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CIRROSIS

Tratamiento
En cuanto a las normas de vida, las personas con cirrosis deben hacer ejercicio suave diario y
mantener horarios regulares con suficiente descanso nocturno. Deben distribuir la ingesta total en
cinco comidas al día y hacer una dieta con poca sal. También en este caso es el médico el que
debe indicar la alimentación a seguir según la situación de cada paciente. Nunca se debe
consumir alcohol, aunque la causa de la cirrosis sea otra.
En cuanto al tratamiento farmacológico, hay que diferenciar dos tipos:
-Los destinados a eliminar la causa de la cirrosis y evitar que progrese, por ejemplo, los
tratamientos contra los virus B y C y la eliminación del consumo de alcohol.
-Los destinados a prevenir o tratar las complicaciones de la cirrosis, por ejemplo, los diuréticos
para eliminar la hinchazón de tobillos o la ascitis, medicamentos para aumentar el número de
deposiciones y prevenir la encefalopatía como la lactulosa o el lactitol o unos fármacos llamados
betabloqueantes para prevenir la rotura de las varices esofágicas y evitar las hemorragias
digestivas.
En cualquiera de los dos casos la norma más clara es que hay que tomar los medicamentos que le
indique su médico y sólo esos.
Finalmente hay que saber que el tratamiento definitivo de la cirrosis avanzada es el trasplante
hepático y ofrece excelentes resultados. Hay que poder indicarlo a tiempo, antes de que el
paciente esté en una situación crítica, por eso el seguimiento periódico por el médico es
fundamental. (Moreira & López San Román, 2018)
SÍNDROME DE COLON
Tratamiento
Los medicamentos más utilizados en el tratamiento del Síndrome de colon irritable
Antiespasmódicos
Estos fármacos actúan a través de un efecto anticolinérgico o como relajantes directos de la
musculatura lisa, ya sea bloqueando los canales de calcio o como antagonistas de opiáceos. Son
de uso generalizado, pero su eficacia es variable. Aunque tienen efecto sobre el dolor abdominal,
el correspondiente sobre el patrón evacuatorio es poco. Estos son: butilhioscina, dicicloverina,
fenoverina, mebeverina, pinaverio, trimebutina, lidamidina, otilinio
Antidiarreicos
Como los antiespasmódicos, estos agentes se usan para controlar síntomas de acuerdo con el
predominio individual. La loperamida es un agente antidiarreico agonista de los receptores
opiáceos que disminuye el tránsito intestinal, la diarrea, la urgencia y la incontinencia. Resulta
útil con fines profilácticos, sobre todo si el paciente va a salir de la casa o si va a pasar por un
evento estresante (p. ej., un examen).
Laxantes
En los pacientes con predominio de estreñimiento, los laxantes osmóticos, como el
polietilenglicol y el disacárido no absorbible lactulosa, son los agentes de primera elección. Los
osmóticos deben emplearse con cuidado y a dosis escaladas porque producen flatulencia y cólico
abdominal. En casos refractarios pueden utilizarse laxantes irritantes o una combinación de
diferentes grupos de laxantes.
Antidepresivos
Actúan como analgésicos viscerales modulando el dolor, lo que se aúna a sus efectos en los
síntomas psicológicos relacionados o la actividad anticolinérgica inherente. Los fármacos más
usados son los antidepresivos tricíclicos. Deben iniciarse a dosis bajas y administrarse por la
noche con el propósito de disminuir los efectos adversos como sedación, estreñimiento, boca
seca y visión borrosa. Es importante explicar que las dosis bajas de estos agentes tienen un efecto
analgésico más que antidepresivo porque muchas personas son reacias a recibir tratamiento con
psicofármacos. Los inhibidores de la recaptura de serotonina (IRS) son eficaces en el tratamiento
de la depresión, ansiedad, fobias y conductas compulsivas. Deben administrarse en la mañana ya
que pueden producir insomnio, agitación y disfunción sexual por su efecto serotoninérgico.
(Castañeda-Sepúlveda, 2010)
OSTEOPOROSIS
Tratamiento farmacológico
Existen diversos fármacos en el tratamiento de la osteoporosis con diferentes mecanismos de
acción
Bifosfonatos: Son fármacos análogos de los pirofosfatos naturales, su mecanismo de acción es
inhibir la resorción ósea mediante la disminución de la actividad de los osteoclastos y estimular
su apoptosis. Son los más utilizados en el tratamiento de la OP, en los algoritmos de decisión
clínica se recomiendan como primera línea de elección.
1.- El alendronato (Fosamax®) 10 mg al día (70 mg semanales) reduce clínica y estadísticamente
las fracturas vertebrales, no vertebrales, de cadera y de muñeca en la prevención secundaria.
