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HECHOS JURÍDICOS

Los hechos jurídicos abarcan los actos jurídicos y su principal especie (los
contratos) regula el acto voluntario, la discordancia entre voluntad y
declaración, los vicios del acto voluntario y la relación de causalidad.
El hecho jurídico es el que produce efectos, en caso de que no produzca
efectos pasa a ser considerado un hecho no jurídico.
Los efectos jurídicos pueden ser modificadores de potestades, de capacidades,
de intereses legítimos, de simples intereses de hechos que producen el
derecho al discernimiento.
También se dice que...
Hechos son los acontecimientos o sucesos que provienen de la naturaleza o
del hombre, la ley le atribuye consecuencia jurídica.
El art. 257, Cód. Civ. y Com., define al hecho jurídico como el "acontecimiento
que, conforme al ordenamiento jurídico, produce el nacimiento, modificación o
extinción de relaciones o situaciones jurídicas".
El temor, el error, la toma de conocimiento, los móviles morales o inmorales,
pueden formar parte de un acontecimiento del que derivan efectos jurídicos.
Por ejemplo, comprar una obra de arte creyendo por error que es auténtica, da
lugar a un efecto jurídico que es la anulación del acto.
- Es hecho jurídico el que incide de alguna manera en las relaciones y
situaciones jurídicas subjetivas, dando lugar al nacimiento, modificación
o extinción de derechos subjetivos o deberes jurídicos.
Autonomía de los efectos respecto de la voluntad de las personas
Los "actos voluntarios", esto es, los obrados por las personas, con
discernimiento, intención y libertad, y expuestos a través de una declaración
de esa voluntad.
Son hechos voluntarios los actuados con discernimiento, intención y libertad y
manifestados por un hecho exterior. El hecho debe exteriorizarse
configurando la manifestación de la voluntad, el solo “querer” interno NO
exteriorizado NO produce efectos por sí solo. Se requiere que la voluntad se
exteriorice, es decir, manifestando la voluntad.
Esa voluntariedad, alude a la existencia de los elementos internos del acto (ya
mencionados: discernimiento, intención, libertad), y no a la voluntad de quienes
los actúan de producir efectos jurídicos.

Los efectos jurídicos que hacen que un hecho voluntario pueda ser calificado
como hecho jurídico son determinados por la ley y no por la voluntad de las
partes.
Los hechos involuntarios también son hechos jurídicos: porque los efectos
que ellos producen, son atribuidos directamente por la ley, a pesar de la falta
de voluntad de quien los ha obrado.
Son involuntarios por falta de discernimiento los actos de quien, al momento
de realizarlo, está privado de la razón; los actos ilícitos de la persona menor de
edad que no ha cumplido diez años; los actos lícitos de la persona menor de
edad que no ha cumplido trece años.
En cambio el acto jurídico (art. 259) los efectos jurídicos son directamente
queridos por las partes.

CLASIFICACIÓN DE LOS HECHOS JURÍDICOS


Según quien sea el autor del hecho, se distingue entre hechos naturales o de
naturaleza (también llamados externos o accidentales) y hechos humanos.

- Son actos naturales los actuados por la naturaleza, sin intervención o


participación del hombre, como un granizo que cae sobre la cosecha
asegurada, o el terremoto que produce un incendio o la destrucción de
cosas que eran objeto de derechos subjetivos. Puede impactar en
situaciones jurídicas y dar lugar a un nacimiento, extinción o
modificación de un acontecimiento.
- Por el contrario, serían hechos humanos los obrados por el hombre,
fueren ellos voluntarios o involuntarios. Para que sea jurídico requiere
que el ordenamiento le atribuya consecuencia.

Simples actos lícitos


El art. 258 define al simple acto lícito como la acción voluntaria no
prohibida por la ley, de la que resulta alguna adquisición, modificación o
extinción de relaciones o situaciones jurídicas.
Son actos en los que la parte que los ejecuta no persigue una finalidad jurídica,
aunque la ley puede asignársela y por ello constituyen hechos jurídicos, por
ejemplo, la apropiación de la cosa mueble abandonada.
Frente a estos actos voluntarios simples están aquellos actos voluntarios que sí
tienen por finalidad inmediata establecer entre las personas relaciones
jurídicas, que se denominan actos jurídicos (art. 259). “Acto voluntario licito
que tiene por fin inmediato la adquisición, modificación o extinción de
relaciones o situaciones jurídicas”.
Hay ciertos actos involuntarios que de todos modos producen efectos jurídicos:
el menor de 13 años que pesca se hace dueño del pez tanto como si el
pescador fuera mayor de edad, aun cuando su acto sería involuntario.
Actos involuntarios
Los actos obrados sin intención o sin libertad son actos ejecutados con una
voluntad viciada, y por esa razón, son impugnables por las partes y pueden
llegar a producir ciertos efectos. Y aún los actos involuntarios por falta de
discernimiento pueden causar la responsabilidad del agente causada en la
equidad.
Los elementos del acto voluntario
Se compone de tres elementos internos
- Discernimiento, intención y libertad
Y de un elemento externo
- La declaración de la voluntad
Los vicios de los actos voluntarios
Error: Tiene que ser esencial y reconocible por la otra parte para que acarree
la nulidad del acto. Es el desconocimiento de las cosas provocado por la
contraparte, puede versar sobre un hecho o sobre la existencia, contenido o
interpretación de una norma jurídica.
El error es una causa de privación de la voluntad. Por lo tanto los actos
jurídicos otorgados con error que reúna las condiciones ya estudiadas son
susceptibles de ser declarados de nulidad relativa.
El error es de por sí una confesión de culpa — negligencia, imprudencia,
impericia— por lo que tampoco excluye el factor de atribución.
Dolo: Es la voluntad extraída por alguien, se lo vincula con el error provocado.
La carga de la prueba recae sobre quien lo invoca como sustento de una
acción o excepción de nulidad, o de una acción de daños y perjuicios. Para ello
puede utilizarse cualquier medio de prueba, incluso las presunciones.
Acción y omisión dolosa
Acción dolosa es toda aserción de lo falso o disimulación de lo verdadero,
cualquier artificio, astucia o maquinación que se emplee para la celebración del
acto.
La omisión dolosa causa los mismos efectos que la acción dolosa, cuando el
acto no se habría realizado sin la reticencia u ocultación.
- El dolo consiste entonces en inducir a la otra parte a error, para lo cual
se ha de emplear una maniobra, una argucia, una astucia, que puede
consistir en afirmar lo que es falso, disimular lo verdadero o ambas
cosas a la vez.
Finalidad de dolo
La acción u omisión dolosa tiene por finalidad conseguir la celebración del acto;
en otras palabras, que el destinatario del engaño, a causa del mismo, otorgue
un negocio jurídico o realice un acto —aparentemente— voluntario

