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Los hechos jurídicos abarcan los actos jurídicos y su principal especie (los
contratos) regula el acto voluntario, la discordancia entre voluntad y
declaración, los vicios del acto voluntario y la relación de causalidad.
El hecho jurídico es el que produce efectos, en caso de que no produzca
efectos pasa a ser considerado un hecho no jurídico.
Los efectos jurídicos pueden ser modificadores de potestades, de capacidades,
de intereses legítimos, de simples intereses de hechos que producen el
derecho al discernimiento.
También se dice que...
Hechos son los acontecimientos o sucesos que provienen de la naturaleza o
del hombre, la ley le atribuye consecuencia jurídica.
El art. 257, Cód. Civ. y Com., define al hecho jurídico como el "acontecimiento
que, conforme al ordenamiento jurídico, produce el nacimiento, modificación o
extinción de relaciones o situaciones jurídicas".
El temor, el error, la toma de conocimiento, los móviles morales o inmorales,
pueden formar parte de un acontecimiento del que derivan efectos jurídicos.
Por ejemplo, comprar una obra de arte creyendo por error que es auténtica, da
lugar a un efecto jurídico que es la anulación del acto.
- Es hecho jurídico el que incide de alguna manera en las relaciones y
situaciones jurídicas subjetivas, dando lugar al nacimiento, modificación
o extinción de derechos subjetivos o deberes jurídicos.
Autonomía de los efectos respecto de la voluntad de las personas
Los "actos voluntarios", esto es, los obrados por las personas, con
discernimiento, intención y libertad, y expuestos a través de una declaración
de esa voluntad.
Son hechos voluntarios los actuados con discernimiento, intención y libertad y
manifestados por un hecho exterior. El hecho debe exteriorizarse
configurando la manifestación de la voluntad, el solo “querer” interno NO
exteriorizado NO produce efectos por sí solo. Se requiere que la voluntad se
exteriorice, es decir, manifestando la voluntad.
Esa voluntariedad, alude a la existencia de los elementos internos del acto (ya
mencionados: discernimiento, intención, libertad), y no a la voluntad de quienes
los actúan de producir efectos jurídicos.
Los efectos jurídicos que hacen que un hecho voluntario pueda ser calificado
como hecho jurídico son determinados por la ley y no por la voluntad de las
partes.
Los hechos involuntarios también son hechos jurídicos: porque los efectos
que ellos producen, son atribuidos directamente por la ley, a pesar de la falta
de voluntad de quien los ha obrado.
Son involuntarios por falta de discernimiento los actos de quien, al momento
de realizarlo, está privado de la razón; los actos ilícitos de la persona menor de
edad que no ha cumplido diez años; los actos lícitos de la persona menor de
edad que no ha cumplido trece años.
En cambio el acto jurídico (art. 259) los efectos jurídicos son directamente
queridos por las partes.
El discernimiento
Facultad del sujeto por la cual conoce y distingue lo bueno de lo malo, lo justo
de lo injusto, lo conveniente de lo inconveniente. Es la madurez intelectual
para razonar, comprender y valorar el acto y sus consecuencias.
La noción de discernimiento es actualmente una noción variable. Se puede
tener discernimiento para actos simples y no tenerlo para actos más complejos.
La existencia o no de discernimiento no se pree establece en función por ej. De
una enfermedad mental, si no que requiere de ser evaluada para cada acto
concreto, de lo que puede resultar que un enfermo mental tenga actitud o
discernimiento para celebrar un acto concreto y no la tenga para actos más
complejos.
Es involuntario por falta de discernimiento:
a) el acto de quien, al momento de realizarlo, está privado de la razón (ej.
alguien que se encuentra bajo el efecto de sustancias)
b) el acto ilícito de la persona menor de edad que no ha cumplido diez años
c) el acto lícito de la persona menor de edad que no ha cumplido trece años.
- Los menores de edad no tienen discernimiento, sus padres pueden responder
a sus actos ilícitos.
- Si no hay discernimiento, NO HAY VOLUNTAD.
- Están privadas del discernimiento todas las personas que no tienen el uso de
razón al tiempo de la ejecución del acto, quedan comprendidos los actos
humanos ejecutados sin conciencia, por obra de la embriaguez, la utilización de
drogas, narcóticos, u otras enfermedades.
- La prueba de la falta de razón recae sobre quien la invoca para excluirse de la
responsabilidad de sus actos.
- Cualquier acto lícito obrado en estas circunstancias debe ser
considerado un acto involuntario. De modo que no será válida la
compraventa atribuida a alguien que estaba ebrio o afectado por el uso de
drogas, supiera o no el efecto que el alcohol o la droga habrían de
producirle.
