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ÍNDICE

Introducción

CAPÍTULO I: EL ALBACEA

1.1. Definición

1.2. Importancia del albacea en el sistema legal

CAPÍTULO II: EL ALBACEA EN EL PERÚ

2.1. Designación y nombramiento

2.1.1. Testamento y designación del albacea

2.1.2. Pluralidad de albaceas

2.2. Características

2.2.1. Personas físicas y jurídicas como albaceas

2.2.2. Relación de confianza entre el albacea y el testador

2.2.3. Posesión y actos de conservación del albacea

2.2.4. Remuneración del albacea

2.2.5. Rendición de cuenta del albacea

2.2.6. Excusa, renuncia, cese y remoción del cargo de albacea

2.3. Obligaciones y Responsabilidades del albacea

2.3.1. Obligaciones del albacea

2.3.2. Responsabilidades del albacea

Conclusiones

Referencias bibliográficas
INTRODUCCIÓN

En el ámbito legal, el albacea es una figura de vital importancia en el proceso de administración y


distribución de los bienes de una persona fallecida. Su papel radica en garantizar que se cumplan las
disposiciones testamentarias y que los deseos del difunto se lleven a cabo de manera adecuada. En
el contexto peruano, el albacea desempeña un rol clave en el manejo de la sucesión testamentaria,
asegurando la correcta gestión de los bienes y la distribución equitativa de la herencia.

El albacea, designado por el testador o nombrado por un juez en caso de ausencia de designación
previa, asume la responsabilidad de administrar los bienes del fallecido de acuerdo con las
instrucciones establecidas en el testamento. Su función abarca desde la recopilación y valoración de
los activos y pasivos, hasta la liquidación de las deudas pendientes y el cumplimiento de las
disposiciones testamentarias específicas.

En el Perú, la designación de un albacea puede realizarse mediante diferentes tipos de testamentos,


como el testamento público, cerrado u ológrafo, dependiendo de la voluntad del testador. La
elección del albacea recae generalmente en una persona de confianza, como un familiar cercano o
un amigo íntimo del difunto, quien debe actuar con diligencia y honestidad en el desempeño de sus
funciones.

El albacea tiene la responsabilidad de rendir cuentas ante los herederos y legatarios, brindando
informes periódicos sobre la administración de los bienes y la distribución de la herencia. Esto
garantiza la transparencia en el proceso y ayuda a evitar posibles conflictos entre las partes
involucradas.

En conclusión, el albacea desempeña un papel fundamental en la sucesión testamentaria en el Perú.


Su designación y actuación adecuada aseguran el cumplimiento de los deseos del fallecido, la
correcta gestión de los bienes y la distribución justa de la herencia. Conocer las responsabilidades y
características de esta figura legal es esencial para comprender el proceso sucesorio y garantizar que
se cumplan las voluntades del testador de manera efectiva.
CAPÍTULO I: EL ALBACEA

1.1. Definición

Benjamín Aguilar (2011) señala que el albacea “es una figura típica de la sucesión testamentaria, no
existiendo tal en la sucesión legal, pues su presencia está dada en función del encargo que le da el
testador, para que cumpla todo o parte de su voluntad expresada en el testamento.” Por su parte,
Zárate del Pino (1998) define a los albaceas como “personas que tienen a su cargo cumplir o hacer
que se cumpla lo que el testador ha dispuesto en su testamento. El albacea es la persona de
confianza del testador que no solo ejecuta el testamento en sentido estricto, sino que, por lo general
aun después de haber ejercido el cargo, vela porque se realice o se lleve a la práctica la última
voluntad del testador.”

En suma, un albacea es una figura legal designada por el testador en un testamento o nombrada por
un juez en ausencia de designación. Su función principal es administrar y distribuir los bienes de
una persona fallecida de acuerdo con las disposiciones testamentarias. El albacea tiene la
responsabilidad de llevar a cabo la gestión adecuada de los activos, liquidar deudas, pagar
impuestos y distribuir la herencia a los herederos y legatarios según las instrucciones del testador.