Clasificaciones del dolo


Dolo directo e indirecto
El directo es el causado por una de las partes del negocio por sí o por
intermedio de su dependiente o representante. El indirecto es el dolo causado
por un tercero ajeno a la relación jurídica.

Efectos del dolo


Produce dos efectos fundamentales:
— habilita a la víctima para demandar la nulidad del acto viciado, por acción o
por excepción.
— legitima a la víctima para demandar la reparación de los daños y perjuicios
sufridos. De modo que quien ha sufrido el dolo puede optar por mantener el
acto y demandar solo la reparación de los daños y perjuicios.

Violencia e intimidación: Requiere la amenaza de sufrir un mal grave e


inminente en la persona, bienes o terceros. Es una fuerza injusta e irresistible
para la víctima.
La inminencia importa que el sujeto está expuesto a sufrir un perjuicio en un
lapso relativamente próximo, de modo que no pueda recurrir al auxilio de la
autoridad antes de que él acaezca efectivamente.
Mal grave: La relevancia de las amenazas debe ser juzgada teniendo en
cuenta la situación del amenazado y las demás circunstancias del caso.
Es indiferente la naturaleza de la persona jurídica de quien proviene la
amenaza, puede ser una persona jurídica física o una persona jurídica publica
como lo puede ser algún organismo del estado.
Efectos del vicio violencia
Como en los demás vicios de la voluntad, la sanción es la nulidad relativa
del acto. Se engendra también una acción de responsabilidad por daños y
perjuicios, que es independiente de la acción de nulidad.
Pero si la violencia no reúne todos los recaudos examinados en el número
anterior, no procede la acción de nulidad, pero sí la de daños y perjuicios, esta
se trata de la violencia incidental.
PRESCRIPCIÓN DE LAS ACCIONES DE NULIDAD POR VICIOS DE LOS
ACTOS VOLUNTARIOS
El plazo de prescripción de las acciones de nulidad relativa es de dos años; y
se cuenta desde que cesó la violencia o el error o el dolo se conocieron o
pudieron ser conocidos. Lo dicho pone en juego el problema de la carga de la
prueba; esto es, quién debe probar que la violencia hubo cesado o que el
sujeto conoció (o no) o debió conocer el error o el dolo que afectaban su
voluntad.
La carga de la prueba corre a cargo del demandado por nulidad que invoca la
prescripción liberatoria.
Según un criterio generalizado, la excepción de nulidad es imprescriptible.

El discernimiento
Facultad del sujeto por la cual conoce y distingue lo bueno de lo malo, lo justo
de lo injusto, lo conveniente de lo inconveniente. Es la madurez intelectual
para razonar, comprender y valorar el acto y sus consecuencias.
La noción de discernimiento es actualmente una noción variable. Se puede
tener discernimiento para actos simples y no tenerlo para actos más complejos.
La existencia o no de discernimiento no se pree establece en función por ej. De
una enfermedad mental, si no que requiere de ser evaluada para cada acto
concreto, de lo que puede resultar que un enfermo mental tenga actitud o
discernimiento para celebrar un acto concreto y no la tenga para actos más
complejos.
Es involuntario por falta de discernimiento:
a) el acto de quien, al momento de realizarlo, está privado de la razón (ej.
alguien que se encuentra bajo el efecto de sustancias)
b) el acto ilícito de la persona menor de edad que no ha cumplido diez años
c) el acto lícito de la persona menor de edad que no ha cumplido trece años.
- Los menores de edad no tienen discernimiento, sus padres pueden responder
a sus actos ilícitos.
- Si no hay discernimiento, NO HAY VOLUNTAD.
- Están privadas del discernimiento todas las personas que no tienen el uso de
razón al tiempo de la ejecución del acto, quedan comprendidos los actos
humanos ejecutados sin conciencia, por obra de la embriaguez, la utilización de
drogas, narcóticos, u otras enfermedades.
- La prueba de la falta de razón recae sobre quien la invoca para excluirse de la
responsabilidad de sus actos.
- Cualquier acto lícito obrado en estas circunstancias debe ser
considerado un acto involuntario. De modo que no será válida la
compraventa atribuida a alguien que estaba ebrio o afectado por el uso de
drogas, supiera o no el efecto que el alcohol o la droga habrían de
producirle.
- En cambio, si se trata de acto ilícito, él será considerado involuntario si la
privación accidental de la razón es también involuntaria
. De modo que el acto será involuntario cuando la embriaguez o pérdida de la
conciencia se produce por una cualidad desconocida del licor o porque en él ha
sido introducida otra sustancia por un tercero, etcétera.
Pero no será involuntario cuando la inconsciencia proviene de la negligencia
del sujeto que ha bebido en exceso o ha consumido estupefacientes
conociendo o debiendo conocer sus efectos. Por lo que quien conduce un
automóvil en 440  en estado de ebriedad responde plenamente por los daños
causados (y no solos por razones de equidad como lo sería si el acto fuera
involuntario).

Intención
Se trata del discernimiento aplicado a un acto en concreto. Habrá, pues,
intención en el acto cuando exista adecuada correspondencia entre lo
entendido y lo actuado, cuando se ha realizado el acto tal como se pensó
llevarlo a cabo
- La intención es afectada por los vicios de error y dolo, en tanto y en
cuanto importan que la facultad de entender ha sido incorrectamente
aplicada en el acto en concreto, ya sea por una causa propia (falta de
conocimiento o conocimiento insuficiente: error) o por causa ajena
(error provocado: dolo).
La intención se presume cuando el acto ha sido obrado por una persona con
discernimiento. Por ello, como se examinará en su momento, la prueba del
error o del dolo que la vician corresponde a quien los invoque.

