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MÉTODO DE VALORACIÓN CONTINGENTE (MVC)

Morales, J. (Comp.). (2022)


Docente de la asignatura “Economía ambiental”

1. Generalidades

En muchas ocasiones, la valoración económica se encuentra con el reto de


estimar el valor de un bien o servicio ecosistémico, del cual no se tiene
información de mercado que revele el valor del mismo. De ese modo, se busca
estimar los cambios en el bienestar de las personas producto de cambios
hipotéticos (contingentes) en un bien o servicio ecosistémico, mediante el uso de
preguntas directas sobre la DAP por dichos bienes o servicios ecosistémicos. Esta
forma de estimar el valor económico de un bien o servicio que no cuenta con un
mercado establecido, se realiza mediante el uso de metodologías basadas en
preferencias declaradas, siendo uno de los métodos más populares en este
campo, el método de valoración contingente (MVC) (Gámez, Casallas, López y
Díaz, 2017).

La valoración contingente (VC), es un método directo o hipotético, de preferencia


declarada, de valoración subjetiva y de valoración monetaria. Es un método de
mercado experimental (Man Yu, 2005) que presenta en general una situación
hipotética que todavía no se ha dado. No considera lo que efectivamente sucede,
sino lo que los individuos dicen que harían. Por eso el mercado es experimental y
no de sustitución (Man Yu, 2005). Es un método no paramétrico de valoración
(Martínez Vásquez, 2008) y de construcción de mercados hipotéticos (Ministerio
del Ambiente de la República del Perú, 2015). En este método son utilizadas las
preferencias declaradas para la valoración económica de un recurso natural/bien
ambiental (Ripka de Almeida et al., 2018).

El método de valoración contingente (MVC) está basado en la aplicación de un


cuestionario. Es contingente, porque es hipotético e incierto; en el sentido
condicionado a un momento y una situación hipotética, simulando un mercado
hipotético. Este método obliga a los economistas a salir de sus modelos
matemáticos y relacionarse con las personas, lo que permitiría ver que esas
personas no son tan racionales como ellos presuponen, abriendo la posibilidad de
cuestionar la propia teoría (Man Yu, 2005; Pérez, 2016).

Es considerado el método más controvertido de valoración económica de servicios


ambientales (Ecosystem Valuation, 2006; citado en Cristeche y Penn, 2008). Es el

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método más tradicional que primero fue aplicado en la valoración económica del
ambiente. En un principio, este método pretendía obtener el excedente del
consumidor por un bien ambiental correctamente definido, o por una política que lo
afectase, a través de una pregunta directa de disposición a pagar o a aceptar,
expresada en términos monetarios (Labandeira, León y Vázquez, 2007).

El método de valoración contingente fue propuesto por Ciriacy-Wantrup (1947),


cuando en un estudio sobre la valoración económica de la prevención de la
erosión planteó que una de las maneras de llegar a la valoración económica de
este hecho sería preguntar a las personas directamente cuánto estarían
dispuestos a pagar por ello. Sin embargo, este autor planteó la metodología pero
no llegó a aplicar en su trabajo (Aznar y Estruch, 2015).

La primera aplicación práctica del MVC la hizo Robert K. Davis en el año 1963
para determinar el valor económico de las posibilidades recreativas de los
bosques del Estado Maine (Aznar y Estruch, 2015); lo desarrolló como parte de su
tesis doctoral realizando encuestas a cazadores sobre el valor que le atribuían a
los bosques de este Estado (Cristeche y Penn, 2005).

Davis simuló un mercado mediante la técnica de situar al entrevistador en el


“puesto de un vendedor que extrae la licitación posible más alta de los usuarios,
de los servicios que ofrece” (Aznar y Estruch, 2015).

En el desarrollo de este método ha habido una serie de hitos importantes, que han
sido básicos en su implantación, en esa línea está la Orden 1129 del gobierno
Reagan en 1981. Dicha Orden fijaba que todas las normas federales sobre política
ambiental debían considerar tanto los costos como los beneficios, y que solo se
llevarían a la práctica aquellas cuyo valor actual fuera positivo. La mayoría de los
Organismos de Protección Ambiental adoptaron el MVC para monetizar los
beneficios sociales por ser un método de gran flexibilidad y generalidad (Aznar y
Estruch, 2015).

Otro hito importante que tuvo gran transcendencia para el desarrollo de este
método fue el suceso del Exxon Valdez cuando en 1989 este buque petrolero
encalló en el golfo de Alaska provocando un derrame de petróleo. Este derrame
fue el más grande de los ocurridos en Estados Unidos de Norteamérica, más de
1300 kilómetros de litoral fue afectado y casi 2300 aves murieron debido a la
contaminación por petróleo. Después del derrame, el Estado de Alaska encargó
varios estudios para identificar el daño físico que se había ocasionado a los
recursos naturales. Este estudio fue coordinado por Richard Carson y constituye
una de las aplicaciones más importantes del MVC así como de valoración
ambiental. Mediante el MVC se llegó a determinar que el daño causado por el
derrame de petróleo del Exxon Valdez era de 2,8 mil millones de dólares ( Aznar y
Estruch, 2015). Exxon Valdez debió compensar por los valores de uso actual y
valores de no uso (Baldeón, 2009).

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En 1993, el National Oceanic and Atomospheric Administration -Oficina Nacional
de Administración Oceánica y Atmosférica- (NOAA) del Departamento de
Comercio de los Estados Unidos de Norteamérica, planteó a un panel de expertos
presidido por los premios Nobel Kenneth Arrow y Robert Solow, si el método de
valoración contingente era capaz de proporcionar valores suficientemente seguros
en las valoraciones de daños de recursos naturales. El panel de expertos llegó a la
conclusión de que “los estudios del MVC bien dirigidos pueden llegar a cálculos de
valores suficientemente seguros…..”. Pero apuntaron una serie de
recomendaciones para su utilización (NOAA, 1993; citado en Aznar y Estruch,
2015):

 Debe utilizar el formato de elección dicotómico (preguntar si se está dispuesto o


no a pagar o percibir una determinada cantidad)
 Se debe conseguir una tasa de respuesta superior al 70% de los entrevistados
 Las entrevistas deben ser personales
 Se debe hacer un análisis de sensibilidad
 Los resultados deben contrastarse con otras experiencias

Los sucesos anteriores han sido muy importantes en el desarrollo y consolidación


de la metodología de valoración contingente (Aznar y Estruch, 2015).

A lo largo de los años este método consolidó su respetabilidad, siendo


oficialmente reconocido por varias instituciones dedicadas a cuestiones
ambientales en diversos países, lo que dio impulso a la realización de una gran
cantidad de estudios que utilizaron esta metodología (Cristeche y Penn, 2005).

La valoración contingente incorpora una descripción de la ventaja o del objeto por


valorar, el método para realizar el pago y el cálculo del valor. El pago puede ser la
tarifa del usuario, un impuesto o un sobrecargo a los servicios. Se pregunta al
encuestado cuánto estaría dispuesto a pagar, con lo cual se determina la voluntad
a pagar por una ventaja ambiental no comercializada (VP) o la de recibir
compensación (VA).

En el metodo de valoración contingente se introduce un mercado hipotético (el


cuestionario) donde la oferta es el entrevistador y la demanda el entrevistado. Por
tratarse de elementos subjetivos (teoría de la elección racional) debido a que la
conducta de los entrevistados depende de muchas variables, desde el nivel de
información hasta el interés directo que pueda tener un encuestado, se infiere que
el metodo puede inducir a que la voluntad a pagar sea más baja que la voluntad a
aceptar compensación para renunciar a esa mejora, especialmente en un país
pobre.

La técnica incorpora la provisión al entrevistado de una detallada descripción del


bien ambiental involucrado, y el requerimiento posterior de ofrecer un valor, que
puede elegirlo de un número de opciones, o preguntándoles si está dispuesto a
pagar un monto específico (en cuyo caso, se continúa con mayores o menores

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cantidades). Otra posibilidad es pedirle que indique el monto de indemnización
que reclamaría por no disponer más del bien o servicio ambiental (Tomasini, s.f.).

El uso de la valoración contingente ha ido creciendo en los años 90 en los más


diversos campos por la necesidad de valorar los daños ambientales en el marco
de sentencias judiciales de compensación a las víctimas, o a causa de desastres
ecológicos que han exigido calcular compensaciones por la pérdida de utilidad de
los usuarios de los espacios naturales dañados.

Con la aplicación del MVC pueden conocerse las preferencias individuales en dos
sentidos (Jaime y Tinoco, 2005):

 Cuánto se está dispuesto a pagar por algo que mejore el bienestar individual o
colectivo.

 Cuánto se está dispuesto a aceptar como pago por un efecto adverso al


bienestar.

Por ejemplo, supongamos que se cuenta con un parque en una comunidad. Dicho
terreno es una de las alternativas para construir una plaza comercial, por lo que se
requiere determinar el valor que dicho parque tiene para la población a fin de
establecer si es conveniente o no construirlo en ese sitio.

Lo que va a evaluarse en este caso es el valor asignado al parque por parte de la


población. Para ello, se determina una población objetivo, en donde se aplican
cuestionarios y encuestas, las cuales pueden incluir preguntas como la siguiente:
¿Está usted dispuesto a pagar anualmente $X para que no se realicen obras en el
sitio del parque?

