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Sigmund Freud afirma: “Así, pues, la satisfacción de las pretensiones amorosas de la

paciente es tan fatal para el análisis como su represión. El camino que ha de seguir el
analista es muy otro, y carece de antecedentes en la vida real”.

En los siguientes apartados se pretende explicar los fundamentos del camino analítico según
Freud, a partir de las categorías conceptuales propias de la dimensión clínica e ilustrándolo con
el caso Laura de la serie in Treatment. Asimismo, hacer alusión a las normas explicitas que
existen en cuestiones de involucración sexual en el marco de la psicoterapia.

En estos escritos técnicos, Freud se detiene únicamente a describir la posición que debe tomar
el analista con respecto a la transferencia, ya que es imposible explicar cómo se tiene que
manejar esta por la singularidad de los casos. La posición que debe tomar el profesional es la
de la neutralidad. En esta que queda excluida toda posibilidad de satisfacción de la demanda
amorosa. Ocupar ese lugar es el que hace mantener el campo transferencial, terreno mismo
en que se desenvuelve la cura. Para continuar con este análisis hay que tener en cuenta una
distinción que hace Freud entre la cura analítica y el campo de la moral, ya que justamente el
análisis no busca enseñarle a nadie como tiene vivir. En este sentido, llegado el caso en que
una paciente declare su amor a su psicólogo, dar una respuesta rechazando el amor ofrecido
por el paciente encarnado a la moral implicaría una fisura en las bases del psicoanálisis. En la
práctica, esto también tiene consecuencias graves, ya que, ante un rechazo por parte del
analista y la consecuente ruptura del espacio analítico, el paciente reiterará tal circunstancia
ante cada situación semejante. Por lo tanto, para los dos casos descritos vemos que para la
ética del psicoanálisis es tan inaceptable aprovecharse de la transferencia como
desentenderse de ella. El amor de transferencia que no se pudo desentrañar en el campo
transferencial con el analista, luego de ser rechazado por vía de la interrupción, deja al sujeto
en la cadena incesante de repeticiones. Probablemente, si el analizante retoma una terapia
con otro profesional, vuelva a caer a ese lugar de demanda de amor al analista. Hay que estar
advertidos de que el amor de transferencia suscitara contratransferencia. Ella debe ser
vencida, a través de la posición de neutralidad. Que no intervenga en el análisis. En ese caso, lo
que hay que hacer cuando aparecen estas cuestiones en la transferencia es interrogarlas,
hacerlas hablar. Lacan hace una diferencia entre la transferencia imaginaria y la simbólica. Dice
que la presencia de ese amor brinda lugar para instalar al campo transferencial en el plano
simbólico, pero eso requiere de un analista en posición de analista, ya que, si no, la
transferencia no analizada encontrará respuestas imaginarias, frente a la ausencia del analista
en función.

Para ilustrar estas cuestiones me valdré del caso Laura de la serie In treatment. En el presente
observamos excesivas atenciones de Paul hacia Laura. Desde que ella llega a la consulta, de
una manera bastante inusual y triste, el comienza a tener muchos gestos: amablemente le
acerca la caja de pañuelos, cuando se descompone momentáneamente le toma la mano y la
sostiene unos segundos más de cuando ya estaba estabilizada, cuando la abriga de manera
muy amorosa con una manta, cuando le ofrece vomitar en la alfombra ya que es una alfombra
barata. Allí vemos como, el analista va cumpliendo cada una de las demandas amorosas de la
paciente de una manera sutil, no ocupando un lugar de neutralidad, sino que justamente sin
darse cuenta, quizás por falta de propio análisis y supervisión, va adentrándose en la escena
actuando a la par de su analizante. La neurosis de transferencia tiene como particularidad de
que todos los elementos de la neurosis son actuados en presencia del analista. En este caso,
observamos que el acting que Laura llevaba a cabo demandando el amor de su analista, es un
lugar inadvertido para él. Es un lugar inadvertido por él, la acompaña en su acting. No produce
una intervención desde el lugar de analista, desde el campo transferencia, sino que la
acompaña en su acting.

