) I,IER, Fo11d. ele l'imluct., I; (Eul•rn;,
26. Los músculos de un miem- I, 27.)
bro están hechos para poner los 3~. En el 01·dcn de las realida-
huesos en movimiento, y el corn- des, todo es producto d..? la acción;
zún para hacer circular la sangre, la cnusa eficiente lo hace touo y
A esto llamo causas fi,uúco i11trí11- obra soln. La causa final no obra,
secas. (CI. BERNARD, Pe11sécs, 86,) pues, no ejeC1uta nada, no produce
27. Las causas finales no ex- nada( ... ).
cluyen, sino <1ue, por el -contrnrio 1 Y, no obstante, el fin merece el
exigen las causas físicas; recí¡,ro- nombre de causa, porque es un
cnmente, las causas físicas no es- propósito hacia el que se dirige la
cluyen, sino que llaman a las cau- acción ( ... ).
sas finales. (P. JANET, Lrs ccc11scs Hay nuís: (... ) merece el título
finales, 167.) de «causa de las causas», pol'que
28. El er1·01· de los cicntífico3 la intención precede a la acción,
es creer que han apartado lus cau- y ninguna causa eficiente obra a
¿¡. Dicciona1 i1, <ld l.1:11M'.11ajc Filu~úlil..u.
FIN 418

no ser por unn causn final deter- 30. La finalidad no acaba con
minada de antemano. (Th. DE RÉ- el determinismo, sino que lo su-
GNON, .HdaJJ/r. d<·s t"auscs, 2. ed.,
11 pone. Es un modo de la determi-
344.) nación de los hechos por sus an-
tecedentes, un aspecto que presen-
33. Insisto en el punto de que to, una forma que reviste, en cier-
causa final y causa mcc{rnicn son tos casos, el determinismo de los
eomplementarias, y en modo al- fenómenos. (E. GoeLOT, ]bid., 110.)
iruno contradictorias entre si; lu
primera, que se deduce y no ene 37. la finalidad no dispensa de
bajo la experiencia directa, care- la causalidad eficiente, sino que
ceria de efecto si no existiese la duplica por as! decirlo los moti-
materia; la segunda no llegaría si- vos para buscarla, porque no sa-
no a un objeto informe e inútil si bemos nada cuando ignoramos el
no existiese la primera. (L. CUÉ- medio por el que el fin se realiza,
:<OT, L'adaptatio11, 380.) y que es su causa eficiente, (E.
GOBLOT, 1bid,, 250.)
Finalidad. Carácter de lo que está
ordenado a un fin en el sentido 11, es 38. La finalidad del placer y
decir, a un propósito. del dolor, esos dos signos esencia-
les de la vida afectiva, es un prin-
Estrictamente hablando, la finalidaa cipio filosófico generalmente ad-
es una forma particular de la causali- mitido. (Th. RIBOT, Psyclwl. af-
dad, la causalidad final, y se opone a fcct., 150-161.)
la eficiencia. Pero, de hecho, suele opo- 39. hay que buscar siempre, e
nérsele a la causalidad, considerada co- incluso en el mundo de la vida,
mo la única causa eficiente. V. Telcolo- el mecanismo de los fenómenos.
9ía. Creer que la finalidad determina
34. Según nuestra manera de sola y por sí misma su encadena-
concebir racionalmente la finali- miento es dotarla de un poder efi-
dad, el término final de una serie ciente y restablecer, aunque de ma-
es lo que gobierna toda la serie de nera viciosa, la causalidad. (HA-
los términos antecedentes, y cada MELJN, Essai ... , 236.)
término es inmediatamente gober- 40. hay partidarios de la finali-
nado por el término que inmediata- dad que, incapaces de distinguirla
mente le precede. (... ) La finalida,t realmente del mecanismo, se satis-
instintiva procede de modo muy facen a bajo precio pensando que
distinto y sus esfuerzos tienden a no es otra cosa que una causali-
adjudicar lo mejor posible, y ge- dad en la que una representación
neralmente con un arte que nos del futuro obra por su parte y a
confunde, la producción actual a la manera de otra causa cualquie-
condiciones antecedentes y domi- ra. ( !bid., 249.)
nantes. (A. CoURNOT, Enchain. des
idées fond., I, 495-496.) 41. El mecanicismo era la au-
sencia de racionalidad completa o
35. Haría falta una extraña de sistema; la finalidad es la ra-
obstinación en cerrar los ojos a la cionalidad completa ... (!bid., 263.)
evidencia para negar la finalidad
en los fenómenos de la vida. 42. La relación de consecuencia
¿Quién se atrevería a decir: los y la de finalidad se hallan en ve-
animales tienen ojos que ven, pel'o cindad estrecha. No obstante, re-
el ojo no está hecho para ver? ¿E! sulta imposible confundirlas. Com-
pájaro, al encontrarse con que tie- párese: su madre la ha educado
ne alas, las aJJrovecha para volar, ele tal modo que pueda vivir con
pero el ala no tiene por fin el vue- poco, y: su madre la ha educado
lo? ¿ Puede tomarse en serio seme- bien, de modo que puecle vivir con
jante lenguaje? Negar la finali- poco. (F. BRUNOT, La pe11séc et la
dad orgánica es la más audaz de langue, 3." ed., 843.)
las paradojas. No obstante, mu- 43. Es evidente que el régimen
chos fisiólogos se resisten a las que se desarrolla y el perro que
consideraciones finalistas ( ... ) . Es- asimila no conocen el fin a alcan-
to equivale a rechazar la idea mis- zar. Es preciso, pues, vaciar aquí
ma de función., que es el único ob- el concepto de finalidad de todo
jeto de su ciencia. (E. GOBLOT, contenido ))sicológico antropológi-
Syst. des se., 107.) co. ( ... ) Para lo filosof!a, por muy
419 FIN

trndiciona! que sea, ln finalidad 50. La finalidad natural no es


no es otra cosa que la preordena- una interpretación teórica, sino el
ción de la potencia al acto, la re- m{1s incontestable de los hechos.
lativa inclusión del futuro en el El más convencido de los positi-
presente, la existencin en potencia vistas a los mecanicistas lo afirma
del futuro en el presente. (R. TOl,- implícitamente cuando habla de
1,IN, en R. el,· ¡,l,ilos., rn:15, 398, los órganos de una máquina, de
:199,) las aJas de un avión ... (L. CufNOT,
4,1, el principio de finnlidad de luve11lio>1 et fi11ulité ,,, biol., 40.)
los organismos no ohrn nunca si- Finalidad ilttcrna, fi11alidad exter-
no «por mandato directo», es decir, na. La f. interna consiste en que las
por el medio técnico de mecanis• diferentes partes de un ser son fun-
mos presentes y ya montados en ción de ese ser considerado como un
la organización. (L. BoUN0URE, todo (los dientes están hechos para tri-
D<'t,rmÍllismc et fi11alité, 227.) turar los alimentos que digiere el es-
45. Hny unn economía de fina- tómago, etc.). La f. externa consiste
lidad en hacer construir por el en estar un ser ordenado al bien de
intelecto lo que sin ello nos vería- otro (la hierba está hecha para los her-
mos obligados a hacer construir bívoros, éstos para el hombre).
pam el intelecto; haría falta el 51. Por finalidad externa en-
doble de intelecto, (M. PRADINES, tiendo aquello por lo que una cosa
Les sena de la dé/,, 76.) de la naturaleza sirve a otra de
46. preguntar si hay finalidad medio con vista a un fin. (KANT,
en el mundo es preguntar si hay Crit. du jitg., § 82.)
organismos, pero organismos vel'- 52. Si se ha podido comparar
daderos, (A. VALENSIN, A t>·a,•cr• la asociación humana a un orga-
la métap/1., 203.) nismo, es precisamente en razón
47. La finalidad (... ) no se de esa finalidad interna que, por
opone a la causalidad eficiente, si- la mutua asistencia a la conver-
no al azar, concepto negativo que gencia de funciones, las solidariz:1
sólo tiene por contenido la idea hasta el punto de ser alternativa-
de la yuxtaposición o indiferen- mente fin y medio unas de otras.
cia de dos causalidades verdade- (G. TARDE, Log. socia/e, 153.)
ras. (R. RUYER, R. phil., 1938, 126.) Finalismo. A. Carácter de lo que
48. No cabe duda de que hay está ordenado a un fin, ccfinalizado1,.
finalidad en la naturaleza, puesto El finalismo de la evolución.
que la hay en la mente del hom- El finalismo del pensamiento es
bre; pero el problema está en sa- siempre pragmático. (A. SPAIER, Pe11-
ber si la nnturaleza puede ufina- sér co11cr., 130.)
lizar» sin pasar por la corteza ce-
rebral. (J. RosTAND, Carnets d'1m ll. Principalmente: doctrina que ad-
biol., 148.) mite la acción de causas finales, ya
sea en una cierta esfera, en particular
V. Azar, 9; Coutingeuciu, 2: J.ll·ca- la de la vida, ya en el conjunto del
,.i,,mo, 19. universo. El finalismo fue con frecuen-
FfaaHdad inte>1cio11al o formal y cia un vitalismo.
fi·n.uJidad natural o 111,ateriaL La f. in- Coutr: mecanismo o mecanicismo.
tencional es la de la actividad cons-
ciente del hombre y supone el conoci- Finalista. A. En el vot•. deportivo;
miento del fin a alcanzar. La f. natu- que participa en una final. V. Fi11al
ral, la de los organismos vivientes, no (Fin I).
implica este conocimiento del fin; es B. En el voc. de la filos. l. Que
también ln de lns máquinas de fnbrica- presenta finalidad, es decir, está orde-
ción humann, como el reloj o la máqui- nado a un fin, a un propósito.
na de coser, que realizan, sin conocerlo, 53. Tras haber subrayado el
el fin para el que han sido construi- carácter contradictorio de la ne-
das. gación de tocia finalidad y la im-
4!1. Lo mismo que hay una cau- posibilidad, por otra parte, de con-
salidad voluntaria hay una finn- cebir la actividad finalista del
lidad distinta de la finalidad iu- hombre sin referirla a un mundo
tenrional. (E. G0DL0T, Tr. ele /og., orgánico también finalista... (R.
840.) RUYER, Néo-fi11alismc, 269.)
FISICA 420

2, Que afirma la existencia de In JI. Por opus. a p~íquico (sin. de fi-


finalidad (teoría finalista); que profe- siológico, de orgánico): que se refie-
sa el finalismo (B). Substantiv.: los fi- re al cuerpo y no al espíritu o a la
nalista;:;. conciencia. El estado físico del enfer-
5-1. Es imposible hacer una psi- mo, En este sentido se emplea subs-
colog-ía de la inteligencia que no tantiv.: un hermoso físico.
son finalista. (E. GODLOT, Tr. d,• C. Por opos. a moral (entendido co-
/og., 18.) mo sin. de psíquico): que, aun siendo
55. El propio antifinalista, al de naturaleza psíquica, es resultado
hab1ar de un órgano, razona ins- de un hecho orgánico. Placer y dolor
tintivamente, siempre que no ha- físicos. Lo físico así entendido se opo-
ga intervenir de modo expreso ne a lo moral.
consideraciones mecanicistas, co- l. Me di por entero al placer
mo si ese órgano hubiese sido crea- físico de recorrer los campos, de
do con vista a sus funciones. (E. volver a ver el l'ÍO. (G. SAND, Hist.
~IEYERSON, De l'cxplic. ds. les sc. 1 de ma vie, VII, 98.)
49.) V. ilforal, 3, 4.
V. Determinismo, 32.
D. Por opas. a la vez a matemático
56. La observación imparcial y metafísico de una parte, a moral de
revela sin posible disputa un otra: que es un hecho de experiencia,
acuerdo entre la estructura de la que es efectivamente tal sin que vea-
mayor parte de los órganos y las mos que necesariamente lo es. Certi-
funciones que desempeñan. El ojo dumbre física. V. Certidumbre.
está construido para ver, el oído Física, subst. f. Gr. ta physika, los
para oir, el intestino para digerir. (libros) que tratan de la naturaleza.
Ésta es, sin duda, una manera muy
finalista de expresarse; pero qué A. En la Anbigüedad y hasta DES-
importa, si corresponde a la reali- CARTES: rama de la filosofía consagra-
dad. (ARON y GRASSET, Bwlog-ie da al estudio de la naturaleza.
anima/e', 1156.) 2. Los estoicos dividen la filo-
57. No existen «hechos de fi- sofía en tres ramas: la física, la
nalidad»: tan sólo hay interpreta- moral y la lógica. (Diógenes LAER-
ciones finalistas. (E. RABAUD, crn, Vies... des philos., Ul., VII,
Transforrnisme et ada,pt., 244.) Garnier, II, 68.)
Fis. Raíz tomada del gr. physis, na- 3. Epicuro dividía la filosofía
turaleza, der. de phyein, crecer, engen- ( ... ) en tres partes, a saber: la
drar. De la misma raíz se derivan tam- canónica, la física y la ética.
bién, en lat., los tiempos del verbo (lbíd., X, II, 208.)
cssc (ser) que indican un devenir: fui, B. Hoy: ciencia de los fenómenos
f¡¡furus (que debe ser, devenir). Phyton físicos que no modifican la estructura
(todo Jo que crece) entra en la compo- interna de los cuerpos. Los fenómenos
sición de numerosos términos cientifi- que modifican esa estructura constitu-
cos relativos a los vegetales: fitología, yen el objeto de la quimica.
fitoquímica, fitobiología. 4. Si nos atenemos a conside-
raciones generales, según las cua-
FISICA les la física es la mntematización
Físico. Adj. Gr. physilcos, relativo a de los fenómenos naturales, ha-
la naturaleza (physis), natural. bremos dado una definición de la
A. Por opos. a matemático o a me- física que no ha sufrido la menor
tafísico: que existe a titulo de reali- variación, al menos desde Descar-
dad material perceptible por los sen- tes. (U. PHILIPPI, Conuaiss. clu
tidos; que se refiere a esa realidad. El mo,ulc phys., 299.)
mundo físico. Presencia física. Pro- 5. ciencia parece querer deci,·
piedades físicas. Ciencias físicas. Geo- conocimiento, y conocimiento pa-
grafía física. rece significar presencia en nues-
Físico no es sinónimo de sustan- tra mente de lo que las cosas son.
cial ni de elemental. La esencia Mas la ciencia física no nos pone
tiene carácter físico, pero es en el en la cabeza mús que fichas, me-
orden de la substantividad. (X. nos aún, números. De las cosas
ZUBIRI, Sobre la esencia, 302-303.) mismas no pasa nudn o pasa poco
Ad. E. múa que nudu a nuestra mente.
421 FONDO

¿Cahe seguir llnmnndo a eso co- cos. Según la hipótesis fisiológica,


nocimiento? (,J. ORTEGA y GASSF,T, el orden es éste: estado intelec-
Bronca en /a física, Obras, V, tual, estados organicos, estado
277.) Ad. E. afectivo. (Th. RIBOT, I's,Jchol. de•
V. M cdida, l. scnl., 108.)
uFisico.lismo». Doctrina profesada, FISION
en particular, por los partidarios del Fisión. Neol. tomado del ingl. y
empirismo• lógico, según la cual psico- der. del lat. fissio (acción de hender,
logia y más generalmente las ciencias findcrc).
humanas pueden y deben expresarse en Fís. (fisión nuclear): Estallido, ba-
vocabulario de las ciencias físicas. jo In <1cción de un bombardeo corpus-
FISIOGNóMICA. Del gr. r,h11•io11,,- cular, de un átomo pesado (uranio,
m,ín: que ronocc (niimón) por el físi• plutonio, etc.), con liberación de una
co (ph¡¡sis). enorme cantidad de energía.
Arte de juzgar acerca del carácter Fisible. Neo!. que califica a las sus-
de las personas por su aspecto físico, tancias susceptibles de dar lugar a la
principalmente por los rasgos del ros- fisión.
tro. FLEMÁTICO. Der. de flema. Gr.
Llamo Fisiognómica al arte de flegma, humor.
conocer el interior del Hombre por A. Antaño, en la clasificación hipo-
su exterior. (J.-C. LAVATER, Essai crática de los temperamentos• con
s. la physiognomonic, I, 2-2, La Ha- arreglo al humor dominante (sin. de
ya, 1781.) linfático) : aquel en quien predomina
V. Frc110/ogía, l. el humor incoloro, flema o linfa.
FISIOLOGIA. Parte de la biología l. El colérico, según la iras-
que tiene por objeto las funciones de cible, adora en la honra, en la va-
los órganos, nagloria, imperio y mando, y ser
a todos superior; y el flem:íti . .·o
l. No hay fisiología humana o estima más hartarse de dormir
animal sin psicología, ya que no que todos los señoríos del mundo ...
hay función de la que no se pue- (J. HUARTE, Examen ele i11[Jn110:;,
da rendir cuenta rechazando del 51.) Ad. E.
campo de investigación cualquier
tipo de sensibilidad y de esfuerzo. B. Hoy: suele designar un tipo do
(E. GoBLOT, Syst. des se., 251.) carácter que tiene reacciones lentas y
es difícil de conmover. En la clasif.
2. La fisiología es la creencia de HEYMANS-LE SENNE: nEAS (no Emo-
del funcionamiento del ser vivo. tivo-Activo-Secundario).
(... ) La función es el objeto esen-
cial de la Fisiología, como el ór- 2. La primariedad y la emoti-
gano lo es de la Anatomía y la vidad suelen ser las principales
parte de la Morfología. (E. r AL· causas de esa transparencia de
LOT, Philos. biol., 42.) ciertos caracteres a través de 10
que parece ocultarlos. Ambas fal-
Teoría fisi.ológica, A falta de «fi- tan en el flemático. (R. LE SENNE,
siologismo», término inusitado, se cali• Tr. dr caractéro/., 469.)
fica de fisiológicas a las teorías que
reducen los hechos psíquicos o por lo FOBIA. Gr. ¡,hobos, miedo.
menos algunos de ellos a hechos orgá- Miedo morboso sobre todo po,· su ca-
nicos o fisiológicos. El epifenomenis- rácter obsesivo. Se emplea a menudo
mo• es una teoría fisiológica genera• como sufijo: agorafobia (miedo a los
!izada. espacios libres y lugares públicos [gr.
Tcoria fisiol, do la emoción o, ml\s agora, plaza pública)), triakaidckafo-
generalmente, de la afectuosidad: la hia (miedo al número 13). Según At's-
emoción o los hechos afectivos no son TROGESILO (Man. clr psh¡¡chothá. pral.,
más que la conciencia de modificacio- 1940, p. 199), se han descubierto 21~
nes orgánicas. V. también Emoción. fobias.
Sin.: teoría periférica•. V. Obsesión, 8.
3. En la opinión corriente, el FONDO. Lat. f,rndu.s, de donde se
orden es éste: estado intelectual, deriva fiuula,·o (fundar), fundamcntwn
estado afectivo, estados orgáni- (fundamento, cimiento).
FORMA 422

A. Prop.: la parte ,mis bnja de las FORMA


<"Osas; por cxt., la parte más alejada l'ormn. Lat. forma. Prop.: molde
de la entrada. (horma de zapatero). Por anal.: figu-
B. En particular: aquello sobre Jo ra, aspecto dado n una cosa material
que descansa un edificio, el suelo, la (la forma de una vasija) o mental (la
tierra. Por anal. (Pint. y Psychol. de forma del pensamiento). Corresp. al
la formal y por opos. a figura•: el gr. 111orpltc: el estudio de ·las formas.
último plano u horizonte• sobre el que tanto gramaticales como animales, se
el objeto representado se destaca. llama morfología. V. forme sufijo.
En In mayoría de sus usos se opone
l. Sobre un fondo de hostili- n materia o, en un sentido análogo, a
dad todos los detalles cobran re- fondo•.
lieve. (J. RENARD, Jour11a,I, 14 dic. V. Cortesía, 14, 15.
1907.)
A. En el uso vulgar. l. Prop.:
2. el fondo se extiende bajo la confiiruración exterior de las cosas, sus
figura ( ... ). En efecto, los límites contornos. La forma de una nube, de
pertenecen a la figura, no son una montaña, de una viga, de In nariz.
en modo alguno límites comunes En pin t. se opone a color; en la per-
al fondo y a la figura ( ... ). La fi- cepción, a fondo*.
gura se destaca del fondo indife- V. Abstracción, 17.
renciado que la envuelve. (P. Guu,.
LAUME, Psychol. de la, forme, 60, 2. Fig.: modalidad particular· bajo
67.)
la que se presenta o se expresa una
cosa. Las diferentes formas de gobier-
3. en la percepción hay siem- no, de tratamiento terapéutico. Las
pre constitución de una forma so- formas gramaticales.
bre un fondo. Ningún objeto, nin- Absol.: la forma (por opos. al fon-
gún grupo de objetos está especial- do), la manera bajo la cual una cosa
mente designado para organizarse se presenta o expresa.
en fondo o en forma: todo depende l. Es curioso: En literatura
de la dirección de mi atención. (... ) cuando la forma no es nueva, el
Porque el fondo es ·lo que es visto fondo no lo es tampoco. (R. DE
además, lo que es objeto de una GoURMONT, Promenadcs phi/os.,
atención puramente marginal. (J .• III, 265.)
P. SARTRE, L'étrc et le 11., 44-45.)
2. La escuela parnasiana, tan
C. Fig. (por op. a forma, a mane- preocupada por los problemas for-
ra) : lo que hay de esencial o permanen- males, ha acabado por conferirles
te en una cosa. demasiada importancia, y por no
4. hay que juzgar de la forma ver ya más que la forma. (F. BRU-
por la forma y del fondo por el NOT, Hist. de /a, la-nguo fr., XIII,
fondo, y no del fondo por la for- t. 2, 370.)
ma ni de la forma por el fondo. 3. La Rochefoucauld se apaci-
(Lag. de Port-R., III, xx, 8.) guará escribiendo. Encontrará una
cierta paz del alma en vestir sus
5. aunque sean dos cosas dife- resentimientos de una forma defi-
rentes el error en la forma y el nitiva. (J. RoSTAND, Hrm1mes do
error en el fondo, no obstante las vcrité. 188.)
faltas formales son a menudo ma- V. Absoluto, 11; Fondo, 3, 5, 6.
yores que las de fondo. (lbW.) 3. Manera en que una cosa debe ser
ü. El trabajo literario ( ... ) no hecha para resultar válida o satisfacer
es descomponible en dos momentos, las exigencias sociales. Las formas tra-
de los que uno sería la búsqueda dicionales, legales. Contrato en buena
de una verdad y el otro la traduc- y debida forma. Juicio anulado por vi-
ción de esa verdad a un lenguaje cio de forma.
correcto: forma y fondo deben sur- Der.: fórmula, formulismo.
gir del caos y la indolencia en un 4. .. . Tendréis el consuelo de
mismo esfuerzo. Incluso ocurre a que haya muerto guardando las
menudo que el fondo proceda de la formas.
forma, como se adivina en las con- - Vale más morir según las
fidencias de los poetas. (J. GurT reglas que Slllvnrse contra ellas.
TON, Tra,va,il intell., 150.) (MoutnE, L'amour méd., II, v.)
423 FORMA
5. Ln-n forma, monsei10r. Ved misma de la forma, como son la
rómo el que se de de un juez de diamantina, papirácea o lapidea,
levita tiembla nnte el aspecto de por virtud de las cuales son aque-
un procurador togado. La-o for- llos objetos diamantes, papel o pie-
ma, monseñor, lo-a forma. (BEAti- dras. (.J. L. VIVES, Tratarlo del al-
MARCHAIS, llfariage de F., III, x.l ma., 47.) Ad. E.
G. ante aquella amistosa hos- 8'". Comprendió [Hegel] que el
pitalidad, uno nueva visita era, mundo de la ciencia son forma..-i
felizmente, algo más que formulis- enchufadas unas en otras, forma,:;
mo. (J. MA1.tGUE, AugustÍII ... , 11, de formas y formas de estas for-
554.) mas en proceso inacabable, y qui-
B. Melnfís. Se op. a materia. l. so levantarnos al cenit del cielo
En hilemorfismo aristotélico-escolást.: de nuestra razón y deade la for-
principio que determina la materia, es ma suprema hacernos descend2r a
decir, que hare de ella tal esencia deter- la realidad, que iría purificándose
minada; p. ej., agua y no piedra, en- y abriéndose a nuestros ojos, ra-
cina y no abeto. El alma es la forma cionalizándose. (M. DE UNAMUNO,
del cuerpo. En forno al casticismo, Obras ca-
cogidas, 49.) Ad. E.
7. Todo está lleno de formas
desde el principio ol fin: al co- V. Jl,[a./cria, 3, 4, 5, 6.
mienzo la materia está ocupada Forma susta11cial y forma accide11-
por lo forma de los elementos, des- lal. La forma sustancial es la defini-
pués a estas formas se añaden da en la palabra sustancia: el principio
otras, y más tarde otras aún, de ontológico en virtud del cual la mate-
donde viene el que sea difícil ha- ria indeterminada, y, por consiguiente,
llar la materia oculta bajo tal plu- simple potencia, es actuada y deviene
ralidad de formas. (PLOTINO, v·. esto o aquello (es la forma la que da
Em,. VIII, 7.) el ser a la cosa: forma dat csse rei).
8. Por Dios, querida, qué hun- La forma accidental consiste en una
dida tiene tu podre la forma en determinación que modifica la cosa ya
la materia. (MOLliRE, Fommes existente, pero de una manera que no
sav., VI. Cathos a Madelon.) cambia su naturaleza. Por ej., la for-
8'. como la materia de todo ma de las diversas partes de una cha-
cuerpo necesita de una forma. queta que el sastre corta de una pieza
puesto que no subsiste sino por de paño.
ella, y no tiene sin ella verdadera 9. . .. la forma sustancial no tie-
consistencia; y como, además, la ne existir por sí, independiente-
forma no tiene verdadera existen- mente de aquello a lo que advie-
cia sino procedente de aquel Agen- ne, ni aquello a lo que adviene, la
te voluntario, parecióle claro que materia, tiene existir sin la for-
todos los seres existentes necesi • ma: es de la conjunción de un,1
tan, para su existencia, de este y otra de donde resulta ese existir
Agente, sin que subsista ninguno en el que la cosa subsiste por si
de ellos sino por El... (ABENTO- y que hace de ellas una unidad
FÁIL, El filósofo autodi"tlacto, 90- esencial. (Santo ToM'.ÁS, De rntc et
91.) Ad. E. esscntia, VII, 73-74. Vrin, 19~7.)
8". Son, pues, aquellos elemen- 10. una forma sustancial se
tos por los cuales viven las cosas, distingue de una forma accirlcntal
formas o especies de los seres vi- en que esta última no da el ser de
vientes; así, por ejemplo, aquello modo absoluto, sino un cierto mo-
por lo cual este objeto es papel, do de ser. ( .•. ) La forma sustan-
es la forma del papel: si diaman- cial. en cambio, da el ser de modo
te, lana o piedra, la formo de ,·n- absoluto. (Santo TOMÁS, Sommc
da una de estas especies. Y del théol., l.' qu. 76, art. 4, trod. WÉ-
mismo modo, sólo soy hombre por BERT.)
la formo humana, el caballo lo ea 11. La forma sustancial de el
por su forma equina, y el perro ser de modo absoluto, y su sujeto
por la canina. Esta formo tomu es tan sólo ser en potencia. La for-
su nombre del género de los cosas ma accidental no da el ser de mo-
individuales; géneros y partes o do absoluto, sino tal cantidad, tal
figuras que efectúa la naturaleza cualidad o cualquier otra modali-
FOR~L\ 424

clnd, y su sujeto es yn sel' en neto. 2. J~n l{AN'I', l~n In lroría del cono.
( Ibíd., qu. 77, art. 6.) cimiento, en la que «malerio.o designa
12. Recuerdo que a los quince lo . que viene de la experiencia o de!
años fui a pasear solo por un bos- obJcto, nformnn designa lo que viena
quecillo cercano a Leipzig, llamndo del sujeto, es decir, de las estructuras
Rosendnl, pnra deliberar si conser- de sus funciones rognoscilivas. J!:stas
varia las formas sustanciales. Al son: las «formas a priori de la sensi-
fin el mecanicismo prevaleció y bilidad», espacio y tiempo; las «cate-
me llevó a aplicarme a !ns mate- gorías de,] entendimiento» y las «ideas
máticas. ( ... ) Pero cuando busqué de la razón•.
las razones últimas del mecanicis- 15. 8i hago abstracción de to-
mo y de las leyes mismas del mo- da existencia de las cosas queda
vimiento, quedé muy sorprendido al todavía, no obstante, la fo rma de
0

ver que era imposible hallarlas en 1~ sensibil!dad, es decir, el espa-


las Matemáticas Y se hacia nece- cio y el tiempo; porque éstas no
sario volver a la ·Metafísica. Esto son propiedades de las cosas, sino
fue lo que me condujo a las ente- propiedades de nuestro sentido; no
lequias, y de lo material a lo for- son cualidades objetivas, sino sub-
mal, y me hizo al fin comprender jetivas. (KANT, Lcf. de métaph.,
( ... ) que las mónadas o sustan- 120, Ladrange, 1843.)
cias simples son las únicas sus-
tancias verdaderas, y que las co- 16. como aquello en que las
sas materiales no son sino fenóme- sensaciones pueden coordinarse y
nos, pero fundados y bien encade- ser l'educidas a una cierta forma
nados. (LEIBNIZ, C. a Rémond no puede ser todavía sensación, de
Phi/os. Schr., III, 606.) ' ello se sigue que, si bien la ma-
13. El tomismo está plenamen-
teria de un fenómeno no nos es
t2 de acuerdo con esta manera de d!'da más que a posteriori, es pre-
concebir, y bajo formas diferentes ciso que la forma se halle a prio-
de lenguaje, es la misma doctrina ri ~n el espíritu, dispuesta para
la que en él aparece. La ülea [la aphcarse a todos, y, p,r consi-
idea directriz de CI. Bernard] es guiente, que pueda ser considerado
aquí la forma sustancial del vi- independientemente de toda sensa-
viente ( ... ). ción. (KANT, Crit. de la r. puro
53-54.) '
Para Santo Tomás, bajo el nom-
bre de forma sustancial (... ) en- C. Lógica. Concc,bido el pensamien-
contramos no una realidad concre- to, por anal. con los seres corporalea
ta, distinta de su materia como como compuesto de materia y forma'
una cosa es distinta de otra sino la materia está constituida por Jo~
propiamente una -idea de re'aliza- términos y las proposiciones; la forma
ción, un arte interno que dirige por las relaciones establecidas entr~
la evolución de su sujeto, no como proposi~iones y términos. Desde el pun-
un motor alojado en una carlinga to de vista de la forma; una proposi-
dirige su avión, sino como la idea ción es afirmativa o negativa, univer-
de un músico dirige el despliegue sal o particular: un silogismo es co-
de una sinfonía, como la idea del rrecto en cuanto a la forma cuando ]ns
escultor dirige su mano sin emi- relaciones de las proposiciones entre sí
tir la menor fuerza en el sentido son tales que la conclusión se sigue ne-
mecánico del término. (A. D. SER- ce_sariamente de las premisas. V. Ló-
TILLANGES, La phi/os. de Cl. Bcr- gica fonnal.
nard, 95, 100.) 17. Por ejemplo, en una casa
14. la materia primera es la hay que distinguir los materiales
posibilidad misma de la sustan- y la disposición que el arquitecto
cia, y es a la forma de la sustan- les da. ( ... ) De igual modo en un
cia a la que debe la materia la razonamiento hay que distinauir:
existencia que tiene. l.º los materiales ideales co; los
que se razona, que es lo que llama-
La forma ea, pues, un acto. La mos
forma de la sustancia es el acto
constitutivo de la sustancia como MATERIA del razonamiento,
tal. Po~ eso se la )lama forma y 2. • la disposición con arreglo a
sustancial. (E. GILSON, Le thomis- la cual esos materiales son reuni-
me, 245.) dos en la mente, de manera que
425 FOR~fA
den lujrar a una conclusión firme, formas sonoras en movimiento.
Y que es lo que llamamos ( lbícl., 276.)
1-'0RMA del razonamiento. 22. Modelar formas, crear for-
Por razón de su forn111, el razo- mas, es el comienzo del arte mu-
namiento es rorrcr.to o i11corrccto; aical y su estructura misma. La
por razim de su nit1tcrin, lo que escala sonora es una forma: y :for-
nfirmn es ,,,.rda,lero o falso. mas son el ritmo y In conaonancia
armónica. (lbíd., 281.)
Así el razonamiento:
Ni11g1ín liombre obra mal; (1) 23. [La múaicn] opone forma
r••· rrimi11a./ 1·• hnm/,r,•: (11) musical y sentimiento, antes de al-
lurgo rer criminal nn obra mal canzar el sentimiento por la for-
(IIJ) ma musical. (lb.d., 306.)
es cnrrrcto: la forma es buena, la Troría ,Ir, /11. forma (alem.: G,sta/1-
conclusión está bien deducida; pe- thcorir), Adoptado para traducir Ges-
ro conrluye fal•amc11te: la mate- talt, «forman debe tomarse en un sen-
ria es mala, por ser folsa la pro- tido intermedio entre la forma acciden-
posición l. (J. MARITAIN Pctitc lo- tal (uso corriente de la palabra, A 1)
giq11r, 10.) ' y la forma sustancial (teoría hilemór-
V. Dl'mostraciOn, 5; Hipótr.sis, 17. fica, B 1): la forma de los gestaltistas
consiste, no en el aspecto exterior, sino
E11 forma., c11 drbida forma. Confor- en la estructura y la interdependencia
me a las reglas recibidas (petición en de las partes.
forma, contrato en debida forma) ·
en partic., conforme a las reglas de 1~ A. Psicología de la forma (Gcstalt-
argumentación silogística. Se razona psucho/ogie) : concepción según la cual
en fo!""': cuando no se procede sino los hechos psíquicos elementales se pre-
por s1Jog1smos completamente explici- sentan siempre formando parte de con-
tados. juntos que les dan su verdadera sig-
nificación.
18. cuando censuráis la conclu- Sin.: psicología de la totalidad
sión de un silogismo puesto por (Ganz/icistpsycliolo,1¡ir ).
mi_ en forma, parece que sois vos
quien peca en la forma. (DESCAR- Contr.: atomismo psicológico, psico-
TES, Seeo11Cles rép., IX', 117.) logía asociacionista.
10. yo mismo he experimentado 24. La teoría de la forma ( ... )
a veces, disputando incluso por es- es incluso una especie de nativismo
crito con personalidades de buena intemperante que no admite que
fe, que sólo hemos empezado a en- In percepción del espacio ( ... ) ne-
tendernos cuando hemos argumen- cesite completarse de manera más
tado en forma para desenmaraña,· o menos notable con los aportes
un caos de razonamientos, (LEIB- de una actividad del espíritu, cual-
NIZ, No11v. Essaís, IV, XVII, § 4.) quiera que ésta sea. (M. PRADINES,
Tr. de Psychol., 1, 544.)
D. Moral. La fom1a del neto moral
está constituida por la intención del 25. La psicología clásica par-
que obra; su materia, por el acto efec- tía de las sensaciones elementales
tivamente querido o ejecutado. V. For, (o de sus reproducciones) para
mali8mo B, Moral formal. construir con ellas, ya por el me-
canismo de la asociación, ya por
V. A11to110111ía, 12. operaciones sintéticas del espíritu,
E. Et. La estructura que da con- objetos o hechos más o menos or-
sistencia al objeto estético. ganizados. La Gestalttheorw parte
de las formas o estructuras consi-
20. Una forma no es un con- deradas corno datos primeros. No
junto de líneas mudas: es un jue- se da una materia sin forma, una
go de movimientos en el que nues- pura multiplicidad caótica, para
tro cuerpo participa y al que sen- buscar después por qué juego de
timos vivir. Y sólo en In medida fuerzas extel"iores a esos materia4

en <JUfl la forma se anima se hare les indiferentes se agruparían y


estética, (H. DEI.ACR0IX, Psuchol. organizarían éstos. No hay mate-
de l'art, 61.) ria sin forma. (P. GUILI.AUME, Psy-
21. La música es ante todo una chol. de la forn,c, 22.)
cinemática sonora, un sistema de V. Figura, 4.
FORMA 426

B. Filosofía o teoría de ln forma informe, no por ausencia de toda


(Gcsla/1/hro,-ic): extensión al terreno forma, Rino por comparación con
de la filosofía y de la física de lns con- !ns formas más bellas. La verda-
cepciones de la psicología de In formn. dera razón me sugería, si quería
26. [La Gcsta/.tthcoric] intra- concebir un ser absolutamente in-
dure 1ns nociones de forma o de forme, despojarlo totalmente de
estructura en la int('rpretación del sus últimos restos de forma: no lo
mundo físico como en la del mun- conseguía, y me sucedía más bien
do biológico y mental; establece el tener por nada el objeto as! pri-
parentesco de hechos que las con- vado de toda forma ... (San AGUS-
cepciones tradicionales separan y TIN, Confcss., XII, VI.)
funda sobre esas aproximaciones B. En el uso corriente se dice de
una filosofía monista de la natu- todo conjunto en que no se percibe
raleza. (P. GUILLAUMEJ, Psychol. do orden ni plan. Un hacinamiento info1-
/a. forme, 5.) me de mercancías. Una piedra, un dis-
27. la teoría de ln forma es curso informes.
consciente de las consecuencias que Informar. Lnt. informare (in indica
acarrea un pensamiento puramente movimiento hacia): dar forma, for-
estructural y trata de prolongarse mar.
en una filosofía de la forma que A. Filos. (sentido etimol.): dar una
sustituya a la filosofía de las sus- forma a lo que no la tiene. El alma
tancias. (... ) En una filosofía que informa el cuerpo = el alma es la
renunciase verdaderamente a la forma del cuerpo.
noción de sustancia no podría ha- 30. Espíritu científico, hemos
ber más que un universo, que sería dicho. Más valdría acaso decir
el universo de las formas. (M. MER- ((espíritu informado por }a cien-
LEAU-P., Struct. du comport., 177, cia». (J. ULLMO, en LE LIONNAIS,
178.) Les granda courants de la pensée
Buena forma. Entre las formas que math., 331.)
es posible percibir en un conjunto de V. Fe, 29; Sociedad, 4.
datos visuales, la de mayor simplicidad,
regularidad y simetría tiende a impo- B. En el uso corriente: hacer saber
nerse al sujeto percipiente. algo a alguien. Un hombre bien infor-
28. esas forrn,a.s, que correspon-
mado.
den a ciertas exigencias naturales Información: Lat. infonnatio, ac-
de nuestra percepción, no son de ción de informare.
modo uniforme el producto de la Acción de informar.
acción de las cosas sobre nosotros. A. Filos. (escolást.). Acción de dar
Son buenas formas, es decir, for- una forma. La información del cuer-
mas favorables a nuestra organi- po por el alma.
zación perceptiva. (M. PRADINES, B. En sentido ordinario. Acción de
Tr. de psychol. I, 622.) dar una información o esta informa-
Conforme. Lat. conformis. Exacta- ción misma.
mente semejante. Formal. Lat. forma/is, der. de far-
Que se acuerda con ( cum) la forma,
en el sentido primitivo de molde, mo- A. Por op. a material o palabra
delo, tipo. equival. l. Que se refiere a o considera
Der.: conformidad, conformismo. exclusivamente la forma, con abstrac-
V. Opinión, 8; Tradición, 9. ción de la materia. Lógica formal, mo-
Disforme. Lat. medieval difformis, ral formal. La matemática es una cien-
alteración de deformis, deforme, feo. cia formal.
Que no tiene la forma que debería 31. El fin último, cuya realiza-
tener. ción nos impone la ley moral, no
Informe. Lat. informis (in privativo). es el principio del deber; éste se
Que carece de forma. encuentra en la ley moral que, co-
A. Filos. Se dice estrictamente de mo principio práctico formal, di-
la materia prima considerada con in-
rige de modo categórico, sin tener
dependencia de la forma que la actúa. en cuenta a los objetos del deseo
V. Materia., Hilemorfismo. (materia de la volición) y, por tan-
to, ningún fin. (KANT, Crit. du
29. Lo que yo imaginaba era jug., § 91.)
427 FORMA
32. El principio de identidad ciencias humanas tienen el mismo ohje~
( ... ) es, en efecto, puramente for- to material, pero difieren por su objeto
mal, es decir 1 que nos autoriza a formal.
anunciar bajo una formn lo que 3. En el uso ordinario (por opos. a
hemos ya enunciado bajo otra, esencial, sustancial); que da prefe-
pero que no añade nada al con- rencia a la forma (sentido A) sobre
tenido de nuestro conocimiento. el fondo; que se atiene a lo exterior,
(,J. LACHEl,IER, rE1111rrs, I, 24.) a las apariencias. Cortesía, educación
33. Si llamamos ontolog!a for- formales.
nutl a unn ciencia apriorística de B. Que constituye la forma ( rn el
ohjetos en i:eneral, esto quiere sentido filos. l• 1) de una cosa 'f de-
derir sin m:ís una ciencia aprio- termina su naturaleza o su especie.
risticn de ol,jctns posiblr tomados l. Causa formal, razón formal. Lo
puramente en cuanto tales. (HUS- que da (causa) a una cosa su forma
SERL, Log. formrllc et /og. lran•- sustancial propia; lo que constituye
c,nulcHta/c, p. tn5.) esta forma (razón), determina la natu.
34. Las operaciones conc~etas raleza de la cosa y da cuenta de sus
se refieren directamente a ob¡etos propiedades.
manipulables, o a sus símbolos ~e- 37. el color, la dureza, la fiiru-
presentativos. ( ... ) Las opernc10- ra, etc., no pertenecen a 13: razón
nes formales, por el contrario, se formal de la cera; es decir, que
refieren a proposiciones ( ... ), Y se puede concebir todo lo que se
no ya a objetos. (J, PIAGET, fol>-od. halla necesariamente en la cera
d l'epistéinol. gin., I, 223.) sin nensar en ellos. (DESCARTES,
35, Todo pensamiento formal ;J" Rép., IX A, 136.)
es una simplificación psicológica 38. lo que es por otro, es por
inacabada, una especie de pensa- ello corno por una causa eficiente;
miento límite nunca alcanzado. De (... ) lo que es por sí, es como por
hecho, es siempre pensado sobre una causa forma}. es decir, porque
una materia, en ejemplos tácitos, tiene una naturaleza tal que no
sobre imágenes enmascaradas. (G. necesita causa eficiente. (DESCAR-
BACHELARD, Nouvel esprit scient., TES, 4", Ré¡,., l\"', 184.)
64.)
39. Se me pregunta por qué- rs-
36. La ciencia ha presentado te pedazo de plomo es re,iondo;
siempre un doble aspecto: f?rm~l puedo responder por la deiini-
y material. Incluso en la c1enc1a ción de la redondez (lo que "']Uiva-
antigua, en )a que domina el pun- le a responder por la caus.::i for-
to de vista material, y aun <cco- mal). (A. ARNAULD, Des vraies et
sista», encontramos siempre en des fausscs idérs, l.)
un cierto grado elementos forma-
les, lógicos o matemáticos. 40. La voluntad es la causa
eficiente del acto humano, pero la
Pero hasta época reciente, las razón es, mediante la voluntad, su
ciencias han sido relacionadas causa formal. (Don1 LOTI'IN, Princ.
y clasificadas mucho más por de mor., 1, 68.)
sus analogías materiales que por
sus analogías formales. 2. Que se presenta bajo una forma
que no deja duda alguna sobre su na-
Hoy la situación tíende a inver- turaleza. Orden, negativa, compromiso
tirse ( ... ). Lo •formal» tiende a formalC's; dcc-laración, proil1esa forma-
primar sobre lo material. Parece les.
más fecundo para la inteligencia
relacionar las ciencias sobre la Sin.: categórico, explícito.
base de sus analogías formales que 41. le lev imita a la costumbre,
sohre la de sus analogías materia- puesto que· en todas partes el de-
les. (F. Russo, en La 1>1.étho,le dans recho consuetudinario ha precedido
/,a se. nwd., 22-2,1, ed. Science et n la ley o al estatuto formal. e
industrie, 1958.) históricamente la ley formal sólo
V. Axiomática, 30; /lipólrsis, 20. puede emanar de un derecho
/snmorfi•mo, 1; Narsida,I, 4. primitivo, anteriormente funda~~
y reconocido. (A. COURNOT, Tra1tc
2. Objeto formal. Aspecto particu- de l'cnrhaín' .... 400.)
lar, punto de vista bajo_ el que se con-
sidera el objeto muter1a\. Todas las Formalidad_ A. Lo que no os más
FORMA 428

que fonnal en el sentido A 3, es decir, ve>. fijndo el símbolo, el sen-


no pertenere al fondo o a la esencia de tido no tiene yn que intervenir en
la cosa, sino a su fo,~na (A 3). «For- el trnhajo de deducción: en este
malidades relativas n la celebración del trabajo el simbolismo se mantie-
matrimonio» (Código Cit•i/ fr., lib. 1, ne scparndo del sentido, es trata-
tít. V, cap. IV, título). do como «desprovisto de sentido».
l. En sentido estricto (dHecho): (R. FEYS, «Congrcs internat. de
procedimiento que condiciona la vali- Philos. des Se.», 1949, Actualité8,
dez de un acto jurídico, y sin el cual núm. 1134, p. 70.)
este acto sería informe, es decir, nulo. V. Axiomática, 31, 32.
42. La capitulación alemana Formalización. Acción de formali-
no es ya más que cuestión de for- zar, es decir, de reducir un sistema de
malidades. Pero falta que éstas conocimientos a sus estructuras for-
sean cumplidas. (Ch. DE GAULLE, males, haciendo abstracción de la matc-
•llémoircs de g11c,·rc, 111, 176.) terin. V. Axiomatización•
2. En sentido usual: acto ordenado 47. El movimiento general de
por ]a ley, el uso o las conveniencias, formalización en el siglo XIX no
pero considerado como falto de impor- es un accidente histórico: los
tancia intrínseca. símbolos no son ayudas para la
43. Es de supersticiosos el po- memoria, sino objetos nuevos a los
ner la esperanza en las formalida- que se considera de modo auténti-
des; pero es de soberbios el no co (no puestos alli por otra cosa
querer someterse a ellas. (PASCAL, que lo que representan). (J. CA-
Prnsées, 449.) VAILLES, La 11on-co11tradictio11 de
l'arithm., 173.)
44. Quienes educan a los prin-
cipes y pretenden darles una bue- 48. La formalización de una
na educación tras haberlos some- ciencia es el medio que hoy se em-
tido a sus formalidades y a sua plea para expresar esa ciencia en
envilecedoras etiquetas, semejan un sistema enteramente deductivo
maestros de aritmética que quisie- y para dotarla del carácter de
ran formar grandes calculadores máximo rigor que podamos conce-
tras haber inculcado a sus alum- bir.
nos que tres y tres son ocho. Se trata, en primer lugar, de
(CHAMF0RT, Max. et pe11sécs, III; derivar todas las asel"ciones de la
CEttvres, 11, 47, París, 1812.) ciencia (llamémoslas sus «teore-
mas»), de un cierto número de
B. En los filós. escolást.: punto de principios (a los que llamaremos
vista particular bajo el que se con- sus «axiomas»), y ello por medio
sidera una cosa. En el mismo nom- de un cierto número de procedi-
bre es la formalidad «jefe» la que ten- mientos de demostración bien de-
go presente cuando apelo a su poder terminados (sus «reglas de deduc-
de decisión; la formalidad «padre de ción»).
familia» si le pido noticias de los su-
yos ... Axiomas y procedimientos de
demostración deben estar en lo po-
V. Relació11, 5. sible desembal"azados de toda am-
Formalizar_ Mat. y lóg.: reducir un bigüedad, de toda indecisión. (J.
sistema de conocimientos a sus estruc- D0PP, R. philos. do Louvain, 1962,
turas formales. V. A:riomatizar. 536.)
45. Es imposible constituir una 49. Toda formalización de una
teoría enteramente formalizada teoría deductiva consiste en ais-
que no suponga una teoría ante- lar ésta del contenido empírico
rior no formalizada. (J.-P. DEST0U- o intuitivo que ha dado, en su
CHES, Princ. fond. de phys. théor., origen, ocasión de crearla. (L.
54.) RoUGIER, Tr. de la co11naiBs., 111.)
46. Como teoría formalizada, la 60. En la formalización cons-
lógica formalizada construye su titutiva de una economla hipoté-
simbolismo teniendo presente en la tico-deductiva, la experiencia in-
mente un cierto sentido; pero se terviene, pues, doblemente: una
trata de un punto de partida pu- primera vez ¡,ara proporcionar el
ra.mente oheurístico», con vista a material de las definiciones 1UCio-
elegí r el simbolismo útil. U na máticas; una segunda para ilus-
429 FORMA

trar intuitivamente los lemas de 62. Me he visto continuamente


esas definiciones. (,J. Cmst:NIEK, acosado por el problema de la in-
en Reclirrchrs el dial. phi/os. et terpretación física del formalismo
ér.011., núm. 2, p. 16.) de la nueva teoría [la Mecánica
60'. El nnimal se muove, cierta- ondulatoria]. (L. DE BROGLIE,
mente, entre (acosns• que le es- Nouv. pcrspect ... , 123.)
tán J)l'escntes, tanto más «cosasu 53. El éxito de un formalismo
cuanto más elevado sea su lugar matemático no basta para probar,
en la escala zoológica. Pero estas por si solo, que la interpretación
cosas le están presentes siempre y que de él se da sea exacta. (L. DE
sólo en forma afectan te; son siem- BRoGLlE, Encycl. fr., 2, 06, 9.)
pre y sólo unidades complejas de
estimulación. Su unidad y ,·elati- 54. La Mecánica ondulatoria
va e•tabilidad perceptivas se deben (... ) ha lleJl"ado a no considerar el
a lo que he solido llamar «forma- conjunto de la nueva teoría más
lización•. (X. ZUBIRI, Sobre la que como un formalismo que per-
ese11cia, 393-394,) Ad. E. mite una previsión exacta de la
probabilidad de los fenómenos ob-
V. Axiomática, 37. servables. (L. DE BROGLIE, Sur les
Formalismo. A. En el uso corrien- sentie-rs de la se., 207.)
te: carácter de las personas o los mo-
dos de hacer que atribuyen demasia- 55. Hacer el trabajo del físico
da importancia a la forma (por op. al es imaginar un sistema de ideas
fondo), a las formalidades, a las con- o de imágenes vaciado en el mol-
venciones sociales. El formalismo de de de un formalismo matemáti-
la administración, de la cortesía mun- co, uno y otro en tan perfecta
dana. correspondencia que toda articu-
61. El rígido formalismo de la lación del formalismo tenga por
escolástica no permite cerrar la de- interlocutor unívoco una regla de
mostración de una proposición sin interpretación de las ideas. (O.
ha,bel'la hecho seguir de la rú- COSTA DE BEAUREGARD, en Notion
brica: Solvuntur objccta [se refu- clr. stntcf., 1G2, (1xx~ Sem. intern.
tan las objeciones]. (RENAN, Sov.v, de Synth.o).
d'enf •.• •, 217.) V. Fe11omc11ología, 19.
B. Filos. Formalismo kantiano (for- 2. En sentido abstracto: cnrúcter
malismo moral) : doctrina según la cual de los procesos mentales que se atie-
el valor moral de un acto no depende nen a la forma, a las estructuras gene-
de su materia (lo que se hace), sino de
su forma (la intención, el puro respeto rales y abstractas o incluso a lo:; sím-
a la ley moral). V. Forma D. bolos de esas estructuras.
51'. el formalismo kantiano, que 56, Sin duda es más justo pe-
expresaba una exigencia y una ta- dir a la intuición y al formalismo
rea propuesta al hombre en cuan- que se controlen mutuamente: e!
to que puro Vcr11unftwesen, pero fo1·malismo como garantía contra
de ninguna manera una realidad los errores de una intuición in-
empfrica, fue mucho más nominal temperante, pero a condición de
que real. La razón es obvia; aun- estar a su vez sometido a la vigi-
que el teísmo y, por tanto, el lancia de una intuición reducida.
cristianismo, hablan entrado en ( ... ) Intuición y formalismo se
crisis, la moral ·cristiana continua- completan según la diversidad de
ba vigente. Por ello, cuando Kant las mentes y las oseil"ciones de la
acepta como punto de partida el historia. (R. BLANCHÉ, L'a.rioma-
factum de la moralidad, lo que tique, 82-83.)
acepta sin hacerse siquiera cues- 3. Como teoría (por opos. a intui-
tión de ello, por su nhistoricismo cionismo•) : doctrina que reduce las
filosófico, es la moral cristiana matemáticas a la manipulación, según
p1·otestante. (J.-L. ARANGUREN, Éti- reglas establecidas por convención ex-
ca, 256-257.) Ad. E. presa, ele símbolos considerados en si
C. Mat. l. En sentido conl'reto mismos y sin ninguna 1·eferencia a su
(un formalismo): fórmula o expresión sentido.
simbólica de objetos de pensamiento, 57. El formalismo puede (... )
Un formalismo apropiado, degenerar en automatismo de lo
Siu.: axíomatismo•. racional y In razón se hace como
FORTUN.\ 430

ausente de su organizac1on. (G. minndn; organizar (formar un equi-


BACHELARD, Ratio11al. a-¡JJ>I., 13.) po).
V. .lllatemáticas, 19. 11. Aplirndo 11! hombre: desarrollar
Formalista. A. En la lengua .co- las capacidades naturales, hncer capaz
rriente: que atribuye excesiva impor- de alguna función determinada o, ge-
tancia a In forma (por opos. al fondo), neralmente, de realizar su fin de hom-
a las formnlid.ades, a las convenriones bre.
sociales. 63. antes de atreverse a la em-
58. Qué diablo cabe decir de presa de formar a un hombre, tie-
Formalista [en la E>1ciclopedia], ne que haberse hecho hombre uno
sino que un hombre formalista es mismo; hay que hallar en uno
insoportable. (V0LTAlltE, C. a d'A· mismo el ejemplo n proponer.
lembert, 28 dic. 1755.) (R0USSEAU, Émil,, II, Garnier,
59. Había hecho a Cristina, 1939, 84.)
mientras le indicaba un segundo V. l11strucci61t, 3.
sillón, la inclinación de deferencia Forme, suf. Lat. formis. Equival. de
formalista de un hombre bien edu- morfo• (gr. morpltc) y de ide• (gr. ei-
cado, infinitamente superficial. (J. clos).
MALEGUE, Augustin, II, 776.) Que tiene forma de... Caliciforme,
B. Mat. (·por opos. a intuicionis- pluriforme (= polimorfo), epileptifor-
ta *). Relativo al formalismo (B 3); me ( = epileptoide).
que profesa esta doctrina. La teoría Fortuito. Lat. fortuitus, que se pro•
formalista de las matemáticas. duce por azar• (!arte, ablat. de /ors,
60. Para los formalistas, la tortis [azar] empl. adverbialm.).
prueba formal es independiente de
todo recurso a la intuición, ( ... ) FORTUNA. Lat. fortuna, emparen-
de todo recurso a la intuición de tado con el subst. fors, fortis (azar), de
una significación, y no a la de un donde se deriva fortuito•.
signo. (Ch. PERELAIAN en Atti del A. En la antigüedad greco-latina
XII Congresso inten1. di filos., Ve- (sin. de azar•, suerte*).
necia, 1958, IV, 414.) l. Prop. (la Fortuna): divinidad
C. Est. El que, en el objeto estéti- que preside los acontecimientos fortui-
tico, considera más las formas o las. tos del destino• humano. Corre!. en el
estructuras que la impresión produ- voc. cristiano: la Providencia•.
cida. 2. Por laicización de esta noción
61. En el terreno musical, el primera: el azar•, In potencia desco-
formalista está inclinado a con- nocida que interviene de manera ar-
vertirse en puro técnico que se bitraria en la serie de los aconteci-
complace en el juego completamen- mientos; estos mismos acontecimientos
te intelectual de las figuras sono- en tanto que felices o desgraciados.
ras. (H. DELACR0IX, Psychol. de Probar fortuna. Sonreirle a uno la for-
l' art, 322.) tuna.
62. Para los formalistas, el Sin.: azar, suerte.
sentimiento estético se despierta l. La reina de que hablamos
al contacto de una presencia, la (... ) usó cristianamente de la bue-
de una forma cuyas leyes son ob- na y de ·la mala fortuna. (BossUET,
jetivas y tienen precedencia so- Or. fu11. d'H1mriette cl'Angl., Ex.)
bre el sujeto contemplante. Para 2. El capricho de nuestro hu-
los impresionistas, el sentimiento mor es aún más ruo que el de
estético nace de la sugestión, es ]11 fortuna. (LA R0CIIE~'0UCAUIJl,
decir, de una ausencia, y las reac- Max., 46.)
ciones subjetivas de explosivo im-
perceptible y sutil tienen mucha 3. El a:ar lo preside todo, se-
mayor importancia que la estruc- gún la idea que de él nos hacemos;
tura de esa carga de ausencia. (J •. pero la fortuna ( ... ) únicamente
P. WEBER, PB11chol. de l'a,rt, 29.) vela sobre loe hombres para distri-
buirles ciega o caprichosamente
Formar. Lat. formare, formar, mol- los bienes y los males. Por eso
dear. Der.: formación. fortuna se emplea a menudo poi·
A. Producir real o mentalmente, en riquezas, dignidades, prosperida-
particular, algo con una forma deter- des, ganancia, provecho y en ge-
431 FRANCO

neral todas las cosas debidas me- pesadumbre. (SÉNECA, De la bre-


nos a la propia conducta que ,1 vcclad ele la vida, 32.) Ad. E.
causns imposibles de detel'minar. V. Co11cicncia, 50.
(C0NDILLAC, S¡¡n., III, 312.) C. En el sentido hoy mí1s usual:
4. Si la fortuna quiere hacer a conjunto de los bienes pertenecientes
un hombre estimable, le cln virtu- a una persona física o moral.
des; si quiere hacerlo estimado, Sin.: riqueza, haber, patrimonio, ca-
Je dn triunfos, (J. JoUDERT, l'e11- pital, recursos.
sfrs, 1-26.)
11. Resulta normal que la for-
6. Hay que saber a la vez osar tuna sea el forro del valor social,
y calcular, y en lo demás confiar pero es monstruoso que sea su te-
en la forlunn. (A. FltAN<'E, Clio, jido. (G. TIIIB0N, La com1111111autoi
160,) de dcstin.)
5'. Ni ha de desesperar el áni- V. Herencia, 2.
mo ni hn de desmayar porque la
Fortuna cambiase de soplo, que PRANCO. Primitiv.: nombre del
a VC!-res n las mañanas sombrías pueblo germánico que se estableció en
suceden los ledos atardeceres. (J. la Galia.
L. VIVES, lntroclucción a la sabi- A. Antaño, y en numerosas expre-
duría., § 222, p. 51.) Ad. E. siones más o menos corrientes: li-
6". Prosperidad muy apl'iesn, bre, exento de ciertas obligaciones o ta-
atropellándose unas n otras lns fe- sas. Franco arbitrio (= libre arbitrio).
licidades, siempre fue sospechosa, Cuerpo franco. Golpe franco. Franco
pol'que suele la fortuna cercenar de porte. Tener el paso franco.
del tiempo Jo que n·cumuln del fa- B. Hablando de personas y de la ex-
vor. (B. GRACIÁN, El 1,éroe, 30.) presión de sentimientos o de ideas: que
Ad. E. no dice sino lo que piensa, no manifies-
V. FL'iiciclad, 28; Humor, 2 bis. ta más que sentimientos reales.
B. En la lengua clás.: situación so- C. Hablando de cosas: bien defini-
cial; éxito de una persona, de una em- do, sin atenuación ni mezcla. Una si-
presa, de una obra. tuación franca, colores francos. En
franca huida.
6. Perdonad al despojo de una
[ilustre fortuna Franqueza. Carácter de quien es
este resto de Ol'gullo que te- franco, es decir, que sólo dice lo que
[me importunaros. piensa, que no manifiesta sino senti-
(RACINE, Andromaq11e, v. 913.) mientos reales.
7. El pl'imer paso de In fortu- Sin.: lealtad, sinceridad, rectitud, ob-
jetividad.
na es Ol'dinarinmente el disimulo.
(Caballero DE MÉRÉ, Ré/1. ,nora- No hay nada para mí tan an-
le•, 462,) tipático como esa pretendida fran-
queza que sirve para lanzar opi-
8. Es defecto muy común no niones cortantes o hirientes. Si con
estar nunca contentos ele nuestra ella basta para responder a todo,
fortuna ni descontentos de nues- no hnbrti ya posibilidad de relación
tro ingenio. (Marquesa ou SADLÉ, entre los hombres. (E. DELACROIX,
Ma:x:., 67.) Jo11r11al, 8 marzo 1849.)
O. Si se me permite p1·edecit· In Franquía. Prob.: situación rn la que
fol'tuna de mi obrn [El espíriht ,fr un buque tiene paso franco para ha-
la• leyes 1, cl'eo que sel'á más apro- cerse a la mar o tomar determinado
bada que leidn... (M0NTESQUIEU, rumbo. Ponerse o esta,· en franquia,
l'ensét•s tlivc·rses.) ganar franquía.
10, Voltaire tuvo, antes y des- Fig., hablando ele personas: En
pués de su muerte, la mayor for- /ra11q11ía, en disposición de pode,· ha-
tuna litel'arla que se haya visto ce,· lo que quiernn, librándose de al-
nunca. (E. FAGUET, XVIII" s., 283.) 1nín quehacer o compromiso. (Real
Acnd.)
10'. la fortuna, sin que ningún
embate desde fuel'n la sacuda ni l<'ranquicin. Exención de una tasa o
ninguna conmoción interna la ha- impuesto. Franquicia postal, aduanera.
ga cl'ujil', se rinde a su pl'opia Siu.: inmunidad, exención, dispensa.
FRENOLOGIA 432

FRENOLOGIA. Comp. del gr. /a- gucn a Frcud en sus últimas doc-
nos (ciencia) y p/n•,>u, vhrcnos (primi- trinas sobre el instinto de muerte
tiv.: dinfrag-rma; más tarde, el cornzün y sobre In agresividad primaria,
como sl'de de los sentimientos y el pen- consideran que la agresividad es
samiento). Por consiguiente, esla 1rn- una reacción a la frustración.
labra debería ser sin. de psicologla. ( Die/, tic- psyrlw».)
En rr:i.lidnd, designa la concepción se- 3. Existe ( ... ) unn angustia
gún In cual el desarrollo psíquico se metafísica que denuncia una frus-
halla condicionado por el de las ci t'- tración, la frustración de lo abso-
cunvoluciones correspondientes a las
diversas facultades, desarrollo que se luto. (A. Bunwuo, l'syclwl. tic ltt
manifiesta por protuberancias cranea- sc»sib., 169.)
nas (GALL). 4. entre la frustración y la an-
l. La frenología y la fisiognó- gustia no existe una relación nece-
mica, las ciencias de Gall y de La- saria: de la primera pueden sur-
vatcr, que son gemelas, y están gir otras emociones. La frustra-
en relación de causa a efecto, de- ción sin angustia debe ser más
mostraban a los ojos de más de bien llamada decepción. ( lbúl.,
un fisiólogo las huellas de un 174.)
fluido inaprehensible, base de los 5. los sujetos que son incapa-
fenómenos de la voluntad humana, ces de comprender la estriu:tui·a
y del que resultan las pasiones, interna de una tarea ( ... ) traba-
los hábitos, las formas del rostro y jando en tareas parciales, para
las del cráneo. (H. DE BALZAC, u,·- ellos enteramente desprovistas de
sule Mirouet, Hachette, 1853, 95.) significación, experimentarían mu-
2. Libre es cada cual de figu-
cho menos que otros la tendencia a
rarse a su modo el elemento primi- lo perfecto y acabado, y, por con-
tivo de la vida. Yo me limito a re- siguiente, la frustración, la insa-
tisfacción de lo inconcluso, el «fas-
petir, siguiendo a los frenólo- tido». (G. FRIEDMANN, Travail en
gos, que la causa primera, cual-
quiera que sea, de nuestra inteli- niiettes, 113.)
gencia y de nuestra moral necesita 6. Existe frustración siempre
de estos o aquellos órganos para que el organismo encuentra un
manifestarse mediante los actos obstáculo o una obstrucción más
que designamos bajo esas denomi- o menos insalvable en el camino
naciones. (F. BnousSAIS, Cours de que le lleva a la satisfacción de
phrénologie, 77-78.) una necesidad cualquiera. (J. DE-
LAY, J. PERSE, P. PICHOT, Métho-
FRUSTRACIÓN. Lat. fri,stratio, des psychométriques en. cliniqu.o,
acc10n de engañar, de decepcionar 238.)
(fntstrare, der. de frustra, en vano).
FUERO. Der. del lat. fo,·11m (der. a
Privación de algo a Jo que se tenía su vez de foris, fuera): primit., espacio
derecho o con lo que se contaba. libre¡ más tarde, plaza pública, centro
Sin.: decepción, desilusión, fracaso. de la vida política; en partic., tri-
l. la exigencia de una pulsión
bunal.
instintiva insatisfecha se acompa- Sin. de jurisdicción•.
ña muy pronto de una reivindica- F11ero externo y fuero i>iterno. A.
ción. (... ) En tanto que la injus- En el uso ordinario, el primero desig-
ticia, la frustración o el daño no na los tribunales civiles; el segundo,
sea reparado, la agresividad domi- la conciencia.
nará las relaciones sociales, per-
manecerá al acecho, y volverá a V. Opini6n, 32.
encenderse a la menor privación, B. En el voc. eclesiástico: «fuero
aunque ésta sea justa y objetiva- externo» designa principalmente las
mente motivada. (Ch. ÜDIER, Les instituciones judiciales do la Iglesia,
deux sources consc. et in.canse. de análogas a los tribunales civiles, que
la vie mor., 174.) miran ni bien común y cuyos actos son
2. Para los psicoanalistas, la públicos; en tanto que «fuero Interno•
frustración tiene siempre el senti- designa el dominio o los netos de In
do de frustración del amor mater- autoridad religiosa, de los que el prin-
no. Los psicoanalistas que no si- cipal es la absolución sncrumental, que
483 FUERZA

se refieren a la vida espiritual de los justicia se ha justificado la fuer-


individuos y permanecen secretos. za, a fin de que lo justo y lo fuer-
te se uniesen y se hiciese la paz,
FUERZA. Lnt. fortitudo, cualidad que es el bien soberano. (lbúl.).
lle lo que <•s forli• (fuerte), ya física,
yn mornlmenlc (valor). 4. Nada más imperioso que la
debilidad apoyada por la fuerza.
A. Sentido general: principio de po- (NAPOLEÓN B., Vir-üitéB, 30.)
der o de acción. La fuerza muscular, la
fuerza de cnrÍlcter, e.le resistencia. Un 5. Los hombres no han pensa-
pensamiento con más brillo que fuer- do nunca en fundar sus relaciones
za. Una idea-fuerza. La fuerza de un morales sobre la fuerza mecánica,
arJrUmcnto. ciega o bruta; han estado siempre
Sin.: energía, potencia, capacidad, guiados ( ... ) por la idea de un de-
poder. recho que no es, como se dice por
antífrasis, el derecho de la fuer-
l. La noción de fuerza se de- za, pero que, sin embargo, no se
riva <le una sensación que a ve- parece apenas al derecho de los
ces designamos con la misma pa- filósofos: hablo del derecho del
labra, pero que distinguimos me- valor y del temple. (A. CoURN0T,
jor llamándola esfuerzo. (E. ME- Tr. de l'cnchain' ... , 500.)
YERS0N, ]dcntité et ,·éal.. , 333.)
1'. Las fuerzas morales son co- 6. Donde la fuerza falta, el de-
mo las físicas: necesitan ser eco- recho desaparece; donde aparece
nomizadas; los que a cada paso las la fuerza, empieza el derecho a
prodigan las pierden; los que las irradiar. (M. BARRÉS, La grande
pitié des éylises, 360.)
reservan con prudente economía
las tienen mayores en el momento 7. Es bajeza adorar la fuerza
oportuno. (J. BALMES, El criterio, en cuanto fuerza ( ... ). Pero el
233.) Ad. E. odio a la fuerza como tal fuerza,
1". El espíritu conquistador el culto a la debilidad en tanto que
español se distingue del de los debilidad, no es cosa mejor( ... ). El
demás pueblos en que mientras culto a la fuerza procede de la
todos conquistan cuando tienen ex- debilidad que se achica; el odio a
ceso de fuerzas, España conquista la fuerza, de la debilidad en reLol-
sin fuerzas, precisamente para ad- día; pero tanto cuando esa boca
quirirlas. (A. GANIVET, ldcarimn lame como cuando muerde sabemoj
espaiwl, 32-33.) Ad, E. bien que no conoce ni la razón, ni
la justicia, ni el amor. (G. Till-
1"'. Otro modo de entender la noN, Rctour ai, récl, 250.)
realidad es entenderla como «fuer-
za». Ciertamente, no una fuerza 7'. La ley y la fuerza influyen
en el sentido de la física de New- con igual impulso en la adminis-
ton y Leibniz, sino una fuerza sui tración de las sociedades políti-
ge11eris, la fuerza de In reali,lad; cas; una sin otra no pueden
esa idea que aún se expresa en subsistir, ni la república sin el
nuestros idiomas cuando decimos concurso de ambas; muelles son
que algo ocurre o tiene que ocu- que obran con igual impulso en la
rrir «por la fuerza de las cosasn. máquina de ¡,:obierno ... (J. P. FoR-
(X. Zua1111, Sobre la esencia, 610.) NER, E.rcquias ele la lr11gu.a custc-
Ad. E. 1/ana, 114.) Ad. E.
Il. Correlativo del derecho: poder V. Opinión, 24, 20.
de recurrir o recurso efectivo a los me. C. l\lecán. Lo que es capaz <le mo-
dios de compulsión, ya sea con despre- dificar el estado de movimiento o re-
cio del derecho, ya para hacer respeta,· poso de una masa. Su cantidad es el
ese derecho. producto de In masa por In aceleración
2. Ln justicia sin la fuerza es que puede proVOl'&l'.
impotente; In fuerza sin la justi- 8. Hallo que, en In naturaleza
cia es tiránica ( ... ) . llay, pues, [contrariamente a la doctrina de
que unir la justicia y la fuerza; y Descartes]i además de la noción
hacer con ello que lo que es justo de extensión hay que emplear In
sea fuerte, o que lo que es fuerte de In fuerza que hace a la materia
sea justo. (PASCAL, l'cnsér•, <170.1 capaz de obrar y resistir; y por
3. ... no pudiendo fortificar la fuerza o potencia entiendo no el
FUNCióN 434

simple poder o la íncultad, que no la biología positiva tiene como


es sino una posibilidad próxima destino general el de referir cons-
para obrar (... ), sino un medio tantemente el uno al otro, en cada
entre el pode,· y la acción, que im- caso determinado, el punto de vis-
plica un esfuerzo, un acto, una en- ta anatómico y el punto de vista
telequia. porque la fuerza pasa fisiológico, o, en otros términos,
poi· si misma a la acción cuando el estado estático y el estado diná-
nada se lo impide. Por eso la con- mico ( .. ,). Vemos, pues, que el do-
sidero como lo constitutivo de la ble problema biológico puede ser
sustancia, siendo el principio de planteado, siguiendo el enunciado
la acrión. que es lo que caracteri- más matemático posible, en estos
za a aquélla. (LEIBNIZ, uSyst. nou- términos generales: dados el ór-
veau p. expliquer la nat. des cho- gano o la modificación orgánica,
ses», Philos. Schr., Gerhardt IV, hallar la función o el acto, y recí-
472.) procamente. (A. C0MTE, Cours d•
9. Descartes creyó que en los phi/os. pos., 111, 211.)
cuerpos se conserva la misma can- 3. en biología se trata siem-
tidad de movimiento. Se ha demos- pre de determinar o la función por
trado que en esto estaba equivo- el órgano o el órgano por la fun-
cado; pero yo he hecho ver que es ción. ( lbíd., 111, 284.)
verdad que se conserva la misn1a
fuerza moviente, que era lo que 4. En este caso [el corazón],
d tomaba por cantidad de movi- la apropiación del órgano a la fun-
miento. (LEIBNIZ, Éclairc. du nou- ción es de tal modo precisa que
t•eau syst_, ed. Janet, II, 542.) puede sin vacilación inferirse del
órgano la función, exactamente
1 O. La fuerza es lo que hace igual que mucho más tarde se ha
mover o tiende a hacer mover un inferido de la forma de los dien-
cuerpo. (A. CoURN0T, T1·. de l'cn- tes de un animal fósil su rél!'im•n
chain' ... , n.• 81, p. 89.) alimenticio. (A. C0URN0T, Consi-
11. en su acepc1on mecan1ca dérations, 11, 249.)
( ... ), la fuerza no es otra cosa que 5. La utilización del carbono
presión y tensión, dos ideas que se atmosférico por las plantas ver-
bastan a sí mismas. (O. HAMELIN, des constituye la fu1uñ6n o asimi-
Essai... , 208.) lación clorofílica. (L. BERTIN, E11-
FUNClóN_ Lat. functio, der. de cyc/, Larousse, 11.)
fiwgi (desempeñar, pasado comp.: V. Fin II, 56.
functus sum): acción de desempeñar, 2. Química. Se dice de los cuerpos
ejercicio de un cargo. que gozan de ciertas propiedades co-
A. En sentido primitivo (acepción munes que poseen una misma función,
social) : papel del individuo (funcio- que a su vez es definida por ese con-
nario) que contribuye a la marcha de junto de propiedades ( ... ). En Quimi-
una colectividad humana). ca mineral, las funciones ácido, baso
Sin.: cargo, empleo, servicio, atri- y sal son de primerísima importancia.
bución, profesión, oficio, tarea. (BELOT y PANIC0, E11c¡¡cl. Larousse, II,
l. La división del trabajo no 538.)
CH•
pone en presencia individuos, sino metano etano 11ro11ano butano
funciones sociales. (E. DURKHEIM, CH•O C4 Jl 1 O C•H•O C4U•oO
Divis. du travail ... , 4.' ed., 404.) alcohol alcohol alcohol alcohol
B. Por anal. (acepción científica): metílico ctilico 1•ro11ílico butílico
papel o acción propios de una cosa en 6. Los cuerpos hom6logos de
la marcha (funcionamiento) o en la una misma linea horizontal tienen
constitución de un conjunto complejo, la misma fu11ció11 química, se pa-
orgánico, químico, mecánico ... sa de uno a otro por adición de
l. Biol. Propiedad o conjunto de CH'. (OLMER, Éuvpes de la chimie,
propiedades ordenadas, en los organis- 58.)
mos, a la conservaeión del individuo o 3. Psicol. Categoría particular de
de la especie. La función glucógena del actividad psíquica considerada en tan-
hígado. Las funciones de nutrición, de to que desempeña un papel en el con-
reproducción. junto del psiquismo. La función fabu-
2. Debe considerarse, pues, que •laclora, memorial, racional.
435 FUNCióN

Sin.: facultad. Pero, a diferencia de 10. La sustitución de la idea


facultad, función no se toma nunca de causa por la idea de función es
en sentido 1·calistn y permanente en el lo característico de la física mo-
plano de In abstracción. dema. (Ch. REN0UVIER, Loo. gé-
7. Ninguna de esas funciones nér., II, 230.)
[pslquicas] es verdaderamente di- 10'. Lo que llamamos espiritu
visible en funcionamientos aisla- me parece mucho más material
bles; aún más, ninguna puede ejer- que lo que llamamos materia; a mi
cerse aisladamente. alma la siento más de bulto y más
sensible que a mi cuerpo. Tu cuer-
Son todas funciones de un suje- po puede llegar a parecerte una
to común, instrumentos solidarios función de tu alma. (M. DE UNA-
de una misma actividad ( ... ). MUNO, Plenitud de plenitudes ... ,
FPlizmente, no todas las funcio- Obras escogidas, 231.) Ad. E.
nes mentales se nos presentan en D. Por anal. con la a,:epción mat.:
esa relación de coordinación indi- relación de dependencia.
visible con todas las demás ...
(M. PRADINES, Tr. de psycltol., I, 11. En un lenguaje, todo tér-
64.) mino es función de un conjunto
gramatical, del que toma su sen-
8. De hecho, la manera como tido, y, por consiguiente, su exis-
nos escapamos a la realidad seña- tencia lingüística. (M. PRADINES,
la claramente nuestra realidad ín- Tr. de Psychol., 11, 422.)
tima. Un ser privado de la fun-
ción de lo irreril es tan neurótico 12. Los procedimientos de pu-
como el privado de la función de blicidad son función del problema
In rerili,la.d. a resolver. (A. SIEGFRIED, Aspects
d1, XX• s., 63.)
Se puede decir que un trastorno
de la función de lo irreal repercu- 13. El valor del conocimiento
te en la función de lo real. Si In histórico es función directa de la
función de ripertttrri, que es pro- riqueza. interior, de la amplitud
piamente la funeión de la ima- de espíritu, de la. calidad de alma
ginación, se realiza mal, la pro- del historiador que lo ha elabora-
pia percepción permanece obtusa. do. (H. MARR0U, De la con11aias.
(G. BACHELARD, L'air et les so1t- hist., 103.)
ges, 14.) 13'. Lo que liga. entre sí a las
V. Imaginaci6n, 72; Localización, l. manifestaciones de la cultura no
es, en verdad, una relación de cau-
C. Mat.: relación entre dos varia- sa a efecto, sino una relación 1ufo
bles. Una variable "' es función de función», pareja. a. aquellas que
otra variable y cuando a toda magni- los matemáticos establecen en su
tud de una corresponde una magnitud cálculo funciona.! o a aquellas otras
rigurosamente determinada de la otra. en que los fisiólogos consta-
9. Los geómetras llaman mag- tan que, por ejemplo, la secreción
nitudes variables a las cosas que de los jugos digestivos se propor-
pasan sucesivamente por diversos ciona a la simultánea visión de los
estados de magnitud, y dan el alimentos, sin que se pueda decir
nombre de fu1tció1t a la varia- que la cantidad de saliva sea el
ble cuyos cambios de magnitud son efecto de lo apetecible del bisté.
producidos por los de otra magni- mús que lo apetecible del bisté, el
tud variable, que toma entonces, efecto de la cantidad rle saliva. (E.
al menos en un sentido relativo, D'Ons, Tres lecc:iones cu el JI. cid
la c11lificación de variable i11- Prado, 111-112.) Ad. E.
de7,e1tdie11te. Así, la ela•ticidml del V. Pa,ru,11oia, 2.
vapor de agua en un espacio sa-
turado de vapor es función de la F,rnciú" p.-oposicio11a,/ (logíst.). Fór-
temperatura de ese vapor; la tem- mula o ecuación que contiene una o
peratura de un pozo artesiano es más val'ia.bles y puede tra.nsforn,arse
función de la profundidad del en una pro¡1osición verdadera o falsa
agua subterránea que lo alimen- mediante In sustitución de las varia-
ta; y as( sucesivamente. (A. C0UR- bles por valores o té-rminos determi-
N01' Traité ele: l't·11c/,c1,iu' ... , n," 5~, nados.
58.), 1,1. Llamamos funció1t a torln
FUNDAl\lENTO 43G

expres10n que contiene una o múa lo, sostiene el edificio. Suele utilizar-
variables; una función proposicio- se cccimientoe)),
naJ es una función conteniendo ll. Fig. l. Principio o conjunto de
una o más variables que será sus- principios que supone todo edificio
ceptible de convertirse en una conceptual, porque reposa sobre ellos.
proposición verdadera o falsa si El fundamento de las matemáticas, de
se atribuye a esas variables cier- la moral, del derecho, de la inducción•.
tos valores particulares llamados
va.lo1·cs C?nsta.ntcs. Por ejemplo,
l. Por fundamento puede en-
la expresión «x es la capital de tenderse aquello que justifica una
Francia1l es una función proposi- afirmación ( ... ). Una acción judi-
cional que se convierte en una cial «sin fundamento» es un abu-
proposición para todos los valores so (... ). Pero, por otra parte, se
constantes atribuibles a x (verda- entiende también por fundam1en-
dera para x = París, falsa para tos las <lproposiciones primeras»
todos los demás valores del mismo los principios de un sistema de~
tipo, es decir, para las demás ciu- ducth:o, La ley de la gravitación,
dades francesas). Una función por e¡emplo, es calificada de fun-
proposicional no es, propiamente damento de toda la mecánica ce-
hablando, una proposición, sino l~ste, porque permite, si se la
un molde para proposiciones ... acepta, deducir de ella las leyes
(L. R0UGIER, Tr. de la connaiss. de Kepler, explicar las mareas
58.) etcétera. (A. LALANDE, La raiso,;
'
et les normcs, 132.)
Funcional. Relativo a una función. V. Vcrdod, 35.
En pato!. se califica de funcional un
trastorno independiente de toda lesión 2. Lo que legitima o justifica una
orgánica. V. Educación* cosa, en particular una afirmación.
funcio1tal Una reclamación, una acusación sin
Psicología* funcional. ' fundamento.
15. el estado patológico no crea
nada. Toda enfermedad no es más 2. atacamos la probidad de és-
que un desarreglo funcional y tie- te, la reputación de aquélla, sin
ne, por consiguiente, una función otro fundamento que el de las
apariencias. (B0URDALOUE Sur le
que normalmente le corresponde. jug. témér., 11.) '
(Cl. BERNAnD, Pr. de ,néd. cxp.
138.) ' 3. el fundamento de nuestra
c:e~ncia en la verdad de los prin-
V. Intelige,u::ÜL, 11. c1p10s abstractos y generales resi-
Funcionalismo. Teoría estética se- de en los hechos particulares que
gún la cual la belleza de la obra de la experiencia constata. (A. LA-
arte está condicionada por su función LANDE, La raison. et les normea
utilitaria e incluso se reduce a esta 133J '
utilidad. 4. el aislacionismo predomin·a
16. La verdad profunda del mucho en España, y busca sus
funcionalismo está precisamente fundamentos en la esfera de los
en haber subrayado la exigencia principios, pensando que el espa-
de integración de lo decorativo en ñol tiene muy poco que aprender
lo utilitario; verdad parcial, no de los pueblos extraños y que es
obstante, porque las teorías fun- esencialísimo el conservar inte-
cionalistas, arquitecturales o no, gras todas las formas de vida y
cometen el error de interpretar de pensamiento, libres de cual-
en su mayor parte esta exigen- quier influjo extranjero el cual
cia en el sentido de una simple rc- no sirve sino para debilitarlas y
d1<cción de la belleza a la utilidad. ponerlas en peligro. (R. MENÉNDEZ
(Ch.-P. Bnu, Esthét. de l'abstrac- PIDAL, Los cspaiiolcs en la histo-
túm, 283.) rÜL, 162.)
V. Autoridad, 4.
FUNDAMENTO. Lat. funda,nen-
tum, cimiento, soporte. Prop.: de una FUTURO
casa. Fig.: de una institución ( funda- Futuro. Adj. y subst. Lnt. futu-
menta rcip1iblicae). rum, part. fut. del verbo essc (ser) : lo
A. Prop. (sobre todo en plural): que será.
obra de albañilería que, en el subsue- Lo que 11ucedcrú o se considera quo
437 FUTURO
debe suceder. El futuro gobierno, ln sólo se manifiesta en escritores de
vida futura, su futurn (sobrent. «es- primera fila, como Whitman, sino
posan), también en toda una literatura po-
Si11: por venir, pero no porve- pular que tiene un inmenso l'xito
nir•. El porvenir comprende todos los en Estados Unidos, la novela de
posibles, y, por consiguiente, permane- anticipación o de ciencia ficción.
ce indeterminado. El futuro, por el con- (G. PoULET, en L'Europc rt Ir
trario, es solamente lo que ser{1. monde d'auj., 286-287, Bacon,
1058.)
Futuro contingente. Acontecimiento
por venir, pero condicionado por cau- Futurición. Realización del futuro.
sas que pueden ser a su vez yn sim- 3. la duración que, por el mi-
plemente contigentes•, ya libres. El lagro de la futurición, propulsa
tiempo que hará mañana, mis ocupa- sin esfuerzo la pululante continui-
ciones de estn noche son futuros con- dad de los instantes. (W. ,TANI,É·
tingentes. LÉVITCH, H. Bcrgson, 231, P. U. F.,
l. Los filósofos convienen hoy 1959.)
en que la verdad de los futuros 4. Nos corresponde guiar la
contingentes está determinada, es futurición de suerte que el futu-
decir, que los futuros contingen- ro no sea uno cualquiera, sino és-
tes son futuros, o sea, que serán, te o aquél, día de fiesta y de ale-
que llegarán ( ... ). Era ya verdad goría. (W. JANKÉLÉVITCH, Le ¡mr et
hnce cien años que yo escribiría l'impur, 32.)
hoy, como será verdad al cabo de
otros cien que he escrito. Así lo 5. No es el presente o el pasa-
contingente, por ser futuro, no de- de lo primero que vivimos, no;
ja de ser contingente. (LEIBNIZ, la vida es una actividad que se
Tltéodicéc, § 35, ed. J anet, 125.) ejecuta hacia adelante, y el presen-
Futuríble. Futuro contigente libre te o el pasado se descubren des
dependiente de una condición que no pués, en relación con ese futuro.
se realizará o no se ha realizado. Las La vida es futurición, es lo que
decisiones que yo hubiese tomado en aún no es. (J. ÜTITECA y G.\SSET'
las diversas situaciones de un estado ¿Qué es fi/osofia?, 237.) Ac!. E.
que no es ni será nunca el mío, por 6. No se trata en modo alguno
ej., diputado, son futuriles. Algunos de que «conv·enga)) tener un pro-
atribuyen a Dios el conocimiento de yecto vital; se tiene, quiérase o
los futuribles, pero discuten sobre la no, sépase o no, porque sin él no
manera en que los conoce. se puede vivir, no se puede hacer
Futurismo (futurista). Doctrina es- nada sino en vista de lo que se L'a
tética que preconiza las formas artísti- a ser. La vida es anticipación <le
cas tenidas por una prefiguración del sí misma, o, con expresión de Or-
mundo futuro. tega, futurición. (J. MARÍAS, ln-
2. Esta inclinación futurista t,·aducció11 a la filosofía, 247-248.)
de la imaginación americana no Ad. E.
G
G. Psicotecn.: Factor G. V. Factor. La «generación» no es simple re-
Gen. Raíz indoeurop. que expresa petición», no es un acto que mera-
la idea de engendrar. Gr. genos, lat. mente «reproduce», sino que, man-
genus, raza. Lat. genitor, el que en- teniendo la propia «dignidad» del
gendra, el padre. generante, determina causalmente
la alteridad de una esencia estric-
GENE. Neo!. der. del gr. genos, na- ta y formalmente individual. (X.
cimiento. ZUBIRI, Sobre la esencia, 253.)
Ad. E.
Partícula localizada en el cromoso-
ma y que es portadora de alguna ca- El afán de inmortalidad se sa-
racterística hereditaria del individuo. tisface en el amor, es decir, en la
Son los genes los que determinan el generación y en la cría del na-
desarrollo o génesis del tipo indivi- cido, y las generaciones se suce-
dual. V. Ge1t0tipo. den con la misma identidad casi
que la del indivliduo, que cam-
Las propiedades constitucionales bia como los cabellos y la•s uñas
que forman el genotipo y de las que en todo el cuerpo, y lo mismo cam-
se deriva el fenotipo del individuo, bia el alma en modos, costumbres,
aparecen, de acuerdo con los méto- aficiones, etc. Nuestro mismo sa-
dos experimentales de la Genética, ber, lo más cerca de lo inmortal,
como dependientes de unidades se renueva y cambia. Así logra lo
definidas, los ge,ies, localizadas en moral su inmortalidad, no con la
los cromosomas. (M. CAULLERY, Gé- eterna identidad de lo divino, sino
nétique et h.érédité, 86.) con la continuada sustitución de
V. Recesivo, 1. lo viejo por lo nuevo. (A. TOVAR,
Un libro sobre Plat6n, 76.) Ad. E.
GENERAClóN. Lat. generatio, ac- Generación espontánea,. Término que
ción de engendrar ( generare, der. de se remonta a ARISTÓTELES y sirve para
genus, generis [v. género]; gr. genos). designar la formación de seres vivos
Acción de engendrar. En sentido con- a partir de la materia no viviente.
creto (una generación, las sucesivas Sin.: generación equívoca, abiogé-
generaciones) : el conjunto de los nesis, heterogenia.
individuos engendrados directamente
por alguien y, por ext., el intervalo de Regeneración. Lat. regoneratio, ac-
tiempo que separa la época en que uno ción de hacer revivir, de reproducir.
ha sido engendrado de aquélla en que Acción de devolver a un ser degene-
está en edad de engendrar. rado, es decir, decafdo de su forma
439 GENERAL

original y normal, su integridad pri- blar de términos o de juicios lo


mera. Se dice tanto en lo moral como General a lo Particular es :fuen-
en lo fisico. La regeneración de un te de inextricables confusiones ( ... )
pueblo. La regeneración por el bau- Reconociendo lo justo de mis ob-
tismo. servaciones, se me arguye que es
l. Considerada en su sentido imposible vencer un uso tan anti-
más amplio [la generación], es la guo y constante. (E. GoBLOT, Tr. de
más general de todas las fun- log., 157, n.)
ciones [biológicas]. Tan general 4. Cuando se trata de seres in-
que incluso la generación en todas dividuales y contingentes, el inte-
sus formas no es más que un caso lecto debe contentarse con lo ge-
pa·rticular de ella. Toda gcncra- neral. Pero no se da a lo general
ci6n no es sino una regeneración por sí mismo y como tal; lo toma
de un organismo completo por sólo como sustituto de lo necesa-
una parte más o menos extensa, rio o, cuando más, como indicio y
separada o no de él. (Y. DELAGE, signo de lo necesario. (J. CHEVA-
Structure du protO'Jllasmo, 80.) LIER, Notion de néccss., 149.)
2. algunos casos muy curiosos V. Ciencia;, 29; Universal, 1.
de regeneración. Si se extirpa el Generalidad. A. En sentido abs-
cristalino de un tritón, asistimos tracto: carácter de lo que es general.
a la regeneración del cristalino por La generalidad de una medida.
el iris. (H. BEnGsoN, Évol. créatr.,
76.) 5. Se prueba un juicio hipoté-
tico universal [p. ej., una ley físi-
V. Prot1>p6.tico. ca] ya probando que la relación
GENERAL. Lat. ge11eralis (der. de es necesaria, ya probando que es
gcnus, género), que pertenece a la na- constante. Es siempre ambas co-
turaleza de una cosa, a un género. sas a la vez, pero tan pronto la
generalidad resulta de la necesi-
A. En el uso ordinario: que se re- dad como la necesidad de la ge-
fiere a la inmensa mayoría de los ca- neralidad ( ... ). Subrayemos, no
sos o de los individuos, pero puede te- obstante, que la necesidad co11tic-
ner excepciones. Huelga general. Mo- ne la generalidad, en tanto que la
vilización general. En general... Gene- generalidad supone la necesidad y
ralmente ... no la contiene. (E. GOBLOT, Tr. de
l. Es el sentido de lo general log., 196.)
el que, en el futuro escritor, eli-
ge por sí mismo lo que es general B. En sentido concreto. l. Ha-
y podrá tener cabida en la obra blando de personas o de cosas: el con-
de arte. Porque no ha escuchado junto o el de ,mayor número de los in-
a los demás sino cuando, por ton- dividuos del grupo considerado. La ge-
tos o locos que fuesen, al repetir neralidad de los electores.
como loros lo que dicen las gentes 2. Hablando de ideas ( en plur.: a
de carácter semejante al suyo se veces peyor.) : nociones elementales o
convertían por ello en pájaros preliminares. Limitarse a las genera-
profetas, en portavoces de una ley lidades.
psicológica. Sólo se acuerda de lo 6. El verdadero medio de borrar
general. (M. PROUST, Le tc,nps la influencia deletérea de la que
retr., 11, 55.) el poi-venir intelectual parece ame-
B. En Lóg. (sin. de universal y por nazado, como consecuencia de una
op. a particular) : que se refiere a to- excesiva especialización de las in-
dos los casos o todos los individuos sin vestigaciones individuales, está en
excepciones. Ley general. La induc- hacer del estudio de las general i-
ción infiere de particular a lo general. dades una nueva y gran especiali-
2. Es propio de nuestro espÍl'i- dad. (A. COMTE, Cours ele phi/os.
tu hacer proposiciones generales posit., I, 27.)
del conocimiento de las particula- Generalización. uDe manera extre-
res. (DESCARTES, :.!" llép., IX, 1, madamente amplia, la generalización
111.) consiste en pasar de un dato a una
3. La costumbre de confudir construí'ción de mayor extensión».
Universal con General, Singular (E. CALLOT, Phi/os. biol., 116.)
con Particular, y de oponer al ha- A. Acción de generalizar, es decir,
Gr.NERO 440

de extender a todos los casos lo obser- 1·es del mismo origen y el mismo tipo
vado en un cierto número de ellos. natural.
Sin.: inducción•. Era clásico expli- A. En el uso ord.: conjunto de ca-
car el establecimiento de las leyes de racteres que constituyen un cierto
la natural~za por esta forma de gene- tipo de cosas. Género de personas, de
ralización. Hoy se dice que la ley ge- paisaje, de conducta ...
neral es vista por intuición* en los ca- El hombre medieval no ima-
sos individuales. gina, no puede imaginar para sí
7. Lo tenido por verdadero no otro género de vida que aquel en
es, pues, una generalización J>OS- que ha nacido. Puede proyectar
terior a la experiencia de las cosas cumplirlo, llenarlo con la máxima
singulares, sino lo que queda, des- perfección posible, pero no se le
pués de la crítica, del carácter de ocurre alterarlo. Desde que nace
generalidad implicado en la per- es lo que ha de ser, y sólo le res-
cepción (A. LALANDE, T/iéo,·ics de ta serlo lo más pura e íntegramen-
/'i11d11ction ... , 254.) te posible. (M. GARcfA MORENTE,
8. Nuestra intención de basar E11sayos, 138.) Ad. E.
nuestras conclusiones en la razón, B. En biol. Subdivisión de la fami-
y no en la costumbre ( ... ) da tam- lia, que a su vez se subdivide en es-
bién a todas nuestras generaliza- pecies:
ciones el carácter de una relación,
no sólo de lo particular a lo gene- C. Lóg. Idea general o clase que
ral, como en la inducción, sino, co- engloba diversas especies. Uno de los
mo en el análisis, de la experien- cinco predicables.
cia contingente a sus principios Se Ilama género próximo el que por
necesarios. (M. PRADINES, Tr. de debajo sólo tiene especies• (uanima!D
psychol., 111, 171.) es el género próximo de la especie
B. Fil. Operación mental consisten- «hombre») ; género remoto, el que com-
te en reunir bajo una misma idea ca- prende otros géneros de menor exten-
racteres comunes a diversos objetos sión• ( «viviente» es el género remoto
particulares. Los conceptos se forman de la especie «hombre) ; género supre-
por una generalización de este tipo. mo, el que no está comprendido en
9. En la formación de nuestros ningún otro (tales son las categorías•
conceptos, la abstracción y la ge- aristotélicas).
neralización van de la mano. El l. Los tipos eternos de las for-
concepto es el acto de la mente [mas efímeras.
que, reuniendo los atributos comu- que viera en lo absoluto resplan-
nes bajo nombre común, forma pa- [decer Platón,
ra su uso particular un grupo que ¿son reales? Un género, ¿es un
la naturaleza no podría distinguir, [ser?, ¿es un nombre?
definir y determinar por sí sola. ¿ Los géneros no son sino anti-
(H. DELACROIX, en el N. tr. de psy- [guas quimeras?
chol., de DUMAS, V, 237.) ¿ O sin ellos el mundo es sólo un
V. Obs,rvación, 11. [vano caos?
Eco largo y sonoro tienen estos
Generalizar. Pasar de lo particular [debates.
a lo general. Extender a toda una cla- (SULLY-PRUDHOMME, Le Bonhcur,
se, o al menos a la gran mayoría de JI, VI.)
los individuos de esta clase, lo cons-
tatado en un cierto número de ellos. 2. Parece, pues, que no comen-
V. Historia, 20. zamos ni por la percepción del in-
dividuo ni por la concepción del
Genérico. A. Adj. V. Gé,iero. género, sino por un conorimiento
B. Subst. m. En el vocab. cinema- intermedio, por una confusa sen-
togr.: parte de la banda cinematográ- sación de cualidad indicativa o
fira (ordinariamente al comienzo) en semejanza: este sentimiento, tan
la que se indica el origen del film: alejado de la generalidad plena-
productores, actores, etc. mente concebida como de una ne-
tamente percibida individualidad,
GtNERO las engendra a ambas por vía de
Género. Lat. genus, generis (gr. ge- disociación. (H, BERGSON, llfat. 11
nos), nacimiento, raza, conjunto de se- mém., 176.)
441 Gf:NESIS

D. Liter. (géneros literarios). Cate- de buena raza. Genus, generis, de no.


goría particular de una clasificación ble origen.
de las obras literarias con arreglo a Der.: generosidad.
sus caracteres generales. Género épi-
co, dramático, histórico, oratorio, epis- A. Antaño: que manifiesta el valor
tolar ... de un alma bien nacida.
3. ¿Acaso los géneros no son l. Si nuestro enemigo es gene-
más que palabras, categorías arbi- roso, IJamamos a su valor orgullo.
trarias, imaginadas por la crítica (B0URDALOUE, s.le jug. témér.)
para su propio alivio, a fin de no B. Que se da con largueza; que se
extraviarse en la muchedumbre de olvida y sacrifica por los demás o por
las obras, cuya infinita diversidad una idea.
In abrumaría con su peso? ¿O, por 2. La generosidad sufre por
el contrario, existen verdadera- los males ajenos corno si de eIIos
mente los géneros en la naturale- fuese responsable. (VAUVENARGUES,
za y en la historia? ¿ Están condi- Réfl. et max., 173.)
cionados por ellas? ¿Viven, en fin,
con vida propia, e independiente 3. Amo a la juventud porque
no sólo de las necesidades de la sigue siendo lo mejor que hay.
crítica, sino de los propios capri- Cuando hace locuras, suele ser por
chos de escritores y artistas? (F. exageración de algún sentimiento
BRUNETIERE, L'évol. des genrcs,
generoso. (L'esprit d'A. Karr,
11.) 246.)
4. En Francia, toda la crítica 4. los generosos detestan ( ... )
clásica se formó con ocasión del los cálculos en que se basan nues-
problema de los géneros, que has- tros hábitos de decoro: el toma
ta el siglo XIX ha tenido en la y daca, la estricta reglamentación
crítica un lugar tan considerable de los impulsos del corazón, de
y de la misma naturaleza que el la hospitalidad, de las relaciones
problema de los universales en humanas. Tales usos ( ... ) se han
la filosofía de la Edad Media. convertido con la avaricia burgue-
El problema de los géneros es el sa en el código mismo de la muerte
de los universales, e ineluso el de espiritual. El generoso es mal pro-
las Ideas platónicas, problemas pietario y mal administrador:
que todas las filosofías renuevan. prefiere dar a poseer. (E. Mou-
(A. THIBAUDET, Physiol. de la crit., NIER, Tr. du caract., 333.)
185.) 5. El vivo sentimiento de un
Genérico. A. Adj. relativo al géne- don recibido, de una revelación, es
inseparable de toda experiencia
ro en el sentido lógico (C). Nombre ge- intelectual auténtica. Y la gene-
nérico (vehículo es el nombre genérico rosidad no es otra cosa que el de-
de todas las especies de carruaje). La seo irreprimible de pagar un don
diferencia• genérica es al género lo con otro. (lbíd., 670.)
que la diferencia especifica• es a la
especie. V. /r,U1,gen genérica•. V. Ingrato, 1; Justicia, 4.
6. pensanniento es un término C. Que da con largueza de lo suyo,
genérico que puede emplearse en en particular de su dinero. Un gene-
el lugar de todos los que le están roso bienhechor.
subordinados. (C0NDILLAC, Syn. III, Sin.: liberal, caritativo, benéfico,
433.) servicial.
6. (Entre los australianos.) No 6. La felicidad es generosa [tí-
habla términos genéricos como ár- tulo]. ( ... ) - el buen humor tiene
bol, pez, ave, etc., sino tan sólo algo de generoso; da más que re-
términos específicos que se apli- cibe. (AJ.AIN, Propos sur le bon-
can a cada variedad particular de hcur, 2G3-264.)
árbol, de pez, de ave, etc. (EYRE, D. Por anal. (aplicado a las cosas):
cit. por L. LÉVY-BRtJIIL, Les fonc- lleno de fuerza, abundante, productivo.
tions mentales ... , 190.) Un vino generoso. Un pecho generoso.
V. lmagi11ació11, 18, 19, 20. Una tierra generosa,
B. Subst. V. en el orden alfab.
GltNESIS
GENEROSO. Lat, oenerosua, que ea Génesis. Sufijo que entra en la com-
GENIO 442

posición de términos rientificos y ex- lwe todo, de In trol'Íu según la cual la


presa la idea de ol'i¡ren. Abiol!'énesis percepción del espacio no es natural,
(nacimiento de un viviente a partir de sino adquirida.
lo no viviente), epil!'éncsis (aparición V. Herencia-, 6.
de algo que se añade a lo yn incluido H. Biol. Relativo a los genes y ni
en el patrimonio hereditario). La on-
togénesis es reproducción de la filogé- desarrollo por ellos determinado. l,os
nesis. (TIAECKEL.) factores genéticos o hereditarios de
ese desarrollo coadyuvan con los fac-
Génesi!<t, subst. f. Gr. grnrsi..s, pro- tores mesológicos• o del medio.
ducción, origen. El libro del Gén&Sis Genética, subst. Ciencia de los genes
contiene el relato de la creación del y de la herencia por ellos determinada,
mundo. Tuvo como precursores a NAUDIN y
Proceso por el que una cosa ha lle- MENDEL, y como principal iniciador a
g-ado al estado en que se la considera. Th. H. MORCAN (1866-1945.)
La génesis de las especies animales, 1. La Genética nos pone en si-
de una institución politica o social, de tuación no sólo de movernos con
una guerra, de una obra literaria, del perfecta claridad en el terreno,
sentido de la responsabilidad en el ni- hasta ahora desesperadamente te-
ño. nebroso, de los fenómenos heredi-
Sin..: nacimiento, origen, desarrollo, . tarios, sino también de anunciar y
formac1on. Pero nacimiento y origen prever con certidumbre casi ma-
designan sólo el punto de partida; des- temática los resultados de la
arrollo, las etapas ulteriores; en tanto unión de organismos de tipos di-
que génesis engloba el conjunto de esos ferentes. (J. R0STAND, La, nouvelle
momentos. Expresa además un dina- biologie, 19.) .
mismo no indicado en formación. G<,netismo. Der. del gr. genesia, ori-
V. Insta.nte, 5. gen, génesis.
G<,nético. Gr. genetikos, engendra- Doctrina según la cual, para cier-
do, creado. tos sentidos o incluso para todos, pero
A. En general: relativo a la géne- principalmente para la vista, la fa-
sis, el origen, el desarrollo. cultad de percibir las cualidades es-
paoiales del mundo exterior no es na-
l. Aplicado a los procesos mentales: tural sino adquirida.
que recurre a la consideración de la
génesis o desarrollo. La definición ge- Der.: genetista.
nética se hace determinando la géne- Sin.: empirismo•.
sis del objeto a definir (en geom., de- Contr.: nativismo•, innatismo•.
fin. de la circunferencia, de la esfe- 2. La polémica es mantenida a
ra ... ). El método genético estudia su favor del tacto por quienes nie-
objeto siguiéndolo en su desarrollo. gan el conocimiento del espacio a
(... ) dos parecen ser los crite- la vista, y a favor de la vista por
rios, según los cuales se ha inten- quienes se Jo niegan al tacto. Vis-
tado concebir esta vidriosa y mag- ta y tacto pasan, en efecto, por
na invención humana que decimos ser los sentidos espaciales por ex-
Europa. Atiende el primero a los celencia, y el problema parece, por
ingredientes originarios de la en- tanto, reducido a decidir si es el
tidad europea, a sus primitivas tacto quien enseña el espacio a la
fuentes históricas: es, pues, un vista o la vista quien se lo ense-
criterio genéti,co, Refiérese el se- ña al tacto. Estos nativismos ad-
gundo a los resultados conseguidos miten, pues, que el conocimiento
por la comunidad europea a lo lar- del espacio es innato en un senti-
go de su historia; trátase, por tan- do y adquirido en el otro. Son só-
to, de un criterio reBUltativo. lo parcialmente genetistas. (M.
(P. LAfN ENTRALGO, La, Universi- PRADINES, Le probl. do la sensa,t.,
dad, el intelectual, E1tropa,, 72.) 80.)
Ad. E. GENIO. Lat. genius (lat. clás.: in-
2. Aplicado a las teorías: una teo- genium): primit., el dios del nacimien-
ría genética enseña que el hecho en to ( genus); más tarde, la divinidad tu-
cuestión no es primitivo, sino resul- telar de cada individuo; finalmente,
tante de un desarrollo cuyas etapas las disposiciones particulares de cada
podemos seguir, adquirido. Se dice, so- uno, su natural.
443 GENIO

l. Todos los hombres tienen ge- rales eminentes que permiten, al me-
nio si son capaces de descubrir su nos en una esfera determinada, rom-
propio genio. Pero a,hl está lo difí- per el marco de la rutina y hacer obra
cil: porque apenas hacernos otra creadora.
cosa que envidiar a los demás, 5. La naturaleza forma los
imitarlos y tratar de superarlos, hombres de genio como forma en
en vez de explotar lo que nos- el seno de la tierra los metales
otros llevarnos. (L. LAVELLE, L'cr- preciosos: en bruto, informes, lle-
re11r de Narc., 123.) nos de ganga y de materias extra-
A. En sentido etimológico: disposi- ñas. El arte no hace por el genio
ciones naturales del individuo (genio sino lo mismo que por esos me-
y figura, hasta la sepultura) o con- tales; sin añadir nada a su sus-
junto de los caracteres particulares tancia, los J.ibra de .Jo que tienen
que constituyen la originalidad de una de ajeno y descubre la obra de la
creación completa de los hombres o de naturaleza. (D'ALEHBERT, Disc. de
un grupo humano. El genio de la len- réc. a l'Ac. fr.)
gua latina, del pueblo inglés. 6. Aunque otra cosa haya dicho
2. Al fin, Burrhus, descubre Buffon, la paciencia. no es el ge-
[Nerón su genio. nio; pero el genio, sin paciencia,
(RACINE, lp/1igé11ic, Agripina). no alcanza su verda.dera. a.ltura.
3. además de esa firmeza que (A. VINET, Ét. s. la littér. fr. att
la justicia debe extraer del genio XVIII• s., 11, 382.)
común de la virtud, está obligada 7. El genio ama. los obstáculos,
a ella por su carácter particular, y los obstáculos hacen al genio.
ya que consiste en una cierta (R. RoLLAND, L'httmble vic héroi-
igualdad hacia todos que exige pa- q1te, 61.)
ra sostenerse un espíritu fi rrne y 8. Un libro no es nunca una
vigoroso ... (B0SSUET, s. BIIT la i1ts- obra maestra: llega a serlo. El ge-
tice, l.) nio es el talento de los muertos.
4. A otros les gusta seguir a (E. y J. DE GoNC0URT, [dées et sen-
un jefe, vivir en grupos compac- sations, 213.)
tos, hacer como todo el mundo. 9. ¿ Qué es, en efecto, el genio
No es ese nuestro genio. Nos gus- sino el Espíritu en tanto que no-
ta poco el orden rígido que convie- tablemente inventivo? (G. TARDE,
ne a los grandes rebaños. (Ch. DE
GAULLE, Vers l'armée de méticr, Loo. socia/e, 165, Alean, 1898.)
110.) 10. Pestalozzi es una muestra
4'. cada época es la resolución del genio sin talento. Le faltaron
de ineludibles exigencias vitales, todos los talentos: no sabía ni ha-
según el apremio de las circuns- blar, ni escribir• ni administrar,
tancias ambientes; al enfrentarse ni gobernar, ni contar. Con un
con estas urgentes realidades, el gran pensamiento y un gra.n cora-
genio de un pueblo puede, en un zón, jamás pudo poner en claro su
momento dado, mostrarse más o método (... ). Y, no obstante, es
menos feliz, puede caer en un des- el padre de la. moderna pedagogía
acierto que habremos de explicar y de la educación popular. (H. F.
comprensivamente, más bien que AMIEL, Jo11rnal, 29 oct. 1874.)
.inculparlo o exculparlo; pero ,a 11. El genio es el conjunto de
través de toda una larga época, las facultades del alma elevadas
no pudo sino realizar la conve- a su más alta expresión. El genio
niente acomodación de sus propias tiene por efecto la creación (... );
posibilidades con las perentorios es el prototipo de todo lo que en-
exigencias de su tiempo. (R. ME- gendra.
NÉNDEZ PIDAL, Los españoles en la El talento es el conjunto de las
historia, 232.) Ad. E. facultades del alma. que basta.n pa-
V. Hisloria, l. ra asimilar las obras del genio,
B. En sentido usual: disposición na- pero carecen de pujanza para
tural notable para una cosa (el genio crear obras esencialmente origina~
del comercio, de las finanzas) ; y, sobre les.
todo: como absoluto (es un genio, un Ha habido, hay y habrá genios
pintor de genio), disposiciones natura- latentes, que, por no haber adqui-
GE~OCIDIO 444

rido el ta.lr.Hto necesario para ex- l. El conjunto de los genes, el


presarse, no hnn dejado ni deja- genotipo, permanece invariable, y
rán tras ellos ning\ln rastro, nin- las diferencias individuales -pu-
f!;Una obra de belleza perdurable. ramente fcnotipicas- son tan só-
( ... ). El talento es, por asi decirlo, lo efecto de las acciones exter-
la nodriza del genio. (V. o'INDY, nas, del medio, tomando esta pa-
Conr• de com.pos. musicale, 15.) labra en el 11entido más amplio.
12. HoHtbre geHia.l, conviene (J. R0STAND, Nouv. biol., 92.)
que tu geH io esté también disimu- 2. El genotipo está constituido
lado en tu talento que nos incline- por el conjunto de los elementos
mos a atribuir a tu arte lo que permanentes de generación en ge-
procede de tu naturaleza. (P. VA- neración; es lo que se transmite,
LÉRY, J',/oraJités, 29.) es decir, lo hereditario, El feno-
13. [Gide] me cita sin comen- tipo es la reacción, particular para
tario una frase de lngrcs: «Con cada individuo, del genotipo a las
el talento se hace lo que se quie- condiciones que halla en el exte-
re. Con el genio, lo que se puede.• rior. Todo estudio de la herencia
(J. GREEN, Jounia./, I, 92, 21 ju- es en principio un análisis del ge-
nio 193·2.) notipo y, secundariamente, de las
14. Balzac escribió ( ... ) este reacciones fenotípicas de ese ge•
pensamiento asombroso: «El genio notipo a las condiciones en que el
tiene de bueno que se parece a to- organismo se desarroUa. (M. CAUL-
do el mundo y que nadie se le pa- LERRY, Génétique et ltéréd,, 14.)
rece». (ALAIN, Propos, 924, Pléia- 3. los organismos principalmen-
de.) te infecundos en su cruzamiento
V. G"8to, 8, 11; Neuropatía, l; Ori- no pertenecen a la misma especie.
ginaiidad., 9; Talento, 1; Voluntad, 23. Por tanto, la unidad filética o es-
Geno, geneo, suf. Gr. genes, nacido pecífica es siempre y sólo una uni-
de (theogenes, nacido de un Dios). dad «generacional». En su virtud,
la especificidad, la esencia quiddi-
Termina un gran número de pala- tativa es siemp,re «genotipo». (X.
bras, en las que se halla con tres acep- ZUBIRRI, Sobro la esencia, 241.)
ciones diferentes. Ad. E.
A. Nacido o provenido de: endóge-
no, del interior (v. En,do); exógeno, Gentes, V. Derecho da gentes,
del exterior (v. Ezo); autógeno, de sí Geo. Gr. geo, der. de ge, tierra. Pri-
mismo (v. Auto). mer elemento de numerosas palabras
B. Que da nacimiento a, que pro- compuestas: georgos, el que trabaja la
duce o provoca. Gasógeno, termógeno, tierra; geonomos, el que la distribuye.
patógeno, dolorígeno.
GEOGRAFIA. Gr, geogrOIJ}hia, des-
C. Que es de tal naturaleza: homo- cripción (gr. graphe) de la tierra ( gi).
géneo (de la misma .naturaleza) ; aló-
geno o heterogéneo (de otra o diferen- A. Antaño (sentido etimol.): des-
te naturaleza). cripción, principalmente física, de la
superfice terrestre. Pero a la geogra-
GENOCIDIO. Neo!. comp. del gr. fía física han ido añadiéndose poco
geno• (raza) y del suf. cidio, der. del a poco otras ramas: g. política, econó-
lat. caedcre (despedazar; caedes, ase- mica, lingüística, biológica (biogeogra-
sinato, matanza) cuyos compuestos son fía), humana ...
en cidcre ( oct:idcre, matar).
l. Ciencia que enseña la po-
Exterminio sistemático de una raza sición de todas las regiones de la
o de un grupo étnico. tierra, unas con respecto a las
GENOTIPO. Comp. de las palabras otras y por relación al cielo, con la
gr. gen.os (raza, especie) y typos (for- descripción de lo que contienen de
ma, tipo). más notable, (Dict, de l'Acad, fr.,
En genética•: conjunto de los ca- 1835.)
racteres hereditarios determinados por B. Hoy: estudio descriptivo y en lo
los genes•, con independencia de la ac- posible explicativo de la constitución
ción del medio (que a su vez determina ffsica de la superficie terrestre en re-
el paratipo, contribuyendo asl a la de- lación con los diferentes fenómenos hu-
terminación del fenotipo•), manos -en particular, demográficos,
445 GEOMETRfA

económicos y políticos- que en ella se concepto que el agua, el viento o


observan. el fuego. Y, por otra, debe estable-
2. Para elevarse a la digni- cer que los factores geográficos, el
dad de ciencia, la geografía se s- suelo, el clima, desempeñan en la
fuerza en pasar del estado cuali- vida de las sociedades humanas
tativo al cuantitativo y causal. un papel decisivo y de primordial
Pretende remontarse a las causas; importancia. Distinción bizantina
se propone ser explicación. (R. en realidad ( ... ). La fórmula «re-
CLOZIER, Élapes de la géogr., 116.) laciones de las sociedades con su
medio» vale igualmente para los
3. La geografía en su conjunto dos pretendidos casos distintos. (L.
es una ciencia del hombre, o más FEBVRE, La terrc et l' é11ol. hum.,
exactamente, de las colectividades 439.)
humanas en su m,.rco espacial. A 9. La primera tarea de la geo-
mi entender, la propia geografía grafía humana consiste en el es-
física debe definirse como un es- tudio del hombre considerado co-
tudio de los complejos naturales en mo organismo vivo sometido a con-
la medida en que están ,Jigados al diciones determinadas y reaccio-
ejercicio de las diferentes activi- nando a las excitaciones recibidas
dades humanas por procesos recu- del medio natural. (M. SORRE,
rrentes. (P. GEORGE, en L'inform. Fond. de la géogr. hum., 3.ª ed.,
géogr., 1948, 122.) I, 6.)
4. referir los hechos sociales a Geología. Estudio de la estructura y
su entorno, última razón de ser génesis del globo terrestre.
de la Geografía. (E. CALLOT, La
société et son e1111ir' ., 311.) GEOMETRIA. Gr. ger,metria (comp.
5. Antropocentrismo, se me di- de ge, tierra, y metron, medida), agri-
rá. Pero hay que aceptarlo: sin mensura, geometría.
presencia humana, actual o imagi- Rama de las matemáticas que tiene
nada, ya no hay geografía, ni si- por objeto las propiedades de las di-
quiera física, sino una oiencia va- ferentes figuras del espacio constitui-
na. El antropocentrismo no es una das por puntos, líneas, superficies y
imperfección, sino una exigencia volúmenes.
ineluctable. (E. DARDEL, L'lwm- l. la geometría ( ... ) enseña el
me et la terrc, 10•11.) verdadero método para guiar la
V. Cie11cia, 34. t•azón. (PASCAL, De !'esprit géo-m.,
C. La realidad compleja que cons- en BRUNSCHVICG, Pensées et opuse.
tituye el objeto del estudio del geó- 194.)
grafo. 2. Transportados a otro mun-
6. El paisaje es la geografía do, podríamos sin duda tener una
comprendida como lo que está en geometría diferente; no porque la
torno al hombre, como el entorno nuestra hubiese dejado de ser ver-
terrestre. (E. DARDEL, lbíd., 41.) dadera, sino porque podría llegar
7. los más firmes partidarios a ser menos cómoda que otra. (H.
de una acción de la geografía so- POINCARÉ, Des fond. de la géom.,
bre la historia pueden hablar de 63.)
influencias, pero no de causas, 3. La geometría es la cla\'e de
La historia está condicionada, la naturaleza. Quien no es geóme-
pero no determinada, por su mar- tra no percibirá nunca bien est•~
co espacial, (P. VENDRYES, De la mundo en el que vive y del que
probabilité en liist., 269.) depende. (ALAIN, Propos sur /','.
Geografía hu111a11a. Estudio descrip- cl1tc., XIX, p. 74..)
tivo y en lo posible explicativo de las 4. La poesía es la clave del or-
relaciones reciprocas del hombre con den humano y, como he dicho a me-
el medio físico. nudo, el espejo del alma. ( ... )
8. Por una parte, se dice, la Geometría y poesía; con eso
geografía humana tiene por mi- basta. La una atempera a la otra.
sión mostrar cómo y en qué me- Pero ambas son necesarias. (lbíd.,
dida el hombre es un agente geo- 76-76.)
gráfico que trabaja y modifica 111 G"o11wt,·ía analítica. Síntesis, reali-
superficie del globo, en el mismo zada poi· DESCAnTES, de la geometría y
GLOBAL 446

el álgebra: !ns magnitudes conlinuus Mitodo glol,n/. En vez de proceder


de la geometría son traducidas al len- nnalilicnmente, de lo •imple a lo com-
guaje de los números; y, a la inversa, plejo, considera las cosas tal como se
las variuciones numéricas se expresan presentan en su complejidad concreta.
por figurns geométricas, en uarticulai· Así, en el aprendizaje de la lectura
mediante curYns. V. A"'í/isi.• C 3. no se va de las letras a las sila-
:;. Al imaginar lns coordcna- bas, de las silabas a las palabras y de
clas, Descartes reduce las posicio- las palabras a las frases; el niño es
nes de cada punto del plano a dos puesto de inmediato ante las frases.
números. Con ello, toda forma, de- Globalismo. A. Método pedagógico
terminada por las posic!oncs de de lectura.
sus puntos, da lugar a relaciones Sin.: Método global.
entre números. De este modo pue- B. Doctrina según la cual el todo
de ser construida toda la geome- como tal tiene propiedades que se aña-
tría a partir de los números, a den a las de los elementos que lo con~-
partir del álgebra. {P. SERGESCU, tituyen. V. Forma (teoría de la -).
Coup d'ceil sur l'orig. de la se.
mat/1., 69.) GNóMICO. Gr. gnomikos, que ha-
6. el contexto del álgebra y 1,. bla por sentencias (gniime). Poesia, fi-
geometría supera ahora el estad;o losofla gnómicas.
de una geometría analítica, de una Si11ómico. Se dice del juicio (gr. gno-
geometría supera ahora el estadio mc) concebido como propio para ser
ecuaciones algebraicas. {... ) Hay compartido con (sy11) otros, es decir,
ahora intercambio de a,plicacioms como capaz de lograr el acuerdo de
{... ) En muchos problemas parece las mentes.
que el matemático totaliza ambos
racionalismos, piensa en un doble GNOSEOLOGIA
registro, algebraica y geométrica- «Gnosia,,. Gr. gnosis, acc1on de co-
mente. {G. BACHELARD, Rationa/. nocer, conocimiento. V. Conocer.
appl., 157.) Técn. Se utiliza para designar el co-
Geometrías 110 euclidianas. Nuevas nocimiento elemental, la percepción.
geometrías que no admiten el postula- Corre/.: praxia•.
do de las paralelas, y, más general- l. Toda percepción es una gno-
mente, toda geometría fundada en sia. (H. PIÉRON, Voc. de la psy-
principios diferentes a los de Euclidea. cltol.)
En un espacio de dos dimensiones {re-
ducido a la superficie de una esfe- 2. Las gnosias y las pra-
ra) no puede trazarse ninguna paralela xias adquiridas voluntariamente
a una recta. En un espacio de cuatro por aprendizaje consciente se con-
dimensiones puede trazarse una infi- víerten también en automatismos
nidad de ellas. inconscientes cuando se han hecho
habituales, lo que descarga nues-
Gestalt. Subst. al. que significa for- tra conciencia. {P. CHAUCHARD, Le
ma. Der.: gestaltismo, filosofía de la cerveau, 69,)
forma. V. Forma (Teoría de la -) .
Agnosia. Gr. ag>tosia, falta (a pri-
La noción de Gestalt no signifi- vativa) de conocimiento ( gniisis).
ca sólo ]a forma exterior, sino Incapacidad, con los órganos sen-
igualmente la estructura, la or- soriales intactos, de reconocer lo per-
ganización ínterna. (F. J. J. Buv- cibido. Se distinguen varias especies de
TENDI.JK, Attitudes et mouv., 66.¡ agnosias visuales (que se refieren a
GLOBAL. Der. de globo (lat. glo- los colores, a la forma de los objetos,
bus). a los caracteres de la escritura, a los
símbolos ... ), y agnosias auditivas, tác-
Que .se toma en bloque, como un to- tiles ...
do. Factura, impresión global.
Corre!.: aprnxia.
La atención Ide los psicólo-
gos) se ha dirigido a las propie- Gnoseología. Doctrina o teoría del
dades globales de los conjuntos, las conocimiento (gr. g11iisis),
cuales no tienen su origen en la Sin.: epistemología. No obstante,
naturaleza de los elementos. (D. la epistemología se refiere a la cien-
LAGACHE, Encyclop. fr., XIX, 26, ,,ia ( epistemii); la gnoseologia, e.! cono-
6.) cimiento en general.
447 GNOSIS

3. Lo que caracteriza al pensa- 4. La gnosis (... ) se dirige más


miento fenomenológico, tanto al allá de la fe (pistis), al conoci-
nivel de la gnoseología como al de miento verdadero, al conocimien-
la ontología, es un cuidado por to perfecto, es .decir, al conoci-
disipar tanto el realismo de la miento o, más exactamente, a la
idea corno el de la cosa en si. (J. visión de Dios, cuya fuerza el
MoREAU, La consc. et l'étre, 149.) hombre pugna por comprender,
Gnoseológico, gnósico. Relativo al por captar de algún modo unién-
conocimiento (gr. gnósis). dose a él, para de él obtener, co-
mo principio de los principios,
Corre/.: práxico•. La oposición gnó•
sico-or~ixico equivale a la de teórico•
la salvación, la alegría y, final-
mente, ,la deificación, que le ase-
práctico.
gure la posesión de todos los bienes,
4. En el acto de afirmación la liberación del mal y la inmorta-
hay una especie de supcrposici6n lidad bienaventurada. (J. CHEVA-
de lo gnoseo/6gico y lo ontológico. LIER, Hist. tic la pensée, II, 40.)
Ahora bien, si lo gnoseológico nos
hace participar de lo ontológico, o 5. Para la gnosís, el alma,
si hay un ser de lo gnoseológico que la parte superior del hombre, es
es imposible situar fuera del ser de siempre una parcela luminosa
lo ontológico, el análisis de la afir- arrebatada a la Divinidad y pri-
mación debe descubrirnos también sionera aquí abajo. ( ... ).
los caracteres fundamentales del Para el gnóstico, el problema con-
ser mismo. (L. LAVELLE, Jntrod. ti siste en saber cómo su alma
l'ontologic, p. 17.) -chispa divina extraviada aquí
GNOSIS abajo- podrá volver a las regio-
nes superiores de las que cayera.
Gnosis. Gr. gnOsis, conocimiento. (S. HUTIN, Les Gnostiques, 45, 47.)
V. Gnosia.
6. la gnosis no es ni una reli-
Conocimiento de las cosas religiosas gión ni una filosofía. Se desarro-
superior al de los simples creyentes o lla, sobre todo, en las épocas en
incluso al de la Iglesia oficial. En el que los hombres han perdido con-
cristianismo hubo, sobre todo en los si-
glos II y 111, una gnosis ortodoxa, sim- fianza en las religiones institui-
ple profundización de la fe común pe- das sin hallar respuesta plenamen-
ro «gnosticismo» se refiere sobre 'tocto te satisfactoria al misterio de la
a la gnosis heterodoxa, en gran parte existencia en las religiones pura-
esotérica•, mítica* y mágica•. mente racionales. A este respecto,
l. La filosofía hegeliana inten- el atractivo que para nuestros con-
tó absorber toda la herencia teoló- temporáneos tienen ciertas normas
gica de la humanidad para refun- de sabiduría gnóstica resulta sin-
dirla en términos puramente ra- tomático. (H. C0RNÉLIS y A. LÉO-
cionales. ( ... ) En último anúl\¡;is, NARD, La g11ose étcrnclle, 104.)
la metafisica hegeliana y la filo- V. Eón.
sofía hegeliana de la historia
constituyen la Gnosis moderna, re- Gnóstico. Gr. gnostikos, relativo al
presentan un puro gnosticismo. (J conocimiento (011os~). Oi gnostikoi, los
MARITAIN, Pour une phi/os. d" que saben, los gnósticos. V. G11osis.
l'hist., 36.) A. Relativo a la gnosis. Teorías
2. La existencia de un conoci- gnósticas.
miento superior de orden religioso, B. Que profesa una gnosis. Los
de una gnosis, ha constituido siem- gnósticos del judaísmo, los gnósticos
pre en el cristianismo un proble- nlej andrinos.
ma importante y complejo. (J. DA-
NIÉLOU, My•tcrc tic l'hist., 320.) Gnosticismo. Doctrina de los gnós-
ticos, de los que aspiran a la gnosis, es
3. Que es, en efecto, una «gno-
decir, a un conocimiento de orden su
sis», sino un conocimiento ( ... ), pe-
ro un conocimiento que no sólo se perior. V. Agnosticismo.
ha volcado por enterQ. en la bús- A. Pro p.: doctrinas de diversas sec-
queda de la salvación, sino que tas de los s. 11 y lll cuyos iniciados
( ... ) él mismo es salvación, (H.-Ch. pretendían tener de la religión y de
PUECll, Le 111<111ichéisme, 70.) todas las cosas un conocimiento muy
GOBIERNO 448

superior ni procurado por la enseñan- rinmentc unn derecha, unn i1.quier-


za de In Iglesia. da y una zona templada, hay,
7. el ¡rnosticismo, hijo de una entre espiritualistas y ateos, ag-
curh,sidnd inquieta y un tanto nósticos más o menos cerca de unos
n,alshna pot• los problemas funda- o de otros y que se niegan a consi-
mentales de la fe, puede ser c11- derar una solución. (L. CUÉNOT,
rnrterizado, de modo general, co- L'mlap/111io11, 393.)
mo una invasión del sincretismo 1 l. si hay que evitar el ser ag-
pagano en el pensamiento cl'istiano, nóstico en el plano de los hechos
al que estu\'o a punto de sumergir. y de las posibilidades explicativas
(J. CIIEVALIER, Hist. de la p,·11sér, de la ciencia, el agnosticismo si-
11, 40.) gue, por el contrario, siendo vá-
B. Por ext.: toda doctrina que pre- lido en el terreno metafísico.
tende hallar una explicación total de (P. CIIAUCIIARD, Mécanismes de l<1
las cosas por procedimientos suprarra- ¡n·ise de conscicnce, p. 232.)
ciona!es o incluso por procedimientos 11'. Violentamente quiso el pa-
racionales. sado siglo frenar la mente huma-
8. La matemática, llave de to- na allí donde la exactitud finiqui-
da inteligibilidad, aparece como la ~a. Esta violencia, este volverse de
forma moderna del gnosticismo. espalda a los últimos problemas,
(G. GUSD0RF, Tr. de métaph., se llamó «agnosticismo». (J. ORTE-
336.) GA y GASSET, El origen deportivo
del Estado, Obras, 11, 608.) Ad. E.
8'. Mareión, como todo el gnos-
ticismo, parte de una conciencia V. Re/adón, 16; Tomismo.
hipersensible para el carácter de Agnóstico. Que profesa el agnosti-
limitación, de defecto, de insufi- cismo.
ciencia adscrito a todo lo munda-
no. Por eso no admite que el ver- GOBIERNO
dadero y supremo Dios tenga na- Gobernar. Lat. gubernar• (gr. ky-
da que ver con el Mundo: él es lo bernan, de donde cibernética•). Der.
absolutamente distinto y otro que gubernum y gubernac-ulum, goberna-
el mundo -es allotrios-. De otro lle.
modo quedaría contaminado mo- A. Pro p.: dirigir una embarcación
ral y ontológicamente con la im- con ayuda del gobernalle.
perfección y limitación de éste,
(J. ORTEGA y GASSET, ¿Qué es filo- B. Por ext.: regir o administrar
sofía?, 109-110.) Ad. E. bienes o una empresa, dirigir la con-
ducta de personas, dominar las pro-
Ag,iosticismo. Der. del gr. agnos- pias tendencias ...
tos: a privativa y gnüstikos (capaz de
conocer). l. Cuesta mucho trabajo go-
bernar la imaginación. (Mme. DE
Doctrina, generalmente implícita, • SÉVIGNÉ, c. de 10 julio 1680.)
según la cual cuanto está más allá
del dato experimental es incognoscible. 2. Hay tanta pereza como debi-
El agnosticismo es así un escepticismo lidad en el dejarse gobernar. (... )
limitado al dominio de la metafísica. El 3. El hombre prudente ni se
agnóstico es con frecuencia un cientí- deja gobernar ni pretende gobernar
fico. No rechaza las tesis metafísicas, a los demás: quiere que sólo y
pero las tiene por imposibles de pro· siempre sea la razón quien go-
bar. bierne. (LA BRUYhE, Caract., IV,
9. El orden y la ,irmonía del 71.)
Universo no me impiden, pues, se- 4. los hombres quieren pare-
guí r siendo ateo; su constatación ce,· de más edad para gobernar
tan sólo hace de mí un agnóstico, más pronto; y las mujeres pare-
pero soy un agnóstico lleno de ad- cer más jóvenes para gobernar
miración por las cosas que ignoro m{is tarde. (Vizconde DE B0NALD,
y que, dada mi naturaleza, he de l'cnsécs s. la moralc, <Euvrcs, 111,
seguir ignol'ando. (F. LE DANTEC, 1388, ed. Migne.)
L'athéiame, 46,) 6. Los militares saben mandar,
10. Ag,wsticisnio. - Lo mismo pero no saben gobernar. (M. BAR-
que en un Parlamento hay necesa- nts, lile• ca/iiera, XI, 16.)
449 GRACIA

G. Se dice que las actuales ge- 3. En sentido usual: Consejo de mi-


. neraciones son difíciles de gober- nistros. La dimisión del gobierno no
nar. Asi lo espero. (ALAIN, Libres acarrea la del jefe del Estado.
P'"'YfJOB, 20 oct. 1927.) B. En sentido abstracto: acción de
G bis. Cuando dejamos de go- gobernar, la manera o el arte de go-
bernar nuestros pensamientos, la bernar. El gobierno de los hombres es
tonteria mana por el simple movi- difícil.
miento de la lengua. (ALAIN, Pro- l. Prop.: se aplica a los asuntos pú-
pos s. des p/ti/os., 276.) blicos, al Estado.
C. '.Principalm.: detentar, como 14. el gobierno más conforme a
miembro de un gobierno, parte del po- la naturaleza es aquel cuya par-
der politice de un Estado. ticular disposición mejor se acuer-
7. Grande debe ser el placer de da con la del pueblo para el que
gobernar, cuando tantos quieren se establece. (MONTESQUIEU, Es-
meterse a ello. (VOLTAIRE, Dict. prit eles lois, 1, 111.)
pliil.) 15. La oposición es malísima
8. Se gobierna mejor a los escuela de gobierno, y los políticos
hombres por sus vicios que por avispados, que se elevan por ese
sus virtudes. (NAPOLEÓN B., Viri- medio a los cargos, tienen gran
lités, 23.) cuidado de gobernar por máximas
9. A los que quieren gobernar totalmente opuestas a las que an-
les gusta la República; a los que tes profesaban. (A. FRANCE, Les
quieren ser bien gobernados no opini<ms de M. J. Coignard, 77.)
les gusta más que la Monarquía. 2. Por ext.: se aplica a los asuntos
(J. JOUBERT, Pensées, 269.) privados. Gobierno de la familia, de
10. El hombre no nace con un sí mismo.
cierto derecho a gobernar a los 16. El peor estado del hombre
demás, sino con un derecho cierto es el de haber perdido el conoci-
a ser gobernado. (R. DE LA Toua miento y gobierno de sí mismo.
ou PIN, Aphorismes, 23.) (MONTAIGNE, Essais, II, 11, Pléiade.
V. DemoCTacia, 10; Política, 5 bis. 376.)
Gobernarse. Ser dueño de sí. 17. ese gobierno interior debe
ser aristocrático, es decir, de lo
11. Un espíritu es grande por mejor sobre lo peor. ( ... ) En nos-
gobernarse más que por extenderse. otros, el pueblo son las cóleras, los
(ALAIN, Propos, 619, Pléiade.) deseos y las necesidades. (Ar.u:-.
Gobierno. A. En sentido concreto: Propos, 4 abril 1910, Pléiade, 67.),
persona moral constituida por los de-
tentadores del pode1· político. El go- GRACIA
bierno legítimo, provisional, 1·evolucio- Gracia. Lat. gratia (der. de gra-
nario. t11s: agradable, agradecido; pero ha
12. No hay nada tan tiránico sufrido también la influencia del adj.
como un gobierno que pretende ser ur_atuitus, gratuito) : favor, agradeci-
paternal. (NAPOLEÓN 1, en L. MA- miento, agrado (belleza).
DELIN, Hist. clu Consulat et de A. Belleza simple y natural que
l'Emp., 111, 82.) constituye el agrado o encanto de per-
13. Por malo que sea un gobier- sonas y cosas.
no, hay algo peor, que es la su- l. Sólo en vos hallo una cierta
presión del gobierno. (TAINE, Ori- (gracia
gines ... , III, t. 1, 81, en RonEnT.) que me encanta siempre y sin
V. Constituci611, 11, 12; Democra- [ cansancio.
cia, 3. (RACINE, Esthr,·, 11, VII, 670-671.)
l. En sentido amplio: conjunto de 2. No forcemos nuestro talen-
los organismos detentadores de los di- [to;
versos poderes: legislativo, ejecutivo nada haríamos con gracia.
judicial. (LA FOl,TAINE, Fables, V, V: «L'a-
2. En sentido estricto: grnpo cons- ne et le petit chien.»)
tituido por los detentadores del poder 3. Las gracias se hallan más
ejecutivo, es decir, los ministros y el de ordinario en el espíritu que en
jefe del Estado. el rostro; porque un bello rostro
GRACIA 450

aparece desde el primer momento, 7'"'. Toda la gracia estí, en un


y apenas oculta nada; pero el es- cierto olvido de sí mismo; por esto
piritu no se muestra sino poco es cosa esencialmente humana. La
a poco, cuando quiere y tanto co- Naturaleza inconsciente no puede
mo quiere; puede ocultarse pal'a ser grnciosa, porque no sabiendo
aparecer, y dar así esa especie de se no puede olvidarse, y si llama-
sorpresa que constituye la gracia. 1nos gracioso a un animal, a una
Las gracias se hallan menos en flor, a un paisaje, es por una
los rasgos del rorlro que en las especie de antropomorfismo que le
maneras; porque las maneras na- atribuimos, por darle metafórica-
cen en cada instante, y pueden a mente un alma como la nuestra.
cada momento crear sorpresas; en (J. MARAGALL, l'icla CRcrita, 108.)
unn palabra, una mujer apenas Ad. E.
puede ser bella más que de unn V. Cortesía, 11.
manera, pero es bonita de cien
mil. (M0NTESQUIEU, Ensayo sobro B. Favor, don de una cosa no de-
,l gusto. Del no sé qué.) bida o incluso no merecida. V. Gra-
tuito,
3 bis. La gracia ( ... ) es, ante
todo, un movimiento suave, fácil, . 8. Hay maneras de conceder las
armonioso, exento de esfuerzo y gracias que son más insoportables
de dificultad. (Ch. LÉvllQUE, La que la negativa. (Caballero DE MÉ-
scie11ce du beau, I, 107.) RÉ, Réflex. mor., 41.)
4. Hay una cierta soltura en el 9. El que calla la gracia que
desmaño que, si no me equivoco, es ha recibido es un ingrato que no
más graciosa que la misma gra- la merecía; el que publica la que
cia. (J. BARBEY D'AURÉVILLY, Pen, ha hecho la transforma en injuria.
sées detackées, núm. 31, p. 21.) (SAINT-EVREM0NT, CEuvres melées,
I, 1, 11.)
5. Es la fuerza la que produce
la gracia: hay perversión del gus- C. Téol. Don gratuito de Dios que
to o del espíritu en buscar la gra- eleva al hombre al estado sobrenatural
cia en la debilidad. (A. RoDIN.) (gracia habitual) o concurre con él a
6. la inmaterialidad que así la práctica del bien (gracia actual),
pasa a la materia es lo que llama- l. Gracia habitual o santificante
mos gracia. (H. BERGS0N, Le rire, (ala gracia», tomado absolutamente):
22.) elevación a un estado sobrenatural que
7. la gracia (,_,) es una per- hace participar en la vida misma de
fección de expresión y de mo- Dios y capacita para la visión bea-
vimiento que no inquieta ni hiere. tífica. Esta gracia se opone a la na-
(ALAIN, Propos, 21 marzo 1911, turaleza: no s6lo, por su naturaleza no
Pléiade, 104.) t!ene el hombre ningún derecho a ~lla,
7'. La gracia organiza el capri-
smo tampoco ninguna predisposición
cho y la ley: es capricho bajo la (v. Sobrenatural). El estado de gracia.
ley. (R. BAYER, Esth. de la gracc, Los sacramentos aumentan la gracia.
11, 546.) 10. S6lo la fe nos enseña lo que
es la gracia, por la que Dios nos
7". la hermosura, la fuerza, la eleva a -una beatitud sobrenatural.
ligereza y otras gracias y dotes (DESCARTES, c. a In Princ. Jl:lisa-
del cuerpo, como flores, muy presto beth, IV, 314.)
se marchitan y por pequeños des-
manes se pasan; una insignifi- 11. La principal gracia la que
cante calenturilla casca al más nos hace justos y agrad~bles a
recio de los hombres y por más Dios, es la caridad, o amor al or-
apuesto que sea lo deshace. (J. L. den, (... ) Es una gracia habitual
VIVES, Jntroducci6n a la sabidu- que tan sólo puede obtenerse por
ría, § 71, p. 29.) Ad. E. el socorro de la gracia actual, 0
7"'. de la elegancia cabe decir por el bautismo en los niños. (MA-
lo que de la gracia: su vicio es su LEDRANCHE, Jlléc/it, c/1rét., XIII, 6;
riesgo; su riesgo, su encanto. (E. <Euvres co111pl., X, 140-141.)
n'ORs, Tres lecciones en el Jll. del 11'. No se asegure nadie de las
Prado, 48.) Ad. E. virtudes pasadas; continúelas has-
461 GRACIA

ta que se muera, pues si no expi- esa accwn. La explicación ele esta efi-
ra en gracia todo lo tendrá per- cacia difiere según las escuelas teol.
dido: y si mucre en gracia, ¿qué Para los molinistas y más general-
importa haya vivido mil años en mente: es el concurso del hombre el
los mayores trabajos del mundo? que convierte una gracia suficiente en
(P. J. E. NIEREMBERG, Di/. entre gracia eficaz, de suerte que «gracia
lo temporal 1J eterno, 132.) Ad. E. puramente suficiente», es decir, no efi-
2. Gracia actual ( una gracia, gra- caz, sería «sinónimo de gracia no uti-
cias) : socorro exterior o interior conce- lizada•. (J. &!VIERE, Dict. des connaisa.
dido por Dios para la práctica del bien. rel., 111, 540.)
Esta gracia no se opone a la natu- Para los tomistas (especialm. BÁ-
raleza más que en el sentido peyo- ÑEZ) : siendo rigurosa la predetermi-
rativo de esta palabra: hay gracias nación física de las acciones humanas,
naturales (una buena madre, una en- la gracia es puramente suficiente o
fermedad o una curación) y gracias eficaz en sí misma, con independencia
sobrenaturales (la fe, la salvación del concurso del hombre. Según esta
eterna). Gracias de estado (para las concepción:
diversas situaciones). Gracias de luz, 16. cuando el hombre consiente,
de fuerza ... no es él quien hace eficaz la gra-
12. Es el gran Agustín quien cia, pero su acto es signo de que
me enseña esta verdadera y sólida ha tenido lo gracia eficaz. ( ... )
teología: que es en la gracia pri- Puede decirse que la gracia su-
mera y en la última donde la ficiente es la que confiere al
gracia se muestra como tal; es de- hombre el poder de obrar bien;
cir, que es en la vocación que nos pero para que, de hecho, obre bien,
previene y en la perseverancia fi- es decir, para que utilice de hecho
nal que nos corona donde la bondad el poder que le es conferido, hace
que nos salva aparece en toda sn falta una nueva. gra.t:ia, más pode-
ll'ratuidad y pureza. (BossUET, Or. rosa., es decir, una gracia eficaz.
/un. de Ma.da.me, dueh. d'Orléa.ns.) (J. VAN DER MEERSCH, en Dict. da
13. llamamos gracia actual a théol. ca.th., VI, 1666-1667.)
una inspiración de Dios por la que Gracioso. Lat. graciostts, que goza
nos hace conocer su voluntad y de favor o es obtenido por favor.
nos excita a querer cumplirla. A. Que tiene gracia en el sentido A.
(PASCAL, Provint:ia.les, IV.) es decir, encanto, agrado (una figurilla,
14. Como el sacerdote siguiera un peinado gracioso; un niño gracioso
sin aparecer, creí un deber expre- como un ángel). V. Ingrato B.
sar a mi infortunado camarada B. Sin. de gratuito• en el senti-
cuánto sentía aquel retraso (... ) do A: que es concedido por gracia en
No pareció oh-me. Pero instantes el sentido B, es decir, por favor, sin
más tarde ( ... ) pronunció ( ... ) cla- contrapartida o desembolso. «A título
ramente, aunque con extremada gracioso» se opone «a título oneroso».
lentitud, estas palabras que estoy
seguro de referir con toda exac- Gratitud. Lat. gratitudo, cualidad
titud: «¿ Qué importa eso? Todo de lo que es gra.tu.s (en el sentido de:
es gracia». agradecido) : agradecimiento.
Cont,·.: ingratitud•.
Creo que murió casi al instan-
te. (G. BERNANOS, Jom-na.l d'tm cu- 17. La grntitud es un senti-
ré de ca,mp., fin.) miento, el recuerdo del corazón;
16. Una falta cometida pue- el reconoc-im.iento es una acción, el
de transformarse en gracia. (J. recuerdo de la conducta. Decimos
GREEN, Le bel aujo1wd'/mi, 203, 14
un sentimiento de gratitucl y un
acto de reco11ociniie11to (... ). La
junio 1966.) gratitud es debido .a la beneficen-
V. Remorclimie11to, 1. cia, el reconoci111.ieuto al beneficio.
Gracia. stt/it:iente y gracitt e/icciz. Es (LAFAYE, 643.)
suficiente la gracia que puede alcan- 18. Al primer desfallecimiento
zar su fin, es decir, hacer cumplir de la gratitud, el bienhechor sien-
la buena acción para lo que es dada. te subil'lc a la garganta todas su•
La gracia suficiente se convierte en buenas obras. (J. RosTAND, De la
eficaz si, efectivamente, hace realizar vcrnité, 92.)
GRAFfA 462

18'. En punto a la grnlilud, ln Se dice de las descripciones, opera-


voluntnd se ha de vnloral' tanto co- ciones y demostraciones que se repre-
mo la buena obra: que en poco ml'- sentan por medio de figuras o signos;
nor grado está el que intentó, el y, fig., del modo de hablar que expone
que quiso hacer hien, que el que las cosas con la misma claridad que
lo hizo efectivamente. (J. L. VI- si estuvieran dibujadas.
VES, /ntrodu.cci6n a la sabidu-'t"Ía. Grafología. A. Etimol6g. y en sen-
§ 611, p. 97.) Ad. E. tido primitivo: ciencia de la escritura
Gratuito. Y. por orden alfabét. (Gr. graphe).
Graf. Raíz de las palabras gr. gm- B. En sentido usual: arte o técnica
phcin, escritor; graphC, escritura; gra- que tiene por objeto determinar el
phrus, escritor; escriba. Entra en diver- carácter de los individuos por su es-
sas palabras esp.: como pref'. bajo la critura.
forma gra.fo (grafología) ; como sufijo V. Signo, 6.
bajo la forma grafía, grafo, gráfico
(autógrafo, cinematógrafo, ológrafo, GRANDEZA. Der. del lat. grandis,
demografía, hidrografía, ideografía). grande, amplio, noble, Tamaño excesi-
vo de una cosa respecto de otra del
GRAFiA. Gr. graphe, escritura. mismo género. (Real Acad.)
A. Subst. f. Manera de escribir, es- A. · Carácter de lo que es grande
critura. normalmente (grandeza de alma, de
espíritu, Ja grandeza de un soberano,
B. Sufijo. En los nombres de disci- amar la grandeza).
plinas científicas y por opos. a logía,
designa una ciencia que se atiene a la l. El pensamiento constituye la
descripción de los hechos sin buscarles grandeza del hombre. (PASCAL,
una explicación racional o una orga- Pensées, 488.)
nización sistemática. En este sentido 2. Francia no puede ser Fran-
se habla de psicografía • (por op. a cia sin grandeza. (Ch. DE GAULLE,
psicología). V. Logía, Etnografía, Geo- Mémowes, I, l.)
grafía, Nomografia. 3. Cuando la grandeza se alía
Gráfica. (Der. del adj. gr. grapki- con la arrogancia, se convierce
kos, relativo a la escritura o al arte de en altanería, que es un defecto
escribir ( grapkein). por el orgullo que revela. En
Port-Royal encuentro más altane-
Representación lineal de la variación ría que grandeza. (J. GUITTON, 11'-
de una función matemática o de la evo- vitation a la pensée ... , 133.)
lución de un fenómeno.
3'. No puede la grandeza fun-
La gran invención de hacer las darse en el pecado, que es nada, si-
leyes sensibles al ojo y como le- no en Dios, que lo es todo. (B.
gibles a simple vista se ha incor- GRACIÁN, El héroe, 44.) Ad. E.
porado al conocimiento, y duplica
en cierto modo el mundo de la ex- 3". La revista que pasamos
periencia con un mundo visible de de estos hombres tan beneméritos
curvas, superficies y diagramas de las excelencias de nuestra len-
que trasponen las propiedades en gua avivó en nosotros el dolor de
figuras cuyas inflexiones, segui- su pérdida, porque allí se siente
das con la vista, nos hacen expe- más la fatalidad de una ruina,
rimentar, por la conciencia de ese donde fue mayor la grandeza de
movimiento, la sensación de las vi- lo destruido. (J. P. FORNER, Eri:e-
cisitudes de una magnitud. La quias de la, lengua castellana, 132-
gráfica es capaz del continuo 133.) Ad. E.
de que la palabra es incapaz; la B. Extensión, tamaño, magnitud.
supera en evidencia y precisión. V. Magnitud.
Ella es, sin duda, quien le ordena
existir, le da un sentido y le in- Delirio o ma1'1a de grandezas. Esta-
terpreta; pero ya no es por ella do psíquico de quien tiene ambiciones
por quien es consumado el acto de exageradas hasta el absurdo o se atri-
posesión mental. (P. VALÉRY, Pléia- buye riquezas, funciones, un rango so-
de, I, 1266.) cial completamente imaginarios.
Gráfico. Adj. Del gr. grapl,ikos, per- Si11,: megalomanía. V. Pa,ra11oin.
teneciente o relativo a la escritura. 4. La aparición del delirio de
453 GRATUITO

grandeza, que es delirio del éxito, pueril. (J. RosTAND, Hérédité et


señala la definitiva instalación de racisme, 67.)
la demencia. El rostro y el estilo 7. [En la clase de M. Méridier,
contentos del imbécil feliz se han profesor de quien se burlan los
hecho proverbiales. Cuando no es alumnos.] A veces en el seno de un
ya la época de los fervores totales ruido general anónimo y desinte-
de la edad juvenil y de sus exalta- resado, sin otro fin que él mismo,
ciones de joven animal desbordante se disparaba meteórica, como una
de vida, una reacción de triunfo obra de arte, una insolencia gra-
demasiado desprovista de inquie- tuita. (J. MALEGUE, Augustin, 1,
tud indica una mediocre cualidad 68.)
del psiquismo. (E. M0UNIER, Tr. du
caract., 464.) 8. el peso que le abrumaba
abandonaba su presa, lo liberaba,
GRATUITO se elevaba bruscamente de su co-
razón. Sin razón; oor el más gra-
Gratuito. Lat. gratuitus, op. a mer- tuito aletear. (lbúl., 11, 733.)
ce11ari11.s (el que trabaja por un salario
[n,erccs]). Der. de gratia; (gracia•). 9. la contingencia no es una
ilusión, una apariencia que cabe
A. Que se da por nada. Reparto disipar; es lo absoluto, y, por con-
g1:atuito. siguiente, la gratuidad perfecta.
l. Esas obediencias y respetos Todo es gratuito, este jardín, esta
que recibimos de nuestros súbditos ciudad y yo mismo (... ) Eso es lo
no son un don gratuito que nos que los cerdos burgueses (... ) in-
hacen, sino un intercambio con la tentan ocultarse con sus ideas de
justicia y protección que preten- derecho. Pero qué miserable men-
den recibir de nos. (LUIS XIV, Mé- tira: nadie tiene derecho; son to-
moircs, 11, m.) talmente gratuitos, como los de-
más hombres, y no consiJ?uen dejar
2. De la naturaleza del Hom- de sentirse de más. (J .-P. SARTRE,
bre, fue el sufrimiento lo que La na:11.sée, 171.)
Je pareció esencial. Por Él dejó
de ser gratuito, y ahora paga por 10. todos los grandes escrito-
algo... (P. CLAUDEL, Positions et res enseñan que la gramática no
prop., 11, 246.) es nunca gratuita, que hay una
relación necesaria entre las formas
B. Que carece de razón válida, de del lenguaje y las formas del pen-
justificación. Suposición gratuita, in- samiento ... (J. GUÉHENNO, Sur le
sulto gratuito. En el voc. existencia- chemi11 des hommes, 175.)
lista, sin. de contingente, de absurdo.
V. Odio, 3; Precisión, 8; Vocación,
Sin.: injustificado, inútil. 11.
3. Toda destrucción gratuita de Acto gratuito. Acto reflexivo pero
la vida, todo aniqui!-amiento evita- sin motivo, es decir 1 resultante de una
ble de una obra maestra, me pa- decisión completamente arbitraria. No-
rece ferocidad o vandalismo. (H.-F. ción debida a André GmE que, en la
AMIEL, Journal i,rt., 1 abril 1870.) última parte de sus Caves du Vatica:11.
4. suponer que cada represen- da un ejemplo que se ha hecho clásico
tación reside en una célula deter- y que dice, hablando de Lafcadio: «La
minada es ya un postulado gratui- razón de cometer este crimen es co-
to y del que incluso llegaremos a meterlo sin razón» ((E1<1•1·cs, VII, 351.)
demostrar la imposibilidad a lo 11. Un «acto gratuito» que fue-
largo de este estudio. CE. Dun- se verdaderamente gratuito no se-
KIIEIM, Socio/. et phi/os., 18.) ría tampoco un verdadero acto. De
6. ¿Cómo analogins tan gratui- hecho, claro está, el «acto gratui-
tas, tan inromprensib1es incluso, to» de los novelistas ( ... ) es siem-
pueden tener ninguna verdadera pre observado de reojo por el au-
eficacia cienlifica? (L. BRUN~cn- tor -o personaje interpuesto-
VICG, L'erpér. 1111111 ••• , 338.)
con vistas a su efecto estético o su
sentido político, y, en la medida en
6. Las tesis racistas son cons- que tal efecto es buscado, vueh·e
trucciones gratuitas, bnsudns en a cargarse de significación. (R.
una antropología tendenciosa y RtTYER, Néofi11a1is111c, 10.)
GIUTl'O 454

12. Gidc sufrió toda su vidn dos por un psicólogo con vislns a for-
nor su ausencia de espontaneidad, marlos en los 1·elnciones humanas. Se
hasta llc¡rar a hacer la apología trnta de que tomen conciencio de lo que
del neto ¡rratuito, es decir, del im- debe modificar en su comportamiento
pulso, audacia de los tímidos, vo- para uno buena integración en los gru-
lición ele los irresolutos, tentación pos naturales de que forma porte. V.
de l~s analistas. (J. DELAY, Jel!- Trainino• Group.
11cssc d'A. Gidc, 590.) Psicoterapia, de grupo. Técnica psi-
13. Gide habrla cambiado dia- quiátrica que utiliza como factor te-
bc\licamcnte el sentido de esta her- rapéutico la acción de un grupo de in-
mosa palabra si su famoso «acto dividuos organizado y dirigido con es-
gratuito, resultara ser, a fin de te fin. V. Psicodrama, Sociodrama.
cuentas, el acto más interesado l. Por el método de psicotera-
que cabe, por ser aquel por el pia de grupo, el grupo se con-
que un individuo pretendía signifi- vierte en agente terapéutico en vez
car al unh·erso su diferencia irre- de ser un agente de disolución de
ductible y soberana. Gratuidad se- la personalidad, tal como se cons-
guía siendo para nosotros una tata en el método clásico de inter-
hermosa y vieja palabra cristiana namiento. (P. BERNARD, L'óvol. ps¡¡-
que por nada del mundo hubiése- chiatr., nov. dic. 1948, 4.)
mos manchado. Designaba la cuali-
dad de lo que, por una gracia su- Gr11po de presión (Socio!.) lngl.
perabundante, se da sin pensar en vressurc gro11,p.
el retorno. (J. GUÉHENN0, La foi Asociación que tiene por objeto
diffic., 111.) defender los intereses comunes de sus
Gratuidad. Carácter de lo que es miembros y que, para ello, trata por
¡,:ratuito, en los diferentes sentidos de todos los medios de influir en ia ac-
esta palabra. L:i gratuidad de la escue- ción gubernamental así como en la opi-
la, de una acusación o de un insulto, nión pública.
de una obra literaria ... 2. Los jefes de los grupos de
presión ingleses son, se dice, mo-
14. Nuestros jóvenes (... ) en- derados, bien por temperamento,
señan que las obras del espíritu de- bien porque en Inglaterra la mo-
ben ser ordenadas a un fin concre- deración es un buen medio para ob-
to, que ha terminado el tiempo de tener Jo que se quiere. Sin tener en
la gratuidad. (... ) Pero ( ... ) ¿no cuenta cuestiones de temperamen-
es a menudo por la gratitud de to, en Francia las relaciones entre
una obra por lo que se mide su el gobierno y los grupos de pre-
alcance en profundidad en los se- sión invitan a éstos a la falta
res y en extensión en el tiempo? de moderación. (H. W. EHRMANN,
(F. MAURIAC, Journal, 327.) La politique du patrona! fr., 1936-
15. El milagro de Jean Girau- 1955, 397.)
doux estará en encerrar, en la fra- 3. La constelación de los gru-
se más artificial, más aparente- pos de presión refleja fielmente
mente abandonada al demonfo de las estructuras socioecon6micns
la gratuidad y del juego, un pen- y las querellas ideológicas del pals
samiento franco y humano (... ) y considerado. (J. MEYNAUD, Les
hasta una muy razonable filosofía. groupes de pression, 12.)
(P.-H. SIIII0N, Littér. contemp., I,
169.) GUSTO, Lat. gustus, acción de gus-
tar, sabor.
GRUPO. Der. del ita!. gruppo,
prop.: nudo. A. Prop.: Sentido gracias al cual
experimentamos una categoría particu-
A. Mat. «Conjunto de elementos de lar de sensaciones y percibimos los sa-
la misma naturaleza que contiene con bores; el sabor mismo; gana o prefe-
cada elemento su inverso, y con cada rencia resultante del sabor de un ali-
grupo de elementos su resultante» mento.
( Di,ct. de11 Se.).
1. Gusto, s. m. El sentido que
D. Psicol. U. S. A.: Trai1Ling Group juzga de los sabores, y por exten-
grupo de formación. En Francia sue- sión la cualidad de las cosas mis-
le decirse «grupo de diagnóstico». Pe- mas que se comen. (C0NDILLAC,
queño número de individuos rcuni- Dict. eles sy11., III, 302.)
455 GUSTO

B. Por anal.: facultad psíquica aná- facilidad, adquirida mediante rei-


loga al sentido del gusto. teradas experiencias, para captar
l. Acepción afectiva: inclinación por lo verdadero o lo bueno con la
algo. Gusto por la lectura, por la con- circunstancia que lo hace bello, v
versación. para ser pronta y vivamente con-
movido por ello.
Sin.: tendencia, inclinación, debili-
dad, propensión, interés. Si las experiencias que deter-
minan el juicio están presentes a
2. Se habla más particularmen- la memoria, tendremos el gusto
te de gustos a propósito de las co- razonado; si su recuerdo ha pasa-
sas y de inclinaciones a propósito do y sólo queda la impresión, es-
de las personas o de abstraccio- ta~emos ante el tacto, el instinto.
nes morales (sociedad, patria, hu- (DIDER0T, Essai B. la peint., VII;
manidad, etc.) (M. B0LL y F. <Euvres, Garnier, X, 519.)
BAUD, Porsonnalité, 78.)
10. El gusto al que me refiero
3. El esplritu debe luchar con- es una lucidez de espíritu que se-
tra su pereza, pero no contra su para instantáneamente lo dig~o
gusto, y una vez la pereza ven~ida, de admiración de lo que no es mas
es el gusto quien debe conducirlo; que falso brillo. (E. DELACR0IX,
el gusto no excluye el esfuerzo, pe- Journal, 4 enero 1857.)
ro lo dirige. (L. LAVELLE, La par.
et l'écrit., 223.) 11. [El artista] tiene también
que poseer gusto, _es decir, ~a
V. Amor, 64. fina y delicada aptitud para dis-
2. Acepción cognos.citiva (buen gus- cernir las cualidades o defectos en
to o absolut.: ,gusto) : sentido de lo las obras ajenas y en las propias,
conveniente en la esfera de las rela- y para apreciarlos mediante un sa-
ciones humanas, de las artes y de las no juicio.
letras. El genio crea.
4. El buen gusto viene más del El talento imita.
juicio que del espíritu. (LA RocHE-
FOUCAULD, Ma'1:,, 268.) El gusto aprecia. (V. o'IsoY,
Cours de campos. mus., 15-16.)
5. El gusto no es sino la fa-
cultad de juzgar lo que place o 12. Los decretos del «gusto,,
desplace al mayor número. (Rous- son irritantes, como todos los dog-
SEAU, Émilo, IV, 424.) mas, para los no creyentes. (~larie
BoNAPARTE, Glanes des jours, 63.)
6. La medida del gusto que po-
demos tener depende de la sensi- 13. El mal !!'USto no es aeaso
más que la pasión de adornar por
bilidad que hemos recibido; su cul- adornar. (ALAIN, Syst. des bea1<X-
tivo y su forma, de las sociedades arts, 188.)
en que hemos vivido. (lbíd., 425.)
14. La sumisión al buen gusto
7. El gusto es una manera es a menudo facilitada por la fa!-
de sentir tan feliz que se percibe ta de gusto personal. (J. RosTAND,
el valor de las cosas sin auxilio Carnets d'm, biol., 54.)
de la reflexión, o mejor, sin servir-
se de ninguna regJa para juzgar- 15. Es calidad un gusto críti-
las. Es el efecto de una imagi~a- co, un paladar difícil de satisfa-
ción que, ejercitada desde _un prin- cerse; los más valientes objetos le
cipio sobre objetos escogidos, los temen y las más seguras perfec-
conserva siempre presente, y hace ciones le tiemblan. (B. GnACIÁN,
El héroe, 17.) Ad. E.
naturalmente de ellos modelo de
comparación. Por eso el buen gus- 16. el arte por sí no basta pa-
to se halla ordinariamente en las ra producir obras excelentes, y, al
personas de mundo. (CoNDILLAC, contrario, hacen grandísimo per-
Essai ... , § 103, I, 34.) juicio a los progresos del buen
gusto aquellos entendimientos se-
8. El gusto y el genio se dis- cos, lúnguitlos y fríos, que no 9ue-
tinguen entre si en que el genio den dar de sí más que la observan-
es el sentimiento que eren, y el cia do los preceptos; porque esa
gusto el que juzga. (U'A1.F.MBf:RT, observancia por si sola no forma
en LAFAYE, 6:12.) más que cadáveres, y el pueblo
9. ¿Qué es, pues, el gnslo'/ llna quiere más ver un monstruo vivo,
GUSTO 456
alegre y juguetón, que un cadá- dia Octavio de Romeu) lo más re-
ver pálido y postrado, por más que volucionarlo que ae puede hacer es
conserve la re¡n,laridad conespon tener buen gusto. (E. D'oRS, U-
diente a su naturaleza. (J. P. tur11-it: Role11011do a Azorí11. Sfn-
FoRXER, E:rrquiaB de la /e,1gua le•is.)
ca-BtrllaHa, 93.) Ad. E.
17. En España (sentenciaba un V. Admiraci6n, 11; Almii, 10.
H
HÁBITO. Ilabittts. Subst. lat. que tuoso. (W. JANKÉLÉVITCH, Tr. des
significa: manera de ser ( sese haben- vert11s, 783.)
di). Corresp. al gr. Exis*. 4. Cuando preguntamos a algu-
Filos. escolást. y teol. A. ·Ontol.: no: cc¿Cómo se encuentra?», que-
uno de los nueve accidentes (habitus remos decir: «¿En qué estado de
entitativus). Categoría aristotélica. salud se halla ?o Dicho de otro mo-
B. Psicol.: cualidad estable que com- do: «¿En qué habitus»? Él res-
pleta una facultad natural y hace que ponde: «Bene i.•cl m.ale ·me habcol>,
ejerza bien o mal sus funciones (ha-- «Voy (estoy) bien o mal». El ha-
bitus operativus). bitus es precisamente esta especie
de cualidad que determina a un su-
A diferencia de los hábitos, que son jeto en bien o en mal. (Dom Pl.
siempre adquiridos, hay también ha-- DE R0T0N, Les habitus, 23-24.)
biti innatos (la inteligencia de los pri- V. Ilumilclad, 7.
meros principios) y habiti infusos (las
virtudes teologales•). Normalmente se Hábito. Lat. habitus y habitudo, de-
emplea hábito también en este sentido. rivado de habcre (tener, estar, haber):
manera de ser, estado.
l. Sólo el pecado de infidelidad
nos hace perder el habit11s de la fe. A. En general. «Disposición adqui-
(BOURDALOUE, Sur les amvres de rida por actos reiterados» (Acad. Fr.).
la foi, l.) Por ello se opone a naturaleza. Esa
disposición puede ser un acostumbra-
2. El habitus adquirido por el miento, una destreza, una necesidad.
intelecto tiene por virtud el dar,
en una visión rápida, lo que el Sin..: costumbre, uso, tradición, cos-
análisis daría en una serie, acaso tumbres, práctica, rutina, automatis-
inagotable, de visiones sucesivas; mo.
pero ese habitus tuvo que set• ad- 6. El uso es con relación a la
quirido a lo largo del tiempo y gente lo que el hábito con relación
mediante el discurso. Una vez ad- a cada -individuo. Es lo que todo
quirido, permite intuiciones que el mundo tiene en general el há-
preceden a la visión distinta de bito de hacer. ( ... )
sus razones. (J. VIALAT0UX, Le cli•- Costumbre tiene un sentido más
cours et l'i11tuitio11, 60-67.) restringido. Puede ser considera-
3. La inocencia, sin sel' en sí do romo sinónimo de hcíbito o co-
misma una virtud esperial, es, mo sinónimo de uso. En el primer
pues, coextensa con el habitus vil·- caso, el que tengllis cost-umbre de
HABITO 458

algo no significa que hayáis he- Mientrns trabaja por nos-


cho de ello un hábito, sino tan [ otros en silencio,
sólo que obráis asi ordinariamen- con ademán seguro y siem-
te, haya hábito o no. En el segun- (pre igual,
do, se entiende por costumb,·cs hermana la pupila alerta
los '"'º" que hacen las veces de le- con los dulces labios del
yes, cuando no las hay expresas. [sueño.
(C:ONDILLAC, S1111., III, 547.) Pero imprudente el que se
6. El hábito no reemplaza al [abandona
bien, pero el bien apenas puede a su yugo, una vez acepta-
pasarse sin hábitos. (A. VINET, [do.
L'éd11cation, la fa,nillc ... , 399.) Esa vieja de paso mon6-
7. Los hábitos de trabajo son [tono
caminos hacia el cielo. (EMERSON, adormece a la joven liber-
Jo1trnal 23 marzo 1823.) [tad.
8. Como guía de la vida, los (SULLY-PnUDHOMME, (Euvres, I,
hábitos hacen más que las máxi- 13-14, Lemerre.)
mas, porque el hábito es una má- 12. el hábito, gracia divina,
,dma viva hecha instinto y carne. . cuando es activo y se considera co•
Reformar nuestras máximas no mo un escalón que permite elevar-
es nada, es tan sólo cambiar el ti- se a otros más altos, se convierte
tulo del libro. Adquirir nuevos há- en causa de debilitamiento, de dis-
bitos, en cambio, es alcanzar la persión de fuerzas y de disolución,
v:ida en su sustancia. La v:ida no cuando es tomado como término de-
es sino un tejido de hábitos. (H.-F. finitivo, cuando es pasivo. (E.
AMIEL, Fra.gments d'un journa.l in- BOUTROUX, De la eonting. des lois
ti mc, I, 14. ed. E. Schérer.) de la nat., 170, Alean, 1928.)
9. ¡El hábito! Hábil ama de 13. El hábito es, pues, como el
casa, pero lenta, y que empieza enorme volante que regulariza los
por dejar sufrir durante semanas movimientos de la sociedad; su
a nuestro espír-itu en una instala- más precioso agente de conserva-
ción provisional; pero que, a pe- ción. (W. JAMES, Précis de psy-
sar de todo, le hace feliz encon- chol., 184.)
trarla, porque sin el hábito y re- 14. El poder del hábito es el
ducido a sus propios medios, sería 11ia,yor que e,:isto en el mundo. Po-
impotente para darnos una vivien- dría llamá,rsele el peso psicológi-
da habitable. (M. PROUST, Du cóté co. (G. MORF, Él. de psychol,, 32.)
de chez Swann, I, 18.)
15. El hábito es coextenso a la
10. El hábito comienza con el vida ( ... ). Este fenómeno esencial-
acto y se señala en el acto que mente dinámico del hábito es in-
se repite, antes, pues, de deber na.- dependiente del conocimiento, Pue-
da a .Ja repetición. Por lo demás, de compenetrarlo (hay hábitos cog-
no hace falta decir que si no em- noscitivos), pero no lo presupone
pezase con el primer acto, no ten- (hay hábitos puramente vitales, ve-
dría razón para empezar nunca. getativos.)
( ... ) Pero ( ... ) la facilitación que La memoria es, por el contra-
el primer acto crea (es) desarro- rio, una facultad esencialment.e
llada en la misma medida por el psíquica, Es el conocimiento del
segundo y los siguientes. Y como, pasado en tanto que pasado, Pero
a pesar de todo, es raro que un el pasado no necesita ser conoci-
solo -acto cree un hábito, queda en do para obrar, para dejar su ras-
pie que la repetición sigue siendo tro, para modificar dinámicamen-
el factor principal. (M. PRADINES, te al viviente. El hábito prescin-
Tr. de pB)Jchol. gén., I, 119.) de muy bien de los servicios de la
11. El hábito es un extraño memoria. (R. DALBIEZ, Méth. psy-
que en nosotros suplanta a chanal, .. , I, 315.)
[la razón: 16. Recuerdo y hábito repre-
una v:ieja ama de llaves sentan dos posibilidades, dos sen-
que en la casa se instala. tidos de la eXJ)eriencia adquirida,
dos sentidos de la misma experien-
459 HECHO

cia. (G. Gusnom•·, Mémoil'c et ¡icrs., C. Tendencia o necesidad adquiri-


II, 302.) da por la repetición. Los malos há-
16'. Una verdad sólo es de ve- bitos son de este orden. El hábito de
ras activa en nosotros cuando, ol- la bebida, de las drogas ...
vidada, la hemos hecho hábito; en- 24. Los gustos e inclinaciones
tonces la poseemos de verdad. (M. pertenecen al dominio afectivo y
DE UNAMUNO, Sobro la; m!stü:a;, subjetivo, en tanto que los hábi-
Obra;s escogida8, 116.) Ad. E. tos son del dominio motor y ob-
V. Ca;non, 3; Ca;rácter, 14; Determi- jetivo. (M. BOLL y F. BAUD, Per-
nismo, 30; Esfuerzo, 4; Memoria, 1, 15; sonnalité, 79.)
Postulado, 2; Reflejo, 4; Voluntad, 42. V. Costumbre, 5.
B. Destreza o aumento de capaci- D. Manera ordinaria, individual o
dad resultante de un ejercicio prolon- colectiva, de comportarse, de pensar, de
gado. sentir. Eso altera mis hábitos, los há-
bitos de la casa.
17. Habla perdido el hábito
-ahora lo recupero- de exigirme Sin.: costumbre.
más a mí mismo. (A. GmE, Jour- 25. a cierta edad, sólo se pue-
11a;I, 21 marzo 1931.) de estar contento y ser feliz de ma-
18. Es importante distinguir el nera conforme a hábitos adquiri-
hábito que está al servicio de la dos, y no de otro modo. (M. DE Br-
acc10n del que, por el contrario, RAN, Journal 1.0 enero 1815.)
a ella resiste. (ALAIN, en Textes 26. La guerra cambió todos
ch., p. A. DREVET, l, 140.) nuestros hábitos. (M. PROUST,
19. El hábito no esclaviza, sino Tcmps retr., I, 156.)
que, por el contrario, libera, in- 27. El placer del hábito es a
troduciendo, en cierto modo, la vo- menudo aún más dulce que el de
luntad hasta en las fibras más la novedad. (PROUST, J. Santeuil,
Intimas de los miembros, de mane- II, 19.)
ra que la acción más nueva e im-
prevista sea ejecutada a la per- 28. El coronel Forgeaud no
fección, no después de haber sido era mala persona, pero treinta
pensada, sino en el momento mis- años de mando le habían dado el
mo en que es pensada. (ALAIN, Li- hábito de ser obedecido. (A. i\IAC-
bres propos, 17 marzo 1923.) ROIS, La torre promise, 25-26.)
20. «Estoy habituado a mi co- 29. si unos hábitos vivos son
che, tengo el hábito de la carrete- instrumento de la acción creado-
ra», significan: conozco mi coche, ra, el esclavo de los hábitos es un
conozco la carretera, soy capaz de enfermo que camina hacia la muer-
improvisar con éxito ( ... ). Tener te espiritual. (E. MOUNIER, Tr. d1t
el hábito significa disponer de un caract., 422.)
poder, (Ph. FAURÉ-FREMIET, Pen- V. Costumbre, 1; Piedad, l.
sée et recréation, 79.)
21. El hábito es prolongación HAECCEIDAD. Etim.: hace, ésta.
no del reflejo, sino de la destre- Lo que hace que una cosa sea ésta
za preformada. (P. RICOEUR, Phi- (haec) y no otra. V. Ecccidad.
los. do la; vol., I, 269.) En DUNS ESCOTO: principio que hace
22. el hábito es siempre una ma- que una esencia se haga individual.
nera de ser adquirida, contraída,
que da poder al querer. ( lbícl., 276.) HEAUTOSCOPIA. Acción de verse
23. Todo hábito (... ) es el co- (gr. s1'opein) a sí mismo (gr. heau-
mienzo de una alienación que se tos), Se escribe también autoscopia•.
halla inscrita en la propia estruc- La heautoscopia es la represen-
tura del hábito, en la relación en- tación alucinatoria de la imagen
tre 11prendo1· y contraer (... ) ; el del yo. (G. MARGUERY, en Encycl.
hábito fija nuestros gustos, nues- méclicochi1·., 37125 C", 2, 1955.)
tras aptitudes, y restringe así el Hcbcfrcnia. V. Demencia precoz.
campo de nuestra disponihílidarl.
(P. RrroEtlR, l•'i11ilwl,• rl c1tlp., I, HECHO. Lut. factum, part. del ver-
74.) bo /acci·c (hacer), empl. substant.
HECHO 460

A. Lo que ha sucedido (en el con- B. Lo que, por ocurrh· regularmen-


creto y en el plano de la realidad sin- te cuando se dan ciertas condiciones,
¡rular). Se op.: al derecho (de derecho ... es objeto de experiencia universal (pla-
de hecho ... ) ; a lo ima¡rinndo, concebi- no del conocimiento abstracto y gene-
do o deducido y que no es objeto de ral). El hecho de la ebullición, de la
cxperil'ncia (es un heeho, eso no se fisión del átomo. El hecho científico,
discute). histórico ...
l. Carl~·le ha escrito en alguna 5. Doy por un hecho que, si to-
parte algo como esto: «Sólo el he- dos los hombres supiesen lo que di-
~ho importa; Juan Sin Tierra pa- cen unos de otros, no habría ni
só por aquí; eso sí que es algo ad- cuatro amigos en el mundo. (PAS·
mirable, una realidad por la que CAL, Pensées, 379.)
~-o daría todas las teorías del mun- 6. Un cometa fue durante mu-
do». ( ... ) Es el lenguaje de un cho tiempo un suceso; la emocio-
historiador. El físico diría más nante aparición resistió mucho
bien: «Juan Sin Tierra pasó por más tiempo que el eclipse; pero
aquí; tanto me da, puesto que no cuando se reconoció la forma de la
volverá a pasar». (H. POINCARÉ, trayectoria, cuando se predijo y
La. science et l'hyp., 168.) constató la vuelta de un cometa (...)
2. Asegurémonos del hecho an- el suceso se convirtió en un hecho.
tes de inquietarnos por la causa. (ALAIN, 101 propos, V, XLI, en
Cierto que este método resulta. len- Tcxtes ch., p. A. DnEVET, 1, 220.)
to para. la. mayoría. de las gentes, V. Método, 13, 16, 17.
que se apresuran con la mayor na- Hecho bnito y hecho científico. El
turalidad por llegar a la causa. he~ho bruto o precientífico es el dato
pasando sobre la verdad de los inmediato de la. observación. El heeho
hechos; pero al cabo evitaremos científico consist.e en esos mismos da•
el ridículo de encontrar la causa tos, pero precisados mediante medidas,
de algo inexistente. (FONTENELLE, interpretados con ayuda del saber, in-
Hist. des orac/es, I, IV.) tegra.dos en una representación gene-
3. Pequeños hechos bien elegi- ral de la clase de hechos a la que per-
dos, importantes, significativos, tenecen, o en una teoría.
ampliamente circunstanciados y 7. Hay muchos nuevos, que,
minuciosamente anotados, tal es aunque bien observados, no ense-
hoy la. materia de toda ciencia. (H. ñan nada a nadie; permanecen,
TAINE, De l'intellig., Pref., 2.) por el momento, aislados y estériles
4. En las ciencias son los para la ciencia: es lo que podría-
hechos quienes tienen razón, a mos llamar el hecho bruto o brutal.
menudo en contra. del buen sentido, (Cl. BERNARD, lntrod., I, 11, § 2.)
a veces frente a. una lógica. dema- 8. la. notación intelectual del
siado simplista. (F. GONSETH, La hecho supera. necesariamente el
géom. et le probl. de !'esp., 133.) hecho bruto. (H. BERGSON, Les cleux
4'. El ser un hecho consumado SOUrCCB ••• , 263.)
no muda su naturaleza j es un he- 9. el hecho bruto nace con el
cho acabado, pero no más que un sentido común. Pero, apenas naci-
simple hecho; su justicia o injus- do, es atacado por la crítica cien-
ticia, su legitimidad o ilegitimi- tífica. O, mejor, hecho bruto y he-
dad no vienen expresadas por cho científico constituyen una mis-
aquel adjetivo. (J. BALMES, Obras, ma cosa, no hay entre ambos so-
1473.) Ad. E. lución de continuidad. (E. MEYER-
4". Cada hecho es tal cual es soN, Iclentité et réal., 424-425.)
y no otro como resultado de un 10. El hecho más bruto en apa-
proceso, de un hacerse, de una di- riencia es ya algo elaborado; en
ferenciación; asi es que conocerlo otros términos, los hechos son he-
con conocimiento vivo es rehacer- chos. ( ... ) Los hechos sólo tienen
lo en nuestra mente reproducien- sentido, diría incluso sólo cxistc11,
do su proceso. La representación por su inserción en un sistema en
viva es un hecho rehecho. (M. DE función de una teoría, o míis bien
UNAMUNO, En torno al casticismo, de un conjunto de teorías. (E. LF.
JI, Obras escogidas, 82.) Ad. E. RoY, B1111. ele ltt Soc. fr. ele Plii/os.,
V. Derecho, 4, 5; Error, 6. 1908, p. 278.)
461 HECHO

l t. Una teoría, una ley, una no), demostrando que también el


técnica, sólo existen por unos he- hecho bruto se asienta en una teo-
chos, que a su vez descansan en ría previa, aunque rudimentaria, y
otros hechos anteriores. Recíproca- a veces confusa e incoherente: la
mente, un hecho sólo existe para del conocimiento precientífico. (J.
la ciencia, al menos a partir de ULLMO, La pensée scíent. moderne,
un cierto nivel de precisión en fun- 108.)
ción de una teoría o de un grupo 17. no existe el hecho ente-
de teorías que son las únicas ca- ramente «bruto» ( ... ): las consta-
paces de darle un sentido. (E. LE taciones experimentales sólo ad-
RoY, R. tic ,nét. et tic 111or., 1953, quieren su valor científico tras un
329.) trabajo de nuestra mente que, por
12. /o único que el sabio crea rápido y espontáneo que sea, im-
en ttn hecho es el lenguaje en que prime siempre en el hecho bruto la
lo cnun.cia. marca de nuestras tende!).cias y
(... ) el hecho cientlfico es la tra- nuestras concepciones. (L. DE BR0-
GLIE, Sur les sentiers de la Scíen-
ducción de un hecho bruto a un
cierto lenguaje. (H. POINCARf, V a- ce, 194, 195.)
leur de la se., I, 233.) 17'. Si para conocer, el pensa-
13. En el estado actual de la miento no tuviese otra cosa que
ciencia no existen hechos ni hipó- hacer sino reflejar una realidad
tesis aislados; todos los hechos y que está ya ahí, en los hechos,
todas las hipótesis forman parte presta como una virgen prudente
del conjunto del conocimiento cien- esperando al esposo, la ciencia se-
tlfico. La significación de un he- ría cómoda faena y hace muchos
cho es relativa a ese conjunto. (B. milenios que el hombre habría des-
RUSSELL, L'esprit scnentif., 58.) cubierto todas ,!as verdades urgen-
tes. Mas acontece que la realidad
14. El más simple de los hechos no es un regalo que los hechos ha-
científicos adquirido, reproducible, cen al hombre. Siglos y siglos los
representa un complejo de activi- hechos siderales estaban patentes
dad mental (... ) Miro una aguja ante los ojos humanos y, sin em-
en una esfera; está en la división bargo, lo que estos hechos presen-
23, simple percepción. Pero esa es- taban al hombre, lo que estos he-
fera es la de un voltímetro: el he- chos patentizaban no era una rea-
cho se convierte en 23 · milivoltios. lidad, sino todo fo contrario, un
Pero ese voltímetro está unido a enigma, un arcano, un problema,
una soldadura termoeléctrica: el ante el cual se estremecía de pa-
hecho se convierte, por ejemplo, vor. Los hechos vienen a ser, pues,
en 345°. Pero la soldadura está en como las figuras de un jeroglífico.
un horno; el hecho será, pues, que (J. ORTEGA Y GASSET. En torno a
el horno está a 345°, etc. El he- Galileo, Obras, V, 15.) Ad. E.
cho bruto sufre así una profunda
elaboración. (M. GUICIIARD, La gc- C. Por ext.: dato de la experiencia
nese et la valcur ele la comraiss. mental. Hecho matemático.
posit., 18-19.) 18. Para analizar por comple-
15. La crítica científica lo ha to un hecho matemático habría que
demostrado superabundantemente estudiarlo desde una infinidad de
desde hace unos cincuenta años: puntos de vista diferentes. (P.
no existe el hecho puro, sino que B0UTROUX, [déal scient ... , 210.)
toda experiencia, por objetiva que V. Matemáticas, 3, 4.
parezca, se rodea inevitablemente Hecho primitivo (MAINE DE BIRAX).
de un sistema de hipótesis apenas El esfuerzo motor voluntario gracias al
el científico pretende formulo ria. cual el ttsentido"' íntimo», con anterio-
(P. TEILIIARD DF. CH. Phénom. ""· ridad a toda elaboración racional de
main, 22.) lo dudo, aprehende inmediatamente el
lG. La distinción entre el hecho yo y el no-yo. Corresponde, en la filo-
bJ'uto y el hecho científico (... ) ha sofía biraninna, al Cogito"' cartesiano.
sido útil al volverse contra el pl'i- HJ. Ln apercepción interna es
vilogío de la supuesta l'ealidad del el único hecho primitivo en su na-
hecho bruto (un eclipse, un true- tu raleza; no puede ser resuelta en
HEDONIS~IO 462

fl'nómenos y lleva ronsiJ.ro la reali- l<'. Ln búsqueda consciente del pla-


da<l de los dos elementos subjetivo cer engendra la peor de las triste-
y objetivo que en ella se hallan in- zas. (J. LACR0IX, Les sentiments
divisiblemente unidos sin dejar <le et la mor., 42.)
ser distintos entre sí. (M. DE BI- 11. Mor. Doctrina según la cual la
RAN, Rapports des se. nat. avcc /a. moralidad consis~e en la búsqueda del
psydwl., en CEuvrcs choisies, p. placer.
H. G0UBIER, 161-162.) 4. La verdadera teoría hedonis-
20. Lo característico de un he- ta desemboca en el eudemonismo
cho primitivo o de una verdad in- ( ... ) . Es el placer elevado a un
mediata es que el ser y el pare- cierto grado, a una cierta dura-
cer, el objeto y la idea, son idén- ción, a una cierta cualidad o for-
ticos o se reducen a lo mismo; que ma, lo que constituirá el objeto del
la ra.tio csscndi y la ratio cognos- hedonismo inteligente y, a la vez,
ccndi son una sola y misma cosa, del eudemonismo o utilitarismo
como dice Bacon. (M. DE BIRAN, eudemonista, tan frecuente entre
CE,wres, XI, 367-368.) los ingleses. (A. FoUILLÉE, Mora,.
V. Esfuerzo, l. lis-me de Kant, 192-193.)
. 6. el sabio hedonista llega al
HEDONISl\10. Der. del gr. hcdo- dominio de sí mismo igual que el
11C, placer.
sabio cínico, pero en tanto que és.-
Doctrina que atribuye al placer un te lo alcanza por una radical in-
predominio de hecho o de derecho. diferencia a la llamada del pla-
Adj.: hedonista. cer (... ) , el hedonista lo consigue
l. En el amoralismo del placer, por su infinita flexibilid,ad para
defendido sobre todo en Inglate- coger y gustar el placer cuando le
rra, cabe distinguir dos tesis que es dado. (R. LE SENNE, Tr. de me-
se apoyan entre sí; lo que los in- ra/e, 382.)
gleses llaman hedonismo psicológi- 6. El hedonismo (... ) nace de
co y el hedonismo ético. Según la un proceso de descomposición afec-
primera de estas tesis, el placer y tiva por el que la sed de felicidad,
el dolor son, de heeho, y no pue- natural a todos los hombres, se
den dejar de ser, las únicas cau- separa de la sed de obl'ar, de dar-
sas reales y los únicos fines posi- se, de luchar, del impulso hacia la
bles de toda determinación de la virtud, en el sentido etimológico y
voluntad (... ). El hedonismo ético, amplisimo de la palabra. En el
yendo aún más lejos, sostiene que hombre sano, ambos instintos se
el placer debe constituir, en el ser hallan estrechamente ligados en-
inteligente y consciente, el único tre sí: la felicidad es la corona-
objeto y fin de sus actos. (A. ción del esfuerzo y el don, aumen-
FoUILLÉE, .ltoralisme de Kant, ta en función de la perfección
191.) adquirida. Por el contrario, el de-
A. Psicol. Doctrina según la cual
cadente no asocia la idea de felici-
el plaeer constituye de hecho el único dad a la de perfección y ascensión;
no conoce otra perfección que el
resorte de la actividad humana. goce y la seguridad. (G. THIB0N,
2. Según los «hedonistas», la Diagnostics, 96-97.)
dirección natural de todo acto se-
ría el mínimo de dolor y el máxi- «HENOLOGIA». Neo!. compuesto de
mo de placer: en su evolución, la las palabras •gr. en o hen y de logia •,
vida e<>nsciente sigue siem,pre la derivado de logos (teoría). Se escribe
línea de menor sufrimiento. (J.-M. también enología.
GUYAU, Esq. d'une mor... 86.) Teoría de PLOTINO, paí·a quien el
3. Los hedonistas son, ante to- Principio último de todo lo real no es
do, malos psicólogos. ( ... ) En cierto el Ser, sino el Uno. Ha sido adoptada
modo, el placer hay que gustarlo por H. DuMtRY.
sin haberlo querido, porque surge l. al identificar el U no y el
en nuestro camino y sin demorar- Bien de Plotino con el Ser del dios
nos en él. La propia conciencia de los cristianos, [los intérpretes
que de él se cobra no está falta de de Plotino] transponen la emana-
un dejo de amargura. El placer ción plotiniana de lo múltiple a
sólo es puro cuando es foconscíen- partir del Uno en una emanación
4G3 HEHENCIA

cristiana de los seres a partir del fesa o pertenece a una colectividad que
ser. Esto es un error, porque de profesa una herejía•.
lo que se trata no es de comparar Sin.: heterodoxo.
dos ontologias entre sí, sino una Contr.: ortodoxo.
«ontología» y, si asi puede decir-
se, una «enología». (E. GILSON, 2. Lo propio del hereje, es de-
L'ctrc et l'css., 41-42.) cir, del que tiene una opinión par-
2. cabe decir simplemente que ticular, es aferrarse a sus pensa-
mientos; y lo propio del católico,
la ontología tiene por contraria a
la he,wlogía, y definirlas como si- e~ decir, del universal, es preferir
gue: la primera estima que lo in- a sus sentimientos el sentimiento
común de la Iglesia. (BossUET,
ferior toma de lo superior una
parte de lo que es; la segunda sos- Hist. eles Var., Pref. fin.)
tiene que lo inferior recibe de lo 2'. Déjese a la gente ruda esa
superior con qué ser lo que Jo su- vulgar cantinela de despreciar
perior no cs. En la primera hay cuanto hay en los herejes, sólo por-
comunicación; en la segunda, li- que lo son. Lo bueno se puede apre-
teralmente, puesta de autoposición. ciar en cualquier parte que esté ...
(H. DUMÉRY, Probl. de Dieu, 99.) Los herejes, por serlo, no dejan
«Henológico11. Relativo ni Uno o n de ser hombres. Ni Dios repartió
la henología. las almas con una providencia tal,
que todos los grandes ingenios hu-
3. Este argumento [prueba de biesen de caer precisamente den-
la existencia de Dios por los gra- tro de su Iglesia ... (P. FEIJOO, So-
dos del ser] ha recibido el nom- bre Raimundo Lulio, Obras, 529.)
bre de argumento henológico (,,. Ad. E.
unum) porque se eleva de lo múl-
tiple a lo uno, de lo compuesto a Herético, adj. Relativo a la herejía o
lo simple. (R. GARRIGOU-L., Dieu, al hereje.
277.) 3. Previsteis que hacía falta
una nueva táctica para una guerra
HENOTEtSMO. Doctrina que afir-
ma la existencia. de un Dios (gr. hen nueva (... ) . Pero con ello Mon-
y theos), pero sin excluir, como el mo- sieur, os colocabais en un es'tado de
noteísmo, la posibilidad de varios. espíritu al que es preciso califi-
car de herético. Confesemos que el
HER,EJfA camino de la herejía os ha llevado
Herejía. Gr. hairesis, acción de ele- muy alto ( ... ) y finalmente hasta
gir (hairein), de preferir. aquí, Monsieur, adonde a veces
lleva también la herejía literaria.
A. Prop.: doctrina contraria a la (P. VALÉRY, Rép. au remerc. el"
verdad religiosa establecida por la en- Mar. Pétain a l'Ac. franc., Pléia-
señanza oficial de la Iglesia. La here- de, I, 1107.)
jía de Arria.
4. la principal herejía moderna
B. Por anal.: doctrina contraria a transforma el /techo en valor y ab-
verdades establecidas (herejía científi- solutiza las realidades relativas de
ca), o incluso a las opiniones profesa- la vida social y política. (A. Pm-
das corno dogmas por un determinado LIP, en L'Europe et le monde
grupo. d'attj., 16, Bacon, 1958.)
l. Aquellos de entre ellos (los
países subdesarrollados) a los que HERENCIA
hemos colonizado se alzan hoy con- Heredero. Lat. hercs, heredis, de don-
tra nosotros ( ... ) , y llevan a cabo de hercditas, que ha dado herencia y
su lucha, ya en nombre de nues- heredad.
tra fe europea, ya a veces, por
desgracia, en nombre de nuestras El que recibe por vía de sucesión.
herejias, que se han extendido en Herencia. Lat. hcrcditas (der. de
tre ellos. (A. PHILIP, en L'Europc he res, heredero), herencia, Jo heredado.
et le monde el'auj., 24, Bacon,
1968.) A. Prop. ( dere~ho): transmisión de
bienes por vía de sucesión¡ los pro-
V. Absoluto, 19. pios bienes recibidos. Aceptar la he-
Hereje. Gr. haii-etikoa, lat. hacreti- rencia, renunciar a ella. La herencia
etts, el que elige, partidario, El que pro- de la corona, de los cargos.
11 El:BNCI,\ 404

l. Ln herencia del trono es In Por realización o personificación de


garantía de todas lns hcrt'ncins y esa abstracción: principio o poder que
la snln,gunrdin de todos los bie- determina la transmisión de ciertos ca-
nes heredados. (Vizconde DE Bo- racteres de los genitores a sus descen-
XALD, Pt•uséC's s. l'écouom. socia- dientes.
l,·, Migne, III, 1291.) 7. La herencia es ( ... ) la con-
:!. Cuando .la herencia de la servadora de las directrices ini-
fortuna favorece la formación de ciales; ella es quien se opone, ba,.
una clase ociosa se convierte en jo pena de muerte, a la introduc-
un mal. (LECl,ERQ, Lrr de droit ción en las lineas de variaciones
11a t., IV, 11, 135.) que sobrepasen una cierta ampli-
3. La herencia familiar sann tud. (Y. LE DANTEC, Science et
abarca, pues, una cantidad de COIISC., 236.)
bienes suficiente para asegurar 8. La Herencia no es más que
una seguridad parcial, pero insu- ( ... ) un fe116meno de co11tinuúl.ad
ficiente para dispensar del traba- y similitud entre ascendientes y
jo. (lbíd., 136.) descendientes. (E. RABAUD, L'héré-
B. Por anal.: todo lo que se recibe clité, 3.)
de los padres, de los antepasados. , 9. Si queremos tomar la he-
4. El gusto por la bruma es rencia en sentido estricto, hay que
herencia familiar. (F. MAURIAC, limitar su influencia a la combi-
Xreud de 1rip., 16.) nación de las potencialidades sur-
gidas de la combinación de los cro-
5. desde el comienzo, todo ser mosomas en el óvulo. (M. BOLL y
humano recibe una herencia ge- F. BAUD, Person7lll,/,ité, 67.)
nética que sólo a él pertenece. (J.
RoSTAND, Science fausse et fausses Herencia de lo adquirido (Problema
sciences, 192.) de la). Es indiscutible que los seres
vivos transmiten a su descendencia los
6. El cristianismo ( ... ) se apre- caracteres que a su vez recibieron de
sura a recuperar la herencia de sus progenitores y que estaban inscri-
los profetas y a alimentar su ora- tos en su geMnen. Pero se discute el
ción en las fuentes del salterio. saber si, conforme al postulado de
(H. DUHÉRY, Phénoménol. et reli- LAMARCK, transmiten también las mo-
gion, 34.) dificaciones adquiridas en el curso de
6' Una indisoluble unidad tra- su vida a causa de su actividad o
ba todos los momentos de la vi- de sus condiciones de existencia. En
da, y todos ellos integran la ma- otros términos: las modificaciones su-
nifestación del carácter. Tanto el fridas en el soma (el cuerpo) afectan
espíritu de unas épocas como el de al geMnen? Excepto en ,la U.R.R.S., los
otras constituye nuestra herencia biólogos suelen responder negativamen-
tradicional común, herencia irre- te. V. Darwiniam.o (Neo-), Transfor-
pudiable en cualquiera de sus por- mismo.
ciones. (R. MENÉNDEZ PIDAL, Los 10. Herencia de lo adqui1-ido.
<BJ)añoles en la historia, 232.) Este problema ( ... ) se halla exac-
Ad. E. tamente en el punto de contacto
6". Donde no se conserva pia- entre la herencia y lo heredado,
dosamente la herencia de lo pa- y podríamos plantearlo así: ¿lo
sado, pobre o rica, grande o pe- heredado puede convertirse en he-
queña, no esperamos que brote un rencia? (J. CARLES, R. pltilos.,
pensamiento original ni una idea 1947, 441.)
dominadora. (M. MENÉNDEZ Y PE- 11. Algunos biólogos, aun con-
LAYO, Dos palabras sobre el cente- viniendo en que la transmisión de
nario de Balmes, en San Isidoro ... , lo adquirido no se deja constatar
147.) Ad. E. dentro de los limites de nuestra
C. Por anal. (Biol.): transmisión, experiencia, rehusan negar el fe-
por vía de generación, de los genito- nómeno, que consideran indispen-
res a sus descendientes, de algunos de sable para la explicación de la gé-
sus caracteres individuales. nesis de las especies. (J. RosTAND,
l. En sentido abstracto: carácter L'ltérédité hum., 11.)
de lo que es as! transmitido (la heren- 12. Toda la biología soviética,
cia de la calvicie, de la sordomudez). bajo la férula de Lisenko, se ha
465 HERmTico

unido a la bandera del botánico la tierra ha cambiado de forma


Mitchurin, declarando la herencia muchas veces. Nuestro patrimonio
de los caracteres adquiridos úni- hereditario es más estable que un
ca conforme a la ortodoxia mar- continente. (J. RosTAND, I'ensées
xista, e identificando, por razo- d'un biolog., 42.)
nes que no podemos comprender, la V. Congénito.
genética neodarwinista a un idea-
lismo reaccionario. (P. ÜSTOYA, Les HERI\IENJ;:UTICA. Gr. herméneu.-
tliéorics de l'évo/., 264, Payot, tilúi (sobrent. techné), arte de interpre-
1061.) tar (hcrmcncucin; hermineus, intér-
2. En sentido concreto: aquello que prete).
se hereda. Una pesada herencia. Disciplina que tiene por objeto la
V. Genotipo, 2. interpretación de textos: primitiva-
D. Por ext.: (Psicol., Socio!.: heren- mente de la Biblia (hermenéutica sa-
cia psicol., herencia moral) : disposi- gra.da) ; por extensión, de cualquier
ciones o predisposiciones de orden texto que necesita explicación (la her-
psíquico transmitidas por cada gene- menéutica jurídica).
ración a la que le sigue. l. Una de las funciones de
l. En sentido estricto (concepción la hermenéutica es hacer posible la
vulgar) : esas disposiciones se trans- lectura, dando a esta palabra el
mitírian (como en la herencia biológi- sentido gravísimo que tiene, y que
ca) en el acto mismo de la procrea- siglo tras siglo se va olvidando.
ción. Para ello, la hermenéutica inten-
13. Las leyes de la herencia ta reconstruir el mundo del autor
psicológica, si es que existen, son que va a leerse y dibujar en él el
aplicaciones particulares de las perfil de su vivir. Sólo así pueden
leyes más generales de la biología. interpretarse rectamente esos ges-
(G. POYER, Probl. gén. de l'héréd. tos humanos que son las palabra~
psychol., 280.) escritas. (J. MARÍAS, La filosofía
espaiio/a actual, 71.) Ad. E.
14. No existe al fin y al cabo
más que una herencia fisiológica 2. La fundamentación de la fi-
( ... ) cuyas manifestaciones pueden losofía, cuya propedéutica es la
ser anatómicas o psicológicas (J. historia, es para Dilthey Sdbsf/,,,_
CARLES, R. philos., 1947, 439.) sinming, percatación de sí mismo,
autognosis; desde ésta se progre-
2. En sentido amplio ( concepción
cientifica) : esas disposiciones son sa hacia la ltermcnéutica, es de-
transmitidas nor la educación y la ac- cir, la comprensión interpretati\·a
ción del medio. de la vida ajena y, por tanto, de
la historia; por último, se llega al
15. El progreso continúa, pel'o conocimiento de la naturafrzu; de
ya no es de orden biológico ni lo más próximo -nosotros mis-
afecta a la herencia. El educadol' mos- a lo más lejano. (J. MARÍAS,
no modifica los caracteres morfo- btti·oducción a la filosofía, 204.)
lógicos ( ... ). Al patrimonio bioló- Ad. E.
gico añade, tradicional y viva, la
herencia espiritual de la humani- HERMÉTICO. Der. de Hermes, dios
dad. (J. CARLES, Le transformis- de los griegos al que los "gipcios iden-
me, 119.) tificamn con su dios Thot, que reci-
Hereditario. Que se transmite por bió de los neoplatónicos el nombre de
vía de reproducción (het"Cncia biológi- Hermes Trimegisto (el fres veces gran-
ca), de sucesión (herencia jurídica) o de), nombre bajo el que aparecieron,
de tradición (socio!., psicol.). Enferme- en los s. 111 y IV de nuestra Era, di-
dad, cargo, valor heredital'ios. versas obrns filosófico-misticas. Los
16. cuando un óvulo humano alquimistas consideraban a Hermes
ha recibido un cierto patrimonio como el creador de su ciencia.
hereditario, produce necesal'iamen- A. En sentido primitivo: que se re-
te un individuo con unn cierta co- fiere a la alquimia; secreto, misterio-
loración de ojos. (J. RoSTAND, so y, por contaminación con el senti-
L' héréditó hum., 18.) do U, impenetrnble, oscuro.
17. Desde que apareció la es- U. Por analogia: que cierra perfec-
pecie humana, la superficie de tamente. La invención del cierre her-
30. Diccionario del Lcnl(Uajc Filosúlico.
HEROISl\1O 40IJ

mético, obh•nido haciendo fundir los Heroísmo. Cualidad del agente mo-
bordes de la vasija con los de la tapo, ral o de la acción heroicos (B). Fuer-
se atribuía n Hermes. zo de alma extraordinaria puesta al
H<'rmetismo. A. Pro p.: 1-,rnosis"' pn· servicio de una gran causa.
gana aparecida en Egipto y basada en 2. El culto al riesgo puede ser
los libros att·ibuidos a Hel'mcs 'l'ritne• definido como un heroísmo sin
gisto. objeto. El verdadero heroísmo con-
13. Por anal.: carácter de toda doc- siste en saber correr grandes pe-
trina particularmente oscura. ligros parn realiza,· grandes co-
sas. (G. TIIIBON, Éclwllc de Jacob,
l. El público filosófico es en 1·68.)
Francia un público de técnicos
universitarios cuyns particulares llrtero. Del gr. /teteros, otro.
exigencias es preciso satisfacer. Prime,· elemento de ciertas palu-
(... ) El filósofo escribe para los fi- bras, principalmente del vocabulBl'io
lósofos, y debe respetar las normas científico, y que expresa la idea de
de un hermetismo de buen tono. Y alteridad. Se opone a lto1110 (gr. /to-
euando un filósofo tiene audiencia mos*, semejante, idéntico), a autos•
entre el gran público, como ocu- (sí mismo), a isos• (igual). Heterócli-
rrió con Bergson o con Sartre, sus to (¡rr. /ictero/ditos, que en su declina-
colegas le tratan con rigor por ción participa de paradigmas diferen-
ese éxito de mala ley, que impu- tes). V. Sugestión (autosugestión y he-
tan al snobismo. (G. GusDORF, T1·. terosugestión).
de niétaph., 20.) HETERóCRONO. Gr. /ietcrochro•
2. El hermetismo, la oscuridad, nos, de tiempo (chronos). diferente. Se
es un derecho ( ... ). Pero cuando la op. a isócrono.
oscuridad se viste de pedantería, Fisiol. Dos neuronas son heterócro-
de snobismo, o se convierte en un nas cuan~o no tienen ,]a misma crona-
alarde, cuando se hace provocado- xia*, es decir, la misma velocidad de
ra, pretenciosa y exagerada, no reacción.
debemos dudar en pensar que es
un insulto al arte y a .Ja belleza y HETERODOXO. Gr. lteterodo:,;os,
que, al fallar en su propósito -<[Ue que tiene una opinión (gr. do:,;a) dis-
después de todo no puede ser otro tinta (hetera) de la comúnmente acep-
que el de gustar- se condena a si tada. Subst.: heterodoxia.
misma. (R. WALTZ, La créatio11 A. Prop. (teol.): que sostiene una
poét., 274.) doctrina contraria al dogma definido.
HEROiSl\1O Sin.: herético•.
Héroe_ Gr. hiriis, semidiós u hombre Contra.: ortodoxo•.
elevado a la dignidad de semidiós. B. Por ext.: que se aparta de las
A- Prop.: semidiós de la mitología ideas recibidas en un medio o una
antigua. escuela.
B. Por anal.: que ha realizado ac- El profesor de táctica heterodoxo
ciones o manifestado un valor que no se privaba de subrayar y po-
parecen exceder a las posibilidades de ner en la picota los ingenuos erro-
la naturaleza humana. Los héroes de la res de los sistemas de tiempos pa-
Grande Armée. sados. (P. VALÉRY, Rép. a11 remcrc.
du /llar. Pétai11 ,l l'Ac. fra11g.,
l. Parece que el héroe tenga Pléiade, 1, 113.)
un solo oficio, que es el de la gue-
rra. (LA BRUYERE. Caract., 11, 30,) HETEIWGENEO. Gr. hcterogc11i!s,
C. Por ext.: principal personaje de que es de otro (/teteros), género ( gc-
una obra literaria, teatral... (los hé- 11os).
roes de Racine), de un acontecimien- Que está compuesto de elementos o
to (el héroe de la fiesta, de la aventu- partes de naturaleza diferente. Se op.
ra ... ). a homogéneo•. En SPENCER, la evo-
Heroico. A. Relativo a los héroes lución• implica paso de lo homogéneo
(A) de la mitología antigua o a seres a lo heterogéneo. (Der.: heterogenei-
análogos. Edad heroica, poema heroico. dad.)
B_ Que es propio de ]os hél"Oes (B). l. El cambio de .Jo homogéneo
Valor, lucha, muerte heroicos. en lo heterogéneo se manifiesta
467 HILOZOfSMO

tanto en el progreso de la civili- en hacer buscar. Hipótesis heurística.


zación considerada en conjunto, Método heurístico (en pedag.).
como en el de cada tribu o nación, V. Dogmatismo, 3.
y tiene lugar aún hoy día con
creciente rapidez. (SPENCER, Pre- Hll,EMORFISMO
mi,•rs pri11c., 122, p. 307.) //y/e. Subst. gr. que designa: l." la
2. lo que constituye el desarro- madera, ya sea en el árbol o cortada;
llo de la inteligencia, en uno de 2." por cxt., los materiales de cons-
sus principales aspectos, es una trucción; 3." la materia. ya en senti-
distribución en clases distintas de do propio, ya en el figurado (la ma-
cosas diferentes que antes se ha- teria de una ciencia) o el filos. (por
llaban confundidas en una sola op. :i morphe lforma]).
clase ( ... ), hasta que el antes con- En HUSSERL, que escribe esta pala-
fuso agregado de los objetos co- bra tan pronto en caracteres griegos
nocidos se resuelve en un agrega- como en caracteres latinos: los datos
do que junta la extrema heteroge- de los sentidos antes de la interven-
neidad de los numerosos grupos ción de la actividad intencional del in-
que lo componen, a una completa telecto, que les confiere un sentido.
homogeneidad de los miembros de ( ... ) esta dualidad y esta notable
cada grupo. (SPENCER, lbíd., 153, unidad de la ;;.-,, ae11sual y de la
p. 376-377.) ,v,,.,'!t~ intencional desempeñan un
3. Aunque la vía afectiva y la p~pcl dominante. (HUSSERL, ldées,
via intelectual sean 1•adicalmen- 289.)
te heterogéneas e irreductibles Hilético. A. Adj. Que es del orden
una a la otra, su influencia recí- de la hylé. Se op. a lo neótico• y a
proca es de todos conocida ... lo neomático'~. Lo hilótico es vivido; lo
(Th. RID0T, Psyc/10/. affect., 30.) no:t·co, percibido; lo noemático, re-
4. A pesar de esta radical he- presentado o pensado.
terogeneidad entre la razón natu- Hilética. B. Subst. Estudio de la
ral y la fe sobrenatural, todo hyl€.,1,.. <,La hilctica» responde a la «noé-
ocurre como si la mayor parte del tican como la materia a la 11forma1,.
esfue,•zo especulativo de los hom- (P. RIC0EUR, en HUSSERL, Idécs ...• 28,.
bres de razón y los hombres de nota.)
fe se hubiese consagrado a ela- Hilemorfismo o teoría hilemórfica.
borar fórmulas de concordia sus- Doctrina aristotélico-escolástica, según
ceptibles de reducir la dualidad la cual los seres corporales resultan
a unidad. (G. GUSD0IU', Tr. tic de dos principios distintos y comple-
Métap/1., 390.) mentarios: la materia (gr. hylii), prin-
V. Paralelismo, 4. cipio indeterminado del que las cosas
están hechas; y la forma (gr. morphe),
HETERóNOMO. Compuesto, sobre principio determinante que hace que
el modelo de autónomo•, de las pala- una cosa sea ésta y no aquello (esta-
bras gr. hateros, orto, y nomos, ley. tua y no palangana [forma acciden-
Der.: heteronomía. tal l. caliza y no sílice, pino y no abe-
Que recibe de otro •la ley que le go- dul [formas sustanciales]). V. Mate-
bierna, o es conducido por fuerzas que 1·ia y For111a.
escapan a su libre voluntad. Subst, HILOZOISl\to. Doctrina según la
heteronomía (co11tr.: autonomía*). cual el mundo y la propia materia
En KANT (hcternnomía de la volun- (gr. liy/t') están dotados de vida. (gr.
tad) : carácter de una voluntad deter- züc).
minada por im¡,ulsos irracionales. llip,·r. Prep. gr. (hyper) que sig-
nifica por encima de; corresponde al
HEURISTICA. Subst. Parte del lat. super, supra.
método histórico que tiene por objeto la
investigación documental. Prefijo que expresa el exceso, el más
nito grado. Hiperestesia: exaltación
V. Erística, 2, 3. de la sensibilidad; hiperacusia, - - de
Ileurístieo. Construido según el gr. la sensibilidad auditiva; hiperalgesia,
lieurisluiu, encontrar (11curr/w, lo he - - del dolor ... ; hipercritica, del es-
encontrado). píritu critico; hipertelia (V. Tele).
Que sirve pal"B descubrir; que se re- Siu.: super•, supra, sobre.
fiere a la investigación; que consiste Con ti',: hipo*, sub•, so.
HIPERTROFIA 468

llll'ERTROFIA. Comp. de las pala- 4. en In conciencia hipnagógi-


bras gr. hmirr (por encima; sobrenat., ca ( ... ) , sentimos que podríamos
de lo normal) y t,-oplii! (alimento). detener aquello si quisiéramos.
Desarrollo anormal de un órgano o, ( ... ) Por otl'a parte, es porque la
fig., de unn función psíquica (hiper- conciencia se siente mnl encade-
tr0fia del sentimiento del yo), nada poi' lo que pone su objeto
no existente ( ... ) De aquí ,la pa-
HIPNAG<\GICO. Que trae (gr. ag<i- radoja: veo realmente algo, pero
gi!, acción de conducir) el sueño (g1·. lo que veo 110 es 11ada. (J.-P. SAR-
liyp11os). TRE, L'imagi11airc, 70.)
Se dice de las imágenes que se pro- 5. La imagen hipnagógica no
ducen durante el período de concilia- se da como situada en algún sitio
ción del sueño y que, por su nitidez ( ... ), no está rodeada de un uni-
y vivaeiciad, dan una sensación de rea- verso imaginario. Por el contra-
lidad que supera incluso a la de la rio, el personaje del sueño está siem-
percepción. Imágenes o alucinaciones* pre en alguna parte. (... ) Así, la
hipnagógicas. imagen hipnagógica es una apari-
ción aislada, uen el aire», podría-
l. Cuando yo estudiaba anato- mos decir; el sueño es un mundo
mía, experin1entaba con frecuen- (lbíd., 214.)
cia una visión hipnagógica que no
es rara, creo, entre los estudian- HIPNOSIS. Der. del gr. k¡¡pnos,
tes de medicina. Acostado en mi sueño.
cama, con los ojos cerrados, veía
con gran nitidez y una objetivi- A. Prop. (Med.): «Sueño incomple-
dad perfecta le preparación en to, de tipo especial y provocado arti-
que había trabajado durante la ficialmente». (H. AUBIN, en Ma11uel al-
jornada: el parecido era riguro- pkab. de ps¡¡chiatr.) Estado del hip-
so, y la impresión de realidad y, notizado. Der.: -hipnótico, hipnotismo.
si puedo expresarme así, de 11ida l. La hipnosis, ( ... ) es la su-
intensa que de ella se desprendía gestibilidad puesta en marcha y
era acaso más profunda que si exaltada. (BERNHEIM, cit. p. P. JA-
hubiese estado frente al objeto NET, Médicatio11s ps¡¡c/iol., I, 259.)
real. Me parecía que podía tocarlo 1' una comparación entre los
con la mano. (Cít. por E.-B. LE- diferentes tipos de personalidad,
ROY, llisions d-u, demi-sommeil, 2.• en orden a su capacidad de hip-
ed., 28.) nosis, muestra máxima coinciden-
2. Las imágenes hipnagógicas cia con la escala que de esos mis-
no acarrean, de modo general, ac- mos tipos formaríamos en orden
tos, como lo harían las visiones a su aptitud para enamorarse. (J.
alucinatorias; ni siquiera provo- ORTEGA Y GASSET, Amor en Ste11-
can actos «en proyecto» (... ). Se dltal, Obras, V, 594.) Ad. E.
presentan como espectáculos en B. Por anal.: estado en el que el
cuya realidad no creernos, pero espíritu se halla acaparado por un ob-
que contemplamos en la mayoría jeto hasta el punto de conducirse co-
de los casos con curiosidad y, a mo sí ignorase todo lo demás.
veces, con auténtico placer. (lbfd., Sin.: fascinación, embrujo, embele-
124.) so, hechizo, sortilegio.
3. El sujeto se comporta en el 2. Alguien acababa de surgir
estado hipnagógico como ante un ( ... ). Aquella presencia despe1·tó
espectáculo: no está por comple- bruscamente a Jacques de la hip-
to como frente a los acontecimien- nosis en que le había sumido la
tos reales de la vida práctica, ní música. (P. B0URGET, Démon de
del todo como en presencia de imá- 1nidi, 11, 27.)
genes desprovistas de realidad; en
otros términos, se comporta como Hipo. GI'. /i¡¡po, debajo. Prep. co-
ante algo que puede ser real, pero rrespond. al lat. sub. Gr. H¡¡posta-
que, real o no, no le afecta direc- sis = lat. s11bsta11tia. Op. a Epi• y a
tamente. Se trata, aunque en for- Hiper•.
ma un tanto simplificada, de la Pref. que indica una situación de
actitud del espectador en el tea- inferiol'idad, ya en sentido propio (hi-
tro. (lbíd., 127.) potálamo, hipogeo [bajo tierra)), ya
460 HIPóTESIS

en el figurado (inferior a lo normal, 3. La metáfora hipostasiada


como en hipotensión). fue la plaga de las primeras ten-
tativas de sociología «científica».
HIPOCRESIA. Gr. liypo/crisis, ac- Ejemplo: «la sociedad es un orga-
ción de replicar, de desempeñar un nismo», o «la conciencia colectiva
papel en una obra, simulación. existe». (J. M0NNER0T, Les faits
Vicio consistente en manifestar opi- socia,ux ne son.t pas des e/Loses,
niones, sentimientos y, sobre todo, vir- 74.)
tudes que no se tienen. 4. El lenguaje corriente ( ... )
Sin.: doblez, falsedad, disimulo, ca- nos acostumbra a hablar del ca-
mándula, fariseismo, farsa. lor (... ), de la energía como de co-
Co11tr.: lealtad, franqueza, sinceri- sos que podemos hacer entrar o
dad, simplicidad, ingenuidad. salir de un sistema. El lenguaje
habitual /ii¡,ostasía, pues, la ener-
l. La hipocresía es un homena- gía, es decir, le atribuye una exis-
je que el vicio rinde a la virtud. tencia en sí. (U. FILIPPI, Connaiss.
(LA RoCIIEFOUCAULD, Max., 218.) du monde phys., 86. )
2. Las máscaras acaban por
pegarse a la piel. La hipocresía 5. el remedio no existe en sí,
llega a ser de buena fe, (E. y J. como una sustancia o entidad in-
DE G0NC0URT, ldées et sensations, variable. Al realismo de la magia
180.) que lo hipostasía debe sustituir
el relativismo que lo condiciona.
3. Todos los hipócritas empe- (F. DAG0GNET, en J!:t. phi/os., 1960,
zaron por tener las virtudes cuya 367.)
máscara conservan. (P. B0URGET,
Démon da 111idi, II, 10.) Hipostático. Gr. hypostatikos, capaz
de soportar, sustancial.
4. Cuéstale mucho al hombre
parecer malo ni a sus propios ojos; Sustancial. En teol. se habla en par-
no se atreve, se hace hipócrita. (J. ticular de la unión hipostática de la
BALIIES, El criterio, 208.) Ad, E. naturaleza humana y la divina: es
la persona divina la que asume la na-
HIPóSTASIS. Gr. hypostasis (acción turaleza humana y le sirve en cierto
de ponerse debajo, lo que está debajo, modo de a gen te.
fundamento ... ). Equival. al lat. subs- 6. Sólo por la conciencia ten-
tantia. o suppositum (subordinado, se- dremos (... ) una noción directa y
cuaz). positiva del yo, y, por tanto, de
Sustancia, sujeto, persona. En PLO- nuestra alma, en cuanto la supo-
TINO y en el vocab. teol. posterior, ,las nemos principio sustancial o hi-
tres personas de la Trinidad divina. postático de nuestro yo. (A. Coun-
l. en la filosofía tradicional, N0T, Traité de l'enchain' .•. , I, 473.)
la sustancia tiene mayor exten-
sión que la hipóstasis y ésta más HIPóTESIS. Gr. hypothesis (equi-
que la persona. Sustancia se di- val. lat. s1tppositio), acción de poner
ce de toda naturaleza existente, (tltcsis; v. tesis) debajo (hypo); fun-
posea o no su propia subsistencia; damento, principio, suposición.
hipóstasis, de todo ser existente A. En Mat. y en los procesos de-
en sí y por sí; la persona es una ductivos: proposición o conjunto de
hipóstasis de naturaleza racional. proposiciones enunciadas con vista a
(A. MICHEL, en Dict. de t!téol. deducir sus consecuencias lógicas. V.
catli., VII, 435.) Axiomática 11, Postulado A 2.
Hipostasiar. Considerar como sus- Sin.: dato (del problema), principio
tancia o cosa lo que no es más que (de la demostración), postulado* o
accidente o idea. axioma• (de una axiomática).
Sin.: reificar, realizar (sentido B). l. Sostener una cosa como tesis
2. El hecho de que tenemos una es sostenerla como verdadera ( ... ) ;
tendencia irresistible a hiposta- pero sostenerla como hipótesis no
siar nuestras sensaciones, es de- es asegurar que sea tal como se la
cir, a separarlas de nosotros y su- supone, sino sostener que supo-
ponerlas existentes fuera de nos- niendo que fuese así, cuanto sigue
otros, resulta incontestable, (E. resultaría explicable... ( Dict. de
MEYERS0N, lde11tit6 et réa.l., 402.) Trévoux.)
IIIPúTESIS 470

2. La. gcomeh·ía clt' Rfrmmrn. hornlorio conejos comprados en el


Imaginemos un mundo poblado mercado. Los colocaron sobre una
ímicamente por seres desprovistos mesa y allí orinaron, y observé
de grosor; y au pongamos que es- por casualidad que su orina era
tos animales (infinitamente pla- clara y ácida. (... ) gstn observa-
nos) están todos en un mismo pla- ción de la acidez de In orina en
no y no puedan salir de él, (... ) los conejos me hizo pensar que
Purstos a elaborar hipótesis, el aquellos animales debían hallarse
mismo trabajo nos cuesta dotar a en In misma condición alimenticia
esos seres de razonamiento y creer- que los carnívoros. Supuse que no
los capaces de hacer geometl'Ín. En habían comido desde hacia mucho
tal caso, no cabe duda de que no tiempo, y que habían sido trans-
atribuirían al espacio más que dos formados por la abstinencia en ver-
dimensiones. (H. POINCARÉ, La daderos animales carnívoros, que
scirncc et l'hypoth., 52.) vivían de su propia sangre. Nada
3. Los matemáticos distinguen era ya más fácil que verificar por
en un teorema la conclu.sión., es la experiencia esta idea preconce-
decir, la parte que hay que demos- bida o hipótesis. (lbíd., III, r,
trar, y lo que llaman la hipótesis. § l.)
Esta última palabra es empleada 8. Creer que hemos hallado un
por ellos en su sentido etimológi- hécho científico importante, estar
co, aquel en que la empleaban los poseídos por la fiebre de anunciar-
matemáticos griegos: es el punto lo, y limitarse durante días, sema-
de partida de la demostración. (P. nas y a veces años a combatir con
MoUY, Logique, 85.) nosotros mismos, a esforzarnos por
V. Axiomática, 6. derribar las propias experiencias,
sin proclamar nuestros descubri-
B. En las ciencias experimentales: mientos hasta que hemos agotado
explicación plausible de los hechos todas las hipótesis contrarias, es
adoptada provisionalmente con el fin
principal de someterla a un control una ardua tarea. (PASTEUR, Inaug.
metódico de la experiencia. del Inst. Pasteur, 14 nov. 1888.)
Sin.: teoría*. 9. El físico no elige la hipóte-
sis sobre la que basará su teoría;
4. para hacer que una hipóte- no la eli-ge más que la flor elige
sis sea evidente no basta con que el grano de polen que la fecunda-
todos los fenómenos sean conse- rá. La flor se contenta con abrir
cuencia de ella, en tanto que si de par en par su corola a la brisa
de ella se deriva algo contrario o al insecto que lleva el polvo ge-
a uno solo de los fenómenos, ello nerador del fruto; del mismo mo-
basta para asegurar su falsedad. do, el físico se limita a abrir su
(PASCAL, Carta al P. N oel, 27 oct. pensamiento, por la atención y la
1647.) meditación, a la idea que debe ger-
5. Hay que constatar los resul- minar en él sin su intervención.
tados de la experiencia con la (P. DUHEM, La théoric pltys., 2.•
mente despojada de hipótesis y de ed., 390.)
ideas preconcebidas. Pero conven- 10. Con frecuencia hemos cons-
dría guardarse de proscribir el tatado (... ) que una hipótesis con-
uso de hipótesis e ideas cuando se cebida inoportunamente por el su-
trata de montar la experiencia o jeto impedía a menudo a éste
imaginar medios de observación. apercibirse de los elementos que
Se debe, por el contrario ( ... ), dar no cuadraban con ella, incluso de
libre curso a la imaginación. (CI. detalles que hubiesen bastado para
BERNARD, Introd., I, I, § 6.) eliminarla. Es como si la observa-
6. Una idea anticipada o hi- ción estuviese obstruida por la hi-
pótesis es ( ... ) el punto de partida pótesis, una hipótesis prematura.
necesario de todo razonamiento ex- (Ed. CLAPARtDE, Geneso do l'hy-
perimental. Sin ello no cabría ha- poth., 138.)
cer ningu·na investigación ni ins- 11. El hombre incapaz de emi-
truirse; sólo podríamos amontonar tir una hipótesis no es más que
observaciones estériles. (Ibúl., I, un contable de fenómenos. (P. Le-
II, § 2.) comte du NoUY, L'hoin,ne devant
7. Cierto dia trajeron a mi la- la 'º·• 81,)
471 HIPóTESIS

12. Toda experiencia en gene- B. L6g. (por op. a categórico): que


ral (... ) se limita a plantear una afirma bajo condición; que es recibirlo
pregunta a la naturaleza. Esta a título de hipótesis. V. Co11dicio11al.
pregunta no puede ser nunca: 17. Una proposición del tipo:
«¿Es verdadera la hipótesis?», si- «Si Sócrates es hombre y todos los
no: u¿Es admisible?» (J. JEANS, hombres son mortales, Sócrates es
Nouv. ba.scs phi/os. de la se., 66.) mortal» es verdadera por la sola
13. En el activo de la hipótesis virtud de la forma. Su verdad, en
hay que poner todo cuanto ha si- su forma hipotética, no depende
do necesario descubrir para inva- ni de que Sócrates sea hombre, ni
lidarla. (J, R0STAND, Pcnsécs cl'1111 del hecho de que todos los hombres
biol., 144.) mueran. ( ... ) Podemos reconocerla
14. Ocurre con ciertas hipóte- teóricamente sin ninguna expe-
sis como con esos injertos a los riencia de las cosas particulares o
que se llama «muertos»: nada que- de sus cualidades o relaciones. (B.
da de su sustancia, pero han ser- RusSELL, Méth. scicnt. ,,,. philos.,
vido de tutor a )as nuevas ideas. 50-51.)
(lbíd., 148.) V. Axiomática, 7.
16. para las ciencias desarro-
lladas, tales como la flsica (... ), Hipotético-deductivo. Que parte de
la hipótesis ha superado su esta- una o varias proposiciones enunciadas
tuto «hipotético», el carácter de como hipótesis, y deduce de ellas las
arbitrariedad o tentativa que pa- consecuencias que lógicamente se deri-
rece ir unido a esa palabra, y ha van.
ascendido al rango de teoría, ba- A. En matemáticas: el razonamien-
sada en innumerables verificacio- to hipotético-deductivo tiene como úni-
nes y anticipaciones confirmadas: co fin extraer las consecuencias deri-
es todo el acervo y el poder de la vadas de las hipótesis cuyo conjunto
ciencia lo que garantiza hoy a la constituye la axiomática*.
hipótesis, que de hecho represen- 18. En la interpretación tradi-
ta la máxima ce1·tidumbre conce- cional, la demostración matemáti-
dida a las fuerzas humanas. (J. ca era categórica y apodíctica. De-
ULLMO, en Les ,nétli. cla11s les se. cía: siendo estos principios abso-
mod., 27, ed. Science et industrie, lutamente verdaderos, la proposi-
1958.) ción tal, que de ellos deduzco, es
V. Axiomática, 4; Doctrina, 1; lclea, también verdadera. Aristóteles la
48, 40, 50, 51; Fcnónrcno, 5, 6; Teo- llamaba «silogismo de lo necesa-
ría, 3, 7. rio». Hoy, se limita a decir: si
C. Por op. a tesis ( en Moral, Dere- enunciamos, arbitrariamente, tal
cho ... ). La tesis se sitúa en el punto conjunto de principios, he aquí las
de vista de la teoría, de los principios. consecuencias que, formalmente,
La hipótesis, en el punto de vista del resultan de ellos. La necesidad re-
dato práctico del problema a resolver. side tan sólo en el nexo lógico que
En tesis, o en teoría, al vencimiento, une a las p1·oposiciones, y se ha
el acreedor tiene derecho al reembol- retirado de las proposiciones mis-
so de su deuda; pero puede ocurrir mas. La matemática se ha conver-
que, en la hipótesis (dada la situación tido, según frase de Pieri, en un
de su deudor), no pueda exigirlo. sistema hipotético-deductivo. (R.
16. al igual que las leyes son BLANCHÉ, L'axiomat., 6-7.)
siempre justas en su ser general, V. Axiomática., 23.
pero casi siempre injustas en la B. En las ciencias experimentales:
aplicación, [en arte] las reglas, el rnzonamiento hipotético-deductivo
siempre verdaderas en la teoría, (llamado por Clnude BERNARD «razona-
pueden llegar a se1· falsas en la miento experimentah>*) no es sino un
hipótesis. (MoNTESQUIEU, Essai •. medio ele verificar la hipótesis.
le gofit, uDes 1·cgles».)
10. La inducción es el método
Hipotético. A. Sentido usual: que experimental; y todo método expe-
se funda tan sólo en datos muy incier- rimental procede, de hecho, por
tos. J!:xito hipotético. construcción hipotético-deductiva
Sin.: conjetural•, problemático•, y verificación de las últimas con-
aleatorio•, incierto. secuencias a que llega esa cons-
HJSTEltlA 472

trucción. (A. LAI,AND!1, Les théo- A. En sentido etimol. (sin, de cien-


rics de l'iudnctio11, 234.) rin) : estudio clescl'Íptivo ele los seres
20. Intelectualmente, es <>l ad- de In nnturulrzu, ya sen sin ninguna
venimiento de las opel'acioncs for- consideración de su pusodo, ya com-
males o hipotótico-deductivas lo prendido ese pasado, En este sentido
que permite al individuo salir de ya no se emplea más que en la •!<pre-
la situación perceptiva presente y sión «historia natural», que va siendo
local, en que se halla más o me- también reemplazada por «ciencias na-
nos confinado el niño, para mover- turales».
se en lo posible e inactual y, por l. La historia de los insectos es
consiguiente, para adquirir la ca- un vasto, y nún diría un inmenso
pacidad de hacer proyectos. (J, país, que puede recorrerse con
PIAGET, en el Tr. de socio!. de diversos intentos. La parte que
GURVITCH, 11, 238.) más me ha interesado es también
V. Asu.n.ción, 12. aquella a la que la generalidad se-
rá más sensible, y es la que abar-
HISTERIA. Creado a partir del gr. ca cuanto se refiere al genio, a
hystcra, matriz, porque estos trastor-
nos se caracerizaban en particular por las costumbres, por así decir, a las
«la sensación de una bola que sube de industrias de tantos pequeños ani-
males. (RÉAUMUR, M émoires pour
la matriz a la garganta y el ahogo». servir ii l'hist. des ins., I.)
(LITTRt).
«Disposición mental particular, ya 2. No dehe imaginarse (... )
constitucional y permanente, ya acci- que en el estudio de la historia na-
dental y pasajera, que lleva a ciertos tural hayamos de limitarno• a h.,.
sujetos a mostrar apariencias de de- cer descripciones exactas y a cer-
fecto físico, de enfermedades somáti- ciorarnos de los hechos particula-
cas o de estados psicopáticos». (A. Po- res; tal es en verdad ( ... ) el fin
ROT, Manuel alphabét., 272.) esencial que hemos de proponernos
en principio; pero hay que tratar
Los miembros de la Sociedad de Neu- de elevarse a algo más grande y
rología Francesa han respondido afir- aún más digno de ocuparnos: es
mativamente a la pregunta siguiente: el combinar las observaciones, el
l. En el conjunto de los fenó- generalizar los hechos... (BUFFON,
menos unidos a la histeria, ¿no Hist. naturclle, Consider. gen., M,
existe un grupo especial de tras- ChoiBis, p. 58, Gallimard.)
tornos que pueden ser exactamen- 3. la historia civil (... ) se ex-
te reproducidos por sugestión y tiende tan sólo a las pequeñas por-
que pueden desaparecer por la so- ciones de la tierra que sucesiva-
la influencia de la sugestión o mente han ocupado los pueblos
persuasión? (Revue 1,eurol., 1908, cuidadosos de su memoria; en tan-
383.) . to que la historia natural abarca
2. Cuando una emoción es pro- igualmente todos los espacios. to-
funda, no hay sitio en ella para dos los tiempos, y no tiene otros
la histeria, (J. BABINSKI, J, de psy- límites que el universo. (BUFFON,
chol., 1912, 131.) lbúl., «La terre», p. 92.)
Histeria de conversión (Psicoánal.) 4. esos ensayos [ de experien-
Conjunto de trastornos psicofisiológi- cias) señalan In entrada de la psi-
cos resultantes del hecho de que una cología en una fase nueva, el pa-
pulsión • instintual, al no poder, por so del período deácn'ptivo al perío-
razones físicas, morales o sociales, sa- do ex¡,licativo. No le basta ya con
tisfacerse por las vías normales, se des- ser una historia natural; se es-
,·ía hacia otras más o menos anorma- fuerza por ser una ciencia natu-
les. Conversión• tiene aquí un sentido ral. (Th. RIBOT, Psychol, ali, cont.,
análogo al de las expresiones: la con- XV-XVI.)
versión del agua en vapor; el batallón
hizo una conversión (cambio de fren- 4'. No hay vida de nombre nin-
te). guno de cuantos andan por el
mundo de quien no se pueda escri-
HISTORIA bir una grande historia, y habrá
Historia. Gr. historia, que pasa al para ella bastante materia, (V,
lat.; der. de histor, el que sabe; liis- ESPINEL, Marcos de Obreo6n, l.'
torein, tratar de saber, saber, referir. parte, 129.) Ad, E.
473 HISTORIA

B. En sentido amplio: estudio del historia. (J. BARBEY D'AUR., Les


pasado, en todos sus órdenes. Memorias úlées et les h., I, 3, Amyot, 1800.)
para. contribuir a. la. liistoria. ele los i>r- 11. La historia no es nunca más
scclos (RfAUMUR). Historia ele los a11i- que un historiador. ([bid., Histo-
ma./cs si>i vértebras (LAMARCK). riens, 4.)
5. La historia en el sentido ol'- 12. Obra de un hombre, una
dinario, es decir, la serie de los historia es el retrato de ese hom-
hechos que conocemos del desarro- bre, que en ella ha quedado impre-
llo de la humnnidnd, no es sino so junto con su pensamiento. ( ... )
una porción imperceptible de In Por mi parte confieso que n1e gusta
verdadera historia, entendida co- buscar también en la historia al
rno el cuadro de lo que podemos historiador; y a veces es lo mejor
saber del desarrollo del universo. que hallo en ella. (A. VINET, Ét.
(E. RENAN, Carta n Bcrthelot, m·u- sur la litt. fr. au XIX' s. [Miche-
vrcs co111¡1I., 1, 633.) let], 111, 112.)
C. En sentido estricto: estudio del 13. La historia es en el fondo
pnsndo de las sociedades humanas o un problema de psicología. (11.
ese mismo pasado. TAINE, Hist. de la. litt. a.ngl.,
6. El carácter real de In histo- XLV.)
ria consiste en tornar parte en In 14. La historia no nos dirá sin
propia historia. La idea del pasa- duda lo que hay que hacer, pero
do sólo cobra sentido y constituye acaso nos ayude a encontrarlo.
un valor pal'a el hombre que halla (FUSTEL DE c., R. des Deuz M., 15
en sí mismo una pasión del porve- feb. 1871, 671.)
nir. El porvenir, por definición, 15. La historia no ve vivir a
carece de imagen. La historia le una época de la que no tengamos
da los medios de ser pensado. Ella una muestra de vestido y un me-
es quien forma para la imagi- nú. (E. y J. DE G0NC0URT, [dées et
nación una tabla de situaciones y sens., 129.)
catástrofes, una galería de antepa-
sado•, un formulario de actos, ex- 16. La historia es una novela
presiones, actitudes y decisiones que ha sido; la novela, historia que
ofrecidas a nuestra inestabilidad hubiera podido ser. (lbíd., 147.)
y a nuestra .incertidumbre para 17. ¿Qué es una novela históri-
ayudarnos a devenir. (P. VALÉRY, ca? Algo que no será, me temo, ni
Reg. sur le monde a.et., 19.) novela ni historia, o mejor, que
7. La historia que escribirnos, será historia si buscáis en ella
la historia .retrospectiva (die His- la novela, pero que se convertirá en
torie), se torna posible por la his- novela si en ella buscáis historia.
toria que se ha hecho ( die Gesclti (F. BRUNETIERE, Le roman natu-
elite). (P. RIC0EUR, Hist. et vérité ral., 77.)
170.) 18. La ciencia natural es críti-
l. En sentido propio (al. Gesclticlt- ca y nada más. En la historia, por
te): conocimiento o relato del pasado el contrario, la crítica sólo puede
de las sociedades humanas. garantizar el saber sobre el que la
mirada de la historia abre su ho-
8. En una historia, corno en rizonte. La historia, cualquiera que
una tragedia, hace falta una expo- sea su objeto, es esa mirada mis-
sición, un nudo y un desenlace. ma. (0. SPENGLER, Décli11 ele l'Occ.,
(V0LTAIRE, Carta de 8 enero 17~2). 1, 34.)
9. Leyendo las secas y enfado- 19. La causalidad no tiene na-
sas nomenclaturas de hechos lla- da que ver con la historia. ( lbícl.,
mados historias, ¿quién no se ha I, 149.)
dado cuenta de que los escl'ito- 20. Por paradójica que esta
res olviduon en todas las épocas, afirmación pueda puecer en un
en Egipto, en Pel'sia, en Grecia, en principio, las generalidades de In
Roma, darnos In historia de las historia ofrecen a menudo mayor
costumbres? (BALZAC, Co111. h11111., vel'dad y certidumbre que los de-
Prólogo, I, 5.) talles mismos qu& les sirven de ba-
10. Cuando se apaga el genio se. (G. M0N0D, en Do la. méth. dans
de la invención, despierta el de la les se., I, 846.)
HISTORIA 474

21. no hay eiencin que se hnllc masas lecciones del pasado que ni
en }lí'ores l'Ondiriones que ln histo- a los mismos militares han permi-
ria. Nunl'a obsen•arioncs directas, tido felicitarse de haberlas busca-
siempre herhos desaparecidos; e do con tanta diligencia. Si por ello
incluso nunca hechos completos, si- se entiende recetas pnrn el éxito.
no fragmentos dispersos, conservo- no hay tales lecciones del pasado.
dos al azar, detritus del pasndo: (L. FEDVRE, Pref. a Ch. MORAZI:,
el historiador hace oficio de trn- La Franco bo11rg., IX.)
pero. Y aún se ve obligado a opl'- 31. La única lección que inten-
rar sobre tan precarios materiales ta dar es la de que no hay leccio-
por vía indirecta, empleando el nes de In historia. (L. FEBVRE,
peor de los razonamientos, el de
analogía. (Ch. SEIGN0B0S, Bull.
a
«Av.-Propos Ch. MoRAZÉ•, Trois
cssa.is s. hist. et cul., VII.)
Soe. fr. de PhiJ., 1907, :167.)
32. Marx pasa constantemente
22. La historia expone los he- de In idea de que es imposible escri-
chos singulares e imprevisibles, a bir historia sin tener en cuenta las
la vez que busca, cuando quiere condiciones económicas n la de que
ser explicativa, las razones perma- es posible escribir la historia por
nentes. (A. DARB0N, Catégorirs de el juego de las causas económicas.
la. modaJité, 119-120.) (Th. MAULNIER, Au-dela du nation.,
23. La interpretación de los he- 171.)
chas se llama Historia; su trans- 33. La hüitoria se halla siem-
figuración, Poesía. Pero su verdad pre a merced de una reinterpreta-
pertenece de derecho al olvido. ció11, A medida que sabemos más
(E. JALEUX, Esse11ccs, 49.) cosas, las antiguas que sabíamos
24. Siempre que se saca una no son ya las mismas, cambian de
lección de la historia es que, de sentido. (J. M0NNER0T, Les faits
uno u otro modo, se la había pues- sociau:o ne sont pa8 des ch., 107-
to allí antes. (H. MASSIS, Les idécs 108.)
restcnt, 96.) 34. La historia es eo111prensió11
25. La novela debe, según la retrospectiva de un devenir huma-
definición de P.aul Bourj!:et, e¡,for- 1101 es decir, a, la, vez social 1J espi-
zarse por ser verosímil. Es la his- ritual. (R. ARON, Introd. a /a, phil.
toria la que resulta increíble. (J. de l'hüit., 82.)
BAINVILLE, Lccturcs, 104.) 35. ¿ Qué es, pues, la historia?
26. La historia es la ciencia Y o propondría responder: La hi-'-
de las cosas que no se repiten. (P. tori.a, es el conocimiento del pasado
VALÉRY, Variété IV, 139.) h1tmano. (H. MARR0U, De la con-
naÜ!s. hist., 32.)
27. He aquí, en fin, mi última
palabra: me temo que -la historia 36. ni objetivismo puro ni sub-
no nos permita apenas prever; pe-
jetivismo radical; In historia es
a la vez conocimiento del objeto y
ro aliada con la independencia de aventura espiritual del sujeto que
espíritu, puede ayudarnos a ver conoce. (lbí.d., 229.)
mejor. (lbí.d., 142.)
37. La historia, necesaria, no
28. [La Historia] es un arte: suficiente, no es, pues, sino una
nada menos, pero nada más. (P. causa ocasional. No es ausencia de
VALÉRY, en Préscn,:e de Valéry, valor, ni el valor mismo, ni siquie-
12.) ra el material del valor. Es una
29. La historia justifica Jo que ocasión, entre otras, en que el
se quiere. No enseña rigurosamen- hombre puede experimentar la
te nada, porque Jo contiene todo existencia aún confusa de un valor
y da ejemplos de todo. (P. VALfRY, que Je sirve para juzgar la histo-
Rcgar<h s. le monde actucl, 64, ria. La propia rebeldía nos oa
Pléiade, JI, 935.) prueba de ello. (A. CAMUS, L'/,om.-
30. La historia es eso: un me- me rév., 306.)
dio de comprender y, por ello mis- 38. la historia está condenada
mo, de obrar sobre el curso de los a utilizar, concurrentemente, di-
acontecimientos. No apropiándose yersos esquemas de explicación
las «lecciones del pasado•, esas fa.- sin haber reflexionado sobre ellos
475 HISTORIA

ni, acaso, hnbel'los distinguitio: ciencia, la historia objeto de poe-


condiciones que no son detel'minn- sía. (0. SPENGLER, cit. por FAUCON-
cioncs, motivaciones que no son o.
Nt:T, Spe11glcr, 56.)
causncioncs, .causaciones que no 43. La historia no se hace sin
son sino campos de influencia, f11- la voluntad del hombre, y, no obs-
rilitneiones, etc. (P. Rlco1mn, Ji ist, tante, se hace en r?ran parte fuera
et véri!é, 33.) de ella y contra ella. (E. MoUNIER,
39. El encuentl'o en historia no i, Qu'cst-cc que le pcrsonnalismc?
es nunca un diálogo, porque la pri- 18.)
mera condición del diálogo es que 44. La historia, conjunto de los
el otro respo11da: la historia es el devenires espirituales o existen-
sc-ctor de la comunicación sin reci- cias, no se presta a una compren-
procidad. Pero, con la condición de sión impersonal. (R. ARON, lntroa.
ese límite, es una especie de nmis- a la pli ilos. de l' hist., 290.)
tnd unilateral, a In manera de esos 45. La historia es una decep-
amores n u n e a correspondidos. ción perpetua, y no cesa de real i-
(lbíd., 48.) zar utopías. (H. DE LUBAC, Parru:/o-
40. Estudiar In historia es an- xcs, 127, Seuil, 1!159.)
te todo tratar de compre11dcr las 46. La historia no es del todo
acciones de los hombres, los mo- un objeto; no llega a serlo más
tivos que les han movido, los fi- que si me salgo de ella, al modo
nes que han perseguido, -la signifi- como el propio cuerpo se hace
r.ación que tenían, pa.ra ellos, sus cuerpo-objeto para un espectador
comportamientos y sus acciones. desencarnado, para un espectador
(L. G0LDMAN, Se. lt1t1nai11es et phi- no situado. (P. RIC0EUR, Phi/os. de
/os., 14.) /a. vol., 1, 119.)
41. La historia es una perspec- 47. Cuando el escritor de hoy se
tiva abierta sobre el Porvenir, una dice solidario de la historia, y dis-
inquietud de la Eternidad. (E. puesto a comprometerse con ella
DARDEL, L'hist. se. du co11cret, 139.) ( ... ) lo que pretende designar por
41'. Entregóse luego a aquella esa palabra clave no es, evidente-
gran madre de la vida, esposa del mente, una reconstrucción, aun in-
entendimiento e hija de la expe- tegral, del pasado; es el devenir
riencia, la p:Jausiblc h,istoria, la humano en toda su extensión, pa-
que más deleita y la que más en- sado, presente y futuro unidos sin
seña. (B. GRACIÁN, El discreto, interrupción, como el tejido de 11.
138.) Ad. E. aventura humana. (P.-H. SrnoN,
L'esprit de l'hist., 14-15.)
41". La historia, amip:o mío, no
consiste en referir hechos deser.- 48. La historia vivida según su
lazados, sino en retratar hombres, clirecrión natural, hacia el porve-
naciones y siglos. Las acciones de nir, y la historia vista en sentido
los hombres públicos están íntima- contrario, hacia el pasado, no son
mente enlazadas con el estado de ya la misma... (P. VENDRYES, De
los pueblos y de su república, y la proba.büité hist., 274.)
ved aquí el oficio de la historia, 48'. Es sorprendente la docili-
poner patentes estos enlaces y ma- dad de la historia ante la furia de
nifestar de qué modo el mayor nú- orden que lleva a ella el pensa-
mero de los mortales es feliz o in- miento. Se puede llegar a sistemas
feliz por el modo de obrar del me- francamente cómicos y que, en
nor número. (J, P. FoRNEII, l!l:rc- principio, no son menos verídicos
q11iaa de la lr11g1ta castclla11a, 87.) que los de aspecto más trágico y
Ad. E. solemne. Cabe, por ejemplo, lo que
yo llamaría la interpretación hi-
V. Documento, 1, 2, 4; Dogmatúmro, drnlógicn de la historia. En efec-
17; Leyenda, 2; /llodo, 6; Pasado, 10, to, la historia comienza con una
13, 16; Responsabilitlad, 13. rivilización que brota entre dos
2. Por anal. (ni. Historie): el pasa- ríos menores -la mcsopotámica-.
do o el devenir de las sociedades hu- Pasa Juego n las riberas de un
manas. gran río -el Nilo-. Se derrama
después sobre un mar interior -el
42. La naturaleza es objeto de Mediterráneo-. Alcanza más tar-
HISTORFA 476

ele a mar abierto --<!I Atlántico-, mente e:x:711icacla, ni reco>rstmida


~• en nuestros dias comienza a ba- con Ul'l"eglo n leyes necesitantee.
ilarse en el mar máximo -el Pa- Pero In historia puede ser ca-
cifico-. (J. ORTEGA y GASSET, En racfrrizrtda, infer¡1retada o dt!sci-
el re11tc11ario de Hegel, Ideas y fracla en cierta ,nedida 71 en cuan-
crc,•>rcias. 80.) Ad. E. to a ciertos aspectos genera/e•,
V. lmpa.cfo, 3; Pesimismo, 1. siempre que consigamos descubrir
FiJosoffa de la historia. Investiga- en ella sentidos o direcciones in-
ción de las leyes generales que rigen teligibles, y leyes que aclaren los
la evolución de las sociedades huma- acontecimientos sin implicarlos ne-
nas, o incluso especulaciones relativas cesariamente. (J. MARITAIN, Pour
al sentido de esa evolución y al térmi- une philos. de l'ltist., 45.)
no final al que llegará la humanidad. 63. La filosofía de la historia,
49. La filosofía de la historia como la historia, como lo perma-
es en Francia un génel'o literario nente, no son aún más que ideolo-
tan desacreditado que nadie se gias, proyecciones nuestras. No
atreve a confesar que lo practica. existe pasado, como no existe por-
venir: en realidad existe solamen-
Se la opone a la ciencia como la te el presente, y, en el fondo, es
fantasía al rigor, la intuición al •saliendo de ese presente como ela-
saber. (R. ARON, Introd. a la phi, boramos siempre la historia y co-
los. de l' hist., 285.) rno nos proyectamos, en cierto as-
A. En sentido amplio: investiga- pecto, en el porvenir. (G. Gua-
ción de las causas, y principalmente de VITCH, en L'angoisee du temps pr.,
las causas generales, de los aconteci- 164-165, «Rene. de Geneve», 1953.)
mientos históricos. 64. Una filosofía de la historia
50. La filosofía de la historia supone ( ... ) que la historia huma-
tiene esencialmente por objeto dis- na no es una simple suma de he-
cernir, en el conjunto de los acon- chos yuxtapuestos ( ... ), sino que es
tecimientos históricos, aquellos he- en el instante y en la suceaión una
chos generales, dominantes, que totalidad, en movimiento hacia un
forman su armazón u osamenta; estado privilegiado que da sentido
mostrar cómo unos hechos genera- al conjunto. (M. MERLEAU-P., Phé-
les y de primer orden tienen otros nomén.ol. de la pero., 165.)
subordinados, y asi sucesivamente Sentido de la hi.storia. Término equí-
hasta los hechos de detalle que voco que sirve para designar a la vez:
pueden ofrecer un interés dramá- l.ª la dirección de los acontecimientos
tico, atraer vivamente nuestra cu- históricos, o el término a que llegarán;
riosidad, pero no nuestra curiosi- 2. • el fin hacia el que una fuerza mis-
dad de filósofos. (A. CoURNOT, Tr. teriosa los hace tender, y que permite
de l'enchain.' •.. , núm. 546, p. 614.) comprender la sucesión de los hechos.
V. Etiología, l. '55. Estoy profundamente con-
B. En sentido estricto: explicación vencido de que la propia expresión
última del devenir de las sociedades «sentido de la historia» responde
humanas; determinación del sentido de a una idea extremadamente vag11
la historia en el sentido B, es decir, o al menos equivoca y que un pen-
del conjunto de los acontecimientos por samiento dueño de si tiene obliga-
los que pasa la humanidad. ción de disolver. (G. MARCEL, Lea
51. La ciencia elabora un de- ltommcs c. l'ltumai11, 178.)
terminismo por parcelas, la filoso- 56. El problema último en el
fía [ de la historia] imaginaría un que hoy se enfrentan existencialis-
determinismo continuo~ En vez de tas, marxistas y cristianos nos pa-
una necesidad elaborada, hipotéti- rece ser el del sentido de la histo-
ca y parcial, descubriría en el pro- ria. (J. HYPPOLITE, en llfcrc. do F.,
pio devenir una necesidad total. julio 1949, 416.)
(R. A.RON, lntrod. a la pl,ü. de 57. Hay que reconocer el senti-
l'hi.st., 286.) do de In historia para insertarse
52. Una auténtica filosofia de en ella; pero el exceso de adhesión
la historia no sueña con una ex- a la historia que es, nos impide ha-
plicación de la historia ( ... ) : la cer la historia que debe ser. (E.
historia no puede ser ni racional- MOUNIER, Le pcrsonnaliame, 79.)
477 HISTORIA

58. . . .la doble accpc10n ele la A. Que pertenece a la historia en


palabra «sentido»: orientación o el sentido C 1, es decir, a los trabajos
dirección espacio-temporal, tal co- del historiador. Investigaciones histó-
mo la de un rio, y siunificación ricas, método histórico. V. Crítica• his-
o expresión intencional ( ... ) dos tórica.
acepciones ( ... ) indisolublemente 61. Fui arrastrado hacia las
unidas. En particular en la expre- ciencias históricas, pequeñas cien-
sión «sentido de la historia», que cias conjeturales que se deshacen
quiere decir siempre orientación sin cesar una vez hechas y que de-
significativa o significación orien- jarán de ser cultivadas antes de
tada. (G. FESSARD, L'actualité hist., cien años. (RENAN, Souvenirs, 230.)
470.)
62. Los hechos materiales no se
58 bis. En cuanto a la b1ísq1<c- nos aparecen ya como esencia de
cla. de un sentido, a través del co- la historia: no son más que su es-
nocimiento histórico, resulta a la queleto, una condición necesaria,
vez inevitable y condenada al fra- pero no suficiente. El conocimien-
caso. Una historia desprovista de to histórico consiste en compren-
todo sentido no sería ya historia; der esos hechos ( ... ): deben ser re-
pero si descubriésemos su sentido, pensados; y con el pensamiento,
sería que había llegado al fin, que entra en juego toda la subjetivi-
había sido pronunciada la «última dad del historiador. (H. MARROV,
palabra». La elaboración del senti- R. de mét. et de mor., 1949, 255.)
do de la historia es en sí misma 63. El conocimiento histórico
histórica. Se realiza a la vez en consiste en comprender. (H. MA-
la existencia histórica y en el des- RROU, Jbúl.)
ciframiento de la historia; son
obra suya y depende de ellos. (J. 64. La certeza histórica no es
HERSCH, en Dialcctica, 57-58 [mar- nunca más que una verosimilitud
zo-junio 1961], 236.) que nos parece razonable, que no
tenemos razón suficiente para ne-
V. Metahistoria. gar. (H. MARROU, De la connaiBs.
Prehistoria. Período del pasado hu- hist., 117.)
mano para el que no existen documen- 65. el juicio histórico pertenece
tos escritos, sino tan sólo arqueológi- al orden de lo probable, no al de
cos: huesos y piedras talladas, sepul- la necesidad. (lbíd., 143.)
turas, alfarería
V. Admiración, 12.
Protohistoria. Período del pasado hu-
mano que no ha dejado documentos es- B. Que pertenec.e a la historia en
critos, pero del que se poseen, además el sentido C 2, es decir, al pasado o
de los documentos arqueológicos, cier- al devenir de la humanidad. Hecho
tas informaciones por intermedio de histórico (acento puesto en su reali-
pueblos vecinos llegados a la época his- dad). Acontecimiento histórico (lo
tórica. La protohistoria se sitúa enlre acentuado es su importancia).
la prehistoria y la historia que supo- GG. En la hora señalada, las
ne documentos escritos. fuerzas históricas se agrupan y
Histórico. Perteneciente a la histo- convergen sobre los hombres y los
ria en los diversos sentidos de esta lugares predestinados. Y el actor
palabra. histórico no tiene más que alargar
la mano para tomar los actos que
59. la interrogación: ¿cómo es el destino ofrece. ( ... ) Cada movi-
posible una «ciencia histórica ?n miento de los tiempos históricos
(... ) va rigurosamente unida a la nos aparece como obra de causas
pregunta: «el ser histórico, ¿ puede roflexivas y resultado de una pre-
y debe trascender su naturaleza de meditación. (C. ROUPNEL, Hist. et
ser histórico pura comprender In dcstin, 387.)
realidad histórica en tanto que ob- G6'. Sólo podemos comprender
jeto de ciencia?» (J.-F. LYOTARD, el resultado de un devenir histórico
La phénoméllol., 93.) cuando lo percibimos abierto n un
60. El mueble es cosa histórica, porvenir, pero también y n la vez
no sólo en cuanto objeto eventual arraigado en un pasado. (J. HYP-
de la ciencia histórica, sino en sí POLITE, en Dia/cctiw, 67-58) [mar-
mismo. (/bid., 94.) zo-junio 1961], 216.)
HISTORIA 478

tlG". Una t'Hticlad históricn. só- C'<' en principio ser lo inverso de


lo puede ser tlefini<ln precisando, In historia. ¿Acaso no es la histo-
en la medida de lo posible, sus no- ria l I conocimiento <le] pasado en
1

tns invarinntl's y conjeturando ,su tanto que la historicidad se refie-


peculiar misión dc-ntro cfo una pr1·- re al porvenir? (E. BRÉIIH:n,
via idea de In historia. (P. LAÍN Tra1rnfor111. rlc la philus., 154-l ú5.)
ENTRALGll, La U11irf'rsi<iad, ,,¡ i11-
V. S11jrfo, 9.
tcl, rluaJ, Europa., 81.) Ad. E.
2. Por consiguiente, carítcter de lo
('. En nuestros días, aplicado al que es contingente• y varía con las
hombre: que no es l'1 mismo sino por épocas.
su integración en l'l devenir de una so-
ciedad, o rnejor aún, que <'11 tanto QUl', 69. La historicidad libera, pu s, 0

mediante sus libres decisiones, determi- al hombre de todas las reglas, de


na su propio devenir. todos los universales que daban
sentido a la vida humana; y en
67. somos esencialmente seres ello consiste, para el existencialis-
históricos, es decir, tales que nues- mo, la libertad del hombre. (E.
tra realidad tanto individual como BnÉHIE1i, Tra11sfo1;11. ele /u phi/os.
social se constituye poco a poco fr., 156.)
al hilo de las libres decisiones to-
madas a cada ocasión en el m:í, • 70. La historicidad de los gus-
fugitivo hic et 11unc. (G. FESSAUD, tos no es una objeción a la vaJidez
De /'a.ctualité hist., I, 10.) del gusto ... (M. DEFRENNE, Phé110-
67 bis. Decir que el hombre es ménol. ele l'expér, esth., I, 24.)
un ser temporal o ((histórico» es de- 71. La torna de conciencia de la
cir que se realiza siempre en una historicidad del ser humano no ha
decisión actual. en la que el sujeto cesado de afirmarse gracias a los
hun1ano, separándose de un pasado progresos del método comprensivo
caducado, le confiere una signifi- practicado por la fenomenología
cación nueva. determinada por e1 y la filosofía existencial. ( ... )
porvenir que le inspira. (R. l\fARLÉ, La preponderancia de la dimen-
Bu.ltmam1 1 94.) sión histórica y social se impone
V. Derecho, 19. a la propia afirmación de verdad,
que es, como cualquier otra activi•
Historicidad. Carácter de lo que es dad, hija de su tiempo. Será, por
histórico, es decir, pertenece a ln his- tanto, siempre válida en el contex-
toria. to de la época que la condiciona,
A_ En el sentido C 1 de la palabra pero carecerá de valor más allá de
historia: caráctér de lo que pertener.e sus límites, y estará, por tanto,
a la historia objetiva, es decir, de Jo afectada de una especie de relati-
reconocido como habiendo realmente vismo radical. (G. Gusoom-·, Tr.
pasado. La historicidad de los Evan- de rnétcmh., 349.)
gelios, de las Mcnwrias de SAINT-SI- 72. la historicidad del historia-
.MON. dor ¿es compatible con una com-
B. En el sentido C 2 de la palabra prensión de la historia que res-
historia: carácter de Jo que o de quien ponda a las condiciones de las
se halla integrado en el devenir hu- ciencias? (J.-F. LY01'AllD, l'héno-
mano. 111.h>ol., 93,)
l. Carácter de lo que vive, no en II istorismo o historicismo. Tendencia
el instante o en la eternidad, sino en a atribuir ,luga1· preeminente a la his-
el tiempo histórico. toria en la explicación de los hechos.
68. un carácter positivo que Se dice, casi siempre, historicismo, Cf.
nuestra filosofía pone cada vez con !ogicismo•, psicologismo•, sociolo•
más en evidencia es la (rhistorici- gismo•.
dad• esencial a la existencia hu- A. Método que consiste en conside-
mana. Só'.o hay presente (huma- rar las ideas (en el vocnbulario mar-
no) en tanto que este presente Lío- xista, las superestructuras) como la re-
ne un porvenir y se convertirá ":!Il sultante de condiciones históricas.
un pasado ( ... ); el hombre vive 73. El principio marxista del
siempre por delante de sí mismo, historicismo no tiene nada de co-
en la superación de sí mismo: de mún con la sustitución del estudio
tal modo que la historicidad pare- de la historia concretu por esque-
479 HISTORIA

mas abstl'actos tomados de la vi- particularmente ORTEGA, además de


da, El método mnl'Xista excluye to- aceptar lo dicho en B, la naturale,a
da mutilación de la realidad, toda humana es esencialmente histórica, la
interpretación tendenciosa del pa- historidicidad es nota constitutiva de
sado sepal'ada de las condiciones la vida humana. Para ORTEGA "el hom-
históricas. (... ) La hostilidad de la bre no tiene naturaleza sino historia,,.
sociologfa bu1·euesa hacia el his- V. Vitalismo, razón 11ital y razóu his.
toricismo es debida al tel'ror que tóríca.
le inspil'a la vel'dnd histórica, el 77'. Frente a la razón pura fí-
estudio objetivo del pasado y del sico-matemática hay 1 pues, una ra-
pl'esente, porque semejante estudio zón nal'rativa. Para comprender
prueba incontcstablemente que la algo humano, personal o colectivo,
sociedad capitalista tiene histórica- es preciso contar una historia.
mente un carlictel' transitorio. (M. (ORTEGA Y GASSET. Historia, como
RoSENTIIAL, l'<'lil clic/. ¡,!tilos., 247, sistema, Obras, VI, 32.)
Moscú, 1955,) 77". En suma, que el hombre
B. Doctrina según la cual la verdad uo tiene naturaleza, sino que tic-
es histórica, es decil', evoluciona con ,,, .. , hi.storia. O, lo que es igual: lo
la historia, sin que se J>Ueda concebir que la naturaleza es a las cesas, es
una verdad absoluta hasta la que tien- la historia -como res ges/cu- al
da la evolución histórica. hombre, una vez más tropezamos
74. El •historicismo» ( ... ) es la con la posible aplicación de con-
negación de la teoria que conside- ceptos teológicos a la realidad hu-
ra que -la realidad se divide en su- mana. Deus cui hoc est 11atu.ra
prahistórica e histórica, en un quod feeerit..., dice San Agustín.
mundo de ideas y valores y otro Tampoco el hombl'e tiene otra 11a-
inferior que los ha l'eflejado has- t1U"alcza que lo que ha hecho.
ta ahora de manera fugitiva e im- ( lbíd., 43.)
perfecta; mundo al que sel'á preci- 77"'. . .. cabe decir que el tigre
so que se impongan de una vez, de hoy no es más ni menos tigre
para hacer que a la historia im- que el de hace mil años; estrena
pcrf.ecta, o a la historia sin má~, el ser tigre, es siempre un primer
suceda una realidad racional y tigre. Pero el individuo humano no
perfecta. (B. CR0CE, La, naissa11ce estrena humanidad... El hombl'e
de l'liistoris,ne, R. de ,nét.. et tic no es un primer hombre :r eterno
mor., 1937, 606.) Adán, sino que es formalmentit un
75. El historicismo, mezcla de hombre segundo, tercero, etc.
escepticismo e irracionalismo, es (lbí.cl., 44.)
menos una filosoffa que el susti tu- 77"". La inteligencia no es un
to de la filosofía que falta. (R. despliegue en el individuo aislado,
ARON, fotrod. a la, 1'kilos. de l'hist., comprensible desde él, sino que ea
300.) un pl'oceso de la evolución del gé-
76. El historicismo se define nero humano... (DILTHEY, Teoría
esencialmente por la sustitución ,le las co11cepcionts dtl 11iu11.do, en
del mito del pl'ogreso por el mi- J. I\IA111As, La, Filosofía, en •~•s te.r-
to del devenir. Igual resignación al tos, 11, 2.183.)
destino anónimo; pero, en vez del Historiador. Autor de obrns históri-
segul'o optimismo de que el porve- cas, especialista en las investigaciones
nit· se,·á mejor que el pl'esente, histól'icas.
una especie de pesimismo o agnos- 78. El buen historiador no ~•
ticismo. (... ) Liberarse del histo- de ninguna época ni de ningún
ricismo es, ante todo, superar el país. Aunque ame a su patria, no
fatalismo. (]bici., 301.) la adula jamás en nada. (FilNELON,
77, El historicismo reduce lo- Lc,ttro el l'Ar., VIII.)
<la doctrino. a sus causas y, con 79. Si la exactitud de una ex-
ello, destl'Uye In iden de una ver- J>liL"ación histúrica depende en prin•
dad objetiva e intempornl. (W. cipio ,le la exactitud de los he-
LANTIÉRI, en WF.Df:11 y HUISMAN, chos rnfel'idos, no depende menos
Tab/e,i ,Je la ¡,hilos, 00111,•111¡,., de la cel'tidumbl'e de las leyes in-
328.) vocadas. Para flanquear los siglos,
C. Ad. E. Parn Dll,TIIEY y otl'os, el historiadol' necesita !ns suelas
HOLISMO 480
de plomo del documento, pero tam- (... ) en la perspectiva holística y
bién el ala de ful"go de las ideas. gestnltista de In biopslcología con-
(C. BoUGLÉ, ¿Qr,'cst-ec q1u• la so- temporánea no cabe concebir dos
cial.?, 7.' ed., 60.) series yuxtapuestos de síntomas
80. El historiador hace para el positivos y síntomas negativos ( ... ).
pasado lo que la echadora de car- Se trata de unn verdadera estruc-
ta, para el porvenir. Pero la echa- turación global... (G. DESHAIES,
dora de cartas, a diferencia del Psyelwpatlwl. gén., 44.)
historiador, se expone a una veri- llo/a. Del gr. holas, que forma un
ficación. (P. VALÉRY, Rcg. s. le todo, entero. Primer elemento de ciertas
monde, 98.) palabras compuestas. Testamento ho-
81. imposibilidad de separar el lógrafo u ológrafo (escrito enteramente
observador de la cosa observada y de mano del testador.) Holocausto (sa-
la, historia del historiador. (P. V A- crificio en el que la víctima es quema-
LERY. Variété, VI, 132.) da entera).
82. El historiador, en la medi-
da en que vive históricamente tien- HOLóFRASIS. Etimol.: que consti-
de a la acción y busca el pas~do de tuye por sí solo un discurso (gr, plira-
su porvenir. (R. AnoN, Introd, a sis), completo (holas).
la philos. de l'hist., 337.) Palabra multisílaba que equivale a
83. ser historiador es en último toda una frase pero cuyos elementos
análisis c,nnpre1zder, penetrar por no son a su vez palabras o raíces de
dentro el alma de los hombres de palabras que quepa utilizar separadas,
antaño ... (H. MARROU, en R. do Lengua holofrástica (la de los Pieles
mét. et de mor., 1949, 265.) Rojas).
84. El historiador debe ser tam- Hamo y homco. Pref. tomado del gr,
bién y ante todo un hombre plena- ho,nos y liomoios, igual, semejante. Ho-
mente hombre, abierto a todo lo mónimo, que tiene el mismo nombre
humano, y no atrofiarse en ratón (onoma), Homeopatía, sufrimiento
de biblioteca y cajón de fichas. (H. (pathos) semejante (hamoios).
MARROU, De la can11ais. hist., 103.)
HOMOG:8NEO. Gr. homogenes, que
85. El historiador que no inter- es de ,la misma (!tomas) raza (genos),
viene en la batalla ( ... ) no alcan- de la misma .naturaleza.
za la batalla en sí misma, puesto
que, en el momento en que tuvo Se dice de un todo cuyas partes son
lugar, su resultado era contingen- de la misma naturaleza, ya se trate de
te, y ya no lo es cuando el historia- un todo físico (terreno homogéneo),
dor la cuenta... (M. MERLEAU.-P., de una colectividad humana (clase ho-
Plténoménol. cu la, pere., 416.) "?ogénea) o de seres matemáticos (fun-
c16n homogénea). Der.: homogeneidad.
86. El historiador se halla siem- Coner.: heterogéneo•, alógeno, com-
pre ante un dilema: o explica el puesto.
pasado en términos de presente,
traicionándolo, o lo explica en tér- (... ) conocemos dos realidades de
minos del pasado y lo deja así in- orden diferente, una heterogénea,
comprensible para los hombres del la de las cualidades sensibles, la
presente. (F. MAURO, en Reelter- otra homogénea, que es el espa-
ches et dial. phi/as. et écon., núm. cio. (... )
4, 45.) ( ... ) la homogeneidad consiste
V. Comprensión, 13, 29; Fm1ci6n, 13; aqui en la ausencia de toda cuali-
Parcialidad, 6, 7; Precisión, 6; Rcfle- dad, y por ello no vemos cómo es
xi6n, 26. posible distinguir entre sí dos for-
mas de lo homogéneo. (H. BERC-
«HOLISMO». Neo!. der. del gr. lto- SON, Essai sur les do1111érs immé-
ws (v. Ho/.o). diates, 74.)
Doctrina según la cual el todo en
tanto que tal (en particular el ser vi- HOMóLOGO. Gr. lton,ologos, prop,
vo) tiene propiedades que faltan a sus que habla (lagos) de acuerdo con (110-
elementos constitutivos. V. Forma mos); referido a cosas, concordante,
(Gestalt), Organicismo, Der.: holistico correspondiente.
(teoría holistica). A. Geom. Se dice de los elemen-
481 HUMANIDAD

tos que, en las figuras semejantes, se Sustancia de composición diversa y


corresponden entre sí. muy compleja generalmente segregad~
B. Biol. Se dice de los órganos que por glándulas endocrinas y que dea-
se corresponden desde el punto de vis- empeña en el organismo, e indirecta-
ta de su situación en el conjunto del mente en el psiquismo, un papel de es-
organismo (miembros anteriores de los timulo o inhibición.
mam(feros y alas de las aves). HOSPITALISMO. lngl. hospitalism.
C. Por ext. Se dice de las perso- Palabra creada en Norteamérica para
nas cuyas situaciones sociales o fun- caracterizar el psiquismo del individuo
ciones se corresponden. El capitán de educado fuera de su familia natural,
nav(o es el homólogo del coronel. en un orfanato.
HORIZONTE. Gr. horizün, der. de El sujeto afectado de hospita-
liaros, límite. lism resulta incapaz de identificar-
A. Pro p.: faja de espacio en la que se con sua semejantes; ( ... ) su ac-
el cielo y la tierra parecen juntarse. titud frente a todo problema afec-
El sol se eleva por encima del horizon- tivo, intelectual y social es pura-
te. El horizonte está tapado por las mente abstracta. (P. HENRI, Les
nubes. aveiigles et la Bociété, 102-103.)
B. Figura/do. l. El campo• del IlUMANIDAD
pensamiento o de las perspectivas de Humano. Lat. hiimanus, der. de ha-
porvenir. Tener ante si un hermoso ho- mo.
rizonte. A. Acepción puramente objetiva
2. En psicol. y en fenomenol.: el (sin intención valorizadora) : del hom-
fondo*, más o menos indiferenciado, bre, relativo al hombre. El cuerpo hu-
percibido pero no apercibido, sobre el mano, el género humano, la fisiología
que se destacan los objetos de una aten- humana, las ciencias humanas.
ción actual.
B. Con intención valorizadora: lo
l. Cada uno de nuestros actos que caracteriza específicamente al
se inserta en una perspectiva tem- hombre, constituye su valor propio y le
poral, es decir, que depende de hace cuando falta decaer al nivel del
nuestro horizonte temporal en el animal. Principalmente, que es sensi-
momento mismo en que lo realiza- ble a los males ajenos, comprensivo,
mos.( ... ) benéfico.
En definitiva, el horizonte tem- Contr.: inhumano. Sentimientos hu-
poral es una perspectiva construi- manos, un juez humano, una medida
da a partir de ,los índices que nos humana.
proporcionan los hitos temporales
de nuestra experiencia. (P. FRAIS- l. Lo humano sólo es auténti-
SE, Psychol. du temps, 149, 165.) camente humano cuando está sos-
tenido por la armadura incorrup-
2. El ser de la circunstancia tible de lo sagrado. (G. MARCEL,
-podríamos decir- consiste en Hamo viator, 132.)
circunstar, en estar circu,ni 1ne ,· es,
pues, un concepto ocasional, como 2. Porque las masas son huma-
no podía ser menos. Circunstancia nidad degradada constituyen un
es el nombre que recibe el mundo estado degradado de lo humano.
cuando se lo toma de un modo real (G. MARCEL, Les hommes contre
y concreto, es decir, en una pers- l'hmnain, 13.)
pectiva determinada, como ho,-i- 2'. Cuando se dice ( ... ) que hay
zonte de una vida. (J. MARIAS, 111- muchos millones de hombres que
troducciún a la Filosofía, 235.) viven en una condición infrahuma-
Ad. E. na (... ) no es que esos hombres no
V. Tema, 8, 10; Vol,rntacl, 46. lleguen a cierto nivel que esté da-
do ya de una vez y para siempre.
HóRMICO. Neo!. der. del gr. ho1·- Piénsese en lo que significó el pe-
111é, impulso, y que sirve para calificar l'Íodo neolítico en In época prehis-
lo que se relaciona con las pulsiones tórica ( ... ). Pero hoy, naturalmen-
instintivas. te, cualquier forma de vida que
fuera equivalente a la del neolí-
HORMONA. Der. del, gr. lwrmaü, tico parecería absolutamente in-
excito. V. flór,nico. frahumana. Lo cual quiere decir
J J. Diccimiariu Jcl Ll·nguajc Fil11:1llf1co.
Hlll\lANIDAD 482

que el nivel del hombre se ha fi- tes el bien que el mal. (BossuET,
jado en otro lugnr, 11 una altura S. •1tr les jttg. /11t111ai11s, I, fin,)
distinta. Por cie1'lo, no se ha fija- D. En sentido concreto: el conjun-
do en la mismu alturn en todas to de los hombres considerados como
las sociedades. No tiene el menor formando un todo e incluso una reali-
sentido considerar que hay un ni- dad mornl dotada de una dignidad in-
vel único de lo humano y que los finitamente superior a In de los indivi-
pa(s~s, las sociedades o los gru- duos que In componen. La evolución de
pos que vienen por debajo de él la humanidad, consagrarse a la huma-
viven en :forma infl'ahumana. No nidad, religión de la humanidad (A.
hay tal. Pueden vivir en forma C0MTE),
plenamente humana, si es que el 4'. La humanidad desposeida
nh·el de lo humano para aquellas tiene el derecho de esperar de la
sociedades es efectivamente otro. humanidad poseedora la ayuda téc-
(J. MARÍAS, El ftttttro de la, liber-
tacl, en Libertad y orga11izació11, nica y financiera que permita es-
Tiempo de España, I, Madrid, capar a la regresión y adquirir
1963.) Ad. E. mediante un trabajo más pro-
ductivo la posibilidad de cubrir
2". El intelectual es humano; sus necesidades esenciales. (L ..J.
y, a veces, demasiado humano. H_a LEBRET, Jlfo11ifeste pour une civil~
creido en ocasiones que su prcenu~ sation. solidaire, 25, en Économie
nencia en el atender y en el decir et Hwnia11is,11e, 1960.)
le daba derecho a mandar; y cuan- 4". Puede que la unidad es-
do ha mandado, sólo por excepción piritual de los hombres merezca
logró hacer felices a los hombres. ser ambicionada, que constituya
(P. LAíN ENTRALGO, La, Univers~ un ideal; pero esa Humanidad no
da.d, el inlelcctttal, Europa, 61.) ha sido ni es un hecho. (J. ORTEGA
Ad. E. Y GASSET, La.s Atltintida.s, Obru,
Humanidad. Lat. lmmanitas (der. III, 303.) Ad. E.
de ltuma11us, humano), carácter de 4"'. Salvándoos a vosotros mis-
quien o de lo que es humano en los di- mos y a cuantos os tocan por la
versos sentidos de este adj. carne, por la sangre, por el cono-
cimiento personal, vivo, el mundo
A. En sentido abstracto: carácter está salvado. Porque la humani-
de quien o del que es humano. dad es una cadena, y no hay esla-
l. Acepción puramente objetiva ( sin bón sin eslabón. (J, MARAGALL, Vi-
intención valorizadora) : conjunto de da, escrita,, 104.) Ad. E.
los caracteres constitutivos de la natu- Humanidades (plur.). Lat. l11tma.11io-
raleza humana. La humanidad que nos res litterae, letras más humanas (que
es común. En Cristo, la humanidad es la escolástica tradicional).
asumida por la divinidad. Estudios dirigidos a la formación ge-
2. Con intención valorizadora: con- neral del hombre, principalmente por
junto de los caracteres por los que el la familiaridad con las obras maestras
hombre se distingue específicamente de la literatura, ya grecolatina y del
de los animales. En ciertos estados de país en que se estudian (humanidades
demencia, toda apariencia de humani- clásicas), ya casi exclusivamente de
dad parece haber desaparecido. Prin- este último.
cipalmente: disposición simpática, com- 5. Decimos «las Humanidades»
prensiva. para designar ese coloquio cotidia-
no con los grandes antepasados,
3. Pues si se me arrebata el (ALAIN, Mars ... , 191.)
[poder de hablar,
tanto me da perder la hu- O. No hay Humanidades moder-
[manidad nas ( ... ). Es necesario que el pa-
y cambiar mi esencia en la sado ilumine el presente, pues sin
[de un animal. ello nuestros contemporáneos son
(M0LltRE, I,e dépit annoureuz, a nuestros ojos animales enigmá-
11, VI.) ticos. (ALAIN, Propos s. l'éd11c.,
LXVIII, p. 257.)
4. la prudencia me enseña a no Humanismo. En general: actitud
precipitarme en mis juicios; la hu- consistente en centrar el interés en el
manidad me ordena presumir an- hombre o Jo humano.
483 HUMILDAD

A. Liter. Movimiento que se produ- fuerzas creadoras y la vida de la


jo en el Renacimiento en el mundo de razón, y trabaje para hacer de las
los espiritus cultivados, por reacción fuerzas del mundo físico instrn-
contra la escolástica y el retorno a las mentos de ,libertad.
letras antiguas. Así entendido, el humanismo es
7. El /1u,nanista, del que es ti- inseparable de la civilización o de
po Petrarea, es a la vez erudito y la cultura, tomando estas palabras
artista. Sabe leer un manuscrito; como sinónimos. (J. MARITAIN, Hu-
preparar una edición critica ( .. ,) . man. intégral, 10.)
A la vez, busca ( ... ) la pintura y D. Epistemol. En el inglés F. C. S.
análisis de los scnti1nicntos huma- $CHILLER (Forma particular de prag-
no• en una cierta fecha, sin pre- matismo• que hace suyo el axioma del
ocuparse por sostener tesis. Final- sofista PROTÁGORAS: «El hombre es la
mente, es sensible a la belleza de medida de todas las cosas») : doctrina
la forma ( ... ) Todavía durante con arreglo a la cual la verdad es hu-
otros dos siglos será Italia el país mana, es decir, obra de cada uno en
del humanismo. (Ch. DES GRANGES, tanto que radicalmente dependiente de
Hiat. de la litt. fr., 3.• ed., 169.) su experiencia y sus necesidades.
B. Filos. Concepción según la cual: Humanitario. Aquel o aquello a
1.0 el hombre es el valor supremo, ya
absolutamente (humanismo ateo), ya, quien le interesa o tiene por fin el bie-
al menos, en el dominio de la experien- nestar de los hombres. Medida, insti-
cia (humanismo que puede ser religio- tuciones humanitarias. Con frecuencia
so, en partic. humanismo cristiano) ; irónico.
2.0 por consiguiente, la moralidad con- 11. El escritor ciclotímico es
siste en desarrollar, en sí y en los de- humanitario ( ... ) ; ama a todo ser
más, lo que hay de especificamente hu- y toda cosa con una especie de ter-
mano, y en hacer lo posible por procu- nura infantil, sobre todo a los hom-
rar a todos condiciones de vida verda- bres y al pueblo. (E. M0UNIER, Tr.
deramente humanas. du cara.et., 359.)
8. Por humanismo podemos en-
tender una teoría que toma al HUMILDAD. Lat. humilitas, ca-
hombre como fin y valor superior. ract. de lo que es humilis, es decir:
(... ) El culto a la humanidad lleva prop., cercano a la tierra (humus}, ba-
al humanismo encerrado. en sí mis- jo; fig., de condición social modesta o
mo de Comte ( ... ). No es ése el hu- inferior, de carácter desprovisto de va-
manismo que nosotros queremos. nidad u orgullo.
(J.-P. SARTRE, L'eo:ist. est un hu- Humildad se toma sólo en sentido fi-
1nan., 90-92.) gurado.
9. el hombre no está encerrado A. Referido a cosas o a situaciones
en sí mismo, sino presente siem- sociales: carácter de lo que es poco
pre en un universo humano, y a importante.
esto llamamos humanismo existen- l. La humildad de los medios
cialista. Humanismo, porque recor- que [la filología] emplea para al-
damos al hombre que no hay más canzar su fin no puede ser un re-
legislador que él mismo ( ... ) y por- proche. (RENAN, Avenir de la se.,
que mostramos que no es volvién- 211.)
dose sobre sí, sino buscando siem-
pre fuera de si un fin, que es tal 2. Otra de las llagas de La
liberación, tal realización determi- Bruyere, una segunda fuente de
nada, como el hombre se realizará amargura, fue la humildad de con-
precisamente como humano. (lbfrl., dición de los escritores que eran
93-94.) sólo escritores. (J. LEMAfTRE, Con-
tctnp., VI, 298.)
10. el humanismo (y semejante
definición puede a su vez ser des- 3. Yo mismo me inclino por el
arrollada siguiendo lineas muy di- gobierno popular. A ello me lleva
vergentes) tiende en esencia a ha- la humildad de mi condición. (A.
cer al hombre más verdaderamen- FRANCE, l'ic et op. ,le J. Coigna,·d,
te humano ( ... ) ; exige a la vez 117.)
que el hombre desarrolle las vir- ll. Hablando de personas: virtud re-
tualidades en él contenidas, sus sultante de lu conciencia de los propios
HUIIIOR 484

límites y que lleva a rebajarse ante 1'. la discordia de los elemen-


los demás. tos tenemos nosotros en los cuatro
Sin.: modestia, timidez. humores, que entre si pelean, có-
lera con flema, y sangre con me-
Coni:·.: orgullo, vanidad, suficiencia, lancolía, de los cuales si alguno
arrogancia. vence, como es fácil cosa, descon-
4. Si hay un legítimo orgullo cierta toda la templanza humana,
d~l propio rango, hay una modes- y da la puerta a mil enfermeda-
tia y una humildad no menos loa- des, (F. PÉREZ DE OLIVA, Diálogo
bles (... ) . ( ... ) creo que debemos ele la dignidad del hombre, 38.)
ser a la vez humildes por nosotros Ad. E.
mismos y orgullosos por el pues- B. Fig.: conjunto de las disposicio-
to que ocupamos. (Luis XIV, Mé- nes morales que antaño se atribulan al
moires, 11, III.)
modo de combinación de los humores.
5. La humildad es un senti- Buen humor. Humor sombrio, violento.
miento muy filosófico: la acepta- El humor puede ser considerado como
ción de nuestro ser tal como es, es el temperamento o carácter modificado
decir, necesariamente inferior e por las circunstancias; a la estabilidad
incompleto. (H. LEMAlTRE, Con- del temperamento y el carácter se opo-
tcmp., VI, 73.) ne la inestabilidad del humor.
6. La humildad es una purifi- Sin.: timia (técn.; v. ciclotimia, es-
cación por eliminación en nosotros quizotimia), disposición, carácter, com-
del bien imaginario. (S. WEIL, Ca- plexión, temperamento.
hiers, II, 298.)
2. La calma o agitación de
7. parece que la diferencia en- nuestro humor 'llo depende tanto
tre humildad y modestia consiste de lo más importante que nos ocu-
precisamente en que ésta, y sólo rre en la vida como de la disposi-
ésta, puede ser un simple habitus ción cómoda o desagradable de las
natural o profano, en tanto que naderías cotidianas. (LA R0CHE-
la humildad propiamente dicha F0UCAULD, Max., 448.)
presupone una cierta afirmación
de lo sagrado. Es por ello por lo 2 bis. Ciertamente, hay momen-
que la humildad se opone de ma- tos buenos y malos, pero nuestro
nera más radical al hybris, que es, humor cambia más a menudo que
cabe decir, esencialmente sacríle- nuestra fortuna. (J. RENARD, J our-
go. (G. MARCEL, Le myst. de l'étre, nal, 30 enero 1906.)
II, 85-86.) 3. «El lenguaje corriente, ami-
8. La humildad tiene un gran go de las distinciones tajantes, ha-
poder cuando se ve en aquello~ en ce entre el humor y el carácter
quienes no puede parecer ba¡eza. una distinción absoluta. La pala-
(C. ARENAL, El visitador del po- bra carácter designaría as! ya la
bre, 60.) Ad. E. base natural sólida y segura, ya
la conquista firmemente asentada,
V. Yo, 4; Orgullo, 11; Principio, 4; definitiva; en una palabra, el ele-
Pirronisnio, 6. mento naturalmente fijo o fijado
HUJIIOR. Lat. h1tmor, humedad, JI. para siempre de la voluntad; en
quido. tanto que el humor sería su ele-
mento caprichoso e inestable, la
A. Prop.: sustancia líquida que se espontaneidad ciega, las salidas
halla en los organismos y especialmen- imprevistas: el humor es impulsi-
te en el organismo humano. De ahí la vo, rebelde a toda ley. Depende del
clasif. hipocrática de los temperamen- capricho, del arbitrio; está lleno
tos según el humor predominante en: de fantasia, y esta fantasia contri-
flemáticos• (llamados también pituita- buye al valor de la vida. En ella
rios o linfáticos), sanguíneos•, bilio- reside a menudo el encanto de la
sos• y atrabiliarios (en nuestros dias: persona». (L. DOGAS, cit. por P.
nerviosos•). B0URJADE, Principcs ele caractfro-
l. No se puede injertar una logie, p. 29.)
rama de encina en un peral, tan 4. El humor es esa disposición
de contrario humor son estos dos afectiva fundamental, eni-iquecida
árboles. (Fr. DE SALES, Tr. de l'a- con todas las instancias emociona-
mour de Dieu, XI, XXI.) les e instintivas, que da a cada
485 HUMOR
uno de nuestros estados de alma tener siempre algo que censurar,
una tonalidad agradable o des- incluso con razón, en lo que dicen
agradable, oscilante entre los po- y hacen los demás. ( Dict. de Tré-
los extremos del placer y el dolor. voux.)
El humor es a la esfera timica, 10. El enfado y el mal /tumor
que engloba todas }as afecciones, son dos estados de alma, pero el
lo que la conciencia a la esfera enfado es objetivo, tiene su causa
noética, que engloba todas las re- fuera de nosotros, es provocado en
presentaciones; es, a la vez, la re- nosotros por la conducta de al-
presentación más elemental y la guien que nos ha molestado o he-
más general. La base de la vida rido, mientras que el mal humor
afectiva se compone de una esca- es puramente subjetivo, pertenece
la de humores, como la base de la a nuestra propia naturaleza, a un
vida representativa de una escala fondo de acritud. Hay despecho en
de conciencias. (J. DELAY, L'élcc- el enfado y algo de melancolía en
tro-ch oc, p. 66.) el mal /tumor. (LAFAYE, 601.)
6. Si por ventura tuviese que 11. Entreveo con curiosidad có-
escribir un tratado de moral, pon- mo el mal humor puede volverse
dría el buen humor en primera lí- insoportable. Es la manera. indi-
nea de los deberes. (ALAIN, Les 101 recta. de vengarse del amor-propio
¡,ro¡,os d'-, 209, Rouen, 1911.) mortificado. El yo no puede que-
6. El /tumor es más fisiológico darse en una depresión y se paga
y el carácter más psicológico. (J. el lujo de su corto arrebato de ti-
BOREL, Déséquil. psyclt., 27.) ranía. Ha sufrido, luego tiene que
7. Nuestros humores, servido-
hace sufrir. (H.-F. AMIEL, Jour-
res solfcitos del orgullo. ( ... ) nal int., 14 de enero, 1879.)
Hay santas cóleras, pero no san- V. Efecto, 2; Pesimismo, 2.
tos humores. (F. MAURIAC, Pele- Hybris. Subst. gr. que significa des-
rins, 176-177.) mesura, exceso, orgullo... Se opone a
7'. Gran superioridad de caudal la sofrosine, sentido de comedimento.
arguye prevenir su humor y corre- l. [A propósito de las medidas
girlo, que es indisposición de áni- para contener la superpoblacló,i l :
mo, y hase de portar el sabio en En cuanto a mí, pienso que el pa-
ella como en las del cuerpo. (B. pel del filósofo es, ante todo, poner
GRACIÁN, El discreto, 97.) Ad. E. en guardia a los hombres de cien-
V. Carácter, 4, 17; Destino, 6; Tí- cia o de acción contra semejante
mico, 1. hybris, es decir, contra un orgullo
C. Mal /tumor. Aversión habitual o tan desmesurado. (G. l\L\RCEL, Les
accidental a todo acto de alegría, y hommes contre l'lntmain, 201.)
aun de urbanidad y atención. (Real 2. Hasta el fin de los tiempos
Acad.). Movimiento de mal humor. la libertad del hombre estará siem-
8. Decir de un hombre enfada- pre tentada de entregarse a todas
do, desigual, pendenciero, disgus- las formas de la hybris, y no ce-
tado, puntilloso, caprichoso: «Es sará de lanzarse ( ... ) a todas las
su humor», no es excusarle, sino formas de exceso posibles... (M.
confesar, sin pensarlo, que tan CARROUGES, Mystiqnc dn s11rh011t-
grandes defectos son irremedia- 111c, 369.)
bles. (LA BRUYtRE, Caract., XI, 3. Hay en el fondo del hombre
9.) una /t¡¡bris que nada en la tierra
9. la locución ,nal ltu,nor ex- puede estar seguro de apaciguar,
presa, con frecuencia, una dispo- algo indomable que dará al nu\s
sición pesarosa del alma que nos poderoso y al más equilibrado de
lleva a censurar y a contradecir a los hombres una necesidad de des-
los demás. (... ). El síntoma más equilibrio y poder más íanh\stiea
característico del mal lmmo,· es aún. (lbíd., 377.)
1
I. Lóg. form. Símbolo de la propos. IDEA
particular afirm. Algunos hombres son Idea. Gr. cüios o idea (der. de idein,
instruidos; algunos hombres son sor- ver), aspecto exterior, forma, idea. Lat.
dos. V. Oposición. idea,,
Id quod, id q1,o (lo que, aquello por A. •En el uso corriente, incluso en
lo que). Fórmulas escolást. que sirven, los filósofos: lo que se tiene en la men-
en particular, para expresar el carác- te.
ter internacional del conocimiento. No
conozco la imagen que forman los ob- V. Acto, 22.
jetos exteriores en mi retina, ni la que l. En sentido muy amplio (normal
conservo de los objetos vistos anterior- en los sensualistas, pero que debe evi-
mente: estas imágenes no son lo que tarse) : todo tipo de representación
(id quod) conozco, sino aquello por lo mental, comprendidas las imágenes.
que (id quo) o por medio de lo cual co- Sin.: pensamiento.
nozco.
1. Nos servimos a veces de la
---ide, suf. Gr. eüies, de forma. An- palabra idea, para significar las
thropoeüies, de forma humana, antro- imágenes que se forman en nuestro
poide. El subst. es eüios•, forma, idea. espíritu cuando imaginamos algún
Forma se dice también morphii; por determinado objeto; por ejemplo,
consiguiente, antropomorfo = antropoi- si me imagino el castillo de Ver-
de. Se dice: cicloide (en forma de salles ( .. ,).
círculo), ovoide (en forma de huevo) ... No son tales ideas las que aquí
Patol. El suf. id,, califica un estado hemos de considerar.
que presenta los síntomas de una de- Hay otras ideas que llamamo~
terminada enfermedad, pero sin alcan-
zar el nivel de esa enfermedad (la fie- intelectuales, y son éstas el obje-
bre tifoide o tifoidea no es el tifus), o to de la Lógica. (BossUET, Log,,
también una constitución que predis- I, 11.)
pone a esa enfermedad. (V. Esquizoi- '.!. [A M. Bergeret] le compla-
dia.) cía la idea de volver a ver a su
Llamamos cicloides, y respecti- hermana... (A. FRANCE, L'a,nncau
vamente esquizoides, a los estados d'amét/1., 166.)
que se sitúan en el limite del es- 3. la idea es el recuerdo, si así
tado normal y la psicopatologfa. puede decirse, clesfechculo. (L. LA-
(KRETSCHMER, Psychol. médica/e, VELl,E en L'c:dstcncc, 120, Gall.
240.) 1946.)
487 IDEA

2. En particular ( sobre todo en 16. Hay una dificultad insepa-


plur.) : opinión general, concepción in- rable de todos los modos de expre-
telectual, proyecto. Son las ideas las sión que proviene de que tenemos
que guían al mundo. Un libro rebosan- un exceso de ideas, e incluso to-
te de ideas. das las ideas a la vez, y no de
4. Las ideas son los actos por que no tengamos bastantes; como
los que el filósofo influye en el si nuestra pluma o nuestros labios,
mundo, (E. LITTRÉ, Aug. Comte ... , no tuviesen nunca abertura sufi-
Pref. IX.) ciente para darles paso. (L. LAVEL-
LE, La. pa.r. et l'écrit., 169.)
5. La miseria de ideas en los
interiores ricos llega a veces a 16'. la tragedia del mundo ac-
apiadarnos. (E. y J. DE GoNCOURT, tual está en que las ideas que Jo
Idees et se1u,a.tions, 227.) mueven no las pueden compartir
6. Mis ideas no son mías, las los hombres cultos. (R. DE MA~7.-
he encontrado, respirado de naci- TU, Espa,ia. 1J Europa. (1931), 148.)
miento. Son las ideas de Lorena. Ad. E.
(M. BARRts, Mes calticrs, XI, 395.) V. Consistencia.; Leng1ta.je, 15.
7. el pueblo necesita ideas sim- 3. Opinión o concepción personal que
ples y grandes imágenes. (A. So- contiene una gran parte de subjetivi-
REL, L'Europe et la. Révol., 111, dad. Ideas políticas.
163.) Sin.: opinión•.
8. El libro atractivo, aquel al 17. Para despojar a ahruien de
que se vuelve, es el rebosante de una idea falsa hay que encontrar
ideas. (A. CARTAULT, L'intellec- un punto de apoyo en otras ideas
tuel, 69.) por las que su razón se halle en
9. Aunque carente de aptitudes Jo cierto. (P. PEETERS, Sentences
para formar ideas generales, se hi- intempor., núm. 181.)
zo al momento la reflexión de que 18. vais a haceros de mi una
en el mundo se obtiene todo con idea que tiene muchas probabilida-
dinero. (A. FRANCE, L'a.nneau des de ser falsa. (G. DUHillEL,
d'a.méth., 269.) Confess. de mimdt, IX, 112.)
10. La idea clara es inerte; lo 19. En tanto que la acción del
demostrado y fijado como una cer- hombre sobre la naturaleza depen-
tidumbre matemática no provoca de sólo de la idea que él se hace
la devoción activa. No se vive ni de los resultados de esa acción, su
se muere sino por una creencia ... acción sobre los demás hombres
(M. BLONDEL, L'Action, 108.) depende también de la idea que se
11. si las ideas son fuerzas, es hace sobre la idea que los demás
no sólo por lo que tienen de claro, hombres puedan hacerse de aqué-
sino, sobre todo, por lo que tienen llos. (P. GILLAUME, lntrod. a la.
de oscuro ... (lbfd., 112.) psychol., 182.)
12. Nada tan peligroso como 20. Yo tengo sobre el matrimo-
una idea, cuando no se tiene más nio ideas muy firmes. (A. l\!Au-
que una. (ALAIN, Libres propos, ROIS, La tei-rc promise, 227.)
julio 1930.)
21. El placer pone a veces tal
13. No tenemos realmente una viveza en la defensa de sus ideas
idea hasta que no la hemos inven- que casi lo creeríamos culpable.
tado de nuevo. (AI.AIN, l'reUmür.
a la. mytltol., 207.) Nuestras ideas son parte nues-
14. Desconfiemos de los hom- tra, y no es sacrificio el sacrificar-
bres de una sola idea: es una pre- nos a ellas. (J. RosTAND, J1</ic11 ... ,
sa en la verdad ; y si con una bas- 104, 180.)
ta para tocarla, hacen falta mu- 22. Nos gustaría que nuestras
chas para rodearla y apoderarse ideas tl'iunfnsen, no que fuesen
de ella. (R. 1-IUYGIIE, Dia./ogue a1•ec compartidas por tocios. (J. Ros-
lo visible, 102.\ TAND, De la. v,mité, 118.)
16. Lo más imposible de dete- 23. El haber profesado ideas
ner en el mundo es la marcha de rongrul'ntes ron su ópoca no con-
una idea. (P. TEILIIARD DE Ch., tnrú nu\s pnrn una mente que, pu-
a~uvres, V, 207.) ra un retrato, el haber sido pare-
IDEA 488

cido, (J. R0STAND, Jom·11al d'1m la intcrpretaci611 anticipada de los


caract., 133.) fenómenos de la nntul'aleza. Toda
23'. No hay que sacrificar la la iniciativa experimental reside
espontaneidad del pensamiento en la idea, porque ella es la que
propio, hay que fraguar «ideas ge- provoca la experiencia. La razón
nerales» que tengan curso en to- o el razonamiento sólo sirven pa-
dos los paises para aspirar a una ra deducir ,las consecuencias de esa
influencia política durable, (A. idea y someterlas a la experiencia,
GANIVET, ldcm·iu,m. espa1iol, 75.J Una idea anticipada o hipótesis es,
Ad. E. pues, el punto de partida de todo
razonamiento experimental. (Cl.
23". no hay Yidn humana que BERNARD, Introd., I, n, 2.)
no esté desde luego constituida por
ciertns ereencias básicas y, por 28. Nuestras ideas no son más
decirlo así, montadas sobre ellas. que instrumentos intelectuales que
Yh'1r es tener que habérselas con nos sirven para penetrar en los
algo ----eon el mundo y consigo mis- fenómenos; hay que cambiarlos
mo-. lilas ese mundo y ese «sí cuando han cumplido su papel co-
mismo» con que el hombre se en- mo se cambia un bisturi embotado
cuentra le aparecen ya bajo la es- cuando ha servido ya bastante tiem-
pecie de una interpretación, de po. (Ibíd., 4.)
«ideas» sobre el mundo y sobre sí V. E1uiayo, 2.
mismo. (J. ORTEGA Y GASSET, Ideas B. Filos. l. Corrientemente sin. de
y crec-ncias, 16.) Ad. E. concepto•: representación intelectual
V. Ami.stad, 15. de un objeto de pensamiento. Se opo-
4. Pensamiento de una posible so- ne a la jmagen, que es su representa-
lución a algún problema teórico o prác- ción sensible. Algunos expresan por
tico. V. Idea a priori, Idea preconcebi- «idear» el hecho de pensar por ideas, y
da. lo oponen a imaginar,
Si.1..: hallazgo, invención, descubri- Sin.: idea general o universal, con-
miento, proyecto, hipótesis explicativa. cepto•, noción•.
24. Decía un tonto en medio de 29. lo mismo que quien imagi-
una conversación: Se me ocurre na tiene en su alma la imagen de
una idea. Y dijo un bromista: fa cosa imaginada, asi el que oye
¡Qué sorpresa! (CHAMF0RT, Carac- tiene en su alma la idea de la ver-
teres et anecdotes.) dad oída. A esto llamamos idea
25. Fiando en la palabra de los iiitelectua.l: por ejemplo, sin ima-
griegos, se ha creído hasta el si- ginar ningún triángulo determina-
glo XVIII que la cigarra vive sin no, entiendo el triángulo en gene-
comer. Nadie duda de este hecho, ral como una figura limitada por
puesto que todos tienen su mane- tres lineas rectas. E,l triángulo asi
ra de explicarlo. De modo que han entendido en mi mente es una idea
sido necesarios más de veinte si- intelectual. (BossUET, Log,, J, II,)
glos de pensamiento occidental pa- 30. La idea (.. ,) es un conjun-
ra que un sabio tuviese la idea de to de conocimientos posibles resu-
meter a una cigarra en una caja midos en una sola representación
para ver qué pasaba. (R. LEN0DLE, y representados generalmente por
Essai B. la notioii d'expér., 45.) un signo. (J. LAGNEAU, Cél. le9ons,
26. La idea de que la luz está 190.)
constituida por corpúsculos en mo- 31. Nuestras sensaciones e imá-
vir. liento había sido familiar a los genes nos presentan directamente
pensadores de la Antigüedad, pa- y por si lo individual; nuestras
ra quienes •las hipótesis de tipo ideas nos presentan directamente
atómico habían poseído siempre un y por sí misma lo univel'Sal. (J.
gran atractivo. (L. DE BnoGLIE, MARITAIN, Introd. a la pl&ilos.,
No,w. per8J)ect., 166.) 112.)
2'T. el método experimental se 32. La imagen no es (... ) más
apo;:a sucesivamente en el senti- que un auxiliar, un instrumento
miento, la raz6ii y la experie11cia. al servicio de la idea, o, como di-
El sentimiento engendra la idea ría Descartes, de In intelección.
o hipótesis experimental, es decir, ( ... ) : su papel consiste en propor-
489 IDEA

cionar a la idea el minimo de ex- tros conceptos jurídicos. (,J. CIIE-


terioridad que necesita para ser VALIER, L'üléc et le récl, 130.)
distintamente concebida. (A. Bun- 39. Los conceptos en los que
LOUD, Pc11séo conccpt., 37-38.) tratamos de encerrar la idea son co-
33. En tanto que el juicio es a mo refugios provisionales en esta
la vez apercepci6n y afirmación (o vía por la que caminamos sin tre-
negación) de una relación, la idea gua: descansamos en ellos un ins-
es la intuición intelectual de un tante, pero para reanudar la mar-
conjunto de relaciones: condensa cha al momento, en un movimiento
por anticipación o retrospección indefinido corno todo Jo que va al
juicios que no son ni formulados infinito y sólo en él puede encon-
ni afirmados y en cada uno de los trar reposo. (lbíd., 144.)
cuales los té,minos están apresa- 40. el derecho natural significa
dos en la conciencia de sus rela- dos cosas distintas: una idea;, en el
ciones. (A. BURLOUD, Pri11C. d'une sentido kantiano, idea formal,
phi/os. des tend., 667.) eternamente la misma desde que
34. Toda idea general (... ) po- aparece en la historia y que no es,
see un exceso de potencia que Je pues, en el plano de la política, si-
permite desbordar su objeto y un no el criterio, moral y negativo,
déficit de -riqueza por el que per- de lo injusto; y un co11Cepto histó-
mite al objeto desbordarla a su rico de lo que es «evidente» para
vez. (L. LAVELLE, Prése11Ce tot., la moral positiva de una época o
71.) una comunidad. (E. WEIL, Phi/os.
V. Fantasía;, 4. polit., 192.)
Concepción nominalista;*: La idea se V. C011Cepto, 12, 13.
reduce a la palabra que nos sirve pa- D. A menudo con I mayúsc.: nor-
ra designar un número indefinido de mas o tipos de nuestros pensamientos
individuos. considerados como exister..tes en sí, fue-
35. ¿qué es en el fondo la reali- ra de nuestros espíritus, o incluso co-
dad que una idea general tiene en rno constituyendo la realidad absoluta.
nuestra mente? Tan sólo un nom- 1. En el platonismo: normas o ti-
bre; o, si es alguna otra cosa, de- pos eternos de las cosas que el alma
ja de ser abstracta y general. contempló antes de su unión al cuerpo
(CONDILLAC, Logique, II, v.) (PLATÓN), o que conoce en la «luz in-
36. Lo propio de la cultura ex- telectual» del Verbo divino (San Acus-
tremada es ir borrando las imáge- TÍN\ y que permiten emitir juicios nor-
nes en beneficio de las ideas. m·ativos.
Bajo el esfuerzo incesante de la 41. las verdades que se descu-
educación, la conversación, la re- bren en las verdaderas ideas de
flexión y la ciencia, la visión pri- las cosas, que la Verdad eterna nos
mitiva de deforma, se descompone representa en lo más secreto de
y desvanece para hacer sitio a nuestra razón... (MALEBRANCHE,
ideas desnudas, a palabras bien Rech., Pref.)
clasificadas, a una especie de ál-
gebra. (H. TAINE, Philos. do l'a;rt, 42. las ideas ( ... ) son eternas,
II, IV, t. 1, 172.) inmutables, necesarias, divinas en
una palabra... (MALEBRANCHE,
2. Para ciertos filósofos y por opo- Entr. méta;ph., I, Vil.)
sición a concepto•: representación del
tipo ideal de una categoría de objetos. 43. No llegaremos hasta decir,
con Pintón. que la Idea es más real
Sin.: tipo*, paradigma. que el mundo sensible, o más bien
37. El concepto de hombre es que es la única real, en tanto que
un esquema, y lo propio de cada el mundo sensible es ilusorio. Pe-
hombre es precisamente llenarlo. ro, como Platón, diremos que las
Pero la idea del hombre es parn ideas en general y, en el límite,
cada hombre un idenl que estí1 la Idea suprema, son el único ver-
muy lejos de poder alcanzar. (L. dadero objeto de la ciencia. (E.
LAVELl,E, De l'/Jtrc, 131.) GonLOT, T,-, ele /opique, 115.\
38. La idea de justicia es 1111 44. La c.xistencia de !ns Ideas
mist.erio porque es un ideal ( ... ) . es su indcpcnduncia, por una parte,
No se agota en ninguno ele nues- con respecto a las cosas (res) que
400

de ellas ofrecen una representa- Sin. (en Claude BERNARD): idea pre-
ción sensible y singular; y, por concebida.
otra, con respecto al espíritu que 48. el primer mc,vimiento del
las piensa en un acto individual y espirito científico es una hipóte-
pasajero, (E. GoBLOT, Syst. des se,, sis o idea a priori con cuya ayuda
97.) la mente se lanza más allá del he-
45. Nosotros no creamos las cho bruto... (Cl. BERNARD, Princ.
ideas. Son los elementos de un uni- de mé<l, expér., 77.)
verso de pensamiento, como }os 49. la idea a priori, o mejor, la
cuerpos son los elementos de un hipótesis, es el estímulo de la ex-
universo de materia. Cabe así de- periencia. (Cl. BEnNARD, Introd,, I,
cir que todas las ideas que vienen I, § 6.)
a iluminar nuestro espíritu son de
Dios... Y, euando ha surgido el 60. La idea experimental es,
descubrimiento, somos como el es- pues, también una idea a, priori,
pectador que ha ido a buscar el pero una idea que se presenta ba-
espectáculo que tiene ante los jo la forma de una hipótesis cuyas
ojos, pero que no lo ha creado, que consecuencias deben ser sometidas
tan sólo lo presentía antes de co- al criterio experimental a fin de
nocerlo. ( ... ). Voces silenciosas, juzgar su valor. (Ibúl., I, 11, ln-
formas sin contornos, pasos que trod.)
permanecen, las ideas nos intro- 61. es preciso, si se quiere, que
ducen en un mundo luminoso en el tengamos alguna idea preconcebi-
que nuestra alma nace a la vida da o a priori para montar una ex-
eterna. (L. LAVELLE, La consc. de periencia; pero una vez montada
soi, 60-64.) la experiencia, escuchamos con cui-
V. Objeto, 63. dado la respuesta (... ), sea o no
2. En HEGEL (por op. al concepto, favorable a nuestra idea primiti-
subjetivo, la Idea es objetiva, en sí), va. (CI. BERNARD, Le~. de physio/.
el pensamiento absoluto del que pro- cxpér., I, 293.)
ceden por desarrollo dialéctico la Na- V. A priori, 4, 6.
turaleza y el Espíritu. Idea, fija. Representación parásita
46. si la palabra Idea ha de ser que tiende a acaparar por completo el
mantenida a fin de que sirva pa- campo de la conciencia y a la que no
ra designar el concepto objetivo o reconoce carácter mórbido. Cuando
real, y si la Idea debe ser distin- existe este carácter, se trata de una
guida del concepto mismo, es tan- obsesión.
to más necesario rechazar la defi- 62. la idea fija es la «atención
nición de la Idea según la cual es permanente». Atrae y concentra en
algo ideal, lo que hace a menudo sí todas las energías intelectuales
decir de ciertos pensamientos, que, y, con la progresiva desaparición
sin embargo, expresan verdades de las demás ideas, llena por s! so-
que no son más que úleas. (HEGEL, la el campo mental y ejerce as! en
Se. de la /og., 11, 462.) él, sin contradicción, una sobera-
47. Puesto que de cuanto aca- nía absoluta y tiránica, (A, EY-
bamos de decir resulta que la Idea MJEU, Gouvcrn. de soi-1n., l 1 236-
representa la unidad del concepto 236,)
y la objetividad ( ... ), todo lo que 53. La diferencia Ientre la idea
es real lo es sólo en cuanto con- fija y la obsesión] reside, sobre to-
tiene y expresa la Idea. (lbíd., 11, do, en el hecho de que la idea fija
4G3.) del trabajador absorbido es queri-
Idea a priori. A. En KANT, V. más da, al menos en su origen, y en
adelante Ideas trascendentales. nada rompe con su intervención la
B. En Cl. BERNARD (sin, de hipó- uniclad psíquica del individuo;
tesis) : explicación sugerida por los mientras que la idea fija de la ob-
hechos (y en este sentido a posterio- sesión es involuntaria, auttmiática
ri) pero que aún no ha sufrido la ve- y discorclantc con el curso regular
rificación racional mediante los hechos del pensamiento. (A. PITRES y E.
(y en este sentido solamente a priori). RÉGIS, Les obscssions et les impul-
Esta idea sólo es a priori en un sentido sions, 253.)
relativo. V. Pasión, 19,
491 IDEA

Idea preconcebida. A. En sentido «idea.fuerza». Todo estado de con-


propio y en el uso ordinario: opinión ciencia es idea en tanto que impli-
formada (concebida) antes (pre) de te- ca algún discernimiento, y es fuer-
ner un conocimiento suficiente de las za en tanto que implica alguna
cosas. preferencia; de tal modo que toda
Sin.: prejuicio, prevención. fuerza psíquica es, en último aná-
lisis, un querer. (A. FourLLÉE, Psy-
B. En el vocab. cientlf. (en parti- chol. ,les idécs-forces, I, X.)
cular en Cl. BERNARD) : mismo sentido,
pero, a diferencia de la idea preconce- 68. Fouillée ha defendido una
bida ordinaria, la científica: 1.0 se sn- tesis falsa en general al hablar de
,be preconcebida, y 2.0 es sólo anticipa- las ideas-fuerza. No ha visto que
da a titulo provisional, a beneficio de lo que la idea tiene de fuerza eje-
inventario. cutiva le viene casi siempre de su
alianza con las verdaderas poten-
Sin.: hipótesis, idea anticipada (Cl. cias, que son los estados afectivos.
BERNARD)' v. Idea a priori. (J. PAYOT, Édttc, de la vol., 36.)
64. Una idea anticipada, una Jdca,s tra,sccndentales•. En el vocab.
hipótesis, es, pues, el punto de par- kantiano: ideas que no implican nin-
tida necesario de todo razonamien- gún control experimental (y, por con-
to experimental. (... ) Si experi- siguiente, cuyo valor no puede ser pro-
"'cntáse,nos sin idea preconcebida, bado), a las que la razón es llevada co-
iríamos a la ventura; pero, por mo explicación última de los hechos.
otra parte (... ), si observásemos Son: la idea psicológica (el alma), la
con ideas preconcebidas haríamos idea cosmológica (el mundo) y la idea
malas observaciones y estaríamos teológica (Dios).
expuestos a tomar por realidad las
concepciones de nuestra mente. Sin.: ideas a. priori* de la razón.
(Cl. BERNARD, I11trod., 1, II, § 2.) 59. cuando la razón, a la que
65. Ruego que no se confunda no puede satisfacer totalmente
una idea preconcebida con una idea ningún uso empírico de las reglas
fija. Siempre que se habla de per- del entendimiento, puesto que és-
sonas con ideas preconcebidas es te se halla siempre condicionado,
tomando el término en mal senti- reclama el fin de esta cadena de
do• y en ello veo un error termino- condiciones, el entendimiento se ve
lóiiico. Las ideas preconcebidas son empujado fuera de su esfera, yo.
necesarias. indisnensables: nada para representar los objetos de la
puede fundarse sin ellas. Tan sólo experieneia en serie tan extensa
hay que saber abandonarlas cuan- que ninguna experiencia puede
do no tienen ya razón de ser. (CI. abarcar,la, ya incluso para buscar
BERNARD, Leg, •. la physiol. et la, (sin terminar la serie), totalmente
patito!. du syst. nerveux, 9.) fuera, noúmenos a los que la ra-
zón pueda referir esa cadena (... ).
56. Las ideas preconcebidas son Éstas son las ideas trascendenta-
el faro que ilumina la experiencia les. (KANT, Prolég., § 45, p. 112-
y que le sirve de guía para inte- 113.)
rrogar a la naturaleza. Sólo se con
vierten en un peligro cuando se 60. Entiendo por idea un con-
las transforma en ideas fijas. cepto racional necesario al cual no
(PASTEUR, en Les plus bellcs pa- puede serle dado por los sentidos
gcs de P., 339-340.) objeto alguno que le corresponda.
Los conceptos puros de la razón
V. Experiencia /, 8; Expcr!~ncia II, son en este sentido U.leas trasccu-
45; flip6tesis, 5, 7; Obscrvacwn, 7. dcntales. (KANT, Crit. de la r. pu-
Jdea,s-fucrza. Tesis fundamental de re, 270.)
Alfred FOUII.LÉE (1838-1912), para Ideación. Término de voc. filosófico
quien la idea no es puramente rel?~e- que designa el proceso por el que se
sentativa sino que lleva a la accwn. forman las ideas, o más exactamente
Una ide;.fuerza es una idea particu- los conceptos.
larmente capaz de arrastrar. Sin.: concepción sentido A.
57. Esta unidad indisoluble del V. ConstUu,cióu, 2 ¡ Uuivcrsal, 8.
pensar y el obrar es la ley psico-
lógica de importancia capital que Ideal. Der. de i<lca.
resumimos mediante el término A. Adj. y subst,: lo que realiza per-
IDEA 492

fcctamcntc su tipo o este mismo tipo nu realizado; y cabría añadir que


normati\'o, que sati:,fnce plenamente rn tanto que no pudiendo serJo
nuestras í'XÍgendns racionales, mor11- nunca y debiendo serlo siempre.
les o nfoctivns. Una situación ideal. El (lbíd., 113.)
ideal de la juyentud. 69. La misma idea que era re-
Sin.: perfecto, consumndo, ejemplar, ferida ni pasado como modelo se
modc10 1 pC'ríecci6n, ejemplo. convierte en ideal cuando es refe-
tll. El idenl ha servido para rida al porvenir como fin. (L. LA-
dC'~olarmc interiormente, haciéndo- VELLE, Tr. des valeurs, I, 365.)
me aún más feas la fealdad de lo 70. A la moralidad faltamos n
real y la pobreza de lo posible. veces por dimisión, por no elevar
(H.-F. AMIEL, Jottrnal int., 26 bastante nuestro ideal; pero tam-
agosto 1868.) bién a menudo por evasión, por
62. El pensamiento es malo l'ntregarnos a 1a consecución de
sin la acción y la acción lo es sin un ideal irrealizable ... (R. LE SEN-
el pensamiento. El ideal es u,i NE, Tr. de mora/e, 661.)
,·ení'no si no se integra en la rea- 71. La peor negación del ideal
lidad, y, recíprocamente, la reali- es imaginarse haberlo alcanzado.
dad se vicia sin el perfume del (.T. LACROIX, Les se11ti111e11ts et la
ideal. (lbúi., 9 sept. 1879.) mor., 61.)
63. Todas esas cosas ideales, 72. ¿Cómo distiniruir un idc~l
la Patria, la Iglesia, la Nación, la sano de una utopía? En que, sin
Humanidad, la Ciencia, la Civiliza- realizarlo plenamente, podemos
ción, el Arte, se perciben tan sólo tender hacia él y aproximarnos.
a distancia, cuando se ha dejado (... ) El espejismo se reconoce, por
de distinguir a los individuos que el contrario, en que huye ante
las representan. ( lbíd., 26 mayo nuestros pasos. Cuanto más cami-
1880.) namos hacia él, m:ís se aleja, y
más nos adentramos en el desier-
64. Guardémonos también de to; es como el señuelo infernal de
confudir, como hacen con facilidad las arenas. ( ... ) Pero todo ideal
ciertos espíritus positivos, el ideal que permite aproximarse a é1
y la quimera. La quimera es una -aunque sea de muy lejos, aunque
fantasía, una imaginación sin ra- no sea más que un paso- no es
zón, una concepción contra natu- una utopía. (G. THIDON, Rct.our au
ra (... ). El ideal no es eso; es pro- rée/, 125.)
piamente una cosa existente toma-
73. La virtud que no está equi-
da en su perfección. (E. BERSOT,
Libre phi.lo,., 83.) librada, humanizada por buenas
costumbres, se halla siempre ame-
65. Todas las grandes obras nazarla de convertirse en presa de
ideales del arte han sido hechas un ideal quimérico y, por lo mis-
por épocas y hombres que no po- mo, destructor. No es el menor be-
seían la noción de lo ideal. (E. y neficio de las sanas costumbres el
J. DE GoNCOURT, [dées et sensa- impedir que la moral divague. (G.
tw11s, 146.) THIBON, Diagnostics, 148.)
66. El más bello ideal es tan 74. ( ... ) Cuando el ideal es inca-
sólo un ideal provisional hasta que paz de encarnarse, ~s la carne la
no ha penetrado familiarmente en que se idealiza, y vemos surgir un
todos nuestros miembros, hasta nuevo tipo de decadencia: el de
que no ha encontrado el medio de los seres corrompidos crne divini-
deslizarse, por así decirlo, hasta la zan su propia corrupción. ([bid.,
punta de nuestros dedos. (M. MAE- 151.)
TERLINCK, La sagcsse et la dcst.,
76. La severidad de nuestros
283.) juicios sobre los demás se debe de
67. El ideal (... ) no es otra co- ordinario a que tomamos nuestro
sa que la conciencia que a cada ideal por nuestra prúctica y su
momento tenemos de la insufí- . práctica por su ideal. (M. BLON-
ciencia de lo realizado. (L. LAVE- DEI,, L'action, 1893, 169.)
LLE, I,,trod. u l'onto/., 127.) 76. La noción de ideal es de
68. El ideal es, pues, el valor aquellas a lus que hay qu,• 1·ecu rrn·
mismo en tanto que no real, o que lo menos posible, porque se trata,
493 IDEA

sobre todo, de una palabra cómo- 82'. Idealismo. Palabra muy


da de In que nos servimos para vaga que apenas debe emplearse
evocar algo que, en realidad, es sin explicarla. (E. G0BL0T, Le 110-
In mnyoria de las veces más vivi- cab, philos.).
do y presentido que concebido y 83. Al decir de Eucken, este
representado. (G, MARCEL, Le myst. término se ha desviado tanto de
de l'etrc, 11, 1-17-118.) su significación primitiva, da hoy
77, Nuestros ideales manifies- sonidos tan discordantes, que se
tan ingenuamente nuestros vicios. ha hecho casi inutilizable: es un
(J. RoSTAND, Julien ... , 13.) nido de equívocos. [No obstante 1
78. Lo raro no es el amor al a falta de un fondo dogmático co-
ideal ni el sentido de la realidad, mún, los diferentes matices del
sino <!I sentido de la dosis de ideal idealismo forman una corriente de
que la realidad puede admitir. pensamiento lo bastante claramen-
(lbícL, 149.) te dibujada como para justificar
V. Conciencia, 47; Otros, 6; Real, 1, el empleo de un epíteto particular.
(A. ETCHEVERRY, L'idéalisme con-
4, 17; Superación, l. temp., 4.)
B. Sólo adj.: que sólo existe como
idea. Una línea ideal. 84. Llamamos idealismo a la
tend~ncia filosófica a hacer de-
Sin.: imaginario, ficticio. pender del pensamiento e incluso
Cont·r.: real. a reducir a él toda existencia; lo
79. el propio mecanismo es al- que acarrea (... ) una tendencia
go ideal, porque su contenido es complementaria a proclamar, in-
del mismo orden que los concep- cluso en el orden de la realidad
tos ... (HAlllELIN, Essai...• 284.) más positiva, el papel soberano de
80. una vez conquistada la ver- los valores ideales. (... ) La palabra
dadera noción del pensamiento idealismo recibe así una explica-
( ... ) , el pensamiento lo invadió to- ción que la emparenta con ideal
do: la extensión y el mecanismo tanto como con idea. (E. LE RoY,
se convertian en algo ideal (Ibfd., L'exigence idéal... , VII.)
287.) A. Idealismo filosófico. l. Bas-
81. La geometría ( ... ) no se tante raramente ( en el problema de
ocupa en realidad de los sólidos na- los universales• o de la naturaleza de
turales, sino que tiene por objeto las ideas): doctrina que atribuye a
ciertos sólidos ideales, absoluta- ciertas ideas una existencia en sí ( es
mente invariables, que son sólo decir, fuera de la mente y fuera de las
una imagen simplificada y lejana cosas individuales en las que se encuen-
de aquéllos. (H. POINCARÉ, La tran realizadas) y las tiene por la ver-
science et t'hypoth., 90.) dadera realidad. Es la doctrina de
V. Abstracción, 10; Ley, 21. PLATÓN, más comúnmente llamada rea-
lismo•. -
Idealidad, Carácter de lo que es
ideal en el sentido B, es decir, que exis- 2. Generalmente ( en el problema de
te sólo en el estado de idea. la existencia del mundo exterior o ma-
Contr.: realidad•, terial) : doctrina según la cual (ya ab-
82. Afirmamos, pues, la reali- solut!'mente, ya desde un cierto punto
dad empírica del espacio (con re- de vista) el mundo llamado exterior
lación a toda experiencia exterior no tiene otra realidad que las ideas o
posible), aunque afirmemos al mis- representaciones que de él nos hace-
mos.
mo tiempo su idealidad trascenden-
tal, lo que quiere decir que no es 85, El idealismo se da a demos-
nada cuando dejamos a un lado trarnos que ese sujeto al que el
la condición de la posibilidad de to- empirismo sólo cita para renegar
da experiencia y lo admitimos co- de él lo es todo, posee una comple-
mo algo que sirve de fundamento ta suficiencia y a él se reduce to-
a las cosas en sí. (KANT, Crit. do da existencia. (F. ALQUIÉ, L'expé-
la r. pure, 69.) rience, 12.)
Idealismo. Actitud teórica o prácti- 85'. Haciendo de la realidad
ca en la que el ideal o lo ideal prima so- una mera impresión sensible (dan-
bre lo real. Se opone a realismo'', y do a la palabra impresión un sen-
también a materialismo. tido subjetivo), resultará que essc
IDEA 494

es vcrcipi; es In tesis del idealis- dcncia de nuestrn sensibilidad).


