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Los hechos jurídicos se clasifican en humanos o de la naturaleza (granizo, inundación, ejemplo

del seguro contra granizo, este hecho de la naturaleza genera consecuencias jurídicas). Los
hechos jurídicos humanos pueden ser voluntarios (aquellos que interviene el discernimiento,
la intención y la voluntad) o involuntarios. Esto es importante porque no da lo mismo cuando
una persona obra voluntariamente o involuntariamente (desde el punto de vista jurídico se lo
aborda de diferente manera, este es el punto central de la cuestión; cuando hay voluntad hay
una mayor responsabilidad porque somos personas que tenemos dominio de nuestros actos y
nos hacemos cargo de nuestros actos y es parte de la juridicidad de ser persona el deber de
responder por lo que uno hace, ya sea lícito o ilícito). Los actos ilícitos son los prohibidos por la
ley. En el Derecho Civil no hay una enunciación de delitos como sucede en el Derecho Penal
con nuestro Código Penal de la Nación. Los ilícitos, en el Derecho Civil, son todos aquellos
actos que causan un daño, se presume que son antijurídicos (delito cuando hay dolo,
cuasidelito cuando hay culpa, distinción doctrinaria).

Clasificación de los actos lícitos. Se clasifican en:


- Simples actos lícitos: “acción voluntaria no prohibida por la ley, de la que resulta
alguna adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas”
(artículo 258, CCyC) (ejemplo del derecho de propiedad adquirido por el pescador
cuando pesca un pescado).
- Actos jurídicos: “acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato la adquisición,
modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas” (artículo 259, CCyC). Por
ejemplo, un contrato de mutuo (préstamo).

El acto jurídico es una especie dentro del género “hechos jurídicos”. Está determinada por ser
un hecho humano + voluntario + lícito + perseguir el nacimiento, modificación o extinción de
relaciones o situaciones jurídicas.

El hecho jurídico. El artículo 257 del CCyC define al hecho jurídico como “el acontecimiento
que, conforme al ordenamiento jurídico, produce el nacimiento, modificación o extinción de
relaciones o situaciones jurídicas”. Lo particular de esta definición es que se deja en claro que
es el ordenamiento jurídico el generador de las consecuencias jurídicas.

Los hechos se clasifican en

- Humanos
- De la naturaleza: su relevancia está dada por lo que genera (terremotos, granizos,
etc.).

Los hechos humanos. Se clasifican en voluntarios e involuntarios.


- Artículo 260, CCyC: acto voluntario es el “ejecutado con discernimiento, intención y
libertad, que se manifiesta por un hecho exterior”. Los elementos internos del acto
voluntario son el discernimiento, la intención y la libertad (son internas porque hacen
a disposiciones del sujeto). El elemento externo es la manifestación de la voluntad por
un hecho exterior.
- Involuntario: cuando falta discernimiento, intención y libertad.

¿Qué es el discernimiento? Se entiende por discernimiento a la aptitud para diferenciar lo


bueno y lo malo, lo verdadero y lo falso, lo justo y lo injusto, lo adecuado y lo inadecuado y
valorar el acto y sus consecuencias. Es una comprensión genérica, una aptitud para
comprender lo que está sucediendo.
¿Cuándo falta el discernimiento? Según el artículo 261, CCyC:
- “El acto de quien, al momento de realizarlo, está privado de la razón”. El CCyC no
asocia la falta de discernimiento con la falta de capacidad por sentencia judicial. El
discernimiento lo mide, en general, como la ausencia de dicha aptitud en un momento
determinado. Puede ser permanente o transitoria la falta de razón.
- “El acto ilícito de la persona menor de edad que no ha cumplido los diez años”. El CCyC
presume que los niños comprenderán los elementos que configuran lo ilícito, lo
injusto. Se presume que se comprende antes lo que está mal de lo que les conviene. Lo
lícito supone un entendimiento más profundo de los intereses que están en juego.
- “El acto lícito de la persona menor de edad que no ha cumplido los trece años, sin
perjuicio de lo establecido en disposiciones especiales”.

La intención. Se entiende por tal al propósito de llevar a cabo un acto determinado con
conciencia de ello. Se concreta en la determinación de hacer un acto en concreto, de ir hacia
él. Es un propósito de hacer un acto en concreto.

¿Cuándo falta la intención? Las causas obstativas, aquello impide que exista intención y
señala que el acto no es voluntario son dos:

- Error: “falta o falso conocimiento sobre los elementos de un acto” (Artículos 265 a
270, CCyC). Por ejemplo, creer que se vende algo y la otra parte interpreta una
donación.
- Dolo: “acción u omisión realizada por una de las partes para inducir a otra a realizar un
acto mediante engaños, ardides, ocultamientos o simple reticencia” (Artículo 271,
CCyC). Es una maniobra engañosa, por ejemplo, hablarle a una persona de las
bondades de mi casa, la invito a que la alquile, le muestro fotos, y cuando llega se da
cuenta que en realidad la casa es un desastre, y no es lo que uno mostró. El punto
central es que el engaño afecta o influye en el acto. La persona realiza el acto (alquiler)
a partir de mi engaño o maniobra engañosa.

La libertad. El discernimiento refiere a entender de que se trata un acto, la intención al


querer realizarlo, y la libertad refiere a ser libre para realizarlo. Es la posibilidad que tiene el
agente de llevar a cabo o no el acto de acuerdo a su propia conveniencia, deseo o convicción.

¿Cuándo falta la libertad?


- Violencia: se puede manifestar como fuerza física irresistible (tortura) o como
intimidación (amenaza injusta que produce el temor fundado de sufrir un mal grave e
inminente que no puede contrarrestarse sobre la persona o bienes del agente o de un
tercero) (artículo 276, CCyC). La violencia vicia la voluntad.

La condición externa. Los artículos 262 a 264 del CCyC regulan el elemento externo. Para
que un acto sea voluntario se tiene que poder exteriorizar. Esto se hace de manera expresa o
tácita.

- Expresa: de forma oral, por escrito (a través de los instrumentos públicos o privados),
por signos inequívocos, o por la ejecución de un hecho material.
- Tácita: la manifestación tácita de la voluntad resulta de los actos por los cuales se la
puede conocer con certidumbre (ya no hay una expresión explícita, sino tácita). Carece
de eficacia cuando la ley o la convención exigen una manifestación expresa.
El silencio en el CCyC. ¿Es o no manifestación de la voluntad? La respuesta la da el artículo
263, CCyC. En Derecho Civil y Comercial, no es, en principio, manifestación de la voluntad. Aquí
el que calla no otorga, salvo las excepciones dadas por el artículo 263 del CCyC.

“El silencio opuesto a actos o a una interrogación no es considerado como una manifestación
de voluntad conforme al acto o la interrogación, excepto en los casos en que haya un deber de
expedirse que puede resultar de:

- La ley (el CCyC nos obliga a expresarnos si una firma es nuestra o no, si guardamos
silencio se toma como nuestra)
- La voluntad de las partes
- Los usos y prácticas;

O de una relación entre el silencio actual y las declaraciones precedentes (segundo supuesto)”

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