Ensayo Ivan

LO BUENO DE TENER UN MAL DIA 1
ENSAYO: LO BUENO DE TENER UN MAL DIA
AUTOR: ANA GONZALEZ
UNIVERSIDAD SANTO TOMAS
ESTUDIANTE: IVAN MONTES
Nota del autor
[Incluya información sobre becas o ayudas y una dirección postal completa.]

Lo bueno de tener un mal día, y como cuidar nuestras emociones para estar mejor,
fue escrito por Anabel González Vázquez en el año 2020 por la editorial Planeta,
S. A. Este es un libro que va más allá de ser un libro de autoayuda, este es un libro
que puede leerlo desde un paciente hasta el mismo terapeuta, por ende el libro
nos habla de que la cuestión de estar bien no es decirnos frases positivas en el
espejo todos los días, eso nos puede funcionar para aliviarnos por un momento
pero no termina por resolver nuestro problemas, ya que lo que realmente importa
para estar bien es que en realidad sepamos llevar bien los malos momentos y los
días no tan buenos porque la vida esta llena de ellos, entonces esos días “malos”
podemos hacer que acaben siendo mejores o que no terminen tan mal y si tenemos
un mal momento nos podemos refugiar en nuestros amigos o familiares y hablar
de lo que no está pasando y al final de día será más sobrellavadero llevar nuestros
problemas. Anabel dividió el libro en 5 partes como por ejemplo el precio de
suprimir nuestras emociones y el arte de las emociones y por último nos ilustra
un manual de supervivencia emocional para el COVID 19. Es una obra que aúne
la rigurosidad científica y el lenguaje asequible, Anabel González nos
proporciona la oportunidad de reflexionar sobre nuestras emociones; sobre las
consecuencias de suprimir las emociones o las claves para contrarrestar, por
ejemplo, el exceso de control o la soledad.
El libro nos permite entender la importancia de prevenir situaciones
desagradables y ajustar la intensidad de nuestras emociones; buscar alternativas,
visibilizar las emociones y observarlas desde diferentes perspectivas; o asumir las

pérdidas y aprender de la experiencia. Al paso que avanzo la lectura de la mano
de siete desconocidos que han tenido un mal día, puede uno como lector acabar
siendo más eficaz en el reconocimiento y la gestión de sus propias emociones.
Todos tenemos claro que lo que queremos es ser felices, pero nos hacemos la
siguiente pregunta ¿por qué nos ponemos tantas trabas para conseguirlo? Pocos
refranes han sido más perjudiciales que ese que dice que al mal tiempo hay que
ponerle buena cara. Al mal tiempo hay que ponerle lágrimas o tristeza. Y al bueno,
sonrisas y alegría. Saber gestionar nuestras emociones no es esconderlas ni
suprimirlas, es reconocerlas y manejarlas del modo más adecuado.
Con las cosas que nos van pasando nosotros tenemos muchas más formas de
maniobrarla vida, a veces pensamos que las cosas que nos pasan son como el
clima, si llueve nosotros no podemos evitar de que llueva, pero si podemos llevar
paraguas o no, o tener un impermeable o no, o podemos decidir salir, aunque este
lloviendo y sacar provecho de ello o por lo contrario quedarnos en casa y no
intentar hacer nada solo porque está lloviendo, entonces tenemos un margen de
formas de tomar decisiones, en los capítulos la autora habla acerca de distintos
escenarios y empieza con unos personajes que a lo largo del libro van también
enlazando la historia, que son distintas maneras o diferentes patrones que
podemos llegar a tener al momento de funcionar con las emociones, hay personas
que por ejemplo nada les afecta y siempre siguen como si nada y esto nos hace
llegar a pensar que es posible que puedan llegar a tener menos problemas con las
emociones, pero de que en realidad son personas que guardan y guardan todas sus
emociones o sentimientos y cuando llegan a un limite pueden llegar a presentar
emociones mucho mas fuertes o de maneras que no pueden llegar a gustarnos y
pueden llegar a desbordarse emocionalmente y de repente pueden llegar a sentir
una tristeza y no saber porque o pueden llegar a enfermarse físicamente, más sin
embargo también existen las personas que tienen problemas con sus emociones y
las dejan fluir solas y cuando aparecen no hacen nadas con ellas y esperan que
otras personas se las calmen y si nadie se as calma no pueden llegar a calmarlas,
estos dos patrones son totalmente diferentes, como también existen personas que
no quieren sentir y se escapan de sus emociones y en cada momento están
evitando conflictos en su vida, todo esto es de un poco de los distintos estilos que
nombra la autora en su libro. En la primera sección del libro la autora escribe una
introducción de lo que es el mundo emocional y después hay otra sección que
habla del precio de suprimir las emociones y de que entendamos de que podemos
tener dificultades en esa área, no solo si las emociones se nos llegasen a subir o
sentir mucho, sino que también podemos llegar a tener problemas si las sentimos
poco y si no notamos las cosas o no llegáramos a sentir, y a veces no llegamos a
darnos cuenta de que tenemos un problema sino las personas que nos rodean son
las que lo llegan a notar y nos hagan hacer notar del porque no llega afectarnos
tal situación, y el precio que pagamos por suprimir nuestras emociones es bastante
alto; podemos llegar a tener problemas de sueño y no precisamente de dormir sino
de la velocidad que ha tomado nuestra cabeza durante el día y de las vueltas que
le damos a los problemas y el cerebro no logra calmarse completamente y

