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Universidad de Xalapa

Proyecto de investigación:
“La Terapia Cognitivo Conductual”

Claudia Alín Meléndez Calvo


&
Viridiana Peralta Ramírez

Carrera de Psicología
Séptimo Semestre
Métodos y Técnicas de Intervención en Grupos
Mtra. Reyna Iracema Ortega Hernández
Xalapa, Veracruz; a 12 de enero de 2023
INTRODUCCIÓN

La terapia cognitiva se basa en el modelo cognitivo, que plantea la hipótesis de que las

percepciones de los eventos influyen sobre las emociones y los comportamientos de las

personas. Los sentimientos no están determinados por las situaciones mismas, sino más bien

por el modo como las personas interpretan esas situaciones (Beck, 1964; Ellis, 1962).

El terapeuta cognitivo se interesa especialmente por el nivel de pensamiento que opera

simultáneamente con el pensamiento superficial, que es el más evidente.

Es fundamental conceptualizar al paciente en términos cognitivos, para poder determinar el

tratamiento más eficiente y efectivo. Asimismo, es importante desarrollar la empatía, un

ingrediente crítico a fin de establecer una relación operativa con el paciente.

La conceptualización comienza durante el primer contacto con el paciente, que es un

proceso permanente, sujeto a modificaciones en la medida que se presenten datos nuevos y

que las hipótesis previas se confirmen o se rechacen. El terapeuta basa sus hipótesis en los

datos que ha recabado, utilizando las explicaciones más plausibles y dejando de lado las

interpretaciones e inferencias que no se basen claramente en datos reales.

DESARROLLO

La labor clínica no se limita a identificar una técnica eficaz de tratamiento. El primer paso

dentro de la TCC, generalmente, es realizar la formulación de caso para, posteriormente,

poder diseñar un plan terapéutico personalizado para el paciente. Dentro de la terapia se trata

a personas, quienes presentan amplias variaciones respecto tanto de su experiencia del mismo
problema psicológico como de las razones por las cuales surgió en primer lugar ese problema

y persiste aún. (Nezu, 2006)

Estructura de una sesión de terapia

Objetivo

Lograr que el proceso de la terapia sea comprensible tanto para él como para el paciente. El

profesional busca además que la terapia sea lo más eficaz posible. El uso de un formato

estándar (tanto como enseñar al paciente las herramientas que utiliza la terapia) facilita estos

objetivos.

La primera sesión

Objetivos

1. Crear confianza y rapport.

2. Iniciar al paciente en la terapia cognitiva.

3. Instruir al paciente respecto de su trastorno (de tenerlo), del modelo cognitivo y del

proceso de la terapia.

4. Normalizar las dificultades del paciente e inculcarle esperanza.

5. Averiguar y corregir (de ser necesario) las expectativas del paciente respecto de la

terapia.

6. Recabar información adicional acerca de las dificultades del paciente.

7. Utilizar esta información para desarrollar una lista de objetivos.

Estructura recomendada

1. Crear confianza y rapport: El terapeuta transmite en forma implícita y, a veces,

explícita los siguientes mensajes: se preocupa por el paciente y confía que podrán

trabajar juntos; cree poder ayudarlo y enseñarle a ayudarse; desea comprender lo


que está experimentando; que, aunque el paciente pueda estar abrumado por los

problemas, él no lo está; que ha atendido y ayudado a otros pacientes como él;

considera que la terapia cognitiva es el tratamiento adecuado y que va a mejorar.

2. Establecer un plan: Breve explicación sobre lo que se hará durante la primera

sesión: preguntar acerca del estado de ánimo, el motivo de consulta, los objetivos,

los problemas y expectativas del paciente

* Se corroboran dudas, se anotan las preguntas del paciente y se contestan al final.

3. Controlar el estado de ánimo: El terapeuta se apoya de instrumentos psicométricos

para captar problemas que el paciente no ha explicitado verbalmente.

4. Revisar el problema que se presenta y actualizar el estado de ánimo del paciente:

El terapeuta revisa los problemas del paciente, determina que no se encuentra en

una situación de riesgo de suicidio y observa que no ha habido cambios

significativos desde la evaluación inicial.

5. Identificar problemas y establecer objetivos: El terapeuta revisa brevemente el

problema y solicita que lo ponga al día para centrarse en problemas específicos.

Posteriormente, ayuda al paciente a establecer objetivos para la terapia.