mo empírico. Haciendo de la reali- (KANT, Crit. de la r. purc, 299.)
dad un rc-sultndo del pensar, re- 88. El idealista trascendental
sultará que cssc es concipi; es ln es un realista empírico: concede a
tesis del idealismo lógico. Pero el In materin, considerada como fenó-
ser no es ni lo uno ni lo otro; pri- meno, una realidad que no necesi-
mero, porque el pensar se mueve ta ser colegida, sino que es inme-
-en una formalidad ya previa a él, ditamente percibida. ( lbíd., 301.)
la formalidad de lo real; y segun-
do, porque esta formalidad, en el 89. cuanto es intuido en el es-
acto de inteligencia se entiende, se pacio o en el tiempo, y, por consi-
presenta como un prius a su pre- guiente, todos los objetos de una
sentación m~sma. (X. ZUBIRI, So- experiencia posible para nosotros,
bre la. esencia., 437.) Ad. E. no son otra cosa que fenómenos,
es decir, simples representaciones
V. Cogito, 12. que, en cuanto nos las represen-
a) Idealismo inmaterialista o in- tamos como seres extensos o series
materialismo• (BERKELEY). Teoría se- de cambios, no tienen fuera de
gún la c:ial los seres materiales se re- nuestros pensamientos existencia
ducen a las ideas que de ellos tenemos; fundada en sí. Tal es el sistema
pero tanto el intelecto que tienen esas que llamo idealuimo trascc,ulcntal.
ideas como Dios, que en él las pone, ( Ibíd., 372.)
existen en sí. e) Idealismo absoluto o monismo
b) Idealismo relativo o trascenden- idealista. Doctrina para la que el mun-
tal de KANT. Doctrina para la cual só- do llamado exterior carece de ~xisten-
lo desde el punto de vista del hombre cia en sí y se reduce a las ideas o re-
se reduce el mundo llamado exterior a presentaciones que de él tenemos. La
las ideas que de él tenemos. Existen, negación de la existencia en sí del mun-
en efecto, cosas en sí o noúmenos; pe- do exterior constituye lo esencial del
ro, por trascender tales cosas nuestra idealismo absoluto, considerado desde el
experiencia, sólo conocemos los fenó- punto de vista del problema del mundo
menos, de suerte que para nosotros no interior. Pero mientras ciertos filóso-
hay más que fenómenos a partir de fos se atienen a esta negación (v. In-
los cuales nos hacemos nuestras ideas materialismo de BERKELEY), otros la
sobre el mundo exterior. extienden a los espíritus concebidos
como existiendo en sí (v. Fencnnenis-
86. El idealismo consiste en rM) y otros, finalmente, a los propios
sostener que no hay otros seres fenómenos concebidos como dotados de
que los pensantes ( ... ). Yo digo, una realidad independiente de los es-
por el contrario, que nos son da- tados del sujeto pensante (v. Subjeti-
dos objetos, objetos de nuestros vismo• absoluto).
sentidos y exteriores a nosotros,
pero no sabemos nada de Jo que 90. un fuera., un más allá del
puedan ser en sí mismos, no cono- pensamiento es por definición ab-
cemos de ellos más que los fenó- solutamente impensable ( ... ) ; hay,
menos, es decir, las representacio- pues, que deducir (... ) que se im-
nes que en nosotros producen al pone un cierto idealismo (E. LE
afectar nuestros sentidos. ( ... ) RoY, Le pi·obl. de Dicu, 102.)
¿ Cabe llamar a esto idealismo? Es 91. (... ) Ridícula sería, eviden-
precisamente Jo contrario. (KANT, temente, la pretensión de hacer de-
Prolég., § 13, p. 52.) pender toda existencia de un pei.-
87. necesariamente hay que dis- samiento individual ( ... ). ¿Hace
tinguir un doble idealismo: el idea- falta decir que el verdadero idea-
lismo trascendental y el empírico. lismo no consiste en nada seme-
Entiendo por üiealiBrM tra,iccn- jante? Existe m.i pensamiento; pe-
dental de todos los fenómenos la ro existe también el pensamiento
doctrina seg6n la cual los consi- (... ) un f¡ic1·a, un más allá del pen-
deramos en conjunto como repre- samiento es cosa absolutamente
sentaciones y no como cosas en si impensable, cualquiera que sea su
(... ) . A este idealismo se opone un forma y grado. (Ibírl., 254.)
realismo trascendental que consi- 92. El idealismo no consiste só-
dera el tiempo y el espacio como lo en creer que los fenómenos no
algo dado en sí (con índepen- pueden existir fuera de una con-
495 IDEA

ciencia ( ... ) ; consiste en creer que 94. La ideología planea, por


los fenómenos no son dados, inclu- así decirlo, sobre todas las cien-
so en la conciencia, más que en cias, pues éstas sólo se componen
el m<nnc11to y en la ,ncdúla en que de nuestras ideas y sus diversas
ella se los da; que no son, en otros relaciones. Forman estas ideas co-
términos, sino representaciones ac- mo un país inmenso e infinitamen-
t.uales, y no fenómenos en si. (J. te variado, dividido en multitud de
LACHELIER, cit. p. A. ETCHEVERRY, distritos, cortados por un número
L'úléalisrnc c011tcrnp., 300.) aún mayor de vías de comunica-
B. Otras acepciones. l. Idealismo ción ( ... ) . Pero todas estas vías
moral y práctico. Disposición a vivir tienen un origen; la mayoría par-
para un ideal, con independencia de ten incluso de un punto común
los intereses que hacen obrar al co- para diverger después; y es este
mún de los hombres. Estos consideran origen, estos puntos comunes, or-
fácilmente al idealista como un soña- dinariamente ignorados por los
dor o un espíritu quimérico. viajeros, lo que el ideologista se
encarga principalmente de ense-
93. Permanecemos refractarios ñarles. (M. DE BIRAN, Rapports ele
a las ideas mientras no podemos l'idéolouie et des math., 2; CEu-
servirlas; el idealismo es siempre vres, III, 13-14.)
interesado. (J. RoSTAND, Journal
d'un caract., 131.) 95. si [Bonaparte] maldecía de
]a cddeologían, es porque enten-
V. Cinisnio, 2. día por ella el sueño que no des-
2. Idealismo estético. Doctrina se- cansa en na.da real ni llega a na-
gún la cual el papel del arte no con- da práctico. (L. MADELIN, Hi,st. du
siste en reproducir la realidad, como Consulat et ele l'Emp., III, 89-90.)
pretenden el realismo• y el naturalis- B. Hoy (peyor.). l. En ocasiones:
mo*, sino en crear un mundo ideal. sistema de pensamientos más teoréticos
Idealista. (Se op. a realista). A. que reales, es decir, aislados de la
Filos. Que admite el idealismo (A) co- práctica y de la experiencia vivida.
mo solución al problema de las rela- 96. Si J acques tenía una fe de-
ciones entre intelecto y realidad. masiado inquieta, demasiado febril
B. Mor. Que vive para un ideal ( en para ser verdaderamente sana, el
este sentido se op. también a positivis- catolicismo de Louis Savignan de-
ta•), u ocupa su espíritu con un mun- masiado intelectual, demasiadd pu-
do ideal, permaneciendo extraño al real ramente doctrinal, ¿merecía siquie-
(en este sentido toma a menudo matiz ra el nombre de fe? Tendía a con-
peyorativo; sin.: soñador, quimérico, vertirse en una simple ideología.
utopista). (P. BOURGET, Le démon de midi,
Ideograma. Del gr. grarnma, carác- 1, 77.)
ter de escritura, signo; idea, forma del 2. Más corrientemente: sistema más
objeto, idea. o menos coherente de ideas, opiniones
Elemento de la escritura ideográfi- o dogmas que un grupo social o un
ca. Signo representativo del objeto. partido presentan como exigencia de la
razón, pero cuyo resorte efectivo se
Ideografía. Sistema de escritura halla en la necesidad de justificar em-
(gr. graphc) cuyos caracteres repro- presas destinadas a satisfacer aspira-
ducen la forma (gr. ielea) de los obje- ciones interesadas y que es, sobre todo,
tos de pensamiento. Por ej., la escritu- explotado para la propaganda.
ra chína.
97. La ideología es un proceso
Der.: ideográfico (la escrit. ideográ- que el sedicente pensador lleva a
fica se opone a la escrit. fonética). cabo con conciencia, pero con una
Ideología. A. En el creador de es- conciencia falsa. Las verdaderas
ta palabra, DESTUTT DE TRACY (1764- fuerzas motrices de su caminar
1836) : ciencia de las ideas en el sen, permanecen desconocidas para él,
tido más general de esta palabra, es y en caso contrario no se trata-
decir, de los estados de conciencia. Este ría de un proceso ideológico. (EN-
neologismo estaba destinado a reem- GELS, Carta n F. Mehring, 14 ju-
plazar a «psicologÍall, que tenía el in- lio 1893.)
conveniente de suscitnr la referencia al 08. la ideología es una oferta
alma. V. Jclcdlogu. int<'lcctua./ que responde a una cfr-
IDEA 49G

Todo surt•d~
111,rn.la u(1 et ira. ( ... ) las tic, In ideologin. (lt AnoN, en
l'Ulllo ~¡ la ideología fuese ufnbri- lfrch. ¡,hilos., VI, 64.)
c:ulni) para responder a l'iertas nc- 103'. El clescuiJrimienlo de las
CC'~irl:·drs sociales, es de('ir, inter- ideologías de clase es de primera
suhjC'liYas, l'0Jl\0 los productos ín- importancia si se le reduce a los
(1usti-ialC's para responder a cier- términos dentro de los cuales tie-
tas nPcesidades económicas. (.T. ne un sentido serio; a saber: si en
:\1o:'\~EROT. Les faits soriau .. .: 1H'
la ideología de clases se ve úni-
,.,•011t JJ(r.~ des ch., 206.)
camente un hecho empírico, la
~~- La ideología es (... ) el equi- tendencia frecuente en muchos
\·alente fun,•ional del mito. (lbíd., hombres a dejarse influir en sus
2ll8.) ideas por sus intereses. Pero en
~H1'. la ideología tiene con la fi-
Marx tiene un carácter absoluto y
meta.físico, que es, a todas luces,
losofía una relación comparable a exorbitante y falso. (J. ORTEGA Y
la de la vulgarización con la cien- GASSET, No ser hombre ele partido
cia. A n1enudo ésta, vista a través (1930), Obras, IV, 83.) Ad. E.
de aquélla, resulta irreconocible;
pero no por eso la vulgarización V. Derecho, 6; Historia, 63.
deja de deber su nacimiento a la Ideológico. A. Relativo a las ideas.
ciencia. (lbíd., 210.) Que se basa en ideas (pruebas ídeolú-
gicas [ de la exist. de Dios]).
1OO. Las ideologías se enfren-
tan con las filosofías, cuando es- 104. En vez de observar las co-
tán hechas sobre filosofías apre- sas y describirlas, de compararlas,
suradas improvisadas sobre otras nos contentamos entonces con to-
filosofías más profundas, reforma- mar conciencia de nuestras ideas,
das para subvenir a las necesi- analizarlas, combinarlas. En vez
dades afectivas, adaptadas a tran- de una ciencia de realidades, no
cas y barrancas al intercambio y hacemos ya más que una ciencia
las fluctuaciones bursátiles de la ideológica. (E. DURKHEIM, Regles
política cotidiana. (... ) Un carác- de la méth. soc., 8. • ed., 21.)
ter fundamental de la ideología es B. Relativo a la ideología o a una
el de ser utilizable. ( ... ) Las ideo- ideología. Lucha, controversia ideológi-
logías ( ... ) son, por el hecho mis- ca.
mo de su producción, candidatos Ideólogo. A. Palabra creada por
desde su nacimiento al papel de Bonaparte para designar y denigrar a
c,pabellón que cubre la mercancía». los pensadores que reducían la filosofía
(lbf.d., 211-212.) a ideología (en el sentido A). Más tar-
101. Las ideas están atiborra- de, no siempre se ha tomado en sentido
das de ideologías, de abstraccio- peyorativo. Les Idéologues, obra de F.
nes inmovilizadas y simplificadas PICAVET, Alean, 1891.
para un amplio consumo, que mo- 105. Bonaparte tenía siempre
delan Jos espíritus y en ellos resis- en la boca la palabra ideólogo, con
ten a la creación espiritual. (E. la que pretendia cubrir de ridícu-
MOL'NIER, Manifeste du personn., lo a los hombres en los que creía
11.) entrever una tendencia a la per-
102. La ideología aspira por fectibilidad indefinida. (BOURRIEN-
NE, /11émoires, III, 283.)
naturaleza a convertirse en propa-
ganda, es decir, en transmisión au- Il. Hoy: el que profesa una ideolo-
tomática de fórmulas magnetiza- gía en el sentido B. Tiene siempre
das por una pasión de esencia en acepción peyorativa.
el fondo rencorosa, y que sólo to- 106. la muchacha (... ) mostra-
ma cuerpo a condición de ejercer- ba esa temeridad de los ideólogos,
se contra una cierta categoria de capaces de dejar que el mundo pe-
humanos: los judios, los cristia- rezca antes de renunciar a una so-
nos, los masones, los burgueses, la coma de su programa. (G. Du-
etcétera. (G. MARCEL, Les hommcs llAMEI,, Les plaisirs et les jeux,
contre /'humain, 167.) 250-260.)
103. La fórmula «la ideología 107. Decid a un ideólogo de
es la idea de mi adversario» seria nuestros días que es un ideólogo y
una de las definiciones menos ma- se sentirá herido. Él afirma que
407 IDENTJDAD

habla en nombre de la ciencia, no ce que no hacen sino repetir la


de una creencia. Para él, creencia misma cosa sin enseñarnos nada.
equivale a nesciencia: el ideólogo (..• ) Toda cosa es lo que es. (... )
es siempre dogmático. (J. MONNE- Seré lo que sea. He escrito lo que
ROT, Les faits sociaux ne sont pa,s he escrito. (LEIBNIZ, N. Essais, IV,
des ch., 211.) 11, § l.)
6. los teoremas de geometría
IDENTIDAD no son proposiciones idénticas, co-
Idéntico. Lat. escol. identicns, que mo pretendía Condillac; de lo con-
es el mismo (idem). trario, toda la geometria no seria
Que es lo mismo, ya numéricamente más que una inmensa tautologia.
(STENDHAL es idéntico a BEYLE, es el (L. LIARD, Définit. géom., 103.)
mismo individuo) ya especificamente 6'. aunque la definición y lo
(tenemos coches idénticos, del mismo definido son en la realidad lo mis-
modelo y color; nuestros empleos son mo, sin embargo, la proposición
idénticos: tenemos la misma categoria, en la que se predica la definición
pe1·cibimos el mismo sueldo ... ). de lo definido no es idéntica, sino
Contr.: diferente, diverso, otro. doctrinal, porque en ella se pre-
l. no hay argumento escéptico dica un concepto distinto de uno
que pueda conmover la firme per- confuso. (Fr. SUÁREZ, De las pro-
suasión en que estamos de que piedades del ente ... , III, § 4, p. 66-
existimos como sujetos idénticos, 67.) Ad. E.
permanentes ... (M. DE BIRAN, Ra,p- V. Axioma, 2.
ports des se. nat. a,vec /a, psyc/io/., Identidad. Lat. identitas, carácter
en <Euvres ch., 163.) de lo que es ídem (lo mismo).
2. es. pues, imposible encon- Carácter de lo que es idéntico a lo
trar dos seres vivos absolutamen- mismo.
te idénticos, ni siquiera en la mis-
ma especie, ni aun siendo herma- Contr.: alteridad.
nos. (CI. BERNARD, Princ. de mé- La identidad se expresa: en lógica
dec. exp., 232.) formal por el símbolo = (A = A;
3. Todo proyecto o proposi- hombre = animal razonable) ; en logís-
ción de ley será examinado sucesi- tica por el simbolo =· N. B.: la igual-
vamente por las dos Asambleas dad, que es lo que propiamente indica
del Parlamento, a fin de adoptar el signo =, no es una identidad sino
un texto idéntico. (Constitución fr. una equivalencia•.
de 1958, art. 45.) 7. Identidad. Este término no
4. En nosotros, sólo lo idéntico significa sino mis,na cosa, y po-
o la tendencia a lo idéntico pro- dria ser vertido por mismidad (... ).
vienen del intelecto. Lo diverso Es, pues, tan sólo la memoria la
proviene de la sensación, es decir, que establece la identidad, la mis-
de la realidad. (E. MEYERSON, C/11·- midad de vuestra persona. (VoL-
min' de /a, pensée, I, 105.) TAIRE, Dict. phi/os., término lden-
4'. De puro sabido se olvida que tité.)
la representación del mundo no es Un ejemplo aclarará la distinción
idéntica en los hombres, porque no que sigue de las dos clases fundamen-
son idénticos ni sus ambientes ni tales de identidad: «viajamos en el mis-
las formas de su espiritu, hijas de mo coche» puede significar: no tene-
un proceso de ambientes. (M. DE mos más que un coche para los dos
UNAMUNO, En torno al casticismo, (identidad concreta), o: nuestros dos
Obras escogidas, 47.) Ad. E. coches son iguales, es decir, de la mis-
V. Analogía, 10; Explicació11, 7; Sen- ma marca, la misma serie ... (identidad
tido, 42. abstrncta).
Proposición idéntica. Proposición e:i 8. La lógica clásica toma la
la que el contenido representativo del noción de icle11ti<lad en un doble
atributo es idéntico ol del sujeto. sentido. Por un lado, expresa la
permanencia del objeto único o del
Sin.: tautologia•. atributo II trnvés de los cambios
6. Las verdades primeras de que se producen en él o en torno
1·azón son las que con nombre ge- a él. Por otro, expresa la simili-
neral llamo idénticas, porque pare- tud de dos objetos distintos o de
32. Dicciona.rio Uel Lr11ru11jC! Filo!lófico.
IDEN'l'IDAD 498

alguno ch:- sus trihutos. En el pri- ,·e: hacer (fcice,•e, que en compos1c10n
mer caso es i1111 nriuncin; en el se- se transforma en ficere o fica.rc) lo
J!Ulldll, c•qui1•ale11cia-. Hay que dis- mismo (ülc1n); lo que supone que las
ting-uir, pues, la identidad del u,ro, cosas identificadas son en cierto modo
que es la de Jo incambiac/o, y la diferentes,
clrl 11110 !I d oh·o, que es lu identi- Establecer la identidad de alguien o
dad de Jo intcreambiablr. (A. L,1- de algo, es decir, determinar: quién es
MOUCHE, Log. clr la si·mplicité, 233- tal individuo, p. ej., un manifestante
234.) detenido por la policía, el autor de un
A. Identidad concreta o numél'ica: cuadro (identidad concreta) ; o a qué
carácter de lo que es numéricamente categoria pertenece, p. ej., cuál es la
lo mismo, es decir, único, aunque se especie o el nombre de un insecto,
presente bajo nombres, aspectos o cir- la nacionalidad de un avión ... (identi-
cunstancias cuya diversidad podría ha- dad abstrncta).
cer ercer en una multiplicidad_ Identi- Contr.: diversificar, distinguir.
dad del Lago de Ginebra y el Lago
Lemán, identidad del Yo en el curso 12. Cierta mañana de mayo
de la ,-ida, identidad de un criminal o sorprendi, inmediatamente antes
un suicida. de mi despertar, un «espej ismo11
que me deslumbró para siempre,
9. En mí se halla la sustancia, sin que pudiese identificarlo. (M.
a la vez en el tiempo y fuera del JOUHANDEAU, Mé,norial, 1, 29.)
tiempo, medida del cambio y de la 12'. Fue España la única que,
permanencia, tipo de la identidad. prolongando su inveterada decisión
(F. RAVAISSON, De l'habit., 20.) medieval, identificó sus propios fi-
10. Sólo dos cosas establecen nes nacionales con los fines uni-
de hecho nuestra identidad a nues- versalistas de la Cristiandad, to-
tros propios ojos: la permanencia mando éstos como propios a partir
de nuestro carácter y el encade- de Fernando el Católico, quien, co-
namiento de nuestros recuerdos. mo Gracián dice, «supo juntar la
(J. LACHELIER, Psychol. et mé- tierra con el cielo». (R. MENÉN-
taph., II; <Euvres, 1, 178.) DEZ PIDAL, Los españoles en la /iis-
V. Entorno, 2. toria, 57.) Ad. E.
B. Identidad abstracta o específica: Identificarse (referido a personas).
carácter de lo que presenta caracterís- Llegar a ser, en el pensamiento, el mis-
ticas comunes, de lo que es del mismo mo que otro, es decir, pensar, sentir,
género, del mismo tipo. comportarse como si fuese él.
11. la identidad constitucional 13. Hay, bien lo sabéis, autores
de los gemelos y su perfecta seme- que no consiguen inventar sin
janza en todos los aspectos podrá, identificarse con los personajes de
en muy variadas circunstancias, su imaginación. (G. DE NERVAL, Les
constituir un objeto de experimen- filies clu /cu, a Al. Dumas.)
tación particularmente interesan- 14. el lector empieza su lectura
te. (M. CAULLERY, Biologic des ;u- identificándose con el héroe de la
meaux, 106.) novela. (J.-P. SARTRE, Sit11atio11s,
1, 133.)
11'. no conviene contar entre
las propiedades del ente la identi- V. llospitalis,no, l.
dad y la diversidad, porque en Identificación, A. Acción de iden-
cuanto éstas pueden expresar for- tificar, es decir, de constatar que una
malmente relaciones de razón, no persona o una cosa determinadas son
pertenecen a las propiedades del las mismas que otra: ya numérica o
ente, (... ) porque tales relaciones concretamente (identidad concreta:
no le convienen por sí al ente, si- identificación de un individuo por me-
no sólo de modo extrínseco, por el dio de una tarjeta de identidad) ; ya
pensamiento, reflexión o compa- especificamente (identidad abstracta:
ración de la mente. (Fr. Su.(REZ, identificación de una flor por medio
De las ¡,ropiedades ckl e11tc ... , II, ele un manual de botánica).
§ 14, p. 50.) Ad. E.
15. Es la tendencia a la iden-
Principio de ulentidad. V. Princi¡,ios tificación lo que constituye el fon-
l6gú:os. do ele nuestra razón. (E. MEYER-
Identificar. Lat. escolást. identifica- soN, C/1e-mi11 1 de la pe11sée, I, 249.)
499 IDOLATRIA

D. Acción de identificarse o estado en con representaciones del fin de-


del que se halln identificado con ot1·0. seado. (E. CJ.APAREDE, L'assoc. des
En el voc. psiconnal. se opone n pro- idécs, 365.)
yección•. 3. En cuanto a saber por qué
Si11.: introyccción•. el interés se dirige tan pronto a
16. Ln identificación es parn el ciertas cosas como a otras (poesía,
sujeto el hecho de alienarse en be- música, ciencias, etc.), esto es, co-
neficio del objeto ni que tomn, en mo ya hemos dicho, resultado de
cierto modo, como disfraz. 1'01· una idiosincrasia personal, provi-
ejemplo, identificarse con su pa- niente a su vez de combinacione!:'
d1·e significa, en la práctica, ndop- hereditarias o de variaciones que
tnr su nire, su modo de hablar y parecen espontáneas y que esca-
de obrar, como si fuese exactamen- pan a cualquier explicación por
te semejante a él y no tuviese in- las asociaciones adquiridas. (lbfrl.,
dividualidad distinta de In suyn. 366,)
Ln identificación se distingue de IDIOTA. Gr. idiótés (der. de idios),
la imitación en que es una imita- particular (por, op. a hombre público) ;
ción inconsciente, en tanto que la por extensión, hombre ignorante de n
segunda es copin consciente. (C. determinado arte, y, finalmente, igno-
G. JUNG, Typcs psychol., 450.)
rante (absol.).
17. Todo el mundo sabe que pa-
ra interpretar un personaje hay Psiquiatría. Individuo afectado con-
que ser cnpnz de identificarse con génitamente de un muy grave déficit
él. (.. ,) Tal grado de identificación mental.
con un ser sólo se alcanza cuando l. Si el hombre presa ele la de-
uno empieza a amar a ese ser. mencia es un rico empobrecido, el
(J.-L. BARRAULT, Nouv. réf/exions idiota ha vivido siempre en el in-
s. le théátre, 145.) fortunio y la miseria. (PIXEL, cit.
!dio. Gr. idios, particular, privado, en el Man. alphub. ele psychiatric,
por op. a público, común. De donde: 280.) Ad. E.
que tiene un carácter especial, origi- 2. yo elijo ser llamado bá, 1,a-
nal, singular. Prefijo de varias pala- ro vencedor y renuncio que me lla-
bras españcilas, principalmente técni- men docto vencido: saber ven('(•r·
cas: idioma, idiotismo, idiocinética, ha de ser el saber nuestro, que
idiótopo. (V. Voc. de la Psychol.). pueblo idiota es seguridad del ti-
«Idiologfa». Ciencias del individuo rano. (F. DE QUEVEDO, La /toro d,·
en sus particularidades concretas y su tocios ... , en Los s11eiios, 109.) Ad. E.
naturaleza propia. Se op. a la tipolo- . ~~i~lisnu~. Gr. idiotismos (der. de
gía• o caracterología. ulwtes): genero de vida o modo de ha-
IDIOSINCRASIA. Gr. idiosynl<ra- blar de los particulares, de las perso-
nas vulgares.
sia, comp. de krasis (mezcla) , sy 11
(con), idios (propio) : tempernmento Lingüíst.: locución propia de una
particular. lengua y que no puede ser exactamen-
Constitución orgánica y psiquica que te trnducicla.
hace que un individuo reaccione de un IDOLATRIA
modo que le es propio,
!dolo. Gr. ciclülon (der. de ci</os•)
Sin.: temperamento, carácter, natu- imagen.
ral.
l. Los contagios (... ) dependen Representación de unn divinidad.
de idiosincrasias especiales. Por- Hipe1·bólicamente: persona que es ob-
que el contagio no se produce jeto ele una admiración apasionada.
siempre; es necesario, pues, que Idolatría. G1·. iclcülolatl'ia, adora-
el individuo se hnlle predispuesto. ción ( latl'ia) de imágenes ( cic/,;h,) de
(CI. BERNAIID, Princ. <le 1"éclcc. C,<• la diviniclncl.
pér., 157.) A. Prop.: adoración do los ídolos,
2. Cuando se trnta de una in- es decir, ele las inu\genes de la divini-
vención querida, buscndn, In ten- dad. No huy idolatría cuando, a tra-
dencia a disociar, en vez de ser vés de In imagen, In intención del cre-
simplemente el efecto de una idio- yente se dirige a In realidud invisible
sincrasia de intereses, se compli- 1·c11rcscntada, y In imagen es conside-
IDONEISMO 600

rada tan sólo como rcprescnlnci6n sen- b) El conocimiento objetivo y


sible. ln correspondiente dialéctlc9: no. oe
n. Por ext.: culto rendido a los fal- constituyen por un11 orgnnizac1611
sos dioses. n partir de posiciones normativa_,
inmutables, sino por una reorgani-
C. Por nnal.: amor apasionado o zación a partir del frente de la e_r-
importancia excesiva atribuida a algo. periencia, que llega hasta _la rein-
l. La prc\'ención del pueblo en ter]Jrctaci6n de los elatos mmcd,a-
favor dl' los grandes es tan ciega tos. (F. GoNSETII, l'hilos, math.,
( ... ) que, si ellos tratasen de ser 38.)
huenos, se convertiría en idolatría.
(LA BRl'YERE, Caract., IX, l.) Jg11oratio c/enchi (ignorancia del te-
ma, de la cuestión). Sofisma que con-
2. Una de las más fastidiosas siste en probar o discutir cosa distinta
idolatrías de nuestra época es la de la que está en cuestión. Ej.: el l!bo-
rreencia en la iteneración espontá- gado que pretende defender " su chen-
nea del ¡¡enio. (A. GIDE, <Eui-res
compl., VI, 151,) te acusado de difamación probando que
no ha habido calumnia,
«IDO:>,EfSMOn IGUALDAD
Idóneo. Lat. ic/011rus, apto, propio Igual, Lat. aequalis (der. de acquus,
para. liso igual; de donde aequitas), de la
Que responde a lo que se necesita. mis;..,a talla, de la misma edad, igual.
Una ~ecretaria idónea. Un empleo idó- A. Prop.: que es idéntico a otra co-
neo (para las aptitudes y necesidades sa en cantidad, calidad, valor o dere-
del sujeto.) chos.
l. [Idóneo significa]: que con- l. La necesidad de dominar y
viene, que tiene en cuenta las co~- ser dominado me parece más an-
diciones, que responde a las exi- tigua y profunda que la necesidad
gencias, que es conforme a los fi- de ser igual. (A. VINET, [Esprit
nes y las intenciones, apropiado ,l'-1, ll, 203.)
a su función. (F. GoNSETH, La
géom. et le probl. de l'espace, 57.) 2. Declarar a los hombres igua-
les es decretar un modo de tratat·-
2. Para ser idóneo para su fun- los: juicio de derecho, no de he-
ción (tal como la plantea la pe:s- cho; prescripción, no constatación.
pecti\'a metodológic~), el ma_tenal (C. BOUGLf, ldées égalitaircs, 23.)
geométrico debe satisfacer ciertas 3. Nos gusta más darnos falsos
exigencias. (lbíd., 20.) iguales que aceptar a los verdade-
((Idoneísmon. Der. del lat. idoncus, ros. (J. RoSTAND, Jo11n1al d' un ca-
apto, propio para, idóneo. Pa!abra ract., 32.)
creada por F. GoNsETH para designar 4. Todos los ciudadnnos son
su filosofía. V. Filosofía abierta. iguales en de1·echos, cualesquiera
3. esta filosofía (... ) es la que que sean su origen, raza y religión.
acepta confrontar a cada. instante Todos tienen los mismos deberes,
sus principios con e] conJunto de (Co11stit. fr. de 1958, título XII:
nuestra experiencia; que busca, De la Comunidad, art. 77.)
por principio, el control del cono- B. Por ext.: que es idéntico a sí
cimiento más desarrollado¡ que se mismo. Se dice de las personas (humor
ouliga constantemen~e . a fo~m,?Jlar igual y de las cosas (terreno, cli-
una teoría del conoc1m1ento 1donea ma igual).
p:;ra el pensamiento má~ exige!lt~,
í'S decir, para el pensamiento cien-
5. Un estilo demasido igual y
tífico. Esta filosofía tiene un no~- [siempre unifom1e
hre: idoneísmo. (F. GONSETII, De- en vano brilla a nuestros ojos;
trrmi11. et libre arb., 176.) [sin remisión nos duerme.
(BOILEAU, Art. Poét., l.)
4. He aquí, pues, los dos _Pr~n-
cipios esenciales ( ... ) de In d1alec- C. Que deja indiferente, Me da
igual, me es igual.
tica idoneísta (... ) :
a) En principio, toda verdad
Igualdad, Lat. aequalitas.
es sumaria; toda idea se halla en Contr.: desigualdad.
devenir; toda proposición es .-evi- A. En sentido abstracto: carácter de
sible. Jo que es igual en las diferentes acep-
501 IGUALDAD

ciones de este adjetivo. Igualdad de 11". Si de quien es menos que


longitud, de precio, de edad, de humor, tú partiere algo que te agradece
de derechos y deberes. poco, piensa que no es ultraje, sino
libertad. ( ... ) Ni conviene que
6. La desgracia de la igualda~ pienses que tú solo eres hombre
es que sólo la queremos con nues- y que todos los otros bestias que
tros superiores. (H. BECQUE, Notes,
no hay de atreverse ni a chistar.
<Euvrcs, VII, 111.) Eres hombre; vive con ]os otros
7. La justicia ha suscitado hombres en pie de igualdad. (.J. L.
siempre ideas de igualdad, de pro- VIVES, Introducción. a la sabiduría,
porción, de compensación. Pensare, § 641, 543; p. 101.)
de donde se derivan «compensa- V. Condición, 2; Democracia, 2; Jus-
ción» y (<recompensa», tiene el sen- ticia, 20.
tido de pesar; a In justicia se la
representaba con una balanza. B. En sentido concreto (una. las
Equidad significa igualdad. (H. igualdades) : relación particular de
BERGSON, Dcux Bourcc, ... , 68.) igualdad o fórmula que expresa esa re-
lación. Se utiliza casi exclusivamente
8. Asi fue siempre el poder. No en matemáticas. En lo que concierne
puede vivir con arreglo a In igual- a desigualdad, la acepción concreta se
dad y la justicia. Lo que llama extiende a todos los campos de la rea-
igualdad y justicia consiste en que lidad: desigualdades del terreno, de
el hombre mejor dotado, es decir, estilo, de humor, de condición social.
el que tiene más que los otros, re-
ciba aún más según la ley. (ALAIN, I uua/dad civil. Identidad, para todos
Propos, 1.01'3, Pléiade.) los miembros de una sociedad, de los
derechos y las obligaciones estipulados
9. [ Alistado voluntario como por la ley. Esta igualdad no existe en
soldado raso en 19'14.] Siempre que los regímenes que admiten la esclaY1-
sabían quién era ( ... ) , recibían un tud, la servidumbre o clases privilegia-
trato de favor. (... ) Pero ( ... ) esa das.
clase de respeto que se me conce- lg,rnldad política. Identidad, para to-
día no era de mi agrado; yo que- dos los miembros de una sociedad del
ría ser respetado como hombre y derecho de participar en el gobierno
sólo como hombre, sencillo e igno- de ésta. Esta igualdad no existe en
rante. Así es como concibo la los regímenes que admiten funciones
igualdad; así como la intento. políticas hereditarias o en los que res-
(ALAIN, Souv. de guerre, 183-184.) tringen el derecho de voto a una cate-
10. Admitir la igualdad de los goría particular de ciudadanos.
hombres es poner frente a mí un Desigualdad. Falta de igualdad.
ser que me es equivalente, que se
12. la desigualdad de rangos y
afirma a mi lado y sobre el que
privilegios se hace ficticia e in-
ya no puedo intentar nada. En la
justa en la medida en que no co-
igualdad hay alteridad. El que me
rresponde ya a la desigualdad de
opone su derecho, igual al mío1 las ((misionesn 1 las cargas y las
me resiste infinitamente más que responsabilidades. (G. TnmoN,
una cosa. (G. MADINIER, Co11sc. et Diag11ostics, 93.)
amour, 66.)
13. La desigualdad social, tan
11. El deseo de privilegios y el patente, del mundo visible, ¿qué es
gusto por la igualdad, pasiones junto al precio de In desigualdad
dominantes y contradictorias de en el mundo espiritual? (F. MAU-
los franceses de todas las épocas. RIAC, Jonr11al, 325, Table R.)
(Ch. DE GAULLE, La Francc et son 14. Cuando el hombre haya
armée, 4.) conseguido atenuar, o incluso su-
1 l '. Si la desigualdad fuera de primir las ficticias desigualdades
lo malo a lo bueno, fuera buena, del rango y la fortuna, se hallarú
y si de lo bueno o Jo mejor, me- carn a cara con el terrible proble-
jor; pero comúnmente consiste c11 ma de la desigualdad natural. (... )
detcriora1·se, que el mol siempre lo ¿Es necesario aumeútar la des-
vemos de rostro y el bien de espal- igualdad de la naturaleza, mejo-
das. Los malee vienen, los bienes rando n quienes cllu ha favorecido
van. (B. GnACIÁN, El discreto, 66.) ya con cxccso? ¿ O conviene, por
Ad. E. una injusticia inversa, tratar
Jl,.\CIONISMO 602

ig-ualmC"ntc n los que clln hizo dl'S- que dr.gradn, consiste en su nr-
iJ!UR.les? (J. RnsTAND, Prnsérs d'trn t1ad,í11. (G. T!IID0N, lleto11r au réel,
biol., 24.) 106.)
14'. la mnyor smna de igualda11
posible se alranzn en el estado sul- ILACIONISMO
Ynje, y la civilizarión lleva consi- Ilath·o. LaL. illativu•, que infiere
go indefectiblemente la desigual- (i11fer1·, tiene por part. pasado illa./11s),
1lad; y aun he llegado a sospechar que concluye.
yo, que <.'sas tribus salvajes, que Empleado sobre todo en inglés, es-
por iní'ivilizablcs perecen, no pu- pecialm. en el término illativo scnso
diendo sostenerse enfrente de puc- (NEWMAN), para designar un conoci-
hlos muy adelantados, son tal vez miento por inferencia inmediata o in-
tazas absolutamente refractarias tuitiva.
a las desigualdades indispensables l. El rasgo caracteristico de
a toda civilización. (C. ARENAL,
estas operaciones del sentido ila-
Cartas a 1111 obrero, 263.) Ad. E. tivo es que, en un esfuerzo instan-
V. Autoridad, 6. táneo, por un so]o y mismo acto,
Igualitario. A. Que realiza o tiende In inteligencia percibe el signo y la
a realizar la igualdad. Doctrinas, le- rosa significada, el indicio y la ley.
yes igualitarias. (,J. Huev, en Rech. de se. relig.,
14". La sobriedad es altamen- 1919, 60.)
te igualitaria. La sobriedad mate- Ilación. Lat. illatio, acción de infe-
rial es la inestimable riqueza que rir, de concluir; conclusión.
poseen por igual tanto el pudiente A- Acción y efecto de inferir una
como el desvalido; la sobriedad cosa de otra.
mental prescinde de aceidentales o Sin.: inferencia*.
secundarias distinciones. (R. ME-
NÉNDEZ PIDAL, Los españoles en la 2. mi amigo ( ... ) intentó probar
hÚ!toria, 33.) Ad. E. esa ilación mediante un razona-
miento en forma. (LEIBNIZ, Théod.,
R Que profesa el igualitarismo. Disc., 70, p. 86.)
15. El orgullo del rico igualita- B. Lóg. Enlace o nexo del consi-
rio está a salvo, puesto que ton1a guiente con sus premisas.
al pobre por igual libremente. (J.
RosTAND, De la va.nité, 84.) e_ Trabazón razonable y ordenada
de las partes de un discurso. (Real
v_ Temperamento, l. Acad.)
lgualitarismo_ Doctrina que profesa Ilacionismo_ Teoría según la cual
la igualdad absoluta de los hombres un cierto conocimiento, especialmente
bajo todos los aspectos, o sistema po- el del mundo exterior o la idea de ob-
lítico que tiende a hacerla efectiva. jeto, no es obtenido inmediatamente, si-
16. si es falso que el igualita- no por inferencia (lat.: illatio).
rismo, al negar las diferencias de Sin.: teoría de la inferencia.
los individuos, tienda a suprimir
la competencia entre ellos, es cier- Co>1tr_: intuieionismo.
to que tiende a igualar las condi- ILUSlóN_ Lat. illusio, der. de i!lu-
ciones de esa misma competencia,
( ... ) La igualdad de oportunida- dore (jugar [/11dere] sobre in), bur-
des no está hecha para borrar, si- larse, reíl'se de: ironía, ilusión, enga-
no para poner de relieve la des- ño,
igualdad de capacidades. (C. Bou- A. Prop.: percepción errónea como
GLÉ, ldéco égalit., 27.) consecuencia de una mala interpreta-
17. . .. para sostener y avivar el ción de los datos sensoriales, error de
sentido de la igualdad sin caer en ordinario favorecido por una aparien-
un igualitarismo nivelador... (J. cia engañosa de las cosas.
MARITAIN, Christian. et démoc., Sin.: el'ror, equivocación, espejismo,
68.) fantasma, visión, quimera.
18. El igualitarismo cl"istiano, l. La i/iu,i6n supone cosas exis-
basado en el amor que eleva, im- tentes, y se refiere a la manera
plica la supcraci611 de las desigual- en que se muestran a nosotros
dades naturales; el igualitarismo o en que nosotros las vemos; es de-
democrático, basado en la envidia bida a la mente que se deja enga-
503 IMAGINAClóN

ñar ( ... ). La quimera es una pura térmicas y, sobre todo, álgicas. El pro-
invención, presenta cosas que no blema psicol. es explicar el origen de
existen ni podrian existir. (LAFA- esta impresión: como la explicación pe-
YE), riférica (excitación de las terminacio-
2. Nos alimentamos más de ilu- nes nerviosas del muñón) no abarca to-
siones que de cosas. (H.-F. AMIEL, dos los hechos, hay que recurrir a una
Jo1m1al, 1D marzo 1869.) explicación central: persistencia del
esquema corporal o imagen del cuerpo.
2'. A los falsamente acusados, 6. Lo que resulta, en último
que por debilidad condescienden al análisis, de la consideración de la
interrogatorio contra el testimonio ilusión de los amputados, es que
do su conciencia, se añaden mu- la imagen de nuestro cuerpo es mu-
chos que se confiesan reos por ilu- cho más resistente a la destrucción
sión o fatuidad. Esta ilusión es que nuestra morfología. (J. LHER-
contagiosa, y se multiplica infini- MJTTE, L'image de notrc corpa,
to cuando anda algo ardiente la
pesquisa sobre hechicerias. Tanto 126.)
se amontonan las brujas donde hay Ilusio11es o errores de los sentidos.
pesquisidores cavilosos como las Percepciones no conformes con la rea-
energúmenas donde hay conjura- lidad. Por ej.: creemos ver el movi-
dores porfiados. (P. FEIJ00, Para- miento de una cosa en realidad inmó-
clojas políticas y mora/e•, Obras, vil; hallamos pesada una cosa ligera,
292.) Ad. E. recta una línea curva ... Pero se trata
de errores de percepción y no de erro-
B. Apariencia que sabemos es tal y res de los sentidos.
no provoca juicio categórico erróneo,
pero frente a la cual nos comportamos 7. Las ilusiones de los sentidos
no obstante como frente a la realidad. ( ... ) muestran siempre que no es
V. Al1tcinacio11es hipnagógicas. porque percibamos un cuerpo do-
tado de tales propiedades por lo
3. La ilusión está en las sensa- que juzgamos que las posee, sino
ciones y el error en los juicios. Se que, por el contrario, es por juz-
puede a la vez gozar de la ilusión gar que las posee por lo que io
y conocer la verdad. (J0UBERT, percibimos asi. (J. LAGNE.\U, Céic-
Pcnsées, 122.) brcs lefOHB et fragmcnts, 162.)
4. Prefería sus ilusiones a la 8. Las ilusiones de los sentidos
realidad. (A. DE MUSSET, Les ca- son maneras de percibir tan sólo
prices de Marianne, II, VI, Octa- falsas en cuanto nos representan
vio.) el objeto de nuestra percepción de
5. El placer de la novela es ca- un modo no conforme al normal.
si siempre el comunicarnos esa vi- (lbW., 180.)
da imaginaria, el ponernos en el
lugar del héroe, el darnos la ilu- IM.-\GINAClóN
sión de vivir una aventura. (H. Imagen. La~. _i1na.go, imagnus, co-
DELACR0IX, Psyclwl, e/o l'art, 122.) rresp. al gr. eiko" (de donde icono) y
5'. La vida es ilusión, Y la poe- pha11ta,ima (der. fantasma, etc.).
sía no sería nada si no fuera ilu- A. Pro p. ( Fis.) : representación de
sión. Tan apegados estamos a la orden material de un objeto percibido
ilusión, que muchas veces, leyendo por la vista, ya por reflejo en el agua
un poema, ponemos en él mucho o en un espejo, ya por procedimientos
más de lo que en ese poema exis- gráficos.
te. Poemas que admiramos no los l. [ En el festin de los merce-
admiraríamos si los creyéramos de narios]: los cráteres, con borde de
un poeta mediocre. Poemas que des- espejos convexos, multiplicaban la
deñamos los admirariamos si los imagen ampliada de las cosas. (G.
creyéramos de un poeta predilecto, FLAUBERT, Sa/a,mbo, cap, l.)
(AZ0RIN, El cscri/01•, 47.) Acl. E.
2. No hay fuente que pueda de-
C. Esperanza acariciada sin funda- volver a Nat·ciso unn imagc.'n fiel
mento racional. (Real Acad.) y ya formada. (L. LAVELLE, L'cr-
f11tsi6n ele los amp1ttados. lmpresi,ín, rcur de Narcissr, 10.)
frecuente en los amputados, de perci- R. Por anal. (Psicol.): representa-
bir el miembro inexistente como sede ción mental; primitivamente de un ob-
de determinadas sensaciones: táctiles, jeto percibido por la vista; más recien-
IM.\GINAClóN 504

temente, de un objeto pel'cibido poi' D. la imagen no es una sensa-


otros sentidos. Es clásico oponel'la, co- ción o una percepción debilitada.
mo representación sensib1e, a la idea, ( ... ) La imagen está en el camino
que es una representación intelectual; de la abstracción y In generaliza-
pero los sensualistas no admiten esta ción, en el camino de la idea.
oposición. V. Imagen eidética•. (l. MEYEllSON, en el N. Traité de
3. Las imágenes que reflejan DUMAS, 11, 694.)
un espejo representan exactamen- 10. Aquel [oasis] cuya imagen
te los objetos; y no hizo falta más recuerdo no está perdido en el fon-
para creer que las que hay en nues- do del Sabara. (A. DE SAINT-EXU-
tra mente no fuesen igualmente PÉRY, Terre des hommes, 79.)
conformes a las cosas exteriores. 11. el tiempo que cambia a los
( ... ) se da a esas imágenes los seres no modifica la imagen que
nombres de ideas, 11ociones, arque- de ellos hemos conservado. (M.
tipos, y otros varios ... (CONDILLAC, PROUST, Temps retr., 11, 178.)
Tr. des syst., VI, 1.)
1-2. no hay imágenes, hay tan
4. Imágenes de un ciel'to tipo sólo objetos imaginarios. (ALAIN,
constituyen los recuerdos. (H. TAi• Él. de phil., 67.)
NE, De l'intellig., 11, 122.) 13. La imagen es un .acto y no
5. Tenemos, ante todo, imáge- una cosa. La imagen es conciencia
nes motrices puras. Llamo así a de alguna cosa. (J.-P. SARTRE, L'i-
las total o casi totalmente despoja- magination, 162.)
das de cualquier elemento acceso- 14. La imagen ( ... ) es un cierto
rio proveniente de los sentidos es- modo que tiene el objeto de apare-
peciales. Es en los sueños donde cer a la conciencia, o, si se prefie-
aparecen con mayor claridad: cree- re, un cierto modo que la concien-
mos andar, correr, nadar, volar ... cia tiene de darse un objeto. (J.-P.
(Th. RIBOT, La vie inconsc. et les SARTRE, L'imaginaire, 17.)
mouv., 12.) 15. La conciencia trascendente
6. La percepción ( ... ) es un de árbol en imagen pone el árbol.
grosero esbozo de lo que será más Pero lo pone en inUZ,gen, es decir,
tarde la abstracción (... ). de un cierto modo que no es el de
la conciencia perceptiva. (lbíd.,
Con la imagen, etapa intermedia 23.)
entre la percepción y el concepto, 16. este Pedro al que puedo to-
se afirma aún más la reducción del car es puesto por mí a la vez que
objeto representado a unos cuan- no lo toco. Mi imagen de él es una
tos caracteres fundamentales. (Th. cierta manera de no tocarlo, de no
RIBOT, Évol. des idées gén., 9.) verlo, una manera que él tiene de
7. La comparación intrínseca no estar a tal distancia, en tal
de la imagen y la sensación está postura. ( ... ) Lo caracteristico de
condenada al fracaso. Sensación e Pedro (es el ser) dato ausente a la
imagen dependen de modos dife- intuición. ( Ibúl., 25.)
rentes, y por eso se distinguen: 17. la característica esencial de
proceden cada una de una diferen- la imagen mental ( ... ) es una cier-
te actitud del espíritu y de un dis- ta manera que el objeto tiene de
tinto sistema de referencia. (H. estar ausente en el seno mismo
DELACROIX, Psychol. de l'art, 130.) de su presencia. (lbíd., 98.)
8. Nos hallamos ante un ser 17'. El genio dicta a los gran-
psicológico infinitamente más sutil des poetas las locuciones conve-
que la imagen-tópico de la tradi- nientes a las imágenes que retra-
ción psicológica. La imagen se tan con el verso; sin estudio parti-
desarrolla a menudo a partir de cular dicen lo que deben decir
una intención oscura, de un vago cuando, acalorada la fantasía, pro-
sentimiento de dirección; y entre ducen involuntariamente aquellas
estos esbozos indistintos y la clari- expresiones vivas con que nos
dad rica en detalles se hallan toda arrebatan. (J .•P. FORNER, Exe-
suerte de grados intermedios. ( ... ) quias de la lengua castellana, 67.)
En este sentido, se ha hablado con Ad. E.
justeza de albas y crepúsculos de V. Intención, 26, 27; Pen.iianiicnto,
imágenes. (lbúl., 349.) 11, 19, 62, 63, 61, 62; Tesis, 4, 6.
505 IMAGINAClóN

Imagen co11Becztlica. (al. Nachbi/,1, A 1111éc psychol., XIV (1908), 337-


ing. aftcr-imagc). Imagen negativa que 338.)
se produce, tras haber mirado un ob- 22. Cualquiera que sea la ima-
jeto, sobre el fondo neutro del que ese gen que en la mente represente el
objeto ha desaparecido. concepto, será un signo, un símbo-
v. Eulético, 2. lo, porque no es tomada por lo que
parece, sino por lo que representa.
l111a.gr11 genérica.. Resultado de la su- No es en la mente una imagen, si-
perposición de imágenes diferentes, pe- no la indicación de una realidad ló-
ro que presentan ciertas semejanzas. gica. (H. DELACR0IX, Le long. et
Pueden aclararnos su noción los retra- la pe11séc, 125.)
tos compuestos de GALTON, quien, su-
perponiendo, por ej., las fotografías de V. Idea, 32.
diversos miembros de la familia, obte- D. Por ext. (Liter., Est.): repre-
nía el tipo familiar. sentación concreta destinada a ilustrar
una idea abstracta.
18. La imagen genérica resulta
de una fusión cs¡Jontánca de imá- Sin.: comparación, metáfora, alego-
genes, producida por la repetición ría, símbolo.
de acontecimientos semejantes o 23. Las emociones son, pues,
muy análogos. Consiste en un pro- transportadas por el arte musical
cedimiento de asimilación pasivo. a la esfera de la pura representa-
( ... ) La comparación de Huxley, ción. Se produce una trasposición.
antes citada, con las fotografías No se trata ya de las propias afec-
compuestas, nos dispensa de in- ciones de la voluntad, sino de sus
sistir. (Th. R1eoT, Évol. des idécs sustitutos, sus imágenes, sus sím-
génér., 27, 28.) bolos. (H. DELACR0IX, Psychol. de
l'art, 310.)
19. Las ideas generales de esos
espíritus [los «primitivos»] par- 24. La imagen evocadora crea
ticipan 111ás de la imagen genérica una atmósfera y realiza objetos.
que del concepto. (L. LÉVY-BRUHL, Pone por un instante a la mente
CarnetB, 47.) en presencia de las cosas mismas,
20. El animal tiene ideas gené- y es impresionante el efecto de ver
ricas de los seres y las cosas con cómo por un momento desaparecen
los que se halla en relación (ali- los signos verbales y surgen las
mentos, presas, seres de la misma cosas. (H. DELACROIX, Lang. et pcu-
séc, 464.)
especie, rivales ... ). (P. GUILLAME,
Psychol., 294, P. U. F., 1931.) 25. [A Foch] le gustaba usar
imágenes, que son el medio de
C. En la Pisco!. contempor.: repre- transporte más rápido, si no el
sentación sensible más o menos vaga más seguro, entre dos destellos de
que acompaña al pensamiento, sin que la mente. (P. VALÉRY, Variété IV,
el objeto así representado sea en aí Pléiade, I, 1123.)
mismo pensado, porque el pensamiento
apunta, a través de la imagen, a aque- 26. La imagen habitual detiene
llo de lo que esta imagen es símbolo las fuerzas imng-inantes. La ima-
concreto. gen aprendida en los libros, vigila-
da y criticada por los profesores,
21. nuestra opinión es que las bloquea la imaginación. La imagen
imágenes apenas sirven más que reducida a su forma es un concep-
para representar objetos materia- to poético. (G. BACHE! ARD, Ta 'air et
les, cosas perceptibles por los sen- les songcs, 19.)
tidos. Ya los actos se pintan con
dificultad de la retina de la men- 27. Una imagen literaria es un
te¡ y con mayor razón ocurre así sentido en estado naciente; la pa-
para las condiciones, los proyectos, labrn -la vieja palabra- viene a
las conexiones de tiempo y espacio, recibir en ella una significación
en una palabra, para toda suerte nueva. Pero aun esto no basta; la
de relaciones. ( ... ) Tocio esto equi- imagen lifrrariu debe enriquecerse
vale, pues, n concluir que el pen- con un 011i,-ismo ,rncvo. Significar
samiento es distinto a In vez de la otra cosa y hacer soñar de otro me-
imagen y de In palabra, que es do, tal es la doble función de la
otra cosa, que constituye un ele- imagen literaria. (lbíd., 283.)
mento aparte. (A. BINET y SIMON, 28. El lenguaje evoluciona mu-
IMAGINAClóN 506

cho nuls por sus inuíg-cnes qUC' por dncl deseudu y se imaginan que
su í'sfuí'rzo semántico. ( /bid., 285.) cabe ![Ustur en una realidad el en-
Imaginar. A. Representarse en im:í- canto de un sueño. (llf. PnoURT, TJu
,::-enes ( sentido H) ya sean cosas 1msn- cüté de chcz Swan11, I, 13-14.)
das, ya cosas ausentes o no pe_rce~~i- C. Inventar; concebir oigo nuevo,
blcs a los sentidos. V. lmag111ac1011 V. Imaoiuación creadora.
1·cproduton1. Para distinguir esta acti- 34. El recurso de quienes no
,·idad mcnt.al de la indicada en JI, SAR- imaginan está en contar. (VAUVF~
TRE emplea el neo!. "imnger». Se dis- NARGUES, Réfl. et max., 116.)
tingue de concebir*.
35. Imaginar es fingir, es de-
W. anoto las punzadas de mis cir, crear ficciones ilustradas que
scm~aciones por la curiosidad de ocupen más o menos a nuestros
imag-inarlas cuando el tiempo las ojos el lugar de las cosas. No se
haya borrado. (M. BARRÉS, Un trata, pues, sólo de tener imágenes
hommc libre, 29-30.) y ser más o menos su juguete -en
30. el que imagina el pasado el sentido que Bossuet y los carte-
con g-ran viveza y del que decimos sianos daban al verbo, que para
que se transporta a él, transporta ellos designaba, sobre todo, una de
el pasado al presente y le da siem- las formas de la pasividad huma-
pre nueva forma. Del pasado en si na-, sino, esencialmente, de dár-
mismo no conserva más que una noslas ( ... ), y, para la psicología
nueva capacidad de pensar y de moderna, el verbo designa, sobre
obrar. (L. LAVELLE, en L'cxistcncc, todo, una actividad de la mente.
116-117.) (llf. PRADINES, Tr. do psychol., 111,
31. el acto imaginante es inver- 5.)
so del acto realizante. Si quiero 36. Por la imaginación abando-
imaginar [representarme como rea- namos el curso ordinario de las co-
les] los arabescos ocultos ... (J.-P. sas. Percibir e imaginar son tan
SARTRE, L'imaginairc, 230.) antitéticos como presencia y ausen-
V. Concepto, 5, G; Entendimiento, 3. cia. Imaginar es ausentarse, lan-
zarse hacia una vida nueva. (G.
B. Representarse concretamente co- BACHELARD, L'air et les songcs,
sas irreales, en particular un porvenir 10.)
posible.
Sin.: figurarse, soñar, concebir, con- Imaginario. En sus diferentes acep-
templar. ciones, se opone a real.
32. Que si quiero pensar en una A. Adj. l. En el uso ordinario:
figura de mil ángulos, concibo, en que no existe o no es tal más que en
verdad, que es una figura com- la imaginación. Enfermedad o enfermo
puesta de mil lados, tan fácilmen- imaginario. No es sin. de imaginativo•.
te como concibo que un triángulo 37. Mis personajes imaginarios
es una figura compuesta tan sólo me afectan, me persiguen, o n1ás
de tres lados; pero no puedo ima- bien soy yo quien soy en ellos.
ginarme los mil lados de aquella Cuando escribía el envenenamiento
figura. (Log. de Port-R., I, I, de Emma Bovary, tenía de tal mo-
Hach., 1854.) do el sabor a arsénico en la boca
33. La vida es tan diferente de que me ocasionó dos indigestiones
la que yo había imaginado ... seguidas, dos indigestiones muy
No hay que intentar vivir lo reales, puesto que devolví toda la
que uno había imaginado, dijo Ed- cena. (FLAUBERT, Carta a Taine,
mée. Hay que sacar partido de lo cit. en Do l'intelliy., I, 90.)
que nos es dado. (A. MAUROIS, . 38, No son seres reales, sino
Tcrre promisc, 181.) imaginarios los que ejercen sobre
Imaginarse. Representarse, fundán- el alma la acción más profunda y
dose en datos más o menos válidos, al- duradera. (A. FRANCE, Crainquebi-
go de lo que no se tiene un conocimien- lle ... , 79.)
to directo, principalmente un aconteci- 39. Los refugios imaginarios
miento por venir. (titulo]. ( ... ) Esas construcciones
33 bis. .. .los que viajan para imal{innrias ( ... ) tienen en común
ver con sus propios ojos una ciu- el reemplaza.- una adaptación la-
507 llUAGINAClóN

boriosa por una adaptación fácil. que lleva más lejos que cualquier
(E. MoUNIER, Tr. d11 caracl ., 383- expresión (imaginativa o incluso
384.) conceptual). (H. DuMÉRY, Philoso-
V. Amor, 63; //usióu, 6; Sueño, 28. 7>/iic .de la rcligio11, 11, p. 58, n.
3.)
2. En mat.: «Calificativo aplicado
ni elemento que no puede (o que pa- La imauina.tiva (anti c.). Elipsis de
rece no poder) ser asociado a ninguna la potencia imaginativa.
figuración concreta. Ejemplo: recta Corrr/.: estimativa•, cogitativa•.
imagiHaria» (Diet. des Se.). Así, lo 43. Y, no obstante, cuanto quie-
imaginario matemático no puede ser [ro, tengo la imaginativa
imaginado. tan buena como cualquiera.
Número imaginario. «Número com- (MOLIERE, L'étourdi, 11, XIV.)
plejo cuya porte reo\ es nula. Todo nú- 4'1. La imaginativa, facultad
mero imaginario o imaginario puro animal, es muy diferente de la
puede ser considerado como una de las imaginación. La primera es pasi-
ralees cuadradas de un número real uc- va; la segunda, por el contrario,
gativo. Ejemplo -3 i =- V _9,. activa y creadora. Los niños, los
(Diet. des Se.) débiles mentales, los tímidos, tie-
V. Ntímcro, 9. nen mucha imaginativa. Las gentes
B. Subst. Mundo creado por la ima- despiertas y de mucho ingenio tie-
ginación. El i111a.gi11ario (título de una nen gran imaginación. (J. JoUBERT,
obra de J .-P. SARTRE). Pcnsécs, Didier, 1862, p. 561.)
40. Esta obra tiene por objeto 45. Pero, ¿por qué habláis tan
describir la gran función uirreali- [despacio?
zante» de la conciencia o «ima- ¿Acaso tenéis gota en la imagi-
ginación» y su correlato noemáti- [nativa?
co, el imaginario. (J .-P. SARTRE, (E. RosTAND, Cyrano ... , III, VI.
L'i111agi11aric, 1-1.) Roxana a Christian.)
41. el sueño es la realización 45'. Es la función imaginati-
perfecta de un imaginario cerra- va en el alma como los ojos en el
do; es decir, de un imaginario cuerpo, la de recoger las imágenes
del que ya no podemos salir en mirando; luego está la memoria en
absoluto y del que es imposible to- forma de abertura de vaso, para
mar el menor punto de vista exte- conservarlas; la fantasía, que reú-
rior. (lbíd., 213.) ne y separa aquellos datos aislados
y simples que recibiera la imagi-
Imaginativo. A. Aplicado a perso- nación. (J.-L. VIVES, Tratado del
nas: que tiene una particular facili- a/,na, 40.) Ad. E.
dad para imaginar.
V. Fantasía, 2.
42. La psicología del imagina-
tivo se reduce a una intervención Imagi!'ación. Lat. imagi11atio (= gr.
de los papeles, progresivamente phantasu,,, de donde fantasía•). der. do
creciente: las imágenes se convier- imago (imagen), visión, imagen.
ten cada vez más en estados fuer- A. Facultad de imaginar, en los di-
tes, las percepciones en estados dé- versos sentidos de esta palabra. Es clá-
biles. (Th. RIB0T, Esaai sur l'imag. sico distinguir entre imaginación re-
eréatr., 269.) productora e imaginación creadora.
B. Aplicado a los procesos psíqui- 46. El gozo y la posesión perte-
cos: que es del orden de la imagen (y necen principalmente a la imagi-
no del concepto). Una representación nación. Ella abraza más cálida y
imaginativa. continuamente lo que busca que Jo
que ya tocamos. (M0NTAIGNE, Es-
42 bi.s. Que el lector no confun- sais, III, IX, Pléiade, 1092.)
da sin discernimiento «imaginati-
vo» e «imaginario». La forma ima- 47. la parte de la mente que
ginativa responde a la ohlignción más ayuda en las Matemáticas, es
en que la conciencia se halla de dcrir, la imaginación, es d~ más
«esquematizat'1) sus categorías, clnño que provecho en les especula-
Cuando desempeña correctamente ciones metafísicas. (DESCARTES,
esta obligación, puede ser salvada. Carta 13 nov. 1639, 11, 622.)
No es engañada por la Imagen •i 48, La imaginación no consiste
la utiliza según la intencionalidad, sino en la fuerza que el alma tiene
IM.\GINAClóN 508

ele hacerse irnág-cnes de los obje- espíritus inJ.{cniosos e industriosos


tos, imprimiéndolos, por nsí decir, y, romo co1·olario, caracteres re-
en las fibras de su cerebro. (MA- sueltos y emprendedores.
LEBRANCIIE, Rce/1. de la vér., II, I, Pero también, cuando no cstú
3.) controlada por un despierto senti-
4n. Si la imaginación excita las do rrítico, espíritus quiméricos,
pasiones, éstas, por el vaivén del iluminados y visionarios, caracte-
movirniento de los espíritus, des- res aventureros, faltos de realismo,
piertan ]a imaginación: y cada o al menos de medida y oportuni-
una de estas cosas se alimenta o dad. (M. VERDUN, Le caract. et ses
es producida por el efecto de que es corrél., I, 88.)
causa. (MALEBRANCHE, Tr. de mo1·,, l. Imaginación reproductora o me-
l, XIII, 2.) moria imaginativa: facultad de repre-
50. lmagina-eión. Es esta parte sentarse el pasado bajo formas concre-
falaz en el hombre, señora del tas análo¡ras a la sensación. La espe-
error y de la falsedad, y tanto cie de archivo donde se registran y son
más engañosa porque no lo es consultadas las imágenes del pasado.
siempre; pues sería regla infalible
de verdad si lo fuese, infalible, de 56. Al princ1p10 rev1v1mos,
la mentira. (PASCAL, Pcnsécs, 562- pues, el pasado, creemos en él co-
563.) mo en una realidad presente, lo
imagina,mos; después ya no cree-
51. La imaginación ( ... ) es co- mos en él, conservamos de él tan
mo el nexo interpuesto entre dos sólo la idea o representación, y
naturalezas, una animal, inteligen- eso es recordarlo. Así, la imagina-
te la otra. (M. DE BIRAN, <Euvrcs, ción (reproductora) precede a la
XIII, 97.) memoria propiamente dicha; la en-
52. La razón. La imaginación vuelve y supera, en vez de ser su
es su azafata. (J. JOUBERT, Pcn- derivado y reducirse a ella.
sées, 107.) El verdadero nombre de esta
53. La imaginación no nos ha imaginación sin invención es el de
sido dada, al menos a la mayo- evocación. (L. DUGAS, L'imaginat.,
ría, más que al principio, en la 310.)
juventud; es como una vela aparte 57. La realidad me había de-
que cada uno despliega en su es- cepcionado tantas veces en el curso
quife para salir del puerto, para de nti vida porque, en el momento
hacer esta salida más pronta, más en que la percibía, mi imaginación,
osada (¿habrá que decir más fácil que era el único órgano de que dis-
o más peligrosa?), o simplemente ponía para gozar de la belleza, re-
para adornarlo como un pabellón. sultaba inaplicable en virtud de la
(Ch. SAINT&-BEUVE, Port-Royal, 1, ley fatal que manda que sólo po-
201.) demos imaginar lo ausente. (M.
54. Las personas desprovistas PROUST, Tcm¡,s reir., II, 15.)
de imaginación llaman «locos» a 58. Aun para la duquesa de
quienes la poseen. Guermantes, como para ciertas pá-
Las dotadas de imaginación sue- ginas de Bergotte, su encanto sólo
len calificar de ccvacíos» a quienes me era visible a distancia, y se des-
no la tienen. (Marie BONAPARTE, vanecía cuando me hallaba junto u
Clanes des jours, 36.) ella, porque residia en mi memoria
55. Una imaginación demasia-
y mi imaginación. ( lbíd., 153.)
do pobre carece de soluciones ante 58'. la imaginación no es otra
lo imprevisto. En lo conocido, da cosa que la representación de las
los espíritus toscos, tardos y tor- formas sensibles de los objetos des-
pones, sistemáticamente conformis- pués que se han ausentado de nos-
tas, cuya mentalidad no es sino el otros. (ABENTOFÁIL, El filósofo at<-
reflejo de las ideas comúnmente todidacto, 89.) Ad. E.
aceptadas y las técnicas más tri- 2. rmaginación creadora o inven-
lladas; y, por tanto, también los ción: facultad de representarse obje-
caracteres rutinarios que apenas se tos o acontecimientos que no se han vis-
se.len de los senderos transitados. to nunca, de concebir relaciones aún
Una imaginación viva produce no observadas.
509 IMAGINAClóN

69. La imaginación del mucha- 67. ¡ Sorprendente contradic-


cho bordaba, sobre cuanto hnLín ción! La ciencia humana, esencial-
oido, una multitud de incoherentes mente racional en sus principios y
pensamientos que espantaban el en sus métodos, sólo puede llevar
sueño. (G. DE NERVAI,, Les illum., a cabo sus más notables conquis-
Nicolás, V.) tas mediante bruscos saltos morta-
60. Mi imaginación se encuen- les, en los que entran en juego
tra apagada, y hace falta imagi- esas facultades libres de la pesada
nación, es decir, un cierto gl'ado de cadena de los razonamientos rigu-
actividad y vivacidad en las ideas, rosos que se llaman imaginación,
para tratar cualquier tema, aun el intuición, sutileza mental. (L. DE
más abstracto, (M. DE BIRAN, Jour- BROGLIE, en Méth. dans les se.
11al, mar1,0 1818, 11, 109.) mod., 253, ed. Science et industrie,
1958.)
61. Llamo imaginación a In
facultad de hacer posible .lo que es 68. La falta de imaginación no
intelectual, de dar cuerpo lo que es a veces más que ineptitud para
es espiritu; en una palabra, de dar elegir entre lo real. (J. ROSTAND,
a luz, sin desnnturaliznrlo, lo que Journal d'un caract., 72.)
es de suyo invisi-ble. (J. JoUDERT, 69. El número de hombres do-
Pc11sécs, 61.) tados de verdadera imaginación
62. En cierta ocasión, durante creadora es extremadamente limi-
el primer año en que tuve el ho- tado, y es raro que esta imagina-
nor de ser su preparador, entré ción persista más allá de los trein-
en su laboratorio y procedí a des- ta y cinco años. En general, da
pojarme de la ropa de calle ... «De- sus frutos más brillantes entre los
je, me dijo [Cl. Bernnrd], su ima- veinte y los treinta años; y bas-
ginación junto a su paletó, pero ta como prueba la edad de los
vuelva a ponérsela ni salir.» (P. ganadores del Premlio Nobel de
BERT, Disc. et co11f., 310.) Ciencias, o, más exactamente, la
63. El edificio terminado encie- edad que tenía cuando hicieron el
rra a la imaginación en un círculo descubrimiento que les valió el pre-
y le prohíbe traspasarlo. Acaso lo mio. (LECOMTE DU NoiiY, L'homme
mucho que gusta el boceto de unn clevant la, scie-nce, 84.)
obrn es debido a que cada uno lo 70. al principio de esta empre-
termina a su gusto. (E. DELACROIX, sa [la ciencia]. la razón se no,3
Joun,al, 20 abril 1853.) aparecía menos -como un conoci-
64. Sostengo que existe tam- miento que como una imaginación:
bién una forma de la imaginación la imaginación de lo racional más
creadorn puramente afectiva, cuya que el conocimiento de lo racional.
materia se compone exclusivamen- Ella imagina relaciones constantes
te de estados de alma, disposicio- que hacen las cosas inteligibles
nes, deseos, aspiraciones, Sl•nti- (... ) ; así, lo inteligible es siempre
mientos y emociones de todo tipo y lo que construimos en lo sensible
que es In del compositor genial, In sobre el modelo de un encadena-
del músko nato. (Th. RIBoT, Essai miento imaginado. (M. PRADINES,
sur l'imagi11. créatr., 177.) Tr. ele psychol., 11, 382.)
65. Es la imaginación la que 71. Imaginación crcadol'a dice
inventa, la que facilita a las facul- demasiado, pero imaginación com-
tades racionales su materia, el binadora no dice lo bastante. El
planteamiento e incluso In solución término exacto sería imaginación
de sus problemas. El razonamien- illnovaclora. (E. LE RoY, Pcnséc in-
to no es más que un medio de con- tuit., 11, 101.)
trol y justificación que trnnsfor- 72. La in1aginación, con sus vi-
mn la obrn de In imaginación en vas acciones, nos separa a la vez
consecuencias aceptables y lógicas. del pasado y de la realidad. Mira
( lbfrl., 204.) hacia el porvenir. A la firnción ele
66. Al ser In imaginación co- lo rc·ul, aleccionada por el pasado,
mo un organillo que toen siempre según la descubre la psicología ch,-
un aire distinto ni que ronvicne ... sicn, hay que añadir una fu.nción
(M, PnousT, Du, 1!1it,: ele Guc1·nw11- ele lo i,·r<'ul no menos positiva ( ... J.
tes, 1, 38.) '!'oda enfermedad de In función de
l!IIDtCIL 610

Jo irreal obstaculiza el psiquismo al de los niños de tres a siete años


productor. (,l. DACIIEI.ARD, l'oéli- inclusive. (BINET y SIM0N, eit. por
qne d,• /',•spacc, 16.) A. DARNt, Précis do 1>•11chiatr-ic,
7:l. Su imaginación !la de Do- 831.)
naparte l l'ra extremada, esa im,\-
ginación que es fermento del ge- IMITACióN
nio. (L. lllADELIN, llisr. clrt Co11s11- Imitar. Lat. imitari (de1·. de ima-
lar cr el,· /'Em.p., 111, 90.) no), tratar de reproducir la imagen,
74. La imaginación crea nove- imitar.
listas; la ausencia de ella, sus lec- Obrar, ya consciente e intencionada-
tores. (M. CHAl'ELAN, Lire et éci•., mente, igual que otro; tomar por mo-
29.) delo. Semejar. («El ruido de esn casca•
74'. la realidad auténtica y pri- da imita el del trueno». L1rrnt,)
maria no tiene })Ol' sí figura. Por
eso no cabe Jl:unarla «mundo». 1. No hay arquitecto que pueda
Es un enigma propuesto a nues- decir: «Voy a olvidar cuanto los
tro existir. Encontrarse viviendo hombres han construido». Lo que
es encontrarse irrevocablemente inventase sería bien feo; 0 1 mejor
sumergido en lo enigmático. A dicho, si mantenia con rigor su
este primario y preintelectual enig- promesa, no inventaria nada. ( ... )
ma reacciona el hombre haciendo Quien no imita no inventa. (ALAIN,
funcionar su aparato intelectual, P,·opos, Pléiade, 433.)
que es, sobre todo, imaginación. (J. 2. Porque yo imito. Algunas
ORTEGA y GASSET, lclcas y creen- personas se han escandalizado por
cias, Obras, V, 400.) Ad. E. ello. La pretensión de no imitar
V. Acto, 25; A11a1ogía, 9; Cora.zón, tiene siempre algo de hipocresía,
IG; Ra=ó11, 61. y esconde mal la falta de oficio.
Todo el mundo imita. No todo el
B. En sentido concreto (una ima- mundo lo dice. (L. ARAGON, Les
ginación, imaginaciones) : creación de ¡¡cttx d'Elsa, Pref., XII, en Ro-
la actividad imaginativa de la mente BERT.)
sin ninguna correspondencia con !a
realidad. 3. En modo alguno es falsifi-
75. Pauline. -¡ Imaginaciones!
carse el imitar a aquel que nos
Polyeucte. -Celestes verdades. hubiese gustado ser. (J. RoSTAND,
Journal d'un caract,, 104.)
(C0RNEILLE, Polycuctc, IV, 111.)
76. Uno está lejos, entregado 3'. Saber imitar bien es obra
a todas sus imaginaciones. (Mme. sólo de los grandes hombres. Pa-
DE SÉVIGNÉ, c. de 24 julio 1673.) ra expresar la sublimidad de un
Homero es meneste1· no menos que
76'. Bien sabemos que en altas la grandeza de un Virgilio. Sola-
imaginaciones metidos, muchos han mente Cicerón podrá copiar digna-
perdido el seso; y que de esta ma- mente a un Demóstenes. El que no
nera no podemos meter nuestra al- sepa por sí hacer cosas grandes,
ma en hondos pensamientos sin pe- no espere imitar jamás grande-
ligro de su perdición. (F. PÉIIEZ DE mente. (J.-P. F0RNER, Exequias ele
OLIVA, Diálogo de la dig11itlacl del la /e11gua castellana, 74.) Ad. E.
hon,bre, 40.) Ad. E.
Imitación. Lat. imitatio.
IMBtCIL. Lat. ;mbecillus, débil (de A. En sentido abstracto: acción de
cuerpo y, por ext., de espíritu.) imitar.
A. En el primitivo sentido latino
(antic.) : débil. El sexo imbécil =el 4. Sé que todas esas virtudes
por imitación son virtudes de mo-
sexo débil. no, y que una buena acción sólo es
D. En sentido usual: carente de in- moralmente buena cuando la hace-
teligencia. mos como tal, y no J>orque otros
C- En psiquiatría: afectado de re- la hacen. Pero, a una edad en la
traso mental. La imbecilidad está si- que el corazón aún no siente nada,
tuada entre la debilidad• mental y la es necesario hacer que los niños
idiocia*. imiten los actos cuyo hábito que-
(... ) es imbécil todo sujeto cuyo remos que adquieran, en espera de
desarrollo intelectual corresponde que puedan hacerlos por discerni-
511 IMPERATIVO
miento y amor al bien. (RoUSSEAU, panza... (SAINT-EXUPÉRY, Terre
Émilc, II, 08.) des liommcs, 145.)
5. una sociedad es un grupo de B. Por anal.: encuentro de dos o
personas que presentan entre sí más fuerzas de orden moral. Punto de
multitud de semejanzas, producto impacto: aquel sobre el que una de esas
de la imitación o de la, contraimi/a.. fuerzas ejerce su principal acción.
ción. Porque los hombres se con- 3. Hegel ha ignorado la reali-
traimitan mucho, sobre todo cuando dad de ese impacto de la libre ini-
no tienen ni la modestia de imitar ciativa humana sobre la historia
pura y simplemente ni la fuerza humana. (J. MARITAIN, Pour une
de inventar; y, al contraimitar- pl,ilos. de l'hist., 40.)
se, es decir, al hacer o decir pre- 4. Hacer comprender la impor-
cisamente lo que a su alrededor tancia, los impactos y la utilidad
se hace o se dice, van semejándose de la historia, de la ciencia, de la
cndn vez más. (G. TARDE, Lois do filosofía, de las artes en el mundo
l'i111it.', Pref., XII.) de hoy. Mostrar cómo esas influen-
G. La imitación inserta en las cias actúan sobre amplias colectí-
corrientes de la moda no es, pues, vidades de trabajadores y consumi-
más que un débil torrente al gran dores. (G. FRIEDMANN, Travail en
rlo de la costumbre. (lbíd., 266.) miettes, 240.)
7. A menudo (... ) hay bajo la 5. Podemos, no obstante, admi-
imitación razones fugitivas que ha- tir que el judaísmo del que San
cen que no sea estrictamente auto. Pablo toma sus conceptos había
mática. Se trata miís de sugestión sufrido ya el impacto del pensa-
que de ecopraxia. Alguien tose de- miento griego. (H. CoRNÉLIS y
lante de mí; su tos me hace fijar A. LÉONARD, La, gnose éten,elle,
la atención en el picor de mi gar- 20.)
ganta, y al cabo de un momento 6. es imposible representarse el
toso también. (H. DELACR0IX, J. c,punto de impacto» entre lo social
de Ps¡¡chol., XVIII (1921), 114.) y lo individual. (J.-Cl. FILLOt:X.
8. Leyes de la imitación... Le- La personna,l., 55.)
yes del miedo, las llamo yo. Por 7. la extensión de los diversos
miedo a encontrarnos solos, no nos capítulos de esta obra no guard:i
encontramos de ningún modo. Es- relación con la importancia que en
ta agorafobia me es odiosa; es la sí tienen los diversos sistemas exa-
peor de las cobardías. Sólo se in- minados, sino más bien con la Je
venta estando solo. (A. GIDE, L'in- su impacto en el pensamiento con-
moraliste, <Euvres, II, 161.) temporáneo. (J. MARITAIN, La ¡,hi-
los • .,,orale, I, 10.)
B. En sentido concreto (princip. en
término de arte) : objetos que repro- IMPERATIVO. Lat. in,pcrativus
ducen modelos de un valor particular. der. de imperare (mandar). '
Vender imitaciones de muebles anti-
guos. A. Adj. Que expresa una orden.
Gesto imperativo.
IMPACTO. Del lat. impactus, part. l. Todo mandato imperativo es
de impa,ngerc (introducir en). nulo. (Constitución fr. de 1958, tí-
A. Prop. (Fís.) : choque de dos cuer- tulo IV, Del Parlamento, Art. 27.)
pos. Punto de impacto: lugar alcan- B. Subst. l. Gram.: modo que ex-
zado por un proyectil. presa mandato.
l. protones provinientes del hi- 2. Princip. en Mor.: proposición que
drógeno de un trozo de parafina tiene formn de mandato o esto manda-
eran alcanzados por su impacto to mismo.
[el de la radiación del berilo] y Sin.: deber, obligación.
expulsados a g1·an velocidad. (L. 2. El espíritu militar, nutrido
LEPRINCE-RINGUET, Des alomes et de imperativos, se asombra de las
des hommes, 28.) fintas a que se ve obligado el po-
2. En el punto de impacto, un lítico. (Ch. DEJ GAULLE, Le fil do
surco en la arena semeja la huella l"épée, 136.)
de un arndo. El avión, en vez de 3. tenemos que evolucionar rá-
volcar, se ha deslizado sob1·0 su pidamente en todos los campos. A
IMPI,IC,\ClóN 512

este imperativo corresponde el ella el deber sin destruirla. (J, LA-


gusto por el progreso y la pasión cnorx, Se11s ,le l'uth. moti., 95.)
del éxito. (Ch. DE GAUl,LE, Disc. del 8'. de la misma manera que hi-
4 sept. 1958.) cieron los griegos del ser lo único
4. Los impc1,ativos económicos y de In belleza una norma o mo-
franceses concuerdan pe11'ectamcn- delo general, va a encontrar Kant
te con los de la política norteame- la bondad, la perfección moral en
ricana. (J. FAUmT, La 11'' Rr¡m- un imperativo genérico y abstrac-
bliq11<, 118.) to.
5. La biología ( ... ) podría dic- No, no; el deber no es único y
tar tan sólo imperativos condicio- genérico. Cada cual traemos el
nales. Si In humanidad desea pro- nuestro inalienable y exclusivo.
~-rcsar genéticamente, debe recu- Parn regir mi conducta, Kant me
rrir a una selección reproductora. ofrece un criterio: que quiera siem-
Pero ¿debe querer tal progreso pre lo que otro cualquiera puede
cuando hay que pagarlo a ese pre- querer. Pero esto vacía el ideal, lo
cio? En semejante debate ( ... ) el conviel'te en un mascarón juridico
biólogo sentirá escrúpulos para y en una careta de facciones mos-
pronunciarse. (J. RosTAND, Hérécli- trencas. Yo no puedo querer ple-
té et racisme, 55-56.) namente sino lo que en mi brota
5'. Esta situación del filósofo, como apetencia de toda mi indivi-
que va aneja a su extremo heroís- dual persona. (J. ORTEGA Y GASSET,
mo intelectual y que sería tan in- Co,ifesiones de «El Espectador»,
cómoda si no le llevase a ella su Obras, 11, 38.) Ad. E,
inevitable vocación, impone a su lmplcción significativa. (HUSSERL).
pensamiento lo que llamo impera- Ad. E.
tivo de aztt.on01nía.. Significa este Hay dos maneras de entender: el
principio metódico la renuncia a simple entender la expresión o el con-
apoyarse en nada anterior a la fi- cepto, a lo cual HUSSERL llama pensa--
losofía misma que se vaya hacien- 1nie11to sitnbólico o inten.ció>i. significa-
do y el compromiso de no partir tiva,, y el representarse intuitivamente
de verdades supuestas. (J. ORTEflA la significación del concepto, a lo que
Y GASSET, ¿Qué es filosofía?, 111.) llama pensam,iento intuitivo o imple-
Ad. E. ción significa,tiva.
V . .llora/, 21, 41.
Imperativo categórico (KANT). Orden IMPLICACIÓN
que la razón práctica se da a sí misma Implicar. Lat. implicare, comp. de
y que no está subordinado a ninguna plicare (plegar), prec. del pref. in
condición. Categórico* se opone a hipo- (dentro de) : envolver,
tético o condicional; en particular, el Co11tr.: explicare, V. Explicar.
acto exigido por un imperativo ca- A. Atribuir a alguien un cierto pa-
tegórico se impone por sí mismo, co- pel en un asunto. V. Implicación A.
mo fin, y no como medio para obtener
un fin. B. Lóg. Contener virtualmente. Aca-
rrear necesariamente.
6. No hay, pues, más que un
imperativo categórico, y es éste: l. Leibniz admite que (... ) to-
Obra e:rclu.sivamente según aque- da propiedad deducida se hallaba
lla máxima que hace que puedas implicada en la idea de In que es
quer<>r al niismo tiempo, qrte Bt~ deducida. (E. G0DLOT, Tr, <le log,,
conviert<1. en ley u11iversaJ. (KAN'r, 135.)
Foml. de la métaph. des moeurs, Implícito. Que, sin ser explícito, es
11.) decir, expresado directamente, se halla,
7. el carácter esencial ( ... ) de no obstante, supuesto a contenido en
la obligación no es el de ser un otra cosa: p1·oposición impllcita, acti-
imperativo categórico, sino el de tud, hecho observable... Ciertos silen-
ser un imperativo reflexivo. (l\f. cios constituyen una aceptación implí-
PRADINES, Pri>1c. ele toute philoH. cita de lo que se dice,
ele /'actúm, 287.) Implicación, Lnt. implicatio, entre-
8. sin duda, el imperativo ca- lazamiento.
tegórico no expresa toda la mora- A. Acción por In que se atribuye a
lidad; pero no cabe expulsar de alguien un cierto papel en un asunto,
513 ll\lPRESlóN

principalmente en algo delictico o cri- en un cierto medio social, aparte de lo


minal. Estado de quien se halla así im- que esa palabra o expresión designa li-
plicado. teralmente•. (LALANDE, Voc.).
B. Lóg. Relación por la que una co- Impresas (Especies--). V. Jutelrc-
sa es inseparable de otra, de suerte que lo.
la realidad de la primera hace conocer
con certidumbre la de la segunda. IMPitESlóN. Lat. imprrssio: ac-
ción o resultado de la acción de impri-
2. El principio de In inferencia, mir (imprimere), es decir, de oprimir
su mecanismo, reside en la i111pli- (prcmcre) sobre o en (in). La impre-
cació11, en el hecho de que si pen- sión del sello en la cera.
samos como dado un cierto fenó-
meno, tendremos, en consecuencia, A. En la psicol. de la sensación. l.
que pensar como dado tal otro. (Eu. Estríe.: modificación producida por el
CLAPAREDE, Gm,esc de /'/1y1,otl1., excitante* en una terminación nervio-
101-102.) sa.
3. la implicación es una rela- 2. En sentido amplio: sin. de sensa-
ción necesaria que se establece des- ción. Impresión visual, táetil...
de el primer momento entre dos fe- Sin.: excitación*, estímulo.
nómenos que aparecen juntos; y l. la i1npresión sensible, deter-
esta relación es destruida cuando minada en nosotros por la exci-
la experiencia disocia los elemen- tación de agentes apropiados en la
tos que al principio se presentaban extremidad de los nervios dispues-
reunidos, mostrando que tal re- tos para recibirla (... ) define, pues,
unión carece ya de valor funcio- un estado próximo, sin duda, a la
nal. percepción, pero que la desborda
En resumen, lo que distingue a y, desde otro punto de vista, es
la implicación de la simple asocia- por ella desbordado. (M. PRADL,_ES,
ción es que esta última se halla do- Tr. de p81Jchol., 1, 400.)
minada por la noción de repetición 2. De un modo general, las im-
mecánica (... ) en tanto que en la presiones visuales dominan sobre
implicación domina la noción de las vagas y débiles impresiones ci-
adecuación. (lbíd., 103.) nestésicas. Incluso cuando están
lmplú,aci6n-fu1ul.a,mentació1t (en Hus- ausentes, se imponen y sigo bus-
SERL). Ad. E. cándolas: sólo ellas pueden servir
Dos cosas están unidas por iinplica- de reguladoras: ( ... ) la retención
cióH cuando la una incluye a la otra, y la protensión retienen y antici-
por ejemplo, en el juicio «todos los pan las fases desaparecidas y fu-
cuerpos son extensos», cuerpo y exten- turas del movimiento bajo el as-
sión se implican. pecto que hubiesen tenido de ha-
Dos cosas están unidas por f1111da- berlas yo percibido por los órganos
mentación (ORTEGA emplea la palabra de la visión ( ... ) : toda retención
complicación) cuando no se contienen es aqui a la vez conversión de lo
mutuamente. Esta puede ser reversi- cinestésico en visual. (J.-P. SAR-
TRE, Lºimaginairc, 103.)
ble, si ambas cosas se fundamentan
mutuamente (por ejemplo, derecha e B. En la psicología de la concien-
izquierda) o irreversible si una de ellas cia: sin. de sentimiento, en las diver-
exige a la otra, pero no viceversa (por sas acepciones de la palabra: cognosci-
ejemplo, el color exige la extensión, pe- tiva (tener la impresión de que) y afec-
ro no al revés). tiva (hallarse bajo la impresión de).
Tener una buena, una mala impresión;
V. Juicios a11alíticos y sintéticos «a causar impresión; impresiones de via-
priori» en HUSSERL. je.
lmport. Ingl., importación, mercan- 3. Nos gustan los libros que
cía importada. nos placen sin preocuparnos de
Corre/.: export. Se empican juntos clasificaciones y doctrinas, y con-
pa1'a desjgnar el comercio intel'naeio- viniendo con nosotros mismos en
nal: import-export. que nuestra impresión de hoy no
Fil. uTérmino inglés que sería útil comprometen, la de mañana. (J.
introducir en el len~'11aje de In lógica: I.Ell.\!Tlm, Co11tc111por., II, 85.)
conjunto de las ideas o sentimientos •1. el hombre de impresiones, el
que una palabra o expresión despierta que no pretende nada, no se pro-
JJ. Dic:cionario del l.t·11gu.iJ1• Filr,.,fificu.
IMPULSO

nuncia sobre nada ni se cree segu- rienrio, se transforma en rríti-


ro de nada, si no es de la atracción cn 11irnprrsioniHla"· (l•"'r. PAULIIAN,
que experimenta y del placer que A11alystes et es¡,rit,s s1111th., 68.)
saborea. (0. GRÉARD, Recepción de 8. impreeionismo y dogmatis-
J. Lemaitre en la Ac. fr.) mo no se oponen en cuanto al pro-
6. La impresión es para el es- blema esencial de la existencia de
critor lo que la experimentación los valores estéticos, sino tan súlo
para el sabio, con la diferencia de en la cuestión de su generaliza-
que en el sabio el trabajo de la in- ción. Ambos juzgan; pero para el
te~igencia es anterior y en el escri- critico impresionista esos juicios o
tor viene después. (M. PR0UST, Le valores son puramente personales,
tc-mps rctr., ll, 26.) mientras que el dogmático estima
6. Cuando vuelvo a pensar en que son y deben ser comunes a él
ese día, sólo hallo en mi una gran y a muchos otros hombres, cuando
impresión vaga y recuerdos entre- no a todos. (Ch. LAw, Jntrod. á
cortados. (J. GUÉHENNO, Joun,al l'esth., 2.' ed., 200.)
d',m h. de 40 ª""·• 38.) 9. el impresionismo fue menos
6'. es necesario tratar las co- una reacción contra el dogmatismo
sas con arreglo a lo que son, no a del gusto que contra el aparato
lo que nos afectan; la verdad no científico y erudito del naturalis-
está esencialmente en nuestras im- mo moderno. (lbfd., 203.)
presiones, sino en los objetos; 10. En el impresionismo es la
cuando aquéllas nos ponen en des- sensación-emoción en su instant~
acuerdo con éstos, nos erlravían. neídad Jo que constituye el valor
(J. BALMES, El criterw, 222.) Ad. E. estético; en el intelectualismo es
6". :rtlala obra escultórica será la idea lo que se hace transparen-
aquella en que el juego de los volú- te a través de Jo sensible hasta ha-
menes no se presente por tal ma- cérnoslo olvidar. Tal es, en parti-
nera modulado que el ojo no pue- cular, la concepción de lo bello en
da en ningún punto detenerse en el platonismo. (L. LAVELLE, Tr. des
impresión alguna de discontinui- va;leurs, II, 304.)
dad: de Jo que llamaríamos, en si-
mil sacado de la composición lite- IMPULSO
raria, aun punto y aparte». (E. Impulso. Lat. impulsus, part. pa-
n'ORS, Tres lecciones en el M. del sado de impeliere, empujar, impulsar.
Prado, 92.) Ad. E. Psícol. Fuerza psíquica que lleva a la
6m. Impresión no es la designa- acción. Su exceso constituye la impul-
ción de un objeto sentido, sino que sividad•; su defecto, la abulia•. V.
es la designación del modo como Pulaión.
algo es sentido. Impresión no sólo Sin.: impulsión, tendencia, inclina.
no es algo subjetivo, esto es, algo ción, atracción, instinto, pulsión, exci·
que no tiene ni más carácter ni tación.
más término que el del sujeto, si- Contr.: inhibición.
no que, por el contrario, impre-
sión es la manera de estar abier- l. El impulso mórbido es, en el
tos a algo que no es subjetivo, a terreno de la actividad voluntaria,
Jo sentido mismo. En la impresión la tendencia imperiosa, con fre-
me es «impresivamente» presente cuencia incluso irresistible, a la
algo qne en si mismo no es impre- vuelta hacía el puro reflejo. (E.
RÉGIS, Préds de p81Jchiatrie, 6.ª
sión. (X. ZUBIRI, Sobre la esencia,
414-415.) Ad. E.
ed., 165.)
2. Todo impulso es fuerte no
Impresionismo. Teoría o método de sólo con su propia fuerza, sino
los artistas, escritores y críticos llama.- con la debilidad de los impulsos
dos impresionistas porque se gnlan o antagónicos. (E. MoUNIER, Tr. dit
pretenden guiarse por sus impresiones carcu:t., 66.)
inmediatas, sin recurrir a la reflexión
o normas abstractas_ El impresionismo V. Gratuito, 12; lllstit1to, 1; Ob.,-
de MA."iET, de los GoscoURT. La crítica sión, 8; Su.yesti6r1, 7.
impresionista. lmpuleivo_ Lat. impulsivus.
7. La crítica sin principios es- Psicol. Que sigue, sin resistencia ni
trictos, la más imparcial en apa- reflexión, la impresiún del momt:'nto.
616 IMPUTABILIDAD

Sin.: incflcxivo, caprichoso, arreba- v. putarc, contar, estimar, pensar, y el


tado, violento. pref. in): poner en cuenta.
3. Vivir en el puro presente, Poner en la cuenta, ya sea en una
responder a cada excitación por cuenta determinada, ya en la cuenta de
una reacción inmediata que la pro- alguien o de algo.
longa, es propio de un animal infe- A. Prop. (derecho y finanzas); ins·
rior: el hombre que así procede es cribir en una determinada cuenta. Im-
un impulsivo. (H. BERGSON, Mat. et putar una factura o un gasto a tal ca-
mén,., 170.) pítulo del presupuesto.
4. En apariencia emprendedor B. Fig.: poner algo a la cuenta de
( ... ),el impulsivo es en realidad un alguien, es decir, atribuirle la propie-
dócil; extremadamente sugestiona- dad, el mérito o demérito, la responsa-
ble, como ha mostrado J anet, sue- bilidad de ello; o, por anal., poner en la
le ser notable imitador del próji- cuenta de algo, es decir, atribuirle la
mo, fácilmente supersticioso, in- causa (imputar la subida de los precios
fluenciable y débil de carácter. Só- a la sequía).
lo él no se da cuenta de que las
afirmaciones que hace con tanta Imputación. Acto de imputar, es de-
seguridad, las órdenes que da con cir, de poner algo a la cuenta de al-
aire tan categórico, acaba de re- guien, en particular de hacerle respon-
cogerlas entre quienes le rodean ... sable de ello. En sentido concreto:
(E. MOUNIER, Tr. du caract., 431.) aquello mismo que es imputado (impu-
taciones calumniosas).
Impulso vital. En BERGSON ( élan vi-
tal): fuerza primitivamente homogé- Imputable. Que puede ser imputado
nea que se ha orientado en múltiples a alguien, es decir, puesto a su cuen-
direcciones divergentes (vida vegetati- ta; aquello de lo que puede hacérsele
va, instinto, inteligencia), pero que, ba- responsable.
jo sus formas diversificadas, conserva Imputabilidad. Carácter de lo que
algo de su realidad primera. puede ser imputado a alguno o de aque!
l. El impulso vital de que ha- a quien algo puede ser imputado.
blamos consiste, en suma, en una Sin.: responsabilidad. Pero la impu-
existencia de creación. No puede tabilidad apunta directamente al acto,
crear de un modo ·absoluto, porque e indirectamente al agente; por el con-
encuentra ante sí la materia, es trario, la responsabilidad concierne di-
decir, el movimiento inverso al su- rectamente al agente, e indirectamente
yo. Pero se apodera de esa mate- al acto. La imputabilidad es una no-
ria, que es la necesidad misma, y ción jurídiea; la responsabilidad, una
tiende a introducir en ella la ma- noción psicológica y moral. En ciertos
yor suma posible de indetermina- casos, imputabilidad es sinónimo de
ción. (H. BERGSON, Évol. cr., 252.) responsabilidad legal.
2. Si, en su contacto con la (... ) el psicoanálisis, la psicolo-
materia, la vida es comparable a gía de la moralidad, nos han mos-
un impulso, considerada en si mis- trado, en primer lugar, que la vida
ma es una inmensidad de virtuali- espiritual no siempre, ni mucho
dad, una mutua invasión de mil y menos, se desarrolla en forma de
mil tendencias que no serán, no c<debate» discursivo, como acontece
obstante, «mil y mil» sino una vez en los autos sacramentales; pero
exteriorizadas las unas por rela- que esto no empece a la libertad y
ción a las otras, es decir, espacia- la imputabilidad. El hombre sabe
lizadas. El contacto con la materia manejar con gran destreza su sub-
decide de tal disociación. (lbíd., consciente, remitir allí lo que no
269.) quiere «ver», no preguntarse de-
3. la ciencia está más lejos que masiado, no cobrar conciencia de lo
nunca de una explicación físico- que no le conviene, producir previa-
química de la vida. Es lo que en mente una oscuridad en el alma
un principio constatúbamos al ha- para no poder advertir lue¡,:o lo que
blar de un «impulso vital». (H. allí ocurre ... (J.-L. ARANGU!l;;N,
BERGSON, Deux SOUTCCB, llü.) Ética, 183.) Ad. E.
l>1. Pref. tomado del lat. y que indi-
IMPUTABILIDAD ca: 1. 0 g-eneralmente, la ausencia de
Imputar. Lat. imputare (comp. del una cosa (inatención, indecisión) ; in
INCLINAClóN 61G

privativo corrcsp, ni alfa privativo del Pierre J ANE1' parn designar el es lado
griego (i11fructuoso = a.karpos; inde- de profunda insnlisfacl'ión, de rndical
finido = aoristo) ; insuficiencia, de que sufren los psi-
2.0 en ciertos casos (in locativo), pre- casténicos.
sencia en (incorporado), movimiento Estos enfermos, predispuestos al
hacia o contra (inclinación, inducción, alcoholismo, poseen siemp1·e en al-
insulto). to grado los sentimientos de in-
Incertidumbre. (Relaciones de). V. completud que causan la depre-
Rrlaci6n E. sión: sentimientos de inquietud, de
hastio, de vacio, de sueño, de mie-
INCLINACióN. Lat. inclinati.o, der. do, de incapacidad, de falso reco-
de inclinare (doblar hacia, inclinar). nocimiento, de falta de interés, de
Psicol. Disposición afectiva que lle- desorientación, de despcrsonaliza-
va hacia algo, pero sobre todo hacia eión, de peligro, de muerte, etc. (P.
personas. JANET, Médicatio11s p•ychol., 2.• ed.
III, 349.)
Sin.: tendencia, afecto, sentimiento,
deseo. V. Inquietud, l.
l. ... esta palabra significa pro- Inconmensurable. V. Jllcclula.
piamente la acción del cuerpo INDEFINIDO. Lat. indefinitus, in-
cuando hacemos una reverencia definido, vago.
por respeto, o la de la cabeza que
bajamos por cortesía ante los in- A. Por op. a definido*: que per-
feriores. manece indeterminado, no especificado.
Pronombre, pretérito indefinidos.
Figuradamente, la inclinación Sin.: indeterminado*.
no es más que un deseo habi-
tual por determinada cosa; o, si V. Cl!l1'tiduntbre, 3; Infinito, 5.
su objeto son las personas, un de- B. Por op. a finito*: que, aun sien-
seo que tan sólo difiere del amor do finito, es susceptible de aumentos
en ser menos vivo. (CoNDILLAC, ilimitados. Progreso indefinido. Y así
Sy11., III, 329.) indefinidamente.
2. No quiero forzar tu inclina- C. Por op. a infinito*: que sólo es
ción. ( ... ) No puede haber matri- infinito desde un cierto punto de vista,
monio feliz donde no existe incli- porque no podemos alcanzar su fin.
nación. (MOLIERE, L'avare, IV, 111, l. no hay ·nada que yo llame
Harpagon a Cléante.) propiamente infinito, si no es aque-
3. U nos tienen inclinación a llo a lo que por ninguna parte en-
las armas, o por las armas, otros cuentro límites, y en este sentido
al estudio; los unos a la virtud, los sólo Dios es infinito. Pero aquellas
otros a la vida desordenada. Nun- cosas a las que sólo bajo cierto as-
ca se triunfa cuando se fuerza la pecto no veo fin, como la exten-
propia inclinación. (Dict. de Tré- sión de los espacios imaginarios, la
voux.) multitud de los números, la divisi-
bilidad de las partes de la cantidad
4. fueron a las cosas dadas y cosas semejantes, las llamo i11-
sus potencias para que con ellos clcfi1lida8, y no fofinitas, porque
busquen su perfección, y estarían no carecen por todas partes de fin
en ocio todas si no tuviesen dentro y limites. (DESCARTES, Prem. rép.,
de sí alguna incitación que las mo- IX, A, 89-90.)
viese. Esta incitación o apetito es
a las veces sin conocimiento algu- 2. No teniendo ninguna razón
no, como el apetito que tienen to- para probar, e incluso no pudien-
das las cosas de ser, y los elemen- do concebir que el mundo tenga lí-
tos de colocarse en sus lugares y mites, lo llamo ·indefinido. Pero no
obrar según su naturaleza. Esta por eso puedo negar que acaso ten-
tal manera de apetito se llama na- ga limites conocidos de Dios, aun-
tural inclinación. (F. PflnEZ DE que me sean incomprensibles: por
OLIVA, Diálogo de la dignidad del eso digo de modo absoluto que sea
hombre, 79.) Ad. E. infinito. (DESCARTES, Carta 6 junio
1647, V, 51-62.)
INCOMPLETUD. (Sentimiento de--). 3. todo cuerpo puede ser dividi-
Término (illcomplétude) creado por do en plll'tes infinitamente peque-
517 INDIFERENCIA

ñns. No pl'ctcndo determinar si su falso egoísta, un falso mudo. (H.-


número es o no infinito, pero al F. AMIEL, Journa,/, lnt., 26 enero
menos es cierto que respecto a 1855.)
nuestro conocimiento es indefinido. 4. Haber pasado la vida en for-
(DESCARTES, Le mo11do, 111: <Eu- jarse una coraza, en blindarse de
vrcs, XI, 12.) indiferencia, para llegar a ser tan
«Indefinitudn. Cal'ácter de lo que es vulnerable. ( lbíd., 12 sept. 1861.)
indefinido. 6. Hay una indiferencia aten-
ta que hace menos daño y resulta
4. Es la propia eternidad lo que más considerada que un afecto de-
está en el origen de la indeíinitud masiado acuciante e indiscreto. (L.
del cspncio, como de la del tiempo; LAVELLE, Conduite a l'égard d'au-
y ambas indefinitudes son insepa- trui, 115.)
rables. (V. LAVELLE, Du temps et
ele l'étcrnité, 418.) 6. «Egoísta» e «indiferente» se
emplean a menudo como sinónimos
ln-<lcr-Wclt-sci11. Alem,: ser-en-el- para el hombre al que se reprocha
mundo. ser incapaz de amar. Pero esa in-
Término que expresa que el ser do- diferencia es falsa. No amar a los
tado de conciencia se halla esencial- demás es amarse demasiado a sí
mente inmerso en un medio físico y so- mismo. (J. GRENIER, en L'e:z:isten-
cial con el que sostiene relaciones re- ce, 91.)
cíprocas de determinación. Utilizado, 7. la indiferencia no es sino
sobre todo, por HEIDEGGER. la sombra que da un afecto.
(... ) un vicio radical del método (lbíd., 98.)
analítico en ,biología: al referirse 8. los EAP [emotivos-activos-
a partes o mecanismos aislados de primarios) engañan con la cordia-
su co11texto vita,/, pierde toda rela- lidad que a los cuatro vientos dis-
ción con la realidad auténtica del tribuyen: su egoísmo de «buen chi-
animal en su 111-der-Welt-sein. (L. co» es una confesión de indiferen-
BOUNOURE, Déterm. et fin., 250.) cia; expresa su desprecio en la
propia inflación de sus sonrisas.
INDIFERENCIA. Lat, indiffere11tia (E. MoUNIER, Tr. du caract., 509.)
(v. Diferencia). Mismas acepciones que 8'. si la vida es ocupación pre-
en esp. Además, sinonimia. ocupativa, ocupación de una vida
A. Psicol. l. Disposición de quien que está preocupada, entonces dl-
se halla en estado de completa neutra- remos que, por esencia, la vida es
lidad afectiva con respecto a otro o n no-indiferencia. La vida no es in-
los demás en general: en partic., que diferente; a la vida no le es indi-
ferente ser o no ser; no le es in-
es insensible a lo que de feliz o desgra- diferente ser esto o aquello. (M.
ciado acontezca a sus semejantes. GARCÍA MORENTE, Ensayos, 216.)
Sin.: insensibilidad. Ad. E.
l. Mal curado está el amor V. Caridad, 7.
[cuando lo está por el odio; 2. Estado de alma de quien, entre
la indiferencia es más segura. las diversas tesis enfrentadas o las
A diario se vuelve al amor varias posibilidades consideradas, per-
[desde el odio, manece intelectual y afectivamente
mas de la indiferencia se torna neutro, sin preferencia ni interés par-
[a duras penas. ticular.
(ConNf:11,I.E, cit. en Dict. ele Tré- 9. En la total indiferencia no
voux.) sería posible ninguna evocación de
1·ecue1"dos, pol'que todas lo sel'ian
2. Si vemos con indifel'encia igualmente. El hombre sin pasado
las desgracins del pl'ójimo, no es seria aquel cuya existencia actual
de extt'añar que miremos las pro- no estuviese dominada por ning-ún
pias sin compasión. (Cab. DE Mlel- interés particular¡ sería, ante to-
llÉ, Réf. mor., 214.) do y a la vez, el hombl'e sin pl'e-
3. Eres tierno, amoroso, iivi<lo sente. (G. GusnOJtF, ,1/émoirc et
de simpatía, 1rn1·0 por timidez pc1·s., 11, 357.)
adoptas lt1 m1ísc11ra ele lu in,life- V'. S6lo odiamos, lo mismo que
rcncia; ('J'es un falso estoico, un sólo mnamos, lo que en algo, de
1:0-:ll\\"IDUO 618

unn o rlc otra mnncrn, se nos pn- re lan sólo lo que Dios le ha~ que-
N'Ct:'; lo absolutamente contrario o rer por su hechizo: no tiene ya de-
en absoluto diferente de nosotros seos por su propio interés y tan
no nos merece ni amor ni odio, si- sl>lo nmn n Dios en todo cuanto
no indiferencia. (M. DE UNAMUN0, ama. Quiere todo para Dios y na-
Sobrr la sol,c.-bia, Obras escogidas, dn para ella. Ni siquiera quiere
245.) Ad. E. su salvación como recompensa, si-
V. Absoluto, 5; Afecto, 22; Interés, no como voluntad de Dios. (Dict. de
29; Tofr,·ancia., 3, 4. Trévou:r.)
3. Estado de quien, sin ser efecti- 14. La indiferencia respecto a
vamente neutro, es decir, aun experi- todos los acontecimientos no es si-
mentando placeres y dolores que orde- no el efecto de su desproporción
nan sus preferencias, no quiere esto con ese amor a lo infinito que se
m:is que aquello y permanece en una halla en el fondo de nuestra alma
neutralidad volitiva. V. Libei·tad de in- y que ningún objeto finito es capaz
diferencia. de retener, (L. LAVELLE, L'erreur
do Narc., 112.)
B. Relig. y amor. l. Estado del
que permanece e.xtraño a toda preocu- INDIVIDUO
pación de orden moral o religioso. En- Individuo. Lat. individuus, que no
sayo sobre la útdifercrwia en 1natcria está (in) dividido o no es divisible
de religión (título de una obra de LA- (diviáuus, der. de dividcrc, dividir).
ME:SNAIS).
Todo ser concreto que forma un to-
2. En el extremo opuesto: estallo do reconocible.
de quien, dedicado únicamente al de- A. Biol. Ser vivo cuyas partes es-
ber, al bien o a Dios, no tiene prefe- tán tan estrechamente coordinadas que
rencia en cuanto al resto. Si esta in- no puede ser dividido sin ser destruido.
diferencia es de pura voluntad (A 3), Es noción de sentido común y no cien-
tenemos la resignación; si se extiende tífica.
a las potencias afectivas, llegamos al
amor puro o (<Santa indiferencia» de l. Un cristal no es un indivi-
los místicos. duo, porque es, acaso indefinida-
mente, divisible en cristales seme-
10. La resignación prefiere la jantes actualmente existentes. (E.
voluntad de Dios a todas las co- Bouraoux, De la contingence ... ,
sas, pero no deja de amar n1uchas 20. • ed., 80.)
otras cosas, aparte la voluni:.o.d de
Dios. Por ello la indiferencia está 2. será un individuo todo cuer-
por encima de la resignación, por- po vivo anatómicamente aislado y
que no ama nada sino por amor a funcionalmente autónomo. (E. RA-
la voluntad de Dios, de tal modo BAUD, Phén. social et soc. anim.,
que cosa alguna conmueve al cora- 24.)
zón indiferente en presencia de la 2'. La vida no se puede atomi-
voluntad de Dios. (Fr. DE SALES, zar. El «átomo» vital es precisa-
Tr. de l'amour de Dieu, IX, IV.) mente el individuo. Ambos térmi-
11. La resignación se distingue, nos encierran una sabia amonesta•
en mi opinión, de la indiferencia en ción para que no dividamos lo in-
que tiene deseos propios, aunque divisible. El hecho de que el cuerpo
físico tolere su división en unida-
sometidos. La indiferencia es una des independientes -los átomos--
voluntad positiva y formal que demuestra simplemente que el cuer-
nos hace querer o desear real- po físico no es un individuo; pero
mente toda voluntad de Dios que no asegura que acontezca lo mis-
nos es -conocida. (FÉNELON, CEu- mo con el cuerpo vivo. (J. ORTEGA
vres, Paria, 1861, II, ó5.) Y GASSET, Las Atlántidas, Obras,
12. La indiferencia [ en Féne- III, 297.) Ad. E.
lon] es el equilibrio del alma cu- 2". los individuos son distintos
yas pasiones se han acallado. (J.-L. en su irreductible condición; cada
GonÉ, Notion d'indiff. chez F., uno es cada uno, y es, además, algo
114.) cuyas notas le pertenecen en pro-
13. Los místicos llaman santa piedad intransferible, y le hacen,
indifcre,u:ia al estado en que el al- por tanto, inconmensurable con los
ma no quiere nada para sí, y quie- demás; sin ellas no seria aquel y
519 INDIVIDUO

aquello que determinadamente es. duo. Sólo por ironla llega a unlrsele un
(X. Zuom1, Sobro la esencia, 214.) calificativo valorizador.
Ad. E. V. l'ersona, 23, 24, 31, 33, 54, 73, 75.
B. Lóg. Ser concreto que entra en Individual. Que caracteriza al indi-
la extensión• de una especie. El géne- viduo o lo constituye (caracteres indi-
1·0• contiene varias especies, y cada es-
viduales, propiedades individuales), le
pecie un número indeterminado de in- concierne (examen, test individuales),
dividuos dotados cada uno de sus ca- le pertenece en propiedad Oibertad,
racterl!S individuales o individuantes. propiedad, habitación individual).
C. Psicol. l. Sin. de persona• (fi- Sin.: personal, particular.
sica) : el ser humano en tanto que dis- Contr.: común, colectivo, universal.
tinto de los demás. Con frecuencia op.
a sociedad, Estado ... V. Abstracci6n, 2.
3. La psicologla aplicada debe Individualizar. Término didáctico
guiar al individuo desde su más (Acad. fr.).
tierna edad. (R.-E. LACOMBE, Dé- A. Acepción cognoscitiva: «Consi-
clin de !'individualismo, 23,) derar, presentar alguna cosa aislada-
4. En las nuevas formas de dic- mente, individualmente.»
tadura, el individuo es intencio- B. Acepción activa: «Hacer que una
nadamente subordinado al Estado- cosa tenga un carácter propio y que la
fin, al Estado-Dios. (lbíd., 28.) distingue de todas las demás de su es-
5. La originalidad esencial del pecie» (Acad. fr.).
individuo humano es debida a un 7. Individualizar la enseñanza
efecto de cin,,;unto, a una asocia- en el sentido amplio de la expre-
ción original de elementos comu- sión es, en efecto, adaptarla a la
nes. Lo mismo que con las notas vez a la edad del niño, a sus ap-
de la escala se pueden componer titudes intelectuales, a su carác-
todas las sinfonlas, y con las le- ter, a su género de vida ... (M. DE-
tras del alfabeto todas las obras BESSE, Tr. de psych. appl., de PIÉ-
literarias, con la colección de ge- RON, IV, 833.)
nes variables de que la humanidad Individualización. Acción de indivi-
dispone puede renovarse sin tre- dualizar, es decir, de extender y adap-
gua ( ... ), haciendo nuevo con lo tar a los individuos lo que sólo existía
antiguo, a la manera del caleidos- en el plano de lo colectivo o lo general.
copio. (J, RosTAND, Science fausso Individualización de la propiedad, La
et fausscs sciences, 193.) individualizaci6n de la pena (obra de
6. Empezamos a darnos cuenta J. SALEILLES, 1898), La ·i11dividualiza-
de que la superficie del cuerpo no ci6n de la enseñanza (obra de H. Bou-
es el verdadero limite del indivi- CHET, 1933.)
duo, de que tan sólo establece en- Contr.: uniformización, socializa•
tre nosotros y el mundo exterior ción, colectivización.
el plano de fractura indispensable
para nuestra acción. ( ... ) Sin duda Individuación. Lat. escol. individua-
alguna, nuestra individualidad es tio.
real. Pero es menos definida de lo Realización, en un individuo, de un
que creemos. Nuestra completa in- tipo espeeüico o universal: p. ej., del
dependencia de los demás indivi- tipo hombre en Ped1·0 o Pablo.
duos y del mundo cósmico es una 7'. Si se me pregunta ( ... ) cuál
ilusión. (A, CARREL, L'honnne, cet ha sido la transformación más
inconn", 321-322,) grande a que he asistido, no vaci-
2. Por opos. a persona•: el ser hu- laré en afirmar que la acontecida
mano en tanto que realiza un tipo co- en lo que va de siglo XIX -¡y "º
mún, pero a la vez considerado como antes, conste!- respecto al radio
distinto de los demás, encerrado en sí ele indivicluación concedido al hom-
e incluso vagamente hostil a sus seme- bre. (... ) Me sorprende que los his-
jantes. También en el lenguaje corrien- toriadores no hayan cnido en la
te tiene esta pnlnbra acepción peyora- cuenta de que una de !ns magnitu-
tiva¡ sólo tratamos de individuo a aquel des decisivas para resolver la ecua-
con quien no queremos tener relncio. ción que nos permite comprender
nes. ¿Quién es ese individuo? llnbla una épocn ronsiste en determinaL·
allí tres individuos. Un pobre indivi- la medida en que, durante ella, po-
INDIYIDUO 520

día y tenía el hombre que compor- ,•11111 puramente objetiva, •in intención
tarse S('g\m su individual inspirn- ele C"ncarecimiento o menosprecio.
eíún. (.J. ÜR1'EGA Y GASSET, Mt>mo- 12. Con la actual vida urbana
rfos ele Jfrt;fanza, Ob1·as 1 V, 475.) desaparece el hogar, refugio de la
Ad. E. individualidad. (R.-E. LAC0MBE,
J>rfociJJio dt' iu<lividuación. Lo que 1Jécli11 de l'i11dividualú1111c, 23.)
hace que un individuo se distinga de 13. Mi individualidad consiste
todos los otros de su misma especie. en no tener ninguna y contener-
8. Lo que se llama principio de las todas en potencia. (H.-F. AMIEL,
indfriduación en las escuelas ( ... ) Jo11r11a.f, 29 agosto 1876.)
consiste en la propia existencia, 14. se tiene la impresión de que
que fija cada ser a un tiempo par- [el psicólogo] considera uno de los
ticular, a un lugar incomunicable medios de approchc psicológico -la
a dos seres de la misma especie. búsqueda de leyes generales-- co-
mo su fin propio, y que, paradóji-
( ... ) Si dos i1ulivid1ws fuesen camente, la individualidad, en
perfectamente ( ... ) indistinguibles cuanto tal, no le interesa. (J.-Cl.
por sí mismos, no habría principio FILLOUX, La personnalité, 6.)
de individuación. (LEIBNIZ, N. Es-
sais, II, XXVII, 3.) 14'. En las lenguas como en los
hombres, persigo la individualidad
Indh·idualidad. A. Acepción abs- personal. O, si se prefiere, la per-
tracta (la individualidad.) sonalidad individual. (M. DE UNA-
l. En general: carácter de lo que
MUN0, A 1ulamzas y visiones cspa-
es indh•idual o constituye un individuo. iiolas, 130.) Ad. E.
La indh'idualidad de un estilo literario b) Por opos. a personalidad (con
o musical. intención menospreciadora) : aquello
por lo que alguien se afirma frente a
9. Hacemos diferencia entre la los demás y por lo que a ellos se opo-
cabra y el cordero; pero, ¿distin- ne.
guimos una cabra de una cabra, un 15. La individualidad propia-
cordero de un cordero? La i,uiivi- mente dicha, la que separa y opo-
dualidad de las cosas y de los se- ne, es en nosotros limitación es-
res se nos escapa siempre que no piritual. ¿Cuál es entonces nuestra
nos es materialmente útil aperci- tarea esencial? Pasar de la indi-
birnos de ella. (H. BERGS0N, Le Ri- vidualidad egoísta a la verdadera
re, 116.) personalidad. Y la fórmula de la
10. la individualidad de esos personalidad verdadera es «todo
corpúsculos [consiste] en que pode- en uno y uno en todos». (E. LE
mos seguirlos en el curso del tiem- RoY, Essai <l'uue pltilos. prcn1.,
po al seguir sus posiciones sucesi- 865.)
vas ( ... ) Es, pues, en último térmi- B. Acepción concreta (una indivi-
no, su localización puntual en ca- dualidad): individuo que presenta ca-
da instante, y sólo ella, lo que per- racteres distintivos muy marcados. Es
mite individualizar constantemen- preferible decir personalidacl•.
te a esas partículas. (L. DE Bno- lG. La individualidad no tiene
GLIE, Contim, et disc., 75.) segunda edición. (A. VINET, Es-
11. Una de las más seguras en- prit d'-, II, 223.)
señanzas de la genética humana 17. El fisiólogo y el médico no
es la de revelarnos la imlivitfaali- deben, por tanto, olvidar nunca
dad (... ) de cada uno de los repre- que el ser vivo constituye un or-
sentantes de la especie. Todo indi- ganismo y una individualidad. (Cl.
viduo es portador de una cierto BEIINAllD, I»trod., ll, II, § l.)
combinación genética que sólo a él
pertenece. (J. RosTAND, L'/u!rédité lndMdualismo. A. Tendencia a atri-
hum., 98.) buir la primada al individuo por pen-
sar que constituye: ya In verdadera
2. Principalmente, hablando del 1·ealidad (Ontol.), ya el fundamento de
hombre. Lo que hace que un hombre todos los valores (Mor, y Pol.), ya la
sea un individuo en las dos acepciones única explicación de los hechos socia-
de esta palabra. (C I y 2). les (Socio!.)
a) Como sin. de personalidad: acep- l. Ontol. Doctrino según la cual
521 INDUCClóN

tan sólo los individuos existen realmen- mismo. (R.-E. LAC0MBE, Déclin de
te, pues los términos generales no co- l'i!tdivid., 45.)
rresponden a nada real. Acepción inu- 22. Sería juzgar con severidad,
sitada, siendo el término corriente no- pero no falsamente quizá, el indi-
minalismo•. vidualismo de francés el ver ante
2. Mor. y Poi. Doctrina para la que todo en él una señal de vanidad,
el individuo es el valor supremo con la manifestación ele la necesidad
relación al cual las instituciones colec- de ser considerado tanto como otro,
tivas, y en particular el Estado, no más que otro. (lbíd., 37.)
son sino medios. 22'. el hombre va descubriendo
18. el individualismo parece su individualidad en la medida en
destruir la individualidad. Al que- que va sintiéndose hostil a la co-
brar las tradiciones materiales tan- lectividad y opuesto a la tradi-
to como las morales o intelectua- ción. Individualismo y antitradi-
les, al separar al individuo, por cionalismo son una y misma fuer-
la movilidad de la vida económica, za psicológica. (J. ORTEGA y GAS-
de su entorno terrestre y, por la SET, El ocaso de las revoluciones,
anarquía intelectual, de su atmós- Obras, III, 213.) Ad. E.
fera espiritual, lo empobrece en ex- 2. Como conducta práctica (eufe-
tremo (... ) : asi, en ese ser social mismo por egoísmo) : carácter del que
que es el animal humano, queda el sólo busca su interés personal, cuya
campo libre para las pasiones gre- máxima es «cada uno para sí».
garias, que reúnen a los individuos
en masas tiránicas, clases, parti- 23. La agrupación que sólo
dos, naciones, destruyendo liber- existe para defender in te reses pri-
tad y personalidad. (R.-E. LAC0M- vados tiene todos los defectos del
BE, Déclin do l'individua,lisme, 20.) individualismo multiplicados por
el poder de la asociación. (P. PEE-
19. Las épocas en que reina el TERS, Sentences intempor., núm.
individualismo son las que menos 191.)
individualidades producen. (Pf-
TAIN, Individual. et nation, en R. Individualista. A. Referido a doc-
Universelle, 1941-2.) trinas: que admite el individualismo.
Concepción individualista. Moral indi-
20. En el libro de Stirner [Lo vidualista.
único y su propiedad] el indivi-
dualismo se expresa con una in- V. Norma, l.
transigencia que, en esta ocasión, B. Referido a personas: que profe-
parece perfecta; és la rebeldía sa o practica el individualismo.
contra todo valor objetivo, el in- Sin.: personal (en el sentido de
sensato recordarse un individuo a egoísta), anticonfonnista.
sí mismo que es el centro del mun-
do, el creador de lo divino, y de to. INDUCCióN
dos sus sucedáneos. (L. VIALLE. Le Inducir. Lat. inducere: conducir ha-
clésir du ,iéa,nt, 678-679.) cia o a (in).
3. Socio!. Doctrina según la cual la A. Llevar o tratar de llevar a al-
explicación última de los hechos socia- guien o algo. No suele emplearse sino
les se halla en el individuo. Esta con- en ntal sentido: inducir a tentación, a
cepc10n, especialmente representada error.
por A. DE TARDE, suele ser llamada psi-
cologismo• y se opone al sociologismo• Lo propio de las técnicas es in-
de un DURKIIEIM. ducir al espíritu a tentación. (G.
MARCEL, Déclin de la sag., 21.)
B. Actitud de espiritu o conducta
práctica independiente de las normas o B. Lóg. Sacar de ciertos datos (he-
los intereses colectivos. cho, afirmación) las consC!-cuencias por
ellos sugeridas o que en ellos se hallan
l. Como actitud espiritual: tenden- implicadas; princip.: extraer de he-
cia a o pretensión de tener ideas per- chos particulares unn leJt general.
sonales.
Sin.: inferior*, concluir"'.
21. Como la pro11ia pnlahrn in-
dica, el individualismo es un es- Corr<'l.: deducir•.
fuerzo del individuo pnrn liberar- l. Inducir -es, partiendo de cier-
se de los influencias sociules II fin tos hechos observados -p. ej.,
de pensa1·, ohror y sentit· 1,01· sí el puso de rayos luminosos poi:
INDUCClóN 622

un medio rofrin¡rente, o ln ebulli- universal. (ARISTÓTELES, Scconds


ción de un líquido- hnllnr unn ley, anal., 11, 19, trnd._ TRIC0T, 245-
o, dicho d(' otro modo, una l"('lnción 246.)
constante de la que esos hechos 6. A pesar de las apariencias,
puedan ser deducidos, (J. LAP0RTE, el punto de vista de Aristóteles
Consc. de la libr,•t<', 30.) no es el de la extensión, o al me-
Inducrió11- Lat. i11d11.ctio, acción de nos no es éste su principal punto de
conducir (d11cac) a. o hacia. vista en la teoría de la inducción
A. En el uso ordinario actual: ac- (... ) . En él lo universal no es tan
ción de la mente que extrae de ciertos sólo lo que se dice de todo, sino
datos alguna conclusión que no se hn- también y sobre todo lo necesario.
lla rig-urosamente implicada en ellos. SI esto es cierto, el verdadero pro-
Una implicación rigurosa permitirla la blema de la inducción consiste pa-
deducción. ra él en percibir lo necesario
detrás de lo contingente, y no se
2. esta palabra se dice de una trata ya de pasar de algunos a to-
c-011scctt.C11cia más o menos verosí-
dos. ( ... ) En un acto singular, el
mil; no se dirla de una consecuen- espíritu aprehende Jo necesario que
cia evidente. (C0NDILLAC, Syn., 111, es también singular, y la universa-
138.)
lidad no es más que una perspecti-
V. Deducción., 3, 4; ParaJogiBmo. va secundaria que se deduce de
B. En el uso filosófico tradicional: la necesidad. (0. HAMELIN, Syst.
operación mental consistente en pasar d'AriBtote, 2.' ed., 258-259.)
de la constatación de uno o varios he- 6. No creo que inducción y de-
chos a la ley de todos los hechos del ducción constituyan realmente dos
mismo género, o, según la expresión formas de razonamiento esencial-
ayer clásica, de lo particular a lo gene- mente distintas. La mente humana
ral. Este género de inducción es califi- tiene, por naturaleza, el sentimien-
cado de amplificante. to o la idea de un principio que ha
Para algunos, la generalización• de adquirido o que inventa por hipóte-
la experiencia o paso de lo particular a sis, pero nunca puede caminar por
lo general se efectúa mediante un ra- los razonamientos sino por silogis-
zonamiento, el razonamiento inductivo. mos, es decir, procediendo de lo ge-
Pero parece más exacto atribuirlo a neral a lo particular. (CI. BERNARD,
la aprehensión, en uno o varios casos Introd., 1, 11, 6.)
particulares, de una esencia o ley uni- 7. La inducción es la operación
versal. por la que pasamos del conocimien-
3. la inducción es el paso de los to de los hechos al de las leyes.
casos particulares a lo universal. (J. LACHELIER, Foud. de l'induct.,
(ARISTÓTELES, Topiques, 1, 12, trad. comienzo.)
TRIC0T, 1, 29.) S. para nosotros, la inducción
4. aunque el acto de percepción es, ante todo, uinvención», una an-
t.enga por objeto al individuo, la ticipación de la mente a la que con-
sensación no se dirige menos a lo trola una deducción posterior un
universal: es el hombre, por ejem- silogismo hipotético cuya mayor es
plo, y no el hombre Callias. Des- la propia inducción. (A. REY, La
pués, entre estas primeras nocio- se. orient. avamt les Gr., 46-47 .)
nes universales, una nueva selec- 9. Los métodos de observación
ción se produce en el alma, hasta e inducción proporcionan sólo una
que en ella quedan al fin las no- ciencia provisional, en espera de la
ciones indivisibles y verdaderamen- ciencia deductiva. La física debe
te universales: así, tal especie ani- hacerse semejante a las matemáti-
mal es una etapa hacia el género cas, y entonces será, como éstas, no
animal, y esta última noción es a la ciencia del mundo real, sino la
su vez etapa hacia una noción de todos los mundos posibles. (E.
más alta. GooLOT, Syst. des se., 250.)
Es, pues, evidente que es nece- 10. Conceptualización e induc-
sariamente la intuición la que nos ción representan una misma ope-
hace conocer los principios, por ración; si no me garantizáis que el
ser de este modo como la propia plomo fundirá mañana, como hoy,
sensación produce en nosotros lo a 336°, no me permitiréis elaborar
523 INDUCClóN

hoy el concepto de plomo. (G. BA- poseído sin procurar nueva materia de
CIIELARD, Essai sur la connaias. conocimiento. Así, el profesor que aca-
appr., 127-128.) ba de corregir un montón de deberes de
11. Al romper, por saltos irra- sus alumnos sabe que Pedro, Santiago,
cionales ( ... ) el circulo rigido en Juan, etc., han entregado sus respecti-
que nos encierra el razonamiento vos deberes, pero no está seguro de que
deductivo, la inducción fundada en lo hayan entregado todos. Podrá estar-
la imaginación y la intuición es la lo si, contando los cuadernos, halla que
única que permite las grandes con- su número coincide con el de sus alum-
quistas del pensamiento; en ella nos. Esta operación no le da un cono-
está el origen de todos los verda- cimiento material nuevo: no le hace
deros progresos de la Ciencia. Y saber que hay un alumno de más que
es por ser capaz de ella por lo que ha entregado su ejercicio. Tan sólo da
la mente humana me parece defi- una forma nueva a su saber; puede de-
nitivamente superior a todas las cir: todos mis alumnos han entregado
máquinas que calculan o clasifican su ejercicio.
mejor que ella, pero que no pueden · La inducción amplificante o induc-
ni imaginar ni presentir. (L. DE ción propiamente dicha consiste en ex-
BR0GLIE, Sur los sontiors de la tender a la especie entera la observa-
scieMc, 354..) ción hecha en uno o varios casos de
V. Hip6tosia, 19. esa especie.
C. En el uso filosófico de antaño: Inducción ma,temática. Operación con-
operación mental consistente en esta- sistente, una vez establecido que es le-
blecer una afirmación general por gítimo extender una relación de un tér-
«enumeraciones completas» (DESCAR- mino al siguiente de la misma serie, en
TES), es decir, mostrando que es ver- generalizar extendiéndola de uno en
dadera de todos los casos particulares otro a todos los términos de la serie.
que podemos concebir. DESCARTES in- Sin.: razonamiento por recurrencia*.
cluso dice: «enumeración o inducción» 13. Un tipo de razonamiento
(Regles, 7, 11). Por op. a la inducción muy usado en matemáticas, y que
amplificante (B), este modo de induc- lleva también el nombre de induc-
ción es calificado de completo o for- cjón ( ... ), consjste en probar que
mal. s1, en una serie que puede com-
12. Que yo amoneste, por ejem- prender un número infinito de tér-
plo, a un beneficiado hasta donde minos, uno o varios términos con-
llega la severidad de esos teólogos secutivos están sometidos a una
indulgentes. (... ). Si no me dirijo cierta ley, el término sill'Uiente es-
mis que a él, los demás que me es- tará igu~lm~nte sometido a ella, y,
cuchan, al no estar en ello intere- por cons1gu1ente, el que viene des-
sados, alabarán mi celo y procla- pues de él, y así de uno en otro
marán que tengo razón. Pero que (... ) : una inducción rigurosa Jo ex-
extienda la inducción hasta su per- tiende después a toda la serie de
sona y su estado, que pase del be- ~é~i.nos consecutivos, en número
neficiado al financiero, del finan- mf1mto. (A. C0URNOT, Essai •. les
ciero al magistrado, del magistra- fond .. ., § 253, p. 379.)
do al comerciante y al artesano 14. Es muy notable que se ha-
(... ), poco faltará para que mi au- ya dado el nombre de induct:ión a
ditorio en pleno se levante contra uno de los procedimientos de de-
mí. (... ) Inducción que prueba que mostración, que consiste en descu-
queremos (... ) una moral estricta brir en el enunciado una necesi-
para los demás, pero no para nos- dad interna tal que no puede ser
otros. (B0URDALOUE, Su,· la fa1issc verdadera una vez sin serlo sien1-
canse., I.) pre. (J. TANNERY, Les 1nath. pures
lnduct:i6n formal o inducción wmpli,. en De la ,néth. da,is les se., I, 65.)
ficante. La inducción formal o comple- Fmulamento o principio de la induc-
ta consiste, una vez constatado que ca- ció11. Lo que (o el principio que) ex-
da uno de los casos de una determinada plica y justifica el paso de los hechos
especie presentan una cierta propiedad, particulares a la ley universal.
en afirmar esta propiedad de la espe- 16. El principio de inducción
cie; y se llama formal porc¡uc se con- descansa en dos juicios. El univer-
tenta con dar nueva forma ni saber ya so es gobernado por leyes estables:
IN'EFABLE 624

tal es el primero. El universo es cida o deducida, nunca vista. To-


gobernado por leyes ge11eralcs: he da proposición mediante ellos lo-
ahí el se¡rundo. (R0YER-C0LLARD, grada funda su certidumbre a In
en las CE,wres de Th. Rcid, IV, postre en las leyes formales que
279.\ la lógica establece para la induc-
16. La posibilidad de la induc- ción o deducción en general. De mo-
ción descansa en el doble principio do que aunque la proposición in-
de las causas eficientes y las cau- ductiva se refiera a objetos mate-
sas finales. ( ... ) Ahora que lo he- riales -los ópticos, por ejemplo-,
mos hallado, se trata de establecer su verdad procede de la subsunción
que ese principio no es una ilusión de lo observado en conceptos pu-
y puede conducirnos a un verdade- ramente lógicos. (J. ORTEGA y GAS-
ro conocimiento de la naturaleza. SET, Sobre el concepto de se11Ba-
(... ) Para demostrar el principio de ci6n, Obras, 1, 251.) Ad. E.
la inducción partiremos, pues, al- 19". La ciencia (... ) se propone
ternativamente, de la experiencia prever y manejar la apariencia de
propiamente dicha y de la intui- la realidad mediante el conocimien-
ción de las cosas en sí. (J. LACHE- to inductivo de las «leyes» que ri-
LIER, Du fond. de l'inductio11, CEu- gen su mudanza. Subiendo, por
rres, I, 27-29.) ejemplo, la ley de la caída de los
17. El primer problema de la graves, la mente humana puede
inducción es el de saber, al menos, prever dónde se encontrará en tal
si la inducción existe. (J. PIAGET, o cual momento un cuerpo que cae
lntrod. a l'épistémol. génét., I, libremente. Es el gran empeño del
191.) hombre «occidental», desde el orto
18. Renunciando (... ) a hablar de la cultura griega. (P. LAfN EN-
de la inducción como de un razo- TRALGO, La espera y la esperanza,
namiento especüico se ha hecho 479.) Ad. E.
de ella un método: método que INEFABLE. Lat. ineffabilis. Raíz
consiste en apoyarse en los datos fari, effari, decir; effabilis, que pue-
experimentales para remediar las de ser dicho; ineffabilis, que no puede
insuficiencias de la deducción. Pe- ser dicho.
ro todo método contiene a su vez
razonamientos, y éstos, en último Que no puede ser expresado.
análisis, se reducen siempre a la Sin.: indecible, inexpresable, inena-
deducción. (lbíd., 192.) rrable.
V. Axioma, 3. l. Lo esencial es inefable. Esta
Inductivo. Que procede por induc- palabra me asalta una y otra vez.
ción o de ella resulta. Proceso inducti- Cuando la oí por vez primera, me
vo; ciencia, verdad inductiva. V. Ra- pareció que Dios me daba la clave
zonamiento• inductivo (término a pros- de todo el mundo interior. (J.
cribir). GREEN, Le bel au;ourd'liui, 77, 10
19. Las ciencias deductivas o julio 1955. )
demostrativas, escribía Stuart Mili, 2. El monoteismo judio ( ... )
son todas, sin excepción, ciencias prohibe toda figuración material
inductivas; su evidencia procede de Dios; incluso veda pronunciar
de la experiencia. En nuestros el nombre divino. Asl, su sentido
días se defiende la oposición con- de lo inefable se hace omnipresen-
traria. (... ) te. (H. DUMfRY, Phé,10mé110/. et
Al término de su desarrollo, con- re/ig., H.)
vertidas en deductivas y abstrac- 3. la adivinación imaginativa
tas, las ciencias de la naturaleza -la que, según Unamuno, mejor
serán, como las matemáticas, idea- puede apresar la realidad viviente
les e independientes de su objeto. o el morir-, ejercitada en plena
(E. GoBLOT, Essai s. la class. des libertad, palpa realidades inefa-
se., 50.) bles, intuibles pero ajenas al con-
19'. Inducción y deducción son cepto ( ... ) , que sólo pueden captar-
métodos indirectos de obtener pro- se y hasta cierto punto comunicar-
posiciones verdaderas. Los térmi- se en la alusión metafórica a esas
nos expresan esto con claridad: la vivencias. Ln poesía, que elude los
verdad es por esos métodos indu- conceptos, J'evivc esa adivinación,
525 INFEnENCIA

y da nsí un extraño ((saber» de der. de infatuare, volver tonto, fatuo


realidades "insnbibles». (J. MA- (fatw.u,): tontería.
RÍAS, La filosofía cs¡,a,ío/<t actual, Satisfacción de sí mismo (o a veces
70.) Ad. E. de otra persona) llevada hasta la ton-
INERCIA. Lat. inertia, carácter de tería.
lo que es inerte (inc1·s, inc,·tie, es de• Sin.: fatuidad, suficiencia, preten-
cir, extraño [in privativo] a todo arte sión, orgullo, vanidad.
[ars]), sin capacidad, sin actividad. l. La certidumbre religiosa da
A. Fís. Propiedad en virtud de la a ese fuerte espíritu [P. Claudel]
cual la materia conserva su estado de una infatuación deplorable. Acaso
reposo o movimiento en tanto que no no sea posible escribir bien sin
sufre! la acción de una fuerza exterior. un cierto temor a equivocarse. (A.
GmE, Journal, 17 mayo 1907.)
B. Psicol. Ausencia de toda activi-
dad física o moral o incluso de toda 2. Lo mismo que el infatuado
reacción a los estimulantes, a los que hace de sí mismo y de todas las co-
se opone la nfuerza de inercia)}, sas por relación así un juicio in-
venciblemente elevado, el insatisfe-
Sin.: apatia, indolencia, letargo, de- cho se juzga a sí mismo de modo
sidia, pereza. invenciblemente desventajoso. (M.
VERDUN, Le cara.et. et ses corréi.,
INESTABILIDAD. Raíz stare, es-
tar en pie, inmóvil, pararse. I, 92.)
Psicol. (inestabilidad psicomotriz). INFERENCIA. Lat. illatio, acto de
Anomalía cnrncterial del sujeto inesta- llevar hacia (in/erre), conclusión.
ble, es decir, incapaz de permanecer Acto de inferir, es decir, de sa-
inmóvil o de conservar una actitud, de car de un hecho o proposición dados,
entregarse a una actividad continuada, la consecuencia que de ellos resulta.
de fijar la atención ... Teóricamente, la inferencia constituye
l. En In gran mayoría de los un género con dos especies: la inferen-
casos, la inestabilidad psicomotriz cia mediata o razonamiento, que exige
tiende a disminuir y llega a ser un término medio y tres proposiciones
eficazmente controlada hacia los (silogismo), y la inferencia inmediata,
ocho o diez años. Desgraciadamente, que consiste en el paso de una propo-
a menudo provoca mucho antes sición dada a otra, sin ayuda de una
de esa edad disensiones y conflic- tercera. En la práctica, inferencia es si-
tos entre el niño y quienes le nónimo de inferencia inmediata. V.
rodean. (A. P0R0T, Manuel al- Ilación.
phab .•. , 301.)
Sin.: inducción, conclusión, deduc-
2. La adolescencia parece la ción.
edad preferida por la inestabilidad
y las discordancias. Gustos, pro- l. Lo que caracteriza a los pro-
yectos, conversiones, desafectos, gresos de la ciencia es que los da-
entusiasmos y traiciones se suce- tos se hacen cada vez menos nume-
den y empujan sin tregua. ( ... ) Pe- rosos, a la vez que aumentan las
ro esta inestabilidad es normal; inferencias. (B. RUSSELL, L'esprit
expresa el turbulento ensayo de scient., 73.)
los deseos en todas las direccio- 2. [ Se trata de determinar el
nes de la vida. No es un estado tema de unos grabados.] Cuando
constituido, sino una situación de la lectura -lectura inme<liata o
crisis. (E. MOUNIER, Traité du ca- enriquecida por la observación-
1·act., 447.) no ha suscitado ninguna hipótesis,
la mente se pone a inferir. Lo que
INFANTILISMO. Der. de in/alis, no puede descubrir por una aper-
e timol.: que no habla, niño. cepción inmediata intentará descu-
Detención del desarrollo morfológico brirlo por una inferencia inmedia-
y, por consiguiente, psiquico en el esta- ta. Lo que no le es dado habrá de
do infantil. Infantilismo tiroideo. In- sacarlo de lo dado. (Ed. CLAPARE-
fant. hipofisario. V. Puerilismo. DE, Ge11ese de l'hypoth., 99.)
V. Deporte, l. Teoría ele la inferencia (en el pro-
blema de la percepción del mundo ex-
INFA'fUAClóN. Lat. inf«tuatfo, terior). V. 1/acionismo.
1:--FEI!IOHJD,\I) 62G

INFERJOHJD.\I) de que to,lns sus fuerzas no le Lns-


Inferior. Lnt. foferiot, comparat. <le turún para recogerlo. Esta prot'!s-
infc1,,s, que se halla debajo (inf«'ri, los tu, al principio inconsciente, des-
infiernos). pués consciente, tiene como fin in-
vertir In situación de inferioridad,
A. En sentido físico: que está de- aunque sea invirtiendo a la vez to-
bajo, más bajo. El departamento fran-
cés del Loira Inferior (hoy Loira dos los valores. (J. DELAY, Jrunes-
Atlántico) era así llamado por op. nl sc d• A. Gido, I, 179.)
de Alto Loira. V. S1<periorúlo.<l, 2, 3, 4; Timidez,
10; Volimtad, 34.
B. En sentido moral: que, con re-
lación a otra cosa, posee menor valor, B. Pero no todos los psicólogos y
menor perfección, una situación social psicoanalistas admiten esa sinonimia.
más modesta ... Para unos, la denominación cccom-
plejo de inferioridad» es abusiva: «La
Inferioridad. Carácter de lo que es inferioridad es un sentimiento• (Dict.
inferior. sobre todo en el sentido B, de psychanal., 88) ; «un estado elemen-
o (en sentido concreto) lo que hace in-
ferior (inferioridad numérica, física, tal que puede entrar en la constitución
de numerosos complejos». (Man. al-
intelectual). pha.b. de p81Jchiatrie, 220.)
Complejo de inferioridad y senti- 4. Ni Freud ni Adler, cuando
miento. A. Algunos consideran estos presentó su doctrina, hablaron
térnlinos como sinónimos y entienden nunca del complejo de inferiori-
por ellos todo estado afectivo (cons- dad. Pero el gran público se en-
ciente o inconsciente, normal o patoló- cargó de hacerlo por ellos. ( ... ) El
gico ... ) resultante de una inferioridad, «complejo de inferioridad» está
ya sea real, ya más o menos imagina- muy de moda. El Minderwertig-
ria. Noción capital en la psicología kheitskomplex había dado incluso
adleriana. V. Compensación. un diminutivo: Miko, en los paises
Con.tr.: complejo o sentimiento de su- de lengua alemana. Hubo una épo-
perioridad. ca en que en Viena todo el mundo
l. Casi todo lo que Freud dice tenia su pequeño Miko. (Dict. de
sobre lo que llama complejo de Edi- psychanal., 836.)
po es absurdo y yo diría que, sobre l. El sentimiento de inferioridad
todo, inexistente. Pero la noción de es normal, sobre todo en el niño; no
complejo de inferioridad permane- es más que un sentimiento entre otros
cerá sin duda mucho tiempo en el y puede tanto ser de un dinamismo be-
pensamiento de los hombres. En néfico como provocar trastornos de
cuanto al término, ha hecho fortu- conducta.
na, y son muchos los que lo em- 5. Nos vemos obligados a ad-
plean con cualquier propósito e, in- mitir que al comienzo de toda
cluso, fuera de propósito. (G. Du- existencia psiquica se halla, más o
HAMEL, Manuel du protestatafre, menos profundamente, un senti-
74.) miento de inferioridad. Tal es In
2. Inferioridad (Complejo de-). fuerza impulsiva, el punto del que
Conjunto de rasgos de comporta- parten y se desarrollan todos los
miento que tienen por función eli- impulsos del niño al fij nrse una
minar un penoso sentimiento de meta de la que espera tranquilidad
inferioridad (al. Minderwertig- y salvaguardia para el porvenir ...
kheitagefühl). (D. LAGACHE, en (A. ADLER, Connai8s. de l'h&mme,
V oc. de la psychol.) 50.)
3. El sentimiento de la debili- 6. En último análisis, toda vo-
dad del Yo provoca naturalmente lición no es otra cosa que una bús-
una reacción de compensación. queda de compensación, que un es-
(... ) El ser cuyo carácter y perso- fuerzo dirigido a ahogar el sen-
nalidad están regidos por el com- timiento de inferioridad. (A.
plejo de inferioridad es un ser que ADLER, Le tempér. nerveux, 33.)
se siente desafiado. Vive en la ilu- 7. Ser un h0111bre significa po-
sión de que la naturaleza, los dio- seer un sentimiento de inferiori-
ses, los demonios, la herencia, la dtul que exige constante c0111pcnsa-
educación o los demás le han arro- ción. La dirección de la compensa-
jado un guante, y en la convicción ción buscada es mil veces tnn di-
527 INFINITO

versa como el fin de la perfección demasiado autoritaria, una infancia ex.


buscada. Cuanto más profunda- cesivamente mimada, una serie de fra.
mente es experimentado el senti- casos, las constantes comparaciones
miento de inferioridad, más impe- desventajosas, pueden inferiorizar al
rioso será el deseo de compensa- niño.
ción, y más violenta la agitación Contr.: superiorizar.
emocional. (A. ADLER, Le sC11s de
la vic, 63.) 12. Jnferiorizar a un niño es,
ya hacerle tomar conciencia. de
8. No es por su disipación por una inferioridad real, ya creárse-
lo que el mal alumno experimenta la. (... )
dificultades en sus estudios, sino
que es porque no triunfa por lo Inferiorizar no es, pues, cons-
que experimenta sentimientos de tatar una inferioridad, cosa en sí
foferioridad y (... ) quiere impo- excelente e incluso indispensable.
nerse a la atención por los medios Es aumentar en el niño la con-
infantiles do que dispone. (R. ciencia psicológica de la existen-
ALLENDY, L'cnfa,nce 1néconnuc, 12.) cia de esa inferioridad, hasta el
9. La reacción al sentimiento punto de crear en él un estado de
de inferioridad engendra dos for- inferioridad. (A. CARNOIS, Le dra,-
mas espasmódicas y aberrantes me de l'infériorité chez l'enf., 275-
de revalorización: de un lado, la 276.)
sobreestimación compensadora, y, 13. Ávido de ser más fuerte, el
al otro extremo, todas las formas inferiorizado quiere tenerlo todo:
mórbidas de autodesprecio. (E. es avaro, curioso, a menudo meti-
MOUNIER, T,•. du caract., 612.) culoso por angustia... (E. Mou-
10. El estudio de los sentimien- NIER, Tr. du caract., 616.)
tos de inferioridad ha demostrado 14. En la colonia ( ... ) el mismo
que el hombre no puede vivir sin hombre, que en la metrópoli se
un mínimo de autoestimación, y sentía miembro de un grupo social
que este mínimo no puede hallarlo iníeriorizado, halla ahora por de-
en ninguna parte fuera de la co- bajo de él alguien a quien despre-
munidad. Esto asigna nuevas ta- ciar. (A. PHILIP, en L'Europe et le
reas a la pedagogía y a la psico- 1nonde d'auj., 23 ((Entr. de Gent!-
terapia. (O. BRACHFELD, Les sent. ve», 1958.)
d'infér., 307.) V. Valor, 58.
V. Compen.sación, 3, 4. lnferiorización. A. Acción de infe-
2. El complejo de inferioridad es riorizar, es decir, de hacer inferior ( en-
anormal: es un sentimiento muy vivo, el sentido moral); princip. de provocar
y, por lo mismo, más o menos reprimi- en alguien un sentimiento de inferiori-
do, en torno al cual se ha sistematiza- dad.
do (como indica la palabra «comple- Contr.: superiorización*.
jo•») el eonjunto del psiquismo, y que
provoca. una necesidad proporcional de B. Estado del que es inferiorizado
supercompensación, cuyos fracasos aca- es decir, hecho inferior (en sentido mo~
rrean a menudo neurosis, formas abe- ral) ; princip. del que sufre de un sen-
rrantes de compensación"' o de super- timiento de inferioridad.
compensación. 15. Si la inferiorización es
11. Es este doble carácter, la fuente de muchos males, la supe-
sistematización afectiva. y la in- riorización n1etódica nos parece el
consciencia del proceso director, lo preludio de una educación perfec-
que permite emplear en este mo- ta. (A. CARNOIS, Le dramc de l'in-
mento, en rigor, la expresión de fér. chez l'cnfant, 278.)
que se abusa para designar los INFINITO. Lat. infinitus, comp. de
sentimientos de ínferiorización in primativo y finittis (limitado).
simple, ese «complejo de inferiori-
dad», aferramiento neurótico a A. Adj. l. En sentido estricto ( in-
una situación infantil. (E. Mou- finito actual): que efectivamente care-
NIER, Tr. dn caract., Gll.) ce de límites.
Inferioriznr. ( N col. del voc. psicoa- Sin.: ilimitado, inmenso.
nalit.). Provocar en alguien un senti- l. Infinito se dice propiamente
miento de inferioridad. Una educación de una sola dimensión, e inmenso
l~l'INITO 528

de In ,•xtensiún en todas sus di- es puramente n!eclivo. Sólo ope-


mensiones. ( ... ) ran sobre una cierta sensibilidad.
Del poder de Dios se dirú que es Provocan:
in.finito y no ilimita,lo. Poi' el con- la vart-icular s,msación ,le i-mpo-
trario, del de un sobernno diremos te11cia ¡,ara imaginar. (P. VAr.fRY,
que es ilimitaclo y no que es iu/i- Variété, Pléiade, I, 468.)
11ito. (COl\"lHLLAC, Syn., lll, 335- 6. Concebimos una extensión
336.) finita cualquiera, hacemos después
2. la noción que tengo de lo infi- abstracción de los limites de esta
" ito está en mí antes que la de fi- extensión, y tenemos asi la idea
nito, porque de aquello de lo que de la extensión infinita. Del mis-
sólo concibo el ser o lo qu.c es, sin mo modo, e incluso sólo de este mo-
pensal' si es finito o infinito, es do, podemos concebir un número
el ser infinito lo que concibo; y pa- infinito, una duración infinita, etc.
ra que pueda concebir un ser fini-
to, tengo que cercenar algo de esa Por esta definición, o mejor por
noción general del ser, la que por este análisis, vemos ante todo has-
consiguiente debe ser previa. (DES- ta qué punto la noción de lo in-
CARTES, Carta 23 abril 1649, V, finito es, por as! decirlo, vaga e
356.) imperfecta en nosotros; vemos que
3. El término infinito, aunque no es propiamente sino la noción
parezca en el lenguaje un término de indefinido, entendiendo por es-
negativo, y quiera decir 110 finito, ta palabra una cantidad vaga a la
es, no obstante, muy positivo. Es la que no se asignan límites, y no,
palabra finito la que en su verda- como cabe suponer en otro sentido,
dero sentido es negativo. ( ... ) la una cantidad que concebimos con
doble negación equivale a una afir- límites, pero sin fij arios de mane-
mación; de donde se sigue que la ra precisa. (D'ALEMBERT, Essai s.
absoluta negación de toda negación les éléments de phi/os., «Éclairc.»
es la expresión más positiva que XIV.)
cabe concebir, y la suprema afir- 6. más allá hay espacios, tiem-
mación. (FÉNELON, De l'eo:ist. d" pos o magnitudes sin límites. Na-
Dicu, II, u, l.) die comprende estas palabras (... )
V. Indefinido, 1, 2, 3. porque la noción de infinito tiene
Infinito cuantitativo e infinito cua- el doble carácter de imponerse y de
/itatfoo. El infinito cuantitativo lo es ser incomprensible. (PASTEUR, Disc.
de rec. en la Ac. fr.)
en extensión y alude a una imagen es-
pacial o a una sucesión temporal (es- 7. sólo es eterno lo que puede
pacio, número infinitos; duración infi- crecer, desarrollarse, aumentar
nita). El infinito cualitativo lo es en siempre. El matrimonio que no
entidad o en perfección (la sabiduría, fuese una aspiración infinita ( ... ),
la bondad infinitas de Dios). no te ofrecería la menor felici-
2. En sentido amplio (infinito po- dad. (H.-F. AMIEL, Jom-nal int., 7
tencial) : que, siendo efectivamente fi- abril 1850.)
nito, crece o es susceptible de crecer 8. Para el espacio infinito, la
sin fin; p. ej., el tiempo o duración. ley de construcción es la misma
Sin.: indefinido*. que para el número infinito: este
infinito no se halla más que en la
4. El eterno silencio de esos es- operación de nuestra mente, es un
pacios infinitos me asusta. (PAS- puro proceso psicológico ( ... ) : el
CAL, Penaéea, 428.) espacio sólo es infinito en poten-
Esta frase, de la que la fuerza cia, y esta potencia está en nos-
de lo que quiere imprimir en las otros, sólo en nosotros; es una vir.
almas y la magnificencia de su tualidad que no se agota ni se aca-
forma han hecho una de las más ba. Erigirla en entidad es realizar
famosas jamás articuladas, es un una abstracción. (Th. RIBOT, Évol.
Poema, des úléca gé11., 176.)
y en modo alguno un Penaa- 9. El infinito se nos aparece
m iento. más bien como una ley de constitu-
porque Eterno e Infinito son slm- ción abierta, como un progreso ope-
bolos de no-pensamiento. Su valor ratorio. ( ... )
529 INFINITO

La idea de un infinito operato- hasta mañana. (Mme. DE SÉVIGNÍ:,


rio, virtual, correspondiente a una C. de 21 abril 1671.)
simple posibilidad ilimitada de ite- 13. La infinidad cualitativa es,
ración, parece, por otra parte, lo a la inversa [ a la inversa de «la
único representable, incluso en el ilimitación, que es del orden de la
Infinito físico: posibilidad de ir -extensión»], intensiva y no exten-
más lejos, de durar más, de ser siva, pues en Jugar de desparra
causa y serlo indefinidamente. (R. marse, de orientarse hacia lo múl-
POIRIER, en L'infini et le récl, 53, tiple, el acto como tal tiende a con-
«XVIII'" Scm. internat. de Synth.») centrarse sobre sí, y con este fin
10. Todo et caetera implica una se intensifica y se unifica. (A.
conciencia de infinito. (S. BRET0N, MARC, Dialcct. de l'affirm., 381.)
Co1u1c, et i11tc11tio1111a/ité, 121.) B. En sentido concreto: Jo que es
10', Todos te conozcan, ninguno infinito (por la infinidad de los siglos).
te abarque; que con esta treta, Por hipérbole: una cantidad muy gran-
lo moderado parecerá mucho, y lo de (hace una infinidad que no le veo).
mucho infinito, y lo infinito mí1s. 14. Ahí va una infinidad de
(B. GRACIÁN, El héroe, 10.) Ad. E. cartas que os ruego repartáis
3. Mat, Mayor que cualquier mag- (Mme. DE SÉVIGNÉ, C. de 3 abril
nitud dada. 1671.)
Sin.: innumerable, inconmensurable. 15. la geometría ( ... ) tiene una
Infinitamente grande, infinitamente infinidad de infinidades de pro-
pequeño. Se llama infinitamente gran- posiciones a exponer. (PASCAL
de a la cantidad variable que tiende a Pe11sées, 351.)
hacerse infinita; infinitamente peque- 16. ( ... ) nuestro modo de pen-
ña, a la cantidad variable que tiende 11 sar la infinidad de los números en-
cero. teros consiste esencialmente en
4. Hiperbólic, (en el leng. ordin.): pensar la ley de formación de esos
que no acaba, que carece de límite, de números, que explica su infinidad.
restricción. Discusiones infinitas, pre- (J. TANNERY, R. gén. des Se., 1897,
tensiones infinitas. Infinita amabili- 131.)
dad. Infinitud. Carácter de lo que no tie-
B. Subst. l. Lo que no tiene lími- ne fin (en el sentido de límite).
tes. Prolongar una linea hasta el in- Sin.: infinidad.
finito. 17. La atribución de la infini-
2. Con m111Yúscula (el Infinito): el tud a todas las Ideas en Dios, es
Ser sin limitación, Dios. decir, a las esencias de las cosas
Sin.: el Absoluto, el Eterno. finitas, parece ( ... ) deber implica1·
11. Nuestl'B grandeza consiste una verdadera revolución, pues de-
en reducir esta vida a un punto be entonces considerarse que la in-
para ofrecerla al Ser; en arran- finidad de una esencia implica
carnos al tiempo, a lo finito, a lo siempre necesariamente su existen ..
cambiante para hacernos ciudada- cia. (M. GUER0ULT, Malebrauche 1
71.) ' '
nos de lo eterno, de lo infinito y
permanente; en pasar del espacio 17'. la infinitud -en el senti-
al espíritu, del egoísmo al amor, do de esencial inconclusión- es
del mal al bien, del mundo a Dios. nota inherente a la definición mis-
(AMIEL, Journal i11t., 2 febrero ma del progreso por dos razones:
1855,) porque la 1·ealización o cumpli-
miento de un valor nunca puede ser
V. Dios, 38. tal que excluya una realización o
Infinidad. Lal. in/inila,i, inmensi- cumplimiento del mismo valor, y,
dad. además, porque el reino de los va-
A. En sentido abstracto: carácter lores en conjunto es, él mismo, in-
de lo que es infinito, cuantitativa o finito. (1\1, GARCÍA M0RENTE, Eusa-
cualitativamente, yos, 120.) Ad. E.
12. Mi querida n111a, ¿qué os INFLUENCIA. Der. del lat. i11/li1c-
parece la infinidad ele mi carta? 1·c, corrcL' (un líquido), insinuarse, in-
Si quisiera, eetal'Ía escribiendo filtrarse.
J-1, Diccionario dd Lcng:uaje 1-'ilo~ólico,
INFORMACIÓN 530

Acción, ordinariamente lenta pero ll. En ,,1 uso 01·dinario: al•ción de


eficaz por su continuidad, que una per- d111· noticias, informes (Ministerio
sona o cosa ejerce sobre otra. Influen- de Información). Estos mismos infor-
cia del clima, de las compañías. mes (informaciones de primera mano).
l. Los escritores que tienen in- C. En el sentido técnico de In ci-
fluencia no son sino hombres que bernética: «Elemento de conocimiento
ex¡,resan perfectamente lo que los relativo a un tema más o menos cono-
demás piensan, y que despiertan cido». (E11cyc/op. fr., «Cybernét.», 2).
en las mentes las ideas o senti- 'l'odn información comprende dos ele-
mientos que teno,an u brotar. (J. mentos:
J0UDERT, Pensécs, 238.)
2. Las influencias de las que
- el primero es un fenómeno
no se habla; las más fuertes son físico, al que llamaremos soporte
precisamente las secretas. Las de de la información,
las mujeres, las del público y las - el segundo, un fenómeno psi-
de los más jóvenes que nosotros. cológico, al que llamaremos se-
Escapamos a una u otra; pero es mántica de la información. (L.
muy difícil, muy raro, escapar a C0UFFIGNAL y M. P. 8CHOTZENBER-
las tres. (A. GIDE, Caract., (E11vres, GER, «La Cybernét.», 2, Encycl.
XII, 14.) fr.)
3. Lo extraño, cuando se ha- INGENIERO
bla de influencia, es que no suelen
considerarse más que las influen- Ingenio. Der. del lat. i11genium, ta-
cias directas. Y, sin embargo, la lento natural, habilidad.
influencia por protesta es, en cier- A. Facultad para discutir o inven-
tas naturalezas, tan importante tar con prontitud y facilidad. Intui-
por lo menos, y a veces n1ucho ción, entendimiento, facultades poéticas
más, aunque generalmente muy di- y creadoras (Real Acad.). V. Espí-
fícil de reconocer. (... ) Una natu- ritu C.
raleza algo fuerte cede más a la B. Por ext.: máquina cuya inven-
reacción que a la acción directa. ción requiere ingenio en el sentido A;
Los oponentes me interesan más princip. máquina de guerra, y más tar-
que los seguidores; pero me intere- de toda suerte de máquinas. Ingenio
san más aún los muy raros que motorizado. Un ingenio de azúcar.
no son ni secuaces ni oponentes, sin Ingeniero. Der. de ingenio.
ser tampoco sordos ni estúpidos.
(A. GIDE, Journal, 1929, p. 902.) A. En un principio se decín prin-
4. de todas las influencias, la
cipalmente de los oficiales de ingenie-
más fuerte es la del éxito. (Ch. DE ría militar y los constructores de inge-
nios guerreros.
GAULLE, lllémoircs, 111, 79.)
5. Al amigo preguntaron por el l. El que inventa, traza y diri-
amor de su Amado. Respondió ge trabajos y obras pnra atacar,
«que el amor de su Amado es in- defender o fortificar las pinzas.
fluencia de infinita Bondad, Eter- ( Dict. de l' Acad. fr., 1835.)
nidad, Poder, Sabiduría, Caridad y B. Más tarde ( ni hacerse principal
Perfección, la que influye el Ama- la acepción secundaria de antaño) :
do a su amigo». (R. LULIO, Libro 2. El que dirige obras o traba-
del amigo ¡¡ del Amado, § 85, p. jos públicos, tales como la cons-
GG.) Ad. E. trucción y mantenimiento de carre-
G. Influencia es el favor con- teras, la construcción de barcos, In
quistado por la amabilidad de In explotación de minas, etc. ( lb/el.,
virtud. (J.-L. VIVES, Introducci6n a 1935. Primera acepción de la pa-
la sa.búluríu, § 24, p. 24.) Ad. E. labra ln.génirnr.)
V. Afinidad, 3; Autoridad, 12; Geo- C- Hoy (al hacerse principal la se-
grafú,,, 7. gunda acepción del Dice. cit. de 1935) :
el que por su formación científica y
INFORMACióN_ Lat. informatio, técnica posee aptitud parn la construc-
acción de dar una forma, de formar. ción de máquinas y la dirección racio-
Acción de informar. nal de empresas industriales o agríco-
A. Filos. ( escolást.). Acción de dar las. El titulo de ingeniero es conferi-
forma. V. Forma, informar. do por una escuela especial.
631 INHIBICióN

3. Por extensión, se dice de LOUf~, Sur la rPctnn.p. cl<"s Saiuts,


cuantos se ocupan teórica o prác- 11.)
ticamente, de !ns aplicaciones de In 6. Somos ingratos con los favo-
física, In mecánica, la quimica o res, pero agradecidos con las aten-
la electricidad. (Dict. de /'Aca<l. ciones. (A. SIEGFRIED, Q11e/ques
fr.) max., 19.)
4. Entre los científicos propia- V. Gracia., 9; Obligación, 10, 12.
mente dichos y los directores efec- B. Falto de gracia. Un rostro in-
tivos de los trabajos productivos, grato.
empieza a formarse en nuestros
días una clase intermedia, la de Si11,: desgraciado, desgradable, feo.
los ingenieros, cuyo especial desti- Ingratitud. Defecto del que es in-
no es el de organizar las relacio- grato en sentido A.
nes de la teoria con la práctica. Contr.: gratitud•, agradecimiento•.
(A. COMTE, Co11rs de phi/os. pos,,
I, 64.) INHERENCIA
6. El ingeniero es, en cierto Inherente. Lat. inliaerens, part. pr.
modo, por definición, una persona de i11haerere, estar fijo (haerere) en
que se ha especializado en la pues- (in). V. Coherente.
ta en práctica de ciertas aplica- Que es esencialmente inseparable de
ciones de la ciencia. (L. DE Bno- aquello a lo que está ligado. Se emplea
GLIE, Nou.vcllcs pel'Bpcctivcs en mi~ sólo fig. Un derecho, un deber inheren-
crophys., 264.) te a la personalidad. Adherente se em-
Ingenioso. Lat. i11ge11ios11s (der. de plea en sentido propio (una pintura
iugc11ium), inteligente, inventivo. muy adherente) y no implica una in-
Que tiene o denota habilidad o inte- separabilidad esencial.
ligencia. Un mecánico ingenioso. Una ( ... ) cosas inherentes ( ... ) son las
invención, una solución ingeniosa. cualidades de los elementos que se
llaman primeras o principales, !a
INGRATO conformación misma de los miem-
Ingrato. Latin ingratus, que no es bros, interior y exteriorment¿_ (.J.
gratus, es decir, que carece de gra- L. VIVES, Tratado ele{ alma, -1--i.)
tia en el sentido de agradecimiento y Ad. E.
de gracia (agrado, encanto). Inherencia. Carácter de lo que es in-
A. Falto de agradecimiento (hijo herente a otra cosa.
ingrato) ; que no recompensa el traba-
jo que uno se toma (suelo, trabajo in- Juicio o proposición ele i11ltert.·Hciu.
grato). Proposición que enuncia que el atribu-
to es o no es inherente al suj.eto, es de-
l. Hay muchos menos ingratos cir, constituye o no una de sus propie-
de los que creemos, porque hay dades intrínsecas. Se op. a proposiciú:i
muchos menos generosos de los de relación. La proposición de inheren-
que pensamos. (SAINT-EVREMuND, cia «Pablo es más rubio y gracioso»
ffi'uvres 1nélées, I, I, 11.) se op. a la propos. de la relación
2. Con frecuencia las buenas «Pablo es más rubio y más gracioso
obl'as nos crean enemigos, y el in- que Pedro».
grato rara vez lo es a medias: por- La razón formal del acciden-
que no se contenta con no mostrar te es (dnherir» a una sustancia;
el reconocimiento que debe; que- por esto, su unidad es formalmente
rría incluso no tene1· a su bienhe- unidad de «in-herencia». (X. Zu-
chor por testigo de su ingratitud. BIRI, Sobre la esencia, 298.) Ad. E.
(Marquesa ou SADLÉ, Mcu., 12.)
3. A veces sólo reconocemos un INHIBICIÓN
beneficio por gana,· fama, y para Inhibir. Lut. i11hibc1·c (liabt're, ha-
ser más osadamente ingratos a los bc1·1 tener y pref. in, en): mantener re-
beneficios que no queremos reco- tener (p. ej., a un caballo). Comp. con
nocer. (lbíd., 74.) ¡>roliibere, mantener alejado, impedir.
4. al trabajar para el mundo, Fisiol. y psicol. Frenar o impedir un
habéis sembrado en tlenn ingrn- movimiento natural. Der.: inhibitorio,
ta ( ... ) que no ha podido dn,·os si- inhibidor (que inhibe).
no muy escasos frutos. (RommA- l. Inhibido (ingl. i11hibited; al.,
INMANENCIA 532

_qrhccml) califica al individuo que, de laR inhibiciones. (,J. DELAY, Dé.


por razones afectivas y general- nlgl, de l'lmmeur, 176.)
mente inconscientes, no puede lle- 7'. en sus extremos, exagera-
var n cabo las actividades que vo- das, la tristeza y la alegría son
luntariamente hn emprendido. (M. infecundas; llevan aparejada inhi-
Cl!OISY, Dict. c/r l'suchan.) bición de idens; en la suma triste-
Y. Deliberación, 7. za lo desdeñamos todo y en la su-
Inhibición. Lat. i>ihibitio. Fisiol. y ma alegl'Ía no pensamos en nada.
psirol. Proceso que susp-ende o dismi- (AzoulN, El escritor, 85.) Ad. E.
nuye la actividad normal; esta mismn V. Condició11, 16, 17; Rrpresi611, 9.
su;pensión o disminución. Puede ser
voluntario (la voluntad es, sobre todo, INMANENCIA
un poder dt> inhibición), involuntario, Inmanente. Lat. innianens, que
patológico (la represión). permanece (mancns, part. pres. de ma-
Sin.: resistencia, defensa, represión"'. nere, permanecer) dentro de (in), en
el interior de.
Contr.: excitación, impulsión, pul-
sión, exaltación, eretismo*. A. Por opas. a trascendente. l.
En general: que es interior al ser o al
2. La sacudida nerviosa había objeto de pensamiento en cuestión. Jus-
sido demasiado fuerte. Todo poder ticia,. sanción inmanentes = interiores
de inhibición se hallaba momentá- a los propios actos culpables, en el sen-
neamente suspendido en él. Su tido de que acarrean la pena natural-
pensamiento debía convertirse en mente, sin intervención de una autori•
acto, desde el instante en que se dad exterior (p. ej., la indigestión del
refería a la fulminante revelación glotón). Para los panteístas, Dios es
que había tenido que sufrir. (P. tan sólo inmanente al mundo.
B0URGET, L'é,nigré, 160.)
l. Dios es a la vez inmanente
3. La supresión de las antiguas y trascendente al universo; es in-
imágenes obedece a su inhibición manente ( = presente a todo el uni-
por la actitud presente. (H. BERG- verso y a todos los seres que lo
so:-., Jlat. et mém., 104.) componen) en tanto que es tras-
4. En el terreno visual, la in- cendente, es decir, en tanto que el
hibición de un estímulo por otro universo sólo existe y subsiste por
preponderante aparece muy parti- él. (R. J0LIVET, Vocab., 90.)
cularmente en los conflictos entre 2. nuestra idea de las verdades
ambos ojos. (H. PIÉRON, Psyohol. o exigencias trascendentes, reales o
expér., 80.) no, permanece i•nmanente en tanto
5. La inhibición, disminución o que idea nuestra. (... ) .
incluso detención, brusca o progre- Así, la afirmación inmanente de
siva, momentánea o duradera, in- lo trascendente ( ... ) en nada pre-
termitente o continua de la activi- juzga la realidad trascendente
dad psicomotora, se presenta, ya las afirmaciones inmanentes. (M.
como consecuencia de una orden BLONDEL, Lcttrc sur les cxiget1ces,
llegada de la corticalidad (lóbulo 3!1, 40, P. U. F., 1956.)
prefrontal), ya como la respuesta 3. Todo juicio histórico, inma-
endocrinovegetativa (vagotonía) a nente al devenir, es también un
las emociones, los espasmos o las juicio sobre la historia trascenden-
hipertonías musculares. (C. STRE- te al devenir, y recíprocamente.
LETSKI, Clavier psychol., 70.) (G. FESSARD, L'actualité hi•t., II,
G. Por analogía con los hechos 370.)
precedentes [de orden fisiológico). V. Acto, 43; Conciencia, 26; Dato,
se da también el nombre de inhi- 2; Fc11ome110/ogía, 9; Nosotros, l.
bición a la retención que la exci- 2. En KANT: que permanece dentro
tación de las partes superiores del del dominio de la experiencia, Para
cerebro ejerce sobre los centros KANT, la «ilusión trascendental» con-
nerviosos subyacentes. (G. DUMAS, siste en hacer un uso trascendente• de
Tr. de psychol., I, 252.) principios sólo válidos para un papel
7. junto a estas grandes psico- inmanente, es decir, usados para infe-
sis, hay neurosis en las que la per- rir de lo que vale para nosotros, en el
turbación del humor depende no interior de nuestra experiencia, lo que
de las pulsiones, sino del fracasu es válido fuera de nosotros, en si.
533 INM,\NENCIA

3. Por oposición u transilivo (en no ha sido siempre bien compren-


lnt. escolúst., tra11sie11s): se dice de la dido. (... ) Y he aqui en qué con-
acción o la causa cuyo efecto perma- siste ese principio. La realidad no
nece dentro del propio agente y no pro- está hecha de piezas distintas yux-
duce cambio exterior. Por ej.: la acti- tapuestas; todo es interior a todo;
vidad mental que conduce a la forma- en el menor detalle de la naturale-
ción de un concepto. za o de la ciencia, el análi~is yuel-
4. Dios es causa de las cosas ve a encontrarse con toda la cien-
que son en él (... ) Por otra parte, cia y toda la naturaleza; cada uno
fuera de Dios, no puede haber nin- de nuestros es~dos y de nue,tros
guna sustancia [panteísmo] (... ). actos implica toda nuestra alma y
Luego Dios es causa inmanente, la totalidad de sus potencias; en
pe1·0 no transitiva, de todas las co- una palabra, el pensamiento se im-
sas. (SPINOZA, J,'//1,, I, «Propos», pJica a sí mismo por entero en ca-
18.) da uno de sus momentos o grados.
En resumen, para nosotros no
5. El carácter más radical del existe nunca el dato puramente ex-
conocer está en que se trata de terno (... ). La propia experiencia
una actividad, y de una actividad no es en modo alguno una adquisi-
in,n.ancntc: quiero decir que no ción de cccosasD que nos hubiesen
consiste en obrar sobre otra cosa sido antes totalmente extrañas;
o en producir un término, sino en no, sino más bien un paso de lo
·la perfección del sujeto mismo implícito a lo explícito, un movi-
( ... ). miento en profundidad que nos re-
El conocimiento no consiste, vela exigencias latentes y riquezas
pues, de suyo en ningún tipo de virtuales en el sistema del saber
operación transitiva. (J. MARITAIN, ya esclarecido. ( ... ) Así, en nos-
Réf/c:,;. s. l'intellig., 50, 51.) otros no entra nunca ninguna ver-
V. Emanación, 2. dad que no sea postulada por lo
Inmanencia. Carácter de lo que es que la precede a título de comple-
inmanente en el sentido A. El hecho mento más o menos necesario (... ) .
de que una cosa sea inmanente en otra. (E. LE Rov, Dogmc et crit., 9-10.)
Contr.: trascendencia. A. Punto de vista ontológico: «Todo
5 bis. El largo conflicto entre la es interior a todo». V. Cita supra. Si
inmanencia y la trascendencia toca por ello se entiende que todos los ele-
a su fin; la trascendencia es la mentos de la realidad se implican rigu-
teología o la metafisica explicando rosamente unos a otros y no constitu-
el universo por causas ajenas a él; yen sino una realidad única, tal prin-
la inmanencia es la ciencia estu- cipio supone el panteismo o a él con-
diando el universo en las condicio- duce necesariamente.
nes que en él se dan. (E. LITTRÉ, B. Punto de vista gnoseológico o del
Fragm. de philos. posit., 111.) conocimiento.
6. La caracteristica más pro- 1. Principio absoluto de inmanen-
funda de lo vital como de lo men- cia: «Un más allá del pensamiento es
tal no es la conoiencia, sino la impensable». (E. LE Rov). La mente
inmanenda del todo a 1'as partes, humana sólo conoce lo que tiene ya en
la recíproca i,nterio~idad de los ele- sí. Es imposible conocer algo existen-
mentos, la continuidad en el tiem- te en sí, fuera de la mente; la mente
po y la supervivencia del pasado. permanece necesariamente encerrada
(A, Bum.oUD, Pri11c, d'1t11c paycho/, en sí misma. Es el argumento esencial
des tend., 237.} de los idealistas.
V. Experiencia ll, 20. 8. la tesis de la inmanencia in-
Principio de inma11c11cia., Suele for- tegral conduce (... ) ni solipsismo
mularse diciendo que «todo es interior más radical, al que no obstante
a todo». Pero esta fórmula sólo expre- ningún idealista se resigna. (A.
sa el inmanentismo ontológico, No obs- ETCllEVERRY, L'irléalismc fr •..• ,
tante, hallaremos las demás acepciones 211.)
de este principio en el texto siguiente, 2, Principio relativo de inmanencia:
en el que figura el enunciado «todo es «Nada puede entrar en el hombre que
interior a todo•. ( ... ) no corresponda a alguna necesi-
7. · El principio de in·manencia dad ele expansión» (M. BLONDEL).
INMEDIATO 634

La cosa y ln verdad sólo es aceptada, [¿cifre sur les rxig. rle le,, pcns,!r
recibida y asimilada por quien de ella <'011/rlllp,, 30,)
tiene una cierta necesidad, ya sen in- 12. Poseo] se sirve de la inma-
tclectunl, ya moral, es decir, por quien nencia como de un método (... )
está preparado pnrn reconocerla. Es el nrloptodo a los libertinos a quienes
principio en que se basa el mHodo de quiere llegar y al fin que persi-
inmancnrin. V. Pra.gma.tismo fra.nrét~. gue, Realiza con ello una verdade-
9. el principio de inmanencia ra revolución. Antes de él, la apo-
no resume una doctrina, y mucho logética apo1·to al incrédulo y al
menos una doctrina de exclusión y creyente, desde fuera, un •onjunto,
fragmentación; caracteriza un mé- un sistema de pruebas ohjet1vas
todo y se refiere menos a la ver- ligadas por el razonamiento, y de
dad en sí que a nuestra manera de él se sirve para imponer a su asen-
entrar en relación con ella. Lo que timiento una doctrina trascenden-
afirma es que una verdad que vi- te revelada por Dios. Pascal, por
niese a nosotros puramente de fue- el contrario, parte del hombre y de
ra, como una cosa radicalmente un análisis del hombre, al que
exterior, extraña, heterogénea a muestra incompleto y miserable en
nuestra mente, sin previa prepara- la condición que le es propia ( ... ¡
ción en nosotros ( ... ) resultaría Renueva y refresca la apologé-
inasimilable, inaprehendible (... ) tica con este aporte de inmanencia.
(LE RoY, Dognie rt crit., 63.) Pero no hay en ello ningún inma-
10. El principio de inmanencia nentismo, Pascal desprecia dema-
no excluye en modo alg-uno, para siado la naturaleza para buscar o
cada individuo, e incluso (en cier- ver en ella la ralz de lo sobrena-
to sentido), para la humanidad en tural. (J. CALVET, De Frang. de
su conjunto, el hecho de una ense- Sales a Fénelon, 245.)
ñanza exterior que nos propone la 13. No es, pues, equivocado ver
verdad por vía de revelación. Se li- en el método de Pascal una prime-
mita a precisar las condiciones ba- ra forma del método de inmanen-
jo las que esa enseñanza puede lle- cia, al menos si por ello se entien-
garnos, a hacer la teoría de la ne- de un método que parte del alma
cesaria preparación interior. Y lo humana, de sus problemas y sus
que excluye es tanto el intrinsecis- aspiraciones, para mostrar que el
mo puro como el puro e::r.trinsecis- cristianismo resuelve aquéllos y sa-
mo. ([bid., 305-306.) tisface éstas; pero no un método
C. Punto de vista apologético•. Con- que tuviese por prueba suficiente
siste en permanecer en cierto modo en de la verdad del cristianismo el he-
(manero in) aquel a quien se quiere cho de que proporcione aquella ex-
lle,~ar a la verdad religiosa, es decir, plicación y responda a esas aspira-
en partir de lo que es, cree y experi- ciones. (R.-E. LAC0MBE, L'apo/ogét.
menta, tratando de conseguir que aque- de Pascal, 309-310.)
lla verdad le aparezca como respuesta lnmanentismo. Doctrina de quienes
a sus interrogantes, a sus necesidades. profesan el principio de inmanencia en
Se opone al método clásico que, pura- los sentidos A y B l.
mente intelectualista, se contentaba con 14. El inmanentismo es el sis-
probar la verdad de la religión median- tema que niega o desdeña cual-
te argumentos idénticos para todos. quier realidad trascendente, que
V. E:rtrinsecismo. conduce a encerrar al sujeto en si
11. En qué consiste, pues, el mismo. (J. DE T0NQUfDEC, Imma-
método de inmanencia, sino en po- 11cnce, 3.ª ed,, 8.)
ner en ecuación, en la propia con- INMEDIATO
ciencia, lo que parecemos pensar y
querer hacer con lo que hacemos, Inmediato. Lat. imncdiatus, sin na-
queremos y pensamos en realidad; da (in neg.) en medio (mrdius),
de tal suerte que en las negacio- A. En el uso corriente (inll\ediatez
nes ficticias o los fines artificial- empírica) : que no comporta intervalo
mente queridos se hagan reconoci- de tiempo o espacio. Salida inmediata.
bles las afirmaciones profundas y En la inmediata vecindad.
las incoercibles necesidades por El español propende a no sentir
ellau implicadas... (M. BLONDEL, la solidaridad social sino tan sólo
535 INMEDIATO

en cuanto n !ns ventajas inmedia- tos de la conciencia, (E. LUBAC,


tas, desatendiendo las indirectas, Esqu. d'trn s¡¡st. de psych. 12.)
mediatas o lejanas. De ahf bas- 5. Lo inmediato es muy difícil
tante indiferencia para el interés de alcanzar, no es nunca dato, si-
general, deficiente comprensión de no más bien blanco; es más busca-
la colectividad, en contraste con do que dado. Cabría decir que hay
la viva percepción del caso inme- algo inmediato en la conciencia,
diato individual, no sólo el propio, pero que acaso no haya datos in-
sino igualmente el ajeno. (R. ME- mediatos de la conciencia. (.J.
NÉNDEZ PIDAL, Los cspaíwlcs en la W AHL, Tr. de métaph., 507.)
historia, 60.) Ad. E. l. Psicol. Que no implica interme-
La sobriedad de cuerpo y de diario alguno entre el sujeto cognos-
ánimo se contenta con los prime- cente y el objeto conocido: ya interme-
ros resultados, los inmediatos. Lo diario alguno en absoluto, como en la
que lentamente y más tarde se ha conciencia del Yo por sí mismo, ya nin-
de conseguir ya no despierta inte- gún intermediario en el que la mente
rés. Repugnan el insistir sobre lo se detenga, como en la perfección sen-
que se alcanza de una vez; esto sible (en la que, p. ej., el sujeto que ve
basta. (R. MENÉNDEZ PIDAL, Los cs- no tiene la menor conciencia ele la ima-
¡,aiioles en la historia, 23.) Ad. E. gen retiniana. [v. Id quo]).
B. Filos. Se dice del conocimiento V. Intuición, 3.
efectuado sin intermediarios. 2. Fenomenol. Que no implica, en-
tre el sujeto cognoscente y el objeto co-
Sin.: intuitivo"'. nocido, conocimiento previo alguno que
Contr.: mediato•. pueda confundirse con el dato real de
l. El acceso a lo inmediato no la experiencia.
se halla inmediatamente abierto Sin.: primitivo, primario, original.
para nosotros. Lo inmediato meta- Que es anterior a toda reflexión e,
físico es psicológicamente último: incluso, a todo pensamiento sobre el
ha de ser laboriosamente aislado, dato de la experiencia.
meta lejana de una larga marcha Sin.: prerreflexivo, antipredicativo,
regresiva. (E. LE RoY, La pcnséc simplemente vivido.
intuit., I, 112.)
6. la actitud religiosa forma
2. lo inmediato ( ... ) es, en su- parte de lo que, en el lenguaje mo-
ma, lo que de más profundamente derno, se llama la esfera de lo ir.-
vivido hay en el corazón de la rea- mediato, de lo vivido. ( ... )
lidad presente; no se trata sino de Si la fe pertenece a la esfera de
aislarlo en estado puro, no de res- la inmediatez, puede no obstante
catarlo del lejano pasado o de convertirse en objeto de ref!exión.
construirlo lógicamente más allá (R. VANCOURT, La phénoménol. et
de la expe1•iencia. (lbícl., 133.) la foi, 106, 107.)
3. Los «datos inmediatos de la 3. Lóg. Que establece o percibe una
conciencia» se le entregan sólo a relación entre dos objetos de pensa-
gran precio, medi,ante un duro y mi-ento sin ayuda d-e ningún inter-
largo esfuerzo de desmonte y des- mediario. Aprehensión inmediata de
combro, por una parte, de reflexión la causa de un hecho observado, de la
e integración, por otra. ( ... ) Esas consecuencia de una proposición dada.
intuiciones son <cinmediatas)) en el La inferencia* inmediata se opone al
sentido de que, cuando las tenemos, silogismo, que recurre al término me-
no necesitamos ya atravesar su- dio• (mrditts) para establecer una re-
cesivas capas intermedias; pero la lación entre los extremos•. V. Silogis-
eliminación de los intermediarios mo.
parásitos o embarazosos y la in- I11mccliatez (neo!.). Carácter de lo que
tegración de las ¡,artes legitimas es inmediato.
ha exigido un trabajo ele a¡ll'oxi-
mación ascético y reglado. (,J. VIA- 6 bis. La inmediatez es la au-
LATOUX, Le cliecoure et l'intuition, sencia de todo mediador; y se com-
32.) prende, pues de lo contrario sólo el
mediador sería el conocido, y no
4. Hay grnn distancia ele los da- lo mediatizado. (J.-P. SARTRE, L'é.
tos cmpfricos a los datos inmedia- trc et le n., 226.)
INMENSIDAD 536

7. La conciencia personal ex- dades ( ... ) : no porque los hijos de


presa en cada instante una cierta esas familias sufran de esas enfer-
inmediatez nuestra con el mundo ... medades en el seno de su madre,
(G. GusoORF, Déco,wcrtc de soi, sino en el sentido de que nacen
-126.) con una cierta disposición o faci-
v. 6. lidad para contraerlas. (DESCAR•
TES, Nota.e in programma, VIII,
Inmediación. Carácter de lo que es 367-358.)
inmediato (sin.: inmediatez•) o acto
que pone en relación inmediata con al- 2. he pensado siempre lo que
go (si11.: mediación•). nún pienso en cuanto a la idea in-
nata de Dios, que Descartes sos-
8. en general, cabe decir que to- tuvo, y por consiguiente en cuanto
das las verdades primitivas de ra- a otras ideas innatas y que no pue-
zón son inmediatas con una fomc- den venirnos de los sentidos ( ... ) ;
diación de i<lras. y creo incluso que todos los pen-
En cuanto a las ,,rrdadcs primi- samientos y acciones de nuestra al-
tr,.,a.s de hecho, son experiencias in- ma vienen de su propio fondo, sin
mediatas internas con una in11u·- que puedan serle dados por los
diación de scntimir11to. (LEIBNIZ, sentidos [v. armonía preest.J.
N. Essais, IV, 11, § 1, hacia el fin.) (LEIBNIZ, N. Essais, 1, 1, l.)
9. lo propio de esos estados 3. La suposición de algo inna-
[místicos] parece ser ( ... ) el con- to es In muerte del análisis; es el
tacto directo y la inmediación del recurso desesperado del filósofo
espíritu con la realidad poseída a que, sintiendo que no puede re-
bocajarro. (M. BLONDEL, en l'oc. de montarse más, y que la cadena de
LALANDE, lllisticismo.) los hechos está a punto de escapár-
1 O. La afección es una inme- sele, se resuelve a dejarla flotar
diación del valor por la sensibili- en el vacío. (M. DE BIRAN, (Euvres,
dad, como la sensaeión es una in- VIII, 218.)
mediación del conocimiento. (L. 4. La idea fuerza de causalidad
LAVELLE, Tr. des va./eurs, 11, 135.) es una idea innata, no en el sen-
tido de que el niño la conciba al
INMENSIDAD. Lat. inmensitas, ca- venir al mundo ( ... ), sino en el de
rácter de lo que es immensum, es decir, que la descubre muy pronto, tras
no (in) medido (mc11sum), inconmensu- un mínimo de experiencia, e inme-
rable. diatamente la aplica a los objetos
Carácter de lo que es inmenso, es de- más diversos. Al nacer aporta-
cir, sin límites. En sentido concreto: mos tendencias intelectuales tant.o
el espacio (las estrellas centellean en como motrices ( ... ), y lo innato de
la inmensidad). éstas no es más difícil de compren-
Inmoral y der. V. llloraJ. der que lo innato de aquéllas. (A.
BURLOUD, Prino. cl'unc philos. des
Inmortalidad. V. lllucrte. tcnd., 345.)
INNATISMO Innatismo. Doctrina que confirma la
Innato. Lat. imtatus, nacido en, na- existencia en el intelecto humano de
tural. ideas o principios innatos.
Lo que es poseído desde el nacimien- A. Prop.: doctrina de DESCARTES,
to o al menos forma parte de la na- para quien el hombre tiene tres clases
turaleza de un ser y no necesita ser de ideas: las adventicias (llegadas al
aprendido. espíritu por medio de los sentidos), las
facticias (fabricadas por el espíritu o
Sin.: natural, connatural, congénito, la imaginación, como la idea de sirena)
primitivo. y, finalmente, las innatas, es decir,
Contr.: adquirido. «nacidas con» el propio espíritu o con
t. Jamás he escrito o pensado el sujeto pensante, como son las ideas
que el espíritu necesite ideas inna- d~ cosa, pensamiento, verd~d, círculo,
tas que sean algo diferente de su Dios ...
facultad de pensar ( ... ). Las he B. Improp.: toda doctrina que ad-
llamado innatas en el mismo sen- mite en el psiquismo humano algo in-
tido en que decimos que la gene- nato: no sólo ideas, sino incluso for-
rosidad es innata en ciertas fami- mas a. priori (KANT) o ciertas inclina-
lias, o en otras ciertas enferme- ciones.
537 INQUIETUD

INNOV ACióN. Lnt. i1111ovatio, cam- tente casi hace falta haberlo he-
bio, renovación. cho. (SAINTE-BEUVE, P<>'T'tr. con-
Acción de renovar o innovar, es de• temp., V, 461.)
cir, de «mudar o nltern1· las cosas, in- 6. La inocencia suele ser una
troduciendo novedades» (Real Acad.). felicidad y no una virtud. (A.
El «esplritu Goncourt», que es FRANCE, Les dicux ont soi/, 226.)
espirito «de innovación», contrasta 7. Había soñado con ese pre-
con el espíritu «de tradición• que mio de elocuencia de la academia
cnrnctriza a In Academia France- para conquistar a su prometida.
sa. (Ch. BRUNEAU, Pctitc ltist, de En la inocencia de su corazón, veía
la /a11g11c fr., 11, 170.) en ello una brizna de gloria con
la que probar su valor a los pa-
INOCENCIA dres. (P. BounGET, Démo11 de mi-
lnoccnl•. Lat. i1111occ11s, comp. de 110- di, I, 20.)
ecn,i, port. pr. de 11occrc (dañar, per-
Estado de Íltocc11cia. Pr~p. (Teol.) :
judicar) y el pref. in: que no es nocivo
o culpable, estado del hombre antes del pecado
original. Por ext.: estado del niño an-
Exento de culpabilidad o incluso de tes del pecado personal.
toda idea del mal.
8. Los niños se hallan en un es-
1. cuanto más inocente parece tado anterior al de la moralidad,
[el amor representado en el tea- al que impropiamente se llama es-
tro 1 a las a:lmns inocentes, más ca- tado de inocencia, ignorantes e
paces son de verse conmovidas por irresponsables; y no pueden pasar
él. (PASCAL, Pc11sécs, 324.) de uno a otro, como es necesario e
2. Las mujeres creen siempre inevitable, sino mediante un inter-
inocente aquello a lo que se atre- mediario, la experiencia del mal;
ven. (J0UBERT, Pc11Bécs, 74.) pero tememos que el niño sienta la
3. Es raro que seamos del todo atracción del mal una vez revela-
inocentes de nuestros sufrimientos. do. (A. CARTAULT, L'intellect1<cl,
(J. RosTAND, Journal d'u11 caract., 242.)
169.) Inocencia citerior (más acá de la ten-
Inocencia. Lat. innoccn.tia., innocui- tación, es decir, antes) e inocencia ul-
dad, integridad moral. terior (después).
A. Estado de quien no es culpable 9. El niño es para la inocencia
de una determinada falta o delito. El ulterior un testigo de su inocencia
tribunal ha reconocido su inocencia. citerior: para la segunda infancia,
Contr.: culpabilidad. conquistada entre amarguras con.
B. Carácter de lo que no es dafü- tra la tentación y el cuidado, la
no, de quien no hace mal, no hace da- primera, la infancia del niño, re-
ño a los demás. La inocencia de una presenta la pureza prototípica, la
broma, de un remedio (suele decirse que todo hombre trata de revivir
inocuidad). Una vida de inocencia y sa- mientras aún es tiempo. (W. JAN•
crificio. KÉLÉVITCH, Tr. des vcrtus, 777.)
V. Técnica, 20. INQUIETUD
C. Estado del que ignora el mal y Inquieto. Lat. inq11ietus, que no se
no siente la tentación de conocerlo. La halla en reposo (q11iet11s), agitado, tur-
inocencia bautismal. La inocencia de bado.
los primeros años.
Turbado o agitado por el temor, o
Sin.: candor, candidez, ingenuidad. perpetuamente insatisfecho de su esta-
4. La perfecta inocencia es la do.
perfecta ignorancia. No es ni pru- l. Hay en torno a la~ religio-
dente ni desconfiada, y apenas ca- nes ·inquietos que se les aproximan,
be contar con ella; pero es una las tientan y tantean y tratan de
cualidad amable, a la que se res- inflamarse con ellas. Pero estos
peta casi tanto y se estima más tales tienen una tara de incomplc-
que a la virtud. (J. J0UBERT, Pc11- tud; lo quieren todo, más de lo que
sées, 92.) puedo dárseles y nada de lo que se
6. La inocencia ignora el mal, les puede dar; todo, con tal de que
no lo ve. Para ver todo el mal exis- se les dispense de ejercitar la vo-
INQUIETUD 538

]untad. (A. DEl,ACII0IX, La 1·r/ig. el R. Conwntahan los acontcci ·


In foi, 336.) mientas con una inquietud en lo
2. Como cnbnllo espantadizo, que la sorpresa, In curiosidad, una
los ojos exlravinclos, en punta las cierta incredulidad incluso, pare-
orejas al más pequeño ruido, con- cían tener mayor lugar aún que
traídos los músculos, presto siem- el miedo; evidentemente, la mavo-
pre a escapar de peligros quimét·i- rín se acostumbraba ya n la idea
cos. así se mantiene el inquieto, en de una posible guerra. (R. MARTIN
perpetua tensión, a la espern de DU G., Les Tllibanlt, VII, 75.)
una dificultad o una desgrncia que 9. La angustia no es la inquie-
eon todas sus fuerzas conjugadas tud, porque se puede estar inquie-
se aplica a conjurar. (J. TouLE- to sin sentirse angustiado. La in-
M0NDE, Les iuqnicts, 5.) quietud se halla muy cercana a la
3. llli padre ( ... ) era uno de duda, y apenas se distingue de ella
esos ciudadanos de espíritu inquie- sino por ciertos resonancias afec-
to y turbulento que, de creer al co- tivas: la duda se refiere a ideas,
misario de policía, al patrono y al la inquietud a destinos. Si a veces
cura, ponen en peligro la tranqui- una inquietud se aproxima a la
lidad de los Estados, la paz de las angustia, es aquella a la que se ca-
fábricas y el trabajo, e incluso la lifica de inquietud sorda, hecha de
sah·ación de las almas. (.1. GuÉ- una inexplicable impresión de in-
HENNO, Joun1al d'un Ji. de 40 ans, seguridad. Pero, incluso entonces,
69.) la inquietud es menos profunda que
Inquietud. Lat. Íllquictudo, estado la angustia: nos atormenta pero
del que se halla inquietus, es decir, que no es punzante. (J. BoUT0NIER,
no tiene reposo (quics, quietis), que es L'a11goissc, 10.)
tá agitado, turbado. 10. La inquietud ( ... ) es, sin du-
A. Antig.: estado de agitación del da, desagradable, pero deja subsis-
cuerpo y del espíritu, imposibilidad de tir apariencias tranquilizadoras
permanecer en reposo. Disposición con- hacia las que procuramos volver-
siderada como un desorden. nos. Los temas inquietantes no se
4. Inquietud de espíritu, hun,or imponen, podríamos decir que son
desigual, inconstancia del corazón, «marginales». La inquietud susu-
incertidumbre de la conducta: vi- rra justamente lo bastante alto pa-
cios todos del alma... (LA BRUYE· ra que la oigamos, como ciertos es-
RE, Caract., XI, 4.) pectadores charlatanes en el tea-
V. Espera, 3. tro. (lbíd., 35.)
B. Estado afectivo de aquel a quien V. Nervioso, 1; Obsesión, 4.
aprensiones más o menos vagas arre-
C. Disposición de aquel a quien
batan la tranquilidad de alma. nada satisface y que aspira siempre a
Contr.: quietud*. algo más. San AGUSTfN lo expresa asi
5. Inquietud (... ). Es una sim- al principio de sus Co11/csio11cs, ha-
ple ausencia de reposo causada por blando con Dios: «Nos habéis hecho
,Ja aprensión. En este estado, nos para vos y nuestro corazón está inquie-
hallamos intranquilos sin saber to hasta que descanse en vos».
concretamente por qué. (LAFAYE,
10'. Inquietud puede significar,
479.) entre otras cosas, a mi entender,
6. No perdemos ninguna de lo siguiente: deseo en cada mo-
nuestras inquietudes. Su causa es- mento de ser otra cosa distinta;
tá en nosotros, no fuera. Nuestro curiosidad siempre ávida; confian-
espíritu está hecho de tal modo za en sí mismo y luego a luego des-
que todo le sacude, y sólo en la confianza; taciturnidad y comuni-
soledad halla algún sosiego. En- cación efusiva; «contradecirlo todo
tonces es Dios quien lo inquieta. con Saturno y otorgarlo todo con
(A. GIDE, Jour11al, 28 mayo 1893.) Júpiter», según frase de nuestro
7. Estado de humor ligado a Gracián. (AzoRfN. El escritor, 22.)
un sentimiento de inseguridad en Ad. E.
el presente, de incertidumbre en el
porvenir, que excluye la tran- J,1sight. Subst. ingl. (ni. Eillsicht).
quilidad y no permite el reposo. (C. Empleado especialm. en psicol. animal
STRELETSKI, Clavier ps¡¡chr,l,, 96.) para designar, en el curso del apren-
539 INSTANCIA

diznje, In comprens,on inmediata, In 4. hace más de cincuenta años


inteligencia de In situación, de In que que in.stancia. pasó a la acepción de
resulta una súbita reducción o incluso tribunal o jurisdicción; lo atesti-
supresión de los errores, guan las diversas ediciones del
Si 11.: intuición. [.,aroussc. No cabe, pues, asom.
brnrse ni escandalizarse de que el
La Einsicht es In coniprr.n•ió11 de sentido se haya ampliado hasta el
In situación total, la apcrccpció11 de acompetencias1) no judiciales, y
inmcdia.ta del valor funcional de e9 acaso a competencia a lo que
las cosas con relación al fin per- i11,ta11cia tiende a suplir. (A. THÉ-
seguido. (Ed. CLAPAREDE, Genese RIVE, Clinique d1< langage, 126.)
de 1'/1ypoth., 63.) 5. Invoqué una instancia supe-
rior que me permitió recusar los
INSTANCIA. Lat. instantia, carác- juicios ajenos: me refugié en mi
ter de lo que es illsta11.s, a punto de lle- «yo profundo• ... (S. DE BEAUVOIR,
gar, amenazador, aruciante. En el vo.
eab. de la lóg., trad. el gr. enstaRis; lllénioires, 195.)
prop., acción de poner en; fig., acrión 6. Era necesario conseguir que
de alzar contra, objeción. se hicieran cargo del problema
f del ejército profesional J las ins-
A. En el uso ordinario. l. Peti- tancias políticas del país. (Ch. DE
ción, sobre todo la hecha por escrito a GAULLE, ,llém. de gucrrc, 1, 13.)
una autoridad u organismo oficial. Ce-
der a sus instancias. Elevar una ins- 7. hallé en el comandante en
tancia. jefe americano [Eisenhower] una
comprensión que me negaban las
2. En el vocab. juríd. Cada uno de instancias políticas de su país.
los escalones de la administración de (lbíd., II, 64.)
justicia. Juzgado de primera instan-
cia. 8. f A propósito de la creación
de la O.N.U.] Podia parecer salu-
B. Filos. En el ataque a una tesis, d-able que l1>s causas de dos conflic-
tras la respuesta dada a una objeción tos que amenazaban fuesen tra-
por el defensor, la impugnación que de tadas por la instancia internacio-
ella hace a su vez el objetante. nal. ( lbíd., III, 200.)
l. Carta de M. Descartes a M. 9. El sistema de las tres ins-
C. L. R. [ Olerselier) como respues- tancias del aparato psíquico de
ta a una colección de las principa- Freud (el Ello, el Yo y el Super
les instancias hechas por M. yo) ... (G, DESHAIS, Psychopathol.
Gassendi contra las precedentes gé11., 12.)
respuestas. 10. El gran mérito de Freud es
Señor, muy obligado os estoy de haber introducido la noción de la
que, viendo que he descuidado el instancia que llamamos «super
responder al grueso tomo de ins- ego», es decir, el espíritu de una
tancias que el autor de las quintas familia o de una tradición que nos
objeciones ha compuesto contra forma, nos hace solidarios de un
mis respuestas ... (DESCARTES, C. de medio o de una colectividad cuyos
12 enero 1646, IX A, 202.) miembros sufren todos, en mayor
o menor grado, el mismo destino.
2. Hemos de buscar la solución (R. LAF0RGUE, Psyclu', 107-108
de esta instancia. (M. VILLER, [ oct. 1955], p. 460.)
Dict. de spiritual., II, 656.)
11. En un proceso de aprendi-
3. Todas las verdades metafísi- zaje ( ... ) , podemos distinguir una
cas, por rigurosa que haya sido su actividad directriz y unos mecanis-
deducción, dejan de hecho la puer- mos dirigidos. La primera repre-
ta abierta a una instancia de senta la instancia psicofuncional
duda. (H. DE LUDAC", S11r lrs clic- que da, en función de un fin, una
mins do Dicu, 53.) significación y un valor a los ac-
C. En el lenguaje contemporáneo. tos. (A. REY, L'c.ra111rn cli11iq1tc ,t
l. Por extensión del uso juridico: ca- psuchol., 91-92.)
da uno de los diferentes escalones de 12. El paso decisivo en la evo-
una jerarquía cualquiera; por ana,., lución del racionalismo fue dado
norma o plan considerados dlmtl"O de por Kant, con la apelación a la ra-
un conjunto jerarquizado, zón práctica como a una última
INSTANTE 5-10

instancia, mñs rlccisivn que la pro- 3. Por influencia ele! inglés (for
pin razón. (Ch. BAUDOUIN, 1/dmc i11Rla11ce, p. ej.) y en el sentido ele F.
d l'nctio11, 12.) UACON: ejemplo típico. V. Crucial. Muy
13. Los sindi0atros de nuestro poro usado.
pais se han convertido en una ins- 21. Podemos fundadamente de-
tancin rival del Estado. (Siid,lruts- cir que un amor pasajero no es en
chc Zciln11g, agosto 1054. Cit. por modo alguno tal amor ( ... ) y que
A. THÉRIVE, Cliniquc clu lang., el que se cansa nunca estuvo ver~
127.) daderamente prendado. Adolfo se-
V. Cualidad, 12. ría una instancia evidente de esta
2. Categoría, esfera particular de verdad; o, como contraprueba, el
factor<es o de funciones (s'in íd<>a de je- ejemplo de Sten<lhal el demasiado
rarquía). fiel, por estar realmente enamora-
do. (CI.-E. MAGNY, Hist. du roman
14. La presión mímica no ce- fr., 1, 18.)
de sino en la medida en que su
func.-ión es prog-resiv,amente asumi- INSTANTE. Lat. i11stans, que está
da por otras inst.a.ncias reguladoras o permanece (sta11s) sobre o contra
del pensamiento. (G. GusoonF, Tr. (in): acuciante (que insta o insiste),
de métaph., 75.) amenazador.
15. El encuentro con el otro re- A. En sentido amplio (usual): es-
presenta una instancia esencial de pacio de tiempo muy pequeño. Espera
la presencia en el mundo. ( Ibírl., un instante.
250.)
Sin.: momento, minuto, segundo,
16. Los sociólogos americanos abrir y cerrar de ojos ...
Kardiner y Linton han dado el
nombre de personalidad básica a l. parece que en el momento
esa instancia cultural del hombre nos representamos, al menos de
en el mundo. ( Ibíd., 359.) manera indeterminada, una corta
17. La primera instancia espe- sucesión y que en el inatantc no
cífica de la noción de materia es la nos representamos ninguna. Por
resistencia. (BACHELARD, Matériul. eso el instante es más corto que el
rationaL, 10.) momento. (CONDILLAC, Syn., III,
389.)
18. La vi.sión, la intención, la
revisión. son tres instancias del U. En sentido estricto: punto de la
acto cognoscitivo. (G. BACHELARD, duración que n su vez carece de dura-
Rational. appl., 124.) ción. V. Ahora.
19. Instancia: determinante psí- 2. en rigor, el punto y el ins-
quico que obra -en un sentido da- tante no son partes del tiempo o
do (vector) y al que identificamos del espacio, ni tampoco tienen par-
por su posible oposición a otros. les. Son tan sólo extremos. (LEIB-
(J. PLAQUEVENT, Miserc sans no111, NIZ, N. Essais, II, XIV, 10.)
51, n.) 3. El «Porvenir» es la parte
20. Sufrimos una ilusión cuan- más sensible del instante. (P. VA-
do creemos tropezar con resisten- LÉRY, Jlfélanges, Pléiade, I, 307.)
cias que pensamos que proceden no 4. el hombre natural vive en el
de nosotros mismos, sino de alguna instante lo mismo que el animal
instancia radicalmente fuera de (... ). !Pero] por un aumento, por
nuestro alcance. (J. LADRIERE, en una generalización imaginaria del
Qu'est-ce que vouloir?, 52, Cerf, instante, por una especie de abu-
1958.) so, el hombre, al crear un tic1npo,
20'. la nueva masa encuentra no sólo construye perspectivas más
la plena franquía vital como esta- acá y más allá <le sus intervalos
do nativo y establecido, sin causa de reacción, sino que, lo que aún es
especial ninguna. Nada de fuera más, vive 1miy poco en el instante
la incita a reconocerse límites y, mismo. Su principal iristálación se
por tanto, a contar en todo mo- halla en el pasado y en el futuro.
mento con ot'ras instancias, sobre Tan- sólo permanece en el ¡fresen-
todo con instancias superiores. (J. te obligado por- la sensación: pla-
ORTEGA Y GASSET, La rebelión de cer o dolor. (P. VALÉRY, lbíd.,
las masas, 87.) Ad. E. 1024-1025.) .
541 INSTINTO

5. Nuestrn vida real no sale «prc3ente auténtico». (J.-L. ARAN-


nunca del instante. ( .. ,) Porque el GUREN, Ética, 191.) Ad. E.
pasado y el porvenir son hijos del V. Duraci6n, 12; Límite, 2.
pesar y el aguardo; en tanto que
el instante es el único luga1· en que INSTINTO
obramos, el centro de todas las gé- lnHtinto. Lat. ins/Íllc/11•, cxdtación,
nesis. (L. LAVELJ,E, Le inoi et so11 impulso. Der. del gr. stizrin, picar, de
drsti11, 184-185.) donde sligma, picadu·ra y estigma.
6. el instante es el lugar en que A. En sentid.; etimol.: tendencia
el pasado se convierte en porvenir. o impulso espontáneo e irreflexivo. En
(L. LAVEl,LE, D11 trmps et ele l'é- el hombre: impulso involuntario acom-
trr11ité, 247.) pañado de una impresión de necesidad
7. Es en el instante donde se incoercible; principalmente impulso
renlizn el cruce del tiempo y la irracional y amoral.
eternidad ( ... ). Por ello no hay l. La palabra instinto significa
tampoco nada más ambiguo que la en general, impulso; se opone a
regla que nos ordena vivir en el elección. Y tenemos razones para
instante: porque éste puede signi- decir que los animales obran por
ficar, o bien mirar tan sólo para impulso más que por elección.
lo pasajero, o bien no separarse (B0SSUET, De la connaiss. de
nunca de ~se acto eterno que en- Dieu ... , V. 13.)
contramos a través de cuanto pa- 2. No tiene la razón más que
sa, siempre idéntico y siempre nue- seguir su instinto natural para
vo. (lbld., 411.) persuadirse de que hay un Dios
8. El instante es, por oposición creador de todo cuanto vemos ...
ni intervalo, Jo que no dura. (W. (NIC0LE, Essais de mor., Disc. de
JANKÉLÉVITCII, Le mal, 24.) l' exist. de Dieu... )
9. Para el ser humano no exis- 3. Incluso en el fondo de la ma-
te el puro instante, porque el ins- yoría de los criminales hallamos
tante ( ... ) se halla siempre afecta- un instinto precioso desde el pun-
do por una doble referencia al do- to de vista social y que convendría
ble horizonte en el que se inscribe. utilizar: el instinto de aventura.
Está abierto al pasado, y esto es lo (J.-M. GAYAU, Esq. cl'1111e mol' ... ,
que crea la posibilidad de reasu- 148, n.)
mir lo que fue actual ( ... ). Y está 3 bis. al abrigo de estos dos
abierto también al porvenir; irr- potentes instintos, el gusto por lo
plica, pues, un aspecto de anticipa- raro y por la colección, los libros,
ción, y esto es Jo que crea la posi- por un momento amenazados, han
bilidad de representarse netos po· encontrado hoy un asilo seguro no
sibles. (J. LADRIERE, en Dialecti- sólo contra la podredumbre y
la
ca, 55 [15 dic. 1960], 312.) carcoma, sino incluso contra su
9'. Los actos privilegiados en más sutil enemigo, el lector. (P.
cuanto a la profundidad y reasun- CLAUDEL, Positio11s et p1·op. I
128.) ' '
ción que en ellos se alcanza son
el «instante», la «repetición» y el 4. El término instinto es apli-
«siempre». El concepto de los dos cable, ~n ~ui opinión, a todo pro-
primeros fue forjado por Kierke- ceso. ps1qmco cuya energía no estñ
ganrd y desarrollado luego por dominada por la concie.ncia. (C. G.
Jaspel'S y por Heidegger. ( ... ) El JUNG, Types psychol., 473.)
«instante» es un acto momentímeo 4'. En vez de suplantar lo ins-
que, Jevantúr:dose sobre 111 suce- tintivo e irracional con la razón
•ión lempornl, toen Ju trascenden- conviene completarlo con ésta. L~
cia y tul vez In decide. Es In eter- razón no se basta nunca a sí mis-
nidad en el tiempo, tungencia de ma. Es sólo corrección del instinto
lo eterno y lo histól'ico, descenso pc1•fcccionamiento de la esponta'.
de la infinitud u la existencia fini- neidad. (J. ORTEGA Y GASSE1', Tie-
ta y elevación de ésta a aquélla en l'l'<IS rh-1 po,-ve11ir, Obrns, 111, 481.)
un "golpe de vieLa» decisivo, echa- Ad, E,
do desde la p1·ofundidad de un V. Acto, 23; Cólera, 4; P,·opieclacl, 9,
INSTINTO 542

B. En el vorab. filos. (princip. re- mo funcionar(t siemprl' ... (E. HA-


ferido a animales). Tendenciu que al- nAl1n. l/i1rnfi11cl d l,· comvort. u11i-
canza su fin por una destreza innata. m<1/, 11, 170-171.)
Impulso espontúneo de realizar ciertos n. Finalidad sin conciencia, en lo
actos ordenados a un fin, pero ejecuta- infraconsciente; tal es, tanto en
dos sin conciencia de esa coordinación lo concerniente n la vida como en lo
e ini..'luso de ese fin. Se opone n inteli- que concierne al instinto, la so-
g-encia. lución que proponemos. Consiste,
5. Un instinto puede ser defi- unn vez más, en sustituir, en ·1a in-
nido como una aptitud innata y terpretación de los hechos, la no-
hereditaria manifiesta en todos los ción de conciencia por la de tenden
individuos de una rnisma especie eia, y parte de la idea de que exis-
por la rapacidad de realizar auto- te una causalidad formal que do-
máticamente ciertos actos sin mina a la causalidad material, que
aprend!zaje previo ni deliberación, incluso es la única que merece el
sin posible progreso y sin conoci- nombre de causalidad. (A. Bua-
miento del fin a alcanzar ni de la r.ouo, De la psychol. a la phi/os.,
relación entre el fin y los medios 94.)
puestos en práctica para llegar a 10. ¿Maravillas del instinto?
él. (G.-H. RoGER, Physiol. ele l'i11s- Lns de In inteligencia me asom-
ti11et et ele l'intcll., 22.) bran mucho más. (J. RosTAND, Car-
6. Torpor vegetativo, instinto
nets d'un biol., 77.)
e inteligencia, tales son, pues, fi- C._ P~r. anal.: facultad de aprehen-
nalmente, los elementos que coin- der mtu1t1vamente las eosas complejas
ciden en el impulso vital común a Y delicadas, principalmente en las re-
plantas y animales, y que, en el laciones humanas.
curso de un desarrollo en el que Sin.: sentido, sentimiento, olfato,
se manife5taron en las formas tacto, intuición.
más imprevistas, se disociaron por 11. Corazón, instinto, principios.
el solo hecho de su crecimiento ( ... ) La razón tiene que apoyar-
(... ) son tres activida-des divergen- se, y fundar todo su discurso, en
tes de una actividad que se ha ex- esos conocimientos del corazón y
tinguido al aumentar. (H. BERG- d_el instinto. (... ) Los p·rincipios se
SO?'\, L'évolution cr., 136.) sienten, las proposiciones se infie-
ren. (PASCAL, Pensécs, 457.)
7. Nos queda que el instinto
puede servir para designar una ca- 12. Instinto y razón, indicios de
teg-oría de actos más o menos com- dos naturalezas. (lbíd., 487.)
plejos que suponen, en general, 13. Sólo quiero hablar por el
una participación del conjunto del instinto y el sentido moral inme-
organismo, realizados desde el prin- diato. (SAINTE-BEUVE, l'ort-Royal,
cipio con suficiente perfección y IV, 473.)
la mayoría de las veces sin pro- 14. El instinto de las verdades
greso ulterior, dotados de relativa sobrehumanas, que todos poseemos,
plasticidad entre límites bastante nos advierte que es peligroso ca-
angostos, y más o menos influidos llarse con alguien a quien no se
por )as circunstancias del momen- desea conocer o a quien no se nma.
to, pero dependientes de un meca- (M. MAETERLINCK, T,·éso,· des hum-
nismo congénito y que no es ad- bles, 10.)
quirido por la experiencia indivi- 15. El prefecto Worms-Clave-
dual. (H. PIÉRON, Bu//. Soc. fr. de lin tenia el instinto del ridículo y
Phi/os., XIV (1914), 314.) el sentimiento del absurdo. (A.
8. el instinto se confunde con FRANCE, L'ormc el!< mail, 137.)
los reflejos. Las caraeteristicns re- l G. De la natural bonhonomía
conocidas a los reflejos son preci- y benevolencia de Briand, de su
samente las que se atribuyen al instinto del compromiso, hacían
instinto: el reflejo es una activi- crímenes sus enemigos. (A. MAU-
dad ciega, innata y hereditaria, no1s, Tcrrc ¡,romise, 189.)
que no necesita ningún aprendiza- 17. La bohemia me atrain tan-
je y funciona desde el principio co- to como me rcpeHn. Por rnstinto,
543 INSTITUClóN

tcmín descarriarme y perder en cuando sus partidarios se ocupan


ella mi tiempo. (A. BILLY, La tcr- más de defenderla que de asegu-
,.CLssc <111 Lux., 228.) rarle una función útil. (P. PEE-
V. Intuición, 19. TERS, Scntcnces intempor., núme-
lustinto ele 1,•icla e iustinto ele muc,·- ro 139.)
1,• (FREUD). Los dos componentes que, 2. La salud social descansa en
en In psicología fraudiana, tiene el di- la severidad de las instituciones
namismo humano: el instinto de vida (que no excluye la flexibilidad, que
(Eros) está constituido por la libido y se confunde con la blandura)
comporta, junto con )ns tendencias se- atemperada por la caridad de las
xuales, la voluntad de vivir del indi- personas. (G. THIBON, Rctour au
viduo; el instinto de muerte (Thauu- réel, 109.)
tos) consiste en unn agresividad pura- 2'. un síntoma claro en que se
mente dcst1·uctora. conoce cuándo los usos constituti-
18. hemos admitido la existen- vos <le una institución son acerta-
cin de un instinto de muerte que dos, es que aguanta sin notable
tiene por función el retrotraer quebranto una buena dosis de abu-
cuanto se halla dotado de vida or- sos, como el hombre sano soporta
gánica al estado inanimado, mien- excesos que aniquilarían al débil.
tras que el fin perseguido por el Pero a su vez una institución no
Eros consiste en desarrollar la yj_ puede constituirse en buenos usos
dn, y, naturalmente, en mantener- si no se ha acertado con todo ri-
la y conservarla ... (S. FREUD, E.s- gor al determinar su misión. Una
sai.s de ps11cha,nal., 208.) institución es una máquina y to-
da su estructura y funcionamien-
Instintivo. Que procede del instinto. to han de ir prefijados por el ser-
Reacción instintiva. Repugnancia ins- vicio que de ella se espera. (J. Orr-
tintiva. TEGA Y GASSET, 1lfisión de la Uni-
19. Al igual que los reflejos, versidad, Obras, IV, 314.) Ad. E.
los tropismos no son ni reacciones
perceptivas ni reacciones motiva- 2". Toda institución es un ser,
das. Estos dos caracteres los dis- aunque sólo tenga la realidad que
tinguen profundamente de las re- da la idea; pues yo de mí ~é de('ir,
acciones instintivas. (G. VIAUD, Le.~ que creo más reales las idJas, aun
instincts, 116.) que sólo vivan en la coneien<·ia, que
los hechos acaecidos en el t:empo.
Instintual (neo!.). Que pertenece a la (E. CASTELAR, Discursos, 39.) Ad. E.
categoría del instinto.
C. Filos, Esta palabra se presenta
20. Si supiéramos por qué es- bajo dos aspectos: uno de contingeneia.
cribimos, sabríamos, a la vez, por porque la institución (sentido A) es he-
qué vivimos. Escribir es unn fun- cha en un momento dado y podría no
ción biológica, en la que partici- ser hecha; otro de permanencia o es-
pan todos los componentes in!-tin- tabilidad (sentido B), porque una vez
tuales del ser. (J. ROSTAND, J',·11- hecha, lo que ha instituido subsiste en
sécs d'un biol., 185.) cierto modo por sí 1nismo, como señala
la raíz s/a,-c. De ahí las dos acepciones
INSTITUClóN. Lat. institutio, ac- de la palabra institución.
ción de institucrc (raiz ata,·c, estar en
pie; de donde atatucrc, poner en pie, l. Por oposición a naturaleza: lo
establecer; con el pref. in, establecer que resulta de una determinación posi-
en); disposición, formación, educación, tiva de los hombres. En este sentido
doctrina (instilutioncs philosophiuc = opone CONDILL.AC los signos naturales
lecciones de filosofía). n los de institución. V. Signo.
3. Noto en general, en las re-
A. Acción de instituir. Institución laciones mundanas, que la cortesía
de un nuevo impuesto, de un nuevo de los hombres es más oficiosa, y
cuerpo e.Je funcionarios. la el~ las mujeres más acariciado-
B. La cosa instituida. Una institu- ra. Esta diferencia no es de insti-
ción muy antigua. Las instituciones po- tución, sino natural. (RoussEAU
líticas. En partic., establecimiento de Émilc, V, 471.)
educación (Institución Virgen de la Pa- 4. Se dice que unn cosa es i11s-
lomn). t itucióu para expresar que es obra
l. Unn institución est{, perdida de los hombres y distinguirla de
INSTRUCClóN 644

las que la nnturnleza hn ,•st,1bleci- po: nsi como In mente especula


do. (C0NDl!.I.AC, Sy11.) con auxilio de la inslrucción, rnirn
2. En una acepción (en partic. en el ojo con el de In luz; y de igual
el voc. jurídico) que presenta cierta modo que una luz brillantísima
analogía con naturnlezn: aquello cuya oscurece la vista, soportándola, sin
existencia, aunque 1·esultnnte de una embargo, poco a poco unos ojos
determinación positi\rn, no depende cx- fuertes, mientras que los débiles y
elusi,·amente de In voluntad nrbitruin enfermos quedan con ella como
de los hombres, sino que se mantiene agobiados, así soportan la instl'Uc-
por sí mismo, ya sea n causa de las ción los grandes y sólidos inge-
exigencias de la naturaleza (matrimo- nios ... (J.-L. VIVES, Tra!u,lo clel al-
nio), ya a causa de su utilidad social "'"• 91.) Ad. E.
(hospital). V. Cultura, O.
5. Una institución sólo tiene C. En plur, (instrucciones): con-
fuerza cuando corresponde a la junto de reglas, órdenes y advertencias
nece,idad verdadera y actualmente para el cumplimiento de un servicio,
sentida que hace establecerla. (E. el manejo de un aparato... El emba-
RENAN, Avc11ir de la se., 427.) jador ha recibido instrucciones. «Ins-
6. La institución es el testimo- trucciones para el uso de la máquina
nio sensible de la verdad de que el de coser.»
hombre no está solo en el escena- INSTRUMENTALISMO. Forma par-
rio de la vida social; están tam- ticular del pragmatismo• d,e J. DE-
bién las ideas. Éstas no han subi- WEY y la Escuela de Chicago: el pen-
do a él por sí solas; son los hom- samiento en general y las teorías en
bres quienes allí las han instalado: pa,rticular -no son sino un instrumento
pero una vez instaladas (... ) , para la ·acción (comprendida la acción
obran en virtud de un maravilloso intelectual o científica), y es su ren-
dinamismo ( ... ) . La institución es dimiento en ·la acción lo que constituye
el dinamismo de una idea triunfa- su valor de verdad.
dora. (G. RENARD, 1/institution,
153-154.) Sin.: experimentalismo.
7. En el juego experimentamos INSTRUMENTO. Del lat. instru-
la fuerza de los juramentos y la 1nentum.
resistencia propia de las institucio- En HEIDEGGER (en al. Zeug, de donde
nes. (ALA IN, Les idées et les áges, el subst. Zeughaftiokeit, cualidad de
1, 19(í.) lo que es instrumento, que traducimos
INSTRUCClóN. Lat. instructio, ac- por «instrumentalidad» : todo lo que
to de instniere (disponer, equipar, en-
puede servir.
señar). El instrumento no es tan sólo la
herramienta que maneja el ob1·e-
A. Acción de instruir o instruirse, ro; es todo aquello de lo l!Ue uno
es decir, de hacer adquirir o de adqui- puede c,servirse». Un periódico, un
rir conocimientos. tren, incluso una opinión, son o
l. La educación pública ( ... ) Ji. pueden llegar a ser instrumentos.
mitada exclusivamente a la ins- (... ) E1 instrumento incluye en
trucción, no intenta el desarrollo su ser mismo una doble referencia:
del ser completo. (Mme. NECKER por una pat"te, se halla ontológica-
DE SAUSSURE, Éduc. progressive, 11, mente ligado a otros instrumen
191, Garnier, 1911,) tos; por otra, remite necesaria-
2. La verdadera instrucción es mente a la existencia de un Da-
la que nos saca de nuestro mundo. sei11. La idea de un instrumento
(A. GIDE, Jour11al, 12 julio 1934.) úr:ico corresponde a una imposibi-
B. Conocimientos adquiridos por el lidad ontológica; la de un instru-
estudio. Tener instrucción. mento que no sirva a nadie es no
menos Impensable. (... ) La aguja
3. Siempre es más sencillo dis- exige el hilo, nero también el sas-
pensar una instrucción teórica que tre. (A. DE W AEHLENS, La pliil. de
dar una formación. (Y. DE M0NT- 111. lleideoo•r, 43.)
CIIEUIL, Mél. théol., 157.)
4. Nada hay más parecido a la IN'l'EGRAClóN
inteligencia que los ojos del cuer- fnlegro. Lat. inlege,•, comp. de in
545 INTEGRAClóN

priv. y un adj. emparentado con el ver- gcr (v. íntegro), volver a su estado, re-
bo tanucrc (tocar) : en lo físico, intac- parar.
to (intactas = no tocado), no dañado, A. Introducir algo de un todo co-
entero; en lo moral, honesto, íntegro. mo parte componente. Integrar una pe-
A. Completo, sin falta de ninguna queña empresa en una gran sociedad,
de sus partes. a un nuevo empleado en el personal de
B. Fig.: que es de una probidad una casa, una hipótesis particular en
incorruptible. Un juez, un examinador, una gran teoría.
un ministro íntegros. 3. La ciencia se ha hecho más
Integridad. Lat. integritas, carácter integrada, no sólo porque cada di-
de lo que está intcger, es decir, intac- visión se compone de teoremas mu-
to, sin disminución ni alteración; fig.,
tuamente dependientes, sino por-
carácter del que es de una probidad que las diferentes divisiones se ha-
escrupulosa. llan también en dependencia mu-
tua, es decir, que no pueden rorten-
l. Está en cuestión la inteori • der sus propias investigaciones sin
dad del hombre, en el doble sentido la ayuda de las demás. (SPENCER,
de totalidad o integralidad, y de la Premiers princ., § 115, p. 294.)
lealtad sin fisuras del hombre ín-
tegro. (E. DARDEL, L'histoire, se. Tipo integrado (E. R. JAENSCH):
du conc-ret, '34.) <cAquel cuyas operaciones mentales per-
manecen estrechamente solidarias unas
A. Prop.: estado de la cosa que de otras, de suerte que el dato obje-
permanece entera, intacta. El ejército tivo es siempre interpretado y defor-
defiende la integridad del territorio mado en función de las disposiciones
nacional; el magisterio eclesiástico, subjetivas». (M. VERDUN, Le caract. et
la integridad de la Fe. En historia, la ses corrél., I, 53.)
critica de integridad tiene por objeto Contr.: tipo eidético~.
restablecer los documentos en su esta-
do primitivo. Previsiones realizadas en V. Reflexión, 3.
su integridad. B. Mat. Efectuar una integración•.
Sin.: totalidad. Integración. A. Acto de integrar,
2. si, por casualidad, un frag- es decir, de reunir partes para formar
mento del pasado, en su integri- un todo orgánico, o de insertar un <le-
dad, fuera transportado a nuestra terminado elemento en ese todo. La
conciencia presente, este milagro integración puede ser mental (cuando
de resurrección haría inútil el Co- el pensamiento integra elementos di-
nocimiento en el sentido propio del sociados) o real (en este sentido se in-
término. Seriamos, de nuevo, el tegra un nuevo funcionario en un ser-
mismo Yo que habíamos sido. (R. vicio).
ARON, lntrod. a la phi!. de l'hist., Sin.: síntesis, agregación, incorpora-
55.) ción.
V. 7, Real, 27. Contr. : desintegración, disociación,
descomposición, disolución.
B. Fig.: cualidad de quien es ínte-
gro, es decir, de una probidad incorrup- 4. La acción del ruido sobre el
tible. carácter parece poco discutible, y
Integral. Der. del lat. integer. V. in- perjudica a la integración de los
tegro. trnbaj adores en sus medios profe-
sional y extraprofesional. (J .-1\L
Filos. Se decía de las partes que en- FAVERGE, Arlapt. ele la mach. á
tran simplemente en la composición de l'homme, 178.)
un todo, distinguiéndolas de las «esen- B. Estado de lo que se halla inte-
ciales)), sin las que no puede subsistir grado, es decir, forma un todo orgá-
una cosa. nico.
Sin.: integrante. 5. Lo propio de toda síntesis es
Cálculo i11teurul. «Parle de las mate- superar los elementos que sirven
máticas que tiene por principal objeto para constituirla ... Cada nivel de
la integración de las funciones, es de- integTación funcional supera los
cir, In determinación de nuevas funcio- niveles inferiores, integrándolos.
nes admitiendo las primeras como de- (H. DELACROIX, en N. Tr. de psy-
rivadas». (Dict. des Be.). chol., de DUMAS, VI, 478.)
Integrar. Lat. integrare•, hacer iufe- ll. Los diferentes grados de
35. Diccionariu cid l.1,:11¡iu:ijl' Filo~M1ru
INTELECTO 546

conformismo alcanzados consci~n- En España se fundó a fines del si-


te o in('onscfontcmcntc por el in- glo XIX un «partido integrista» para
dividuo permiten apreciar con cln- la defensa a ultranza de un bloque de
ridad el nivel de su integración en tesis politico-religiosas consideradas
el grupo. (M. CoUMÉT0U, en Tr. ele por sus mantenedores como «la tradi-
p81Jcho/. ap¡il., de PIÉRON, 1134.) ción». Ad. E.
C. Mat. Operación por la que se de- Integridad. V. brtcgració11.
termina ln función F ( x) o integral, INTELECTO
de la que la función considerada f (x)
es la derivada. Intelecto. Lat. intellcctus, der. de
iiitclligerc (comprender).
Rcdintegració11. Lat. rcdi11tcgratio, Facultad de pensar por ideas gene-
comp. de la raiz red, que señala una
vuelta atriis (,·cdirc, volver) y el subst. rales o conceptos. Sin. (más corriente
int.egra.tio, der. de intcge,· (intacto). Se en filos.): entendimiento•.
usa, también, reintegración. l. el intelecto, del que ésta
seria la mejor definición: la apti-
Acción por la que una cosa es de- tud para engendrar y manejar
vuelta a su primitiva integridad. ideas abstractas expresadas me-
A. Biol. Acción por la que un orga- diante palabras. (C. SPEARMAN, Ap-
nismo regenera la parte amputada o titudes de l'homme, 182.)
necrosada. V. Facultad, 1,2.
7. La pata que se quita al ani- En el vocab. aristotélico-escolást.: in-
mal [salamandra) se reproduce: telecto agente, intelecto paciente. El
la evolución de las células del mu- intelecto agente ( intellectus agtTUI) o
ñón es dirigida de modo que re- activo es la función por la que la inte-
construyen el miembro desapareci- ligencia separa a partir de los datos
do. La neoformación que tiende a concretos y singulares de la experien-
restablecer la integridad del plan cia (especie impresa), la idea o forma
orgánico manifiesta con toda evi- abstracta y universal de las particula-
dencia la influencia del conjunto ridades individuantes.
sobre el desarrollo de las partes. El intelecto paciente (intellectus pa-
( ... ) El organismo considerado tiens) o pasivo es la función por la
como conjunto o unidad intervie- que la inteligencia recibe y se expresa
ne, pues, y manifiesta su papel por a si misma la idea asi abstraída (espe-
este poder de redintegración que le cie expresa).
permite repararse y mantenerse Intelección. Lat. intellectio, manera
anatómica y fisiológicamente. (Cl. de comprender (intelligere), sentido B.
BERNARD, Le,ons sur les phén. de Acción de comprender. Princip.: ac-
la vie, I, 365.) ción del intelecto o entendimiento• que
B. Psicol. El fenómeno de la redin- comprende mediante procesos propia-
tegración consiste en que el estado de mente intelectuales o conceptuales.
conciencia (recuerdo parcial, sentimien- 2. La sensación del esfuerzo de
to ... ) que ha formado parte de un to- intelección se produce en el tra-
do tiende a evocar ese todo en su in- yecto del esquema a la imagen. (H.
tegridad. El recuerdo de un compañe- BERGS0N, Énergie spir., 174.)
ro de colegio tiende a hacer recordar
la clase entera, los incidentes de la vi- 3. Nunca me parece el pensa-
da escolar, etc. miento tan fácil, activo, feliz, li-
bre y consciente de si mismo como
Integrismo. Actitud de los integris- durante los relámpagos de intelec-
tas, quienes pretenden defender la in- ción. (... ) Comprender es ejercitar
tegridad de la fe. Adoptada a comien- nuestra actividad intelectual, dar
zos del siglo XX por ciertos adversa- prueba de espontaneidad y tener lo
rios del modernismo, la palabra tiene intensa sensación de una iniciati-
siempre en nuestros días matiz peyora- va personal. (A. SPAIER, Po11séc
tivo. concr., 24i5.)
8. puede afirmarse que a los in- 4. cuando se trata de circuns-
tegristas no les gusta más ser acu- tancias banales, ( ... ) no prestamos,
sados de integrismo que de here- por asi decirlo, atención o nues-
jía. (A. THÉRIVE, Cli11, du langa- tras intelecciones, contentándonos
ge, 87.) con utilizarlas. En la calle, en ca-
547 INTELECTO

sn, durante nuestro trabnjo, en 8. A riesgo de asestarle una


una conversación animada, apenas gran injuria [a P. Nisnn]. diría
tenemos conciencia de comprender que es un intelectual. (A. THÉRI-
las situaciones, los textos, lo que VE, Mrn-alistes de ce temps, 364.)
dicen nuestros interlocutores. No 8'. ¿ Qué lleva a los demás hom-
por ello los comprendemos menos. bres la enseñanza del intelectual?
( lbfd., 268.) ¿Para qué sirve socialmente ese
4'. El hombre no intelige pura- extravagante pesquisidor y con-
mente 111 realidad, sino que siente templador de verdades? La res-
la realidad misma, siente su for- puesta debe ser trimembre. La en-
mal carácter de realidad. De ahí señanza del intelectual auténtico
que el sentir humano no es puro du a los demás hombres el funda-
sentir, y que la primaria y funda- mento de sus técnicas vitales, no-
mental intelección humana no es bleza humana y capacidad de ilu-
pura intelección, sino que el sen- sión. Opción a la comodidad, dig-
tir (por serlo de realidad) es in- nidad entitativa, abertura a lo
telectivo, y la intelección (por ser maravilloso: no es poco. (P. LAíN
la realidad algo sentido) es inte- ENTRALG0, La Universidad, el ín-
lección sentiente; ambas expresio- telectu,o,l, Europa, 63.) Ad. E.
nes dicen lo mismo. (X. ZUBIRI, So- V. Abstracción, 3; Acto, 23.
bre la esencia, 451-462.) Ad. E.
Intelectualismo. A. Carácter de los
V. Concepto, 16, 16. espíritus, actividades u obras en los
Intelectual. A. Adj. Relativo al in- que predomina el pensamiento intelec-
telecto o a la inteligencia. Facultades tual, es decir, por conceptos. El intelec-
intelectuales, valor intelectual, trabajo tualismo de una enseñanza.
intelectual.
9. El intelectualismo sistemáti-
V. Tentación, 12; Vocación, 6. co de la civilización del libro ha
B. Subst. Que se dedica a los tra- empezado por sumergir, bajo el
bajos del espíritu o tiene predisposi- amontonamiento de ideas y pala-
ción para ellos. bras, el capital auténtico de la sen-
5. Nuestra definición del inte- sibilidad personal, alimentada de
lectual queda completa: es el que experiencia vivida. Ideas y pala-
pone la inteligencia por encima de bras nos permiten pensar y expre-
todas las demás facultades, el que sar, a la manera ajena, no sólo lo
se esfuerza por llevarla en sí a su que experimentamos, sino tambié.n
desarrollo más normal y completo, aquello de lo que no tenemos más
el que la emplea en la búsqueda que una noción abstracta y artifi-
desinteresada de la verdad me- cial, prestada. (R. HUYGHE, Dialo-
diante la rigurosa aplicación de los gue avec le visible, 63.)
métodos científicos. (A. CARTAULT, 9'. Sólo un bien ponderado in-
L'intellectuel, 66.) telectualismo que, para combatir
6. Intelectual. Había yo llega- la sinrazón del mundo, comience
do a ese punto de perversión en el por instaurar el buen sentido en
que, curioso por conocer las co- el hombre mismo, es capaz de ser-
sas, no se es ya capaz de vivirlas. virse de ese magnífico instrumento
(J. GUÉHENNO, Journal d'ttn h. de que es la técnica moderna, para
40 ans, 131.) el mejoramiento de las condiciones
7. Hasta el fin del siglo pasn- de la vida y la convivencia huma-
do habíamos tenido poetas, filóso- nas. (J.-L. ARANGUREN, Implicacio-
fos, sabios, artistas, escritores y nes ele la filosofía c-n la. uida con-
profesores. ( ... ) Ahora ya no te- temporánea, 44.) Ad. E.
nemos más que «intelectuales». Y B. Como teoría. l. En el sentido
si no se llaman francamente «in- A del sufijo ismo: doctrina que afirma
teligentes", es sólo por falsn mo- la especificidad de la inteligencia y no
destia ( ... ). Ese nuevo título de admite su reducción a otras facultades.
•intelectual" debía encantar por Por op. 111 voluntarismo: doctrina se-
su vaguedad incluso n semisabios 1 gún la cual el juicio es un acto de la
semiartistas y setniescritores, Es- inteligencia y no de la voluntad.
tá henchido de la fatuidad moder- 10. Tras hnber descartado los
na. (J. GUÉIIENNo, Calib,rn pco·le, argumentos del voluntarismo, ha
l 18-1 lD.) llegado el momento de demostrar,
INTELIGENCIA 548

si nsi puede decirse, o mejor de 13. Los intelcctualistas ( ... ) :


mostrar, la verdnd del intelectua- considerando In sensibilidad como
lismo. Si pudiésemos penetrar en una forma confusa de la inteligen-
el corazón del juicio, lo verlamos cia, dicen que el placer es un juicio
en cierto modo brotar de la inte- confuso de perfección, el dolor, un
li¡rencin. (R. VERNAUX, Esqu, d'1111e juicio confuso de imperfección. (Th.
tltéo,·ie ele la connaiss., 147.) RIB0T, P,ryc/wl. des senl., 83, Alean,
1900,)
2. En el sentido B del suf. -ismo:
doctrina que afirma la primacía, de 14. En In psicología de los sen-
hecho o de derecho, de las funciones timientos hay que desconfiar de
intelectuales, a las cuales tiende a re- la ilusión intelectualista que con-
ducir o subordinar todas las demás, siste en suponer razón en todo y
aferth-idad y voluntad. por todas partes, (Th. RIB0T, Es-
sai sur les passions, 39.)
11. la doctrina intelectualistn
y fatalista de Spinoza descansa en INTELIGENCIA
un principio que se presenta bajo
un doble aspecto. El pensamiento Inteligente. Lat. intellige,u,, part.
es idéntico al ser; todo lo que es pr. de intelligcre (1.0 en sentido pr.,
pensado realmente existe. ( ... ) Pe- elegir [lcgere, eligere] entre (inter);
ro, en este sistema, resulta radi- 2.0 fig., discernir, comprender). Que
calmente imposible explicar el comprende pronto y bien, que manifies-
error. Equivocarse es, en efecto, ta inteligencia (una fisonomía, una res-
pensar lo que no es, lo que supone puesta inteligentes).
la ruina del intelectualismo. (V. l. Ser inteligente no es sólo ser
BR0CHARD, De l'erreur, 94.) razonable; es añadir n la razón
12. Historiador de raza, el P. esa facilidad, esa flexibilidad que
Pierre Mandonnet era también to- permite habérselas con los seres, a
do lo dominico que cabe ser, y su menudo penetrándolos mejor de lo
intelectualismo le inspiraba una que ellos mismos se conocen. (J.
profunda desconfianza, a veces un GUITTON, lnvitation el la pensée ... ,
tanto -cómica, frente a cuanto era 1>19.)
franciscano o se inclinaba a la Inteligencia. Lat. intelligentia,, cua-
afectividad. (P. G!LS0N, Le phi- lidad del que es intelligens: acción y
losophe et la th,éol., 103.) facultad de comprender,
12'. Cuando los griegos descu- A. Como función o facultad. l.
brieron que el hombre pensaba, Facultad de comprender, es decir, de
que existía en el universo esa ex- interpretar los signos, de aprender por
traña realidad que es el pensamien- la mente la naturaleza de las cosas,
to (... ) , sintieron tal entusiasmo las causas o razones que !ns explican.
por las gracias de las ideas, que
atribuyeron a la inteligencia, al Se distinguen del entendimiento y
logos, el rango supremo en el orbe. de la razón en que: 1. 0 es más intuiti-
( ... ) Por eso creían que el destino va que discursiva; 2." su ejercicio va
del hombre no era otro que ejerci- acompañado de elementos irracionales
tar su intelecto, que el hombre ha- de orden asociativo o afectivo. De aqul
bía venido al mundo para meditar proviene el que, mientras se niega a
o, en nuestra terminología, para los animales el entendimiento y la ra-
ensimismarse. Doctrina tal es lo zón, se les reconoce generalmente una
que se ha llamado intr.lectuali,mw, cierta forma de inteligencia ...
la idolatría de la inteligencia, que l. la inteligencia no es sino In
aísla el pensamiento de su encaje, facultad de percibir relaciones jus-
de su función en la economía ge- tas y necesarias entre los objetos.
neral de la vida humana. ¡ Como si (Vizconde DE BoNALD, Théoric d11
el hombre pensase porque si, y no pouvoir, II, lib. VI, cap. XI.)
porque, quiera o no, tiene que ha- 2. La inteligencia es siemp1·e
cerlo para sostenerse entre las co- el arte de fabricar sistemas de
sas! (J. ORTEGA Y GASSET, Ensi- abstracción, en presencia de una
m.i.smamiento y alteraci611, Obras, situación o un universo, e ins ..1·-
V, 308-309.) Ad. E. tarlos en esta situación o este uni-
Intelectualista. Que profesa el inte- verso. Definición aplicable tanto
lectualismo o a él se refie1·e. a In inteligencia práctica como a
540 INTELIGENCIA

la teórica, (H. DELACR0IX, Grandes psicológico que condicion·a el des-


formas ... , 163.) cubrimiento de una solución nue-
3. La inteligencia es discerni- va. La tesis de la especificidad de
miento y elección. No ,adaptación la conducta inteligente se basa
en virtud de un automatismo pre- principalmente en el carácter más
establcoido, sino pensamiento de la o menos brusco del cambio de con-
situación, solución de la dificultad, ducta cuando, al cabo de algunos
habiendo sido vista la dJficultad tanteos, se percibe la solución. (D.
y después su solución, o viendo la LAGACHE, Encyclop. médico-chir.,
solución en la propia dificultad. 37030, A"', 6, 105i5.)
(H. DELACROIX, Le la,ng. et la, pcn- 9. La inteligencia es siempre
séc, 118.) comprensión e invención ( ... ). La
4. la inteligencia procede tam- comprensión y la invención son a
bién por tanteos. Su trabajo no es menudo en el hombre el resultado
sino una se~ie de ensayos y eli- de razonamientos abstractos y ló-
min1aciones. Pero, en vez de inten- gicos, posibilitados por la utiliza--
tar acciones desbinadas al fraca- ción del lenguaje conceptual. En el
so, ( ... ) la intetigenei-a ensaya en animal, son fruto de un pensa-
el pensamiento y en él l"econoce el miento intuitivo, intuición, intui-
fracaso de esos ensa:9'os. Reduce tion, insight, Einsicht. (... ) Los
así a un pequeño número las em- animales (... ) ven de antemano en
p1-esas efectivas; se embarca en las el acto imaginado su posible efec-
que ti•enen probabilidades de lo- to. (G, VIAUD, Les úistincts, 150-
grarse (razonamiento inductivo) ; 151.)
descubre a veces la única que pue- 9'. se ha de ajustar la inteli-
da tener éxito (razonamiento de- gencia a las materias; en las fa-
ductivo). Los procedimientos de la vorables, tirante siempre la credu-
inteligencia son los de la selección, lidad; en las odiosas, dar la rien-
pero de una selección que mata da y aun picarla. (B. GRACIÁN, El
ideas e hipótesis en vez de matar discreto, 72.) Ad. E.
seres vivos ... (E. G0BL0T, Syst. des 9". La inteligencia no es el fon-
••.• 142.) do de nuestro ser. Todo lo contra-
5. Originalmente, pensarnos só- rio. Es como una piel sensible, ten-
lo para obrar. Nuestra inteligen- tacular, que cubre el resto de nues-
cia ha sido vaciada en el molde tro volumen íntimo, el cual por sí
de la acción. (H. BERGS0N, Évol. es sensu stricto ininteligente, irra-
cr., 44.) cional. (J. ORTEGA y GASSET, ¿Qiu'
6. La inteligencia, considerada es filosofía?, 127.) Ad. E.
en lo que parece ser su funcio- V. Act-o, 44; Corazón, 15; Sentido,
111amiento original, es la facultad 26.
de fabricar objetos artificj.ales, 2. En el uso ordinario: cualidad
e111 particular herrarni•entas para del individuo que comprende con rapi-
hacer herramientas, y de va,rfar. dez cosas complejas o se adapta fácil-
indefünidamente su fabricación. mente. El saber, el trabajo, no reem-
(lb!d., 140.) plazan a la inteligencia.
7. La inteligencia es la sal de 10. No hay que confiar nunca
la investigación. Ella es la que ha- en la inteligencia de los ojos en-
ce dudar, la que crea inquietud cantadores. Parecen decir toda
en torno al hecho, la que razona, suerte de cosas; pero, cuando abri-
analiza, reúne los argumentos, mos la linterna, no hay llama den-
compara las observaciones, enfren- tro. (L. VEUILLOT, c. a Elisa, Co-
ta nuestras reflexiones con lo que rresp., II, 296.)
otros hayan podido pensar o de- l•l. La inteligencia es ( ... ) In
cir. (R. LERICIIE, La chirurgie, clis- capacidad de resolver por el pen-
cipl. de la, conna,iss., 222-223.) samiento nuevos problemas. Esta
8. frente a situaciones nuevas, definición funcional nos parece la
la búsqueda de los medios se hace más comprensiva que cabe dar de
aparente, y toma la forma ya del In inteligencia. ( Ed. CLAPAREDE,
tanteo (método de ensayo y error), Ge11esc cfo l'ltypotlt., 3.)
ya de la inteligencia, es decir, ele 12. Entendemos por inteligen-
una reforma est1•uctui·11l del cumpo cia la facultad de adaptarse de mo-
INTELIGENCIA r,:m
do rápido y racional a circunstan- do hny «enor». (Ed. CLAPAREDE,
cias modificadas. (G, MonF, Élém. Gen.ese tic l'ltypoth., 6.)
de ¡,sychol., 162,) V. Fe, 24.
13. Desconfiad de esos maes- C. Abusivamente (en la nomencla-
tros que se quej nn de continuo de tura corriente de la psicología en el
que sus alumnos son tontos. ¡ Que siglo XIX) : conjunto de las funciones de
vueh·an la queja contra al mis- conocimiento, comprendidas las senso-
mos! El que cree en la inteligencia riales.
de los demás la provoca y la hoce
nacer. El que de ello duda y des- 18. La inteligencia es la facul-
oonfía, la hace tim:ida hasta el tad de conocer. Comprende: ( ... )
punto de destruirlo. (J. GUÉHEN- la /1,ncim de adquisicim (... ) des-
iso, Sur le ckeniin des hommcs, 28.) empeñada por (, .. ) los sentülos y
la conciencia ( ... ) ; la funci6n de
V. Adaptación, 4. conservacim ( ... ) desempeñada por
ln.teligencü,, teórica e inteligencia la memoria( ... ). Por encima están
práctica. L& inteligencia teórica extrae las operacwnes propiamente inte-
de la experiencia particular nociones leclil,ales, (E. RABIER, 8. • ed. Le,.
y leyes generales; y después se refiere de psycl,ol., 89-90.)
a estas nociones o leyes generales pa- Inteligible, A. Acepción vulgar: que
ra resolver los nuevos casos que se pre- puede comprenderse su sentido. Hablar
sentan. Es conceptual, discursiva. La de m11111era intelig,ible.
inteligencia práctica es intuitiva: ve
en el propio caso concreto la solución Sin.: comprensible, claro.
buscada. Contr.: ininteligible.
Psicotécn.: el problema está en saber 19. siempre -he concebido la his-
si la inteligencia constituye una apti- toria de las doctrinas como un es-
tud especial o la resultante de aptitu- fuerzo para hacerlas comprender;
des diversas. V. Factor g. y, ¿ cómo mostrar que una doctrina
14. Parece, según los trabajos es inteligib1e sin justificarla? (E.
de los multifactoristas, que la in- GILSON, Le philos. et la théol., 41.)
teligencia tiene una estructura plu- Ininteligible. Aquello cuyo sentido no
ralista, es decir, que ya no se pre- comprendemos. Dice más que incom-
senta con la unidad de g, sino co- prensible, La expresión «una sola na-
mo un conjunto de aptitudes. La turaleza en tres personas» es inteligi-
inteligencia es ahora ese conjunto ble, aunque el misterio de la Trinidad
de aptitudes por ellos descritas. (P. resulte incomprensible.
OLÉ RON' Les compasan tes d,¡ r;,,.
20. Si el espíritu puede some-
tellig., 261.) terse a lo incomprensible, no pue-
B. A~ión o hecho de comprender de acoger lo ininteligible. (H. DE
en un caso particular. La inteligencia LUBAC, Ca.tholicisme, 254.)
de este texto es difícil. 21. La gran seducción ele las
Sin.: comprensión*, intelección•. obras ininteligibles está en que los
15. Posee la plena inteligencia tontos entienden tanto de ellas co-
[de los antiguos autores. mo los inteligentes. (J. RoSTAND,
(MOLIERE, Femmes sav., III, v. De la vanité, 14.)
Trissotin, hablando de Vadius.) 21'. Por efecto del vigor de su
16. Con frecuencia uTi comen- perspicacia y de la penetración de
tario oscnrece a un autor, en vez su inteligencia, comprendió luego
de damos su inteligencia. (Dict. que el cuerpo infinito era un ab-
de Trévuux.) surdo, una cosa imposible y una
17. En ( ... ) el acto de inteligen- noción ininteligible, robusteciendo
cia, cabe distinguir tres momentos esta apreciación suya con multitud
que, en mi opinión, nunca faltan de razones que se le ocurrieron
en el acto de inteligencia verdade- mentalmente arguyendo consigo
ro, integral: la pregu11ta, punto de mismo. (ABENTOFÁIL, El fil6sofo
partida de la operación intelec- autodülacto, 84.) Ad. E.
tual; la investigación, o descubri- B. Filos. l. Por op. a empirico
miento de la /,ip6tesis ( ... ); la vr- (dado a título de hecho, simplemente
rificaci.óu, o control de la hipótesis, constatable): que puede ser compren-
que hace que sea rechazada cuan- dido, en el sentido B de este verbo, es
551 INTENCióN

decir, que pueden conocerse sus cau- ticas susceptibles de coordinar los
sas o naturaleza intima. datos suministrados por nuestros
22. la experiencia prueba tan aparatos de medidas. (L. R0UGIER,
sólo que una proposición es verda- Tr. de la connaiss., 406.)
dera; para el matemático es pre- V. Matcmáticas, 18.
ciso, además, que sea inteligible.
(E. G0BLOT, Syst. des se., 20.) INTENCIÓN. Lat. intenti-0, acc1on
de tender (tensio, del verbo tendere)
23. el conocimiento del orden hacia (in).
constante de los hechos ( ... ) no bas-
ta para satisfacer la mente del En el uso ordinario, se emplea sólo
científico, Quiere saber por qué es- para expresar modalidades de la ac-
te orden es constante; es decir, que, ción; pero en el latín escolástico y en
suponiendo que lo constante debe los filósofos contemporáneos se dice
ser necesario, quiere percibir esta también del pensamiento.
rnecesidad; lo que significa que l. Todas las intenciones del
quiere llegar a relaciones inteligi- pensamiento y de la acción proyec-
bles, y que un& vez conocido el or- tan en torno al hombre un reino
den de las cosas, trata además de de personas, un conjunto de pro-
explicarlo. (]bid., 32-33.) yectos, un pulular de posibilida-
des entrevistas. La más económica
24. El verso era para Mallar- definición de un mundo seria la
mé el medio por excelencia de ha- de un espacio vital orientado en
cer pasar la realidad de la esfera función de una presencia que fija
de lo sensible a la de Jo inteligible, su centro, irradiando en torno su-
de la esfera del hecho a la defi- yo, hasta los límites de su hori-
nición, del azar a la necesidad, en- zonte, las diversas modalidades de
ecrrándolo en una combinación nu- su conocimiento y de su acción.
mérica infrangible. (P. CLAIJDEL,
Positions et propos., I, 203.) (G. GUSDORF, Tr. de métaph., 309.)
2. Por op. a sensible ( en partic. A. Sentido actual: lo que se pro-
en PLATÓN) : que existe fuera del mun- pone el que obra. Salvo en los empleos
do percibido por los sentidos, en un especiales de la fene>menol. (C), la in-
mundo de las ideas o mundo inteligible. tención ya no se refiere más que a la
voluntad o a la acción.
25. En la cumbre del mundo in-
teligible está la Idea del Bien, que V. Azar, 10, 11.
percibimos con dificultad, pero que Pero, a este propósito, cabe distin-
no podemos percibir sin concluir guir ordinariamente dos componentes:
que ella es la causa de cuanto hay la intención-proyecto y la intención-
de recto y bello. (PLATÓN, Républ., fin; así, el ebanista quiere hacer una
VII, 517 a-b,) mesa de despacho muy cuidada (inten-
26. debes distinguir dos espe- ción-proyecto) para ganarse un nuevo
cies de extensión, una inteligible, cliente (intención-fin).
la otra material. La extensió1t in- l. Lo que el agente quiere o quería
teligible es eterna, inmensa, nece~ (intención-proyecto), lo que se propo-
saria. Es la inmensidad del Ser ne o se proponía hacer.
Divino en tanto que infinitamen- . Sin.: propósito, proyecto, designio,
te participable por la criatura cor- idea, voluntad.
poral, en tanto que representativa
de una materia inmensa; es, en 2. Debe buscarse en los conve-
una palabra, la idea inteligible de nios la intención de las partes con-
una infinidad de mundos posibles. tratantes, sin detenerse en el sen-
(MALEBRANCHE, Médit. ch1·ét. et tido literal de los términos. (Có-
,nétwph., IX, 9.) digo civil fr., ar. 1156.)
V. Arquetipo, 2. 3. La 110/untad es fija v se re-
fiere a algo próximo; en ~cambio,
Inteligibilidad, Carúcter de lo que la intención es vaga y re!ativu a
es inteligible, algo lejano. Con la voliu,tad de
27. Para los físicos ele hoy, su hacer el bien, estamos muy cerca
única inteligibilidad [ del mundo] de hacerlo, vamos a hacerlo; con
reside en el hecho de que nuestro la intc-n01."ón de hacer el bien, tan
aparato mental es lo bastante fle- sólo tendemos a ello (in tendcrc,
xib1e para creul' formas matcmá- tcndor hacia), nos inclinamos a
INTENClóN 552

ello. ( ... ) Una mujer tiene, antes Dirección ,le intención. A. En teol.
del matrimonio, la intc11ci61t de moral: actitud interior que consiste, en
alimentar por si misma a sus hi- el caso de una acción de suyo buena o
jos, cuando los tenga; una vez ca- indiferente, pero con dos consecuencias,
sada y madre, tendrá o no tendrá una buena y otra mala, en no propo-
la t•olmrtad de hacerlo. (LAFAYE, nerse más que la consecuencia buena
1038.) mientras se permite la mala, entendién-
4. Mil intenciones no valen lo dose que el •bien perseguido es más im-
que un gesto. Y no es que las in- portante que el mal permitido. Asf, el
tenciones carezcan de valor; pero comandante que hunde su navfo (acto
el menor gesto de bondad, de va- de suyo indiferente) toma esta decisión
lor, de justicia, exige más que un no para exponer a su tripulación a la
millar de buenas intenciones. (M. muerte, sino para privar al enemigo de
MAETERLINCK, La sagesse et la un importante medio de combate: es a
dest., LXI, 150.) este resultado al que se dirige su inten-
ción.
5. [ Robert Greslou] sólo me
contó que vivía con su madre y B. En PASCAL (teoría que atribuye a
que su intención era hacer carre- los jesuitas) y de modo corriente: ac-
ra en el pnrl"esorado. (P. BOURGET, titud consistente, cuando una acción
Le disciple, (Eu.vres, III, 40.) de suyo mala es también buena desde
un oie.rto punto de vista o presenta
6. No tengo la intención de de- algunas ventajas, en justificarla con-
tenerme en esta parte de mi his- siderándola sólo desde este último pun-
toria. (G. DUHAMEL, Confess. de to de V'ista. Ej.: hacer una ·acusación
minu.it, XIX, 229.) calumnfosa para defender a un amigo
7. La intención es una cierta o para disculparse uno mismo; robar
guía del futuro. (W. JANKÉLÉVITCH, para socorrer a. los pobres o procu-
Tr. des vcrtu.s, 81.) a·arse mayor bienestar. Esta teoría su-
8. La verdad de la intención es pone que el fin justifica los medios.
el acto, afirma Hegel. Querer y ha- 11. tratamos de poner en prác-
cer son una misma cosa. (... ) Pe- tica nuestro método de dirigir la
ro la recíproca es también cierta: intención, que consiste en propo-
la verdad del acto es la intención. nerse por fin de las propias ac-
El acto sin intención no es más ciones un objeto permitido. Ello no
que un hecho físico, un puro movi- quiere decir que en cuanto está
miento. (J. LACROIX, en Rech. et en nuestra mano no apartemos a
dial. phiú>s. et écon., núm. 4, p. 7.) los hombres de las cosas prohibi-
9. Considerada en sí misma, la das; pero cuando no podemos im-
intención puede ser actual, virtual pedir J.a acción, purificamos al me-
o interpretativa. Es actual o del nos la intención, y corregimos así
momento cuando queremos con el vicio por medio de la pureza del
atención, conscientemente, lo que fin. (PASCAL, Prov., carta 7.ª)
hacemos o decidimos. Es virtual 12. Hay que humillar a esas
cuando obramos en virtud de una gentes, nos decimos; conviene pa-
decisión anterior, sin pensar en ra el bien de la Iglesia socavar su
ella al presente, o en estado de reputación y disminuir su crédito.
distracción. (... ) Para los moder- Esto se establece como un princi-
nos, la intención habitual es la que pio; sobre ello nos hacemos una
en un principio virtual ha deja- conciencia, y nada hay que no se
do de serlo al perder toda acción crea permitido con tan hermoso
sobre el movimiento voluntario. motivo. Se inventa, se exagera
( ... ) La intención interpretativa es (, .. ) : y todo ello, una vez más, a
1-a intención presunta o que presta- la mayor gloria de Dios. Ya que
mos a alguien, con razón o gratui- esa dirección de intención lo recti-
tamente. (A. THOUVENIN, en Dict. fica todo. (BOURDAWUE, Sur la mé-
de théol. cath., VII, 2268-2269.) disa,1ce, l.)
1O. La función educadora del 13. la dirección de intención
arte sólo existe en la medida en (... ) consiste en sustituir, mintién-
que la intención educadora está dose a uno mismo, la intención
ausente. (Th. MAULNIER, Arriere- verdadera a que la voluntad se di-
pe11sées, 142.) rige por una pscudointención. (O.
V. Volu.nuul, 29. HAMELIN, Essai... , 341.)
553 INTENCióN

14. La dirección de intención cia) y otro principal, si no exclu-


consiste en dar como fin a accio- sivamente, dinámico (por ejemplo,
nes culpables un objeto permitido. intentio voluntatis, intentio fi11is,
(A. BAYET, Lea Provinciales, 67.) es decir, tendencias consecutivas a
2. El fin con que se obra, el por- representaciones). (J. MARÉCHAI.,
qué de la acción. Podemos publicar las Pref. a A. HAYEN, L'intentio-nnel... ,
faltas de alguien para (con la inten- 12.)
ción de) perjudicarle, para prevenir a 1. En sentido cognoscitivo (adopta-
alguien a quien podria engañar, para do por BRENTAN0 y por la fenomenol.
demostrar que estamos bien informa- contemp. Cf. lntencionalidad).
dos. a) Aplicación de la mente a un ob-
Sin.: fin, motivo, razón. jeto de conocimiento (intentw forma--
16. Juzgamos de las acciones lis).
sin conocer su principio, que son 21. su intención [del teólogo)
los motivos y las intenciones. (... ) no se deja distraer de Dios. (A.
Observo la manera de obrar, y de HAYEN, Communic. de l'étre, 175.)
ella infiero por qué se obra: esto b) Objeto de pensamiento al que
es un abuso (... ), pues es eviden- la mente se aplica (intentio objectiva).
te que una misma cosa puede ser V. Objetivo B l.
hecha por motivos muy diferentes.
(BOURDALOUE, Sur le jug. témér., 2. En sentido volitivo: fin perse-
11.) guido por la voluntad.
22. esa palabra intención de-
16. La intención es el fin a que signa un acto de voluntad prece-
tiende el esfuerzo, o, lo que es equi- dido de otro por el que la razón
valente, el motivo que determina ordena alguna cosa a su fin. (San-
la resolución. ( ... ) El pretexto es to TOMÁS. S. Théol. I-II, Qu. 12,
una intención artificial y falaz, ba- art. 1, dd. 3.)
jo la que coloreamos y disimula-
mos, a veces a nuestros propios 23. la voluntad mueve todas las
ojos, la intención verdadera. (E. facultades hacia su fin, y a ella
G0BLOT, Voc.) pertenece propiamente ese acto
17. Me desagrada imaginar, a primero de «tender a», in aliquid
través de ,la página que leo, un ros- ten.dere, al que llamamos inten-
tro inflamado o contraído por la ción. ( ... ) Sólo se quiere el medio
risa, en el que se pinta la intención a causa del fin ( ... ). El objeto pro-
de hacerme amar lo que odio u pio de la intención es el fin que-
odiar lo que amo. (P. VALÉRY, rido en y por sí mismo. (E. GIL-
Pléiade, I, 1471-1472.) SON, Le thomismc, 347.)
18. Hay .que hacer las mejo- 24. Esa frase ( ... ) Bernard la
res acciones posibles con las me- había dicho sin duda con intención
jores intenciones posibles. (R. LE hostil. (A. GmE, Fau:z:-monnayeurc,
SENNE, Tr. de mor., 565,) <Euvrcs, XIII, 378.)
19. Este sistema de dispersión C. Fenomenol. Adopción de la acep-
de las acciones entre el personal ción escolást., pero sólo en el sentido
fue iniciado en los Estados Uni- cognoscitivo (B 1).
dos, con la intención de ensanchar Actitud o acto de la conciencia que
la comunidad. (B.-R. HAMERAY, da un sentido a los datos de la percep-
L'entrepr. industr. et les rclat. ción, de la imaginación, de la memo~
hum., 160.) ria ...
V. Acto, 29. 25. En mi pensamiento mas
B. En los escolásticos. Distinguen desnudo hallo el mismo tipo de or-
estos una inte11tio de orden cognoscitivo ganización que en la experiencia
y otra de orden volitivo. externa: la aprehensión de la exis-
20. Conocemos ( ... ) al menos tencia y una multiplicidad de in-
dos sentidos, diferentemente con- tenciones tendente n dar sentido a
cilia.bles, de la palabra intentio: lo que aprehendo. (G. BERGER,
un sentido formal y estático (por Rcch, •· le• co11dit. de la co,rnais.,
ejemp1o, iutentiones e,,usibifos, in.- 110.)
tcutio iutcllrctci, es cleril', inten- 20. la imagen y la percepción
cionos consolidadas en la concien- son dos Erlcb11i88C intencionales.
INTENClóN 664

Pero, ¿de qué naturaleza es la in- ;ntenci6n en el sentido cognoscitivo


tención de la imagen? ¿En qué di- (B 1 y C) es decir, del orden de la
fiere de la percepción? (J.-P. SAR- representación. Debe señalarse, no obs-
TRE, L'ima,gina. tion, 150.) tante, que para los fenomenólogos la
27. No hay que confudir inlcH- afectividad es también intencional, en
ción, en el sentido en que la toma- el sentido de que tiende al objeto y lo
mos. y voluntad. Decir que puede hace conocer a su manera. Se op. a
haber imagen sin voluntad no im- real. Especies intencionales: v. Espec-ie.
plica en modo alguno que pueda 29. ¿Acaso queréis saber ( ... )
haber imagen sin intención. A si el fin puede conmovemos por su
nuestro parecer, no es sólo la irnn- ser real o por su ser intencional?
gen mental la que necesita un a (MOLIERE, Mariage forcé, IV.)
intención para constituirse: un ob- 30. Lo que caracteriza a todo fe-
jeto exterior que funcione como nómeno psiquico es lo que los es-
imagen no pue<le ejercer esta fun- colásticos de la Edad Media lla-
ción sin una intención que lo in- maron presencia intencional (o
terprete como tal. Si me enseñan también mental) y lo que a nues-
de pronto una foto de Pedro, el tra vez podríamos llamar -utili-
caso es funcionalmente el mismo zando expresiones que no excluyen
que cuando una imagen aparece algún equivoco verbal- relación a
bruscamente y sin intervención de un contenido, dirección hacia un
la voluntad en mi conciencia. Pe- objeto (sin que haya que entender
ro esta fotografía, si es simple- por tal una realidad) u objetivi-
mente percibida, me aparece co- dad inmanen!,,. Todo fenómeno psí-
mo un rectángulo de papel de ca- quico contiene en sí algo a título
lidad y color especiales, con som- de objeto, pero cada uno lo con-
bras y manchas claras distribuidas tiene a su manera. En la repre•
de un cierto modo. Si percibo esa sentación hay algo que es repre ·
fotografía como «foto de un hom- sentado, en el juicio algo que es
bre de pie en una escalinata», el admitido o rechazado, en el amor al.
fenómeno mental es ya forzosa- go que es amado, en el odio algo
mente de otra estructura: otra in- que es odiado, en el deseo algo que
tención lo anima. Y si esa foto me es deseado, y así sucesivamente.
aparece como la foto «de Pedro•
( ... ) , si percibo a Pedro en la foto, Esta presencia intencional perte-
es que so¡¡ yo quien lo pone allí. nece exclusivamente a los fenóme•
¿Y cómo podría hacerlo ahí si no nos psíquicos. (... ) Podemos, pues,
es nor una intención particular? definirlos diciendo que son los fe-
(J.-P. SARTRE, L'imaginaire, 32.) nómenos que contienen intencio•
nnlmente en si un objeto (Gegen-
V. Cuerpo, 12; Fencmenowgía, 4; stand). (BRENTANO, Psychologie,
Retención, 2. página 102.)
lntencionar. En el voc. de la feno- 31. Las cosas exist,,n en los sig-
menol.: apuntar con el pensamiento. nos o semejanzas que las hacen
28. El pensamiento consiste presentes al pensamiento según el
esencialmente, según Husserl, en ser intencional. ( ... ) Y la propia
apuntar o intencionar a un objeto alma se hace objeto intencional-
trascendente al acto que lo cons- mente. (J. MARITAIN, Réflc:x . •.
tituye. (S. LANTIÉRI, en WEBER y l'intellig., 61-62.)
HmsMAN, Tableau de la philoa. 32. Estoy absorbido por mis ob-
contemp., 330.) jetos intencionales, por las «signi-
lnt,,ncional. A. Acepción usual: que ficaciones» del mundo, y olvido los
es querido o se pone In mira en ello. elatos inmediatos por los que tomo
Silencio intencional. Lesión intencio• contacto con la existencia de
na!. Finalidad• intencional. En este ese mundo. (G. BERGER, Rech. s.
sentido se usa más frecuentemente in• lea condit. de la connaia., 98.)
tencionado. 33. En J,n conciencia de si (... )
Sin.: voluntario, premeditado, deli- el espiritu está present,, a sí mis-
berado. mo eon presencia real y ya no in•
V. Automatismo, 22. tencional. (A. MARC, L'étrc et /'es-
B. En los escolást. y en el voc. de prit, 136.)
In fenomenol.: que es del orden de la Intencionnlidnd. A. En sentido abs-
555 INTENSIDAD

tracto: carácter de lo que es intencio- co es lo intencional. (X. ZUBIRI, So-


nal, únicami,nte en el sentido B de es- bre la esencia, 445.) Ad. E.
te adjetivo; es decir, carácter de lo que V. Cogito, 14; TrMcendencia, 17.
es de orden representativo o mental. B. En sentido concreto ( una. inten-
34. La palabra intcm:ionalidad cionalidad, intencionalidades) : acto de
no significa otra cosa que esa par- intencionar o aquello mismo a lo que
ticularidad radical y general que se dirige la intención. El odio es una
la conciencia tiene de ser concien- clase particular de intencionalidad, lo
cia de algo, de llevar, en su cali- mismo que el recuerdo o la percepción.
dad de cogito, su cogitatum en si V. TrMcendencia, 2 bis.
misma. (HUSSERL, MéditatitmS car-
tésicnncs, 1, 14.) INTENSIDAD
35. Entendemos por intenciona- Intensivo. Se dice de lo que compor-
lidad esa propiedad que tienen las ta intensidad pero no cantidad. Se opo-
vivencias de «ser conciencia de al- ne a eztensivo.
go». (HUSSERL, Idées ... , 283.) Intensidad. Der. del lat. fntenaua,
36. El conocimiento o pura «re- tendido hacia, intenso.
presentación» no es sino una de las A. Carácter de los fenómenos que
formas posibles de mi conciencia admiten un más y un menos, pero no
«de» ese árbol: puedo también son susceptibles de medida directa. In-
amarlo, temerlo, odiarlo, y esa su- tensidad de un sonido, de un dolor. La
peración de la conciencia por si noción de intensidad es intermedia en-
misma a la que llamamos «inten- tre las de cantidad• (que implica me-
cionalidad» se halla también en el dida) y calidad• (que excluye la escala
temor, el odio y el amor. (J.-P. de más y menos).
SARTRE, Situations, I, 34.) l. No cabe poner en duda el ca-
37. . .. la noción husserliana de rácter cuantitativo de la intensi-
intencionalidad. La intencionalidad dad sensorial. (A. PIÉRON, La scn-
es ese poder que la conciencia tie- sation, 58.)
ne de apuntar a un objeto, o, me- 2. Para asegurar la continui-
jor, el ser de la conciencia en tan- dad en las medidas de intensidad.
to que ésta es apertura al objeto. se establece la correspondencia en-
(M. DUFRENNE, La notion d'«a tre intensidades y números por me-
priori», 159.) dio de una variación cuantitativa
concomitante con la variación de
38. En una filosofía de la in- intensidad. Por ejemplo: la varia-
tencionalidad (... ), el objeto puede ción del volumen de mercurio mide
estar presente a la coneieneia sin la intensidad del calor; el ángulo
serle inmanente; es el correlato de refracción define un color, y
de la conciencia, considerada co- más tarde, la longitud de onda o
mo ·actividad intencional; no una frecuencia. ( ... )
determinación interior del sujeto
consciente, sino una determinación 3. Esto no impide que las me-
del campo intencional, del hori- didas de intensidad tengan sólo el
valor de simples puntos de refe-
zonte trascendente. (J. MonEAU, .an rencia. ( ... ) Dicho de otro modo,
Atti del XII Co,igresso internat. las operaciones aritméticas hechas
de filos., Venecia, 1958, II, 315.) con los números que miden las pro-
38'. lntencionalidad no signifi- piedades intensivas c-art>cen de sen-
ca lo que viene significando en la tido físico inmediato.
fenomenología: el carácter «inten- Una longitud doble que otra con-
dente» del acto y el carácter de tiene dos veces a esta última; pe-
mero correlato «intendido» del ob- ro una temperatura doble significa
jeto. lntencionalidad no es correla- simplemente «medida por un nú-
ción «en intención», sino que es un mero doble». El estudiante que
modo de ser. Ante tocio, un modo de merece 16 sobre 20 en el examen
ser de lo inteligido mismo qua inte- no es el que posee una ciencia do-
ligido; y este modo de ser es el que ble que In del estudiante que me-
es el mismo que el ser de Jnteli- rece 8. Hnblnnclo con propiedad,
gir qua inteligonte de éste, esto o pues, las intensidades no se ,miden;
lo otro. Y este modo de ser no-fisi- se miden las cantidades, pero las
INTERJ::S 656

intensidades se r,·gistran. (R. RE- las acciones vulgares. (NAPOLEÓN


NOIRTE, É/, ele c,·it. des Be., 129-130.) B., Virilités, 43.)
V. CuaNdad, 7, 8, 9. V. Ca¡,ital, 13; Co1•a.zó11, 7; Conve11-
R. Para BERGSON, las sensaciones ció11, 3; Individuo, 23; Virtud, 29.
no difieren en intensidad, sino tan sólo B. Disposición afectiva favorable a
en cualidad*. La imp1·esión contraria alguien o a algo, sin pretensión de be-
pro,'Íene de que proyectamos en la sen- neficio personal y capaz de suscitar la
sación lo que sabemos de su causa. abnegación. Tener interés por alguien,
4. Asociamos entonces a una por una obra de reeducación.
cierta cualidad del efecto la idea 7. Mayer me demostró un inte-
de una cierta cantidad de la cuu- 1-és del que acaso no soy digno.
sa; y, finalmente, como sucede pa- (G. DUIIAMEL, en RoBERT.)
ra toda pe1·cepción adquh,ida, po- 8, Hallé, en el oficio militar, el
nemos la idea en la sensación, la poderoso interés que tiene para el
cantidad de la causa en la cuali- espíritu y para el corazón. (Ch. DE
dad del efecto. En este preciso mo- GAULLE, /1/ émoires.)
mento, la intensidad, que no era V. Afecto, 6; Idiosincrasia, 3.
sino un cierto matiz o cualidad de
la sensación, se convierte en una C. Disposición intelectual hM:ia lo
magnitud. (H. BERGSON, Essai 8. que satisface la curiosidad, el deseo de
les dom,ées imm., 31.) saber y de comprender,
Inter. Pref. lat,: entre, prop. «en el 9. El procedimiento por el que
interior de dos» (ERNOUT y MEILLET). se constituye la atención volunta-
Interlínea, interceder. Interpsicología•. ria puede reducirse a esta sola
fórmula: hacer atrayente median-
U-TERJ::S te el arbificio lo que no lo es por
Interés. Der. del lat. intercst, im- naturaleza, dar un interés artifi-
porta. cial a las cosas que no lo poseen
natural. Empleo la palabra «inte-
Lo que importa y hace que nos ocu- rés» en el sentido vulgar, como
pemos de una cosa o que ésta llame valente de la perífrasis celo que
nuestra atención. mantiene la mente despierta». (Th.
A. Beneficio personal y apego egoís- RIBOT, Psychol. de l'att., 49.)
ta a ese beneficio. Generalmente se tra- 10. El interés es un efecto del
ta de ventajas de orden material. Ir a saber. (W. B. PILLSBURY, L'atten-
su interés. Matrimonio por interés. tion, 71.)
En particular: lo que produce una 11. El interés es atención la-
suma prestada. tente, y la atención, interés en ac-
l. Lo que parece generosidad to. (MoDOUGAL, en N, Tr, de psy-
no es a menudo más que una am- chol., de DUMAS, IV, 10.)
bición disfrazada, que desprecia 12. El resorte de la educación
los pequeños intereses en segui- debe ser, no el temor al castigo,
miento de otros mayores. (Caballe- ni siquiera el deseo de recompensa,
ro DE MÉRÉ, Réfl. mor., 27.) sino el interés, un interés profun-
2. Donde domina el interés, la do por la cosa que se trata de asi-
razón apenas se hace oír por mu- milar o ejecutar, (E. CLAPARtDE,
cho que hable. ( lbíd., 188.) Éduc, /011ctiom1., 232-233.)
3. El interés sigue siendo un 13. En si mismo el objeto no es
maravilloso instrumento para sa- nunca interesante: su interés Jo
carnos agradablemente los ojos, extrae siempre de la disposición
(PASCAL, Pe-nsées, 368.) psicológica del sujeto que lo con-
sidera, (Ed. CLAPARtDE, Psychol. de
4. El interés habla toda clase l'c11/., 10.)
de lenguas y representa toda suer-
te de personajes, incluso el del des- 14. el valor y la fecundidad del
interesado. (LA RoCIIEFOUCAULD, trabajo están en relación llirecta
Max., 39.l con su interés intrínseco. Al sus-
tituir este interés intrínseco por
5. Las virtudes se pierden en un inte1-és extrínseco (como el de
el interés como los ríos en el mar. evitar un castigo), nos privamos
( lbí.d., 171.) lle) concurso espontáneo del espíri-
G. El interés sólo es la clave de tu. ( lbúl., 493.)
557 INTERf.:S

15. Si ( ... ) la fatiga puede aca- miento habían dejado de intere-


rrea,· secundariamente un descenso sarme. El Pasado me reveló la
en el interés por el trabajo, la construcción del Porvenir. (P. TEIL-
falta de interés que el sujeto pue- IIARD DE CH., Lettres ele voy., 8,
de experimentar desde un princi- sept. 1935.)
pio por su tarea, el hastío de ella Interesado. A. Que obtiene o espe-
resultante, puede hacer aparecer ra obtener ventajas personales de un
rllpidamento la fatiga: nos esfor- negocio, en particular porque tiene en
zaremos, pues, por desarrollar los él acciones.
medios de suscitar en el trabaja-
dor el interés, esa atención laten- B. Que se mueve por el afán de
te; la atención, ese interés en ac- lucro personal.
ción. (M. CouMfTOU, en Tr. de psy- Sin.: egoísta, codicioso, rapaz, ambi-
chol. a,ppl., de PifRON, 1140.) cioso, ávido.
V. Afecto, 2; Temo, l. :11. Se dice del que obra sólo
Interesar. Presentar algún interés por provecho, y, sobre todo, por
para alguien o suscitarlo. adquirir dinero, por llegar a ha-
cer fortuna. (CoNDILLAC, Syn., III,
A. Atañer a alguien. Esa decisión 342.)
interesa a las clases pasivas, a los es-
tudiantes. 22. Recibo visitas interesadas.
(H. QUEFFELEC, Cltemins ele /erre,
V. Afecto, 25. 262.)
B. Hacer participar a alguno en C. Que tiene la atención intelectual
los beneficios resultantes del éxito de o afectiva fija en un objeto, sin con-
un negocio. sideraciones de lucro personal y por
C. Provocar una curiosidad simpá- una atracción que puede ser sensible,
tica, una devoción abnegada. Esa perso- espiritual o racional.
na me interesa. Interesarse en una obra V. Abulia.
benéfica.
Desinterés. A. Ausencia de toda
D. ·Suscitar una atención espontá- consideración de beneficio personal e
nea, satisfacer la curiosidad y el deseo incluso de utilidad para alguien.
de saber o de comprender.
23. Por mucho desinterés que
16. La experiencia que interesa se tenga por aquellos a quienes se
me parece mortal para el espíritu. ama, a veces hay que sacrificarse
(ALAIN, Propos. s. l'éduc., 11, 11.) por ellos, y tener la generosidad
1'7. una especie de regla del de recibir. (LA BRUYERE, Caract.,
oficio es que hay que interesar, IV, 41.)
desde luego, pero no pretender in• 24. La mayoría de los hombres
teresar; y, sobre todo, que no hay pretenden no querer los honores
que dejar ver lo que se pretende. más que por el provecho que hay
(Jbúl., IV, 18,19.) en ellos: injurian a su desinterés.
/11teresarse. Estar bien dispuesto, (J. RosTAND, Journa,l d'u11 caract.,
ya afectivamente, ya, sobre todo, in- 97.)
telectualmente, hacia alguien o algo, de 25. No tardó en surgir, para
ordinario sin buscar beneficio personal. mi, el conflicto entre el desinterés
Se interesa por esa muchacha. Me in- del artista y lo que yo llamaba el
teresa la historia, la caracterología. sentido utilitario de los apóstoles.
18. El defecto de lo que es inte- (F. MAURIAC, Dieu OIL Mammon,
resante de por sí es que no cues- 99.)
ta trabajo interesarse en ello, que 26. la primera condición del
no aprendemos a interesarnos en pensamiento verdadero es siempre
ello voluntuiamente. (ALAIN, Pro- un absoluto desinte1·és. (J. GuÉ-
pos. s. l'éditc., II, 13,14,) IlENNO, Jo11.1·ual d'uu. h. ele 40 ans.,
19. No cabe duda de que no 109.)
nos interesamos nunca más que 27. Obramos siempre con vistas
por lo que hubiésemos podido ha- n un cierto beneficio. ( ... ) Aun la
llar en nosotros de haber buscado más entregada generosidad, el des-
lo suficiente. (L. LAVELLE, La ]Jll- interés más desprendido y del que
role et l'écrit., 214.) el prójimo es sustancial b!neficia-
20. el Pasado y su descubri- rio, vienen a colmar una cierta es-
INTERIORIDAD 558

pera intima y pcrsonnl, aunque sea de la conl'icnciu o ln conciencia misma.


en lo más recóndito del alma. (Ch.- La actividad interior, monólogo inte-
N. NoDET, E11c¡¡cl. -mrdico-chir., l'ior. Vivir en el interior de si mismo.
37750, A", 5, 1956.) l. Saber descubrir el interiol'
27'. La teorla y su modo extre- de los demás y ocultar el propio
mo -In filosofía- es el ensayo es una gran señal de superio1·idad
que la vida hace de trascender de de espíritu. (Marquesa DU SABLf,
sí m.isma, de des-ocuparse, de des- Jlfax. 37.)
vivirse, de desinteresarse de las co- 2. No hay que juzgar a los
sas. Pero el desinteresarse no es hombres ( ... ) a primera y simple
pash•o, es una forma del interesar- vista: existen un interior y un co-
se: a saber, interesarse por una razón en los que hay que profun-
cosa cortando los hilos de interés dizar. (LA BRUY.!:RE, Caract., XII,
introvital que la ligaban a mi 27.)
-sahrándola de su inmersión en
mi vida, dejándola sola, ella, en la 3. Lo que nos hace creer en un
pura referencia a sí misma- bus- pensamiento existente por si, an-
cando en ella su ella misma. Des- tes de la expresión, son pensamien-
interesarse, es, pues, interesarse tos ya constituidos y expresados a
en la mismidad de cada cosa, es los que podemos convocar silencio-
dotarla de independencia, de sub- samente y por los que nos hace-
sistencia, diríamos, de personali- mos la ilusión de una vida inte-
dad -ponerme yo a mirarla des- rior. Pero, en realidad, ese preten-
de ella misma, no desde mi-. (J. dido silencio es un rumor de pala-
ORTEGA y GASSET, ¿Qué es filoso- bras; esa vida interior es un len-
fia?, 252.) Ad. E. guaje interior. (M. MERLEAU-P.,
V. Ciencia, 42.
Pliénoménol. de la percept., 213.)
4. el mundo interior no es un
B. Más raram.: ausencia de toda refugio. Es una soledad poblada.
curiosidad, de todo interés intelectual. Sus sombras son las sombras de
28. Es sabido que con frecuen- las cosas. ( ... )
cia la deseada solución nos llega 5. Al pasar del mundo exterior
al cabo de algún tiempo de desin- al interior, no me libro del entor-
terés por el problema, y como re- no. Tan sólo desdoblo sus formas.
compensa por la devolución de la Dispongo ahora de dos mundos en
libertad a nuestro espíritu. (P. vez de uno; o, para hablar más ri-
V ALÉRY, Pléiade, l., 1354.) gurosamente, soy poseído por un
Desinteresado. Que no persigue su entorno desdoblado y ambiguo. (P.
propio interés en el sentido A, es de- FOUGEYROLLAS, La p/tilos. en qucs-
cir, su medro personal. tion, 86,)
29. el hombre desinteresado de- 2. Espiritual. Sobre todo, referi-
ja de interesarse por sí mismo do a personas: que vive en el recogi-
en todas las cosas, y considera, en miento y la unión con Dios. La vida
cambio, en cada una de ellas el pe- interior, un alma interior.
so que le es propio, y, por así decir, Interioridad. A. Carácter de lo que
su valor en lo absoluto. De suerte es interior, princip. cualidad de lo
que, siendo indiferente para sí que es interio1·, sobre todo, en el sentido
mismo, conoce las diferencias de B 2, es decir, lleva una vida espiri-
todas las cosas, o también que pue- tual•.
de gozar de todo porque nunca
piensa en gozar de sí mismo. (L. B. En sentido concreto (Psicol.):
LAVELLE, L'erreur de Narc., 109- conjunto de los hechos interiores, el
110.) contenido de la conciencia.
Sin.: conciencia.
INTERIORIDAD
6'. La noción espacial de inte-
Interior. adj. y subst. Lat. interior. rioridad se ha espiritualizado y se
En sus diversas acepciones se opo- convierte insensiblemente en una
ne a exterior. metáfora para designar la concien-
cia. ( ... ) conocer es tender un
A. Prop.: que está dentro. Lesio- puente entre la exterioridad y la
nes interiores. El interior de la casa. interioridad, (P. THfVENAZ, L'/10111-
B. Fig. 1. Psicol. Lo que depende mo ot sa raison, I, 59, 60.)
559 INTROSPEC,ClóN

C. En ciertos filósofos contempo- a sí misma para observar sus propios


ráneos: carácte,· del ser que es fuente estados y actos.
de su propia acción y de su propio ser. l. observo lo que pasa en mí;
Sin.: intimidad (LAVELLE), en sí. por eso hablo forzosamente de mí
6. una interioridad a si que ex- mismo. Sólo puedo invitar a los de-
cluye toda exterioridad ( ... ) no más a constatar sobre sí los resul-
puede ser más que la de un acto tados de esta introspección que,
que reside tan sólo en su realiza- en rigor, sólo vale para quien la
ción, es decir, que es siempre crea- hace. (SULLY-PRUDH0MME, Psychol.
dor de si mismo. (L. LAVELLE, In- du libre arb., 7.)
trod. a l'ontol., 18.) 2. Podemos decir que la intros-
7. esa interioridad, que es nues- pección es la base de la psicología.
tra y que nos hace participar del Ella caracteriza a la psicología de
ser -absoluto, no se presenta en manera tan precisa que todo estu-
principio sino como una libertad, dio hecho mediante la introspec-
es decir, precisamente como un po- ción merece llamarse psicológico, y
der de determinarse, de darse a sí el que emplee otro método depen-
misma el ser, que de otro modo no de de otra ciencia. (A. BINET, ln-
podría ser el -suyo. (L. LAVELLE, trod. a la p81Jchol. expér., 18.)
Du temps... , 82.) 3. El método de observación
inter.ior o introspección (mirar
INTERPOLACióN dentro) es, a pesar de su carácter
Interpolar. Lat. interpolare, reno- subjetivo y, por consiguiente, es-
var. Tomado del voc. de los bataneros. trictamente individual, el método
A. Crítica textual. Insertar en un fundamental de la psicología, la
texto palabras no pertenecientes al condición necesaria de todos los de-
original. más y casi el único empleado du-
Corre[.: extrapolar•. rante siglos. (Th. RIB0T, en De la
B. Por anal. (Mat.): extender lo 1néth. dans les sciences, I, 230-
231.)
observado para ciertos valores de una
función a otros valores intermedios pa- 4. Hay que conceder a Comte
ra los que no ha sido observado. que la introspección no puede ser
Por tímidos que seamos, tene- estrictamente contemporánea del
mos que interpolar; la experien- h_echo estudiado. Pero se hace po-
cia no nos da más que un cierto sible por el recuerdo. ( ... ) La in-
número de puntos aislados, que trospección puede, pues, librarse
hay que reunir mediante un trazo en parte de la crítica de Comte
continuo. Se trata de una verdade- convirtiéndose en retrospecc-i6-n.
ra generalización. (H. Po1NCARÉ, (P. GUILLAUME, lntrod. d la psy-
La se. et l'hypoth., 169-170.) chol., 255.)
Interpolación. A. En sentido abs- 5. No hay sentimiento tan sim-
tracto: acción de interpolar, en las dos ple que no complique y falsee al
acepciones del verbo. La determinación momento la introspección. (A. G1-
de las curvas que simbolizan un fenó- DE, Journal, I, 822.)
meno se hace por interpolación. Cuan- 6. Los psicólogos de hoy hacen
do se afirma más allá o más acá de lo notar que la introspección no da
observado, hay extrapolación•. en realidad, casi nada. Si trato d~
B. En sentido concreto: lo que ha estudiar el amor o el odio por la
sido interpolado. Esa parte de la fra- pura observación interior, hallo
se es una interpolación. muy poco que descubrir: algunas
angustias, algunas palpitaciones
lntra, intro. Pref. lat.: en el interior del corazón; en suma, trastornos
de; ya sea sin movimiento (intrci), ya banales que no me revelan la esen-
con movimiento (intro). (No confundir cia del amor ni del odio. Siempre
con ínter•, entre.) que llego a observaciones intere-
Contr.: extro, extra. santes es que no me he limitado
a coincidir con nü sentimiento, si-
INTROSPECClóN. Lat. i11irospec- no que he conseguido estudiarlo co-
tio, acción de introspiccre o introspec- mo un cornportan1iento, como una
tare (mirar al interior). modificación <le mis relaciones con
Aplicación reflexiva de la conciencia los dcnu\s y con el mundo; es que
INTROVEl!ShiN 560

he llcg-ado a pensarlo como pienso quiere decir, y reservar su uso a


el romport.nmie,nto de otrn persona Bcrgson, porque los grandes escri-
cuando de ~l soy testigo. (M. IIIEn- tot'l!S tienen el don maravilloso de
LEAU-P., Scns et 11011-srns, 107.) formular ideas claras con palabras
7. La introspección reducida n oscuras, (E. GoDLOT, J. de psychol.,
lo que tiene de positi\•o consiste, junio 1932, 368,)
igualmente, en explicitnr el senti- A. Sentido general: modo de .cono-
do inmanente de una conducta. (M. cimiento inmediato•, es decir, instan-
MERLEU-P., Phé11omé11ol. de la per- táneo o sin intermediarios.
ccpt., 71.) 2. la intuición es la conciencia
8. La introspección, llevada apareciendo bajo la forma de con-
hasta el fin y aplicada ni momen- ciencia pura y perfecta. (E. LE
to pre sen te, destruye su propio ob- RoY, Pcnsée intuit., 1, 149.)
jeto. (L,·ro11• de phi/os. de S. IVcil, 3. Sólo hay conocimiento de lo
4.)
inmediato por intuición; y, recf-
IXTROYERSlóN, INTROVERTIDO. procamente, la intuición es siem-
Comp. de las palabras lat. versus (vuel- pre conocimiento de lo inmediato.
to) e intro (hacia el interior). En JUNG, De ello resulta -observación de
se op. a extraversión•. importancia capital- que toda
verdadera ,intuición es necesaria-
Llamo introversión al movimien- mente una intuición verdadera. El
to de la libido hacia el interior del único problema consiste en discer-
sujeto. (... ) El hombre de actitud nir en qué casos nos hallamos real-
introvertida piensa, siente y obra mente frente a. una intuición au-
de manera que muestra claramen- téntica, no un simulacro. (lbúl.,
te que es el sujeto quien determi- 177.)
na en primer lugar toda su acti-
tud, en tanto que al objeto sólo se V. In.mediato, 3; Weltanschauung.
le concede una importancia secun- B. Por op. a discurso• o razona-
daria. ( ... ) La introversión habi- miento: acto por el que la mente al-
tual es característica del tipo in- canza la realidad directamente en sí
trot'ertido. (C. G. JUNG, Types psy- misma, y que, por consigu,iente, se con-
chol., 4 76.) sidera que procura una certidumbre
absoluta.
V. Místico, 10.
4. Para llegar a un conocimien-
L""1TROYECClóN (Psicoanal.). Ac- to cierto de la verdad no se ofre-
ción por la que una persona (principal- cen al hombre otras vías que la in-
mente un niño) incorpora imaginativa- tuición evidente y la deducción ne-
mente a su Yo o a su Superyo a otra cesaria. (DESCARTES, Regles pour
persona (princip. a los padres). la dir. de !'esprit, R. 12.)
Sin.: identificación•. 5. «¿Cómo puede la intuición
Cc,rrel.: proyección•. engañamos hasta ese punto?», se
pregunta Henri Poincaré a propó-
Bajo el efecto de la introyección sito del ejemplo clásico de las fun-
( ... ) el Yo sufre una modificación ciones continuas sin derivadas. Pe-
o diferenciación que da vida al Su- ro, antes de acusar a la intuición,
peryo. Y es el Superyo al que ha habría al menos que probar que se
sido atribuida la función de con- hallaba presente en el momento en
ciencia. No obstante, el Superyo que la falta fue cometida, porque
conserva los rasgos esenciales de si algo es seguro para nosotros es
las personas introyectadas ... (Dict. que una intuición falsa no es en
de pB1Jchallal ... , término ide11tifica- modo alguno una intuición, como
tion.) un embarazo nervioso no es en mo-
do alguno un embarazo. El mate-
INTUIClóN mático ha sido engaña~o no poi·
Intuición. Lat. intuitio, acc1on de la intuición, sino por una ilusión de
,•er (tueri) en (in), imagen re'flejada intuición. (L. BRUNSCHVICG, Pro-
por un espejo. En lat. clás., es intui- gre• de la conac., 785.)
tiu, el correspondiente al esp. intuición.
6. Ninguna combinación de con-
l. En cuanto a la intuición, hay ceptos podrá darnos su equivalen-
que dejar de servirse de esta pala- te. Lo único que, en suma, pode-
bra, puesto que nadie sabe lo que mos tener válidamente de la intui-
561 INTUICIÓN

c10n es una intuición; precisamen- In conciencia (intuición psicológica),


te porque es una realidad original que nos hacen alcanzar directamente:
e irreductible, y una intuición no la primera, fenómenos físicos como las
se comunica ya hecha mediante un formas o los colores; la segunda, fenó-
discurso. (E. LE Rov, Pc11séc i11- menos psíquicos como la tristeza o el
tuif., I, 148.) deseo.
7. Lo que ante todo caracteriza Siu.: conciencia.
n la intuición es el ser un conoci- 10. ceno tenemos otro medio de
miento anterior n veces, y en to- definir un número entero que el
cio caso superior al análisis, a la de dar una determinada colección
reflexión abstractiva; un conoci- que tenga ese número, y todos los
miento trascendente al discurso, esfuerzos por dar una definición
fuente mús que resultado del dis- arralíticu fracasan o concluyen con
curso; un conocimierito, en fin, una tácita llamada a la intuición)>.
que se justifica con sólo presen- (L. C0UTURAT, R. de mét. et de
tarse, que 11eva su evidencia consi- mor., 1900, 23.) ( ... ) Lo que Cou-
go. ( Ibíd., I, 149.) turat entiende por tal es, en su-
8. No hay· más conocimiento ma, la percepción. (A. SPAlER, Pen-
que el intuitivo. La deducción y el sée concr., 265.)
discurso, impropia.mente llamados 2. La intuición racional, así deno-
conocimientos, no son sino instru- minada por ser obra de la razón, con-
mentos que conducen a la intui- siste en la percepción de relaciones:
ción. Una vez llegados a ésta, los relaciones de semejanza y de diferen-
medios utilizados para alcanzarla cia, de sucesión y causalidad ...
se borran ante ella; y en el caso 11. En cuanto a las proposicio-
de que no pueda ser alcanzada, el nes que son consecuencia inmedia-
razonamiento y el discurso quedan
ta de los primeros principios, ca-
como placas indicadoras que seña- be decir, según la diferente mane-
lan una intuición fuera de nues- ra de considerarlas, que se las co-
tro alcance. (J.-P. SARTRE, L'etrc noce unas veces por intuición, otras
et le n., 220.) por deducción, pero los primeros
9. La intuición es la presencia principios mismos sólo pueden s~ r
de la conciencia en la cosa. ([bid., conocidos por intuición; y, por el
221.) contrario, las consecuencias remo-
9'. no hay más verdad teoré- tas sólo pueden serlo por deduc-
tica rigurosa que las verdades fun- ción. (DESCARTES, Regles p. fo dir.
dadas en evidencia, y esto implica de /'esprit, 3, trad. LE Rov, 23.)
que para hablar de las cosas tenP- 12. en una demostración cabe
mos que exigir verlas, y por ver- distinguir entre el exterior y el in-
las entendemos que nos sean in- terior. El exterior es el discurso
mediatamente presentes, según el cuyas diversas articulaciones apre-
modo que su consistencia impong-a. hende el análisis y retiene la me-
Por esto, en vez de visión, que es moria una a una. El interior e.3
un término angosto, hablaremos de (<Un algo que constituye la unidad
intuición. Intuición es la cosa me- ele la demostración» y que sería,
nos mística y menos mágica del según una nueva interpretación del
mundo: significa estrictamente término (... ), la intuición. (... ) La
aquel estado mental en que un ob- intuición es la inteligencia misrna.
jeto nos sea presente. Habrá, pues, (L. BRUNSCHVICG, Ét. ele la phi/os.
intuición sensible, pero también in- mnth., 451.)
tuición de lo insensible. (J. ORTEGA V. Imluccióu, 4.
Y GASSET, ¿Qué en filosofía?, 136.)
Ad. E. 3. La intuición metafísica o inte-
lectual es el neto por el que la mente
V. Deducción, 2; Dialéctica, 9, 10; alcanza no sólo fenómenos y las rela-
Discursivo, 3, 4, 5; Místico, 18. ciones que existen entre ellos, sino los
Según su objeto y las funciones pues. seres mismos, ya en su existencia, ya
tas en juego, la intuición se diversi- en su esencia; en particular, el Yo pro-
fica en empírica, racional e intelectual pio y Dios.
o metafísica. 13. La intuición no alcanza la
l. Ln intuición cmpíl'ica es obra de existencia del Yo a la manera de
los sentidos (intuición sensible) y de unn noción astractn de existencia,
J(,. Diccionario cid Lrng11aje Fi]11,úlirn.
INTUICióN 5G2

sino de modo totalmente concreto¡ 10. Por oscuro que sea el cdns-
es el bloque unllu-alrza-r.ristrnciu tinto» que le advierte [al inventor]
lo que indivisiblemente alcnnza ... de que ha hallado la verdad, no
(G. PtCARU, Probl. cdf. fonclam., puede ser otra cosa que la confusa
64.) conciencia de las ,•a.zones que la
14. tenemos la intuición del ser demostración habrá de explicar.
en la misrna medida en que tene- Concluyamos, pues, que la intui-
mos la intuición del Yo, y esn in- ción (en tanto que inventiva, eR
tuición del ser ( ... ) nos pone en decir, verdadera) consiste en la
posición de lo absoluto, justifica apercepción sintética de una rela-
la evidencia de los primeros prin- ción o un conjunto de relaciones
cipios y nos hace experimentar la lógicas, que la deducción debe po-
veracidad de nuestro espíritu. der siempre explicitar y verificar.
(!bid., 59.) (L. C0UTURAT, en R. de mét. et de
11101"., 1913, 266-267.)
15. [Según Malebranehe.] La 20. En toda meditación cientí-
Idea no podría representar a Dios fica, la palabra pertenece, para
( ... ) sino en la medida en que se empezar, a la intuición; el razona-
dilatase para llegar a igualarse a miento riguroso que después se
él. ( ... ) Esa idea no es ya Idea, si-
no la intuición del Ser sin restric- elabora no es otra cosa que la in-
tuición controlada. (J. HADAMARD,
ción. (l\L GUER0ULT, Malcbranchc,
I, 266.) en Encycl. fran~ .• 3, 52, 10.)
21. Ningún camino lógico con-
V. Metafísica, 8. duce a leyes elementales [hipóte-
C. Más corrientemente (intuición sis generales) : sólo nos lleva a
adivinadora o prospectiva) : toma de ellas la intuición apoyada en el
conciencia inmediata, pero resultante sentimiento de la experiencia. (A.
de un trabajo de refleA-ión inconsciente, EINSTEIN, Commcnt je vois le mon-
de relaciones que sólo podrían ser es- de, 115.)
tablecidas racionalmente med,iante com- 22. La intuición se manifiesta
plejas operaciones discursivas. La in- por la imaginación equilibrada y
tuición del médico al dar un diagnósti- orientada por el buen sentido. La
co inmediato sobre algunos datos ele- imaginación es el sentido de lo con-
mentales. La del jefe de un ejército cebible; el buen sentido, el de lo
que adivina la maniobra del enemigo vcrosí-m il. La lógica selecciona, en
y concibe al momento un nuevo plan de
lo concebible, la posible; la expe-
batalla. El olfato del hombre de mun- riencia, en lo verosímil, lo verda-
do. dero. (A. LAM0UCHE, Métlt. gén. des
16. el analista ( ... ) adivina por se., 100.)
una especie de intuición antes de V. Lógica, 24.
poder demostrar.
D. En ocasiones (intuición retros-
¡ Adivinar antes de demostrar! pectiva) : visión sintética de un con-
¿Necesito recordar que es así corno junto del que previamente se ha tenj-
se han hecho todos los descubri- do un conocimiento analítico, es decir,
mientos importantes? (H. P0INCA· elemento por elemento.
RB, Scicnce et hyp., 153.) 2~. Si he reconocido previamen-
17. se demuestra por la lógica, te por diferentes operaciones qué
se inventa por la intuición. (H. relación hay entre B y C, después
PuINCARB, Sciencc et 111éth., 137.) entre C y D, y finalmente entre D
18. La intuición tiene en su ra- y E, no por ello veo qué relación
pidez y su desarrollo la relativa se- hay entre A y E, y no puedo per-
guridad del instinto: una y otro cibirla por las que me son ya co-
padecen errores; pero, de ordina- nocidas, a menos de acordarme de
rio, entre varias vías posibles, vn todas.
derecha a la buena. No es un acto Para ello las recorreré vnrias
<le puro conocimiento que constata veces con un movimiento continuo
como la percepción: ella adivina lo de la imaginación que debe, al mis-
que hay debajo o más allá, infiere, mo tiempo, tener lu intuición de
apoyada quizá en la organización cada cosa y pasar a otras, hasta
inconsciente del espíritu. (Th. RI- que haya aprendido a pasar de In
B0T, f'sychol. affect., 116.) primera n In última con rapidez
563 INTUICióN

suficiente para no dejar apenas también una intuición de lo vital


papel a la memoria y tener, en ( ... )? (H. BERGSON, La penséc et
apariencia, la intuición de todo a le mouvant, 27-28.)
la vez. (DESCARTES, R~glcs p. la 29. un absoluto sólo puede ser
dir, de !'esprit., R. 7, trad. G. LE dado en una int1tidón, mientras
Rov.) que todo lo demás depende del aná-
24. La intuición es la anticipa- lisis. Llamamos aquí intuición a
ción rápida o el resumen termina.!, la simpatía por la que nos trans-
la aprehensión sintética que prece- portamos al interior de un objeto
de o sigue, y en la que la concien- para coincidir con lo que tiene de
cia de la slntesis prima sobre la único y, por consiguiente, de ine-
del análisis. (H. DELACROIX, en el fable. ( lbíd., 181.)
N. Tr. de psyclio/., de DUMAS, V, 30. Todo el que se ha ejercita-
103.) do en la composición literaria ha
25. Como muy bien dice Berg- podido constatar la diferencia en-
son, una intuición filosófica exige tre la inteligencia dejada a sí mis-
una contemplación largamente pro- ma y la que consume con su fuego
seguida. Esta dificil contemplación la emoción original y única, naci-
(... ) no está lejos de ser un méto- da de una coincidencia entre el au-
do discursivo de intuición. (G. BA- tor y el tema, es decir, de una in-
CHELARD, Dia/ect. de la d1trée, 10- tuición. (H. BERGSON, Deux sour-
20.) ces, 43.)
26. Toda doctrina filosófica lllt1<ición prolo11gada. Representación
( ... ) vive de una intuición central, imaginativa que, por analogía, extien-
que puede estar mal conceptuali- de los datos de la intuición a una es-
zada y traducida en un sistema de fera en la que la intuición no es posi-
aserciones y negaciones seriamen- ble. Así, veo intuitivamente que, en el
te deficiente o erróneo como tal, plano, desde un punto dado en una rec-
pero que, por ser una -intuición in- ta sólo puedo levantar una perpendi-
telectual, se posesiona verdadera- cular a esa recta, pero que, en el es-
mente de un aspecto de la realidad. pacio, gracias a la tercera dimensión,
(J. MARITAIN, Raison et raisons, puedo levantar una infinidad. Pasa,i-
86.) do de ahí a un espacio de cuatro dimen-
V. Co11vergem:ia, 1; Idea, 33. siones, veo, con una cdntuición prolon-
gada», que desde un punto dado fuera
llltuición bergsoniana. Especie de de una recta puedo, gracias a la cuar-
simpatía por la que la conciencia hu- ta dimensión, trazar una infinidad de
mana, por analogla con la manera en perpendiculares a esa recta.
que coincide consigo misma, simpatiza
con sus objetos de conocimiento. 31. el mét.odo proyectivo exige,
como el método de los indivisibles,
27. [La inteligencia] da vuel- que prolonguemos las propiedades
tas alrededor, tomando desde fue- sugeridas por la representación
ra el mayor número posible de vis- intuitiva allí donde la representa-
tas de ese objeto al que atrae a ción propiamente dicha deja de te-
sí, en vez de entrar en él. La iu- ner lugar, y que sustituyamos los
t1tición, en cambio, nos lleva al in- datos reales de la intuición por
terior mismo de ,la vida. (H. BERG- unn imaginación ideal que se lla-
soN, Évol. créatr., 177-178.) mará, por extensión, intuición. (L.
28. La intuición de que habla- BRUNSCHVICG, Ét. ,le /ci phi/os.
mos se dirige, pues, ante todo, a la 111atll., 441.
duración interior. ( ... ) Intuición 32. Podemos prolongar si que-
significa, pues, ante todo, concien- remos una escalera cuyas dos pri-
cia, pero concicncin inmediata, vi- meras gradas estén ya construidas,
sión que apenas se distingue del escalera de una arquitectura per-
objeto visto, conciencia que es con- manente en toda su extensión. ( ... )
tacto e incluso coincidencia. Es, La asimilación que le guía [al ma-
también, conciencia ampliada. ( ... ) temático] en tal caso no es tribu-
La simpatía y la antipatía irrefle- taria exclusiva de lo concreto. No
xivas, con tanta frecuencia adivi- por ello se trata menos de un ca-
nadoras, testimonian una posible ·miuar ·intuitivo quo parece mere-
interpenctraci6n de las conciencias ce,· el nombre de intuición p1·0l011-
humanas. ( ... ) Pero ( ... ) ¿no hay ga,:la.
J;\'TVIClóN 5G4

Volvcr('mos a ocuparnos <le la ~G. 1En la intuiciún experimen-


intuición prolongada, porque des- tal. 1 Intuitivo y discursivo se ha-
c:>mpeña un gran papel en la to- llan en ella ligados indisolublemen-
tal composición de las matemáti- te. Por mucho que profundicemos
cas. (G. BOllLIGAND, Lr., méf/1. en esto búsqueda de un dato inde-
Jll(lf/1., 10.) pendiente de toda relación discur-
l11tufr·ió11 ¡no-a. (En KANT.) Intui- siva, no lo hallaremos. Sin duda
ción que nada debe a la experiencia porque se trata de unn nhstrncciún
(V. Pw·o), y que, por eonsiguiente, no y no existe en realidad, (A. REY,
es en si misma intuición de nada, pe- Encyclo¡,. [>'., I, 20, 6.)
ro condiciona, como forma ci priori de V. Abstracción, 16.
la sensibilidad, toda intuición de cosas. B. Aplicado a las personas o al es-
(Se op. a intuición empírica). píritu en general: que tiene un poder
33. El espacio y el tiempo ( ... ) de intuición particularmente desarro-
son intuiciones particulares y no llado que aventaja a las funciones dis-
conceptos. Esas intuiciones no se cursivas.
refieren a ningún objeto; están va- 37. Ser intuitivo es, en suma,
cías, son simples formas de las in- ser muy inteligente. En las accio-
tuiciones. (KANT, Ler, ele métaph. nes cotidianas significa tener jui-
120.) ' cio, discernir al momento los obs-
34. Esta forma pura de la táculos y las circunstancias favo-
sensibilidad puede llamarse tam- rables, desvelar las disposiciones
bién intuición pura. Así, cuando y los móviles de los demás y con-
abstraigo de la representación de cebir inmediatamente el medio pa-
un cuerpo ( ... ) la perteneciente a la ra defenderse o servirse de ellos.
sensación, como la impenetrabili- ( ... ) En fil-0sofia, expresa la capa-
dad, la dureza, el color, etc., me cidad de reunir un cierto número
queda no obstante algo de esa in- de reflexiones e incluso de sistemas
tuición empírica: la extensión y la completos en un resumen único, es-
figura. Éstas pertenecen a la in- quemático, y no obstante lo bas-
tuición pura que reside a priori tante completo para poner cada co-
en el espíritu. (KANT, Crit. ele la r. sa en su sitio y hacerlas así to-
pure, 54.) das supremamente inteligibles. (A.
SPAIER, Pensée concr., 279.)
Intuición de esencias (Wesscnschau)
en HUSSERL. Ad. E. 38. Si el estado actual de la Fí-
sica cuántica parece dar más la
Mediante la reducción eidética o razón a los lógicos que a los intui-
esencial se pasa de las vivencias a las tivos, nada indica que haya de
esencias. Para HUSSERL, ccel conjunto suceder siempre así y que no sean
de todas las notas unidas entre sí por los ,atrevimientos de los imaginati-
fundamentación -constituye la esencia vos los que vuelvan a dar fuerza a
de la vivencia». Este conocimiento es unas teorías que parecen resbalar
iutuitivo, pero no sensible, sino eidéti- por mom·entos n la abstracción.
co ( eidos = esencia). (L. DE BROGLIE, Nouv. perspect.,
Jntuitirn. Que procede por intui- 254.)
ción. Se opone a discursivo. 39. Un intuitivo que no tuviese
A. Aplicado a los procesos menta- nada de lógico caería inevitable-
les (pensamiento intuitivo, por op. a mente en todas los extrnvagancias
pensamiento discursivo -0 conceptual): de una imaginación sin normas, en
que procede o es dado por visión direc- tanto que el lógico, si no tuviese
ta, o por divisiones sintéticas, ya pros- también sus atisbos de intuitivo, no
pectivas (intuición adivinadora), ya re- tardaría en encerrarse en la mús
trospectivas. estéril de las escolásticas. (/bícl.,
35. Dios es inteligente; pero
255.)
l. .. ) la suprema Inteligencia no Visi6n intuitiva. (Tea!.). ccActo de la
necesita razonar; no hay para ella inteligencia por el que los bienaventu-
premisas ni consecuencias, ni si- rados conocerán a Dios en sí mismo,
quiera proposición: es puramente clara e inmediatamente». (A. MICIIEI,,
intuitiva, ve igualmente cuanto es en Dict. ele théol. cath., VII, 2351.)
y cuanto puede ser. (J.-J. Rous- Intuicionismo. Doctrina que atribu-
SEAU, Émile, IV, 347.) ye un papel esencial a la intuición.
565 INVENCfóN

A. Psicol. (Sin. de percepcionismo• Hallar algo nuevo. Concebir y dar


y por op. a ilacionismo•.) Doctrina se• como real algo imaginario.
gún la cual la mente pereibe directa- l. El inventor puede ser un tra-
mente los objetos exteriores. bajador, y lo es a menudo, aunque
B. Filos. Doctrinas contemporáneas no siempre; pero no es precisa-
que se fundan en la intuición de lo ab- mente trabajando, sino en sus
soluto o de la realidad en sí mismos ocios, cu-ando inventa, aunque lo
(BERGS0N), o que reconocen al hombre que lo haga posible sea el haber
In intuición de normas absolutas (SCIIE- trabajado; y su invención no es
LER, HARTMANN), nunca un trabajo. (G. TARDE, Psy-
C. Mat. Doctrina defendida por chol. éco11., I, 168.)
BR0UWER y su discípulo HEYTING en 2. Inventar consiste precisa-
oposición al formalismo• de HILBEnT, mente en no construir las combina-
y según la eual las matemáticas son ciones inútiles sino las útiles, que
intuitivas y no pueden ser puramente son sólo una ínfima minoría. In-
hipotético-deductivas•; en ellas la in- ventar es discernir, elegir. (H.
tuición interviene: en primel' lugar, POINCARÉ, Science et méth., 48.)
para proporcionar las nociones prime- 3. Sólo hay un método para in-
ras a partir de las que se construye ventar, que es imitar. (ALAIN, Pl'o-
el edificio matemático, y d-espués en el pos s. l'éduc. LIV, 206.)
curso de la construcción o deducción,
que no se reduce a una manipulación 3'. Todo cuanto inventó la in-
mecánica de signos desprovistos de sig- dustria humana ha sido pernicio-
nificación. samente fatal, y en daño de sí mis-
ma: la pólvora es un horrible es-
40. Contaremos · entre los in- trago de las vidas, instrumento de
tuicionistas a los matemáticos que su mayor ruina, y una nave no es
adopten los siguientes principios otro que un ataúd anticipado. (B.
fundamentales: GRACIÁN, El criticón, 13-14.) Ad. E.
l. La matemática no sólo tie- V. Imitación, 1, 8.
ne una significación normal, sino
también un contenido. In,·endón. Lat. invcntio, acción de
invenir• (tropezar con alguien), de ha-
2. Los objetos matemáticos llar, de descubrir.
son aprehendidos inmediatamen- A. Primitivamente (sin. de descu-
te por el espiritu pensante. (A. brimiento) : acción de hallar una cosa
HEYTING, Fond. des math., 5.) existente, pero no conocida. La Inven-
41. Las conclusiones no son ción de la Santa Cruz. La invención de
extraídas en virtud de normas fi- un tesoro.
jas contenidas en una lógica, sino 3". el orden y concierto que se
que cada una de ellas es controlada ha de tener para que las ciencias
directamente por su propia evi- resciban cada dia aumento y ma-
dencia. ( Ibíd., 16.) yor perfección es juntar la nueva
Intuicionista. Relativo al intuicionis- invención de los que ahora vivimos
mo o que profesa el intuicionismo. con lo que los antiguos dejaron es-
42. El intuicionista sólo consien- crito en sus libros; porque hacién-
te en formalizar por comodidad, dolo de esta manera, cada uno en
pero mantiene vigilante, tras la su tiempo, venían a crecer las ar-
forma muerta del símbolo. la in- tes, y los hombres que están por
tuición de su significado. (A. IIE- nascer gozarían de la invención y
YTING, Co11gres i11ter11. de Phi/os. trabajo de los que primero vivie-
des Se., 1949, 11 81.) ron. (J, HU ARTE, Examen de i11gc-
11ios, 181.) Ad. E.
43. Desde el punto de vista de
los intuicionistas ( ... ), el método B. Hoy (por op. a descubrimiento):
lógico sólo debería desempeliar en acdón de hallar, gracias principalmen-
la ciencia un papel auxiliar. (P. te al trabajo de la imaginación, algo
B0UTR0UX, ltléal scie11tif., 64.) que no existía (intriga de una obra li-
teraria, máquina, técnica física o quí-
INVENCióN mica ... ).
Inventar. Lat. i11ve11ire, dar (vcni- 4. ¿ Qué es lo que distingue a
re) con (in) alguien o algo, encontrBI', la vcrcla<lcro invención? La posibi-
hallar. lidad, cr, postcriori, de demostrarla,
INYEIIS.\ 666

dí' ju~tificnrln lógirnmcnt,·. La in- 14. Una hipótesis, imaginada


vención no adquiere, pues, valor si- por un eientífico, es una «inven-
no en el momento que deja de ser ción», ¡,ero una vez verificada por
invencitln para convertirse en de- los hechos se convierte en un «des-
mostrnciún. (L. CoUTURAT, R. de cubrimiento» ( ... ). Se habla tam-
mi'f. et de 11101-., 1005, 325.) bién de «descubrimiento» cuando se
5. La lógica no tiene que inspi- constata un nuevo fenómeno: Bec-
rar la invención ni que explicar- querel «descubrió» la radiactivi-
la: se contenta con controlarla y dad. Pcrn como una prnpíedad es a
verificarla, en el sentido propio menudo descubierta tras la inven-
del término (hacer verdad). (L. ción de una técnica que permite
C°Ol'TURAT, R. de 111ét. et de mor., ponerla de relieve, vemos hasta
lfl06, 215.) qué punto «invención» y «descubri-
6. La im•ención, de la que so-
miento» van estrechamente ligados
cialmente hago proceder todo (... ) en la investigación científica. (R.
BOIBEl,, L'invention, 3.)
nace del encuentro del genio indi-
,·idual ( ... ) con corrientes e irra- 16. La «invención orgánica» es
diaciones de imitación ... (G. TAR- un fenómeno inconsciente (... ).
DE, Lois de l'imit., 3.ª ed., XVII- Por lo demás, la «invención huma-
XVIII.) na» no difiere de modo esencial en
7. No hay una sola idea, por este punto de la «invención orgá-
poco personal que sea, que no sea nica». La ,idea nueva no aparece
una invención en cierto grado. (G. en el hombre como fruto de un
TARDE, Log. soc., 175.) trabajo lógico y consciente. Surge
un buen dia, ya formada, tras un
8. Refleidón lógica y azar (... ) largo período de gestación que se
inten·ienen en el trabajo de inven- ha desarrollado en el inconscien-
ción y se apoyan mutuamente. El te ... (A. VANDEL, L'/1omme et l'é-
azar no llegaría a nada sin la ra- vol., 123.)
zón que lo dirige y limita. Pero
es al azar, por limitado que esté, V. Descubrimiento, 1; Dialéctica, 20;
a quien se debe en última instan- Método, 8, 9; Moralidad, 32.
cia la invención. (E. CLAPAREDE, en INVERSA. (Lóg.) : la inversa de
L'invcntion, 50, «IX" Sem. ínter- una proposición se obtiene asignando
nat. de Synt».) la negación a sus dos términos. Todo
9. La invenc1on supone una A es B; todo no-A es no-B.
especie de retirada, una huida a
lo oscuro seguida de un retorno a INVERSIÓN
lo distinto y lo preciso. (H. DELA- Invertir. Lat. invertere, dar vuelta,
CROIX, Psychol. de l'art, 175.) alterar, subvenir.
10. De cien asuntos o cuestio- Econ. polit.: emplear capitales o ren-
nes en las que haya de ocuparse la tas en la adquisición de bienes, princi-
mente, hay cincuenta en las qur. palmente de producción, de los que se
el peligro de inventar es el gran espera ciertas ganancias.
riesgo, y otras cincuenta de las Inversión. Acción de invertir.
que no se sale sino inventando. (P. A. En sentido estricto: empleo de
VALÉRY, lnJJtants, Pléiade, I, 383.) capitales o rentas en la adquisición de
ll. El misterio de la elección bienes de equipo que, a plazo más o me-
no es menor que el de la invención, nos largo, engendrarán nuevas rentas
aun admitiendo que sea muy dis- (acepción abstracta) o (acepción concre-
tinto. (P. VALÉRY, Variété, Pléia- ta) los capitales así empleados.
de, 1, 732-733.) El espiritu de ahorro (... ) no es
12. en el animal, la invención ·nada sin el espiritu de inversión,
no es nunca más que una variación que no es otra cosa que el espiritu
sobre el tema de la rutina. (H. de empresa (... ). Es el conjunto
BERGSON, Évol. créatr., 264.) ahorro-inversión el que tiene alcan-
13. La especificidad de la cien- ce económico ... (H. CULMANN, /11é-
cia consiste en que en ella la inven- canúm1cs écon., 110.)
ción se hace descubrimiento, y es- B. Por ext.: toda adquisición de un
to gracias a un procedimiento inte- capital (por ej., una casa) con vistas ya
lectual de verificación. (L. BnuNs- sea a utilizarlo, ya a percibir su renta,
CIIVICC, Idéalisme contempor., 163.) ya a revenderlo,
567 IRONIA

INVOLUCIÓN. Lat. involntio, ac- (PLATÓN, Rép11bliq11e, I, 337 a, trad.


cion de envolver (involvcre). BACC0U.)
A. Idea general: desarrollo inverso 1'. la ironía parece revelarse
de la evolución. Med.: regresión. sobre todo cuando la existencia hu-
mana experimenta una crisis-in-
Los finos estudios clinicos y, so- dividual o histórica- ( ... ). La iro-
bre todo, anatómicos recientes per- nla solamente colma el crítico va-
miten afirmar que, pasados los clo en su forma reveladora, cuan-
cuarenta años, nadie tiene sus ar- do se aproxima a la comprensión y
terias completamente sanas, elásti- se aparta de la caricatura. En e~te
cas y flexibles como en la juventud. sentido, la ironía puede conceb1r-
Hay que respetar este precoz fenó- so-según el ejemplo de Sócrates
meno involutivo renunciando a los lo muestra-como un ¡amino hacia
esfuerzos excepcionales. (G. MARA- una definitiva fe, como una esta-
ÑÓN, Ensayos liberales, 103-104.) ción de tránsito hacia el descubri-
Ad. E. miento de valores. Entonces la iro-
B. Filos. (en A. LALANDE y por op. nía practica lo que justamente la
al evolucionismo de SPENCER, que sos- irrupción de la crisis se prop_onía:
tenla que la evolución procede de lo la purificación, la destrucc10n de
homogéneo a lo heterogéneo por sucesi- aquello en que ya no se cree. (J. FE-
vas diferenciaciones e integraciones) : RRATER MoRA, Diccionario de Filo-
paso de lo heterogéneo a lo homogéneo. sofía, 496.) Ad. E.
Sin.: disolución. B. Hoy: figura de retórica consis-
cclPSEIDADn. Lat. escol. ipseidas, tente en hacer entender lo que se quie-
der. de ipsc, yo mismo, tú mismo o él re diciendo lo contrario, e incluso inge-
mismo. niándose por hacer sensible al espíri-
tu advertido la falsedad o inverosimi-
Carácter del que es él mismo o si litud de lo que se dice.
mismo.
2. La ironía es la alegria de la
Sin.: mismidad. reflexión y el gozo de la sabiduría.
Traduce el al. lchhcit y el fr. ipséité (A. FRANCE, La vie littér., 111, 32.)
o «moité», neo!, éste propuesto por CLA- 3. La ironía no es la hipocresía,
PAREDE (Voc., término Moi). en primer lugar porque la hipocre-
l. lejos de ser el Ego el polo sía sólo mira a su interés egoís-
personalizante de una conciencia ta ( ... ). Por otra parte, la hipocre-
que, sin él, permanecerla en el es- sía es de mala fe, porque no trata
tadio impersonal, es, por el contra- sino de engañar, mientras que la
rio, la conciencia en su ipseidad ironía engaña ayudando, e incluso
fund·amental la que permite la apa- engaña sólo para que adivinemos;
rición del Ego, en ciertas condicio- pone en el l;uen camino, revela
nes, como el fenómeno trascendente ocultando. (W. JANKÉLÉVITCH, L'i-
de esa ipseidad. (J .-P. SARTRE, ronie, 44.)
L'étrc et la 11., 147-148.)
4. La ironía es un pudor que se
2. El amor sólo se interesa por sirve de un telón de bromas para
lo esencial que es (,. ,) la ipseidad tamizar un secreto. Sabe que el
de su hermano. (W. JANKÉLÉVITCII, amor es algo muy serio y que las
Tr. des vcrtus, 613.) conciencias simplistas que se pas-
man y encantan consigo mismas y
IRONIA. Del gr. eiriincia., acción de se envuelven en su sinceridad son
interrogar fingiendo ignorancia. a menudo las más volubles. Hay
A. Ironía socrática. La ironia en el palabras que deben pronunciarse
sentido del vocablo griego. muy raramente, y otras que no se
l. A estas palabras [ Trasíma- dicen más que una vez en la vida:
co] estalló en una risa sardónica: bien lo sabe el i ronista, que bromea
1Oh Her acles, exclamó, ya está ahi con los valores porque cree en ellos.
la eterna ironía de Sócrates! Lo sa- (lbíd., 131.)
bia y habla predicho a estos jóve- 5. La gran ventaja de la iro-
nes que no querrías responder, que nía está en que permite decir ,·er-
fingirlas ignorancia, que harías dades que no serian toleradas sin
cualquier cosa antes que contestar el empleo de un subterfugio. (M.
a las preguntas que se te hiciesen. GAR<;;0N, Essai s. l'éloq. j1td., 183,)
IRHITABILIDAD 5fj8

