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UNIVERSIDAD MARIANO GALVEZ DE GUATEMALA EXTENSIÓN SOLOLÁ.

DERECHO CIVIL V

LIC. MARVIN ALBERTO PINEDA MORATAYA

ARBITRAJE

ESTUDIANTE: JAKELLIN YENNIFER EULALIA TUM GARCIA.

CARNET: 5010 14 18990

SOLOLÁ 15 DE MAYO 2023.


EL ARBITRAJE EN GUATEMALA.

En países como Guatemala, donde el acceso a la justicia se encuentra mermado


por la creciente mora judicial y la falta de certeza jurídica por los criterios cambiantes
de los órganos de jurisdicción estatal; el arbitraje se ha presentado como una
solución idónea para la resolución de sus disputas. Este método alterno de
resolución de controversias no es uno nuevo para la jurisdicción guatemalteca.
Desde hace ya varios siglos, el ordenamiento jurídico de Guatemala reconoce y
regula el arbitraje desde un grado constitucional; y cada vez más a través de
distintas normas de rango inferior pertenecientes a sectores e industrias en
concreto.

El objetivo del presente escrito, más allá de ser una disertación exhaustiva sobre el
arbitraje en Guatemala, busca brindar al lector un panorama general sobre la
regulación del arbitraje a nivel de legislación general (i); regulación específica según
la materia en cuestión (ii); y, por último, las áreas que han sufrido reformas
normativas que contemplan la posibilidad de someter disputas al arbitraje.

EL ARBITRAJE Y SU REGULACIÓN GENERAL EN GUATEMALA

REGULACIÓN CONSTITUCIONAL

Al igual que en otros países de la región latinoamericana, la facultad de impartir


justicia, típicamente se ha asociado como un poder exclusivo de la jurisdicción
estatal. Sin embargo, y como punto de partida, resulta necesario recordar que la
Constitución Política de la República de Guatemala de 1985 –CPRG- al igual que
sus versiones anteriores, contempla diversas manifestaciones en pro del arbitraje.
La Constitución guatemalteca reconoce que la labor jurisdiccional se ejerce con
exclusividad absoluta por la Corte Suprema de Justicia y por los demás tribunales
que la ley establezca.[3]En este sentido, la República de Guatemala ha otorgado
reconocimiento constitucional para que entes ajenos al Organismo Judicial
[tribunales arbitrales] puedan impartir justicia. Esto ha permitido el reconocimiento
del arbitraje en virtud de la creación de una ley promulgada por el Congreso de la
República confirmando tal extremo.

LA LEY DE ARBITRAJE DE GUATEMALA

La Ley de Arbitraje de Guatemala –LAG-, reconoce desde su apartado


considerativo, la necesidad imperante que las personas puedan acudir al arbitraje
como una respuesta a la sobrecarga que tenían -y siguen teniendo- los tribunales
de justicia. Siendo una opción celera y eficiente para alcanzar la justicia deseada:

Que un gran número de Estados de la comunidad jurídica internacional, el desarrollo


del arbitraje ha cobrado una significativa importancia como un medio alternativo
para la resolución de conflictos, ya que dicho procedimiento no solo contribuye con
el descongestionamiento de la pesada carga de los tribunales jurisdiccionales, sino
que, además, ayuda a que los conflictos que son susceptibles de resolverse por
este medio, sean resueltos realmente con celeridad y eficacia.

La Ley de Arbitraje está inspirada en la Ley Modelo de Arbitraje Comercial


Internacional de la Comisión de Naciones Unidas para el Derecho Mercantil
Internacional [CNUDMI]. Tal y como se advirtió desde un inicio, escapa del alcance
de este escrito describir a detalle todas las facetas que implica la regulación arbitral
en Guatemala. Sin embargo, resulta de suma importancia realizar las siguientes
acotaciones:

1. Según la LAG no podrán ser objeto de arbitraje:

i. Las cuestiones sobre las que haya recaído resolución judicial firme, salvo aquellos
aspectos derivados de su ejecución.

ii. Las materias inseparablemente unidas a otras sobre las que las partes no tengan
libre disposición.

iii. Cuando la ley lo prohíba expresamente o señale un procedimiento especial para


determinados casos.

2. Los laudos nacionales e internacionales son de obligatorio cumplimiento para las


partes. Sin embargo.
REGULACIÓN DEL ARBITRAJE EN MATERIAS ESPECÍFICAS.

El procedimiento y principios aplicables al arbitraje se encuentran regulados en la


LAG. Además de ella, otras muchas leyes contemplan el arbitraje como el
mecanismo alternativo para la resolución de determinadas controversias. Esto ha
producido que la arbitrabilidad de controversias se amplíe a otras materias más
específicas, de conformidad con las necesidades que algunas industrias en especial
exigen y para el cumplimiento de determinados objetivos que otras requieren para
la atracción de inversión extranjera o nacional.

