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Universidad Nacional de Loja

Facultad de la Energía, las Industrias y los Recursos Naturales No


Renovables

Carrera de Geología Ambiental y Ordenamiento Territorial

ECONOMÍA AMBIENTAL
Tema: Resumen del libro “Introducción a la Economía
ambiental” pág. 127 – 139 y el Estudio de caso: calidad del aire y
salud en América Latina y El Caribe

Por: Galo Andrés López Celi

Docente: Econ. Wilfrido Torres

Fecha de entrega: 08/junio/2020

Periodo: Abril 2020 – Septiembre 2020

Curso: 9no ciclo “A”

Loja - Ecuador
1. LIMITACIONES DE LOS MÉTODOS DIRECTOS E INDIRECTOS

En primer lugar, que todos estos métodos se basan en la aceptación de la ética antropocéntrica: es
decir, en la afirmación de que el medio ambiente tiene valor en tanto en cuanto el ser humano se lo da
(incluidas las generaciones futuras); y en la medida en la que se lo da.

En segundo lugar, que con los métodos anteriores se busca obtener la misma información que
proporciona el mercado con respecto a los bienes privados: un indicador de la intensidad de las
preferencias individuales con respecto a ellos. Aceptar que sean las personas, como consumidores, las
que determinen en definitiva la estructura productiva y distributiva de la sociedad (incluido el nivel de
calidad ambiental), supone aceptar como buenas, por lo menos, tres cosas:

a) El principio de la soberanía del consumidor. Admitir, en otras palabras, que la persona es el


mejor juez sobre su propio bienestar. En numerosas ocasiones el Estado interviene
precisamente porque cree lo contrario, sin que por ello sea tachado de no democrático o no
representativo.
b) El sistema de democracia de mercado. La gente expresa en él sus preferencias, adquiriendo
unos productos en lugar de otros. El mercado refleja, por tanto, las preferencias de la sociedad,
en función de cómo está repartido en ella el poder adquisitivo.
c) La distribución de la renta existente. La renta per cápita, en efecto, es una variable fundamental
a la hora de estimar el valor de los activos ambientales con ayuda de los métodos vistos más
arriba.

Los métodos presentados desembocan en un tipo de valoración económica particular. Para soslayar1
los aspectos más negativos de la misma, es normal introducir dos matizaciones complementarias.

En primer lugar, con respecto a la distribución de la renta, procediendo a normalizar en esta variable
el resultado de los estudios empíricos. Con ello, dado que un medio ambiente de mayor calidad es un
bien superior, desde un punto de vista económico, todas las medidas de mejora del mismo deberían
dirigirse hacia las zonas de alto poder adquisitivo (las que expresan una mayor disposición a pagar por
ellas), mientras que el deterioro se concentraría en las más deprimidas.

En segundo lugar, combinando esta forma individualista de valoración, de expresión de


preferencias, con una segunda vía que tiene en cuenta las preferencias colectivas. Y ello, entre otras
cosas, porque involucra a colectivos que no pueden expresar su opinión: incluyendo, por supuesto, las
generaciones futuras.

1
Evitar una cosa que puede causar molestias.

2
Recordar, por último, que los métodos indirectos de valoración no pueden sino revelar valores de
uso, y que el método de la valoración contingente es el único que podría descubrir los valores de no
uso.

2. ANÁLISIS DE EQUIVALENCIA DE HÁBITAT

En ocasiones, la Administración pública opta por una compensación en especie cuando se tiene que
enfrentar a un daño ambiental. Es decir, en lugar de someter al causante a una multa o sanción de
cualquier tipo, le exige que reponga a la sociedad un beneficio ambiental equivalente al daño causado.
En otras palabras, la Administración obliga al o los responsables del daño ambiental a invertir en
reparaciones que le ocasionó al medio ambiente. En este caso, el causante está obligado a proporcionar
un flujo de servicios ambientales equivalente al sacrificado durante el tiempo que el ecosistema requiere
para volver a su estado original.

El centro de esta metodología es el llamado análisis de equivalencia de hábitat, tal y como reconoce
la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) en los manuales que ha desarrollado
para orientar al analista en el desarrollo de la misma. El proceso seguido sería, más o menos, el
siguiente:

a) En primer lugar, se identifica el daño realizado sobre el ecosistema afectado, las medidas
necesarias para recuperar su estado original, y el tiempo que tardará en lograrse esto último.
Con ello se estima el flujo de servicios del ecosistema perdidos. Este paso requiere estimar dos
trayectorias diferentes: cómo hubiera evolucionado el bosque en ausencia del incendio, por un
lado, y cuál será la trayectoria seguida por el mismo en función de las medidas de recuperación
adoptadas.
b) En segundo lugar, se identifica un espacio alternativo en el que podría llevarse a cabo una
intervención (inversión) que mejorará su valor ambiental. Se estima el flujo de servicios
ambientales que proporcionará este nuevo ecosistema desde que se comienza la inversión hasta
que se consolida.
c) Finalmente, es necesario contemplar los servicios ambientales sacrificados al transformar el
entorno intervenido en el nuevo activo ambiental.