prepararse para el descanso, y cuál es la solución? No es tomar pastillas para
dormir sino debemos buscar ayuda y hablar nuestras emociones, todos estos
escenarios es cada uno de los prototipos de emociones que sintieron Bernardo,
Alma, Lucia y Pandora cada uno de ellos vivieron emociones de diferente manera
y las asumieron de diferente forma; como lo menciona la autora en su libro “Si
en algún momento viene una de esas cosas en la vida que nos ponen a prueba,
tener bien afinados los mecanismos para regular emociones nos hará más
resistentes ante la adversidad. Podríamos decir que las personas que se permiten
sentir son más fuertes que las que se hacen las duras o se dicen a sí mismas que
pueden con todo” (Vasquez, 2020)
Es decir que cada uno de nosotros tenemos nuestros mecanismos de defensa que
nos hace más fuertes ante cualquier circunstancia que se nos presente en la vida,
nuestras emociones son la única forma de hacernos sentir frente al mundo y así
mismo la autora lo comprueba como profesional y por medio de investigaciones,
en el análisis de los complejos mecanismos que subyacen a lo que sentimos, cómo
lo sentimos, y cómo reaccionamos ante ello. Sin embargo, entender estos
hallazgos puede llevarnos a reflexionar con más fundamento sobre cómo
funcionan nuestras emociones y qué efecto tiene lo que hacemos con ellas.
El mundo emocional es complejo, pero hay unas reglas de funcionamiento básico
muy simples y claras. Si las dejamos fluir, nuestras emociones se equilibran por
sí solas. Lo hacen en base a sistemas de regulación que el sistema nervioso lleva
incorporados y de los que muchas veces no somos conscientes. Podríamos decir

que nuestro organismo tiene una sabiduría natural y funciona bastante bien en
piloto automático. (Vasquez, 2020) como lo menciona la autora nuestras
emociones se equilibran con la forma en que reaccionamos Por eso aprender a
modular nuestras emociones no consiste en practicar técnicas de relajación o
hacer ejercicios de meditación, aunque ambas cosas pueden sernos de ayuda. Se
trata en primer lugar de dejar de hacer lo que puede estar perjudicándonos.
La necesidad de reconocer y conocer las propias emociones, desmenuzar sus
componentes, evitando la desconexión o el bloqueo, nos aboca al camino de
aprender a gestionar nuestras emociones. La autora adentra a los fondos infinitos
de la neurología emocional con el recorrido que supone suprimir las emociones o
mantenerlas sometidas a un férreo control. Aunque no siempre resulta evidente,
liberar el sistema emocional retomando los recuerdos incómodos no sólo permite
conocerse mejor, sino que nos hace más eficaces en el presente, Las
consecuencias de suprimir las emociones son descritas por la autora con el rigor
científico y el ilustrativo lenguaje que la caracteriza. Con las dinámicas de apego
interpersonal y las diferencias culturales en el afrontamiento emocional se cierra
la segunda parte de la obra.
Algo muy importante que debemos resaltar de la segunda parte del libro y que
anteriormente en este ensayo se ha hecho un breve recuento es el hecho de
suprimir nuestras emociones, estar todo el tiempo activo para no pensar ni sentir,
o la falta de un descanso de calidad pueden repercutir negativamente en nuestra
concentración y nuestra memoria. Podemos tener olvidos, sensación de confusión