La libertad
La libertad es la posibilidad de elegir entre ejecutar o no el acto, sin coacción
exterior.
La libertad es afectada por el vicio de violencia (fuerza e intimidación), nos
referimos a fuerza injusta e irresistible para la víctima.
"Nadie está obligado a vender, excepto que se encuentre sometido a la
necesidad jurídica de hacerlo". Por lo tanto, se obra sin libertad cuando la
coacción externa no es legítima, esto es no está fundada en la ley o en el
contrato.

- Si falta un solo elemento (discernimiento, intención y libertad) ya es


involuntario.
- Si hay discernimiento la intención se presume mediante pruebas por el que la
sufrió.
- Si hay discernimiento e intención no es necesario que la libertad se presuma.

ELEMENTO EXTERNO DE LOS ACTOS VOLUNTARIOS


La manifestación de la voluntad es una conducta mediante la cual se
exterioriza la voluntad del agente. Esta conducta puede consistir en dichos o en
hechos.
Los primeros pueden ser dichos hablados (exteriorización por la palabra oral) o
escritos (exteriorización por la palabra escrita o documentada).
Los segundos son acciones del sujeto, traducidas generalmente en gestos
(levantar la mano en una votación, hacer una señal durante una subasta).
Excepcionalmente, la declaración de la voluntad puede hacerse por vía
omisiva, esto es, el silencio. Para que ello acontezca es necesario que la ley, la
convención de las partes, los usos o prácticas hayan previsto asignar este valor
declarativo al silencio.
Para que la voluntad sea declarada, y por lo tanto produzca efectos jurídicos,
es necesario que ella reúna las siguientes características:
- ha de haber sido emitida; no lo será la carta no enviada o tirada al cesto
de los papeles.
- debe estar dirigida a comunicar o publicar la voluntad del sujeto;
verbigracia, quien hace un gesto en un remate no está haciendo una
oferta, si con aquella conducta quería saludar a un amigo.
- ha de haber sido percibida o resultar, al menos, perceptible; el murmullo
ininteligible no es declaración de la voluntad.

Cómo se manifiesta la voluntad


"Los actos pueden exteriorizarse oralmente, por escrito, por signos
inequívocos o por la ejecución de un hecho material"
- La expresión oral, tiene la dificultad de la prueba.
- la expresión escrita, que ofrece la ventaja de la seguridad, puesto que
en definitiva viene a quedar consagrada en un "documento" o
"instrumento"
- la expresión por signos inequívocos, es un acto simple y la voluntad es
exteriorizada frente a una situación jurídica Ej. parar un colectivo
- La manifestación tácita de la voluntad resulta de los actos por los cuales
se la puede conocer con certidumbre. Carece de eficacia cuando la ley o
la convención exigen una manifestación expresa"
- el silencio no es una forma de expresión de la voluntad, aun cuando siga
a un acto o a una interrogación proveniente de terceros.

El silencio solo puede adquirir valor en conexión con otros hechos o actos, es
decir, formando parte de una conducta expresiva compleja.
Art 263: El silencio opuesto a actos o a una interrogación no es considerado
como una manifestación de la voluntad conforme al acto o la interrogación,
excepto en los casos en que haya un deber de expedirse que puede resultar de
la ley, de la voluntad de las partes, de los usos y practicas o de una
relación entre el silencio actual y las declaraciones procedentes.

Actos jurídicos
Los actos jurídicos bilaterales y patrimoniales, esto es los contratos, cuanto
los negocios jurídicos familiares, los testamentos, los negocios jurídicos que
tienen un objeto no patrimonial (actos de disposición sobre el propio cuerpo, p.
ej.), y los negocios patrimoniales unilaterales (la constitución en mora, la
resolución de propia autoridad por 451  ejercicio de la condición resolutoria
tácita), y cualquier otro acto voluntario lícito que tenga una finalidad jurídica
inmediata, quedarán subordinados a estas normas genéricas.
Los actos ilícitos no son actos jurídicos, puesto que si bien establecen
relaciones jurídicas —de ellos nace el deber de reparar el daño causado—, el
efecto jurídico no se produce por ser querido por el autor, sino como una
sanción del ordenamiento para quien ha violado el principio non alterum
laedere (no dañar a otro).
Es un efecto jurídico, que puede consistir en dar nacimiento a una
relación jurídica, extinguirla, modificarla o transmitirla, su finalidad
corresponde al acto (hacerse dueño en la compraventa, establecer una
relación de filiación en la adopción, establecer una relación conyugal en
el matrimonio). Y estos efectos se producen porque son queridos,
perseguido por el hombre; y la ley ampara y tutela, esa voluntad,
asignándole el efecto buscado.
Distinción con los simples actos lícitos
En el simple acto lícito, la producción del efecto jurídico nace de la ley con total
prescindencia de la voluntad de quien actúa. Así quien caza o pesca, puede
hacerlo por mero placer, pero la ley le atribuye el dominio si el sujeto conserva
el pez o la presa.
En cambio, en el acto o negocio jurídico, el efecto jurídico se produce porque el
sujeto lo quiere.
Acto jurídico y autonomía de la voluntad
El negocio jurídico, obra de la voluntad del hombre, con finalidad jurídica,
aparece como la expresión técnica del reconocimiento de la autonomía privada,
como fuente creadora de efectos jurídicos; el negocio jurídico constituye
entonces el medio fundamental de realización del principio de autonomía de la
voluntad.
Elementos del negocio jurídico
Los negocios jurídicos están compuestos por elementos esenciales, naturales y
accidentales.
- Son elementos esenciales la voluntad, el objeto y la causa
- Se llaman elementos naturales a los que suelen acompañar al negocio
jurídico según su naturaleza. Las partes del negocio pueden, por
supuesto, evitar la integración de la legislación supletoria; por ello serían
elementos meramente naturales.
- los elementos accidentales, son aquellos que pueden o no existir según
la voluntad de las partes. Forman parte de esta categoría las
modalidades de los negocios (plazo, cargo, condición).