1.2. Importancia del albacea en el sistema legal

La importancia del albacea en el sistema legal radica en su papel fundamental en el proceso de


administración y distribución de los bienes de una persona fallecida. Algunas de las razones por las
cuales el albacea es considerado un elemento clave en el sistema legal son las siguientes:

1. Cumplimiento de la voluntad del testador: El albacea se encarga de asegurar que las


disposiciones testamentarias del difunto se cumplan de manera fiel. Esto implica seguir las
instrucciones detalladas dejadas por el testador en el testamento, garantizando que sus
deseos sean respetados en cuanto a la distribución de sus bienes y legados.
2. Protección y administración adecuada de los bienes: El albacea tiene la responsabilidad de
proteger los bienes del fallecido y administrarlos de manera adecuada durante el proceso
sucesorio. Esto implica tomar medidas para salvaguardar los activos, valorarlos, liquidar las
deudas pendientes y cumplir con las obligaciones fiscales correspondientes.
3. Evitar conflictos y disputas: La designación de un albacea puede ayudar a prevenir y
resolver conflictos entre los herederos y legatarios. Al actuar como una figura neutral y
objetiva, el albacea puede facilitar la comunicación y el entendimiento entre las partes
interesadas, minimizando las disputas y contribuyendo a una distribución equitativa de la
herencia.
4. Transparencia y rendición de cuentas: El albacea tiene la obligación de rendir cuentas de su
gestión ante los herederos y legatarios, proporcionando informes periódicos sobre el estado
de los bienes y la distribución de la herencia. Esto garantiza la transparencia en el proceso y
brinda confianza a los beneficiarios de que la administración de los bienes se realiza de
manera adecuada y en línea con las instrucciones testamentarias.
5. Aplicación de la normativa legal: El albacea debe conocer y cumplir con la normativa legal
y los procedimientos establecidos para la administración de la sucesión testamentaria. Su
participación garantiza que se sigan los requisitos legales y se cumplan los plazos y trámites
necesarios, evitando posibles irregularidades o nulidades en el proceso sucesorio.
CAPÍTULO II: EL ALBACEA EN EL PERÚ

2.1. Designación y nombramiento

2.1.1. Testamento y designación del albacea

El testamento y la designación del albacea son aspectos fundamentales en el ámbito sucesorio. El


testamento es el instrumento jurídico mediante el cual una persona expresa su voluntad sobre la
disposición de sus bienes después de su fallecimiento. En dicho testamento, el testador tiene la
facultad de designar a un albacea, quien será responsable de llevar a cabo las disposiciones
establecidas en el documento.

Por ende, conforme al artículo 778 del Código Civil peruano, se establece que “El testador puede
encomendar a una o varias personas, a quienes se denomina albaceas o ejecutores testamentarios, el
cumplimiento de sus disposiciones de última voluntad”; en consecuencia, la formalidad para que se
dé su nombramiento, es la contrastación del albacea en el testamento (art. 779).

2.1.2. Pluralidad de albaceas

La pluralidad de albaceas es una figura contemplada en el sistema legal que permite la designación
de más de una persona como albacea en un testamento. Esta opción puede ser elegida por el testador
con el propósito de compartir las responsabilidades y garantizar una administración más eficiente de
los bienes. La designación de múltiples albaceas puede ser especialmente útil en casos complejos o
de gran envergadura, donde se requiere un enfoque conjunto y especializado en la gestión de la
herencia. La pluralidad de albaceas también puede ayudar a evitar conflictos y proporcionar un
mayor nivel de supervisión y rendición de cuentas, ya que las decisiones importantes se toman de
manera conjunta.

Cada albacea tiene el deber de actuar en concordancia con los demás, por lo que en caso de
desacuerdo se deberá realizar lo que por mayoría se decida; asimismo el albacea tiene el deber de
cumplir con las disposiciones testamentarias establecidas, asegurando así una adecuada protección y
distribución de los bienes del testador. Cabe señalar que, en caso de responsabilidad, esta es
solidaria por los albaceas designados en el cargo, a menos que el testador indique lo contrario.