Puede comenzarse con distintos valores, sea en este caso un valor X = $10, el
cual va en aumento hasta alcanzar una cantidad que el encuestado no esté
dispuesto a pagar.

Una vez que se cuenta con la información de las encuestas, se estiman los
beneficios y costos. Si se emplean encuestas abiertas, preguntando cuánto están
dispuestos a pagar, se puede simplemente obtener el promedio de las respuestas
o usar algún método de regresión para ver cuáles factores afectan la disposición a
pagar por dichos valores. Si se utilizan preguntas cerradas, cuestionando si se
está dispuesto a pagar una cantidad X, dándole distintos valores, se obtiene el
valor esperado.

Otro ejemplo sería el siguiente: Supongamos que se trata de valorar una mejora
ambiental, tal como un incremento de accesibilidad a un parque natural. El analista
comienza ofreciendo a un posible afectado una determinada cantidad inicial. El
afectado responde indicando si el estaría dispuesto o no a pagar esa cantidad de
dinero por la mejora. Supongamos que la respuesta es afirmativa. En tal caso, la
cantidad se tomará como una estimación por defecto del valor de la mejora.
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Seguidamente, se incrementa la cantidad inicial, preguntando nuevamente al
interesado si estaría dispuesto o no, a pagar dicha cantidad por la correspondiente
mejora. El procedimiento se continúa aplicando de una manera iterativa hasta que
se obtiene la primera respuesta negativa. Esta respuesta nos indica la estimación
por exceso del valor de la mejora ambiental, mientras que la respuesta anterior -
p.e.: la última respuesta positiva- nos indica la correspondiente estimación por
defecto.

En caso de que la respuesta a la primera oferta sea negativa, el procedimiento


aplicativo es el mismo pero procediendo a realizar sucesivas disminuciones de la
oferta inicial. De esta manera, la primera respuesta afirmativa nos medir la
estimación por exceso y la última respuesta negativa la negativa por defecto la
correspondiente mejora ambiental. Obviamente, en el caso de valorar un daño
ambiental, la lógica aplicativa es completamente análoga.

Imaginemos el siguiente ejemplo en el cual estuviésemos analizando las


externalidades ambientales asociadas a la contaminación que se deriva del
transporte urbano en una ciudad de América Latina. Un efecto especialmente
severo de la concentración de sustancias contaminantes sería el aumento de la
morbilidad (proporción de personas que enferman en un lugar y en un momento
determinado). Una vez identificadas las personas con problemas de salud que
pudiesen haber sido causados o agravados por el aumento en la contaminación,
sería posible entrevistar a cada una de ellas o, si los recursos (tiempo y dinero) no
fuesen suficientes, al menos a una muestra representativa de las mismas. Como
resultado de una entrevista más amplia, cabría la posibilidad de preguntar a cada
persona perjudicada lo siguiente: ¿Considera que su bienestar se ve afectado por
el aumento de la contaminación? ¿En qué sentido? ¿Cuánto estaría dispuesto a
pagar si supiese que el gobierno local llevará a cabo un programa para eliminar
dicha contaminación?. Como es lógico, las respuestas podrían ser múltiples.
Supongamos por un momento, sin embargo, que la respuesta a la última pregunta,
tras afirmar que su bienestar se ve afectado porque ahora todos los inviernos tiene
problemas bronquio-pulmonares mucho más agudos, es la siguiente: ¿Por qué
habría de pagar? Ya pago impuestos todos los años. La municipalidad debe
resolverlo sin contar conmigo. Más bien al contrario: debería compensarme. En
esa circunstancia, siempre existiría la posibilidad de plantear la pregunta de otro
modo: ¿Cuál sería la compensación que exigiría por sufrir esta contaminación?.
Con independencia de si dicha compensación llegase finalmente a establecerse
(cabe recordar una vez más que la valoración, el análisis económico, no sustituye
en ningún caso a la decisión), el analista dispondría de una información muy útil
para conocer el valor monetario de la pérdida de bienestar asociada al aumento de
la contaminación. Si siguiese un procedimiento similar, la habría obtenido con un
método de preferencias declaradas (en concreto, el método de valoración
contingente) (Delacámara, 2008).

Las estimaciones obtenidas con la valoración contingente pueden variar


enormemente, según que las preguntas se orienten hacia la medición de una

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disposición a pagar (DAP) o una disposición a percibir/aceptar una compensación
(DAC) (Aznar Bellver y Estruch, 2015).

2. En qué consiste el MVC

El MCV:

 Es una técnica de muestreo basada en la interrogación directa a personas,


consumidores actuales o potenciales de un bien ambiental, para determinar su
disposición a pagar (preferencias) para obtener dicho bien ambiental o
mantener los existentes o su disposición a aceptar su pérdida (Tomasini, s.f.).

 Es un enfoque utilizado para la valoración de un bien ambiental que se basa en


las respuestas individuales ante circunstancias hipotéticas planteadas en un
mercado estructurado artificialmente (Seller, Stoll y Chavas 1985; citado en
Aguilera y Alcántara, 1994).

 Es un método que consiste en simular por medio de encuestas y escenarios


hipotéticos un mercado para un bien o conjunto de bienes ambientales para los
que no existe mercado (Mendieta, 2000; Ambrogi, 2017).

 Es una herramienta importante para la valoración ambiental, pues revela las


preferencias de la gente o su comportamiento ante una situación de mercado;
pero sin embargo, no puede valorar todos los bienes y servicios ambientales
(Sarmiento, 2003).

 Es un método que simula el mercado real mediante la creación de un mercado


hipotético con el fin de investigar acerca de la DAP o de la DAC por bien o un
daño ambiental (Sarmiento, 2003).

 Es una técnica de preferencias expresadas que busca determinar el valor


(disposición a pagar) que otorgan los agentes económicos a cambios en
atributos ambientales a través de entrevistas personales, entrevistas
telefónicas, cuestionarios o encuestas por correo o experimentos (Enríquez,
2008).

 Es un método que consiste en presentar a los individuos situaciones hipotéticas


y preguntarles sobre su posible reacción a tal situación (como, por ejemplo,
preservar un área silvestre, construir un puente, mejorar/empeorar la calidad
ambiental, etc) (Izko y Burneo, 2003; Cordero, Moreno y Kosmus, 2008).

 Es un método que consiste en el uso de encuestas que contienen un


cuestionario estructurado en el que se le pregunta a las personas beneficiadas
o perjudicadas por un determinado proyecto, cuánto estarían dispuestas a
pagar por obtener un determinado beneficio o por evitar la experimentación de
un perjuicio de carácter ambiental. Alternativamente, se puede considerar la
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posibilidad de preguntar qué compensación exigirían en caso de renunciar a un
determinado beneficio o de tolerar un perjuicio (Cristeche y Penn, 2005).

 Es un método que consiste en valorar los beneficios derivados de una mejora


ambiental por la cantidad monetaria que los beneficiarios potenciales de dicha
mejora estarían dispuestos a pagar por la misma. De manera análoga, los
costos derivados de un daño ambiental se valoran por la cantidad monetaria
que los perjudicados potenciales por dicho daño ambiental aceptarían como
compensación (Linares y Romero, 2008).

 Es una técnica que se utiliza para estimar el valor de bienes ambientales


(productos y servicios) para los que no existe mercado. Se caracteriza por
crear/simular un mercado hipotético, en el que los individuos declaran a través
de una encuesta o entrevista a los consumidores sus preferencias, expresando
su disposición a pagar una cantidad de dinero por la provisión de un bien
ambiental o conjunto de bienes ambientales para los que no existe mercado
(Martínez Vásquez, 2008; Pérez, 2016).

 Es un método de preferencias declaradas que trata de descubrir la disposición a


pagar o la compensación exigida por una persona por la variación en las
condiciones de un activo ambiental (una encuesta de valoración contingente
permitiría en teoría aproximarse a ese valor preguntando directamente por la
cantidad monetaria que estaría dispuesto a percibir o desembolsar un
encuestado enfrentado a una situación hipotética) (Hanemann, 1984; Mitchell y
Carson, 1989; Carson et al., 1992; citados en Delacámara, 2008).

 Es un caso particular de un modelo de utilidad aleatoria, que de forma


específica propone la realización de experimentos de elección (entre los que la
valoración contingente sería una opción) para modelizar la importancia (utilidad
marginal) que conceden los consumidores, a la hora de tomar una decisión, a
ciertos atributos o características de los bienes y servicios (Hanley et al., 1998;
citado en Delacámara, 2008).

 Es un método que consiste en realizar encuestas individuales con el fin de


asignar un valor a un bien o servicio ambiental (Azqueta, 2002; citado en
Lomas, (Martín, Louit, Montoya y Montes, 2010).

 Es un método hipotético y directo basado/fundamentado en la información que


revelan las personas cuando se les pregunta/interroga sobre la valoración del
bien ambiental de un área protegida (p.e.: bosque, biodiversidad, agua) (Novoa,
2011; Pérez, 2016).

 Es un método que consiste en presentar a los individuos situaciones hipotéticas


(contingentes) y preguntarles sobre su posible reacción a tal situación (por
ejemplo, preservar un área silvestre, construir un puente, mejorar o empeorar la
calidad ambiental, etc) (Brenes González, 2012).