ELEMENTOS DEL ACTO JURÍDICO: sujeto, objeto, causa, forma

El sujeto es siempre la de una persona, física o jurídica, que es el sujeto


del negocio jurídico.

Concepto de parte
Es aquel cuyos derechos u obligaciones nacen, se modifican, se
transmiten o se extinguen como consecuencia del negocio jurídico
La parte es quien otorga el acto, en el sentido de que es quien lo
concluye por sí mismo, prestando su consentimiento, pero los negocios
jurídicos pueden también otorgarse por representación. En este caso el
representante actúa como mero otorgante y no como parte.

Representante
Existe representación cuando una persona —representante— declara su
voluntad en nombre y por cuenta de otra persona —representado.
Los efectos se producen directa e inmediatamente en el representado,
como si él mismo hubiera ejecutado el acto.

Los elementos para que exista representación son:


- la declaración en nombre ajeno, efectuada por el representante;
- el actuar por cuenta o interés ajeno
- la existencia de una facultad apropiada y suficiente, que puede provenir
de la ley o de la convención.

Art 358: La representación es voluntaria cuando resulta de un acto


jurídico, es legal cuando resulta de una regla de derecho, y es orgánica
cuando resulta del estatuto de una persona jurídica.

Solo se puede otorgar representación para actos que el representado


podría actuar por sí mismo (art. 362). Es decir que el representado debe
tener capacidad —de hecho y de derecho— para otorgar el acto de que
se trata.

Extinción de la representación

- el cumplimiento de los actos encargados al apoderado.


- la muerte del representante o del representado.
- la revocación hecha por el representado, a no ser que el poder haya sido
concebido como irrevocable.
- la renuncia del representante.
- la muerte presunta del representante o representado.
- la declaración de ausencia del representante.
- la quiebra de uno u otro.
- la pérdida de capacidad de uno u otro.
-
EL OBJETO DEL ACTO JURÍDICO

El objeto del acto jurídico no debe ser un hecho imposible o prohibido


por la ley, contrario a la moral, a las buenas costumbres, al orden
público o lesivo de los derechos ajenos o de la dignidad humana.
Tampoco puede ser un bien que por un motivo especial se haya
prohibido que lo sea.

El objeto de los actos jurídicos puede ser elegido libremente por las
partes.

¿Qué puede ser objeto?


Objeto del negocio jurídico pueden ser:
- Bienes, que no estén prohibidos como objeto de un negocio.
- Hechos, que deben ser posibles, lícitos, acordes con la moral y las
buenas costumbres, al orden público y que no sean lesivos a los
derechos ajenos o a la dignidad humana.

- La persona no puede ser objeto del negocio jurídico.


- En los denominados actos jurídicos familiares, la persona actúa como
sujeto, y el objeto estará dado por las relaciones jurídicas que se crean,
modifican o extinguen.
LA CAUSA
La causa es el fin inmediato autorizado por el ordenamiento jurídico que ha
sido determinante de la voluntad. También integra la causa los motivos
exteriorizados cuando sean lícitos y hayan sido incorporados al acto en forma
expresa o tácitamente para ambas partes.
Esta es la causa en sentido objetivo; es la causa tipificantes del negocio,
idéntica en todos los negocios de la misma especie y que por ello sirve para
identificarlo.
Art 282: Presunción de causa. Aunque la causa no este expresada en el acto
se presume que existe mientras no se pruebe lo contrario. El acto es válido
aunque la causa expresada sea falsa si se funda en otra causa verdadera.
De ello se deriva que si la causa expresada es falsa, ello no provoca
necesariamente la nulidad del acto jurídico, sino que invierte la prueba;
vale decir que una vez demostrado que la causa es falsa, quien pretenda
conservar la validez del acto debe demostrar que el negocio tiene causa y
que ella es lícita.
La causa se presume aunque no esté expresada en el contrato, y quien
invoque su inexistencia carga con la prueba de tal extremo.
El mismo art. 281 sigue diciendo que "También integran la causa los motivos
exteriorizados cuando sean lícitos y hayan sido incorporados al acto en forma
expresa, o tácitamente si son esenciales para ambas partes".

Causa final: constituye un elemento de todos los negocios jurídicos, incluidos


los actos jurídicos patrimoniales unilaterales.
La causa final puede ser definida como la razón de ser jurídica del negocio
poseyendo una doble significación, objetiva y subjetiva.
Como causa final objetiva, identifica a la pretensión que tiene cada una de las
partes de un negocio jurídico de obtener de la otra el cumplimiento de las
prestaciones prometidas.
Causa final subjetiva En este segundo sentido, la causa final se refiere a los
móviles perseguidos por algún contratante en particular. Para que esos móviles
sean causa del negocio y por ello tengan relevancia jurídica, han de haber sido
"causalizados". Para ello es necesario que sean esenciales, exteriorizados y, si
es un contrato bilateral o unilateral oneroso, han de ser comunes a ambas
partes.
-La causa final así entendida tiene relevancia en la etapa genética del contrato
y también en la etapa funcional o de cumplimiento, hasta el mismo momento de
su extinción.
Causa y autonomía de la voluntad
Para que la voluntad privada tenga tal fuerza, y autorice a constreñir a la otra
parte a cumplir aun forzadamente aquello a que se ha comprometido, es
necesario que ese negocio jurídico tenga una causa que merezca ser
amparada por el ordenamiento jurídico. Es decir, que ese negocio jurídico
tienda a realizar — persiga, busque, tenga como finalidad — un interés
que el ordenamiento considere merecedor de tutela y protección. Por ello,
esa finalidad deberá ser lícita y acorde con la moral y las buenas costumbres.
Aplicaciones prácticas
Causa subjetiva en la etapa genética del contrato
Según algunos criterios, la causa errónea y la causa simulada (supuestos de
falsa causa), fundamentan la anulación de los actos jurídicos por error en la
causa y por simulación.
Causa objetiva en la etapa funcional del negocio
En su noción objetiva la causa final fundamenta:
— el pacto comisorio expreso y tácito (art. 1083)
— la excepción de incumplimiento (art. 1031)
— la imposibilidad de pago (art. 955)
— la teoría de la imprevisión (art. 1091).
Nosotros agregamos que también en las garantías por vicios redhibitorios y de
evicción encuentra su lugar la idea de causa final.
Resulta claro que el negocio jurídico debe contar, como uno de sus
elementos esenciales, con una causa final —comprendida en sus sentidos
objetivo y subjetivo. De modo que si en el negocio falta la causa, o ella es falsa,
ilícita o se frustra, se producirán determinados efectos jurídicos.

