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POSIBLE COMENTARIO ANTONIO MACHADO

1.1. y 1.2.

“Mi corazón espera hacia la luz y hacia la vida”, verso perteneciente al poema “A un olmo
seco”, de Antonio Machado, el cual sintetiza muy acertadamente la poética machadiana. La
composición pertenece a su poemario "Campos de Castilla", publicado en 1912.
Antonio Machado nació en Sevilla en 1875, en el seno de una familia de intelectuales. Este se
traslada a Madrid para estudiar en la Institución Libre de Enseñanza donde marcará su
trayectoria literaria. En sus viajes a París conoció a Ruben Darío, pionero del Modernismo, y
a Verlaine lo que provoca que Machado tenga contactos con diferentes corrientes literarias
simbolistas y modernistas.
En 1903 publica Soledades, esta obra significa su culmen modernismo a través del intimismo
y lo sensorial, así como los símbolos machadianos. Posteriormente, marcha a Soria a trabajar
donde conoce a Leonor, joven con la que Machado se casa, pero su amor solo dura tres años
debido a que la joven muere prematuramente por tuberculosis. Pasa su luto en su tierra natal
Andalucía y, por ello, marcha a Baeza donde se dedicará a la enseñanza del francés. Más
tarde, en 1927 ingresa en la Real Academia conociendo allí a la “Guiomar” de sus poemas,
conocida como Pilar de Valderrama. En 1936, al estallar la Guerra Civil, Machado fue
trasladado a Valencia y luego a Barcelona en defensa de su España. Finalmente huye a
Francia, cruzando a pie la frontera, muriendo días después en Collioure, donde aún hoy
permanece su tumba.
Como curiosidad, "Estos días azules y este sol de la infancia..." Este verso, escrito en un
pedazo de papel arrugado, metido en un bolsillo de un abrigo gastado, es probablemente lo
último que escribió don Antonio Machado. Lo encontró su hermano José unos días después
de la muerte del poeta en Collioure, Francia, cuando recogía sus cosas de la pensión.

En cuanto a las obras de Antonio Machado, podemos observar que su trayectoria está
dividida en tres etapas: Soledades (1903) la primera etapa se basa en el Modernismo y en el
Simbolismo, utiliza un tono romántico tratando una lírica intimista, aquí comienza la
simbología tan propia de la obra de Machado. La segunda etapa con Campos de Castilla
(1912) empieza un periodo de una poesía menos intimista y más historicista, el paisaje
soriano es muy importante, como reflejo de Castilla y, por ende, de España, gran
preocupación de la Generación del 98 por la crisis de 1898. Tanto Soledades como Campos
de Castilla fueron, posteriormente, revisadas y reeditadas, siendo la primera titulada como
Soledades. Galerías. Otros poemas.También se produce la identificación entre el paisaje y el
alma del poeta, donde comienza el llamado “ciclo de Leonor”. Por último, la tercera etapa
con Nuevas canciones (1924), se caracteriza una mezcolanza optimista hacia su “Guiomar” y,
además, luego se encuentran poemas relativos a la guerra y al bando republicano.

Además de su famosa y aplaudida lírica, publicó también ensayos y prosas varias siendo la
más popular Juan de Mairena, en 1936 y teatro colaborando con su hermano Manuel
Machado, popularizando su teatro con La Lola se va a los puertos, en 1930.
1.3.

El tema de este poema es La esperanza recogida en los vv. 4 y 30, respectivamente, “algunas
hojas verdes le han salido” y “otro milagro de la primavera”, podría referirse a la esperanza
que el poeta tiene sobre la recuperación de su mujer, aunque Machado se cuidó mucho de no
hacer explícita esa mención: son los datos biográficos, la fecha de elaboración del poema y su
situación personal lo que nos conduce a esa afirmación, pero también hay críticos que hablan
de una esperanza más generalizada orientada a todas las posibles situaciones difíciles de la
vida.

Como decimos, el tema principal del poema "A un olmo seco", de Antonio Machado es la
esperanza, la cual se expresa a través de la admiración del poeta hacia la rama verde de un
olmo podrido, lo que simboliza la esperanza de que la vida se renueva. El poema tiene dos
posibles interpretaciones: la primera es que el poeta anhela una mejoría en la situación
política de España, que en ese momento atravesaba una crisis. La segunda interpretación es
que el poeta espera la curación de su esposa, Leonor, que padecía tuberculosis.