Hay dos momentos en los cuales se puede observar que Paul esta tan adentro de la escena
que no puede darse cuenta de los mensajes que ella le remarca. Ella le cuenta a su analista su
noche anterior. Que se encontraba sola y triste en un bar, ya que su amiga la había dejado y un
hombre la seduce a partir de un comentario acerca de lo linda que se veía triste. Ella consulta a
su analista, si a él también le parecía linda cuando estaba triste. En este momento, él le dice
que no cree que nadie sea atractivo cuando está triste, a lo que ella pone una mueca de
desilusión, que él no captura. Otra indicación aparece en una escena sexual que tiene con el
hombre del bar, después de que este la siguiera hasta el baño. Cuando esta con las manos en
la puerta del cubículo, delante y dándole la espalda al hombre con quien estaba teniendo
relaciones, piensa en Paul y se lo comunica en el análisis. Por lo tanto, vemos como introduce
al analista en este campo transferencial en el que esta severamente incluido por una escena
erótica muy marcada y por el nombre de Andrew, la actual pareja de Laura, una y otra vez en
su lugar. Cuando ella va al baño algo descompuesta, Paul se acerca a la puerta para
preguntarle cómo se encuentra. Esta decisión, produce en ella, una suerte de acting,
equiparable a la situación que ella misma relato. El relato de Laura alcanza a Paul, a un punto
tal que Paul no ha advertido incluso. La sigue hasta el baño como el hombre de la noche
anterior, reproduciendo el relato que ella había presentado un momento antes.

Por último, cuando vuelve del baño, ella termina por declarar su amor por él y él nuevamente
no entiende el mensaje. Laura vuelve a caer en la decepción, pero ahora lo hace explicito, le
dice que no era lo que esperaba. Vemos como acá vuelve a suceder el rechazo de amor de
transferencia. Freud como ya nombré previamente, decía que no hay que rechazar la
transferencia, hay formas más sutiles de manejar la transferencia. La desorientación del
analista es clara cuando pregunta desde cuando sucede esto. Indicando una desorientación
respecto al análisis, que a lo largo de todo el año que Laura se venía analizando no se había
dado cuenta. Él hace explicito que nunca lo había entendido, y la expone a ella ante esta
situación ella manifestaba su amor de transferencia por distintas vías y él se desentiende del
asunto, sin haber escuchado nada ante este tema. Hay que tener en cuenta la gravedad del
asunto, ya que es un caso que el profesional viene trabajando hace un año, y en todo ese año
no pudo dar cuenta de la situación en la que estaba tomado. Me gustaría aportar otro
concepto que Freud ubica lado del analizante que es el de abstinencia, que depende sólo de la
posición de neutralidad del analista. Si damos cuenta de que el analista no dio cuenta de todas
estas demandas de la analizada y en todo un año de trabajo lo único que hacía era cumplir con
aquellas, imagínense que no existía ningún tipo de abstinencia por parte de Laura.

La escena continúa y él responde: soy tu terapeuta, los parámetros y limitaciones están


establecidos y son definidos éticamente, yo no soy una opción. En este caso, hay un rechazo
más explícito de la transferencia. Las circunstancias de que él le dice que no es una opción,
pero por elementos ajenos al análisis, por la ética, es una tacita aceptación de que si no fueran
por esos parámetros la situación podría ser otra. Observamos aquí, como el da una respuesta
encarnando a la moral, lo que hace es justamente desfallecer la credibilidad del propio análisis.
Ahora, una vez ejecutada la acción de rechazar al amor que nos ofrece Freud dice que la
paciente nos vera más con desprecio y no dejara de tomar venganza de él. La transferencia
adquiere un reforzamiento, pero lo que era amor ahora es odio y paciente actúa como una
amante despechada. Aparece un aspecto hostil de la transferencia a partir de la negativa
expresa del analista.

