1-Establecer un plan (y explicitar las razones para hacerlo)
Se debe explicar al paciente el funcionamiento de la TCC para que sea más comprensible el proceso de la terapia y, así, que participe activamente de una manera estructurada y productiva. 2- Controlar el estado de ánimo, utilizando puntajes objetivos Se le solicita al paciente un informe subjetivo sobre su estado durante la semana. Se pueden realizar gráficos para ver la evolución sesión a sesión. 3- Revisar el problema que se presenta y efectuar una actualización del estado en que se encuentra (desde la evaluación) Se pueden utilizar algunos cuestionarios objetivos tales como el Inventario de Depresión de Beck, el Inventario de Ansiedad de Beck y la Escala de Desesperanza de Beck para obtener datos objetivos del estado del paciente. 4- Identificar problemas y establecer objetivos El terapeuta revisa brevemente el problema del paciente y centra su atención en los problemas específicos que le aquejan. Como consecuencia lógica, la ayuda convertir estos problemas en objetivos de trabajo de la terapia. 5- Instruir al paciente acerca del modelo cognitivo Uno de los principales objetivos es enseñar al paciente a convertirse en su propio terapeuta cognitivo. El terapeuta le da explicaciones acerca del modelo cognitivo, valiéndose de los ejemplos que surgen en las sesiones, y le da una perspectiva de la terapia que va a encarar. 6- Averiguar las expectativas del paciente respecto de la terapia Se averigua qué piensa el paciente de cómo va a ser la terapia. Se le explica que este tipo de terapia es ordena y racional y que los pacientes mejoran porque se comprenden mejor así mismos, resuelven problemas y adquieran herramientas que pueden aplicar por su cuenta. Se indica tiempo estimado total de la terapia y frecuencia de las sesiones. 7- Instruir al paciente respecto de su trastorno Evitar catalogar a un paciente con un diagnóstico de trastorno de personalidad. Es preferible decir algo más general y sin muchos términos. Asimismo, es bueno darle al paciente alguna información inicial acerca de su trastorno, para que pueda comenzar a atribuirle algunos problemas a su patología y disminuir su autocrítica. 8- Fijar tareas para el hogar Se piensa junto con el paciente las tareas para el hogar que debe realizar. Las mismas deben estar relacionadas con la problemática presente del individuo y deben ser desafiantes pero en un nivel que el sujeto las pueda llegar a realizar. 9- Hacer una síntesis La síntesis final une distintos hilos de la sesión y refuerza los puntos principales. También incluye una revisión de las cosas que el paciente ha acordado hacer como tarea. En las primeras sesiones, es el terapeuta que realiza el resumen. Más adelante, alienta al paciente para que lo efectúe. 10- Lograr retroalimentación por parte del paciente Indagar sobre: ¿Qué cosas de las que se trataron hoy son importantes para recordar? ¿En qué medida pudo confiar hoy en su terapeuta? ¿Hubo algo que le molestó hoy en sesión? ¿Qué posibilidades hay de que cumpla con las nuevas tareas asignadas? ¿Qué cosa quería asegurarse de tratar en la próxima sesión? Plan típico para aplicar desde la segunda sesión en adelante
1. Breve actualización y control del estado de ánimo
El terapeuta solicita una descripción subjetiva por parte del paciente y la controla con los puntajes de las pruebas objetivas. Al advertir algún cambio en el estado de ánimo, el terapeuta pide explicación. 2. Revisión de la sesión anterior. Controlar cuál fue la percepción y comprensión del paciente acerca de la sesión anterior. Indagar sobre los puntos importantes discutidos de la sesión previa, si se adquirieron nuevos aprendizajes. 3. Planificación. Se planifica junto con el paciente los objetivos de la sesión de hoy. Se debe tener en cuenta el tiempo que se dispone. 4. Revisión de la tarea para el hogar. Si las tareas no se controlan en las sesiones, el paciente comienza a creer que no son importantes, y el cumplimiento desciende significativamente. 5. Conversación sobre los temas planificados, asignación de nuevas tareas para el hogar, síntesis periódicas. Se comienzan a discutir los temas planificados y se asignan nuevas tareas. El terapeuta realiza dos tipos de síntesis: La primera se lleva a cabo una vez completada cada parte de la sesión, para qué tanto el paciente como el terapeuta tengan una clara comprensión de lo que han logrado y de lo que harán a continuación. La segunda, es la que se realiza sobre los contenidos que el paciente expone. 6. Resumen final y retroalimentación. El objetivo es aclarar al paciente los puntos principales tratados durante la sesión de una manera sencilla. La síntesis resulta más fácil si durante la sesión el paciente ha tomado notas adecuadas acerca de los puntos más importantes
Problemas en la estructuración de las sesiones
• El terapeuta no ha instruido al paciente sobre la terapia de forma adecuada
• Renuencia del paciente a adaptarse a la estructura prescripta a causa de las creencias disfuncionales acerca de sí mismo, el terapeuta y / o la terapia. • También puede haber dificultades para mantener la estructura de la sesión cuando el terapeuta lo ha impuesto de una manera demasiado controladora o demandante. • Durante la breve actualización: Puede ocurrir que el paciente detalle demasiado, por lo que el terapeuta debe ayudarlo a sintetizar. • Durante el control del ánimo: si el paciente no rellena los formularios se indagan sobre sus pensamientos automáticos sobre ellos o si existe alguna dificultad en la comprensión o ejecución. • Puente desde la sesión anterior: si no recuerda lo que se trató en la sesión anterior, muy probablemente sea porque el terapeuta no le pidió anotaciones durante la misma o, si las realizó, que no las haya leído. • Establecer un plan: El paciente que no contribuye con temas para el plan o bien no está suficientemente instruido, o está atribuyendo un significado negativo especial a su colaboración. • Revisión de las tareas para el hogar: que el terapeuta se olvide de revisarlas o que invierta demasiado tiempo en realizarlo. • Abordar los temas del plan: mal manejo del tiempo disponible, que el terapeuta no acierte en hacer una intervención terapéutica. • Asignar nueva tarea: no se ha tenido en cuenta la dificultad, no se ha dado un razonamiento del por qué realizarlas, no se han trabajado en sesión. • Pensamientos automáticos del terapeuta: “no debería interrumpirlo” “a mi paciente no le gustará la estructura”