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 Es un método que consiste en el diseño de un mercado hipotético, presentado a
un individuo a través de un cuestionario. En este mercado hipotético (Ministerio
del Ambiente de la República del Perú, 2015).
:
 Se construye un escenario lo más realista posible donde se provee el bien o
servicio ecosistémico a valorar.

 Se definen las distintas alternativas sobre las cuales el individuo puede escoger.

 Se describen claramente los derechos de propiedad implícitos en el mercado.

 Es un método de valoración directa que intenta averiguar la disposición a pagar


(DAP) de una persona a través de una encuesta, entrevista, etc; para
determinar el valor económico de bienes y servicios ecosistémicos (Gómez et
al., 2015).

3. Objetivo del MVC

Entre los objetivos que persigue la aplicación del MVC, se destacan las siguientes:

 Intenta averiguar la valoración individual que se otorga por parte de los


individuos a cambios en el bienestar que produce la modificación en las
condiciones de oferta de un bien ambiental
(https://biblio.flacsoandes.edu.ec/catalog/resGet.php?resId=13422 ).

 Intenta averiguar bajo el supuesto de cambios en la calidad de un bien


ambiental, cuánto pagaría una persona antes de que prescinda de un bien
ambiental, por ejemplo, la visibilidad en caso de contaminación.

 Puede proveer un estimado muy ajustado de los costos y beneficios percibidos


por los componentes de la sociedad acerca de los cambios ambientales
(Tomasini, s.f.).

 Valorar beneficios derivados de una mejora ambiental mediante la cantidad


monetaria que los beneficiarios potenciales de dicha mejora estarían dispuestos
a pagar por la misma (Aznar y Estruch; 2015).

 Valorar costes derivados de un daño ambiental mediante la cantidad monetaria


que los perjudicados potenciales aceptarían como compensación por dicho
daño ambiental (Aznar y Estruch; 2015).

 Averiguar la disposición a pagar o a percibir por una mejora ambiental o por


sufrir un deterioro ambiental respectivamente (Aznar y Estruch; 2015).

 Estimar cambios en el bienestar social de las personas, especialmente cuando


estos cambios involucran bienes y/o servicios públicos no mercadeables que no
tienen precios explícitos (Ardilla, 1993; citado en Mendieta, 2000; Pérez, 2016).
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Es de aceptación general que los cambios en el bienestar social se pueden
medir por la disposición de pago de las personas frente a una determinada
mejora o a un incremento de la calidad de los bienes y servicios ambientales o
por la compensación necesaria para aceptar una reducción del suministro o una
pérdida de calidad (Pérez, 2016).
 Evaluar beneficios de proyectos que tienen que ver con bienes y/o servicios
ambientales que no tienen un mercado definido (Mendieta, 2000; Ambrogi,
2017).

 Estimar disposición a pagar (DAP) o aceptar una compensación (DAC) como


una aproximación a la variación compensada (C) o la variación equivalente (E)
respectivamente, con base en la percepción de beneficio o daño por parte de un
individuo (Mendieta, 2000, Ambrogi, 2017).

 Averiguar el valor que asignan las personas a un cambio específico en un


atributo ambiental o la máxima disponibilidad que pueden tener para acceder a
un bien ambiental (Mendieta, 2000).

 Averiguar/intentar determinar valoración económica que le dan las personas a


los cambios en el bienestar social producido/derivado por la modificación de
condiciones de la oferta de un bien ambiental (incremento o disminución de
cantidad y/o calidad) (Mendieta, 2000; Osorio y Correa, 2004). Esta medida, en
unidades monetarias, suele expresarse en términos de la cantidad máxima que
una persona pagaría por un bien ambiental (Carson, 2000; Mitchell y Carson,
1989; Cordero, Moreno y Kosmus, 2008).

 Estimar/conocer valoraciones que los individuos dan a aumentos o


disminuciones en cantidad o calidad de un recurso o servicio ambiental, usando
condiciones simuladas de mercados hipotéticos (Barzev, 2001; Pearce y Moran,
2000; citado en Izko y Burneo, 2003; Brenes González, 2012).

 Proveer información sobre valores de no uso de bienes y servicios ambientales,


que puede tener la suficiente calidad para utilizarse en reclamos de tipo legal y
en casos de remediación ambiental (Pearce y Moran, 2000; citado en Izko y
Burneo, 2003).

 Dar indicativos de propensiones de los individuos, tanto a pagar por un


beneficio, restauración o preservación de un ambiente natural, como a recibir
compensación por la pérdida de una determinada calidad ambiental (Man Yu,
2005).

 Tiene como objetivo que las personas declaren sus preferencias con relación a
un determinado bien o servicio ambiental, en lugar de realizar estimaciones
sobre la base de conductas que se observan en el mercado (Cristeche y Penn,
2005).

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 Estimar la función de demanda de un bien ambiental que no posee un mercado
donde pueda ser transado ni posea relaciones de sustitución o
complementariedad con otros bienes privados (Cristeche y Penn, 2005).

 Estimar valor de cualquier servicio ambiental (Jaime y Tinoco, 2005).

 Propone preguntar de manera más o menos directa a individuos, las cantidades


monetarias que ellos pagarían por un determinado beneficio ambiental o que
estarían dispuestos a aceptar como compensación por un cierto daño
ambiental, en caso de que existiera este hipotético mercado (Linares y Romero,
2008).

 Obtener datos de un mercado hipotético (Cordero, Moreno y Kosmus, 2008).

 Estimar medida monetaria de bienestar social que permita compensar a los


individuos por pérdidas asociadas a valores de no uso de espacio naturales y
especies silvestres (Martínez Vásquez, 2008).

 Intenta medir disposición a pagar por una persona a la que se aplica una
encuesta, la cual hace referencia a un escenario simulado descrito por un
investigador (Baldeón, 2009).

 Trata de construir un mercado para un bien ambiental, tratando de determinar


los cambios en el bienestar de una población originados por modificaciones en
su oferta (Granato, Oddone, y Carballo, 2009).

 Estimar beneficios de bienes y servicios ambientales no mercadeables, y/o no


exista ninguna posibilidad de asociarlo con otro similar que posea un mercado
(Franco Buitrago, 2009).

 Averiguar y construir preferencias de las personas, a partir de lo que ellas


mismas respondan en encuestas o entrevistas, a partir de las cuales se
intentará determinar el valor de un bien ambiental (Franco Buitrago, 2009).

 Estimar la máxima disponibilidad a pagar por la provisión o mejoramiento de un


bien ambiental, o de manera análoga la compensación mínima que una persona
está dispuesta a aceptar por un deterioro del bien ambiental (Franco Buitrago,
2009).

 Medir económicamente cambios que generan en el bienestar social de las


personas alteraciones en la calidad ambiental (Franco Buitrago, 2009).

 Intenta averiguar valoración que otorgan las personas a un determinado


sistema o bien ambiental, preguntándoselo a ellas directamente (Martín, Louit,
Montoya y Montes, 2010).

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 Busca averiguar valor que asignan los individuos a un bien o servicio
ecosistémico a partir de la respuesta a preguntas de máxima disponibilidad a
pagar (DAP) por conseguir un bien o servicio ecosistémico proveído por los
ecosistemas, o alternativamente la mínima disposición a aceptar una
compensación (DAC) por una disminución de dicho bien o servicio ecosistémico
(Ministerio del Ambiente de la República del Perú, 2015).

 Pretende establecer a partir de encuestas directas el valor medio de la


valoración compensada o la variación equivalente de una población particular,
que son las medidas aproximadas de los beneficios que puede generar un
proyecto de mejora o mantenimiento ambiental. Todo lo anterior es posible por
cuanto en el supuesto mercado los individuos pueden exponer su avalúo para
un bien ambiental, señalando su disponibilidad a pagar (Pérez, 2016).

 Evaluar beneficios o perjuicios de proyectos, obras o actividades relacionados


con la provisión de bienes o servicios que no cuentan con un mercado
convencional. Bajo este método se estima el valor económico del bien o servicio
ecosistémico bajo una línea base o para una mejora específica (Gámez,
Casallas, López y Díaz, 2017).

 Estimar la máxima DAP o mínima DAA de las personas por los beneficios
relacionados con mejoras ambientales o el valor económico de daños
producidos por degradación del ambiente (Gámez, Casallas, López y Díaz,
2017).

 Estimar cambios en el bienestar social de las personas producto de cambios


hipotéticos (contingentes) en un recurso natural/bien ambiental o servicio
ecosistémico, mediante el uso de preguntas directas sobre su disponibilidad a
pagar por evitar un cambio que las beneficie, o su disponibilidad a aceptar un
cambio que las perjudique (Ripka de Almeida et al., 2018).

4. Aplicación del MVC

El MVC fue diseñado para tomar decisiones públicas con el objeto de evaluar
proyectos o programas que impacten el ambiente, es decir que generen un
externalidad en el ambiente positiva o negativa, como por ejemplo: investigaciones
desarrolladas para estimar los beneficios individuales atribuidos a la eliminación
de la contaminación del aire en áreas urbanas, reducir los riegos a la salud a
causa de contaminantes en el agua, proteger la vida natural en determinadas
áreas y las especies en peligro de extinción. También ha sido aplicado en la
valoración de daños ambientales (Flores, 2017; Sarmiento, 2003).