Falsa causa
El negocio que expresa una causa no real es válido si se funda en otra causa
verdadera (art. 282) y lícita. Produciéndose una inversión de la carga de la
prueba pues quien pretenda la subsistencia del acto debe probar que tiene
causa y que ella es lícita.
De allí que el negocio simulado no sea necesariamente inválido; por el
contrario, si la simulación es lícita, produce efectos jurídicos el acto real.
Causa ilícita
El contrato es nulo cuando:
a) su causa es contraria a la moral, al orden público o a las buenas
costumbres.
b) ambas partes lo han concluido por un motivo ilícito o inmoral común. Si solo
una de ellas ha obrado por un motivo ilícito o inmoral, no tiene derecho a
invocar el contrato frente a la otra, pero esta puede reclamar lo que ha dado,
sin obligación de cumplir lo que ha ofrecido".
Para que la causa ilícita provoque la nulidad del negocio, es preciso que
ella sea común a ambas partes. No es necesario que exista un proyecto
común a ambos contratantes, pero sí se requiere, en toda hipótesis, que
el móvil ilícito que ha motivado a una de las partes haya sido conocido
por la otra, de modo que haya entrado en el "campo contractual", con lo
que se evita que un contratante de buena fe deba soportar una nulidad
por una causa ilícita que ha ignorado.

FORMA Y PRUEBA
La forma como elemento esencial del acto jurídico alude al modo de
exteriorización de la voluntad. Es la manera como se manifiesta la voluntad del
sujeto respecto del objeto, en orden a la consecución del fin jurídico propuesto.
Los conceptos de forma y prueba son conceptos diferentes que no
pueden confundirse entre si, mientras la forma constituye el elemento externo
del acto, la prueba se erige como medio no necesariamente instrumental que
sirve para demostrar la verdad del hecho, de haberse efectivamente realizado
el acto jurídico (puede ser escrita, confesional, testimonial, etcétera). Además,
la forma es contemporánea del acto, mientras que la prueba puede no serlo.

Clasificación de los actos según la forma


Desde el punto de vista de la forma, los actos jurídicos se dividen entre actos
jurídicos formales a aquellos que en virtud de la ley o de la voluntad de las
partes deben ser otorgados para determinadas solemnidades.
Los actos jurídicos no formales o de forma libre, que pueden realizarse bajo
cualquiera de las formalidades idóneas para exteriorizar la voluntad. Los actos
no formales son aquellos en los que las partes pueden elegir libremente el
modo en el que han de expresar su voluntad, en los que rige el principio de
libertad de formas
Los actos formales de solemnidad absoluta son aquellos cuya eficacia
depende del estricto cumplimiento de las formalidades legalmente impuestas,
de modo que la inobservancia de la forma prescripta acarrea la nulidad del
acto, privándolo de todo efecto jurídico. Por ejemplo, el matrimonio.
Por otro lado, los actos formales de solemnidad relativa son aquellos en los
que la eficacia del acto depende del cumplimiento de una formalidad
determinada cuya inobservancia, si bien priva al acto de sus efectos propios,
no impide que produzca otros efectos jurídicos previstos en la ley, como
sucede por ejemplo con la transmisión de la propiedad de cosas inmuebles.
La regla es que los contratos que tienen por objeto la adquisición, modificación
o extinción de derechos reales sobre inmuebles deben ser otorgados por
escritura pública.
Si la compraventa se realiza mediante un boleto privado de compraventa, no es
que el contrato será nulo, sino que se generará en el vendedor una obligación
de hacer: la de otorgar la escritura pública.
El incumplimiento de la formalidad exigida (la escritura pública) impide que el
acto produzca sus efectos propios, pero se produce la conversión del negocio,
pues la ley le reconoce la eficacia de otro negocio jurídico distinto
Principio general y excepciones. Efectos
El principio general es el de libertad de formas, según el cual los particulares
pueden elegir libremente los medios de exteriorización de la voluntad que
integra el contenido del negocio.
El artículo 284 del CCNC, que dispone “Si la ley no designa una forma
determinada para la exteriorización de la voluntad, las partes pueden utilizar la
que estimen conveniente. Las partes pueden convenir una forma más exigente
que la impuesta por la ley”
La regla de la libertad de formas no es absoluta y reconoce excepciones, como
son los casos de la forma impuesta, ya sea exigida por la ley o por la voluntad
de las partes.
Forma impuesta
El acto que no se otorga en la forma exigida por la ley no queda concluido
como tal mientras no se haya otorgado el instrumento previsto, peo vale como
acto en el que las partes se ha obligado a cumplir con la expresada formalidad,
excepto que ella se exija bajo sanción de nulidad. Son aquellos que no deben
de seguirse por una preinscripción legal y convencional.
Instrumentos públicos
Los instrumentos públicos son los documentos revestidos de las formalidades
legales, otorgados por un oficial o funcionario público a quien la ley inviste de la
potestad de autorizarlos y de dar fe de su autenticidad y de la verdad de sus
constancias. Estos son expedidos con la finalidad de acreditar la existencia de
un hecho o acto jurídico o de manifestar el ejercicio de un poder del Estado.