6. Instruir al paciente acerca del modelo cognitivo: Enseñar al paciente a convertirse

en su propio terapeuta cognitivo. Desde el comienzo, el terapeuta averigua (y

corrige en caso necesario) lo que el paciente ya sabe acerca de este tipo de terapia.

Le da explicaciones acerca del modelo cognitivo, valiéndose de los ejemplos que

surgen en las sesiones, y le da una perspectiva de la terapia que va a encarar.

7. Averiguar las expectativas del paciente respecto de la terapia: El terapeuta pone

énfasis en explicar que esta terapia es ordenada y racional y que los pacientes

mejoran porque se comprenden mejor a sí mismos, resuelven problemas y

adquieren herramientas que pueden aplicar por su cuenta. El terapeuta imparte el


mensaje de que los pacientes deben compartir responsabilidades para hacer

progresos en la terapia.

8. Instruir al paciente respecto de su trastorno: La mayoría de los pacientes quieren

conocer su diagnóstico general, asegurarse de que no están locos, saber que su

terapeuta ha ayudado antes a otros pacientes semejantes a ellos y que no los

considera extraños. Es preferible evitar catalogar, es mejor decir algo más general y

sin muchos términos técnicos.

9. Fin de la sesión y asignación de tareas tareas para el hogar: Incluye una revisión

de las cosas que el paciente ha acordado hacer como tarea.

* Tareas de la terapia: conjunto de trabajos en colaboración diseñados

especialmente para ayudarlo a sentirse mejor.

10. Hacer una síntesis: La síntesis final une distintos hilos de la sesión y refuerza los

puntos principales.

* En las primeras sesiones, es el terapeuta quien realiza el resumen. Más adelante,

alienta al paciente para que lo efectúe.

11. Retroalimentación: Pedirla fortalece el rapport, ya que, se demuestra interés por lo

que el paciente siente. También es una ocasión para que el paciente se exprese y

para que el terapeuta resuelva cualquier malentendido. Preguntarle al paciente si

alguna cosa lo hizo sentirse incómodo es una manera de permitirle expresar y

controlar sus conclusiones.

* Si el paciente está desesperado o tiene actitudes suicidas, será necesario modificar el

formato de la primera sesión o de cualquier otra. Es fundamental determinar el grado de

tendencia al suicidio, para descubrir cuál es la razón de la falta de esperanza del paciente e

inculcarle esperanza (Beck et al., 1979; Fremouw, dePerczel y Ellis, 1990; Freeman, Pretzer,

Fleming y Simón, 1990)


Segunda sesión y siguientes

Objetivos

 Ayudar al paciente a escoger un objetivo central.

 Comenzar a resolver problemas y reforzar el modelo cognitivo.

 Identificar pensamientos automáticos.

 Si el paciente comienza a sentirse mejor, inicia el trabajo de prevención de recaídas.

A partir de la segunda sesión, el plan típico es:

1. Breve actualización y control del estado de ánimo: Suele ser breve y se puede

combinar con una reseña de la semana. Descripción subjetiva del paciente, si es

necesario, el terapeuta pide una explicación. El breve control sobre los estados de

ánimo y el examen de lo ocurrido en la semana proveen al terapeuta de diversas

oportunidades. Puede demostrar su preocupación por lo que el paciente ha estado

sintiendo durante la última semana y, juntos, controlan el progreso alcanzado

durante la terapia. El terapeuta puede reconocer (y reforzar o modificar) las

explicaciones del paciente para su mejoría o su falta de mejoría. También puede

reforzar el modelo cognitivo, es decir, consolidar la noción de la influencia de los

pensamientos sobre el estado de ánimo.

2. Revisión de la sesión anterior: El propósito es controlar cuál fue la percepción y

comprensión del paciente acerca de la sesión anterior. El puente que se tiende

desde la sesión anterior sirve para instruir al paciente respecto del proceso

terapéutico, señalándole su responsabilidad en la revisión del contenido de cada

sesión y mostrándole que debe expresar cualquier punto vinculado con el

terapeuta o con la sesión anterior, en que se haya sentido molesto.


3. Planificación: En las primeras sesiones la responsabilidad la asume el terapeuta,

pero con el paso del tiempo se la delega al paciente para que aprenda las

habilidades necesarias para armar su plan, de modo que pueda seguir valiéndose

de ellas una vez finalizada la terapia.