Entre las aplicaciones del MVC, se destacan las siguientes:

 Se usa en situaciones en las que el valor de cambio no se puede establecer


mediante un procedimiento de mercado, por lo que no hay ningún precio
asociado a bienes ambientales (Aguilera y Alcántara, 1994).
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 Realizar valoración económica de espacios urbanos abiertos, valoración de
recursos hídricos, valoración de impactos de la contaminación sobre la salud y
valoración de la conservación y preservación de parques o reservas naturales
(Mendieta, 2000).

 Se utiliza para valorar bienes del ambiente, tales como calidad del aire, calidad
del agua, seguridad en autopistas, y derrames de petróleo como el caso de la
Exxon Valdés en Alaska, entre otros (Mendieta, 2000).

 Es usado por agencias gubernamentales e internacionales, como el Banco


Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM), con el fin de
valorar una variedad de inversiones tales como, transporte, saneamiento, salud,
artes y educación (Mendieta, 2000).

 Se puede emplear para valorar paisajes, áreas silvestres, parques nacionales,


biodiversidad, antigüedades, características de un pueblo o sitio histórico en
particular, etc (Chambers et al., 2001; citado en Sarmiento, 2003); pero no para
valorar el uso recreativo de un área en particular ni, por ejemplo, riesgos
ambientales.

 Es aconsejable usar este método cuando no existe información de mercado ni


precios de bienes o servicios sustitutos que puedan revelar las preferencias de
los individuos (disposición a pagar o aceptar) respecto de ciertos recursos
naturales o servicios ambientales (Izko y Burneo, 2003; Cordero, Moreno y
Kosmus, 2008).

 Entre los ejemplos de su aplicación destacan: preservación de un bosque,


sustitución de un parque por un shopping (Man Yu, 2005).

 Es muy utilizado para la valoración de servicios ambientales (Cordero, Moreno y


Kosmus, 2008).

 Valorar la máxima disposición de pago por la conservación de una cuenca


hidrográfica, como un rubro adicional en la tarifa por el servicio de agua para
consumo humano (Cordero, Moreno y Kosmus, 2008).

 Estudios de cambios en la provisión de calidad de agua, aire, todo tipo de


recreación, contaminación de ríos, deforestación, ecoturismo, ambiente menos
ruidoso, reducción de la contaminación, reducción del riesgo de accidentes, etc
(Johansson, 1987; citado en Martínez Vásquez, 2008).

 El método se ha usado en forma extensiva debido a la carencia de otras


alternativas para obtener valores de no uso (Diamond, 1996; Kanhemann y
Knesch, 1992; citados en Martínez Vásquez, 2008).

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 Se ha utilizado en valoraciones relacionadas con la calidad del agua y del aire,
la belleza estética, el valor de recreación, la preservación de áreas silvestres, el
riesgo de fumar cigarrillos, el impacto de los cambios climáticos, la construcción
de caminos, y la pesca recreativa y comercial, entre otros; tanto en países
desarrollados como en desarrollo (Cancino, 2001; citado en Baldeón, 2009).

 En las Cortes de los Estados Unidos, de Norteamérica su uso ha sido aceptado


para valorar los daños a los recursos naturales bajo el Comprehensive
Environmental Response, Compensation and Liability Act [Ley de respuesta,
compensación y responsabilidad ambiental] de 1980 (Baldeón, 2009).

 Se recomienda su utilización para procesos de valoración económica de bienes


y servicios ambientales (Franco Buitrago, 2009).

 Se usa cuando no existe información de mercado ni valores subrogados acerca


de las preferencias de los individuos (disposición a pagar o aceptar) respecto de
ciertos recursos naturales o servicios ambientales (Brenes González, 2012).

 Estimar la DAP de los habitantes de determinada ciudad por la mejora de la


calidad ambiental del agua de un río que atraviesa dicha ciudad y al cual se
vierten aguas residuales (Ministerio del Ambiente de la República del Perú,
2015).

 Por ejemplo, cuando un proyecto, obra o actividad genere impactos


ambientales, y no exista un mercado propio o relacionado a dichos bienes o
servicios ecosistémicos a ser impactados, el MVC permite por medio de
encuestas directas estimar el VET de dicho bien (Gámez, Casallas, López y
Díaz, 2017).

 Cuando un proyecto, obra o actividad genere impactos en bienes o servicios


ecosistémicos los cuales no son transados en mercados convencionales, es
decir, cuando no se cuenta con precios y cantidades de mercado, el MVC es
una herramienta de valoración económica que permite estimar el valor
económico total de dichos bienes o servicios (Gámez, Casallas, López y Díaz,
2017).

 Para el caso específico de los impactos generados por un proyecto, obra o


actividad, el uso de esta metodología permite a los evaluadores del proyecto
estimar en términos monetarios, el valor económico de los impactos sobre
especies de flora y fauna, sitios históricos, patrimonio cultural, recursos hídricos,
suelo, aire, entre otros (Gámez, Casallas, López y Díaz, 2017).

5. Supuestos del MVC

Los supuestos de esta metodología son los siguientes (Medina, 2000; Ministerio
del Ambiente de la República del Perú, 2015):

13
 El comportamiento del individuo en el mercado hipotético es equivalente a su
comportamiento en un mercado real. Con esto se garantiza que toma una
decisión racional de comprar o no el bien como lo haría en un mercado real.

 El individuo debe tener información completa sobre los beneficios del bien o
servicio ecosistémico. Con ello el individuo reflejará su verdadera DAP.

6. Fundamentación del MVC

 Sus dos reglas relevantes se centran en que el cuestionario utilizado debe tener
validez y fiabilidad. Debido al gran potencial de error sistemático en el enfoque
del cuestionario, el instrumento se debe probar cuidadosamente para que
produzca la máxima confianza posible de que está midiendo lo que se pretende
medir y de que dicho instrumento mide los rasgos con fiabilidad (Aguilera y
Alcántara, 1994).

 Se fundamenta en la medición del impacto de un proyecto sobre el bienestar de


una comunidad, midiendo la máxima disposición a pagar por un determinado
bien o servicio (Izko y Burneo, 2003).

 Se basa en preguntar a los interesados sobre su disposición a pagar o a


aceptar una compensación (Linares y Romero, 2008).

 Se fundamenta en la medición del impacto de un proyecto sobre el bienestar de


una población, midiendo la máxima disposición a pagar por evitar un mal o
recibir una mejora ambiental (Cordero, Moreno y Kosmus, 2008).

 Se basa en preguntar a las personas sobre su disposición a pagar por un


determinado bien o servicio para el cual no existe un mercado formal. (Azqueta,
2002; citado Baldeón, 2009).

 Se basa en dos tipos de análisis directo: el de la voluntad de pago o disposición


a pagar (DAP) y el de la voluntad de renuncia o disposición a ser compensado
(DAC), ambos referidos a un uso relacionado con un bien o servicio ambiental
por parte del encuestado. Las respuestas individuales se agregan para generar
o simular un mercado hipotético (Martín, Louit, Montoya y Montes, 2010).

 Se soporta en la recolección de información primaria sobre la DAP o DAC de


los individuos, por mejoras o pérdidas relacionadas con un bien o servicio
ambiental (Gámez, Casallas, López y Díaz, 2017).

 La aplicación de este método de valoración y la estimación de buenos


resultados están soportados en la recolección de información primaria, tanto en
cantidad como en calidad, así como en el diseño del mercado hipotético que
refleje el bien o servicio ambiental objeto de evaluación (Gámez, Casallas,
López y Díaz, 2017).

14
7. De qué manera se aplica el MVC

 La valoración se hace en forma directa preguntando a los individuos, mediante


una encuesta o cuestionario, en la que se presenta una serie de informaciones
sobre la situación actual y la alternativa de que dispone
(https://biblio.flacsoandes.edu.ec/catalog/resGet.php?resId=13422 ).

 Se utiliza un cuestionario directo para solicitar respuestas individuales que


pretendan reflejar la valoración que cada individuo hace de un bien que no pasa
por el mercado. El cuestionario intenta simular un mercado hipotético para el
bien en cuestión, donde el que responde indica o bien su disposición a pagar
(DAP) o bien su disposición a recibir/aceptar una compensación (DAC) la
compensación por el bien en cuestión (Bishop y Heberlein 1979; citado en
Aguilera y Alcántara, 1994).
 Se usa un formato de encuesta para solicitar a los individuos un valor de
preferencias Hicksiano (Aguilera y Alcántara, 1994).

 El vehículo normal para la aplicación de este método son las encuestas,


entrevistas o cuestionarios (Mendieta, 2000).

 Para la realización de la valoración se utiliza un enfoque directo (utilización de


encuestas, entrevistas, cuestionarios, otros). Se pregunta a las familias
beneficiarias mediante un cuestionario lo que estarían dispuestas a pagar por
un beneficio y/o lo que estarían dispuestas a recibir a modo de compensación
por tolerar un perjuicio (Pearce y Turner, 1990, citado en Izko y Burneo, 2003).

 Se realizan entrevistas por medio de cuestionarios o a través de diversas


técnicas experimentales como grupos focales, reuniones de expertos (técnica
Delphi), entre otras, en las que los individuos responden a estímulos
presentados bajo condiciones controladas de su disponibilidad a pagar (DAP)
por un beneficio y/o la disponibilidad a aceptar o recibir una compensación
(DAC) a modo de compensación por tolerar un perjuicio (Izko y Burneo, 2003;
Cordero, Moreno y Kosmus, 2008).