y notar la cabeza bloqueada, incapaz de funcionar de un modo fluido. De acuerdo
con lo que nos menciona la autora en el libro nosotros como seres humanos al
reprimir nuestras emociones o sensaciones tendrá consecuencias en nuestra vida
tanto física como emocionalmente y no permitirá que nuestro cerebro funcione al
100% y esto repercuta en nuestra toma de decisiones debido a un agotamiento
mental y también podríamos caer en depresión o nuestro cuerpo colapsara y si no
prestamos atención a estas señales estaríamos poniendo en riesgo nuestra salud
mental y formando una enfermedad mental que con el paso del tiempo puede ser
un poco mas agresiva y esto precisamente fue lo que paso con Pandora, cuando
llegó al trabajo estaba tan nerviosa que no sabía manejar situaciones cotidianas
que cualquier otro día habría resuelto. Como su capacidad de autorregularse era
baja, no supo cómo calmar sus emociones y cada vez se volvía mas incontrolable;
con el hecho de que ella suprimió, sus emociones, lo que hizo fue acumular
muchas experiencias, que procuro mantener bien ocultas. Sin embargo, cuando
tuvo que afrontar situaciones nuevas, su cerebro echará mano de la experiencia
acumulada para no tener que estar reinventándose continuamente.
Pese a todo lo que mencione anteriormente la autora también nos menciona algo
importante; ella argumenta que las emociones que tratamos de suprimir no
desaparecen, sino que se quedan dentro de nosotros para siempre, pero también
dice que podemos mantenerlas muy muy ocultas tanto que no lleguemos a
sentirlas, y menciona que estas emociones muy profundas también nos pueden
afectar la salud física y psicológica, después nos menciona alginas formas de

cómo podemos trabajar en algo que no sabemos que existe, y nos resuelve esta
pregunta diciendo que cuando evitamos una emoción o tratamos de controlarla,
tenemos cierta conciencia de que está ahí, pero no le dejamos asomar la cabeza.
Cuando la suprimimos, es posible que no haya llegado a acercarse a la superficie.
Puede que ni siquiera hayamos sabido nunca lo que es sentir determinadas cosas.
En el texto la autora menciona lo siguiente “Si tomar conciencia de los orígenes
de un problema con nuestras emociones no hace que las cosas cambien, tenemos
recursos adicionales, que requieren de ayuda profesional. A veces creemos que
la terapia consiste únicamente en hablar de nuestros problemas con alguien, que
no deja de ser una persona como nosotros, de modo que nos decimos que no sirve
para nada. Ya hemos visto que hablar de lo que nos afecta sí que ayuda de por
sí, pero si además lo hacemos con alguien que entienda cómo funciona la
regulación emocional, podrá ayudarnos a tomar conciencia de aspectos que
desde dentro nos costará identificar.” (Vasquez, 2020) entonces que nos quiere
decir con ello? Considero que la mejor terapia es hablar de nuestras emociones
de lo que estamos viviendo con aquella persona que pueda llegar a sentir empatía
por lo que estamos viviendo y pueda comprendernos y con el solo hecho de
escucharnos nos esta haciendo bien, ya que podemos liberarnos un poco de
nuestras cargas que día a día nos atormentan y que existen momentos en los que
ya sientes explotar y muchas veces nos hacen tomar decisiones erradas y que tal
vez pueda empeorar nuestra situación. Esto ayuda al cerebro a ir asociando la
experiencia a otros elementos, cambiar las emociones asociadas a ella y adquirir