4. Revisión de la tarea para el hogar: Efectuar una revisión de las tareas refuerza el

comportamiento y pone de manifiesto el valor de las efectuadas en la semana. Si

las tareas no se controlan en las sesiones, el paciente comienza a creer que no son

importantes, y el cumplimiento desciende significativamente.

5. Conversación sobre los temas planificados, asignación de nuevas tareas para el

hogar, síntesis periódicas: El terapeuta decide otorgar, o no, la posibilidad de ser

más activo y asertivo, permitiéndole al paciente tomar la responsabilidad de

seleccionar algún punto particular para comenzar. El terapeuta introduce sus

propios objetivos en los momentos adecuados.

 En la primera parte, el terapeuta busca tener un panorama del problema.

Sutilmente ofrece un modelo de cómo expresar el problema en una

síntesis. Luego tratará de identificar los pensamientos automáticos.

 Luego, el terapeuta aborda un tema del plan; relaciona el problema con un

objetivo de la terapia; enseña acerca de los pensamientos automáticos;

ayuda a identificar, evaluar y controlar aquellos que son específicamente

angustiantes; facilita el alivio de los síntomas y produce una disminución

de la ansiedad. Finalmente, asigna tareas para el hogar y previene al

paciente para que tenga expectativas realistas respecto del aprendizaje de

una nueva habilidad.

 Las síntesis: el terapeuta resume brevemente los aspectos centrales de las

afirmaciones del paciente, tratando de usar sus mismas palabras. El


terapeuta la sintetiza para asegurarse de que ha captado cuál es el elemento

problemático para el paciente y con el objeto de presentarla de un modo

más conciso y claro para ambos.

6. Resumen final y retroalimentación: En el resumen final el terapeuta se abstiene de

activar pensamientos negativos y perturbadores en el paciente. En este caso, el

objetivo es aclarar al paciente los puntos principales tratados durante la sesión de

una manera sencilla.

Tercera sesión y posteriores

* Mantienen la misma estructura que la segunda sesión.

 El contenido varía según los problemas y objetivos del paciente y los propósitos del

terapeuta.

 Al principio, el terapeuta se encarga de las sugerencias para el plan de cada sesión, el

diseño de las tareas y la síntesis. Gradualmente, la responsabilidad de transfiere al

paciente.

 Hacia el final de la terapia es el paciente quien designa la mayor parte de los temas de

las sesiones, utiliza herramientas (ej. Registro de Pensamiento Disfuncional) para

evaluar sus pensamientos, diseña su propia asignación de tareas y resume la sesión.

 El terapeuta siempre tiene en cuenta en qué etapa de la terapia se encuentra y se vale

de su conceptualización del paciente, que es un hilo conductor de la terapia.

 El terapeuta escribe notas sobre los temas que se han planificado, aunque puede

eliminar ítems si es necesario.


CONCLUSIÓN

En conclusión, si bien en un principio la Terapia Cognitivo-Conductual pude parecer un

modelo muy técnico y rígido, lo cierto es que se vuelve flexible con la práctica. Asimismo, le

ofrece al terapeuta un esquema bien definido para aterrizar el curso de la sesión y no parecer

inexperto, aun cuando recién comienzas a ejercer la profesión en el ámbito clínico.

Además, de todos los modelos conocidos en la actualidad es el mejor fundamentado

en ciencia, provee de excelentes herramientas al terapeuta que se continúan actualizando y

mejorando.

REFERENCIAS

Beck, J. (2006). La estructura de la primera sesión de terapia en J. Beck (Ed.), Terapia

Cognitiva: Conceptos básicos y profundización (2da. ed., pp. 45-66). Gedisa Editorial

Beck, J. (2006). Segunda sesión y siguientes: estructura y formato en J. Beck (Ed.),

Terapia Cognitiva: Conceptos básicos y profundización (2da. ed., pp. 45-66). Gedisa

Editorial

Fernández, M. Á. R., García, M. I. D., & Crespo, A. V. (2012). Manual de técnicas de

intervención cognitivo conductuales. Madrid: Desclée de Brouwer

Nezu, A., Nezu, C. & Lombardo, E. (2006) Formulación de casos y diseño de

tratamientos Cognitivo-Conductuales. Un enfoque basado en problemas. (1ra. Ed.).

Manual Moderno.

Ramallo, F. (1981) . Manual de Técnicas de Intervención Cognitivo Conductuales.

Estudios de Psicología, 7. 92-114.

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