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1. Introducción
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la contaminación, tanto fecal como química, incluyendo: plaguicidas, hidrocarburos
y contaminantes emergentes, producto del crecimiento urbano en las zonas de
recarga hídrica.
2. El concepto de gestión
La FAO (2007), citado en Mendoza y Alvarado (2017); sostiene que para realizar
cualquier proceso de gestión es importante comprender la situación a gestionar
como un conjunto de múltiples elementos y procesos interrelacionados. Además,
las interrelaciones entre los subsistemas biofísicos y sociales son de gran
importancia, ya que la gestión social es el camino a un desarrollo sostenible.
La palabra gestión proviene del latín “gesio” y hace referencia a la acción y efecto
de gestionar o de administrar; concreción de diligencias conducentes al logro de
un negocio o de un deseo cualquiera (en nuestro caso manejar sustentablemente
las cuencas hidrográficas); conjunto de trámites que se llevan a cabo para resolver
un asunto, concretar un proyecto o administrar una empresa u organización.
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Proceso por medio del que se decide cómo el futuro debe ser variado con
respecto al presente como; ¿cuáles son los cambios requeridos?, y ¿cómo se
deben realizar estos cambios?, asociado a cálculos, estimaciones, previsiones y
expectativas, así como con procedimientos, estrategias y reglas de
comportamiento (López Vera, 2001; citado en Sánchez, 2005).
3. Gestión de cuencas
3.1. Generalidades
La gestión de cuencas bajo sus diferentes variantes, es una opción entre muchas
de gestión territorial y ambiental con fines productivos, de conservación y de
protección de sus habitantes (Gaspari, 2016). Incluye el manejo, puesto que desde
la formulación del plan de manejo y gestión de una cuenca hidrográfica se realiza
gestión. Los procesos de gestión de cuencas deben realizarse coordinando con
las autoridades públicas e instancias privadas que actúan sobre el territorio de la
cuenca (Faustino et al., 2006).
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colaboración. Se necesita un enfoque que relacione el conocimiento local con el
conocimiento científico mediante la incorporación de una práctica bien establecida
de investigación-acción en el manejo conjunto de cuencas hidrográficas (Prospé y
Warren, 2007).
3.2. Conceptualización
Se puede llevar a cabo a escalas que van desde las microcuencas hasta las
grandes cuencas fluviales transfronterizas.
Tiene que ver con las decisiones y acciones gerenciales que debe tomar quien
o quienes (instituciones o personas) reciben el mandato de impulsar cambios en
el territorio de la cuenca (Moreno y Renner, 2007).
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Describe una secuencia más o menos repetida: (i) se inicia con una práctica
circunscrita al manejo del agua (captación, distribución, calidad); (ii) da paso
luego a la gestión conjunta de los recursos naturales asociados (suelos y
bosques); y, (iii) finalmente, avanza a la gestión integrada (al “diálogo”) de todos
los sistemas y dimensiones presentes en la cuenca, de carácter natural,
socioeconómico e institucional (Vargas, 2010).
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3.3. Objetivo
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políticas y carece de acuerdos adecuados
institucionales/organizacionales a nivel local
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Las medidas o prácticas no estructurales, también denominadas acciones
gerenciales o indirectas; son necesarias para la ejecución de acciones directas.
Incluyen aspectos institucionales, legales y financieros que dan soporte a los
aspectos técnicos. Se asocian a procesos de gestión de cuencas, sin valorar la
integración o del porqué de las acciones directas. A veces tienen menor difusión y
atención. Son de menor dominio de quienes formulan, implementan y evalúan
planes ambientales, de recursos naturales o de cuencas. Ejemplos: monitoreo y
evaluación, educación ambiental, fortalecimiento institucional.
Vargas (2010), expresa que el enfoque sectorial se orienta al manejo de uno solo
de los elementos básicos de la cuenca, siendo el agua el más tradicional y se
formulan así planes y programas para optimizar el uso y protección de los
recursos hídricos.
Según Moreno y Renner (2007), el enfoque sectorial se genera a partir del manejo
de uno de los elementos básicos de la cuenca, siendo el agua el más tradicional, y
a partir de éste se desarrollan planes y programas para optimizar su uso y
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protección. En otros casos sólo se toma uno de los usos del recurso. Por ejemplo,
son comunes los proyectos de riego, de abastecimiento de agua potable, de
acciones recreativas acuáticas, planes de pesca o acuacultura.