- En cambio, si se trata de acto ilícito, él será considerado involuntario si la
privación accidental de la razón es también involuntaria
. De modo que el acto será involuntario cuando la embriaguez o pérdida de la
conciencia se produce por una cualidad desconocida del licor o porque en él ha
sido introducida otra sustancia por un tercero, etcétera.
Pero no será involuntario cuando la inconsciencia proviene de la negligencia
del sujeto que ha bebido en exceso o ha consumido estupefacientes
conociendo o debiendo conocer sus efectos. Por lo que quien conduce un
automóvil en 440 en estado de ebriedad responde plenamente por los daños
causados (y no solos por razones de equidad como lo sería si el acto fuera
involuntario).
Intención
Se trata del discernimiento aplicado a un acto en concreto. Habrá, pues,
intención en el acto cuando exista adecuada correspondencia entre lo
entendido y lo actuado, cuando se ha realizado el acto tal como se pensó
llevarlo a cabo
- La intención es afectada por los vicios de error y dolo, en tanto y en
cuanto importan que la facultad de entender ha sido incorrectamente
aplicada en el acto en concreto, ya sea por una causa propia (falta de
conocimiento o conocimiento insuficiente: error) o por causa ajena
(error provocado: dolo).
La intención se presume cuando el acto ha sido obrado por una persona con
discernimiento. Por ello, como se examinará en su momento, la prueba del
error o del dolo que la vician corresponde a quien los invoque.
La libertad
La libertad es la posibilidad de elegir entre ejecutar o no el acto, sin coacción
exterior.
La libertad es afectada por el vicio de violencia (fuerza e intimidación), nos
referimos a fuerza injusta e irresistible para la víctima.
"Nadie está obligado a vender, excepto que se encuentre sometido a la
necesidad jurídica de hacerlo". Por lo tanto, se obra sin libertad cuando la
coacción externa no es legítima, esto es no está fundada en la ley o en el
contrato.
El silencio solo puede adquirir valor en conexión con otros hechos o actos, es
decir, formando parte de una conducta expresiva compleja.
Art 263: El silencio opuesto a actos o a una interrogación no es considerado
como una manifestación de la voluntad conforme al acto o la interrogación,
excepto en los casos en que haya un deber de expedirse que puede resultar de
la ley, de la voluntad de las partes, de los usos y practicas o de una
relación entre el silencio actual y las declaraciones procedentes.
Actos jurídicos
Los actos jurídicos bilaterales y patrimoniales, esto es los contratos, cuanto
los negocios jurídicos familiares, los testamentos, los negocios jurídicos que
tienen un objeto no patrimonial (actos de disposición sobre el propio cuerpo, p.
ej.), y los negocios patrimoniales unilaterales (la constitución en mora, la
resolución de propia autoridad por 451 ejercicio de la condición resolutoria
tácita), y cualquier otro acto voluntario lícito que tenga una finalidad jurídica
inmediata, quedarán subordinados a estas normas genéricas.
Los actos ilícitos no son actos jurídicos, puesto que si bien establecen
relaciones jurídicas —de ellos nace el deber de reparar el daño causado—, el
efecto jurídico no se produce por ser querido por el autor, sino como una
sanción del ordenamiento para quien ha violado el principio non alterum
laedere (no dañar a otro).
Es un efecto jurídico, que puede consistir en dar nacimiento a una
relación jurídica, extinguirla, modificarla o transmitirla, su finalidad
corresponde al acto (hacerse dueño en la compraventa, establecer una
relación de filiación en la adopción, establecer una relación conyugal en
el matrimonio). Y estos efectos se producen porque son queridos,
perseguido por el hombre; y la ley ampara y tutela, esa voluntad,
asignándole el efecto buscado.
Distinción con los simples actos lícitos
En el simple acto lícito, la producción del efecto jurídico nace de la ley con total
prescindencia de la voluntad de quien actúa. Así quien caza o pesca, puede
hacerlo por mero placer, pero la ley le atribuye el dominio si el sujeto conserva
el pez o la presa.
En cambio, en el acto o negocio jurídico, el efecto jurídico se produce porque el
sujeto lo quiere.
Acto jurídico y autonomía de la voluntad
El negocio jurídico, obra de la voluntad del hombre, con finalidad jurídica,
aparece como la expresión técnica del reconocimiento de la autonomía privada,
como fuente creadora de efectos jurídicos; el negocio jurídico constituye
entonces el medio fundamental de realización del principio de autonomía de la
voluntad.
Elementos del negocio jurídico
Los negocios jurídicos están compuestos por elementos esenciales, naturales y
accidentales.
