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Estudiante: Karla Alejandra Arana García

Carné: 3010-20-22483

El sueño, según el Psicoanálisis


El contenido de los sueños empezó a ser objeto de estudio científico en 1899 con la publicación
de “La interpretación de los sueños” de Sigmund Freud. Esta obra es, sin duda, una de las más
conocidas e importantes del padre del psicoanálisis por su gran influencia, ya que supuso el
comienzo de una nueva disciplina.
Hasta entonces los sueños habían sido un fenómeno de interés para chamanes, médicos y
astrólogos que daban explicaciones mágicas o religiosas.
También algunos filósofos del siglo XIX teorizaban sobre el sentido de los sueños y hablaban de
ellos como residuos biológicos sin sentido o liberaciones del alma.
Sin embargo, Freud consideraba que, dada la complejidad del psiquismo humano, estos relatos
oníricos debían de tener algún sentido y contener claves valiosas para entender y ayudar a sus
pacientes.
Existen tres tipos de sueños según Freud:
1) Los que son fieles a la realidad y hablan de nuestros deseos no reprimidos que son aceptados
por la consciencia, aunque en la vida real no se han satisfecho.
2) Los que representan de forma simbólica los deseos reprimidos. Estos son absurdos o poco
claros y necesitan ser interpretados para ser entendidos.
3) Los sueños que representan deseos reprimidos pero que aparecen tal cual sin necesidad de
estar encubiertos o solo ligeramente.

Al principio se analizaban los elementos del sueño como símbolos universales, especialmente
relacionándolos con la sexualidad que es un tema central en el psicoanálisis acorde a la represión
sexual de la época.

Los objetos alargados se interpretaban como objetos fálicos que hacían alusión a lo masculino y
los elementos huecos se referían a lo femenino. Sin embargo, este método resultó reduccionista
y poco fiable y el propio Freud criticó que interpretar estos elementos de forma sistemática
podía dar fácilmente a error.

Freud usaba la metodología del psicoanálisis para elaborar una teoría de los sueños. El
psicoanálisis pretende encontrar la procedencia y origen de los conflictos internos.
Una de sus afirmaciones más interesantes es que existen diferentes instancias en la mente
humana generadoras de actividad consciente e inconsciente. Siguiendo esta teoría, se pretendía
usar los sueños como puertas de acceso a lo reprimido.
Para interpretar los sueños se utilizaba la asociación libre y la ayuda del paciente era
indispensable: se atendía a los elementos más significativos o a los que llamaran más la atención
del paciente y se le pedía que dijera las ocurrencias que asociaba a dichos elementos o
situaciones. Freud dividía los sueños en contenidos manifiestos y contenidos latentes. Los
primeros se refieren a aquello que se expresa tal cual, en el sueño, es decir de forma literal y
los latentes son los que no se entienden fácilmente ya que se esconden detrás de simbolismos.
Para interpretar el contenido simbólico se tiene que tener en cuenta aquello que ha podido
provocar el sueño (¿qué le preocupa al paciente?, ¿qué le está pasando en el momento presente?).
También es interesante atender al tono emocional del sueño y preguntarse tanto por su
procedencia como por el sentido que tiene lo soñado en el momento presente. Por último, el
analista ayuda a pensar sobre la razón que ha podido llevar a que lo soñado tenga que ser olvidado
y reprimido.

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