Otros ejemplos del enfoque sectorial, muy tradicionales en las cuencas, son los
referidos a proyectos de drenaje y adecuación de tierras para ampliación de la
frontera agrícola, muchas veces ligados a los proyectos de riego; proyectos de
reforestación o de conservación de suelos o proyectos de organización de comités
para la conservación de los recursos naturales.
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esencialmente hidráulicos y vinculados a algún uso en particular. Solo en tiempos
relativamente recientes se ha buscado ampliar las acciones de aprovechamiento
del agua, incorporando primero enfoques de uso múltiple, luego los usos múltiples
pero considerando aspectos ambientales y en muy pocos casos y mayormente en
cuencas más pequeñas se han tratado los aspectos sociales (Gaspari, 2016).
Para que el proceso de gestión a nivel de cuencas sea integrado deben ejecutarse
acciones que permitan obtener beneficios, tanto en el aspecto productivo, como en
el aspecto ambiental, considerando el comportamiento de la cuenca. Además, es
necesario que el sistema de gestión permita que los usuarios y usuarias participen
en la toma de decisiones, con el fin de buscar la equidad (Faustino et al., 2006).
Este paradigma indica que es difícil distinguir entre el manejo integrado de las
cuencas y el desarrollo sostenible en ellas. La pobreza y las estrategias de vida no
sostenibles muchas veces contribuyen a la degradación de la cuenca hidrográfica,
y la planificación requiere tener en cuenta los numerosos nexos que hay entre la
pobreza y el manejo de cuenca. Sin embargo, este enfoque no siempre ha
producido los resultados positivos en los medios de vida y el ambiente que se
habían previsto.
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La gestión integrada de cuencas:
Significa que todos los diferentes usos de los recursos hídricos se consideran
en su conjunto. Ello significa planificar cambios en el contexto de los roles
institucionales, y las herramientas de gestión y ambiente que los hacen posible
(https://iwlearn.net/resolveuid/c4b245fbe909627697f2938ddb2bfe52 ).
Es el proceso que tiene como objetivo manejar todos los recursos naturales
(agua, suelos, bosques, fauna, flora) así como los construidos, en una cuenca
(desarrollo de la cuenca, gestión integral de cuencas y gestión ambiental
integral en cuencas). Esto implica manejarlos con fines de protección,
recuperación, conservación, producción; así como buscar proteger las
capacidades de las cuencas para captar y descargar agua en calidad, cantidad
y tiempo de ocurrencia adecuados (Moreno y Renner, 2007).
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Es el conjunto de actividades normativas, administrativas, operativas y de
control que deben ser ejecutadas por el Estado y la sociedad para garantizar el
desarrollo sostenible y la óptima calidad de vida de los habitantes de cada
cuenca hidrográfica por un lado, y por otro lado, poner énfasis en la
conservación que promoverá el uso sustentable del suelo, agua y bosques,
otros recursos asociados y el ambiente (Arto. 12, Ley general de aguas
nacionales de Nicaragua, 2007).
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etc.- son menos pertinentes para los programas de manejo de cuencas
hidrográficas.
Los activos de capital natural, como la tierra y el agua, son un nexo evidente entre
el manejo de la cuenca y los medios de vida. Sin embargo, los programas de
gestión de cuencas que sólo se concentran en los recursos naturales producen
pocas repercusiones en los medios de vida y la pobreza. Es difícil que las
personas que no tienen tierras, son analfabetas y están enfermas puedan utilizar
los recursos naturales en forma sostenible.
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4.5. Gestión participativa
Sin embargo, hoy está claro que los pobladores y las comunidades locales no son
los únicos sujetos importantes de la gestión participativa de cuencas. La
colaboración entre los programas de gestión de cuencas hidrográficas y la
sociedad civil está cada vez más mediada por una variedad de instituciones, como
son los grupos de usuarios con reconocimiento jurídico, sindicatos, asociaciones,
cooperativas, gobiernos locales, dependencias territoriales de los ministerios,
ONG y empresas privadas. Dado que estas entidades tienen intereses diversos y
a veces contrapuestos, el manejo participativo de cuencas ha dejado de enfocarse
a la concienciación y la movilización social para ocuparse de la negociación y la
creación de alianzas.
