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TAREA RED DE FRIO ¿Cómo se maneja la red de frio?

Se denomina “red de frío” al complejo sistema de conservación, manejo,


transporte y distribución de las vacunas que asegura su conservación en
condiciones adecuadas de luz y temperatura, garantizando su inmunogenicidad,
desde la salida del laboratorio fabricante hasta su administración al paciente.

También se define como el complejo sistema de conservación, manejo,


transporte y distribución de las vacunas en condiciones óptimas de luz y
temperatura, que garanticen su inmunogenicidad desde la salida del laboratorio
fabricante hasta su administración al paciente.

En general, la red de frío está compuesta por tres niveles de intervención: el


laboratorio fabricante, los centros provinciales de recepción y los puntos de
vacunación. Todos ellos están estrechamente relacionados entre sí y
permanecen conectados mediante los sistemas de transporte.

En la red de frío participan varios elementos, todos ellos fundamentales. En


primer lugar están las personas que manipulan las vacunas y los sanitarios que
las administran. Además, también hay que contar con el material que sirve para
almacenar las vacunas y para trasladarlas de uno a otro punto.

RECURSO MATERIAL.

Se divide en dos partes complementarias: la cadena fija, que está representada


por el frigorífico, y la cadena móvil, constituida por los contenedores o neveras
portátiles.

EL FRIGORÍFICO.

Es un elemento material totalmente indispensable para mantener las vacunas, y


por ello merece que se le preste toda la atención posible. Para que funcione
correctamente debe estar colocado en un lugar adecuado, resguardado de toda
fuente de calor, separado unos 15 cm de distancia respecto a la pared trasera,
para permitir que el calor se disperse, e instalado sobre una base debidamente
nivelada. Deberá disponer de sistemas de alarma y generadores eléctricos de
emergencia, que se activan en el supuesto de una desconexión accidental.

TERMOS PORTÁTILES.
Todo este material facilita el transporte de las vacunas hasta el lugar de
administración. Además es muy útil para mantener la cadena de frío en caso de
avería o de corte eléctrico.

Temperatura de la red de frio

Dado que las vacunas son productos biológicos termolábiles (los cambios de
temperatura afectan su potencia e incluso pueden inactivarlas), es indispensable
que a lo largo de todo el proceso, desde su fabricación hasta la administración,
la temperatura se mantenga dentro de un rango estrictamente controlado entre 2
y 4 grados centígrados.

Almacenamiento

Según la cantidad de vacunas procesadas y almacenadas, variarán las


características de los equipos de refrigeración. Así, en las grandes plantas
industriales donde se producen los productos biológicos, existen cuartos
refrigerados de gran tamaño que permiten almacenar vacunas por varios meses.

Conforme se desciende en los niveles de la cadena de frío (ver más adelante),


los lotes de productos van disminuyendo de tamaño; y así lo hacen
proporcionalmente los refrigeradores, los cuales pasan de cuartos refrigerados a
cavas industriales en los niveles intermedios.

En este punto el almacenamiento es por tiempo limitado, y se puede extender


solo por unas pocas semanas ,ya que es una estación de tránsito hasta el sitio de
distribución

Allí las vacunas se almacenan en los equipos de refrigeración más pequeños


que, en algunos casos, son simples frigoríficos domésticos.

Transporte

Un factor crítico y susceptible de fallas en la cadena de refrigeración es el


transporte desde un punto de almacenamiento a otro (nivel superior a nivel
inferior en la cadena), o entre este y la entrega al usuario final. Esto se debe a
que incluso pequeñas fluctuaciones de temperatura pueden afectar seriamente a
la efectividad de las vacunas.
Es por ello que se hace especial énfasis en las técnicas de transporte, así como
en los recursos materiales necesarios para un transporte que garantice la
indemnidad de la cadena de frío.

En este sentido se puede dividir el transporte dentro de la cadena de frío en:

– Transporte interno.

– Transporte externo.

Cada uno de ellos presenta retos específicos para los que se requiere contar con
los equipos e instrumentos necesarios a fin de garantizar una ejecución correcta.