distancia real respecto a lo ocurrido, también es importante la búsqueda de ayuda
profesional la cual será de gran importancia ya que nos guiará y nos brindará
orientación por medio de terapias pero debemos de ser constantes para que poco
a poco podamos ir alivianando nuestras cargas progresivamente.
Anabel menciona en el libro que “independientemente del sistema terapéutico
que elijamos, lo importante es entender que mirar de frente nuestras experiencias
puede llevar a que dejen de doler y de condicionar nuestra vida. Es por eso por lo
que intentar enterrarlas no es lo mejor que podemos hacer, afrontar nuestra
historia vale la pena. Trabajar con esas experiencias puede ayudarnos mucho con
la gestión emocional de las situaciones del presente; podremos romper de verdad
los lazos con el pasado y empezar a funcionar con otro sistema.” (Vasquez, 2020)
Como lo menciona la autora anteriormente existe muchas formas de buscar ayuda
y sin importar cual sea el método que tomemos lo importantes es tomar la
iniciativa y empezar un tratamiento terapéutico.
Ante todo, lo que mencione anteriormente seguidamente hablare de lo que Ana
menciona después en el texto y es acerca de que el cuerpo expresa lo que nos
negamos a sentir; el hecho de desconectarnos de nuestras emociones no afecta
solo a nuestra mente, sino también a nuestro cuerpo. El cerebro está conectado
con el corazón, y nuestro ritmo cardiaco (la velocidad a la que late) se acelera
cuando hacemos ejercicio para facilitar que llegue más sangre a los tejidos y, con
ella, el oxígeno y los nutrientes que el organismo necesita para desarrollar más
actividad. Pero no solo el ejercicio físico acelera nuestro corazón, también

notamos que el pulso se acelera cuando estamos nerviosos. Nuestro cuerpo
reacciona así ante algo nuevo o que supone al desafío que estamos
enfrentándonos. Todo nuestro organismo está conectado por ejemplo nuestro
corazón tiene una gran sintonía con nuestra respiración y un solo cambio en
nuestro respirar podrá cambiar el estado de los latidos de nuestro corazón.
El patrón respiratorio no influye solamente en nuestras emociones, sino que tiene
una conexión muy directa con nuestro sistema nervioso (concretamente el que se
distribuye por todo el organismo, o sistema nervioso autónomo). Estas
conexiones van a modular, por un lado, nuestro cerebro, y de ese modo afectara
nuestro estado emocional, debemos entender cómo nuestras emociones no
procesadas pueden enfermarnos y nuestro cuerpo nos da por tanto una posibilidad
más para curarlo, que no tendremos si nos seguimos empeñando en ver nuestro
cuerpo y mente como elementos separados. Cuando dejamos salir nuestras
emociones nos liberamos, pero ese efecto no se ve de inmediato eso es progresivo
y los cambios se van viendo con el paso del tiempo.
Otro tema que como todos los anteriores es importante resaltarlo y que lo
menciono Anabel en el libro fue las emociones como puente de comunicación
con los demás, Cuando estamos desconectados de nuestras emociones, nos
desconectamos también de los demás. No queremos sentir la desprotección o la
fragilidad que tratamos de suprimir, y nos vamos al otro extremo, tratamos de ser
más fuertes que nadie, nos empeñamos en tener siempre razón, y estamos en pelea
permanente contra el mundo. Esa vulnerabilidad que rechazamos es sin embargo

