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asesorar a los países para que utilicen equipos de refrigeración de buena calidad;
capacitación del personal de salud en la gestión de las vacunas y sus equipos
realizar evaluaciones de las operaciones de la cadena de frío y de la cadena de
suministro;
llevar a cabo investigaciones y desarrollos en el área de la tecnología de la cadena
de frío– tanto blanda como dura;
mejorar la capacidad de gestión y las habilidades para apoyar todas las
operaciones relacionadas con la cadena de frío y la cadena de suministro, para
introducir nuevas vacunas.
Preguntas Frecuentes
P 1 – ¿Qué es la cadena de frío?
La cadena de frío es un conjunto de normas y procedimientos que aseguran el
correcto almacenamiento y distribución de vacunas a los servicios de salud desde
el nivel nacional hasta el nivel local. La cadena de frío está interconectada con
equipos de refrigeración que permiten conservar las vacunas a las temperaturas
recomendadas para mantener su potencia.
P 2 – ¿Qué es la cadena de suministro?
La cadena de suministro es la distribución de vacunas y otros insumos del
programa de inmunización que sigue un cronograma de envíos establecido para
asegurar que cada establecimiento de salud recibe sus vacunas e insumos en el
tiempo correcto, en la cantidad correcta, en las condiciones y temperaturas
correctas.
P 3 – ¿Cuál es la temperatura de almacenamiento de las vacunas?
Dependiendo del tipo de la vacuna hay dos rangos de temperaturas para el
almacenamiento de las mismas: Vacunas que son sensibles al congelamiento
deben almacenarse a temperaturas entre 2°C a 8°C. Las vacunas producidas con
cepas víricas y/o liofilizadas pueden almacenarse a temperaturas entre -15°C y -
25°C. El siguiente cuadro resume las vacunas, período y temperaturas de
almacenamiento según nivel operativo de la cadena de frío:
El sostenimiento de la cadena de frío en vacunas, el cumplimiento de sus normas y el
desarrollo del desempeño de la cadena de suministro , aseguran la conservación del
medicamento en condiciones ideales de temperatura, aislamiento y la efectividad de su acción
inmunológica
Teniendo en cuenta que las propiedades de las vacunas pueden ser alteradas por el frío, el
calor o la luz, la importancia de la cadena de frío en vacunas radica en que asegura la
conservación de las propiedades originales del producto y de su poder inmunológico en
medio de las tareas de logística y distribución .
A nivel nacional. Son depósitos con frigoríficos que aseguran los estándares de refrigeración (entre 4 y 8 grados centígrados) y de
congelación (entre -10 y -20 grados centígrados). Almacenan el producto a largo y mediano plazo y también congelan paquetes de frío.
Hospitales, centros de salud urbanos y rurales, dotados adecuadamente. En este último caso de niveles de la cadena de frío en
vacunas el almacenamiento se realiza por intervalos cortos de tiempo (1 mes).
Desde allí pasan al nivel regional, donde los lotes más pequeños se pueden almacenar hasta por 6 meses para ir
alimentando el nivel local.
El último eslabón de la cadena lo constituyen todos los centros de salud donde se aplican inmunizaciones (nivel local).
Allí, pequeños lotes de vacuna se pueden almacenar por poco tiempo (1 a 3 meses), a fin de satisfacer la demanda de los
usuarios.
Conforme se agotan los inventarios en un nivel, el inmediatamente superior lo debe surtir de manera ininterrumpida y
garantizando la temperatura adecuada en todo momento.
- Cadena móvil: vehículos frigoríficos y elementos pertinentes para conservar la cadena de frío
en vacunas (neveras portátiles, portavacunas, termómetros y termógrafos).
- Cadena fija: incluye dispositivos fijos de almacenamiento, como cámaras frías, congeladores,
neveras, frigoríficos.
Debe estar actualizado y sincronizado entre todo el personal participante en el proceso, tanto
titulares como sustitutos.
Cada centro de vacunación debe contar con un coordinador titular de operaciones y un
suplente.
Deben registrarse las lecturas y controles periódicos de temperatura, al menos dos veces
diarias, e informar al responsable acerca de alteraciones térmicas.
Deben realizarse informes oportunos en caso de alteraciones en la cadena de frío en
vacunas.
De la misma manera se debe informar oportunamente al responsable del área en caso de
escasez de producto, para su oportuno abastecimiento.
Mantener disponible y visible toda la información personal de los involucrados en la cadena
de distribución logística .