2.- El risedronato (Acrel®, Actonel®) 5 mg/día (35 mg semanales) tiene un efecto positivo sobre
la DMO y reduce el riesgo de fracturas vertebrales, no vertebrales y de cadera en mujeres con
osteoporosis establecida.
3.- El etidronato (Osteum®) fue el primer bifosfonato utilizado en la clínica, es eficaz en la
reducción de fracturas vertebrales a 2 años, pero no sobre el resto de fracturas; no se recomienda
como primera línea de tratamiento
Ralenato de estroncio (Osseor®, Protelos®)
Fármaco que incrementa la formación de hueso y reduce su reabsorción. Se presenta como una
opción en prevención secundaria en caso de intolerancia o contraindicación de los bifosfonatos
en mujeres posmenopáusicas.
Fármacos moduladores selectivos de los receptores estrogénicos (SERM): Son fármacos que
actúan como agonistas estrogénicos sobre el hueso, raloxifeno (Evista®, Optruma®),
bazedoxifeno (Conbriza®). Es una opción en prevención secundaria en caso de intolerancia o
contraindicación de los bifosfonatos en mujeres posmenopáusicas.
Terapia hormonal sustitutiva
La terapia estrogénica es eficaz en la prevención de la pérdida ósea y fracturas osteoporóticas en
mujeres posmenopáusicas, sin embargo, los riesgos asociados son relevantes; se asocia a un
aumento del riesgo de enfermedad coronaria, de cáncer de mama y accidentes cerebrovasculares,
con un balance riesgo beneficio desfavorable. Por tanto, la terapia estrogénica no se recomienda
para el manejo a largo plazo de condiciones crónicas como la OP posmenopáusica donde existen
otras opciones terapéuticas. (Álvarez, Mendoza, Torre, Torre, & Arizaga, 2014)
ANSIEDAD
Tratamiento
Los fármacos ansiolíticos, destinados al tratamiento de la ansiedad, son sustancias depresoras del
sistema nervioso central con propiedades ansiolíticas a dosis relativamente bajas y con efectos
sedativos-hipnóticos a dosis altas. Su utilización continuada puede producir dependencia y
conlleva el riesgo de aparición de un fenómeno de rebote al suspender el tratamiento. El empleo
a largo plazo sólo está justificado en un subgrupo de pacientes con ansiedad crónica. Pero
incluso en estos casos, se debe reevaluar el tratamiento a intervalos regulares y siempre teniendo
en cuenta la posibilidad de aplicar terapias no farmacológicas.
Benzodiacepinas
Acción ansiolítica: reducción de la ansiedad y la agresividad. Las benzodiacepinas se utilizan
sobre todo en el tratamiento de los estados de ansiedad aguda, aunque su empleo está
disminuyendo a favor de los antidepresivos que, en los casos más graves, se combinan con
tratamientos conductistas. Se trata de la acción fundamental, puesta de manifiesto experimental y
clínicamente.
Acción relajante muscular. Es una característica de todas las benzodiacepinas, aunque variable
según el tipo de compuesto. Su mecanismo implica varias estructuras del sistema nervioso
central: médula espinal, formación reticular, ganglios basales y cerebelo. Este efecto relajante es
deseable como complemento terapéutico en cuadros de ansiedad con tensión muscular.
Acción hipnótica. Sedación e inducción del sueño. Las benzodiacepinas reducen el intervalo
necesario hasta el sueño y aumentan su duración total, aunque este último efecto sólo se aprecia
en las personas que normalmente duermen menos de 6 horas cada noche. Ambos efectos tienden
a disminuir cuando el tratamiento con la benzodiacepina se mantiene durante 1-2 semanas.
El alprazolam se ha convertido en una de las benzodiacepinas más prescritas por una
combinación de propiedades farmacocinéticas que se consideran favorables: absorción muy
rápida (lo que significa acción rápida en casos de ansiedad aguda), vida media plasmática en
torno a 12 h (no se acumula) y carencia de metabolitos hepáticos (acción más uniforme en
ancianos).
Fármacos no benzodiacepínicos
En este grupo se sitúan los antagonistas β-adrenérgicos, los inhibidores selectivos de la
recaptación de serotonina (ISRS) y la buspirona.
Antagonistas β-adrenérgicos
Los antagonistas del receptor β-adrenérgico como propranolol, atenolol y pindolol, con
frecuencia reducen rápidamente la ansiedad en el trastorno de pánico, fobia social y fobias
específicas.
Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina
A este grupo pertenecen fármacos antidepresivos como fluoxetina, paroxetina, citalopram,
sertralina y venlafaxina, que han demostrado eficacia en el tratamiento de numerosos cuadros de
ansiedad: trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de angustia, fobia social, trastorno
obsesivo-convulsivo, trastorno por estrés postraumático, bulimia nerviosa, anorexia nerviosa y
trastornos del control de los impulsos.
Buspirona
Su efecto ansiolítico tarda varios días o semanas en manifestarse, lo que apunta hacia un
mecanismo de acción indirecto y más complejo. Por ello no es útil en cuadros agudos de
ansiedad. En casos crónicos puede tener interés, sobre todo en acciones o pacientes con historial
de abuso de drogas o alcohol. A diferencia de las benzodiacepinas, no produce acción hipnótica,
relajante muscular ni antiepiléptica. Asimismo, afecta mínimamente a la actividad psicomotriz y
presenta un débil efecto sedante. (Benedía & Ángeles Gómez del Río, 2007)
INSUFICIENCIA VENOSA DE LAS EXTREMIDADES INFERIORES
Tratamiento conservador y preventivo
El tratamiento conservador y preventivo de la insuficiencia venosa contempla la siguientes
estrategias.
Medidas genéricas. Intentan contrarrestar los factores que agravan la insuficiencia venosa. Han
sido descritas en el apartado anterior.

Medidas fisicoposturales. En relación con las medidas fisicoposturales se aconseja el reposo


con elevación de las extremidades inferiores; el drenaje linfático realizado por un profesional y la
hidroterapia que combina las duchas con agua fría y masajes. La actividad física mejora la
circulación sanguínea en general. El ejercicio físico más recomendado y más fácil de realizar es
andar 1-2 horas diarias. En todo caso se deben evitar las situaciones de inmovilidad de las
extremidades inferiores o los periodos de bipedestación prolongada.
Medidas compresivas. Las extremidades inferiores tienen una especie de malla compuesta por
fibras de colágeno estrechamente agrupadas que comprime la musculatura y que se llama
aponeurosis rígida de la pierna. La aponeurosis, junto con las válvulas venosas, garantiza un
buen retorno de la sangre al corazón.
Presoterapia instrumental. Se realiza mediante fundas hinchables a diferentes presiones según
las necesidades del paciente y bombas de compresión neumática.
Tratamiento farmacológico
Hay una gran variedad de fármacos aplicables a la insuficiencia venosa crónica, clasificados
fundamentalmente en venotónicos y otros medicamentos indicados para combatir determinadas
complicaciones asociadas a la enfermedad.
Venotónicos
En el grupo de los fármacos venotónicos hay una amplia gama de principios activos que en
muchas ocasiones tienen efectos múltiples e incluso actúan a distintos niveles. Por tanto, aquí se
clasifican por grupos genéricos:
Hidroquinonas: dobesilato de calcio. Mejora la insuficiencia venosa y el edema.
Gammabenzopironas: diosmina, hesperidina, hidrosmina, troxerutina. Actúan sobre la
microcirculación.
Alfabenzopironas: cumarina y esculina. Su mecanismo de acción es la proteolisis de las cadenas
de elevado peso molecular.
Saponinas: escina (castaño de Indias). Mantiene el tono venoso y protege la permeabilidad
endotelial.
Ácido ascórbico: por su efecto antioxidante protege el endotelio y favorece la formación de
fibras de colágeno, de manera que se mantiene la estructura de los vasos sanguíneos y su
funcionalidad.
Anticoagulantes
La utilización de fármacos anticoagulantes se da de forma profiláctica en pacientes con alto
riesgo tromboembólico:
Diuréticos. Los más utilizados son los denominados diuréticos neutros o ahorradores de potasio.
Se utilizan en edemas sistémicos asociados a la insuficiencia venosa.
Antibióticos. Sólo en aquellos casos en los que se desarrollen úlceras venosas sobreinfectadas.
Tratamiento tópico
El tratamiento tópico de la insuficiencia venosa es de amplia utilización, aunque falten estudios
para sustentar científicamente su efectividad. Desde la farmacia debemos insistir en la aplicación
de estas cremas o geles con derivados de activos venotónicos o heparinoides, sobre todo por la
importancia del masaje, que mejora la circulación. El masaje se realizará siempre desde el tobillo
hacia la rodilla y preferiblemente por la mañana, antes de poner las medias de compresión.