2.2. Características

2.2.1. Personas físicas y jurídicas como albaceas

Para designar albaceas, generalmente se busca a personas de confianza, como familiares cercanos,
amigos o profesionales del derecho. No existe una limitación estricta en cuanto a la capacidad legal
de ser albacea, pero se espera que la persona designada tenga la habilidad y la competencia
necesarias para administrar adecuadamente la herencia, incluso conforme al artículo 784 del Código
Civil peruano, las personas jurídicas pueden ser albaceas, siempre y cuando estén autorizadas por
ley o por su estatuto. La idoneidad del albacea es un factor clave en su elección, ya que se espera
que actúe de manera responsable, diligente y en beneficio de los herederos y legatarios, cumpliendo
con las disposiciones testamentarias y las obligaciones legales. Cabe señalar que El albaceazgo es
indelegable; sin embargo en casos justificados se designan representantes que pueden ejercerse
algunas funciones, bajo las órdenes y responsabilidad del albacea (art.789).

No obstante, las personas impedidas para ser albaceas en conformidad con el artículo 783 del
Código Civil peruano, son: los excluidos de la sucesión por indignidad (art. 667); quien haya
realizado las siguientes acciones para con su ascendiente: maltratado de obra o injuriado grave y
reiteradamente, negado sin motivo justificado los alimentos o haber abandonado estando este
gravemente enfermo o sin poder valerse por sí mismo, privado de su libertad injustificadamente,
llevarlo a una vida deshonrosa o inmoral (art. 744); quien negó injustificadamente los alimentos a
sus descendientes, y el ascendiente que incurrió en alguna de las causas por las que se pierde la
patria potestad o haber sido privado de ella (art. 745); quien haya cometido: adulterio, ejercido
violencia física o psicológica, atentado contra la vida del cónyuge, injuria grave, abandonado la
casa conyugal injustificadamente (...), conducta deshonrosa que haga insoportable la vida en común
(art. 746).

En esta línea, debemos señalar que los albaceas no actúan como representantes legales de la
sucesión testamentaria y no tienen la facultad de presentar demandas o responder en juicios en
nombre de la misma, sino que sus funciones se limitan en cumplir los encargado por el testador, la
administración de lo bienes, y en sostener la validez del testamento en el juicio de impugnación que
se promueva (art. 787, inc.10).

En caso de que el testador no haya designado un albacea o si la persona designada no puede o no


desea asumir el cargo, las responsabilidades del albacea serán ejercidas por los herederos. Sin
embargo, si los herederos no están de acuerdo entre sí, pueden solicitar al juez el nombramiento de
un albacea dativo, es decir, una persona designada por el propio juez para llevar a cabo las
funciones del albacea. Esta medida se toma con el fin de resolver los desacuerdos y garantizar una
adecuada administración y distribución de la herencia.

2.2.2. Relación de confianza entre el albacea y el testador

La designación del albacea es un acto de confianza por parte del testador, ya que éste delega en esa
persona la administración y distribución de su patrimonio. El albacea, como representante
fiduciario, deberá actuar de manera diligente y honesta, velando por los intereses de los herederos y
legatarios. Es importante destacar que la designación del albacea puede ser realizada de manera
expresa en el testamento o, en caso de no existir designación, será el juez quien proceda a nombrar a
la persona idónea para ejercer dicho cargo. Conforme a ello, el plazo para aceptar el cargo de
albacea es determinado por el juez al que corresponda conocer de la sucesión, a solicitud de parte
interesada (art. 786).

2.2.3. Posesión y actos de conservación del albacea

En concordancia con el artículo 790 del C.C. sobre Posesión de bienes por el albacea, se ha
establecido que en el supuesto que si el testador solamente instituye legatarios, la posesión de los
bienes hereditarios corresponde al albacea, hasta que sean pagadas las deudas de la herencia y los
legados.