G. En la ironía, el hombre ani- mar los substantivos¡ isla, los corres-


quila, en la unidad de un mismo pondientes adjetivos.
acto, lo que afirma, da a cntendl'I' Estas palabras suelen formarse a
para no ser creído, afirma pnrn partir del adjetivo, generalmente de un
negar y niega para afirmar. (,J.-P. adjetivo latino al que hasta con aña-
SARTltE, L'(,t,·r et Ir 11., 85.) dir 1nus 1 en español 11ro: rea lis, realis-
7. Ironizamos siempre que en mo; vitalis, vitalismo¡ morulis, mora-
nuestro trato con una cosa, sen lismo; conccpt.1<a./is, conceptualismo.
ch.•1 orden que sea, no la referimos Hay, no obstante, algunas excepcio-
ni enganchamos al núcleo decisivo nes de palabras que designan teorías y
de nuestra persona. El «yo» que en las que el sufijo ismo se añade al
entonces se relaciona con la cosa substantivo (atomismo, dualismo, his-
-para juzgarla, estimarla, amar- torismo, mecanismo). Pero en algunos
la o reprobnrla-no es el fondo de- de ellos suele adoptarse la forma deri-
finitivo, sostén último del resto de vada del adjetivo: historicismo, meca-
nuestra personalidad, sino un 11yo» nicismo. De igual modo, empirismo de-
más o menos ficticio que a,! lwc signaría la práctica de quien se atiene
destacarnos para que se las entien- a la experiencia; empil'icismo, la teoría
da con el objeto. (J. ORTEGA y GAS- de quien erige esta práctica en princi-
SET, Obras, II, 551.) Ad. E. pio.
V. Cinismo, 3; Snob, 4. l. Los ism.os no son principios
fecundos. Apenas si son fórmulas
IRRITABILIDAD. Lat. frritabilitas explicativas. Se trata más bien de
(der. de irritare, excitar, irritar), irri- nombres de enfermedades, porque
tabilidad. expresan un elemento excesivo, una
A_ Acepción moral: predisposición exageración peligrosa y abusi-
a la cólera_ va (... ). Lo propio de las cosas lo-
Sin.: irritabilidad, susceptibilidad- gradas y de los seres cabales es es-
capar a esas categorías nosológicas.
B. Fisiol.: "Propiedad que posee (H.-F. AMIEL, Journa,l intime, 6 ju-
un cuerpo vivo de reaccionar a los ex- lio 1880).
citantes exteriores mediante una reac-
ción específica, sin que exista propor- 2. El ruido de los ismos opues-
ción determinada entre la magnitud de tos, sustituto del diálogo en tantos
la reacción y la del excitante• (G. DU- falsos debates ( ... ), ocupa un lu-
MAS, N. Tr. de psychol., II, 5). gar abusivo en la historia del pen-
samiento, y los comentaristas lo
Sin.: excitabilidad. exageran aún más para comodidad
l. es, pues, la irritabilidad la de sus párrafos. (E. MoUNIER,
causa íntima del funcionamiento de Tr. du ca,ra,et., 691.)
los órganos, y el excitante su cau- 3. Cierto que ya hace mucho
sa ocasional. (CI. BERNARD, Princ. tiempo que desconfiamos de los «is-
de ,néd. cxpér., 150.) mos». Pero el mercado de la opi-
2. Hay, evidentemente, un fon- nión públiea reclama sin cesar
do de irritabilidad colectiva y sub- otros nuevos y siempre estarnos
consciente en estos juicios de los dispuestos a satisfaeer esa deman-
hombres ante los éxitos femeninos, da. (HEIDEGGER, Lettrc sur l'huma-
sobre todo los descubrimientos pós- nisme, 31.)
tumarnente, del vulgar profesor. Esos sufijos suelen indicar una acti-
Todo ello es natural. Los hombres tud general o incluso sistemática: ya
no le comprendieron ni le admira- sea de orden práctico (egoísmo, arrivis-
ron por las mismas razones--inclu- rno), ya de orden teórico (racionalismo,
so por los mismos defectos--por los soeiologismo), ya de ambos a la vez
que fue adorado por las mujeres o, (soci~lismo, voluntarisrno).
mejor dicho, por un grupo de mu-
jeres. Sólo el sexo afinado de ellas En el vocabulario filosófico, fuera
podía percibir lo que había de ca- de los casos en que se derivan de un
tegoría superior en este varón des- nombre de persona (platonismo, aristo-
carriado y revestido de timidez. (G. telismo, cartesia-nismo), expresan:
MARAÑÓN, Aniiel, 166.) Ad. E. A. Unos, una simple afirmación (el
Jsm,o, ü,t;a, Sufijos que entran en nu- espiritualismo afirma la existencia
merosas palabras: Ülmo sirve para for- de un principio espiritual distinto de
ISóTROPO

la materia; el teísmo, In existencia de Isomorfismo. A. Carácter o estado


Dios); de lo que tiene una misma forma.
B. Otros, una exclusividad (para l. [los físicos! no han dejado
el materialismo, no hay más que mate- de constatar las similitudes forma-
ria; pnra el fenomenismo, tan sólo fe- les entre ecuaciones o sistemas de
nómenos). ecuaciones pertenecientes a capítu-
Desgraciadamente, muchas palabras los de la física concretamente dife-
son tomadas tan pronto en el sentido A rentes y que rigen, por ejemplo,
(simplemente afirmativo) como en el fenómenos mecánicos unos; otros,
sentido B (exclusivo). Así: empirismo fenómenos eléctricos: los isomor-
y racionalismo. fismos les son familiares. (R. BLAN-
/so. Del gr. isos, igual. Pref. de CHÉ, L'axiomat., 77.).
diversos términos técnicos: isobárico B. Teoría de la Escuela de Forma.•
(de igual presión atmosf.), isotérmico (de (Gcsta-lttheorie), según la cual no hay
igual temperatura) ... diferencia esencial entre las formas psí-
Sin.: horno.•. quicas, las formas fisiológicas del ce-
rebro y las formas físicas de la materia
Contr.: hetero.•.
bruta.
ISÓCRONO. Gr. isochronos, de igual 2. El paralelismo no existe en-
duración. Der.: isocronismo. tre hechos elementales, sino entre
Fisiol. Dos neuronas son isocrónicas formas, fisiológica y psíquica, que
cuando tienen la misma cronaxia•, es presentan una comunidad de es-
decir, la misma velocidad de reacción a tructura. Tal es el principio del
los estímulos. En el caso contrario son isomorfismo, por el que la teoría
heterócronas. de la forma renueva la vieja noción
de paralelismo. (P. GUILLAUME,
Un músculo y su nervio motor Psychol. de la forme, 24.)
tienen siempre la misma cronaxia:
son isócronos. (L. LAPICQUE, J. de ISóTROPO. Que es semejante (gr.
l'sychol., 1911, 4.) isos) en todas direcciones (gr. tropns).
V. Cronaxia, 3. El espacio euclidiano es isótropo.
Anisótropo. Que no es ( a privativa y
ISOMORFISMO n eufónica) isótropo. Los cristales cuyo
Isomorfo. Adj. compuesto del pref. índice de refracción varía con la direc-
iso y de morphii (forma). Que presenta ción del rayo son calificados de anisó-
la misma forma. tropos.
J
JERARQUIA. Gr. ltierarchia, comp. te, por puro placer o bajo la presión de
de las palabras arche (mando, poder) y las fuerzas disponibles, aunque de he-
hieros (sagrado). Palabra creada por el cho contri-huya al desarrollo del orga-
Pseudo-Dionisia, autor de La jerarquía nismo y sirva de preparación al tra-
celeste y La jerarquía eclesiástica. bajo del adulto.
A. Primitiv. (término del vocab. 2. De todas las teorías relati-
relig.) : orden de subordinación de los vas al juego, la de mayor in-
nueve coros de ángeles y más tarde de fluencia ha sido la que lo explica
las diversas funciones en la Iglesia (je- por un exceso de energía. En el
rarquía eclesiástica o absol., la jerar- curso de este capítulo trataré de
quía). probar que esa teoría no tiene el
8- Por ext.: orden de subordina- alcance q1te ha solido atrib1tírsele.
ción de las personas en cualquier ins- (K. Gaoos, Jcw,: des animaux, 1.)
titución laica. La jerarquía militar, ju- V. S1teño, 2'1.
dicial ... 2. (Sobre todo en el adolescente y
C. Por anal.: orden de subordina- el adulto) : actividad recreativa someti-
ción de las cosas. La jerarquía de los da a reglas que determinan las con-
seres vivos, de los deberes, de las cien- diciones de la victoria o la ganancia,
cias. las cuales dependen, en proporciones
variables, del azar y de la habilidad
JUEGO. Lat. jocus (juego de pala- del jugador.
bras, broma), op. a ludus (juego en ac-
ción), que ha dado el adj. lúdico•. 3. JUEGO, s. m. Toda ocupación
poco seria, imaginada para descan-
A. Prop. ( por o pos. a trabajo) : ac- so de las personas ocupadas u ocu-
tividad no dirigida a ningún resultado pación de las desocupadas. Es so-
útil. bre todo necesario en las reunio-
J. En conjunto, todo juego es nes numerosas, en las que es impo-
una libre disposición, un libre ejer- sible sostener la conversación. Se
cicio de nuestras facultades sobre utiliza para desembarazarse de
algún objeto provisional que nos personas ·a quienes no se sabe qué
fijamos para hacer funcionar en el decir, y con frecuencia para des-
vacío tal facultad o actividad. (P. embarazarse de uno mismo. (CON-
GUASTALLA, Esthét., 27.) DILLAC, Syn., 111, 348,)
1. (Sobre todo en el niño): activi- 4. Ese juego serio que llama-
dad instintiva sin fin definido ni reglas mos grandes negocios. (J. J OUBERT,
precisas que se ejerce espontáneamen- Pcnsécs, 90.)
571 JUICIO

5. Vemos ( ... ) en el gozo de la si mismos el respeto por las reglas,


pu.janza el elemento psiquico fun- porque sin reglas el juego deja de
damental que aparece en todos los existir. Tal hábito ( ... ) tiende a
juegos acompañados de procesos formar ciudadanos respetuosos de
pslquicos superiores. (K, Gnoss, las leyes. (A. MAUROIS, Un art de
Jcux des ani?naux, 307.) vivre, 136.)
6. El juego acción, como el jue- V. Arte, 24.
go sueño-y el juego es siempre 3. En part.: ficción; actividad con-
mezcla de acción y sueño-realiza sistente en desempeñar el papel de un
el sueño por la acción, idealiza la personaje que no se es.
acción por el sueño. El juego tiene 12. El dominio del juego es el
poder sobre las cosas y escapa a
ellas. Se apodera del mundo y eren paraíso del como si. La niña da de
un mundo diferente. (H. DELA- comer a la muñeca conio si ésta tu-
CROIX, Psychol, de l'art, 42.) viera hambre y pudiera tragar; el
jugador de ajedrez o de tenis se
7. El hombre experimenta en comporta c011io si tuviera ante sí
sus juegos fútiles el placer de es- un adversario y tuviera interés en
capar a la vida cotidiana y ·al has- ganar la partida; el actor se com-
tío, y en los más graves el de en- porta como si fuera realmente ava-
sanchar esa vida ( ... ). Los juegos ro o estuviera realmente enamora-
de destreza le dan el placer de ser do o celoso. (E. CLAPAREDE, Psychol.
hábil ( ... ). Los juegos de azar le de l'enf.", 451.)
proporcionan el placer de las exci-
taciones intensas, de las grandes 13. Examinemos a este camare-
oscilaciones, entre el temor y la es- ro. Tiene gestos vivos y apoyados,
peranza. (H. DELACROIX, en el Tr. un poco demasiado precisos, un po-
de p81Jchol., de DUMAS, 11, 298.) co demasiado rápidos; se dirige ha-
cia los clientes con un paso un poco
8. Desde el punto de vista de la demasiado alerta, se inclina con
forma podemos, pues, en resumen, excesiva solicitud (... ), por fin, helc
dl'finir el juego como una acción aquí de nuevo, tratando de imitar
libre, sentida como ficticia y situa- en su actitud el rigor inflexible ele
da al margen de la vida corriente, no se sabe bien qué autómata, lle-
aunque capaz de absorber total- vando la bandeja con la temeridad
mente al jugador; una acción des- del funámbulo ( ... ). Toda su con-
provista de cualquier interés mate- ducta nos parece un juego, una fic-
rial y de cualquier utilidad, que se ción ( ... ) ; está desempeñando un
desarrolla en un tiempo y un es- papel: el de ser camamero. (.J.-P.
pacio expresamente circunscritos, SARTRE, L'étrc et le 11., 98-99.)
y con orden según reglas dadas, y
suscita en la vida relaciones de B. Por anal. ( referido a un meca-
grupos proclives ·a rodearse de mis- nismo o a la acción de fuerzas que se
terio o a acentuar mediante el dis- considera obran mecánicamente) : mo-
fraz su extrañamiento del mundo vimiento desembarazado o automático
habitual. (HUIZINGA, Homo luclcns, de los factores de un cierto resultado.
34-36.) El juego de los músculos de la locomo-
ción. El juego de la oferta y la de-
9. la cultura, en su forma pri- manda.
mitiva, es juego. No nace el juego
como un fruto que se separa de la 14. Podemos intervenir en el
planta madre, sino que se despliega juego de nuestras ideas para sus-
en el juego y como juego. ( lbíd., pender nuestra afirmación o dife-
180.) rir nuestra negación, fatales una y
otra si no impedimos de ese modo
10. el verdadero jugador no su irrupción automática. (J. SE-
gusta mucho de esos juegos en los GOND, Tr. ele ¡,sychol., 431.)
que la atención, la prudencia y la
habilidad corrigen en gran parte JUICIO
la suerte. Por el contrario, lo que Juzgar. Lat. juc/icare, actuar como
le arrastra es un juego como la ru- juez (judcx, j1ulicis, el que indica o dice
leta, en el que no hace más que es- [ clicit] el derecho [j1ts)).
perar y arriesgar. (ALAIN, l'ropo•, A. Prop.: hncor justicia en aplica-
Pléiade, 163.) ción del derecho y como representante
U. Loa jugadores &e imponen a de la sociedad.
JUICIO 572

l. Pero, Sire-, si propio de los A. En el sentido primero y etimol.


reveses juzgar n los pueblos, no es l. Antic. Sentencia del juez, Conserva
m~nos cií'rto que es propio de Dios este sentido en lenguas como el francés.
juzgar a los reyes. (BOUllDA!.OUf:, Hoy: «Especie de proceso integrado
S111· Ir jug. drru., Ex.) por la serie de actuaciones que se prac-
2. En los Estados despólieos tican de oficio o a instancia de parte
puede el príncipe juzgar por sí mis- pnra que el juzgador dirima una con-
mo. No asi en las monarquías: re- tienda jurídica, declarando o determi-
sultaría destruida la constitución y nando el derecho en concreto. El juez
aniquilados los poderes intermedios debe expresar la fórmula de la verdad
dependientes¡ veríamos cesar todas de los hechos y la norma de derecho
las formalidades judiciales. (MoN- aplicable a los mismos ... ». (M. MIGUEL,
TESQl'IEU, Es¡,,-il ,les lois, VI, v.) Y ROMERO, Derecho Procesal Teórico, II,
B~ Por ext.: hacer una apreciarión 368.) Ad. E.
s.obre el valor de una persona o de una 2. Por ext.: apreciación hecha so-
cosa, sobre la verdad de una afirma- bre el valor de las personas o las cosas,
ción. sobre el valor de una afirmación.
3. Conocer sin juzgar es a me- V. Juicio temerario•.
nudo modestia y virtud; pero juz- Sin.: opinión, parecer, dictamen, con-
gar sin conocer es siempre indiscre- sejo.
ción y temeridad. (BOURDALOUE, 9. Por vanos e injustos que su-
Sur le jug. téinér., II.) pongamos los juicios del mundo, no
4. No hay que juzgar de las tememos, después de todo, tanto su
[personas por las apariencias. iniquidad y malignidad como su
(LA FoNTAINE, Fables, XI, 7, Le verdad. (BOURDALOUE, Sur le jug.
Paysan du Da.n.) dern., l.)
5. Juzgar es pronunciarse den- 10. [Emilio] tiene en muy poco
tro de sí sobre lo verdadero y lo los juicios de los hombres para te-
falso; y juzgar bien es pronunciar- ner en más sus prejuicios, y no pre-
se sobre ello con razón y conoci- tende que lo estimen antes de co-
miento. Forma parte del bien juz- nocerlo. (RoUSSEAU, Émile, IV,
irar el dudar cuando es necesario. 418.)
(BossUET, ConnaÚls. de Dieu... , I, 11. Generalmente no formamos,
XVI.) unos y otros, sino juicios apresu-
C. Filos. Afirmar (o negar) la rados y superficiales. No se apre-
existencia de una cosa o la realidad de cia verdaderamente a alguien sin
una relación entre dos objetos de pen- haberle dado antes confianza.
samiento. (A. GmE, Jour11al, 26 sep. 1929.)
6. Juzgar es decir lo que es. To- 11'. Segula el juicio de otros,
do lo que es en tanto que es. Lo aunque fuesen inferiores, cuando
necesario, lo posible como lo rea], echaba de ver que de ello no se
el ente de razón como el ser que seguía inconveniente. (P. J. E. NIE·
subsiste por sí mismo. Juzgar es, REMBERG, Vida, de San Ignacio ele
pues, referir lo contingente a lo Loyola, 68.) Ad. E.
absoluto. (P. ÜRTÉGAT, Phi/os. de
la relig., 174.) 3. Cualidad de quien hace, en las
cosas de la vida práctica, apreciaciones
7. Juzgar no es necesariamente justas y prudentes.
identificar, como a veces se ha di- Sin.: buen sentido, sagacidad, dis-
cho, sino asimilar, es decir, incor-
porar un dato nuevo a un esquema cernimiento.
anterior, a un sistema ya elabora- 12. Hay gentes con penetración
do de implicaciones. (J. PIAGET, que carecen de juicio. (BossuET, C.
.Vaiss. de l'inlcllig., 416.) a Mlle. de La Moisonfort, 15 ju-
Juido. Lat. judi.ciuin, acción de juz- nio 1696.)
¡\"ar (judi.care). 13. Todos se quejan de su me-
8. El lenguaje común designa moria, pero nadie de su juicio. (LA
eon el bello nombre de juicio tan- ROCHEFOUCAU!JD, Jifa:,;. 89.)
to la senteneia irrevocable como 14. Se puede ser tonto teniendo
la más alta función del espíritu. ingenio, pero no teniendo juicio.
(ALA.IN, llfinerve, 188.) (lbúl., 466.)
573 JUICIO

15. el éxito depende a veces de afirma la realidad de una cosa o de


la falta de juicio, porque el juicio la relación entre dos ideas. Se expresa
impide con frecuencia emprender mediante la proposición•. V. Juclic~
cosas en las que la irreflexión hn- ción.
ce triunfar. (Mme. ou SABr.t, Max., 23. Ni el juicio ni el concepto
24.) se bastan, y cada uno de ellos es
16. Es gran desgracia no tener algo más de lo que parece. (... )
el ingenio suficiente para habla,· El juicio es una conclusión, es de-
bien ni el juicio necesario para cir, un razonamiento, del que ha
callarse. Tal es el principio de to- desaparecido el término medio.
da impertinencia. (LA BRUYERE, (HAMELIN, Essai, 297.)
Carnet., V, 18.) 24. La asociación es una serie
V. Scntülo, 27. abierta, e indefinida, que sólo se
4. Facultad de juzgar. Se dice más detiene por agotamiento o porque
bien (v. A 3) de la facultad de bien cambie el curso del pensamiento
juzgar, siendo la facultad de juzgar (... ). El juicio, por el contrario,
el entendimiento o inteligencia. es una detención: fija y aísla las
17. El juicio tiene en mí cáte- representaciones que le son nece-
dra magistral, o al menos se es- sarias. De igual modo. la asocia-
fuerza en tenerla. (MONTAIGNE, Es- ción es pura evocación, mientras
sais, III, XIII, Pléiade, 1206.) que el juicio fija el contenido de
18. El juicio se forma antes en una creencia y la afirma como su
las mujeres que en los hombres. objeto. (H. DELACROIX, en N. Tr.
(ROUSSEAU, Émi/e, V, 603.) de p81Jchol., de DUMAS. V, 124.)
19. Juicio en general es la fa. 25. lo añadido a los términos
cultad de pensar lo particular co- simplemente asociados para for-
mo contenido en lo general. (KANT, mar un juicio es el espíritu dr nc-
Crit. du jug., Introd. IV.) cc,;ul1Ul. (M. PRADINES, Tr. de psy-
20. Para secundarla en la edu- chol., I, 637.)
cación de sus hijos, hubiese desea- 26. Esas asociaciones son pro-
do en el compañero de su vida U!l movidas a juicios auténticos co-
juicio más seguro, una razón rnús mo consecuencia de un examen v
madura. (A. L!CHTENBERGER, Ré- un control que constituyen, en red-
demption, 11, nr.) lidad, una forma complementaria
21. El juicio falso es una enfer- nueva de actividad mental. ( !bici.,
medad innata, análoga a un vicio 648.)
congénito de la percepción visual, 27. En un hombre débil, las
auditiva o táctil. (Th. RIBOT, Psy- ideas brillan a menudo como dia-
chol. affcct., 159.) mantes; pero son sólo ideas. En
22. hacen falta más imagina- el hombre que sabe querer, los pen-
ción, juicio e inteligencia para lle- samientos son juicios; es decir,
gar a ser un gran médico que pa- comprometen, son comienzo de
ra convertirse en un gran químico. obras ... (ALAIN, Mi11erve, 188.)
(A. CARREL, L'hournw, cct iuconnu, 27'. Percepción, imaginación y
65.) fantasía son tres clases de actos
22'. El término de la razón que que se retinen en una clase úni-
contempla es la verdad; el de la ca si las ponemos en relación con
que obra, el bien. Esta última pro- el neto predicativo. Frente a éste
duce el juicio comparando lo bue- tienen aquéllas de común la fun-
no con lo malo, compal'nción de ción de presentar inmediata y sim-
que carecen los bestias, porque se plemente objetos. Las \Jamaremos
lnnzan hacia el primer bien que actos presentativos. La predica-
ee les ·presenta, mientras que nues- ción no es un acto prcsentativo, si-
tro juicio se detiene, vacila, se pnrn no que supone ineludiblemente és-
y se revoca ... (J.-L. V1v1-:s, Trntn-
tos, Es, pues, el juicio un acto de
do del n./ma, 70.) Ad. E. sep,undo grado que se funda en ac-
V. Comprc11sió11, 3; Disc1•r11imfr11to, tos presentntivos o de primer gra-
4; Gusto, 4¡ Sentitlo, 24. do. Y mejor aún: el juicio es una
B. Filos. 1. Acri611 de juzgar. estructurn de netos en In que hay
Proceso mental por el que el intelecto un neto fwulado y actos básicos o
JUICIO
574

f1wdamc11talcs. (J. ORTEGA Y GA- funcionando en la conciencia co-


S.SET, Sobn• rl c011r1•plu df' srnsa- mún no son fundamentalmente y
ción, Obras, 1, 24!1.) Arl. E. por ~egla general juicios 1tpor. mo-
do de conocimiento», sino pr1ma-
V. Intelecto, 10. 1-iamente y ante todo juicios por
2. Rcsultarlu <le la acción de. )';'z- moclo ele inclinación. Nuestra inte-
gar. Lo que expres_n 1~ propo,s1.c10n. ligencia no juzga entonces en v!r-
Emitir un juirio. D1seut1r el JUICIO de tud de racionamientos y conexio-
un psicólogo, de un moralista. nes, de demostraciones y rigores
Sin~: opinión, consejo, sentimiento, lógicos: juzga de modo no concep-
pensamiento. tual, por conformidad con las in-
V. Al,soluto, 14; Absw·do, 5; A,lmi- clinaciones que hay en nosotros, y
rC1.ció11, 13. sin ser capaz de expresar las ra-
Juicios ana.liticos y juicios sintéticos. zones de su juicio; juicio que tie-
En los juicios analíticos, ~l atributo es- ne un valor implícitamente racio-
tá contenido en el sujeto, de suerte que nal no explicitado. Así procede el
todo el que comprende su enunciado re- conocimiento natural dP. los valo-
conoce su valor a p1·iori, es decir, sin res éticos. (J. MARITAIN, Notions
recurrir a la experiencia.: p. ej., el ser premiercs ele philos, mora/e, 53-54.)
perfecto es justo. En los juicios sinté- V. Afinü:lad, 2.
ticos, por el contrario, el atributo no Juicio cxist.cncial (o de existencia) y
se halla contenido en el sujeto, y un jnicio afrib1,tivo (o predicativo), El
análisis de éste no puede hacernos des- primero afirma (o niega) el atributo
cubrir la verdad o falsedad del juicio: de un sujeto existente (Pedro está en-
Pedro está en pie. La verdad o false- fermo). En el segundo, se hace abstrac-
dad de esta proposición sólo puede de- ción de la existencia del sujeto (el sa-
terminarse a postcriori, es decir, recu- bio no afirma nada sin probarlo).
rriendo a la experiencia, viendo la pos- V. Sentido, 2.
tura real de Pedro.
J1ticio de existencia (o existencial) y
Juicios sintéticos a priori. Contraria- juicio de valor. El j. de existencia o de
mente a la concepción clásica, KANT realidad enuncia un ·hecho como: so-
admite la existencia de juicios sintéti- mos ocho. El juicio de valor implica
cos a priori, de los que es tipo el prin- una apreciación sobre el hecho enuneia-
cipio de causalidad: est~s juicios SOJ? do, es decir, señala si éste satisface o,
sintéticos porque el atributo no e_stB: por el contrario, contradice alguna de
implicado en el sujeto; y son a p,_.-iori nuestras tendencias: esas chicas son
porque su universalidad y su necesidad encantadoras. Pero al decir: «encuen•
sobrepasan infinitamente los datos de tro encantadoras a esas chicas», for-
la experiencia. Tales juicios suponen _la mulo un juicio de realidad.
entrada en juego de una forma a prio-
ri del entendimiento. 29. Cuando digo: me gusta la
caza, prefiero la cerveza al vino,
Juicios analíticos y sintéticos en la vida activa al reposo, etc., emi-
HUSSERL. Ad. E. to juicios que pueden parecer ex-
Juicio analítico es aquel en que el presar estimaciones, pero que son
sujeto implica el predicado. Ju_icio sin- en el fondo simples juicios de rea-
tético es aquel en que el predicado es lidad. Tan sólo dicen de qué modo
añadido al sujeto. Juicio sintético "ª nos comportamos frente a ciertos
prioriJJ es aquel en que existe una re~a- objetos, que nos gustan éstos, que
ción de fundamentación entre el su¡e- preferimos aquéllos. (E. DuR-
to y el predicado. KHEIM, J1<ge,,icnts ele val, et jug.
V. Jmplicaeión, B. de réal., en Socio!, et philos., 118.)
Ju,i.cio por mod-0 de inclinación o por V. Senticlo, 120, 120 bis,
connat uralidad. Acción por la que el Según las circunstancias y la inten-
hombre se pronuncia por un sentimien- ción de quien habla, un mismo enun-
to de conveniencia que es razonable, ciado puede expresar un hecho o un
pero que no s.e funda en, ~rocesos pro- valor: «esta joya vale 2.000 ptas.» en
piamente racionales o log1cos, V. Na- labios de una vendedora, expresa el he-
turaleza: conocimiento por connatura- cho de que se vende a ese precio; pro-
lidad. nunciadas por un tasador, las mismas
28. Los juicios de valor, los jui- palabras afirman el valor 1·enl de la
cios éticos tal como los hallamos cosa,
676 JUICIO

30. Con o! tensómetro, constato hallar y de qué modo aplicar a la


unn tensión nrterinl de 18-12; me- religión una comprensión judica-
diante una reacción al calor en me- toria: tal es lo que hemos de mos-
dio ácido, constato la presencia de trn r. (H. DUMÉRY, Critique et re-
albúmina en una muestra de orina. ligio11, 178-179.)
Como fisiólogo y químico, registro 34. La negación propiamente
los hechos tnl como son, tomo con- dicha me es imputable, no aparece
ciencia de su existencia y afirmo sino al nivel de un acto judicato-
su renlidnd objetiva. Formulo, rio, por el que establezco una com-
pues, un juicio de realidad. paración entre el resultado con que
Pero como médico, transformo contaba y el obtenido. (J.-P. SAR-
la comprobación en indicio. Las ci- TRE, L'étrc et le n., 40.)
fras tensionnlcs indican hiperten- 35. La negación estaría así cml
sión arterial; la albuminuria, alte- extremo» del acto judicativo ... (J.-
ración de las funciones renales. P. SARTRE, L'ét,,,e et le n., 41.)
Las comprobaciones s6lo tienen
sentido médico una vez valoradas. Jus, juris. Subst. lat.: «La palabra
En otros términos, el juicio exis- debió significar en su orige:i: fórmu-
tencial se combina con un juicio la religiosa que tiene fuerza de ley».
de valor, (G. DESHAIES, Psyc/wpa- Más tarde significó tan sólo: derecho.
tlwl. gén,, 28-29.) Ha dado origen a numerosos derivados
y compuestos lat. y esp.: judicarc ( jus-
31. Cuando digo, por ejemplo: _dicere, decir el derecho, juzgar*); las
«todo triángulo euclidiano tiene la palabras que empiezan por juri o juris
suma de sus án'l'ulos igual n dos (v. infra); justo y sus derivados.
rectos», o «la Tierra gira alrede-
dor del Sol», digo en realidad: to- Summum jus, summa. injuria: ada-
do triángulo euclidiano existe en la ¡do juríd. cit. por CICERÓN (De O/fi-
existencia matemática como dota- ciis, I, XL, 33.) La aplicación dema-
do de la propiedad en cuestión; la siado riguro.sa de la ley acarrea injus-
Tierra existe en la existencia físi- ticias.
ca como dotada de ese movimiento. Sui juris (literalm.: de su derecho) :
La función del juicio es una fun- dueño de sí, libre, independiente.
ción existencial. (J. MARITAIN,
Court traité lle l'essence et ele l'e- JURISDICClóN, Lat.: jurisdictio,
xist,, 26.) acción o facultad de decir el derecho
( jus clicerl'), de juzgar; competenci.1
V. Pri11cipio, 29. jurídica.
Judicación, judicatorio, judicativo.
Lat. judicatio, acción de juzgar; jucli- A. Prop. (derecho): facultad de
juzgar; extensión de esa facultad (en
catorius, que juzga.
cuanto al territorio y en cuanto a la.s
Neo!. adoptados por ciertos filósofos causas).
para designar el acto de juzgar, del Si 11.: competencia.
que el juicio constituye el resultado o
la expresión. «EI pensamiento judicn- B. Por anal.: competencia o apti-
torio» (título de ln primera parte de tud de una persona para hacer apre-
El penscimiento concreto, de A. SPAIER, ciaciones válidas en una esfera deter-
Alean, 1927.) minada.
32. toda conclusión supone, na- l. La jurisdicción de la razón
turalmente, !ns operaciones judicn- es universal o no existe. (H. Du-
MÉRY, Phc:11omé110I. et re/iy., 9-1.)
torias de que es el fin. (... ) No por
ello deja de ser el discurso una se- Jurídico. Relativo al derecho ( jus,
rie de intuiciones judicntorias. (A. jm·is). Estatuto, capacidad, vocabula-
SPAIER, Pe11séc co11c>r., 343.) rio jurídicos.
33, [En filosofía de In reli- Juridicismo. Tendencia a juzgar y a
gión,] El método de comprensión conducirse exclusivamente segun las
sería el ndecundo si se trntnse prescripciones del derecho positivo, sin
de una comprensión (... ) no menos tener en cuenta el sentido naturnl de
judicatorin que descriptiva. ( ... ) In justicia, la equidad y In caridad.
Nos queda por indicar ( ... ) Sin.: legalismo, formalismo.
cómo puede ejercerse unn judicn: 2. Tocios los emotivos son re-
ción efectiva en el seno de la com- beldes a la mornlidad formal, al
prensión, En qué consiste, dónde deber impersonal. No cabe darles
JUSTICIA 576

la razón en su irritación ante 1n ser generoso, como se tienen ca-


norma, pero no pullde negarse In misas antes de tener encajes.
justicia de su senti1niento cunndo (CIIAMFORT, JI/ax. et ]JCIIBécs, l.)
rechazan el formulismo y el juridi- 2. En sentido amplio, ,sobre todo
cismo de la vida moral. (E. Mou- tomndo subslantivamente (un justo, los
NIER, T,·. clu caracl., 712.) justos) : que hace cuanto debe con una
Jurisprudencia. Lat. j11risp1'11dc11ti<1, fidelidad perfecta. Arístides el Justo.
ciencia (pn1dr11tia, ciencia, conocimien- Dormir con el sueño de los justos.
to, práctica ... ) del derecho. 3. En el vocal>. judea-cristiano: que
3. Se llama «jurisprudencia» el es justo a los ojos de Dios, justificado
modo en que las leyes son interpre- por él, de su confianza. Se op. a peca-
tadas por los tribunales. (111. PLA- dor, malo.
NIOL y G. RIPERT, Tr. <'l. ,1, droit 5. [en el juicio final]: los án-
cil'il, 12." ed., I, 48.) geles separan a los malos de los
justos. (MATEO, XIII, 49.)
JUSTICIA
6. En el Antiguo Testamento,
Justo_ Lat. j11st1is, que es conforme (... ) el hombre no es justo en sí
a derecho ( j,is, juria). Der. j11Stitia. mismo, sino justüicado, es decir.
A. Aplicado a cosas. l. Prop.: declarado justo por Dios, y es es-
que es conforme a lo que debe ser, ya ta aprobación divina lo que busca
en derecho positivo, ya en derecho na- ante todo. (... )
tural o equidad. El salario justo, el jus- El Nuevo Testamento, aunque
to precio. Un arbitraje, una sanción con importantes matizaciones, se
justos. Una justa cólera. halla dominado por esas mismas
Si11.: legal, legítimo, equitativo, jus- concepciones. (Voca.b. bí bl.)
tificado, fundado, razonable. 7. Hay tan sólo dos clases de
l. no pudiendo hallar lo justo, hombres: unos los justos, que se
se ha encontrado lo fuerte. (PAS- creen pecadores; otros los pecado-
CAL, PM<8ées, 469.) res, que se creen justos. (PASCAL,
1'. Ninguna cosa tengas en tan- Pcnsées, 568.)
to anrecio que sea bastante a des- Justedad (doblete de justicia). Antig,
viarte de lo justo y de lo verdade- Igualdad o correspondencia justa y
ro; no han de alcanzarlo de ti ni exacta de una cosa (Real Acad.) Carác-
riquezas, ni parentesco, ni amis- ter de lo que es justo en el sentido
tad, ni ruegos, ni amenazas, ni pe- A 2, es decir, exactamente como con-
ligro cierto, ni el miedo mismo de viene.
la muerte. (J. L. VIVES, Introduc- Si 11.: exactitud, precisión.
ciú11 a la sabiduría, § 459, p. 90.) 8. Se es tanto más razonable
Ad. E. sin justedad, cuanto más ingenio
2_ Por anal.: que es totalmente con- se tiene. (VAUVENARGUES, Jllax.
forme a la realidad, a la norma (que 806.)
tiene exactitud, justedad), a lo conve- 9. la seguridad de las actitudes
niente ... La hora, la suma justa (exac- de la ciencia no depende únicamen-
ta). La nota, la palabra justa. Una te de la justedad de las observacio-
idea justa (verdadera). nes en las que se basa, sino en to-
2. No es gran ventaja tener un do el edificio en el que estas obser-
espíritu vivo si no se tiene justo: vaciones deben insertarse. (F. GoN-
la perfección de un péndulo no es- St:TII, La métapl,, et l'o"vcrllu·c el,•
tá en ir de pdsa, sino bien regula- l'cxvér., 14.)
do. (VAUVENARGUES, Ré/1. et 111ax., V. l'rovorció11, 2.
204.) Justicia. Lat. justicia, carácter de
B. Aplicado a personas. l. En lo <,ue es jus/11,n, es decil·, conforme a
sentido estricto: que da a cada uno lo derecho ( j1is).
suyo. Un patrono justo es el que da el A_ Considerada absolutamente o
salario justo; un comerciante justo, el personificada. La no1·ma -ya sen
que vende al justo precio. ideal o natural, ya positiva- de dere-
3. No se puede ser justo cuan- cho. El poder, humano o sobrehumano,
do no se es humano. (VAUVENAR- que determina el derecho y lo hace- apli-
GUES, Ré/1. et max., 28.) car. Respetar, violar, hacer mofa de ...
4. Hay que ser justo antes de la justicia. Invocar a In justicia.
577 JUSTICIA

10. Ln justicia en sí, nnturnl y principal de las cuatro virtudes c-ardi-


unive1·sal, est{1 regulada de mane- nales•. Suele oponérsela a la caridad,
ra diferente y más noble que esta que va más a11á de lo debido.
otra justicia especial, nncionnl, 15. La justicia es la caridad del
constreñida por }as necesidades de sabio. (LEIBNIZ, en GERIIAHDT, CE11-
nuestrns policías. (M0NTAIGNE, E•- vres philos., VI, 73.)
sa,is, III, 1, Pléiade, 890.)
15'. La justicia y la equidad di-
11. Considerad In forma de es- fieren en que aqué11a juzga según
ta justicia que nos rige: es un ver- la letra de la ley, y que ésta juzga
dadero testimonio de la humana según el espíritu con el que se
imbecilidad, tal sumn de contradfo- considera que la ley ha sido hecha.
eión y de error hay en e11a. (lbfrl.,
III, XIII, 1201.) (C0NDILLAC, Sy11., 111, 224.)
12. ¡ Bonita justicia In que se 16. Nos figuramos haber hecho
detiene ante un río! (PASCAL, Pen- bastante por la justicia cuando
sécs, 465.) hemos vituperado a placer a los
injustos. (J. RosTAND, Jour11al cl'un
13. La jUBticia discierne casti- caract., 138.)
gos o recompensas conforme a las
leyes establecidas; la equidad se 17. El amor a la justicia sólo
pronuncm conforme a las circuns- introduce un universo verdadera-
tancias variables de la acción. mente nuevo el día en que pasa de
(Dict. ele Trévoux, «Équité».) la captación a la oblación, del fa.
natismo a la emulación en la ge-
14. Siempre tuvo altares el cul- nerosidad. ( ... ). Vive entonces de
to a la fuerza, pero se diría que una superabundancia interior y un
a medida que se habla más de jus- vivo fervor colectivo, y no de una
ticia y de humanidad, el otro dios inquieta comparación con quienes
ve ensanchar su imperio. (H.-F. le rodean. (E. M0UNIER, Tr. e/u ca-
AMIEL, Joun,al int., 19 agosto ract., 525.)
1873.)
17'. sin cierta cantidad de amor
14'. Entre lo jueces se entre- ni se comprende la justicia, ni se
sacan los justicieros a inmortales, tiene voluntad de hacerla. (C. ARE-
porque la justicia sin crueldad NAL, Cartas a 11n obrero, 318.)
siempre fue más aceptada al vulgo Ad. E.
que la piedad remisa. (B. GRACIÁN,
El héroe, 25.) Ad. E. V. Fuerza, 2, 3.
14". La justicia inviolable de 2. Como categoría moral (Justo B):
las épocas de florecimiento, repu- consiste en la fidelidad a todos nues-
tada por superior a la ejercida en tros deberes, o (voc. bíblico) en lo que
otros paises, desaparece en las épo- los teólogos llaman el estado de gracia.
cas de d,ecadenoia, para dar paso En vez de oponerse a la caridad, la im-
a un estado de inferioridad tam- plica como su verdadero motor.
bién notado en relación con el ex- Concepción de la Justicia en PLATÓN
tranjero. Entonces el español des- y ARISTÓTELES, Ad. E.
conoce la solidarid,ad social, salvo En PLATÓN. Entre las tres partes del
en circunstancias muy ostensivas; alma (concupiscible, irascible y racio-
no quiere considerM" la ineludible nal), a cada una de las cuales corres-
repercusión que los beneficios o da- ponde una virtud (templanza, fortale-
ños de la colectividad tienen sobre za y (lrudencia), en cuanto que forman
el individuo... (R. MENÉNDEZ PI- parte ele una unidad, debe reinar ar-
DAL, Los espa,,o/es en la Historia, monía, y esta armonía es la justicia,
69.) Ad. E. que es, poi· tanto, la principal de las
V. Bondad, 7; Carie/ad, 8. virtudes. De igual manera sucede en
In sociedad: la armonía entre las tres
B. Justicia-virtud. Cualidad del in- clases sociales (productores, defensores
dividuo justo en las diversas acepcio- y sabios), y entre los indi\•iduos que
nes de este adjetivo (B). las i,ntcgran, es la justicia. Esta teoría
1. Como categoría social y princi- cstú basada en la concepción primiti-
palmente económica (Justo B 1): vir- va g1·iega de la «Dill.·t.•n cósmica. De
tud consistente en respetar los dere- uquí, nsí como ele la Biblia, se del'ivn
chos del prójimo o, según la definición la acepción de la palabra «justo» como
usual, en «dar a cada uno lo suyo». Lu hombre que posee todas !ns virtudes.
J7. Uiccionorio dd J.c.:nguajc: Filusúfico.
JUSTICIA 578

La concepción <le la Justicia corno In sociedad con los particularPs que de


una fuerza cósmica aparece en un co- ella son miembros.
nocido fragmento de ANAXIMANDR0, 20. Un juez preside como árbi-
ARISTÓTELES, si bien mantiene In tro en una causa civil. No quiere
concepción <le la Justicia como ((Jlo saber si uno de los litigantes es ri-
parte de la virtud, sino toda la vir- co y el otro pobre. Si uno de los
tud» (Ethica Nicomaquca, V. 3. 1130a, contratantes es evidentemente in-
9). se refiere a la justicia como virtud genuo, ignorante o pobre de espí-
especial, y ésta es el hábito de dar a ca- ritu, el juez anula o rectifica el
da uno lo suyo, como más tarde la de- contrato. Igualdad, justicia mutua.
finirá Santo TOMÁS, señalando ya la di- Aquí el poder del juez sólo alcan-
visión en conmutativa y distributiva. za a establecer la igualdad.
La justicia consiste en una igualación, El mismo juez actúa al día si-
r es la virtud que rige las relaciones guiente como guardián del orden
del hombre con los demás, en el mar- y sancionador. Pesa los actos, la
co de la sociedad. prudencia, la intención, la respon-
17". Allí donde está la génesis sabilidad de cada uno; perdona a
de las cosas que existen, allí mis- uno; aplasta y anula al otro, se-
mo tienen éstas que corromperse gún el demérito. Desigualdad, jus-
por necesidad, pues tienen que sa- ticia distributiva. (ALAIN, Propos
tisfacer la justicia y pena que rec!- d'un Norma,1ul, I, 204-205.)
procamente se deben por su injus- 21. Es preciso un mínimo de
ticia, confonne al orden del tiem- justicia distributiva. Pero la jus-
po. (ANAXIMANDRO, en DIELS, Die ticia distributiva no es más que
Fragmente der V orskratiker.) la base del orden humano, que tie-
C. Justicia- institución. Organismo ne por regla Ia generosidad. Cuan-
social o entidad moral que juzga de do el sentido igualitario apunta
lo justo y lo injusto y administra san- sólo a un orden matemático de las
eiones. Recurrir, presentarse a la jus- distribuciones, entrega a la avari-
ticia; la cartera de Justicia; la justicia cia instintiva lo que parece dar a
inmanente. los buenos sentimientos. {E. Mou-
18. Lo que no ofende a la so- NIER, Tr. du caract., 524-625.)
ciedad no compete a la justicia. Justicia y caridad (o amor). Ambas
(V AUVENARGUES, Réfl. et max., son un deber. Pero, a diferencia del
164.) deber de caridad, el de justicia tiene
por correlato un derecho ajeno, que ha-
19. Rígúlo ccnno la justicia (rai- ce este deber más estricto. V. Justicia.
de comme la justice). Esta expre-
sión popular subraya -admirable- 22. Hay, pues, una moral mas-
mente la radical imperfección de culina y una moral femenina ( ... ),
la justicia humana. Tiene ésta por cada una de las encarnaciones de la
símbolo la balanza. ¿ Hay algo más vida pretenden convertir a la otra:
flexible, más sutil, más ccsensible))? la primera predicando el amor a la
Una balanza rígida es siempre una justicia, la segunda la justicia
mala balanza. (G. THIB0N, Notrc al amor; de donde resultan una os-
regard qui manque ... , 196.) cilación y una media que represen-
tan un estado social, una época, a
V. Cartesianümw, 1. veces toda una civilización. (H.-F.
Justicia wnmu.tativa y justicia dis- AMIEL, Journal fot., 1 abril 1870.)
tributiva. La primera preside los inter- 23. Nuestro principio será sus-
cambios (lat. commutatio) y consiste tituir siempre, en nuestras relacio-
en la igualdad de valor de las cosas in- nes con los hombres, la justicia
tercambiadas. La j. distributiva pre- por la caridad, o, mejor aún, en
side la distribución o reparto de los hacer de la justieia ocasión para la
bienes (producto del trabajo ... ) y de las caridad. (J. LAGNEAU, Célebres lcr.
cargas (ímpuestos ... ) según la calidad et fragm., 44.)
de las personas (grado o lugar en la 24. Los deberes de justicia son
jerarquia, necesidades). llamados de obligaci611 estricta, y
Según el vocabulario aristotélico-es- los deberes de caridad de obliga-
colástco, la justicia conmutativa rige ci6n amplia; no porque éstos no
las relaciones entre particulares; la sean tan rigurosamente obligato-
justicia distributiva, las relaciones de rios ante Dios y 1a conciencia, si-
57Y JUSTICIA

no en el sentido de que los deberes 29. La justicia social interviene


de justicia se hallan estricto.mente muy particularmente en las rela-
determinados en cuanto a la ca11ti- ciones entre los trabajadores y el
dacl, la persona y el tiempo, mien- total de la comunidad, para com-
tras que los de caridad no lo es- pletar lo debido al obrero en es-
tán. (Ch. LAIIR, Cours de philos,, tricta justicia conmutativa por el
u, 192.) empresario, en concepto de salario.
25, El amor produce la justicia Problemas del salario familiar, de
para realizarse a sí mismo, o me- los seguros sociales, de la protec-
jor para realizar lo que pueda de ción y los seguros contra acciden-
si mismo, en un universo de indi- tes, paro, enfermedad, invalidez,
vidualidades opuestas y exclusivas. vejez ... (Mons. GUERRY, La d,,ctr.
Pero la justicia está llamada a soc. de l'Égl., 146, París, 1947.)
desaparecer; debemos superarla; Injusticia. Acep. abstr.: carácter del
el mediador tiene su época. (G. MA- acto contrario a la justicia. En senti-
DINIER, Consciencc et amour, nueva do concreto (una injusticia, las injus-
ed. 123.) ticias) : ese mismo acto.
26. Se dice que la justicia es 30. La injusticia se presenta
el juicio racional que viene a re- pintada como una vieja buscona.
gular y medir los ciegos impulsos Hay que verla antes de arreglarse.
de la caridad, y con ellos se pre- (Les cent un propos d'A/ain, 2.'
tende dar preeminencia a la jus- serie, 2.)
ticia. Pero la justicia es fruto de 31. Nada nos hace tan injustos
la caridad, y si constituye un con- como el sufrir una injusticia. (E.
junto de reglas, se trata de reglas JALOUX, Essences, 2.' ed., 82.)
que la caridad ha, por así decir,
decantado. (lbíd., 128,) 32. La injusticia no sería gran
cosa si no existiese, además, todo
27. La exigencia de justicia aquello por lo que se justifica. (J.
( ... ) tiene su raíz en la afirmación ROSTAND, Caniets d'1m biol., 91.)
radical de que el otro vale frente
a mí, que sus necesidades son tan Justificación. Lat. j,istificatio, ac-
válidas como las mfas ( ... ). El otro ción de justificare (/acere j1tstu111, ha-
es un tú: tal -es la afirmación que cer o volver justo).
anima soberanamente la máxima A. En sentido etimol. (Teol.): ac-
dil la justicia. (P. RICOEUR, Phi/os. ción divina que justifica o hace justo,
de la vol., 120.) es decir, da la gracia a quien no la te-
V. Caridad, 12, 13, 14, 15, 16, 17. nía.
Justicia social. A. Concepción anta- 33. La condenación de los ma-
ño corriente: virtud consistente en res- los es pura justicia; la justifica-
petar los derechos de la sociedad en ción de los pecadores, pura mise-
cuanto tal y en buscar el bien común. ricorda. (BOSSUET, S. s. l'aumone,
l.)
28. Quien quiera que obra loa-
blemente en vista del bien común, 34. La justificación es la gra-
ejerce, en ese mismo momento, una cia que, al perdonarnos nuestros
virtud que cabe llamar justicia so- pecados, nos hace a la vez gratos
cial, por cuanto forma parte de a Dios. (BOSSUET, Hist. des t•ariat.,
ese conjunto que hace a un hombre l.)
justo con respecto a la sociedad. 34'. aunque nadie puede saber
(A. VERMEERSCII, Pri11c. ele mor. con evidencia si está justificado,
soc., I, 35.) pero puede tener de esto grandes
B. Concepción más actual: virtud conjet.uras. Entre las cuales no es
consistente en respeta,· los derechos, la menos principal la mudanza de
naturales o positivos, que una sociedad la vida, cuando el que en un tiem-
bien organizada debe rei·onocer a sus po cometía con gran facilidad mil
miembros; p. ej., el derecho al salario mortales pecados, ahora por todo
familiar, el derecho de los inválidos a el mundo no cometerá uno. (Fr.
ser asistidos... Según sus aplicaciones LUIS DE GRANADA, G1tía ele pt"ca<lo-
puede ser consideruc.la como unn formu rrs, 62.) Ad. E.
particular de 111 justici11 distributiva o B. En sentido usual: acción de jus-
como unn legalización de deberes de ca- tifica,· o justificarse, es decir, de de-
ridad, V. Dcrl'elw• HocialcH, jar sentado que un cierto modo de
JUSTICIA 580

obrar o de hablar es justo, conforme tamiento. El humb,·e tiene que lw-


a la justicia, a la moral o al derecho. ccr ere a;u8'!a1nümto, tiene que
34". En el an;mal el ajusta- iuatum /Mere, es decir, tiene que
miento se produce de realidad a ;uatifü:ar sus actos. La justifica-
realidad -de estimulo a respues- ción es, pues, la estructura interna
ta- directamente (... ). En el hom- del acto ,humano. Por eso, en vez
bre, indirectamente, a través de la de decir que las acciones humanas
posibilidad y de la libertad, que no tienen justificación debe decirse
reposa sobre si misma, como pien- que tienen que tenerla; que nece-
san Heidegger y Sartre, sino sobre sitan tenerla para ser verdadera-
la estructura inconclusa de IBB ten- mente humanas; que han de ser
dencias o uferenciasn que abren asi realizadas por algo, con vistas a
exigitivamente, el ámbito de las algo. (J. L. ARANGUREN, atica, 64-
cpreferen~iaso. (... ) En una pala- 65,) Ad. E.
bra, al ammal le está dado el ajus- v. 32.
K
«KERIGMA11. Gr. kii771gma,, pro- de los antiintelectualistas contem-
clnmación por heraldo (kii771o;). poráneos carece del menor funda-
Teol.: primer anuncio de la buena mento histórico. ( ... ) El kerigma
nueva hecho por el misionero para primitivo era vivo, espontáneo. Pe-
atraer al no creyente a la conversión. ro era también discernimiento en
Es la invasión de la historia sagrada acto, síntesis rica y dinámica. (H.
en la historia personal. DUMÉRY, La, f<>i n'est pas un cri,
169.)
El kerigma difiere de la catequesis.
que es una enseñanza propiamente di- 2. Marx escribió en Econon,ia
cha dirigida a iniciados. V. Pa,rénes;,s. Política, y Filosofía,, contra Hegel,
que la filosofía es, simplemente,
Esta terminologla ha sido puesta de una religión puesta en conceptos y
moda por los promotores de la Fornt- desarrollada por el pensamiento.
geschichte, DIBELIUS y, sobre todo, Pues bien, esta afirmación vale pa-
BULTMANN. ra su propia filosofía. El anuncio
l. Uno de los kerigmas más marxista es, por debajo de su ves-
antiguos que refiere la exégesis tidura ciencista, un mensaje kerig-
es: «Jesús es el Señoro. Pero esta m.ático, un evangelio o buena nue-
ecuación no es un grito puramen- va predicado a todos los hombres
te emotivo (... ). No tiene nada de oprimidos de la tierra. (J. L. ARAN-
exclamación en bruto, de anuncio GUREN, lmplica,ciones de la, filoso-
no ela,bortulo, de clamor no doctri- fía, c11 la, vida, contemporánea,, 32.)
11am>. (•.• ) Por eso el kerigmatismo Ad. E.
L
LAICIDAD «La psychanal.», Rech. et débats,
Lego. Del lat. laicus, gr. laikos, re- núm. 21, 28.)
lativo o perteneciente al pueblo (laos). Laico. Del gr. laikos, popular, que
Se opone a kleros, clero, función sacer- ha dado también lego.
dotal. A. Antaño: que no es clérigo ni re-
A. Que no pertenece al clero, regu- ligioso. V. Lego.
lar ni secular. En este sentido se em- 4. Escuchad a un laico discu-
plea más la forma «laico». Hermano le- rrir sobre los puntos de conciencia
go: religioso no sacerdote. que afeetan a los eclesiásticos; se
l. Y a he dicho cómo [Saint- diría que habla un oráculo ...
Cyran] probó y juzgó a Lancelot, (BOURDALOUE, Sur la fausse canse.,
y, una vez juzgado, le dio el cargo l.)
de maestro que le pertenecía; y có- B. Hoy: que es independiente de
mo, por otra parte, relegó y ads- toda iglesia o confesión religiosa.
cribió a Le Maitre a la pura con- Abusiv.: que es hostil a la religi6n
dición de solitario: éste, totalmen- y a su·s ministros.
te fuera del santuario, simple lego
penitente, simple monsieur; aquél, 5. La palabra «laico», tras ha-
ya clérigo, con un pie en las gra- ber expresado la voluntad del Es-
das del .altar, y más tarde firme tado de reivindicar todos los dere-
en él y abocado a las escuelas. chos que le correspondían en un
(SAINTE-BEUVE, Port-Rc,¡¡al, 1, 452.) mundo específicamente c1-istiano,
refleja hoy una oposición directa
2. aquí somos todos legos ... ex- a cualquier compromiso de lo po-
cepto tres [tres sacerdotes diputa- lítico y lo social con lo religioso;
dos]. (G. BIDAULT, en la Cámara tras haber designado un «estado»
de Diputados, sesión del 23 dic. de una ·sociedad religiosa jerarqui-
1959.) zada, expresa ahora el deseo de 1·e-
B. Que es profano o novicio en cier- const1·uir lo «espiritual» de la na-
tas disciplinas. En este sentido se opo- ción con independencia de cual-
ne a especialista. quier influencia positiva de una
3. el acto psicoterápico ( ... ) en iglesia o un clero. (G. DE LAGARDE,
su estricta tecnicidad, implica en La naiss. ele /'esprit lai,¡ue, 3.' ed.,
principio conocimientos e interven- !, X.)
ciones psicológicas al alcance del l,aicidnd. Carácter de lo que es lai-
«lego» no médico, pero suficiente- co. Laiciclacl del Estado, de In escuela,
mente formado. (Ch.-H. NODET, de la enseñanza.
583 LECTURA

6. Entiendo por laicidad la cien- pregenital (siete años aprox.) del co-
cia en la escuela y la instrucción mienzo de la pubertad.
religiosa en la iglesia, es decir, la l. Hay más seres de los que
neutralidad de la escuela pública. creemos que llevan en sí una psi-
(E. VAUCIIEZ, Secret. gon. de la cosis latente. Numerosas psicosis
Liga de la Enseñanza. Cit. por L. dormitan ya en el inconsciente; y
CAPÉRAN, Hi,st, contemp, de la lai- determinan en sus portadores una
cité frang., 127.) apariencia externa exageradamen-
7. La Jaicidad republicana ( ... ) te normal. (... ) Es también el m0-
pretende sustituir el alma católica tivo por el que tantos individuos
de )ns antiguas instituciones por un portadores de psicosis latentes se
espíritu libe1•ado de toda alianza hacen alienistas, como para probar
confesional, cuando no de toda que están mucho menos locos que
religión y toda metafísica. En la los enfermos a quienes tratan. (C.
medida en que asi se aparta de G. JUNG, L'homme a la recher-
la antigua tradición espiritual de che ... , 157-158.)
nuestra historia, es «hija de la En- 2. Dos estímulos que atacan si-
ciclopedia y de la Revolución». (L. multáneamente al organismo no
CAPÉRAN, lbíd., VIII.) son 1 sin embargo, percibidos como
8. La idea de laicidad no se simultáneos. Las causas para ello
opone a la religión; pero implica son múltiples.
al menos la distinción entre lo pro- Unas, fisiológicas. Cada tipo de
fano y lo sagrado, supone que una receptor tiene en principio una la-
parte do la vida humana se halla tencia propia. En las mejores con-
sustraída a la influencia de lo re- diciones, la latencia irreductible de
ligioso ... o al menos de Jo clerical. la vrisión es superior en 4 cs. a la
(J. LACROIX, Socio/. d'A. Comte, de la audición. (... ) Por otra par-
106.) te, 'la latencia de un mismo recep-
V. Tolerancia, 7. tor es función de la intensidad del
estímulo. (P. FRAISSE, Psychol. d1t
Laicización. A. Prop.: acc1on de temps, 105.)
'laicizar, es deoiT, de reemplazar a los
clérigos o religiosos por laicos. La lai- LATRIA. Gr. latreia, servicio, en
cización decretada por la ley francesa partic. servicio a la divinidad, culto,
de 1882 consistía esencildmente en ex- adoración. Entra en la comp. de algu-
cluir a los religiosos y religiosas de las nas palabras: idolatría, zoolatria.
escuelas primai,ias públicas. Laiciza- Teol. Adoración reservada a Dios. Se
ción de los hospitales, opone al culto de dulía que se rinde a
B. Acción de eliminar no sólo a las la Virgen y a los santos. El que se rin-
personas, sino los principios y conside- de a la Virgen se llama, concretamen-
raciones de carácter religioso. te, hiperdulia.
Laicismo. Doctrina o política que LAXISMO, Der. del lat. lax1<s, la-
preconiza la laicización de toda la vida xo, relajado.
pública. Mor. A. Como estado de alma (con-
LAMARCKISMO. Teoría transfor- ciencia relajada) : disposición moral
mista de LAMARCK, V. Tra,nsformismo•. que lleva a negar la obligación de ha-
cer o no hacer alguna cosa, o al me-
V. Medio, 8; Mutacionismo, 12. nos a minimizar la gravedad de la fal-
ta.
LATENCIA. Der. del lat. lal,rns,
part. pres. de la/ere (estar oculto) : B. Como sistema (Teol. mor.): doc-
oculto, invisible. trina, condenada por la Iglesia, según
In cual no existe pecado en una acción
Está latente lo que no se manifiesta probablemente lícita, por débil que sea
al exterior. Principalmente en la psico- esta probnbilidnd.
logía profunda, latente implica incons-
ciente y virtual. LF..CTURA. Lat. mediev. lectura.
Se llama período de latenl'ia: en psi- A. Acepción usunl: ncción de leer
cología, el intervalo que separa la ac- un texto escrito.
ción del estímulo y In respuesta del su. l. Con mis propios ojos he vis-
jeto; en psicoamílisis, el pc1·fodo que sl'~ to naturalezas ricas, dotadas y na-
·para el fin de la sexunlidnd infantil o cidas pnra la libertad, arruinadas
LECTURA 684

desde la treintena por la lectura lilm, ciertos conocimientos defini-


(... ) . Le,,r un libro temprano, al dos, materiales que necesita para
amanecer, en pleno frcsror del es- apuntar o dar cima en su espíritu
píritu, en plena aurom de la fuer- a una construcción cuyas grandes
za, a eso llamo yo vicio. (NIETZS- lineas entrevé ... (lbícl., 124-126.)
CHE, Eccc Honw. Pourquoi j'en O. La lectura es en mi una for-
sais si long, VII.) ma de pereza. (J. GREEN, Journal,
2. En tanto que la lectura es VI, 31'5.)
para nosotros la iniciadora cuyas O'. algunos desconocen en la lec-
mágicas llaves nos abren la puer- tura aquello mismo que saben de-
ta de moradas en las que no hubié- cir y que entienden cuando lo oyen
ramos sabido penetrar, su papel en a otro. Consiste eso en que leen
nuestra vida es saludable. Por el con atención débil, y en que ésta
rontrario, se hace peligroso cuan- adquiere calor y excitación cuando
do, en ,•ez de despertarnos a la vi- hablamos y escuchamos; al pasar
da personal del es11íritu, la lectura a la lectura se amortigua aquélla
tiende a sustituirl2 ... (M. PROUST, y ·se entorpece la inteligecia. (J.-L.
Pasticlics et ,n.él,, 253-254.) VIVES, Tratado del alma, 86.) Ad.
3. Una especie de vicio es, en E.
efecto, la lectura. Como todos los V. Conciencia, 31; Dimc11si611, 6; E11-
hábitos en los que recaemos con tcndimicnto, 5; Escritura, 10: Factor,
sensación de vivo placer, en los 3; /11sti11to, 3 bis.
que nos refugiamos y nos aislamos,
y que nos con·suelan y sirven de B. Acepción nueva de inspirac1on
revancha para nuestros pequeños fenomenal.: manera particular de leer,
sinsabores. (V. LARBAUD, Ce vice es decir, de comprender, interpretándo-
impuni, la lccturc, 9.) lo: en sentido propio, un texto dado; en
el fig., la realidad percibida.
4. La lectura nos proporciona
una especie de familiaridad e in- 10. Para poner de relieve el
cluso una fraternidad con pensa- pensamiento de Descartes, cada
mientos que difieren del nuestro y historiador reúne los pensamientos
a menudo lo superan. Porque la de Descartes, los organiza, según
lectura es una especie de sociedad la cotización que les atribuye ( ... ).
que formamos con los demás hom- Así se rehace la doctrina cartesia-
bres por mediación de uno solo. (L. na, se hacen posibles nuevas lectu-
LAVELLE, La par. et l'écrit., 216- ras a medida que se renueva la vi-
216.) da intelectual. (G. GUSDORF, Tr. do
5. la lectura puede ser para méta,ph., 69.)
nuestro pensamiento tan pronto 11. Cuando Marx descubre el
una ayuda como un obstáculo; es absoluto en la vocación de univer-
necesario que secunde el movi- salidad del proletari-ado, esta lectu-
miento espontáneo de nuestro pen- ra de J.a .realidad, que le parece
samiento en vez de impedirlo. evidente por si misma, supone un
(lbíd., 224.) juicio de valor, una decisión que no
6. Es justo juzgar a un hom- podría imponerse sino por un vo-
bre por sus lecturas, pero no con- luntario compromiso. ( lbíd., 118.)
viene hablar con demasiado apre- 12. [el mundo del científico]
suramiento de la influencia que reclama el privilegio de la objeti-
ejercen sobre él. Porque no olvide- vidad, como si cualquier otra lec-
mos que es él quien las ha elegido. tura del dato debiera ser conside-
( lbíd., 226.) rada como aberrante, (lbíd., 306.)
7. La lectura-vicio es propia de 13. Sólo existe fenomenologla
los seres que hablan en ella una por lectura de los fenómenos. (H.
especie de opio y -se liberan del DUMÉRY, Phénoménol. et relig.,
mundo 1·eal sumerg,iéndose en un 4.)
mundo ima-~narfo. (A. MAUROIS,
U11 art de t•ivre, 123.) 14. el acontecimiento de la de-
cisión puede ser leído de dos ma-
8. La lectura-placer es ya más neras diferentes: es, en un .sentido,
activa. (... ) el fin de una evolución; me decido
Finalmente, la lectura-trnbajo 7,orq11r me rindo n tul o cual ra-
es la del hombre que busca en el zún; pero, en otro sentido, es el
685 LENGUAJE

brotar de un nuevo acto que fija el La lengua latina, las lenguas indoeuro-
sentido definitivo de mis razones. peas. V. Lingüística.
Ahora bien, esta doblo lectura se 2. Una lengua es una filosofía
halla inscrita en la propia estruc- petrificada. (M. l\lULLER, La, se. d1t
tura de la decisión ... (P. RICOEUR, lang., 477.)
en Probl. act. de /a, phintnnénol.,
132, Desclée de Br., 1962.) 3. Todas las lenguas apalean
el oro. (J. JOUBERT, PC!t8ées, 200.)
16. Justicia. Estar continuamen-
te ,dispuesto a admitir que el otro 4. En el erludio de una lengua
os cosa distinta de lo que leemos real se hallan todas las ideas hu-
cuando ee halla frente a nosotros manas hechas sistema, y luces so-
( ... ). bre toda la experiencia. (ALAIN,
llt<manités, 217.)
Leemos, pero también somos leí-
dos por ·los .demás. Interferencias ó. La lengua es un instrumen-
de estas lecturas. (S. WEIL, La, pe- to para pensar. Los espíritus que
santcur et la. gr8.ce, 164, 1'66.) llamamos perezosos, soñolientos,
16. El marxismo es, pues, en su inertes, son verosímilmente sobre
fondo filosófico, una lectura atea todo incultos, en el sentido de que
de Hegel. (E. BORNE, Dieu n'est poseen tan sólo un pequeño núme-
pas mort, 34.) ro de palabras y expresiones; y
es rasgo de acusada vulgaridad el
16'. A los «propietarios de cul- empleo de una palabra para todo.
tura» ( ... ) que vivían instalados en ( Ibíd., 242.)
la confortable cotización en alza.
o cuando menos estable, de todos 6. Quien conociera perfecta-
sus vidores, la amenaza de una re- mente su lenguaje conocería al
volución arrasadora a la. vez de los hombre todo. (ALAIN, Esq. de l'h.,
planos económico, político-social, 80.)
cultural y sobrenatural, había de 6'. Sojuzgada y frecuentada
aparecer como in.superal>lemente España por distintas naciones en
terrorista. Se romprende bien que diversos tiempos, formó su lengua
una de las primeras lecturas vul- de las ruinas de las que hablaban
gares de Nietzsche haya sido la estas naciones. Esto contribuyó
anarquista. (J. L. ARANGUREN, Im- maravillosamente a su abundan-
plicaciones de la. filosofía, en la vi- cia; y como algunas de aquellas
da contemporánea, 16-17.) Ad. E. lenguas eran nobles, sonoras y ma-
V. Revela.ción., 4; Ciencia,, 61; Socio- jestuosas, adquirió también la no-
logía, 3. bleza, armonía y majestad que le
Legal, legítimo y der. V. Ley. ha distinguido entre todas las que
se hablan. (J. P. FORNER, Exeq1tias
Lego. V. La,icidad. de /a, lengua castellana,, 56.) Ad. E.
LEM-A. Gr. lemma, (der. de la,nba- Lenguaje. A. Prop. y absolutamen-
tiein, tomar) : lo que se toma; en par- te: facultad de expresar el pensamien-
tic., en lóg., lo que se toma como a.car- to por medio de sonidos en cuya pro-
dado, la premisa•. V. Dilema. ducción interviene la lengua (músculo).
Mat. Proposición establecida a con- Facultad derivada de la de pensar.
tinuación de un teorema, por ser nece- 7. El hombre es naturalmente
saria al curso de la demostración. ((hablante», como es naturalmente
pensante, y tan poco filosófico es
LENGUAJE asignar un principio voluntario al
Lengua. Lat. lingua.. lenguaje como al pensamiento.
A. Prop.: el órgano principal del (RENAN, Orig. dit la11g.', 91-92.)
gusto y de la deglución, y, sobre to- 8. El lenguaje hace con pala-
do, en el hombre, el órgano de la pala- bras y lógica lo que la música con
bra. notas y sentimiento. (H. DELA-
l. No hay mayor signo de fuer- CROIX, Laug. et pcnséc, 2.- ed.,
za que el ser capaz de dominar In 461.l
lengua. (L. LAVELLE, La par. et l'é- 9. Las lenguas son diversas,
crit., 148.) f>et·o no hay m,ís que un lenguaje
11. Por anal.: sistema de expresión humano.
verbal propio de un pueblo, de un país. Unu lenguu es unl\ variución so-
LEPTOSOI\UTICO 686

bre el gran tema humano del len- especie de indecencia el lograr esa
guaje. (lbíd., 605.) expresión. ( lbíd., 181.)
V. Pc11samfr11to, 37, 55. 19. Un lenguaje no es algo ar-
B. Por ext.: sistema o conjunto de bitrario, una convención; por el
signos, fonéticos o no y particularmen- contrario, es algo que crece como
te ,·isuales, que sirven para la expre- una planta. (S. WEIL, Écrits de
sión del sentimiento y del pensamien- Londres, 69.)
to a la indicación de una conducta. 20. [ Cuando se aprende de me-
Lenguaje mimico. Lenguaje de los ani- moria] se cree guarnecer el espíri-
males. tu de vocab'ios; en realidad, uno
Hay también un lenguaje interior en se enriquece con pensamientos.
el que los signos son sólo pensados o La medalla tiene su reverso. Es
imaginados. V. Pa/a.bra i11tcrio1·. igualmente cierto que el lenguaje
10. lenguaje, que proporciona a es un instrumento propicio a
la conciencia un cuerpo inmaterial favorecer la pereza. Y es porque
en que encarnarse. (H. BERGSON, contiene pen·samiento en potencia
Ét•ol. cr., 265.) por lo que sentimos la tentación de
descansar en él y hacerle realizar
11. El lenguaje es uno de los nuestro trabajo. (J. GUITT0N, Nou-
instrumentos espirituales que tras- vcl art de pcnscr, 82-83.)
forman el mundo caótico de las
sensaciones en mundo de los obje- V. Conciencia, 13; Filosofía, 49; Re-
tos y de las representaciones. (H. vrescntación, 10.
DELACR0IX, Le lang. et la pensée, C. Por ext.: modo de expresión, y
126.) principalmente vocabulario, propio de
un individuo o de una determinada ca-
12. El lenguaje humano sólo se tegoría de hombres. El lenguaje de Mo-
distingue evidentemente del len- liere. El lenguaje de la curia. El len-
guaje animal por ser una forma guaje diplomático, matemático ...
de expresión, no del sentimiento,
sino del pensamiento. (M. PRADI- 21. E4 lenguaje de los niños, y
NES, Tr. de psychol., II, 413.) en general el de la pasión, es otra
forma extrema del lenguaje, en que
13. En la vida del pensamien- la palabra, que aún casi no lo es,
to hay que meter siempre el vi- expresa un mínimo de idea y un
no nuevo del espíritu en los viejos máximo de afectividad. Esto es la
odres del lenguaje. (F. G0NSETH, interjección, o sea, el término téc-
Les 1>ULth. et la réal., 43.) nico de las pasiones. (J. ORTEGA Y
14. Todos los medios del espíri- GASSET, Obras, II, 107.) Ad. E.
tu se hallan encerrados en el len-
guaje, y quien no ha reflexionado LEPTOSOMÁTICO. Comp. del gr.
sobre el lenguaje no ha reflexiona- leptos (delgado) y soma (cuerpo).
do en absoluto. (ALAIN, Propos s. En KRETSCHMER, tipo morfológico
l'édue., LXVI.) caracterizado por la delgadez y afila-
15. Un hombre que no conoce miento de las formas,
más que las cosas es un hombre Sin.: leptomorfo, asténico.
sin ideas. Es en el lenguaje donde Co11tr.: pícnico,
las ideas se hallan. (ALAIN, Huma-
nités, 217.) LEUCOTOMIA. Comp. del gr. leu-
16. El lenguaje no es, como se
kos, blanco, y tome, cortadura, inci-
sión.
cree a menudo, el ropaje del pen-
samiento, sino su verdadero cuer- Psicocirugía. Incisión practicada en
po. (L. LAVELLE, La 'f){JJY'O/c et l'é- la sustancia blanca de un lóbulo de los
crit., 25-26.) hemisferios cerebrales.
17. Al revés de lo que se cree, Sin.: lobotom!a•.
a menudo es difícil elevar el ·pen- Le,tis. Subst. gr. der. de /cgein (decir,
samiento hasta la dignidad del len- hablar) : palabra, modo de hablar. Co-
guaje. (lbíd., 30.) rresp. al lat. clictum.
18. Cuanto hay en el alma de A:doptado por los lógicos para desig-
más sutil y personal es sugerido, nar lo que se enuncia sin afirmarlo ni
más que expresado, por el lengua- negarlo. En la frase: «Se dice que los
je. Muchas veces sería en él una ciervos viven mucho tiempo•, la subor-
587 LEY

di nada: Los ciervos «viven mucho tiem- 7. Ayer, un hombre justo y ra-
po» constituye una /exis. zonable decía, como tantos otros:
Ninguna lcxis referente n la téc- «Si fuese tirano, haría una ley».
nica equivale a la técnica; y la No pudo acabar. Se oyó la risa del
t6cnica no es reductible a un dis- jurista. «Sois de los que creen que
curso, aun cuando éste respete su las leyes se hacen. Pero no hay
complejidad, igual que un libro de nadie que, en ningún país, haga
cocina no representa, en manos de las leyes. Se hacen solas».
un aficionado totalmente despro- "¿Cómo -dijo el otro--, acaso
visto de práctica, el menor germen no hacen leyes los diputados? Me
de «técnica culinaria». (P. DUCAS- parece que no son pocas las que ha-
sf, Les tecl111iques et le pltiloB., c:,n malas.»
16.) «Ahí voy yo -dijo el jurista-.
LEY Todas las leyes que hacen son, en
Ley. Lat. lex, /egis. A. Sentido efecto, malas, porque son leyes he-
primitiv. (Ley positiva) : regla impera- chas. (... ) Pero las verdaderas le-
tiva establecida por la autoridad sobe- yes se hacen, y brotan de la socie-
rana (Dios, el poder legislativo de una dad de los hombres como los reto-
sociedad autónoma ... ). V. Derecho po- ños del rosal.» (ALAIN, Politique,
71-72.)
sitivo.
Santo TOMÁS define la ley en general 8. El rigor ha de venir de las
como «ordin.atio rationis ad bonum com- leyes, de lo impersonal; así choca,
m.u1r.c a.b co, qui cu.raim conrnnunitatis hiere menos. La bondad debe, en
/1abet, pro11mlgata» (ordenación de la cambio, venir de las personas; así
razón al bien común, promulgada por conmueve, llega más. (G. THIBON
aquel que tiene a su cargo In comuni- Retour au réel, 108.) •
dad.). Ad. E. 8'. Ley es constitución del pue-
l. la multitud de leyes propor- blo que recibió su sanción de los
ciona a menudo excusas a los vi- ancianos, juntamente con el pue-
cios; de •suerte que un Estado es- blo. (San ISIDORO, Etimologias,
tá mucho mejor ordenado cuando, 114.) Ad. E.
teniendo pocas, son muy estricta- Ley eterna. la definición clásica de
mente observadas. (DESCARTES, San AGUSTÍN es la siguiente: «ratio
Disc. de la méth., H.) vcl 1)0/mrtas Dei ordinem naturalcm
2. La ley en general es la ra- conservari: iuben.s, prrturbari rctansn
zón humana en cuanto gobierna a (es la razón o voluntad de Dios que
todos los pueblos de la tierra; y manda conservar el orden natural y
las leyes políticas y civiles de ca- prohibe alterarlo). Ad. E.
da nación no deben ser sino los ca- V. Cousecuencia, l.
sos particulares en que se aplica
esa razón humana. (MONTESQUIEU, B. Por ext. (ley natural) : regla
Esprit des lois, I, 111.) imperativa implicada en la naturaleza
3. No hay que hacer por las le- misma de las cosas. V. Derecho 11at11-
ral.
yes lo que se puede hacer por las
costumbres. ( ... ) La moral y el derecho se fundan en
Las leyes inútiles debilitan las esa_ ley_ !'atural (en sing.), que implica
necesa~ias. (MONTESQUIEU, Cahicrs obhgae1on y se dirige a la voluntad li-
95.) ' bre. Las ciencias ele la naturaleza es-
tablecen leyes naturales (en plur.) o de
4. Una cosa no es justa porque la naturaleza, leyes que constatan una
sea ley, sino que debe ser ley por- constancia o una necesidad.
que es justa. ( /bid., 125.)
9. Decir que nada hay de jus-
5. Las leyes son telas do araña to ni de injusto fuera de lo que
a cuyo través pasan las grandes ordenan o prohiben las leyes posi-
moscas y donde quedan las peque- tivas es decir que antes de que al-
ñas. (H. ot: BALZAC, La m<1iB011 tlr•
guien hubiese trazado círculos no
N11ci11g,m, ed. Iloussinux, XI, 50.) eran iguales todos los radios. Hay,
6. El buen ciudadano obedece pues. que aceptar relaciones ele
a In ley; pero es mejor el que la equidad anteriores n la ley positi-
supera. (L. BnUNSCIIVICG, l'ruy,·e• va que !ns establece. (Mor,;TES-
do /u cu11•1·., 744.) QUlt:lT, D,· l',·sprit eles /ois, I, 1.)
LEY 588

10. formar un nlma es dnrle bajo el aparente desorden, la ar-


una ley; no una ley ni azar, basa- mon ia que el estudio del Cielo nos
da en <"l capricho o el error, sino habla hecho conocer ( ... ).
una ley razonable, una ley de Y esto no es todo: la astronomía
unión, basada en verdad eterna no sólo nos enseñó que hay leyes,
como ella y como su objeto. (J. sino que estas leyes son inelucta-
LAGNEAU, Célebres lcr. et fragm., bles. (H. POJNCARl!i, Va/cur ele /,a
22.) se., 159-161.)
11. al hablar de la ley moral 15. . .. para la mayoría de los
como de una ley de Dios (... ), se hombres. Ley física, ley social o
hace para acortar camino y reinon- moral, roda ley es a sus ojos un
tarsc así hasta el primer princi- mandamiento. Existe un cierro or-
¡,io. Dic,s es el primer principio de den de la naturaleza que se tradu-
la moral porque es el primer prin- ce en leyes: los hechos «obedecen•
cipio del ser. Dios es legislador en a esas leyes para conformarse a
moral general en cuanto es crea- ese oroen. Apenas si el científico
dor. (A.-D. SERTILLANGES, notas en mismo puede abstenerse de creer
Beatitud de la Sommc théol., de que la ley «preside» los hechos y
Santo TOMÁS, 274.) por consiguiente los precede, seme-
12. La ley natural es para el jante a la idea platónica a la cual
hombre una ley ,nora/, porque la deb!an conformarse las cosas. (H.
obedece o desobedece libremente, BERGSON, Les deuo: sources... , 5.)
no por necesidad. (J. MARITAIN, 16. Hasta los siete u ocho años
L'Hommc et l'État, 80.) ( ... ) toda ley observada en las co-
V. Dcclaracüí11. sas es considerada como ley so-
C. Por anal. (ley de la naturaleza) : cial: se piensa que las cosas obran
en las ciencias de la naturaleza y, más conforme a reglas que les son im-
generalm., en las ciencias positivas, puestas desde el exterior ( ... ). En
comprendidas las ciencias humanas»: resumen, si hay leyes naturales,
proposición general que constata una 'IIO es porque los cuerpos se hallen
relación regular entre ciertas clases de físicamente determinados: podrían
hechos. muy bien sustraerse a la ley si qui-
13. Sólo el estudio directo del sieran. Se trata tan sólo de que
mundo exterior ha podido ( ... ) pro- son obedientes. (J. PIAGET, Causa-
ducir y desarrollar la gran noción lité ph11s ... , 308-309.)
de las leyes de la naturaleza (... ) 17. . ..prioridad recíproca entre
que, como eonsecuencia de su ex- la afirmacifrn de la ley y la per-
tensión gradual y continua a fe- cepción del hecho que sirve de in-
nómenos cada vez menos regula- dicio. ( ... ) No percibimos primero
res, ha tenido que ser finalmente la prueba como tal y después la
aplicada incluso al estudio del hom- cosa probada. Por el contrario, ve-
bre y de la sociedad, último térmi- mos, de un solo golpe, la ley gene-
no de su total generalización. (A. ral como subsumiendo el caso par-
COMTE, Cours de phi/os. posit., III, ticular ... (P. RoussELOT, en Rccl,.
188-189.) de se. relig., 1910, 254.)
13 bis. esa ley de'1 entendimien- 18. Decir que hay leyes de la
to y de la razón que consiste en naturaleza es decir que los fenó-
explicarlo rodo por la necesidad y menos se encadenan en un orden
por la libertad o ca.usa primera ... invariable y que cuando se da un
(,J. LAGNEAU, Célebres lef. et cierto conjunto de condiciones le
fragm., 93.) sigue necesariamente tal fenómeno.
14. es la astronomía la que nos (L. DE BROGLIE, Matiero ot luntié-
ha enseñado que hay leyes (... ), el rc, 262.)
espectáculo armonioso de la noche 19. Una ley general, en cuanto
estrellada bastaba para darles [a tal, no es directamente verificable.
los caldeos] la impresión de la re- ( ... ) Una ley sólo puede ser con-
,rularidad ( ... ) . firmada por la verificación de las
Entonces, alertados por este proposiciones singulares de ella cx-
l"jcmplo, comenzamos a observar traidns. (L. ROUGIER, T·r. tlo la co11-
mejor nuestro pequeño mundo te- na isH., 219.)
rrestre y a hallar también en él, 19'. Esas últimas leyes a que
580 LEY
la ciencia llega, la de la pel'sis- A. Concepción clás. (la ley afirma-
tencia de la fuerza, la de la uni- ción de una relación de causalidad) : la
formidad de la naturaleza, no son ley es una proposición general que cons-
más que f6rmulas de J,a eternidad tata una relación esencial entl'e ciertas
viva, que no está fuera del tiempo, categorías de hechos o una relación
s>no dentro de él. Spinoza, penetra- causal entre un antecedente y un con-
do ·hasta el tuétano de su alma de siguiente. La constancia no es, en este
lo eterno, expres6 de una manera caso, más que el signo del caráctel'
eterna la esencia del ser, que es la esencial o causal de la relación.
peraisteneia en el ser mismo, Des- 22. La ley nos da la relación
pués lo han repetido de mil mane- numérica del efecto a la causa, y
ros: apel'sistencia de la fuerza», ésta es la meta en la que la cien-
«voluntad de vivir», etc.... (M. DE cia se detiene. Cuando se posee la
UNAMUNO, En tonio al casticismo, ley de un fenómeno se conoce, pues,
Obra,s escogidas, 66.) Ad. E. no sólo el determinismo absoluto
V. Co11ti11gencia, 1; Deducci611, 1; de las condiciones de su existencia,
lnducci6n, 1, 7; Regla, 2. sino incluso las relaciones que son
Lay estadística,. Ley que se establece relativas a todas sus variaciones.
y vale sólo estadísticamente, es decir, (Cl. BERNARD, lntrod., II, I, § 4.)
que da certidumbre cuando se conside- 23. nos serv-imos a veces del
ra gran número de casos, pero s6lo una concepto de ·ley cuando, en realidad,
probabilidad más o menos grande para pensamos en la causa. Es una si-
cada caso particular. nécdoque por la que consideramos
LtrU y causa. Al definir la causa en el establecimiento de la relación le-
sentido usual (A), como el antecedente gal como un camino hacia el del
que produce un fen6meno, y la ley como nexo causal. (E. MEYERSON, Identi-
la afirmación de una relaci6n constante té et réal., 600.)
entre un antecedente y un consiguien- 24. A mi entender, conviene, en
te, se plantea el problema de saber la interés del progreso, admitir entre
naturaleza de la relación asi afirma- los postulados de la física, como, a
da: ¿se trata de una relación causal decir verdad, se ha hecho siempre
o de una simple relación de sucesión hasta aquí, no sólo la existencia de
constante? las leyes, sino incluso el carácter
20. Hemos ya protestado contra estrictamente causal de ellas.
el error, muy extendido y todavía (M. PLANCK, lnit. a la phys., 158.)
enseñado, de que la investigación 25. fo propio del hombre es exi-
experimental tiene por objeto des- gir a las leyes que tengan causas.
cubrir la causa de los fen6menos, Por encima de las apariencias más
y que, hallada la causa, se pasa por regulares, y cuya regularidad no
inducción a •la ley, Esto equivale a basta para su seguridad, su inquie-
invertir el orden de los términos. tud persigue un orden que sea no
Siendo la causa el antecedente sólo constante, sino necesario; que
constante, no podemos saber si un no sólo sea, sino que deba ser.
antecedente es causa sin saber an- (M. PRADINES, Esprit de la relig.,
tes si es constante: hay que cono- 51-52.)
cer la ley para ·poder hablar de la
causa. (E. GOBLOT, R. philos., 1923, B. Por opos. a causa (en los posi-
II. 59.) tivistas) : proposición general que cons-
tata, entre ciertos fenómenos, una su•
21. s61o llegamos a 'las leyes vio- cesión o coincidencia constante.
lentando, por -asi decirlo, la natu-
raleza, aislando más o menos arti- 26. la revolución fundamental,
ficialmente un fen6meno del gran que caracteriza la madurez de nues-
todo, apartando de él las influen- tra inteligencia, consiste esencial-
cias que hubiesen falseado la obser- mente en sustituir con carácter
vaci6n. Por eso la ley no puede ex- general la inaccesible determina-
presar directamente la realidad. ción de las causas propiamente
(... ) La ley es una construcción dichas por la simple búsqueda de
ideal que expresa, no lo que pasa, las leyes, es decir, de las relaciones
sino lo que pasarla si se realizasen constantes que existen entre los
ciertas condiciones. (E. MEYERSON, fenómenos obsel'vados. (A. COIIITE,
/dentitt! et réal., 21, 22.) Disc. s. !'esprit pos., § 12.)
V. Causa, 26, 27. 27. todos los espíritus sensatos
LEY 690
reronoern hoy que nuestros L'slu- gítimo (In autoridad legnl) y otras se
dios reales se hallan estrictamente o)Jone a él (una modidn legal no siem-
drcunscritos al análisis de los fe- pre es legítima; hay injusticias lega-
nómt'nos para descubrir sus leyes les).
efectivas, es decir, sus relaciones 31. Es más fácil legalizar cier-
constantes de sucesión o semejan- tas cosas que legitimarlas. (CHAM-
za, y no pueden en modo alguno re- FO!IT, Max. et pensées, II.)
ferirse a su naturaleza intima, ni
n su cmMa, primera o final, ni a 32. Estado legal y estado legiti-
su modo esencial de producción. mo de la sociedad. Diferencia im-
(A. CoMTE. Cou,·s ele phi1. pos., II, portante, y en la que no se ha me-
299.) ditado lo suficiente. (Vizconde DE
BONALD, Pc11sécs s. l'écon. soc., <Eu-
28. [Una 'ley.] Es un nexo cons- vrcs, III, 1314, ed. Migne.)
tante entre un antecedente y un
consiguiente. (H. POINCARÉ, Den,. 33. El progreso de la sociedad
11r11B<?es, 7.) y su perfección consisten en hacer
29. La oposición entre causa y legal todo lo que es legítimo y legi-
ley (... ) debía ( ... ) acabar por ser timo todo lo que es legal; es decir,
considerada, de modo bastante ge- en tener leyes buenas y naturales,
neral, como expresiva de la filoso- y. en no tener otru. (lbíd., 1315.)
fía de la cie-,1cía positiva, y no ya 34. La propiedad literaria, la
tan sólo de la filosofía positivista menos legal de las propiedades, por
de la ciencia. (L. BRUNSCHVICG, ser la más legitima. (E. y J. DE
L'expér. hum... , 337.) GoNCOURT, Idées et se11sations,
139.)
D. En la acepción más amplia (que
engloba las precedentes definiciones clá- 35. Lo que es legal es conforme
sicas) : proposición que enuncia una a la ley. Lo que es legítimo es con-
obligación (ley civil, ley moral) o forme a la equidad. Un acto que
una necesidad (ley física, ley matemá- viola la ley no puede nunca ser le-
tica). gal; pero puede ,ser legítimo en ra-
zón de las circunstancias. (LITTRÉ.)
30. Las leyes son, en la signifi- v. 44, 45.
cación más extensa, las relaciones
necesarias derivadas de la natura- B. Elpistemol. (por opos. a causal*):
leza de las cosas; y, en este senti- que considera sc:ilo la regularidad o la
do, todos los 1aeres tienen sus leyes: constancia de las relaciones y hace
la divinidad tiene sus leyes, como abstracción de 4a causalidad.
las tienen el mundo material, las 36. consideramos el estableci-
inteligencias superiores al hombre, miento de '1a relación legal como
los animales y el hombre mismo. un camino hacia el del nexo cau-
(MONTESQUIEU, Esprit des loÚl, sal. (E. MEYERSON, lclentité et réal.,
1, l.) 600.)
Ley de bronce (Ferd. LASSALLE). El V. Co,nprcnsi6n, 21.
tipo de salario se reduce de modo auto- Legalidad. A. Derecho. Carácter
mático a Jo estrictamente necesario pa- del acto conforme a la ley en el senti-
ra la vida y -la reproducción de los tra- do A, es decir, a las prescripciones del
bajadores. En efecto, todo aumento de derecho positivo.
salario acarrea un aumento de pobla- 37. Francia ha respondido a
eión, que a su vez hace bajar los sala- mi leal llamada. Ha comprendido
rios, baja que tiene como consecuen- que si yo habla salido de la lega-
cia una disminución de la población, lidad era sólo para entrar en el de-
hasta que la necesidad de mano de obra recho. (NAPOLEÓN 111, Respuesta a
hace que los salarios vuelvan a subir. la Comisión consultiva que le co-
Legal. Lat. legalw, der. de /ex, legis municaba el resultado del plebis-
(ley) y que ha dado el doblete legal- cito que aprobó el golpe de Estado
leal. del 2 dic. 1861.)
A. En el uso ordinario y juríd., B. Epistemol. Carácter del fenóme-
que es tal desde el punto de vista de la no regido por una ley experimental, es
ley positiva (ley A); o que es conforme decir, que se limita a constatar la cons-
a esa ley, pero no necesariamente a la tancia de una relación (ley en el sentido
ley natural, a la equidad o a los hechos. positivista; v. Ley y causa, B). Se op.
Por consiguiente: a veces equivale a Je- a causalidad.
691 LEY
38. Cuando hablamos de expli- 41. Cuando la vida espil•itual se
car un fenómeno, de buscar sus atrinchera tras el legalismo ( ... ),
causas, tratamos de conocer, ya la moralidad aparece más como
sea su preexistencia en el tiempo una armadura de principios que
-lo que es verdaderamente aplicar como vida y superabundancia.
el postulado de causalidad-, ya la (E. MOUNIER, Tr, du caract., 717.)
regla empirica que determina su 42. Ese principio [el legalismo]
cambio en el tiempo, lo que equi- es el siguiente: la moral cristiana
vale a no aplicar sino el postulado consiste esencialmente en un siste-
de legalidad, provisionalmente y en ma de leyes determinadas cuya ob-
espera de algo mejor. (E. MEYER- servancia es prueba suficiente de
soN, ldcntité et réal., 41.) amor a Dios. Una vez admitido
39. Legalidad y causalidad: ta- este principio ( ... ). si el legalismo
les son quizá, como ha demostrado del precepto tiene un valor abso-
profundamente Meyerson, los dos luto y último, no cabe condenar a
tipos de explicación cientiifica; de quien deliberadamente se propone
los que 4a legalidad no es acaso. cumplir al menor precio. (Y. DE
por lo demás, sino la figura empi- MONTCHEUIL, Mél. théol., 354-355.)
rica de la causalidad racional. (H. 43. el profetismo hace remon-
DELACROIX, Lang. ot pensée', 457.) tar sin tregua la pendiente desde
C. Moral (en (KANT). Carácter del las infracciones al pecado; el le-
acto materialmente conforme a las exi- galismo hace sin tregua volver a
gencias de 4a ley moral. Se opone a la bajarla desde el pecado a las in-
moralidad, que implica una conformi- fracciones; pero profetismo y le-
dad formal con la ley, es decir, la in- galismo forman una totalidad in-
tención de obrar por respeto a la ley. divisible. (P. RICOEUR, Finitudc et
Legalismo. A. Derecho. Actitud teó- culpab., II, 62.)
rica o práctica consistente en no consi- V. Moral, f!,7, 33.
derar más que la •legalidad, es decir, las Legítimo. Lat. legitinms, conform2
exigencias de la ley positiva, sin tener a la ley (legi).
en cuenta la ley natural, la equidad y,
con mayor razón, la caridad. A. En general: que es coníot"me a
la iley, a:l derecho, o más bien al senti-
B. Epistemol. Doctrina según la do de la justicia.
cual la ciencia tiene por objeto el esta-
Mecimiento de leyes en el -sentido posi- Sin.: legal*, justo, justificado, líci-
tivista del término (constancia de suce- to, permitido, equitativo.
sión o de coincidencias) y no la deter- 44. En este sentido, la palabra
minación de las causas. El legalismo dice más que legal: no podria apli-
positivista se opone al causalismo clási- carse a lo que constituye un abuso
co, reactualizado en particular por de derecho. (A. LALANDE, V oc.)
E. MEYERSON. 45. si el Estado se califica nor-
C. Moral. Actitud teórica o prácti- malmente de ·legítimo y legal, en
ca consistente ya sea en reducir la mo- horas inciertas deja de gozar de
ralidad a la observación de la ley sólo ambos calificativos para convertir-
por ser ley, sin consideración del bien se en ilegítimo e ilegal, legitimo
111 que la ley tiende y que es su justifi- pero ilegal, o legal pero ilegítimo.
cación (v. Formalismo kantiano); ya, (P. MASSENET, Go1tver11cment des
más ordinariamente, a supervalorar hommes, 71.)
moralmente las prácticas legales (lega- V. 32, 33. 34, 35.
lismo de la moral y la religión judías).
V. Moralismo. B. Que es admisible o al menos ex-
cusable. Modo de hablar legítimo. De-
Sin.: formalismo, juridicismo. recho de legítima defensa. Cólera, am-
40. Si convenimos en llamar bición legítimas.
«moralismo» o «legalismo» a la pu-
ra ética de la Goy, os cierto que en 46. El placer de agradar es le-
el curso de los tiempos los héroes gítimo, y el deseo de dominar
de la vida moral han sido siempre ofensivo. (J. JoUBERT, Pc11sées,
144.)
opuestos a ellos, aunque menos ¡ia-
ra negarlos que parn superarlos. C. Polít. Conforme a la línea here-
(J. LACROIX, Porso1111c et m.oralité, <litaria o la ley constitucional.
36, Seuil.) 4Ci'. Nada hay más contrario a
LEYENDA 592
In Jihcrlad y a la dil'ha d1• los pue- (v . .lus). Por ext., l'<!Ícrido a actos: quo
blos que la ausencia ele la justiciu es resultado de una decisión personal,
y de la legitimidad ( ... ). La rozón, independiente de cualquier fuerza ex-
la historia y ln experiencia nos en- terior.
señan que todos los poderes ilegíti- l. Polít. Que es independiente. Se
mos son tiránicos. La ilegitimidad dice tanto de las sociedades políticas
lleva necesariamente consigo la de- (sin.: autónomo) como de los indiV'iduos
bilidad; y los poderes opresores no (cont1·., esclavo, prisionero).
son los fuertes, sino los débiles ...
(J. BALMES, Obra,i, 1433.) Ad. E. l. Los hombres nacen y perma-
necen libres e iguales en derecho.
LEYENDA. Del lat. leornda, lo que (Dcclaraci611 de derechos ... , 1789,
debe leerse. nrt. 1.)
A. En sentido etimol. l. Primi- 2. Una nación súlo tiene carác-
tiv.: lectura que los monjes hacian en ter cuando es libre (Mme. DE
el refectorio o en la iglesia, en parti- STAEL, De la littér., I, v.)
cular en el oficio de maitines. La 1"- 2. Paico!. Que ·se determina por las
yenda aurea: compilación de vidas de propias razones o motivos, con inde-
santos hecha por J acobo DE VORÁGINE pendencia, no s6lo de toda coacci6n ex-
en el siglo XIII. ter-ior, sino incluso de fuerzas interio-
Der.: legendario o leyendario, colec- res irracionales como la pasión o la
ción de leyendas. emoción. En efecto, al ser el hombre
l. El legendario debía propor- esencialmente un ser razonable, esas
cionar lecturas para el oficio de fuerzas son consideradas eomo extra-
maitines, y, fuera de los oficios li- ñas a él.
túrgicos, procurar a los clérigos y 3. Cuanto más obramos con
monjes, deseosos de instruirse y arreglo a la razón, más libres
edificarse, un extenso cuerpo del somos, y la servidumbre aumenta
que extraer ejemplos a seguir y en cuanto más obramos por las pa-
el que satisfacer a la vez la curio- siones. Porque cuanto más obramos
sidad y la devoción. (H. LECLERQ, de acuerdo con la razón, más lo
Dict. d'archéol. et de lit., VIII, hacemos según las perfecciones de
2456.) nuestra naturaleza; y a medida
2. Hoy; lo que indica cómo hay que que nos dejamos arrastrar por las
leer (lectura B) una representación pasiones somos esclavos de las co-
gráfica (texto que indica el tema de un sas externas que nos hacen pade-
cuadro; explicación de los signos de cer. (LEIBNIZ, en GERHARDT, VII,
un mapa, de un plano ... ). 110-111.)
B. Relato transmitido por tradi- 4. El hombre ,].ibre, es decir, el
c1on. l. Prop.: relato popular que que vive según los mandamientos
con frecuencia tiene una base real, pe- de la Razón ... (SPINOZA, Éthique,
ro en el que ocupan lugar importante IV, LXVII.)
lo maravilloso y lo fabuloso. Se refiere 5. Ser libre no es hacer lo que
a un pasado lejano y con frecuencia im- se quiere, sino aquello que se ha
preciso. juzgado mejor y más convenienta.
2. La leyenda forma, mientras (J. JOUBERT, Pcnsées, 86.)
que la historia no hace sino in- 6. Sólo somos libres en In me-
formar. (A. HERMANT, Con/. d'un dida en que no somos engañados
en/. d' hier, 8.) por nosotros mismos, nuestros pre-
2. Por ext.: Se dice referido al pa- textos, nuestros instintos, nuestro
sado 1·eciente, de un hecho completa- natural. S6lo somos libres median-
mente inventado o en el que la inven- te ·la critica y la energia, es decir,
ción predomina. por In independencia y el gobierno
del prop:o Yo, lo que supone varias
LIBERTAD esferas concéntricas en ese Yo, de
Libre. Lat. liber (op. a servus, es- ellas la más central superior al Yo.
clavo), el que es de condición libre. (H.-F. AMIEL, Journal Íllt., 5 nov.
A. Prop., referido a personas y a 1879.)
sociedades humanas: que no se halla 7. Cuando obramos por motivos
bajo la autoridad coactiva de una po- conocidos, que nuestra razón está
tencia extranjera; que es sui juris dispuesta a reivindicnr como sus
593 LIBERTAD

principios ante el tribunal de cual- bre arbitrio considerado en ese sen-


quier razón semejante, es cuando tido se halla sin duda en nosotros ...
somos verdaderamente hombres li- (B0SSUET, Tr. du libre arb., 1-Il.)
bres( ... ). 11. Llamamos libre arbitrw ni
Es cuando nuestra conducta es poder en cuya virtud el hombre
única en su género, imprevisible, puede elegir entre dos acciones
injustificable, imposible de redu- contrarias sin ser a ello determina-
cit· a un principio general, cuando do por ninguna necesidad. (G. FoN-
estamos más sujetos a servidum- SEGRIVE, Essai s. le libre arb., 307.)
bre. (A. LALANDE, Les Wusiona 12. Pero si hacemos al libre ar-
évol., 426.) bitrio sinónimo de independencia,
8. Como si el espiritu se sintie- no llegamos hasta determinar la na-
se alguna vez tan libre como cuan- turaleza de esa independencia. A la
do concibe la verdad necesaria ... acción le basta para ser libre con
(D. PARODI, BIU!cs psyc/wl, de la no depender absolutamente de las
mor., 139.) acciones pasadas. Así, la liber-
9. Quererse moral y quererse tad es, en nuestra opinión, una no-
libre son una sola y misma deci- ción negativa, que, por consi-
sión. (S. DE BEAUV0IR, Pour un• guiente, permanece indeterminada.
mora/e de l'am,big., 32.) (lbícl., 309, Alean, 1896.)
9'. Libre a medias se proclama 12'. el libre albedrío es aquel
Cicerón; pero, a fe mía, jamás un por cuyo poderío es el género hu-
sabio se abatirá a tomar un adje- mano señor de sí mismo, y cada
tivo tan deprimente; jamás será li- hombre tal cual él quisiera hacer-
bre a medias; siempre su libertad se. (F. PÉREZ DE OLIVA, Diálogo <le
será maciza y total, suelto y due- la dignidad del hombre, 80.) Ad. E.
ño de sí y más elevado que los B. Hoy: distinguido de la libertad
otros. ¿ Qué cosa hay que pueda (poder de determinarse por motivos) y
estar encima de aquel que está por cercano a la libertad de fadiferenc:a
encima de la fortuna? (SÉNECA, De (poder de determinarse con independe~-
la brevedad de la vicia, § V, p. 34- cia de los motivos), en cuanto concebi-
35.) Ad. E. da como el poder de elegir entre <..'t>:1-
9". algunos no toleran que se trarios.
les obligue, ni son capaces de eje- 13. Dios goza, pues, de la nd5
cutar cosa alguna por mandato aje- perfecta libertad; pero carece de
no, sino que, libres de suyo y suje- ·libre arbitrio, que es la elección en-
tos sólo a -la inclinación de su tre el bien y el mal, puesto que su
espiritu, emprenden fácilmente por voluntad es esencialmente recta ...
si mismos grandes obras y no ha- (Vizconde DE B0NALD, Théoric d!L
cen lo más pequeño por imposición pouvoir, 11, lib. VI, cap. VI.)
extraña. (J. L. VrVEs, Trataclo e/el 14. el libre arbitrio, en el senti-
alma, 82.) Ad. E. do ,habitual del término, implica la
V. Atenci611, 4. igual posibilidad de ambos contra-
B. Por anal. (aplicado a cosas): rios. (H. BERGS0N, en Voc. de LA-
que carece de impedimentos, que no es- LANDE.)
tá ocupado o indisponible, prohibido 15. Esa existencia en sí y para
o reg,)amentado. Escape libre, rueda si es In libertad, pero a esta liber-
libre. Sitio libre. Entrada libre. Taxi tad tendemos sin cesar mediante el
libre. ejercicio del libre arbitrio, que es
Libre arbitrio. Lat. liber111n a,·bi- la expresión misma de la ·libertad
trium, poder de elección. V. Arbitrio. apropiada a nuestra doble natura-
A. Antaño: identificado a la liber- leza y nos obliga a elegir sin tre-
tad concebida como pode,· de elección, gua entre la libertad y la servi-
dumbre. (L. LAVELLE, Tr. eles t•a-
Sin. (antic.) : Libre a-lbedrio. fr11rs, II, 441.)
10. La cuestión es saber si hay Librcpc11saclor. Que se pretende y
coso,s que estén de tal modo en afirma, en el terreno de las ideas, in-
nuestro poder y en la libertad de dependiente de toda tradición y de to-
nuestra elección que podamos ele- da autoridad, principa'lmente religiosa.
g.frlas o no. En los s. xvn y XVIII se decía liberti-
Yo afirmo que la libertad o li- no•. V. Libertad ele prnsamic11to.
JB. Diccionario Jd Ll'IIKUaje Filosúlico,
LIIIEUTAD 594

IG. Llamo 11libre)lensndores11, 1,11,-ticulal" de otras personas. Esta Ji.


como (!illos mismos se calificnn, u bertad es compatible con el determinis-
los cultos o que se l'reen tales que, mo consistente en In carencia de liber-
mediante 1ihros, discursos y ¡1rücti- tad de decisión o libertad interior.
ras ordinnrins, trnbajan conscien- (V. 11.)
temente por destruir en Frnnl'ia la 20. Lu libertad de la mayoría
religión revelada y su moral dh•i- de los hombres apenas difiere de la
na. (L. VEUILLOT, Lrs /ib,·rs pr11- del animal; es la de seguir sus im-
sc11rs, prefacio.) pulsos inconscientes, sus móviles
17. A menudo también, lo que inconfesados ( ... ) ; la libertad inte-
se titula libre pensamiento no es rior sólo existe por excepción y co-
sino la sumisión a las ideas de una mo fruto de una victoria sobre si
pequeña secta, independiente sin misma. (H. F. AMIEL, Journal,
duda con respecto a los grupos so- 6 nov. 1879.)
ciales n1ás vastos que la rodean, 21. Estaba ebrio de mi liber-
pero hostil a todo individualismo, tad, de pertenecerme al fin a mí
a toda independencia interior; In mismo. (J. GUÉHENNO, Jor,rnal
libertad de espíritu no se ha ejer- cl'm, h. de 40 ans, 107.)
cido aquí más que una vez, y en
una una sola cuestión: la elección 21'. La libertad está ligada
de una autoridad. (V. EGGER, Pa- siempre, claro es, a una situación.
rolr úitér., 320.) Se es libre en una situación deter-
n1inada, es decir, en función de
18. No soy un «librepensador», ciertas pretensiones que uno tiene.
porque es gran necedad imaginar Imagínese (... ) una situación sim-
que se puede pensar libremente. plicísima: yo estoy en una habita-
(J. LEllAfTRE, Contemp., VI, 73.) ción cuya puerta está cerrada con
19. Es innegable que el libre llave, y no tengo esa llave. ¿Cómo
pensamiento, en el transcurso de se definiría mi situación? Se diría
los siglos. se ha afirmado oponién- que estoy encerrado en esta habi-
dose y oponiéndose al pensamiento tación. Pero sólo sería así si yo
religioso. (A. BAYET, Hist. de la ii- tuviera la pretensión de salir. (J.
bre p., 6.) MARÍAS, El futuro de la libertad,
Libertad. Lat. libertas, cualidad del en Libertad y organización, Tiem-
que es liber (libre) y no servus (es- po de España, I, Madrid, 1963.)
clavo). Ad. E.
Acepción general. Condición del ser V. Autoridad, 10.
que puede obrar de manera libre, es B. Principales formas. l. Libertad
deeir: ya según las leyes de su natu- física: facultad de moverse y ejercitar
raleza (caída libre, ya según su fan- la propia actividad orgánica con inde-
tasía (tiempo libre), ya según su volun- pendencia de cualquier coacción extra-
tad (libre decisión). ña. El preso tiene una libertad física
Esta palabra comporta múltiples sig- reducida.
nificados, que agrupamos bajo dos epí- 2. Libertad psicológica (libertad
grafes: confundida con la espontaneidad) : es-
tado del que obra según las tendencias
I. Libertad de ejecución o de acción de su naturaleza, sin ser determinado
o de coacción, libertad de hecho que no
p!antea problema filósofico; por fuerzas exteriores.
11. Libertad de decisión o de arbi- 22. Si convenimos en llamar li-
trio que plantea el problema filosófico bre a todo acto que emane del Yo,
de sus relaciones con el determinismo, y sólo del Yo, el acto que lleve In
en cuyo nombre se niegan algunos a marca de nuestra persona será
admitirla. verdaderamente libre, porque sólo
nuestro yo reivindicará su paterni-
I. Libertad de ejecución o de ac- dad. La tesis de la libertad se ve-
ción, lib. exterior o física. Se op. a su- rla así verificada si consintiésemos
jeción o coacción, pero no a necesidad*, en no buscar esa libertad más que
A. En general: carácter de quien es en un cierto carácter de la decisión
libre, princip, en el sentido A 1, es de- tomada. (H. BERGSON, Essai... ,
cir, poder o derecho de obrar a capri- 130.)
cho con independencia de coacciones o 23. Llamamos libertad al esta-
apremios procedentes del exteriol", en do del se,· que puede obra,· confor-
595 LIBERTAD

me a su naturaleza, desarrollar le sin la libertad. (ALAIN, Politi-


sus virtualidades, satisfacer sus que, 27.)
tendencias -sin ser obstaculizado por 27'. Cuando Cicerón, ante el
su medio. Un engranaje funciona cresccnclo tiránico de César, gime
«libremente» cuando no lo detienen por la libertacl perdida, su idea de
el polvo, un muelle, a'lgún otro en- libertad no tiene nada que ver con
granaje ... (F. PAULIIAN, La vo/011- la nuestra. Libertad quiere decir
té, 300.) para él, estrictamente, vigencia de
3. Libcrtael moral: el sentido de es- las instituciones establecidas. Pe-
te término depende de la acepción en ro estas instituciones negaban to-
que se tome el adj. moral•. da libertad al individuo, al hom-
Si moral es sin. de psicológico y se bre privado. (J. ORTEGA y GASSET,
opone a físico, la libertad moral es la Obras, 11, 508.) Ad. E.
facultad de autodetermínarse definida V. Anarquía, 7; Autonomía, 5; Con•
en 11. Excluye la coacción, pero no la trato, 2.
obligación. 5. Libertad política. a) Prop.: con-
Si moral es sin. de ético y se opone a dición del grupo humano que se gobier-
inmoral, la Ubertad moral es la facul- na a sí mismo con plena soberanía.
tad o, más exactamente, el derecho que Sin.: autonomía*, independencia po.
deja -la lev moral de hacer o no hacer líticas.
una cosa. El deber u obligación res-
tringe esta libertad, pero presupone la 28. Para la Antigüedad, la li-
libertad consistente en el poder de au- bertad fue apenas otra cosa que la
todeterminarse. independencia nacional. (E. RE-
4. Libcrtacl civil: facultad de obrar, NAN, CE11vres, 1, 34.)
en los límites y bajo la protección de b) Improp.: condición del individuo
las -leyes, sin ser obligado por otros. que goza de los derechos políticos reco-
Implica en especial la facultad de des- nocidos a los ciudadanos, es decir, que
plazamiento, de elección de trabajo y puede, de ordinario por medio del voto.
apropiación de sus frutos, de contra- participar en el gobierno de su país.
tar ... Este género de libertad no lo po- Es preferible hablar de derechos polí-
seía el esclavo. Hoy se habla más bien ticos.
de derechos civiles. 6. Libertad ele conciencia: poUer
24. Cuando se ha hallado una de obrar conforme a las indicaciones
vez el medio de prender a la multi- de la propia conciencia, principalmen-
tud en el señuelo de la libertad, lo te en lo relativo a la religión (libertad
sigue ciegamente, tan sólo con oir religiosa, libertad de cultos).
su nombre. (BossuET, Or. /u11. ele 7. Libcrtacl de pensamiento: dere-
He11r. ele Fra11ce,) cho, no de pensar lo que se juzga ver-
25. La libertad es el derecho de dadero (ya que el pensamiento no pue-
hacer cuanto permiten las -leyes, y de ser directamente constreñido), sino
si un ciudadano pudiese hacer lo de expresar el propio pensamiento ante
que prohiben, ya no gozaría de li- los demás y d,e tratar de hacer que
bertad, porque los demás tendrían sea compartido. Sin este derecho, el
también ese poder, (MONTESQUIEU, pensamiento estaria, en el caso de una
Esprit eles loia, XI, 111.) propaganda parcial, sometido a una
cierta compulsión indirecta. La prin-
26. ¡ Libertad, cuántos crímenes cipal aplicación de la libertad de pensa-
se cometen en tu nombre! (Mme. miento es la libertad de prensa. V.
RoLAND ~l subir a la guillotina.) Libn·p,·11saclor,
27. el orden y la libertad son in- 29. Se ha reclamado la libcrtu,l
separables, porque el juego de las ele pc11sctr, lo que resulta aún más
fuerzas, es decir, la guerra privada absurdo que si se hubiese recla-
en todo momento no encierrn In mado la libertad de circulación de
menor libertad; es una vida ani- la sang1·e. (.. ,) Pero lo que los so-
mal entregada n todos los azares. fistas llamaban libertad de pensar
Luego ambos términos, orden y li- c,·a la libertad de pensar en alta
bertad, están muy lejos de ser voz, es decir, de publicar sus pen-
opuestos; yo prefiero decir que son samientos mediante el discurso o
correlativos, La libertad no mar- la ,impresión. (... ) La libertad de
cha sin el orden; el orden nada va- pensnr no era, pues, sino ·la liber•
1,IBERTAD 596

tnd de obrar. (Vizconde DE B0NALD, condición] de la ley moral, pero


<Eut"rcs, cd. Migne, III, 601.) ( ... ) la ley moral es la ratio oog-
30. Si el primero de los princi- 11osce1uli de la libertad [lo que nos
la hace conocer]. (KANT, Crit., ele
pios del 89 no es la libertad de l<1 1·t1is. ¡,raf,, Pref., nota.)
discutir incluso los principios del
89, estos famosos principios no son 36. el papel de la libertad es,
un código de libertad, sino un Co- siempre y en todas partes, colmar
rán. (L. VEUILLOT, ,llé/a.ngcs, 2,' una contingencia, (Th. DE Rl:GNON,
serie, 111, 36.) llléta.plr. eles ca11,11es, 2.' ed., 633.)
31. Queremos ser libres de pen- 36. La libertad no es un privi-
sar, y de hecho se pensó más libl'C legio, sino una prueba, (P. LEC0M-
y osadamente hace medio siglo en TE DU NoOY, La elignité ltum., X,
la Corte de Weimar, bajo un go- ed. Brentano's, 220.)
bierno absoluto, que hoy en nues- 37. Hay libertad (teól'icamen-
tro pais al cabo de tantos comba- te) cuando un ser x, en una situa-
tes por la libertad. (E. RENAN, CEu- ción determinada, inventa, impro-
1-res, I, 213.) visa un comportamiento apropiado,
31'. han creído que todo pensa- pero no rigurosamente deducible a
miento Hbre es una rebelión con- partir de la situación. Hay deter-
tra Dios, como si Dios nos hubiera minismo (teóricamente) cuando de
dado el pensamiento para que dur- las posiciones y movimientos ele
miese largo sueño. (E. CASTELAR, un grupo de partículas cabe dedu-
Disc,irsos, 1-2.) Ad. E. cir rigurosamente las posiciones y
C. Libertad identificada con la ne- movimientos de ese grupo en algún
C"csüuul, reconoe1"da y por lo mismo su- instante ulterior. (R. RUYER, La
perable. Doctrina profesada especia:1- gcnesc des formes vivantcs, 27,)
mente por los marxistas. «Sólo se man- 38. El mundo está ya constitui-
da a la naturaleza obedeciéndola» (BA- do, pero, también, nunca completa-
CON), es decir, conformándose a sus le- mente constituido. ( ... ) No hay,
yes. El conocimiento de estas leyes, es pues, nunca determinismo ni nun-
decir, del determinismo o necesidad ca elecci6n absoluta; nunca soy co-
que la rigen, permite liberarse de sus sa y nunca soy conciencia desnu-
apremios y, en este sentido, nos pro- da. (... ) La elecci6n que hacemos
cura la libertad. de nuestra vida se realiza siem-
32. Hegel fue el primreo que pre sobre la base de algo dado. Mi
expuso exactamente la relación en- libertad puede apartar mi vida de
tre libertad y necesidad. Para él, la su sentido espontáneo, pero por
libertad consiste en comprender una serie de deslizamientos, co-
la necesidad. ( ... ) La libertad con- menzando por seguir su linea, y
siste, pues, en esa soberanía sobre no por ninguna creación absoluta.
nosotros mismos y sobre el mundo (M, MERLEAU-P., P/1é11omé11ol, ele
exterior, basada en el conocimien- la perc., 617, ·619.)
to de las leyes necesarias de la na- 30. No soy libre por el solo he-
turaleza. (F. ENGELS, A11ti-Diil1- cho de ejercitar mi espontaneidad;
rinu, I, 170-171, Costes, 1931.) me hago libre si inclino esa espon-
II. Libertad de decisión o de ar- taneidad en el sentido de una libe-
bitrio, lib. interior o psicológica (se op. ración, (E. MoUNIER, Le pcrso1111a-
a necesidad*) : carácter de quien es li- /ü,me, 79,)
bre en el sentido A 1, es decir, poder o 30'. por obra de la libertad hu-
!acuitad de autodeterminarse, con in- mana, las «fuentes» de una enti-
dependencia de fas fuerzas interiores dad hist6rica no determinan nece-
de orden irracional (emoción, pasión, sa1·iamente sus «resultados», y son
rutina ... ). Guarda estrecha relaci6n éstos, los resultados, los que a la
con la moralidad. V. Nat:uralcza 11, postre constituyen la historia. (P.
H 4. LAIN ENTRALG0, La U11iversúuul, el
33. La verdadera libertad está intclcctiial, E1,ropa, 76-76.) Ad. E.
en la omnipotencia sobre uno mis- V. Co1n.plc111c11tariedad, 5; Dato, 1;
mo. íM0NTAIGNE, EssaiB, III, XII, Obligaci611, 1; Poder, 24; Rcflexi6n,
Pléiade, 1173.) i 22; Revela.ci611, 1; Sititcu:i611, 6; Volm1-
34. la libertad es, 9in iduda, ta,l, 11, 12, 13.
la ratio esse11di [la razón de ter, la A. Identificada al libre arbitl'io
597 LIBERTAU

(en el sentido B) y por op. a todo de- un partido más que otro; y en este
terminismo: poder de elegir entre dos sentido la he tomado al decir que
netos. O también: facultad de determi- el grado más bajo de la libertad
narse sin otra razón que el propio que- consistía en podernos determino r
rer. V. Libertad de indiferencia. en •]as cosas en las que somos por
40. La grandeza de la libertad completo indiferentes. Pero acaso
consiste, o en una gran facilidad haya otros que por la palabra in-
que tenemos para determinarnos, o ilifercncia entiendan aquella facul-
en el gran uso de ese poder posi- tad positivá que tenernos de deter-
tivo que tenemos de seguir lo peor, minarnos a uno u otro de dos con-
aunque conozcamos lo mejor. (DES- trarios, es decir, de buscar o re-
CARTES, C. de 17 mayo 1641, III, huir, de afirmar o negar una mis-
380.) ma cosa. (DEScAnTES, C. de 27 ma-
41. Sólo se puede dudar sobre yo 1641, III, 178-179.)
el bien supremo cuando se le co- A. En sentido fuerte: facultad que
noce con un mero conocimiento su- la voluntad tiene de determinarse con
perficial, imperfecto y confuso. independencia de motivos o razones.
(... ) Entonces la oscuridad de ese DESCARTES la atribuye a Dios porque,
gran objeto, y la lejanía con que según su doctrina, él es el autor del or-
se le considera, produce una espe- den racional, de las normas de la ver-
cie de compensación con la peque- dad y el bien; pero no la supone en el
ñez del objeto finito que se halla hombre sino con grandes reservas.
presente y sensible. Dentro de es- 46. Una entera indiferencia en
ta falsa igualdad, el hombre deli- Dios es prueba grandísima de su
bera y elige, y ejerce su libertad omnipotencia, pero no ocurre así
entre dos bienes infinitamente des- con el hombre, el cual, hallando
iguales. (FÉNELON, Lettrcs sur la la naturaleza de la bondad y de la
relig., II, 111, 6.) verdad ya establecida y determina-
42. El espíritu tiene movimien- da por Dios, y la voluntad sienllo
to para ir más 'lejos: no ama ne- tal que sólo puede inclinarse ha-
cesario. ni invenciblemente esa dig- cia ]o que es bueno, resulta mani-
nidad [tornada corno ejemplo], y fiesto que abraza de tanto mejor
es libre con respecto a ella. Y su grado, y, por consiguiente, tanto
libertad consiste en que, no estan- más 1ibremente, el bien y la verdad
do plenamente convencido de que cuanto más evidentemente lo cono-
esa dignidad encierra todo el bien ce; y que sólo es indiferente cuan-
que es capaz de amar, puede sus- do ignora lo que es mejor y más
pender su juicio y su amor. (MA- verdadero ( ... ). Y así, la indiferen-
LEBRANCHE, Rech. de la vér., I, I,
2.) cia que conviene a la libertad del
homb:e es muy diferente de la que
43. mi libertad (... ) no es una conviene a la libertad de Dios.
cualidad sobreañadida a una pro- DESCARTES, Six. Rép., 6; CEuvrcs,
piedad de mi naturaleza; es, exac- IX', 233.)
tamente, el tejido de mi ser. (J .-P.
SARTRE, L'etre et lo n., 614.) B. En sentido débil: poder de deci-
dirse en los casos en que, por ser tan
44. Lo contrario de la libertad válidos los motivos de una parte como
no es el determinismo, sino el fa- de otra, no hay razón para optar más
talismo. (J.-P. SARTRE, L'imaginai- por un partido que por otro. Los parti-
rc, 68.) darios de la libertad <le indiferencia así
V. Atención, 13; Verdad, 64. entendida recurrían a la fábula del As-
Libertad de i,ulifcrcncia. Facultad de no de Bllridán: falto de esa libertad,
decidirse con independencia de 'los mo- un asno hambriento que se hallase
tivos o sin razón. El término se toma entre dos pesebres de heno igualmen-
en dos sentidos, expuestos así por DES- te apetitosos debería morir de hambre,
CARTES: al no tener razón para empezar por
45. la buliferencia me parece uno de los pesebres y no por otr0.
significar propiamente ese estado 47. esta indiferencia que sien-
en el que la voluntad se halla to cuando no soy llevado más a un
cuando no se siente inclinada, por lado que a otro por el peso de nin-
el conocimiento de lo que es verda- guna razón, es el grado más bajo
dero o de lo que es bueno, a seguir de la libertad, y muestra más un
LIIIERTAD 508

defecto riel conocimiento que unn rezones o motivos, pel'o sin la exigen•
pcrfccrit)n ele la voluntad; porque cia de una fuel'zn exterior, aunque la
si C'Onoril'sc siempre elarumcntc lo 11erfección de la libertad consista en
que es v<•rdflllc-ro y lo que es bue~ determinarse necesariamente.
no. no me veda nunca en la fnliJ!a 51. la afirmación rle la necesi-
rlc dclibcrnr qué juicio y elección dad en la evidencia se halla indis-
habria de hacer; y nsi sería ente- cutiblemente ligada a la de la li-
ramente libre sin ser nunca indi- bel'tnd del Espíritu, Reconocerse
ferente. (DESCARTES, .1/édit., IV; obligado a la afirmación de una
a,urrcs, IX', 46.) verdad significa reconoce!' que an-
48. Hay, pues, una libertad de tes de sufrir esa dctel'minaci6n
contingencia o, en cierto modo, se era capaz de ser detel'minado
de indiferencia, siempl'C que ]JOl' in- ele otro modo; se era libre, dicho de
diferencia entendamos que nada nos otra manera. La condición del re-
obli~a por uno u otro partido; pe- conocimiento de la evidencia es,
ro nunca hay indiferencia de equi- pues, en el espíritu, el sentimien-
librio, es decir, en la que todo sea to de su libertad. Es necesario que
perfectamente igual de una y otra el espíritu en presencia de aquello
parte, sin que haya mayor inclina- de los que debe juzgar, sienta, sepa
ción hacia uno de los lados. (LEIB- que es un juez cuya sentencia sólo
NIZ, Théod., I, § 46.) puede ser determinada por razones
49. la indiferencia y la elección (J. LAGNEAU, Célebres leg. et fr.,
no existirían en Ia plenitud de la 100.)
emancipación espiritual. La liber- 52. La libertad es la facultad
tad, si por ella entendemos el po- de llegar a ser lo que debemos. (P.
der de elegir, no es, pues, esencial POUGET, en J. GUITTON, Portrait de
a la voluntad; la autonomía de la M. P., 207.)
Yoluntad, también llamada liber- 53. La libertad, lejos de excluir
tad del sabio, coincide con la ple- el determinismo, surge de él y lo
na determinación racional; es en utiliza; el determinismo, lejos de
el antagonismo entre el determi- excluir la libertad, la prepara y
nismo inferior, el de los impulsos produce. (M. BLONDEL, L'action,
sensibles, y la superior determina- 120, ed. 1893.)
ción, según valores racionales, don- 54. Ser llamado a la vida de la
de la elección halla ocasión de ejer- razón y de la libertad es participar
citarse. ( ... ) Así entendida, nues- en la libre necesidad de Dios, quien
tra libertad nunca es perfecta; en no puede dejar de quererse. Tam-
su perfección, excluiría la elección. poco nosotros podemos dejar de
(J. MOREAU, en La, liberté, 186-187, querernos. (Ibíd., 371.)
« IV• Congres des Soc. de philos. de
langue fr.•). 55. En el origen, el hombre no
50. El hecho de ceder a una ne- veía por todas partes sino capri-
cesidad interior en nada merma la cho y arbitrariedad. Por consi-
conciencia que entonces pudiese te- guiente, la libertad que se atribuía
ner y que retrospectivamente sigo carecía de poder sobre nada. La
teniendo de mi propia libertad. A ciencia moderna le ha hecho ver le-
la inversa, ha podido haber casos yes en todas partes, y cree adver-
en 'los que he tenido que elegir en- tir cómo su libertad se pierde en
tre dos actos posibles equivalentes; el determinismo. Pero un justo
he elegido al azar; digamos que concepto de las ,]eyes naturales le
ha sido como tirar a cara o cruz; devuelve la posesión de si mismo,
y, no obstante, tengo conciencia de a ·la vez que le muestra que su li-
que, en ese caso, mi libertad ha si- bertad puede ser eficaz y dirigir
do muy débil, casi inexistente. De los fenómenos. (E. BOUTROUX, De
estas elementales observaciones se l'idée do /oí nat., 143.)
deduce que la confusión entre li- 56. La moral no necesita más
bertad y elección debe ser cuidado- que la libertad ( ... ). Y esta liber-
samente evitada. (G. MARCE!,, en tad sólo es posible en y por el de-
La ne/, núm. 19, junio 1946, 69.) terminismo. (J. PAYOT, Éduc. de la
B. Distinguida del libre arbitrio y vol., 32.)
por op. tan s61o al determinismo de las 57. S61o mandamos sobre nos-
causas: facultad de determinarse por otros mismos sometiéndonos a las
599 LIBERTAD

leyes de nuestra naturaleza, y 6G. la libertad es una partici-


nuestra libertad no es ni inmedia- pación del acto creador. (L. LA•
ta ni siquiera directa; está hecha VELLE, De l'intimité spir., 179.)
de paciencia, y del empleo razo- 67. Libertad y necesidad for-
nado de nuestros recursos psicoló- man una especie de pareja cuyos
gicos. (J. PAY0T, La croyance', términos no pueden ser definidos
189.) sino uno por el otro. Así, cabe in-
58. No somos libres contra nues- diferentemente definir la necesi-
tros pensamientos. Nuestra liber- dad como la negación de la liber-
tad consiste sólo en elegir esos tad o la libertad como la negación
pensamientos. (A.-D. SERTILLANGES, de la necesidad. Nadie se cree Ji.
Recr.eillements, 8,) bre si no es con relación a una ne-
59. La libertad no es la indeter- cesidad que podría encadenarlo.
minación de la voluntad, cosa im- N adíe está sujeto a la necesirlad
posible en el orden de la naturale- sino con relación a una libertad
za y sin valor en el de la moral. que podría librarlo de e11a. ( Ibid.,
Es la determinación de la voluntad 195-196.)
exclusivamente por la razón. (E. 68. El Yo no es un ser dado de
G0BLOT, Syst, des se., 189.) antemano como ser y del que nos
60, La libertad completa se ha- preguntamos después si es libre.
Ha impregnada de virtud; ser li- Porque la libertad no es sólo la Ti-
bre no es sólo la condición necesa- bcrtad de alguien, sino el ser de
ria para ser moral, es la morali- ese alguien. Esto significa que ca-
dad misma. (J, WILB0JS, B11ll. de rece de soporte; cualquier soporte
la Soc. fr. do Philos., 1914, 22.) la destruye: es el propio Yo, pero
61. detrás de esa sombra de Ji. un yo al que no cabe hipostasiar
bertad que consiste en elegir, se sin contradicción. ( Ibíd., 202.)
muestra al momento la libertad V. Arbitrio, 8; Aittonomía, 9; Na-
verdadera, que consiste en domi- turaleza, 13, 14, 1•5, 17, 18; Valor, 31.
narse. (ALAIN, Les idécs et les Liberal. Lat. liberal is: primit., re-
dges, 1, ·203.) lativo a un hombre libre; más tarde,
62. Toda tentativa de fundar la digno de un hombre libre, generoso.
libertad sobre las lagunas del de- A. Por analogía con el sentido la-
terminismo parece mal planeada y tino (digno de un hombre libre) : pro-
destinada al fracaso. (A. SPAJEB, pio de la clase superior de la sociedad.
P,msée contr., 323.) Carreras liberales. Artes liberales (por
63. Necesidad y libertad no se op. a las artes mecánicas). Cae en des-
excJ.uyen. Nuestra libertad consis- uso.
te precisamente en la posibilidad V. Sitpcrstición, 6.
de usar en diversos modos de la
necesidad que en nosotros y fue- B. Que practica la liberalidad, que
ra de nosotros existe; se apoy1< en se muestra generoso.
la necesidad para trascenderla. (G. 69. Sería agradable ser liberal
THIB0N, en Dict. de spirit11aJ., U, para con lo que se ama si esto no
126.) resultase un negocio. (RoussEAU,
64. Contra la libertad se objeta Émilc, IV, 436,)
que todo acto libre tiene una ra- C. Que practica o profesa el libera-
zón suficiente que explica su exis- lismo, es decir: l. respeta la libertad de
tencia. Sin esta razón no se com- los demás (liberalismo práctico) ; o 2.
prendería que existiese; pero una enseña que los detentadores de la au-
vez dada esta razón, lo que no se toridad deben ampliar lo más posible
comprende es que haya podido no la esfera de la libertad (liberalismo
existir. En suma, el acto era impo- teórico.)
sible sin una razón; y con unn ra- 70, La democracia liberal con-
zón, es necesario. (A. VALENSIN, A cedía así al individuo, en nombre
travcrs la méta,ph., 183,) de la libertad política, sediccntes
65. La libertad no es una elec- garantías contra la opresión que,
ción entre dos acciones, sino una en nombre de la libertad económi-
actitud de todo el ser por la que ca, se apresuraba a retirarle. (Th,
éste se elige a sí mismo. (L. LAVEL- MAULNIEB, Au-<lcld ele nationalis-
LE, Puiss. du Moi, 167.) mc, 125.)
LIIlEHTAD 600

70'. Ser liberal <'S, prccisamen~ henchit· su individual e intrasfe-


te, estas dos cosas: primero, csfar rible destino. (J. OIITEGA y GASSET,
dispucst.o a entenderse con el qHC Socializaeión del ltombre, Obras,
1>irnsa ele- 0'1·0 11todo; y segundo, II, 748.) Ad. E.
no a-<Tmitfr jamás que el fin justi- Liberalidad. Lat. libo1·a/itas, carác-
fica. los medios, sino que, po1· el ter del hombre indulgente, generoso.
eoutra.rio, son los ,nrdios los que.
j11stifican rl fin. El liberalismo es, Carácter o cualidad del que da gene-
pues, una conducta y, por lo tan- rosamente. En sentido concreto (poco
to, es mucho más que una políti- usado) (haber liberalidades) : don ge-
ca. (G. MARAÑÓN, Ensayos /ibcra- neroso.
frs, Prólogo.) Ad. E. Sin.: generosidad, largueza, munifi-
Liberalismo. A. Como actitud prác- cencia.
tica: comportamiento de quien es libe- 72. Lo que llamamos liberali-
ral. dad no es la ma.yoria de las veces
1. Liberal en el sentido B, es decir,
más que In vanidad de dar, que
generoso, que hace liberalidades. amamos aún más que Jo que damos,
(LA ROCHEFOUCAULD, Ma:x:., 263.)
71. Por un incoercible liberalis-
mo, Francia da instrucción a sus 73. La libertad es una virtud
indígenas, aun sabiendo muy bien que consiste en dar sin motivo de
que es por medio de esta instruc- interés, cuantas veces es preciso.
ción como los indígenas se eman- pero proporcionando los dones a lo
ciparán de ella. (H. DE MONTHER- que se tiene y al mérito de aquel
LANT, Carnets 29 a 35, 34.) a quien se da. De dos maneras ca-
be, pues, pecar contra 'la liberali,.
2. Liberal en el sentido C 1, es de- dad: si damos más de lo que nues-
cir, respetuoso con la libertad de los tra fortuna permite, tenemos la.
demás, principalmente la de quienes prodigalidad., y si más de lo que
dependen de él. Un patrono, un direc- la cosa vale o la persona merece,
tor liberal. tendremos la pr1>fusi6n.
B. Como doctrina (por op. a socia- 74. La magnifi,cencia es una z;,.
lismo) : doctrina político-económica se- bcrtad que gasta con rumbo. Es
gún la cual el interés general pide que una virtud de estado, y pertenece
la ley amplíe lo más posible las liber- a los soberanos y ·a cuantos osten-
tades de los particulares y reduzca tan representación en cargos ele-
también lo más posible las intervencio- vados. Pero en un sim?.le particu-
nes del Estado, cuyo papel esencial lar, supone una. profua16n ridícula.
consiste en asegurar el orden público Las liberalidades de los reyes, de
que condiciona el ejercicio de esas li- los grandes, se denominan munifi-
bertades. ce1icia. (CONDILLAC, S¡¡n., 111, 369.)
El liberalismo absoluto proscribe -o, 76. La liberalidad consiste me-
mejor, proscribía.- cualquier interven- nos en dar mucho que en dar a
ción del Estado en la producción, aun propósito. (LA BRUYilRE, Caract.,
cuando fuese para imponer medidas de IV, 47.)
higiene y seguridad en los lugares
de trabajo, reglamentar el trabajo de Liberación. Lat. liberatio, acción de
mujeres y niños, organizar un sistema libera,re (liberar, hacer libre) ; libera-
de seguros y retiros ... ción, emancipación.
El liberalismo contemporáneo o neo- Acción de hacer libre a alguien o al-
liberalismo admite las intervenciones go. Liberación de un prisionero, de un
de ese género e incluso una acción di- país ocupado por el enemigo, u opri-
rectora del Estado sobre la producción mido por un poder tiránico; liberación
(economía• dirigida, economía planifi- de energía.
cada), a condición de que las empresas 76. (Yo) iba a la escuela, y
sigan siendo de propiedad privada y se aquello era una especie de libera-
mantenga el juego de la libre compe- ción. (J. GufHENNO, J. d'un hom-
tencia. me de 40 ans, 66.)
71'. el liberalismo, antes que Libera.ción funtional (H. HEAD). Des-
una cuestión de más o menos en encaden·amiento de los automatismos a
polftica, es una. idea radical sobre consecuencia de la suspensión del con-
la vida: es creer que cada ser hu- trol que los centros superiores ejercen
mano debe quedar franco para normalmente sobre lo einferiores. Cuan-
601 LIBIDO

do esta suspensión es debida a la inten- todo eso me da miedo. Amo mi li-


sidad del estimulo o a la disminución [bertad.
de la cnerg(a de control, tenemos el HÉCTOR
escape fro,11 control. (H. HEAD, «La li- Y el libertinaje.
bération fonctionnellen, J. de psycliol., (RÉGNARD, Le jo11,ur, III. VI.)
XX (1923), 608.) 82. Si el matrimonio humano
Libertario. Que no admite ninguna es una unión con el compromiso
restricción legal a las libertades indivi- de formar una sociedad, difiere
rluales. esencialmente del concubinato, que
Sill.: anarquista. es una unión sin compromiso de
formar una sociedad, y más aún
Libertino. Lat. libertinus, emanci- del vago libertinaje, que es una
pado. Der. de líber. unión con el designio de no formar
A. Antaño: que se ha emancipado, sociedad. (Vizconde DE BoNARD, Du
principalmente en materia religiosa, divorce, IV.)
de las creencias y reglas de conducta 83. El libertinismo de la inteli-
!Amidas por universalmente obligato- gencia, que disfraza a veces el sim-
rias. Corresp. a librepensador•. ple libertinaje de las costumbres ...
77. Una indócil tropa de cole- (A. L. LEROY, Berkeley, 54.)
[giales libertinos.
(BOILEAU, Lutrill, II, 86.) 84. la pa'labra «libertinaje•, so-
bre todo en su origen, no se refe-
78. cuantos discursos y libros ría tan sólo a las costumbres, sino
escandalosos, e incluso impíos, han igualmente al pensamiento; no
pronunciado y compuesto en nues- obstante, se era libertino aún más
tros días 1os libertinos. Spinoza, por el género de vida que por el
por ejemplo, ,incapaz de compren- modo de pensar. Se consideraba
der el poder divino, y cómo Dios como tales, sobre todo, a quienes se
por su sola voluntad ha podido liberaban por un cierto instinto
crear el universo, tomó este univer- natural, a menudo por apetito de
so por su Dios. (MALEBRANCHE, goces, y respaldaban a postcrwri
Réfl. •· la, prémot. ph¡¡s., CEuvres, su conducta mediante razonamien-
XVI, 25.) tos. Dejarse primero ir al placer,
V. Respeto, 7. enunciar después unos principios
B. Hoy: de costumbres desordena- cualesquiera: he ahí en qué consis-
das. te el ser libertino. (H. BERR, D11
79. La exigencia del libertino sccpticisme de Gassendi, 14-15.)
que quiere una virgen no es sino LIBIDO
otra forma del eterno homenaje
que el -amor rinde a la inocencia. Libido. Subst. lat. der. de libet
(M. PROUST, Les plwiBirs et les ;., ( milii libet, me gusta, tengo ganas de) ,
82.) a menudo opuesto a licet (está permiti-
do). Libido significa deseo, y particu-
Libertinaje. Manera de pensar o de larmente sensual o sexual.
vivir del libertino.
80. las dos verdaderas causas Adoptado .por los psicoanalistas, pe-
de nuestra infidelidad, a sn'!ier: ro con acepciones sensiblemente dife-
el libertinaje de nuestro espíritu rentes.
y el libertinaje de nuestro corazón; A. En FREUll: la energía del ins-
libertinaje de nuestro espíritu que tinto sexual considerada como englo-
se hace juez de todo para no suje- bando el conjunto de la afectividad. Se
tarse a nada (... ); libertinaje de distingue: la libido narcisista•, que lle-
nuestro corazón que, al verse coar- va al individuo hacia sí mismo; la li-
tado por la ·fe, nos ha poco a poco bido objeta!•, que lo lleva hacia los de-
solicitado, y al fin determinado, a más o hacia las cosas.
salir de esa sujeción y a emanci- 1. Libido es término tomado de
parnos de la servidumbre. (BOUR- la teoría de la afectividad. Desi¡,:-
DALOUE, Sur le jug. dcrn., I.) namos así la energía (considera-
81. VALERIO da como magnitud aún no mensura-
Yo no he nacido para el mntrimo- ble) de las tendencias referibles :i
[nio. lo que resumimos en la palabra
Padres, hijos, una mujer, un ho- amor. El núcleo de lo que llama-
[gar, mos amor está constituido natural-
LICITll]) (i02

mC'nll' por lo que es comt'mmrnle del ohjrto lil,idinnl». (H. Snrz, En-
conocido como nmor y cantado por fn»cr, 1!)48, :176.)
los poeta~. í's deci1\ por e] amor Libidinoso. Que se abandona a los
sexual, l'Uyo último término estú placeres sexunlcs. Siempre peyoralivo.
constituido por la unión sexual.
Pf'ro no sepai-emos de él todas las LICITUD. Der. ele lut. licct, está
variedadc-s del amor, tales como el permitido.
amor n sí misrno, el que se expe- Cnrácte,· de lo que es lícito (lat. lici-
rimL'nla por los padres y los hijos, f1tm), es decir, no está prohibido por
la amistad. el amor a los hombre,:; la ley.
en g'C'neral, como no separamos Princip. en teo"l. moral, se op. a va-
tampoc0 el afecto por objetos con- lidez: un acto puede no ser lícito y ser
cretos o ideas abstractas. (FREUD, no obstante válido•.
Ess«is di' ¡,sychanal., 100.)
Y. Sublimació11, 2. l. La ley principal de la natu-
raleza del hombre, que es su con•
B. En Jm,G: la intensidad del dina- servación en el orden debido fí-
mismo psíquico. sica y rnorailmente, no se cumpliría,
2. Entiendo por libido la ener- no se observaría. en la tierra, si no
gía psíquica. La energía psíquica fuese lícito -sacar de su error a los
es la intensidad del proceso psíqui- que han degenerado de su especie,
co (... ) la fuerza determinante de con daño de sus semejantes. (J. P.
dicho proceso, que se manifiesta FORNES, Exequias de la lengua
por efectos definidos o «rendimien- castellana, 123.) Ad. E.
tos psíquicos)). No concibo, pues, la 2. Todos los teólogos y filóso-
libido como una fuerza. psíquica, fos convienen en que e-1 príncipe
como a veces han pensado errónea- que por medio de la fuerza y de
mente mis críticos. No hipostasío las armas ocupó la república, sin
el concepto de energía; lo utilizo derecho alguno y sin el consenti-
para designar intensidades o valo- miento de los ciudadanos, es lícito
res. (C. G. JUNG, Typcs psyehol., quitarle la vida y despojarle del tro-
478.) no ... (P. J. DE MARIANA, Del Rey ... ,
3. No doy a la palabra libido 126.) Ad. E.
( ... ) ningún sentido sexual, aun-
que no por ello niegue la existen- LIMINAR. Der. del Iat. limen, um-
cia de una dinámica sexual, como bral.
la de ninguna otra; la del instin- Que está al nivel del umbra]•, es de-
to de nutrición, por ejemplo. (C. G. cir, que es apenas perceptible.
JUNG, L'é11ergétiquc psyehiquc, 50.) Der.: sublimínar, que está por deba-
4. El pansexualismo es una teo- jo del umbral (sin.: subconsciente o in-
ría extremada que pocos espíritus consciente); suprnliminar, que está por
científicos consienten en admitir. encima del umbral (sin.: consciente).
Pero reemplácese la horrible pala- Estos términos, aún corrientes hacia
bra libúio por afectividad o inte- 1900, se han quedado anticuados.
rés (Claparéde), o por tendencia, La conciencia y la memoria sub-
y la objeción de principio desapa- liminares tienen mayores faculta-
rece. (A. HESNARD, J. de psychol., des a la vez fisiológicas y psicoló-
XX (1923), 106.) gicas que ]a conciencia supralimi•
5. Sería mejor designar la li- nar, porque esta última se halla li-
búlo en el sentido de Jung con el mitada por las necesidades de la
nombre de potencial afectivo, como lucha por la vida. (BnAUMWELL, cit.
hace Baudouin, y no emplear la por P. JANET, Médications psychol.,
palabra libido más que en el sen- I, 237-238.)
tido freudiano. (R. DALBIEZ, Le V. Conciencia, 51; Reobase, 1.
mith. psychanal., I, 270.)
Libidinal. En el vocab. psicoanal.: LIMITE. Lat. limrs, limitis.
relativo a la libido, que es objeto de A. Vulg. l. Prop.: lo que (pun-
libido. to, línea, superficie) separa dos terri-
G. el texto de nuestra confe- torios o dos regiones del espacio con-
rencia es: ,, La pérdida de la ma- tiguos; lo que limita o señala el fin del
dreo. En términos psicoanaliticos, territorio considerado, su punto extre-
preferiríamos decir: «La pérdida mo.
603 LINGOISTICA

Adjetiv. y fig. V. Caso límite, Situa- caridad ni benevolencia. Su limos-


ción• /ím.itr. na humilla o irrita. ( ... ) Se olvida
2. Por ext.: el instante considerado que el pobre tiene delicadeza, sen-
como separando dos duraciones. sibilidad, avivadas quizá por la mi-
seria. Esa limosna no procede de
3. Por anal.: punto en el que se de- la caridad. (G. MARS0T, en Dict.
tiene In posibilidad de acción. Los lími- ele socio/., II, 760.)
tes del poder, de la ciencia, rle la pa-
ciencia. LINFÁTICO. Der. de linfa (lat.
B. Mat. y filos. Magnitud a la que l11111,pha, agua), antaño llamada flema
otra magnitud variable puede aproxi- o pituita.
marse indefinidament<! sin poder llegar A. Fisiol., en la clasif. hipocrática
nunca a una igualdad perfecta. En el de los temperamentos según el humor
límite: situándose con el pensamiento dominante: aquel en el que predomina
en el punto al que tiende una progre- la linfa.
sión sin que pueda alcanzarlo nunca. B. Como indicio de carácter: el que
l. Cuando una cantidad varía, se distingue por su blandura o ausen-
si ocurre que -su diferencia con una cia ele reacción. En la clasif. de HEY-
cantidad fija acaba por caer por MANS-LE SENNE, al temperamento lin-
debajo de cualquier valor asignado fático corresponden los caracteres «apá-
ele antemano, se dice que tiene por tico*» y «amorfo*J>.
límite esa cantidad fija. El núme- l. Los linfáticos sufren poco en
ro 0,999 ... tiene por límite 1, cuan- lo físico y en lo moral. Su vida, li-
do el mimero de cifras decimales bre de pesares, se halla tan horra
crece indefinidamente. (G. l\'11L- de alegría como de entusiasmo.
HAUD, Le ratiomicl, 145-146.)
Temerosos, indecisos, se dejan
2. un instante es el límite de dominar sin resistencia por quie-
un decremento temporal, y un pun- nes los rodean. Su gran aversión
to el de un decremento espacial. por cuanto exige una acción viva
( ... ) En la totalidad, el móvil no y pronta los incita a dejarlo todo
estará nunca en un punto, sino para mañana. El menor cambio en
siempre en una trayectoria; y, so- sus hábitos los desorienta. Poco
bre esa t1·ayectoria, para un ins- emprendedores, retroceden ante le-
tante límite, cabrá siempre asig- ves obstáculos. Nada 'los conmueve
narle una posición límite, en un y pocos acontecimientos los irritan.
punto límite. (J .-R. CARRÉ, Le Sensibilidad obtusa y humor fácil
point d'appui, 18.) resumen su psicología. (J. FouLE-
LIMOSNA. Lat. elceniosyna., der. M0NDE, Ca.ra.ct6rol., 18.)
del gr. c/cc111,on, que tiene compasión. 2. Kempis se eleva al ascetismo
por la abstracción, es un espíritu
Lo que se da por caridad. ontológico; en cuanto la abstrac-
l. No hagáis solamente limos- ción no le sostiene, cae en el más
nas, haced caridad; las obras de descarnado y seco prosaísmo; el
misericordia alivian más males que padre Granada se eleva al misticis-
el dinero... (RoussEAU. Émilc, II, mo apoyándose en su conocimiento
85.) admirable de la realidad, en su
2. decía un día un arzobispo en mayor positivo a la Humanidad vi-
una reunión de profesionales: viente; es un espíritu realista, y
«Cien mil francos en salarios equi- sus pensamientos son siempre hu-
tativos valen más que un millón en manos. Del uno podría decirse qua
limosnas». (H. DEII0VE, lllél. so- es un alma enfermiza, linfática;
cio/., 72.) del otro, que es un alma robusta,
sanguínea. (A. GANIVET, Idcariirn,
3. La limosna, prosiguió M. espaiiol, 25.) Ad. E.
Bergeret, no es más comparable a
la beneficencia que la mueca de un LINGOISTICA. Del lat. lingua (len-
mono a la sonrisa de la Gioconcln. gua).
La beneficencia es tan ingeniosa Subst. y adj. Ciencia de las lenguas
como inepta es la limosna. (A. y ele !ns relaciones que entre sí tuvie-
FRANCE, Monsicur Bcrgcret el Pa- ron en el cu1•so de su ovolución. Se dis-
ris, 240-241.) tingue de la filosofía por la universa-
4. Muchos hacen limosnas sin lidad de su objeto.
LOBECTO:\IIA

La lin¡¡-üísticn modcmn no se znda en un punto, los trastornos


contenta ya con constntar los gran- funcionales se refieren a la mayo-
des hechos, como la existencia en ría de las modalidades del lengua-
Francia de numerosos dialectos lo- je artificial. (G.-H. R0GER, Physiol.
l'alcs suhsistentes junto a una len- ele l'in,1tinct et ele l'i11tell., 232.)
gua común enseñada con carácter B. Psícol, de la percepción. Locali-
¡::eneral, o la fragmentación inclu- znción de In sensación o más exacta-
so de una pequeña lengua como el mente del excitante: acto por el que si-
bretón en numerosas hablas distin- tuamos en un punto del cuerpo (sensa-
tas. Utiliza -Jo mejor posible los ciones propíoceptiva,s•) o del espacio
documentos antiguos que pueden re- (sensaciones exteroceptivas•) 'las im-
unirse, los datos de la geografía presiones sufridas o los objetos que las
lingüística obtenida por el método provocan.
ne los atlas y las inferencias que
cabe legítimamente hacer a partir C. Psicol. de la memoria (localiza-
de unos y otros, para reconstruir ción de los recuerdos) : acto por el que
la historia lo mejor posible. (M. los acontecimientos cuyo recuerdo con-
ConEN, Pour une socio/. d1t /ang., servamos se sitúan en el tiempo por re-
126.) lación mutua y por relación con los
mareos temporales de orden social.
LOBECTOl'tlfA. Comp. del gr. lobos 3. El trabajo de .Jocalizací6n
(lóbulo), ck o ex (seña'lando la idea de consiste, en realidad, en un cre-
quitar) y tome (corte, incisión). ciente esfuerzo de expansión. por
Psicocirugía. Ablación de un lóbulo el que la memoria, siempre pre-
del cerebro. sente toda entera a sí misma, ex-
tiende sus recuerdos sobre una su-
LOBOTOMfA. Psicocirugía. Incisión perficie cada vez más amplia y
practicada en la sustancia blanca de acaba por distinguir asf, en lo que
un lóbulo de los hemisferios cerebrales era hasta entonces confuso revo>lti-
para suspender las asociaciones esta- jo, el recuerdo que no encontraba
blecidas entre los centros corticales y su sitio. (H. BERGS0N, Mat. et
los centros diencefálicos de la vida 11tém., 100.)
a.feetiva.
LOCURA. De loco (portugués lou-
Si1L: leucotornía •. co) que ha perdido la razón.
LOCALIZACióN. Der. del lat. lo- A. Trastorno mental particularmen-
cus, lugar. te grave. Por ser muy vago, en el voca-
Operación mental por la que se sitúa bulario psiquiátrico ·est.e término es
algo en un punto determinado del espa- precisado mediante un complemento o
cio o del tiempo. reemplazado por términos técnicos.
Sili.: alienación• mental, demencia•,
A. Psicofisio!. Localizaciones cere- psicosis•, manía• (sufijo de diversas
brales: centros cerebrales considerados pal•abras), extravío.
en cuanto tienen bajo su dependencia
ciertas funciones orgánicas o psíquicas. B. Por ext.: carácter de lo que es
irrazonable, desmesurado, extravagan-
l. Las localizaciones son, ante te, o, en sentido concreto, lo que pre-
todo, localizaciones de funciones, y senta ese carácter (hacer locu1·as). V.
cuanto más necesita la función de Hybris.
los mecanismos asociados elevados,
menos comporta una localización Si11.: extravagancia, chifladura, des-
precisa. Sí actualmente está per- atino, tontería, ·absurdo, estupidez.
mitido h&blar de localizaciones l. Siempre he visto que, para
motrices, no cabe hablar de locali- triunfar en el mundo, había que te-
zaciones psfquicas. (Th. ALA.J0UA- ner aire de loco y ser prudente.
NINE y L. CORNIL, en Tr. de phy- (MoNTESQUIEU, Pensécs divcrscs,
siol. norm. et path., de BINET y Variétés.)
R0GER, 11, 1, p. 355.) 2. siendo tanta la fugacidad de
2. Las localizaciones estrictas esta vida y tanta su incertidumbre
que asignan a cada trastorno [del que nadie puedo prometerse el día
lenguaje] una zona determinada de mañana, ·locura grande ·es y pe-
no pueden ya ser admitidas. La ligro pavoroso dilatar nuestras es-
afasia es un sfndrome complejo: peranzas a plazo largo, difiriendo
incluso sí la lesión se halla locali- hacer nuestros aprestos para la
605 LóGICA

jornada irrevocable, n la cual se s11 simpatía y antipatía, y esas de-


nos llama a cada momento igno- cisiones tienen la seguridad y la
rantes de cuándo, quernmOiJ o no certeza del instinto. Decía una mu-
queramos, tendremos que empren- jer a su marido: «Eres siempre
derla. (J .-L. VIVES, lntroducci6n a lógico, por eso no entiendes nada».
la sabidm·ía, § 595, p. 109.) Ad. E. Reflexión profunda que parece
osada, pero que refleja en gran
LóGICA medida la verdad, porque la razón
-logfa., Suf. der. del gr. /-Ogos• y no puede aclararlo todo. (E. TÉ-
que designa ordinariamente una cien- CHOUEYRES, La femme, 93.)
cia, es decir, un sistema de conoci- L6gico y Tacimal. A menudo sinó-
mientos racional, explicativo. Este sen- nimos, pero a veces distintos, pues lo-
tido se hace claro por op. al suf. gra- gos significa palabra y razón, en tan-
p/1ia, que significa tan sólo descripción. to que Tati.o @lo significa razón.
Comp. Psicologin y Psicografin•, Geo-
logía y Geogra.fín, Etnología• y Et- 3. No hay que confudir el or-
nogrnfin, Cosmología y Cosmografía. den Tacicmal con el orden lógico,
aunque una de estas palabras ten-
l. Cuando, en 1947, el autor de ga la misma raíz en griego que la
estas lineas eligió el titulo Estu- otra en latín. El orden racional se
clios de sociología electoral para refiere a las cosas consideradas en
una colección de trabajos sobre las sí mismas; el orden lógico, a la
elecciones ( ... ), cedía, al sustituir construcción de las proposiciones,
por el término sociología el de a ,las formas y al orden del lengua-
geogrnfia, habitualmente emplea- je, que es para nosotros el instru-
do hasta entonces para las investi- mento del pensamiento y el medio
gaciones del mismo orden, al deseo de manifestarlo. (A. COURNOT, En-
de señalar que n la simple descrip- chain. des iclées fond., I, 64.)
ción de la localización d·e las ten-
dencias pdliticns del cuerpo elec- 4. [de igual modo que, aunque
toral convenl·a tratar de añadir de la misma significación etimoló-
una explicación de sus causas. (F. gica, distinguimos entre físico y
GoGUEL, en el Tr. ele socio/. de natural], pensamos que es no me-
GURVJTCH, II, 46.) nos conveniente distinguir entre
lógica y Tazón, entre lo lógico y lo
-lógico (su-f.). Relativo a la ciencia racional, y que es más conforme al
indicada por el radical. lnvestigncióll o uso moderno preferir el término de
métodos psicológicos, sociológicos, teo- origen griego euando la atención
lógicos ... se dirige más bien a la condición
-logo, logista. Suf. derivado de lo- instrumental, a la expresión for-
gos• y que designa ni que practica In mal del pensamiento, y el término
ciencia indicada por el radical. Arqueó- latino cuando lo que se considera
logo, epistemólogo, biólogo, teólogo, mi- es el fondo y las propiedades in-
neralogista. trínsecas de la cosa pensada. (A.
Lógico, adj. Gr. /ogikos, relativo ni COURNOT, illatéTial... , 291.)
logos•, es decir, n In palabra, la razón l/ógi'co. Comp. del pref. ·in privativo
o el razonamiento. y de lógico.
A. Relativo a la actividad intelec- Que no es conforme a la·s reglas del
tual o racional. Funciones, operaciones pensamiento lógico (en el sentido A).
lógicas. La ideación• o formación del LALANDE hace notar que ilógico puede
concepto es en este sentido una acti- ser considerado como un género subdi-
vidad lógica. vidido en dos especies: lo alógico, con-
B. Conforme a las leyes del pen- sistente en una simple falta de orga-
samiento propiamente dicho o pensa- niz-ación lógica (p. ej. el ensueño), y lo
miento 1·acional, es decir, a la Lógica antilógico, que supone la violación de
en los sentidos A y B. una regla lógica (los sofismas son an-
tilógicos).
Sin.: raciona!•, cohei·ente•.
Contr.: ilógico,
C 1/ogismo. Carácter del pensamiento o
!u conducta que viola 'las reglas de la
2. Las mujere toman con facili- lógica o que no es racional. En sentido
dad la actitud conveniente respec- c.·onci-C'to: afirmación o acción que vio-
to a las personns y cosas que las la la lógica (ese ¡iárrnfo contiene va-
rodean; un sentido secreto ordena rios ilogismos).
LóGIO.\ 006

r,_ Me tiene por ergotista por- como hombre honrndo. (MALEDrtAN-


qu,• no soporto el ilogismo (A. GJ- cnc, /llhlit, c/irét., XX, 24.)
DE, ,lourual, 8 no,·. 1917.) 12. la lógica tiene por objeto
6. El ilog-ismo irrita; ctemasin- di11gir el entendimiento a la ver-
da lógica abune. (A. liIDE, /bid., dad; la mol'al, llevar la voluntad a
12 mayo 1927.) la virtud. (BosSUET, I,ogique, ln-
l'rdogiro. Abjetivo por el que, en sus t,-od.)
primeras obras, caracterizaba LÉVY- 13. La lógica no tiene que ins-
BltuHL In mentalidad de los «111·imiti- pil'ar la invención ni que explicar-
vosn, pero que reehazó más tarde. la; se contenta con controlarla Y
Es prelógico el pensamiento que per- verificarla. (L. C0UTURAT, R. de
manece más o n1enos independiente de 111ét. et de 1n., 1906, 215,)
los principios racionales. 14. Existen en Inglaterra dos
7. la mentalidad de los pdmiti- grandes escuelas de lógicos: una
vos ( ... ) no es autilógica; no es de ellas, procedente de Hamilton,
tampoco a.lógica. Al llamarla pre- defin·e la lógica como ·la ciencia de
lógica, quiero decir tan sólo que no las leyes del pensamiento en tanto
se sujeta, ante todo, como nuestro que pensamiento, es decir, fuera
pensan1iento. a abstenerse de con- de cualquier relación con los ob-
tradicción. (L. LÉVY-BRUHL, Fonc- jetos reales del conocimiento; la
tious me11ta.les ... , 79.) obra, proceden te d·e Hume y de
S. La parte de prelógica que la que Stuart Mili es el más ilustre
subsiste en nuestras representacio- representante, hace de ella la teo-
nes colectivas es demasiado tenue ría de la investigación y de la
para permitirnos reconstruir un prueba experimental. (L. LIARD,
estado mental en que lo prelógico, R. pliilos., 1877, I, 277.)
dominante, 110 excluye lo lógico. 15. dos clases de lógica: la ló-
( Ibíd., 113.) gica formal o deductiva; la lógica
9. lo que de positivo hay en mi ma.terial o i11ductiva, también lla-
idea del carácter prelógico provie- mada teoría de la prueba. (L. Rou-
ne del carácter místico. (L. LÉ- GIER, Struct. des théories déduct.,
VY-BRUHL, Canzets, 56.) 1-2.)
10. Dos puntos parecen fijados V. Deontología, 1, 2; Dialéctica, 2, 3,
y me permiten acercarme algo 4,•5; Matemáticas, 17.
más a la verdad que hace veinte l. En sentido estricto: sólo la ló-
años: 1.0 La estructura lógica del gica formal, elaborada por reflexión
espíritu es la misma en todas las sobre el pensamiento espontáneo y que,
sociedades humanas conocidas (... ), haciendo abstracción de aquello de que
luego no hay que hablar ya de se habla (la materia), establece cuáles
carácter «prelógico» ( ... ); 2.0 No son las formas del discurso racional-
olvidar, sin embargo, los hechos mente válidas. A·l hacer abstracción de
numerosos e innegables de los que la materia, la lógica del razonamiento
resulta que la mentalidad primiti- no asegura la verdad de las pro¡.osi-
va acepta sin la menor inquietud ciones formuladas, sino tan sólo su co-
incompatibilidades (antes decía yo herencia•.
contradicciones [ ... J) que saltan a 16. La lógica es el arte de
la vista y que no comprendemos bien guiar a la razón en el cono-
que una mente sana pueda admitir cimiento de las cosas, tanto pa-
ni por un instante. ([bid., 62-63.) ra instruil'se uno mismo como para
Lógica, subst. Gr. looil,é (sobrcnt. instruir a los demás.
t,e/11,e), arte o ciencia del razonamien- Consiste ese arte en las reflexio-
to. nes que los hombres han hecho so-
A. En sentido concreto: disciplina, bre las euatro principales opera-
t,·adicionalnumte unida a la filosofía, ciones de su mente: concebir, ju:-
que tiene por objeto determinar las gar, razo11ar y orde11ar. (Logiqu,
formas del discurso que son válidas, es de Port-R., Introd.)
decir, constituyen medio seguro de lle- 17. Dcmostració11, ref11tació11,
gar a la verdad. dú,cusióu., objcció11, todos estos tér-
11. Si, el mejor precepto de ló- minos ponen en evidencia el ca-
gica que puedo da,-te es que vivas rácter sociológico de In lógica, (... )
607 LóGICA

La lógica surge históricamente ba- lógica es la juventud de las mate-


jo la forma de diálogo y toma el máticas y las matemáticas la ma-
nombre de <liítléctica. (E. GOIILOT, durez de la lógica. (B. RussELL, fo-
Tr. de loo., 37.) trocl. á lít phi/os. math., 231.)
18. Para In ciencia, el objeto 20. No hay constantes lógicas.
era el tema inmediato y el juicio En lógica, como en toda teoría de-
el tema de mediación. La lógica, ductiva, hay que liberar a los sím-
por el contrario, sólo se dirige al bolos de cualquier sentido intuiti-
objeto, al propio existente, de un vo previo: no serán otra cosa que
modo mediato, mientras que se ha- signos obligados a combinarse se-
lla inmediatamente dirigida hacia gún las reglas que imponen, por
los juicios. (S. BACHELARD, La loo. decreto, ·las proposiciones prime-
ele Husserl, 132.) ras. ( ... )
18'. La lógica suplanta la infi- Vacía como la matemática, la
nita mot•fologin del pensamiento lógica se hace también, como ella,
por una sola de sus formas: el pen- arbitraria. Todo el mundo puede
samiento lógico, es decir, el pensa- construir la suya -o las suyas- a
miento en que se dan ciertos carac- su guisa: lo único exigido es que
teres-ser idéntico a sí mismo, evi- el sistema no ·sea contradictorio, y
tar la contradicción y excluir un que esté claramente explicitado.
tercer término entre lo "verdade- (R. BLANCHÉ, La se. phys. et la
ro» y lo <Cfalso»-. Todo pensar que réal., 116-117.)
no ostente esto3 atributos será un 3. En sentido amplio: parte de la
pensar fnllido, que no consigue ser filosofía que determina los procedi-
lo que constitutivamente pretende mientos generales de fijación y demos-
y que, por tanto, no es auténtico tración de la verdad en los diferentes
pensar. Es incalculable el poder de dominios del saber. Así comprendida, la
ocultación que durante dos mile- lógica engloba la lógica formal (lógica
nios ha ejercido este imperativo ca- general) y la metodología (lógica es-
si religioso de «logicidad». (J. OR- pecial o aplicada).
TEGA Y GASSET, Apuntes sobre el
21. La lógica es el común juez
vensamiento, su te1.trgia y su de- o árbitro de todas las investigacio-
minrgia, Obras, V, 52'7.) Ad. E. nes particulares. No se dedica a
2. En nuestros días (a diferencia hallar la prueba, pero decide si ha
de la lógica formal o clásica, elabora- sido hallada. La lógica no observa,
da por abstracción a partir del lengua- no inventa, no descubre; juzga. (J.
je y de la actividad real de la mente) : STUART MILL, Syst. ele log., I, 9-
sistema hipotético-deductivo• que par- 10.)
te de un grupo de axiomas• arbitraria- 22. La lógica es, pues, la cien-
mente elegidos y sin otra obligación cia de las operaciones intelectuales
que la de coherencia* interna. Como que sirven para la estimación de
consecuencia de esta arbitrariedad, son la prueba, es decir, tanto del pro-
posibles diversas lógicas. En particu- cedimiento general que consiste en
lar, en tanto que la lógica clásica, basa- ir de lo conocido a lo desconocido
da en el axioma del tercio excluido, es, como de las demás operaciones en
en consecuencia, bivalente* (toda pro- cuanto auxiliares de ésta. (lbíd.,
posición es o verdadera o no verdade- 11-12.)
ra), cabe construir, rechazando ese
axioma, lógicas polivalentes*. Así, una Il. En sentido abstracto. l. Prop.:
lógica trivalente puede reconocer, en- carácter del proceso intelectual con-
tre lo verdadero y lo no verdadero, lo forme a las leyes del pensamiento ra-
indecidible. V. Verdadero. cional. La lógica de una demostración,
d-!) un sistema.
Si11.: logística"', lógica simbólica,
axiomática"'. Sin.: coherencia*.
10. la lógica se ha hecho más 23. Nada tan terrible como la
matemática y las matemáticas más lógica en la sinrazón. (A. VlNET,
lógicas. La consecuencia es que ª"
:6.'t, s. la littér. fr. Xl'lll' s.,
hoy resulta imposible trazar una 11, 245.)
línea ele demarcación entre ambas; 24. La lógica, única que puede
de hecho, son una sola. Difieren co- dar certidumbre, es ~l instrumento
mo el niño difiere del hombre; la de la dernostración; la intuición,
LóGICA 608

ol do In invención. (11. POINCARll, ronocc dos valores: no Jo verdadero y


l'nJ,~11· dr 1" sr., 29.) lo falso, como suele decirse, sino lo vr.r•
25. La dureza de c01·nzón nnrc r/a,fr.-o y lo 110 verdU<frro. Se basa en el
a menudo de un abuso de la lógicn. ¡,rinci1,io del tercio excluido*, según el
(K JAWl'X, Es,rnccs', 185.) cual entre dos proposiciones contradic-
torias• (11. ej., A es verdadero, A no
26. Ln lógicn es la función de es verdadero) no hay término medio
l'oherencia en el pensamiento, en posible, de modo que -si una es verdade-
In pnlnbra y en In acción. (1\1, l'IIA• ra la otra es necesariamente falsa. Los
DINES, Tr. ele ¡,syc/iol., III, 119,) demás valores de orden intelectual son
2. Por cxt. a) Cnrácter de la con- especies parti-culares de lo verda.dero
ducta que se explica racionalmente por y lo 110 ,,,,.,.c/adcro: lo dudoso, lo imposi-
principios afirmados, de ordinario in- ble, lo i11deculiblc .... son formas de Jo
conscientemente, como absolutos. no verdadero,· Jo necesario, forma de
b) Carácter de toda serie de pen- lo 1•crc/adcro. La lógica formal clásica,
samientos dependientes unos de otros, elaborada por ARISTÓTELES, es biva-
ya se halle o no racionalmente justi- lente.
ficada esta dependencia. La lógica 31. la lógica bivalente ( ... ) se
natural, la lógica de los sentimientos, presenta como una lógica absoluta-
la lógica infantil. La lógica así enten- mente privilegiada, como la verda-
dida puede ser ilógica. dera 111etaJógi,,a, a la que deben
2'i. La lógica de la pasión, aun. obligatoriamente subordinarse to-
que se halle al servicio del mejor das las demás. (A. SESMAT, Logi-
derecho, no es nunca irrefutable quc, H, 746.)
para quien no es apasionado. (1\1. Lógkas plu.rivalentes o polivalentes.
PROUST, Temps retr., 1, 111.) Lógicas que reconocen más de dos valo-
V. Corazón, 14. res, ordinariamente tres (lógica triva-
3. Por anal.: carácter de los acon- lente) : verdadero, falso, imposible. (P.
tecimientos o datos que dependen rigu- FÉVRIER) ; verdadero, falso, indetermi-
rosamente unos de otros, al modo co- nado (REICHENBACH) ... v. Lógica A 2,
mo la conclusión depende de las premi- Verdadero.
sas. P. ej., en la expresión: está en la Lógi,,a simbólica, matemática, algo-
lógica de las cosas ... rítmica. V. Logfsti,,a,.
28. Lo que nos interesa en un Lógica trasce11dcntal (KANT y los
ser real, y lo que pedimos que el postkantianos). Parte de la filosofía
artista extraiga y nos entregue, es que establece las condiciones de posibi-
su lógica interior; en otros térmi- lidad inteligible del discurso.
nos, su estructura, su composición Lógico. A. Prop.: filósofo especia-
y disposición (H. TAINE, Phüos. de lizado en el estudio de la lógica.
l'art, I, 1, 4. T. I, p. 32.)
B. Por ext.: que piensa y razona
29. Se ha hablado con frecuen- con lógica. Tiene a veces matiz peyora-
cia de la lógica de Dumas [autor tivo.
de La dama de las camelias] ( ... ) . 32. [los hombres] fueron mecá-
Esa lógica suele manifestarse por nicos antes de pretender serlo. No
desenlaces postizos y ridículos. (H. do otro modo han sido lógicos: pen-
BECQUE, CEu:vres, VII, 71.) sa,·on antes de investigar cómo se
V. Belleza, 15. piensa. Incluso tuvieron que trans-
Lógi,,a foM11,C1,/. Disciplina que, ha- currir siglos para hacer sospe-
ciendo abstracción de la materia del ehar que el pensamiento pudiese
pensamiento, es decir, del objeto de que ser sometido a leyes; y hoy ln ma-
éste se ocupa, estudia tan sólo sus for- yorfa piensa aún sin tener seme-
mas a fin de determinar las formas de jante sospecha. (CONDILLAC, Logi-
razonamiento que son correctas y las que, Obj. de esta obra.)
que no lo son. V. Lógi,,a, A l. Logicismo. A. En general: tenden-
30. los procedimientos de '1a ló- cia ·a tratar las cosas desde el punto
gica formal no son los del pensa- de vista de la lógica.
miento que se hace, sino los del 33. Si la -lógica ha sido durante
pensamiento que se habla. (M. PnA- demasiado tiempo psicologista, la
DINES, Tr. de psyc/10!., III, 131.) psicología y In sociologia han, re-
L6gica bi1•alc11tc. L6gica que sólo re- ciprocamente, abusado del logicis-
GOO LóGICA

mo. (Ch. SEnnus, Tr. de loyiq1tc, A. Primitivamente: arte del cálcu-


14.) lo, distinta de la aritmética, ciencia teó-
B. En partic. 1. Por op. a psico- rica de los números.
logismo: tendencia n construir In lógi- 38. La logístic8'--dice un anti-
ca con independencia de In psicología, o guo escolio-no tiene ninguna rela-
incluso a reducir In psicología del pen- ción con la aritmética porque, a la
samiento n In lógica. inversa de ésta, trata de los nume-
84. El problema de la naturale- rables y no de los números (P. Bou-
za del pensamiento enfrenta a lo- TROUX, ldéal. sment. du math., 68.)
gicismo y psicologismo, que inten- B. Hoy: disciplina que, en vez de
tan ambos, pero en sentido contra- partir del lenguaje, como la lógica for-
rio, una reducción del hecho al de- mal. establece un sistema de signos o
recho o del derecho al hecho. (D. símbolos más exactamente calcados so-
LAGACIIE, Encycl. franf., XIX, 26, bre las formas del pensamiento y los
7.) combina, según reglas que constituyen
35. El psicologismo llega con su ·axiomática"', haciendo total abstrac-
toda naturalidad a la conclusión de ción de su sentido.
que juicios, deducciones, demostra- Sin.: lógica simbólica, lógica ma-
ciones ... dependen de la psicología temática, lógica algorítmica, lógica mo-
como cualquier otro fenómeno psí- derna o contemporánea. V. Caracterís-
quico. A semejante tesis, respon- tica, Espemosa (en especie).
den los logicistas: lo que constitu- 39. la lógica contemporánea
ye la esfera propia de la lógica, formal como la lógica clásica, es,
son los juicios, deducciones y de- además, sistemáticamente simbó-
mostraciones en tanto que forma- lica.
ciones objetivas, y no las vivencias Este segundo rasgo es tan des-
psiquica,s en la,s que esas forma- collante que el nombre de lógica
ciones se han formado. No hay simbólica ( ... ) es, desde hace ya
que confundir el juicio con el juz-
gar, la deducción con el deducir, tiempo, el corrientemente empleado
la demostración con el demostrar. para designar la lógica contempo-
(S. BACHELARD, Log. de Husserl, ránea ( ... ). El nombre de logística,
163.) adoptado a principios de siglo, se
halla actualmente un tanto en des-
36. Todo logicismo ( ... ) impli- uso. (R. BLANCHÉ, Introd. a la log.
ca un postulado que, a la luz de la contemp., 14.)
psicología moderna, se revela co-
mo .inexacto: es la posibilidad de 40. En su origen, la lógica es
operar una separación radical en- una reflexión sobre las operaciones
tre la Razón y las demás funciones efectivas del pensamiento. Analiza
psíquicas, en especial, la Intuición. nuestros razonamientos usuales tal
(A. LAMOUCHE, Log. dc la simplici- como ·se presentan en su expresión
té, 447.) verbal, para deducir de ellos las re-
glas c¡ue aseguran su validez. Hoy,
2. Por op. a matematismo: tenden- lo nusmo que nuestra geometría,
cia a reducir las matemáticas a la ló-
no es ya necesariamente geo-
gica. ni siquiera necesariamente -m.c-
37. Las diferencias entre logi- tría, la lógica ha roto el lazo que
cismo y axiomatismo se han casi la ataba demasiado estrictamente
desvanecido en nuestros días ( ... ) al logos. En el límite, abandona
y la cuestión de saber dónde acaba el /ogos-razón e incluso el logos-
la lógica y dónde comienzan las lenguaje para atener sólo al lo-
matemáticas ha perdido en gran gos-cálculo. Hace abstracción no
parte su sentido. (R. BLANCJIÉ, sólo de todo contenido empírico,
L'axiornat., 99.) sino también del sentido lógico de
Logística. Del fr. lo[!CI", logis (alo- sus símbolos, para no ocuparse
jar, alojamiento) (arte mil.): arte de más que de la manera de combi-
organizar las etapas; rama del arte narlos y de transformar estas com-
militar que tiene por objeto el movi- binaciones. ( lbfrl., 18-19.)
miento de las tropas y el material. 41. La logística es la axiomáti-
Logística. Gr. lo[Jiatilws, rclntivo al ca del pensamiento mismo. (J. PIA-
cálculo (logismos); /ooistilúi techne, o GET, Cla.sses, rclations et no-mb>·es 1
absol. louistil,ii, arte del cálculo. 5.)
39. J>iccionariu del l.cHKll:.ljc Filos6JiLO,
LUCHA 610

41'. en nuestro siglo aún pue- l'slú motivada pot' las l'ondiciones eco-
den considerarse como un triunfo nómicas y e.s el motor <le ]a historia, y
de la tradición pitagórica adquisi- sólo cesaría con la abolición de la pro-
ciones tan significativas en el or- piedad privada de los medios de pro-
den científico como la ateoria de ducción y la implantación de la socie-
los conjuntos», la <1teoría de los dad sin clases.
grupos11 --con su apéndice acálcu-
lo de invadantes»-, la «ley gene- A esta teoria se oponen las doctrinas
ral del número)>, la reforma de la del «neocapitalismo» y las llamadas
teoría de las funciones y, en pos- oterceras víasn, que proponen la «cola-
trer término, la síntesis de Eins- boraoión de clases».
tein. Gracias a todo esto, identifi- V. Dicta,lura del proletariado, en
cadas la Física, la Matemática y ProletariacuJ.
la Lógica, pueden reunirse en un
saber total, de carácter aséptica- «LúDICOn. Neo!. derivado del lat,
mente formalistico, que recibe el ludus (juego de acción), para servir de
nombre de «Logistica•. (E. o'Oas, adj. a ccjuego•. V. este término.
Tres lecciones en el M. del Pr(UU), l. Sin un cierto mantenimiento
105-106.) Ad. E. de la actitud lúdica no hay cultu-
. Logos. Subst. gr. (der. de legei11, de- ra posible. (J. HUIZINGA, Homo lu-
cir, hablar), palabra, discurso, razón. de11,8, 169.)
A. Filos. La razón divina en tanto 2. La verdadera cultura no pue-
que organizador del mundo, o también: de existir sin un cierto tenor lú-
la razón tornada absolutamente. dico. (lbíd.., 337.)
l. Hay dos principios del mun- Lugares comunes. Lat. loci com-
do: el principio activo y el princi- munes; gr. koinoi topoi.
pio pasivo. El principio pasivo es A. Ret. y Lóg. ant. Principales epí-
la materia, sustancia sin cuali- grafes (o simpl. lugares) a los que
dad; el principio activo es la razón pueden referirse los argumentos uti-
(logos) que obra en ella, es decir, lizados en los diferentes campos y cu-
Dios. (DIÓGENES LAERCIO, VII, Les yo conocimiento facilitaría la inven-
stoiciem.) ción de las pruebas necesarias en cada
«Logos spermaticos». En los estoi- caso determinado. Eran expuestos en
cos: Principio activo, generador, distin- la Tópica•.
to de la materia, pero no de orden es- l. Podemos tomar por testigos
piritual. Bajo la influencia de HERÁ- a casi tantas personas como han
CLITO, lo identifican con el fuego. Su pasado por los cursos y han apren-
traducción es «razón seminal». Ad. E. dido ese método artificial para ha-
B. Teol. El verbo, segunda perso- llar pruebas ( ... ); porque, ¿hay
na de la Trinidad. una sola de entre ellas que pueda
verdaderamente decir que, cuando
V. Razón, 7, 67. se ha visto obligada a tratar al-
2. el impulso creador de la ciu- gún tema, haya reflexionado sobre
dad grecolatina ( ... ) fue simple- tales lugares y buscado en ellos las
mente un apetito genial de conver- razones que necesitaba? (Log. de
sación. Aquellos locuaces medite- Port-R., 111, XVII.)
rráneos necesitaban de la charla y
la disputa. No es un azar que la 1'. estos rnodernisimos Zoilos
palabra más prestigiosa en Grecia de los venerables inventores de las
fuese la palabra apalabra•, el la- ciencias que hoy poseemos colman
gos, el hablar. La ciencia suprema de pomposos elogios el Nuevo Or-
que descubrieron fue llamada «dia-
ga110 del canciller Bacon, y son de
léctica», que quiere decir conversa- discernimiento tan perspicaz que,
ción, y cuando una divinidad semí- detestando fieramente los tópicos
tica conquista sus corazones, lo del viejo Estagirita, no echan de
más alto que de ella saben decir es ver que el tal Nuevo Orga,110 no
que era el logos, el verbo hecho es más que un arte tópico particu-
carne. (J. ORTEGA Y GASSET, Obras, lar o un agregado de lugares co-
JI, 331.) Ad. E. munes, que señalan las sendas por
donde se debe ir al examen de la
LUCHA DE CLASES. Ad. E. En- naturaleza, así como la Tópica de
frentamiento entre las clases sociales. A rist6te/cs es un conjunto de no-
Para MARX y los marxistas esta lucha tas o asientos generales para ha-
611 LUJO
llar pl'uebas en la confil'mación de se tiene aparece como un lujo, y se
los al'gumentos, donde no tiene ca- quiere imitar, igualar a quienes
bida In demostración evidente ... se hallan en estado de tenerlo. En
(J. P. FORNER, Excq1'ias de la lcn- el principio era la vanidad. (H.
0"ª castellana, 96,) Ad. E. BERGSON, Les de""' sourccs, 323.)
B. En el uso ordinario: ideas tri- 2. La alfombra de alta lana que
lladas y banales. es el Iujo del nómada. (A. DE
2. Hoy es casi un lugar común SAINT-EXUPfRY, Torre des hcnn-
comparar a los goces artisticos las 111,s, 114.)
satisfacciones y entusiasmos que a V. Natttral,za, 10.
menudo procura a sus adeptos la B. Gran abundancia o superfluidad.
ciencia matemática desinteresada. Lujo de criados, de imágenes, de pa-
(P. BOUTROUX, Idéal scicntif., 46.) labras, de argumentos.
3. A los hombl'es les gusta que Luz natural. Las facultades cognos-
se les diga lo que se 'les ha dicho citivas, principalmente la inteligencia
siempre, y de ahi ,nace el lugar co- o razón, que son esenciales a la natu.
mún. (E. FAGUET, XIX• s., 211.) raleza humana. Se opone: de una par-
4. Para el sentimiento no hay te, a las luces adquiridas, es decir, a
lugal'es comunes. ( ... ) los conocimientos recibidos de los de-
El lugar común, miserable cuan- más o resultantes de la actividad per-
do es simplemente repetido, puede sonal; de otra (en el vocab. teol.), a la
ser grande cuando es sentido. (Ma- luz sobrenatural, luz de fe destinada a
rie BoNAPARTE, Glancs des ;ours, transformarse en una «luz de gloria»
65.) que nos haga capaces de la visión in-
tuitiva de Dios.
4'. a la incompetencia de la
cl'itica de arte periodística, enhe- l. Los paganos sólo conocieron
bradora apresurada de lugares co- a Dios mediante la luz natural;
munes de primer grado, responde abusaron de sus l1tces, de los co-
la .incomprensiva oquedad de la nocimientos que habían adquirido
crítiea de arte historicista, incan- por el estudio. (P. LAlIY, en Dict.
sable pespunteadora de lugares co- de Trévoux.)
munes de segundo grado -pues 2. voy a exponer con más cla-
aquí hay su grad,uación, como en ridad lo que pienso según la nor-
las ecuaciones de 'la matemática-. ma, no de la luz natural con que
(E. u'Oas, Tres lecciones en el -mu- sueñan los indoctos, sino de la ver-
seo del Prado, 17.) Ad. E. dad, la cual, tanto en la naturaleza
como sobre ella, es una solamente
LUJO. Lat. laxus, exceso, especial- y no dos ... (J. L. VIVES, Tratado
mente en ~a manera de vivir, fasto, de- del alma, 10.) Ad. E.
rroche. Entre los der. anotemos: lujo- Filosofía de las luces. Alem. Aujk-
so, lujuriante (vegetación, salud luju- lüning; dcr Zeitalter der Aufkliirung
riante) y lujurioso (mhadas lujurio- el siglo de las luces. '
sas),
El movimiento filosófico del siglo
A. Magnificencia en el tren de vi- xvm, caracterizado por la fe en el pro-
da: vestido, mesa, habitación. greso, el culto a la razón y la oposi-
l. es generalmente por amor ción a la religión revelada, reemplaza-
al lujo por lo que se desea el bien- da por un vago deísmo. V. Filósofo,
estar, po.-que el bienestar que no A 2.
M
M~ro. Pref. tomado del gr. makros, pre, que (... ) rechazada por la cien-
largo, grande. cia, la magia subsiste y espera su
Sin.: mega. hora. ( ... ) (H. BERGSON, Les deux
Con,tr.: micro. sourccs .. ., 182.)
Entra en 'la composición de diversos 3. La una pretende forzar el
términos científicos: macromo1écula, consentimiento de la naturaleza, la
macropsia (visión [gr. opsis] agranda- otra implora el favor de Dios. (... )
da de los objetos), macrofísica. Magia y religión divergen, pues,
a partir de un origen común, y
MAGIA. Gr. mageia, religión y sor- no puede intentarse haeer surgir
tilegios de los magos, sacerdotes de los la religión de la magia: son con-
medos y persas. temporáneas. Asi se comprende
A. Prop.: arte de obrar sobre la que cada una de ellas siga ase-
naturaleza y obtener, por medio de fór- diando a la otra, que subsista algo
mulas o ritos más o menos secretos, de magia en la religión, y, sobre
resultados contrarios a sus leyes. Por todo, algo de religión en la magia.
lo que tiene de técnica, la magia pre- ( Ibíd., 184.)
senta un cierto parentesco con la cien- 4. Lo propio de la magia es
cia, pero en su pretensión de utilizar atribuir al hombre el poder de do-
poderes misteriosos se aproxima a la mesticar las fuerzas naturales. Eso
religión. De ahí las discusiones de los es Jo que hace que de ordinario no
sociólogos sobre el orden de dependen- reconozca dioses ( ... ), y que, cuan-
cia: ¿religión, magia, ciencia? ¿mn- do encuentra a los dioses de la re-
gi·a, religión, ciencia? ¿ciencia, religión, ligión, se plante siempre frente a
magia? ¿magia, ciencia, religión? ellos en actitud de desafio. (M.
l. La marcha del pensamiento PRADINES, E•prit de la relig., 116.)
en su forma más elevada ( ... ) se 6. La magia (... ) ha podido
ha dirigido en general de la magia servir de fuente común a la reli-
a la ciencia a través de la religión. gión y a la ciencia no porque las
(J.-G. FRAZER, L'hon,me, Dieu ... , haya formado en vida, sino por-
254.) que las liberó con su muerte.
2. No hablemos (... ) de una era ( Ibíd., 155.)
de la magia a la que habría suce- Magia blanca y magia negra. Lama-
dido la de la ciencia. Digamos que gia blanca consiste en producir efec-
ciencia y magia son igualmente tos extraordinarios utilizando para ello
naturales, que han existido siem- propiedades ele la materia todavía des-
613 MAL

conocidas del común de las gentes. La 2. Lo que se llama un mal en


magia negra hace intervenir potencias la sustancia de una cosa se redu-
demoniacas. ce a la falta de una cualidad que
B. Hiperbólic.: producción de efec- debe naturalmente poseer. ( ... )
tos extraordinarios por medios que Ahora bien, el término privacwn,
obran de modo más o menos misterio- tomado estrictamente y en su sen-
so. La magia de la música, del estilo, tido propio, designa precisamente
de la mirada. la ausencia o falta de lo que un
Mágico. Perteneciente a la magia. ser deberla naturalmente poseer.
El mal se reduce a la privación
6. Llamaré mágicas a cuantas así definida; es, pues, una, pura
prácticas tienen por objeto la coer- negación en el seno de una sus-
ción de los poderes ocultos, por me- tancia; no es una esencia ni una
dios que se estiman infaUblemen- realidad.
te ligados a los resultados que se
esperan. (M. PRADINES, Esprit de Vemos por ello que al no tener
la rclig., 243.) el mal nada de positivo ( ... ) su
presencia en el universo seria inin-
MAGNITUD. Lat. mannitudo (der. teligible sin Je, existencia de suje-
de ·nia.gnUB, grande, excelente, impor. tos positivos y rteales que sean sus
tantc), magnitud, grandeza, fuerza, portadores. ( ... ) El verdadero y
importancia. ' único soporte del mal es el bien.
A. Tamaño de un cuerpo. (E. GJLSON, Le thomisme', 216-
Astron.: Tamaño aparente de las es- 217.)
trellas por efecto de la mayor o menor 3. Oh Padre, oscura y profunda
intensidad de su brillo. sabiduría, Vos sabéis bien
B. En -sentido concreto (una mag- para qué sirve el mal del
nitud, magnitudes) : lo que, por ser sus- [mundo,
ceptible de más y de menos, puede pero el mundo lo ignora.
ser medido ya directamente (magnitud (Marie NOEL, Chants de la mcr-
cuantitativa•), ya indirectamente por ci, 102.)
referencia a un,a escala graduada (mag- 4. Querer que el mal sea im-
nitud intensiva• o intensidad). posible es querer que lo que no es
Todas las magnitudes pueden ser co- Dios sea Dios; es querer la con-
locadas en orden creciente. Pero en tradicción. (J. DE FINANCE, Exis-
tanto que las magnitudes cu&ntitati- tence et lib., 273.)
vas pueden obtenerse por ·adición de 4'. Desechando, pues, las apre-
cantidades más pequeñas (2 m + 2 m = ciaciones del vulgo, ten por el ma-
+ =
= 4 m; 3 g 6 g 8 g ... ), no ocurre yor de fos males no la pobreza o el
lo mismo con l•a,s cantidades intensivas ruin lina,je, ni la cárcel, ni la des-
(la adición de litros de agua a la mis- nudez, ni la ingnomin,ia, ni la de-
ma temperatura no da una tempera- formidad física, ni la enfermedad,
tura más elevad·a; ni siquiera, puede ni la. flaqueza, sino los vicios y sus
decirse que, físicamente, 10º sea el do- anejos, la ignorancia, la tontez y
ble de 6º). V. Intensi.dad. la locura. (J. L. VIVES, Introduc-
MAL, subst. Lat. malum, neutro ción a la sabiduria, § 79, p. 30.)
del adj. malus (malo) : mal, sufrimien- Ad. E.
to, desgracia. A. Mal sufrido (sufrimiento).
Lo que contradice nuestras tenden- 6. Pero se dirá que los males
cias sensibles (males o sufrimientos de son grandes y en gran número, en
orden físico y de orden moral) o ra- comparación con los bienes: afir-
cionales (faltas o pecados, desorden e mación errónea. Es tan sólo la fa].
imperfecciones). ta de atención lo que disminuye
Contr.: bien. nuestros bienes, y es preciso que
l. El mal puede tomarse meta- esa atención nos sen dada median-
física, física y moralmente, El mal te cierta mezcla de males ... (LEIB-
metafísico consiste en la simple NIZ, Théodicéc, § 13, ed. Janet. II,
imperfección; el mal físico, en el 108.)
sufrimiento, y el mal moral, en 6. Referir nuestros males a ve-
el pecado. (L1m1N1z, Théuclicéi-, I, [ces no consuela.
§ 21, ed. Janct, 11, llG.) (C0RNEILLE, Polycucto, I, 111.)
MALEDICENCIA 614

7. Nunca sentimos vernos li- so por naturaleza. Pero nos com-


brc-s de nuestros males, y, sin em- place en ofr1a, y, sea lo que sea,
bargo, tampoco lamentamos nunca nnda hn.y en la conversación tan
haberlos expei-imentado. (G. SAND, agradable y divertido. [Ese vicio]
Hi~f. d<' ma 11 ir, IX, 83.) complace a la vez que se hace
B. lila} cometido. La falt,a moral, el
odiar; y vos, mi querido oyente,
pecarlo. que con él os gozáis, sois el pri-
mero en detestarlo: ¿por qué? Por-
S. el mal carece de naturaleza que, si sois avisado, debéis juzgar
y de subsistencia. Porque ¿quién que el maldiciente no os perdonará
ignora que no es otra cosa que una llegada la ocasión, que no os con-
simple privación, una desviación cederá más gracia que a los de-
de la ley, una pérdida de la razón más; y que, tras haberos diverti-
y de la rectitud? ( ... ) De ello se do a sus expensas, sabrá hacer
sig-ue que no puede subsistir solo; que sirváis de diversión a otros.
de suerte que si no se halla soste- (Ibúl,)
nido por alguna mezcla de bien,
por su propio exceso se destruye, 3. La verdad pide ser dicha en
(BossUET, S. s. l'honneur, 11.) alta voz, y una maledicencia -anó-
nima es acaso más vergonzosa que
9. El odio al mal es el manto
ceremonioso con el que los fari- una calumnia firmada. (V. HUGO,
seos disfrazan sus -antipatías per- Litt. et philos. mélées.)
sonales. (NIETZSCHE, (Eu vrcs posth., 4. La maledicencia sigue !IÍendo
§ 570.) el lazo más fuerte de las socieda-
1 O. Sólo haciendo el bien ce des. (E. y J. DE GoNCOURT, ldies
tiene la experiencia de él. et sensation,i, 165.)
Sólo se tiene la experiencia del MALTUSIANISMO. A. Prop.: doc-
mal prohibiéndose hacerlo, o, si ya trina de MALTHUS (1766-1834), quien,
se ha hecho, arrepintiéndose de él. para evitar la superpoblación que pre-
Cuando se hace el mal, no se le veía, predica'ba la restricción de naci-
conoce, porque el mal huye de la mientos mediante la continencia y el
luz. (S. WEIL, La pesanteur et la matrimonio tardío.
grace, 82.) B. Por ext., en nuestros días [se
10'. Si no se hiciera en el mun- dice también neomaltusianismo] : res-
do más mal que el que se hace con tricción sistemática de los nacimientos
mala voluntad, todos los proble- por medio de procedimientos anticon-
mas sociales se simplificarían; pero ceptivos.
lo que los complica y hace muchas Maltusiani.smo econ6mico. Restricción
veces insolubles es el mal que se sistemática de la producción o incluso
hace con sana intención y tranqu i- destrucción de una parte de ella, a fin
lidad de conciencia. (C. ARENAL, de mantener los precios mediante esta
Cartas a un obrero, 278.) Ad. E. reducción de la oferta.
V. bwcencia, 5, 8. No toda reducción voluntaria de
Problema del mal. Resulta de la di- la oferta en ·el mercado es una apli-
ficultad que experimentamos para con- cación del maltusianismo económi-
ciliar la realidad del mal en sus dife- co. El almacenaje, el escalonamien-
rentes formas con la existencia de un to de las ventas, que no reducen la
Dios creador de un poder y una per- oferta más que de modo provisio-
fección infinitos. nal, no son prácticas maltusianas,
aunque tiendan temporalmente al
MALEDICENCIA. Der. de malde- mismo fin. (Dict. <les se. écon., 11,
cir. 700.)
Acción de decir de otro un mal ver-
dadero. Por esta verdad se distingue la MANEJAH. Del lat. maHica, guan-
maledicencia de la calumnia. te, mano de hierro (usada en combates
l. pedir a quien he hecho con- navales), garfio.
fidente de mi maledicencia que A. En sentido propio: hacer fun-
guarde el secreto es propiamente cionar un útil, aparato o máquina.
confesarle mi injusticia. (BOURDA- B. Fig.: recurrir a hábiles medios
LOUE, Sur la médis., I.) psicológicos para modificar In opinión o
2. la maledicencia es vicio odio- la voluntad de otro.
615 MARGINAL
Manejar a los demáa es usar de tra ellas es demasiado precioso. (A.
ellos como dueño. Resulta a veces • MAUR0IS, Un art de vwre, 109.)
necesario, pero no es nunca noble, 4. No se acaba de amar del to-
nunca grande, nunca humano. No do a aquellos de quienes nunca se
se maneja a las personas que se puede sonreír. ( ... ) Siempre agra-
estima. Es la evidenoia la que ha decemos a un gran hombre que
de ofrecerse a ellos e iluminar 811 nos alienta con manías que lo hu-
conciencia. Como el amor, la amis- manizan. (A. MAUROIS, Scnt. et
tad empieza con el respeto y se coutumes, 1'1.0.)
desvanece con el manejo. (G. BER· 5. Cuando la atención se fija
GER, en «Atti del XII Congresso más tiempo o oon más frecuencia
intern. di filoso, Venecia, 1958, IV, de lo normal en un objeto, habla-
420.) mos de «manía». El maniático es
un hombre con un régimen aten-
MANIA. Gr. manía, locura. Der.: cional anómalo. Casi todos I o s
maniaco. grandes hambrea han sido maniá-
A. Psiquiatría. 1. Absol.: Locu- ticos, sólo que las consecuencias de
ra que se manifiesta por accesos inter- su manía, de su uidea tija», nos
mitentes (cuando se hace continua te- parecen útiles o estimables. Cuan-
nemos la demencia). Puede ser: depre- do preguntaban a Newton cómo ha-
siva (melancolia º), expresiva o dinamo- bía podido descubrir su sistema
génica) (manía aguda o manía prop. mecánico del universo, respondió:
dicha) y circular (psicosis maniaco-de- Nocte di.eque incubanao («pensan-
presiva). V. Ciclotimia, DepreBi6n. do en ello día y noche»). Es una
l. La manía es una psicosis ca- declaración de obseso. (J. ORTEGA
Y GASSET, Amor en Stendhal,
ca racterizad•a clinicamente por una
desordenada exaltación de las ideas Obras, V, 578-579.) Ad. E.
y los actos, y que se manifiesta so- MANIQUEISMO. Doctrina de Ma-
bre un fondo de humor alegre o ní, Manes o Maniqueo, persa del s. m.
colérico y evoluciona bajo la forma
de un acceso curable. (LAIGNEL-LA- Se dice de toda doctrina que admite
VASTINE, BARBf y DEI.MAS, Prati- un principio del bien (identificado con
que psychiatr., 187.) Dios) y un principio del mal, indepen-
dientes y enfrentados.
2. En composición: trastorno men-
tal re1'ativo a una esfera determinada. MANISMO. Der. del lat. manes.
Dipsomanía, cleptomanía, megaloma- los espíritus o sombras de los muertos.
nía: manía de la bebida, del robo, de Teoría (H. SPENCER) para la cual la
grandezas. religión tiene por origen el culto a los
B. En el uso ordinario (atenuación muertos.
del sentido primit.) : hábito irrazona- Máquina. V. Mecanismo.
ble y que se ha hecho mecánico.
MARGINAL. Der. del lat. 1n111rgo,
Sin.: tic, tema, rutina. margin1's, margen, front.era.
2. la manía se refiere a los ex- A. Prop. (acepción usual): que se
travíos del espíritu, y el tic a los halla al margen de un texto. Notas
malos hábitos del cuerpo; la manía marginales.
es irrazonable, el tic desagrad·able.
Se tiene la ma11ía de opinar de to- B. Fig. (acepciones técnicas): que
do, y el tic de morderse las uñas. se halla en el borde, cerca del limite
Una pasión singular, un gusto in- del dominio ideal considerado.
moderado, reciben el nombre de 1. Psicol. Los hechos psíquicos mar-
man/,a; el de !ÜJ se usa para de- ginales se sitúan entre el dominio de
signar movimientos convulsivos y la conciencia clara y el del inconsciente.
frecuentes, malos gestos habitua- Contr.: focal, central.
les, o muecas que uno hace y que El territorio que se e.xtiende más
se ha acostumbrado a hacer sin allá de la conciencia clara es di-
darse cuenta ni quererlo. (LAPAYI\, fícil de describir, porque (... ) la
761-762.) introspección no hace presa en él.
3. Las manías de un grnn hom- Se ha distinguido primero, en el
bre deben scr respetadas, ,,arque límite, una conciencia umarginah,,
el tiempo perdido en luchar con- que es la porción (no localizada»
MARXISI\IO 616

de la concienda actual y responde ma cosa, y que el proletariado, tal


al mínimo de atención. como lo ha hecho la historia, posee
Después, alejándose de la luz, el la solución de ese problema único.
subconsciente ( ... ) . Finalmente, (M. MERLEAU-P., Humanismo et
nuís lejos aún, el inconsciente. fc,·rcur, 139.)
(Th. RIBOT, Psychol. affcct., 164.) 6. Los marxistas clasifican to-
2. Econ. polít. Utilidad marginal das las filosoflns en materialistas
(llamada también utilidad limite) : uti- o idealistas; y, a partir de ahí los
lidad o satisfacción producida por aquel metafísicos que no se alinean en
de entre los diversos empleos de un una u otra catcgoria son acusados
bien económiro que la procura menor. de falta de valor. (Ch. PERELMAN,
P. ej.: siendo la utilidad máxima del Tr. de l'argume11tation, 170-171.)
trigo la alimentación del hombre, su V. Compromiso, 32; Lectura, 16.
utilidad marginal o mínima será la de B. Frecuentemente, por oposición a
darlo como alimento a los pájaros del comunista, el que sigue el pensamiento
cielo. Según la escuela marginalista, el de MARX, al margen de la estricta or-
valor económico de los bienes viene de- todoxia de los partidos comunistas, y
terminado por su utilidad marginal. excluyendo del marxismo las aporta-
MARXISMO. Doctrina de Karl ciones de los líderes comunistas (LE-
MARX, en cuya elaboración colaboró NIN, STALIN, MAO TS&-TUNG ... ) Ad. E.
Federico ENGELS, y que ha sido des- MASA. Lat. massa, masa, montón,
arrollada más tarde por dirigentes del pasta; todo objeto que forma un bloque.
partido comunista ruso, principalmente
LEXIN y STALIN. A. Acepciones vulgares. l. Refe-
rido a cosa$: montón relativamente im-
l. El marxismo no es ni una portante de partes materiales que for-
ciencia ni un mito. Es un método man cu·erpo, y un cuerpo informe o
1·ealista de acción social. (S. HooK, considerado con independencia de su
Pour comprcndre Ma-rx, 98.) forma (la masa de un edificio).
2. El marxismo no es sólo una 2. Referido a personas: un gran
teoría del socialismo, sino una con- número de individuos considerados co-
cepción total del mundo, un siste- mo formando un todo, ya a causa de
ma filosófico del que se desprende algún carácter común (la masa de los
naturalmente el socialismo proleta- electores, las masas campesinas), ya
rio de Marx. Este sistema filosófi- porque se hallen reunidos como en una
co lleva el nombre de materialismo muchedumbre (la masa de los mani-
dialéctico ( ... ).¿Porqué?( ... ) Por- festantes).
que su método es dialéctico y su Se opone a menudo a In minoría (ha-
teoría materialista. (STALIN, Anar- bía algunos descontentos, pero la masa
chisme et Socialisme, I, princ.) estaba satisfecha) o a la élite (las as-
V. Materialismo dialéctico y materia- piraciones vulgares de la masa).
li1mio histórú:o. l. Cuando la masa es dueña
Marxista. A. Relativo al marxis- única de sus destinos y tiene sólo
mo, que profesa esta doctrina. scrvül.ores y ,w scfwrcs, torna a
3. El importante papel que El sus apetitos brutales. (P. MÉRIMÉE,
,111.ico y su, propi,edtul, obra capital cit. en A. LAMOUCHE, I,a dcsti11ée
de Max Stirner, ha tenido en la hum., 222.)
elaboración del pensamiento mar- 2. La glorificación de la masa,
xista, ha escapado hasta hoy a la es decir, de lo que hay de menos
sagacidad de los exegetas i;omu- elevado, de menos diferenciado, de
nista.s. (H. ARVON, Max Stirner, menos capaz de pensar su destino
167.) en vez de sufrirlo. (DANIEL-RoPS,
V. Fe, 16, 17. Ce qui meurt... , 101, en RoBERT.)
4. El -saber superior que los 3. Las masas apenas tienen
marxistas se atribuyen tiene algún imaginación, pero si una viva ca-
parecido con la magia. (K. JASPERS, pacidad de sueño. (M. BLOCQ--MAS·
Raison et d6raison .. ., 17.) CART, Di, sca11dalo, 168.)
5. Ser marxista es pensar c¡ue 11. Socio!. Noción algo más p1·eci-
las cuestiones económicas y las sn que In dada en A 2, en particular
culturales o humanas son una mis- por distinguirla de la rnuchedumbre.
617 MASA

l. Generalmente: conjunto conside• sas: se trata de una contradicción


rabie de individuos que presentan un en los términos. Sólo el individuo,
comportamiento análogo aunque no for- o más exactamente la persona, es
men un todo organizado, ya de un mo- educable. A cualquier otro nivel,
do duradero, como una sociedad o un sólo cabe el adiestramiento. (G.
partido, ya pasajeramente, como una MARCEL, Les hommes contre l'hum.,
muchedumbre. La masa de los parados, 13.)
de los jubilados. Los individuos que 8. Toda organización masiva
constituyen la masa son considerados constituye un peligro latente, por
como indiferenciados; por consiguiente, el mismo motivo que un almacena-
masa toma a menudo una acepción pe- miento de dinamita: porque de ella
yorativa. se desprenden efectos no queridos
4. [La masa] no se define [co- por n·adie, pero que nadie se halla
mo la muchedumbre) por la apro- en condiciones de atajar. (C. G.
ximación de los individuos en el JUNG, L'homme a la recherchc ... ,
espacio, sino por la comunidad de 402.)
destino sociológico y la identidad 8' La sociedad es siempre una
de influencias y .reacciones psico- unidad dinámica de dos factores:
lógicas. Acuo sea Ortega y Gas- minorías y masas. Las minorías
set quien ha ido más lejos en esta son individuos o grupos de indivi-
via, al decir que el término masa duos especialmente cualificados. La
no designa una capa social infe- masa es el conjunto de personas
rior, sino un comportamiento que no especialmente cualificadas. No
corresponde mucho más al concep- se entienda, pues, por masas sólo
to corriente de individuo medio, ni principalmente «la masas obre-
opuesto al de élite o aristocracia ras». Masa es «el hombre medio».
en el sentido más amplio de este (J. ORTEGA Y GASSET, La, rebelión
término. de lCUI masCUI, Obra.s, IV, 145.)
[Las diversas significaciones, en Ad. E.
física y en sociología] tienen en 8". Una nación es una masa hu-
común la idea de valor pura.men- mana organizada, estructurada por
te cuantitativo y no di.ferenciado, una minoría de individuos selectos.
la ,ausencia de movimiento pro- (ORTEGA Y GASSET, España int'er-
pio, la sumisión a fuerzas exte- tebrada, Obra.s, III, 93.) Ad. E.
riores para las que la masa es . .. cuando en una nación la ma-
«resistencia» u «objeto». (H. DE sa se niega a ser masa --esto es,
MAN, L'ere des mCU1ses, 68-69.)
a seguir a la minoría directora-,
5. La civilización existe preci- la nación se deshace, la sociedad
samente para que no haya masas, se desmembra, y sobreviene el caos
sino hombres lo bastante conscien- social, la invertebración histórica.
tes para no constituir nunca masa, (lbíd.) Ad. E.
aunque •se un•an entre sí. (G. BER- El hecho primario social no es
NANOS, La. liberté pour quoi fa;ire, la mera Teunión de unos cuantos
245.) hombres... El hecho primario so-
6. «Masas• alude a conjuntos cial es la organización en dirigi-
de hombres de condición o género dos y directores ... Esto supone en
de vida idéntico o análogo que pue- unos cierta capacidad para diri-
dan o podrían constituir una mu- gir; en otros cierta facilidad inti-
chedumbre irresistible. Las «ma- ma para dejarse dirigir. En suma:
sas» aparecen cuando 'los indivi- donde no hay una minoría que ac-
duos, que son sus moléculas, han túa sobre una masa colectiva, y
sido previamente desencuadrados y una masa que sabe aceptar el in-
nivelados por la indigencia moral flujo de una minoria, no hay so-
y el sufrimiento material. (J. MoN- ciedad, o se está muy cerca de que
NEROT, Les fa.its so~iaux 11e sont no la haya. ( lbíd., 94-95.) Ad. E.
¡,as des ch., 126.) ... vivimos hoy entregados al im-
7. Porque las masas son huma- perio de las mas ns ...
nidad degradada, constituyen un Y o me refiero a una forma de
estado degradado de lo humano. No dominio mucho más radical que In
intentemos persuadirnos de que es alga1•ada en la plazuela, más pro-
posible una educación de las mu- funda, difusa, omnipresente, y no
l\TASOQUISl\1O 618

de una sola masa social (la obre- n In penetración; y, finalmente, la


ra), sino de todas, y en especial ocupación de espacio. En tercer lu-
de las masas con mayor poderlo: gar, la resistencia a la velocidad
las de la clase media y superior. y al cambio de velocidad, lo que
(lbíd., 05) Ad. E. llamamos inercia. Finalmente, el
Dondequiera asistimos al depri- ¡,eso o cantidad de gravedad, (P.
mente espectáculo de que los peo- l\1oUY, «XI' Sem. internat. de
res, que son los más, se revuelven Synbh.», Qu'cst-ce que la matierc?,
frenéticamente contra los mejo- 66.)
res ... ni habrá ruta posible para sa- 111ASOQUISMO. Der. de SACHER-
lir de tal situación, porque, negán- MAS0CH, novelista austriaco que hizo
dose la masa a lo que es su bioló- conocer al gran público esta anomalia,
g-i'"a misión, esto es, a seguir a los que él mismo padecía.
mejores, no aceptará ni escuchará
las opiniones de éstos, y sólo triun- Anomalía consistente en hallar pla-
farán en el ambiente colectivo las cer en el sufrimiento y en buscarlo pa-
opiniones de la masa. (lbíd., 96.) ra gozar de él. Der.: masoquista.
Ad. E. «Todo ser que, situado en con-
8"'. La masa es una cosa pesa- diciones de vida objetivamente nor-
da, sin conciencia ni movimiento males, se confiesa incapaz de dar
propio, y terrible cuando se des- un sentido satisfactorio a su vida,
ploma movida por impulso ajeno. revela con ello su carácter maso-
Es necesario que el pueblo deje de quista.» (S. NACHT, cit. en Enc¡¡cl.
ser masa, porque mientras lo sea, médico-chirurg., 7320, A"', 1, 1955.)
la manipulará la osadía, la explo- MATEMÁTIOkS
tará el interés, la pervertirá la Matemático, adj. Gr. mathcmatikos,
maldad, la e>.-travjará el error o relativo al estudio y a las ciencias (ma-
la pasión. (C. ARENAL, Cartas a un thcma.ta, der. de ma.ntha.nein, apren-
obrero, 194.) Ad. E. der), en particuiar a las que llamamos
V. Persona., 68. matemáticas: aritmética, geometría,
2. En G. GURVITCH (por opos. a co- astronomía.
municación* y a comunión*): forma de A. Que pertenece al dominio de la
sociabilidad en la que la presión es má- ciencia que tiene por objeto la canti-
xima y la fusión mínima. V. Microso- dad. V. Ma.tcmá/,i,cas.
ciología.
l. el universo (... ) no puede
9. La presión se halla al máxi- comprenderse si previamente no se
mo y la atracción al mínimo cuan- ha aprendido a comprender su len-
do la fusión no alcanza sino un gua y a conocer los caracteres em-
grado muy débil en intensidad y pleados para escribirla. Este libro
profundidad, tal es el caso de las está escrito en la lengua matemá-
«masas». (G. GURVITCH, Voc. a.et. tica: sus caracteres son triángulos,
de la socwl., 113.) círculos y otras figui,as geométri-
C. Fís. y mecán. Cantidad de ma- oas, sin C11yo intermedio es huma-
teria que constituye ,un cuerpo. Su coe- namente imposible compt·ender una
ficiente de resistencia a la acción de sola palabra de aquél. (GALILEO,
las fuerzas que le son aplicadas. De Sa,ggicJ,tore.)
modo más preciso: el cociente de una 2, el matemático tiene por mi-
fuerza constante que le es -aplicada por sión buscar lo que es: su objeto es
la aceleración de movimiento así pro- levantar el mapamundi de los he-
vocada. chos matemáticos. (P. B0UTR0UX,
10. Nada hay mejor demostra- Idéa.l scümt., 260.)
do en la filosofía natural que el 3. hay hechos matemáticos, hay
movimiento de la tierra y el prin- una experiencia matemática, y su
cipio de la gravitación universal, papel en la constitución de la cien-
en razón de las masas, e inverso cia es esencial. (E. LE RoY, Bull.
al euadrado de las distancias. (LA- dr, la Soc. fr. ele Phi/os., 1913, 31.)
PLACE, Expos. du syst. du monde.) 4. El espíritu no crea los he-
11. ¿qué representa la masa? chos matemáticos, sino que los su-
Ante todo, la acumulación. Des- fre; la investigación fructuosa no
pués, la impenetrabilidad, o mejor es una invención, sino un dcscu-
la resistencia más o menos grande brimien to ( ... ).
619 MATEMÁTICAS

No obstante, la realid,ad de los ciencia matemática es mucho me-


se1·es matemáticos es de otro or- nos importante por los conoci-
den que la de las cosas flsicas. (G. mientos, muy reales y preciosos no
JUVET, Struct. des nouv. théoríe• obstante, que directamente la com-
phys., 176, 176.) ponen, que por constituir el instru-
5. El mundo flsico no es sino mento más poderoso que el espíri-
un reflejo o sección del mundo ma- tu humano que puede emplear en
temático. (lb!d., 176.) la búsqueda de las leyes de los
fenómenos naturales. (A. CoMTE,
5 bis. las ciencias matemáticas Cours de philos. pos., I, 86.)
const,·uyen formas abstractas en
las que las ciencias de observación 11. Es, pues, por el estudio de
se esfüerzan por hacer entrar los las matemáticas, y por él sola-
hechos. (E. GoBLOT, Syst. des se., mente, como podemos hacernos una
247.) idea cabal y profunda de lo que
6. Es curioso que las herra- es una ciencia. (lbíd., 99.)
mientas matemáticas se forjen ca- 12. Bajo el nombre colectivo de
si siempre antes de poder prever Matemáticas se designa un siste-
su empleo. (G. BACHELARD, L'ex- ma de conocimientos científicos, es-
pér., de l'cspacc, 122.) trechamente ligados entre sí, ba-
V. Sensibilidad, 63. sados en nociones que se hallan en
todos los espíritus, referidos a
B. Poi· ext.: que presenta alguno verdades rigurosas, que la razón
de los caracteres de las matemáticas, es capaz de descubrir sin el soco-
en particular su proceso deductivo, su rro de la experiencia y que, no obs-
necesidad ,rigurosa, su exactitud. Es tante, pueden siempre ser confir-
matemático. Seguridad matemática. mados por la experiencia, dentro
7. nada es, en mi opinión, más de los límites de aproximación que
deseable que tener en las materias ésta implica. (A. COURNOT, De l'ori-
filosóficas [englobando la filosofía oine ... , 355.)
las ciencias físicas] pruebas mate- 13. No hay espíritus más fal-
máticas. (DESCARTES, C. a Marsen- sos que los que aplican las mate-
ne, 30 agosto 1640.) máticas a la esfera del sentimien-
8. Fue el rigor matemático de to. (A. VINET, [Esprit d'-], II,
su Iibro, mi quer.ido maestro, el que 58.)
se adueñó d" mi pensamiento. (P. 14. Las matemáticas pueden ser
BOURGET, Le disciple, 149.) definidas como una ciencia en la
Matemáticas, subst. La matemática que nunca se sabe de qué se ha-
y, más corrientemente, las matemáticas bla, ni si .lo que se dice es verdad.
(elipsis por: las ciencias matemáticas). (B. RUSSELL, The internat. Month-
A. Por el objeto: grupo de ciencias ly, julio 1901, 84.)
deductivas que ,tienen por objeto el nú- 15. Es excesivamente simple
mero, la extensión, el orden. repetir sin cesar que el matemáti-
9. sólo todas aquellas cosas en co no sabe de qué habla; en rea-
las que se estudia el orden y la lidad, aparenta no saberlo: debe
medida pertenecen a la Matemáti- hablar como si no lo supiese; re-
ca, sin que importe que esa me- prinie la intuición; sublima. la ex-
dida sea buscad·a en números, fi- periencia. (G. BACHELARD, Le mruv.
guras, astros, sonidos o cualquier esprit scient., 32.)
otro objeto; lo que hace pensar que 16. El número entero, de un la-
debe haber ,alguna ciencia gene- do, y el continuo espacial del otro,
ral que explique cuanto puede bus- constituyen los dos polos del pen-
carse tocante al orden y la medi- samiento matemático, entre los que
da sin aplicación a una materia una serie de ci·eoientes intercam-
particular, y esa cienda es llama- bios ooje una red inexplicable de
da ( ... ) Matemática universal, por- simetrías y reciprocidades. (J. PIA-
que encierra todo aquello por lo GET, lntrod, a l'épist., I, 257.)
que las demás ciencias son llama- 17. el objeto de la lógica es
das parte de la matemática. (DES- la cualidad, el de la matemática, la
CARTES, Regles p. l,i 1/ireot. de /'es- can ti dad. De ello resulta que, en
¡iril, R. 4, trad. LE Rov, 30.)
la esfera de la cantidad, en la que
10. En nuestros días ( ... ) la la identidad se hace igualdad, el
MATERIA 620

raso lh' unn proposición a otrn se herencia interna, que es quizá la


hará por s11.-~tifucián: se reemplnzn tendencia más profunda de la na-
un nú1m.:ro o una figura por otro turaleza intelectual, halla donde
númrro u ()trn figurn equivalente. satisfacerse libremente en las ma-
(T. T1ucnT, Tr. dt loo, form., temáticas, y sólo en ellas. (B. Rus-
284.) SELL, Le ,nysticisme et la log., 66.)
18. Las matemáticas expresan llfatemñtico, subst. Especialista en
a priori las condiciones de la in- matemáticas.
tcli¡:,-ibilidad en general, y son en 23. Muchos matemáticos hacen
sí mismas el tipo de cieñcia per- en la vida práctica, sobre los hom-
fectamente inteligible y cierta; pe- bres y las cosas, juicios asombro-
ro no son el conocimiento de par- sos y que son seguramente erró-
te alguna de la naturaleza. Las
ciencias e...xperimentalcs no pueden
neos. ¿ Tienen por eso una mente
incapaz? No; pero si la costum-
--o al memos lo parece-- propor- bre de dividir las cosas en eviden-
cionar una satisfacción tan com-
pleta; pero, en cambio, sólo ellas
tes o demostradas de una parte, y
nos revelan el mundo en que es- absurdas de otra; no hay término
tamos. (E. GoBLOT, Essai s. la medio; y trasladan este razona-
clasif. des se., 21.) miento a un terreno que no lo ad-
mite. (A. CARTAULT, L'intcl/cctucl,
19. Para el no familiarizado 153-1-54.)
con su pasado, las matemáticas del
siglo XX podrían parecer presa 24. Es más fácil lograr la cua-
de una extraña contradicción. Una dratura del círculo que hacer que
corriente irresistible las arrastra un matemático dé su brazo a tor-
hacia un formalismo y una abs- cer. (Aug. DE M0RGAN, cit. por E.-
tracción cada vez más depurada T. BELL, Les g.-anM mathém., 7.)
de realidad; otra vocación no me- Matcmatizaoión. Ad. E. Pro.ceso de
nos imperativa, las lleva' a ajus- aplicación de las matemáticas o del mé-
tarse cada vez más a la experien- todo matemático a otras ciencias. Se
cia. ( ... ) No vemos en ello el anun- ha producido, sobre todo, en la física,
cio de una próxima escisión, sino por lo cual se le denomina frecuente-
más bien el sístole y diástole que mente «física-matemática».
aseguran la persistencia de la La exactitud y rigurosidad de las
cireulación. _(F. LE LIONNAIS, en matemáticas, y tras ella de las ciencias
50 ans de decouv., 182.) experimentales, ha producido fenóme-
. V. Algcbra, 3; Analogía, 15; Gno- nos de matematización en In filosofía a
sis, 8; /magina<:ión, 47; Lógica, 19 partir de DESCARTES y el racionalismo
20, 37. ' continental. El ejemplo más claro Jo
B. Por el método: el conjunto de tenernos en SPINOZA, con su Ethica
las ciencias que proceden según el mé- more gcometrico demonstrata («Ética
todo deductivo o hipotético-deductivo. demostrada a In manera geométrica»).
20. las Matemáticas son la cien- En nuestra época, y con Wl sentido
cia de todo aquello de lo que se distinto, también se acusa el impacto
puede razonar exactamente. (... ) de la rigurosidad y eficacia de las cien-
Por ello la intervención de las Ma- cias experimentales mntemntizndas
temáticas en ]os conocimientos hu- frente a In confusión reinante en el
manos adquiere tanta mayor ex- campo de las ciencias del espiritu.
tensión cuanto más exactos y pre- HUSSERL intenta In filosofin como cien-
cisos se hacen éstos. (J. HADAMARD, cia rigurosa Phi/osophie als s/rengc
Encycl. franr., r, 52, l.) Wisse11schaft. El exponente más claro
es el neopositivismo lógico y la lógica
21. Las Matemáticas aparecen
cada vez más como ]a ciencia que matemática.
estudia las relaciones entre ciertos llfATEIUA. Lnt. materics o mate-
seres abstractos definidos de ma- ria: en un principio la sustancia de que
nera arbitraria, con ]a sola condi- está hecha la matcr del árbol, es decir,
ción de que esas definiciones no el tronco que da nacimiento n las ra-
acarreen contradicción. (E. BOREL, mas; más tarde, la madera de cons-
en «Grands courants de la pensée trucción, a diferencia del lig1111111 que
math.n, 24, Cahicrs du Sud, 184D.) sirve para hncC'I' fuego; finalmente, los
22. El amor al sistema, a la CQ· ,nuteriales de construcción.
621 MATERIA

El griego /,u/e (de donde el latfn s11l- 6. Es la forma lo que constitu-


va, bosque) ha sufrido una evolución ye el acto. Por consiguiente, decir
análoga, V. Hyle, que la materia existe previamente
A. Pro p.: la sustancia de que es- sin la forma equivale a decir «ser
tán hechos los cuerpoa percibidos por en acto sin acto», lo que implica
los sentidos. Se opone a espíritu, contradicción, (Santo TolllÁs, Smn-
ma tlieol., I qu. 66, art. l.)
l. Llamo materia a todo lo que
siento fuera de mf y obra sobre mi 6. La materia es la potencia y
sentido; y cuerpos a todas las por- la forma es el acto. Ahora bien,
ciones de materia que concibo reuni- sólo lo que es en acto existe actual-
das en seres individuales. (Rous- mente, Luego la materia no puede
SEAU, Émile, IV, 325.) existir sin ser en acto por la for-
ma,
2. ¿ Cómo concebir que la mate-
ria pueda sentir y pensar? Confie- O también: no existe nada que
so que yo no lo concibo; pero, apar- no esté completamente determina-
te de que es implo limitar la om- do, porque lo indeterminado no
nipotencia del Creador ( ... ), debo puede existir. Pero la materia es
despojar ,a un ser de las propie- una potencia por sí misma inde-
dades que alfectan a. mis sentidos terminada, y que espera de la for-
porque ·la esencia de ese ser me ma su determinación. Luego la ma-
sea desconocido? (LA METTRIE, De teria no puede existir sin estar in-
l'dme, X, 9.) formada, (Th. DE RÉGNON, Métaph.
des causes, 319-320.)
V. Alternativa, 12; Instancia, 17.
7. Cierto que la «materia» pa-
B. Por opos. a forma. l. Metáf. rece indicar un principio de inde-
Elemento determinable del que está terminación. Pero entendámonos
hecha. una cosa. V. Hilemorfismo y bien. La materia, en el sentido es-
Forma, trictamente aristotélico de «mate-
3. La materia no es un ser, si- ria primera», puede ser un prin-
no aquello de que y en lo que está cipio de explicación metafísica (al
hecho un ser, ,nateria est ez qua menos en el mundo de los cuer-
et in qua fit ens. La forma no es pos), pero no puede ser un da.to.
un ser, sino aquello por lo que es- Lo dado es siempre una «materia
tá constituido un ser, forma est segunda», un 1naterial cuyas resis-
qua ens fit id quod est. (Th. DE tencias están hechas precisamente
RÉGNON, Métaph. des causes, 299- de un complejo de propiedades que
300.) son. !_as que únicamente pueden
4. La materia es, de suyo, in- resistir: una pura indeterminación
no opondría, de suyo, ninguna di-
diferente para recibir formas de ficultad. (S. BRETON App,roches
cu·alquier especie. Una forma espe- phénom. de l'üiée d'et~e, 119.)
cial, al enca.rnarse en ella, deter-
mina y limita esa potencialidad 7'. aquello que puede cambiar
indefinida .a una cierta especie par- y afectar sucesivamente varias
ticular. A su vez, la materia deli- formas representa la forma que
mita y «termina» la forma, que de se halla en todos los cuerpos dota-
suyo convendría a individuos in- dos de formas; y aquello que per-
numerables: se incorpora la forma manece en un solo estado represen-
y la fija en un sujeto individual. ta la noción de co'l'poreidad la
(J. DE TONQUÉDEC, Philos. de la cual igualmente se halla en t~dos
nat. l.' Pa~te, II, 167-168.) los cuerpos que tienen formas.
Materia prima o prinnera y mate- Esa entidad ( ... ) es lo que los fi-
rias segundas. La materia. prima o lósofos llaman matei·ia P'f'Íma e
primera es, en los objetos materiales, hyle, la cual está completamente
el principio indeterminado que a.ún no destituida de toda fo'f'ma. (ABEN-
ha recibido ninguna detcrmina.ción; pu- TOFÁIL, El fi/6sofo autodiclaclo,
81.) Ad. E.
ra potencialidad, «ca.si nada», dicen los
escolást. Las materias segundas com- V. Demiurgo.
portan ciertas determinaciones que las 2. Epistemol. (en KANT). El dato de
diferencia.n unas de otras, p. ej., los di- la experiencia sensible, considerada con
versos ma.teriales de construcción, pie- independencia de las formas a priori
dra, madera, hierro ... que le impone la· sensibilidad.
MATEIUA 622

8. Llamo matcrfo., en el fenó- contiene aire y pnl'ecc vacía.


meno, a lo que corl'esponde a In (DESCARTES, l'ri11ci¡,es, II, § 10;
sensación; pero a lo que hace que CEuvres, IX A, 7-3.)
la diversidad del fenómeno sea co- D. Por anal. Lo que constituye el
ordenada en la intuición según objeto de una actividad mental, el da-
ciertas relaciones, lo llamo forma to sobl'e el que tl'abaja el espíritu. La
del fenómeno. (KANT, Cril. de la materia de un libro, de una discusión,
r. p1<rc, 63.) de un examen.
3_ Lóg. Los términos de las propo- Sin.: objello, tema.
siciones o las proposiciones del silogis- V. Hcclto, 3.
mo considerados en si mismos, con in-
dependencia ne las relaciones afirma- Material, adj. A. Por op. a espm-
das o negadas (relaciones que constitu- tual•: que es del orden de la materia
yen -la forma). en el sentido vulgar del término (sen-
tido A).
La proposición uel hombre es mor- Sin.: físico.
tal» tiene por materia: ltomb1·c y mor-
tal. Desde el punto de vista de la for- Contr.: inmaterial, espiritual.
ma, es una universal afirmativa. 11. nuestras ideas de los seres
El silogismo: «Todos los hombres más materiales contienen ( ... ) con-
son mortales; Júpiter es hombre, lue- ceptos que no son materiales en
go es mortal» tiene por materia estas cuanto a su objeto, que no son más
tres proposiciones, de las que una es materiales que lo seria el de un es-
falsa. Desde el punto de vista de la píritu puro. ( ... ) Nuestro pensa-
forma, pertenece a la primera figura• miento aprehende, pues, y percibe
y al modo Bárbara•. La conclusión es lo inmaterial incluso en lo mate-
justa formalmente, pero es material- rial. (M.-P. CocONNIER, L'4m•
mente falsa a causa de la falsedad de hum., 133-134.)
la menor. 11'. nuestro espiritu es tam-
bién alguna especie de materia o
4_ Mor. El acto efectivamente eje- no es nada. Tiemblo ante la idea
cutado, con abstracción de las intencio- de tener que desgarrarme de mi
nes del agente. Cuando el enfermero carne; tiemblo más aún ante la
administra por error un veneno en vez idea de tener que desgarrarme de
de un soporífero, su acto es, desde el todo lo sensible y material, de to-
punto de vista de la materia, un homi- da sustancia. (M. DE UNAMUNO, Del
cidio. se11twnie11to trágico de la vida,
V. Autonomía, 12; Dcmostraci611, 5; Obras escogidas, 364.) Ad. E.
Forma, 7. B. Por op. a formal•: que es del
c_ En DESCARTES: Identificad-a con orden de la materia en el sentido B.
la extensión. Con ello se excluye la po- Causa material (v. CaUBa C). Verdad
sibilidad del vacío. material (v. Verdad B). Acto matel'ial
9. La cantidad de materia que (v. Acto A y Materia C).
he descrito no difiere tampoco de la 12. Todo conocimiento racional,
sustancia más que el número de o bien es material y se refiere a al-
las cosas enumeradas; y ( ... ) con- gún objeto, o bien es formal y só-
sidero su extensión, es deeir, la lo se ocupa de la forma del enten-
propiedad que tiene de ocupar es- dimiento y de la razón en si mis-
pacio no como un a,:cidente, sino mas y de las reglas universales
como su verdadera forma y su del pensamiento en general sin
esencia. (DESCARTES, Le moiulc, acepción de objetos. (KANT, Fond.,
VI; CEuvreB, XI, 36.) Prefacio, 71.)
10. Cuando hemos reparado en Material, subst. A. Conjunto de
que la naturaleza de la sustancia los instrumentos o má9uinas empleados
material o cuerpo no consiste más en una empresa o servicio. Corre!.: per-
que en .ser algo extenso (... ), es fá- sonal. Poi· ext.: todo objeto material
cil conocer que no es posible ( ... ) utilizado como medio.
que haya más materia o cuerpo en 12 bis. La Drosófila ( ... ) es (... )
una vasija cuando está llena de uno de los materialos favoritos de
oro, de plomo o de algún otro los genetistas. (J. ROSTAND, L' l,é-
cuerpo pesado y duro que cuando rédite humai11e), 19.)
MATERIA

11. Toda materia que sirvo para la convirtió tan fácilmente en el na-
construcción do un edilicio o In fabri- turalismo de Feuerbach y Marx.
cación de un objeto. (J. GUITTON, L'exi.st. tempor., 78.)
C. Sólo en plural (materiales): sir- 17'. In física ha solido tender
ve también para designar los docu- a sublevarse como auténtica filo-
mentos destinados a In composición de sofía, y esta pseudofilosofía sub-
una obra, a una investigación cientí- versiva es el materialismo. (J. On-
fica ... TEGA y GASSET, ¿Q,u es filosofía?,
Materialismo. A. Metaf. (materia- 113.) Ad. E.
lismo teórico). Doctrina según la cual V. Espiritu, 67.
In l'j!alidad se reduce a la materia, que
basta '))ara dar cuenta de los fenóme- Matcrialis-mo clásico y materiali.smo
nos vitales y psíquicos. Se opone prin- dialéctico. El materialismo clásico (por
cipalmente al espiritualismo, que ad- ejemplo, en la Antigüedad, EPICURO;
mite In realidad del espíritu. en los tiempos modernos, LA METTRIE,
D'HOLBACH) no admitía en la materia
13. El materialismo es el sis- más que cambios cuantitativos, de suer-
tema según el cual las leyes, los te que reducía el pensamiento a hechos
hechos generales de In física, no de orden material. El materialismo dia-
necesitan ser explicados y basta- léctico (MARX, ENGELS), al introducir
rían para explicarlo todo si nues- en la materia los procesos dialécticos,
tras ciencias se hallasen suficiente- admite al término de los procesos cuan-
mente adelantadas. (A. CounNOT, titativos, cambios cualitativos o de na-
Essai s. l'enchaín' ... , núm. 619, p. turale~a, y con ello la existencia de un
684.)
psiquismo, que no es, sin duda, más que
14. Vogt ( ... ) es materialista y un producto de la materia, pero real-
liberal, sin ver que el materialis- mente distinto de los fenómenos de or-
mo o deificación de la fuerza es den material.
la proclamación del derecho del
más fuerle, lo que justifica toda 18. La expresión c<materialismc
tiranía. (H.-F. AMIEL, Journal int., dialéctico" parece haber sido em-
20 enero 1871.) pleada por vez primera por G.
Plekhanov, en un ensayo sobre la
15. Según la excelente defini- filosofía de Hegel publicado en
ción de Augusto Comte (... ), el ma- la Neue Zeit, 1891-1892. (M. RUBEL,
terialismo es la doctrina que ex- Karl Marx, 308, nota.)
plica lo superior por lo inferior.
(... ) Y cuando el materialismo lo- 19. Discípulos de Feuerbach
gra en apariencia dar cuenta, ( ... ), Marx y Engels dedicaron na-
en tal o cual caso, de lo superior turalmente su atención principal
por lo inferior, es que, por modo al perfeccionamiento de la filoso-
subrepticio del que no se ha aper- fía materialista, es decir, a la con-
cibido, ha puesto ya en lo inferior cepción materialista de la historia,
eso superior que, más tarde, cree y y no a la gnoseología materialista.
parece hacer nacer de ello. (F. RA- Por consiguiente, en sus obras so-
VAISSON, Rapport ... , XXIV, 189.) bre el materialismo dialéctico sub-
16. Si sólo existiese la materia, rayaron más la dialéctica que el
el materialismo no existiría. (E. materialismo, y, al traitar del ma-
NAVILLE, La se. et le matérial., 85.) terialismo histórico, insistieron más
en el aspecto histórico que en el
17. el materialismo doctrinal materialista. (LENIN, MatérialiS11tc
( ... ) es menos la doctrina que hace et empiriocriticisme, 288.)
proceder lo superior de lo inferior
que aquella según la cual no existe 20. La cuestión reside en saber
diferencia real entre el idealismo si la alianza de esas dos palabras,
absoluto y el materialismo abso- materialismo y dial~ctica, tiene
luto, y podemos fácilmente conver- una significación real (... ) , puesto
tirnos del uno ni otro como ya ha que la idea de materia no es ya
ocurrido a veces en la historia, en en modo alguno la que ordinaria-
especial cuando el idealismo grie- mente nos hacemos de ésta. (J.
go, nacido de Platón y Aristóteles, W AHL, Tr. ele métaph., 589.)
descendió con tanta facilidad al 21. La mnteria sólo es «dialéc-
naturalismo estoico ( ... ) , o también tica}), si tanto importa esta pala-
cuando el idealismo hegeliano se bra, por la presencia y la huella
1\IATRDIONIO 624

en ella do! espíritu. (J. D~: FINAN- nómcno rlave para la comJ)rensión
CE, E.rist. l't liberté, 264.) do la renlidnd social pnsadn y pre-
V. J>rnJ.·is, 1. sente. (L. G0LDMANN, Se. l1u1llllline
et phi/os., 101.)
.llatcrialis1110 histórico. Una de los
tesis fundamentales del marxismo, se- V. Dogmatismo, 3.
gún la eual «el modo de producción de l11111aterialünno. Doctrina de BERKE-
la vida material condiciona el proceso LEY, para quien no existe materia, si-
de conjunto de la vida social, política no tan sólo ideas de un mundo mate-
y espiritual» (K. lllARX, Crít. de la rja.J puestas por Dios en nuestro espí-
cro11. poi., Pref.). Las condiciones eco- ritu. Se expresa por esta breve fórmu-
nómicas constituyen las estructur&!I 1n: cssc est percipere aut pc,rti,pi (ser
con relación a las cuales 18!1 realida- es [para una mente] percibir o [ para
des llamadas espirituales no son sino un objeto materia,)) ser percibido).
superestructuras ostrechamente depen- B. Mor. (materialismo práctico).
dientes de 18!1 bases sobre las que des- Doctrina (generalmente informulada,
cansan. V. Estructura y superestruc- pero implicada en los principios de con-
tura. ducta) de aquellos para quienes los va-
22. El primero en emplear el lores supremos son los de orden ma-
término «materialismo histórico• teri,al o sensible. Se opone al idealismo
fue Engels, en la introducción a la o al espiritualismo en sentido moral.
edición inglesa de su folleto So- 26. Un pnis que ha desempeña-
cialismo utópico y socialismo cie11- do un papel de primer orden no
tífico. E,ngels precisó entonces que tiene derecho a reducirse al mate-
designaba por esta expresión la riadismo burgués, que ,no pide sino
concepción de la historia según gozar tranquilamente de ,las rique-
la cual «la causa última y el motor zas adquiridas. (E. RENAN, «Réf.
decisivo de todos los acontecimien- intell.», <Euvres compl., I, 363-
tos históricos importantes» deben 364.)
buscarse en el «desarrollo econó- Material y der. V. Materia.
mico de la sociedad, en el cambio
de los modos de producción y de MATRIMONIO. Unión legal de un
intercambio, en la división ( ... ) hombre y una mujer ordenada a la
de la sociedad en clases distintas y fundación de una familia. Matrimonio
en .las luchas de esas clases en- civil, matrimonio religioso.
tre sí» (M. RUBEL, Ka,rl Marx, l. el acto por el que el amor
307-308, n. 2.) de un hombre y una mujer se ins-
23. Según la concepción mate- tituye libremente con vista a una
rialista de la historia, el factor de- comunidad de destino, de un des-
terminante en ésta es, en última tino a la vez personal, temporal y
fn8tancia, la producción y la repro- carnal, conforme a las exigencias
ducción de la vida real. Ní Marx radicales de su naturaleza y, se-
ni yo hemos afirmado nunca más. cundariamente, a las necesidades
Si, después, alguíen retuerce esto de la sociedad. (S. DE LESTAPIS,
hasta decír que el factor económi- Amour et inst. fa111il., 96.)
co es el único determinante, trans- 2. El matrimonio indisoluble es
forma aquella proposición en una cosa terriblemente grave y que
frase vacia, abstracta,. absurda. da gravedad a quienes lo contraen.
La situación económica es la base, El matrimonio disoluble es cosa li-
pero las diversas partes de la su- gera y que da ligereza a quienes
perestructura ( ... ) ejercen igual- lo contraen, o les deja la que ya
mente su acción en el cul'So de las tenían. (E. FAGUET, Préjugés 111!-
luch&!I históricas y determinan, de cess., 277.)
modo preponderante, su forma en 3. El amor no es esencial ni
muchos casos. (ENGELS, en Étiules matrimonio. El matrimonio de 1·a-
phi/os., 123.) zón ofrece más garantias que el de
24. Partidarios del materialis- amor, aunque In ausencia de ten-
mo histórico, vemos en la existen- sión y pasión interna pueda ser
cia de las clases sociales y en la para él causa de destrucción. (D.
estructura de sus relaciones (lu- LAGACIIE, en E11cycl. franc., VIII,
cha, equilibrio, colaboración, según 38, 4.)
el pais y la época histórica) el fe- 4. Contrariamente a la creen-
625 MAYIWTJCA

cia más extendida, lo que consti- contraria estará falto de cierta


tuye el matrimonio no es el amor gracia irónica y un aire de origi-
( ... ), es la sensación de hallarse nalidad. (L. BRUNSCIIVICG, Hérit.
soldado al otro en In unidad de la de mots ... , 15.)
pareja, es In facultad de decir 6. la máxima es más fácH de
«nosotros» (... ) . hacer que de explicar (... ). Por lo
La manern vehemente en que demás, la buena máxima no pide
una mujer desea el matrimonio comentarios; brilla con luz propia,
propiamente dicho, a pesar de te- como el Sol. (A. SIEGFRIED, Quel-
ner In certidumbre de ser profun- qucs max., 9.)
damente amada por su amigo, se 7. ¿Qué es una máxima, inclu-
funda en un motivo del todo esen- so cuando tiene la humildad de lla-
cial, situado mucho más allá del marse glosa o apunte? Un compen-
interés que tenga por su situación dio de experiencia, una píldora de
soci&) y su seguridad económica. sabiduría. (J. ROSTAND, Le ma-
La sanción legal no es un elemen- riage.)
to accidental del matrimonio; es el
factor esencial. Sólo gracias a ella B. En particular: principio de con-
el matrimonio es lo que es. (O. ducta práctica.
SCIIWAnz, Psychol. scxuelle, 226.) 8. Cuando el pueblo llega a te-
V. Condici6n, 2; Duración, 8. ner buenas máximas se atiene n.
ellas durante más tiempo que las
MÁXIMA. Lat. mediev. maxima so- llamadas gen tes de pro. (MONTES-
brent.: scntcntia): pensamiento de QUIEU, Esprit des lois, V, II.)
gran ,.)canee. 9. Lo que es un principio cuan-
A. En general: proposición que ex- do se razona sobre la moral se con-
presa, en términos de concisión lapida- vierte en máxima a la hora de
ria, un juicio de muy extenso alcance. obrar. (CONDILLAC, Syn., III, 459.)
l. Las máximas gustan al lec- C. En KANT: principio subjetivo
tor porque le hacen pensar ( ... ) : por el que un individuo dirige su co!l-
es una luz que ilumina de pronto ducta. Se opone a la ley, principio ob-
un gran espacio. (CoNDILLAC, A,·t jetivo válido para todos.
d'écr., 11, IX, CEuv1·es philos., I, 10. [Los principios de la razón
568 b. pura práctica l son subjetivos o
2. Las máximas, los axiomas, constituyen máximas cuando la
son, como los compendios, obra de ~ondición es considerada por el su-
gentes de ingenio que han trabaja- Jeto como válida sólo para su vo-
do juntas para el uso de los espí- lunt~d; pero son objetivos y pro-
ritus mediocres o perezosos. El pe- porcionan leyes prácticas cuando
rezoso encuentra cómoda la. máxi- la condición es reconocida como ob-
ma que le dispensa de hacer por sí jetiva, es decir, como válida para
mismo las obsennaciones que han la voluntad de todo ser razonable
llevado al autor de ella al resulta- (KANT, Crit. de la rais. prat., 17.)
do que participa a su lector. 11. no debo nunca obrar sino a
(CHAMFORT, Maximes et pensécs, I, condición de que pueda querer que
com.) ·mi. ·máxima se convierta en ley
3. Las máximas de los hombres universal. (KANT, Princ. métaph.
descubren su corazón. de la mor., tr. Tissot, 27.)
Los espíritus falsos cambian n ccMnximar,,. Erigir en má..xima (sen-
menudo de máximas. (VAUVENAn- tido A).
GUES, lléfl. et max., 107, 108.) 12. Dada nuestra inclinación a
4. Una máxima que necesita n:i8:ximnr nuestra conducta y a jus-
pruebas no está bien expresada. tificar lo que hacemos tan sólo por
( lbCd., 603.) haberlo hecho nosotros, todos so-
5. Los autores de máximas, pa- mos, en nuestros juicios sobre nos-
ra ganarse fama de sutileza a cos- otros mismos y sobre el prójimo,
ta de proverbios que están ya le- grandes idealistas. (M. BLONDEL,
L'action, 293.)
jos de hallarse de acuerdo entre sí,
se han ingeniado en adoptar In MAYEUTICA. Gr. maiC1<tikiJ (so-
opinión contraria a la común; pero brent. trchne), arte de partear (mai-
tampoco el contruriar esta opinión wcin).
40, Diccionario del Lenguaje Filo,Mico,
i\lAYOR G26

Fig. (comparnción debida n SÓCRA- en los que la máquina ha elevado


TES, cuyn madre ern parlera) : arte de el trabajo a un grado de califica-
partear u los espíritus, es decir, de 11<.•- ción superio1· (... ). El trabajo del
Yarlos n tomar conciencia de lo que im- campesino que utiliza máquinas
plícitamente ,saben, n expresarlo y juz- agrícolas es más variado y exige
garlo. más inteligencia que el de sus an-
SÓCRATES.-Mi arte mayéutica tepasados. (H. DE MAN, L'erc des
?IIUBBCB ... , 73.)
tic-ne las mismas atribuciones ge-
nerales que ,la suya [la de las par- 4. la civilización de las máqui-
teras]. La diferencia está en que nas ha cogido desprevenido al
libra a los hombres y no a las mu- hombre. (G. BERNANOS, La Fr. con-
jeres, y que es a las almas y no a tre /es robots, 164.)
los ~ucrpos a las que vela en su 6. Llamamos máquina a un
faena de eng·endrar ( ... ). Ponte, conjunto de seres inanimados (o,
pues, en mis manos, como en las excepcionalmente, animados) orga-
del hijo de una partera que es par- nizados de modo que reemplacen
tero a su vez; esfuérzate por res- al hombre en la ejecución de un
ponder a mis preguntas lo más conjunto de operaciones definido
exactamente que puedas... (PLA- por el hombre. (L. COUFFIGNAL, y
TÓN, Théétcte, 150 b-151 e, trad. M. P. SCHÜTZBERGER, La c¡¡bcrné-
A. D1!:s, col. G. Budé, 161!-170.) tiqnc, 6, Encycl. fra~ .• l.)
6. Si creemos que la máquina
~IA YOR. Lat. majar, más grande. hunde al hombre es porque, quizá,
Lóg. En el silogismo categórico• se nos falta alguna perspectiva para
llama mayor al término que tiene la juzgar los efectos de transforma-
n1ayor e..xtensión y sirve de predi~ado ciones tan rápidas como las que
a la conclusión. V. 11/cnor, Atedio, Silo- hemos sufrido. ¿Qué son los cien
gismo. años. de la historia de la máquina
La mayor de un silogismo categórico frente a uos doscientos mil años de
es aquella de las dos premisas que con- historia del hombre? (A. DE SAINT-
tiene el término mayor. Suele enun- EXUPÉRY, Terrc des lwmmcs, 58.)
ciarse en primer lugar. V. Órgano, 2, 3, 4.
En el silogismo hipotético o condicio- Máquina de pensar (Cibernética),
nal es la premisa en que figura la con- Término impropio, empleado a veces
dición. para designar los aparatos, análogos a
las máquinas de -calcular, que, a partir
l\lECANISl\10 de datos que les son suministrados,
efectúan mecánicamente operaciones
l\láquina. Lat. machina, copiado del lógicas que hasta ..hora exigian el pen-
gr. michane, invención ingeniosa, inge- samiento consciente del hombre.
nio. máquina, astucia, maquinación.
7. La máquina aritmética pro-
Conjunto de piezas unidas de modo duce efectos más cercanos al pen-
que produzca un resultado determina- samiento que cuanto hacen los ani-
do. ?tiáquina de vapor, máquina de co- males; pero no hace nada que pue-
ser, de escribir, de lavar. da hacer decir que tiene voluntad,
l. La máquina o el taller, tras como los animales. (PASCAL, Pcn-
haber degradado al trabajador sécs, 486.)
dándole un •amo, acaba de envile- 8. Puesto que es posible una
cerlo haciéndolo decaer del rango máquina de contar, es posible una
de artesano al de peón. (PROU- máquina de razonar. Y el {1lgebrn
DIION, La contrad. éco11om. ou phi- es ya una especie de múquina de
losophic de /a misere, I, 194, ed. razonar; se .da vuelta a la manive-
Rivii,re.) la y se obtiene sin fatiga un resul-
2. Haber, en las máquinas, tado al que el pensamiento sólo lle-
creado creadores (. .. ) es, sin duda, garla tras infinitos trabajos
gran tentación de orgullo. Pero, (ALAIN, Propos, 732, Pléiade.)
junto a ello, qué humillación ver 9. Hay mayo,· parentesco entre
frente a la máquina al hombre caí- una ameba y un hombre que entre
do tan bajo. (J. MICHF..LET, Le peu- un hombre y una múquina de pen-
p/,o, z.• ed., 83.) sar. (P. CIIAUCIIARD, «XX• Scmaine
3. Hay incluso numerosos casos de Synth.,., Notiou <1,, structurc.)
627 MECANISMO

10. Se habla de «máquinas de Mecánica, subst. Gr. méchanike (so-


pens:,,r» : éstas hacen ciertas com- brent.: tcchne): arte o técnica de la
binaciones de pensamientos que el construcción de 1..s máquinas.
hombre hace con In mente; pero no A. En el uso ord. La mecánica: arte
las hacen de la misma manera (... ) que tiene por objeto In construcción y
De modo general, se dice que las reparación de las máquinas en el sen-
máquinas «informacion-ales» son tido propio. Taller de mecánica gene-
simuladoros del espíritu. (L. Cour- ral. Le gusta In mecánica.
FIGNAL y M. P. ScntlTZDERGl'JR, La B. Mat. (mecánica racional). Rama
c¡¡ber11étiq1tc, 7, Enc¡¡clop. fra11~ .• de las matemáticas que tiene por obje-
l.) to el esturuo de los movimientos produ-
11. Las máquinas nos ayuda- cidos por la acción de las fuerzas que
rán cada vez más en nuestras in- actúan sobre un cuerpo.
vestigaciones, pero nunca investi- 14. La cantidad considerada en
garán por nosotros. Jamás nos dis- los cuerpos en tanto que móviles, o
pensarán de ses hombres. Son se- con tendencia a moverse, constitu-
mejantes a los hábitos. Esclavizan ye el objeto de la mecánica. La me-
a los débiles, pero liberan a quie- cánica tiene dos ramas, la estát1ca
nes tienen algo que decir o que ha- y la dinámica. La estática tiene
cer. (G. BERGER, en La ne/, XI, por objeto la cantülad considerada
n.• 6, 22.) en los cuerpos en equilibrio y que
12. Máquina y hombre son tan sólo tienden a moverse. La di-
complementarios; In máquina re- 11á·uiica ,tiene por objeto la canti-
gistra prodigiosamente, pero se dUll considerada en los cuerpos ac-
muestra incapaz de acceder al sen- tualmente movidos. (D'ALEMBERT,
tido y de inventar; el ser humano Expl. gén. <lu syst. des cm111a.iss.
registra mal, o poco, pero sabe ha- hnm.)
cer sus registros significativos e 1llecánica oudu,/.atoria. Teoría, for-
inventivas en la perspectiva de un mulada en 1924 por L. DE BROGLIE, que
fin. Así, pues, el hombre, lejos de extiende n todos los elementos del
ser alienado por la máquina, en- mundo material la dualidad onda-cor-
cuentra en ella su propio funciona- púsculo afirmada de la luz.
miento prolongado y que vuelve a
él para ser de nuevo lanzado, me- 15. Me convencí de que el dua-
diante la invención, hacia nuevas lismo de las ondas y los corpúscu-
integraciones. (H. VAN DER LIEH, los, descubierto por Einstein en su
en Diogene, n.0 30, abril, 1960, 19.) teoría de los quanta de luz, era ab-
solutamente general y se e.xtendi.1
V. 22; Asunción, G. a toda In naturaleza física ( ... ).
Mecánico, adj. Gr. miclianikos, in- Einstein ( ... ) reconoció en segui-
dustrioso, consti"Uido por el mecánico. da que la «mecánica ondulato-
A. Que pertenece a la categoría de ria» ( ... ) , al generalizar a toda la
las máquinas (órgano, juguetes mecá- realidad física el temible dualismo
nicos) ; que es producido, ejecutado o de las onda,s y los corpúsculos, era
movido por una máquina (encaje, cálcu- la prolongación natural de su teo-
lo, escalera mecánicos). ría de los quanta de luz e iba a
B. Referido a seres dotados de con- abrir a .Jn física horizontes total-
ciencia: que imita n la máquina por mente nuevos. (L. DE BROGLIE,
falta de pensamiento o de conciencia. Nouv. perspect ... , 180-182.)
Gesto, movimientos mecánicos (en In l\leeanismo. A. Estructura de un
tejedora, la mecanógrafa ... ). conjunto de elementos, gracias a la
Sin.: automático B. cual se obtiene un cierto resultsdo.
13. El hombre no sabe nunca l. Prop. (en una máquina): dispo-
hasta qué punto es mecánico, y, sición de piezas colocadas de tal modo
por consiguiente, manejable para que transmitan un movimiento y pro-
si mismo. (ALAIN, Él. e/o vliilos., duzcan un cierto efecto. Un mecanismo
205.) ele relojería.
C. Por op. n dinámico y n finalis- lG. la idea de mecanismo lleva
ta: que se reduce a una trnnsmisión rie lógicam,cu.tc consigo In do fin, co-
movimientos, con exclusión de cual- mo la idea de causa la de efec-
quier idea de :Cue1·za y de fin. to.( ... ) ¿Qué es una máquina? Un
V. Tc/co/ogla, 7, 9. conjunto de órganos materiales
MECANISMO 028

dispuestos de mnnera que obli¡:-uen siguiendo ln norma que Je impone


a lns ful"rzns mecñnicns a ohrnr In rnzón, pretende dar cuenta del
ro11 l'i:.:::ta. a u.,i fin p,·edctcrmina,lo. cambio reduciéndolo a movimien-
(L. Bm•NOUl!F., JJétcrm. et final., to, del movimiento reducidiéndolo
254.) n espacio, del espacio reduciéndo-
2. Por ext. (en todo tipo de activi- lo n identidad lógica. El puro me-
dad, C'n pnrtic. en los seres vivos) : rnnicismo acaba, de consiguiente,
l'ombinación de procesos autom{tticos. disolviendo toda realidad y redu-
Mecanismo de la digestión de ln evo• ciéndola a una nada. (J. FERRATER
ración de los recuerdos. ' MORA, Diccionario ele Filosofía,
17. Las actitudes, g-estos y mo- 605.) Ad. E.
Yimientos <lel l'Ucrpo humano son l. Por op. a dinamismo•: doctrina
risibles en la exacta medida en que según la cual los fenómenos del mun-
C'SC cuerpo nos hace pensar en un do físico se explican por el movimien-
simple mecanismo. (H. BEnGSON, to local de los elementos constitutivoa
Le rirc, 22-23.) de la materia, sin que haga falta supo ..
18. Es generalmente mediante ner en ellos ninguna energía intrínse-
mecanismos p1·cdeterminados como ca. El mecanicismo cartesiano se opone
el organismo alcanza sus fines nl dinamismo leibniziano.
esenciales. (L. BOUNOURE, Détcrm. 20. En metafísica, el mecani-
et final., 252.) cismo se opone al dinamismo. El
19. Nadie duda de que haga primero sitúa la fuerza fuera del
falta un mecanismo para asegurar ser, el segundo In identifica con el
el éxito de una finalidad; y, a la ser. (E. GOBLOT, Syst. des se., 78.)
inversa, todo mecanismo debe te- 2. Por op. a finalismo•: doctrina se-
ner un sentido, porque un meca- gún la cual k,s hechos se explican to-
nismo no es una dependencia de talmente por el juego de Ia.s causas efi-
movimiento fortuito e indiferente. cientes, sin intervención de la finali-
(G. CANGUILHE!lf, Connaiss. de la dad.
vie, 143.) 21. El mecanismo sólo es una
19'. no está muy lejos de poder noción precisa en su oposición a ]a
ejecutar lo bueno quien conoce su finalidad; las causas que no se
mecanismo y estructura ... (J. P. oponen •a los fines se convierten en
FonNER, Exequias de la lengua algo vago y confuso, mezcla indis-
castellana, 79.) Ad. E. tin_ta de ambos. (0. HAMELIN, Es-
3. Por anal. (en las instituciones sai.. . , 234.)
humanas) : serie de formalidades u 22. El mecanicismo puede ex-
operaciones a realizar para ciertos ac- plicado todo mientras se trate de
tos de la vida pública. El mecanismo máquinas, pero (... ) no puede ex-
de la elección presidencial, de la apro- plicar la construcción de ]ns má-
bación del presupuesto. quinas. (G. CANGUILHEM, Connaisa.
V. Animal, 6; Evolución, 3; Expe- de la vic, 143.)
rienc.-ia I, 4; Fin II, 39, 41, 44; Instin- 3. Por op. a vitalismo•: doctrina se-
to, 7. gún la cual los fenómenos vitales se
B. Mecanismo o Mecanicismo. Teo- explican por las propiedades físico-quí-
ría según la cual los procesos mecá- micas de la materiaJ sin tener que re-
nicos en el sentido C (simple transmi- currir a un principio de otra naturale-
sión del movimiento) bastan para ex- za o principio vital.
plicar ya una cierta categoría de he- 23. ... querellas teóricas del
chos (físicos, biológiros ... ), ya todu mecanismo y el vitalismo, a lns
las cosas. En este último ca.so se iden- que ningún dato decisivo puede
tifica con el materialismo. Es preferi- aún poner fin... (H. PIÉRON, en
ble decir mecanicismo: 1.0 para evita!' DUMAS, Tr. ele psychol., II, 678-
el doble sentido de la palabra meca- 679.)
nismo; 2.0 porque es un término de 24. el mecanicismo contemporá-
construcción más regular: la teoría neo se explica más exactamente
según la cual una cierta categoría de como una teorís. físico-química de
hechos no es más que lo mecánico (lat. la vida. Todo Jo esencial de esa te-
11u!canicum), constituye un mecanismo. sis consiste, pues, en afirmar que
19". el mecanicismo es la tenden- las leyes actualmente conocidas de
cia inevitable de la ciencia cuando, la física y de la química son capa-
629 MEDIAClóN

ces de explicar los fenómenos vita- raciones parciales, confiándolas a


les, Si se sale de esta definición y máquinas automáticas. Cuando es-
se pretende que esos fenómenos de- ta mecanización es irrealizable-o
penden de una ciencia de In mate- (... ) más cotosa (... )-, se recurrn
ria aún no elaborada, nad-a impide al .t,rabajo en cadena. En este sen-
entonces, a In manera de Buffon, tido, los operarios de la cadena son
volver a introducir en esa ciencia «suplefaltas» de la mecanización.
futura principios de explicación (F. FRIEl>MANN, Ou va le travail
especlficos del ser vivo, dando en- humain?, 227.)
trada así iol vitllllismo en el seno
del mecanicismo, (E. CALLOT, Phi- MEDIACIÓN
/os. biol., 220,) Mediato. Der. del lat. mcdiatus, part.
26. El mecanicismo (... ) pide pas. de mediare, mediar. il-Iedius, si-
simplemente tiempo para dar cima tuado en medio (meclius, dedo medio),
a su obra; a saber: para explicar intermediario (111ediu111: en el espiri-
completamente la vida sin la virl,1. tismo, intermediario entre los espíritus
(J, RoSTAND, La vio et 868 probl., y el común de las personas).
165.) Que no obra o no está en relación
Mecanicismo. V, Jllcca11is1110 B. con otro, sino por medio de un interme-
l\lcc,anicistn. Relativo ni mecanicis- diario. Causa mediata. Interferencia·•
mo, Que es partidario de esta teoría. mediata. Apenas se emplea más que en
26. Tampoco acepto como una un contexto en el que se halle en oposi-
especie de evangelio definitivo ese ción con inmediato•.
materialismo superficial que pre- Mediador. Que sirve de intermedia-
tende expliciorlo todo mediante esa rio; que se entremete para establecer o
suprema desconocida llamada ma- restablecer relaciones.
teria; creo, señores, que unas l. un hombre que se ha dedica-
cuantas explicaciones mecanicistas do a la corte desde hace algún
no agotan el sentido del universo. tiempo (... ) ; e, mediador, confi-
(J. JAURtS, en la Cámara de Dip., dente, tercero; quiere gobernar
J. off., 12 febrero 1895.) (LA BRUYERE, Caract., VIII, 62.)
27. La filosofía mecanicista es
algo que se toma o se deja; y ha- 2. El ministro que tanto no,
br[a que dejarla si el más pequeño habla de esas naturalezas media-
grano de polvo, al desviarse de la doras y de esos espíritus mediado-
trayecloria prevista por la mecáni- res introducidos por el platonismo,
ca, manifestase la más leve traza no sabe (... ) que en él se les hacía
de espontaneidad. (H. BERGS0N, mediadores de !a ereación del hom-
Évol. cr., 40.) bre, como lo eran de su reunión
28. .Ja biología, cuando trata fí. con Dios (... ) . La religión cristia-
sica y químicamente al ·ser vivo, no na no conoce a esos entrometidos
considera más que su lado inerte. que impiden a Dios hacerlo to-
Las explicaciones mecanicistas "º do (... ); y si ha dado a los hom-
comprenden, pues, a pesar de su bres un mediador necesario, que
desarrollo, más que una pequeña es Jesucristo, no es porque desdeñe
parte de la realidad. (lbíd., 253.) la naturaleza de aquéllos, obra su-
ya, sino que el pecado de esos hom-
20. No conozco un solo libro de bres, que no es parte de su obra,
fisiología escrito en lenguaje pu- necesita ser expiado por la sangre
ramente mecanicista, como si fue- del justo. Es por ello por lo que
se imposible exponer los hechos necesitamos un mediador, (Bos-
biológicos sin darles un matiz fina- SUET, Avcrtiss. s. des lcttrcs du
lista. (L. CUÉNOT, cit. por E. CAL· ,11inisti·c J11ricu. «Sur le reproche
LOT, Phi/os. bio/., 164.) d'idoliitrie», XXVIII.)
Mecanización. Acción de mecanizar 3. el hombre sólo se remonta a
algo, es decir, de hacerlo mecánico: su principio consintiendo en el ro-
en sentido propio, haciéndolo ejecutar deo de las representaciones; sólo
por máquinas; en el fig,, haciéndolo alcanza lo infinito proyectándolo
automático (8). en objetos finitos, que devienen
30. Cuando la división del tra- mediadores de fe e instrumentos
bajo se halla lo bastante adelanta- de culto. (H. DUMÉRY, Phé110111él!ol,
da, se tiende a mecanizar las ope- et ·rolig,, 7.)
lltEDIANO 630

4. el otro es el mcdindor indis- ml'clinrio o de medio, principo1mente


pensable entre yo y mi mismo: Jlaru hnc<1 r conocer.
siento ,~crgiienzn de mí tal romo 10. m homhre de acción toma
aparruo al otro. Y, por la apari- gusto n los medios olvidando el fin
ción misma del otro, soy puesto c:on que mcdiatiznn, como el hombre de
rondiriones de emitir un juicio so- negocios toma gusto al dinero y
bre mí n1ismo como sohre un obje- olvida In felicidad de la que es ve-
to, porque es como objeto como hiculo. (W. JANICl!:I,Í:VITCH, Le pur
aparezco al otro. (J.-P. SARTRE, et l'im¡mr, 64.)
L'<'trr et Ir 11., 276.)
11. Aunque no dejen de media-
V. Atención, 3; Ju...c;ticia, 25. tizarla e ilustral'!a, las libertades
lltediación. A. Acción de servir de objetivas de la vida pública no
intermMiario o mediador entre dos agotan la libertad existencial. (J.
términos. A veces: Jo que sirve de me- PAUMEN, Raison et cxiste11ce clicz
diador. Karl Jaspers, 211.)
5. Sólo puedo ejercer mi aten- B. Hacer mediato Jo que es inme-
c1on por medio de mi cuerpo ( ... ) , diato introduciendo un intermediario.
su mediación es necesaria para El cuadro del paisajista mediatiza un
prestar atención a algo. (G. MAR- paisaje que podemos contemplar.
CEL, Jo11n1al ,n., 237.)
12. Hay dos maneras de media-
6. El más allá nunca se alcan- tizar por la idea de Jo bello el arte
za sin la mediación del más acá. y la naturaleza, verificando una
(G. GUSDORF, Tr. de métaph., 124.) reducción de una a otra. La pri-
7. [En la experiencia estética] mera reduce al arte a una ·activi-
esta comunicación no requiere la dad natura.! ( ... ) la teoría inver-
mediación del entendimiento y se sa ( ... ) partiendo de la observación
realiza inmediatamente por inter- del arte, trata de discernir en la
medio de los sentidos. (M. DUFREN- naturaleza procedimientos congé-
N'E, «L'expér. esth. de la nature»,
neres. (E. S0URIAU, Le bcau, l'art
en R. foten1. de phi/., 31 [1955, I], et la nature, en R. intern. de phi!.,
105.) 31 [1955, I], 85.)
8. El porvenir sólo es objetiva- 13. [En el hombre.] La expe-
ble por la mediación del pasado. riencia inmediata es sustituida por
(CI. DUCROT, Préscncc et abs. de una experiencia mediatizada, es
l' étre, 55.) decir, una experiencia de pensa-
miento. El menor útil, la piedra
y_ Lectura, 4; Lógica, 18; Princi- tallada, el bastón, se define en tan-
pio, 48. to que úbil como un condensado de
8- En la dialéctica hegeliana: la experiencias posibles; hace frente
antítesis o negación, medio de pasar a situaciones por venir. (G. Gus-
de la tesis a la síntesis, que constituye DORF, Tr. ele 111étaplt., 63.)
un nrogreso; o también el conjunto del MEDIANO, MEDIANA:. Latín ,ne-
proceso ternario. V. Dialéctua, B 2. dianus, der. de mcdius, que está en
9. La negació,i como mediación medio.
del valor. (... ) La negación ( ... ) Que se halla en el medio. V, Medio.
implica un·a doble relación con la En una serie de números "olocados en
realidad: en primer lugar con orden creciente o decreciente, la me-
una realidad sobre la que necesita diana es el número que se halla en me-
apoyarse para ser capaz de recha- dio. En la serie 2, 4, 7, 8, 9, la media-
zarla; después, con una realidad na es 7. No debe confundirse con la
que ella suscita y por la que puede media, que en el ejemplo dado es 6,
decirse que rechaza la otra, La ne-
gación es así el trazo de unión en- MEDIDA
tre dos modos de la afirmación. (L. Medida. De medir, lat. mrtiri.
LAVELLE, Tr, des va./curs, I, 275.) Operación consistente en determinar
«Mediatizar», Dos nuevos sentidos cuántas veces contiene una cantidad
de este término se han desarrollado en dada la unidad de cantidad de ese or-
los últimos tiempos en el lenguaje fi- den, E.J resultado de esta operación, El
losófico. objeto que sil-ve de unidad de medida.
A. Servir de mediador, de ínter- l. La verdadera física se fu11-
631 MEDIO

dó el din en que Galileo ( ... ) con- abuelo y nieto de una familia. (E.
cibió la iden no sólo de interrogar o'Ons, Tres lecciones en el M. del
n la nnturaleza mediante la expe- Prado, 120.) Ad. E.
riencia (lo que también Bacon pro- V. Escala, 2; Cantidad, 5.
ponla por su lado), sino de preci- Mesura. Lat. mensura, der. de mc-
sar la forma general que era ne- tiri (medir), me11sus sum (he medido).
cesario dar a las experiencia,, Moderación que impide traspasar los
asignándoles como objeto inmedia-
to la medida de cuanto puede ser límites de lo conveniente.
mensurable en los fenómenos na- Sin.: medida.
turales. (A. CoURNOT, Essai sur Contr.: desmesura. V. Hybris.
les fond., § 199, 305.) 7. Moderación, modestia, mcsr<-
2. En las ciencias experimen- ra. La idea común a estas tres pa-
tales, la medida de los fenómenos labras es la de evitar el exceso,
es un punto fundamental, puesto ,Ja de no hacer demasiado ( ... ).
que es mediante la determinación La mesura es objetiva. (... ) Un
cuantitativa de un efecto con re- hombre moderado o modesto tiene
lación a una causa dada como pue- este carácter; un hombre mcsu.ra-
de ser establecida la ley de los fe- do hace o dice cosas en las que no-
nómenos. (CJ. BERNARD, lntrod., tamos la circunspección y el mi-
I, 11, § 9.) ramiento. (LAFAYE, 924.)
3. Los cocineros no pueden su- 8. La mesura no es mediocri-
frir los pesos y las balanzas -pre- dad o falta de vigor; es esa espe-
fieren puñados y pizcas-- y consi- cie de plenitud interior y justa
der11111 un aitentado a su destreza proporción con el universo que de-
el insinuar que valdrla más em- be permitir a cada uno ser él mis-
plear medidas definidas. (H. SPEN• mo y dueño de sí, es decir, domi-
CER, Princ. de p81Jchol., II, 404.) nar los extremos en vez de huir-
4. Cuando se sabe comparar a los o ceder a ellos. (L. LAVELIE,
la magnitud estudiada otra mag- L'crreur de Nrtrc., 205.)
nitud de la misma naturaleza, se 9. esa barbarie matemática
sabe medir, y el resultado de la que, a fuerza de medirlo todo, pier-
operación es un número. El ele- de por completo el sentido de la
mento de comparación utilizado es mesura. (G. GUSDORF, en Diogé11c,
la unidad.; la operación de medida 26, 80.)
es el proceso por el que se ha ave- Conmensurable. Literalm.: que os
riguado cuántas veces está conte- mensurable ()at. mensurabüis), que
nida la unidad en fa magnitud con- puede ser medido con ( cum) otra cosa.
siderada. (G.-A. BOUTRY, lntrod, a 10. Dos magnitudes A y B se
l'art de la mes., 11.) llaman conmenm,rables cuando tie-
6. cabría determinar las dife- nen una medida común ( ... ) : en
rentes épocas de una ciencia por el caso contrario se llaman i11co11-
la técnica de sus instrumentos de 111c11surablcs. (A. COURNOT, Co-
medida. (G, BACHELARD, Forma- rrcsp. e11tre l'alg. et la géom., 28.)
tion de l'espr. se., 216.) foco11nie11s1trablc. Que no tiene me-
dida común con otra rosa. Por ext.:
6. La física cuántica nos ense- que no es mensurable. Dr:r.: inconmen-
ña ( ... ) que todo proceso de me- surabilidad.
dida perturba por completo el es-
tado de cosas existente antes de 11. El descubrimiento de la in-
esa medida ... (L. DE BROGLIE, Nouv. conmensurabilidad de -la hipoten:i-
perspect ... , 224.) sa con el lado del triángulo rectán-
gulo isósceles había puesto de re-
6'. Grecia había dado a todo lieve la inadeounción a la realidad
una medida humana: al templo del de la aritmética propiamente di-
dios, las proporciones de una casa cha. (L. BRUNSC'HVICG, L'c.Tpéricn-
particular; a la ciudad, las del re- cc hum ... , 476.)
corrido de un paseo a pie; a la v.
filosofía, •las del campo de nuestra
conciencia; a la historia, como en MEDIO. Lat. medius.
aquel Tucidides, escándalo de A. Subst. Prop.: espacio situado en-
Spengler, las de la memoria, entre tre dos o más cosas; el punto que se
J\IEDIO 632

halla a i¡:-ual distancia de dos objetos O. f,e hubla más del ambiente
considerados; el centro de un conjun- del cine que del cine como medio
to dado. vito!. No obstante, la sola y su
D. Por anal.: conjunto de las co- público constituyen un medio, es
sas o las personas entre las cuales u decir, un sistema de interconexión
bajo cuya influencia se halla In cosa entre quienes lo componen y lo que
o pc>1·sona considerada. Hay un medio les rodea. (M. DEDESSE, ll. intern,
físico o C'Xterior, un medio orgánico o de filmolouie, VII [1966]. 100.)
interior, diferentes medios sociales. V. 7. Para Darwin, el medio des-
.11 csológico. empeña un doble papel: instiga la
Sin.: entorno, ambiente. variabilidad y criba la variación.
(,J. RoSTAND, Évol. des esp., 112.)
l. ... dos órden~s de medios
hien distintos para los scre.s vivos: 8. El lamarckismo ( ... ) eompor-
l." Los medios c-ósmicos o c:r- ta ( ... ) dos elementos esenciales. El
trriorrs, que rodean por completo primero es que el medio provoca
al individuo; 2.º los medios or- una adaptación del ser vivo, y el
gánicos o interiores, en contacto seg-undo, que esta adaptación se
inmediato con dos elementos anató- transmite a los descendientes. (J.
micos que componen el ser vivo CARLES, Le tra11sformisme, 68.)
( ... ). O. El medio es, esencialmente,
La sangre no es otra cosa que lo que, en el entorno, es acción
un medio interior en el que viven creadora, diversiíicante o pertur-
•los elementos anatómicos, como los badora, ya que se trata de expli-
peces viven en el agua ... (Cl. BER- car por él las frregularidades de
NARD, Le9. s. les propiétés des tis-
la evolución según unos, la propia
sus vivants, 55-56.) evolución según otros. (R. ZAZZO,
Les jumeax, I, '51.)
2. El medio es como la nebu-
Josa que, de cerca, se resuelve en 9'. como ,en la naturaleza se
multitud de estrellas de magnitud reúnen eosas diversas, hay que re-
muy desigual. Perdbo a :individuos ferirlas a un medio común adecua-
que se influyen mutuamente o se do a ellos. ( ... ). Es, por tanto, el
modelan unos por otros; pero en medio a,quello que corresponde con
parte alguna los veo nadar juntos lo sensible y con lo sentido; como
en la especie de atmósfera sutil e en la visión o la audición, el aire
o el agua. Hay también que ver
imaginaria así llamada y que, co- en el medio la circunstancia de
mo el éter en física, pero con mu- hallarse lo sensible como atenuado
cha menos razón, es el factótum por la distancia, y venir ol senso-
en sociología. (G. TARDE, Ét. de rio algo menos material y más
psychol_ soc., 79-80.) congruente con la naturaleza del
3. la influencia del medio es la sentido, el cual es más espiritual
influencia sobre un ser de todo que el objeto mismo sensible. (J.
lo que le rodea. Este sentido es no L. VIVES, Tratado del alma, 24-25.)
poco singular, porque es el &.er Ad. E.
quien se halla en medio de lo que 9". la educación, sobre todo en
le rodea, y la expresión medio ex- su primera (ltapa, en vez de adap-
terior parecería paradójica si no tar el hombre al medio, tiene que
fuese habitual. (E. GOBLOT, Vocab. adaptar el medio al hombre; en
philos., ,344.) lugar do apresurarse a converth·-
4. Un medio elegante es aquti! nos en instrumentos eficaces para
en el que la opinión de cada uno tales o cuales formas transitori~s
es producto de la opinión de los de la civili2>ación, debe fomentar
demás. Cuando es producto de un con desinterés y sin prejuicios el
llevar la contraria a la opinión de tono vital primigenio de nuestra
los demás, se trata de un medt0 personalidad. (J. ORTEGA y GASSET
literario. (M. PnousT, Les plaisirs El <CQ1tijote» en la escuela, Ob,·as:
et les j., 82.) II, 294.) Ad. E.
5. Viviendo del medio, debemos V. Adaptación, 1, 2, 3; Asimilación
sacudirnos constantemente para 1; Educación, 11; Füoso/ía, 45; Me'.
que nos resulte letal. (E. MAUNIF.ll, so/ógico; Opinión, 18; Sentido, 17.
Tr. du cara,ct., 78.) C. Correlativo de fin. Lo que con-
633 MEDITAClóN

diciona la obtención de un cierto re- la vida ( ... ) en meditar una S?ran


sultado. La emoresa dispone de gran- obra que nunca llevarán a cabo y
des medios. Quien quiere el fin quiere que nos llega sólo en fragmentos.
los memos, (SAINTE-BEUVE, Ca1,s, du L., /,
10. Vulgar desorden es entre 160.)
los homb1-es hacer de los fines me- n. Intransit. (meditar [absol.], me-
dios y de los medios hacer fines. ditar sobre algo) : entregarse a la me-
Lo que ha de ser de paso toman de ditación o a una meditación.
asiento y del camino hacen des- 2. La confianza personal es fá-
canso; comienzan por donde han cilmente compartida; y nada hay
de acabar y acaban por el princi- más peligroso para un superioc
pio. (B. GRACIÁN, El criti.c6n, OO.) que meditar antes de responder.
Ad. E. (P. LoUYs, A vcnt. du roi Pauaol,e.)
V. Fi,i 11, 8, 11, 16. Meditación. Lat. ,neditatio•, medita-
D. Adj. (por op. a extremo). Que ción, preparación.
está a igual distancia de dos extremo3. A. En general: aplicación prolon-
Talla, 111ota medias. Subst.: la media. gada, pero relativamente tranquila, de
Término medio. A. Prop. (LóS?,) : la mente a un objeto de pensamiento
en el silogismo, el único de los tres tér- de orden intelectual.
minos que figura en ·ambas premisas, Sin.: reflexión, examen, considera-
pero no en la conclusión. En el silo- ción, estudio.
gismo:
3. Cuando se reflexiona sobre
Todos los hombros son morta,les; una idea, se trata de distingnir su
Sócrates es h01nbro, contenido, de juzgarla exacta o
luego Sóerates es mortal, falsa, buena o mala; meditar so-
el .término medio es hombre. Este tér- bre ella es detenerse en ella por-
mino es «medio» en el doble sentido que ha llamado nuestra atención,
(A y B) de la palabra: l.º Tiene una porque la hallamos interesante,
extensión• media entre el término ma- porque queremos hacerla girar en
yor (mortal) y el menor (S6orates); todos los sentidos, continuarla y,
2.º es el medio gracias al cual se llega en cierto modo, desarrollarla en
al fin que es la conclusión. nuestro provecho. Cuando medita.-
mes, como cuando reflexionamos,
Corre!.: mayor• (que figura en la nos concentrarnos; pero •la refl:!-
mayor), menor• (que figura en la me- xión se fija en un objeto, mientras
nor). que la meditación lo abre y hace
11. Llamo medio al término que brotar de él lo que oontiene de ge-
está contenido en otro término y neral y humano. (A. CARTAULT,
a su vez contiene a otro, por lo L'intcllectuel, 132.)
que ocupa una posición intermedia. 3'. No se medita en el mundo
(ARISTÓTELES, Prcmiers Anal., I, moderno. Hay muy pocos hombres
4.) que se plazcan en la meditación;
B. Famil. (sin. de compromiso, sin la meditación no puede haber
transacción) : •Arbitrio proporcionado sólida obra de arte; todo lo que
que se toma o sigue para salir de al- en el arte se haga sin meditación
guna duda, o para componer una dis- será cosa de primer plano; faltará
cordia» (Real Aoa,d.). la perspectiva espiritual, esa se-
V. Utilitarismo, 2. gunda realidad que, a su vez, hace
meditar al lector de un libro o al
MEDITACióN contemplador de un cuadro, (Azo-
RÍN, El escritor, 134.)
Meditar. Lat. ,ncditari: ejercitarse,
aplicarse a: reflexionar en, preparar; B. Especialmente: reflexión con mez-
medita,r, reilexionar. cla de plegaria sobre un objeto religio-
so de pensamiento. Cuando la plegaria
A. Transitivo (meditar algo): p1·0- se convierte en lo esencial, tenemos la
yectar y preparar mentalmente. Medi- oración*.
tar una evasión. De la acción así pre-
parada se dice que ha sido premedita- 4. Los místicos hacen gran di-
da, que ha habido premeditación. ferencia entre la contemplación y
la mcditació11. (... ) La meditación
l. J oubert (... ) fue uno de esos consiste en actos discursivos del
espíritus afortunados que pasan alma, que considera metódicamen-
l\JEI,.\NCOLIA G34

te y con ntención los misterios do 1inrio. Jt;I mismo dice -iY qu!i bien
la fe y los preceptos de la mornl, dicho!- que en su juventud es-
parn examinarlos con detalle y co- tudiaba «llena el alma de idealis-
nocerlos a fondo. ( ... ) La co11tc111- mo puro y la boca de una saH-
plació11 es un acto simple, pcrmu• villa amarga producto de la mala
nente, por ol que se ve todo en digestión, por culpa de lecturas
Dios, de irolpe y sin reflexión, fuera de hora». No eran, no, las
(Dict. dr T,·évo11x.) lec-turas fuera de hora, sino la ino-
V. Cont-cm¡1lación, 1, 3; Discursi- cente atrabilis la que le amargaba
110, 2.
la boca, y, en oc&11iones, la pluma.
(G. MARAÑÓN, E11sa.yos liberales,
.lfrga. Pref. tomado del gr. 111rgas 136.) Ad. E.
(fem., mcga,1C ¡ neutro, mega), grande. 2". Auméntese la melancolía
Sin.: macro. con la agitación de los pensamien-
Conf1•.: micro. tos o de los afectos cálidos, por lo
cu-al conviene que esté mezclada
(Omega, última letra del alfabeto con otros humores, principalmen-
griego, es más larga que omicron.) te con la bilis amarilla, que sirve
Entra en la composición de diversos como de freno para evitar que
términos del voc. científico e incluso aquélla, movediza por su índole y
del común (megalomanía =manía de naturaleza, se precipite a donde
grandezas). En física, multiplica por no debe; y dejando sola a la bilis
un millón: megaciclo (en el estudio de negra, por la desecación de todns
las corrientes alternas de alta frecuen- las humedades, invade tumultuosa-
cia) = un millón de ciclos unidades. mente el cerebro, condensa y oscu-
rece los espíritus, de donde provie-
MELANCOLIA_ Gr. 111ela11cholia, nen los furiosos y maniacos. (J. L.
humor negro o atrabilis (forma latina). VIVES, Tratado del alma, 80-81.)
A. En la antigua clasif. de los Ad. E.
caracteres por el humor dominante: B_ Psiquiatría: «Estado patológico
humor cuyo predominio produce los caracterizado por una profunda tris-
melancólicos o atrabiliarios. Cuando se ·teza y un pesimismo generalizado». (J.
averiguó que ese humor no existía, se SUTTER, en Man. alph. de PB1Jc/r,ia,trie.)
atribuyó a un predominio de los ner-
vios el carácter peculiar de los melan- Sin.: ni!urastenia, lipomanía (gr. lu-
cólicos, llamados desde entonces ner- pii, pena).
viosos. 3. La melancolía es una psico-
l. La bilis negra; el humor se- sis caracterizada clinicameute por
gregado por el hígado cuando se la depresión de 'la actividad psí-
hace espeso y negro. Los a11,tigur,s quica y motora, y que se manifies-
1 ntédicos consideraban a la melan- ta sobre un fondo de humor triste
colía co>M capa,,: de producin- las y evoluciona bajo la forma de un
afeccio11es 1J enfermedades /iipo- acceso generalmente curable. (LAI-
condriacas. (Dict. de l'Acad. fr., GNEL-LAVASTINE, BARDÉ y DELMAS,
Pratique psychia.tr., 204.)
1835.l
2. Y a sea la bilis la que me ha C. Hoy, en el uso ord.: estado, con
frecuencia agradable, y en el que nos
hecho melancólica o la melancolía complacemos, de leve tristeza provo-
la que me ha hecho biJiosa (y esto cada por el sentimiento de una p&11a'1a
resolvería un gran problema meta- felicidad o de sueños no realizados,
físico y fisiológico, del que no voy
a ocuparme ahora), lo cierto es 4. La molancolia es la felicidad
que los vivos dolores en el hígado de estar :triste. (V. Huco, Trav. de
tienen por sintomas, en todos la, mer, Parte 111, 1, 11.)
cuantos a ellos están sujetos, una 5. La melancolía es la reina de
profunda tristeza y el deseo de las almas que sienten con viva-
morir. (G. SAND, Hist. de ma vie, cidad; llega a ellas sin que sepan
IX, 248.) cómo ni por qué, a una hora s~re-
2'. Alguna vez, quizá [Clarín] ta, inesperada. (LAC0RDAIRE, I,rt-
fue injusto más de frase que de tres a des j. g., 17.' ed., 266.)
concepto. Era cuestión de tempe- 6. La edad i!sparce sobre nues-
ramento. El suyo era el que los tras melancolías matices muy di-
médicos antiguos llamaban atrabi- ve~sos, El joven está melancólico
635 MEMORIA

por no haber vivido bastante, y el guran una réplica conveniente a


hombre de cincuenta años por ha- las diversas interpelaciones posi-
ber vivido demasiado. (R. DE GOUR- bles. (... ) Hábito más que memo-
MONT, Promen. philos., 111, 212.) ria, utiliza nuestra experiencia pa-
7. La mela.ncolia (cm sentido sada, pero no evoca su imagen. La
ordinario, no médico) (... ) supone otra es la verdadera memoria. Co-
la evocación de estados agrada- extensa a ·la concien·cia, retiene y
bles, lejanos, idos, más un estado alinea unos detrás de otros tod<>S
de tristeza actual que los envuel- los estados a medida que se pro-
ve. Suprimid uno u otra y la me- ducen, dejando cada hecho en su
lancolia se desvanece. Si el ele- lugar y, por consiguiente, señalan-
mento agradable, por tenue que do su fecha; moviéndose muy real-
sea, desaparece, no queda más mente en el pasado definitivo y n~,
que el pesar •puro y simple. En esta como la primera, en un presente
combinación predomina tan pron- que recomienza sin cesar. (H.
to uno como la otra, y ello da r.1 BERGSON, Jl/nt. et mém., 167-168.)
sentimiento resultante un timbre 2. Pero esos dos estados extre-
afectivo especial según los casoa. mos, el uno de una memoria pu-
(Th. RmoT, Psychol, des sent., ramente contemplativa que sólo
276.) aprehende lo singular en su viaión,
8, La melancolia ( ... ) no es su- el otro de una memoria puramente
frimiento, sino perfume en el fras- motriz que imprime a su acción
co de un licor evaporado. (SAINT- la marca de Ia generalidad, no se
EXUP!linv, Citadclle, CXXVI, Pléia- aíslan y manifiestan plenamente
de, 782.) sino en casos excepcionales. En la
9. El melancólico imagina cau- vida normal se penetran íntima-
sas de tristeza porque está triste, mente ... (lbíd., 173.)
y se j.ustifica así de esa tristeza A. Prop. (memoria - recuerdo de
que no puede comprender. (P. Gu11,. BERGSON) : facultad o, más exactamen-
LAUME, Introd. a la, psychol., 330.) te, conjunto de funciones en cuya vir-
V. Tristeza,, 1. tud podemos representarnos el pasa-
do como pasado. Suele distinguirse en
MELIORISMO. Der. del lat. melior ella: la fijación, la conservación, la lla-
(mejor). mada* o evocación y el reconocimien-
Docti,ina intermedia entre los dos ex- to• de los recuerdos.
tremos representados por el optimismo 3. Herramienta de maravillosa
y el pesimismo, pero que constituye utilidad la memoria, sin la que el
más bien un optimismo relativo. Pue- juicio halla gran trabajo para
de formularse de divernas maneras: cumplir su cometido; a mí me fal-
ha.y mayor cantidad de bien que de ta por completo. (MONTAIGNE, Es-
mal en el mundo, de modo que vale snis, 11, XVII, Pléiade, 733.)
más ser que no ser; 4. La memoria está siempre a
en el mundo hay mal, pero el mundo las órdenes del corazón. (RlvAROL,
mejora y puede llegar a ser mejor gra- JI/ax. et p,msécs.)
cias a los esfuerzos de los hombres; 5. Una cabeza sin memoria es
mejora que ciertos positivistas tienen una plaza sin guarnición. (NAPO-
por fin esencial de la actividad moral. LEÓN BONAPARTE, Virilités, 37.)
6. La memoria (... ) es ante to-
MEMORIA. La.t. memoria, en sen- do y ( ... ) sobre todo una función
tido abstracto, memoria, facultad de re- práctica de prospección y antici-
oordar; en sentido concreto, recuerdo pación, cuyo uso cognoscitivo de
(mcmorine = monumentos históricos, retrovisión ha brotado sólo en épo-
anales ... ). ca tardia y de forma siempre in-
He aquí uno de los textos en los que completa. (III. PRADINES, Traité, I,
BERGSON establece Ia distinción, ya clá- 272,)
sica, entre dos clases de memoria: 7. Los archivos de la memoria
l. Hay ( ... ) dos memorias pro- se pat"ecen a esos libros de Extre-
fundamente distintas: una, fija en mo Oriente que se leen hacia atrás
el organismo, no es otra cosa que y cuyas hojas van borrándose y
el conjunto de los mecanismos in- deoolorándose a medida que nos en-
teligentemente montados que ase- frascamos a través de los múlti-
l\lEMOHIA 036

ples niveles hasta el liLulo parn anmir.nto, sino que posa de unog
siempre ilegible. (P. Cuum:L, l'osi- " otroe, por -lo cual necesita un
tio11s l't ¡,ro¡,os., !, 108.) l'ierto depósito en que, ni presen-
8. Vivimos, nnlc todo, por In tarse los nuevos, conserve los an-
imaginnciún y la memoria: tnl l'8 leríores eomo tesoro de cosas aho-
el primci·o de los temas tle Proust ra ausentes, !ns cuales reproduzca
y acaso uno de los mús esenciales.
y tome cuando ee menester. El
\ ... \ Lo que en In realidad y el nombre de esta función es la me-
moria. (J, L, VIVES, Tratado del
presente hay de riqueza y alegría
responde, sohre todo, a lo que en 1tlma, 55.) Ad. E.
,·llos sobrevive del pasado y se di-
V. Co11cic11,iia, 25; Hábito, 15.
bujn de porvenir, n cuanto en ellos B. Por anal. (memoria-hábito de
insinúan nu<>~lra imaginación y BERGSON): conservación, en un orga-
n~estra lllC'TilOl'ia. (Cl. BLONDEL, nismo vivo y principalmente en el ce-
l syrho[Jr. de M. Pro1tsf, l.) rebro, do impresiones pasadru. que si-
guen influyendo en el comportamiento,
a. Ocurre con los placeres co- en particular bajo In forma de hábi-
mo con las fotografías. Lo que se tos, de costumbres ...
toma en presencia del ser amado
no es más que un cliché negativo, 14. Una vez que Ju fibras del
que se re,~ela más tarde, una vc.:1. cerebro han recibido ciertas im-
en casa, cuando de nuevo tenemos presiones por intermedio de los es-
a nuestra disposición esa cáma,ra píritus animales, y por la acción
oscura interior cuya entrada está de los objetos, guardan dura11to
<ccondenada» mientras ve-mas gen• mucho tiempo cierta facilidad pa·
te. (M. PROUST, A l'ombre ... , 111, ra recibir esas mismas disposicio-
148.) nes. La memoria no consiste sino
en esa facilidad. (MALEBRANCIIE,
10_ Las pretendidas instantá- Rech. ele la vér., 11, l.' parte, V,
neas tornadas por mi memoria 3.)
nunca me habían dicho nada. (M,
Pnm:sT, Tcmps retr., II, 8-9.) 16. Está claro, por Jo que aca-
bamos de decir, que hay gran re-
11. Incluso con la duquesa ,le lación entre la memoria y los há-
Guermantes ( ... ) , su encanto sólo bitos, y que en cierto sentido la
me era visible a distancia, y se memoria puede pasar por una es-
desvanecía cuando me hallaba jun- J)<!Cie de hábito. (/bid., 4.)
to a ella, porque residía en mi me- 16, La destrucción progresiva
moria y mi imaginación. (Ibúl., II, de la memoria sigue, pues, una
163.) mi>reha lógica, una ley. Desciende
12. Sólo cabe comprender la proorcsivamumte de lo inestable a
memoria como una posesión direc- lo estable. Comienza por los re-
ta del pasado, sin contenidos inter- cuerdos recientes que ( ... ) rara-
puestos. (M. MERLEAU-P., I'héno- mente repetidos y, por consiguien-
wnol. de la perc., 307.) te, débilmente asociados con los de-
13. La memoria lleva un regis- más, ·representan el grado más a.,.
tro de •instantes» de los que no bil de organización. Acoha por esa
nos damos cuenta y que son lo memoria sensorial, instintiva, que
esencial de nuestra vida. (M. Jou- fija en el organismo, conve,·tida e~
HANDEAU, 11/émorial, J, 12.) parte de él o mejor en él mismo,
representa la organizació11 en •U
13'. hacer memoria de las co- grado más fuerte. (Th. RIBOT, Mal.
sas y acordarse dellas después de de la mMnoire, 04.)
sabidas, es obra de la imaginati- 17. En sentido amplio, la me•
va, como el escribir y tornarlo a moría es la función de integración
leer es obra del escribano y no del pasado en el presente. ( ... ) As(,
del papel. Y así la memoria queda como el propio ritmo de mi exis-
por potencia pasiva y no activa, tencia, la memoria no es otra cosa
romo lo liso y blanco del papel no que esa re•piración profunda que
es más que comodidad para que vivifica, en el punto cualitativa•
otro pueda escribir. (,J. HUARTE, mento indivisible del instante pre-
Examen de JngenÚJs, 201.) Ad. K sente, Jo que soy por lo que he
13". nuestro espíritu no per- sido. (H. EY, l:t. psychiatr., II,
manece siempre en un mismo pcn- 6Z.)
637 MEMORIA

18. Pnrece haber una memoria nuestros recuerdos nace y muere


invoJ.untnria de los miembros, pá- en el estado afectivo: sólo un nú-
lida y estél'il imitación de la otra mero irrisorio de ellos accede a la
( ... ). Piemas y brazos están lle- representación, pasa la rampa de
nos de recuerdos adormecidos. Una la conciencia. Obran sobre los es-
l'eminiscencia b!'otada en mi brazo tados representativos, pero sin lle-
me había hecho buscar a mi es- gar ellos a serlo; provocan inhi-
palda la campanilla como en mi biciones, pulsiones, resistencias¡
habitación de Paris. (M. PR0UST, realizan su obra seCTeta, tiran <le
Ten1¡1B rctr., I, 8-9.) los hilos de Jo que se representa
10. Hay hecho de memoria en en escena, pero permaneciendo en
todos los casos en que el comporta- la penumbra. (J. DELAY, Les dis-
miento del individuo se ordena en sol. de la. mém., 37.)
función de una experiencia ante- Memoria. concreta. y memoria abs-
l'iormente vivida. tracta. Esta última se reduce a un sa-
Aceptamos esta definición tan ber análogo a la memoria del pasado
amplia porque ofrece la comodidad histórico conocido por los libros. La
de abarcar todos los hechos pro- primera se compone de imágenes y va
puestos a nuestl'o estudfo [tras- acompañada de la sensación de lo vi-
tornos de la memoria]. (J. M. SUT- vido.
TER, en Encyclop, 111édico-pBycltol., V. Especie, 17.
37116 A", 1, 1966.) };/emoria voluntaria y memoria in ..
Mc111oria. afectiva.. Reviviscencia de voluntaria (PR0UST).
un antiguo estado afectivo que tiene 22. Como lo que podía haber
lugar con i-ndependencia de toda repre- l'ecordado [de Combray] me hu-
sentación conscierute, o al menos con biese sido proporcionado exclusi-
anterioridad al acto de toma de con- vamente por la memoria volunta-
ciencia. Tendríamos entonces un «re- ria, la memoria de la inteligencia,
cuerdo afectivo pul'o», o recuerdo pu- y como los informes que ésta da
ramente ,afectivo, cuya existencia es sobre el pasado no conservan na-
discutida. da de él, nunca tuve deseos de
20. Unos tienen una memol'ia pensar en ese resto de Combray.
afectiva fa.Isa. o abstracta.; otros, (l\I. PR0UST, D1t coté ele cllez Swa1rn,
una memoria afectiva verdadc,·a I, 68.)
o concreta,. ( ... )
C. En nuestros días (por analo-
l.º La memoria afectiva falsa gía) : conservación, en las máquinas
o abstracta consiste en la repre- creadas por la cibernética•, de datos
sentación de oun acootecimiento, que dan órdenes a su mecanismo. Esas
acompañado de una nota afecti- mismas máquinas (tarjetas perforadas,
va; y no digo de un cBtado afec- cintas magnéticas ... ).
tivo. Es, sin dud·a, la más fre-
cuente. ¿Qué queda de los peque- 23. La palabra «memoria» tie-
ños incidentes de un largo viaje? ne ,aquí un sentido diferente. De-
El recuerdo de los sitios en que signa simplemente un registro. En
se produjeron, de los detalles y, este sentido, un diccionario es una
además, de que aquello fue des- c<memoria» de palabras; un disco,
agrada.ble. (... ) una «memoria» de fragmentos mu-
sicales; pero ni uno ni otro tienen
2.º La memoria afectiva, ver- conciencia ele ser un diccionario o
dadera o concl'eta consiste en la un disco. (P. LE LI0NNAIS, L'imit.
l'epl'oducción actual de un estado ele la. pe11séc créatricc par les 111a-
afectivo antel'ior con todos sus clli11es, 30, Palais de la Découver-
caracteres. ( ... ) Aquí el !'ecuerdo te, 1937.)
no consiste sólo en la rep!'esooLa-
ción de las condiciones, de ·las Memorización. Conjunto de opera-
circunstancias, en una palabra, ciones voluntarias y metódicas que tie-
de los estados intelectuales, sino nen por fin •la fijación de ciertos datos
en la l'eviviscencia del propio es- en la memoria.
tado afectivo como tal, es decil', Mnemónico, adj. Griego m.nemomikos,
experimentado. (Th, TmoT, Psy- l'Clativo a la memoria (nmiimi!).
cllol. des •c11t., 169-101.) Concerniente a la memoria, Se dice
21. La inmensa mayoría de también mnémico, mnésico. Las fun-
l\lENOR 638

ciones n1nemónicas. La actividnd 1nné- lllentalismo. Ingl. norteameric. 111r11-


sica. V. ltl11cme. la./is111.
l\lENOR. Lat. 111i11or, mús pequeño. Neol. utilizado por los ·behavioristas
para designar la concepción de los psi-
Lóg. En el silogismo categórico se cólogos que se bnsnn en los datos de
llan1a menor l'!l t(•rmino de menor ex-
tensión y que sirve de predicado a la In introspección.
conclusión. V. 1\Jc1.yor, mcclio, silogismo. MENTIRA
La menor de un silogismo categóri- Mentir. Lat. ,ncntiri, der. de me11s,
co es aquella de las dos premisas que mc,11.tis. Empleado a veces en el sentido
contiene el tl!rmino menor. Suele enun- de imaginar.
ciarse en segundo lugar. Dar como verdade~a una aserción
En el silogismo hipotético o condicio- que se sabe falsa con intención de en-
nal es la premisa que enuncia que la gañar.
condición enunciada en la mayor se l. Un hombre de bien miente
halla o no realizada.
en París di-ez veces al dia, una mu-
ME.'l!TALIDAD jer de recato veinte veces, un hom-
lllental. Der. del lat. mens, mente, bre de mundo cien. Jamás se ha
espíritu. podido contar cuántas veces al día
miente ,una mujer de mundo. (TAi-
Que se refiere a las funciones inte- NE, Thomas Grandorgc, 51.)
lectuales de la mente. Actividad men-
tal. Cálculo mental. Oración mental (se 2. Creo firmemente que a na-
op. a plegaria vocal). die le gusta engañar .al confiado;
mientras que al que no cree nunca
l. si (... ) la memoria es exclu- y desconfía siempre se le miente
sivamente una propiedad de Jos sin remordimiento, e incluso con
tejidos, la vida mental no es nada, placer. (ALAIN, Propos, 25 abril
porque nada es aparte de la me- 1921, Pléiade, 199.)
moria: (... ) o bien el epifenome-
nismo es lo verdadero, o bien hay 2'. El hombre que aparece ante
una memoria propiamente mental. ,los demás dedicado al ejercieio in-
(E. DURKHEIM, Socio!. et phi/os., telectual no tiene derecho a men-
13.) tir. En beneficio de su patria, es
lícito al comerciante, al industrial,
Mentalidad. Estado de espíritu. Com- al labrador, men.tir; no hablemos
plejo de opiniones o prejuicios que in- del político, porque es su oficio.
forman y ordenan el pensamiento de Pero el hombre de ciencia, cuyo
un individuo o de un grupo. menester es esforzarse tra,s la ver-
2. La mentalidad ( ... ) es un dad, no puede usar de la autori-
conjunto de ideas y disposiciones dad en esa labor gamada pa,ra de-
intelectuales integrad.as en el mis- cir la mentira. (J. ORTEGA y GAS-
mo fodividuo y unidas entre sí por SET, Obras, 11, 199.) Ad. E.
relaciones lógicas y de creencia. llfentiroso (Paradoja del-). Formu-
(G. B0UTH0UL, Les mentalités, 31.) lada por los escépticos para mostrar
3. Nuestra mentalidad se in- las contradicciones de la razón.
terpone entre el universo y ,iosQ- Epiménides dice que los cretenses
tros como un prÚ!ma. Es, adop- son mentirosos¡
tando la expresión kantiana, la
forma a priori de nuestro conoci- Epiménides es cretense,
miento. (Ibúl., 23.) luego miente al deci,· que los cre-
4. [En los funcionarios] resul- tenses son mentirosos.
ta demasiado evidente que, salvo Luego los cretenses no son menti-
en algunos ambiciosos, es la idea ro~os.
del retiro lo que tiende a sustituir Epiménides es cretense,
a la de una obra a realizar. (... ) luego no es mentiroso;
La mentalidad del jubilado se an-
ticipa asi en cierto modo a si mis- él dice que los cretenses son men-
ma. El ciudadano en actividad no tirosos;
es más que un jubilado virtual. (G. luego los cretenses son mentirosos,
MARCEL, Les hommes co11t,re l'liu- etcétera.
111ai11, 138.) Mentira. Der. del ,Jat. mc11tiri, men-
V. L6g~a. 7, 10. tir. Trad. del lat. mcndacium. der. de
639 MtRITO

111c11d,n11 (defecto, falta), de donde ( ... ) . Pero prosigamos esta extra-


cme11darc (enmendal'), ña idea. La verdad es mentira, por-
A. Prop.: afirmación contraria a que no es, sin duda, al primer pron-
la verdad con el designio de engañar. to como se captan el hombre y Ia
Frente a los antiguos y particular- cosa tal como son. La primera
mente a KANT, los morailistas moder• apariencia es siempre engañosa ...
nos sostienen generalmente que esa (AI.AIN, Propos, 28 febrero 1929,
afirmación s61o constituye un·a falta si Pléiade, 824.)
se dirige a engañar a alguien a quien 11. En amistad corno en amo,·,
se debe la verdad. sólo se vuelve con placer a los se-
3. -Mi querido señor, hable- res con los qu·e es posible ser uno
mos francamente, mi.smo, sin violencia ni mentira.
(A. MAUROIS, Un art de vivre, 77-
-¡Cuidado! Va a decir una men- 78.)
tira. (A. KAnn, en L'csprit d'A.
K., 7.) V. Cortesía, 13.
4. Ana. -No quiero oir más MERCANTILISMO. Der. del lat.
mentiras. 11wrx, mereis (mercancía), mcrcari (c,,-
Arturo. -Pero eso es la muer- mercial).
te de la conversación ... A. Econ. poi. Doctrina de ciertos
(Tr. BERNARD, Le pri11ce char- economistas de los s. XVI y XVII para
111a11t, 111. Tltéátre, 111, 38.) quienes la riqueza de los Esta.dos de-
6. Una vez adentrados en la pendía esencialmente de la abundancia
n1entira, nos convertimos en su de metales preciosos.
presa sin esperanza de salvación. B. En el uso ordin. (peyor.): ten-
(E. ESTAUNIÉ, Le /abyrinthc, 114.j dencia a convertirlo todo en ocasión
6. La mentira consiste en en- de lucro.
gañar, sobre •lo que sabernos ser
verdadero, a una persona a quien MJ::RITO
somos deudores de esa verdad. Merecer. Lat. 1nerere o 111ercri, reci-
(ALAIN, Définit., 148-149.) bir corno salario (en el leng. rnilit.: co-
7. El mentiroso es victima del brar ,soldada, servir en el ejército), ser
instante. De ahí ( ... ) la compleji- digno de ...
dad de la mentira, en perpetua fu- Tener derecho moral a. algo, ser di¡:;-
ga y siempre necesitada de reto- no de ello. Implica un juicio de valor
ques. (J. LACR0IX, Les senti111e11ts y casi siempre de valor moral.
et la 1nor., 45.) l. Cuando el niño recibe su bo-
8. Las mentiras que otro se in- letin de clase, ve en él estas pa-
fiere a sí mismo nos enojan más labras «Notas 111erecülas por el
que las que nos dedica a nosotros. alumno», cuando deberia decir:
(J. RoSTAND, Julien ... , 131.) «Notas obtenidas por el alumno».
(L. BRUNSCHVICG, Conaaiss. de ttio,
9. No nos mienten tanto y nos 161.)
mentimos más de lo que pensamos.
(J. RoSTAND, Journal d'un caract., Mérito. Lat. meritum, der. de 111c-
101.) rcri; paga, servicio, valor, mérito.
V. Tcsti111011io, l. A. En general: lo que hace a una
persona o una obra dignas de señala-
B. Por ext.: todo lo que difiere de do apl'ecio. Un hombre de mérito. El
la realidad o puede provocar una ilu- mérito de un estudio.
sión.
2. casi nadie se da cuenta por
10. Cabe probar que todo lo sí mismo del mérito ajeno.
prepa1•ado y trabajado es mentira.
Mentirn el arte, porque no es, sin Los hombres est,ín demasiado
duda, al primer impulso, sin con- ocupados consigo mismos ,para te-
trol y vjgilancia de uno mismo, co- ner tiempo de penetra!' o discerni1·
rno se esculpe, se haee un hermoso en los demás; y de ahi viene que
verso y otras cosas semeja.nt~. con un gran mérito y una modes-
Mentira la virtud, porque no es al tia aún mayor pueda pasarse mu-
primer impulso como se es valero- cho tiempo ignorado. (LA BRUYi:-
so, sobrio, paciente; hny que go- RE, Ca.rae!., 11, 5.)
bernar esos primeros impulsos 3. Si os doscuidáh; en dar su
MF,SOLóGICO 040

ml•rito n la ~iiH'l'l'it1tH1 dt• vu<.•slro le, ya de la gn111dcza ele la. ucci611.


hijo, no C'S difícil í\U<' lo husquc rn J,Jn el ¡,ri111e1· caso, la dificultad
su habilidad pnt•a mentir. (. .. ) 110 Jntcdc mf.mcnta1· rl mérito, pucH-
La ronriC'nrin de su mérito [C') lo que tiene su fuente en la i>uiu-
dC' los niños] será pnrn ellos un ficiencia del sujeto; de lo contra-
compromiso de mantenerlo. (Mnw. l'io, nos veríamos Jlevados a la
GtnZOT, É.'clucnrion ,lomest., I, 210, parndójicn consecuencia (que a ve-
217.) ces oímos enunciar) de que In vir-
4. Ciertos elogios fúnebres tie- tud, es decir, el húbito del bien,
nen cuando me-nos el inconvenien- disminuye el mérito, porque hace
te de persuadir a los vivos de qua más fácil y como espontánea la
después de:> su muerte van n ntri- obediencia al deber. En el segundo
buirselrs méritos que no tenían. cMo, la dificultad aumelbta sin du-
(P. PEETEHS, Scntenccs intcmpor., da el mérito, en virtud misma de
núm. 83.) l n proporción en que debe hallar-
se con el objeto y las circunstan-
5. El mérito envidia al éxito y cias de la actividad moraJ. (R. Jo-
el éxito se toma por mét-ito. (J. LIVET, MoraJe, 196-197.)
RoSTAND, De la vanité, 13.)
Mc,-itmn de condigno y meritum de
6. No son los méritos de nues- co11gr1w (Teol.). El mérito de condiguo
tros adversarios lo que menos de- constituye un d,erecho estricto: el obre-
testamos en ellos. (J. R0STAND, Ju- ro merece su salario de condigno. El
licn .. .• 112.) mérito de congruo constituye tan sólo
7. Los solemnes, con frecuen- un título apropiado (congruum) para
cia espíritus desérticos, almas sin la coneesión libe~al de algo no debido.
energía, g-ozan de una considera- Benemérito. Que tiene mérito, en el
ción no justificada por su mérito. sentido mora,! tan sólo. Se diee sólo
(J. T0ULEM0NDE, Les inquiets, 101.)
de personas. Un alumno, un obrero bt:-
V. Bdlc::u, 17; Valor, 57; l'am"dad, 4. neméritos.
B. Particularmente (Mor.): valor llferitorio. Que procura mérito, en
moral resultante del esfuerzo desple- el sentido moral tan sólo; que es digno
gado para vencer los obstáculos que de elogio. Se dice sólo de los actos.
se oponen a la práctica del bien y Una constancia, una aplicación, una
que da derecho a la estima de cuantos vida meritorias.
tienen sentido moral.
Emfrito_ Lat. cmeritus, militar que
8. El mérito está en aplazar la ha terminado de servir (mcreri).
felicidad. (J. LACHELIER, cit. por
G. SÉAILLES, Phi/os. de L., 123.) El que se retira de una función lar-
go tiempo ejercida y conserva el honor
U. Lo que constituye el mérito de su título. Profesor emérito.
no es la lucha, sino la tendencia
al bien; pero, en la práctica, se mi- MESOLóGICO. Relativo al medio
de por la lucha. (P. P0UGET, Logia, (gr. meson). Los caracteres genéticos
4~.) de •los seres vivos son modificados por
10. Podemos (... ) definir el mé- las condiciones mesológicas.
rito como una letra de cambio de Las ideas de medio e influencia
la virtud de un hombre sobre la mesológica se imponen a su espí-
virtud de los demás espíritus, pe- ritu [de Vida! de La Blache] eomo
ro que debe ser cubierto por éstos. las de adaptación y lucha por la
El que se arriesga al combate ig- existencia. (M. S0llltE, Rc11contr,·•
nora si se verá apoyado; pero si de la géol. et de la •ocio/., 131.)
su audacia es legítima, su mérito Mesura. V. Illedüla.
engendra en los demás un deber
de respaldarlo. (R. LE SENNE, Tr. /11 cta. Adv. y propos. gr. que signi-
de nwrale, 587.) fica: l." entre, en medio (en composi-
11. Suele estimarse ( ... ) que a ción indica con frecuencia el cambio
mayor o menor dificultad del ac- de un estado o un lugar a otro); 2."
to aumenta el mérito. Pero esta después, detrús de.
afirmación, para ser exacta, ha <le Pref. de numerosos términos del vo-
ser precisada. La dificultad del ac- cablo técnico, pero que no tiene el mis-
,t,, puede, en efecto, provenir ya mo sentido un las ciencias y en filo-
de la i111pcrfecci611 moral del agen- sofía.
641 I\IETAFfSICA

A. En el vocnb. científico: expreso tos, lo «quiera» o no. (M. SCHELER,


en general la ideo de onmbio (mets.bo- Mort et sztrvie, 100.)
lismo, metamorfosis, metáfora, metás- B. En un sentido amplio y bastan-
tasis, metempsicosis*). te vngo: que presente. ciertas pa.rticu-
H. En el vocnb. filos. (neo!og. crea- ls.ridades ca.rs.cterística.s de la metafí-
dos sobre el modelo de mete.física•) sica: abstracto, profundo, incontrola-
exprese. In idee. de un nivel superior, ble ... «Muy meta.físico es eso que de-
de uno mayor gencrnlids.d. cís» (Dic. de la Acad. fr., supr. en le.
edición de 1935.)
«l\letadinlécticnn. Dialéctica consti-
tuido por los elementos comunes s. va- 3. No sé si debo hablaros de
rias dialécticas particulares e incluso la.• primeras meditaciones que allí
n toda. dinlécticn posible. hice [en Holanda]; porque son
tan metafísicas y tan poco comu-
A todo dialéctica sometida. s. ta- nes que aes.so no resulten del gus-
les procodLmientos pnra destacar to de todos. (DESCARTES, Dise. ele la
en elle. algún aspecto forme.!, al- 111ét1,., IV, com.)
guno estructure., viene asi a s.ñn-
dirse una metndis.Jécticn. (F. GoN- 4. In Cuestión llegó a ser tan
SETH, Pltilos. matlt., 44. Actual. sutil y meta.física que sus más
núm. 837.) grandes partidarios hubiesen pre-
ferido renunciar a. elle. de por vi-
«Metaempiricon. Que está más s.llá da n verse obliga.dos a sostenerla.
de la experiencia y, }Jor consiguiente, como él. (F0NTENELLE, Elogio del
no depende de los ciencias positivas. P. Malebranche, <Euvres, V, 447-
Sin.: motnfísico. 448, Ps.rís, 1742.)
METAFISICA C. Por op. s. empírico, experimen-
tal, positivo (A. C0MTE) : que rebasa el
Metafísico, ndj. Del gr. Ta, meta, ta, terreno de la. e.'<Cperiencin (entendiendo
p/1ysika, (sobrent. biblia, libros) : libros por ella. los fenómenos), que se sitúa.
que vienen trs.s los libros de física.. Ti- más allá. La intuición o experiencia
tulo dado, por el Jugar que ocupaban metafísica se dirige, más allá del fenó-
en Is. colección de las obras de ARIS- meno, al noúmeno, a la cosa en sí. La
TÓTELES (colección debida a ANDRÓNIC0 distinción metafísica, exigida por una
de Rodas, s. I ,s.. de J.), s. los catorce concepción racional de la realidad, sa
libros que constituyen Is. obra que hoy
lle.mamas lll ctafífica,. Este. palabro hn sitúa. en ese más aUá y no correspon-
reemplazado ni término aristotélico «fi- de al dado empírico. El estado meta-
losofía• primern». Pero, convertido en físico (A. CoMTE) consiste en explicar
prefijo, meta, ha tomado el sentido de los hechos por entidades de las que no
«más allá» o «sobre». tenemos nLnguna. experiencia..
5. Pare. comprender bien las co-
l. En realidad, la etimología sas inmateriales o metafísicas he-
de la. ps.lab1·s. «metafísica» lo di- mos de ·s.lejs.r nuestro espíritu Je
ce ·Ca.si todo. (R. J0LIVET, L'lto,mne los sentidos. (DESCARTES, Sec. rép.,
méta,plt., 13.) IX A, 103-104.)
A. Relativo a. la mete.física. Proble- 6. M negs.r Ja influencia del
ma, discusión, argumento, teoría meta- alma. sobre el cuerpo o de éste so-
físicos. bre aquélla (... ) , no niego le. unión
1 bis. Que el cspiritu humano del uno con la. otra. que subordina
renuncie para siempre s. las inves- a aquél: pero esta reunión es algo
tigaciones metafísicas es algo que metafísico, que nada cambia en
no ca.be esperar más que el ver- los fenómenos. (LEIBNIZ, Téod.,
nos, para no respirar siempre un Prof.)
aire corrompido, preferir suspen- 7. en cuanto a las fuentes de
der por completo nuestrn respirn- un conocimiento metafísico, por su
ei6n. (KANT, Proléoo11,., 100.) propio concepto no pueden ser em-
2. Le. tesis según In cual los píricas. (... ) Hn de ser conocimien-
-cuestiones verdaderamente meta- to no físico, sino metafísico, lo que
físicas son «insolubles» es tan fal- significa más a.llií. de Is. e,q,erien-
sa que resultan ser, por el con- cis.. Por ello, ni In e.'<Cperiencia.
trario, las únicas cuestiones que externa, fuente de In física. propia-
ende. cuwl debo lnevitnblemente re- mente dicha, ni la interna, base
solver en cada uno de sus ac- constitutiva de Is. psicología em-
◄ l. Diccionnrio del Ll'ngm1jc Filo~úfico,
METAFISICA 042

píricn, pueden proporcionnrle su lus vcrduclcs malcm,Hicus, ((UC lla-


fundamento. Será, pues, conoci- máis eternas, han sido establecidas
miento a 1H"io1·i o de entendimien- por Dios y dependen por completo
to puro y razón pura. (KANT, 1'1·0- ele Él. (DESCARTES, c. ele 16 abril
l<'g., § 1, p. 20.) 1630, I, 14ú.)
8. La intuición metnfisica, aun- Metafísica. La parte mús esencial
que no podamos lleg·ar a ella sino de la filosofía, aunque de ella existan
a fuerza de ronocimientos mate- concepciones no poco diferentes.
riales, es a.lgo muy difer<-nte del 13. [El inglés Herbert, autor
resumcm o síntesi-s de esos conoci- de un De voritate] testimonia ser
mientos. ( ... ) En este sentido In más sabio de lo común en metafi-
metafísica tiene de común con una sica, que es ciencia que casi nadie
generalización de la experiencia, entiende. (DESCARTES, C. del 27 de
y no obstante podía ser definida agosto 1639, II, 670.)
como la experieneia integral. (H.
BERGSON, fin del art. «lntrod. laa 14. Ln metafísica toda contie-
métaph.» en La pcnsée et le mouv., ne, a mi entender, dos cosas: la
226-227.) primera, todo lo que los hombres
de buen sentido saben; la segun-
9. [En las obras teatrales de da, lo que nunca sabrán. (Vor,TAI-
G. MARCEL], el drama deviene una RE, C. a;) Príncipe Rea.! de Prusia,
verdadera experiencia metafísica. 17 abril 1737.)
( ... ) En todas ellas ln acción trá-
gica constituye a la vez un análi- 15. Cuando un hombre habla a
sis de lo concreto que posee valor otro que no le entiende de algo
metafísico. (G. FESSARD, «Théatre que el que habla no comprende
et mystere», Études, 20 marzo tampoco, eso es metafísica. (VOL-
1938, 744.) TAIRE, Candide.)
10. Hay una experiencia meta- 16. Tod·a la sublimidad de la
físic:a que es, por oposición a la metafísica no consiste a veces si-
experiencia del objeto dado, la ex- no en decir lo que todo el mundo
periencia de nuestra actividad en sabe eon palabras que nadie com-
ejercicio, y, si así cabe decirlo, una prende. (P. GIRARD, Rwpport sur
experiencia de conciencia, por opo- l'fostitut de M. Pestalozzi a Yver-
sición a cualquier experiencia de don, 90, Friburgo, 1810.)
conocimiento. (L. LAVELLE, «Actua- 17. Newton decía: «Física, des-
lité de la métaph.», Le Temps, 26 confía de la metafísica». Equiva-
octubre 1941.) lia a decir. como en algún sitio
11. La angustia metafísica es anota Hegel: «Física, g,uárdate del
aún mucho peor para aquellos que, pensamiento». ¿Pero quién puede,
creyendo la muerte total, piensan y sobre todo, qué ciencia puede
que nad-a será nunca explicado, re- prescindir de todo pensamiento?
suelto, apaciguado. (J. RoSTAND, (F. RAVAISSON, Rapport ..• , XXXVI,
Carnet d'un bwl., 111.) 275.)
D. Por opos. a físico ( calificando 18. El hombre hace metafísica
«físico» la realidad de hecho) : que como respira, sin querer, y sobre
existe o es verdadero no sólo de hecho, todo sin sospecharlo In mayoría de
sino de derecho; que no cabe negar las veces. (G. MEYERSON, Erx:plic.
su existencia o su realidad sín contra- 8all8 les se., 20.)
decirse. Certidumbre metafísica, nece- 19. En cierto sentido, en me-
sidad metafísica. Tengo la certidum- tafísica no existe la respuesta, si
bre física. de tener 10 :francos en mi por ella entendemos una solución
mano, y la certidumbre metafísica de que dispense de seguir reflexionan-
que la mitad de esta suma es menor do, do retomar las razones y ante
que la suma entera. Las verdades eter- todo do ·asombravse, es dech-, d~
nas son verdades metafísicas; la meta- ponerlas en cuestión. Las ciencias
física en el sentido C 2 tiene por ob- positivas implican, al menos hasta
jeto propio la determinación de esas cierto punto, soluciones que supri-
verdade9. men el problema. La metafísica es,
12. No dejaré de tocar en mi por el contrario, interrogación per-
física diversas cuestiones metafí- manente: la propia solución es
sicas, y particularmente ésta: Que problema e incitación a la búsque-
643 METAFISICA

da, (R. J0LIVET, L'lwmmo mélap/i., efecto, sino el inventario sistemá-


51.) ticamente ordenado de cuanto po-
19'. La lllonadoloqía es una seemos por la razón pura. (KANT,
metaffsicn de bolsillo como todns Crit. de la r. pure, Pref. de la l.•
las buen ns metafísicas. ( ... ) ¿ Por ed.)
qué la buena metafísica es de bol- 2. Para los filósofos que admiten
sillo? Porque debe componerse no el valor objetivo de las condiciones a
de tiradas verbales, más o menos priori, del conocer, ·la metafisica ah-ar-
incitativas, plausibles, que necesi- ca también la investigación de las con-
tan estirarse en un amplio volu- diciones a priori del ser.
men, sino do definiciones y argu- 23. Nos elevamos a la metafí-
mentos huidos, puro nervio dialéc- sica cuando no nos negamos a pen-
tico, triple extracto mental que se sar expresamente aquello que es la
aloja holgado en un breve reper- condición gl'lacias a la cual pensa-
torio. La metaffslca debe ser va- mos todo lo demás. (A. F0REST, «Du
c/c,nemtm, (J. ORTEGA y GASSET, ¡,,. CONSENT, A L'ÉTRE», 26-27.)
metaf-!sica y Leibniz, Obras, 111,
432.) Ad. E. 24. la metafísica no es ni ex-
periencia ni descripción de la
V. Rcligi6n, 8; Wcltanschauung., l. ex.periencia, sino propiamente aná-
A. En el sentido más estricto (la lisis de esa experiencia y descubri-
metafísica identificada con la ontolo- miento, mediante el razonamiento
gfa • o filosofía• primera de ARISTÓ- y el discurso, de sus condiciones
TELES) : la ciencia del ser en cuanto trascendentales, condiciones que
ser, es decir, de los px,incipios esencia- pueden ser supuestas y reconstrui-
les del ser y del conocer. das, pero que no podrían ser expe-
20. entiendo por esa ciencia rimentadas. (F. ALQUIÉ, L'cxpti-
[la metafísica] las verdades gene- rience, 89.)
1,ales que pueden servir de princi- 25. lo específico del método me-
pios a las ciencias particulares. tafísico, lo que lo distingue da!
(IIIALEBRANCIIE, Enti-. s. la métaph., científico (en sentido amplio), es
VI, 2.) que en vez de inventariar lo dado,
B. En el sentido más corriente: a.un en profundidad, lo supera pa-
parte de la filosofía que busca la ex- ra afirmar sus condiciones a priu-
plicación .-aciana.! de la realidad par- ri de posibilidad, ya. sea en el pla-
tiendo de Ia experiencia, pero superán- no objetivo (como hace, por ejem-
dola, para llegar •así a ,..,alidades que plo, Aristóteles con la teoría. del hi-
la trascienden. Así entendida, la meta- lemo1•fismo), ya en el plano refle-
física comprende, junto a la ontología, xivo como la. filosofía moderna. No
la cosmología racional, la psicología se afirma. lo que es, sino lo que
racional y ,la teología racional o teodi- debe ser para que lo que es sea.
cea ( «raciona.!» es en estos términos si- (A. CARTIER, Exist. et vérité, 63.)
nónimo de «metafísico»). D. En numerosos filósofos contem-
21. Las ciencias especulativas poráneos: investigación del sentido de
son: la metaffsiea, que trata de las la realidad y principalmente de la vida
cosas más generales y más inma- humana; conocimiento, desde el pun-
teriales, como el del ser en gene- to de vista del hombre, de lo real en su
1·al, y en particular de Dios y de los totalidad.
seres intelectuales hechos a su 26. La metafísica ( ... ) a.punta
imagen; la física, .. (B0SSUET, Tr. esencialmente a aquello por lo que
de la connaiss, de Dieu ... , I, 16.) todo cuanto es tiene un sentido.
C. Para muchos filósofos, a partir (R. J0LIVET, L'lto111111c métaph.,
de KANT: pa1-t.e de la filosofía que tie- 115.)
ne por objeto determina,· las condicio- 27. La metafísica no trata de
nes a, priori del conocimiento. extender nuestl'o conocimiento del
universo ( ... ) , se propone más bien
l. Para KANT, al ser esas condicio- da1•nos el sentido de una presencia
nes puramente subjetivas (formas a siempre actual ( ... ). Se trata de
priori de la sensibilidad, categorías del llegar a aprehender las cosas me-
entendimiento), la metafísica se redu- nos en sí mismas que en lo que les
ce a elaborar su sistema. da su sentido ... (A. FoREST, Co11-
22. la metafísica (... ) no es, en s,-11t. et création, 22.)
METAFISIO,\ 644