Son instrumentos públicos:


a) las escrituras públicas y sus copias o testimonios.
b) los instrumentos que extienden los escribanos o los funcionarios públicos
con los requisitos que establecen las leyes.
c) los títulos emitidos por el Estado nacional, provincial o la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, conforme a las leyes que autorizan su emisión.
Requisitos del instrumento público.
a) la actuación del oficial público en los límites de sus atribuciones y de su
competencia territorial, excepto que el lugar sea generalmente tenido como
comprendido en ella.
b) las firmas del oficial público, de las partes, y en su caso, de sus
representantes si alguno de ellos no firma por sí mismo o a ruego, el
instrumento carece de validez para todos.
En conclusión, para que el instrumento público sea válido, es necesario:
que el funcionario sea apto y competente y que esté firmado por los
otorgantes y por los autorizantes del acto.
Eficacia probatoria.
El instrumento público hace plena fe:
a) en cuanto a que se ha realizado el acto, la fecha, el lugar y los hechos que el
oficial público enuncia como cumplidos por él o ante él hasta que sea declarado
falso en juicio civil o criminal.
b) en cuanto al contenido de las declaraciones sobre convenciones,
disposiciones, pagos, reconocimientos y enunciaciones de hechos
directamente relacionados con el objeto principal del acto instrumentado, hasta
que se produzca prueba en contrario.

Instrumentos particulares
Los instrumentos particulares son los otorgados por las partes y pueden estar
firmados o no. Si están firmados, se denominan instrumentos privados; si no lo
están, se llaman instrumentos particulares no firmados.
Instrumentos privados
Los instrumentos privados son las herramientas particulares que contienen una
manifestación de voluntad destinada a producir efectos jurídicos firmados por
sus otorgantes.
La función principal de estos instrumentos es la prueba de los actos o de las
convenciones que se plasman en ellos mediante la exteriorización de la
voluntad, se caracterizan por la amplia libertad de las partes en cuanto a su
contenido.
En definitiva, los instrumentos privados son una clase de instrumentos
particulares firmados.
Requisitos de validez: firma y reconocimiento
Firma. La firma prueba la autoría de la declaración de voluntad expresada en el
texto al cual corresponde. Debe consistir en el nombre del firmante o en un
signo.
En los instrumentos generados por medios electrónicos, el requisito de la firma
de una persona queda satisfecho si se utiliza una firma digital, que asegure
indubitablemente la autoría e integridad del instrumento.
Valor probatorio.
El valor probatorio de los instrumentos particulares debe ser apreciado por el
juez ponderando
Para que un instrumento privado tenga autenticidad, debe reconocerse su firma
por los otorgantes. Los instrumentos privados se diferencian de los públicos
porque no se prueban per se, es decir, a sí mismos. Ahora bien, con la firma
reconocida por el autor, el instrumento privado adquiere la fuerza probatoria
entre las partes, asemejando la misma al instrumento público.

Lesión
Concepto ligado a la buena fe. Se considera que hay lesión cuando una
persona explota un estado de necesidad y obtiene una ventaja patrimonial
evidentemente desproporcionada.
Es el daño en un contrato a título oneroso que deriva del hecho de no recibir el
equivalente de lo que se da.
La lesión se configura por dos elementos, subjetivo y objetivo.
Lesión objetiva
Llamamos lesión objetiva al vicio del acto jurídico que se expresa a través de la
mera inequivalencia entre lo que se da y lo que se recibe, es decir, consiste en
la evidente e injustificada desproporción de las prestaciones (la victima).

Lesión subjetiva
Dentro de la lesión subjetiva se debe intentar probar el estado de necesidad,
debilidad psíquica o inexperiencia por parte del lesionado, donde se obtuviera
por medio de ellos una ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada y
sin justificación.
Art 332. Lesión
- Puede demandarse la nulidad o la modificación de los actos jurídicos
cuando una de las partes explotando la necesidad, debilidad síquica o
inexperiencia de la otra, obtuviera por medio de ellos una ventaja
patrimonial evidentemente desproporcionada y sin justificación.
- Se presume, excepto prueba en contrario, que existe tal explotación en
caso de notable desproporción de las prestaciones. Si la
desproporción es notable, la ley presume el elemento subjetivo e
invierte carga de la prueba.
- Los cálculos deben hacerse según valores al tiempo del acto y la
desproporción debe subsistir en el momento de la demanda.
- El afectado tiene opción para demandar la nulidad o un reajuste
equitativo del convenio, pero la primera de estas acciones se debe
transformar en acción de reajuste si este es ofrecido por el demandado
al contestar la demanda.
- Solo el lesionado o sus herederos pueden ejercer la acción.
¿En qué momento es notable que la desproporción exista?
Debe existir en la celebración del acto y subsistir hasta el momento de la
demanda.

PRUEBA DE LA LESIÓN. Prueba del elemento objetivo


No es necesario que la desproporción alcance una dimensión
matemáticamente determinada, sino que, por el contrario, habrán de
ponderarse las circunstancias del caso y los factores subjetivos de la víctima.
La prueba del elemento subjetivo de la víctima
A la parte perjudicada por el acto lesivo le basta con probar la desproporción
"notable" para que se presuma tanto la existencia de la explotación cuanto la
situación de inferioridad. De modo que ante la prueba de la desproporción es el
demandado quien debe probar algo que la justifique.
Pero para que esto se dé, deberá acreditar dos elementos, a saber:
— desproporción entre las prestaciones.
— estado de inferioridad.

SANCIÓN DEL ACTO LESIVO


La víctima del acto lesivo dispone de dos acciones para evitar los efectos del
acto lesivo:
- La de nulidad
- O la de modificación o reajuste.
Solo puede disponer de una u la otra, jamás las dos al mismo tiempo
Si demanda la nulidad, la contraparte puede ofrecer un equitativo reajuste del
contrato, pero sí en cambio solicita el reajuste, el demandado no puede oponer
la nulidad porque él no es titular de esa acción.