4.6.1. Generalidades
Las cuencas hidrográficas deben ser manejadas como territorios de interés público
o colectivo, por lo tanto se requiere que todos los actores sociales ya sean estos
públicos o privados interactúen, compartan responsabilidades, capacidades y
voluntades, es decir que hagan cogestión, ya que es difícil que un solo actor social
o institución tenga la capacidad y recursos para abordar todo el quehacer en estos
territorios que son un sistema complejo.
Destacan Prospé y Warren (2007) que los programas de gestión de cuencas están
pasando de un enfoque participativo a otro de gestión conjunta. Gestión conjunta
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quiere decir una participación pluralista en la gestión de los recursos naturales,
basada en el aprendizaje recíproco y la negociación entre intereses y
preocupaciones diferentes, incluyendo aquellas de los expertos técnicos y
autoridades normativas.
El uso, acceso y tenencia de los recursos naturales son los nexos más decisivos
entre las comunidades locales y la gestión de cuencas. Las medidas de gestión
conjunta, como la creación de conciencia y de capacidad, la mediación y los
incentivos, pueden contribuir a resolver pequeños conflictos socio-ambientales
limitados. Sin embargo, los conflictos socio-ambientales que surgen por los
sistemas de tenencia de tierras y las reglas de acceso a los recursos naturales
también necesitan medidas jurídicas y legislativas para definir y compatibilizar las
demandas y los derechos a los recursos naturales.
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La gestión conjunta de cuencas en el nivel local no es una “varita mágica” que
garantice el éxito gracias al compromiso, la paciencia y la dedicación de quienes la
llevan a cabo.
La cogestión de cuencas:
4.6.3. Características
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Es un proceso complejo, a menudo prolongado y a veces confuso en el que se
producen cambios frecuentes, sorpresas, informaciones contradictorias que en
ocasiones lo hacen retroceder.
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consideraron apropiados, pero que en la experiencia se evidencian sus
limitaciones.
En este tipo de gestión, la participación de los/a actores/as sociales claves es
prioritaria, lográndose un verdadero proceso de retroalimentación solo cuando la
apropiación de los planes y acciones por parte de ellas y ellos es real.
Zaldívar (2017), menciona que el año 2008 la Agencia para la protección del
medio ambiente (EPA) de los Estados Unidos de Norteamérica, publicó el manual
para el desarrollo de gestión de cuencas para restaurar y proteger las aguas. El
objetivo de este manual fue entregar herramientas tanto a los Estados como a los
usuarios de las cuencas para desarrollar planes de gestión que mejoren y protejan
los recursos hídricos.
La EPA describe seis pasos para lograr una efectiva gestión y manejo de la
cuenca. Los seis pasos básicos para describir como desarrollar e implementar
planes de gestión de cuencas efectivos corresponden a los siguientes:
Construir alianzas
Caracterización de la cuenca
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Los problemas referidos a las fuentes de contaminación de ésta, entregan los
lineamientos para desarrollar las estrategias para conseguir los objetivos de
descontaminar las aguas. Esto permite focalizar los esfuerzos y recursos hacia los
problemas de mayor urgencia en la cuenca.
Luego de caracterizar y cuantificar los problemas que surgen en las cuencas, los
objetivos preliminares se deben ajustar, planteando objetivos más detallados, con
resultados medibles mediante indicadores. En este paso se fijan los planes de
manejo que permitirán lograr los objetivos para recuperar y conservar los recursos
hídricos de la cuenca.
Las actividades que forman parte de los instrumentos normativos, deben ser
coordinadas mediante un gestor de proyecto o de un consejo idóneo. Deben
realizarse según un cronograma común, perseguir hitos particulares e integrar
esfuerzos comunes para monitorear y dar a conocer los resultados.
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Contar con un plan de manejo de la cuenca, sub cuenca o micro cuenca
totalmente consensuado para una implementación efectiva.