Por
Sandra Sosa
La red de frío, conocida también como “cadena de frío”, es un conjunto de métodos de almacenamiento, transporte y
conservación necesario para poder usar una vacuna de manera adecuada. Es definida por la Organización Panamericana
de la Salud como:
“Sistema logístico que comprende los recursos humanos y materiales necesarios para llevar a cabo el almacenamiento,
conservación y transporte de las vacunas en condiciones óptimas de temperatura desde el lugar de fabricación hasta el
sitio donde las personas son vacunadas”.
Fuente: pexels.com
Dado que las vacunas son productos biológicos termolábiles (los cambios de temperatura afectan su potencia e incluso
pueden inactivarlas), es indispensable que a lo largo de todo el proceso, desde su fabricación hasta la administración, la
tempera tura se mantenga dentro de un rango estrictamente controlado entre 2 y 4 grados centígrados.
Esto garantiza que el producto biológico llegue en óptimas condiciones al receptor. Por ello, se invierten ingentes
cantidades de dinero en infraestructura y cientos de horas hombre en capacitación a fin de evitar que la cadena de frío
se comprometa.
Cadena de frío
Como su nombre indica, la cadena de frío está compuesta por una serie de eslabones que garantizan que la temperatura
de los productos biológicos se mantenga dentro de un rango de temperatura dada de manera ininterrumpida.
Para cumplir dicho objetivo, el denominador común de todos los eslabones involucrados en la cadena de frío es contar
con equipos de refrigeración y transporte adecuados, así como con personal capacitado para el adecuado manejo de los
productos biológicos.
Almacenamiento
Según la cantidad de vacunas procesadas y almacenadas, variarán las características de los equipos de refrigeración. Así,
en las grandes plantas industriales donde se producen los productos biológicos, existen cuartos refrigerados de gran
tamaño que permiten almacenar vacunas por varios meses.
Conforme se desciende en los niveles de la cadena de frío (ver más adelante), los lotes de productos van disminuyendo
de tamaño; y así lo hacen proporcionalmente los refrigeradores, los cuales pasan de cuartos refrigerados a cavas
industriales en los niveles intermedios.
En este punto el almacenamiento es por tiempo limitado, y se puede extender solo por unas pocas semanas ,ya que es
una estación de tránsito hasta el sitio de distribución
Allí las vacunas se almacenan en los equipos de refrigeración más pequeños que, en algunos casos, son simples
frigoríficos domésticos.
Transporte
Es por ello que se hace especial énfasis en las técnicas de transporte, así como en los recursos materiales necesarios
para un transporte que garantice la indemnidad de la cadena de frío.
– Transporte interno.
– Transporte externo.
Cada uno de ellos presenta retos específicos para los que se requiere contar con los equipos e instrumentos necesarios a
fin de garantizar una ejecución correcta.
Transporte interno
Hace referencia al transporte de los productos biológicos dentro de un establecimiento cualquiera, dentro de alguno de
los niveles de la cadena de frío.
En este sentido, es muy importante la adecuada manipulación de los productos biológicos que necesitan refrigeración
incluso para trasladarlos de una nevera a otra, ya que la temperatura debe mantenerse entre 2 y 8 ºC en todo momento.
Para ello, es necesario contar en todas las áreas donde se almacenan vacunas con equipos de transporte tipo termo o
neveras portátiles para la movilización interna de las vacunas.
Además es necesario contar con paquetes refrigerados y botellas de agua fría, que pueden colocarse en los equipos de
transporte para extender el tiempo durante el que se pueden usar.
Transporte externo
El transporte externo tiene que ver con el traslado de los agentes biológicos entre distintos niveles de almacenamiento
en la cadena de frío, o entre el área de almacenamiento y el sitio de vacunación.
Según la magnitud y extensión del traslado, pueden ser necesarios diversos tipos de equipos, desde camiones
refrigerados hasta cavas portátiles y contenedores frigoríficos para el transporte por aire, mar y tren.
El tamaño del lote y el tipo de viaje determinarán el tipo de equipo a utilizar. En algunos casos puede ser tan oólo una
nevera aislante portátil, tal como ocurre cuando se llevan vacunas desde el almacén a nivel local hasta el punto de
vacunación.
Personal
Además de contar con los equipos adecuados para almacenamiento y transporte, una pieza clave de la cadena de frío es
el personal responsable de la manipulación de las vacunas y operación de equipos.
En este sentido, la atención al detalle es la clave. Por ello se hace énfasis en conductas básicas pero vitales para no
interrumpir la cadena de frío tales como:
– Mantener siempre listos equipos de transporte y paquetes refrigerados disponibles para movilización de vacunas en
cualquier momento.
– Monitorización regular de las condiciones de funcionamiento e indemnidad de los equipos e instrumental empleados
en las operaciones diarias.
– Apertura de las puertas de las unidades frigoríficas durante la menor cantidad de tiempo posible.