Prescripción de la acción
La prescripción de la acción se produce a los dos años computados desde la
fecha en que la obligación del lesionado debía ser cumplida, es decir, cuando
se hace patente la lesión.
Legitimado activo
Víctima o sus herederos universales. El sucesor NO tiene acción por lesión. El
legitimado activo puede solicitar un reajuste equitativo y solicitar la modificación
del acto jurídico o nulidad.
Legitimado pasivo
Victimario o sus herederos

Simulación
Indica el concierto o la inteligencia de dos o más personas para dar a una cosa
la apariencia de otra, siendo su finalidad el engaño ya sea de forma absoluta o
relativa.
Conforme al art. 333: La simulación tiene lugar cuando se encubre el carácter
jurídico de un acto bajo la apariencia de otro, o cuando el acto contiene
cláusulas que no son sinceras, o fechas que no son verdaderas, o cuando por
él se constituyen o transmiten derechos a personas interpuestas, que no son
aquellas para quienes en realidad se constituyen o transmiten.
Los elementos del negocio simulado son tres:
— Contradicción entre la voluntad interna y la declarada. La simulación se
manifiesta por una discordancia entre lo efectivamente querido por las partes
del negocio y lo declarado por ellas.
— Acuerdo de partes que precede y sirve de causa a esa contradicción.
— El ánimo de engañar del que puede resultar o no perjuicio a terceros o una
violación de la ley.

CLASIFICACIONES DE LOS NEGOCIOS SIMULADOS


Simulación lícita e ilícita
Es ilícita la simulación que persigue una finalidad ilícita o perjudicar a un
tercero (no pagar las obligaciones, eludir los impuestos)
Es lícita cuando no persigue una finalidad ilícita ni perjudica a terceros. Es una
acción entre partes. Por ejemplo, si para administrar un bien durante mi
prolongada ausencia, en vez de dar un mandato transmito la propiedad del
mismo.
La simulación se clasifica en: Simulación absoluta y relativa
- La simulación absoluta es aquella en que el acto ostensible no oculta un
acto real. El acto es pura y total apariencia.
- La simulación relativa, que se presenta cuando debajo del acto
ostensible existe otro acto diferente que es el realmente querido.
Prueba de la acción de simulación entre partes
Cuando se otorga un negocio simulado es común que las partes declaren la
realidad subyacente en otro instrumento, al que se denomina
"contradocumento". Por ello, generalmente la prueba de la simulación se
hace a través de ese contradocumento.
Excepto si se prueba que se destruyó o con una justificación valida.
Contradocumento: es el instrumento público o privado otorgado por las partes o
el beneficiario del acto simulado, normalmente destinado a quedar secreto, en
el que se declara el verdadero contenido o carácter del acto y tendiente a
restablecer la realidad de las cosas.

El contradocumento debe reunir los siguientes recaudos:


— ser otorgado por las partes del negocio o el beneficiario de la simulación.
— referirse fatalmente al acto simulado.
— tener simultaneidad intelectual con el acto.
EFECTOS DE LA DECLARACIÓN DE SIMULACIÓN
Nulidad del acto
Su declaración opera el desvanecimiento del acto simulado, pero al propio
tiempo produce el descubrimiento del acto real oculto, atendiendo a lo que fue
la real intención de las partes.
Eso siempre y cuando el acto real, a su vez, no contenga nada contrario a la
ley o en contra de los derechos de terceros.

Efectos frente a terceros que los benefician o conjunto de acreedores


Todos los terceros se benefician con la declaración del acto simulado, aun
aquellos que hayan manifestado su voluntad de no impugnarlo, pues un acto
no puede ser válido e inválido al mismo tiempo.
PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN DE SIMULACIÓN
La prescripción opera en el plazo de dos años, que se computan de manera
diferente según se trate de acción ejercida por alguna de las partes o por
terceros.
- En la simulación entre partes, los dos años se cuentan desde que,
requerida una de ellas, se negó a dejar sin efecto el acto simulado.

- En la simulación ejercida por tercero, los dos años se cuentan desde


que conoció o pudo conocer el vicio del acto jurídico

EL FRAUDE
El fraude solo puede manifestarse en negocios jurídicos; nunca en simples
hechos jurídicos, pueden ser actos bilaterales o unilaterales (como el no
ejercicio de un derecho de tanteo).
El art. 338 dice:
"Todo acreedor puede solicitar la declaración de inoponibilidad de los actos
celebrados por su deudor en fraude de sus derechos, y de las renuncias al
ejercicio de derechos o facultades con los que hubiese podido mejorar o
evitado empeorar su estado de fortuna".
El art. 339 dispone:
Son requisitos de procedencia de la acción de declaración de inoponibilidad:
- Que el crédito sea de causa anterior al acto impugnado, excepto que el
deudor haya actuado con el propósito de defraudar a futuros acreedores.
- Que el acto haya causado o agravado la insolvencia del deudor.
- Que quien contrató con el deudor a título oneroso haya conocido o
debido conocer que el acto provocaba o agravaba la insolvencia.
Solo está legitimado para iniciar una acción revocatoria, el acreedor cuyo
crédito es de fecha anterior al negocio jurídico que se tacha de fraudulento, aun
cuando se trate de un acto a título gratuito.
El art. 340, dice que
- Efectos frente a terceros: Deber de indemnizar. El fraude no puede
oponerse a los acreedores del adquiriente que de buena fe hayan
ejecutado los bienes comprendidos en el acto.

- La acción del acreedor contra el subadquirente de los derechos


obtenidos por el acto impugnado solo procede si adquirió por título
gratuito, o si es cómplice en el fraude; la complicidad se presume si, al
momento de contratar, conocía el estado de insolvencia
Si el negocio transmisivo al subadquirente es a título gratuito, para que la
acción triunfe basta con que se reúnan los recaudos de admisión contra el que
contrató directamente con el deudor (en otras palabras, que el primer negocio
también fuere a título gratuito, o que siendo a título oneroso el adquirente haya
tenido conocimiento de la insolvencia del enajenante).
Si el negocio transmisivo al subadquirente es a título oneroso, es necesario
(además de los requisitos de procedencia contra el que contrató directamente
con el deudor) que el subadquirente también hubiera conocido la insolvencia
del deudor.
- El subadquirente de mala fe y quien contrato de mala fe con el deudor
responden solidariamente por los daños causados al acreedor que
ejerció la acción. El que contrato de buena fe y título gratuito con el
deudor, responde en la medida de su enriquecimiento.
Art 341: Extinción de la acción
Cesa la acción de los acreedores si el adquiriente de los bienes transmitidos
por el deudor los desinteresa o da garantía suficiente.
Art 342: Extensión de inoponibilidad
La declaración de inoponibilidad se pronuncia exclusivamente en intereses de
los acreedores que la promueven y hasta el importe de sus respectivos
créditos.