Para llevar adelante una gestión exitosa de una cuenca, se debe partir contando
con un plan de ordenamiento territorial y de manejo de la cuenca; el cual debe ser
expuesto a todos los actores sociales y líderes de la cuenca a fin de que estén
informados y puedan opinar y absolver dudas e inquietudes y sentirse como parte
de dicho plan. Las sugerencias que sean válidas deben ser incorporadas en el
plan de manejo; para poder decir finalmente que es un plan concertado y no
impuesto. Así se podrá evitar muchos malos entendidos y distorsiones de la
verdad.
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El equipo debe ser contratado por el Estado o alguna otra institución u
organización interesada en la elaboración del diagnóstico y el plan de manejo y
gestión integral de la cuenca, así como para su implementación; pudiendo
encargarse a otras instituciones u organizaciones públicas o privadas la
realización de ciertas obras o actividades contempladas en el plan de manejo y
gestión.
Todo dependerá del grado o nivel de liderazgo que tengan las autoridades y
líderes de la cuenca a fin de concertar, coordinar y participar en el desarrollo y
supervisión de las actividades relacionadas a los recursos naturales y el ambiente
que se lleven a cabo. Aquí, es bueno resaltar que es hora de dejar de ser simples
espectadores o “criticones”, y convertirnos en actores y responsables del futuro de
nuestras cuencas y nuestro ambiente. Se debe tener presente que “nadie” se
preocupará más por mejorar tu calidad de vida, que tú mismo.
Los fondos económicos deben provenir del gobierno central, regional y local y
asimismo de todas las personas naturales o jurídicas que utilizan los recursos
naturales o quieran apoyar la conservación y protección de los recursos naturales
y el espacio territorial de la cuenca. Así por ejemplo, en las ciudades de las partes
bajas de la cuenca que utilizan el agua que proviene desde las partes altas de la
cuenca, lugar donde se deben llevar a cabo trabajos de envergadura sobre
cosecha de agua de lluvia, conservación de suelos, reforestación, recuperación de
pastizales, entre otros. Estos trabajos requieren inversión; de no hacerlo, al final
se tendrá menos agua, ¿Conviene esta situación?
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Definitivamente que no, por ello se debe tener cabal conciencia de pagar una tarifa
adecuada por el uso de este vital recurso. Así, podemos seguir haciendo una serie
de reflexiones que conduzcan a poder fundamentar para poder contar con
mayores recursos económicos para realizar o llevar a cabo el plan de manejo y
gestión integral de la cuenca, que garantice un desarrollo sostenible de la misma.
Es esencial que esta labor se lleve a cabo con absoluta responsabilidad. No sólo
debe efectuarse una evaluación y control permanente de las actividades que se
estén llevando a cabo respecto a la calidad, cronogramas, presupuestos, etc., sino
también efectuar acciones inopinadas con el uso de los recursos naturales de la
cuenca, al accionar de algunos responsables o de eventuales hechos que estén
generando cierto malestar en la población a fin de aplicar los correctivos oportunos
rápidamente. Aquí también es recomendable proponer a la autoridad de la cuenca
que se puedan evaluar el otorgamiento de ciertos incentivos o premios a los
actores sociales o institucionales que se destaquen en el desarrollo de las
actividades programadas o en el buen uso de los recursos naturales, a fin de
motivarlos.
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Coordinación y concertación entre los diferentes actores sociales
Aquí es bueno resaltar que en la cuenca se puede presentar situaciones como las
siguientes: Puede darse el caso que los actores sociales estén dispersos y
aislados, con escaso nivel de organización y participación en la problemática de
los recursos naturales. Aquí, el equipo multidisciplinario podría actuar como el
convocador y motivador para que puedan organizarse los actores sociales e
institucionales que viven u operan en la cuenca a fin de que se internalicen en la
problemática de sus recursos naturales y el ambiente, y consecuentemente
puedan participar en las soluciones que se planteen.
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7,2, Identificación y motivación de los actores sociales e institucionales de
la cuenca para que puedan participar en los estudios, en la
elaboración del plan maestro de ordenamiento, manejo y gestión de la
cuenca y en su posterior implementación o ejecución
Aspectos físico-naturales
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Sistematizar y evaluar las aspiraciones, valores culturales y planes y
proyecciones de los actores sociales en relación al manejo de los recursos
naturales y su nivel de vida, a nivel de cada subcuenca o microcuencas
principales. Dentro de los principales actores sociales se tienen:
Las organizaciones locales, cuyos miembros operan con los recursos naturales
de la cuenca y se encuentran lejos de la fuente de agua de la misma.