Además, hay otros temas secundarios presentes en este poema de Machado, como el paso del
tiempo y la nostalgia por el pasado, el amor, el paisaje y la identidad de Castilla, su tierra
natal. La naturaleza y el paisaje son elementos fundamentales en su poesía, y son utilizados
para expresar emociones y reflexiones personales. También se pueden encontrar diferentes
perspectivas en su tratamiento del amor.
El título del poema, es un elemento esencial que nos da el tema del mismo. A pesar de que el
título menciona al olmo seco, el enfoque del poema está en la rama verde que representa la
esperanza de vida y renovación. Sin embargo, el título también podría haber sido "A Leonor",
ya que la curación de su esposa es una de las posibles interpretaciones del poema.

A continuación comentaremos los símbolos machadianos que se muestran de manera


recurrente en su poesía. La simbología, en este comentario, la relacionamos de manera directa
con los temas, pues cada uno de ellos, posee una simbología.
Además, Antonio Machado, en general, utiliza símbolos que se asocian a dos grandes ejes
temáticos: el problema existencial (el paso del tiempo, la muerte) y el tema de España.
Algunos de estos símbolos ya estaban presentes en su obra anterior, Soledades. Los caminos
son símbolos de la vida, el alma se identifica con elementos de la naturaleza como ríos,
árboles y atardeceres. El olmo puede simbolizar la infancia, la madurez o la vejez, y la
diversidad de árboles muestra las emociones que el paisaje provoca en el poeta y la fugacidad
de la vida. Los ríos, como el río Duero, son símbolos del paso del tiempo, mientras que el
agua, ya sea en forma de río, lluvia o fuente, simboliza el fluir temporal de la vida interior. Si
está estancada, como en la taza de la fuente o el mar, simboliza la muerte. Así como, la
esperanza, que se asocia con la muerte en esta obra.
Uno de los aspectos más característicos de Campos de Castilla es el uso del paisaje como
símbolo de España. Machado aborda el paisaje desde una perspectiva lírica, fruto del amor
por la naturaleza o de la fusión del paisaje con el alma, y desde un punto de vista crítico que
nace de su preocupación por España, propio de los autores de la Generación del 98.

1.4.

Nos encontramos ante un poema, por lo que estamos ante el género lírico. Por ello,
trataremos de esbozar los rasgos definitorios de dicho género, es decir, la rima, la métrica, el
yo lírico, entre otros. Por lo que respecta a la métrica, estamos ante un poema de 30 versos
que a su vez están divididos en 5 estrofas. Así, la rima es ABBA y, además, es toda
consonante excepto el verso 24, los primeros 14 versos (4 primeras estrofas) forman un
soneto de influencia modernista y sustituyen al cuarteto ABBA por un serventesio ABAB.
Otra diferencia con el soneto clásico es el anisosilabismo entre las estrofas, siendo la rima
ABAB CDCD en lugar de ABBA, 16 versos forman una combinación de heptasílabos y
endecasílabos entrelazados y en una Sliva.
Tras haber comentado la estructura externa, pasamos a comentar y analizar la
estructura interna: antes de ello, cabe mencionar la estructura del poema: tripartita.
1ª PARTE (VV. 1 - 14). Ocupa las cuatro primeras estrofas, donde predomina la 3ª persona,
aquí el autor nos proporciona una descripción general del estado del árbol, y de su situación y
entorno “Un musgo amarillento le mancha la corteza blanquecina al tronco carcomido y
polvoriento”, citando también la aparición de las nuevas hojas con la llegada de la primavera,
y se compara también el estado lamentable del Olmo frente a la vida próspera de los Álamos
“No será, cual los álamos cantores”.
2ª PARTE. Ocupa desde el verso 15 al 25 y en ella se observa el predominio de la tercera
persona pero también un importante uso de la segunda del singular con el uso del pronombre
“te’’ y apóstrofes, que justifican el aparente ‘’diálogo’’ con el olmo (verso 15). Mediante el
empleo de la anáfora “Antes que...”, a principio de los versos 15, 19, 22 y 24, se da la
impresión del rápido fluir del tiempo, recurso recurrente en la poesía de Machado; se produce
además la enumeración de todas las utilidades que puede asumir la madera del olmo, desde
convertirse en yugo de carreta, a fuego en un hogar, hasta llegar finalmente a la muerte
‘’antes que el río hasta la mar te empuje’’ (gradación), donde el río simboliza la vida y el mar
la muerte.
3ª PARTE. (vv. 26 - 30). Ocupa los últimos cinco versos, en los que Antonio Machado usa la
primera persona del singular dándoles un tono autobiográfico. En esta parte se hace
referencia a la ansiada esperanza que llega por fin del poema “Mi corazón espera/ también,
hacia la luz y hacia la vida,/ otro milagro de la primavera. La esperanza de que su mujer
pueda mejorarse.
Machado reúne en esta poesía las características propias del género lírico. Así, el “yo
poético o lírico” (función emotiva) se manifiesta a lo largo de todo el poema en la estrecha
relación que establece con el olmo, imagen de su propio estado anímico [“Algunas hojas
verdes le han salido” (v.4) , “la gracia de tu rama verdecida” (v. 27)].
Encontramos aquí la función apelativa del lenguaje (“Antes que te derribe” (v.15), “tu
rama verdecida” (v.27)]. Por tanto, la subjetividad, el reflejo del mundo interior del poeta, su
estado emocional, envuelven el texto [“Mi corazón espera” (v. 28)]. También la brevedad e
intensidad, la capacidad de sugerencia, el ritmo y la musicalidad que apuntan a la función
poética (a través de los recursos literarios), son muestra de la perfección lírica que alcanza el
poeta.