Esto es lo que se conoce como análisis de equivalencia de hábitat, cuyo eje central es la búsqueda
de la dimensión adecuada (scaling) del emplazamiento alternativo.
3. LA TRANSFERENCIA DE RESULTADOS
La transferencia de resultados, también denominada transferencia de beneficios o transferencia de
valores, se basa en el hecho de que el valor económico de un activo ambiental puede ser extrapolado a
partir de los resultados de algún estudio ya realizado, de un estudio fuente. La principal ventaja de este
enfoque es que, al utilizar fuentes de información secundarias, permite un gran ahorro de coste y tiempo.

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En el campo propio de la economía ambiental, sin embargo, la importancia de esta técnica quizá sea
algo superior, debido a la confluencia de dos elementos:
 La relativa novedad que supone la valoración de los servicios de los activos naturales, que hace
que no sea sencillo contar con la experiencia, ni los datos necesarios, como para llevar a cabo,
estudios primarios, sin que los costes sean prohibitivos.
 La exigencia planteada por distintas legislaciones con respecto a la necesidad de llevar a cabo
un análisis coste-beneficio, con respecto a diferentes medidas de política ambiental, y que
involucra la necesidad de contar con este tipo de valores.
3.1 Las etapas previas del proceso de transferencia
El desarrollo del proceso necesario para la transferencia de beneficios se plantea, normalmente, en
cinco fases.
a) Análisis del cambio a valorar económicamente. Se analiza exhaustivamente el bien o servicio
ambiental que va a ser objeto de la investigación, el cambio que se va a valorar en el mismo,
así como las características socioeconómicas de la población afectada.
b) Identificación de los posibles estudios-fuente. Se centra en una labor de búsqueda bibliográfica
para identificar las aplicaciones de los métodos de valoración que se hayan centrado en el bien
o servicio ambiental de interés.
c) Análisis de la adecuación de los estudios-fuente. El objetivo de esta fase es identificar, dentro
de los estudios ya realizados, a los que mejor se adapten a los elementos de la investigación
objetivo. Se recomienda la mayor similitud posible entre el contexto para el que se pretenden
transferir las estimaciones, y el contexto en el cual se han originado.
d) Comprobación de la calidad de las estimaciones de los estudios-fuente seleccionados. Las
estimaciones resultantes del proceso de transferencia dependen en gran parte de la calidad de
los estudios fuente utilizados. En esta fase, se analizan los posibles estudios fuente prestando
especial atención a aquellos elementos que pueden introducir variabilidad, o sesgos2 en las
valoraciones económicas estimadas: credibilidad del escenario planteado, tamaño de la
muestra, vehículo de pago, forma funcional de la función de demanda, etc. Cuando se sospeche
la existencia de sesgos, éstos deberán ser analizados para determinar su magnitud y dirección.
e) La transferencia del resultado. Finalmente, se realiza la extrapolación de los valores monetarios
estimados en los estudios-fuente seleccionados, al contexto del proyecto de investigación que
se está llevando a cabo. Existen cuatro vías posibles de realizar esta transferencia:
 Transferencia del valor unitario medio. Este proceso de transferencia es el más simple, ya que
consiste en transferir un único valor. Este procedimiento asume la hipótesis de que un cambio

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Peso desproporcionado a favor o en contra de una cosa, persona o grupo en comparación con otra, generalmente
de una manera que se considera injusta.