Transporte interno

Hace referencia al transporte de los productos biológicos dentro de un


establecimiento cualquiera, dentro de alguno de los niveles de la cadena de frío.

En este sentido, es muy importante la adecuada manipulación de los productos


biológicos que necesitan refrigeración incluso para trasladarlos de una nevera a
otra, ya que la temperatura debe mantenerse entre 2 y 8 ºC en todo momento.

Para ello, es necesario contar en todas las áreas donde se almacenan vacunas
con equipos de transporte tipo termo o neveras portátiles para la movilización
interna de las vacunas.

Además es necesario contar con paquetes refrigerados y botellas de agua fría,


que pueden colocarse en los equipos de transporte para extender el tiempo
durante el que se pueden usar.

Transporte externo

El transporte externo tiene que ver con el traslado de los agentes biológicos
entre distintos niveles de almacenamiento en la cadena de frío, o entre el área de
almacenamiento y el sitio de vacunación.

Según la magnitud y extensión del traslado, pueden ser necesarios diversos tipos
de equipos, desde camiones refrigerados hasta cavas portátiles y contenedores
frigoríficos para el transporte por aire, mar y tren.

El tamaño del lote y el tipo de viaje determinarán el tipo de equipo a utilizar. En


algunos casos puede ser tan oólo una nevera aislante portátil, tal como ocurre
cuando se llevan vacunas desde el almacén a nivel local hasta el punto de
vacunación.

Personal

Además de contar con los equipos adecuados para almacenamiento y transporte,


una pieza clave de la cadena de frío es el personal responsable de la
manipulación de las vacunas y operación de equipos.

En este sentido, la atención al detalle es la clave. Por ello se hace énfasis en


conductas básicas pero vitales para no interrumpir la cadena de frío tales como:

– Vigilar y llevar un registro detallado de la temperatura de todas las unidades


de refrigeración.

– Mantener siempre listos equipos de transporte y paquetes refrigerados


disponibles para movilización de vacunas en cualquier momento.

– Monitorización regular de las condiciones de funcionamiento e indemnidad de


los equipos e instrumental empleados en las operaciones diarias.

– Apertura de las puertas de las unidades frigoríficas durante la menor cantidad


de tiempo posible.

– Mínima manipulación de las vacunas con las manos (la temperatura de la


mano calienta muy rápido las vacunas, inactivándolas en pocos minutos).

– Disposición adecuada de los productos biológicos dentro de las unidades de


refrigeración a fin de mantener una circulación de aire adecuada en torno a los
mismos y evitar la acumulación de agua.

Niveles de la cadena de frío

La cadena inicia en el momento mismo de la fabricación del producto biológico,


por lo que las plantas donde se producen vacunas cuentan con instalaciones de
procesamiento y almacenamiento capaces de mantener la temperatura del
producto entre 2 y 8 grados centígrados.

Una vez fabricadas, las inmunizaciones se trasladan a lo largo de distintos


niveles operativos, cada vez en lotes más pequeños, hasta alcanzar al usuario
final.
Los niveles de la cadena varían según la perspectiva que se considere. Así,
existen al menos dos escalas diferentes, las cuales se pueden cruzar o
superponer en alguno o varios puntos:

– Cadena de frío industrial.

– Cadena de frío en las políticas sanitarias.

Niveles de la cadena de frío desde el punto de vista industrial

Desde el punto de vista industrial, la cadena frío se extiende desde la


fabricación del producto biológico hasta la entrega al usuario final.

Esta cadena puede llegar directamente a las personas que recibirán las vacunas o
conectarse con en la cadena de distribución de un país en particular.

En esta condición, se considera al gobierno receptor como el usuario final. A


partir de ese momento es su responsabilidad garantizar que no se interrumpa la
cadena de frío.

Los niveles operativos desde el punto de vista industrial son:

– Punto de producción.

– Almacén general (usualmente con alcance nacional o regional).

– Depósitos a nivel estatal.

– Almacén a nivel de distrito.

– Unidades sanitarias.

Desde los dos últimos niveles, las vacunas pueden llegar hasta el usuario final,
ya sea de manera directa o mediante las políticas sanitarias de cada lugar.