 Se usa una amplia gama de técnicas contingentes específicas, basadas la


mayoría en teoría de decisiones y juego; que persiguen “auscultar” el
comportamiento de los individuos ante situaciones concretas, y que pese a sus
respectivos sesgos son de gran utilidad (Izko y Burneo, 2003).

 Se utilizan encuestas para crear un mercado hipotético, donde se pregunta por


la máxima disposición a pagar (DAP) o a aceptar una compensación (DAC) por
el cambio en un bien ambiental. Con la información recopilada se realiza una
estimación econométrica de la DAP media de la población y se estima el valor
total asignado al recurso ambiental (Osorio y Correa, 2004).

 A través de encuestas se estima la disposición de cada persona a pagar o


recibir una compensación ante un cambio positivo o negativo en la calidad
15
ambiental del bien ambiental (por ejemplo la preservación de un parque natural,
de un río, la creación de una zona verde en una ciudad, la eliminación de una
zona verde para construir viviendas, etc); realizando una evaluación de las
disposiciones individuales al conjunto de la población afectada (Granato,
Oddone y Carballo, 2009).

 Un aspecto clave en aplicación de este método es el diseño de un cuestionario,


pues es el elemento a través del cual se construye un mercado hipotético. Se
debe ofrecer al encuestado, tanto información relevante sobre el bien a valorar
como una descripción de la situación antes y después de las modificaciones
que se van a realizar, de modo que queden claras las implicancias para el
afectado. Igualmente, debe quedar constancia de las características
socioeconómicas del encuestado (sexo, edad, renta) y, en el análisis de las
respuestas, se debe ser consciente de la existencia de sesgos que las
distorsionan (Granato, Oddone y Carballo, 2009).

 Los pasos necesarios para la aplicación del método de valoración contingente


son los siguientes (Riera, 1994, citado en Granato, Oddone y Carballo, 2009;
Martín, Louit, Montoya y Montes, 2010):

 Definir con precisión lo que se desea valorar en unidades monetarias


 Definir la población relevante
 Concretar los elementos de simulación del mercado
 Seleccionar la muestra a entrevistar
 Decidir la forma de la entrevista a realizar
 Diseñar el cuestionario
 Realizar las entrevistas
 Explotar estadísticamente las respuestas
 Presentar los resultados

 El método está basado en la realización de encuestas, entrevistas o


cuestionarios, donde el entrevistador trata de averiguar el precio que pagaría el
encuestado por el bien o servicio ambiental a valorar. Con los resultados
obtenidos en las encuestas el analista construye un mercado hipotético que
pretende representar la demanda social de estos bienes y servicios (Martín,
Louit, Montoya y Montes, 2010).

 Se les pregunta a los usuarios de un bien ambiental por su intención de pago


con el fin de generar un mercado hipotético (Franco Buitrago, 2009).

 Se diseña un cuestionario que recoge información sobre la valoración de un


bien ambiental (Novoa, 2011).

 El valor económico de un bien o servicio ecosistémico se obtiene al preguntar a


los individuos por su máxima disposición a pagar (DAP) por una mejora en la
calidad o cantidad de un bien o servicio ecosistémico, en un escenario
hipotético (Ministerio del Ambiente de la República del Perú, 2015).
16
 El procedimiento utilizado para aplicar esté método se basa en encuestar a un
grupo de personas (usuarios de un bien ambiental) sobre su DAP o valor que le
atribuyen a dicho bien ambiental. Los encuestados son seleccionados al azar y
la muestra suele ser amplia.(Gómez et al., 2015).

 Se prepara/diseña un cuestionario donde se describe el bien ambiental


encuestado, sus características, se determina el universo a encuestar y los
parámetros que describen cada miembro de la muestra (incluyendo su
capacidad de pago), después se aplica el cuestionario, se procesan los datos y
por agregación se determina un valor estimado atribuible al bien ambiental .
(Gómez et al., 2015).

 Mediante la aplicación de encuestas que permiten determinar beneficios


obtenidos por un bien ambiental y cuantificar su valor para los encuestados. Por
la forma del fraseo del cuestionario, la persona está obligada a tomar una
decisión sobre un determinado valor que revele su disposición a pagar por el
bien o servicio ambiental (Pérez, 2016).

 Su aplicación se lleva a cabo con una serie de preguntas, con el fin de


investigar en las personas cuanto estarían dispuestos a pagar (DAP) por
conservar una característica del ambiente, o cuanto estarían dispuesto a recibir
para compensar un pérdida en la calidad ambiental [ se manifiesta en el bienestar de
las personas y puede expresarse como una mejora en la calidad, en términos económicos como
una externalidad positiva o negativa, según sea el caso ] (Flores, 2017).

 Su aplicación se lleva a cabo mediante la creación de un mercado hipotético, y


el comportamiento de la gente ante una externalidad en la calidad del ambiente,
ya sea positiva o negativa, mediante la aplicación de un cuestionario. Una vez
aplicados los cuestionarios se debe calcular el DAP. (Flores, 2017).

 Su aplicación se realiza mediante encuestas donde se crea un mercado


hipotético, el cual puede revelar la DAP o disponibilidad a aceptar una
compensación (DAC) de las personas por determinados bienes y/o servicios
ambientales que no cuentan con un precio establecido en el mercado, o por
escenarios que contemplan pérdidas o mejoras relacionadas con los servicios
ecosistémicos (Gámez, Casallas, López y Díaz, 2017).

 La fuente de información para la aplicación de este método son encuestas en


las que se describe un escenario hipotético de cambio de alguna situación
específica respecto a un servicio ecosistémico (o a algún elemento del
ecosistema), y donde se dejan claros los beneficios e impactos negativos que
se pueden presentar por el cambio. De igual manera, en la encuesta se
plantean las posibilidades de disponibilidad a pagar o disponibilidad a aceptar
una compensación a través de mecanismos como pregunta abierta o rangos de
valores, entre otros (Ripka de Almeida et al., 2018).

17
8. Ventajas del MVC

 Es el único método que puede revelar el valor total de un bien ambiental (valor
de uso, de opción y de existencia).

 Es el único método que permite medir valores de opción y existencia de bienes


y servicios ambientales, y aportar una medida verdadera del valor económico
total (Tomasini, s.f.).

 No necesita de una infraestructura estadística importante/compleja para su


análisis (Sarmiento, 2003; Flores, 2017).

 Permite definir el vehículo de pago el cual es difícil de determinar de manera


eficaz (Sarmiento, 2003).

 Permite obtener un gran caudal de información que puede ser usado en otros
estudios (Sarmiento, 2003).

 Es el único método/técnica más adecuada para cuantificar/valorar en forma


cuantitativa valores de no uso de bienes y servicios ambientales/ecosistémicos
(Mendieta, 2000; Ministerio del Ambiente de la República del Perú, 2015;
Gómez et al., 2015; Ambrogi, 2017).

 Es el único método que permite calcular el valor económico total de un bien o


servicio ambiental, dado que es capaz de estimar tanto valores de uso como de
no uso, siendo estos últimos los responsables de su gran difusión debido a que
ningún otro método puede capturarlos (Cristeche y Penn, 2005).

 No requiere de ningún supuesto previo, ni de ninguna estimación de la función


de demanda de la persona, salvo en el caso del formato binario del
cuestionario, con lo que se evitan los posibles errores de especificación y
estimación (Mendieta, 2000).

 Es un método teóricamente aplicable a todos los casos de valoración ambiental


(Cristeche y Penn, 2005).

 Es el método más utilizado en la evaluación de valores de no uso de bienes y


servicios ambientales, ya que se pregunta directamente a la gente cuánto está
dispuesta a pagar por servicios ambientales concretos que pueden ser
afectados positiva o negativamente por una obra (Jaime y Tinoco, 2005).

 Permite obtener con relativa facilidad, valores monetarios de activos


ambientales muy difíciles de valorar (Linares y Romero, 2008).

 Constituye un enfoque que se ha aplicado profusamente a valorar activos


ambientales sin mercado (Linares y Romero, 2008).

18
 Es considerado un método fiable para determinar valores de no uso de bienes y
servicios ambientales (Baldeón, 2009).

 Es un método versátil, flexible y de fácil aplicabilidad, sobre todo cuando no


existe información para realizar valoración de bienes y servicios ambientales
(Franco Buitrago, 2009; Brenes González, 2012).

 Permite superar el obstáculo de ausencia de mercado para los bienes


ambientales enfrentando a los consumidores con mercados hipotéticos en los
que tienen la oportunidad de mostrar su disponibilidad a pagar (DAP) por un
bien ambiental (Novoa, 2011).

 La entrevista puede realizarse directamente a través de cuestionarios o través


de diversas técnicas experimentales en las cuales los individuos responden a
estímulos presentados bajo condiciones controladas (Brenes González, 2012).

 Permite obtener valores económicos de bienes y servicios ecosistémicos que


no tienen precio en el mercado (Ministerio del Ambiente de la República del
Perú, 2015).

 Es una de las técnicas más ampliamente utilizadas para valorar bienes y


servicios ambientales, incluyendo daños a esos servicios como los resultantes
de un evento extremo (Gómez et al., 2015).

 Permite estimar directamente el cambio en bienestar asociado a un cambio en


la cantidad o calidad de bienes o servicios ambientales. Partiendo de esa
información a nivel individual, la agregación es relativamente sencilla (Gómez et
al., 2015).