Lo interesante de este caso, es que ningún momento sucede una involucración sexual que dé
cuenta de una falla ética por parte del analista, lo que no quiere decir, que podamos inferir
que lo que si existió es una mala praxis.

El código de ética de la APA incluye cuatro acápites que hacen referencia explicita a cuestiones
de involucración sexual en el marco de la psicoterapia, estos son:

a- Intimidad sexual con clientes/pacientes en tratamiento


b- Intimidad sexual con pariente u otras personas significativas para el cliente/paciente
que se encuentran en tratamiento
c- Terapia con partenaires sexuales anteriores
d- Intimidad sexual con ex – clientes/paciente

Para el acápite d, se explicitan siete factores que deben cumplirse si es que dos años luego de
haber finalizado el tratamiento, analizante y analista se encontrasen en otra circunstancia de
sus vidas y quisieran entablar una relación amorosa. Los factores son los siguientes:

1- El lapso transcurrido desde la finalización de la terapia (dos años)


2- La naturaleza, duración e intensidad de la terapia
3- Las circunstancias de finalización
4- La historia personal del paciente
5- El estado mental actual del paciente
6- La probabilidad de impacto adverso sobre el paciente
7- Cualquier declaración o acción llevada adelante por el terapeuta durante el curso de la
terapia, sugiriendo o invitando la posibilidad de una relación sexual o sentimental con
el paciente luego de finalizado el tratamiento

Explicitados los factores, nos damos cuenta de que es casi imposible que una relación entre
expacientes y analistas suceda. Se puede ejemplificar con Laura y Paul, en el caso hipotético de
que llegasen a encontrarse luego de los dos años. A partir de lo ya comentado en apartados
anteriores, cuando Paul da la negativa encarnando a la moral, justamente le está sugiriendo
que podría existir una relación sexual o sentimental si no fuera por esos parámetros ya
establecidos. En esta situación se estaría infringiendo con el factor número 7.
. que a fin de cuentas a partir del rechazo de la transferencia de una manera bastante
particular y explicita, terminamos de ratificar en que el también estaba involucrado en esta
escena, sin haberlo si quiera notado. Hay que tener en cuenta la gravedad del asunto, ya que
es un caso que el profesional viene trabajando hace un año, y en todo ese año no pudo dar
cuenta de la situación en la que estaba tomado. Freud también ubica otro concepto del lado
del analizante que es el de abstinencia, que depende sólo de la posición de neutralidad del
analista. Si damos cuenta de que el analista no dio cuenta de todas estas demandas de la
analizada y en todo un año de trabajo lo único que hacía era cumplir con aquellas, imagínense
que no existía ningún tipo de abstinencia por parte de Laura.

La neurosis de transferencia tiene como particularidad de que todos los elementos de la


neurosis son actuados en presencia del analista. En este caso, observamos que el acting que
Laura llevaba a cabo demandando el amor de su analista, es un lugar inadvertido para él. Es un
lugar inadvvertido por el, la acompaña en su acting. No produce una intervención desde el
lugar de analista, desde el campo transaferencial, sino que la acompaña en su acting.

Ella le cuenta a su analista su noche anterior. Que se encontraba sola y triste en un bar, ya que
su amiga la había dejado y un hombre la seduce a partir de un comentario acerca de lo linda
que se veía triste. Ella consulta a su analista, si a él también le parecía linda cuando estaba
triste. En este momento, él le dice que no cree que nadie sea atractivo cuando está triste, a lo
que ella pone una mueca bastante.Ella piensa en el analista, cuando esta con las manos en la
puerta del baño, delante y dándole la espalda al hombre con quien. Introduce al analista en
este campo transferencial en el que esta severamente incluido por una escena erótica muy
marcada y por el nombre de Andrew una y otra vez en su lugar. Cuando ella va al baño, Paul se
acerca a la puerta para preguntarle como se encuentra. Esta decisión, produce en ella, una
suerte de acting, equiparable a la situación que ella misma relato. El relato de Laura alcanza a
Paul, a un punto tal que Paul no ha advertido incluso. La sigue hasta el baño como el hombre
de la noche anterior, reproduciendo el relato que ella había presentado un momento antes.