imprescindible para conectar con los demás, y al intentar anularla nos volvemos
insensibles. Pero también puede haber una posibilidad de que suceda lo contario
es decir podemos volvernos hipersensibles ante cualquier situación debido a que
nuestras emociones mas ocultas se convierten como en una herida que nunca
destapamos y que aun no ha curado y que si tenemos un mínimo contacto con ella
nos ocasiona dolor y podemos volvernos irritables y sentirnos rechazados nos
puede afectar demasiado y podamos a llegar sentir enemigos en todas las partes
donde nos encontremos, Nuestra capacidad de sentir empatía, o entender cómo
funciona la mente de los otros, se verá profundamente alterada.
Otras personas tienen el problema contrario, empatizan demasiado. Si alguien
siente algo, ellas también lo sienten. Se contagian emocionalmente de lo que el
otro está notando, y esto a veces las desborda. Aquí el entrenamiento necesario
es el contrario, introducir perspectiva y distancia sobre lo que sentimos, y también
existen las personas que consideran ser autosuficientes jamás buscan a nadie para
calmar sus emociones, no cuentan sus problemas no piden ayuda y mucho menos
se dejan ayudar por otros, para ellos recibir consuelo de otros es sinónimo de
debilidad que puede llegar a ser peligroso. Después de hablar de las personas
autosuficientes ahora hablemos de las personas que se consideran dependientes
de los demás y que creen que si no tienen a otra apersona a su lado que los ayude
no podrán regularse por si mismos y en general se sienten totalmente incapaces
de hacer algo por si solos y a la hora de tomar decisiones no pueden hacerlo sin
que otras personas los aconseje y al momento de enfrentar cualquier situación de

conflicto prefieren huir y dejar el problema a otros; según la autora “Estas
personas ven el mundo de un modo muy diferente a los del grupo anterior, sus
creencias son: «Sin ti no soy nada», «necesito que me protejan» o «nadie me
quiere» (porque nunca me resulta suficiente, o porque pido afecto a la gente con
tanta ansia que se acaban apartando). Sus creencias sobre el mundo no reflejan
sus verdaderas capacidades, tienen muchos más recursos para autorregularse de
los que ellos piensan, pero no los utilizan porque están focalizados en que sean
los demás los que lo hagan. También se ven diferentes, «soy muy sensible» (lo
cual para ellos implica necesariamente que no pueden hacer nada para modular
lo que les afecta), «soy muy bueno» (hago lo que sea por los demás esperando —
sin reconocerlo— que me lo devuelvan, para así sentir el afecto que creo que
necesito de ellos)” (Vasquez, 2020).
Después de haber un hecho un pequeño recuento de las primeras partes del libro
vamos adentrarnos a la tercera parte del libro la cual la autora la denomino el arte
de emocionarse y de como manejamos nuestras emociones internamente y de
como lo hacemos con nuestras relaciones interpersonales y evitamos todo lo
emocional no queremos llegar a sentir determinadas cosas y cuando nos vienen
sensaciones, tratamos de apartar nuestra mente de ellas como sea, y queremos
llegar a controlar lo que sentimos y aparte de eso le damos vueltas y vueltas a los
que sentimos; a cada vuelta que les damos, nuestras emociones crecen nos
preguntamos por qué sentimos lo que sentimos, por qué nos pasan las cosas que
nos pasan, o por qué fueron como fueron las situaciones que vivimos y al final no
nos llevan a ninguna respuesta, nos criticamos por sentir o por no sentir, nos
insultamos internamente todo el tiempo. Lo que nos decimos por dentro hace
crecer exponencialmente nuestras peores sensaciones, y se va formando una bola
de nieve que no sabemos parar y al final no podremos controlarla y nuestras
emociones se convierten en un callejón sin salida como lo menciona la autora,
“Sentimos tristeza y no nos desahogamos, ni la compartimos o buscamos
consuelo. Sentimos rabia, pero no defendemos nuestros derechos. Sentimos
miedo, pero no nos protegemos de una manera efectiva. Hay cosas que nos gustan,
pero no nos atrevemos a vivirlas. Las emociones que no nos llevan hacia lo que
necesitamos se quedan en tierra de nadie, se acumulan en nosotros, mientras nos
negamos a ir hacia donde nos indican.” (Vasquez, 2020) es importante saber como
manejamos nuestras emociones porque a veces nos cuesta identificar algunas
emociones y de como podemos expresarlas, ante todo debemos saber de cómo
funcionamos a través de ellas.
Otros de los temas importantes a tratar acerca del libro y que me pareció bastante
relevante mencionar es que nuestro rostro es el espejo de nuestra alma, suprimir
nuestras emociones no solo es un proceso interno, sino también con lo que
reflejamos externamente, si queremos comunicarnos en un nivel profundo es
bueno que nuestro rostro muestre lo que sentimos en vez de demostrarlo por
medio de las palabras ya que esto permitirá que la sociedad o el que nos este
observando nos entienda, contener nuestra expresión emocional puede no estar,
nuestra cara debe ser un reflejo de lo que sentimos en un número importante de