 No requiere de la existencia de datos o información previa, sino que mediante la


aplicación de una encuesta cuidadosamente diseñada se le pregunta a los
afectados directamente por su voluntad de pago. Para que la respuesta sea
compatible con los incentivos a decir la verdad de los entrevistados, es
necesario que el contexto en el cual se les plantea esa pregunta cumpla con
una serie de requisitos que imitan de forma hipotética la información que los
entrevistados tendrían si estuvieran tomando decisiones en un mercado
existente (Gómez et al., 2015).

 Brinda resultados en unidades monetarias (Flores, 2017)

 En ocasiones es el único método utilizable cuando no se puede establecer el


vínculo entre la calidad del bien ambiental y el consumo del bien privado
(Ambrogi, 2017).

 No necesita ninguna estimación de la función de demanda individual (Ambrogi,


2017).

19
 Permite descubrir la compensación exigida para permitir un cambio que
deteriore el bienestar y renunciar a uno que lo mejorará, ofreciendo información
como la que se obtendría en un mercado hipotético (Ambrogi, 2017).

 Uno de los aspectos más relevantes en el proceso de recolección de


información, es el diseño de un mercado hipotético bajo unos estándares
definidos, en el que se le pide al encuestado escoger una acción que afecte
positivamente (o negativamente) los servicios ecosistémicos a través de un
valor que esté dispuesto a pagar (o a aceptar) para que la acción se lleve a
cabo, permite que en el valor estimado final no solo se tenga en cuenta los
beneficios económicos, sino todos los beneficios y costos que tendría sobre la
población y los servicios ecosistémicos (Gámez, Casallas, López y Díaz, 2017).
 Permite estimar el valor económico de un bien o servicio ecosistémico que no
puede ser estimado con otros métodos de valoración. Asociado a eso, el valor
económico que se estima mediante esta metodología corresponde no solo al
valor de uso directo, sino también a los valores de uso indirecto o de opción y
los de no uso; por lo tanto, el valor que se obtiene bajo esta medida
corresponde al VET (Gámez, Casallas, López y Díaz, 2017).

 Aunque la técnica precisa de analistas competentes y capacitados para hacer


las estimaciones, la naturaleza de este estudio permite analizar y describir los
resultados de forma sencilla. Así, los valores monetarios pueden ser
expresados en valores promedio, per cápita, por hogar o como un valor
agregado para la sociedad (Gámez, Casallas, López y Díaz, 2017).

 Permite realizar una valoración más amplia, así como la creación de mercados
hipotéticos simulados, basados en el concepto de la disponibilidad a pagar
(DAP), la disponibilidad a acepar o ser compensado por un daño o servicio
ambiental (DAC), por lo que se trata de un método que no se restringe a los
precios existentes en el mercado (Ripka de Almeida et al., 2018).

9. Limitantes que presenta el MVC

 Desconfianza que despiertan las respuestas obtenidas con el método. El


escepticismo con respecto a la honradez de la conducta del entrevistado ha ido
dejando una duda más esencial sobre el verdadero sentido de su respuesta. El
problema con ello es que, a diferencia de lo que ocurre con los métodos
indirectos, no hay forma de contrastar la validez de los resultados obtenidos con
el método de valoración contingente en aquellas ocasiones en las que sería
más necesario, cuando es el único aplicable ante la ausencia de mercados
directos. En presencia de incertidumbre, sin embargo, la utilidad que una
persona espera recibir de un determinado bien antes de conocer el estado de la
naturaleza que le acompañará, puede diferir dramáticamente de la que
obtendrá de hecho, una vez que ésta incógnita se resuelva (Mitchell y Carson,
1989; citado en Mendieta, 2000).

20
 El principal aspecto a considerar en los métodos hipotéticos se refiere a la
validez y el realismo de los datos, es decir, si las preguntas de naturaleza
hipotética conducen o no a ciertas clases de sesgos o ruidos que hacen que los
datos no sirvan para hacer inferencia Mendieta, 2000).

 Es necesario agudizar la simulación de las condiciones del mundo real, debido


a que no analiza el comportamiento real de los individuos encuestados (Dixon
et al., 1996; citado en Sarmiento, 2003).

 Los estudios en los que usa son por naturaleza teóricos y generalmente las
personas a ser encuestadas poseen un escaso conocimiento de la metodología
(Dixon et al., 1996; citado en Sarmiento, 2003).

 El valor apropiado a obtener depende en gran medida de los derechos de


propiedad que tengan las personas acerca de los recursos naturales que serán
valorados (Dixon et al., 1996; citado en Sarmiento, 2003).

 Las debilidades imputables a este método son básicamente las debilidades y


sesgos que conlleva cualquier procedimiento de encuesta directa en el que
además, como sucede en este caso, las preguntas se hacen sobre
estimaciones de valor de cosas poco tangibles, utilizando para ello instrumentos
teóricos de pago muy diferentes (una subida de los impuestos locales, pago de
una cantidad en concreto de entrada, etc) (Linares y Romero, 2008).

 Estimaciones obtenidas pueden variar enormemente, según que las preguntas


se orienten hacia la medición de una disposición a pagar o de una disposición a
aceptar una compensación (Linares y Romero, 2008).

 Cordero, Moreno y Kosmus, 2008, mencionan que entre las limitantes más
comunes que presenta el uso de la valoración contingente se destacan los
siguientes (Adaptado de Izko y Burneo, 2003):

 DAP expresada en cuestionarios puede ser afectada por el valor inicial


propuesto
 El mismo bien ambiental recibe un valor más bajo si es percibido como parte de
un bien más grande
 DAP vs. DAC, no es lo mismo preguntar por la disposición a pagar (DAP), que
por la disposición a aceptar una compensación (DAC)
 Es un método hipotético
 El vehículo de pago usado (mecanismo por el cual se llevará a cabo el
desembolso del dinero por parte del individuo)
 Sesgos por parte del entrevistador

 No es posible conocer las intenciones de los individuos respecto del valor de un


determinado recurso ambiental, o sea; no se puede descomponer el valor entre
clasificaciones de uso y no uso (Cummings y Harrison, 1995; citado en Martínez
Vásquez, 2008).
21
 No es capaz de captar con exactitud y confiabilidad la valoración que los
individuos poseen respecto de un bien ambiental (Diamond, 1996; Kanhemann
y Knesch, 1992; citados en Martínez Vásquez, 2008).

 La naturaleza hipotética de las preguntas genera que los entrevistados no


respondan en forma seria y responsable (Niklitschek, 1991; citado en Martínez
Vásquez, 2008).

 Con el problema de revelación de preferencias, los individuos tendrían incentivo


de no revelar su verdadera disposición a pagar, siendo las respuestas
posiblemente sesgadas (Niklitschek, 1991; citado en Martínez Vásquez, 2008).

 Posibilidad de que la respuesta ofrecida por el entrevistado no refleje la


verdadera valoración que le confiere al recurso analizado (Martín, Louit,
Montoya y Montes, 2010).

 Injerencia que tiene sobre los resultados la honestidad de las personas al


momento de responder las entrevistas (Franco Buitrago, 2009).

 Presencia de posibles sesgos instrumentales y no instrumentales (Ministerio del


Ambiente de la República del Perú, 2015).

Los sesgos instrumentales corresponden a todos aquellos sesgos que tienen que
ver con el diseño y aplicación del instrumento (encuesta). Tradicionalmente se
consideran los siguientes: sesgo de punto de partida, sesgo respecto al vehículo
de pago, sesgo de información, sesgo del entrevistador y sesgo del orden o de
incrustación (embedding). En cambio entre los sesgos no instrumentales se
encuentran el sesgo de hipótesis dada la naturaleza del escenario planteado y el
sesgo de estrategia relacionado con el posible comportamiento de free rider/jinete
libre/polizón por parte del individuo.

 Posibles sesgos que pueden surgir a raíz de la elaboración/diseño del


cuestionario, en particular, el carácter hipotético del mercado, la posible postura
free rider (jinete libre) de los encuestados y los sesgos relacionados con el
diseño del mercado (Pérez, 2016).

 Riesgo de que las preguntas formuladas en la encuesta lleven a ciertos ruidos


que a la postre inhabiliten los datos para hacer inferencia (Pérez, 2016).

 Hay dos problemas fundamentales identificados con las preguntas hipotéticas:


el primero consiste en que los entrevistados están incentivados para
comportarse estratégicamente, con el consiguiente sesgo en las repuestas, lo
que influenciaría las políticas públicas, y, el segundo es la ausencia de un
incentivo en los encuestados para dar respuestas seguras cuando están siendo
preguntados acerca de situaciones totalmente hipotéticas (Pérez, 2016).

22
 Dado que el método usa un mercado hipotético para calcular valores de bienes
y servicios ambientales, puede caer en varios sesgos al aplicar las encuestas,
ya que no es un comportamiento real, sino simulado de las personas (Flores,
2017).

 El mercado hipotético no está apegado al mercado real (Flores, 2017).

 Formas de recolectar información sobre las disponibilidades a pagar de las


personas por el bien o servicio ambiental. Algunas veces las encuestas pueden
estar mal diseñadas de tal forma que las respuestas pueden estar
sobreestimadas, debido a que los encuestados pueden estar mintiendo y dar
valores que no corresponden ni ser coherentes con sus preferencias ni con su
restricción presupuestaria (Gámez, Casallas, López y Díaz, 2017).