Por todo lo señalado anteriormente, podemos concluir que “A un olmo seco” es un


poema con el estilo noventayochista, perteneciente a Campos de Castilla, como ya
esbozamos. Sin embargo, mezcla características del Modernismo, como la búsqueda de la
belleza y la evocación de lo sensorial, el uso de símbolos y la rima consonante; pero con un
lenguaje sencillo, conciso y claro, alejado de la ampulosidad retoricista, como es propio de la
Generación del 98, además, de la recurrencia de los temas y preocupaciones de dicha
generación.
Además, por el estilo del poeta, podemos determinar diversas cuestiones: en primer
lugar, entre los rasgos de estilo destaca un procedimiento mucho más simple y que se
convierte en la marca personal del poeta: el adjetivo definidor, es decir, el uso de una
adjetivación abundante y, al mismo tiempo, escogida con sumo cuidado que caracteriza al
sustantivo al que acompaña, convirtiendo así lo pasajero y efímero en algo perdurable en el
tiempo. Encontramos aquí infinidad de ejemplos como “olmo viejo, hendido (por el rayo) y
podrido”, “hojas verdes”, “tronco carcomido y polvoriento”, “mísera caseta” o “rama
verdecida”.
En segundo lugar, en los poemas de Machado es muy habitual poder establecer
relaciones semánticas entre diferentes términos, en este caso, podemos establecer un campo
asociativo sobre la esperanza, donde incluimos términos como “verde”, “reverdecidas”,
“gracia”, “milagro”, “primavera”, “luz” o “vida” y, de manera contrapuesta, un campo
asociativo de la decadencia, la decrepitud y la enfermedad “hendido”, “polvoriento” que
derivará en la muerte o destrucción violenta “te derribe”, con su “hacha”. Por supuesto,
podemos establecer, como es habitual, un campo semántico de la naturaleza “olmo”,
“lluvias”, “sol”, “musgo”, etc. y también un campo asociativo relacionado con el paso del
tiempo “lluvias de abril”, “sol de mayo”,“primavera”, entre otros.
En este fragmento también encontramos recursos estilísticos como, a saber: la elipsis
“cual los álamos cantores” y el encabalgamiento “mañana ardes”, utilizados ambos para
respetar la métrica y que el verso mida lo que el autor desee. La anáfora “antes que” y la
hipérbaton “algunas hojas verdes le han salido” empleados también para crear una
musicalidad expresiva, y así reflexionar y dar belleza al poema. La antítesis “lluvias de abril
y el sol de mayo”, la exclamación enfática “¡El olmo centenario en la colina que lame el
Duero!”, la personificación “la colina que lame el Duero”, utilizados estos para darle vida al
árbol con agua y sol, para enfatizar la esperanza y la contraposición entre la vida y la muerte.

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