- Son elementos esenciales la voluntad, el objeto y la causa
- Se llaman elementos naturales a los que suelen acompañar al negocio
jurídico según su naturaleza. Las partes del negocio pueden, por
supuesto, evitar la integración de la legislación supletoria; por ello serían
elementos meramente naturales.
- los elementos accidentales, son aquellos que pueden o no existir según
la voluntad de las partes. Forman parte de esta categoría las
modalidades de los negocios (plazo, cargo, condición).
Concepto de parte
Es aquel cuyos derechos u obligaciones nacen, se modifican, se
transmiten o se extinguen como consecuencia del negocio jurídico
La parte es quien otorga el acto, en el sentido de que es quien lo
concluye por sí mismo, prestando su consentimiento, pero los negocios
jurídicos pueden también otorgarse por representación. En este caso el
representante actúa como mero otorgante y no como parte.
Representante
Existe representación cuando una persona —representante— declara su
voluntad en nombre y por cuenta de otra persona —representado.
Los efectos se producen directa e inmediatamente en el representado,
como si él mismo hubiera ejecutado el acto.
Extinción de la representación
El objeto de los actos jurídicos puede ser elegido libremente por las
partes.
Falsa causa
El negocio que expresa una causa no real es válido si se funda en otra causa
verdadera (art. 282) y lícita. Produciéndose una inversión de la carga de la
prueba pues quien pretenda la subsistencia del acto debe probar que tiene
causa y que ella es lícita.
De allí que el negocio simulado no sea necesariamente inválido; por el
contrario, si la simulación es lícita, produce efectos jurídicos el acto real.
Causa ilícita
El contrato es nulo cuando:
a) su causa es contraria a la moral, al orden público o a las buenas
costumbres.
b) ambas partes lo han concluido por un motivo ilícito o inmoral común. Si solo
una de ellas ha obrado por un motivo ilícito o inmoral, no tiene derecho a
invocar el contrato frente a la otra, pero esta puede reclamar lo que ha dado,
sin obligación de cumplir lo que ha ofrecido".
Para que la causa ilícita provoque la nulidad del negocio, es preciso que
ella sea común a ambas partes. No es necesario que exista un proyecto
común a ambos contratantes, pero sí se requiere, en toda hipótesis, que
el móvil ilícito que ha motivado a una de las partes haya sido conocido
por la otra, de modo que haya entrado en el "campo contractual", con lo
que se evita que un contratante de buena fe deba soportar una nulidad
por una causa ilícita que ha ignorado.
FORMA Y PRUEBA
La forma como elemento esencial del acto jurídico alude al modo de
exteriorización de la voluntad. Es la manera como se manifiesta la voluntad del
sujeto respecto del objeto, en orden a la consecución del fin jurídico propuesto.
Los conceptos de forma y prueba son conceptos diferentes que no
pueden confundirse entre si, mientras la forma constituye el elemento externo
del acto, la prueba se erige como medio no necesariamente instrumental que
sirve para demostrar la verdad del hecho, de haberse efectivamente realizado
el acto jurídico (puede ser escrita, confesional, testimonial, etcétera). Además,
la forma es contemporánea del acto, mientras que la prueba puede no serlo.
Instrumentos particulares
Los instrumentos particulares son los otorgados por las partes y pueden estar
firmados o no. Si están firmados, se denominan instrumentos privados; si no lo
están, se llaman instrumentos particulares no firmados.
Instrumentos privados
Los instrumentos privados son las herramientas particulares que contienen una
manifestación de voluntad destinada a producir efectos jurídicos firmados por
sus otorgantes.
La función principal de estos instrumentos es la prueba de los actos o de las
convenciones que se plasman en ellos mediante la exteriorización de la
voluntad, se caracterizan por la amplia libertad de las partes en cuanto a su
contenido.
En definitiva, los instrumentos privados son una clase de instrumentos
particulares firmados.
Requisitos de validez: firma y reconocimiento
Firma. La firma prueba la autoría de la declaración de voluntad expresada en el
texto al cual corresponde. Debe consistir en el nombre del firmante o en un
signo.
En los instrumentos generados por medios electrónicos, el requisito de la firma
de una persona queda satisfecho si se utiliza una firma digital, que asegure
indubitablemente la autoría e integridad del instrumento.
Valor probatorio.
El valor probatorio de los instrumentos particulares debe ser apreciado por el
juez ponderando
Para que un instrumento privado tenga autenticidad, debe reconocerse su firma
por los otorgantes. Los instrumentos privados se diferencian de los públicos
porque no se prueban per se, es decir, a sí mismos. Ahora bien, con la firma
reconocida por el autor, el instrumento privado adquiere la fuerza probatoria
entre las partes, asemejando la misma al instrumento público.