2ll. Una gran metafísica no nu- da uno de ellos, el hombre se com-


ro de otras grandes metaffsicas, si- promete siempre por entero; y no
no de un descubrimicmto del mun- hay, sin duda, nadie a quien es-
do (H. Gounmn, La ,,hilo•. rt son te sentido no se le haya desvelado
hist., 17.) en algún momento de su vicia.
29. Pertenece a la ciencia de (S. otl DIIAUVOIII, l,'r.,isl. ,,t la •au.
ln esencia el set· unn aproximación ,,... ""'·· 11•1-115.)
l'ontinua, con10 •a la esencia de )n F,. En sentido amplio: toda refle-
nu,tafisica el renacer con cada me- xión metódica ordenadn a un conoci-
tafísico. (]bid., 98-99.) miento profundo de In naturaleza de
30. In metafísica no es unn dis- lus cosas.
cusión estéril sobre ·nociones nb~- 35. La mcta!isica es la ciencia
trartas que escapan a la experien- de las ,,azones de las cosas. Todo
cia, sino un esfuerzo vivo por tiene su metafísica y su prácti-
abarcar desde dentro la condición ca ( ... ). Interrogad a un pintor, a
humana en su totalidad. (J.-P. SAR- un poeta, •a un músico, a un geó-
TRE, Sit.,a.tions, II, 251.) metra y les obligaréis a dar cuen-
31. La conciencia metafísica no ta de sus operaciones, es decir, a
tiene otros objetos que la experien- llegar a la metafísica de su arte.
cia eotidiana: este mundo, los de- (D'ALEMBERT, Disc. prél. a la En-
más, la histori-a humana, la ver- cyclop., ed. Picavet, 103.)
dad, la cu!tura. Pel'Q en vez de to- 36. Quien dice metafísica dice
marlos ya hechos, como consecuen- esfuerzo invenciblemente obstina-
cias sin premisas y romo algo sn- do en pensar con claridad y cohe-
puesto, redescubre su fundamental rencia. (W. JAMES, Précis de psy-
extrañeza para mi y el milagro -le chol., 614.)
su aparición. F. Por opos. a dialéctica (princip,
Así entendida, la metafísica es en el voc. de los marxistas, que carica-
lo contrario del sistema. Si el sis-. turizan la metafísica clásica) : concep-
tema es una ordenación de concep- ción de 1a filosofía como el estudio de
tos que hac-~ inmediatamente com- un conjunto de cosas independientes
patibles y composib!es todos los as- entre sí y estátieas (cuando la realidad
pectos de la experiencia, suprime eonstituye un todo dinámico cuyos com-
la conciencia metafísica. (M. MER- ponentes se hallan en perpetua trans-
LEAU-P., Sens d 11on-scns, 188- formación).
189.) 37. Al contrario que la metafí-
32. La metafísica no es una sica, la dialéctica considera la na-
construcción de conceptos por los turaleza no como un estado de re-
que intentamos hacer menos sen- poso e inmovilidad, de estanca-
sibles nuestras paradojas; es la ex- miento e inmutabilidad, sino como
periencia que de éstas tenemos en un estado de movimiento y cambio
todas las situaciones de la his- incesantes... (STALIN, 111 atérialis-
toria personal y colectiva, y de las ,nc dial. et ,natérial. hiat., 10-11.)
acciones que, asumiéndolas, las 38. Metafísica. Método anti-
transforman en razones. (lbícl., cientifico de abordar los fenóme-
191.) nos de la natuN1leza, de estudilll·-
33. Una metafísica se distingue los aisladamente u.no de otro y de
rle la ciencia, a fin de cuentas, en considerarlos como invai-iables;
que es un tomar partido por el método diametralmente opuesto a
hombre opuesto a la toma de par- la dialéctica que considera los fe-
tido por las cosas. (G. GusDORP, Tr. nómenos en su desa1,rollo, su cam-
de ,nétaph., 97.) bio y su encadena.miento. (M. Ro-
SF.NTHAL, Pctit dict. pl&ilos., 393,
34. En realidad, «hacer» meta- Moscú, 1055.)
física ( ... ) es realizar en nosotros
la actitud metafísica, que consiste Metafísico. A. Subst. El que se
en afirmarnos en nuestra totali- consagra a los problemas metafísicos.
dad frente a la totalidad del mun- 39. El sabio que desarrolla un
do. Todo acontecimiento humano saber parcialmente monta en los
posee, más ·allá de sus contornos hombros del que ,Je ha precedido.
psicológicos, una significación me- El metafísico, cuyo saber pretende
tafísica, puesto que, a traví,s de ca- ser total, vuelve a tomar desde la
645 METÁFORA

base la obra de sus predecesores, si con la geometría euclidian•a, y de la


lo juzga neoosario. La continuidad que la geometría euelidiana es tan sólo
es aqui más sutil que en la ciencia, una aplicación particular.
po1·que la misión de cada meta- «Metahistorian. Investigación que
físico no es añadir una piedra al tiene por objeto determinar las leyes
edificio de la filosofía, sino repen- que rigen los hechos históricos y el lu-
sar sus cimientos. (F. BRUNNER, gar de estos hechos en una visión ex-
en Dialectica, 67-68 [marzo-junio plicativa del mundo.
1961], 276.)
Sin.: filosofía de la historia.
B. Con intención peyorativa: que
se complace en especulaciones inacce- ( ... ) la historia está siempre a
sibJ,es al vulgo. punto de convertirse en metahisto-
ria: es lo que ocurre cuando se
METÁFORA. Gr. mctap/Lora: en busca el sentido de los aconteci-
sentido propio, transporte; en el fig., mientos en las causas o el encade-
transporte del sentido propio al figu- namiento, o en la totalidad de la
rado. historia en que vienen a situarse.
Fig. de retórica por la que, basándo- (P. RICOEUR, Pref. a THÉVENAZ,
se en una oompara,ción sobrentendida, L'homme et sa raison, I, 20.)
se designa un objeto con el nombre que «Metalenguaje». Lenguaje por me-
propiamente conviene a otro. La metá- dio del cual se estudia y analiza el len-
fora es •Una comparación abreviada. El guaje ordinario u objetivo (por el que
gallito de ~a clase. El chivo emisal'io. designamos los objetos de pensa-
l. En J.a comparación, el Héroe miento).
semeja un León; en la metáfora, el «Metalógican. Disciplin.a fundada
Héroe es un León. La metáfora es, sobre .los principios comunes a las dife-
como veis, más VÍV'B y co1,ta que la rentes lógicas.
comparación; .aquélla nos repre- La metalógica desempeña así,
senta sólo un objet.o, mientras que con relación a la lógica, el mismo
ésta nos muestra dos: la metáfora papel que -la metamatemática con
confunde, por así decir, el León relación a -la matemática. (R. Bui-;.
con Aquiles, o a Aquiiles con el CHÉ, L'axi0111at., 66.)
León; pero no hay meyor false-
dad en una que en otra. (Bou- V. Lógica, 31.
HOURS, La ni.a,niere de bien penser, «Metamorah, (LÉVY-BRUHL). Consi-
4' dial., París, 1705, 16.) derad·a la mor.al como el estudio posi-
2. Para escribir bien, mezclad tivo de las costumbres, la metan1ordl
metáforas demasiado vivas con me- consiste en ,un sistema teórico y nor-
táforas apagadas y simetrías mar- mativo que explica y basa las prescrip-
cadas con simetrías borrosas. (J. ciones particulares de la conciencia in-
JOUBERT, Pe11sées, 206.) dividual o ~olecti\'a. Suele implicar una
3. En la hipótesis que propone- intención despectiva.
mos todo estado de conciencia es Sin.: moral teórica.
un complejo cuyos elementos cines- «Metamúsica,,.
tésicos constituyen la porción esta-
ble, resistente. Si se me permite La metamúsica. Se ha aventura-
una metáfora, son su esqueleto. do esta expresión. Resulta diver-
Ellos son los que aseg11ran la per- tida por sus diversos modos de
manencia. (Th. RIBOT, La vio in- carecer de sentido. Ya comprendo
co11Bc. et les mouv., 19.) que se ha querido designar con
ella la música metafísica, es decir,
.4. Dos ejemplos bastan para aquella que, a diferencia de la mú-
distinguir una imagen de una me- sica pasional y descriptiva, se pro-
táfora. Según Aristóteles, si deci- pone la expresión de los estados
mos: «Aquiles se lanza como un de conciencia y se mueve, como la
león», se trata de una imagen, metafísica, en la esfera de las
mientras que: «Aquel león se lan- ideas ( .. ,),
zó» es una metáfora. (R. ALLEU,
Nat. des symb., 10.) Toda música es «metamusical»,
es decir, se ·halla por encima de si
V. Fe116me110, 23. misma, en el sentido de que nunca
«Metageometrlan. Disciplina que en- una sonoridad ha podido conmover
globa las geometrias no euclidianas sin una razón superio1·. No hay
IIIETEIIIPSICOSIS G4G

metamúsicn, sino tan sólo metn• tener una vía ,le accrHo a la rea-
músicos. (C. lllAUCLAII<, Rclioion d" lidad¡ y ~sa vía o camino es lo que
la mus., 85.) llnmaban los griegos ¡,ilfooo;, mé-
«Metaproblemático». Que se sitúa todo, (J. MARÍAS, Introducción a la
más allá del problema, en d mistel"io. Filoso/fa, 146.) Ad. E.
V. Problemático, r,·ob/cma y llfistc,·io. A. En sentido abstracto; carácter de
El misterio ""' lo metaproblcnuí- 111 actividad que se despliega según un
tico. (G. lllARCEL, «tTRE I,T AV0IR», plan reflexivo y determinado de ante-
162.) mano. Proceder con método.
Metapsíquico, Metnpsicología. V. I'si- Sin.: orden, ,lógica, técnica.
cologia. 1. La idea do método es siem-
«Metasistema». Sist,-ma que englo- pre In de una dirección definible y
ba diversos sistemas particulares o in- rcgularm,cntc scguUla en una ope-
cluso todos los sistemas posibles. ración de la mente. (M. BERNES, en
La historia de la filosofía re- Voc. de LAL.)
sulta a fin de cuentas una meta- 2. El método es, en muchos as-
física de la metafísica; la soberana pectos, la antítesis del hábito, y
puesta en escena de un metasis- aquí reside el error gnoseológico
tema, en cuyo seno todas las ideas del formalismo, que pretende ha-
tienen un sitio. (G. GUSD0RF, Tr. do cer el método maquinal. La con-
métaph., 10.) ciencia metódica debe permanecer
alerta. (G. BACHELAnD, Rational,
«Metatécnica». Que es de un orden appl., 25.)
superior al de las técnicas.
Quien ha alcanzado la maestría B. En sentido concreto (un méto-
en el ejercicio de una o varias téc- do) : conjunto de procedimientos desti-
nados a asegurar económicamente un
nicas ( ... ) siente casi siempre la
mayor repugnancia a admitir que cierto resultado. Método de piano, de
una actividad metatécnica pueda taquigrafía, de inglés o de alemán. Mé-
ser tomada en consideración (... ). todo experimental, método histórico ..
En una civilización de tipo técnico 3. Buscar un método es buscar
(por oposición a otra de tipo sa- un sistem,a de operaciones exterio-
cra!) son los saberes del segundo riza:bles que hag,a mejor que la
grado los que se hallan casi inevi- mente el trabajo ele la mente, (P.
t&.blemente desacreditados en prin- VALÉRY, Variété, Pléiade, I, 800.)
cipio. (G. MARCEL, Déclin de la 4. No ha.y práctica sin un oier-
BU!J., 23.) to método, ni método sin algo de
práctioa ( ... ) . La misma idea
l\lETE:IIPSICOSIS. Gr. mctcmpsy- de método se desarrolla y determi-
chosis, paso (meta) del alma (psyché) na a medida que se organizan y di-
de un cuerpo a otro. ferencian !as·técnicas. (F. GoNSETII,
Doctrina según la cual una misma I'hil. math., 19, Herma.nn, 1939.)
alma puede informar sucesivamente a 5. Todo método es, inevitable-
varios cuerpos, ya sean de hombres, ya mente, un repaso reflexivo a ope-
de animales. raciones ya realizadas. (G. BER-
Sin.: transmigración. GER, I'rospcctivc, I, p. 1, P.U.F.,
1958.)
M:eTODO. Gr. m'!thorws (odos, ca-
mino; meta, hacia) 1 seguimiento, bús- V. Procedimiento, 2.
queda; fig., estudio metódico, método. C. Método cientifico: conjunto de
( ... ) aunque la realidad, en cier- procedimientos racionales que tienen
to sentido, nos sea «dada», esté ahí por fin establecer y demostrar la ver-
y nos encontremos, desde luego, dad.
con ella, necesitamos, sin embargo, li. Entiendo por método unas
paradójicamente, llegar a ella, por- reglas ciertas y fñciles gracias a
que su modo propio de ser es el es- las cuales todos aquellos que exac-
tar oculta ( ... ). Y como está oculta tamente las observan no supon-
y escondida, y nosotros, por lo vis- dró.n nunca verdadero lo que es
to, necesitamos algo latente en ella falso, y llei('arán, sin fatigarse en
y que no tenemos, de ahi la forzo- esfuerzos inútiles, y aumentando,
sida<i en que nos encontramos de por el contrario, progresivamente
647 MJ::TODO

su ciencia, ni conocimiento verda- negativo, sino que es superadora de la


dero de lo que está n su alcance. tesis y, a su vez, es superada y absor-
(DESCARTES, R~glcs p. /a dir. de bida por la síntesis, negación de la
l'csp,. R. 4, Boivin, 29.) negación. La tesis contiene en sí misma
7. No puedo hnher un método a la antítesis, son correlativas, y am-
pnro. hacer descubrimientos ( ... ). bas, al negarse mutuamente, producen
Los buenos métodos pueden tnn só- la sintesis.
lo onscño.rnos ,o. desnrrollo.r y utili- Este método, idealista en HEGEL, se
zar mejor J.o.s fncwltadcs que lo. convierte en ma.tori•alista en el mands-
natu·ro.lczo. he. puesto C'II nosotros, mo. De ,ahí el nombre de materialismo
mientras que los mnlos pueden im- dia.léctieo.
pedirnos sacnr provecho de ellas. V. Aufkcbung, Dialéctica y Materia-
(Cl. BERNARD, lntrod. a l'ét. de la lis11w dialéctico.
méd. txpér., I, 11, § 2.) Método de la duda. Ad. E. V. Duda
8. El hecho es que no he.y mé- metódica.
todo paM lo. invención, y que no
debe considerarse, que no se con- Método experimental. Conjunto de
sidero. efectivo.mente como inven- proced,imientos racionales por cuyo me-
tor o. quien no he.ce sino aplicar un dio se extraen de ,los hechos particula-
método. (A. C0URN0T, Essai sur le res leyes genera.les.
fo11d. de nos com,., 386.) 13. Las teorías nada dicen por
9. EI método eientífico ( ... ) no sí mismas si no están apoyadas
garantiza al sabio la invención de por los hechos; los hechos nada
una teoría, ·la ·creación de una nuc~ significan por sí mismos si no se
va imagen del mundo (... ). Se limi- hallan iluminados por el razona-
to. a eontrolar lo ya encontrado. miento y la teoría. El método ex-
(P. VALÉR.Y, Variété, Pléiade, 1, perimenbal no es sino la pondera-
986.) ·ción de esos dos elementos en el ra-
10. Los métodos ( ... ) del traba- zonamiento. (Cl. BERNARD, Tr. de
,néd. exp., 229.)
jo científico, en las diversas ra-
mas del saber, se revelan al ob- 14. el método experimental (... )
servador atento como estrechamen- lo resume todo apoyándose sucesi-
te emparentados; sólo la adapta- vamente en las tres ramas de este
ción a sus objetos específicos hace trípode inmutable: el sentimiento,
que parezcan manifestaciones de la razón y la experiencia. (CI. BER·
actividades diferentes. (M. PLANK, NAR.D, La science expér., 80.)
lnitiat. a la pkys., 253.) 15. El método experimental es
ll. Los sabios ignoran el méto- el que busca -la verdad mediante el
do; se lim,tan a vivirlo, (M. Gu1- empleo -bien equilibrado del senti-
CHARD, La genese et la. valeur do miento, la -razón y fa experiencia.
la. cmn. posit., ll7.) ( lbíd., 81.)
12. Mientras [Descartes] se 16. con oaráder general, puede
desvelaba sobre el método, sabios decirse que el método experimental
puros, sin discurrir sobre ,su méto- tiene por objeto disponer lógica-
do, hacían grandes descubrimien- mente los heohos observados direc-
tos. Galileo, Torricelli, Pascal, ta.mente o provocados por la ex-
Newton, Boyle, creaban la física pe1~mentación a fin de hacerlos
siguiendo el ejemplo de algunos servir de 1.,1rrificación a una. idea
grandes hombres de la Antigüe- preconcebida. (Cl. BERNARD, Lef.
dad, como Arquímedes. ( lb!d., d'o1tvert. d1t Co/1. ele Fr. 1858, l.)
ll7.) 17. Lo que caracteriza el méto-
V. Análisis, 28, 29. do experimental no es tanto la ma-
Método dialéctwo. Ad. E. Método nera de obtener los hechos como la
creado por HEGEL, y que no M sola- de razonar con y sobre ellos.
mente un método de acceso a la reali- (CJ. BERNARD, Cakicr rouge, 41.)
dad, sino el método de la reaHdacl mis- Concorda11cia (Método de-). «Pri-
ma, según el cual ésta se desarrolla mer canon» ele fos «cuatro métodos de
conforme un proceso terna,rio: tesis, an- estudio experimental», de STUART
tft«sis y síntesis. La tesis es negada, Mn,L:
contradicha por la antítesis, pero esta 18. Si dos o más casos del fe-
contradicción no es algo puramente nómeno objeto de estudio tienen
JIIIEDO 648

tan sólo una c-ircunstnncin en t·o- neg1mn de milímetro, y el pref. micro


mún, la sola circunst!lnc-in en In Rig-nifi<.·a igualmente unn mi11onésíma
que todos los rasos concuerdan es (ln microbalnnza pnrn objetos del or-
la causa (o el defeelo) del fcnónw- den de ln millonésima de gramo).
no. (S. M!LL, Log.; III, Vil, 1, T. 1, Mi.-rorosmos. El hombre, pequeño
42~.) mundo (gr. kosmos), considerado como
Difc,-cncin (Método de -) : Segundo reducción del mncrocosmos (gr. macros,
canon: grande), oo dedr, del universo. Por
19. Si un caso en <'I que se pre- cxt.: se dice de todo conjunto que
senta un ienómeno y otro .en d que constituye una unidad orgánica.
no se presenta tienen todas lns cir- l. el organismo forma por si
cunstancias c01nunes excepto unn, n1ismo una unidad armónica, un
que tan sólo se presenta on el pri- pequeño mundo (microcosmos)
mer caso, esta única circunstnn- contenido en el gt'ande (macroco•-
cia e,n Ja que los dos casos difieren mos) ... (Cl. BERNARD, bttrod., I,
oo cl efecto, o Ja causa, o pnrte in- l, § 4.)
dispensable de la causa del fenó- 2. El hombre es el epílogo del
meno. ( lbíd., 3, I, 430.) univorso, el microcosmos levanta-
Concordancia y diferencia rcuuidos do entre ln oscuridad de la tierra
(ll!étodo de -) . A este procedimiento y los resplandores del cielo. (E.
mixto se debe el que los ucuatro méto- CASTELAR, Discz,rsos, 69.) Ad. E.
dos» sean en realidad cinco. 3. Al hombre, con razón, se le
Tercer canon: ha llamado un mundo pequeño, por
20. Si dos o más casos en los comprender en sí las facultades y
que el fenómeno tiene lugar poseen naturalezas de todas las cosas.
una -sola circunstancia común, en (J. L. VIVES, Tratado del alma,
tanto que dos o más casos en los 48.) Ad. E.
que no tiene lugar no tienen en co- lllicroíísica. Estudios de los fenóme-
mún más que la ausencia de esa nos físicos a pequeña escala (atómica,
circunstancia, la sola circunstancia nuclear). Se op. a Macrofísica.
por la que los dos grupos de casos (... ) una detallada descripción
difieren es el efecto o la causa, o por figuras y movimientos, según
una parte necesaria de la causa del el ideal de Descartes (... ), muy
fenómeno. (lbíd., 4, I, 436.) aproximadamente posible en rna-
Residuos (Método de los -). Cuarto crofísica, se hace por completo im-
canon: practicable en microfísica. (L. DE
21. Exclúyase de un fenómeno BR0GLIE, Physiquo et microphys.,
Ja. parte que, por inducciones ante- 126.)
riores, se sabe es el efecto de cier- l\licrosociología.. V. Sociología.
tos antecedentes, y el residuo del
fenómeno es el efecto de los ante- MIEDO. Lat. mctus.
cedentes restantes. (lbíd., 6, I, A. En sentido fuerte y prop.: esta-
438.) do emocionnl provoeado por la repre-
Variacúmcs concomitantes (Método senJtación de un mal gravo inminente.
de las-). Quinto canon: Sin.: pavor•, espanto, terror, horror,
22. Un fenómeno que varía de pánico, zozobra.
cierta manera siempre que otro fe- l. El miedo nunca aplica el re-
nómeno varía de la misma mane- medio adecuado. (Card. DE RETz,
ra, es o una causa o un efecto de llfax. et réfl., 142, t. II, 42.)
ese fenómeno, o está ligado a él
por algún hecho causal. (Ibúl., 6, 2. El soldado en campaña tiene
I, 412.) tanto más miedo cuanto menos co-
noce lo que debe temer. Apenas sc
Micro. Pref. tomado del gr. micros, precisa el peligro, el miedo tiende
pequeño. a desaparecer. La presencia real
Contr.: macros•, mega•. del enemigo provoca una concen-
Entra en la composición de diversos tración de las energías combativas
términos del voc. científico: microcé- ncompnñndn de emociones nuevas
falo (de cabeza pequeña), micrómetro, y ahora eimltnntes. (D. ESSERT!ER,
mic-rófono, microscopio, En física, mi- Formes infér. de l'c:rpl., 71.)
cron designa una longitud de una millo- 3. El instinto de conservación
649 MILAGRO
individual, en su forma defen- sas conocidas para nosotros se lla-
siva, es el origen de la emoci6n man milagros. (TOMÁS DE AQUINO,
que llamamos miedo. (Th. RrnoT, S. Titeo/., I, qu. 105, art. 7.)
P•uchol. des sent,, 215.) 2. Milagro. Es un efecto que
V. C6/era. excede la fuerza natural de los
4. el miedo a tener miedo, que medios que en él se empleru.~. (PAS-
es en lo que el miedo consist<>. CAL, Pc11sécs, 701-702.)
(Ar.AIN, Les idées et les dges, I, 3. El milagro no niega la cau-
55.) sa en el sentido popular, puesto
5. La espera del miedo es el que supone un antecedente: la Di-
propio miedo. (ALAIN, Él. de plti- vinidad, un poder desconocido. La
los., 280.) niega en el <1entido científico, pues-
G. As[ como el miedo al miedo to que admita una derogación al
aumenta sin fin el miedo, al con- determinismo d elos fenómenos. El
trario, si no tenemos miedo a ese milagro es la causa sin ley. (Th.
miedo, y si acabamos por negamos RIBOT, Évol. eles idécs gé,1., 200.)
a pensa·r en ól, ,no irá muy lejos. 4. el milagro es un modo de
(ALAIN, Propos, Pléiade, 001.) explicación racional por las cau-
7. No tiene miedo quien quiere. sas. Por una sinl;'Ularidad aparen-
Si ,se pudiese tener miedo a volun- te que, en realidad, nos hace pe-
tad o, dicho de otro modo, median- netrar profundamente en el secre-
te la razón, eso no sería ya miedo. to de los caminos de la razón, la
El miedo os absurdo; sube del primera explicación racional de
vientre y del est6mago; expresa la las cosas ha consistido en llenarlas
natural inquietud del hombre que de milagros. El hombre inventó el
no se siente ya dueño de sus movi- n,ilagro para explicar incluso los
mientos( ... ). Cuando sentimos que fenómenos más naturales y regula-
la mano o el pie no obedecen ya res, cuando no advertía en sus an-
está -ahí el miedo; y es, sobre todo, tecedentes sensibles un poder ca-
el anuncio de tales cosas lo que paz de producirlos. (111. PRADINES,
constituye miedo. (ALArN, en Tex- Esprit ele la rclig., 226-227.)
tcs ch., por A. DREVET, 1, 125.) 2. En ciertos contemporáneos (pro-
8. Hay en el miedo un poder de testantes, modernistas ... ) : hecho que,
fascinación que aun los más va- de ordinario, aunque no necesariamen-
lientes han experimentado. (J. te, parece inexplicable por las leyes de
GREEN, Le visionnairc, 172.) la naturaleza y en el que el creyente
B. En sentido débil y por ext.: ve la mano de Dios.
aprensión, a veces muy leve, de algo ,5, La idea de leyes fijas en la
que querríamos evitar. Tengo miedo de nnituraleza no es más que un ído-
que llueva. lo; cada fenómeno es un caso sin-
Sin.: temor, aprensión, inquietud. gular y u·na solución única. Si va-
mos al fondo de ~as cosas, nada
V. Angustia, G, 7. hay, sin duda, más en el milagro
MILAGRO. Lat. miraculunt, der. de que en el menor de los hechos or-
n,irus, asombroso. dinarios_( ... ). Los milagros no son,
pues, nulagrosos más que a los
A. Prop.: acontecimiento de signifi ojos de quienes están ya dispues-
cación religiosa. tos a reconol"er la acción divina en
l. Noción clásica: hecho inexplicable los acontecimientos y los actos más
por las leyes de la naturaleza y que habituales. (M. BLONDEL, L'a.c/ion,
las circumstaneias de su producción 1893, 306-307.)
hacen ,atribuir •a Dios. «Acto del po-
der divino contrario a las leyes cono- 6. El milagro no 1o es verda-
cidas de la naturaleza» (Dice. de la derament<? si sólo consideramos en
Academia fr.). él su apariencia física maravillo-
sa. Por esta apariencia nos nsom-
1. Decimos milagro para clcsig- bt·a, dC'spierta nuestra atención; pe-
na,r un hecho que provoca un to- ro J>Ol' la significación religiosa que
tal ·asombro porque su causa est,í es su alma, dirige la atención ha-
ocuJ.ta para tocios, Pero esta cau- cia una doctrina, hacia una ver-
sa es Dios. Luego ,las cosas hechas dad; y es entonces cuando merece
por Dios con independencia de cau- propiamente el nombre de mila-
MIMICA 650

gro, porque ee convierte en un 11, Por nnnl.: imitación ineonsrientc


usiirnon. (E. LE RoY, E~sai s. la por la que el hombre adopta el com-
notfon ,lr mirarlr, A un. do ]Jhilo.~. portamiento, el lenguaje, !ns ideas de
chr,'t., die. l!J0G, 2:13.) 11r¡ucllos entre quienes vive.
7. El milagro es la respuesta l. Sólo comprendemos aquello
f,worable a la plegaria, Y esta r¡ue en nosotros se repite, que se
respuesta se efectúa sin ninguna halla en nuestra ¡,ropia naturale-
violadón de las leyes M la natu- zn. El mimetismo psicológico es el
raleza. (E. MÉNÉGOZ, l'1tb/ic, (/ii,, arte de penetrar. (H.-F. AMIEL,
s. fe, fi,/dsmc, I, 152.) Jo11r11al i11t., 13 marzo 1879.)
S. Negamos, en principio, In Mimica, subst. Gr. mimiküs, relati-
posibilidad de un hecho contrario vo al mimo,
a !as leyes de la. naturaleza. A. Prop.: expresión del pensamiento
No por ello creemos menos en el mediante gestos o juegos de fisonomía
milagro, ron la misma firmeza que que in1itan aquello que se quiere hacer
los autor<>s sagrados. Para los an- comprender,
tiguos. el milagro es unn interven- B. Por ext,: movimientos expresivos
ción de Dios que interrumpe el del cuerpo y principalmente del rostro,
curso natura.! de las cosas; para
nosotros, es una intervención de 2. En su orig,en nebuloso, nues-
Dios que in·terrumpe el curso fa- tras manifestaciones mímicas se
tal de las cosas. Para los anti- componen de reflejos absolutos, in-
guos es un -acto dh'lno libre, con- condicionados, y son, en consecuen-
trario a. las leyes de la naturale- cia, naturales. Pero la colectividad
za; para nosotros, un libre aeto decide en qué circunstancias se im-
divino co11forme a las leyes de la. ponen o están, por el contrario,
naturaleza. (lbíd., 154.) prohibid•as; y, por el juego del re-
B. Por e)..-tensión: nSe dice por exa-
flejo condicionado, nuestra volun-
geración d-e una cosa e:\."traordinaria, tad o, digamos mejor, aa solicita-
de un azar maravilloso» ( Ac. Fr.) Es- ción imperiosa del grupo, las con-
capar a la muerte por milagro. El mi- forma en nosotros a esos decretos.
lagro griego. (Oh. BLONDEL, lntrod. d la p81Jchol.
collcct., 170.)
9. Las ciencias de observación 3. La mímica es, como el len-
han hecho desde hace un siglo pro- guaje, un insbrumento de expre-
gresos asombrosos; el método ex-
perimental marcha de ntilagro en sión en cuy,a maestría llegamos
mila¡rro. (G. l\lrLHAUD, Le ratio11-- muy lejos.
nel, 38.) Desde este punto de vista, lo
10. Es verdaderamente un mi- propio de la maestría no es ser na-
lagro que se hayan dado Teunidas tural, sino apuntar a lo natural a
las circunstancias necesarias para bravés y en función de las con-
que la Yida pudiese surgir, y na- venciones que lo encierran. (lbí<l.,
da tiene de asombroso que ese mi- 185.)
lag-ro no se haya producido más 4. Nuestra mímica se refleja
que una vez. en la concienci•a del otro. Es in-
(... ) Por mi lag-rosa que sea, la terpretada y comprendida. Al ver-
aparición de la vida estaba no obs- la comprendid·a, recurrimos a eJln
tante en el orden natu,ral de las para hacernos comprender( ... ). La
cosas. (J. DAUVILLIER y DESGUIN, empleamos para expresar lo que
Ge1usc de la vic, 119-120.) queremos expresa1·, trns haberla
empleado en un principio para ex-
MIMIOA presar lo que no pod riamos ex-
l\limo. Gr. mimos, imitador, come- presar. (l-1. DELACROIX, Lang. et
diante; pequeña comedia en la que el pensée, 90-92.)
actor imitaba los caracteres y las cos- Mis, 11tiso. Pref. griego que indiea
tumbres. hosti.Jidad. l\lisántropo, misógino ( 011-
l\limetismo. Der. de mimo. 110, la mujer). lllisoneismo (11,011, lo
A. Prop.: fenómeno de imitación que nuevo).
se observa en ciertas especies de ani- l. Pienso que Ganivct no se hu-
males que tomen la apariencia del me- biera suicidado si hubiera sabido,
dio en el que &e hallan. como Arniel, ventilar la atmósfera
651 MISTERIO

cargada de su alma de misántropo de prueba, de demostradón o veri-


con el desahogo de un Diario. (G. ficación, que imponen objetivamen-
MARAÑÓN, Amicl, 107.) Ad. E. te sus resultados a ,las mentes.
2. La tradicionalidnd en sí mis- Aquélla es el hecho de una con-
ma es una fuerza positiva, única ciencia que descubre una realidad
manera de vivir una vida de per- objetivamente intraducible en la
sonalidnd fu'erte, Lo negativo es que se halla 11umida, que es para
el misoneísmo, la repulsión a todo ella como un aire o un medio vi-
lo nuevo, y eso si, en ciertas épo- vificante, y que exige dar acogida
cas ha obrado sobre el pueblo es- a una enseñanza y dejarse impreg-
pañol como rémora, en conniven- nar, profundizar y unificar por su
cia con la VUIJl'nr npatia, (R. ME- acción. (G. MADINIER, Conscience
NÉNDEZ PIDAI,, Los espa,ioles en la et signif., 119.)
lli,1toria., 40.) Ad. E. V. Absurdo, 2.
l\lismidnd. V. «Ipscidado. Misterio y problema, (G. MARCEL). El
misterio supone, a diferencia del pro-
MISTERIO. Gr. 111ystiirion (der. de blema, que quien lo piensa se halla
,n.yein, estar cerrado, cerrar) : cosa se- personalmente sumergido en él.
creta, ceremoni,a religiosa secreta.
4. Distinción entre lo misterio-
A. Princip. en la antigüedad paga- so y lo problemático. El problema
na: rito o ceremonia 1·eligiosa a la que es algo que uno encuentra, que le
no eran admitidos más que los inicia- cierra el camino. Está entero ante
dos. Los misterios órficos, los miste- mí. Por el contrario, el misterio es
rios de Eleusis. En el vocab, cristiano algo en lo que me hallo compro-
se habla todavía de misterios sagrados metido, y cuya esenci•a es, por con-
(l,a misa). siguiente, no hallarse todo entero
B. Prop. (Teol.): doctrina revelada ante mi. (G: MARCEL, «ETRE ET
que el fiel debe creer, au·nque J.a pura AV,», 145.)
razón no pueda establecer au verdad 5. Un problema es una dificu!-
ni siqu-iera tener una comprensión sa- tad derivada de nuestra ignoran-
tisfactoria de ella. El misterio de la cia y que puede resolverse por el
Trinidad, de la E·noM'tlación, del pe- saber. Un misterio, una dificultad
cado original, de la predestinación. En- que depende de la naturaleza o de
señanzas sobre los misterios (obra de la cosa y ,aumenta con el conoci-
BOSSUET), «El Misterio de Jesús» miento. (J. GUITTON, Essai s.
(PASCAL),
l'amo1<r hm,iain, 72.)
1. El misterio cristiano no só-
lo está fuera del alcance de tales V. Átomo, 1; Comprensión, 35; Pro-
o cuales espíritus en tal momen- blema, 15, 16.
to de ~a civilización y de la cien- D. En sentido amplio. Lo que per-
ci-a; se haUa fuera del ,alcance de manece oculto para la mayoría (los
1a inteligencia humana por ndc, misterios de .la política, de la vida pri-
lantada que la supongamos. (J. LA- vada). Lo que d·a la impresión de mis-
PORTE, Rationalisme da Descartes, terio, es decir, de realidades trascen-
302.) dentales que permanecen ocu~tas para
2. Desde el punto de vista cris- nosobros (el misterio de la noche, del
tiano y en sentido estricto, el mis- bosque).
terioes, pues, l,a revelación del se- 6. Hay ( ... ) lugares envueltos
creto de Dios. (J. LACROIX, Raison en el misterio ... (!11. BARRES, Col-
et myst., en Rcchcrchcs et dial. /in. insp., 2, l.)
phi/os. et écon., 6, p. 63.) 7. El bosque, su «horror sagra-
C. Fil. Lo que la razón humana no do», su misterio, su frescor y su
puede comprender. El misterio de la gracia, su silencio y sus voces ( ... )
vid·a del conocimiento, de la memoria. han rondado sien1pre In imagina-
3. La afirmación del absurdo y ción de los hon1bres. (111. GENEVOIX,
el reconocimiento del misterio ( .. ,) Forct voisinc, l.)
son dos maneras de abordar In rea- 8. El p1,cstigio no puede care-
lidad. El reconocimiento del miste- cer de misterio, porque no se reve-
rio se realiza poi· ot,,as vías que rencia gran cosa lo que se conoce
la discusión de los problemas. Es- demasiado bien. (Ch. DE GAULLE,
ta encuentra ,a su servicio técnicas Le fil de l'épée, 66.)
l\liSTICA 652

P. Todos !os seres tienen su vino, cxpcrimenta1· interiormente


misterio. No dig-o un misterio c.n In presenoi,a divina. As! entendido,
~u vidn, sino su misterio funcln- el mistici-smo se halla en el origen
mcnta.l, <•I que los hace existir, el ele toda religión. (H. DEI,ACROIX,
de su sc-r mismo. (P.-A. LESORT, Élmles d'l,isl. el de ¡,syc/iol. d,i
Les rcias <'I les cocm·s, 168.) ,nyst., Préf, VII,)
6. El místico no se limita, sin
MiSTICA clu<ln, a ser razonable, pero lo es
l\líslico, adj. y subst. mnsc. Gr. mys- ¡,lena, eminentemente. (M. BLON-
t il.-os, relativo a los misterios. DEL, c11 «Qu'est-ce que la myst. ?»
Sentido general: que se sitúa fuera C. de la nouv. ;ou.rnée, 3, p. 60.)
del modo ordinado de conocimiento, ya 7. no habrla religión si no hu-
sea por encima (A), ya ni margen (B), biesen existido l1ombres privHe-
ya por debajo (C). giados con intuiciones misticas. En
A. Propiamente (Teol.): que alcan- el corazón de toda religión vive un
za realidades invisibles, principalmen- mensaje mistico. La religión supo-
te sobrenaturales•, por un modo de in- ne, pues, la mística; pero los hom-
tuición suprarracional que es privile- bres más religiosos pueden perma-
g-io de unos pocos. Conocimiento, expe- necer extraños a ·lo que son, en el
riencia, gracia místicos. sentido estricto de las palabras,
Si>z-: sobrenatural. los estados místicos. (L. BORDE1',
l. Nuestros místicos, que tire-
Rrligio,i et mystic., 134.)
pan a alturas inaccesibles, sólo nos 7'. quien desea una explicación
interesan porque hay en nosotros de aquel estado, pide ciertamente
algo que responde a su estado. (111. lo ;mposible, y se pone al nivel de
BARRES, lllcs cahiers, XI, 94.) quien quisiera saborear los colo-
res teñidos en cuanto colores, y
2. Hay en ( ... ) todo estado mís- pretendiera que el cOl!or negro fue-
tico este doble elemento: un cono- se dulce o agrio. Con todo y con
cimiento superior de Dios, que, esto, no te privaremos de algunos
aunque general y confuso, da una indicios, con los cuales te indique-
idea altísima de sus incomprensi- mos algo de fo que aquél vio to-
bles grandezas; y además un amor cante ,a las maravillas de aquel es-
irrazonado, pero muy precioso, ta.do; más esto por vía de parábo-
que el propio Dios comunica y al Ins o ejemplos, no golpeando las
que el alma, a pesar de todos sus puertas de la verdad, por cuanto
esfuerzos, no podría jamás elevar- no hay medio de saber con certeza
se. (A. SAUDKEAU, L'état mystique, -lo que P""ª en aquel estado, sino
2.• ed., 73.) cuando se lleg,a a él, (ABENTOFÁIL,
3. Llamamos místicos a ciertos El fil6sofo autodidacto, 112.)
estados sobrenaturales que encie- Ad. E.
rran un eonocimiento de tal géne- V. A¡,ofático, 1, 2; Ascetismo, 2; Na-
ro que nuestros esfuerzos, nuestra ti,raleza, 63; Pasivo, 3, 4.
industria, no pueden llegar a pro-
ducirlos. (A. POULAIN, Grü.ccs d'u- B. Por ext.: que, a partir de datos
raison, 5.ª ed., 3. empíricos o de símbolos, aloa.nza, por
procedimientos dependientes de la in-
4. Un excelente maestro de la tuición adivinadora, realida.des invisi-
vida espiritual, el R. P. de Mau- bles de las que vive y que le sirven de
migny, confiaba un día aJ R. P. Pi- inspiración.
nard de La Boullaye que, en su Sin.: espiritual•, intel'ior•.
opinión, las tres cuartas partes de
los sujetos que se creen en estados 8. Muy diferente [del senti-
místicos sufren Ull'a ilusión. El P. miento flamiliar y social] es el
Poulain ( ... ) daba la misma pro- amor mistico a la humanidad. No
porción. Yo no me arriesgaré a fi- es prolongación de un instinto ni
jar un porcentaje, pero me parece deriv-ación de una idea. No perte-
que esos teólogos no oran aún su- nece a lo sensible ni a lo radonal.
ficientemente generosos. (R. DE Sr- Es implícitamente lo uno y lo otro,
NÉ'l'Y, S. J., Ps11cliopat/1owgic et y efectivamente mucho más. (H.
directimr, 178.) BERGSON, Les deux sourccs ..."',
6. El mlstico es el que cree 250.)
aprehender inmediatamente lo di- 9. La investigación filosófica se
653 MISTICA

t'Cmonta analíbicamente del efeclo l. Prop.: conjunto de procesos si-


a la causa en virtud de una nece- tuados por encima o al margen de las
sidad racional. El impulso místico funciones ordinarias de conocimiento
se eleva del efecto, percibido como y por los que el alma se pone en con-
signo, a esa misma causa por un tacto inmediato con lo divino.
movimiento que no se justificaría 14. ¿La mística, «in.tuic.ión de
totalmente en pura razón (... ), pe- Dios»? Sí, pero sin salir de la•
ro que procede (, .. ) de una abrac- tinieblas. (H. DE LUBAC, Sur les
ción del Ser a través de sus indi- elte111i11s de Dieu, 191.)
cios. (H. DE LUDAC, Sur /es cltc111i11s 14'. aun reduciendo la mística
ele Dic1,, 175.) a u-na simple experiencia al lado
10. El introvertido centra su de otras, esta experiencia puede,
vida religiosa en el recogimiento. conceptualmente formulada y teo-
Su rl'l,igión es ,interior y mística. lógica o filosóficamente defendida,
( ... ) Por el conitrario, el extrover- revelar aspectos de lo real que de
tido gusta poco de los impulsos otra suerte permanecerían inase-
místicos; ,sensible sobre todo a la quibles. (J. FERRATER MORA, Dic-
relación extema y ,Ja fecundidad ci011ario de Filosofía, 623.) Ad. E.
visible, es hombre de obras... (,J. 1',tística y ascesis. La ascesis se cen-
LACROIX, Tr. clu cara.et., 765.) tra en el individuo que hace esfuerzos
11. Grosso moclo, cabe distin- por eliminar sus imperfecciones. La
guir dos polos en la vida espiri- mística comporta un total olvido de sí
tual: el teólogo se opone al místi- en pos de lo más grande que uno
co como el intelectualista al intui- mismo.
tivo, el homb1-e de meditación al Según la doctrina cató!.: en la as-
paladín de lo in.mediato. (... ) El cesis, la gracia opera y la voluntad
gran teólogo es 1ambién un mís- coopera; en la mística es sólo la gra-
tico; el teólogo que no fuese más cia la operante.
que teólogo Jo sería bien pobre-
mente, y acaso no ao fuese en mo- 2. Por anal.: fundamento afectivo
do alguno. (G. GusoonF, Tr. ele de un conjunto de tesis a las que nos
métaplt., H6.) adherimos mucho más por sentimiento
que por consideraciones racionales. La
11'. La vida místiea con1ien:1Ja mística revolucionaria, la mística con-
elll1lre los cristianos, como entre los servadora.
judíos y musulmanes, el día en
que D.ios se hace presente ad cora- 15. La mística democrática agi-
zón, como a. una persona que le ta utopías. E'1 cristianismo, en
pide entrada. (H. SÉROUYA, Le cambio, tiene un ideal. (G. THI-
11,ystw., 76.) D0N, Retour a,u récl, 125.)
V. Absoluto, 3; Participación, 11. 16. La mística que sostuvo a
la 111 República fue una especie
C. Con intención despreciativa (ba- de protestantismo laicizado o, más
sada en el hecho de que hay falsos bien, racionali:1Jado. (J. LACRO IX,
místicos) : que confía en visiones o sen- ltinér. spirit., 119.)
timientos irracionales o infrarracio-
nales. B. Objetiv. (con disciplina). Parte
de la teología que tiene por objeto los
Sin.: soñador, iluminado, visionario. fenómenos místicos.
12. las leyes mantienen su cré- 17. Se trata precisamente de
dito no por •ser justas, sino porque saber si entre la metafísica y la
son leyes. 'fa! es el fundamento mística existe, a fin de cuentas,
místico de su autoridad, y no tie- una frontera preoisable. (G. MAR-
nen otro. (M0NTAIGNE, Essais, 111, CEL, Congri!s Descartes [1937],
XIII, Pléiade, 1203.) VIII, 65.)
13. La costumbre supone In Misticismo. Carácter de los hechos
equidad, por la sola razón de ser místicos, en ,los diversos .sentidos de es-
algo aceptado; tnil es el fundamen- te ndjotivo, o el conjunto de esos
to místico de su autoridad, Quien hechos,
la retrotrae a su principio la ani-
quila. (PASCAL, Pc11sées, 4,67.) A. Prop, (en la esfera religiosa).
Co.rácter o conjunto de los hechos por
Mística, subst. (In mística). A. -los que el alma alcanza directamente
Subjetív. (como hecho psicol.). '1o divino o a la divinidad.
MITO 654

18. el misticismo es un desqui- obrns. El discurso no es, sin dudo,


te de la intuición rontrn el cono- más que un instrumento &! servi-
cimiento discursivo. (H. DELA- cio de la intuición, pero un instru-
CIIOIX, l>'t,ules d'hist. rt. de ps¡¡c/wl. mento necesario. (E. LE RoY, R.
d11 ,nyst ., Pref., VIII.) de 111ét. et ele mor., 1901, 147.)
19. A nuestros ojos, el t(-rmino 27. como reacción contra el es-
del misticismo es una toma de con- plritu cientifico se propagan sin-
tal"to, y por consiguiente una coin- gulares credulidades y como un
richmcia parcial, con el esfuerzo vértigo de lo irracional. Este «si-
creador que manifiesta la vida. Es- g,Jo de las .Juces» es también el de
te esfuerzo es de Dios, si no es el los iluminados. ( ... ) Los hermanos
propio Dios. (ll. BERGSON, Les de la Rosa-Cruz ( ... ) forman en
<lcux St.mrces ... , 23.J..) pleno sig,lo XVIII un activo grupo
20. Si el misticismo es lo que de francmasones abocados al mis-
acabamos de decir, debe propor- ticismo y que se creen en comu-
cionar el medio de aborda,· en nicación con los espíritus. (JASINS-
cierto modo experimentalmente el KI, Hist. de la, litt. fr., 11, 124.)
problema de la existencia y la na-
turaleza de Dios. Por lo demás, no MITO. Gr. mytl,os, fábula, relato
,·emos cómo si no podría abordar- fabuloso.
lo la filosofía. (Ibíd., 255-256.) A. Prop. (acepción religiosa).
21. Dios es amor y objeto de l. Hasta nuestros días: relato fa-
amor: ta.! es toda la aportación del buloso que refiere haz·&ñas de dioses o
misticismo. De ese doble amor es ,héroes y destinado usualmente a dar
de lo que el místico habla sin tasa. /una explicación de la realidad capaz
(lbíd., 267.) de satisfacer a un espiritu primitivo. ·
22. El misticismo es el abando- l. El estadio del mito es tam-
no del pensamiento -individual a bién el estadio del monólogo, y en
una fuerza que le supe1·a y guía. ese estadio se demuestra porque
(A. PONCEAU, Initiat. philos., II, nada se «discute», &l no encontrar-
229.) se todavía en presencia de una opi-
23. El misticismo no prueba a nión contral'lia o, simplemente, di-
Dios; tan sólo tiene su experien- ferente. ( ... ) es ad hacerse dialéc-
eia. (H. SÉROUYA, Le 111ystic., 8.) tico [discutiendo los mitos de los
B. Por ext. (en la vida religiosa or- demás] cu11111do el hombre del mi-
dinaria y fuera de la esfera religiosa) : to o de -la opinión se hizo sabio o
tendencia a elevarse por encima de la filósofo. (A. KOJEVE, Introd. d. la
realidad para concebir un orden de co- lec t. de Hegel, 434.)
sas -superior e inspirar en él la con- 2. Mito es el nombre de todo
ducta. aquello que -sólo existe y subs.iste
Sin.: idealismo. teniendo por causa la palabra.
(... ) Ni siquiera se puede hablar
24. El misticismo es de orden de ello sin segui.r mitificando y
puramente religioso, pero no es ¿ acaso no hago en este instante
menos eiel'to, a los ojos de quienes el mito del mito pa1·a responder ni
han meditado sobre su naturaleza, capricho de un mito? (P. VALfRY,
que también se refleja en los crea- Variété, Pléiade, I, 964-965.) •
dores de genio, artistas, poetas y
filósofos. (H. SÉnOUYA, Le 11,ystic., 3, El m,to es un rel,ato que
G.) mezcla en Ja misma representación
imaginativa u•na historia de dioses,
C. Con intención de menosprecio: de semidioses, de héroes, y se re-
actitud de quien, en esferas que no lo monta a una especie de tiempo pri-
admiten, subordina el razonamiento a mitivo, nt·caico, a un tiempo ori-
pretendidas intuiciones o a una fe cie- ginario anterior al tiempo.• ( ... )
ga, o incluso se complace en el mis- Mito ejemplar es ese relato del an-
terio. tiguo Egipto que cuenta cómo na-
25. El misticismo consiste en ció el mundo de las lágrimas de
introducir el misterio en la cien- un dios. (E. BollNE, Le probl. du
eia. (E. GoBLOT, Vocab.) mal, 38.)
26. Desconfiemos del pretendi- 4. Para Plotino, como para Pla-
do misticismo que no cree en las tón, el mito aparece como una ex-
655 MITO

pres1on c6moda, por concreta, de pres,mtaci6n, de estructura imagi-


los momentos mlÍs difíciles del pen- nativa (no imaginaria), cm, afYT"C·
samiento, de las realidades mús licnsi6n de valores. (H. DUMÉRY,
inefables. (J. PÉPIN, Jlfytltc et allé- PIiilos. ele u, re/ig,, I, VI.)
goric, 481.) V. lclea, 99; Recttrrencia, 4.
5. La conciencia mítica no se ll. Por ext. (acepción profana, pero
asombm de nada; justifica el pre- n menudo con una componente de mis-
sente, cualquiera que sea, remi- terio) : construcción mental esencia;! o
tióndolo a un precedente ontológi- incluso puramente imaginativa.
co; todo lo que es ha sido, jamás · 9'. E1 mito, la noble imagen
puede producirse nada nuevo. El fantástica, es una función inter-
nacimiento de la filosofía es el des- na ·sin la cual la vida psíquica se
perta1· de ese sueño del inmovilis- detendría para.lítica. Ciertamente
mo mítico. El estado de IJ'l'Oblema que no nos proporciona una adap-
atestigua ,Ja inquietud de un in- tación intelectual a In realidad . .EL
dividuo que se descubre, en su mito no encuentra en el mundo
mundo, como una persona despla- externo su objeto adecuado. Pero,
zada. (G. GUSD0RF, Tr. de métapli., en cambio, suscita. en nosotros las
65-66.) corrientes inducidas de los senti-
6. Freud parece ( ... ) no haber- mientos que nutren el pulso vital,
se dado ,tregua hasta ,no haber mantienen a flote nuestro afán de
opuesto nuevos mitos a los mi- vivir y aumentan la tensión de
tos antiguos, encantamientos nue- los más profundos ,resortes bioló-
vos a Jos viejos enc11111tnmientos. gicos. _fil.mito es la hormona psí-
Del mús implacable debelador de quica. -(J. ORTEGA Y GASSET, El
leyendas, Jaspers cree que se debe «Quijote» en la escuela, Obras, II,
considerar, sobre todo, que fue 296-297.) Ad. E.
también el más complaciente in- l. Relato o representación imagina-
ventor de leyendas. (J. PAUMEN, tivos que tienen por objeto concretar
Raiso,i et exist. cliez K. Jaspers, una enseñanza abstracta.
239.) Sin.: alegoría•. El mito de la ca-
2. En nuestros días se admite que verna.
ciertos mitos consti,tuyen un relato o
( representación de hechos que, aun sin . 2. R:epre.sentación falsa por dema-
atenerse a normas científicas o racio- siado simplista, pero generalmente ad-
nales, no son, sin embargo,· fabulosos. mitida por todos los miemlM-os de un
Constituirían una primera elaboración grupo. El mito de la cortesia france-
de experiencias reales. sa, de -la flema inglesa, de Ja igualdad
de la fraternidad universales. '
7. Hay mitos y mitos, y si hu-
. biese que condenamos a todos, ven- 10. Todo el mundo sabe que el
' dríamos a condenar con ellos toda Mediodía es un mito del hombre
. religión e incluso toda razón. La del Norte y la juventud un mito
capacidad de simbolizar puede con- del quincuagenario. (W. JANKÉLÉ-
VITCH, Tr. des vertus, 630.)
vertirse en una trampa para el
\ pensamiento, pero es también su V. Éxtasis, 9.
germen. (M. PRADINES, Esprit de 3. R;epresentació_n de algo completa-
/a relig., 272.) mente irreal. El mito de una mina de
8. Aunque Blondel evite recu- oro (invención de un estafador). El mi-
rrir a las fórnnulas de un credo to de un atraco (invención de un cajero
histórico, es evidente que su defi- ladrón).
nición supone el conjunto de los Sin.: leyenda.
mitos crisbianos, entendiéndose que
esta expresión designa para nos- c. En el al. R. BULT~IANN: manera
otros no una fabulación gratuita, de pensar que se esfuerza por expre-
sino una afirmación injustificable sar las cosas divinas en lenguaje hu-
por la lógica del intelecto... (G. mano y que, ligada a las concepciones
GUSD0RF, Tr. de métapli., 375.) simplistas que antaño se tenían de las
cosas, es incompatible con la menta-
9. La palabra mito, empleada lidad moderna. Así, In concepción del
1 técnicnmento por los fenomenólo-
gos de la religión, no tiene ya el
mundo como una es~rncturn de tres
pisos: arriba, el cielo, morada de In
' sentido de fábula. Quiere decir: re- divinidad y de los espÍl'itus puros; en
l\llTO 666

medio, la tierra, residencia de los hom- ue de la ciencia es que da un


bres; abajo, los infiernos, ndonrle des- eso infinitamente mayor a la ima-
cienden los muertos (en el cristianis- ~ innelón y no el suficiente a la
mo, en donde son castigarlos •los con- bservación. (A.-H. KRAPPE, La gc-
dena<los). 11~•• <Ice 11tytlws, 27, 32.)
Dcsmit.ificar, desmitificación. Vocn- 11. Por ext. (con matiz peyorativo):
blos (utilizarlos por el al. R. BULTMANN explicación mediante seres imagina-
en su ex~gcsis do! N. Test.), cuya sig- rios¡ conjunto de Jas representaciones
nificación resulta ambigua, imaginativas e iI1racionales que se mez-
A. En sentido estricto o literal: ac- clan a las concepciones positivas de
ción de eliminar o rechazar los mitos nuestros contemporáneos civilizados.
como incapaces de aportar ningún co- 14. la mitología cartesiana de
nocimiento ,·ruido. los espíritus animales. (G. Gud-
B. En sentido amplio y más co- nom·, en Diogenc, 17 [1067, 11, p.
1·rientemente: interpretación que quita 122.)
al mito todo valor histórico, pero le 15. El psicoanálisis presintió
atribuye un valor de símbolo. la importancia de lo adquirido en
11. El advenimbiento de.l espí- los primeros años, pero la mito-
ritu crítico y técnico ha 1·oto ese logía de que recargó su sistema-
resorte [ el del inito). El intelec- tización falseó su perspectiva ...
tua:l contemporáneo se adjudica co- (l\f. BoLL y F. BAUD, Pcrsonnalité,
mo misión la de desmitificar y des- 41.)
mistificar, dos operaciones que le 16'. el marxismo, primera obje-
parecen casi sinónimas. (... ) La ción, es un racionalisnto, un uso
epistemología en el sentido anglo- desmedido de la razón, en suma,
sajón desmitifica la Ciencia, como una metafísica. Pero, segunda y
hace Bultmann con la exégesis bí- aún más grave objeción, por de-
blica. (H. VAN LIER, en Diogene, bajo de esa apariencia racionalista
núm. 30, 12.) y metafísica, descubre una mito-
12. el mito, así desmitologizado logía, es decir, un irracionalismo.
al contacto con la historia y ele- (J.-L. ARANGUREN, Implicaciones de
vado a la dignidad de símbolo, es /a, filosofía en la vida, contempo-
una dimensión del pensamiento 1·á11ea, 30.) Ad. E.
moderno. (P. RICOEUR, Ffoitude et V. Conipa,mci61t, 3.
culpahilité, 11, 13.) l\lítomanía. Comp. del gr. mythos
C. En el ,.}. R. BULTMANN: en prin- (relato, fábula) y mania, (locura).
cipio, interpretación crítica o elimina- Tendencia constitucional a dar como
ción de los mitos en el sentido C. reales hechos de la propia invención.
l\litología. Gr. n,ytlwlogia, relato Sin.: fabulación•.
fabuloso, mitología.
A. Prop.: conjunto de los mit~s de 16. Si la mitomanía es, por de-
la Antigüedad grecorromana (mitolo- finición, un estado patológico, hay,
gía clásica) o de pueblos primitivos. no obstante, un período de la vida
Disciplina que tiene por objeto el es- en el que ( ... ) es resultado del
ejercicio normal de las funciones
tudio de esos mitos. psíquicas. Ese período es el de la
13. Un mito intenta siempre infancia, no sólo dol hombre, sino
explicar algo, ya sea la causa de de la humanidad. (Dr. DUPRÉ, Pa-
un fenómeno natural, ya el origen 1/wl. ele l'imagin., 6.)
'de una institución o una costum-
Urc. Es, pues, esencialmente un 17. La mitomanía es el resulta-
cuento explicativo (etiológico) (... ) do de la persistencia en el adul-
El mito da una respuesta, provi- to de la actividad mítica infantil:
sional, sin duda, pero respuesta al representa un modo de illfantilia-
fin, a las preguntas del hombre mu intelectual que, por sus mani-
·~ curioso por conocer la razón de festaciones tardías, contrasta con
1 j las cosas. Se trata, pues, de un el resto de la personalidad adulta.
, fenómeno puramente intelectual, (Ibld., 23.)
'\ en el que el sentimiento no entra 18. La mitomanía puede no ser
p.ara nada. ( ... ) La mitología es, sino la patología e/o /a, in1agina-
pues, como la ciencia, un producto ci611. ( ... ) La mitomanía es, casi
del intelecto ( ... ). Lo que la distin- siempre, la ¡Jatología d• la 11a11i-
657 MITO

da,l. (G. Rou1N, G111iriBu11 <Ir• dé- ter religioso, sino técnico. Son ccinge-
fa11ts et des vices ... , 306.) nieros». Ante los fallos que persisten,
19. La mitomanla vanidosa es se llega a admitir «voluntades superio-
la más frecuente en el hombre. Da res, y esto nos lleva al umbral de la
lugar a verdaderos accesos de men- Rcligilm. Estos «dioses» son concebi-
tira y fabuliación. Su forma más dos, genera.lmente, como malos.
placentera sigue siendo la «char- C. La realidad como mito. El mito
latanería fantástica» (Tartarín, es el esquema de la concepción deJ mun-
Numa Ro11mesta11, el Mentiroso de do de los hombres que lo crean. Mito
Corneille). ( ... ) sig,nifica «narración», y estas narra-
Por el contrario, en las mitoma- ciones son siempre dinámicas. Para
nías malignas, el desorden imagi- ellos el mito es la realidad. Por tanto,
nativo va asociado a diversas for- es inval'iable e intocable. Pero progre-
mas del instinto de destrucción. sivamente, lo que se había hecho para
(... ) El predominio de la ma.licia explloar J,a realidad, se convierte en la
sobre Ja vanidad ( ... ) es evidente en realidad misma: la realidad es el mito.
los autores de anónimos, los de- Esto sucede en virtud de la transmi-
nunciantes falsos... (E, MOUNIER, sión oral y formulística de los ritos, y
Tr. d,. caract., 392.) por eJ monopolio. que ejerce la casta
de los magos. No se distingue entre el
Pensamiento mítico. Ad. E. Se puede símbolo y la cosa simbolizada. Cuando
definir el pensamiento mltico, por opo- se inventan nuevas técnicas, en res-
sición al pensamiento lógico, como una puesta a nuevas necesidades, se crean
concepción del mundo no racional. a la vez sus mitos correspondientes, y
La estructura del pensamiento mí- el éxito no se obtiene debido a !as téc-
tico. nicas, sino debido a los mitos.
A. Actividad proyectiva. Podemos D. La swperación clel mito a través
suponer fundadamente que, tras una de los problemas que plantea y de la
primera /ase designativa en que se nueva situación.
crea el lenguaje (sustitución del gesto 1. El mito como irn,trum,,nto prrí.c-
por el sonido que le acompaña), una se- tico. El mito garantiza el orden cósmi-
gunda fase proyectiva llevaría al hom- co y socia!l. Se instrumentaJiza para re-
bre a proyectar sobre el mundo exte- solver problemas individuales y colec-
rior su subjetividad. Dado que el co- tivos (magia). El rito mágico «manda"
nocimiento es el triunfo del orden men- sobre la realidad. Af percatarse de la
tal 110bre el caos de sensaciones, todas vanidad de este mandato, el mito se
las Mitologías presuponen un caos ini- humilla y se convierte en «súplica» an-
cia!!. El triunfo sobre éste lo represen- te las fuer:11as superiores o dioses: el
ta Ua Justicia C6smica. El orden es, mito se convierte en Religión.
pues, elemento esencial en la realid,ad.
2. El 1nito como vehículo de especu-
Como ca.racterístfoas diferenciales lación. Los problemas teóricos se ex-
con el pensamiento lógico hay que se- plican a través de mitos que narran el
ñalar el predominio de la imaginación, origen de las cosas, En una primera
y la escasa capacidad crítica. fase, el mito no guarda ninguna rela-
B. La naturaleza como un «tú». Pa- ción lógica con la pregunta a que res-
ra el hombre mítico, la naturaleza es ponde, sino que es un mito fácilmente
viviente, todos los seres son animados. representable. En una segunda fase, el
De ahí nace el temor, el agradecimien- mito pretende dar una respuesta colte-
to, la -C<Jilaboración. Estos «yo» y estos 1·1mte, antropomórfica, por ejemplo, el
«tú» son materiales; el hombre mítico cosmos ha nacido, como los hombres, de
es materiaUsta. una o varias parejas. En una tercera
La sustancia de las cosas es el nom- fase se pone como origen un principio
bre. Por tanto, maniobrando con los activo, del que proceden todas las co-
nombres se puede manejar Ja realidad. sas, incluidos los dioses. Generalmen-
'fa! es el origen de ,la «magia». Con te, este principio activo es eJ ag1<a. Es
ella se podrá prever el porvenir. El ,~to el estadio de la «arjé». El mito cede
mágico falla: se -pensará que los ri- el paso a la Filosofía y n la Ciencia a
tos están mal hechos, apareciendo la tNLvés de ,un proceso de crítica del con-
«corrección formal» de los procedi- tenido del mismo.
mientos. Esto requiere una especia.liz11- 3. El mito co-mo vicla ética. Una vez
clón y una tecnificación que represen- que el mito se convie1•te en religión, los
tan los ,,magos», que no tienen carác• dioses son concebidos, generalmente,
42. Uiccionariu Jd l.c1111uajc Filo:.tifico
~IObA Gii8

C'omo malos. El hombre est{1 sometido Psicol. y ¡,siquintríu. A. Evocación


al «Destinon, es castigado por los dio- volunturin e incluso metódica dcl pa-
ses si hace ('.} ma.1, poro su comporta- sado.
miento está determinado, no es libre. 1'. [esta obra] se dirige, no a
Esta flagrank injusticin ntaca uno de una inteligencia abstracta o anó-
los elementos fundamentales de la con- nima, sino a seres individuales en
e<>pción mitiea: c,l de la Justicia Cós- quienes se trata de despertar una
mk-a. El mito entra, pues, en crisis a cierta vida profunda de la refle-
travé-s de una crítica ele tipo ético. xión mediante una verdadera
/4. La nueva situa,ción en los vaíscs ananrnesis, en cjl sentido socrático
ci.t-ilizculos, En la Edad del Hierro, de- y platónico del término. (G. MAn-
bido a la baratura y dureza de este CEL, Myste,·e de l'étrc, 1, 6.)
metal, a la dh"lllgación del alfabeto, B. Los datos de esa evocación.
que permite una mayor extensión cul- 2. Me habia yo enterado por su
tural al margen de las castas sacerdo- nnamnesia, no sin sorpresa, de que
tales, a la internacionalización del co- a menudo pasaba el invierno en
mercio a consecuencia de 1as nuevas Saint-Moritz o en Niza ( ... ) . (C. G.
vías de comuni-cación, se van produ- JUNG, L'homme a la découverte ele
ciendo una serie de cambios económi- son ame, ?.8-29.)
cos y sociales que permiten la supera-
ción del pensanriento mítico. El paso MODA. Manera esencialmente cam-
al pensamiento lógico se produce hacia biante y pasajera de comportarse y so-
el s. VI a. C. en Grecia, Oriente Me- bre todo de vestirse. Una palabra, una
dio, India y China. teoría de moda. Un sombrero a la úl-
tima moda.
«lllneme»- Neo!. técnico calcado s. l. Eil filósofo se deja vestir por
el gr. mnime, memoria, facultad del re- su sastre; tanta debilidad hay en
cuerdo. (mneia). rehuir la moda como en afectarla.
En el voc. objetivista de SEMON: (LA BRUYERE, Caract., XIII, 11.)
t<~iernoria en el sentido más general, 2. lphis ve en la iglesia un za-
que comprende la memoria orgánica e pato de una nueva moda; mira el
inconsciente» (Voc. de la psycho/.). suyo y se ruboriza; no se cree ya
Der.: mnémico. vestido. Había venido a misa para
Jfnemo. Pref. gr. der. de mnémé que exhibirse y ahora se oculta.
entra en diversas palabras: mnemóme- (lbfd., 14.\
tro, mnemónico (relativo a la memoria, 3. Tenemos, ante todo, una lite-
actividad mnemónica), Mnemosine (ma- ratura de moda que expresa el ca-
dre de las Musas), mnemotécnica. rácter de moda; dura como él tres
AmneBia. Gr. wmnesia (a priv. y o cuatro años, a veces menos; de
mneia, recuerdo), olvido. V. paramne-
ordinario brota y cae con las ho-
jas del año. (H. TAINE, Phi/os. ele
sia. l'art, V, II, § 3. T. 11, 257.)
Pérdida o trastorno más o menos 4. En las épocas en que la cos-
graves de las funciones memoriales. tumbre prevalece, estamos más or•
Der.: amnésico. gullosos de nuestro país que de
La amnesia puede ser: general o nuestro tiempo. En aquellas en que
parcial: lagunar (que se extiende a to- In moda domina, nos enorgullece
do el contenido de un corto período) más, por e) contrario, nuestro tiem-
o sistemática (limitada a los hechos po que nuestro país. (G. TARDE,
relativos a un objeto determinado, p. Lois de l'iinit., 3.' ed., 269.)
ej. una persona) ; anterógrada o retró- 5. Es cortés no chocar, ni si-
grada (según que la imposibilidad de quiera asombrar, por el pelo o la
recordar afecte al pasado inmediato o corbata. La moda es el refugio del
al lejano). hombre cortés. (ALAIN, Les idées et
/rs ágcs, 11, 81.)
l. La amnesia no es un ag'l.ljero
negro y vacío, sino esencialmente 6. París, que es a In vez la ciu-
un udesorden de los recuerdos» (H. dad más irónica y la más senti-
EY, Ét. psychiatr., ll, 65.) mental de Europa, es también la
ciudad de la moda, quiero dedr, del
Anamnesia. Gr. ananinisis: acción de movimirnto que no cesn de recha-
llamar (a-na) a la memoria (11111eme). zar hacia el pasado los sucesivos
659 MODO

estilos; poco importa el estilo que como si no fuese cierto que los tie-
se adopte con tal de que sea «el ne en nada, (lbúl., XI, 69.)
último». (W. JANKJ!:LÉVITCII, L'iro-
5. La modestia es el primer ele-
nio, 141.) mento de una verdadera cortesía.
7. La permanente llevaba cua- (LACORDAIRE, Lettrcs a des j. g.,
renta años de moda. Era fatal que 7. • ed., 164.)
aquello acabase un dia u otro. ( ... ) 6. La verdadera modestia no
Los responsables de la moda falta- puede ser otra cosa que una medi-
rian a su deber si no la hiciesen taaión sobre la vanidad. Nace del
cambiar. (A. BILLY, Figuro del 26 espectáculo de los errores ajenos y
nov. 1959.) do! temor al propio extravío. (... )
MODESTIA Es difícil decir en qué momento
Modesto. Lat. modcstus, que no so- preciso el cuidado de hacerse mo-
brepasa la medida (modus), mensurado, desto se separa del temor a llegar
moderado. a ser ridículo. Pero este temor y
aquel cuidado se confunden en el
A. Referido a cosas: poco impor- origen. (H. BERGSON, Le rire, 133.j
tante, sin brillo, ordinario. Una situa-
ción, un piso, ingresos modestos. A un 7. Del demasiado practicar la
nivel inferior, se hablará de ingresos modestia se acaba por dudar de
módicos (lat. modicus, derivado tam- uno mismo. (J. RosTAND, Journal
bién de 1nodus). d'11n cara;ct., 36.)
B. Principalm., hablando de perso- 8. Apenas tiene mérito el incli-
nas y de su comportamiento: que ca- narse a la modestia cuando hemos
rece de pretensiones y manifiesta un convenido en que los grandes nos
sentimiento muy mesurado de su pro- dan el ejemplo. (lbíd., 37.)
pio valor. 9. El pudor moral de Jean
l. Si el modesto se contrae ba- Guéhenno es una modestia, vaga-
jo los efectos de la lisonja, es que mente orgullosa como todas las
ésta le acaricia en un lugar sen- modestias, al expresarse. (A. THÉ-
sible y frecuentemente irritado. (J. RIVE, Moralistrs de ce tenips, 330-
RosTAND, De /a; va;nité, 53.) 331.)
V. Simplicidad, 5.
2. La charca de los mediocres
desborda de falsos modestos y fal- Fa;lsa modestia. Apreciación de uno
sos prudentes 811 acecho del «orgu- mismo modesta o incluso injusta, pero
llo» y la «temeridad» de quienes se falta de sinceridad, ya que tiene por
atreven. (E. MOUNIER, Tr. d1t ca;- objeto más o menos consciente el pro-
ra;ct., 573.) vocar como reacción juicio,3 halagado.
res.
V. Orgullo, 17.
Modestia. Lat. modestia;, canícter 10. La falsa modestia es el úl-
del que observa mesura (modus), mode- timo refinamiento de la vanidad;
ella hace que el hombre va,io no
ración.
lo parezca, y se haga valer, al
A. Reserva y disc1·eción en la mane- contrario, por la virtud opuesta
ra de hablar de sí mismo y de compor- al vicio que constituye su carácter.
tarse ante los demás. (LA BRUYERE, Caract., XI, 66.)
3. La modestia es al mérito lo 11. La falsa modestia es la más
que las sombras a las figuras de decente de todas las mentiras.
un cuadro: ella le da su fuerza y (CHAMFORT, Ma.x. et pe11sées, cap.
su relieve. (LA BnUYERE, Caract., ll.)
11, 17.)
MODO
4. El hombre, por naturaleza,
habla alta y soberbiamente de si Modo. Lat. moclits: l." medida de
mismo, y sólo de sí piensa de superficie; 2.0 medida que no debe so-
ese modo. La modestia sólo tiende brepasarse, moderación; 3.0 n1anera de
a hacer que nadie sufra con ello. conducirse; 4.0 manera de hacer. Ha
Es una virtud externa, que regula ciado o1 doblete modo-moda.
sus ojos, su continente, sus pala- A. En general: manera de ser o de
bras, su tono de voz, y le hace obrar. Modo de producción; modo de
obrar exteriormente con los demás vida.
!IIODO 660

Es rl modo una de las )ll'endas dehc Sel' invertido (11mta11dus); He~ la


del mi•l'ito, y que cae debajo de la ¡1roposición indicada por la letra prc-
atención; )luédese adquirir, y poi' ceclcnto debe ser convertida si1np/eme11-
eso la falta de ello es inexcusable; tr, haciendo sujeto el atributo, y vice-
bien que en algunos tiene princi- versa; p = la conversión• debe hacer-
pios del bien natural, pero su com- se 11¡,cr accidens•, transformándose la
plemento de la industl'ia; en otros 11roposición de universal en particular
toda es del arte, que puede el cui- (loa perezosos son castigados: a,lgunos
dado de ésta suplir los olvidos de castigados son perezosos) ; e = la re-
aquélla, y aún mejorarlos; pero ducción es imposible; cabe tan sólo
cuando se juntan hacen un sujeto mostrar que habría contradicci6n en no
agradable con igual facilidad y fe- aceptar la conclusión de ese silogismo.
licidad. (B. GRACIÁN, El discreto, V. Boca,rcw, Baroco,
128.) Ad. E. D. Metaf.: determinación (en el sen-
B. Gram.: manera en que se consi- tido D) de un sujeto, ya sea de su sus-
dera la acción: como cierta (indicati- tancia misma (modo sustancial, como
vo), como obligatoria (imperativo), co- la existencia o la subsistem:ia), ya de
mo subordinada a otra, deseable, etc. su sustancia por los accidentes (for-
(subjuntivo) ... ma rectangular, postura en píe).
e_ Lóg. l. En la proposición: de- l. Pertenece, pues, a la natu-
terminación particular que afecta a la raleza del verdadero modo el que se
cópula, p. ej.: el todo es necesariamen- pueda concebir sin él clara y dis-
te mayor que la parte. Suele decirse tintamente la sustancia de que es
modalidad. modo, y que, no obstante, no se
2. En el silogismo: forma que, en pueda reclprocamente concebir cla-
las diversas figuras, toma el silogis- ramente ese modo sin concebir al
mo según la calidad y cantidad de las mismo tiempo la relación qne tie-
proposiciones, es decir, según sean: ne con la sustancia de que es mo-
universales afirmativas (A), universa- do, y sin la que no puede natural-
les negativas (E), particulares afirma- mente existir. (Log. de Port-R,
tivas (I) o particulares negativas (O). 11, 11.)
La mayoría de las combinaciones po- Modal. Relativo a los modos en el
sibles ,;oJan alguna regla del silogis- sentido C l.
mo. Descartadas estas combinaciones, Lóg. Proposiciones modales: prop.
quedan, para el silogismo categórico, que enuncian el modo o manera cuyo
19 modos válidos indicados en la si- predicado conviene al sujeto.
guiente fórmula mnemotécnica: .ARISTÓTELES y KANT distinguen tres
1.• fig.: BArbArA, CEIArEnt, DArlI, clases de ellas, Para ellos, las proposi-
FErIO; ciones son: puramente a.sert6ricas, es
2.• fig.: CEsArE, CA111EstrEs, FEst- decir, que se limitan a afirmar (es de
lnO, BArOcO; día); proble111áticas o contingentes (es
posible que 11,ueva) ; apodícticas o ne-
3.• fig.: DAnAptl, FEIAptOn, DisA- cesarias (dos y dos son necesariamen-
mls, DAtld, BOcArdO, FErlsOn. te cuatro).
4.• fig.: BAmAIIpton, CAmEntE•, Modalidad. A. En el sentido or-
DlmAtls, FEaApO, FrEslsOnorum. din.: manera de ser o de proceder. Se
Estas fórmulas indican al mismo emplea, sobre todo, en plural: modali-
,tiempo las operaciones a efectuar para dades de pago, de aplicación de una
convertir fos silogismos de 2.8 , 3,ª y 4.ª ley.
figuras en silogismos de l.ª figura, 2. La dominancia ca una moda-
forma más natural de razonamiento. lidad fl'ecuente en la herencia, pero
La primera letra indica a qué modo que nada tiene de general. (J. Ros-
de l.ª figura deben ser convertidos los TAND, Nouv. biol,, 132.)
diversos modos de las otras figuras: 3. Cada psicosis constitucional
así, Disamis debe convertirse en Darii. representa la eflorescencia de una
Las vocales en negritas indican la can- especial modalidad de desequilibrio
tidad y calidad de las proposiciones: psíquico; hay tantas modalidades
DArII == mayor, universal afirm.; me- de desequilibrio como de psicosis
nor y conr.lusi6n, portie. afirm. Las constitucional, y esas modalidades
itálicas indican las operaciones a efec- se hallan hoy plenamente indivi-
~uar: m = el orden de las premisas dualizadas, definidas y clasifica-
661 MóNADA

das bajo el nombre de constitucio- dalidades diferentes. Lo caliente y lo


nes psicopáticas. (M. BOLL y F. frío son de la misma modalidad y
BAUD, Pcrsomialité, 18.) difieren sólo en cualidad.
V. Cuerpo, 2.
«MOLAR», adj. Neo!. der. del lat.
B. Gram. Sin. de modo en el senti- moles, masa.
do B.
Califica los hechos que forman un
4. Suele admitirse que •las mo- todo o considerados como un todo.
dalidades, en el sentido técnico del
lingüista, son cuatro: asertiva, im- Sin.: global, total.
perativa, interrogativa y optativa. Contr.: molecular.
(Ch. PERELMAN, Tr. do l'argumcn- l. La psicología es un estudio
tation, I, 213.) «molar» del comportamiento; con-
C. Lóg. Ca1"cter de las propos, mo- sidera a,l organismo como un to-
dales•, es decir, que indican, de ordi- do provisionalmente analizable. La
nario de manera implícita, el modo o fisiología es un estudio molecular
manera según los cuales conviene el del comportamiento, que lleva más
predicado al sujeto. lejos el análisis. (P. Gun.LAUME,
Sin.: modo. lntrod. a la pB1JchoL, 322.)
6. La modalidad no pertenece 2. ¿Consideraremos actividades
al juicio considerado en su expre- segmentarías, rEilativamente sim-
sión espontánea; es debida a la re- ples, como los movimientos de los
flexión critica, a una especie de miembros, los reflejos de deglu-
juicio sobre el juicio. (L. BRUNS- ción o transpiración, actos impul-
CHVICG, La modalité du ;ugement, sivos como los juramentos, etc.; o
29.) bien deberemos ocuparnos de con-
ductas globales como el casarse,
l. ARISTÓTELES distingue sólo dos el votar por tal candidato, el par-
modalidades: la necesidad y la contin- ticipar en un linchamiento? En el
gencia. primer caso, la unidad será «mole-
2. La lógica clásica distingue cuatro cular»; en el segundo, ccmolar». (D.
modalida:des opuestas dos a dos: KRECH y R. S. CRUTCHFIELD, Théo-
la posibilidad y la imposibilidad (es rie et probl. de psychol. soc., I, 40.)
posible que ... , no es posible que ... ) ; Molecular. Der. del lat. molecula,
la necesidad y la contingencia (es ne- dimin. de moles. V. Molar.
cesario que ... ; no es necesario [es con.
tingente] que ... ). MOLINISMO. Doctrina del jesuita
español MoLINA (1535-1600), que afir-
3. KANT distingue tres modalidades, maba que Dios no predetermina los ac-
cada una con su contradictoria: tos libres del hombre, sino que concu-
posibilidad-imposibilidad en las pro- rre a la realización de los actos que,
posiciones problemáticas (es posible gracias a la «ciencia* media», sabe se-
que ... ; es imposible que ... ) ; rán objeto de la libre eleeción de la vo-
realidad o existencia-inexistencia en luntad humana.
las proposiciones categóricas (estoy sen- V. Predeterminis.,,o (en Determinis-
tado; no estoy sentado) ; mo).
necesidad-contingencia en las propo-
siciones apodícticas (el todo es [ nece- MóNADA. Gr. monas, moHados,
sariamente] mayor que la parte; estoy unidad.
sentado [de hecho, pero no necesaria- Término empleado por diversos filó-
mente]). sofos, y en particular por LEIBNIZ, pa-
6, En historia, la modalidad do ra designar los elementos de las cosas.
los juicios es la posibilidad, (R. l. La mónada de que aquí ha-
ARON, lntroc/, el. /a, phi/os. ele l'hist., blaremos no es otra cosa que una
196.) sustancia simple, que entra en los
D. Psicofisiol. Carácl,cr del excitan- compuestos (... ). Y esas mónndas
te o sensación dotados de especificidad son los verdaderos átomos de la
propia, de suerte que, a diferencia <le naturaleza y, en una palabra, loa
la cualidad, no puede pasarse do 11110 elementos de las cosas. ( ... )
a otro por transición continua, «Modn- Tamporo hay medio de explicar
lidad táctil•, «modalidad sonora» (11. l'Ómo puccln una mónaclu ser nlte-
P1í:110N). Lo calicnl,c y lo dulce son 1110- nula o rnmbiada en su interior por
MONARQUIA 662

alguna otra criatura ( ... ), como es re¡>Ublicano conjunto sonoro. (E.


posible en los compuestos, en los o'011s, Tres lcccio11es en el 111. del
que hay cambios entre lns partes. l'rculo, 140.) Ad, E.
Las mónadas no tienen ventanas V. JleplÍblica., l.
por las que algo pueda entrar
o snlir de ellas. (LEIBNIZ, Mouad., l\lONISl\10, Der. del gr. "'º"""•
§ 1, 3, 7.) s010 1 único,
En general: doctrina que no admite
2. La nueva física conduce a más que un solo principio constitutivo
una idea 1dnmateriah1 de la mate- donde otras admiten dos (duali-smo) o
ria, cuya expresión más adecundn más (pluralismo), El materialismo (A),
sería la mónada de Leibniz. ( ... ) el idealismo (B 3) y el panteísmo cons-
Preferir la mónada a la materia tituyen diversas formas de monismo.
es preferir la sustancia n In fun-
ción, el personaje a la trnma. (.l. Der.: monista.
ORTEGA Y GASSET, La resurrcccif>n l. Puede parecer extraño que
rlc la mónada, Obras, lll, 340.J esta cuestión del monismo y el dua-
Ad. E. lismo apasiona de modo tan vio-
lento a los hombres; pero se com-
Moncuu,/ogía. Nombre dado a la teo- prende fácilmente ooando se refle-
ría leibnizana de las mónadas y a los xiona sobre el estrecho lazo que
Pri11cipia Philosophia-0 que LEIBNIZ es- une al monismo que acabamos de
cribió para el príncipe Eugenio (1714). definir con el determinismo vital.
(Y. LE DANTEC, Athéisme, 180.)
l\lONARQUfA. Gr. monarcllia, man- 2. Si no es ya entre la idea y el
do o gobierno (arche) de uno solo (mo- ser donde hay una conformidad a
nos). realizar I será en la propia con•
Régimen político en el que, en su for- ciencia, entre lo que le es presente
ma absoluta, la soberanía pertenece a y lo que .está en ella representado.
un solo individuo que suele recibirla de Todo monismo, en conjunto como
modo hereditario. V. Déspota. en detalle, va unido a un dualismo
del que no se separa jamás. (M.
l. en la monarquía, el príncipe BLONDEL, «L'illusion idéaliste», en
es fuente de todo el poder politice Les prcmicrs écrits, 106.)
y civil. (MONTESQUIEU, Esprit des
lois, ll, IV.) 3. Sólo veo diferencias de matiz
entre el monismo llamado materia-
2. Una autoridad exorbitante lista y el llamado espiritualista: lla-
dada de pronto a un ciudadano en mar a todo materia o a todo pen-
una República produce una monar- samiento equivale casi a lo mismo.
quía, o más que una monarquía. (J. RosTAND, Ce que je erais, 51.)
(lbúl., II, m.) 4. No, no es anegarme en el
3. Monárquico, [Voltaire] care- gran Todo, en la Materia o en la
ce de la razón de ser del mono.r- Fuerza infinita y eternas o en Dios
quismo, que no es otra cosa que lo que anhelo; no es ser poseído
el patriotismo. El monarquismo, por Dios, sino poseerle, hacerme yo
cuando es profundo ( ... ), parte de Dios sin dejar de ser el yo que
la convicción de que la patria no ahora os digo esto. 1No nos sirven
es un sitio, sino un ser; que vive, engañifas de monismo; queremos
que está unida en torno a un cora- bulto y no sombra de inmortalidad!
zón; que ese corazón, si no es un (M. DE UNAMUNO, Del smttimiento
Senado eterno, debe ser una fami- trágico de la vida, Obraa escogi-
lia eterna, una casa real, una dinas•
da.,,, 364.)
tía. (E. FAGUET, XVIII' s., 243,) V. Dualismo, 8; Fc11ó111e110, 16; Plu-
rtilismo, 3, 5.
4. La orquestación wagneria- ll/o,w. Pref. tomado del gr. monos,
na: aquí la voz humana, que ha- solo, uno solo. V. /l/011ismo. Se op. a di
bía conocido en el antig,uo melo- (gr.) y a bi (lat,) que expresan duali-
drama italiano su monarquía, no dad; a poli (gr.) y a ¡,fori (lat.) que
se destaca y aisla, aunque tampoco expresan plumlidad.
se funda o disuelva; es un elemen-
to fluido más, emulsionado en el MONOCIGóTICO. Com¡>. del gr.
conjunto, corpuscularmente sus- 11wuo• (uno solo) y =11oon (yugo, y por
pendido en la fluidez general del ext, puej a).
663 MORAL

Se dice de los gemelos procedentes de inteligencia y no por los sentidos.


un solo óvu.Jo o gemelos verdaderos· se (LAMARCK, Philos. zool., avertiss.)
les llama también «gemelos idénticos». 2. Paso con rapidez de un ex-
Se op. a dicigótico•. V. Cigoto. tremo a otro. Tengo relámpagos de
inteligencia, de bienestar moral y
MONOFISISMO (Teol.). Doctrina físico, y al instante recaigo en mis
herética que no admite en Cristo más disgustos, mis miserias, mis oscu-
que una sola naturalleza (gr. p/iysis). ridades. (M. DE BIRAN, Journal, ja-
MONOGAMIA. Carácter único del nio 1818, II, 112.)
cónyuge al que se está ligado por el 3. A·l contrario de lo que se
matrimonio (gr. gamos). Se op. a bi- piensa, las afecciones físicas son
gamia y a poligamia. generalmente mucho más fáciles
de curar que las morales. (E. CouÉ,
MONOGENISMO. Doctrina según la La maitrise de soi-méme ... , 4. •
cual la humanidad tiene su origen (gr. ed., 79.)
gencsis: v. genos) en un tipo primitivo
único. Lo moral (subst., siempre en oposi-
oión a «fí-sico». CABANIS, Relaciones
Contr.: poligenismo. entre lo físico 11 lo moral en el hom-
MONOMANfA. Psiquiatría (antic.): bre, 1802) : el conjunto de la vida psí-
delirio parcial. Por ext. (en el uso or- quica. En nuestros días ese conjunto
dinario): idea fija. V. Manía,. considerado principalmente desde el
punto de vista de la afectividad, de la
MONOTEfSIIIO. Comp. del gr. mo- tonicidad.
nos (uno solo) y theos (Dios). Es lo que en español designamos
Doctrina que admite un solo Dios hoy como «la moraln. El organismo
(por op. al politeísmo), distinto del está agotado, pero la moral es buena.
mundo (por op. al ,panteísmo*). Ese fracaso le ha desmoralizado; hay
El dogma trinitario sólo puede que levantarle la moral.
tener un sentido para la fe: el de 4. No hay nunca influencia de
exigir que se corrijan uno por otro lo moral sobre lo físico. Es siem-
los puntos de vista de la unidad pre lo físico lo que modifica 1,, mo-
y la triplicidad, a fin de progresar ral, y cuando creemos que es lo
en dirección de un más allá de toda físico lo afectado, se trata de una
determinación. El monoteísmo que- ilusión. (Cl. BERNARD, Pensées, 65-
da entonces intacto. (H. DUMÉRY, 66.)
Pliénoménol. et rclig., 49.)
B. Por op. a inmoral o amoral y
MONOTELISMO. (Teol.). Doctrina como sinónimo de ético: relativo a la
herética que no admite en Cristo más moral, es decir, a las reglas de las cos-
que una sola voluntad (gr. thclein, que- tumbres, al ideal de la conducta. Fi-
rer), la voluntad divina. losofía, doctrina moral. Problema mo •
ral. V. Certidumbre• moral.
MORAL 5. El problema moral se impo-
Moral, adj. Lat. mora/is (der. de mo- ne de modo irresistible a quien
res, costumbres), relativo a las costum- comprueba a la vez la existencia
bres. tan generalizada del sentido moral
A. Por op. a' físico o fisiológico y en In humanidad y la diversidad
como sinónimo de psíquico: que se re- de los modos de conducta que ese
fiere al espíritu y no al cuerpo, que sentido moral aprueba y reprueba.
es de orden espiritual o inmaterial y no (A. CRESSON, Mor. de la raiso11
de orden material. Dolor• moral (por théor., 2.)
op. n «dolor físico»), persona• moral 6. los enunciados científicos de
(por op. a «persona física•), ciencias' hechos y relaciones no pueden pro-
morales (por op. a ciencias de la na- ducir reglas mora.les. No obstante,
turaleza), certidumbre• moral. hay directrices morales que pueden
l. Llamo /techos morales a las hacerse racionales y coherentes
verdades matemáticas, es decir, u mediante el pensamiento lógico ¡•
los resultados de los cálculos, yu el conocimiento empírico. (EINS-
sea de cualidades, ya de fue1·zas, T.:IN, Cone<'plio11s scie11t ... , 3•1-35.)
y u los de las mediclns, porque esos l. Propiamente (en los moralistas,
hechos nos son conocidos por In por op. a uamorul»): que es suscepti-
l\lORAL r,r,4

ble de c.-ilificnción desde el punto de nmornl en este senlido, como son amo~
,·ista de la moralidad, es decir, puede rnles nuestros movimientos reflejos) ;
ser juzgado bueno o malo. La «reali- n veces (sin. de inmoral), que tiene unn
dad moral• comprende tanlo los peen- conducta contraria n la moral por falta
dos como los netos de virtud. Pero de sentido moral! (al disoluto puede cn-
hacer sufrir a otro sin quererlo no lificársele de amoral en este sentido),
l'Onstituye un acto moral: es un ne- Inmoral significa: que no es moral
to amoral o mornlmente (éticamente) en el sentido B 2, es decir, que es con-
neutro. trario a la ley moral (el animal no po-
,. Un vicio, W1 Cl'imen moral, dría ser inmoral; la inmoralidad supo-
una cobardía, son desgrncias que ne el conocimiento del bien o del deber
nos hacen envejecer de pronto (... ). y ln posi'Mlidnd de regirse por él),
Hay en el orden moral enferme- ll'. Llamamos inmoral al hom-
dades análogas a las de la vida bre que, comprendiendo lo que de-
física en cuanto a dejarnos enfer- be hacer, no Jo hace. Al que posee
mos y tullidos para siempre. (G. sentido moral, pero carece de fuer-
SAND, Hi-st. cu, 111a vic, IX, 83.)
za moral (por eso Aristóteles habla
8. Un juicio moral no es una expresivamente, en este caso, de
constatación, sino un consenti- a.1'rasla) y es arrastrado por las
miento. (F. RAUH, «Se. et consc.», pasiones. Es el video meliora pro-
R. phil., 1904, 1, 360.) boq,ie, deteriora seq11or. Por el con-
2. En el lenguaje ordinario ( por op. trario, llamamos amoral ni que pa-
a «inmoral»): que es conforme a lamo- rece carecer de sentido moral. El
ral, es decir, a la regla de las cos- problema de la «ceguera» para el
tumbres. «valor moral», o para determina-
dos valores morales, aparece aqui,
9. El a.cto moral es esencial- antes de que nadie •hubiese hecho
mente racional; es la razón misma filosofía de los valores. (J. L. ARAN-
aplicada a la conducta. (G. MADI- GUREN, Ética, 36.) Ad. E.
:<IER, Canse. et amour, 2.ª ed., 17.)
11". De la moral no es posible
10. Ser moral no consiste en desentenderse sin más ní más. Lo
someterse a una ley, externa o in- que con un vocablo falso hasta de
terna, sino en crearse resolviendo gramática se llama annoralüla.d es
las propias contradicciones (... ). El una cosa que no existe. Sí usted no
progreso moral no consiste nunca quiere supeditarse a ninguna nor-
en aceptar la ley que nos dan he- ma, tiene usted, velÜJ nolÜJ, que
cha, sino en descubrir poco a poco supeditarse a la norma de negar
un orden inmanente a la persona ... toda moral, y esto no es amoral,
(J. l...ACROIX, Pers011ne et annour, sino inmoral. Es una moral nega-
42--43.) tiva que conserva de la otra la
V. Libertad, 9. forma en hueco. (J. ORTEGA Y GAs-
C. A veces, en una acepc10n mixta SET, La rebeli6n d• las masas,
(englobando psíquico y ético) : que es 200,) Ad. E.
de orden espiritual y tiene un valor Moral, subst. Del adj. Jat. mora.lis,
espiritual. Los valores morales. que es tan sólo adjetivo (philosophia
11. Una autoridad moral es una moralis, tlwologi,a, ,noralis); «la moral»
realidad psíquica, pero más alta y se dice ethica..
rica que la nuestra y de la cual ·A•. Absolutamente (la moral). l.
sentimos que la nuestra depende. Conjunto de las normas de conducta
(E. DURKIIElll, Socio/. et phi/os., tenidas por absoluta y universalmente
107.) válidas.
Amoral e inmoral. Ambos prefijos, a 12. La moral no es un orden
e in. indican, en principio, una priva- procedente del exterio1·, ni siquiera
ción. Pero, de hecho, amoral, de crea- del cielo, sino la voz de la razón
ción relativamente reciente, tiene una reconocida como voz divina, (A.-D.
significación notalJlemente diferente de SERTILLANGES, Phi/os. mor, de
la de inmoral. Sai11t Thomaa, 2.a. ed., I, 96.)
Amoral significa: que no es moral 13. Que !ns leyes de la moral
en el sentido B 1, es decir, que es ex- hnynn comenzado por ser órdenes
traño al dominio de la moralidad, que sociales no es algo que invalide s11
es moralmente neutro (el animal es fuente psíquica y racional, por
665 MORAL
turbia y confusa que hayn podido 3. Sistema particular de reglas de
ser en un principio. (P. GAULTIER, conducta. Moral de EPICUR0, de KANT;
R. Philos., 1008, I, 261.) moral del interés; moral positivista,
V. Compromiso, 21; Constitución, 1, comunista; moral científica, indepen-
3; Dogmatismo, 2; Naturalc,a, 68; d-iente.
Norma, 9; Totemismo, 5. 19. Nuestra mora,! se halla en-
2. Parte de la filosofia que trata de teramente subordinada a la lucha
los problemas relativos n la conducta de clase del proletariado. (LEN IN,
del hombre en su vida personal y so- Disc. al III Congreso de las Juv.
cial. Com., 2 oct. 1920.)
Sin.: ética•. 20. No puede haber moral cien-
14. La moral tiene por objeto el tífica ( ... ). Y la razón es muy sim-
bien como la lógica ·la verdad. ple; es una razón, ¿cómo diría?,
(Pnul JANET, Tr. élé,n. de phi/.' puramente gramatica:l.
551.) Si las premisas de un silogismo
15. Toda moral se nos presenta están ambas en indicativo, la con-
como un sistema de reglas de con- clusión estará igualmente en indi-
ducta. (E. DURKIIEIM, Socio!. et cativo. ( ... ) Ahora bien, las premi-
phüos., 51.) sas de la ciencia, los postulados de
16. La moral es el conjunto la geometría, están y sólo pueden
más o menos sistematizado de las estar en indicativo; en el mismo
determinaciones ideales, reglas o modo están las verdades experi-
fines, que el yo, considerado co- mentales, y en la base de las cien-
mo fuente absoluta, si no total, cias no hay ni puede haber otra
del porvenir, debe por su acción cosa. (H. POINCARf, Dern. pensées,
actualizar en la existencia para 225.)
que ésta alcance un mayor valor. 21. Henri Poincaré decía con
(R. LE SENNE, Tr. de mor. gén., 22.¡ razón que la ciencia está en indica-
V. Técnica., 24. tivo y la moral en imperativo, pe-
ro se equivocaba al creer por ello
División. La moral fundamental o a toda ciencia ineficaz en materia
general establece los fu'lldamentos y de mora:l. El imperativo es dicta-
principios generales de la moralidad. do o al menos requerido por lo que
La moral aplicada o especial aplicada es. (0.-A. RABUT, Dial. auec Tci/-
esos principios a las diversas condi- hard, 123.)
ciones de la vida humana. Es también
clásieo distinguir entre mora,! teórica 22. Nada menos racional que
y moral práctica; pero una moral que quiera hacerse in-
dependiente de toda metafísica. Se-
17. la moral teórica es una mejante moral sólo puede ser la
contradicción en los términos; la confesión de quien la escribe. Pue-
moral práctica, un pleonasmo. (L. de ser bella, consoladora, generosa,
BRUNSCHVICG, Le progres de la, pero la razón no podría reconocerle
COIIBoience, 742.) ninguna solidez. (A. CRESS0N, Mo-r.
18. El espíritu humano ( ... ), a de la, raison théo-r., 47.)
falta de una práctica racional, ha 212'. Ninguna moral que verda-
«racionalizado• la práctica. De ahí deramente lo sea se puede cumplir:
1a moral teóri~a de los filósofos. (L. sus normas se elevan como esque-
LfVY-BRUHL, La, mor. et la se. des mas incorpóreos en el limite de
moeurs, 23.) nuestro horizonte vital. Desde alli
B. Con un .complemento determina- ejercen su noble ministerio de pun-
tivo (moral familiar o social, moral tos cardinales para el espíritu. (J.
cristiana o utilitarista). ORTEGA Y GASSET, Para, la, e1tltura
l. Conjunto de las reglas de conduc- clel a.mor, Ob,·a.s, II, 143.) Ad. E.
ta relativas a unn esfera particular V. Altcr11ativa,, 13.
(moral individual, moral profesional) o V. J.Uoral en primera persona*.
comúnmente admitidas en esa esfera
(In moral de los negocios). Moral de situ.a.ció11. Concepción según
In cual lu moralidad consiste en deter-
2. Conjunto de las normas aceptadas minarse con arreglo n los datos com-
en un gru¡,o pnrtioulnr (In moral ju- plejos de cada caso particular, y no
dia, In moral burguesa). por leyes generales.
JIIORAJ. 660

.llora/ rstrilica, 1110,·al di11ámica (BERG- 2!1. Si bien (... ) el germen de


soN). Otra forma de In op. moral ce- toda moralidad reside en la natu-
rrada •-moral abierta. raleza, sólo puede desarrollarse
23. Hay una moral estática que por In razón. (M. PRADINEB, Princ.
existe de hecho en un momento da- de tottte phi/os. de l'action, 68.)
do, en una sociedad dada, plasma- 30. «La norma próxima» de la
da en las costumbres, las ideas y «mornlidad objetiva» sólo puede
las instituciones; su carácter obli- residir en la naturaleza humana y
gatorio se retrotrae, en último aná- no fuern de ella. (Dom LOTTIN,
lisis, a la exigencia natural de la l'ri11c. dr mor., I, 121.)
vida en común. Hay, por otra par- 31. Mientras felicidad y mora-
te, una moral dinámica, que es im- lidad se hallan en nosotros sepa-
pulso, y que está vinculada a la vi- radas, o nuestra moralidad es tor-
da en general, creadora de la na- pe o incompleta o nos equivocamos
turaleza que ha engendrado la sobre la felicidad que nos está des-
existencia social. (H. BERGSON, Les tinada. (R. LE SENNE, Le dcvoir,
deur sources ... , 286.)
312.)
Moralidad. Carácter de quien o de 32. Lo característico de la mo-
lo que es moral (sentido B). ralidad es ser una invención. La
A. A veces (por op. a «amorali- vida moral supone un esfuerzo sin
dad») : carácter de lo que es moral en cesar renovado de inteligencia y
el sentido B 1, es decir, que es o puede simpatía por el que nos plantamos
ser calificado bueno o malo. La mora- frente a cada conflicto para re-
lidad así entendida puede ser negativa solverlo. (J. LACR0IX, Itiner. spirit.,
(actos condenables) tanto como positiva 125.)
(actos loables). 33. La más elevada moralidad
24. Falto de toda moralidad en no consiste en la obediencia a una
sus acciones [el niño] no puede ley, sino en una unión de perso-
hacer nada que sea moralmente nas: es comunión perfecta, amis-
malo... (R0USSEAU, Émile, II, 81.) tad de -los hombres entre sí y con
25. la moralidad media de los Dios. (J. LAcno1ii:, Porsonne et
estudiantes es extremadamente me- amour, 45, Seuil, 1055.)
diocre, y ello se debe a que son 34. Nada puede haber en la
lanzados sin vigilancia ni dirección moralidad que no haya estado an-
a las grandes ciudades. De este tes en la ,tendencia. (M.-A. BLOCH,
modo, muchos de ellos pierden su Les te,ul. et la vie moratc, 145.)
impulso y su valiosa energía en 34'. El hombre necesita cierta
amores fáciles. (J. PAY0T, Édu,,, de cantidad de moralidad, como de
la vol., 215.) aire, para no sucumbir. (C. ARE-
26. Ni la ciencia ni el arte fran- NAL, Can-t<u a "" obrero, 308.)
quean por sí mismos el umbral de Ad. E.
la moralidad. (L. BRUNSCHVICG, V. Ed11caci61t, 22; Idea, 70; Libcr-
Progres de la come., 741.) tcul, 60; Pensamiento, 44; Religió1t, 6;
27. Ciertos espíritus conciben Rcniordimiento, 6; Solidaridad, 6, 7.
la moralidad en términos juridi- Amoralidad, inmoralidad. Carácter
cos: hay una ley, cosas permitidas, de lo que es amoral (extraño a la mo-
otras prohibidas ( ... ) ; concepción ral). inmoral (contrario a la moral).
que no incluye toda la vida moral V. Amoralümio e Jnmora/ismo.
y desdeña lo que en ella hay de 35. No se ,·espira impunemen-
más elevado, (E. DELAYE, Oblig. te la atmósfera de elegante amo-
mora/e et amour, 24.) ralidad de que hoy se rodea una
B. Más ordinariamente (por op. a gran parte de lo que algunos lla-
"inmoralidad,,): carácter de los seres o man seriamente «la ~lite». (M. VAN
actos que son morales ( en el sentido DER MEERSCII, Corps et ames, I,
B 2), es decir, calificados como buenos. 2!16.)
28. el hombre no goza verda- 36. Hay crímenes tun odiosos
dera, humanamente, de su felici- que con sólo discutir la culpabili-
dad física si no la inspira en dad del acusado uno se hace al mo-
la moralidad, (A. LoISY, .llorllle mento sospechoso (... ) de inmoru-
/11n11., 2.ª ed., 280,) lidad por haber conservado In ca-
667 MORAL

beza despejada. (J. PAULIIAN, cual la moral es independiente de la


Flcurs clo Tarbcs, 88.) metafísica que, por el contrario, de-
l\loralizar. A. V. transit.: hacer pende de ella.
moral ( moralizar el teatro); dar Jec- 41. el moralismo de los kan-
cion•es morales a alguien, «leerle la car- tianos, al negar todo valor a las
tillan cuando ha cometido una falta. consideraciones de perfección e
36'. En España no puede ha- ideal, no deja subsistir más que
ber moralizadores, es decir, hom- una forma imperativa que espera
bres que tomen por oficio la per- un contenido. (A. FOUILLÉE, Mora-
secución de la inmoralidad, la lisrne de Kant, IX.)
corrección de abusos, 1a ccregenera- 2. Doctrina moral que «consiste en
ción de la patria». El espíritu pú- tratar el valor moral como si debiese
blico les sigue hasta que llegan al sustituir a todos los demás y confun-
punto culminante: el descubri- dirse con el valor absoluto». (R. LE
miento de la inmoralidad; pero una SENNE, Tr. de mor., 716.)
vez llegado allí, sin gradaciones, 42. nada había tan antipático
sin que haya, como se cree, desa- para la fe de San Agustín como
liento ni inconstancia, da media el considerar la acción virtuosa un
vuelta y se pone de parte de los bien en sí. No había en él el nie-
acusados ... (A. GANIVET, ldearium nor rastro de moralismo y la ac-
español, 61.) Ad. E. ción moral nunca tenía para él si-
B. V. intransit.: hacer consideracio- no un va.lor subordinado. (L. LA-
nes morales, de ordinal'io fuera de pro- VELLE, Tr. des valeurs, 11, 533.)
pósito. 3. Con acepción peyorativa: actitud
37. [El historiador] debe ins- práctica consistente en no buscar más
pirar por la pura narración la más que el valor personal o la propia per-
sólida moral, sin moralizar. (FÉ- fección moral, sin preocuparse del bien
NELON, Lettre a l'Acad., VIII.) objetivo a realizar.
38. Moralizar haciendo reir, 43. el moralismo de las gentes
instruir deleitando, son métodos morales. ( ... ) Tienen una manera
preconizados en épocas de debili- muy suya de cuidar tanto sus vir-
dad, pero probablemente ilusorios. tudes como sus conveniencias ( ... ).
(H.-F. AMIEL, Joun,al int., 15 mar- Sus virtudes son tesoros contables
zo 1879.) que se acumulan y se invierten
39. [Moliere] se aplica a pin- (... ). Mas para tener es preciso
tar los defectos humanos y no a guardar, y la moralidad muere
corregirlos. Lo mismo hará Raci- cua,ndo se la mete en el banco. (E.
ne. El afán de moralizar mediante M0UNIER, Tr. du caract .• 710.)
el teatro ha terminado en 1660. 44. El moralismo es causa de
(E. FAGUET, Le XVII' s., 290.) grandes desórdenes. Pero ¡ cuánto
40. En cuanto a la manía mo- peor la disolución de la moral en
ralizante, aparece en ese teatro [de la propia estima del sujeto! (H. DE
Diderot] del modo más indiscreto LUBAC, Paradoxes, 93, Seuil, 1959.)
( ... ). Su drama no es más que un B. Teol. Doctrina según la cual los
pretexto para sermones laicos ... deberes morales (hacia sí mismo y ha-
(E. FAGUET, Le ,XVIII• s., 321.) cia los demás) son más importantes
Desmoralizar. Der.: desmoralizador, que los religiosos (hacia Dios) o inclu-
desmoralización. so constituyen toda la moral.
A. Hacer perder «la moral» (senti- 45. llloralfamo ascético (... ),
do A), es decir, la esperanza, la con- tendencia a dar excesivo espacio
fianza, el valor, al cultivo de las virtudes morales,
en su forma más filosófica y abs-
B. Pervertir al que es moral (sen- tracta ( ... ) y esto en detrimento de
tido B), es decir, hacerlo amoral o in- las virtudes teologales, de la unión
mora,I. Las malas compañías, !ns ma- con Dios y la docilidad a su acción
las lecturas desmoralizan poco u poco. en ,nosotros. (J. DE GUIBERT, Dict.
Moralismo. Doctrina o actitud prác- do spirit11al., 1, 990.)
tica que tiende a hacer de la mornl Amoralismo. A. Como actitud teó-
un absoluto que se bastn II sí mismo y rica: concepción de la vida radicalmen-
rige todo lo clemús. te amoral, es decir, extraña a toda con-
A. Filos. l. Doctrinn según la sidernción de valor moral.
MORAL 668

46. En In segunda parte ele es- implícitos, que suponen principios de


te libro trataré del amornlismo en moral teórica; pero estos principios no
sus dos formas esenciales: doctri- se hallan organizados en sistema.
na do! placer y doctrina del poder 48. Es bien sabido lo que cier-
o de la fuerza. (A. FOUILLÉE, Mo- tos moralistas ( ... ) han heoho con
ra/ism,c de Kant, XI.) el interés y el desinterés, el placer
8- Como actitud práctica: disposi- y el deber: han descubierto que
ción de quien es amoral, es decir, ex- todas esas cosas se reducen a una,
traño a toda consideración de valor el placer. (E. BERS0T, Libre philos.,
moral, falto de sentido moral, de cual- 20-30.)
quier pensamiento de deber ... 40. Moralista sin moralidad,
lnmoraJismo (inmoralista). A. En poeta pedestre de una perfección
NIETZSCHE: doctrina que rechaza no desesperante, La Fontaine, tan fa-
toda moral, sino la moral tradicional buloso como sus fábulas, ¿es inge-
y esencialmente la moral cristiana, y nuo o retorcido, bromista o se-
que sustituye la escala común de los va- rio ... ? (J. BARREY o'A., Portrait•
lores por otra de inspiració.n opuesta poi. et litt. 61.)
( La voluntad de poder lleva como sub- 50. El psicólogo analiza sólo
título: «Ensayo de una subversión por analizar, y el moralista juzga.
[Umwertu11g] de todos los valores»). Este gusto por el juicio es su ca-
En particular, sustitución de la cari- racterística, y lo distingue también
dad para con los pequeños y los dé- del filósofo que se encierra en la
biles por el culto al superhombre. especulación desinteresada y ni si-
B. Prop.: doctrina que rechaza to- quiera sabe si sus ideas tienen con-
da moralidad y toda jerarquía de los secuencias prácticas. (P. B0URGET,
valores, o que invierte la jerarquía ob- Essais de p81Jc/tol. cont., I, 256.)
jetiva de esos va.lores. 61. Mailebranche tiene no sólo
47. La calificación de inmora- una moral general ( ... ), sino ideas
lismo no debe inducir a confusión. de n1oralista, es decir, observacio-
( ... ) nes particu.]ares sobre los caracte-
Los inmoralistas no niegan la res y las pasiones de los hombres.
existencia fenomenológica de los (E. FAGUET, XVII• s., 106-,107.)
1•aJorcs ( ... ). Pero ignoran una 62. El moralista completo es el
parte de su esencia. En efecto, ad- que observa a los hombres median-
miten que todos los valores son te un atento estudio de sus actos
equivalentes. Podemos indistinta- y los explica mediante una refle-
mente adherirnos a cualquiera de xión y un profundo estudio sobre
ellos_ (R. PoLIN, Comprék. des val., si mismo. Saint-Simon, evidente-
127.) mente, no se estudia. ( ... ) No pue-
47'. F-uera una ingenuidad echar de, pues, contar como moralista.
en cara al hombre de hoy su falta (lbíd., 623-524.)
de moral. La imputación le traerá B. Fil. y teol. Escritor o profesor
sin cuidado o, más bien, le hala- especializados en la moral.
garía. El inmoralismo ha llegado Si11.: ético (poco usado), profesor de
a ser de una baratura extrema, y o especiailista en ética o en moral.
cualquiera alardea de ejercitarlo. La obra o la enseñanza de estos mo-
(J. ORTEGA Y GASSET, La rebeli611 ralistas son normativas, Se refieren a
de las masas, Obras, IV, 276.) una moral teórica que puede, por otra
Ad. E. parte, constituir el objeto principal de
Moralista_ Que se ocupa de cosas su estudio,
morales en el sentido B de este adj. 63. La tarea del moralista con-
A- Lit. «Escritor gue trata de las siste en mostrar que el bien es mi
costumbres. Un profundo moralista . bien. ( ... ) El moralista me revela
•lfon.taig11e, Pascal, La Rochefoucauld, tendencias que permanecen débiles
La Bruy~re, s011 /os principa/,cs mora- mientras !ns ignoro y se hacen po-
lÜ!tas fran.ccses» ( Acad, fr.). La obra derosas cuando comprendo mejor
ele esos moralistas, más descriptiva que su naturnleza y alcance; que in-
normativa, consiste principalmente en -el uso estaría tentado a reprimir
análisis psicológicos y en ideas gene- como enemigos de mi bien hasta
rales sobre el hombre; comporta nor- el momento en que descubro que
malmente juicios de valor, al menos tienen por objeto los fines que c11
GGO MORTIFICAClóN

rcalida,l nmo, deseo y persigo, y formulado por Lloyd MonGAN. Se lla-


a los que renunciaba por no reco- ma también principio de economía-;,.
nocerme en ellos. (E. GooLOT, Tr. Nunca debe interpretarse una ac-
de log., 273.) ción como resultado de una facul-
/lforphc. Subst. gr. que significa for- tad mental elevada si puede ser
ma, apariencia, Sin.: e idos,· pero en considerada como consecuencia de
tanto que cidos designa más bien lo la intervención de una facultad si-
que hay de esencial en una cosa (su tuada más abajo en la esca:la psi-
idea) morphii se refiere más a las apa- cológica. (MORGAN, Introel. to com-
riencias. pa,rative psyclwl., "63, Londres,
Morfo y der. Der. del gr. morphe, 1894, Cit. por E. CLAPAREDE, Arch.
que entran en composición en muchas ele psychol., 1905, 15.)
palabras españolas. V. Amorfo. MOROSO. Lat. morosus (der. de mo-
A. Como prefijo: morf<1logia, cien- ra, retraso) : que tarda.
cia de las formas (orgánicas, gramati- Mor. La «delectación morosa» con-
cales ... ). siste en detenerse con complacencia en
B. Como sufijo: antropomorfo (de ciertos sentimientos, sobre todo en el
forma hwnana), antropomorfismo•; po- pensamiento de ciertos placeres.
limorfo (que tiene diversas formas) ; El arrepentimiento es el estado
metamorfosis (cambio de forma), meta- natura,] del pecador convertido, pe-
morfismo. ro ese estado no exige un perpetuo
Suf. equiv.: forme• (lat. formis) e retorno a las faltas cometidas. La
idc• (del g. cidos): inf~rme (= amo~- obsesión, el escrúpulo, llevan a la
fo); pluriforme (= polimorfo); esqu1- delectación morosa, retrasan al al-
zoide ( = egquizoforme). ma en su ascensión, interrumpen
el avance espiritual. (F. MAURIAC,
MORFOPSICOLOGfA. Comp. del Dieu et Mammo-n, 176.)
gr. morphé (forma) y psicología.
Disciplina que tiene por objeto las MORTIFICACióN. Lat. mortifica--
correlaciones existentes entre las· es- tia, acción de mortificare, es decir, <le
tructuras morfológicas de los indivi- dar la muerte, de hacer ( facere, cuyos
duos y su psiquismo. El Dr. CORMAI-:, compuestos son en ficcre o ficarc)
creador del término, distribuye los d1- morir.
f erentes tipos órgano-psíquicos en dos A. Prácticas mediante las cuales,
grandes categorías: ios di~atados• Y con intención religiosa o moral, alguien
los retraídos•. se impone sufrimientos corporales, pri-
Sin.: fisiognómica •. vaciones ... que contribuyen a mortifi-
Ambas tendencias son (... ) com- car (en el sentido etimol.) las malas
plementarias, en el sentido de que tendencias.
.Jo que falta a uno de los tipos !o l. Las verdaderas mortificacio-
posee el otro. nes son las que no se conocen; la
Los dilatados tienen aa capacidad vanidad hace las otras fáciles. (LA
de expansión, los retraídos el dina- RoCHEFOUCAULD, Max., 626.)
mismo interior que saca partido de 2. Podemos sin gran trabajo
esa capacidad regularizando su impedir el mal mediante la mortifi-
empleo. cación de nuestros sentidos. (MA-
Los primeros tienen la vida ex- LEBRANCHE, Tr. de ¡lJ orale, I, XI,
terior, la adaptación al mundo de 14.)
los objetos; los segundos la vida ll. Por ext. y atenuación del sentido
interior, la individualidad pronun- primitivo: humillación, herida en el
ciada ( ... ). amor propio. Es, sobre todo, el verbo
La mayoria de los hombres son mortificar el empleado en este sentido.
una mezcla de ambos tipos, enri- 3. El hombre parcial se halla
quecidos cada U?tº. por su confr~- expuesto a pequeñas mortificacio-
rio. Y el conoc1m1ento morfo-psi- nes; porque, como es tan imposi-
cológico se basa por completo en ble que aquellos a quienes favore-
el juego de esas compensaciones. ce sean siempre dichosos y pruden-
(L. ConMAN, Man. ele 11,0,-pho-psu- tes como que aquellos contra los
chol., 57-68.) que se declara sean en toda oca-
Murua11 (l'1·i11cipiu ele -). Principio sión culpables o desgraciados, de
MOTIVO 670

ello nace que a menudo haya de que un islote de claridad en un


perder el aplomo en público ... (LA mar tenebroso y movedizo de vir-
BRUYERE, Ca.-a,,t., XII, 40.) tualidades inconscientes; parece
imposible una motivación total; el
MOTIVO inconsciente sirve de horizonte a
l\lotil·o. Der. del lat. mot.ivus; de cualquiet· conjunto de motivos; no
moflun, supino de movc,·c, n1over. es motivo, sino fuente de motivos.
Consideración racional que explica o (Jbúl., 320.)
justifica una decisión. V. Mó1•il, Liber- B. En el sent.ido del verbo mover
tad B 2, Voluntad. (acepción técn. de la psicol. conternp.) :
l. Muchas veces sentiríamos acción de nas fuerzas que determinan
vergüenza de nuestras más he1mo- la conducta.
sas accciones si el mundo viese to- 8. Otra motivación del trabajo
dos los motivos que las provocan. escalar se ha hecho sospechoso. a
(LA ROCIIEFOUCAULD, Jifa..., 409.) los partidarios de los métodos ac-
2. Suele entenderse por moti,•o tivos: se trata del sistema de cas-
la razón. de un acto; es decir, tigos y recompensas, y más gene-
el conjunto de las consideraciones ralmente de la disciplina tal co-
racionales que lo justifican. (J.-P. mo funcionaba en la enseñanza tra-
SARTRE, L'etre et le "·• 622.) dicional. (M. DEBESSE, en Tr. de
V. Caridad, 4; Calt8a, 2; Delibera- psych. a,ppl., de Pil!iRoN, IV, 820.)
ción., 8; Intención, 16, 16; M6vil, 1, 3; 9. Los elementos motores de la
Sanción, 1; Tema, 5; Voluntad, 13. motivación al trabajo, eqi>ivocada-
Motil·ar. Der. de motivo. mente buscados al comienzo de la
Justificar por motivos o razones (mo- era industria·) en el terreno pura-
tivar una decisión, una ausencia moti- mente negativo de la obligatorie-
vada). Proporcionar un motivo, una ra- dad y las sanciones, pueden serlo
zón (los desórdenes callejeros motivan mucho más útilmente en el de las
una restricción de las libertades). recompensas y el ejemplo que pro-
porciona su publicidad. (M. Cou-
3. Siempre es interesante con- Ml!iTOU, lbíd., V, 1147.)
frontar una obra con la opinión 10. Se llama motivación lo que
de sus contemporáneos. Así se ve
la fragilidad de los juicios mejor pone a un ser vivo en movimiento
motivados ... (R. DE GOURMONT, Pro- o, en otros términos, lo que le hace
1nenades litter., V, 228.) obrar. (... )
4. Motivar un deber con malas ¿Se trata de los motivos que nos
razones es inducir a infringirlo. proporciona la introspección, de
(P. PEETERS, Sentences inte,npor., móviles inconscientes, de pulsiones
n." 30.) de orden fisiológico o de estímulos
físicos? El término motivación no
.Moth·ación. A. En el sentido del lo dice, y bajo este titulo hallamos
v. motivar (acepción clásica): el con- en la literatura psicológica tanto
junto de las consideraciones que antes explicaciones en términos finalistas
del acto sirven de motivo para ejecu- como en términos mecanicistas. (G.
tarlo y después del acto se invocan pa- DURANDIN, E11cycl. fra11c., XX, 30,
ra justificarlo. 4.)
5. Afirmar: yo percibo, es ne- 11. En lugar del té1·mino «in-
gar que sueño, o, si se quiere, tención», que generalmente apare-
es una motivación suficiente y ne- ce en los documentos pontificios,
cesaria para que yo afirme que no emplearemos o1 de «motivación».
sueño. (J.-P. SARTRE, L'imaginaire, Es más técnicamente psicológico e
209.) indica mejor el conjunto de fuer-
G. los valores se me aparecen zas psíquicas que intervienen en
siempre en una situación históri- la elaboración de una ••intención».
ca cualificada en la que me 01•iento (A, BENKO y J. NUTTIN, Examc11
y trato de motivar mi acción. La de la pcrso,malité chez les ca11rli-
motivación de un proyecto preciso clats u la pretrise, 24, Lovainu,
es la relación fundamental en que 1956.)
se insertan los juicios morales. (P. 12. La motivación es un estado
RICOEUR, Plii/os, de la vol., l, 72.) de disociación y tensión que pone
7. la decisión no es nunca más en movimiento al organismo hasta
071 l\lOVll\llENTO

que ho. reducido lo. tensi6n y reco- ro.tivo. Pero un móvil asumido por lo.
bro.do su integridad (principio de razón se transforma en motivo.
constancia). Ya hemos visto que, l. Nos representamos el móvil
para el psicoanálisis, lo. fuente úl- como aJgo que impulsa: es un cle-
tima de la motivación ero.n los ins- seo, una pasión, un apetito, un mo.
tintos, remodelados por la expe- vimiento sensible cualquiera que
riencia individual y lo. sociailiza- peso. sobre la voluntad de algún
ción. Clínico.mente, se manifiestan modo y la determina. ( ... )
be.jo dos formas principales: las El motivo es una actitud del es-
necesidades y ,las emociones. (D. píritu, una concepción de las ven-
LAGACIIE, Psychan., 38-39.) tajas, de la conveniencia, de la jus-
MOTOR, adj. y subst. Deriv. del v. ticia de una decisión tomada o por
latino movere (mover), cuyo part. pas. tomar; es una razón de obrar, un
es motus (movido), del que derivan principio de acción ilustrado y re-
también moción, motivo. flexivo, que influye no ya sobre la
parte sensible, sino sobre la parte
Que confiere (o lo que confiere) mo- inteligente de nuestra naturaleza.
Vlimiento. Corre!.: móvil (que recibe el (LAFAYE, 264.)
movimiento). En filos. eKolástica debe
entenderse «movimiento» como todo 2. Te han faltado los tres
tránsito de la potencia al acto y «mo- grandes móviles del escritor: el
tor» es sinónimo de ca,usa. amor propio, la necesidad mate-
rial, la atracción simpática de un
Primer 1notor. El que confiere un público adicto. (AMIEL, Joun,al int.,
movimiento que él mismo no ha reci- 28 enero 1872.)
bido y que es inmóvil.
3. el motivo se caracteriza ( ... )
Sin.: c&usa• primera. como una apreciación objetiva de
l. Cuando una serie de moto- la situación. (... ) Por el contrario,
res y de móvi'les están ordenados, el móvil es considerado ordinaria-
es decir, que forman una serie en mente como un hecho subjetivo. Es
la que cada oual m,ueve al siguien- el cO'lljunto de los deseos, de las
te, es inevitable que, si el primer pasiones que me empujan a reali-
motor desaparece o deja de mover, zar un cierto acto. (J.-P. SARTRE,
ninguno de los siguientes sea ya ni L'etre et le n., 522.)
motor ni movido; es el primer mo- 3'. Los móviles más profunda-
tor, en efecto, el que confiere a mente naturales conservan intacto
todos las demás la facultad de mo- su vigor en el pueblo hispano. a
ver. (E. GILS0N, Le thomisme, 89.) modo de una integral reserva hu-
2. La existencia del mundo en mana, frente al continuo peligro
la totalidad consiste solamente del desgaste degenerante que ame-
en su disposición al movimiento naza a otros pueblos más atosiga-
que le imprime este motor, exento dos por los goces y disfrutes de la
de materia y de los atributos corpo- civilización. (R. MENÉNDEZ PIDAL
rales, e inmune de todo aquello que Los españoles en la Historia 18 ¡'
pueda percibir el sentido o a que Ad. E. '
puede llegar la imaginación. (ABEN- V. Deliberación, 6; EdtiCación, 17.
TOFÁIL, El fil6sofo atitodida.cto, 90.) MoYilismo. Doctrina según la cual
Ad. E. todo es móvil y cambiante, y que re-
MóVIL. Lat. mobilis, que se puede chaza la estabilidad implicadn en la
mover o desplazar. noción de sustancia.
A. Subst. y adj. (Fís. y sentido 4. Bergson ( ... ) hizo del mo,'i-
etimol.). Que está en movimiento, que lismo puro e integral fundamento
puede .ser desplazado o desplazarse. Gu- de toda su filosofía. Pero leyéndolo
temberg inventó los caracteres móviles. con atención, nos damos cuenta de
Locomóvil. Pol'icla móvil. que, sin decirlo e incluso diciendo
lo contrario, hace de la movilidad,
B. Sólo subst. (psicol.). Lo que lle- de la evolución, una cuasi sustan-
va a la acción. A diferencia de los mo- cia. (J. DE T0NQUÉDEC, Pltilos. de
tivos•, los móviles están constituidos la nat., I, n, 13.)
por fuerzas más o menos irracionales
e incluso inconscientes. Por ello, en el MOVIMlEN1'0. Lat. 111ot1Cs, motio,
uso vulgar, el término suele set• peyo- der. de 11wvera, mover.
MUCHElllll'tlllllE 672

.\. J<:n el \'orab. rorritmlc. 1. Pl'up. uctu cnmtin ni motor· y al múvil; la


(mo,·imiento local) : desplazamiento con- acción del motor reside en el móvil;
tinuo de un cuerpo con relación a un todo ser en movimiento es movido por
punto fijo o considerado como tal. otl'o; todo movimiento supone un pri-
l. El movimiento (, .. ) no es co- mer moto,· inmóvil.
sa enteramente reo.1, y cuando va- 6. el que se pasea por una sala
rios cuerpos can1bian de situación hace entender lo que es el movi-
enl re sí, no es posible determinar miento mucho mejor que el que se
por la sola consideración de esos limita a decir: actus entis in po-
cambios a cuál de ellos debe ser trnlia ¡n·out i11 potentia [el acto
atribuido el movimiento o e,! repo- del ser en potencia en tanto que
so. (... l (LEIBNIZ, A11 landgrave de en potencial]. (DESCARTES, c. a
11 cssc-Rhri11fcls, Philos. Schr., Ger- Mersenne, 16 oct. 1639, 11, 697.)
hardt, IV, 444.) 6. Esta actua.lización de una
2. que el movimiento sea con- posibilidad cualquiera se llama mo-
tinuo quiere decir que en todo mo- vimiento o cambio. Para que haya
mento designable entre los dos tér- movimiento es preciso un ser que
minos hay mo,;miento. (A.-D. SER- se mueva; hace falta, pues, un ser,
TILLANGES. Les grandes thescs ... , y, por consiguiente, un acto. Por
147.) otra parte, si este acto fuese per-
V. Relación, 14. fecto y acabado, el ser que cons-
tituye no tendría ninguna posibi-
Teoría particular de DESCARTES (teo- lidad de cambiar. Para que haya
ría de los torbellinos). Al identificar la cambio es preciso, pues, un acto
materia con la extensión (v. materia incompleto, que incluya un margen
C), DESCARTES ha de rechazar el vacio de potencia a actualizar. (... )
y con ello el movimiento en línea recta.
Se ve así conducido a su teoría del mo- Así concebido en su noción más
,-imiento circular o teoría de fos torbe- general, el movimiento es, pues, un
llinos*. paso de la potencia al acto a impul-
3. todos los movimientos que
so de un acto ya realizado. (E. G11,-
SON, Le thomisme, 246.)
tienen lugar en la materia se rea-
lizan, de alguna manera, circular- MUCHEDUMBRE. Der. del latín
mente: es decir, que cuando un m.ultitu1ncn, 111,inis, por multitudo, inis,
cuerpo abandona su sitio, entra multitud, vulgo, el público.
siempre en el de otro, y éste en el A- Un gran número de persO'IULs o
de otro, y así sucesivamente hasta de cosas: una muchedumbre de visi-
el último, que ocupa en el mismo tantes, de grajos, de casas, de ideas ...
instante el lugar dejado por el pri-
mero; de tal suerte que tan in- B- En socio\.: grupo humano de
existente es el vacío entre ellos gran importancia numérica, pero in•
cuando se nmeven como cuando es- estable y temporal. Puede ser fortuito
tán parados. (DESCARTES, Le mon- o accidental (la muchedumbre que se
de, IV, <Euvres, XI, 19.) apretuja en el vestíbulo de una gran
estación al comienzo de unas vacacio-
4. por no haber el menor vacío nes) y organizado o intencion11l (una
en ese nuevo mundo, ha sido im- reunión política).
posible que todas aas partes de la
materia fueran movidas en linea l. Por el hecho de ser una uni-
recta; pero ( ... ) han debido acor- dad en la muchedumbre, el indi-
darse todas a una en algún movi- viduo se libera de los límites de su
miento circular. (lbíd., 49.) personalidad, logra acceso al mun-
do infrapersonllll, infrahumano, del
2. Por anal.: se dice de los cambios sentimiento sin freno y la creen-
de orden inmaterial (movimiento de opi-
nión, de las ideas, de simpatfa), cia sin critica. Formar parte de
una muchedumbre es una experien-
B. En ARISTÓTELES y los filós. esco- cia que se aproxima mucho a la
lást.: paso de la potencia al acto. Ad- embriaguez alcohólica. (A. Hux-
mite cuatro clases de un movimiento: LEY, La. fin et les moye,1s, 82.)
el local, el cuantitativo, el cualitativo 2. Ten en estima mayor el ve-
y el sustancial.
redicto callado de tu conciencia que
Sin.: cambio. toda la grita de la loca y necia mu-
Axiomas escolást.: el movimiento es chedumbre, la cual aprueba y con-
673 MUERTE

<lena lo que no conoce con idéntica a todos los yguales é lievas por
ligereza temeraria, (J .-L. VIVES, [un prez:
lntroducci6u a la sabiduría, § 664, por papas é por reyes non das una
p. 106.) Ad. E. [vil nuez.
Non catas señorío, debod é amistad,
JIIUERTE con todo el mundo tyenes continua
Muerte. Lat. 111ors. El fin de la [ en amistad;
vida. non hay en ty mesura, amor, nin
l. El hombre libre en nada [piedad;
piensa menos que en la muerte, y synon dolor, tristesa, pena é cruel-
su sabiduria es una meditación no [dad.
de In muerte, sino de la vida. (SPI- (ARCIPRESTE DE HITA, Libro de
NOZA, É.'thique, IV, XVII.) b1tcn amor, 148.) Ad. E.
2. Suponemos que algún día 6". Muere el hombre cuando
tendremos tiempo de pensar en la había de comenzar a vivir, cuando
muerte, y fiados en esta falsa ae- más persona, cuando ya sabio y
guridad tomamos durante toda la prudente, lleno de noticias y ex-
vida el partido de no pensar en ,periencias, sazonado y hecho, col-
ella. (Port-Royal, en Dict. de Tré- mado de perfecciones, cuando era
voux.) de más utilidad y autoridad a su
casa y a su patria. Así que nace
3. La muerte sorprende inclu- bestia y muere muy persona. Pero
so al moribundo. (M. RoLLINAT,
no se ha de decir que murió ahora,
L'abimc, «L'hcure incertaine .. ,))). sino que acabó de morir, cuando no
4. La muerte destruye, pero la es otro el vivir, que un ir cada día
vida deprava. (F. MAURIAC, Rcn- muriendo. (B. GRACIÁN, El criti-
contre avec Ba,-res, 60.) cón, 381.) Ad. E.
6. Ese fin que designamos como G"'. de calenturas, tercianas,
la muerte no significa, para la rea- cuartanas, na~idos y otras enfer-
lidad hwnana, estar en l_as últi- medades corporales, todos estamos
mas «estar-acabada»; designa un sanos y buenos, excepto el licen-
ser Í,ara el fin que es el ser de ese ciado Alarcón, que estando rela-
existente. La muerte es una ma- tando un proceso en el Consejo, se
nera de ser que la realidad huma- cayó muerto de súbito y de verdad,
na asume desde que es: «Desde que que espantó en la corte a muchos
un humano llega a la vida, es ya su muerte, aunque a ninguno vi
bastante viejo para morir». (M. por eso enmendar la vida. (A. DE
HEIDEGGER, «Sein und Zeit», 248, GUEVARA, Epístolas familiares, 40.)
en Qu'cst-ce que la métaphysiq1w?, Ad. E.
131-132, Gallimard, 1938.)
6'"'. cuando el morir no está
6. El existente auténtico, c~n-
sidera la muerte como un 1nd1ce perturbado por las últimas inter-
venciones oficiosas de la humani-
que afecta a cada una _de sus ac- dad; cuando el hombre da con sen-
ciones y a cada modalidad ~e. su cillez y seriedad su último paso so-
ser, Vive en la incesante anticipa.-
ci6n de la muerte. Por ello ( ... ) bre la tierra; cuando muere sin que
percibe ( ... ) la profunda inanidad nadie le moleste, corno esos pobres
que los n1édicos vernos morir en el
de toda acción. ( ... ) A su luz, se hospital, a solas con su concien-
comprende a sí mismo como nada.
cia y con Dios, entonces la l'luer-
(A. DEl wAELHENS, La phi/. de M.
te no tiene un rostro trágico ni una
Heidegger, 148.) guadaña por emblema, sino una
G'. ¡ Ay Muerte! muerta sens, sonrisa de paz y un ge,;to de repo-
[muerta é malandante! so infinito. (G. l\lARAÑÓN, Ensayos
liberales, 113-114.) Ad. E.
Enemiga del mundo, que non ns 6"'". Es más fácil lleno de fe
[semejante: morir, que exento de ella arras-
de tu memoria amarga non sé trarse por la vida. La muerte re-
[quien non se espante. gocijada es el síntoma de toda cul-
..................... tura vivaz y completa, donde las
Al bueno 6 a.l malo, ul noble é al ideas tienen eficacia para arrebatar
[rrehez, los corazones. (J. ORTEGA Y GASSET,
,43, Oicdon:irio lid Lenguaje Filu:.i'Jlico,
I\IUERTE 674

lelras sobre Pío Iln,·oja, Ob1·as, II, tion lle rlc l'timc rt tltt corps,
1°é(1
88.) Ad. E. sont r/r111011t.rr'e8.D (DESCARTES, Tí-
6"'"', Quien es traidor a su vo• tulo de la trad. franc. de las Jlfc-
cación propin incurre en falsedad, ditaeioncs [l.ª ed., JG47], corres-
vhrc acn falson y deja de ser (cél pondiente al título de la edición
mismo». No nos arredre el afirmar lat. [l.ª ed., 1640].)
que ese hombre <1muerc». Hny, en 10. En cua,nto a lo que decis de
efecto, varios 1nodos de morir, y que no he puesto [en el título de
uno de ellos, distinto de la «muer- las Jlleditacione•J ni una palabra
te biológica» o pérdida de la vida sobre la inmortalidad del alma, no
terrena, es la <(muerte biográfica» es cosa por la que debáis asombra-
de quienes siguen una vida indi- ros; porque no podría demostrar
Yidual distinta de aquella a que su que Dios no puede aniquilarla, si-
Yocnción les llamaba. (P. LAIN EN- no tan sólo que es de naturaleza
TRALGO, La rspera y la esperanza, enteramente distinta a la del cuer-
524.) Ad. E. po, y, por consiguiente, que no se
V. Acto, 6; Certiclumbrc, 3; Porve- halla naturalmente sujeta a morir
nir, 9; l'ida, 12. con él... (DESCARTES, c. al P. Mer-
!llortal. Inmortal. Lat. mortalis, i11- senne, 24 dic. 1640, III, 265-266.)
1nortali.s. 11. Toda inmortalidad que no
Que está (que no está) sujeto a la lleva consigo a través de la eter-
muerte. nidad ( ... ) ese signo indeleble de
7. Sócrates. -En consecuencia, nuestra identidad, es para nosotros
cuando la mue1,te se acerca al hom- como si no existiese. (M. MAETER-
bre, lo que en él hay de mortal LINCK, L'i11tcllig. eles fleurs, 283-
muere, según parece, pero lo que 284.)
hay de inmortal se retira sano y 12. No creo que un filósofo pue-
salvo e incorruptible y cede e'i sitio da tratar de la inmortalidad del
a la muerte. alma sin tener en cuenta los com-
Cebes.~Es evidente. plementos que e-1 pensamiento re-
Sócrates.-Entonces es absolu- ligioso aporta a -las respuestas,
tamente cierto, Cebes, que el alma verdaderas pero insuficientes, que
es inmortal e imperecedera, y nues- la razón y la filosofía pueden
tras almas existirán realmente en por sí solas dar sobre el tema.
el Hades. (PLATÓN, Phédon, 106 e. (J. MARITAIN, Raison et 1·aisous,
Trad. Chambry.) 130.)
8. Bien está que no se profun- 12'. Sólo los débiles se resig-
dice en la opinión de Copérnico, nan a la muerte final, y sustitu-
¡ pero en ésta! Importa a la vida yen con otro el anhelo de inmorta-
entera saber si el alma es mortal lidad personal. En los fuertes, el
o inmortal. (PASCAL, Pe1U1ées, 430.) ansia de perpetuidad sobrepuja a
1nmortalidad. Lat. inmortalitas. la duda de lograrla, y su rebose de
A. Propiamente: carácter de lo que
vida se vierte al más allá de in
muerte. (M. DE UNAMUNo, Del se11-
no está sujeto a la muerte. timic11to trágico de la vüla, Obru•
lnmortalidael ele/ alma. Tesis de la fi- escogidas, 357.) Ad. E.
losofía espiritualista según la cual el
alma sobreYive a la muerte del com- B. Por anal. («inmortalidad subje-
puesto humano con su individualidad tiva• de Aug. CoMTE). Carácter de lo
propia para una existencia que no que sobrevive sin fin en la memoria de
tendrá fin. la humanidad.
9. Jl1cditatio11es ele prima pTii- 13. La inmortalidad consiste en
Iosopliia, in qua Dei eristentia et trabajar en una obra eterna. (E.
a,11i1na-e i11un.ortalitaa dcm,onstra,tur. RENAN, Ave11ir ch- /u se., Pref., XX.)
(DESCARTES, Titulo primitivo de las 14. Las grandes obrns dan la
Meditaciones.) inmortalidad; pero son las peque-
•Les 111i.ditati01UJ 1nétlJl[Jhysiqucs ñas las que dan el pan, sin el cual
r/e René Descartes touchant la 7,re- la vida neabnria y In inmortali-
111 wre philoso¡,hie da1UJ lesquelles dad empezaría demnsindo pronto.
l'exiBte11cc de Dieu, et la diBti11c- (L',·sprit cl'A. J<arr, 1!19.)
675 MUNDO

MUESTREO plio del término, eso de existir?


Muestra. De mostrar. «Trozo de (G. BERGER, Reck. s. les condit, de
tela o ,porción de un producto o mer- la co11naiss., 84.)
cancía, que sirve para conocer la cali- l'. Cabe renunciar a la vida,
dad del género.» (Real Acad.) Por ext., pero si se vive no cabe elegí r el
ejemplar de cierto tipo de cosas. mundo en que se vive. Esto da a
nuestra existencia un gesto terri-
Muestrario. Colección de muestras. blemente dramático. Vivir no es
Muestreo. Socio!.: método de en- entrar por gusto en un sitio pre-
cuesta que consiste, en vez de confec- viamente elegido a sabor, como se
cionar una estndistica completa o con- elige el teatro después de cenar,
tentarse con el examen de un cierto sino que es encontrarse de pronto,
número de casos elegidos al azar, en y sin saber cómo, caído, sumergi-
distribuir la realidad sometida a la en- do, proyectado en un mundo incan-
cuesta en sectores y subsectores homo- jeable, en este de ahora. Nuestra
géneos, para después tomar en cada vida empieza por ser la perpetua
uno de ellos, a prorrata de su impor- sorpresa de existir, sin nuestra
tancia relativa, sólo un número relati- anuencia previa, náufragos, en un
vamente pequeño de casos representa- orbe impremeditado. (J. ORTEGA Y
tivos. V. S01uleo. GASSET, ¿Qué es filosofía?, 232.)
Ad. E.
l\lUNDO
1". cuando volvieron en sí sus
• Mundo. Lat. mu11dus, el conjunto de sentidos, despertó de aquel estado
los cuerpos celestes (corresp. el gr. suyo que era semejante al éxta-
kosmos), más tarde la Tierra y sus ha- sis, se retiraron sus pies de aqu~l
bitantes. sitio, y se le apareció el mundo
A. Prop. l. El conjunto de la rea- sensible ocultándose de él al pro-
lidad material existente en el espacio pio tiempo el mundo divino, pues
(sin.: universo). ambos no pueden reunirse en un
Preguntáronle si el mundo era mismo estado. En efecto, este mun-
amable. «Si -dijo-, así como la do y el otro son como dos esposa3
obra, a causa del artifice, y como de un mismo marido, y si compla-
la noche, por razón del día, que ces a la una, irritarás a la otra.
la sigue.» (R. LULI0, Libro del (ABENTOFÁIL, El filósofo a1<todi-
annigo y del Amado, § 307, págs. dacto, 118.) Ad. E.
108-109.) Ad. E. 3. (Fenomenol.) Lo que el mundo en
2. El globo terrestre (las cinco par- sí del sentido común es para nosotros,
tes del mundo; dar la vuelta al mundo). el ser particular que le confiere la con-
ciencia que de él tomamos, el sen tidu
Mundo eo:terior. El conjunto de los que le damos.
objetos percibidos por los sentidos, 2. el hombre es el ser cuya
comprendidos el propio cuerpo y los aparición hace que exista un mun-
órganos de la percepción. El mundo do. (J.-P. SARTRE, Sit1tatio11s, 1, 234.)
exterior se opone a:! mundo interior de
la conciencia. Durante largo tiempo, 3. la cosa, al fin y al cabo, me
la gran cuestión debatida entre realis- necesita para existir. Sólo cuando
tas e idealistas fue la de la existencia descubro un paisaje hasta entonces
o realidad del mundo exterior. oculto por una colina es cuando se
hace plenamente paisaje (... ). Ese
l. Preguntad simplemente «si mundo que parecía ser sin n1í, en-
el mundo exterior existe» no tiene cerrarme y rebasarme, soy yo quien
propiamente sentido y los profanos lo hace ser. (M. MERLEAU-P., Se11s
se escandalizan con todo derecho et 11011-sens, 57.)
cuando se les plantea esa pregun-
ta. ( ... ) [Hay que preguntarse] : 4. el mundo sin el hombre no
¿Qué quiere decir existir como una es todavía el mundo: no es que el
piedra, como un animal, como un mundo espere al hombre para ser
hombre del que digo que es «mi real, sino que lo espera para reci-
semejante»? La forma que al pre- bir su sentido de mundo. (M. Du-
sente se me ofrece, ¿ tiene o no el FRENNE, La notion. cl'ua priori»,
valor que caracteriza tal forma 252.)
particular de existencia? ¿ Y que 4'. Mundo no es la naturaleza,
quiere dech·, en el sentido más am- el Cosmos de los nn tiguos, que ern
MUNDO 676

una realidad subsiguicntC' y J)Ol' 9Í, se nl<1jú instintivamente, porque,


de que el sujeto conoce este o el en la medida en que alguien pare-
otro pedazo, pero que se reserva su cía pl'etender intrnducirse en el
mish•rio. El mundo vital no tiene gran mundo, descendía en su esti ..
misterio nl¡runo pnrn mi, porque ma. ( 1/ild., II, 214.)
l'onsistc exclusivanwnte en lo que U'. Luego también el mundo, po-
nd,•ierto, tal y como lo advierto. de!'osísimn y cruelisima bestia (ar-
En mi vida no interviene sino mada con la autoridad de tantos
aquello que en ella se hace presen- malos ejemplos como hay en él),
te. El mundo, en sumn, es lo vivi• acudirá, una veces convidándonos
do como tal. (J. ORTEGA y GASSET, con sus pompas y vanidades, otras
¡Qiié es filosofía?, 246.) Ad. E. solicitándonos con malos ejemplos
V. I11te11ción, l. y pecados, otras también desma-
B. En sentido más restringido: con- yímdonos con las persecuciones y
junto de los hombres que habitan la murmuraciones de los malos ...
Tierra o una parte de ese conjunto (to- (Fr. LUIS DE GRANADA, Guía de pe-
do el mundo, todos los humanos o to- cadores, 369.)
dos los hombres del conjunto conside- C. Por anal. Conjunto de cosas del
rado: el mundo de ,los negocios, del tea- mismo orden. El mundo de las ideas,
tro, de los funcionarios). Principa.lrnen- de los sueños, de los sentidos ...
te las clases superiores de la sociedad 10. Hay, si no me equivoco, to-
(un hombre de mundo) consideradas en do -un mundo, que es el conjunt<1
sus relaciones sociales y su existencia de las verdades matemáticas, al
de ocio y placer. En este último senti- que no tenemos acceso sino por la
do, la vida mundana se opone a la re- inteligencia, como hay un mundo de
ligiosa, el mundo al claustro. V. Tercer realidades físicas, uno y otro in-
mundo. dependientes de nosotros, y ambos
5. el mundo es una comedia que de creación divina, (Ch. HERMITE,
se representa en diferentes esce- cit. por P. B0UTR0UX, ldéal scient.
narios, los que están en el mundo des math., 220.)
como espectadores lo conocen a me- 11. E,J artista sólo halla e1 mun-
nudo mejor que los que en él están do estético construyéndolo (H. DE-
como actores. (BossUET, Pensées LACR0IX, Psychol. de l'art, 89.)
chrét., 30.) 12. El mundo del arte musical,
6. Si dejamos a Dios por el el mundo de los sonidos, está muy
mundo nos tratan de impíos, y si lejos del mundo de los ruidos.
el mundo por Dios, de imbéciles. (P. VAllinY, Pléiade, I, 1327.)
(SAINT-EVREM0ND, en Dict. de Tré- 13. La acumulación de obras
voux.) teatrales ha acabado por crear un
7. La naturaleza es olvidadiza; mundo marginal a 1a vida, que se
el mundo lo es casi más aún; por entiende a si mismo y acaba por
poco que el individuo se preste a creerse vivo. (J. RENARD, Jo11rnal,
ello, el olvido no tarda en envolver- 21 oct. 1903.)
lo como un sudario. (H.-F. AMIEL, 14. e1 mundo de los sueños, co-
JournaJ. int., 9 agosto 1859.) mo el de la lectura, se presenta
8. hombre de mundo [M. de como enteramente mágico ( ... ) el
Char1us], había vivido mucho en- mundo imaginario [de los sueños]
tre las gentes de mundo, entre se presenta como un mundo sin li-
las ¡:entes honorables, entre los bertad : tampoco él está determina-
hombres de honor, los que jamás do, es el reverso de la libertad, es
estrecharán la mano de un canalla, fatal. (J.-P. SARTRE, L'imaoinairc,
y conocía su delicada dureza; los 217-218.)
sabía insensibles a las lágrimas del 14'. Yo no concibo que ningún
hombre al que hacen expulsar de hombre, el cuaJ aspire a henchir
un círculo o con el que se niegan au espíritu indefinidamente, pueda
a batirse, aunque su acto de «lim- renunciar sin dolor al mundo de lo
pieza moral» pueda acarrear la religioso; a mi, al menos, me pro-
muerte de la madre de la oveja duce enorme pesar sentirme ex-
negra. (M. PR0UST, Temps retr., I, cluido de la participación en ese
113.) mundo. (J. ORTEGA y GASSET,
9. La duquesa de Guermantes Obras, I, 431.) Ad. E.
677 l\lUTAClóN

Mundano. A. En el uso ordinario e hidrógeno) ; en la mutación acciden-


(acepción social): que frecuenta el tal, la sustancia permanece esencial-
gran mundo y gusta de sus placeres y mente la misma, y los cambios se limi-
vanidades. Relativo a ese gran mundo. tan a los accidentes, p. ej. a la cantidad
Vida. mundana. Reunión mundana. Re- (animal que crece), a la cualidad (agua
laciones, obligaciones mundanas. que se enfría), a la acción (hombre
14". un hombre mu11da1to no es que anda) ...
simplemente un seglar, un hombre 3. las causas eficientes de las
que vive en el mundo, sino alguien mutaciones sustanciales se distri-
obstinado en C'I amor de los bienes buyen, según los antiguos, en cua-
del mundo. ( Dict. de Trévoux.) tro grados. En lo más bajo halla-
B. Fenomenol. (acepción física): re- mos las actividades naturales te-
lativo al mundo exterior. Compuesto: rrestres; después. por encima de
intramundo. ellas, los cuerpos celestes que
de ellas se sirven como instrumen-
15. ·la vida do! sujeto consiste tos, siendo a su vez instrumentos
en pensar el mundo ( ... ). El propio de las inteligenc;as separadas; y,
motor de la investigación, el deseo finalmente, al principio de todo,
de comprender, es un sentimiento el primer motor que es también el
«mundano». (G. BERGER, Rech. s. pensamiento eterno. (J. DE ToNQUÉ-
les cond. do la; connaiss., 114-115.) DEC, Phi/os. de /a; nat., 1, II, p. 155.)
15'. Sólo porque el hombre es C. Biol. (mutación brusca). Varía..
una realida.d constituida qua rea- ción brusca y hereditaria que aparece
·lidad en respectividad a las demás, en el descendiente de un individuo nor-
esto es, sólo porque el hombre es mal perteneciente a una especie deter-
ya «mundanal» como realidad, pue- minada. La mutación se opone a la va-
de hacer «suyo» el mundo, en el riación, que es lenta y sólo se hace sen-
sentido existencial y vital, por sible al cabo de un cierto número de
«bosquejo». Mundanidad no es sino generaciones que hayan variado en el
respectividad de lo real en tanto mismo sentido. Supone una modifica-
que realidad; no tiene nada que ción sufrida por el germen (y es por
ver con el hombre. (X. ZUBIRI, So- ello hereditaria), mientras que la va-
bro la esencia, 428.) Ad. E. riación sólo afecta al soma.
MUTAClóN. Lat. mutatio, der. de 4. Las mutaciones corresponden
mutare (desplazar, cambiar, intercam- a un proceso de variación heredi-
biar). taria discontinua. (E. GUYÉXOT,
Orig. des especes, 82.)
A. En general: cambio que afecta a 5. La mutación-es decir, la
personas o cosas. Princip.: mutación
escénica. transformación de un gene en otro
gene--es un fenómeno general en
Sin.: mudanza. la naturaleza. viva. (J. RosTAND,
l. Por muy arriba que nos re- L'hérédité hum., 60.)
montemos para buscar en las his- 6, Variación intermitente, brus-
torias ejemplos de las grandes mu- ca, de amplitud indeterminada y
taciones, hallaremos que hasta que se refiere a una alteración
ahora siempre han sido causadas o cromosómica de determinismo in-
por la dejadez o por la violencia cierto: tal nos parece ho}· la muta-
de los príncipes. (BossuET, Or. /1111. ción. (J. RosT,\ND, L'évol. des esp.,
de Henr. de France.) 160.)
2. Los resultados de las gran- 7. La mutación es la única
des mutaciones revolucionarias variación que tiene un valor evo-
nunca se adquieren definitivamen- lutivo, porque es la única que
te al primer golpe. (L. BLUM, ,l afecta al germen y es hereditaria.
l'échelle hu1naine, 48.) (ARON y GRASSET, Précis de biol.
B. Filos. (cscol.). Mutación sustan- an., 5.• ed., II, 1338.)
cial y m. accidental: la primera supone V. Selección, 4.
un cambio de sustancia• y, por consi- D. Por ext. de la biol. a la psicol.:
guiente, la aparición de una fo111na• cambio que, en el psiquismo humano,
sustancial nueva (a la muerte, el cuer- acarrea. procesos de naturaleza esen-
po animado se convierte en cadáver; cialmente diferente. El tercer vol. del
la descomposición del agua del oxígeno Traitó do psychol. de PRADINES está
lllUTACióN 678

consagrado a las mutaciones de las 11. El mutncionismo, surgido


funciones mentales, de los trabajos de De Vries, no es,
8. Ln lógica es en el hom- pues, bien mirado, más que un dar-
bre ( ... ) la mutación de In nso- winismo en el que la noción de va-
cincilin de idens. (M. PRADINES, riabilidad débil, continuo. y ubi-
Tr. dr ps¡¡c/iol., III, 110.) cua ha cedido el sitio a la de va-
9. las tendencias, siempre al- riabilidad fuerte, intermitente e in-
truistas, pueden tener un objeto dividual. (J. ROSTAND, J,'é1•0I. rlr•
t"onr.rrto o pueden, por mutación, cspoccs, 151.)
sustituir su objeto por simples
rcpr<"sentaciones.· es entonces cuan- 12. Tomemos el caso clásico del
do las llamamos idralrs. (lbíd., topo. Para los ortodoxos del la-
237.) marckismo, el ojo se ha atrofiado
10. Cuando ha alcanzado el por falta de uso en la oscu-
estadio intelectual del lenguaje, ridad ( ... ) ; para los rlarwinianos,
el niño ha realizado la mutación el ojo se ha reducido paulatino.-
que le hace pasar de la animali- mente porque los individuos de
dad a la verdadera humanidad. ojos pequeños, menos expuestos a
(J.-C. Fu.1.oux, Psychol. des an., las inflamaciones oculares, sobrevi-
124.)
vieron mejor a los de ojos norma-
V. Ra::óri, 76. les; para los mutacionistas, en una
l\Iutacionismo. (Biol.) Teoría que ex- estirpe de animales aculados, sur-
plica la evolución por mutaciones brus- gieron por azar algunos mutan-
cas consistentes en el nacimiento de in- tes ciegos, que, habiéndose refu-
dividuos que presentan algún carácter
no observable en su ascendencia: si el giado bajo tierra, se mantuvie-
mutante no es viable, muere; si lo es, ron alli porque su ceguera no les
se reproduce y multiplica, dando ori- causaba, en un medio oscuro, ex-
gen a una variedad nueva. V. Teoría cesiva desventaja. (J. RosTAND,
sintitira•. État prés. du transf., 144.)
NACIÓN. Lat. natío, der. de naoci te ( ... ). Es la colectividad límite
(nacer), natuo (nacido) : conjunto de la que engloba a todas las demás
individuos nacidos en el mismo país, y no es englobada por ninguna.
nación. (G. BURDEAU, Tr. de la se. polit.,
Conjunto de las familias o indivi- 11, 97.)
duos que constituyen o han constituido 4. Una nación es un sueño de
una sociedad política autónoma (Esta- futuro compartido. Y es así por-
do) o se hallan al menos ligados por que el sentimiento nacional pro-
una comunidad de cultura y tradicio- cede de la conciencia de un pasa-
nes, de raza o hábitat, que condiciona do común. Ahora bien, el hombre
o les hace desear esa autonomía. La se interesa por su pasado en la
nación polaca sobrevivió a los eclipses medida en que consulta el porve-
del Estado polaco. nir. (Ibíd., 99.)
l. Una nación es un alma, un 4'. Una nación es una masa
principio espiritual. Dos cosas que, humana organizada, estructurada
a decir verdad, son una misma por una minoría de individuos se-
constituyen ese alma, ese principio lectos. (J. ORTEGA y GASSET, Es-
espiritual ( ... ). Es la primera la pa.iia invertebrada, Obras, 111,
posesión en común de un rico lega- 93.) Ad. E.
do de recuerdos; la segunda, el Nacionalismo. Preferencia sistemá-
consentimiento actual, el deseo de tica por la nación a la que se pertene-
vivir juntos, la voluntad de seguir ce. Patriotismo intelectualizado y eri-
incrementando la herencia recibida gido en doctrina.
pro indiviso. (E. RENAN, Qu'cst-cc V. Patria, 5, 6.
qu'une nation.1, en Disc. et con-
fér., 306.) Nacionalidad. Estado del individuo
que pertenece a una nación determi-
V. Estado, 9. nada. Cambiar de nacionalidad.
2. Sin duda, Julián Huxley no
NADA
está del todo equivocado al con-
siderar a las naciones como socie- Nada. Ant. 11ata, del lat. res nata,
dades de individuos que compar- cosa nacida. Trad. del latín 11ilti1ro11.
ten los mismos erro1·es en cuan- Falta, relativa o absoluta, de ser o
to a su propia superioridad sobre de realidad.
los demás hombres. (R. Gmoo, l. La experiencia me hace co-
A ttit111lcs col/., 33.) nocer (... ) que soy como un me-
3. La nación, colectividad limi- dio entre el ser y la nada, es de-
NAD.\ 680

cir, situndo de tnl suerte entre el 8. No es el ser el que surge


soberano ser y el no set\ que en del fondo de la nndn, sino In nada
\'crdnd nada se halln en mi que In que sólo es pensada, en la me-
me pueda condurir al error, rn dida en que lo es, sobre el fondo
tanto que me ha ¡1roclucido un ser del ser. (,T. DE FINANCE, Exist. et
sol~rano: pero que, si me consi- /ibr,-t<', 142.)
dero como de algún modo partici- 8'. «Poder de mi Amado-de-
pante de la nada o del no ser, es eia el amigo-quien te quiere me-
tll•l'ir, en tanto que yo mismo no dir, intenta con In nada contar el
soy el ser soberano, me hallo ex- número; mas Tú mides la nar!a,
puesto a una infinidad de caren- cuanto de la nada haces algo. Co-
cias ... (DESCARTES, 4• ltlc'dit., IX rno, pues, Tú sólo puedes esto, es-
A, 43.) tá claro que Tú solo justificas al
2. Porque, a fin de cuentas, impío.» (R. LULI0, Libro del ami-
¡,qué es el hombre en la naturale- f/O 11 e/el Amuelo, § 315, p. 110.)
za? Una nada con respecto al in- Ad. E.
finito, un toque con respecto a In
nada, un medio entre nada y todo. 8". En la nada, en la angustia
(PASCAL, Pcnsées, 350.) por la nada, tenemos un elemento
estructural óntico de la existen-
3. la idea de la nada absoluta, cia misma, porque no siendo la
entendida en el sentido de una nada un derivado por negación
abolición de todo, es una idea des- del ser, sino algo absolutamente
tructiva de sí misn1a, una pseudo- primario, lo que sucede es justo
idea, una simple palabra ( ... ). exactamente lo contrario: que el
Hay más, y no menos, en la idea ser se deriva de la nada. (M. GAR-
de un objeto concebido como «no CÍA M0RENTE, Ensayos, 222.) Ad. E.
existente», porque la idea del ob- 8"'. Esos arrechuchos de des-
jeto «no existente» es necesaria- aliento suelen ser pasajeros, y no
mente la idea de un objeto «exis- más que sintoma de la conciencia
tente», más la representación de que de la propia nada radical se
una exclusión de ese objeto por la tiene, conciencia de que se co-
realidad actual tomada en bloque. bran nuevas fuerzas para aspi-
(H. BERGS0N, Évol. cr., 283, 286.) rar a serlo todo. No llegará muy
4. La nada es la negación ra- lejos, de seguro, quien nunca sien-
dical de 1a totalidad de lo existen- ta cansancio. (M. DE UNillUN0,
te. (HEIDEGGER, Q,i'est-ce que la ¡ Adentro!, Obras escogida,,, 191.)
mét?, 28.) 8"º. la nada, precisamente por-
5. la nada es «nada»; y es pre- que es nada, no es ni tan siquiera
ciso siempre pensar algo, o no pen- un término al que se puede opo-
sar; de suerte que, literalmente, ner, o del que se puede distinguir,
el pensamiento de una nada no la realidad. Esto seria hacer de
sería más que una nada de pen- la nada «algo». (X. ZUBIRI, Sobro
samiento. (E. LE RoY, Revue des la esencia, 421.) Ad. E.
deuz m., 15 febrero 1948, 620.) V. Cogito, 4.
6. la idea de nada es nada; o ,cNihilizarn, ccnihilizaciónn. Neol,
mejor, es ya algo: una finta del creados por J.-P. SARTRE (néa11tir,
espíritu que se permite una co- néantisatwn) y J. MARITAIN (néa11tcr,
media de silencio y tinieblas per- néantement, ,iéantiscr).
fectas (... ) en Ja que me siento
presente, voluntario e indispensa- No significan aniquilar o anonadar,
ble ... (P. VAL!!:RY, Variété, 125.) sino: considerar o ignorar corno si no
existiese, eliminar de nuestro mundo
7. la nada que no es sólo pue- intencional.
de tener una existencia prestada:
es del ser de quien toma su ser Sin.: irrealizar•.
( ... ). Y la desaparición total del !l. los que querrían hacer ma-
ser no seria el advenimiento del yor sitio a la nada sólo consiguen
reino del no-ser, sino, por el con- afirmarla mediante un acto de ni-
trario, el desvanecimiento conse- hilización que no sólo supone el
cutivo de la nada: s6/.o hay 110-scr ser que nihilizn, sino que, en tan-
rn la superfide del ser. (J .-P. to que aquél es constitutivo de la
SARTRE, L'étre et le n., 52.) conciencia, da a ésta su ser ideal
681 NATURALEZA

(o espiritual), (L. LAVELLE, Do su alma. (J. DELAY, Jeztnesse d'A,


l'ctrc, 13.) Gidc, 11, 541.)
10. en el cnso que nos ocupa, 4. Normalmente, un Diario ín-
nfrontnr es, en cierto modo, ne- timo se escribe en la niñez o en la
gar, o más exactamente, nihili- adolescencia, en la época del nar-
znr, pnra emplear una palabra cisismo fisiológico, cuando el joven,
forjada por Sartre y que apenas aun aislado del Universo, cree que
tiene equivalente: significa, en él es el centro de éste, y que, por
suma, tratar activamente algo co- tanto, cada palpitación de su vida
mo si no existiese o no contase. primaveral es un hecho trascenden-
(G, MARCE!,, Le myst, de l'ctrc, II, te. (G, MARAÑÓN, Amicl, 214.)
159-160,) Ad. E.
1 t. Cuando entro en ese ca:fé Narco. Der. del gr. narkc, adorme-
para buscar en él a Pierre tiene cimiento, torpor. Tiene varios deriva-
lugar una organización sintética dos y entra en diversos términos com-
de todos los objetos del café en puestos del vocab. médico.
fondo sobre el que Pierre es dado
como debiendo aparecer. Y esta N ARCóTICO. Que adormece, que
organización del café en fondo produce sopor.
constituye una primern nihiliza- Narcosis. Sopor provocado por un
ción, (J.-P. SARTRE, L'ctre et le n., narcótico.
44.) Sztbnarcosis. Narcosis incompleta,
V, Tiempo, 32; Tesis, 5. estado de semisopor en el que el su-
jeto conserva la posibilidad de comu-
NARCISISMO. Der. de Narciso, nicar con quienes le rodean.
quien, según la mito!., estaba tan pren-
dado de sí mismo que, contemplándose N arcoa,nálÜ!is. Investigación del in-
en el agua de una fuente, se ahogó por consciente de un sujeto sumido a tal
querer abrazar su propia imagen. fin en estado de subnarcosis.
Fijación• afectiva en sí mismo. NATIVISMO. Der. del lat. 11atfr11s,
Der.: narcisista, narcisiaco (se opo- nativo; nativitus (adv.), de nacimiento,
ne a objeta!•), desde el nacimiento.
l. Comportamiento particular Doctrina según la cual ciertos sen-
de ciertos perversos psicópatas que tidos o incluso todos ellos, pero princi-
se miran, se admiran, se acarician palmente la vista, perciben inmediata
y se satisfacen a sí mismos se- y naturalmente, es decir, sin previa
xualmente, amándose así exclusi- educación, las propiedades espaciales
vamente como los demás aman los del mundo exterior.
objetos de amor exterior. (Marie Si11.: innatismo• (se dice más de las
BoNAPARTE, R. fra,n~. de psyehan., ideas).
1934, 418.)
Contr.: genetismo•.
2. El deseo de Narciso es no
tener otro espectador ni otro aman- El nativismo integi:al (... ) atri-
te que él mismo. Es ser, por sí buye al tacto y a la vista, e in-
solo, el amante y el objeto amado. cluso en principio a todos los sen-
Es reunir en sí dos actos que sólo tidos, una capacidad original para
se producen oponiéndose, Es, de- percibir el espacio. (III. PRADit-Es,
jándose, encontrarse y entrar de Lo probl. do /a, scnsat., 98.)
nuevo en sí en el momento en que V. Extensión, 8; Forma, 24; Gcnc-
otro cualquiera sólo piensa en sa- tismo, 2.
lir de sí para buscar en el mundo
un objeto que conocer o un ser al NATURALEZA
que amar. (L. LAVELLE, L'erreztr do Naturaleza. Lat. natura, der. de 11a-
Narc., 18.) tus (nacido), pa,·t. de 11asccr.
3. El narcisismo puede ser físi- l. la palabra naturaleza sig-
co o psíquico, según designe la mi- nifica: unas veces las propieda-
rada del ojo o la de la conciencia. des que un ser tiene desde su na-
Ambos aspectos, no necesariamen- cimiento, por oposición a las que
te ligados, lo están en André Wal- pueda deber al arte; otras el con-
ter. Se preocupa tanto por la ima- junto de los seres que componen
gen de su cuerpo como por la de el univeno; otras, en fin, las leyes
NATURALEZA 682

que rigen n esos seres. (G. Cuvmn, ción era la causa de su propia con-
T,c 1·i'g11c auimal, Introd.) servaciÍ!n, optó por el menor de los
A. En sentido abstracto (der. del dos males y transigió con la más
etimol.). Aquello con lo que nace un leve de las transgresiones. (ABEN-
ser, es decir, sus caracteres originales TOI•'ÁIL, El filósofo autoc/ulacto,
y, por consiguiente, fundamentales; 105-106.) Ad. E.
más generalmente, los caracteres pro- V. Costumbre, 6; Ley, 30; Posit.i-
pios de un ser, caracteres que se con- vo, 21.
funden con las leyes de su actividad. 2. Aplicado ni hombre (la naturale-
1'. Naturaleza es siempre y só- za humana) : lo que es innato en el
lo 1R manera como algo es «de su- hombre, y no adquirido por la educa-
yo», pero no es primaria y formal- ción, la costumbre ... V. Estado• de na-
mente el «de suyo» mismo. Natu- turaleza..
raleza, en efecto, no es sólo siste- 4. Tomemos por máxima incon-
ma interno de principios operati- testable que los primeros movi-
vos de la eosa. Por el contrario, mientos de la naturaleza son siem-
sólo cuando estos principios son pre rectos: no hay perversidad ori-
intrínsecos en el sentido de com- ginal en el corazón humano. (Rous-
peter a la cosa «de suyo» es cuan- SEAU, Éniilc, JI, 81.)
do dichos principios son naturale- 5. La verdadera cuestión moral
za. Es decir, el «de suyo» es ante- (... ) es In de saber si no tenemos
rior a la naturaleza y fundamento más que una naturaleza o si te-
de ella. (X. ZUBIRI, Sobre la esen- nemos dos (... ) . Si no tenemos más
cia, 395-396.) Ad. E. que una, y esta naturaleza es se-
Sin.: esencia, pero la esencia con- mejante en el fondo a las de todos
siderada en tanto que fuente de pro- los demás seres vivos, la tarea de
piedades u operaciones. In moral es bien simple: consiste
l. En general (naturaleza específi- en dejar a esta naturaleza perse-
ca) : el conjunto de los caracteres que guir sus fines ( ... ). No cabe ha-
hacen que una cosa o un ser pertenez- cerse cuestión del deber (... ). Pero
can a una especie o categoría determi- si el pensamiento constituye en
nadas. El médico se pregunta por la nosotros una segunda naturaleza
naturaleza de la enfermedad que pade- superior, en valor y dignidad, a
ce su cliente; el quimico, por la natura- nuestra naturaleza animal, al pun-
leza del veneno que ha provocado una to aparece la posibilidad del de-
muerte; el moralista, por la naturale- ber; porque resulta claro que esta
za de los móviles que determinan la naturaleza inferior debe ser puesta
actividad del hombre. al servicio de aquélla. (J. LACHE-
LIER, CEuvres, JI, 156.)
2. Hay que llevar con pacien-
cia el pertenecer a la naturaleza 5'. La naturaleza nos incita a
humana y no a la angélica. (San la vida agresiva; aspiramos a uni-
Fr. DE SALES, <Euvres, Annecy, versalizar nuestros gestos y nues-
XVIII, 172.) tras fórmulas, obligando brutal-
mente a que los demás nos imiten;
3. La diferencia entre la natu- nos sentimos espontáneamente lle-
raleza de un gobierno y su princi- vados a imponer nuestra populari-
pio es que su naturaleza es lo que dad, lo que hay en nosotros de di-
le hace ser como es, y su princi- ferente, de único, y el medio que
pio lo que le hace obrar. (MoN- más a mano está para ensanchar-
TESQUIEU, Esprit des /ois III, I.)
nos consiste en negar o destruir
3', Conoció, pues, que lo rec- las vidas colindantes. (J. ORTEGA
to sería (si posible fuera) abste- Y GASSE'I', Rc,11a11, Obras, I, 455.)
nerse de toda comida, eualquiera Ad. E.
que ella fuese; mas como esto no V. Condici611, 5, 6; Deber, 21; Tra11s-
cabía en lo posible, y como viese cc,rdc11cia, 2.
que el abstenerse de toda alimen-
tación conduciría a la disolución Es el contexto el que determina lo
de su cuerpo, lo cual era una opo- que en el hombre es tenido por innato:
sición al Hacedor, más grave que a) A veces, van en ello incluidas las
la anterior, por cuanto era él más funciones racionales. En este sentido
noble, de naturaleza más excelen- se da como principio fundamental de
te que aquellas cosas cuya disolu- la moral uvivir confom1c a la natura-
683 NATURALEZA

lezn» (sobrent. n In naturaleza razo- trataba del barón ... (M. PROUST,
nable del hombre, a la razón). Temps. retr., 1, 177.)
6, La luz natural hace a todos V. Absoluto, 3; Persona, 56.
conocer que, habiendo sido hecho 4. En p,artic. ( en los existencialistas
el hombre raciono:!, nada debe ha- y por opos. a libertad) : lo que, en el
cer sino con arreglo a razón, pues individuo, es independiente de su libre
de otro modo obraría contra su na- voluntad y, por consiguiente, al ser el
turaleza y, por consiguiente, con- hombre esencialmente libertad, no es
tra Quien es autor de ella. (RICH&- él. De ahí la paradoja: como ser libre,
LIEU, Test. polit., II.) el hombre carece de naturaleza; la li-
V. Absoluto, 23; Deber, 20; Educa- be1-tad consiste precisamente en la fa.
cióu, 4; Vocación., 6. cultad de darse una naturaleza o al
menos de elegirla entre una infinid~d
b) Más corrientemente, se exclu- de naturalezas posibles. Pero precisa-
yen esas funciones, ouyo desarrollo es mente esa facultad es facultad de una
tardío y a menudo mediocre. En este naturaleza, la naturaleza humana.
sentido se habla del deber de dominar
la propia naturaleza, de vencerla. Por 12. Dos tesis extremas ( ... ) se
naturaleza no se entiende entonces más nos proponen: la primera, que es-
que los impulsos irracionales e instin- tuvo de moda en la época del cien-
tivos. tifismo, extrae del hecho de que
el hombre sea una naturaleza la
G bis. No hemos de considerar consecuencia de que no es libre;
como nuestro .Jo que proviene de la segunda, cuya moda va unida
nuestra naturaleza. No somo9 res- a la del existencialismo, dednce
ponsables de •lo que experimenta- del hecho de ser el hombre libre
mos, sino tan sólo de lo que deci- la consecuencia de que carece de
dimos. (Abate DE TOURVILLE, Pié- naturaleza. (P.-B. GRENET, Onto-
té confiante, 279.) logie, 91.)
3. Referido al hombre ( considerado 13. No es la esencia en tan to
en su individualidad) : el conjunto de que naturaleza lo que alcanzo en
los rasgos característicos de un indi- el tú. En efecto, al tratar al otro
viduo. Las naturalezas coléricas. Dos como él, lo reduzco a no ser más
naburalezas incompatibles. que naturaleza: un objeto anima-
Sin.: natural, temperamento, carác- do que funciona de tal manera y
ter, complexión, humor. no de tal otra. Por el contrario, al
7. como queremos siempre ple- tratarlo como tú, lo trato, lo apre-
gar la razón a nuestros deseos, hendo como libertad, porque es
llamamos razón a lo que es confo1• también libertad y no sólo natu-
me a nuestro humor natural, es raleza. (G. MARCEL, «ETRE E:r AVO IR»
decir, a una pasión secreta que se 154.)
hace tanto menos notar cuanto que 14. La libertad sólo existe uni-
constituye como el fondo de nues- da a una naturaleza que es a la
tra naturaleza. (BossUET, Connaiss. vez su soporte y su límite. (L. LA-
de Dieu ... , I, 16.) VELLE, Du temps et de l'éteniité,
266.)
8. Era una naturaleza burlo-
na, llena de agrado y que en todo 15. La libertad recibe por así
veía el lado cómico. (G. SAND, decirlo una primera determinación
Hist. de ma vie, VII, 244.) de 'las condiciones mismas que se
le ofrecen para actualizarse. Es lo
9. Las naturalezas sensibles se que solemos expresar diciendo que
ven fácilmente poseídas y arras- la libertad va asociada en nosotros
tradas por el corazón. (E. DELA- a una naturaleza. (L. LAVELLE, De
CROIX, Journal, 16 marzo 1857, III, l'cime hum., 135.)
265.)
16. esa naturaleza de la con-
10. El lujo ejerce una irresis- ciencia que consiste en no tener
tible atracción sobre las naturale- naturaleza ... (1\1. lllERLEAU-PONTY,
zas elegantes y delicadas. (A. Phénoménol. de la perc., 449.)
FRANCE, Vie litt., 1, 350.)
17. La naturaleza humana es
11. Por una indiscreción pro- más que naturaleza. ( ... ) Hay na-
pia de su naturaleza, Jupien no turaleza en el hombre, y, por con-
pudo abstenerse de decirme que se siguiente, universalidad y genera-
N.\TllllALEZA

lidnd, por las que resulta posible c1on ,le cntendel' poi' tal la nutu-
unn definición, pero esa naturnle- rnleza de lns cosas, y no las cosas
za ,•s pnrn la lihertnd. Al dejar si- mismas; la naturaleza de las co-
tio para una libertad, In teorin de sas son sus ideos. (E. GOBLOT, Tr.
la nnturnleza humana reconoce la de logiqur, 115.)
singularidad del individuo, que no 21. La naturaleza, que deja de
,,s sólo el resultado de ciertas va- sel' objeto ele contemplación y ad-
rinbles dentro de un concierto de miración, sólo puede ser ya des-
leyes, sino el acto mismo del in- pués materia de unn acción que
in<lividuo que va a inscribir en el pretende transformarla. (A. CA-
universo su decisión existencial. MUS, L'lwmme ,·évolté, 370.)
(M. DUFRENNE, Pcrsonnalité de ba-
se, ~11-212.) V. Arte, 17, 20.
18. Lo que constituye la natu- 2. Por personificación ( en este sen-
raleza humana (en el sentido ge- tido, se escribe a veces Naturaleza) o
neral de «quididad»; la respuestn concepción realista del conjunto cons-
a la pregunta: ¿qué es el hombre1) tituido por el mundo exterior: la vo-
es la falta de una naturaleza en luntad que produce la consistencia y
el sentido de la physis de Aristó- orden del mundo; el principio dinámi-
teles: un organismo determinado co en el que participan en mayor o
en virtud de su nacimiento, en la menor grado todos los seres, pero so-
fuente de la actividad prapiamen- bre todo los seres vivos. La naturaleza
te humana. El hombre no tiene no hace nada en vano.
tras de sí una naturaleza, sino que 22. Decir que nervierte el or-
él mismo se sitúa, en tanto que [den de la naturaleza
ser libre, detrás de la naturaleza. y hace del día noche, ¡ qué tremen-
No está, en lo que tiene de hu- [da impostura!
mano, determinado a tergo por su (MoI,IERE, Le dépit amourcux,
organismo, sino que posee las ma- III, VI.)
nifestaciones de éste como objeto 23. La naturaleza parece ser-
de su libertad. (J.-H. WALGRAVE, virse de los hombres para sus de-
Ncwman, 311.) signios, sin cuidarse ele los instru-
V. Ser JI, 12, 21. mentos que emplea; de modo no
5. Por opos. a gracia o a sobrenatu- muy diferente al de los tiranos
ral (Teol.): lo que un ser es por su que se deshacen de aquellos de
esencia. La gracia en el sentido C 1 quienes se han servido. (CHAMFORT,
(gracia santíficante) es un don que Jlfax. et pensées, cap. II.)
trasciende las potencias positivas de 24. La naturaleza dispone las
esa naturaleza. 'J)artes del cuerpo natura1; el arte,
Natura/,eza pura (Estado de--). Con- las de los cuerpos artificiales o
cepto teológico de una naturaleza hu- máquinas. (CoNDILLAC, Syn., III,
mana ficticia anterior a su elevación 308.)
al estado sobrenatural. 25. Lo esencial es ser lo que In
Naturaleza caída. La naturaleza hu- naturaleza nos ha hecho; demasia-
mana tras el pecado original. do somos lo que los hombres quie-
ren que seamos. (RoussEAU, Émi-
B. En sentido concreto. l. Prob.: w, V, 488.)
el mundo e>.-terior que constituye el ob-
jeto de las ciencias naturales, por opos. 26. La lengua que la naturale-
al mundo interior del pensamiento, así za habla a mi alma es una lengua
como a las transformaciones realiza- en voz baja. El menor ruido im-
das por el hombre en aquel mundo pide oirla. (LAMARTINE, Co11fide11-
exterior, transformaeiones que depen- ecs, XII, XXVIII,)
den de las ciencias humanas. En este 27. Pero allí está la naturale-
sentido se op. al arte•. [zn invitadora y amante ...
rn. Da su alimento a los paja- (LAMAnTINE, Premie,·. Jllédit., «Le
[rillos Vallon».)
y su bondad se extiende a toda la 27'. Madrastra se mostró la na-
[naturaleza. turaleza con el hombre, pues lo que
(RACINE, A tha/ie, II, VII.) le quitó de conocimiento al nacer, le
20. Si cabe hablar de una cien- restituye al morir: allí, porque
cia de la naturaleza, es a candi- no se perciben los bienes que se
685 NATURALEZA
reciben, y aquí, porque se sienten insoluble. En cada individuo, lo
los males que se conjuran. (B. Gn,1- <lado y lo adquirido se interfieren
CIÁN, Et criric6n, 13.) Ad. E. de un modo singular, específico, de
27". La Nnturalezn nos mostró su propia personalidad. Es, pues,
las cosns que nos son nec<!sarias, inútil tanto el pretender verificar
las cuales son harto pocas y ase- su proporción en un momento da-
quibles. Fue la necia presunción do en tal o cual individuo como
quien inventó las superfluas, que el pretender operar estadísticamen-
son infinitas y de difícil consecu- te... (J.-Cl. Fn.Loux, La person-
ción. (J. L. VIVES, Introducci6u a nalité, 23.)
la sabiduría, § 107, p. 35.) Ad. E. Natural, adj. Que pertenece o se re-
V. Alma, 31. fiere u la naturaleza. V. Filosofía• na-
tZLml.
3. Por depuración de la mentalidad
personificndora y realista: el sistema A. Por op. a adquirido: que forma
de leyes que rige y explica el conjunto parte de la naturaleza de un ser, que
del mundo exterior. se remonta a su nacimiento. Un tic,
una necesidad naturales. Una deformi-
28. bajo el nombre de natura- dad natural.
leza entendemos una profunda sa-
biduría que desarrolla con orden, y Sin.: congénito, innato, constitucio-
según justas reglas, todos los mo- na1, hereditario.
vimientos que vemos. (BossUET, De 32. hay dos clases de huellas
la counaiss. de Dieu ... , IV, I.) en el cerebro. Unas son naturales
29. Nuestra alma está arrojada o propias de la naturaleza del hom-
en el cuerpo, donde encuentra nú- bre, las otras adquiridas. Las na-
mero, tiempo, dimensiones, y a eso turales son muy profundas, y es
llanta naturaleza, necesidad. (PAS- imposible borrarlas por completo;
CAL, Pensées, 434-435.) por e1 contrario, las adquiridas
pueden perderse fácilmente, porque
30. La naturaleza es el sistema no suelen ser tan profundas. (l\IA-
de leyes establecidas por el Crea- LEBRANCHE, Rech. de la vér., II,
dor para la existencia de las co- VII, 6.)
sas y la sucesión de los seres.
(BUFF0N, en LITTRÉ.) 33. El estilo es una cualidad
natural como el sonido de la voz,
30'. cuando dijo Aristóteles: y no en modo alguno cosa exclu-
«Dios y Naturnleza nada hacen siva de los escritores profesionales.
en vano» (De Coelo, lib. I), no en- (P. CLAUDEL, Pos-itions et propos.,
tendió que Naturaleza fuese algu- 77.)
na causa universal con jurisdicción
apartada de Dios, sino que es nom- V. Amor, 91; Escritura, 2; Perso-
bre del orden y concierto que Dios na, 37; Sentido, 18.
tiene puesto en la compostura del B. Que es o parece producido sin in-
mundo para que subcedan los efec- tervención del pensamiento reflexivo
tos que son necesarios para su y de la voluntad, por el simple juego
conservación. (J. HUARTE, Examr:n de las fuerzas espontáneas de la natu-
de ingenios, 100.) Ad. E. raleza o de las funciones mentales.
Naturaleza naturante y naturaleza l. Aplicado a cosas: se opone sobre
naturada. Lat. escolást. natura natu- todo a artificial. Lago natural. Signo*,
rans, natura naturata. Distinción uti- lenguaje naturales. Transición natural.
lizada por SPIN0ZA. La naturaleza na- Finalidad* natural.
turante se identifica con Dios en tanto 34. Nunca debe infligirse a los
que creador y conservador de todas las niños el castigo como castigo, sino
cosas; naturaleza nuturacla designa el que ( ... ) debe siempre llegar como
conjunto de las cosas creadas. secuela natural de su mala acción.
Naturc-nurt?u-e. Oposición, corrien- (Il0USSEAU, Émilc, II, 94.)
te sobre todo en Inglaterra, que co- 35. Lo natural ( ... ) es el arte
rresponde a las de lo innato o congé- convertido en hábito. Tanto el poe-
nito y lo adquirido, la herencia y el ta como el bailarin son naturales
medio. cuando han alcanzado ese grado
31. Plantear el problema 1111tu- de perfección que no permite ya
re-11urturc a la manera ele ,la advertir en ellos el menor esfuer-
psicologia experimental es hacerlo zo por observar las reglas que se
NATURALEZA 686

han impuesto. (CONDILLAC, Arl ces hasta me divierten. (A. FRAN-


d't;íT., IV, v, <l•:urrcs phifos., I, n:, Le ly• rouge, 19.)
603 a.) 44. Nadu tan difícil como vi-
3tl. Hny en el nrtc multitud de vir en público y seg-uir siendo na-
bellezas que sólo se hacen nntura- lurnl bujo la mirada impertinente
les a fuerza de nrte. (J. JoummT, ele los curiosos. Hace falta para
l'ensécs, 173.) ello un desinterés sobrehumano, si
37. A menudo lo natural no es no inhumano. (J. GuÉHENNO, Jean-
sino c-1 resultado de la utilización ,lacqncs, II, 24.)
de un arte disimulado. (M. GAR· 45. Ese hombre de la natura-
<;'ON, Essai s. /'é/oq. j,ulic., 138.) leza [Rousseau] no podrá nunca
\". I11sfitución, 3, 4. ser plenamente natural. (lbfd., 26.)
2. Aplicado al hombre y a las rela- 46. Me resulta menos penoso
ciones interhmnanas: que no es afec- mostrarme en caricatura que al
tado u obligado, y, por consiguiente, natural. (J. RoSTAND, Journal d'un
manifiesta facilidad, soltura. caract., 110.)
Sin.: espontáneo, libre, fácil. V. Afecto, 10; Arte, 16; Dialécti-
38. Es preciso ( ... ) que cada ca, 4.
uno de vuestros oyentes se imagi- C. Por opos. a positivo (en los tér-
ne que le habláis en particular. minos derecho natural, ley natural, jus-
Para eso sirven los tonos natura- ticia natural...) : que se basa en las
les, familiare;; e insinuantes. (FÉ- exigencias de la naturaleza y no en la
NELOS, Dial. s. l'é/oq., Il.) libre determinación del legislador. V.
39. La mayoría de los jóvenes Derecho B, Ley B.
creen ser naturales cuando no son 47. La ley de las leyes es la
sino mal educados y groseros. (LA justicia natural, que no puede es-
RocHEFOUCAULD, Max., 372.) cribirse, pero que habla a la ra-
Nada impide tanto ser natural zón y al corazón de todos. Las le-
como el deseo de parecerlo. ( lbíd., yes escritas son fórmulas buscadas
431.) para expresar con la menor imper-
fección posible lo que pide la jus-
40. .V at w·al sirve para signifi-
ticia natural en tales o cuales cir-
car todo lo que no es impedido, cunstancias determinadas. (V. Cou.
forzado. obligado, artificial, disfra- SIN, Du, vrai, du beau ... , lec. 1 5. 11 ,
1

zado; porque, en efecto, nuestras 397.)


acciones tienen algunos de esos ca-
racteres siempre que nos hacemos 48. Abraham era un groo san-
violencia para no obedecer a nues- to (... ) . Pero no sabia que ciertas
tro temperamento y a nuestros há- acciones que hoy condenamos es-
bitos. (CONDILLAC, Sy11., III, 399.) taban prohibidas por la ley natu-
ral. De ello debemos concluir que
41. el ser natural excluye pro- el estado de naturaleza no era un
piamente la afectación; la si1npli- estado en el que la moral natural
Mdad, el arte; la ingenuidad, la re- fuese perfectamente conocida y
flexión. (... ) la naturalidad es más practicada. (J. MARITAIN, Pour una
esencial que la simplicidad; porque phi/os. de l'hiBt., 115.)
el énfasis y el hinchazón nunca
convienen y, en cambio, hay géne- 49. Es natural lo que parece
ros en los que se puede y debe natural en una época dada, en una
emplear todo el colorido, todas las comunidad o un grupo de comu-
J'iquezas de la elocución, todas nidades ( ... ). No es natural lo
opuesto a lo que nuestra época
las flores del lenguaje. (LAFAYE, cree justo. (E. WEIL, Phi/os. polit.,
793.)
30.)
42. DespLegó, durante toda aque-
V. Derecho, 7, 8, O, 11, 12, 16, 17,
lla comida, ese arte de la perfecta
educación que permite a una mu- 18, 19; Ley, 12.
jer permanecer natural en las D. Que es conforme a la naturaleza
situaciones más falsas. (P. Boun- de las cosas, ya en el orden físico o
GET, Démo11 de müli, 1, 169.) fisiológico, ya en el moral o humano.
43. Las personas que son natu- Es natural que nieve en invierno. Su
rales y que se muestran ta,! y como reacción, su cólera, son muy naturales.
son, rara vez me aburren y a ve- Si11.: nonnal, regular, hnbitunl.
687 NATURALEZA

60. No hay que confundir lo quear instantáneamente un gran espa-


que es natural en el estado salvaje cio, leer en las conciencias ... ). La ma-
con lo que lo es en el estado civil. yor parte de los milagros pertenecen al
(ROUSSEAU, Émilc, V, 615.) orden prenatural.
51. El hombre «tiene que ha- Sin.: sobrenatural modal.
cer» acciones conformes a su natu-
ra1eza, porque no es natural en él 53. Por sobrenatural esencial
hacer lo que le es natural. Debe entendemos la acción de Dios me-
hacerlo adrede. (P.-B. GnENET, 011- diante la gracia, es decir, una par-
tologic, 93.) ticipación en la vida divina trini-
taria ( ... ).
61'. ¡ Natural! ¿Dónde y cuán-
do? Porque lo que es natural en Por sobrenatural modal entende-
los salvajes, no lo es en los hom- mos la acción de Dios que viene a
bres 'Civilizados; y entre éstos, su suspender, por modo milagroso, el
natural varia con sus diferentes curso de los fenómenos naturales.
estados sociales. Todos estos argu- (Ch.-H. NooET, Encycl. médico-
mentos que se sacan del pretendi- cliir., 37750 A", 4, 1955.)
do estado de 11a.t11ralcza son absur- v. 6.
dos, y las reglas de alli venidas, Connatnral. Lat. escolást. com,atu-
inaplicables. Cuando, pues, te ha- ralis.
blo de las causas de In desigualdad
que están en la naturaleza, es ésta A. Que se halla implicado en la
que tienes y tenemos los que vi- naturaleza de un ser, que le es esen-
vimos a esta hora en el mundo ci- cial. El lenguaje es connatural al hom-
vilizado; de ésta hemos de sacar bre. Der.: connaturalidad.
consecuencias; conforme a ella he- B. Que tiene una relación esen-
mos de sentar principios y estable- cial con otra naturaleza, que se acuer-
cer reglas. (C. ARENAL, Cartas a da con ella. El hombre es tan connatu-
1111 obrero, 262-263.) Ad. E. ral al mundo de la materia como al de
E. Teol. (por opos. a sobrenatural los espíritus.
y a preternatural) : que pertenece a la 54. Los escolásticos tenían una
naturaleza de un ser (es natural ni palabra excelente para expresar
hombre recordar, razonar, llegar al co- esa mutua coadaptación del ser
nocimiento de Dios). Es en este sen- vivo a los bienes que le convienen
tido en el que se habla de religión na- y a los males que no le convienen;
tural, virtud natural, luz natural. hablaban de un lazo de connatura-
V. Atenci6n, 3; Filosofía, 30; Razón, lidad entre mí ser y los seres. (P.
77, 78; Religi6n, 24, 25, 26, 27; Ver- RIC0EUR, Finitude et culp., I, 104.)
dad, 34. C,mocimiento por comzaturalidtul. El
Sobrenatural. Que está esencialmente que se basa en un parentesco de na-
por encima de la naturaleza de los se- turaleza entre el sujeto cognoscente y
1·es creados, sin exceptuar a los espí- el sujeto conocido. V. Juicio• por co·n-
ritus puros; p. ej .. la visión intuitiva natnrali<la,l.
de Dios.
65. Nuestra visión del conoci-
52. en la moralidad todo es miento humano sería muy in-
obra del hombre y fruto de su vo- completa si no tuviésemos en cuen-
luntad, en tanto que en la vida ta otra especie de conocimiento
sobrenntu,·al todo es ob1·a y fruto muy diferente, que no se verifica
de una acción divina inspirada en por las ideas y razona·m\ento, sino
una pura benevolencia. (M. PRADI- por inclinación, como dice Santo
NES, Esprit de la re/ig., 435.) Tomás, o también por simpatía,
Abusiv., fuera del vocnb. teol.: que connivencia o connaturalidad.
sobrepasa la esfera de la experiencia Se trata del conocimiento moral
y es, por consiguiente, objeto de una del hombre virtuoso, que puede no
cierta fe, religiosa o filosófica. La vida saber teóricamente lo que son la
futura e incluso el alma forman parte justicia o el honor, pero a quien le
del mundo sobrenatural así entendido. basta consultar su propia inclina-
V. Milagro, 2, 4, 8, 10. ción interior para saber si un ac-
Prelcrnatunll: que, sin estar por en- to es injusto o deshonroso. (J. MA-
cima de toda naturaleza creada, sí lo RITAIN, Raiso11 et 1"UÍS0118, 34-35.)
está de la naturaleza humana (fran- Natural, subst. Conjunto de las dis-
XATl'R.\LEZA 688
posici(lnt:'S moral<'~ o psíquirns que un Si 11,: realismo, que tiene por contra-
mJh·i,luo npM·l:\ nl nt\l~C"r, rio ni idealismo, Pero: 1.0 naturalismo
d1•slgnn con frecuencia la exageración
5H. 1-:1 hu{'n nalnl'nl, que se jnr- rlPI renlismo consistente en dar prefe-
ta ,tl' ~wr tnn !fo('IISible-, es n mcnu- n•ndu a los aspectos menos helios de
li,1 alhlJ.!":l1lo por el mús nimio intc- In nuturaleza; 2." en algunos (Zor.A)
ri<. (LA R0l'llf.l'0llC"At:LD, Ma.r., el naturalismo consiste en dar entrada
~¡;;_) en In obra de al'te a los métodos de
57. Ih~mos. \le guardarnos ele las ciencias naturales. (ZoLA, La nove-
"")s1,t ros mismos, obsen·ar con cui- 1.i 11a/11ralista),
dado nuestras inclinaciones y es- 64. Cuanto más se aproxima
tar ,iempre C'll guardia contra una civilización al naturalismo,
nu,•sl!o natural. (Luis XIV, Réflr- más se ve penetrada de pesimismo.
i·io11s sur le 1néticr de roi.) Hay que llegar al declinar de la
si,:. Hay naturales a los que es Edad Media, a los siglos xrv y XV,
predso dominar por el temor; pe- para ver una Edad Media triste.
ro, repetimos, sólo hay que hncorlo Es entonces cuando se multiplican
así cuando no puede conseguirse las danzas macabras,.. (G. Dums-
lle otro modo. (FÉNELON, Éduc. des NIL, L'dme et l'évol. de la litt., 11,
/illcs, 5.) 43.)
59. Ningún poder tenemos so- 65. (El naturalismo] es el sen-
bre quienes son de natural indo- tido del ¡ircsente opuesto al del pa-
lente. ( lbúi.) sado y el futuro: es el gusto por
60. Nuestro natural es nuestro la realidad, por la verdad que se
organismo visto por dentro; nues- impone y se expresa, frente al sue-
tro temperamento, nuestro orga- ño y el pesar. (... ) Desea (... ) que
nismo ,·isto por fuera. (A. FoUIL- al arte manifieste sin restricción
LÉ, Tcmpér. et caract., X.) ni prejuicio la vida toda y que la
magnifique en sus menores aspec-
Gl. Siempre hay más de un ca- tos. (Oh. BEUCHAT, Hüit. dtt na-
rácter que esté de acuerdo con tural. fr., l, 20,)
nuestro natural. (ALAn,, Définit.,
52.) 66. La atracción del naturalis-
62. J\li padre era fiscal general, mo sigue siendo fuerte entre el en-
todo un cargo. Sin embargo, nadie jambre de novelistas de 1900: un
Jo hubiese dicho al verle, dado su naturalismo asentado, desembara-
natural afable. (A. CAKUS, La pes- zado del prejuicio pesimista y de
te, 270.) la visión sistemáticamente grosera,
y que se limita a exigir de la no-
:Saturalidad. "Calidad de natural. vela que sea a la vez documento
Ingenuidad, sencillez y lisura en el tra- y obra de arte. La institución del
to y modo de proceder.» (Real Acad.) Premio Gouncourt, 1·egu,Jarmente
v. 41, 43. discernido desde 1903, fija y favo-
Xaturalismo. Doctrina de quienes rece esta tendencia. (P,-H, SIM0N,
no admiten otra realidad u otra nor- Litt, co11tcmp,, I, 67,)
ma que la naturaleza. 67. R. Martin du Gard nos ha
A. !lfetaf. y sobre todo teol. Doctri- dado (... ), bajo el titulo de Vfrill,·
na aue no admite más realidad que la Fra11cc, a la manera pesimista y
naturaleza y rechaza la existencia de brutal del puro naturalismo, la no-
lo sobrenatural. vela de un pueblo descubierto poi·
63. ( En la interpretación de los la ronda del cartero con todas sus
hechos místicos.] El puro natura- mediocridades, m11ldades y vicios.
lismo es insostenible; el puro so- ( Ibíd., II, 39.)
brenaturalismo no Jo es menos. (M. C. Mor. Doctrina según la cual la
BLONDf:L, en Qu'e.t-ce que lam¡¡st,1 vidu moral consiste en conformarse a
C. de la nouv. jountée, 3, p. 17.) las leyes de la naturaleza. Carácter de
B. Est. Doctrina según la cual el la conducta conforme a este principio.
arte tiene por regla fundamental la 1. Ordinariamente (reduciéndose la
,Je ;mitar a la naturaleza, la de pintar naturaleza al objeto de las ciencias n11-
Ja9 cc,aas y los hombrea tal como son. turales): doctrina según la cual las
Caráctt:r de las obras que responden normas de la moralidad son las de la
a esta concepción. vida orgánica.
680 NECESIDAD

Sin.: moral naturnlísta, moral bio- males? (P.-H. SIMON, Litt. con-
lógica. tcmp., 11, 87, 88.)
V. Alternativa, 13. D. Est. Forma particular del natu-
ralismo en el sentido B: «El naturista
2. Mñs raramente (comprendiendo
la naturaleza también al hombre en se opone al naturalista en que prefie-
tanto que racional y libre) : doctrina re la emoción a la observación». (M. LE
según la cual las normas de In moral BLOND, Essai •• le 1ULtural., 119.)
se hallan en la propia naturaleza del Navaja ele Ocam. V. Economía (Prin-
hombre, cipio ele-).
Sin.: moral natural. NECESIDAD
68. El fundamento de la mo- Necesario. Lat. necessarius, der. de
ral es la naturaleza humana. ( ... ) necesse (neceRse est, es necesario).
La moral tomista es, pues, un na-
turalismo, pero en ella la natura- Sentido general: objet., que no pue-
leza se comporta como una regla. de no ser; subjet., que no puede ser
(E. GJLSON, Le thomismc, 384.) concebido como no siendo.
l. La idea de lo necesario, jun-
Naturalista. A. El que estudia la
naturaleza, el que está especializado en to con la idea opuesta de lo con-
las ciencias naturales. El que diseca tingente, y las correlativas de Jo
anirna•les. posible y lo imposible, desempeña
en las controversias tocantes a la
69. el psicólogo no es más que teoría del conocimiento, la existen-
un naturalista de cierta especie. cia de Dios y sus relaciones con
(Th. RIBOT, Psychol. ali. cont., el mundo y, en fin, la naturaleza
XXIII.) y la libertad, un papel cardinal.
70. Los naturalistas suelen re- (J. LAPORTE, L'idée ele nécessité,
chazar las observaciones hechas so- V.)
bre animales domesticados. (A. G1- A. Categórica o incondicionalmen-
DE, Journal, 23 abril 1932.) te: que no puede no ser; aquel para
V. Adapta,ci6n, 6; Cla,sificación, 1. quien es imposible no ser.
B. Que se refiere a alguna de las l. Aplicado a un ser: que no puede
doctrinas denominadas naturalismo no ser, es decir, que en él la esencia
(teoría, movimiento naturalistas) ; que implica la existencia. Se op. a contin-
profesa o se con'Íorma a una de esas gencia*. Dios es el único necesario en
teorias (novelista, novela, arte, moral este sentido.
naturalistas). 1 bis. Siento que podría no ha-
Naturismo. A. Doctrina según la ber sido (... ); luego no soy un ser
cual la religión tiene su origen en necesario. (PASCAL, Pensées, 547.)
la personificación de las fuerzas de 2. No pertenece a la naturale-
la natura,leza. V. Animismo C. za de la Razón el considerar las co-
B. Culto religioso a la naturaleza. sas como contingentes; por el con-
C. Doctrina que, por motivos de trario, las considera como necesa-
higiene o de filosofía, preconiza la vuel- rias. (SPINOZA, Ética, 11, XLIV.)
ta a las sencillas costumbres de los V. lnd1tcción, 5; Libertad, 8, 54.
pueblos no civilizados. Género de vida 2. Aplicado a una proposición o a
conforme a esa doctrina: vida al aire la relación por ella afirmada: que su
libre, alimentos naturales, nudismo. contradictoria es imposible o impensa-
71. no comprendo por qué se ble (por ser contradictoria en sí mis-
ha condecorado al principio de la ma). Las verdades eternas y necesa-
medicina hipocrática que tiene por rias. Los principios universales y ne-
fin imitar a la naturaleza con el cesarios.
nombre de naturi1mw. Lo cierto es Sin.: apodíctico•. '------
que a ese título todos los físicos y
quimicos son naturistas. (CI. BEn- 3. De modo general, una pro-
NARD, Princ. de la mé<l. cxp., 127.) posición necesaria es aquella de
la que nos es imposible concebir la
72. La vocación naturista, pan- contraria. (L. LIARD, Défin. giom.,
teista y rústica de Giono. (... ) ¿No 103.)
hemos de tener también por sig-
nificativo de la vocación naturista V. foteligiblc, 23,
el gusto por las historias de ani- B. Hipotética o condicionalmente.
NECESIDAD 090

1. Que, admitida una hipótesis o da- l'io, un impuesto del 20 por 100 so-
das ciertas condiciones, no puede dejar bre una renta de 200.000 francos
de seguirlas o de producirse (p. ej., la no es más que una detracción so-
conclusión de las premisas de un silo- bre lo superfluo. (Ch. ANTOINE,
gismo formalmente válido, el efecto de Cours cl.'éco11. Boc., G.• ed., 134.)
una determinada causa). V. Amor, 86.
Sin.: forzoso. inevitable. Necesidad. Lat. 11eccssilas, cmplea-
4. El tipo más perfecto de en- clo principalmente en sentido concreto
cadenamiento necesario es el silo- (lo inevitable, lo necesario, la necesi-
gismo. ( ... ) Pero en si este encade- dad). Gr. onanl,e.
namiento es puramente formal. Si Carácter de lo que es necesario en
la proposición general es contin- los diversos sentidos de este adj. Una
gente, la particular que de ella se de las modalidades• del juicio.
deduce es, como tal al menos, igual-
mente contingente. Sólo cabe llegar Contr.: contingencia, libertad, azar,
mediante el silogismo a la demos- 1O. Si hay un rasgo particular-
tración de una necesidad real si se mente chocante en el temperamen-
refieren todas las conclusiones a to francés (... ), es Jo que yo lla-
una mayor necesaria en si misma. ma.ria la rn,cesidad de la neceBidad.
(E. BOUTROUX, De la ccmtin.gen- El francés tiene horror al azar, a
ce ... , 10.• ed., 7-8.) lo accidental e imprevisto. (P.
5. Afirmar entre dos términos CLAUDEL, Positions et prop., I, 18-
un nexo causal o una cone:ri6n ne- 19.)
cesaria es afirmar que la presencia V. Cie11cia, 29; Generalidad, 5; Obli-
de uno de ellos acarrea infalible- gaci611, 17, 19; Universal, 14, 15.
mente la del otro; luego que no A. Carácter de lo que es categóri-
cabe afirmar uno de ellos sin que camente necesario (necesidad metafí-
lo sea también el otro. (J. LAPOR- sica o matemática o de derecho). Este
TE, L'ülée de nécessité, 15.) tipo de necesidad supone que la con-
V. General, 4. tradictoria es imposible e impensable
2. Que es la condición sirn, qua non de suyo. Se determina a priori, por
del hecho considerado, del resultado simple análisis de 1as nociones o de-
querido. ducción.
Sin.: indispensable. 11, Ya haremos ver que la ne-
6. ¿ Puede decirse ( ... ) que los cesidad absoluta, también llamada
límites de una nación están es- lógica y metafísica, y a veces geo-
critos en el mapa y que esa nación métrica ( ... ), no se encuentra en
tiene derecho a adjudicarse lo ne- las acciones libres. Y que, por con-
cesario para redondear ciertos con- siguiente, la libertad se halla exen-
tornos (... )? No conozco doctrina ta no sólo de la obligación, sino
más arbitraria ni más funesta. también de la verdadera necesidad.
(RENAN, Qu'est-ce q11'u11e nation?, (LEIBNIZ, Théoclicée, Pref., ed. Ja-
Diec. et confér., 304.) net, 15.)
C. Relativ. o moralm, (sobre todo 12, Lo que constituye para nos-
substantiv.: lo necesario) : que es te- otros la necesidad de una ley es su
nido por indispensables para la vida. deductibilidad: una ley es necesa-
ria si cabe deducirla con alguna
Co11tr.: superfluo. necesidad lógica de otra ,Jey o de
7. el pobre no tiene ni siquie- razones geométl'icas suficientes. (J,
ra lo necesario. Para proveerle de PJAGET, Causal. p/1ys, chez l'en-
eso necesario que no tiene, emplead fant, 313.)
lo superfluo que tenéis. (BOURDA-
LOUE, S. s. l'aumóne, l.) 13, ¿Qué es demostrar? Ante
todo, hacer necesario. La neuai-
8. Hay muchas personaa que no dad, la A11a11kc griega, es precisa-
tienen por necesario más que lo su- mente la fatalidad ciega, ( .. ,) Idea
perfluo. (MONTESQUIEU, Cahiers, de primitivo, Gracias a la demos-
42.) tración matemática, In idea pasa,
9. un impuesto del 10 por 100 sin cambiar de nombre ( ... ) de la
a aplicar sobre unos ingresos de esfera mistica a la racional. Era
1.000 francos es una detrncción lo que obliga ni hombre contra to-
sobre lo necesario; por el contra- da razón, Se convierte en lo que
691 NECESID.\D

el hombre se obliga, por razón, a 15'. La vida -necesidad de las


soguir. (P. M0UY, en LE LJONNAIS, necesidades-- es necesaria sólo en
Grands coura11 ts do la pe11sée un sentido subjetivo; simplemente
math., 371.) porque el hombre decide autocráti-
13'. La necesidad sin más pue- camente vivir. Es la necesidad
de entenderse, en primer lugar, creada por un acto de voluntad ...
desde el punto de vista de la sus- (J. ORTEGA y GASSET, Meditaci(m
tancia: es la necesidad con que de la técnica, Obras, V, 321.) Ad.
una sustancia tiene sus propieda- E.
des porque «brotan• con necesidad V. Libertad, 32, 63.
de ella. Es una necesidad de ori- C. Carácter de lo que es moralmen-
ginación o producción. Esta nece- te necesario (necesidad moral). Este
sidad determina la aparición de tipo de necesidad implica tan sólo que
la nota; sin ella no existiria en la contradictoria, sin ser imposible ni
la cosa. Pero hay otro tipo de ne- de hecho ni de derecho, es muy poco
cesidad: la necesidad «sistemáti- probable o de realización muy difícil.
ca». Sólo ésta es una necesidad for- El premio a quien ha comprado el 999
malmente esencial. Es la necesidad por 1.000 de los billetes de una lotería,
con que, dado un sistema de notas el éxito o fracaso de ciertos candida-
constitutivas, la cosa ha de po- tos en un examen, la muerte de al me-
,ieer forzosamente ta.les y cuales nos un habitante por cada 10.000 en
otras notas respecto de las notas el curso de un año, son necesidades
primeras. (X. ZUBIRI, Sobre la morales.
esencia, 270.) Ad. E. D. Falta en el sujeto de cosas que
V. Co,nprcnsi6n, 10. debe poseer para completar su ser. Es-
B. Carácter de lo que es hipotética ta planta tiene necesidad de agua. Esa
o condicionalmente necesario (necesi- fachada necesita ser revocada.
dad de hecho o fisica). Este tipo de E. Psicol. Conciencia más o menos
necesidad implica no que la contradic- dolorosa y más o menos clara de lo que
toria sea imposible e impensable en si exigen el organismo o el psiquismo.
misma, sino que lo es como consecuen- 16. ¡ Qué hermoso es que una
cia de la hipótesis formulada o de las sola y misma palabra designe al
condiciones de hecho. Es posible que mismo tiempo la pobreza más pro-
A no sea igu&I a C, .pero una vez afir- funda y la más alta riqueza! La
mado como hipótesis que A = B y que necesidad corresponde a la falta
B = C, la necesidad de la conclusión Y, no obstante, no podemos decir
A = C se impone. De igual modo, es del poeta o del orador nada más
posible que la caldera no estalle, pero alto que esto: cantar, hablar es
a un cierto grado de presión su esta- para él una necesidad. '
llido se convertirá en una necesidad; Y del BIIDante nada más alto po-
me es posible no hacer nada, pero si demos decir que esto: que amar es
quiero aprobar mi examen, asegurar para él una necesidad. (KIERKE-
mi subsistencia, el trabajo es una ne- GAARD, en J. WAHL, Ét. kierkegaar-
cesidad. diemies, 700-701, Aubier, 1938.)
14. Nuestro conocimiento sólo 17. La conquista de lo super-
busca la necesidad para asegurar fluo proporciona una excitación
en la acción la seguridad; por eso espiritual mayor que la conquista
trata siempre de conocer las co- de lo necesario. El hombre es una
sas de manera que le permita p,·o- creación del deseo, no de la nece-
ducirlaSJ, si fuese necesario, a tiro sidad. (G. BACHELARD, Psycha11a/.
hecho. (M. PRADINES, Tr. de psy- clrt feu, II, l.)
c/wl., II, 255.) 18. La necesidad es un afec-
15. [Para Spinoza] el hombre to por ser toda ella una indigen-
que comprende la necesidad de las cia que, por su propio impulso,
cosas, lejos de ser esclavo del des- tiende hacia lo que ha de colmar-
tino, aumenta, en razón misma de la. (P. RIC0EUR, Phi/os. el<' la ·vol.,
su c&pacidad de comprender, su in- 1, 86.)
dependencia con respecto a las co- 19. el que se dedica a traba-
sas, de las que por lo mismo se li- jos mentales tiene necesidades, -vcr-
bera. (S. ZAc, L" ma1·"le de Spi- drulc ,.,,.. y más carns que las del
11oza, 99.) que trabaja solamente con las ma-
NEGACióN 692

nos o haeiendo intervenir muy po- gntivo) : quo va precedido del signo
co la inteligencia. (C. ARENAL, menos.
Cartas a w, obrero, 44.) Ad. E. 2. Psicol. y Mor. Aplicodo a una
V. Escuela activa, 3, 4. actitud doctrinal o moral, a una con-
N.-ccsitario. Que admite sólo In ne- ducta práctica: que dice siempre no,
cesidad, es decir, excluye lo. contin- es decir, combate las doctrinas aje-
gencia. nas sin proponer una propia, reprime
20. La filosofía spinoziana es el mal en vez de promover el bien, fre-
una filosofia necesitaria. (A. DAR- na las iniciativas ... V. Negativiamo.
BON, Les catégories de la nwda./ité, 4. La primera educación debe,
129.) pues, ser puramente negativa. Con-
2 l. Las filosofías necesitarías siste no en enseñar la virtud y la
no reconocen otro modo legítimo verdad, sino en garantizar al cora-
que la necesidad y su contrario, lo zón contra el vicio y al espiritu
imposible. (lbfd., 134.) contra el error. (RoUSSEAU, Émile,
22. ¿ Puede no ser necesario 11, 83.)
el clima de la metafísica? (F. GoN- 5. En esta interdependencia de
SETH, Phi.los. néo-scol ... , 27.) las personas que hace a todas so-
lidarias unas de otras, las reglas
NEGAClóN deben ser en principio negativas,
Negación. Lat. negatio, der. de ne- pero se truecan en reglas positi-
gare, decir no, negar. vas cuando la conciencia se sere-
Acto mental que rechaza una aseve- na. (L. LAVELLE, Tr. des valeurs,
ración como falsa. V. Abnegaci6n. 11, 409.)
l. Lo fundamental, lo único 6. La conversión de las reglas
con valor ontológico, es la afirma- negativas en positivas sólo es po-
ción. Pero en sí misma y por sí sible desde el momento en que
sola acarrea el más grave peligro la razón se transforma en amor.
de error, es decir, de dogmatismo (Ibíd., 411.)
y fanatismo. Es la negación, que V. Motivo, 9.
tiene valor metodológico, quien la «Negatividad». Carácter de aquello
salva permitiéndole superarse. (J. qoe es negativo.
LACROIX, Les sentiments et la mor., Traducimos por este término la ne-
52.) gatité de SARTRE, neo!. der. de nega-
2. De este modo concederíamos tif.
esencialmente a la afirmación un A. En sentido abstracto: carácter
valor ontológi.co y a la negación de lo que se halla sometido a,l poder
un valor metodológico (•.. ). La ne- nihilizante del para-<ií,
gación es, si se quiere, el único
medio de extraer la Afirmación 7. toda pregunta plantea, por
esencial implícitamente contenida esencia, la posibilidad de una res-
en todo jui.cio tanto afirmativo co- puesta negativa. ( ... ) De este mo-
mo negativo. (J. LACROIX, Sens du do, con la pregunta, se introduce
dial., 106.) en el mundo una cierta dosis de
negatividad. (J.-P. SARTRE, L'etre
3. siempre es posible hallar una et le 11., 50, 60.)
afirmación implícita en las más
virulentas negaciones de la con- B. En sentido concreto: la cosa mis-
ciencia. (P. RICOEUR, en Rech. de ma designada por el término negativo.
philos., 11 (1956], 119-120.) 8, Existen una cantidad infini-
V. Infinito, 3. ta de realidades que no son sólo
Negath·o. Lat. negativus. objetos de juicio, sino que son ex-
perimentadas, combatidas, temidas,
A. Por opos. a afirmativo (Gram. etcétera, por el ser humano, y que
y Lóg.) : que está afectado por una ne- son habitadas por la negación en
gación. Se dice tanto de los términos su intraestru'Clura, como por una
(no-ser, abúlico, insoportable ... ) como condición necesaria de su existen-
de las proposiciones. cia. Las llamaremos negativida-
Sin.: apofático•. des. (J .-P. SAIITRE, L'etre et le "··
B. Por opos. a positivo. 1. Mat. 57.)
Aplicado a magnitudes (cantidad ne- Negativismo. Comportamiento que
693 NEGACióN

consiste en decir siempre no. V. Opo- Universidad, el intelectual, Euro,pa,


sici6n B. 79.) Ad. E.
A. En la esfera del pensamiento: NERVIOSO. Der. del lat. ncrvus,
actitud de la mente que por sistema tensión, nervio.
dice no a las ideas de los demás.
A. Fisiol. En la clasificación hipo-
9. Hace falta no haber expe- crática de los temperamentos por el
rimentado nunca la dialéctica del humor dominante, los nervios reem-
descubrimiento para reprochar a plazaron a los atrabiliarios o melancó-
muchachos de veinte años el carác- licos• cuando se supo que la atrabilis
ter «negativo» de sus primeras to- (trad. latina del gr. melanckolia, bilis
mas de conciencia. (J. LACRO IX, Tr. negra) no existía. Lo que caracteriza
du caract., 681.) a este temperamento es el desequilibrio
10. Pero (... ) el denigramiento o la insuficiencra de sistema nervioso
y el negativismo sistemáticos son más que su predominio.
una forma de psicastenia o de pa- B. Caracterol. El que se distingue
ranoia larvada cuyo pronóstico es- por reacciones rápidas, pero inconstan-
tá al alcance de cualquiera. ( lbíd., tes y superficiales. En la clasif. de
683.) HEYMANS-LE SENNE tiene por fórmula
V. Arguincnto, 3. EnAP (Emotivo-no Activo-Primario).
B. En la esfera de la acción: l. Si hubiésemos de reducir a
uno solo todos los rasgos que ca-
l. En el subordinado: resistencia racterizan a los nerviosos, tendría-
sistemática a toda solicitud o directriz. mos que elegir la inquietud. La in-
11. En un primer estadio, el quietud domina su sensibilidad, su
negativismo se manifiesta sólo por carácter y su mentalidad.
el mantenimiento de una actitud
contraria a la orden dada; más ( ... ) La espera de un examen,
tarde se expresa en la resisten- de una pequeña intervención den-
cia activa al cambio solicitado. tal o quirúrgica los tiene postra-
Fina:Imente, la oposición se hace dos. El verdadero peligro los halla,
agresiva, con bravatas, burlas e in- en cambio, bravos y estoicos, lle-
solencias. (E. MoUNIER, Tr. du ca-- nos de sangre fría, aptos para los
ract., 497.) más seguros reflejos de defensa.
Es que la realidad ha sustituido
2. En el que dispone de alguna au- a la imaginación y sus exageracio-
toridad: actitud consistente en limitar- nes. (... )
se a formular prohibiciones y en no ver Son antojadizos y variables. El
más que el mal a reprimir. buen humor bastante raro, cede
Neo. Del gr. neos, nuevo, joven. bruscamente a la melancolia. (J.
Entra como prefijo en cierto número ToUl'.,EM0NDE, Caractérol., 33-3-1.)
de términos: unos tomados del gr., co- 2. Oprimidos por el mundo ex-
mo neomenia (novilunio), neófito (gr. terior, mal adaptados a la vida so-
neopkytos, recién plantado) ; otros, más da!, los nerviosos tienen tenden-
numerosos, de creación reciente, como cia a la huida cuando el medio se
neologismo, neoclasicismo ... les hace demasiado penoso de so-
En filosofía se usa con frecuencia portar. ( ... ) Pero la fuga no siem-
para designar una escuela o teoria que pre es ·posible ni puede repetirse
renueva, adaptándola más o menos a indefinidamente. El nervioso, de
imaginación viva, la reemplaza por
la problemática de su tiempo, una an- una huida simbólica ( ... ) a una re-
tigua doctrina: el neoplatonismo de gión en la que nadie podrá perse-
PLOTINO, el neocriticismo de REN0UVIER, gufrlo ni alcanzarlo: el país de los
los neoescolásticos de la Escuela de Lo- sueños, (G. BERGER, Tr. prat. d'a->1a-
vaina, el neotomismo. lyso d1t caract., 39.)
Todos .Jos «neos» -neoescolasti- Neuma. Del gr. pncu.ma, aliento, es-
cismo, neokantismo, neoprimitivis- píritu, y en partic. espiritu divino. Co-
mo- son otras tantas imitaciones rresp. al lat. spirit1ts.
empapadas de nostalgia; el mun-
do moderno es para los medicvali- Der.: neumático, que utiliza las pro-
zo.ntcs, y el Romanticismo para los piedades del aire (canoa, martillo neu-
dieciochescos, un ingente descal'río máticos).
histórico. (P. LAÍN ENTIIALG0, La Comp.: ncumntología o neumática,
NEURASTENIA 694

ciencia del espíritu o de los espíri- nio; de igual modo que la hiedra
tus. Neumología, ciencia del pulmón, crece sobre la encina sin ayudar a
con numerosos términos técnicos: ncu- su desarrollo y porque halla en
mografía. neumotórax ... ella terreno favorable a su existen-
En cuanto «encarnada», la su- cia. (Dr. ToULOUSE, E. Zola, 62,
cesión del espíritu debe quedar so- 54.)
metida el tiempo biológico y mate- NEUROSIS. Der. del gr. 11eur011,
rial del cuerpo, a las edades, los nervio. Adj.: neurótico.
ritmos vitales y los procesos bio- l. afecciones nerviosas muy ex-
químicos de la existencia animal. tendidas, sin base anatómica co-
La temporeidad del compuesto hu- nocida y que, aunque intirnamente
mano tiene que ser, en consecuen- ligadas a la vida psiquica del en-
cia, la correspondiente al movi- fermo, no alteran (corno las psico-
n1icmto cósmico, al motus cacli. En sis) su personalidad y, por consi-
el curso real de su vida, el hombre guiente, van acompañadas de una
es más veces «carne espiritualiza- conciencia penosa y generalmente
da», san, que «espíritu encarna-
do», pneuma. (P. LAfN ENTRALGO, excesiva del estado mórbido. (A.
P0R0T, Manuel.)
La espera y la esperanza, 478.)
Ad. E. 2. la neurosis se caracteriza por
el fracaso de la supresión. (G. PAR-
NEURASTENIA. Palabra comp. del CHEMINEY, en Amour et violc11ce,
gr. y que significa debilidad ( a,ithc11ia) Ét. COll"mélit., 1948, 38.)
de los nervios (neuron).
3. ninguna linea de demarca-
A. En el sentido técnico de la psi- ción rigurosa entre los trastomos
quiatría: neurosis caracterizada por un dependientes de una explicación
estado habitual de astenia• física y [neurosis] más que de la otra
psíquica, acompañado de dolores de ca- [psicosis]. De hecho, el resultado
beza y que incapacita para el esfuerzo. ha sido una especie de reparto
La neurastenia es una psicopa- pragmático, es decir, terapéutico:
tía adquirida, accidental, curable, grosso ,nodo, las neurosis dependen
provocada en sujetos sensiblemen- de la psicoterapia; la psicosis, de
te normales por causas poderosas las medicaciones biológicas, fisicas
de debilitamiento y caracterizada y químicas... (J. R0UART, Eneycl.
esencialmente por un agotamiento médicho-chir., 37311, A'º, 1, 1966.)
nervioso. (LAIGNEL-LAVASTINE, BAR- 4. La neurosis es, en esencia,
BÉ y DELMAS, Pratique psychiatr., una perturbación del Nexo inter-
311.) hurnamo, de la relación con el mun-
B. En el voc. usual: estado de de- do humano y con el Otro (... ). No
presión acompañado de tristeza. cabe estudiarla y tratarla con vis-
Neuro. Del gr. neuron, nervio, del tas a su curación sino concibiéndola
que es un calco neurona.
corno una totalidad en relación in-
tima con el medio, no sólo fíaieo-
Primer elemento de palabras relati- quimico y biológico, sino social, y,
vas a los nervios: neurosis, neurópata, más generalmente, inter/111111a110,
neurólogo ... (A. HESNARD, Les phobics, p. 425.)
NEUROPATfA. Trastornos de las V. Análisis, 26.
funciornas fisiológicas y psíquicas atri- N eurosi.s de angustia (partic. en
buidos a una afección del sistema ner- FREUD). Angustia pura, es decir, que,
vioso central. Neurópata: «Sujeto afec- a diferencia del miedo o de la fobia,
tado de trastornos mentales discretos, carece de objeto propio, o al menos en
habitualmente compatibles con la vida la que los temores o fobias que sus-
en sociedad». (Dr. SIVAD0N, en el Voc. cita tienen tan sólo una existencia de-
clr la psychol.) rivada y una importancia secundaria.
(. .. ) la neuropatía aparece de NEUTRALIDAD
ordinario relaeionada con la supe-
rioridad intelectual. ( ... ) No cabe Neutro y neutral, adjs. El primero
ni decir que la neuropatía es la del lat. ncutcr, ninguno de los dos, ni
causa de la superioridad intelec- el uno ni el otro. El segundo, de 11c1t-
tual ni emitir la proposición con- tralis.
traria. ( ... ) En resumen, me pa1·e- A. Neutral: Se aplica a los hom-
cen afecciones p81"asitarias del ge- bres, las instituciones hull)nnas y los
695 NOCióN

Estados que no toman partido entre los falta a la que se había dejado
individuos, los grupos o las tesis en arrastrar. ( P. B0URGET, L'ét(J¡f)c,
oposición. País neutral (se op. a beli- 310.)
gerante). Escuela neutral (se op. a es- 2. Berthe profesaba un nihilis-
cuela confesional). mo sistemático frente a todas las
B. Neutro: Se aplica a las cosas. instituciones pasadas y presentes
l. Que no pertenece a ninguna de que envolvía en una misma conde-
las dos clases principales de una sub- na, por ejemplo, el catolicismo y el
división. Gram.: género neutro. Fís.: kantismo, la monarquía tradicional
que no tiene carga eléctrica ni positiva y la república. (P. B0URGET, Un di-
ni negativa. Química: que no es ni áci- ·vorce, 129.)
do ni base. Psicol.: estado que no es ni 3. El nihilista, no estimándose
agradable ni desagradable. a sí mismo, sintiéndose incapaz,
2. Sin brillo, tierno, inexpresivo. Se busca compensación aniquilando los
dice prop. de los colores y, por anal., valores del mundo. Asi se pone a
de los sabores, los sonidos (particul. de la par. (J. ORTEGA Y GASSET, Obras,
la voz), la expresión de los sentimien- II, 721.) Ad. E.
tos y de las ideas ... No o noo. Pref. der. del gr. noos
Neutralidad. Carácter de lo que es (por contracción: nous) y que signifi-
neutral. ca: relativo a la mente. Noo ante con-
Neutralismo. A. (peyor.). Tenden- sonante (noológico); no, delante de vo-
cia o actitud sistemática del que pre- cal (noético).
tende no apartarse de la neutralidad V. Nous.
cuando sería conveniente tomar par- NOCióN. Lat. notio, acción de
tido. aprender (nosure, cuyo participio pa-
B. Polit. Doctrina que postula. la. no sado es notus).
alineación con relación a los dos gran-
des bloques, Oriental y Occidenta1. Co- A. En el uso ordinario: conocimien-
rriente, sobre todo, entre los países del to elemental que se tiene de una cosa.
«Tercer Mundo». Tener nociones de geometría. No tengo
ni noción.
N entrón. Partícula compuesta de un l. 111e tomaba un trabajo inau-
protón (carga de electricidad positiva)
y un electrón (carga de electricidad ne- dito para poner orden en mis pe-
gativa) y, por consiguiente, eléctrica- queñas nociones de historia. (G.
SAND, Hist. de ma vie, VII, 119.)
mente neutra.
2. La noción ( ... ) se distingue
NIHILISMO. Der. del lat. nihil, fácilmente del conocimiento. Es
nada. una simple apreciación, una visión
A. Fil. Doctrina según la cual no general y sumaria, un conocirnien-
hay ninguna realidad sustancial (ni- to externo, e1emental, superficial y
hilismo ontológico) ; o también la doc- que, por consiguiente, e.."{ige poco
trina que afirma que no podemos co- trabajo para -ser adquirido. Las
nocer nada de la realidad (nihilismo ciencias dan nociones preliminares
crítico). antes de dar conocimientos. (LA-
B. Polít. Doctrina, particularmente FAYE, 674.)
difundida en la Rusia del s. XIX, que B. Filos, Idea que implica los carac-
no admite ninguna coerción de la so- teres esenciales del objeto. A diferen-
ciedad sobre el individuo. cia de idea, se dice, sobre todo, de los
Sin.: anarquismo. objetos de pensamiento de elevada abs-
tracción: tenemos las ideas de hom-
C. Moral. Doctrina, o más frecuen- bre, de coche, de comerciante ... ; las no-
temente estado de espíritu que no ad- ciones de verdad, de justicia, de tiempo.
mite ninguna forma moral, ninguna
coerción social. Si 11.: concepto.
l. La muchacha [que estaba Nocional. Que consiste en nociones
encinta] profesaba las teorías más el sentido B.
atrevidas, se burlaba ele los prejui- Sin.: ahstracto, conceptual. Tomado
cios e incluso de la moral corrien- con un nrntiz peyorativo por las filoso-
te; pero este nihilismo superficinl fías de la ncción y de la vida, que opo-
no impedía que se sintiese morir <le nen el eonoeimicnto nocional al cono-
vergüenza al dnrsc cuenta de In cimiento real.
NOEMA 096

2 bis. Mediante el co11ocimic11fo En el voc. fenomenol.: noceis designa


nociona.J nos fabricamos un mundo el acto mismo de pensar; noema, le. re-
de representaciones ( ... ) como en presentación col'relativa de ese e.cto, lo
un museo escolar en el que, bajo el lo que se piensa.
pretexto de lecciones de cosas, sólo l. el análisis intencione.l ( ... )
conocemos el trigal por una paja debel'á vel'sar simultáneamente so-
seca pegada en un cartón junto a bre el estado psíquico en cuanto
otras muestras ntuertas; mediante tal, es decir, le. noes-is, y sobre el
el conocimiento rca.l, lo que busca- término al que apunta la Erleb-
mos no son representaciones, imá- nis, es decir, sobre el nocma. El
genes, sín1bolos, fenómenos, sino In análisis intencional tendrá como
viva presencia, la acción efectiva, tarea el ext~aer a le. vez la esen-
la unión asimiladora, la realidad. cia de los actos y la de los objetos,
(M. BLONDEL, en Proces d,¡ l'in- el cidos de la percepción y el eidos
tcllig., 237, Bloud et Gay, 1932.) de la mesa, significando el eidos de
~Vocio11cs comu. nes. Antaño: en mat., la percepción o de la mesa aquello
los axiomas; en filos., los priimeros sin lo cual la percepción no sería
principios. ya percepción ni ,la mesa sería me-
3. Por ejemplo, cuando pensa- sa. (R. VANC0URT, Phénoménol, de
mos que no se puede hacer algo de la foi, 33.)
nada (... ), la tomamos [esta pr01po-
sici6n] por una cierta verdad eter- 2. Decir que la conciencia es
na, con sede en nuestro pensamien- conciencia de a1go es decir que no
to, y a la que llamamos noción co- hay noesis sin noema, cogito sin
mún o máxima. (DESCARTES, Princ., cogitatum, pero tampoco amo sin
I, 49, IXº, 46.) amatum, etc. (J.-F. LY0TARD, La
phénoménol., 64.)
4. Herbert toma por nociones
comunes muchas cosas que no lo Noética, subst. Estudio o teoría del
son, pues lo cierto es que no debe pensamiento o del conocimiento.
recibirse como noción más que Sin.: gnoseología•.
aquello que no puede ser negado
por nadie. (DESCARTES, Carta del 3, los objetos de conocimiento
25 dic. 1639, 11, 629.) sólo san seres porque Dios los ha
creado y los conserva como actos
V. Principio, 28. de existir. La metafísica gobierna
Pr=ciím. Lat. praenotio, trad. del la noétioa, como gobierna todo el
gr. prolepsis. resto de le. filosofía. (E. GILSON, Le
A. Conocimiento de los tipos gene- tliomismc, 322.)
rales anterior a la reflexión. 4. serla vamo pedir al cogito
5. la prenoción del árbol es an- cartesiano, por muchas correccio-
terior al concepto del haya y del nes que a él se propongan, el prin-
abeto, como la prenoción del pájaro cipio de una noética reaUsta.
a los conceptos del mirlo o del jil- (J. MARITAIN, Les degrés du savoir,
guero. (A. BURLOUD, Princ. d'une 138.)
psych. des tend., 335.) Noético y noemático, adj. (en Hus-
B. Concepciones vulgares que no SERL). Noético: 1·elativo al pensamien-
han sufrido la crítica del espíritu to, a la noesis,
científico. En este sentido, prenoción Noemático: relativo al objeto de pen-
implica prejuicio•. samiento, al noema.
6. Hay que apartar sistemática-
mente todas las prenociones ( ... ). 6. A esas decripciones [de las
Es necesario, pues, que el sociólo- Cogitationca] pertenecen, por un
go ( ... ) se prohiba resueltamente el lado, las del objeto intencional ( ... ).
empleo de esos conceptos que se Esta dirección de la descripción se
han formado fuera de la ciencia y llama nocmática, A ella se opone
por necesidades que nada tienen de la dirección noética, que se refiere
científico. (E. DURKIIEIM, R~glcs de a las modalidades del propio cogito,
la mét./1. soc., 8.ª ed., 40-41.) por ejemplo, las modalidades de la
conciencia, tales como percepción,
«NOEMA» y «NOESIS». Vocablos recuerdo, memoria inmediata, con
griegos der. de noci11, pensar. V. Nou• las difel'encias modales a ellas in-
y Noo. hel'entes, como In claridad y la dis-
697 NOMBRE

tinción. (HUSSERL, Méd, ca,rt., I, hombres distinguen a las familias;


15, Vrin, 31.) otros en los que sólo distinguen a
V. Imaginación, 40; Reducción, 7. las personas, lo que no está tan
bien. (M0NTESQUIEU, Esprit des
NOLUNTAD. Neol. formado a par- lois, 23, IV.)
tir del lat. nolo (no quiero) sobre el mo- 3. el nombre de una persona
delo de voluntad• (lat. voluntas, deri- amad-a parece contenerla por ente-
vado de volo, quiero). ro; la realización verbal se con-
No falta de voluntad (abuliaº). sino vierte en el minúsculo fragmento
acto de la voluntad que dice no, es de- de arte que basta encontrar para
cir, niega asentimiento o sumisión. recrear un mundo. En este sentido,
l. La noluntad es tan poco la el nombre participa de la persona.
falta de voluntad, que es, por el (Ph. FAURÉ - FREMIET, Réoréation
contrario, la voluntad por excelen- du réel, 69.)
cia, la voluntad-tipo ( ... ). El no tie- 4. En los pueblos no civilizados,
ne otro tono [que el si] y se pro- el hijo no existe hasta que ha re-
nuncia con otro acento; se pone en cibido un nombre. E1 nombre re-
él más energia y convicción ( ... ) : presenta la individualidad y la con-
el si es una aquiescencia a la vo- fiere. Por él se mide el sitio que
luntad ajena, el no, una afirma- un grupo deja a un individuo, la
ción de la propia. El sí indica poca protección que le presta; si el nom-
o ninguna voluntad; el no es ca- bre es intangible, lo es el hombre;
racteristico de la voluntad fuerte. puede ser objeto de tabú; se con-
La voluntad «buena chica», que no vertirá en algo a respetar. (I. ME-
sabe decir no, puede considerarse YERSON, Les fonctions psycholo-
inexistente. (L. DUGAS, «La volon- giques, 175.)
té» en La psychol. et la vie, marzo B. Nombre de cosas. Un gran pro-
1928, 49.) blema filosófico (problema de los uni-
2. La denegación de mi querer- versales*) es el de determinar el papel
vivir (... ) pertenece a la constitu- de las palabras en el pensamiento y sus
ción de mi querer propiamente di- relaciones con la idea abstracta y uni-
cho ( ... ). Voluntad es noluntad versal. Para 'los nominalistas (citas in-
( ... ). No ha.y voluntad sin nolun- fra), la palabra lo es todo. V. Palabra.
tad. (P. RICOEUR, Négativité et af- 5. Lo único universal en el
firmation, en Aspeots de la dial., mundo son los nombres [v. nomi-
Reoh. de phil., 11 [1956], 108.) nalismo]. (H0BBES, Léviatha11, I,
3. Hasta hace pocos años no se IV.)
edificaba. en Madrid más que pu- 6. ¿ Qué es, en el fondo, la rea-
ras casas, sórdicos habitáculos lidad que una idea general y abs-
donde no se hacía el menor sacri- tracta tiene en nuestra mente! Na-
ficio a la gracia posible de las for- na más que un nombre ( ... ).
mas. Tres generaciones de españo-
les han ejercitado !,a más resuelta Cuando, por ejemplo, pienso en
nolun.tad de estilo. (J. ORTEGA Y hontbre, puedo no considerar en es-
GASSET, Nuevas casas antiguas ta palabra más que una denomina-
(1926), Obras, 11, 549.) Ad. E. ción -común; en cuyo caso es bien
evidente que mi idea se halla en
NOMBRE. Lat. nomen, nomi,nis. cierto modo circunscrita en ese
Palabra o grupo de palabras que sir- nombre, que no se extiende a nada
ven para designar las ,personas o las más allá y que, por consiguiente,
cosas. no es más que ese nombre n1ismo.
(C0NDILLAC, Logique, II, V.)
A. Nombre de persona.
7. Una idea general y abstrac-
l. Los grandes nombres rebajan ta es un nombre, nada más que un
a quienes no <1aben llevarlos. (LA nombre, el 11ombrc significath•o y
RoCIIEF0UCAULD, Max, 94.) acorcl1Ulo de una serie de hechos
2. Los nombres, que dan a los semejantes o de una clase de indi-
hombres la idea de algo que parece viduos semejantes, ordinariamente
que no ha de parecer, son muy acompaiiado por In representación
apropiados parn inspirar a cada sensible, pero vaga, de algunos de
familia el deseo de extender su du- esos hechos o individuos. (TAINE,
ración; hay )lUeblos en los que los De l'i11tcllig., II, 269.)
NOMOGRAFIA 698

Nominal. A. Por opos. a real y co- versal n la palabra o término que la


mo sin. de verbal: que concierne a la expresa.
palabra, no a la cosa, o incluso se re- O. Los nominalistas (. .. ) al no
dure a palabras, a un título. Definición, considerar de la idea general más
contro,•crsia, autoridad nominales. An- que su extensión, ven simplemente
taño, nominales = nominalistas. en ella una serie abierta e indefi-
B. Por opos. a verbal: se llama no- nida de objetos individuales. La
minal la proposición que se reduce a unidad de la idea no podrá, pues,
nombres y no lleva verbo, p. ej.: cada consistir para ellos más que en la
uno para si, Dios por todos. identidad del símbolo por el que
Nominalismo. Lat. 110,ninalúmius, der. designamos indiferentemente todos
de 110111011- (nombre). Se dec!n también esos objetos distintos. (H. BERGS0N,
fcrmi,1is11ms, der. de t.erm.imts (tér- Jlfat. et méni., 174.)
mino). 10. Vemos así despertar, en tor-
A. Nominalismo clásico. Doctrina no a las Escuelas de Medicina, la
según la cual no tenemos ideas genera- vieja querella de realistas y nomi-
les o conceptos (contra el conceptualis- nalistas. La medicina científica,
mo), sino tan sólo signos o palabras instalada en sus torres de marfil,
que evocian cosas, siendo éstas siempre defiende (... ) la realidad de los uni-
singulares. versales, y anatematiza a los no-
mi11alistas que, al modo de Abelar-
Si11.: terminismo (poco usado). do, consideran los universales y las
8. .. . un concepto vicioso de lo enfermedades como creaciones de
universal, ~I del no_minalismo, que nuestra mente, y a los enfermos
hace de la idea un simple signo útil como la única realidad. La verdad
para evocar al individuo, para re- es que la medicina debe ser a la
sumir y prever la multitud de los vez realista y nominalista. (A. CAR-
casos singulares; lo que propia- REL, L'homnne, cet inconnu, 299.)
mente equivale a negar la existen-
cia de la idea como representación NOMOGRA!FfA. Conjunto de los
espe<:ial ( ... ). Pero no, la idea tiene procedimientos de representación de las
su contenido propio, bien caracteri- leyes (gr. nomos) por medio de gráfi-
zado, su unidad bien clara: 110 cos que dispensan de largos cálculos
<!Xpresa una. multitud, sino una numéricos.
esencia; no individuos entrevistos N oo. Pref. der. del gr. naos, nous,
en una vaporosa lejanía, sino la mente, espíritu. V. Nous. Delante de
naturaleza única de éstos percibi- vocal se elide la segunda o: v. N oema,
da distintamente y tomada por la etcétera.
mente como su objeto directo. ccNOOLóGICO>1. Relativo al espíri-
(J. DE TONQUÉDEC, Crit. de la conn., tu. En ,la clasif. de AMPtRE, las cien-
403.) cias noológicas son el correlato de las
V. 5, 6, 7, 8; Cl(J,llifiecu:ión, 5. cosmológicas.
B. Nominalismo científico. l. Acep-
c1on usual: doctrina según la cual «NOOSFERA,,. Mundo del espíritu
los hechos científicos, y con mayor y del pensamiento, figurado, por ana-
razón las leyes y teorías, son construc- logía con la biosfera •, como una capa
ciones de la mente y no una representa- superpuesta a la constituida por la
ción de las cosas. Tal es, en particular, vida.
la doctrina de E. LE RoY. Estrictamen- l. El Hombre, surgido como
te hablando, constituye una forma de una simple especie, pero gradual-
conceptualismo•. mente elovado, por el juego de la.
2. En el sentido literal del término: unificación étnico-social, a la si-
doctrina según la cual la ciencia tiene tuación de envoltura específicamen-
por objeto no las cosas mismas, sino los te nueva de la Tierra. Más que
enunciados a ellas relativos, las pala- una rama, mú.s incluso que un Rei-
bras que nos sirven para designarlas. no: ni más ni menos que unn «es-
Es la doctrina comúnJIIA!nte llamada fera», la Noo•fera (o esfera pen-
empirismo lógico. V. este término. sante) sobreimpuesta de modo co-
extenso pero I cuimto más ligado
Nominalista. Lat. escolást. Se dcda y homogéneo! 11 la Biosf,•rn. (P.
tambíl'n Urnríul.sta. TF.U,IIAnn DE Cu., l.1t' yruu¡H' z11ol.
El que reduce la ideal general o uni- /iumai11, 107.)
699 NORMA
2. En la Humanidad presente, copatologia específica se presenta
en la Noosfera (corno yo digo) ... de modo más favorable, puesto que
(P. TEILHARD DE CH,, CE1,vrcs, V, existen indudablemente enfermeda-
206.) des. (D. LAGACHE, Encycl. médico-
3. En tanto que (... ) la Bios- chirug., 37030, A", 2, 1955.)
fera es, por esencia, complejidad B. Conforme a la media, a lo que
ligada, pero divergente y difusa, la se hace regularmente. El pl'Oceso nor-
Noosfera combina en si las propie- mal. Un 600 normal (= de serie). Ha-
dades de una capa planetaria ( «es- ce frlo, pero la temperatura es normal
fera») y las de un tipo de indivi- para la estación. En este sentido no im-
dualidad dotado de una especie de plica juicio de valor.
superconciencia. (Jb(,d,, 264.)
Sin.: común, habitual, corriente, or-
NORMA. Lat. norma; prop., escua- dinario.
dra (que da el ángulo recto) ; fig., li- Contr.: excepcional, extraordinario,
nea de conducta, regla. Además de los insólito (anormal suele ser peyorativo).
der. que siguen, ha dado enormis, fue-
ra de la norma, irregular, desmesura- 4. La mutación ( ... ) es una
do, enorme. anomalía por así decir normal, un
Tipo ideal o regla que sirven de refe- accidente inevitable y de frecuen-
rencia para emitir los juicios de valor. cia casi constante. (J. RoSTAND,
N ouv. biol., 73-74.)
l. Para los individualistas, el
objeto primordial de toda norma ·5. Para el ser anormal que es
social es el respeto a la autonomía el hombre caído, tales reacciones
individual. (L. DUGUIT, Tr. do droit [reacciones desequlibradas] son
constit., I, 84.) normales. (G. THIBON, en Dict. de
1'. Una vez resuelta la cuestión spiritual., 11, 125.)
del valor del genio, queda casi in- 6. la noción de normal y anor-
tacta la otra, la de su sentido en mal sufre de ambigüedad. Lo nor-
la cultura. Sabernos de su fuerza; mal, concepto cuantitativo de ma-
nos conviene ahora saber de su yor frecuencia, es contaminado por
norma. (E. D'Ons, Tres lecciones la norma, concepto cualitativo
en el M. del Prado, 70.) Ad. E. de regla, de modelo, de belleza, de
V. Dialéctica, 36; Moral, 30. bien, de verdad. (G. DESHAIES, Psy-
Normal. Lat. normalis, hecho a es- chopathol. gén., 33.)
cuadra (norma). 7. A partir de los análisis de
A. Conforme a la norma, a la regla, Durkheim, el -crimen es reconoci-
a las leyes reconocidas. Se dice en par- do como un fenómeno normal, es
ticular de los mecanismos y organis- decir, que la criminalidad no es un
mos que funcionan sin ningún desarre- hecho accidental y no procede de
glo susceptible de acarrear daño o des- causas fortuitas. (H. LÉVY-BRUHL,
trucción. En este sentido, la palabra en el Tr. de aociol. de GURVITCII,
implica un juicio de valor: esto mar- 11, 213.)
cha bien. El régimen del motor es nor- A11ormal. Que no es normal, en las
mal. La temperatura del enfermo es dos acepciones del término. V. A 110-
normal. Journal do psychologie norma- malía.
le et pathologique, fundado por P. JA-
NET. A. Que no es conforme a la nol'ma,
Contr.: anormal, irregular, patológi- a Ia regla, al buen funcionamiento de
co, mórbido. un mecanismo u organismo. Una seve-
ridad o una indulgencia anormales. Un
2. Nos habituamos a encontrar pulso anormal.
normal la posición de ciertos seres
desde el momento en que la conser- 8. De cada diez pal'ej as que ve-
van. (E. ESTAUNdi, J,'infirnie aua, nían a la clínica se podían contar
mailis de lum., VI.) cinco falsos matrimonios. ( ... )
3. La idea de una psicología Todo esto ern tan banal, tan co-
«normal» es ( ... ) en el fondo una tidiano, que la indignación, la re-
ilusión ingenua que tropieza con el acción de la honestidad herida, se
hecho de que no observamos seres aplacaban poco a poco en Fabien-
humanos sin conflictos y enferme. ne. A la larga, lo anol'mnl así per-
dades ( .. ,) . El concepto de una psi- petuamente repetido acaba poi· im-
NOSOTROS 700

ponerse a la mente como regular. tes inmanentes al conjunto. (G.


(M. VAN DEn MEERSCH, Corps et. GUJIVITCH, Tr. ele social., 1, 172-173.)
ámcs, I, 296.) 2. Amar es constituir un nos-
B. Que se aparta de la media, de otros en cuyo interior la conciencia
la manera ¡reneral de hacer. Una es- se afirma como relación de mí para
tatura, unas dimensiones anormales. ti y de ti para mi. ( ... ) No hay,
Un buen tiempo anorm,.J para la es- pues, que decir que el amor se di-
tación. No obstante, es raro que este rige ni tú como si el tú fuese algo
apartarse de In media no sea consi- anterior al amor. Éste es el inven-
derado como un desorden y que anor- tor del ttí; y lo primero es el nos-
mal no tome un matiz peyorativo. otros. (G. MADINIER, Co11sc. et
amour, 2.• ed., 07, 101.)
N ormath·o. Que constituye una nor-
ma, una regla de acción o de conduc- 3. El nosotros familiar tiene
ta. Se opone a positivo C: la moral, como característica el que lo indi-
que indica lo que debe ser, es norma- vidual y lo social se entrecruzan
tiva; la psicología, que observa lo que proporcionalmente en él. (J. LA-
es, es positiva. CROIX, Force et faibl. de la, fann.,
9. Sólo la moral prescribe fines 50.)
a la actividad humana; ella es la V. Feliciclacl, 16; Caridad., 9; Co-
única ciencia normativa. (E. Go- 1minfrlad, 5; Comunión, 2; Persona, 33.
BLOT, Syst. des se., 173.)
NOSTALGIA. Comp. d·e las pala-
10. La razón ( ... ) es una fun- bras gr, nostos (regreso) y algos (do-
ción normativa, que aprecia, acon- lor).
seja y, eventualmente, prescribe. Estado de tristeza causado por el
(A. LALANDE, La, ra,ison et les nor- sentimiento de hallarse lejos del propio
mu, 8.) país.
11. Cuando se habla de ciencia Por ext.: pesar melancólico de tiem-
normativa se trata de ( ... ) un sis- pos pasados, de condiciones de vida que
tema de verdades que será ciencia han termina.do, o incluso de una exis-
en cuanto formado por conocimien- tencia imaginaria que no ha llegado
tos racionales bien relacionados, y a realizarse.
normativa por el contenido de esos l. Los norteamericanos no han
conocimientos. ( Ibúl., 136.) producido ningún arte nacional, a
12. La razón, en su fuente, no excepción quizá de la arquitectura;
es constatadora, sino normativa. ni siquiera tienen nostalgia de
( Ibíd., 228.) ello. (A. SIEGFRIED, Les E. U.
d'au;., 8.• ed., 348.)
NOSOTROS (El--). Psicol. Pro- 2. No negaré que la nostalgia
nombre pers. empleado substantiv.: el de algo perdido se hace sentir en
ser moral constituido por dos o más in- mí filosofía y que un eco de la re-
dividuos que tienen relaciones interper- ligión resuena en ella. (K. JASPERS,
sonales. C. a J. WAHL, en Bull. de la, Soc.
l. En un grupo tan limitado fr. de Philos., 1937, 196.)
como la familia-hogar, cabe distin- Nata nota e est nota rei ipsius. Prin-
guir varios Nosotros (Nosotros los cipio general del silogismo considerado
padres, Nosotros los hijos, Nos- desde el punto de vista de In compren-
otros formado por uno de los pa- sión (cf. Dictum de omni et nullo). Se
dres con uno o varios hijos, etc.), explicita asi:
y varias relaciones con los Otros
( ... ). Literalmente: In nota de una nota
es nota de la cosa misma; es decir: lo
Un «Nosotros» (así, «nosotros, que entra en la comprensión de una
los franceses», «nosotros, militan- propiedad entra también en la com-
tes sindicalistas», «nosotros, los es- prensión de la cosa que posee propie-
tudiantes», «nosotros, los padres», dad; p. ej., la libertad, propiedad de la
etcétera) constituye un todo irre- inteligencia, es también propiedad del
ductible a la pluralidad de sus hombre que posee In inteligencia.
miembros, una unión que no se
puede descomponer y en la que, no NOúMENO, NúMENO. Término cnl-
obstante, el conjunto tiende a ser cndo por KANT so-bre el griego 110011-
inmanente a sus partes y las par- me11011, para designar lo que In mente
'701 NúMERO

(no11s) concibe más allá del fenómeno, pondiente a nuestro conocimiento,


pero no puede percibir. [concebimos] siempre el objeto r11
Der.: noumenal, numen al. sí, que no ~uede ser conocido, pe-
ro que es necesariamente pensado,
Sin.: cosa en sí. y que Kant llama por esta razón
Correlat.: fenómeno•. noúmeno. El noúmeno así entendi-
A. Concebido positivamente: la co- do no equivale, pues, a la cosa en
sa en si, la realidad absoluta, de la que si del dogmatismo metafísico ( ... )
no tenemos conocimiento empírico o El concepto de noúmeno no tiene
sensible, pero que podría ser conocida un sentido positivo, sino tan sólo
por intuición intelectual. Según KANT, negativo; es un concepto limitativo
el hombre carece de intuición de este destinado a restringir las preten-
orden; por consiguiente, para él, noú- siones de nuestro conocimiento. (J.
meno sólo se define por referencia a MoREAU, La canse. et l'itre, 77.)
fenómeno. Nous. Subst. del gr. ático (contracc.
l. Las imágenes sensibles ( Ers- del jónico noos: mente).
cheinungen), en tanto que pensa- ( ... ) cuando el griego habla de
das a título de objetos según la inteligencia, del :nous, no se refie-
unidad de las categorias, se llaman re, por lo pronto, a la suya, sino a
fenómenos (Pluumomena). Pero si un pri-ncipio o poder que le parece
admito cosas que sean simplemen- entrever en el cosmos, en el mundo.
te objetos del entendimiento ( ... ) El europeo, en cambio creyó que
sin poder ser [dadas] en la intui- la realidad única era la inteligen-
ción sensible ( ... ) habria que lla- cia del hombre, sea la individual,
mar a tales ,cosas noúmenos ( Intel- sea la de la especie humana, como
ligibilia). (KANT, Crit. de la r. pu- creía Hegel. Y esto trae una conse-
re, 226.) cuencia decisiva para la interpre-
2. Para Pl-atón los noúmenos tación de nuestra vida. Si lo único
constituyen el mundo inteligible y que hay es la inteligencia y la in-
los fenómenos el mundo sensible. teligencia es el hombre, quiere de-
Lo mismo para Kant; pero, por cirse que lo único que hay es el
una especie de paradoja, lo que hombre, que el hombre se queda
según él podemos comprender es solo. (J. ORTEGA Y GASSET, En el
el mundo sensible cuando le apli- centenario de una Universidad,
camos las formas de nuestro pen- Obras, V, 471.) Ad. E.
samiento. Podría decirse que para NúMERO. Lat. numeru.s, «parte
Kant los ojos de nuestra mente es- del conjunto clasificada en su puesto,
tán cerrados a lo que les está abier- categoría, cuenta y «número». 1Vu.me-
to en Platón. (J. WAHL, Tr. de r11s puede decirse tanto de cosas que
métaph., 421.) no se cuentan como de las que se cuen-
V. Apa,ríencia, 5. tan» (ERN0ULT y M.). Der.: numérico,
B. Concebido negativamente: lo in- •numel"ación.
cognoscible. A. Filos. Relación entre una magni-
3. El concepto de un noúmeno tud y otra de la misma especie ,tomada
(... ) no es plenamente positivo y como unidad. Noción fundamental ob-
no significa un conocimiento de- tenida por abstracción comparando co-
terminado de una cosa cualquiera, lecciones de cosas en las que sólo se
sino tan sólo el pensamiento de considera el aspecto cuantitativo. El
alguna cosa en genera•! en el que número ordinal marca el orden o pues-
hago abstracción de toda forma de to (primero, segundo). El número car-
la intuición sensible. (KANT, C1-it. dinal, la cantidad (uno, dos).
de la r. pure, 226.) l. El hombre, en su casa, no
4. Hablando con propiedad, ha- vive en la escalera, pero se sirve
bría que reservar el nombre de de ella para subir y penetrar en
noúmeno para aquello de lo que todas partes; de igual modo la
la mente tiene la idea sin tener mente humana no se detiene en
ningún medio para formarse de los números, pero llega por ellos
ello una imagen. (A. CoURN0T, 11/a- a la ciencia y a todas las artes.
térúúisme ... , IV, 357.) (RIVAR0L, De l'hcnnme, 64, París,
5. Más allá del objeto empírico, 1800.)
constituido por fenómenos y corres- 2. Suele definirse el número co-
N(•MERO 702

mo una l'Olcrrión de unidndcs o, ccunrmn <le seg-uncia gra<lo como


para hablar ron mayor ¡,rcrisión, x' ,~ 2 carece de raiz entre los nú-
como la síntesis ele lo uno y lo múl- meros racionales (enteros, fraccio-
tiple. Todo número es uno, en efec- narios, positivos y negativos) : se
to, puesto que se le representa co- inventan los números irracionales
mo una intuición simple de la men- que, con los números racionales,
te y se le da un nombre; pero esta constituyen el sistema completo de
unidad es la de una suma; abarca los números reales. No obstante,
una multiplicidad de pal'tes que una simple ecuación de segundo
cabe considerar aisladamente. (H. grado como :,;' = -1 no tiene
BERGSON, Essai aur les do1111ées raíz entre los números reales: se
imm., 66-57.) inventan los números imaginarios.
3. No son los números los que Pero una simple ecuación de se-
rigen el mundo [como decla Pitá- gundo grado como ,., + 2 "' + 4 =
goras]; los números no hacen más = O no tiene raiz ni entre los nú-
que e>.11resar abstracta o esquemá- meros reales ni entre los números
ticamente ciertas propiedades fí- imaginarios: se inventan entonces
sicas del mundo. (R. RUYER, R. los números complejos... (L. Rou-
pliil., 1932, II, 32.) GIER, Tr. de la conna.iss., 291.)
4. La multiplicidad en lo homo- Números concretos. Números de las
géneo, eso es el Número. (A. LA- cosas que se cuentan (dos piedras, diez
MOUCHE, Lag. de /a, simplicité, 264.) francos), cosas enumeradas que pue-
5. Al mismo tiempo que el mí- den después servir para contar.
mero ca,rdinal, resultado de la ope- 10. Cuando se le pregunta su
ración de e01nposici6n, nace el n1t- edad, la de Marisa, la de Roberto,
mero ordinal, que resulta a su vez enseña con exactitud un número
de una operación de clasificación mayor o menor de dedos. Agota
o «puesta en orden», y, por tanto, una mano, añade la otra. Y, de
de coordinación. (A. LAMOUCHE, pronto, las cosas se complican.
L'homme dans l'harmonie univers., -¿Cuántos años tiene J·acque-
35.) line?
B. Mat. Noción básica tomada del Piensa un segundo, y responde:
sentido común que se atiene al número -Para J acqueline hace falta un
entero, a partir del cual los matemá- dedo del pie. (G. DUHAMEL, Les
ticos han llegado a concebir otras es- p/a.isirs et les ;eu:,;, 192-123.)
pecies de número: fraccionario, irra-
cional, imaginario, trascendente. 11. Para ella [la mentalidad
primitiva] el número no se separa
6. Los números enteros fueron claramente de los objetos enume-
hechos por Dios, todos los demás rados. ( ... ) Por el contrario, se re-
son de fabricación humana. (L. presenta colecciones de seres o de
KRONECKER.) objetos que le son familiares a la
7. Todos los números se dedu- vez por su naturaleza y po1· su nú-
cen de la unidad mediante la ope- mero, siendo éste sentido y perci-
ración que hace pasar de cualquier bido, pero no concebido abstl"acta-
número al que le sigue inmediata- mente. (L. LÉVY-BnUHL, Fonctions
mente. (F. GoNSETH, Ma.th. et réa.l., menta.les ... , 220.)
126.) Números abstractos. Nociones que
8. No imagino los números en- nos sirven para contar (MALEBRANCHE,
teros en su sucesión infinita; los para quien no son abstraidas, sino vis-
comprendo en su ley de formación. tas en la esencia divina, las llama mú-
(J. TANNERY, R. gén. des se., 1897, meros numerantes»); son los números
131.) que constituyen el objeto de la aritmé-
9. Una simple ecuación lineal tica pura (uno, dos, tres ... ).
como 2 :,; = 3 carece de ralz; para Grandes números (Ley de los-). En
remroiar este inconveniente se ima- tanto que, si se considera un pequeño
ginaron los números fraccionarios. número de casos fortuitos, hay una con-
Pero una simple ecuación lineal siderable diferencia entre las previsio-
como rz: + 6 = 2 carece Igualmen- nes del cálculo y los resultados obteni-
te de raiz entre los nlimeros frac- dos, a medida que aumentamos el nú-
cionarios: se inventan los números mero de casos los resultados van apro-
negativos. Ahora bien, una simple ximándose a las previsiones, de suerte
7Ua NURTURE

que, con un número infinitamente gran- desviación relativa, 50/600, o sea, 1/10;
de, la diferencia relativa, que tiende etcétera. La ley de los grandes núme-
a lo infinitamente pequeño, serla prác- ros, formulada por J ean BERNOULLI
ticamente despreciable. Así, jugando a (1666-1748), es el fundamento del cálcu-
cara o cruz, es normal que 10 tiradas lo de probabilidades.
den 6 contra 4: desviación absoluta, 1; ccNURTURE». Palabra ingl.: ali-
desviación relativa, 1/ó, o sea, 2/10; mento, educación.
con 100 tiradas será normal obtener
68 contra 42: desviación absoluta, 8; Opuesto por GALTON a nature• (na-
desviación relativa, 8/60, o sea, 1,6/ 10; turaleza) como lo congénito a lo ad-
con 1.000 tiradas podremos tener 660 quirido.
contra 460: desviación absoluta, 60; V. Naturaleza, 31.
o
O. Log. form. Símbolo de la pro- una de estas dos situaciones: o
posición particular negativa, p. ej.: al- siendo uno el que manda o hallán-
gunos hombres no son leales. V. Opo- dose alojado en un mundo donde
sición. manda alguien a quien reconoce-
Ob. Prep. lat. que significa delante, mos pleno derecho para tal fun-
a causa de ... Entra bajo formas diver- ción; o mando yo u obedezco.
sas -como prefijo de diferentes palabras Pero obedecer no es aguantar
españolas, con acepciones también di- -aguantar es envilecerse-, sino,
ferentes, pero principalmente con el al contrario, estimar al que manda
sentido primitivo de: delante, enfrente y seguirlo, solidarizándose con él,
de ... , contra. V. Objetar, Objeto y der., situándose con fervor bajo el on-
Observar y der., Obsesión. deo de su bandera. (J. ORTEGA Y
GASSET, La rebelión de las masas,
OBEDIENCIA. Lat. obedientia, der. Obras, IV, 245.)
de obedire (audire, escuchar, precedido
del pref. ob.). OBJECióN. Lat. ebjectio, acción de
objicere. V. Objetar.
Sumisión a las órdenes de quienes
detentan la autoridad. Conside1•ación que se opone a una
afirmación o petición.
l. Hay que distinguir, pues, la
obedumda servil, que corresponde Sin.: dificultad, aporía•, contradic-
a la autoridad autoritaria, si se ción, critica.
nos permite e,apresarnos así, y la l. Se ponen dificultades para
obediencia libre, que corresponde esclarecerla [la opinión formula-
a la autoridad liberal. Si en el pri- da], para bo1·rar las dudas, y se
mer caso obedecer es sufrir, no hacen objeciones para combatirla
ocurre lo mismo en el segundo, en y destruh-la. (C0NDJLLAC, Sy11., 111,
el que obedecer es, por el contra- 210.)
rio, aceptar. (L. LABERTHONNIERE, 2. La mayor parte de los ora-
Théorie de l'éduc., 10.ª ed., 32.) dores prefieren ( ... ) pasar en si-
2. Hay en la obediencia, cuan- lencio una objeción a la que no
do es libre y entusiasta, una espe- podrían opone1· sino una débil re-
cie de embriaguez, de impulso, de futación. (Ch. PERELMAN, Tr. de
don. (G. DUHAMEL, Nuit de la l'argmne11tatio11, II, 637.)
Saint-Jean, 271.) 2', como intelectual no he veni-
:J. La vida creadora es vida do a esta tierra más que a hacer
enérgica, y ésta sólo es posible en y recibir objeciones. Así, pues, las
705 OBJETO
acojo encantado, y no s61o las aco- que percibo ,porque me es presente,
jo, sino que las estimo, y no s61o .pero al mismo tiempo es otra cosa,
las estimo, sino que las solicito. es esa realidad extraña que la per-
Siempre sé extraer de ellas exce- cepción no agota. (M. DUFRENNE,
lente ganancia. Si conseguimos re- Phénoménol. de l'exp. esth., I, 285.)
br.tirlas nos proporcionan el placer 2'. aquella fuerza que opera y
del triunfo y podemos hacer el ges- efectúa el sentir se llama sentido,
to del buen sagitario que ha pues- y lo que se siente, lo sensible; ha-
to la flecha en el flanco de la pie- biendo, por tanto, en la sensación
za; y si, por el contrario, la obje- dos elementos primeros, el vigor y
ción nos vence y hasta nos conven- el órgano, corno potestad de la na-
ce, ¿qué mayor ventura? (J. OR- tu raleza,
TEGA Y GASSET, ¿Q11é CB filoso/La?,
Mas para que esta potestad se
262-263.) Ad. E. ejercite se agrega algo en que
V. Refutación, 1, 2. ejercitarse, a saber: el objeto, co-
Objeci6,i de conciencia. A. En sen- mo materia de sensación. (J. L.
tido amplio: toda oposición al orden le- VIVES, Trata,:lo del alma, 24.)
gal, basada en lo que se estima manda- Ad. E.
to de la conciencia moral. v. 44, 50.
B. En sentido restringido (único A. Acepciones corrientes. l. Prop.
usuo:l) : negativa de colaborar en cual- (objeto-cosa) : toda realidad material
quier acto de guerra, por considerar que puede ser manejada. Un libro, un
.;sta esencialmente mala. reloj de pulsera, una piedra son obje-
3. Entendemos aquí por obje- tos. Una nube, el agua, una roca, no
ción de conciencia la negativa a reciben ese nombre.
servir como soldado, en tiempo de Sin.: cosa.
paz o de guerra, en calidad de 3. Hay que ser de corazón muy
combatiente efectivo o de auxiliar, ,sereno para mudarse sin melan-
no por motivos vulgares de cobar-
día, orgullo o anarquía revolucio- colía, y basta con que un objeto
naria, sino por motivos nobles, con- familiar no esté ya en su sitio pa-
side1·ados como urgentes y deriva- ra que, incluso antes de saber la
dos de los propios imperativos de causa, una sensación casi orgáni-
la conciencia. (P. LonsoN, Un chré- ca de vacío y malestar nos ad-
tie,i peut-il etre obj. de con.se.?, vierta del atentado llevado a cabo
10.) contra nuestro «yo» en nuestro
«mío». (Ch. BLONDEL, en Tr. ele
Objetar. Lat. objectare, frecuentati- psychol., de Dmus, II, 526.)
vo de objicere: en sentido etimol. arro- V. Presente, l.
jar (jacere) delante (ob). Corresp. al
gr. proballei11. V. Problema. 2. Fig.: aquello de lo que se trata,
de lo que la mente se ocupa, a lo que
Alegar algo, una idea o un hecho, en una acción se refiere ... Objeto de una
contra de una afirmación. reunión, o de un libro, de una distin-
Objetivo y der. V. Objeto. ción honorífica o de vivas críticas.
OBJETO Sin.: materia, cuestión, tema.
Objeto. Del lat. objectum, part. pa- 4. Cuando se piensa en los in-
sado de objü:cre (poner delante). AL mensos servicios que las ventanas
Gegenstand, que está dela,nte. Tomado prestan a los enamorados, parece
substantivadamente, objectmn designa bastante natm·al hacerlas objeto
lo que se presenta a alguna función de de una contribución. (H. DE BAL-
conocimiento, ya sea intelectual o sen- ZAC, Unmlc Mirouet, II, Hachette,
sible. 1853, 211.)
1. Todo lo que se presenta a 5. Las propias nociones de las
los sentidos y a la mente. Todo que nos servimos para pensar en los
cuerpo que vemos es un objeto que objetos politicos y discurrir sobre
cae bajo los sentidos; toda idea ellos. ( ... ) . La palabra pueblo, por
que tenemos, un objeto que se ofre- ejemplo. (P. V,\LÉRY, Rcgm,ls s.
ce a la mente. (CoNDII.J.AC, Syn., le monde act., 23.)
lll, 407.) 6'. El fin del discurso es el
2. El ob.>eto percibido tiene un hallazgo, la conclusión y recogida
estatuto ambiguo: es ese objeto del objeto. Cuando no alcanzamos
45. IJiccionario Jd J.,·ngu.ajc Film,útico.
706
onJETO
lo qur busNuno~ es por lo mismo unu npal'iencia que sólo existe pa-
qu<' pierde el Jll'l"l'O In ~azn qU<' Jl<'r- ra nosotros. (L. LAVEl,l,E, /Ju tcmvs
sigu(', o porqlll' l°'S C'l d1~c-urso tal'Cl,o et rlc l't't., 414.)
1,or nntur:"!.lezn y el ohJctn es.tú. ~1- 12, los objetos como tales ha-
tuaclo lejos, de numera que no t1c- cen nbstrncciún de In existencia ac-
TIC' ba$tantrs fuerzas para Ucgal' tual y encierrnn sólo una existen-
hastn ,,1, o poi' S<'l' débil de volun- cia posib/r; los objetos como tales
tad. eomo cunndo no tiene ganas de nuestros sentidos, connotan, por
de- alL"nder o camina por donde no el contrnrio, una existencia en ac-
conYiene. (J. L. VIVES, Tratm/o drl to, (J. MARITAIN, Les degrés du
nlma, 76.) Ad. E. sat•oir, 176.)
V. Afreto, 7; Afiniclad, 4. 13, Lo que llamamos el objeto
3. ~Í:is p!'ecisamente: aquello a _que no es necesariamente la cosa. Esta
se apunta, el resultado ni que se tien- es una realidad exterior objetiva-
de. El objeto de un deseo, de una ges- da, a In que atribuyo una cier~a
tión. permanencia dentro del devemr
Sin.: objetivo, meta, fin. del mundo. El objeto puede no ser
Y. Couocimicuto, lG; Fin 11, O. más que un elemento constante y
reconocible de mi representación,
n_ Acepciones filos,: se op. siempre Puede ser una cosa percibida, pero
a sujeto. pero en dos contextos muy también una imagen, un concepto,
diferentes (,•. Objctit-o), una idea, (CI. DucoT, Prése11ce et
l. Distinguido de la cosa en sí (ob- abs. de l'etre, 51.)
jeto-representación): «Lo pensado, o 13'. aquello a lo que va el yo
representado, en tanto que distinto del puro, más aún, aquello que se ac-
acto por el que es pensado» (LALANDE.) tualiza en la intelección como rea-
La representación en su realidad de re- lidad previa, no tiene el carácter
presentación. V. Intención B 1 bª formal de objeto. Lo tendría si el
6. Bajo el título de objeto po· yo consistiera formalmente en un
demos encerrar cuanto el ser pen- «ir--hacia» el no--yo; en ton-ces y só-
sante percibe, como actualmente lo entonces este no-yo nos saldría
distinto de su existencia individual, al «encuentro» y sería, por tanto,
idéntica y permanente. Así, una ob-jectum, objeto, Pero el yo no
modificación, incluso interior, pue- consiste sino en actualizar el no-
de ser un objeto por relación al yo, y entonces este no-yo no es
yo, si éste la distingue del senti- objeto por dos razones. Primero,
miento que tiene de sí mismo. (M. porque no todo lo inteligido es for-
DE BIRAN, Rupports des se. 11at. malmente objebual. ( ... ) Segundo,
a uc la psycliol., en CEuvres c/ioi- porque aun en el caso de estar in-
sies, 159-160,) teligiendo un objeto, una res ob-
7. La expresión objeto absoluto jecta, lo que formalmente intelijo
es una contradicción: es aquello no es la res en tanto que objecta,
que, no teniendo existencia más sino en tanto que res. (X. ZUBIRI,
que por relación con el para-sí del Sobre la esencia, 382.) Ad. E.
sujeto, debería, no obstante, ser V. Abstracción, 7; Cosa, 10; Co11-
afirmado independientemente de ciencia, 9.
esa relación. (L. LAVELLE, Le l'e-
trc, 29.) 2, Identificado a la cosa en si: aque-
8. Todo objeto es necesariamen- llo cuya existencia es independiente del
te fenomenal o ideal. (L. LAVELLE, conocimiento que de ello tienen los su-
De l'intimiü spir., 99.) jetos pensantes. Acepción que supone
el realismo cosmológico y que, por con-
9. el objeto es aquello que, por siguiente, no es admitida po1· los idea-
definición, no puede tener un en listas. V. Objetfoo, A 2.
sí. ( /bíd., 161.)
14, La ciencia tiene como pun-
1O. Lo propio de los objetos es to de partida el objeto; la filoso-
fol'mar un mundo que es incapaz fin, el sujeto ( ... ) : el objeto, fenó-
de subsistir por .si mismo y que es menos y leyes del mundo exterior
correlativo a la aparición del yo ni hombre; el sujeto, leyes y fenó-
en tanto que éste participa en un
menos del propio esp(ritu humano,
ser que le excede. (Ibúl., 172-173.) (LITTR~, Fragm, de p/1ilos. posit.,
11. la esencia del objeto es ser 185,)
707 OBJETO

16. La tercera dimensión o le- es objeto. Así como substantividad


janin es In dimensión esencial que no es subjectualidad, así tampoco
realiza la extensión, puesto que re- realidad es objetualidad. El orden
presenta la permanencia del ob- de la realidad en cuanto realidad
jeto, es decir, el sistema de las sen- no es el orden de la objetualidad,
saciones posibles, con independen- sino el orden de la simple realidad
cia de nosotros. (J. LAGNEAU, Cé- en cuanto realidad. (X. Zun11u,
lebres le,, et fragrn., 65-66,) Sobre la esencia, 382.) Ad. E.
16 bis. El sentido D [en el Voc. V. Abstracción, 19, 21; Animismo,
de La!.: «lo que posee una exis- 1; V11raci6n, 7.
tencia en si»], es evidentemente C. Acepción ambigua ( objeto-cosa y
abusivo y directamente contrario objeto-representación). Hablando del
al sentido etimológico de ol,jcct1l1n. sujeto pensante que, al tomar concien-
Implica la falsa teoria del cono- cia de ser para otro objeto-representa-
cimiento que Kant llama dogma- ción (B 1), tiene el sentimiento de de-
tismo, (LACIIELIER, en Voc, de LA- gradarse en objeto-cosa (A 1).
LANDE.)
20. cuando digo ingenuamente
16. sólo pienso verdaderamente que es posible que yo sea, sin dar-
el objeto en la medido en que afir- me cuenta, un ser objetivo, supon-
mo que yo no cuento para él, que go implícitamente la existencia del
no me tiene en cuenta. (G. MAR- otro; porque ¿ cómo seria yo obje-
CEL, Du ref11s a l'invocat., 32.) to si no es para un sujeto? Así, el
17. Mi cuerpo no es ni puede otro es, ante todo, para mí el ser
ser un objeto en el sentido en que para quien soy objeto, e:3 decir, el
lo es un apare.to exterior a mí. ser vor quien conquisto mi obje-
(G, MARCEL, «fTRE ET AV0IR», 157.) tividad. (J.-P. SARTRE, L'etre et le
18. De ese cuerpo no puedo de- "·· 329.)
cir ni que es yo, ni que no es 21. La vergüenza pura [ es el
yo, ni que es para mí (objeto). sentimiento] de ser un objeto, es
De entrada, la oposición del sujeto decir, de reconocerme en ese ser
y el objeto se encuentra ya tras- degradado, dependiente y coag-ula-
cendida, (lbíd., 12.) do que soy para el otro. ( ... ) La l'e-
19. La creencia espontánea en acción a la vergüenza consistirá
la existencia de los cuerpos encie- precisamente en aprehender como
rra una exigencia bien fundada; objeto a quien aprehendía mi pro-
el conocimiento carecería de obje-- pia objetividad. En efecto, desde el
to si nada desbordase su objeto momento en que el Otro me ª!'ª-
[en el sentido B 1], si no estuviese rece como objeto (... ) , me siento
en relación con una realidad ex- recuperado: porque no puedo ser
terior al sujeto. Tal es la afirma- objeto para un objeto. (Ibid., 349.)
ción fundamental, la exigencia in- V. Alienación, 3.
vencible del realismo. (J. M0REAU, S1tpc1·objeto (G. BACHELARD). Repre-
La canse. et l'etre, 41-42.) sentación depurada de todo contenido
19'. Convendremos en aprove- concreto.
chamos de esta vag,a amplitud que 21 bis. Con sus dialécticas y sus
en el lenguaje espontáneo tiene esa críticas, el superracionalismo de-
palabra, limitándola a sólo lo que termina en cierto modo un su,pcr-
percibir y representar excluyen. "\'. objcto. El superobjeto es el resul-
así llamaremos a los actos en que tado de una objetivación crítica,
nos es dada la presencia de un de una objetividad que sólo con-
objeto, percepciones o presentacio- serva del objeto lo que ha criti-
nes; a los actos donde nos es éste cado. El átomo, tal como aparece
dado como ausente, representacio- en la microfísica contemporánea,
nes o imaginaciones; a los netos es el tipo mismo del superobjeto.
donde nos es dado en el modo de En sus relaciones con las imáge-
alusión y referencia, menciones. nes, el superobjeto es de modo muy
(J. ORTEGA Y GABBET, Conciencia, exacto la no-imagen. Las intuicio-
objeto ¡¡ las tres distancias de és- nes son n1uy útiles: sirven para
te, Obras, 11, 66.) Ad. E. ser destI"uidas. (G. BACHELAllD,
19", Contra lo que el idealismo PILilos, clu 11011, 139.)
afirma como algo obvio, cosa no Objeta), Psicoan. Que se refiere a
OBJETO 708

alguien distinto de uno mismo. El amor tiene esa realidad que los filósofos
objetnl se opone al amor narcisista o llaman actual o formal, sino tam-
narrisismo"'. bién en las ideas en •las que tan
sólo se conside1•a la realidad que
Objeti\'O, adj. En fil. se toma en dos denominan objetiva: por ejemplo
sentidos muy diferentes: un primer ( .. ,), la idea del calor o de la pie-
sentido, t'Xclusivnme-nte filosófico, que dra no puede estar en mi si no hn
es el que la palabl'a tiene en el texto sido puesta poi· alguna causa que
más abajo citado de M. MERLEAU-P0N- contenga en si por lo menos tanta
T\': un segundo sentido, más común,
realidad como 1-a que concibo en el
que hallal'cmos en la crítica que hace calor o en la piedra, (DESCAIITES,
)[. DllFRE..'INE de la frase de M. MEn- 1" Jllédit., IX', 32,)
LEAl'-P0:STY,
25. Ser objetivamente no sig-
22. El cuerpo objetivo no es la nifica otra cosa que ser en el en-
verdad del cuerpo fenomenal, es tendimiento de la manera que los
decir, la verdad del cuerpo tal co- objetos acostumbran a ser en él
mo lo \"ivi.mos, sino una imagen (... ) ; de suerte que la idea del Sol
empobrecida. El problema de las es el sol mismo existente en el en-
relaciones entre el alma y el cuer- tendimiento, no en verda:d formal-
po no se refiere al cuerpo objetivo, mente como está en el Cielo, sino
que tiene sólo una existencia con- objetivamente, es decir, de la ma-
ceptual, sino al cuerpo fenomenal. nera en que los objetos acostum-
(ll. MERLEAU-P0NTY, Phéiunnénal
de la perc., 493.) bran a existir en el entendimien-
to. (... ) Así, si alguien tiene en la
23. [Crítica:] la objetividad no mente la idea de alguna máquina
designa sólo un carácter de lo co- de gran artificio (... ), el que esta
nocido que el conocimiento reivin- idea contenga tal artificio objetivo
dica ( ... ), sino también el ser del y no otro debe sin duda provenir
objeto. El cuerpo objetivo no tie- de alguna causa. (DESCARTES,
ne una existencia conceptual, sino Prcm, Rép., IX', 82, 83.)
la existencia del en-sí que el con- 26, Digo que una cosa está ob-
cepto se esfuerza por aclarar. (111. jetivamente en mi mente cuando la
DUFRE.'°'NE, La notion d'«a priori», concibo. Cuando concibo el sol, un
183.) cuadrado, un sonido, el sol, ese cua-
A. En ciertos filós. (y nunca en el drado, ese sonido, están objetiva-
uso ordinario) : que pertenece a la es- mente en mi mente, estén o no
fera del pensamiento (sin confronta- fuera de ella. (A. ARNAULD, Des
ción con la de la realidad independiente vraies et des fausses idées, V, 6.)
del pensamiento). 27. tengo tenor a la acción y
l. En los escolást., DESCARTES y al- sólo me encuentro a gusto en la
gunos contempor.: que constituye o se vida impcrsona:l, desinteresada, ob-
refiere a un objeto en el sentido B 1, jetiva del pensamiento. (H.-F,
es decir, un objeto de pensamiento, con AMIEL, Jaurnal, 27 julio 1855.)
abstracción de cualquier realidad que 28. en el uso común de los fi-
pueda corresponderle. Se opone a for- lósofos, el concepto y la esencia
mal. El porvenir que soñamos tiene só- son, para emplear el lenguaje de
lo una existencia objetiva (se redu·ce a la escolástica, la cosa objetiva,
representaciones) ; el libro que leo tie- aparte del entendimiento y dada en
ne una existencia formal (existe aparte sí misma, en la medida en que unn
del conocimiento que de él tengo). La abstracción puede serlo. (0. HAMF.-
oposición expresada por la pareja obje- LIN, Essai..., 260.)
tivo-formal apenas suele expresarse ya 29. el redactor de un di-ario In-
sino por la de subjetivo-objetivo, en la timo ( ... ). En vez de partir al des-
que subjetivo equivale a objetivo en cubrimiento de si mismo, se adju-
el sentido A y objetivo a formal, Vid., dica de entrada una cierta forma
no obstante, infra y en Objeto ll, tex- de ser. A partir de entonces su
tos de filósofos contemporáneos. diario es la expresión de una nc-
24. Jo que contiene en sí mayor tibud previamente elegida. Entre
rNllidad no puede ser consecuen- él y su mismidad, intercala el dato
cia y dependencia de lo menos per- obj'etivo de un personaje que ser-
fecto. Y esta verdad no sólo es cla- virá de regla a sus análisis. (G.
ra y evidente en los efectos que GusoonF, La décanvcrte do Bai, 62.)
700 OBJETO

30. La objetividad debe ser ha propuesto retratar de cuerpo


tomada aquí en su estricto sen- entero, e incansablemente, al hom-
tido etimológico: es objetivo lo que bre ( ... ) , al hombre interior y ex-
el pensamiento metódico ha elabo- terior, visible e invisible, subje-
rado, ordenado, comprendido, y pue- tivo y objetivo. (G. DUHAMEL, Dé-
de asl hacer comprender. (P. R1- fe11se des Lcttres, 280-281.)
C0EUR, 1-liat. et vérité, 26.) 36. Me he esforzado siempre
V. Cosa, 13. por disting,uir de ese modo el sen-
2. Comúnmente en los idealistas: tido objetivo de las palabras de la
que constituye un objeto de pensamiento intención subjetiva de quien las
válido, siendo el signo de esta validez dice. (G. FESSAHD, De !'actual. hist.,
el acuerdo universal de los espíritus. u, 477.)
Se opone a subjetivo (B) en el sentido V. Forma, 15; Rr:al, 38; Sujeto, 8.
ele individual, personal. 2. Aplicado a las personas y a su
31. Objeto y objetivo no pue- actividad cognoscitiva: que expresa
den tener más que un sentido: no fielmente la realidad. Un historiador
so trata de fo que es en sí, fuera objetivo. Un informe, un juicio objeti-
de nuestra mente y de tod•a mente, vos.
porque lo que no fuese para nadie 36. Para que [la ciencia] sea
sería (... ) me parece, totalmente objetiva es evidentemente preciso
,nexistcntc. ( ... ) Se trata, en mi que exprese los fenómenos en fun-
opinión, precisamente ele aquello ción no de una idea de la mente,
que constituye el fundamento mis- sino de propiedades que les son in-
mo del acuerdo de las 111c11tcs ( ••• ). herentes. (E. DURKHEIM, Regles da
Es lo que tonemos raz611 de repre- la méth. soc., 8 ed., 44.)
sentarnos porque existe una. razón 37. En un medio en el que los
para que nos lo representemos (... ) :
es, en uno. palabra, una represen- móviles sentimentales ocupan lu-
tación do dorocho, por oposición a gar esencial, el observador obj eti-
una representación do hecho. (J. vo es un asocial, con todos los ries-
LACHELIER, en Voc. de LALANDE.) gos de esta situación. (A. SAUVY,
Le pouvoir et l'opinion, 129.)
32. Lo que llamamos realidad
objetiva es, en último análisis, lo Objetivo. subst. A. En principio,
que es común a varios seres pen- en el s. XVII (vidrio objetivo, conver-
santes, y podría ·ser común a todos. tido por elipsis en «el objetivo»): la
(H. POINCARÉ, Valeur de la se., 9.) lente que en un sistema óptico se halla
del lado del objeto observado. Se opo-
B. En el uso ordinario (incluso en ne al ocular, que se halla del lado del
filosofía) y por opos. a subjetivo (en ojo (oculm).
el sentido de: interior al sujeto pcnsan-
lle, a la conciencia) : que constituye una 38: sabemos que el objetivo [de
realidad independiente de 1as concien- la enmara) carece de subjetividad,
cias o que es conforme a esa realidad. y que ningún fantasma viene a
turbar la mirada que pasea por la
l. Aplicado a cosas: que constituye superficie de la realidad. (E. l\Io.
un objeto en el sentido B 2, es decir, RIN, Le cinéma, 16.)
una realidad en si existente ya en
el mundo de las ideas (PLATÓN), ya en el B. Más tarde, en el s. XIX, en el
de ,la experiencia, y que se impone a vocab. milit. (punto objetivo, converti-
todas las mentes. El mundo objetivo, do por elipsis en «objetivo»): punto al
la existencia objetiva. que se dirige un ataque, o el fuego de
artillería o fusilería.
Sin.: real (por opos. a mental, ideal,
imaginario). C. Por ext. del sentido B: fin a al-
canzar; aquello a lo que tiende el que
33. Es el reloj el que hace ob- obra. El objetivo de una campaña
jetivos los conceptos de tiempo y publicitaria, del plan septena! de la
duración. ( ... ) u. R. s. s.
De este modo, ·la creación de un 39. Entre los dos objetivos de
tiempo objetivo y científico, el tiem- la política, grandeza de las nacio-
dc los relojes, descansa en una hi- nes, bienestar de los individuos, se
pótesis. (P. CoUDERC, l,a relati,,j. elige por interés o por pasión. (E.
té, 33.) RENAN, Avellir de la se., Pref.
84. La literatura francesa se XVI,)
710
OBJETO
.f0. Es vano y peligroso pro- licina necesariam~nte de la. ambi-
ponerse un ohjetivo innrcesible. l~l giieclacl de la noción de ob¡eto, y
fracaso puede malar ln fe Y ¡,a- (•sta es considerable. Una cosa sen-
rnlizar el esfuerzo. (A. l\lAunms, sible un principio lógico, los de-
1'11 a,·f de rii,rr, 97.) mús,' un grupo social, Dios, _p_ueden
41. Si el noveHsta quiere alcan-
ser en ciertos momentos eahf1cados
zar el objetivo de su arte, que es de objetos. Pero su objetivid1<d res-
retratar la ,,ida, tendrá que ... (F. pectiva resulta apenas compara-
l\lAURIAC, Le romancicr et srs vr1·-
ble: la de la cosa sensible, con-
son11., 119.) siste en estar ahi a mi disposición,
en el espacio y en el tiempo; 1~
42. Leyes pragmáticas determi- del principio, en imponerse a m1
narán los objetivos de la acción conocimiento y ser a la vez con-
económica y social. (Constit. /1·., dición y justificación suya; la del
de 1958, art. 34.) otro en estar fuera de mi alcan-
42'. el extren10 individualismo ce .. : (R. MEm,, De l'autorité des
español, siempre propenso a des- valcurs, 66.)
conocer los intereses colectivos más A. Para ciertos filósofos (pero no
generales, con10 no se le concreten en el uso ordinario) : carácter de lo
en objetivos inn1ediatos, claramen- que es del orden del pensamiento.
te perceptibles dentro del círculo
próximo de la acción diaria. (R. 1. Carácter de lo que constituye un
l\lENÉ1'-i>EZ PmAL, Los espa.ñoTcs en objeto (B 1) de pensamiento (con abs-
la Historia, 71.) Ad. E. tracción de toda existencia anterior al
pensamiento).
V. Política, 13. 46. La realidad de las cosas
Objeth·ar. Hacer objetivo en el sen- materiales es indiferente a la cien-
tido B l. cia, que se contenta con la ~bj e-
A. Pasar de un dato subjetivo a una tividad. (J. MOREAU, La consc1ence
realidad exterior correspondiente. La et l'étre, 37.)
alucinación consiste teóricamente en 4G. nuestra teoría del fenómeno
objetivar estados puramente subjeti- ha reemplazado la realidad de la
vos, construcciones de la imaginación. cosa por la objetividad del fenóme-
B. Manifestar exteriormente esta- no. (J.-P. SARTRE, L'étre et le 11.,
dos o actos subjetivos. Objetivamos 13.)
nuestro pensamiento expresándolo oral- 47. el mundo real tiene su sa-
mente o por escrito; nuestros senti- via, su sustancia. No necesita de
mientos, mediante muestras de simpa- nosotros para ser. (.•. ) La reali-
tía o aversión. dad trasciende nuestra subjetivi-
Sin.: exteriorizar. dad. La objetividad del mundo
del cine necesita de nuestra parti-
V. Azar, 11. cipación personal para tomar cuer-
Objetivación. Proceso por el que po y esencia. (E. MoRJN, Le ciné111a,
una impresión subjetiva es objetivada, 151-163.)
es decir, se acompaña de la creencia 48. Mucho más que experiencia,
en un objeto exterior. la física es superación de la expe-
43. La objetivación es inheren- riencia hacia la explicación, y cons-
te a las imágenes; se encuentra titución de una objetividad. (F. AL-
siempre en ellas en algún grado, QUJI!:, L'cxpérience, 75.)
es para ellas un elemento natural, 2. Carácter del objeto de pensamien-
constitutivo, no adventicio y sobre- to válido, siendo el signo de esta va-
añadido: la imagen es un proceso lidez la universalidad de'l acuerdo de
ideo-motor. La alucinación o, me- las mentes (oonoepción idealista y más
jor, la alucinación operante (la del generalmente concepción metodológica
sonámbulo, por ejemplo), es su ti- de los especialistas de las ciencias ex-
po completo; la representación pu- perimentales).
ra y simple, el tipo abortado. (L.
DUGAS, L'i,naoinat., 308.) 49. Lo que nos garantiza la ob-
jetividad del mundo en que vivi-
ObjetMdad. Carácter de quien o lo mos es que ese mundo nos es co-
que es objetivo, en los diversos senti- mún con otros seres pensantes.
dos del término. ( ... )
44. El término objetividad par- Tal es, pues, la primera condi-
711 OBJETO

cwn de In objetividad: lo que es en una realidad más alta y ocu!ta


objetivo debe ser común a varias que constituye, a mi entender, un
mentes y, por consiguiente, poder verdadero mundo de las Ideas. (A.
ser transmitido de una a otrn. (H. LAUTMANN, Bull. de la Soc. fr. de
POINCARÉ, ValClll' de la se., 262.) Phi/os .. enero 1939, 13.)
50. Basta con que hablemos de 64. El sentido D [ «.lo que po-
objeto para creernos objetivos. ( ... ) see una existencia en sí, indepen-
De hecho, la objetividad científica diente del conocimiento o la idea
sólo es posible si antes rompemos que seres pensantes puedan tener
con el objeto inmediato, si nos ne- de ello»] es evidentemente abusi-
gamos a la seducaión de la impre- vo ( ... ). Implica la falsa teoría
sión primera. ( ... ) Toda objetivi- del conocimiento que Kant llama
dad, debidamente verificada, des- dogmatismo. (J. LACIIELIER, en Vo-
miente el primer contacto con el eab. de LALANDE.)
objeto. Debe en principio criticarlo V. Sueíío, 10.
todo: la sensación, el sentido co-
n1ún, ln práctica, aun la más cons- 2. Referido a personas y a su acti-
tante, la etimología, en fin, porque vidad cognoscitiva: carácter del cono-
el verbo, hecho para seducir, coin- cimiento o de aquel cuyo conocimien-
cide rara vez con el pensamiento. to corresponde al objeto en sí.
(G. BACIIELARD, Psychanal. du {cu, V. Objetivo, B 2.
9.) 55. Es imposible, a cualquier
51. Los dos caracteres de lo nivel, separar el objeto del sujeto.
concreto y de la objetividad han Sólo existen las relaciones entre
de ser disociados, y hay que ele- ambos, pero estas relaciones pue-
gir entre ambos. (R. BLANCHÉ, La den ser más o menos centradas o
se. phys. et la réalité, 40.) descentradas, y en esta inversión
V. Egocentrisnio, 3. de sentido consiste el paso de la
subjetividad a la objetividad. (J.
B. En sentido usual: carácter de lo PIAGET, Epist. génét., II, 16.)
que pertenece al orden de lo real, por
constituir una realidad en sí o ser con- 56. el realismo metafísico, cuan-
forme a esa realidad (concepción rea- do es profesado por el sabio, es
lista). el resultado de un deslizamiento
l. Referido a cosas: carácter de lo
de la objetividad, entendida co-
que existe con independencia de la con- mo eliminación de los factores sub-
ciencia; ya en un mundo distinto al jetivos [A 2], a la objetividad,
de la experiencia (princip. el mundo entendida como calco de un objeto
inteligible de PLATÓN), ya en el mundo preexistente [B 2]. (R. BLAXCHÉ,
de la experiencia. V. Objeto B 2, Obje- La se. phys. et la réa./., 187.)
tivo B l. 57. La guerra (... ) -parece pro-
52. De cualquier modo que to-
hibirnos considerarla con objetivi-
memos el problema de la objetivi- dad. (R. CAILLOIS, Quatre essa.is de
soeiol., 77.)
dad (... ), siempre parece retro-
traerse al problema de la existen- 57'. La mayor inocencia que se
-cía de lo necesario, es decir, de puede padecer es creer que la ira
nociones sustraídas a oualquier po- et studiiun son incompatibles con
der efectivo y consciente de lamen- la «objetividad». ¡ Como si ésta fue-
te. Allí donde el sabio o el filósofo se otra cosa que una de las innu-
creen hallar lo necesario, afirman merables creaciones debidas a la
que han hallado Jo objetivo. (A. ira et st1uli1tm del hombre! (J. OR-
REY, Théoric phys., 386.) TEGA Y GASSET, Goethe desde den-
63. No dejo de considerar los tro, Obra,i, IV, 420.) Ad. E.
números y las figuras como posee- V. Subjetividad, 11, 12.
dores de una objetividad tan cier- «Objetidad». Neo!. que designa el ca-
ta como aquella con la que la men- rácter de lo que es objetivo (en el
be tropieza en la observación de sentido A 1) u objeto (en el sentido
la naturaleza física; pero esa oh, A 1), es decir, que existe para una con-
jetividad de los seres matemáti- ciencia, que es conocido. En este caso,
cos ( ... ) sólo revela su verdadero objetividad designa el carácter de lo
sentido dentro de una teoría de ,la que -existe en sí, con independencia del
participación de las Matemáticas hecho de ser conocido. El sujeto cog-
OBLIGACióN 712

noscente no da a las cosas su objetivi- plica la libertad. (11. BERGS0N, Les


dad; les da su objetidad. deux sourecs ... , 24.)
58. mis relaciones concretas con 2. La moral consiste en saber-
el otro ( ... ) son totalmente regídas se espiritu y, a este titulo, absolu-
por mis actitudes con respecto nl tamente obligado; porque nobleza
objeto que soy pnra el otro ( ... ) : obliga. (ALAIN, Lcttrcs a Solmi,
puedo volverme hacia el otro para 63.)
confedrle a mi vez la objetidad, 3. No hemos de confesarnos
puesto que la objetidad del otro obligados como si esto fuese una in-
es destructora de mi objetividad ferioridad o una servidumbre. Por
para el otro. (J.-P. SARTRE, L'étrc el contrario, declararse obligado es
et le n., 430.) proclamar una reivindicación, colo-
V. 21; «Correlato», l. carse en una situación de plenitud,
Objetivismo (objetivista). Se opo- tornar en nuestras manos el em-
ne, en sus diversos usos, a subjetivis- pleo de la propia vida. (A. PoN-
mo (subjetivista), CEAU, Jnitiat. phi/os., 11, 213-214.)
3'. Las leyes obligan a los le-
A. Doctrina que tiene por objetivas,
es decir, como existiendo fuera del su- gisladores, mayormente a los re-
jeto pensante, ciertas cosas de las que yes ( ... ) porque el legislador inju-
los subjetivistas• hacen un estado del ria a la república y a los otros
sujeto. Objetivismo percepcionista, ob- ciudadanos si, siendo él parte de
jetivismo axiológico, objetivismo jurí- la república, no lleva parte en la
dico. carga. (F. DE VITORIA, Rcleccioncs
tcológü,as, 352.) Ad. E.
Sin.: realismo.
Obligarse. Ligarse por una resolu-
B. Actitud práctica consistente en ción, una promesa o un contrato; suje-
atenerse a los datos objetivos, es decir, tarse a ejecutar una resolución.
controlables por los sentidos, descar- 4. El contrato es una conven-
tando los datos subjetivos de la expe- ción por la que una o varias per-
riencia vivida, de la imaginación ... Ob- sonas se obligan, respecto de otra
jetivismo psicológico, sociológico, his- u otras, a dar, a hacer o no hacer
tórico ... alguna cosa. (Cócligo Civil fr., ar-
Sin.: positivismo. tículo 1.101.)
59. Por oposición al objetivis- 5. al obligarse a distender su
mo estricto del viejo positivismo, cerebro, entregado ya a un tra-
<¡ue hubiese querido poder reducir bajo sobrehumano, a disipar su
el comportamiento del historiador a atención (... ), el Emperador -por
una mirada helada y como indife- sobrehumano que fuese- se expo-
rente sobre un pasado muerto, la nía ( ... ) al fatigarse, a debilitar
historia se nos aparece como el su acción. (L. MADELIN, Hist. dtt
fruto de una acción, de un esfuer- consulat et de l'E,np., VI, 137.)
zo en sentido creador, que pone en B. Por ext., en sentido débil: llevar
juego las fuerzas vivas del espí- a hacer o no hacer, ya sea por fuerza
ritu. (H. MARR0U, De u,, connaiss. o apremio, ya para obtener otro resul-
hist., 204.) tado.
OBLIGACIÓN 6. El menor viento que por azar
riza la superficie del agua
Obligar. Lat. obligare (ligare, li- os obliga a bajar la cabeza.
gar; der.: ligamento, Jiga ... ) : pro p., (LA F0NTAINE, Fablcs, l, XXIII.)
atar alrededor, vendar (una herida); 7. la vida nos obliga sin tre-
fig., obligar, comprometer, aficionarse, gua a llorar por anticipación y por
A. Prop. y en sentido fuerte: impo- rncuerdo. (CIIATEAUBRIAND, Mé111.
ner como un deber el hacer o no hacer d'n.-t., 11, 188.)
alguna cosa. La conciencia, la ley, nos 8. En cuanto la necesidad de
obligan a... Nobleza obliga. Obligar sub,•enir a ella deja de obligar-
en este sentido imp]ica libertad y se nos, no sabemos qué hacer do nues-
opone a coaccionar, forzar. tra vida ... (A. GIDE, Jottrnal, 394,
l. Un ser sólo se si·ente obli- Pléiade.)
gado cuando es libre, y cada obli- O. estar a la cabeza de un país
gación, tomada separadamente, im- ( ... ) es algo que obliga a una
713 OBLIGACI6N

visión realista. (R. MARTIN DU G., 15. Habiendo así sacrificado un


LcB Thiba,11/t, VI, 126.) deber real a la ficticia obligación
C. Hacer un favor a alguien (favor de mostrarme cortés y sensible ...
que engendra para él ciertas obliga- (M. PR0UST, Temps retr., II, 251.)
ciones). 16. Las insignificantes obliga-
10. No es gran desgracia obli- ciones de cortesía, a las que se su-
gar a ingratos, pero lo es, e inso- jetaba con toda aplicación, pensan-
portable, el hallarse obligado a do que con ellas podía ahorrarse
un hombre descortés. (LA RocnE- la.~ grandes. (H. DE M0NTIIERLANT,
POUCAULD, llfax., 317.) CarnctB S9 a 95, 16.)
11. Los hombres no se dan lo V. Opin:ión, 18.
suficiente a aprovechar las ocasio- A. Pro p. ( en sentido fuerte). 1.
nes de complacer: parece que sólo Acepción abstracta: carácter de las ac-
se entra en un cargo para poder ciones a las que obligan (en el senti-
obligar y no cumplir; lo más rá- do A) la conciencia o la. ley. La obli-
·pido y lo que primero se nos ocu- gación puede, pues, ser mora.! o lega.!,
rre es la negativa, y en cambio de derecho natural o de derecho posi-
sólo concedemos tras madura refle- tivo.
xión. (LA BRUYERE, Ca,ract., XI.) La obligación así entendida. supone la
12. Decís que quien os obliga libertad y se opone a la. coacción, a
tiene ventaja sobre vos. Pues bien: la necesidad.
si queréis conservar-le esa ventaja, 17. Lo que hay de violento y de
no ser más que un átomo junto brutal, por así decirlo, en la nece-
a el, os bastará con ser ingrato. sidad desaparece en la obligación;
Si, por el contrario, deseáis volver pero no lo que hay de fuerte, de
a ser su igual, os basta con ser firme, de inflexible e invencible. (L.
agradecido. (MARIVAUX, Ma.rianne, OLLE-LAPRUNE, Certit. 1nor., 344.)
Parte V, p. 125, Hnchette, 1862.)
18. Cabría comparar fa necesi-
13. Querer prescindir de todo dad física a. una barrera fija, de
el mundo y no estar obligado a na- hierro o de madera; mientras sub-
die es signo cierto de un alma des- siste, no podemos forzarla; si la
provista de sensibilidad. (J. Jou- traspasamos, es que ha sido aba-
BERT, PC118ées, 69.) tida o rota. El deber, la obligación
V. Bc11efice11cia, 5, 6. moral, es una barrera, pero eté-
Obligación. Lat. obliga.tia, der. de rea; podemos atravesarla corno se
obliga.re. V. Obligar. atraviesa un ra.yo de sol ( ... ) ; .pe-
En sus diversas acepciones es aprox. ro se cierra a nuestra espalda y
sinónimo de d-eber. No obstante, hay sigue señalando entre el bien y el
enbre ambos términos notables mati- mal una barrera de luz. (l\Igr.
ces, más acusados hoy que antaño. De- D'HULST, Confér. de N.-D. de Pa,.
ber es mucho más usual en el vocab. ris, 1891, 146-147.)
de la moral, mientras que los juristas 10. La necesidad racional ha-
no hablan sino de obligación. Las obli- blando a la libertad, necesaria sin
gaciones mundanas no constituyen de- ser necesitante, tal parece ser la
beres; sin embargo, se habla de «de- esencia de la obligación. (O. HA-
beres sociales•. MELIN, Essai ... , 343.)
14. El deber expresa algo de 20. La esencia de la obligación
mayor fuerza para la conciencia. es cosa distinta ele una exigencia
( ... ) La obligación, algo más ab- de In razón ( ... ) .
soluto para la práctica; se deriva Una moral que cree basar la
del uso, y el mundo o el bien pa- obligación en consideraciones pu-
recer exige que la cumplamos. ramente racionales reincorpora.
Es deber de los Consejeros ir a siempre sin saberlo fuerzas de un
Palacio para cumplir allí las fun- orden diferente. (H. BERGS0N, Les
ciones de su cargo; y tienen la cleux sourccs, 18, 91.)
obliga.eión de asistir togados. (... ) 21. El sentido de la obligación
A los políticos les importa me- sólo nace en nosotros de una insu-
nos descuidar su dcbor que olvidar ficiencia del amor. (E. DELAYE,
la menor de sua ob/igacio11es. (GI- Oblig. ·niorale et a11101<r, 24.)
RALD, Syn., 132.) 22. La obligación moral se nos
OUSERVACióN 714

aparc-r.e como una coerción cxlt'rnn ron independencia de cualquier ley


en la medidn en que, aunque dola- morol o civil, pero clehido a condicio-
dos de razón, somos malos y re- nes qur. no está en nuestrn mano cam-
beldes a ella. (J. MA11l1"AIN, Nru/ biar. Verse en la obligación de guar-
frr01•-•···• 161-162.) dar cama, de p~dir un préstamo.
23. Lo pl"imero no es, en efecto, 28. Me hallaba en la obliga-
la obligación (... ), sino el atracti- ción ele crearme una aiu·coltt ele
rn, el amor al valor. El sentimien- femo,•; de otro modo ( ... ) hubiese
to de la obligación nace cuand.i tenido o mi alrededo1· un exceso
c,l mo,~imiento fruto de ese amor de gentes dispuestas a presumir
encuentra una 1·esistcncia interna. de confianza. (B0NAPARTE, en L.
( ... ) Ln aparición de la obligación MADELJN, Hist. d1< Co11s1<lat et de
supone un conflicto, una oposición. l'Emp., 111, 78.)
Por eso en la vida mora;] perfecta,
aquella en la que el hombre es to- 29. Quiero hacer algo bueno y
talmente adicto al Bien, desapare- grande. Pero me veo en la obliga-
ce por completo. (Y. DE M0NT- ción de esperar, de esperar siem-
CIIEUIL, 11/él. théol., 151.) pre. Esta espera me resulta a,ro-
tadora. (G. DUIIAMEL, Jo1<n1al de
24. Incurablemente, vana es la Sa.labin, 30 junio.)
pretensión de probar al hombre lo
que debe querer. Pero mostrémosle C. Deber de agradecimiento de aquel
lo que en realidad quiere, lo que a quien hemos obligado ( en el sentido
quiere inicial, primordialn1ente, con C), es decir, a quien hemos hecho un
voluntad fundamental y primera favor, prestado un servicio.
( ... ). Habremos así resuelto el ver- 30. La excesiva prisa por pagar
dadero rproblema de la obligación. una obligación es una especie de
(E. LE RoY, Essai d'u11e phil. ingratitud. (LA R0CHEFOUCAULD,
prcm., 11, 782.) Max., 226.)
25. La obligación es la medita- 31. Os quedaremos obligados
ción por la que el yo de valor, que con la má-s ,.]ta obligación si tenéis
adapta la autoridad moral del Ab- la bondad de hacerlo. (MOLIERE,
soluto a la situación presente, or- Préc. rid., IX.)
dena al yo empírico lo que ha de 32. El mundo nunca estima a
hacer para aumentar su participa- quienes despellejan a las personas
ción en el Valor. Mediante ella, la hacia las que tienen obligación. (F.
conciencia se hace voluntad moral, MAURIAC, Vio de Racinc, 47.)
es decir, dueña de sí. (R. LE SEN-
NE, Tr. de mor., VI.) Obligatorio. A. Prop.: que debe ser
V. Creencia, 43. ejecutado en virtud de una obligación.
Que es impuesto por una ley moral,
2. Acepción concreta ( una obliga- religiosa o civil (restitución, asistencia
ción, obligaciones) : aquello a lo que se a misa, servicio militar ... obligatorios),
está obligado, es decir, lo que imponen o incluso por una decisión o convenio
la conciencia, la ley positiva, las con- particular (asistencia, etiqueta... obli-
veniencias... Las obligaciones de un gatorias).
cabeza de familia, de un estudiante, de
una mujer de mundo. B. Abusivamente (abuso hoy bas-
26. Sólo una obligación perió-
tante ,común) : que no puede evitarse,
necesa1,io.
dicamente fijada en una vida orde-
na todo el resto de esa vida: todo 33. La mayor expansión no es-
viene a girar en torno a ella. (E. tá obligatoriamente ligada a la
DELACR0IX, JouMUJ,l, 7 abril 1824.) amplitud de una cierta zona del
27. Siempre hay que admitir
rostro. (L. C0RMAN, llla11. de mor-
un primer deber, una primera obli- pho-psychol., 329.)
gación, a saber: la obligación de 34. El corpúsculo debe seguir
ser razonable, el deber de confor- obligatoriamente una linea geodé-
mar nuestro asentimiento a las lu- sica del campo. (P. CIIAUCIIARD,
ces de la razón. (G. FoNSEGRIVE, lllaitrise du co111po1·t., 72.)
R. de philos., 1904, 1, 184.) Obro, obrar. V. Act.o, Acción.
B. Por ext. (en sentido débil): ca-
rácter de las a,cciones a las que esta- OBSEltVAClóN
mos obligados en el sentido B, es decir, Observar. Lat. obse1·v11re, conservar
715 OBSERVACióN

(servare) delante (ob), no dejar (ele pótesis. (Ed. CLAPAKEDE, Gcnese de


mirar). l' /iypoth., 154.)
A. Considerar atentamente una co- 9. Definiremos entonces la ob-
sa a fin de conocerla mejor. servación como el acto por el que
l. No existe ninguna separa- la atención se dirige sobre los he-
c1on absoluta entre observar y ra- chos para discernir sus caracteres.
zonar. (A. CoMTE, Sust. <le polit. (M. D0R0LI,&, R. pki/,Js., 1945, 148.)
posit., I, 600.) 10. Todavía suele hablarse co-
2. Si el físico y el naturalista rrientemente como si la observa-
ción pudiese transformar las ideas,
observan con ,los sentidos, observan como si bastase para arrancarnos
aún mucho más con la razón. (A. de nuestros sueños, sin ver que
C0URN0T, Essai s. le fond ... , § 371, es preciso ante todo reformar nues-
II, 313.) tras ideas para aprender a obser-
3. Observar mucho mejor quien var. La,s úlea,s no están superpues-
sepa lo que ha de observar y cómo tas a, la, percepción; en realidad,
arreglárselas para ir derechamen ésta es fruto de aquélla. (R. LEN0-
te a la cuestión a resolver. (E. BLE, Essai s. la 11.otion d'expér.,
RABAUD, Zoologia biol., Pref., XXI.) 44.)
4. Observar es mucho más di- V. Experiencia II, 31, 32, 52, 56.
fícil que imaginar, es decir, que 2. En sentido concreto ( una obser-
deducir. La observación es una se- vación) : lo que ha sido observado o
vera y penosa contención de la la relación que de ello se hace.
mente. (A. REY, La, sciencc oricnt. 11. no hay diferencia entre una
a,vant les Gr., 61.) observación bien toma.da y U!lla
6. A fuerza de observamos ob- generalización bien fundada. (H.
servando ya no observamos. (G. BEKGS0N, La, pensée et le mouv.,
BACHELARD, Rational. wppl., 41.) 231.)
B. Respetar la ley o los usos y .cum- 12. Se diría que ninguna expe-
plir lo que exigen. riencia nueva, ninguna crítica con-
6. [Jesús al joven rico]: Si siguen disolver ciertas afirmacio-
quieres entrar en la vida, <1bserva nes primeras. ( ... ) ¡ Como si la pri-
los manldamientos. (MATEO, XIX, mera observación pudiese darnos
16.) otra cosa que una ocasión para in-
vestigar! (G. BACHELARD, Format.
Observación. Lat. obscrvatio, acción de l'esprit scient., 41, 42.)
de observare (servare, conservar; ob,
delante [de los ojos]), observación, ad- Observación, enipírica y observación
vertencia, cuida:do. científica (Cl. BERNARD). La primera
no presupone hipótesis. La segunda se
A. Me todo!.: l. En sentido abstrac- efectúa para verificar una hipótesis.
to (,la observación) : consideración aten-
ta de un hecho para conocerlo mejor. 13. Las observa,ciones empíri-
ca,s son las hechas sin ninguna
Corre!.: experiencia•, experimenta- idea preconcebida y con el solo fin
ción•. de constatar el hecho ( ... ). Pero,
7. Vemos por los ejemplos pre- una vez establecidos los hechos de
cedentes cómo la observación de un observación empírica, hay que do-
hecho o fenómeno sobrevenido por tarlos de significación, deducir de
azar hace nacer por anticipación ellos leyes con ayuda de hipótesis
una idea, preconcebida o hipótesis y de observaciones, que son la pie-
sobre la causa probable del fenó- dra de toque a,pr~iada, pa,ra, s•1Jri-
meno observado; cómo 4a idea pre- ficarlos. Es a estas últimas obser-
concebida engendra un razonamien- vaciones a las que hay que dar el
to que deduce la experiencia apro- nombre de observaciones cic,itífi-
piada parn verificarla ... (Cl. BER- ca,s. Se hacen siempre en conside-
NAKD, lntrod., III, 1, § l.) ración a una idea preconcebida
8. Existe una especie de anta- que se trata de verificar. (Cl.
gonismo entre la observación y In BERNARD, Princ. de 1Jtéd. c:rpérim.,
imaginación. Cuando la imagina- 3.)
ción entra en danza, es a veces en 14. La observación oientifica es
detrimento de la observación: lu siempre una observación polén1ica;
observación es impedida por la hi- confirma o invalida una tesis an-
OllSESióN 71G

terior. (G. RACll!:LARD, Nom•cl r•- be set· c,l fotógrafo de los fen6me-
nos; su observación ha de repre-
vrit. sc-ic11t., 12.)
Ob111-r1•ru··ión proi•occufo 11 obsc)'1'acfó11 sentar exactamenLe la naturaleza.
int•ocada (Cl. BERNARD), Pero, un a vez comprobado el he-
15. el observador y el experi- cho y el fenómeno bien observado,
mentador ( ... ) se comportan abso- llega la idea, interviene el razo-
lutamente como si se ti•atase de namiento, y el experimentador ha-
dos observaciones ord,inarias. No ce su aparición para interpretar
se trata, en efecto, en ambos ca- el fenómeno. (Cl. BERNARD, /n-
sos, sino de una cmuprobación de trod., I, 1, § 6.)
hecho; la única diferencia consis- OllSESióN. Lat, obsessio: acción
te en que, al no haberse presen- de sentarse (scssio) delante (ob). Comp.
tado naturalmente a ~l el hecho
que debe comprobar, el experimen- con obsidio (asedio).
tador ha tenido que hacerlo apa- Representación, acompañada de esta-
recer, es decir, p1·ovoca1•lo ( ... ). De dos emotivos penosos, que tiende a aca-
donde se sigue que podemos decir: parar el campo de la conciencia.
la experiencia no es en el fondo Sin.: idea fija, pesadilla, mania (suf.
más que una observación provoca- de diversos términos: cleptomanía, dip-
da ( ... ) con un fin de verificación. somanía ... ).
( ... ) Pero cuando una observación 1. La obsesión es un pensa-
está ya realizada, ya sea natural miento dominante que se impone a
o accidentalmente, ya incluso por la atención y ocasiona un trabajo
mano de otro investigador, la to- mental largo y penoso hasta el
mamos tal cual y la invocamos punto de hacerse angustioso, aun-
simplemente para servir de veri- que el sujeto reconozca en parte
ficación a la idea experimental. Lo su inutilidad y absurdo. (P. JANET,
que también cabría resumir di- De l'ang. a l'eo:t., 11, 146.)
ciendo que, en este caso, la expe-
riencia no es sino una observación 2. La obsesión es un síndrome
invocada con un fin de verifica- mórbido caracterizado por la apa-
ción. (CI. BERNARD, Introd., 1, I, rición involuntaria y ansiosa en la
§ 5.) conciencia de .sentimientos o pen-
samientos que tienden a imponer-
B. Moral y conducta práctica: ac- se a1 yo. (A. PITRES y E. RÉGIS,
ción de observar en el sentido B, es Les obsessio11s et les i,n.puls., 16.)
decir, de conformarse a las reglas pres-
critas (la estricta observancia de los 3, El obseso conoce su locura,
usos). En lo que concierne a las obli- es un loco lúcido (... ) Esta lucidez
gaciones religiosas, suele decirse ob- subsistente en medio de Ia idea lo-
servancia: un convento de estricta ob- ca es característica de la obsesión.
servancia. ( ... ) En el loco, por el contrario,
la idea absurda es aceptada ple-
16. Guéhenno se niega a ser un namente, sin reticencia. (A. EY-
comunista de estricta observancia. MIEU, Gottvcrn. do soi.,,,,,_, 11, 19,
(A. THÉRIVE, MoralÜltes da ce 21.)
temps, 364-355.)
4. Inquietud y obsesión provie-
16'. Todo español tiene derecho nen de un exceso de actividad men-
de representar a las Cortes o al tal ( ... ) . Y el defecto común es el
Rey para reclamar la observación de lanzarse a luchar contra un
de la Constitución. (Constitución pensamiento del que se pretende li-
de Cádiz, 1812, art. 373.) Ad. E. bral'Se. Argumentamos contra nos-
Observador. Metodol.: el que se de- otros mismos; nos probamos que
dica a la observación de los hechos. no deberíamos mirar hacia allí; lo
Corre/.: experimentador•. que equivale ya a mirar. (ALAIN,
17. El observador (... ) constata Minerve ... , 163.)
pura y simplemente el fenómeno lí. el carácter trágico de la ob-
que tiene ante los ojos. No debe sesión proviene de que lo. mente se
tener otro cuidado que el de pre- fuerza a sí misma a reproducir el
venirse contra los errores de ob- objeto temido. No hay reaparición
servación que podrían hacerle ver mecánica de la imagen obsesionan-
de modo incompleto o definir mal el te, ni monoideísmo en el sentido
fenómeno, ( ... ) El observador de- clásico del término: por el con-
717 OCASióN

trario, la obsesión es querida, re- miento científico y en la práctica


producidn por una especie de vér- de la educación.
tigo, por un espasmo de la esponta- ( ... ) el adolescente llega a la cla-
neidad. (J.-P. SARTRE, L'imagi11airo se de Física con conocimientos em-
162.) píricos ya formados: se trata en-
G. Es el propio temor a la obse- tonces no de adquirir una cultura
sión el que la hnce renacer; todo experimental, sino de cambiar de
esfuerzo por «no pensar más en cultura experimental, de eliminar
ello» se transforma espontánea- los obstáculos ya amontonados por
mente en pensamiento obsesionan- la vida cotidiana. Bastará un ejem-
te. ( lbícl., 108.) plo: el equilibrio de los cuerpos
en flotación es objeto de una in-
7. [Géraudin, cirujano i1ustre tuición familiar que constituye un
al fin de su carrera.] Rechazaba tej.ido de errores. (G. BACHELARD,
con toda su energla la idea fija, el Formatüm ..• , 17, 18.)
loco terror a un desfallecimiento.
Y este mismo terror producla la OBSTINACióN. Lat. obstinatio, der.
obsesión, no pensaba ya más que de obstinare, comp. de stanare (der. y
en ello, no sabía ya Jo que hacía ... equivalente de stare, permanecer) ob
(M. VAN DER MEERSCH, Corps et (delante).
ames, I, 348.)
Carácter de quien, a pesar de las
8. «La obsesión impulsiva difie- contradicciones o las dificultades, per-
re del impulso en que permanece manece constante y contumaz en sus
estática sin pasar al acto» (... ) ideas, decisiones o empresas. Ordinar.
(RÉGIS). peyorativo.
En realidad, las fobias de impul-
so no son impulsos ni obsesiones1 l. La obstinación es la volun-
sino neurosis fóbicas en las que la tad afirmándose sin poder justifi-
angustrla se fija, se especildiza, se carse, es la persistencia sin moti-
simboliza, si se quiere, en impre- vo plausible, es la tenacidad del
siones subjetivas que, derivadas amor propio sustituyendo a la de
de la angustia, van acompañadas la razón o la conciencia. (F.-H.
AMJEL, Fragm. cl'u.n jau.mal int..
de imaginaciones de actos peligro- I, 145.) .
sos o cuJopables: El sujeto, que con-
funde Temor y Deseo, no se atreve 2. La estrechez del campo de
a realizarlos. (A. HESNARD, Les conciencia puede intervenir y di-
pliobies, 271.) rigir la obstinación sobre una idea
fija, una fantasía, una pasión;
. OBSTÁCULO. Lat. obstaculum, lo nuestro hombre de «voluntad» la
que obstat, es decir, permanece (stat) llevará hasta sus últimas conse-
delante (ob), impidiendo avanzar. cuencias a través de todos los obs-
Lo que impide pensar u obrar. táculos, y su pretendida voluntad
l. Para él [Le Senne], el va- no hará sino dar caminos a un im-
lor se nos descubre cuando veni- pulso, apartar los obstáculos que
mos a chocar contra el obstáculo se oponen a la mayor inclinación
que nos revela la miseria de nues- de su temperamento. (E. M0UNIEn,
tro yo fin,to y la facultad que Tr. cfa caract., 468.)
tiene de superarse... (L. LAVELLE,
Tr. des valeu,·s, I, 142.) OCASióN. Lat. occasio, der. de ca-
clr1·c. Comp. con ca.sus, caída, caso; oc-
Obstáculo epistenwl6gwo (G. BACHE- casus, caída.
LARD). La propia ciencia (gr. epistcmii),
o, más exactamente: origina4mente, el Circunstancia que viene a propósito
conocimiento vulgar; más tarde, un sa- o facilita un acto que, sin ella, no se
ber de un nivel infedor, en cuanto am- habría sin duda producido. Aprovechar
bos impiden el prog1·eso científico. De la ocasión. La ocasión hace al ladrón.
ahí la necesidad de mutaciones menta- Sin.: oportunidad, motivo, cit-cuns-
les cuya frecuencia aumenta a medida tancia, coyuntura, pretexto.
que se acelera el progreso. l. Las ocasiones nos hacen co-
2. La noción de obstáculo epis- nocer a los otros y n(1n nuís a nos-
te111ol6gico puede ser estudiad·a en otros mismos. (LA Rocm:FOUCAUIJl,
el desarrollo histórico de1 pensa- 11/a.t., 345.)
OCASlóN 718

2. Recuerdo sos sentimientos de que se ve afec-


que al pasar por los prados de tada, con ocasión de los cambios
[un convento, que tienen lugar en vuestro cuer-
el hambre, la ocasión, la tierna po como consecuencia de las leyes
[hie1·ba y, creo, generales de la unión de las dos
que acaso el empujón de algún naturalezas que componen el hom-
[diablo bre; leyes que no son sino la3
hicieron que segase lo que abar- voluntades eficaces y constantes
[ca mi lengua. del Creador. (MALEBRANCHE, Entr.
(LA FoNTAINE, L,·s ani111aux mal. 111ét., VI, III.)
de la peste.)
7. Dios no comunica su poder a
3. La ocasión no hace al malva- las criaturas ni las une entre ellas
do, sólo lo manifiesta. (J. DE MAIS• sino .porque establece sus modali-
TRE, Soi,·ées ... , «10• Entr.») dades, causas ocasionales de los
4. Lejos de ser la ocasión for- efectos que él mismo produce; cau-
tuita y el evitable azar quienes al- sas ocasionales, digo, que determi-
teran la conciencia desde el exte- nan la eficacia de sus volunta-
rior, hemos de decir que es la con- des, en virtud de las leyes genera-
ciencia la que s-e crea a sí misma la les que él mismo se ha dado.
ocasión, la que hace de todo en- ( /bid., VIII, x.)
cuentro ocasión y pretexto. (W. 8. es necesario establecer cla-
JANKÉLÉVITCH, Tr. des vertus, 719.) ramente ( ... ) que sólo hay una ver-
5. Un azar, un aocidente peri- dadera causa porque hay sólo un
férico decidirán el Cuándo y el verdadero Dios; que la naturaleza
Cómo, pero la propia tentación es o la fuerza de cada cosa no es sino
siempre lo principal. ( Ibid., 720.) la voluntad de Dios; que todas las
5'. Tener en la religión las pa- causas naturirles no son verdade-
redes altas, la clausura estrecha, 1·as causas, sino tan sólo causas
cerrar las puertas del monasterio, ocasionales. (MALEBRANCHE, Re-
huir la conversación del mundo, cherche de la vérité, VI, lll.)
comer manjares gruesos, vestir há- B. En Claude BERNARD. Circuns-
bitos muy ásperos, no es porque en tancias que ejercen sobre el individuo
aquellas ceremonias ponemos la predispuesto una acción que no tienen
perfección, sino por huir de la oca- sobre los demás, de tal modo que la
sión. (A. DE GUEVARA, Epístolas fa- predisposición debe ser tenida por ver-
mü iares, 70.) Ad. E. dadera causa de la enfermedad.
V. Act.o, 47; Deseo, 20. 9. para el estado patológico, la
Ocasional. Que se produce por azar, causa de '1a manifestación mórbida
fortuito. Que constituye una ocasión o sólo puede residir en una modifica-
es resultado de ella. Encuentro, conver- ción determinada en las propieda-
sación, falta ocasionales.
des del elemento histórico (... ).
Una muchedumbre de causas oca-
Causa ocasio11al. Circunstancia que, sionales puede venir a poner en
sin constituir ni una verdadera causa juego esa predisposición mórbida.
(causa eficiente) ni una estricta con- Tan pronto será el frio como el ca-
dición•, contribuye, no obstante, al he- lor, la fatiga, etc. (Cl. BERNAitD,
cho considerado, de modo tal que sin l'r. de méd. exp., 161.)
ella no se produciría efectivamente. I O. las causas ocasionales, aun
Las causas ocasionales de que hablan las más enérgicas, no obran de
los filósofos son en realidad condicio- modo permanente. Los virus, los
nes. V. Ca,,,.a, venenos, no siempre envenenan o
A. En MALEBRANCIIE, Dios es la no siempre producen sus efectos
única causa verdadera. En el mundo de porque los individuos no se hallan
las criaturas no hay más que causas predispuestos. La predisposición
ocasionales, es decir, circunstancias a es, pues, lo esencial. (]búl., 163.)
cuyo :favor, como consecuencia de una Ocasionalismo. Teoría de MALEBRAN-
determinación universal pero totalmen- CIIE según la cual no hay causa efi-
te libre, Dios produce los efectos que ciente aparte de Dios, para quien los
atribuimos a los antecedentes. diversos modos de ser de las criaturas
6. es Dios mismo quien produ- no son sino ocasiones de su actividad
ce en vuestra alma todos los diver- causadora. V. Causas ocasionales•.
719 ODIO