Otros.
Por otro lado puede darse el caso que a nivel de la cuenca ya exista un nivel de
organización de los actores sociales e institucionales en la cuenca, como puede
ser el caso para el mejor uso o aprovechamiento de un recurso natural, como lo
puede ser comúnmente el agua, donde ya vienen operando en algunos casos
desde hace tiempo las organizaciones de agua (comités de agua potable y
saneamiento) que normalmente han sido y siguen siendo en la mayoría de los
casos organizaciones sólidas y que han logrado la participación de todos los
usuarios sin excepción alguna. En cualquiera de los casos, el equipo
multidisciplinario debe sistematizar los planteamientos y elaborar las estrategias
para viabilizar un tratamiento integrado y sistémico de la cuenca, manejo y
repoblamiento de pastos, reforestación, sustracción de andenes y terrazas de
absorción.
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Cuidando y tratando la cabecera de la cuenca se asegurará la disponibilidad de
agua de buena calidad en las partes medias y bajas de la cuenca.
Asimismo, las acciones a realizar para el tratamiento de las áreas críticas por la
presencia de deslizamiento, desbordes de ríos o inundaciones, entre otros; para lo
cual se podrá llevar a cabo: desplazamiento o reubicación de grupos humanos a
zonas más seguras; campañas educativas, sistemas de avisaje, organización de
la juventud rural, defensas ribereñas, etc.
En este caso, aquí se deben plantear los proyectos más importantes que permitan
mejorar la disponibilidad y distribución del agua en toda la cuenca, mediante la
construcción de reservorios, lagunas naturales, canales de riego, proyectos de
reforestación y pastizales, etc.
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Es fundamental definir las acciones a llevarse a cabo que permitan garantizar la
captación y el cuidado de la calidad de las aguas desde la cabecera de la cuenca
y microcuencas, así como la conservación de suelos y la construcción de
infraestructura hidráulica que permita incrementar la capacidad de
almacenamiento de las lagunas naturales existentes, reservorios, zanjas de
infiltración y trabajos de reforestación y pastizales para la captación e infiltración
de las aguas de lluvia, generación de riqueza productiva y el mejoramiento del
paisaje y la biodiversidad de la zona.
Aquí se deben plantear las medias que se consideren necesarios para lograr la
participación, coordinación y la concertación entre todos los actores sociales para
garantizar la ejecución de las diferentes medidas y proyectos que se planteen y
que garanticen un aprovechamiento sostenible de los recursos naturales y del
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espacio físico de la cuenca. Todo ello se podrá lograr si se crea y fortalece una
autoridad de cuenca, cuya característica debe ser la participativa y concertadora
con todos los actores sociales y organizaciones sociales e institucionales
representativas de la cuenca.
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Habiendo realizado los primeros cuatro pasos en relación a la cuenca, subcuencas
o microcuencas, es importante resaltar una vez más, que no se puede esperar
simultáneamente que todos los planes y programas que se encuentren contenidos
en el plan de ordenamiento, manejo y gestión integral de la cuenca, se lleven a
cabo; esto sería imposible.
Para la priorización de las cuencas, las variables más importantes que deben estar
presentes son las siguientes:
Disponibilidad de mano de obra local que permita realizar los trabajos que
se requieran o programen llevar adelante. Esta evaluación de la PEA (población
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económicamente activa) debe hacerse a nivel de la sub cuencas e incluso a
nivel de micro cuenca.
Para ello se debe partir del diagnóstico detallado que previamente se haya
elaborado para las subcuencas y microcuencas., para ello se deben seguir los
siguientes pasos:
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Formar y capacitar un sistema de promotores locales y zonales, especialmente
conformado por jóvenes líderes del lugar, que no solo difundan y promuevan las
técnicas, sino que también dirijan la ejecución de los trabajos en el campo
mismo; y puedan llevar a cabo las tareas de operación y mantenimiento de las
obras realizadas; con la finalidad de asegurar su buen funcionamiento y su
sostenibilidad en el tiempo.