 Falta de familiaridad de las personas con los servicios que provee el ambiente y
la conversión de estos valores en términos monetarios. Es decir, la mayoría de
personas no están acostumbradas a asignar valores monetarios de servicios
ecosistémicos. Por lo tanto, no puede tener una base suficiente para afirmar su
verdadero valor. Por esta razón es importante la descripción del bien o servicio
ecosistémico en su actualidad, de manera que las personas puedan contar con
información que les permita formarse un criterio y dar el valor asociado (Gámez,
Casallas, López y Díaz, 2017).

 Los posibles sesgos en las preguntas y respuestas, es otro de los


inconvenientes de este método. Por un lado, existen respuestas que reflejan
sentimientos positivos o negativos hacia la responsabilidad del sector público,
privado y la comunidad, las cuales están catalogadas como respuestas de
protesta. Otro sesgo se puede presentar cuando los encuestados no responden
de manera sincera, debido a que deducen que finalmente no tendrán que pagar
la cantidad indicada. Caso contrario, si la persona cree que debe pagar lo que
declaró, conducirá a respuestas de disposición a pagar demasiadas bajas
(Gámez, Casallas, López y Díaz, 2017).

 La adecuada elección del vehículo de pago es otro aspecto importante que


puede conducir a sesgos en la información (Gámez, Casallas, López y Díaz,
2017).

 Cuando se piensa aplicar una encuesta a una muestra que en su mayoría es de


bajos ingresos, el uso del método de valoración contingente no reflejaría la
verdadera DAP de estos grupos poblacionales. Esto se debe principalmente a
que la utilidad marginal del dinero, como la de la mayoría de bienes y servicios,
es decreciente. Es decir, las pérdidas de bienestar generadas sobre la
población de bajos ingresos tienen menor valor monetario porque para esta
población el dinero vale más. Es por eso que existen otros métodos
contingentes que permiten encontrar la máxima DAP de estos grupos de
ingresos minoritarios, estos métodos corresponden a los métodos de elección
contingente o Conjoint (Gámez, Casallas, López y Díaz, 2017).
23
 Exige un gran esfuerzo por parte del investigador y un elevado rigor en la
obtención y tratamiento de los datos primarios, pues otras conductas podrían
generar resultados cuya aproximación a la realidad puede ser justamente
cuestionada (Ripka de Almeida et al., 2018).

10. Aspectos que se deben tener en cuenta al aplicar el MVC

Según Ripka de Almeida et al (2018), para aplicar el MVC se deben tener en


cuenta los siguientes aspectos:

 Cuando la encuesta se realiza en formato referendo, la variable dependiente es


binaria (SÍ/NO); por lo tanto, se debe establecer una forma funcional de la
regresión compatible con este tipo de variables (por ejemplo, las regresiones
probit y logit).
 Siempre se debe hacerse una encuesta piloto para ajustar las preguntas y para
identificar el mejor precio o rango de precios para utilizar.

 Las personas encuestadas deben conocer bien el servicio ecosistémico que se


quiere valorar, para poder relacionar su cambio con un efecto sobre su
bienestar.

 Debido a los sesgos que puede tener esta metodología, se deben tomar
medidas para evitar al máximo el sesgo de selección, el sesgo de
comportamiento estratégico y el sesgo asociado al encuestador.

 La encuesta debe permitirle a los encuestados entender bien el cambio que se


quiere valorar para que puedan revelar adecuadamente sus preferencias.

 La muestra debe ser adecuadamente seleccionada para que sea representativa


de la población y para que el valor final agregado sí sea confiable.

 En el modelo econométrico, además de la respuesta a la pregunta de la


disposición a pagar o disposición a aceptar, se deben incluir como variables
independientes las características socioeconómicas de cada persona, así como
las respuestas a preguntas sobre su actitud hacia la naturaleza.

 La descripción del mercado hipotético debe incluir la identificación de quién va a


proveer el servicio y quién va a pagar por él.

 Se debe aclarar siempre que el dinero o el tiempo (según el medio de pago que
se escoja) se pueden utilizar en otras actividades, para que no exista
sobrevaloración.

 La disposición a pagar se encuentra limitada por la restricción presupuestal de


las personas, mientras que la disposición a aceptar no tiene este límite, por lo
cual, los valores obtenidos a partir de la disposición a pagar pueden llegar a
24
subvalorar los servicios ecosistémicos. Considerando lo anterior, debe tenerse
en cuenta este sesgo al momento de emplear la información obtenida a partir
de la aplicación del método en los procesos de toma de decisiones.

11. Pasos a seguir para el diseño de un estudio de valoración


contingente

A continuación se describen los pasos a seguir para el diseño de un estudio de


valoración contingente (Gámez, Casallas, López y Díaz, 2017).

25
 Paso 1: Construcción de un mercado hipotético

Consiste en la construcción
de un mercado hipotético
que refleje de manera
precisa el servicio ambiental
identificado para ser
valorado. Para esto se debe
construir, con ayuda de
material fotográfico, mapas
o ilustraciones, un escenario
que muestre, defina y
explique claramente el bien
o servicio ambiental y la
naturaleza del cambio.

Por ejemplo, si un proyecto,


obra o actividad tiene un
impacto sobre un patrimonio
cultural, un escenario bien
definido estaría dado por:

El valle del río______ es considerado por muchos como un patrimonio histórico y


cultural, debido a que hace muchos años, antes de la conquista española, los
indígenas_____ realizaban ceremonias religiosas y fúnebres allí, haciendo
ofrendas a sus dioses y pidiéndoles prosperidad para sus cultivos. Actualmente,
aunque este sitio no ha sido declarado patrimonio nacional, se conoce de él que
tiene un gran valor arqueológico debido que allí aún se encuentran algunos
vestigios de estas ofrendas tales como vasijas, usos, etc. Pese a esto, se tiene
planteado la posible inundación de la zona, con el fin de construir una
hidroeléctrica, la cual le generará energía a un ___ por ciento de la población y le
dará empleo a las personas de la región, generando crecimiento económico en la
zona.

Ante esta situación, ¿cuánto estaría dispuesto a pagar usted, como pago único por
preservar esta zona tal como se encuentra en la actualidad? Tenga en cuenta que
su respuesta debe ser acorde con su nivel de ingresos y que de ser afirmativa
usted estaría prefiriendo la preservación de la zona sobre la construcción del
proyecto.

 Paso 2: Obtener las declaraciones

Consiste en obtener las declaraciones de las personas sobre la DAP por el bien o
servicio ambiental. Para el logro exitoso de esto, uno de los aspectos más
importantes tiene que ver con el diseño de la encuesta, el cual es tal vez uno de
los pasos más importantes y difíciles del proceso de valoración bajo preferencias
declaradas.
26
El diseño de una encuesta comienza con entrevistas a grupos pequeños de
personas que hacen parte del grupo impactado o relacionado directamente con el
bien o servicio ambiental a evaluar El objetivo de hacer estas entrevistas
preliminares es hacer preguntas generales sobre la relación y comprensión de las
personas con los problemas o impactos ambientales existentes o que
posiblemente existirán una vez comience determinado proyecto, obra o actividad,
además de conocer el tipo de valores que las personas le asignan a estos sitios y
los servicios relacionados.

Este ejercicio les permite a los evaluadores realizar las preguntas del cuestionario
final de forma más detallada incluyendo las formas de presentación del escenario
hipotético. Es decir, la necesidad de informar a los encuestados la ubicación
exacta del sitio, las características, el tipo de especies que se encuentran en él, si
es un ambiente único o tiene sustitutos, etc.

Una vez definido esto, es recomendable hacer algunas pruebas piloto con el
cuestionario final a grupos pequeños y aleatorios de la población, con el fin de
determinar sí el escenario está bien diseñado y si la encuesta es entendida y
aceptada por las personas, o de lo contrario hacer unas ultimas correcciones
antes de recolectar la información definitiva.

Una vez establecido el escenario hipotético y las preguntas que se realizarán a los
individuos, se debe comenzar con la recolección de información, la cual se puede
hacer de diferentes maneras: mediante entrevistas cara a cara, entrevista
telefónica o por correo. Sin embargo, existen algunas limitantes en las dos últimas,
siendo las entrevistas telefónicas las menos recomendadas, debido a la dificultad
de describir el escenario hipotético por este medio y la imposibilidad de presentar
el material fotográfico, lo cual genera aburrimiento en los entrevistados y producto
de esto puede haber respuestas falsas con el objetivo de terminar prontamente la
entrevista. Por su parte, las entrevistas vía correo son usadas frecuentemente,
pero su mayor inconveniente es la baja tasa de respuestas.

Ante esto, la técnica más recomendada es las entrevistas personales y encuestas


directas, las cuales, pese a ser más costosas son más efectivas, pues capturan la
información del entrevistado de forma más precisa.

El propósito de la encuesta es obtener la máxima DAP del encuestado, de manera


individual, por tener una mejora en la calidad ambiental. Alternativamente, también
se les puede preguntar la máxima DAP por recibir una mejora de la calidad
ambiental o la mínima DAC por tolerar dicho deterioro.