OCIO. Del !al. oli11m. A, u Cesa- l. La doctrina de las cualidades


ción del traba.jo, inacción o total omi- ocultas es lo más sabio y verdade-
sión de lo. actividad.» (Reo.! Aco.d.) ro que produjo la Antigüedad:
B. l. Tiempo del que uno puede la formación de los elementos, la
disponer a su antojo. emisión de la luz, animales, ve-
l. En cuanto a mi, el trabajo getales, nuestro nacimiento, nuesp
de vivir no tiene otro sentido que tra muerte, la vigilia, el sueño, las
el de procurar ocio. El hombre que sensaciones, el pensamiento, todo
hay en nosotros se forma en el es cualidad oculta. (V0LTAIRE, Cor-
ocio. (G. R10u, Jour11a/ cl'11n simple respo11clancc, 21,324, Amyot, 1831.)
soldat, 66.) Ocultismo. Creencia en la existencia
2. Se juzgo. con bastante exac- de realidades suprasensibles y de mé-
titud de un hombre por el empleo todos paro. lograr una cierta percep-
ele sus ocios. (E. PICIION, Développ. ción de ellas.
p•yc/1iq1te, 269.) 2. Mi severidad hacia el ocul-
3. Cu.do. uno lleno. sus ocios de tismo no es una simple negación
lo que él mismo es. (Marie B0NA- de lo desconocido. ( ... ) Para mí hay
PARTE, G/a11e• des jo1trs, 63.) más de inexplicable en el protoplas-
4. Un pastor me había pedido ma que en el ectoplasma, en la di-
una conferencia, que siento no ha- visión de una célula que en todas
ber llegado a dar, sobre este tema, las historias de mesas que se mue-
admirablemente presentado: Tra- ven y de fantasmas. (J. RosTAt•D,
bajo, ocin, domingo, que subrayaba Ce q1tc je croi.s, 71.)
la diferencia de naturoleza entre ODIO. Lat. odi1tm, aborrecimiento,
el trabajo y el ocio, pero también el hastío, có?era.
matiz de un ocio dominical, cen-
trado en lo espiritual. (A. SIEG- A. Referido a personas: pasión que
FRIED, Aspects d1t XX• s., 215.) lleva a desear o querer el mal de al-
guien.
6. Los ocios son un conjunto
movido y complejo de ooo.paciones l. No hay odio tan grande co-
a las que el individuo se entrega mo el que sucede a un gran amor.
con P'lacer, ya .para descansar o (Caballero DE l\IÉRÉ, Réfle:r. mor ..
divertiTse, y,a para desarrollar su 214.)
participación social, sus gustos, sus 2. El odio exige tal cantidad de
i,nformaciones, sus conocimientos o fuerzas siempre dispuestas que hay
aptitudes, tras haberse liberado de que compartirlo si quiere odiarse
todas las demás obligaciones profe- durante mucho tiempo. (BALZAC,
sionales, familiare so sociales. (J. Urs1tle ;lliro1tet, t. III, 320.)
DUMAZEDIER, «Ambigüité du loisir»,
Ca/iiers i11tc1·11at. ele socio/., XII, 3. El odio implico. siempre un
79-80.) mínimo de participación en el mal.
6. Ocioso es aquel hombre que ( ... ) El santo llora por el malvado
tiene conciencia de su ocio. (SÉNE- no le odia. (.•. ) '
CA, De la breveda,l de la t•icla, El egoísta puede hacer el mal,
§ XII, p. 48.) pero únicamente en 'la medida en
7. Los únicos ociosos son los que ese mal le procura personal-
que se consagran a la sabiduria; mente algo: riqueza, placer, hono-
éstos son los solos que viven, pues res, etc. Por el contrario, el ren-
no solamente aprovechan bien el coroso busca ante todo el mal del
tiempo de su existencia, sino que próji!110, a menudo contra su
a la suya añaden todas las otro.s propio interés. Las maldades
edades. (lbfrl., § XIV, p. 62.) Ad. E. del egoismo son utilitarias, las del
V. Alteruatii,ct, 3; /11vc~ución, l. Re- odio gratuitas. (G. TIIIB0N, Notre
rrgarcl, q,ii ma11q1te ..• , 139.)
flexi611, G; Trabajo, 2, 3.
4. El odio es generalmente unn
OCUL'flSMO reacción de impotencia supetcom-
Oculto. Lat. oec11l/11s. Raíz: celare, pensada. (E. !II0UNIEU, Tr. d1t ca-
esconder. mct., 534.)
Escondido, misterioso, secreto. Ül'<li- 4'. Ninguno piense que es cris-
nar. peyorativo: poder, influencia tiano¡ ninguno confíe estar bien
ciencia ocultos. con Dios, si odiare a uno solo de
OFICIO 720

los hombres, puesto que Crislo que menos se falsifica. (J. Ros-
nos los encomendó a todos. (J. L. TAND, Jo1w11al cl'm• caracterc, 64.)
VIVES, brtroducci6n a la sabidu- 6. Se disputa todavía para sa-
ría, § 381, p. 79.) Ad. E. ber si la poesía es un don o un
V. Afecto, 4; ,hrtipatía, 2; Bien, 15. oficio, (R. CAJLLOIS, A rt poét., 77.)
Il. Rt'fe.-ido a cosas: aversión pro- OLIGARQUIA. Gr. o/igarcltia, go-
funda. Odio a la mentira, a las mntc- bierno de algunos (o/igoi).
máti<'ns, a los gatos.
Sistema politico en el que el poder
5. los vigorosos odios está en manos de un pequeño núme-
que debe dar el vicio n !ns ro de individuos o familias (oligar-
[almas virtuosas. cas).
(MOLIERE, Le lllisanthr., I, I, Al-
ceste.) Der.: oligárquico.
6. El odio a la tonteria no bas- l. los antiguos tomaron siem-
ta para hacer una filosofía. (G. pre en mal sentido la p~labra Oli-
DuHAMEL, Rcfuges de la lcct., 198, gnrquín, y en bueno la de Aris-
en R0BERT.) tocracia, es decir, el señor lo de las
gentes de bien. (J. BODIN, De la
OFICIO. Der del lat. officiuni, ser- Républiq1te, 11, VI, 264, París,
vicio, obligación, cargo. 1577.)
A. Profesión manual ( oficio de sas- 2. De hecho, el poder es siem-
tre, de albañil) y por ext. todo tipo pre <1ligárquico. ( ... ) El problema
de profesión (oficio de las armas, ofi- a resolver es el de conseguir que
cio de rey). esa oligarquía sea una élite. ( ... )
l. Hacer un libro es un ofi- Hacer de la inevitable oligarquía
cio como hacer un reloj: hace fal- una arí.stocracia; asi puede enun-
ta algo más que ingenio para ser ciarse el problema, uno de los
escritor. (LA BRUYERE, Caract., I, más graves. (J. LECLERCQ, Le,. de
3.) droit nat., 11, 488, 489.)
2. El escritor moderno piensa OLVIDO. Lat. oblitus, part. pas.
mucho en la técnica de su oficio, de obliviaci, olwdnrse.
y escribe sobre ella. (A. MAUR0IS, El hecho de que un recuerdo no ha-
Étu.dcs litt., 11, 245.) ya vuelto a la memoria (falta de re-
3. Los niños y los jóvenes sacri- cuerdo espontáneo) o no pueda ser lla-
fican al menos tanto a la moda en mado a ella (fallo del recuerdo volun-
la elección de sus oficios como las tario), yn momentáneamente, ya de
mujeres en la corte de sus vesti- modo definitivo.
dos. (F. MAUVEZJN, Avant de choi- l. Es la materialidad, bajo cu-
sir son m., 12.) ya dependencia se hallan en par-
4. [Los teóricos de la retóri- te nuestros sentidos, la que pone
ca.] A fuerza de habilidades, fi- en nosotros al olvido. (F. RAVAIS-
nuras y sutilezas, han llegado a soN, R(Jf]Jport... , 177.)
transformar la práctica de un ar- 2. El olvido (... ) nos vuelve a
te en el ejercicio de un oficio. la presencia de lo que es, retirán-
(111. GARc;oN, Essai s. l'éloq. ;udic." donos de la presencia de lo que
65.) ya no es. (L. LAVELLE, Erre11r de
V. Arte, 35; Téc-11ica, 17. Narc., 115.)
B. Destreza adquirida por la prác- 3. El que quiere olvidar quie-
tica de un oficio en el sentido A. Tener re, en realidad, acordarse. En el
oficio. olvido es preciso que el pasado
se separe de nosotros; si trata-
5. Bien está que el don preva- mos de separarnos de él por noa-
lezca sobre el oficio; pero es más otros mismos, se nos adhiere aún
hacedero aprender el oficio que más. (lbíd,, 116.)
acrecentar el don.
4. Se trata de existir en pre-
Cierto que ol oficio no confie- sente y no en pasado. E•I pasado
re el don, pero el don a su vez no debe ser puesto en su sitio. Pro-
se obliga a llegar al oficio. Hay porciona elementos úttles para la
un don del oficio. constitución y comprensión de la ac-
El oficio es quizá todavía lo tualidad, pero no tiene de1·echo a
721 ONTOLOGJ..\

afirmarse poi' sí mismo. De ahí la oncirata), ya sea mientras se duerme,


función positiva del olvido. (G. Gus- ya en estado de vigilia.
D0RP, Mémoire et pcrs., II, 290.) l. Aunque el universo objetivo
5. El olvido viviente reside en se sobreimpresiona al universo oní-
la inactualidad ( ... ). Sin duda, rico hasta ca.si borrarlo, no sólo
podríamos encontrar los hechos. sufre su radiactividad, sino que no
No han desaparecido por comple- lo anula totalmente. La simbio-
to de nosotros. Pero no cuentan sis no acaba con mi profunda dua-
ya en -nuestro hori7,0nte. ([bid., lidad. (E. MORIN, Le cinéma, 156.)
319-320.) Onirismo. Princ. en psiquiatría. « El
G. Nuestros olvidos son, pues, onirismo es un modo de actividad men-
la medida de nuestros cambios. tal automática compuesto de visiones
Jalonan las inflexiones de nues- y escenas animadas, tales como las
tra existencia en el mundo. ( lbíd., que produce el sueño.o (A. PonoT, llla-
323.) "ucl ... ).
7. ¡ Qué necio olvido no es de 2. Este término designa, a par-
nuestra morta!idad diferir para tir de Régis. los estados análogos
los cincuenta o los sesenta años al sueño que afectan a la concien-
los sanos consejos, y querer datar cia creando escenas alucinatorias
el comienzo de la vida desde una con imágenes en movimiento, ri-
fecha a la cual pocos llegaron! cas en peripecias, con transforma-
(SfNECA, De la brevcd,ul de la vi- ciones caleidoseópicas de temas in-
da, § III, p. 32.) Ad. E. finitos, que a menudo acarrean
intensas reacciones afectivas. (V. J.
8. Ésta ha de ser la escuela DURANT, Encyclop. médico - chir.,
del poeta: ·la poesía popular; ex- 37130, A'", 2, 1965.)
traña escuela, en la que el apren-
der consiste en olvidar; olvidar ONTOGÉNESIS u ONTOGENIA.
modelos, olvidar teorías, olvidar Comp. del gr. on, 011 tos (ser, subst.) y
cori,ientes sociales, filosóficas, ar- genes is (producción, devenir, génesis.,
tísticas, todo, para poder escuchar Evolución del invididuo desde el
con emoción de niño la voz inter- germen hasta el estado adulto. Se op.
na que canta so1a el misterio de a la filogénesis o filogenia, evolución
la vida. (J. MARAGALL, Vida es- del phylmn (especie). Según HAECKEL.
crita, 177.) Ad. E. la ontogénesi•s es reproducción de la
9. De cuatro d;stintas mane- filogénesis, es decir, que el individuo,
ras se produce en nosotros el ol- en el curso de su evolución embrio-
vid·o: cuando la imagen pintada naria, pasa por Ios diferentes esta-
en la memoria se desvanece y bo- dios evolutivos que han conducido a la
rra por completo; cuando está especie a la que pe1·tenece.
como interrumpida y destruida en
parte; cuando se oculta a nues- ONTOLOGfA
tras pesquisas, y, por último, si se óntico. Adj. derivado por HEIDEG-
halla como tapada y cubierta con GER, del gr. on, ontos, part. pres. de
un velo, según pasa en las enfer- einai (ser), que él traduce por Seien-
medades o en la excitación pa- dcs, ente.
sional. Es la prime1•a olvido ver- A. Empleado a veces como sin. de
dadero y más genuinamente pro- ontológico•: que pertenece a la cate-
pio; 'la segunda es oscuridad o goría del ser.
destrucción; las otras dos, oculta- l. Vemos qué profunda diferen-
ción; así puede verse en un cua- cia hay entre un pluralismo óntico
dro de cuyas figuras una está bo- (que afirma la multiplicidad de los
rrada, otra cortada o destruida a seres) y un pluralismo existencial
trechos, la tercera se nos escapa (que afirma la multiplicidad de los
y la última se halla i,ubierta o fal- modos de existencia). El monismo
ta de desarrollo. (J. L. VIVES, Trct- óntico, como nos lo atestigua el
tado del alma, 62.) Ad. E. panteísmo, puede acomodarse a un
Omnipotente. V. Poder. pluralismo existencial. (E. Sou-
RIAU, Différ. ,noclcs cl',·xist., 4.)
ONIIUSMO V. 13, 13 bis.
Onírico. Relativo a los sueños (gr. 11. En HEIDEGGER y más corrien-
-16, Diccionario del l.cngu;1je Filu.-.(1lico.
ONTOLOGIA 722

temente (por opos. n ontológico•) : que neecsaria una ontología, es decir,


pertenece nl orden del ente•, es decir, una comprensión del ser. (M. HEI-
al orden del dato concreto de la ex- DEGGER, l(ant et le ¡,rob/. de la
periencia, dc,signando cwntológico» lo mét.a¡,lt., 301.)
que pertenece al orden del ser en el G. Reducir a un número limi-
sentido existencial, es decir, del ess,•. tado de nociones tan gen.erales co-
2. La manifestación del ente mo sen posible los elementos de In
(verdad óntica) depende del des- realidad objetiva; reconocer en-
velamiento de la constitución del tre esas nociones ciertas rlilacio-
ser del ente (verdad ontológica). nes universafos; servirse a la vez
(~l. HEIDEGGER, J(ant et le probl. de esas nociones como de nociones
ele lu métaplt., 73.) primeras, y de los enunciados de
3. Heidegger es en cierto sen- aquellas relaciones corno de los pri-
tido, si se quiere, realista, porque meros principios, para expresar la
hay entes que son independientes estructura esencial del Universo
de nosotros: hayamos o no visto (... ) ; eso es, como decía Aristó-
los astros, esos astros en tanto teles, estudiar el ser en cuanto ser,
que entes son. Y, sin embargo, si eso es construir una Ontología.
no hubiese hombre, no habría ser. (A. SESMAT, Dialectiq1te ... , 69.)
Así lo óntico es independiente del 7. Creemos que •la ontología
hombre, pero no lo ontológico, y puede ser definida como la expli-
lo óntico en su ser depende de lo cación de las estructuras de ser
ontológico; porque esos entes sólo de lo existente, y, en cambio, de-
pueden ser concebidos como entes finiríamos la metafísica como la
porque hay un ente que piensa el puesta en cuestión de la existen-
ser. (J. WAHL, Les pltüos. de cia de lo existente. (,J.-P. SARTRE,
I' exist ., 59.) L'ctrc et le n., 358-359.)
4. en la actitud que suele ser B. Por ext.: parte de la filosofía o
la nuestra el ser no es ni conoci- de la metafísica que tiene por objeto
do ni objeto de atención, sino sim- los seres en sí mismos, y no tal como
plemente ejercicio. Semejante ac- se nos aparecen o fenómenos. Se opo-
titud es óntica, pues sólo se diri- ne a la fenomenología, aunque pueda
ge al ente. Hace falta una refle- hacerse la ontología del fenómeno. (El
xión, un giro de la atención, para ser y la na<la, de J.-P. SARTRE, lleva
que el ser salga a la luz y ·la ac- como subtítu,Jo «Ensayo de ontología
titud se haga ontológica. (CI. Du- fenomenológica»). Equivale a metafí-
COT, Présence et abs. de l'étre, sica especial.
28.)
8. En sentido estricto, la me-
Ontología. Lat. escolást. ontología, tafísica es la ontología, es decir,
comp. de las palabras gr. on, ontoa, el estudio del ser en sus propie-
part. pres. de einai (ser), y lagos (dis- dades generales y en lo que pue-
curso, ciencia). de tener de absoluto; es el estu-
A. Prop.: parte de la filosofía que dio de fo que son las cosas en sí
tiene por objeto el ser• o, más exacta- mismas, en su naturaleza íntima
mente, «el ser en cuanto ser» (ARISTÓ- y profunda, por oposición a la so-
TELES), el en• ut sic [el ser en ·cuanto la consideración de sus aparien-
tal] (escolást.). cias o de sus atributos separados,
Si11.: metafísica general (como opues- (L. MEYNARD, Métaphyaiquc, 16.)
ta a la metafísica especial, que tiene Ontológico. A. Que depende de la
por objeto las categorías más genera- ontología, es decir, de la ciencia del
les de seres). ser. Investigaciones ontológicas.
Puede centrarse ya en el hecho de 9, Es ontológico (... ) todo es-
ser (esae), o sea el existir (existencia- tudio que se refiere al ser en si,
lismo y espeeialm. HEIDEGGER), ya en a la realidad sustancial de las co-
la naturaleza del ente ( ena) o en su sas, que es el aubatrat1t11l de los
esencia ( ese11cialiamo). Pero la rela- fenómenos observables. (A. CUVIL-
ción a establecer entre la esencia y la LIER, Manuel ele phi/os.', II, 180,)
existencia es el problema fundamen-
tal de toda ontología. B. Que pertenece a la categoría del
ser (y no del parecer o el conocer), que
5. el propio fundamento de su se refiere al ser. Se op. a lógico, feno-
finitud [la del hombre] le hace menal, nxiológico.
723 ONTOLOGIA

l. En el uso ordinario: que se re- Prueba ontológica (de la existencia


fiere al ser, en toda la extensión de la de Dios). Así llamada porque se ba-
palabra. Preguntarse sobre la reali- sa en la noción misma de ser ( on, 011-
dad ontológica del color, del recuerdo, tos): la noción de ser implica la exis-
del alma colectiva ... tencia, porque el ser no existente se-
10. El carácter ontológico de ría no-ser, lo que es contradictorio. El
la explicación cientifica es indele- argumento ontológico suele derivarse
ble. (E. MEYERS0N, ldc-ntité et de la idea de perfección. V. este tér-
réal., 430.) mino (C).
11. ...el carácter ontológico de 14. nunca podría concebírsele
la voluntad: cualquiera que sea (a Dios) sino como existente, por-
su limitación o su debilidad, nos que concebimos que su esencia es
obliga a aprehender nuestro ser existir siempre .por sí mismo ( ... ) ;
propio en la misma operación que concebirlo como no existiendo ac-
lo produce ... (L. LAVELLE, lntrod, tualmente ( ... ) es contradecirse.
a l'o11tol., 71.) (FÉNELON, De l'exist. et des attr.
12. Pensaba en la insondable de Dieu, 11, 11, § 3.)
tristeza de las cosas abandonadas 15. Sólo Dios (o el Ser necesa-
por un muerto, de los despojos. rio) tiene ese privi1egio de que es
Habria que preguntarse por su es- necesario que exista si es posible.
tatuto ontológico. (G. MARCEL, Pré- Y como nada puede impedir la po-
se11cc et ilnniort., 29-30.) sibilidad de lo que no tiene lími-
12'. La estructura ontológica tes, de lo que carece de negación
de la vida contiene como su ner- y, por consiguiente, de contradic-
vio fundamental, su raíz, algo que ción, eso sólo basta para conocer
es precisamente lo ·más opuesto, la existencia de Dios a priori.
polarmente opuesto al tipo dc1 ser (LEIBNIZ, Monadol., § 45.)
estático y quieto de Parménides. Ontologismo. Palabra creada por el
La vida, en su raíz, contiene el italiano GIOBERTI (1801'-1852) con el sen-
tiempo. (M. GARCÍA MORENTE, En- tido A.
sayos, 218.) Ad. E. A. Propiamente: doctrina que afir-
2. En el vocab. exitencialista, espe- ma que la norma por la que el espíritu
ciaJmente en HEIDEGGER (por opos. a humano juzga del ser y del no-ser es el
óntico•) : que pertenece a1 orden del Ser absoluto, es decir, Dios, directa-
ser o se refiere al sentido del ser (es mente conocido en su mismidad.
decir, en la acepción existencial de la 16. El ontologismo es un siste-
palabra). ma en el que, tras haber probado
l 3. Según la terminología de la realidad objetiva de las ideas
Sein und Zeit, una reflexión diri- generales, se establece que esas
gida únicamente hacia el Ente es ideas no son formas, modificacio-
{mtica, mientras que es ontológica nes de nuestra alma (... ), que se
•la investigación cuya mirada se fi- concentran en el Ser simplemente
ja en el Ser. En este sentido, el dicho; y que ese Ser infinito es
esfuerzo filosófico de Heidegger es la primera idea que nuestro espí-
ontológico; porque su pregunta se ritu aprehende, el primer inteligi-
refiere al Ser, o, más exactamen- ble, la luz en la que vemos todas
te, según otra fórmula del mismo las verdades eternas, universales
libro, al sentido del Ser. (J.-B. y absolutas. (G. FABRE n'ENVIEU,
L0TZ, en A rcli. de pltilos., enero Défcnse de l'ontologismc, 1-2.)
1966, 4.) 17. el Ontologismo enseña ( ... )
13 bis. la conciencia puede que no tenemos un conocin1iento
siempre sobrepasar lo existente, inmediato de In esencia (íntima)
no hacia su ser en si, sino hacia ele Dios; que la visión intuitiva e
el sentido de ese ser. Es lo que ha- inmediata de esa esencia es privi-
ce que pueda llamársela óntico-on- legio de los bienaventurados (... ) ;
talógica, puesto que una caracte- por los medios naturales sólo co-
riatica fundamental de su trascen- nocemos su propiedad de ser, pro-
dencia es la de trascender lo ón- piedad que es un abstracto del
tico hacia 1o ontológico. (J.-P. concreto divino. ( lbícl., 62, 63.)
SARTRE, L'etro et le 11,, 30.) 18. Hay propiamente ontologis-
V. óntico, 2, 3, 4. mo allí donde, por una confusión
OPERAClóN 724

t'ntre nuestra idea de ser abstrac- ción operativa romo el arte de pre•
to y el Ser puro, se afirma más o ¡,arar científicamente !ns decisio-
menos que nlg-una ,wisión inmedin- nes a fin de asegurar Jn eficacia
tnn de. Dios, ah,'llna «visión onto- de 111 acción. (M. Mrrn,., en E11c11cl.
lógica» en el principio del cono- fra11r., XX, 42, 12.)
cimiento humano. (11. DE LUBAC', 2 bis. La contabilidad ha cons-
Sur les clic111i11s el,• Dieu, 276.) truido modelos que tienen por fin
!l. En sentido amplio: toda doctrina hacer la historia del pasado. Por
que admite un conocimiento intuitivo el contrario, In investigación ope-
de Dios. En partic.ular, la teoria de la rntiva establece modelos cuyo em-
yisión en Dios de MALEBRANCIIE. pleo es el de prever lo que pasará
C. Abusiv. (con intención peyor.): mañana. (R. FAURE, J.-P. Bos y
toda doctrina que admite la posibilidad A. LE GARFJ', La rcc/rnrche opéra-
de una ontología. tiom,cllc, 120.)
Ontologista. Partidario del ontolo- Operatorio. A. Medie.: que se re-
gismo en el sentido A- fiere a las operaciones quirúrgicas.
10. cuando ciertos ontologistas Choque operatorio.
dicen que los seres creados no pue- B. Epistemol. Que consiste en ope-
den ser conocidos en sí mismos, si raciones metódicamente ordenadas.
no tan sólo en la esencia divina, 3. Una definición operatoria es
no quieren decir otra cosa sino una definición que comporta la
que el conocimiento intelectual, descripción de un procedimiento
universal de las cosas es un cono- regular para localizar, medir y
cimiento que no tiene por objeto más generalmente, alcanzar e
lo individual, sino lo ideal, lo ne- identificar el concepto definido.
cesario, lo absoluto, lo divino. (J.
F ABRE n'ENVIEU, DéfcnJJe de l'o11-
( ... )
iologis111c, 135.) Señalemos que esta definición
de la definición implica un postu-
OPERACióN. Lat. opcratio, ejecu- lado de repetición. Es preciso que
ción de un o¡J!ls (obra). cualquiera pueda ejecuta1· las ope-
A. Acción compleja metódicamente raciones incluidas en la definición
ordenada a la obtención de un resulta- operatoria y estar con ello seguro
do. Operación matemática, quirúrgica, de llegar a las mismas constata-
financiera, militar. ciones inicialmente comprendidas
en ellas. (J. ULLM0, La pensée
Operación racümcú o lógü,a (J. PIA- scient. moder11e, 19.)
GET). Acción reversible. Por ej., dado un
número, multiplicarlo por 3, sabiendo C. Psicol. Pensamiento operatorio
voh•er al número dado por medio de (en J. PIAGET): estadio en el que el ni-
una división por 3. ño se hace capaz de procesos menta-
¡.,, reversibles. V. Opcraoi6n racional.
l. Una operación racional (... )
es una acción ---exteriorizada en 4. El esquema operatorio de or-
movimientos o interiorizada en den concreto es una agrupación de
pensamiento, poco importa- sus- esquemas intuitivos promovidos,
ceptible de reversibilidad comple- por e1 hecho mismo de su agru-
ta (... ). nación, al rango de operaciones
reversibles. (J. PIAGET, Psyc/10/. de
La aparición de las acciones re- l'intellig., 181.)
versibles u operaciones racionales
es característica de la inteligen- OPINióN
cia. (J. PIAGET, Classes, relatüms
Opinar. Lat. opi,mri, pensar, en el
et nombres, 13.) senti'do de este verbo en la expresión
Operacional. Que puede ser utiliza- ut opinar (según pienso).
do en operaciones, es decir, contribuit· Dar el propio parecer. «Discurrir so-
a -la obtención del resultado buscado. bre •las razones, probabilidades o con-
La bomba operacional es aquella cuyos
jeturas referentes a la verdad o re1·-
efectos pueden regularse. teza de una cosan (Real Acad,)
En partic.: que está adaptado a las l. (En el proceso] Sainte-Hé-
operaciones lógieas o racionales. Con- l~ne ( ... ) opinó, sin apoyarlo en
cepto, proceso operacionales.
nada, que Foucquet perdería la
2. Puede definirse la investiga- cabeza a causa del c1•imen de Es-
725 Ol'JNJóN

tado. (Mmc. DE SÉVIGNÉ, c. 17 dic. el fin. (J, ST0ETZEL, Théoric eles


1GG4.) op., 403,)
Opinión. Lat. opinio, der. de opina- V. Crccnda, 34; Fe, 3; Valor, 24.
ri. Corrcsp, al gr. doza, opuesto a H. Objetiv.: aquello a lo que el es-
cpistiimii (ciencia). píritu es adhiere; juicio o modo de ver
A. Subjetiv.: adhesión de la mente que se adopta sin tener la certidum-
que no cxoluye, como la certidumbre, bre de estar en lo cierto. Un hombre
todo temor de error. de opiniones arraiga.das, que tiene el
valor de sus opiniones.
Sin,• persuasión, convicción.
Sin.: idea, parecer, creencia, concep-
2. La obstinación y el ardor en ción, sentir.
la opinión son la más segura prue-
ba de tontería. ¿Hay nada tan 9, Mi opiníón es la de mi parti-
cierto, resuelto, desdeñoso, con- do o la que me es común con
templativo, grave y serio como el ot;os; mi sentir me es exC'lusiva:-
asno? (M0NTAIGNE, EssaÜJ, III, VIII, mente propio. Comparto una opi-
Pléiade, 1051,) nión ya admitida por un número
más o menos grande de hombres;
3. Todo juicio que se refiere a hago compartir mi sentir. (... )
principios poco seguros es una Añadamos que la opinión es algo
ovini611. De ahí que se de el nom- puramente intelectua1, que soste-
bre de opinión a esa manera de nemos por convicción, por amor a
pensar cambiante, incierta, que la verdad ( ... ). El sentir, por el
tan pronto nace como desaparece contrario, es algo que nos impor-
y a la que pu-ede limitar una mon- ta y defendemos con pasión. (LA-
taña, como ha dicho Montaigne, y FAYE, 810.)
repite Pascal. (C0NDILLAC, Sy11.,
III, 414,) 10. Profesad opiniones decidi-
das, apuntaladas con tres o cua-
4. de ordinario, J.a opinión es tro hechos poco conocidos, pero in-
anterior al examen; deci'de, zanja, contestables. Después, hablad atre-
pronuncia sin haber jamás atrave- vidamente y con los oídos tapados.
sado la duda ni la modestia, Eso es Bien podréis estar equivocados.
lo grotesco y lo triste. Los más jó- pero todos creerán que tenéis ra-
venes son los más arrogantes; las zón. (J. J0UBERT, Penséca, 131.)
pretensiones están en sentido inver-
so de los títulos. (H,-F, AMIEL, 11. Los que, entre los veinti-
Journal int., 27 junio 1880.) cuatro y los treinta y cuatro años,
no modifican ninguna de sus opi-
5. de un modo general ( ... ) , niones, merecen una gran admira•
sólo hay opinión de lo que se co- ción o una gran lástima. (A. V1-
noce; pero hay que añadir que ese NET [Esprit d'-], II, 32.)
no conocimiento no se discierne a 1-2. Hay ciertas opiniones que
sí mismo, no se confiesa. (G, MAR-
CEL, M¡¡st. de l'éflre, I, 70.) no podemos basar en razones vá-
lidas para inculcarlas en el espí-
6. La opinión oscila entre dos ritu de los niños, y que, no obstan-
límites, de los que uno es la pura te, es necesario darles para preve-
y simple impresión, mientras que nir los errores. (Mme, GUIZ0T,
el otro es la afirmación. ( ... ) La Éditc. clomcst.', II, 302.)
opinión propiamente dicha parece 13. Cuando las opiniones son
implicar un ¡¡o sostengo qnc, ( Ibícl,, corrientes, las dejo correr. (J.
71.) BARBEY D'Aua., Pcnsées dét,, 56,
7. una opinión sutil y matiza- p. 31.)
da lleva siempre cierta vaga sos- 14. Las opiniones que nos son
pecha de hipocresía. (J, PAULHAN, más caras son aquellas que no• re-
Entretie11s .. . , 41.) sultaría más difícil explicar, e in-
8. El conformismo es la rondi- cluso las razones por las que las
ción general de la opinión, Al tra- justificamos rara vez son las mis-
tar de ser reconocido como perso- mas que nos han decidido a adop-
na, el individuo es llevado a ser tarlas.
una persona como todo el 11111,ulo. (... ) lo que les da su valor a
Se le alaba por su conformismo, y nuestros ojos es que su nu1tiz res-
esta allabanza es el premio, si no ponde a la coloración común de to-
OPINióN 726

das nuestras ideas, que desde un Ll'jar n la opinión, pero conviene,


prinripio hemos 1-econocido en ellas si se puede, no dari)e, e, incluso, no
algo nuestro. (H. BEllGSON, Essai dejarle seguir falsas pistas en
s111· les dormées imméd., 100.) cuanto a uno mismo. ( ... ) Cuando
se vive en sociedad no bast;a con
15. Es espejismo )lropio de las tener a favor 'la propia conciencia,
asambleas que rada uno esté do- sino que es bueno y acaso necesa-
minado por la opinión de los de- rio tener de nuestro lado a la opi-
más. (ALAIN, Politiq11e, 34.) nión. (H.-F. AMIEL, Journal int., 3
16. Bonnieres ( ... ) tenía de to- marzo 1852.)
do opiniones tanto más inexpugna- 22. Resistir a la opinión, sin
bles cuanto que sólo se escuchaba despreciar demasiado a los hom-
a sí mismo. (A. GmE, Si le grain ... , bres. (J. RosTAND, Journal d'un
(Eiwres, X, 331.) caract., 30.)
17. Tener una opinión es pre- 23. Dejamos de despreciar la
ierir equivocarse en un determina- opinión cuando, a fuerza de des-
do sentido. (J. RoSTAl\"D, Pensées preciarla, hemos conquistado su es-
d'un biol., 219.) tima. (Ibíd., 145.)
18. El medio social es una so- 2. Princip.: la opinión pública, es
ciedad cerrada en la que las opi- decir, lo que se piensa comúnmente en
niones, siempre libres de derecho, un grupo social determinado, o, más
están de hecho determinadas por exactamente, lo que pasa por ser el
una obligación que imita a la ne- pensamiento común.
cesidad. La condición socia.l es así, 24. Es la fuerza la reina del
Densa.da, acepta.da, querida por el mundo, y no la opinión. Pero la
individuo, la primera fuente de opinión es la que usa la fuerza.
sus opiniones. (J. STOETZEL, Théo- Es la fuerza la que hace la opi-
rie d,s op., 403.) nión. (PASCAL, Pcnsécs, 471.)
19. Las acciones humanas son 25. La opinión pública es una
determinadas menos por hs cosas jurisdicción que el hombre de bien
que por la opinión que de ellas no debe nunca reconocer del todo,
nos hacemos. No se rehuye un y que no debe nunca ignorar.
acontecimiento porque es peligroso, (CHAMFORT, Max. et pensées, 11.
sino porque lo creemos peligroso. CEuvres, 11, 22, París, 1812.)
(G. BERGER, en L'opinion pu.bl.• , 26. Hay que atacar a la opi-
11, P. U. F., 1957.) nión con sus propias armas: a las
19'. en las guerras civiles y po- ideas no se las caza con fusil.
pulares más pelean los hombres (RIVAROL, Max. et pensées.)
por la opinión que toman, que 27. Los soberanos sólo man-
no por la razón que tienen. (A. DE dan eficazmente y de modo dura-
GUEVARA, Epístolas familialres, dero dentro del círculo de lo acep-
120.) Ad. E. tado por la opinión. (J. DE MAISTRE,
V. Evidenda, 2; Voluntad, 21. Soirés de Saint-P., u7" entr.», Pé-
C. Absolutamente (la opinión). l. lagaud, 11, 3.)
Lo que se piensa a nuestro alrededor, 28. El arte de arrastrar a la
en particular sobre nosotros. opinión es el arte de manejar las
20. Tan celosos estamos de la falsas apariencias. (H.-F. AMIEL,
preeminencia en el bien juzgar, Journal int., 19 enero 1S77.)
que a nadie queremos cederla; y, 29. En el principio de toda ins-
no obstante, cristianos, concede- titución social suelen hallarse dos
mos tanto a la opinión, y tenemos elementos: un elemento do opi-
tantos miramientos para con lo ni6n o de creencia, y un elemento
que piensan los demás, que a ve- de fuerza que en~ndra '1a sanción.
ces parece como si tuviésemos ver- El elemento de opinión es inheren-
güenza de seguir nuestro juicio, te a la colectividad; el lemento
en el que, sin embargo, tenemos de fuerza, a quienes dirigen la so-
tanta confianza. (BossuET, Scrmon ciedad. (,J. LECLERCQ, Le,. de droit
Bttr l'konneur, princ, Cuaresma de na/,, I, 267.)
1666.) 30. Hemos de entender por
21. No hay que halagar ni cor- opinión pública el sentir dominan-
727 OPOSICIÓN

te en el seno de una cierta co- una opinión pública que, en última


munidad social, acompañado mús o instancia, la decida? (R. DE MAEZ-
menos claramente en los sujetos TU, España y Europa, 77.) Ad. E.
por la impresión de que ese senti- 33". Conviene distinguir entre
miento les es común. (J. ST0ET- un hecho o proceso de agresión y
ZEL, T/u!oric des op., 147.) una situación de mando. El man-
31. Sobre un número inconce- do es el ejercicio normal de la au-
bible de cuestiones -sobre todo toridad. El cual se funda siempre
morales y pollticas- ( ... ) se for- en la opinión pública. ( ... ) . El Es-
ma una doctrina que no es verdu- tado es, en definitiva, el estado de
deramente adoptada por nadie, la opinión; una situación de equi-
pero que no obstante adquiere librio, de estática. Lo que pasa es
una especie de solidez de existencia que a veces Ia opinión pública no
por un sistema de errores que se existe. Una sociedad dividida e~
apoyan mutuamente. Todos creen grupos discrepantes, cuya fuerza
lo que creen que se cree. Lo creen: de opinión queda recíprocamente
entiéndase que lo dicen en público anu1ada, no da lugar a que se
y obran en consecuencia. (... ). constituya un mando. Y como a la
Pero, ¿de dónde viene esa espe- naturaleza le horripila el vacío,
cie de encantamiento de los pare- ese hueco que deja la fuerza au-
ceres unos por otros? Viene de sente de la opinión pública se lle-
que el otro está siempre adornado na con la fuerza bruta. (J. ORTE-
a priori de una especie ,particular GA Y GASSET, La rebelión de las
de prestigio. Llamo opinión p1íbli- masas, Obras, IV, 232-233.)
ca a la opinión que naco del pres- OPOSIClóN. Lat. oppositio (positio
tigio del otro en euanto tal. (A. ob: acción de poner [po1iere] delante
LAFFAY, Temps mod., nov. 1947, o enfrente [ob]), oposición, contraste.
792.)
32. La opinión es, pues, un ár- A. Lóg. Carácter de las proposi-
bitro, una conciencia; casi diría- ciones que, teniendo el mismo sujeto
mos que es un tribunal, falto, sin y el mismo predicado, difieren ya en
duda, de poder jurídico, pero temi- cantidad o extensión (A e 1, E y 0),
do. Es el fuero interno de una na- ya en cualidad (A y E, I y O: con-
ción.
trarias), ya en cualidad y en cantidad
a la vez (A y O, I y E: contradicto-
La opinión pública, ese poder rias).
anónimo, es a menudo una fuerza
política, fuerza no prevista por Importa sobre todo distinguir bien
ninguna con'stitución. (A. SAUVY. las contrarias* de las contradictorias'
L'opinion publique, 6 col. «Que que suelen confundirse en el lengua'.
sais-je?».) je corriente.
33. La opinión •• halla siem- Todos los alumnos Ningún al«mno
pre dividida. Cuando tiende a ha- están presentes. está presente.
cerse unánime y desaparece la
oposición se transforma en una A Contrarias E
creencia profunda inherente al gru-
po y constitutiva de ese grupo. No r'---., / ' .,ti
podríamos decir, por ejemplo, que ~ C 01·\l\S
la creencia en la existencia de Dios
es una opinión común a todos los
i: o,,t': \\~\ ~
católicos. Va unida a su pertenen- i"
..,
>-q,t2tc'
t(.\"" :to.,.l.
i
cia al grupo de los católicos. Por
el contrario, es opinión de algunos
~
t,¡ co''\ Q..
~
católicos que su religión obliga a ir' ~
ciertas tomas de posición politicas.
Pero otros católicos tienen en esto Sitbcontmrias o
opiniones diferentes, y sobre ello Alguuos alumuos Algunos alumnos
se discute. (G. BERGER, en L'opi- están. prC'scntcs. no cstcíu pn'sc11tcs
pion publ., 14, P. U. F., 1957.)
33'. ¿ Habrú aún quien se fi- V. Antítesis, 3.
gure que podemos resolver nunca B. Psicol. y psiquiatría. Actitud
una cuestión politica, si no se crea consistente en el rechazo sistemático
Ol'TIMIS~IO 728

de las ideas o la ,·oluntad ajenas. V. bles como otras tnntas razones pa-
.Ncocrtirismo. rn esperar. (W. JANKfLfVITCH, Le
l. La actitud sistenuítira de mal, 74.)
oposición es la renC"eión de dC"bili- li. ¿Qué es ( ... ) un optimista?
d.ad de una concirnda personal de- Desde nuestro punto de vista, un
masiado pobre en madurez y se- hombre que sobrestima la esperan-
¡,:uridad para afirmarse sin ese 1.a matemática favorable e infra-
estímulo. (E. ~I0UNIER, Tr. du ca- cstima la desfavorable, como el
ract., 713.) llesimista hace a la inversa. ( ... )
C. Dererho y polit. Artividnd que Un tipo notable de optimista es
tiene por fin impedir un acto jurídico el alpinista novato, que se lanza
(la oposición a un matrimonio) o com- a empresas para las que no e•tá
batir la política del Gobierno (proyecto preparado con la idea inocente de
de ley que ha suscitado viva oposi- que los accidentes sólo ,les ocurren
ción). En este último sentido designa a los demás. (J. DUCLAUX, La
también el grupo de los oponentes (los Bci,mca da l'incert., 161.)
miembros de la oposición). 2. Estado de confianza con respec-
2. la oposición puede servirse to al porvenir de una determinada co-
de largos discursos como medio de sa. Considerar con optimismo el exa-
obstrucción. (M. DUVERGER, Ma- men. Corrían vientos de optimismo.
nuel de droit constit., 116.)
ORACIÓN. Lat. ora.tia (der. de ora.-
V. GobiRrno, 15. re, hab1ar, rogar) : palabra, discurso,
OPTDIIS'.\10. Der. del lat. i,ptim1ts. súplica.
Neutro: Optimum. A. En el primitivo sentido lat. (sin.
Contr.: pesimismo•. V. lllcliori8111-0. de discurso) : s6lo en algunas expre-
siones. Oración fúnebre, peroraci6n.
A. Como doctrina. l. Optimismo ab-
soluto: doctrina según la cual el B. En el vocab. religioso: plegaria.
mundo es, si no perfecto, al menos l. Fórmula. de plel!.'aria que empie-
el mejor posible (LEIBNIZ), y que nie- za. por orcmu,a (roguemos).
ga al mal cualquier existencia posith•a. 2. Meditaci6n mezcla de plegaria y
2. Optimismo relativo (sin. de me- contempla.ci6n.
Jiorismo*) : doctrina que afirma que V. Mcdita<:i611, 1.
el mundo es bueno o que, en la vida, el l. Ha.y, pues, diversas ora.clo-
bien supera al mal. nes extraordinarias que Dios da a
l. Cuanto más inferior es una quien le place; y aquella de la que
población, más ciegamente conser- se abusa. en nuestros días es la
vadora es, lo que constituye la for- llamada pasiva, de reposo o de
ma política del optimismo. (J.-M. quietud, y también de simple pre-
GUYAU, Essa.i d'une mor. sa.-ns sencia, de simple n1irada o, como
oblig ... , 12.) dice San Francisco de Sales, 1de
2. El optimismo es una falsa simple abandono a Dios». (Bos-
esperanza para uso de cobardes e BUET, lnstniction •· les étata d'o-
imbéciles. La esperanza es una raison, L. VII, «De l'oraiaon pas-
virtud, virtu11, una determinación sive».)
heroica del alma. (Ch. BERNAN0S, 2. No obstante, la llamada ora-
La liberté pour quoi failre, 15.) ción pasiva no es siempre la su-
presión de toda acción, incluso
B. Como actitud práctica. l. Ten- libre, sino tan sólo todo acto de
dencia o disposición generales a no ver los llamados discursivos, y en
sino el lado bueno de las cosas.
los que el razonamiento procede de
3. Todo verdadero optimismo una cosa. a otra: lo que cierta.-
tiene una base estoica. (J. GAB- mente no impide el uso de la li-
QUET, Les bienfaits ck la gucrrc, bertad. (lbúl.)
12.)
3. pues toda religión reside
4. ¿Es el optimismo una fuer- y arraiga en lo más íntimo de
za? Es un signo de fuerza. (M. nuestro pecho, esfuérzate por en-
BAR11i:s, Mes cahiera, XII, 306.) tender lo que rezas, mira que tu
5. el optimismo es un confuso rezar no sea un simple susurro de
agrupamiento de todos los posi- ]os labios, sino que, cuando ores,
729 ORDEN
mira de estar en ello todo entero el amigo de la razón y su objeto
con alma, pensamiento y gesto, propio. (B0SSUET, Connaiss. de
para que todo esté en armonla y Dic11, I, vm.)
responda a la obra con la más es- 5. El corazón tiene su orden;
tricta conformidad. (J. L. VIVES, y el espíritu el suyo, que es por
l11troducci61i a la sabid11rla, § 313, principio y demostración, a dife-
p. 66.) Ad. E. rencia del del corazón. ( ... ) J esu-
V. Q"iet11d. cristo, San Pablo, tienen el orden
de la caridad, no el del espíritu.
ORDEN. Lat. ordo, oroinis: 1.0 hi- (, .. ) Este orden consiste princi-
lera, fila (de árboles, de soldados ... ) y palmente en 1a digresión sobre
fig. clase social; 2.0 orden (en el sen- cada punto, que es referido al fin,
tido de: disposición regular). Der. para que esté siempre presente.
ordinarc (v. Ordenar A). (PASCAL, Pc>1sécs, 460-461.)
A. En el sentido del lat. ordo, inis. 6. El Amor al Orden no es tan
l. Rango, clase, categorla a los que sólo la principal de las virtudes
pertenecen las personas o las cosas en morales, sino la única virtud, la
un conjunto racionalmente organizado virtud madre, fundamental, uni-
o jerarquizado. Orden alfabético, Un versal; única Virtud que hace vir-
instrumento de primer orden. Los tres tuosos los hábitos o disposiciones
órdenes (clero, nobleza, estado llano). de las mentes. (MALEBRANCHE, Tr.
Entrar en órdenes, recibir las órdenes de mor., I, 11, l.)
(el diaconado, el sacerdocio ... ). Las
órdenes religiosas. La orden de caba- 7. El orden va con peso y medi-
lleria. Pasar a otro orden de conside- da; el desorden siempre tiene pri-
raciones, a una idea del mismo orden. sa. (Vizconde DE B0NALD, Pcnsées
s. la morale, <E"vrcs, III, 1386, ed.
l. Por vosotros va esto, espí- Migne.)
[ritus de último orden.
(LA FoNTAJNE, Fables, V, XVI.) 8. La idea del orden en todo,
es decir, el orden literario, mo-
2. Hay tres órdenes de cosas: ral, político y religioso, es la base
la carne, e1 esplritu, la voluntad. de toda educación. (J. JoUBERT,
(PASCAL, Pensées, 644.) Pensées, 152.)
3. Junta,ndo todos los cuerpos 9. El orden y la confusión son
no conseguiríamos hacer brotar de cosas contradictorias que se refie-
ellos el más pequeño pensamien- ren a la reunión de varios objetos
to: esto es imposible y de otro distintos. Hay confusión cuando
orden. De todos los cuerpos y es- nada explica el modo de reunión;
píritus no se podría sacar_ un mo- hay orden cuando una razón esta-
vimiento de verdadera caridad, es- blece la unidad en esa multiplici-
to es imposible, y de otro orden,
sobrenatural. (Ibíd., 697.) dad. (Th. DE RÉGNON, ltlétaph. eles
causes, 2. • ed., 578.)
3'. un Balboa, un Magallanes,
un Elcano, un Orellana, indaga- 1 O. El orden e.'l:ige, pues, la
dores de los arcanos geográficos acción de presencia. de cosas au-
que encerraba la redondez del pla- sentes, y resulta del equilibrio de
neta, pueden ciertamente figurar, los instintos por las ideas. (P. VA-
aunque en orden distinto de las LfRY, Variété, Pléiade, I, 609.)
facultades humanas, junto a los 10'. es una inocencia de las gen
más grandes indagadores del uni- tes de «ordenu pensa~ que éstas
verso, un Copérnico, un Ticho Bra- lcfuerzas de orden público)>, creadas
he o un Kepler. (R. MENfNDEZ P1- para el orden, se van a contener
DAL, Los eB7Jañolcs en la Historia, con imponer siempre el que aqué-
104.) Ad. E. llas quieran. Lo inevitable es que
2. Arreglo, disposición. Principio: acaben por definir y deciélir ellas
buen orden, arreglo o disposición con- el orden que van n imponer, y que
formes a las exigencias de la razón. será, naturalmente, el que les con-
Poner orden en sus asuntos. venga. (J. ORTEGA Y GASSET, La rc-
4. La relación entre el orden y bcli61i ele las masas, Obras, IV,
la razón es extrema. El orden sólo 227.) Ad. E.
puede ser puesto en las cosas por V. Libertad, 27; Proporción, l.
la razón, 'I entendido por ella. Es B. En el sentido del lat. j1tssio o
óRGANO 730

jussus (der. del Y. jul1c1·r, ordenar, Orgnnizneión. A. En senlido abs-


mandar) : disposición prescritn o man- tracto: carácter de Jo que está organi-
dada y, por extensión, el propio man- zado (en sentido propio, de los orga-
dato. Dar, transmitir, ejeC'lltar órde- nismos vivos; por ext., de los no vivien-
nes. lcs); acción de organizar.
Importa poner de relieve la t"<!lación l. Para los paleontólogos lo
de esta acepción con la precedente: los caracteristico de la vida es su or-
detentadores de la autoridad dan ór- ganización, y todo rastro de or-
denes para asegurar el buen orden de ganización será criterio suficien-
las cosas a su cargo, te para afirmar que existe vida.
Ordinal. Lat. ordinalis, der. de or- (J. PIVETEAU, R. de syntk., julio
,fo (v. Ordc11). 1951, 170.)
Que indica el orden en el que las B. En sentido concreto ( una, las or-
cosas están colocadas, su lugar en ese ganizaciones) : todo conjunto coordi-
01·den. El número ordinal (primero, nado para la obtención de un resulta-
seg·undo ... ) tiene por correlativo el nú- do y considerado desde el punto de
mero cardinal (uno, dos ... ). vista de esa coordinación. Apenas se
V. Número, 5. emplea fuera de la esfera de las crea-
ciones del hombre. La organización ju
Ordenar. Lat. ordinare (der. de or- dicial, · postal. Las organizaciones sin-
do, ordinis; v. Orden A) : poner en dicales.
orden.
Sin.: organismo B.
Der.: ordenanza. Organismo. A. Prop.: sistema cons-
A. En el sentido del lat. ordinare: tituido por el conjunto de los órganos
poner en orden. Ordenar una proce- de un ser vivo.
sión, los papeles de un despacho. He 2. La causa primera de la vi-
de ordenar mis ideas. da de la evolución o crea.ció•• de
B. En el sentido del lat. jubcrc (v. la máqui,ia orga.nizada.; pero la
Ordc,i B): prescribir, mandar. Orde- máquina, una vez creada, funcio-
nar el ataque, la retirada. na en virtud de las propiedades
Desorden. Confusión y alteración de sus elementos constitutivos y
del concierto propio de una cosa. (Real bajo la influencia de las condicio-
Acad.) nes físico-químicas que obran so-
bre ellos. Para el fisiólogo y el
10". es cosa de notar que, sien- médico experimentador el orga-
do el hombre persona de razón, lo nismo vivo no es sino una máquina
primero que ejecuta es hacerla a admirable, dotada de las más ma-
ella esclava del apetito bestial; de ravillosas propiedades y puesta en
este principio se originan todas las acción con ayuda de los más com-
demás monstruosidades, todo va al plejos y delicados mecanismos. Es
revés en consecuencia de aquel una máquina cuyo mecanismo de-
desorden capital. (B. GRACIÁN, El ben analizar y deternúnar. (01.
criticón, 58-59.) Ad. E. BERNARD, La. scicncc cxpéri1nc11-
óRGANO ta.le, 54.)
3. el progreso del sistema ner-
órgano. Gr. organon•, ]o que sir- vioso asegura al acto una crecien-
ve para la ejecución de un trabajo ( er- te precisión ( ... ). El organismo se
gon), instrumento. Lat. organum, ins- comporta cada vez más como una
trumento, en part. instrumento de mú- máquina de obrar que se rehiciese
sica, órgano. por completo para cada nueva ac-
A. Prop.: parte de un cuerpo orga- ción, como si fuese de caucho y pu-
nizado que tiene una función particu- diese, en cualquier momento, cam-
lar. El órgano de la locomoción. biar la forma de todas sus piezas.
B. Por ext.: parte de una máquina (H. BERGSON, Évol. cr., 253.)
que contribuye a su funcionamiento. 4. Las máquinas industriales
C. Por anal.: intermediario o medio ( ... ) sólo 11ueden funcionar una
empleados para la manifestación del vez termi1uulas, cuando su orga-
pensamiento, la promulgación o eje- nización es completa. Por el con-
cución de órdenes. E·l órgano del par- trario, el organismo vivo funcio-
tido (periódico). El órgano de la jus- 1ta. desde el principio. (... )
Ueia (el juez, el verdugo ... ). ( ... ) el carácter fundamental y
731 ORGULLO

especifico de los organismos vi- y de regulación, pero evitando ha-


vos: el de construirse a sí mis- cer de ese factor un agente acti-
mos desde dentro, por su funcio- vo y trascendente; rechazando
namiento y su constitución propias cualquier adición de vitalismo o
y no por un ser extraño que obre animismo, etc.». (R. RUYER, Néo-fi-
como ·constructor. (G. MATISSE, Le 11alisme, 206.)
ramcau viva1tt dtt monde, IIC 6-7.) V. Animismo, 2; Vida, 5.
V. Natttralcza, 60. Organon (lat. organum). Subst. gr.
B. Fig.: todo conjunto que forma que significa instrumento y por ext.
un todo cuyas partes están coordina- órgano corporal. V. órgano.
das para un fin común. Una empresa Conjunto de las obras de ARISTÓTE-
industrial, la administración de justi- LES que se refieren a la Lógica: Cate-
cia... constituyen organismos de ex- goría.a, De fa. interpretación., Primeros
tremada complejidad. analíticos, Segundos anal., T6picos,
Sin.: organización. Pero, aun en el Refutaciones sofísti.cas, y que consti-
sentido concreto, esta palabra conserva tuyen como el instrumento del pensa-
algo de su acepción abstracta. miento.
Orgánico. A. Prop.: que resulta de
Organum (Novum --). Obra en la
la organización propia de los seres vi- que Francis BACON, a diferencia del
vos, que es propio de esos seres o re• Orga11on de Aristóteles, que sienta la
lativo a ellos. Las funciones orgánicas. teoría del pensamiento deductivo, ex-
La vida orgánica. Enfermedades or- pone el método de la investigación in-
gánicas. Química orgánica. ductiva o experimental.
La actividad orgánica se opone a la 6. Mi libro no es en el fondo
actividad mecánica por la existencia más que una nueva lógica, o arte
de un principio interno de unidad que de hacer descubrimientos o juzgar
ordena las diferentes partes del orga- las cosas por "la vía de la induc-
nismo a un fin común. ción, por no parecerme que el si-
logismo convenga al estudio de las
B. Por anal. ( en las creaciones del ciencias naturales. (BACON, Carta
hombre) : que es constituvo o parte al rey J acobo I al enviarle el .V o-
constitutiva de un conjunto que forma 11um Organum, 12 oct. 1620. Ecl.
un todo organizado o que resulta de esa du Panth. litt., p. 260.)
organización. Se llama orgánica la ley
que organiza o establece una institu- ORGULLO. Satisfacción de si mis-
ción. Un vicio orgánico afecto a la or- mo que lleva a considerarse superior a
ganización misma y no a alguna cir- los demás. V. Vanidad.
cunstancia particular. Sin.: suficiencia, arrogancia, alta-
Organicismo. Doctrina según la cual nería, altivez, pretensión.
los fenómenos de la vida, aunque no Contr.: humildad•, modestia•, timi-
requieren un principio vital distinto dez*.
de la materia (contra el vitalismo), l. El orgullo se resarce siem-
no se explican por las propiedades fí- pre y no pierde nada, incluso cuan-
sico-químicas de esa materia (contra do renuncia a la va.nidad. (LA Ro-
el mecanicismo), sino que son resulta- CHEFOUCAULD, /Jiax., 33.)
do de la organización propia de la ma-
teria viva. 2. El orgullo no quiere deber,
ni el amor propio pagar. (lbíd.,
·5, E.] organicismo se presenta 128.)
(... ) como un tercer partido. A se-
mejanza de las asambleas políticas 3. El orgullo, la ignorancia y
«decididas a mantener un indis- In ceguera van siempre juntos.
pensable dirigismo sin dejar de (l\lALEBRANCHE, Rcch. de la 11ér., V,
promover el liberalismo, y recha- VII.)
zando toda adición ... •, el organi• 4. El orgullo es la gran opi-
cismo declara: «Reconociendo la nión que uno tiene de si; la rani-
plena validez de las leyes físico- <lad, el deseo de inspirar esa opi-
químicas en el orden de la vida, nión a los demás; la cutrreza, el
pero considerando el organismo alejamiento de toda bajeza; In a./-
como un todo inanalizable y abso- tit•t•z, la expl'csión del desprecio
lutamente específico; viendo en In por los que creemos inferiores a
organización un factor de unidad nosotros.
OIUENTAClóN

El or11111/o es siempre irritnnte; rior hallase su modo de ex·pl'c-


la 1•a11idad, siempre ridícula; In si6n. (lbfrl., II, 81.)
rut('rr:a, con fre-cuencin estimable; 13. El orgullo mñs indómito es
la rrlfil•rz, a Yeces bien y a vcc~s fruto sobre tollo de la impotencia.
mal empleada. (!'. VALÉRY, /1/oralités, 74.)
La ra11i<lad y la a./tr'.11cz se ha-
cen siempre visibles; el 01·g11llo, 14. Gustar a uno mismo es or-
cnsi siempre; la l'nferrza, puede ser gullo; a los demás, vanidad. (P.
interior, y a menudo sólo se des- VALÉRY, lnsta11ts, Pléiade, l, 300.)
cubre en la conducta noble y sin 15. El ol'gullo de los poetas no
ost<>ntación. (D'ALEMBERT, Sy11011., es sino una defensa: la duda roe
<Em•,.,.s ¡,l,i/os., III, 326-327, Pa- incluso a los más grandes. Nece-
rís, 1805.) sitan nuestro testimonio para no
5. El orgullo es la virtud de desesperar. (F. MAURIAC, Jour11al,
la desgracia. (CH.\TEAUBRIAND. Es- 251. T. Ronde.)
sai hist. s. lts révol., parte II, I, 16. El orgullo, como el amor,
Xlll.) se alimenta de dudas; y estaría-
6. Hay dos grados de orgullo: mos menos prendados de nuestro
uno en el que nos aprobamos a propio valer si no estuviésemos
nosotros mismos; otro en el que condenados a dudar siempre de él.
no podemos aceptarnos. Éste es (J. RosTAl\"D, De la vanité, 30.)
probablemente el más refinado. 17. Compensamos con un se-
(H.-F. AMIEL, Joun,al i11t., 27 oct. creto orgullo nuestra actitud mo-
1853.) desta; necesitamos resarcirnos de
7. El orgullo es más fuerte que nuestras virtudes. (J. RosTAND,
la razón, como lo evidencia el or- Jountal, d'un caract., 35.)
gullo dement.e, que negaría, si fue- 18. El orgullo consiste en no
se necesario, la luz en pleno me- encontrar nuestra fuerza más que
diodía. (A. VINET, Nouv. ét. évang., en nosotros mismos. Aparta a
363.) quien lo experimenta de una cier-
8. Cabría definir el orgullo co- ta comunión de los seres. (G. MAR-
mo esa vanidad que impide hacer CEL, Positiom1 et a,pprockes, p. 284
cosas bajas. (E. y J. DE GoN- ó 74.)
C0URT, Idies et sens., 216.) 19. es eterna tentación de las
9. Es la vanidad lo que no es almas fuertes y nobles buscar en
simple. El orgullo lo es, y de me- el orgullo el antídoto de la vani-
jor gana cuanto más complejo. dad. (G. THIB0N, Notrc rvgard qui
No experimenta la menor necesi- manque ... , 163.)
dad de producir efecto. Es para V. Igualdad, 15; Grandeza, 3; llfo-
sí mismo juez y público. (P. Boun- destia,, 9; Pa.ra,noia,, 2.
GET, Dé'Tfl011. de múl.i, l, 12.)
10. No creo en el orgullo ... El ORIENTACióN. Der. de1 •lat. orie11s,
día en que al fin quiera dejarse Oriente, punto cardinal por el que sale
de tomar por orgullo la irrespon- el sol y por el que se determina la
sable suficiencia de los tontos, nos posición y la direcoión a seguir.
asombraremos del poco que que- Orientación profesio11al. «Tarea so-
dará. (M. LENÉRU, Journal, 10 cial destinada a guiar n los indivi-
agosto 1900.) duos en la elección de p1·ofesión, de
11. ¡ Tiene tales raíces el or- manera que sean capaces de ejercerln
gullo! En el momento del más fer- y se hallen satisfechos, asegurando así,
viente arrepentimiento, M. Thi- mediante la distribución de esas elec-
bault saboreaba su humildad con ciones, la satisfacción de las necesi-
un prodigioso goce de orgullo. (R. dades profesionales de la colectividad.»
MARTIN DU G., Les Tkibault, I, (H. PIÉR0N, Voc. de paico/.)
235.) Orie11taci6" escolar. «Tarea pedagó-
12. Orgullo silencioso, puro de gica consistente en guiar a los esco-
cualquier fatuidad: [Daniel d~ lares en la elección de una u otra ra-
Fontanin J esperaba el dia en que, ma de enseñanza en función de sus
por el encadenamiento de leyes fa- aptitudes y sus gustos.» (H. PrÉRON,
tales, lo que en él habla de supe- Voc. de psicol.)
733 ORIGEN

ORIGEN lo por el que se efectúan !ns copias,


Origen. Lat. origo, originis, der. edición original, documentos ol'igina-
de oriri, levnntnrse, nncet· de. Pnrt. pr., les. Substantiv.: el original de una
oricns; substnnt., Orie1zs, Ot·iente, el carta, de un testamento. Se op. a co-
Indo pot• donde el sal nnce. pia, reproducción.
A. Acepción cronológica: el comien- 5. Buscaría ·las ediciones ori-
zo. En el origen del mundo. El ori11en ginales, quiero d<!cir aquellas en
de esa costumbre se pierde en In no- las que tuviese de ese libro una
che de los tiempos. impresión original. Porque ,las im-
presiones siguientes no lo son ya.
B. Acepción causal: aquello de don- (M. PR0UST, Temv• retr., II, 36.)
de ha salido una cosa, lo que la ha
producido. El origen animal del hom- C. Por op. a ordinario, banal ( con
bre. El ori1,ren de '1a religión. Proble- intención encarecedora o de menospre-
mns de origen (origen de las ideas, de cio) : que no se parece a los demás.
la moro:!, de la religión, de la cien- Sin.: personal, singular, extraño, ex-
cia ... ). céntrico, raro, extravagante.
Originario. Lat. origi11arius, indí- Co11tr.: común, banal, ordinario, vul-
gena. gar, trivial, prosaico.
A. Que tiene su origen en ... ; que G. Cuanto más crecemos en fa-
procede de ... Soy original'io de los Pi- cultades intelectuales, más hom-
rineos. bres originales encontramos. Las
B. Que es el origen, la fuente de .. . gentes comunes no hallan difere!l-
l. en la doctrina francesa ( ... ) cia entre los hombres. (PASCAL,
la nación es el titular originario Pensées, 323.)
de la soberania. (L. DUGUIT, Tr. de 7. La eosa más fácil del mun-
dr. constit., I, 607 ,) do es hoy ser o parecer ori.C?inal;
2. ¿ Cabe mostrar la necesaria los medios ¡ se han hecho tan sen-
subordinación de la negación a la cillos! Basta simplemente con de-
afirmación? Dicho de otro modo, cir todo lo contrario de lo que se
¿ tiene la negación valor de fun- piensa a nue3tro alrededor. (F.
damento? BRUNETIERE, L'art et la 1no1·., In-
Es, pues, el carácter originario trod.)
de la afirmación lo que está en 8. la originalidad es aún más
juego. (P. RICOEUR, en Rcclt. de rara entre aquellos a quienes se
phi/., II [1956], 120.) llama, muy equivocadamente crori-
v. 10. ginales» que en el resto del' reba-
Original. Lat. origina/is, der. de ño. Porque esos c<0riginalesi> son
origo, origi11is, que existe desde el ori- simples maniacos, cuyo pensamien-
gen. to se reduee a movimientos de re-
lojería. (R. R0LLAND, Jea,n-Chris-
A. Que procede del origen (peca- tophe, II, 466, Robert.)
do* original).
Originalidad. Carácter de quien o
3. Uno se siente más fuerte y lo que es original en el sentido D. En
más seguro de sí cuando puede re- sentido concreto: lo que hace que una
montarse a la significación origi- persona o una cosa sean originales (una
nal de !ns palabras. (... ) Una cosa de las originalidades de esa casa, de
es, en efecto, recibir ya plasmados esa solterona ... ).
los diversos sentidos de la palabra,
otra asistir a su generación. (H. , 9. el genio (... ) sólo es origina-
BERGS0N, Écrits et varo/es, III, lidad porque es-clásico o no-in-
524.) vención. (A. IIIALRAUX, l'oi.r du
sil., 392.)
4. La exigencia del conocer
«original», en el sentido de conoci- 10. El afán de originalidad es
miento de lo «originario», es el mal eonsejero en una época en la
¡n,imer imperativo del filósofo. (S. que todos están de acuerdo en ver
BRET0N, Approcltes phéno111. clo en ello la priireipal virtud de la
l'uléo d'ell1'e, 140.) obra de arte. ( ... ) En nuestros
V. A11g11stia, 8, !l. días, quienes se esfuerzan por ser
originales son tan borreguiles que
B. Que, siendo debido n la propia uno se pregunta cuántos hubieran
mano do su autor, constituye el mode- pensado en se1~0 si la opinión pú-
ORTODOXIA 734

hlica no los hubi('Sí' expresamen- n. Por exl.: conformidad, en cual-


te invitado n ello, (R. CAILLOIS, quier esfera, con la doctrina clásica
Art. ¡,oét., 74.) o con los principios <le una escuela o
10'. Necio quien, sobre cuestio- grupo de carácter dogmático. La or-
nes de originalidad, aspire en la lodoxiu liberal. La ortodoxia mar-
propia a lo absoluto; y, con am- xista. La ortodoxia <le la «École de
biciosa pretensión de distinguir lns Guerre)) francesa,
voc-cs de los ecos, desconozca, im- 2. Los hechos se burlan de las
pío, cuanto de eco hay nec<'saria- ortodoxias.
mente en cada voz. (E. n'ORs, Tres La naturaleza es mal pensante.
lecciones en el JI. ele/ l'rculo, 113,) (J. RoSTAND, Carnets d'un bi-01.,
Ad. E. 116,)
Orto. Gr. orthos, recto, justo. 3. No conviene que el espíritu
Pref. tomado del gr. y que indica el de equipo y la investigación diri-
carácter de rectitud (propio y fig.) de gida ( ... ) desemboquen en la erea-
una cosa: de la manera de escribir ción de capillit!l'l en las que
(ortografía), de andar (ortopedia) ... reinen ideas preconcebidas o in-
transigentes ortodoxias. (L. DE
ORTODOXIA BROGLIE, Sur les scnticrs <le la se.,
Ortodoxo, adj. y subst. Gr. orthoclo- 408,)
xastCs, que tiene opiniones (doxa) rec- V. Enajenación, 5.
tas, sanas orthodoxasitikos, que es con-
forme a la sana opinión. ORTOGÉNESIS. Comp. de ortlws,
A. En sentido propio (acepción ex- recto, y gc11Csis, devenir, evolución.
clusiv. religiosa). l. Sobre todo como Carácter del conjunto de variacio-
adj.: que es conforme a la doctrina nes que, en los seres vivos, se orien-
de la Ig·lesia. En este sentido es sin. ta en una dirección determinada.
de católico y se op. a heterodoxo. Pro- l. Para 1os finaUstas, la filo-
posición, obra ortodoxas. génesis, según la historia que de
2. Sobre todo como subst.: que per- ella trata de escribir el transfor-
tenece a la <clglesia ortodoxa)) (sepa- mismo, es una ortogénesis que ha
rada de la Iglesia romana desde el desembocado en el Hombre. (R.
cisma de Focio, 867) ; título que la C0LLIN, Panorwm.a de la biol., 216.)
Iglesia griega se reservó y que es co- 2. Por «ortogénesis» (en el sen-
rriente darle. En este sentido se op. tido más etimológico y general del
tanto a católico como a protestante. La término) hay que entender aquí
liturgia, la teología ortodoxas. Los or- (... ) la deriva fundamental en cu-
todoxos. yo seguimiento la Materia del
B. Por ext.: que es conforme a la Universo se comporta a nuestros
doctrina de un determinado grupo o ojos como desplazándose hacia es-
escuela. El marxismo, el fascismo, el tados corpusculares crecientemen-
naturalismo ortodoxosos. te complejos en su disposición ma-
Ortodoxia. Gr. orlhodoxia, carácter terial y, psicológicamente, cada
de la opinión (doxa) recta (orthe). vez más interiorizados¡ deriva di-
rectamente inscrita ( ... ) en una
A. Prop. (Teol.). l. En sentido abs- creciente concentración del siste-
tracto: conformidad con la doctrina re- ma nervioso. (P. TEILIIARD DE CH.,
ligiosa definida por la Iglesia o teni- Le groupe zoo!. humain, 121.)
da por verdadera. La ortodoxia de una
enseñanza. OSCURIDAD
2. En sentido concreto (la Ortodo- Oscuro. Lat. obscunui. Se op. a cla-
xia): la Iglesia ortodoxa, es decir, las rus.
Iglesias ,de Oriente separadas de la Se define por opos. a claro•.
Iglesia romana.
V. Co11fuso, 1.
l. Tanto frente a los protes-
tantes como frente a la Iglesia ro- Oscuridad. Carácter de lo que es
mana la Ortodoxia se afirma co- oscuro o, en sentido concreto, aquello
mo la verdadera Iglesia de la que mismo que es oscuro (un texto lleno
los cristianos de Occidente se han de oscuridades).
separado. (J. MEYEND0RFF, L'Égli- l. [A propósito del conoc1m1en-
se orthod-Oxe, 192, Seuil, 1960.) to de Dios] la claridad es el ca-
735 OTRO

rácter de todo objeto finito que In constituye precisamente la positi-


inteligencia es capaz de circuns- vidad de la relación; esa ausencia
cribir, en tanto que la oscuridad del otro es precisamente su pre-
es una infinidad que nos contiene sencia como otro. (E. LfVINAS, De
y sobrepasa, pero que no cesa de l'e:ristence a l'existant, 163.)
inspirarnos y conmovernos. Hay 2. Para obtener una verdad
una oscuridad que es falta de luz cualquiera sobre mí, tengo que pa-
y otra que es, en cierto modo, ex- sar por el otro. El otro es indis-
ceso de ella. (L. LAVELLE, La par. pensable a mi existencia; tanto,
et l'écrit., 166.) por lo demás, como al conocimien-
2. En el escritor como en el me- to que de mí tengo. (J.-P. SARTRE,
dium, la oscuridad favorece el L'e-:,:iatenciaUsme est un human.,
fraude. (J. RosTAND, De la vwnité, 67.)
14.) 3. el infierno, son los otros.
3. Al triunfo ele las obras oscu- (J.-P. SARTRE, Huis-c[os, V; Théá-
ras conspira la pretensión de los tre, I, 167.)
tontos con la humildad de las gen- 4. La preocupación por el otro
tes de ingenio. (lbúl., 16.) es un rasgo cardinal, acaso el más
4. tengo muy estrecha esa par- esencial del pensamiento contem-
te del cerebro donde se recogen y poráneo. (D. LAGACHE, Encycl. mé-
concentran las ideas oscuras. Par- dico-ckir. 35030, A'", 5, 1955.)
te muy necesaria en los tiempos V. Amistad, 45; Cerrado, 1; Com-
modernos para ganar fama y prensión, 3'1; Corazón, 19; Persona,
atraer a los jóvenes. (J. GUITT0N, 24, 26.
Journa.l, 23-24.)
Los demás, los otros. Las otras per-
OSTENSIVO. Der. del lat. ostende- sonas, el prójimo•. V. Altruis1no.
rc (mostrar), ostentus (mostrado). Otro 5. El deber y la felicidad con-
der.: ostensible, que puede ser mostra- sisten igualmente en vivir para
do. los demás. (A. C0MTE, Polit. posit.,
Se dice de las proposiciones o de- IV, 49.)
mostraciones que hacen ver lo que 6. La severidad de nuestrns
enuncian o dan directamente la evi- juicios sobre los demás suele pro-
dencia de ello. Contr.: indirecto, apagó- venir de que tomamos nuestro
gico. La definición ostensiva hace ver ideal por nuestra práctica y su
el objeto definido; la no ostensiva pro- práctica por su ideal. (M. BLO~ -
cede por conceptos abstractos (género DEL, L'actwn, 169.)
próximo y diferencia específica). «De-
mostración ostensiva» es sinónimo de 7. No hay, pues, privilegio del
«demostración directa•; la demostra- propio conocimiento, y los demás
ción indirecta y la demostración por no me son más impenetrables que
reducción al absurdo de los matemáti- yo. Lo dado no es yo y por otra
cos son demostraciones no ostensivas. parte los demás ( ... ) - Es ( ... )
V. Prueba. yo con los demás. (M. MERLEAU.-P.
Phénoménol. de la perc., 389.) '
Es difícil, en mi opinión, pres-
cindil· siempre de esas demostra- 8. la clave de los demás está,
ciones apa.gógicas, es decir, que ante todo, en nosotros mismos, por-
reducen al absurdo, y probarlo to- que no hacemos nunca más que
do por las osfe-11sivas, como suele conjeturar a los d·emás. (Ch. BLON-
llamárselas. (LEIBNIZ, No1<vcaux DEL, Psychogr. de JI. Pr,nLSt. 162.)
Essais, IV, vm, 2.) O. Los verdaderos secretos de
un ser le son más secretos de lo
OTRO. Lnt.: alta, de donde alterar que lo son para los demi1s. (P. V A-
(hacer otro), ulteridud•, ultruismo•, LÉRY, Choscs t1<es, 11.)
Concepto primero del que sólo cabe dar 10. Es natural que conozca me-
sinónimos: diferente, distinto, diverso, jor a los demás que a mi mismo,
separado ... que estoy tan ocupado en hacerme.
Psi col. El otro se opone al yo; los (L. LAVELLE, L'crrrur de Narc.,
otros, al yo y al nosotros. 35.)
l. Lo que se presenta como el 11. El mejor medio para apren-
fracaso de In comunión en el amor der a ronocerse es tratar de com-
OTRO 736

prender a los demás. (A. GmF., die? (,J. ORTEGA y GASBET, J\fom,o-
Jo11r11al, III, 10 feb. W22.) ,.;a,i ,r., Mc•fa11za, Obraa, V, 487,)
12. necesito de la mediación Ad. E,
de los denuís para ser lo que soy. V. Cif,·a, 7; Co11ocimic11to, 9; Dsbcr,
(J.-P. SARTRE, L'ctr,, rt l,• 11., 349.) 19; Ecl11c"ció11, 10; Empatía; Fclici-
13. El mús solitario de los ere- da,l, 34; l11stancia, 15; Intcrioridacl,
mitas lleva unn existencia marca- 1; Meclració11, 4; N<1l.11rafrza, 13; Opi-
da por sus pasados encuentros. 11ió11, 15; Persona, 40; Relación, 13;
Que los demás -sean objetivo,menlc So/cclacl, 2, 3, 9; Solip•i•mo, 1, 2.
presentes o ausentes, es algo que Oitsia. Subst, gr. derivado de ousa,
no importa al caso; me obsesionan part, pr. fem. del v. cinai (ser). La
siempre. La soledad no es más que ousia es, pues, lo que hace que el exis-
u:rn modalidad particular de la re- ten te sea lo que es. Se traduce este tér-
lación con los demás. (CI. DucoT, mino por esencia• o quididad•, y más
l'n'sr11cc et absc11cc ele l'ctre, 105.)
frecuentemente por sustancia•.
13'. ¿Quién no ha pasado por
más de una hora en que le pare- La sustancia [ousia] se toma,
ció con irrefragrable evidencia que si no en un gran número de acep-
no hay nada que hacer con «los ciones, al menos en cuatro princi-
demás», que la presunta conviven- pales: suele pensarse, en efecto,
cia no es tal con-vivencia, sino que la sustancia de cada ser es
más bien una extra, o an.tivive11cia, ya la quididad, ya el universal, ya
que vivir es inexorable incomuni- el género, ya, en cuarto lugar, el
cación, incorregible soledad y con- sujeto. (ARISTÓTELES, Mét., 1028 b,
sustancial no entenderse con na- 33-35.)
p
PACIENTE. Lat. patiena, part. pr. juego para el cuerdo; el loco las
de pati (sufrir, soportar). toma por monedas. (HOBBES, Levia,.
A. En sentido e timol.: el que sufre than, II, II.)
la acción, p. ej., el operado por el ciru- 3. Las palabras son la forta-
jano. En el voc. escolást. se op. a agen- leza del ,pensamiento. (W. HAMIL-
te• y es sin. de pasivo•. Intelecto• pa- TON, Lect. on Metaph. and Logic,
ciente o pasivo. III, 138.)
V. Pasi6n, 4. 4. Llenar una vieja palabra de
B. En sentido usual: que tiene pa- sentido nuevo, del que el uso y la
ciencia, es decir, .soporta sin quejarse vetustez la habían, por así decir,
los retrasos, los contratiempos de la vaciado, no es innovar, sino re-
existencia, los defectos ajenos; que sa- juvenecer. Las lenguas se enrique-
be esperar o muestra constancia en su cen escudriñándolas. (J. J OUBERT,
trabajo. Pensées, 200.)
5. Antes de decir algunas pa-
PAIDOLOGIA. Ciencia del niño (gr. labras felices, hacedles un sitio
pais, pai<ros). (lbíd., 201.)
PALABRA. Del lat. parabola, to- 6. Esas palabras [del voc. fi-
mada del gr. parabole, comparación, los.] contienen en sus significacio-
semejanza, parábola. nes no todo lo que puede saber-
se, sino todo lo que se sabe; es
A. Sonido o grupo de sonidos ar- decir, la teoría del sentido común
ticulados que sirven para expresu y como la sabiduria de la nación
ideas. Un importante problema filosó- en cuanto a los hechos por ellas re-
fico es el del p8JJ)el de las palabras en presentados. (LAFAYE, Synon., In-
el pensamiento. V. Universales (Pro- trod, LXX.)
blema de los-). 7. Bajo las palabras, que son
l. aunque en verdad creo que la poroión clara, están el trabajo
las lenguas son el mejor espejo del sordo y la vaga evocación de la
esplritu humano y que un análisis experiencia organizada que las vi-
exacto de la significación de las vifica. Sin ese factor inconsciente,
palabras serla lo que mejor haria que puede y a menudo debe vol-
conocer las operaciones del enten- ver a ser consciente, nada se hace
~imiento. (LEIBNIZ, N. Essais, III, que no sea ilusorio. (Th. RIBOT,
VII, 6.) Évol. des idées gé11., 252.)
2. Las palabras son fichas ele 8. la palabra ( ... ) es semejan-
47. Din:ir,11ariu th-1 I.C111{11njL· Filu-;,Hicn.
l'ALABR,\ 738

te a la monroa fiduciaria (bille- 18. La significación de las pa-


tes de banco, cheques, etc.), y ofre- labras no reside en ellas de ma-
ce la misma utilidad y los mismos nera predestinada; les viene de lo
peligros. (Th. RrnoT, Psychol. de que sabemos hacer con ellas. (F.
l'att., 85.) GoNSETII, Pliilosophio math., 42,
9. Las palabras se parecen a Actual.)
las mariposas; sólo cuando se po- 19. la palabra en libertad es
san les vemos el color. (E. ESTAU- una estrella de eventuales direc-
NIÉ, Le /abyrinthc, 233.) ciones de la atención, una red de
10. Parece que las ideas van en -posibles acepciones que no pensa-
cierto modo a remolque de las pa- mos nunca in extc11so. Pero la pa-
labras. (V. EGGER, La par. intér., labra en la frase se extiende sólo
183.) a la acepción pertinente; las de-
11. El poeta siente venir sus más, abandonadas, existen sólo a
pensamientos con las palabras. medias o no existen. (C.-L. EsTt-
(H. DELACR0IX, Psychol. de l'art, VE, Études pl!ilos. s. l'cxpress. lítt.,
157.) 194.)
12. Las palabras evocadas emer- 20. la palabra es por naturale-
gen de un trasfondo de posibilida- za y sigue siendo, cualquiera que
des verbales eon relación al cual sea el modo en que se la utilice,
se determinan y del que toman su ante todo significativa; la silaba,
valor propio. Una palabra sólo tie- que no sig11ifica, nada, es, en su
ne sentido por relación a otras a uso poético, radical y curiosamen-
las que se asocia u opone. El valor te sugestiva. (R. W ALTZ, La, tréa-
propio de una palabra, su matiz de tion poétique, 193.)
significación, proviene de lo que 20'. Aun cuando las palabras
la distingue de otras que signifi- provengan del alma, no están a!li
carían poco más o menos lo mis- compuestas como se componen al
mo y que son como cortejo invisi- exterior; muchas cosas simples se
ble. (H. DELACR0IX, Lang. et pen- expresan en composición; y otras
sée, 15.) que se hallaban expresadas afuera
13. ( ... ) el perro, el árbol, la simplemente no las recibe asi el
virtud, no son nada sin una afir- alma, sino que añade a ellas algo
mación, la que sea, a propósito del que la fantasía acumula y pinta
perro, del árbol o de la virtud. Só- con rapidez. (J .-L. VIVES, Tratado
lo se los piensa pensando algo de del alma, 84.) Ad. E.
ellos. (lbíd., 121.)
20". Habiendo en la palaibra to-
14. Las palabras no están en la do el misterio y toda la luz del
mente como en un diccionario ( ... ). mundo, deberíamos hablar como
Se hallan implicadas en relaciones encantados, como deslumbrados.
psicológicas y, salvo para el gra- Porque no hay nombre, por ínfima
mático, carecen de independencia cosa que nos represente, que no
existente y aislada. (lbíd., 432.) haya nacido en un ,instante de ins-
15. Un análisis directo de las piración, reflejando algo de la luz
palabras usuales permite siempre infinita que engendró al mundo.
tratar honorablemente cualquier (J. MARAGALL, V·ida, escrita, 48.)
cuestión. (ALAIN, Él. de phi/01., Ad. E.
11.) 20"'. En el Diccionario de la
16. Quien comprendiese todas Academia, en cualquier dicciona-
las palabras de su lengua, y según t·io, he aquí las palabras. Aislemos
el uso común, sabría lo suficiente, una de ellas. Esta palalbra tendrá
(ALAIN, Propos sur la. relig., 85.) su forma concreta, de tantas sila-
17. si escribimos con arreglo bas, de tal raíz, de tal desinencia,
a la idea, caemos fácilmente en un susceptible de tales rimas o de ta-
estilo pedestre; en cambio, si nos les otras. Tendrá igua.lmente un
decidimos a seguir a las palabras significado, que el Diccionario de-
y cuanto la lengua propone, lle- finirá. Pero encima de ello hay en
gamos a realzar la propia idea, aquélla un germen, unas posibili-
que surge entonces nueva y dis- dades, un movimiento. Hay un im-
tinta por un movimiento natural. pulso del pensar, una potencia ac-
(ALAIN, Prél. a l'est/1., 287.) tiva de enlace, fuente de metáforas
739 PANTEiSMO

y de figuras. Hay igualmente una Pan. Gr. pan, puntos, todo. Panakcia
herencia, una impregnación en re- (panacea), planta imaginaria que cura
lentes alli acumulados, de cad11 vez todos los males.
que la palabra ha servido, sobre Pref. de diversas palabras (pancro-
todo si ha servido al genio. Hay, mático, sensible a todos los colores;
por fin, una fuerza de prolifera- pantómetra, que lo mide todo), en par-
ción y de superación, ora poética, ticu1ar de las terminadas en ismo que
ora heroica -de cada palabra ca- expresan una idea de totalidad, de to-
bría decir lo que Nietzsche del talitarismo o exclusivismo; pancalismo
hombre, que "es algo que desea ser (teoría según la cual todo es bello) ;
superadon-, que nuestra mente pangermanismo, panarabismo (movi-
puede captar. (E. o'Oas, Tres lec- mientos para una extensión nacional r,
ciones en el /11. del Prado, 167.) todos los países reputados germanos o
Ad. E. árabes) ; panteísmo• (doctrina según
V. Dia,léctica, 1; Fanatismo, 3, 5; la cual todo es Dios y nada existe fue-
Sentido, 40; Universo, 6. ra de Dios) ; panenteísmo• (doctrina
para la cual todo es en Dios).
B. En sentido abstracto (sólo sin-
gular): la facultad de hablar, es de- PANESPERMIA. Gr. panspermia,
cir, de expresar el .pensamiento por comp. de pan (todo) y sperma (semi-
medio de la voz. De los animales, sólo lla) : mezcla de todas las semillas.
el hombre posee la palabra. Doctrina según la cual el universo
Sin.: lenguaje (pero el lenguaje ha- entero está lleno de gérmenes. Reno-
blado es sólo la manera más común vada por s. ARRHÉNIUS (1&59-1927),
de expresar el pensamiento). para quien gérmenes vitales habían
21. La palabra ha sido dada llegado a la Tierra de otros mundos.
al hombre para explicar sus pen- PANLOGISMO. Palabra creada por
samientos; y, así como los pensa- J. ERDMANN para designar la doctrina
mientos son los retratos de las cosas, de HEGEL según la cual todo lo real es
las 'Palabras [sentido Bl son los racional y lo racional real, de modo
retratos de nuestros pensamientos. que la realidad puede ser construida
(MOLIERE, Maria.ge forcé, VI.) siguiendo exclusivamente las leyes del
Palabra interior. Representación ima- pensamiento racional.
ginativa de palabras que acompañan En un sentido más amplio: doctrina
al pensamiento sin actividad conscien- según la cual lo real es racional y pue-
te de los órganos de e,apresión verba,!. de ser explicado racionalmente, pero
Sin.: endofasia•. sin que, no obstante, se siga de ello la
22. Esa palabra interior, silen- posibilidad de deducir;o de las leyes de!
ciosa, secreta, que sólo nosotros pensamiento.
oímos, se hace sobre todo eviden- ( ... ) Jo que propongo es una es-
te cuando leemos: leer es, en efec- pecie de panlogismo, una total re-
to, traducir la escritura en pala- integración de la vida en el pensa-
bras, y leer para uno mismo es miento ( ... ) , un esfuerzo por resu-
traducirla en palabra interior; y, mir desde sus eomienzos y ratifi-
en general, leemos para nosotros car plenamente desde el punto de
mismos. Lo mismo pasa cuando es- vista de la reflexión y la libertad
cribimos: no hay escritura sin pa- aquello mismo que es impuesto,
labra; la palabra dicta, la mano subconsciente, espontáneo. (M.
obedece ( ... ) ; pero es una palabra BLONDEL, Bull. de la Soc. ír. de
interior, una palabra menta,}, sin Philos., 1902, 191.)
existencia objetiva, extraña al P ANTEfSI\I o_ Palabra creada en el
mundo físico ... (V. EGGER, Par. in- s. XVIII por el irlandés J. TOL.\ND y
tér., 1-2.) que designa etimológicamente la teoría
V. RegÚifro, 3. según la cual todo (gr. pan) es Dios
Palin. Pref. gr. que indica un movi- (theos).
miento en sentido opuesto: al contra- A. En general: doctrina según la
rio, de nuevo. cual Dios no es un ser personal dis-
Palingenesia: regeneración. Palino- tinto del mundo. Se opone a teísmo"',
dia: primitivamente ,poema, y hoy to- pero no a deísmo•. El panteísmo es
da suerte de escrito o discurso desdi- una forma de monismo (monismo pan-
tiéndose de afirmaciones anteriores. teísta o, absolutamente, monismo"');
PAPEL 740

una forma de inmancntismo• (Dios in- 4. e! pa11tels1110, común denomi-


manente, ya sea al mundo, ya a las nador de toda posición espiritual
mentes). en que el tono que permite el ra-
l. La importancia dada al co- cional discernimiento se presenta
nocimiento de si 11ropio, la enérgi- rebajado de nivel. (E. n'Oas, Tres
ca afirmación de la personalidad lecciones en el M. del Prcult,, 198.)
humana, aun en el acto de la po- Ad. E.
sesión y del éxtasis, salva del pnn- PAPEL. Del lat. pwpyrus.
telsmo no sólo a nuestros doctores
ortodoxos, sino al mismo hereje A. Pro p.: hoja delgada he.cha con
Miguel de Molinos, en cuyo bu- pasta de diversos materiales y en la
dismo nihilista el alma, muerta que se escribe, se imprime, se dibuja,
para toda actividad y eficacia, re- se pinta, etc.
tirada en la parte superior, en el B. l. Texto que debe recitar el actor
ápice de sí misma, abismándose y, por ext., el personaje que repre-
en la nada, como en su centro, es- senta.
pera el aliento de Dios, pero reco- 2. Por anal.: la función desempeña-
nociéndose sustancialmente dis- da por alguien o algo, A diferencia de
tinta de él. (M. MENÉNDEZ Y PE· la función, el papel supone, hablando
LAYO, De la, poesía, mística,, en Sa," propiamente, un plan determinado por
Isüloro ... , 58-59.) Ad. E. el hombre: se dice «la función cloro-
2. ¿Quién, iniciado en ese pa- filicau y no el «papel •clorif!lico•; el
rentesco solamente de las cosas to- «papel de la electricidad» producida
das, puede desdeñar nada por ba- por las centrales térmicas o hidráuli-
ladí? A la postre, el pa.nte!smo se cas y los «efectos de la electricidad
resuelve en la exclusión de todo atmosférica».
desdén... (J. ORTEGA y GASSET, Sin.: oficio, función, cargo.
Ren,a,n, Obras, I, 465.) Ad. E. ( ... ) darnos siempre preferencia
B. Principales formas. l. Panteísmo sobre la necesidad interior que te-
emanatista o emanatismo• (PLOTINO) : nemos de hacer algo a:I papel apa-
doctrina según la cu,.l, siendo todo rente que hemos de representar, y
único, el Ser se expande por emana- que aquel día era el de un invita-
ción a partir de un foco central en do. (M. PROUST, Temps retr., 11,
una jerarquía de seres progresivamen- 9,)
te degradados, pero que forman con él Pa,ra. Prep, gr. que significa junto
un mismo ser. a, al lado de, y, a veces, contra. Para-
2. Panteísmo idealista (HEGEL) : doc- plirasis, paráfrasis (discurso al margen
trina para la cual, al reducirse la rea- de un texto dado). Pa,ra,deigma,, para-
lidad a las ideas o el pensamiento, Dios digma, ejemplo o modelo (que se pone
es el Espíritu que toma conciencia de al lado del trabajo que uno ejecuta).
sí mismo en los espíritus a los que es No debe confundirse con pa.-a, del la-
inmanente. tín pa,ra,ro (preparar o prepararse: pa-
3. Panteísmo naturalista: doctrina raguas, paracaldas).
que identüica a Dios con la natura- En los compuestos del voc. técnico
leza. de la 'biol. y de la pato!., indica una
4. Panteísmo de los poetas (forma idea: 1.0 de vecindad (paratiroideo) o
de panteísmo naturalista) : sensación semejanza (paratífico) ; 2.0 de altera-
precrítica y sin explicación racional ción o desorden, en cuyo caso ual la-
de que un mismo impulso vital anima do» debe tomarse en el sentido de la
la naturaleza, considerada asl corno el expresión vulgar «echar a un lado»
Todo. (paramnesia, paranoia, paratimia).
3. el pantelsrno de los poetas, Para sí. V. Sí.
que es el de todos los soñadores,
apenas trata más que de expresar- PARÁBOLA. Gr. paraba/e (der. de
se ( ... ) ; como ejerce su acción no paraba,llein, echar o poner junto a,
por medio de argumentos, sino a comparar), comparación.
la manera de un hechizo, mediante Pequeño relato o breve descripción
el encanto de las imágenes, es tan destinada a encarecer una lección mo-
poco susceptible de examen corno ral. A diferencia de la alegol'ia •, la
de refutación. (Aug. VALENSIN, A parábola no es significativa en todos
travers la mita,pli., 81, 82.) sus detalles, sino tan sólo en conjunto.
741 PARADOJA

PARADOJA. Gr. parador.cos, adj.: se oculta. (J. GUITTON, Noovel


contrario a la opinión ( dar.ca) común; art de pe-nser, 147.)
term. fem. parador.ca. Paradojo,-oja V. Truismo.
se usó como adj. (hoy paradójico, -ica). 2. Ad. E. Sinónimo de antinomia.
Aunque seguro el héroe del os- Aunque más bien se suele reservar el
tracismo de Atenas, peligra en el término antinomia para referirse a las
criticismo de España. Extrava- antinomias kantianas y emplear para-
gante aquél, le desterrará luego, y doja '))ara designar lo que ·los lógicos
pudiera a los distritos de la fama, medievales llamaban «insolubilia» («in-
a los confines de la inmortalidad. solubles»), de tipo lógico o semántico.
Paradojo éste, le condena a que En este sentido, la paradoja clásica
peca en no pecar. Es primor cri- es la de Epiménides o «el mentiroso•:
tico deslizar venialmente en la según Epiménides, los cretenses mien-
prudencia y el valor, para entrete- ten; ahora bien, Epiménides es creten-
ner Ja envidia, para cebar la ma- se, y, por tanto, miente; pero entonces
levolencia. (B. GRACIÁN, El héroe, Epiménides dice ,la verdad. Bertrand
42.) Ad. E. RUSSELL la expone abreviadamente así:
A. l. Afirmación contraria al pen- «Si es verdad que miento, entonces no
samiento común, pero ordinariamente miento. Si no es verdad que miento, en-
brillante y que opone de re'lieve un pun- tonces miento».
to de vista generalmente descuidado. Otra paradoja clásica es aquella en
La paradoja es una afirmación que que incurre el escéptico: uno hay ver-
no se opone a la verdad, si.no que pre- dad», dice, y, al decirlo, afirma que
tende establecerle frente a las supues- esa proposición es verdadera; 1uego no
tas verdades de la opi,nión corriente, es -cierto que no hay verdad.
cientifica o filosófica. As! la emplean El problema de las paradojas se agu-
KIERKEGAARD y UNAMUNO, quien la de- diza con la lógica matemática. Entre
fine como «una proposición tan eviden- las más notables citaremos la de los
te, por lo menos como el silogismo, pe- conjuntos de CANTOR o de BURALI-FOR-
ro menos aburrida». (FERRATER MORA, TI, la de la clase de las clases que no
Diecionalrio de Filosofía.) Ad. E. son miembros de sí mismas de Rus-
SELL, la de la autologicidad o heterolo-
l. La paradoja es la golosina de gicidad del término autológico, etc.
las gentes de esprit y el gozo de las
personas de talento, ¡ Es tan agra- Las soluciones que los logicistas han
dable tener razón contra todo el dado son muy numerosas y discutidas.
mundo y desconcertar al buen sen- Las paradojas lógicas suelen resolver-
tido banal y la vulgar simpleza! se mediante Ja teoría de los tipos (Rus-
(H.-F. AMIEL, Journal, 17 sept. SELL) : la clase es de un tipo superior
1872.) a sus miembros. Las ,paradojas s"71tán-
ticas, a su vez, mediante los diferen-
2. Las paradojas de hoy son tes niveles de lenguaje (metalengua;e,
los prejuicios de mañana, puesto WITTGENSTEIN, CARNAP, GfiBEL ... ). Es-
que los más bastos y desagrada- tas soluciones son muy discutidas. De
bles prejuicios de hoy tuvieron su todos modos, las paradojas no son me-
momento de novedad en e'l que la ros ejercicios retóricos, sino que plan-
moda les confirió su frágil gracia. tean cuestiones decisivas para la Lógi-
(M. PROUST, Les plaisirs et les j., ca. y han sido uno de los motores de
183.) las nuevas Lógicas matemático-simbó-
3. Hay paradojas de expresión. licas.
Se exagera para «encarecer». Y B. Hecho que parece inconciliable
hay paradojas reales. Éstas supo- con algunas certidumbres probadas.
nen una antinomia: una verdad 5. La paradoja de la educación
nos hiere, otra la equilibra. (H. moral reside en que parece no po-
DE LUDAC, Paradoxes, 13.) der ser educativa sino a condición
4. A nuestro entender, la pa- de tratar al sometido a ella como
radoja no es mñs que una etapa una cosa, lo que es la inmoralidad
en el circuito que va de una ver- misma. (R. LE SENNE, Le dev,,ir,
dad de sentido común a una ver- 660.)
dad de buen sentido. T.iene su ofi- V. Acciclcntr, 13.
cio, c¡ue es el de desconcertarnos Para.cloja <"pistcmológica (E. llIEYER-
y hacemos percibir un as¡iecto que S0N). Explicar es identificar lo diver-
PAHALELISMO 742

so de In realidad. Pero esta irlentificn- leyes del len¡_runje no son las del
rión conduciría a ln indiferenciación pensamiento, y es vano eatnb1ccer
totnl y. por ronsig-uienh~, a la aniqui- entre ellas rorrespondenrin alguna.
lación del pensamiento. De donde In (Ch. SERltUS, Le parall. logico-
conclusión de que no existe explicación g1·a.11im., IX-X.)
total; la mente tropieza siempre con Pa.ra.fclúnno ¡,sicofü,i,,/ógi.co (o psico-
un irracional. fisico). Doctrina según la cual:
PAHALELISMO 1.0 A todo hecho psiquico corres-
Paralelo. Gr. paralle/a.i, líneas en- ponde un heoho fisiolób,;Co determina-
frente o a lo largo (pa.ra) unas de do, de suerte que «el acontecimiento
otras ( alliilai). mental y el acontecimiento cerebr,.J no
son, en el fondo, más que un solo y
A. Prop. (Geom.): equidistante. mismo acontecimiento con dos caras,
B. Por anal.: se aplica a las cosas una mental, la otra física; una acce-
que van regularmente en compañía sible a In conciencia, la otra a los sen-
(dev·aluación, encarecimiento y aumen- tidos». (TAINE, De l'intellig., I, 329.)
to de los salarios son fenómenos para- Este principio es común a todas las
lelos) o simplemente se corresponden formas de paralelismo psicofisiológico.
dentro de órdenes diferentes (la Direc- 2. La observación establece que
ción depertamental de Sanidad es en ciertos hechos de conciencia ha-
Francia paralela a la Inspección Aca- llan una condición necesar.ia en el
démica). V. Homól,ogo. cerebro. Bastará conferir alcance
Paralelismo. A. En sentido abs- universal a fa relación as! descu-
tracto: carácter de lo que es paralelo. bierta y afirmar que todo hecho
El paralelismo de dos líneas o dos pla- de conciencia posee un concomi-
nos, de dos carreras, de dos institucio- tante cerebral para obtener un
nes, de dos e"'--posiciones ... principio que responde tanto a las
B. Doctrina según la cual dos o exigencias de .Ja psicología como a
más series de hechos son rigurosamen- las de la fisio'logía. Este principio
te paralelas, en el sentido de que a to- es el del para:lelismo psicofísico. (J.
da variación de una corresponde en la LARGUIER DES B., Introd. a la, psy-
otra una variación del mismo sentido chol., 81.)
e importancia. Se presenta bajo dos 2.0 No hay la meno1· acción de lo
formas: físico sobre lo psíquico, ni de lo psí-
l. El paralelismo causal admite, en- quico sobre lo físico. Este segundo
tre las series paralelas, una relación principio sólo es válido para el parale-
de causalidad, ya como dato cierto (pa- lismo estricto que, de hecho, sólo ha
ralelismo dogmático), ya a título de hi- sido sostenido con firmeza por LEIBNIZ.
pótesis de trabajo (paralelismo meto- (V. Armo11ía preestablecida.)
dológico). 3. Los fenómenos físico-quími-
2. El paralelismo no causal rechaza, cos son inseparables de los fenó-
paradójicamente, toda relación de cau- menos vitales y aun psíquicos, pe-
salidad. Es la postura de la teoría lla- ro no hay engendramiento de los
mada «paralelismo ')1sicofisiol6gico» en fenómenos vitales por los quími-
el sentido estricto del término. cos; hay tan sólo paralelismo, y
ésto es cierto para todos los fe-
Paralelismo lógi.co-gramatical. Con- nómenos vitales, desde los más ín-
cepción según la cua,J hay una exacta fimos a los más elevados, incluso
correspondencia entre las formas del -los fenómenos intelectuales. (CI.
lenguaje y las del pensamiento. BERNARD, Pr. de méd. exp., 149.)
l. Esta obra tiene por objeto 4. Nuestra mente, ta1 como es-
denunciar ( ... ) la creencia en un tá hecha, no puede concebir nin-
paralelismo lógico-gramatic,.J. (... ) guna relación de causa a efecto en-
Admitimos, al menos confusamen- tre fenómenos tan radicalmente di-
te, que las gramáticas empíricas ferentes, heterogéneos, dispares,
contienen y abarcan una gramáti- como lo son los hechos de concien-
ca general, cuando no una gramá- cia de una parte y los fenómenos
tica pura, cuya marcha está mol- del mundo material de otra. ( ... )
deada por la del pensamiento. (... ) La única relación que podemos
Luego no procede afirmar un captar entre ellos es una simulta-
pa1·alelismo lógico-gramaticad, Las neidad: nuestros fenómenos de
743 PARANOIA

conciencia tienen lugar al mismo Ilusión consistente en fa impresión


tiempo que, en nuestro cerebro, di- de revivir con todas sus circunstancias
versos procesos fisico-quimicos; una situación anteriormente vivida,
unos y otros son concomitantes, pa- siendo así que es efectivamente nueva.
ralelos. La psicología debe regis- Sin.: falso reconocimiento, sensación
trar este paralelismo como un he- de lo ya visto.
cho, sin tratar de resolver el enig- Todos los norteamericanos que
ma de tal dualidad psicofísica. (E.
CLAPARtilE, L'assoc. des idécs, 2.) vienen a Europa son también vie-
jos europeos que vuelven al hogar.
·5. [Se trata de saber] cuál de ( ... ) Creo que su experiencia es
los dos, el paralelismo o el inte- muy semejante al fenómeno de la
raccionismo, es más cómodo, más paramnesia. (G. PoULET, en L'Eu-
sugestivo para el hombre de cien- rope et k mmule d'auj., 288, Ba-
cia. (E. CLAPARtDE, A rch. de ps¡¡- con., 1958.)
chol., ·1908-1904, 93.)
PARANOIA.. Subst. gr. que desig-
PARALOGISMO. Gr. paralogismo•. na el estado del paranOUB: el que tiene
cálculo (logismos) desviado (para), es la mente (nous) extraviada, el que
decir, erróneo, falso razonamiento. piensa al revés (para).
Razonamiento que no concluye de Término genérico que antaño desig-
modo válido. A diferencia del gr. pa- naba las enfermedades mentales.
ralogiBmos, paralogismo supone buena
fe. V. Sofisma. Hoy, en ,Ja medida en que es utili-
zado, su significación se ha restringi-
El eterno parDJlogismo humano do grandemente. V. Paranoico.
es la confusión de la forma con
el fondo; la inducción que, de la Sin.: delirio de grandezas, megalo-
lógica, infiere la verdad. (E. Bou- manía.
TROUX, «11' Congres intern. d'Éduc. l. Paranoia. Constitución psi-
mor.», La Haya, 1912, 144.) copática a base de egocentrismo,
de confianza exclusiva en uno mis-
PARAMEn1RO. Comp. de las pala- mo, de irreductible desconfianza
bras gr. pwra, (a iJo largo de) y metr011 frente a los demás; y caracteriza-
(medida). Par<111netrein, medir. da por un origullo excesivo con
A. Mat. Cantidad que entra en la aberración de1 juicio que conduce
ecuación de una superficie o de una al delirio sistemático, agudo o
curva y cuyas variaciones permiten crónico. (C. STRELETSKI, Cla t•ier
obtener •las diferentes variedades de ps¡¡chol., 121.)
superficies o curvas de esa especie. Paranoico. Individuo afectado de
B. Por ext. Aquello cuyas variacio- una psieosis eonsistente en una sobre-
nes provocan otras correspondientes en estimación patológica de sí mismo que
la serie de ·hechos considerados. falsea el juicio y acarrea una suscep-
l. La tasa del interés del dine- tibilidad quisquillosa que conduce a la
ro prestado es, pues, la primera insociabilidad.
medida dada, el parámetro, si así Sin.: megalómano, mitómano.
puedo decirlo, por el cual se esta-
blece e1 valor venal del capital. 2. El paranoico se halla cons-
(TURGOT, cit. en ROBERT,) tantemente satisfecho de sí; todo
pretexto le es bueno para confir-
2. Para salvar el determinismo mar su orgullo; no admite ni sus
[ en física cuántica], podría pen- equivoeaciones ni sus defeetos;
sarse en invocar la existencia de ningún fracaso le afecta. ( ... )
parámetros ocultos: 'las incerti-
dumbres que nos impiden estable- Su desconfianza hacia quienes
cer un determinismo causal •a es- le rodean está en función directa
cala cuántica serían entonces de- de su orgullo quisquílloso. ( ... ) To-
bidas tan sólo a la ignorancia en da la atención del mundo le pare-
que nos hallamos del exacto valor ce converger en sus aetos y gestos;
de esos parámetros ocultos. (L. DE espía el complot, ·la burla, la do-
BnoGLIEl, C011tim1 et cliscont ... , 73.) blez; todo lo interpreta, hace re-
proches que a nadie se le ocurri-
PARAMNESIA. Del gl"Íego -mncia rían, y se siente más triunfante
(memoria) y ¡u11·ct (al lado, al margen). cuanto nu\s paradójica es su con-
V. Mni!me. clusión. (... )
PARCIALIDAD 744

La falsedad del juicio es en el 6. Esta información [de la opi-


paranoico muy primitiva y carac- mon pública) puede ser neutra,
teriza incluso los casos más leves. objetiva, y puede no tener otro fin
Elln ordena el entramado de va- que el de e'.cvar el espíritu por la
nidad y ncrplejn suspicacia. El pa- instrucción. Puede también ser
ranoico se equivoca a 1la vez sobre parcial, filtrar los hechos para de-
sí mismo y sobre el mundo: vani- jar pasar sólo una parte de ellos.
dad y desconfianza son inextricn- Tal acción deformadora suele em-
blemente solidarias. ( ... ) Los tras- prende1·se para dnr .]ugar a una
tornos de la autocritica y el espí- a,ctit,ut. (A. SAUVY, L'opin,on pu-
ritu sistemático son las dos princi- blique, 98.)
pales fuentes de su aberración. (E. 6. La información parcial se
MOUNIF.R, Tr. di< caract., 565-567.) completa en la rnayoria de •los ca-
PARCIALIDAD sos con una acción de orden afec-
tivo. Se trata de exaitar los sen-
Partido. Der. del lat. pars, partis, timientos que dictarán la actitud
parte. Nótese que, en la acepción ju- deseada, (Ibíd.)
ridica del término, «parte» implica la
oposición que -caracteriza a «partido»: 6 bis. Imparcial es palabra va-
las partes contratantes, la parte de- cía de sentido que no designa sino
mandante. lá simple neutralidad. Acaso con-
A. Grupo de individuos asociados venga al hombre de laboratorio,
para la defensa de opiniones o intere- precisamente porque no tiene que
ses comunes. El partido filosófico (en tomar partido. El ·historiador, en
1a Francia del s. XVIII) • Los partidos cambio, toma partido y no puede
de derecha, de izquierda, Apenas se abstenerse de hacerlo. Entre lo ver-
usa ya más que en sentido político. dadero y lo falso no hay imparcia-
lidad posible, (E. DARDEL, L'hist.,
l. El espíritu de partido hace science du concret, 31-32.)
descender a los más grandes hom-
bres hasta las pequeñeces del pue- V. Mortificación, 3.
blo. (LA BRUYERE, Ca,ract., XI, 63.) Parcialidad. Carácter de la persona
2. Espíritu de pa,rtiilo, que es o la conducta parciales, es decir, que
al espíritu de cuerpo lo que las pa- manifiestan preferencias injustificadas
siones a los sentimientos ordina- o injustas. La parcialidad de un exa-
rios. (VOLTAIRE, Dict. phi/os., «Es- minador, de un critico literario, de un
prit», Sec. 111.) veredicto.
3. Pequeño partido o gran par- Contr.: imparcia1idad.
tido (... ) todos esos seres colectivos
pierden el espíritu por buscar la 7. el historiador ( ... ) tiende a
unión. Un cnerpo hecho de multi- la imparcialidad y In alcanza en
tud de cabezas nunca tiene más la crítica de las fuentes y el esta-
que una cabeza pequeña, bastante blecimiento de los hechos; pero, si
ocupada con serlo. (ALAIN, Propos fuese imparcial en la organización
•· des phüos., 139.) de los conjuntos, no por ello seria
menos parcia,! en la medida misma
B. Solución considerada en el cur- en que ha elegido parte de los ma-
so de una deliberación o por ,la que teriales disponibles. (R. ARON, 111-
uno se decide. No saber qué partido to- trod, d /a, p/tilos. de l'hist., 292.)
mar.
Parcial. Lat. pa,rtwlia. Partidario. A. El que se adhiere a
un partido (sentidos A o B), a una
A. Que no constituye más que la opinión. Soy partidario del matrimonio
parte (pa,rs) de un todo. precoz, de los estudios humanísticos, de
B. Que toma partido contrario a la la representación proporcional.
verdad o a la justicia contra, y más n B. La palabra francesa «partisan»
menudo a favor de una opinión o una o su castellanización «partisano» se
persona. Que ha resuelto de antemano utiliza cada vez más, en sustitución de
sin esperar razones. partidario, para designar ni combatien-
Contr.: imparcial. te que no pertenece al ejército regular
4. La posteridad sólo es impar- y entra en In lucha en defensa de sus
cial cuando es indiferente, (A. ideas, In guerra de los pnrtisnnos. En
FRANCE, L'anneau d'améth., 125.) la Resistencia (francesa de la Segunda
745 PARTICIPAClóN

Guerra Mundial) colaboraron los par- Sin.: epokhé•, reducción• fenomeno-


tisanos. lógica.
En francés upartisan» tiene a veces l. En virtud de la «tesis» [sen-
sentido peyorativo: el que se muestra tido C general, tomamos constan-
parcial y apasionado en la lucha por temente conciencia de nuestro en-
su partido. torno natural (... ) como de una
«realidad» existente ( ... ).
8. Partisan insiste [sobre el
carácter parcial J y califica como (... ) No a,ba,ndon<J11110s /a, tesis
adj. al que sirve a un partido con que hemos elaborado; nada cann-
fanatismo y por todos los medios bi<J11110s de nuestra C<l'ltviccwn. ( ... )
a su alcance, incluso por los más y, no obstante, la tesis sufre una
injustos. (H. BfNAC, Syn., 667.) modificación: mientras sigue sien-
do en sí misma lo que es, /a, pone-
PARl!:NESIS, subst. f. y paren.ética, mos, por así decir, "fuera, de jue-
adj. y subst. f. Gr. pa,ra,inc:ris, exhor- go" (a,usser Aktion), "fuera, de
taci6n; pa,rainetikos, el que exhorta y circuito", "entre paréntel1is" (... )
aconseja. Cabe, incluso, decir que la tesis si-
gne siendo una vivencia, pero no
A. Filos. (princip. en los estoicos). hacemos de ella ningún uso. (E.
Parte de la mora1 que, sin ocuparse de HUSSERL, ldées ... , trad. RIC0EUR,
los grandes principios de la ética, da 96-99.)
reg,las y consejos para la vida prácti-
ca. 2. Nuestra ambición es preci-
samente descubrir un nuevo domi-
l. No hay en la moral griega nio cientüico cuyo acceso logremos
un «imperativo», si,no tan sólo un por di método mismo de puesta en-
«optativo». Esa moral se presenta tre paréntesis. (... )
siempre como una «parenética» :
da consejos, no 6rdenes. (V. Bao- Cuando así procedo (... ), no nie-
CHARD, Ét. de philos. a,nc... , 2.• ed., go (... ) este «mundo» como hacía
492.) un sofista; no pongo en duda, su
ezistencia, como haría el escépti-
2. filólogos cientüicos, no po- co; sino que realizo la i-;:01..~ 1cfe-
dían desconocer el hecho de una nomenológica» que me prohíbe de
ela'boración poética y ,mística de modo absoluto cualquier juicio so-
los textos evangélicos, manifestada bre la existencia espacio•tempora~.
inclusive ,por la simetría paralela (Ibíd., 102.\
con que se conjugan los elementos
narrativos en lo que la escuela lla- V. Epokhé, 3.
ma «paradigmas» o los que en la P ARTICIPAClóN
misma reciben la denominación de
«paranesas» o exhortaciones mora- Participar. Lat. participare (comp.
les. (E. D'Oas, Tres lecciones en el de pa,rs, parte, y ca,pere, tomar) : to-
M. del Prado, 173.) Ad. E. mar, tener parte; compartir.
B. Ret. Refiriéndose a la oratoria A. Participar en: tomar parte en
sagrada: género oratorio consistente algo exterior a uno mismo (en una em-
en exhortaciones. El género parenético presa, en su gestión, en sus beneficios,
se opone sobre todo al dogmático en el en una suscripción, en una fiesta ... ).
sentido etimol. de este adj.: que ense- l. Dos amigos participan e!l
ña (no s61o el dogma, sino también la una buena acción y en la recom~
moral). pensa que ella les produce; un ter-
La parénesis viene normalmente de- cero, desinteresado, toma parte en
trás del kerigma • y la catequesis. la alegria que ellos sienten. (Mme.
GUIZOT, en LITTRÉ.)
PARl!:NTESIS. (Puesto entre -). V. Responsabilidad, 4.
Al. Ei11J'1Uhllhneriing (HUSSERL). B. Participar de: tener en su ser
En el vocab. de la fenomenología: algo de otro. El participio gramatical
acción por la que la mente, sin recha- participa de la naturaleza del verbo
zar la creencia espontánea en el mun- al mismo tiempo que de la naturaleza
do de las existencias y en el de los va- del adjetivo. La mula participa del as-
lores, se abstiene de toda afirmación no y del caballo.
respecto a ellos y suspende su asenti- 2. Si hubiese sido solo e inde-
miento. pendiente de cualquier otro, de
1',\RTIC'll'.\ClúN 746

suerte que hubiese tenido de mi pante y participado (criatura y Crea-


mismo lodo lo poco que participa- dor) y por ello mismo escapa al monis-
ba del Ser perfecto, hubiese po- mo y 'Panteísmo implicado en la ema-
dido tener <le mi, por la mismo. rn- nación"'.
zón, todo lo mucho que yo sabia me 7. sólo Dios es por su propia
faltaba. (DESCARTES, Disc. de la esencia; todas las demás cosas •on
rndh., IV.) por participación. Ahora bien, to-
3. 1Según Malebranche] el Ver- cio Jo que es por participación es
bo ( ... ) no participa de Dios; es causado por el que es por su pro-
Dios y recibe a Dios todo entero pia esencia. (Santo ToMÁs, Summa
en sí mismo. (M. GUEROULT, en «De teol., 1, q. 61. nrt. l.)
la connais. de Dieu», Rech. de phi- 8. [La conciencia] se halla
/os., II-IV, 278.) siempre situada en el punto mis-
Pero esta distinción no es observa- mo en el que se produce la partici-
da por L. LAVELLE, que emplea par- pación, es decir, en e1 ,punto en
ticipar en con el sentido de participar que, por un doble acto de consen-
de. timiento y negativa, unidos a Dios
4. el conocimiento participa en y no obstante separa:dos de él, nos
el ser, aunque nos ofrezca de él damos a nosotros mismos nuestro
una forma imperfecta e inacabada. ser propio y el espectáculo del
(L. LAVELLE, Présence tot., 41.) mundo. (L. LAVELLE, Présence to-
5. Sólo participamos en un ac- tale, 11.)
to que está en vías de realización, 9. Participación no quiere de-
pero que se realiza también en y cir que estemos en Dios como una
por nosotros, gracias a una opera- parte en el todo. Evoca un acto
ción original... (L. LAVELLE, De que nos hace ser por él y gracias
l'acte, 165.) a él, pero este acto somos noso-
6. En tanto que fenómeno o que tros quienes lo realizamos. (L. LA-
cuerpo, formo parte del mundo, pe- VELLE, Carta a Sciacca, 11 sept.
ro en tan to que yo sólo existo en 1949, cit. en Études philos., 1958,
el acto por el que me creo, partici- núm. 1, p. 22.)
po en un poder creador al que li- 10. [Según la ontc,logía clási-
mito y que a su vez carece de lí- ca.] Hay participación en el exis-
mites. (L. LAVELLE, Du temps et tir, pero también restricción, es
de l'ét., 17-18.) decir, participación gradual y gra-
Participación. Lat. participatio, Co- duada, escalonamiento de los se-
rresp. al gr. methexis, der. de mete- res a lo largo de una serie en la
khein, tener con. que el ser común se distribuye a
niveles indefinidamente variados.
Acción o hecho de participar, en (H. DuMÉRY, Probl. de Dieu, 99.)
cualquiera de las dos acepciones de es-
te verbo. 2. En LÉVY-BRUHL: carácter de las
representaciones colectivas de los pri•
A. En el uso ordin. ( en partic. en mitivos, quienes tienen la sensación
el vocab. de las finanzas y la ecom. de que los seres son más que lo que de
polít.): acción o hecho de participar en ellos vemos y participan de seres su-
algo, de tomar parte en ello (la parti- periores, en particular del totem•.
cipación en las elecciones ha sido del
78 por 100; la ley francesa del 26 11. esas relaciones místicas que
abril 191 O creó sociedades anónimas la mentalidad de los primitivos
con participación obrera), tener parte aprehende con tanta frecuencia
(participación en los beneficios, en los ( ... ) implican una «participación»
gastos). entre los seres o los objetos uni-
dos en una representación colecti-
B. Filos. Hecho de participar de. va. Por eso, a falta de mejor ex-
l. En el platonismo y en los filós. presión, llamaré ley ele participa-
de inspiración platónica: modo según ción al principio de In mentalidad
el cual los seres del mundo de la expe- ((primitiva» que rige las relacio-
riencia participan de un mundo supe- nes y prerrelaciones de tales repre-
rior (en PLATÓN, el mundo inteligible) sentaciones. (L. LÉVY-BRUHL, Les
y, en definitiva, del Ser Supremo, del fonctio11s mentales, 77.)
que proviene todo lo que son. l 2. Lo que subsiste es el he-
Implica la distinción entre partici- cho (no la ley) de que el «primili-
747 PASADO

vo» tiene con gran frecuencia la temen te: relativo a uno o algunos ca-
sensación de participación entre sos determinados y no a todos los de
él y tales otros seres y objetos am- la misma especie. En este sentido es
bientes, de la naturaleza o la so- usua1 definir la inducción como la ope-
brenaturaleza, con los que está o ración mental que consiste en inferir de
entra en contacto, y que, con no lo particular a lo general. Se dice tam-
menos frecuencia, imagina partici- bién: no hay ciencia de lo particular,
paciones semejantes entre esos se- sólo la ·hay de lo general. Pero es pre-
res y objetos, ( Les can-nets de Lé- ferible decir, siguiendo la fórmula es-
v¡¡-Tlrulil, 77-78.) colást.: non est acientia de individuo,
no hay ciencia del individuo o de lo in-
PARTICULAR, adj. Lat. particula- dividual, de 1o singular.
ris, der. de particula, diminutivo de
pars, ¡iarHs (parte), que ha dado par- 3. si es cierto que no hay cien-
tícula. cia de lo particular, no hay acción
En todas sus acepciones se opone a ni producción que no sea, por el
general, pero con precisiones diversas. contrario, esencialmente particular,
A. En el uso ordinario, l. Que es ni sensación que subsista en lo
propio de alguien o de algunos. Coche, universal. (P. VALÉRY, Variété IV,
reunión particulares. Interés particu- 247. Pléiade, 1, 1301.)
lar. 3'. Todos sus juicios [de los
Sin.: privado, personal, individual. animales] son acerca de lo parti-
Contr,: general•, común, público. cular, pero sin descender de las
cosas generales a las especiales y
¿ Qué habrá más odioso que una de éstas a las particulares, ni su-
autoridad particular, que decida
soberanamente sobre el mérito de bir de nuevo de éstas a aquéllas
los hombres? (BOURDALOUE, Sur la para alcanzar así la verdad. (J. L.
1nédis., l.) VIVES, Tratado del alma, 72.) Ad.
E.
(... ) cuando una sociedad se con-
sume victima del particularismo 2. Prop.: se dice de los términos
puede siempre afirmarse que el que designan a uno o varios individuos
primero en mostrarse particularis- indete~minados (un hombre, algunos
ta fue precisamente el Poder cen- hombres) y de las proposiciones cuyo
tral. (J. ORTEGA y GASSET, España sujeto es un término particular (algu-
invertebrada, Obras, 111, 69.) nos o ciertos hombres son ciegos). Se
Ad. E. op. a universa!• y a singular.
2. Que no concierne más que a uno Los términos «Charles de Gaulle»,
o varios casos determinados de una «Esos hombres» (de los que hablamos
cierta categoría. Tras haber estableci- o a los que señalo con el dedo) desig-
do los principios generales, hay que pa-
sar a las aplicaciones particulares. Eso nan individuos determinados y, por
no es más que un caso particular de consiguiente, no son particulares: «de
un hecho general. Gaulle» es un término singular; «esos
hombres», un término colectivo.
3. Que es especial, por encima o
fuera de lo ordinario. Una atención, Particular, subst. Individuo conside-
una amistad particulares. Un don par- rado como persona privada. Se opone-a
ticu1ar para el dibujo, Un título par- las colectividades, a los hombres pú-
ticular para el agradecimiento. blicos.
Sm.: singular, excepcional, único. 4. jamás está permitido a los
l. Semejante confesión sólo es particulares pedir la muerte de
posible a espiritus de una particu- nadie ( ... ) : de modo que ha habido
lar calidad. (A. FRANCE, M. Bcr- que establecer personas públicas
gcret el, París, 113.) más bien de parte de Dios. (PAS-
2. Las razones del doctor era.n CAL, 14' Pro,•. Ed. Garnier, 261.)
demasiado ,particulares para poder Partido. V. P<ircia./iclcul.
hablar de ellas a sus amigos. (F.
MAURIAC, Le tléacrt ele l'a111our, PASADO, subst. Part. pasado empl.
57.) substant. del v. pasar (lat. vulg. pas-
V. General, 3; Singular, l. sarc, der. de passus, que designaba
11. Lóg. l. Abusiv., aunque corrien- primitiv. la separación [pa11dCl'r, abrir,
PASlóN 748

desplegar] de las piernas del que an- tencia fuera de ese acto mismo
da). que lo resucita. (L. LAVELLE, en
El tiempo transcurrido. L'ezistence, 121, Gallimard, 194ó.)
Corre/.: presente, futuro. 10. No existe el Pasado como
l. El pasado está siempre pre- dato. No existe el Pasado que en-
sente. (III. MAETERLINCK, Temple gendra al historiador. Es el histo-
c11scvrli, «Le passé», V.) riador el que hace nacer la Histo-
ria. El Pasado es recreado por ca-
2. La duquesa de Guermantes da generación en su tiempo, en su
habia podido ser feliz un instante clima, dentro de su particu1ar ci-
al sentir su pasado más consisten- vilización. (L. FEBVRE, Prólogo a
te, 11or ser compartido por mí. (M. Ch. M0RAZÉ, Trois essais... , VIII.)
PR0UST, Te1nps retr., 11, 227.)
ll. Evocar mi pasado en su
3. Por muy enterrado que esté conjunto es adoptar una actitud
nuestro pasado, ¡qué poco basta híbrida, es contemplar lo vivido
para resucitarlo! Unos trazos ama- sin resolverse a dejar de vivirlo.
rillentos en un papel, a veces me- (G. MARCEL, Présence et wnmort.,
nos, el encuentro de un objeto, un 47.)
perfume que pasa y, lo deseemos o 12. Cada uno de nosotros, de
no, vuelve toda una infancia. (E. acuerdo con la idea que de sf mis-
EsTAUNIÉ, Aseen.,. de M. Baslevre, mo se hace, se elige su pasado. (R.
56.) ARON, 1"trod. a la pkilos. de l'kist.,
4. La paradoja del tiempo si- 58.)
gue residiendo en que, en el fondo, 13. El historiador tiene tenden-
el pasado no ha existido nunca: cia a no conocer del pasado más
lo que ayer existía era entonces que aquello que ha preparado el
presente, otro presente; el pa- futuro desde entonces realizado.
sado .sólo existe como ta,] en el pre- (Ibúl., a37.)
sente de hoy. (N. BERDIAEFF, Cinq 14. las representaciones concre-
médit., 137.) tas del pasado están vinculadas a
5_ La idea de pasado sólo co- voluntades tendidas hacia el futu-
bra un sentido y eonstituye un ro. (Ibíd., 316.)
valor para el hombre que halla en 16. el historiador, en la medida
sí mismo pasión de futuro. El fu- en que vive históricamente, tiende
turo, por definición, carece de ima- a la acción y busca el pasado de
gen. La historia le da los medios su futuro. (Ibíd., 337.)
de ser pensado. (J. BAINVILLE, Lec- 16. Los viejos libros sólo debe-
tures, 100.) rían leerse ,para aprender en ellos
6. No captamos ni VIVImos en a pensar y escribir otros nuevos
su integridad el pasado, el presen- (... ). S61o vamos a:l altar del pasa-
te y el futuro, sino que recogemos do para encender en él nuestra
al azar, confundimos y revolvemos lámpara. (J. GUÉHENNO, s..r les
a cada momento briznas de los chemilis des kommcs, 217.)
tres. (E. JALOUX, Essenccs, 2.' ed., 16'. No es licito romper con el
105-106.) pasado; el pasado es nuestra dig-
7. El Pasado me reveló la cons- nidad. (J. ORTEGA Y GABSET, Obras,
trucción del Porvenir. (P. TEIL- I, 136.) Ad. E.
HARD de Ch., Lettres de voy., 8 16". el respeto al pasado sólo
sept. 1935.) se adquiere cuando uno empieza a
8. el pasado no está aniquila- ser pasado también. (G. MARAÑÓN,
do• es lo realizado, es decir, acaso Ensayos liberales, 94.)
la 'única realidad, si es cierto que V. Cifra, 10; I,nagi11aci6n, 30; l1tdi-
el porvenir es una potencialidad fcrent:ia, 9; Prcsc1ttc, 4, 10, 11, 14, 16,
que necesita ser actualizada y que, 18; Tic,npo, 20, 21, 22.
en el instante, no hay nunca más
que una transición desprovista de PASlóN
contenido. (L. LAVEI.LE, Du tcmps Pasión. Lat. passio, der. de pati,
et de l'éternité, 291.) soportar, sufrir (passua sum, he sopor-
9. El pasado no es nada sino tatlo, sufrido) : acción de soportar, de
por el acto de la mente que lo evo- sufrir, sufrimiento, Corresp. al gr. pa-
ca. ( ... ) El pasado carece de exis- tlios•. (V. Compasión y Simpa.tía.)
740 PASlóN

A. En sentido etimol. y por opos. a menta naturalmente, con ocasión


acción (antic.) : lo que es sufrido. de los movimientos extraordina-
1. Una de las diez categorías de rios de los espíritus animalea. El
ARISTÓTELES: el accidente que consiste tema de este libro lo constituirán
en sufrir una acción. ARISTÓTELES (Ca- emociones sensibles. (MALEBRAN-
teg., IX) da como ejemplo: ser calen- CIIE, Rech. de la vér., V, I.)
tado o enfriado, sentir pesar. 6, Las pasiones generales, co-
l. todo lo que se hace o suce- mo el deseo, la a'legría y la triste-
de de nuevo es generalmente lla- za. (lbfd., V, VI.)
mado por 1os fHósofos una pasión 7. Los sentidos, la imaginación
con respecto al sujeto al que le y las pasiones van siempre jun-
ocurre, y una acción con respecto tos. ( ... )
al que hace que ocurra. De suerte
que, aunque el agente y el pacien- Por pasiones ( ... ) entiendo el
te sean a menudo muy diferentes, movimiento del alma y de los es-
la acción y la pasión no dejan de píritus causados por los sentidos y
ser siempre una misma cosa, que por la imaginación, que a su vez
tiene dos nombres en razón de los obra sobre la causa que los produ-
diversos sujetos a los que puede ce: porque todo ello no es más que
ser referida. (DESCARTES, Passions un-a circulación continua de senti-
de l'ame, I, l.) mientos y movimientos que se ali-
mentan y reproducen. (MALEBRAN-
2. En los cartesianos, elipt. (por: CHE, Tr. de mor., I, XIII, 1, 2.)
pasiones del alma) : todos los estados
de alma resultantes de las impresiones 8. La pasión es un movimiento
producidas por los espiritus animales; por el que el apetito sensitivo se
o incluso (DESCARTES) todos los que no entrega, con alteración del cuerpo,
son referibles a la voluntad. al seguimiento de algún bien o la
evitación de algún mal que la apre-
2. podemos en general dar el hensión le representa. (P. LE Mov-
nombre de pasiones a todos los NE, Peintures mor., 38-39, Cramoi-
pensamientos que son as! excitados sy, 1646.)
en el alma sin el concurso de la
voluntad y, por consiguiente, sin V. Ani-m.al, 2; Imaginación, 49.
ninguna acción que de ella proven- 3. En el vocab. cristiano: los sufri,
ga, por las solas impresiones que mientos y muerte de Crtsto. Relato de
se forman en el cerebro, porque to- la Pasión, Domingo de Pasión, Ser-
do lo que no es acción es pasión. món sobre la Pasión.
(DESCARTES, Carta a l!:!isabeth, 6 9. ¡ Ese Bourdaloue ! Hizo ahí,
oct. 1645, IV, 310,) por lo que dicen, una Pasión mas
3. «No está en mi libertad» el perfecta que cuanto cabe imagi-
concebir, en un triángulo, ángulos nar. (Mme. DE SÉVIGNÉ, C. del 12
tales que su suma sea inferior o abril 1671.)
superior a dos rectos. La intelec- B. En sentido actual: inclinación
ción, dice Descartes, es propiamen- dominante e incluso dominadora y que
te pasión del intelecto. (F. ALQUIÉ, puede hacerse exclusiva. Se la define
L'ezpérience, 42.) también por la emoción; v. cita de R1-
4. en lo que concierne a las sen- BOT.
saciones, las imaginaciones y las 10. Salvo algunas reservas que
pasiones, [ el alma] es puramente más tarde haremos, la pasión es
paciente. ( ... ) ·u.n.a emoción. prolon.gada e intelec-
Sucede, pues, con nuestro cuer- tualizada. (... )
po en las pasiones, por ejemplo en La emoción es un estado prima-
un hambre o una cólera violenta, rio y bruto; la pasión es de for-
como con un arco tenso ... ( ... ) es mación secundaria y más comple-
que en las pasiones, tal como las ja, La emoción es obra de la natu-
consideramos, el alma es pacien- raleza, resultado inmediato de nues-
te, y no preside las disposiciones tra organización; la pasión es en
del cuerpo, sino que se halla a su parte natural y en parte artificial,
servicio. (BosSUfil, Con11. ele Die11 .. ,, siendo obra del pensamiento, de la
III, 2.) reflexión aplicada a nuestros ins-
5. Llamo aquí ¡,asiones a todas tintos y tendencias. La emoción se
las emociones que el alma experi- opone a la pasión como en patolo-
l',\Sh\N 7SO

gía el estado agudo al rrónico. (Th. nuble y lógica, y tanto m6s irra-
RtBOT, Essai su.,· frn J>aRsions, 7.) zonable cuanto mós 16gica. (R. Du-
1 l. Las pasiones slllo son lwr- GAS, en N. Tr. ele 1•B1Jc/wl., de Du-
mosas contl'nidns. (P. MA.UJUAC, MAB, VI, 11.)
Jourual d'irn 11. de ,'10 ans., nov. 21. La ,pasión es la emoción
1031.) pensada, es decir, prevista, espe-
12. Acaso sea unn pas1on im- rada, deseada, temida. (ALAIN,
perfecta la que sabe que es pasión. l'i1111t fer. s. 1"• beaux-arts, 127.)
(J. ROSTAND, Julfr•,i ou trnc co11s- 22. La pasión es el pensamien-
cicnet·, 99.) to, es decir, la razón, desconocida,
13. lllás vale obedecer a sabien- burlada, reducida al silencio, o
das a nuestras pasiones que envi- desfigurada y disfrazada; e• la
lecer nuestra razón para justifi- objetividad reprimida, la previsión
carlas. (lbíd., 114.) de los efectos racionales anulada
por la interposición de algún atrac-
14. Nunca comprendemos la pa- tivo presente, que cobra valor de
sión de otro. (Marie BoNAPARTE, eternidad. ( ... ) Implica siempre la
Glan,& des jo,.rs, 18.) ruina del orden de conducta pro-
14'. . .. sollozos de pasión que en piamente humano. (... ) La volun-
sí no cabe. (M. DE UNAMUNO, El tad, dominada, no desempeña ya
Crist-0 el<? l' ,lázqu.ez, primera par- ningún papel. (M. PRADINES, Tr.
te, XXXI.) Ad. E. de p81Jchol., IH, 328.)
Y. Ausencia, 1; Vol1<11tad, 16. 23. la pasión (... ) tiene siem-
l. Generalmente (en el vocab. de los pre el carácter de una verdadera
literatos y, como consecuencia, de nu- rebeldía de los automatismos ins-
merosos psicólogos o moralistas) : in- tintivos contra el coutrol de la ra-
clinación o tendencia exclusiva que, es- zón (... ) . La pasión es, por natu-
c!a,izando el conjunto de 'las funcio- raleza, un "esc01pe o/ control" del
nes psíquicas, perturba el juicio y la ª"tomatismo con respecto a las re-
conducta. gulaoi.ones de sentinnientoa que el
penaa,niento prende. (lbfd., 336-
15. El fuego de las más nobles 337.)
pasiones, como el de las más oscu-
ras, produce siempre algún hu- 24. Las reivindicaciones de las
mo que ofusca nuestra razón. necesidades y de la pasión son se-
(LUIS XIV, Mémoires, I, 68.) mejan tes a personas que nos ha-
blan tan a,lto que nos impiden re-
16. Tal como el hombre está flexionar sobre lo que dicen. (R.
hecho, cuando su pasión le llama LE SENNE, Le devoi,r, 2126.)
a un lado y su deber a otro, o me-
jor, cuando su corazón ha tomado 25. Muchas pasiones nacen del
partido, ¿qué milagro no sería que hábito, y acaso no exista ninguna
conservase en tal estado una con- sin algún ·hábito que, al menos, la
ciencia pura y sana, quiero decir haya fortalecido. (... )
pura y sana de errores? (BOURDA- ¿ Qué decir, no obstante, del fle-
LOUE, Sur la fa"8BC conac., l.) chazo? Aquí, el ser amado parece
17. Todas las pasiones son exa- imponerse desde que hace su apa-
geradas, y sólo son pasiones por- rici6n, y por su propia fuerza. Pe-
que exageran. (CHAMFORT, Ma:x:. et ro la emoci6n que nos causa ¿se-
penaées, cap. l.) 1·ía comprensible sin admitir que
ese ser, nuevo en si mismo, se con-
18. Es absurdo razonar con las vierte para nosotros en imagen y
pasiones; si se atuviesen a 1a ra- símbolo de una realidad que nues-
zón, no serían pasiones. (Th. Jou- tro pasado ha conocido? (F. AL-
FROY, Cahier vert, 30.) QUlt, Désir d'étcrn., 24, 26.)
19. La pasión es e>1 el orden 26. Lo trágico inherente a la
afectivo lo que la itka fija en el pasión es que el ser sólo se entre-
intelectual (y cabría añadir: lo que ga a ella para conseguir a:lgo. El
la contracción en el orden motor). don del ser en la pasión es siem-
Es el equivalente afectivo de la pre fraudulento ( ... ). Recibir el
idea fija. (Th. RIBOT, Psychol. des amor apasionado de otro es saber
sent., 20.) que la alienación y el cautiverio
20. La pasión es a la vez irrazo- se hallan inscritos en el proceso
751 PASióN

mismo de ese don, (R. MEIIL, De se habla, que carecen de historia;


l'autorité des vaJcurs, Gl.) son aquellas que encuentran con-
26'. De las pasiones bestiales, diciones sociales favorables, que se
dos son las causadoras de mayor despliegan libremente, sin trabas;
estrago: entre las bravas, ]a en- que no resultan temibles y cuyos
vidia; entre las mansas, la adula- excesos podrían incluso ser fomen-
ción. (J. L. VIVES, Introducci6n a tados: la pasión del trabajo, por
la sabidurla, § 630, p. 100.) Ad. E. ejemplo. Las únicas pasiones no-
tadas y a las que se da nombre
26' De las pasiones bestiales, son ·las que tropiezan con otras
clarada de la cordura, y, por el pasiones, las que la sociedad pro-
consiguiente, de la elección; nun- cura reprimir y combatir. ( ... ) Se
ca atiende a ·la conveniencia, sino llega así a considerar como pa-
a su afecto; y estima más salir sión por excelencia la detenida en
con su antojo que con el acierto. su desarrollo, la que no alcanza su
(B. GRACIÁN, El discreto, 81.) fin ( ... ). La verdadera pasión es,
Ad. E. en r,aalidad, todo sentimiento pro-
26"'. La «pasión• es un estado fundo, inalterable, que prueba su
patológico que implica la defectuo- •intensidad por su duración, por
sidad de un alma. La persona fá- su fidelidad a su objeto. Habita no
cil al mecanismo de la obsesión o en las almas violentas, sino en los
de estru·ctura muy simple y ruda corazones sencillos donde no acos-
convertirá en «pasión», es decir, tumbramos a buscarla. (R. DUGAS,
en manis., todo germen de senti- en N. Tr. de ps¡¡chol. de DUMAS,
miento que en ella caiga. ( ... ) El VI, 25.)
que mata o se mata por amor, lo
haria igualmente por cualquier 3. En sentido débil y con un com-
otra cosa: una disputa, una pér- plemento determinativo (pasión por la
dida de fortuna, etc. (J. ORTEGA Y caza, por la lectura) : tendencia o há-
GASSET, Para una psicología del bito particularmente acusado que do-
hombre interesante, Obras, IV, mina una parte notable de la activi-
473 y nota 2.) Ad. E. dad.
V. Emoci{m, 1. 31. El conde de Bellegarde ( ... )
amaba extremadamente la música,
2. A veces: tendencia dominante que y sentía pasión por la de Rameau.
puede dar un sentido a la vida, concen- (J.-J. RoUSSEAU, Confess., I, v.)
trar las ene~gías y permitir la realiza-
ción de una obra dif(cil. 32. Siento más que nunca la
27. para ser un buen ministro pasión por la botánica... (J .-J.
hay que tener como pasión domi- RoUSSEAU, c. del 29 abril 1865.)
nante el amor al bien público. 33. La afectividad necesita
(V0LTAIRE, Siecle de Louis XIV, exutorios ajenos a la vida lógica
VI.) y sistematizada: juego, fantasía,
28. los moralistas han abomina- arte, pequeñas •pasiones, violín de
do de las pasiones porque no han Ingres, etc. (BOUYER y MARTIN-
visto más que sus estragos: era SISTERON, L'hyg. mentale et nerv.,
no ver más que la tormenta y el 62.)
granizo en las nubes, tempestades V. Representación, 5.
y naufragios en la navegación. Re-
trotrayendo, pues, la pasión a su C. Ad. E. En la psicol. escolástica;
verdadero sentido, observamos que fenómenos psíquicos de tendencia, per-
la moralidad de una pasión de- tenecientes al psiquismo inferior (ape-
tito sensible).
pende de su objeto. (RIVAR0L, De
l'h01nme, 176, París, 1800.) Clasificación escolástica de laa pa-
29. Estoy siempre devorado por siones. l.'' Pasiones del apetito concu-
la pasión de aprender, (E. DELA- piscible: son aquellas en que el sujeto
CROIX, Journal, 4 oct., 1866.) tiende hacia el objeto considerado en
sí mismo, Si el objeto es bueno produ-
30. La verdad es que [la pa- ce amor, y si es malo origina odio.
sión] es un fenómeno normal que Cuando el objeto está ausente, siendo
se encuentra en todos los hombres bueno provoca ,]a concupiscencia, o de-
y no sólo en los héroes de novela. seo, siendo malo provoca la aversión u
Pero hay pasiones de las que no horror. Cuando está presente, si es bue-
PASl\'IDAJl 752

no causa dclcit,· o gozo, y, si es malo, sivo ante el insulto, ante el ataque. V.


tristeza o dolor. Intelecto 7,aBivo, l'otcncia 1uurivu.
2." Pasiones del C1p<"tito il'ascib/r: Co11tr.: activo.
son aquellas en que el objeto se pre- l. El estado pasivo, del que
senta al sujeto como difícil. Si el ob- tanto han hablado todos los santos
jeto es hueno, y es posible alcanz.arlo, místicos, sólo es pasivo como lo es
surge la cspcra11za, y, si es imposible, la contemplación, es decir, que ex-
la <lcsrsJlCración.. Si el objeto es malo, cluye no los actos apacibles y des-
y cs posible evitarlo, provoca a.1ulacict, intel'esados, sino tan s6lo la acti-
mientras qm.•, si es imposible evitarlo, vidad, o los actos inquietos y apre-
produce tc111or o miedo. Por último, la surados en nuestro interés propio.
ira. consiste en la irritación del sujeto (FÉNELON, Mux. des suints, XXX.)
contra la causa de su mal. 2. La pereza, la ignorancia, la
Apasionado. A. Referido a perso- situación en que el azar los arro-
nas: que es 1>resa de unn pasión o que ja, transforman a casi todos los
se apasiona habitualmente por cosas hombres en instrumentos pasivos
que no turban el equilibrio del hombre de las circunstancias. (E. DELA-
normal. CR0IX, Journal, 9 junio 1844.)
34. Si las personas apasiona- V. Causa, 7; Oracwn, 1, 2.
das son a veces luminosamente ló- ll. Substantiv.: conjunto de las deu-
gicas, son a menudo terriblemente das de una persona física o moral. Se
ilógicas. Por lo demás, la pasión es op. a activo.
tanto más peligrosa porque se di-
simula. El intelectual, que hace Pasividad, Lat. passivitas.
profesión de impasibilidad, oculta Carácter de lo que es pasivo. La pa-
a veces a un apasionado, al que sividad de un auditorio, de una clase
aprisiona, pero que, desde el fon- (que no reaccionan). La pasividad de
do de su prisión, lo domina. (A. los estados místicos.
CARTAULT, L'intellectuel, 108.) 3. Esa pasividad de los místicos
35. el hombre apasionado o, me- es, por otra parte, todo lo contra-
jor, la pasión con la que se iden- rio de la emoción pasional o de
tifica, es verdaderamente auna la inercia, porque coincide con la
fuerza en marcha», una vis a ter- perfección de la actividad interior
go, cuya energía nada tiene que y a veces, incluso exterior. (M.
ver con la vis ab ante, que es la BLONDEL, en «Qu'est-ce que la
perspectiva de los placeres, de la myst?» C. de la 11011v. ;ounuie, 3,
felicidad. (E. BAUDIN, La, phüos. de p. 14-16.)
Pascal, II, 2, p. 150.) 4. La pasividad, en la que los
Caracterol. En la clasificación de místicos reconocen la acción divi-
HEYHANS-LE SENNE: aquel en quien na, es una pasividad sistemática
una fuerte emotividad suscita impul- que no procede por intrusión in-
sos poderosos, pero que permanecen
coordinada, por impulsos súbitos,
largo tiempo comprimidos y obran siem- sino por una toma de posesión pro-
gresiva y prudente, por invasión
pre con retraso. Su fórmula es EAS continuada, al modo de una fuerza
(Emotivo-Activo-Secundario). organizadora. (H. DELAcno1x, Étu-
B. Referido al comportamiento hu- des d'hiBt. de /a, p1111chol. du 111111st.,
mano: que es resultado de la pasión 397.)
o la manifiesta. Afecto apasionado. Mi- 6. [En la experiencia mística
rada apasionada. el alma) es pasiva, pero con una
Pasional Que pertenece al orden de pasividad que equivale a una bien-
la pasión. Estado pasional. Crimen pa- venida, y que comporta ese con-
sional. Lógica pasional. sentimiento, ese abandono, esa
eolaboración que son los actos su-
PASIVIDAD premos del espíritu. (J. Mounoux,
L'ezpér. c/,rét., 63-64.)
Pasil·o. Lat. pa,isivua, der. de pati
(sufrir). Paso. V. Umbral.
A. Adj. Que sufre la acc10n sin PATERNALISMO. Carácter de quien
reaccionar. Que permanece inactivo, es paternal, es decir, se comporta co-
inerte. Verbo pasivo. Permanecer pa- mo padre (lat. patcr). Se toma peyo-
763 PATRIA

rativamente para designar el compor- B. Como ser moral: persona moral


tamiento de aquellos, principalmente a la que se dirigen los diversos senti-
patronos, que, bajo pretexto de procu- mientos resultantes de la conciencia de
rar el bien de sus subordinados, no de- nuestra nacionalidad. La patria nos
jan a éstos las responsabilidades que llama. El sagrado amor a la patria.
deberian corresponderles como adultos, l. A primera vista, la patria se
manteniéndolos así en situación de me- distingue de la nación y del Esta-
nores. do por algo más efectivo, más car-
Pa.thos. Subst. gr. que designa lo que nal. Implica un lazo con el suelo y
se experimenta o sufre. Corresp. al lat. con los antepasados, con el suelo
pa8Rio. V. Pa,iidn A y los compuestos que se ha hecho sagrado por ser
en patía: Antipatía, Apatía, Simpatía. un verdadero osario. (J. LACROJX,
Ret. Antaño designaba los procedi- Pcrsomie et a,nour, 58-59.)
mientos adecuados para conmover. Se 2. En su propia esencia, la fun-
oponía al ct/1os, que tenia por objeto el ción de la patria consiste en trans-
análisis de las costumbres. Hoy desig- portar a la categoría de lo •públi-
na ,la afectación y exageración orato- co» los sentimientos nacidos en la
ria en la manifestación de los senti- de lo «privado». (lbíd., 62.)
mientos, 3. La realidad de lo trascen-
Por todas partes se advierte en dente consiste en que es idea y
[ vos el ethos y el pathos. opera como idea; por ejemplo, la
(MOLIERE, Fc,n,ncs sav., III, v.) realidad de la patria no es en mo-
Pato (pref.) ; pata, patía, pático do alguno discernible de la idea de
(suf,), der. del gr. pa.tl,os. Indican: la patria que anima al patriota.
(G. MARCEL, Préscncc et immort.,
A. Un estado pasivo: teopatía, es-
tado teopático (pasividad del místico 110.)
ante la acción divina). 3'. el amor a la ccpatria chicai>,
B. Un estado afectivo: simpatía, nacido con los imborrables recuer-
antipatía. dos de la infancia, se queda en
mezquindad y pobreza si las e.,¡,e-
C. Un estado morboso: neuropatía, riencias y las ideas generosas de
psicopatía (V. NeuroBis, Psicosis), neu- la juventud no lo extienden a la
rópata, psicópata. patria grande, la patria a secas;
D. Un procedimiento terapéutico: como el amor patrio degenera tam-
la homeopatia consiste en provocar sín- bién en una limitación si la mayor
tomas semejantes (gr. homoios) a los madurez del hombre no Jo compar-
de la enfermedad a curar; se op. a la te con el de la patria universal,
alopatía (gr. allos, otro) de la medici- con el de todo país del que recibe
na clásica. Médico homeópata. alguna benéfica inspiración de vi-
da superior ... (R. MENÉNDEZ Pl-
PATOLOGIA. Comp. de las palabras DAL, Los españoles en la Historia,
gr. patitos (en el sentido de: estado 113-114.) Ad. E.
morboso) y logos (v. Logía).
V. Estado, 9.
Parte de la medicina que tiene por
objeto las enfermedades en sí mismas, Patriotismo. Sentimiento de prefe-
con abstracción de la terapéutica, es rencia que nos une a nuestra patria y
decir, de los medios para curarlas. nos lleva a querer su grandeza y pros-
peridad.
Patología 1nental. «Estudio de las
perturbaciones mentales y de las mo- 4. El verdadero patriotismo no
dificaciones orgánicas que pueden ir a es el amor al suelo, sino el amor
ellas asociadas a título de causas, con- al pasado, el 1·espeto a las genera-
comitantes o efectos.» (G. DUMAS, Tr. ciones que nos han precedido.
de psuchol., 11, 811.) (FUSTEL DE C., R. des de11,.,; m., l.º
sept. 1872, 244.)
PATRIA. Lat. patria, femen. del 6. En el patriotismo In vida
adj. patrius, perteneciente al padre (pa- emocional es más espontánea, nuis
ter), de donde ti-rra patria (la tierra natural; representa ante todo una
de los 'Padres), y después, por elipsis expresión del amor de los hombres
del sujeto: ¡,a tria, la pat,·ia. n su patria, su tier1·a, su pueblo.
A. Como ser físico: el país natal, ( ... ) El nacionalismo es menos na-
aquel en el que uno se considera en su tul'al; implica ya una cierta racio-
casa. Dejar su patria, volver a ella. nalización de la vida emocional. El
48. Diccionario del l.t11guaj1• FilusM1co.
P.\ \"OR 764

nacionalismo vn unido inrlisolublc- blnr de miedo, temer, der. de pavire,


mente al Estnclo y, por olio mis- golpear, batir), pavor, espanto.
mo. C'S l'nusa lit• guerras. (N. BER- 'l\1 mo1· violento, pero pasajr.l'o, de or-
DlAEt-'1'', R11uauu"' ele l'c•sprit d roJJ. dinario resultante de la sorpresa y de
de Ct'sa ,·, 146.) representaciones imaginativas.
G. A diferencia del nacionalis- Cuando el pavor llega a cierto
mo, el 11atriotismo aparece como punto produce los mismos efectos
algo vívido antes de ser pensado, que la temeridad. (L. DUPUY, Max.
como un sentimiento elemental ex- et réf/hio11• elu Carel. de Rctz,
tremadamente fuerte y pujante, co- 105, t. II, p. 28.)
mo una e..~tensión del sentimiento
fnmili:u· al que permanece ligado. PECADO, Lat. pcccalum, falta,
(J. LACROIX, Pcrsonnc et amou. r, error. En el lat. eclesiástico: pecado.
GO.) Falta moralmente culpable y, de or-
Pattan. Subst. ingl. que significa mo- dinario, considerada como ofensa he-
cha a Dios.
delo, patrón. Se utiliza en psicol. y psi-
cotecnia para designar un tipo de es- l. La razón por la que los peca-
tructura o de comportamiento. dos son pecado es tan sólo que son
contrarios a la voluntad de Dios.
l. La percepción de la simulta- (PASCAL, C. a Mlle. de Roannez,
neidad, propiamente dicha, impli- sept. u oct. 1656.)
ca, pues, que las excitaciones pue- 2. El pecado cometido, la fal-
dan organizarse en un pa,ttern ta querida, tienen su mayor im-
perceptivo o racional. (P. FRAISSE, portancia como sintoma de un ••-
Psychol. elu te111ps, 110.) taelo de pecado que no implicaba
2. La constante repetición de necesariamente esa comisión, ,pero
semejantes situaciones establece que la hace grave. (W. JANKÉLf-
una serie de patterns reaccionales VITCH, Le ma.l, 101.)
eficaces (... ). A partir de entonces 3. -Mirar cad,a pecado que co-
no es ya necesario reinventar ca- meto (mejor, que he cometido) co-
da vez la conducta adaptativa. (J.- mo un favor de Dios. Es un favor
Cl. FILLOUX, La personnalité, 51.) que la esencial imperfección disi-
3. Cada individuo crea para su mulada en lo hondo de mi misma
uso particular una escala de calor se haga en parte manifiesta a mis
y frío. Pero estas escalas difieren ojos tal día, a tal hora, en tal cir-
mucho de uno a otro. (... ). Por ello cunstancia. (S. WEIL, CahierB, 1,
los humanos han convenido en una 245.)
escala particular que remplaza la 4. La categoría que rige la no-
percepción de un pattern de calor ción de «pecado» es la del «en pre-
y frío por la de un pattern de sencia de» Dios, (P. RIC0EUR, Filli-
coincidencia en la escala termomé- t,u/e et culpab., II, 64.)
trica; y ya es sabido que los pat- 4'. el ame, quando peca, bien
tent de coincidencia presentan una [vee que desliza;
gran precisión en todos los hom- mas non se ,parte ende, ca na-
bres. (L. CoUFFIGNAL, en A tti del [tura lo enriza.
XII Con.gresso lntern. di filos., (Arcipreste DE HITA, Libro do
Venecia, 1958, V, 119.) buen unn&r, 21.) Ad. E.
4. Es, por otra parte, lamenta- 4". Preguntaron al amigo si
ble que ese impreciso vocablo in- el pecado era algo. Respondió: uNo
glés de pattern tienda a genera- sé que cosa alguna tenga ser, sino
lizarse en las demás lenguas co- la criatura y el Amado; si el Ama-
mo el famoso sira<·••• porque es do, pues, no creó el peoodo, ¿cómo
fácil suplirlo por las palabras ar- puede el pecado tener ser? Mas así
quitectura, tipo, mosaico, modelo o como la ceguedad priva de la vista,
inc!uso patrón. Es, sin duda, el así el pecado hace perder a muchos
U•rmino esquema (... ) el que seria la bienaventuranza. (R. LULIO, Li-
preferible. (P. CIIAUCIIARD, Les bro del amigo 11 e/el Amaelo, § 292,
11u'ca11. cérébraux de la prise ele p. 105.) Ad. E.
ca11soie1u:e, 38.) 4"'. I!:ste es el orden de la Na-
turaleza: que la sabiduría gobier-
PAVOR. Lat. pavor (de pavere, tcm- ne todas las cosas y que todo cuan-
755 PENA

to vemos criado obedezca al hom- l. toda oratoria y cualquier


bre; y en el hombre, el cuerpo al teatro son inevitablemente pedago-
alma y el alma, a Dios. Si alguno gía también, porque son artes pa-
se sale de este orden y lo pervier- ra el pueblo, y el pueblo es niño ...
te, peca. Asl que el pecado consis- (E. o'Ons, Tres lecciones en el M.
te en que estas pasiones o afectos del Prado, 210-212.) Ad. E.
se rebelen o amotinen, se ensañen 2. Toda la pedagogía, con glo-
y se alcen con el gobierno y man- riosas excepciones, tiende a hacer
do de todo el hombre, con menos- del joven un ser gregario, sin ea-
precio y desdén del alma, forzán- quinas ni asperezas, conforme con
dola a que, abandonando la ley de las ideas que transmite la tradi-
Dios, sirva a las pasiones y al ción y con los modos psicológicos y
cuerpo. (J. L. VIVES, lntroducci611 éticos consagrados; pensando y sin-
a la sabiduría, § 126-126, p. 39-40.) tiendo a la zaga de lo que piensan
Ad. E. y sienten los viejos. Y esto equiva-
V. Alma, 24; Conciencia, 36. le, ni más ni menos, que a destruir,
Pecado original (Teol.). Falta que si no la misma juventud, que no
acarreó al primer hombre y su descen- hay fuerza que la coarte, al me-
dencia la calda del estado sobrenatu- nos el germen de la futura per-
ral. Los teólogos distinguen el pecca- sonalidad. (G. MARAÑÓN, Ensayos
tu11, originans (el de Adán, que es una libera/os, 83-84.) Ad. E.
falta) y el pcccatmn o·rigi11atum (el de Pedagogo. Gr. paidagogos, el que
la posteridad de Adñn, que es un esta- conduce (agogos, der. de agein, condu-
do). cir) a los niños (paides); en particular
6. «Pecado» es una noción ana- el que los conduce a la escuela. Por
lógica. En francés implica la idea ext.: el que los instruye, preceptor.
de responsabilidad personal. Ahora El encargado de la educación de los
bien, en el caso del «pecado origi- niños. Se toma a veces en mal sentido,
nal», que no es una fa;lta cometi- sin duda porque es función que se pres-
da, sino un estado sufrido, esa ta a lo dogmático• y autoritario. X o
idea no interviene. Peccatum con- obstante, se reconoce que hay excelen-
serva aquí su significación primiti- tes pedagogos.
va de «defecto», y así lo entienden
con frecuencia los teólogos medie- PENA. Lat. poena (gr. poinc), mul-
vales. En Santo TOMÁS pcccatum ta, castigo.
artis quiere decir «defecto de fa-
bricación». ¿Y no decimos de una A. Prop.: sufrimiento infligido a
recitación, de un desfile, de un quien ha cometido una falta.
atuendo sin defectos que son impe- Sin.. : castigo, sanción.
cables? La traducción de «pecca- CorreL (sobre todo en teol.) : culpa.
tum originale» por «pecado origi- l. Hay, dicen los teólogos, pe-
nal» puede inducir a error. De lo nas medicinales; las hay satisfac-
que se trata es de una falta, de un torias; las hay meritorias. Medici-
defecto. (R. TROISFONTAINES, Je ne nales, para preservarnos del peca-
nteurs pas, 183.) do; satisfactorias, para espiarlo;
Pecado filosófico. Acción contraria a meritorias, para santificarnos.
las i-ndicaciones de la recta razón, pero (BOURDALOUE, De l'a l't'lfgl'. spfr.,
que, en el ateo, no constituiría un pe- III.)
cado propiamente dicho o pecado teo- 2. La infracción que las leyes
lógico, es decir, una ofensa a Dios (cu- castigan con pena policial es una
ya existencia es, por hipótesis, ignom- cout·ravención.
da). Teoria condenada por el Papa
ALEJANDRO VIII el 24 de agosto ele La infracción que las leyes cas-
tigan con penas correccionales es
1960. un cielito.
PEDAGOGIA. Gr. paiclag,igia, fun- La infracción que las leyes cas-
ción del 11aidagcigos, educación. tigan con pena aflictiva o infa-
El arte de la educación de los niños. mante es un crimen. (Cócligo Pc-
Basado en un conocimiento científico 1,a/ fr., art. l.")
del niño o paidologia•, ese arte se 3. La sanción de la ley es el
transforma progresivamente en una castigo. (... ) El principio de In pe-
técnica o ciencia práctica. na no es In repnrnción del daño
PENITENCIA 766

causado. Si os he rnusado un dniio n. Dolor de orden moral que reper-


sin querer, ns pago una indemni- cute en lo lotnlidad del psiquismo.
zación; no s~ trnta aquí de unn Sin.: aflicción, pesar, pesadumbre.
pena, )JUl'Slo que no soy culpnble,
<'TI tanto que si he romcLi1l0 un cri- C. Trabajo, dificultad, enfuerzo
mC'n, ar1nrte lu ind<'mnizaL•ión ma- costoso (penoso, der. de pena). No sé
terial dl'l daño rausado, debo unn si vale la pena.
reparación a la justicia mediante Sin.: penalidad, fatiga.
un sufrimiento adecuado, y en es- Penol. Lat. 7,ocna/is.
to consiste verdaderamente la pe-
na. l\1'. Covs1N, J)u, i 1 rai, ,lu brcm ... , Relalivo a la pena en el sentido A,
lec. 15.•, 399-400.) es decir, ol castigo, Código Penal, san-
ciones penales.
4. Acnbemos con In pena <le
muerte, de acuerdo; pero que em- 10. Las rejas, que retienen al
pií'c-en los sellares asesinos. (L'rs- culpable sin impedir demasiado el
¡,rif d'Alp/1011sc Ka,·r, 140.) paso de los rayos del sol, figuran
simbólicamente el ideal de la
5. lo único que justifica In pe- justicia penal, que cabe expresar
na es su ,·ficacia desde el punto de mediante esta fórmula científica:
\'istn de la defensa social. (J.-M. el máximo de defensa social con el
GUYAU, Esq. cl'uue mor. saus obl. mínimo ele sufrim,iento indiviclual.
11i sa11ctio11, 212.) (J.-M. GUYAU, Esq. d'mte mor. sans
6. es dcfi,,ido como respo>1sable obl. ni sanction, 211.)
aquel a quien cabe castigar ,ítil-
mc11tc, aquel sobre quien la pena PENITENCIA. Lat. paenitentia,
tiene un alcance, un efecto proba- disposición de quien se arrepiente (pae-
ble y asignable dirigido sobre todo >1itct).
a crear en él una cierta facultad A. Prop. (sobre todo en el leng. re-
de dominarse, es decir, una ciertn ligioso) : el arrepentimiento del pecado
libertad. (G. BELOT, Bull. de la y de los diversos actos que tienen por
Soc. fr. de Phi/os., 1908, 94.) objeto borrar ese pecado, repararlo o
7. el daiio de la pena, al hacer- compensarlo. El sacramento de la pe-
se interior, se convierte en daño nitencia. Hacer penitencia.
de la culpa. (,J. GRE1'IER, L'exist. l. la penitencia no consiste en
ma!heureuse, 168.) llevar una vida dura, en ayunar,
8. La sociedad pretende con la en mortificarse. Consiste en corre-
amenaza de la pena, aparte de girnos de nuestros defectos, y en-
cua!quier otra consideración, impe- tre ellos, en corregirnos precisa-
dir que el delincuente reincida y mente de los que amamos, de ese
que otros le imiten. Tal es el do- defecto favorito que es casi siem-
ble efecto preventivo ( ... ) que to- pre el fondo mismo de nuestra na-
do sistema penal tiende a realizar. turaleza, el principio secreto de
(R. GARRAUD, Précis de dr. crim., nuestras acciones. (E. RENAN, Ré-
13.• ed., 19.) f ormc intellect. et mor., 64.)
9. El castigo es deprimente para B. Cualquier acto de modificación
la moralidad, porque (... ) reduce interior o exterior. Fig,: sanción, cas-
tigo.
el horror del crimen al horror de
la pena. (P. VAu:nY, Te! que/, 73; 2. [ En la Residencia de la Le-
Clws,·s lll<'S, 192.) gión de Honor de Ecouen:] La pe-
nitencia más genei•almente decre-
9'. No piensen los príncipes ni tada (... ) era la de comer aparte
grandes señores que, pues no qui- en una mesa que llamábamos la
sieron abstenerse de la culpa, por mesa de 1nadera, tan sólo porque
eso han de ser más exentos que en ella se servia sin mantel, Nun-
los otros de la pena; porque Jo ro- ca he visto a un nombre tan sen-
dea Dios de tal manera, que ven- cillo p1·oducir un efecto tan gran-
gan o. pagar en una hora lo que co- de. La alumna sometida a peniten-
metieron en toda su vida. (A. DE cia era servida como las del
GUt;VARA, Epístolas fa111iliares, refectorio; pero no comía; se pasa-
22.) Ad. E. ba el tiempo llorando. (Mme. CAM-
V. Res¡,011aabilidad, 9, PAN, D,•/ l'érlucat,, IX, 11, 261.)
757 PENSAMIENTO

PENSAMIENTO de manera continua. Hay cortes,


Pensar. Del lat. pc11sarc, pesar. Co- intervención de la nada. El pen-
rresponde al lat. cooitare. samiento late como el cerebro y el
«Pienso, luego existo» (DESCARTES). corazón. Nuestro mecanismo de
V. Cooito. pensar, en estado de carga, no tra-
za una línea ininterrumpida; pro-
A. En sentido muy amplio (antic.), porciona a relámpagos y sacudidas
se dice de toda actividad del espíritu, una masa discontinua de ideas,
comprendido el querer. imágenes, recuerdos, nociones y
l. Querer, entender, imaginar, conceptos, y después se distiende
senti1·, etc., no son sino diversos hasta que el espíritu se haga es-
modos de pensar pertenecientes to- tado de conciencia en un nuevo
dos al alma. (DESCARTES, C. de 27 acto. (P. CLAUDEL, Positions et pro-
abril 1637, I, 366.) positions, I, D.)
2. Porque todos los modos de Señalemos, no obstante, que, para los
pensar que en nosotros observamos sensualistas, tener una sensación es ya
pueden ser referidos a dos más ge- pensar.
nerales, de los que uno consiste en 8. Pensar. Término general que
percibir por el entendimiento, y el comprende todas las operaciones
otro en determinarse por la volun- del espíritu, comenzando por la
tad. Así, sentir, imaginar, e inclu- sensación. (CoNDILLAC, Syn., III,
so concebir cosas puramente inte- 433.)
ligibles, no son sino maneras di-
ferentes de percibir; _pero desear, 9. Pensar (... ) es siempre sc, 1 -
sentir aversión, asegurar, negar, tir, y no es otra cosa que sentir.
dudar, son modos diferentes de (DESTUTT DE TRACY, Projet d'él.
querer. (DESCARTES, Principe8, 1, cl'irléol., 35, IX.)
32, IX', 39.) C. En sentido estricto (pensar que) :
B. En sentido amplio ( oensar en) : emitir un juicio, tener una opinión.
representarse algo mentalmente, es de- Pienso que tienes razón, que el alma
cir, sin intervención de los sentidos. no muere.
Sin.: creer, estimar, opinar, juzgar.
Sin.: recordar, imaginar, considerar,
proyectar, y los sin. indicados en C. 10. advertí que, mientras que-
ría así pensar que todo era fal.so,
3. Nuestro gran Littré se paso era necesariamente preciso que yo,
la vida prohibiéndose pensar en
los problemas más elevados y pen- que lo pensaba, fuese algo. (DES-
sando siempre en ellos. (E. RENAN, CARTES, Disc. de la méth., IV.)
Düic. et confér., 79.) D. Absolut.: se dice de la actividad
4. No tenemos ningún poder di- propiamente intelectual o racional del
resto sobre nuestros pensamientos hombre, que se efectúa mediante ideas
( ... ) y toda victoriosa razón pa- generales. El animal no piensa. Sin.:
ra no pensar en tal pensamiento reflexionar, considerar, meditar, calcu-
nos lleva a pensar fijamente en él. lar, pensar.
(ALAIN, Les idées et les riges, I, 11. El hombre jamás piensa s10
33-34.) imagen. (ARISTÓTELES, De l'd.mc,
5. Las preguntas más "profun- III, 7.)
das» del mundo: 12. El hombre no es rnás que
-¿ Cómo no has pensado en una caña, lo más d6bil de la na-
turaleza, pero es una caña pensan.
ello? te. ( ... ) Trabajemos, pues, en pen-
~Y tú, ¿cómo has pensado en sar bien: tal es el principio de la
ello? (P. VALÉRY, Jl1éla11ge, Pléia- moral. (PASCAL, Pc11sécs, 488.)
de, I, 307.)
13. El que viviese absolutamen-
6. Cuando preguntamos brus- te solo perdería muy pronto In fa.
camente a alguien: «¿ En qué pien- cultnd de pensar y expresars,.
sas?», esto quiere decir: ll¿ Cuáles (VOLTAIRE, Dict. phi/., nrt. «Hom-
son las frases que pronuncias men. me».)
talmente en este momento?». (Y. 14. Pensar es unir representa-
LE DANTEC, Sciencc et consc., 212.) ciones en una conciencia (... ) La
7. No se piensa de modo con- unión de las representaciones en
tinuo, como no se siente ni se vive una conciencia es el juicio. Luego
PENSAMIENTO 7.58
pensar es juzgar ... (l\ANT, Prolé- quienes son capaces de ello. (E.
gomCurs § 32, p. 75.) DEI.ACIIOIX, Jo11r11a./, 3 julio 1844.)
15. el propietario que decín 24. Pcnsor es explicar o com.-
t1pienso como nli tierrau, Luego prenclcr mediante razones. (M.
unos piensan como su tierra, otros f'RADINES, Tr. de ¡,sychol., 111,
como su tienda, algunos como su 137.)
martillo: otros. en fin, como sus 25. El que no empieza por no
holsas vacías que aspiran a llenar. comprender no sabe lo que es pen-
(J. JOUBEHT, P,:11.•écs, 06.) sar. (ALAIN, Les frlécs et les dgcs,
16. Los que no piensan nunca I, 160.)
más allá de lo que dicen, ni ven 26. A las muchachas y las mu-
más allá de lo que piensan, tienen jeres jóvenes les gusta sobre todo
un estilo muy decidido. ( lbíd., hacer creer que piensan; a )as vie-
206.)
jas también, pero es menos fre-
17. Pensar es contenerse en el cuente. Por ello, un buen medio pa-
pensar o el obrar. (A. BAIN, Les ra gustar a una joven es hablarle
sens et l'intell., 298.) cuatro horas seguidas de proble-
18. Pensar es cosa natural; mas psicológicos y metafisícos. Un
pensar bien depende, en cierta me- espíritu de dieciocho años opone
dida, de nuestro libre arbitrio: hay al aburrimiento una resistencia
mérito en pensar bien, y el pensar sorprendente. (J. DUT0URD, Le pe-
mal es una falta; pero pensar bien t it don Juan, 181.)
o mal no es simplemente respetar 26'. El pensar bien consiste: o
o violar las leyes de la lógica, si- en conocer la verdad o ea dirigir
no sobre todo reconocer o ignorar el entendimiento por el camino que
las verdades primordiales que cons- conduce a ella. (J. BALIIIES, El cri-
tituyen los objetos esenciales de la terio, Comienzo.) Ad. E.
inteligencia. (L. OLLÉ. LAPRUNE,
Cert. ,n or., 375-376.)
26". Hay siempre en la histo-
ria cien buitres alerta que acuden
10. Y a pensemos con palabras presurosos cuando una. forma de
o con imágenes, para pensar hace Pensamiento, la razón, por ejem-
falta algo más que palabras o plo, sufre una grave crisis que ha-
imágenes. (H. DELACR0IX, Le lang. ce patente su inexorable insufi-
et la pensée', 405.) ciencia, Pero esos mismos buitres
20. Decía un orador: sólo pien- apenas •han mondado con sus pi-
so cuando hablo, y un escritor: no cos la carroña, no tienen más re-
pienso, lo que se dice pensar, más medio que empezar de nuevo y per-
que con la pluma en la mano. Es turbar su alborozada digestión po.
que hay dos razas de hombres, de niéndose a repensar sus viejas
los que unos sólo tienen comercio ideas vulturina.s, sus ofilosofíaso
con el espíritu por medio de sus de necrófagos. Como el buitre y la
semejantes, y los otros en soledad. hiena parten siempre de un cadá-
(L. LAVELLE, La par. et l'écrit., ver, existen maneras de pensar,
180.) las cu-ales se nutren del fracaso
21. El hombre piensa porque que periódicamente sobrecoge al
tiene una mano, decía Anaxágo- pobre ser humano. (J. ORTEGA y
ras. Es sin duda porque tiene dos GASSET, Apitntea sobre el pCJUla,.
por lo que su espíritu siente una ,niento, su teurgia 1J BU demiurg1·a,
predilección natural por las divi- Obras, V, 527.) Ad. E.
siones bipartitas, y gusta de en- V. Acto, 7, 10, 18; E11tendi111icn.to,
cerrarlo todo en las ramas de un 13; Lcngita.je, 5; LibCTtad, 29, 31; 1\Iá-
dilema: «Una de dos ... » «Lo que zima, 1; Süencio, 9.
no es prosa es verso» .. (P.-M. E. Seguido de un complemento dir.
SCHUIIL, Le merveilleu,z, la, pen- que designa un objeto determinado
sée ... , 167.) (pensar un problema, una situaci6n,
22. Sólo se piensa (y es natu- un trabajo) : darse una. representación
ral) después de haber obrado y racional, principalmente de cosas prác-
obrando, y para obrar. (M. BLON· ticas en las que nos inclinarla.moa a se-
DEL, L'actúnt, 1893, 108.) guir los hábitos; reflexionar sobre
23. El más hermoso triunfo del ellas. U so reciente.
escritor está en hacer pensar a 27. la. glorificación de la masa,
760 PENSAMIENTO

es decir, de Jo que hay ( ..• ) de me- portan mis actos, si todos mis pen-
nos capaz ele pensar su destino en samientos no son más que retracta•
vez de sufrirlo. (DANIEI,-ROPS, Ce ción e irrisión de ellos? (G. DUIIA-
qui meurt ... , 101.) MEL, Confess. de minuit, XXII.)
28. las ideologías contemporá- B. En sentido subjetivo. l. Acción
neas (... ) han aprendido de Hegel de pensar. «Pensamiento elaborante»,
a pensar la historia en función de por opas. al «pensamiento elaborado»,
la dialéctica señorío-servidumbre. (0. LEMARIÉ). La soledad favorece
(A. CAMUS, L'honw,,c révolté, 172.) el pensamiento. V. Liberta.d• de p6118a-
1nientoª
29. Por acostumbrados que es-
temos a pensar las cosas, con fre-
Sin.: reflexión•, meditación*.
cu~ncia es la experiencia sensible, 34. Toda nuestra dignidad con-
mucho más que la inteligencia, siste, pues, en el pensamiento. Por
quien nos da su presencia y su pe- él hemos de regenerarnos, y no por
so. (Pn. SIMON, Le son11U1111tbulc, el espacio y el tiempo. (PASCAL,
178.) Pc11sécs, 488.)
V. A11tino1nia, 1; /Htcligcncia, 5. 35. El pensamiento hace el len-
guaje haciéndose mediante el len-
Pensamiento. A. En sentido muy guaje. (H. DELACROIX, Le lang. et
amplio (en los cartesianos)·: todo Jo que la pe118ée, 415.)
pasa en el alma. Acepción caída en 36. El pensamiento es una acti-
desuso, salvo a veces en la opos. pen- vidad inmediata, provisional, en•
samiento-acción.
treverada de monólogo interior
30. Por el nombre de pensa- muy diverso, de precarios resplan-
miento completo todo lo que está dores, de comienzos sin futuro; pe-
de tal modo en nosotros que tene- ro también rica en posibilidades,
mos de ello Inmediato conocimien- a menudo tan abundantes y seduc-
to. Así, todas las operaciones de toras que embarazan al hombre
la voluntad, del entendimiento, más de lo que lo aproximan a la
de la imaginación y de los sentidos meta. (P. VALÉRY, Variété, Pléia-
son pensamientos. (DESCARTES, Se- de, 1, 455.)
condes Rép., IX A, 124.) 37. Existen entre el pensamien-
31. por pensa.miento, ,na.nera. de to y el lenguaje dos movimientos
pen,ia.r o modifica.eión del a.lma, recíprocos ( ... ) : tan pronto es el
entiendo en general todas las co- pensamiento quien busca en el len-
sas que no pueden estar en el al- guaje una forma que a él respon-
ma sin que ésta las perciba por da corno el lenguaje quien busca
el sentimiento interior que de sí en el pensamiento una acción que
misma tiene; como son sus propias lo iguale. (L. LAVELLE, La. paro/e
sensaciones, sus imaginaciones, sus et l'écrit., 30.)
puras intelecciones o, simplemente, 38. es vano querer pensar pri-
sus concepciones, sus mismas pa- mero y expresar después el pen-
siones y sus inclinaciones natura- samiento. Pensamiento y expresión
les. (MALEBRANCHE, Rech., III, 11, van al mismo paso. Pensar sin de-
cap. 1, § l.) cir es querer escuchar la n1úsica
32. Por la palabra pe11sa.1nien- antes de cantarla. (ALAIN, Préli,n.
to comprendo todo aquello que re- a l'esth., 99-100.)
side en nosotros y de Jo que tene- 39. El pensamiento espontáneo
rnos inmediatamente conciencia. ( ... ) se abandona al pulular de los
Así, todas las operaciones de pensamientos. (R. LÉVEQUE, Éclo-
la voluntad, del entendimiento, de sion des pc11sécs, 155.)
la imaginación y de los sentidos son 40, El pensamiento vuela y las
pensamientos. (SPINOZA, Les princ. palabras van a pie. Ése es todo el
da la. phi/os, de Descartes, 1, de- drama del escritor. (J. GREEN,
fin. l.) J 01<rnal, 4 mayo 1943.)
33. El mundo tiene dos histo- 41. Hay autores que excitan el
rias: la de sus actos, aquella que pensamiento. Cada cual debe ha-
se graba en bronces, y la de sus llar el suyo. (J. GUITrON, Initiat.
pensamientos, de la que nadie pa- a la. pensé e (... ), 69-70.)
rece ocuparse. En verdad, ¿qué im- V. A oto, 19, 20, 21, 43, 45; E11sa¡¡o,
PENSAMIENTO 7GO
1; EslátiC'a, 2; Idea, 62; l111aoinarió11, samiento de In casa natal, de un libro a
21; lntr,·ioridatl, 3; J>alalu·a, 3; l'rácti- adquirir,
C"a, 7; Thni<lcz, 9. Sin.: idea en el sentido A t,
2. La propia facultad de pensar. V. [,ibcrta,l, 68.
Sin.: c-ntendimicnto, razón, inteligen- 2. En acepción estricta: Jo que se
cia, espíritu. piensa. El «J>ensamiento elaborado»,
42. Con frecuencia he desea- fruto del «pensamiento elaborante» (0,
do tener el pensamiento tan pron- LEMARIÉ), que se explicita en el juicio.
to, o la imag-inación tan clara y o en el pensamiento en el sentido D.
distinta, o la memoria tan amplia Le diré francamente mi pensamiento.
o presente como alg-unos otros. Un pensamiento profundo o superfi-
(DESCARTES, Disc. de /a méth,, l.) cial. original o banal,
43. por la palabra ¡,c11sa111ic11- Sin.: idea (en el sentido A 2), pare-
to no entiendo las modificaciones cer, sentimiento, concepción.
particulares del alma, es decir, tal 47. al hablar de nuestros asun-
o cual pensamiento, sino el pensa- tos ( ... ) no sólo aprendemos mu-
miento sustancial, el pensamiento cho de los demás, sino de nosotros
capaz de toda clase de modifica- mismos. El espíritu acaba, al ex-
ciones o pensamientos; del mismo teriorizarlos, los pensamientos pro-
modo que por extensión no entien- pios que antes tenía confusos, im-
do tal o cual extensión, como la perfectos y tan sólo esbozados,
1·edonda o la cuadrada, sino la ex- (Luis XIV, lllémoires, II, II.)
tensión capaz de toda su arte de 48. Los grandes pensamientos
modificaciones o figuras. (... ) El vienen del corazón. (VAUVENARGES,
simple pensamiento es, pues, la
esencia del espíritu, como la simple =··
111
V. 54.
127.)
extensión es la esencia de la ma-
teria. (MALEBRANCHE, Rech. de la 49. Para saber si un pensa-
vér., 111, I, l.) miento es nuevo, no hay más que
44. El ejercicio del pensamien- expresarlo con la mayor simplici-
to es a la vez un ejercicio de mora- dad. (lbíd., 734,)
lidad. (M. DE BmAN, Journal, 13 50. Me gusta demorarme con
enero 1819.) mis pensamientos, ,inclinarme, por
45. si me ofreciesen un oficio así decirlo, sobre cada uno de ellos
manual que, mediante cuatro o cin- para respirarlos, para gozar de
co horas de ocupación diarias, pu- ellos antes de que se evaporen.
diese bastarme, renunciaría por él (Eug. DE GUÉRIN, JournaJ, 7 enero
a mi título de profesor áe filoso- 1835.)
fía; porque, al no ocupar ese ofi- 51. Un libro sólo tiene éxito
cio más que mis manos, distraería cuando responde al secreto pensa-
menos mi pensamiento que la ne- miento de todos. (E. RENAN, Ave-
cesidad de hablar durante dos ho- nir de la se., 431.)
ras de algo que no es el objeto ac- 52. Se piensa mucho más allá
tual de mis reflexiones. (RENAN, de la imagen: con un pensamiento
A venir de la se., 396.) de cien mil francos tenemos imá-
46. mi pensamiento volvía siem- genes de cuatro cuartos. (A. BINET
pre a mi madre, a Margarita, esos Am1ée psycholog., 1911, 10.)
dos rostros queridos. (G. DUHA- 53, una imagen sensible puede
MEL, Confess. de minuit, XIX,
prestarse a un acto de generaliza-
233.) ción siempre que no contenga en
V. Lectura, 5; Lenguaje, 12, 13, 16, sf misma una particularización pre-
17. cisa, ( .. ,) Ahora bien, ¿constituyen
C. En sentido objetivo: lo que cons- tales imágenes en sí mismas un
tituye el objeto actual de la mente, pensamiento general? No Jo creo;
l. En acepción amplia: aquello en para que haya pensamiento gene-
que se piensa, es decir, toda suerte de ral, hace falta algo más: un acto
representaciones mentales, comprendi- intelectual consistente en utilizar
das aquellas en las que predominan las la imagen, (A. BINET, Él, expér, do
imágenes. El pensamiento de una esce- l'i11tellig., 154.)
na de la que se ha sido testigo; el pen- 54, Los pensamientos feos vie-
761 PERCEPCIÓN

nen del corazón. (P. VALfRY, Ins- Si 11,: reflexión, frase, sentencia, má-
tants, Pléiade, I, 376.) xima*.
66. el niño ( ... ) empieza por de- 65. A los pensamientos se les
cir, y tiene toda una vida para da la vuelta como a los trajes pa-
comprender "lo que dice. No empie- ra que sirvan varias veces. (VAU-
za por tener pensamiento que des- VENARGUEB, Maz., 831.)
pués comunica; sino que, en su 66. los «pensamientos y max1-
propio lenguaje, que le maravilla, mas» son un género agotado y
habla sus pensamientos. (ALAIN, fútil. ( ... ) Ahora bien, es muy cier-
Es<111isscs de l'hommc, 188.) to que, aun cuando los pensamien-
66. El absurdo es la ley del na- tos no son más que un juego inge-
cimiento de todos nuestros pensa- nioso, hace falta mucho ingenio
mientos. (lbíd., 237.) para cultivarlos con éxito. (J. LE-
67. Las frases que formamos MAITRE, Contcmp., II, 106.)
no «revisten» nuestro pensamiento Pensador. Aquel a quien una refle-
tanto como lo contornean. (A. G1- xión sostenida da ideas profundas y
DE, Journal, 1260.) personales.
68. el mundo se divide para 67. El pensador es al filósofo lo
nosotros en dos categorías de se- que el diletante al artista. Juega
res: ( ... ) los que despiertan mis con el pensamiento y le hace pro-
propios pensamientos y suscitan ducir una multitud de bonitos de-
sin cesar en mí otros nuevos y los talles, pero se preocupa más de las
que mustian y aniquilan incluso verdades que de la verdad, y lo
los que ya tenía. (L. LAVELLE, La esencial del pensamiento. su con-
parolc et l'écrit., 120.) secuencia, su unidad, se le escapa.
69. Son los pensamientos más (... ) En Francia, por un filó-
nuestros los que menos nos vemos sofo (Descartes) ha habido trein-
pensar. (J. RosTAND, Journal d'un ta pensadores. En Alemania, por
caract., 106.) cada diez pensadores hay veinte fi-
60, Tenemos que esperar del lósofos. (H.-F. AMIEL, Jounral, 27
azar que nos procure nuestros pen- febrero 1851, 52.)
samientos. (J. RosTAND, Carnets Pensamiento mítico. V. Mito.
d'un bioL, 104.) Pcr. Prepos. lat. que significa: a tra-
61. El pensamiento sin imagen vés, de parte a parte. Pref. de nume-
no es más que la espera de la ima- rosas palabras.
gen o el movimiento hacia ella. (A. Sobre todo en los adj., equivale a la
BURLOUD, Princ. d'une psychol. des forma superlativa: pcrbonus = exce-
tend., 94.) lente; perfacilis = facilísimo. En el
62. es exacto decir que el pen- mismo sentido: perturbar.
samiento en cuanto tal excluye por Princip. en los verbos, indica: l.º la
completo el orden de las imágenes, acción hecha de principio a fin, prose-
y, sin embargo, que no tiene otro guida o acabada (perscqui, perseguir,
contenido que imágenes. (M. PRA- proseguir); pcrmancrc, quedarse hasta
DINES, Tr. de PIIIJCltol., 111, 162.) el fin, permanecer; v. Perfeccionar,
63. Nuestros pensamientos se Persuadir,· 2.0 más raramente, una des-
nos parecen más que nuestras ac- viación (pervertir).
ciones. (E. JALOUX, Esacnces, 6.)
PERCEPCIÓN
64. Imposible saber si somos
nosotros quienes formamos nues- Percibir. Lat. percipcre, comp. de
tros pensamientos o ellos los que ca¡wrc (tomar) y el pref. per, que in-
se forman en nosotros. Querríamos dica aquí resultado: apoderarse de, ha-
ser nosotros quienes los formamos, cer suyo.
olvidando de qué modo hemos sido A. Prop.: recibir o cobrar, para sí
formados, sin intervenir en ello o para otros, sumas debidas (impues-
para nada. (M. CHAPELAN, Liro et tos, alquileres, precio de las localida-
écrire, 116.) des, cotizaciones).
D. Expresión, recogida en pocas pa- D. Fig.: recibir en la mente, tomar
labras, de un pensamiento (en el sen- conocimiento: principalm., de hechos
tido C 2) de alcance general. Los l'cn- exteriores, mediante los sentidos¡ por
samientos de PASCAL, de JOUDERT, ext., de hechos interiores, mediante la
PEIIC'EPClóN 762

concienL·in (Y. P<Tr,·¡1riói1 i11fer11a.), o iJl'J.!:llllO Sl'llSOt'iul. nv. JAMF.8, Pr,:.


incluso d-t1 rt>laciones, mecHnnte la rn- á., d,· ¡i•11rhol., 41 !.)
zón (p('rcihir una difcrrncin, In fue1·- 5. Nuestra perce¡,ci6n (... ) es-
zn dl' un nr,rum('nto). tñ originariamente en las C'osas
l. fü•sulta incontestable que el más que en el espíritu, fuera de
fo111Jo de intuición rC'al, y })Or asi nosotros más que en nosotros. (H.
dl•cir inslnnt{mC'a, sobre el que se fü:ltGS0N, .lfat. et "''"'·· 246.)
abre nuestra percepción del mun- 6. Nuestras pHcepciones nos
clo exterior, C'S poca cosa coutpara- dan el diseño de nuestra posible ac-
do con todo lo que nuestra memo- ción sobre las cosas más que el de
ria le nñade. ( ... ) Hay que tener las cosas mismas. (H. BERGS0N,
en cuenta que percibir acaba por Évol. créatr,, 189.)
no ser más que una ocasión de re-
cordar. (H. BERGS0N, .llat. et ,ném., 7. La inteligencia no se añade
68.) a la percepción. Está ya en la per-
cepción. Oímos la melodia, pero la
2. percibo siempre 111ás ¡¡ de pensamos. Vemos el camino, pero
otro modo que veo (... ). Esos diver- lo construimos. (... )
sos conocimientos vienen ya sea de
un saber mnérnico, ya de inferen- El pensamiento hace la percep-
cias antepredicativas. (J.-P. SAR- ción haciéndose mediante ella. (H.
TRE, L'imagillairc, 156-157.) DELACROIX, en N. Tr. de psychol.,
de DUMAS, V, 235-236.)
«Percepto». Neo!. que tiene con pcr-
ccpcfón la misma relación que concep- 8. Todo es anticipación en la
t.o con concepció-n., en el sentido de «ac-
percepción de las cosas. (ALAIN, Él.
to de concebir», o que noema• con noe- de phi!., 20.)
sis. 9. El estudio de los animales y
Lo que es percibido (lat. perceptum), de los niños muestra con eviden-
el objeto de la percepción. Lado obje- cia que la percepción es el fenó-
thro de la sensación. meno primitivo, que la sensación
sólo se independiza de ella gracias
Sin.: percepción en el sentido C. a una educación sistemática y pro-
3. el filósofo, remontándose del longada, y que los estados, conside-
percepto al concepto. (H. BERGS0N, rados como elementales, que nos
Éuol. cr., 320.) representábamos en el origen de la
Percepción. Perceptio, acción de per- evolución psicológica, constituyen
cipere. V. Percibir, Exccpcwn (etimol.). por el contrario el término de un
A. Pro p.: acción material de perci- progreso analítico, condicionado
bir en sentido propio, es decir, acción por el espíritu abstracto de nues-
del recaudador que cobra el importe de tra civilización.
los impuestos, del que recibe sumas de- Las relaciones entre sensación y
bidas ... percepción se presentan, pues, de
B. Fig.: operación mental de quien modo muy distinto a como apare-
percibe en el sentido fig., es decir, re- cían en el edificio al revés de la
cibe en su mente o alcanza mediante psicología tradicional. (H. PIÉRON,
ella un objeto de conocimiento. en L'a,nnéo psychol., 1926, 1-2.)
l. Princip. (percepción externa o 10. Toda percepción es entendi-
sensible) : acción de conocer por medio miento, (M. PRADINES, Tr. de psy-
de los sentidos. En el ciego la percep- chol., I, 484.)
ción visual es suplida por la percep- 11. Lo característico de la per-
ción tactil y por la percepción auditi- cepción es ser exter,1a, no llegar a
va. serlo. (M. PRADINES, Probl. de la
Aún no hace mucho que los psicólo- sensa.tion, 69.)
gos insistían en la diferencia entre la 12.••. una «percepción externa»,
sensación concebida como estado pura- como se dice por pleonasmo. En
mente subjetivo y la percepción que al- efecto, percibir, por muchas vuel-
canza un objeto. Hoy apenas se admi- tas que se de a la cosa, es sin
te, al menos en el adulto, sensación que duda, para el ser que percibe, es-
no sea más o menos perceptiva. tar fuera de si. (... ) No hay per-
4. Se conviene hoy en definir la cepciones internas. (lbíd., 75.)
percepción como la conciencia del 13. La sensación es, sin duda,
objeto inmediatamente presente al muy diferente de la percepción; pe-
763 PERENNIDAD

ro, al pasar de una a otra, no va- cias a una educación especial, en vir-
mos de la subjetividad a la objeti- tud de asociaciones anteriores (para la
vidad, sino más bien de la objetivi- vista, el frío de la nieve, el calor del
dad indeterminada de la sensación hierro al rojo, la resistencia del suelo
a la objetividad definida de la helado ... ).
percepción. En el primer momen- 18. Imágenes asociadas a las
to, oigo un ruido - que - viene - de- sensaciones de los diversos senti-
fuera. En el segundo, oigo el rui- dos, y en particular de la vista y
do determinado que produce el can- el tacto, constituyen las percepcio-
to de los pájaros. (A. BURL0UD, La nes adquiridas, es decir, todo aque-
¡,c11séc conccpt., 264.) llo que, en el conocimiento de los
14. La psicología contemporá- objetos individuales exteriores, ex-
nea niega la existencia mental de cede de la sensación actual bruta.
las sensaciones para no reconocer (TAINE, De l'i11tell., 11, 122.)
más que percepciones organizadas. Percepcionismo. Teoría según la
(J. PIAGET, Epüité,n. génét., I, 18.) cual tenemos una. conciencia inmedia-
16. La pcrcepci6n es (... ) la ta del mundo exterior.
aprehensión de la cosa a la vez Sin.: intuicionismo, realismo.
que como exterior y como presen-
te Me et 11u11c. (CI. DucoT, Présc1i- C01,tr.: ilacionismo• o teoría de la
ce et abs, de l'étrc, 76.) inferencia; teoría de la proyección*.
V. l·mag1'.11ación, G; lntcn.ci6n, 26; 19. Los percepcionistas quieren
Relación., 21; Sentido, 84, 90. suprimir los intermediarios entre el
espíritu y las cosas: tienen razón.
2. Accesor.: acción de conocer por Pero, al conservar la dualidad rea-
medios diferentes de los sentidos: por
la conciencia (percepción interna o psi- lística del espíritu y las cosas se
cológica; pero suele hablarse más bien privan del medio para lograrlo y
de observación interna o introspección) hacen perder todo sentido a sus
por la inteligencia o entendimiento fórmulas. (0. HAlllELIN, Essai...,
(percepción intelectual del orden, de la 276.)
belleza, de la exactitud de una opera- 20. Existe una relación inme-
ción aritmética). diata del pensamiento a su objeto;
16. No es el simple placer del pero inferir de ello, del carácter
agrado sonoro, sino la percepción inmediato de la percepción, el rea-
de la belleza sonora lo que in ter- lismo del objeto, declarado incon-
viene en la actitud musical. (H. testable, es la ilusión del percep-
DELACR0IX, Psyckol. de l'art, 113.) cionismo. (J. !II0REAU, La c011scien-
17. La percepción de esas ver- ce et l'íitre, 29.)
dades me producía alegría. (M. PERENNIDAD
PR0UBT, Le temps retr., II, 53.)
Perennis. Adj. Primitivamente sig-
C. Por ext. del sentido B: el resul- nificaba: que dura todo el año ( per
tado o los datos de la percepción en aimum) y no una estación como las
en el sentido B, es decir, lo que es hojas caducas. Por ext.: duradero, per-
percibido por medio de los sentidos. petuo. Se emplea sobre todo en el tér-
Las percepciones de la vista son más mino pltUosophia perennüi (sin.: filo-
ricas que las de los demás sentidos. sofía eterna). Der.: perennizar (v. Al-
Sin.: percepto. gia, 1).
Percepciones 11at1<ra,/es y percepcio- l. El rostro de Dios lleva siem-
nes adquiridas (distinción clásica a par- pre la máscara de la historia. No
tir de Th. REID) : hay tkcologia pcr<">müi como no hay
Las percepciones i:iaturales de un sen- philosopkia pere,mis; esa par-
tido son las cualidades sensibles que ticipación del tiempo y el espacio
ese sentido nos hace conocer por su en la verdad aparece en la propia
propia constitución, sin educación y sin Revelación. (G. GUSD0RF, Tr. de
la ayuda de los recuerdos (para la vis- -méta¡,k., 411.)
ta, la luz y los colores; para el oído, Perennidad. Carácter de lo que dura
la intensidad y altura de los sonidos). perpetua y eternamente.
Las percepciones adquiridas son aque- 2. Sin duda esa ilusión de una
llas cualidades de los objetos que los perennidad quimérica (de los sen-
sentidos sólo nos hacen conocer gra- timientos intensos) puede ser rec-
PERFECTO 7fi4

tificada. (Th. RmoT, l's¡¡c/10/, af• hombre a través de una obra per-
frct., IG2.) fecta como encarecer una medío-
V. Dinamismo, 5. rre por el nombre que ya se tiene.
Perfección. \'. l'rrfcrto. (LA BRUYERE, Caract., I, 4.)
6. Uno de sus juegos favoritos
PERFECTO era el de hacer pompas de jabón,
Perfcrcionar. Lat. JH't.ficcn·. Dar los y había aprendido a saborear ese
últimos toques a una rosa ya hecha en momento en que una pompa per-
lo esencial. fecta, irisada, tensa, se halla tan
Sin.: acabar, completar. próxima a desaparecer que la con-
templamos con admiración y amor
l. Imposible llevar más lejos acrecidos por la certidumbre del
lRs experiencias que he hecho. La inevitable desastre. (A. MAUROIS,
que estoy en trance de perfecci~- La ferre promise, 13.)
nar no tcnd rá réplica. (M. DE Gm:-
n,~, Joun,al, 23 junio 1833.) C. Que reúne en sí todas las cua-
lidades concebibles. El Ser perfecto,
l'. Hay envuelta una especial Dios.
contradicción en que el ente en 7. Se dice: Jo •perfecto no exis-
cuanto ente, el cual abstrae de la te· lo perfecto es sólo una idea de
esencia sustancial o accidental, nu'estra mente que va elevándose
simple o compuesta, actual o po- desde Jo imperfecto que vemos con
tencial, perfecta o imperfecta, per- nuestros propios ojos hasta una
fectiva o perfectible, postule o re- perfección que sólo tiene realidad
quiera propiedades distintas que en el pensamiento. Tal es el razo-
sean como unos determinados ac- namiento que el impío querría ha-
cidentes intrínsecos, con los que sa cer en su corazón insensato, que no
perfeccione. (Fr. SUÁREZ, De /as
sospecha que lo perfecto es lo pri-
propiedades del ente ... , I, § 9, p, mero en sí y en nuestras ideas, V
38.) Ad. E. que Jo imperfecto en todos sus mo-
V. Re. dos no es sino una degradación de
Perfecto. Lat. pcrfectus, part. pasa- aquello. Dime, alma mía, ¿cómo en-
do de pcrficere, perfeccionar, acabar. tiendes la nada sino por el ser;
A.. En sentido etimológico: termina- cómo la privación, sino por la for-
do, completo. El perfecto de los verbos ma de que priva; la imperfección,
expresa lo que ha sido hecho. sino por la perfección de que de-
cae? (BOSSUET, Élévations, 2.' el.)
2. [La venta] es perfecta entre
las partes, y la propiedad es ad- 8 Estamos afectados por la
quirida de derecho por el compra- pre~encia en nosotros de esa idea
dor frente al vendedor, desde el de lo perfecto, sin la que ningún
momento en que se ha convenido sentimiento de nuestra imperfec-
la cosa y el precio, aunque la c_osa
ción de nuestra aspiración, de
nue~tra existencia sería posible.
no haya sido aún ~n~regad_a. m el (M. BLONDEL, La pensée, II, 302.)
precio pagado. (Cod100 C1v1l fr.,
art. 1583.) Idea de lo perfecto o de la perfec-
3. Helo ya, pues, hecho y per- ció11. (Prueba de la existencia de Dios
fecto. (Mme. DE SÉVIGNÉ, c. de 27 por la-). Esta prueba se presenta ba-
jo dos formas que es importante dis-
agosto 1690.)
tinguir.
B. Que posee todas las cua)idades
conformes a su naturaleza. VacJO per- l, Prueba fundada en la noción
fecto, igualdad perfecta. Un perfecto misma de lo perfecto (argumento on-
imbécil. tológico• de San ANSEI,MO) : la noción
de perfecto implica la existencia, por-
Sin.: cumplido, consumado, integral. que un ser perfecto inexistente seria
4. Al decir perfecto orador, mo- un ser perfecto no perfecto, lo que es
delo perfecto, habláis de manera contradictorio.
absoluta y sintética; si decís ora- O. volviendo a examinar la idea
dor con.sumado, modelo consuma- que yo tenía de un Ser perfecto,
do, os servís de una expresión ana- hallé que la existencia estaba en
lítica, que supone o hace esperar ella comprendida del mismo modo
una enumeración. (LAPAYE, 829.) que lo esté. en la de un trián-
5. No es tan fácil hacerse un gulo el que sus tres ángulos
765 PERFECTO

son iguales a dos rectos ( ... ) o in- a la conciencia lo que he dicho de


cluso con mayor evidencia; y que, la fe y la religión. (B0URD,\I.OUE.
por consiguiente, es por lo menos Sur la parfaite observ. de la loi,
tan cierto que Dios, que es ese Ser I.)
perfecto, es o existe, como pueda B. En sentido abstracto: carácter
serlo cualquier demostración geo- de lo que realiza su tipo en el más al-
métrica. (DESCARTES, Disc. de la to grado o al menos en grado muy al-
méth., IV.) to. La perfección de una reproducción,
10. no hay menor repugnancia del servicio, del estilo ... , de un enga-
en concebir un Dios (es decir, un ño.
se1· soberano perfecto) al que fal- 15. es frecuente que no haya
te la existencia (es decir, al que tanta perfección en las obras com-
le falte alguna perfección) que en puestas de fragmentos diversos y
concebir una montaña sin valle. de mano de distintos maestros co-
(DESCARTES, 5' médit., IX', 52.) mo en aquellas en las que ha tra-
11. Anselmo, tu fe tiembla y tu bajado uno solo. (DESCARTES, Disc.
[ corazón la asiste: ele la méth., II.)
Toda perfección en tu Dios se 15'. si alguien quiere compa-
[concibe: rar estas propiedades [lo verdade-
la existencia entre ellas; tiene, ro y Jo bueno) en perfección y pre-
[pues, que existir; gunta cuál es la más perfecta de
concebir lo perfecto es exigir ellas, puede respondérsele con fa-
[que sea. cilidad que formalmente, y tenien-
(SULI,Y-PRUDH0MME, Le bonheur, do en cuenta Jo que añaden al en-
Parte II, VI.) te, ninguna de ellas expresa per-
2. Prueba fundada en el hecho psi- fección, porque no expresan o aña-
cológico de que el hombre ,posee la idea den nada real al ente mismo; por
de lo perfecto: ese hecho carecería de Jo cual no hay razón para compa-
razón suficiente si el ser perfecto no rarlas en este aspecto, ya que la
existiese. comparación supone algo positivo.
12. dado que hallamos en nos- (Fr. SUÁREZ, De las propiec/acles
otros la idea de un dios o Ser to- ele! ente ... , II, § 9, p. 55.) Ad. E.
taJ111ente perfecto, podemos buscar 15". las lenguas entonces tocan
la causa que hace que esa idea es- al más alto grado de perfección
té en nosotros; pero, tras haber cuando las cultivan ingenio5 emi-
considerado con atención Jo inmen- nentes en todas líneas; ellos las
so de las perfecciones que nos re- usan del modo que debe usarse;
presenta, nos vemos obligados a descubren sus riquezas; las labran,
confesar que sólo puede provenir- las pulen, les dan aquel temple y
nos de un Ser perfectísi1110 ... (DES- varia configuración de que son ca-
CARTES, Príncipes, I, § 18.) naces para que sus explicaciones o
13. es evi.clcnte que lo que co- representaciones correspondan fiel-
noce algo más perfecto que ello mente a la calidad varia de los
mismo no se ha dado el ser, ya objetos en su infinita desemejan-
que por el 1nismo medio se habría za. (J. P. F0RNER, Exequias ele la
dado todas las pel'fecciones de que /e11g11a castellana, 135.) Ad. E.
tuviera conocimiento; y, pal' con~ V. Deber, 7.
siguiente, no puede subsistir por C. En sentido concreto: cualidad no-
ningún otro que por el que posee table o eminente. Un empicado que tie-
en efecto todas esas perfecciones, ne todas las perfecciones (para las co-
es decir, por el que es Dios. (/bici., sas, p. ej. una máquina, se dice más
§ 20.) bien: perfeccionamiento).
Perfección. Lat. prrfcctio (der. de 16. Y, en el objeto amado, to-
perfect1ts), acabado, última mano. [ do se les hace amable:
A. En sentido etimol. (antic.): ac- cuentan los defectos por perfec-
ción de terminar o estado de Jo que se [ciones,
halla terminado. La perfección (acaba- y saben darles nombres favora-
do) de ese edificio exigirá meses, [bles.
14. Lástima no tener tiempo, (l\lOLIERE, Misa111/u·., II, IV.)
para la perfección ele este discur- 17. 1a velada, que fue breve, tu-
so, de aplicar a las costumbres y vo unn especie de perfección en el
PERFIL 766

fracaso. (P.-H, SIM0N, L, soll11<1111- toda intrusiim en la pnrte jurídi-


b1tlt, 35.) ca propiamente dicho del debate.
17'. Abarcar toda perfección ( /bici., 141.)
sólo se concede al primer ser, que,
por no recibirlo de otro, no sufre PERSEVERAClóN
limitaciones. (B. GRACIÁN, El hé- Perse,·erar. Lnt. perseverare, der. de
roe, 19.) Ad. E. BC"t,cntS, severo, cuyo sentido anti-
guo era acnso •inflexihleo. (ERN0UT
PERFIL. Contorno de un objeto y M.)
( !'Ostro, montaña ... ) visto de lado. Permanecer firme y constante en el
p,,-¡¡r ,,,,-,,tal. Gráfica en la que los mismo estado o en un cierto modo de
resultados de los tests se disponen de conducta.
forma que representen la fisonomía Perseverantia. Lat. perscverantia,
moral de un individuo. der. de perseverare.
PERIF€RICO. Der. de periferia A. En el uso ord.: cualidad del que
(gr. peripheria, der. de peripherei11, persevera, es decir, continúa con cons-
lle,·ar alrededor). tancia y firmeza el camino emprendi-
Psicol. Por opos. a central, se lla- do. Se toma, sobre todo, en el sentido
ma periférico todo lo que, en la acti- moral y religioso: catecismo de perse-
,~idad orgánica, es extracerebral: mo- verancia, perseverancia final.
dificaciones viscerales, secreciones di- l. Llamarnos obstinación a la
versas, movimientos de los miemb1·0s, perseverancia de los demás, y
mímica ... 1·eservamos el nombre de perseve-
V. Emoció1t (Teoría fisiológica o pe- rancia para nuestra obstinación.
riférica de la-). (L'esprit d'A. Karr, 156.)
A propósito del vestido, cabría 1'. Preguntaron al amigo qué
así hacer intervenir una especie cosa era perseverancia. Y respon-
de teoría periférica del conocimien- dió «que era bienaventuranza y
to de uno mismo, renuevo de la an- tribulación en el amigo que per-
tigua y anticuada teoría periférica severa en el amar, honrar y ser-
de la emoción. (G. GUSDORF, Dé- vir a su amado con fortaleza, pa-
co,w. de sen, 271.) ciencia y esperanza». (R. LULI0,
Libro del am,,igo y del Amado, § 63,
PERIPATÉTICO. Gr. peripatétikos, p. 62.) Ad. E.
der. de pcripatein, pasearse, ir y ve-
n~ ' B. Psícol, «Capacidad de manteni-
miento voluntario de una actividad
Sin. de aristotélico. ARISTÓTELES en- implicada por una tarea prolongada».
señaba paseándose. Peripatetismo = (H. PIÉR0N, Voc. de la psychol.).
aristotelismo.
Perseveración. Lat. perseveratio, der.
PERITO. Lat. pcritus, el que sabe; de perseverare,
docto, experimentado. Fisiol, y psicotec. Continuación de
A.. Adj. y subst.: persona hábil o una actitud fisica o moral más allá
práctica en una ciencia o arte, de lo normal. Persistencia de la ac-
B. Subst.: persona con una deter- ción de un excitante tras la excitación
minada competencia técnica a la que (v. Reso11ancia). El factor de perseve-
el juez o las partes designan para efec- ración se caractel'iza por la inercia; el
tuar el examen de una situación con- factor de perseverancia, por el dina-
creta. mismo.
Der.: peritación. 2. La persevel'Bncia no debe ser
confundida con la perseveración
l. El perito ha sido solicitado ( ... ). No es una inercia, una sim-
por el juez para ser •su ojo y su ple continuación, sino una alta di-
oído•, no el sustituto de su propia rección, una intervención activa
conciencia. (P. DUCASSÉ, Les tech- del psiquismo superior que impo-
niques et le philos., 117,) ne a las discontinuidades de las
2. La peritación no está des- actividades elementales la mayor
tinada, en principio, a constituir amplitud de duración que corres-
medios de prueba, sino a propor- ponde a una experiencia espiritual
cionar al juez elementos de apre- ampliada, (E, MoUNIER, Tr. d11 ca-
ciación, evitando cuidadosamente rtUJt,, 448.)
767 PERSONA

3. Las innovaciones de la volun. lo representa y no lo suelta, (P.


tad se oponen n In monoton in del VALtRY, ]nstan.ts, Pléiade, I, 302.J
hábito. Asi, en el límite, In perse- 6. El Personaje manda y go-
verancia no es más que persevera- bierna tanto como la persona real.
ción. (J. BoUT0NIER, Défaill. ele la (A. MAUR0IS, Un art ele vivre,
vol., 4-5.) 158.)
PERSONA 6, El personaje es el hombre
que los demás se imaginan que so-
Persona. Subst. Int. que significaba: mos. (A. MAUR0IS, Mémoires, I, 5.)
primitiv., máscara de teatro que indi-
caba el papel del actor; más tarde, pa- B. Individuo histórico, o más a me-
pel, función; finalmente, carácter, per- nudo ficticio, de las obras de arte, prin-
sonalidad. cipalmente teatrales. El papel que re-
presenta un actor.
En C. G. JUNG: el yo en su compor-
tamiento con los demás, el personaje. Si11.: hél'oe, heroína, papel.
La persona es complementaria del ani- 7. Mlle. du Pare. -Por mi par-
ma: a una persona femenina responde te confieso que no recuerdo una pa-
un anima. masculina (un animus) y a labra de mi personaje. (... ) desem-
la inversa. V. Alma, Animus y Anima. peñaré muy mal mi personaje.
l. La persona es el muy comple- (MOLIERE, lmpromptu ele V., l.)
jo conjunto de las relaciones de la 8. los personajes inventados
conciencia individual y la socie- por el novelista sólo despiertan a
dad; una especie de máscara con la vida, como la música grabada,
que se reviste el individuo, por gracias a nosotros. ( ... ) Encarna-
una parte para producir un efec- ban [en mi juventud] mi deseo to-
to determinado, por otra para ocul- davía velado. Le prestaban rostros
tar su verdadera naturaleza. (C. sucesivos. ( ... ) Proyectaban ante
G. JUNG, Le moi et l'inconsc., 148.) mí mis propias posibilidades. (F.
Personaje. Traduce con bastante MAURIAC, Mémoires intér., 68.)
aproximación al lat. pcrs011.a: papel 9. La novela parece ofrecer un
desempeñado por el actor en las tablas recurso al deseo de elucidación de
o por el individuo en la sociedad. uno mismo. l\Ionta una experienl..":a
2. La misma palabra persona- mediante personajes interpuestos.
je, deri-vada del pers011.a latino, ha (G. GUSDORF, Déeouv. ele soi, 263.)
conservado, por oposición a su do- V. Como sí, 2; Iel,mtidad, 17.
blete «persona», el sentido de tipo C. En acepción ambivalente, y por
teatral. El personaje no es el in- ello con frecuencia irónica: indh-iduo
dividuo que somos, sino el que que- que se comporta como si gnzase de un
remos persuadir a los demás que prestigio que no tiene, que no es más
somos, o incluso el que los demás que un gran hombre de comedia: más
nos quieren persuadir que somos. raramente, individuo que desempeña
(... ) Una construcción de uso ex- un papel inferior al que sería normal
terno. (G. GusoonF, Découv. ele soi, en él.
215.)
10. Creerse un personaje es
8. No somos responsables de muy común en Francia:
nuestro personaje. El medio con- se juega a darse importancia
tribuye en proporción esencial a sin ser más que un buen bur-
imponernos el papel. Consideremos [gués.
el caso de un empleado que se con- Éste es el vel'dadero mal fran-
vierte en jefe de oficina. Tendrá [cés.
que desempeñar su personaje. (LA FONTAINE, Fables, VIII, XV.)
(/bícl., 217.)
11. i Qué ruin personaje desem-
A. Individuo que goza de notable [peñáis en el mundo
prestigio social. limitandoos a los debel'es case-
SÍII,: personalidad en el sentido B l. [l'os !
4. En toda carre1·n pública, una (MOLIERE, Les fcmmcs sa "·• I, l.
vez que uno ha construido su per- Bélise a Henl'iette.)
sonaje, y que el eco que despierta 12. El padre que riñe a su hi-
vuelve u su autor y le hace saber jo, indicándole el buen cmnino, re-
lo que parece, éste representa su pl'esenta en todo su rigor al hom-
personaje, o mejor, su personaje bl'e de In ley -moral. Y muy a me-
PEI!SONA 768

nudo se identifica <le buenn fe con sin personajes interpuestos. (H.


ese personaje, nl que presta su voz GOUIIIEH, L'c•sc11cc du thédtre,
más que su ser profundo. (G. Gus- 227.)
DOR1'\D<:couv. dt' soi, 212.) 18 bis. [A propósito de una car-
13. El conorimic>nto de uno tn de Jouhandeau: 1 «¡ Dios le juz-
rnismo sólo puede surg-ir ruando el gar{,!, me grita ustecl con solem-
personaje se revela como tal per- nidad un tanto excesiva y que no
sonaje. El descubrimiento del per- le va nada bien. No es ése el tono
sonaje es descubrimiento de que el de su personaje. (F. MAURIAC, en
sonaje es diferente de nosotros Le J,'igaro littér., 23 sept. 1961.)
mismos. (lbícl., 233.) Persona. Lat. persona. V. supra.
14. En definitiva, la propia A_ En el uso ordinario (por opos. a
nución de personaje significa la cosa) : ser consciente de sí mismo, due-
imposibilidad definitiva de un co- ño y, por consiguiente, responsable de
nocimiento seg-uro de la persona. sus actos; el individuo considerado ba-
La persona, el yo auténtico, perte- jo su aspecto específicamente humano.
nece a otro orden. Se define como El libro I del Código Civil francés tra-
un retroceso, como la renuncia a ta de las Personas; el libro II, de los
cualquier personaje. (lbíd., 2GO.) Bienes.
15. La mayoría de los hombres 19. Cuando recuerdo los mo-
viven fuera de su propia natura- mentos en que tenía a todos mis
leza. esclavos de un personaje y hijos en torno mío, me escri·bía mi
un papel en la comedia social. Es- madre tras la muerte de uno de
tán como ausentes de su propia mis hermanos, no puedo reconocer-
existencia. (... ) No son rostros, si- me en la madre feliz que era yo
no máscaras de teatro que inter- entonces, y me parece que ese pa-
cambian besos y juramentos. (G. sado es el de otra persona. (A.
THIBON, ,\iotre rcgard qui man- JouSSAIN, Psychol. eles masses, 122.)
que ... , 115.) 20. Hacen falta al menos dos
lG. Delante de los demás, debe- personas para que una de ellas
mos presentar en muchas ocasio- tenga ingenio: la que lo muestra
nes una cierta imagen de nosotros y la que lo comprende. (E. JALOUX,
mismos conforme a lo que de nos- Essenccs, 187.)
otros se espera; nos sentimos «en 21. La persona es el espíritu
representación)): me miran, 110 de- mismo considerado en cuanto liber-
bo decepcionarlos. tad, o, puesto que es la libertad lo
Es mediante la adopción de que le hace ser, es el espíritu en
un personaje-tipo como asumimos tanto que posibilidad, en tanto
nuestro papel social. Papel más que conversión eterna de la posi•
impuesto que elegido ... (J. MAISON- bilidad en actualidad. (L. LAVELLE,
1'EUVE, Psycho/. soc., 36.) Tr. eles va/curs, II, 4Gl-462.)
21'. ahí verás lo que cuesta el
17. como un verdadero hipócri- ser persona; los brutos luego lo
ta, [el mentiroso] representa y vi- saben ser, luego corren, luego sal•
ve a la vez, y jamás confunde su tan; pero al hombre cuéstale mu-
personaje con su persona, sus pa- cho, porque es mucho. (B. GRACIÁN,
peles con sus serias segundas in- El criticón, 42.) Ad. E.
tenciones. (W. JANKÉLÉVITCH, Le
pur et /'impw·, 18G.) 21". Esos olivos han vivido, y
como todo lo que ha vivido y no
18. Ya en nosotros los persona- sólo ha vegetado, tiene su histo-
jes que emanan de nuestra persa· ria. Y como todo lo que ha vivido
na son casi siempre compromisos y tiene historia son yos, son pcr•
entre ella y el mundo, siluetas sin sanas, cada una de ellas con su fi-
misterio en lo gestos previsibles. sonomía, con su carácter, con su
Son funcionarios, los delegados de alma. (M. DE UNAMUNO, Andanzas
la persona en sus diversas funcio- y vi•io11es espaiiolas, 160.) Ad. E.
nes sociales, y funcionarios con
responsabilidad limitada, porque V. Dccisi611, 9; Dignülad, 1; Hipós-
cuando la situación parece excep- tasis, 1; Nombre, 3 ¡ Pertenecer, 1 ¡ So•
cional, el hombre se compromete ciedud, 22; l'alo1·, 28.
personalmente y juega la partida l'erso11c, física y persona moral (De-
769 PERSONA

recho). Se entiende por persona física comunicable, la única que es hacia


el individuo humano en tanto que su- el ot-ro e incluso en el owo, hacia
jeto de derechos y deberes. el mundo y ,m el mundo antes de
Por personal moral, un grupo de in- ser en sí. (E. MOUNIER, Qu'est-cc
dividuos o una institución a los que se que le persunnal.?, 62.)
reconoce derechos y deberes. 29. La persona (... ) vive siem-
22. La Universidad [de Mont- pre en un mundo poblado por otras
pellier] iba a cumplir seiscientos personas. (A. BRUNNER, La, con-
años. Las personas físicas no se na,iBs. h.um., 27.)
consuelan de envejecer, pero no su- 30. El hombre, desde el momen-
cede lo mismo con las personas mo- to en que piensa, vive en su mun-
rales. Esta hizo publicar en todo el do, no está nunca sin él, lo lleva
mundo su deseo de recibir felicita- siempre consigo. Es un mundo en
ciones por stt tan vieja. (P. Vm- el que hay personas y cosas pre-
RY, Pléiade, 1, 1748.) sentes y pasadas. (Ibíd., 45.)
B. En la psicol. y la Moral contemp. 31. El individuo trata de sepa-
(por op. a individuo) : el ser humano rarse, de oponerse; reivindica se•
en cuanto a,bierto a sus semejantes, guridades egofstas. ( ... ) El servi-
integrado en una comunidad de per- cio es la vida misma de la perso-
sonas y orientado hacia un ideal. na, que debe siempre liberarse en
23. El individuo es su fin en sí nosotros de las torpezas, los egoís-
mismo: la persona tiene fines que mos y las separaciones del indivi-
la trascienden. (J. CHEVALIER, La duo. (E. BORNE, en Ann. de l'Éc.
11ie mor. et l'au-dela, 86.) des Htes, Ét. de Ga.nd, 1939, 243.)
24. Lo esencial de la persona, a 32. Desarrollar en nosotros la
diferencia del individuo, no es el persona no es ni puede ni debe ser
yo, sino el otro. La personalidad destruir su individualidad, smo
humana sólo halla su pleno des- ordenarla a un conjunto al que de-
arrollo uniéndose y dándose al otro be, por su propia individualidad,
con amor desinteresado. ( Ibíd., concurrir. (J. LAcao1x, Le sens du
103,) dialogue, 72.)
25. Tampoco es difícil compren- 33. La noción de persona ex-
der por qué la religión hace de presa ese deseo de una existencia
Dios una persona: no sólo porque humana comprometida entre los
la persona representa en nosotros hombres, fiel a sí misma a la vez
la cima de la conciencia y de la li- que a la vocación comunitaria
1

bertad, el punto en el que somos constitutiva de nuestra presencia


creadores de nosotros mismos y en el mundo. El individuo tiende
de nuestra propia experiencia del a separarse, a distinguirse. La
mundo, sino también porque sólo persona quiere ser solidaria. Sabe
podemos tener rl!lación real con que sólo puede consumar su yo en
personas y no con cosas. L. LA- un nosotros, (G. GUSDORF, Tr. de
VELLE, Tr. des 11aleurs, 11, 484.) l'eo:ist. mor., 380.)
26. La persona es una existen- V. Alegría., 7; Redprocida.d, 3.
cia capaz de .separarse de sí mis- Psíco/Qgía, en primera, segmula,, te·r-
ma, de desposeerse, de descentrat·- cera, pers01,a,. En primera persona la
se a fin de hacerse disponi-ble pa- psicología, atenida al «yo», a la ~on-
ra el otro. (E. MoUNIER, Perscmma- ciencia individual, es puramente sub-
lisme, 39.) jetiva o introspectiva. En segunda per-
27. Una persona sólo alcanza sona, recurre al «tú», es decir, a la ob-
su plena madurez en el momento servación de estados concretos indivi-
en que ha elegido fidelidades que duales en cuyo conocimiento intervie-
valen más que la vida. (Ibícl., 68.) nen procesos análogos a la introspec-
ción. (v. Com.unica.ción• d.e las c&ncicn,.
28. La persona no se opone al cia,s, Psicowgía,• clfoíca). En tercera
nosotros, que la funda y nutre, si- persona, la psicol., haciendo abstrac-
no al •• irresponsable y tiránico, ción de la subjetividad de la concien-
No sólo no se define por la inco- cia de los seres observados, considera
municabilidad y el repliegue, sino a éstos como objetos en el sentido ordi-
que de todas las realidades del nario del término, es decir, como cosas
universo es la única propiamente cuyo comportamiento observamos sin
•IIJ. Diccionario tlcl J.cnHll•ijc FilosOficn.
PERSONA 770

tratar de representamos sus estados na ( ... ); la psicología en segunda


interiores (v. /1,qic-ologia• obirti1•a. 1 l'Bi- persona no rechaza la noción de
rol. del rompo1·ta,11ie,1to•). comportamiento, pero ( ... ) el psi-
34. El carácter más evidente cólogo sólo se interesa por él en
de los lw·chos psicolóp:icos es el de cuanto es expresivo. (D. LAGACHE,
ser «en primera persona». La lám- 1,',mploi cliiiiqtte des tests .•. , 222.)
para que ilumina el despacho es 40. se habla de una psicologia
un hecho «objetivo» precisamente "en segunda persona», que ea una
porque es «en tercera persona», sintesis de las psicologias en pri-
porque no es •Yo• sino aella». (G. mera y tercera persona, puesto que
P0LITZER, Crit. dea f<md. de la PBll- su objeto centra'!, el otro, es al
cliol., 51.) mismo tiempo un sujeto. (D. LA-
35. Entre la íisica, «ciencia de GACHE, en el Bull. de la Fac. de,
la tercera persona», y la psicolo- L. de l'Un. de Strubourg, 1942,
gía, ucicncia de la primera perso- 2Z2.)
na», no hay lugar para una •ter- 41. el atpproche psicológico tie-
cera ciencia» que estudiaría nos ne, como el behaviorismo, la es-
hechos de la primera persona en tructura de una psicología en ter-
tercera persona. ( ... ) Ahora bien, cera persona, ( ... ) considera al
la psicología querria ser precisa- analizado, no como un «Yo», sino
mente esa «tercera ciencia». (Ibid., como un aél». (D. LAGACHE, en R.
53.) pr. de PBl/oha.naJ., 1948, 116.)
36. cuando hablo de alguien en V. Comprensión, 27.
tercera persona, lo trato como in-
dependiente -como ausente-, co- Mora.l en primora, segu'IWla., tercera
mo separado; más exactamente, lo persona. La moral tradicional y la mo-
defino implícitamente como exte- ral racionalista están en tercera per-
rior a un diálogo en curso que pue- sona: consisten en un código de obli-
de ser un diálogo conmigo mismo gaciones que se impone, como desde el
( ... ). Sólo me dirijo en segunda exterior, a:! hombre, a todo hombre. La
persona a lo que es considerado moral en primera penona deja a ca-
por mí como suscepti"ble de res- da uno, a cada yo, el cuidado de deter-
ponderme de algún modo, incluso minar, en cada momento de su existen-
si esa respuesta es un «silencio cia, cuál debe ser su conducta. (V. M o-
inteligente». (G. MARCEL, Journ. ral de situaei6n). La moral en segunda
mét., 137, 138.) persona se ri,ge por las necesidades del
tú considerado como otro yo.
37. un niño ( ... ) comprende
muy bien que ese otro es su her- 42. Cuando empiezo a intere-
mano y aquel otro también; no sarme por la presencia real de los
comprende que el segundo y el ter- hombres ( ... ), a saber ia persona
cero sean también «hermanos» que me revela, el tú que me pro-
entre si. En otros términos, com- pone, a no ver ya en ella una «ter-
prende umi hermano», no compren- cera personan, un cualquiera ( ... )
de «el hermano» en si. La -psicolo- sino otro yo mismo, ent.onces h~
gía en primera persona es la psi- realizado el primer acto de comu-
cología natural de la mente. (E. nidad... (E. M0UNIER, Manif. cm
M0UNIER, Tr. du caract., 484.) service du persomuu., 86.)
38. El conocimiento en tercera 43. Una moral preocupada en
persona no puede, pues, economi• todo por afirmar un código ve con
zar por entero la primera perso- ello facilitada su tarea, al hallar-
na. Pero, a la inversa, el conocí• se la primera persona suplantada
miento en primera persona se con- desde un principio por la tercera.
fiesa incapaz de realizar en su be- No puede ser ese nuestro caso.
neficio fa unidad del saber. (G. (G. GUSDOIII', Tr. de l'rziat. mor.
Gusvom·, Tr. de rezÜ!t. nwr., 82.) 46.) '
39. La psicología «en tercera 44. Obediencia, no a unu con-
persona• se ha esforzado por eli- signa trascendente, sino a la' voca-
minar el sujeto ( ... ) ; sus formas ción intima de la persona ( ... ) . Asi
más importantes son la reflexio- la primera persona, el 110, no ab~
logla de Pávlov y la psicologia dica ante el mandamiento de la
del comportamiento norteamerica- tercera. Antes bien, es la tercera
771 PERSONA
la que se subordina a la prime- afectivas, de la razón frente a las
ra. (lbíd., 127-128.) pasiones, de la cabeza, frente al
C. Meta.f. El individuo dotado de coraz6n, es la impersonalidad pro-
razón en tanto que constituye una sus- pia de las facultades intelectuales,
tancia; la realidad sustancial cuya de la razón, de la mente. (E. LIT-
actividad manifiestan los diversos fe- Tnt, Auv, Comte et la phiJ.os. po-
nómenos de la vida órgano-pslquica. sit., 561.)
Los escolást. ·la definen, siguiendo a 48. Nada más personal de he-
B0ECI0: rationalis natura.e individua cho que la filosofía, y nada más
substancia (De duabus naturis, 111). impersonal de derecho, puesto que
V. Supuesto. es la realidad total, es decir, en
el fondo, si bien se comprende, la
46. Pcr,ona, cst rationaUs ,iatu- razón universal tomando concien-
1·ae i11dividu.a substantia. Esta de- cia y dando cuenta de sí misma.
finición ( ... ) pone cerco a la no- (J. LACHELIER, CEuvres, 11, 157.)
ción de persona mediante tres 49. ¡ Qué error creer que es de-
clrculos concéntricos. La persona jándose ir como se es o se llega a
es, ante todo, una sustancia, un ser más personal! Lo que prime-
ser que existe «en si», por oposi- ro y de modo natural acude a
ción al accidente que sólo existe en nuestro espíritu son lugares comu-
otra cosa. Es también una sustan- nes, clichés. (A. GmE, Journal, 24
cia completa e individual (... ). Di- nov. 1928.)
gamos simplemente que una per-
sona es un individuo. Pero no u-n B. Aplicado a cosas. 1. Por opos.
individuo cualquiera: una sustan- a real (vocab. juríd.) : que se refiere a
cia individual de naturaleza, racio- las personas y no a las cosas.
nal, un individuo dotado de ra- 50. [ En la noche del 4 de agos-
zón. (R. VERNEAUX, Philos. de to.) Fueron abolidos todos los de-
l'homme, 186.) rechos personales sin indemniza-
Personal. Lat. persona/is, relativo a ción, se declararon rescatables to-
la persona. dos los derechos reales ... (RIVAR0L,
Journal polit. intern., 2.ª serie,
A. Aplicado a la.s personas, así co- núm. 1.)
mo a los actos u obras de la persona.
51. A diferencia del impuesto
1. Sin intención estimativa,: que real, el impuesto personal tiene en
emana de la persona, que tiene algo cuenta, para su evaluación, la si-
de su naturaleza. Opinión, decisión, tuación particular del contribuyen-
preferencia personales. te, a fin de que cada uno pague
2. Con intención valorativa: que el impuésto «en razón de sus fa-
manifiesta una originalidad de buena cultades, en proporción a sus fa-
ley que procede del espíritu inventivo cultades» (Dict. des se. écon., 806.)
de su autor, no de lo por él aprendido. . 2. Por opos. a colectivo, comunita-
Pensamiento, estilo personales. rio ... : que pettenece como propio a una
Contr.: impersonal, clásico, tradi- persona. Propiedad, relación persona-
cional, común, banal, trivial, trillado. les: poder, don personales.
46. Las doctrinas fecundas se Sin.: ind,ividual, privado, particular.
reconocen por este doble carácter: 52. [Bajo el régimen de comu-
son muy persona1es del filósofo nidad de bienes.] El marido es úni-
que las ha concebido y enlazan con co administrador de los bienes de
el movimiento general de su época. la comunidad. (C6cligo Cfoil fr.,
(P. B0URGES, Disc. de Recep. a E. art. 1321.)
BOUTR0UX en la Acad. Fr.) 53. El marido tiene la adminis-
3. Implicando una cierta reserva: tración de todos los bienes perso-
que vale para una persona determina- nales de la mujer. (... )
da, pero (sobreentendido) no necesaria- No puede enajenar los inmuebles
mente para las demás. Es una opinión personales de su mujer sin su con-
personal. En este sentido lo valorativo sentimiento. ( lbicl., 1428.)
es "impersonal» (tomado en el sentido Personalidad. A. Acepción aostrac-
de «objetivo», universalmente válido»). ta (la personalidad). l. Filos.: ca-
47. Lo característico de las fa- rácter de quien es una persona, física
cultades intelectuales frente a las o moral (personalidad jurídica).
PERSONA 772

En el sentido de personalidad fisica, y gobernada por el almao. (Pío XII,


ordinar. sin. de individualidad; pero Disc. au:i: menibrcs du XIII' Co11-
a veces se distingue o incluso se opone a gr~s de l' Asa. interna,t. de PB"IJch.
ella. OIJ)pl., 10 abril 1968.)
54. mi personalidad tiene el ml- 60. La personalidad es la confi-
nimo posible de individualidad guración única que adquiere, en el
( ... ) ; en todas partes me siento en curso de la historia de un indivi-
casa, porque carezco de yo parti- duo, el conjunto de los sistemas
cular y nominativo. Bien mirado, responsables de su conducta. (J.
esta imperfección tiene su lado Cl. FILLOUX, La personnaidté, 10-
bueno. Al ser menos un hombre, 11.)
estoy acaso más cerca del hombre, 61. Ls formación de la persona-
soy quizá un poco más hombre. Al lidad se retrotrae con frecuencia
ser menos individuo, soy más es- a la formación, en el curso de la
pecie. (H.-F. AMIEL, Journal int., vida, de los diferentes personajes
14 agosto 1869.) constitutivos de un individuo. His-
65. Es en la conciencia del es- toria ( .. ,) de los equilibrios suce-
fuerzo donde se manifiesta nece- sivamente logrados, y no sin es-
sariamente a aí misma, bajo la fuerzo, entre Jo que el medio quie-
forma eminente de actividad vo- re hacer de nosotros y lo que de-
luntaria, la personalidad. (F. RA- seamos ser. Las dos acepciones del
VAISSON, De l'hahit., 22.) personaje representan a menudo
56. Cada uno de nosotros tiene, en una determinada existencia pa-
"'"'ante todo, una naturaleza., es decir, peles antagónicos. De su conflicto
un temperíilnento, instintos, ten- nacerá una vida personal más o
dencias espontáneas. Pero cada menos auténtica. (G. GUSDORF, Dé-
uno tiene también un yo, una per- cou11. de soi, 22.2.)
sonalidad más o menos fuerte, más 62. es preciso que la sociedad
o menos marcada, cuyo papel es intervenga para que el individuo
en todo momento el de dominar y adquiera consistencia y, con el ad-
modelar esa naturaleza. ( ... ) El venimiento de una norma huma-
carácter es, ante todo, expresión na y la posibilidad del reconoci-
del resultado, en cada cual, de la miento, aparezca la personalidad.
lucha y el acuerdo entre ambos Lo social se halla entonces en el
principios. (Ch. BAUDOUIN, L'á.me fondo de la personalidad, no como
et l'action, 159.) aquello que la crea, sino como lo
57. Esa personalidad humana que la manifiesta. (M. DUFRENNE,
se define a la vez e indisoluble- La personnaJ.. d,i ba,se, 202.)
mente por la presencia a uno mis- V. Acto, 2; Conducta, 8; lndi11iduo,
mo y la presencia a los demás. (H. 16.
NIEL, ConnaiBs. de l'ltomme au XX Personalidad básica. Noción elabora-
•·• 207, La Baconn., 1951.) da por la sociologia norteamericana, y
58. la personalidad -puede ex- en particular por A. KARDINER, que la
plicarse recurriendo a las estruc- define: a Configuración psicológica par-
turas. En una primera parte de mi ticular propia de los miembros de una
exposición mostraré que l&..-plll'B<I-- sociedad determinada y que se mani-
_Jlalidad est.á estructurada, y tam- fiesta por un cierto estilo de vida, so-
bién que es estructurante. Me es- bre el que los individuos bord·an sus
forzaré' después por hacer ver que, variantes singulares» (J .-Cl. FILLOUX,
en la medida en que reducimos la La personnaJ.., 67 .)
personalidad a una estructura, per- 63. aceptando la personalidad
demos algo esencial, porque la per- básica, adaptándose a ella, el in-
sonalidad es lo que rompe las es- dividuo la adapta a si mismo. (... )
tructuras, lo que las cambia, lo Se puede ser uno mismo hacién-
que renueva en alguna medida, dose semejante a los demás más
LI, en Notion de structure, 345, profundamente que acentuando las
implica la libertad. (R. MUCCHIF.L- diferencias con ellos. (M. DUFREN-
uXX' Sem. intern. de Synthese».) NE, La pcrson11. de base, 217-218.)
59. Definimos la personalidad 64. la personalidad básica se
como «la unidad psicosomática del nos aparece a la vez como una abs-
hombre, en tanto que determinada tracción y una norma: una abs-
773 PERSONA

tracción si es concebida como una frágil germen del espíritu. (G.


configuración psicológica tornada THIBON, Retour au réel, 225.)
de la .personalidad individual, y si V. Análisis, 21; Cree-ncia, 47.
configura la acción de ciertos de- 2. Generalmente con intención valo-
terminantes sociales sobre una na- rativa: individuo que goza de un cierto
turaleza humana aún indefinida. prestigio social (sin.: personaje), per-
(... ). Pero es también una norma, sonal o moral.
en cuanto expresa la personalidad
aprobada, el hombre ideal de una Sin.: notabilidad, notable, notorie-
cierta sociedad: no ya lo que la dad, celebridad, autoridad, primate, al-
cultura produce en -los individuos, guien (es).
sino lo que de ellos se espera, tan- 69. Nuestra personalidad social
to para manifestarse corno para es creación del pensamiento de los
sobrevivir. ( Ib!d., 322.) demás. (M. PROUST, Du coté de
V. Instancia,, 16. chez Swann, I, 33.)
2. En el leng. ordinario (tener, no 70. . .. Jupien ignoraba la ver-
tener personalidad) : cualidad de quien dadera personalidad de sus clien-
presenta en alto grado los caracteres tes; se imaginaba y decía que se
que distinguen a la persona, en espe- trataba de tal bolsista, tal noble,
cial una gran energía de la voluntad tal artista... (M. PnousT, Temps
de la que resulta un gran ascendiente retr., I, 167.)
sobre los demás. Referido a las obras 71. Henri de Toulouse-Lautrec
humanas, al pensamiento: que lleva el era descendiente de 'la ilustre fa-
sello de la personalidad arriba defini- milia de los condes de Toulouse, úl-
da. timo vástago de una progenie de
65. Cuando nuestra personali- guerreros a caballo y grandes se-
dad empieza a formarse, su primer ñores. Su padre fue un anacróni-
gesto anímico es una reacción. co centauro aristócrata, un tardío
¿Contra quién, sino contra los que ,mantenedor de las tradiciones de
nos rodean? (P. BOURGET, Au ser-· 1a cetrería, una personalidad in-
vice de l'ordre, 225.) solente afirmada con desprecio.
66. La personalidad auténtica (R. HUYGHE, Dialogue avec le vi-
sólo se adquiere a fuerza de im- sible, 254.)
personalidad voluntaria y de ab- Personalismo. A. Ne<>!. debido a
negación en la búsqueda. (H. DE Ch. RENOUVIER, que lo adoptó para de-
LUBAC, Paradoxes, 2.) signar su doctrina y en quien era
66'. Parece paradoja, pero es aprox. sin. de subjetivismo.
lo cierto que cada ser humano se- 72. Sería una religión laica, si
rá tanto más útil a la sociedad de así puede decirse, una religión de
que fo~rna parte cuanto más fuer- intelectuales, sin dogma ( ... ) sin
te sea su personalidad y, por lo sacerdotes, sin Iglesia; una reli-
tanto, su incapacidad primaria de gión filosófica que tendría por ob-
adaptaoión. (G. MARAÑÓN, Ensayos jeto resolver el problema del mal,
liberales, 82-83.) Ad. E. predicar la posible regeneración de
B. Acepción concreta ( una persona- la persona humana mediante el
lidad, personalidades) : una persona o culto a la justicia. ( ... ) Esta filo-
un individuo determinados. sofía-religión, esta religión racio-
l. A veces sin intención valorativa: nal, es el Pe,-sonalismo. (Ch. RE-
conjunto de 'los caracteres que distin- NOUVIER, Dernic-rs enf.r., 105.)
guen a un determinado individuo. En B. En nuestros días: doctrina mo-
este sentido, todos los individuos hu- ral y social que afirma Ja primacía de
manos tienen su personalidad. la persona en el sentido en que ésta
67. todo estado psicológico, tan se distingue del individu<>. El persona-
sólo por pertenecer a una persona, lismo se opone tanto al individualis-
refleja el conjunto de una perso- mo como al estatismo.
nalidad. (H. BERGSON, L'etre et fo 73. El personalismo ético, al
m.ouv., 190.) que nos ha conducido nuestra in-
68. tratar a la masa de los vestigación, no presenta en nin-
hombres corno a una asamblea de gún punto un carárter que se
personalidades implica el terrible npnrtc de las concepciones admiti-
riesgo de hacer abortar en ella el das hnsta hoy en ética, si no es en
PEUSI'ECTIVISl\lO 774

lo relativo al lugar que concede ni fcrentes lados parece totalmente


devenir y al ser de la indi,,id11ali- distinta y está como multiplicada
dad espiritual de la personn, a ti- «perspocLivamente», sucede tam-
tulo de soporte del valor moral. A bién que, n causa de la multitud
nuestros ojos, el valor-de-persona infinita de sustancias simples, hay
es el grado axiológico supremo. otros tontos universos diferentes,
(M. SCHELER, Le form.alismc "'' que, sin embargo, no son más que
éthique ... , 509.) las perspectivas de uno solo, se-
74. Llamamos personnlistn a gún los diferentes puntos de vista
toda doctrina, a toda civilización de cada Mónada. (LEIBNIZ, Mona,.
que afirma el primado de la per- clologia, cit. por ORTEGA en El Es-
sona humana sobre las necesida- ¡,cctador, I, Verdad 11 per11pectiva,
des materiales y sobre los meca- Obras, 11, 18 y 19.)
nismos colectivos que sostienen su B. ORTEGA y GASSET designa con
desarrollo. ( ... ) este nombre a su teoría de que la upers-
Personalismo no es para noso- pectiva (o punto de vista desde el que
tros más que un santo y seña sig- se contempla) es uno de los componen-
nificativo, una cómoda designación tes de la realidad». «Realidad y pers-
colectiva de doctrinas diversas pectiva son correlativos».
( ... ). Es, nues, en plural, de per- 2. . .. es as! que no hay más
sonalismos de lo que deberíamos punto de vista que el individual,
hablar. (E. I\I0UNIER, lllanifeste d11 luego no existe la verdad-escepti-
perscnrnalisme, 7-8.) cismo; es asi que la verdad exis-
75. la primera preocupación del te, luego ha de tomarse un punto
individualismo es centrar al indi- de vista sobreindividual-racionalis-
,-iduo en sí; a lo primero que mo.
atiende el personalismo es a des- El punto de vista individual me
centrarlo para situarlo en las pers- parece el único punto de vista des-
pectivas abiertas de la persona. (E. de el que puede mirarse el mundo
M0UNIER, Pcrsonnalisme, 37.) en su verdad. (Ibld., 11, 18.)
V. Ascetism-0, 1; Crucial, 2. 3. La realidad no puede ser mi-
Personalista. Que profesa o practi- rada sino desde el punto de vista
ca una doctrina personalista. que cada cual ocupa, fatalmente,
76. Por respeto hacia la perso- en el universo. Aquélla. y ésta son
na humana, desconfiemos de una correlativos, y como no se puede
política demasiado personalista. inventar la realidad, tampoco pue-
La prudencia política tiene por ob- de fingirse el punto de vista. (OR-
jeto al hombre en formación y no TEGA Y GASSET, Verdad 11 perspec-
al hombre acabado; ha de tener en tiva, Obras, II, 19.)
cuenta las necesidades infrahuma- 4. ... todas las épocas y todos
nas que pesan sobre ese embrión los pueblos han gozado de su con-
de hombre al que tiene por misión grua porción de verdad, y no tiene
ayudar a ma,durar. (G. THm0N, sentido que pueblo y época algunos
Retour au réel, 225.) pretendan oponerse a los demás,
como si a ellos solos les hubiese
PERSPECTIVISMO. Ad. E. Der. de cabido en el reparto la verdad en-
perspectiva, del latín perspectiva. tera. Todos tienen un puesto de-
A. Término creado por TERCHKÜlr terminado en la serie histórica:
LER (cf. Die wirk/iche und die scheinba- ninguno puede aspirar a salirse de
re Welt, 1882) para designar la posi- ella, porque esto equivaldrla a con-
bilidad de considerar el mundo desde vertirse en un ente abstracto con
diversos puntos de vista igualmente vá- íntegra renuncia a la existencia.
lidos. En este sentido, la Monadología (ORTEGA Y GASSET, El tema de
de LEIBNIZ puede ser considerada como Nuestro Ticm710, Obras, 111, 199.)
un perspectivismo. Y ORTEGA se refiere 5. La pcr11pecli1•a es 11110 de los
explícitamente a él. También aparece c01npo11n1lrs de la rea/iclacl. Lejos
esta idea en G. SIIUIEI,, NIETZSCHE y de ser su deformnción, es su orga-
VAIIIINGER. (FERRATER MORA, Dk!tiona- nización. Una realidad que vista
rio de Filosofía.) desde cualquier punto resultase
l. De igual modo que una mis- siempre idéntica es un concepto
ma ciudad contemplada desde di- absurdo. (Ibíd.)
775 PERSUADIR

PERSUADIR. Lat. persuadere, comp. no es el objeto, sino el hombre.


de suadere (aconsejar) y el pref. per., (ALAIN, Les Dieux, 89-90.)
que indica nqul una idea de aca- 8. Para quien se preocupa so-
bamiento (perfectus = acabado, hecho bre todo por el resultado, persua-
hasta el fin). dir es más que convencer: la per-
Llevar a creer o a hacer alguna co- suasión añade a la convicción la
sa. Se persuade, sobre todo, a los de- fuerza necesaria que conduce a
más; pero· también se persuade uno a la acción. (... ) .
si mismo. V. Sugerir, Ccmvencer.
Por el contrario, para el educa-
Sin.: exhortar, aconsejar, inducir. do en una tradición que prefiere
Ccmtr.: disuadir, desaconsejar, qui- Jo racional a lo irracional (... ) , la
tar de la cabeza. distinción entre convencer y per-
l. Quienes desean persuadir a suadir no será menos esencial, pe-
los demás de alguna verdad ( ... ) ro serán los medios, y no los re•
deben recordar que, cuando se tra- sultados, lo apreciado, otorgando
ta de penetrar en el espíritu de primacía a la convicción. (Ch. PE-
la gente, es poca cosa tener ra- RELMAN, Rhétcrú¡ue et philos., 3-
zón; y que es un gran mal no te- 4.)
ner más que razón y carecer de 8'. Balmes parece un pobre es-
lo necesario para hacer apreciar critor comparado con el regio es-
esa razón. ( Log. de Port-R., 111, tilo de Donoso, pero ha envejecido
XX, 8.)
mucho menos que él, aun en la par-
2. El arte de persuadir consis- te política. Sus obras enseñan y
te tanto en el de agradar como en persuaden, las de Donoso recrean
el de convencer. (PASCAL, De l' es- y a veces asombran, pero nada edi-
prit géom., 11, 1-87.) fican, y a él se debieron princi-
3. De ordinario, nos persuadi- palmente los rumbos peligrosos
mos por las razones que nosotros que siguió el tradicionalismo espa-
mismos hallamos que por las que ñol durante mucho tiempo. (M.
se les .ocurren a los demás. (PAS- MENÉNDEZ Y PELAYO, Dos palabras
CAL, Pensées, 324.) ' sobre el centenario de Balmcs, en
4. Podemos convencer a los de- Srm Isidoro ... , 151.) Ad. E.
más por nuestras razones, pero V. Burgués, 7, 8; Contradicción, 5;
no los persuadiremos sino por las Convencer, 3, 4; Prueba, 7.
dudas. (JoUBERT, Pensées, Didier,
1862, p. 106.) Persuasión. Lat. persuasio, der. de
persuadere.
5. El valor persuasivo de una
idea proviene mucho menos de sus A. Acción de persuadir.
cualidades intelectuales que de sus 9. Para convencer, basta ha-
relaciones con el carácter de ca- blar a la cabeza; para persuadir,
da hombre. Es Jo que atestigua la hay que llegar al corazón. La con-
distinción generalmente admitida vicción obra sobre el entendimien-
entre convencer y persuadir. (V. to, la persuasión sobre la volun-
BnocHARD, De l'crreur, 138.) tad ... (D'AGUESSEAU, Disc. s. la
6. No hay que preocuparse tan- connaiss. de l'komme.)
to por persuadir. Creemos con de-
masiada frecuencia que un pensa- 10. La insinuación nos gana
miento no lo es si no se rinde a mediante preparaciones, conside-
nuestras conminaciones. No ten- raciones o halagos. La persuasión
gáis miedo. El trabajo continúa en logra nuestro asentimiento por la
ese interior cambiante; no hay ar- fuerza de las razones o la eficacia
gumento perdido. (ALAIN, Propos, de los consejos. (LAFAYE, 702.)
22 nov. 1923, Pléiade, 653.) 11. No busco el portillo, ni la
7. Es burgués el que vive de debilidad, ni lo que podría seducir
persuadir. El comerciante en su al animal reacio. Así hacen el abo-
tienda, el profesor, el sacerdote, el gado, el hombre de negocios, el in-
abogado, el ministro no hacen otra trigante ( ... ) . Admiro ese echar el
cosa. No los veis cambiar In super- anzuelo por los rincones, esa per-
ficie de la tierra, ni transportar suasión asedian te; pero el pensa-
los objetos. Lo que se les resisto miento que de ello resulta es siem-
PERTENECER 776

pre pequeño y miserable. (ALAIN, lo ocurrido. Pesar del fracaso de un


Propos, 20 junio 1929, Pléiade, amigo. Pesar de tener que castigar.
852.) l. El más parecido a loa muer-
V. Convl'nccr, 1. [toa
B. Estado del que se halla persua- es el que más a pesar muere.
dido, convicción. (LA FONTAINE, Fa.bles, VIII, 1, •La
12. Una viva persuasión ha he- mort et Je mourant»).
cho siempre en mi las veces de 2. El pesar que loa hombres tie-
elocuencia, y he escrito siempre nen por el mal empleo del tiempo
con encogimiento y sin calidad que han vivido no siempre lea lle-
cuando no estaba fuertemente per- va a hacer del que les resta un
suadMo. (J ..J'. RoUSSEAU, Carta de mejor uso. (LA BRUYi:RE, Ca,ra,ct,,
12 enero 1762.) XI, 46.)
V. Certüfambre, 10. 3. El pesar ( ... ) es lo inverso
del deseo, un deseo que ha cambia-
PERTENECER. Der. del lat. per- do de sentido. (L. LAVELLE, Du
tinere ad, e"'-.-tenderse hasta, concernir. temps et de l'ét., 293.)
H oc ad te pertinet: eso te concierne. 4. Escritores con quienes me ha-
A. Con idea de propiedad. Ser la llaba en comunidad de pensamien-
propiedad legítima de alguien. :Este li- to y esperanza, y a quienes inge-
bro me pertenece. nuamente me había dirigido para
l. M. Ferdinand Buisson. -El ver de publicar algunas obras, me
niño no pertenece a sus padres. hablan comunicado amablemente su
(Vivas proteBtas en /.a derecha, y pesar por no poder hacer nada por
en el centro.) mí. (J. GtraHENNO, La, foi dilficile,
l\L Lasies. -¿A quién pertenece? 90.)
M. F. Buisson.-¿A quién per- B. En un sentido más restringido
(acepción ética) : descontento o pena
tenece el niño? A si mismo. Es u-na resultante de una acción personal:
persona humana. Si hablase el len-
guaje de quienes me interpelan, l. que, sin ser moralmente mala,
diría que es una criatura de Dios ha causado algún mal (pesar de haber
que no pertenece a ninguna cria- efectuado una compra que constituye
tura. (Cám. de los Diputados fran- un mal negocio, de haber asistido a un
cesa, 17 marzo 1903.) espectáculo aburrido, de haber, por
inadvertencia, causado un dolor a al-
B. Con idea de pertenencia: for- guien).
mar parte de alguna cosa. El hombre
pertenece al género de los primates. 2. o que es moralmente mala en sí
misma (pesar de haber cedido a una
2. El niño «pertenece• a la fa- tentación, de ha:ber calumniado delibe-
milia en el sentido de ser uno de radamente al prójimo). El Acto de con-
sus miembros, no en el de consti- tricción suele formularse: <tPésame,
tuir para ella un objeto de propie- Señor, de -haberos ofendido».
dad. (J. MARITAIN, Pour une philos.
de réduca,t,, 237.) Sin.: remordimiento•, arrepentimien-
to•. Pero el remordimiento y el arre-
V. Ser III, 7. pentimiento sólo son provocados por
acciones personales. Además, desde el
PERTINENTE. Lat. pertinens, en- punto de vista de la afectividad, son
túi, que llega hasta, tiende a ... más importantes que el pesar. Desde
Que responde exactamente a la co- el punto de vista de la voluntad, el pe-
sa en cuestión. Reflexión, razón perti- sar ocupa un rango intermedio; más
nente. voluntario que el remordimiento, en el
El término contrario, impertinente, que domina la pasividad, lo es menos
significa: fuera de lugar, pero con una que el arrepentimiento, que implica la
nota peyorativa de falta de respeto. determinación de no recaer en la falta
cometida.
PESAR. Del Jat. pe-naa,re,
A. En sentido amplio: deaeontenJto PESIMISMO. Der. del lat. pessi-
o pena provocados por el pensamiento pésimo, que sirve de superlativo a
111UB,
de una pérdida o un mal sobrevenido malu•, malo.
a uno mismo o a los demás. Pesar por Co11tr,: optimismo•. V. 11/rliorümio.
777 PIEDAD

A. Doctrina que lllfirma que el mun- 6. El egocentrismo ( ... ) tiende


do es malo o que, en la vida, el mal a reducir la representación del
triunfa sobre el bien. mundo a las exigencias subjetivas
l. Tres maneras de considerar del instinto y de la afectividad
la historia: el pesimismo, cuando ( ... ) : un hombre que ha sufrido
se parte del ideal; el optimismo, alguna decepción concibe un siste-
cuando se mira hacia atrás; el he- ma pesimista del universo que le
rolsmo, cuando se piensa que todo hace desgraciado, pero que prefie-
progreso cuesta oleadas de sangre re mantener antes que reconciliar-
y lág.rimas. (H.-F. AMIEL, Jour- se con el mundo a base de un nue-
nal int., l.º marzo 1869.) vo equilibrio. (E. MOUNIER, Tr. du
caract., 677.)
B. Tendencia o disposición a no
ver más que lo que hay de malo en el Pctici6n de principio. Sofisma con-
mundo. sistente en dar por admtido lo que se
halla precisamente en cuestión. Ej :
2. El pesimismo es cosa del hu- el argumento por el que ARISTÓTELES
mor; el optimismo, de la voluntad. pretende probar que la tierra está en
(ALAIN, Propos s. le bonheur, 272.) el centro del mundo Oa pet. de princ.
3. El pesimismo es la reunión está en la mayor).
simultánea y enfermiza de cuantas l. La naturaleza de las cosas
razones tenemos para odiar al pesadas es tender al centro del
mundo, como la misantropía es la mundo, y la de las cosas ligeras
recapitulación simultánea de las alejarse de él;
que existen para odiar a los hom-
bres. (W. JANKÉLÉVITCH, Le mal, la experiencia nos hace ver que
74.) las cosas pesadas tienden hacia el
3'. J!:ste es el único pesimismo centro de la tierra y las ligeras
admisible y piadoso, religiosamen- se alejan de él ;
te ·humano; no el pesimismo de ser luego el centro de la tierra es
desventurados, sino el pesimismo también el del mundo. (Log. rle
de no poder ser mejores. (J. OR- Port.-R., III, IX.)
TEGA Y GASSET, Teorú,, del clasicis- 2. Es una petición de principio
mo, Obras, I, 73.) Ad. E. defender la razón mediante la ra-
3". pueblo en que apenas se ha- zón; porque los argumentos que
ble sino de negocios (, .. ) y de pla- para ello se proponen como cier-
ceres, es pueblo donde no tardará tos y verdaderos son producto de
en brotar y arraigar un triste pe- la razón, y eso es precisamente lo
simismo. Y no el del hombre, no, que se halla en cuestión: saber si
sino el otro, el peor, el de la har- la razón puede producir algo cier-
tura. De la hartura y del vacío. to y verdadero. (P. HUET, Traité
(M. DE UNillUNO, Anda.n.zas y vi- do la faiblcsse do resprit humain,
siones españolas, 70.) Ad. E. 89, Londres, 1741.)
V. Natura.le.za., 64. Pícnico. Del. gr. pyknos, grueso.
Pesimista. El que profesa que, en Tipología (en KRETSCHMER). Tipo
la naturaleza o en ia vida, el mal morfológico caracterizado por la cor-
triunfa so·bre el bien; más ordinaria- pulencia y las formas redondeadas.
mente, el inclinado a ver tan sólo el Corre/.: atlético, leptosomático, dis-
lado malo de las cosas. plástico.
4. El pesimista y el optimista
están de acuerdo en no ver las co- PIEDAD. Lat. pieta.s, cualidad del
sas como son. El optimista es un que es pi,.,,, es decir, fiel a sus debe-
imbécil feliz; el pesimista, un im- res, principalmente a los que tiene ha-
bécil desgraciado. (G. BERNANOS, cia los dioses y para con sus padres.
La liberté pour quoi {aire, 13.) A. Prop.: amor a Dios y a las co-
6. EI pesimista n quien le so- sas de la religión que se manifiesta en
1,reviene un tropiezo personal de- particular por el hábito de la plegaria.
berla mostrar el gesto estoico o Ejercicios, libros de piedad (se emplea
sonriente del meteorólogo bnjo la más «piadosos»).
tormenta que ha pronosticado. (P. l. Con la religión nos penetra-
PEF:TERS, Se11-te11ccis iut,:mpor., n\1- mos del sentimiento de nuestt-os
mero 114,) deberes para con Dios; pueden
rmRONISMO 778

ser religiosos los filósofos y las ha habido un auténtico y perfecto


gentes de mundo. Ln piedad nos pirroniano. (Jbúl., 630.)
hace nmar y adoral' a Dios; no se Pirronismo. Doctrina de PIRR0N, se-
es piadoso sin el hábito de orat gún la cual nada puede ser afirmado
con fervor y frecuentar los tem- como cierto. Hoy decimos escepticis-
plos. (LAFAYE, 916.) mo•.
2. De él dependía el tomar una 6. Todo el nue imagina una
actitud piadosa, y como a veces perpetua confesión de ignorancia,
sucede, la piedad fue en él fruto un juicio sin tendencia ni inclina-
del arrodillamiento. (F. MAURIAC, ción, en cualquier ocasión que sea,
Vir de Racinc, 156.) piensa en el pirronismo. (MoN-
B. Por anal.: respeto y comporta- TAIGNE, Essais, 11, XII, Pléiade,
miento religioso hacia personas o co- 562.)
sas. Piedad filial. 6. Las palabras de humildad
3. Los muertos estorban a los son materia de orgullo para las
vivos. Si la piedad se ejerce como gentes vanidosas y de humildad
es debido, pronto será todo de los para lns humildes. De igual modo,
muertos; todas las losas serán sa- las del pirronismo son materia de
gradas, cada paso del hombre se afirmación para los afirmativos;
verá detenido por una genuflexión, pocos hablan ( ... ) del pirronismo
por una oración. (ALAIN, Propos s. dudando. (PASCAL, Pensées, 601.)
la rcligion, 280.) V. Certidumbre, 6.
C. Compasión* ante el mal ajeno.
PITUTICO. Comp. del gr. iatikos,
V. Ccnnpa.sión. que cura, y peitho, persuasión. Térmi-
PIRRONISMO no creado por BABINSKI hacia 1900.
Pirrotüano. Discípulo de PIRR0N de A. Prop.: que cura por persuasión.
E lis (Grecia), 365-275, que fue el pri- B. Por ext.: que es debido a la per-
mero en formular el escepticismo abso- suasión, a la sugestión. Se dice princi-
luto. Antaño se decía pirroniano y pi- palmente de los trastornos histéricos.
rronismo más corrientemente que es-
céptico• y escepticismo. PLACER. Der. del lat. pla.cere (gus-
tar).
l. La profesión de los pirronia-
nos consiste en agitar, en dudar e A. En general, y por op. a dolor:
inquirir, en no estar seguros de estado afectivo agradable. Pero mu-
nada ni responderse a nada. (M0N- chos suponen el placer indefinible por
TAIGNE, Essais, 11, XII, Pléiade, constituir una noción primera. En efec-
558.) to, a quien solicita la definición de
«agradable» nos vemos obligados a res-
2. Observo que los filósofos pi- ponderle que ese adjetivo caracteriza
rronianos no pueden expresar su el estado afectivo que causa placer.
concepción general por ningún mo-
do de discurso, ya que necesitarían Sin.: contento, satisfacción, agrado,
un nuevo lenguaje. El nuestro es- alegría.
tá totalmente formado por propo- l. El cont1111to es el tranquilo
siciones afirmativas, que les son pla,ccr de un alma a la que nada
siempre contrarias; de tal modo falta. La satis/a.cci6n es el contac-
que cuando dicen «dudo», al mo- to de un alma cuando tiene lo que
mento alguien los agarra por el deseaba. (C0NDILLAC, Syn., 111,
cuello para hacerles confesar que 444.)
al menos aseguran y saben eso, 2. Es mayor el placer que lle-
que dudan. (lbúl., 589.) [ga de improviso.
3. Nada fortifica tanto el pi- (Théoph. DE VIAU, Pyramie et
nonismo como el que existan quie- Thisbé, 1, 111, 65.)
nes no son pirronianos: si todos 3, Hay placeres tristes, como el
los fuesen, ellos serian los erra- de hablar de los muertos, el de ver
dos. ( ... ) a aquellos a quienes amaban. (Eug.
El pirroniano Artesilas que vuel- DE GUÉRIN, Jour11al, 8 junio 1838.)
ve a convertirse en dogmático. 4. Unas veces el placer corres-
(PASCAL, Pen8ées, 500.) ponde a una forma particular y
4. Doy por seguro que jamás superficial de la actividad (placer
779 PLAN

de comer, de beber, etc.) ; otras es- líticas sea un querer distribuir el


tá ligado al fondo mismo de esa placer como se distribuye el agua.
actividad (placer de vivir, de que- (ALAIN, Esq. de l'komme, 201.)
rer, de pensar, etc.): en el primer 11. El placer es siempre tiem-
ca.so, es pura.mente sensitivo; en po. Toda alegría es alegría del rit-
el segundo, más profundamente vi- mo, es decir, que nace de una cier-
tal (... ). Los utilitaristas o hedo- ta relación entre el tiempo y la
nistas se han recreado excesiva- eternidad. La felicidad es eterni-
mente en la consideración de la dad. (J. LACROIX, Le sens du dial.,
primera. especie de placer, pero la 118.)
otra tiene importancia superior. V. Agradable, 1, 2; Alegría, 3, 4, 7;
(J.-M. GUYAU, Esq. d'une mor... , Contento, 3; Deseo, 19; Hábito, 27;
90.) Hedonismo, 3; Tendencia, 8, 9; Utili-
·5. el carácter fundamental del tarünno, 3.
placer es el de ser un estado tran- B. Principalmente (sobre todo en
sitorio (,.,). La idea de un placer plural: los placeres) y por op. a ale-
permanente es contradictoria. (... ) gría y a felicidad: satisfacción de las
¿Quién no verá entonces el contra- tendencias sensibles o sensuales (pla-
sentido que comete el que se es- cer físico).
fuerza por ser feliz buscando el
placer? (A. CRESSON, Mor. de la Sin.: bienestar, goce, deleitación, va-.
raiscm t1wor., 190.) luptuosidad.
6. el que, a impulso de la vo- 12. «Ya habría dejado los pla-
luntad de procurarse múltiples ceres, dicen, si tuviese fe». Y yo
placeres, aumenta el número de os digo: «No tardaríais en tener
sus deseos, comete evidentemente fe si dejaseis los placeres». (PAS-
el más lógico pero el más grave de CAL, Pensées, 444.)
los contrasentidos. A1 complicar su 13. Cuando los placeres nos
sensibilidad, hace la dicha cada han agotado, creemos haber agota-
vez más difícil. ( lbíd., 192.) do los placeres; y decimos que na-
7. EJ placer no es una sensa- da puede colmar el corazón del
ción dada por el objeto, porque hombre. (VAUVENARGUES, Réfl. et
el objeto, para que haya placer, max., 195.)
no sólo debe hacérsenos sensible; 14. Lo que tengo contra la vida
debe también contental"nos, y no de placeres es que mata en el hom-
nos contenta por el solo hecho de bre la facultad de amar. (J.
sernos sensible. En la naturaleza de GREEN, Le bel aujourd'kui, 12, 3
un excitante está el ser dolorífico, marzo 1955.)
pero no el ser hedónico. (... ) El 14'. Los placeres y dulcores
placer no es, pues, una sensación, D'esta vida trabajada
sino una apetición que alcanza su Que tenemos
fin en una sensación. (M. PRADI- ;, Qué son sino corredores
NES, Sensibil. élément., 1, 29.) Y la muerte es la celada
8. conviene distinguir dos for- En que eaemos?
mas de placer: el placer-satisfac- (Jorge MANRIQUE, Coplas.) Ad. E.
ción, que no es sino el cumplimien- V. Aburrimiento, 2; Felicidad, 9,
to mismo de nuestro deseo, y el 19, 20, 25.
placer-sensación, que no requiere C. Sentimiento de satisfacción pro-
forzosamente deseo previo, al me- curado por la conciencia de un bien
nos consciente. (J. LAPORTE, CMtsc. (placer moral).
de la liberté, 75.)
15. Es un placer encontrarnos
9. No esforzarse en busca del con los ojos de aquel a quien aca-
placer, sino ha.llar el placer en el bamos de hacer alguna liberalidad.
esfuerzo mismo, es el secreto de (LA BRUYERE, Caract., IV, 45.)
la felicidad. (A. GmE, Journal,
16. El placer más delicado es
902.) el de causarlo a otros. (lbid., V,
10. el placer, o la alegria., o la 16.)
felicidad, como queramos llamarlo, Principio del place,· (FREUD). V.
(... ) no es algo que se toma, sino Principio.
algo que se hace. Es probable qua
el fondo de todas las utopías po- PLAN. Econ. polit.: «Conjunto de
PLASTICO 780

disposiciones ordenadas a la ejecución primera infancia y la pubertad.


de un proyecto, (Ch. BETELHEIM), es (G. TIIIOON, en Düt. de spirit., 11,
decir. determinación: 1.'' de un fin u 127.)
objetivo a alcanzar; 2.0 de los medios V. Pi•l•ión, 3.
para alcanzarlo.
Planificación C"co-nóm.ica o ccon.omfa PLEBISCITO. Lat. plcbiscitum, comp.
1>lau(fie·a,la.. Organización de la econo- de las palabras scitum (decreto) y
mía según un plan de conjunto dirigi- ¡,fobs, plebis (pueblo).
do a satisfacer las necesidades de la Votación en la que los ciudadanos
colecti,•idad y evitar las crisis. La ¡,la- responden si o no a una pregunta que
nificación es normal y fácilmente reali- se les hace.
zable en la eronomia socializada (pla- Sin.: referéndum; pero «plebiscito•
nes quinquenales de la U. R. S. S.), pe- indica también, cuando la respuesta es
ro es también posible en la economia conforme al deseo de la autoridad que
capitalista (en Estados Unidos, la T. plantea la pregunta, la ¡¡probación de
\'. A. [Tem,essee Valley Authority]; esa autoridad.
en Francia, el Plan Marquet, el Plan
'.\fonnet; Plan de Desarrollo, en Es- Plur, Pluri. Raiz tomada del lat.
paña.) plus, pluris, más, además. En plur.,
pl,ircs, varios, más numerosos (sirve de
(... ) dentro de pocos años aun- comparativo a mu/ti, numerosos). Co-
que las naciones conserven sus ca-
racteres propios y sus diferentes
rresponde al gr. poli (plurivalente =
polivalente).
conceptos sociales, utilizarán méto-
dos de planificación casi idénticos. PLURALISMO
El término perderá la significa- Plural. Lat. pluralis, compuesto de
ción política que aún conserva y la varios.
planificación económica será ya Que comporta varias unidades. Voto
simplemente considerada como un plural (que concede varios votos a cier-
medio de dirección económica. (J. tas categorías de electores).
RoMEUF, L'econom. pla,nifüíe, 125.)
Pluralismo. Etimol.: lat. plus, más;
PLÁSTICO. Gr. p/astikos, propio piures, varios; pluralis, plural. De plu-
para ser modelado. Der. de plassein, ral se derivan plura:lidad, pluralismo,
dar forma, modelar, imaginar, que ha pluralista.
dado el lat. plasma,re. Contr.: monismo.
Der: plasticidad. A. En general: doctrina teórica
A. Prop.: que se refiere al mode- situación práctica que admiten plurali-
lado, qne es apto para ser modelado. dad y diversidad en el seno de una co-
Las artes plásticas. Belleza plástica. lectividad organizada. El pluralismo
Materias plásticas. político se opone al sistema de partido
único; el pluralismo escolar al mono-
B. Psicol.: de carácter flexible, de polio del Estado ...
disposiciones morales fácilmente modi-
ficables. l. La literatura francesa del
siglo XIX vive en un pluralismo;
l. El éxito de la sugestión su- quiero decir, con igual derecho re-
pone un carácter plástico y cierta conocido a diversos sistemas de
capacidad de imaginación. (Th. RI- gusto, a diferentes planes creado-
BOT, Psyclwl. affect., 162.) res, Ese pluralismo empezó con un
2. La condición intelectual más dualismo, el de lo clásico y lo ro-
general [de la antipatia] es la mántico. (A. THIBAUDET, Ph11siol.
falta de plasticidad. ( lbúl., 1•19.) de la crit., 13.)
3. la imaginación plástica trans- 2. Dada la diversidad de fami-
pone de la música a las imágenes. lias espirituales, sólo una estruc-
( ... ) La impresión musical atravie- tura pluralista de la escuela pue-
sa el espiritu, lo sacude, pero sale de salvarnos a la vez de los peli-
de él transformada en represen- gros de la escuela «neutra. y de
taciones visuales. (H. DEI.ACROIX, las amenazas de la escuela totalita-
Psychol. de l'art, 34ó.) ria. (E. MoUNIER, lllanife~t• du
4. el coeficiente de plasticidad per•onna./., 105.)
del carácter disminuye rápidamen- B. Filos. Doctrina que afirma que
te con la edad, tras el óptimo de la los seres que componen el universo no
781 PODER

son reductibles a un princ1p10 consti- 6. Si hay para mí una certi-


tutivo único, sino que implican varios, dumbre, es la de que la pluralidad
ya porque pueden ser referidos a una doctrinal es favorable a la búsque-
causa primera única (como en el crea- da de la verdad. (J. RosTAND, Pen-
cionismo•) ya porque constituyen ab- sées d'un bioi, 162.)
solutos (como en el maniqueismo*). El D. En sentido comparativo: carác-
pluralismo es con frecuencia un dua- ter de lo que comporta un mayor nú-
lismo. mero. Elección por pluralidad de vo-
Contr.: monismo•. tos. Poco usado.
3. Los propios monistas se e- Sin.: mayoría.
tuerc<en como gusanos en anzuelo 7. la pluralidad de votos no es
para no emplear el lenguaje del prueba válida para verdades difí-
pluralismo o al menos el de los ciles de descubrir. (DESCARTES,
dualistas; pero no consiguen evi- Disc. de la méth., 11.)
tarlo ... (W. JAMES, Phüos. de l'ex- 8. ¿Por qué se sigue a la plu-
pér., 191, trad. de A pluraliatic ralidad? ¿ Acaso porque tienen ma-
u.nive1·se.) yor razón? No, porque tienen más
4. El pluralismo permite a las fuerza. (PASCAL, Pensées, 471.)
cosas existir individualmente, te;
ner cada una su forma particular. PLURIVALENTE. Etimol.: que tie-
El monismo piensa que la forma ne varios valores.
todo, o forma de la unidad colec- Que vale, es decir, puede servir pa-
tiva, es la única racional. ( lbíd., ra varios usos.
312.) Sin.: polivalente•.
·5. El pluralismo es, pues, la ( ... ) el carácter sólo impone al
irreductibilidad de ciertas ideas y yo condiciones plurivalentes, sus-
ciertas cosas. La interpretación de ceptibles de ser diversamente em-
las cosas y las ideas por el monis- pleadas ... (R. LE SENNE, en La li-
ta les arrebata siempre algo de su berté, 158, La Bacon., 1948.)
pureza; sólo consigue la unidad
a expensas de la unicidad. El plu- PLURIVOCIDAD. Carácter del tér-
ralista querrla aprehender las co- mino plurívoco, es decir que tiene va-
sas en sí mismas, hallar en ellas rios sentidos (lat. piures voces).
los caracteres particulares que las
separan unas de otras, que las aís- Sin.: equívoco*, equivocidad; pero
lan. (J. W AHL, Les phi/,. plura,lis- «plurívoco» no tiene el matiz peyora-
tes, 243.) tivo que acompaña a menudo a esos
dos vocablos.
5'. La intuición del pluralismo
universal, como puro hecho, corno Contr.: unívoco*, univocidad.
fenómeno, es la gran innovación ( ... ) el vocabulario e incluso la
en la cultura europea. A ella se de- totalidad del lenguaje se caracteri-
be que, contrastando con la enor- zan por la univoci,da,d de signos
me decadencia de casi todas las diversos y la plurivocidad de un
demás potencias históricas --,,co- mismo signo. (C.-L. ESTEVE, Ét.
nomia politica y arte-, la ciencia philos. s. l'express. litt., 274.)
actual obra infinitas perspectivas Plusvalía. V. Valor.
y festeje una simpar ampliación de
horizontes. ( ... ) el pensamiento PODER
debe ser unitario. Pero es preciso Poder, v. Der. del lat. vulg. potcrc,
dejar siempre abierta la posibili- que sustituye al lat. clás. possc (con-
dad de que los hechos se nieguen a tracc. de potesse, poder ser), por in-
coincidir con ese ideal de unidad fluencia de las formas en pot (pote-
que alienta en el interior del pen- rami1 potui, potero ... ).
samiento. (J. ORTEGA y GASSET'
Las Atlántidas, Obras, III, 304.) A. Tener la fuerza, la facultad de ...
Ad. E. Ese coche puede hacer 140. Puedo re-
solver ese problema.
V. Inteligencia, 14.
( ... ) no hagamos torres sin fun-
Pluralidad. Lat. pluralitas. damento, que el Señor no mira tan-
A. En sentido positivo: carácter de to la grandeza de las obras como
lo que comporta diversas unidades. La el amor con que se hacen, y como
pluralidad de los mundos. hagamos lo que pudiéremos, hará
PODER 782

Su Majestad que vayamos pudien- fuerza fisica o militar, pero normal-


do cada día más y más ... (Santa mente es de derecho.
TERESA, Las moradas, 176.) Ad. E. 2. Todo poder es absoluto. Son
B. Tener el permiso, el derecho de... cosas que la guerra hace compren-
Se puede fumar durante los descan- der. Una acción sólo puede tener
sos. El Jefe del Estado puede indul- éxito si quienes la ejecutan están
tar a un condenado. de acuerdo. (ALAIN, Politique, 103.)
C. Tener la posibilidad de ... (en el 3. La misión esencial del poder
sentido de: es posible que ... ). Todo es hacer a los hombres felices.
billete de la lotería puede ganar el (Conde DE PARÍS, Progranna.)
premio mayor. 3'. siempre el poder del Esta-
Poder, subst. A. Fuerza o energía, do lo tienen los gobernantes por
facultad o capacidad efectiva de ha- concesión voluntaria de la Repú-
cer algo. El poder calorífico de la hu- blica, y, por tanto, podrá ser ma-
lla. La imaginación, facultad o poder yor o menor en los distintos Esta-
de pensar por imágenes. La voluntad dos; y no es mayor el que tienen
implica el poder de decisión. los gobernantes que el que les ha
l. ¿Qué es, pues, lo que hemos concedido la República. Antes bien,
de entender por la palabra poder? si los gobernantes lo amplian usur-
Un principio de actividad interior pando mayores facultades, dege-
al individuo y que no es ya la pura neran en tiranía en cuanto a la
y simple reacción contra un cho- injusticia que cometan en esta par-
que procedente del exterior. (J. te. (L. MOLINA, Loa BeÚJ libros de
M. GUYAU, :l:duc. et 1,...,.édité, 34.) la, Justicia y del Dereclw, Lib. I,
trat. 11, disp. XXIII, 3.) Ad. E.
1'. Este poder que el grupo 3". Poder temporal y poder re-
añade al poder propio de la per- ligioso son idénticamente espiritua-
sona es una reacción utilitaria mo- les; pero el uno es espíritu del
tivada por los intereses del gru-
po. Por lo mismo, es un poder tiempo -opinión pública intra-
también limitado, circunscrito al mundana y cambiante-- mientras
grupo y al radio de sus interesa- el otro es esplritu de eternidad
dos. A veces el favor y aumento -la opinión de Dios, la que Dios
que ofrece a la. persona resta a és- tiene sobre el hombre y su destino.
ta poder propio. En el caso del es- (J. ORTEGA Y GASSET, La rebeli6n
critor, esto es evidente: cuanto de las masas, Obras, IV, 233-234.)
más sirva a un partido, menos au- Ad. E.
toridad propia poseerá fuera de él. V. Anarquía, 1, 2; Arbitrio, 3; Es-
(J. ORTEGA Y GASSET, El poder so- tada, 16, 18.
cial, Obras, 111, 483.) Ad. E. 2. En sentido concreto: el detenta-
l". El primitivismo no está en dor de la autoridad. Criticar al poder.
considerar la realidad como poder, Alertar a los poderes públicos, El ciu-
sino en inscribir la fuerza y la dadano contra los Poderes (ALAIN).
nuda realidad en el carácter del 4. La debilidad del poder supre-
poder, con Jo cual es el poder lo mo es la más horrible calamidad
único decisivo. (X. ZUBIRI, Sobre de los pueblos. (NAPOLEÓN, l,
la eafflCia, 511.) Ad. E. Apert. del Cuerpo legisl., 1804.)
V. Ciencia 15. 5. Todo poder es necesariamen-
te independiente de los súbditos so-
B- Derecho, que puede •ser apoya- metidos a su acción ( .. ,). Pero el
do por la fuerza, de hacer o exigir poder se ejerce en virtud de cier-
alguna cosa. Delegación de poderes. tas leyes que constituyen el modo
Dar un poder. de su existencia y determinan su
C. Absolutamente (el poder): la naturaleza; y cuando falta a sus
autoridad suprema de la sociedad. El propias leyes, atenta contra su
poder temporal del Estado. El poder propia existencia, se desnaturali-
espiritual de la Iglesia. El poder legis- za y cae en Jo a,rbitrall'io, (Vizcon-
lativo. La lucha por el poder. de DE BONALD, 11, 625.)
l. En sentido abstracto: fB<!ultad 6, El poder se disminuye cuan-
de mandar o exigir algo bajo pena de do cede a los embates de la opi-
sanciones. Este poder puede no ser más nión, pero si se deja dominar poi·
que de hecho y fundarse tan sólo en la la preocupación de mostrar que no
783 PODER

hay quien lo domine, está perdido. 12. Así hemos podido imaginar
Creyendo hacer frente al clamo,· que de lo posible a lo real había
popular, acabará por desafiar la una especie de progreso, o que ha-
conciencia pública y el sentido co- bía más en lo real que en lo posi-
común. (P. PEETERS, Sent. i11tem- ble. Pero se olvida casi siempre
p&r., núm. 228.) que hay también un progreso de lo
7. El diputado es un poder local real hacia lo posible y que ( ... )
que hace temblar al prefecto. el acto propio del espíritu (... )
(ALAIN, Polit., 271.) consiste siempre en la posibilita-
ci6n de lo real. (L. LAVELLE, De
7'. El poder, ¿qué otra cosa es l'áme hum., 126.)
sino una galana pesadumbre? Si
supieran todos y cada uno cuán- 13. No prestamos suficiente
tas molestias y cuántas congojas atención al circuito que hace que,
trae consigo el poder, qué mar de si bien nos pertenece siempre rea-
amargura es tan grande y tan vas- lizar lo posible, nos corresponde a
to, no hubiera hombre tan ambi- continuación posibilizar nuevamen-
cioso que no huyese de él como de te lo real, de tal suerte que lo po-
una pesada desventura y, según sible no deja de alimentarlo con
dijo aquel rey de la Antigüedad, todas las determinaciones que le
aunque hallase en el suelo la co- faltaban antes de haberse realiza-
rona, no la alzarla. (J. L. VIVES, do. (lbfd., 136.)
l11troducci6n a la sabiduría, § 54, 14. no tenemos derecho a opo-
p. 27.) Ad. E. ner lo posible al ser, como se hace
Poder indirecto. Derecho que la Igle- a menudo, pues de otro modo, ¿ qué
sia reivindica de intervenir en los asun- derecho tendría ni siquiera al nom-
tos temporales dependientes del Esta- bre de posible? ¿Cómo podría ser
do cuando lo exige el bien espiritual. distinguido de la nada? Por tanto,
Esta reivindicación invoca el principio sostendremos que lo posible tan só-
de que los intereses espirituales deben lo se opone a la ex1ste ncia y a la
tener preferencia sobre los temporales. necesidad, como vemos en las ca-
8. el poder indirecto sobre lo tegorías de la modalidad. (Ibíd.
144.) '
temporal no es otra cosa que el
propio poder espiritual aplicado a . 15. Pasa~ así de lo real a lo po-
las cosas materiales en razón de sible, es decir, a la idea, y volver
los intereses espirituales. (J. MA- de lo posible a lo real, es decir a
RITAIN, Primauté du spirit., 24-25.) la acción, tal es, sin duda, el cír~u-
Posible. Lat. possibilis der. de pos-
lo característico de la conciencia
que define tanto el lugar del hom-
••• poder. bre en el mundo como su destino.
A. Adj. Que no es, pero podría ser. (L. LAVELLE, Tr. des 11aleurs I
Aquello para lo que se dan las condi- 355.) ' '
ciones de existencia: ya sean las intrín-
secas (v. Posibilidad metafísica), ya las 16. Según el temperamento así
extrínsecas (v. Posibilida,d física). Se cambia de contenido la palabr~ po-
op. a imposible (contradict.), a nece- sible. Los tímidos ven, sobre todo
sario (contrario), a real o existente. lo imposible. Los temerarios ima~
ginan un posible imposible. (J.
9. Dios encierra en la simpli-
cidad de su ser las ideas o arque-
GUITTON, lnitiat. e, la pe11sée ... , 94.)
tipos de todas las criaturas posi- 17. La voluntad de transforma-
bles. (MALEBRANCHE, Réfl. s. la pré- ción que dirige la acción histórica
?notion phys., VIII, (Euvres, XVI, es, ante todo, atención a lo que es
25.) y a todo Jo posible que sin cesar
desborda por todas partes la reali-
10. Si el ser necesario es posi- dad. (J. LADRIE:RE, en Qtt'cst-cc que
ble, existe ( ... ) Si el ser necesario vouloirf, 60, Cerf, 19.58.)
no es, no hay ser posible. (LEIBNIZ,
De la démonstr. cartés. de l'exist. V. Necesidad l.
de Dfou, del P. LAMY, <Euvres, ed, B. Subst. (los posibles, un posible):
J anet, II, 56!1.) la entidad que constituye para una co-
11. Lo real sólo es inteligible sa el hecho de ser posible.
como un caso de lo posible. (G. TAR- 18. los posibles no dejan de lu-
DE, Logiq11e soc,, 159.) char entre sí y, en lugar de un me-
l'ODER 78.,1

canismo natural, Leibniz admite 26'. A un cuerpo le •es indi-


lo que llama un mecanismo mete.fl- ferente• ocupar este lugar; ,pue-
sico. Cada posible pretende le. exis- den ocupar varios, pero rha de ocu-
tencia en la medida de la canti- par» necesariamente alguno. Esta
dad de esencia que encierra, (O. unidad entre poder y necesidad e5
HAIIIELIN, Essai, 255.) lo que podemos llamar •posibili-
19. Nuestro enemigo es siempre dad•. (X. ZUBIRI, Sobre la ea,m-
lo imaginario ( ... ) , porque los po- cia, 272.) Ad. E.
sibles carecen de límites; asi los 26". la misión de una entidad
males renacen siempre sin ningún histórica es tan sólo una posibili-
progreso. (ALAIN, l'ropos, 10 agos- dad de operación duraderamente
to 1923, Pléiade, 514.) abierta al futuro y siempre ame-
20. Siento en mí mil posibles, pe- nazada de hundimiento. (P. L.úN
ro no puedo resignarme a no ENTRALGO, La Universidaµ, el in-
querer &er más que uno solo de telectual, Europa,, 83.) Ad. E.
ellos. (A. GIDE, Jour11aJ, 3 enero V. Twmpo, 16, 16.
1892.) l. La posibilidad lógica se reduce
Posibilidad. Carácter de lo que es a una ausencia de contradicción (la im-
posible (sentido abstracto) o (sentido posibilidad lógica resulta de una con-
concreto) aquello es posible (tener tradicción). El miriágono, un viaje a
grandes posibilidades), prever diversas las lejanas galaxias son lógicamente
posibilidades. posibles.
Se op. a imposibilidad (contradict.), 2. La posibilidad metafísica es el
necesidad (contrario), realidad. carácter de lo que es compatible con
21. en Dios se halla no sólo las leyes generales del ser.
la fuente de las existencias, sino 3. La posibilidad física o de hecho
también de las esencias, en tanto se basa en la existencia de oondicio-
que reales, o de lo que hay de real nes susceptibles de producir la cosa
en la posibilidad ( ... ) sin él no ha- llamada .posible, pero que no se reali-
bría nada de real en las posibili- zan necesariamente; es la posibilidad
dades, y no sólo nada de existente, expresada por acaso o quizá Oa impo-
sino tampoco nada de posible. sibilidad física resulta de la fe.Ita de
(LEIBNIZ, Mo11adol., 43.) los medios necesarios para la produc-
22. el tiempo y el espacio in- ción de la cosa considerable). Se ha he-
dican posibilidades más allá de la cho física.mente posible aterrizar en la
suposición de las existencias. (LEIB- Luna.
NIZ, N. Essais, II, XIV, 26.) 4. La posibilidad moral existe en
23. La conciencia expresa y, los casos en que, por ser complejos los
por así decirlo, aísla en lo real su datos de hecho, y sin poder afirmar ca-
carácter de posibilidad. (L. LAVElr tegórreamente que una cosa es posible,
LE, De l'<ime hu.maine, 118.) se estima esta posibilidad más o me-
24. ¿ Qué es la libertad sino la nos probable (hay imposibilidad moral
disposición que tenemos de nues- cuando existe a61o una oportunidad m!-
tras propias posibilidades? (lbíd., nima de realizar las condiciones nece-
134-135.) sarias para la producción de la cosa
posible).
25. Hay en mí una pluralidad
de posibilidades y en ellas reco- V. Arta, 27.
nozco a la vez un aspecto de lo Potente. Suf. der. del lat. potena, po-
que soy y el origen de lo que po- len/is (part. pres. deI"'""'• poder) : que
dría ser. (lb{d., 143.) puede, capaz de... Otro derivado: po-
26. La invención de la posibi- tr11tia, potencia•.
lidad es, pues, el medio :por el que O,,m ipoten te. Que lo puede todo (lat.
el yo se libera de su esclavitud con amne, omotÜ>). Dios es omnipotente en
respecto al mundo dado y lo pone sentido estricto. Pero se habla también
ain cesar en cuestión. (. .. ) de hombres que son omnipoleni.es en
Penetrar en el mundo de la po- una esfera determinada: un ministro,
sibilidad es, pues, adentrarse en un padre omnipotentes.
el mundo del esplritu y bandonar el Totipote1Lte. Que puede hacer una co-
mundo de las cosas. (L. LAVELLE, sa por entero (lat. totam), en su to-
Tr. d~s val,urs, I, 353.) talidad.
785 POLISILOGISMO

27. Spemann ha demostrado que 32. La naturaleza de las poten-


cada uno de los dos primeros cialidades hereditarias ha sido es-
blastómcros [del huevo de Sala- clarecida por el conocimiento de
mandra] puede originar dos sa- las leyes de la hibridación. (J. Ros-
lamandras, pero mlis pequeñas de TAND, No1w, biol., 135.)
lo normal. Esos blastómcros son, 33. en cuanto a saber cómo
pues, «totipotentes», es decir, ca- esas potencialidades de semejan-
paces cada uno de ellos de engen- za que representan los genes se
drar un individuo entero. (R. ZAZ· actualizan en semejanzas efectivas,
zo, Les j1011caux, 1, 81.) es algo de lo que nos hallamos aún
Potencial, Der. del latín potcns. V. muy lejos. (Ibúl., 135.)
Potente. 34. toda conciencia lleva con-
A. Adj. 1, Mecan. Por opos. a In sigo una zona marginal de poten-
energía cinética o fuerz·a viva debida cialidades, un segundo plano no
a un movimiento en el que desaparece tematizado y que dibuja la estruc-
la energía potencial (p. ej., In de un tura del horizonte de toda viven-
muelle tenso) constituye una potencia cia. (M. DUFRENNE, La 11otion
en reserva o disponible. d'«a priori•, l52.)
2. Fil. (·por opos, a actual): lo que 35. es malo cualquier método
es sólo en potencia (en el sentido de que deje sin empleo o contraríe al-
potencia activa) y no en acto. gunas aptitudes del alumno; es
28. el ser sólo está predeter- bueno el que permite el desarrollo
minado en el germen en el estado de esas potencialidades. (11!. DEBES-
potencial. (J. R0STAND, L'ltéréclité SE, Tr. ele psychol. appl., de PIÉ-
hum., 12.) noN, IV, 864.)
V. Tendem:ia, 10. 36. El corpúsculo no es ya ( ... )
3. Gram. (modo potencial, por opos. más que un conjunto de potencia-
a real) : que expresa algo que puede lidades afectadas de probabilida-
tener lugar si se realizan ciertas con- des. (L. DE BR0GLIE, Nom•. pC"rs-
diciones. pect ... , 132.)
B. Subst. Potencia o fuerza dispo- V. He,-encia, 9.
nible (se dice tanto de las fuerzas mo- Poli. Pref. tomado del gr. po/ys, nu-
rales como de las físicas). Potencial meroso; poly, mucho. Corresponde al
eléctrico, magnético. Potencial militar, lnt. plur•.
industrial, científico. Potencial de va-
lor, de entusiasmo. Po/igrmismo. V. 11/011oge11ismo.
29. la superespecialización im- Polimatía. Gr. polu:mafhia, conoci-
plica ( ... ) la incompleta utilización mientos (gr. mathc; v. Matemática) nu-
del potencial profesional del em- merosos, saber extenso.
pleado. (G. FnrEDMANN, Tra vail "" Se emplea con matiz peyorativo pa-
1nicttcs, 103.) ra designar una erudición abundante,
30. la humanidad descubre aún pero inorgánica.
una Tcserva, un formidable poten-
cial de concentración, es decir, de POLIPSIQUISI\10. Doctrina según
progreso. (P. TEILIIARD DE cu., la cual, en los seres provistos de siste-
<Euvres, V, 95.) ma nervioso, hay una multiplicidad de
centros psíquicos, al poseer eada centro
V. Ret,-aao. nervioso las propiedades esenciales del
Potencialidad. Carí,ctcr de lo que cerebro.
es potencial o en potencia (sentido abs-
tracto); más corrientemente (sentido POLISEMIA. Pluralidad de signi-
concreto), aquello mismo que se halla ficados (gr. sc111<'io11, signo). V. Semán-
en estado potencial. tica.
Sin.: virtualidad, posibilidad. POLISILOGISI\10. Razonamiento
31. la causa de tocias las lrnm- constituido por una serie de varios (gr.
formacionee reside en uua cfo1·ta po/11) silogismos, dispuestos de tal mo-
pote11cw./i,la1I t¡lla se rca/izri a¡,e- do que In conclusión del primero se con-
"ª" ddri du Brr obstacu/iuulll. (L, vierte en mayor del segundo, y así su-
LAVELl,E, [he lnnp• et ele l't't., 810.) cesivamente. He aquí su esquema:
50. Diccion:nio ,1, 1 l .1"11K11air Filo11Mico.
POLITEISMO 786

A es B; cu1íntos interesudns... (BOUIIDA-


e es A; UlUl-11 Sr,-in, />1iq1ws 1651,, 1.)
luego C es B; 2. El hombre político es un
D es C; equilibl'isto. Se equilibra diciendo
Juego D es B; lo contrario de lo que hace. (M.
E es D; llARIIES, lt/es cahiers, XII, 203.)
luego E es B ...
3. el uso político que se hoce
POLITEISMO. Doctrina o religión de los más hermosos nombres I o
que admite la existencia de varios dio, propósito de la palabra virtud], de
ses. Se op. a monoteismo*. las más nobles intenciones del len-
POLITELIS!IIO. Capacidad de al- guaje, los degrada, y acaba por ex-
canzar di\'el'sos fines (gr, trlos, fin). V. tenuarlos y agotarlos. ( ... ) La ma-
Tclcologia. jestad de sus sentidos venerables
es ultrajada por el escepticismo de
POLITICA quienes de ellos se sirven tanto co-
Político, adj. Gr. polirikos, relativo mo degradada por la crédula sim-
a la ciudad (polis) o al ciudadano (po- plicidad de los arrastrados por
lites). ellos. (P. VALÉRY, Varü!té, Pléia-
A. Prop.: relativo a la ciudad, es de, I, 942,)
decir, al conjunto de los ciudadanos que 3 bis. Tener sentido politico
\'i\'en bajo las mismas leyes. (... ) es saber consentir en emplear,
l. En sentido amplio: relativo a la en la lucha social, procedimientos
vida colectiva de la ciudad. Economía que en la privada repugnarían
política. a cualquiera de nosotros como
2. En sentido estricto (usual): re- otras tantas acciones deshonestas ... ,
lati\'o al gobierno de la ciudad, al Es- cuando no criminales. (R. MARTIN
tado. Régimen, poder, derechos políti- DU G., Les Thibault, V, 103.)
cos; hombres, organismos políticos. Economía política. Ad. E. Ciencia
La actividad política, que es de que tiene por objeto el conocimiento de
toda la vida pública la más efi- los fenómenos y la determinación de las
ciente y la más visible, es, en cam- leyes que conciernen a la distribución
bio, la postrera, resultante de otras de las riquezas, así como a su produc-
más íntimas e impalpables. Así, la ción y consumo, en tanto que estos fe-
indocilidad política no sería gra- nómenos están ligados. Entendiendo por
ve si no proviniese de una más riquezas todo lo que es susceptible de
honda y decisiva indocilidad inte- utilización. (LALANDE, Vocabula.ire, •. )
lectual y moral. (J. ORTEGA Y Su definición clásica, dada por J. B.
GASSET, La rebelión de las 1nasas, SAY, es: «ciencia de las leyes de pro-
Obras, IV, 185.) Ad. E. ducción, distribución y consumo de las
riquezas,»
(... ) no se -trata de que los prin-
cipios políticos hayan perdido valor Político, subst. A. Elipsis por «hom-
y significación. La libertad sigue bre político»: hombre de Estado o in-
pareciéndonos una cosa excelente; dividuo que interviene en el gobierno
pero no es más que un esquema, del país.
una fórmula, un instrumento pa- 4. Los verdaderos políticos co-
ra la vida. Supeditar ésta a aqué- nocen mejor a los hombres que
lla, divinizar la idea política, es quienes hacen profesión de filoso-
idolatría. (,J. ORTEGA y GASSET, El fía; quiero decir que son más au-
tema de nuestro tiempo, Obras, ténticos filósofos. (VAUVENARGUES,
III, 196.) Ad. E. Réfl. et max., 406.)
V. Op·i:nión, 32. 6. En Federico (II] ( ... ) el fi-
B. Por ext. (aplicado a persona~ ,Y lósofo es un subalterno: proporcio-
conductas, generalmente con acepc1on na a los actos realizados por el po-
peyorativa): que recurre a todos los lítico una razón de ser abstracta
medios susceptibles de hacerle alcan- y su justificación histórica. (A. So-
zar sus fines. REL, L'Euz. et la Révol., I, 120.)
Sill.: hábil, diplomático, astuto, falso. 5 bis. Los pollticos mediocres
Co11tr.: impolitico. ( ... ) conciben sistemas sin defectos
J. Cuántas conversiones pura- y J>lanes de paz perpetua. (, .. ) El
mente humanas, cuántas politices, Café du Commerce habla y no go-
787 POLfTICA

biernn, (A. MAUIIOIS, Un Mt do mando sólo los más simples y gro-


vivrc, 179.) seros, toda política implica siem-
B. Lo político (gr,: to politi/con): pre una idea del hombre y del es-
elipsis por «In cosa politica», «la cosa píritu, una representación del
pública». mundo. (P. VAUIRY, Variété, Pléia-
de I, 1029.)
Corre/,: lo económico, Jo social.
14. Uno se pregunta de qué
G. Lo espiritual rige lo polltico podrían hablar algunos franceses
y lo económico. El espíritu debe si se les quitase la política. (R.
conservar la iniciativa y el domi- MARTIN DU G., Petite suite de
nio de sus fines, que se dirigen al
hombre por encima del hombre y max ... , 23.)
no al bienestar. (E. MoUNIER, Es- 14'. la paz y la abundancia son
¡,rit, núm. 11.) los polos de la buena politica, y a
7. Lo social en sentido estricto ellos se dirigen todos los rumbos
no es lo político: el nexo social es del Gobierno cuando maneja su
horizontal, el politico vertical. (J. timón, no la ambición personal
LACROIX, Perso1111e et wmour, 70.) de los príncipes, sino el deseo de
la felicidad pública ... (J. P. Foa-
Política, Gr. politilü! (sobrent. teclt- NER, Exequias de la lengua caste-
ni!), arte o ciencia de las cosas de la llana, 114.) Ad. E.
ciudad (polis),
14". No te quisiera fanatizado
A. Prop.: lo que se relaciona con por la política, pero sí ocupado en
el gobierno del Estado. ella como debe estarlo un hombre
l. Desde el punto de vista teórico honrado en su deber, y un hom-
(como ciencia) : ciencia del gobierno de bre sensato en lo que importa mu-
los Estados; una determinada teoría cho. Todo el que tiene una idea sa-
filosófica de ese gobierno (la PoUtica de na y un recto juicio debe llevarlos
ARISTÓTELES, de HOBDES). a la balanza del bien público, para
8. La política, tomada en sen- que no se incline del lado de los
tido amplio, es el conjunto de las aventureros cínicos o de los ior-
reglas que deben dirigir la conduc- zados de la ambición. (C. ARE.º<AL,
ta de los gobiernos para con sus · Cartas a un obrero, 299.) Ad. E.
súbditos y para con los demás Es- V. Compromiso, 33; Problemática, 7.
tados. (Vizconde DE BONALD, CEu-
vres, 111, 796.) B. Por ext. (en la vida y los asun-
tos privados).
2. Desde el punto de vista práctico
(como arte o acción) : el gobierno efec- l. Método seguido en la adminis-
tivo del Estado (las vicisitudes, las tración de los negocios privados, en las
exigencias de la política) ; la acción relaciones con los den1ás, en el gobier-
dirigida a la conquista o conservación no de uno mismo. Política de compras,
del poder (hacer polltica). de ventas ...
9. todo el arte de la política 15. La mejor politica para evi-
consiste en servirse de las coyun- tar los accidentes de la vida es no
turas. (LUIS XIV, /1/é,noi>-cs, 1662, hacer amistad más que con gentes
11.) de bien. (Cab. DE MERÉ, Réflexio11s
morales, 226.)
10. Dadnos buena política y yo
os daré buenas finanzas. (Baron 16. Hablar igualmente bien de
Louis.) todo el mundo es ruin y mala polí-
11. En política hay que de- tica. (VAUVENARGUES, Réfl. et ma,· .•
jar siempre un hueso que roer a 907.)
los revoltosos. (J. JOUDERT, Pensées, 2. En partic. ( con una acepción
266.) peyor.) : «Habilidad en la conducta que
12. En política como en reli- consiste esencialmente en ocultar los
gión, los conversos tienen a veces propios designios y obrar de modo que
un celo indiscreto, y quieren pro- Hove a los demás a descubrirse o a ha-
bar con exceso su cambio. (Vizcon- cer lo que uno quiere» (H. BÉNAC). V.
de DE BONALD, l'c11eéca s. la 1110- Político, adj. B.
ralc, (Eu,vrea, 1384.) 17. La clemencia de los prín-
13. Por mucho que limitemos cipes no es a menudo más que una
los objetivos políticos, y aun to- política para ganarse el afecto de
POLIY A LENTE 788

los pueblos. (LA RoCHEFOUCAULD, seamos jamús. (PASCAL, Pensées,


Ma.,·., 16.) 408-409.)
2. Tenemos el presente en nues-
POLIVALENTE. Que puede, que es
capaz de (]nt. ,-a/c,rn) diversns cosas tras manos, pero el porvenir es
V. l'alm·, Ambit•a/cufc.
una especie de charlatán que, des-
lumbrándonos los ojos, nos lo es-
Sin.: plurivalente•. camoten. (l.,ONTENELLE, Du bou-
Co11tr.: monovalente. hrur.)
A. Química: que tiene varias va- 3. Reducir el yo al presente y
lencias. al pasado es deformarlo para com-
B. Lóg. A diferencia de la lógica prenderlo, pero no es vivirlo. El
clásica que es bivalente, es decir, reco- yo, tal como se las tiene con la
noce sólo dos valores, lo verdadero y lo conciencia, es el yo por venir flo-
no verdadero, las lógicas polivalentes tando en la superficie del yo pa-
admiten más de dos valores, por ejem- sado al que ha abandonado en el
plo; lo verdadero, lo falso y lo indeci- camino. (Ch. BLONDEL, en Tr. de
ble (lógica tri valen te). Por consiguiente, psychol. de DUMAS, II, 551.)
rechazan el principio de tercio excluido. 4. Nuestro porvenir del mo-
C. Práct.: que puede servir para mento es una invención de nues-
varios usos o desempeñar diversas fun- tros deseos, de nuestras necesida-
ciones. Herramienta polivalente. Inspec- des, de nuestras negativas o de
tores polivalentes del Ministerio de Fi- nuestras repugnancias, que inten-
nanzas francés. tamos ajustar al conocimiento que
tenemos de nuestro medio y del
Der.: poli valencia. mundo que nos rodea. Cuanto más
l. El oficial omnipráctico de conocemos ese medio, más se res-
formación artesana y polivalente tringe, más se reduce, precisándo-
hará con menor rapidez, regulari- se, nuestra perpetua creación del
dad y precisión que un pintor «es- porvenir. (P. VALÉRY, Variété, IV,
pecialistasn un trabajo de rotulado 192, Pléiade, I, 1428.)
o «decoración». (G. FRIEDMANN, 5. No es quien más piensa en
Travaü en miettes, 152.) el porvenir el que mejor lo salva-
2. El poder de coordinación y guarda, sino quien se desinteresa
la polivalencia funcional del siste- de él para consagrar todas sus
ma nervioso dejan muy atrás, con fuerzas al presente. (L. LAVELLE,
la unidad de su estructura celular La conscience de soi, 240.)
y la simplicidad de su dinamismo 6. ( ... ) Hay gentes que esperan
electro-ondulatorio, a los más sen- toda su vida un porvenir en el que
sacionales inventos de la técnica al fin podrán empezar a vivir: pe-
humana. (A. LAMOUCHE, L'homme ro este porvenir no se producirá
dana l'harmonie univers., 107-108.) nunca (... ) Para ellos la muerte
Por sí. V. Sí y Aseidad. sobreviene siempre durante el pe-
riodo de espera; y ya no tienen
PORVENIR, subst. De por y el in- tra! de sí más que una existencia
fin. venir, empleado substantivamente. vacía. (lbúl., 247.)
La parte futura del tiempo. Lo que 7. el pasado ( ... ) es una ima-
se considera que debe o puede llegar. gen, pero una imagen determina-
Sin.: futuro. da, mientras que el porvenir es
para nosotros una imagen indeter-
l. Examine cada uno sus pen-
samientos, y los hallará ocupados minada, un esbozo de imngenes
con el pasado y el porvenir. Ape- que puede terminarse de muchas
nas pensamos en el presente; y, maneras. (L. LAVELLE, Du temps ot
de l'éternité, 256.)
si lo hacemos, no es más que para
tomar su luz para disponer del por- ' 8. sabemos también que todo
venir. El presente no es nunca porvenir se cambia al fin en pa-
nuestro :fin: pasado y presente sado, y que el pasado es el porve-
son nuestros medios; sólo el por- nir 111ismo del porvenir. (]bid.,
venir es nuestro fin. As!, nunca 288.)
vivimos, sino que esperamos vi- O. La inteligencia humana esté.
vir; y, disponiéndonos siempre a tan esencialmente nutrida de fu-
ser felices, es inevitable que no lo turo que, en el instante en que to-
789 POSESIÓN

da posibilidad de porvenir se ha- mente ser poseido. (G. MARCEL,


lla abolida, cuando cada impulso «eTRE ET AV0IR», 99.)
del espíritu viene indistintamente Posesor. El que posee, es decir, tie-
a chocar con la muerte, no hay ya ne el goce efectivo de una cosa. No es
pensamiento posible. (R. MARTIN sin. de propietario•.
DU G., Los Thibault, IV, 126.)
4. Cuando un chico mayor y
10. Para el individuo como pa- más fuerte que otro le quita sus
ra las colectividades, el porvenir bolas, acaba en apariencia con el
es la categoría primera. (R. ARON, derecho de ese otro; pero es tan
lntrod. a la phüos. de l'hist., 346.) sólo en apariencia; ese golpe de
11. Normalmente, la vida pre- fuerza nada cambia en el derecho;
sente está orientada hacia el por- el joven bandolero es poseedor de
venir, que da un sentido a nuestra las bolas, pero no propietario.
acción. No obstante, el futuro es (ALAIN, Propos d'm, 11orma11d, 1,
más o menos importante según las 196.)
relaciones que mantiene con la ac- Posesivo. A. Gram. Que expresa
tividad presente. Puede ser su fin; posesión: pronombre, adjetivo posesi-
nuede también no ser más que eva- vos.
sión, si provoca una anticipación
demasiado exclusiva de lo que aún 5. Aquel a quien [los bruselen-
no es, (P. FRAISSE, Ps¡¡cho/, du ses] aplauden es su soberano. Pri-
temps, I, 89.) mero el posesivo, después el subs-
tantivo. (R. M0LS, en R. de la psy-
V. Deseo, 17; Historia, 6; Instante, cho/. des peuplcs, 1960, 150.)
3; Mediació11, 8; Pasado, 7, 8; Pre-
sente, 10; Represe11taci6n, 8; Tiempo, B. Psicoan. Que trata de acaparar
22. al otro para sí en vez de darse a él,
La madre posesiva trata inconscien.
POSESióN temente de mantener a su hijo en es-
Poseer. Lat. possülere (comp. de pos- tado infantil, impidiéndole desarrollar-
se y sedere). se a fin de mantenerlo bajo su domi-
nio.
Poder disponer libremente de una co-
sa. Suele ·reemplazarse por tener•, pero Sin.: captativo•.
el sentido de este verbo es más am- Contr.: oblativo•.
plio y débil: tengo un callo en el pie Posesión. Lat. possessio, el hecho de
como tengo un coche, pero no lo poseo. possidere.
l. el segundo [poseer) no e, A. Derecho. El hecho de poseer, es
otra cosa que tener, añadiéndole decir, de tener la disposición o el ¡;o-
la facultad o la capacidad de dis- ce. Se distingue de la propiedad• co-
poner de una cosa con superiori- mo el hecho del derecho.
dad. Para tener conocimientos bas- 6. La posesión es la detenta-
ta con no ser ignorante. Para po- ción o el goce de una cosa o un
seerlos es •necesario profundizar derecho que tenemos o ejercemos
en ellos, saber emplearlos, poder por nosotros mismos, o por otro
extraer todas sus consecuencias. que la tiene o ejerce en nuestro
Por eso sólo se usa poseer en las nombre. (Código Civil fr., art.
o~asiones en que se tiene libertad 2228.)
de disposición como dueño. En es-
te sentido se dice poseer la mente 6. bis. Tratándose de muebles,
de alguien, poseerse a si mismo, la posesión equivale al título.
estar poseído por el amor a la glo- (lbíd., art. 2279.)
ria, poseso del demonio. (C0NDIL• 7. Dad a un individuo la segu-
LAC, 81111,) ra posesión de un roquedal árido y
1 bis. no basta con poseer una lo transformará en jardín; dadle
verdad, es preciso que la verdnd un jardín en arriendo por nueve
nos posea. (M. MAETERLINCK, Le años y hará de él un desierto. (A.
trésor eles humbles, XII.) YoUNG, l'oy. en Francc, II, 64.)
2, Creemos poseer y somos po- V. Deseo, 7, 9, 10.
seldos. [Frase de Ménalque.] (A. B. En sentido concreto: lo que es
GmE, L'vmnnoralisto, <Euvres, IV, poseído. Las posesiones españolas en
U3.) África.
3. Poseer es casi inevitable- 8. No somos por exclusión del
POSITIVO 790

ml'dio. sino por inrlusil)n, por npro- tiani•mo. (H. BIIEMOND, Apol. pour
piación más o menos completa de Ft'ndon, 418.)
lo que nos rodcn ( ... ). 2'. lrnscendentalmente la cosa
Así, purs, ser rs tener. El he- no tiene «sus» propiedades, sino
cho ele ln posr,sión nos orienta ha- que c-s usuynl), Este pcrteneeerse
cia una concepción abierta de la a sí mismo, este "suyo11, es 1o po-
existencia. ( ... ) . sitivo que subyace a la indivisión
Todas las cosas JlOseidas nos son formal. En su virtud, por ser usu-
símbolos de nosolr'Os mismos. (G. yo» qua. realidad, todo lo real es
GUSDORF, Expér. hnmai11c drt sa- incomunicable. La incomunicabili-
erij., 2.) dad es el aspecto negativo de esa
8'. Yivir es poseerse, y poseer- positiva pertenencia a si mismo.
se es pertenecerse a si mismo (.IJl (X. ZUBIRI, Sobre la ese11cia, 484.)
el respecto formal y ex)llicito de Ad. E.
realidad. La vida como transcurso 3. Moral. Que pone el acento en el
es mero etargumento» de la vida, bien hecho o por hacer, más que en
pero no es el ,'l.,,ir n1ismo. En la el mal cometido o que debe evitarse.
vida el hombre se posee a sí mis- B. En A. CoMTE y los positivistas,
mo transcurrentemente; pero este que han influido considerablemente en
transcurso es vida sólo porque es el sentido de esta palabra: sin. de real
posesión de sí mismo. Tomado el entendido como aplicado a las «cosas»
poseerse como un carácter del ac- en el sentido vulgar, es decir, a las rea-
to primero, este modo de ser suyo lidades materiales.
es justo lo que constituye la per-
sona. (X. ZUBIRI, Sobre la esencia, 3. Todas las lenguas occidenta-
504.) Ad. E. les coinciden (... ) en designar por
la palabra positivo y sus deriva-
9. nuestras posesiones nos de- dos los dos atributos de realidad
voran ( ... ). El sí mismo se incor- y utilidad cuya sola combinación
pora a la cosa poseída. (G. MAR- bastaría para definir en adelante
CEL, Étre et avoiir, 221.) el verdadero espíritu filosá.fico.
C. Estado del que es o se cree po- (... ) Ese mismo término recuer-
seído, es decir, bajo el dominio de una da también, en todo el Occidente,
fuerza sobrenatural. Posesión demonia- las cualidades de certidumbre y
ca. precisión por las que la moderna
Posibilidad, posible. V. Poder. 1·azón se distingue profundamente
Posicional V. Positivo. de la ·antigua. Una última acep-
ción u.n.i:versal caracteriza, sobre
Positirlsmo. V. Positivo. todo, la tendencia directamente or-
POSITIVO gánica del espiritu positivo, de for-
ma que lo separa, a pesar de su
Positivo. Der. del lat. po11ere, po- alianza inicial, del simple espiritu
ner; positwJ, puesto. metafísico, que nunca pudo ser
A. Por opos. a negativo•. l. Lóg. más que critico (... ).
y mat. Que afirma o concede en vez de Esta quinta significación del tí-
negar o rechazar (respuesta positiva) ; f.ulo ·esencial de la sana filosofia
en mat.: que va precedido del signo. conduce naturalmente al cnrácter
2. Ontol. Que manifiesta o subra- siempre relativo del nuevo régi-
ya el aspecto real, dinámico o deter- men intelectual, puesto que la ra-
minante del ser. zón moderna sólo puede dejar de
l. al escuchar al¡,'IÍn término ne- ser critica hacia el pasado renun-
gativo, quien quiera oírlo como es ciando a todo principio absoluto.
debido debe considerar Jo que de Cuando el público occidental se ha-
positivo y real le responde en el es- ya percatado de esta última rela-
píritu. (BoSSUET, Cu1111aiss. de ción, ( ... ) ¡iositivo se harfl en to-
Dicu ... , I, XVII.) das partes inseparable de re/a.tivo,
2. el análisis de los escritos de como hoy lo es de orgánico, de pre-
Bossuet os retrotraerá siempre a ciso, de cforto, de útil y de real.
unas cuantas ideas positivas muy (A. CoMTE, Syst. de polit. posit., 1,
sencillas, que no son otra cosa que 67-68.)
las verdaderas esenciales del cris- J, Por op. a especulativo, imagina-
791 POSITIVO

rio, quimérico, problemático: real, que 11. Amo y deseo la fama, no


es objeto de experiencia cierta. por el placer de hacer hablar a los
desocupados a mi cuenta, sino por
4. No hay, pues, realmente pa- las ventajas positivas que procura
ra el hombre más verdades posi- y únicamente como medio para lo-
tivas, es decir, con las que pueda grar algún bienestar; en una pala-
sólidamente contar, que los hechos bra, una existencia agradable. (A.
que puede observar y no las con- CoMTE, Lettrea a Valat, 97.)
secuencias que de ellos saca. (LA-
MARCK, Phi/oa, zoolog., XXV.) 3. Por opos. a metafísico o a ra-
cional: que se atiene a los hechos, es
5. Positivo ( ... ). Que se apoya decir, a los datos de la experiencia, sin
en los hechos, en la experiencia, en preguntarse por las causas (princip.
las nociones a posteriori, por opo- por las causas primeras) o por la na-
sición a lo basado en las nociones turaleza última de las cosas. Ciencia,
a ,,riori. (LITTRÉ, Dict.) filosofía positiva.
6. Es positivo que esta influen- 12. Lo que está más allá del sa-
cia [la infl. moral J desempeñe a ber positivo, ya sea, en lo material,
veces en el hombre un gran papel. el fondo del espacio sin límites,
(Cl. BERNARD, Princ. de 11iédcc. cx- ya, en lo intelectual, el encadena-
pér., 250.) miento sin fin de las causas, es
7. Los llamados hombres posi- inaccesible al espíritu humano. Es
tivos son hombl'es sin imaginación un océano para el que no tenemos
que sólo se dan cuenta de lo que ven ni barca ni vela, pero cuya clara
y tratan con la realidad tal co- visión es tan saludable como mag-
mo es en vez de transformarla. (V. nifica. (E. LITTRÉ, A. Co111te et la
CousIN, Du vrai, du beau, d" bien, phi/os. posit., 519.)
11 Parte.) 13. La ciencia positiva no per-
B. debe entenderse por ciencia sigue ni las causas primeras ni el
positiva, o por parte positiva de fin de las cosas, sino que procede
las ciencias, el conjunto de los he- estableciendo hechos y uniéndolos
chos que cada cual puede verificar, entre sí por relaciones inmediatas.
a fin de adquirir la certidumbre de Es la cadena de tales relaciones lo
que son exactos ( ... ). Estos hechos que constituye la ciencia positiva.
positivos son los materiales de la (... ) (11!. BERTHELOT, Carta a Re-
ciencia ( ... ), pero no constituyen nan, en RENAN, Dial. et fragm. phi-
la ciencia por si solos; porque es /os., 195.)
preciso que intervengan también 14. Constituye uno de los prin-
ciertas ideas para distribuirlos, cipios de la ciencia positiva el que
clasificarlos, poner en ellos serie y ninguna realidad puede ser esta-
orden, y, sobre todo, para darnos su blecida mediante el razonamiento.
clave y razón. (A. C0URN0T, Essai ( lbíd., 204.)
aur le• fond., XXI, § 327.) 15. al tomar la vida como da-
9. El hecho 'J)ositivo se escapa- to, Darwin ( ... ) hace uso de un
ba de continuo a aquel pensamien- derecho incontestable en un natu-
to demasiado abierto. No hay ras- ralista positivo: el de aplazar una
tro de él en esos dos volúmenes cuestión que no le parece aún ma•
[Fragmentos da un diario íntimo, dura; pero los filósofos no tienen
de AMIEL]. Ni una anécdota, ni un el mismo recurso, o al menos no
retrato. (P. B0URGET, EsBais de en el mismo grado. (O. HAMELIN,
psychol. contcmp., I, 470.) Essai, 223.)
2. Por opos. a moral, a ideal: que Estado positivo (Aug. C0llTE), V. Es-
se atiene al orden material o sensible. todos (Ley de los tres-).
Referido a personas: que sólo busca 4. Sin. de positivista, es decir, que
ventajas de ese orden. se refiere al positivismo o filosofía po-
10. El estudio positivo tiene su sitiva (que no tiene, en ciertos casos,
carácter más neto en su tendencia de verdaderamente positivo más que el
espontánea e invariable a basar el nombre). Moral positiva. Política posi-
estudio real del hombre en el .pre- tiva.
vio conocimiento del mundo exte- 16. Así, pues, la moral positiva
rior. (A. C0MTE, Gours de phiJoB, se distingue no sólo de la moral
pOBÍt., 11, 189,) metafísica, sino también de la mo-
POSITIVO 792

ral teológica al tomnr por prinei- 21. No se trata aquí de exami-


pio uni\~ersal la prepondcraneia nar si lns clos elnses e.le cuerpoa
dirt>cla del sentimiento social. Ella 1vivos y no vivos I son o no de le
rí'prcscnta ln ÍC"lieidnd humana, misma unturulrzct (. .. ); sernejan-
tanto privada romo pühlil'a, como te cuestión no pe1'tenece a la es-
consistente, sobre todo, en el auge f ern de la filosofía positiva, que
máximo de los afedos benévolos, hace formalmrnte profe~ión de ig-
qu(' son a la vez los más dulces de norar en absoluto la ,raturnleza In-
experimentar y los únh.·os cuya ex- tima de cualesquiera cuerpos. (A.
pansión puede ser simultánea en C0IITE, Cours de phi/. poB., lec.
todos los individuos. (A. Col!TE, 2.\ en (]¡;uvrcs ch., p. H. GoUJJIER,
811st. de polit. po.sit., I, D3.) 121.)
17. la felicidad y el mérito, in- 22. dos manías de filosofar en-
eluso personales, dependen siempre teramente diferentes, e induso ra-
de un justo ascendiente de los ins- dicalmente opuestas, según prore-
tintos simpáticos. l'it 1 ir vara los dnmos de le consideración del hom-
,!cnuís se convierte así en el resu- bre a Je del mundo o, por el con-
men natural de la moral positiva ... trario, del conocimicmto clel mun-
( Ibúl., 700.) do al del hombre. ( ... J El verdade-
Filosofía positi1'a. Estudio que tie- ro espíritu general de toda filoso-
ne por objeto la síntesis de las adqui- fía teológica y metafísica consis-
siciones de la ciencia positiva y expe- te en tornar por principio, en la ex-
rimental, sin pretender ir más allá. plicación de los fenómenos del mun-
do exterior, nuestro sentimiento
18. empleo la palabra filosofía inmediato de los fenómenos huma-
en el sentido que le daban los an- nos; en tanto que, por el contra-
tii:uos, y particularmente Aristó- rio, la filosofía positiva se carac-
teles, para designar el sistema ge- teriza siempre, no menos profun-
neral de las concepciones huma- damente, por la subordinación ra-
nas; y, al añadir la palabra posi- cional y necesaria de la concepción
tit-o, anuncio que mi consideración del hombre a le del mundo. (A.
se dirige a esa especial manera de C0MTE, Cours de phüos. pos., III,
filosofar que consiste en dar a las 187-188.)
teorías, en todos los órdenes de 23. La filosofía positiva no
ideas, el objeto de coordinar los acepta el ateísmo. Bien mirado, el
hechos observados, lo que constitu- ateo no es un esníritu verdadera-
ye el tercero y último estado de la mente emancipado; sigue siendo,
filosofía general, primitivamente a su manera, un teólogo; tiene su
teoló¡nca y más tarde metafísica. explicación de la esencia de las co-
(A. CoMTE, Phil. posit., Adverten- sas; sabe cómo empezaron ( ... ). La
cia.) filosofía positiva no sabe nade de
19. La característica funda- todo eso. (E. LIITRÉ, Fragm. de
mental de la filosofía positiva es phi/os. posit., 109,)
la de considerar todos los fenóme- 24. La filosofía positiva es la
nos como sujetos a leyes natura- concepción del mundo tal como re-
les invariables, cuyo descubrimien- sulte del conjunto sistematizado de
to preciso y reducción al menor las ciencias positivas. ( lbíd,, 246.)
número posible son el fin de todos
nuestros esfuerzos, considerando 25. La denominación afilosofie
como absolutamente foaccesible y positiva• es una contradicción en
desprovista de sentido para noso- los términos. (A. C0URN0T, Co11si-
tros la investigación de las llama- dératio11s ... , II, 191.)
das causas, tanto primeras como 26. En contradicción con el
finales. (A. C0HTE, lbúl., I, 16.) principio de la filosofía positiva,
20. Al asignar como fin a la fi. [ Comte] se lanzó como un loco a
losofía positiva el resumir en un generalizaciones que no tenían la
solo cuerpo de doctrina homogénea menor rolación con la explotación
el conjunto de los conocimientos metódica de las ciencias metódi-
adquiridos, en relación con los di- cas del esplritu. (W. DILTHEY, ln-
ferentes órdenes de fenómenos ... trod. a l'ét. des se. /ium., 139.)
(A. C0HTE, Cours de philos. posit., 27. Desde el momento mismo
I, 43.) en que Augusto Comte presenta la
793 POSITIVO

filosofía positiva, parece más satis- sin comprender. Tratemos en serio


fecho del adjetivo que del substan- las apariencias y, sombras como
tivo y confía en aquél para purifi- somos, juguemos con sombras. To-
car éste, (H. G0UHIER, La phi/os, do es superficie». (H.-F. AMIEL,
et son hist., 60,) Journal, 3 febrero 1869.)
C. Por op. a natural: que se basa, 32. Lo que proplamente niega
no en la naturaleza de las cosas, sino el positivismo es el método refle-
en una libre determinación de la vo- xivo, en tanto que pretensión del
luntad. V. Ley positiva, Derecho posi- sujeto de retornar de las cogitata
tivo, Rcligi6n positiva. al cogito y aprehenderse como fuen-
V. Derecho, 8, 9, 11; Ley, 9. te pura de conocimiento. (J. LA-
D. Por opos. a normativo•: que CR0IX, Socio!. d'A, Comte, 55-<>6.)
constata lo que es sin determinar lo 33. El positivismo cientista ali-
que debe ser. menta la extraña ambición de
Positivismo. A. En el sentido es- constituir una ciencia del hombre
tricto: filosofía Augusto CoMTE. Doc- sin el hombre. (... ) La tentativa,
trina según la cual el espiritu humano tantas veces reanudada, de hacer
es incapaz de conocer la naturaleza ín- prevalecer en la esfera humana
tima y las causas reales de las cosas, los determinismos de la física, de
de suerte que la prudencia exige con- la química o de la biología, bajo
tentarse con establecer leyes concebi- el control de las fórmulas matemá-
das como enunciados de sucesión cons- ticas, obedece a ese deseo contra
tante y que el filósofo se ocupe en rea- natura de negar la especificidad
lizar la síntesis de esas leyes. V. Filo- del ser humano refiriéndolo a nor-
sofía, positiva.. mas que no son las suyas. (G. Gus-
D0RF, en Diogene, 26 [abril-junio
28. El positivismo es una espe- 1959], 71.)
cie de sintesis objetiva del saber
que permanece muda en cuanto a 33'. podría anticipar el a y ro
la posibilidad tanto del saber como de mis convicciones lógicas o meto-
de esa realidad de la que es saber. dológicas diciendo: positivismo ab-
(L. LAVELLE, Da l'étre, 11.) soluto contra parcial positivismo.
V. Progreso, 7. Deducciones, teorías, sistemas son
verdad si ·cuanto en ellas y ellos se
B. En sentido amplio. Toda concep- dice ha sido tomado por visión di-
ción que pretende atenerse a los he- recta de los mismos objetos, de los
chos del mundo exterior perceptible fenómenos mismos. (J. ORTEGA Y
por los sentidos y tiende a rechazar co- GASSET, Conciencia., objeto y las
mo desprovisto de valor cualquier co- tres distancias de éste, Obras, II,
nocimiento de otro origen. 66.) Ad. E.
29. El hombre que sólo tiene 33". Tenía razón el positivismo
instrucción primaria está más cer- cuando quería reducir el conoci-
ca del positivismo, de la negación miento riguroso a lo que nos es
de lo sobrenatural, que el burgués presente; su error fue que, arbi-
que ha cursado estudios; porque la trariamente, no reconocía más
educación clásica lleva con fre- presencia inmediata que la de ob-
cuencia a contentarse con las pa- jetos sensibles ~olores, sonidos,
labras. (RENAN, Avenir de la se., olores, cualidades táctiles-. El po-
412.) sitivismo tenía razón en cuanto exi~
30. El positivismo que, en nom- gía Jo «positivo», es decir, la pre-
bre de la ciencia, rechaza los sis- sencia del objeto mismo, pero no
temas filosóficos, comete como la tenía porque se reducía a sen-
ellos el error de ser un sistema. sualismo. Y aun como sensualismo
(01. BERNAnD, lntrod., 111, v, § 4.) era estrecho; de entonces acá se
31. El positivismo, que no quie- han descubierto en el hombre no
re afirmar nada, no es una filoso- pocos sentidos «nuevos». (J. ORTE-
GA Y GASSET, ¿Q11é es filosofía?,
fia sino la espectativa de una fi-
losofía. (... ) «Contentémonos con 134.) Ad. E.
observar pacientemente los fenó- C. En sentido abstracto: carácter
menos y descubrir sus leyes; las de lo que es positivo en el sentiuu C.
causas, los fines, los principios El positivismo de una doctrina, de una
nos son inaccesibles, Comprobemos política, de una conducta,
POSTULADO 794