En caso de querer mantener la indemnidad de los bienes hereditarios, el artículo 791 del C.C.,
permite que los herederos o legatarios soliciten al albacea la adopción de medidas necesarias para
lograr tal fin.

2.2.4. Remuneración del albacea

El albacea es remunerado a excepción de que el testador haya dispuesto lo contrario. La


mencionada remuneración es máximo el 4% de la masa líquida; y si en caso este no se puede
determinar, el juez deberá hacerlo (art. 793).

2.2.5. Rendición de cuenta del albacea

La rendición de cuentas por parte del albacea es obligatoria a pesar que el testador le haya eximido,
por lo que dentro de los 60 días que haya culminado el albaceazgo, deberá entregar a los sucesores
un informe de forma escrita sobre su gestión, y si se requiriera, las cuentas correspondientes con los
documentos del caso u ofreciendo otro medio probatorio. Las cuentas no requieren la observancia
de formalidad especial en cuanto a su contenido, siempre que figure una relación ordenada de
ingresos y gastos. Además, dicho deber tendrá que realizarlo durante el ejercicio del cargo, con
frecuencia no menor a seis meses, cuando lo ordene el Juez Civil a pedido de cualquier sucesor. La
solicitud se tramita como proceso no contencioso.

Se entienden por aprobados el informe y las cuentas si dentro del plazo de caducidad de sesenta
días de presentados no se solicita judicialmente su desaprobación, como proceso de conocimiento.

2.2.6. Excusa, renuncia, cese y remoción del cargo de albacea


En conformidad con el artículo 785 del C.C., la excusa del cargo suscita cuando no lo haya
aceptado. Mientras que la renuncia del cargo acontece cuando haya aceptado el cargo, por lo que
deberá argumentar por causa justa, a juicio del juez.

El cargo de albacea conforme al artículo 796 del Código Civil, puede finalizar por distintas razones.
Puede cesar una vez hayan transcurrido dos años desde su aceptación, a menos que el testador haya
establecido un plazo mayor o que el juez, con el acuerdo de la mayoría de los herederos, otorgue
una extensión. Asimismo, el cargo puede concluir al completar todas las funciones asignadas. Por
otro lado, la renuncia con aprobación judicial también puede poner fin al cargo de albacea. Además,
la incapacidad legal o física que impida el ejercicio de la función también puede ser motivo de
término. En situaciones debidamente fundamentadas, el albacea puede ser removido judicialmente a
petición de una de las partes. Finalmente, por el fallecimiento, desaparición o declaración de
ausencia del albacea también implica la terminación de su cargo. Estas diversas circunstancias
determinan el cese de la función del albacea en la administración de la herencia.

En cuanto a la remoción del albacea (art. 795) se puede solicitar mediante proceso sumarísimo
cuando: 1) no ha empezado la facción de inventarios dentro de los noventa días de la muerte del
testador, o de protocolizado el testamento, o de su nombramiento judicial, 2) o dentro de los treinta
días de haber sido requerido notarialmente con tal objeto por los sucesores.

2.3. Obligaciones y responsabilidades del albacea

El albacea tiene diversas funciones y responsabilidades en el ámbito del albaceazgo. En primer


lugar, debe atender a la inhumación del cadáver del testador o a su incineración si así lo dispuso, sin
perjuicio de lo establecido en el artículo 13. Además, tiene la facultad de ejercitar acciones
judiciales y extrajudiciales para la seguridad de los bienes hereditarios. Posteriormente, debe
realizar un inventario judicial de los bienes que constituyen la herencia, citando a los herederos,
legatarios y acreedores de quienes tenga conocimiento. Asimismo, se le confiere la responsabilidad
de administrar los bienes de la herencia que no fueron adjudicados por el testador, hasta que sean
entregados a los herederos o legatarios, a menos que exista una disposición diversa del testador.