situaciones, o acabará por convertirse en un problema. Quien tiene siempre la
misma expresión no modula bien sus reacciones emocionales ni la relación con
los demás. Esto le pasa bastante a Bernardo, nuestro amigo que no parece tener
sentimientos, o a Marcial, que al igual que controla sus sentimientos controla
también sus expresiones. Que nuestra cara nunca refleje lo que sentimos puede
estar bien en la negociación con una compañía rival o en una incómoda comida
familiar, pero no favorecerá la comunicación, todos estos aspectos se deben tener
en cuenta en nuestra toma de decisiones y al momento de expresarnos ante el
mundo y el hecho de llevar nuestra inteligencia emocional y que la expresamos
con el reflejo de nuestras expresiones; como lo menciona la autora en el libro
cuando expreso que “un problema con la expresión facial es que no solemos
vernos. Cuando nos miramos al espejo, nuestra expresión espontánea cambia, al
igual que cuando nos hacen una foto. Puede pasar que pongamos una cara frente
a determinadas situaciones sin ser en absoluto conscientes, pero esa expresión
podría ser la respuesta a preguntas como «¿por qué todo el mundo se rebota
conmigo?» o «¿por qué nadie me entiende?». Algunas personas, al ver un vídeo
o una foto suyos en situaciones emocionalmente complicadas, se quedan atónitas
al ver su expresión” (Vasquez, 2020) entonces, que quiere decir que debemos en
determinadas situaciones mostrar nuestras actitudes pero no solo emocionales
sino que podamos expresarlas externamente y no reprimirlas, teniendo en cuenta
cada uno de estos aspectos y rasgos físicos que nos menciona la autora; en la
cuarta parte del libro nos menciona acerca de dejar de hacer lo que no nos hace
bien a nuestras emociones y se ha comprobado que el mayor problema con
manejar nuestras emociones no es que no tengamos herramientas para calmarnos
o animarnos sino la cantidad de cosas que hacemos que empeoren, Podemos no
hacer nada con lo que sentimos, tratar de distraernos, evitarlo, intentar volver a
meter las emociones para dentro… Todo eso complica las cosas, pero hay
sistemas con los que podemos ponérnoslo aún más difícil. Podemos hacer cosas
que hagan que el malestar aumente exponencialmente y, aun así, persistir en esas
tendencias.
De acuerdo a todo lo que mencione anteriormente puedo finalizar enfatizando la
importancia que puede llegar a tener este libro en nuestra vida personal, todos
tenemos problemas, pasamos por momentos de dificultad y que existen
momentos en los cuales nuestras emociones explotan o las reprimimos, debemos
entender de que somos un ser humano que sentimos y que tenemos derecho a
expresar eso que sentimos, en mi vida personal he pasado por momentos difíciles
y este libro me enseño a como debo recibir todo aquello malo que me sucede y
que de que no siempre es malo tener un día mal, que debemos aprovechar de ese
mal momento y transformarlo en un grandioso día.

ENSAYO: LO BUENO DE TENER UN MAL DIA
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Tablas
Tabla 1
[Título de tabla]
Encabezado de Encabezado de Encabezado de Encabezado de Encabezado de

columna columna columna columna columna
Encabezado de fila 123 123 123 123
Nota: [Coloque todas las tablas del artículo en una sección de tablas, después de las
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LO BUENO DE TENER UN MAL DIA 1

ENSAYO: LO BUENO DE TENER UN MAL DIA

AUTOR: ANA GONZALEZ

UNIVERSIDAD SANTO TOMAS

ESTUDIANTE: IVAN MONTES

Nota del autor

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nos habla de que la cuestión de estar bien no es decirnos frases positivas en el

un mal momento nos podemos refugiar en nuestros amigos o familiares y hablar

problemas. Anabel dividió el libro en 5 partes como por ejemplo el precio de

la rigurosidad científica y el lenguaje asequible, Anabel González nos

proporciona la oportunidad de reflexionar sobre nuestras emociones; sobre las

consecuencias de suprimir las emociones o las claves para contrarrestar, por

ejemplo, el exceso de control o la soledad.