Otros tratamientos
Además de los fármacos, la insuficiencia venosa puede abordarse con nuevas tecnologías
terapéuticas como el láser o la escleroterapia, y también con cirugía. (Azconaa, 2008)
HIPERTENSIÓN
Tratamiento
Las seis familias de fármacos que la Organización Mundial de la Salud y la Sociedad
Internacional de Hipertensión consideran como de primera línea son los diuréticos, bloqueadores
betaadrenérgicos, antagonistas del calcio, inhibidores de la enzima de conversión de la
angiotensina, bloqueadores alfa y antagonistas de los receptores de la angiotensina II.
Diuréticos
son fármacos utilizados desde hace muchos años en el tratamiento de la hipertensión arterial
(HTA) y con los que se tiene la experiencia más prolongada. Tienen la ventaja de su fácil manejo
y bajo coste, aunque, debido a sus efectos secundarios, su prescripción se ha limitado y
últimamente se han visto desplazados por otros grupos farmacológicos. Existen tres subgrupos
diferentes de diuréticos: las tiazidas y derivados, los diuréticos del asa de Henle y los ahorradores
de potasio.
Tiazidas: Clorotiazida, Hidroclorotiazida, Clortalidona, Bendroflumetiazida, Hidroflumetiazida,
Metolazona, Indapamida, Xipamida
Diuréticos del asa de Henle: Furosemida, Bumetanida, Torasemida, Piretanida, Ácido
etacrínico
Ahorradores de potasio: Espironolactona, Amilorida, Triamterene, Eplerenona
Bloqueadores betaadrenérgicos
Son fármacos que han sido ampliamente utilizados en la práctica médica como antiarrítmicos y
antianginosos, comprobándose posteriormente su efecto antihipertensivo. El primer bloqueador
beta utilizado como fármaco antihipertensivo fue el propranolol, desarrollándose posteriormente
un gran número de derivados que difieren entre sí por sus propiedades farmacocinéticas y
farmacodinámicas, tales como su cardioselectividad, actividad simpaticomimética intrínseca,
actividad estabilizante de la membrana, liposolubilidad o bloqueo alfa asociado, lo que confiere a
esta familia de fármacos una gran heterogeneidad.
Cardioselectivos: Acebutolol, Atenolol, Bisoprolol, Celiprolol, Metoprolol
Bloqueadores alfa: Labetalol, Carvedilol
No cardioselectivos: Carteolol, Nadolol, Oxprenolol, Pindolol, Propranolol, Timolol
Antagonistas del calcio
Al igual que los bloqueadores beta, los antagonistas del calcio son fármacos inicialmente
empleados para el tratamiento de la cardiopatía isquémica, que posteriormente ampliaron su
campo de acción al de la HTA, gracias a sus propiedades hipotensoras. Existen tres grupos
principales de antagonistas del calcio: las fenilalquilaminas (verapamilo), las benzotiacepinas
(diltiazem) y las dihidropiridinas (nifedipino).
Dihidropiridinas: amlodipino, barnidipino, felodipino, isradipino, lacidipino, lercanidipino,
nicardipino, nifedipino, nimodipino, nisoldipino, nitrendipino
Fenilalquilaminas: verapamilo
Benzodiacepinas: diltiazem
Inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina
Los IECA son actualmente considerados fármacos de primer orden en el tratamiento de la HTA
y han demostrado su capacidad de prevenir episodios cardiovasculares en pacientes hipertensos
no complicados19,20. En terapia combinada son especialmente eficaces en asociación con
diuréticos tiazídicos o del asa, ya que previenen la formación de angiotensina II inducida por la
activación de la secreción de renina producida por los diuréticos.
IECA: benazepril, captopril, cilazapril, enalapril, fosinopril, lisinopril, perindopril, quinapril,
ramipril, spirapril, trandolapril, zofenopril
Bloqueantes alfa
El único bloqueador alfa útil en el tratamiento de la HTA es actualmente la doxazosina, que
actúa bloqueando específicamente los receptores alfa1-postsinápticos. Tiene la ventaja de
producir un descenso del LDL y de los triglicéridos y un aumento del HDL, así como de mejorar
la resistencia a la insulina y la sintomatología debida a la hiperplasia benigna de próstata. Los
bloqueadores alfa pueden utilizarse en monoterapia o asociados a diuréticos, bloqueadores beta,
antagonistas del calcio, IECA y antagonistas de los receptores de la angiotensina II.
Antagonistas de los receptores de la angiotensina II
Son fármacos que producen, al igual que los IECA, un bloqueo del sistema renina-angiotensina,
mediante el antagonismo específico del receptor AT1 de la angiotensina II. Al primer antagonista
del receptor AT1 descubierto, el losartán, le han seguido la aparición de otras moléculas como
valsartán, irbesartán, candesartán, telmisartán y eprosartán, la última de ellas todavía en vías de
comercialización. (Bragulata & MT, 2001)

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