Lesión
Concepto ligado a la buena fe. Se considera que hay lesión cuando una
persona explota un estado de necesidad y obtiene una ventaja patrimonial
evidentemente desproporcionada.
Es el daño en un contrato a título oneroso que deriva del hecho de no recibir el
equivalente de lo que se da.
La lesión se configura por dos elementos, subjetivo y objetivo.
Lesión objetiva
Llamamos lesión objetiva al vicio del acto jurídico que se expresa a través de la
mera inequivalencia entre lo que se da y lo que se recibe, es decir, consiste en
la evidente e injustificada desproporción de las prestaciones (la victima).
Lesión subjetiva
Dentro de la lesión subjetiva se debe intentar probar el estado de necesidad,
debilidad psíquica o inexperiencia por parte del lesionado, donde se obtuviera
por medio de ellos una ventaja patrimonial evidentemente desproporcionada y
sin justificación.
Art 332. Lesión
- Puede demandarse la nulidad o la modificación de los actos jurídicos
cuando una de las partes explotando la necesidad, debilidad síquica o
inexperiencia de la otra, obtuviera por medio de ellos una ventaja
patrimonial evidentemente desproporcionada y sin justificación.
- Se presume, excepto prueba en contrario, que existe tal explotación en
caso de notable desproporción de las prestaciones. Si la
desproporción es notable, la ley presume el elemento subjetivo e
invierte carga de la prueba.
- Los cálculos deben hacerse según valores al tiempo del acto y la
desproporción debe subsistir en el momento de la demanda.
- El afectado tiene opción para demandar la nulidad o un reajuste
equitativo del convenio, pero la primera de estas acciones se debe
transformar en acción de reajuste si este es ofrecido por el demandado
al contestar la demanda.
- Solo el lesionado o sus herederos pueden ejercer la acción.
¿En qué momento es notable que la desproporción exista?
Debe existir en la celebración del acto y subsistir hasta el momento de la
demanda.
Prescripción de la acción
La prescripción de la acción se produce a los dos años computados desde la
fecha en que la obligación del lesionado debía ser cumplida, es decir, cuando
se hace patente la lesión.
Legitimado activo
Víctima o sus herederos universales. El sucesor NO tiene acción por lesión. El
legitimado activo puede solicitar un reajuste equitativo y solicitar la modificación
del acto jurídico o nulidad.
Legitimado pasivo
Victimario o sus herederos
Simulación
Indica el concierto o la inteligencia de dos o más personas para dar a una cosa
la apariencia de otra, siendo su finalidad el engaño ya sea de forma absoluta o
relativa.
Conforme al art. 333: La simulación tiene lugar cuando se encubre el carácter
jurídico de un acto bajo la apariencia de otro, o cuando el acto contiene
cláusulas que no son sinceras, o fechas que no son verdaderas, o cuando por
él se constituyen o transmiten derechos a personas interpuestas, que no son
aquellas para quienes en realidad se constituyen o transmiten.
Los elementos del negocio simulado son tres:
— Contradicción entre la voluntad interna y la declarada. La simulación se
manifiesta por una discordancia entre lo efectivamente querido por las partes
del negocio y lo declarado por ellas.
— Acuerdo de partes que precede y sirve de causa a esa contradicción.
— El ánimo de engañar del que puede resultar o no perjuicio a terceros o una
violación de la ley.
EL FRAUDE
El fraude solo puede manifestarse en negocios jurídicos; nunca en simples
hechos jurídicos, pueden ser actos bilaterales o unilaterales (como el no
ejercicio de un derecho de tanteo).
El art. 338 dice:
"Todo acreedor puede solicitar la declaración de inoponibilidad de los actos
celebrados por su deudor en fraude de sus derechos, y de las renuncias al
ejercicio de derechos o facultades con los que hubiese podido mejorar o
evitado empeorar su estado de fortuna".
El art. 339 dispone:
Son requisitos de procedencia de la acción de declaración de inoponibilidad:
- Que el crédito sea de causa anterior al acto impugnado, excepto que el
deudor haya actuado con el propósito de defraudar a futuros acreedores.
- Que el acto haya causado o agravado la insolvencia del deudor.
- Que quien contrató con el deudor a título oneroso haya conocido o
debido conocer que el acto provocaba o agravaba la insolvencia.
Solo está legitimado para iniciar una acción revocatoria, el acreedor cuyo
crédito es de fecha anterior al negocio jurídico que se tacha de fraudulento, aun
cuando se trate de un acto a título gratuito.
El art. 340, dice que
- Efectos frente a terceros: Deber de indemnizar. El fraude no puede
oponerse a los acreedores del adquiriente que de buena fe hayan
ejecutado los bienes comprendidos en el acto.