Sin.: positividad, con ln diferencia l'oaiclonal, ( Estado de conciencia)


de que positivismo, como muchas pnln~ que sienta o establece algo, en el sen-
bras en ismo, toma a tnenudo una acep. tido de la exp,•esión odar por hecho•.
ción peyorativa. Sin,: tético•,
Y. Dacc/10, 11. 39. la conciencia es conciencia
Positr'.l'ismo jurídico. Doctrina que posicional del mundo, (J.-P. SAR-
rechaza la e.xistl'ncia de un derecho na- TRE, «ÉTRE Flt N.», 18,)
tural y sólo admite el derecho positivo. 40. toda conciencia posicional
Positirismo lógico o neopositivismo. d¿ objeto es a la vez conciencia no
\". Empirismo lógico. posicional de sí misma. (lbíd,, 19.)
Posithidad. Neo!. creado por A. Co1icie11cia 110 posicional o no téti-
CoMTE. ca = conciencia prerreflexiva.
A. Por opos. a. negatividad: subra- POSTULADO
ya el carácter de lo que es positivo en
el sentido A, es decir: l. de lo que Postular. Lat. postulare, pedir,
constituye una realidad y no una au- A. Pedir, solicitar (un empleo ... ).
sencia de realidad; 2. de las proposi- Postulante: el que solicita su admi-
ciones afirmath·as; 3. de lo que lleva sión en una orden religiosa y hace el
a la acción en vez de frenar u obstacu- postulado preparatorio al noviciado.
lizar.
B. Considerar como concedido, afir-
34. [las limitaciones que el es- mar como postulado•.
píritu sufre] han cambiado, por a.si
decirlo, su negatividad en positi- l. El Cogito de Descartes no
vidad. (L. LAVELLE, en L'cxistc11cc, postula ningún acto de fe en la ló-
114.) gica. Se trata, no de un razona-
miento, sino de lo que Bergson lla-
V. Apariencia, 5. maba un dato inmediato, y del más
B. Princip.: carácter de lo que es inmediato de todos. (Th. MAULNIER,
positivo en los sentidos B, es decir, en Arriere-pe11Bées, 1'54.)
las diferentes acepciones del término V. Sociedad, 27,
en C0MTE y los positivistas.
Postulado. Lat. postulatum, part.
35. el auge sistemático de la pasado del verbo postula.re (pedir, pos-
moderna positividad, que tiende tular). Empl. substant,: petición.
abiertamente a un nuevo régimen
filosófico, es resultado en Jo esen- A. En el voc. .clásico. l. Prop.
cial de la gran renovación astro- ( Mat.): proposición que se pide acep-
nómica comenzada por Copérnico, tar, aunque no sea ni evidente ni de•
Kepler y Galileo. (CoMTE, Di.se. sur mostrable, porque es necesaria para el
l' esprit pos., concl. 171.) establecimiento de un sistema deducti-
vo. El postulado así entendido se opone
36. Nada puede caracterizar al axioma• concebido como una propo-
mejor la positividad que el acuer- sición evidente.
do, a la vez sistemático y espontá- 2. La evidencia de ciertos postu-
neo, que habitualmente establece lados geométricos no es más que
entre todos los aspectos de nues- nuestra repugnancia a renunciar a
tra existencia individual. (A. CoM- hábitos antiquísimos. (H. P0INCA-
TE, Syst. de polit. posit., IV, 45.) RÉ, A nnéc psychol., XIII, 16.)
37. la positividad, caracteriza- 3. Los axiomas fijan una regla
da siempre por la combinación de lógica, en tanto que los postulados
realidad y utilidad, halla al fin su se refieren sólo a hechos. (Ch. SER-
principal esfera, a la vez teórica y nus, Tr. do loo., 326.)
práctica, en el cultivo y el estudio
de los instintos de benevolencia, V, Axiomática, 6,
(lbíd., 48.) 2. En el voc, mat, contemp.: propo-
38. si no creemos ya en el ser- sición que forma parte de la axiomá-
de-detrás-de-la apariencia, ésta se tica formulada al comienzo de un sis-
hace, por el contrario, positividad tema hipotético-deductivo•, Desde este
plena; su esencia es un «parecer» ounto de vista, los postulados son tam-
que no se opone ya a,l ser, sino que bién llamados axiomas•.
es, por el contrario, su medida. 4. Aunque arbitraria en ciertos
(J.-P. SARTRE, «ÉTRE ET N.», 12,) sentidos, la elección de los postu-
795 POTENCIA

lados que constituyen la base de ahí, sobre su pedestal, la estatua de


una axiomática no es por ello de- Juana de Arco: es una estatua en ac-
jado ol azar: pel'manece sujeta a to. Pero se hallaba en potencia en la
exigencias internas más o menos materia (piedra o bronce) de que está
imperiosas. (R. BI.ANCIIÉ, L'axio- hecha, y pasó de la potencia al acto
mat., 40.) J!'l'acias al escultor. No obstante, como
V. Axiomática, 8, 9, 22, 32. el verbo poder por el que la palabra
se define, potencia tiene diversos sen-
B. Por ext.: toda proposición ca- tidos; no es término unívoco, sino aná~
rente de evidencio y admitida implícita lego.
o explícitamente como principio de
deducción o acción. 3. apenas recurre a este con-
cepto de estado de potencia, el pen-
5. la ley de causalidad univel'- sador se halla abocado a dos ten-
sal es la generalización de leyes dencias opuestas: es preciso que lo
particulares y no pasa de ser un potencial se distinga de lo actual,
postulado. (Th. RIB0T, Évol. des y es preciso, no obstante, que, a
idées gén., 208.) pesar de esta distinción, aquél pue-
6. el postulado común a las te- da dar nacimiento a éste, lo que
sis de Descartes, Hume y Leibniz, sólo es posible si Je es idéntico y si
la identidad de naturaleza entrn nuede ser confundido con él. (E.
imagen y sensación. (J.-P. SARTRE, MEYERS0N, E:r:pl. dans les se., 336.)
L'in,aginat., 22.) V. 1llovi1nicnto, 5; Razón, 54.
Postulados de la razón 11ráctica. En l. Potencia activa: capacidad o fa-
KANT: tesis de la filosofía clásica que, cultad actuales de acceder a una cierta
por se1· metafísicas, no pueden, según forma de ser. Es en este sentido como
la doctrina kantiana, ser probadas me- la bellota es encina en potencia. La ac-
diante la razón teórica, pero sin las tualización de esta potencia depende
que la vida moral seria imposible y sin duda de condiciones exteriores (ca-
que, por consiguiente, son exigidas o lor, humedad ... ); pero éstas no son
presupuestas por la razón práctica o más que condiciones; ,es la propia be-
conciencia moral. Esos postulados son: llota la que es causa eficiente o agente
la libertad, la inmortalidad del alma de su propia transformación. Por el
y la existencia de Dios. contrario, en la transformación de los
alimentos en materia viva, el agente
POTENCIA. Lat. potentia (v. Pot01,- activo es el organismo asimilador: el
cial.) alimento sólo es materia viva en cuan-
A. En el uso corriente: fuerza ma- to potencia pasiva.
terial (la potencia de una explosión, de Sill.: virtualidad.
un instrumento de pesaje, potencia in- 4. «puedo» obrar. Tengo la po-
dustrial) ; absol. Oas grandes poten- tencia de andar, de hablar. Obre
cias) : Estado soberano. o no obre, sigo teniendo la misma
Sin.: poder, fuerza, energía. potencia. Luego esta potencia se
l. Potenoi,a,, 'Poder. Parece que distingue claramente del acto que
la primera de estas palabras se re- le corl'esponde, puesto que puede
fiere más a Ja fuerza, y la segun- existir sin el acto. Cuando ando,
da a la libertad, es decir, a un uso soy un andador en acto; cuando no
razonable de la fuerza; por ello ando, un andador en pot01icia.
el hombre justo usa de su poder, el Pero la palabra potencia puede
injusto abusa de su pot011cia. (CoN- cobrar una significación muy dife-
DILLAC. S¡,n., 111, 467.) l'ente. Lo mismo que digo: puedo
2. La palabra en público, cuan- andar, digo: puedo moril'. En el
do se adquiere el hábito y por po- primer caso, aludo a una facultad
co hábil que en ella se sea, des- positiva y activa, principio de mis
arrolla en el que habla una poten- movimientos; en el segundo sólo
cia que él mismo ignoraba. (J. GuÉ- expreso una posibilidad de estado.
IIENN0, La foi dilfic., 158.) Lo mismo cuando digo: esta pie-
dra act1talmc11te inmóvil pttedc co-
V. Ciencia, 11. brar movimiento en virtud de un
B. Metaf. (por opos. a acto•). Es impulso externo. También aquí no
en acto el ser que tiene una realidad expl'eso más que una posibilidad.
efectiva. Es en potencia el sel' que pue- (Th. DE RÉGNON, lllétaph. des call-
de acceder al plano de esa realidad. He 8C8, 135.)
PRACTICA 796

2. Potencia pasiva: simple posibi- sentir•, «La potencia rle hacerse• y


lidad de devenir lo que no se es (v. l'o- «La potencia de espirilualizarlo todoo
dcr C), no pol' sí mismo, sino graeias 7, Todo cuanto pudieron para
a In intervención de un agente exte- Agustln sus potenrias racionales
rior. Es en este sentido en el que, en fue ofrecerle SU'!'estiones de senti-
un depósito de materiales ele construc- do común. (J. MALEOUE, Auoustin,
ción, hay casas en potencia. 11, 423,)
Sin.: posibj.!jdad. 8. En todo libro que leo sigo
5. Estn noción de posibilidad o buscándome a mí mismo, es decir,
potencia pasiva no expresa una el desperbr de mis potencias, co-
pura nada, una pura falta de ac- mo busco su ejercicio en el libro
tualidad; significa más bien la ap- que escribo. (L. LAVELLE, La par.
titud para una cierta actualidad et l'écrit ,, 202.)
eventual, aún no realizada, pero Poteneial. V. Poder.
realizable. El bloque de mármol tie-
ne en potencia la forma de la es- PRÁCTICA
tatua; una masa líquida no la tie- Práctieo, adj. Lnt. practicus (calcado
ne. No se trata de que la estatua sobre el griego praktil,os), activo, efi-
se halle más esbozada en aquel só- caz, que conviene a la acción (gr. pra-
lido que en éste líquido. No está ,:is).
en el mármol, pero puede sacarse Concerniente a la acción (moral prác-
de él. (E. GILSON, Le thomisnw, tica), que consiste en acciones (traba-
244-245.) jos prácticos), que es propio para la
6. Decimos que el agua es en acción (espiritu práctico, útil prácti-
potencia ca.lentable. Decimos tam- co).
·bién que el fuego es calentador en l. Todo cuanto mi razón intere-
potencia. El lenguaje nos advier- sa (tanto en lo especulativo como
te así que conviene distinguir dos en lo práctico) se halla contenido
clases de potencia: la potencia ac- en estas tres preguntas:
tiva, que es el principio de la ac- l.º ¿Qué puedo saber?
ción ejercida "'' otro, y la pote-11cia 2.º ¿Qué debo hacer?
pasiva, que es la aptitwJ. para e,:-
perfrnentar el efecto de las acCÜJ- 3.º ¿Qué me está permitido es-
nes de otro. (R. JOLIVET, Métaph., perar?
231.) La primera pregunta es simple•
mente especulativa. ( ... )
C. Psicol. (Potencias del alma). So-
bre todo, en el voc. escol., sin. de facul- La segunda pregunta es simple-
tad•, de función•. mente práctica. (... )
6'. Aunque según naturaleza La tercera pregunta: ¿si hago
tenga el hombre todas las po- lo que debo, qué puedo esperar? Es
tencias con sus instrumentos, que a la vez práctica y teórica. (KANT,
para la vida y su perfición son me- Crit. de la r. puro, 543.)
nester, empero la facilidad dellas 2. ¿ Quieren una enseñanza
no la alcanza naturalmente por in- práctica? ¿Y cómo ir contra es-
dustria propia, pues vemos que to? ¿ Quién diablos pedirla una en-
con nosotros nacieron entendimien- señanza que no fuese práctica?
to, memoria y voluntad, y movi- Sólo que cada cual lo entiende a
mientos en los miembros, todo es- su manera. Y así, tenéis a quienes
to tan sosegado y encubierto, que piensan hace,· enseñar los oficios
cuasi parece no haber tal poderío. manuales a hábiles artesanos.
Mas después que convalecemos, y Enseñar es explicar. Y fo más
entrando más en la vida las nece- práctico ea comprender al máximo.
sidades della nos ponen en ejerci- Lo práctico es la teorla. (ALAIN,
cio, entonces se descubren mani- Les cent u11 propos d'Alcr,ill, 3.' se-
fiestos, primero torpes y pesa.dos, rie, 239.)
después fáciles y ligeros en obrar. 2'. La experiencia enseña que
(F. PtREZ DE OLIVA, Diálogo de la lo que le falta al hombre para
dignidad del konwre, 81.) Ad. E. obrar bien no es conocimiento es-
Las Potencias del 'VO, de L. LAVELLE, peculativo y general, sino práctico,
se dividen en cuatro ,libros: «La po- detallado, con aplicación a todos
t.encia de conocer•, «La potencia de los actos de la vida. ¿ Quién no aa-
797 PRAGMATISMO

be y no repite mil vcce.s que las la práctica. Sólo la práctica, en


pasiones nos extravfan y nos pier- efecto, nos permite poner a prue-
den? La dificultad no está en eso, ba nuestra propia sinceridad. (J.
sino en saber cuál es ,la pasión que PAY0T, La croyancc, 198.)
influye en este o aquel caso, cuál 7. arrojando nuestro pensa-
es la que por lo común predomina miento en las tinieblas de la prác-
en las acciones, bajo qué formas, tica, hallamos, en la claridad de la
bajo qué disfraz se presente al es- práctica, con qué iluminar las os-
p(ritu y de qué modo se deben re- curidades del pensamiento. ( ... ) La
chazar sus ataques o precaver sus práctica literal debe ser como un
estratagemas, (J. BALMES, El crite- fermento que, por un progreso im-
1·io, 211.) Ad. J,;, perceptible, elimina poco a poco la
2". Un criterio jur(dico prácti- pesadez de los miembros. (M. BLON-
co se atiene a ,la legislación positi- DEL, L'action, 412, 1893.)
va y acepta de buen grado las des- V. Idea, 75; Filosofía, 36.
viaciones que la idea pura de jus- Prag. Raíz proveniente del gr. pras-
ticia sufre al tomar cuerpo en ins- scin o prattein ( obrar, hacer), de don-
tituciones y leyes; un criterio ju- de se derivan: los subst. pragma (ac-
rídico idealista reacciona continua- ción, asunto) y praxis (acción), y los
mente contra el estado de derecho adj. pragmatikos y praktikos (relativo
impuesto por la necesidad y pre- a la acción, propio de la acción ... ).
tende remontarse a la aplicación
rigurosa de lo que considera que PRAGMATISMO
es justo. (A. GANIVET, Idcarium es- Pragmático. Gr. pragmatikos: rela-
pa,íol, 49.) Ad. E. tivo a los negocios (pragma, der. de
Práctica. Por opos. a teoría: lo que prattcin, hacer, obrar), hábil en los
se hace (en la práctica), actividad que negocios, eficaz.
pone en obra los principios de un arte A. Sin. de práctico y por op. a teó-
o de una ciencia, de una doctrina o de rico: relativo a la acción, que es del
un código de obligaciones (la práctica orden de la acción.
médica, la práctica religiosa, la prácti- l. La inteligencia es esencial-
ca de las virtudes) ; experiencia o ha- mente pragmática; incluso cuando
bilidad resultante de esa actividad parece olvidar por completo la ac-
(carecer de práctica). ción, la prepara. (A. SPAIER, Pcn-
3. Hace falta poca ciencia y séc co11cr., 120.)
mucha práctica en lo que atañe a V. Estética, 1.
la ,perfección. (Francisco DE SALES, B. Sin. de utilitario y por op. a
Les vrais entretie11s spir., IX.) moral: que se ordena a conseguir lo
4. La útil y loable práctica de pretendido.
perder en gastos de boda un ter- 2. Llamo pragmática (regla de
cio de la dote que aporta una mu- prudencia) a la ley práctica que
jer. (LA BRUYERE, Caract., VII, tiene por motivo la felicidad, y
18.) moral (o ley de las costumbres), si
6. ¡ Qué oposición tan vana la alguna existe, a la ley que sólo
de teoría y práctica/ ¿ Qué es tiene por móvil el indicar ccñno po-
entonces la teoria sino el conoci- clemo111 hacc.·ruos cliguos ele ser fe-
miento de las leyes que unen los lices. (KANT, Crit. clo la ,.. purc,
efectos a las causas, es decir, unos 344.)
hechos a otros hechos?( ... ) ¿Y qué V. Pragma.tistct, B 2.
es la práctica sin la teoría, es de- C. Sin. de pragmatista y por op. a
cir, el empleo de los medios sin sa- intelectualista: relativo al pragmatis-
ber cómo obran? Tan sólo un pe- mo, es decir, a la doctrina según la
ligroso empirismo... (J.-B. SAY, cual la verdad y el pensamiento son
Tr. d'écon. polit., 6,• ed. 8.) función de la acción.
6. nuestras creencias necesitan 3. me parece que la interpreta-
una base material. ( ... ) Sin ella, la ción pragmlltica de los dogmas es
creencia permanece vaga, incapaz la que mejor permite comprender
de autodominio, semejante a una la inmutabilidad de su sentido a
charla sin eficacia para quien la pesar de los enriquecimientos y las
pronuncia; tal es el caso de todas precisiones. (E. LE RoY, Dogme et
las creencias no acompañadas de crit., 105.)
PRAGMATISMO 708

Pragmali~mo. Der. <lel gr. vragma, míis que de unu grosrru falsifica~
ncción. ción. (lbírl., 76.)
Teoría sC'g-Ím la cunl In función ('Scn- 7. 1~1 prngmnlismo romete un
cial de la intC'lig-cncia es no la de ha- error al reducir la verdad de las
cernos conocC'r las cosas, sino la de proposiciones n su éxito, es decir,
permitir nuestra acción sobre ellas. n su uerificaci611; pero si las ideas
Esta definición ha sido aplicarla es- no son verdaderas porque triun-
pecialmrnte a la doctrina de BEnGSON;
fan, sí triunfan porque son verda-
pero es válida también para las de W. deras, y cuando, tras haber sido
JAMES {pragmatismo norteninericnno)
durante largo tiempo ensayadas,
)º E. LE RoY (pragmatismo francés).
algunas de ellas Lropieznn con di-
ficultades insuperables, cabe con
4. Ese nombre de pragmatismo 1•azón suponer que contienen al
designa tan sólo espíritu técni- menos una parte de error. (E. GIL-
co. que toma por norma el no pen- SON, en L'Eurove et le m<n1<lc
sar mas que en su acción y el no cl'auj., 90, Bacon., 19.58.)
recibir como prueba más que los 8. El pragmatismo sólo ha con-
resultados. ( ... ) Tal espíritu es seguido introdueirse a favor de
demoledor. una confusión entre verdad y val:-
Si podemos esperar alguna civi- dez. (G. MARCEL, P1·é•ence et im-
lización, alguna cultura, no es ahí 111ort., 19.)
donde hemos de buscarlas. (ALAIN, B. Pragmatismo francés. Nombre
Hwna11ités, 199.) dado a veces a las filosofías de la ac-
4'. el origen del pragmatis- ción*, que consideran principalmente
mo habría que buscarlo en el enojo la esfera de ,las verdades morales y re-
que algunos sienten contra la cien- ligiosas.
cia, porque no ha demostrado aún l. Principio común: el pensamien~
la realidad de Dios y la inmortali- to es inseparable de la acción, de suer-
dad del alma. Por eso cuando lla- te que para reconocer J.a verdad hay
n1an a la ciencia i11stnonento sien- que ponerla en práctica.
ten fruición, como si al hermano 9. Para el intelectualista ( ... )
enemigo llamaran raca. (J. ORTEGA que pone a un lado el pensa-
Y GASSET, Obras, I, 119.) Ad. E. miento, al otro la acción, y que
A. Pragmatismo anglosajón y nor- erige en principio no sé qué sepa-
teamericano. Teoría según la cual la ración de poderes, es inevitable el
inteligencia sólo alcanza su fin cuando anteponer a todo precepto una idea
lleva a una acción eficaz; la idea ver- pura, una concepción teórica (... ) .
dadera es la que consigue su objeto; Pero el pragmatismo escapa a esta
bajo una forma menos paradójica, la necesidad, al no admitir el divorcio
que sale victoriosa de la pruebas de que la crea. (E. LE RoY, Dogme et
verificación; más brevemente, es ver- c,·it., 301-302.)
dadero lo que ha sido verificado. V. 10. Lo que el pragmatismo
Instrumeutalismo. afirma es que aquí se trata de per-
5. La actitud que el pragmatis- cibir realidades morales, y que pa-
mo representa es conocida desde ra esto se requieren condiciones
hace mucho tiempo, puesto que se morales, y que, por otra parte, las
trata de la actitud de los empiris- verdades religiosas pertenecen más
tas. (\\'. JAMES, Le pragmutismc, al orden de los datos y los hechos
Gl.) que al de las teorías, y que por
G. El pragmatismo se halla a ello las aprehendemos en un prin-
disgusto alejado de los hechos, en cipio más como momentos vitales
tanto que el racionalismo sólo se que corno materiales científicos.
encuentra a gusto en presencia de IE. LE RoY, Bull. de la. Soc. fr. de
las abstracciones. Que un pragma~ Phi/os., 1908, 280-281.)
tista hable de verdades en plural, 1 l. Quisiera hacer notar la di-
que las califii¡ue de útiles, de sa- ferencia entre la doctrina que de-
tisfactorias; que mencione el éxi~ fiendo y el «pragmatismo» inglés
to con el que «funcionan», etc., es contemporáneo. Éste parece, en su-
un lenguaje que, para un espíritu ma, sustituir In preocupación por
de tipo racionalista, no da idea, en Ju verdad por la de la simple uti-
Jo que a la verdad se refiere (... lidad. No propongo nada seme-
799 PRAXIS

jante. Lo único que digo es que la uPraxian. Acción particular. La


búsqueda de la verdad debe ser praxia es a <la praxú, .Jo que la acción
obrada y vivida tanto como pensa- a la actividad. Se op. a gnosia•.
da, que el discernimiento sólo pue- Der.: práxico, que se op. a gnósico.
de realizarse aqui por la experien-
cia, por la prueba de la puesta en uPRAXISn
práctica; en resumen, por un en- uPraxien. Subst. gr. (v. prag) que
sayo de realización efectiva. (... ) significa acción y se op. a tlieoria.
En cada instante, para poder lle-
gar más lejos, hemos de confor- Actividad fisiológica y principalmen-
mar nuestra conducta a lo ya te psíquka ordenada a un resultado;
aprehendido. Sólo a este precio se- habilidad, destreza.
guimos viendo y, sobre todo, llega- A. Con frecuencia op. a gnosis
mos a ver más. (E. LE Rov, Dog- (conocimiento) o a teoría. Partif. en
me et critique, 332.) el voc. marxista, praxis designa el
2. En E. LE Rov, además de la te- conjunto de las actividades dirigidas a
sis indicada en 1: el dogma cristiano la transformación de la organización
prescribe ante y sobre todo una con- social, conforme a ,la célebre consig-
ducta práctica, y sólo en segundo lugar na: «Los filósofos no han hecho más
una verdad a creer. que interpretar el mundo de diferentes
maneras, pero de lo que se trata es de
12. El dogma tiene sobre todo transformarlo». (F. ENGELS, T/,escs sur
un sentido práctico. Enuncia ante Feuerbaek, XI.)
todo una prescripción de orden
práctico. Es más que cualquier l. Los defensores del materia-
otra cosa la fórmula de una regla lismo dialéctico declaran que. la fi-
de co11d1tcta; práctica, Ahí reside losofía no tiene que con templar
su principal valor, ahí su signifi- el mundo, sino que transformarlo:
cación positiva. (... ) «Dios es per- la filosofía sería esencialmente
sonal» quiere decir «comportaos una praxis, un instrumento para
en vuestras relaciones con Dios co- obrar, un poder que se ejerce so-
mo en vuestras relaciones con una bre las cosas. No hay en ello sino
persona humana» (E. LE Rov, una vuelta a la vieja confusión
Dogmc et crit., 25. ) mágica entre conocimiento y po-
der, y un perfecto desconocimiento
13. [¿ Cómo puede el conoci- de la función del pensamiento. La
miento de la verdad religiosa ha- filosofía es esencialmente una ac-
llarse efectivamente al alcance de tividad desinteresada, ordenada a
todos?] Sólo el pragmatismo da so- la verdad amada por sí misma. (J.
lución a este problema, al presen- MARITAIN, Le pkilos. clans la cité
tar los dogmas como pertenecien- 13.) '
tes a la acción y a la vida. Su sig-
nificación, afirma, es, ante todo, V. Exis.
práctica y moral. (lbíd., 114.) 2. ¿ Qué diferencia hay, pues,
Pragmatista. A. Relativo al prag- entre proceso y praxis? (... ) la
matismo (las doctrinas pragmatistas). praxis se desvela inmediatamente
Que profesa el pragmatismo (los filó- por "" fin: la determinación futu-
sofos pragmatistas). ra del campo de los posibles es
planteada, desde el inicio, por una
B. Que va a lo útil. superación proyectiva de las cir-
14. Hay que prescindir de toda cunstancias materiales, es decir,
preocupación pragmatista si se por un ,proyecto. (J.-P. SARTRE, e,·.
quiere producir frutos sustancia- de la rais. c/ial., l, 541)
les y duraderos. (H. DE LUDAC, Pa- 3. la praxú, ( ... ) proyecto orga-
r,uloxes, 49.) nizador que sobrepasa las condicio-
15. realista, era oport,wista. No nes materiales hacia un fin y se
profesaba el culto a los principios: inscribe mediante el trabajo en la
éstos sólo le parecían apreciables materia inorgánica como n1odifica-
por los resultados que podían te- ción del campo práctico y reunifi-
ner; nuestl'B época le hubiese con- cación de los medios con vistas a
siderado por ello como pragmatista. alcanzar un fin. (lbícl., 687.)
(L. MADELIN, llist. clrt Co11s. et ele B. En ocasiones opuesto a czis•
l'Emp., 111, 90-91.) (munern de ser, lat. habit11s).
PRECARIEDAD 800

4. Para nosotros, el ha.cc:r es A. Filos. (lat. escol. ¡>rrucisio). Ac-


revelador del ser ( ... ) hny que l'ión por ·la que el espíritu cercena me-
abandonar la literntu ra de la e.ris diante e] pensamiento ciertos elemen-
para inaugurar In de la prn:;ris. tos ele lo dado para no ronsiderar m{1s
Ln pn1.Tis como acción de la his- que los restantes. Acción de prescindir•
toria y sobre In historin (... ) tal llut. ¡,ruescimlerc ).
es nu~stro tema. (J .-P. SARTRE, Si- Sin,: abstracción.
tuation.•, III, 264-265.) 1. Capítulo V. ( ... ) Donde se
Práxico_ Neol. der. de praxis (se op. habla de la manera de conocer por
a gnósico• ). Relativo u ordenado a la abstracción o precisión. ( Log. de
acción. l'ort-R., I, v.)
5. ws centros gnósicos y prá- 2. La ,precisión puede ser defi-
xicus pueden ser alcanzados direc- nida como la acción que realiza
tamente, sobre todo en las lesiones nuestro espíritu al separar me-
vasculares cerebrales. (P. CnAU- diante el pensamiento cosas ele /,r-
CHARD, Le Cl'rt•cau, 99.) clio inseparables. (BossUET, Log1-
Pre. Lat. pra.c, adv. y prepos.: antes, quc, l, XXII.)
delante de. 3. la precisión, lejos de ser un
Prefijo que indica anterioridad. Pre- error, es la más necesaria ayuda
dicción, prejuicio, premeditación. para hacernos conocer distinta-
mente la verdad. (... )
PRECARIEDAD
Así, ciertas cosas convienen al
Preeario. Lat. precarius, lo obte- hombre en cuanto tiene un alma,
nido mediante ruegos (prex, prccis) y en cuanto posee un cue-rpo, en
no en virtud de un derecho; y, por
cuanto concibe, en cuanto imagi-
consiguiente, poco seguro. na (... ) : cosas todas que no conoz-
A_ Prop. (Derecho): que se basa co distintamente y que sólo atri-
sólo en una concesión revocable. buyo a sus causas propias median-
B. Por ext.: que es incierto, poco te la precisión. (lbúl., XXIV.)
seguro. Salud, situación precarias. 4. Amamos lo que es materia y
Precariedad_ Carácter de lo que es causa del pecado, pero no amamos
precario en el sentido B. E. DUPRÉEL en el fondo el propio pecado ( ... ).
llama precariedad a la posibilidad que Digo más: querríamos, si posi-
los valores tienen de ser ignorados. ble fuese, poder separar lo uno de
l. La inestabilidad de la mone- lo otro; y por una precisión a la
da sunone a la vez la precariedad que el libertino se avendria del
de los ingresos futuros y de la for- mejor grado, querríamos que lo
tuna adquirida, en la medida en que nos gusta no estuviese prohi-
que este valor se ,expresa en esn bido por Dios. (BounDALOUE, S. la
moneda y es determinado por ella. pénit., I, Comienzo.)
(R. ScHUMANN, en L'organisatiou
B. Acepción usual: cualidad de lo
du temps présent, 78. «Rencontres que (pensamiento, expresión, instru-
de Genev~», 1!}5:l. mento ... ) es preciso, es decir, no tiene
2. la precariedad no es un ac- nada de superfluo, vago o indetermina-
cidente; afecta a la esencia misma do (la precisión matemática, balanza
<le la vida personal, en esos rno• de precisión). En sentido concreto (una
mentas dec.-isivog que son el sufrí• precisión, precisiones) : dato preciso in-
miento la enfermedad y la muer- cluido en una información o que viene
te, y r:-iás generalmente la historia a completarla.
v sus vicisitudes. ( ... ) La prueba
'no es un simple accidente; nos da
5. La precisión en las fechns es
lo sublime de los historiadores sin
la clave de la persona. ( ... ) La ca-
ta,lento. (DE LA BLETTERIE, cit. por
tegoría de precariedad debe, pues,
VoI.TAIRE, en Ll'M'Rt.)
preceder a la de necesidad como
perspec-tiva maestra de la filosofía. G. La precisión es el arte de
(G. GUSDORf', Tr. de mt'ta¡,li., 439.) transformar eficazmente la cuali-
V. Eretismo. dad en cantidad y de hallar a la
complejidad un equivalente prácti-
PRECISlóN. Lat. praeciaw, acción co y sencillo. (A. TIIIDAUDET, l'liy-
de cortar, de cercenar {¡,raecidere). aiol. de la crit., 164,)
801 PREDíCAO<1

7. El cxc~so ,fe prec1s10n en el todos ,t tnirarle, maravillándose de


reino de la cantidad corresponde la suerte tan dichosa, según el jui•
muy exactamente al exceso de pin- cio del mi:mdo, que a: aquel mow
toresquismo en el de la cualidad. le cupo naciendo heredero de un
( ... ) Podemos ver en ello uno de reino, ¿cuánto más seria para ma-
los más claros indicios de un es- ravillar esta tan dichosa suerte,
píritu no científico, precisamente que es nacer un hombre ante todo
en el momento en que ese espíritu merecimiento escogido, no para ser
tiene pretensiones de objetividad rey temporal de la tierra, sino pa-
científica. En efecto, una de las ra reinar eternamente en el cielo?
exigencias primordiales del espíri- (Fr. LUIS DE GRANADA, Guía de pe-
tu científico es que la precisión cadores, 71.) Ad. E.
de una medida debe ser referida
constantemente a la sensibilidad PREDICADO
del método de medida y tener na- Predic. Raíz proviniente del lat.
turalmente en cuenta las condicio- praedicare, decir a la cara, proclamar,
nes de permanecía del objeto me- de donde predicar.
dio. (G, BACIIELARD, Formation de Predicable. Lat. escol. praedicabile.
l'esp,·it scicnt,, 212-213.) Corresp. al gr. katégoréma (V. Cate-
8. En el siglo XVIII es de ri- gorema).
gor el exceso puramente gratuito Los cinco conceptos por los que, a
en la precisión, ( ... ) Por ejemplo, partir de PORFIRIO, se distingue las
Buffon llegó «a Ja conclusión de diiferentes maneras en que un predica-
que hacia 74.832 años que la Tie- do puede ser afirmado de un sujeto
rra había sido desgajada del Sol (pracdicari). Son: el género•, la espe-
por el choque de un cometa; y que cie•, la diferencia* específica, lo pro-
dentro de 93.291 años se habría pio• y el accidente*.
enfriado de tal modo que la vida Sin.: universales•.
no sería ya posible en ella».
(lbíd., 214.) Predicamento. Lat. escol. praedica-
nientum, corresp. al gr. katCgoria
PRECONCEBIDO. Que ha sido ima- (praedicare como kategorein == afir-
ginado o admitido de antemano. Con mar).
frecuencia peyor.: opinión preconcebi- Las nociones más generales a que
da (sin. de prejuicio*). pueden ser reducidos los predicados de
[Para la redacción del Diario.] nuestras proposiciones.
Comenzar sin plan preconcebido. Sin.: categoría*.
Sin saber demasiado lo que qu;ero Predicado. Lat. escol. praedi.catu,m,
decir. Pero el hábito de la lógica part. pasado de praedicare. Lo que se
es hasta tal punto imperioso que afirma o niega del sujeto.
el espíritu sufre si a él no se so-
mete, (A. GJDE, Jo11r11al, 199, nov. Sin.: atributo.
1928, p. 894.) Corre/.: sujeto.
V. !<lea, 55, 56. Predicativo. A. Que afirma un pre-
dicado o atributo de un sujeto. La pro-
PREDESTINACION. V. Destino. posición predicativa (la nieve es blan-
Teol. Por antonom. ordenación de la ca) se opone a la proposición de rela-
voluntad divina con la que de antema- ción 0a nieve es más blanca que la ti-
no tiene elegidos a los que han de lo- za).
grar la gloria. Sin.: atributivo.
¿ Qué hombre habría tan desal- B. Epistemol. Que afirma de ma-
mado que si supiese por revelación nera absoluta y definitiva.
de Dios de un pobre mendigo que Sin.: categórico*, apodíctico*.
pasa por la calle, que estaba así
predestinado, que no besase In tie- Contr.: dialéctico::-, abierto*.
rra que él hollase, que no se fuese l. las clasificaciones predicati-
en pos de é>l, y puesto de rodillas vas que no pueden ser alterndas
no le diese mil bendiciones y le di- por la introducción de nuevos ele-
jese: ¡ Oh dichoso tú! ¡ Oh biena- mentos; las clasificaciones no pre-
venturado tú 1 ( ... ) Porque si cuan- dicativas que la introducción de
do pasa un pl'Íncipe, heredero de nuevos elementos obliga a rehacer.
un gran reino, por la calle, salen (H. PoINCARÉ, Dcrn, pe11sécs, 105.)
PREFERENCIA 802

2. el conocimiento de que hoy cionre (A. BUIUA.>lJD, J',·11Hft· co,1.


nos s~ntimos rapaces no es p,·(•di- cept., 386.)
ra./i1·0. Quiero decir con ello que
no rstnmos en posesión de ninguna PREFERENCIA. Der. del lat. prae-
certidumbre que pueda ser repu- ferre: llevar o colocar (ferre) antes
tada independiente de cualquier (pra.e), preferir.
progreso ulterior del saber. (F. GoN- Acción de preferir. Se op, a indife-
SETH, Co11g1·es Descartes (19371, l'encia•.
IV, 63.) 1. Se prefiere por razón, se tie-
3. Diré, tomando una idea de ne prcdilecci6n por gusto.
Poincaré, que una disciplina es prc- 2. Si la atención que aplico a
clicativa cuando se establece sobre la realidad dibuja la forma del ob-
bases seguras de una vez para jeto, la preferencia dibuja la for-
siempre ( ... ), con independencia de ma del valor. (CONDILLAC, Svn., I,
cualquier experiencia futura. (... ) 440.)
Naturalmente, si hay una disci- 3. aunque la preferencia se ha-
plina que imaginemos predicativa lle en principio bajo la inmediata
por esencia son las matemáticas. dependencia del deseo, implica ya
Ahora bien ( ...) las matemáticas una comparación que sólo halla su
no son una disciplina predicativa. expresión en un juicio implicito o
(F. GoNSETH, DialectiM, núm. 1, explioito. (LAVELLE, Tr. des 11a-
p. 30.) leurs, I, 611-612.)
4. La forma en que el método 4. No cabe, pues, ignorar que
matemático vivo se presenta, di- hay en la preferencia un elemen-
ría (Lebesgue) que no es la pre- to intelectual implicito o supuesto
dicativa; ésta no es más que apa- cuyo juicio de valor aparece tan
riencia. Su forma real es la de sólo como siendo en cierto modo la
una dialéctica. (]bid., 35.) toma de posesión, la verificación y,
si a ello hay lugar, la recti'fica-
5. Una ley de crecimiento se ción. (/bid., I, 623.)
llama predicativa si el acuerdo con
lo nuevo se realiza sin poner en PREGUNTA. Del Jat. percontari,
cuestión lo adquirido. La ley de indagar, inquirir, preguntar.
crecimiento del saber, en la que Proposición interrogativa que pide
teoría y experiencia se alían, no una respuesta. V. Quolibet.
es predicativa. (]bid., núm. 33-44, 1. No se ha (... ) concedido a la
p. 127.) pregunta la importancia que me-
6. El conocimiento abierto se rece. ¿Acaso no es ella la que da
opone al saber predicativo. Este se al pensamiento su movimiento y di-
constituye mediante la adquisición rección? La pregunta señala la in-
de nuevos conocimientos que vie• adaptación a la que el acto de la
nen simplemente a añadirse a los inteligencia debe poner remedio.
antiguos sin que éstos resulten en ( ... ) La pregunta suscita la hipó-
nada modificados. (Ibú!.., núm. 41- tesis como la herida la ~lcatriza-
42, p. 13.) ción. (E. CLAPARi:DE, GnrAae de
7. La edificación axiomática de l'l1ypoth., 6.)
una disciplina a partir de un sis- 2. las preguntas son siempre lo
tema de axiomas dado puede ser último que cabe formular con pre-
considerada como un procedimien- cisión. Sólo una vez hallada la
to predicativo. solución podemos hacer la pregun-
Pero la búsqueda de los axiomas ta de la forma exacta en que debe
más apropiados ( ... ) es un proce- ser hecha para que la respuesta
dimiento de ensayo que, en rigor, sea la verdadera respuesta de ella.
no es ,predicativo. ( lbíd., núm. 47- (A. MERCIER, en Dialectica, 67-58
48, p. 288.)
[marzo-junio 1961], 314.)
V. A11tepredú:ativo. S. La palabra castellana •pre-
guntar• procede del verbo latino
Predicación. L6g. Acto de afirmar o percontari; y éste, según opinión
negar un predicado de un sujeto. general de los lingüistas actuales,
8. El juicio y el ra1.onamiento es voz derivada del substantivo
no son asociaciones, sino predú:a- contUB, •pértiga•. Etimol6gicamen-
803 PREJUICIO

te, <lpreguntar» significa, en con- y tenido ordinariamente por erróneo.


secuencia, "sondear el fondo de Opinión o preferencia injustificadas.
un río o de un estanque con una 2 bis. Los antiguos romanos ha-
pértiga», y por extensión metafó- blan enseñado a sus hijos a des-
rica «sondear el interior de un preciar el cuerpo y a sacrificarlo
hombre». Quien pregunta algo a para proporcionar al alma los pla-
otro sondea verbalmente su alma, ceres de la virtud y de la glo-
con objeto de saber si en ella exis- ria ( ... ).
te o no existe una respuesta ade- Que no se diga que seria impo-
cuada a la interrogación. (P. LAÍN sible dar a los niños tales prejui-
ENTRALGO, La espera y la esperan-
za, 486.) Ad. E. cios mediante la educación. ¡ Cuán-
tas máximas vemos establecidas
V. Co11ocimiento, 13; Filosofía, 22. entre nosotros contra la impre-
sión de los sentidos por la fuerza
PREJUICIO de la costumbre! Por ejemplo, la
Prejudicial. Lat. praejudicialis, re- del duelo. (FÉNELON, Éduc. des fil-
lativo a un primer juicio, a un juicio ies, VII.)
previo; que precede al juicio. 3. No hay pueblos sin prejui-
Que debe ser tratado antes de en- cios, porque el espíritu público, la
trar en la cuestión de fondo. Cuestión tradición son otras tantas redes
prejudicial = cuestión previa•. de creencias adquiridas, admiti-
l. surge una objeción prejudi- das, continuadas sin demostración
cial que no podemos eludir. (E. LE evidente, sin discusión. Para obrar
RoY, Essai d'une phi/os, prem., 11, hay que creer; para creer hay que
860.) decid.irse, zanjar, afjrmar y, en el
fondo, prejuzgar las cuestiones.
Prejuzgar. Lat. praejudicare, juz- (H.-F. AMIEL, Journa/, int., 7 nov.
gar previamente, en primera instancia. 1862.)
En el uso ordin.: pronunciarse sin 4. Los prejuicios son la expe-
poseer todos los elementos del proble-
ma, presumir. riencia de las naciones, los a.,do-
mas de su buen sentido. (E. y J.
1 bis. nunca tenemos suficien- DE GONCOURT, Idies et sensa.ti,ms,
tes razones para o·brar, cuando se 74.)
trata de un acto importante. La
actividad nos exige que prejuzgue- ·5. He comprendido que nues-
mos, y quien no puede prejuzgar tros prejuicios eran profundas
es incapaz de nada grande. (M. verdades sociales, elaboradas por
PRADINES, Pr. de toute phüos. de esa experiencia secular que es la
l'action, 267.) costumbre y transformadas en
instinto. (P. BOURGET, L'émigré,
Prejuicio, Lat. praejudwium, acción 84.)
de juzgar de antemano, de presumir;
juicio previo. 6. Los prejuicios son, bajo di-
ferentes formas, el instinto de
A. Juicio pronunciado anteriormen- conservación de las sociedades.
te en una causa análoga. Hoy se dice, Los prejuicios son el instinto social
«precedente». humano. (E. FAGUET, Préjugés né-
B. Opinión que nos hacemos de an- cess., 357.)
temano por consideraciones que justi- 7. Ningún hombre ha pensado
fican un cierto sentimiento de proba- nunca de otro modo que por la au-
bilidad. Formarse un prejuicio favora- toridad de lo escrito, y según el
ble. prejuicio vertebral de que lo que
2. Nos preguntamos si un libro está escrito es cierto. (AL,\IN, Pro-
es verdaderamente de un autor cu- pos ele littér., 77.)
yo nombre ha llevado siempre ( ... ). 8. Los prejuicios son los pilares
Cierto que el prejuicio está en fa- de la civilización. (A. GIDE, Fa!<x-
vor del auto,· que se halla desde monn., <Euvres c., XII, 30.)
hace tiempo en posesión de una 9. Ese mismo prejuicio del va-
obra. (Log, de l'ort-R., IV, xv.) lor absoluto de la escritura hace
C. En el sentido más usual (hoy que aun •los más sabios vayan siem-
peyorativo): juicio emitido antes de pre a averiguar si unn cita es
poder dar de él justificación racional exacta y no si su contenido es ver-
PREMISA 804

dadcro. (L. LAVF.Ll,E, La ¡,a,·. rt. quier determinación proJJia del hom-
l'écrit., 182-183.) bre, hace que éste se determine de tal
10. Al fin y al cabo, un juicio o cual manera.
verdadero no es más que un prejui- Sin.: predeterminación• fiaica.
cio reconsiderado y justificado. (11. 1Según los partidarios de esta
DuMÉRY, C,·it. et relig., 182.) tesis] , Ja premoción y la predeter-
V. Juicio, 10; l'aradoja, 2; Verdad, minación fisica ( ... ) deja perfecta-
39.) mente a salvo In libertad y nues-
Prelógico. V. Lógico, tra dependencia de Dios ( .. ,) : por-
que, dicen, cuando Dios, en el con-
PREMISA. Lnt. praemiasa ~propos. sejo eterno de su providencia, dis-
[sobren t. 1 enYiada [ missa.] por delante pone las cosas humanas y ordena
[prae] de la conclusión [sobrent.]). toda su sucesión, ordena por el mis-
mo decreto lo que quiere que sufra-
El antecedente de una conclusión. mos por necesidad y Jo que quiere
Ordin. en plural (las premisas) : la ma- que libremente hagamos. (Bossum,
yor y la menor que, en el silogismo, for- Tr. du libre a,rb., VIII.)
man juntas el antecedente.
l. Afirmamos como hecho de PREMONITORIO
experiencia que el en-or en. 11ues- llfonici611 o admimición. Lat. monitio,
tras concluBÜ>nes se debe menos a acción de advertir (monere), recomen-
un vicio de deducci6n que a la ad- dación.
misión de premisas fahas (... ). La Advertencia de caráoter moral o mis-
mejor gimnasia para el espíritu es, terioso.
pues, la elección y discusión de las A. En el voc. ecles. (admonición ca-
premisas, y no el manejo del ins- nónica) : advertencia jurídica, hecha
trumento lógico propiamente dicho, por la autoridad religiosa a quien se
manejo en el que nos desempeña- halla en ocasión próxima de cometer
mos siempre bastante bien. (H. un delito, con amenaza de sanciones.
BOUASSE, Réttist. des matériau:r:, La admonición puede ser privada o pú-
Pre/., XIV.) blica (ante testigos) ; pero, aun la pri-
2. Cuando una cierta premisa vada, es consignada en un documento
es conocida de todo el mundo y no destinado a los archivos secretos.
está en discusión, el enunciarla po- B. En la esfera de la parapsicolo-
dría parecer ridículo ( ... ). Hay gía: advertencia recibida por medios
oradores que no dejan de utilizar distintos de los tenidos por normales:
esta facilidad para pasar en silen- sueño, telepatía, difuntos ...
cio premisas muy discutibles y so-
bre las que prefieren no llamar la Premonición. Advertencia que pre-
atención de su auditorio. (Ch. PE- cede al acontecimiento,
RELMAN, Tr. de l'argumentation, Premonitorio. Que advierte de ante-
193-194.) mano, que hace prever. Signos premoni-
torios de una tormenta.
V. Entimema.
l. En la medicina antigua, en
B. Por ext.: conjunto de l?roposi- la que la ciencia de los sueños ocu-
ciones que constituyen los principios paba lugar tan importante, se tra-
fundamentales de un estudio. taba de los llamados sueños pre-
3. Los estudios sobre el óptimo monitorios o enunciadores de una
de población en las zonas rurales se próxima enfermedad aún no decla-
hallan en Francia en sus comien- rada. (J. LHERMITTE, Lee revee,
zos. A. Sauvy ha planteado sus 30.)
premisas teóricas como resultado 2. ¿Debemos considerar que el
de algunos sondeos locales. (H. sueño es realmente premonitorio y
MEJSDRAS, en el Tr. de socio/., de que fuerzas ocultas presiden la
G. GURVITCH, J, 317-318.) eclosión de los sentimientos o sen-
saciones que turban al durmiente
PREMOC:IóN. Lat. escolást. ¡mic- al borde de la enfermedad? No Jo
nwtio, acdón de mover (1notio) antes creemos, y cabe dar de esos sedi-
(prae). centes sueños premonitorios una
Premoción física. Tesis de la filosofia explicación más sencilla y satisfac-
y la teologia to1nistas, según la cual es toria ( ... ). Durante el sueño, algu-
Dios quien, con anterioridad a cual- nos de nuestros sentidos cobran
805 PREOCUPACl6N

una acuidad mayor que en estado na que puede serlo en las condicio-
de vigilia, de suerte que una irri- nes actuales.» (Ley de la buena
tación mórbida inhibida durante el forma, o de ,la pregnancia de las
dia (... ) puede ser, en el sueño, ex- formas, de Wertheimer). (P. Gun.-
perimentada mucho más vivamen- LAUME, Psychol. de la, forme, 38.)
te ... (lbíd., 41.) 3. Volviendo a los fenómenos
Prenoción. V. N oci6n. [ de la percepción J ha11amos como
estrato fundamental un conjunto
PREJilADO, PREREZ. Der. del lat. ya preñado de un sentido irreduci-
pracgna.s, a menudo escrito pracgnans: ble: no sensaciones lagunares, en-
encinta, embarazada. tre las que deberian encajarse
A. En general, se dice preñado de unos recuerdos, sino la fisonomía,
lo que está henchido de virtualidades la estructura del paisaje y de la
que tienden a su plena realización. palabra, espontáneamente confor-
1. Lejos de hallarse vacia de me tanto a las intenciones del mo-
contenido, es sabido que [la noción mento como a las experiencias ex-
de trascendencia) ha designado, teriores. (M. MERLEAU-P., Pkéno-
por el contrario, en todas las épo- minol. de la, perc., 29-30.)
cas, una preñada riqueza. (J. GÉ-
RARD, L'etre et la, p6?18é•, 19.) PREOCUPACióN. Lat. praeocupa-
1'. así como la Divinidad es jun- tio, ocupación anticipada.
tamente una perfección sola, y mu- A. «Cuidado, desvelo, previsión de
chas perfecciones diversas, una en alguna contingencia azarosa o adver-
sencillez y muchas en valor y emi- sa• (Real Acad.).
nencia, asi la Santa Escritura, por l. Con cuidado o cuidadas so-
unas mismas palabras, dke mu- mos cuidadosos, diligentes, solíci-
chas y diferentes razones; y, como tos; con preocupación o preocupa-
lo enseñan los Santos, en la senci- ciones estamos preocupados, inquie-
Uez de una misma sentencia encie- tos, interiormente atormentados,
rra gran preñez de sentidos. (Fr. sombríos, pesarosos; con la solici-
Luis DE LEÓN, La perfecta casada, tud ejercemos una guarda benévola,
22.) Ad. E. compasiva y continua. Sin cuidado,
B. Especialmente en el vocabulario somos negligentes, hacemos las co-
de la Escuela de aa Forma se Uama «ley sas mal por falta de aplicación; sin
de la preñez» (se suele decir «ley de la preocupación somos despreoc1.tpa-
pregnancia») o «•ley de la buena forma» dos, vivimos tranquilamente, al día,
al hecho de que la forma tiende a ser sin que nada nos afecte ni apene;
todo lo «buena» o todo lo perfecta po- sin soli.citud, somos indiferentes ...
sible: «La organización psicológica se- (LAFAYE, 955.)
rá siempre tan buena como lo permitan B. En HEIDEGGER (al. Sorge) : es-
las condiciones existentes» (KOFFKA). tructura orgánica del Dasein• 11ue,
Así, el ojo se acomoda y orienta de mo- arrojado al mundo y en él abandonado,
do que la imagen retiniana sea lo más se ve obligado a asumir la existencia y
clara posible. Lo mismo ocurre con las a tomar opciones decisivas que lo des-
formas físicas. corazonan. ORTEGA traduce s<Yrge por
2. La pompa de jabón, la gota «cuidado».
de aceite en equilibrio con un líqui- 2. En tanto que preocupación,
do no miscible tienden a adoptar el Dasein se define así: • Un ser
una forma esférica perfecta; si ios anticipante que está ya arrojado y
rompemos, -los fragmentos forman abandonado en un mundo en el que
inmediatamente, por una redistri- se hn11a perdido». [Heidegger,
bución de todas las moléculas en el Scin ,rnd Zcit, 192] (M. CORVEZ, La
espacio, nuevas esferas más peque- phi/os. de Heidegger, 47,)
ñas. Esto es debido a que la esfera
es, de todas las figuras, aquel111 3. La preocupación no es un
que, a igual volumen, posee la me- predicado poseído adenuúr del ser,
nor superficie; y es también In una nota que de él se distingue. Es
más simple y la más regular. Ca- el ser y es en tanto que preocupa-
be, pues, hablar de una tendencia ción como el Dasein es. (A, DE
general a In realización de unn es- WAEUIENS, La ¡,Mios. de M. Hei-
tructura lo mí1s simple y regular tl,•ggrr, 130.)
posible. • La forma es todo lo bue- Presciencia. Conocimiento anterior
PRESCINDIR 806

a los sucesos. Especialm.: atributo di- 3. Ln filosofla triunfa con faci-


vino en \'irtud del cual Dios prevé o, .Jidnd de los males pasatlos y de los
mejor, Ye desde toda la eternidad lo por venir; pero los presentes la
que sucederá o podría suceder. vencen. (LA U0CIIEFOUCAUJ.D, /llax.,
22.)
PRESCINDIR. Lat. ¡,raescindac, se- 4. Jamás permanecemos en el
parar cortando. tiempo presente. Anticipamos el fu-
Prescindir de: hacer abstracción de ... turo por demasiado lento en lle-
El acto de prescindir se denomina pre- gar, como para acelerar su curso,
cisión• en el sentido A. o recordamos el pasado para dete-
nerlo por demasiado rápido. (PAS-
PRESENTE CAL, Pc11sécB, 408.)
Presente. adj. Lat. praesc11~, part. 4'. pues vemos lo presente
pres. de praeesse, estar delante (prae), Cómo en un punto es ido
enfrente. Y acabado,
A. Por op. a ausente. l. Prop Si juzgamos sabiamente,
(presencia física): que está alli donde Daremos lo no venido
nos encontramos, en el lugar de que por pasado.
se habla. Las personas presentes. (JORGE MANRIQUE, CoplaB,)
2. Fig. (presencia moral o inten- 2. Fig.: que existe para la concien-
cional en el sentido fenomenol.) a) Apli cia en el momento en que se habla.
cado a personas: que está con el pen- AqueUa escena de la que fui testigo es-
samiento en la cosa de que se habla tá siempre presente en mi espíritu.
(aunque lejos, estaré presente en vues- 5. ¡ Qué extraña cosa haber vivi-
tra fiesta; presente de cuerpo, podría do y sentirse tan lejos de un tiem-
no estarlo en espíritu). b) Aplicado a po que nos es tan presente! (H.-F.
cosas: que está allí nara quien habla, AMIEL, Journal i11t., 21 enero 1866.)
que tiene conciencia de ello. Presente, empl. substantiv. A. Ob-
l. El objeto como tal no está jetiv.: el instante o la linea ideal que
presente. (G. llIARCEL. «ETRE ET separa el pasado que ya no es del fu-
AV0IR», 161.) turo que no es todavía.
2. incluso quienes nos rodean 5'. Hay una antinomia propia
son sólo raramente experimenta- del presente: por una parte suele
dos por nosotros como presentes, definírselo por el ser. Es presente
dado que estamos acostumbrados lo que es, por oposición a,J futuro
a ellos, corren el riesgo de llegar a que no es todavía y al pasado que
ser para nosotros como una espe- ya no es. Pero, por otra parte, un
cie de mobiliario; pero bastará una análisis riguroso que pretendiese
circunstancia anormal, tal como desembarazar el presente de cuan-
una enfermedad, para destruir ese to no es él, es decir, del pasado y
aspecto usual. (G. MARCEL, Myst. del futuro inmediato, no encontra-
de l'étre, I, 224.) ría ya de hecho más que un instan-
te infinitesimal ( ... ), una nada.
2'. no hay más verdad teoréti- Así como siempre que abordamos el
ca rigurosa que las verdades fun- estudio de In realidad humana des-
dadas en evidencia, y esto implica de un punto de vista nuevo, nos en-
que para hablar de las oosas tene- contramos con esa pareja indisolu-
mos que exigir verlas, y ,por verlas ble, el Ser y la Nada. (J.-P. SAR-
entendemos que nos sean inmedia- TRE, L'étrc et le "·· 164-165.)
tamente presentes, según el modo
que su consistencia imponga. Por 5". El tiempo presente es bre-
esto, en vez de visi6n, que es un vísimo, por manera que algunos
término angosto, hablaremos de in- han negado su existencia, pues
tuidón. (J. ORTEGA y GASSET, ¿Qué siempre está en curso, siempre flu-
e• filosofía?, 136.) Ad. E. ye y se precipita; antes que llegue
ya deja de se,· y no admite parada,
B. Por opos. a pasado y a futuro. no menos que el universo y las es-
1. Pro p.: que existe o pasa efectiva- trellas, cuya agitación siempre in-
mente, ya en el momento en que se ha- quieta no se detiene nunca en una
bla, ya en aquel de que se habla. La misma posición. (SÉNECA, De In
presente situación. lirc11cda,I ,le In ,,fria, § X, p. 44.)
Sin.: actual. Ad. E.
807 PRESENTE

l. Concebido como el simple paso hemos usar como Dios manda.


del futuro al pasado (presente matemá- (PASCAL, Carta, dic. 1656, Brunsch•
tico), y, por consiguiente, carente de vicg, 223.)
realidad propia. (V. lnstam,ta, AhO'l'a.) 11. Los niños no tienen ni pa-
6. Definis arbitrariamente el sado ni futuro, y lo que rara vez
presente como lo qua es, cuando el nos sucede, disfrutan del presente.
presente es simplemente lo que •• (LA BRUYERE, Caract., XI, 51.)
ha.ce. Nada es menos que el mo- 12. Hay, sin duda, un presente
mento presente, si entendéis por tal ideal, puramente concebido, límite
ese li'llite indivisible que separa el indivisible que separa el pasado
pasado del futuro. (H. BERGS0N, del futuro. Pero el presente real,
Matiera et mém., 166.) concreto, vivido ( ... ) ocupa necesa
7. Tener tiempo y una historia riamente una duración (... ). Lo que
es tener un futuro y un pasado. No llamo «mi presente» pone a la vez
tenemos presente. Se nos escapa de el pie en mi pasado y en mi futu-
entre .!os dedos. Y, sin embargo, es ro. (H. BERGS0N, Mat. et mém.,
en el presente donde estamos y don- 1&2.)
de podemos tener pasado y futuro. 13. El «presente aparente» [ el
Esta paradoja del presente-todo presente subjetivo) tiene una cier-
y nada-es tan antigua como el ta extensión. Es, cabría decir, co-
pensamiento humano. (E. LÉVINAS, mo una especie de puente en escar•
Da l'cxüitenca a l'exüitant, 167.) pa tendido sobre el tiempo y desde
8. Mi presente se desplaza ha- lo alto del <lUal nuestra mirada
cia un futuro y hacia un pasado puedP. descender, a voluntad, hacia
próximos y está en contacto con el futuro o hacia el pasado. (W. JA-
ellos allí donde se hallan, en el pa- MES, Précia, 36ó-366.)
sado, en el futuro mismos. (M. MER- 14. Vivimos, ante todo, por la
LEAU-P., Pkénoménol. de la pcrc., imaginación y la memoria ( ... ). Lo
478.) que de riqueza y alegría hay en
2. Concebido como una permanen- la realidad y el presente se debe,
cia a través del devenir temporal, y, sobre todo, a lo que en él sobrevive
por consiguiente, como constitutivo de del pasado y se dibuja del futuro.
la realidad del tiempo (presente meta- a cuanto en él insinúan nuestra
físico) y como participante en J.a eter- imaginación y nuestra memoria.
nidad. Es la concepción de L. LAVELLE, (Ch. BLONDEL, Psychographio de
cuya obra capital lleva el título general M. Prouat, 1.)
de Dialécti,ca, del eterno presente. (V. en J,5. No sólo ( ... ) el pasado crea
Voc. de LALANDE, 819.) para nosotros y en nosotros el pre-
9. sólo por un artificio consi- sente a su semejanza, sino que tam-
deramos el presente de ,nuestra vi- bién esta semejanza (... ) convoca,
da como evanescente: es la perma- desde el fondo de nuestra historia,
nencia misma, puesto que señala como otros tantos armónicos, todo
nuestra ,participación en la activi- aquello en lo que se reconoce, y re-
dad esencial, que es eterna. El pre- fuerza la sonoridad del presente
sente no forma parte del tiempo; con ese acompañamiento del pasa-
es la confrontación de todos los mo- do. (lbíd., 145.)
mentos del devenir con la eterni- 16. Es evidente que el presente
dad. (L. LAVELLE, La dio.lect. du en el sentido de instante se nos es-
monde se11a., 476, p. 220.) capa, que tan sólo captamos inter-
B. Subjetiv. (presente psicol.): por- valos de duración, que percibimos
ción de tiempo de la que podemos tener la sucesión a la manera de una me-
conciencia· inmediata. lodía, y, por tanto, eomo un todo,
1O. El pasado no debe servir- lo que también implica ,1a penetra-
nos de embarazo, puesto que nos ción del presente con el pasado.
basta con arrepentirnos ele nues- (A. BURLOUD, Psychol. des tend.,
tras faltas; pero aún menos debe 370.)
afectarnos el porvenÍI', puesto que 17. El presente es, de una ma-
no se halla a nuestro alcance y nera general, lo contemporáneo de
quizá no lleguemos nunca a él. El mi actividad. Los cambios a los que
J>resente es el (mico tiempo vcrda~ corresponde son evidentemente fun-
deramentc nuestro, y del que ele- ción de la escala a la que los con-
PRESENTE 808

sidero. El presente es el siglo e11 cia actual, y nsi el concepto de una


el que vivo, tanto como la hora que y otra será el mismo. (... ) Hay que
transcurre (... ) . Pero existe tam- afirmar lo mismo con respecto a
bién un presente percibido que só- la presencia local, pues como es
lo puede tener la duración de una un modo de algunos entes, consti-
organización que percibimos como tuye un predicado especial. .. (F.
unidad. !lli presente es un tic-tac SUÁREZ, De las propiedades del
del reloj, la proposición que escu- e11tc ... , II, § 11, p. 66.) Ad. E.
cho, el grito del pájaro que pasa ... 20". En todos los siglos hay
Todo Jo demás es ya pasado o per- hombres de alentado espíritu, y
tenece todavía al futuro. (P. FnAIS- en el presente los habrá no menos
SE, Psycl,o/. d1t tc,nps, 84.) valientes que los pasados, sino que
18. Vivimos siempre en el pre- aquéllos se llevan la ventaja de
sente, pero hay dos maneras de primel'os; y lo que a los modernos
,·ivirlo. Una consiste en ser coe- les ocasiona envidia, a ellos auto-
xistente a la situación presente; la ridad: la presencia es enemíga de
otra, por el contrario, en separarse la fama. (B. GRACIÁN, El discreto,
de ella para transportarse con la 60-61.) Ad. E.
imaginación a un tiempo que ya no B. Fig. (presencia moral o inten-
es o que no es todavía. En este se- cional) : el hecho de estar ahi, ya sea
¡?undo caso, el pasado o el futuro por el espiritu o por la conciencia, ya
se convierte en presente vivido. para el espíritu o para la conciencia.
(Ibíd., 179.)
l. El hecho de estar ahí por el es-
18'. El presente del destino hu- piritu o por la conciencia, es decir, de
mano, presente en el cual estamos percibir y de reaccionar a lo percibido.
viviendo-mejor dicho, presente Presencia de espíritu.
que somos nosotros; se entiende, V. Aptitucl, 2.
nuestras vidas individuales--es el
que es porque sobre él gravitan to- 21. Su cualidad maestra [ en
dos los otros presentes, todas las J. Riviere), aparte una inteligen-
otras generaciones. Si esos presen- cia critica admirablemente f,lexible
tes pasados, si la estructura de la y vasta, es un deseo devorante de
vida en esas generaciones hubiese presencia: a sí mismo, al mund'O,
sido otra, nuestra situación seria a los demás. (P.-H. SIMON, Litt.
también distinta. En este sentido contcmp., I, 116.)
cada generación humana lleva en 22. Lo que importa para cada
sí todas las anteriores y es como individuo concreto es su Umwelt,
un escorzo de la historia univer- es decir, su campo de presencia, el
sal. (J. ORTEGA Y GASSET, En torno medio efectivo en que se afirma.
a GaJ.üeo, Obras, V, 46.) Ad. E. (G. GUSDORF, Tr. ele métaph., 310.)
V. Cifra, 9; Porvenir, 1, 2, 3; Tiem- V. 1ntención, 1; Olvido, 2.
po, 11. 2. El hecho de estar ahí para el es-
Presencia. Lat. prtusentia. píritu o para .Ja conciencia. Presencia
experimentada, sentida, vivida. Sensa-
El hecho de estar presente. ción de presencia. Ponerse en presencia
Contr.: ausencia. de Dios.
·A. Prop. (presencia física): el he- 23. de esa presencia física a la
cho de hallarse efectiva o corporalmen- sensación de presencia hay a menu-
te en el lugar de que se habla. En mí do un abismo (... ) . Hay seres que
presencia. Hacer acto de presencia. nos dan la sensación de no estar
10. La presencia desune más nunca ahi (... ) Otros, por el con-
que une; un poco de lejanía es bue- trario, se imponen casi con inso-
no para la estima y la amistad. lencia apenas aparecen; unos por
(Conde DE CAYLUB, en LITTRf.) una especie de exhibicionismo vul-
gar, o de indiscreción física; otros
20. El paisaje presupone la pre- por una autoridad imperiosa;
sencia del hombre incluso alli don- otros, en fin, que nos dejan mucho
de ésta toma la forma de la ausen- más libl'es de su presencia por fas-
cia. (E. DARDEI,, L'lwrnme et la /er- cinante que sea, por un invencible
re, 44.) poder de irradiación. Esta presen-
20'. la duración no es tal vez cia no está sólo hecha de afil'ma-
una realidad distinta de la existen- ción; los seres fuertemente presen-
809 PREVENCl6N

tes lo son a menudo del modo me- 2. No hay cosa que no sirva
nos preconcebido; se comunican in- de pretexto a un alma mal guar-
mediatamente por el calor de su dada. (G. DUHAMEL, Co11fcss. de
simpatia y de su comprensión ( ... ). minuit, XXX, 236.)
La presencia de los demás no es
un hecho bruto, sino una recons- PREVENCióN. Lat. praevcntio, der.
trucción más o menos plena que de- de praevenire, prevenir (en el sentido
pende de la riqueza aportada por de adelantarse).
las partes en presencia. (E. Mou- A. Carácter de la opinión que nos
NIER, Tr. du caract., 318-319.) formamos, al confuso impulso de fuer-
24. El encanto es una cierta zas afectivas, antes del conocimiento
presencia de la persona en torno a de hechos en los que pueda vá:Jidamen-
lo que hace y dice. (G. MARCEL, te fundarse. Esa misma opinión.
Jou,rnal ntétaph., 291.) Sin.: prejuicio, idea preconcebida
25. Aunque no podamos identi- (pero no indican el elemento afectivo
ficar pura y simplemente el encan- implicado en prevención).
to y la presencia, aquél aparece l. Evitar cuidadosamente la
sin duda como uno de los modos se- precipitación y Ia prevenc1on ...
gún los cuales la presencia puede (DESCARTES, Dúic. de la méth., II,
manifestarse. (G. MARCEL, ll!yst. «R. de l'évidence».)
de l'étre, I, 222-223.)
2. Amais la verdad y odiais la
26. una presencia a la que per-
manecemos fieles no es la efigie mentira: ¿pero acaso la prevención
cuidadosamente conservada de un no os las hace confundir a veces?
objeto desaparecido; -la efigie no es, Justos por la rectitud de las inten-
a pesar de todo, más que un simu- ciones, ¿estáis siempre libres de la
lacro; metafísicamente es menos injusticia de los prejuicios? Y ¿no
que el objeto, una reducción de és- es acaso esa clase de injusticia la
te. La presencia, por el contrario, que podemos llamar el error de la
es más que el objeto, lo desborda virtud y, si se nos permite decirlo,
en todos sentidos. (G. MARCEL, Po- el crimen de las gentes de bien?
sitian et a¡ppr. concr. du, myst. (D'AGUESSEAU, 17" Mercuria/e.)
ontol. Apéndice del llfo-nde cassé, 3. Con todo, nuestras .preven-
289.) ciones no carecerían de remedio si
26'. Descubre tu presencia, pudiésemos siempre percibirlas;
Y máteme tu vista y hermosura; pero su traición más común es la
Mira que la dolencia de ocultarse. (Ibúi.)
De amor, que no se cura 4. Es la precipitación la que
sino con la presencia y la figura. nos arroja en la prevención; por
(San JUAN DE LA CRUZ, Canción eso Descartes ha descrito con gran
entre el alma y el esposo.) Ad. E. fuerza en esas dos palabras todo
V. Amúitad, 36; Ausencia, 3; Eviden- el círculo de nuestros errores.
cia, 11; Éxtasis, 6; Imaginaci6n, 17; (... ) El espíritu ha de ser re-
Otro, 1; Soledad, 8. posado, y no errante, flotant"e, dis-
Presión. V. Grupo de prettión. cutidor, divagador. Tales son las
causas más honorables de la pre-
PRETEXTO. Del lat. praetextus vención, sin contar la pereza de
(tejido o bordado por delante; toga espíritu y el amor propio, siempre
pretexta). aliados poderosos. (ALAIN, H,ima-
Razón aparente que se da para di- nités, 38.)
simular el verdadero motivo de una B. Der. Estado o efecto de ordenar
acción. y ejecutar un juzgado las diligencias
Sin.: excusa, alegación. iniciales o preparatorias de un juicio
l. El pretexto es la razón que civil o criminal, señaladamente las que,
damos de lo que vamos a hacer, por ser urgentes, no se deben demorar
cuando creemos necesario autori- aunque no esté demorada todavía la
zarnos para hacerlo. La excusa es competencia. (Real Acad.)
la razón que damos de Jo ya he- C. Organización o cuidados dirigi-
cho, cuando creemos estar expues- dos a prevenir ciertos males, es decir,
tos a algún reproche. (CoNDILLAC, tratar de ovitarlos de antemano. Los
8y11., III, 467.) preventorios se han creado principal-
PREVIO 810

mente para In prevcnc1on de la tuber- SJ'.n,: C"senrial, fundamental, consti-


culosis. Prevención de accidentes. tutivo, constitucional.
Contr.: derivado.
PREVIO. Lnt. ¡JJ·a,·l'ius. V. 1',·e.
l. la extensión es un dato pri-
Anterior a lo que se va a decir o mario o irreductible de la percep-
hacer. Previamente = antes de empe- ción. (Th. RIDOT, 1,•vol. des iclées
zar, de í'ntrar en faena. oén., 178.)
[ En arte.] La rebeldía no es B. Cnracterol. ( una de las dos mo-
en sí misma un elemento de civili- dalidades de la resonancia•): aquel en
zación. Pero es previa a toda ci- quien predominan las reacciones inme-
vilización. (A. CAMUS, L'hommc ré- diatas. E~a disposición se designa por
t•olté, IV, «Révolte et art», p. 337.) el neolog. ~primariedad».
Cucsti6n p1·cvia, El que, en las deli- Cont,·.: secundario•.
beraciones públicas, plantea la cuestión 2. Los primarios tienen el ar-
previa, pide que, antes de abordar la te de responder inmediatamente a
proposición sometida a discusión, se las llamadas o los imprevistos de
examine si hay lugar a discutirla. la acción; este don les da a menu-
Prim. Raíz proveniente del lat. pri- do brillantez en la audacia y el
mus, primero. Primípara, que tiene hi- valor. Pero su actividad carece de
jos por vez primera. constancia. ( ... )
Prima. Lat. primus, primero. La primariedad no favorece la
actividad intelectual objetiva. ( ... )
Adj. que se emplea ya en contadas Pulveriza en impresiones efímeras
expresiones: materia• prima. Substan- las potencias del juicio ... (E. Mou-
tiv. (liturgia) : la primera hora del NIER, Tr. du caract., 302.)
oficio diurno (correl.: tercia, sexta, no- V. Cólera,, 9; Flemático, 2; Sanguí-
na). neo, l.
Primacía. Carácter de lo que es pri- C. Ecom. polít. y socio!. Sector pri-
mero por la importancia o la autori- mario, por opos. a sector secundario
dad. Prinw.cía. ele lo espiritual. (J. MA- y sector terciario. Distinción debida al
RITAIN). Primacía del Papa. norteamericano Colín CLARK y popula--
Sin.: primado, preeminencia, supre- rizada en Francia por J. FoURASTIÉ
macía. con un sentido bastante diferente.
El ente auténtico y absoluto, que El sector primario (la agricultura)
es la vida o la existencia, tiene una es susceptible de un progreso técnico
primacía sobre los demás entes: medio; por eso verá decrecer sus efec-
la primacía de ser auténtico y ab- tivos, pero hasta un límite que será
soluto, mientras que los otros son pronto alcanzado.
entes «en» él, pero él no es ente El sector secundario (la industria)
en ninguna parte: es ente en sí es susceptible de un progreso técnico
mismo. (M. GARCIA MORENTE, En- indefinido; también sus efectivos, que
sayos, 213.) Ad. E. han crecido rápidamente, están llama-
dos a decrecer.
PRIMARIO. Lat. pri,,na,rius, der. de El sector terciario (profesiones libe-
prinius. rales, enseñanza, servicios sociales, pro-
Que es primero, que ocupa el pri- fesiones basadas en la atención al ocio
mer grado. Se opone a secundario. ajeno ... ) apenas comporta progreso
técnico; por consiguiente, es aquel cu-
A. Que es primero: yo desarrollo acarrea un aumento in-
l. En el tiempo. La escuela prima- definido de sus efectivos.
ria de la primera enseñanza. 3. Ni Colin Clark ni los esta-
Sin.: primero, primitivo (pero los dísticos definen los sectores pri-
geólogos distinguen el primario del mario, secundario y terciario por
primitivo. [arcaico]). la intensidad del progreso técnico
V. S11perstici611, 5. y el rendimiento; dan una defini-
ción enumerativa ( ... ): el sector
2. En el orden del ser. Las cualida- primario es definido como el que
des• primarias o primeras. Los 1·eflejos agrupa las actividades ngrfcolas y
primarios o constitucionales (op. a los forestale-s... ( ... ) Por el contra-
reflejos adquiridos). rio, yo adopto esa distinción tri-
811 PRINCIPIO

partita, pero (... ) para mi, es el C. Socio!. (civilización, organiza-


progreso técnico lo que, con inde- ción, familia ... primitivas). l. Teóri-
pendencia de mi voluntad, clasi- camente (antic.): que .corresponde al
fica una actividad considerada, en estado que se stirna haber sido de los
un momento dado, dentro del sector primeros hombres, o incluso ese estado
secundario o del sector terciario. que habr!a subsistido sin evo! ución.
(J. FoURASTIÉ, Le grand espoir 2. Prácticamente ( en el lenguaje
du xx• s., 42, n.) ordinario): de civilización inferior.
PRIMERO. Del lat. primarius, pri- 3. Para los sociólogos (sin juicio
mario, excelente, principal. de valor) : que corresponde al estado
A. Cronológicamente: que precede más simple de los grupos humanos co-
a los demás elementos de la serie tem- nocidos.
poral considerada. El primer hombre. V. Causa, 15; Lógica, 7; Participa-
El primer día del año. Las primeras ción, 11, 12.
flores. Primordial. Lat. primordialis, der.
B. J erárquicarnente o en el orden de primordium, comp. de primus (pri-
de los valores: que se clasifica delan- mero) y un der. de ordiri (comenzar).
te de todos los demás miembros de una A. Prop.: que se sitúa en el propio
determinada categoría. El primer mi- origen.
nistro. El primer premio.
La conciencia primordial es,
C. Lógicamente: que se sitúa en el pues, puramente afectiva. En ella
punto de partida de la actividad racio- se basa la psicología intelectual
nal y no cabe remontarse más allá de que, por la variedad y complejidad
él para buscarle demostración. Ver- de sus operaciones, oculta a la
dad primera. Primer principio•. otr.a. De ahí Ia frecuente ilusión
D. Ontológicarnente: que constitu- de que es fundamental y la única
ye la explicación (razón, causa) más existente. (Th. RIB0T, Probl. de
allá de la cual no cabe remontarse. En psyehol. a,ffeet., 8-9.)
este sentido es Dios causa primera de V. Voluntad, 7.
todas las cosas, es decir, la causa que B. Improp. (pero corrientemente,
carece de causa. acaso por confusión entre ordium, que
PRIMITIVO. Lat. primitivus, der. indica el origen, y o-rdo, relativo al
de primus. rango) : que es de primerísima impor-
tancia.
A. Punto de vista crono!. l. Pu-
ramente cronológico: primero en fecha. PRINCIPIO
Iglesia primitiva. Proyecto primitivo. Principio. Lat. principium, comien-
2. Con implicación apreciativa (prin- zo. Der. de princeps, principis, el que
cip. en estét.)': que presenta la simpli- es primero (prinnus), el que manda,
cidad, la ingenuidad, las torpezas co- príncipe.
munes a los orígenes. La pintura, la Lo que el espíritu descubre corno
poesía primitivas. primero al término de su análisis o
afirma como base de partida de un
B. Punto de vista lóg. l. En el proceso sintético.
orden del pensamiento (verdad, noción
primitiva) : que no se deriva de otras A. Objetiv. o en las cosas. l. En
verdades o nociones. sentido temporal: comienzo, origen. Al
Sin.: primero•. principio (in principio) = al c~mien-
zo, en el orig-en. In principio era,t V cr-
( ... ) todas las verdades primiti- bum (comienzo del Ev. de San Juan).
vas de razón o de hecho tienen en
común el que no es posible probar- l. En todo hombre que trata
las por algo más cierto. (LEIBNIZ, de engañarse, hay siempre al prin-
N. Easais, IV, 11, § 1 fin.) c-ipio un rinconcito que vela y no
cae en la ilusión. (Y. DR0MARD,
2. En el orden de las cosas: las que 11/ensongcs de la vie intér., 132.)
el análisis descubre en el origen de las 2. En el principio de esa aspi-
realidades complejas. Los colores pri- ración a un conocimiento no ads-
mitivos del espectro. Los tiempos primi- crito a ningún punto de vista hay
tivos de los verbos. El hecho• primitivo siempre un conpunto de metáfo-
(BIRAN). rus de evidente carúcter espacial.
V. Esfuerzo, l. (E, GRIMAL, R. µ!tilos., 19J5, 244.)
l'RINCll'IO 812

3. Es im¡,osible, al principio de :i. Sentido causal: lo que constitu-


la moral, limitarse a construir o ye la roz6n suficiente de una cosa, su
constatar. Con In idea de lo que ~ausn o motivo (en el hombre). Prin-
es, no se fabrica nunca ·la de lo cipio de individuación,
que debe ser, ni con lo que se im- 10. Para arrancar la raíz de
pone al pensamiento puro lo que un mal tan pernicioso, vayamos,
merecerá imponerse a la voluntad. señores, al principio. No hablemos
(E. LE RoY, Essa.i d'une phil. ya de los aduladores que nos ro-
J>l'CIII., II, 655.) dean: hablemos de un adulador
4. La humildad ( ... ) se halla nue está dentro, y que autoriza a
al principio de cuanto es auténti- todos los demás. (BossUET, S. sur
ca y duraderamente grande. (G. la haine et la vérité, III.)
ll!ARCBL, Théritrc et ,·cligio", 87.) 11. el principio de nuestra Ji.
V. 01'tología, 18. bertad reside en la desproporción
2. En sentido ontológico: elemento entre la infinita aspiración que
constitutivo de una cosa fisica, como es la esencial de nuestra voluntad
H y O en el agua, o metafísica, como y los bienes particulares que se nos
materia y forma en los seres materia- presentan sensiblemente. (J. Mo-
les. Principio vital. REAU, en La liberté, 186, La Ba-
5. Los principios y los elemen- con., 1948.)
tos de una cosa son lo que le hace V. Naturaleza, 3; Sinceridad, 2; So-
ser, las causas y fundamentos de ciedad, 1; Tentaci6n, 2.
su existencia. B. Subjetiv. o en la mente. l. Lóg.
Pero principio (... ) tiene una Proposición que es el origen de una de-
significación más extensa: expre- ducción.
sa todo lo que preexiste a un obje- a) En sentido estricto: proposición
to y le da el ser. Elemento (... ) que se sitúa en el origen primero de
designa tan sólo lo que constituye una operación deductiva como su con-
el objeto, la materia que lo com- dición necesaria, y que no puede ser
pone. El principio puede ser abs- puesta en duda, sea en una esfera par-
tracto; el elemento es concreto. ticular (los principios del derecho), sea
(LAFAYE, 878.) de modo absoluto (los primeros prin-
6. el principio que quiere, el cipias).
que piensa y el que siente no son 12. Nuestros razonamientos se
más que un solo y mismo principio, basan en dos grandes principios:
que tiene conciencia de cuanto ha- el de contradicción, en virtud del
ce y de cuanto experimenta. (Th. cual juzgamos falso lo <¡ue la im-
JoUFFROY, Pref. a los Esq. de phil. plica, y verdadero lo opuesto a lo
mor. de DUGALD-STEWART, CXVIII, contradictorio y a lo falso.
París, 1826.) Y ol de raz6n sufit:ient•, en
7. En todo error ingenuo hay cuya virtud consideramos que nin-
un principio de verdad. (P. Boua- gún hecho puede ser cierto, o exis-
GET, Essais de psychol. cont., I, tente, y ningún enunciado verda-
XIV.) dero, sin que haya una razón su-
8. Y a hemos visto que la creen- ficiente para que sea asi y no de
cia es inseparable de la imagen, otro modo. Aunque estas razones
( ... ) ¿Acaso no es éste, en cierto generalmente no puedan sernos co-
sentido, su principio, en el sentido nocidas. (LEIBNIZ, Mo,uul., § 31-
de elemento, no sólo esencial, sino 32.)
también inicial? (L. DUGAS, L'i- 13. los principios generales en-
maginat., 323.) tran en nuestros pensamientos, de
9. Sin duda, el «principio vi- los que constituyen el alma y el es-
tal» no explica gran cosa, pero al labón, Tan necesarios son a ellos
menos tiene la ventaja de ser una como los músculos y los tendones
especie de cartel puesto a nuestra para caminar, aunque no lo pen-
ignorancia y que podrá recordár- semos. (LEIDNIZ, N. Essais, I, I,
nosla llegado el caso, mientras que § 20.)
el mecanicismo nos invita a olvi- V. Sistema, 2; Teoría, 5.
darla. (H. BERGSON, Évol. cr., 42.) b) En sentido amplio: propos1c1on
V. A11álisis, 2; Elemento, 1, que constituye el origen inmediato (co-
813 PRINCIPIO

mo !ns pl'cmisns de un silogismo) o y dirige In actividad y sirve de norma


pl'óximo (como unn ley) de unn deduc- a los juicios prácticos, Tener por prin-
ción. cipio. Un hombre intransigente con los
Corrcl.: consecuencia. principios, Los principios morales, Los
inmortales principios del 89. Los prin-
14. convengo en el principio; cipios del arte, de la política.
mas sobre ese ~rincipio razono de
forma diferente a la vuestra, y 19. A esa misma ilusión del
pretendo que de él debe seguirse amor propio cabe referir la de
una consecuencia totalmente con- quienes deciden de todo por un
traria. (BOURDALOUE, Sur le ;ug. principio muy general y cómodo,
dom., II.) que es el de que ellos tienen razón.
(Log, de Port-R., 11, XX, 2.)
16. El valor de In conclusión es
20. La mayoría de las mujeres
precisamente el de los principios carecen de principios: se guían por
funda,mentales; y, si éstos son
contingentes, la contingencia se el corazón, y dependen en sus cos-
transmite necesariamente a todas tumbres de aquellos a quienes
las proposiciones que de ellos ha- aman. (LA BRUYERE, Ca.ra.ct., 111,
ce surgir el silogismo. (E. Bou- 54.)
TROUX, La, ctmtingence ... , 133.) 21. El hombre sin principios
suele también ser un hombre sin
16. comprender un nuevo fenó- carácter; porque si hubiese naci-
meno no es simplemente añadirlo do con carácter, hubiera sentido la
a un saber adquirido, sino reorga- necesidad de hacerse unos princi-
nizar los principios mismos del sa- pios. (CHAMFORT, Maz. et penaées,
ber de manera que adquieran cla- 11, 25, París, 1812.)
ridad suficiente para que podamos
decir: hubiésemos debido prever lo 22. La diferencia entre la na-
que acabamos de ver. (G. BACHE- turaleza de un gobierno y su prin-
LARD, Ra.tional. a,p¡,liqué, 1613-1'64.) cipio es que su natura,leza es lo
que le hace ser tal, y su principio
V. Amiliais, 7. lo que le hace obrar. La una es su
2. Epistemol. Hipótesis física que estructura particular; el otro, las
explica un gran número de casos (co- pasiones humanas que le hacen
mo la teoría) pero (a diferencia de la obrar. (MONTESQUIEU, Esprit des
teoría) considerada como definitiva- lois, 111, I.)
mente verificada. Principio de ARQUf- 23. Hay, pues, en el fondo de
lUlDES, de PASCAL, de CARNOT. nuestras almas un principio inna-
17. Los primeros ,principios del to de justicia y virtud por el cual,
movimiento, como la ley de la pa- a pesar de nuestras propias má-
lanca, la de la descomposición de ximas, juzgamos nuestras accio-
las fuerzas, parecen de una verdad nes y las ajenas; y a ese principio
tan natural, tan palpable, que hace es al que doy el nombre de con-
falta sagacidad para darse cuen- ciencia. (RoussEAu, Émile, IV,
ta de que necesitan ser probados 352.)
y de que de su demostración rigu- 24. La firmeza que proviene de
rosa es dificil. (DIDEROT, alogc de los principios es de rigidez muy dis-
D'Alembcrt.) tinta a la que proviene del tempe-
18. [A propósito de los princi- ramento y el carácter. (Vizconde
pios fundamentales de cada cien- DE BONALD, Pensées s. la mo·ralc,
cia.] Los llamamos principios por- CEuvrea, 111, 1383.)
que es en ellos donde nuestros co- 25. ~sos hombres de principios
nocimientos empiezan. Pero lejos dispuestos a torturar a quienes le
de merecer ese nombre por sí mis- rodean y a la realidad para dejar
mos, no son acaso más que conse- a salvo sus imperativos. (E. l\Iou-
cuencias muy lejanas de otros prin- NIER, Tr. de caract., 468.)
cipios más genernles que su subli- 26. el deseo de instruirnos y de
midad oculta a nuestra mirada. buscar modelos nos ha llevado a
(0' ALEMDERT, Essa,j s. les élém,,11ts escuchar a nuestros colegas, admi-
de la, philos. ou sur les pri11c. des rando a unos, criticando a otros.
connaiss. hu1nai?ies, Advert., § 4.) (... ) Asi hemos, poco a poco, in-
3. En el orden de la acción: propo- tentado descubrir, para nuestro ex-
sición, a menudo irn¡,lícita, que ol'dena clusivo uso, algunos de los princi-
l'RINC'll'IO 814

pios de es,• arle l1111 difitil qu<• lnrs,• de 111111 v,•rilud de derecho, es de-
ambicionábanws Jll"llelirat·. (M. ci1\ ~vidente por sí misma.
GAa<,;or<, E••a-i s. l'éloq. judir., 2.• 2R. In palabra vri11tipio puede
ediribn, 2("1.) tomnrse en diversos sentidos y
26'. La ley gcoml'lrica que pro- ( ... ) una cosa es buscar una 110-
l'lama la homo!l'eneidnd inalterable ció11 común tan clara y general
del espacio, cualesquiera sean los que puedn servir de principio pa-
pror('sos que c:"1\ cH se ¡uoduct'n, en- 1·a probar In existencia de todos
tr:i en conflicto riguroso con lo ob- los Seres, los E11tia, que después
servación, con el hecho, con In ma- conozcamos; y otra buscar un Ser
teria. Una de dos; o la materia cuya existencia nos sea más co-
rede a la gcomctrin, o ésta n aqué- nocida que In de algunos otros,
lla. ( ... ) Lorcntz, representando de suerte que pueda servirnos de
en este punto el viejo racionalis- principio para conocerlos.
mo, cree forzoso admitir que es la En el primer sentido, podemos
materia quien cede y se contrae. decir que imposibile est ídem simul
( ... ). Einstein adopta la solución csse et non esse es un principio
contraria. La geometría tiene que ( ... \,
ceder; el espacio puro tiene En el otro sentido, el primer
que inclinarse ante la observación, principio es que nuestra Alma ezís-
tiene que encorvarse. te, porque no hay nada cuya exis-
Suponiendo una perfecta con- tencia nos sea más notoria. (DES-
gruencia en el carácter, llevado CARTES, Carta a Clerselier, IV,
Lorentz a la politica, dirla: pe- 444.)
rezcan las naciones y que se sal- 29. [Para Descartes] no es el
ven los principios. Einstein, en principio de identidad o de con-
cambio, sostendría: es preciso bus- tradicción, por evidente que sea,
car principios para que se salven sino el primer juicio de existencia
las naciones, porgue ,para eso es- el que constituye el_ primer princi-
tán los principios. (J. ORTEGA Y pio de la filosofía. Si conocer es
GASSET, El sentido hist6rú,o de la progresar de existencia en exis-
tc<>ria de Einstein, Obra,,, IH, tencia, el primer principio de la
240.) Ad. E. filosofía no puede ser otro que el
V. Autonomía, 12. juicio de existencia que precede y
condiciona a todos los demás: pien-
Prin.cipio del placer y Principio de so, luego soy. Descartes tenia ra-
la realidad (FREUD). Concepción freu- zón, al menos en el sentido de que
diana según la cual la actividad del ni- así subraya, hasta el punto de ha-
ño está en principio determinada por cerla en adelante inolvidable, la
la búsqueda del placer y la evitación distinción entre •los principios re-
del dolor hasta que la e,:periencia de guladores del pensamiento, tales
la realid~d y la educación le llev!'n, como el principio de identidad o
para evitar un mal mayor, a re.nu_nc1ar contradicción, y los principios de
a ciertos placeres y soportar ciertos adquisición del conocimiento, tal
dolores. como era para él el Cogito. (E. G11.-
27. la evolución de los procesos s0N, Le thomisme, 323.)
psíquicos se rige por el principio A. Antaño, en partic. en DESCAR-
del placer. Pero bajo la inf:1uencia TES: verdad de hecho o de experien-
del instinto de conservación del cia a partir de la cual se deduce todo
yo el principio del placer se des- un conjunto de nuevas verdades.
va~ece y cede el sitio al principio
de la realidad que hac~ que, sin 30. considerando que el que
renunciar a la meta final que quiere dudar de todo no puede, sin
constituye el placer, consintamos embargo, dudar de que él mismo
en diferir su realización... (S. sea mientras duda, y que lo que
FREUD, EBBaís de psychanal., 11, asl razona ( ... ) no es -lo que deci-
mos ser nuestro cuerpo, sino lo que
14.) llamamos nuestra alma o nuestro
Primer print:ipi.o. Verdad que sirve pensamiento, he tomado el ser o
de cimiento a una construcción inte- existencia de ese pensamiento como
lectual. Puede ser una verdad de he- primer principio, del que he deduci-
cho, pero para los modernos suele tra- do muy claramente los siguientes:
815 PRINCIPIO

a saber, que hay un Dios ... (DES- cspíl'itu, en particular en la búsqueda


CARTES, l'rincipes, Pref., IX', 10.) de la razón y la causa de las cosas.
31. aunque todas las verdades Sin.: principios rectores o regulado-
que coloco entre mis Principios ha- res del conocimiento. Se les denomina
yan sido eonocidas desde siemp,e racionales porque son constitutivos de
por todo el mundo, no ha habido, la razón o constituidos por ella. V. Ra-
sin embargo, nadie hasta el presen- zón co11slituida, R. constitt,yente.
te, que yo sepa, que las haya reco- Son, además de los principios lógicos
nocido como los Principios de la (pr. de identidad y derivados), el prin-
Filosofía, es decir, como tales que cipio de razón suficiente y sus deriva-
de ellos queda deducir el conoci- dos: pr. de causalidad, de las leyes, de
miento de todas las demás cosas finalidad, de sustancia.
que en el mundo son. ( lbíd., 10-11.)
33. hay dos grandes principios
32. E,l principio-comienzo de la de nuestros razonamientos: uno es
filosofla tomista no es otro ( ... ) el principio de contradicción, que
que la percepción sensible de los afirma que de dos proposiciones
seres concretos actualmente exis- contradictorias una es verdadera y
tentes. (E. GILSON, Le thomisme, la otra falsa; el otro es el de la
323.) razón determinante: nunca ocurre
B. Hoy: verdad de derecho evidente nada sin que haya una causa o al
por sí misma de modo que su contra- menos una razón determinantes ...
dictoria es impensable. V. Principios (LEIBNIZ, Théodicéc, § 44.)
l6gü:os, Primeros pri-ncipios. v. 12, 13.
Sin.: axioma•.
A. Principio de identidad. l. Sue-
V. Axiomática, 1; Coraa:611, 21. le enunciarse: «Lo que es, es; lo que no
Pri-ncipios lógicos. Proposiciones evi- es, no es»; o tambien: ccA es A.» Cons-
dentes e indemostrables presupuestas tituye el tipo ideal del juicio analítico:
en toda operación ·lógica o deductiva. el atributo no sólo está contenido en ei
Son el principio de identidad y sus de- sujeto, sino que es idéntico al sujeto.
rivados: principio de no contradicción 34. La verdad es que el princi-
y principio de exclusión de tercero. pio de identidad, tal como lo apli-
Primeros principios (más corriente- camos en nuestros razonamientos,
mente) o principios racionales. no es nunca puramente analítico.
Prime'l'os pri-ncipios. Proposieiones, ( ...)
normalmente implícitas, que no son
ni deducidas de otras proposiciones ni
Así A =
A no es nunca, en la
realidad, una verdadera tautolo-
resultado de la sola experiencia, pero gía. ( ... ) A =
A va siempre, en
se presuponen en toda operación racio- nuestro pensamiento, seguido de
nal como su norma absoluta. una especie de apéndice sobreen-
32'. en ningún género de cau- tendido y que empieza por «aun-
sa ( ... ) es dable proceder en infi- que ... » o «a pesar de que ... ». (E.
nito¡ es necesario, por tanto, qu~ MEYERSON, De l'ezplic. dans les
descanse en principios o proposicio- se., 138-140.)
nes evidentes por si mismas. (... ) 35. Cabe, sin duda, formular un
parece concluirse de esta noción juicio de pura identidad, del tipo
que estos principios deben ser no «A =
A»; pero tal juicio no es
sólo uno, sino varios, al menos dos, más que un artificio del pensa-
y, además, que sean proposiciones miento, una pura tautología; el
inmediatas e indemostrables a «Principio de identidad» no es un
priori, La razón es que de un solo juicio propiamente dicho ( ... ) La
principio no puede concluirse na- síntesis judicativa supone una no-
da, como se sabe por la dialéctica, idc11tida<l parcial (... ) que el suje.
porque la ilación formal requiere to pretende superar mediante la
tres términos, los cuales no pue- afirmación. ( ... )
den estar en un aolo principio. También el aristotelismo ignora
(Fr. SUÁREZ, De las propiedades el «principio de identidad»: el
del ente, lll, § ~3, p. 64.) Ad. E. «primer principio» es para Aristó-
l'ri11cipios ri,cionales. Proposiciones teles el principio de no contradic-
evidentes e indemostrables que se pre- ción. (F. VAN STEENBERGHEN, Epis-
suponen en toda actividad raciona,I del témologie, 2.' ed., 130-131.)
l'lllNCIPIO 81G

2. Sus dl'rivados a) /'n'ucipio ,le hoxeatlo1·. (D. Hll,HEIIT, /Jit• Gn1111l-


co11tradicción (mejor llamado princivio /ag,•11 ... , 80.)
d<' 110-contradicción): una misrna cosa B. l'ri11cipio de 1·uz6n euficiente
no puc>de ser y no ser al mismo tiempo. (puesto de relieve por LEIBNIZ). l. To-
Forma negativa del principio de iden- do lo que es tiene razón de ser, todo
tidad. lo real es racional; todo tiene su razón
35'. en toda ciencia, será el pri- suficiente¡ por consiguiente, todo es ex-
mer principio aquel en el que se plicable, inteligible (de donde la deno-
predique del sujeto su primera pro- minación «principio de inteligibllidad
piedad, o la definición de lo defi- universal»).
nido. Por tanto, en la pres-ente 37. nada se hace sin razón su-
ciencia, los principios propios e ficiente; es decir, que nada ocu-
intrínsecos deberán ser tomados rre sin que fuese posible a quien
de la eonexión de la primera pro- conociese suficientemente las co-
piedad con el concepto de ente, o sas dar una razón bastante para
del concepto de ente con el mismo determinar por qué ello es así y
ente; será éste, por tanto, el pri- no de otro modo. (LEIBNIZ, Pri11ci-
mer principio, todo lo que es uno, pes de la nat. et de la urdce, 7.)
porque uno es la primera propie- 38. Buscar para el principio de
dad del ente, según hemos dicho; razón (... ) una prueba es además
o también, este otro: es ente to- un absurdo. (... ) Toda prueba es,
dO lo que tiene esencia. En ningún en efecto, la e,oposición de la ra-
caso, por tanto, éste: es imposible zón del juicio enunciado (... ). Por
qu,e lo 1nismo sea y no sea. a un tanto, el que reclama una prueba
mismo tienipo, p•rque es muy ex- de ese principio, es decir, la expo-
trínseco y no puede servir para las sidón de una razón, lo supone por
adecuadas demostraciones a. prio- ello mismo verdadero; aún más,
ri ( ... ). Añádase que este principio basa su exigencia precisamente en
se reduce a priori a éste: todo en- esa suposición. (SCHOPENHAUER, De
te es uno, puesto que no puede a la la quadrup/c racine du princ. de
ver ser y no ser, ya que sólo puede rais. suff., § 13, trad. GIBELIN,
ser uno de modo determinado. (Fr. 34.)
SUÁREZ, De las propiedades del en-
te, III, § 1, p. 62.) Ad. E. 2. Sus derivados. a) Principio de
causalidad: todo cambio tiene una cani-
b) Principio de tercio excluido (es sa; todo comienzo tiene una causa (no
decir, que descarta como imposible una hay comienzo absoluto). Este principio
tercera hipótesis). De dos proposicio- se deriva del principio de razón sufi-
nes contradictorias, una es verdadera, ciente porque, sin causa, el cambio o
la otra falsa. No pueden ser ni verda- el cómienzo considerados carecerían de
deras a la vez, ni falsas a la vez. razón. Pero algunos (E. MEYERSON, .. )
Es capital tornar «contradictorio» en lo hacen derivar del principio de iden-
su .preciso sentido: dos proposiciones tidad: consistiría entonces en decir que
contradictorias son idénticas en cuanto hay en la causa (en el momento 1) tan-
a los términos y difieren sólo por la to como en el efecto (en el momento 2)
cualidad (una es afirmativa; la otra y recíprocamente, pues si no, lo que
negativa). No hay término medio en- no es seria y lo que es no sería. Esta
tre «esta afirmación es verdadera» y reducción supone que el tiempo o du-
«esta afirmación no es verdadera» ración carece de acción sobre las co-
(contradictorias); pero sí lo hay entre sas.
<eesta proposición es verdadera» y ((es- 39. El principio de causalidad
ta proposición es falsan (contrarias) ; no es sino el principio de identi-
por ejemplo: «esta proposición es du- dad aplicado a la existencia de los
dosa, probable ... » objetos en el tiempo. (E. MEYER-
En este ·principio nos apoyamos pa- soN, ldentité et réal., 2.ª ed., 39.)
ra decir: ((Una de dos ... ; o bien ... , o 40. ¿Qué es ol principio de cau-
bien ... : no hay término medio». V. salidad? El principio de identidad
Dilema, Dü,yunci6n, L6gica plurivalen- transoortado o,1 espacio-tiempo.
te, Verdadero. (R. RUYER, Esq. d'une philos. de la
36. Privar al matemático del struct., 285.)
tertiu,n non datur serfa quitarle el 41. Los enunciados tradiciona-
telescopio al astrónomo, el puño al les del principio de causalidad: to-
817 PRINCIPIO

do hecho tiene una causa: las mis- términos kantianos, todo fenómeno su-
mas causas producen los mismos pone un nóumeno, sin el cual carece-
efectos, se resienten aún de la con- ria de razón suficiente.
cepción precientifica de una serie e) Principio de finalidad (v. tam-
lineal de causas y efectos encade- bién Finali<lad). e 1) En sentido es-
nados, arrancada al mundo de las tricto (reducido a ,lo que manifiesta un
causalidades independientes. De pensamiento) : toda coordinación de me-
hecho ( ... ), hay que tomar esos dios a un fin supone una inteligencia
enunciados 11cgativa,ncnte. No hay (pues si no carecería de razón suficien-
hecho individual, ni causa aislable. te) ; y a la inversa: toda actividad in-
Pero cada fenómeno debe rer refe- teligente se dirige a un fin.
rido a otros y no tratado como un
comienzo absoluto. (J. ULLMO, La e 2) G<!neralizado: «La naturaleza
pe11sée scicnt. ,noderne, 142-143.) no hace nada en vano» (ARISTÓTELES) :
todo lo que obra, obra para un fin. Pe-
42. A menos que constaten en- ro según la naturaleza del agente, la
tre el antecedente y el consecuen- finalidad• es diferente: formal o in-
te, entre la causa y el efecto una tencional en el ser consciente, es mate-
identidad absoluta, [ciertos espíri- rial en el ser desprovisto de concien-
tus l no están satisfechos ( ... ) El cía.
princi,pio de causalidad se convier-
te en ellos en principio de identi- 44. Todo agente obra para un
dad. ( ... ). fin, pues, de lo contrario, de la ac-
ción deJ agente podría reaultar
Por el contrario ( ... ) la idea de igual esto que aquello. (Santo To-
la a·parición de algo nuevo está MÁS, Summa theol., I, Qu. 44, art.
implicada en la propia idea de cau- l.)
salidwl. Quien dice causa dice ac-
tividad, dinamismo ( ... ) : a lo que 45. es también máxima necesa-
se opone contradictoriamente la ria de Ia razón el no descuidar el
permanencia de Jo idéntico. (J. DE principio de los fines en las pro-
TONQUÉDEC, Pl,ilos. de la nat., I, ducciones de la naturaleza, pues
2, p. 85-86.) si no hace más inteligible su ori-
gen, es, no obstante, un principio
43. Basado en la constatación heurístico para estudiar laa leyes
experimental de secuencias de repe- particulares de la naturaleza.
tición, el principio de causalidad es (KANT, Crit. cl,i jug., 78.)
a la concepción dinámica y fun-
cional del universo lo que el prin- 46. El 1>rincipio: Todo ayrntr
cipio de identidad es a su concep- obra. con vista a un fin debe, pues,
ción estática y orgánica. El uno es entenderse analógicamente, en tan-
un ,principio de invariancia en el to que existe proporcionalidad o
devenir y la relación, como el otro similitud proporcional entre los di-
es un principio de invariancia en el versos agentes y sus fines corre-
ser y en el objeto. (A. LAMOUCHE, lativos. (R. GARRIGOU-L., Réalisntc
La tkéorie karm., I, 354.) du princ. da fin., 106.)
b) Principio de las leyes. En las 47. El ser como agente es or-
mismas cirounstancias, las mismas cau- denación o determinación a un cier-
sas producen los mismos efectos. Si no, to bien ( ... ) y esta determinación
una diferencia en los efectos carecería es la razón misma de (... ) la ope-
de razón suficiente. ración del agente. ( ... ) Y he ahi el
Sin.: Principio del determinismo, principio de finalidad en su pri-
mordial significación 1netafísica.
principio de la uniformidad de la na- ( ... ) Ser fuego es (... ) estar or-
turaleza. denado a la acción de consumir;
c) Principio del determinismo. Las ser pájaro, estar ordenado a la ac-
cosas dependen estrictamente unas de ción de volar. (J. MARITAIN, Scpt
otras, de suerte que en toda situación ler, s. l'iitrc, 124-128.)
conc,·eta dada no hay nunca más que 48. Decir que todo obra con
una resultante posible: una pluralidad vista a un fin significa que la ac-
de resultantes carecería de razón su- ción, considerada en su estructura
ficiente. típica, en tanto que procede de
d) Principio do snstancia. Todo una determinada naturaleza, se
cambio supone algo que cambia; todo orienta en una cierta dirección,
lo que aparece supone algo que es. En tiende de suyo a producir un efcc-
52. Dicciu11:irio del LrnU"uajc Film,Micu,
PRIVAClóN 818

to de un cierto orden y no puede y en la fuerza y bojo la condición


ser vcrdaderarnentc co1nprendida de un hienestnr mínimo asegurado
más que por medio de ese efecto. por lo división del trabajo, los in-
(,T. o~; FIN.\NCE, E.dsf. et li/Jaté, tercambios comercia'lc.~s, la justicia
2Gn.) social, la ciudadonía política. (P.
füCOEUR, llist. et vérité, 224.)
PRIV AClúN. Lat. ¡n·ii•afio.
4. En una primera aproxima-
Falta de un bien o de una cualidad ción, la familia aparece como el lu-
que sería normal tener o que se desea. gar privilegiado de la clefensci de
La ceguera es una privación para el lo privaclo. (,T. LACROIX, F'orce et
hombre, pero no para la ·planta. faibl. de la fam., 47.)
1. Es para mí una privación no Pro, pref. Gr., delante, adelante.
tocar mi pluma, como para un n1ú- Problema, lo arrojado al paso, obstácu-
sico no tocar su instrumento. (Eug. lo, problema•. P,·odromos, que corre de-
DE GUÉRIN, Journa.J., 10 mayo lante, que precede, prodromo.
1837.)
Lat., l.º Como en gr., adelante, de-
2. Como el defecto hace defec- lante. P,·ofcrre, llevar adelante, profe-
tuoso, imperfecto, incorrecto, la rir. Profitc1'i, declarar abiertamente,
privación hace desgraciado. Es una profesar. Progrc,li, marchar adelante,
falta a la que somos sensibles, la pro'gtesar. Proponc1·c, poner delante,
faifa de cosas de ,las que hemos go- de donde deriva propositio; 2. 0 Por
zado, de las que deberíamos o po- (con idea de sustitución). Proconsul.
dríamos gozar. (LAFAYE, 764.)
Probabilidad. V. Probable.
V. Afecto, 30; Mal, 2.
Probabilismo. V. Probable.
PRIVADO, adj. Lat. privatiw, pri- PROBABLE
,·ado, personal; simple particular.
Probable. Lat. probabilis, der. de
Que no es público; que es propio de proba,·e (probar, aprobar) : digno de
o pertenece a una persona o a un gru- ser aprobado, probable, verosímil. V.
po de personas. Propiedad privada, re- 1'1·neba.
unión privada, enseñanza privada.
Que es fundado (referido a opinio-
Sin.: particular, personal, especial. nes)• o (referido a hechos) que se espe-
Contr.: público, común. ra fundándose en razones válidas, pe-
l. Una conciencia propia, una ro que dejan subsistir riesgos de error.
moral propia, una religión propia. A. En el uso ordinario sólo se dice
Estas cosas, por su naturaleza no de la opinión o la previsión que pre-
pueden ser privadas. (J. JOUBERT, sentan la mayor probabilidad. Aquellas
Pensées, 98.) cuyas probobilidades menores suelen
2. Ese sentimiento del dentro calificarse de ,improbables.
de ,'fÍ conserva, de la fusión de ele- Sin.: verosímil, plausible.
mentos tan diversos, una profunda B. En mat. y en moral ·teol.: se di-
ambivalencia. (. .. ) Es en esa en- ce también de lo que, aunque presenta
crucijada donde se instala la zo- una menor probabilidad, conserva, no
na de lo privado. Entre mi vida se- obstante, una cierta posibilidad de ser
creta y mi vida pública, ella señala verdadero o de realizarse. V. Probabi-
el campo en el que trato de mante- lismo.
ner, dentro de mi ser social, ·la in- V. Azar, 5.
timidad intercambiada de persona
a persona. Pero es también el lu- Probabilidad. Lat. probabilitas.
gar donde busco el calor vital, In A. En sentido abstracto: carácter
pasividad vegetativa, I_a depende~- de lo que es probable, es decir, de aque-
cia biológica. Los e]og10s de la vi- llo que tenemos razones válidas para
da interior, de la vida sencilla, de tener por verdadero o considerar que
la familia, delatan con demasiada debe suceder.
frecuencia ese doble origen. ( E. l. La mayoría de quienes jue-
MOUNIER, Personna/isme, 65.) gan a la loberia no saben cuántas
3. sólo hay ( ... ) vida privada oportunidades tienen a favor ni
nrotegida por un orden público; el cuántas les son contrarias. Sólo
hogar sólo tiene intimidad al abri- consideran la posibilidad de ganar
go de una legalidad, de un estado una suma considerable con una pe-
de tranquilidad basado en la ley queña puesta; y los proyectos que
819 PROBABLE

su imaginación engendra exageran creto] resulta de argumentos que,


a sus ojos la probabilidad de obte- tomados a la letra y no en la to-
nerla. (P.-S. LAPLACE, Essai ph,ilos. talidad de su sentido implícito, son
s. les probabilités, Gauthier-V., sólo probabilidades. (NEWMAN,
1021, 49.) Gra.nim. de l'assent., 11, vm, 2.)
2. Sólo suceden cosas perfecta- V. Convergencia., 2.
mente improbables, y esto de mo- 3. Sin. de oportunidad. Cálculo de
do continuo. ¿Qué probabilidad hay probabilidades.
de que tres amigos se encuentren
sin buscarse precisamente en el 6. La teoría de las oportunida-
Puente de la Concordia? Si, pero des o probabilidades matemáticas
esos tres amigos, dondequiera que es una ciencia positiva como las
se hallen y en cada momento de matemáticas. (A. C0URN0T, Maté-
su vidn, forman siempre un cier- rialisme ... , 319.)
to triángulo, único por sus ángu- V. Estadistica, 5.
los y sus Indos. ¿ Qué probabilidad Probabilismo. A. Fil. Doctrina, in-
tiene ese triángulo? (ALAIN, Souv. termedia entre el dogmatismo• y el
de guerre, 72.) escepticismo•, según la cual el espíritu
3. Ln probabilidad no es (... ) humano no puede llegar a una certi-
por definición sino una graduación dumbre absoluta, pero es capaz de al-
numérica de lns diversas posibiH- canzar opiniones probables. En esta
dades comprendidas entre una cer- forma ha sido cultivado el probabilis-
tidumbre y la certidumbre contra- mo por la Academia Nueva (ARCESILA0,
1·ia. (A. LAM0UCIIE, Logiquc CU la CARNEADES).
simplicité, 141.) Esta doctrina ha sido continuada en
l. Probabilidad matemática (se es- forma más racionalista por Aug. Coua-
tablece a prio,·i): relación entre el nú- N0T: «En la solución de los problemas
mero de casos favorables al aconteci- de la filosofía hemos de contentarnos
miento considerado y el número de ca- con altas probabilidades como nos con-
sos posibles. En el juego de cara o cruz tentamos en astronomía, en física, en
la probabilidad de cara es 1/2. historia o en los negocios». (Essai s.
2. Prob. estadística (se establece les f01uiemn1ts, 124-12ó.)
a posteriori) : dado un gran número de En nuestros días, el concepto de la
casos observados, relación del número ley estadística ha introducido un cier-
de los casos en que el acontecimiento to probabilismo en las ciencias de la
considerado se ha producido al número naturaleza.
total. Así, según .Jas estadísticas, la 7. lo que hoy llamamos certi-
probabilidad de tener gemelos es de 1 dumbre es lo que en otros tiempos
sobre 84. se llamaba probabilidad. Somos
3. Prob. psicológica (sólo puede es- probabilistas sin -saberlo. La cien-
tablecerse de manera simbólica) : ca- cia es probabilista; o, más bien, di-
rácter de un acontecimiento que puede gamos que el probabilismo es cien-
o debe razonablemente esperarse, aun- tífico, (V. BR0CHARD, Les scept.
que no sea seguro. Al decir que la pro- orces, 424.)
babilidad de conseguir algo es del 50 B. Mor. (princip. mor. teol.). Doc-
por 100, se quiere significar que el trina según la cual, C'llando sólo se ha-
éxito y el fracaso se estiman igualmen- lla en cuestión la licitud• de un acto,
te probables. está permitido seguir una opinión se-
B. En sentido concreto ( una pro- riamente probable. Esta doctrina es
babilidad, probabilidades). intermedia entre el probabiliorismo, se-
l. Opinión probable. Las decisio- gím el cual ha de seguirse la opinión
nes mús graves hnn de ser tomadas n más probable, y el laxismo, que se con-
base de simples probabilidades. tenta con una probabilidad no impor-
tante. Como la palabra licitud indica,
2. Argumento o razón que hace una el probabilismo sólo apunta a las obli-
cosa probable. gaciones derivadas de la ley positi\•a:
4. A f~ltn de evidencia, hemos abstinencia, asistencia a misa ... , y no
de apoyar nuestras opiniones en a las derivadas de la ley natural: res-
probabilitlculeB, (C0NDll,LAC, Sy11., peto a la vida o la reputación ajenas.
111, 48.) En la esfera ele la ley natural, los pro-
6. La certidumbre [de lo con- babilistas profesan el tutiorismo•.
PROBLEMA 820

PROBLEMA. Gr. ¡n·oblf,na, com¡i. Según este c1·iterio, hay pocos


del gr. ballcin (arrojar) y ¡,ro (delan- filósofos. Y pocos es aún mucho
te) : lo que no tiene ante sí; de donde decir. (S. WEII,, La co1111aiss. sur-
obstáculo, cuestión, problema. 11at., 305.)
A. Propiamente: cuestión a resol- 6. Ante todo, hay que saber
ver por métodos racionnles o cicntlfi- plantear problemas. Y, dígase lo
ros. Problema de aritmética, de geome- que se quiera, en la vida científica
tría. V. PJ·oblema y ·misterio*. los problemas no se plantean por
B. Por extensión: toda dificultad sí mismos. Es precisamente ese
teórica o práctica C'Uya solución es in- sentido del problema el que indica
cierta. El problema del avituallamien- el verdadero espíritu científico. (G.
to. BACHELARD, Fonnation de !'esprit
se., 14.)
Sin.: cuestión*, aporía*, objeción•. 5'. No hay manera de aclarar-
l. En el animal, el problema se un poco Jo que es -la vida huma-
nunca sobrevive a la satisfacción na si no se tiene en cuenta que el
de la tendencia. ( ... ) Por el contra- mundo o universo es la solución
rio, el hombre se acuerda después intelectual con que el hombre reac-
de haber obrado; el problema no ciona ante los problemas dados,
desaparece del pensamiento. ( ... ) inexorables, inexcusables, que le
No comprende, se halla turbado, plantea su circunsta~· (J. OR-
en suspenso, se interroga, se pre- TEGA Y GASSET, En t a Gali-
gunta interiormente: ¿por qué? A leo, Obra,¡, V, 24.) Ad. •
partir de este momento, el pro- Problemático, a. Gr. problemati/,os.
blema, en forma humana, ha naci-
do. (D. ESSERTIER, Formes infér. A. Adj. l. En el uso ordinario:
de l'explic., 17.) que plantea un problema del que no
poseemos la solución; dudoso.
2. Todo problema como tal na- 6. Creéis que todo es problemá-
ce cuando el espíritu se halla en tico; no veis nada de cierto (, .. ),
una situación intermedia entre la no obstante creéis un deber escri-
ignorancia y el saber. No hay pro- bir, y pensáis lo suficientemente
blema para el ignorante, como mal de los hombres para estar per-
tampoco lo hay para el sabio. La suadidos de que querrán leer co-
noción misma de problema va uni- sas inútiles. que vos mismo no es~
da a la de filosofía, es decir, de timáis verdaderas. (VAUVENARGUES,
deseo o amor a la sabiduría. (E. Réfl. et mao:., 211.)
BRÉHIER, en Le probl. en philos.
conte1np., 11, Hermann, núme- 7. La esgrima sería la más
ro 1076.) problemática de las ciencias, si no
existiese la politica. (E. y J. DE
3. Acostumbro a distinguir en G0NC0UIIT, ldécs et se11aatio•ns,
los problemas del espíritu los in- 132.)
ventados por mí y que expresan 2. En filos.: que puede ser verdade-
una necesidad realmente sentida ro.
por mi pensamiento, y los demás,
que son problemas ajenos. (P. VA- Sin.: posible.
LÉRY, Variété, Pléiade, 1, 1318.) Aquella de las tres modalidades que,
en el cuadro de las categorfas kantia-
3 bis. En tanto que una rama nas, se opone a lo asert6rico y lo apo-
de Ja ciencia di-sfruta de abundan- díctico. V. Metaproblcmático.
tes problemas, está llena de vida;
la falta de problemas denota In 8. Llamo problemático a un con-
muerte o el cese del desarrollo de cepto que no encierra ninguna con-
esa rama. (D. HILBERT, cit. por G. tradicción ( ... ), pero cuya realidad
BoULIGAND, Les a,¡pccts in tui t. des objetiva no puede ser conocida de
math., 233.) ninguna manera. (KANT, Crit. do
la r. purc, 228.)
4. El método propio de la filo-
sofía consiste en concebir clara- O. El mundo de Jo problemático
mente los problemas insolubles en es a la vez el del deseo y el temor.
su insolubilidad, y después en con- (G. MAIICEL, Myst. ontolog., 21 ó
templarlos, sin más, fija, incansa- 71.)
blemente, durante años, sin nin- B. Problem,íticn, subst. Conjunto de
guna esperanza, al aguardo. los problemas planteados por una
821 PROCESO

ciencia y clima puticular que de él re- ello mismo como problema. (G.
sulta. MARCEL, «ETRE ET AV0IRo, 250.)
10. La problemática podría de- 16. El papel de la reflexión fi-
finirse como la rama del saber que losófica es, pues, reconocer más
se ocupa de la investigación, for- allá de los problemas una meta-
mulación y clasificación sistemáti- problemática que es el misterio
ca de los problemas relativos, ya mismo y en la que tenemos real-
a una esfera particular del cono- mente nuestro ser ... (M.-M. DAVY,
cimiento, ya a su conjunto. (E. G. Marce/, 254.)
JACQUES, lntrod. au probl. de la
com,ai,is., 6.) PIWCESO
11. cada cuestión metafísica Proceder. Lat. proccrlcrc, ir ( cc-
abarca ,siempre el conjunto de la dcre) adelante (pro), progresar.
problemática de la metafísica. (M. Co11tr.: recedcre, de donde recesión.
HEIDEGGER, 111 étapk., 21.) A. Obrar, operar. Proceder a la
12. Estamos entonces tentados elección de la junta. Proceder metódi-
de decir que cada filosofía es ver- camente.
dadera en tanto que responde ín- B. Tener su origen en ... Esa reac-
tegramente a la consteJación de ción procede del mal humor. Se emplea
problemas por ella abiertos ( ... ) ; en este sentido en Filos. y Teol.
y el gran filósofo es el que, por
una parte, ha renovado la proble- El poder civil, siempre que se
mática y, por otra, ha jugado su encuentra en un individuo o prín-
propia baza, ha dado la solución cipe en virtud de un derecho legí-
más coherente y vasta a la proble- timo y ordenado, ,procede del pue-
mática por él planteada. (P. RI- blo y de la comunidad, y no puede,
C0EUR, Hiat. et 11erité, 62-63.) si su posesión ha de ser justa, ad-
13. es extrañándose en otras quiri~se de otro modo. (Fr. SuÁ-
problemáticas como el filósofo vi- REZ, De legibtts, III, c. 4, n. 2.)
vo supera su propia limitación y Ad. E.
comienza a universalizar las cues- l. En PLOTINO, todo (las almas hu-
tiones qtre plantea. ( Ibúl., 73.) manas y ·los cuerpos, como el Alma
14. La filosofía se renueva universal y la Inteligencia) ,procede del
principalmente por su problemática, Uno*. V. Emanación.
es decir, reinventando el ciclo de 2. En el dogma cristiano el Verbo
las cuestiones por las que se •pre- y el Espíritu proceden del Padre, pero
gunta y preocupa. ( ... ) Cuando todo lo demás es creado.
aparece un gran filósofo, comienza Creo ( ... ) en el Espíritu San-
por causar extrañeza: la cuestión to (... ) que procede del Padre y
que plantea no tiene sitio en la del Hijo. (Símb. de Nicea.)
problemática anterior. (P. RIC0EUR, Procesión. Lat. processio, der. de
en La probl. do la pkilos. ckrét., proccdcrc.
44, P. U. F., 1949.)
Meta,problemática. En G. MARCEL A. Medio técnico de obtener un re-
(v. opos. misterio•-problema) : lo que ligiosa en la que los participantes des-
filan en orden; por ext., desfile inin-
está más allá de la problematización. terrumpido.
s,11.: misterio. B. Filos. y Teol.: acción de proce-
16. Allí donde hay problema, der, en el sentido de «originarse en».
trabajo sobre datos situados ante Las procesiones divinas. V. P,·occder
mí, pero al mismo tiempo todo ocu- B.
rre como si no tuviese que ocupar- V. Creación, 3.
me de ese yo que trabaja (... ). No
pasa igual ( ... ) ali! donde la inte- Procedimiento. Der. del lat. procc-
rrogación versa sobre el ser. Aho- derc, avanzar, ·progresar
ra el estatuto ontológico de quien A. Medio técnico de obtener un re-
cuestiona viene a primer plano. sultado determinado. Procedimientos
( ... ) Con ello penetramos en la me- de fabricación.
taproblemática, es decir, en el mis- l. Los parnasianos abusaron
terio. Un misterio es un problema de las recetas, de los procedimien-
que avanza sobre sus propios da- tos, de todo el aparato ortopédico
tos, que los invade y se supera por por el que In poesía se sostiene en
PRODUCTIVIDAD 822

la actitud noble, simula la perfec- la palabra de un hombre. (G. Gus-


ción continua. (R. DE GoUIIM0NT, D0III', Tr. rfo 'IIH'ta¡,lt,, 372.)
l'rome'lladcs litf., V, 62.) V, 1'1·cdicaclo, 7,
2. Cuando la preocupnci{m ))Or Proceso. Lnt. ¡1roccssits, acc1on de
aplicar un m6todo prima sobre el nvanzar (procc<lcrc), progresión, pro-
espíritu de búsqueda, se escleroti- greso.
za y cae al nivel de un procedi- A, Instancia ante un tribunal. Por
miento, (CH0MBAHT DE LAUWE, Pho- anal.: acción de quien, constituyéndo-
toy1·. aér., 8-9.) se en juez, pronuncia requisitorias y
3. Todo lo que cae (o incluso condenas categóricas.
nuede caer) en el procedimiento se B. Serie continua. de hechos u ope-
me hare odioso. ( ... ) Páginas en- raciones que conducen a un resultado
teras de ese ultimo Péguy ( ... ) determinado. El proceso de una enfer-
imitan las buenas, aquellas en las medad, de una crisis ministerial, de
que la emoción exigía ese tarta- la inducción. J .-P. SARTRE Jo opone a
mudeo del pensamiento. (A. GmE, praxis*.
JouniaJ, 7 mayo 1012.)
9. Creer que, por un proceso
4. ocurre con frecuencia que el de algún modo infalible y determi-
término «procedimiento» resulte nado, los acontecimientos de la his-
descalificador (... ). Tratados de toria. bastan para producir a tra-
procedimientos oratorios o retóri- vés del espíritu hombres de Esta-
cos, los medios de persuasión son do, filósofos y legisladores... (Th.
descalificados por artificiales, ver- MAULNIER, Arriarc-pensées, 13.)
bales, verbalistas. ( ... ) Esta deva- 10. El método propio de la fi-
luación es tal que, al discurso re- losofía. ( ... ), es, en efecto, el mé-
flexivo, premeditado, pero percibi- todo rcflc:rivo.
do como procedimiento, se prefiere
el discurso espontáneo, sin apres- ¿Cuál es su proceso? (J. VIALA-
tos, por n1uchas que sean sus im- T0UX, L'i,itention philos., 57.)
perfecciones. (Ch. PERELMAN, Tr. 11. haría fa.Ita un proceso in-
de l'argumentati.on, II, 698.) finito para inventariar el conteni-
do total de una cosa, (J.-P. SAR-
V. Álgebra, 5. TRE, L'étre et lo 11., 18.)
B. Manera de ser instruidos los 11'. Los procesos vitales en los
asuntos ante los tribunales. individuos vivos no son progresos,
C. Por e:,,.-t.: manera de proceder en justamente porque repiten, con la
las ciencias y en filosofía. identidad de un patrón establecido,
la conducta fija de la especie. El
5. Cuando el análisis ha termi- animal no inventa; por eso no pro-
nado ( ... ) su obra, el espíritu se gresa. (M, GARCIA M0RENTE, E11sa-
vuelve sobre sí mismo y, en ade- yos, 130.) Ad. E.
lante, en vez de construir, descom-
pone, de suerte que deducir es ana- 11". la determinación genética
lizar. La correspondencia de esos tiene un carácter intrínsecamente
dos procedimientos inversos sólo «procesual»: es una génesis proce-
pide ser establecida con certidum- sual. La esencia constitutiva no es
bre. (HAMELIN, Essai... , 294.) tan sólo algo que ues o no es» si-
no algo que va llegando a ser ge-
6. En el procedimiento normal, néticamente. Este proceso no está
una ley de homogeneidad impone sin más unívocamente «determina-
a las premisas pertenecer al mis- do»; sino que la determinación ge-
mo plano de pensamiento que la nética misma es procesual, hasta
conclusión. (E. LE RoY, Essai el punto de que la interferencia en
d'unc philos. prem., II, G5G.) el proceso puede alterar la fiso-
7. El procedimiento expe1·imen- nomía definitiva del sistema cons-
tal implica la formulación de hipó- titutivo, esto es, su formal indivi-
tesis de trabajo. (D. LAGACIIE, U11i- dualidad esencial (X. Zuem,, So-
té de la ps1Jchol., 48.) bre la csc1teia, 2-53.) Ad, E.
8. Aun recurriendo a los proce- PRODUCTIVIDAD. Importancia re-
dimientos más extraordinarios, no lativa del rendimiento, a iguales fac-
podremos hacer que una palabra tores de producción (duración del tra-
humana relativa a Dios deje de ser bajo, máquinas ... ). La productividad
823 PROGRESO

aumenta cuando, con el mismo utillaje 2. El uso de la palabra profc-


y en el mismo tiempo, el mismo núme- swn y las correspondencias que el
ro de trabajadores produce más. lenguaje ha establecido entre ella
l. Se llama «productividad» al y las de o/icfo y estado o situació>t
cociente de una producción por uno nos ponen en presencia de tres no-
de los factores productivos. La ciones distintas, pero generalmen-
productividad del trabajo es el co- te asociadas en la práctica, que se
ciente de la producción .por la du- nos aparecen como las tres notas
ración del trabajo. (J. FOURASTIÉ, distintivas de la realidad en cues-
La, productivité, 55.) tión: la de una oc1tpa,ció11 dcc/a,ra, -
da (es decir, expresamente afirma-
2. la causa y, por tanto, el me- da o al menos manifestada por la
dio del aumento de la productivi- actividad cotidiana), la de un ser-
dad es siempre la aplicación de vicio que esa ocuoación constituye,
un prog,•cso científico. El progre- y la de un estrulo social que man-
so científico engendra el progreso tiene. Y las tres juntas acarrean,
técnico, que se mide por un pro- sin implicarla de modo absoluto,
greso en la productividad. (lbíd., la de una retribución: la primera
73-74.) en tanto que la ocupación a que se
3. el obrero habla de lo que pue- entregan es, para la mayoría de
de mejorar su confort, pero muy ,]os individuos, el medio de asegu-
poco de las modificaciones suscep- rar su subsistencia; la segunda en
tibles de aumentar la porductivi- tanto que el trabajo justifica una
dad de su trabajo. (J.-M. FAVERGE, retribución, y la tercera en tanto
L'adapt. do /a, ma,ch. a l'hommc, que el modo y la cuantía de esa
51.) retribución constituyen uno de los
i,Jementos de la situación social.
PROFANO. Lat. profa,num, que es- (L. HussoN, «Les activités profes-
tá delante (pro) del fa,num (lugar sa- sionnelles et le droit», en Archives
grado, templo), y no en el interior. Se de philosophie du droit. Déo1'tofo-
op. a sa,cr11,1n. V. Fa,na,tismo. gie et discipli11e profcssio1'ncllc,
A. Prop. (por opos, a sagrado) : páginas 4-5. Recueil Sirey, 1954.)
que es extraño a la esfera de la reli- PROGRESO
gión y del culto. Ciencias, edificios, ce-
remonias profanos. Los profanos: los Progreso. Lat. progrcssus, marcha,
no iniciados en los misterios de la reli- paso (grcssltS) adelante (pro).
gión. A. En sentido etimol. (sin inten-
B. Por ext.: los no iniciados en una ción valorizadora; acepción antic.):
ciencia o un arte. avance. El progreso de la enfermedad.
Sin.: lego B. Siu.: progresión, avance, marcha,
V. Esotérico, 1; Sagrado, 7, 15. proceso.
Co11tr.: regresión.
PUOFESlóN. Lat. profcssio, acción l. A fuerza de vivir en la Cor-
de profiteri, es decir, de declarar ( /a- te sin otra razón que la de haber
terí) delante (pro), abiertamente. vivido en ella, nos encontramos lle-
A. En sentido primitivo (profesión nos de sus errores. ( ... ) por un
de fe: religiosa, política, filosófica ... ) : progreso insensible, de cristianos
declaración pública de las propias que éramos nos hacemos poco a po-
creencias. Práctica abierta de un cierto co plenamente mundanos, aún pa-
modo de obrar o de vivir. ganos. (B0URDAL0UE, S11r /a, fazissc
l. No pensemos, queridos oyen- COl!BC., l.)
tes, que por ser cristianos de pro- 2. Todo lo que se perfecciona
fesión estemos menos sujetos en la por progreso, perece también por
práctica a los desórdenes del paga- progreso. (PASCAL, Prn,,ées, 371.)
nismo. (BoURDALOUE, Sur la, priere, 3, de efecto en efecto, hace fal-
l.) ta siempre una voluntad como cau-
13. Absolutamente (la profesión, su sa primera; porque suponer un
profesión) : «Género de trabajo al que progreso ele causas hasta el inii-
una persona se dedica de modo princi- nito es no suponer progreso algu-
pal y habitualo. (H. CAPITANT, l'oc, ju.- no. (J.-J. R0USSEAU, Émilc, IV,
rid.). 330.)
PHOGUESO 824

4. ¿No es evidente que el pro- humanidad, (,J. MARITAIN, l'aur


g-reso, es decir, In marcha prog-re- "'"' ¡,/tilos. de l'hist,, 116.)
siva de las cosas, en el bien como 11. cuanto mús progresan los
en el mal, ha llevado en nuestros técnicas, más en retroceso se halla
días a la sociedad al borde del lo reflexión ( ... ); el progreso Y, so-
abismo ... ? (E. DELACROIX, Jourual, bre todo, la extrema difusión de
23 abril 18,19.) las técnicas tienden a crear una
5. El progreso por el que la atmósfera espiritual, o más exac-
imaµ-en se realiza no es otra cosn tamente ontiespirituol, lo menos
que la serie de etapas por !ns que favorable posible el ejercicio de la
esa imagen llega a obtener del ref,lexión. (G. MARCEL, Les ham-
cuerpo acciones útiles. (H. BERG- me., ca11tre l'humain, 464,)
SON, .l!at. et mém., 146.) 12, Llamemos progreso técnico
6. la memoria no consiste en el aumento del volumen de la pro-
modo alguno en una regresión del ducción obtenida por medio de una
presente al pasado, sino, por el cantidad fija de materia prima o
contrario, en un progreso del pa- de trabajo humano. (J. FoURASTIÉ,
sado al presente. (lbíd., 269.) Le grand cspair dtt XX• s., XV-
6'. no bastan alentados princi- XVJ.)
.pios, si son desmayados los pro- 13. el progreso técnico no es un
g-resos. (B. GRACIÁN, El héroe, 38.) !in, sino un medio. La máquina no
Ad. E. es un fin, sino un medio (... ) un
medio de favorecer en el hombre
B. En sentido usual (con intención lo que es esencialmente humano.
valorizadora) : toda transformación ( ... )
gradual de lo menos bueno en mejor.
En otros términos, diría que el
7. La fórmula sagrada de los progreso técnico obliga al hombre
positivistas: el Amor como princi- a especializarse en lo humano. (J.
pio, el Orden co11w base y el Pro- FounASTIÉ, Le progres tcchn. et
greso como fin. (A. CoMTE, Syst. l'éval. écan., II, 247-248.)
de po/it. posit., II, 65.) 13', Yo no creo progresivo el
8. La humanidad ( ... ) sólo me- dogma religioso. Lo que es absolu-
jora a su pesar. El único pro- to, no progresa. Pero yo creo que
greso querido por ella es el aumen- puede progresar el sentido del dog-
to de los goces. Todos los progresos ma, y lo creo con San Pablo y San
en justicia, en moralidad, en san- Agustín, y lo creo con la Iglesia,
tidad, le han sido impuestos por que ha reunido concilios para defi-
alguna noble violencia. (H.-F. nir dogmas oscurecidos u olvidados
AMIEL, Journal int., l.º marzo en la conciencia. (E. CASTELAR, Dis-
1869.) cursas, 274.) Ad. E.
9. Si comparamos épocas como 13". La progresión es siempre
la Edad Media con el período ac- relativa a la meta que hayamos
tual, llegamos a esta conclusión: predetern1inado. El progreso de la
desde el punto de vista de las cos- vida humana será real si las me-
tumbres, la humanidad se halla en tas ideales a que la referimos sa-
plena decadencia; desde el punto tisfacen plenamente, Si el ideal cu-
de vista de la moralidad (al me- ya aproximación mide y prueba
nos en cuanto disposición emotiva nuestro avance es ficticio o insufi-
e ideal universal), están induda- ciente, no podemos decir que la vi-
blemente en progreso. da humana progrese. (J, ORTEGA y
Nuestros antepasados tenían me- GASSET, Azorín o primores de lo
nos moral que nosotros, pero me• vulgar, Obras, II, 163.) Ad. E.
jores costumbres; nosotros tene. V. Abierto, 3; Utopía, l.
mos más moral y peores costum. e_ Tomado absolutamente (el Pro-
bres, (G. THIB0N, Diag11astics, 142- greso): el avance de la civilización;
143.) particularmente, en nuestros días, de
10. Creo que ese progTeso de la la ci\•ilización técnica.
conciencia moral en cuanto al co• 14. En otros tiempos traté de
nocimiento explícito de la ley na- formarme una idea positiva de lo
tural ofrece uno de los ejemplos que llaman el progresa. Eliminan-
menos dudosos de progreso en la do, pues, toda consideración de or-
825 PRóJIMO

den moral, politico y estético, el ciertas concepciones del marxismo co-


progreso moral me pareció redu- munista.
cirse el aumerito rapidísimo y muy 17. El progresismo cristiano
sensible de la potencia (mecánica) (... ) ha querido ser un esfuerzo de
utilizable por los hombres, y al de reencarnación de la Iglesia en el
In prccisi611 que pueden alcanzar mundo nuevo creyendo con dema-
en sus previsiones, (P. VALfRY, siada facilidad que ese mundo nue-
Rrgards s. le monde actuel, 186- vo sería necesariamente comunis-
187 .) ta ... (J. LACROIX, en Esprit, junio
15. Sí, el progreso existe, co- 1957, 1028,)
lectivo si no individual. Los hom- B. Ad. E. En un sentido más am-
bres no llegan a ser mejores, pe- plio suele aplicarse a la creencia, ge-
ro In sociedad se hace un poco me- neralizada en el siglo XIX, en el pro-
nos mala. (J. ROSTAND, Julicn ... , greso indefinido y constante del género
209,) humano gracias a los avances constan-
16. Las sucesivas adiciones que tes de las ciencias experimentales.
constituyen el progreso de la civi- C. Ad. E. En sentido vulgar y so-
lización, tanto técnico como en el ciológico, denominación con que se alu-
orden espiritual, ¿no obran, a la de a las personas o entidades que, po-
larga, sobre la propia sustancia del lítica y culturalmente, están en favor
hombre? ¿No se hace innato al- de las nuevas ideas y formas sociales,
go de Jo adquirido? (... ) La ciencia por oposición a aquellas otras perso-
nos arrebata, en cuanto a ello, to- nas o entidades que se pronuncian por
da esperanza. Lo biológico ignora la pervivencia de las formas tradicio-
lo cultural (.. ,) , Cada generación nales, a las que se denomina reaccio-
debe recomenzar por completo el narios. Suele oponerse a reacción, tra-
aprendizaje. (J, ROSTAND, Pensées dicionalismo, conservadurismo, etc.
d'un biolog., 34.)
PRÓJIMO, PRóXIMO
Progresión. Lat. progrcssio, acción
de avanzar (progrcdi), progreso, cre- Prójimo. Lat. proximus. Subst. El
cimiento. prójimo. Término del lenguaje relig. V.
otro.
A. En el uso ordinario: movimien-
to hacia adelante, progreso (A). Pro- l. En su sentido primitivo y en la
gresión del ejército, de la enfermedad. religión judía: conjunto de quienes nos
son .próximos por la sangre, la comuni-
B. Mat. Serie de números deriva- dad de hábitat, la pertenencia a un
dos unos de otros según una regla mismo grupo ...
constante.
l. Conocéis que ha sido dicho:
16'. el discurso no es un estado, amarás a tu prójimo y odiarás a
sino una progresión; por eso nues- tu enemigo. Y yo os digo: Amad a
tro juicio al combinar entre sí las vuestros enemigos ... (MAT., V, 43-
comparaciones por el camino de la 44.)
razón no asiente, sino que se que- 2. E,I texto de la antigua ley
da en incertidumbre. (J. L. VIVES, prescribía el amor ni prójimo; pe-
Tratado del alma, 72.) Ad. E. ro, desde muy pronto, los judíos se
Progresi6n aritmética: serie en la habían preguntado qué debía en-
que cad·a número es obtenido a partir tenderse por «prójimo». Sus doc-
del primero por adición de un número tores habian respondido que se
constante llamado «razón» de la pro- trataba tan sólo del congénere, del
gresión, En la serie O, 3, 6, 9 ... , In «ra- israelita; los demás eran extranje•
zón» es 3. ros, enemigos a quienes no eran
Progresi6n geométrica: serie en la debidas ni compasión ni ayuda. (A.
que cada número es obtenido a partir DURAND, Évang, de saint Jllat-
del primero multiplicando el preceden- thieu, 94.)
te por un número constan te llamado 2. En el sentido actual y en la mor,
igualmente «razón». En la serie 2, 8, cristiana: cada hombre en particular
32, 128 ... , la «razón» es 4. (hornos de ayudar a nuestro prójimo;
Progresismo. A. Nombre dado a sin.: semejante) ; el conjunto de los
un movimiento político - religioso del hombres (el amor al prójimo).
siglo XX formado por católicos y que 3. En cuanto a las conversacio-
trata de integrar en el cristianismo nes sobre el tema del prójimo y sus
PHOLETARIADO 826

defectos, la rc,gla sc>g-urn es no ha- se ocultan otros tantos inlere~s


blar de ellos más que a aquellos a hur¡:u,·ses. (K. MARX y F. ENGEJ.S,
quienes resulta útil hacerlo. (Ilos. i1lanifcRlr ,/u purti rr,111111u11i.1t,·, I,
st"ET, C. a Mme. de Luynes, 2 ene- Ed. sociales, 1947, p. 19.)
ro 1696.) 2. Ilay que llamar prolrtario no
4. Nos va aislando del prójimo ni hombre que vive difícilmente,
lo que de él sabemos y callamos. sino más bien al que recibe las
Cuanto más sabemos, más calla- herramientas terminadas y entre-
mos y más nos aislamos, Se acu- ga In obrn hecha. (AI,AIN, l'oliti-
mulan entre nosotrCls rordi11eras de q1ie, 119.)
silencio. (J. ORTEGA Y GASSET, El Proletariado. Ad. E. En sentido am-
silrnc-io, gran brahman, Obras, 11, plio, el conjunto de las personas econó-
C,32.) Ad. E. mica.mente modestas. En este sentido,
5. El español no suele concebir también los oficinistas y ~imilares son
más sen,.icios ni larguezas de ca- proletarios. A veces se incluyen tam-
rácter social sino los que la cari- bién los campesinos modestos, a los que
dad le inspira en bien del próji- sus pequeñas propiedades apenas per-
mo, y éstos quiere realizarlos, no miten vivir.
tanto por directo amor a Dios y al Según la doctrina marxista, por efec-
prójimo como por alcanzar el pró- to de la progresiva concentración mo-
pio ¡ralardón en la otra vida. (R. nopolística del capital el conjunto de
~MENÉ?\'DEZ PmAL, Los C'spmíoU's en la sociedad se va <1proletarizando».
/a. Historia, 52-53.) Ad. E. 3. entiendo por proletarizaci6n
Próximo. Lat. prorimus, el más cer- el fenómeno general en virtud del
cano. cual cada uno se siente desconten-
to de su condición y, por consi-
A. Prop.: que es vecino, ya local- guiente, expulsado de esa manera
mente (la casa más próxima), ya tem- de instalación, y así tiene que vi-
poralmente (el fin del año está pró- vir a la intemperie. Por eso «pro•
ximo). letarizacíón)) no es algo exclusivo
B. Que es lo más cercano, aquello de una lcclase» social, sino un fe-
a lo que vamos a llegar en primer )u- nómeno genérico, que puede afec-
g-ar (en el próximo cruce, en la pró- tar a grupos muy distintos. Se lla-
xima estación, e] lunes próximo). mó así porque donde primero fue
visihle y, sobre todo, objeto de con-
En el voc. filos. se opone a remoto, sideración teórica fue en el caso
así como a primero, último, supremo, del obrero industrial de comienzos
Género próximo (v. Definfrión). Cau- del siglo XIX ( ... ). Pero esto ha
sa próxima (se op. a causa remota y a ocurrido en formas distintas a
causa primera). Fin próximo (se op. a otros grupos sociales. Hay una
fin último). proletarízación de los intelectua-
V. Moral, 30. les, una-mejor dicho, otrCl---4J)ro-
letarización de los eclesiásticos, de
PROLETARIADO los militares, de los aristócratas,
Proletario. Lat. proletarius: el que cuando cada uno de esos grupos
sólo cuenta en el Estado por su des- no sabe bien lo que es, no snbc
cendencia (proles), por sus hijos. bien qué hacer, empieza a no estar
en claro respecto al sentido de su
En s~ntido estricto, el conjunto propia condición. (J. MARÍAS, El
de los obreros industrializados y agrí- fr,t,,,rn de la libertad, en Libertad
colas, que dan su trabajo a cambio de y organización, Tiempo de España,
un salario. Aunque usualmente se res- I, 67; Madrid, 1963.) Ad. E.
tringe al proletariado industrial. Ad. E. Dictadura del proletariado. Ad. E.
l. El proletario carece de pro- En el marxismo, etapa intl'rmedia
piedad; sus relaciones familiares entre el régimen capitalista y el comu-
nada tienen de común con lns de nista. Conquistado el poder por la cla-
la familia burguesa; el trabajo in- se proletaria, se impone una etapa de
dustrial moderno (... ) despoja al dictadura de esta clase para quebran-
proletario de todo earácter nacio- tar la resistencia de la burguesía. En
nal. Las leyes, la moral, la reli- esta fase, que es la que atraviesan ac-
gión son para él otros tantos pre- tualmente todos los países del crcampo
juicios burgueses tras de los cuales socialista», impera el lema «a cada
827 PIWl'IEDAD

cual según su trabajo». Es el tránsito propiedad real? La segunda, que


hacia la sociedad comunista, en In que de algún modo se distinga realmen-
regirá el ,lema «a cada cual según sus te de aquella de la cual es propie-
necesidades•. dad, pues si estuviera totalmente
identificada con ella, más bien se-
PROMJITEICO. Adj. derivado de ría su esencia, o algo pertenecien-
Prometeo, personaje mitológico, enca- te a ésta, que su propiedad. La ter-
denado en In cima del Cáucaso por ha- cera, que la convenga de modo
ber robado el fuego del cielo. Se apli- adecuado, o que se convierta en
ca a aquel cuyas pretensiones o empre- ella (... ). Por último, la cuarta es
sas invaden las ,perrogativas de la di- que el sujeto, o sea, aquel a quien
vinidad. pertenece la propiedad, no forme
El poeta prometeico, como el so- parte, intrínseca y esencialmente,
ñador de Bnudelníre, se cree con- de la propiedad ... (Fr, SUÁREZ, De
vertido en Dios. Busca con pasión /(Is prnpic<lades del c11tc ... , I, § 1,
los estados que le dan ,la sensación p. 25-26.) Ad. E.
de esa venturosa alienación. (M. (... ) cuando quiero entender al-
CARR0UGEs, lllystiquc du s11rltom- guna realidad busco el grupo de
111r, 361.) propiedades constitutivas suyas.
Pero cada propiedad descubierta
PROPEDll:uTICA. Del gr. vropai- es la nota de esta realidad como
dria (pro, delante; paidcia, educación) :
educación preliminar. unidad inteligible. Sólo dirigiendo
mi mirada a algo «uno» es como
Formación o enseñanza preparato- puedo entender lo que es la cosa
ria. Particularmente, en Francia, pre- real. Sí así no fuera, no habría-
paración a •la enseñanza superior (el mos conocido las propiedades de
curso propedéutico, el examen de pro- una cosa sino que habríamos cono-
pedéutica). cido varias cosas. (X. ZUBIRI, So-
l. La vida escolar constituiría bre la esencia., 322.) Ad. E.
así [según Píaget] para el niño la B. Derecho. El derecho de poseer o
propedéutica necesaria para la en- aquello mismo que se posee. No de be
trada en una verdadera democra- confundirse con posesión*.
cia. (G. GusDORF, Tr. do 11,étaplt.,
260.) l. En tanto que los latinos só-
2. La frecuen.tación de las lo empleaban el término propiedad
obras de arte forma el gusto ( ... ) : para designar el bien sobre el que
puede, pues, servir de propedéuti- el derecho se ejercía, propiedad se
ca a la experiencia de In belleza utiliza en nuestros días .tanto en
natural. (M. DUFRENNE, en In ese sentido como para designar el
R. internat. do philos., 31, [ 1955, derecho al bien. (Dict. des se.
1], 101-102.) écon.)
Propedéutico, adj. Que es o concier- l. En sentido abstracto: derecho
ne a la Propedéutica. del propietario a usar libremente de lo
que posee.
3. el 1Jer no resulta un tan fácil
negocio como la gente se imagina; 2. La propiedad es el derecho
que también el buen ver exige una ele gozar y disponer de las cosas de
disciplina propedéutica rigurosa. la manera más absoluta, siempre
No se comprende sin 1Jer, pero que no se haga de ellas un uso
tampoco se alcanza visión sin com- prohibido por las leyes o por los
pre11si611. (E. o'Ons, Tres lecciones reglamentos. (Código Cil'il fr.,
en el M. del Prado, 17-18.) Ad. E. art. 544.)
3. La propiedad es el robo.
PROPIEDAD. Lat. proprirtas. (P.-J. PaouonoN, Q1<'cst-cc 1¡1tc la
A. Carácter propio o particular. propriété?, l.)
Las propiedades del cobre. 4. Una frase como aquella que
( ... ) se requieren como mínimo hizo tanto ruido: «La propiedad
cuatro condiciones para que alguna es el robo», me causa horror ( ... ),
cosa sen propiedad de otra. La pri- porque veo que los dos términos así
mera condición es que la propie- unidos son deformados desvergon-
dad misma sea alguna cosa, pues si zadamente ni estar la propiedad
no es nada, ¿cómo podría ser una esencialmente ligada ni trabajo,
PROPIO 828

mientras que el robo se define poi' 10. Históricamente, se constata


la adquisición sin trabajo. (ALAIN, que el hombre sólo ha usado de la
Hist. de mes pe11sérs, 130.) apropiación en condiciones socia-
5. La propiedad es una pose- les que hacian esa apropiación in-
sión l'econocida. (J.-B. SAY, Tr. dispensable. Filosóficamente, es fá-
d'éco11. polit., 6.ª ed., 607.) cil comprender que las sociedades
6. Constituyentes y convencio-
complicadas, de población densa,
nales tenían la idea de dos dere- hacen esa apropiación indispensa-
chos que no supieron distinguir y ble. (Marqués de la LA TOUR DU
definir por separado, a saber: PIN, Aphorismcs de politique so-
1.0 del derecho que el propietario cia/e, 81-82.)
tiene de conservar su propiedad 11. La propiedad privada de los
sin que nadie, salvo por necesidad medios de producción, en un período
¡reneral, se la pueda arrebatar; 2." histórico determinado, ha sido un
del derecho que cualquiera tiene a medio particular de apropiación del
ltaccrse propietario por su traba- poder. (A. PIIILIP, L'Europe dan•
jo y su industria. (E. FAGUET, Le le monde d'aujourd'hui, 22, «Ren-
libéralis111e, 74.) contres de Gencve», 1958.)
7. En una sociedad sanamente 12. La primera forma de rela-
organizada, las instituciones deben ción económica y social que inte-
facilitar el acceso a la propiedad resa al medio rural es la apropia-
y dificultar el seguir siendo pro- ción del suelo: apropiación Aribal,
pietario para aquel que no cumple y todas las formas de apropiación
con su deber. (J. LECLERQ, Lcf. ck colectiva total o parcial deri-
droit 11a.t., IV, 2, p. 132.) vadas de la asociación tribal o
8. La propiedad representa el apropiación individua:!. (P. GEOR-
único medio de satisfacer todas las GES, en el Tr. de socio!., de G. Gua-
necesidades materiales e incluso VITCH, I, 258.)
un cierto número de inclinaciones B. Acción de adaptar o adecuar, de
espirituales. El deseo de posesión hacer propio (B) para un uso determi-
ejerce y ha ejercido siempre, en to- nado.
das o casi todas las conciencias, V. Fu11ció11, 4.
una acción de primera importancia.
(F. CHAi.LAYE, Hist. de la proprié- PROPIO. Lat. proprius, propio (en
té, 121.) el sentido de: perteneciente en propie-
O. El instinto de apropiación se dad), particular de algo o alguien. Tra.
socializa en todas las agrupacio- duce el gr. idios. V. /dio.
nes humanas. El hecho de la pose- A. Adj. l. En sentido primitivo
sión es sustituido por el derecho de (con exclusividad) : que pertenece sólo
propiedad. (/bid., 122.) al objeto considerado, que distingue
9'. La propiedad se halla hoy una cosa de las demás. Pagar de su
en el banco de los acusados; no es propio dinero, en su propia casa, de
la primera vez, ni será la última; propia mano. El carácter propio de una
no está exenta de culpa, porque la institución, de una obra. El sentido
propiedad es el hombre, y como to- propio de una palabra (por opos. a los
da institución, refleja su imperfec- sentidos derivados o figurados) : el sen-
ción y se contamina -con sus vicios. sentido primero o fundamental.
El error de sus acusadores consis- l. La definición tiene que ser
te en hacerla responsable de los propia, es decir, sólo debe convenir
males que coinciden con ella, y en a lo definido. (Loo, do Port-R., 11,
pensar que es causa de todas aque- XVI.)
llas desdichas que no remedia.
(C. ARENAL, Cartas a u11 obrero, 2. es propio de todo círculo, só-
334.) lo del circulo, y siempre que las lí-
neas trazadas desde el centro a la
2. En sentido concreto: la cosa, es- circunferencia sean iguales. (lbíd.,
pecialmente bienes raíces, que pertene- l, VII.)
ce en propiedad a alguien. Una gran
propiedad. V. Tc11taci611, 2.
Apropia,ci611. A. Acción consistente 2. Por extensión (sin exclusividad).
en hacer de una cosa bien propio (sen- Que conviene a un cierto uso ( un te-
tido A) o personal. rreno propio para los cultivos de huer-
829 PROPOI<ClóN

ta), Se utiliza más apropiado (el hom- clases (las acomodadas). (E. Mou-
bre apropiado para el cargo, el término NIER, Tr. de caract., 475.)
apropiado).
PROPORCióN. Lat. proportio, for-
Co11tr.: impropio. mado tardíamente a partir de la fór-
3. Se dice que es propio de la mula pro portio11e (por su parte). Uti-
extensión el sel' divisible porque lizado para traducir el gr. a11alogía.
toda extensión puede ser dividida, A. En el uso ordinario (princip.
aunque In duración, el número y la est.): relación de conveniencia de las
fuerza puedan serlo también. ( Log, partes entre sí y con el todo.
de l'ort. R., I, Vil.) l. la belleza no consiste sino en
B. Subst. (filos.) Uno de los cinco el orden, es decir, en la disposición
universales. Cualidad que, sin formar y la proporción.
parte de In esencia de una cosa (esencia De ello procede que las cosas me-
que expresan el género, la especie y la nos bellas en si mismas cobren una
diferencia específica), que se sigue ne- cierta belleza cuando se las dispo-
cesal'iamente de ella y, por consiguien- ne con justas proporciones y en re-
te, conviene a In especie toda y sólo a lación mutua. (BosSUET, De la con-
ella. Ln risa, In palabra, son lo pl'opio nai••· de Dieu. .. , I, VIII.)
del hombre.
2. Así, cuando encontramos
4. Lo propio, en el sentido es- hermoso un edificio, se trata de un
tricto del término, es una determi- juicio que hacernos sobre la juste-
nación que pertenece tan sólo a za y proporción de todas las par-
una cosa y pertenee a esa cosa en tes refiriéndolas unas a otras.
toda su extensión, de modo que se (/bíd.)
reciproca con la cosa. A pesar de
esta identidad de extensión, no hay 3. La verdadera grandeza no es
identidad de naturaleza: por el cosa de dimensiones absolutas, si-
contrario, lo propio es tratado por no el efecto de proporciones afor-
Aristóteles como un signo exterior tunadas. (G. DUHAMEL, Scimes de
y una determinación superficial la vie fut., 110.)
que no entra en cuenta cuando se 3'. La misma proporción tiene
trata de formarse una noción de la cercanía entre el -amigo y el
u-na cosa. (0. HAMELIN, Syst. Amado que la distancia; porque
d'Aristote, 2.• ed., 113-114.) como mezcla de vino y agua, se
Propioceptivo. Creado por SHERRING- mezclan los amores del amigo y
T0N, a partir de «perceptivo». Las sen- del Amado; y como -claridad y res-
saciones propioceptivas son las provo- plandor se eslabonan sus amores,
cadas por estimulos resultantes de la y como esencia y ser se acercan
actividad propia del organismo. Pero y se convienen. (R. LULI0, Libro
las que provienen de los órganos de la clel amigo y del Amaclo, § 49, p.
vida vegetativa son ordinariamente de- 69,) Ad. E.
nominadas interoceptivas•. Unas y 3". Cuando a un periodo redon-
otras se oponen a las sensaciones exte- deado con número legítimo de ver-
roceptivas•, so antecede, sigue otro suelto y
En realidad, !ns sensaciones pro- sin. determinado número, o, por
pioceptivns no nos muestran grnn meJor decir, con número indetermi-
riqueza cualitativa, la que se da nado y vago, ,la despl'oporción es
sobl'e todo en las sensaciones exte- palpable, y de la desproporción re-
roceptivas. (H. PIÉHON, De l'acti- sulta la disonancia. (J. P. FoRNER
11ie a l'lwmme, 67.) Exeq1iias de la lengua castellana:
97.) Ad. E.
Propiofectivo. Creado sobl'e el mo-
delo de p1•opioceptivo n partir de efec- B. Mat. Igualdad de dos o más ra-
tivo. Los actos ,propiofectivos se termi- zones, p. ej,:
nan en el propio agente. 2 4 12
La costumbre de inhibir la mo- 4 8 24
tricidad propiofcctiva-el gesto in- Las analogías•, que tan gl'an papel
útil o excesivo-y de hacer de esta desempeñan en el lenguaje, implican
inhibición uno de los pilal'es de la una proporción de relaciones del mis-
educación predomina en ciertos mo género: así, se llama «gallito de
paises (Inglatel'ra) y en cie1-tas la clnseo ni alumno que, con relación
PIWPOSICióN 830

a sus camaradas, semeja a lo que ~s propone!', propone!'sc: designio, inten-


el gallo con relación al grupo de !ns ción, tema tratado.
galli1:ns. A. Lo que uno se propone hacer o
V. Razó11, 30. decir. Es con a1·1·eglo a este 11propósi-
Proporcional, Que estli en relación to» como las cosas que sobrevienen son
ele proporción con otra cosa. As!, el declat"adas «a propósito», «fuera de
retiro proporcional se halla en relación propósito». Fil'me propósito = resolu-
con el número de años de servicio, de ción.
modo que, designando las pensiones Sin.: intención, proyecto, plan, de-
de retiro por Rl, R2, R3 ... y los años de signio.
servicio por SI, S2, S3 ... , cabe estable- l. Todo el propósito de Pascal
cer estas proporciones: se dirige al /in, a la conclusión
Rl R2 R3 práctica y viva. (SAINTE-BEUVE,
Port-RoyaJ, III, 424.)
Sl S2 S3 V. Tenia, 7.
Rcprcse11tación pr<>porcional (Polít.) : A propósito. Tras una deliberación
sistema electoral en el que cada parti- en regla, adrede.
do obtiene un número de elegidos pro-
porcional al total de los votos obteni- 2. Cuántos hombres que tienen,
dos por los candidatos de ese partido, como suele decirse, su vida hecha,
de modo que, por ejemplo, la relación y que, a propósito, cierran sus ol-
entre el número de los votos U. N. R. dos a toda palabra, sus ojos a toda
y el número de escaños atribuidos a lectura que contrarie sus ilusiones
este partido es el mismo que la rela- o ·no haJ.ague sus prejuicios. (V.
ción entre los votos S. F. l. O. y el nú- BaoCHARD, De l'errcur, 235.)
mero de escaños atribuidos a los socia- PROSELITO.
listas.
4. Según el sistema de 1·epre- Prosélito. Gr. p,·osclytos, lat. pro-
sentación proporcional, tomado ri- selitus, que pasa (Gr. proserchetai).
gurosamente, un diputado repre- A. Prop. y originariamente: paga-
senta a electores que piensen como no recién llegado al judaísmo, y mlis
él. Por el contrario, en el sistema tarde individuo recién convertido al ca-
de distrito ( ... ) el diputado repre- tolicismo.
senta a una región y todos los que B. Por extensión: miembro recién
en ella viven, cualquiera que sea ganado para un partido, secta o es-
su opinión. (ALAIN, Politique, 147.) cuela, y que muestra marcado celo.
Proporcionalidad. Carácter de lo Proselitismo. Propaganda dirigida a
que implica una. proporción. La propor- hacer prosélitos. Ord. peyorativo.
cionalidad de ,la. atracción a las masas.
V. Analogía* de proporcionalidad. PROSPECTIVA
PROPOSICióN. Lat. propositi.o, der. Prospectivo. Lat. prospectiv11s (der.
de propone re: poner ( po11cre) delante de prospiccrc), aquello desde donde se
(1iro), proponer, decir. puede contemplar algo.
Lóg. Expresión del juicio. Enuncia- A. En la acepción ordinaria: que
do verbal susceptible de ser declarado mira hacia adelante, hacia el futuro.
verdadero o falso. Si11.: provel'Sivo.
Una proposición es verdadera o Contr.: retrospectivo.
falsa, una frase está bien o mal l. La razón prospectiva, capa-
escrita, una tesis es sostenible o cidad de mirar mlÍs allá del pre-
insostenible. (C0NDILLAC, Syn., 111, sente y de tomar siempre en con-
4G4.) sideración el momento ulterior.
Proposicional. Relativo a las propo- (V. JANKÉI.ÉVITCII, Tr. des vcrtus,
siciones. Cálculo proposicional (opera- 742.)
ción loglstica cuyo elemento no es el B. En la acepción de los promoto-
término, como en lógica formal, sino res de la prospectiva. (V. infra): que
la. proposición). Función proposicio- trata de prever el porvenir remoto me-
nal: v. Funci6n. diante la síntesis de los conocimientos
PROPóSITO. Lat. proposituni, pat"t. presentes.
pasado empleado sustantiv. de propo- 2. Cada uno de nosotros tiene
11ere (colocar, ponere, delante, pro), su •propia visión, diferentes y limi-
831 PROVIDENCI.\

tada, de este mundo inmenso y úni- lista puede hacerlas en su terreno


co en el que transcurren nuestras con cierta probabilidad de éxito.
existencias, Ser prospectivo signi- ( ... )
fica reunir esas visiones heterogé- De hecho, sólo cabe tener v1s10-
neas, proyectarlas juntas hacia el nes prospectivas mediante trabajos
futuro... (L. ARMAND, al Consejo en común. (L. ARMAND, «Vues pros-
de admin. del Centro internac. de pectíves sur le travail)), en Le tra-
Prospectiva.) vail et l'homme, 48-49. «Rencontres
l'rospectiva, subst. Neo!. der. del la- internat. de Genéve», 1959.)
tín p1·ospicrre 1 mirar hacia adelante, a Prospección. Lat. pros¡Jectio, acción
lo lejos. de mirur hacia adelante (pro), de pre-
Investigaciones que tienen por obje- ver.
to la previsión a largo plazo en la es- A. En el uso ord.: acción de pros-
fera de las ciencias humanas. V. Co- pectar, es decir, de recorrer un terri-
y1mt11ra, Plazo. torio examinándolo. Se dice principal-
3. un cie1·to número de persona- mente de la investigación de yacimien-
lidades de diferentes medios ( ... ) tos minerales: p-ero tambifn un comer-
fundaron, en mayo de 1957, el ciante puede proceder a iprospecciones
Centro Internacional de Prospec- encaminadas a la búsqueda de eventua-
tiva: «Grupo constituido para el las clientes.
estudio de las causas técnicas, B. En sentido etimol. (princip. en
científicas, económicas y sociales el lenguaje psicol. contemp.): acción de
que aceleran la evolución del mun- representarse el futuro a partir de la
do moderno y para la previsión de realidad presente. Se opone a retros-
las situaciones que podrían deri- pección*. V. Prospectiva*, subst.
varse de sus influencias conjuga-
das». (Estatutos del Ccnt1·0 intc1'- V. 1.ll emoria, 6.
11ac. de P1·ospcctiva.)
4. la actitud prospectiva ( ... ) PROTE.c"'I/SióN. Lat. protensio, ac-
ción de extender (protendcrc), en par-
consiste evidentemente en la inten- tic. la mano. Pro tiene aquí el sentido
sidad con que concentra nuestra
de: hacia adelante.
atención en el futuro. (... ) Hay
que añadir que nos hace m,írar a Psicol. Actitud del espíritu vuelto ha-
lo lejos (... ). Como la historia (... ) cia el futuro.
sólo se atiene a los hechos huma- Corre l.: retención, retrospección ,·,
nos. (G. BERGER, Prospective, I, 1, V. bnprcsión, 2; Retención, 2, 4.
4, 5.)
5. La actitud prospectiva no Pl'oto. Pref. tomado del gr. protos,
sólo nos vuelve hacia el porvenir. primero. Entra en la compos. de di-
Hay que añadir que nos hace mi- versas palabras: protagonistas (que
rar a lo lejos. En una época en desempeña el primer papel en un com-
que las causas engendran sus efec- bate [agon], que es el iniciador de una
tos a una velocidad que aumenta empresa) : prototipo; v. Protohistoria.
sin cesar, ya no es posible consi- Protopático. Por opos. a la sensibili-
derar simplemente los resultados dad epicrítica * (que se añade posterior-
inmediatos de las acciones en cur- mente e implica datos cognoscitivos), la
so. (... ) La prospectiva es, pues, sensibilidad protopática es la primera
esencialmente el estudio del futuro (proto) en aparecer y, esencialmente
lejano. (G. BERGER, Encycl, /1',, pasiva (piítica), da sólo conocimientos
XX, 54, 12.) extrcmadam.ente vagos.
O. Pocos neologismos han tenido En la regeneración de los ner-
tanto éxito como el térrnino ((pros- vios, la sensibilidad protopática
pectivas». ¿ Qué concepto es éste 7 aparece aisladamente en un primer
( ... ) El de las visiones de futuro, estadio, y se ve ulteriormente re-
y de futuro a largo plazo. «Largo frenada al volver la sensibilidad
plazo» ( ... ) significa «mús allú de epicrítica. (II. PIÉRON, l'oc. de la
las preocupaciones inmediatas». Si psych.)
queréis, «prospectivas» se opone a
ll'previsiones>J, En efecto, las pre- PROVIDENCIA. Lat. p1'ovi<lentia,
visiones pueden ser entrevistas con acción de pro t1 iclerc (ve1· hacia adelan-
métodos habituales, y cada especia- te), previsión, Providencia.
PROYECTO 832

l. el mundano, por rebelde que esp~cialmente nuestros reproches


sea, ¿no se halla todavía bajo el internos, legítimos o no, nuestras
dominio de la Providencia? Si; lo faltas inconfesadas, Esas proyec-
está, y a su pl'sar, y es esto mismo ciones, tengámoslo bien en cuenta,
lo que completa su desgracia. Por- son inconscientes. (E. MoUNIER, Tr.
que de las dos clases de providen- <lu caract., 600.)
cia que Dios ejerce sobre los hom- C. En sentido usual: hacer un pro-
bres, una de severidad y la otra de yecto; proponerse, tener el designo de
bondad ( ... ) , se halla ligado a esa hacer alguna cosa. Proyectar un viaje,
providencia rigurosa que lo persi- una compra.
gue. (B0URDALOUE, Sur la Provid.,
ll.) Proyección. Lat. pTojectio, acción de
proyectar en sentido propio.
A. Acción por la que Dios dirige el
curso de los acontecimientos, para que A. Prop.: acción de proyectar, es
las criaturas realicen su fin. Por anal., decir, de arrojar ante si o lejos de si
se dice de la persona que vela por (poco usado). Proyección de chispas.
otras, guiándolas y proveyendo a sus B. Por anal. l. Geom. Represen-
necesidades. tación sobre el plano de una figura
2. U na verdadera providencia en el espacio.
de Dios exige (... ) no sólo que lo 2. óptica. Reproducción sobre una
haya previsto todo, sino también pantalla, por medio de una fuente lu-
que haya provisto a todo mediante minosa, de la imagen de una diaposi-
remedios convenientes y preorde- tiva o de un film.
nados: de otro modo estaría falto C. Psicol. (por anal. con la acep-
o de sabiduría para preverlo o de ción óptica señalada supra): mecanis-
poder para proveer a ello. (LEIB- mo por el que el sujeto proyecta incons-
NIZ, Sccond. écrit c. Clarke, 9, ed. cientemente al exterior lo que en sí
J anet, II, 622-623.) mismo experimenta.
3. Alguien dijo que la provi- l. Psicol. de la percepción: acto por
dencia era el nombre con que ha- el que las sensaciones, experimentadas
bían bautizado al azar: un devo- como puras modificaciones interiores o
to dirá que el azar es el remoque- subjetivas, serían proyectadas al exte-
te de la providencia. (CHAMF0RT, rior u objetivadas, transformándose así
Jfax. et pensées, II, 15, París, en ,percepciones. La teoría de la pro-
1812.) yección se opone al percepcionismo*.
B. Absol. (la Providencia): Dios, 2. Psicol. de la afectividad y de la
en tanto que dirige el curso de los acon- actividad. Acto por el que el sujeto
tecimientos. Abandonarse a la Provi- atribuye a los demás sus propios sen-
dencia. timientos o manifiesta en sus obras su
Próximo. V. Pr6jimo. naturaleza propia. V. Proyectivo.
3. [A propósito de F. Mauriac.]
PROYECTO ¿ Cómo un escritor o un pintor, si
Proyectar. Lat. projiccrc, arrojar es sincero, va a cambiar una ma-
hacia adelante (pro). nera que no es sino la forma ex-
A. En sentido primitivo: arrojar, terior, la proyección de su tempe-
lanzar hacia adelante. La explosión lo ramento? (A. MAuno1s, Ét. littér.,
proyectó a diez metros. II, 34.)
B. Por anal., en el voc. psicol.: 4. Las reacciones infantiles de
atribuir a una realidad exterior, per• André Gide, frente a la moral que
sonas o cosas, los sentimientos que uno le era enseñada, no fueron sino la
experimenta. V. Proyección, pToyecti- proyección de sus reacciones afec-
1·0. tivas frente a su madre que se las
l. el niño proyecta en todas las imponía. (J. DELAY, La jeuncsse
cosas Jo maravilloso que halla en d'A. Gide, 1, 270.)
su alma. (E. RENAN, Avenir de la V. Filosofía, 47.
8C., 262.) 6. La proyección es un proceso
2. proyectamos sobre todo en universal y multiforme. Nuestras
los demás aquello cuya existencia necesidades, aspiraciones, deseos,
no queremos reconocer en nosotros, obsesiones, temores, se proyectan
nuestros complejos inconscientes y no sólo en el vacío, en sueños e
833 PROYECTO

imaginaciones, sino sobre todas las A. En el sentido usual: Jo que nos


cosas Y todos los seres. Los rela- proponemos hacer.
tos contradictorios de un mismo 7. [A propósito de Montaigne.]
acontecimiento ( ... ) delatan defor- Ese estúpido proyecto suyo dé au-
maciones a menudo más inconscien- to-retl'atarse. (PASCAi,, Peru,ées,
tes que intencionales. La cl'ítica 343.)
histórica o psicológica del testimo-
nio nos revela que nuestras per- 8. Viéndonos hacer tan lal'gos
cepciones, aun las más elementa- proyectos de fortuna, se diría que
les, como la percepción de la altu- nos creemos inmortales. (FLÉCHIER,
ra de otras personas, son a In vez en Dict. de Trévouo:.)
oscurecidas y amañadas por nues- 9. Los hombres tienen grandes
tras proyecciones. (E. MonIN, Le pretensiones y pequeños pl'oyec-
cintma, 91-92.) tos. (VAUVENARGUES, Réfl. et "'ª"'··
V. 2; Histo,·ia, 63. 89.)
Proyectivo. Psicoanal. y psicotécn.: 9'. La libertad se mide con los
que proyecta estados interiores o sus- proyectos, con la pretensión que
cita e~a proyección. Técnica proyectiva en cada instante se tiene. Y es
(térmmo empleado por vez primera en claro que los ;proyectos no se pue-
1939 .por el norteamericano Laurence den realizar más que en la medi-
K. FRANK). da en que se tienen recursos. Pro-
yectos y recursos se contraponen.
6. En su esencia, una técnica (... ) Por tanto, la posibilidad de
proyectiva es un método de estu-
dio de la personalidad que enfren- disponer de los recursos necesarios
ta al sujeto con una situación a la ea la condición de la libertad con-
que responderá según el sentido creta, no de la libertad abstracta
que esa situación tiene para él. (L. que consiste en que en un papel ]~
K. FRANK, en P. PICH0T, Les tests esté reconocido al hombre que tie-
mentauo:, 82.) ne derecho a tales cosas. Hace fal-
ta que además de ese derecho dis-
'!'•st proyectivo •. Test que tiene por oonga de los recursos efectivos pa-
obJ eto llevar al su¡ eto a manifestar su ra poder realiza!' esas posibilida-
eará1:ter o a exteriorizar sus complejos. des, para poder ejecutar esos pro-
Consisten principalmente en la inter- yectos. (J. MARÍAS, El fulltro de la
pretación de dibujos. (R0HRSCHAcH• li_b_ertad! en Libertad ¡¡ orgu11i:a-
T. A. T.•), en dibujos o construccione~ cwn, Tiempo de España, I; ~la-
(test del pueblo). drid, 1963.) Ad. E.
6 bis. El método pl'oyectivo
consiste en presentar al sujeto un B. En . los existencialistas (que a
material lo menos estructuraao po- v~ces escriben pro-yecto) : aquello ha-
si·ble y pedirle que lo estructure a cia lo que el hombre tiende y que es
su antojo, lo que sólo puede hacer constitutivo de su sel' verdadero (en
revelando, «proyectando» en ello la HEIDEGGER: la muerte) ; el acto mismo
estructul'a de su propia personali- por e] qu_e el hombr~ se proyecta hacia
dad. (D. ANZIEU, Les métlwdes pro- e~e termino, es decir, lo anticipa me-
jcctives, 2.) drnnte el pensamiento. V. Psicoanáli-
sis* existencial.
3. En la técnica analítica y en psi-
cotécnica: mecanismo por el que el su- 10. Así, cuando remo en el rio
jeto proyecta, es decil', manifiesta sus no soy otra cosa ( ... ) que ese pro~
estadcs interiores, en particulal' sus yecto concreto de práctica del re-
complejos, en sus construcciones perso- mo. Pero ese pro:rccto mismo en
nales o en sus intel'pl'etaciones (en par- tanto que totalidad de mi ser,' ex-
ticular de dibujos). V. Proyectivo presa mi decisión original en cir-
(Test-). cunstancias particulares ( ... ). Ese
pl'oyecto original ( ... ) no podría,
4. Psiquiatl'Ía. Acto por el que el pues, concernir ni a la muerte ni
sujeto se !'epresenta a sus semejantes a In. vida, ni a ningún carácter
según sus estados subjetivos. Es así particular de la condición huma-
como el delirio persecutorio lleva a ve!' na: el pl'oyecto original de un pa-
intenciones malévolas en los más in- ra-sí 8Ólo pu.cdc a.p,rntar a. su. ser
significantes actos ajenos. ( ... ); no se distingue, en efecto, del
Proyecto. Lat. proycctum, ele proj i- ser del para-sí. El para-sí es, en
cer<', lanzar, pl'oyectal', efecto, un ser cuyo ser está en
SJ. Diccionario e.le! LcnNU:ljl' Filost.íico.
PRUDENCIA 834

cuestión bajo la forma de proyec- esos pedazos de metal, que


to de ser. ( ... ) Tampoco cabe re- [sobre toda cosa
montarse más alto; y encontramos se hacen desear de los hu-
lo evidentemente irreductible al [manos.
llegar al ¡n·oyccto de ser, porque (LA FoNTAINE, Fablcs, Xll, 3.)
l'Vidcntemente no cabe remontar- 2. La ausencia ( ... ) afloja cier-
se más allá del se1·, y entre pro- tos lazos muy sólidos, los distiende
yecto de ser, posible, valor y, por
otra parte, el ser, no hay diferen- y prueba hasta el punto de rom-
cia alguna. (J.-P. SARTRE, L'rt,·,· perlos. (E. FROMENTIN, Dominiquc,
d le 11., 651-652.) 11, p. 19.)
11. No soy un objeto, sino un B. « Establecer la verdad de algo
pro~·ecto; no soy sólo lo que soy, por el razonamiento o el testimonio»
sino también lo que voy a ser, (Acad. fr.).
lo que quiero haber sido y llegar n 3. Probar que tengo razón sería
ser. (J.-F. LYOTARD, La phé110'11lé- conceder que puedo estar equivo-
110/., 101.) cada. (BEAUMARCHAIS, Susana en
Le mariuge de Figaro, I, l.)
PRUDENCIA. Lat. pnulcntia, cua-
lidad del que es prudens, adj. provinien- 4. A las mujeres no se les
te de una deformación de providcns prueba nada; sólo creen con el co-
(que ve hacia adelante, que prevé), pre- razón y la imaginación. (L'esprit
visión, prudencia. d'A. J(arr, 328.)
A. Antaño: una de las cuatro vir- 6. no existe medio concebible de
tudes cardinales, la que dispone la in- probar experimentalmente la im-
teligencia para discernir y elegir la posibilidad de un hecho. (H. BERG-
con,Teniente en la dirección de la vida. SON, Évol. créatr., 36-37.)
B. Hoy: cualidad de quien, atento 6. ¿Qué es probar? Es reducir
al alcance de sus palabras y actos, evi- una afirmación dudosa, mediante
ta cuanto puede tener consecuencias la- un razonamiento tenido por válido,
mentables. «La prudencia es la madre a una afirmación tenida por cier-
de la seguridad». Sin.: circunspección. ta. (A. LALANDE, La raison et les
Los hombres virtuosos y desgra- ,wnnes, 125.)
ciados tienen cierta propensión a 7. El orador representa el pa-
señalar sus vfrtudes como el origen pel de ese personaje triunfante que
de sus desgracias, pues que a esto da forma a la opinión de todos.
les inclinan de consuno el deseo de ( ... ) El arte de persuadir no con-
ostentar su virtud y el de ocul- siste, pues, en absoluto en cambiar
tar sus imprudencias, que impru- las opiniones de los que escuchan,
dencias muy grandes se cometen sino en darles un aire de razón.
también con la intención más recta (... ) «Pruébeme que hay pruebas
y más pura. (J. BALMES, El crite- de lo que creo». Tal es el juego de
rio, 200.) Ad. E. las asambleas. (ALAIN, Prélim. ,,
/' est., 132.)
PRUEBA 8. El pensamiento que se ha
Probar. Lat. probare, ensayar, exa- enfrentado a la cont1•ndicción es
minar; juzgar; admitir, aprobar. un pensamiento contrastado. Y si
A. Someter a alguien o algo a prue- un pensamiento contrastado no es
ba, es decir, proceder a operaciones que idéntico a un pensamiento pro-
hagan conocer si posee ciertas cualida- bado, ni menos ha adquirido en
des determinadas. El tipógrafo prueba ese trance flexibilidad y ductilidad.
la página que acaba de componer y (J. GuJTTON, htitiut. a /u, pcnsée ... ,
manda al autor una prueba para que 54.)
la corrija. Prueba. A. 1. En sentido activo:
l. Un gran mono, más sabio, a acción por la que se prueba (A) algo o
[mi ver, que su dueño, a alguien y que debe hacer conocer si
por la ventana, a diario, posee ciertas cualidades determinadas.
[arrojaba doblones, Pruebas escritas y orales de los ex11-
meses. Poner a pruelin el valor de al-
probaba su destreza y su guien. La hipótesis cientifica debe ser
[fuerza arrojando sometida a la prueba de los hechos.
835 PRUEBA

9, Confundimos a diario estas con soda y encontraba después sus


tres palabras: prueba, ensayo, cx- pensamientos confusos. Abandona
peric11cia, y en todos los dicciona- el whisky y toma coñac con soda,
rios se las define una por otra pero sigue borracho. Prueba la gi-
aunque tengan cada una su idea nebra con soda. «No cabe duda,
propia y expresen tres maneras concluye, es la soda.» Si fuese un
diferentes de adquirir el conoci- experimentador más avisado, in-
miento de los objetos. La prueba es tentarla la contraprueba: suprimi-
propiamente la manera de asegu- rla la soda, y manteniendo el whis-
rarse de si una cosa tiene las cuali- /cy, el coñac y la ginebra, descu-
dades que se le atribuyen. ( ... ) La brirla su error. (A. MAUROIS, Un
experiencia concierne propiamente art de vivre, 27-28.)
a la verdad de las cosas y el e11aayo 2. En sentido pasivo o afectivo: do-
a su uso. Se hace experie,,cia para lor o desgracia que experimentamos
saber, ensayo para elegir, pruebas y que constituyen una prueba (A) de
para conocer. (Dict, de Trévoux, la paciencia, del valor, de la virtud.
II, 805.)
14. sus aptitudes radicales, sus
10. Apenas hay ya amistad a instintos primitivos y hereditarios,
prueba de la franqueza de un ami- solicitados y fortalecidos por la
go. (FLÉCHIER, Or. f. de MONTAU- prueba, continúan obrando después
SIER.) de ella, y, tras haber constituido
11. los trabajos del escolar son una nación, constituyen un arte.
pruebas para el carácter, y no pa- (TAINE, Pltiloa. de l'art, 11, 69.)
ra la inteligencia. Ya se trate de 15. la vida ( ... ) es a menudo
ortografía, redacción o cálculo, se dura y a veces injusta y cruel. (... )
trata de aprender a querer, de su- Pero has de saber que con valor
perar el humor. (ALAIN, Esq. de y probidad se superan todas las
l'Tto1n111e, 210.) pruebas. (A. FRANCE, Petit Pie,-re,
Contra,prueba. Operación que consis- XXII, 154.)
te en controlar la exactitud del resul- 16. Hay que esperar a la prue-
tado de una prueba por la prueba in- ba bajo todas sus formas para juz-
versa. Asl, en una Cámara de Diputa- gar de la autenticidad de una vir-
dos, en las votaciones ,por sentados y tud. (G. THIBON, Notre regare/ ... ,
de pie, tras haber juzgado del núme- 202.)
ro de los votos a favor se procede, si es
dudoso que se haya alcanzado la mayo- B. l. Proceso intelectual por e1
que se prueba, es decir, por el que se
ría, a la manifestación de los votos en establece la verdad de una afirmación
contra. En las ciencias experimentales puesta en duda.
la tabla de ausencia constituye la con-
traprueba de la tabla de presencia. Sin.: demostración•.
12. el experimentador que ve su 17. La demostración tiene un
idea confirmada por una experien- carácter abstracto y universal, es
cia debe seguir dudando y exigir la misma para todo el mundo; la
una contraprueba. ( ... ) En efecto, prueba es más personal, y la im-
la prueba en ciencia no constituye presión que hace difiere según
nunca una certidumbre sin la con- aquellos a quienes se dirige. ( ... )
traprueba ( ... ) o la contra.experien- Así, a persona diferente, prueba
cia ( ... ) : cuando se quiere hallar la diferente. (E. BERSOT, Libre plti-
verdad, sólo podemos asentar sóli- los., 123.)
damente nuestras ideas tratando 18. Prueba es un término del
de destruir las propias conclusio- lenguaje corriente y evoca un con-
nes por medio de contrnexpericn- texto psicológico y social: la prue-
cias. Y la única prueba de que un ba se refiere a una duda u obje-
fenómeno desempeña el papel de ción real; tiene por objeto hacer
causa con relación a otro es que compartir una convicción.
al suprimir el primero se hace ce- Demostración es un término del
sar el segundo. (Cl. BERNARD, /1!- vocabulario cientiiico, y evoca el
trod., 1, 11, § 8.) proceso del pensamiento hipotético-
13. En Oxford cuentan la his- deductivo que trata de saber no
toria del estudiante que tomaba lo que es, sino lo que seria si se
cada noche unos cuantos wltiskies diesen ciertas condiciones que cons-
PSICAGOGIA 836

tituyen los datos del problema. Así, a menudo se infiere el suicidio por
Además, si todas las dc111ostracio- un argumento de ese g~nel'O: ha habido
11rs pueden ser llamadas ¡,rucbns, muerte natural, homicidio o suicidio;
no todas las pruebas constituyen pero evidentemente no ha habido ni
clrmostracionrs. ( ... ) En ciertos ca- muerte natural ni homicidio; luego ha
sos, para probar nos contentamos habido suicidio.
con producir un hecho que pone Prueba o razonamiento por rcclucción
fin a In duda: he ahí una prueba al absurdo. V. Absurdo.
que no es una demostración. (P.
1•'0ULQt:IÉ, Tr. él. ele p/ii/,, 11 109.) PSICAGOGIA. Gr, psyc/iagugia, di-
19. muy a menudo, cuando se recci6n ( aguge) de las almas,
trata de la existencia, lo que en
filosofia se llama una prueba no Aplicación de la psicología a la di-
tiene nada de propiamente lógico. rección moral de uno mismo y de los
Cuando, por ejemplo, Berkeley demás. Compárese con pedagogía.
quiere demostrar que la materia PSICASTENIA. Comp. del gr. 1>•Y
no existe, ¿qué argumento discur- cite (alma) y asthencia (debilidad). V.
sivo nos da? Ninguno, hablando en Astenia.
propiedad. Pero nos pide que ha- Palabra creada por Pierre JANET pa-
gamos un esfuerzo para pensar al- ra designar una neurosis consistente
go que esté fuera de nuestro pen- esencialmente en un descenso de la l<ln-
samiento, y constata que eso es sión psicológica, que acarrea trastor-
imposible. (F. ALQUIÉ, en Descar- nos de la «función de la realidad» y de
t.es, 14; «Cahiers de Royaumont», la·s funciones superiores de la activi-
1957.) dad mental,
20. La prueba es la encargada La psicastenia es una forma de
de trocar en certidumbre un he- depresión mental caracterizada por
cho dudoso. (M. GARQ0N, Essai s. el descenso de la tensión psicológi-
l'éloq. jiulic., 2.• ed., 240.) ca, por la disminución de las fun-
V. Denwstración, 7, 11. ciones que permiten obrar sobre la
2_ Lo que se aduce o puede ser adu- realidad y percibir lo real, por su
cido para probar. Este hecho, este tes- sustitución por operaciones in-
timonio, este -texto, son pruebas de lo ferio1,es y exageradas en forma de
que afirmo. Pruebas materiales. dudas, agitaciones y angustias, y
por ideas obsesivas que expresan
21. Acaso nunca he llegado a los precedentes trastornos y pre-
recibir tan fuertes pruebas de mi sentan a su vez los mismos carac-
impotencia intelectual como en es- teres. (P. JANET, Név,·oses, 367.)
tas últimas semanas. (M. DE GuÉ-
RIN, Journal, 16 marzo 1834.) PSICOANÁLISIS. Comp. de las pa-
22. los hombres huyen aún más labras gr. psyche (alma) y a11alysis
ante la prueba convincente que an- (análisis). «En su origen (esta palabra)
te la que no lo es, y se cierran a la designaba un determinado método te-
evidencia. Incluso de lejos. En esto rapéutico; hoy se ha convertido tam-
su astucia está en proporción a su bién en una ciencia: la del inconscien-
saber; los mejores espíritus son te psíquico» (FitEUD, Ma vic et le P•Y-
precisamente los que ven venir la clia11., 110). V. también Anális-is.
prueba de más lejos, los que se A. En general: toda técnica de in-
alarman y levantan el puente. vestigación psicológica y de psicote-
(ALAIN, Esq. de l'li., 107.) rapéutica por exploración del incons-
23. He nacido radical. (... ) Y ciente.
esos impulsos no constituyen prue- l. El psicoanálisis es una fór-
bas, pero llevan a encontrarlas. mula de psicología clínica y de psi-
(ALAIN, Politú¡ue, 44.) coterapia especificada sobre todo
V. Costumbre, 7. por el estudio de la transferencia.
(D. LAGACHE, Unité <le la 7>syc/1ol.,
Prueba fadirccta. Razonamiento que 36.)
establece la verdad de una proposición
demostrando que, en el caso considera- 2. El psicoanálisis tiene por ob-
do, todas las hipótesis posibles son evi- jeto no sólo el inconsciente con-
dentemente falsas con excepción de una cebido como esfern npnrte, sino el
sola, la que esa proposición enuncia. conjunto de la personalidad. (... )
837 PSICODRAMA

El psicoanálisis tiene por objeto l'sicoa11álisis c~:islencial. Según J .-P.


la personalidad total en sus rela- SAIITRE, tiene por objeto descubrir el
ciones con el mundo y consigo mis- proyecto original o fundamental que
mo. (D. LAGACHE, R. fr. de l'sycha- inconscientemente ordena nuestras de-
11al., 1949, 103.) cisiones particulares. V. Proyecto.
3. En conjunto, el psicoanálisis 8. un psicoanálisis existencial
hn evolucionado en el sentido de (... ) es un método destinado a sa-
una •psicología de la persona total car a la luz, en forma rigurosa-
enfrentada con el mundo y consigo mente objetiva, la decisión defini-
mismo. En este marco, el testimo- tiva por la de que cada persona
nio de la conciencia no se toma a se hace persona, es decir, se hace
In letra; tiene un carácter parcial anunciar a sí misma lo que es.
y fragmentario. Pero tampoco es (J,-P. SARTRE, L'étrc et le n., 662.)
ignorado: la puesta de relieve de la O. El hombre busca el ser a
significación inconsciente no es ciegas, ocultándose el libre proyec-
la negación de la conciencia, sino to que es esa búsqueda. ( ... )
un volver a situarla en su contex- El psicoanálisis existencial va a
to. (D. LAGACIIE, E11c¡¡cl. 11tédico- descubrirle la meta real de su bús-
cl1irurg., 37030. A'", 1055.) queda, que es el ser como fusión
B. Propiamente: doctrina _psicológi- sintética del en-sí con el para-sí.
ca y método terapéutico de FREUD, (lbíd., 7Zl.)
Doctr. disidentes: psicología• indivi- Psicoanalista. El que hace profesión
dual (A. ADLER), psicología• analítica de explorar el inconsciente y tratar por
(C. G. JUNG). V. también Análisis del este medio ciertas perturbaciones psí-
destino (L. SZONDI). quicas. En la mayoría de los países son
4. Un psicoanálisis no es una los médicos quienes reivindican el mo-
investigación cientlfica imparcial, nopolio de esta profesión.
sino un acto terapéutico; no trata 10. En el Congreso internacio-
esencialmente de probar, sino de nal, celebrado en París en 1950
modificar algo. (S. FREUD, cit. por (... ), se convino en llamar psico-
R. DALBIEZ, La méth. psychana/., analistas a cuantos hacen psicote-
11, 231.) rapia con base analítica. Pero si-
5. toda la tarea del tratamien- gue permaneciendo 1a condición
to psicoanalitico puede resumirse fundamental de que nadie tiene de-
en la fórmula: transformar el in- recho a llamarse psicoanalista, sea
consciente patogénico en conscien- o no médico, si no ha sufrido un
te. (S. FREUD, lntrod, a la psycha- análisis didáctico y no se ha pres-
nal., 306.) tado a los análisis de control.
(Dict. da psycha11al.)
6. Podemos definir el psicoaná-
lisis, tal como aparece en el esta- 11. Los psicoanalistas me pro-
do actual de los trnbajos de Freud ducen el efecto de ser los buhos de
y su escuela, como un método de la psicología. Ven en la oscuridad.
ex,ploración psicológica y trata- (E. CLAPAREDE, en Arch. de psy-
miento psicoterápico caracterizado chol., XXI, 358.)
por el análisis de las .tendencias 12. Reik repite a Jo largo de
afectivas y de sus efectos, siendo su libro Thc rxpcrimcnt of a psy-
la mayoría do estas tendencias con- clioaualyst: «Psicoanalista, psico-
sideradas como derivadas del ins- analiza te a tí mismo)>, forma mo-
tinto sexual. (RÉGIS y HESNARD, derna de la divisa socrática. (D.
La p81Jchanal., 3, Alean, 1929.) ANZIEU, L'a-t1to-a11a/ysc, 205.)
7. El abuso del psicoanálisis ha PSICODRAMA. Palabra y técnicas
producido, sin duda, más víctimas debidas a J.-L. MORENO.
que curaciones consigue su uso.
Representación teatral concebida pa-
Su primer daño es el de persua- ra obtener un conocimiento más pro-
dir de que sólo se trata de obtener fundo de uno o varios sujetos que en
una curación en casos en los que ella figuran como actores, o para ejer-
es una conversión lo que conven- cer sobre ellos una acción psicotera-
dría provocar. (H. DE LUDAC, Pa- péu tica.
radoxes, 02-03.) l. El psicodrama puede ser de-
V. Conciencia, 66. finido como la ciencia que busca
PSICOGRAMA 838

la ((Verdadn con ayuda de los mé- l. Junto a la psicología de los


todos dramáticos. (J.-L. MORENO, filósofos, que es parte de un siste-
Fond. de la sociomifrie, 36.) ma, ha existido siempre una psi-
2. Representación teatral tera- cología de los psicólogos.- (P. Gun~
péutica que 1ier1nite al paciente LAUME, ]11trod. ii la psycho/., 368.)
realizar una catarsis representan- 2. La tradición francesa, que
do un papel apropiado a su situa- quiere mantener la psicología en
ción. (Dic. de ¡,11cha11.) el marco de los estudios literarios,
3. El psicodrama sustituye los me parece dar prueba de un pare-
procedimientos clásicos de la psi- cer más justo que la iniciativa to-
cología y del análisis, considerados mada por otros países de llevar la
corno artificiales y deformadores, psicología a la Facultad de Cien-
por una a-cción experimental en la cias. (... ) Cabe sostener que todo
que el individuo se encuentra en estudio es ciencia o está llamado a
una situación que reproduce lo más serlo. Pero si la distinción que pre-
fielmente posible las condiciones sidió la separación de ambas fa-
reales de su existencia. El sujeto cultades tiene algún sentido, es el
no narra su situación, sino que la de que en las ((Cienciasn se estudia
representa y resucita, gracias a la naturaleza y en las «letras» las
los auxiliares que le ayudan en humanidades. (Ch. BAUD0UIN, L'á-
el juego, las interrelaciones que le mc et l'action, 171.)
ligan a quienes le rodean. (G. Gun- A. Alltig. (concepción que perma-
VITCH, Tr. de socio!., I, 148.) nece implícita en la práctica de la ma-
V. Sociodrama, 2. yoría) : estudio de cuanto concierne al
Psicografía. A. Psicología descrip- alma. «Parte de ·la filosofía que trata
tiva. Es a la psicología lo que la etno- del alma, de sus facultades y operacio-
grafía* a la etnología. nes» (Dice. de la Acad. fr.). Así com-
prendida, engloba la psicología racio-
l. Proust no procede como un nal y la psicología empírica o experi-
profesional de la ciencia. Es un mental.
pintor del alma, tan grande en su
género como Monet en el suyo. ( ... ) 3. Desde Platón hasta Descar-
Por eso el título de este libro es tes, la parte más elevada de la psi-
Psicografía, no Psicología de cología ha formado un solo cuerpo
Proust: lo que en él hay de genial con la metafísica. (J. LACHELIER,
es el analista, el escritor, no el Psychol. et métaph., Introd., en
teórico cientista que felizmente no CEuvres, I, 169.)
fue. (Ch. BL01''DEL, Pshychographie 4. La verdadera psicología no
de Marce! Proust, 191.) es la descripción del pensamiento,
B. :Menos corrientemente: monogra- sino su explicación. (J. LAGNEAU,
fía psicológica. Célébres log. et fragm., 67.)
2. Una psicografía ( ... ) consti- 6. En realidad, psicología y fi-
tuye una especie de atestado en el losofía sólo se distinguen por una
que los testimonios aportados so- ficción (... ) ; generalmente, el psi-
bre la conducta de un hombre son cólogo es un filósofo que se aver-
exactamente registrados y metódi- güenza de serlo y el metafísico, un
camente clasificados. (R. LE SEN- psicólogo que se ignora. (D. LAGA-
NE, Tr. de caracterol., 35-36.) CHE, Encycl. fr., XIX, 26, 9.)
B. En el siglo XIX: ciencia positi-
PSICOGRAMA. Inventario descrip- va de los hechos psíquicos, es decir, de
tivo de las particularidades psíquicas aquellos hechos que pueden ser conoci-
de un individuo, principalmente la grá- dos por la conciencia o la intro'\Pec-
fica que representa esos datos en for- ción pero estudiados también o incluso
ma de perfil. V. Perfil psicológú:o. principalmente por métodos objetivos.
Psicofísica. V. Psú:o/ogía. Así entendida, la psicología se reduce
Psicofisiología. V. Psú:,,logía. a la psicología empírica.
PSICOLOGIA 6. a partir de Wolf, suele dis-
tinguirse una psicología experi-
Psicología. Etimol.: ciencia del alma mental que se ocupa de los fenó-
(psyché). menos y una psicología racional
Palabra creada en el s. XVI, pero que se ocupa tan sólo de la sus-
que no se hizo usual hasta el XVIII. tancia. Pero mientras que, según
839 PSICOLOGIA

Wolf y sus seguidores, ambos es- Wundt mismo, por ejemplo, co-
tudios son partes complementarias existen confusas dos ciencias muy
de un mismo todo, en nuestra opi- diversas: una trata de describir y
nión sólo aquella psicología expe- clasificar los fenómenos de con-
rimental constituye toda la psico- ciencia, otra de construir causal~
logía, siendo el resto filosofía o mente el mundo psíquico. La dife-
metafísica, y, por tanto, algo aje- rencia de ambas es fatal, si ee su
no a la ciencia. (Th, RIB0T, La psy- diferenciación no se hace una cues-
clio/, a,,rg/, contemp., 23.) tión formal. Los conceptos psicoló-
7. La psicología tiene por obje- gicos primarios son intransferibles
to el estudio científico de los he- de la una a la otra, y cuando esto
chos de conciencia. (Th. RIB0T, en se olvida, pierden todo valor y pre-
De la, métli. dans les se., JI, 229.) cisión. (J. ORTEGA y GASSET, Sobre
el concepto de sensación, Obras, 1,
8. La psicología se halla en el 246.) Ad. E.
estado de la cirugía en la época C. En nuestros días: ciencia que
en que los cirujanos eran barbe- tiene por objeto el comportamiento del
ros. (A. CAnREL, L'liommc, cet in- hombre en tanto que ser consciente en
co111111, 184.) situación dentro del mundo físico y so-
9. Si hubiésemos de formular cial.
una definición de la psicología que 10. Hoy, la psicología ha com-
consiguiese la casi totalidad, si no prendido que la actividad psíquica
la unanimidad de los sufragios de del hombre debe ser concebida co-
los colaboradores de este Trata- mo un comportamiento en el mun-
do, diríamos que es la ciencia en do, y que los diferentes procesos
la que la introspección desempeña mentales no son, en realidad, otra
un papel esencial y previo en la cosa que componentes de esa con-
descrinción de los hechos y el aná- ducta global. Ha advertido tam-
lisis de los mecanismos mentales, bién, por otra parte, que ese com-
en la que la biología y la sociolo- portamiento es siempre, de hecho,
gía estudian las ralees y la evolu- función del comportamiento ajeno,
ción social de las funciones psí- de suerte que, en el estudio del pro-
quicas y en la que la psicología ceso mismo del comportamiento. el
patológica, la patología mental y factor social entra como uno de sus
la patología nerviosa nos aportan determinantes esenciales. (J. :lli:T-
(... ) la más preciosa contribución. TlN, en Les sciences soc. dans l'cn-
(G. DUMAS, Nouvea,u Tr. de psy- scign. sup., 138, Unesco, 1955.)
chol., I, 339.) D. En el lenguaje corriente. l. Sub-
V. Fisiología, 1. jetivamente o como cualidad intelec-
Psicología racional y Psicología ex- tual (tener psicologia, carecer de psi-
perimental o empírica. La psicol5>~ía cología) : aptitud particular para com-
raciona,) es la parte de la metaf1s1ca prender al hombre real, a los demás
que, partiendo de los datos de la expe- y a uno mismo, para penetrar en los
riencia, principalmente de la experien- secretos móviles de su conducta.
cia interior o psíquica, y basándose en 11. Hay más psicología en una
los .prindpios racionales, trata de de- de las grandes novelas de Tolstoi
terminar la naturaleza, origen y des- o de Dostoiewski, hay más psi-
tino de1 principio al que deben ser atri- cología, reflexiva y profunda,
buidos los hechos de conciencia. en L'affairc Craillqucbill.,· que en
La psicología experimental (que se- ciertos tratados de psicofísica o de
ría mejor llamar empírica cuando no psicofisiología que he tenido oca-
practica la experimentación metódica), sión de hojear. (Ch. REN0UVIER,
haciendo abstracción del problema de Dcrnicrs entr., 81.)
la naturaleza del principio de los he- 11'. Lo que yo admiro en el pin-
chos psíquicos, tiene por objeto el aná- tor -y en mí influye- no tanto
lisis de estos hechos y la búsqueda de es la pintura misma como la psi-
sus causas inmediatas. Considerada an- cología: su arbitrio en disponer de
taño como parte de la filosofía, consti- los colores, pincel en mano, y su
tuye hoy una disciplina independiente afán, ya ante el lienzo, ya en sus
dentro del grupo de las ciencias huma- ensoñaciones, de encontrar una
nas. composición feliz. (AZORÍN, El es-
O'. En la psicología al uso, en critor, 63.) Ad, E.
l'SICOLOGIA 840

2. En sentido concreto. Objetiva- tológicn, aunque In psicología cl!ni•


mente: conjunto de los rasgos de ca- ca pretenda abarcar en un mismo
rácter de un individuo o un grupo ele conjunto las conductas adaptadas y
individuos. La psicología del pueblo in- los desórdenes de In conducta.
glés, de Napoleón. (D. LAGACIIE, I/1111ité de /u JIBY·
Siu.: carácter. cho/., 14.)
12. Nación sociable, [Francia] 17. La psicolo¡rín clínica toma,
vive en y por lo externo. Su psico- pues, de la medicina el adjetivo
logía se compone de piezas móvi- ccclínica» para caracterizar su méa
les, como la estructura de las ma- todo, similar en estructura a la in-
rionetas ... (H.-F. AMIEL, Journal vestigación módica clínica. (A.
i11t., 13 enero 1863.) REY, L'cxamcn clin. en vsychol.,
13. El error fundamentl\l de 22.)
1''rancia reside en su psicología. l. Por op. a la psicol. introspecti-
Ha creído siempre que una cosa di- va (en primera persona), la psicol. clí-
cha era cosa hecha, como si la re- nica se basa en la observación de los
tórica acabase con las inclinacio- demás, pero en una observación 01·ien-
nes, los hábitos, el ser real... (H.- tada más hacia la conciencia que hacía
F. AMIEL, lbíd., 23 mayo 1873.) el comportamiento (psicol. en segunda
14. Cada generación tiene su persona•).
psicología, nueva en sus rasg-os. 2. Por op. n la psicol. estrictamen-
(P. B0URGET, Essais de psychol. te objetiva o de laboratorio (en tercera
co11tcmp., 11, 64.) persona•), la psicol. clínica se basa
15. Soltero y cuadragenario, esencialmente en las relaciones inter-
me cuesta trabajo imaginarme la personales del psicólogo con su sujeto,
llSicología del hombre casado. (J. y las técnicas cientificas de laborato-
DE B0URB0N-BUSSEC, Le re,nords rio sólo intervienen a título auxiliar.
est un luxe, 17.) Psicología comparada. A. Para al-
15'. el recurso a la psicología gunos: psicología animal o zoológica.
del autor no sólo se queda en lo B. Más común y exactamente: es-
ineficaz, sino que resulta pertur- tudio, con vista a conocer mejor al
bador e insuficiente. Nada más adulto normal y civilizado del que se
opuesto al carácter de la obra del ocupa la psicología general, de seres
Perugino, por ejemplo, que la psi- cuyo psiquismo se halla menos desarro-
cología del Perugino. Quien preten- llado: animales, niños, primitivos, cri-
diera encontrar en la índole vio- minales, alienados ...
lenta, avara, blasfematoria y sa- Psicolopía de comportamiento. Elimi-
crílega del pintor umbro el secre- nando todo recurso a la introspección
to de la suavidad y de la santidad y toda consideración del aspecto sub-
de sus Madonas, recibiría un chas- jetivo de los hechos, se atiene a su as-
co tamaño, ca.paz de hacerle per- pecto exterior u orgánico. Según esta
der todas las ilusiones en el valor concepción, la psicología tiene po1· ob-
de la crítica psicológica. (E. n'Oas, jeto las reacciones globeiles del orga-
Tres lecciones en el 111. del Prado, nismo a la acción del medio, tanto fí-
35.) Ad. E. sico como social. Expuesta por H. PIÉ-
Psicología analítica. Nombre que C. RON desde 1908, fue popularizada en
G. JUNG dio, tras su ruptura con América, a partir de 1913, por WAT•
FREUD, a su propia doctrina, que se soN, bajo el nombre de Behaviorismo•.
distingue del psicoanálisis prop. dicho: V. Psicología ele la co11clucta •
l.º por una ampliación del concepto de Psicología do la conducta•. Forma
In líbido•; 2.0 por la introducción de particular de la psicología objetiva o
un inconsciente colectivo como substra- de comportamiento consistente en ba-
to del inconsciente individua,!. sarse sólo en los datos exteriores, pero
Psicología clínica. Método de obser- considerándolos como manifestacione•
vación consistente en esforzarse por de estados interiores o estados de con-
comprender los casos individuales en ciencia. Concepción formulada por Pie-
su singularidad, al modo del médico a rre JANET y adoptado por D. LAGACHE.
la cabecera del enfermo. V. Clínico. 18. La psicología de la conduc-
lG. A pesar de su resonancia ta es, de un modo general, el estu-
médica, el término «psicología cll- dio del hombre en sus relaciones
nica» no quiere decir psicología pa- con el universo y sobre todo en sus
841 PSICOLOGfA

relaciones con los demás hombres. aquélla, por los medios. (E. CLAPA-
(P. JANET, E11cycl. fr., VIII, 8, 11.) nEDE, Psycliol. de l'enfant, 120.)
19. El hecho psicológico no es 22. [los factores estructurales 1
ni espiritual ni corporal; se da en se derivan exclusivamente de la
el hombre entero, puesto que no es naturaleza dq los estímulos físicos
sino la conducta de ese hombre to- o de los efectos que éstos produ-
mada en conjunto. Un sentimiento cen en el sistema nervioso del su-
no está más en el alma que en el jeto. (... ) Los factores sensoriales,
vientre: es una modificación del que son independientes de las ne-
conjunto de la conducta. (P. J A- cesidades y de la personalidad del
NET, De l'a11g. a. l'ext., 11, 36.) sujeto percipiente y que imponen
20. Cuando Pierre Janet ( ... ) a su campo cognoscitivo ciertas or-
define su psiccilogia de la conduc- ganizaciones privilegiadas, son lo
ta, nos invita a mirar deBde fue- que se ha convenido en llamar
ra, pero no el exterior. (E. Mou- «factores estructurales de la per-
NIER, Tr. du cc,racl.,, 42.) cepción». ( ... )
Psicología difcrc11cial. Rama de la Por el contrario, los factores
psicología que estudia las diferencias f1<1u:ionales de la organización per-
existentes entre diversos gru-pos huma- ceptiva son aquellos que se derivan
nos (razas, sexos, edades) o entre miem- de la necesidad, del humor, de la
bros de un mismo grllpo. experiencia pasada y de la memo-
ria del sujeto. (D. KRETCH y R. S.
Psu:ologia de la Forma. Ad. E. Es- CRUTCHFIELD, Psyc/iol. Bociale, 108-
cuela que e,oplica el comportamiento 109.)
psicológico a partir de formas innatas.
Forma es una organización en la que Psicología, individ11al (al. lndividual-
las ·propiedades de las partes o de los psychologie). Término por el que AD-
procesos parciales dependen del todo. LER designó su concepción del psico-
Se aplica ya a sistemas físicos, ya a análisis después de su separación de
sistemas psíquicos (figuras, melodías, FREUD: la psicol. individ. estudia al
razonamientos, etc.). V. Ley de la bue- hombre en su complejidad concreta y
na forma. trata de adaptarlo a las condiciones
concretas de su existencia.
Psicología funcional y psicología es-
tructural, La psicología funcional con- Psicología patológica. «La psicología
sidera los hechos psíquicos en función patológica tiene por objeto establecer
del conjunto del psiquismo o del con- las leyes ,psicológicas de nuestros esta-
junto organismo..medio y como res- dos mórbidos e inferir, en lo posible,
puesta a unas necesidades. V. Educa- las leyes psicológicas de nuestros es-
ción• funcional. tados normales.» (G. DUMAS, J. de psy-
Por el contrario, la psicología estruc-
cliol., nov.-dic. 1907, 10.) V. Psicopato-
logía.
tural se atiene al análisis de las es-
tructuras de la actividad psíquica o Psicología profunda. Al.: Tiefenpsy-
comportamiento. chologie. Investigaciones que tienen por
objeto la exploración del inconsciente.
21. La psicología estructural es
a11alítu:a; dirige sus miradas a la Sin.: psicoanálisis.
composición de los procesos men- 23. La psicología profunda, co-
tales ( ... ). Se interesa en el cómo rno la llaman Freud, Jung, etc., es
de los fenómenos, en sus engrana- siempre una psicología del hombre
jes internos. ocioso; por eso predominan en ella
Por el contrario, la psicología los motivos sexuales. (G. LUKACS,
funcional considera la síntesis de en Action, 18 enero 1949, 7.)
todos esos engranajes elementales, Psicología reflexiva. V. Rcflcxió11,
con vista a la adaptación del indi- A 11álisis• reflexivo.
viduo ( ... ) y trata de descubrir los Psicología ,ocia/. Estudio del hombre
resortes que dan impulso a la má- viviendo en sociedad. Puede centrarse
quina; plantea unos l'•rqués. en el hombre individual (interpsicolo-
El punto de vista de la psicolo- gín de G. DE TARDE) o en ,Ja sociedad
gía estructural es mecanici,ta, des- como tal (sociologismo• de E. DUR-
criptivo, o•tático, El de la psicolo- KHEIM).
gía funcional es biológico, dinámi- 24. dada In situación fluida en
co, l!:sta se interesa por los fines, la que se halla hoy la psicologia
PSICOLOGIA 842

social. la organizncilm y pl'cscn- fo11d. rlc /a vsycltol., 260. Fin de


tación de los tC"mns varían inevita- la obra.)
blemente según el punto de vist11 l'aravsicologla. Disciplina que tiene
del autor. (0. KLINEBERG, P•11clio/, por objeto los fenómenos que sobrnpa-
soc., Prcf. de la 2.' ed. norteame- san la capacidad del psiquismo nor-
ric., 1954, trad. fr., 1, IX.) mal: telepatía, videncia, profecía.
25. La psicología social se ocu- Sin.: metapsíquica•.
pa del estudio científico del indivi-
duo en tanto que influido por 31. [En vez de oc,t/to, psíquico],
otros individuos. (Ibíd., 19.) proponemos el término pa,rapslqui-
co, en el que el prefijo para indica
26. la psicología social no se re- precisamente que se trata de fenó-
ducirá ni a la psicología intermen- menos excepcionales, aberrantes,
tal -a la manera de Tarde y de paradójicos, ajenos a las leyes co-
muchos norteameicanos- ni a un nocidas del pensamiento y de la vi-
simple anexo de la sociología dog- da. (E. BOIRAC, La pByc/io/. inco11.-
mática de estilo marxista o dur- 1mc, 81.)
kheimiano. s,. objeto propio será
la, interacción y la, relaci6,i: inter- 32. Los especialistas contempo-
acción de las influencias sociales ráneos de lo paranormal han adop-
y de las personalidades singulares, tado, ·para designar su disciplina,
relación de los individuos entre sí el término para¡,sicologCa, en tan-
y de los grupos entre sí. (J. MAI- to que los supervivientes de la épo-
S0NNEUVE, Psychol. soc., 13.) ca heroica conservan el titulo de
mctapsiquistas o psiquistas. (R.
27. Llamarnos «psicología so- AMAD0U, La, télépathic, 157.)
cial» a la disciplina, intermedia en-
tre la sociología y la psicología, Psicólogo. A. En el uso ordin.:
que tiene por objeto principal las que tiene un don particular de pene-
interacciones de los individuos y tración psicológica, es decir, adivina y
los grupos. (D. LAGACHE, en R. fr. comprende con rapidez los sentimien-
de psyc/oa,n., 1951, 104.) tos y pensamientos ajenos. Todo edu-
cador debe ser buen psicólogo. V.
28. el psicólogo trata de com- Psicología D.
prender lo que ocurre en el inte-
rior del individuo, en tanto que el B. El que está especializado en es-
psicólogo social trata de compren- tudios de psicología. Una reunión de
der lo que ocurre entre los indivi- filósofos, de psicólogos, de juristas.
duos, y el sociólogo, por su parte, V. N utura/cza,, 69.
se pregunta lo que ocurre en el C. Profesional de la psicología
grupo entero. (R. Gmoo, Altitudes aplicada.
collect., 163.) Sil!.: psicotécnico. Los psicólogos de
l11tcrpsico/ogía,. Rama de la psicolo- la orientación escolar, del trabajo.
gía que tiene por objeto las relaciones Psicológico. A. Prop.: relativo a la
intersubjetivas•, es decir, de los su- psicología, ,perteneciente a su esfera.
jetos entre (inter) sí, de unos con otros Estudios, teorías psicológicas.
V. Intersubjetividad (en Sujeto). 33. Si llamamos psíquico única-
Metapsicología. Investigaciones diri- mente a lo consciente, como sólo
gidas a lo que hay más allá de los da- lo que es psíquico es legítimamen-
tos de la experiencia psicológica: ya te psicológico, los hechos propia-
sean fenómenos supraconscientes, ya el mente inconscientes no pertenecen
principio del psiquismo (psicología ra- al objeto de la psicología. (V. Ea-
cional o metafísica). GER, Paro/e i11tér., 309, n.)
29. Metapsicología. ¿Crees que 34. Por ejemplo, tu emoción, la
puedo emplear esa palahra, meta- emoción que experimentas, es para
psicología, para clasificar una psi- mí un objeto psicológico, porque se
cología que nos lleva más allá del refiere esencialmente al sentimien-
estado consciente? (FREUD, C. a to psíquico que tú mismo tienes de
Fliess, cit. por E. JoNEs, La, vie et ella. (J.-M. BAU>WIN, La penséc et
l'oruvre de Fre!<d, 391.) les choscs, 243.)
30. ha existido la metapsicolo- 35. El especialista que se en-
uía y empieza la historia de la psi- cierra en su especialidad comete
cología. (G. POLITZER, Crit. des un grave error; 111 explicación se-
843 PSICOLOGIA

rá a veces geográfica en la psico- presentación en el conocimiento,


logia y psicológica en la geografía. levantando sobre sus ruinas el edi-
(A. SIEGFRIED, Géogr. lmmoristiqtte ficio que Hamilton ha llamado
do Pari8, 13-14.) realismo natural. (M. MENÉNDE7. Y
B. Por ext.: sin. de psíquico. Esta- PELAY0, De la poesía 1nística., en
dos psicológicos. San /sil/oro .. ,, 58.) Ad. E.
36. La pura realidad psicológi- A. Por opos. al Jogicismo•: doctri-
ca es difluyente, inarticulada. (G. na según la cual la lógica es una cien-
GusooRF, Déco,rn. de soi, 222.) cia positiva que tiene por objeto nues-
tra manera real de pensar y, por con-
36'. Si existe un poeta verdade- siguiente, depende de la psicología.
ramente psicológico, es decir, que HUSSERL fue uno de sus principales ad-
no haya visto en el mundo más versarios.
que las soledades de su alma, Au-
sias [March] Jo es, y en el aná- 39. Para el psicologismo, la ló-
lisis de sus afectos pone fuerza gica ( ... ) es la historia natural del
y lucidez maravillosas. (M. ME- concepto, del juicio, del razona-
NÉNDEZ y PELAY0, De la poesía miento, en una palabra, de las ope-
mística, en San Isidoro ... , 54.) Ad. raciones intelectuales consideradas
E. como simples estados de concien-
Psieologismo. Tendencia a reducir cia.
los problemas filosófieos a problemas Pero, al pretender absorber la
de psieologia, considerando a ésta co- lógica en la psicología, se descono-
mo el fundamento de la filosofía. Co- ce por compll!to la diferencia de
mo muchos términos en i111110, esta pa- naturaleza que existe entre las le-
labra indica de ordinario un exceso re- yes psicológicas y las leyes lógi-
probable. Se opone principalmente a cas. (... ) Hay en las leyes de la ló-
logiscismo• y sociologismo•. gica un elemento ideal y normati-
37. El psicologismo se aplica, vo, una noción de valor que se ha.
ante todo, a demostrar que el fenó- !la totalmente ausente de las le-
meno religioso no es, a la letra, yes psicológicas. (L. C0UTURAT, R.
más que un fenómeno, un estado de mét. et de mor., 1906, 320.)
de conciencia. ( ... ) Según el psico- 40. los conceptos, los juicios, las
logismo, nada hay en él que Jo dis- deducciones, las demostraciones,
tinga efectivamente de los fenóme- las teorías serían acontecimientos
nos ordinarios. (E. B0UTR0UX, Se. psíquicos, y la lógica, como ya di-
et relig., I, IY, «Psychologisme et jo J. St. Mill, una «parte o rama
sociologisme», 197, 198.) de la psicología». Es precisamen-
38. el «psicologismo» (... ), pre- te en esta concepción, de aparien-
tensión de la joven psicología, ani- cia tan evidente, donde reside el
mada 11or el ardor de los neófitos, psicologismo lógico, (HUSSERL, Log.
de ser en cierto modo la ciencia formelle et log. transcendantale
base de todas las demás, puesto 210.) '
que el objeto de cualquiera de ellas 41. Para defenderse contra las
es, ante todo, objeto de conciencia. pretensiones del «psicologismo»,
(Ch. BAUD0UIN, en La vio et la pen- Husserl se propuso demostrar que
sée, 10, «VII' Congres des Soc. de la verdadera fenomenología no es
Philos. de la.ngue fr.» 1954.) un estudio de las apariencias, sino
38'. Toda la filosofia española de las esencias (lVesensschmt), un
del siglo XVI, sobre todo la no es- conocimiento científico del ser ín-
colástica e independiente, está mar- timo de las cosas al que la razón
cada con el sello del psicologismo, llega por una intelección imnedia-
desde que Luis Vives, en su trata- ta. (A. SPANIER, Pensée coni>r., 41.)
do De anima et vita, anticipándo- 41'. Lo interesante seria preci-
se a cartesianos y escoceses, volvió sar cuáles son los atributos sor-
por los fueros de la sile11ciosa ex- prendentes, por lo insólito, de la
periencia de cada cual dentro do vida inglesa en los últimos cien
si 1nismo (... ), de 'la introspección años. Luego vendl'ia el intento de
o reflexión (1110118 in •• ipsani re- demostrar cómo ha adquirido In-
flcxa), hasta que Gómez Pereil·a glaterra esas cualidades sociológi-
redujo a menudo polvo las especies cas. Insisto en emplear esta pala-
inteligibles y la hipótesis de la re- bra, a pesar de lo pedante que es,
PSICOSIS 844

porque tras ella está lo verdade- l'Mirópnta. Sujeto afectado de tras-


ramente esencial y fértil. Es preei- tornos psíquicos. Enfermo mental. V.
so extirpar de In historia el psico- l'atlws.
logismo, que hn sido ya espantado Der.: psicopatía, estarlo morboso que
de otros conocimientos. Lo excep- afecta ni psiquismo. Enfermedad men-
cional de Inglaterra no yace en el tal.
tipo de individuo humano que ha
sabido crear. ( ... ) la originalidad Adj.: psicopático.
extrema del pueblo inglés radica V. Co11stiti,ci611, 5.
en su manera de tomar el lado so- Psicopatologia. Estudio de los tras-
cial o colectivo de In vida huma- tornos mentales cuyo conocimiento con-
na, en el modo como sabe ser una diciona In psiquintrin. V. Psicología•
sociedad. (J. ORTEGA Y GASSET, patológka.
Epílogo pa1·a ingleses, en La rebe-
lión de las masas, Obras, IV, 282.) 44. En primera aproximación,
Ad. E. decidiremos In psicopatologín gene-
V. Lógica, 33, 34, 36. ral por tres caracteres: l." Se di-
rige al conocimiento de las estruc-
B. Por opos. al sociologismo•: doc- turas esenciales de In personali-
trina según la cual los hechos sociales dad morbosa y de los determinis-
carecen de especificidad propia y se ex- mos de la patología mental; 2.•
plican por las leyes de la psicología Ocupa ,una perspectiva a la vez
individual. Tal fue la concepción de psíquica y critica, que abarca to-
G. DE TARDE, combatido por DUR- dos los aspectos de la actividad
KHEIM. psíquica morbosa; 3." Tiende a in-
42. Podemos hablar - ( ... ) por tegrar su saber en el conocimien-
reacción contra un psicologismo to científico total del hombre. (G.
simplista e intemperante- de una DESHAIES, Psychopath. gén., 7.)
cierta especificidad del espíritu del 45. La relación entre In psico-
grupo. Pero ( ... ) ello nos parece patología y la psicología general
ocultar, sobre todo, la ignorancia es comparable a la de la patologia
en que aún nos hallamos del psi- y la fisiología; ¿qué dirlamos de
quismo profundo del hombre y, por una patología que ignorase la fi-
consiguiente, de las modalidades siología, y de una fisiologln que
complejas y sutiles de la acción de ignorase la patologin? (D. LAGA-
las conciencias unas sobre otras. CHE, Encycl. 111édico-c/1ir., 37030,
(D. ESSERTIER, Formes infér. de A'", 2, 1956.)
l'expl., 344.)
V. Nor,nal, 3.
C. Por op. a una cierta forma de
moralismo•, el psicologismo moral o Psicofisiología. Disciplina que tiene
axiológico consiste en reducir la moral por objeto las relaciones existentes en-
a la psicología y en determinar el va- tre el organismo y el psiquismo, p. ej.,
lor moral de las cosas con arreglo al entre el cerebro y el pensamiento, en-
mayor o menor deseo que provocan. tre los fenómenos de la vida vegetativa
Psicometria. Técnica de la medida y la emoción.
en la esfera de la psicología. ·Psicofísíca. Disciplina que tiene por
43. La psicometría tiene por objeto determinar las relaciones que
objeto medir los fenó~enos psico- existen entre los fenómenos flsicos, ta-
lógicos. Como esta medida no pue- les como la luz o el sonido, y el fenó-
de efectuarse de modo directo -no meno psíquico o sensación que de ellos
cabría, en efecto, juzgar en cuan- resulta. En ,particular establece, para
to un sentimiento de placer es ma- los diversos excitantes físicos, el um-
yor que otro sentimiento de pla- bral• absoluto y el umbral diferencial.
cer- (... ) mediremos, ya la causa PSICOSIS. Enfermedad mental. Se
física que lo ha producido (proce- dice sólo de los trastornos que afectan
dimiento psicofísko), ya su dura- a la personalidad. Los menos profun-
ción (procedimiento psicocro11omé- dos se denominan neurosis•.
trko), ya sus efectos dinámicos o
fisiológicos (procedimiento psicodi- /Jer.: psicótico (predisposición psicó-
1uimico). ya su frecuencia en un tica = predisposición a In psicosis).
grupo de individuos dados (proce- Parece que la idea de demarca-
dimiento pskoestadístico). (E. CLA· ción entt-e psicosis y neurosis re-
PAREDE, l'syc/10L de l'c11fant, 267.) side en el grado de conciencia que
845 PSIQUE

el sujeto tiene de sus desórdenes, ticos, como In organización del trabajo


los cuales reconoce como morbosos o de la publicidad.
en un cnso (neurosis), mientras en Sin.: psicología aplicada.
el otro (psicosis) es incapaz de to-
mar ante ellos una actitud crític!I. H. En sentido estricto: esa misma
(A. PoR0T, /1/antte/, 346.) aplicación, pero mediante técnicas ela-
boradas por la psicología científica.
V. Latencia, 1; Neurosis, 3.
Psicotecnia. Disciplina que rige-
Psiconc11rosis. Neurosis complicada la aplicación a los problemas hu-
con un elemento psiquico particular- manos de los datos de la psicofi-
mente neto. siología y la psicología experimen-
PSICOSOMÁTICA (Medicina -). tal, mediante el empleo de un con-
Neo!. comp. de las palabras gr. psy- junto de métodos rigurosamente
cltc (alma) y süina (cuerpo). Concepción científicos y principalmente de los
médica que tiene particularmente en métodos psicométricos. (H. PIÉRON,
cuenta la acción de lo moral sobre lo V oc. tic la psych.)
fisico. «PSIQUE,,
l. Lo que los psicosomáticos «Psique». Del gr. psyclté, prop.: so-
han adoptado de In obra de 1"reud plo (psychci11, soplar). Por anal.: alma,
(... ) no es el aspecto doctrinal, si- vida.
no los innumerables ejemplos de
perturbaciones somáticas cuyo ori- Empleado por los psicólogos contem-
gen afectivo se halla doblemente poráneos, en particular en la psicolo-
probado ( ... ). La psicología clásica, gía profunda, para evitar las implica-
con su artificia1 descripción de las ciones religiosas y espiritualistas de
funciones mentales desencarnadas las palabras «alma» y ,,espíritu», en un
y su desconocimiento del campo sentido análogo al del término en ARIS-
afectivo, lugar preferido de las in- TÓTELES, para quien psych<; designaba
teracciones psicosomáticas, no po- el principio vital tanto como el princi-
día proporcionar datos útiles a la pio pensante. Personificación del psi-
medicina psicosomática. Esto ex- quismo.
plica la constante referencia de los l. La conciencia no es toda la
psicosomáticos a las concepciones psique; la psique es originariamen-
psicoanalíticas y el papel primor- te una función del sistema ner-
dial que éstas han desempeñado en vioso repartido por el cuerpo y cu-
el desarrollo de su doctrina. (H. yo centro, filogenéticamente, no se
HÉCAEN y H. DUCHENE, «La méde- hallaba en la cabeza sino en e\
cine psychosomat.», en La Prcssc vientre, en sus acumulaciones de
médica/e, 2 nov. 1946, 730.) ganglios. Estos últimos constitu-
2. Lo mismo que hay enferme- yen, sin duda, la base origínal de
dades psíquicas ligadas a causas la entidad psíquica, en tanto que
físicas y cu1·ables mediante fisio- los hemisferios cerebrales han con-
terapias, que constituyen el objeto tribuido esencialmente a la elabo-
de la medicina somato-psiq11ica, ración de la conciencia. (C. G.
hay enfermedades físicas ligadas JUNG, L'ho1,nne d. la. déco-uverte,
a causas psíquicas y curables me- 81.)
diante psicoterapias, que constitu- 1 bis. Por Psique entendemos
yen el objeto de la medicina psico- el Ego, sus estados, sus cualida-
somdtica. (J. DELA.Y, en La l'rcssc- des y sus actos. (J.-P. SARTRE, L'e-
médicalc, 13 dic. 1947, 834.) trc et le 11., 209.)
3. la medicina psicosomáticn, 1 ter. La psique masculina, en
es decir, la medicina que tiene por general, tiene una estructura me-
objeto las enfermedades somáticas nos solidaria y compacta que la fe-
en relación ¡iatogénica con conflic- menina, o, dicho de otro modo, el
tos psicológicos generalmente in- hombre suele estar formado por
conscientes. (D. LAGACHE, E11cyrl. varias provincias intimas que ape-
,nidico-chir., 37030, A'", 1, IV55.) nas se comunican entre sí. Su vida
V. Carácter, 25. política, por ejemplo, no tiene co-
nexión alguna dentro de él mismo
PSICO'fECNIA. A. En sentido am- con su vida profesional o senti-
plio: aplicación de ln psicología a la mental, El alma femenina está
solución de problema• puramente p1·ác- ml\s reunida consigo mismo )p, por
PSIQUISMO 846

eso, ( ... ) su sensibilidad es mñs ilusiones. (A. FRANCE, La vio lit-


profunda y vigorosa. La mujer es- Ur., III, 144.)
tá a la vez en todas In• regiones /lfr!a¡,sír111ico, adj. y 111ctapslr1uica
de si misma, y su modo de reac- subst, Que se halla, como el objeto de
cionar es casi siempre total. (J. In metafísica, más allá de las posibi-
ORTEGA Y GASSET, Ob.-as, 11, 742.) lidades de la experiencia normal, pero
Ad. E. puede ser alcanzado por una experien-
Psiquiatría. Etimol.: medicina (ia- cia dependiente de facultades superio-
trcia) del alma (pi,yclie). res.
Parte de la medicina consagrada al Si11.: parapsicología. V. más adelan-
tratamiento de las enfermedades men- te.
tales. Utiliza procedimientos físico-qui- 5, Si ningún escrúpulo me asal-
micos (electrochoque, etc.) y psicológi- ta cuando niego en bloque la exis-
cos (v. Psicoterapia). tencia de los hechos de espiritismo,
2. lo csc11cial de la terapéutica mi negación se hará algo más cir-
psiquiátrica se ha impuesto en /01·- cunspecta en lo que atañe a los
-ma de técnica psicotcrápica. La de orden metafísico. Me contento
esencia misma de la psiquiatría, su con creer, y muy firmemente, que
razón de ser, la originalidad de su no existen, y que la coincidencia,
posición en el cuadro de las cien- el fraude, la imaginación, la falta
cias médicas, la especificidad de de espíritu critico, etc., bastan pa-
sus n1étodos, residen, en efecto, en ra ex,plicar cuanto se ha dicho so-
el acto por el que el espíritu viene bre la telepatía (comunicación di-
eu ayuda clel espíritu. en un salu- recta entre conciencias), la clari-
dable encueutro co111prensit10 y rcs- videncia (facultad de tomar cono-
taura,lor. (H. EY, Errcycl. médico- cimiento de una realidad sensible
cliir., 37800, A'º, 3, 1955.) por medios distintos a los de la
Psíquico. Gr. psychikos, relativo a percepción sensorial), la premoni-
la vida, dotado de vida: lo relativo al ción (previsión del futuro), la te-
alma. lekinesia (desplazamiento de ob-
jetos a distancia), el magnetismo
A. Relativo al alma o el espíritu animal, etc. (J. RosTAND, Ce que
considerados desde el punto de vista je erais, 65.)
empírico, es decir, como el principio
al que referimos una categoría de he- 5'. el supuesto de todas estas
chos de experiencia, sin pronunciarse investigaciones es la admisión (o,
sobre la realidad de ese principio. Los por lo menos, la posibilidad de ad-
misión) de que lo psíquico no es
hechos, los fenómenos psíquicos; la ac- coextensivo a lo orgánico ni reduc-
tividad psíquica. tible a él, sino que puede «desligar-
Sin.: psicológico, pero este adjetivo ••• de lo orgánico y «subsistir» in-
se aplica más propiamente a lo concer- dependientemente, ya sea como un
niente a la psicología. «fluido psiquico» común o bien co-
3. Las enfermedades que son mo un «espirito individual». (J.
más psíquicas que físicas evolucio- FERRATER MORA, Dictio11ario do Fi-
nan de modo tan fulminante para losofía, 616.) Ad. E.
bien como para mal. (A. MAUR0JS, ccPsieoide11, de forma (idc•, der. del
Les roses de septcmbre.) gr. eidos) psíquica.
B. Más particularmente ( en este Que pertenece a una forma interior
caso no es sinónimo de psicológico): Se de psiquismo o presenta ciertas seme-
dice de modos de actividad dependien- janzas con lo psiquico.
tes de una psique, pero diferentes de G. Lo consciente es el criterio
la actividad normal del hombre: ya más importante o incluso el úni-
sean inferiores (la actividad psíquica co criterio esencial que nos permi-
del animal), ya superiores (los fenó- te distinguir las funciones psíqui-
menos psíquicos de la telepatía). En cas de las funciones psicoides.
este último caso, es preferible utilizar (KRETSCIIMER, Psyc/10I. médicalc,
el adj. para psíquico y metapsiquico•. 78-79.)
4. A veces he divertido mi cu-
riosidad entre excelentes personas PSIQUISMO. A. Conjunto de los
dedicadas a las ciencias psíquicas: fenómenos referidos a la psique y que
tal es el nombre que dan a sus constituyen el objeto de la psicología.
847 PUEBLO

l. El espíritu, o, si se me per- 3. Su vida privada [de las es-


mite un neologismo que expresa trellas de cine] es pública, su vida
mcjo1· mi pensamiento, el psiquis- pública es publicitaria. (... )
mo no está limitado al hombre La vida privada de una estrella
adulto... (LITTRÉ, La scie11ce elu tiene que ser pública. (E. Mon1N,
poi11t de vue pltilos,, 320.) R. /ntcrnat. ele filmo!., VII [1956 I,
B. Conjunto particular de fenóme- 30.)
nos psíquicos que constituyen un todo, 4. Somos los escritores, en cier-
El psiquismo inconsciente, El psiquis- ta manera, comediantes que repre-
mo animal. El psiquismo morboso. Se sentamos en tablado ante el públi-
dice, sobre todo, de las formas irracio- co. Aun los más recatados e ínti-
nales de la actividad de la psique; M. mos se sienten ante la multitud:
PnADINES habla de «la especifidad del público grande o público chico, pú-
psiquismo como fuerza extraña a la ló- blico de hoy o público de mañana
gica». (T1·, ele ps11cliol.; 1, XI}, (AZORÍN, El escritor, 76.) Ad. E.
2, Los psiquismos rígidos son PUDOR. Lat. pu.dar, sentimiento de
a menudo psiquismos pobres. (E. vergüenza.
MoUNIER, Tr. el11 caract., 469.) A. Actitud del que oculta o calla
3. a veces suele llamarse natu- cosas tenidas por vergonzosas o por de-
raleza de algo a aquello que cons- masiado íntimas, principalmente en el
tituye su irreductible peculiaridad. terreno de la sexualidad. Si excesivo,
Pero eso no nos da todo lo que cons- se convierte en pudibundez o mojiga-
tituye la especie humana; para tería.
ello necesitamos saber no sólo que Sin.: decencia, reserva.
el hombre tiene una inteligencia
irreductible al psiquismo animal, Contr.: impudor, cinismo, obscenidad,
sino también todas las notas cons- inconveniencia, inmodestia.
titutivas de eso que, con inevitable l. El .pudor es ( ... ) el sacristán
pero irritante vaguedad, suele lla- de la castidad. (Francisco DE SA-
marse «animal» u «organismo ani- LES, Scnn. p. l'Amwnciation, rEu-
mal» como carácter genérico de la vres, X, 52.)
especie humana. (X. Zuem1, Sobre B. Por ext.: actitud del que oculta
la esencia, 245.) Ad. E. o calla cosas que le favorecen, pero se-
ría vanidad mostrar.
PúBLICO. Lat. publicus, relativo al
pueblo o al Estado. Se op. a privatus. 2. [A propósito del desuso de
Res pubUca, la cosa (los asuntos) del la palabra «virtud».] El pudor en
Estado, la cosa pública. la expresión parece literalmente
Der.: publicare, publicar, hacer pú- pervertido; la reserva cambia de
blico; publicanus, arrendatario de las objeto: lo que antes merecía ala-
rentas del Estado, publicano. banza no se atreve ya a expresar-
Que pertenece, está destinado o se se; lo que se censuraba y velaba
refiere al conjunto de un pueblo o al campa en las conversaciones. (P.
Estado. Dominio público, enseñanza pú- VALÉRY, Variété, Pléiade, 1, 945.)
blica. Transportes públicos, finanzas ,Pt,JEBLO. 1:,at. populus: bajo la Re-
públicas. Derecho público. pubhca, el con¡unto de los ciudadanos,
Contr.: privado. por op. tanto al Senado (Sen«tus po-
l. Los placeres públicos sólo p1tlusq1w romanus) como a la plebe·
convienen a los hombres privados; en la época imperial, sin. de plebs. '
los hombres públicos sólo deben A. Un pueblo (punto de vista ét-
buscar solaz en los placeres do- nico). 1'odo conjunto de familias o tl'i-
mésticos. (Vizconde DE BoNALD, bus más o menos estrechamente aso-
Pe11sées s. la 1nor., (Euvrcs, III, ciadas, conjunto considerado por refe-
1379.) rencia al país que habita o del que es
2. En tanto que constituyen un originario. A diferencia de las palabras
«público», los hombres son exterio- nación, patria, Estado, Hpueblo» deja
res a si mismos. Pensar en los indeterminado el grado de conciencia
homb1·es a través de la categoría que los miembros de ese conjunto tie-
de lo «público" es, pues, vedarse nen de su unidad, así como el nivel de
el penetrar hasta lo humano. (I-1. su organización política. El derecho de
DE LUDAC, l'arac/oxes, 22, Seuil, los pueblos a disponer de si mismos. La
1956.) soberanía del pueblo.
PUERIi, 848

l. Un gran pueblo sin almn es 6. Si comparo las respectivas


[una vasta muchedumbre, condiciones de los hombres más
(LAMARTINE, Premieres médit., opuestos, quiero decir a los gran-
XVIII.) des con el pueblo, este último me
l'. Así como pueblo es un esta- parece contento con lo necesario,
do colectivo del esplritu humano, y aquéllos inquietos y pobres con
multitud es un estado inferio1· del lo superfluo. ( ... ) El pueblo ape-
pueblo. (J. MARAGALL, l'ida , .• c,·i- nas tiene espíritu, y los grandes
ta, 90.) Ad. E. no tienen alma; aquél tiene buen
fondo y carece de apariencias; és-
B. El pueblo ( en el seno del pue- tos sólo tienen apariencias y son
blo definido en A). pura superficie. ¿Hay que optar?
l. Desde el punto de vista políti- No lo dudo: quiero ser pueblo. (LA
co (por opos. a los gobernantes, ni Es- BRUYERE, Caract., IX, 26.)
tado) : al conjunto de los simples par- 6. Nnda menos popular que
ticulares de una nación. amar ni pueblo. (J. RosTAND, Ju-
2. El pueblo es la sustancia lic11 ... , 22.)
misma ( ... ) del cuerpo político. El V. Idea, 7; Idolatría, 1.
pueblo está por encima del Estado,
el pueblo no es para el Estado, si- PUERIL. Lat. p11erilis, der. de
no el Estado para el pueblo. ( ... ) p1ter (niño).
El pueblo tiene particular necesi- Lo propio del niño, Por ext.: fútil
dad del Estado, precisamente por- frívolo, simplista, ingenuo. Discusiones
que el Estado es un órgano espe- pueriles.
cializado en el cuidado del con- Sin.: infantil.
junto, y debe por ello normalmen- Puerilidad. Carácter de lo que es
te proteger al pueblo, sus derechos pueril. La puerilidad de una conducta,
y la mejora de su vida, contra el de un razonamiento.
particularismo de los grupos y las l. En tanto que la palabra pue-
clases privilegiados. (J. MARITAIN,
L'lwmmc et l'État, 25. ) rilismo sirve para designar una
transformación global que intere-
2'. El pueblo como mera colec- sa a toda ,personalidad, el término
tividad, sin dirección, no es capaz puerilidad se aplica sólo a ciertas
de tomar la menor iniciativa. No clases, gestos, reacciones o actitu-
podemos hoy seguir creyendo en la des para subrayar su pobreza, su
teoría romántica de que el pueblo ingenuidad, el aspecto superficial
es «autor» de muchas cosas: los y la falta de reflexión en un suje-
cuatro versos de una copla, las no- to que, por lo demás, muestra un
tas de la más simple melodía, la compo1·tamiento de apa.-iencia nor-
redacción más elemental de una mal. (A. PonoT, Manuel.)
ley, de un pacto, la iniciación de 2. El sentido de la dominación
una costumbre, nunca es obra del es un carácter netamente sexual
pueblo, sino de un individuo q~e (... ) y por ello un centro poderoso
se destaca de la grey, un egreg10. de la atracción de los instintos en
(R. MENÉNDEZ PIDAL, Los españo- el hombre. Puede haber un eunu-
les en la Historia, 101.) Ad. E. co dotado de fuerzas hercúleas o
V. Democracia, 1, 4. de gran inteligencia. Mas, a pe-
2. Desde el punto de vista social sar de ello, no mandará como no
(por opos. a la nobleza y a la burgue- sea en las mujeres del harén. Ln
sía) : los elementos más modestos (por ausencia de la energía instintiva
su fortuna, su profesión, su cultura) provoca en el ánimo un estado de
del conjunto de la población. Un hom- puerilidad en su sentido estricto;
bre del pueblo. esto es, de aniñamiento, incompa-
tible con el mando. (G, MARAÑÓN,
3. Nada es más pueblo que la Ensayos liberales, 76-77.) Ad. E.
asambleas deliberantes. (Card. DE
RETZ, /\lax. et ré/l., 159, t. 11, 49.) 1'1terilismo 111c11tal. «Regresión de la
mentalidad al estado infanti!D. (A. Po-
4. Llamo pueblo a cuantos pien- R0T). V. Infantilismo.
san baja y vulgarmente. La Cor-
te está llena de ellos. (Marquesa PULSióN. Lat. p1tlsio, acción de
DE LAMBERT, Lcttres s. l't!duc., empujar o rechazar (¡,el/ere; supino:
155.) ¡mlsu111).
PURO
Neo!. adoptado en Francia para tra- lutamente puras de la verdad sin
ducir el alemán Trieb, del que hacen mezcla de sensaciones e imágenes;
gran uso los teóricos del psicoanálisis, no por la unión que tiene con el
y que en español se traduce por im- cuerpo, sino por la que tiene con
pulso. Con ello se limita el sentido del el Verbo o Sabiduría de Dios. (MA-
francés impulsúm. LEBRANCHE, Rech., Concl. de los
Empuje ciego de las tendencias bio- tres primeros libros.)
lógicas, que en FREUD emanan del B. En KANT (Razón pura, intuición
«ello••· pura). Que no debe nada a la exipe-
Sin.: instinto (A). riencia.
l. Vemos al hombre sometido, Sin.: a priori.
por una parte, a las pulsiones de Contr.: empírico.
sus disposiciones, gustos, inclina-
ciones y hábitos, y, por otra, a las l. Llamamos puro a todo cono-
presiones del medio ambiente. (M. cimiento en el que no hay mezcla-
BoLL y F. BAUD, Personnalité, 79.) do nada extraño. Pero un cono-
cimiento es, sobre todo, calificado
2. La primera época de la exis- de absolutamente puro cuando en
tencia es la época del instinto. El él no se halla, en general, ningu-
primer mundo es un mundo ani- na experiencia o sensación; cuan-
mal sometido al imperativo de las do es, por consiguiente, posible
pulsiones biológicas. (G. GusoonF,
Tr, de méta,ph., 62.) completamente a priori. (KANT,
Crit. de la r. pure, 46.)
3. A diferencia del instinto, la
pulsión no contiene en si misma a 2. Llamo puras (en el sentido
la manera de una matriz, la idea trascendental) a todas aquellas re-
del objeto hacia el que tiende, lo presentaciones en las que no se
que le da su objeto ya elegido: halla nada de lo que pertenece a
una cierta plasticidad se introduce la sensación. ( Jbíd., 12"4.)
así en los esquemas del comporta- 3. La intuición sensible es o
miento instintivo-afectivo. (H. intuición pura (espacio y tiempo)
NIEL, L'analyse du destin, 34.) o intuición empírica de lo repre-
V. Sublimación, l. sentado inmediatamente como real,
en el espacio y en el tiempo, por
PURO. La,t, purus, sin tacha, sin la sensación. ( Jbíd., 124.)
mancha, sin mezcla. 4. si de las intuiciones empíri-
Filos. Sin mezcla. V. Acto puro. cas de los cuerpos y de sus modi-
l. el sujeto puro, el espíritu ficaciones (movimiento) se elimina
puro no existe; cuando ese se- todo elemento empírico, es decir,
dicente espíritu puro empieza a lo perteneciente a la sensación,
ocuparse de filosofía, se ha ase- quedan aún el espacio y el tiem-
gurado ya, por la tradición y la po, que son, por consiguiente, in-
experiencia adquirida y por cuanto tuiciones puras, que sirven a las
ha podido retener la memoria, una demás de ·fundamento a priori, y
considerable provisión de objetos. que, ,por consiguiente, no pueden
(A. BRUNNER, Connaiss. hum., 391- nunca ser eliminadas... (KANT,
392.) Prolégom., § 10.)
2. Al igual que es una ilusión 5. Podernos llamar empírica a
el Espíritu ,puro, tampoco tenernos toda filosofía que se apoya en
experiencia pura, hechos ,puros principios de la experiencia: y pu-
( ... ) . Hay siempre, y la mayoría ra, por el contrario, a la que expo-
de las veces a pesar nuestro, una ne sus doctrinas partiendo única-
interpretación, una clasificación, mente de principios a priori.
(lbúl., 394.) (KANT, Fondements de la mitaph.
V. Acto, 12. des ma,urs, Pref., 173.)
A. En DESCARTES y los cartesianos: Arte p11ro. Arte que tiende a produ-
es puro el conocimiento que nada debe cir una im-presión estética mediante
a los sentidos. formas que no recuerdan ningún ob-
3. lo he llamado [al espíritu] jeto de la e,q,eriencia o de la natura-
puro, o entendimiento puro, cuan- leza.
do recibe de Dios las ideas abso- Sin.: arte abstracto*, no figurativo·~.
54, Diccionario del Lenguaje Filo!lófico,
PURO 850

l. Lo notable del arte puro es, l. En suma, lo que llamamos


ante todo, la eliminación de lo con- un poema se compone práct~amen-
sideración de los objetos que el ar- te de fragmentos de poesía pura
te trataba de imitar, tanto porque encajados en la materia de un dis-
rehusa tomar de la naturaleza una curso. (.. ,) en vez de poesía pura,
realidad ya dada, por ser una acti- valdrla más acaso decir poeela ab-
vidad propiamente creadora, como soluta, y habria entonces que en-
porque acaso halla siempre en el tenderla en el sentido de una bús-
objeto un doble carácter de fami- queda de los efectos resultantes de
liaridad y de utilidad que nos im- las relaciones de las -palabras, o
pide darle un valor exclusivamen- mejor de las resonancias de las pa-
te contemplativo. (L. LAVELLE, Tr. labras entre sí. (P. V.u.fav, Pléia-
a,. ••alfflrB, II, 806.) de, I, 146'1-14.58.)
2. La poesia no es, sin duda,
2. de todas las artes, es la mú-
sica la que proporciona mejor apo- tan libre como la música en sus
medios. Sólo con gra.n esfuerzo con-
yo a la doctrina del arte puro. (L. sigue ordenar a su gusto las pa-
LAVELLE, lbfd., 11, 307.) ' h11bras, las formas, los objetos de
Poesía. pura. Poesia reducida a la la prosa. Si lo consiguiese, eso se-
música de las palabras e independien- ria poe,!a pura. (P. VAÜRY, Va-
te de su significado. riété, Pléiade, I, 6'16.)
a
Qwulriviuni.. V. Arte A. cesidad en general, pero sin preci-
sar la manera, ni elegir la mate-
QUANTUM ria. El amor, selectivo tanto como
Quantum. Neutro del adj. quantw, imperativo, ordena lo que hay que
(cuan grande), empleado adverbial y hacer y que hay que hacel"lo. (W.
substantivamente. A menudo corre!. de J ANKÉLÉVITCH, Tr. des ve rtus,
tantum, tantum quantum, significan- 128.)
do: tanto como, tanto como es nece-
sario para ... QUIDIDAD. Lat. escolást. quiddi-
En la Física moderna (quantum de tas, der. de quid, lo que: el quid de una
energía; plur., quanta): cantidad mí- cosa, su «aquello que», es decir, aquello
nima que puede presentar la. variación que es.
de la energía. La teoría de los quan- Sin.: essentda.
ta implica la discontinuidad de la ener- Lo que una cosa es, lo que respon-
gía y, por ext., de la materia. de a la cuestión «¿qué es?» (quid sit),
Quántico o cuántico. Que se basa su esencia expresada en la definición.
en la teoría de los quanta. Física cuán- 3. Significar lo que una sus-
tica. tancia es, es responder a la cues-
V. Medida, 6. tión qu-id sit; por eso, en tanto
Quid y quod. Opos. clás. en los es- que expresada en la definición, la
colást.: quid, pron. interrog. ( quid sit esencia se denomina <cquididad».
¿qué es?): quod, pron. relat. emplea- (E. GILSON, Le thomisme, 43.)
do como conjunción (respo,uioo quod 4. La esencia toma el nombre
non, respondo que no). Ha sido adop- de quididad o el de esscntia se-
tada por w. JANKÉLÉVITCH. gún se subraye el hecho de que
l. de todo aquello de lo que te- responde a la pregunta «¿qué es
nemos alguna ciencia sabemos no la cosa?» o el de qué es ,aquello
sólo que es (quod est), sino lo que que primero confiere a cada cosa
es ( quid est); porque la ciencia es el acto de existir. (J. WAIIL, Tr.
algo. Pero de Dios no podemos sa- de métaph., 75.)
ber lo que es (quid est), sino tan 4'. cosas sólo expresa formal-
sólo que es (quod cst). (Santo TO- mente la quididad de la cosa y una
MÁS, De Vcritale, II, 1, 9.) determinada o real esencia: mas
2. El instinto exigía el quod esto no es una propiedad, sino,
sin especificar el quid, es decir, más bien, la esencia del ente; por
ordenaba la satisfación de una ne- lo cual, muchos juzgan que cosa
QUIETISMO 852

es un predicado del ente más esen- 1·esado, incluso en lo concerniente a la


cial que el propio ente. (F. SUÁREZ, posesión de Dios en el más allá, es:
Do las propiedades del ente ... , 11, l.º posible de manera habitual, e in-
§ 1, p. 45.) Ad. E. cluso 2.º constituye un ideal de santi-
4". El quid, la esencia estricta, dad hacia el que es preciso tender.
significa, en primer lugar, el con- B. Por ext.: toda doctrina o acti-
junto de notas constitutivas de una tud práctica que menos precia las vir-
cosa. Pero significa, en segundo tudes activas.
lugar, dentro de esas notas, aque-
llas o aquellos momentos suyos QUINTAESENCIA. Lat.: quinta
que son articulables en forma, por essentia, la quinta esencia. Las cua-
ejemplo, de género y diferencia. tro primeras son las comúnmente acep-
Sólo este último quid, sólo es- tadas desde EMPfDOCLES: tierra, agua,
ta esencia, es quiddidad, a saber, aire y fuego. Pero el cielo está consti-
especie. (X. ZUBIRI, Sobre la esen- tuido por «alguna otra sust,ncia cor-
cia, 228.) Ad. E. poral, ajena a los compuestos de este
mundo, más divina que todos ellos y
Quiditativo. Que pertenece al orden anterior a ellos, (ARISTÓTELES, Du ciel,
de la quididad o esencia. 1, 2, 269 a, 31) : es la quintaesencia.
5. La existencia no es una de- En nuestros días (fig.) : lo que algo
terminación quiditativa, no forma tiene de más esencial, más profundo,
parte del linaje de la esencia, no más sutil y refinado. La quintaesencia
es una determinación de la esen- de una obra, de la cortesía.
cia. (J. MARITAIN, Les degrés du
savoir, 846.) Quintaesenciar. Apenas se emplea
más que fig.: sutilizar, refinar.
5'. Dentro de cada sustantivi-
dad individual estricta hay una di- Esa disputa sobre un sentimien-
ferencia entre su momento quiddi- to muy '.l)OCO natural tiene algo de
tativo-individual y su realidad •las conversaciones del Hotel de
constitutivo-individual. La articu- Rambouillet, donde se quintaesen-
lación de estos dos momentos es- ci,aban .ideas sofisticadas. (VOLTAI-
tá en la necesidad con que en sí RE, Remarques s. le Cid, V, 1, ver-
la quiddidad es físicamente dife- sos 81.a2.)
renda. En su virtud, la diferencia Quodlibet. Del subst. lat. medieval
constitutiva es esencial sin ser quodlibetum (formado a partir del neu-
quidditatíva. Las diferencias esen- tro del adj. quilibet, quaelibét, quodli-
ciales individuales dejan intacta la bet, el, la, lo que se quiera). Se lla-
posible identidad específica quiddi- maban quodlibeta (en plural), quaestio-
tativa. (X. ZUBIRI, Sobre la esen- nes de quodlibet o quaestiones quodli-
cia, 226.) Ad. E. betales lea 1>reguntas que se hacían li-
bremente ( ad libitum) al profesor y
QUIETISMO. A. Prop. (teol. as- que constituian el objeto de las dispu-
cét. y míst.) : doctrina de MOLINOS y de taciones quodlibetales. Serias y verda-
Mme. GUYON (defendida por FfNELON deramente filosóficas, llegaron a de-
en sus Máo:imaa de los santos), según generar, al buscar en ellas ocasión los
la cual: l.• el estado de total quietud alumnos para reir o burlarse del pro-
supone una completa pasividad de las fesor. Asi en ésta, dirigida sin duda
facultades naturales que deja el campo a un fraile: «¿Por qué están los frai-
libre a la acción divina; 2." un amor les más gordos que los demás hom-
puro, es decir, completamente desinte- bres?,
R
R. Por oposlci6n a S. (Stim:ulus), encima del pensamiento, desde lue-
significa respuesta. V. Responsa.bili- go, pero incluso por encima del ho-
dad. nor. (ALAIN, Esq. de l'homme, 93.)
Racional y der. V. Ra.z6n. 4. las diferencias genéricas ra-
ciales, suponiendo que existan, apa-
RACISMO recen como absolutamente insig-
Raza. Ita!. ra.ua. Ori~en oscuro. nificantes frente a las diferencias
Conjunto de los caracteres que dis- individuales.
tinguen, en el seno de una misma es- El hombre se diferencia del hom-
pecie, a un tipo particular que se trans- bre ( ... ), pero una raza no se di-
mite por herencia. El conjunto de los ferencia de otra raza, y aún me-
individuos que presentan ese tipo. Ca- nos un pueblo de otro pueblo. (J.
ballo de raza percherona, lemosina ... ROSTAND, Hérédité et racisme, 63.)
Referido a hombres: raza blanca, ne- 4'. Importante es la acción de
gra, amarilla, cobriza, y en el seno de una raza por medio de la fuerza,
cada una de ellas subdivisiones tam- pero es más importante su acción
bién calificadas de raza (la raza de ideal ; y ésta alcanza sólo su apo-
Neanderthal, de Cro-Magnon). geo cuando se abandona la acción
l. La verdad es que no existe exterior y se concentra dentro del
raza pura y que hacer descansar territorio toda la vitalidad nacio-
la pojfüca en el análisis etnográ- nal. (A. GANIVET, ldearium espa,.
fico es basarla en una quimera. ñol, 70-71.) Ad. E.
(RENAil, Disc. et confér., 200-294.)
Racismo. Doctrina que afirma la su-
2. No hay una raza. bretona, si- rperioridad de ciertas razas y basa en
no un pueblo bretón; una ra.za. ella el derecho a dominar e incluso a
francesa, sino un pueblo francés; stJprimir a los demás.
u,na raza. aria, sino lenguas arias;
una ra.za. latina, sino una civiliza,. 5. La concepción «racista» ( ... )
ci6n latina. (M. BOULE, Les hom- no ve en el Estado más que un fin,
que es el mantenimiento de la exis-
mes /ossiles, 322.) tencia de las razas humanas. No
V. Senti,lo. 4. cree en modo alguno en su igual-
3. La raza es la animalidad. dad, sino que reconoce, por el
( ... ) Cuando se dice que habla la contrario, tanto su diversidad co-
raza, quiere decirse que habla lo mo su valor más o menos alto.
inferior, y que la fuerza es con- Este conocimiento le confiere la
siderada como el primer valor. Por obligación, según la voluntad ete.r-
RAZóN 854

na, de fa\'orecer la victoria del la Razón sobernna In fundamenta e


mejor y el más fuerte, de exigir la impone. (P. PoUGET, l,ogia, 119.)
subordinación de los malvados y los V. 42, 44, 46, 47 1 62; Religi6n, 20,
débiles. (HITLER, llfdn Kampf, trad. Sentido 30; Tradic16n, 8; Virtud, 26;
fr., 380-381.) 27; Voluntad, 10, 16, 18, 19.
V. Gratuito, 6. B. En el sentido filosófico y vir-
tual: modo de pensar propio del hom-
RAZóN bre a quien se define como «animal
Razón. Lnt. ratio, der. de rc,·i, cal- racional» o dotado de razón (suele re-
cular, contar y, por ext., pensar (rcor, conocerse a los anima•les superiores una
pienso). Ratus, part. pasado de este ver- cierta inteligencia, ,pero no la razón).
bo, conserva el sentido de «contar» en La palabra «razón» así entendida se
la expresión «a prorata» (pro rata presenta en dos acepciones fáciles de
parre: según la parte contada a cada distinguir en la frase: la razón es «la
uno). Ratio ha dado el doblete ración- facultad de aprehender la razón de las
razón: cosas» (COURNOT). La facultad defini-
ración (cantidad diaria de alimento da 'Puede ser denominada razón subje-
dada a los animales o a los hombres) tiva (es cosa del sujeto pensante) : la
conserva la primitiva idea de contar; razón aprehendida por esta facultad
razón pertenece al orden del pen- será la razón objetiva (el objeto del
samiento propiamente dicho y no del pensamiento, lo que la mente se repre-
cálculo; no obstante, esa idea del cálcu- senta).
lo reaparece en la acepción matemá- 5. la fe divina debe tener ma-
tica del término (C). yor fuerza sobre nuestro espíritu
que nuestra propia razón; y esto
Distinguiremos más fácilmente am- por la misma razón que nos hace
bas acepciones yuxtaponiéndolas en una ver que hay que preferi,r siempre lo
misma frase: «En razón del frío, se más cierto a lo que es menos.
hará una distribución suplementaria de (l,og. de Port-R., IV, XII,)
carbón a razón de 100 kilos por per- 6. El corazón tiene sus razones
sona». que la razón no conoce. (PASCAL,
A. Norma absoluta del pensamien- Pc11Bécs, 458.)
to humano, más o menos personificada, 7. las palabi,as logos, ratio,
o incluso identificada con Dios. A me- raz6n (...) designan 111nas veces una
nudo se escribe con R mayúsc. En 1793, facultad dP-1 ser racional y otras
la Convención francesa estableció el una relación entre las cosas mis-
culto a la Razón. mas; de suerte que puede decirse
l. Amad, pues, la razón; que que la razón de.1 hombre (la razón
[ siempre vuestras obras subjetiva) persigue y aprehende la
tan sólo de ella tomen su es- razón de las cosas (la razón objeti-
[plendor y su prez. va). (A. COURNOT, Essai sur les
(BOILEAU; Art poét., l.) fond., II, § 14, p. 16-17.)
2. La razón a •la que consulta- v. 18.
mos es una Razón universal ( ... ) 8. Se guía a los niños por la
una Razón inmutable y necesaria razón de la autoridad y a los hom-
( ... ) ; si es cierto que es inmutable bres 'Por la autoridad de la razón.
En el fondo es lo mismo; porque
y necesaria, no es diferente de la la razón· es la primera autoridad,
de Dios. (MALEBRANCHE, Recher- y la autoridad la razón última.
chc de la vér., «X• éclairciss.».) (Vizconde DE BONALD, Pcnsées re-
3. La Sabiduría nos remite a lig., <Euvrcs, 111, 136-1.)
la infancia: Nisi efficiamini si- 9. Toda la psicología clásica es
cut parv1ili. un esfuerzo por resolver las razo-
Nada hay tan conforme a la ra- nes del corazón en razones de la
zón como esa negación de la ra- razón. (D. MORNET, Hist. de la
zón. (PASCAL, Peneées, 466-467.) clarté franc., 88.)
4. Dios puede no crearnos. Si 10. Solicitada impel'iosamente
nos crea, nos ha.ce tales que ten- en un sentido por la razón, la vo-
gamos en nosotros la regla de luntad cree justificarse con razo-
nuestra acción (la 1·azón), pero no nes ... (M, PRADINES, Princ, de tou-
el fundamento de esa regla. Sólo tc philosopltic, 268,)
855 RAZóN

11. las razones de la razón son 15. No es derrota rendirse a


generalmente razones, no de obrar, la razón. (Cab. DE MfRÉ, Réfl.
sino de abstenerse o esperar. (W. mor., 302.)
JANKÉLfVITCH, Tr, des vertus, 16. El último paso de la razón
193.) es reconocer que hay una infini-
11'. Mi persuasión en ninguna dad de cosas que le exceden. (PAS-
manera es hija del arte, sino de CAL, Pcnsées, 456.)
la razón natural, en cuanto ésta
me representa con claridad las 17. ...la razón, que jamás ha
verdades, que escribo, proponién- enjugado una lágrima. (CHATEAU-
dome las razones, que las persua- BRIAND, Génie du Christ., I Parte,
den; y esas mismas razones, pues- 1, XIII,)
tas perspicuamente, me sirven pa- 18. al emplear la palabra ra.a:6n
ra persuadirlas a otros. (P. FEI- (en sentido subjetivo), entendere-
JOO, Justa, repulsa, de inicuas a.eu- mos designar principalmente la fa-
sacioncs, 37.) Ad. E. cultad de aprehender la razón de
l. Subjetiv. o con facultad: facul- las cosas, o el orden según el cual
tad: facultad de razonar, es decir, de los hechos, leyes, relaciones y ob-
establecer entre los hechos o los con- jetos de nuestro conocimiento se
ceptos relaciones necesarias. O también encadenan y proceden unos de
facultad de percibir las relaciones. O otros. (A. C0URN0T, Essai sur les
finalmente (al tener por armazón el fond., 11, § 17; p. 21.)
razonamiento los principios raciona- 19. Amo la razón, pero no soy
les) : facultad de los principios (ya con- un fanático de ella; la razón nos
sista en el poder de elaborarlos, ya no guía e ilumina; pero si hacéis de
sea otra cosa que un sistema de prin- ella una divinidad, os cegará y os
cipios). persuadirá al crimen. (A. FRANCE,
Se opone a los sentidos, al instinto Les dieux ont soif, 87.)
al corazón, al sentimiento.
19'. debemos reconocer por úni-
Sin.: inteligencia, juicio, bien senti- co criterio cientüico la razón, cu-
do. No obstante, en el uso ordinario e yo destino es herir a la autoridad,
incluso filosófico, la inteligencia (al como el rayo del cristianismo hirió
igual que el juicio aquí en cuestión y los ídolos del Capitolio. (E. CASTE-
el buen sentido) es intuitiva y abarca LAR, Discursos, 16.) Ad. E.
de un golpe conjuntos complejos; la ra-
zón es, ·por el contrario, discursiva, y 19". La razón es una breve zo-
sigue una marcha metódica e incluso na de claridad analítica que se
en ocasiones más o menos mecánica. A abre entre dos estractos insonda-
diferencia de inteligencia•, razón• (en bles de irracionalidad. El carácter
su acepción subjetiva) carece de plu- esencialmente formal y operatorio
ral: se actúa sobre las inteligencias, de la razón transfiere a ésta de
no sobre las razones. modo inexorable a un método intui-
Contr.: sin razón. tivo, opuesto a ella, pero que de ella
12. Cuando el agua curva una vive. Razonar es u·n puro combinar
[ varilla, mi razón la endereza: visiones irrazonables. (J. ORTEGA
ella decide, inapelable. Y GASSET, Ni vitalismo ni ra.cio-
Con tal socorro, mis ojos 11a,l.ismo, Obras, 111, 277.) Ad. E.
jamás me engañan aunque me 19"'. una realidad humana con-
[mientan siempre. creta cualquiera ( ... ) sólo resulta
(LA F0NTAINE, Fa.bles, VII, inteligible desde la vida, referida
xvm.) a esa totalidad en que está radica-
13. Toda mi casa se ocupa en da; sólo cuando la vida misma fu1•.-
[razonar, ciona como ratio, conseguimos en-
y el razonamiento destierra de tender algo humano. Esto es, di-
[ ella In razón. cho a tenazón, 110 que quiere decir
(MOI,IERE, Les fcmmes sava.ntca, raz6n vital. (J. MARIAS, La filoso-
II, Vil.) fía. espa1iola, actual, 121.) Ad E.
14. Nunca se desea ardiente- V. 26; Alterna.Uva, 13; Corazón, 6;
mente lo que sólo se desea por 10, 20; Co1urccució11, 1; Filósofo, 3, 4,
la razón. (LA R0Cl!Et'0UCAULD, 6, G; Filosofía, 14, 16, 18, 19, 21; Ima-
Max., 469.) gi11aci611, ó2; Libertad, 3, 4, 7, 59; .llo-
RAZóN 856

ral, 12; Necesidad, 2, 13; Norn!a, 10, ción, entonces tanto más habría que
12; Obligación, 22, 27: Obscrva<:tón, 2; comprender en una proposición
Orden, 4; Pasión, 18, 22, 23; Socie- aquella determinación reflexiva, a
dad, 23. la que las otras traspasan como a
Razón constituida, y razón co11stit11- su verdad, es decir, la contradic-
yentc (distinción debida a A. LALANDE). ció11; y habría que decir: Todas
las cosas están 011 contradicción 011
La razón constituida consiste en los si ·mismas, y esto justamente en
principios o norn1as, más o menos va- el sentido de que esta proposición
riables con el tiempo y las personas expresarla, frente a las otras, mu-
(aunque tendiendo en el límite hacia la cho más la verdad y la esencia de
unidad), en que se basan nuestros ra- las cosas. (HEGEL, Ciencia de la
zonamientos. La razón constituyente es Lógica, Hachette, II, p. 72.)
la facultad, inmutable e idéntica en to-
dos, de formar, gracias a la percepción (, .. ) cuando se tuviera que ha-
de las relaciones, principios universa- blar de un· orden jerárquico, Y
les y necesarios. cuando ambas determinaciones (la
20. Si podemos legítimamente, identidad y la contradicción) tu-
en ciertos casos, faltarle al respe- vieran que ser ma.ntenidas como
to a la razón constituida, es para separadas, entonces la co'!-tradic-
conformarnos más escrupulosamen- ción tendria que ser considerada
te a la razón constituyente. (A. como lo más profundo y Jo más
L.A.L.Urt"DE, La raison et les normes, esencial. En efecto, frente a ella,
187.) la identidad es sólo la determina-
ción. de lo simple inmediato, del
21. Hay [en la inteligencia] ser muerto; en cambio, la contra-
una tendencia activa, personal, in- dicción es la raíz de todo movi-
ventiva, que es la razón misma en miento y vitalidad; pues sólo al
lo que tiene de más esencial. Tal contener una contradicción en sf,
es lo que hemos llamado «razón una cosa se mueve, tiene impulso y
constituyente», por oposición a ese acti,¡idad .. (lbíd., II, 172.)
código público de reglas constitui-
das y verdades reconocidas que, (... ) la verdadera conclusión, que
por precioso que sea, sólo expresa procede de un ser finito y acci-
en cada instante el acervo imper- dental hacia una esencia absoluta-
fecto de la civilizadón. (lbíd., mente necesaria, no consiste en
228.) concluir en este ser absolutamente
22. Si la «razón constituy•nteo necesario, partiendo de un ser fini-
es un instinto, la «razón comtitui- to y accidental como de un ser que
dao es un cuerp·o de hábitos esta- se halle en /a, base y permanezca
blecido de la misma manera que allí, sino que consiste en concluir
todos los demás ... (A. BURLOUD, De en este ser absolutamente necesa-
la pB1Jchol. a la phüos., 200.) rio· partiendo de un ser solamente
caduco, qua se contradice en BÍ
V. Escuela, 21. mismo. (Ibíd. 77.)
Razón dialéctica. Ad. E. A. En ge- ( ... ) la dialéctica es un método y
neral frente a la razón analitica cuya un movimiento en el objeto; en el
concr~ción es la ciencia físico-matemá- dia4éctico se funda en una afirma-
tica, que se regiría por los principios ción de base que concierne al mis-
de no-contradicción ( A no es no-A, a la mo tiempo a la estructura de lo
vez y en el mismo sentido), y de «tercio real y a la de nuestra prazis:
excluido» (A es N o 1UJ-N), la razón afirmamos juntamente que el pro-
sintética y totalizante, que procede con- ceso del conocimiento es de orden
forme al método dialéctico y se identi- dialéctico, que el movimiento del
fica con la realid·ad, que es, asimismo, objeto (sea el que sea) es él mismo
dialéctica. Esta razón no se regirla por dialéctico y que estas dos dialécti-
el principio de no-contradicción, sino cas son sólo una. (SARTRE, Crítica
por el principio de contradicción. de la razón dialéctica, trad. de
V. Método dwléctico, Dialéctica. LAMANA, Losada, 1, l. 1, 166.)
22'. Si ahora se han elevado a B. Para SARTRE (cf. Critique de la,
forma de proposición las prime- raison dialcctique) la razón dialéctica
ras determinaciones reflexivas, la es el marxismo. Y así como KANT en
identidad, la diversidad y la oposi- la Critica de lt, razó11 p11ra se oponía
867 RAZóN
al «sueño dogmático• de la raz6n ana- das erigir la máxima que guía tus ac-
Htica, SARTRE intenta oponer una dia- tos en ley universal».
léctica critica a la dialéctica dogmá- V. Cimciencia, 33, 39.
tica.
Raz6n vitaT,.raz6n hiat6rica. Ad. E.
22". La «raz6n dialéctica», o Frente a la «razón pura», abstracta del
sea, el marxismo, es, para SARTRE, racionalismo, físico - matemático que
como para KANT, la ciencia flsico- capta las cosas au.b specie aeternita.-
matemática, el Faktum de que hay ti8, y que se muestra impotente ante
que partir, el Saber con may(1scu- lo especificamente humano, ORTEGA Y
la. La «critica» ha de consistir en GASSET postula la razón vital, que cap-
re-hacerlo dialéctico y en existen• te el carácter temporal del ser humano.
ciarlo. (ARANGUREN, cit. en la so- Esta razón se identifica con -la vida,
lapa de la Critica de la raz6n dia- sin dejar por ello de ser razón rigu-
léctica, de SARTRE, trad. de LA!IIA- rosa. Pero, dado que la vida es histó-
NA, Losada.) rica (la vida está hecha de «su tiem-
Hay que volver as! a tomar el po»), esta razón vital se convierte en
problema desde el principio y pre, raz6n histórica.
guntarse cuáles son el límite, la 22"'. Habla de razón vital co-
validez y la extensión de la Razón mo una razón que funcione en la
dialéctica. Y si se dice que esta vida, y que no se limita, por tanto,
Razón dialéctica sólo puede ser a la razón pura y abstracta, sino
criticada (en el sentido en que que llega hasta lo concreto y aca-
KANT tomó este término) por la ba por ser razón histórica.
Razón dialéctica misma, contesta- No se trata ya de una facultad
remos que es verdad, pero que pre- - y menos facultad característica
cisamente hay que dejarla que se del hombre como tal- ni tampoco
funde y '"' desarrolle como libre constitución inteligible de lo real.
critica de si misma al mismo tiem- sino más bien, uno de los modos de
po que como movimiento de la His- ser de la vida humana ...
toria y del conocimiento. Es lo que La razón no es, por consiguiente,
ha.sta ahl>l'a no se ha hecho : la un órgano de comprensión externo
han bloqueado en el dogmatismo. a la vida, sino que la vida misma
(SARTRE, lbíd., I, l. l, 168.) como razón es el órgano de toda
Raz6n pura. En KANT (reine Ver- comprensi6n. Porque la vida es la
nu.nft): lo que en el pensamiento es a realidad radical. (FERRATER MORA,
priori, es decir, independiente de la Dicciimario de filosofía.)
experiencia o ·simplemente aa razón. No Sólo cuando la vida misma fun-
se opone (como podría creerse por el tí- ciona como razón, conseguimos en-
tulo de las dos principales obras de tender algo humano. (MARÍAS, ln-
KANT : Critica de la raz6n pura y Cri- troducci6n a la, f-lJ.osofía, l947,
tica de la raz6n práctica) a razón prác- 1!110.)
tica; urazón pura se opondria, si ello Hasta ahora la filosofia ha sido
no fuese, para KANT, una contradicción siempre utópica. Por eso pretendía
en los términos, a «razón empirica». V. cada sistema valer para todos los
Pu.ro. tiempos y para todos los hombres.
Raz6n te6rica y razón práctica. En Exenta de dimensión vital, históri-
KANT: la razón es teórica o especula- ca, perspectivista-, hacía una y otra
tiva cuando su actividad se ordena tan vez vanamente su gesto definiti-
sólo al conocimiento; práctica, cuando vo ... La razón pura tiene que ser
se ordena a la acción moral. En la pri- sustituida por u.na razón vital,
mera de estas dos formas puede ser pu- donde aquélla se localice y adqllic-
ra o basarse en la experiencia. La ra- ra 'lltovilidad y pureza de tr,,,nsfor-
zón práctica es siempre pura. mación.
La razón pura teórica consiste en el Para mí, razón y teoría son sinó-
armazón a priori del pensamiento. V. nimos ... Mi ideología no va contra
la razón, puesto que no admite otro
Raz6n pura. método de conocimiento-teorético
La raz6n pura práctica dicta el prin- que ella; va sólo contra el racio-
cipio a priori de la actividad mornl o nalismo. (ORTEGA y GASSET, Ni vi-
imperativo• categórico: Obedece a la talismo ni racionali,mw, Obras, III,
lef: «Obra siempre de manera que pue- 237.)
RAZóN 858

Todas las definiciones de la ra- razones me acuden más tarde, pe-


zón, que hacían consistir lo esen- ro en un principio la cosa me agra-
cial de ésta en ciertos modos par- da o me choca sin saber la razón
ticulares de operar con el intelec- de ello, y, no obstante, me choca
to, además de ser estrechas, la han por la razón que descubro más tar-
esterilizado, amputándole o embo- de». Pero yo creo, no que ello le
tando su dimensión decisiva. Para chocaba por esas razones que uno
mí es razón, en el verdadero y ri- halla más tarde, sino que sólo ha-
guroso sentido, toda acción intelec- llamos esas razones porque aquello
tual que nos pone en contacto con choca. (PASCAL, Pensées, 467-468.).
la realidad, por medio de la cual 25. Los filósofos han disertado
topamos ~on lo trascendente. (OR- abundantemente sobre la idea de
TEGA Y GASSET, Historia como sis-
tema., Obras, VI, 46.) causa y, en cambio, sólo incidental-
mente se han ocupado de la idea
Se trata de encontrar en la his- de razón de las cosas, a pesar de
toria misma su original y autócto- que ésta posee una mayor genera-
na razón. Por eso ha de entenderse lidad y es verdaderamente la idea
en todo su rigor la expresión «ra- reguladora a cuyo criterio debe ser
zón histórica». No una razón ex- sometida la idea misma de causa,
trahistórica que parece cumplirse si se quiere fijar su alcance y apre-
en la historia, sino literalmente, ciar su valor. (A. CoURN0T, Maté-
lo que al hombre le ha pasado, 1·ialismc, vitalisme, IV, 111, 301-
constituyendo la substantiva. razón, 302.)
la revelación de una realidad tras-
cendente a las teorías del hombre, 26. La idea de razón de las co-
y que es él mismo por debajo de sas lo aclara y coordina todo, y
sus teorías. (lbid., 49.) guía (... ) al moralista, el ·po!itico
y el historiador como al naturalis-
La razón histórica no acepta na- ta, el físico y el geómetra. Es la
da como mero hecho, sino que flui- antorcha de todo el mundo; debe,
difica todo hecho en el fieri de pues, serlo también del filósofo, y
que proviene: ve cómo se hace el el don de percibir, o incluso de sen-
hecho. (lbid., 50.) tir confusamente la razón de las
2. Objetiv. ( como objeto de conoci- cosas debe ser el atributo eminen-
miento) : medio o principio de explica- te, el rasgo característico de la ra-
ción; lo que hace comprender o justi- zón personal. (lbíd., IV, § 8, 361-
fica las razones de una decisión. 362.)
Sin.: porqué, causa, motivo, funda- 27. Del carácter expresado por
mento. una ecuación se sacan todas las
22 bis. La razón es la verdad propiedades de la línea; en otros
conocida cuyo nexo con otra me- términos, se halla, para atribuir a
nos conocida hace que demos nues- la linea sus propiedades, un inter-
tro asentimiento a esta última. mediario, una razón, un porqué
(LEIBNIZ, Nouv. cssais, 1, XVII, § 4. incluido en su definición. (H. TAi·
CEuvrcs pkil., I, 609.) NE, De l'i11tellig., 11, 412.)
23. Puede incluso decirse que lo 28. La causa es lo que prece-
que una vez hemos sabido por ha- de en el tiempo y condiciona más o
ber penetrado en su verdadera menos necesariamente. (... ) La ra-
razón, no lo retenemos por la me- zón es lo que justifica aclarando.
moria, sino por el juicio, y se hace Asi, los teoremas sobre los trián-
de tal modo propio que no pode- gulos semejantes contienen la ra-
mos ya olvidarlo; en cambio, lo zón del teorema de Pitágoras, por-
que sólo sabemos por demostracio- que fundamentan demostración y
nes no fundadas en razones natu- de ese modo lo justifican; y, por
rales fácilmente se nos escapa, y otra parte, explican por qué es
difícilmente volvemos a dar con verdadero. (P. MoUY, Logique,
ello una vez que ha salido de nues- 171.)
tra memoria, porque nuestro espí- 29. Cuando se justifica un acto
ritu no nos ·J)roporciona camino par un gran número de razones
-para volver a hallarlo. (Log. de suele pasarse por alto el motivo
Port-R., IV, X.) fundamental. (E. JoNES, l,a 1•ie el
24. M. de Roannez decia: aLas l'wuvrc de f,'reud, I, 233.)
859 RAZóN

V. 5, 6, 7, 9, 10, 11; Anim1al, 3; Ca1t- sitivo): usar de la propia raz6n. Hacer


sa, 1; Determinismo, 13; Filoso/la, 16, un razonamiento. Razonar con acierto.
61; Fil6sofo, 14; Libertoo, 64; l'cr-
suadir, 1, 4. 32. Razonar es servirse de dos
juicios para hacer un tercero: co-
Raz6n de Estaclo. Consideraciones de mo cuando habiendo juzgado que
interés politico que se invocan para toda virtud es digna de elogio, y
justificar ciertas decisiones. Sobre este que la .paciencia es una virtud, con-
modelo: cluyo de ello que la paciencia es
29 bis. para mí, todo cede a digna de elogio. (A. ARNAULD,
la razón de arte. (A. GmE, Jm.tr- Gramm. gén., II, 1.)
nal, 1 febrero 1917.) 33. La mayoría de los errores
Raz6n scmina./, Gr. lagos spcrmati- de los hombres ( ... ) provienen mu-
kos, raz6n que contiene la semilla (lat. cho más de que razonan sobre fal-
semen; gr. ,rpcrma). sos principios que de razonar mal
En los estoicos: germen que contiene sobre sus principios. (Log. de Port-
todo Jo que puede proceder de él y da Royal, 111, Introd.)
de ello razón suficiente. 34. Razonar o deducir es llegar,
C. En sentido matemático. Rela- por medio de relaciones conocidas,
ción entre dos o más cantidades. Razón a relaciones que no conocíamos.
directa, razón inversa. Razón de una (J.-M. DUHAMEL, cit. por A. LA-
progresión•. MOUCHE, Log. de la simplicité, 281.)
30. Habiendo visto, ,por ejem- 35. El intelecto razona siempre
plo, de un lado la diferencia que igual. El fisiólogo y el médico par-
hay entre m,o y dos, y de otro la ten siempre de una ,proposición ge-
que hay entre tres y cuatro, puedo neral. Pero el matemático dice:
advertir que la diferencia entre «Siendo así»; y el fisiólogo: «Si
los dos últimos números es la mis- fuese así». Se comprende entonces
ma que entre los dos primeros. que la conclusión elija la experien-
cia en el segundo caso y que, en
Esas diferencias, comparadas el primero, la lógica baste y se
entre sí, son relaciones a las que prescinda de la prueba experimen-
se da más particularmente el nom- tal. (Cl. BERNARD, Príncipes ... , 291.)
bre de ra:6n, diciendo que la ra-
zón de uno a dos es la misma que 36. Razonar es perseguir un
de tres a cuatro. Cuatro números, mismo pensamiento en una serie
así comparados, forma lo que se de razonamientos solidarios. (O. LE-
llama una proporci6n. MARIÉ, P,récis, 1, 228.)
Una proporción está, pues, com- 37. No hay que razonar con los
puesta de dos miembros: uno ex- reformadores imberbes que van re-
presa la razón que hay entre los pitiendo: «¡ Paso a los jóvenes!»
dos primeros números, entre uno Hay que esperar a que pasen a las
y dos; el otro expresa la razón que filas de los viejos, lo que les su-
hay entre los dos últimos, entre cederá lo más tarde al día siguien-
tres y cuatro. (CONDILLAC, Languc te de aquel en que alcancen el pues-
eles ca/cuis, I, IX. T. 11, 440.) to ambicionado. (P. PEETERS, Sen-
31. Una progresi6n arit,nitü:a tcnces intempor., núm. 204.)
es una serie de números tales que 37'. Nada profundo y evidente
cada uno de ellos es igual al pre- nace ni vive de razones. Se razona
cedente aumentado en un número lo dudoso, lo probable, io que no
constante llamado razón. creemos del todo. (J. ÜRTEGA y GAS-
U na progresión geométrica es si;;r, El arte ,,,. presente y on prc-
una serie de números tales que ca- tfrito, Obras, III, 424.) Ad. E.
da uno de ellos se obtiene multipli- V. 13, 39, 40. Experienc:ia 11, 21.
cando el precedente por un núme- B. Verbo transit. (razonar todas
ro constante llamado razón. (En- sus acciones) : decidirlas o justificarlas
cyc/op. Laroussc, 11, 66-67.) mediante razones.
V. Persona, 51. Raciocinar. Lat. rat.iocinari, calcu-
Pri11cipio de razón o de razón sufi- la1·1 concluir.
cient.e. V. l'rinci¡,io. Entretenerse en razonamientos su-
Razonar. A. Absol. (verbo intmn- tiles, ¡,ero fuera de propósito o de una
RAZóN SGO

lógica puramente verbal. Hoy es siem- el que percibo los limites de la ra-
pre peyorativo. zón. (G. MARCEL, Déclin de la •a,g.,
Der.: raciocinio. 80.)
V. Absurdo, l. 47. Podría decirse ( ... ) que en
Razonable. A- Antic. Racional. Que el razonador, en el discutidor, la
está dotado de razón. razón se toma por fin en si mís-
ma: se ama a si misma más que
38. Es porque somos razonables y ama a la verdad (... ). En el razo-
conscientes de nosotros mismos por nable, por el contrarío, la razón no
lo que nos juzgamos capaces de
iniciativas voluntarias. (M. BL<lN-
se conoce, no tiene conciencia de
su ejercicio. Está por entero ocu-
DEL, L'Action, 119.)
pada con el cuidado de acertar y
Contr.: in-aciana!. por eso, mientras en el razonador
B. Que se conforma o es conforme la razón utiliza a manos llenas el
a la razón: no a la razón raciocinan te razonamiento, en el razonable el ra-
o razón lógica, sino a la razón prácti- zonamiento está sometido a una
ca, al buen sentido. especie de instinto de realidad que
39. Todo el mundo razona, pero no siempre puede a-portar pruebas,
hay pocas personas razonables. y el razonamiento sólo interviene
(Ca:b. DE MÉRÉ, Réfl. morales, como un medio de exposición y con-
300.) trol. (J. GUITTON, N ouvel art de
penscr, 87-88.)
40. Es preciso que [los prínci-
pes] hagan siempre cosas razona- C. Conveniente, suficiente, acepta-
bles, y que razonen poco. (MONTES- ble (referido a cosas) ; de buen sentido,
QUIEU, Pensées div.) contemporizador (referido a personas).
41. Es razonable que mortifi- 48. Era, cuando lo tuve, de un
que mi carne, porque de lo contra- [grueso razonable.
rio mi carne se rebelará contra mi (LA FONTAINE, La laitwre et le
razón y contra Dios mismo. (BOUR- pot au la,i.t,)
DALOUE, Sur la sagesse et la dou- Razonador. Que explica y razona.
ceur de la, /,oi chrét., I.) En partic. y con sentido peyor. que ra-
42. Cuando veo a un hombre zona con intemperancia, principalmen-
infatuado de razón, al momento te para discutir las opiniones de los de-
apuesto a que no es razonable. más o las opiniones de aquellos de quie-
(VAUVENARGUES, Réfl. etma:i:., 644.) nes depende. Un niño, un político «ra-
43. Hay que presumir de ser zonadores». V. Razonable.
razonable, pero no de tener razón. 49. No he conocido ningún ra-
(J. JOUBERT, Pensées, 101.) zonador que no tuviera el espíritu
44. Los matrimonios de razón falso. (J. JOUBERT, Pensées, 128.)
corren peligro de ser a veces tan 50. Hay que conseguir que los
poco razonables... (E. ESTAUNIÉ, nmos sean razonables pero no
L'infirme mu mains de lum., l.) razonadores. Lo primero que hay
4ó. En la vida corriente el ser que enseñarles es que es razonable
razonable por excelencia es el hom- que obedezcan y fuera de razón el
bre experimentado que sabemos de que repliquen continuamente. Sin
conducta prudente y buen consejo; esta enseñanza previa, la educación
ese campesino familiarizado con el se reduciría a argumentaciones, y
ritmo de las estaciones, la alter- todo se perdería en el caso de que
nancia de los vientos, la brusque- todos los profesores no fueran bue-
dad de las tormentas; ese médico nos ergotistas. (J. JoUBERT, 155.)
al que una despierta curiosidad ha 61. Desde el momento en que la
hecho sensible al temperamento de inteligencia razonadora decide po-
los enfermos, a la gravedad de los nerse a juzgar obras de arte, ya
síntomas, a la oportunídad de los no hay nada fijo ni cierto: se pue-
remedios, arte individualísimo y de demostrar todo lo que se desee.
que, a menudo, sería difícil justi- (M. PnousT, Temp• retr., II, 46.)
ficar de modo explicito. (L. BnUN- 52. El razonador es aquel que
scHv1cG, Hérit. de mots ... , 14.) hace un uso equivocado de la ra-
46. El hombre razonable es aca- zón y que (... ) sustituye a la ver-
so, ante tQdo y fundamentalmente, dad por el juego del rnzonamíen-
861 RAZóN
to, la apariencia de la razón. (J. RAZONAM. ANAL. RAZONAM. SINT.
GUl'l'TON, Nouvel u,rt de pe11llfJ'1', Sócrates e.a mortal El hombre e., mortal.
87.) port¡ue ea /rombre, Sócrates ea hombrP,
luego el h. ea mortal. luego S. es mortal.
Razonamiento. Operación mental por Razonamiento experimental. Térmi-
la que, de juicios dados, se saca un no por el que designa CI. BERNARD el
nuevo juicio. Formulación lógica de razonamiento hipotético-deductivo que
una razón en el sentido B o de un ar- «dirige la experiencia», a fin de deter-
gumento. V. Inferencia.. minar el valor de la hipótesis experi-
Sin.: deducción•. mental. Esquemáticamente, presenta la
53. El razonamiento es una siguiente forma:
operación de la mente por la de Si la hipótesis es verdadera, debe-
que una cosa se infiere otra. (Bos- mos observar tal o cual fenómeno;
SUET, Logique, 111, l.) observamos (o no observamos) este o
54. La idea es el conocimiento estos fenómenos;
en potencia, objeto, materia del co- luego la hipótesis es verdadera (o
nocimiento en acto. El juicio, que falsa).
analiza la idea, o que establece en- Cl. BERNARD compara así el razona-
tre las ideas una relación necesa- miento hi-potético-deductivo de los ma-
ria, es el conocimiento en acto. El temáticos con el de los naturalistas:
razonamiento es el movimiento 57. Unos y otros inducen, for-
mismo por el que el ,pensamiento mulan hipótesis (... ) ; pero el ma-
se realiza en los sucesivos juicios temático dice: Dado tal punto de
(... ) , Ja acción por la que el en- parti.da, de él resulta necesaria-
tendimiento trata de justificar mente tal caso determinado. El na-
sus actos presentes poniéndolos de turalista dice: Si este punto de
acuerdo con todos los demás. (J. partida fuese exacto, de él resulta-
LAGNEAU, Cél. legons, 190.) ría tal caso como consecuencia. (CI.
55. El razonamiento no consis- BERNARD, Introd., 1, 11, 5.)
te sólo, como suele admitirse, en V. Idea, 27; Verdad, 67.
la transición de Jo conocido a lo «Ra.zcmamiento inductivo». Término
desconocido, es decir, en el hecho por el que antaño era corriente desig-
de esa t:ransición, sino, sobre todo, nar la inducción•. Pero este uso debe
en el sentimiento de que esa tran- proscribirse: concebida como el proce-
sición está justificada, de que la so que «concluye» de lo particular a lo
primera relación que se observa es general, la inducción es un razonamien-
equivalente a la segunda relación to lógicamente incorrecto y, por consi-
que se establece. (.E. CLAPARiDE, guiente, no constituye un verdadero ra-
L'assoc. des idées, 373.) zonamiento.
56. el razonamiento es el acto 58. Podemos distinguir un mé-
por el que pasa de una creencia a todo «deductivo», que es el de las
otra nueva con conciencia (o sen- matemáticas o las partes matemá-
timiento) de las razones. (M. Do- ticas de la física, y un método «in-
ROLLE, Le raisonn. par anal., 36.) ductivo», que es el de las ciencias
V. Consecuci6n, 2; Intuición, 8, 20; experimentales (... ) ; pero no te-
Süogismo, 4. nemos derecho a hablar de razona-
Razono,,niento analítico y razona- miento inductivo. (A. LALANDE, Les
miento Bintético. El razonamiento ana- théories de l'induct., 209.)
Htico comienza por plantear la propo- 59. El razonamiento inductivo
sición a demostrar y ·la ,refiere después es mucho menos fácil de analizar
a las proposiciones que la justifican [que el razonamiento deductivo].
porque de. ellas se desprende necesaria- Apoyándose en la analogía y la in-
mente. El razonamiento sintético pro- tuición, recurriendo más a la agu-
cede de manera inversa: comienza por deza que al espíritu geométrico,
plantear las proposiciones o principios trata de adivinar lo que no se co-
que deben justificar la proposición a noce aún, a fin de establecer nue-
demostrar, la cual es deducida de ellos vos principios que puedan servir
como consecuencia necesaria. Más bre- de base a nuevas deducciones. (L.
vemente: el razonamiento analltico pro- DE BROGLIE, Sur lea sentiers de la
cede de la consecuencia a los pl'inci- scicnce, 210.)
pios; el razonamiento sintético, de los V. Razonamiento por analogía*, Ra-
principios a la consecuencia. zonamiento por recurrencia•.
RAZóN 8fi2

Siurazóu. li'alta de razón (en el sen- A. Fil. y uso ordinario. J. Que es


tido A 1) en los pensamientos, las pala- extraño a In razón. Conducta irracio-
bras o la conducta. nal.
Sin.: disparate, desatino. 62. In curiosidad irracional de
Co11tr.: cordura, buen sentido. los ciegos compiladores de anécdo-
V. Celo, 3. tas estériles. (A. CoMTE, Cowrs de
plri/os. posit., V, 12.)
Racional. Lat. rationalis, que sirve
para contar, dotado de razón, basado 63. Siento una aversión irra-
en el razonamiento. cional por la racionalizaci6n de lo
irracional. (J. ROSTAND, Carnet
A. En el sentido filosófico y usual d'un biol., 163.)
(razón como modo de pensar propio del
hombre; Y. Razón A). 63'. no es irracional todo lo que
se distingue o contrapone a la ra-
l. Que pertenece a In razón, que a zón cuando ésta es previamente
ella concierne. Conocimiento racional entendida en el sentido propio de
(op. a conocimiento sensible). Princi- la época moderna, es decir, como
pios racionales. un solo aspecto de la inteligencia.
Sin.: intelectual. (J. FERRATER MORA, Di.cci.tmario de
2. Conforme a la razón. Método, Filosofía, 497.) Ad. E.
conclusión racionales. V. J,r,ducci6n, 11; Transducci6n, l.
Sin.: lógico. 2. Que es incomprensible o inexpli-
Contr.: irracional (A), ilógico, incon- cable por razones válidas.
secuente. 64. la explicación del fenómeno
60. La vida psíquica no es en tal como nos la pTesenta el meca-
modo alguno una vida racional, si- nicismo nos ,parece encuadrada, li-
no un caos de sombra surcado de mitada, por dos irracionales; uno
relámpagos; algo extraño y, sobre de ellos vuelto del lado del objeto:
todo, discontinuo que sólo ha pare- no podemos comprender cómo pue-
eido continuo y racional porque a den los euerpos obrar unos sobre
posteriori es referido en un len- otros; el otro del lado del sujeto:
¡,;uaje que pone en ello orden y cla- no comprendemos cómo los movi-
ridad. (A. BINET, Année psyclwl., mientos pueden transformarse en
1911, 47.) nosotros en sensaciones. (E. ME-
61. sorprendente contradicción; YERSON, lde-ntité et real., 341.)
la Ciencia humana, esencialmente 65. el principio de Carnot es
racional en su principio y en sus irracional, es decir, que nuestro
métodos, sólo puede lograr sus más entendimiento lo acoge con dificul-
notables conquistas mediante brus- tad, como algo que penetra en él
cos saltos mortales del intleecto en desde fuera, que no se le aparece
los que entran en juego esas fa- como un enunciado que se justi-
cultades, emancipadas de la pesa- fica por sí mismo, al modo de los
da atadura de los razonamientos principios de conservación. (E.
rigurosos, a las que llamamos ima- MEYERSON, ]bid., 363.)
ginación, intuición, finura de es• 66, cuanto más completa quie-
píritu. (L. DE BROGLIE, Sur les c/ie- re ser la imagen que nos damos de
mfos de la se., 354.) la Naturaleza, más irracionales
B. En sentido matemático (razón introducimos, a pesar de que uno
como relación; v. Ra:611 C): que puede de los problemas esenciales de la
ser expresado por un número entero o explicación científica es el de no
un número fraccionario. Cantidad ra- utilizar más que el número estric-
cional. Número racional. tamente necesario de esos irracio-
Contr.: irracional (B). nales. (U. FILIPPI, Co1111aiss. e/u
monde phys., 308-309.)
C. Por opos. a experimental: que
procede mediante operaciones raciona- V. Persuadir, 8.
les independientes de la experiencia o B. Mat. Que no es expresable, ni
al menos sin el control de la experien- aun por el cociente de dos números en-
cia. Mecánica racional. Cosmologia, teros. P. ej. ;r,
psicología racionales. 67. los gl'iegos, que no conocían
Irracional. Trad. el gr. alogos ( a pri- más •lengua que la suya, designa-
vativa y lagos, palabra, razón). ban con una misma palabra, Lo-
863 RAZ6N

gos, In razón y el cálculo por una cia reemplaza a la selección natu-


parte y por otra la expresión ver- ral: previniéndola, trata de evitar-
bal, de suerte que (... ) lo numé- la y lo consigue parcialmente. (Ch.
ricamente inexpresable tenía que M0RAZf, en Les méth. dans les se.
parecerles irracional. De ahl resul- mod., 193, ed. «Science et ind.»,
tó el que viesen un escándalo inex- 1958.)
piable, la obra de una malicia dia- V. 11; Moral, 18; Técnica, 15.
bólica en el más hermoso de sus ,Racionalidad. Lat. rationaJ.itas, fa-
descubrimientos. (L. BRUNSCHVICG,
Le róle du pythagorisme .•. , 22.) cultad de razonar.
68. lo inconmensurable es lo
Carácter de lo que es racional, es de-
inexpresable y es también lo irra- cir, conforme a la razón, o de quien es
cional. capaz de razonar, es decir, está dotado
de razón.
Un pobre juego de palabras. Pe-
ro (... ) vuelve a sumergirnos en el 71. La racionalidad es el carác-
realismo instintivo que no sabe ter por el que el hombre se distin-
distinguh· las maneras de hablar gue específicamente de los demás
de las maneras de pensar, y que se animales. (E. GILS0N, Esprit de la
niega a comprender nada fuera del philos. médiév., I, 91.)
marco preconcebido y preestableci- 72. ¿cómo creer que conocimien-
do del lenguaje. (L. BRUNSCHVICG, tos tan racionalmente nuevos que
Les 4ges de l'intell., 53.) exigen sin cesar una ampliación y
V. Númwro, 9. una reforma de la racionalidad no
determinen modificaciones psicoló-
Raciona.lización. A. En general: ac- gicas radicales? (G. BACHELARD,
ción de convertir en racional. L'activité rationalúite ... , 3.)
B. Principalmente: recurso a la ra-
zón para resolver los problemas prác- Ra.cionalismo. De modo genera::
ticos, en particular los de la produc- doctrina que enseña. la existencia de la
ción, para los que antaño nos conten- razón o incluso afirma su primacía, su
tábamos con soluciones empíricas. soberanía.
69. la «racionalización» no es 73. Si la ciencia es posible, es
un absoluto. ( ... ) Si nos colocamos necesario que la razón esté tanto
en el punto de vista de .Ja economía en las cosas como en nosotz os. Y
racional de un país, lo que, ante to- ya no hay nadie que dude de su po-
do, se pide a la racionalización es sibilidad. Por ello el racionalismo
distribuir la mayor cantidad po- constituye uno de los elementos
sible de trabajo y de altos salarios esenciales de la tradición filosófi-
entre el mayor número posible de ca. Lo que variará es la concepción
trabajadores, a fin de absorber los que debemos hacernos de la razón
productos fabricados y reducir al Y de su relación con la realidad.
mínimo el contingente de parados (R. LE SENNE, lntrod. a la pkilos.,
que viven a cargo de la colectivi- 2.' ed., 40.)
dad. El punto de vista de los in- 74. El racionalismo es menos
tereses privados del empresario un sistema de contornos definidos
(... ) es realizar una utilización ri- que una tendencia general del es-
gurosa de las máquinas y de la píritu. De ordinario, esa palabra
fuerza de trabajo, a fin de obtener evoca la idea de una serena con-
un máximo de rendimiento y bene- fianza en la razón humana, en sus
ficio. Finalmente, la racionaliza- métodos de investigación y su cri-
ción, considerada desde el punto de terio de verdad. (A. ETCHEVERRY'
vista del hombre que trabaja, tie- La co11flit actuel des lmman., 13.)
ne aún otro contenido diferente: 74'. Desde el punto de vista del
la búsqueda del rendimiento se ha- racionalismo, la historia, con sus
lla aquí equilibrada por le cuida- incesantes -peripecias, carece de
do de la constitución física y psí- sentido, y es propiamente la histo-
quica del obrero. (G. FRIEDMANN, ria de los estorbos puesto a la ra-
Probl. hum. du machillismc indzist., zón para manifestarse. El racio-
349-350.) nalismo es antihistórico. (J. ORTE·
70. Evitar el despilfarro, luego GA Y GASSET, El tema de nuestro
economía. Economía y racionaliza- tiempo, Obras, 111, 159.) Ad. E.
ción van de la mano. La inteligen- 74". La razón pura se mueve
RAZóN 864

siempre entre superlativos y abso- to racional son también las leyes de


lutos. Por eso se llama a sí misma las cosas. La fórmula del racionalis-
pura. Es incorruptible y no anda mo más absoluto ha sido dada por HE-
con contemplaciones. Cuando defi- GEL: «Lo que es racional es real y lo
ne un concepto, le dota de atri- que es real es racional». (Princ. de la
butos perfectos. Sólo sabe pensar filos. del derecho, Pref.)
yéndose al último límite, radical- C. En la esfera de la actividad in-
mente. Como opera sin contar con telectual: manera racional de proceder,
nada más que consigo misma, no es decir, tratando de comprender o ha-
le cuesta mucho dar a sus creacio- cer comprender, estableciendo relacio-
nes el máximo pulimento. ( ... ) A nes necesarias. La mecánica racional
este uso puro del intelecto, a este es obra de ese racionalismo. ((Raciona-
pensar more gco1netrico se suele lismo docente» y «racionalismo discen-
llamar racionalismo. Tal vez fue- te»; ce racionalismo interrogante»; C1ra-
ra más luminoso llamarle radica- cionalismos regionales» y «racionalis-
lismo. (J. ORTEGA Y GASSET, El oc~ mo integral» (G. BACHELARD).
so de las revoluciones, Obras, III,
214-215.) Ad. E. 75. desde el punto de vista que
V. Fe, 18; Filosofía, 21.
aquí consideramos de una wplic~
ción del racionalismo, hay que con-
A. En el problema del origen de siderar siempre un racionalismo
nuestros conocimientos (por op. a em- del contra, una constante acción
pirismo) doctrina según la cual la expe- psicológica contra los errores insi-
riencia no puede 'l)rocurarnos todos diosos. (G. BACHELARD, Rational.
nuestros conocimientos, en particu- appliqué, 1-5.)
lar las ideas normativas y los prmci- 76. la promoción intelectual que
pios por cuyo medio razonamos. Cabe hace pasar al niño del empirismo
distinguir: al racionalismo. En vez de consta-
L Un racionalismo absoluto o aprio- tar, el niño se da cuenta de que
rismo para el que el intelecto posee comprende. Vive una mutación fi-
ciertos conocimientos con anterioridad losófica. (lbíd., 17.)
a toda experiencia: Ideas• de PLATÓN, D. En la esfera religiosa. Doctrina
ideas innatas• de DESCARTES, formas* según la cual la razón es necesaria o
a priori• de KANT ... incluso necesaria y suficiente para jus-
Teóricamente, según esta categoría de tificar la creencia religiosa.
doctrinas, la razón propia del homb_re l. Racionalismo absoluto (se op. a
sería la -condición no sá'lo necesaria, la concepción de la fe) : doctrina se-
sino también suficiente del cono- gún la cual la razón es el factor nece-
cimiento de las ideas normativas y los sario y suficiente del conocimiento re-
principios racionales. rer?, de hecho, ligioso. O también: doctrina que exclu-
reconocen que la exper1enc1a es necesa- ye toda afirmación que no pueda ser
ria para tomar conciencia de ese dato establecida mediante procedimientos pu-
anterior a la experiencia. ramente nacionales y todo dogma que
V. Jnsta?U:ÜL, 12. exceda las posibilidades de comprensión
2. Un racionalismo relativo: para de la razón.
él el intelecto posee ciertos conocimien- 77. El racionalismo de que aqul
to~ que la sola experiencia ~o puede se trata (... ) es la pretensión de
procurarle y que suponen la interven- resolver la cuestión religiosa y mo-
ción de la razón (poder esencialmente ral con las solas luces naturales,
distinto de la facultad de experimen- excluyendo toda ayuda, toda in-
tar o sentir) ; pero es de la experi~n- fluencia de In autoridad cualquie-
cia de donde la razón extrae esos 1>rm- ra que sea, incluso, y sobre todo, la
cipios. En otros términos, la razón. ':s autoridad divina manifestada en
la condición necesaria de la adqu1s1- la revelación. (C. CoNSTANTIN, Dict.
ción de esos conocimientos, pero no su de théol. cath., XIII, 1689.)
condición suficiente. V. Experiencia 1, 78. El racionalismo puro es
Empirismo C. aquel en el que la adhesión es pro-
V. A prwri, 2; Experiencia 11, 9. ducida necesariamente por los ar-
B. En el problema del valor del co- gumentos de la razón natural. Los
nocimiento: doctrina según la cual motivos de credibilidad se convier-
la razón humana es capaz de conocer la ten en los motivos mismos de la
verdad, porque las leyes del pensamien- fe y la fe razonable se confunde
865 REACCióN

con la fe racional. (... ) Ya no que- Re. Pref. lat. que indica un movi-
da nada que creer; todo está pro- miento hacia atrás o en sentido con-
bado. (H. DELACR0IX, La religion trario (regresar, reflexionar), la vuel-
et la foi, 101.) ta a un estado anterior (reponer, revi-
79. Los teólogos que abusan del vir) o la repetición de un acto (repe-
argumento de razón son los pri- tir, repensar).
meros en gritar contra el raciona- Esa sílaba re ex'Presa la idea de
lismo. (P. PEETERS, Sentences in- una acción de la mente que vuelve
tc11tpor., núm. 22.) sobre el acto, como la reflexión so-
lrra.cio11alimno. Teoría, o más bien bre la atención, lo que, según los
actitud intelectual que no admite el va- casos, perfecciona o corrompe. El
resentimiento pudre el sentimien-
lor de la razón o el carácter racional to, pero el recuerdo impide que las
de la realidad.
memorias pasen a la manera de
80. El actual resentimiento con- un sueño. (J. GUITT0N, Le travail
tra la inteligencia ( ... ) no es, sin intell., 116.)
duda, más que la consecuencia del
racionalismo eufórico del siglo pa- REACCióN. Comp. de acción• y el
sado: el hombre retrocede, como pref. re: acción recíproca o corno res-
descorazonado ante la magnitud puesta.
de los problemas ( ... ). El irracio- A. Pro p.: acción de sentido contra-
nalismo no es sino el reverso del rio al de la acción que la desencadena.
racionalismo: un racionalismo de- Motor a reacción. Los procedimientos
cepcionado. (Th. MAULNIER, Arriere autoritarios suscitan la reacción, es de-
pcnsées, 146.) cir, la rebelión.
81. El irracionalismo tiende a l. Las reacciones son, como las
refutarse a sí mismo, puesto que contrarrevoluciones, peripecias e
se afirma como verdad filosófica y intermedios sumamente transito-
niega la condición de ésta. (R. rios, que viven sobre el recuerdo
ARON, lntrod. d la. philos. de l'hist., fresco del postrer levantamiento.
318.) La reacción no es más que un pa-
2. Racionalismo relativo (por op. rásito de la revolución. (J. ORTEGA
al fideísmo) : doctrina que sostiene que, Y GASSET, El ocaso de las rct•ol11-
sin ser suficiente, la razón es necesa- ciones, Obras, 111, 2.20.) Ad. E.
ria para el establecimiento y la inteli- B. Fisiol. y psicol. Respuesta de un
gencia de las verdades de la fe. ser vivo a la acción de un estímulo o
Racionalista, adj. y subst. A. En excitante. V. Abreacción.
sentido usual: relativo al racionalismo Si el estímulo es incondicional o ab-
(argumentos racionalistas) : que profe- soluto (p. ej., la carne para la acción
sa esta doct1·ina (argumentos de los ra- salivar), tenemos una reacción. incon-
cionalistas). dicional. Si el estímulo es condicional
B. Menos corrientemente: que, en (en el ejemplo dado, un timbre como
la práctica, se gula sólo por los datos en las experiencias de PÁVLOV), la reac-
de la razón. ción es condicional.
V. Coniportamien.to, 3; Tendencia, 1.
82. No nos instalamos de golpe Psicología de rea.ceión. Concepción de
en el conocimiento racional ( ... ) la psicología que elimina toda conside-
Tratamos de llegar a ser raciona- ración de la conciencia y hace abstrac-
listas (... ) . Y asi es como, por un ción de los datos de la introspección
psicoanálisis del conocimiento ob- ,para atenerse a las reacciones e-xter-
jetivo y del conocimiento en imá- nas de los objetos observados. V. Beha-
genes, hemos llegado a ser racio- vioris-mo, Co·mportamiento.
nalistas con respecto al fuego. La
sinceridad nos obliga a confesar Tiempo de 1·cacción. Du1·ación del in-
que no hemos conseguido la misma tervalo que separn la acción del estí-
reeducación en cuanto al agua. Las mulo de la respuesta.
imágenes del agua seguimos vi- Ueaccional (Psiquiatría). Que es re-
viéndolas, las vivimos sintética- sultado de la reacción a un choque
mente en su complejidad primiti- afectivo y, 1101· consiguiente, inteligi-
va dándoles a menudo nuestrn ble y curable. Se op. a constitucional•.
adhesión frrazonada. (G. BACHE- 2. la patología mental provoca-
LARD, L'cau ot les revea, 10.) da por los acontecimientos sociales
SS. Diccionario del Le111uajc Filosófico,
REAL 866

puede inscribirse en la patologln árbol real, original. (E. FINK,


reacciona!. (P. BERNARD, E11cycl. 11L'nrt et le jcun, en D,·ucalfo11, O,
médico-chir, 37720, A", 1, 1955.) p. 106.)
Rcaecionario. Polit. Calificación pe- V. Distinci611, 7, 8, 9, 10, 11; Fun-
yorativa que dan sus adversarios a los ción, 8; 11naginaci6n, 72; Podt!T, 12,
hombres o las medidas que tienden a 13, 15.
restablecer o mantener un estado de B. Por op. a personal• (Derecho):
cosas tenido por ,preserito, principal- que se refiere a las cosas (res) y no a
mente en lo relativo a la evolución so- las personas.
cial y política. Candidato reaccionario.
Opiniones, medidas reaccionarias. 7. La ley determinará los prin-
cipios fundamentales: ( ... ) del ré-
Si 11.: conservador (no es peyorati- gimen de la propiedad, de los de-
vo) ; retrógrado• (más peyorativo). rechos reales y de las obligaciones
civiles y comerciales. (Constituci6n
REAL fr. de 1968, art. 34.)
Real. Lat. escolást. rcalis, que per- C. Por opos. a nominal•: que con-
tenece a la categoría de las cosas (res). sidera las cosas mismas, y no los tér-
A. Por opos. a idea!• o a ilusorio: minos que las expresan. Definición
que existe efectivamente y no sólo en real. Una acción de un valor nominal
el estado de idea o imaginación. de 1.000 francos puede tener un valor
Sin.: actual, dado-, positivo•, verda- real superior o inferio1·.
dero, efectivo. Realizar. A. En la esfera de la ac-
Correl.: nocional•, potencia!•, posi- ción: convertir en real; hacer pasar del
ble•, virtual•, idea!•. orden de lo posible, del proyecto, al or-
den de las cosas existentes de hecho.
Contr.: irreal, falso, ilusorio, ima- Es lo propio de los realizadores.
ginario.
B. En la esfera del pensamiento
l. Lo real nos sirve para fa- abstracto: atribuir la realidad de las
bricar a trancas y barrancas un cosas a lo que no es más que idea, re-
poco de ideal. Acaso ése sea su ma- presentación de la mente. Asi lo ha-
yor utilidad. (A. FRANCE, Le jar- cen los realistas (B). Realizar abstrac-
din d'Épic., 145.) ciones. V. Realismo B.
2. lo real de la teoría relativis- Sin. (neo!.) : ,reificar, cosificar.
ta es, sin duda alguna, un abso- 8. en vez de realizar el fenóme-
luto ontológico, un verdadero ser no [ el realismo clásico). lo injerta
en sí, más absoluto y ontológico en la cosa en si. (L. LAVELLE, De
aún que las cosas del sentido co- l'étre, 29.)
mún... (E. MEYERSON, La déduc-
t ion relativ., 79.) V. Infinito, 8.
3. en la esfera de los senti- C. En la esfera del pensamiento
mientos, lo real no se distingue de concreto (acepción reciente) : tomar una
conciencia clara de la realidad; com-
lo imaginario. (A. GmE, cit. por prender una situación en toda su com-
Ch. BLONDEL, /ntrod. a la psychol. plejidad y gravedad. He necesitado
col/, 167.) unos momentos para t·enlizar que esta-
4. Más que las peores realida- ba muerto.
des, detesto los falsos ideales. U. Realizar-hacer real. A pesar
Para mí lo real no es lo que de todos los Souday, me atrevería
se opone a lo idea1, sino lo que se a cscl'Íbir: «Si, es verdad, me he
opone a la mentira. (G. TIIIBON, puesto de luto; pero ese luto no lo
Ret-our au riel, 279.) l'eaJizo en mi corazón».
5. La estrella tiene dos vidas: La p11labra vivirá; expresa, y
la de sus películas y su vida real. muy bien, una idea que ni momen-
De hecho, la primera tiende a re- to parece tan imprescindible como
gir y violentar la otra. (E. MORIN, la palabra que la crea. (A. GIDE,
/,e cinéma, 47.) Jo1m1al, agosto 1027, 944.)
6. Los árboles de la orilla se rc- 10. La prodigiosa sangre fria
flej an en el lago (... ). ¿Qué es el de ciertos seres ante la muerte no
reflejo? En tanto que imagen es proviene con frecuencia más que
real; es la reproducción real del de una fult11 de imaginación: no
867 REAL
consiguen realizar un aconteci- 16. La exigencia de absoluto es,
miento, del que, por otra parte, en nosotros, lo que de entrada su-
hemos de reconocer que nuestra ex- pera e irrealiza todo lo relativo.
periencia no .puede darnos la me- (H. DuMfaY, Probl. de Die1i, 137.)
nor iden; y mueren mejor sobre Realización. A. En sentido abs-
todo porque no mueren por cu/e/an- tracto: acción de realizar. La realiza-
tado. (M. PRADINES, Tr. de psy- ción de ese proyecto exigirá mucho
chol., I, 729.) tiempo.
V. brdivüluo, G.
B. En sentido concreto: Jo que ha
Realizarse. A. Verbo reflexivo l. sido realizado. El Caravelle es la me-
En el sentido de realizar A: hacerse jor realización de la industria aeronáu-
real, es decir, hacer pasar al acto las tica francesa.
propias virtualidades o la representa- 16. Su objetivo [del ingeniero]
ción ideal que uno se hace de sí mismo. es llegar a realizaciones; e incluso,
10'. Me dicen que he venido a cuando se lanza a especulaciones
realizar no sé qué fin social; pero teóricas o cálculos, es siempre con
yo siento que yo, lo mismo que ca- la segunda intención de pasar des-
da uno de mis hermanos, he ve- pués a sus aplicaciones técnicas.
nido a realizarme, a vivir. (M. DE (L. DE BROGLIE, No11v. perspect.,
UNAMUNO, Del sentimiento trági,. 266-267.)
co de la. vüla., Obra.s escogú/as, Realidad. Lat. escolást. rea/itas.
341.) Ad. E.
Carácter de Jo que es real, o ese mis-
2. En el sentido de realizar C (acep- mo algo real. Ambas acepciones se ha-
ción reciente) : tomar una clara con- llan en el texto siguiente.
ciencia de lo que uno es realmente o
de la situación efectiva en la que uno 17. La realidad inherente a las
se encuentra. teorías matemáticas les viene de
11. Me realizo como repudian- que ,participan de una realidad
do con todas mis fuerzas la situa- ideal dominante con relación a la
ción amenazadora. (J.-P. SARTRE, matemática. oero sólo conocible a
través de ella. (A. LAUTMANN, 1x•·
L'etre et le "·• 67.) Congr. inter,wt. de Phi/os. [19371,
B. V. pronom. Suceder. Mis previ- VI, 143.)
siones se han realizado.
A. En sentido abstracto: carácter
lrrea.liza.r. N eol. comp. del v. realizar de lo que es real. La realidad del mun-
y el •pref. negativo in transformado .por do exterior.
asimilación en ir.
Co11tr.: idea.Jidad•.
Der.: irrealización, irrealismo, irrea-
lista. 18. un puro fenómeno es im-
Convertir en irreal (para uno mis- pensable. Toda apariencia supone
mo, en el propio pensamiento). la realidad de la cosa que aparece o,
cuando menos, la realidad de la
Sin.: nihilizar•. apariencia como tal. (Ch. BOYER,
12. el eSIJ)ectador que realiza el cit. por A. ETCHEVERRY, L'idéalis-
film Je confiere todas las rncio- me contemp., 298.)
nalizaciones de J,a percepción, y, al 19. La noción de realidad ea
mismo tiempo, irrealiza esa 1·eali- muy extraña. Nuestro primer im-
dad que acaba de fabricar... (E. pulso es llamar real a lo que se
MORIN, Le cinima, 161.) ve y se toca. Pero después pasa-
13. Al realismo absoluto (Lu- mos a llamar real a aquello de lo
micre\ responde el irrealismo ab- que Jo sensible no es sino la apa-
soluto (Mélies). Admirable antíte- riencia: lo que parece no puede ser
sis que hubiese encantado a Hegel, lo real, porque lo real lo es en si.
y de la que iba a nacer y desarro- Y lo más extraño es que el segun-
llarse el cine, fusión del cinemató- do impulso no anula el primero.
grafo Lumicre y del mágico espec- ( ... ) De tal modo que la presen-
tá<?ulo de Mélies. ( lbíd., 168.) cia evidente se hace a la vez cri-
14. .. . esa oposición de lo pro- terio de realidad y de no realidad.
fano y Jo sagrado que, con dema- (J. HERSCII, La fol'me et l'et,-e,
siada frecuencia, desvaloriza lo 219-220.)
profano e irrealiza lo sagrado. (F. 20. Si 111 fotografía, por ser
HEIDSEICK, La. ·vll'l'tu de justice, 19.) también formalmente objetiva, es
REAL 8GB

menos renl que el cinematógrafo, con nuestra retina, y nuestro co-


sin ser, no obstante, más irreal razón reparte los acentos. Lo pers-
(... ), es porque éste aumenta su pectivo visual y la intelectual se
realidad mediante el movimiento y complicnn con la peupectiva de
la proyección sobre pantalla. (E. la vnloración. En vez de disputar,
ll!0RIN, Le cilléma, 122.) integremos nuestras visiones en
20'. El orden de la realidad generosa colaboración intelectual,
como orden trascendentnl no es el y como las riberas independientes
orden de la verdad; esto es, el or- se aúnan en la gruesa vena del
den trascendental no es el orden de río, compongamos el torrente de lo
la realidad en cuanto verdad, sino real. (J. ORTEGA y GASSET, Con/e-
que es el orden de la realidad en sio11rs ele «E.'l rspcctaclor», Obras,
tanto que realidad. (X. ZUBIRI, So- II, 19-20.) Ad. E.
l»·e la esencia., 381.) Ad. E. V. Sue,io, 27, 28.
V. Dualismo, 6; Sueño, 2. frrraliclatl. Carácter de lo que es
B. En sentido .concreto: lo que es irreal.
real, considerado ya absolutamente 27. El irrealista no tiene la
(hay que ver la realidad), ya en una ii-realidad de los valores por indi-
de sus esferas particulares (la reali- cio de fantasía arbitraria o de im-
dad política, las realidades de la vi- pei-fección, de manquedad. Por el
da). contrario, su irrealidad asegura la
21. En la existencia interior y integridad de su esencia y la inte-
teórica soy el hombre de todos los gralidad de su desarrollo. El in-
sueños; en la exterior y práctica, ventor de valores irreales es invi-
el hombre de las realidades. (CHA- tado por la irrealidad de su tras-
TEAUBRIAND, llfém. d'outret., abril- cendencia a revalorizarlos bajo la
sept. 1822, 11, 129, París, 1860.) forma de fines con respecto a la
22. A quien crea, los productos acción y a crearlos en realidad.
de su imaginación le parecen tan ne- {R. P0LIN, Compréh. des valcurs,
cesarios y naturales que no los 104.)
considera ni querría saberlos con- V. Amor, 67; Sueño, 28.
siderados corno invenciones del Realismo. Lat. escol. realismus, der.
pensamiento, sino como realidades de rcalis, real. Suele op. a idealismo•.
dadas. (A. EINSTEIN, Comment ;e A. En sentido abstracto: carácter
vais le m., 163.) de quien o de lo que es realista (A),
23. cuanto conocemos de la rea- es decir, ve o reproduce lo real tal co-
lidad procede de la experiencia. mo es (el realismo de un juicio, de un
(Ibí.d., 165.) análisis), se conforma a esa realidad
V. A mor, 67; Enunciado, 2. (el realismo de una decisión).
24. La lucha es la gran reali- B. Como doctrina: se dice de toda
dad, el fondo mismo de la vida. teoría que tiene por realidad lo que la
(A. BILLY, L'approbanüite, 142.) teoría adversa considera como pura
25. La realidad novelesca pro- idea, o que afirma la primacía de lo
porciona al ser todavía ignorante real sobre lo irreal.
de la vida una experiencia ficticia, 28. La palabra realúm10 (... )
pero la única de que verdadera- participa de la indeterminación de
mente dispone. (G. GUSD0RF, Dé- su correlativa, idealismo; como
cou11. de soi, 267.) ella, desi¡,,na una tendencia más
26. Al observar la realidad in- que un conjunto de tesis homogé-
dustrial nos sobrecoge el constatar neas. (A. ETCIIEVERRY, L'idéal.
a qué punto ha llegado la especia- coutemp., 106.)
lización tanto de los individuos co- l. En el problema de la existencia
mo de los grupos. (G. FmEDIIIANN, del mundo exterior y por op. a idealis-
Travaü en miettes, 80.) mo; doctrina según la cual existe una
26". La realidad se ofrece en 1·ealidad independiente de las represen.
perspectivas individuales. Lo que taciones de la mente.
para uno está en último plano, se 29. El primer .paso en el cami-
halla para otro en primer térmi- no del realismo es el de apercibir-
no. El paisaje ordena sus tama- nos de que hemos sido siempre rea-
ños y sus distancias de acuerdo listas; el segundo, el de darnos
8GD REAL
cuenta de que, hagamos lo que ha- en los seres individuales (realismo de
gamos por pensar de otro modo, la Edad Media). V. Universa/es.
no lo conseguiremos nunca; el ter- 31. Lo que llamamos idealismo
cero, el de comprobar que quie- platónico es uno mismo con lo que
nes pretenden pensar de otro modo
se llamaba realismo en la Edad
piensan como realistas apenas se Media, y lo que se llamaba rea-
olvidan de representar un papel. lismo en la Edad Media tiene el
(E. G!LSON, Le réalisme méthod., mismo origen que lo que hoy lla-
87.)
mamos idealismo. Habiendo comen-
V. Tomismo. zado por desacreditar la realidad
Realismo crítico. A. Doctrina que, sensible hasta hacer de ella casi
admitiendo la realidad del mundo ex- un no-ser, Platón y Plotino tuvie-
terior, no admite, como el realismo in- ron que atribuir a otra cosa la rea-
genuo, que sen tal como los sentidos lidad que le negaban. El irrealismo
nos lo hacen conocer. del mundo real fue acompañado,
B. En .partic. (en KANT) : doctrina pues, en ellos por un realismo del
según la cual conocemos el mundo ex- mundo irreal. El realismo medieval
terior tal como es para nosotros (el de las ideas o universales no fue
fenómeno), pero no tal como es en sí sino la contrapartida de una cierta
(el nóumeno). falta de realismo en el orden sen-
Realismo inmediato. Doctrina según sible. (E. GILSON, Réalismc tho-
la cual el mundo exterior es conocido mislc, 229-230.)
por intuición, sin intermediarios (en 31'. No nos extrañaría que
tanto que, para el realismo mediato, también en la enseñanza de los
ese conocimiento supone un razona- médicos se empezara a volver hoy,
miento basado en la sensación). sustituyendo el nominalismo por el
Realismo ingenuo. Actitud natural realismo, a estudiar las enferme-
consistente en creer que las cosas son dades como entidades, trabajando
como las percibimos, en atribuirles to- ese estudio tanto, por 1o menos, en
das las cualidades que los sentidos nos el laboratorio como en la clínica.
hacen percibir en ellas (en particular, (E. o'ORs, Tres lecciones en el M.
sin distinción de cualidades* ,primeras del Prado, 162.) Ad. E.
y cualidades segundas). V. Clasificación, 5; Razón, 68.
30. Todos partimos del «realis- C. En la vida práctica: disposición
mo ingenuo», es decir, de la doc- a ver las cosas como son y a tomar me-
trina en cuya virtud las cosas son didas en consecuencia, sin pararse en
lo que parecen ser. Pensamos que barras de precedentes o escrúpulos.
la hierba es verde y que la nieve
es fría. ( ... ) El realismo ingenuo 32. Donde su realismo [ el de
conduce a la física, y la física, si Bonaparte] irrumpe es menos en
es verdadera, nos muestra que el la preocupación por las oportunida-
realismo ingenuo es falso. (B. des que en la que siente por los
RUSSELL, Signific. et vérité, lG.) detalles de ejecución. (L. MADELIN,
Hist. dit Conslllat et de l'Emp.,
30 bis. El realismo tomista, aun- III, 92.)
que no se base en una crítica del
conocimiento, no se halla reducido 33. Según [Julien] se halle
al estado de realismo ingenuo: se ofendido por la bajeza de la reali-
basa en la evidencia de sus prin- dad o descorazonado por la altura
dpios y se justifica por una crí- del ideal, pasa sin término medio
tica del idealismo que demuestra de un idealismo inflexible a un
la impotencia de esta doctrina realismo feroz. (J. RosTAND, Ju-
para elaborar una filosofía viable. lien ... , 155.)
(E, GILSON, Le réalisnte méthodi- D. Est. Doctrina según la cual el
que, 12.) artista debe pintar la realidad sin
2. En el problema de la naturale- idealizarla, o incluso con una preferen-
za de las ideas y por op. a nomina- cia por la realidad vulgar. Esta última
lismo o conceptualismo: doctrina se- nota es más bien característica del na-
gún la cual a nuestras ideas generales turalismo"'.
o conceptos universales corresponde Contr.: idealismo*.
fuera de la mente algo real, bien en 34. El fondo del realismo es la
si (ideas del realismo platónico), bien negación del ideal y de todo lo
REAL 870

que de &l se deriva; y es asi co- de asociación no tenidas en cuenta


mo se lloga a la emancipación de hasta él, en la omnipotencia del
la razón, a la emancipación del in- sueño, en el juego desinteresado
dividuo y, finalmente, a In demo- del pensamiento. Tiende a acabar
cracia. (G. CoURBET, cit. en Ch. LA- definitivamente con todos los de-
COUTURE, Esthét. fo11dam., 319.) más mecanismos psíquicos y a sus-
35. El realista escoge las reali- tituirlos en la solución de los prin-
dades. elige lo inmundo y dice: cipales prnblemas vitales. (A. BRE-
,Las abejas, los lirios y los soles TON, Prcnticr manifcstc du sur-
tienen manchas». (M. BARRES, lites réalismc, 1024.)
caliicrs, XII, 37.) 38. Los surrealistas creian en
36. el pretendido arte realista la abolición de las fronteras entre
( ... ) no sería tan mentiroso si no lo objetivo y lo subjetivo, en la ri-
hubiésemos adquirido en la vida queza de lo irracional, en las virtu-
el hábito de dar a lo que sentimos des de la contradicción, en las ins-
una expresión diferente, que de piraciones de la locura, en los te-
ello difiere en gran medida y que sores del subconsciente, en la omni-
al cabo de poco tiempo tomamos potencia del deseo, en la comunica-
por la realidad misma. (M. PnousT, ción del sueño con la vida, en los
Le temps rctr., II, 28.) azares milagrosos, en los encuén-
36'. Durante el siglo XIX los tros cruciales. (J. HYTIER, en Lit-
artistas han procedido demasiado tér. fr., de BÉDIER-HAZARD-MARTI-
impuramente. Reducían a un míni- NO, II, 429.)
mo los elementos estrictamente es- 39. El superrealismo es a me-
téticos y hacían consistir la obra, nudo considerado como un esnobis-
casi por entero, en la ficción de mo intelectual, una depravación
realidades humanas. ( ... ) Realis- del espíritu o una broma de ar-
tas fueron Beethoven y Wagner. tistas deseosos de asombrar a cual-
Realista Chateaubriand como Zo- quier precio ( ... ). Ahora bien, el
la. Romanticismo y naturalismo, fin de los surrealistas es extralite-
vistos desde la altura de hoy, se rario, porque pretende nada menos
aproximan y descubren su común que liberar al hombre de la pre-
raíz realista. (J. ORTEGA y GASSET, sión de una civilización demasiado
La deshumanización del arte, utilitaria. (Y. DUPLESSIS, Le sur-
Obras, III, 358.) Ad. E. réalisme, 6.)
<e[rrcalismo». Carácter de lo que es «Supcrrcalidad» o «Surrcalidad,.
irreal. Realidad que está por encima o más
Sin.: irrealidad. allá de lo que perciben los sentidos.
v. 31. 40. lo que impresiona al negro
Superrealismo o surrealismo (Galic.). es menos la apariencia del objeto
Escuela del segundo cuarto del s. XX que su realidad profunda, su su-
que, llevando al extremo los principio• perrealidad; menos su signo que
del realismo, pretendia atenerse a los su sentido. El agua le conmueve
modos de pensamiento liberados de porque corre, fluida y azul, y, so-
cualquier preocupación racional, rn~ral bre todo, porque lava, y aún más
o estética. Los surrealistas preconiza- porque purifica. (L. S. SENGHOR,
ban la escritura automática•. Principal uL'esthétique négroafricaine», Dio-
teórico: André BRETON. o~ne 16 [1954, 4], 'P· 44.)
37. Superrealismo, n. m. Auto- 41. He hablado de imagen super-
matismo psíquico puro por el que realista. Pero, como bien se adivi-
nos proponemos expresar, ya sea na, el superrealismo negro-africa-
verbalmente, ya por escrito, ya de no difiere del europeo. Este es em-
cualquiera otra manera, el funcio- pirico; aquél, místico, metafisico.
namiento real del pensamiento. ( Ibúl., p. 63.)
Dictado del pensamiento, falto de
cualquier control ejercido por la V. Automatismo, 7, 8.
razón, ajeno a toda preocupación Realista. A. Que ve o reproduce In
estética o moral. realidad tal como es (una visión realis-
Encicl. Filos. El superrealismo ta de los acontecimientos; una descrip-
se basa en la creencia en la rea- ción, un cuadro realista.s) ; que obra
lidad superior de ciertas formas sin tener en cuenta más que la reali-
871 RECIPROCIDAD

dad, y lo que quiere realizar (una po- A. Adj. Que va del uno al otro y
litica realista). viceversa, que obra en un sentido y en
42. No hay en parte alguna, ni el contrario.
siquiera en el arte más realista, Sin.: mutuo. Adulación, denigración
datos objetivos e implacables. La mutuas. Los verbos recíprocos («se pe-
pura escenografia de la realidad gan») expresan esa reciprocidad de la
es siempre ilegible. A la impresión acción.
concurren la realidad y la mente. V. Correlaci611, 6.
(H. DELACR0IX, en N. Tr. do Ptr/1·
c/101. de DUMAS, VI, 493.) B. Recíproca, subst. l. Lóg. La
recíproca de una proposición se obtiene
B. Que profesa o practica el rea- invirtiendo el orden de los términos. El
lismo (B) en los diversos sentidos de hombre es un animal racional: un ani-
esta palabra (los realistas de la Edad mal racional es un hombre. Nótese que
Media), o que es relativo a esas doctri- la recíproca de una proposición verda-
nas (los supuestos realistas). dera no es necesariamente verdadera
43. Toda obra de arte es expre- (v. Co11versió11).
sión de un ideal; pero para un ar- 2. Mat. La recíproca de un teorema
tista realista, ese ideal nace casi se obtiene invirtiendo el orden de las
Inmediatamente al contacto de la proposiciones, es decir, tomando por
realidad, en tanto que para otros hipótesis la conclusión y la concl1,1sión
es más el producto de un trabajo •por hipótesis. Ej.: el teorema S, dos
interior. (H. DELACR0IX, Psychol. cuerdas de u11. círculo son. iguales, es-
do l'art, 89.) tán a, igual distancia. del centro, tiene
V. Nomi11a.lista., 10. por recíproca: Si dos cuerdas de un
círculo están a, igua,l distancia del ce11,-
RECESIÓN. Lat. rcccssio, acción de tro, son igua/,es. La recíproca de una
alejarse (recedcro). proposición verdadera no es necesaria-
A. Astronomía. Alejamiento progre- mente verdadera.
sivo de las nebulosas extragalácticas, Reciprocidad. Carácter de lo que es
origen de la hipótesis del universo en recíproco. La amistad implica recipro-
expansión. cidad de sentimientos.
B. Econ. polít. (uso reciente). Se l. Para quien quiera conocer el
dice de una baja de la producción o estatuto metafísico de la persona-
una disminución en su progreso. V. Re- lidad, el camino más fácil es el de
grcsi611. la reciprocidad. (M. NÉDO:<CELLE,
Recesivo. Der. del lat. reccdere, ir La réciprocité des co11sc., 23.)
( cedere) hacia atrás (re). 2. La diada es la única forma
Se op. a procedere en el sentido de directa de reciprocidad dada a la
progresar. experiencia. (... ) Cada uno de nos-
Genética. Se dice, por op. a «dominan- otros puede entrar en un cierto
te», del carácter que permanece laten- número de diadas simultáneas o
te; sólo se manifiesta en el fenotipo• sucesivas; no obstante, la recipro-
cuando se halla a la vez en la herencia cidad de dos conciencias es y a tan
tenue en sus mejores momentos,
materna. i~
cromosómica patel'na Y.. en la herencia