INEFICACIA DE LOS ACTOS JURIDICOS


La ineficacia es, privación o disminución de los efectos propios del negocio
jurídico, es decir, de los efectos que las partes persiguen de manera inmediata
al otorgarlo.
La ineficacia es un concepto jurídico que abarca diversas situaciones en las
que los actos carecen de valor, fuerza o eficiencia para lograr sus efectos
propios.
Artículo 382: Categorías de ineficacia. Los actos jurídicos pueden ser
ineficaces en razón de su nulidad o de su inoponibilidad respecto de
determinadas personas.
Artículo 383. Articulación La nulidad puede argüirse por vía de acción u
oponerse como excepción. En todos los casos debe sustanciarse.
Artículo 384. Conversión El acto nulo puede convertirse en otro diferente
válido cuyos requisitos esenciales satisfaga, si el fin práctico perseguido por las
partes permite suponer que ellas lo habrían querido si hubiesen previsto la
nulidad.
Artículo 385. Acto indirecto Un acto jurídico celebrado para obtener un
resultado que es propio de los efectos de otro acto, es válido si no se otorga
para eludir una prohibición de la ley o para perjudicar a un tercero.
Nulidad absoluta y relativa
Artículo 386. Son de nulidad absoluta los actos que contravienen el orden
público, la moral o las buenas costumbres. Son de nulidad relativa los actos a
los cuales la ley impone esta sanción sólo en protección del interés de ciertas
personas.
Artículo 387. Nulidad absoluta. Consecuencias La nulidad absoluta puede
declararse por el juez, aun sin mediar petición de parte, si es manifiesta en el
momento de dictar sentencia. Puede alegarse por el Ministerio Público y por
cualquier interesado, excepto por la parte que invoque la propia torpeza para
lograr un provecho. No puede sanearse por la confirmación del acto ni por la
prescripción.
Artículo 388. Nulidad relativa. Consecuencias La nulidad relativa sólo puede
declararse a instancia de las personas en cuyo beneficio se establece.
Excepcionalmente puede invocarla la otra parte, si es de buena fe y ha
experimentado un perjuicio importante. Puede sanearse por la confirmación del
acto y por la prescripción de la acción. La parte que obró con ausencia de
capacidad de ejercicio para el acto, no puede alegarla si obró con dolo. Sección
3ª. Nulidad total y parcia
Artículo 389. Nulidad total es la que se extiende a todo el acto. Nulidad parcial
es la que afecta a una o varias de sus disposiciones
Efectos de la nulidad
Artículo 390. La nulidad pronunciada por los jueces vuelve las cosas al mismo
estado en que se hallaban antes del acto declarado nulo y obliga a las partes a
restituirse mutuamente lo que han recibido. Estas restituciones se rigen por las
disposiciones relativas a la buena o mala fe según sea el caso.
Artículo 391. Hechos simples
Los actos jurídicos nulos, aunque no produzcan los efectos de los actos
válidos, dan lugar en su caso a las consecuencias de los hechos en general y a
las reparaciones que correspondan.
Artículo 392. Efectos respecto de terceros en cosas registrables
Todos los derechos reales o personales transmitidos a terceros sobre un
inmueble o mueble registrable, por una persona que ha resultado adquirente en
virtud de un acto nulo, quedan sin ningún valor, y pueden ser reclamados
directamente del tercero, excepto contra el subadquirente de derechos reales o
personales de buena fe y a título oneroso.
Los subadquirente no pueden ampararse en su buena fe y título oneroso si el
acto se ha realizado sin intervención del titular del derecho. Sección 5ª.
Confirmación
Artículo 393. Requisitos. Hay confirmación cuando la parte que puede
articular la nulidad relativa manifiesta expresa o tácitamente su voluntad de
tener al acto por válido, después de haber desaparecido la causa de nulidad.
El acto de confirmación no requiere la conformidad de la otra parte.
Artículo 394. Forma
Si la confirmación es expresa, el instrumento en que ella conste debe reunir las
formas exigidas para el acto que se sanea y contener la mención precisa de la
causa de la nulidad, de su desaparición y de la voluntad de confirmar el acto.
La confirmación tácita resulta del cumplimiento total o parcial del acto nulo
realizado con conocimiento de la causa de nulidad o de otro acto del que se
deriva la voluntad inequívoca de sanear el vicio del acto.
Artículo 395. Efecto retroactivo La confirmación del acto entre vivos
originalmente nulo tiene efecto retroactivo a la fecha en que se celebró. La
confirmación de disposiciones de última voluntad opera desde la muerte del
causante. La retroactividad de la confirmación no perjudica los derechos de
terceros de buena fe.
Inoponibilidad
Artículo 396. Efectos del acto inoponible frente a terceros
El acto inoponible no tiene efectos con respecto a terceros, excepto en los
casos previstos por la ley.
Artículo 397. Oportunidad para invocarla la inoponibilidad
Puede hacerse valer en cualquier momento, sin perjuicio del derecho de la otra
parte a oponer la prescripción o la caducidad.
Transmisión de los derechos
Artículo 398. Transmisibilidad Todos los derechos son transmisibles excepto
estipulación válida de las partes o que ello resulte de una prohibición legal o
que importe trasgresión a la buena fe, a la moral o a las buenas costumbres.
Artículo 399. Nadie puede transmitir a otro un derecho mejor o más extenso
que el que tiene, sin perjuicio de las excepciones legalmente dispuestas.
Artículo 400. Sucesores Sucesor universal es el que recibe todo o una parte
indivisa del patrimonio de otro; sucesor singular el que recibe un derecho en
particular.

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