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Las formaciones del inconsciente

Las formaciones del inconsciente son los fenómenos en los que las leyes del inconsciente son más
evidentes: el sueño, el síntoma, el lapsus y el chiste. En este seminario (1957-1958), Lacan intenta
establecer una teoría de la subjetividad tal como ha formalizado las figuras de la metáfora y
metonimia (condensación y desplazamiento, para Freud), los dos mecanismos involucrados en las
formaciones del inconsciente.

El inconsciente es un concepto que se ha convertido en parte del dominio general,


pues se ha integrado al vocabulario común, pero ¿cómo sabemos de su existencia?
¿Qué aspectos de la vida cotidiana podemos tomar como evidencia de los aspectos
ocultos e inaccesibles de la mente? Estas mismas interrogantes llevaron a Sigmund
Freud a centrar gran parte de sus escritos iniciales en documentar y describir
ampliamente aquellos fenómenos, presentes en todas las personas, que dan cuenta de
la fuerza de lo inconsciente.

En los artículos integrados en Psicopatología de la vida cotidiana (1901) se observa


entre líneas la intención de Freud de demostrar, ante los ojos incrédulos de la
comunidad científica de aquella época, la universalidad de sus hallazgos, al mostrar
que ningún ser humano se escapa del dominio de las partes ocultas de la mente. Se
basó, por un lado, en el principio de causalidad psíquica, referente a la idea de que
cada cosa que hacemos, cada pequeña actividad de nuestra vida, responde a una
fuerza interna poderosa que se une a los deseos de la sexualidad infantil buscando
satisfacerlos, es decir que nuestros pensamientos, actos u omisiones tienen una razón
de ser que es desconocida a primera vista, pero, al ser indagada, muestra sus raíces.
Freud fue el primero en demostrar que tienen una significación oscura relacionada
con la motivación inconsciente de quien las comete, más allá de la creencia popular
de que las equivocaciones son mera coincidencia y que carecen de importancia.

Las llamadas formaciones del inconsciente, es decir, los actos fallidos, los sueños,
los lapsus o deslices del habla y la escritura, los recuerdos encubridores, el olvido de
nombres propios o de palabras que tenemos en la punta de la lengua, pero que, por
más esfuerzo que hagamos, no es posible recordar, son reconocidas como vías de
acceso al material inconsciente; sólo a través de ellas y de los síntomas neuróticos
podemos tener noticia de las raíces de los deseos que buscan su satisfacción, aunque
sea de manera parcial.

La mayoría de las personas pueden encontrar ejemplos en ellos mismos: todos nos
equivocamos al hablar enunciado mal el nombre de alguna persona, por ejemplo,
intercambiando una letra por otra, alterando así el sentido consciente de lo que
buscamos comunicar, pero dando salida a elementos y causas inconscientes que se
imponen.

Freud identificó varias formaciones del inconsciente que reflejan los procesos
psíquicos y los mecanismos de defensa. Algunas de estas formaciones incluyen:

1. **Sueños:** Freud consideraba los sueños como la “vía real” al inconsciente.


La interpretación de los sueños era crucial para entender los deseos y
conflictos ocultos.

2. **Actos fallidos (lapsus):** Se refiere a errores en la palabra, la memoria o


las acciones que revelan pensamientos reprimidos. Por ejemplo, olvidar un
nombre puede ser revelador de conflictos inconscientes.

3. **Chistes:** Freud estudió el humor y los chistes como manifestaciones de


deseos o pensamientos reprimidos que se expresan de manera disfrazada.

4. **Síntomas neuróticos:** Los síntomas físicos o psicológicos son


considerados expresiones simbólicas de conflictos internos. El análisis de los
síntomas apunta a descubrir las causas subyacentes.

5. **Memoria encubridora:** Recuerdos distorsionados o incompletos que


sirven para ocultar eventos o deseos perturbadores.

Estas formaciones del inconsciente son fundamentales en la teoría psicoanalítica y


se utilizan en el proceso terapéutico para explorar y comprender los aspectos no
conscientes de la mente.
Expuestos en esa dualidad constitutiva de fuerzas orientadas por el principio del placer al mismo
tiempo que fuerzas contrarias a la supervivencia. El yo, guiado por el principio de realidad, a la luz
de lo que Freud llama ananké (escasez), es definido como la formación de un psiquismo superior
resultante y comprometido con la reformulación y desviación de las demandas instintivas hacia
formas menos peligrosas o destructivas, mediante dos procesos básicos: la represión y la
sublimación. La represión de los instintos pasa, por tanto, a ser la condición necesaria (o
históricamente adoptada, como señalará H. Marcuse en su Eros y civilización) para la supervivencia
de la especie, en virtud de esa dualidad creación-destrucción a la que Freud denominará Eros y
Tánatos, y que constituiría el ciclo general de la vida y de la existencia de todas las cosas. Esta
metapsicología será retomada y afinada hasta delinear con bastante precisión los ejes de una
teoría antropológica, en su posterior obra El malestar en la cultura.

En la teoría psicoanalítica de Freud, el inconsciente es una parte fundamental de la mente que


contiene pensamientos, recuerdos, deseos y experiencias inaccesibles a la conciencia. Se divide en
tres niveles:

1. **Inconsciente propiamente dicho:** Contiene contenido inaccesible de manera activa.


Aquí residen pensamientos reprimidos, impulsos inaceptables y recuerdos dolorosos.

2. **Preconsciente:** Incluye información que no está en la conciencia en un momento dado


pero puede ser traída fácilmente a la conciencia. Por ejemplo, los recuerdos recientes.

3. **Consciente:** Es la parte de la mente que está activamente percibiendo y procesando


información en un momento dado.

Freud argumentaba que gran parte de la actividad mental y los conflictos psicológicos ocurren en
el inconsciente, y explorar estos contenidos a través del psicoanálisis podía proporcionar
entendimiento y alivio a los problemas psíquicos. Las formaciones del inconsciente, como sueños y
actos fallidos, eran vías para acceder a este nivel más profundo de la mente.

La teoría de los sueños de Freud es una parte central de la psicoanálisis. Algunos aspectos clave
incluyen:

1. **Contenido manifiesto y latente:** Freud distinguía entre el contenido manifiesto de un


sueño, que es la narrativa aparente del sueño, y el contenido latente, que representa los
deseos y pensamientos inconscientes disfrazados.
2. **Satisfacción de deseos:** Freud afirmaba que los sueños son expresiones de deseos
reprimidos. A través del sueño, la mente puede cumplir ciertos deseos que son
inaceptables o inaccesibles en la vigilia.

3. **Simbolismo:** Muchos elementos de los sueños son simbólicos y requieren


interpretación para comprender su significado real. Freud creía que los símbolos en los
sueños eran representaciones de deseos inconscientes.

4. **Censura onírica:** Freud postulaba que durante el sueño, la mente aplica una censura
para disfrazar los deseos inaceptables y permitir que el sueño sea aceptable para la
conciencia.

5. **Proceso primario y secundario:** El proceso primario es el modo de pensar


predominante en el inconsciente, caracterizado por la asociación libre y la falta de lógica.
El proceso secundario opera en la conciencia y sigue las reglas lógicas.

La interpretación de los sueños según Freud es un componente esencial del psicoanálisis,


destinado a descubrir y comprender los deseos y conflictos inconscientes que influyen en el
comportamiento y la personalidad.

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