Es en el encue · o de los genes


que sería utópico creer en unidades
de Indice superior a la diada.
(lbíd., 27.)
recesivos donde res de el riesgo de
la consanguinidad. ( ... ) Es eviden- 3. La reciprocida<i interhuma-
te que dos individuos pertenecien- na (... ) es un dato primordia.l de
tes a una misma estirpe están más la percepción de las personas, por-
expuestos que otros dos cualesquie- que la persona no es conocida si
ra a ser portadores de las mismas no se da de una cierta manera a
taras latentes. (J. R0STAND, Nouv. quien la contempla. (M. NÉDON-
biol., 139.) CELLE, en E11cycl. franr., XIX, OS,
16.)
RECIPROCIDAD 4. Conocer una verdad es afir-
.Recíproco, a. Lat. reciprocus, que marla; no es, pues, tan sólo de-
va tanto hacia atrás como hacia ade- círsela a uno mismo, sino también
lante, alternativo, que vuelve a su pun- decirla a los demás (... ). De ello
to de partida. se sigue una maravillosa reciproci-
RECOGNIClóN 872

dad de los pensamientos, Ln afir- ñi("e, Re hace o posa en mi presen.


mación comunica la verdad a los rio no eil•nlo nada, nada me pene•
demás. Con ello esta verdad, que tra, Sólo el signo exleriol' me afec-
poseemos dándola, se ve confirma- ta. Pero despu6s todo eso vuelve
da, ratificada, fortificada por a mi: recuerdo el lugar, la oca-
quienes la reciben. ( ... ) Ln verdad sión, el tono, la mirada, el gesto,
nos es asl devuelta, vuelve a nos- la circunstancia. Entonces, sobre
otros más rira Rracias a esa con- lo hecho o dicho, encuentro lo pen-
solidación. (A. MARC, L'etrc et sado; y es raro que me equivoque.
l'rsprit, 112.) (J,.J, RoUSSEAU, Con/., 1, 111, 105.)
V. Diada,· Diálogo, 3; Tu, 2. 4. Las seis de la tarde. Es el
momento en que los recuerdos acu-
RECOGNlClóN. Lat. recognitio. den a mí por millares, como los
Empleado a veces en vez de «reco- pájaros que, a esa misma hora,
nocimiento•• en sentido puramente cog- acuden en muchedumbre a la cita
noscitivo (A), para evitar toda anfibo- qoo tienen en el gran álamo don-
logía con el sentido moral y afectivo de alborotan confusamente hash
(B), que la noche los duerme. (M. DE
GUÉRIN, Journal, 2 oct. Hl33.)
Reconocimiento. V. Conocimiento.
6. Hundido en un semisopor,
Recto. V. Derecho, adj. A y B. toda mi juventud volvía a desfilar
en mis recuerdos. (G. DE NERVAL,
RECUERDO Sylvic, ll.)
Recordar, recordarse o acordarse. 6. El recuerdo se crea en el
Lat. recordare y accordarc, de cor, cor- seno mismo de la percepción. (H.
dis, corazón. DELACR0IX, en el N. Tr. de ps¡¡-
Tener presente en la mente un hecho chol., de DUMAS, V, 3,27,)
pasado o poder hacerlo presente en ella 7. sólo hay recuerdo por el ac-
(conservar su recuerdo). to de la mente que Jo evoca y lo
l. la vida sería imposible si nos sostiene en la existencia. (L. LA•
acordásemos. La cuestión está en VELLE, Du tcmps et de l'éternité,
elegir lo que debemos olvidar. (R. 323.)
MARTIN DU G., Pctit• suite de 8. Si se pregunta, pues, dónde
m.ax ... , 10.) están nuestros recuerdos cuando
2. Recordar ( ... ) es obrar como no pensamos en ellos, hay que res-
si siguiésemos allí, en aquel país, ponder que están en nuestro pen-
junto a aquella persona de la que samiento, en el sentido de que, si
la vida nos ha separado. ( ... ) El no pensásemos en ellos, no podría-
recuerdo es una semi-presencia mos tener este pensamiento actual
que el deseo mantiene y se borra tal como lo ,tenemos, De ello se si-
con la indiferencia. (R. LACR0ZE, gue que la búsqueda de los recuer-
Fo11ct, de l'imagin., 143.) dos es siempre un análisis metó-
dico del presente, un trabajo de
2'. Es curioso que el hombre a reflexión, (E. CRARTIER [ALAIN],
veces lo que decide hacer en el ins- R. de mét. et da mor., 1899, 81.)
tante futuro es precisamente ocu- 9. entre el menor punto de nues-
parse del pasado, recordar, La pa- tro pasado y todos los demás, una
labra es maravillosa: recordar, es rica red de recuerdos nos da a
decir, volver a hacer pasar por el elegir las comunicaciones, (M,
corazón Jo que ya una vez pasó PR0UST, Temps retr., ll, 236-237.)
por él... (J. ORTF.GA y GASSET, En
el centenario de una, U11ivcr1idad, 10. Marie le dijo cierto dla [a
Obras, V, 463.) Ad. E. Michel] que encontraría la casa y
el parque más pequeño que en sus
V. 0/vi.M, 3; Percwir, 1. recuerdos. (M. HERMANT, J\lichel
Recuerdo. A. Prop.: todo Jo que de
las experi<.>ncias pasadas vuelve o pue-
º" de l'alfra11ch., 70,)
11. Cuando se trata sólo de
da \'Olver a la mente. nuestros pensamientos, de nues-
3. No sé ver nada de lo que tros sentimientos, de nuestros re-
,·eo; sólo veo bien aquello de lo cuerdos, las cosas que nos eran
que me acuerdo, y sólo tengo áni- más familiares adquieren para nos
mo en mi recuerdo. De cuanto se otros un relieve, una significación,
873 UECUURENCIA

un valor que no tenían cuando dis- •pres. de rccurrerc, correr ( currerc) ha-
poníamos de su presencia sensi- cia atrás (re), volver, reproducirse.
ble. (L. LAVELLE, Le mal et la sou/- Que vuelve atrás, hacia su origen
fra11ce, 19-20.) (nervio recurrente), que se reproduce
12. Cuando tenéis un recuerdo, (fiebre recurrente). «En términos de
sois vosotros quienes lo tenéis, y álgebra, Serie recurrente, serje en la
a la vez es él quien «os tiene». Si que cada término se forma con un cier-
el recuerdo es algo intenso, soñáis, to número de términos precedentes
perdéis pie. Todo ocurre como si multiplicados por los mismos coeficien-
fueseis presa de un «otro yo». (R. tes» (Acad. fr.).
RUYEll, Bull. do la Soc. fr. de Pliil., l. En un todo organizado ( ... )
1948, 168.) cada efecto repercute en la totali-
V. Tesis, 4. dad, cuya modificación se convier-
13. El recuerdo puro carece de te a su vez en causa de cambio
fecha. 8610 tiene época, (... ) ¿Qué para el efecto primitivo. Es una
época o quó vientos corrían en especie de reflexión y multiplica-
aquel día memorable? ( ... ) Los re- ción de los efectos denominada re-
cuerdos se convierten entonces en currencia de la causa: una causa
grandes imágenes, en imágenes recurrente es aquella cuyo efecto
agrandadas, agrandadoras. (G. se hace causa por relación a ella
BACHELARD, Poétiquo do la révcrio, misma. (E. CALLOT, Phi/os. biol.,
100.) 158.)
14. El recuerdo evo.cado, des- 2. Constituida en orla de la geo-
arrollado, aparece aquí como un metría euclidiana, ,Ja geometría no
momento en el ciclo de los valores euclidiana dibuja desde fuera, con
personales. (... ) No atestigua tan- luminosa precisión, los límites del
to nuestro pasado como nuestro antiguo pensamiento. Lo mismo
presente y nuestro próximo futu- ocurría con todas las formas nue-
ro. (G. GusooRF, Mémoire et pers., vas del pensamiento cientüico,
I, 193.) que vienen a proyectar a posterio-
15. No existe recuerdo indepen- ri una luz recurrente sobre la os-
diente, anterior a cualquier orga- curidad de unos conocimientos in-
nización, como una pieza suelta completos. (G. BACHELARD, NoZ<v.
que esperase a ser integrada en un esp. se., 8.)
conjunto. (... ) Todo recuerdo se si- Recurrencia. A. En general: ca-
túa en una perspectiva, se dibuja rácter de lo que es recurrente, es decir,
sobre un particular segundo tér- vuelve sobre sí mismo o se repite.
mino. Una memoria se compone de 3. La forma más trivial [de la
diversas esferas, de constelaciones representación del espacio] resul-
y no de unidades aisladas de re- ta, como las imágenes genéricas,
cuerdos. (lbíd., 11, 324.) de la repetición de una sucesión
16. (A propósito de M.-Ponty y de acontecimientos de recurrencia
su madre.) Los recuerdos entre dos constante y aproximadamente uni-
son ritos: el superviviente sólo forme. (Th. RmoT, Évol. des idécs
encuentra hojas secas, palabras. gé11., 191.)
(J.-P. SARTRE, «M. Merleau-Ponty 4. El instinto y el mito no son
vivant». Temps modernos, núms. nunca superados para siempre.
184-185. [1961], p. 358.) Animan al superior desarrollo del
V. Dialéctica, 27. pensamiento con su perpetua re-
currencia, cada una de cuyas ins•
B. Por anal. l. La función de tanelas se esfuerza por lograr pre-
conservación y evocación del pasado (el ponderancia en el desarrollo de los
recuerdo = la memoria). sistemas. La recurrencia del ins-
V. Cifra, 11. tinto se hace sentir en las filoso-
2. Objeto que recuerda un suceso fías de la naturaleza ( ... ). En
pasado o a una 'J)ersona. Un armario cuanto a la recuri-encia del mito,
lleno de recuerdos. se manifiesta por el oscurecimien-
to del individuo en beneficio del
RECURRENCIA gr11po, tendencia que se afirma sin
cesar desde hace más de un siglo
Recurrente. Lat. rocurrs11s, p&1·t. en Occidente, ante el creciente una-
REOARGUIU 874

nimismo y el totalitarismo de la ci- que su misma objeción, dado que


vilización contemporánea. (G. Gus. pretende afirmar la verdad y sa•
DORF, Tr. dr 111étap/i., 72.) car de ella la consecuencia de que
B. Razonamiento por recurrencia su interlocutor afirma algo falso,
(POINC'ARÉ). Proceso consistente, una presupone el principio de contra-
vez establecido un teorema para 11: l.º dicción: el acto illlllllica lo que las
en demostrar que, si es verdadero para palabras niegan. ( ... )
n = 1, lo es también pua 11 + 1; 2." Un caso cómico de aplicación de
en g,eneralizar, y en concluir que es la redargución, y que sugiere las
verdadero para todos los números en• posibilidades de escapar a ella, nos
teros. lo da la anécdota del policia que
Así lo expone POINCARÉ, quien, tras ( ... ) , en el momento en que el pú.
citar Yarios ejemplos, añade: blico se disponía a contar Lo Mor•
scllesa, sube al escenario para
5. detengo aquí esta monótona anuncia,,- que está prohibido todo
serie de razonamientos. Pero esa lo que no figure en el programa.
misma monotonía ha hecho resal• a¿Y usted?», interrumpe uno de
tar mejor el procedimiento, que es los espectadores, a¿ está usted en
uniforme y encontramos a cada el programa?» (Ch. PERELMAN, Tr.
paso. do l'argumontation., I, 274-Z76.)
Ese procedimiento es la demos- Redintegración. V. ln.tcgraci6n.
tración por recurrencia. Se co-
mienza -por establecer un teorema REDUCCIÓN
para n = 1; se demuestra des- Reducir. Lat. rcd1tccre, conducir
pués que si es verdadero de 11 - 1, (ducerc) hacia atrás (re), hacer vol-
lo es de n, y se concluye que es ver, retirar.
verdadero para todos los números
enteros. A. Disminuir, restringir, reducir un
jarabe (por evaporación), los gastos,
( ... ) Las matemática.s pueden, las ambiciones, la jornada de trabajo.
pues, como las demás ciencias, pro-
ceder de lo particular a lo gene- B. Tranaformar un objeto de pen•
samiento en otro juzgado equivalente
ral. (H. PoINCARÉ, Se. et hyp., 19, o que se considera constituye lo esen•
25.) cial. Este tipo de reducción suele tener
6. El razonamiento por recu- por fin unificar Jo diverso. Reducir los
rrencia contiene al menos una de- quebrados al mismo denominador, el
mostración. Y ésta es mucho más juicio a la asociación, el placer a la
importante que el paso progresivo ausencia de dolor ...
de un número al siguiente; porque l. En la fórmula a menudo em•
demostrando que la propiedad su- pleada por Condillac: «El arte de
puesta verdadera para m. es ver- razonar se reduce a una lengua
dadera para m. + 1, se demuestra bien formada• [Loqiquo, II, 6] ;
precisamente la legitimidad de ese hay a la vez la idea de una equi-
paso. (E. GOBLOT, Tr. de lag., 262· valencia lógica y la de un retorno
263.) a los elementos primitivos y fun-
Recursos hü,tóri<:os: teoría del italia- damentales ... (A. LALANDE, Voc.,
no Vico, para quien, en el curso del 809.)
tiempo, se dan recursos (rú,orsi) o re- V. Ezplú,oci6n, 1, 2.
peticiones de las situaciones históricas.
V. Recurrencio. C. Llevar por la fuerza (que no es
siempre puramente física y puede ser
REDARGOm. Lat. rcd(]JTguerc, ar• la de las razones) al resultado queri-
güir ( orgucre) en contra o en respues- do. Reducir una fractura (volver los
ta (re). huesos a su sitio normal) ; reducir a
En las discusiones, volver contra un caballo rebelde, a un adversario;
un adversario el argumento en el que reducir a la razón, al deber; reducir a
ha basado su tesis. un contradicto1· a quia (a dar por toda
justificación un •porque si»).
Der.: rcdargución.
2. Los sentidos de esas pala•
Si11.: retorcer (el argumento). Der. bras se hallan a menudo mezcla•
retorsión. dos. En la idea de «reducir al ab-
Asi, a quien objeta al principio surdo•, por ejemplo, se mezcla al-
de contradicción, se Je redarguye go del sentido C: no es tan sólo
876 REDUCCIÓN

transformar el enunciado, por de- no es ella misma. Tiende a apre-


ducción, en una proposición eviden- hender una actividad interior en
temente falsa, sino también obli- su pureza y en lo que puede apa-
gar al que In sostiene a confesarse recer como su suficiencia. (A. Fo-
vencido, encerrarlo en un callejón REST, Consent. et créat., 96.)
sin salida. Cuando se habla de re- 4. La reducción, en el sentido
ducir un hecho a ciertos elemen- técnico, es un acto, un movimien-
tos, en ello entra tan pronto la to que trata de atravesar diversos
idea de una restricción y un em- niveles de la conciencia para ase-
pobrecimiento lamentables, que de- gurar progresivamente su funda-
jan perder algunos de sus carac- mento. (H. DuMtRY, Le probl. de
teres esenciales, como, por el con-
trario, In de una simplificación Dieu, 49.)
útil y legitima. (A. LALANDE, Voc., 4'. como el último fundamento
889,) de la naturaleza es la identidad,
el modo de explicación natural tu-
Reducción. Lat. rcductio, acción de vo que consistir, desde luego, en la
rediicerc. reducción de lo inmediato y paten-
Acción de reducir, sobre todo en los te a lo latente y mediato, que asi
sentidos A y B; el resultado de esa quedaba patentizado o manifesta-
acción. do; una regresión, por tanto, de
A. Acción de disminuir, de restrin- lo principiado a su principio. (J.
gir. Reducción de personal, de crédito; MARÍAS, Introducción a, la, Filoso-
reducción (reproducción a menor tama- fí<>, 276.) Ad. E.
ño) de un cuadro o de una estatua; re- V. Función, 16.
ducción cromosómica. C. Fenomenol. En HUSSERL (al. Re-
B. Acción de convertir un objeto duktion), «reducir» es empleado en el
de pensamiento en otro equivalente o sentido B: dejar en lo esencial, puri-
de abstraer sus caracteres 4!"enciales. ficar de lo accesorio. Tras una reduc-
l. Mat, y lóg. Acción de convertir ción filosófica, que «aparta nuestra
un objeto de pensamiento en otro equi- atención de las teorías sobre las cosas
valente. Reducción del paralelogramo para concentrarla en las cosas mis-
al rectángulo; reducción de quebrados, mas» (G. BERGER, Encycl. franc., XIX,
de las figuras del silogismo. 10. 7), el proceso fenomenológico inclu-
Reducci.6n ,,.¡ 1>bsurdo. V. Razona,. ye dos etapas denominadas «reducción
mirnto por el 1>bsurdo•. eidética» y •reducción fenomenológi-
ca».
Redueei6n de ¡.., figur.., (Lóg.). Ope-
ración consistente en convertir en un 6. La mayor enseñanza de la
modo de primera figura (Barbar<>, Ce- reducción es la imposibilidad de
larent, D<>rii, Ferio) los modos de las una reducción completa. (M. l\lER-
otras figuras. Como ej., v. B<>rroco y LEAU-P., Phénoménol. do l<> perc.
VIII.) '
Boc<>rdo.
V. Fenomenología,, 4.
2. Filos. (sentido anal. al de la pa-
labra en las ciencias ffsico-quim.). Ac- Reducción eidética•: actitud del in-
ción de dejar sólo lo esencial de un ob- telecto que, en el dato, considera tan
jeto de pensamiento, de purificarlo de sólo las esencias y no los hechos en su
los elementos extraños que pueda con- individualidad concreta.
tener para obtenerlo en estado puro. 6. /a, fc11omc11ologia p1'ra. o
Reducción del razonamiento a una se- trascendental no se constituirá
rie de intuiciones, de la conciencia mo- c01no una. ciencia, que versa sobre
ral a la razón, (para los asociacionis- hechos, sino sobre esencias (como
tas) del juicio a la asociación ... ciencia r:idétic<>) ( ... ). La corres-
3. Podemos entender por reduc- pondiente reducción, que lleva del
ción una forma particular del aná- fenómeno psicológico a la «esen-
lisis. La reducción no busca, como cia» pura ( ... ) es la rrd1'cción eidé-
la abstracción, simplificar esque- tica. (HUSSERL, Jdées ... , 7.)
matizando; recae, por el contrario, 2. Rcd1'cción fenomenológic<> o re-
sobre la actividad del pensamiento ducción trascendental: actitud de la
en lo que tiene de concreto, y se mente que no considera los datos de
propone tan sólo eliminar todo lo la experiencia, tanto interna como ex-
a ella sobreañadido, todo lo que terna, más que como fenómenos. Esta
UEFLEXIóN 876

actitud excluye la nr11aci,\n de la exis- ria, anula la particular sensación


t.>ncia del mundo (comprendida la del que le sirve de reductor, aun sub-
yo empírico) y sólo implica la •puesta sistiendo el ol"den de los recuerdos
entre paréntC"sisD• (E..~i11klnmmt'rnng) y produciéndose los juicios, tene-
de ese problema, una suspensión del mos una alucinación, (H, TAINE, De
juicio (,•. Epol,hé frnnme11ológiea) re- l'i11tellig., 1, 117,)
ferida sólo a ese punto. lleductible, reducible. Que puede
Esta reducci,\n se llama también ser reducido, principalmente en los sen-
trascendental porque nos sitúa frente tidos A y B del v. reducir. Reductiblli-
a la única realidad irreductible: el yo dad: carácter de lo que es reductible,
trascendental. V. Frnomrnnlogía tras- Gasto, ecuación reductibles.
<"r11dn1fn.l, Trasrr11dc11tal (ego, yo-). lrrrducliblr, irrcd11r,tihlc. Que no pue-
7. con la rpokhé universal, en de ser reducido, eu los sentidos B y C
cuanto a la existencia o inexisten- del v. reducir. Irreductibilidad: carác-
cia del mundo, la fenomenología ter de lo que no puede ser reducido.
no nos ha hecho, en realidad, per- Cantidad irreductible (a otra canti-
der el mundo como objeto fenome- dad). Facultad irreductible (a otra fa-
nológico. ( ... l Al efectuar la re- cultad). Adversario, voluntad irreduc-
ducción fenomenológica en todo su tibles.
rigor, conservamos, pues, a título Referéndum. Consulta al cuerpo elec-
noético, el campo libre e ilimitado toral sobre una cuestión de interés ge-
de la Yida pura de la conciencia, y, neral. V. Plcbíacito.
del lado de su correlativo noemá- Reflejo. V. Reflexión,
tico, el mundo-fenómeno, en tanto
que su objeto intencional. (Hus- REFLEXlóN
SERL, 11/édit. cartés., 14.)
Reflejar. Lat. re/lectcre, volver, fle-
7'. La i:::r,-¡J-, pretende eliminar xionar (flectcre) hacia atrás (re).
toda tesis metafísica y operar ex- A. Propr. (Fís.). Devolver los ra-
clusivamente con las avivencias re- yos a las vibraciones recibidas, cual-
ducidas» ; y como esa reducción quiera que sea su naturaleza (lumino-
o epokhé afecta también al sujeto, sa, sonora ... ). Esa pared refleja el ca-
se trata, no de vivencias empíri- lor.
cas, sino de vivencias de la con- B. Reflexionar•,
cienci.a. pura. Pero esta reducción
es, en el fondo, ilusoria, como ha C. Fig, Dejarse ver una cosa en
mostrado con evidencia Ortega; la otra. La literatura española refleja el
conciencia, lejos de ser la. reali- espíritu hispano (Real Acad.).
dad, es una hipótesis, una teori& o Reflexionar. Demorar largamente el
interpretaci6n, en el sentido más pensamiento en alguna cosa.
riguroso, y yo no puedo eliminar la l. Hay escépticos que opinan
posesión existencial, porque cuan- que con demasiado reflexionar no
do pongo •entre comillas• mi seto llegamos nunca a decidirnos. Esto
anterior y Jo redu~ fenomenoló- es cierto si se reflexiona de,na.sia,..
gicamente, esta reducción es un do, pero no si se reflexiona lo
nuevo acto que se hace sin reduc- bastante; pero la mayo ria de los
ción, desde la vida., y el yo que hombres son hasta ahora tan des-
reduce el primer acto es un yo equilibrados que reflexionan dema-
real, existente. (J. MARÍAS, Intro- siado. Cuando no reflexionan de-
ducción a la FiÚlsof{a, 165-166.) masiado poco. (J. LECLEIIQ, Du droit
Ad. E. nahtrel ti. la. socio/,, 11, 64.)
V. Epokhl, 5; Transcendrncia, 18. Reflejo. Lat. rc/lezus, part. pasado
Reductor, reductora. Que realiza una de rc/lectart, flexionar (//retar), cu1·-
reducción, en el sentido A (reductor var hacia atráa (re).
de velocidad) o en el sentido B (los re- A. Adj. l. Biol. lllovimiento re-
ductores de la ima~en). En Psicol.: lo flejo. V. Re/kjo, subst.
que mantiene la imagen mental (re- 2. L6g, Por op. a directo, se dice
cuerdo o pura ficción) en su realidad de del acto de la mente que recae, no so-
imagen, es decir, le impide ser tomada bre la cosa misma, sino sobre otro acto
por una percepción. mental relativo a eaa cosa. aDios exis-
8. Cuando una imr.gen, al ad- te. es un juicio directo; aafirmo que
quirir una intensidad extraordina- Dios existe., un juicio reflejo,
877 REFLEXJóN

1'. Cuando el hombre discu1·re propio, sino a otro que le ha sido aso-
no anda en actos reflejados sobre ciado. Ej.: la salivación de los perros
su pensamiento, así como los ojos de PÁVLOV al sonido de la campana que
cuando miran no hacen contorsio- anuncia la comida. Se dice tambi~n:
nes para verse a si mismos. (J. reflejo condicional.
BALMES, El criterio, 106.) Ad. E. V. /lfímica,, 2.
3. (Psicol.). Aplicado a las funcio- 2. Por anal. (Psicol.): reacc1on in-
nes mentales y por oposición a espon- mediata, irreflexiva e involuntaria.
táneo•: que su actividad implica el
control de sus procesos o una vuelta de 4. El reflejo no procede siem-
la mente sobre esos procesos. Atención pre ni siquiera ordinariamente del
espontánea, atención refleja. Recuer- hábito, pero el hábito añade a la
do• espontáneo, recuerdo reflejo. En naturaleza nuevos reflejos, y aca-
muchos casos, se opone al mismo sen- so pudiera incluso ser definida
tido espontáneo a voluntario. en el ser vivo por esa aptitud. (M.
PRADINES, Tr. de psychol., I, 126.)
B. Subst. l. Prop. (Fisiol.) : reac-
ción involuntaria a una excitación pe- 5. La afirmación de existencia
riférica•. Las hay primarias o de cons- estima espontáneamente el hombre
titución (reflejo de la degludón) y se- formado en la ciencia · (... ), sólo
cundarias o de adquisición (reflejo pal- puede ser aceptada en proporción
pebral). a la experiencia hecha de lo exis-
tente (... ). Es el reflejo empirista.
2. Sobre una pata de rana des-
cerebrada se coloca una gota de Al lado de esta posición se afir-
ácido; la pata se retira: he aquí ma la tendencia a considerar como
un reflejo motor. La impresión condenada de antemano toda argu-
producida en las terminaciones ner- mentación que razone apoyándose
viosas de la piel ha llegado, por en el concepto de ser ( ... ) Es el re-
los nervios sensitivos, a la médula flejo nominalista. (D. DUBARLE,
espinal. desde donde se ha refleja- Rech. philos., II-IV (1959), 98.)
do en el nervio motor de la pata, 6. ¿Qué será entonces de él [el
para llegar a las fibras muscula- hombre nuevo], apenas fatigado y
res cuya contracción ha provocado. desbordante de ocios? La vida ame-
No sólo hay reflejos motores, sino ricana muestra que su primer re-
también secretores. (J. R0STAND, flejo es aturdirse. (J. FoURASTIÉ,
La, vie et ses probl., 88.) La civi/isu.tion de 1975, 68-69.)
3. A la idea de una simple re- Reflexión. Lat. reflexio, acción de
flexión con posibilidad de diversos reflectere (volver hacia atrás).
cambios de agujas que transfor- A. Prop. (Fís.). Cambio de direc-
man automáticamente un mensaje ción de las ondas que caen sobre una
sensitivo en mensaje motor (... ) ha superficie reflectante.
sucedido la concepción de que el B. Fig. (Filos.). Vuelta de la men-
reflejo era una respuesta integra- te sobre sus estados y sus actos.
da, resultado de una compleja ac-
tividad de los centros nerviosos l. Con intención esencialmente psi-
(CHAUCHAnD, Méca,n. cérébr. de la, cológica: vuelta de la mente sobre sus
prise de co11Bc., 36,) estados y sus actos para adquirir con-
ciencia más clara de ellos, analizarlos
3'. Cuando la reacción es sim- asistir n su evolución... '
ple y uniforme, rigida, invariable,
cualquiera que sea el estimulante, Sin.. : introspección*, observación in-
terior.
decimos que es un mero reflejo.
Cuando se trata de una reacción 7. la reflexión no es otra cosa
complicada, en que interviene to- que una atención a lo que hay en
da una serie de actos y que se nosotros. (LEIBNIZ, N. Essais, Pról.
adapta a ciertas variaciones del I, 12.)
estímulo, decimos que es un ins- 8. Distinguimos también entre
tinto. (J. ORTEGA y GASSET, La in- los pensamientos del alma que tien-
telige11cia, de los chimpa,ncés, den directamente a los objetos y
Obras, III, 572.) Ad. E. aquellos en los que se vuelve so-
V. Instinto, 8, 19. bre sí misma y sobre sus propias
operaciones, mediante esa manera
Reflejo condicionado. Reflejo adqui- de pensar llnmnda reflexión. (Bos-
rido que responde no a su excitante SUET, Conn. de D., I, 12.)
REFLEXlóN 878

9. Es cierto que conorf'mos mu- zonnmos, cnnoc(>Jll09 ln verdad y clP


cho mejor In naturn}pza de las co- una verdad pasamos a otra.
sas por reflexión, una vez pusndus, ( ... ) y nqul hay que h11ce.- notar
que por imprc~il)n, cuando las sen- que, ruando en ese camino hemos
timos. (SAlNT-EYttF.MOND, <1':u l'reR dndo un primer paso, nuestros pro-
11H;lé<"s, I, 1, 11.) gresos no tienen yo límite. Porque
1 il. Los hechos, los ns pedos de lo ¡,ropio de lns reflexiones es ele-
lns rosas se sucPClen con rapidez vurse unas sobre otras; de suerte
prodiJ:dosa, no dejándonos sino im- que reflexionamos sol.Jre nuestras
presiones que otras vienen sin ce- propias reflexiones hasta lo infini-
sar n borrar. ( ... ) Reflexionar es to. (BossUE''I'i Co,rnaiHs. ele Diru. ... ,
propiamente volver atrás, es decir, V, 13.)
hn1..·erlos comparecer de nuevo, pu- 13. El metafísico, apoyándose
ra examinarlos a placer sustrayén- en la reflexión, facultad que no
,a
'.1?1<>-' la ful!a del _t_iempo y fi- hay que confundir con la abstrac-
ción, se remonta hasta el sujeto
Jando.os en la mmov1hdad. La rt.>-
flexión es una atención retrospec- que se abstrae n si mismo, más que
tiva que convierte al pasado por ser abstraído, de toda representa-
segunda vez en presente por la ción externa y se percibe bajo sus
duración que nos conviene. (A. CAR- atributos de unidad, de simplici-
TAllLT, L'intcllcctucl, 131.) dad, de .permanencia ... (M. DE B1-
RAN, Essai s. les fond ... , III, In-
11. Un sentimiento, en la me- trod. v. CEm•res, VIII, 78.)
dida misma en que es profundo,
no se presenta expresamente como 14. Llamo reflexión a esa fa-
tal a la conciencia inmediata, si- cultad por la que la mente percibe,
no tan sólo a la reflexión que so- en un grupo de sensaciones o en
bre él se ejerce más tarde, y que, una combinación de fenómenos
por otra parte, recae más bien so- cualesquiera, las relaciones comu-
bre uno mismo en tanto que otro. nes de todos los elementos con una
En principio, cuando experimento unidad fundamental (... ). y, ante
un sentimiento profundo y preci- todo, movimientos repetidos de una
samente porque a él me doy o me misma fuerza productora o una
misma voluntad yo. ( lbfd., Parte
abandono, no lo pienso como pro- 11, IV, 1, IX, 477.)
fundo, no lo valoro, no lo aprecio.
(G. MARCEL, f'rhun.ce et immort., 15. El más elevado de nuestros
32-33.) conocimientos no es (... ) ni una
sensación, ni una intuición intelec-
11 '. así como es la razón una tual, sino una reflexión, por la que
especie de escrutinio y elección de el pensamiento aprehende inmedia-
juicios, es la reflexión una ins- tamente su propia naturaleza y la
pección sosegada y firme de lodo relación que ésta mantiene con los
aquello que la razón ha reunido y fenómenos. (J. LACHELIER, Fonc/.
grabado, después que el juicio lo de l'i11<luct., 38, u,;uvres, I, 46.)
recibió y aprobó. (J. L. VIVES, Tra-
tado del alma, B5.) Ad. E. 16. La reflexión (... ) no con-
siste tan sólo en aprehender una
V. Dialéctica, 20. actividad inte.-ior y no se agota
2. Con intención metafísica o feno- en una pura rovelación del yo.
menolól!ira: vuelta del espíritu sobre Quiere aprehende,· en el yo una
8U propia actividad para remontarse actividad anterior a los objetos a
a los principios que la constituyen o los que ella se aplica. (A. ~'OIIEST,
explican. V. Ref/uivu. Cu11sent. et créat., 97.)
12. por encima de las sensado- R,•f/.,,:ión ug1mda (G. MAIICEL). Re-
nes, las imaginaciones y los ape- flexión que se aplica n una actividad
titos naturales, comienza a <.>levar- TL"'flexivn.
se en nosotros lo que llamamos re- 17. ( ... ) una reflexión segunda:
flexión: e~ de(·ii·. que paramos la reflexión por la que me pregun-
mil'nt,.-s en nucstra:-1 sensaciones, to cómo, a partir de qué origen
las comparamos con sus objetos, han sido posibles los actos de una
Lust'amr)s Jas causas de lo que pa- reflexión inicial que postulaba la
sa en nosotros y fuera de nosotros. ontológica, pero sin saberlo, ~:sta
en una ¡,alal,ra, entendemos y rn- reflexión Seb"'llnda es rl recogimien~
879 REFLEXIóN

to en la medida en que es capaz de D. Sentido concreto ( una reflexión,


pensarse a si mismo. (G. MAnCEL, reflexiones) : pensamiento rel!ultante
Positio11 et problimc du mysterc de la actitud mental llamada atención,
011tologiquc 276 ó 66.) Sin.: pensamiento, consideración, ob-
18. esta reflexión de segundo servación.
grado o a la segunda potencia, es- 25. Cuando llamamos a las re-
ta reflexión que se ejerce sobre flexiones, ellas nos huyen; y cuan-
una reflexión inicial, es a mis ojos do queremos apartarlas de nos-
la filosofía misma... (G, MARCEL, otros, nos asedian y nos tienen a
Du rcfus d l'inv., 34.) pesar nuestro con los ojos abier-
V. Cartesia11Mmo, 3, tos toda la noche. (VAUVENARGUES,
C. Por ext.: consideración atenta Ré/1. et max., 851.)
de un objeto de pensam'iento para com- 26. Se pretende que el historia-
prenderlo mejor. dor debe abstenerse de reflexio-
Si11.: meditación, atención, examen. nes, y dejar que las hagan quie-
nes le leen; por mi parte, creo que
19. Leibniz no se había casado; el verdadero medio de sugerir re-
lo pensó a los cincuenta años, pe- flexiones a los lectores es hacerlas
ro la persona elegida quiso tomar- uno mismo. (D'ALEMBERT, Esprit,
se tiempo para hacer sus reflexio- ,nax. et pri11c., 215, París, 1789.)
nes. Esto dio a Leibniz ocasión de
hacer también las suyas, y no se Reflexivo. Que consiste en una re-
cas6. (FONTENELLE, É/oge de Lcib- flexión en el sentido B, principalmente,
11iz.) en nuestros días, en el sentido B 2.
Análisis reflexivo, conciencia reflexi-
20. Nadie está sujeto a tantas va, psicología* reflexiva, idea reflexi-
faltas como aquellos que obran ex- va.
clusivamente por reflexión. (VAU-
VENARGUES, Réfl. et 11,ax., 131.) 27. Es también por el conoci-
miento de las verdades necesarias
21. Apenas se es desgraciado y por sus abstracciones como so-
sino por reflexión. (JoUBERT, Pe11- mos elevados a los actos reflexil.'os,
sées, 68.) que nos hacen pasar a lo que lla-
22. La reflexión, madre de la mamos yo, y a considerar que esto
libertad e hija de la libertad, es o aquello están en nosotros: y así
un acto libre que produce actos es como pensando en nosotros, pen-
libres. (V. Cous1N, Fragm, pllilos., samos en el Ser, en la sustancia,
I, 251.) en lo simple y en lo complejo y en
23. [M. Bergeret.] Creo tener Dios mismo; concibiendo que lo
algún valor en la vida; pero re- que es limitado en nosotros, es en
flexiono, y la reflexión perjudica él sin limites. Y estos actos refle-
mucho a la intrepidez. (A. FRAN- xivos proveen los objetos principa-
CE, Monsieur Bergcret d Paris, les de nuestros razonamientos.
79.) (LEIBNIZ, Monad., § 30.)
24. Quienes con más frecuencia 28. las ideas simples reflexi-
necesitan reflexionar son aquellos vas (... ) abstraídas por la refle-
a quienes la reflexión no lleva xión del yo sobre sí mismo difieren
nunca a ninguna parte. (P. PEE- [de las ideas abstractas genera-
TERS, Sentences intempor., n,' 106.) les]. (M. DE BIRAN, Essai s. les
24'. Entramos todos en el mun- /oml... , Parte I, II, IV, CEuvres,
do con los ojos del alma cerrados, VIII, 267.)
y cuando los abrimos al conoci- 29. El 110 es, pues, verdadera-
miento y a la costumbre de ver las mente abstrahcns en su acción re-
cosas, por maravillosas que sean, flexiva, y no abstmclus. (lbíd.,
no deja lugar a la admiración. Por 272.)
eso los varones subios se valieron 30. Su método [ de In psicolo-
siempre de la reflexión, imaginím- gía] es el análisis reflexivo, es de-
dose llegar de nuevo al mundo, re- cir, la búsqueda de la naturaleza
parando en sus prodigios, que c,a- interior de los pensamientos y la
da cosa lo es, admirando sus pe1·- razón de esa naturaleza. (... ) Es-
fecciones y filosofando artificiosa- te método es a In vez experimental
'11ente. (B. GnACJÁN, El criticó11, por su punto de partida, que es la
20.) Ad. E. observación, y racional por su na-
REFIUCClóN 880

turalcza propio. (J. LAGNEAIT, Cé- sufrir n los C'stu,los de <•onciencia <•I
l<'b,·cs le~. et frao111., 57-68.) medio psíquiro en el que se producen.
31. Por ,lfrlu<lo l'rf/r.dvo ( ... ), (... ) In refracción moral ( ... ) nos
entendemos nquí no el simple he- muestra In naturaleza tan pronto
rho de n~flexionar sobre conceptos hnjo un nspecto riente y gracioso
o de meditar, sino el hecho de re- como cubierta de un velo fúnebre
trotraer al pensamiento sobre sus que nos hace hallar en los mismos
propios actos, en tanto que pien- objetos unas veces motivos de es~
san la realidad, para encontrar las peranza y amor, otras sujetos de
leyes de una y otro. (A. ll1ARC, Dia- odio y temor. Así se halla oculta,
lcctiq11c ele l'affi>'mation, 43.) en secretas disposiciones, la fuente
32. el método del ancílisis re- de casi todo el encanto o el disgusto
ffrxi,•o ( ... ) es un método interior afectos a los diversos in5t.antes
que, rnediante una regresión y unn de nuestra vida: esa fuente de los
1·educción, quiere retrotraernos del bienes y los males, la más real, la
objeto al sujeto puro, de lo cono- llevamos en nosotros mismos, ¡ y
cido al acto que conoce, de las co- acusamos a la suerte, y elevamos
sas a su condición. (P. THÉVENAZ, altares a la fortuna! (MAINE DE
L'ho,mne et sa raison, 1, 36.) BIRAN, Mé111oire sur la clécomposi-
tio11 de la penséc, <Eu.vres, 1, 165-
33. la posición de existencia del 167.)
soñador no puede ser asimilada a
la del hombre despierto, puesto que V. Valar, 29.
la conciencia Teflexiva, en un caso, REFUTACióN. Lnt. refutatio, der.
destruye el sueño, por el hecho mis- de refutare, rechazar (a un enemigo),
mo de afirmarlo como lo que es, y refutar.
en cambio confirma y refuerza la
conciencia refleja en el caso de la Discurso o escrito que muestra In
percepción. (J.-P. SARTRE, L'ima- falsedad de una afirmación o una doc-
giuairc, 208.) trina.
34. La conciencia reflexiva po- Sin.: red·argución, crítica.
ne la conciencia refleja como su Co11ti-.: demostración, prueba, justi-
objeto. (J.-P. SARTRE, L'etre et le ficación.
"·· 19.) l. Refutación expresa mucho
35. La reflexividad es la refle- más que ob;eci611. La ob;eci611 pro-
xión espontánea tomándose a sí pone una dificultad a resolver, y
misma por objeto y tematizándose no pretende justificar una recu-
en un plano especulativo, científi- sación definitiva de la tesis cri-
co, elaborando criterios epistemo- ticada; la «refutación», por el con-
lól!icos de orden racional. (H. Du- trario, la condena de modo radical.
MÉRY, La foi ,i'est pru un eri, 247, (LALANDE, Voc., Refutación.)
Seuil, 1959.) 2. la mayoría de los oradores
V. Análisis, 8, 9, 10; Apercepci611, prefieren (... ) pasar en silencio
4; Eidético, 5; Positivo, 32; Sue,,o, 22. una objeción a In que sólo podrían
oponer una débil refutación. (Ch.
Prerreflexivo. Anterior a la vuelta PEREI~MAN, Tr. de l'argtt1ne11tatiou,
de la conciencia sobre sí misma. En ese 11, 637.)
estadio no hay distinción de sujeto y
objeto. Cf. no tético•, no posicional*. REGIONAL. Relativo a una región.
36. es la conciencia no reflexi- Empleado ·por ciertos filósofos contem-
va la que hace la reflexión posible: poráneos para calificm· el estudio re-
hay un cogito prerreflexivo que es lativo tan sólo a un aspecto particulnt·
la condición del cogito cartesiano. de su disciplina.
(J.-P. SARTRE, L'etre et le n., 20.) l. la antropología filosófica se
afirma ( ... ) como una ontología
REFRACCIÓN. Lat. refractio, ac- regional que tiene al hombre por
ción de quebrar (refringere) o que- objeto, coordinada con las demás
brarse. ontologías que con ella se repar-
A. Prop.: desviación del rayo lumi- ten la esfera de la totalidad de lo
noso cuando pasa de un medio trans- existente. (HEIDEGGER, Kant et le
parente a otro. probl. de la métaph., 267.)
B. Fig.: transformación que hace 2. [En un cap. titulado: «Los
881 REGLA

racionalismos regionales».] Pero A. Prop.: instrumento ron el que


es posible otro racionalismo gene- se trazan líneas rectas.
ral que tomarla posesión de los ra- B. Fig.: proposición que indica la
cionalismos regionales, y al que manera de conducirse o de ejecutar
llnmnriamos racionalismo integral ciertos netos. Salvo en algunas expre-
o, más exactamente, racionalismo siones (p. ej., por regla general), la re-
integrante. (G. BACHEJ.ARD, Le ra- gla no constata (como la ley en el sen-
tio11alismr appliq11é, 132.) tido C): prescribe, pero, según los ca-
sos, de dos maneras diferentes.
REGISTRO. Lnt. reocstn (part. pa- l. Hay reglas directrices que pres-
sado de rcgrrcrc), cosas referidas, criben cómo obrar para asegurarse el
transcritas; registro en el que eran resultado apetecido. Su obligatoriedad
transcritas. es sólo hipotética, en el supuesto de
A. Música. Extensión de la escala que quiera obtenerse ese resultado.
musical de una vo1. o de un instru- Si11.: método, técnica, receta. Reglas
mento. del silogismo, del método. Reglas del
B. Por anal. (Psicol.) Nivel o esfe- métod,¡ sociológico (E. DunKHEIII). A
ra particular del psiquismo. El regis•· esta categoría se aproximan las reglas
tro de la sensación, del pensamiento de los diferentes juegos, que sólo son
abstracto; el registro de la afectivi- admitidas por convención implícita o
dad ... explícita.
l. el niño que ha recibido una l. Vale más morir según las re-
educación arreligiosa o antirreli- glas que salvarse contra ellas. (Mo-
giosa, si elige el camino del bien LltRE, Amour méd., II, v.)
en su 'Primer acto de libertad ( ... ), 2. Todo teorema, toda ley es la
se encuentra, sin saberlo, en des- expresión de una relación necesa-
acuerdo con el registro de concep- ria; desde que el primer término
tos especulativos que le ha sido in- se halla, directa o indirectamente,
culcado. (J. MARITAIN, Raison et en poder del hombre, existe un me-
raiso11s, 147.) dio de realizar el segundo [ejemplo
2. entre el registro de las afir- para el teorema).
maciones conceptuales, en las que Ley: Todo cuerpo sumergido en
se haUa comprometida la razón un líquido experimenta un empu-
consciente, y el dinamismo secre- je de abajo arriba igual al peso
to de la vida preconsciente del es- del líquido desalojado.
píritu, puede haber toda suerte de Regla,: Si queréis que un cuerpo
hendiduras y desacuerdos, de cis- flote en la superficie de un líqui-
mas, de escisiones y contradiccio- do, hacer de modo que su peso sea
nes desconocidas para el propio su- inferior al del líquido desalojado.
jeto. (lbíd., 161.) (E. GOBLOT, Tr. de log., 3-4.)
3. . .. el fenómeno de dos voces, 3. Al indicar la causa o la ra-
la conversación en dos registros: zón de un fenómeno, respondemos
el de lns palabras realmente pro- a un por qué, en tanto que al fi-
nunciadas, claras y que salen de jar la regla nos esforzamos por
los labios, y el profundo murmullo resolver el enigma planteado por
de las frases interiores. (J. MALE- un ¿qué hacer? Y es totalmente
GUE, A ugustin, 663.) exacto que esto es infinitamente
4. Es casi constante el hallarse más acuciante que lo otro. puesto
ante casos complejos en los que que la acción es una necesidad de
una actitud religiosa (... ) pertene- cada instante. (E. MEYERSON, Chc-
ce en realidad a nn1bos registros. minemcnt... , I, 7.)
el adulto y el infantil. (Ch.-H. No- 4. si unos niños juegan a ca-
DET, Encucl. miclico-chir., 37750, zar, convienen entre sí ciertas re-
A'", 3, 1966.) glas, y uno hará de pieza, otros
de perros y cazadot·es. (ALAIN, Les
liEGLA i<lécs et les riges, I, 193.)
Regla. Lat. regula, regla (en sen- 6. Al igual que el político con-
tido pr., A). Der. de rcgcrc (dirigir en sulta los precedentes o el jurista
línea recta) de donde el part. pasado la costumbre, el soldado se esfuer-
empleado adjetiv. 1·cct11• (recto, justo). za por exh·aer de los hechos pa-
56. Dicciurrnriu <lcl l.c11Kmijc Filu-.iifico,
REGLA 882

sados !ns reglas que pueden guiar- l." Hu ch, lrnuer t,·,·s términos: ma-
le en los actos del mañnna. (Ch. yor, medio y menor.
DE GAULLE, Vr,•s /'armrr dr mé- 2.0 El término medio ha de tomar-
tier, 153.) se, ol menos una vez, universalmente.
5'. como las reglas de las ar- :!," Los tí•1·minos no pueden tenel'
tes han debido su origen no al más extensión en la conclusión que en
arbitrario antojo de los hombres, las pl'emisas.
sino a aquel gusto universalísimo
que induce en todos la aprobación 4." La conclusión no puede incluir
de una misma cosa, éste, llamé- el término medio.
mosle instinto racional, en sus de- 5." De dos premisas afirmativas no
cisiones no da otra razón que la cabe deducir conclusión negativa.
de la observancia constante, na- 6." Si ambas premisas son negati-
ciendo de ahi que los elementos vas, nada se puede concluir.
fundamentales de las artes sean 7." La conclusión sigue siempre la
unos mismos entre todas las gen- peor parte, es decir, si hay una premisa
tes donde se cultivan, y las for- particular, ha de ser particular, y si
mas y modificaciones diferentísi-
mas. (J. P. FoRNER, Exequias de hay una premisa negativa, ha de ser
la lengua castellana, 96.) Ad. E. negativa.
V. Técnica, 12. 8." De dos premisas particulares no
cabe sacar conclusión alguna.
2. Hay reglas imperativas que pres-
criben una conducta a observar o un De la aplicación de estas reglas a
resultado a obtener, Son categórica- cada una de las figuras surgen unas
mente obligatorias, ya por derecho na- reglas •prácticas para cada figura.
tural, ya por derecho positivo. Primera figura: La menor ha de ser
Si11.: ley, precepto, deber. Las re- afirmativa y la mayor universal.
glas de la moral, del decoro, de pro- Segunda figura: Una premisa ha de
cedimiento. ser negativa y la mayor universal.
5 bis. La opinión de que los Tercera figura: La menor ha de ser
franceses son incapaces de cual- afirmativa y la conclusión particular.
quier regla o disciplina no tiene Cuarta figura: Si la mayor es afir-
otro fundamento que la incapaci- mativa, la menor ha de ser universal;
dad de sus jefes, que no saben ele- si la menor es afirmativa, la conclu-
gir los medios necesarios para los sión ha de ser particular; si una pre-
fines que se proponen. (RICHELIEU, misa es negativa, la mayor será uni-
Testament polit,) versal.
6. Los niños sólo obedecen a Reglamento. Conjunto de reglas
los padres cuando ven a éstos obe- prescriptivas que determinan Jo que se
decer a las reglas. El orden y la debe hacer. El reglamento suele refe-
regla, una vez establecidos y re- rirse a un grupo o sociedad (reglamen-
conocidos, constituyen el más fuer- to de un cuerpo de policia, de una
te de los poderes. (J. JOUBERT, asamblea nocional, de un colegio) ; pero
Pensées, 152.) cualquiera puede tener o redactar su
V. Juego, 11. reglamento personal.
C. Gram. Las reglas gramaticales O bis. La regla considera pro-
se basan en el uso, y, por lo tanto, en piamente 1118 cosas que deben ha-
hechos (como las leyes físicas). Pero cerse, y el regla·111e11to la mane-
prescriben (como las reglas definidas ra en que han de ser hechas. En
en B) en vez de limitarse a constatar lo ideo de aquélla enti-a algo más
el uso. directamente entroncado con el de-
D. Ad. E. Log. Reglas del silogis- recho natural; en la de éste, algo
mo. Los lógicos medievales, siguiendo a má• cel'cado al del'echo positivo,
ARISTÓTELIIS, que trata de esta cuestión Equidad y curidad deben se,· las
t.•n los Prim,rros A 11alítfouB, J, formu- dos grundes ,•cgla• de conducta:
laron oeho reglas para el silogismo, incluso tienen derecho a derogur
de las cuales, las cuatro ·¡,rimeras se cualquicl' detalle de un determina-
refieren a la materia 1·emotu, es de- do ,•eglame11to,
cir, los términos, mienh·as que las res- Nos sometemos a la regla, Nos
tantes se refierr,n a la materia p1·óxi- confo1·mumos al r,·ulame11to, (GI-
1na, las proposiciones, IIAIIU, Sy11., 202-263,)
883 ltEGRESiú:'11

Ucgular. Lat. 1•cg1</aris, que sirve derrota consciente e íntimamente


de l'egla (regula). sentida. (M. PRADINES, L'aventure
A. Prop.: conforme a In regla, a la ele !'esprit, 142.)
norma. Pl'Ocedimiento regula!'. Rostro 9. Por complejas y múltiples
regular. Evolución regular de una en- que se muestren las funciones psí-
fermedad, de una crisis ministerial. quicas del diencéfalo, nos parece
V. Norma, 8. que cabe sistematizarlas en torno
a tres funciones esenciales: una
B. Por ext.: que se repite con arre- regulación de las oscilaciones de
glo a un ritmo uniforme. Un pulso la vigilia y el sueño, una regula-
regula!'. Visitas regulares. ción de los instintos y una regula-
C. Por o pos. a secular ( clero regu- ción del humor. (J. DEI.AY, Dére-
lar) : que vive bajo la regla de una or- g/einents de l'hllmeur, 95.)
den religiosa. V. Emoción, 3.
Regularidad. A. Cualidad o carác- Regulación de los nacimientos. Tér-
ter de lo que es regular en los sen- mino hoy usual entre los moralistas
tidos A y B. La regularidad de un católicos para designar las medidas
fraile (que observa su regla), de un que tienen por objeto, de conformidad
alumno (que es asiduo, puntual, cons- con las reglas morales, hacer que las
tante), de una fachada (su simetría), familias y las naciones tengan el coe-
del !PUiso. ficiente de natalidad más conforme al
bien particular y al bien común. Se
B. En sentido concreto: lo que es distingue del Birth control o control
regular. de la natalidad por la exclusión de los
6 tei·. Lógicamente, la historia medios anticonc"!Ptivos.
guía a la política por medio de las 10. Hemos afirmado la legitimi-
regularidades observadas. Todo el dad y a la vez los límites -muy
problema está en determinar la amplios en verdad- de una regu-
naturaleza de esas regul-aridades. lación de los nacimientos, que, al
(R. ARON, lnt»-od. a la, phi/os. de contrario que el llamado «control
l'hüit., 327.) de los nacimientos» es compatible
V. Teiuumcia,, 11, 12, 13. con ,]a ley de Dios. (Pío XII, Aloe.
Regularizar. Hacer regular. Se em- al Fronte del/e Famiglie, 26 nov.
plea también «regular». 1951.)
Regulador. órgano que regula o re- 11. Hablar sin más de «control»
gulariza el funcionamiento de una má- o de «limitación» de los nacimien-
quina o de un organismo. El regula- tos, nos introduce al punto en una
dor de Watt (en las máquinas de va- perspectiva materialista que ame-
por). Los reguladores de la presión naza a la persona humana.
sanguínea. Por el contrario, considerar una
Regulación. (Fisiol., Psicol., Ci- «regulación» de los nacimientos
bern.). Acción de un regulador que según métodos que la ciencia pro-
tiende a hacer regular o normal la ac- gresivamente enriquece con nue-
tividad de una función. Regulación hor- vas precisiones implica la sumi-
monal, orto- y parasimpática. sión consciente de los esposos a
una regla superior de moralidad
7. Los sentimientos, reg1t/a,cío- en las manifestaciones del amor
1tes de la aeeió11. (... ) Regulaciones humano. (Declar. de la Asamblea
psicológicas aumentan unas veces de los Card. y Arzob. de Francia,
la fuerza de que debe dispone!' una 3 marzo 1961.)
tendencia; otras, pol' el contrario, Atttorregulaeión. Acción de la má-
la disminuyen ( ... ) . quina o el organismo que, sin inter-
Esas regulaciones de la acción vención de un regulador externo, ase-
guardan una cstl'echa relación con gura por sí mismo la regularidad de
las conductos sociales, y plll'ecc su funcionamiento mediante retroac-
probable que sen al nivel de esas ción del efecto sobre la causa. V . .4,..
conduelas al que se han desarro- to111aci611, Fccd back.
llado. (P. JANE'!', Les débuts ,fo REGIUilSíóN. Lat. regresi;io, mar-
l'intellig., 07, 09.) cha atrás, l'egreso. Se op. a p1·ogressio,
8. El sentimiento es la regu- marcha adelante, progreso.
lación de Ju que la emoción es 111 Der.: regresivo. V. Recesi611.
l!EINADO

A. Lóg. Caminar de la mente que R<,lvindicoción. Acci,ín ,h• reivindi-


procede rlc los hecl1os a los causas, de car (reivindicación rle una herenl'io)
lo compuesto a lo simple, de 111s con- o aquello que se reivindica (las rei-
secuencias a los principios. vindicaciones de loa ferroviarios).
V. A 11tiliais, 11. Reivindicativo. Que reivindica o RC
Sin.: análisis•, reducción"'. refiere a la reivindicación. Movimien-
B. Biol., psicol., pslcoanal. Regreso to reivindicativo. Actitud reivindica-
a un estadio anterior de desar1·ollo 1 en tiva,
particular (psicoanal.) al estadio de Reivindicador, a, adj. y aubst. (Paico!.,
la afectividad infantil. V. Fi;aci6n. pato!.). Inclinado a reivindicaciones in-
El principio de inercia obliga justificada&, a veces hasta el absurdo.
al organismo a aferrarse a un 2. Esas ideas reivindicadoras,
comportamiento automático que le esencialmente móviles y múltiples,
dio satisfacción en el pasado, pero traducen la hostilidad de loa en-
que ha dejado de ser apto. Esta fermos hacia el medio social, más
inercia fue descubierta por Freud, o menos envidiado y tenido por
que la llamó fi;ación. Descubrió responsable de su situación. Son
también que frente a condiciones exigencias indebidas dotadas de
difíciles y situaciones nuevas o especial dirección. (Ch. BARDENAT,
angustiosas, tienden a reaparecer en el Manual alphab. d• Psychia-
modos de comportamiento ante- tm, 473.)
riores. Este mecanismo, al que
llamó regresifm, se ha revelado 3. Se reserva la denominación
como uno de los elementos funda- de delirio do reivindicación para
mentales en psicopatología. (F. una forma de psicosis crónica sis-
ALEL\NDER, Principes de pff11chan., tematizada con ideas prevalentes,
32.) fuerte carga ·afectiva y entera-
Regular y der. V. Regla. mente polarizada hacia la reali-
zación de un fin definido. ( .. ,).
REINADO. De reinar, lat. regnarc. El reivindicador persigue in-
l. En sentido propio: ejercicio del quebrantablemente sus objetivos.
poder real o, más general., soberano; (... ) La idea predominante del reí-
el período durante el que fue ejerci- vindicador tiene un carácter obse-
do ese poder. El reinado de Luis XIV. sivo. (lb{d.)
2. Por anal.: dominio ejercido por
personas o cosas. El reinado de las RELACIÓN
favoritas, de la alta finanza, del te- Relación. Lat, rela,tio, der. de rela-
rror, de la fantasia, del azar ... Sin.: tus, part. pasado de re/erre (trae,·, lle-
imperio. var) : acción de relatar.
REINO. Lat. rcgnum (der. de reo:, A. En el sentido más cercano al
rey, el que tiene por oficio regcre, di- etimol.: acción de 1·elata,r, es decir,
rigir) ; 1.• la autoridad real; 2.' los Es- de hacer conocer oralmente o por es-
tados sometidos a esa autoridad. crito un hecho del que se ha sido tes-
tigo; por extensión, ese relato mismo.
l. Territorio o Estados con sus ha·
bitantes sujetos a un rey. Sin.: relato, testimonio, narración,
comunicaci6n, memol'ia,
2. Gran división de los seres de la
naturaleza, principalmente los tres rei- l. [A diferencia de la historia
nos (mineral, vegetal y animal). y de las memorias.] La relaoi611 se
1·efiere sólo a un acontecimiento,
REIVl!'\DICAClóN como un asedio, un combate naval,
Reivindicar. Del lat. vindicare re- la estancia de una persona en un
forzado por el pref. re; prop., desempe- lugar; o bien da a conocer algo ex-
ñar en el tribunal el papel de vindoo:, traño, porque la palabra viene de
es decir, de defensor, de vengador; por re/erre, traer, hacer venir de un
ext., tomar venganza de, castigar. lugar más o menos lejano a aquel
Reclamar una cosa como propia o en que se está. Las rclacio11cs de
en virtud de un derecho. los misioneros. (LAFAY11, 664.)
l. Se ha reivindicado más que 2. He resuelto continuar este
se ha servido. (Ph. PtTAIN, Alo- diario porque una 1·clarión 11ince-
cució1t de 8 de julio de 1941.) ra, escrupulosamente exaeta de los
885 RELAClóN

sucesos de mi vida (... ) puede ser- SENBERG). Principio de marofísica se-


me útil algún din. (G. BERNANOS, J. gún el cual la incertidumbre relativa
d'wi curé do ca.mp., 138.) a la posición de un corpúsculo está en
B. Fil. Carácter de los objetos de razón inversa de la incertidumbre re-
pensamiento que pueden ser aprehen- lativa a su velocidad en el mismo ins-
didos en un mismo acto intelectual co- tante. Más brevemente: es imposible co-
mo consecuencia de los lazos que entre nocer a la vez la posición de un cor-
si tienen. Relación de causalidad, de púsculo y su velocidad.
semejanza o contraste, de proximidad 6. Las relaciones de incerti-
o lejania... V. Correla.ti6n, Rola.ci611 dumbre se oponen a que podamos
tra.,ccndc11lat•. conocer jamás a la vez la figura
Una de !ns diez categorias de ARIS- y el movimiento. Cuanto más nos
TÓTELES: accidente en virtud del cual han permitido nuestras observa-
una cosa está pros ti, en una determi- ciones conocer la configuración de
nada conexión con otra cosa. un sistema atómico, más se nos
En KANT: una de las cuatro clases, escapa, por ello mismo, su evolu-
cada una de las cuales comprende tres ción dinámica, y a la inversa.
categorías. En la clase relación entran Cuando hemos conseguido localizar
las tres categorlas siguientes: sus- los diversos elementos de un sis-
tancia (re!. sustancia-accidente), cau- tema, tan sólo hemos logrado un
salidad (re!. causa-efecto), comunidad conocimiento estático instantáneo
(re!. acción-reacción). de ese sistema, y estaremos en la
más completa incertidumbre en
3. El niño trata de modo se- cuanto a las tendencias dinámicas
mejante a objetos semejantes mu- de que se halla animado. Si, por
cho antes de ser capaz de perci- el contrario, llegamos a precisar el
bir (conscientemente) la semejan- aspecto dinámico de un sistema,
za entre esos objetos ( ... ). estaremos en la incertidumbre en
La conciencia de las relaciones, cuanto a la localización de sus par-
esa herramienta fundamental de tes. (L. DE BROGLIE, Pról. a J. L.
la inteligencia, no nace •lisa y lla- DESTOUCHES, Physiquc mod. et phi-
namente de la a.cumulati6n de ex- /os., 8.)
periencias que implican tales rela-
ciones ( ... ), es, por el contrario, la C. Lóg, La lógica de relación se
falta de una experiencia de rela- opone a la de predicación o atribución,
ción, que conduce al malogro de o también de inherencia. En esta úl-
la reacción apropiada, lo que en- tima (lóg. clásica) la cópula está cons-
gendra la conciencia de esa rela- tituida por «es• : las proposiciones pre-
ción. (E. CLAPAREDE, Psychol. ele dicativas o de inherencia (p. ej., el
l'enf., XXXIV, XXXV.) hombre es mortal) se refieren a un
4. Antes de cualquier relación sujeto concebido como existente y del
y para que las relaciones existan que se afirma el atributo. En la lógi-
es necesario el Absoluto; él es an- ca de relación, la cópula es más com-
terior a todas. No es uno con pleja (es causa de, está cerca de, es
ellas, -puesto que es lo no relati- ,padre de ... ), y las proposiciones se
vo; pero no puede serles comple- refieren a una relación entre el sujeto
tamente ajeno, puesto que las re- y el atributo (Pedro es padre de Pa-
laciones, bajo pena de vanidad, lo blo: relación de paternidad). Las re-
presuponen. (R. LE SENNE, La cles- glas del silogismo clásico no son apli-
tinée pors., 245.) cables exactamente a las proposicio-
nes de relación; en muchos casos, esa
6. la relación en su razón JJro- aplicación llevaría a groseros errores,
pia, en su formalidad, en su esen- como en el siguiente ejemplo:
cia (... ) no pone nada en el suje-
to en el que se encuentra, sino Dos es la mitad de cuatro:
que lo refiere a otro. Que yo esté cuatro es la mitad de ocho;
a la derecha o a la izquierda de luego dos es la mitad de ocho.
Pierre es cosa que no me cuali- Es, sobre todo, para completar la ló-
fica en mí mismo, sino que me l'e- gicn de inherencia con una lógica de
fiere a él en cuanto a mi posición relación para lo que se ha elaborado
a su respecto. (A. llfARC, Dialrc/, la logística•.
,le- l'ct.ffirm., G•l7.) 7. En el juicio a.= b, squello
Rdacion,·• ,fo i11rcrtid1t111br1• (W. llEI• con l'cspecto a lo cual se juzga es
RELACIÓN 886

la relación de magnitud entre a y define por su relación con otra cosa, en


b, y se juzga que esa relación es partic. con una unidad de medida, un
de ii:ualdad. Dicho de otro modo, punto de referencia ... Magnitud relati-
a y h no son los términos del jui- va, movimiento relativo.
cio, sino los términos de ln rela- 14. El movimiento y el tiempo
ción, cosa muy diferente. (E. Go- son relativos uno al otro por te-
BLOT, Tr. de /og., 187.) ner la presteza y la lentitud, que
D. En el medio humano: nexo o co- son las diferencias de los movi-
municación con otras personas (rela- mientos, una relación necesaria
ciones de amistad, de negocios, rela- con el tiempo, (PASCAL, Esprit
ciones políticas): por ext., esas perso- géom., Brunschvicg, 173-174.)
nas mismas. 15. ( ... ) para trenes que mar-
8. Relación, término general, chan sobre raíles paralelos de una
se dice cualquiera que sea la ra- misma vía férrea, y que vienen
zón que nos acerca a los demás: a pasar unos frente a otros. La
pero lleva incluido un sentido de velocidad con la que parece avan-
acción, de búsqueda subjetiva y zar el tren núm. 2, observado des-
deseada que, en cierta manera, le de el tren núm. 1, no es su velo-
quita espontaneidad. (H. BtNAC.) cidad absoluta, sino su velocidad
9. No tenía un céntimo cuando relativa, que la diferencia entre
debuté en la vida. Me •procuré re- las velocidades absolutas de los
laciones. Las relaciones valen casi dos en el mismo sentido, y, por el
tanto como la fortuna. (A. FRAN- contrario, la suma de esas mismas
CE, L'ormc du mail, 122.) velocidades en el caso de que se di-
rijan en sentido contrario. (A.
10- todas esas asociaciones de GOURNOT, Traité de l'enchain' ... ,
maldicientes que son la mayoría 1, 58.)
de las relaciones mundanas. (G.
TmeoN, Notre rcgard qui man- V. ES"pacio, 2, 3; Valor, 28.
que ... , 203.) 2. Que sólo es tal por relación o
1 l. sólo existe un auténtico comparación ·con 'Otra cosa, en particu~
lujo, y es el de las relaciones hu- lar por relación al sujeto cognoscente.
manas. (A. DE SAINT-EXUPfRY, El movimiento relativo de la bóveda
Tcrrc des hommcs, 40.) celeste. El primero de un concurso tie-
ne el valor relativo más alto, pero su
V. Afectividad, 32; Apariencia, 3. valor absoluto puede ser pequeño. Las
Relacional. Que .consiste en rela- alegrías y las penas son relativas al
ciones. temperamento de cada uno.
12. Hoy no es ya posible po- 16. hay doctrinas agnósticas
ner en duda la existencia de esas que oponen una parte de la reali-
estructuras relacionales que cons- dad, la fenoménica y relativa, a
tituyen la constelación familiar. otra noumenal e inteligible o ab-
(G. GUSDORF, Tr. de métaph., soluta, que sería incognoscible. (J.
262.) W AHL, Tr, de méta,ph., 385.)
13. El compromiso con el otro 3. Sobre todo en el lenguaje co-
precede a todo pensamiento, y el rriente: que es limitado, imperfecto.
ser relacional de la persona hace Un vacío, un silencio relativos. Un
que sea imposible para cualquiera bienestar, una tranquilidad relativas.
el ser libre por si solo. (lbíd., 446.) Un éxito, un mérito relativos.
Relativo. Lat. re/.a,livus. V. Rc/.a,- 17. Si a veces disfrutamos de
ción. un relativo descanso, es porque
Que se refiere (o es considerado por nuestros padres han luchado sin
referencia) a otra cosa. tregua. (H. Po1NCARf, Dcrnieres
pc11sées, 258.)
;\, Gram. (pronombre o adj. rela- 18. Nuestros conocimientos y
tivos) : que refiere una proposición a nuestra facultad de libre acción
otra. son relativos en tanto que referi-
8- Con un compl. (relativo a): que dos a un objeto que por todas par-
se rcfier;, a ... , que concierte a tal ob- tes los excede y que no pueden
jeto. Las investigaciones relativas al penetrar ni modificar a fondo. (A.
;,\tomo. J.,orsY, La mora.le /111111., 2.• ed.,
C. Por op. a absoluto•. l. Que se 18.)
887 RELAClóN

Relatividad. A. Carácter de lo que 23. La Relatividad se ha cons-


es relativo. La relatividad del movi- tituido como un franco sistema de
miento, de los precios comerciales, de relación. Violentando hábitos - y
los gustos. quizá leyes- del pensamiento, nos
19. He aquí otro tipo de apli- hemos aplicado a captar la rela-
cación del principio de la relati- ción con independencia de los tér-
vidad para divertir al lector: minos relacionados. (... ) Hemos
aunque yo sea hoy llamado en llegado así a un fenomenismo de
Alemania «sabio alemán» y en In- orden en cierto modo matemático.
(G. BACHELARD, Valeur induct. de
glaterra «judío suizo», no es me- la relativ., 98-99.)
nos ,•erdadero que si un dia llega-
se a convertirme en la ubete noi- 24. Podría formarse un diver-
ren, sería, inversamente, para los tido muestrario de tonterías re-
alemanes un «judío suizo» y para uniendn las opiniones de los filó-
los ingleses un «sabio alemán». sofos y escritores que han «juz-
(EINSTEIN, Co11ime1it ;e vois le gado» la relatividad. Un ciego ha-
monde, 214.) blando de colores tendría la misma
competencia. (G. BACHELARD, Ra,..
20. Nada más instructivo, en tio11al. appl., 133.)
cuanto a la relatividad de la glo-
ria humana, que leer las listas de 24'. El relativismo de Einstein
11ovedadcs al dorso de los libros es estrictamente inverso al de Ga-
impresos hace treinta o cuarenta lileo y Newton. Para éstos, las de-
años. (J. GREEN, Le bel aujour- terminaciones empíricas de dura-
d'lud, 85, 20 julio 1955.) ción, colocación y movimiento son
Relatividad del conocimiento. Carác- relativas, porque creen la existen-
ter de relativo atribuido al conocimien- cia de un espacio, un tiempo y un
to humano; ya sea en el sentido vul- movimiento absolutos ( ... ). Supon-
gar de ser imperfecto y limitado (v. gamos que, })Or unas u otras razo-
Relativo C 3), ya en el más filosófico nes, alguien cree forzoso negar la
de que depende de la constitución or- existencia de esos inasequibles ab-
gánica o mental del sujeto cognoscen- solutos en el espacio, el tiempo y la
te (v. Relativo C 2) o consiste en el transferencia. En el mismo instañ-
establecimiento de una relación y, por te, las determinaciones concretas,
consiguiente, varia con el término con que antes parecían relativas en el
el que la cosa a conocer es puesta en mal sentido de la palabra, libres de
relación (v. Relativo C 1). la comparación con lo absoluto, se
convierten en las únicas que expre-
21. La primera relatividad es san la realidad (... ). Ahora bien:
la de la percepción individual. Un esta realidad es la que el observa-
mismo objeto se ofrece a múlti- dor percibe desde el lugar que ocu-
ples observadores bajo apariencias pa; por tanto, una realidad relati-
diversas según la situación de ca- va. Pero como esta realidad relati-
da uno de ellos. (R. ARON, bttrod. va, en el supuesto que hemos toma-
a la phi/os. de l'hist., 291.) do, es la única que hay, resultará,
B. Sin. de teoría de la relatividad a la vez que relativa, la realidad
(teoría de EINSTEIN). verdadera, o, lo que es igual la
22. La Relatividad ha demos- realidad absoluta. (J. 0RTEG; y
trado que, en realidad, nuestras GASSET, El sentido histórico ele la
medidas de tiempo y espacio no teoría, ele Ei11stein, Obras, III 232-
eran independientes: el tiempo no 233.) '
es absoluto; su medida depende de Teoría de la relatividad. A. En ge-
los movimientos relativos en el es• nera_!: toda ~eoria que afirma que es
pacio, de igual modo que las me- preciso considerar como relativo (en
didas del espacio dependen de el sentido C) algo que pasa por absolu-
los tiempos propios de cacln obser- to. Teoría de la relatividad del cono-
vudor. La Relatividad conduce a cimiento, de la moral.
una íntima fusión riel es¡,ucio y el 25. Como su nombre indica, la
tiempo, llamada espncio-tiempo y Relatividad ha puesto lo relativo
cuyos componentes son espacio re- en cuestionrs en las que los hom-
lativo y tiempo relativo (P. Cou- bres veían hastn entonces lo ab-
mmc, /,a rel<lti-vilr', 17.) Holnto; precisemos: ha derribado
RELAClóN 888

algunos de los conceptos absolutos ralizada al caso de todos los observado-


que dominaban antes nuestras re- res, cualquiera que sea el tiempo de mo-
presentaciones del mundo y los ha vimiento del sistema): teoría que ex-
precipitado en lo relativo. (P. plica todos los fenómenos del mundo
C0UDERC, La rclatiuité, 16.) material, en particular la g-ravitación,
ZG. A menudo se oye decir que por los propiedades locales de un es-
la Relatividad ha expulsado rndi- pacio-tiempo que carece de la homo-
ealmente lo absoluto de la ciencia. geneidad del espacio y el tiempo de la
Esta afirmación es ridícula: ha mecánica clásica.
expulsado falsos absolutos, ( ... ) pe- 30. Una de las más poderosas
ro ha descubierto otros, más pro- tentativas de explicación de los
fundos y por el momento lo bas- fenómenos naturales que nos ofre-
tante firmes para que podamos ce la historia de las ciencias,
apoyar en ellos nuestro conocimien- la teoría de la relatividad, tiene
to del universo. (lbúl., 17.) por objeto dar una imagen del uni-
B. En particular y absolutamente verso por rneciio de una geometría
(la teoría de la relatividad): teoría fí- de cuatro dimensiones. (P. MoNTEL,
sica enunciada por EINSTEIN en dos E11cycl. fmnc., I, 50, 7.)
etapas: relatividad restringida (1905) 31. El misterio de la gran Re-
y relatividad generalizada (1912-1916). latividad está reservado a un pe-
27. El nombre de «teoría de la queñísimo número de iniciados
relatividad» va unido al hecho de que la comprenden y la admiran.
que el movimiento, desde el pun- Los demás (el autor y el lector, por
to de vista de la experiencia po- ejemplo) deben contentarse con ad-
sible, aparece siempre como movi- mirarla sin comprenderla (... ) ; la
miento relativo de un objeto con gran Relatividad es una teoría
relación a otro. (p. ej., de un coche matemática de un nivel conside-
con relación al suelo, de la Tierra, rablemente elevado, Querer expli-
con relación al Sol y a las estre- carla en lenguaje ordinario es
llas fijas). Nunca observamos un pretender hacer una contabilidad
<•moYimiento con relación al es- sin cifras. (J. DUCLAUX, de la Ac.
pacian o, como suele decirse, un fr. de C., L'hom.mc dcva11t l'uni-
c(movimiento absoluto». (EINSTEIN, vc,·s, 126.)
Conceptions scicnt..., 47.) 32. En la teoría de In relativi-
1. Relatividad restringida (restrin- dad generalizada, la descripción se
gida al caso de observadores en movi- basa en la métrica de un espacio-
miento rectilíneo uniforme) : el tiem- tiempo cuntridimensional curvo,
po y el espacio son relativos al estado que explica automáticamente los
de movimiento del observador, que efoctos de la g,ravitnción y el sin-
transporta consigo su tiempo y espa- gular papel de la velocidad de las
cio propios. señales luminosas, que fija un lí-
28. Según la teoría de la rela- mite superior al uso lógico del con-
tividad restringida, las coordena- cepto de velocidad. (N. B01rn, Phy-
das de espacio y tiempo siguen te- siquc atomiqtte. et connaiss. hum.,
niendo un carácter absoluto en la G9. Gauthier-V., 1961.)
medida en que son directamente Relativimto. A. Doctrina que afir-
mensurables por los cuerpos y por ma In relatividad del conocimiento y,
reloj es rígidos. Pero son relativas por consiguiente, de las normas de ac-
en la medida en que dependen del ción (relativismo moral, juridico),
estado de movimiento del sistema
de inercia elegido. (A. EINSTEIN, 32'. La más trivial tergiversa-
Co,,11nent jl' vais le 'monde, 202- ción que •puede sufrir la nueva me-
203.) cánica es que se la interprete como
un engendro más del viejo relati-
29. La teoría de la relatividad vismo filosófico que precisamente
(... ) tiene por objeto preciso el es- viene ella a decapitar. Para el vie,
tudiar cómo nos parece un fenó- jo relativismo, nuestro conocimien-
meno natural según nuestro esta- to es relativo, porque lo que aspi-
do de movimiento con relación a ramos a conorer (In realidad tem-
la sede de ese fenómeno. (G. Mocu, po-espacial) es nhsoluto y no lo
La rdatit'ltf tfrs vlténomr11rs, G.J conseguirnos. Para lu física de
1/duf i vidad ycncralizada (gene- Einstein, nuestro l'onocimiento es
889 RELIGIÓN

nhsoluto; la realidad es la relati- A. Subjetiv.: homenaje interior de


va. (J. ORTEGA y GASSET, El senti- adoración, de sumisión, de amor a lo
do histórico do la teoría de Eins- divino.
tein, Obras, III, 233.) Ad. E. l. En adelante entenderemos
B. Carácter de lo que es relativo. por religión (definición totalmente
Si11.: relatividad, que es más normal. arbitraria, repito) las impresiones,
~ n t o s y actos del individuo
33. Sabemos que, cuanto más tomado aisladamente, en cuanto 11e
progresa la critica cientlfica, más considera en relación con lo qué tie-
aparece el relativismo de conoci- ne por divino. (W. JAMES, Variétés
mientos a los que habíamos conce- de l'e:r:pér. relig., 27.)
dido con excesivo apresurnmiento
carácter objetivo. (F. Russo, en La 2. De un modo general se llama
nwthode dan• la seiencc m0<l., 340, religión II la relación del hombre
ed. Science et industrie, 1958.) con lo que considera sagrado, así
como con los poderes sobrehuma-
Relativista. A. Que profesa la rela- nos en los que cree. (C.-C. TIELE,
tividad del conocimiento. cit. por M.-M. G0RCE, Hist. gén. des
B. Concerniente a la teoría de la rcligio11s, 1, 5.)
relatividad. Las tesis relativistas. V. Magia, 1, 3, 4, 5.
34. la Física relativista no es la l. En sentido propio: homenaje ren-
última palabra de la ciencia, por- dido a Dios, es decir, al Absoluto: ab-
que nunca hay última palabra en soluto de ser, de poder, de santidad, de
materia de progreso cientifico. bondad ...
(L. DE BR0GLIE, Physique et mi-
cropfl., 197.) 3. La religión es la virtud por
la que el hombre rinde a Dios el
V. Real, 2. honor que le es debido. (Santo TO-
RELAJAClóN. Lat. relaxatio, der. MÁS, Summa, Thcol. II, II, qu. 4, 7.)
de laxus, laxo, flojo. 4. Es falsa toda religión qua,
Estado de completa ausencia de ten- en su fe, no adora a un Dios como
sión, tanto psíquica como muscular. principio de todas las cosas, y que,
en su moral, no ama a un solo Dios
Sin.: descontracción. como objeto de todas las cosas.
l. esos estados de relajación no (PASCAL, Pensées, 554.)
deben ser confundidos con el repo- 5. La religión (vista subjetiva-
so (... ) . En los estados de reposo mente) es el conocimiento de todos
existe un tono residual o tono del nuestros deberes conio mandamien-
músculo en reposo, En los estados tos divinos. (KANT, La relig. da11s
de relajación el tono es aún más les lim. de la raison, 183, Alean,
reducido. (A.-J. BURGER, Encycl. 1913.)
1nédico-cflir., 37810, G", 2, 1957.)
6. no cabe poner en duda que la
2. ¡ Cuánto me he enervado pre- esencia de la r,¡ligión...,:eside en la
tendiendo descontraerme ! Es algo subordinación tle nuestra vida hu-
crispante. Y a pesar de ello creo mana y relativa a un poder absolu-
en los ejercicios de descontrac- to ·y trascendente cuya acción nos
ción ( ... ). Para mis escasas dotes excede, pero a la vez nos penetra. __
en tal habilidad, la relajación a La moralidad, por el contrario, es
que hoy llego es bastante satisfac- el bien a la escala del hombre, de
toria; pero ¡ cuántos progresos he la rnzón y de la sensibilidad huma-
de hacer aún! (J .-L. BARRAULT, Ré- nas. (L. LAVELLE, T,·. des valc111·s,
flexions sur le tflédtrc, 28.) 11, 490.)
RELIGIÓN. Lat. rcliyio. Etimol. in- 7. la religión hace del valor no
cierta: siguiendo a CICERÓN (De natura [ como la moral l un ideal hacia el
drorum, 11, 28, 72), se ha hecho a me- que se tiende, sino una presencia
nudo derivar reliuio de rolcgero, reco: de la que se participa. No presen-
ger, reflexionar; pero es más corriente ta un valor a nuestro pensamiento:
hacerlo derivar de religa,·e, ligar, atar. nos invita a vivil'lo. (/bid.. 4-97.)
Como en «responsabilidad», el prefijo 8, Toda religión implica una
re indica un compromiso antel'Íor. El metafísica, y no hay metafísica
sentido primitivo sel'ia, ()Ues: obligu- que, ul 1·epel'cutir l'I\ In Sensibili•
ción contraída con la divinidad. dad y lu voluntad, no tome un ca-
RELIGIÓN 890

ráeter religioso. Pero puede decir- hombres sin fe, sin seriedad, sin
se que ( ... ) la 711rfafísica ,s 1111 co- moral. (RENAN, A Vl'llir d,• la scirn-
nocimfrnio ll la. religión una vida. cr, 482.)
( lbíd., 530.)
11. La ciencia, el arte, In filo-
9. la filosofin ( ... ) conoce sin sofla sólo tienen valor en tanto
duda a los sujetos, pero los conoce que son religiosos, es decir, en tan-
como objetos, se inscribe por com- to que proporcionan al hombre el
pleto en la relación de inteligencia pan espiritual que las religiones le
a objeto, en tan.to que la religión proporcionaban antaño y que ya
se inscribe en la de sujeto a suje- no pueden darle. (RENAN, <E11vres,
to (... ). Ésta [la religión] es esen- I, 219.)
cialmente lo que ninguna filosofía
puede ser: relación de persona a 1-2. [El s. XVIII] acabó por te-
persona. (J. MARITAIN, Com·t trai- ner la religión de la razón y la re-
té de /'c,l'Íst., 119, 121.) ligión del sentimiento (.. ,). Los
hombres pertenecieron más bien a
9'. De la manera que un día de la religión de la razón, las muje-
la vida del hombre se ha de prefe- res a la del sentimiento. (E. FA-
rir a la longevidad de un cuervo o GUET, XVIII' s., XVI.)
de un ciervo, un día vivido en reli-
gión, esto es, de vida divina, ha de 1 13. Entendida como debe serlo,
anteponerse a la eternidad toda sin la religión no es otra cosa que la
religión. (J. L. VIVES, lntroducció11 aspiración espontánea del hombre
a la sabiduría, § 598, p. 110.) a la verdad, el bien y la belleza.
(F. BURTON, en La religio11, la mor.
9". A mi parecer, lo que n1ás 1 et la se., 3.• ed., 182.)
importa es, desde luego, la religio-
sidad de los individuos humanos, . 14. La palabra religión ( ... )
únicos que, en última instancia, son .'connota ,para mí el conjunto de las
capaces de religión. Cuando se ha- relaciones del hombre con su des-
bla de una sociedad cristiana, una ,tino, y comprende sus sentimientos
nación cristiana, unas leyes, unos más profundos, así como su senti-
usos o una cultura cristianos, se do de lo sagrado. (J. HUXLEY, L'évo-
desliza un equívoco, inofensivo si ' lutüm en action, 139.)
es advertido, pero muy -peligroso B. Objetivamente (las ,religiones, una
cuando no se repara en él. Ningu- religión) ; institución particular que tie-
na realidad social puede recibir sa- ne por objeto rendir a Dios el honor
cramentos, salvarse o condenarse; que le es debido, La religión romana.
sólo los hombres individuales, Pe- La .religión cwtólica.
ro esto no es ni mucho menos evi- l. Organización social con jerar-
dente que sea un mal, sin más, que quía, código y tradiciones.
el "mundo» no sea cristiano. (J.
MARÍAS, lnfn'oducci6n a la Filoso- 15. Autoridad y libertad consti-
fía, 78.) Ad. E. tuyen la verdadera distinción entre
V. Piedad, 1; Totemismo, 5; Trans- la religión y la filosofla, ( ... )
cendencia, 15. Es por la existencia mayor o me-
nor de esa autoridad por lo que
2. Sentido amplio: culto y sumi-
sión, análogos a los de los creyentes ciertas filosofias tienden a conve1·-
tirse en religiones y ciertas reli-
en sus relaciones con Dios, a valores giones a tran-sformarse en filoso-
considerados como absolutos. La reli- fía. (E, BERS0T, Libre philos., 114,
gión de la ciencia, del progreso, de la
belleza, de la humanidad, de la patria. H5.)
10. Hasta hoy se ha dividido a 2. Conjunto de los dogmas profesa-
los hombres en dos categorías, des- dos por los miembros de unn confesión
de el punto de vista de la religión: religiosa. Curso de religión.
los religiosos, creyentes en un dog- 16. La religión o es verdadera o
ma positivo, y los irreligiosos, que es .falsa: si no es m{1s que una vana
se sitúan fuera de cualquier creen- ficción, J"csultarán, si se quiere, se-
cia revelada. Esto no resulta ya so- senta años perdidos para el hom-
portable; en adelante hay que cla- bre de bien, para el cartujo o el
sificar asi: los hombres religiosos, solitario; es el (mico riesgo que co-
que toman la vida en serio y creen l'l'en. Pero si se basa en la verdad
en la santidad de las cosas; y los misma, qué es¡,antosa desgracia pa-
801 REMINISCENCIA
ra el vicioso... (LA BRUYÉRE, Ca- 25. Sé que la religión natural
ract., XVI, 35.) es, a menudo, tratada de quimera,
17. La religión es la única que y que se exagera la impotencia de
resuelve los problemas que la filo- la filosofía al ver en la historia
sofla planten. (M. DE BIRAN, Jour- tantas disputas, tantos sistemas
11a,l, III, 163.) uno tras otro florecientes y de-
rrumbados. Pero del seno de este
18. La religión es el opio del
pueblo. (K. MARX, Contrib. ci la amasijo de errores se alzan gran-
eles verdades, como crece en medio
crit. ele la philos. du droit, Costes, de las ruinas un árbol vigoroso.
l!l27, I, 84.) (.J. SIMON, La rcligion 11at., Pref.)
10. La religión, meciendo en la
esl)eranza de una recompensa ce- 26. En un sentido la reHgión
leste al que pena toda la vida en la natural, como la naturaleza huma-
miseria, le enseña la paciencia y na, es una abstracción; no ha exis-
la resignación, (, .. ) La religión es tido jamás. Es posible que algunos
el opio del pueblo. (LENIN, De la rc- individuos hayan adoptado para sí
ligio11, «Bureau d'édit.», 1936.) mismos esa concepción ( ... ). Pero
no por ello han constituido una re-
20. la razón no se salva salván- ligión, si es cierto que ésta impli-
dose de la religión, sino que ( ... ) ca una comunidad de personas( ... ).
por el contrario se pierde. Lo úni- La religión natural se aproxima
co que al pensamiento interesa es más bien a la Wcltanschauung fi-
dar un sentido a la religión. losófica; es, frente al universo,
(ALAIN, Prélin,in. a la mythol., una actitud racionalista. (R. VAN-
208.) COURT, La philos. et sa stn,ct., I,
21. Las fuentes de una religión 05.)
no se encuentran al cabo de una fi- 27. La religión natural sólo es
losofía; 'Para hablar de ello hay llamada así por antífrasis: de he-
que partir de la propia religión, cho, es totalmente artificial, cons-
que no tiene fuente, sino que es la trucción académica de filósofos en-
fuente, pues de otro modo no se la claustrados. La historia sólo cono-
alcanzará jamás. (E. G1LSON, Le ce religiones positivas. (H. Dn1É-
phi/os. et la théol., 124.) RY, Philos. de la relig., 11, 36.)
22. El peligro de toda filosofía V. Persona, 72.
religiosa está en que se tome por
la religión misma, en reemplazar Religión estática, religión dinámica
poco a poco la fe divina por la re- (BERGSON). La primera es invención de
flexión humana, en naturalizar la función fabuladora de la humanidad
creyendo profundizar. (H. DE Lu- para asegurar -su conservación. La se-
BAC, Paradoo:es, 179.) gunda, resultado de la experiencia in-
23. Los profesores de religión mediata de Dios en los místicos.
están siempre expuestos a trans- REMINISOENCIA- Lat. reminiscen-
formar el cristianismo en religión tia; gr. anamtnesis: Recuerdo.
de profesores. (/bf.d.)
Religi.ón 11atural 11 religi6,i positiva A. Propiamente: recuerdo sin reco-
o revelada, La religión ,natural se basa
nocimiento, es decir, sin la conciencia
del hecho de que se trata de un re-
exclusivamente en los datos del senti- cuerdo.
miento y de la razón, sin el recur,so a
una revelación divina. En la religión En particular en PLATÓN: retorno a
positiva o revelada, lo dado por el sen- la mente, con ocasión de la visión de las
timientio y la razón es completado y cosas sensi,bles que de ellas participan,
confirmado por lo dado por la revela- del recuerdo ele las Ideas contempladas
ción•. en el mundo inteligible, con la ilusión
24. J esuc1·isto acabó de trans- ele que las ideas que se nos ocurren son
formar la religión natural en ley, sacadas del mundo sensible: «Aipren-
y de darle la autoridad de un dog- der no es sino recordar» (Mc11ón, 81 d).
ma público. Hizo, sólo, lo que tan- l. Para ser hombre ( ... ) hay
tos filósofos habían intentado ha- que comprender lo que se llama lo
rer en vano: y ( ... ) la religión ele general, que, partiendo de la mul-
los sabios se convirtió en la reli- tiplicidad de las sensaciones, las
gión de los pueblos. (LEIDNIZ, Tliéo- reduce u unidad mediante el razo-
dicéc, Pref.) namiento. Esta facultad es una re-
REMORDIMIENTO 892

miniscencia de las rosas que nues- 2. el remordimiento se adorme-


tra alma ,·io cuando andaba con el ce en lns épocas pl'Óspcras y se
alma dh•ina y, desdeñando lo que agria en la adversidad. (J.-J. Rous-
aquí abajo tomamos por seres, se si;Au, Con.fess., L. u, 7,s.)
alzaba para contemplar el ser ver- 3. El remordimiento es el cas-
dadero. (Pl,ATÓN, Fedro, 249 be.) tigo de !ns malns obras; el arrepen-
1'. Enfermo estaba el amor, y timiento, su expiación. El uno es
el nmigo )e curaba con paciencia, propio de la conciencia atormenta-
pcrscv·erancia, obediencia l' espr- da; el otro, del alma camino del
ranza. Convaleció el amor, enfer- bien. (JOUBERT, Pcnsées, 67.)
mó su amigo; su Amado lo curaba, 4. El arrepentimiento es ya ca-
dándole reminiscencias de sus vir- si una vil'tud; el remordimiento es
tudes y honores. (R. LULIO, Ubro un castigo; 'l)ero el uno conduce al
del a.migo 11 dd Amado, § 248, otro y quien no tiene remordimien-
p. 97.) Ad. E. tos no puede arrepentirse. (Paul
1". Amar el pasado es congra- JANET, Tr. de phi/os., 2.' ed., 656.)
tularse de que efectivamente haya 5. La susceptibilidad de la con-
pasado, y de que las cosas, perdien- ciencia va ( ••. ) en aumento a me-
do esa rudeza con que al hallarse did,¡ que ésta se desarrolla, y la vi-
presentes arañan nuestros ojos, vacidad del remordimiento es una
nuestros oídos y nuestras manos, medida del esfuerzo que hacemos
ascienden a la vida más pura y hacia la moralidad ( ... ). El verda-
esencial que llevan en la reminis- dero remordimiento, con sus refi-
cencia. (J. ORTEGA Y GASSET, Tic- namientos, sus escrúpulos doloro-
rra.s de Castilla., Obras, 11 43.) sos, sus torturas interiores, puede
Ad. E. afectar a •los seres no en razón in-
B. Por ext. en el uso ordinario: versa, sino en razón directa de su
recuerdo incompleto, ya por confuso o perfeccionamiento. (J.-M. GUYAU,
vago, ya por no ser reconocido explí- Esq. d'u:ne mor... , 221, 22·2.)
citamente como tal. 6. REMORDIMIENTO. Es el pesar
2. Quien dice rcminisccncia.s di- por una falta, pero sin esperanza.
ce en efecto, recuerdos confusos, (ALAIN, Définit., 180.)
vagos, flotantes, inciertos, involun- 7. No hay sentimiento de falta
tarios. Del poeta que, al hacer ver- porque, en el seno mismo de la fal-
sos, imita a otro sin darse cuenta ta, la conciencia permanece afecta
de ello, y que compone hemisti- al Bien, con arreglo al cual juzga
quios ya compuestos, se dice que oscuramente. El remordimiento, ex-
tiene reminÜlccncias. Y se dirá muy periencia banal, es una experiencia
a propósito de alguien cuya mente privilegiada. (G. MADINIER, Cons-
se debilita y que ya no gobierna cic11cc et signif., 103.)
bien su memoria: «Sólo tiene re- V. Arrepentinniento, 3.
miniscencitu, no tiene ya recitcr-
dos». La reminiscencia es una pa- RENCOR. Lat. ra.ncor (der. de ra11-
labra, un despertar fortuito de an- ce, estar rancia) : ranciedad o enran-
tiguos vestigios de los que la men- ciamiento. Fig.: rencor, rencilla.
te no tiene conciencia clara y dis- Resentimiento amugo dejado ,por el
tinta. (SAINTE-BEUVE, Nottv. /1mdÜI, recuerdo de una ofensa o de una pro-
IX, 136.) funda decepción. Resentimiento tenaz y
REMORDIMIENTO. Der. del lat. más o menos solapado.
remorderc, morder, atacar de bueno. l. El rencor es más duradero
Vivo dolor moral provocado por el [que el resentimiento). más depen-
pensamiento obsesivo de haber obrado diente del fondo del carácter, más
mal. V. Pesar y Arrepentimiento. premeditado más solapado, y, por
l. Yo afirmo que el 1·emordi- consiguiente, más bajo. (LA•'AYE,
miento de conciencia que sentimos G65.)
tras <>1 pecado es una gracia inte- 2. El secundario permanece más
rior; que es la primera gracia que tiempo que los demás bajo el efecto
Dios da al pecador en el orden de de un duelo, de una pena, de una
la conversión... (BOURDAIJJUE, s. herida sentimental. Persiste en el
•ur les r,·11wrds ck /a, co-11~c. 1 I, co- nml humo1· y en el rc0<•01· ... (K
mienzo.) MouNu;11, Tr. <111 ct11"<1ct., 30-1.)
803 RENUNCIA

Rencoroso, Inclinado a guardar ren- tfrjadus o abamloua<las puciclcn ser


cor. desagradables o perjudiciales. Por
3. En cierto modo agoto mi des- el contrario, siempre se renrrn-
grncia de antemano: cuanto más he cia (... ) con algún dolor o algo que-
sufrido previéndola, más fácil me rido o que debe serlo. No es tan
resulta olvidarla (... ). Siento que sólo una separación, es un sacri-
es a esta feliz disposición a la que ficio. (LAFAYE, 895.)
debo el no haber conocido nunca 1'. Un pueblo nuevo puede im-
ese humor rencoroso que fermenta provisarlo todo menos la cultura
en el corazón vengativo por el con- intelectual. Un pueblo viejo no pue-
tinuo recuerdo de las ofensas re- de renunciar a la suya sin extin-
cibidas, y que le atormenta con to- guir la parte más noble de su vida
do el mal que querria hacer a su y caer en una segunda infancia
enemigo. (J.-J. RoussEAU, Confes- muy próxima a la imbecilidad se-
si01u1, 11, XI, p. 554.) nil. (M. MENÉNDEZ y PELAYO, Dos
4. La sensibilidad de E [ emoti- palabras sobre el centenario de
vidad]. colocada en el punto de vis- Balmes, en San l•id-Oro .•. , 147.)
ta de S [secundariedad], da el má- Ad. E.
ximo de afección al pasado ( ... ) . 1". Para poder ser libre hay
Por ello los ES son al máximo que empezar por renunciar a mu-
afectos a sus hábitos, resueltos en chas cosas, no sólo en el orden de
sus opiniones, rencorosos, apegados la acción, sino en el del pensamien-
por largo tiem110 al recuerdo de to. (G. MARAÑÓN, Ensayos libera-
una desgracia y difíciles de conso- les, 64.) Ad. E.
lar. (E. MOUNIER, Tr. dt< caract., B. En el voc. moral y religioso:
253.) abandonar una cosa a la que se tiene
afecto y, ,por consiguiente, renunciars2,
RENTA. Del lat. reddita, de redde- es decir, negarse placeres o satisfaccio-
re, producir, reportar. nes. Renunciar al mundo, a los hono-
A. Primitivamente: anualidad que res. Incluso cuando se habla de «r~nun-
el arrendatario paga en dinero o en ciar al pecado» se considera implícita-
frutos al propietario. Utilidad o benefi- mente los placeres que le acompañan.
cio que rinde a-nualmente u,na cosa, o 2. Cuando tan a menudo se o:::
lo que de ella se cobra. predica ... que hay que renunciar-
Puede estipularse el interés me- se ha de entenderse que ese mundo
diante la entrega de un capital que al que hay que renunciar reside en
el prestador se compromete a no vosotros mismos. (BoSSUET, I, Quin-
exigir. ·"'\ to discurso de profesión, comienzo.)
En este caso, el préstamo toma 3. Se renuncia primeramente a
el nombre de constitución de ren- uno mismo, mortificando los de-
tas. (Código Civil fr., 1909.) seos mediante el ejercicio de la pe-
B. Por ext.: se dice de toda suerte nitencia. Se renuncia en segundo
de ingresos, con excepción de los ,proce- lugar, de manera mucho más per-
dentes del trabajo. Vivir de las rentas. fecta, por la práctica de la caridad
fraterna. (BOSSUET, Pa11.ég. do S.
RENUNCIA Pierre Nolasque, III, Lebarcq, IV,
Renunciar. Lat. re11untiare, comp. del 512.)
pref. re y el v. nunUaro (anunciar) : Renuncia. A. Disposición del alma
cuando re indica repetición, anunciar que, -por motivos de moral o religión, se
públicamente, proclamar; cuando indi- scpa1·a de algo a lo que era afecta y,
ca vuelta atrás, renunciar, desdecirse. de modo general, de aquello que le pro-
A. En el uso ordinario: desistir, cura placer o satisfacción.
abandonar una empresa, un cargo, un Sin.: abnegación• (renuncia a si mis-
derecho. Renunciar a un viaje, a una mo), desprendimiento (renuncia a los
herencia ... bienes terrenales).
l. Dejar y aba11do11ar se distin- 4. La renuncia no es lo mismo
guen claramente de renunciar (... ) . que el desprendimiento: para la
Dejar y abandonar una posición, una, el mundo ya no e..xiste, o no es
un estudio, un proyecto, una obra, más que ocasión de sacrificios, des-
indican el simple hecho de no ocu- precios y sufrimientos; es la psico-
parse ya de ellos, y las cosas así logia del clausti·o y de la soledad
l!EOIIASE 894

l'ontcmplalivn. Pnrn el otro no hay el contrndo, sólo provocan un impacto


,•n todo más que la voluntad de sin eco. En el primer caso se tl'atn de
Dios, pero esto basta parn que el un secundario•; en el segundo de un
hombre se aficione muy npurnda- primal'io•. '
nwntP a todo ser y a toda ciencia. Los otros dos componentes del carác-
(M. BWNDEL, Car11<1s i11t., 13 mnl'- ter son la actividad* y la emotividad•.
zo JSS9.)
V. ri.-111,I, 20. llEPRESENTAClóN
B. Acto, y principalmente acto ju- Representar. Lat. ,·cpraesc,itare, ha-
l'ídico, por el que se hace dejación de cer presente.
los dcl'echos sobre algo. . A. Psicol. Hacer pl'esente a los sen-
tidos o a la mente. Ese cuadro repre-
REOBASE. Palabra creada por LA- se_nta u!1 mendigo, el amor materno,
PICQUE (a partir del gr. rheü, yo corro, Sm,: f1gural', simbolizar, significar.
y basis, base), para designal' «la más Representa,-se, el campanario de su pue-
débil corriente continua bruscamente ~lo, _un ,pentagono, la muerte. Sin.:
establecida capaz de excitar un órga- 1magmar.
no, tejido o elemento de tejido» (A. FES-
SARD, en el Voc. de psicol.)
Si en la fig,ura pintada, do algún
holl}bre se nos muestra, hubiese
Con diversas duraciones de co- alguna fealdad, ésta atribuiríamos
rriente arbitrariamente elegidas, se a cuya es la imagen, si creemos que
busca cuál es la intensidad exacta- fue hecha con verdadel'a semejan-
mente necesaria para obtener un za; pues asi las faltas de natura-
efecto fisiológico constante; con es- . leza humana, si algunas hubiese
te fin, lo más seguro es observar pensaríamos que en Dios estuvie~
la menor contracción visible, el sen, pues ninguna cosa hay que
mnbral de excitación; la intensidad tan bien represente a otra como
correspondiente es, en consecuen- a Dios representa al homb::... (F.
cia, llamada liminar. Para tiempos PÉREZ DE OLIVA, Diálogo de la dig-
lar¡.ros (relativamente largos), la nidad del hombre, 60.) Ad. E.
intensidad liminar es invariable,
constituye la reobase. (L. LAPIC- . B. Estar presente por alguno, es de-
QUE, La machine 1""'1/euse, 114- c1_r, ocupar su lugar, normalmente en
11,5.) virtud de un man.dato explícito. Los re-
presentantes de comercio representan a
REPERCUSIÓN. Lat. repercussio, veces a varias casas, Los embajadores
acción de rcpereutere, de re y percute- representan a sus paises ante el jefe
re, herir, chocar. del Estado. La Asamblea Nacional re-
presenta al pueblo francés,
A. Prop.: efecto del sonido que se
extiende, resuena o se prolonga. En el texto que sigue, el autor jue-
ga con la analogía de los sentidos A
B. Fig. l. En el uso ordinario y B.
(repercusión en el medio humano) :
efecto del acontecimiento cuyo cono- . l. [ Al h_acerse musical.] El so-
cimiento mueve o impresiona a un gran nido, deponiendo su n1áscara filia-
número de personas o pueblos, o incluso toria, su librea, abdicando su tarea
y_ rechazan.do _su mensaje, se con-
acarrea importantes modificaciones en vierte en •• ,111smo, Deja de repre-
la sociedad. La revolución de 1789 tu- sentar (... ) : se p1·cs<'11ta. (M. PnA-
vo una gran repercusión, DINES, Tr, de pllJJchol,, I, 222,)
l. Todo estado afectivo algo C. Ejecuta,- una obra de teatro.
acusado tiende a repercutir en el
grupo y a beneficiarse por reac- ltepresentación. Lat, repraesc11ta.tio
ción de esa repercusión. (Ch. BL<>N- acción de pl'esentnr (praesc11tu1·e) o ha:
DEL, Introd. a la, pB1Jcltol. col/., 165,) cer pl'esente de nuevo (re).
2. Caracterol. (repel'C, en la .con- ,\. Filos. l. Prop. y en sentido
ciencia individual). Al. Nachwwkung, etimol. (teniendo en cuenta el p1·ef. re):
acción posterior, consecuencia. En la todos los divc1·sos modo~ en que los ob-
caracterologia de HEYKANS-LE SENNE: jetos de pensamiento vuelven a hacerse
"?anera en que las impresiones expe- presentes al espíritu; o, en sentido con-
rimentadas repercuten en la conciencia cl'eto, los objetos hechos de nuevo p1·e-
del sujeto, es decir, se prolongan en sentes al espíritu.
ella en ecos más o menos lejanos o, por 2. las ideas son una pcl'fecta
805 REPRESENTACI6N

l'epl'esentación de la naturaleza, to y el sujeto, ella es la l'ealidad


porque l'epresentan las cosas tal misma. La representación es el ser,
como son. (BOSSUET, Lag., I, 8.) y el ser es la representación.
3. Hace algunos años ( ... ) vi (O. HAMELIN, Essai s. les élhnenfH
por vez primera araucarias. ( ... ) prine. de la représentatio11, 279.)
Si, en este momento, busco lo que 10. El hombre no percibe ni co-
aquella expel'iencia dejó en mí, lo noce, no se percibe ni se conoce en
que ante todo hallo es la represen- tanto construye el lenguaje; la re-
tación sensible de una araucal'ia. presentación sólo cobra valor obje-
(TAINE, De l'intellig., II, 259.) tivo en cuanto se hace lenguaje.
4. En su fol'ma pura [ el tipo (H. DELACROIX, Lang. et pe11..ée, 31-
visual tipográfico] consiste en ver 32.)
las palabras impresas y nada 11. En realidad, la representa-
más ( ... ). Este modo de represen- ción no es, incluso aparentemente,
tación está muy extendido entre más que una afección intelectua.li-
quienes han leido mucho. (Th. Rr- zada. (M. PRADINES, Tr. de psychol.,
DOT, Évol. des i.dées gén., 136.) I, 279.)
6. Los que tienen una gran cul- B. Acción de ejecutar una obra en
tura musical y-cosa mucho más el teatro, de dar un espectáculo.
importante---1:usto o pasión por la 12. no existe otra [diversión]
música, no tienen generalmente más de temer que la comedia. Es
ninguna representación visual( ... ). una representación tan natural y
Quienes poseen escasa cultura delicada de las pasiones que las
musical, y sobre todo escaso gus- suscita... (PASCAL, Pensées, 324.)
to por la música, tienen represen- 13. La representación de una
taciones visuales muy claras. (Th. tragedia o una comedia es un ver-
RIBOT, Essai sur l'imagin. créatr., dadero curso de observación inte-
182.) rior. (Th. JOUFFROY, Pref. a los
6. El papel de las repl'esenta- Esq. de phil. mcn-., de DUGALD-STE-
ciones motrices en la conservación WART, LIX, París, 1826.)
de los recuerdos me parece habel' 14. Por más que restrinjamos
sido entrevisto tan sólo por un pe- nuestro público estamos siempre en
queño número de psicólogos y en plena representación. (J. RosTAXD,
forma imprecisa. (Th. RIBOT, La Journal d'un caJTaet., 97.)
vie inconsciente et les -mouv., 40.) Representath~o. Que representa.
7. Para algunos (... ), el sentido A. Psicc,l. Que hace conocer alguna
[del término general] está consti- cosa. Sensación representativa (se opo-
tuido por representaciones en esta- ne a sensación afectiva).
do naciente, y lo que lo pl'ueba es
que cede más o menos rápidamente Sin.: cognoscitivo.
el sitio a alguna representación. 15. Lo que conocemos y ve-
(A. BURLOUD, Pensée concr., 66.) mos no es propiamente más que
8. Las representaciones concre- ~uestra idea. Porque si nuestras
tas del pasado van ligadas a volun- ideas son representativas, es sólo
tades tensas hacia el porvenir. porque plugo a Dios crear sel'es
(R. AnoN, Introd. d la phi/os. de que a ellas respondiesen. (MALE-
l'hi.81., 316.) BRA!';CHE, Rép. a Régis, II, 14. CEn-
vrcs, XVIII, 289.)
2. Por ext.: todas las manel'as--la
percepción incluida-en que los objetos 16. [Ant. Arnauld I no sólo
pueden estar pl'esentes al espíritu. Pa- combate los seres representativos
ra el idealista absoluto (v. infra, cita del P. Malebranche, tomados por
de HAMELIN), la realidad se reduce a la esencia de Dios mismo, sino que
las representaciones. combate todos los seres represen-
tativos cualesquiera admitidos en
9, La representación, en contra el espíritu entre la percepción y
de la significación etimológicu del el objeto. Ahora bien, las imáge-
término, porque no hay más reme- nes representativas o modo de co-
dio que utiliza!' las palabras del nocer por los seres representati-
sentido común, no representa, no vos no es tan sólo cosa del P. lllal-
refleja un objeto y un sujeto que ni de los filósofos de la Escuela.
existirían sin ella: ella es el objc- Lo es de San Agustín y de todos
896
ttEl'ltESiúN
lo~ Patln•~. (Nrcm,E. C. ni P. Qtr~:~- A. Antaño (en sentido etimol.): In
:'\FI J junio 1782. En lns <l~u- sol'irrlnrl polilira, el Estado.
;,,:c; d~ ~iALEBIIANCIIE, XVIII, 237,) l. La Monarquía pura y abso-
17. Tlllla percepri()n es la su- luLa es la más segura República.
g-e~titln í'~pontlln<!'a por nlgun~s (BODINO, Républiquc, IV, 6.)
t.>lem"ntos presentativos de un nu- 1 ', La república temporal es
mc.>ro considerable de estados re- una repúblira perfecta e integra:
prcsentnlh•os. (J, PAYOT, La cro- luego no cstú sujeta a nadie fuera
ycrnct·', 18.) de si; de lo contrario no fuera
Y. Abstracció11, 18. íntegra; luego puede constituirse
l<frns ,·cp1°t'srntati'l as (Teoría de las
1 a si mi-sma príncipe, de ningún
-) . Supuesto, origen del movimiento modo sujeto a alguno en las cosas
que desembocó en el idealismo absolu- temporales. (F. DE VITORIA, Re/ec-
to, según el cual el espiritu no alcan- ciones teológicas, 255.) Ad. E,
za las cosas, sino las ideas represen- B. En los tiempos modernos: todo
tativas de las cosas. Estado que no es monárquico, incluso
B. Derecho y Polít.: que procede al Estado aristocrático.
por representantes. Gobierno represen- 2. el gobierno republicano es
tativo. aquel en el que el pueblo todo, o
C. En el uso ordinario: que consti- tan sólo una parte del pueblo, tie-
tuye un ejen,plo instructivo de una ne el poder soberano. (MONTES-
cierta categoría de personas o de he- QUIEU, Esprit des lois, 11, 1.)
chos, que da de ellos una idea preci-
sa. Un poeta representativo de una C. En nuestros días: Estado gober-
época. nado por representantes elegidos por
sufragio universal. República tiende a
REPRESIÓN. Lat. reprcssio, acción identificarse con democracia.
<le rcprimere, es decir, de hacer retro- 3. Es ordinario vicio de las re-
ceder (re) ejerciendo presión, oprimien- públicas el hacer poco caso de las
do (prcmcrc), personas de valor en los tiempos
A. Medidas que tienen por objeto tranquilos. (MAQUIAVELO, Diac., 111,
detener una acción, impedir sus efectos 16, cit. por E. NAMER, Mact.ia;vel,
o su desarrollo. Represión de un motín, 160.)
de los delitos, de las ideas subversivas. 4. El principio de la República
l. unas veces se hacen concesio- es la elección; la sociedad republi-
nes pródigas a las comarcas auto- cana es tan débil como un cuerpo
nomistas, se les otorgan proteccio- de ejército que nombrase a sus ofi-
nes lesivas a las demás comarcas; ciales; el temor de no ser reelegido
otras veces se acude a la más in- paraliza toda energía. (E. RENAN,
transigente represión de legitimas Réforme intell. et 1nor., 74.)
aspiraciones, queriendo suprimir
violentamente los síntomas del mal V, Arquetipo, 3; Gobierno, 9.
sin tratar de curar éste en sus Residuos. V. Método.
raíces con medidas de gobierno es-
meradas y persistentes. (R. ME- RESIGNAClóN. Lat. rcsig11atio, ac-
NtNDEZ PIDAL, Los españoles en la ción de quitar (re) el sello (sig11um),
Hiatoria, 158.) Ad, E. anulación de un acto.
B. Psicoanal. Por op. a supresión•: A. Derecho. Abandono de un dere-
rechazo consciente de una solicitación cho en favor de alguien, o abandono
psíquica, puro y simple.
2. una persona sólo se convierte l. resig11ació11 es la apropiación
en neurótica cuando su yo ha per- del fracaso. No digo «aceptación o:
dido la aptitud para reprimir su ésta puede no ser otra cosa que
líbido en una u otra forma. Cuan- un mero soportar lo inevitable, un
to más fuerte es el 110, más fácil «conllevarlo», según la expresiva
le es cumplir esa tarea. (S. FREUD,
lntrod, a la psychan., 414,) palabra castellana; cligo «11propi11-
ción», incorporación positiva del
V. Supreai6n, 6. fracaso a la vida personal, como
REPúBLICA. Lat, res publica, la ocasión parn reordenarln. Todo fra-
cosa pública, el Estado. caso puede ser motivo de un
897 RESOLUCióN

verdadero •renacimiento». (P. 2. Cuando la mano se aplica al


LAfN ENTRALG0, La espera 11 la sólido resistente para circunscri-
esperanza, 566,) bir sus partes y determinar sus
B. Mor. Estado de alma de quien se formas, hay, como ya hemos ob-
resigna, es decir, acepta, principalmen- servado, una doble relación senti-
te por motivos religiosos, sin rebeldía da o percibida; la primera, direc-
y aun sin queja, las decepciones o las ta y simple, inherente al ejercicio
desgracias. de la motividad detenida, constitu-
ye en una misma intuición el su-
2. La resignación no entra en jeto del esfuerzo y el término ex-
mi natural ( ... ) confieso incluso traño que existe como fuerza úni-
que esa palabra resignación me ca de resistencia; por ello, digo, el
irrita. En la idea que de ella 110 se hace capaz de conocer sus
me hago, cierta o equivocada, es propios lfmites y de circunscribir-
una especie de pereza que quiere se. Colocado entre dos clases de
sustraerse a In inexorable lógica observaciones, una exterior, inte-
de la desgracia... (G. SAND, llist. rior la otra, ese primer juicio sim-
ele 111a vie, X, 224.) ple pertenece a la vez a ambas; en
3. La resignación ( ... ) es, a mi él se activan recíprocamente una
parecer, la eo11/or111úla<l con la vo- por otr-a. (M. DE BmAN, De la dé-
luntad de Dios, si, como deseo, comp. ele la pcnséc, II, v. <Euvrcs,
eres creyente; con la fuerza de IV, 115.)
las cosas, si no crees; es en los 3. Maine de Biran, que era sub-
males la conformidad que excluye prefecto de Bergerac, sacó más ser
la violencia y deja serenidad y de su mesa de despacho que otro
fuerza para buscarles ,.,medio o sacada de un viaje a las Indias.
consuelo. (C. ARENAL, Cartas a un Es que se apoyaba en la mesa, y vi-
obrero, 24.) Ad. E. no a provocar con su mano la re-
V. bulifere11cia, 10, 11. sistencia de cosa tan familiar.
(ALAIN, Propos s. des philos., 13.)
RESISTENCIA. Lat. resistencia,
der. de resistere: sistere (detenerse), B. Psicoanálisis. Oposición del suje-
re (con un movimiento en sentido con- to a los esfuerzos hechos para sacar a
trario). luz los complejos o sentimientos desalo-
jados.
Carácter de lo que resiste, es decir,
se opone a la acción que se ejerce so- Sin.: censura, supresión.
bre ello. 4. . .. ,·esistencias que se oponen
Sin.: antagonismo, oposición, inhibi- a nuestro esfuerzo [ del psicoana-
ción, defensa, reacción, inercia, obs- lista]. El yo se asusta de esas ten-
trucción, rebelión. tativas, que le parecen peligrosas
y amenazan con provocar desag-ra-
A. Psicofisiol. Cualidad de la ma- do. Para evitar que se hurte a ellas,
teria que la hace sensible -al tacto y al es preciso animarla y tranquilizar-
esfuerzo muscular. Esta sensación con- le de continuo. (... )
diciona: pa•ra. los partid-arios de la
teoría ilacionista• de la. percepción, la Vencer las resistencias es, de
objetivación o creencia en una reali- todas las partes del análisis, la
da.d exterior; para MAINE DE BIRAN, que nos ocupa más tiempo y nos
la toma de conciencia del yo y su dis- da más trabajo. (S. FREUD, Abré-
tinción del no-yo. V. Cogito bira11ia110. gé ele psycha11a/., 47-49.)
l. en tanto que no hacemos más RESOLUCIÓN
que sentir sensaciones, no estamos Itesuelto. Lat. rcsolutus, part. pasa-
seguros de nuestra propia existen- do de resolvcre, desenlazar, disolver.
cia (... ) ; cuando sentimos que que-
remos, que obramos en consecuen- A. Como part. pasado: conserva el
sentido ele) lnt.: disuelto (nubes resuel-
c:in, y que ex-perim!~tamos. una tas en lluvia, contrato resuelto), que
resiste11cia a esa a.cc1.on senttcla V
se ha hallado su solución (problema re-
querida, estamos seguros, no sólo suelto).
de nuestra existencia, sino de la
existencia de algo que no somos B. Empleado adjetiv.: que es deei-
nosotros mismos. (DESTUTT DE TRA- clido y firme en sus decisiones.
cv, ldéologie, 146-146.) Cont1·.: irresoluto.
S7. Diccionario Jel Lcnguajl' Filusliíico,
898
RESPETO
t. J}reicTido concierne a las opi- la resolución con la rapidez de de-
niones. (... ) Rrs11rlto concierne n cisión, tal como la hollamos, por
ln voluntad. Si el c/cciclicla no dudn ejemplo, en el impulsivo. (E. Mou-
de nadn 1 c1 1·r:mdto no teme a la NIER, 7'r. 1lu caract., 430.)
nadn, es firm-c en lo que se pro- 7. La resolución de carácter es
pone o emprende. Por ello es más una capacidad habitual de deci-
corriente decir aire 1·esuclto y to- sión: ella constituye In potencia
no decidido. (LAl-'AYE, S11pl., 98.) capital de In persona. ( Ibl<l., 434.)
2. Las ,personas irresolutas to- V. Duda, 1; Virtud, 13, 16.
man siempre con facilidad las em-
bocaduras que les llevan a dos ca- B. En el voc. científi.co. l. Lóg. y
minos, y que, por consiguiente, no Mat. Operación por la que se resuelve
les aeucian para optar. (P. Du- un problema, se llega a su solución.
PUY, Ma.x. et réfl. du Cartl. de En partic. la demostración analítica,
Rctz, II, 23.) que es una solución hacia atrás (re).
V. Análisis A.
Resolución. Lat. resolutw, acción de
desenlazar (rcsolvere); estado del que 8. La manera de demostrar es
se halla rcsolut11s (suelto, sin freno, re- doble: una se hace por análisis o
suelto). resolución, otra por slntesis o com-
~sición. (DESCARTES, Socondes
A. En el lenguaje ordinario (Psico- Rép., <Euvres, IX, 1, 121.)
logía). l. Acto por el que, tras la re-
flexión, nos determinamos a algo. A 9. El conocimiento de la imposi-
diferencia de la decisión, la resolución bilidad de resolver es muchas ve-
se refiere principalmente a la conduc- ces más bien histórico y experi-
ta personal y moral: se toma la deci- mental que científico; es decir, que
sión de comprar un coche, y la reso- un hombre instruido y experimen-
lución de no fumar o de no jugar. La tado conoce que una solución es im-
resolución suele implicar una victoria posible, o que raya en ello a causa
sobre sí mismo. de su extrema dificultad, no porque
pued-n demostrarlo, sino porque la
3. Reducir, como se hace a ve- historia de los esfuerzos que han
ces, la voluntad a la simple reso- hecho otros, y quizá de los propios,
lución, es decir, a la afirmación le manifiesta la impotencia del en-
teórica de que una cosa será he- .tendimiento humano con relación al
cha, es atenerse a una abstracción. objeto. (J. BALMES, El criterio, 75.)
La elección es sólo un momento Ad. E.
en el ·proceso voluntario. Si no se
traduce en acto, inmediatamente o 2. Ciencias experim. Resolución de
a su debido tiempo, no hay ya na- un cuerpo en sus elementos o en una
da que la distinga de una opera- forma considerada como más elemen-
ción lógica de la mente. Semeja a tal. Resolución de lo nieve en agua,
esas leyes escritas que no se apli- del agua en vapor.
can. (Th. RIB0T, Mal. de la vol., RESPETO. Lnt. respectus, acción
37.) de mirar hacia atrás (rerpicere), exa-
V. Co11secuc11cia, 14; Efecto, 5; Vo- men, consideración, atención.
/u11tad, 39. A. Pro p.: sentimiento de deferencia
2. Estado del alma de quien se ha- hacia personas a los que se 1·econoce
lla resuelto, es decir, firmemente de- un cierto orden de superioridad: edad,
cidido. funciones, mérito.
Contr.: irresolución. Sin.: deferencia, consideración, re-
4. ¿ tendré siempre fuerza y verencia, veneración, acntnmiento.
resolución suficientes para obrar l. El respeto es un sentimiento
según mis conocimientos? (Bomt- g1·ave que s,xperimentamos por al-
DALOUE, Sur la par/. observ. de la go sagrado, o al menos por algo
/oi, 11.) situado muy por encima de nos-
5. Hay en la juventud mucha otros, como nuestros padres, losan-
menor resolución de lo que ella cianos, los magistrados, y ante lo
cree; mucha mayor sumisión e in- cual In moral nos prescribe pros-
consciente obediencia. (A. GIDE, ternnrnos, por así decirlo. (LAFAYE
G.,'uvres, X, 18.) 549.) '
6. No hay que ( ... ) confundir 2. Sólo nos acordamos del res-
899 RESPONSABILIDAD

peto debido a los padres para exi- se (spondere) en reciprocidad (re),


gírselo a nuestros ,hijos. (A. KARR, cumplir una promesa (sponsio), res-
en L'tsprit d'A. /(., 62.) ponder (en .part. a una citación judi-
3. El respeto equivale a: «Mo, cial).
!estaos». Cosa vana en apariencia, A. En sentido etimol. y juríd. (res-
pero muy precisa, porque supone ponder de) : constituirse en garante de
decir: «Me molestaré por vos to- alguien o de alguna cosa. Ser respon-
do lo necesario, puesto que ya lo sable.
hago sin que lo necesitéis,. (PAS• l. Se es responsable, no sólo
CAL, Pensées, 477.) del daño causado por actos pro-
4. El Tespeto es mejor aún cuan- ·pios, sino también del causado por
do se experimenta que cuando se actos de personas de las que debe
inspira, porque el respetuoso es responderse, o de las cosas que
siempre estimable. Ese sentimien- uno tiene a su guarda. (Código Ci-
to tiene por principio una opinión vil fr., art. 1.384.)
de excelencia que no puede formar- 2. [En Tamenrasset] el ame-
se en quienes nada tienen de ex- nokal ha mirado ya al sacerdote
celente. (J. J0UBERT, P1J1uiées, Per- y hablado con él ( ... ). Declara que
rin, 1901, 76.) responderá de ello con su cabeza.
6. Lo que mantiene una socie- (M. CAn0UGES, CI&. de Foucauld,
dad politica es el respeto mutuo l'JlO.)
de sus miembros, en particular el B. En sentido ordinario (responder
de los gobernados por los gober- a) : dar respuesta a una pregunta for-
nantes y de éstos por aquéllos. (H. mulada.
TAINE, Origi11es... , «La Révolution»
III, 629.) Respuesta. A. En el uso ord. (co-
rrelativo de pregunta): palabra o es-
6. Lo propio del hombre es el crito provocados por una pregunta o
cult.o al acuerdo. Los rnuert.os re- un problema.
sultan purificados por ese pensa-
miento amistoso ( ... ) ; el ·respeto V. Filósofo, 20, 22.
hace que sólo quede de ellos lo que B. En psicol. exper. (corre!. de estí-
merece respeto. (ALAIN, Propos s. mulo) : reacción a una excitación ex-
des pliilos., 262.) terior. Respuesta emocional, respuesta
V. Admiraci6n, 14. de huida.
B. Por anal.: cuidado de no lesionar 3. Las leyes ,psicológicas toman
las cosas de que se trata. Respeto al la forma de ,·elaciones entre una
bien ajeno, a la ley, a los usos ... situación estimulante S y una con-
ducta-respuesta R. (J.-CI. FILLOUX,
V. Deporte, 4. Persomia,/ité, 108.)
Respeto humano. Temor al juicio de V. Comportamiento, 4.
los demás que lleva a obrar en contra
de las directrices de la conciencia o al Responsable. A. Subjetiv.: que obra
menos con independencia de ella. Se con conocimiento y libertad suficientes
atribuye principalmente al respeto hu- para que sus actos puedan ser conside-
mano la omisión de acto! buenos u rados como suyos y deba responder
obligatorios. Hay también un respeto (sentido A.) de ellos. El niño no es res-
humano en senti'do inverso, que lleva ponsable por ignorancia del alcance de
a realizar materialmente el bien, ,pero sus actos; bajo los efectos de una vio-
sin querer ese bien por si mismo. lenta cólera, dejo de serlo por falta de
7. porque predico en la Corte libertad.
de un príncipe que ( ... ) da crédito B. Objetivamente (desde el punto
a la religión ( ... ). Lo que tendría de vista de aquello de lo que se es res-
que temer por vosotros es que os ponsable).
vieseis expuestos a otro respeto l. Que debe lograr un cierto resul-
humano, y que como ésta hacia tado, que tiene a su cargo una cierta
antaño en la Corte libertinos, hi- organización (responsabilidad prospec-
ciese ahora hipócritas. (B0URDA- tiva). En los movimientos politicos o
LOUE, Sur le respect l11t111., III.) relh?'iosos es con frecuencia sinónimo
de militante. Responsable del aprovi-
RESPONSABILIDAD sionamiento, del combustible. El capi-
Responder. Lat. respo11dere, obligar- tán es resnonsable de su compañia.
900
RESPONSARILtn.\D
4. Su grnndcza [ de Guillau- el bacilo de Loffler es responsable
met I está en sen~irse_ responso.ble. de la difteria, se trata tan s61o de
Responsa.ble de s1 mismo, del co- una metáfora: ese bacilo, al no ser
rreo y de los camaradas que es- un sujeto pensante y volitivo, es
peran. Tiene en sus manos su pe• eausa objetiva y no subjetiva de la
na o su alegria. Responsable de lo enfermedad que provora. (J. VIA-
nuevo que se construye allá abajo, LATOUX, L'fote>1tion p/1i/0R., 28.)
entre los ,-ivos, y en los que debe Responsabilidad. Carácter de quien
participar. Responsable en algo es responsable.
del destino de los hombres, en la
medida de su trabajo. A. Psicol. y mor. (responsabilidad
moral) : carácter de quien debe res-
( .. ) Ser hombre es precisamen- ponder de algo, es decir, asegorar su
te ser responsable. (A. DE SAINT- buena marcha y asumir los resultados,
EX"l.iPÉRY, Terrc des 1,omnies, 64-
55.) especialmente los de una marcha de-
fectuosa.
5. [Monique Dewinter:] -Sé
que diez millones de hindúes y cer- l. Estrict. (responsabilidad personal
ca de quince millones de chicos o de si mismo) : carácter de quien pue-
mueren de hambre cada año en los de y debe responder ante su concien-
caminos de Asia. Y, sin embargo, cia y ante Dios de sus actos, es decir,
tengo la crueldad de querer ali- recónocerlos como propios y aceptar
mentar y alojar a mis hijos. De sus consecuencias. Sólo puede recono•
querer alimentarlos y alojarlos por cerios como propios si obra sabiendo lo
todo lo alto ... porque soy responsa- que hace y libremente.
ble de mis hijos. La responsabilidad moral estricta-
- Todos somos responsables de mente entendida obliga a responder
todos, dijo Jean. (M. DE SAINT-PIER- tan sólo de los actos conscientes y li-
RE, Murmures de Satan, 194.) bres, pero de todos ellos (pensamien-
tos e intencftmes tanto como acciones
V . •lloda, 7. externas).
2. Que debe responder de algo o de 9. Lejos de hacer derivar la pe-
alguien, de las consecuencias de sus ac- na de la re,rponsabilidad y de la
tos o de los actos de aquellos de quie- libertad del individuo, parece, por
nes responde, es decir, asumir esas con- el contrario, que nos hacemos, li-
secuencias (responsabilidad retrospecti- bres porque nos sentimos respon-
,·a). No es corriente buscar responsa- sables y responsables porque he-
bles más que de lo malo; por eso ser mos sido castigados. (G. BELDT,
re.sponsable consiste, en el sentido usual Bull. de la Soc. fr. de Phi/os., 1908,
del término, en tener que reparar al- 93.)
gún dado o sufrir un castigo.
10. Puede causarse remordimien-
G. Si te niegas a ser responsa- to a un hombre, pero no a una
ble de las derrotas, no lo serás de asamblea politica. 11:sta es polvo, y
las victorias. (A. DE SAINT-EXUPÉ- cada uno de los que la componen
RY, Cit,uielle, CLXXV, Pléiade, juzga que su responsabilidad no es
874.) más que u-na pequeñísima meta, y
7. _ Cuando un niño causa por ello ligera y volandera. (R. BA-
daño a uno de sus compañeros de ZJN, Étapes do 111a vie, 212.)
juegos, es al padre a quien hace V. Culpa.bilidad, 3,
responsable. ¿Es esto injusto?
2. Por ext. (responsabilidad de otro
- Eso es, dijo la hermana romo o de eosas): carácter de quien está en-
,para sí misma: no culpable, sino cargado de la ¡:-uarda o la conducta de
responsable. (G. CESDRON, Les algoien o de algo, de suerte que, en
sai11ts vont en c11/cr, 119.) cierta medida, debe considerar lo que
v. l. de bueno o malo ocurra a aquello que
C. Por ext.: que es el origen de una tiene a eu cargo como obra suya y asu-
cosa, que es su causa. Se aplica tanto mir las consecuencias. Los padres tie-
a cosas como a personas. Las heladas nen la responsabilidad moral de la edu-
de primavera son J"esponsables del al- eación de sus •hijos; el conducto, la de
za de precios. J.-P. SARTRE es responsa- las personas que transporta.
ble de numerosos neologismos. D. Derecho ( responsabilidad jurídi-
8. cuando la ciencia dice que ca): carácter de quien debe, en virtud
001 RETARDO

de In ley, responder ante los detenta- Suele ser de orden moral y social y no
dores de derechos, y, en definitiva, an- está respaldada por sanciones legales,
te el juez, de algo o de alguien. y, en todo caso, estas sanciones no son
l. Responsabilidad civil: carácter de tenidas en cuenta.
quien debe, en virtud de la ley, repa- La responsabilidad retrospectiva se
rar el daño hecho a otro. El propieta- refiere al pasado: prácticamente recae
rio tiene la responsabilidad civil de los sólo sobre las faltas, los fracasos, los
dnños causados por aquello que le per- accidentes desgraciados. Los hombres
tenece: animales, vehículos, pared que sólo rehuyen las responsabilidades por
se derrumba ... temor a la responsabilidad retrospec-
La responsabilidad civil no implica tiva: en cambio, les atrae la respon-
necesariamente la responsabilidad mo- sabilidad prospectiva.
ral, es decir, un neto consciente y li- V. Asunción, 1, 10.
bre. Pero si hay conciencia y libertad, C. En sentido concreto (una respon-
la responsabilidad civil acarrea res- sabilidad, responsabilidades) : aquello
ponsabilidad moral y, eventualmente, de lo que se es responsable. Tener
responsabilidad penal. grandes responsabilidades.
11. El padre, y la madre tras 12. no hay escritor honrado,
la muerte del marido, son respon- por mezquino que sea, que no
sables del daño causado por sus tiemble ante su responsabilidad ...
hijos menores que vivan con ellos. En El discípula hallarás el es-
( ... ). tudio de una de esas responsabili-
Los maestros y artesanos, del dades. (P. BOURGET, Le disc., A un
daño causado ,por sus alumnos y joven.)
aprendices durante el tiempo que 13. Quien quiera comprender
se hallen bajo su vigilancia. ( ... ) en historia debe, pues, con absolu-
No obstante, la responsabilidad ta necesidad, asumir }a responsa-
Civil del Estado sustituye a la de bilidad de su reconstrucción. (R.
los miembros de la enseñanza pú- LENOBLE, R. phi/os., 1045, 337.)
blica. (C6digo Civil fr., art. 1.384.)
14. Cómo admiro a esas per-
2. Responsabilidad penal: carácter sonas sobrecargadas de negocios,
de quien, en virtud de la ley, puede de citas, de responsabilidades, y
ser castigado por sus contravenciones, que nunca. tienen aire apresura-
delitos o crímenes. do... (H. DE MoNTHERLANT, Car-
En principio, la responsabilidad pe- nets 25 a 85, 192.)
nal supone la responsabilidad moral: 15. En ninguna guerra se da
sólo puede castigarse legítimamente un un 'perfecto reparto de las respon-
acto voluntario. De hecho: las penas sabilidades entre el poder civil y
graves, las que castigan los críme- el militar. (J. FAUVET, Hist. de la
nes, sólo son inf.ligidas a quienes de IV' Rép., W2.)
ellos son moralmente responsables; las
penas leves, principalmente las multas Respuesta. V. Rcspo11sabilidad.
por contravención, son normalmente Restricción 1nenta./. Procedimiento
dictadas sin consideración de la respon- que tiene por objeto ocultar el propio
sabilidad moral (práctica suficiente- pensamiento sin decir explícitamente
mente justificada por la atención al lo contrario, y que consiste en restrin-
bien común). gir mentalmente o por un sobrenten-
dido el alcance natural de las palabras
En los casos de responsabilidad ci- que lo expresan.
vil unida a la responsabilidad moral,
puede haber también responsabilidad No hay verdadera restricción mental
penal: quien ha causado daños con su cuando lo sobrentendido puede ser fá-
coche debe repararlos (responsabilidad cilmente adivinado, como cuando la
civil) ; pero además, si los ha causado doncella responde: <1 La señora no está
intencionadamente o incluso por impru- aquí» (sobren t.: para los visitantes or-
dencia culpable, puede y aun debe ser dinarios). Muy distinto es el caso de
condenado a una pena. quien, al decir: «Le prometo 100 fran-
cos», da por sobrentendido: «en bro-
Rcsponsabilida<l prospectiva• y ,·os- ma».
1,onsabilidad retrospectiva. La prime-
ra concierne al futuro: una tarea quo RETARDO. Pedag. El hecho de que
cumplir, un resultado a alcanzar ... un sujeto de constitución psíquica nor-
902
RETE:\"("JóN

mal se hn11c por debajo dl'l nivt,1 nor- retención (aún tengo 11a manon
mal de su edad por defec(o en el des- el comienzo de esta mañana) y se
nrrolJo. No debl'." confundtrsC' con re- proyeetn en horizonte de proten-
trnso•. ción (esta mnñan11 acaba con el al-
Por retardo mental hny que en- muerzo). (J,-F. LYOTARD, La p/ré-
tí'ndC'r una insuficiencia ligada a no111é11ol., !17.)
un defecto de desarrollo, partien- V. In,presión, 2.
do de estt·ucturas mC'ntales norma-
les. El potencial intelectual, aun- RETORNO. Raiz lat. tim,us (gr.
que normal en su base, no ha po- tornos), torno de alfarero, de donde
dido ser explotado por <'l niño a tornare, tornear.
causa de carencias educ-ativas, de Etrr,10 ret.or,10. Doctrina de los es-
falta de cultivo o de inhibiciones toicos, continuada en particular por
de orden nfoctivo. (... ) Si se de,- NIETZSCHE, según la cual, al cabo de
cuida. ese retardo mental tiende varios millares de años (el Gran Año),
a fijarse y a hacerse irreversible, volverá a comenzar sin una serie de
presentando entonces un cuadro acontecimientos idéntica a la preceden-
con las mismas características psi- te. V. Recursos hi-stóricos.
cológicas y la misma repercusión
social que el retraso mental. (H. RETRACTACióN. Lat. retractatin,
Dt.•cHENE y V. SMIRNOFF, E11cycl. acción de retractare, es decir, de tra-
médicc,-chir., 37250, A,. 19-55.) tar de nuevo (re): modificación, re-
forma, retoque. Es el sentido del titu-
RETENCIÓN. Lat. reten.tio, acción lo de la obra de San AGUSTÍN Retrac-
de tener (tcntio, der. de tcnerc) atrás ta.tiones.
(re), de retener. Pero te11tio podría Desautorización o reprobación for-
también derivarse de tcnderc (tender), mal de algo que se ha dicho, escrito o
que, como tencre, tiene por part. pasa- hecho.
do tentus. De ahí la doble acepción.
A. Acción de retener, de conservar RETRAfDO. Lat. retractus (part.
en la mente. pasado de retraherc, tirar hacia atrás,
l. La rete,u:ión se realiza de retirar) : alejado, oculto.
dos maneras: conservando la idea Tipología. Uno de los dos tipos fun-
actualmente presente, lo que llamo damentales de la clasificación morfo-
contemplaA>i6n., y conservando la psicológica de Louis CORMAN. Se opone
facultad de traerla ante la mente, al dilatado• o expansivo.
lo que llamo memoria. (LEIBNIZ, N. En los retraídos, la expansión,
Essais, 11, x, 1.) en vez de ser general como en los
B. Por op. a protención* (tensión dilatados, es, por el contrario, elec-
hacia adelante) : tensión hacia atrás, tiva: la personalidad sólo se ex-
retorno de la mente hacia el pasado in- pande en ciertas condiciones pri-
mediato. vilegiadas, que llamo medio de elec-
ción. Cuanto más reducida es la
2. Husserl ha descrito admira- expansión, es decir, cuanto menos
blemente esas particulares inten- amplio se presenta el rostro, más
ciones que, a partir de un «ahora» se confina el medio de elección en-
vivo y concreto, se dirigen hacia tre estrechos límites, y, natural-
el pasado inmediato para retener- mente, más pobre es la vida. ( .•. )
fo y hacia el inmediato futuro pa-
ra captarlo. Las llama «retencio- Los retraídos no ceden a la in-
neJ• y «protenciones•. (J.-P. SAR- fluencia del medio: son indepen-
TRE, L'imaginaire, 100-101.) dientes, autodidactas, tampoco se
dejan arrastrar por sus inclina-
3. las notas que manan de una ciones; se aplican a poseer domi-
melodía son captadas por retencio- nio de sí mismos. (L. CoRMAN, Jlfa-
nes apropiadas como aquello que nur/ de morpho-¡,sychol., 50-51.)
hace de la nota anteriormente oí- V. MorfopsicolDgia.
da lo que precisamente es. ( /bid.,
230.) REI'RASO. Psicopatol.: detención
4. Me encuentro preso en un prematura o insuficiencia de desarrollo
campo de presencias (ese papel, de las funciones psíquicas, ya intelec-
aquella mesa, esta mañana) ; ese tuales (atraso mental), ya afectivas (re-
campo se prolonga en horizonte de traso afectivo).
003 REVELACIÓN

1. Los retrasos afectivos son 2. Toda reflexión es retrospec-


( ... ) los más comunes, aunque los tiva; e incluso es lo propio de la
últimos en ser sospechados y des- reflexión crear a nuestra espalda
critos. (Ch.-H. NoDET, Encycl. mé- el espectáculo de aquello mismo
di.co-chirurg., 37760 A'", 2, 1966.) que acabamos de sobrepasar. Sin
2. El retraso se define por una duda, la reflexión parece a menu-
insuficiencia capacitaria global del do orientada hacia el futuro. Pero
desarrollo de In personalidad, que en tal caso (... ) ese futuro lo con-
sidera ( ... ) como ya cumplido, es
no alcanza el nivel al que hubiese decir, como si fuese pasado. (L.
llegado de no haber sufrido los LAVELLE, Du temps et de l'éter-11i-
efectos de un proceso patol6gico té, 291.)
inicial. ( ... ) El retraso no es el
«retardo mental», simple ralent1- Retrospectiva es empleado substanti-
zación del desarrollo que, no obs- vadamente por elipsis de «exposición•,
tante, llega alcanzar un nivel ((revista» ...
nonnal. (G. DESHAJES, Psychopa- REVELACióN. Lat. revelatio, ac-
thol. gé11., 150.) ción de revelare, es decir, de apartar
3. ...el niño de tres años (caso (re) el velo (velum), de descubrir.
banal) que no puede acostumbrar- A. En general: acción de descubrir
se a ir al jardin de infancia o a la algo desconocido (voy a hacerle una
escuela maternal y se niega a se- revelación) o aquello mismo que es des-
pararse de su madre, a la que lla- cubierto Oas revelaciones del orador
ma sin cesar entre lloros apenas se impresionaron a la Cámara).
la aparta de ella. Sería interesante
considerarlo, no como un niño de- V. bthibiciém, 2.
masiado a.fectuoso, sino como un B. Princip. y absol.: acción por la
retrasado afectivo... (J. BOUTO- que se descubre o se da a conocer la
NJER, En/anee, 1948, 46.) divinidad.
V. Debilidad; Retardo. l. Prop. (Teol.): acto por el que
Retro. Adv. lat. que significa: por Dios hace conocer sobrenaturalmtnte
detrás, atrás; se op. a pro en el sentido verdades de las que algunas pueden ser
de «adelante». Entra en la composición descubiertas por el hombre, pero que
de diversas ,palabras: retrovisor, re- en su mayor parte exceden a ] as po-
trospectivo• ... sibilidades de su inteligencia.
l. Hemos así conocido nuestra
RETRóGRADO. Lat. retrogradis, libertad por una experiencia cier-
que camina ( gradi) hacia atrás ( re- ta y un razonamiento invencible.
tro). Lo contr. de retrogredi es yrogrc- No nos queda sino añadir la evi-
di, de donde se deriva progreso. dencia de la revelación divina.
A. Prop.: que va hacia atrás, ya sea (BOSSUET, Tr. du libre arb., II,
en el espacio (marcha retrógrada), ya fin.)
en el tiempo (amnesia• retrógrada). 2. la revelación supone, por
B. Polémico y peyorativo: que se parte de Dios, una intervención
opone al progreso y preconiza la vuel- especial y gratuita en el orden de
ta al pasado. Frecuente en A. COMTE. nuestra vida religiosa y se tradu-
V. Reaccionario, ce, del lado del hombre, por un
aumento de verdades no debido a
RETROSPECClóN. Der. del lat. re- sus propios recursos. (J. RIVIERE,
troapi.cere, mirar hacia atrás. en el Dict, des connaiss. rclig., V,
Acción de mirar atrás, hacia el pa- 1255.)
sado. Se op. a proapccción.•. 3. A nuestro entender, sólo exis-
1. Destino común de la infan- te revelación a partir de lo insal-
cia, la inocencia y la felicidad es vable de una contradicción funda-
no existir más que por retrospec- mental. Tal es el caso de la reve-
ci6n. (W. JANKÉLÉVITCH, Tr. des lación bíblica. La sublimidad del
vertua, 630.) judaísmo reside en el descubri-
miento de la inconmensurabilidad
Retrospectivo. Que mira atrás, que del hombre con Dios. (... ) Para
se refiere al pasado. Se op. a prospec- que lo infinito, a falta de ser co-
tivo•, nocido, sea reconocido por lo fi-
REVEl!SIDJLID.\ D 904

nito es preriso que se revt'l(' n. 13. Fis. Se dice de las transJorma-


ello.' (P. 1''ot•GEYROLI.A~, La ¡,hilos. ciones que pueden ser efectuadas •n
e11 q11rstio11, 137.) sentido inverso.
3'. En la revclnril>n no es l'l su- l. 1La ciencia I demuestra que,
jeto hombre ,¡uicn por su netividnd contrariamente a lo postulado por
conoce al ohjelo Dios, sino al re- la causalidad, no es posible elimi-
vés, ,,1 objeto Dios quien se da a nar el tiempo, teniendo en cuenta
cono~c-r, quien hnce que el sujeto que esta eliminación tendría por
le ('Onozra. Este extraño modo rie condición previa la reversibilidad
ronodmiento en que no l"S el hom- y que la reversibilidad no existe
bre quien va a buscar la verdad en la naturaleza. E·I fenómeno re-
y a apoderarsl' de ella, sino, al rc- versible es puramente ideal, tan
,~és, la verdad quien va a buscar sólo un caso l!mite de loa fenóme-
al hombre y apoderarse de él, inun- nos reales, todos irreversibles en
darlo, penetrarlo, transirlo, es la el fondo. (E. MEYERSON, Jdentiti
fe, la fe diYina. (J. ORTEGA y GAS- et réal., 316.)
SET. En tonto a Galileo, Obras, V, C. Lóg. Se dice de las operaciones
127.) Ad. E. mentales que siguen siendo válidas
Y. Apolog,'tica; Dios, 26, 36; Tro- cuando se las efectúa en sentido in-
logia., 1, 2. +
ver.!!O., P. ej.: 3 (8 X 2) y (2 X 8)
2. Por ext. ( revelación natural) : to- + 3.
do tipo de conocimiento de las cosas V. Opera.torio, 4.
divinas por ,~ia de inspiración o su- C. Lóg. y matemát. Se dice de la
irestión. 1>roposición a la ecuación cuyo orden
4. La naturaleza sólo tiene sig- de términos puede •ser invertido. P.
nificado si la leemos como signo de ej.: ningún A es B - ningún B es A.
otra cosa. (. .. ) Esa revelación na- V. Operación.
tural permanece necesariamente Sin..: convertible.
ambigua: es propiamente enigmá- 2. Las operaciones intelectua-
tica. (J. LACROIX, «Mystere et rai- les no son otra cosa (... ) que siste-
son», en Rccltcrches et düu. philos. mas de acciones coordinadas entre
et ürm., 6, p. 4-1.) sí y hechas reversibles por esa
4'. El hombre es la tierra en su misma coordinación. (J. PU.GE'r,
mayor sentido de la revelación de Epist. gén., III, 277.)
Dios a través de ella. J!:sta es la Reversibilidad. Carácter de lo que
gran dignidad y la gran tragedia es reversible. La reversibilidad de un
humana: sentirse tierra y Dios al bien heredado, de una operación• men-
mismo tiempo, ser la cúspide an- tal. La reversibilidad de los méritos
helante. (J. MARAGALL, Vida ercri- (Teol).
ta, 56.) Ad. E. V. Operació11, l.
V. Generoso, 5; Valor, 32. REVISIBILIDAD
REVERSIBILIDAD Re,pisión. Lat. revi.aio, acción de re-
Reversión. Lat. rcver•io, acción de t1iderr, volver a ver.
rrvertere, es decir, de volverse (v,rte- Acción de examinar de nuevo con
re) hacia atrás (re), de deshacer el vista a eventuales necesidades de re-
camino, de volver. paración, corrección o puesta a punto.
Fig. de retór. consistente en invertir Rcviaibilidacl. Carácter de lo que
el orden de los términos de una propo- puede ser objeto de revisión.
sición det.erminada para obtener otra Principio de reviaibilidad (o revisión)
nueva de diferente sentido. P. ej.: hay univerral. Principio fundamental de la
que comer para vivir, y no vivir para «filosofía abierta•• (princip. F. GoN-
comer. SETH), con arreglo al cual, como las
nuevas adquisiciones repercuten en lo
RO'\·er&ible. Der. del lat. re11crsu• adquirido anteriormente, no hay nin-
(vuelto), part. pasado de rn•erferc. guna proposición que deba aer conside-
Contr.: irreversible. rada como rigurosamente definitiva.
A. Derecho. Se dice de los bienes V. ldorr.efnno.
que pueden o deben revertir, es decir, l. Antes de todo saber y de to-
volver a su antiguo dueño. da sistemática del saber, una exi-
905 RIQUEZA

gencia previa viene a situarse co- amenaza porque nos hemos expues-
mo condición Bine qua non: no só- to a él: es una consecuencia de
lo no debe ningún resultado ser nuestras empresas, de nuestros ac-
afirmado como intangible, sino que tos. El riesgo es el azar de sufrir
tampoco debe ningún punto de par- un mal, con la esperanza, si a él
tida ser decretado inalterable, in- escapamos, de obtener un bien.
condicional ( ... ) desde sus fuentes (CoNDILLAC, Syn., en la voz Peli-
a sus últimas consecuencias, toda gro.)
la extensión del conocimiento ha 2. Acaso la condición humana
de estar abierta a una universal se caracterice no sólo por los ries-
revisión. gos que implica ( ... ), sino también
( ... ) no establecemos un princi- y mucho más •profundamente por
pio de revisión universal por de- la necesidad de aceptar esos ries-
creto arbitrario ( ... ). Nos limita- gos, y de prohibirse creer que se-
mos a registrar una simple situa- ría posible y, en último análisis,
ción de hecho: la ciencia actual se ventajoso llegar a suprimirlos. (G.
sirve de la revisión como de un MARCEL, Homo viatOT, 74.)
procedimiento técnico natural y se- 3. El riesgo es la aceptación de
guro. la mala fortuna. La imprevisibili-
(... ) Revisar un juicio es, sin du- dad del futuro asocia así inevita-
da, corregirlo de algún modo, pe- blemente la acción al riesgo, y el
ro no necesariamente adoptar el compromiso se presenta como una
contrario. Revisar una intención es partida de juego de azar. (P. DAU-
darle una inflexión mayor o me- RE, EnCYcl. fr., XX, 54, 5.)
nor. (F. GONSETH, DiaJcctica, 4, p. 4. el gusto por el riesgo es in-
298, 299.) nato y se hace más tarde razona-
2. el principio de revisibilidad do. (... ) Es el deseo de perfeccio-
no afirma la existencia de propo- narse, de elevarse, de alcanzar el
siciones definitivas absolutamente ideal. Implica el gusto '))Or la res-
precisas. (F. GoNSETH, Phil. 11éo- ponsabilidad. Dominio de sí mis-
scol., 67.) mo y dominio del miedo.
3. El principio de revisibilidad Valor: escuela de voluntad, per-
deja abierta la posibilidad de que severancia, reflexión, disciplina,
tal o cual afirmación no tenga confianza.
nunca que ser revisada, ya porque El encanto del gusto por el ries-
sea definitivamente exacta, ya por- go reside en la incertidumbre del
que, no siéndolo, no llegue a pre- éxito. (L. LACHENAL, 26 junio
sentarse la obligación de revisar- 1942, Carnets de vertige, 57 .)
la. ( Ibíd., 59.)
4. El principio de revisibilidad RIGORISMO. Der. del lat. rigM", ri-
de la filosofía idoneista es tan sólo gidez (en sentido propio y fig.), seve-
un principio de prudencia. No ridad. Rigere, estar yerto, rígido (en
afirma que todo sea revisable. Se sentido pr.)
limita a aconsejar prudencia en Severidad extremada en la interpre-
las afirmaciones de irreformabili- tación y aplicación de las leyes mora-
dad. (F. GoNSETH, Dialectica, 26, les. Contr.: laxismo•.
página 170.)
Ridículo, Risible. V. Risa. RIQUEZA. De la raíz germ. rik, po-
deroso, rico. Al. rciclt. da• Rdch (el
,RIESGO. Del ita!. risco, cuyo ori- poder, el Imperio).
gen es desconocido. A. En el sentido más amplio (en el
Peligro con acusada idea de azar, pe- voc. de los economistas) : lo que puede
ro con la perspectiva de alguna posible satisfacer alguna necesidad o deseo del
ventaja. Es con vista a esas ventajas hombre El aire, la luz del sol, son ri-
por lo que el hombre asume riesgos, quezas en este sentido.
pero, de ordinario, asegurándose lo más B. En el sentido usual. l. Acep-
posible contra ellos. ción concreta (sobre todo en plur.): lo
l. El peligro es un mal que nos que, pudiendo satisfacer alguna nece-
amenaza, sea cualquiera la forma sidad o deseo, es susceptible de apro-
en que a él nos hallemos expuestos. piación (no podemos apropiarnos el
El aprieto es un peligro que 'los aire o la luz del sol). Son estas rique-
1106
RISA
las que constituyen el objeto de In nes, Riqueza de esplriLu, del coraz6n
;:!nomía política, que _truln ~~ In pro. del snber, de estilo, de vocabulario, de
t1UL·ción, distriburión, r1rculnc10n Y con- la rima ...
sumo de ]as ri1.1uezns. 4. la riqueza de la esencia no
1 la adquisición de riquezas es J)Uede confundirse con In abundan-
com Unmente, en In priieticn del
0
cia de notas. (,, ,) Lo que transcen-
mundo, ocasión de injusticia; o, si dentalmente determina la riqueza
preferís, el deseo de adquirir ri- es la «perfección» de lo real en
quezas, cuando no se halla regula- cuanto tnl. La esencia, lo real, es
do por el espíritu cristiano, es unn «de suyo» más o menos perfecta.
disposición próxima a la injusticia Una esencia que en una sola no-
(... ); la posesión de ·riquezas llena ta lo fuern todo, tendría suma per-
naturalmente de hinchazón al al- fección, (X. Zunrn1, Sobrr la esen-
ma rnna ( ... ) ; en fin (... ) es el mal
uso de las riquezas el que alimen- cia, 495.) Ad. E.
ta en un corazón el amor al pla- RISA
cer. (BOURDALOUE, Sur les richrs-
sc-s, Di\;sión.) Risa. Del lat, risus, risa, reir.
2. Tenéis, decís, vuestras rique- A. Prop.: dilatación de ciertos múscu-
zas de vuestros antepasados; pero, los ,faciales con expiraciones intermi-
¿no es acaso por mil azares como tentes y ruidosas que expresan una
esos antepasados las adquirieron y viva alegria,
conservaron? (PASCAL, Sur la cond. l. La risa es el sonar del es-
drs grands, Brunschvicg, 284.) píritu: algunas risas suenan a ton-
3. las virtudes necesarias para to como una moneda suena a fal-
la adquisición de la riqueza son so. (E. y J. DE GONCOURT, Idécs et
SC!ISat., 64.)
a la vez aqueUas virtudes de acti-
vidad que constituyen lo esencial 2. A menudo se empieza por
de la conciencia moral. Pero es su- reir del que ríe, antes de reir con
perfluo decir que la adquisición de él. He aquí cómo suelen ocurrir
la riqueza no puede nunca ser con- las cosas:
siderada como un fin más que por o hay una razón para reir y es
el egoísmo que tiende a sacrificar común al que ríe primero y al que
todas las demás, y lo propio del ríe tras de él y con él, Sólo la vis-
valor es respetar una jerarquía en ta de la risa la hace más eficaz;
la que el medio no se convierte o no la hay, y, viendo reir, uno
nunca en fin... (L. LAVELLE, Tr. se dice antes de reir: ¿,por qué se
des t•aleurs, II, 112.) ríe? ¿De qué hay que reírse? Y,
3'. para más tengo yo al hom- no viendo razón para ello, pensa-
bre que se arroja a repartir las mos: JQué gracia tiene que se ría!
riquezas, que no al que sabe alle- ¡ Qué risa tan estúpida! Y nos reí-
garlas; porque para ser uno rico mos de la risa y del que se rie an-
basta que sea solícito; mas para tes de reírnos con él y en su segui-
deshacerse de las riquezas ha de miento. (H. DELACROIX, J. de psy-
ser generoso. (A. DE GUEVARA, Epís- chol,, XVIII (1021), 114, n. l.)
tolas famüiares, 53.) Ad, E. 3. Reir de las mismas cosas
3". ]as riquezas, posesiones, constituye las nueve décimas par-
vestidos, solamente se han de ad- tes de la simpatía, porque todo el
quirir para su uso, y no ayudan, mundo, o casi todo, llora por las
precisamente, a su uso, sino que mismas cosas y eso no quiere de-
lo estorban todas las demasías, co- cir nada. (M. DONNAY, Le cocur et
mo a la chica nave la gran carga. la téte, 75.)
(J. L. VIVES, Introducción a la sa- 4. Para comprender la risa hay
biduría, § 41, p. 26.) Ad. E. que volver a situarla en su medio,
2. Acepción abstracta (en singul,): que es la sociedad, y, sobre todo,
carácter de quien o de lo que es rico, que determinar ~u función útil, que
es decir, posee gran abundancia de es una función social. (H. BERGSON,
bienes. La riqueza hace envidiosos, pe- Le rire, 6.)
ro no hace la felicidad. 5. La vanidad, que es un pro-
C. Fig.: toda abundancia de bienes ducto natural de la vida social, em-
de orden inmaterial o esos mismos bie- baraza, no obstante, a la sociedad,
907 RISA

lo mismo que ciertos venenos le- 7. El calavera se ríe de los ser-


ves segregados de continuo por [ mones de su padre.
nuestro organismo acabarian por (RÉGNIER, Sal., V.)
intoxicarlo si otras secreciones no 8. en mis sueños soy un insen-
neutralizasen su efecto. La risa sato; pero me río de ellos. Y, por
cumple sin reposo una tarea de ese la misma mecánica, soy supersti-
género. En este sentido, cabría de- cioso hasta la médula; pero me río
cir que el remedio específico de de ello. (ALAIN, Esqu. de l'Homme,
la vanidad es la risa, y que el de- 239.)
fecto por esencia risible es la va-
8'. reírse de lo bueno es mal-
nidad. (H. BERGS0N, lbúl., 133.) dad; de lo malo es crueldad; de lo
6. La risa sacude todo el cuer- indiferente es locura; escarnecer a
po como un vestido, dejando que los buenos es impiedad; a los ma-
cada <parte se contorsione a su gui- los, crueldad; a los conoc)dos,
sa. La risa es, nor esencia, un monstruosidad; a los desconocidos,
abandono del gobierno y el primer desvarío, y burlarse del hombre es
remedio contra ese absurdo gobier- inhumano. (J. L. VIVES, Introduc-
no que ata y paraliza. La risa res- ción a la sabiduría, § 427, p. 86.)
tablece los intercambios desatando; Ad. E.
orea, limpia y descansa. ¿Hay algo
mejor? Pero la risa tiene de malo Risible. Lat. risibilis, capaz de reir
que ataca a la seriedad en su mis- o de hacer reir.
mo centro y amenaza con destro- A. Que es propio para hacer reir en
zarla. (... ) Son necesarias todas el sentido A, o al menos sonreír. Un
las precauciones del arte cómico equívoco risible.
para que la risa salga vencedora. 9. Gestos de los que no pensa-
Pero también este triunfo es her- mos reir se hacen risibles cuandc
moso. (ALAIN, Les i,dées et les ages, otra <persona los imita. (BERGS0N,
II, 30-31.) Le rire, 25.)
6'. Y si hay alguna austeridad 10. Generalmente no podríamos
tan enemiga de las gracias, que
ose reprobar vuestra jovialidad, de- decidir si la frase [ que hace reir]
cidle a su dueño que si .él quiere es cómica o espiritual. Es risible,
semejarse más a las bestias, vivien- simplemente. (lbld., 79.)
do grave y estático, que manifes- B. Que merece que se ría de ello en
tar que es 'I!ombre, riendo cuando el sentido B, es decir, digno de burla.
lo piden la ocasión, las cosas y las Sin.: ridlculo, cómico.
personas, vos no estáis de ese hu- 11. Se adivina (... ) lo fácil que
mor, ni debéis estarlo mientras la será para un vestido llegar a ser
naturaleza no destruya los objetos ridículo. Casi podríamos decir que
ridículos, y no os haga saber, por toda moda es risible por algún la-
medio de algún anuncio extraordi- do. (BERGS0N, Le Tire, 29.)
nario, que después de haberos da- Ridículo. Lat. ridiculus, cómico. Se
do la facultad de reir, es su posi- toma tanto en buen sentido: que hace
tiva y deli-berada voluntad que no reir, divertido, como en malo: extra-
os riáis. (J. P. F0RNER, Exeq,tias vagante, ridículo.
de la lengua castellana, 157.) Ad. E.
6". La causa de la risa no es Que merece ser objeto de burla.
otra, a mi parecer, más que una Subst. (un ridículo) : situación ridícu-
aprobación que hace la imaginati- la en que cae una persona.
va viendo y oyendo algún hecho o 12. El hombre ridículo es el
dicho que cuadra muy bien; y como que, mientras es tal, tiene la apa-
esta potencia reside en el cerebro, riencia del tonto.
en contentándole alguna cosa des- El tonto no abandona jamás
tas luego lo menea, y tras él los el ridículo, es su carácter; a veces
músculos de todo el cuerpo. (J. se cae en él siendo ingenioso, pero
HUARTE, Examen de ingenios, 203.) siempre se sale. (LA BRUYERE, Ca,.
Ad. E. ract., XII, 57.)
B. Por ext. (princip. en forma ver- 13. parece que el ridículo resi-
bal y en la pronominal «reírse de•) : de a veces en quien es, en efecto,
burla, con o sin las modificaciones or- ridículo, y otras en la imaginación
gánicas indicadas en A. de quienes ven el ridículo donde no
908
RITMO
rst:í ni puede cstnr. (LA B11uv!;11E, como cnsi adivinamos la actividad
lb/e/.) que va n tomar, parece obedecer-
14. El ridículo deshonm mús nos cuando, en efecto, la toma; la
que rl deshonor. (LA RoCIIEFOU- regularidad del ritmo establece en-
CAtJI.D, ,lta.1·., 326.)
tre él y nosotros una especie
de comunicación, y loe meandros de
15. los animales no son ridícu-
los, porque, en la medida de nues- la música son como otros tantos
tro ~aber, no piensan en absoluto, hilos invisibles por cuyo medio ha-
El hombre tiene el privilegio de cemos actuar a esa marioneta ima-
ser ridículo, y también la facultad ginaria. (H. BERGS0N, DÚ!c. s. la
de juzgarse tal. Porque todo está politcsse, en Écrits et Paro/es, I,
en el mismo hon1bre, el espíritu en- 61.)
greído y el que se burla. Ambos 4. El ritmo es la repetición de
forman juntos al hombre. (ALAIN, lo semejante, con intercalación de
Propos, Pléiade, 1041.) lo contrario o simplemente de lo
15'. La extraña figura habia diferente. Cualitativamente, el rit-
~·a despertado en nosotros los pri- mo es repetición y alternancia.
meros movimientos de la irrisión Cuantitativamente, es frecuencia.
que excitan siempre los objetos ri- (A. LAM0UCHE, L'homme da.ns
dículos, por ley esencial de nues- l'harmonic univers., 16.)
tra naturaleza. (J. P. FoRNER, Exe-
quias de la lengua castella11a, 116.) ROMANTICISMO. A. Por opas. a
Ad. E. clasicismo, sirvió en un principio para
15". el ridículo, esa sal que se designar la escuela literaria de comien-
encuentra en el corazón y en el zos del siglo XIX, uno de cuyos prin-
labio de los mortales como uno cipales manifiestos fue el prefacio del
de tantos preservativos contra la Cromwcll de Vfctor HUG0 (1827).
corrupción intelectual y moral. (J. B. Por opos. a racionalismo, fue
BALMES, El criterio, 215.) Ad. E. más tarde utilizado para designar la
doctrina de los filósofos alemanes de
RITMO. Gr. rythmos, movimiento fines del siglo XVIII y comienzos del
reglado y medido. Der. de rein, correr XIX (FICHTE, SCHLEGEL, SCHELLING,
[los líquidos], resbalar, deslizarse. HEGEL...),
Propiedad de la serie de sonidos, y l. Esta doctrina [el romanti-
por extensión de hechos de otra índole, cismo filosófico] se caracteriza, so-
en la que se capta una alternancia re- bre todo, por una reacción contra
gular de tiempos fuertes y tiempos dé- el espíritu y los métodos del siglo
biles. XVIII, en particular contra la
l. El orden y la proporción en Aufklii.ru11g; por la desconfianza
el Espacio y en el Tiempo: tal es y el menosprecio hacia las reglas
la definición del ritmo. (V. o'INDY, estéticas y lógicas; por la apolo-
Co11rs de campos., 18.) gia de la pasión, de la intuición, de
2. El ritmo musical es el orden la libertad, de la espontaneidad;
en el tiempo. Al contrarío de la por la importancia que dan a la
asimetría y del caos sensorial y idea de la vida y a la de infinito.
motor, frente al isocronismo del (A. LALANGE, Voc., 934.)
tiempo métrico y homogéneo (... ), 2. La Revolución escinde In so-
construye el orden por la desigual- ciedad en dos grandes mitades in-
dad, la modificación de los inter- compatibles, hostiles hasta la raíz.
valos, la elección de los acentos, Antes, las luchas habían sido me-
los cortes rítmicos que, sobre la os- ras colisiones de la periferia. Des•
curidad del desorden como sobre el de entonces la convivencia social
fondo neutro impasible, invariable, es esencialmente un combate entre
de la medida matemática, proyec- dos estilos antagónicos. Nada es
tan las sinuosidades y curvas de la firme e inconcuso; todo es proble-
vida. (H. DELACR0IX, Psychol. de mático. Y aún es falso hablar sólo
l'art, 256.) de dos estilos. El romanticismo sig-
3. el ritmo y la música, al per- nifica la moderna confusión de las
mitirnos prever los movimientos lenguas. Ea un uI sálvese quien
del artista, nos hacen creer por pueda!•. Cada individuo tiene que
un instante que somos sus dueños; buscarse sus principios de vida
909 RUTINA

-no puede apoyarse en nada pre- tudio metódico, y en virtud del cual se
establecido-. (J. ORTEGA Y GASSET, procede de manera más o menos auto-
Kant, en Tríptico, 64.) Ad. E. mática (B). Ordinar. peyorativo.
Rorschach. V. Test. Sin.: hábito (pero hábito tiene una
RUTINA. Del fr. routine, dimin. de mayor extensión: hay hábitos adquiri-
ro1<tc, palabra der. del v. latino rnm- dos metódicamente, buenos hábitos) ;
pere, r11pt11s: rupia (sobrent. via), vfa costumbre (pero la costumbre es, sobre
abierta en una espesura, que resulta todo, colectiva, y el término no es peyo-
así rota (rapta), cortada. A diferencia rativo).
de la ruta, producto de un trabajo me- Todo saber de edad madura es
tódico del hombre, la «rutina•, es de- así; se hace en él economía de pen-
cir, el sendero, nace del paso repetido samiento. Incluso en el oficio de
de hombres o animales. abogado, que es de razonamiento
A. Pro p.: manera tradicional o ha- y mira a persuadir, hay una ruti-
bitual de obrar (sin matiz peyorativo). na, como hay una rutina del juez.
B. Manera tradicional de proceder En el mejor de los casos, son
que se considera anacrónica o inadap- rutinas acertadas. Por eso vemos
tada. gentes competentes que son a la vez
C. Saber o habilidad adquirido por cabezas vacías. (ALAIN, Propos •·
una larga práctica más que por un es- l'éduc., XXVI, 101-102.)
s
S. En psicol. exp., Stimulus*, co- sentido de la consumación perso-
rrelath·o de respuesta•. nal. ( Ibíd., 264.)
Sabio, saber. V. Ciencia. 4. Mantenemos, puesto que es
preciso dar a las palabras su ex-
SACRIFICIO. Lat. sacrificium, ac- tensión y comprensión propias, que
to de sacrificare, es decir, de hacer (la- es la destrucción del objeto lo que
cere) una cosa sagrada ( acru,n). caracteriza al sacrificio, y que el
A. En sentido primitivo y única- don del objeto constituye la ofren-
mente religioso: ofrenda ritual a la di- da. Pero nada impide que un de-
vinidad de una víctima que es inmolada terminado rito participe a la vez
real o simbólicamente. de ambas esferas. (J. CAZENEUVE,
l. el sacrificio (... ) no puede
Les rites •.• , 380.)
ser ofrecido más que a Dios, -por- 5. En el verdadero sacrificio, el
que el sacrificio ha sido estableci- yo (... ) se aniquHa en favor de un
do para hacer confesión pública y sí más profundo por el que se
protesta solemne de la soberanía de reconoce trascendido. Ese aniqui-
Dios y de nuestra absoluta depen- lamiento será pura fachada si el
dencia. (BOSSUET, E:xposé ele la hombre lo acepta para conseguir
doctr. cath., 111.) una satisfacción posterior, aunque
sea de un orden «más elevado»
2. el sacrificio se presenta a pri- ( ... l : por ello el sacrificio no es
mera vista como un don desinte- precisamente un cálculo; hay siem-
resado. De ahí, desde los orígenes, pre en él un riesgo imposible de
una paradoja. Si el sacrificio es ponderar. (Cl. DucROT, Prése11ce
un don auténtico, está claro que et abs. de l'etre, 134-135.)
uno no puede dar más que a si B. Po,· extensión: todo tipo de 1·e-
mismo. Desde ese momento, el sa- nuncia o privación voluntaria. Sacrifi-
crificio abre una perspectiva que car un paseo, un ascenso deseado.
sólo puede consumarse en el sacri-
ficio de la vida. (G. GUSDORF, L'ex- G. ¿Po,· qué no habrían ciertos
pér. hu,n. du sacr., 262.) hombres de sacrificar su vida pa1·J
adquirir la ciencia indispensable a
3. acceso al ser por mediación la 1·econstrucción del ser humano
del tener. ( ... ). y de su medio? ( ... ) El sacrificio
La función del sacrificio podría, de si mismo no es dificil cuando
nues, ser definida como una trans- nos queda la pasión de una gran
mutación del tener en ser, que pro- aventura. (A. CARREL, L'ho111111c,
cura una elevación de valor en el cet i11co1111u, 347.)
911 SACRO

7. El sacrificio es el patrón del con el de tabú, es resultado, en los


valor, y el valor supremo es aquel seres o en las personas, de la atri-
al que reconozco debo sacrificar to- bución a ellos de propiedades ocul-
do los demás, comprendida la vida tas cuya idea despierta es,pontá-
misma. (L. LAVELLE, Tr. des 11a- neamente una compleja emoción
lc11rs, 1, 712.) sui generis, hecha de asombro, res-
8. Los sacrificios que haces a peto, atracción, curiosidad, reser~
regañadientes tu muje1· los esti- va, avidez y temor (inquietud o in-
mará anulados por tu mal talan- cluso terror) indisolublemente uni-
te; los que aceptas sonriente, ar- dos. (M. PRADINES, Esprit <le la
güirí, que no te cuestan nada. (J. relig., 201.)
R0STAND, La mariagc, 12.) 3. En el fondo, lo sagrado sus-
cita en el fiel exactamente los mis-
9. Hecho esencial, y singular- mos sentimientos que el fuego en
mente significativo para los mo- el niño: el mismo miedo a quemar-
ralistas de nuestra época: en 1922 se en él, el mismo deseo de encen-
y en 1023, la Revolución que pro- derlo: la misma emoción ante la
mete mucho a los hombres fue ven- cosa prohibida, igual creencia de
cida por la que exige mucho de que su conquista da fuerza y prea-
ellos. tigio... o daño y muerte en caso
El verdadero secreto de los je- de fracaso. (R. CAILLOIS, L'homme
fes del fascismo y del nacionalis- et le sacré, 42.)
mo es acaso el de haber contado 3'. Todo mando primitivo tiene
menos con los poderes místicos de un carácter «sacro» porque se fun-
la esperan"ª que con el poder del da en lo religioso, y lo religioso es
sacrificio. (Th. MAULNIER, Mythcs la forma primera, bajo la cual apa-
social., 60.) rece siempre lo que luego va a ser
10. El sacrificio del bien entre- espíritu, idea, opinión; en suma~
visto y esperado: tal es la renun- lo inmaterial y ultrafísico. (J. OR-
cia más difícil y la más hermosa. TEGA Y GASSET, La rebelión ele las
IM. BLONDEL, Carnets intimes, 24 masas, Obras, IV, 233.) Ad. E.
julio 1889.) V. Ambivalencia, 6; Humanidad, 1;
V. Valor, 5. Tabú, l.
SACRO, SAGRADO. Lat. saccr, sa- B. Por anal.: que merece un respe-
to absoluto, inviolable. La persona sa-
cratus. Se op. a profanum. grada del rey. El carácter sagrado de
La noción de sacer no coincide la persona humana.
con la de «bueno» o la de «malo» ; 3". Siendo la propiedad un de-
es un concepto aparte. Saccr de- recho inviolable y sagrado, nadie
signa a aquel o aquello que no puede ser privado de ella. ( ... )
puede ser tocado sin ser manci- (Declaración de derechos, 1789,
llado, o sin mancillar; de ahí el art. 17.)
doble sentido que conserva el fran-
cés de «sagrado» o «maldito» 4. lo mismo si cantamos: Amor
(aprox.). (ERN0UT y MEILLET, Dict. sagrado de la patria, que si deci-
étymol.) mos que tal maestro tiene ese prin-
cipio por sagrado, se t·rata sic-m-
A. Prop. (por opos. a profano): ca- ¡irc <le 1111a i11ta11gibili<lacl q1Le re-
lifica lo que, presentando un carácter chaza la clisc11sió11. (P. DoNCOEUR,
de poder misterioso, puede tanto atraer La 11otio11 ele sacré, 83.)
como repeler, y a menudo ambas cosas 5. Yo, que tenia tantas cosas
a la vez, según la doble acepción del que reprochar a mi padre, ·no hu-
•accr latino. biese aceptado el faltar/e al respe-
l. El objeto sagrndo nos inspi- to. Porque parn mí era sagrado.
ra, si no temor, al menos un res- Ya no somos sagrados para nues-
peto que nos aparta de él, que nos tros hijos. (111. DE SAINT-PIERRE,
mantiene a distancia; y a la vez Les nouvcaux ari.stocratcs, 240.)
es objeto de amor y de deseo. (E. C. A veces, como en latín, detesta-
DURKIIEIM, Socio/. et pliilos., 68.) ble y execrando. (Real Acad.)
2. El carácter de sagrndo, que 6. ¿ Que me río de las cosas sa-
tanto en el uso de los tórminos co- gradas? Por el contrario, me río de
mo en los hechos se confunde casi esas sag,·adas (execrables) cosas,
SADISMO 912

como dice el eterno irónico, de csns nicos de lo sagrado, que trataban


cosns inferiores que, porque nos de la caridad, del cuerpo mistico
tienen cogidos por el cuello, que- de Cristo, de In comunión de loa
rrían exigirnos reconocimiento, st"1- santos. ( ... ) La atención del filó-
plicas y culto. Claro que hay cosas sofo sólo se ha visto alraida por
sai,:radas ... (ALAIN, l'olitiqnc, 176.) estas cuestiones cuando la cre-
«Sacrah,. Neo!. que designa lo que ciente desncrali1.aci6n de la vida
ha sido sacralizado. Lo sacra! no es social, escapando ni control de la
sagrado en sí mismo, sino tan sólo por fe, ha producido una especie de
el sentido que el lhornbre le da y In ac- vaclo intelectual que ha sido ne-
titud que torna frente a ello. Por ello, cesario llenar. (G. GusoonF, Tr. de
n diferencia de lo sai,:rado, el carác- ,11étapli., 254.)
ter sacra! puede perderse. A veces, sin 12. «El mundo creado», escribe
más débil de sagrado. San Buenaventura, «es como un li-
7. La elección de un tema reli- bro en el que puede leerse la Tri-
gioso no se inscribe forzosamente nidad creadora ( ... ) ·• Por el con-
en el orden de lo sacro. Port-Ro- trario, el mundo actual se halla
¡¡al de Montherlant es profano, en enteramente desacralizado: a quien
tanto que el Diálogo ele Carmelitas el hombre encuentra constantemen-
se inscribe en la dimensión sncrnl. te en él no es ya a Dios, sino a sí
(M.-M. DAVY, G. 11/arccl, 211.) mismo. (J. LACROIX, Sens de l'atl,.
V. ll/ctatéc11ica, 1. 111od., ,27.)
ccSacralización». Acción de convertir 13. la fe en el dios trascenden-
en sacro, de sacralizar, es decir, de te e inmanente ha desacralizado
atribuir a una cosa profana earácter la naturaleza, laicizado a los dio-
sacro dándole un sentido, viendo en ella ses de la ciudad ... (E. BORNE, Dicu
el símbolo de cosas o seres sagrados. n'est pas ,,,ort, 99.)
Der.: desacralización. 14. En el fascismo mussolinia-
no, el elemento 1•acial, fondo del
Sin.: consagración. Pero el carácter nacional, no es sacralizado, como
sagrado del objeto que ha recibido la lo fue por Hitler, .para fundar su
consagración es definitivo e indepen- concepción del mundo. (G. FEs-
diente de la actitud del hombre hacia SARD, De l'actualité his., I, 23.)
él, en tanto que lo que no es ya con-
siderado como sacro es desacralizado. 15. a pesar de cuanto nos de-
8. esas divinidades [ de los in- muestra que la necesidad de con-
dios zunis] son manifiestamente tacto con los poderes misteriosos
una sacralización de los antepasa- 1·enace siempre y en tod•as partes,
dos y de los muertos en general. una larga evolución, comenzada en
(J. CAZENEUVE, Les rites ... , 314.) plena Edad Media y manifestada,
sobre todo, a partir del Renaci-
9. [Entre los dogon.) El acto miento, tiende a aumentar sin tre-
de asumir la condición humana no gua In extensión de Jo profano, a
se separa de la sacralización de desacralizar los valo1·es, a esta-
ésta. Y es la iniciación la que rea- blecer todas nuestras actividades
liza todo ello. No hay, pues, un ver- en el seno de un solo mundo, sin
dadero paso entre la vida profana referencia a la inmanencia de un
y la sagrada, ya que en este ritual sobrenatural, un mundo puramen-
la condición humana o participa de te humano (P. BunGELIN, «Sur Je
lo sagrado o no existe. (lbícL, 332.) passage du sncré au profane•, Dio-
10. Toda sacralización me re- ge11e, 33 [enero-marzo 1961), p.
sulta odiosa. ( ... ) Sólo la libertad 125.)
debe ser sacralizada, y las falsas
sacralizaciones, en las que abun- SADISMO. Der. del nombre del
da la Historia, deben ser desa- marqués de Sade (1740-1814). cuyas
cralizadas. (N. BERDIAEV, Autobiog. novelas describen las perversiones ca-
spirit., G5.) lificadas hoy de sádicas.
11. Las cuestiones que en el vo- A. En sentido propio: «Lubricidad
cabulario actual conciernen a las acompañada de crueldad» (Acnd. fr.) ;
relaciones del yo, el tú y el 11os- perversión consistente en que el placer
ofros pertenecian al dominio de los sexual se hace depender de dolores in-
teólogos y de los espirituales, téc- fligidos al compniiero.
913 SALVAClóN

B.
Por cxt.: perversión consistente liberales, de honorarios o emolumen-
en hallar placer en el sufrimiento aje- tos. Pero, en la práctica, el término
no. "salario» tiende a extenderse: la «su-
bida de salarios» afecta a muy diver-
SAGACIDAD. Lat. sauacitas, der. sos tipos de retribución.
de sag,w, a, um, ( saga: hechicera.) La remunerac10n salarial puede
Cualidad que permite descubrir pron- efectuarse en especie, en dinero o me-
tamente la explicación de las cosas os- diante una combinación de ambas mo-
curas o complejas. dalidades. Suele calcularse por la du-
Si11.: penetración, perspicacia, agu- ración del trabajo (salario por tiempo
deza, malicia, intuición. o por horas), por el rendimiento (sa-
La sagacidad es la agudeza en lario por piezas) o también por un
la búsqueda de la verdad; ella des- procedimiento mixto (salario por tiem-
cubre esos leves indicios que no po y prima por el rendimiento que ex-
chocan a primera vista, pero que ceda del nivel normal).
no son indicios cualesquiera, sino Salario famiiliar. Remuneración ne-
los que ponen en el camino de la cesaria para el sostén de la familia.
prueba. La finura sagaz parece A. Salario familiar relativo: pro-
adivinar: en realidad, advierte, co- porcionado a;l número de hijos.
mo el salvaje, huellas sólo para B. Salario familiar absoluto: re-
ella perceptibles. (A. CARTAULT, muneración necesaria para el sostén
L'intellcctuel, 149.) de una familia media.
Sagrado. V. Sacro. Salario individual y salario social.
SALARIO. Lat. salarium, ración de El 'Primero consiste en las sumas y
sal ( sal, salis) distribuida a los solda- beneficios percibidos en cada paga
dos para conservar la carne; más tar- por el trabajador soltero; el segundo,
de, sueldo para comprar esa sal; fi- en las vacaciones pagadas, subsidios
nalmente, sueldo o soldada. familiares, prestaciones de la seguri-
dad social, pensiones de retiro ...
A. En sentido amplio: remunera-
ción de un trabajo o servicio. Todo Otros distinguen entre salario din·c-
trabajo merece un salario. La suma to y salario indirecto.
entregada al peluquero o al relojero Salario Mínimo Interprofesional Ga-
que ha arreglado mi reloj constituye su rantizado (S. M. I. G.). El fijado en
salario. Francia por decreto del Consejo de
B. En la acepción usual: remunera- Ministros.
ción de quien, por un contrato de tra- Salariado. Régimen económico en el
bajo, se ha puesto al servicio de otro que el trabajador pone a disposición
durante un tiempo y a veces para un de un empresario su capacidad de tra-
trabajo determinados. Salario semanal, bajo mediante una remuneración lla-
mensual. mada salario.
l. El término salario incluye SALUD. Lat. salus, salutis, estado
la idea de subordinación: el sala- del que está salvus, es decir, sano y
rio es la remuneración del traba- salvo ( salvare, salvar).
jador ligado al empres-ario por un A. Estado en que el ser orgánico
contrato de tlrabajo (tácito o es- ejerce normalmente todas sus funcio-
crito), y esto implica una s1'bor- nes.
dinaci6n habitual. (J. FOLLIET, ... Salud es una disposició11 del
lnitiation écon., 32.) cuerpo tal que el alma está sana.
2. Nada tiene de razonable el (J. L. VIVES, lnt,·oducción a la sa-
desdén con que a veces se dice; biduría, § 29, p. 24.) Ad. E.
un h01nbre asalariado, porque son B. Libertad o bien público o par-
cuestiones de nombre y disfraces ticular de cada uno. La salud del pais.
de vanidad las distinciones de ho- Comité de salud pública.
norarios, salarios, sueldos, habe-
res, pagas, etc. (C. ARENAL, Car- C. Estado de gracia espiritual.
tas a un obrero, 208.) Ad. E. V. Salvadón.
Antaño el salario sólo retribuía el SALVACIÓN. Lat. salvatio, -onis.
trabajo manu,al. Para los empicados, A. Acción y efecto de salvar o sal-
funcionarios y militares, se habla to- varse, es decir, de librarse de un ries-
davía de sueldo; •pura las profesiones go o peligro, de hallar seguridad.
58. Diccion.trio tld I.c11guajc Film,óficu,
SANClóN 914

l. El esfuerzo cientffico se nu- 1'. Nuestros mayores, hombres


tre de dos impulsos diferentes, pe- verdaderamente prudentes ( ... ),
ro que han de coexistir y comple- sancionaron muchas cosas sabia-
mentarse. Uno es la curiosidad de mente para contener a los reyes
intelección: otro es el afán de sal- dentro de los l!rnites de In modes-
vación. ( ... ) la especifica digni- tia y templanza, de suerte que no
dad de la ciencia exige que ésta abusasen de su potestad, cuyo
sea algo más que un montón de exceso es la causa de la destruc-
cosas curiosas. De aqu! que la cu- ción de la felicidad ,pública. (P. J.
riosidad necesite someterse a una DE MARIANA, Del Rey ... , 160.) Ad.
grave disciplina: el afán de resol- E.
ver el gigante problema de la vi- 2. En sentido usual: toda pena in-
da, de crear un sistema del uni- fligida para reprimir una falta o des-
verso, completo, solidario, en el orden. V. Tomibilidad.
cual nuestra mente descanse.
Mientras yo no sepa lo que es el 2. Mientras un criminal es
universo, mi vida no tiene senti- verdaderamente tal, se sitúa por
do, porque es ella una mínima pa- ello mismo por encima de cual-
labra y fragmento de una frase quier sanción moral; habrla que
enorme, cósmica, que sólo en su convertirlo antes de castigarlo; y,
integridad posee significación. Esa una vez convertido, ¿por qué cas-
posibilidad de completarnos, ave- tigarlo? (J.-M. GUYAU, Esq. d'une
riguando lo que es el resto del mor. sans oblig. ni sanction, 191.)
mundo, es la «salvación». (J. OR- 3. El carácter esencial de una
TEGA y GASSET, Éti-ca de loa grie- verdadera sanción moral (... ) seria
gos, Obras, III, 536.) Ad. E. el de no constituir nunca un fin,
B. Especialmente (en el voc. reli- una meta; el niño que recita co-
gioso) : preservación del infierno y po- rrectamente su lección con el sim-
sesión de la felicidad eterna. ple objeto de recibir después unos
2. muy segura tiene su salva-
caramelos no los merece ya, desde
el 'Punto de vista de la moral, pre-
ción el que en la vida hace lo que cisamente porque los ha tomado
debe, y en la muerte lo que pue- como fin. (lb!d., 194.)
de. (A. DE GUEVARA, Epístolas fa-
miliares, 74.) Ad. E. 4. [A propósito del robo.] La
reparación en que pensamos no
SANClóN. Lat. sanctio, acción de debe aparecer nunca a los ojos del
sancire, es decir, de hacer sagrado (sa- niño corno una sanción. Hay que
crum), inviolable, de establecer defi- mostrársela corno exigida por la
nitivamente. Sanctu'ln est jure ci11ili, virtud de la justicia, que nunca
que está establecido por el derecho ci- se cultiva sin adquirir grandeza
vil. V. Santo. moral. Hay dignidad en la repa-
A. En sentido primitivo: acto por el ración cuando suscita un esfuer-
que una decisión o una ley se hacen zo personal. (A. CARNOIS, Le dra-
ejecutorias o definitivas. me de l'inférior... , 899.)
Sin.: ratificación. SANGUINEO. A. Fisiol. En la cla-
V. Matrimonio, 4. sif. hipocrática de los temperamentos
B. En partic. l. En sentido ju- por el humor dominante: aquel en
ríd.: pena o, ,a veces, recompensas pre .. quien predomina la sangre.
vistas para asegurar la observación de B. Onracterol. Que se distingue por
una ley. 1·eacciones vivas pero breves. En la
l. La sanción sólo es útil clasif. de HEYMANS-LE SENNE tiene por
cuando se trata de hacer ejecutar fórmula nEAP (no Emotivo-Activo-
materialmente una ley, porque en- Primario).
tonces lo que importa no es el mo- l. Los sanguíneos (nEAP)
tivo, sino el efecto. Por el contra- ofrecen el contraste de un fac-
rio, alll donde lo que debe obrar tor de amortiguación, su inemoti-
es el motivo de la ley, añadir otro vidad, y un fnctor de realce, su
que él para hacerla eficaz es una primariedad. La primern los apro-
contradicción en los términos. xima a los flemáticos, tanto más
(PAUL JANET, Tr. él. de phi/os., cuanto que es mús marcada, por la
5.ª ed., 688.) frialdad y In objetividad: pt·esen-
015 8ATJSFACCI6N'

tan mm,mos en cuanto a la ansie- Santidad. Lat. sanctitas.


dad, la indecisión, la distracción y Carácter de lo santo en los diferen-
la reflexión mental, y son poco sus- tes sentidos de este adjetivo. Se dice
ceptibles, carentes de rencor. (... ) de cosas (la santidad del Huerto de los
P les da flexibilidad, un mínimo Olivos, del día de Pascua), pero so-
de atadura al pasado, a los há- bre todo de personas.
bitos, a los principios, a las ideas Absol.: altísimo grado de perfección
de una pieza, a las posturas pre- que halla su dinamismo en el senti-
vias. Les dota de una gran capa- miento religioso y principalmente en
cidad de improvisación en público, el amor a Dios.
de seducción oratoria, de presencia
de espíritu, de rapidez de concep- ?.. La santidad es en Dios una
ción y comprensión, de precisión incompatibilidad con todo pecado,
en la palabra. (R. M0UNIER, Tr. con todo defecto, con toda imper-
fección de entendimiento y volun-
cln caract., 256.) tad. (BossuET, Élévations, 1.• Sem.,
2. El sanguineo ( ... ) es esen- 11.' elev.)
cialmente ¡>rescntista: su existen- 3. La palanca de la acción mo-
cia se concentra en el minuto que ral es la santidad, es decir, el
pasa. Los recuerdos amargos del egoísmo sujeto y pacificado, la na-
pasado, las aprensiones ante el turaleza domada a fondo por una
futuro, no hacen presa en su op- voluntad superior, sobrenatural;
timismo. Se abandona sin reser- el imperio del espíritu manifiesto
vas al curso de los acontecimien- en un hombre. (J. LAGNEAU, Céle-
tos: goza de la felicidad, y disfra- bres le9. et fragm., 39.)
za la desgracia o la aparta de su
pensamiento. (J. T0ULEM0NDE, Ca- 4. La santidad cristiana se
ractérol., 23.) juzga por la heroicidad de las vir-
tudes. (... ) Es, pues, por la fuer-
SANTIDAD za del ánimo por lo que el héroe
Santo. Lat. sanctus, part. pasado de y el santo se asemejan y por lo
sancirc (v. Sanción), establecer solem- que cabe compararlos. (A.-J. FEs-
nemente, hacer inviolable y sagrado. TUGIERE, La sainteté, 119.)
5. Santidad no es sino una for-
A. Adj. l. Aplicado a personas y, ma de vida: consiste en que toda
,por ext., a sus actos: que se ha eleva-
esta vida es vivida como si fuera
do en alto grado a una perfección mo- ya la otra. ¿Cómo? Muy sencillo:
ral centrada en Dios. Una santa mu- no nos ocuparemos en cosa al;:!U-
jer, santas aspiraciones. na tomándola en serio, es decir,
l. La actitud fundamental del por eHa misma, sino que nuestra
santo es la de estar continuamente ocupación con esto o con lo otro
orientado hacia Dios y no (. .. ) ha- será tomada como mero pretexto
cia el mundo. (M, SCHELER, Le para ocuparnos con Dios. (J. OR-
aaint, le génie, le héros, 86.) TEGA Y GASSET, En torno a Gali-
leo, Obras, V, 146.) Ad. E.
2. Aplicado a cosas: que es sagrado
como consecuencia de su relación con SA.TISF ACCióN
la divinidad. Los santos lugares, el Satisfacer. Lat. satis/acere, literal-
santo sudario, la santa mesa, la se- mente: hacer lo bastante (para poner
mana santa. fin a las reclamaciones o a 1os de-
V. Abnegación. desos).
Santo, subst. A. El que presenta A. Objetiv. l. Apl. a personas:
un alto grado de perfección moral y re- hacer lo que se debe o lo que se pide
ligiosa. Ese muchacho es un santo. (satisiacer sus obligaciont::s, particul.
las de deudor; satisfacer una peti-
B. Pro p.: en el lenguaje de la Igle- ción).
sia. l. El que goza, en el cielo, de l. -¿ Qué es satisfacer al pró-
la visión de Dios (la fiesta de 'fodos jimo?
los Santos).
-Devolverle lo que se le ha
2. Derecho can. y liturgia. Beato a arrebatado; su bien si se lo he mus
quien el Papa, tras un proceso canó- robado; su honor si le hemos ca-
nico, ha prorlamado sunlo, autorizan- lumniado, o herido de algún otro
do su culto público, modo su reputación.
SATISFACCIÓN 016

-Decidme ln manera particula,· ,¡ue hemos hecho al prójimo. (Bos-


de satisfacer ul prójimo cuando SUET, Seco11d cat.éel,. de llfcaux,
se le ha ofendido. Lección V.)
-Pedirle perdón. 6. La satisfacción es necesaria
-¿ Y el que no se hnlla resuel- para poner remedio a ]ns secue-
to a satisfacer? las del pecado y dcsarl'Bigar los
hábitos viciosos. (B0SSUET, s. s. la
-A ese, su confesión le es inú- sntisfncción, 11, <Euvrcs orat., II,
til. (BossUET, Seconá catéch. de 462.)
.lllcaux, Lección V.)
7. De acuerdo con la noción
2. Apl. tanto a cosas como a perso- más estricta, In satisfacción es
nas: llenar ciertas condiciones deter- una reparación de la injuria he-
minadas (los candidatos n ese examen, cha a Dios por medio de una pe-
los principios de una axiomática... de- nn voluntariamente aceptada y li-
ben satisfacer las siguientes condicio- bremente padecida. (MONSABRÉ,
nes ... ). Confér. de N.-D., 1885, p. 170.)
B. Subjetiv. l. Con una acepc,on B. Subjetiv.: estado afectivo de
intelectual: responder a ciertas exigen- quien ha obtenido lo que deseaba. Ex-
cias del espíritu (su explicación, su so- pel"imentar una dulce satisfacción. La
lución, no me satisface). satisfacción de haber aprobado.
2. Con acepción arectiva: procurar Asunto terminado a satisfacción de
contento o placer (esa proposición le todos.
ha satisfecho). Sin.: contento•.
Sin.: contenta, complacer. 8. El contento concierne pro-
2. Se está satisfecho cuando se piamente al interior del corazón:
ha obtenido lo que se deseaba. Se es un sentimiento que deja el alma
está contento cuando ya no se de- tranquila. (... ) La satisfacción
sea. (GIRARD, Syn. fra,u;., p. 111.) (... ) es un retorno sobre el éxito,
3. para estar sat~fecho hay en el que nos aplaudimos. ( ... ) Es
que haber deseado; se puede estar difícil hallar satisfacción con una
contento sin haber deseado nada. ambición desmesurada. (GIRARD,
(D'ALEMBERT, Syn., en la palabra Syn. fra:11.f., 110-111.)
Contento.) 9. Satisfecho es objetivo e indi-
Satisfacción. Lat. satisfactio (acep- ca simplemente un hecho, un triun-
ción objetiva tan sólo). fo, el cumplimiento de un deseo;
contento es subjetivo e indica la
A. Objetiv. l. En general: acción tranquilidad de alma que produ-
de satisfacer, e• decir, de conceder lo cen la plenitud del goce y la au-
pedido o deseado, aquello •a lo que se sencia de nuevos deseos ( ... ) . Nues-
tiende (obtener satisfacción, la satis- tra satisfacción es obtener o ha-
facción de las necesidades). ber obtenido; nuestro co11te11to,
2. En particular (sobre todo en el gozar y hacerlo sin que ningún de-
voc. teol.) : reparación de una ofensa, seo nos turbe. (LAFAYE, 934.)
en especial de la ofensa hecha a Dios. 10. creo que tenéis razón en
El Concilio de Trento la enumera, tras pensar que es la satisfacción i11te-
la confesión y la acusación, como el rior lo que nos hace verdadera-
tercer elemento de la Penitencia. mente felices, en cuanto podemos
4. El rango del ofendido, la serlo en esta vida, siempre que
[magnitud de la ofensa, por ella entendáis, como creo, el
exigen deberes y sumisiones placer interior con que Dios nos
que exceden del común de las recompensa cuando cumplimos
[ satisfacciones. nuestro deber (... ) ; y no esa satis-
(C0RNEILLE, Le Cid, JI, l.) facción interio1· de los estoicos,
5. -¿ Cuál es la tercera parte que no es más que una consecuen-
del sacramento de la penitencia? cia de la vana complacencia que
-La satisfacción. nuestro orgullo nos hnce hallar en
nuestras imaginarias perfeccio-
-¿ Qué es la satisfacción? nes, y que lejos de unirnos al ver-
-La reparación de la injuria dadero bien, nos detiene en la c1·ia-
que hemos hecho a Dios y del mal tura y nos hace gozar de nosotros
917 SEGREGACióN

mismos. (MALEBRANCHE, Rép. a jeto impersonal del se dice? ¡Ah!,


Régius, 111, <Euvrcs, XVIII, 316.) pues... la gente. Y la gente no es
11. La publicidad (... ) no sólo éste ni aquél -la gente es siem-
tiende a provocar la compra, sino pre el otro que no es precisamente
a mantener la satisfacción des- éste ni aquél- es el puro otro, el
pués de ella. (G. BERGER, L'opinion que no es nadie. La gente es un
publ., 21. P.U.F., 1957.) yo irresponsable, el yo de la socie-
SE. Del lat. se, aeus. del pron. sui. dad -o social. Y al vivir yo de
lo que se dice y llenar con ello mi
A. En general: pronombre personal vida, he sustituido el yo mismo que
indefinido que designa un número más soy en mi soledad por el yo-agen-
o menos grande de personas indeter- te- me he hecho «gente». En vez
minadas o la generalidad de los miem- de ser mi auténtica vida me la des-
bros de un grupo. vivo alterándola. (J. ORTEGA Y GA-
l. Ese «Todo el mundo» es el SSET, En torno a Galileo (1933],
gran poder, el soberano, y se lla- Obras, V, 74.) Ad. E.
ma Se. Se viste, se come, se pasea, V. Auténtico, 2.
se hacen regalos, se presenta asi
y no de otro modo. El tal Se tiene Se. Pref. lat. que indica la idea de
siempre razón haga lo que haga. separación (palabra en la que figura;
(•.. ) Se es el cerebro, la concien- v. Segregación), puesta aparte (selec-
cia, el juicio, el gusto y la razón ción), exento de (securus, el que está
de todos; cada cual halla todo deci- sine cura [sin cuidado], en seguri-
dido sin su intervención. (H.-F. dad) ...
AMIEL, Joun,al int., 4 febr. 1874.) Sección de oro (Est.) Relación que
2. «Se dice» significa que na- deben tener los lados del rectángulo
die dice, pero que todos dicen que para dar la mayor impresión de belle-
se dice. (ALAIN, Politiq1te, 264.) za. Según las experiencias de FECHNER,
es la proporción
3. Se designa a una o más per- a b
sonas. Es un gran montón de ma-
teria informe tras el que se ocul-
tan individuos sin personalidad. b a+b
( ... ). (en la que a y b designan los dos lados
del rect.).
Se, lengua de serpiente y pie de Secundario. V. Segund,,.
cabra, monstruo misterioso. Se, re-
dondo boquete oscuro y amenaza- Secundum quid. Fórmula. escolást.
dor como la boca de una pistola opuesta a simpliciter y que significa. li-
apuntando. (P. M0RAND, Eo:cursions teralmente: según o de acuerdo con
immob., 5, 7.) algo. Desde un cierto punto de vista,
V. Opinión, 31; Persona, 28.
relativamente.
Dict1tm simpliciter Oo dicho simple-
B. En partic. en HEIDEGGER (en mente) es afirmado de modo absoluto,
al., der Mann = el hombre; man = es decir, sin ninguna reserva, ni aun
se) : das Man, neutro (= el Se) es la sobrentendida; con independencia. de
fuerza que nos hace obrar como se cualquier punto de vista particular.
obra, pensar como so piensa, etc., lle-
vándonos a darnos un yo «inauténti- Dictmn scc1tndmn quid se afirma só-
co» e impersonal. lo relativamente, es decir, con cierta
reserva, tan sólo desde un cierto punto
4. Ese Man que, en el fondo, no de vista.
es nadie, define la forma extre-
ma de la existencia en común. En- Así, Dios es o existe sin,plic..:ter; to-
tregado a ese modo de existencia, do lo demtls, al no tener su ser por si
el verdadero yo no se ha encontra- mismo, no es más que sccu.ndttm. qut"d;
do todavia o está ya perdido. El scc.,11d1m, quid, una enfermedad pueJe
Man (... ) es el Dasein en su exis- ser un bien y un brillante éxito un mal.
tencia auténtica. Es él y no yo el SEGREJGACióN. Lat. srgrt•gatio,
verdadero sujeto de la vida cotidia- acción de segregare, es decir, ele se9arar
na. (A. DE WAF.HLENS, La ¡,l,il. do (se) del rebaño (grcx, grcgis). Se op.
M. lleideggor, 74.) a congregare, reunir.
4'. ¿Quién es el que dice lo que Acción por la que alguien o algo es
se dice? ¿Quién es el sujeto res- separmlo de un cierto conjunto del que
ponsable de ese decir social, el su- formaba parte. Segregación racial.
SEGUNDO 018

SEGUNDO 3. El descubrimiento del prin-


SPgundo. Lnt. src1111d11s, del'. de cipio ele selección natural ha hecho
srq11i (scguil'), de donde la idea de «el la evolución comprensible: unido al
que Ya en el sentido de ... » Sirve de adj. de la g,enética moderna, ha hecho
ordinal a duo (dos). insostenible cualquier otl'a explica-
ción de la evolución. (lbúl,, 30.j
Causa segunda: que es a su vez efec-
to de otra causa y en definitiva de una 4. Sobre todo, la selección na-
causa }Jrimera. tural convierte el accidente en una
En parapsicología se llama «scgun- aparente finalidad, al azar ciego e
don lo que el sujeto posee o parece po- impetuoso en un plan preconcebi-
seer más que los individuos ordinarios; do. La mutación, por su parte, no
segundo estado o segunda personalidad es más que In provcedol'a del ma-
de los indh'iduos que manifiestan una terial bruto de la evolución; es pu-
doble personalidad; segunda vista de ro azar y obra en todos sentidos.
los ((\"identes), ... (lbúl., 31.)
V. Segunda i11tc11ci611•, Susta11cia• Selección profesio11al, escolar. Deter-
segunda., Reflexión• segu11da, Cualüla- minación, por medio de procedimientos
clcs• prinicras. metódicos y principalmente psicotécni-
cos, de los sujetos que, en una determi-
Sttundario. Lat. secu11dari1u,, der. nada· población, son más aptos para
de secu11d1u,, segundo. V. Primario, al ciertas profesiones o ciertos estudios.
que se opone.
Self-government. Término inglés.
A. Caracterol. ( una de las dos mo- Gobierno por sí mismo, autogobier-
ralidades de la repercusión•). Aquel en no. Autonomía•.
el que predominan las reacciones len-
tas o retardadas. Este carácter es de- [En pedagogía] el sclf-gover11-
signado por el neo!. «secundariedad». n,e11t consiste en hacer participar
V. Apatía, 1; Étfoa, 4; Re11cor, 2; aJ alumno en la organización de
Sentido, 133. la disciplina, en las -responsabili-
dades y en los servicios sociales de
B. Econom. polít. y socio!. Sector la escuela. (M. DEBESSE, Tr. de
secundario (la industria). V. Primario. psych. appl., de PIER0N, IV, 843.)
SELECCióN. Lat. selectio, acción SEMÁNTICA. Gr. siimantikos, lo
de elegir (lcgere, eligere) separando que significa o es significativo (Se-
(se). mainein, significar; simei1Jn, signo}.
Selección 11atural. Acción de la na- Parte de la lingüística que se ocupa
turaleza que conduce a la superviven- de la significación de las palabras y de
cia de los más aptos. V. Teoría sintéti- la evolución de su sentido.
ca•.
l. He dado el nombre selec- SEMEJANZA
ción natural o persistencia del mds Semejante. De semejar, lat. simula-
a,pto a esa conservación de las di- re o simüare (fingir, simular).
ferencias y las variaciones indivi- A. Adj. 1. Que presenta ciertos
duales favorables y a esa elimina- elementos comunes con otra cosa.
ción de las variaciones perjudicia-
les. (DARWIN, La genese des cspe- Sin.: similar, análogo.
ces, 84, Reinwald, 1882.) Co11tr.: desemejante, diferente, dis-
2. Naturalmente, lucha por la par.
existencia y selección son términos 2. En partic. (Geom.): se dice que
altamente metafóricos. «La lucha dos figuras son semejantes cuando tie-
por la existencia» significa simple- nen los ángulos iguales dos a dos y
mente que una porción de cada ge- los lados homólogos proporcionales.
neración está destinada a morir B. Subst. acompañado del adj. pose-
antes de poder reproducirse; y en sivo: los demás hombres. Debes soco-
cuanto a la «selección natural», es rrer a tus semejantes. Pensemos en
una braquilogía aceptable para de- nuestros semejantes.
signar la superviviencia, la repl'o-
ducción diferencial de los vivien- Si11.: los demás•, el prójimo•.
tes, así como sus efectos en cada Semejanza, Carácter de las cosas
generación. (J. HuxLEY, L'évolu- semejantes, es decir, que presentan
tio'll f'11 artfon, 2H.) ciertos elementos comunes.
019 SENTIDO

Si11.: similitud•, similaridad, analo- B. Que carece de ostentación y ador-


gia•. nos. (Real Acad.)
Contr.: desemejanza, diferencia, dis- Sencillez. Calidad del sencíllo. Refe-
paridad, contraste. rido a las personas. Carácter de quien
se muestra tal y como es, con natura-
l. El personaje cómico es un
tipo. A la inversa, la semejanza lidad y sin artificio.
con un tipo tiene algo de cómico Sin.: Simplicidad•.
( ... ) ese personaje de novela podrá
no ser cómico, pero es cómico nse- SENTENCIA. Lat. sententia (der.
mejársele. (H. BERGS0N, Le rire", de sontire), sentimiento, opinión, pen-
151.) samiento.
2. se reduce la ,semejanza, si es A. Idea general expresada de mo-
común a todo ente, a la unidad, do conciso y dogmático.
pues si se toma por una verdadera l. Las sentencias son los pro-
relación, sin duda no es propiedad, verbios de las gentes de pro, como
porque no conviene siempre a todo los proverbios son ,las senten-
ente, y al que le conviene no le cias del pueblo. (B0UH0URS, Man.
conviene por sí, sino por acciden- de bien penser, 1.0:r Dial., 58, París,
te. Y si acaso se dijera que siem- 1705.)
pre conviene a la criatura existen- 2. Las señales de afuera, que
te, seria también respecto a ésta es lo único que el ojo del hombre
un accidente, como relación de la ve, son muy flacos e inciertos in-
criatura. (Fr. SUÁREZ, Do las pro- dicios de lo que se esconde den-
piedades del ente ... , 11, § 14, pá- tro. No, pues, por una sola con-
gina 259-60.) Ad. E. versación, cosa que hacen algunos
3. no sin causa dobló [Dios] la temerarios; ni aun por ciento, ni
palabra cuando dijo in,agen y se- aun por prolongada convivencia
mejanza, porque la imagen es de des una sentencia rotunda y tajan-
la esencia, y la semejanza es del te sobre el ingenio, vicios o virtu-
poder y del oficio, Que así como des de alguno. (J. L. VIVES, Intro-
Dios tiene en su poderío la fábrica ducción a la sabiduría, § 373-374.,
del mundo, y con su mando la go- p. 78.) Ad. E.
bierna, así el ánima del hombre B. Decisión de un tribunal.
tiene el cuerpo subjecto, y según
su voluntad lo mueve y lo gobier- SENTIDO
na; el cual es otra imagen verda- Sentir. Lat. sentire, sentir: l.º prop.
dera de aqueste mundo a Dios sub- tener una sensación, percibir por los
jecto. (F. PÉREZ DE OLIVA, Diálogo sentidos; 2.0 tener un sentimiento, ser
de la dignidad del hombre, 51.) afectado agradable o desagradable-
Ad. E. mente; 3: pensar.
Ley de sC111ojanza o asociación por A. Tener una sensación, percibir por
semejanza. En la teoría de la asocia- los sentidos, especialmente por el del
ción mental: tendencia que las repre- oído.
sentaciones tienen a evocar otras re- l. no podemos conocer nada
presentaciones que presentan caracte- sino por la inteligencia, que es una,
res comunes. y sentir no es conocer. (M. DE B1-
Semiología. Ciencia de los signos RAN, Jo11rnal, junio-julio, 1921,
(scmeion). 327.)
Toda gran filosofía es una se- 2. Sentir algo corno una reali-
miología: descubrir la clave del dad distinta es hacer un conjunto
mundo y poder así revelar su len- ele juicios existenciales y de atl'i-
guaje, tal es el deseo fundamental bución. (A. SPAIER, Pcnséc co11-
del hombre. (J. LACR0IX, Mar:>:is- crete, 164.)
1ne, e::tistcncialismc, personalis,ne, 3. la fórmula «siento, luego
47.) existo» expresa en cierto sentido
mucho mejor que In fórmula car-
SENCll,l,O tesiana «pienso, luego existo» la
Sencillo. Del lat, si11u11lua. intimidad original del yo indivi-
A. Que no tiene artificio ni comJ>0· dual. Esta afección que expel'imen-
sirión. V. Simple. to me rcvcln a mí mismo; sólo
SENTIDO 920

para mi tiene realidad y sentido: Siu.: parecer, opmwn, pensamiento,


allí donde soy afectado. (L. LAVEL- 8. [Mme. de Grignan] es de
LE, llltimité spirit., 75.) nuestro mismo sentir en cuanto a
3'. Sentir no es un seleccionar los bonitos versos que Je hemos
cosas (materiales y formales) con- mostrado. (Mme. DE Sl!iVIGNÉ, C. de
cretas, en la aprehensión, sino que 4 mayo 1686.)
es, ante todo, un modo de tener 8'. no en-.ieño mi sentir, sólo lo
aprehendidas estas cosas. A este expongo. Sea eterna o oreada la
modo corresponde en las cosas sen- ma,teria (... ) siempre será seguro
tidas una formalidad propia según
la cual son sentidas. (X. ZUBIRI, que el .todo es uno, y anunci~ u_na
Sobre la esencia, 391.) Ad. E. inteligencia única. («Le v1caire
sav.», en J.-J. RoussEAU, Émile,
V. Prnsaniiento, 9. IV, 335.)
B. Experimentar un sentimiento. 8". la diversidad de los sen-
Sill.: ser afectado, experimentar, tires de metafísicos y fisiólogos en
g-ustar, saborear, apreciar, barruntar, cuanto al principio de los fenóme-
presentir. nos de coneiencia es, pues, muy
natural. Tan sólo desearíamos, por
4. La raza germánica medita y el bien de la ciencia, que no se en-
siente; los meridionales sienten y gañasen en cuanto a sus opinio-
expresan; los anglosajones quieren ne~, y que no toma.sen simples
y hacen. Saber, sentir, obrar, tal opiniones 'PO? verdades incontesta-
es el trio de Alemania, Italia e bles. (Th. J 0UFFR0Y, Pref. a los
Inglaterra. Francia formula, ha- Esq. de Pltilos. mor., de DUGALD-
bla, decide y ríe. Pensamiento, ta- STEIVART, CXXV.)
lento, voluntad, palabra, o, dicho
de otro modo, ciencia, arte, ac- V. Compro'miso, 3.
ción, proselitismo, tal es el repar- PRESENTIR. Lat. praesentire, sen-
to de papeles en el gran cuarteto. tir antes (prae), prever,
(H-F. AMIEL, Jo1m1al, 3 julio 1876.)
A. Presentir algo: preverlo confu-
C. Conocer por intuición•, es decir, samente por una impresión irrazonada.
percibir o adivinar por procesos que no
son propiamente ni sensoriales ni ra- B. Adivinar una cosa antes de que
cionales. suceda, por algunos indicios o señales
que la preceden. (Real Acad.).
5. Es el corazón el que siente
a Dios, y no la razón. (... ) Presentimiento. Acción de presentir
en ambos sentidos.
El corazón siente que hay tres
dimensiones en el espacio, que los 8"'. Conducta motivada, no por
números son infinitos (... ). Los razones claras, sino por una oscu-
principios se sienten, las proposi- ra desconfianza (... ), inexplicable
y seguro presentimiento. Aquel
ciones se infieren. (PASCAL, Pen- hombre se hallaba dotado para en-
sées, 459.) tender los presagios. (H. Bosco, Le
6. ser sensible es una cosa, y ramcau da.ns la nuit, 305.)
sentir otra. Aquélla es asunto del V. Sospecha, 2; Vértigo, 1.
alma; ésta, del juicio, (DIDER0T,
Pa.-ad. sur le com., 177, París, Resentimiento. Estado de animosidad
1864.) mantenido por el recuerdo de una ofen-
sa que se aspirn a vengar. Sin.: ren-
7. Sentir que hemos hecho lo cor•.
que debíamos nos eleva a nuestros
propios ojos. (E. DELACR0IX, Jour- 8"". [ en la corte] las ven-
nal, 13 sep. 1852.) ganzas son infinitas; y aunque no
se llevasen a cabo por resentimien-
7 bis. En el desierto se siente to, !le sentirian obligados a hacer-
correr el tiempo. (A. DE SAINT-EXU- las •por política. (B0SSUET, S. po11r
PÉRY, Terre des h., 114.) le T'entlrccli sai11t, 111, <Euvrrs
V. 14. orctt., V, 213.)
D. Como ·subst. Lo que se piensa por Resentirse. Experimentar las conse-
una de esas intuiciones más o menos cuencias o efectos enfadosos de algo.
confusas a que se alude en Sentimicn. Me resiento de la gripe; ese trabajo se
to 2. Tal es mi sentir ... En mi sentir... resiente de los prejuicios del autor.
921 SENTIDO

Sentido. De sentir. Trad. el latín 12". Aunque existen algunos


BC118UB. objetos comunes a varios sentidos,
A. Subjetiv. (como propiedad del como el movimiento, el tamaño, el
sujeto consciente): facultad de expe- número, la forma o figura, el sitio
riencia o de conocimiento inmediato a o la posición en un lugar, así co-
partir de los órganos sensoriales. mo las cosas en ellos comprendi-
das, que son próximamente comu-
l. Los sentidos, en plural (especial- nes a la vista y al tacto, de ningún
mente en el vocab. de la moral crist.) : modo pertenece a los sentidos io
el conjunto de las funciones orgánicas que la facultad interior saca de los
que procuran el goce. V. Sensual. El conocimientos dados por ellos, ver-
placer de los sentidos, mortificar los bigracia, la hermosura en la forma
sentidos. o la fealdad, la semejanza y dese-
9. ¿qué otra cosa es la vida de mej onza. (J. L. VIVES, Trataclo del
los sentidos, sino un movimiento alma, 35.)
alterno del apetito al disgW!to, y
del disgusto al apetito? (B0SSUET, V. Entendimiento, 11.
Srrmon sur l'e11/a11t procl,, l.) 3. Por analogía: facultad de conoci-
2. Prop.: facultad de tener sensa- miento inmediato por intuición o vi-
ciones de una cierta especie, El senti- sión sintética (sentido moral, sentido
do de la vista, del oido, del olfato. común, buen sentido).
10. Los sentid.os no se lfl'!gañan 13. [la falsa conciencia] sólo
( ... ) ; y ello, no porque juzguen ha podido formarse porque, en la
siempre con exactitud, sino porque duda, os habéis remitido a vuestro
no juzgan en absoluto, lo que hace propio sentido. (B0URDALOUE, Sur
recaer el error sobre el entendi- la fausse con.se., 111.)
miento. (KANT, Antllologie, trad. 14. .. .los principios no se dejan
TISS0T, 41-42.) manejar de ese modo, se los ve
Es clásico oponer los sentidos a la apenas, se ,los siente más que se
conciencia, como las dos fuentes de co- los ve ( ... ) Hace falta un sentido
nocimiento o los dos modos de experien- muy delicado y claro para sentir-
cia. los, y para juzgar rectamente de
11. Nada de lo que sentimos acuerdo con ese sentimiento ...
dentro de nosotros es perceptible (PASCAL, Pensées, 318.)
por los sentidos; nada de lo que los 15. La disciplina católica acos-
sentidos pueden aprehender es per- tumbra a sus fieles, por el hábito
ceptible a la conciencia. (Th. JoUF- del examen cotidiano, a una preci-
FR0Y, Pref. a los Esq. de Phil. mor. sión casi infalible del sentido del
de DUGALD-STEWART, XVIII, París,
1826.) deber. (P. BoURGET, Démon de mi-
di, I, 217.)
12. Los sentidos no pueden pe-
netrar en la esfera de la concien- 16. desciendo de una estirpe de
cia más que la conciencia en la de gentes pobrísimas, jornaleros, peo-
los sentidos. (lbícl., XXIV.) nes, mozas de labranza, y nos fal-
12'. El entendimiento es lum- ta el sentido de la propied·ad. (G.
bre del alma, que todas aquellas BERNAN0S, J. d'un curé de camp.,
cosas le esclarecen, a do se con- 41.)
vierte, el cual, en este encerra- 17. El sentido del devenir y de!
miento que en el cuerpo tiene, los medio, tal es la aportación del si-
cinco sentidos le son como venta- glo XIX. La filosofía se esfuerza
nas, por do ve lo que fuera está, entonces por comprender al hom-
no todo, ni en todas maneras, pues bre situándolo entre el pasado y el
los sentidos sólo andan por la re- futuro en la cadena de un devenir
presentación exterior de las cosas universal, del que es un momento
que cercanas tienen, sin entrar a
lo secreto, ni comprehender lo in- actual. .. (E. BRÉIIIEit, Th/Jmes act.
terior, que está apartado, sino ele la phi/os., 99.)
aquello solamente que al cuerpo de 18. Hay un sentido moral como
alguna manera mueve, lo cual fue hay un sentido religioso o un sen-
igualmente a los brutos concedido. tido estético. Estar cerrado a él no
(F. PÉREZ llli OLIVA, Diálogo ele la es un iestado natural, nativo, po-
cliy11iclad e/el lwmb·re, 70.) Ad. E. dríamos decir, sino el resultado de
SENTIDO 022

una olinuhilación y una degrndn• dice también absol.: sentido. Tener


c1on. (Y. DE !II0NTCIIEUIL, Mél. sentido.
throl .. 146.) 23. Nnda persuade tanto a los
18'. El sentido del arte cl'cce y homb1•es de 11oco sentido como
se nutre con el estudio y l'Cproduc- aquello que no entienden, (Card.
rión de las formns perfectas. (111. DE RETZ, Max. ot réfl., II, n.0 26.)
l\lF.:<É~"1>EZ Y PELAvo, De la poesía 24. nos quejamos de la falta de
mí•tica, en San Isidoro ... , 63.) memoria mientras estamos tan
Ad. E. contentos de nuestro gran senti-
Y. Duración, 9. do y nuestro buen juicio. (LA Bau-
Sentido í11timo. En M. DE BIRAN y YERE, Caract., XI, 67.)
los elécticos (por opos. a los sentidos 25. Apenas encontramos más
externos; sin. de conciencia psicol.) : personas de buen sentido que las
facultad de aprehensión inmediata de que son de nuestro parecer. (LA
los ~stados interiores o incluso del yo. R0CHEFOUCAULD, M,i:,:., 34-7.)
19. Según Cabanis y De Tracy: 26. El buen sentido y la inte-
«La conciencia del yo, sentido, re. ligencia sólo difieren en más o en
conocido como distinto de las de- menos. Basta con el buen sentido
más existencias, no es sino la de ,Para comprender una verdad co-
un esfuerzo querido» (. .. ) Yo afir- mún o al menos que exige pocas
mo también que el esfuerzo queri- combinaciones; hace falta inteli-
do, inmediatamente percibido, cons- gencia ,para comprender todo un
tituye expresamente la individua- sistema de ideas. (C0NDILLAC,
lidad. (M. DE BIRAN, (Euvres, VIII, Syn.)
178.) 27. El buen sentido no exige
20. Las cosas que ven nuestros un juicio muy profundo; parece
ojos, que tocan nuestras manos, no consistir más bien en no percibir
nos parecen de una realidad más los objetos más que en la pro-
segura que los hechos de que te- porción exacta que guardan con
nemos conciencia. No trataremos, nuestra naturaleza o nuestra condi-
como se ha intentado varias veces, ción. El buen sentido no está, pues,
de situar la autoridad del sentido en pensar en las cosas con gran
íntimo por encima de la de los sen- sagacidad, sino en concebirlas de
tidos; pero al menos afirmaremos manera útil, en tomarlas por don-
con un hecho fuera de duda y que de se debe. (VAUVENARGUES, lntrod.
nadie negará la igual autoridad de a la connaiss. de !'esprit hum., I,
ambas percepciones. (Th. J0UF• § 7.)
FR0Y, Pref. a los Esq. de Phü. mo- 28. Los hombres de sentido
ra/e, de DUGALD-STEWART, XIV.) aceptan consejos de todo el mun-
do y no son gobernados por na-
21. nuestra inteligencia tiene die; los tontos ahuyentan los con-
dos visiones distintas ( ... ) La pri- sejos, por miedo a que se crea que
mera de esas dos visiones es la ob- alguien los gobierna. (Vizconde DE
servación ssnsible: la segunda, la BoNALD, Pcnsées s. la mor., CE11-
observación externa, también lla- vres, III, 1387.)
ma.da conciencia o sentido íntimo.
( Ibíd., XVII.) 29. El buen sentido permite no
perderse en las nubes, pero no las
V. Cogito, 13. disipa. (A. HUXLEY, cit. en No11v.
Buen sentido. A. En DESCARTES: /itt., 22 julio 1948.)
sin. de razón. 30. El buen sentido se diferen-
22. la facultad de bien juzgar cia apenas de la razón ( ... ) . Pero
y de distinguir lo verdadero de lo yo diría que la razón es una cua-
falso, que es lo que propiamente lidad natural, dadn en In sustan-
llamamos buen sentido o razón, es cia de nuestro ser, virtualmente
por naturaleza igual en todos los igual en todos los hombres, mien-
hombres, (DESCARTES, Disc. de la tras que el bue•1 sentido es una ra.
mitlt., I.) zón encarnada, probada por el
B. En nuestros días: facultad de uso. (J. GUITT0N, bwit11t.io11 (1 la
bien juzgar en las circunstancias or- pc11séc ... , 112.)
dinaJ"ias de la vida, pero sin que se V. 35; E•ph-itu, 45, 46, 47; l'arac/o-
pueda siempre justificar ese juicio. Se f11, 4; Silogismo, a.
923 SENTIDO

Sentido común. A. En la ant. psi- 35. Decimos corrientemente, y


col. (gr. koinii aistliiisis, lat. scnsoriwm sin reflexionar, que una idea o
communc): el sentido que veriífoa la proyecto no tiene sent:do común.
síntesis de los datos de los diversos ór- Es curioso comprobar que esa ex-
ganos sensoriales. presión va generalmente acompa-
V. Fantasía, l. ñada de una negación. Nunca de-
cimos que tal idea tiene sentido
B. En el uso ordin.: conjunto de común. Pero observamos por otra
opiniones generalmente aceptadas en parte que el buen sentido es casi
un medio determinado y consideradas siempre atribuido o negado no a
como -algo que se impone a todo es- una idea, sino a una persona, (G.
píritu razonable. La filosofía del sen- MARCEL, Crépusculc du sen• com-
tido común (Th. REID y los escoceses mun, Apénd. a La dimension Flo-
del s. XIX) pretendía basarse en los restan, 174.)
datos del sentido común así entendido. 36. El sentido común es el lu-
31. Ese sentido común y moral gar geométrico de todos los erro-
al que se llama la Filosofía. de to- res. ( ... ) En esencia, el sentido
do el 11m11do ( ... ) sólo es la filo- común es la interpretación de los
sofía de todo el mundo cuando nin- datos sensibles en función de
guna otra filosofía Jo ha depra- los deseos espontáneos de la ima-
vado. (,J. BARREY n' Aun., Plii/oso- ginación; ( ... ) no tienen excusa
phes et écr. rel., 2. • serie, 444.) quienes hacen de él una regla.
32. Como el hombre es un ser Porque se engañan al hablar del
racional, hay probabilidades de sentido común. La parte de ver-
que lo que todo el mundo piensa dad que acarrea hace precisamen-
(en las materias que están al al- te que no haya un sentido común,
cance de todo el mundo) no sea sino tantos sentidos com.ttnes co-
irrazonable; y, en todo caso, hay mo civilizaciones. (R. LEN0BLE, Es-
interés en no singularizarse. Pero sai sur la notion d'ezpér., 32-33.)
eso es cuanto podemos decir en fa- 37. Han tenido que confesar-
vor del sentido común. Que no se me que el sentido común consagra
meta, sobre todo, en la filosofía, más que descubre, y que consa-
y no pretenda en esta materia gra el error tanto como la verdad.
ninguna autoridad. (J. LACHELIER, (J. GUÉHENNO, Galiban parle, 162.)
en Voc. de LALANDE, 971.)
38. Lo que llamamos habitual-
33. El sentido común, cien ve- mente sentido común consiste en
ces confundido, escarnecido por una serie de creencias admitidas
afortunadas experiencias, no es ya en el seno de una determinada so-
invocado má.s que por la ignoran- ciedad y que sus miembros presu-
cia. El valor de la evidencia me- men son compartidas por todo ser
dia ha quedado reducido a la na- razonable. (Ch. PERELMAN, Tr. de
da. El hecho de ser comúnmente l'argumcntation, I, 133.)
aceptado, que antaño daba fuer- V. Paradoja, 4.
za invencible a los juicios y opi-
niones, sirve hoy para depreciar- Sentú:lo moral. Facultad de distin-
los. Lo que fue creído por todos, guir el bien del mal por una especie
siempre y en todas partes no pa- de intuición o conocimiento por con-
rece pesar gran cosa. (P. VALÉRY, naturalidad. V. este último término en
Rcg. s. lo monde act., 181.) Natural.
39. Ese sentido moral que ex-
34. No hay ni puede haber sen- pulsé de mi vida (... ) acabo de
tido común más que allí donde volver a encontrarlo bruscamente
hay una visión y nociones comu- en mí. ( ... ) : como médico, como
nes, es decir, allí donde existen científico, tengo un sentido de la
aún agrupaciones orgánicas, tales rectitud absolutamente inflexible;
como la familia, el pueblo, etc. (... ) y, en ese punto, creo poder decir
Porque se engañan al hablar del que no trnnsigiré nunca. [Es An-
sentido común deja de estar en las toinc Thibault quien se habla a si
instituciones, en las relaciones mismo.] (R. lllARTIN DU G., La•
constitutivas, no puede tampoco es- Thibat<lt, III, 227.)
tar en los espíritus. (G. MARCEL, 39'. cuando estuviere tan estra-
Dticli·11, de la sag., 97.) gado el sentido moral de los hom-
SENTIDO 024

bres que juzguen por muy malo tejido en vez de pintado. (E. o'Ons,
precisamente aquello que es lo me- Trc• lecciones en el M. del Prado,
jor, entonces todo nuestro afán de- 82.) Ad. E.
be consistir en que así nuestras V. Absoluto, 9; Mctafísü:a, 26, 27;
obras como nuestros más secretos 34.
pensamientos merezcan la aproba- b) Significación subjetiva (princip.
ción de Dios. (J. L. VIVES, l11tro- en el voc. de la fenomenologia) : aque-
ducció11 a. la sabiduría, § 85, p. 31.) llo de que une. cosa es signo para al-
Ad. E. guien; lo que ve en ella, y por lo mis-
B. Objetivamente ( como propiedad mo lo que de ella hace.
del objeto de conocimiento). 44. En le. case. en que nace un
l. Significación. a) Significación ob- niño todos los objetos cambian de
jetiva: aquello de que una cosa es sig- sentido. (M. MERLEAU-P., Phé110-
no por sl n1isma y que, por consiguien- mcnol. de la perception, 466.)
te, da lugar a interpretaciones válidas 46. toda conciencie. del mundo
para todos. Se dice principalmente impone un sentido al mundo. (G.
de lC>S signC>S (sentido o significación de GUSD0RF, Tr. de l'exist. mor., 139.)
una señal de tráfico, de un gesto), de 46. incluso el sentido de sus
las palabras y del lenguaje (sentido cadenas le aparecerá [al esclavo]
propio, sentido figurado ... ), pero tam- a la luz del fin que haya elegido:
bién, de todo aquello de lo que cabe seguir siendo esclavo o arriesgar-
inferir alguna cosa (sentido de un si- se a todo por liberarse de la ser-
lencio, de un estado febril). vidumbre. (... ) la situación del
40. Cambiar el sentido de las esclavo es incomparable con la del
palabras es alterar el valor de las amo. Cada uno de ellos no cobra,
monedas en un imperio. (RIVAROL, en efecto, su sentido más que para
De l'homme, 1-33, París, 1800.) el para-sí en situación y a partir
41. Quien quiere dar el sentí- de la libre elección de sus fines.
to de la Escritura y no lo toma (J.-P. SARTRE, L'étre et le n., 635.)
de la Escritura, es enemigo de la 47. el hombre, por el solo he-
Escritura. (PASCAL, Pensées, 740.) cho de su aparición en la reali-
dad, ilumina ésta, revela en ella
42. Mis versos tienen el senti- un sentido (ya sea que lo haga
do que se les dé. El que yo ,es aflorar en las cosas, ya que se lo
doy sólo se adapta a mí, y no es imponga). Esta aptitud para re-
oponible a nadie. Es un error con- velar no es privilegio del conoci-
trario a la naturaleza de la poe- miento (que no constituye sino un
sía, y que le sería incluso fatal, modo particular de elle.) ( ... ): tie-
pretender que a todo poema co- ne Jugar sin cesar y necesariamen-
rresponde un sentido verdadero, te por el hecho de que el hombre
único, y -conforme o idéntico a oxista. Ser revelante del sentido
algún pensamiento del autor. (P. de las cosas y existir a la mane-
VALÉRY, Pref. al Comment. de ra humana son expresiones rigu-
Charmes, de ALAIN, Pléiade, I, rosamente .sinónimas. (A. DE
1509.) WAELHENS, Exisr. et signific., 91.)
43. Palabras clarísimas, y por 47'. [Para Heidegger.] El sen-
convención expresa, como caloría, tido no es de orden intelectual
voltio, amperio, watio, no consti- (, .. ), significa la dimensión del
tuyen un lenguaje (... ) . El tedio proyecto humano, el ángulo de
se alimenta de esos signos que no tiro bajo el que una cosa apare~e
tienen más que un sentido, y que, y a partir del cual puede ser com-
por lo mismo, carecen de sentido. prendida en sus posibilidades, que
(ALAIN, Propos de littér., 18-19.)
son también las nuestras. (M. Con-
VEZ, La phi/. ele Heidegger, 42-
43'. No son bellos los tapices de 43.)
Goya porque faltan a la ley funda- 47". Esta versión de las cosas
mental del sentido que cualquier al viviente humano es lo que hnce
tapiz ha de tener. Un tapiz vale de ellas «cosas-sentido». El senti-
como objeto de arte decorativo, que do es, precisa y formalmente, el
no debe ni puede reemplazar al carácter constructo de lus rosns co-
cuadro; que no debe ser un cuadro mo momentos de Ju vida human~.
925 SENTIDO

Y en este cnráctc,· constructo se te el resto del universo. Pregunté-


constituyen las posibilidades de In monos por el sentido de las cosas,
vida. (X. ZUBIRI, Sobre la esencia, o 1o que es lo mismo, hagamos de
291.) Ad. E. cada una el centro virtual del
V. Sinestesia, 3. mundo. (J. ORTEGA y GASSET, Mc-
ditacione, del Quijote, Obras, I,
2. Dirección u orientación de un mo· 351.) Ad. E.
vimiento. En el sentido de las agujas
d~l reloj. Dispersarse en todos sentidos. V. Historia, 58; Mundo, 4; Serio, 4.
Pasar la mano en el sentido del pelo. Sensible. Lat. sensibüis, que cae ba-
V. Destino, 12. jo los sentidos.
3. Princip. en In filosofía contempo- Contr.: insensible.
ránea (dirección que implica significa- A. En sentido pasivo: que puede ser
ción) : fin que hace comprender racio- sentido, percibido.
nalmente las cosas, ante todo laa co- l. Prop.: por los sentidos. Cualida-
sas y la vida human""; por exten- des sensibles. Un sensible descenso de
sión, la razón de ,ser o el va,lor de esas las temperaturas. Mínimo sensible.
cosas y de la vida humana. V. Historia V. Absoluto, 15.
(Sentido de la - - ) .
Sensibles propios y sensibles comu-
48. Conocer las direcciones gene- nes. Los primeros sólo son percibidos
rales de nuestra conducta es em• por uno de los sentidos (los colores por
pezar a comprender su <<sentido». la vista). Los sensibles comunes pue-
(Ch. BAUDOUIN, L'cime et l'action, den ser percibidos -por varios sentidos
63.) (la forma, por el tacto y la vista)_
49. El que da un golpe de pico 2. Por anal.: que puede ser sentido
quiere conocer el sentido de su o percibido por alguna facultad que
golpe de pieo. Y el golpe de -pico procede intuitivamente como los senti-
del forzado, que humilla al forza- dos. Entre esas dos palabras hay un
do, no es lo mismo que el golpe matiz sensible. Dios sensible al cora-
de pico del prospectar, que en- zón.
grandece al prospectar. El presi-
dio no consiste en el lugar donde B. En sentido activo: que puede
se dan golpes de. pico. No se trata sentir, que posee una facultad de sen-
de horror rnaterfal. El presidio es- tir particularmente desarrollada.
tá allí donde se dan golpes de pico l. Prop.: capaz (o particularmente
que no tienen sentido, que no re· capaz) de sensación y percepción (un
ligan a quien los da a la comuni- oído sensible) o de sentimiento (una
dad de los hombres. (A. DE SAINT- naturaleza, un corazón sensibles).
EXUPÉRY, Terre des ho,nrnes, 207.)
51. cuando se dice de un ser
50. [ Para los filósofos existen- que es sensible, lo que se quiere
ciales.] No se trata de «aprehen- indicar, ante todo, es que hay en
der» la existencia como una reali- él una cierta delicadeza o una
dad particular, sino de buscar el cierta ternura de alma, que a me-
sentido de la existencia, es decir, nudo se toma equivocadamente por
los caracteres de ese valor emi- debilidad y que, ante los menores
nente que es la existencia. ( ... ) acontecimientos sobrevenidos, le
Los términos <<sentido» y «va- obliga a experimentar una espe-
lor» se emplean a menudo uno por cie de estremecimiento. Acaso pue-
uno. Se dice indiferentemente de da incluso decirse de un ser que es
alguien que conoce mal el sentido tanto más sensible cuanto mayor
de las palabras que emplea o que es la distancia entre la gran per-
ignora su valor. (G. BERGER, Rech. turbación interior que sufre y la
s. les cond. de la connais., 180.) pequeñez de la causa externa que
50'. El «sentido de una cosa es la produce. (L. LAVELLE, Puiss. du
la forma suprema ele su coexisten- moi, 77-78.)
cia con las demás, es su dimensión 52. Las personas a las que ca-
de profundidad. No, no me basta lificamos de sensibles no son a me-
con tener la materialidad de unn nudo más que vulnerables por lo
cosa, necesito, además, conocet· el angosto de su sensibilidad. (J.
<tsentidon que tiene, es decir, lu RosTAND, Carnet d'wi biol., 160.1
sombra mística que sobre ella vier- V. 1\/eclo, 10; Emoción, 12.
SENTIDO 920

2. Por anal. (apl. a objetos inani- sin = disminución ele In sensibilidad;


mados) : capaz de reacción; que reac- cinestesia = sensibilidad que procura
ciona de modo preciso. Película sen- la percepción de los movimientos; nl-
sible: la que es impresionada por una gestcsin = sensibilidad ni dolor.
débil luz. 56. La sensibilidad del hombre
53. decimos que una balanza es n las pequeñas cosas y la insensi-
sensible cuando el peso más insig- bilidad para las grandes indica
nificante basta para alterarla. (L. una extraña inversión. (PASCAL,
LAVELLE, Puiss. du nioi, 78.) Pcnsécs, 426.)
54. He querido hacer de mi 57. Los bienes y los males que
frase un instrumento tan sensi- nos sobrevienen no nos afectan se-
ble que el simple desplazamiento gún su importancia, sino según
de una coma baste para estropear nuestra sensibilidad. (LA RoCHE-
su armonía. (A. GIDE, Jour11al, 5 F0UCAULD, Jllax., 618.)
nov. 1931.)
58. Sofía es de una sensibili-
Sensibilidad. Carácter o propiedad dad demasiado grande para con-
de quien o de lo que es sensible en el servar un humor siempre igual,
sentido activo del término (B). pero tiene demasiada dulzura pa-
A. Prop. (referido a seres anima- ra que esa sensibilidad resulte im-
dos) : facultad de sentir o carácter de portuna a los demás; es sólo a si
aquel en quien esta facultad se halla misma a quien hace daño. Si al-
particularmente desarrollada. guien dice una palabra que la hie-
Así entendida, la palabra designa ra, no abre la boca, pero su eo-
unas veces la sensibilidad orgánica o razón estalla, y trata de escapar-
física (que procura sensaciones) otra se para ir a llorar. Si en medio
la sensibilidad psíquica o moral (fuen- de su llanto su padre o su madre
te de los sentimientos). otras ambas la llaman, acude al instante a ju-
a la vez. V. Sensibilidad epicríHca• y gar y reir secándose hábilmente
S. protopática•. los ojos y tratando de ahogar sus
sollozos. (R0USSEAU, Émilo, V, 501-
oo. la misma palabra sensibi- 502.)
lidad ( ... ) evoca a la vez e indi-
visiblemente la entrada en juego 59. Acaso sea una lástima que
de los sentidos y la de los senti- el uso haya confundido, bajo el
mientos; y acaso convenga, en nombre de sensibilidad, dos dispo-
efecto, no separarlos nunca del to- siciones bien distintas, la facultad
do. (L. LAVELLE, Pttiss. du n,oi, 77.) de amar y la de experimentar vi-
vas emociones. Las mujeres sue-
V. Abstracci6n, 17; Intelecto, 13. len reunirlas en alto grado. (Mme.
l. En sentido afectivo: facultad de NECKER DE SAUSSURE, Édttc. pro-
experimentar placer y dolor (de orden gress., 317.)
físico y de orden moral), de ser conmo- G0. Hace mucho tiempo que pro-
vido, de experimentar afecto y ternura. testamos contra la teoría «clási-
En la distinción entre tres faculta- ca» que define la sensibilidad por
des, hecha clásica por los eclécticos, la el placer y el dolor. Como una de-
sensibilidad se opone a la inteligencia finición debe basarse en los ca-
y a la voluntad. Designa la facultad racteres fundamentales, hay que
de sentir, es decir, de experimentar lleJ?lll' más abajo, n las tenden-
sensaciones y sentimientos, pero con- cias. (Th. RIB0T, La vio inconsc. et
siderados desde el punto de vista afec- les 11101< v., 45-46.)
tivo. De ahí la definición corriente
durante largo tiempo: la sensibilidad 61. Algunos autores han soste-
es ,la facultad de experimentar place,· nido con razón que la sensibili-
y dolor. En nuestros días esa facultad dad, es decir, la vida afectiva y
se denomina más bien afectividad•. sus fenómenos, no deberían ser
En el voc. técn. se designa las di- estudiados con los procedimientos
versas formas y en particular las ano- aplicables a los estados intelectua-
malías de la sensibilidad afectiva les. (... ) Se trata ( ... ) de estnble-
por medio de compuestos del griego ce1· que la vida afectiva y la vida
aiBtliesiB (sensación) : anestesia = au- intelectual son heterogéneas, irre-
sencia de sensibilidad; hiperestesia = ducibles una a otrn ... (Th. RleoT,
exaltación de la sensibilidad; hipoeste- l'syc/wl. a/fccl., comienzo.)
927 SENTIDO

62. Las grandes conquistas in- 66. Jean Monnerot no hubiera


telectuales se hacen siempre pen- sido el sensitivo y el atormentado
sando en ellas, las grandes con- que era si no hubiese percibido
quistas en el terreno de la sensi- aquellos vicios del alma de su ma-
bilidad sin pensar en ellas jamás. dre y, a la vez, experimentado una
(J. PAYOT, Éduc. de la vol., 114.) secreta vergüenza de percibil'los.
V. Ternura, l. (P. BOURGET, L'étape, 64-65.)
2. En sentido representativo o cog- Sensorial. Relativo a la sensación
noscitivo: facultad de percibir, en sen- considerada en su aspecto objetivo o
tido propio por los sentidos; en sen- cognoscitivo. El sistema sensorial
tido fig., mediante facultades que pro- (constituido esencialmente por los ór-
ceden por intuición. ganos de la percepción externa). Los
datos sensoriales (no incluyen las sen-
63. Podemos asombrarnos al saciones puramente álgidas y, en ge-
ver invocar la sensibilidad a pro- neral, las que no hacen conocer nada
pósito de demostraciones matemá- objetivo). Ese sistema y sus datos
ticas que, en apariencia, sólo pue- constituyen la sensorialidad.
den interesar a la inteligencia. Se- 67. no todas nuestras sensacio-
ria esto olvidar el sentimiento de nes son sensoriales, es decir, re-
la belleza matemática, de la ar- presentativas, al mismo título. (M.
monia de los números y las for- PRADINES, Probl. de la sensation,
mas, de la elegancia geométrica. 165.)
Es un verdadero sentimiento esté-
tico que todos los verdaderos ma- 68. La sensorialidad es toda
temáticos conocen. Y se trata in- ella inteligencia. (lbíd., 266.)
dudablemente de sensibilidad. (H. 69. Las sensaciones sensoriales
POINCARJ!i, Se. et méth., 67.) más perfectas como tales, es decir,
64. La sensibilidad representa-
las más -perfectamente represen-
tiva no es sino una sensibilidad tativas, las que nos dan del obje-
afectiva cambiada de función. (M. to, como objeto, ideas más claras y
PRADINES, Tr. de ps¡¡chol., 1, 282.) distintas, las menos entreveradas
de elementos subjetivos, son evi-
B. Por anal. (referido a objetos ina- dentemente las del oído y la vis-
nimados, en fisiología y en psicología ta. (M. PRADINES, Tr. ele psychol.,
de reacción) : carácter de lo que reac- I, 277.)
ciona a la acción de un agente exter- Sensual. Lat. sensualis, relativo a
no; de lo que reacciona o permite me- los sentidos.
dir de manera precisa. Sensibilidad de
una placa fotográfica, de un test. A. Relativo a los sentidos conside-
rados como medios de goce. Deseos,
65. Antes de cualquier empre- placeres sensuales. Imaginaciones sen-
sa experimental el físico ha de suales.
determinar la sem1ibi-lidad de sus-
aparatos. (G. BACHELARD, Forma- V. Amo,·, 56, 57.
tion de l' espr. scient., 218.) B. Referido a personas: que es in-
V. Precisión, 7. clinado a los placeres de los sentidos,
partic. a los placeres sexuales.
Sensitivo. A. Relativo a la sensa- 70. Los sensuales se abandonan
ción, principalmente considerada en su groseramente a sus apetitos, sin
aspecto afectivo (la vida sensitiva) ; negarse nada de lo que los anima-
que es capaz de procurar tales sensa- les piden a la naturaleza. (SAINT-
ciones (sistema, nervio sensitivos) ; EVREMOND, CEuvres m.ilées, I, I,
de experimentarlas (alma sensitiva). 6.)
Se opone a intelectual o intelecti- Sensualidad. Lat. sc11s11a.lita.s, facul-
vo. Se distingue de sensorial (que se tad de sentir.
refiere al aspecto cognoscitivo).
Carácter de quien o de Jo que es sen-
V. Alma, 8. sual. Pecado de sensualidad.
ll. Aplicado a personas: que tiene Sensualismo. A. Fil. Doctrina se-
la sensibilidad moral (principalmente gún la cual todos nuestros conocimien-
a lo que puede herir) muy desarrolla- tos proceden exclusivamente de la sen.
da; que es afectada por naderías, y, sación. O también: doctrina según la
como la sensitiva, se cierra al menor cual los sentidos son la condición ne-
contacto. cesaria y suficiente de nuestros cono-
SENTil>O 928
cimientos, incluso los n11í.s uhsln1ctos dem,is sensaciones. (... ) Hemos em-
Denorninacilln impropia (por derivarse pezado por esos dos sentimientos,
sensualismo de sensual), que serín norª y no por los otros, porque son los
mal reemplazar por sensacionismo. más vivos; (MALEBRANCIIE, Rrc/1.
71. Una pequeña iniquidad se de la vfr., 1, x, 6.)
introdujo y consagró desde 1817 B. Hoy, la diferencia es muy mar-
y en los años siguientes. Para de- cada. La sensación y el sentimiento di-
signar a la Escuela adversaria del fieren: l.º en si mismos (In primera es
siglo XVIII que referla la idea a psicofisiológica; el segundo se da in-
las sensaciones, Cousin la denomi- mediatamente, como puramente psico-
nó EscHela sensualistaª Para ser lógico, y no se relaciona con los órga-
exacto, hubiese debido decir se11sa- nos de la percepción externa) ; 2." por
rio11ista. La palabra sensualista evo- su causa (la sensación es provocada
ca naturalmente la idea de un ma- por una excitación física; el sentimien-
terialismo práctico que se dedi- to, por una representación) ; asf, una
ca a los goces de los sentidos; y bofetada da una sensación de choque
si esto pudo ser verdad de algunos que sorprende, y después el pensamien-
filósofos del siglo xvm, de La to de la afrenta suscita sentimientos
Mettrie o de Helvétius, por ejem- de vergüenza, de cólera, etc.
plo, nada hay menos aplicable a
Condillac y a todos los honorables La oposición sensación-sentimiento
discípulos salidos de su Escuela parece remontarse en Francia a LA-
(... ). Pero siempre conviene infa- R0MIGUIERE (1756-1837 .)
mar de pasada al adversario; algo 75. Si quienes basan su doctri-
quedará. Eso es lo que ha ocurri- na en el sentimiento, que no siem-
do en este caso. (SAINTE>-BEUVE, pre había que confundir con la
!\fes poiso11s, 190, Pion, 1911.) sensación, y la que, por consi-
V. Conoci111ie11to, 16. guiente, no había siempre que lla-
mar sensación, se hubiesen infor-
B. Mor. y uso ord. Carácter de mado mejor antes de hacer la len-
quien o de lo que es sensual. El sen- gua, hubiésemos visto a la verdad
sualismo de un género de vida, de una pasar, como por si misma, de la
novela. naturaleza a sus expresiones, y de
C. Est. Doctrina según la cua.J lo sus expresiones a todos los espí-
bello se identifica con lo agradable. Su ritus. (... )
representante más caracterizado es J.- Todo sentimiento de alma produ-
M. GUYAU. cido por la acción de los objetos
Sensación y sentimiento. A. Hasta exteriores sobre alguna parte de
fines del siglo XVIII apenas se hacia nuestro cuerpo, eso es la sensa-
diferencia entre estos dos términos (v. ción. (LAR0MIGUIERE, Lcf, de phi-
las citas de DESCARTES y B0SSUET)' y /os. 11., 50 - 65, Brunot - Labbe,
su uso continuó después siendo indeciso 1823.)
entre los autores franceses. 76. No hay una sola sensación
72. . .. todos los sentimientos, agradable que pueda ser confun-
como ... la luz, los colores, loa so- dida con el sentimiento exquisito
nidos, los olores, el gusto, el ca- que nos hace e>.7>el"imentar la be-
lor, la dureza y todas las demás lleza, incluso esa belleza a la que
cualidades que no pertenecen al llamamos física. (Ch. LÉVEQUE, La
sentido del tacto. (DESCARTES, Prin- scic11cc du beau, I, 82.)
cipes, I, 48.) 77. si In sensación es un esta-
73. Las operaciones sensitivas, do del yo c01-relativo con una ac-
es decir, las de los sentidos, son ción procedente de las cosas, el
llama.das sentimientos, o mejor sentimiento es un estado del yo co-
sensaciones. Ver los colores, oír rrelativo con su propia actividad,
los sonidos, gustar lo dulce o lo (L. LAVELLE, Tr. el•• ,va/eurs, 11,
amargo, son otras tantas sensa- 165.)
ciones. (B0SSUET, De la co1111. de Sensación. Lat. sc11satio, onis; en
Dieu... , I, 2.) lat. chís. ecnsus, que significa también
74. Lo que acabamos de decir sentido.
del cosquilleo y del dolor debe en- A. P1·op.: hecho psicOlfisiológico pro-
tenderse igualmente de todas las vocado por la excitación de un órgano
929 SENTIDO

sensorial (sensación de .Juz, de ruido ... ) cepc1on. En el primer momento,


Puede ser de predominio afectivo (sen- oigo «un ,ruido que viene de fuera».
sación de quemadura, de amargor) de En el segundo, el ruido determi-
predominio representativo o cognosci- nado que produce el canto de los
tivo ()ns sensaciones visuales, en gene- pájaros. (A. BURLOUD, La pensée
ral). conceptucllc, 254.)
Para los sensualistas (CONDILLAC), 85. La sensación representati-
todos nuestros conocimientos proceden va, considerada en sí misma, es
exclusivamente de las sensaciones. pura cualidad; pero vista a través
de la extensión, esa cualidad se
78. hallamos en nuestras sensa- hace cantidad en cierto sentido; la
ciones el origen de todos nuestros llamamos intensidad. (H. BERGS0N,
conocimientos y de todas nuestras Données imm., 67.)
facultades. (CoNDILLAC, De l'art 86. De los ramilletes de sensa-
de penscr, I, 1.) ciones que traje de aquel primer
79. No hay, pues, más que sen- viaje allí, emana todavía un olor
saciones tanto en nuestros juicios tan vivo que a veces me impide
como en nuestros razonamientos. saborear el instante presente. (A.
(C0NDILLAC, Logique, I, VII.) GIDE, Renonc~ au voy., CEuvres
80. En suma, la sensación no compl., IV, 301.)
es un dato de la conciencia ( ... ). 87. La sensación no es sentida
Es una pura concepción del espí- y la ciencia es siempre conciencia
ritu, concepción necesaria, por la de un objeto. (M. MERLEAU-P., Phé-
que expresamos que el pensamien- noménol. de la perc., 46.)
to no crea la verdad por una 88. U na sensación sería una
acción absoluta sin ninguna con- nada de sensación, si no fuese sen-
dición fuera de sí misma ( .... La sación de algo. ( lbíd., 201.)
sensación sólo es aprehendida por 89. La sensación, concepto hí-
reflexión. (J. LAGNEAU, Célebres brido entre lo subjetivo y lo obje-
lcg. et frag1n., 156-1"5'7.) tivo, concebido a partir del obj e-
81. la sensación (... ) es com- to y aplicado después al sujeto;
partida en cierto modo entre el su- existencia bastarda, de la que no
jeto y el objeto: constituye, por sabríamos decir si es de hecho o
la cualidad sensible, la única reali- de derecho, es un puro ensueño
dad del objeto, pero es en funeión de psicólogo y hay que rechazarla
de lo que en ella hay de afectivo deliberadamente de cualquier teo-
por lo que pertenece a,! sujeto y ría seria acerca de las relaciones
por lo que el sujeto se da a sí mis- entre la conciencia y el mundo.
mo. (J. LACHELIER, Psychol. et mé- (J.-P. SARTRE, L'etre et le n., 378.)
taph., 111, (Euvres, I, 193.) 90, La sensación no existe; ese
82. La aparición de la sensación dato puro no es, en realidad, tal
a continuación de la excitación es dato (... ). Lo incontestable para
inexplicable. (B. BOURDON, en Tr. nosotros es la percepción, y no
de psychol., de DUMAS, 1, 394.) la sensación; es el objeto, y no lo
sensible, lo que se nos aparece co-
83. Aunque prog1•esemos sin mo dado (... ) ; es la cosa sugerida
fin en el conocimiento del apara- lo que creemos aprehender, y lo
to ocular y de los centros ne1·vio- que funda para nosotros la reali-
sos de la visión, la pregunta «¿qué dad de la propia sensación. (E,
es la sensación?» seguirá siempre ALQUIÉ, L'expéric11cc, 26.)
siendo de otro orden. (J. MARITAIN, 90'. Tres son las clases de co-
La raison et les raisons, 23.) nocimiento: el que conoce sólo los
84. La sensación es, sin duda, cue1·pos presentes; otro, que tam-
muy diferente de la percepción; bién los ausentes, y el tercero, el
pero, al pasar de una a otrn, no de las cosas incorpóreas. El cono-
vamos de una a otra, no vamos cimiento del primer género se lla-
de la subjetividad a la objetivi- ma ,sensación o sentido, y aunque
dad, sino en mucha mayor medida de nombre poco adecuado por ser
a la objetividad indeterminada ele tan extenso como el conocimiento
la 11ensaci6n o impresión inicial n mismo, hay que usar las palabras
la objetividad definida de la per- ya admitidas, salvo cuando se ha-
59. Diccionario del Lc111uajc I•ilosúíico,
SENTIDO 930

bln con más claridad, como al de- 99. Pierre ( ... ) experimentnba
cir «sensación corporal». i;_:sta es la desagradable sensación de ,¡ue
.-1 conocimiento del almn mediante cada palabra que le decían estaba
el instrumento externo del cuerpo. preparada y todas sus respuestas
(J. L. VtVES, Trataclo ele/ alma, consignadas: la sensación de ver-
24.) Ad. E. se acusado. (G. CESBRON, ¡,. .•
90''. La sensación no puede ser •aillls vo11t en e11fcr, 116.)
el fundamento primario de la cien- 09'. Un implícito rumor de
cia, el hecho primitivo, por la sim- aplausos acompaña todos los mo-
ple razón de que no es un hecho. vimientos de contemplación de )ns
Un hecho no es nada si no es co- obras de Rubens. Mientras se di-
nocido, si no es para. algu.ie,i; su- ría que con Van Dyck estamos en
pone, por tanto, la oxistencia del una visita y con el Veronés en un
yo individual con el objeto cono- salón; con Velázquez, en la Plaza
cido, distinto de él. (J. MARIAS, El Mayor de un pueblo, y con Goya,
hombre y Dios en t.lainc de Biran, en una romería, y con Leon81'do,
en San A11selmo ... , 229.) Ad. E. en un confesonario, con Ruhens
V. Afecto, 26; Pcrcopció11, 9, 13, 14; nuestra sensación es In de asistir
Placer, 7, 8. a una representación teatral o a
B. Sentimiento particularmente vivo la peroración de un discurso. (E.
que reobra sobre el organismo y es ·o•oas, Tres lcccio11es en el M. del
con frecuencia colectivo (causar sensa- Prado, 210.) Ad. E.
ción, acontecimiento sensacional.) Sentimiento. Der. del lat. scntire, V.
91. Es una sensación curiosa Sentir.
la de tener que defenderse contra A. Antaño (sin. de sensación): sub-
los propios discípulos. (H. - F. jetiv., estado psíquico resultante de la
AMIEL, Joun1al i11t., 3 enero 1880.) excitación de un órgano sensorial; ob.
92. La visita de Landri a Pe- jetiv., fenómeno físico conocido por me-
dro había venido a aumentar aque- dio de los órganos de los sentidos. V.
11a sensación de enigma. (P. BouR- Scm1aci6n y Sentimiento A.
GET, L'émigré, 356.) 100. conocemos clara y disth1-
93. Mientras hablaba Genove- tamente el dolor, el color y los •le•
va [ Savignan], tuvo de pronto una más sentimientos... (DESCAR'LES,
aguda sensación de embuste y do- Principes, I, 68.)
blez. (P. BoURGET, Démo11 de ,nidi, 101. Por sentimientos entien.io
I, 200.) las afecciones del cuerpo por las
94. si él quería a Lucien [su que la facultad de obrar de ese
yerno] como a un hijo, sabía que cuerpo es aumentada o disminuida,
el muchacho no lo consideraba, a ay,udada o contenida, y a la vez !ns
su vez, como padre. Su choque de ideas de esas afecciones. (SPINO-
la víspera había redoblado en él ZA, Éthique, III, Defin. 3.)
esta sensación. (P. BOURGET, U11 B. Hoy (se opone n sensación): he-
divorcc, 210.) cho psíquico que tiene por antecedente
95. Tuve la sensación del ab- inmediato otro hecho psíquico,
surdo. (P. VALÉRY, Variété, Pléia- l. Acepción afectiva: estado afecti-
de, 1, 628.) vo que tiene por antecedente inmerlin-
96. Era para ella una sensa- to una representación. Sentimiento de
ción nueva la de sentirse guarda- orgullo, de aleg,ría. Se dice, sobre todo,
da por aquella viril solicitud, y a de los estados afectivos que tienen por
ella se abandonaba con delicia. objeto personas: sentimiento de ternu-
(R. MARTIN DU G., Les T/1ibault, ra, de celos.
VI, 267.) Sin.: emoción, afección, placer, do-
97. no hay hombre a quien, en lor, simpatía, antipatía, ternura.
el curso de su vida, no le hayan 102. Pronto el amor, fértil en
dado una o varias criaturas la [tiernos sentimientos,
sensac1on de la grandeza. (F. se apoderó tanto del teatro como
MAURIAC, Journal, 262, Table R.) [ de la novela.
08. Tuve de pronto la sensación (BOILEAU, Art. poél., 111.)
de no resultar ya desagradable. 103, Sigo prefiriendo los pe-
(F. MAURIAC, Noeud de vip., 46.) queños sentimientos que nos nver-
931 SENTIDO

gilenzo.n a los grandes que exhibi- 106. tengo, pues, un claro sen-
mos; son más auténticos. (E. JA- timiento de mi libertad. (BossuET,
LOUX, Esse11ccs, 2.• ed., 76.) Tr. du libre arb., 11.)
103', La alegria, la tristeza, la 107. conocemos suficientemente
esperanza, la melancolfa, la com- por nuestra conciencia, o por el
pasión, la vergüenza, la ambición, sentimiento interior que de nos-
el rencor, 111 simpatía y otras in- otros mismos tenemos, que nuestra
nume1·ables fuerzas del sentimien- alma es algo grande: pero puede
to tienen este mísmo carácter de ocurrir que lo que de ella conoce-
flujo humoral, que en el cuerpo mos tenga muy poco de lo que en
caracteriza II las secreciones in- s( misma es. ( ... ) No basta, pues,
ternas. La terminología más anti- paru conocer perfectamente el al-
guo. indico. ya ,la percepción de ma, con saber lo que de ella sabe-
que los sentimientos tienen una mos por el solo sentimiento inte-
consistencia fluida en compara- rior; puesto que la conciencia que
ción, por ejemplo, con los concep- de nosotros mismos tenemos acaso
tos, que son contenidos pslquicos no nos muestre sino una íntima
de contornos precisos y que, pu- parte de nuestro ser. (MALEBRAN-
lidos por la ciencia, adquieren ri- CHE, Rech. ele la vér., III, 11 Par-
gorosas aristas hasta parecer geo- te, VII, 4.)
métricos diamantes. (J. ORTEGA 'f 108. No tengo del alma ni de
GASSET, El «Qui;oten en la escuela, sus facultades una idea clara. Só-
Obras, 11, 295-296.) Ad. E. lo la conozco por conciencia o
V. Absol1tto, 2; Afecto, 34; Ambiva- sentimiento interior; y ese senti-
lencia, 10; Analogía, 2; A1tténtico, 1; miento me dice que soy libre. (MA-
Benevolencia, 3; Intelecto, 14; Mate- LEBRANCHE, Réfl. sur la prémot.
111.áticas, 13; Real, 3; Reflexión, 11; phys., <Euvres compl., XVI, 24.)
Regla, 7, 8; Virtud, 6. 109. Los acostumbrados a juz-
Ha de subrayarse, no obstante, que, gar por el sentimiento no com-
incluso en tanto que afectivo, el sen- prenden nada de las cosas de ra-
timiento es intencional (B) y, en este zonamiento, porque quieren pene-
sentido, cognoscitivo. trarlas de primera intención y no
104. Todo sentimiento es sen- principios. Y, por el contrario, lo.:i
timiento de algo, es decir, apunta principios. Y, por el contrario, lo.:i
a su objeto de cierta manera y acostumbrados a razonar por prin-
proyecta sobre él una cierta cuali- cipios no comprenden nada de las
dad. Tener simpatía por Pedro es cosas de sentimiento, en las que
tener conciencia de Pedro como buscan princi•pios y son incapaces
simpático. (J.-P. SARTRE, L'imagi- de ver de primera intención. (PAS-
CAL, Pensées, 321.)
11aire, 44.)
105. Debemos aplicarles [a los 110. Las verdades de senti-
sentimientos) la gran ley de 111 miento son aquellas en las que el
conciencia: toda conciencia es con- espíritu descubre de golpe, y por
ciencia de algo. (... ) El sentimien- la primera impresión, las mismas
to apunta •a un objeto, pero lo ha- señales de verdad que desarrolla
ce a su manera, que es afectiva poco a poco mediante reflexiones
( ... ). No se trata de un conoci- expresas. (NIC0LE, en Dict. de Troi-
1101t.1:.)
miento intelectual. (lb{d., 93-95.)
V. Conciencia, lG; Trascendencia, 111. Sólo lo desconocido nos
2 bis. agita y atormenta, y ello es lo que
excita sin cesar nuestras aspira-
2. Acepción cognoscitiva. a) He- ciones a la búsqueda de nuevas
cho de conocimiento inmediato no ex- verdades de las que nuestro senti-
plicable por los solos datos de los sen- miento tiene intuición cierta, pero
tidos; intuición más o menos confusa de las que nuestra razón, ayudada
que no sabemos justificar racionalmen- por la experiencia, quiere hallar
te. En español se usa más corriente- la fórmula científica. (Cl. BER-
mente se11saci6n•. NARD, Disc, de récept. a l'Ac. fr.)
Sin.: conciencia, intuición, presenti- 112. El sentimiento aparece en
miento, opinión, parecer, idea, punto el origen de todo. El hombre em-
de vista, pieza por elaborar una hipótesis
SENTIDO 932

que no es m,ís que la expresión de cmn del valor sin esa afección pu-
su sentimiento, y después razona ramente interior a la que llama-
sobre ella. (Cl. BERNARD, Le cal,icr mos se11t.i111ic11to. (L. LAVELLE, 7'r.
1·011gc, 136.) des valeurs, 1, 190.)
113. Los grandes hombres son 120. Se comprende ( ... ) que el
los que ponen en evidencia unn sentimiento se halle siempre tan
idea im¡,ortante en el momento en próximo al juicio: ambos términos
que está en el sentimiento de todos. se emplean con frecuencia en el
(Cl. BERNARD, Princ. de ,néd. cxp., mismo sentido. Al decir que un
189.) hombre tiene juicio, queremos de-
114. Se enseña mal aquello de cir que hay en él un sentimiento
lo que no se tiene un sentimiento que le permite reconocer la ver-
viv0 y directo. (RENAN, <Euvres, l, dad por una especie de contacto,
83.) pero reconoce1· también en el mis-
mo sentido el bien, la belleza, lo
115. Podríamos hallarnos ten- útil y todos los demás valores.
tados de llamar .sentimiento inte- (lbíd., 11, 1'66-166.)
lectual a esa percepción de con-
junto, a esa oscura presencia de 120 bis. El sentimiento es, pues,
ideas ya muy complejas y aun es- en cierto sentido, un juicio; pero
trechamente fundidas; y es, en este juicio difiere del juicio inte-
efecto, por un estado análogo al lectual en que su objeto no es el de
sentimiento por el que con frecuen- establecer una relación conceptual,
cia se revelan. (H. DELACROIX, en sino el de realizar el acto subje-
tivo de una acepción o una nega-
DUMAS, Tr. de psychol., II, 125.) tiva. (C. G. JUNG, Typcs psychol.,
116. Existe un cierto sentimien- 488.)
to de las ideas, de sus analogías, 121. El sentimiento no es al
que me parece poder obrar y ser fin y al cabo sino el conjunto de
cultivado como el sentimiento del las fases relativamente inarticula-
sonido o del color; incluso me in- das por las que pasa la idea para
clinaría no poco, si hubiese de tomar conciencia de si misma, pa-
proponer una definición de filóso- ra hallarse en condiciones de for-
fo, a basarla en el predominio en mularse como idea. (G. MARCEL, Le
su ser de ese modo de sensibi- mystere de l'etre, 1, 42-43.)
lidad. (P. VALÉRY, Pléiade, 1,
1,21'. La evidencia no es un
1249.)
sentimiento que nos incita a ad-
117. El sentimiento de lo ex- herirnos a una frue y a otras no.
cepcional lo ex:perimenté, siendo Al revés: cuando es un sentimien-
aún muy joven, al constatar que to y sólo un sentimiento, sea el
con frecuencia no reaccionaba co• que sea, quien nos fuerza a acep-
mo los demás; como el común de tar como verdad una proposición,
los demás. (A. GIDE, Journal, 27 ésta es falsa. La evidencia no tie-
junio 1937.) ne nada que ver con lo sentimen-
V. 14; Co11dú:ión, 1; Corazón, .Zl; tal, e.s, casi podía decirse, lo con-
Idea, 27; Razón, 55, 56; Sinceridad, 6. trario que el sentimiento, el cual
por su naturaleza misma es ciego,
118. el sentimiento implica y es ciego, no por enfermedad o
siempre, sobre los seres o las co• accidente, sino de nacimiento. (J.
sas, ese mismo juicio que llama- ORTEGA y GASSET, ¿Qué es filoso-
mos juicio de valor y que escapa- fía?, 133.) Ad. E.
ría siempre a la inteligencia si
ésta se hallase reducida a sus pro- V. Accidente, 13; Amor, 66; Angus-
pios recursos. (L. LAVELLE, Puiss. tia, 9; Fe/icidacl, 25.
du moi, 120.) b) Objetivamente: V. Sentir, subst.
119. El sentimiento pertenece 3. Acepción mixta (la más corrien-
al teclado del valor como la. se11- te). Estado psíquico a la vez cognosci-
sació11 al de la. realidad. De igual tivo y afectivo. Conocimiento por ax-
modo que la realidad no puede ha- periencia vivida.
cérsenos presente más que cuan.do 122. Quien quiera que sigamos
uno de nuestros se1•tidos entra en su sentimiento debe fingir )lene-
conmoción, hemos de reconocer tra1• en los nuestros. (Cab. DE MÉ-
que nunca tendrfamos la revela- RÉ, Réfl. ,nor., 336.)
033 SENTIDO

123. Teodoro. ( ... ) No confun- un trabajo de ideación que es con-


dáis nunca la evidencia resultante tinuado mediante un análisis, es
de la comparación de las ideas con decir, mediante una aprehensión
la vivacidad de los sentimientos distinta de esos elementos, y con-
que os afectan y conmueven. Cuan- cluye con una síntesis, es decir, con
to más vivos son nuestros senti- una reconstrucción del conjunto a
mientos, mayores tinieblas espar- partir de sus elementos. El senti-
cen. (... ) Rehuid, en una palabra, miento es un género del que el sen-
cuanto pueda afectaros y acudid y timiento intelectual y el sentimien-
aficionaos a lo que os trae cla- to afectivo constituyen especies
ridad. (... ). distintas. (A. BURLOUD, La pensé•
Arista. -Vucstl'a exhortación, conceptuelle, 127.)
Teodoro, me parece un tanto viva V. Angustia, 9; Estética, 2, 3, 4; Fe-
para una conversación de Metafí- licidad, 25; Opini6n, 9; Tolerancia, J.
sica. Creo que excitáis en mí sen- Sentimental. Se torna siempre en el
timientos, en vez de hacer nacer sentido afectivo de la palabra senti-
ideas claras. (MALEBRANCHE, E 11- miento, y generalmente con matiz pe-
tret. mtitaph., III, vm.l yorativo.
124. Aquel ministro (... ) po- A. Referido a cosas: que implica
seía fortaleza de ánimo y un vivo sentimiento, de ordinario excesivo (ai-
sentimiento de la grandeza de su re, tono sentimentales; un idilio senti-
país. (A. FRANCE, Opinions de Jér. mental; la vida -sentimental).
Coignard, 45.)
B. Referido a personas: aquel en
125. El sentimiento me dic- quien domina la afectividad, que se
ta el valor que un objeto tiene pa- complace en los sentimientos de ternu-
ra mi. (C. G. JUNG, L'homme a la ra y los manifiesta de manera un tan-
recherche de son ame, 87.) to indiscreta.
126. Lo que da al novelista el Caracterol. En la clasificación de
sentimiento del fracaso es lo in- HEYMANS-LE SENNE tiene por fórrnu)a
menso de sus pretensiones. (F. EnAS (Emotivo, no-Activo, Secunda-
MAURIAC, Lo romancier et ses per- rio).
sonn., 1-25, Correa, 1933.)
131. El nervioso quería emocio-
127. Cuanto más me inclinaba nes vivas y cambiantes (... ). El
a creer en mi importancia, más sentimental busca también las emo-
me dabas tú el sentimiento de mi ciones, pero las quiere profundas y
nada. (F. MAURIAC, Nooud de vip., duraderas. La secundariedad le lle-
17.) va a prever las consecuencias re-
128. en la medida en que al es- motas de las acciones presentes, le
critor no le basta con pintar la hace prudente (... ). El sentimental
realidad, sino que ha de darnos la duda tanto que deja pasar la oca-
impresión de esa realidad; o, no sión, y algo, en el fondo de su co-
contento con comunicarnos hechos, razón, se regocija por ello, porque
nos expresa el sentimiento que de la acción le asusta con los muchos
ellos tiene, no son ya hechos lo riesgos de que se halla preña-
que entrega a nuestra curiosidad, da( ... ).
sino su propia persona. (F. MAU· Además, el análisis subjetivo da
RIAC, Dieu et Mammon, 72.) al sentimental una satisfacción po-
129'. Posee un sentimiento tan sitiva extremadamente viva. Es in-
ingenuo de su evidente superiori- capaz de gustar un placer plena-
dad en. la controversia que juzga mente espontáneo. Sólo es feliz en
superfluo guardar las formas pa- la reflexión, en la intimidad, en el
ra conquistarme. (G. DUHAMEL, secreto. (G. BERGER, Tr. prat.
Confesa. do mimtit, XV, 191.) d'anal. du caract., 42-43.)
130. El sentimiento es un esta- 132. la pasividad del especta-
do de sincretismo en el que elemen- dor, su impotencia, le colocan en si-
tos que pueden ser tanto de orden tuación regresiva. El espectáculo
intelectual como sensorial, objetivo ejemplifica una ley antropológica
como subjetivo, se dan de modo general: todos nos volvernos senti-
global y confuso; con frecuencia mentales, sensibles, lacrimosos,
no es sino el pl'imer momento de cuando nos vemos privados de
SER 034

nuestros medios de acción. (E. Mo- precisar sin apenas ayuda un nue.
La cinéma, 101.)
RIN, vo uso de la palabra ser. A pesar
V. Ter111,ra, 2. de los fusiones y las interferen-
cias, he creído poder aislar una
Sentimiento. y der. V. Sentido. veintena de significaciones distin-
Señal. V. Sig110, tas. (R. CHAMPJGNY, «Le mot litre
dans l'etre et le néanh, Revue de
SER 1nét. et tic mor., abril-junio 1066,
División del art.: l.° SER 1 (Ser y 165.)
der.); 2.0 SER II (Esencia); 3.0 SER V. Ek-stasis, 1; Eternidad, 7; Na,.
111 (Existentia). tia, l.
Infinitirn empleado a menudo subs-
tantivadamente y en ambos casos en di- SER I
versos sentidos que a veces se hallan Ser (Verbo). Lat. esse. Part. pres.
yuxtapuestos. (latín escol.): ons, pi. cntia; trad. el
l. Desde toda la eternidad Dios gr. to on, pi. ta 011ta.
es, Dios es perfecto, Dios es feliz, Este verbo, que es también el prin-
Dios es uno. El impío pregunta: cipal de nuestros auxiliares, se toma en
¿ Por qué Dios es? Le respondo: múltiples acepciones (ver un dicciona-
¿Por qué Dios no iba a ser? ¿Por- rio),- de las que nos atendremos a las
que es perfecto? ¿Es acaso la per- más esenciales, y desempeña un papel
fección un obstáculo al ser? ¡ Error capital en el pensamiento.
insensato! La perfección es, por el l. En mi opinión, la facultad
contrario, la razón de ser ( ... ). ¿A distintiva del ser activo inteligen-
qué llamamos perfecto? A un ser te consiste en poder dar un senti-
a quien nada falta. ¿ A qué llama- do a la palabra cs. (RoUSSEAU,
mos imperfecto? A un ser a quien Émila, IV [P.rof. de fe). ed. Gar-
falta algo. ¿Por qué el ser a quien nier, p. 326.)
nada falta es con preferencia al 2. Obrar es ( ... ) esencialmente
ser a quien le falta algo? ¿De dón- un verbo que, al parecer, formula
de viene que algo sea, y que no el secreto del ser y lo afirma en su
pueda hacerse que la nada sea, si función radical: ser es obrar, y lo
no es porque el ser vale más que que no es obra no es. (M. BLONDEL,
la nada, y que nada puede prevale- L'aetion, I, 38, Alean, 1937.)
cer sobre el ser, ni impedir que el
ser sea? (BossUET, Élévations, l." 3. Supongamos que falte esa
Sem., 1.8 el.) significación indeterminada de ser
(Sein) y que no comprendamos
2. Sin haber analizado el sen- tampoco el sentido de esa signifi-
tido del sum, creyendo que la no- cación. ¿ Qué pasarla entonces?
ción de ser se comprende por sí ¿ Tan sólo que habria una paJabrn
misma, que es perfectamente clara menos en nuestra lengua? No. En-
y unívoca, Descartes atribuye al tonces 110 habría ya ninguna len-
sujeto pensante, al yo, la realidad gua (... ). Nosotros mismos no se-
o el ser de una cosa. (J. MoREAU, ríamos ya seres que hablan. No
La conscicnce et l'étrc, 106.) podríamos ya ser lo que somos.
3. Decimos: «Dios eso, «La tie- Porque el hombre se define como
rra es», uLa conferencia es en el «un ser que habla•. (HEIDEGGER,
aula•, «La copa es de plata• ... Einfiihrung fa die Metaph., 62,
«Ese libro es mío», «Es hombre Tubinga, 1953.)
muerto» ... Y en cada caso el «en 4. El empuje de lo humano se
tiene una significación distinta. dirige de preferencia hacia el
(M. HEIDEGGER, lntrod. a la mé- cimás-sero y no hacia el •bien-ser»
taph., 100.) o bienestar ... (J. RosTAND, Pcnsécs
4. Sartre ha elegido la palabra d'un biol., 229.)
ser como único término irreducti- A. En sentido existencial: afirma la
ble en El Ser /1 la nada. Es difícil realidad actual de una cosa. A menudo
fijar con precisión la significación tiene como correlativo: devenir, pare-
de esa palabra al hilo de la obra. cer.
Los usos son equívocos, el contex-
to casi siempre vago, y casi siem- Sin.: existir.
pre es la palabra ser la que ha de 5. Ser o no ser, Tal e■ la cues-
935 SER
tiún. [To be or no to be. That is se confundirá, por ejemplo, el ser
thu question,] (SIIAKESPEARE, Ham- en tanto que cópula del juicio con
lrt.) el término eziatir, y no se dirá:
6. Esta proposición: Soy, ezis- esta mercancía existe cara, el di-
t o, es necesariamente verdadera nero eziste metal o metálico, etcé-
cuantas veces -la pronuncio o In tera, en vez de: esta mercancía es
concibo en mi espirito. (DESCAR· cara, el dinero es metálico, etc.
TES, 2.• llledit., IX, 19,) (HEGEL, Science de la log., 11, 404.)
7. Que haya un momento en el V. 1, 3, 10; C6pula, l; Ser 11, 7, 16.
que nada sea y eternamente nada C. En ambos sentidos ( existencial y
será. (BOSSUET, Connaissance de atributivo) : al menos en la mayoría de
Dicu ... , IV, 5.) los juicios con forma atributiva; para
8. Se,· se me convertia en algo algunos, en todos los juicios.
enormemente voluptuoso. (A. G1- 14. Toda forma de existencia
DE, Les nourrit. terr., 109." ed., debe ser definida por ciertos carac-
118.) teres originales: sólo podemos ins-
9, Escribir, no para hablar, ni cribirla en el ser determinándola,
siquiera para escribir: para ser, y decir que es diciendo lo que es.
para devenir más y más en el pen- El ser de .Ja cópula no carece, pues,
samiento y el corazón. (M, LENÉ- de parentesco con el ser del verbo;
nu, Journal, 11 nov. 1907.) es tan sólo un ser facticio y dividi-
10. El tiempo es el creador, el do que expresa lo que el conoci-
conservador, el destructor de cuan- miento ha retenido del ser absolu-
to es. l!:l llama al ser a todos los to ( ... ). El juicio de existencia es-
individuos por el nacimiento, los tá, pues, implicado por los otros
mantiene en el ser por la duración, juicios. (L. LAVELLE, De l'étrc, 159-
consuma su ser llamándolos al se- 161.)
no del inmenso pasado por la 15. En Sócrates es, el verbo sig-
muerte. (L. LAVELLE, Canse. de soi, nifica el propio Sócrates como
224.) existente; en Sócrates es blanco,
11. No elijo ser, pero soy. Una lo significado no es la existencia
absurdidad responsable de sí mis- de Sócrates, sino la de lo blanco
ma, es lo que soy. (S. DE BEAUVOIR, en Sócrates. Al emplearlo así, como
Le sang des autres, 101.) cópula, el verbo es no se toma y a,
pues, en su significación princip.d
12. Existía en presencia de una y plena, la de la existencia actual.
mirada (... ) . Qué angustia descu- sino en una significación secunda~
brir de pronto esa mirada como un ria, derivada, •no obstante, de la
medio universal del que no podía principal ( ... ). Sócrates es hombre
evadirme. Pero qué descanso, tam- significa que la forma hombre es
bién. Al fin sé que soy. Transfor- inherente a. Sócrates como acto
mo, para mi uso particular y tu constitutivo de su sustancia. Só-
mayor indignación, el dicho imbé- crates es blanco significa la deter-
cil y criminal de vuestro profeta, minación actual del sujeto por esa
ese «pienso, luego soy» que tanto forma accidental, blanco. (E. G1r.-
me ha hecho sufrir -porque cuan- SON, Le thomisme, 60.)
to más pensaba menos me parecia
ser-, y digo: me ven, luego soy. 16. Cuando digo: «El miriágo-
(J,-P. SARTRE, Le aurlris, 320.) no es un poligono de diez mil la-
dos», esta proposición equivale a
V. 1, 2; Acto, 38; Devenir, 3, 4, 8; la siguiente: el objeto de pensa-
Eternidad, 1, 7; Forma, 10, 11; He- miento Mlriágono ezistc ( con e>:is-
cho, 20; Juicio, 31; Libertad, 43, 68; tencia posible fuera de mi espíri-
Nacla, 7; Objeto, 10; Principio, 30; tu) con esta determinación esen-
Ser 111, 11, 14, 18. cial: «Poligono de diez mil lados».
B. En sentido predicativo o atribu- (J. MARITAIN, Pctitc logiq1<c, p. 67.)
tivo (como cópula) : afirma lo que una D. Para los fenomenlstas y los fe-
cosa es, su esencia (la ballena es un nomenólogos contemporáneos de inspi-
mamífero), ración husserliana se emplea también
13. Se convendrá. acaso con en el sentido de: ser percibido, existir
más dificultad en que algo pueda para una conciencia. Esta concepción
ser eln ezistir; pero al menos no no acarrea necesariamente el rechazo
SER 036

de las cosas en si: consiste esencial- el verbo reflexivo. (L. LAVELLE,


mente en la afirmadón de que el ser L'inlimité spirit., 103.)
,•erdadero es el ser para mí, siendo el Sei·-r11-e/-1111111do (fo-clrr-Wr•/l-sci11).
ser en sí sólo válido como posibilidad Condición necesaria de In existencia
de acceder ni nivel del para mi. humana (HEIDEGGEII).
17. Ninguno de los seres que 26. La inherencia del Dasein al
componen el poderoso orden del mundo, tal como se señala en el
mundo subsiste fuera de una men- br-clcr-Wclt.-•ci11, enuncia que la
te; su ser es ser •percibidos o cono- existencia humana no 11e concibe
cidos. (BERKELEY, Princ. de la con- sino por una relación de naturale-
naissance, I, 6.) za con lo otro, con lo no-110. Sin ese
18 ( ... ) hay un ser de la cosa no-yo organizado que es el mundo,
percibida en tanto que es percibi- ningún Dasein se halla en estado
da. (J.-P. SARTRE, L'ctre et le "·• de existir. (A. DE WAELHENS, La
24.) phi/. do llf. Hoi.degger, 36.)
19. Mi existencia no viene de Ser II tener. Oposición profundizada
mis antecedentes, de mi entorno fí- por G. MARCEL. En apariencia simple
sico y social; va hacia ellos y los (lo que soy, lo que constituye mi perso-
sostiene, porque soy yo quien hace nalidad intima, es muy distinto de lo
ser para mí (y, por tanto, ser en el que poseo fuera de mi), la reflexión la
único sentido que la palabra puede revela como muy difícil. En efecto, lo
tener para mí) esa tradición que que soy, y, sobre todo, Jo que creo ser,
decido reanudar o ese horizonte está profundamente condicionado por
cuya distancia a mí se desploma- lo que tengo: materialmente (tierras,
ría, puesto que no !e pertenece co- dinero ... ), socialmente (situación, repu-
mo una propiedad, si yo no estu- tación), espiritua,lmente (saber, ca.paci-
viese ahí para recorrerla con la dad intelectual, hábitos morales). Al
mirada. (M. MERLEAU-P., Phéno- analizarlo estamos a punto de ver có-
ménol. de la perc., III.) mo el ser se disuelve en el tener.
Ser sido. Tener su ser de ... No ser 27. el nombre propio no es sim-
sino por ... (otro). plemente un signo. Está ligado al
20. Esa ,rada en que la libertad ser, se convierte en su ,propiedad
se funda ( ... ) es si.da por el ser hu- inalienable. Desde este punto de
vista, hemos de hallar chocante el
mano en sus relaciones consigo procedimiento, seguido por ciertos
mismo. (J.-P. SARTRE, L'ctre et señores, de dar siempre el mismo
le néant, 71.) nombre a sus sucesivas sirvientas
21. Esa duración psicológica para no tomarse el trabajo de re-
que no podría ser por sí y debe cordar su nombre verdadero. Di-
perpetuamente ser si.da. (lbíd., ríamos que el nombre está situado
218.) en la intersección del ser y el te-
22. El para-sí no es en modo ner. (G. MARCEL, La myst. de l'étre,
alguno una sustancia autónoma. II, 66-57.)
En tanto que nihilización, es sido V. Ek-stasis, 3.
por el en-si. ( lbúl.., 712.) Ser (subst.) A. En sentido abstrac-
Serse (reflexivo). Hodo de existir del to ( carece de plural): el hecho o el acto
hombre que elige libremente su esencia de ser (lat. cssc), la e:r:istcncia o mejor
y al hacerlo se hace. el eristir. Dios nos ha dado el ser: nos
23. Uno no es, se es. (E. Ltv1- ha dado ser o rrislir. Es del ser en este
NAS, De l'c:zistcnco a l'e:ristant., sentido del que ha dicho HEIDEGGER:
38.) «La ciencia olvida y hace olvidar el
ser». Lo cierto es que escapa a quien
24. ( ... ) tenía que sern1e eterna- quiere verlo en su pureza, porque sólo
mente; era mi propia carga. (J.-P. cabe aprehender el ser de un ente.
SARTRE, Le sursÜI, 318.) V. Existencia A.
25. Esta primacía del acto, to- 28. El ser no es esencial y ne-
mado en su pureza absoluta, nos cesario a la criatura, porque toda
obliga a definir el ser no ya como una eternidad ha transcurrido sin
hecho, ni como haciendo, sino como que fuese; pero si In criatura es
haciéndose. El verbo del Ser no es existente, si es creada, es depen-
el pasivo, ni siquiera el activo; es dencia, es sierva del creador, y re-
937 SER

sulta más fácil borrar su ser que Ser es, pues, la actualidad munda-
su servidumbre. (Cardenal DE Bf- na de lo real. (X. ZUBIRI, Sobre la
RULLE, <Euvres, Migne, 1150.) esencia, 434.) Ad. E.
29. ¡Mi hacha, mi pobre hacha! V, Cogito, 9, 10, 11; Eiiléfico, 4; Fe-
exclamaba: devuélvemela, 11ómc110, 4, 13; Filosofía, 28; Nada,
[Júpiter, 8, 9.
y por segunda vez habrásme B. En sentido concreto y en com-
[ dado el ser. prensión•: lo que una cosa es, su esen-
(LA F0NTAINE, El /eña,dor 1/ Mer- cia, con abstr,acción del hecho de Ser
curio.) (de la existencia).
30. La idea del «ente» en gene- 33. El hombre no obra por la
ral merece ya el nombre de tras- razón, que constituye su ser. (PAS-
cendental que los aristotélicos me- CAL, Pensées, 533.)
dievales aplicaban al uno, al ser y
al bien. Pero la generalidad del ser 34. el ser de las cosas desborda
-de lo que hace la existencia del el ser que [la ciencia J asimila, y
existente- no equivale a aquella el espíritu humano desborda las
trascendencia. El ser rechaza toda facultades humanas que ella uti-
especificación y no especifica nada. liza. íE, BoUTR0UX, Se. et relig.,
(LfVINAS, Do l'existeno, a. l'exis- 357.)
tant, 17.) 35. Respecto de los demás, la
31. Lo que podemos concebir es sinceridad es un esfuerzo para
la esencia de un ser, pero no la del eliminar toda diferencia entre
ser, (E. GILS0N, L'étro et l'essencc, nuestro ser real y nuestro ser ma-
288.) nifiesto. (L. LAVELLE, L'crreur de
N arcisse, 55.)
32. El ente se nos aparece por
todos lados, nos rodea, nos lleva, 36. Debemos seguir una línea
nos obliga, nos hechiza y nos col- de fidelidad a nuestro ser. El des-
ma, nos exalta y nos decepciona. tino no puede ser sino el cumpli-
Pero ¿dónde está y en qué consis- miento de una vocación, el camino
te, en todo ello, el ser del ente? por el que nos será dado llegar a
(HEIDEGGER, Ein/ührung in die ser lo que somos. (G. GUSD0RF,
M etaph., 24. Trad. WAHL, Vers la L'exist. mor., 155.)
fin de l'ontol., 58.) 37. La verdad auténtica de la
32'. Por todas partes tropeza- persona consiste en una consuma-
mos con el hecho gigante de que ción, en una expansión del ser. En
las cosas -números o cuerpos al- ella toma el hombre conciencia de
mas- poseen una estructura, un cuanto es, es decir, del conjunto de
orden y conexión de sus partes dis- lo que se siente llamado a ser.
tintos del orden y conexión que (lbíd., 370.)
tienen nuestras ideas. La identifi- 37'. ¿No es más noble, por ven-
cación de lo uno con lo otro, del lo- tura, el hombre ilustrado --en tal
gos con el ser, formulada en las o cual medida-- acerca de lo que
palabras de Spinoza -,,rdo et con- en verdad es él mismo y es su
nexio üJ.earum idcm est ac ordo et mundo? «Yo sé quién soy», dijo
connezio rerum..--, es ~a trans- Don Quijote a su paisano Pedro
gresión, la •ligereza que el racio- Alonso, y en poder decirlo consis-
nalismo añade al recto uso limita- tió la máxima dignidad de su exis-
do de la razón. (J. ORTEGA Y GAs- tencia andante. Si bien se mira,
SET, Ni vitalismo ni racionalismo, ésa es la dignidad que el verdade-
Obras, 111, 279.) Ad. E. ro intelectual -filósofo, teólogo,
32". Ser no es formalmente poeta, historiador u hombre de
idéntico a 1·ealidad, pero presupone ciencia- regal•a a quienes le escu-
la realidad. Realidad es una forma- chan: la de poder decir con cierto
lidad absoluta, mientras que ser fundamento, como Don Quijote, un
es un carácter respectivo. Sólo «Yo sé quién soyn esclarecido y
respectivamente tienen sentido ha- grave. (P. LAÍN ENTRALG0, La Uni-
blar de «salir a luz•, «dar a luzo, vorsiclad, el intclcct1tal, Euro-pa,
«venir ,al mundo», etc. En cambio, 64.) Ad. E.
génesis y nacimiento conciernen a V. 31; Apariencia, 5; Ser III, 60,
lo real qua real en absoluto. ( ... ) Rcp1·csontación, 9.
SEll 938

C. En sentido concreto, pero en ex- ne aquello que sólo tiene un ••••


tensión• y eng-lobando la existencin i>t anima, el en• rationis, pero que
junto con ln esencia (un ser, los seres; i>t 1·e no tiene ni puede tener cssc.
lat. ens, r11tia): lo que existe, lo exis- ( ... ) Aqui, case significa existir y,
tente. Se dice sobre todo de los vivien- por tanto, aetuar produciendo efec-
tes y en particular del hombre. tos, cosa que no se da en el ons
Sin.: Ente. rationis, en el ente irreal. (X. Zu-
BIRI, Sobre la esencia, 384.) Ad. E.
38. Los primeros que llegaron
n considerar los accidentes como V. 1, 17, 25, 31; Devenir, 4; Necesi-
una especie de seres reales que ne- dad, 1; Ser 11, 16; Ser 111, 4, 31.
cesitan de algo a lo que ir unidos, D. Absolutamente, el Ser (de ordi•
se vieron obligados a inventar la nario con un adjetivo que precisa el
palabra sustancia para servir de sentido de esa mayúscula: supremo, ab-
sostén a los accidentes. (LEIBNIZ, soluto) : el ser ilimitado, Dios.
N. Essais, 11, XIII.) 43. Cuando sufro una injusti-
39. La admiración es el supre- cia me digo: el Ser justo que todo
mo privilegio de la inteligencia, su lo rige sabrá resarcirme. (Rous-
desquite sobre el denso misterio de SEAU, É1nile, IV, 357.)
los seres y de las cosas. (L. Bou- , 43'. Evidencióse ya a su juicio
NOURE, Autono111ic de l'Ctrc vivant, que el Ser necesariamente existente
217.) hallábase adornado de todos los
40. ( ... ) el ser no es ni la exis- atributos de perfección, y exento y
tencia ni la esencia, sino su uni- alejado de las cualidades de im-
dad. (E. GILS0N, L'iitrc et l'esscn- perfccci6n o defecto. (ABENTOFÁIL,
ce, 299.) El filósofo autodidacto, 96-96.)
41. La idea no es un ser dismi- Ad. E.
nuido con respecto al ser de que 43". Alegrábase el amigo por el
es id~a... (L. LAVELLE, De l'actc, Ser de su Amado, pues que por
297.) su Ser todo otro ser ha venido en
42. En cuanto al fondo, L'é- ser, y es sustentado, obligado y
sujetado a -honrar y servir al Ser
tranger narra la historia de un de su Amado, quien por ningún
ser que se siente exiliado entre los otro ser puede ser destruido ni
hombres, no comparte en nada sus culpado, disminuido y aumentado.
sentimientos, no obedece a sus le- (R. LULI0, Libro del amigo II del
yes, pero acaba por sucumbir a Amado, § 311, p. 109.) Ad. E.
sus golpes. (P. H. SIMON, Litt.
fra11c. contcmporai11c, II, 83.) e Ente. A. El ser en el sentido C.
El ser que es (ens) a diferencia del ser
42'. uso el sentido inveterado de lo que es ( csse).
del concepto «ser•; el cual resul-
ta, en efecto, cuando ante una co- B. Trad. el al. Sciendes (part. pres.
sa abstraigo de su ser primario, de scin, ser), emplado substantivada-
que es su ser servicial, usual y vi- mente por HEIDEGGER para designar el
vido, y encuentro que la cosa no ser concreto. Se traduce también por el
ha desaparecido porque yo no me e:r:iste11te (pero uel existente» suele de-
ocupe con ella, sino que queda ahi, signar al hombre). Ji!! ser que existe.
fuera de mi vida, tal vez en es- V. E:r:iste11te.
pera de que otra vez me sirva de 44. ¿Por qué hay, de un modo
algo. (... ) ese ser por sí de las co- general, ente y no má.s bien nada?
sas, su ser cósmico y subsistente, Tal es la cuestión. (HEIDEGGER,
es también un ser -para mi, es lo comienzo de Einführung in dia
que son cuando dejo de vivirlas, Metaph., I, Tubinga, 1953.)
cuando finjo no vivirlas. (J. ORTE- 45. El hombre es un ente que
GA y GASSET, ¿Qué •• filosofía?, se halla en medio de los entes, de
251.) Ad. E. tal manera que el ente que él no
42". Hay un essc que además es y el ente que él mismo ya es le
de ser in anima lo es también c:r:- son desde siempre manifiestos. A
tra animam; es el ser que tiene al- este modo de ser llamamos e:r:istsn-
go independientemente de toda tia. La existencia sólo es posible
concepción, el ser real, el CBBe rea- fundada en la comprensión del
/e, el ser substantivo. A él se opo- ser (.•• ).
939 SER
Por la existencia del hombre se 47. [Los filósofos] observan al-
consuma, en la totalidad del ente, gún efecto nuevo e imaginan una
una irrupción tal que, por este solo nueva entidad para producirlo. El
acontecimiento, el ente en si mismo fuego calienta, luego hay en el fue-
se hace manifiesto, es decir, se ha. go alguna entidad que produce ese
se manifiesto como ente. (HEIDEG• efecto, y que es diferente de la ma-
GER, Kant et. le problihne de la teria de que el fuego está compues-
métapli., 284.) to. (MALEBRANCIIE, Recli. de la
V. 32; Regional, 1. 11ér., II, 2, cap. VIII.)
Ente ele raz611 (lat. escol.: en• ratio- 48. En el estado metafísico (... )
11is). Que no puede existir más que en los agentes sobrenaturales [del es-
la mente. P. ej.: el vacio, la nada, la tado teológico] son reemplazados
ceguera. Se op. a ser o ente real. por fuerzas abstractas, verdaderas
V. Disti11ci611. real y dist. de raz611. entidades (abstracciones personifi-
cadas) inherentes a los diversos
46'. todo aquello que no pone estados del mundo y concebidas co-
en la cosa a la que se atribuye al- mo capaces de engendrar por sí
go real, positivo e intrinseco, pue- mismas todos los fenómenos obser-
de llamarse ente de razón, bien pa- vados, -cuya explicación consiste
ra que se distinga del ente real entonces en asignar a cada uno de
propio, que tiene una verdadera e ellos la abstracción correspondien-
intrinseea entidad, bien fundamen- te. (A. COMTE, Pliil. pos., lec. 1.ª)
talmente, a saber, porque el en-
tendimiento para concebir y pre- 49. La idea de enfermedad es
dicar con distinción los atributos una idea abstracta que nos hace-
de este género, toma de ellos el mos de un conjunto de fenómenos
fundamento para formar algunos mórbidos. No podemos obrar sobre
entes de razón. (Fr. SUÁREZ, Do la enfermedad, que es una entidad,
las propiedades del onte ... , I, § 10, sino tan sólo sobre las condiciones,
p. 39.) Ad. E. que podemos hacer favorables o
desfavorables para el desarrollo
45". El ens ratio11ia no es for- del fenómeno vital, fisiológico o
malmente lo inexistente, sino lo morboso. (CI. BERNARD, Princ. de
inexistente concebido o fingido méd. exp., 128.)
«como si fuera» existente. Esto
lo vio claramente la Escolástica. 50. Es una enfadosa disposi-
Pero esto equivale a decir que el ción del espíritu humano la de lle-
ens ra.tionis tiene, «a su modo», gar a considerar como entidades
una cierta existencia. (.. ,) Existir reales cuanto se ve obligado a ••·
«sólo» intra animam es el modo parar para comodidad de sus es-
de existencia que consiste en tener tudios. (J. PAYOT, La croyance
existencia sólo objetiva en y por 2.ª ed., 173.) '
la intelección. Entonces existir 51. Nada más quimérico que
«realmente» es el modo de existir concebir la emoción religiosa como
que consiste en tener existencia un acto puro, como una entidad
«de suyo». (X. ZUBIRI, Sobre la psicológica existente en y por sí
esencia, 396-397.) Ad. E. misma, con independencia de sus
Entidad. Lat. escol. en titas; esencia concomitantes fisiológicas. (Th. R!-
de lo que un ens. Der.: entitativo, B0T, Psychol. des sent., 100.)
entitativamente. 52. A entidades morales como
A. La esencia considerada en sí la voluntad de ofensiva del jefe, o
misma (y no como existente en un ser el espíritu de sacrificio de los sol-
individual). dados, se les atribuía en la ejecu-
ción un valor absoluto, juzgándo-
46. La patología mental se di- las susceptibles de operar por sí
rige, como la patología orgánica, mismas y con independencia de los
a constituir, lo mejor que pue- medios. (Ch. DE GAULLE, Lo fil de
de, entidades nosológicas, es de- l'épée, 115-116.)
cir, enfermedades definidas dota- 53. Uno puede detestar en par-
das de personalidad propia. (G. DU- ticular a cada uno de los miembros
MAS, Tr. de psychol., II, 814.)
de su familia y no obstante tener
B. Peyor.: abstracción realizada• o muy desarrollado el amor a la fa-
personificada. milia, de la misma manera que se
SER 940

puede detestar individualmente a de la esencia de Dios m{,s de lo


cada uno de los franceses y amnr que puede serlo de la esencia de
a la entidad Francia. (J. RosTAND, un triángulo rectilíneo la magni-
Les familiotes, 7.) tud de sus tres ángulos iguales a
54. al leer ciertos trabajos con- dos rectos, o de la idea de mon-
tC'mporáneos, se tiene •la impre- taña la idea de valle. (DESCARTES,
sión de que los actores de la histo- 5.ª Médit., t. IX A, 52.)
ria no son ya hombres, sino enti- 3. la esencia, en tanto que dis-
dades: la ciudad antigua, el feuda- tinguida de la existencia, no es
lismo, la burguesía capitalista, el otra cosa que una unión de nom-
proletariado revoluciona,rio. (H. bres mediante el verbo es [nomi-
MARROl', De la connaiss. hist., 177.) nalismo]. (HODBES, en DESCARTES,
V. Alma, 28; Infinito, 8. tercer Object., IX A, 150.)
Entitativo. Por op. a operativo*: que 4. aunque debas juzgar de la
se refiere al ser considerado en su exis- esencia de los seres por las ideas
tencia o en su esencia. que los representan, nunca debes
55. El Universo ( ... ) sufre en juzgar por ellas de su existencia.
cada instante un crecimiento enti- (MALEBRANCHE, Médit. cltrét. et
tativo que lo hace de calidad supe- métaph., IX, 12.)
rior a sí mismo. (P. TEILHARD · '5. Los que pretenden que de
DE CH., CEuvres, III, 263.) las solas nociones, ideas, definicio-
nes o esencias posibles no puede
SER II (Esencia) nunca inferirse la existencia ac-
tual ( ... ) niegan la posibilidad del
ESENCIA. Lat. essentia, «término Ser en sí. (LEIBNIZ, Op. phi/., IV,
filosófico que parece haber sido creado
por Cicerón ( ... ) . Traduce o~'J{,;r)). Ha 406, eit. en MOREAU, L'univers
sido construido sobre csse de acuerdo leibnizicn, 220.)
con el tipo pati, patiens, paticntia (ER- 6. Resulta que lo que llamamos
1'0UT y MEILLET). esencia de las cosas es lo que res-
A. Por oposición a existencia: lo ponde primaria y precisamente a
que una cosa es, o mejor lo que com- la üiea que de ellas tenemos; lo
prendemos que es, su idea; por consi- que conviene de tal modo a la cosa
guiente, la esencia implica la inteligi- que no podemos nunca concebirla
bilidad. sin concebirla como tal. (BOSSUET,
Logiquo, I, 49.)
La filosofía aristotélico - escolástica
distingue: las esencias prinicras o indi- 7. El uno dice que la esencia
viduales (lo que es Pablo, Santiago ... ), de la justicia es la autoridad del
únicas reales, conocidas por intuición: legislador, el otro que la comodi-
las esencias segundas o específicas (el dad del soberano, el otro que la
hombre), a cuyo propósito se plantea costumbre presente; y esto es lo
el problema de los universales, y que más seguro. (PASOAL, Pcusécs, 46G-
son obtenidas por abstracción. 467.)
Sin.: quididad (aquello que responde 8. Para todo aquello que puede
a la pregunta quid est), naturaleza, ser concebido como no existente, la
idea. esencia no implica la existencia.
(SPINOZA, Éthiquc, I, Ax., 7.)
l. ( ... ) por ello conocí que yo
era una sustancia cuya sola esen- 9. un hombre es causa de la
cia o naturaleza es el pensar. existencia de otro hombre, pero
(DESCARTES, Disc. de la niéth., IV.) no de la esencia, porque esta esen-
cia es una verdad eterna; y, por
2. Acostumbrado a hacer en consiguiente, pueden sin duda te-
todas las demás cosas la distin- ner en común la esencia, pero en
ción entre existencia y esencia, la existencia deben diferir. (SPINO-
fácilmente me persuado de que la ZA, Éth., I, prop., XVII, cscol.)
existencia puede ser separada de
la esencia de Dios, y que por ello 10. En tanto que la sustancia
cabe concebir a Dios como no sien- puede ser concebida como una y
do actualmente. Pero, no obstante, definida, toma el nombre de «esen-
al pensar con mayor atención en cia». La eacncia, no es, pues, sino
ello, hallo manifiestamente que la la su,,tancia en tanto que suscep-
existencia no puede ser separada tible de definición. La esencia es
941 SER

exactamente lo que la definici6n mentos constitutivos de un ser, que sin


dice que es la sustancia. (E. G1L- ellos carecería de realidad.
s0N, Le tl1omisme, 43.) Sin.: sustancia.
11. Por si misma, como ya he- 13. esta virtud de imaginar
mos visto, la esencia es existen- que en mí reside, en tanto que di-
cialmente neutra; no incluye ni fiere del poder de concebir, no es
excluye la existencia, y por lo mis- en modo alguno necesaria a mi na-
mo es, en sentido pleno, pura po- turaleza o a mi esencia, es decir,
sibilidad. (E, GILS0N, L'etrc et l'r•- a la esencia de mi espíritu; por-
se11ce, 128.) que aunque no la tuviese, no cabe
12. El propio término esencia duda de que seguiría siendo el mis-
es extremadamente ambiguo; por mo que ahora soy. (DESCARTES,
esencia puede entenderse una na- Médit., 6.ª IX A, 58.)
turaleza o una libertad; y acaso 14. Por esencia de una cosa
pertenezca a mi esencia en tanto entiendo aquello que concebimos co-
que libertad el poder conformarme mo primero en esa cosa y de lo
o 110 con mi esencia en tanto que que dependen todas las modifica-
naturaleza. Acaso pertenezca a 111i ciones que en ella observemos.
esencia el poder no ser lo que soy; (MALEBRANCHE, Recherche ... , III,
el poder, simplemente, traicionar- l." parte, l.)
me. (G. MARCEL, «ETRE ET AVOIR», 15. Siento mi alma, la conozco
160.) por el sentimiento y el pensamien-
12'. sabiendo ( ... ) que el cono- to, sé que existe, sin saber cuál es
cimiento que aquel Ser necesario su esencia. (R0USSEAU, Émile, IV,
tiene de su propia esencia no es 341.)
una noción añadida a su esencia, 16. Las películas japonesas ( ... )
sino que su esencia es la ciencia evocan a menudo el pasado sin
que tiene de su esencia, y vicever- transición; presente y pasado es-
sa, que la ciencia que posee de su tán yuxtapuestos sin cesura; son
esencia es ,su esencia mi•sma, ofre- de una misma esencia. (E. l\lORIN,
cióse a su mente como cosa clara Le cinéma, 67.)
que, si él mismo podía conocer su 17. En la percepción abstracti-
propia esencia, este conocimiento va (... ) lo que la inteligencia apre-
por el que comprendía su esencia hende son naturalezas o esencias
no seria una noción sobreañadida que están ~n las cosas o sujetas
a su esencia, sino que sería esa existentes ( ... ) y que ella «desexis-
misma esencia ... (ABENTOFÁIL, El tencia» inmatcrializándolas. (J.
filósofo autodidacto, 110.) Ad. E. MARITAIN, Coure traité de l'uis-
12". Mi acto de visión de la me- tence et de l'eo,istant, 31.)
sa transcurre: la mesa material 18. Empleamos la palabra esen-
motivo de mi visión se corrompe, cia para designar aquello sin lo
pero el objeto «mesa que yo he vis- que el ser no sería el ser de nada
to ahora» es incorruptible y exen- y la palabra existencia para de-
to de vicisitudes. Tal vez mi re- signar aqttello sin lo que el ser 110
cuerdo de él sea torpe y confuso, sería nada. (L. LAVELLE, L'intimi-
pero la mesa que vi, tal y como té spirituclle, 174.)
la vi, constituye un objeto puro e V. Accidr11te, 9; Concl!tsió11.
idéntico a sí mismo. No es un ob ·
jeto individual, es una esencia. La C. Tipo ideal de las cosas, y sobre
intuición individual, la llamada ex- todo de la conducta humana, conside-
periencia, puede convertirse -siem- rado: ya como formando parte de un
pre en intuición esencial. (J. OR- mundo de Ideas (PLATÓN), de normas o
TEGA Y GASSET, Sobre el co11crpto de valores (S0HELER, HARTMANN) ; ya
de se11sación, Obras, I, 263.) Ad. E. como implicado en una ·naturaleza da-
da (LAVELLE),
V. 27, 32; Acto, 38, 40, 41; Ausencia, 19. Lo mismo que todo pensa-
4, Eidética, 1, 4; Especie, 7; Infi11ito, miento y todo enunciado relativos
17; 011tologla, 14; Reducción, 6; Sc1· I, a hechos exigen como fundamento
30 39; Ser III, 37, 39, 40, 43, 66, 80; la experiencia ( ... ) también el pen-
s.lstancia, 11; Universal, 6. samiento que se refiere a las esen-
B. Por oposición a accidente: ele- cias pu ras -el pensamiento sin
SER 942

contaminación, sin mezcla del he- 24. La severidad del pecador


cho y de la esencia- exige como hacia sí mismo es una cualidad
fundamento subyacente In visión esencial a la penitencio.. (BoURDA-
de las esencias. (HUSSERL, ldics, LOUll, l.' de Advie11lo, sobre la se-
25.) vericlad do la pe11itcncia, J.)
20. La esfera lógica aparece 25. Todos los espíritus se ha-
como una especie de penda11t de llan esencialmente unidos a la so-
la esfera ontológica, pero como un berana Razón. Tan sólo pueden vi-
pendant que ofrece ciertas particu- vir y alimentarse de su sustancia.
laridades; está limitada a las esen- (ll:IALEBRANCHE, Convers. clirét., 3.)
cias y no se apoya en ningún ser 26. Lo que es esencial a un ser
real que le sirva de soporte ( ... ). es siempre idéntico en él. El mo-
Es un mundo de esencias ideales. vimiento, que varía en los cuerpos,
(N. HARTMANN, lllétaplt. de la con- y que, tras haber aumentado, dis-
11aiss., I, 284.) minuye hasta parecer absoluta-
21. Lo peligroso es que puede mente acabado ( ... ) no puede ser
confundirse nuestra esencia con esencial a los cuerpos. (Fl!:NELON,
nuestra naturaleza. Pero nuestra De l'exist. de Dicu, I, m, 2.)
naturaleza es nuestro ser en tanto 27. Toda experiencia relativa a
que dado ( ... ). En cambio, nuestrs lo «buenon y a lo «malo» presupo-
esencia ( ... ) es el mejor partido 1ic ya el conocimiento esencial de
que podemos sacar de nuestra na- lo que es bueno y de lo que es ma-
turaleza: un ser ideal que se ha- lo. (11:1. SCHELER, Le formalism• e11
lla implicado en ella y que nuestra étl,., trad. M. DE GANDILLAC, 68.)
libertad puede reprimir o fomen- 27'. Todas las notas que no son
tar. (L. LAVELLE, Tr. des valcurs, constitutivas, es decir, que no per-
I, 290.) tenecen formalmente a lo esencial,
22. la sinceridad ( ... ) es una son "inesenciales». La diferencia
búsqueda de mi propia esencia .. entre lo esencial y lo inesencial es,
(L. LAVELLE, L'erreur de Narc., pues, una diferencia entre las no-
53.) tas según sean o no constitutivas
22. la sinceridad ( ... ) es una
de la cosa real. (X. ZUBIRI, Sobre
nea de la constitución las piezas la esencia, 268.) Ad. E.
últimas sobre las que está basado B. En sentido amplio: que es de
el mundo entero, sus principios importancia primordial.
( cir-z~i J físicos. La ultimidad es- 28. Nada más esencial que co-
tructural del mundo es pura !ac- menzar 11ronto a trabajar; no hay
tualidad esencial. (... ) Todo cuan- que desperdiciar los años de ju-
to en el mundo ocurre es o bien ventud. (BossuET, (Euvrcs orat.,
necesario, o bien contingente. Pe- Lebarq, VI, 692.)
ro lo es a base de esta última es- 29. Lo esencial en la educación
tructura, que no es ni necesaria ni es, en efecto, no la doctrina ense-
contingente, sino que simplemente ñada, sino el despertar. (RENAN,
«es11. (X. ZUBIRI, Sobre la esencia, S011venirs d'enfancc et de ;., Saint-
209.) Ad. E. Nicolas du Chardonnet, 111.)
Esencial. A. En sentido estricto: 30. Mientras se apasionaba por
que forma parte de la esencia: aquello la politica, el ministro se daba
sin lo que un ser sería de especie di- buena cuenta de que lo esencial, lo
ferente. que no debía descuidu, seguía
siendo su oficio de abogado. (M.
Sin.: constitutivo, necesario, indis- VAN DER 111EERSCII, Corps et dm,•s,
pensable. I, 231.)
Cu11tr.: accidental. 31. Después de todo, el Evan-
23. Al distinguir sus ideas, gelio y los Derechos del hombre
consideramos a veces, con entera están de acuerdo en lo esencial: el
separación de su sujeto, las cuali- valor infinito de lo. ,persona. (P.
dades que ,Je son más esenciales; VAI,ÉnY, Variétt:, Pléiade, 1, 629.)
a esto es a lo que más particular- 32. Lo esencial puede ocupar en
mente se denomina abstraer. (CoN- nosotros un sitio menor que lo ad-
DILLAC, Ord. des co11n. lutm., I, venticio. (J. RoSTAND, Jountal d'1111
VI, § 57.) carnet., 19.)
043 SER
Esencialismo. A. Neo!. utilizado primacía de la esencia. Para opo-
ya por P. DUIIEM (1861-1016) para de- nerla al existencialismo, la desig-
signar la concepción del franciscano naremos con el término insólito de
Fr. DE MEYRONNES, quien enseñaba que «filosofía esencialista». (P. Four•.
«antes de la creación, las esencias crea- QUIÉ, Existcnt., 10.)
bles tienen una existencia esencial, sea
cualquiera la naturaleza de esta exis- Filosofía escncialista. Nombre dado,
tencian. (Cit. en Le systcmc ,In monde, por op. a la filosofía existencial, a las
VI, 460.) filosofías que se adjudican como objeto
las esencias de los seres y no los se-
33. En lugar de ese semirrea- res existentes. E. GILSON ve a su tipo en
lismo profesado por Francois de la doctrina de Chr. WOLFF, que se ha-
Meyronnes, de ese semirrealismo bria inspirado en SUÁREZ.
al que hemos llamado esencialis-
mo, pero al que iba generalmente 38. Se dice a veces que el sua-
a darse el epiteto de escotismo, lo rismo es una filosofía «esencialis-
que enseñaba el Doctor Sutil era taD o filosofía de la esencia más
un puro conceptualismo, ( ... ) que una filosofía de la existencia
El esencialismo no es, pues, el como el tomismo. Pero es difícil
realismo platónico, pero no repug- hallar situación más ((existencial¡)
na a ese realismo; por el contra- que la situación de dependencia en
rio, inclina el espiritu a admitirlo. la que ve Suárez la característica
(P. DuHEM, Le syst. du monde, VI, última de todo ser distinto de Dios.
474, 503.) (F. CoPLESTON, Hist. de la philoa.,
III, 401.)
B. N eol. adoptado para designar la
actitud que se opone al existencialismo SER III (Existencia)
metafísico, pero de In que ningún filó-
sofo ha hecho teoría personal ni es ad- Existir. Lat. existere o exsistere:
mitida por aquellos a quienes se atri- surgir de, parecer, existir.
buye (según nuesbra noticia, es E. GIL· l. Hay como un vértigo para
SON quien dio por vez primera a esa
el pensamiento en asomarse al va-
pala-bra tal sentido preciso en la 4.• do del verbo existir, del que pare-
ed. de Le thomisme [1492], donde po- ce que no puede decirse nada y que
ne de relieve el existencialismo de San- sólo se hace inteligible en su par-
to TOMÁS) : tendencia a atenerse a la ticipio -existente-, en lo que
consideración de las esencias hacien- existe. (E. LÉVINAS, De l'cxisfrnce
do abstracción de la existencia, o al a l'existant, 15.)
menos a conceder primacía a la esen-
cia. Se le reprocha el especular dentro 2. Existir significa por sí mis-
de la irrealidad y permanecer ni mar- mo que una cosa tiene consistencia
gen de la vida. a partir de, es decir, a partir d¿
34. El arte es la expresión de otra cosa. Se tratará de saber a
las Ideas; es lo que de verdadero partir de qué tiene su existencia lo
hay en el c<esencialismo». No ,.e- que existe: a partir de la nada,
sulta excesivo decir, con Hegel, como piensa Heidegger; a partir
que las grandes potencias del mun- de las causas, como pensaban los
do del espíritu aspiran, en el arte, escolásticos: existcre significaba
a transformarse en naturaleza. (H. para ello ex alío siste,·e. (J. WAHL,
DELACROIX, Psychol. de l'art, 477.) Métaph., 547-548.)
35. El propio Avicena anuncia- A. En el uso ordinario (sin. de ser):
ba mucho más el esencialismo de ser efectivamente. Se dice tanto de las
Duns Escoto que el existencialis- cosas como de las personas: existe un
mo de Santo Tomás. (E. GILSON, ejemplar de esa obra en la Biblioteca
Le thomisme, 80.) Nacional; existe un descendiente de
36. Del mismo modo que el esa familia. Mús que es o hay, existe
esencialismo es una filosofía del se apoya en la realidad del hecho.
ser menos la existencia, es el exis- 3. Existo y tengo unos senti-
tencialismo una filosofía del ser dos por los que soy afectado. He
menos la esencia. (E. GILSON, L'c- ahí la primera verdad que me asal-
tre et l'esscnce, 207.) ta y a In que me veo forzado a
37. La filosofía clásica, hasta asentir. (RoussE:Au, Émilc, IV
el siglo XIX, no puso en duda In [ Prof. de fe], 32.5.)
SER 944