El libro nos permite entender la importancia de prevenir situaciones

desagradables y ajustar la intensidad de nuestras emociones; buscar alternativas,

visibilizar las emociones y observarlas desde diferentes perspectivas; o asumir las

pérdidas y aprender de la experiencia. Al paso que avanzo la lectura de la mano

siendo más eficaz en el reconocimiento y la gestión de sus propias emociones.

sonrisas y alegría. Saber gestionar nuestras emociones no es esconderlas ni

suprimirlas, es reconocerlas y manejarlas del modo más adecuado.

lloviendo y sacar provecho de ello o por lo contrario quedarnos en casa y no

formas de tomar decisiones, en los capítulos la autora habla acerca de distintos

enlazando la historia, que son distintas maneras o diferentes patrones que

emociones o sentimientos y cuando llegan a un limite pueden llegar a presentar

emociones mucho mas fuertes o de maneras que no pueden llegar a gustarnos y

pueden llegar a desbordarse emocionalmente y de repente pueden llegar a sentir

otras personas se las calmen y si nadie se as calma no pueden llegar a calmarlas,

no quieren sentir y se escapan de sus emociones y en cada momento están

introducción de lo que es el mundo emocional y después hay otra sección que

poco y si no notamos las cosas o no llegáramos a sentir, y a veces no llegamos a

alto; podemos llegar a tener problemas de sueño y no precisamente de dormir sino

le damos a los problemas y el cerebro no logra calmarse completamente y

prepararse para el descanso, y cuál es la solución? No es tomar pastillas para

escenarios es cada uno de los prototipos de emociones que sintieron Bernardo,

y las asumieron de diferente forma; como lo menciona la autora en su libro “Si

pueden con todo” (Vasquez, 2020)

mismo la autora lo comprueba como profesional y por medio de investigaciones,

en el análisis de los complejos mecanismos que subyacen a lo que sentimos, cómo

lo sentimos, y cómo reaccionamos ante ello. Sin embargo, entender estos

hallazgos puede llevarnos a reflexionar con más fundamento sobre cómo

El mundo emocional es complejo, pero hay unas reglas de funcionamiento básico

sí solas. Lo hacen en base a sistemas de regulación que el sistema nervioso lleva

incorporados y de los que muchas veces no somos conscientes. Podríamos decir

piloto automático. (Vasquez, 2020) como lo menciona la autora nuestras

emociones se equilibran con la forma en que reaccionamos Por eso aprender a

modular nuestras emociones no consiste en practicar técnicas de relajación o

hacer ejercicios de meditación, aunque ambas cosas pueden sernos de ayuda. Se

trata en primer lugar de dejar de hacer lo que puede estar perjudicándonos.

La necesidad de reconocer y conocer las propias emociones, desmenuzar sus

componentes, evitando la desconexión o el bloqueo, nos aboca al camino de

aprender a gestionar nuestras emociones. La autora adentra a los fondos infinitos

de la neurología emocional con el recorrido que supone suprimir las emociones o

mantenerlas sometidas a un férreo control. Aunque no siempre resulta evidente,

liberar el sistema emocional retomando los recuerdos incómodos no sólo permite

científico y el ilustrativo lenguaje que la caracteriza. Con las dinámicas de apego

interpersonal y las diferencias culturales en el afrontamiento emocional se cierra

la segunda parte de la obra.

anteriormente en este ensayo se ha hecho un breve recuento es el hecho de

o la falta de un descanso de calidad pueden repercutir negativamente en nuestra

concentración y nuestra memoria. Podemos tener olvidos, sensación de confusión

y notar la cabeza bloqueada, incapaz de funcionar de un modo fluido. De acuerdo

reprimir nuestras emociones o sensaciones tendrá consecuencias en nuestra vida

tanto física como emocionalmente y no permitirá que nuestro cerebro funcione al