Niveles de la cadena de frío desde el punto de vista de políticas sanitarias

Si bien es posible la distribución de vacunas a particulares, los mayores


compradores de inmunizaciones son los gobiernos del mundo.

Mantener niveles de cobertura vacunal adecuados es una tarea que requiere una
coordinación precisa y distintos niveles operativos.
En este sentido es necesario garantizar la cadena de frío desde el ingreso del
producto biológico a los inventarios nacionales hasta su administración al
usuario final.

En general, los niveles de la cadena de frío desde este punto de vista son:

– Punto de producción.

– Almacén general (usualmente con alcance nacional o regional).

– Almacén a nivel estatal.

Tiempo de almacenamiento en cada uno de los niveles

En el nivel central se reciben y consolidan todos los inventarios de vacunas. Allí


se almacenan grandes cantidades de productos biológicos hasta por 18 meses.

Desde allí pasan al nivel regional, donde los lotes más pequeños se pueden
almacenar hasta por 6 meses para ir alimentando el nivel local.

El último eslabón de la cadena lo constituyen todos los centros de salud donde


se aplican inmunizaciones (nivel local). Allí, pequeños lotes de vacuna se
pueden almacenar por poco tiempo (1 a 3 meses), a fin de satisfacer la demanda
de los usuarios.

Conforme se agotan los inventarios en un nivel, el inmediatamente superior lo


debe surtir de manera ininterrumpida y garantizando la temperatura adecuada en
todo momento.

Accidentes de la red de frío

Se considera un accidente de la red de frío cualquier situación donde la


temperatura baje de 2 ºC o aumente por encima de 8 ºC.

Lo más común es que la temperatura aumente debido a fallas eléctricas o


averías de los equipos.

Sin embargo, también puede darse el caso de disminución exagerada de la


temperatura debido a errores humanos (por ejemplo, mala configuración de los
equipos o errores de lectura).
Siempre se deben tomar medidas adecuadas para minimizar el impacto de estos
accidentes para preservar la viabilidad de las vacunas.

Medidas de contingencias ante un accidente en la red de frío

Es importante actuar rápido y sin dilación ante cualquier accidente en la red de


frío, especialmente en casos de fallas eléctricas o averías de equipos
frigoríficos.

En este sentido, la mayoría de los refrigeradores son capaces de mantener la


temperatura interna estando apagados hasta 4 horas en clima cálido y 6 en clima
frío.

Así pues los equipos de refrigeración en sí mismos constituyen la primera línea


de defensa contra los accidentes, siempre que no se abra la puerta.

El personal debe sellar la puerta de la nevera y colocar un cartel que informe


que no se debe abrir.

Si la avería no se solventa de manera rápida, se deben trasladar las vacunas


hasta un equipo operativo o una instalación que cuente con servicio eléctrico.

En todos los casos de accidentes en la red de frío, se debe llevar un registro


detallado de los detalles del evento para realizar un seguimiento adecuado del
caso.

Medicamentos que necesitan red de frío

Además de las vacunas, existen otros medicamentos y productos biológicos que


necesitan refrigeración.

Entre ellos se encuentran:

– Albúmina humana.

– Protamina.

– Inmunoglobulinas.

– Ciertos agentes antiglaucomatosos como el latanoprost (se debe refrigerar


hasta ser abierto).

– Insulina (particularmente si se almacenan por largos períodos de tiempo).


– Algunos antibióticos.

En todos estos casos es necesario mantener la cadena de frío dentro de los


rangos de temperatura especificados por el fabricante.

Para que sirve la red de frio

La cadena de frio busca el control de la temperatura en refrigeración o


congelación en ciertos procesos y productos de conservación, manteniéndolos
en perfectas condiciones libres de virus y microorganismos para llegar con bien
al consumidor final.

Algunas de las industrias que más la usan es la alimentaria y la farmacéutica.

La cadena de frio es sumamente importante en productos alimenticios, el cual


reduce el deterioro de los alimentos antes de ser consumidos. Debemos
mencionar que las bacterias mueren cuando la temperatura es muy fría, y crecen
rápidamente en temperaturas alrededor de 16°.