4. ( ... ) no sólo existo yo, sino o a nuís ser por autoposici6n o libre
que existen otros seres, a saber, elección. De ahi el 1·eílexivo <1existir-
los objetos de mis sensaciones; y se».
aun cuando esos objetos no fuesen 9. Del yo so11 emp(rico no pue-
sino mis idens, siempre será cier- do dudnr, pero del yo existo puedo
to que esas ideas no son yo dudar siempre, porque siempre pue-
(lbíd.) do dudar que yo sea auténticamen-
5, Existir es parn nosotros sen- te yo mismo. (K. JASPERS, cit. por
tir. (lbíd., 352.) J. HYl'P0LITE, en Die1t vivant, 3,
6. La sociedad sólo puede exis- 63,)
tir por los sacrificios individuales 10. En el sentido más fuerte,
que exigen las ,leyes. (BALZAC, La existir quiere decir realizar un ac-
fcmmc de frente a1111, Pléiade, 11, to libre y que nos compromete de
718.) manera absoluta. (L. LAVELLE, De
7. Fue algo que me dejó sin /'a.etc, p. 102.)
aliento. Nunca, hasta estos últi- 11. Existir (etimológicamente
mos días, ha'bía presentido lo que sistere ex) es ser teniendo un ori-
queria decir c«existir». Y o era co- gen, en tanto que ser no dice de
mo los demás ( ... ). Decía como sí ese origen, esa dependencia; es
ellos «el mar es verde»; aquel pun- , la autoposici6n absoluta. (A. MARC,
to blanco, allá arriba, ,·s una ga- L'étrc et l'esprit, p. 125.)
viota; pero no sentía que eso exis- 12. Para la realidad humana,
tia, que la gaviota era una gaviota no hay diferencia entre existir y
existente ( ... ) _ Pensaba en la pcr- elegirse. (J.-P. SARTRE, L'étre et
tcne11cia, me decía que el mar per- le néa.11t, p. 660.)
tenecía a la clase de los objetos 13. Existir, para el hombre, es
verdes o que lo verde formaba par- necesariamente, incluso sin que él
te de las cualidades del mar_ (J.- se dé cuenta, revelar y llegar a su
P. SARTRE, La. na.usée, 166.) eclosión la significación de las co-
8. Existir es simplemente estar sas y, por este comportamiento de
ahí; los existentes aparecen, se de- revelación tal como a cada instan-
jan encontrar, pero nunca podemos te lo realiza, establecer el sentido
deducirlos. Creo que hay quienes de su propia vida. (A. DE WAEL-
han comprendido esto. Pero han HENS, en Diooine, 5 enero 1954,
tratado de superar tal contingen- 55-56.)
cia inventando un ser necesario. 14. Existir no es ser. Una co-
( lbú1-, 171.) sa puede tener ser, atributo que
8'- Si existe sujeto existe inse- nosotros le conferimos; asi cuan-
parablemente objeto y viceversa. do decimos de esta lámpara que
Si existe yo que pienso, existe el es. Pero esta lámpara no existe,
mundo que pienso. Por tanto: la porque no es un sujeto; no tiene
verdad radical es la coexistencia más que un fuera, carece de den-
de mí con el mundo. Existir es tro; y cuando hablamos de su exis-
primordialmente coexistir -es ver tencia, lo hacemos como de una
yo algo que no soy yo, amar yo a imitación de la nuestra. (J. GRE-
otro ser, sufrir yo de las cosas. NIER, L'cxiat. mal/1eure11sc, p. 168.)
(J. ORTEGA y GASSET, ¿Qué es fi- V. 32; Mundo, 2, 3; Olvido, 4; Sen-
losofía.?, 222.) Ad. E. tido, 47; Situa.ci6n, 9; Ser 1, 12.
V. 31, 35; Contingencia, 3; Cuerpo, 1, Existirse (reflexivo). Darse un nue-
13; Mundo, 1; Nada., 3; Ser/, 13, 16. vo modo de ser por libre decisión.
B. En el vocab. existencialista y Sin.: «serse»•.
fenomenológico (por op. a ser) : se di- 15. La necesidad pam los de-
ce tan sólo de los seres conscientes, de más de existirse como pertenecien-
la realidad particular que da a los de- do a una raza, una clase, un me-
más seres la conciencia que de ellos to- dio. (J.-P. SARTRE, L'etre et le "··
mamos y de la que esta toma de con- 410.)
ciencia proporciona al sujeto cognos- 2. En sentido derivado: ser real pa-
cente. ra una conciencia (por op. n ser en si).
l. En sentido fuerte y etimológico De ahi In forma activa: «existir al-
(sisterc ex, surgir de): surgir al ser go», es decir, hacerlo real.
945 SER
16. Ser significa: ser objeto de El existir. Designa la existencia con-
una afirmación necesaria que lle- creta de un ser determinado. Tiene por
va su justificación en sí misma; fin evitar que se haga de la existen-
dicho de otro modo, ser inteligible; cia un concepto abstracto, una esen-
Existir es ser supuesto inteligible cia. Los escolásticos contemporáneos
y ser percibido. (J. LAGNEAU, Cé- traducen a menudo por ((existir» em-
lebres /e~ons, 249.) pleado sustantivadarnente el latín e.,:ic
17. De pronto mis ojos se po- o actus essen.di (acto de ser).
san en una papelera y he aquí que 26. En efecto, el existir ( esscj
se pone a existir. (J. GREEN, .Jour- del hombre se termina en la espe-
nal, VI, 94.) cie humana: y 1o mismo sucede
18. Cuando [Fran~oise] no es- •on el existir (csse) del caballo y
taba allí, aquel olor de polvo, aque- de cualquier otro objeto de expe-
lla penumbra, aquella desolada so- riencia. Por el contrario, el exis-
ledad, todo aquello no existía para tir ( essc) de Dios, porque no se
nadie, no existía en absoluto. Y halla recibido en un término re-
ahora ella estaba allí, y el rojo de ceptor, sino que es el existir (esse)
la alfombra traspasaba la oscuri- puro, no está limitado a ningún
dad como una tímida lamparilla .. valor de la perfección ccexistencia»
(S. DE BEAUVOIR, L'invitéc, 10.) (non limitatur ad alíquam perfec-
19. La eosa, al fin y al cabo, tionem cssendi), sino que posee zn
me necesita para existir. Cuando sí la totalidad del existir (totum
descubro un paisaje hasta enton- csse). (Santo TOMÁS DE AQUINO,
ces oculto por una colina, es cuan- De Potcntia, q. 1, art. 2, trad.
do únicamente se hace plenamen- GRENET, Le thomisme, 77.)
te paisaje, y no podemos concebir 27. No se puede pensar el cns
lo que sería una cosa sin la inmi- sin el csse ( ... ) y mucho menos el
nencia o la posibilidad de nuestra esse sin el ens. El existir es siem-
mirada sobre ella. (M. MERLEAU-P., pre el de algo que existe. (E. Gn-
Scns et non-sens, 57.) SON, Le th01nismc, G4.)
20. Pensar una cosa como exis-
tente es pensarse uno mismo como 28. Dios es el Existir por sí.
percibiéndola, es extender la pro- (J. MARITAIN, Court tr. de /'e ....·is,~ ..
pia experiencia de tal modo que 83.)
llegue a comprender aquello qua V. Ecceiclrul; Participación, 10; ['ni-
parecía dejar fuera de sí. (G. MAR- versal, 7.
CEL, Journal mét., lií.) Existente. Empleado, junto con (len-
Existir algo (como v. activo). Hacer- te», para traducir el alemán Seiendcs
lo existir mediante la torna de concien- (part. pr. de sein, ser) : toda realidad
cia. concreta que existe, en los diversos
21. La conciencia no puede exis- sentidos del verbo, en particular el
tir su cuerpo sino como conciencia. hombre («el existente»). V. Ente.
(J.-P. SARTRE, L'etre et le "·· 372.) 29. El tiempo y el espacio son
22. Este dolor en mi índice iz- de la naturaleza de las verdades
quierdo no ceso de existir/o, como eternas que se refieren tanto a lo
mi cuerpo en general. ( Ibíd., posible corno a lo existente. (LEIB-
400.) NIZ, Nouveaux csais, II, XIV, 26.)
23. Las cosas percibidas desig-
nan aquello que «yo existo» sub- 30. [El Verbo] es lo perfecto:
es lo existente, lo subsistente y el
jetivamente. (/bid., 420.) ser mismo. (BosSUET, É[évutions,
Ser existido. Tener su ser ele 12.º Sem., 8: clev.)
otro.
31. Puede ocurrir que la ima-
24. Mi cuerpo cesa de ser exis- gen exterior exista y desempeñe en
tido en su totalidad en la rnedidn la conciencia un papel no c.lespre~
en que es la contingencin total de cinble y que convendría determi-
mi conciencia. (/bíd., 399.) nar con precisión. Pero, una vez
25. Cuando ningún dolor, nin- mús, no es a un (<ser mental» a
gún placer, ningún desagracio pre- quien somos presentes, sino al exis-
cisos son «existidos» por la con- tente en persona. (R. VANCOURT,
ciencia. ( lbíd., 404.) La ¡,hilos. et sa struct,,,.c, I, 193.)
li/J. Diccionario del J.e11¡uajc FilO!,t'ifico.
SER 946

32. Los árboles flotaban ( ... ). vid unción por In matel'in]. (P.-G.
1.Vo truían ganas de existir, pero no GRENET, Le thomisme, 90-91.)
podían impedírselo, y eso ern todo 38. Lo esencial es la contingen-
( ... ). Todo existente nace sin rn- cia. Quiero decir que, por defini-
zón, se prolonga por debilidad y ción, la ~xistencia no es la necesi-
muere por azar. (J .-P. SARTIIE, La dad. Existir es, simplemente, es-
11a11séc, 174.) tar ahí. (J.-P. SARTRE, La, 11ausée,
33. La realidad humana -ese 4G.• ed., 171.)
existente que se siente ,,. me,Jio 30. Si In descripción de In esen-
de lo existente; que mantiene re- cia depende de In filosofía propia-
laciones ron lo existente- existe mente dicha, sólo In novela permi-
en demasía, de tal suerte que lo tirá recrear, en su verdad comple-
existente se halla siempre mani- ta, singular, temporal, el brote
fiesto en su conjunto. (HEIDEGGER, original de la existencia. (S. DE
en Qu'est-ce que la, métaph., 87.) BEAUVom, L'exist. et la sao. des
34. Soy un existente en medio 11at., 119.)
de otros existentes. (J.-P. SARTRE 40. No puede separarse el con-
L'étre <t le 11., 633.) cepto de existencia del de esencia:
35. El existente elige y se eli- la existencia es siempre existen.
ge. (J. WAHL, La, pe,uiée de l'exis- cia de algo, de una capacidad de
tenee, 57.) existir. (J. MARITAIN, Court traité
de l'cxistence et de l'existant, 59.J
EXISTENCIA. Lat. exisfentia, comp.
de ex (fuera de, a partir de) y de un 41. En nuestra experiencia hu-
derivado del part. pres. siste1u, (que mana, la existencia no existe; es
permanece). El cxistens es el que se siempre existencia de algo que
mantiene o surge a partir de... La existe, (E. GILS0N, Le thomisme,
existe11tia, el carácter del que su1·ge 47.)
de ... 42. En resumen, no hay más
36. Heidegger nos invita ( ... ) a existencia actual que la de los in-
partir de la palabra existencia, a dividuos; pero el intelecto no con-
ver en qué consiste ésta. Origina- cibe más que lo gener11l; luego la
riamente la existencia aparece co- existencia como tal escapa a la
mo sa./ida fuera, de; es salida fuera presa de nuestro intelecto. (E. Gn,.
del Uno para Plotino, salida fuera SON, Réalisme thomiste, 185.)
de lo posible para Leibniz, salida 43. Separada de la esencia a
fuera de la nada para Heidegger. la que actualiza en el tiempo, la
La existencia sería, pues, una es- existencia permanece en fatal ig-
pecie de separación, de ruptura, norancia de su origen y de su na-
de herida, por la que algo se se- turaleza más íntima. Se halla li-
para de la unidad, de Jo posible o teralmente desprovista de Bc11tido.
de la nada. (J. WAHL, Tr. de mét., (E. GILS0N, L'íitre et l'esse11ce,
558.) 327.)
A. En sentido que parece abstracto 44. Hay un huida de la exis-
(la, existencia, en singular tan sólo) y tencia ante el pensamiento de la
por op. a la ese11cia: el hecho de ser o existencia. (G. WAHL, Jllétaph.
de existir, con abstracción de lo que es. 666.) '
No es conceptualizable, porque sólo po- 45. La existencia empírica es
demos pensar en la existencia o el exis- tan sólo uno de los modos de la
tir de algo. No obstante, es esta exis- existencia. ( ... ). La existencia de
tencia pura de toda esencia e indepen- In verdad, de la belleza y del bien
diente de todo existente la que persi- no es más dudosa que la del mun-
gue HEIDEGGER, V. Ser, subst. A; Jui- do visible. (H. DELACROIX, Psyc/101.
cio• de existencia. de l'art, 131.)
37. La existencia se comunica 46. Creo en In existencia del
a una esencia que la limita a no actor.
set· más que existencia de esa esen-
cia. La esencia se comunica a una Creo en la existenicn del perso-
materia que la limita a no ser más naje que el actor representa.
que esencia de esa matel'ia [indi- ¿Es la misma existencia? Evi-
947 SER
dentemente no. J ean-Louis Bar- tinadamente recomenzadas ... (J.-P.
rault no es Hamlet. (.. ,) SARTRE, La nausée, 178.)
¿ Es el mismo juicio de existen- 61. La existencia de una mujer
cia? Evidentemente no. Depende hermosa se asemeja a la de una
de mí el afirmar la existencia de ·liebre en día de apertura de la ve-
Hamlct, no la de Jean-Louis Bar- da. (P. MORAND, Le réveille..,matin,
rault. (H. GOUIIIER, Le théii.tre et 141.)
l'exist., 101.)
62. La conciencia es una lla-
47. ante todo, habrla que pre- mita invisible y trémula. A menu.
guntarse una vez más si pensa- do pensamos que su papel consiate
mos verdaderamente la existencia, en alumbrarnos, pero que nuestro
lo que la convertirla en determina- ser está en otra parte. Y, sin em-
ción esencial. Por otra parte, si no bargo, esa claridad somos nosotros
la pensamos, ¿ cómo podemos ha- mismos. Cuando merma, es nues-
blar de ella? Ahi reside la dificul- tra existencia la que se debilita;
tad central, la especie de aporía cuando se extingue, nuestra exis-
en torno de la que no dejamos de tencia la que cesa. (L. LAVELLE,
dar vueltas. (G. MARCEL, Présencc Conac. rle aoi, I.)
et i111111ort., 162.)
53. Una conducta cualquiera, un
47'. la existencia no es una gesto de tal o cual individuo só-
propiedad de la criatura existente, lo pueden ser verdaderamente com-
bien porque no se deriva de prin- prendidos en la perspectiva de la
cipios inkinsecos de é6ta, sino que existencia particular en que los en-
le proviene extrínsecamente, bien contramos. (G. GUSDORF, Tr. de
porque no le conviene de modo ne- l'cxist. mor., 45.)
cesario y por sí. Por todo lo cual
la existencia actual de la criatura 64. (En el restaurante, el Au-
no cae propiamente bajo la cien- todidacta). Pienso ( ... ) que todos,
cia, en cuanto depende en acto de mientras somos, no hacemos más
que comer y beber para conservar·
la libre voluntad del creador; mas
qué sea esta existencia y de qué nuestra preciosa existencia, cuan-
modo se distinga la esencia de la do no hay nada, ni ninguna razó:i
criatura es una cosa oscura ... para existir. (J .-P. SARTRE, La
(F••. SUÁREZ; De las propiedades nausée, 147.)
del ente ... , H, § 4, p. 50.) Ad. E. 55. Medidos por nuestras ex,s-
V. Cogito, 8; Quididad, 5; Ser I, 14, tencias, montañas y astros nos pa-
30; Ser II, 2, 3, 9, 11; Variación, l. recen un modelo de majestuosa fi-
jeza. (TEILHARD DE CH., Le phé11.
B. En sen,tido _concreto (una exis- humain, 60-,61.)
tencia. particular, existencias, !a exis-
tencia que engloba la esencia) : la vida 56. El torbellino de la existen-
de un ser vivo, y muy particularmente cia moderna nos impide darnos
del hombre, considerada en su aspecto cuenta de lo que verdaderamente
temporal y en sus condiciones concre- pasa. Flotamos en la existen~ia
tas. como en un m·ar, sin poder esca-
par a él y agarrarnos a la orilla
48. El tiempo y el espacio se- desde donde nos seria posible abar-
ñalan posibilidades más allá de la car la totalidad en una pura con-
suposición de las existencias. templación. (K. JASPERS, Ltt situa-
(LEIBNIZ, N. es,ais, II, XIV,) tion spirit. de notre époque, 4-1.)
49. Esas pálidas existencias a 66'. ¿Cómo un hombre que crea
las que nunca ha atravesado el ra- ele veras en su propia existencia
yo del ideal y que, desde su pri- va a no intenta,. sellarla en todo,
mera luz hasta su último momen- y ligarla a todo y a todo comuni-
to, se han desarrollado día a día carla? ¿ Cómo un hombre que Cl'ea
como las hojas de un libro de con- ele veras en su propia existencia va
tabilidad. (RENAN, CEuvres, 1, 214.) a creer en su propia n1uerte, en
60. ¿ Parn qué tantas existen- su muerte existencial? Porque en
cias, puesto que todas se parecen'.' la aparencia! nos fuerza a Cl'Cel' el
¿A qué tantos árboles semejantes? mundo aparencia! que nos rodea.
Tantas existencias fallidas y obs- (M. DE UNAMUNO, Plo11it11d ele ple-
SER 948

nitudcs ... , Obras escogidas, 234.) Existencial. Que pertenece al orden


Ad. E. de la existencia,
56". para el hombre, que está G2, Un término cient!fico que
anclado en la temporalidad, ¿es estará muy pronto de moda en los
accesible la pr1·so11a directamente, medios cultos será, sin duda, «exis-
sin pasar por la v!n de In rxistc11- tencial». (... ) Cuando, para con-
cia en que la persona rs y •• /tac•? vencer al lector de que uno com-
Parece más que problemático. (J. prende mejor las cosas que el ve-
lllARÍAS, Migurl de U11amu110, 78.) cino, se haya empleado suficiente-
Ad. E. mente «dinámico», le llegará el
V. A11oma./ía, 2; Deber, 25; Real, 21; turno a «existencial». (J. HUIZIN-
Vocación,.4, GA, I11ccrtitudes, 111, trad. fr. 1!)39,
ed, bol., 1935,)
C. Por op. a la realidad estática de
las cosas (especialmente en el voc. exis- A. Por op, a esencial: relativo a la
tencialista) : el hecho de decidir, si no existencia en el sentido de «hecho de
nuestro ser, al menos nuestra manera cxuitir». Juicio existencial.
de ser (especificación de nuestra esen- 63, Consideremos un ¡u1c10
cia). existencial y no ya un juicio atri-
57. [De las cosas hay que de- , butivo, (H. BERGSON, L'évolution
cir] que son realidades, sin promo- cr., 289,)
verlas a la dignidad de la existen- 64. Para que una •proposición
cia. (L. LAVELLE, lntrod. a l'ontol., atributiva pueda ser convertida
34.) en proposición existencial, es pre-
58. Una existencia que no sea ciso que en ella esté la cópula ya
la de una cosa, sino la de una vi- subrepticiamente dotada de un va-
da, es decir, que tenga un futuro lor existencial, que no puede tener
ante sí (... ), es la de una libertad. sin dejar de ser cópula. (E. G11,-
Y en la libertad encontraremos s0N, L'etre et l'essence, 265-266.)
sin duda los caracteres más pro- 65. El principio de identidad
fundos por los que cabe definir la tiene una significación no sólo
existencia, a saber, ante todo esa «esencial» o copulativa («todo ser
indeterminación que hace que, al es lo que es»), sino también y an-
no ser nada más que existencia, te todo «existencial» («lo que exis-
sea capaz de recibir las más diver- te, existe»). (J, MARITAIN, Co11rt
sas modalidades. (L. LAVELLE, De tr. de l'e:rist., 49,)
l'fotimité spirit, 177.) 66. Esta dependencia existen-
59. La existencia reside en el cial con respecto a su causa es ca-
acto por el que asumo un ser que racterística del universo cristiano
es el mío y en el que comprometo y es en él inadmisible, Ello es
mí propia responsabilidad con res- también la ca.usa por In que, sien-
pecto a él mismo y a todo cuanto do acto de la esencia finita, la
es. (L. LAVELLE, I11trod. ti. l'o11tolo- existencia no le pertenecerá nun-
gie, 38.) ca de pleno derecho. (E, Gil.SON,
GO. Muy bien podemos reducir L'etre et l'cssencc, 93,)
a esos estados [psicológicos) toda 67. La intuición de la subjeti-
la realidad interior, pero a condi- vidad en tanto que subjetividad es
ción de no sacrificar a esta reali- una intuición existencial que no
dad la existencia misma, que es nos da esencia alguna (... ). La
nuestra y que reside en un acto, subjetividad en tanto que B11bjeti-
pero nunca en un estado ni en una vidad es inconceptualizable (incog-
suma de estados. (lbW., 51.) noscible por modo de noción, ue
61. La existencia, en el sentido concepto o de representación). (J,
moderno, es el movimiento por el MARITAIN, Co11rt tr. de l'exist,,
que el hombre está en el mundo, 116.)
se compromete en una situación fl- V. Co11tingencia, 1; Escatología, 2;
sica y social que llega a ser su Subjetividad, 7.
punto de vista sobre el mundo. (M. B. Por oposición a conceptual o no-
MEIILEAU-P., Se11s et 11011-se11s 143,) cional: que consiste en una experien-
V, 65; Angustia, 4. cia vivida,
949 SER
GS. El método de estudio que podríamos decir, orientado hacia
conviene aplicarle [al escándalo] una doctrina general del ser, sim-
no es, pues, ni el análisis percep- ple medio de llegar a una com-
tivo que constituye la observación prensión del ser, en tanto que el
física ni la reflexión subjetiva en otro es cerrado, encerrado en sí
que consiste la percepción; es el mismo, pues para Jaspers el análi-
análisis existencial, para el que la sis de la existencia humana y de
naturaleza, tú, yo y todo lo de- sus posibilidades concretas es la
más no somos sino aspectos, par- primera y la última palabra, el
tes o fases de una realidad a ex- principio y el fin de la filosofía.
perimentar en su movimiento indi- (R. VERNEAUX, Le~on,i sur l'exis-
visible. (LE SENNE, en L'existence, tentialisme, 63.)
130.) 2. Como subst. (lo existencial, los
69. la historia es una aventu- existenciales) y por op. a categoría,
ra espiritual en la que la persona- determinación ontológica del Dasein
lidad del historiador se comprome- (designando categoría las determins.-
te por entero; para decirlo en una ciones ontológicas de los entes distin-
palabra, está dotada, para él, de tos del Dasein). Sein und Zeit, 44.
un valor existencial... (H. MARROU, 73. Heidegger llama exiateu-
De la connaias. hist., 204.) cía,l a todo elemento constitutivo
70. «Existencial» es hoy, como de la estructura, del ser de la exis-
e<orgánico» en tiempo de Augusto tencia humana, reservando el tér-
Comte y «vital» en el de Bergson, mino categoría para los elementos
uno de esos adjetivos estacionales, constitutivos de seres que no son
cargados de vagas resonancias, pe- el del Dosein, por ejemplo, los que
ro apasionantes en su momento, a llamamos ordinariamente objetos.
los que un cambio de perspectiva (A, DE w AELHENS, La, phi/os, de
transforma en históricos, Desde M. Heidegger, 35, n.)
ese momento sirven •para fechar
una época. (J. MONNEROT, Les faits E.,dstencializar, desexistencializar: dar
socia~ ne sont pa.s des choses, la existencia a una esencia; quitársela
67.) por abstracción.
V. Epoké, 6. 74. No es a la esencia a qui?n
pertenece existencializarse. Es más
C.' En el voc. existencialista (se apli- bien a la existencia a la que con-
ca sólo al hombre y a la actividad hu- viene esencializarse. (L. LAYELLE,
mana) : que realiza una existencia en Introd. a l'ontologi.e, 83.)
el sentido C, es decir, por libre elec-
ción y superación de sí mismo. 75. A partir del momento en
que, cediendo a su natural incli-
71. un teatro realista no es nación, la razón desexistencializa
existencial si no afirma el ser co- el ser, el concepto que de él se for-
mo libertad. (M.-M. DAVY, G. Mar- ma permanece existencialmente
ce/, 84.) neutro, y, por tanto, se hace indi-
D. En el sentido de HEIDEGGER. l. ferente para su definición que el
Como adj.: que no se entrega al análi- ser exista o no. (E. GILSON, en
sis de la existencia concreta del hom- Existence, 73.)
bre sino como medio de acceso al ser 76. Una diferencia profunda
en general. En este sentido se emplea separa, pues, a las ontologías de
en francés el neo!. existentícú, a dife- la esencia de aquella que se niega
rencia de existentiel. La filosofía de a desexistencializarla y, por así
JASPERS es existentielle; la de HEIDEG- decir, a desvitalizarla. (/bid., 83.)
GER existentiale. Es decir, en HEIDEG-
GER, el análisis existencial es metódico 76•. el existencialismo cristia-
y su filosofía es un Existencialismo no de un Gabriel Marce!, el exis-
metódico, mientras que en JASPERS el tencialismo religioso de un Karl
análisis existencial y, por consiguiente, Jaspers, y el de tantos otros pen-
su filosofía, son sistemáticos. Existen- sadores y escritores de nuestro
tiempo ha consistido en la cxisten-
cialismo sistemático. Ad. E. cia.tización del cristianismo, es de-
72. En ambos casos, se trata de cir, en la acentuación, hasta don-
un análisis de la existencia hu- de el cristianismo lo permite, ie
mana; pero el primero es abierto, sus ingredientes trágicos. (J.-L.
SER 950

ARANGUREN, lmplicacio11cs de -la fi- cia y de la inteligibilidad; es lo


losofín, en la 1'ida conlcm11orá11ca, que yo considero como el existen-
21.) Ad. E. cialismo auténtico. En el otro, se
Existencialismo. De modo general: afirma la primacía de la existen-
filosofía centrada en el hombre y que cia; pero como destruyendo o su-
se opone al esencialismo. primiendo las esencias o naturale-
zas, y como manifestando una su-
A. En sentido amplio y en la acep- prema derrota de la inteligencia
ción corriente: tendencia a descuidar y de la inteligibilidad; es lo que
o despreciar como ajenas a la realidad considero como existencialismo apó-
las ideas abstractas, los conceptos uni- crifo: exactamente el de hoy día.
versales (las cscnda.s), en beneficio de (J. MARITAIN, Court tr. de l'e:r.istr,~
las realidades concretas e individuales ce, 12-13.)
(las cxistcncia.s).
l. Existencialismo contemporáneo:
77. Nos gustaría dar ese nom- concepción metafísica según la cual, a
bre (existencialismo) a todo es- diferencia de las cosas, el hombre ca-
fuerzo de pcnsa.micnto concreto y rece de esencia o naturaleza, es pura
descriptivo cc,itrado en el hombre, existencia.
por oposición al pensamiento abs-
tracto de la filosofía racional, que . Para HEIDEGGER, la esencia del hom-
procede por lógica, construye un bre ·es su Dasein, es decir, su ser-en-el-
sistema de ideas y engloba al mri- mundo.
t-•rrso entero en su esfuerzo de ex- Para SARTRE, la existencia precede a
plicación. (R. VERNEAUX, Lc,011s la esencia y se identifica con la. liber-
sur l'cxist., 15.) tad, gracias a la cual corresponde a
78. Lo que me parece caracte- cada. uno adquirir una esencia.
rístico del existencialismo francés 81. Todo objeto tiene una. esen-
es la unión que realiza entre lite- cia y una existencia. Una esen-
ratura y filosofía ( ... ) la filosofía cia, es decir, un conjunto constan-
existencialista es literaria porque te de propiedades; una existencia,
se pretende «concreta» y la litera- es decir, una cierta. presencia efec-
tura existencialista es filosófica tiva en e! mundo. Muchas perso-
porque tiene un valor «ontológico». nas creen que la esencia viene pri-
Por lo demás, esta identificación mero y la. existencia después (... ).
es, a mi entender, la tendencia Esta idea tiene su origen en el
normal del existencialismo, dado pensamiento religioso (... ) : para
que éste no es otra cosa que una cuantos creen que Dios creó a los
fenomenología de la. existencia.. hombres, es necesario que lo hi-
(lbíd., 107-108.) ciese ,refiriéndose a la idea que
tenía de ellos (... ) . E-1 existencia-
79. El término existencialismo, lismo sostiene, por el contrario,
que sería correcto reservar para que en el hombre - y sólo en el
toda. reflexión sistemática que to- hombre-- la existencia precede a la
me por punto de partida el análi- esencia.
sis de la. existencia. tal como es da.-
da. a la conciencia, surgió brusca- Esto significa simplemente que
mente en el curso de los años 40, el hombre •• primero, y sólo des-
pués es esto o aquello, En una pa-
en la crítica y el lenguaje corrien- labra, el hombre debe crearse su
tes. (P.-H. SIM0N, Hist. de /a, litt. propia esencia. (J.-P. SARTRE, en
fran,. contemp. II, 175.) Action, Z9 dic. 1944, 11.)
B. Prop. (exist. filosófico) : actitud 82. el existencialismo ha sido
de los filósofos que ven su objeto pro- llevado, según una célebre fórmu-
pio, no en las esencias, sino en los la, a querer, contrariamente a la
existentes. filosofía tradicional, que la esen-
80. Digamos inmediata-mente cia sea posterior a la existencia y
que hay dos maneras de entender no ya la existencia posterior a la
la. palabra existencialismo. En un esencia.
caso, se afirma la primacía de la No obstante, el problema de sa-
existencia, pero como implicando ber si es la esencia quien precede
y salvando las esencias o natura- a la existencia como un modelo al
lezas, y como manifestando una que ésta imita, o si es la existen-
suprema victoria de la inteligen- cia quien precede a la esencia co•
951 SER

mo actividad que la engendra, aca- losofía en la vüla contcmporá11ea,


so sea un problema frívolo. Por- 19-20.) Ad. E.
que sólo la existencia es en el V. Burgués, 11; Ser 11, 35, 36, 37.
tiempo, mientras que la esencia es
necesariamente más allá. (L. LAVElr 2. Existencialismo clásico ( exten-
LE, Tr. tics valcurs, I, 292.) sión a filosofías pasadas de esta deno-
minación contemporánea) : concepción
83. Podríamos, pues, definirlo de la metafísica como ciencia de los
[al existencialismo I como el con- existentes y no de las esencias.
junto de las doctrinas según las
cuales la filosofía tiene por obje- 86. Se díce a veces que el exis-
to el análisis y descripción de la tencialismo contemporáneo debe su
existencia concreta, considerada éxíto al capricho de una moda pa-
como el acto de una libertad que sajera. No lo creemos en absoluto.
se constituye afirmándose y que Por vez primera desde hace mu-
no tiene más génesis ni fundamen. cho tiempo, la filosofía se decide
to que esta afirmación. (R. JoLI- a hablar de cosas serias. (E. GIL-
VET, Doctr. exüite11tial., 24,) SON, L'étrc et l'esscnce, 297-298.)
84. Los existencialismos con- C. Desde el punto de vista moral:
temporáneos no quieren en prín- tendencia a resolver los problemas
cipio ocuparse más que de la exis- prácticos sin referencias a normas
tencia y le reservan, de manera universales o a la noción de una natu-
exclusiva, el papel de fundamento raleza ideal, y a identificar umoral»
de la filosofía. Pero, ¿qué puede con «auténtico». V. Moral de aituación;
ser una existencia así separada de Huma,nisrno, 12.
la esencia, aislada de toda estruc- 87. El existencialismo se abs-
tura, de toda naturaleza? (R. VAN- tiene de establecer en el plano de
COURT, La phi/os. et sa structurc, las ideas un orden que tan mani-
I, 69.) fiestamente falta en la existencia
84 büi. Referidos ,al realismo del cotidiana ( ... ). Pertenece a cada
ser, el existencialismo y el esen- hombre, con arreglo a su situación
cialismo se presentan como abs- propia en un tiempo que es el su-
tracciones opuestas de las que cabe yo, descubrir las condiciones de su
decir que son igualmente arbitra- equilibrio personal. (G. GUSDORF,
rias. (E. GILSON, L'etre et l'essen- Tr. de l'exist. mor., 22-44.)
ce, 291.) D. Como actitud mental ( como con-
secuencia de la pretensión de prescin-
85. el existencialismo ( ... ) es dir de las esencias, indispensables a to-
más una atmósfera común a di- da explicación, y a menos de refugiar-
versos pensadores que una cierta se en el fideísmo, como KIERKEGAARD,
filosofía particular. (J. HYPPOLI- JASPERS y, en cierta medida, G. MAR-
TE, en Mere. de Fr., julio 1949, CEL) : tendencia a juzgar absurda la
404.) realidad, a ver la vida a través de los
85'. Todo existenci-alismo recla- menudos aspectos que la literatura
ma de sus fieles una especie de existencialista se complace en descri-
paradójica conversión: conversión, bir.
no a la fe, sino al ateísmo; no a la 88. El existencialismo contem-
esperanza, sino a la desesperación; poráneo (... ) es como un eco de
no a la vida eterna, sino a la muer- creencias desaparecidas y cuya
te total; conversión desde la alie- desaparición ha dejado al hombre
nación, la «diversión», la distrac- en la soledad. ( ... ) : el existencia-
ción «espiritual», o hedonista, o lismo •>-"Presa una decepción, la
activista, y la entrega a los diver- del ser que busca apoyo en las co-
sos estupefacientes que ofrece la sas y en los demás y no ha podido
vida, a la metlitatio mortis, a la re- hallarlo en ellos. ( ... ). Y así, por
flexión escatológica sobre la nada una especie de viraje, el existen-
que rodea por todas partes, inclu- cialismo, que protestaba contra los
so por dentro, horadándolo, al ser; análisis y las abstracciones que
conversión, en fin, a eso que se hu aíslan, nos hace extraños al uni-
llamado «autenticidad». (J. L. verso. (E. BRÉHIER, Tra11sforma-
AHANGUREN, J,nplicacio11es ele la fi- tio11s do la phil. frang., 204-205.)
SER 052

E.xistencialista. Que profesa el exis- 03. l,a filoso/la tic /a. existencia
tencialisn10 o a él se refiere. No debe es un modo de pensamiento (... )
confundirse con existencial. gracias al cual el hombre puede
89. La visión existencialista del llegar a ser él mismo. No se refie-
mundo plantea un problema que re ·a realidades objetivas, sino que
estaría resuelto si Dios fuese po- esclarece y a la vez conduce a su
sible; el exilio, la indigencia, el •consumación al ser de quien la
sentimiento de la nada (... ) cons- ejerce (... ) y le proporciona el es-
tituyen 'la pintura de lo que el pacio de su obrar incondicionado
hombre es «tras el pecado» (como por la evocación de la trascenden-
diría Malebranche), pintura que cia (con lo que concluye en meta-
del cristianismo sólo ha conserva- física). (K. JASPERS, Sit. spirit. de
do esta visión pesimista de las co- notrc époque, 191.)
sas e ignora su contrapartida que Filoso/fa existencial. Doctrina que se
es la redención. (E. BRÉHIER, dirige a describir, explicar y orientar
Transformations de la ¡,hil. fran,., la existencia del hombre concreto, o
202-203.) simplemente a experimentarla y descri-
90. El tomismo es un intelec. birla. (MERLEAU-P0NTY).
tualismo existencialista. (J. MARI- Sin: filosofla de la existencia (JAS-
TAIN, Court tr. de l'ezistence, 79.) PERS).
91. Otro error es el de llamar 04. (... ) a mi parecer, siguien-
existencialistas a los filósofos que do una concepción que se aproxima
han estudiado la existencia en sen- a la de Jaspers, la filosofía exis-
tido propio, es decir, el ser exis- tencial es un modo de conocimien-
tente. Muchos tomistas se extra- to sustraído a la objetivación. (N.
vían totalmente al pretender ha- BERDIAEFF, Cinq ,nédit. sur l'ezist.,
cer de Santo Tomás de Aquino un 65-56.)
existencialista. Equivocación tan 95. La filosofla concreta o exis-
grotesca como la de situar a Hus- tencial (... ) se constituye en torno
serl dentro de la filosofía existen- a un dato que, al reflexionar sobre
cial porque ha ejercido sobre ella sí mismo, no sólo no se hace trans-
una gran influencia; la verdad es parente para sí, sino que se cam-
que Husserl pone precisamente la bia en la aprehensión distinta, no
existencia entre paréntesis. (C.-M. diré de una contradicción, pero sí
BocHENSKI, La 'Philos. contemp. en de un misterio radical, que da lu-
Europe, 136.) gar a una antinomia tan pronto
V. Hum.anidad, 9. como el pensamiento discursivo se
Fü-0soff,a, de la ezistencia, Investiga- aplica a reducirla, o, si se quiere,
ción centrada en la elucidación de la a problematizarla. (G. MARCEL, Du
existencia humana (JASPERS). A dife- refus ... , 36.)
rencia de la filosofía existencial (MER- 96. ( ... ) toda filosofía fenome-
LEAU-PONTY, Sens et non-sens, 185 y nológica o existencial se da como
siguientes), se interesa menos por las tarea, no la de explicar el mundo
descripciones y los ,análisis concretos o descubrir sus «condiciones de
que por las explicaciones. Pero se pasa posibilidad», sino la de formular
insensiblemente de fa filosofía de la una experiencia del mundo, un
ezistencia a la filosofía czistencial y, contacto con el mundo previo a to-
finalmente, a la filosofía czistencia/is- do pensar sobre el mundo. (M.
ta; además, estos términos son con fre- MERLEAU•P,, Sens et non-scns, 66.)
cuencia sinónimos. 07. La filosofía existencialista
92. Ls forma actual de la filo- es atea, la filosofía existencial es
sofía es la filosofía de la Ezisten- cristiana o al menos teísta. (R.
cia.. La materia de sus considera- VERDEAUX, Lc,ons sur l'ezist., 19.)
ciones le es dada por el conjunto 08. Si la fórmula lfilosofía
de las ciencias del hombre (... ) . existencial» es susceptible de un
Pero ella las supera al orientarse sentimiento predso, no podrá de-
hacia el ser mismo. La filosofla signar sino una filosofla que, re-
de la Ezüte11cf.a es la filoso/la del conociendo la primacla del existir
ser humano que llega a superar y respetando en todo sus exigen-
de 11uevo al hontbrc. (K. JASPERS, cias, acepta, no obstante, la esencia
Situation spir. de n-0tre ép., 178.) como su legitima objetivación in-
953 SEXUAL

teligiblP., (E. GILS0N, en L'c:tistcn- side el reconocimiento de la ideali-


cc, 84.) dad de esos valores. (... ).
OO. Una filosofía existencial La angustia, es, pues, la apre-
parte de sum y no de cogito ni si- hensión reflexiva de la libertad
quiera de volo, aunque esté dis- por sí misma (... ) ; se opone a la
puesta a volverse en seguida ha- seriedad, que aprehende los valo-
cia Jo que ese existente quiere y res a partir del mundo y reside en
piensa, (H. G0UIIIER, La phi/os. et la substantificación tranquilizado-
son hist., 03.) ra y cosista de los valores. En la
seriedad, me defino a partir del
SERIO. Lnt. scrius. Se aplica sólo objeto ( ... ) En la angustia, me
a -cosas: acria, las cosas serias, por aprehendo a la vez como totalmen-
opos, a iocosa, las cosas divertidas. te libre y como no pudiendo evi-
A. Aplicado a personas: que no se tar que al mundo le venga su sen-
ríe y que obra con el sentimiento de la tido por mí. (J.-P. SARTRE, L'etre
importancia de lo que hace. et le n., 77.)
l. Lo serio designa, a mitad de SEXUAi,. Lat. scxualis, der. de se-
camino entre lo trágico y lo frí- xus, sexo.
volo, la residencia forzosa del ser
medio. (W. JANKÉLÉVITCH, Tr. des A. Que se refiere al sexo. órganos,
vcrtus, 730.) relaciones, problemas sexuales. Descdp-
ciones, imaginaciones sexuales. Instin-
2. lo serio es la voluntad de to- to, placer sexual.
tal compromiso, sin engaño ni ava•
ricia. (E. MoUNIER, Tr. du caract., l. ¿cómo es posible que del ani-
456.) mal, tan indolente en amor, proce-
2'. para que un joven se con- da el hombre, que se manifiesta en
duzca dignamente en su juventud la materia tan superlativamente la-
es preciso que no lleve los ojos ven- borioso? Pronto caemos en la cuen-
dados y que aprenda, lo más tem- ta de que en el hombre práctica-
prano posible, a tomar la vida en mente no existe, hablando con ri-
serio; y con seriedad máxima su gor, el instinto seJ1..-ual, sino que se
vida amorosa y sexual. Si no es da casi siempre indisolublemente
serio, su rebeldía y su entusiasmo articulado, por lo menos, con la
serán, en realidad, desorden, y su fantasía. ( ... ) Las nueve décimas
alegría, frivolidad y disfraz de su partes de lo que se atribuye a la
propia juventud. (G. MARAÑÓN, En- sexualidad es obra de nuestro mag-
sayos liberales, 101.) Ad. E. nífico poder de imaginar, el cual
no es ya un instinto, sino todo Jo
B. Aplicado a cosas: que no debe contrario: una creación. (J. ORTE-
ser objeto de risa o considerado como
GA Y GASSET, La elección. en. amor,
de poca importancia. Una ,proposición,
un asunto, una enfermedad serios. Obras, V, 612.) Ad. E.
3. Lo serio es en el individuo B. Psicoan. freud.: que se refiere al
su parte sensible y vulnerable, lo placer procurado por el contacto cor-
que Je importa; y tanto da que se poral. Al chuparse el dedo, el niño ex-
trate de su bolsa, su honor, sus perimenta un placer «sexual», pero no
convicciones, el objeto de su vene- «genital». Cf. Libido.
ración, su patria, su madre o su 2. a) La vida se:\'Ual no co-
título. Si lo ve amenazado, deja mienza con la pubertad, sino que
de reir y se pone a la defensiva. se manifiesta muy poco después del
(H.-F. AMIEL, Journal int., 9 dic. nacimiento;
1872.) b) Conviene diferenciar los con-
Seriedad. Designa en J.-P. SARTRE ceptos de sexual y genital. La pa-
(esprit de séricur) la disposición de labrn sexual tiene un sentido mu-
quien se atiene, sin inquietud, a los cho más extenso y abarca nume-
valores recibidos. La seriedad se opone rosas actividades sin relación con
a la angustia existencialista. los órganos genitales;
4. mi libertad se angustia de e) La vida sexual comprende la
ser el fundamento sin fundamento función que permite obtener pla-
de los valores. ( ... ) Es en la an- ce,· a partir de las diversas zonas
gustia ante los valores donde re- del cuerpo; esta función será ul-
SEXUAL 9¡;4

tcriormcnte puesta ni serv1c10 ele mismo. (H. DFJ MoNTHFJRLANT, Les


la reproducción No obstante, am- célibalaircs, 28.)
bas funrioncs no coinciden siempre 8. El animal está siempre fue-
totalmente. (S. FREUD, A b,·égé de ra: el animal es perpetuamente lo
¡,sucha.11., 13.)
otro -es paisaje. No tiene un
3. Para Freud, la libido es un chcz soi., un dentro- y por eso no
proceso sexual, pero no ¡¡-enitnl. Pe- tiene un si mismo. Cuando mate-
ro, ¿qué puede querer decir eslo? rialmente le es dado desatender al
(Ch. BL0J-.DEL, La ¡>syclla11al., 161.) contorno, cuando puede dejar de
ser lo otro y salir del fuera cósmi-
Sí. Pronombre reflexivo de a.• pers. co, no tiene donde entrar, no tiene
Corresp. a mi (l.' pers.), ti (2.' pers.). casa propia, recinto, interior se-
Yo pienso en mí, tú piensas en ti; él parado y distinto del mundo; por
piensa, cada uno piensa en sí. eso, cuando el contorno le deja en
A. Lo que cada uno es para sí mis- paz y sin alteración, el animal no
mo, su yo (en el sentido C). es nada, deja de ser y se duerme,
esto es, borra su propio ser en
l. Uno es a veces tan diferente cuanto animado. (J. ORTEGA Y GAs-
d• sí mismo como de los demds. SET, En torno a Galileo, Obras, V,
(LA RoCHEF0UCAULD, 111 ax., 135.) '75-76.) Ad. E.
2. No bablar nunca de sí a los V. Amor, 85; Cortcs(a, 1.
demás y hablarles siempre de ellos B. Psicoanal. En JUNG ·cal. Sclbst):
mismos; ahí reside el arte de agra- conjunto del psiquismo, consciente e in-
dar. Todos lo saben y todo el mun- consciente. Es más claro «si-mismo».
do lo olvida. (E. y J. DE GONCOURT,
Idé,s et scns., 216.) 9. al no ser el yo sino el centro
del campo de la conciencia, no se
3. Quien habla de si no habla confunde con la totalidad de la psi-
casi nunca más que para hacerse que. ( ... ) Debemos, pues, distinguir
admirar por mí, pero dejo de pres- entre el Yo y el Sí-mismo, no sien-
tarle atención. El que parece no do el yo más que el sujeto de mi
hablar más que de mí, viola mi in- conciencia, en tanto que el sí-mis-
timidad y se diría que me está dan- mo es la totalidad de la psique,
do una lección. El que habla no de comprendido el inconsciente. (C. G.
sí, sino a sí y para sí, me da la JUNG, Types p111Jchol., 479.)
impresión de que no habla sino pa-
ra mí: es el único que habla para 10. El Sí-mismo es nuestra to-
todos. (L. LAVELLE, La par. et l'é- talidad psíquica, constituida por la
crit., 186-187.) conciencia y el océano infinito del
alma sobre el que aquélla flota.
4. ( ... ) es imposible hablar de Mi alma y mi conciencia, eso es n1i
un verdadero conocimiento de sí Sí, en el que estoy incluido como
mismo. Y la conciencia que de mi una isla en el mar, como una es-
mismo tengo es cosa muy distinta trella en el cielo. El Sí-mismo es,
de un conocimiento. (L. LAVELLE, pues, infinitamente más vasto que
Intimité spirit., 92.) el Yo. Amarse a sí mismo debería
5. El conocimiento de sí mismo ser amnr esa totalidad, a cuyo tra-
no persigue un ideal de contempla- vés se amaría a la humanidad en-
ción pura: conocerse es definir lo tera. (C. G. JUNG, L'hommc a la
que uno quiere ser y esforzarse découvcrtc ... , 398.)
por alcanzar la idea que uno tie- V. Yo, 16, 17; Sueño, 14.
ne de sí mismo. (R. ARON, Introd. En sí. A. En el leng. ord. y filos.:
ü la pllil. de l'hist., 60.) considerado absolutamente, con abs-
6. Todo lo bueno y todo lo ma- tracción de cualquier otra cosa. Pro-
lo que uno piensa de sí mismo es yecto excelente en sí, pero poco apro-
falso en el momento en que uno lo piado a las circunstancias. Los prime-
piensa. Por eso no hay que pensar ros principios son verdaderos en si. El
más que mal de uno mismo. Y no bien es un fin en sí.
hay que saber que es falso. (S. 11. Será siempre iguah~ente
WEIL, Connaiss. surnat., 170-171.) verdadero, en sí, que una misma
7. Eran lágrimas de soltero: cosa no puede a la vez ser y no
las lágrimas de la compasión de si ser. (FfNELON, Exiat. de D., 1, 111.)
955 SEXUAL
12. Francia es quizá el único especies de causalidad. (lbíd., 63,
pala en el que consideraciones pu- p. 126-127.)
ramente formales, una preocupa- V. Absoluto, 20; Englobante, 1; Ob-
ción por la forma en sí, han per- jeto, 9; Nóumeno, 5.
sistido y dominado en la edad mo-
derna. (P. VALéRY, Reo. s. le mo11- 3. Por op. a para sí• (especial. en
cle act., 133.) J.-P. SARTRE): eso existe en sí el ser
que no es más que lo que es y no pue-
V. Absoluto, 6; Vo/1tntad, 31-2. de, mediante la conciencia, devenir (in-
B. Fil. El sentido de esta fórmula tencionalmente) otra cosa, es decir, co-
varia según la que se le opone. nocerlo, ni tomar conciencia de sí.
1. Princip. en los escolást. (in so 17. el ser es en sí.
i>t alío): «en si» caracteriza la sus- Pero si el ser es en sí, esto sig-
tancia•, a la que pertenece el existir nifica que no remite a sí, como la
en sí misma, en tanto que el acciden- conciencia (de) sí: ese sí, lo es.
te• existe «en otro», es accidente de (... ) De hecho, el ser es opaco a
ese otro, de la sustancia. En sentido sí mismo, precisamente porque es-
análogo, se dice que las Ideas platóni- tá lleno de sí mismo. (J.-P. SARTRE,
cas existen «en si» (realismo•) y no L'étrc et le 11., 33.)
sólo en la mente (conceptualismo•). V. 22, 26; Psicoanálisis, 9.
V. Sustancia, 14. Por sí. Traduce las expresiones lat.
2. En KANT ( e,, sí-pMa 11oso tros) : a se, per se, y a veces equivale a in ge.
lo que es la cosa conocida, con inde- v. s,..tancia, 14, 16, 17.
pendencia del conocimiento que de ella A. A se (se op. a ab alio, por otro).
tenemos. El en sí es el número•; el
para. nosotros, el fenómeno•. Se dice de lo que existe en razón de
su propia esencia. V. Ascidad. En este
13. el concepto trascendental de sentido, sólo Dios es por sí. V. Causa
los fenómenos en el espacio es una sui.
advertencia critica de que en ge- V. Aseidad, l.
neral nada de lo que es intuido en
el egpacio es una cosa en sí, y de B. Per se (se opone a per accidcns,
que el espacio no es una forma de por accidente). Se dice de lo que una
las cosas -forma que les sería cosa es en virtud de su naturaleza. En
propia en cierto modo en sí-, si- este sentido, el hombre es pensante por
no que los objetos no nos son en si (aunque no exista por sí).
absoluto conocidos en sí mismos y 17'. La esencia no es un mo-
que lo que llamamos objetos exte- mento de la perseidad de una sus-
riores no son otra cosa que simples tancia, sino un momento de la su-
representaciones (... ) cuyo verda- ficiencia constitucional de un sis-
dero correlato, es decir, la cosa en tema. (... ) No está dicho en nin-
sí, no es en mo'do alguno ni puede guna parte que el tipo supremo de
ser conocido por ellos. (KANT, Crit. unidad per se sea la unidad sus-
de la raison pure, 60.) tancial. Hay unidades sistemáticas
14. El tiempo no es algo que que son superiores a la unidad sus-
exista en sí, o que sea inherente tancial. Tal es el caso de todos los
a las cosas (... ). El tiempo no es seres vivos, y sobre todo del hom-
otra cosa que la forma del sentido bre. (X. ZUBIRI, Sobre la esencia,
interno. (lbíd., 63.) 295.) Ad. E.
15. [Gracias a la analogía] nos V. Atrib11to, 2.
queda un concepto del ser supremo C. Como equiYalente del lat. in se
suficientemente determinado para (en sí, op. a fa alío, en otro). Se dice
nosotros, aunque hayamos dejado a veces inadecuadamente, de la sus-
a un lado cuanto podría determi- tancia, que tiene su ser propio, en tan-
narlo absolutamente y en si. (KANT to que el accidente no tiene otro ser
Proléoomcncs, § 68, p. 147.) que el de la sustancia de la que es ac-
16. si la necesidad de la natu- cidente. V. Sustancia D.
raleza no es referida sino a fenó- Para sí. Al. fiir sich.
menos, y la 'libertad sino a cosas Es o existe para sí el ser que tiene
en sí, no hay ninguna contradic- conciencia de si, de su existencia. El
ción en admitir o conceder ambas ser privado de esta conciencia es e,. sí
SIGNO 956

(B 3). En los filósofos contempol'áneos, no con un objeto significado. ( ..• )


en pal'tirular en J.-P. SARTRE «el pa- Si el perro pudiese comprender esa
ra sí» = el ser consciente de si en tan- unión constituida por el signo, se-
to que tal, es decir, la conciencia. ria capaz de crear signos por su
18. Tenel' conciencia es existil' cuenta. (P. JANET, L'intcll, avant
para sí, pero ser una cosa o una le la11g., 87-88.)
sustancia en si no es existir para 2. En el comportamiento ani-
sí mismo o sentirse existir. (M. mal, los signos son siempre simples
DE BIRAN, <Erivrcs, VIII, 1,23.) señales y no llegan nunca a ser
19. El para sí o conciencia: tal símbolos. (M, MERLEAU-P,, Struct.
es la síntesis a la que aspirábamos. du comport., 161.)
(0. HAMELIN, Essai, 266.) 3. Toda tarea puede ser ana-
20. La ley de ser del para-sí, lizada en términos de señales y
como fundamento ontológico de la respuestas. (J.-M. FAVERGE, Ada,pt.
conciencia, es ser él mismo bajo la de la mach. a l'lt., 69.)
forma de la presencia a sí. 4, casi cabria decir que una se-
(... ) la presencia a sí supone que ña,! es un signo univoco y un sig-
una impalpable fisura se ha desli- no una señal equívoca, o que la se-
zado en el ser. Si está presente a ñal es una especie (univoca) del
sí, es que no es del todo ese sí. La género signo. (B. MOREL, Le signe
presencia es una degradación in- sa,:ré, 41.)
mediata de la coincidencia, porque Señalización. A. Sistema o conjun-
supone la separación. (J.-P. SAR-
TRE, L'etrc et le n., 119-120.) to de señales, La señalización viaria.
21. El para-sí en tanto que no B. U so de señales. Accidente ferro-
es sí es una presencia a si falta viario debido a un error de señaliza-
de una cierta presencia a si [la dón.
presencia del en-sí, que es coinci- Sistemas de señalizaci<in (PÁVLOV).
dencia] y es en tanto que falta de El primer sistema de señalización es-
esa presencia como es presencia a tá constituido por señales concretas que
sí. ( Ibíd., 145.) evocan inmediatamente las cosas (pa-
22. El para-sí es el ser que es ra el perro, la voz de su amo; una vez
su propia falta de ser. Y el ser establecido el condicionamiento•, el so-
del que está falto el para-sí es el nido de la campana que anuncia la co-
en-sí. ( ... ) De este modo, la reali- mida). El segundo sistema consiste en
dad humana es deseo de ser-en-si signos abstractos que representan los
(... ) ; es en tanto que conciencia signos concretos del primer sistema;
como quiere tener la impermeabi- tales son las palabras del lenguaje hu-
lidad y la densidad infinita del en- mano, que constituyen señales de seña-
sí ( ... ) devenir en-si-para-sí. ( ... ) ,les. Un tercer 11istema de señaliza<:ión
Es a este ideal al que podemos lla- lo con,itituyen el alfabeto Moose o el de
mar Dios. (lbíd., 652-653.) los ciegos.
23. Ese asomo de nada que he- V. Animal, 4.
mos designado con el nombre de Signo. Lat, sio11um (de donde se de-
para-sí. (lbíd., 716.) rivan también seña, signatura). Gr.
V. Elc-st,uis, 2; Ézt,uis, 6; Tiempo, sémeio11 (v. Semiología).
32.
A. Lo que permite adivinar o pre-
SIGNO ver, conocer o reconocer algo,
Señal. Lat. signa/is, adj., que sirve Si11: marca, indicio, síntoma, señal.
de signo (signum). 5. La afirmación y Ja obstina-
Signo que sirve de advertencia y pro- ción son signos expresos de tonte-
voca una cierta conducta. En el voc. ría. (MONTAIGNE, Essais, III, xm,
psicol., el correlato de la respuesta Pléiade, 1207.)
(S-R). 6. Todo es signo. En vez do
l. el perro comprende la señal asombrarnos de la ciencia de los
que une groseramente un término grafólogos, deberíamos asombrRl'•
a otro en un conjunto simple e in- nos de lo ignorancia en que nos
variable, pero no comprende esa hallamos entre todo cuanto nos ro-
delicada y especial unión de un sig- dea y podríamos tratar de com-
957 SIGNO

prender. (Aug. BnfAL, C/1cmino- 2, los naturales ( ... ) 3. los de


0 0

mc11ts, 182-183.) institución, o sea los elegidos por


V. Animal, 3, 4; Tc11clc11cia, 8. nosotros y que no tienen más que
una relación arbitraria con nues-
B. Representación o acción sensi- tras ideas. (CONDILLAC, Essai s1tr
bles que permiten dar a conocer un l'orig ... , III, ll, § 35.)
pensamiento o manifestar un deseo.
Elemento del lenguaje. 12. El signo más práctico es
aquel que la inteligencia atraviesa
7. aunque loa hubiese [máqui- sin notarlo, porque se halla natu-
nas o autómatas) dotados de se- ralmente desprovisto de sentido.
mejanza con nuestros cuerpos y (R. LACllOZE, Fonct. de l'imagin.,
que imitasen nuestras acciones to- 91.)
do lo que es moralmente 'Posible
( ... ) nunca podr(an usar de pala- 2. Signos materiales y •ignos for-
bras, ni de otros signos que las males o i11te11ciomdcs. A diferencia de
componen, como nosotros hacemos los primeros (el humo signo de fuego),
para declarar a los demás nuestros los segundos (una hoguera destinada a
pensamientos. (DESCARTES, Di••· de anunciar un gran acontecimiento) se
la méth., V.) producen con el fin de dar a conocer al-
guna cosa.
8. El perpetuo fastidio de la
vida en sociedad lo constituye ese 13. Una cosa es hacer un signo
torneo •con unas verborreas impe- para hacerse entender y otra ha-
tuosas e inagotables que parecen llarse de tal manera conmovido
saber las cosas porque hablan de que otro pueda entender nuestra
ellas. ( ... ) Todos manejan fajos de disposición.
papel moneda, pero son pocos los El humo es para nosotros señal
que han palpado el oro. Se vive de fuego, y nos hace prevenir los
de signos, e incluso de signos de incendios. Pero decir por ello que
los signos, sin haber nunca tenido, el fuego, o un reloj, un niño o in-
verificado, sentido, experimentado cluso un hombre encolerizado nos
las cosas. (AMIEL, Journal i11t., 6 hacen seña de algo, es con toda
nov. 1877.) evidencia equivocarse. (BossUET,
9. Lo que caracteriza los signos Conn. de Dieu ... , V, 5.)
del lenguaje humano no es tanto 14. En el ser sintiente, las im-
su generalidad como su movilidad. presiones afectivas se manifiestan
El signo insti11tivo es un signo ad- al exterior mediante movimientos
1,erente. El signo inteligente es u11 o voces por ellos determinados, pe-
signo m6vil. (H. BERGSON, t:vol. ro no podemos decir que sea el pro-
créatr., 169.) pio ser el que de ta·les signos se
10. Dar la mano es ligarse al sirve para expresar lo que siente.
otro; ( ... ) los civilizados se dan Donde no hay intención ni volun-
la mano cada vez que se encuen- tad no hay signo propiamente di-
tran; ·la dan entera, y esta misma cho. ( •.. )
manera de darla significa que uno El niño sólo empieza verdadera-
no piensa para nada que la da. Pe- mente a tener signos cuando es él
ro este vacío del signo es señal de mismo quien transforma sus gri-
una profunda paz. (ALAIN, Les tos o interjecciones en signos de
idéee et les (J.ges, I, 220.) llamada o se sirve de ellos para
V. Sentido, 43; Señal, 2, 4; Símbolo, que acudan a él. Sólo entonces tie-
4, G, 12; Voto, l. ne una intención y la expresa al
exterior. (M. DE BIRAN, <Euvres,
l. Signos naturales y sig11os con- VII, 491.)
vencionates, artificiales o «de institu- 3. Sigttos cmocio11ales y signos con-
ción» (CONDILLAC). La relación entre el ceptuales. Los primeros expresan un
signo y la cosa significada es natural estado afectivo mediante manifestacio-
en los primeros (Indice apuntando en nes naturales (rostro sonriente o irri-
la dirección que se quiere indicar), con- tado). Los segundos expresan los esta-
vencional en los segundos (luces rojas dos afectivos como lo demás, mediante
y luces verdes). signos de significación abstracta, y
11. Distingo tres especies de pl"incipalmente por palabras (estoy con-
-signos: 1.• los accidentales ( ... ); tento).
SIGNO 958

15. Los gritos, 111 sonrisa, las una fuerza oculta. Ha nacido bajo el
lágrimas, los gestos no adquieren signo de 1a frivolidad, bajo el signo del
significación desde el p1·imer día. fracaso.
Antes de llegar n ser movimien- 18. La física nació, en el siglo
tos expresi\ros, son sólo movi- pasado, bajo el doble signo de la
mientos impulsivos. ( ... ) Un mismo fijeza y de In geometría. (P. TEIL·
movimiento puede ser alternativa- IIARD DE en. Le plién. h11ma·in,
mente puro reflejo, acto automáti- 41.)
co, signo involuntario y, finalmen-
te, In expresión volunta,rin de un Significar. Lat, significare ( = sig-
determinado estado anímico. (G. 1111m /acere, hacer un signo), indicar
CoMPAYRÉ, L'é,•ol. i11tcll. et mor. ele por señas, presagiar.
/'e11f., 110.) A. Hablando de los signos y del len-
4. Signo ¡,ropio y signo opcrado- guaje: expresar, querer decir. Signi-
110/. El signo propio afecta a una can-
fica.re significa: hacer un signo o se-
tidad (-4, + 2) ; el signo operacional ña,
indica una operación a efectuar (2 + B. Referido a cosas, a sucesos. l.
3). Cuando se hallan mezclados en una Objetiv.: permitir prever o deducir.
misma ecuación, los signos propios con Esas nubes rojas significan lluvia ma-
1as cantidades a las que afectan son ñana. Esa cara enfurruñada significa
puestos entre paréntesis: (+7) + una decepción.
(-5) = 2; (-5) X (-4) =+ 20. 2. -Subjetiv.: como consecuencia de
Signos loca.les, ngnos temporales. los intereses o proyectos personales de
Cualidades particulares de los datos alguien, equiva.ler a, ser esencialmente
empíricos, con arreglo a las cuales lo- considerado como ...
caliza el sujeto las sensaciones tácti- 19. [Un médico ante una ope•
les en una parte determinada de su rada que se muere.] Tenía la in-
cuerpo (signos locales) o los aconte- sensibilidad de los médicos, para
cimientos pasados en una fecha deter• quienes el sufrimiento ajeno signi-
minada (signos temporales). fica experiencia, provecho, interés
16. De acuerdo con nuestras profesional... (R. MARTIN DU G.,
suposiciones, cada región cutánea Les Tliibault, 11, 145.)
tiene su signo local determinado; C. Notificar o hacer saber en tér-
éste consiste en una cualidad de minos expresos o con las formalidades
sensación que depende del lugar de legales. Le significó su decisión.
la impresión y se añade a la cua- Significación. Lnt. significatio: ac•
lidad y la intensidad que presenta ción de hacer señas o signos (signa
la sensación, cualidad e intensidad /acere), significación.
resultantes de la naturaleza varia- A. En sentido propio: lo que hace
ble de la impresión exterior. (W. conocer un signo propiamente dicho o
WUNDT, Psychol. phynolog., 11,
un complejo de signos (una frase o una
28.) carta que acabamos de recibir), lo que
17. Cada acontecimiento tiene quiere decir.
un como «signo temporal». En Sin.: sentido B 1 n.
efecto, cada acto va asociado en
el recuerdo a todas las circunstan- 19'. los conceptos no son «in-
cias que lo rodearon. Entre ellas variantes», sino que su significa•
las hay que permiten de a1gún mo- ci6n está condicionada por una cir-
do fechar ese acontecimiento. (P. cunstancia. (J. MARIAS, I11trod1<c•
FRAISSE, Psychol. du temps, 158.)
ci611 a la Filosofía, 149,) Ad. E.
B. Por ext. (referido a cosas que
Bajo el signo de .. , A. Se decía en no son signos propiamente dichos), l.
un principio, en astrología, de los doce Objetiv.: lo que un hecho o cosa pue-
signos del Zodiaco, por estar la vida de de hacer conocer de otro, ya por sim-
cada uno, según los astrólogos, carac• ple asociación (voces humanas, signo
terizada y determinada por el signo de Ja presencia de hombres), ya por de-
bajo el cual nacía. ducción (del hecho a su causa, a sus
B. Por ext.: carácter o partícula• efectos, n sus concomitantes), Signi-
ridad notables que caracterizan la ac• ficación de un acceso de fiebre, de un
tividad de un individuo hasta el pun- ruido anormal en el motor. V. Se11ti•
to de que parecen denotar la acción de Jo B 1 11, Sig11 ificar B t.
959 SILENCIO

20. El animal comprende In sig- l. El silencio vale más que la


nificación de las cosas; es decir, palabra. Es bueno quedarse co,·ta-
que un determinado fenómeno pue- do; hay una elocuencia silenciosa
de ser parn él un signo, un aviso, que penetra más de lo que podría
de sus consecuencias o concomitan- hacerlo el lenguaje. (PASCAL, [ ?],
tes habituales, todavía invisibles, Disc. s. le.• ¡,ass. de l'amour.)
no parece tratar ni poder tratar 2. No hay que creer que la pa-
de comprender por qué razón su- labra sirva nunca para una verda-
ceden las cosas. Porque el aígno de dera comunicación entre los seres.
las cosas no es una raz6n de ellas, ( ... ) cuando tenemos verdadera-
y son curiosidades diferentes la de mente algo que decirnos, nos ve-
los signos y la de !ns razones. (M. mos obligados a callarnos; y si en
PRADINES, Tr. de paychol., II, 21- esos momentos resistirnos las órde-
22.) nes invisibles y acuciantes del si-
20'. Al amigo preguntaron: lencio, sufriremos una pérdida
( ... ) «Y ¿quién es tu maestro?» eterna que los mayores tesoros de
Respondió «que las significaciones la sabiduría humana no ·podrán re-
que !ns criaturas le dan de su parar, porque hemos perdido la
Amado». (R. LULI0, Libro del ami- ocasión de escuchar a otra alma
go y del Amado, § 67, p. 60-Gl.) y de dar un instante de existencia
Ad. E. . a la nuestra; y hay muchas vidas
2. Subjetiv. (princip. en el vocab. en las que tales ocasiones no se
de la fenomenología) : lo que las cosas presentan dos veces... (M. MAE-
TERLINCK, Le trésor des hionbles,
son para los diferentes sujetos, lo que
éstos ven en ellas. 9.)
La significación del buen tiempo no 3. entre los hombres las pala-
es la misma para el hombre de la ciu- bras pasan, pero el silencio, cuan-
dad en vacaciones y para el agricul- do ha tenido por un momento la
tor. V. Significar B 2. ocasión de obrar, no se borra nun
ca; y la vida verdadera, la única
Sin.: sentido B l. que deja alguna huella, no está
21. Con la persona humana, to- hecha sino de silencio. (Ibíd., 10.)
do ese movimiento [la evolución] 4. El silencio es la noche del
encuentra no su explicación, sino sonido. (L. LAVELLE, Dialcct. d11
su significación. (E. MoUNIER, Per- 1nonde sens., 131.)
sonnalisme, 25.) 5. El silencio es un homenaje
22. nuestro mundo cotidiano, el que la palabra rinde al espíritu.
horizonte en que existimos se nos (L. LAVELLE, La ¡,ar. et l'écrit ..
aparece ya -como recubierto de una 130.)
red de significaciones: éstas no 6. el silencio salvaguarda en
son aprehendidas en cuanto tales, uno mismo y en los demás una in-
sino que, por el contrario, todo finidad de posibles cuyo curso sus-
sucede como si las cosas las pose- pende la palabra. (Ibíd., 134.)
yesen en sí mismas, como si los 7. hay dos silencios contrarios:
significados fuesen dados con !ns ( ... ) uno que contiene todas las pa-
cosas que les sirven de soporte: labras_ 1tro que no contiene nin-
esto es un obstáculo, aquello una guna. ( lbíd., 142-143.)
herramienta, esto un alimento, eso
un refugio. En la actitud cotidiana 8. las palabra· más hermosas
e ingenua, percibimos muchas me- son !ns voces del silencio. (lbíd.,
nos cosas que significaciones. (J. 151.)
GÉRAIID, L'éfre et la ¡,enséc, 91- 9. Nos servimos de -rases que
96.) casi han perdido su sentido. Se
V. Constitución, 9; Sel' III, 13; So- habla para no decir nada. La cosa
/eda,l, 4. es tal que el silencio se convierte
en señal de que oensamos y es más
SIJ,ENCJO. Lat. silentii,m, der. de significativo que las palabras.
si/ere, caJlarse, (Aug. BnÉAL, Chcmi11t·mc11ts, 159.)
El hecho de no hablar, de no expre- 10. Como en arquitectura las
sar nuestro pensamiento o sentimien- rnasas y el vacío, como en pintura
tos. Ausencia de todo ruido. la luz y lu sombra, silencio y so-
SILOGISMO 060

nido ronstituyen el binomio esen- Hdnd del mayor, hay necesariamen-


cial de In palabra. Bien hablar con- te entre los extremos silogismo
siste, pues, en gran parte en saber perfecto. (ARISTÓTELES, l'rc111íerB
callar n tiempo. Es durante los si- anal., l, 4.)
lencios, los auténticos, cuando el 2. hemos de confesar que la
auditorio está activo. (M. PONTF.T, forma escolústicn ele los silogismos
Étudcs del 5 sept. 1935, 600.) es poco empleada en el mundo, y
11. la palabra debe, pues, des- que resultaría demasiado larga y
cansar en un fondo de silencio, co- embrollada si la quisiéiamos em-
mo el iceberg en las aguas. Fren- plear seriamente. Y, no obstante,
te a un actor o un predicador que por extraño que parezca, creo que
sabe hablar, nos damos cuenta de la invención de la forma de los si-
que el silencio existe, de que sos- logismos es una de las más bellas
tiene las frases y se extiende, bajo del espíritu humano, e incluso una
el discurso, como elemento primor- de las más considerables. Se trat~
dial. Arte de maestros el de usar de una especie de matemática uni-
del silencio. ( Ibíd.) versa1 cuya importancia no es lo
V. Alma, 23. bastante conocida. (LEIBNIZ, Nouv.
essais, IV, xvn, § 4, 513-514.)
SILOGISIIIO. Gr. syllogísmos (der. , 3. Jamás he hecho uso de lo que
de syllcgein, reunir), cálculo, cuenta, me enseñaron en los silogismos.
razonamiento. Un poco de buen sentido y atención
Proceso mental por el que, de dos bastan para descubrir cuándo un
proposiciones dadas, se saca una ter- argumento carece de valor. (MALE-
cera proposición que se halla implícita- BRANCHE, C. al P. André, 24 agos-
mente ineluida en ellas. O también: to 1709. CEuvres, XIX, 797.)
operación por la que de la relación de 4. El silogismo dista tanto de
dos términos* con un tercero (llamado ser el prototipo del razonamiento
término medio) se infiere su relación que no es, hablando con propiedad,
mutua. He aquí el ejemplo clásico, en más que un procedimiento de veri-
el que el término medio es «hombre». ficación. (Th. RIBOT, Psychol. angl.
Todos los hombres son nwrtalrs,· contemp., 3.' ed .. 426.)
Sócrates es hombre; 4'. «Todo metal es mineral; el
lut?go Sócrates es mortal. oro es metal, luego es mineral.»
«Ningún animal es insensible; los
peces son animales, luego no son
insensibles». ( ... ) Estos ejemplos,
y otros por el mismo tenor, son los
que suelen encontrarse en las obras
de lógica que dan reglas para los
silogismos, y yo no alcanzo qué
utilidad pueden traer al discurso
de los alumnos. La dificultad en
el raciocinio no se quita con estas
frivolidades, más propias para per-
der el tiempo en la escuela que pa-
El silogismo suele interpretarse en ra enseñar. Cuando el discurso se
extensión•: al pertenecer el hombre al traslada de los ejemplos a la reali-
número de los mortales y Sócrates al dad no encuentra nada semejante,
número de los hombres, Sócrates perte- y entonces o se olvida completa-
nece al número de los mortales. Pero mente de las reglas o, después de
puede también interpretarse en com- haber ensayado el aplicarlas con-
prensión•: al implicar el hombre el ca- tinuamente, se cansa bien pronto
ráeter mortal y Sócrates el carácter de la enojosa e inútil taren. (J.
hombre, Sócrates implica el carácter BALME8, El criterio, 104 - 106.)
mortal. Ad. E.
1. Cuando tres términos se ha- 4". Me conviene advertir, ante
llan entre sí en relaciones tales todo, al lector de espíritu notaries-
que el menor esté contenido en la co y silogístico, que nqui no se
totalidad del medio, y el medio con- prueba nada con certificados histó-
tenido o no contenido en la tota- ricos ni de otra clase, tal como él
9Gl SIMBOLO
entenderá la prueba; que esto no es sirve de premisa al siguiente. V. So-
obra de la que él llamaría ciencia; rites. He aquí su esquema:
que aquí sólo hallará retórica el Todo A es B;
que ignore que el silogismo es una todo C es A;
mera figura de dicción. (M. DE luego todo C es B;
UNAMUNO, En torno al cCLSticismo, todo D es C;
Obras escogidas, 42.) Ad. E. luego todo D es B;
4"'. Casi todo el saber de los todo E es D;
griegos sobre el mundo es reapren- luego todo E es B, ete.
dido por los clérigos cristianos. Prosilogismo. Cada elemento de un
Las Facultades de FL!osofía co- polisilogismo, es decir, silogismo cuya
mienzan a ponerse en primer tér- conclusión sirve de mayor al silogis-
mino y asombrnr a las teológicas. mo siguiente.
( ... ) toda esta nueva fe del hom-
bre en sí mismo, fe aún relativa 6. En cierta ocasión hice, a
y que no excluye su conciencia de propósito de una discusión mate-
criatura a la postre dependiente, mática con persona de gran sabi-
brota en nombre de una forma duría, la experiencia siguiente:
particularísima de razón: la razón uno y otro buscábamos la verdad,
puramente lógica que consiste en ( ... ) pero no sin quejarnos uno del
la evidencia de· las 1·elaciones con- otro, reprochando cada uno a su
ceptuales entre géneros y especies. adversario el desnaturalizar, in-
Es la vieja razón de Aristóteles que voluntariamente sin duda, el szn-
se concreta en el silogismo. ( ... ) Si tido de las palabras del otro. Pro-
no hubiese más que los hombres puse entonces emplear la forma si-
singulares -.;ste, ése, aquél- no logística, a lo que mi adversario
se podría fraguar un silogismo su- accedió; y 11evamos de esta forma
ficiente, que ha de partir siempre la prueba hasta el duodécimo pro-
de alguna afirmación verdadera silogismo. A partir de ese mismo
sobre el hombre en general. Tiene, momento, cesaron las quejas ...
pues, que existir en la naturaleza (LEIBNIZ, Carta a G. Wagner, en
el hombre en general, lo que se lla- Phi/os. Schriften, ed. Gerhardt,
mó el universal. (J. ORTEGA Y GAs- VII, 722.)
SET, En torno a Galileo, Obras, V,
131.) Ad. E. SIMBOLO. Gr. symbolon (der. de
V. Necesidad, 4. symbaJlein, aproximar), signo.
Silogí8tico, a. A. adj. Relativo al Primitivamente: objeto cortado en
silogismo (estudios, ejercicios silogísti- dos y del que dos huéspedes conserva-
cos) ; que procetle por silogismo (argu- ban ·cada uno una mitad que legaban
mentación, exposición silogísticas.) a sus hijos; éstos, aproximando ambas
mitades, reconocían las relaciones de
B. Silogística. Subst. Parte de la hospitalidad que habían existido entre
lógica que trata del silogismo. sus familias.
Asilogística. Se dice de consecuen- De ello proviene también, sin duda,
cias legítimas pero que no pueden ser el empleo de símbolo para designar los
establecidas mediante ranozamientos formularios que contienen los dogmas
de forma silogística. fundamentales del cristianismo. (Sím-
5. Hay consecuencias asilogísti- bolo de los Apóstoles, Símbolo de Ni-
cas y válidas que no podríamos de- cea.) «El símbolo es un signo de recono-
mostrar por ningún silogismo sin cimiento entre cristianos». (A. IIIICHEL,
cambiar en alguna medida sus tér- Dict. ele théol. cath., XIV, 2925.)
minos; y este mismo cambio de los l. En un ensayo sobre Signo y
términos hace la consecuencia asi- símbolo ( ... ), he propuesto distin-
logística. (... ) por ejemplo: Jesu- guir entre el signo lógico, que ha-
cristo es Dios, luego la madre de bla ante todo a la inteligencia, y el
Jesucristo es la madre de Dios. signo mágico, que habla ante todo
(LEIBNIZ, Nouveaztx essais, IV, a la imaginaciót\. (J. IIIARITAIN,
XVII, § 4. CEuvres philos., I, 514.) Pour une phi/os. ele l'hist., 107.)
Polisi/ogismo. Razonamiento que en- 2. En un primer sentido, el sírn-
cadena dos o más silogismos de tal bolo es un signo irnaginado y cuya
suerte que la conclusión del pl'imero forma presenta alguna relación in-
íd LJiccio11ariu Jd LcuijuajL FilosófiLo.
SIMBOLO 962

teligible con el objeto, la nocion o 6'. tu vida es ante tu propia


el acto a los que se refiere. En un conciencia la revelación continua,
segundo sentido, el s(mbolo, con- en el tiempo, de tu eternidad, el
vencional, arbitrario y abstracto, desarrollo de tu s(mbolo; vas des-
es tan sólo un signo especialmente cubriéndote conforme obras. (M.
bien adaptado al uso complejo que DEJ UNAMUNO, ¡Adentro/, Obras es-
de él se hace ( ... ) . Así el símbolo cogidas, 193.) Ad. E.
matemático. Resulta difícil descar- B. A diferencia del signo: imagen
tar una de las dos acepciones: las u objeto material que da un cierto sen-
dos son demasiado usuales. (l. timiento de una realidad invisible y
MEYERSON, Les fonctions psychol., misteriosa. La bandera (Patria), el li-
76-77.)
rio (pureza).
A. Sin. de signo: lo que, en virtud Sin.: emblema.
de una convención arbitraria, sirve pa-
ra designar una cosa o una operación. G. E'l signo indica el objeto y lo
Símbolos (o signos) aritméticos, alge- recuerda. Carece de valor propio.
braicos. El s(mbolo hace las veces del ob-
jeto. No lo muestra, lo represen-
3. La historia de las ciencias ta. No lo recuerda, lo imita. Po-
matemáticas es en parte la de la see una fi,gura, tiene por sí mismo
invención y el empleo de símbolos una realidad y una signiffoación.
de complejidad creciente. (...). Las (A. FRANCE, Le iardin d'Épic.,
cosas consideradas como enumera- 27•5.)
bles fueron sustituidas primero por
las palabras; después por unos sig- 7. El símbolo ha sido siempre,
nos particulares, las cifras; más se decía, la expresión de lo inex-
tarde, con la invención del álgebra, presable. (P. JANET, L'intellig.
las letras reemplazan a las cifras avant le la,ngage, 77.)
o al menos a su función y papel 8. U na de las características
en los problemas a resolver; más esenciales de los símbolos es que
tarde aún, la consideración de las revelan velando y velan revelando
figuras geométricas es snstituida (... ). En otro.s términos, la esfe-
por la de sus ecuaciones; final- ~ ra simbólica es esencialmente am-
• mente, a los cálculos sobre las can- bigua y, por esta misma razón,
tidades infinitesimales, las canti- esencialmente sociBJl y humana. (G.
dades negativas, los números ima- GURVITCH, Vocation act. de la soc.,
ginarios, corresponde el empleo 77.)
de nuevos símbolos. (Th. RIBOT, 9. La función principal del
Évol. des ül.ées gén., 164.) símbolo no es expresar una idea,
4. la rueda alada del empleado sino, por el contrario, reteniendo
de estación [en Suiza) no es un nuestra atención en él, ocupando
símbolo del ferrocarril; es tan só- nuestra sensibilidad, cubrirla, en-
lo el signo de pertenencia a la ex- mascararla: en una palabra, reem-
plotación ferroviaria. Un símbolo plazarla y, por consiguiente, im-
su.pone swmpre que la expresión pedirle alcanzar la conciencia cla-
elegida designa o formula lo más ra. (R. LACROZE, Fonct. de l'ima-
perfectamente posible cwrtoa he- gin., 91.)
chos relativamente desconocidos, 9'. Una «alegoría» no es un
pero cuya existencia está compro- «símbolo». En la primera, el vincu-
bada o parece necesaria. (... ) lo entre la apariencia y la esencia
La expresión que se emplea para es extrínseco y pertenece al orden
designar una cosa conocida es de fo convencional. Una figura de
siempre un signo, nunca un sfm- mujer, con una balanza en una ma-
bolo. (C. G. JUNG, Typea payclwl., no y una espada en la otra, pue-
491-492.)
de alegorizar la Justicia. Pero
también, con los mismos elemen-
5. [En una teoria formalizada] tos atributivos, podría alel(oriznr
los símbolos no son ayudas para la manera como el Mercader de
la memoria, sino los nuevos obje- Venecia entend(a cobrar su crédito
tos que consideramos auténtica- ( ... ). Cada sentencia justa que en
mente ... (J. CAVAILLES, La no11-co11- el mundo ha sido, contiene, en cam-
trad. de l'arithm., 173.) bio, el símbolo viviente de la jus-
963 SIMBOLO

ticia. (E. o'ORS, Tres lcctriones en junto de relaciones, de que ellos son
el 111. del Prado, 171.) Ad. E. los modos o centros y que los con-
V. Alegoría, 1, 2; Sugerir, 4. vierte a todos en s-imb6licos. (E.
o'Oas, Tres lecciones en el M. del
C. En una acepción compleja o am- Prado, 168.) Ad. E.
bigua: imagen u objeto material que
representa una realidad invisible. El B. Simbólica, subst. l. Absoluta-
perro es el simbolo de la fidelidad; la mente (la simbólica) : ciencia o teoría
balanza, el de la justicia. de los símbolos, en el sentido de expre-
sión figurada o imaginada de las co-
1O. Los medallistas llaman sím- sas.
bolos s ciertas señales, o a ciertos
atributos particulares de determi- 2. En los casos particulares (una
nadas personas o deidades. Por simbólica) : sistema o conjunto de sím-
ejemplo, el rayo que a veces acom- bolos relativos a una determinada es-
paña a la cabeza de un emperador fera. La simbólica cristiana.
indica la soberanía y un poder Sin.: simbolismo A.
igual al de los dioses. (Di-et. de 14. La iconografía de la Edad
TrévoUII:.) Media es una escritura y una sim-
11. A nuestros ojos, el símbolo bólica. (H. DELACR0IX, Psychol. de
figura simplemente y, en rigor, su- l'art, 463.)
ple a aquello que representa. Pero
•la mentalidad primitiva no se Simbolismo. A. Sistema de símbo-
halla habituada al «como si» ( ... ) : los. Simbolismo religioso, simbolismo
el símbolo, por virtud de una par- cristiano; simbolismo científico, simbo-
ticipación, es realmente el ser o el lismo algebraico.
objeto que representa. (L. LÉVY- 1'5. El sonido vocal ( ... ) tiene
BaUHL, Le surnaturel... , 128.) por cometido (... ) no ya siquiera
12. . .. la continuidad que va del el representar propiamente la vi-
símbolo al signo. Ciertamente, no da ( ... ), sino ( ... ) el s-imbolizar/,a,,
cabe diferenciar de modo absoluto es decir, dar de ella un signo ar-
estas dos nociones, porque hay sig- tifical que tan sólo la representa
no en el símbolo, como hay simbo- en una transposición emblemática.
lismo en el signo. El simbolismo El simbolismo entero -eon la ex-
es un complejo inestable en el que tensión sin igual que va a tomar
la presencia afectiva puede en el en el lenguaje ordinario y cientí-
limite hacerse mágica, o la signifi- fico, en el arte y en el mito- se
cación intelectual tomar un carác- hallaba, pues, inaugurado con esa
ter puramente abstracto. (E. Mo- obra de la institución de la voz,
RIN, Le mnéma, 178.) que es verdaderamente el primero
y fundamental simbolismo de las
Simbólico, a. A. Adj. Que constitu- especies vivientes. (M. PRADINES,
ye un símbolo (gesto simbólico). Que Tr. de psychol., 11, 223-224.)
utiliza símbolos (lenguaje, pensamiento 16. el lenguaje es un simbolis-
simbólicos). Lógica simbólica, v. Logís- mo vocal por cuyo medio trata un
tica. pe11Bannie11to de expresar sus ele-
13. O el poder expresivo de la mentos socia.les. ( lbíd., 11, 416.)
voz debería quedar prodigiosamen- 17. Apenas constituida la cien-
te limitado, o la voz adentrarse cia ( ... ), apareció al momento su
por la vía de una repesentación simbolismo apropiado, y al momen-
puramente simbólica del alma. to también se separó del simbolis-
¿Cómo concebir, por otra parte, mo lingüístico. (lbíd., II, 494-495.)
que lo espiritual haya podido dar- 17 bis. el simbolismo intelectual
se un signo fisico que no fuera que constituye la ciencia, deroga
simbólico? (M. PRADINES, Tr. de precisamente la cualidad sensible
psychol., 1, 527.) y afectiva que es la materia del
13'. Coexisten., en los indivi- arte. (H. DELACR0IX, Psychol. de
duos y en los objetos, una entidad l'a,·t, 450.)
de significado, una entidad de for- B. En sentido abstracto: carácter
ma y una entidad de signo; dima- do lo que simboliza otra cosa, es decir,
nado este último, no de su contor- la representa de manera sensible o ima-
no material, ni tampoco de su con- ginada. El simbolismo del fuego, de los
torno conceptual, pel'o de un con- co101·es.
SIMILITUD 004

18. Todo el arte cristiano de la mús ligera sc,ncja11zci ron nuestros


Edad Media se halla dominado por parlamentos? (SAIN'r-81MoN en LA-
el principio de Suger: De mat,wia- FAYE, p. 340.)
libus ad inmat,rialia. El simbolis- 2. Una similiutd desruhiertn en-
mo está en la .propia planta del tre objetos que al pl'inciplo pare-
edificio, en forma de cruz; en su clan totalmente desemejantes pro-
orientación hacia el Este... (H. duce a la inteligencia el placer
DELACROIX, Psychol. de l'art, 463.)
de percibir lo uno en lo múltiple.
C. Como escuela estética, princip. (A. Foun.LÉE, Psychol. des itlées-
literaria: doctrina según la cual la f orces, 11, 216.)
obra de arte vale, no en tanto que ex-
presión (o signo) fiel de una realidad SIMPATIA. Gr. sympatheia, sufri-
exterior a ella, sino por sí n1isma, co- miento o estado afectivo (patlti!) com-
mo la música, y en la medida en que •parti'do con (s¡¡n). Equival. lat.: com-
sugiere sentimientos o pensamientos. passio.
19. El simbolismo es el arte de A. El hecho de participar en los es-
traducir y provocar estados de al- tados afectivos de los demás, principal-
ma, por medio de relaciones de co- mente en sus penas, ya por un fenó-
lores y de formas. (, .. ) El artista meno de contagio espontáneo, ya por
debe pretender, según la frase de un· acto de atención reflexiva. V. Com-
Cézanne, no reproducir la natura- pasión.
leza, sino representarla mediante l. La simpatia es una pasión
equivalentes, equivalentes plásti- animal e incluso una pasión egoís-
cos. Es el m,edü, de expresión (fi- ta; pero es nuestra mejor posibi-
guras, formas, volúmenes, colores), lidad de evadirnos del egolsmo. (G.
y no el objeto representado lo que DUH.u!EL, Parol.es de méd., 228.)
debe ser e,q,resivo. (M. DENIS, 2. En la simpatía no puede tra-
Nouv. théories, 175-176.) tarse de rechazar un mal que no
20. Lo que fue bautizado como nos alcanza. El sufrimiento es par-
el Simbolümw se resume muy sim- ticipado sin ser asumido. (M. PRA-
plemente en la intención común a DINES, Tr. de psychol., II, 666.)
varias familias de poetas (por otro
lado enemigas entre sí) de •devol-
3. Ausencia de simpatía = fal-
ta de imaginación. (A. GmE, Jour-
ver sus derechos a la música•. (P. nal, 1967.)
VALÉRY, Pléiade, I, 1272.)
V. Disponibilidad, 3, 7; Risa, 3.
21. el simbolismo intentaba «de-
volver sus derechos a la música» B. Atracción irrazonada que se ex-
[P. Valéry] eliminando de la poe- perimenta por una persona, incluso an-
sía los elementos intelectuales que Les de conocerla bien.
la música no puede expresar, re- Sin.: inclinación, afición.
forzado los elementos propiamen- Cuntr.: antipatia.
te musicales de la poesía y plegán- 4. la simpatía puede despertar
dolos a la expresión de sentimien-
tos indefinidos, portadores de sig- muchas cualidades adormecidas;
nificaciones indefinidas. (H. DELA- con frecuencia me he convencido
CROIX, Psychol. de l'art, 150.) de que los peores miserables son
aquellos a quienes faltaron muy
SIMILITUD. Lat. similitudo, carác- pronto las sonrisas afectuosas. (A.
ter de Jo que es similü, (semejante) : se- GIDE, Si le yrai11 ... , 25, Selecc,
mejanza, imagen parecida, compara- Coll.)
ción. 4'. Es la simpatía uno de los
Carácter de las cosas que se ase- prodigios sellados de la naturale-
mejan. za; pero sus efectos son materia
del pasmo, son asunto de la admi-
Sin.: similaridad, semejanza*, ana- ración. (B. GnACIÁN, El héroe, 35.)
logía*. Ad. E.
Contr.: desemejanza, disparidad, 4". en general, una nac1on
contraste, difere11cia. u simpática» es una nución que mar-
l. ¿ Dúnde encontrar alli [en el cha mal; la simpatía política suele
parlamento inglés) una sombra, no ser algo semejante II la lástima o
digo ya de similitud, sino de la compasión en las relaciones entre
965 SIMPLE

los hombres. (A. GANIVET, Idea,. 2. La física moderna es más


rium c11pañol, 81.) Ad. E. simple que la de antaño y pare-
V. Caridad, 7; Cortesía, 12. ce, por consiguiente, más difícil y
complicada. Cuanto más simple es
C. Acuerdo o fusión de los senti- nuestra imagen del mundo exte-
mientos y los pensamientos. rior, más hechos abarca y más re-
Sin.: comunión. fleja en nuestra mente la armonía
del universo. (A. EINSTEIN, Éuo/.
6. La simpatía es esa inteligen- des idées en phys., 210-211.)
cia del alma, ese don misterioso de
identificarse con todas las existen- C. Que no es complicado.
cias, esa lógica intima y rápida por Sin.: sencillo•.
cuyo medio se adivina instantánea-
mente el secreto de cualquier indi- l. Que es fácil de comprender o de
vidualidad, personal o colectiva. ejecutar.
(A. VINET, Ét. s. la littér. fr. au 2. Que carece de ornamento super-
XIX' s., III, 339.) fluo.
6. La antipatía analiza mejor, 3. Referido a personas: que tiene
pero sólo la simpatía comprende. maneras naturales y nada pretencio-
(A. SIEGFRIED, Quelques max., nú- sas. Por eufemismo: que es de inteli-
mero 41.) gencia limitada.
Simplicidad. Carácter de quien o de
SIMPLE. Lat. si,nplex. Se op. a lo que es simple, en los diferentes sen-
multiplcx, duplex, triplex ... tidos de este adj., pero sobre todo en
A. Absolutamente: que no es com- los sentidos B y C.
puesto. A. Referido a construcciones, ma-
l. Metafís. Que no está compuesto teriales o intelectuales, del hombre:
de elementos diversos y es, por consi- carácter del conjunto que constituye
guiente, imposible de analizar. Las una unidad armoniosa que puede ser
«naturalezas simples» (DESCARTES). aprehendida mediante una intuición sln-
l. puesto que no tratamos aquí
tética.
de las cosas sino en tanto que per- 3. La simplicidad, el orden. ~:.i
cibidas por el entendimiento, no claridad que la admisión de ese
llamo simples sino a aquellas cuyo dato [la inercia de la material o,
conocimiento es tan claro y distin- si se quiere, de esa hipótesis fun-
to que el espíritu no las puede di- damental han dado a la explica-
vidir en un mayor número cuyo co- ción de los fenómenos, en una pa-
nocimiento sea más distinto: tales labra, la perfección siempre en
son la figura, la extensión, el mo- aumento de la teoría edificada so-
vimiento, etc. En cuanto a todas bre esa base, es el criterio racio-
1a1s demás, nos las representamos nal que la sitúa para el físico fue-
como estando de al~n modo com- ra de toda refutación. (A. CouR-
puestas de éstas. (DESCARTES, Re- N0T, Considérations ... , I, 240.)
gles p. la direction de /'esprit, XII, 4. la simplicidad analitica es la
121.) de los elementos y su similitud. La
2. Fís. Que, al nivel considerado, simplicidad sintética es la de la lev
no está compuesto y es, por consiguien- de composición y coordinación co~
te, indivisible. Los cuerpos simples de arreglo a la que esos elementos se
la química. Los corpúsculos de la física asocian para formar una unidad
atómica. de nivel superior. La primera es la
simplicidad de la parte «indescom-
B. Relativamente: que no es com- ponibleJ>, La seg-unda, la del todo
plejo. indisociable. Aquélla es del orden
l. Punto de vista cunntitntivo: que de la extensión, ésta del orden de
comprende sólo un pequeño número de In comprc11sió11. (A. LA!tlOUCHE,
elementos. Una cerradura, una frase, Loy. de la simplicité, 349.)
una operación simples. En español se 4'. Con alta voz decía el ami-
emplea más «sencillo». go: (tl\li Amado es la luz inmensa,
2. Punto de vista ('ualítativo: que y bajo su sombra es donde vivi-
constituye un conjunto racionalmente mos; es inaccesible a quien se acer-
unificado y armonioso, ran los humildes, y es incompren-
Sl~IULTANEll)All 966

sible y le alcanzan los simples. que en composición se hace cou. S¡¡m-


Comprad, pues, humildad, y apren- biosis (simbiosis) = convivium.
ded simplicidad, para que de las Sinalagmático. Gr. s11nallagmatikos,
tinieblas paséis a la luz infinita». relativo a los intercambios ( allagma)
(R. LULIO, Libro del am.igo 11 del rcclprocos.
Amado, § 228, p. 104.) Ad. E.
«Un contrato es sinalagmático, o bi-
4". la simplicidad, que desig- lateral, cuando los contratantes se obli-
namos nosotros como atributo de gan recíprocamente unos a otros»
Dios. o de algunos otros entes en (C6digo Civil fr., art. 1102.)
su respectivo grado (... ) sin em-
bargo, consiste formalmente en SINARQUfA. Comp. de las pala-
una negación; no obstante, median- bras syn, con, y arche, gobierno.
te ella nos explicamos un determi- Régimen político en el que l!'s ~un-
nado modo o entidad de la cosa ciones gubernamentales son e¡erc~das
simple. (Fr. SUÁREZ, De las pro- simultáneamente por varios princ1pes
¡,icdades del ente ... , I, § 6, p. 34.) en las diversas partes de un mismo im•
Ad. E.
perio.
4"'. El vulgo, adherido por Por ext.: modo de administrac,ón
costumbre a lo extravagante y que. atribuye la autoridad a un grupo
extraordinariamente portentoso, ve de pérsonas dotada• cada una del de-
con ceño las obras de los que sa- recho de velar por el conjunto a la vez
ben retratar la simplicidad de la que por su sector propio. V. Teenocra-
naturaleza. (J. P. FORNER, Exe- cia.
quias de la lengua castellana, 92.)
Ad. E. SINCERIDAD. Der. del lat. since-
B. Referido a las personas y a su rus, puro, sin mezcla.
comportamiento: sencillez, candor. Ca- Disposición a reconocer y decir la
rácter de quien se muestra tal como verdad sin tratar de engañarse a sí
es, sin rebuscamiento, afectación o mismo ni a los demás.
pretensión. Sin.: franqueza, lealtad, rectitud,
Sin.: sencillez*. veracidad, ingenuidad, candor, natura-
5. Hay algo más alto que el lidad.
orgullo y más noble que la vani- Contr.: mala fe, hipocresía, false-
dad, y es la modestia; y algo ~ás dad, doblez, disimulo.
raro que la modestia, y es la sim- l. La sinceridad impide hablar
plicidad. (RIVAROL, Max. et pen- de manera distinta a como se pien-
sées.) sa. La franqueza hace hablar tal
6. El colmo de la grandeza es la como se piensa. La naturalidad ha-
exquisita simplicidad. Pero la sen- ce decir libremente lo que uno
cillez resultaTÍa invisible si fuese piensa; a veces proviene de 1a fal-
sencilla. Debe, pues, ser ostentosa. ta de reflexión. La ingenuidad ha-
(E. IIJORIN, uLes stars», en R. In- ce confesar lo que uno hace y sien-
tcrnat. de fümol., VII [1D58). 42.) te; es con frecuencia una tontería.
V. Amor, 87.
...
( )
La sinceridad es de alto mérito
Simpliciter. V. Secundum quid. en el comercio afectivo. La fran-
queza facilita el de los asuntos ci-
SIMULTANEIDAD. Relación entre viles. La naturalidad nos lleva a
los acontecimientos que se producen menudo a faltar a la cortesía. La
al mismo tiempo (lat. simul). Se op. a i1lgenuidad hace pecar contra la
sucesión. prudencia. (GmARD, S¡¡n.)
Sólo hay verdadera percepción 2. ¿ Qué es entonces ser since-
de la simultaneidad cuando los es- ro? -Apenas hay dificultad cuan-
timulas pueden ser integrados o do se trata de las relaciones entre
unificados, de suerte que los cap- individuos; per~, ¿y las de uno
temos juntos sin dispersión de consigo mismo?- Como ya he di-
nuestra atención. (P. FRAJSSE, Psy- cho y repetido aquí, apenas se mez-
cliol. du tcmps, 107.) cla en ello la "voluntad•, ese que-
Sin. Gr. ayn, con. Pref. de diversas rer srr sincero consigo 1niB1110 es
palabras esp. Corresponde al lat. cu111, ya un principio inevitable de fnl-
967 SINCRETIS MO

sificación. (P. VAIJiRY, Variété, da velar las entrañas de nuestra


Pléiade, 1, 672.) alma. ( ... ) porque si las pu1iéra-
mos al descubierto las verian loa
3. La sinceridad llevada al ex- demás como no son ellas, y as!
tremo puede convertirse en una mentiríamos . El que dice sí sabien-
pose, en una complacient e exhibi- do le han de entender no, miente.
ción de confesiones degradantes . Aunque el si sea la verdad ... (M.
(N. BERDIAEFF, Autobiogr., 394.) DE UNAMUNO, El secreto de la 11ida,
4. La sinceridad sólo es conce- Obras escogúlas, 260.) Ad. E.
bible cuando se ignora; de lo con- V. Afecto, 17; Ser 1, 34; Ser JI, 22.
trario no es más que un juego y un
equivoco. (E. JALOUX, Essences, 2.' SINCRETISMO
ed., 64.) Sincrético. Constituido por la re-
6. La única sinceridad posible unión o la fusión de diversos elemen-
es la de lo inmediato, y, como tal, tos.
excluye la narración y el análisis. 1. los elementos cualitativos
Sólo puede ser vivida, y pensarla [ de la sensación]. si, ~i.en puede;1
es ya enturbiarla y ofuscarla. El ser referidos, por anahs1s, a cual,..i-
que afirma ser sincero no lo es dades elementales en la mayor1a
ya. (R. JOLIVm", Essai sur la probl... de los casos, se presentan de or_di-
de la Bincérité, 28.) nario bajo la forma de _coml!l~Jos
6. Tenemos el vivo sentir d_e sincréticos globalmente 1dent1f1ca-
que la sinceridad no se declara, si- dos. (H. PIÉRON, La sensatüm, 90.)
no que se practica, y que el decirla Sincretismo . Comp. de un derivado
es ya renegar de ella, puesto que del v. gr. kerann¡¡mi (mezclar), prec~-
es hacerse dos o «doble» cuando dido del pref. s¡¡n (con). Etim. discuti-
se debería ser uno y simple. (lbíd., da. Cf. ~LANDE, Voc. Comp. con Con-
1163.) creción.
7. Es ( ... ) necesario distinguir Mezcla más o menos confusa de doc-
el carácter reactivo de la franque- trinas diferentes aceptadas sin espíri-
za y el primario y espontáneo de la tu crítico y que, por lo mismo, no coz:is-
sinceridad: la franqueza espera la tituyen un sistema coherente. Al sm-
pregunta para responder a ella cretismo se oponía el eclecticismo*, que
con lealtad; la sinceridad se ade- hacía una selección entre las tesis de
lanta a la pregunta y se declara las diversas doctrinas.
aun antes de ser puesta en cues-
tión. (Th. LE CHEVALLIER, La con- 2. De igual modo que el hecho
fidence ... , 103.) más simple del conocimient o huma-
no aplicado a un objeto complejo
8. Desconfío siempre de quie- se compone de tres actos: 1.0 vi-
nes hablan de sinceridad. En ge- sión general y confusa del todo;
neral, los hombres sinceros no ha- 2.º visión distinta y analítica de
blan de ello, como los verdaderos las partes; 3.0 recomposición sin-
soldados no hablan de valor. (J. tética del todo con el conocimien-
GREEN, Le bel au;ourd'hui, 39, to que de las partes se tiene, tam-
18 abril 195:5.) bién el espíritu humano, en su
8'. La sinceridad ha producido marcha, atraviesa tres estados que
una espléndida nudificación de las podemos designar con los tres nom-
cosas. Todo ha vuelto a estar en bres de sincretismo, análisis y sín-
cueros, a no ser más que lo _que tesis, y que corresponde n a aque-
es a ostentar su forma efectiva; llas tres fases del conocimiento .
p;r lo tanto, a no ocultar ca~a (E. RENAN, A11e11ir de l'intcll., XVI,
una lo que tiene de fragmentari a, 301.)
de parcial e insuficiente. En este 3. El esbozo ( ... ) que acabamos
sentido significa como un retorno de trazar del maniqueísm o acaso
al estado nativo, y es, ,in duda, incline al lector a ver en él una
la condición para un rejuveneci- especie de filosofía sincretista;
miento del mundo. (J. ORTEGA Y quiero decir: una religión compues-
GASSF.T Fraseología y sinccrid,ul, ta, que ha tendido a tomar ~e
Olirfls, 0 11, 489.) Arl. 1~. otras doctrinas los elementos dis-
8". es precisament e el deber persos que en ellas creía_ descubrir
de la sinceridad el que nos man- y n asimilársclo s, elaborandolos en
SINDi::RESIS 068

forma sistemática y superior. (U.- 2. La esencia de In empresa es


Ch. PUECII, Le manü,héi:rmc, 68.) la sinergia.
4. [En el niño), o bien hay yux- Por el contrato de trabajo, indi-
taposición de razonamientos espe- viduos hnstn entonces sin relación
ciales, sin generalización, o bien de ningún género se comprometen
generalización aparente, pero por a poner sus esfuerzos en común
sincretismo y no por adiciones y en interés de su fin común: la pro-
multiplicaciones lógicas correctas. ducción de un bien. {B.-R. HAME-
(J. PIAGET, Causal. phys. chez RAY, L'c11trepr. i,ulustr. et les re-
l'enf., 330.) lat. hum., 119.)
V. Gnosis, 7; Sentido, 130. 3. La sinergia es un sistema
dinámico basado en !ns acciones de
SINDi::RESIS. Lat. escol. 81Jluleresis, varios agentes reunidos para al-
deformación del gr. sy11teresis, der. de canzar un fin común. (lbúl., 120.)
synterein, conservar, observar.
Facultad de los ,primeros principios SINESTESIA. Gr. sy11aisthesis, sen-
de orden .práctico. sación (aisthesis) con (syn): acción de
Si11.: sentido moral. sentir con, sensación simultánea.
Esos primeros principios de or- Fenómeno consistente en que, en
den práctico que proporciona la ciertos individuos, sensaciones de cier-
sindéresis (... ) no son innatos en el tos sentidos despiertan espontáneamen-
sentido de que nuestra inteligen- te sensaciones de otro orden, que apa-
cia los poseyese antes de ejercer recen como símbolo de las primeras.
su actividad; por el contrario, es El caso más frecuente es la sinopsia•
ejerciéndola como los aprehende o audición coloreada.
por asi decir intuitivamente. (M. l. junto a sinestesias individua-
S. GILLET, en Somme théol. de San- les, descritas como curiosidades
to TOMÁS, Les a.ctes hwniaina, 458.) enigmáticas y sobre cuya significa-
ción y frecuencia no todos los ob-
SINDROME. Gr. syndrome, acción servadores están de acuerdo, exis-
de correr (drarnei11) con (syn), concur- ten otros hechos más generales y
so. reguladores. (... ) Se ·habla corrien-
l. Med. «Conjunto coherente de temente y sin equívoco de colores
síntomas, es decir, de fenómenos calientes, fríos, chillones, violentos,
característicos de una enfermedad, agresivos, dulces, tiernos, duros;
cuya constante asociación domina de sonidos claros, agudos, brillan-
el cuadro clínico.• (Ch. ÜDIER, tes, ásperos, ,blandos; de coloridos
L'homm.c ese/ave dc son infér., I, musicales, de perfumes penetran-
11.) tes, etc. ¿ Cómo comprender el
2. Si cada enfermo tiene una acuerdo en la atribución de estos
manera particular de estar loco, calificativos, si no es basado en
toda una serie indefinida de en- una analogía real de las impresio-
fermos presentan el mismo tipo de nes? (P. GUILLAUME, Psychol. de
trastornos, el mismo tipo de con- la forme, 193.)
ducta patológica. Esto justifica, 2. La percepción sinestésica es
pues, (... ) el agrupar los síntomas lo común, y si no nos damos cuen-
en diversos síndromes (... ) y In ta de ello, es porque el saber cien-
búsqueda de una nosografía ra- tifico desplaza a In experiencia, y
cional. (G. DESIIAILES, Psycho-pa- nos hemos desentendido del ver, el
tlwl. gén., 140.) oir y, en general, el sentir, para
deducir de nuestra organización
SINERGIA. Gr. sy11ergcia, colabo- corporal y del mundo tnl como los
ración, concurso. concibe el físico lo que debemos
Acción coordinada de varios factores ver, oir y sentir.
para la obtención de un mismo resul- (... ) el problema de las sineste-
tado. sias recibe un comienzo de solu-
l. Sinergia: Fenómeno por el ción si la experiencia de In cuali-
que varias funciones diferentes ac- dad es In de un cierto modo de mo-
túan concertadas para producir un vimiento o una conducta. Cuando
efecto de conjunto. (M. Bo1.1, y F. digo que veo un sonido, quiero de-
BAÍJD, Pcrso,011ulité, 131.) ci1· que a la vibración del sonido le
969 SINGULARIDAD

hago eco con todo mi ser sensorial ter raro y notable. (P. VALfRY,
y en particular con ese sector de Variété, Pléinde, I, 429.J
mi mismo que tiene la capacidad 3. las dificultades que he de
de los colores. (M. MERLEAU-P., vencer y que son mías, singulares,
Phénoménol. de la percept., 266, únicas a igual título que los rns-
271.) gos de mi cargo, no están previs-
3. La sinestesia no es dada tas en ninguna ley general. (F.
nunca como producida por una aso- MAURIAC, Die-u et Mamm<ni, 73.)
ciación. [En la audición colorea- V. Conocimiento, 4.
da. J El color se da como el sentí,.
do de la vocal. (J.-P. SARTRE, L'i- 2. Con matiz peyorativo. Una idea,
magi11a.ire, 141.) un atuendo singulares.
Sin.: original, extraño, extravagante.
SINGULARIDAD
Para encarecer, se recurre al adv.:
Singular. Lat. si11gularis, único, ex- una persona singularmente distingui-
cepcional. da, singularmente inteligente.
A. Aplicado a palabras, términos o 4. [Malebranche J sigue un pro-
diohos (Gram. y Lóg, form.) : que de- cedimiento singular, contrario al
signa, o se refiere a, un solo objeto. Se natural. (SAINTE-BEUVE, Port-Ro-
opone a plural (Gram.) ; a universa!• yal, V, 394.)
y a particular• (Lóg.).
5. Cuando uno está enfermo tie-
( ... ) no sólo en la perfección co- ne, ya lo ve, susceptibilidades sin-
mún de la prudencia se van hacien- gulares. (M. VAN DER MEERSCH,
de los hombres, sino en las singu- Corps et ámes, I, 312.)
lares de cada estado y empleo. (B.
GRAc1.(N, El discreto, 110.) Ad. E. Singularidad. Lat. Bingularitas, el
hecho de ser único.
Hay sustantividades que sólo
son singulares. Pero la singulari- Carácter de lo que, y sobre todo de
dad no es la razón formal de la quien, es singular, .es decir, se sale tle
individualidad estricta, sino que lo común. En sentido concreto: lo que
ésta enwelve una interna determi- hace singular.
nación en la manera misma como 6. [el libertino l renuncia a su
la cosa es «irreductiblemente una». fe por espíritu de singularidad,
(X. ZUBIRI, Sobre la esencia, 213.) por tener la ridícula prenda de no
Ad. E. pensar como los demás, es decir~
V. Abstracción, 14; Tendencia, 11; lo que nadie ha dicho... (BoURDA-
Transducción, 2; Universal, 13. LOUE, Sur la relig. chrét., II.)
B. Aplicado a cosas o personas: que 7. La singularidad es peligrosa
es único en su género, y, por consi- en todo; sólo puede excusarse en
guiente, llama la atención. las cosas que no dependen sino del
1. Particular distingue sin uso. (FÉNELON, Lettre a l'Ac., V.)
más; singular distingue y califica. 8. son modestos aquellos en
Lo particular no es común; lo sin- quienes el sentimiento de ser ante
gular es extraordinario, nuevo, ra- todo hombres prima sobre el de
ro, curioso. (... ) Una opinión par- ser ellos mismos. Prestan mayor
ticular es propia de alguien ( ... ) ; atención a su semejanza con lo co-
las opiniones singulares son sor- mún que a su diferenria y singu-
prendentes o exlirañas. Hasta tal laridad. (P. VALÉRY, Moralités,
punto está In idea de cualidad im- 74.)
plicada en la de singular, y no en D. Su si11g1ila1·ic/a,l [ de l\Inllar-
la de particular, que cabe hablar mé I consistió en meditar sobre
de la si1101tlaridad de las particu- aquello que nadie piensa en medi-
laridU<lc•. (LAFAYE, Suppl., 226- tar. (P. VALÉRY, Variété, Pléiade,
227.) I, 679.)
l. En ocasiones, sin intención de 10. Preguntamos a veces ( ... )
menosprecio. Una coincidencia, un J>U- qué es el yo, el iú, es decir, la
recido singulares. persona en su singularidad. (G.
2. el doble caso Vcl'lninc-Villon MADINIER, Consc. et amour, 2.ª ed ..
es singulal', y nos ofrece un canír- 100.)
SINOPSL\ 970

1 l. R. !.F. SF.NN!:. En el fonclo trsis <le notas porque hay unidad.


de> to[ln eonrienria hay una sin• (X. ZUBIRI, Sobre la esencia, 284.)
gularida<l que debo respetar, Ad. E.
A. LAt.ANDE. ( ... ) Respetarla es- A. Síntesis experimental. Operación
tá muy bien. Buscarla es anti- consistente en producir una cosa nue-
moral. ( R11/I. de la Soc. fr. de l'l,i- v11 por lo combinación de otras varias.
lo• .. 19:12, 29.) Puede ser: real, como en quimica; men-
12. dos sin~ularidades: una ln tal, como en psicología o en historia.
de quien promueve en si lo huma- l. En sentido estricto ( síntesía to-
no y afirma con ello su normati- tal): operación consistente en produ-
,·idad; otra la de quien no lo lo- cir una cosa a partir de sus elementos.
J:;ra y es entonces único como ln P. ej., la síntesis del agua a partir del
cosa única, por un roncurso de ac- oxígeno y el hidrógeno.
cidentes, sin asumir su naturaleza.
(M. DUFREl\'~E, Pcrsonnal. de bast·, l. Si es verdad decir que el
213.) análisis da a la química su punto
de partida, no es, sin embargo,
SJNOPSIA. Gr. synopsis, v1s10n el análisis quien señala su fin y
(opsis) con (syn), visión de conjunto. destino: la química es también
En este sentido se emplea en la forma /11, ciencia de la síntesis (M. BER-
sinopsis. TIIELOT, La synthese chim., 2.)

Der.: sinóptico. 2. En sentido amplio (síntesis par-


cial): operación consistente en producir
Fenómeno de siniestesia consistente una cosa nueva a partir de otras que
en que sensaciones auditivas van es- constituyen a su vez síntesis de ele-
pontáneamente acompañadas de sensa- mentos diversos.
ciones visuales. Se dice también: audi-
ción co!oreada. 2. (En historia.) Para un día
A negro, E blanco, I rojo, U ver- de síntesis hacen falta años de
[de, O azul, vocales, análisis. (FUSTEL DE C., La Gau/c
al~ún día diré vuestros seres la- rom., Introd.)
[tentes. B. Síntesis racional. Operación in-
(A. RIMBAUD, Vocales.) telectual que, a la inversa del análisis,
procede de los principios (considerados
S!NTESIS. Gr. sy11thesis, acción de como elementos del pensamiento) a las
poner juntos, de combinar ... consecuencias, y consiste en deducir de
De modo general: operación que pro- proposiciones admitidas como verdade-
cede de lo simple a lo complejo. Se ras las consecuencias que de ellas ne-
opone al análisis. cesariamente se derivan. V. Razona-
miento analítico ...
Es preciso que no prosigan la
dispersión y complicación actuales C. Síntesis dialéctica. En HEGEL y
del trabajo científico sin que sean IIAMELIN: proposición que realiza el
compensadas por otro trabajo rien- acuerdo de la tesis y la antítesis. V.
tífico especial inspirado en un 1n- Aufhebunu, Dialéctica B 2, Tesi• C.
terés opuesto: la concentración y 3. La síntesis que concilia los
la simplificación del saber. Y hay opuestos no los niega. Y no tiene
que criar y depurar un tipo de ta- que negarlos porque no son contra-
lentos específicamente sintetizado- dictorios, ni entre ellos ni cada
res. Va en ello el destino de la uno en sí. Son tun sólo, ya lo he-
ciencia misma. (J. ORTEGA Y GAS· mo!I dicho, contrarios; y, pa1·a ca-
SET, .'vlúii6n de la Universidad racterizar bien a los contrarios tal
(1930), Obras, IV, 346.) Ad. E. como los h(•mns entl•ndido, hay que
( ... ) la sintesis de notas consti- decir que son cnrrdatii,os. Susti-
tuti,•as no es el acto que constitu- tuimos la contradicción hegeliana
ye la unidad de la esencia, sino por la currrltJri,ju, ( ... ) de ello se
que, por el contrario, es la unidad sigue que el m,0toclo sintético, le-
de la c.-sencia ]a que, «en ríc-rto jos de dcsarrollnrse a la manera
modo•, conotituye la síntesis en hegel iann en negacione:1 sucesivos,
arto. No hay unidad por<¡ue hayn deberá procedPr, por el contrario,
síntesis de notas, sino que hay sín- mediante afirmaciones que vayan
97] SINTONO

completándose ... (0. HAMELIN, E•- Teoría sintética (en el probl. de la


sai ...• 30.) evolución). Teoría, representada espe-
Síntesis c111crgcntc. V. Emergen- cialmente por el inglés G. G. SIMPS0N,
cia,, 2. que realiza la síntesis del mutacionis-
mo y el darwinismo. El resorte del mo-
Sintético. Que constituye una sínte- vimiento evolutivo es la mutación, pe-
sis o procede por síntesis. Se op. a ana- ro es la selección natural la que no
lítico•. Juicio•, razonamiento• sintéti- sólo elimina a los no aptos, sino que
cos. Método sintético. Espíritu sinté- escoge a los mejor adaptados, desempe-
tico. ñando así un papel creador.
4. La proposición «algunos cuer- 8. La adaptación por preadap-
pos son pesados» contiene en el tación y selección natural, enten-
predicado algo que no es verda- dida en sentido creador, constituye
deramente pensado en el concep- la respuesta de la teoría sintética
to general de cuerpo (... ) y debe, al problema del plan y la finali-
por consiguiente, ser llamado juicio dad en la naturaleza. La adapta-
sintético. (KANT, Prolégom., § 2, p. ción es real, progresiva y dirigida.
21.) Se trata de un proceso natural y
5. Se estudia las ciencias ana- mecánico que toma el aspecto de
lítü:a111c11tc; se las enseña sintéti- una intencionalidad, sin interven-
camente. (... ) Siempre que una ción de una intención, y que ha
ciencia no puede ser enseñada sin- producido un vasto plan, sin inter-
téticamente, es que aún no está vención de un pensamiento. (P. DE
elaborada, al menos de modo sufi- SAINT-SEINE, R. des qucst. se..
ciente. 1950, 342.)
La ciencia sólo está constituida SINTOMA. Gr. symptoma (der. de
cuando está sintetizada. Los hom- sympiptein, caer con, coincidencia).
bres que hacen la ciencia de ese
modo sintética son los grandes A. Prop. en med.: fenómenos aue
hombres. Newton para la física; permiten diagnosticar una enfermedad
Lavoisier, para la química. (CI. o juzgar de su evolución.
BERNARD, Cahier rouge, 102, 104.) B. Fig.: todo hecho revelador de
6. cuando la síntesis es impo- una situación o de un estado de alma.
sible, porque no se llega a los ver- Sin.: signo, indicio, señal, prodro-
daderos elementos, el análisis lo mo, presagio.
es también; pero con la diferencia l. Los simuladores de senti-
esencial de que el procedimiento mientos fallan siempre su copia de
analítico o anatómico tiende a la la realidad por algún matiz. Exa-
indefinada atenuación de los erro- geran los síntomas o los falsean.
res, a un conocimiento del objeto (P. B0URGET, L'émigré, 349.)
cada vez más distinto y verdadero,
en tanto que el procedimiento sin- 2. No hay que juzgar los sín-
tético, o reconstrucción del conjun- tomas como si fuesen causas, dij o
to con fragmentos que no son ver- la voz precisa del doctor Guérin ...
daderos elementos, tiende a la acu- En una enfermedad, los síntomas
mulación de errores. (A. C0URN0T, pueden ser signo de un desorden
Essai, s. les fondements ... , § 257, oculto en un rincón del cuerpo muy
p. 385.) lejano de aquel que parece afecta-
do. Un dolor de cabeza puede ser
7. el espíritu sintético ( ... ) ca- consecuencia de una e11fermedad
rece de paciencia para recoger los del riñón... Lo mismo ocurre con
hechos, escuchar las palabras, se- los trastornos psíquicos... He ob-
guir un discurso sin saber de an- servado a tu hija; tiene carácter
temano lo que todo aquello va a y probablemente nobleza moral, pe-
significar; y, como no lo sabe, lo ro sufre por algo... acaso por lo
inventa sin más preámbulos lo me- nuestro. (A. MAUROIS, Le erre/e ele
jor que puede. En vez de recoger fa,nillc, 67.)
los hechos, constrnye un sistema
con los primeros que le llegan. (Fr. V. Sí,ulromc, 1, 2.
PAUl,IIAN, Anal¡¡stes et espi·its SINTONO. Gr. sy11to11os (comp. del
synth., 110.) gr. tonos, tensión, en partic. tensión de
V. Sincre/.ismo, 2. las cuerdas de la lirn y, por consiguien-
SISTEI\IA 972

te!', tono más o menos agudo o grave, Sistema es mós general que teorla:
y del pref. s1111, con), que está de el sistema de un sabio o de un filósofo
acuerdo. está constituido por el conjunto de sus
Palabra creada por BLEULER para teorías.
calificar a aquel cuyos sentimientos 2. Un sistema no es otra cosa
,·an al unísono con los de quienes le que la di~posición de las diferentes
rodean. La sintonia supone la extraver- partes de un arte o ciencia en un
sión•; es frecuente en el ciclotimico•. orden en el que todas ellas se apo-
yan mutuamente, y en el que las
SISTE::UA. Gr. sysUma, der. de sy11- últimas se explican por las prime-
csta11ai, colocar junt06, reunir en un ras. Las que dan razón de las de-
todo organizado. más se llaman principios; y el sis-
tema es tanto más perfecto cuanto
A. Prop,: conjunto que constituye menos son los principios; incluso
un todo orgánico. Sistema solar. Siste- es de desear que se reduzcan a uno
ma digesti\·o. Sistema de fuerzas. Sis- solo. (CONDILLAC, Tr. d.ea BIJSt., co-
tema de señalización. Sistema métrico. mienzo. <Euvres philos., 1, 121.)
Sistema de defensa (de una plaza fuer-
te, de un acusado) ... 3. En el sistema en que todos
nuestros conocimientos proceden
l. este universo no es más que · de los sentidos, nada más fácil que
un sistema, es decir, una multitud hacerse una noción exacta de las
de fenómenos que, ligados unos a ideas. (CONDILLAC, lbíd., VI, 11, I,
otros, como causas o efectos, resul- 14-3 b.)
tan todos de una primera ley.
4. Una ciencia bien tratada es
Toda parte algo compuesta es un sistema bien hecho. Ahora bien;
un sistema. Luego si renunciamos en un sistema no hay, en general,
a los sistemas, ¿cómo será posible más que dos cosas: unos principios
profundizar en nada? (CONDILLAC, y sus consecuencias. (lbíd., XVIII,
Syn., III, 512.) I, 216.)
l'. el análisis suficiente de 5. Las observaciones son la
cualquier forma o hacer de la vi- historia de la física; los sistemas,
da (... ) nos descubre ipso facto la su fábula. (MONTESQUIEU, Penaées
cstru.ctura general d.e la vida. div.)
Ahora bien, a esto se llama si&te-
ma. Sistema en un sentido más 6. Los sistemas tienen sus fa-
profundo y radical que el usadero, náticos; no asi la ciencia, que usa
porque no se trata de que el pen- los sistemas y, poco a poco, los
reemplaza... (A. CoURNOT, Revue
samiento sea -mucho menos deba somm. des doctr. écon., 338,)
ser- sistemático, sino de que la
rcaUdad mi.sma lo es. (J. MARÍAS, 7. para el filósofo, el sistema
La filosofía española actual, 121.) no es cosa secundaria y sin la que
Ad. E. pueda pasarse. Si el filósofo difie-
re del hombre común, no es por
1". la esencia confiere carác- la naturaleza de sus ideas, ni in-
ter de sistema a la constitución cluso de manera esencial por su
entera de la sustantividad, es el número, sino por la manera en que
sub-sistema fundamental, funda- las domina, las unifica y hace de
cional, de la sustantividad. (... ) La ellas un cuerpo de doctrina, un
esencia es sistema por si misma; sistema. (Au(l'. VALENSIN, .·1 tra-
el resto de la sustantividad es sis- vers la ,nétoph., 142-143.)
tema ab alío, ab easentia. (X. ZU-
BIRI, Sobre la ,sentía, 267.) Ad. E. 8. En ciencia, las verdades se
agrupan en sistema, mientras que
V. Verdad, 20. los errores se pierden en un mag-
B. Por anal.: conjunto de proposi- ma informe. Dicho de otro modo,
ciones cientüicas o filosóficas que las verdades se enlazan apodlctica-
constituyen un todo orgánico, conside- mente, mientras que los errores se
rado en su coherencia intrínseca más amasan asertóricamenta. (G. BA-
que en su correspondencia con la reali- CIIELARD, Ratio11al. appl., 68-69.)
dad. El sistema de PTOLOMEO, el de Co- 9. en un pensamiento discur-
PÉilNICO, F.:l sistema de ARISTÓTELES, sivo el si~tema es un esbozo de
el de DESCARTES, el de KANT. pensamiento Intuitivo. ¿Acaso no
073 SISTEMA

es el sueño del espíritu el com- ciertas que poseen los hombres es-
prenderlo todo, el ser y a sí mis- tá aquella afirmación hegeliana de
mo, de un solo golpe? ( ... ) El sis- que le. verdad sólo puede existir
tema permite al intelecto esa sim- bajo la figura de un sistema. (J.
plificación enriquecedora. Porque ORTEGA Y GASSET, ¿Hombres o
está siempre presente de cuerpo ideao?, Obrao, /, 430-440.) Ad. E.
entero, el pensamiento se halla V, Compre11der, 5.
también íntegramente presente en
todas partes. (A. MARC, Psychol. C. En la conducta práctica: medio
deliberado y constante de tender a los
réflcx., II, 414.) propios fines. Gobernar por el sistema
V. Fi/oaof{a, 19; Positivo, 30; Teo- de sanciones. Convertir la desobediencia
ría, 12. en sistema.
Espíritu de sÚltcma.. Tendencia a or- 13. Se ha creído que tomando
ganizar los conocimientos particulares por sistema el tratar a los hom-
en un todo coherente. Con acepción pe- bres como canallas era posible con-
yorativa: tendencia a hacer prevalecer vertirse en una eminencia políti-
el sistema sobre los hechos, a descui- ca. (H. DE MoNTHERLANT, La vie
dar o deformar los hechos que no cua- en forme de proue, 117.)
dran con él.
Sistemático, a. A. Adj. l. En acep-
10. ... esas conjeturas frívolas ción favorable: que procede con méto-
a las que se honra con el nombre do y tiende a organizar el saber en sis-
de sistema. Si no pudiese haberlos tema. Exposición sistemática.
de otra especie, el principal mérito 14. Formar la verdadera no-
del físico sería, hablando propia-
mente, tener el espíritu de sistema menclatura de las cosas e imponer-
pero no hacer jamás ninguno. les un nombre sistemático que in-
(D'ALEMBERT, Esprit, max. et dique su naturaleza es uno de los
princ., 423, París, 1789.) atributos de la lógica especulati-
va. (E. LITTRÉ, Fragm. de phi/os.
11. Si el espiritu de sistema es posit., 56.)
peligroso en Jas ciencias físicas,
no es menos de temer que al amon- 2: Más frecuentemente (pdncip.
aphcado a personas), con acepción pe-
tonar sin orden un número dema- yorativa: que hace prevalecer el siste-
siado grande de experiencias, se
oscurezca la ciencia en vez de ilu- ma sobre los datos de la experiencia.
minarla. (LAVOISIER, CEuvres, II, V. Espíritu de sistema.
225.) 15. Los sistemas han sido en
12. es el espiritu de sistema, es todo tiempo más o menos ambicio-
la necesidad de actuar de prisa y sos e instintivamente orgullosos;
creer rápidamente lo que ha perju- por eso vemos con frecuencia a los
dicado a la buena síntesis, a la ho11;bres sistemáticos situarse por
acción sensata, a la creencia razo- encima de los experimentadores.
nable. (F. PAULHAN, Analyotes et (Cl. BERNARD, Pri11c. de méd. ex-
esprit• synth,, 189,) pér., 192.)
12' Marx, en buen discípulo de 16. dada una realidad, inmen-
Hegel, participó de su pretensión sa, naturalmente, un sistema es
de explicación total y de su con- lo que un sistemático ha podido
cepción de la verdad como oistcma. ver, retener en su corta vista· a
La recesión metafísica, la ubaja- incluso, _fuera de todo ello, lo que
mar» ontológica en la que nos en- ha fabricado con su corta imagi-
contramos hoy, tiene que mostrar- nación. (Ch. PÉGUY, L'csprit de
se reacia a las descomunales afir- syst., 11.)
maciones marxistas. (J. L. ARAN- 17. Su error [de los sistemáti-
GUREN, lmplicacio11eo de la filosofía cos] no es el ser sistemáti-cos, sino
en la vida contemporánea, 30.) el serlo estrechamente, y, en con-
Ad. E. secuencia, de modo insuficiente. (F.
12". Un hábito mental que no PAULHAN, A11alystes et esprits
he logrado dominar me impele a synth., 204.)
ver todos los asuntos sistemática- 18. a posar de las palabras, el
mente. Creo que entre las tres o error comienza cuando el sistema
cuatro cosas inconmoviblemente se hace sistemático. Un sistema
SITl1AClóN 974

-Y esto desesperará no poco a los lo que In rodeo, (... ) Esa relación


¡,uros lógicos- no debe nunca ce- dinámica de reciprocidad crea la
rrarse sobre sí mismo: tiene que situación de In que el comporta-
permanecer siempre abierto, (J. miento es función, (R. Gmoo, Atti-
LACROIX, ltinér, spirit., 100.) llules co/1 ... , 69.)
B. Sistemática, subst. Parte de una 3. El término 11situaci6n» de-
ciencia que tiene por objeto la puesta signe los cambios del complejo or-
en sistema, es decir, la clasificación ganismo-entorno, en el que el en-
lógica. de las especies estudiadas por torno es el agente. Nos referimos,
esa ciencia. en general, a una situación en fun-
Sin.: taxonomía•. ción de objetos y fines específicos
que modifican durante un tiempo
19. La sistemática, té1•mino es- dado la estructura y sentido del
peculativo de toda ciencia. (P. TEIL- entorno. Le situación aparece co-
HARD DE CH., Réfl. s. la valeur de mo une «figure» sobre el «fondo•
la systématique, (Euvres, III, 1-54,) de ese entorno. (D. LAGACHE, En-
c¡¡cL médico-chir., 37030, A'", 4,
SITUACióN. Der. del lat. situatus 1965,)
(que reemplazó tardíamente a situs,
part. pasado de sinere, dejar, colocar): 4. no nos aparecemos pera ser
que ha sido colocado, que está coloca- después arrojados a unas empre-
do o situado. sas. Por el contrario, nuestro ser
se halle inmediatamente •en si-
A. Posición por relación al medio, tuación», es decir, surge dentro de
a un cierto conjunto de datos o a unos unas empresas y se conoce desde
puntos de referencia: bien en sentido el primer momento en tanto que
propio (sist. de una ciudad, de una ca- reflejado en ellas. (J.-P. SARTRE,
sa), bien en el fig. (sit. de una persona: L'etre et le n., 76.)
buena situación, situación de porvenir, 5. la situa<:i6n, producto común
situación delicada; de un haber o una de le contingencia del en-sí y de
cuenta; sit. semanal del Banco de la libertad, es un fenómeno ambi-
Francia). guo en el que le resulte imposible
l. Ningún avance de la ciencia el para-sí discernir le aportación
real se efectúa a partir de un esta- de la libertad y del existente bru-
do cero de conocimiento, estado en to. (Ibld., 568.)
el que el científico podría recibir 6. Le conciencie momentánea
informaciones perfectamente depu- expresa una cierta relación entre
radas y disponer de métodos per- el yo de situación, el estado de la
fectamente seguros. El avance persona comprometida y la con-
cientüico sólo puede efectuarse a ciencia más o menos definida de la
partir de una cierta situación de persona total, que permanece en
conocimiento, situación en la que el horizonte de nuestro tiempo. (... )
el cientüico dispone de un cierto Vemos así cómo la conciencia
saber previo y de un cierto len- umorab, tal como suele ser conce-
guaje preconstituido. (F. GoNSETH, bida, nace en realidad de una si-
La géO'fflétrie .•. , 583.) tuación, entre el yo de situación
B Filos. Una de las diez catego- y la personalidad global. (G. Gus-
rías" de .ARISTÓTELES; accidente que de- DORF, Tr. de l'e:x:ist. '111D1'., 118.)
termina la disposición de las partes del 7. Una situación no es algo ob-
cuerpo, p. ej. estar acostado, estar de jetivo: existe sólo en relación con
pie. una personalidad. (R. MUCCHIELLI,
C. Fenomenol. y socio!.: complejo en La notian de structurc, cXX•
resultante de la interacción, en un mo- Sem. de Synth.»)
mento dado, de un viviente, y sobre 7'. aunque mi situación varía,
todo de una persona humana (P) con en cede momento estoy en una, y
su entorno (E), tanto social como físi- esta una se me presenta, por ello
co e incluso intelectual. mismo, como una sola, como ésta
2. La situación está constituida y no otra, a diferencie de lo que
por la relación entre P y E. La probablemente le acontece el ani-
situación no es, pues, lo que rod,ea mal: y esto hace, a .su vez, que la
a la persona, sino el conjunto di- situación del hombre signifique
námico que la persona torma cc,n una efectiva limitación y no una
976 SOBEltANIA

mera finitud; porque sólo In per- por su forma, ciertas ideas a nues-
tenencia virtual a otras situaciones tra atención. (Ch. PERELMAN, Tr.
hace que se pueda sentir limitado de l'argumentati,m, I, 225.)
por aquella en que está. (J. MA-
RIAS, lntrodu.cci6n a la Filosofía, SNOB- Ingl. snob, advenedizo. El
354.) Ad. E. fr. también utiliza la palabra posc11r.
V. A1!gustia, 8, 9; Tast, 2, 3. Que finge las ideas, los gustos y el
Situcu:i6n llmite. Al. Granzsituation. comportamiento que pasan por distin-
Modo de ser fundamental de la condi- guidos.
ción humana que es, por consiguiente, l. El snob es un carnero de
imposible de modificar. Panurgo pretencioso, un carnero
8. Puedo esforzarme por cam- que salta como los demás, pero con
biar una situación. Pero las hay aire de suficiencia. (J. LEIIIAfTRE,
que subsisten en su esencia, aun Contemp., VII, 96.)
cuando su apariencia momentá- 2. El verdadedo «snob» es el
nea se modifique y su omnipotencia que teme confesar que se aburre
se disimule tras un velo: tengo cuando se aburre y que se divierte
que morir, tengo que sufrir, ten- cuando se divierte. (P. V ALÉRY,
go que luchar, me hallo sometido al Instants, Pléiade, I, 389.)
azar, me encuentro preso inevita- 3. Nada peor que el snob do-
blemente en el lazo de la culpabili- cumentado. Es, al lado del snob ig-
dad. Estas situaciones fundamenta- norante, un carnero rabioso capaz
les que nuestra vida implica las de desesperar a Panurgo. Hipnoti-
llamamos situaciones límite. Ello zado por la argucia, miope sobre
quiere decir que no podemos supe- el palimpsesto, halla en los útiles
rarlas, que no podemos transfor- del arte ocasión para descornarse
marlas. Tomar conciencia de ellas el alma. (C. MAUCLAIR, Religion de
es alcanzar, tJras el asombro y la la musique, 108.)
duda, el más profundo origen de la 4. Al snob no le alcanza la iro-
filosofía. (K. JASPERS, Introd. a la nía; siendo su ambición el dife-
philos., 19.) rir de la masa, la sátira más cla-
9. Hacer la experiencia de las rividente es para él una apología.
situaciones límite y existir son una (J. R0STAND, De la vanité, 77.)
sola y misma cosa. (JASPERS, cit.
por G. MARCEL, Du refus a l'inv., 5. Entre otras cualidades, el
303.) snob tiene la de ser estoico. Acepta
aburrirse prodigiosamente en un
Moral de situación. V. Moral. espectáculo, Es capaz de pasmar-
Test de situación. Prueba consisten- se de gozo ante un acertijo geo-
te en colocar al sujeto en circunstan- métrico, como en la audición de
cias concretas determinadas, de ordi- un poema hermético .. _ (A. BoLL,
nario relacionadas con la profesión pa- L'art, ce méconnu, 70.)
ra la que se le examina, a fin de ob- V. Estética, 15.
servar su comportamiento y apreciar
sus aptitudes. SOBERANIA
SLOGAN. Gaélico sluarghghairm, Soberano_ Lat. mediev. superanus,
grito de guerra, der. de super, sobre, por encima.
Fórmula concisa frecuentemente re- A. Que es superior a todos los de-
petida, con fines de publicidad o pro- más. El soberano bien. Un remedio so-
paganda. berano.
Los slogans, las consignas, cons- B. Princip. (Polit.): que se sitúa
tituyen máximas elaboradas con en el origen mismo del poder; de quien
visto a una determinada acción. todos dependen y no depende a su vez
Deben imponerse por su ritmo y de nadie, Poder soberano. Príncipe so-
su forma concisa y fácil de rete- berano. Pero se llama también sobe-
ner; pero están adaptadas a las rano al monarca constitucional que, sin
circunstancias, deben ser continua- poseer el poder soberano, lo personi-
mente renovadas y no disfrutan fica.
del amplio acuerdo tradicional de l. es en mi sola persona don-
que goza el proverbio. Su papel de reside el poder soberano (... ) ;
consiste esencialmente en imponer, es sólo de mí de quien mis tribu-
SOCIEDAD 076

nnles tienen existencia y nutori- tad de elegir a los gobernantes.


dnd; ( ... ) C'S a mí solo a quien per- (G. BURDEAU, 7'1'. de la se. polit.,
tenece el poder legislativo sin de- II, 269.)
pendencia ni partición. (LUIS XIV, V. Democracia, 6, 9; Estado, 7; Ori-
3 marzo 1776.) gen, l.
C. Que. en una determinada esfera, C. Por anal.: poder absoluto en
g-oza de absoluta indepcndenciai no una determinada esfera.
depende de ninguna autoridad o se com- 7. Esta noche ,le vuelo y sus
porta como si estuviese por encima de cien mil estrellas, esta serenidad,
todos (manifestar un desprecio sobe- esta soberanía de unas horas, no
rano). se compran con dinero. (A. DE
2. El tribunal es soberano. No SAINT-EXUPÉRY, Torre des hom-
se aceptará ningún recurso contra 1nes, 41.)
las decisiones por él tomadas con- Sodoble, Socio!. V. Sociedad.
forme a las disposiciones regla- Socialismo. V. Sociedad.
mentarias. (Decreto sobre el Bachi-
llerato, art. 17, J. officiel de 30 SOCIEDAD
agosto 1959, 8571.) Sociable. Lot. sociabilis.
2 bis. Ese juicio soberano del Qu,e gusta de, o es especialmente
consumidor, que pone al productor apto para vivir en sociedad. Que bus-
a sus órdenes, es el mecanismo ca la sociedad de los demás.
esencial de la democracia económica Der.: sociabilidad.
(gobierno de la producción de l. El interés y la necesidad son
acuerdo con las necesidades y la el principio de toda sociabilidad.
voluntad de los consumidores). (J. (HELVÉTIUS, De l'homme, II, vm.)
FoURASTIÉ, Pourquoi ,uius travail- 2. El hombre es un animal so-
lons, 71.) ciable que detesta a sus semejan-
V. Dogmático, 10. tes. (E. DELACR0IX, Journal, 17
Soberanía. A. Carácter de lo que es nov. 1852.)
soberano, de aquello que no tiene su- Social. Lat. socia/is, sociable.
perior. La soberanía de la razón, del Social y sociol6gico. Social califica lo
deber. relativo a la sociedad (contrato social,
B. Absolutamente y en el uso co- devenir social) ; sociológico, lo relativo
rriente: poder político soberano. a la sociología (teoría sociológica, pro-
blema sociológico).
3. La soberanía es el poder ab-
soluto y perpetuo de una Repúbli- A. Por opos. a individual, es cali-
ca. (J. BoDIN, De la Républ., I, IX, ficado de social: lo que concierne a la
125, París, 1577.) sociedad, le pertenece o es consecuen-
cia de ella, Orden social, capital social,
4. La soberanía es una volun- vida social, virtudes sociales.
tad que tiene el carácter propio y 3. hay fuerzas sociales muy po-
exclusivo de no determinarse nun- derosas que se asemejan por com-
ca sino por sí misma. (L. DUGUIT, pleto a fuerzas naturales. La de-
Souvera ineté et lib., 75.) fensa contra los criminales toma
5. mientras se mantenga intac- así forma, en ciertos casos, de pá-
ta la noción de soberanía, nos ha- nico furioso, y despedaza a no po-
llaremos en la imposibilidad de ba- cos inocentes. (ALAIN, Politique, 29.)
sar el derecho internacional y edi- 4. Por mi parte sostengo que no
ficar un sistema jurídico apropiado hay fenómeno social sino a par-
para impedir la guerra. Y, no tir del momento en que las relacio-
obstante, es preciso que haya un nes interindividuales son determi-
derecho internacional. (lbícl., 122.) nadas, informadas, modeladas por
6. Lo que esencialmente distin- ciertos marcos sociales preestable-
gue a la soberanía es la posesión cidos; relaciones entre maestro y
del poder constitucional. En efec- alumno, entre marido y mujer, en-
to, en él detenta a la vez el sobe- tre patrono y obrero, entre acree-
rano el señorío de la idea de de- dor y deudor, etc. (A. CUVILLIER,
recho que sirve de principio rec- PartÚI pris, 236.)
tor de la vida estatal y la facul- V. Campo, 4.
977 SOCIEDAD

D. Por oposición n politico: relati- en y por la conciencia individual,


vo n las relaciones mutuas de los Constituyen, pues, una especie nue-
miembros y de los diferentes grupos de va, y es n ellos a los que ha de
una colectividad, especialmente patro- ser dada y reservada la califica-
nos y obreros. La cuestión social; los ción de sociales. (E. DURKHEIM,
problemas, los conflictos sociales; el R~ules de la méth. soc., 8.)
progreso social, la condición social. V. 8, La primera regla y la más
Justicia• social. importante es considerar los he-
V. Político, 7. chos sociales como cosas. (... )
Hecho social. A. En el sentido am- Pero si consideramos los hechos
plio de uso común: hecho general en sociales corno cosas, es como cosas
una sociedad determinada o considera- sociales. (lbíd., 20, 176.)
do como resultado de la vida en socie- 9. estamos tentados de decir
dad. que si bien [Durkheim] ha llama-
__ .B. Sociología. 1. Hecho resultante do enérgicamente la atención so-
de la interacción mutua de los miem- bre el estudio de lo social, acaso
bros de los grupos humanos. Explica- lo haya despojado de lo que cons-
ción inspirada en el psicologismo•. Ej.: tituye su mayor interés al acon-
G. DE TARDE y su teoria de la imita- sejar tratarlo «como una cosa».
ción. V. Psicología social, Sociología. (M. MERLEAU-P., Scns et non-sc11s,
177.)
5. La invención y la imitación
son el neto social elemental. (G. 10. Tratar los hechos sociales
TARDE, Lois de l'imit., 3.ª ed., 157.) como cosas es un procedimiento de
trabajo del mismo tipo que esta
6. El carácter común de los ac- regla behaviourista: hacer como si
tos sociales es el de ser imitativos. la conciencia no existiera. (J.
Sólo ellos tienen este carácter; y M0NNER0T, Les faits socia11-X ne
cuando un acto que de ordinario es sont pas des ch., 65.)
puramente vital o mental se hace
por excepción social, es en la me- Socialismo. Doctrina y organizaci0n
dida en que ha recibido una marca políticosocial que se presenta bajo múl-
especial por virtud de la imita- tiples formas, pero todas con el carác-
ción. Marchar a paso gimnástico, ter común de arrebatar a la propiedad
respirar como un cantante que privada el poder de subordinar el bien
domina su técnica, comer con te- general, y en particular el de los tra-
nedor, etc., son verdaderamente, bajadores, a los intereses de la clase
por la razón indicada, actos socia- poseedora.
les. Sólo el hombre en sociedad an- A. Por opos. a liberalismo: doctri-
da, respira y como as!. (G, TARDE, na según la cual el bien general exii;e
Ét. de pB¡Jchol. soc,, 65.) 9ue el Estado dirija la producción o
2. Hecho que emana de la propia incluso que los medios de producción
sociedad en tanto que constitutiva de se conviertan en propiedad colectiva.
un todo orgánico y pertenece a la con- V. Colectivismo, C01nunis·mo.
ciencia colectiva, no a los individuos
y a las conciencias individuales. Expli- 11. El socialismo es la libertad
cación basada en el sociologismo. De y el respeto a la persona humana,
ella resulta la regla según la cual el dicen unos. Es la colectivización
sociólogo debe «considerar los hechos de los instrumentos de producción
sociales como cosas» (E. DURKHEIM), y la dictadura del proletariado,
responden otros. ( ... ).
7. Tenemos, pues, un orden de
hechos que presentan caracteres Pero todos esos socialismos tie-
especialisimos: consisten en ma- nen algo en común: la aboliciá11 de
neras de obrar, pensar y sentir la, propiedad privada, Jztentc de
exteriores al individuo y dotadas todas las desigualdades e injusti-
de un poder coercitivo en virtud cias sociales. (G. B0URGUIN y P.
del cual se le imponen. Por consi- RIMBERT, Le socia,lismc, 10-11.)
guiente, no pueden confundirse con 11'. El socialismo tiene que li-
los fenómenos orgánicos, puesto berarse de su matedalismo histó-
que éstos consisten en acciones y rico, si ha de limpiarse de la con-
representaciones; ni con los fenó- tradicción interna de ser un movi-
menos psiquicos, que sólo existen miento ético que niega el poder de
Gl. Diccionario del Len¡uaje Filosóíico,
SOCIEDAD 978

la moral. (R. DE MAEZTU, Es¡,aiía que exi-sten relaciones 01•ganizadu. Las


!/ Europa (1914), 56.) Ad. E. sociedades animales. La Sociedad Es-
V. Di,·igismo, 2. pañola de Fllosofla.
B. Por op. a comunismo: doctrina 17. Encerrada en su aparta-
u organización en las que los medios miento, que estaba en el mismo pi-
de producción son propiedad de quie- so que el del rey, [Mme. de Mainte-
nes los hacen producir (socialismo cor- non] se limitaba a la sociedad de
porativo: las minas para los mineros, dos o tres damas retiradas como
los ferrocariles parn los ferroviarios), ella. (VoLTAIRE, Le siec/e de I,ouis
o, más comúnmente (socialismo de Es- XIV, cap. XXVI.)
tado), del Estado. Para los teóricos del 18. en toda sociedad hallamos
comunismo, el socialismo de Estado una organización bajo una autori-
que es el régimen actual de la U.R.S.S.: dad. (R. MAUNIER, Introd. a la so-
no es sino una etapa entre el régimen cio/., 12.)
capitalista y el verdadero comunismo.
19. Sociedad significa co11formi-
Socialismo utópico y socialismo cicn- da,l, eomm,ida<I, a11torúlad. ( lbíd.,
tifico. Ad. E. Distinción establecida
16.)
por MARX y ENGELS entre su socialis-
mo. ~ientíf~co, basado en una interpre- 20. Una socicda<l es en esencia
tac10n racional de la realidad, y el de -mt grupo de perso11as de mentali-
sus predecesores (F0URIER, PR0UDH0N, dad análoga. Esta definición, aun-
SAINT-SIM0N, BLANC). que psicoló¡¡-ica, es la más objetiva
Sociedad. Lat. soci~ta.s, der. de so- de todas. Pertenecer a una socie-
ciu.s (compañero, auxiliar), compañía, dad significa esencialmente tener
asociación. su mentalidad. (G, B0UTH0UL, Les
nientalités, 31.)
A. En sentido abstracto: relaciones
o comercio existentes entre personas. V. Cerrado, 1; Familia, 3, 4, 8.
Gustar de la sociedad de los viejos, de 2. Absol. (la sociedad). a) Medio
los artistas ... humano en el que está integrado un in-
12. Esa sociedad de placeres, dividuo, en tanto que conjunto de fuer-
que da a las personas de la Corte zas organizadas y jerarquizadas obran
una honesta familiaridad con nos- sobre él.
otros, las conmueve y encanta has- 21. Por la continua nivelación
ta lo indecible. (LUIS XIV, Mémoi- y la división del trabajo, la socie-
n·s, 1862, 11.) dad llegará a serlo todo, y el hom-
13. lo que sobre todo os pido es bre no será nada. (H.-F. AMIEL,
tomaros cada día (... ) un medio Journal int., 6 sept. 1851.)
cuarto de hora por la mañana y
otro tanto por la noche para estar 22. Si la sociedad no se com-
en sociedad familiar y cordial con prende sin la persona, ésta no re-
Dios. (FÉNELON, Letres sur la re- sulta más comprensible sin la so-
lig., VII.) ciedad. Es por la vida social y en
ella donde toma conciencia de si
14. La sociedad e incluso la misma, de su valor y su destino;
amistad de la mayoría de los hom- por y en la vida social reduce las
bres no es más que un comercio resistencias de su individualidad,
que dura lo que la necesidad. (Mar- ejercita y desarrolla su inteligen-
quesa Du SABLÉ, Maz., 77.) cia, experimenta y fortifica su li-
15. No hay a mi edad placer bertad ... (J. FOLLIET, llfora/e so-
más grande que el de hallarse en cia/e, I, 14.)
la sociedad de personas inteligen-
tes y que comprenden todo a me- 23. Voluntad y razón son los
dia palabra. (E. DELACR0IX, Jo11r- dos espléndidos presentes que la
11al, 17 junio 1866.) sociedad deposita en nuestra cuna,
(Ch. BLONDEL, en Tr, de psyc/w/.,
16. La menor sociedad, aun la de DUMAS, II, 393.)
más amistosa, me causa un ver-
dadero desarreglo nervioso•. (A. 24. Es la sociedad la que retar-
GIDE, Journal, dom., mayo 1907.) da la racionalización del primitivo.
n. En sentido concreto. l. Con- ( ...)
junto de individuos conscientes y en Es la colectividad la que encie-
particular de seres humanos entre los rra al individuo en las formas
979 SOCIOLOGIA

mteriores del pensamiento, (D. Socio. Del lat. socius, compañero. Co-
ESSERTIEll, Les formes in/ér, de mo subst., designa hoy a la persona
l'cxplic., 171, 33.) asociada con otra u otras para algún
24'. donde no hay una minoría fin,
que nctún sobre una masa colecti- Primer elemento de diversas pala-
va, y una masa que sabe aceptar bras compuestas. Citaremos algunas
el influjo de una minoría, no hay de las que no se incluyen con artículo
sociedad, o se está muy cerca de propio: socia tría (psicoterapia de las
que no la haya, (J. ORTEGA y GAS- anomalías sociales), sociocracia (régi-
SET, España invertebrada, Obras, men en el que él poder pertenece a la
III, 96.) Ad. E. sociedad considerada como un todo or-
V. Persona, 62, 64, gánico), sociografía (ciencia puramente
b) En pnrtic.: conjunto de !ns per- descriptiva de los diversos tipos de so-
sonas más distinguidas de una ciudad. ciedad), sociolatría (culto religioso a la
Baile de sociedad, sociedad), sociofilia (tendencia a bus-
!!6. El periódico ha matado al car contactos con el medio social), so-
salón; el público ha sucedido a la ciofobia (tendencia a rehuir esos contac-
sociedad. (E. y J. DE GoNCOURT, tos), sociotécnica (aplicación de los da-
Iclécs et sensat., 131.) tos de la psicología social a los pro-
26. Lo que se llama la sociedad blemas industriales), socioterapia (téc-
en una pequeña ciudad es, en cier- nica dirigida a curar los trastornos
tos aspectos, la gente clistingt<icla mentales mediante la acción del medio
del lugar. (F. SARCEY, Le mot et social).
la chosc, 266.)
SOCIODRAMA. Palabra y técnicas
3. Por una especie de personifica- creadas por J.-L. MORENO.
ción y divinizacion (en partic. en la Representación teatral ordenada á
Escuela sociólog. franc.) : la colectivi- un conocimiento profundo del grupo de
dad humana considerada como una actores o a una acción terapéutica. V.
realidad moral distinta de los indivi- Psicoterapia* de grupo.
duos e infinitamente superior a ellos.
l. El sociodrama ha sido defi-
27. Kant postula a Dios por- nido como un método de investiga-
que, sin esta hipótesis, la moral es
ción, activa y profunda, acerca <le
ininteligible. Nosotros postulamos las relaciones que se constituyen
una sociedad específicamente dis-
entre los grupos y de las ideologías
tinta de los individuos porque, de
otro modo, la moral carece de ob-
colectivas. (J.-L. MORENO, Fond. de
jeto, el deber de punto de amarre. la sociom,étrie, 39.)
E. DURKHEIM, Socio/, et phi/os., 2. Representación teatral tera-
74.) péutica que permite a un grupo de
28. Querer que la sociedad sea pacientes realizar una catarsis re-
el Dios es una idea de salvajes. La presentando por sí mismos un pa-
Sociedad no es más que un medio. pel apropiado a su situación afec-
(ALAIN, Politique, 138.) tiva. El sociodrama difiere del psi-
V. Fin II, 8. codrama en la medida en que sir-
4. Por opos. a comunidad• (T0N- ve a una reunión de individuos en
interrelaciones mutuas y que pre-
NJES). Agrupación humana que se ba- tenden una catarsis colectiva y no
sa en un contrato explícito y no en ya individual. (M. CH0ISY, Diet. de
tendencias o exigencias naturales. So- l'syehanal.)
ciedad industrial, comercial.
29. Todo lo confiado, lo íntimo, SOCIOGRAMA. Representación grá-
lo que vive exclusivamente en la fica de las relaciones existentes entre
unión, pertenece a la vida en co- los diferentes miembros de un mismo
m1rn idad (tal es nuestra opinión). grupo social. Suele obtenerse pregun-
La sociedad es lo público, el mun- tando a cada uno de esos miembros a
do; por el contl'ario, nos encontra- quién o quiénes le gustaría tener por
mos en comunidad con los nuestros compañeros y a quiénes rechaza. V.
desde que nacemos, ligados a ellos Sociomctría.
en el bien como en el mal. En la
sociedad se entra como en tierra SOCIOLOGIA. Término creado poi·
extraño. (F. TONNIES, Communmt- Aug. Co&ITE para reemplazar el de "Fí-
té et socilté, 4.) sica social», empleado por él en su cla-
ROCJOLOGIA 980

sificnción de las ciencias. COMTE dice B. Concepción sociologista (v. Socio-


también (cciencin social». looismo): ciencia que tiene por objeto
Ciencia de los hechos sociales. el ser moral constituido por el conjun-
l. Creo un deber aventurar, des- to de las conciencias individuales que
de ahorn, ese nuevo término, exac- viven en sociedad.
tamente equivalente a mi expre- 7. Al unirse, ni penetrarse, al
sión, ya aceptada, física social, a fusionarse, ]as almas individuales
fin de poder designar por un nom- hacen nacer un ser, psíquico, si se
bre único esa parte complementa- quiere, pero que constituye una rea-
ria de la filosofía natural que se lidad psíquica de un nuevo géne-
refiere al estudio positivo de las ro. Es, pues, en la naturaleza de
leyes fundamentales propias de los esta individualidad, y no en la de
fenómenos sociales. (A. CoMTE las unidades componentes, donde
Cours de philos. pos., IV, 186, n.) hemos de ir a buscar las causas
2. La sociología está virtual- próximas y determinantes de los
mente presente desde el momento hechos que en ella se producen.
en que el historiador se pregunta si (... ) En una palabra, hay entre la
no habrá ciertas uniformidades en psicología y la sociología la misma
el ~uncio?3mliento de la historia, y solución de continuidad que entre
la mtenc10n de hallar esas unifor- la biología y las ciencias físico-<¡uí-
midades se esconde en el fondo de micas. (E. DURKHEIM, Regles de la
toda comparación. (J. MoNNEROT méth. soc., 127-128.)
Les /aits sociaux ne sont pas de; 8. el psicólogo trata de com-
choses, 105.) prender lo que pasa en el interior
3. La sociología es un proce- de los individuos, en tanto que el
dimiento de lectura de la historia. psicólogo social trata de compren-
( Ibíd., 115.) der lo que pasa entre los indivi-
4. La sociología no toma su fi- duos, y el sociólogo, por su parte,
lo sino de la última referencia a lo se pregunta lo que pasa en el gru-
vivido; es decir, que, afilada por el po entero. (R. Gmoo, Attit. collect.,
pasado, se hunde profundamente 163.)
en el presente y busca en él el fu- Mic,-osociología. Estudio de las for-
turo. ( Ibúl., 193.) mas elementales de sociabilidad u or-
4'. la ineptitud de la sociología, ganización social (y no, como podría
llenando las cabezas de ideas con- hacer creer el prefijo del término, de
fusas, ha llegado a convertirse en los pequeños grupos sociales). Entre
una de las plagas de nuestro tiem- las ocho fórmulas de sociabilidad de
po. La sociología, en efecto, no es- la clasificación de G. GURVITCH, la
tá a la altura de los tiempos y, por más interesante es la tercera: «Según
eso, los tiempos, mal sostenidos en la intensidad y profundidad de la in-
su altitud, caen y se precipitan. terpenetración y de la fusión parcial,
(J. ORTEGA Y GASSET, Ensimisma- los onosotros» se distinguen en Masa
miento y alteraci{m (1939), Obras, Comunidad y Comunión» (Vocab, de ~
V, 298.) Ad. E. Socio!., 111.) V. estos últimos térmi-
nos,
A.. Concepción psicologista (v. Ptti-
co/ogis-mo): ciencia del hombre que vi- 9, la Masa, la Comunidad y In
ve en sociedad. V. Hecho social•, Psico- Comunión no son grupos -eon los
logía• social, Inwrpsicología• (en Psi- que han sido frecuentemente con-
cología). fundidas- sino orados de la fu-
5. La sociología es como una sión parcial en el Nosotros, gra-
psicología en grande en la que las do• que pertenecen a la microso-
leyes de la psicología se reflejan ciologia. (G. Gunv1Tc11, Tr. de so-
agrandadas y completadas. (G. cio/., I, 177.)
TARDE, Phiws. pénale, 118.) Sociológico. Relativo a la sociolo-
6. La sociología no es sino la gia. Ley, método sociológico. La verda-
psicología humana que ha decidido dera teoría del lenguaje es esencial-
poner entre paréntesis los limites mente sociológica, aunque su origen
individuales. (J. MONNEROT, Les normal sea necesariamente biológico,
faits sociaux ne sont pas de cito- (A. COIITE, Syst. de polit. posit., 11,
•<•, 33.) 224.)
981 SOLEDAD

Teoría soeio/6gica. Doctrina de In 13. El test socio-métrico (... )


Escuela francesa de Sociología según la consiste expresamente en pedir ni
cual todo lo que en el hombre trascien- sujeto que elija, en el grupo a que
de las posibilidades de la vida orgáni- pertenece o podria pertenecer, los
ca (rnz6n, ciencia, arte, moral, reli- individuos a quienes querría tener
gión) le viene de la sociedad. por compañeros. (J.-L. MORENO,
10. El racionalismo, que es in- Fond. de la sociométrie, 42.)
manente a una teorfa sociol6gica SOFISMA. Gr. sophisma, der. de so-
del conocimiento, es por ello inter- phos (hábil, sabio); habilidad, artificio,
medio entre el empirismo y el sofisma.
apriorismo clásico, (E. DURKHEIM,
Formes élém. de la vio relig., 26, Razonamiento que sólo es lógicamen-
n. 2.) te correcto en apariencia, y que se hace
para engañar a los demás o a uno mis-
Sociologismo, Teoría según la cual mo. El razonamiento incorrecto for-
la sociología: 1.º basta para explicar mulado sin intención de engañar cons-
los hechos sociales, en particular sin tituye un paralogismo•.
In ayuda de la psicología (para el psi-
cologismo•, por el contrario, la psicolo- Der.: sofístico, sofisticado.
gia es el medio necesario y suficiente V. Dialéctica, 6.
de esa explicación) ; 2.0 o incluso es la La incultura escolástica se fijó
única capaz de resolver los problemas principalmente en las profesiones
filosóficos y morales. prácticas; y por eso fueron éstas
11. En esta doble proposición las más infecundas, las más sofís-
se resume el sociologismo : Socio- ticas, y las que menos admitieron
logia independiente y todopodero- el ornato de las buenas letras. (J.
sa. (E. CALLOT, La société et son P. FORNER, Exequias de la lengua
environn., 437.) castellana, 99.) Ad. E.
Socio/ogismo estético. Doctrina se- Sofisma del acci<lente ( fallacia ac-
gún la cual: 1.º el sentimiento estético cid.entis). Consiste en considerar como
es producto de la conciencia colectiva; esencial lo que sólo es accidental. P. ej.,
2.0 «La ley interna del arte es produ- definir la materia como lo que es só-
cir una emoción estética de carácter so- lido; tratar de perezoso al que, en un
cial» (J.-M. GUYAU, L'Art au point de momento dado, se halla ocioso.
,vue sociologique, 21.) Sofista. Gr. sophistés (der. de so-
Sociologismo moral. Doctrina según phos, hábil, sabio) : que sobresale en un
la cual: 1.º el sentimiento de la obli- arte; más tarde (s. V a. de J. C.), maes-
gación no es más que un eco, en las tro de retórica y filosofía; finalmente,
conciencias individuales, de las exigen- toma un sentido peyorativo y equivale
cias de la colectividad; 2.0 el único ob- a charlatán.
jeto de los deberes es, en definitiva, la
sociedad. Los antiguos sofistas hallaban
el medio de defender tesis contra-
Sociólogo y sociologista (poco usa- dictorias con argumentos que pa-
do). El sociólogo es un especialista de recían de valor equivalente. Lo que
la sociología. El sociologista, un parti- ellos realizaban voluntariamente y
dario del sociologismo, o, más corrien- a conciencia, lo hacemos nosotros a
temente, del sociologismo de la Escuela cada instante, sin darnos cuenta,
francesa de Sociologí-a (DURKHEIM). bajo la influencia de la pasión. (V.
12. Los propios sociologistas, BROCIIARD, De l'crretir, 223.)
cuando lo exige su tesis, hacen no- Sofisticar. Sutilizar .con exceso re-
tar que los salvajes modernos no curriendo a los procedimientos de los
son verdaderos primitivos. (G. DA- sofistas. V. Q1<inta.csc1tciar.
VY, Des clans aux cnip., 24.)
Sociometría. Palabra y técnica debi- SOLEDAD. Lat. solitas, der. de so-
das a J.-L. MORENO. l11s, solo.
Método dh-igido a introducir la me- Estado de quien se halla solo, reti-
dida en sociología, gracias a la esta- rado del comercio de los hombres. Lu-
distica de las apreciaciones obtenidas gar no frecuentado por los hombr¿s.
por medio de tests sociométricos cuyo 1. La soledad es al espíritu lo
conjunto permite establecer un socio- que la dieta al cuerpo: mortal
grama•. cuando es demasiado lar¡:-a, pero
SOLIDARIDAD 082

necesaria. (VAllVENARGllES, Réflc.,·. GASSF.T,Socializació,r ,lrl /rom.,,r(',


rt ma.T., 446.) Obras, II, 746.) Ad. E.
2. La soledad es siempre, en V. Dcmds, 13.
cierto sentido, un fenómeno social.
suponC' siempre la conciencia de SOLIDARIDAD
una conexión con el otro, con el Sólido. Lat. solidits, consistente, ma-
ser extraño, La soledad más cruel cizo, sólido.
es la soledad en sociedad, la sole-
dad por excelencia. (N. BERDIAEFF Prop. (por op. a fluido, gaseoso) : que
C'i11q ,nédit., 100.) ' tiene consistencia.
3. la soledad no es sino una V. Rcsistc11cia, 2.
manera de estar con el otro ... co- Solidario. Se dice de las partes de
mo ausente. (A. DE WAELHENS un todo que son interdependientes.
E:rísten.cc et signif~alio11, 201.) ' A. Aplicado a cosas: que está uni-
4. Por desierta que esté, mi so- da a otra de manera rígida (solidari-
l~dad está habitada por significa- dad mecánica) o al menos depende es-
ciones humanas que llevo conmigo. trechamente de ella.
No hay experiencia solipsista. (J. B. Aplicado a los contratos (Dere-
GtRARD, L'ctro et le pcnser, !18.) cho) : . que liga a varias personas, de
5. Nunca hemos estado tan so- modo tal que cada una de ellas puede
los, y solos con tan extraña sole- percibir por todas los valores estipu-
dad ( ... ), solos pero siempre jun- lados o, más corrientemente, debe, a
tos, en el cuartel, en la fábrica, en falta de las otras, asumir la totalidad
los campos o en la fosa común. (J. de la obligación común,
GUÉHENNO, Sur le chcmin des hom- l. La obligación es solidaria en-
mes, 43.) tre varios acreedores cuando el ti-
6. No hay dos ocasiones igua- tulo da expresamente a cada uno
les de soledad, porque nunca se es- el derecho a exigir el pago de la
tá solo de la misma manera. (H. totalidad del crédito, y el pago he-
Bosco, ,lfal~roix, 32.) cho a uno de ellos libera al deu-
7. Soledad. (... ) Su premio con- dor, aunque el beneficio de la obli-
siste en la mayor posibilidad de gación sea compartible, y divisible
atención. Si pudiésemos estar aten- entre los diversos acreedores. (Có-
digo Civil fr., De las obligaciones
tos en el mismo grado en presen- solülarias, art. 1197.)
cia de un ser humano... (S. WEIL,
La pesanteur et la gro.ce, 141.) C. Aplicado a personas. l. (Dere-
cho). Que comparte con otros derechos
8. La soledad me pesa. Al igual u obligaciones que responden a las
que el silencio no es la ausencia de condiciones señaladas en B. Ante la
ruido, sino otro ruido más sutil, la justicia, los autores de un robo son so-
soledad no es la ausencia de toda lidarios.
compañía humana, sino la sustitu-
ción de esa compañia por otra pre- 2. (Uso ord.). Que se halla con
sencia que detesto. (J. GREEN. Le otros en interdependencia de intereses.
bel aujourd'hui, 81, 18 julio 1955.) Los alumnos de una misma clase son
solidarios. En caso de huelga, los tra-
9. Lo que llamo soledad no es bajadores de una empresa análoga se
sino una modalidad de mi relación declaran solidarios de los huelguistas.
con el otro, no su supresión. (Cl.
DvcoT, Présence et aba. de l'etrc, Solidaridad. A. Prop.: carácter de
41.) lo que, de hecho o de derecho, es soli-
dario, en los diversos sentidos de este
10. La soledad, hora tras hora adjetivo.
goteando sobre el alma, hace faena
de forjador sobre ella. La soledad l. Solidaridad de hecho: carácter
tiene algo de herrero trascendente de las personas o las cosas que son
que hace a nuestra persona com- interdependientes. La solidaridad de las
pacta y la repuja. Bajo su trata- generaciones, de las ciencias. En sen-
miento, el hombre consolida su des- tido concreto (una solidaridad) : con-
tino individual y puede salir im- junto de individuos que se hallan en
punemente a la calle sin contami- estado de interdependencia.
narse por completo de lo público, 2. Guéhenno pretende que la
mostrenco, endémico. (J. ORTEGA Y cultura superior que adquirió de
983 SONAMBULISMO

pronto al desertar de su clase e in- sólida cuanto más numerosos y


troducirse, como furriel de los po- fuertes son esos lazos. (E. DUR-
bres, entre los universitarios ( ... ) , KHEIM, Div. du tra.va.il social, 4."
amenazaba con matar su solidari- ed., 394.)
dad con sus verdaderos semejan- 7. La moral consiste en ser so-
tes. (A. TllfRIVE, Mora.listes de ce lidario de un grupo y varia de
t1111ips, 336.) acuerdo con esa solidaridad. ( Ibúl.)
3. Una ciudad es para él [el Solidariemo. Doctrina. que hace de
geógrafo J una solidaridad; una re- la solidaridad el fundamento de la mo-
gión lo es también; un Estado si- ral.
gue siendo una solidaridad interre-
gional; el universo, en fin, es una SOLIPSISMO. Compuesto de las pa-
solidaridad internacional. (M. SoR- labras la.t. solus (solo) e ipse (yo mis-
RE, Recontrea de la géogr. et de mo) con el sufijo ismo, que indica una
la sociol., 107.) actitud teórica. o sistemática. El solip-
V. Autonomía., 10.
sista. dice: sólo yo existo.
Doctrina. sin partidarios, pero lógi-
2. Solidaridad de derecho: carácter camente implicada en toda teoría idea-
de las personas que tienen en común lista del conocimiento y de la realidad.
derechos u obligaciones que responden Según esta doctrina, no habría para el
a las condiciones indicadas en Solida- sujeto pensante otra realidad que él
rio B. mismo.
4. Hay solidaridad por parte de l. Ese descubrimiento de la
los deudores cuando están obliga- persona de otro no ha tenido lu-
dos a una misma cosa, de manera gar nunca; la asimilación del yo y
que cada uno de ellos puede ser de los demás hombres no ha suce-
obligado al pago de la totalidad, dido nunca a un solipsismo origi-
y el pago hecho por uno de ellos nal. (P. GUILLAUME, lntrod. a la
libera a los demás frente al acree- psychoL, 193.)
dor. (Código Civil fr., De la solida.- 2. lo intersubjetiva sólo puede
rité de la pa.rt des débiteurs, art. ser reconocido libremente, lo que
1200.) implica también que tenemos siem-
B. Abusivamente (Moral de la so- pre la facultad de negarlo. Puedo
lidaridad) : obligación o sentimiento de siempre comportarme como si no
obligación hacia aquellos con quienes tuviese realmente el menor acceso
nos hallamos en relación de interdepen- a la realidad del otro, como si el
dencia, solidaridad de hecho que aca- otro no fuese más que un conjunto
rrea un deber de solidaridad llamado de posibilidades a utilizar o de
también (y aquí reside el abuso) soli- amenazas que conjurar. Se trata
daridad simplemente. aquí de un solipsismo práctico. (G.
5. Somos jóvenes que hemos te- MARCEL, Le myst. de l'etre, II,
nido la suerte de poder, a costa de 107.)
meritorios ahorros arrancados al V. Inmanencia, 8; Soledad, 4.
patrimonio doméstico, conquistar
esa superior palanca de la inde- SOl\1ACI6N. Der. del gr. soma,
pendencia que llamamos instruc- cuerpo.
ción y educación. Yo afirmo que En el voc. de los biólogos: modifica-
ese día contrajimos una deuda que ción que afecta al soma pero no al gcr-
no podemos negar sin ultraje a la m.en, y no es, por consiguiente, heredi-
más sagrada de las leyes huma- tario.
nas: la Solidaridad social. (GAM- Somáticoª Gr. sümatikos, corporal,
BETTA, Disc. de 19 abril 1870. Zó- relativo al cuerpo (soma, somatos). Se
calo de la estatua que estuvo en op. a psíquico (v. Psicosomático); en
la Place du Carrousel.) biol., a germinal (células somáticas, cé-
6. Podemos considerar moral lulas germinales).
todo aquello que es fuente de so-
lidaridad, todo lo que obliga al SONAMBULISMO. Etimol.: acción
hombre a contar con los demás, a de pasearse ( o,111b1<larc) durante el sue-
regular sus movimientos por cosa ño (sommui).
distinta a los impulsos de su egoís- A. Prop.: actividad motora que se
mo, y la moralidad es tanto más p1·oduce durante el sueño y de la que
SONDEO 984

el sujeto no conserva ningún recuerdo tista de madera sondea los árboles; el


al despertar. aduanero, el contenido de los sacos) ; en
t. El sonambulismo del nilio es el mar, en los aires y sobre todo en el
cosa sin importancia, que no im- subsuelo. Por medio de un número rela-
plica ningún pronóstico desagrada- tivamente pequeño de sondeos metódi-
ble para el futuro. ( ... ) ¿De qué camente espaciados, los prospectares
se trata, entonces? Ya en el curso llegan a establecer el mapa aproxima-
del sujeto normal, ya a continua- damente exacto del subsuelo de la re-
ción de una crisis histérica, ve• gión prospectada,
mos al sujeto erguirse, con los ojos B. Fig. 1. En psicología práctica,
abiertos y extraviados, y después se sondean las intenciones, los senti-
andar, separar o evitar los obs- mientos de los demás; un examen cons-
tál'lllos y finalmente entregarse a tituye un sondeo del saber del candi-
una serie de actos automáticos que dato.
sorprenden tanto más cuando que 2. En socio!.: el método de sondeo
el sonámbulo parece dotado de una adapta a los hechos sociales las técni-
audacia y una agilidad extraordi- cas de los prospectares del subsuelo:
narias ( ... ), sin recibir otras sen- sondeo de opinión, sondeos acerca del
saciones que las relacionadas «con l1a~itat. En vez de establecer estadísti-
el sueño del que el sonambulismo cas referidas a todos los casos del he-
no es sino la expresión», según di- cho en cuestión, el sociólogo procede
ce muy acertadamente Gil!es de La por muestreo•.
Tourette (J. LHERMITrE, Les ri!-
ves, 86-87.) SORITES. Gr. sorites, der. de soros
B. Por anal.: comportamiento de (montón) : razonamiento caracterizado
quien se deja llevar pasivamente, ya por una acumulación de premisas.
por la idea o el sueño que la obsesio- Lóg. Polisilogismo•, razonamiento en
nan, ya por alguna influencia externa el que el atributo de la primera propo-
que lo hechiza, sin la mayor reflexión sición se convierte en sujeto de la si-
o crítica sobre sí mismo. guiente, y así sucesivamente, hasta la
2. Pensar espontáneamente es conclusión, en· la que se une el sujeto
siempre más fatigoso que pensar de la primera con el atributo de la úl-
a través de los demás. As!, siem- tima. He aqui su esquema:
¡,re · que un hombre vive en un Todo A es B.
medio animado, en una sociedad Todo Bes C.
intensa y variada, que le propor- Todo C es D.
ciona espectáculos y conciertos, Todo Des E ...
conversaciones y lecturas sin cesar Luego todo A es E.
renovados, va dispensándose gra-
dualmente de cualquier esfuerzo in- Sorites regresiva. Ad. E. G0CLENI0,
telectual; y, embotándose a la vez lógico renacentista, ideó esta modali-
que va sobreexcitándose, su espíri- dad, que por esta razón se llama tam-
tu (... ) se hace sonámbulo. Tal es bién «goglénica».
el estado mental propio de muchos A-B
habitantes de la ciudad. (... ) C-A
No es el temor, (... ) sino el bri- D-C
llo de la superioridad conocida y E-D
molesta, lo que da lugar al sonam- E-B
bulismo social. (G. TARDE, Loia do
l'imit., a.• ed., 91-92.) El sujeto de una premisa es predica-
do de la siguiente: La conclusión enla-
V. Sugerir, 2. za el predicado de la primera con el su-
jeto de la última.
SONDEO. Acción de sondear o son-
dar (del lat. sub, so, y undare, de und~, SOSIEGO. De sosegar. der. de Jat.
onda), es decir, de penetrar en el inte- sub y un der. de sedare, calmar, sose-
rior de las cosas con una sonda, a fin gar.
de saber la naturaleza o propiedades de
lo que encierran. Tranquilidad do alma, ausencia de
toda agitación y cuidado.
A. En sentido propio, se efectúan
sondeos: en el organismo (estómago, in- Sin.: Quietud.
testinos), en objetos físicos (el contra- Cont,r.: inquietud•.
985 SUBLIMAClóN

1. ese sosiego en el que la vo- pruebas; en una palabra, una pre-


luntad sólo obra por un simplicisi- sunci6n, no una asunción; una hi-
mo asentimiento a los deseos divi- pótesis, no una tesis (... ). Hipótc.
nos, queriendo estar en oración sin sis de orden afectivo, con respecto
otra pretensión que la de hallarse a la cual no se es neutro o indife-
nnte Dios como a él le plazca, es un rente. ( ... ) . La sospecha es, en una
sosiego soberanamente excelente, palabra, un sentimiento, no una
puesto que está limpio de cualquier idea, o mejor un «presentimiento•,
suerte de interés, y las facultades no una «idea preconcebida. ; si
del alma no toman ele él ningún con- pertenece a la lógica, es a la «ló-
tento, ni siquiera la voluntad, a gica de los sentimientos•, no a la
no ser en su más alta cima, en la pura y racional. En efecto, lo que
que se contenta de no tener nin- ante todo pretende es justificar.
gún otro contento, sino el de ha- (L. DUGAS, J. de ps11ckol., XX
llarse sin contento, por amor al [ 1923 J. 636.)
contento y el placer de su dios, en B. Por ext.: simple conjetura, sin
el que descansa, (Fr. DE SALES, acompañamiento afectivo. Tener la sos-
Tr. dol amor do Dios, VI, xr.) pecha de algo que ha pasado o va a
2. no hay hombre en el mundo pasar.
más malaventurado que el que 3. Nace la sospecha cuando, te-
nunca no experimentó qué cosa es niendo algunas conjeturas, cree-
sosiego. (A. DE GUEVARA, Epístolas mos que son ligeras y no suficien-
familiares, 46.) Ad. E. tes para determinarnos, como tam-
3. Un general desinterés res- bién al contrario, cuando no exis-
pecto a las contingencias de la vi- te conjetura alguna, o son tales
da, adversas o prósperas, trae la que juzgamos tienen más fuerza
serenidad de ánimo, el sosiego im- que las contrarias. (J. L. VIVES,
perturbable, tan definidor del espa- Tratado del alma, 78.) Ad. E.
ñol en los tiempos áureos que si no
llega a extremos de la OJpatkia es- Stress. Subst. ingl. por el que se de-
toica, entronca con ella .... (R. ME- signa el estado resultante de un vio-
NlliNDEZ PmAL, Los españoks en la lento choque orgánico o emocional. Si-
historia, 28.) Ad. E. tuación-estímulo caracterizada por sus
efectos traumáticos o destructores.
4. El hombre, aun en las situa-
ciones más apretadas, es capaz de Sub. Prepos. lat. que significa bajo,
retraerse a sí mismo y sosega,rse, debajo de (subconsciente) o con disimu-
acaso mediante un enérgico esfuer- lo (sugerir).
zo. Es siempre algo que el hom- Contr.: super.
,bre hace, que tiene que lograr,
pero cuando lo consigue no ha lle- Corresp. al griego kypó: suposición,
gado a otra cosa, sino a. sí mismo. hipótesis; substancia = hipóstasis.
El sosiego es la autenticidad con- Súbdito. Lat. subditus, part. pasado
quistada desde la alteración o el de subdcrc, someter.
enajenamiento. (J. MARÍAS, Atara-
:da 1J alcionismo, 25.) Ad. E. Polít.: el individuo en tanto que so-
metido a una autoridad soberana.
SOSPECHA. Del lat. suspectare, Subjetivo y der. V. Sujeto,
intens. de IIUBpicere, mirar debajo
(sub). SUBLIMACIÓN
A. Prop.: presunción inqueta, ba- Sublimar. Lat. sublimare, der. de
sada en indicios discutibles, por la que sublimis, elevado.
se atribuye a alguien actos o pensa-
mientos tenidos por más o menos con- A. Química. Hacer pasar directa-
denables o al menos inconvenientes. mente un cuerpo del estado sólido al
1. La sospecha es como el fue- estado gaseoso, sin mediación del esta-
go. Todo le sirve de alimento. do líquido.
(P. B0URGET, Démon do midi, 11, B. Fig.: eliminar los elementos ex-
234.) traños y llevar al estado puro.
2, La sospecha es una creencia C. Psicoanal. Orientar hacia inte-
apenas nacida (, .. ) que duda de si reses mprales tendencias que sólo per-
misma, pide confirmación y busca siguen fines sensuales o egoístas.
SUBSTRATO 086
l. En el hombre (... ) unn gran ciente y desviar hacia ellos la
parte de las pulsiones sexunles des- energía de sus tendencias primi-
tinadas igualmente a fines eróticos tivas. (Ch. DAUD0UIN, [}time cn-
son inhibidas, desplazadas y trans- fm,t. et la, psychania,I., 11, 288.)
formadas, de tal suerte que la
energía que les es propia se subli- Subliminar. V. Li,nillar.
ma en valor social y permite a la Substancia. V. Sustancia.
sociedad humana acceder al nivel
de civilización que hoy nos pre- SUBSTRATO, s1<bstratum. Lat. subs-
senta. (E. PESCH, PsychoL a,ffcct., tra,f11m (pnrt. pasado de substcrncre,
438-439.) extender debajo; comp. con proatcr-
ncre, extender o tenderse delante) : lo
1'. La indisposición de Fanny que está debajo.
pasó; la tragedia, escondida bajo
la égloga, no llegó a su desenlace; Lo que constituye el soporte de los
la serpiente desapareció de entre accidentes, la sustancia. Base sobre la
las flores. Y el amor de elln, su- que descansan las superestructuras: el
blimado, fue luego uno de los más substrato de la civilización.
hermosos ejemplos de la amistad y
de la devoción humana. (G. MARA- SUBSUNClóN
ÑÓN, Anticl, 152-153.) Ad. E. Subsumir. Lat. escol. substtmcre; li-
Sublimación. Lat. sublima,tio, acción teral., tomar bajo. V. Aaumir. A. Con-
de elevar. cebir a un individuo o a una categoría
de individuos como perteneciente a una
Psicoanal. (FREUD). «Sustitución del especie o un género; o también ver en
fin original perseguido por un deseo un caso particular la aplicación de una
sexual por un fin asociado no sexual ley.
y socialmente aceptable». (E. J0NES,
Tr. théor. et pra,t_ de psychan., SlO.) l. Para pensar las cosas, las
subsumimos bajo representaciones
2. La libido humana, que no se- intelectuales o conceptos. (A. DAR-
ría posible «suprimir» pura y sim- B0N, Les ca,tégorics de la, modaJ.ité,
plemente sin dejar huellas, cono- 50.)
ce tres grandes modos de utiliza- 2. la ética abierta tacha de fal-
ción: el empleo directo por la sa- sedad la manía del común denomi-
tisfacción del instinto sexual, el nador que enrola a todos los seres
empleo indirecto en las diversas su- bajo el mismo uniforme, subsume
blimaciones del mismo instinto, y, a todos los individuos bajo el mis-
cuando esas dos vías no bastan, mo género, hace de toda experien-
las neurosis. Y favorecer en el ni- cia especifica caso particular de
ño, lo antes posible, las sublima- una misma ley... (W. JANKÉLÉ-
ciones apropiadas a cada uno es, VITCH, H. Bcrgson, 187, P. U. F.
por consiguiente, hacer obra de 1059.)
profilaxia de las neurosis. (Marie
BONAPARTE, Rcv_ fra,11f- de psyclta- V. Den01ni11a.ci611, 2.
11al., 1908, 127.) B. Escolást. En la discusión, una
3. La sublimación es la deriva- vez que el defensor ha respondido a la
ción de una función instintiva in- objeción hecha por el atacante, éste
terior y primitiva en otra de alto subsume cuanto repite la misma obje-
valor moral. (0. PFISTER, La, PB'/1- ción bajo forma distinta o presenta
cha,nal. au scrvicc des éduc., 103.) otra objeción que conduce a la misma
4. La transferencia (y, por con- conclusión.
siguiente, la sublimación que de Subsunción. Acción de subsumir.
ella es una especie) (... ) no puede 3. El fracaso de una lógica de
ser ordenada, decretada desde el la moralidad, que no conoce sino
exterior; no es el resultado de una la subsunción de la decisión parti-
simple decisión voluntaria; pero cular bajo una ley universal, tras-
tampoco puede -al modo de la forma, sin abolirla, la relación en-
inspiración poética- producirse tre conciencia y razón. (... ) Pero
sin la colaboración del inconsciente. una vez que, a la lógica de la sub-
No cabe, pues, obligarla, pero sunción, sucede el movimiento do
si provocarla, poniendo al niño en una conciencia llamada a inventar
presencia de objetos capaces de su deber (... ), la originalidad por
interesar, de inspirar su incons- él testimoniada no contradice la
987 SUEfilO

ley y, por el contrario, le rinde A. En sentido propio: serie de imá-


homenaje. (J. NABERT, Él, pour une genes que se desarrollan ante la con-
ét/1iquc, 167.) ciencia durante el sueño físico.
SUEfilO 8. Si soñásemos todas las no-
ches una misma cosa, nos afecta-
Soñar. Del lat. somniarc. ría tanto como los objetos que ve-
A. Durante el sueño. Vivir como mos todos los días. Y si un artesa-
reales acontecimientos puramente ima- no estuviese seguro de soñar todas
ginarios o que, al menos, no son ya ac- las noches, durante doce horas,
tuales. que es rey, creo que sería casi tan
feliz como un rey que soñase todas
l. N11nca sueño con las cosas las noches, durante doce horas,
que me han ocupado durante el que era artesano. (PASCAL, Pe11-
dia; tan sólo con temas que han sées, 386.)
aflorado una vez durante la jor-
nada para disiparse al momento. 9. Cuando soñamos, nuestra in-
(S. FREUD, Carta de 30 junio 1882, dividualidad no está cerrada; en-
cit. por D. ANZIEU, L'auto-analyse, vuelve, por así decirlo, todo su en-
25.) torno; es el paisaje y todo su con-
2. lo que caracteriza a la con- tenido, comprendidos nosotros. (... )
ciencia que sueña es que ha perdi- el individuo que sueña está en
do la noción misma de realidad. trance de disolverse en la fanta-
(J.-P. SARTRE, L'vmaginaire, 213.) sía universal de Maya. (... ).
B. En estado de vigilia. l. Aban- El hombre que no saliese del es-
donarse a la ensoñación. Con matiz pe- tado de sueño no llegaría a la hu-
yorativo: perderse en lo irreal, en lo manidad propiamente dicha, pero
imaginario. el que no hubiese soñado nunca só-
lo conocería el espíritu ya hecho
3. Hubiese soñado todas las vi- y no podría comprender la génesis
das, para consolarme de no haber de la personalidad; sería semejan-
vivido una sola. (AMIEL, Journa;l, te a un cristal incapaz de adivi-
27 julio 1854.) nar la cristalización. (H.-F. AMIEL,
4. Soñar la vida es propio de Journal int., l.º dic. 1892.)
los débiles; pero hacer vivir a
nuestro sueño mediante la escritu- 10. El hecho dominante es que,
ra es el secreto del arte literario. salvo raras excepciones, el soñador
(J. DELAY, Jeunesse d'A. Gide, cree en la objetividad de sus sue-
581.) ños, y ello por el simple hecho de
que no tiene ninguna razón para
2. Desear como un ideal algo un no creer en ella, al faltar cualquier
tanto quimérico. Dejarse absorber por posibilidad de comparación con la
la representación imaginativa de la rea- vida en vigilia, cuya existencia ig-
lización de un gran deseo. nora en su sueño, (Y. DELAGE, Le
5. La gloria sólo se entrega a reve, 668.)
quienes la han soñado siempre, 11. El sueño es la realización
(Ch. DE GAULLE, Vors l'armée de de un deseo. ( ... )
mé tier, 223.)
6. Tuve la más hermosa juven- El sueño no se ocupa nunca de
tud que soñarse pueda. (J. GREEN, fruslerías; no permitimos que
nuestro descanso se turbe por tan
Le bel au;ourd'hui, 293, 4 febre- poca cosa. Los sueños inocentes en
ro 1957.) apariencia aparecen llenos de «ma-
3. Pensar sin contención, meditar a licia» al ser interpretados. Están,
placer. si así puede decirse, abarrotados
7. En poesía, en filosofía, en de segundas intenciones. (S. FREUD,
toda literatura, cuando sólo se tie- La scie11ca des reves, 113, 168-
ne tiempo para pensar y escribir, 169,)
está uno perdido. Hay que tener 12. Tocios los sueños de una
tiempo para soñar. (VIGNY, Jour- misma noche pertenecen a un mis-
nal d'un p., 1832.) mo conjunto. ( Ibíd., 298.)
Sueño. Lat. somnium, der. de so111- 13. Cuanto más nos ocupamos
nus (sueño fisico). Gr. 011eiros, de don- de interpretación de sueños, más
de el adj. onírico•, relativo a los sueños. hemos de reconocer que la mayoría
988

ele los de los adultos se refieren n estoy cl,•s11lnto, no puedo durlar


hechos sexuales y expresnn deseos de que percibo. (J .-1'. SARTRE, L'i-
eróticos. (... ) Pero, naturalmente, maginaire, 206.)
no lrny que ( ... ) ver exclusivamen- 22. toda aparici6n de la con-
te tales sueños. ( Ibíd., 353-354.) ciencia reflexiva en el sueño co-
14. De hecho, los sueños son rresponde a un despertar momentá-
productos del alma inconsciente; neo, aunque a menudo el peso de
son espontáneos. exentos de pnrcia- la conciencia que sueña sea tal que
lidad, sustraídos a In arbitrariedad al momento aniquila la conciencia
de la conciencia. Son pura natura- reflexiva, como en esas pesadillas
leza ~· por ello de una verdad na- en las que el durmiente piensa des-
tural y sin afeites. ( ... ) esperadamente rrestoy soñando»,
llleditar en los propios sueños es sin conseguir despertarse, porque
real:zar una vuelta sobrr sí mismo. su conciencia reflexiva desaparece
( ... ) . Se medita sobre el Si y no apenas es «recobrado» por su sue-
sobre el Y o, sobre ese Sí extraño ño. (Ibfd., 207.)
que nos es esencial, que constituye 23. el sueño no se da ( ... ) como
nuestro ~ócalo y que, en el pasado, aprehensi6n de la realidad. ( ... )
engendro el yo. (C. G, .JUNG, I,'l,0111- Es vivido como ficci6n. ( ... ) Pero
"" a la découvcrtc ... , 57.) ·es una ficción embrujadora. (Ibíd.,
15. En cada uno de nosotros 225.)
dormita un extraño de rostro des- 24. nadie puede penetrar en el
conocido. Habla con nosotros por universo de los sueños si no es
medio del sueño y nos hace saber mientras duerme. (J.-P. SARTRE,
hasta qué punto la visión que de Situations, I, 133.)
nosotros tiene difiere de aquella en 25. El sueño es, en efecto, (.•. ),
la que nos complacemos. (Ibfd., al pensamiento personal lo que se•
63.) ria a una red eléctrica ordenada,
16. Los sueños son con frecuen- bien aislada, regulada, una seÑ
cia anticipaciones que pierden to- desordenada de cortocircuitos en-
do su sentido al ser examinadas tre cables arrancados a sus aisla-
desde un punto de vista puramente dores e inextricablemente mezcla-
casual. ( Ibíd., 289.) dos. (A. LAMOUCHE, L'hom,ne da11s
17. el sueño ( ... ), piedra que
l'harmonie universclle, 197.)
habían rechazado los constructores, V. Censura, 4; Ficción, 2; Jma,gina,.
se ha convertido en la piedra an- ción, 41; Premonitorio, 1, 2; Reflezión,
gular del edificio ( ... ) mensajero 33; Tesis, 2.
del Inconsciente. (C. G. JUNG, L'in- B. Por extensión: construcciones
conscient, 40.) imaginativas del estado de vigilia, pe-
18. Si es posible, nunca in- ro más o menos inconsistentes y re-
terpreto un sueño aisladamente. feridas principalmente a un futuro que
Por regla general, un sueño perte- realizarla los deseos del soñador.
nece a una serie de ellos. Lo mismo Sin.: ensueños.
que, en el consciente, existe una 26. Ciertamente, por mi parte,
continuidad --con abstracción de [me iré satisfecho
que sea regularmente interrumpida de un mundo en el que la acci6n
por el sueño-, existe aparentemen- [no es hermana del sueño.
te una continuidad en la serie de (BAUDELAIRE, Flcurs du nial,
los procesos inconscientes. (C. G. CXVIII.)
JUNG, PB1Jchol. et relig., 58.)
27. Mediante el juego, los en-
19. El despertar da al sueño sueños se mezclan a la vida del ni-
una reputación que no merece. (P. ño y la penetran. La realidad se
VALtRY, Tel que/, 1, 97.) pierde en el sueño. r1 sueño modi-
20. El sueño es el fenómeno fica extrañamente la realidad. (H.
que sólo observamos durante su DEI.ACROIX, Psychol. clo l'a,rt, 15.)
ausencia. (lbúl., 11, Z58.) 28. Aun en su punto de irreali-
21. es posible que, durante mis dad extrema, el sueño es vanguar-
sueños, me imagine que percibo; pe- dia de la realidad. Lo imaginario
ro lo que es seguro es que, cuando mezcla en la misma ósmosis lo
989 SUERO

irreal y la realidad, el hecho y la 33. Podemos decir, de manera


necesidad, no sólo para atribuir a un tanto paradójica, que los soña-
la realidad los encantos de la ima- dores morbosos no son enfermos
ginación, sino también para confe- porque sueñan demasiado, sino que
rir a lo imaginario las virtudes de sueñan demasiado porque son en-
111 realidad. Todo sueño es una rea- fermos. Lo que equivale a decir
lización irreal, pero que aspira a que existe, en nuestra opinión, al-
la realización práctica. Por eso las go más que una diferencia de gra-
utopfas sociales prefiguran las so- do entre el ensueño normal y el
ciedades futuras, !ns 11lquimi11a morboso.
prefiguran las qu!micas, las alas En la ensoñación normal, olvida-
de Icaro prefiguran las del avión. mos por un instante la realidad
(E. MonIN, Le cint!ma, 213.) (... ), pero (... ) sigue siempre so-
V. Jncgo, G. metida a lo que podemos llamar la
C. Objeto de un deseo cuyo pensa- co11cicncía latente tk la realülad
miento absorbe el esp!ritu. ( ... ).
29. demasiado cierto estoy de Es precisamente esa conciencia
morir sin haber visto realizado mi latente de la realidad lo que falta
sueño. (H.-F. AMIEL, Journal int., en los ensueños del esquizofréni-
15 junio 1870.) co. (E. MINKOWSKI, La schizopkré-
30. Es un error creer que la 11íe, 188, 190.)
estatura de un alma se mide por 34. Las avenidas del ensueño,
la de sus aspiraciones, por 111 de paseo preferido del diablo. {J.
sus sueños. Los débiles tienen, en GREEN, Journal, 111, 75.)
general, sueños mucho más hermo-
sos, mucho más numerosos que los 35. La meditación es robusta, el
fuertes, porque toda su energía, ensueño flojo. (... ) El ensueño ha-
toda su actividad se evapora en laga en nosotros la esperanza de
ellos. (M. MAETERLINCK, La sagessc que acaso se cumpla algo de aque-
et la dest., CXI, 297-298.) lla irrealidad inconsistente con la
que nos encanta. Y, en todo caso,
Ensueño, ensoñación. A. Prop.: esta- aparta los obstáculos; nos fabrica
do psicológico en el que el pensamien- una beatitud infantil y de cuento
to se despliega espontáneamente sin de hadas, pero que es, no obstan-
que hagamos de él crítica o tratemos de te, beatitud. {A. CARTAULT, L'intcl-
modificar su curso. lectuel, 135.)
31. ... el ensueño, como el rocío, 36. la imaginación y el ensue-
refresca y vigoriza el talento; fuen- ño sustituyen la vida por sedan-
te de alegría y de pensamiento, tes quimeras. Nuestros ensueñog
acumula jugando materiales e imá- juegan con nosotros tanto como
genes; es el domingo del pensa- nosotros con ellos. Ellos nos repre-
miento; y quién sabe si el reposo sentan como destino nuestras aspi-
del callejeo no es tan importante raciones profundas. (H. DELACROL""<,
y fecundo como la tensión del tra- Psychol. de l'art, 11.)
bajo. El callejeo, tan espiritual-
mente cantado y alabado por Topf- 37. El silencio, la oscuridad, el
fer, no sólo es delicioso, sino útil. relajamiento de la atención, provo-
Es un baño de salud que devuelve can el ensueño, en el que el espí-
la elasticidad al cuerpo y al alma; ritu parece asistir como inn1óvil
es signo y :fiesta de la libertad; espectador al desfile incesante que
es un alegre banquete, el de la ma- en él transcurre. (... ) Es un mági-
riposa que juguetea y procura en co espectáculo que nos damos nos-
los prados. Pero el alma es tam- otros mismos, con la ilusión de ser
bién una mariposa. (H.-F. AMIEL, extraños a él. (L. BRUNSCIIVICG, In,.
Journal intime, ed. li. Bouvier, GU, trod. a la vio de l'c:,prit, 17.)
Stock, 1939.) 38. Ensueño, jardín secreto en
32. El examen de uno mismo el que cada uno tiene sus plantas
es peligroso si usurpa algo del pro- y bosquecillos preferidos, frecuen-
pio darse¡ la ensoñación, perjudi- tado, según se dice, sobre todo por
cial cuando quita fuerza; la con- los adolescentes, pero en el que son
templación, fatal cuando destruye numerosos los adultos y personas
el carácter. (lbfd., 464.) serias que pasan sus 1·atos, y en
SUERTE 990

el que más vie¡os de los que cree- nable. (MoNTESQUIEU, Espril des
mos van, faltos de futuro, a trans- luis, 11, 11.)
fig-urar su pasado. En todo caso, B. La sucesión de los acontecimien-
en el normal, a cualquier edad, In tos considerados como guindos por un
actividad mental permanente siem poder ajeno a la serie de las causas.
pre vigilante y dispuesta a aban- La suerte de una empresa, de una per-
donar el ensueño a la menor con-
sona. Una triste suerte.
minación de la realidad. (Ch. BL0N-
DEL, L'invcntion, «IX• Sem. intern. Si11.: destino, fortuna.
de Synth.», 17-18.) C. Azar favorable. Tener suerte.
V. Amor, 67; Ani1na, 2. ¡ Qué suerte I V. Felicidad, A.
B. Por ext.: sin. de reflexión tran- Contr.: desgracia (más comúnmente,
quila. ma./a suerte).
l. Subjetiv.: estado de la mente que 3. La suerte nos maravilla.
medita o reflexiona sin esfuerzo. Po- Por eso el juego de azar gusta
co usado. apenas probado. ( ... ) Si perdemos,
39. Tres cosas hacen al hom- es culpa del azar; pero si gana-
bre sabio y capaz: la lectura la mos nos nimba la gloria. ( ... ) La
conversación y el ensueño; la ~ri- suerte continuada da una especie
mera enriquece la memoria; la se- de delirios; somos un hijo predilec-
gunda pule el espíritu; y la última to de la naturaleza. (ALAIN, Pro-
forma el juicio. (Cab. DE MÉRÉ, pos, Pléiade, 971.)
Réfl. mor., 82.) 4. Si un jugador tiene una
40. Si pretendiésemos calcular suerte demasiado insolente, es fa-
de cuántos ensueños se compone tal que uno de sus compañeros, so-
una idea precisa, nos daríamos bre todo si pierde, lo vigile con
mejor cuenta de su precio. (VI- ojo -suspicaz. Y, no obstante, esa
G1'.-Y, J<,1tr1u,,l d'un p., 11 nov. 1837.) suerte insolente es un fenómeno,
no sólo normal, sino inevitable. (J.
2_ Objetiv.: el producto de esa re- DUCLAUX, La, science de l'incert.,
flexión. Peyorativo cuando se trata del 11-12.)
producto del ensueño en el sentido A
(no son más que ensueños y quime- 5. La suerte es, pues, la llega-
ras). da de un acontecimiento feliz e
inesperado; lo que equivale a de-
41. os espero con una pequeña cir que su probabilidad se juzgaba
colección de ensueños, que acaso muy pequeña. ( /bid., 164.)
no os desagraden [se trata de los
escritos preparatorios del Traité 6. Lo que me llega por suerte
de l'/w,n,ne ou du monde]. (DES- me ha dado siempre un poco de
CARTES, a Balzac, 5 mayo 1631, I, miedo. Tengo la sensación de que
206.) no me es debido y me creo de pron-
to un ladrón. (J. GUÉHENNO, La ioi
SUERTE. Lat. sors, sortis, azar, difficile, 27.)
destino fijado a cada uno. 7. La suerte no es sólo una
A. Lo que preside los acontecimien- forma insolente de la justicia, del
tos cuya causa no puede ser determi- favor gratuito e inmerecido, sino
nada. también la burla del trabajo, de la
Si 11.: azar, fortuna, destino. Lo ha labor paciente y encarnizada, del
ahorro, de las priva-ciones consen-
querido la suerte. tidas con vistas al futuro; en una
l. No hay cosa más común palabra, ele todas las virtudes ne-
que injuriar a la Suerte. cesarias en un mundo consagrado
El bien es cosa nuestra; el mal, al aumento de los bienes. (R. CAIL-
[ de la Fortuna: LOIS, Lee jcux et les hommett,
siempre razón tenemos, y el des- 248.)
[tino es quien yerra.
SUFICIENTE. Lat. sufficie11s, en-
(LA F0NTAINE, Fablcs, VII, XIV.) tia, part. pr. de s11flicerc, que tiene
2. La suerte es un modo de ele- por sentido primitivo: colocarse deba-
gir que a nadie aflige y deja a to- jo, soportar; de donde el sentido deri-
do ciudadano una esperanza razo- vado de: ser capaz de, basta,·.
991 SUGESTióN

A. Que basta, es decir, es capaz de c. CAB0T, cit. por P. JANET, Médi-


obtener un cierto resultado, de procu- cat. psychol. II, 213.)
ra,· una cierta satisfacción. Condición• 2. No tener más que ideas su-
suficiente. Recursos suficientes. Gra- geridas y creerlas espontáneas: tal
cia• suficiente (Teol.). Principio* de es la ilusión característica del so-
razón suficiente. námbulo, y también la del hom-
l. nosotros no hallamos funda- bre social. (G. TARDE, R. phi/os.,
mento alguno indubitable a esa 1884, II, 501.)
suposición de que ser sólo puede 3. En la poesía, hay lo clicho
significar «ser suficiente». Al con- y lo sugericlo; sólo lo sugerido es
trario, resulta que el único ser in- poético. (H. BREM0ND, Poésie pure,
dubitable que hallamos es la inter- 25.)
dependencia del yo y las cosas, las
cosas son lo que son para mi, y yo 4. Nombrar un objeto es supri-
soy el que sufre de las cosas -por mir las tres cuartas partes del go-
tanto, que el ser indubitable es, ce del poema, que está hecho de la
por lo pronto, no el suficiente, si- dicha de adivinar poco a poco;
no «el ser indigente•. Ser es nece- sugerirlo es el ideal. Es el perfec-
sitar lo uno de lo otro. (J. ORTEGA to uso de este 1nistcrio lo que cons-
Y GASSET, ¿Qué es filoso-fía?, 223.) tituye el símbolo. (MALLARMÉ, cit.
Ad. E. por R. WALTZ, La créati.on poéti-
que, 133.)
2. Absoluto como condición me-
tafísica de lo real, apunta aquí Sugestión. A. Acción de sugerir, ya
tan sólo a la línea de la suficien- a obro (heterosugestión), ya a Jno mis-
cia constitucional, no a la línea de mo (autosugestión).
la originación. No se trata de una l. Antaño: acción de imponer a
realidad que desde el punto de vis- otro un pensamiento que le es extraño,
ta de su origen no nece~ita de nin- una conducta a la que se conforma pa-
guna otra realidad para existir, si- sivamente. ccTómase frecuentemente en
no qu·e significa que las notas esen- mala parte» (Real Acad. 1947.)
ciales, en y por sí mismas, son for-
malmente suficientes para consti- 5. la sugestión obra bajo ma-
tuir un sistema sustantivo. Abso- no, de modo subterráneo, y, por
luto, pues, significa aquí «autosu- consiguiente, odioso. (LAFAYE, 704.)
ficiencia» en el orden de la cons- 6. l." Insinuación maligna (... J
titución de un sistema sustantivo. 2.º Se dice a veces en buen sen-
(X. ZUBIRI, Sobre la esencia, 207 .) tido. Las sugestiones de la concien-
Ad. E. cia. (LITTRÉ,)
B. Apl. a personas (peyor.) : que se 7. en la mayoría de los casos,
comporta, habla y decide con seguridad la persuasión, que trata de llevar al
injustificada. sujeto a una adhesión personal,
Sin.: presuntuoso, orgulloso, docto- se opone a la ,sugestión, que trata
ral. El subst, suficiencia se emplea so- de crear el impulso. (P. JANET, Mé-
bre todo en este sentido. clicat. psychol., I, 227.)
2. Hoy (generalmente): acción de
SUGESTióN llevar a otro a un pensamiento que no
Sugerir. Lat. suggercre, llevar o hubiese tenido por si mismo, o incluso
traer bajo (sub). de proponerle una idea, un plan que
a él corresponde adoptar o rechazar.
En el caso de la sugestión, sub da En la sugestión asi comprendida, la
un matiz de furtividad: a escondidas, autonomía de quien es objeto de ella
sin dejarse ver. se halla más garantizada que en la
Presentar una idea o proyecto, pero pel'suasión y en la convicción. V. Pcr-
discretamente, de manera que quien lo smulir. Por ello es raro que el término
adopta pueda creer que no ha sido in- sea tomado en mal sentido: las suges-
fluido. Comp. con convencer•, persua- tiones son hechas, solicitadas, se da las
dir•. gracias al autor de una interesante
Sin.: insinuar, inspirar, apuntar. sugestión.
l. Sugerir es introducir por la Siu.: sugerencia.
puertecilla trasera del espiritu. (R. V. Ed1<cación, 16: Plástico, l.
SUJETO 992

ll. Estado de quien tiene unn idea, 10. Todas las mañanas al des-
experimenta un sentimiento o realiza pertar y todas las noches apen~s
un neto que le son sugeridos y, en cier- acostados, cerrar los ojos y, sm
ta medida, impuestos desde el exterior, tratar de fijar la atcnci6n en lo
como en la sugestión hipnótica, que decís, pronunciar con los la-
bios, lo bastante nito para oir las
S. En la acepción ordinaria del propias pulubrns y contando por
término, hay sugestión siempre que una cue,·decilln con veinte nudos:
una persona hace nacer, generñl- «Coda día marcho mejor, desde to-
mente mediante la palabra, en el dos los puntos de vista». Como las
espíritu de otra una idea a la que
ésta no hubiera sido llevada por palabras «desde todos los puntos
de vista» se dirigen a todo, es inú-
el curso natural de sus pensamien- til hacerse autosugestiones particu-
tos; idea susceptible de ejercer al- lares. (F. CouÉ, La maitrise de soi-
guna influencia sobre sus senti-
mientos o su conducta, ,néme ... , 4.' ed., 23-24.)
11. La autosugestión consiste en
Por el contrario, en su acepción suma, en crisparse sobre una cier-
nueva, ,la palabra sugestión im- ta 1·epresentación; apenas cabe
plica la idea de una obediencia in- concebirla sino como una contrac-
voluntaria o incluso automática de ción psíquica. (G. MARCEL, Le
la persona a la idea que le es suge- ,nyst. de l'étre, 11, 162.)
rida, y lo notable en el fenómeno
es precisamente esa imposibilidad Sugestibilidad. Carácter de quien se
en que se halla la persona de ,w halla predispuesto a ceder pasivamen-
hacer o no creer lo que se le dice. te a las sugestiones o incluso a pasar
(E. B0IRAC, Psychol. inconnue, lG.'l- al estado de sugestión (B), que alcan-
104.) za su grado más alto en el hipnotis-
n10.
9. La sugestión se establece
cuando un estado -idea, acto o 12. Un cierto estado de sugesti-
sentimiento-- procedente de otro se bilidad es la condición más corrien-
impone con la fuerza de un auto- te en toda sugestión, cualquiera que
matismo, sin que entre en compo- sea. La hallamos necesariamente
sición con él todo ese pulular de en la base de la sugestión refle-
xiva. (Ch, BAUD0UIN, Suggcstion et
experiencia que de ordinario acoge autosugg., 163.)
al recién llegado al campo de la
conciencia a fin de limitarlo, en- 13. Nada nos permite afirmar
cuadrarlo, interrogarlo en la uni- con certidumbre que la sugestibi-
dad personal. (E, M0UNIER, Tr. du lidad sea un rasgo de la personali-
caract., 516.) dad (... ), En realidad, casi todos
los datos experimentales pueden ser
V. Automatismo, 5; Histeria, 1; Imi- más simplemente interpretados, su-
tación, 7. 1poniendo que la aceptación o el re-
C. En sentido objetivo: Jo sugeri- chazo de una sugestión depende de
do. En este sentido se emplea casi siem- •la situación psicológica tomada en
pre sugereMia. Pedir, no admitir su- su conjunto. Podríamos, sin du-
gerencias, examinarlas. da, hablar de la sugestibilidad co-
mo de un «rasgo» de la situació11
Sugestionar. Recurrir sistemática- mú.s que de un rasgo de la persona.
mente a procedimientos de sugestión (KnECH et CnUTCIIPIELD, l'sychol.
capaces de imponer a alguien una idea socia/e, 460.)
o conducta.
V. l/ip11oais, 1; Impulsivo, 2.
Autosugestión. Acción de sugestio-
narse• a si mismo, es decir, de fijar en SUJETO
la propia mente ideas, a las que no .se
presta adhesión espontánea, por medio Sujeto, Lat. subject11111, part. pas.
de procedimientos que nada tienen de de subjieerc (poner debajo.)
racional o intelectual: repetición de Sin.: substantia, der. de substa,ro
ciertas fórmulas (COUÉ), vuelta siste- (estu debajo), Pero subjectum es so-
mática (por la elección de lecturas, de bre todo un término gramatical opues-
temas de conversación ... ) a las ideas to a praedieatum (predicado o atribu-
que uno trata de inculcarse... Se op. to); subetantia, un término metafísico
a heterosugestión. opuesto a accidana,
993 SUJETO
l. El sujeto es aquello de lo consciente; que es del dominio de la
que todo lo demás se afirma, y que conciencia o del psiquismo. Estados
no es a su vez afirmado de otra subjetivos. El pensamiento es un fenó-
cosa. Por eso es su concepto el que meno subjetivo; su expresión verbal,
conviene fijar ante todo, dado que, un fenómeno objetivo,
en la opini6n corriente, es el su- 11. Que es propio de uno o varios
jeto primero de una cosa lo que sujetos determinados y no vale para
constituye más verdaderamente su todos. Impresión, apreciación subjeti-
sustancia. (... ) vas, Los gustos son subjetivos; por eso
Hemos asi dado una exposición dice el proverbio que sobre ellos «no
esquemática de la naturaleza de la hay nada escrito». En este sentido, sub-
sustancia, al mostrar que es lo jetivo es a menudo sinónimo de aparen-
que no es predicado de un sujeto, te, ilusorio.
sino que es, por el contrario, de V. Afinidad, 2; Certidumbre, 14;
ella de la que todo lo demás es pre- H,imor, 10.
dicado. (ARISTÓTELES, Mét., 1029
b-1029 a.) C. Que se basa en el sujeto en
cuanto tal: en los datos de la concien-
A. Gram. y L6g:. aquello de lo que cia o introspección (psicología subjeti-
se afirma o niega alguna cosa (el su- va), en las impresiones personales del
jeto de la oración o proposición). En sujeto (critica subjetiva; v. Impresio-
este sentido es sin. de objeto, cosa. nismo). V. Psicología en vrimera per-
B. Por opos. a objeto•: el ser cons- sona•.
ciente considerado en cuanto tal y por 4. La Psicología sólo es subje-
opos. a las cosas conocidas. V. Ego ... tiva en la medida en que el psicó-
sujeto trasce11dental•. logo procede por introspección;
2. No nos agotemos machacan- cuando interroga a los sujetos so-
do argumentos conocidos, ofrecien- bre sus sentimientos, sobre sus es-
do un objeto, cuando es el sujeto tados de espíritu, lo que obtiene
quien no se halla dispuesto ( ... ); son respuestas verbales, palabras,
porque esa tarea de preparación y no estados subjetivos; sigue tra-
bajando sobre una materia objeti-
subjetiva es de primera importan- va. (H. PIÉRON, B111/. de la Suc.
cia. (M. BL0NDEL, Lettre s. les fran~. de Psych., XI, 1911, 24.)
exig. de la pe11sée cont. en n,at,
d'apologét., 28, P. U. F. 1956.) Subjetividad. A. Acepción abstrac-
ta: carácter de lo que es subjetivo. La
3, Es, pues, esencial al sujeto subjetividad de un juicio.
el percibir el objeto como más an-
tiguo que él ( ... ). El sujeto, para 6. Con el Criticismo se pro-
poder ser sujeto, debe retirarse del duce una revolución: se afirma la
subjetividad de todo conocimiento.
orden de las cosas. (M. MERLEAU· ( ... ) Nada puede ofrecérsele [al es-
P., Sens et ,wn-sens, 146, 147.) píritu] que no se halle afectado
V. Amor, 76; Animismo, 1; Idea., 85; por elementos propios al mismo
Identidad, 1; Se11túlo, 81. espíritu. (G, MILHAUD, Le ration-
C. Síntesis de los sentidos A y B: ncl, 5.)
Ser consciente considerado desde el G. [A propósito de la subjeti-
punto de vista de los demás, lo que, en vidad de los valores] ¿de qué sub-
este sentido, lo reduce a la categoría jetividad se trata? ¿Psicológica o
de los objetos. trascendental? ¿Es la sub¡etividad
Psicol.: el individuo (hombre o, por de un individuo aparte de los de-
ext., animal) que es objeto de una ob- más, cuya sensibilidad se halla
servación o una experiencia. La en~ conclicionnda por un organismo que
la sitúa en tal punto del mundo,
cuesta versa sobre 60 sujetos, en tal instante de la duración, o
Subjetivo. Lat. subjetiv11s, que se re- la de un yo representativo del es-
fiere al sujeto (s1tbject111n). píritu humano en general, en tan-
Que es propio del sujeto o a él se to que se despliegan intencionali-
refiere. Se op. a objetivo•. dades susceptibles de ser aprehen-
didas por una intuición indepen-
A. Que pertenece al sujeto en diente de cualquier particularidad
cuanto tal, es decir, en tanto que ser individual? (R. LE SENNE, en Bull.
t,J, Dicciunario tlcl Lenguaje FilosMico.
SUJETO 094

ele la Soc. fr. de l'/iilos., julio-die. se obligado Soinoza a identificar-


1946, 101.) lo con aqu~lla y exclamar: Nat,trct
V. Tra.,ccudrucia, 13. sivc Deus: la Natul'aleza o, lo que
es lo mismo, Dios ... De donde sa-
11. Acepeión concreta: la esfera de camos la grave enseñanza de que
las realidades subjetivas. La subjetivi- Dios es el sel' sin intimidad. (J.
dad se manifiesta en el com)lortn- ORTEGA Y GASSET, Rcuan, Obras,
miento. I, 445.)
Sin.: concieneia (en el sentido B 2), V. A11uu•tia, 5; Objeto, 38, 55;
el yo. Percepci6n, 13; Ser 111, 67.
7. cada uno de nosotros cono- · lutcrsubjctividad. Relación intersub-
ce, con conocimiento no científico, jetiva o interpersonal, es decir, de su-
sino experimental e incon1unicablc, jeto a sujeto en tanto que sujetos, de
la existencia de su alma, la exis- persona a pel'sona en cuanto tales. V.
tencia singular de esa subjetividad Ccmntllicaci611 C, Diálogo, Psicología
que percibe, sufre, ama, piensa. ,·n. seg1111cla persona.
( ... ) 11. no podemos pasar de la sub-
Pero la intuieión de la subjeti- jetividad a la objetividad sino por
vidad es una intuición existencial, medio de la intersubjetividad. (L.
que no nos da ninguna esencia. Lo LAVELLE, Legan inaugura/e, 2 dic.
que somos, lo sabemos por nues- 1941, 43.)
tros fenómenos y nuestras opera-
ciones, por nuestro flujo de con- 12. la objetividad sólo se con-
ciencia. (J. MARITAIN, Court tr. de cibe en su origen sobre la base de
l'exist ... , 114.) la intersubjetividad. (J. MOREAU,
en L'ho,nme et son prochain, 38,
8. en el campo de la subjetivi- P. U. F. 1956.)
dad puedo distinguir lo que es yo
de lo que no es yo, aunque se ha- 13. si pregunto mi camino a un
lle en relación conmigo, de la mis- desconocido en la calle, me dirijo
ma manera que, en el campo de la a él en segunda persona, pero no
objetividad, distingo el cuerpo que por ello deja de hacer para mi fun-
es mío de todos los cuerpos que ción de poste indicador. No obs-
están en relación con él. (L. LAVEL- tante, incluso en este caso límite,
LE, lutimité spir., 219.) puede introducirse un matiz de au-
téntica intersubjetividad, Si me
9. La historia -y ésta es su encuentro verdaderamente extra-
originalidad- pone en relación viado, si es tarde, (... ) puedo te-
una subjetividad con otra, a un ner la impresión fugaz, pero irre-
hombre que cae dentro del hori- sistible, de que me dirijo a un her-
zonte de investigación histórica por mano deseoso de ayudarme. (.. ,)
la Historia que vivió, con un hom- Nos hallamos aquí en el umbral de
bre que realiza su propia histori- la intersubjetividad, es decir, de la
cidad haciendo obra de historia- esfera en la que la existencia es-
dor. (E. DARDEL, L'hist., se. du cou- tá afectada por el signo con, que
crct, 36. 1 lo repito, no se deja nunca apli-
10. la Subjetividad de que se car en el objetivo en cuanto tal.
trata cuando dejamos entender (G. MARCEL, Le myst. de l'c!tre, 1,
que ~e une, en un individuo, con 195.)
la subjetividad de otros individuos, 14. la intersubjetividad, que
es esa intimidad operante que ca- aparece cada vez más como la
da hombre aprehende en su propia piedra an¡,rular de una ontologia
existencia e imaJ?ina naturalmente concreta, no es otra cosa, en últi-
en la existencia del Otro. (A. HF.S- mo análisis, que la caridad. ( Ibíd.,
NARD, Psycha11. e/u licn i11tcrhu- II, 171.)
mai11, 18.) 15. La intersubjetividad no es
10'. Un espíritu cuyas opera- la socialidad. La existencia del
ciones todas crearan verdad obje- • grupo social puede sin duda favo-
tiva carecería de subjetividad, de 1·ecer el encuentro de un Yo y un
morada interior: seria idéntico a Tú. Pero la relación del Y o y el
la Naturaleza, y por corresponder Tú, aun cuando refleje algo de In
a Dios esa absoluta veracidad vio- sociedad ambiente, no la crea con
995 SUPERACIÓN

su repetición. ( ... ) El carácter elec- también de que existan objetos.


tivo de las relaciones intersubjeti- (J, ORTEGA Y GASSET, ¿Qué es fi-
vns, su modalidad, van a constituir losofía,?, 210.) Ad. E.
para la vidn social n veces un apo- B. Subjetivismo estético (en la cri-
, yo, otras una amenaza, y muy a tica liter. o artíst.) : tendencia a hacer
menudo ambos n In vez. (R. MEIIL, depender los juicios de valor de las im-
De l'autorité des valcurs, 63.) presiones personales de quien los emite.
V. 16; Solipsis,no, 2. Sin.: impresionismo•.
Subjetivismo. En general: tendencia Super, supra. Adv. y prep. lat. que
a afirmar la prioridad de lo subjetivo significan: sobre, encima de. Indican
sobre lo objetivo, a no tener en cuenta también el superlativo (suprasensible.)
sino los datos subjetivos. Contr.: sub, infra.
15'. Es preciso que la historia Corresp. al gr. hyper: suprasensi-
abandone el psicologismo o subje- ble = hipersensible. Pero, como vernos
tivismo en que sus más finas pro- por este adjet., hyper se emplea tam-
ducciones actuales andan perdi- bién con palabras de origen latino (hi-
das y reconozca que su misión es perespacio, hipertensión) ; por ello es
reconstruir las condiciones obje- más frecuente.
tivas en que los individuos, los su-
jetos humanos, han estado sumer- SUPERACIÓN
gidos. De aquí que su pregunta ra- Superar. Ir más allá de alguien, de
dical tiene que ser no cómo han va- algo, de un cierto limite. En matemá-
riado los seres humanos, sino cómo ticas, Pedro supera a todos sus cama-
ha variado la estructura objetiva radas. Los gastos han superado a los
de la vida. (J. ORTEGA y GASSET, ingresos.
En tonw a Galileo, Obras, V, 27.) Sirve también para traducir el al!f-
Ad. E. hebcn de HEGEL, V. Aitfhebttng.
A. Filos. Doctrina según la cual, ya l. El ideal concebido es supe-
relativamente (para el sujeto), ya de rado sin cesar por la operar.:,ón
modo absoluto (en sí), no hay más rea- real, y la realidad obtenida es s;n
lidad que la subjetiva. cesar superada por un ideal siem-
pre renaciente. (M. BLONDEL, L'a,·-
l. Subjetivismo gnoseológico: doc- tion, 344, 1893.)
' trina según la cual el sujeto sólo co- Superarse. Ir más allá de un mismo,
noce las cosas tal corno son para él, o es decir, de lo que parecía posible, del
incluso no conoce más que sus propias máximo logrado hasta entonces; batir
representaciones. la propia marca. El orador, el pianis-
Sin.: relativismo, V. Idealismo I, B 2. ta, el aviador se han superado.
2. Subjetivismo ontológico: doctri- Sin.: sobrepasarse, trascenderse.
na según la cual sólo existe el sujeto Superación. A. Prop.: acc1on de
pensante y sus representaciones (idea- sobrepujar, de exceder, de vencer.
lismo• absoluto) o incluso represen- B. Fig.: acción de resolver o ven-
taciones sin sujeto sustancial (feno- cer una dificultad estableciéndose a
rnenisrno•). un nivel en el que las oposiciones se
16. Hussel'i, por su parte, ex- borran. V. Al<fheb1wg (HEGEL).
perimenta la necesidad de pasar V. lg!!<1/clacl, 18.
por la experiencia apena para salir C. Acción de superar o supemrse.
de .Ja duda metódica, y de constatar Siu.: trascendencia.
la intersubjetividad pnrn escapar
a la tentación del subjetivismo. 2. los cxistencialistas afirman
(l. GoenY, La pcrsvnne, 41.) que el hombre es trascendental;
su vida es (... ) superación del
16'. Sin objetos no hay sujeto. presente hacia un porvenir que ni
El error del idealismo fue con- siquiera la muerte limita ( ... ) ;
vertirse en subjetivismo, en sub- existo como sujeto auténtico en
rayar la dependencia en que las un brotar sin cesar renovado que
cosas están de que yo las piense, se opone a la realidad fija de las
de mi subjetividad, pero no adver- cosas... (S. DE BEAUV0IR, L'exist.
tir que mi subjetividad depende et la s,igessc eles 11atio11s, 39-40.)
SUPERIORIDAD 996

3. Lr11 ele s11pcraci6n: el es- esconde siempre un complejo de


fuerzo debe ser solicitado por la inferioridncl. (H. ÜRGLER, A. Arl-
superación de los resultados ad- 1,,r et son cr1wre, 116.)
quiridos. (111. VERDUN, Le camct. 3. ...conjunto que he designa-
<'! ses corrél., II, 210,) do con el término de «complejo de
V. I11tcnción, 36. inferioridad». La tendencia infa-
.llora/ ele la supcraci611. Sitúa la tigable a la superioridad trata de
moralidad no en la observación de ocultar ese complejo mediante un
normas fijas, idénticas para todos o complejo ele s11periorillcul que, siem-
incluso propias de cada uno, sino en pre ajeno al sentimiento social,
un progreso constante. Sólo se hace pretende la apariencia de una su-
bien cuando se hace mejor o más. perioridad personal. (A. ADLER, Le
se11s de la vie, 30.)
Supercompensación. V. Compensa-
ción. 4. . .. de complejo de superio-
ridad. El hombre que aquejado de
SUPERIORIDAD esa otra enfermedad se distingue
Superior. Lat. s11perior, campar. de en general del orgulloso ordinario
su.perus, der. de sttpcr, sobre, encima, porque casi siempre ha padecido
Si,peri, los dioses de arriba, se Oll. a el complejo de inferioridad, en
( elii) inferi, los dioses de abajo. tanto que el orgulloso de naci-
miento ignora tan dolorosas mise-
Contr.: inferior. rias. (G. DUHAMEL, Manuel du
A. En sentido físico: que está en- protestata.ire, 75.)
cima, más arriba. Los pisos superio- B. En el lenguaje corriente (abu-
res. sivo) : todo sentimiento de superiori-
B. En sentido moral: que, en com- dad, aún el consciente y que no super-
paración con otro u otra cosa, posee compensa un sentimiento de inferio-
un ,·alor o una perfección mayor, un ridad.
lugar más elevado en la jerarquía so- Superiorización. Acción de superio-
cial. rizar, es decir, de hacer superior (sen-
Superioridad. Carácter o estado de tido moral), principalmente provocan-
lo que es superior (sólo en sentido mo- do en alguien un sentimiento de supe-
ral) ; o (en sentido concreto: una su- rioridad. En el educador esta superio-
perioridad, superioridades) lo que ha- ridad suele dirigirse a luchar contra
ce superior. un peligroso sentimiento de inferiori-
l. •Exactamente igual que el dad.
adulto, dice Adler [Connai.Bs. de Sin.: valorización• 1 revalorización.
l'liomme, 22], el niño (... ) aspira Contr.: inferiorización•.
a una superioridad que habrá de
darle seguridad y adaptación» (... ). 5. El método de superioriza-
ción no consiste en disfrazar al
Cuando se piensa en el valor de niño con una superioridad recibi-
esa aspiración a la superioridad da pasivamente del exterior (... ).
nos parece inconcebible que un Consiste en dar al niño la con-
educador se oponga a ella. Cons- ciencia de su valor, poniendo a ésta
tituye el propio dinamismo de In en condiciones de desvelarse. A
persona, sin el que no puede ha- este propósito le invita a autova-
ber en educación fecundidad posi- lorizarse mediante un esfuerzo
ble. (A. CAnN0IS, Le dra,me ele personal. (A. CARN0IS, La drama
l'inférioriti cliez l'oof., 371-372.) tic l'inférioritrl c/iez l'enfant, 369-
V. Nac-iú11, 2; Ncuropatía, l. 370.)
Complejo de superioridad. A. En V. Inferioridad, 16.
ADLER: actitud tomada inconsciente- Supcrcgo. V. l,,'go.
mente y como de modo instintivo por
compensación o supercompensaci6n del SUPERSTICióN. Lat. superstitio,
sentimiento de inferioridad*. El compl. der. de stare (estar de pie) con el
de superioridad no serla, pues, más que pl'ef. super. Op. a rc/igio, superstitio
una «superestructura». (ADLER, Le se11s no significa sino práctica supel'flua.
ele la vie, 87.) A. Prop.: desviación del sentimien-
2. El complejo de superioridad to religioso consistente en atribuir a
997 SUPRESIÓN

ciertas prácticas una especie de poder 9. La superstición de la cien-


mágico, o al menos una eficacia irra- cia es pariente próxima del char-
zonable. latanismo. (K. JASPERS, Situatio,,
1. La superstición estará siem- spirit. de notrc ép., 165.)
pre en razón inversa del vigor es- 10. Hay a veces una supersti-
piritual y de la cultura intelectual. ción de la escritura que arrebata
(RENAN, <Euvrcs, 1, 216.) al espíritu su libre juego. La es-
critura, como la materia, amena•
JI. Por ext.: creencia, en especial za al espíritu y a veces lo ofusca
creencia religiosa, sin fundamento. y paraliza. (L. LAVELLE, La par.
Abusivamente, en el siglo de las «lu- et l'écrit., 165.)
ces», los «filósofos» tenlan por «su-
persticioneso todas las religiones re- Super-yo. V. Ego (Supercgo).
veladas que no se basaban, como el Supra. V. Super.
deísmo, en la sola razón. Supraliminar. V. Liminar.
2. Es un gran error creer que
la superstición sea exclusivamen- SUPREMACfA. Superiodidad de po-
te religiosa. Hay épocas en las der (supremacía política, militar ... ) o
que se hace laica. Si la ciencia lle- de autoridad (la supremacía. del Ro-
ga a reinar sola, los hombres cré- mano Pontífice), y, por ext., de valor
dulos no tendrán ya más que cre- en alguna determinada esfera ( en las
dulidades científicas. (A. FnANCE, letras, las artes ... ¡.
La vic littér., 1, 122.) SUPREMO. Lat. supre,nus, der. de
3. En una época de supersti- super*, encima.
ción científica nos servimos de la A. Que está por encima de toao.
ciencia para disimular lo inexpli- La autoridad suprema. El ser supre-
cable. (K. JASPERS, De la p81Jcko- mo.
tkér., 13, Presses Universitaires Sin.: soberano*.
de France, 1956.)
B. Sin. de último, con idea de im-
V. Fi'lósofo, 2. portancia extrema. Un supremo es-
C. Por anal.: importancia o con- fuerzo. El momento supremo t :a
fianza excesivas y casi religiosas con- muerte).
cedidas a ciertas cosas. La supersti-
ción de los títulos, de las cifras, de la SUPRESlóN
clase. Suprimir. Lat. s,ipprimcrc. A. Prop.:
4. Esas misteriosas supersti- hacer cesar, hacer desaparecer. Omitir,
ciones del sentimiento que dan callar, pasar por alto (Real Acatl.).
sentido y precio a las más insig- B. Psicol. Impedir a un pensamien-
nificantes circunstancias. (LAMAR- to o sentimiento instalarse en la con-
TINE, Confidences, X, XXII.) ciencia, o al menos inhibir su mani-
5. Las personas que han reci- festación.
bido una educación primaria tie- l. Tenemos diferentes modos
nen, en general, la superstición de hablar según los ambientes.
del libro. (G. S0REL, RéfL s. la En presencia de los demás, supri-
vial., Introd., V, p. XI, París, 1908.) mimos parte de nuestro vocabu-
6. Habrla que perder también lario. (H. DELACR0IX, Lana. et
la superstición de las profesiones pcnséc, 431.)
llamadas, no sé por qué, «libera- C. Psicoanal. Efectuar una supre-
les•. (J. LEMAfTRE, Opimions a rép., sión ....
16.) 2. La maldad no es a menudo
7. ha habido durante demasiado más que una ternura que se ha
tiempo ciertos silencios excesivos encontrado sin empico, suprimida
en nuestra enseñanza francesa, y agriada. (R. l!UBERT, Tr. cfr
por superstición de una raciona- ¡1édag,, 419.)
lidad seca y fria... (E. 1,E RoY, Supresión (Psicoanal.), Al. V crd-
Essai d'unc ¡,liil. prc,n., 861.) rüng1mg.
8. Paso de la superstición de Negativa inconsciente a admitir un
la regularidad a la del capricho. hecho real o a satisfacer una tenden-
(M, LENtRu, Journal, 30 julio cia.
1899.) · Sin.: censura, resistencia.
SUSCEPTIBILIDAll 098

3. La teoría de la supreswn es H. Absol. (referido n personas):


el pilar en que descnnsn el edifi- que se pica u ofende fácilmente. Un
cio del psicoanálisis. (S. FREUD, carÍlctcr susceptible.
Introd. a la psycha11., 273.) Sin.: suspicaz, quisquilloso, punti-
4. Damos el nombre de s11¡,rc- lloso, irritable.
sión ni proceso patógeno que so
manifiesta a nosotros por medio Susceptibilidad. A. En genernl (acep-
ele una resistencia. (/bid., 317.) ción poco corriente) : capncidnd de re-
cibir.
5. Al traer lo inconsciente a In
conciencia acabamos con las su- l. Susceptibilidad magnética.
presiones, eliminamos las condi- Relación de la intensidad de
ciones que presiden la formación imantación de una sustancia a la
de los síntomas, transforman10s intensidad del canipo n,,agnético
un conflicto patógeno en un con- que ha producido esa imantación.
flicto normal que, de uno u otro ( Dictionn. des scie,u,es, 247.)
modo, acabará por ser soluciona- B. Princip. (Psicol.) : carácter de
do (... ) . En los casos en que no quien es susceptible en el sentido B.
cabe eliminar una supresión u
otro proceso psíquico del mismo 2. Rémora en lo privado, de-
género, nuestra terapéutica pier- fecto en lo social, la susceptibili-
de sus derechos. (lbíd., 465.) dad, propia de los nerviosos con
amor propio suspicaz, se encuen-
6. Hay que distinguir el pro- tra también en el vanidoso y en
ceso de supresión, oposición in- el individuo con medios adapta-
consciente a la realización de una dores insuficientes, con aptitudes
tendencia o al conocimiento inte- asimiladoras limitadas. (C. STRt-
rior de un hecho psíquico, del de LETSKI, Clavior psychol., 32.)
la represión, que no es sino el re-
chazo consciente y más o menos 3. Los defectos físicos son tam-
voluntario de una solicitación psí- bién causa frecuente de timidez.
quica. (E. RÉGIS y A. HESNARD, La susceptibilidad en este punto es
La psychana,l. des névr. et des extremada, y la menor broma hie-
psych., 86, n. l.) re. (J. LACRO IX, Tiniiditó et ado-
lcsc., 21.)
7. La supresión es la simula-
c1on ante uno mismo. (KRETSCH- 4. La susceptibilidad de un au-
MER, Psychol. médic., 309.) tor, contrariamente a lo que pien-
sa el público, crece con el éxito.
8. La supresión es un replie- (R. MARTIN DU G., Petite suite de
gue que se produce a esnaldas del fft= ... , 80.)
sujeto. (E. MoUNIER, Tr. du ca,.
ract., 451.) SUSPENSE. Término francés e in-
9. El psicoanálisis nos mues- glés, utilizado hoy universalmente en
tra la supresión en la base de la acepción de este último idioma.
esas impotencias que simulan ago- Momento de un relato o, sobre todo,
tamiento, de esas inhibiciones sin de un film durante el cual el oyente,
razón aparente que podriamos lla- lector o espectador se mantiene en
mar parálisis morales y que to- suspenso, en inquieta espera de lo que
dos, más o menos, conocemos. La va a seguir.
fuerza que entonces nos falta se
halla cautiva en el subconsciente. SUSPENSlóN. Lat. suspcnsio, der.
(Ch. BAUDOUIN, La force en nous, de suspendere, suspender (colgar de-
39.) bajo); !ig., dejar en suspenso.
V. Neurosis, 2.
.AJ. Derecho can. Censura• ( C) con-
SUSCEPTIBILIDAD sistente en la prohibición de ejercer
ciertas funciones eclesiásticas.
Susceptible. Bajo lat. susceptibilis,
que puede suscipere (recibir, empren- B. «Suspensión ~el juicio• (Filos.).
der). Trad. el gr. epoké•.
A. Susceptible de ... : que puede ser En los escépticos pirronianos: acti-
objeto de ciertas modificaciones, reci- tud consistente en pretender suspen-
bir diversas formas. Frase suscepti- der el propio juicio y no afirmar nada
ble de varias interpretaciones. para llegar a la ataraxia•.
999 SUSTANCIA

l. Cómo la ataraxia acompaña después existir. Dios crea sujetos


a la suspensión del juicio es cosa o agentes existentes que subsisten
que haremos ver a propósito del en la naturaleza individual que los
fin del escepticismo. (SEXTUS EM- constituye y que tienen del influjo
Pm1cus, EsquÚJscs pyrrh., cap. V. creador tanto su naturaleza como
<Euvrcs clioisics, 159. Aubier, su subsistencia, su existencia y su
1948.) actividad. (J. MARITAIN, Court trai-
2. Su palabra sacramental es té de l'exÚJtence et de l'exÚJtant,
é-::zlm, es deci-r, no afirmo, no 109-110.)
digo nada (.. ,), Su efecto es una 2'. lo que Unamuno quería y
pura, entera y perfectisima inte- necesitaba era saber si había de
rrupción y suspensión de juicio (... ) morir del todo o no, y para. ello
Quien quiera que imagine una anhelaba ver, como ve Dios mismo,
perpetua confesión de ignorancia, la sustancia del hombre, y en ella
un juicio sin propensión ni incli- su subsistencia o persistencia; por
nación, en cualquier ocasión que eso, para él, descubrir o imaginar
esto -sea, concibe el pirronismo. era crear, palabra que repite una
(MONTAIGNE, Essais, L. 11, cap. ve1. y otra y a la cual se aferra te-
XII. Pléiade, p. 562.) nazmente. (J. MARÍAS, Miguel de
V. Epoké, l. Unamuno, 78.) Ad. E.
V. Mal, 8.
SUSTANCIA Sustancia. Lat. substantia, der. de
Subsistir. Lat. subsú,tcrc ( sÚJtcre, substarc, estar debajo. Corr. al griego
permanecer, sub, bajo algo que pasa, hypostasis. V. Hipóstasi,s.
bajo alguna fuerza destructora). En A. Propiamente: lo que constituye
vez de «bajo», parsÚJtere indica «a tra- el soporte de cualidades susceptibles de
vés de». cambio y no es a su vez soportado por
A. En el uso ordinario: continuar otra cosa, sino que existe en sí mismo.
siendo, durando, persistiendo, seguir en Se op. a. accidente•.
vigor (esa casa, esa familia, ese uso 3. Ese fondo que subsiste en
subsisten aún). Proveer a las necesida- cada ser en medio de todos los cam-
des de la vida orgánica (subsistir a bios es lo que se llama la. sustan-
_fuerza de argucias). cia o la. cosa misma. Aquello que
l. he tenido que desplegar ma- está unido a la cosa, y por lo que
yor ciencia y cálculo tan sólo pa- entendemos que es afectada, se lla-
,ra subsistir, que ha hecho falta ma accidente o forma accfrle11tal,
en los últimos cien años para go- cualidad, modo, manera de ser.
bernar todas las Españas, (BEAU- (BOUSSET, Log., I, VIII.)
MARCHAIS, Fígaro en Le man-iagc... , 4. Sostengo asimismo que las
V,111.) sustancias (materiales o inmate-
B. Filos. Existir como sustancia, riales) no podrían ser concebidas
es decir, en sí, y no, a titulo de acci- en su nuda esencia sin actividad;
dente, en otro. la actividad pertenece a. la esen-
Subsistencia. Escolást. subsÚJtc,itia, cia de la sustancia en general.
equival. etimológ. de substantia. Pero (LEIBNIZ, N. Essa,ÚJ... , Av. Propos,
substa,itia, designa más bien la esen- ed. Janet, I, 28.)
ia; subsistencia, el esse, la existencia. 5. esa misma palabra de s11.S-
ta>1cia, «lo que está debajo», nos
A. En el uso ordinario: aquello de advierte suficientemente de que ese
que se vive, el alimento. El coste de las debajo nos será por siempre des-
subsistencias. conocido; aunque descubramos al-
B. Metaf. Principio de la perma- go de sus apariencias, quedará
nencia de la su•tancia* en la existen- siempre ese interior por descubrir.
cia. Aquello por lo que una sustancia• (VOLTAIRE, Le philos. ig>1orant, 8.)
es, no tal sustancia (esencial), sino 6. Si de un hecho cualquiera,
sustancia; es decir, existe en sí mis• interno o externo, abstraemos el fe-
ma. nómeno, nos quedará el concepto
2. Dios no crea esencias a las puro de causa o sustancia. (l\l. DE
que da el último golpe de garlopa BmAN, Rapports eles se. 11at. avec
de la subsistencia para hacerlas la philos., en <Et<vrcs choisics, 161.)
SUSTANCIA 1000

7. La sustancia es, pues, el ser (cada uno de esos árboles, Pedro y Pa-
independiente que no se construye blo). Se llama sustancias segundas a
sobre ningún fundamento extraño; los tipos universales obtenidos por abs-
el ser sólidamente establecido en tracción a putir de los seres indivi-
si mismo y que posee en si sus con- duales (el íirbol, el hombre ... ).
diciones de existencia: en una pa- V. Forma., 27.
labra, en el orden de la Naturale-
za, es el ser más ser, el único ver- B. Otra definición (a evitar por
daderamente ser. (J. DE TONQUÉ- ambigua) : lo que existe 7,or sí• y no
DEC, Philos. de la 11at., I, II, 34.) por otro. Definición que puede ser com-
prendida de dos maneras: l.º como
8. La sustancia no es un ca- equivalente de la defin. A, es decir, lo
rácter entre otros o un grupo es- que tiene su propia existencia, distinta
pecial de caracteres, sino lo que de la existencia de otro (que no es el
los soporta y contiene a todos. No caso del accidente) : 2." en un sentido
les es yuxtapuesta, sino interior ... diferente al de la defin. A, lo que, no
(lbíd., 19.) sólo tiene su propia existencia en si,
9. La sustancia no es un subs- sino que además no tiene esa existen-
trato estático e inerte, sino la raiz cia más que de si mismo.
primera de las actividades de una 13. Cuando concebimos la sus-
cosa. Aun permaneciendo la misma tancia, concebimos tan sólo una
en cuanto a su ser sustancial, no cosa que existe de tal modo que
cesa de obrar y de cambiar por sólo necesita de si misma para
sus accidentes, que son una expan- existir. ( .•. )· Hablando propiamen-
sión de ella misma en otra dimen- te, sólo Dios es tal. (DESCARTES,
sión, no sustancial, del ser, Pero Pri11c., I, 51, A.-T., IX B, 47.)
en tanto que sustancia no cam-
bia. (J. MARITAIN, Ra,ison et ra,i- 14. Por sustancia entiendo lo
sons, 78.) que es en sí y es concebido por si,
es decir, aquello cuyo concepto no
10. En nuestra experiencia no necesita del concepto de otra cosa
hay, indudablemente, más sustan- para ser formado, (SPIN0ZA, Éth.,
cias sin accidentes que accidentes I, Defin., 3.)
sin sustancias; pero son los ac-
cidentes los que pertenecen a la 15. os ruego prestar atención a
sustancia, no la sustancia a los la definición que he dado de la
accidentes. (E. GILS0N, Lo t110'1l1is- sustancia y de los accidentes, de-
1ne', 44.) finición de la que saco todas mis
conclusiones. (SPINOZA, Ca,rta, Pléia-
11. la definición de la sustan- de, 1123.)
cia a partir de la distinción real
entre esencia y existencia se des- 16. Se define a veces la sus-
prende por sí sola. Se llama sus- tancia como «un ser por si». Esto
tancia toda esencia que tiene la no es inexacto, pero no es toda la
existencia en sí misma. Será, pues, verdad. (E. GILS0N, Le t11omiamc 1,
lógico que quienes no aceptan esta 43.)
distinción propongan con indepen- 17. La sustancia no existe por
dencia de ella otra definición y la sí en el sentido de que carezca de
den como el ser por sí. (A. MARC, causa de su existencia: Dios, úni-
Dialect. de l'a,ffirm., 544.) co que existe sin causa, no es una
12. «sustancia», que nos llega sustancia. Existe por si en el sen-
usado y como abollado por una ex- tido de que lo que es le pertenece
cesivamente larga historia filosó- en virtud de un acto único de exis-
fica ( ... ) quiere decir pura y sim- tir, y se explica inmediatamente
plemente «lo que es», en el senti- por ese acto, raz6n suficiente de
do auténtico, pleno y fuerte. (P.-B. todo cuanto es. ( lbíd., 44-46.)
GRENET, Ontologie, 101.) C. Por analogía: lo que hay de
V. Hipóstasis, 1; Jl/odo, 1; Pcrso11a, esencial o s61ido en una cosa. La sus-
45; Sujeto, l. tancia de un patrimonio, de un libro,
S1u,ta11cia, primera, y sustancia se- de una argumentaci6n.
gunda, (ARISTÓTELES y los escolást.). 18. El error no es causa de nu-
Constituye una sustancia primaria el lidad del contrato más que cuando
ser individual que existe efectivamente recae sobre la sustancia misma
1001 SUTILEZA

de la cosa que es su objeto, (Códi- Sustancializar. Considerar como sus-


go Civil fr., art, 1110,) tancia lo que no es más que un acci-
19. Sobre los bancos de esta es- dente e incluso una pura representa-
cuel n preparáis hoy la sustancia ción.
de lo que pensaréis mañana. (P. Sin.: reificar, realizar, cosificar.
VAI.ÉRY, Disc. en la Casa de la
F.duc. de In Lcg. de honor de Saint- V. Dinamismo, 6.
Denis, Variété IV, 153,) Sustancia!ismo. Doctrina que admi-
20, El hombre auténtico detes- te In existencia de sustancias. Se op.
ta el parecer de los mundanos, que a fenomenismo*.
los vacía de las últimas gotas de 23. Si la gramática, como bien
sustancia que pudieran tener. (H. ha mostrado Serrus, impone al
DE LUDAC, Paradoxcs, 30,) pensamiento su sustancialismo,
21. la disminución de sustan- queda por explicar por qué nues-
cia en valores materiales y en tra gramática es sustancialista.
hombres y, por consiguiente, de po- (R. LENOBLE, Essai s. la notion
der, infligida a Francia durante cl'cxpér., 145.)
las dos guerras ... (Ch. DE GAULLE,
M émoircs do g11erre, III, 23-5.) SUTILEZA. Sin. de suli/idrul, del
Sustancial. Lat. s11bstantialis. lat. subtilitas, cualidad de lo que es
A. Prop, (Filos,) : que pertenece al ..ubtilis, es decir, fino, sutil (sentido
orden de la sustancia, que es relati- fis. y moral).
vo a ella. Forma•, mutación sustan- Sentido moral. A. Cualidad del es-
cial. Unión o unidad sustancial del al- píritu o el pensamiento penetrantes o
ma y el cuerpo. Se op. a accidental*. ingeniosos.
B. En el leng. ordinario. En senti- B. Defecto del pensamiento que
do cercano al filos, (sin. de esencial) : pretende distinguir lo inaprensible;
que es necesario a una cosa para ser del razonamiento fundado en conside-
ésta lo que es. Los artículos sustan- raciones puramente formales.
ciales de un contrato. Se opone a se-
cundario, a accesorio. La sutileza no es la exageración
V. Clasifwación, 2. de la sagacidad. ¿ Cómo cabria
exagerar la sagacidad cuando hay
.Sustancioso. Que contiene mucha sus- cosas infinitamente pequeñas? Con-
tancia en el sentido C. Una comida, siste en usar la sagacidad donde
una exposición sustanciosas. De re- no conviene. (A. CARTAIJLT, L'in-
sultado sustancioso, tellectuel, 149.)
Sin.: importante, considerable.
Consustancial, Que posee la misma Symposion. Subst. gr. der. de i,ym-
sustancia que otro. pinein (beber juntos y por ext. ban-
quetear), que significa banquete. A
A, Prop. (Teol.) : se dice de las per- veces latinizado en symposiu.m.
sonas de la Trinidad, que es única en
cuanto a la sustancia, El Hijo y el A. Título de un diálogo de PLATÓN
Espíritu Santo son consustanciales al (El Banquete), en el cual, en el curso
Padre, de una comida, todos los invitados han
de pronunciar, por turno, un elogio
B. Por anal.: que se halla íntima- del amor.
mente vinculado,
22. nuestro arraignmiento con- B. Por anal. se dice hoy de reunio-
siste en el acostumbrarse a un nes restringidas, en las que los parti-
entorno que se nos hace poco a po- cipantes exponen su pensamiento o
co consustancial. (G. GusDORI-', participan en la discusión.
Découv. de soi, 436.) Sin.: coloquio.
T
T. A. T. V. Test. TABú. lngl. taboo. Palabra tomada
Tabla rasa. Lat. tabula rasa., tabli- de una lengua polinésica y que signi-
lla de cera con la superficie lisa, es fica propiamente «apartado•.
decir, sobre la que no se ha escrito Lo que una prohibición rigurosa
nada. sustrae al uso profano, o esa prohi-
Imagen que, desde ARISTÓTELES, sir- bición misma. Lo que no puede ser to-
ve para simbolizar la teoría empirista cado, ya física, ya moralmente (pala-
según la cual el espíritu, antes de la bra tabú: la que está prohibido pro-
experiencia, no posee ninguna idea. nunciar).
Tablas de Bacon. Método de investi- Para nosotros, el tabú presenta
gación de los fenómenos de la natura- dos significaciones opuestas: por
leza consistente en establecer tres lis- una parte, la de sagrado, consa-
tas o tablas: grado: por otra, la de inquietan-
te, peligroso, prohibido, impuro.
tabla de presencia, que contiene los En polinesio, lo contrario de ta-
hechos en los que se halla la propiedad bú se dice 1wa., lo ordinario, acce-
en cuestión; sible a todo el mundo (... ). Nues-
tabla de ausencia, en la que se tra expresión terror sagrado da
anotan aquellos hechos, lo más seme- con frecuencia el sentido de tabú.
jantes posible a los precedentes, en los (FREUD, Totem et tabou, 32, 33.)
que esa misma propiedad falta; V. Sagrado, 2.
tabla de grados, en la que se inscri-
ben los casos en los que esa propiedad TÁCTICA. Gr. taktikos, relativo al
presenta diferencias cuantitativas. orden, en partic. al de batalla. Subs-
El examen de las tres tablas debe tant.: i! taktike ( teclmé), el arte de
hacer que aparezca entre la propie- alinear y hacer maniobrar a las tro-
dad estudiada y algún otro fenómeno, pas.
una coincidencia regular, signo de una A. Prop.: arte de conducir al comba-
relación de causalidad. te las fuerzas de que se dispone y uti-
lizarlas adaptándose a las circunstan-
Las tablas de Bacon no han ser- cias particulares.
vido nunca más que para que los
profesores muestren ( ... ) cómo de- B. Por anal.: medio puesto en obra
biera haberse inventado algo, des- para obtener el resultado querido:
pués de que ya está inventado. practicar la táctica del silencio.
(PÉGUY, Notes sur M. Bergso11, Fig., pero sobre todo prop., se opo-
27.) ne a estrategia•.
1003 TALENTO

Tactismo. Fisiol. Reacción Jocomo- tocar y gustar que de ver u oir.


tl'iz provocada por una excitación físi- Y es que como el tacto y el gusto
co-quimica externa, p. ej., la ,Jm1 o el pertenecen a la esencia del ani-
calor. mal, y no así el oído y la vista,
puso la Naturaleza moderación en
TACTO. Lat. tactus, der. de ta11ge- sus actos para que no se estropea-
ro (tocar), se el sentido por sus repetidas ope-
A. Prop.: el sentido del tacto•. raciones, y pereciese el animal:
Der.: táctil (sensación táctil), peligro que no existe de parte de
los demás sentidos. (,J. L. VIVES,
Para numerosos psicólogos, se trata Trata.do del a.lma, 31.) Ad. E.
del sentido fundamental y primario, no B. En sentido amplio, comprende
siendo la vista y el oído los senti- también diversos sentidos cuyos órga-
dos más instructivos, sino un tacto nos no han sido determinados hasta la
que ha llegado a percibir a distancia. época moderna: sentido térmico, sen-
1. La vista nos representa idén- tido álgico o dolorífico, sentido muscu-
ticamente la misma cosa que el lar, sentido inestésico•. Así entendi-
tacto, pero por procedimientos más do, da más que cualquier otro el sen-
perfeccionados. (M. PRADINES, Le timiento de realidad. Nada más segu-
probl. de la, sc11sa.tion, 97.) ro que aquello que hemos «palpado».
2. El tacto es de todos nues- 6. el tacto es portador de un
tros sentidos -por su doble efec- carácter de emotividad carnal y
tividad hedónica y dolorífica- de vida que no existe en la vista,
aquel cuyas raíces descienden más puesto que el ojo sólo se hace sen-
profundamente hasta la fuente sible en una forma de actividad
misma de nuestras necesidades y demasiado viva, y la sensación es
de nuestras pasiones. Por ello nos entonces orgánica y no visual.
proporciona el prototino de una (L. LAVELLE, Dia.lect. du monde
certidumbre de carne y hueso, de 80118., § 381, p. 161.)
la que es necesario partir, en cual- 7. El tacto es, pues, por exce-
quier caso. (M. PRADINES, Sensibil. lencia, el sentido de los objetos
élémcnt., 11, 376.) reales. Ése es el motivo de que no
3. La sensorialidad provista de podamos concebir una vida actiYa
oído y vista es una unidad más ri- totalmente privada de sensibilidad
ca que la que de ellos carece: es táctil. (J. NoGUÉ, Esq. d'ttne syst.
una tactilidad enriquecida con an- des qua,/. sens., 72.)
tenas fluidas que centuplican su C. Fig.: disposición intelectual y
alcance ( ... ). Los sentidos del oido moral de quien se comporta como ins-
y de la vista no realizan, pues, tintivamente con los demás de manera
sino una aspiración del propio que evita toda ofensa o agravio.
tacto. (Ibíd., 377-378.)
8. Se llama tacto a una espe-
4. Es, pues, evidente que es la cie de finura puramente instintiva
misma voluntad por la que se creó con cuya ayuda sentimos al mo-
el tacto la que formó también el mento, sin necesidad de reflexio~
ojo como medio de alcanzar a dis- nar 1 lo que conviene en materia de
tancia las cosas tangibles. (M. PRA- gusto o en cuestión de decoro.
DINES, Tr. de psychol., 1, 538.) (LAFAYE, 983.)
'5, el tacto es necesariamente V. Amor, 95.
un sentido doble. Ha de darnos a
la vez conciencia de la periferia TALENTO. Lat. ta.lent1t1n, unidad
orgánica y de la realidad externa de peso y unidad monetaria (talento
que a ella se llega, y es preciso que de plata, de oro).
esos dos elementos permanezcan, Disposieiones inteleduales, naturales
no obstante, distintos en la sensa- o adquiridas, que condieionan el éxito
ción. (L. LAVELLE, Dia.lcctiquc du en la esfera de las artes, las letrns, los
monde se11s., § 375, p. 168.) negocios, las relaciones humanas ... V.
5'. los actos de tocar y de gus- Grnio.
tar se hallan circunscritos en tér- 1. El talento sin genio es po-
minos más breves que los de la ca cosa. El genio sin talento no
visión y los de la audición; por es nada. (P. VALÉRY, Instants,
eso nos cansamos más pronto de Pléiade, I, 375.)
TAUTOLOGIA 100,1

2. Siempre estamos dispuestos nencia de las propiedades de una


a sobrestimar el talento que afec- cosa. Hay, pues, que distinguir
ta no querer emplearse. (J. Ros- entre el postulado tautológico que
TAN'D, JouTual d'un cm·act., 84.) ufirma la permanencia de la pnlu-
Y. Grnio, 8, 10, 11, 12, 13. brn y el postuludo de identid11d.
(G. BACIIELARD, Phi/os. du nO'll,
TAUTOLOGIA. Gr. tautologia, dis- 114-116.)
curso (lagos) que dice la misma cosa
(tauto), repetición. TAXONOl\tfA. Comp. de las pala-
A. Proposición dada como explica- bras gr. taxis, orden, disposición, y no-
ción o como prueba. pero que, en rea- mos, ley. Se dice también taxinomia y
lidad, no hace sino repetir en términos taxilogía.
idénticos o equivalentes lo ya dicho. Ciencia de las leyes de la clasifica-
El filósofo no hace sino sacar ción*. En partic.: parte de la biología
del lenguaje lo que el pueblo todo que trata de In clasificación de los se-
había metido en él durante siglos. res vivos.
Y por ello, a poco afinar se llega Sin.: sistemática•, clasificación•.
a convertir en tautologías los axio- Para fijar las ideas sobre la im-
mas filosóficos. (M. DE UNAMUNO, portancia respectiva de los grados
Plenitud de plenitudes ... , Obra.s, de la taxonomia, tomamos el ejem-
238.) Ad. E. plo del hombre, que (... ) pertenece
B. Proposición en la que el predica- al reino animal, a la rama de los
do dice lo mismo que el sujeto, ya sea vertebrados, a la clase de los ma-
en términos idénticos, ya en términos míferos, al orden de los primates,
equivalentes. A es A. El ser es Jo al suborden de los simioides, a la
que es. tribu de los Catirrinos, a la sub-
V. Identidad, 6. trib1< de los Antropomorfos, a la
C. Para el empirisn10 lógico (L. superfa.milia. de los Antropos, a
WITTGENSTEIN) : proposición compleja o
la familia de los Homínidos, a la
subfamilia de los Hominianos, al
«molecular» (simple) que es verdade- género Horno, a la especie sa-
ra en virtud de su sola forma. Ej.: O piens, que podemos dividir en dos
llueve o no llueve. subespecies: Ii. Sapicns protosa-
l. Las leyes de la lógica no picns y H. sapicns sapiens. Y no
son otra cosa que tautologías, que hablaremos aqui de las razas.
regulan la implicación y la equi- (R. COLLIN, Panoranna de la biol.,
valencia de las proposiciones. El 33.)
objeto de la lógica formal es esta-
blecer fórmulas tautológicas que TÉCNICA
permitan hacer sufrir a un siste-
Técnico. Gr. tcclwi!.:os, relativo a un
ma de enunciados todas las trans- arte (tcchnii).
formaciones compatibles con las
convenciones de lenguaje de las A. Adj. l. Por opos. n cientifico
que se ha partido. (L. RoUGIER, y a estético: que consiste en ciertos
Tr. de la connaiss., 125.) pro~edimientos de trabajo o produc-
Principio o postulado de tautología. ción que suponen una habilidad des-
Principo según el cual una misma pa- arrollada mediante el aprendizaje, pero
labra debe, en el curso de una exposi- no un saber teórico o <lotes artísticas
ción teórica, ser tomada en el mismo especialmente desarrollados.
sentido. l. Llamo técnico a ese género
2. El postulado de tautología de pensamiento que se ejercita en
significa simplemente que dentro }a acción misma, y se instruye
de la misma página la misma pa- mediante continuas pruebas y
labra debe conservar la misma tanteos ( ... ) . ¿ Qué es entonces lo
significación ( ... ). El principio de propio de ese pensamiento técni-
tautología pone de constante acuer- co? El ensayar con las manos en
do al autor y el lector. Es el prin- vez de buscar mediante la refle-
cipio mismo de la lectura. xión. (ALAIN, llumanités, 193.)
Pero nada hay de común entre 1'. si el hombre goza de este
la permanencia de la significa- privilegio de libertarse transito-
ción de una palabra y la pcrma- riamente de las cosas, y poder en-
1005 Tf:CNICA

trar y descansar en si mismo, es 4. Las ciencias no s~n, no han


porque con su esfuel'zo, su trabajo sido nunca, incluso en sus humil-
y sus ideas ha logrado recobrar des comienzos, técnicas puras. ( ... )
sobre las cosas, transformarlas y La técnica es un cuerpo que supo-
crear en su derredor un margen ne pal'a vivir y desarrollarse un
de seguridad siempre limitado, pe- resorte interno, un alma. (A. Rr.Y,
ro siempre o casi siempre en au- L'a.pogée de la. se. tcchniq!le en
mento. Esta creación específica- Gr., 6.)
mente humana es la técnica. Grn- 5. Toda técnica, tanto la de la
cias a ella, y en la medida de su piedra tallada como las que le han
progreso, el hombre puede ensi- seguido, implica en el fondo algo
mismarse. (J. ORTEGA y GASSET, de lo que llegará a ser saber, y en
Ensimisma.miento v a.ltera.ci61', seguida ciencia. (lbíd., 17.)
Obra.s, V, 301.) Ad. E.
2. Como corre!. de científico (sin. de 6. nuestros remotos antepasa-
práctico) : que se refiere a las aplica- dos tenían una técnica muy ade-
ciones de la ciencia pTopiamente dicha lantada con ideas infantiles (... ) ;
o conocimiento teórico a la actividad pero, en nosotros como en ellos,
práctica. La enseñanza técnica forma hay siempre una punta de poder
los cuadros do las diversas industrias. que se adelanta al saber. (ALAIN,
El técnico se sitúa a un nivel interme- Esq. de l'homme, 140.)
dio entre el ingeniero, que ha recibido 7. la técnica ( ... ) es un pensa-
una fo1-mación técni.ca en el sentido 3, miento de las manos y la herra-
y el obrero, cuya formación sólo es téc- mienta. Casi querríamos decir que
nica en el sentido l. es un pensamiento que teme al
3. Como análogo de científico y por pensamiento. Esta precaución es
oposición a vulgar o común: que supo- hermoso advertirla en el gesto
ne conocimientos científcos o al me- obrero; per:o encierra una terri-
nos particulares. Obra técnica, Térmi- ble promesa de esclavitud. (ALAIN,
no técnico. Propos, Plé\ade, 644.)
B. Subst. Especialista de una técni- 8. O la técnica se confunde con
ca determinada. Un técnico de la ra- el automatismo, y da comienzo a
dio, de la metalu1,gia. una caída, o es inteligente, y adap-
2. El obrero que se deja con- ta ya o mejora lo que reconstruye.
ducir por la cosa, la costumbre y Cuanta más invención conteng-a
la herramienta, no es todavía un más educativa será. (R. LE SE:<xE'
técnico. El técnico ejerce el pensar Le dcvoir, 566.) '
más alto, y el mejor ordenado; el 9. En toda técnica hay una ru-
técnico descubre, reflexiona, in-
venta; pero su pensamiento no tina. Porque la técnica es el re-
tiene más objeto que la acción mis- p_ertorio de los medios ya expe-
ma. Ensaya sin cesar. Todas sus rimentados para hacer frente a si-
ideas son ideas de acciones. (ALAIN, tuaciones imprevistas. (Th. MAUL-
Propos, Pléiade, 950.) NIER, Arriere-pensées, 204.)
3. Corresponde al técnico, no 10. Históricamente la técnica
decidir lo que ha de hacerse, sino ha precedido a la ciencia; el hom-
hacerlo. Lo que debe decidir de bre primitivo conoció técnicas
una empresa no son las posibili- ( ... ).
dades de ejecución, sino el bien Pero por otra parte la técnica
público o al menos el interés co- sólo cobru auge histórico a partir
mún. Al técnico corresponde des- del momento en que la ciencia in-
pues hace,· que ello sea posible. tel'viene. La técnica deberá enton-
(Th. MAULNIF.R, A,·rierc-¡,c11sc!es, ces esperar al progreso de la cien-
205-206.) cia. (J. ELLUL, Lll tcclt11iq11c, 5.)
V. Lcxis. 11. La pretensión de poder fi-
Técnica. A. Conjunto de procedi- jar alguna <fr/iufoión suficiente de
mientos puestos en práctica para obtc- la técnica tomada en general no
nct· un resultado determinado. La téc- es el menor de los escándalos que
nica de la esgrima, de la danza, de la la filosofía proporciona a los téc-
disel'tación, de la tribuna, de las elec- nicos. (P. DUCASSÉ, Les tcchniqucs
ciones. et le p/1ilos., 162.)
TÉCNICA 1006

B. Prinl'ipalmente, en nuestros din3: dos veces, en su misterio y en sus


conjunto de procC'dirni<>ntos, basados en fuerzas. El hombre ordena In nn-
conocimientos científicos y no yn em- turulezn poniendo a la vez orden
píricos, puestos en práctica para ob- en sus pensamientos y en su tra-
tener un resultado determinado. Las bajo. (G. BACIIEl,ARD, L'11ctivité
técnicas así entendidas son aplicacio- rn/io11aliHfc ... , 222.)
nes de la ciencia; pero el fin de la téc- 19. en sentido restringido, en-
nica es la producción, en tanto que el tiendo por técnicas de envileci-
de la ciencia es el conocimiento. miento el conjunto de los procedi-
12. La técnica (. .. ) consiste en mientos deliberadamente puestos a
un conjunto de reglas, basadas en contribución para atacar y des
la razón, pero experimentadas por truir en individuos pertenecientes
la práctica y que han llegado a a una determinada categoría, el
ser propiedad colectiva de una ci- respeto que de si mismos puedan
Yilización, mediante las cuales se tener y para transformarlos pro-
utiliza eficazmente un utillaje con gresivamente en un deshecho que
vistas a un fin. (A. SIEGFRIED, As- se aprehende a sí mismo como tal...
pects du XX' s., 210-211.) (G. MARCEL, Les hommcs contre
13. Que la técnica, que es un l'humain, 36.)
medio, sea, pues, considerada como 20. La técnica y, en general,
un medio: en estas condiciones no todn «tecnicidad» poseen la ino-
puede ser sino beneficiosa. Sólo cencia del instrumento. (P. RI-
cuando se apodera de todo, cuan- COEUR, Hist. et vérité, 225.)
do absorbe ciencia y cultura, se V. Progi·cso, 11, 12, 13.
hace peligrosa, sobre todo en un
siglo en el que la especialización Tecnocracia. N eol. comp. de las pa-
corre el riesgo de encerrar a los labras griegas tcclme (arte, técnica) y
productores en compartimentos kratos (fuerza, dominio).
que llegarán a no tener ventanas. Condición polltica en la que el po-
(lbícl., 21D.) der efectivo está en manos de técnicos,
14. La ciencia, tal como la con- denominados tecnócratas.
cebía, por ejemplo, un Renan, no 21. Puede ser calificado de tec-
se reconoce ya bajo la forma de nocracia el ejercicio, en la esfera
una técnica interesada, más pre- de la economía, la industria y el
ocupada por la fuerza que por la comercio, al nivel del Estado o de
luz. (A. SIEGFRIED, en Progres la gran empresa, del poder de or-
trchn. et progri!.s mor., 12. «Ren- ganización y decisión más general
contres de Geneve», 1948.) por un pequeño grupo de hombres
15. la técnica (... ) es un arte de formación técnica que aceptan
racionalizado. ( Ibíd., 14.) la disciplina jerárquica y están ge-
neralmente situados bajo la auto-
16. Lo que caracteriza más ridad de un jefe. (J. BILLY, Les
esencialmente a la técnica científi- tcchnicicns et le pouvoir, 14.)
ca es el hecho de que procede de In 22. El grupo de los tecnócratas
experiencia y no de la tradición. (B. tiene tendencia a desarrollar un
RussELL, Esprit scient., 136.) «espíritu de cuerpo» que le ase-
17. La técnica ha creado mu- gura una creciente autonomía con
chos menos oficios ingratos que ofi- respecto a los grupos sociales,
cio!! odiosos ha suprimido, por capitalistas o gobiernos políticos de
ejemplo, aquellos en los que el los que procede su delegación de
hombre era tan sólo utilizado por poderes. La adquisición de esta au-
su fuerza muscular. Tales traba- tonomln se halla facilitada por el
jos desaparecen o se humanizan. carácter mismo de In función tec-
(L. ARMAND, «Machine, technique nocrática, única capaz de organi-
et vie intér.)), Scicnce et Bociété, zar y dirigir los complejos siste-
III [1952], núm. 3.) mas administrativos y técnicos que
18. el auge del pensamiento hoy condicionan In actividad eco-
nómica del Estado y de las em-
científico en sus formas contem- presas gerentes. (lbíd., 15.)
poráneas se revela como una soli-
daridad del genio y de la técnica. 23. Hay «tecnocrncino, diría-
La naturaleza resulta asl vencida mos, cuando puede admitirse que
1007 TELEOLOGIA

a ese nivel [ aen el escalón supre- In finalidad, es decir, la acción direc-


mo»], el dirigente, es decir, el res- triz que el fin ejerce sobre los medios.
ponsable de una «orquestación• l. Se habla, pues, con razón en
de medios técnicos que dispone de teleología, en tanto que referida
ciertos «grados de libertad», orien- a la física, de la prudencia, de
ta por su acción precisa las deci- la economía, de In previsión, de la
siones de una sociedad. (P. Du- bondad de In naturaleza, sin por
CASSÉ, Les tcc/111iques et le p/iilos.,
75.)
eso hacer de ella un ser inteligen-
te (lo que sería una necedad) ( ... ) ;
'l'ecnología. Ciencia de las técnicas. no se quiere designar por ello más
24. si por bien entendemos la que una especie de causalidad na-
felicidad, la moral será la tecnolo- tural, análoga a la nuestra en el
gía de la felicida,d ( ... ). Si defini- uso técnico de la razón... (KANT,
mos el bien por el progreso (... ) la Crit. du jug., § 68.)
moral será la t.ccnología del pro- 2. la teleología no halla en últi-
greso. (E. GoDLOT, Essai s. la clas- mo extremo luz para sus investi-
sif. des se., 255,) gaciones más que en una teología.
TEISMO. Der. del gr. t/1eos, Dios. ¿Qué demuestra a fin de cuen-
tas la teleología más acabada?
Doctrina que admite la existencia de ¿Que existe semejante ser inteli-
un Dios único, personal y distinto del gente? No, sino tan sólo que, co-
mundo. Se opone tanto al panteismo y rno consecuencia de nuestras fa-
al politeísmo como ni ateísmo. V. Dcís- cultades cognoscitivas, (... ) sólo po-
1110.
demos hacernos una idea de la po-
Allí veo [en la Profesión de fe sibilidad de este mundo imaginan-
del vicario saboyano J, con gran do una causa suprema que obra
aproximación, el teísmo o religión de modo intencional. ( lbíd., § 75.)
natural, que los cristianos afectan 3. [Según Kant] es preciso
confundir con el ateísmo o irreli- (... ) concebir la finalidad como una
gión, que es la doctrina directa- operación intemporal del pensa-
mente opuesta. (RoussEAu, É111ile, miento intuitivo. Al ser todo si-
IV, 360.) multáneo para el pensamiento así
Tele. Primer elemento de palabras entendido, resulta evidente que ya
compuestas, pero cuyo sentido se di- no hay lugar en él para condicio-
ferencia según la raíz originaria. nes antecedentes, y por ello pasa-
A. Del gr. tele (,f,l.s), a lo lejos. mos de la esfera del mecanicismo
Telégrafo, telescopio, teleférico, tele- a la de la teleología. (O. HAMELIN,
patía ... Essai. .. , 248.)
B. Del gr. telas, fin, meta. Teleolo- B. Sin. de finalismo. Doctrina según
gía•. Ateiia• (ausencia de fin). Diste- la cual en el mundo hay finalidad, que
Ha (obstáculo por relación al fin.) V. se superpone a la <,ausalidad eficien-
Entelequia, Hipertelia. te. Se op. a mecanicismo•.
De,·.: teleologista.
TELENCÉFALO. Comp. del gr.: 4. los científicos no se atreven
parte del cerebro o encéfalo (gr. e11 lw- hoy a confesar que son teleologis-
p/iali!, en la cabeza) que está 11/I fin (te- tas porque éstas son cosas que no
las). se demuestran. En todo caso, no se
La parte anterior de Jo nito del ce- ha puesto nada en su Jugar, y el
reb1•0, lugar permanece vacío. (CL BER-
NARD, Cahic1· rouge, 71.)
Telencefaliznción. Transferencia ni
tclencéfalo de funciones que, en los es- Teleológico. Que es relativo a, su-
tadios anteriores de In evolución de pone o afirma la teleología, es decir, la
las especies o del desarrollo del indi- existencia de la finalidad. Argumento,
viduo, dependian de centros situados principio teleológico. Se op. a mecáni-
en las partes infel'Íores del cerebro. co o mecanicista.
5. no bus ta con el meran ismo
TELEOLOGIA. A. Prop. La cien- pnrn concebir la posibilidad de un
cia (lagos) o estudio de los fines (te/os, ser organizado, sino que (al me-
plural tele) o de la finalidad. Por ext.: nos como consecuencia de la con-
TEI,EPATIA 1008

dición de nuestra facultad de co- constituye objeción contra un :fi-


nocer) hay que subordinarlo en el nalismo utilitario e individualista;
origen a una causa que obra in- pero es compatible con un finalis-
tencionalmente; de igual modo, el mo estético ... (R. RUYER, Néo-fi-
solo principio teleológico de seme- 11a/is11w, 230.)
jante ser no es suficiente (, .. ) si
su mecanismo no se ajusta al pri- 1'ELEPATIA, F.timol.: el herho de
mer principio, como instrumento sentir (gr. parlws) a distancia (te/e),
en cierto modo de una causa que Fenómeno de parapsicología• consis-
obra intencionalmente, y a cuyos tente en la «comunicación de las impre-
fines la naturaleza se halla some- siones de una mente a otra fuera de
tida en sus leyes mecánicas. (KANT, las vias sensoriales conocidas» (W. H.
Crir. dn jug., § 81.) MYERS),
6. Las explicaciones teleológi- [Es l casi imposible distinguir
cas no son siempre deseables ni, entre la telepatla y la clarividen-
cuando lo son, suficientes. (0. HA- cia, por el método de los tests. El
MELIN, Essai. .. , 234.) agente mira una carta, el perci-
7. La explicación teleológico só- piente la adivina por E. S. P. [Ex-
lo dispensaría de la explicación tra Se11sorial Pcrception]: hay te-
mecánica con una condición: que lepatia. Pero la adivinación del
la segunda estuviese implicada en percipiente puede explicarse tam-
la primera, lo que por otra parte bién por la «videncia» de la carta
no puede dejar de ocurrir por de- misma (y no de la imagen que de
recho. ( lbíd., 235.) ella capta el agente). (R. AMADOU,
La télépathíe, 146.)
8. una condición teleológica de-
be determinar lo condicionado por TEMA. Gr. thema, lo que se pone,
un modo de influencia que no ten- depósito, thcsis (tesis) designa: prime-
ga nada de común con la causa- ramente la acción de poner; secunda-
lidad. ( lbíd., 254.) riamente lo puesto, Oposición análoga:
9. Todo, según Leibniz, se ha- noenia•, nocsis•.
ce mecánicamente y, no obstante, Dato fundamental sobre el que se
las causas eficientes dependen de hacen reflexiones (tema de un discur-
las causas finales ( ... ) : a sabien- so) o a partir del cual se ejecutan va-
das y sistemáticamente, la expli- riaciones (tema musical, tema grama-
cación teleológica completa y la tical).
completa explicación mecánica son l. El arte no está condiciona-
presentadas como el haz y el en- do por el asunto sino por el tema.
vés de una sola y misma verdad. Sobre un mismo asunto, diferentes
(J. LACHELIER, CEuvres, 11, 124.) artistas construyen temas muy
10. el orden teleológico está dispares. Un asunto no es nada en
pendiente del orden axiológico y sí mismo. Lo que importa es la
sólo se sostiene por él. (J. PUCEL- manera de realizarse el asunto, có-
LE, Le régn,, des fins, 47.) mo se convierte en temo estético, y,
por consiguiente, toda la envoltu-
H ipertelia. Carácter de lo que va ra concreta en la que se inserta.
más allá (hiper) del fin (telos). (H. DEI.ACROIX, P•uclwl. ele /'arl,
Der.: hipertélico. P. ej. los cuernos, 466.)
que arman al animal para la lucha, se «Temático>1. A. Que sirve de tema,
convierten en una desventaja cuando de modelo, de ti•po.
adquieren la amplitud de las astas del
2. Lo que buscamos a través
ciervo. del cuadro no es a Pedro tal como
11. El gigantismo es también ha podido aparecernos anteayer o
una hipertelia y, en ciertas condi- tal dia del año pasado: es a Pe-
ciones, coloca a las especies en gra- e/ro e11 general, un prototipo que
ve desventaja. (L. CufNOT, lnvcn- sirve de unidad temática a todas
tion et finaJíté ... , 71-72.) las apariciones individuales de Pe-
12. Ese hipertelismo no es un dro, (J.-P. SARTRE, L'wnagínairc,
a-telismo: los órganos hipertélicos 72.)
son, temáticamente, órganos y no 3. Una actividad puede ser te-
óhacinamientos cualesquiera. Sólo mática de tres maneras: a) un
1009 TEMERIDAD

contratista construye una casa se- la que la ciencia vive ( ... ) , pero sin
gún el plano de 11n arquitecto; llegar a tematizarla. (M. MEitLEAU-
b) un hombre reahza «maquinal- P., Sena et non-sena, 187-188.)
mente» en la oscuridad una serie 8. la atención es ( ... ) la consti-
de gestos habituales; e) un hombre tución de un objeto nuevo que ex-
friolero se aproxima al fuego pa- plicita y tematiza lo que sólo se
ra calentarse. Demos aún como ofrec!a hasta entonces a título de
ejemplos paralelos: a,) un pianis- horizonte indeterminado. (M. MER-
ta que descifra una partitura; b) LEAU-P., Phénoménol. de la perc.,
o que interpreta un trozo que sa- 39.)
be de memoria; e) o que compone
por tanteos una melodia que expre- 9. ¿ Qué tenemos, pues, al co-
sa el vago sentimiento que le em-
mienzo? No un dato con una aper-
barga. (R. RUYER, La, gen~se des cepción sintética que lo recorre y
/orines 11i11antes, 143.) atraviesa de parte a parte, sino un
cierto campo perceptivo sobre el
V. Test, 6. fondo de mundo. Nada está tema-
B. Que se da o es dado como objeto tizado. Ni el objeto ni el sujeto es-
de la actividad mental, ya implícita- tán planteados. (lbíd., 279.)
mente o por modo no reflexivo, ya ex- 10. El horizonte se halla, pues,
plícitamente o por modo reflexivo. siempre presente. Pero, ¿cómo?
Sin.: tético•. Puede ser bajo la forma totalmen-
4. Esa posición que me apresu- te pasiva de un «espacio vacío» que
ro a tomar en la cancha sólo tie- me deja indiferente. Pero yo po-
ne sentido por el gesto que a con- dría también ( ... ) apuntar explíci-
tinuación haré con la raqueta pa• tamente a ese horizonte, tornar ne-
ra mandar la pelota por encima ta conciencia de él corno campo de
de la red. Pero no obedezco a la determinaciones; en una palabra,
«clara representación» del gesto ternatizarlo corno posibilidad inde-
futuro ni a la firme voluntad de finida y, en este sentido, aprehen-
realizarlo. (... ) Es el gesto futuro derlo globalmente. (S. BRETON,
el que, sin ser temáticamente afir- Canse. et intentionnaJité, 121.)
mado, retrocede a las posturas que V. Poder, 34.
yo adopto, para darles sentido, co-
nectarlas y modificarlas. (J .-P. TEMERIDAD. Lat. tc·merita.s, der.
SARTRE, L'etre et le néant, 169.) del adv. te1nere, a ciegas, sin consi-
6. Para ser motivo (... ) el mo- deración.
tivo debe ser ezperimentado como Carácter del individuo o el acto te-
tal. Desde luego, esto no signifca merarios, es decir, que afrontan sin
en modo alguno que deba ser te- consideración grandes peligros, o in-
máticamente concebido y explicita- tentan más de lo que es razonablemen-
do como en el caso de la delibera- te posible, y con frecuencia frente a
ción. ( Ibtd., 612.) derechos sólidamente protegidos.
6. En nuestro caso [cuando nos Sin..: audacia, presunción, osadía, im-
preguntamos: u¿ Cómo es compren- pertinencia, insolencia.
sible el mundo en que vivimos?»], Contr.: circunspecc1on, prudencia.
el sujeto es el mundo, que no es reserva, timidez.
ya tan sólo el horizonte implícito l. La timidez y la insolencia
de la percepción, sino el objeto te- son decididamente y siempre defec-
mático de /a, investigación. (S. BRE- tos, porque nos hacen violar, la pri-
TON, Approches pl,énoménol. de l'i-
mera, las leyes de la prudencia;
dée d'étre, 66--66.) la segunda, las del decoro o la ho-
«Tematizar11. Hacer tem,ítico en el nestidad. El temerario (... ) intenta
sentido B, es decir, tomar como tema de lo imposible, corre al peligro sin
la actividad mental, como objeto in- haberlo medido o aunque haya en-
tencional* (en el sentido fenomenoló- tre los medios y los obstáculos tal
gico del término). desproporción que no pueda razo-
7. La metafísica es el propósito nablemente esperar nadn. (LAFA-
deliberado de describir esa parndo- YE, 657.)
ja de la conciencia y la verdad, del 2. La temeddad es una forma
intercambio y la comunicación, en del valor, pero no de la mejor ca-
t'H. Dicciouariu c.lcl Le11Hn:1jc Filu:11ufico,
TEMOR 1011)

lid ad. (... ) El valor se enfrenta los peligros que los inspiran. Se
al peligro, pero no sin haberse puede tener miedo de no dormir y
puesto en situación de combatir no de un duelo en serio, de un ru-
eficazmente; la temeridad se arro- lún y no de un león. (M. l'R0UST,
ja a él a ojos cerrados y sin sa- Tcm¡i• rctr., I, 103.)
ber cómo saldrá del trance. ( ... ) 3. Es normal que tengamos
La temeridad provoca una cierta mie<lo sin saber en princ'ipio <le
simpat(a por la generosidad del sa- qué (... ) . Cuando hemos descubier-
crificio, pero a la vez inquieta, por- to el objeto y ensayado la acción,
que no satisface a la razón. (A. el miedo se cambia en temor. El
CARTAULT, Los sentiments géné-
i·eiu:, 9Z-93.) temor mide y pesa; la acción nos
aparta de pensar en nosotros mis-
Juicio temerario. Juicio aventurado. mos. (ALAIN, Libres pro,pos, 1931,
Principalmente: juicio desfavorable en A. DREVET, Textes cltoisis, 1,
emitido sin razones suficientes. 122.)
3. Tres defectos se hallan en 4. El creer es acto de la volun-
los juicios desfavorables que del tad, y el temor disminuye el vo-
prójimo hacemos, de los que cabe luntario; mas acercarse a los mis•
deducir que son tales juicios in- terios -y a los sacramentos de
justos y temerarios. (... ) Juzgamos Cristo por el solo temor servil es
al prójimo, pero lo juzgamos te- sacrilegio. (F. DE VITORIA, Rclec-
merariamente ( ... ) porque Dios no ciones teológicas, 88.) Ad. E.
nos ha dado sobre él ninguna ju-
risdicción, y ésta será la primera V. Problemática, 9.
parte; porque no podemos pene-
trar en su corazón ni conocerlo TEMPERAMENTO. Lat. tempera-
bien, y ésta será la segunda; en mentum (der. de temperare, mezclar pa-
fin, porque son nuestras pasiones ra dulcificar o atenuar [p. ej. el agua
las que nos preocupan, y nuestro al vino], moderar, equilibrar), mez-
propio interés el motivo más or- cla proporcionada de los elementos de
dinario de nuestros juicios, y ésta un todo.
será la tercera. (B0URDALOUE, Sur La crítica, como todas las artes,
le jug. tém., división.) han salido de sus límites entre las
Temibilidad. Neo!. por el que se ca- manos de los hombres, ineptos siem-
racteriza a quien es susceptible de in- pre para mantener el debido tem-
timidación* y, por consiguiente, parti- ,peramento en las cosas. (J. P. Fon-
cularmente sensible a la amenaza de NER, Exequias de la lengua caste-
sanciones. llana, 61-62.) Ad. E.
A. Prop.: conjunto de los rasgos ge-
TEMOR. Der. del Jat. timor, temor, nerales que caracterizan la complexión
miedo, pavor. orgánica de un individuo. Etimol. e
Estado de inquietud resultante del histór., temperamento recuerda más
pensamiento de un peligro o de un bien la clasificación según los humo-
mal futuros. res. Corrientemente op. a carácter*,
Contr.: esperanza. que designa el aspecto ps(quico del in-
dividuo.
Sin.: miedo*, inquietud•, a.prensión,
desconfianza, alarma, susto, recelo, te• l. Hay belicosos cobardes, e
rror, espanto, pánico. igualitarios tiránicos; no se es for•
zosamente hipócrita por no tener
l. La esperanza y el temor na- el temperamento correspondiente
cen del mismo principio que ~1 al ideal. (J. R0STAND, De /a, ua11i-
amor y el odio. (... ) En efecto, es- té, 117.)
perar es confiar en el goce de un
bien; temer, verse amenazado de V. Naturaleza, 60; Poder, 16.
un mal. Cabe señalar que la espe- H. A veces tomarlo como sin. de ca-
ranza y el temor contribuyen a au- rácter, es decir, para designar: ya cier.
m,•ntar los deseos. (C0NDILLAC, Tr. tas disposiciones psíquicas (un buen
des se-nsatfo11s, I, 111, 8.) temperamento, un temperamento difj.
2. es falso creer que la escala cil), ya una gran fuerza moral (tiene
de los temores conesponde a la de temperamento).
1011 TENDENCIA

2. Pnlabrns, consejos, enseñan- rado en los deseos y en la satisfacción


[zas, de las tendencias.
nadn cambia un tempera- l. Templanza~Virtud que ven-
[mento. ce cualquier género de embriaguez.
(LA FONTAINE, Fables, VIII, 16.) (ALAIN, Dé/in., 218.)
3. Conviene ser firme por tem- Intemperancia. Lat. intemperantia,
peramento y flexible por reflexión. intemperie, falta de moderación.
(VAUVENARGUES, Réfl. et ,nao:.,
191.) A. Prop.: exceso en el uso de los ali-
mentos y sobre todo en uso de las bebi-
4. Una obra de arte es un rin- das alcohólicas.
cón de la creación visto a través
de un temperamento. (E. RENAN, B. Por ext.: toda suerte de exceso
Mes hai1tes.) en la conducta. Intemperancia verbal.
5. Psicológicamente, el concep- 2. No creáis que el hombre sea
to de temperamento se elabora an- sólo arrastrado por la intemperan-
te todo en torno a la afectividad. cia de los sentidos. La intemperan-
Llamamos temperamento a la ac- cia del espíritu no es menos lison-
titud afectiva general que carac- jera. (BossUET, Or. /un. d'Anne
teriza a una individualidad, tanto d'Autr.)
en lo que concierne a su modo TENDENCIA
de sufrir las afecciones como al de
reaccionar a ellas. (E. KRETSCH- Tender. Lat. tendere: transit., ex-
MER, Psychol. médicale, 238, Doin, tender, tender (trampas, emboscadas) ·
1956.) intrasit., dirigirse hacia, esforzars~
por.
~-. ~á~ corrientemente: noción psi-
cof1S1o]og1ca que engloba la complexión A. V. transit.: desdoblar, extender o
o constitución orgánica y el carácter desplegar lo que está cogido, doblado,
moral o psíquico. arrugado o amontonado (Real Acad.).
6. El temp..-amento, interme- B. V. intransit.: propender a hacer
diario bastante indeterminado, in- algo (tender a) o dirigirse espontánea-
serto, cabría decir, en la articula- mente hacia alguna cosa (tender ha-
cia).
ción de lo físico y lo moral, pinta
el fondo instintivo del hombre en 1. Tender a designa una ten-
sus correlaciones con el sustrato dencia en cierto modo concentrada
orgánico: es el nivel indeciso en el en el sujeto, del que expresa tan
que «físico» y «psíquico» se con- sólo la reacción espontánea a cier-
funden, el nivel de los bajos fon- tas influencias. (M. PRADJNES, Tr.
dos del alma y los altos fondos de de psychoL, I, 154.)
la química. (W. BOVEN, La science 2. El complemento de tender a
du ca,ract., 133.) es necesariamente verbal; el com-
7. El temperamento designa la plemento de tender hacia es nece-
manera de ser global del individuo sariamente substantivo. Se tiende
en reacción a su ambiente. Pero a h:icer o a ;1entir; pero se tiende
en vez de ap1•ehenderla en su uni- hacia un obJeto. ( Ibíd., 158.)
dad espiritual central, la aborda Tendencia. Der. de tender. Lat. te11-
según la mayor aproximación bio- de,·c.
lógica posible. (E. MOUNIER, Tr. . ~- Sentid~ g!neral: fuerza que se
du caract., 181.) d1r1ge por s1 misma, cuando no está
V. Asunción, 1. c?ntrapesada por una fuerza contra-
rrn, en un sentido determinado.
TEMPLANZA. Lat. te1nperantia, 2'. Una lucha de tendencias
cualidad consistente en moderarse opuestas, sobre todo entre trndi-
(temperare). V. Temperamento. ción e innovación, constituye la vi-
da normal d_e todos los pueblos, pe-
A. En el uso ordinario: virtud con- ro en Espana se da regularmente
sistente en usar con mesura de los ali- con una exacerbación grande que
mentos y sobre todo de las bebidas al- en otros pueblos aparece sólo en
cohólicas. ~xcepcionales momentos críticos.
H. Fil. Una de las cuatro vil'tudes (R. IIIENÉNDEZ PIDAL, Los espaiio-
cardinales, que consiste en ser mode- i<'s ,,,, la Historia, 164.) Ad. E.
TENEH 1012

B. Psicol. Fuerza derivada de la vo- <listinlo de la posesión y distinto


luntad de vivir, que orienta la activi- de ésto. (D. PARODI, Bas,s p•ychol.
dad del hombre hacia ciertos fines cu- de la vie nwr., 20.)
ya obtención procura normalmente pla- O. Porece que sin él (el placer)
cer. la tendencia permanecerio sorda,
Sin.: inclinación, apetito, necesidad. imperfecta y sumaria, El lustre, el
3. La tendencia está sujeta al brillo del plocer vienen a redoblar-
deseo y éste a la voluntad. (J. LA- la. Hay sobre todo una edad de los
CHELIER. en l'oc. de Lalande, Dé- placeres en la que su alegre lla-
si,·.) mada resuena como una fanfarria
juvenil. (A. PONCEAU, lnit. phüos.,
4. nuestras diversas tendencias 11, 16.)
no son sino formas diversas de 10. Una tendencia es una ac-
una tendencia única a la que se ción en estado potencial; una ac-
ha llamado justamente voluntad <le ción, una tendencia pasando al es-
vivir. (J. LACHELIER, CEuvres, 1, tado actual, actualizándose. (Ch.
194.) BAUDOUIN, L'áme et l'action, 63.)
V. Cará.<,ter, 13, 18; l\! oral, 34; Se-11-
tido, 60; l'oluntad, 22. C. Por anal.: orientación que parece
indicar una serie de hechos recientes.
Clasifica,ciin, de las te1tde1u:ia.s. Se Tendencia al alza, a la baja.
acostumbra a distinguir: «Tendencia!». Neo!., utilizado prin-
las tendencias personales o egoístas, cipalmente en sociología, para caracte-
que tienen por objeto a quien las ex- rizar lo que indica una tendencia en el
perimenta; sentido C.
las tendencias altruistas o sociales, 11. Ciertos sociólogos (... ) sin
que tienen por objeto a otros indivi- alegar por lo demás otras razones
duos; positivas que la del fracaso de las
las tendencias superiores o desinte- leyes hasta hoy enunciadas, han
resadas, que tienen por objeto realida- pretendido eliminar de la sociolo-
des superiores a los individuos. gía la investigación de las leyes y
sustituirlas ya sea por la de las
5. La tendencia ( ... ) es un mo- simples regularidades tendenciales
vimiento o una retención de movi- ( ... ), ya por la de relaciones causa-
miento en estado naciente. (Th. les singulares. (A. CUVILLIER, Ma-
RmoT, Psychol. des se-nt., 2.) nuel de socio!., I, 312.)
(L Todas nuestrras tendencias son 12. Octava regla de la explica-
espontáneamente altruistas. La ción en sociología: si falta la cau-
propia noción de tendencia lo pos- salidad, debe apelarse ( ... ) a «re-
tula; porque es la noción de un gularidades tendenciales» (... ). Las
ser incompleto al que el amor une regu/.fllridades tendenciales, que só-
a otro ser por el que es completa- lo se aplican a escala macrosocio-
do y que ama a este último preci- lógica (... ) , son avances de los con-
sa~ente como otro. Esta definición juntos en ciertas direcciones más
conviene perfectamente incluso a o menos precisas, pero inciertas
las tendencias de orden alimenticio, en cuanto a su término. (G, Gua-
y, por consi~iente, no se ve nin- VITCII, Tr. de socio/., 1, 244.)
¡n¡na tendencia que pueda ser ex- 13. regularidades tendenciales
cluida de ella. (M. PRADINES, Tr. variadas, de las que sólo post fac-
de psychol., I, 163.) tum tenemos posibilidad de co-
7. La tendencia no es nunca si- nocer los respectivos resultados.
no la orientación espontánea de un (G. Gunv1Tc11, Détcrmiuism,,s so-
cierto número de necesidades hacia ciattx ... , GG.)
los objetos que aseguran su satis-
facción. ( Jbf.d., 164.) TENER, sobre todo empleado subs-
tontiv. (el tener) y por oposición a ser
8. el placer o la alegria son el (o al ser).
signo de la tendencia satisfecha, o
mejor aún la tendencia misma en Sin. de poseer. Posesión (en el sen-
trance de satisfacerse, pero no su tido objetivo de «cosas poseídas»), in-
fin. A lo que ella tiende es al ob- dicando la oposición ni ser que este
jeto mismo, conocido o presentido, tener es exlerior a quien lo posee.
que le falta, y no al placer como V.Sa, l.
1013 TENTACióN

1, Dice: soy. Y se calla. Tan ra, salvo una tentación. (A. EY-
[sólo por lo bajo se dice: Tengo. MIEU, Gouvcrn. de s ~ , 11, 187,
188, Perrin, 1911.)
Dio~· ~~d~ 't'i~~.... si én°d~1~·
0 0
'i~ci~: 6. La tentación es, para una
(V. Huco, Dic1t, «L'aigle».) gran parte, un complejo de doble
2. El tener, ¿no podría ser con- juego, mala fe e inteligencia con
cebido corno una cierta manera de el enemigo. (W. JANKfLÉVITCH, Tr.
ser Jo que no se es? (G. MARCEL, des vertus, 724.)
«ETRE ET AVOIR», 214.) 7. Sé de un muchacho que, a
3. Por paradójica que pueda pa- los dieciséis años, se retorcfa en
recer tal afirmación, de hecho per- su lecho suplicando a Dios que Je
tenezco ante todo a Jo que tengo. diese ciertas tentaciones, a las que
(G. MARCEL, Du refus a l'inv., 130.) había cedido envileciéndose, a fin
de poder rehabilitarse venciéndo-
V. Poseer, 1; Sacrificio, 3. las. ¡ Insensato I Se sentía Jo bas-
1'ENTACióN, Lat. tenttitio (der. de tante fuerte para vencer la tenta-
tent,ira, probar) : ensayo, tentativa; ción en aquel momento, cuando
en el lenguaje de la lgl., tentación, im- no la experimentaba; pero no sa-
pulsión al mal. bía que la propia tentación le de-
jaba sin fuerza para resistir a la
A. Subjetivamente (sentido ordina- tentación. (Aug. VALENSIN, Frtin-
rio) : movimiento interior que inclina a QOis, 26.)
alguna cosa.
l. Prop.: movimiento interior que 7'. Quejábase el amigo con su
inclina a una acción moralmente mala. Amado de las tentaciones que ca-
l. No os esforcéis por vencer da día le venían disturbándole sns
vuestras tentaciones, porque ese es- pensamientos, y respondióle el
Amado que las tentaciones son oca-
fuerzo las fortalecería. (San Fr. DE sión de que el hombre recurra con
SALES, C. a Mrne. de Chanta!, Let- su memoria a acordarse de Dios, y
tres, 111, 210, Annecy.) a amarle y a honrar sus honores
2. No hay nadie que no tenga, con los dones gratuitos que Él da.
en sí mismo y fuera de sí, sus pro- (R. LULIO, Libro del annigo y drl
pias fuentes de tentación: en sí Amtido, § 336, p. 115.)
mismo, pasiones y hábitos; fuera 2. Por ext.: movimiento interior que
de sí, objetos y ocasiones, de las inclina a una acción que no es moral-
que tiene personalmente que defen- mente mala o incluso puede ser buena.
derse y que son para él principios
de pecado. (BOURDALOUE, Sttr les 8. ¿creéis que puede haber en to-
tent., l.) da la tierra un hombre lo bastan-
3. Hay tentaciones y dudas que te depravado para no haber entre-
prueban a almas débiles; las hay gado nunca su corazón a la ten-
que prueban a almas fuer.tes. tación de hacer el bien? Esta ten-
(SAINTE-BEUVE, Port-Roya,l, IV, tación es tan dulce que resulta im-
241.) posible resistirle siempre; y el re-
cu~rdo del placer que una vez pro-
4. En esa verdadera fiebre de du¡o basta pal'a atraerla sin cesar.
la conciencia que es una gran ten- (ROUSSEAU, ÉmÜe, IV, 356.)
tación, la duda sobre uno mismo
es el primer estado de la invasión. 9. Flotamos continuamente en-
Tener miedo a cometer una falta tre la tentación de quejarnos de
es ya reconocer que ésta no es im- cualquier cosa y la de contentar-
posible, El hombre absolutamente nos sin esfuerzo. (F. Gu1zoT, Hist.
probo no teme verse arrastrado a ele la ci1•ilis. en Ettr., 30.)
robar. (P. BOURGET, L'éttipe, 336.) 10. ¿No debía ser grande la
6. la tentación no existe cuan- tentación, para ese yo que tan cla-
do el yo espontáneamente In exe- ramente distingue los objetos exte-
cra (.. ,). Mientras nndn la inclina dores (... ), de introducir en el se-
al desfallecimiento, en .tanto que no de su existencia la misma dis-
no le alcanza ninguna atracción al cdminación? (H. BERGSON, Essai... ,
ma), habrá una impresión, una idea, 177.)
una imagen, una obsesión, unn vio• 11. A partir de los 35 años, os
Jencin sufrida, todo lo que se quie- acomete fúcilmente la tentación <lt!
TEOCRACIA 1014

atribuir a la edad el menor efec- Sin.: teología racional, teología na-


to de la fatiga, e incluso de ayudar tural.
a su duración no considerándola en
principio como un malestar pasa- 'rEOl,OGIA
jero. (A. GrnE, Journal, 22 abril Teología. Gr. lhrologin, lat. theología.
1905.) A. En sentido amplio (sentido eti-
12. la grosera tentación para mol.): ciencia que tiene por objeto a
un escritor de escribir obras inte- Dios.
lectuales. (M. PR0UST, Le temps Teología 11atural y tcowgfo, revelada.
rctr., 29.) La teología natural o teodicea trata
13. Para comprender a la vez de Dios según las solas luces de la ra-
la tent.ación que ese alma tiene de zón y la experiencia. La teología reve-
Dios y su viva espantada cuando lada se basa en la palabra misma de
ya parecía invadida por la Gra- Dios, tal como él se ha dado a conocer,
cia ... (F. MAURIAC, Dicu et Mam- principalmente por medio de los libro•
mo11, 174.) sagrados. V. Rc/igiém natural, Revela-
14. «La tentación de hacer el ción.
bien»: tomo este título del primer l. La Teologin revelada [más
capítulo de este libro y lo extien- exactamente la Teología escolásti-
do a todo el volumen. Me ha sido ca] no es otra cosa que la razón
sugerido por una carta de La- aplicada a los hechos revelados:
gneau a Desjardins [en Célebres podemos decir que pertenece a la
le~. et fra,gm., 9-10.] Discutible, Historia por los dogmas que en-
sin duda lo es; choca más que ilu- seña, y a la Filosofía por las con-
mina. Pero su misma ambigüedad seeuenci"Bs que saca de esos dog-
hace reflexionar. (H. DUMÉRY, La mas. (D'ALEMBERT, Disc. préli:m.
trntation de /aire du bien, 9.) 67, Colín, 1894.)
V. Sujeto, 16. B. En sentido usual: tan sólo la
B. Objetiv. (a veces): lo que tienta. teología revelada. Siendo obra de los
Huir, buscar las tentaciones. teólogos, no pretende ser revelada, pero
15. Todas las criaturas son un se basa esencialmente en la revelación•.
lazo y una tentación para el hom- 2. la teología significa un co-
bre. (BoSSUET, Max. et réfl. s. la nocimiento llevado al estado de
ccnnédie, 10.) ciencia, un saber a la vez arrai-
gado en el dato revelado y racio-
TEOCRACIA. Régimen político en nalmente desarrollado, lógica y sis-
el que el poder (kratos) pertenece a temáticamente articulado. (J. MA-
Dios (titeas) y es ejercido por los de- RITAIN, Pour une philos. de l'éd11-
tentadores del poder religioso. Supone cat., 184.)
la indistinción de los dos poderes tem-
poral• y espiritual. 2'. hasta la fecha fue la teolo-
gía un afán de adoptar la verdad
TEODICEA. Comp. de las palabras revelada a la razón filosófica, un
gr. theos (Dios) y dike (justicia, justi- intento de hacer para ésta admi-
ficación). sible la sinrazón del misterio. Mas
A. Origin.: palabra creada por LEIB- la nueva «teología dialéctica» rom-
¡.¡1z para servir de título a una de sus
pe radicalmente con tan añejo uso
grandes obras: Ensayos de Teodicea y declara al saber de Dios inde-
sobre la bo11dad de Dios, la libretad del pendiente y «totalmente» sobera-
/w•m.bre y el origc11 del mal (171 O). Es- no. Invierte así la actitud del teó-
tá tomada en sentido etimol. logo, cuya faena especifica consis-
tía en tomar desde el hombre y
( ... ) toda teodicea debe ser con- sus normas científicas la verdad
denada, porque una teodicea impli- revelada; por tanto, hablar sobre
ca necesariamente, un juicio: es Dios desde el hombre. Esto daba
un' juicio, una justificación. (... ) una teología antropocéntrica. Pero
La teodicea es el ateísmo. (G. MAR- Barth y sus colegas vuelven del
CEL, Journa/ m.étaph., (j5,) revés el trámite y elaboran una
B. Desde el s. XIX: parte de la me- teología teocéntrica. (J. ORTEGA Y
tafísica que trata, según las solas lu- GASSET, ¿Por qué •e ,,urlve a la
ces de la experiencia y la razón, de la filosofía.? (1930), Obras, IV, 104
existencia y la naturaleza de Dios. 105.) Ad. E.
1015 TEORIA

Teología positiva y teologla escol6s- mismo, en tanto que las virtudes mo-
tica. La teologfa positiva procede al in- rales (entre las que las más importan-
ventario del contenido do las fuentes tes son las llamadas cardinales•) sir-
de la revelación: Sagrada Escritura, ven para dirigir racionalmente la vida.
tradición, actas del magisterio... La Teológico. Relativo a la teología,
tcolog!a escolástica• elabora los datos princip. a la teolol\"Ía dogmática. Estu-
de ese inventario e!I un sistema cohe- dio, obra, dogma teológicos.
rente.
5. los problemas y controver-
3. pertenece a la propia esen- sias teológicos han impregnado el
cia de la teolog!a de tipo escolásti- total desarrollo de la cultura y la
co el acudir amplia y libremente civilización occidentales y operan
al razonamiento filosófico. Es por aún en sus profundidades, de suer-
sus protestas de fe por lo que es te que quien prefiera ignorarlos
una teología escolástica, pero es será radicalmente incapaz de com-
por el uso característico que hace prender su propio tiempo y la sig-
de la filosoffa por lo que es una nificación de sus conflictos inter-
teología escolástica. (E. GILS0N, Le nos. (J. MARITAIN, Pour u11e plti-
philos. et la théol. 108.) los. de l'éducat., 185.)
No puede haber teología escolás- Estado teológico. El primero de los
tica sin filosofía. ( Ibúl., 126.) «tres estados» de Aug. C0MTE. V. Es-
Teología dogmtitica y teología moral. tado A.
La teología dogmática tiene por objeto TEORfA. Gr. thcória, acción de ob-
los dogmas a creer. El objeto de la teo- servar, espectáculo, desfile espectacu-
logia moral es establecer las normas lar; fig.: especulación intelectual.
de la conducta con ayuda de los da-
tos de la revelación. A. En una acepción emparentada
con el primitivo sentido griego: serie
V. Compromiso, 19. de personas que marchan procesional-
Teología negativa o apofática•. Ex- mente. Una teoría de escolanos.
presa la naturaleza de Dios, no me- l. Teorías de suplicantes se han
diante afirmaciones, sino mediante puesto en marcha hacia las Divi-
negaciones, que tienen por objeto su- nidades irúernales. (Ch. MAURRAS,
brayar la insuficiencia de los conceptos A ntl,inea, I, I, § 5.)
. que a Dios aplicamos. Así: Dios no es
ni bueno, ni poderoso, ni justo ... : en B. En el uso ordinario: visión men-
efecto, estas palabras evocan para nos- tal más o menos amplia y sistematiza-
otros cualidades observadas en las cria- da.
turas y principalmente en el hombre, l. Por opos. a práctica: representa-
y por lo mismo esencialmente imper- ción racional o ideal, sobrentendiendo
fectas y tales que no podrian existir de ordinario que los hechos (o la prác-
en Dios. V. Apof6tico. tica) no corresponden exactamente a
4. Negatividad no es negación. ella. En teoría ... ; en la práctica... V.
Teología que multiplica las 11cga- Tesis e lti,p6tesis.
ciones, la «teología negativa» no 2. La relación entre la teoría
es, sin embargo, una teología de y las obras pertenece con frecuen-
negaci611. El movimiento de nega- cia a la comedia del espíritu. Los
tividad que In caracteriza no es artistas ponen en teoría lo que que-
una puesta en cuestión. ( ... ) rrían hacer, pero hacen lo que pue-
Por consiguiente, la afirmación den; y su poder, a veces demasiado
permanece. Triunfa siempre, y en débil para sus teorías, es otras
su forma más alta. Triunfa por la más fuerte que ellas. (A. MALRAUX,
l'oix cl11 sil., 115.)
negación, que utiliza como único
medio de remediar su pro¡,ia insu- 2'. nos cabe la suerte de estre-
ficiencia. (H. o¡; LUBAC, S1tr frs nar conceptos. Por eso, desde nues-
cltemi11s de Dieu, 146-146.) tra presente situación, comprende-
mos muy bien la delicia .que debie-
V. Dialéctica, 17. ron sentir los griegos. Son los pri-
Teologal. Que tiene a Dios por ob- meros hombres que descubren el
jeto. Sólo se empica en la cx)lresión pensar científico, la teoría --esa
«virtudes• leologales» (fe, cspet·1111zn, espec.·in.lísima e ingeniosa caricia
caridad), c¡uc tienen J>Or objeto a Dios que lrnce 111 mente a las cosas an1ol-
TEORIA 1016

dándose a ellas en una idea exac- c:rpcrime11ta/C11. (P. DUIIEIII, La


ta. (J. ORTEGA y GASSET, ¡Q1&é es tl,éorie pl,ys., 24.)
filosoffa,Y, 225.) Ad. E. 7. Nuestras teorias físicas no
V. Práctica,, 2, 5. se jactan de ser explicaciones;
2. Epistemol. ( como corre!. de he- nuestras hip6tesis no son suposi-
cho y de ley) : construcción intelectual ciones sobre In naturaleza misma
por la que un cierto número de leyes de las cosas materiales. Nuestras
son referidas a un prineipio del que teorias tienen por único objeto la
pueden ser rigurosamente deducidas. condensación económica y la clasi-
Intermedio entre la hipótesis y el sis- ficación de las leyes experimenta-
tema. les. (P. DUHEIII, lbfd., 333-334.)
Sin.: gran hipótesis. 8. Las teorias matemáticas no
tienen por objeto revelarnos la ver-
3. las teorias no aon más q~e dadera naturaleza de las cosas; és-
hipótesis ,·erificadas por un nu- ta sería una pretensión irrazona-
mero más o menos considerable de ble. su único objetivo es el de coor-
hechos. Las verificadas por el ma- dinar las leyes fisicas qu~ la ex-
yor número de hechos son las me- periencia nos hace conocer, •pero
jores; pero aun éstas no son nun- que sin la ayuda de las matemáti-
ca definitivaa ni se debe nunca cas no podríamos ni siquiera enun-
creer en ellas de manera absoluta. ciar. (H. POINCARÉ, Le,. B. la, thlo-
(Cl. BERNARD, lntrod., III, I, § 2.) ric math. da la. lumiere, Prefacio,
4. La ciencia no progresa de I.)
modo regular y sucesivo; camina 9. Cuando se trata de una teo-
a saltos y por revolución. Y son ría física, se plantean tres cuestio-
los cambios de teoría los que indi- nes ( ... ) : l.º ¿Es la teor!a lógica
can los saltos. (Cl. BERNARD, Ca,. consigo misma, es decir, no se con-
hier rouge, 124.) tradice en ninguna parte? 2.0 ¿Es-
5. Hay en las ciencias princi- tá de acuerdo con los hechos? 3.•
pios y teoría,s, y no deben confun- ¿ Está más de acuerdo con los he-
dirse ambaa cosas. Los prineipios chos que las teorías preexisten-
son fijos e inmutables; son axio- tes? (J. HADAMARD, Bull. de la, Soc.
mas, verdades absolutas (... ) por- fr. de Philoa., XXII [1922], 96.)
que expresan relaciones que el es- 10. la teoría (, .. ) tiene por mi-
píritu no podria concebir de otro sión hacer una elasificaeión y una
modo. síntesis de los resultados obtenidoa,
presentar de ellos un cuadro ra-
Las teorías son, por el contrario, cional que permita no sólo inter-
,·erdades relativas ( ... ), es decir, pretar lo conocido, sino también,
que a la mente no le repugna co1:1- en la medida de lo posible, prever
cebir que las cosas puedan ocurrir lo que es aún desconocido. (L. DE
de otro modo. Las teorías están en BROGLIE, Sur lea amtiers ds la. se.,
relación con el estado de nuestros 191.)
conocimientos y varían, como ya
hemos visto, siguiendo el pro~so 11. la mecánica ondulatoria ha-
de aquéllos, en tanto que los pnn- desempeñado a la perfección el pa-
cipios no variarán nunca. (Cl. B~- pel esencial de una buena teoria
NARD, Príncipes de mid. exper., física: ha previsto fenómenos cu-
ya existencia ha demostrado la ex-
263.) periencia. (L. DE BROGLIE, Matüre
G. Demos, desde ahora, una de- rt lumiere, 48.)
finieión de la teoría, definición que 12. La teoría cientifica se pro-
a lo largo de esta obra será eluci- pone dar, del conjunto de la na-
dada y verá su contenido desarro- turaleza, o, provisionalmente, de
llado: las porciones más extensas posibles
Una teoria. física. 110 ea una. ex- de ésta, una representación ade-
¡,lica.eiím. Es "~ !iatema. de _propo- cuada, estableciendo una corrcs-
11kio11e1 ,natrmahcaa, dedru:idtu dt! porulrncia exacta entre el conjunto
un pequditJ número de principios, de los fenómenos estudiados y un
que tie-M11 por objct,, representar RÍstema coherente de leyes mate-
lo más simple, completa. 1J exa.eta,. m{1tir.as. (J. ULLIIIo, l,a pc11séc
numte po,ible un c011junto ,¡,, lr11•• •eicut. mod~rne, 56.)
1017 TtRMINO

13. hay en la ciencia un pro- Que se ordena al saber desinteresado,


ceso darwiniano. Las tcorlas cre- a la contemplación y a la explicación,
cen como al azar, y hay supervi- no a la acción. Se opone a práctico. En
vencia de las más aptas. (S. WEIL, KANT, la razón teórica o especulativa
L'tmrcicinement, 219.) se opone a la razón práctica.
18'. Ciencia no es erudición, si- 16. Qué fácil es descubrir las
no teorfa. La laboriosidad de un máximas generales y qué difícil
erudito empieza a ser ciencia cuan- ver cómo se aplican a nosotros
do moviliza los hechos y los sabe- ( ... ) ; prueba de la inmensa distan-
res hacia una teoria. (J. ORTEGA Y cia que separa el orden teórico del
GASSET, Espíritu de la letra, Obras, orden práctico. (M. BLONDEL, Car-
III, 512.) Ad. E. 11cts int., 20 mayo 1889.)
V. Doctrina, l; Evolución, 13; Méto-
do, 13. TEOSOFIA. Comp. de las palabras
gr. thcos (Dios) y sophú,, (sabiduría).
3. Sistema hipotético-deductivo• ca-
rente de relación actual con el mundo Denominación común a diversas sec-
de la experiencia. tas o doctrinas de carácter esotérico:)
que invocan una iluminación que per-
Sin.: axiomática•. mite alcanzar lo absoluto. Sus adaptos
14. Una axiomática formaliza- son denominados teósofos.
da se presenta, pues, como un sis-
tema de signos, propios unos de la Tercer mund,¡, Término creado sobre
teoría, anteriores otros, provisto de el modelo de «tercer estado» (parte de
un enunciado de las reglas a apli- la nación que no pertenecía ni al cle-
car en el manejo de esos signos. ro ni a la nobleza, órdenes privilegia-
(R. BLANCHl!i, L'a:x:iomatique, 53.) dos), para designar el conjunto de los
pueblos subdesarrollados que no for-
V. A1161isis, 24; Aa;iomática, 8, 9, man parte ni del bloque occidental do-
29. minado por los Estados Unidos ni del
Teorético, a. Gr. theiiretikos, que bloque socialista del Este capitaneado
gusta de •la contemplación (theiirein, por la U. R. S. S.
contemplar), especulativo. La conferencia celebrada en
A. adj. l. A menudo sin. de teó- Bandung, en .ibril de 1955, por
rico: que se dirige al conocimiento, no los delegados de veinticinco nacio-
a Ja acción (a la práctica). En ARISTÓ- nes asiáticas y africanas, tiene un
TELES, las ciencias teorétiC'as se oponen valor de acontecimiento histórico.
a las ciencias prácticas. Supone el acceso al primer plano
2. A veces presenta un matiz parti- de la escena política internacio-
cular: perteneeiendo al vocab. técnico, nal de esos pueblos que constitu-
no toma nunca la acepción a veces pe- yen un «tercer mundo» entre los
yorativa de «teórico» en el lenguaje dos «bloques», según la expresión
vulgar. de Sauvy. (G. BALANDIER, Le «Tiers
B. Teorética, subst. En G. BERGER: mo11dc». «Sous-développement et
estudio del conocimiento. développement», 389. Presses Uni-
versitaires de France, 1057.)
16. La teorética es un estudio
del conocimiento que renuncia por Terciario (Sector). Econ. polit. y
completo a la imposible tarea de socio!. (clasificación de las profesio-
reducirlo a otra cosa que él mis- nes). V. Primario.
mo. No ve en él ni la propiedad Tercio excluso. V. Primeros princi-
de un ser natural ni la facultad de pios, Düema.
un alma trascendente. (... )
La teorética ( ... ) apunta más TtRl'tllNO. Lat. terminus, límite
allá de la metafísica. No rechaza (en la Roma antigua, el Dios Término,
la ontología como empresa irriso- divinidad de los límites, de las fronte-
ria, pero se niega a tomar por lo ras) ; por ext. fin, extremo.
absoluto el Ser y sus formas fun- A. Prop.: el lugar del espacio y so-
damentales: ( ... ) ve lo absoluto en bre todo el momento del tiempo en que
el conocimiento. (G. BERGER, Rech. una cosa se acaba, su fin. El término
•· les co,ul. de la co1111ai••·• 36-40.) del din.
Teórico. Gr. theñrikos, relativo a la 11. Por nnalogia: lo que determina
teoria. (sentido A), define o delimita un obje-
TERNURA 1018

to de pensamiento, es dC'cir, expresa A. En sentido usual: proposición ta-


y precisa su contenido. n ida por cierta que nos compromete-
mos n probar y defender contra las
l. De modo general: palabra o con- eventuales objeciones. Por ext.: el tra-
junto de palabras que expresan un
pensamiento. Término abstracto, tér- bajo presentado para obtener ciertos
mino concreto. Término técnico, térmi- grados universitarios y cuyo contenido
no del lenguaje vulgar. debe el candidato defender pública-
mente; esta misma defensa o sosteni-
Hoy se emplean sin discrimina- miento do la tesis (asistir n una te-
ción cantidad de voces. En este sis).
mismo instante he estado yo a V. Sospecha, 1, 2.
punto de cometer una impropiedad
al ir a estampar palabra por voz. Tesis e hipótesis. Cuando éstas pa-
Lo que se habla es ¡,a/abra, y lo labras son así opuestas, tesis designa
que se escribe es voz o término. el principio general de acción formula-
(AZ0RÍN, El escritor, 24.) Ad. E. do en abstracto; hipótesis las condicio-
nas particulares o concretas, que im-
2. Lóg. El ,sujeto y el atributo de ponen una adaptación del principio sen-
la proposición, la cual establece una tado en la tesis. Opos. anal.: teoría y
relación entre esos dos términos.
El silogismo consiste en inferir de prác,ticn.
la relación de dos términos (el grande B. En la tríada hegeliana ( tesis-an-
o mayor*, el pequeño o menor"') , con títesis-síntesis) : primer momento del
un tercero (el mediano o medio•) su proceso dialéctico; proposición a la que
relación mutua. se opone su contraria (antítesis), has-
ta que esos contrarios se funden en la
Terminismo. Doctrina según la cual síntesis. V. Dialéctica, Síntesis C.
las ideas generales no son más que
término3 o palabras. V. Nominalismo, l. La tesis y la antítesis no son
del que el terminismo es la forma más la una afirmación pura y la otra
radical. pura negación. Se excluyen como
momentos del mismo ccgénero», a
TERNURA. De tierno, lat. te11cr. saber, del «género» de la oposición
Carácter o estado de quien o de lo relativa y conciliable. (O. HAME-
que es tierno, es decir, afectuoso. LIN, Essai ... , 1-2.)
l. La ternura tiene su fuente C. En el vocab. de In fenomenolo-
en el corazón; la sensibilidad de-

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