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Aquí se trata de ubicar un área de importancia que por ejemplo podría estar
afectada por deslizamientos de tierra y que generen serios problemas a las áreas
de cultivo, con las carreteras o con la propia ciudad o centro poblado. Se define el
tipo de trabajos a desarrollar de forma tal que corrija el problema que afecta. El
trabajo culminado y funcionando adecuadamente constituirá el área demostrativa
de la bondad y efectividad de los trabajos efectuados y servirá para la toma de
conciencia y convencimiento de la necesidad del desarrollo de tales trabajos por
parte de los diferentes actores sociales. Además, estas áreas demostrativas
podrán servir para traer a personas y líderes de otros lugares para que lo vean en
la realidad y puedan evaluar sus beneficios; así se podrá multiplicar masivamente
la ejecución de estos trabajos, si los actores sociales ya están convencidos de su
bondad e importancia de tales trabajos.
Los sectores de tratamiento son áreas mucho más grandes que abarcan todo un
sector o fracción representativa del territorio de la microcuenca que puede ser toda
una ladera o un área determinada, en donde se puedan llevar a cabo una serie de
trabajos que incluyan diversas prácticas conservacionistas u obras de desarrollo.
Para ello se tiene que contar con el consentimiento respectivo de los propietarios
de los terrenos. Eso será posible si es que ellos están motivados o informados
acerca de la bondad de los trabajos que se planean llevar a cabo. Si los terrenos
son de propiedad de una comunidad, se necesita el acuerdo de la comunidad y al
mismo tiempo el compromiso de que los comuneros continuarán con los trabajos,
después que ellos evalúen los resultados positivos que significan llevarlos a cabo.
Establecimiento de áreas masivas o expansivas
Estas se realizan una vez que los/as agricultores/as comienzan a estimularse para
la ejecución “en grande de estas prácticas”, en sus propias parcelas, una vez que
los actores sociales y líderes se hayan convencido de la bondad y viabilidad de las
técnicas enseñadas y comprobadas su bondad. Habiendo visto y reflexionado los
técnicos con los/as agricultores/as acerca de la bondad de las tecnologías en las
áreas de comprobación y sectores de tratamiento y habiendo concitado su interés
en realizar más prácticas con expresiones como “lo que se ha hecho es sólo un
juego”, “mejor adelantar más en mi chacra con estas técnicas”, pueden significar
una decisión potencial de los/as agricultores/as, que con la estimulación del
promotor puede convertirse en un plan de trabajo de ampliación de las prácticas
realizadas a manera de prueba.
Este plan que se podría hacer con un organismo comunal e intercomunal, con una
asociación de mineros de una subcuenca, o con las empresas extractivas, debe
incluir los lugares de ampliación, las fechas de trabajo, la manera como se les va a
apoyar, con otros actores sociales, etc, es indispensable pasar la lista de
participantes en los trabajos y establecer un sistema de premios y sanciones al
cumplimiento eficiente de lo pactado.
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Es evidente que si los actores sociales están motivados para realizar obras, ya
sea si están afectados por la falta de protección frente a los desastres, interesados
ante la necesidad de habilitar el espacio para obtener mayores índices de
productividad o rentabilidad, existen las condiciones para la formación de un
comité de gestión de la microcuenca.
Las obras y actividades que se ejecuten en las microcuencas serán producto del
esfuerzo y participación de todos los actores sociales utilizando el principio de la
ayuda mutua. Se podrán llevar a cabo jornadas que tengan objetivos claros como
manejo del agua, pastos, forestación, construcción de obras de infraestructura,
etc. El tratamiento integral de las cuencas es un trabajo arduo que requerirá de la
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acción y participación de los diferentes actores sociales involucrados en la
autoridad de la micro cuenca.
El papel del Estado en este sentido deberá ser promotor, convocador, orientador,
supervisor y deben ser los propios beneficiarios o lugareños los ejecutores de las
principales acciones de desarrollo que se ejecuten en las cuencas o
microcuencas. Además, algo fundamental que se debe tener presente es que
parte del financiamiento requerido, debe ser aportado por los propios beneficiarios,
ya sea en trabajo u otra forma de compensación, con lo cual ellos internalizan más
el proyecto y consecuentemente se asegura la sostenibilidad del mismo.
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LISTA DE REFERENCIAS
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