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en el bienestar experimentado por un individuo medio en el contexto del estudio-fuente, es igual
al experimentado por un individuo medio en el nuevo contexto de valoración.
 Transferencia del valor medio ajustado. El proceso de extrapolación es el mismo que en el caso
anterior, pero los valores unitarios medios se ajustan antes de ser transferidos.
 Transferencia de la función de valor. En este caso se transfiere la ecuación de demanda, en la
que el valor obtenido (por ejemplo, la disposición a pagar de una persona i por visitar un
emplazamiento determinado: DPi) aparece como una función de las características del bien
valorado (Xij) y las de la población analizada (Yik), tal como:
𝐷𝑃𝑖 = 𝑎 + 𝑏 𝑋𝑖𝑗 + 𝑐 𝑌𝑖𝑘 + 𝑒𝑖
En la que ei es un término de error aleatorio.
 El meta-análisis. Cuando se cuenta con un número suficiente de estudios fuente, es posible que
los resultados obtenidos con cada uno de ellos sean diferentes. En este sentido, el analista podría
escoger aquel que le despierta mayor confianza, con lo que estaría introduciendo un
componente de subjetividad importante en el análisis.
Sea cual sea el camino adoptado, se hace necesario decidir, acto seguido, la población de referencia
a la que se va a aplicar el valor unitario transferido, o la función correspondiente. Es quizá el paso que
mayor influencia tendrá sobre el valor finalmente obtenido, y sobre el que los estudios fuente, que no
fueron pensados para ser transferidos, ofrecerán muy poca información.
Si bien la transferencia de resultados maneja generalmente variables económicas, no deja de estar
abierta a otras variables explicativas que no siempre siguen la estructura de un modelo teórico de
utilidad económica. La utilización de sistemas de información geográfica (SIG) permite en buena
medida manejar factores sociodemográficos y biogeográficos que resultan decisivos en la transferencia
de resultados.
La transferencia de resultados exige estudios consistentes de valoración a nivel regional o local. En
este sentido, resulta esencial la disponibilidad de bases de datos consistentes, que hagan posible la
transferencia de resultados. McComb et al. (2006) revisan algunas bases de datos online que desde no
hace mucho sirven de apoyo para este tipo de trabajos empíricos. Entre las principales cabría destacar:
 Environmental Valuation Reference Inventory o EVRI [URL: http://www.evri.ca, que engloba
1.500 estudios de valoración,
 Envalue que reúne unos 400,
 Ecosystem Services Database, con 300 casos,
 Review of Externality Database, que contiene información proveniente de unos 200 trabajos.
3.2 Fiabilidad y validez de las funciones de transferencia de valor
Se han propuesto tres criterios de validación distintos para saber hasta qué punto la forma en que se
ha realizado la transferencia permite utilizarlos o no:

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 La validez interna que analiza si las estimaciones obtenidas a partir de los métodos utilizados
se corresponden con los que predeciría la teoría.
 La validez externa, que se centra en el análisis del significado e interpretación de los resultados
obtenidos.
 La validez de convergencia. Es quizá la más apropiada, y se basa en la comparación de los
resultados que se obtendrían mediante la transferencia, con los que arrojaría un análisis primario
del mismo bien o cambio a valorar
Para tratar de superar estas dificultades y hacer más aceptables los ejercicios de transferencia de
resultados, se han propuesto algunas recomendaciones:
a) En primer lugar, tratar de no transferir valores muy agregados, sino de realizar una
descomposición previa de los mismos y llevar a cabo la transferencia a este nivel más
desagregado.
b) En segundo lugar, involucrar a los afectados por la decisión que se está analizando en el propio
proceso de transferencia, de tal forma que puedan opinar también sobre lo que se está haciendo.
c) En tercer lugar, contrastar el valor de los parámetros de la función de resultados transferida,
con un pequeño ejercicio de estimación realizado con algún grupo de control, representativo
del contexto en el que se va a llevar a cabo la transferencia.
4. ESTUDIO DE CASO: CALIDAD DEL AIRE Y SALUD EN AMÉRICA LATINA
Y EL CARIBE
Varios países de América Latina además de fortalecer la institucionalidad ambiental,
diversos estándares ambientales se han utilizado a través de la región para resolver el problema
de la contaminación atmosférica urbana, derivada fundamentalmente de industrias, vehículos
y calidad del combustible. Sin embargo, y a pesar de estos esfuerzos, estimaciones recientes
señalan que más de cien millones de personas de América Latina y el Caribe están expuestos a
niveles de contaminación atmosférica superiores a los límites sugeridos por la Organización
Mundial de la Salud. Por otro lado, el conocimiento en la región del impacto sobre la salud de
las personas de este tipo de contaminación es limitado.
4.1 Metodología general
La metodología básica utilizada para valorar los impactos sobre el bienestar de cambios en
la calidad del aire que afectan a la salud de las personas fue la de los métodos que se apoyan
en la función de producción. Los cuáles cuantifican los efectos físicos que son luego
valorados.