Allí vemos como , el analista va cumpliendo cada una de las demandas amorosas de la paciente
de una manera sutil, no ocupando un lugar de neutralidad, sino que justamente sin darse
cuenta, quizás por falta de propio análisis y supervisión, va. que a fin de cuentas a partir del
rechazo de la transferencia de una manera bastante particular y explicita, terminamos de
ratificar en que el también estaba involucrado en esta escena, sin haberlo si quiera notado.
Hay que tener en cuenta la gravedad del asunto, ya que es un caso que el profesional viene
trabajando hace un año, y en todo ese año no pudo dar cuenta de la situación en la que estaba
tomado. Freud también ubica otro concepto del lado del analizante que es el de abstinencia,
que depende sólo de la posición de neutralidad del analista. Si damos cuenta de que el analista
no dio cuenta de todas estas demandas de la analizada y en todo un año de trabajo lo único
que hacía era cumplir con aquellas, imagínense que no existía ningún tipo de abstinencia por
parte de Laura.

Lo que refiere a la segunda oración, es justamente lo que el analista no hizo, ocupar ese lugar
de neutralidad que haría mantener el campo transferencial, terreno mismo en que se
desenvuelve la cura. En estos escritos técnicos de Freud, describe como es esa posición que
debe tomar el analista con respecto a la transferencia, ya que es imposible dar cuenta de cómo
se tiene que dar el manejo de esta por la singularidad de los casos. Asimismo, va a hacer una
distinción entre la cura analítica y el campo de la moral, ya que justamente el análisis no busca
enseñarle a nadie como vivir. En este sentido, dar una respuesta rechazando el amor ofrecido
por el paciente encarnado a la moral implicaría una fisura en las bases del psicoanálisis. En la
práctica, esto también tiene consecuencias graves, ya que, ante un rechazo por parte del
analista y la consecuente ruptura del espacio analítico, dice Freud que el paciente reiterará tal
circunstancia ante cada situación semejante. Ese amor de transferencia que no se pudo
desentrañar en el campo transferencial con el analista, luego de ser rechazado por vía de la
interrupción, deja al sujeto en la cadena incesante de repeticiones. Probablemente, si el
analizante retoma una terapia con otro profesional, vuelva a caer a ese lugar de demanda de
amor al analista. En ese caso, lo que hay que hacer cuando aparecen estas cuestiones en la
transferencia es interrogarlas, hacerlas hablar. Lacan hace una diferencia entre la transferencia
imaginaria y la simbólica. Dice que la presencia de ese amor brinda lugar para instalar al campo
transferencial en el plano simbólico, pero eso requiere de un analista en posición de analista,
ya que si no, la transferencia no analizada encontrará respuestas imaginarias, frente a la
ausencia del analista en función.

Análisis del caso.

Particularismo, ya que la singularidad queda allí suprimida, Con la pregunta lo ubica en el lugar
del hombre que quería conquistarla,

Pasa buena parte de la madrugada en la puerta del consultorio y se lo comenta.


Ella se encontraba sola y triste en un bar, ya que su amiga la había dejado sola y un hombre la
seduce a partir de un comentario acerca de lo linda que se veía triste. Ella consulta a su
analísta,Ella piensa en el analista, cuando esta con las manos en la puerta del baño, delante y
dándole la espalda al hombre con quien. Introduce al analista en este campo transferencial en
el que esta severamente incluido por una escena erótica muy marcada y por el nombre de
Andrew una y otra vez en su lugar. Cuando ella va al baño, Paul se acerca a la puerta para
preguntarle como se encuentra. Esta decisión, produce en ella, una suerte de acting,
equiparable a la situación que ella misma relato. El relato de Laura alcanza a Paul, a un punto
tal que Paul no ha advertido incluso. La sigue hasta el baño como el hombre de la noche
anterior, reproduciendo el relato que ella había presentado un momento antes.