– Mínima manipulación de las vacunas con las manos (la temperatura de la mano calienta muy rápido las vacunas,
inactivándolas en pocos minutos).
– Disposición adecuada de los productos biológicos dentro de las unidades de refrigeración a fin de mantener una
circulación de aire adecuada en torno a los mismos y evitar la acumulación de agua.
El personal que cumple celosamente con su función de acuerdo a su entrenamiento garantiza que cada vacuna aplicada
sea una vacuna activa.
La cadena inicia en el momento mismo de la fabricación del producto biológico, por lo que las plantas donde se
producen vacunas cuentan con instalaciones de procesamiento y almacenamiento capaces de mantener la temperatura
del producto entre 2 y 8 grados centígrados.
Una vez fabricadas, las inmunizaciones se trasladan a lo largo de distintos niveles operativos, cada vez en lotes más
pequeños, hasta alcanzar al usuario final.
Los niveles de la cadena varían según la perspectiva que se considere. Así, existen al menos dos escalas diferentes, las
cuales se pueden cruzar o superponer en alguno o varios puntos:
Desde el punto de vista industrial, la cadena frío se extiende desde la fabricación del producto biológico hasta la entrega
al usuario final.
Esta cadena puede llegar directamente a las personas que recibirán las vacunas o conectarse con en la cadena de
distribución de un país en particular.
En esta condición, se considera al gobierno receptor como el usuario final. A partir de ese momento es su
responsabilidad garantizar que no se interrumpa la cadena de frío.
– Punto de producción.
Desde los dos últimos niveles, las vacunas pueden llegar hasta el usuario final, ya sea de manera directa o mediante las
políticas sanitarias de cada lugar.
Si bien es posible la distribución de vacunas a particulares, los mayores compradores de inmunizaciones son los
gobiernos del mundo.
Mantener niveles de cobertura vacunal adecuados es una tarea que requiere una coordinación precisa y distintos niveles
operativos.
En este sentido es necesario garantizar la cadena de frío desde el ingreso del producto biológico a los inventarios
nacionales hasta su administración al usuario final.
En general, los niveles de la cadena de frío desde este punto de vista son:
– Punto de producción.
En el nivel central se reciben y consolidan todos los inventarios de vacunas. Allí se almacenan grandes cantidades de
productos biológicos hasta por 18 meses.
Desde allí pasan al nivel regional, donde los lotes más pequeños se pueden almacenar hasta por 6 meses para ir
alimentando el nivel local.
El último eslabón de la cadena lo constituyen todos los centros de salud donde se aplican inmunizaciones (nivel local).
Allí, pequeños lotes de vacuna se pueden almacenar por poco tiempo (1 a 3 meses), a fin de satisfacer la demanda de los
usuarios.
Conforme se agotan los inventarios en un nivel, el inmediatamente superior lo debe surtir de manera ininterrumpida y
garantizando la temperatura adecuada en todo momento.
Se considera un accidente de la red de frío cualquier situación donde la temperatura baje de 2 ºC o aumente por encima
de 8 ºC.
Lo más común es que la temperatura aumente debido a fallas eléctricas o averías de los equipos.
Sin embargo, también puede darse el caso de disminución exagerada de la temperatura debido a errores humanos (por
ejemplo, mala configuración de los equipos o errores de lectura).
Siempre se deben tomar medidas adecuadas para minimizar el impacto de estos accidentes para preservar la viabilidad
de las vacunas.
Es importante actuar rápido y sin dilación ante cualquier accidente en la red de frío, especialmente en casos de fallas
eléctricas o averías de equipos frigoríficos.
En este sentido, la mayoría de los refrigeradores son capaces de mantener la temperatura interna estando apagados
hasta 4 horas en clima cálido y 6 en clima frío.
Así pues los equipos de refrigeración en sí mismos constituyen la primera línea de defensa contra los accidentes,
siempre que no se abra la puerta.
El personal debe sellar la puerta de la nevera y colocar un cartel que informe que no se debe abrir.
Si la avería no se solventa de manera rápida, se deben trasladar las vacunas hasta un equipo operativo o una instalación
que cuente con servicio eléctrico.
En todos los casos de accidentes en la red de frío, se debe llevar un registro detallado de los detalles del evento
para realizar un seguimiento adecuado del caso.
Además de las vacunas, existen otros medicamentos y productos biológicos que necesitan refrigeración.
– Albúmina humana.
– Protamina.
– Inmunoglobulinas.
– Ciertos agentes antiglaucomatosos como el latanoprost (se debe refrigerar hasta ser abierto).
– Algunos antibióticos.
En todos estos casos es necesario mantener la cadena de frío dentro de los rangos de temperatura especificados por el
fabricante.