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Una de sus principales ventajas es que permiten desagregar la información disponible en
forma útil para la confección de políticas, así el planificador puede percatarse de la magnitud
de los costes y beneficios en diferentes áreas.
Para evaluar los beneficios ambientales utilizando esta metodología se requieren una serie
de etapas:
a) La primera, es la de definir el escenario base (lo que ocurriría si no se adaptara ninguna
medida), y el escenario-caso, asociado al programa o política objeto de estudio. La
comparación de ambos permite determinar los efectos asociados al cambio en la
variable ambiental producto de las medidas adoptadas.
b) La segunda etapa, por tanto, identifica la variación de emisiones asociadas al programa
o política en cuestión. Es decir:
∆𝐸 = 𝐸𝐶 − 𝐸𝐵
Donde E denota las emisiones; el subíndice c se refiere al caso con programa o política,
mientras que B denota el caso base (sin política).
c) El paso siguiente, pues, consiste en estimar la variación en las concentraciones (C) como
resultado del cambio producido en las emisiones:
∆𝐶 = 𝐶(𝐸𝐶 ) − 𝐶(𝐸𝐵 )
d) Posteriormente, utilizando las funciones dosis-respuesta (exposición-respuesta)
correspondientes se estima la variación en el número de casos (de mortalidad y morbilidad)
correspondientes:
∆𝐻𝑖 = 𝑓(𝑟𝑖𝑒𝑠𝑔𝑜, 𝑝𝑜𝑏𝑙𝑎𝑐𝑖ó𝑛, 𝑖𝑛𝑐𝑖𝑑𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎, ∆𝐶)
Donde ∆𝐻𝑖 es el cambio en el número de casos asociado al efecto i.
e) Acto seguido, a cada efecto considerado se le asigna un valor unitario que permite estimar los
beneficios monetarios por efecto (Vi): muertes evitadas, casos de asma, días de actividad
restringida, etc.
f) Finalmente, se agregan los beneficios monetarios asociados a cada uno de los efectos
considerados para obtener el valor total de los efectos sobre la salud (∆𝑇) debido a los cambios
en la calidad ambiental producto de las medidas adoptadas:
𝑁

∆𝑇 = ∑ 𝑉𝑖 ∙ ∆𝐻𝑖
𝑖=1

4.2 Escenarios
En el presente ejercicio sólo se contemplaron las partículas en suspensión (𝑃𝑀10).
Se consideraron dos escenarios de mejoramiento de calidad del aire:

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a) El escenario C1 suponía que los niveles de concentración promedio anuales de cada ciudad se
reducían en un 10 por 100;
b) El escenario C2 suponía que cada ciudad cumpliría con un nivel de concentración de referencia
de 50 μg/m3 anual, recomendado por distintas instituciones internacionales.
Para estimar los impactos ambientales de los dos escenarios, se utilizaron dos grupos de funciones
dosis-respuesta:
a) El primero utiliza datos de América Latina (E1), y tiene la ventaja de representar las
condiciones específicas de la región.
b) Mientras que el segundo (E2) aplica modelos norteamericanos directamente a las ciudades de
América Latina consideradas en el estudio. Sin embargo, los estudios norteamericanos suelen
incluir un mayor número de efectos y enfermedades, además de contar con estudios asociados
a enfermedades y condiciones crónicas o de largo plazo.
Para la valoración económica de esta mejora en la calidad ambiental, también se consideraron dos
conjuntos de valores unitarios:
a) El primero (V1) corresponde a un grupo limitado de valores estimados específicamente para
América Latina;
b) El segundo (V2) transfiere valores unitarios estimados para ciudades de Estados Unidos.
Para cada caso se consideraron dos subconjuntos de valores, de acuerdo al método de estimación:
un primer subconjunto de valores estimados mediante métodos de demanda (DAP) y, un segundo,
estimado mediante el método del coste del tratamiento (COI), que incluye tanto los costes de
enfermedad directos, como la productividad perdida del afectado tanto por motivos de mortalidad como
de morbilidad3.
4.3 Resultados y conclusiones
La valoración llevada a cabo utilizando tanto funciones de daño como valores norteamericanos (E2
y V2), supera en 12 veces (si se utilizan valores de DAP), y en 17 (usando valores de COI), a las
estimaciones que se basan en funciones de daño y valores locales (E1 y V1). Los resultados también
revelan, como se observa, una elevada sensibilidad con respecto al método de valoración empleado,
resultando mayores si se utilizan estimaciones de DAP.
Las notables diferencias entre aquellas estimaciones que utilizan datos de la región, y las que se
apoyan en la transferencia de datos norteamericanos, revela la importancia de desarrollar nuevos
estudios tanto para la estimación de efectos como para la valoración de los mismos.
Si las ciudades contempladas alcanzaran los estándares internacionales se podrían obtener beneficios
sustanciales.

3
Cantidad de personas que enferman en un lugar y un período de tiempo determinados

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