En el presente caso observamos excesivas atenciones de Paul hacia Laura. Tiene muchos
gestos: amablemente le acerca la caja de pañuelos, cuando se descompone
momentáneamente le toma la mano y la sostiene unos segundos más de cuando ya estaba
estabilizada, cuando la abriga de manera muy amorosa con una manta, el ofrecimiento de que
si quiere vomitar en la alfombra que lo haga ya que es una alfombra barata. La neurosis de
transferencia tiene como particularidad de que todos los elementos de la neurosis son
actuados en presencia del analista. En este caso, observamos que el acting que Laura llevaba a
cabo demandando el amor de su analista, es un lugar inadvertido para él. Es un lugar
inadvvertido por el, la acompaña en su acting. No produce una intervención desde el lugar de
analista, desde el campo transaferencial, sino que la acompaña en su acting.

Cuando vuelve del baño, ella termina por declarar su amor por el analista y el analista
nuevamente no entiende el mensaje. Laura vuelve a caer en la decepción, pero ahora lo hace
explicito, NO ERA LO QUE ESPERABA. Vemos como acá vuelve a suceder el rechazo de amor de
transferencia. un Freud decía que no hay que rechazar la transferencia, hay formas mas sutiles
de manejar la transferencia. La desorientacion del analista es clara cuando pregunta desde
cuando sucede esto. Indicando una desorientacion respecto al análisis, que a lo largo de todo
el año que Laura se venía analizando no se había dado cuenta. Él hace explicito que nunca lo
había entendido, y la expone a ella ante esta situación ella manifestaba su amor de
transferencia por distintas vías y el se desentiende del asunto, sin haber escuchado nada ante
este tema. Soy tu terapeuta, los parámetros y limitaciones están establecidos y son definidos
eticamente, yo no soy una opción, hay un rechazo mas explicito de la transferencia. Las
circunstancias de que el le dice que no es una opción, pero por elementos ajenos al análisis,
por la ética . tacita aceptación, si no fueran por esos parámetros la situación podría ser otra.
Freud dice que la paciente nos vera mas con desprecio y no dejara de tomar venganza de el. La
transferencia adquiere un reforzamiento pero lo que era amor ahora es odio y paciente actúa
como una amante despechada. Ella a través de la negación le dice que no va a hacer lo que
hace … en la película. Aspecto hostil de la transferencia a partir de la negativa expresa del
analista.

Si hubiese habido una

Complacencia

Hay que estar advertidos de que el amor de transferencia sucitara contratransferencia. Ella
debe ser vencida, a través de la posición de neutralidad. Que no intervenga en el análisis.
Propio análisis, supervisión.

Un problema de la posición del analista, que por la via de la contratransferencia no ha podido


ocupar el lugar de la neutralidad para ocuparse de ella.
La singularidad que se juega en un análisis, esta ceñida por la posición del analista.

. que a fin de cuentas a partir del rechazo de la transferencia de una manera bastante
particular y explicita, terminamos de ratificar en que el también estaba involucrado en esta
escena, sin haberlo si quiera notado. Hay que tener en cuenta la gravedad del asunto, ya que
es un caso que el profesional viene trabajando hace un año, y en todo ese año no pudo dar
cuenta de la situación en la que estaba tomado. Freud también ubica otro concepto del lado
del analizante que es el de abstinencia, que depende sólo de la posición de neutralidad del
analista. Si damos cuenta de que el analista no dio cuenta de todas estas demandas de la
analizada y en todo un año de trabajo lo único que hacía era cumplir con aquellas, imagínense
que no existía ningún tipo de abstinencia por parte de Laura.

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