Adicionalmente, debe encargarse de pagar las deudas y cargas de la herencia, previa comunicación
a los herederos, así como de pagar o entregar los legados establecidos en el testamento. En caso de
ser necesario, cuenta con la autorización expresa del testador, los herederos o el juez para vender los
bienes hereditarios, siempre y cuando sea indispensable para pagar las deudas de la herencia y los
legados. El albacea también tiene la tarea de procurar la división y partición de la herencia, así
como de cumplir con los encargos especiales del testador. Por último, tiene la responsabilidad de
sostener la validez del testamento en el juicio de impugnación que se promueva, sin perjuicio de la
participación de los herederos en dicho proceso.

Debe señalarse que en caso que la herencia se mantenga indivisa, el artículo 851 del C.C. establece
que durante dicho periodo, la administración de la misma recae en el albacea designado, o en el
apoderado común nombrado por todos los herederos, o en un administrador judicial. Esta
disposición tiene como objetivo garantizar una gestión adecuada de los bienes hereditarios mientras
se resuelve la división y partición de la herencia. La figura del albacea, el apoderado común o el
administrador judicial asume la responsabilidad de administrar los activos (art. 851), realizar los
pagos necesarios y tomar decisiones en beneficio de todos los herederos. La designación de uno de
estos administradores busca asegurar una administración eficiente y proteger los intereses de los
coherederos hasta que se lleve a cabo la división final de la herencia.
CONCLUSIONES

Se concluye que, el albacea desempeña un papel crucial en el sistema legal peruano al asegurar el
cumplimiento de las disposiciones testamentarias y la correcta administración de los bienes de una
persona fallecida. Su designación y actuación adecuada garantizan la protección de los derechos de
los herederos y legatarios, así como el respeto a la voluntad del testador.

Asimismo, la figura del albacea en el Perú se rige por el Código Civil y otras normativas
relacionadas con la sucesión testamentaria. Estas leyes establecen los derechos, deberes y
responsabilidades del albacea, así como los mecanismos legales para su designación, remuneración
y control.

En esta línea, se observa que el albacea juega un papel fundamental en la resolución de conflictos y
disputas que puedan surgir entre los herederos y legatarios. Su actuación imparcial y objetiva, junto
con la rendición de cuentas y la transparencia en su gestión, contribuye a mantener la armonía y
evitar posibles litigios en el proceso sucesorio.

Por ende, concluyo que la confianza y la idoneidad del albacea son aspectos fundamentales en su
elección. Se busca una persona de confianza del testador, capaz de gestionar adecuadamente los
bienes, cumplir con las obligaciones legales y actuar en beneficio de los herederos y legatarios. La
elección cuidadosa de un albacea competente es esencial para garantizar una administración
eficiente y justa de la herencia.

Por lo expuesto se llega a la conclusión que, el albacea desempeña un rol esencial en el sistema
legal peruano al asegurar el cumplimiento de las disposiciones testamentarias, la correcta
administración de los bienes y la resolución de conflictos en la sucesión. Su designación y actuación
idónea son clave para garantizar la protección de los derechos de las partes involucradas y el
adecuado manejo de la herencia.
REFERENCIAS

AGUILAR LLANOS, Benjamín (2011). Derecho de Sucesiones. Lima: Ediciones


Legales.

COCA GUZMÁN, Saúl José (2020). ¿Qué es un albacea y cuales son sus
obligaciones?. lp Pasión por el Derecho.

Código Civil, Ley N° 31643, Diario Oficial El Peruano (2022).

FERNÁNDEZ ARCE, César (2019). Derecho de Sucesiones. Colección Lo


Esencial del Derecho, n. 14, Lima: PUCP.

FERRERO COSTA, Augusto (2012). Tratado de Derecho de Sucesiones. Lima:


Gaceta Jurídica.

ZÁRATE DEL PINO, Juan (1998). Curso de Derecho de Sucesiones. Lima:


Palestra Editores.

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