Esta se basa en 5 fases y cada una debe ser respetada para que no se rompa.

Producción. Desde el momento en el que el producto está siendo procesado se


debe tener en las instalaciones cámaras de refrigeración para poder manipular el
producto final

Transporte. No se usa un transporte normal, estos deben ser especiales con


equipos de refrigeración en su interior, donde se pueda mantener la temperatura
adecuada y evitar el deterioro del producto. Nota: Se debe calcular el tiempo de
carga ya que si tarda mucho puede romper la cadena y afectar el producto que
se va a transportar

Almacenes de Refrigeración. Se requiere nuevamente de un espacio refrigerado,


donde el producto tenga la misma temperatura que los puntos anteriores

Puntos de Venta. Aquí es donde más cuidado se debe tener y donde más fácil se
rompe la cadena de frío, ya que algunas vitrinas, refrigeradores, cámaras
refrigeradas, entre otros lugares donde se guarda los productos, no cuentan con
el mismo nivel de temperatura

Usuario Final. Se recomienda que los productos congelados se tomen hasta el


final de las compras y se mantengan congelados hasta su consumo.

TRANSPORTE
Forma parte de la cadena móvil de la cadena de frío. Teniendo en cuenta que
romper la cadena de frío durante el transporte reduce la efectividad de la
vacunación, para evitar esta reducción, son requisitos imprescindibles los
siguientes:

Respetar y hacer cumplir las normas recomendadas por el laboratorio


fabricante.

Se debe realizar en contenedores especiales que garanticen la temperatura


estable de conservación durante todo el trayecto.

Deben quedar registrados en un albarán los siguientes datos: fecha de salida,


lugar de destino, tipo de vacunas y presentación, cantidad de dosis, fecha de
caducidad y lotes.

VEHÍCULOS FRIGORÍFICOS

Utilizados para el transporte y distribución de grandes suministros de vacunas y


entre niveles situados a media y larga distancia.

CAJAS O CONTENEDORES ISOTÉRMICOS

El material utilizado es poliestireno expandido o poliuretano. Tienen que ser


compactos, sólidos, aislados y herméticos. Mantienen el frío durante el
transporte y permiten el almacenamiento en caso de avería eléctrica del
frigorífico. Tienen la propiedad de conservar el frío aproximadamente entre 2 y
6 días. Es recomendable que cada centro de vacunación tenga siempre, al
menos, una unidad.

NEVERAS PORTÁTILES

Utilizadas para el transporte de pocas unidades y trayectos cortos desde el punto


de vacunación hasta otros lugares periféricos como consultorios locales,
colegios o domicilios. Usadas también como material de almacenaje de vacunas
cuando se produce un corte aislado del suministro eléctrico o una limpieza del
frigorífico.

Tienen capacidad de conservación de frío entre 3 y 7 días. Para lograr un buen


funcionamiento es recomendable que se abra lo menos posible.

PORTAVACUNAS
Reservado para cuando se transportan mínimas cantidades de vacunas y en un
trayecto corto, desde el punto de vacunación hasta el lugar de la administración.
Su capacidad de enfriamiento oscila entre 12 y 36 horas.

Se trata de unas pautas dirigidas a actores privados y públicos que intervienen


en la gestión de residuos, como son los generadores, transportadores,
prestadores del servicio público de aseo, lo mismo que las autoridades de
inspección, vigilancia y control.

Una de esas pautas tiene que ver con las jeringas descartables y los frascos
usados y abiertos o que contengan restos de la vacuna. Estos residuos
cortopunzantes con riesgo biológico o infeccioso deberán disponerse en
contenedores rígidos de color rojo, tal como lo indica la norma.

Otro lineamiento importante involucra a los elementos o insumos utilizados o


descartados durante el acto de vacunación que tienen contacto con fluidos
corporales, como gasas, apósitos, aplicadores, algodones, guantes, entre otros,
los que tendrán que ser clasificados como residuos peligrosos de riesgo
biológico o infeccioso biosanitarios, y rotulados y segregados en bolsa plástica
y contenedor de color rojo.

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