Generalmente, en la primera parte de la encuesta se menciona al entrevistado la


ubicación (por ejemplo, a través de un mapa) del área donde se encuentra el
servicio ecosistémico. En segunda instancia, se realiza una breve descripción del
estado actual del recurso y de las dinámicas que éste ha tenido en los últimos
años con respecto a su calidad y cantidad. En este paso, normalmente se le
27
pregunta al encuestado si conocía el recurso, así como su situación actual.
Posteriormente, se hace una descripción más detallada del estado actual de
recurso, junto con las actividades que se realizan a sus alrededores y sus
consecuencias directas en la calidad y cantidad del recurso. En este paso, para
una mejor comprensión del entrevistado, se usan fotografías que se toman
previamente durante la visita de campo.

Posteriormente, para tratar de entender las motivaciones detrás de las respuestas


a la DAP y DAC, es recomendable preguntarle a los encuestados/entrevistados
aspectos de percepción sobre el ambiente y la comunidad, como por ejemplo
¿Cree usted que los servicios ecosistémicos pueden mejorar la calidad de vida en
su comunidad?

Así, si una persona declara una disposición a pagar alta y asimismo, responde
afirmativamente a la pregunta anterior, significa que esta persona está declarando
su preferencia por este bien o servicio ambiental, mediante una disponibilidad a
pagar coherente con sus respuestas. Por el contrario, si una persona declara una
alta disponibilidad a pagar, pero una respuesta negativa a la pregunta anterior
sobre percepción, quiere decir que no está declarando lo que realmente valora el
bien o servicio ambiental, y por ende su respuesta no es válida.

Relacionado a esto, existen otros aspectos que permiten validar o no respuestas


sobre DAP y DAC, los cuales están relacionados principalmente con el nivel de
ingreso. Es decir, en un mercado hipotético bien diseñado, una persona no
debería declarar una alta disponibilidad a pagar si su ingreso es bajo. Es por esto,
que el vehículo de pago debe ser lo más cercano a la realidad, con el fin de evitar
estos valores altos que evidentemente no se presentarían en un mercado
convencional del bien o servicio ambiental.

Finalmente, es importante resaltar que este proceso debe tener una población
objetivo a la cual se le aplicará la encuesta. Es por esto que antes de comenzar
con este paso se debe seleccionar la muestra de la encuesta. Idealmente, la
muestra debe ser una muestra seleccionada aleatoriamente de la población
afectada, utilizando métodos estadísticos de muestreo.

 Paso 3: Análisis de resultados

Una vez los datos han sido recolectados, el tercer paso involucra compilar y
analizar dicha información. Los datos deben ser introducidos y analizados
mediante técnicas estadísticas y econométricas apropiadas para el tipo de
pregunta. En este punto, los investigadores deben tratar de identificar las
respuestas que no pueden expresar el valor del demandado para los servicios del
sitio, tales como las respuestas de protesta.

En este paso se debe calcular los resultados promedios de la DAP o DAC, los
cuales dependen del tipo de pregunta que se haya realizado. Por ejemplo si es
una pregunta abierta, el cálculo del valor de la DAP promedio es más sencillo (en
28
este caso se podrían utilizar modelos de mínimos cuadrados ordinarios) que en el
caso de preguntas tipo referendo (esto es, preguntas de si o no), las cuales tienen
que ser estimadas con técnicas econométricas que calculen las probabilidad de
decir “si” o “no” a un determinado valor sugerido de DAP o DAA (en estos casos
se aplicarían modelos logit o probit dependiendo del tipo de distribución
identificada, logística o normal).

En general, la recomendación es que este método siempre se haga a través de


formato tipo referendo (se le pregunta a la persona si está dispuesta a pagar o a
aceptar un monto determinado, y esta responde sí o no).

Posteriormente se calcula la curva de demanda, la cual es estimada usando


regresiones econométricas, donde la variable dependiente es la DAP o DAA, y
ésta es explicada por otras variables como el ingreso, la edad, el nivel educativo,
etc. La variable fundamental cuando se aplica este método a través de pregunta
tipo referendo es el valor del pago propuesto (sin el coeficiente de esta variable no
se puede calcular la DAP).

Una regresión típica del modelo de valoración contingente es de la siguiente

forma:
Donde, hace alusión a cada uno de los encuestados. Por otro lado, el uso de esta
ecuación, permite al investigador conocer los cambios en la DAP o DAA producto
de cambios en variables como el ingreso, la edad, el nivel educativo, etc.

Cuando se hace a través de encuestas con formato tipo referendo, lo que indican
los coeficientes es el cambio en la probabilidad de que la persona manifieste su
disponibilidad a pagar o a aceptar el monto propuesto. No obstante, la DAP total
de la muestra y la DAP individual se pueden calcular a partir de los coeficientes de
la regresión.

Cuando se hace a través de pregunta abierta, la regresión de la ecuación sí


permitiría saber qué tanto cambian la DAP o la DAC frente a un cambio en el
ingreso, la edad, el nivel educativo, etc. En este escenario, los coeficientes
estimados podrían servir para extrapolar la DAP o DAC promedio de la muestra a
una población con nivel de ingreso, edad o nivel educativo diferente (entre otros).

Finalmente, una vez se tiene esta estimación se debe hacer la agregación de los
datos. Esto consiste en determinar el valor de la DAP no solo para un individuo,
sino para un grupo de la población impactado o relevante. Un aspecto relacionado
a esto, y que permite hacer una agregación exitosa, es que la muestra a cuál se le
aplicó la encuesta sea representativa del total de la población.

29
Sarmiento (2003), explica que una vez que en un estudio de valoración
contingente se han recogido los datos es necesario calcular la DAP. Los
mecanismos de análisis de los datos serán dependientes del tipo de preguntas
que hayan formulado (Hanemann and Kanninen, 1996). Por ejemplo, si la
pregunta para investigar la DAP es el formato abierto se procederá a averiguar la
media o la mediana de los valores ofrecidos por los individuos y la estimación de
una función de valoración relacionada a las características socioeconómicas de
los individuos.

El segundo análisis que se puede hacer es la estimación de la función de


valoración del bien. La estimación mediante una regresión simple de una función
de valoración toma la forma:

Donde:

: Conjunto de parámetros a estimar

X: Matriz de características socioeconómicas de los individuos

: Término del error

Si, por el contrario, las preguntas tienen formato dicotómico los métodos
estadísticos y econométricos serán diferentes.

 Paso 4: Verificación del ejercicio de MVC

En este último paso se debe evaluar los resultados del ejercicio de valoración de
modo que se pueda responder preguntas como: ¿la mayoría de respuestas son de
protesta?, ¿Los encuestados no entendieron el mercado hipotético? ¿Qué tan
relacionados se encuentran los encuestados con el bien en cuestión?, entre otras.

Por esta razón, las preguntas y el mercado hipotético deben ser muy bien
diseñados debido que la calidad de un estudio de valoración contingente depende
de la calidad del proceso de recolección de información y del diseño de la
encuesta.

Los resultados obtenidos bajo esta metodología de valoración muestran la máxima


DAP promedio de un individuo por tener determinada calidad ambiental o la
mínima DAC por permitir determinado grado de impacto ambiental, como una
medida del VET de dicho bien o servicio ambiental. De manera agregada se
podría llevar este resultado individual a toda la población y se tendría el VET del
bien o servicio ambiental para toda la sociedad.

30
A partir de esto, los investigadores pueden estimar el valor promedio para un
individuo o un hogar de la muestra, y extrapolar los resultados a la población
correspondiente a fin de calcularlos beneficios totales del sitio.

De esta manera, para el caso de la valoración de un impacto generado por un


proyecto, obra o actividad el valor de la DAP refleja los beneficios económicos que
este recurso le genera a la sociedad.
12. Variantes del MVC

 Método de ordenación contingente (MOC) o Contingent ranking

Mediante la aplicación del MOC se pretende que los encuestados ordenen los
valores ya existentes de los bienes según sus criterios. Este método se asemeja al
MVC cuando éste último emplea el formato dicotómico en las preguntas. En este
método las personas se enfrentan a un número de opciones que debe ordenar
según sus preferencias (Riera, 1996; citado en Sarmiento, 2003).

Cada alternativa está caracterizada por un número determinado de atributos. Se


requiere que los individuos tengan un conocimiento de los atributos que valorarán.
Los resultados no representan una verdadera valoración sino más bien un orden
de valores. Por esto mismo es que la literatura sobre economía no lo tiene muy en
cuenta (Foster and Mourato, 2002; citado en Sarmiento, 2003).

 Método de puntuación contingente (MPC) o Contingent rating

Es otra de las variantes que presenta el MVC, en el cual se le asigna un valor a


una opción seleccionada, de entre las que se le presenta al entrevistado
(Sarmiento, 2003).

Se basa en mercados hipotéticos creados con el fin de


encontrar la DAP por un bien o servicio, por parte de un
Individual
individuo, o la disposición a recibir una compensación (DAC)
por algún daño
Esta variante de MVC busca la DAP o la DAC pero dada por
Método de
Grupal un grupo de personas, es decir, que se obtiene la DAP y la
valoración
DAC grupal
contingente
Se basa en el hecho de ordenar una cantidad de opciones
Ordenación
dadas que representan el valor de un bien o un beneficio en
contingente
particular según le parezca al individuo
Puntuación Consiste en asignar un puntaje o valor determinado a una
contingente opción seleccionada de las que se presenta al entrevistado

31
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