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Este es el caso de “Elliot” el cual aparentemente en su anterior vida se encontraba a la perfección sin

ninguna dificultad; sin embargo ahí no quedó todo, puesto que, este empezó a padecer agudisimas
migrañas (área del hipotálamo dañada), dificultando el concentrarse, asimismo fue perdiendo su
sentido de la responsabilidad en el ámbito laboral (implica la corteza prefrontal), dando a lugar a un
tumor cerebral representado como un comprimiendo en el lóbulo frontal; no obstante, se le realizó
una intervención quirúrgica para extraer el tumor y también el tejido perdido del lóbulo frontal.
Después de ello, Elliot podía hablar y moverse sin trabas, pero ya no era el mismo en muchos
aspectos, ya que llegó a perder la motivación, administración de su tiempo, falta de decisión (corteza
somatosensorial) y sobretodo le costaba razonar (lóbulo frontal).Por otra parte, también se le
aplicaron resonancias magnéticas, dondé se manifestaba un lóbulo frontal parte derecha estaba más
dañada que la izquierda, principalmente las capas corticales prefrontales; despues comento que
Elliot se inclinaba un poco más al “síndrome orgánico cerebral”, es decir, no mostraba señales de
disminución cuando era sometido a exámenes típicos de inteligencia, es así que resultaba que no era
ningún “padecimiento orgánico” o “disfunción neurológica”, sino que reflejaban dificultades de ajuste
psicoemocional, por ende podía ser tratable con psicoterapia; después hubo otra observación y se
basaba en los exámenes neuropsicológicos y psicológicos habituales que revelaron una inteligencia
superior en todos los subtest de la Escala de Inteligencia Adulta de Wechsler, demostrando tener
habilidades superiores o iguales al promedio, es así que todo resultaba muy confuso ya que la
mayoría de exámenes los aprobaba con un porcentaje de 100-98 de exactitud e incluso con la prueba
del Sorteo de Cartas de Wisconsin “extremadamente compleja”. Es así que se llegó a la conclusión de
que a pesar de algunas limitaciones poco llamativas, existirá un progreso ya que los resultados que
los defectos de Elliot, siendo así que la confusión emocional probablemente contribuía a agravar el
problema a grandes rasgos, entallando que más que todo hay un defecto sutil más que un defecto
básico de memoria operativa, que podía alterar el remanente de racionalidad que se requiere para que
surja una toma de decisión. Dicho de otra manera. Lo que ocurrió con Elliot fue un daño cerebral
localizado en el lóbulo frontal produciendo una disfunción emocional. De esta manera, influyó no solo
en las cosas que son objeto de razonamiento sino en el modo en que Elliot razonaba, también en su
capacidad de toma de decisiones.
Este es el caso de “Elliot” el cual aparentemente en su anterior vida se encontraba a la perfección
sin ninguna dificultad; sin embargo ahí no quedó todo, puesto que, este empezó a padecer
agudisimas migrañas (área del hipotálamo dañada), dificultando el concentrarse, asimismo fue
perdiendo su sentido de la responsabilidad en el ámbito laboral (implica la corteza prefrontal),
dando a lugar a un tumor cerebral representado como un comprimiendo en el lóbulo frontal; no
obstante, se le realizó una intervención quirúrgica para extraer el tumor y también el tejido
perdido del lóbulo frontal. Después de ello, Elliot podía hablar y moverse sin trabas, pero ya no era
el mismo en muchos aspectos, ya que llegó a perder la motivación, administración de su tiempo,
falta de decisión (corteza somatosensorial) y sobretodo le costaba razonar (lóbulo frontal).Por otra
parte, también se le aplicaron resonancias magnéticas, dondé se manifestaba un lóbulo frontal
parte derecha estaba más dañada que la izquierda, principalmente las capas corticales
prefrontales; despues comento que Elliot se inclinaba un poco más al “síndrome orgánico
cerebral”, es decir, no mostraba señales de disminución cuando era sometido a exámenes típicos
de inteligencia, es así que resultaba que no era ningún “padecimiento orgánico” o “disfunción
neurológica”, sino que reflejaban dificultades de ajuste psicoemocional, por ende podía ser tratable
con psicoterapia; después hubo otra observación y se basaba en los exámenes neuropsicológicos y
psicológicos habituales que revelaron una inteligencia superior en todos los subtest de la Escala de
Inteligencia Adulta de Wechsler, demostrando tener habilidades superiores o iguales al promedio,
es así que todo resultaba muy confuso ya que la mayoría de exámenes los aprobaba con un
porcentaje de 100-98 de exactitud e incluso con la prueba del Sorteo de Cartas de Wisconsin
“extremadamente compleja”. Es así que se llegó a la conclusión de que a pesar de algunas
limitaciones poco llamativas, existirá un progreso ya que los resultados que los defectos de Elliot,
siendo así que la confusión emocional probablemente contribuía a agravar el problema a grandes
rasgos, entallando que más que todo hay un defecto sutil más que un defecto básico de memoria
operativa, que podía alterar el remanente de racionalidad que se requiere para que surja una toma
de decisión. Dicho de otra manera. Lo que ocurrió con Elliot fue un daño cerebral localizado en el
lóbulo frontal produciendo una disfunción emocional. De esta forma, afecta no solo lo inferido,
sino también la forma de razonar de Elliot y su capacidad para tomar decisiones.

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