Por ello, no sorprendió, por ejemplo, la modificación que sufrió el Código de


Comercio de Guatemala norma marco de las regulaciones mercantiles en territorio
guatemalteco en 2006, como consecuencia de la implementación del Tratado de
Libre Comercio DR-CAFTA. El Estado de Guatemala adquirió compromisos para
realizar reformas a su sistema jurídico, especialmente, en aquellos sectores que
forman parte de la normativa del instrumento a través del cual se establecen reglas
claras, transparentes y que proporcionen certeza jurídica a la relación comercial
otorgada en dicho marco. Esto implicaba cumplir una garantía de neutralidad,
eficiencia y certeza que exigía el citado acuerdo para atraer efectivamente
inversiones extranjeras en Guatemala. En este sentido, el artículo 291 del Código
de Comercio de Guatemala, que regula lo relativo a controversias que surjan en el
contexto de contratos de distribución y agencia, fue reformado en el marco del DR-
CAFTA, y ahora lee de la siguiente manera: salvo pacto en contrario, las partes han
optado por el arbitraje si no establecen de manera expresa que la controversia debe
dirimirse en la vía judicial.

ARBITRAJE POR CONTRATACIONES CON EL ESTADO.

Uno de los campos que ha demostrado una inclinación por el arbitraje como método
de resolución de disputas es el relativo a contrataciones con el Estado. Lo anterior,
derivado de una serie reformas y adiciones a las normas que regulan la contratación
entre privados y las entidades del Estado. Las normas que habilitan el arbitraje en
las contrataciones públicas encuentran su fundamento –principalmente- en tres
cuerpos normativos: Ley de Contrataciones del Estado; Ley de lo Contencioso
Administrativo; y, Ley de Arbitraje de Guatemala.

LEY DE ARBITRAJE DE GUATEMALA.

A su vez, la Ley de Arbitraje de Guatemala establece en su artículo 3 las materias


que son objeto de arbitraje. En este sentido el artículo en su parte conducente
establece que: También se aplicará la presente ley a todos aquellos otros casos en
que, por disposición de otras leyes, se permita el procedimiento arbitral, siempre
que el acuerdo arbitral sea válido conforme esta ley.

El artículo 51 de la Ley de Arbitraje de Guatemala indica que: «Una vez que el


Estado, las entidades estatales descentralizadas, autónomas y semiautónomas,
unidades ejecutoras, las municipalidades y las empresas públicas estatales o
municipales, hayan celebrado un convenio arbitral válido, no podrá objetarse la
arbitrabilidad de la controversia, o la capacidad del Estado y de las demás entidades
citadas para ser parte del convenio arbitral, al amparo de normas o reglas adoptadas
con posterioridad a la celebración de dicho convenio.

EJEMPLO

CASO LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN EL ARBITRAJE

Ante este proceso, que no contempla la participación de la población afectada por


los trabajos de la mina, la Resistencia Pacifica de la Puya está conociendo un nuevo
terreno de lucha en el que no existen muchos precedentes.

El caso más conocido y relevante en la región es el arbitraje que ganó El Salvador


contra la mina Pacific Rim en el 2016. Usando el mismo mecanismo del CIADI, la
mina demandó a El Salvador por $301 millones equivalentes a su previsión de
perdidas tras la declaración salvadoreña de 2008, consistente en la suspensión de
la minería química a cielo abierto en todo el país. El CIADI rechazó la demanda.
Tras la decisión unánime del tribunal, autoridades salvadoreñas declararon que
“este caso nos deja un mensaje y nos recuerda que los Estados, y en este caso el
Estado de El Salvador, están expuestos a este tipo de demandas multimillonarias.
Por lo tanto, se debe trabajar en el fortalecimiento de la institucionalidad del país en
defensa del medio ambiente”. La sociedad civil salvadoreña no formó parte del
proceso pero, afortunadamente, el Estado salvadoreño se mantuvo firme en su
compromiso de suspensión de la minería a cielo abierto.

La Resistencia Pacífica de la Puya está formando alianzas jurídicas y solidarias


con organizaciones y colectivos nacionales e internacionales. Según la propia
Resistencia, el objetivo de las mismas es hacer oír su voz en un procedimiento
excluyente y crear un antecedente que favorezca, no solo a la propia Resistencia,
sino a muchos otros procesos comunitarios que defienden la tierra, el territorio y el
agua contra proyectos de explotación de bienes naturales. De esta manera buscan
evitar que el arbitraje supranacional se convierta en el caballo de Troya de las
empresas mineras y extractivas.

HISTORIA DE LA RESISTENCIA

La Resistencia Pacífica de la Puya, ubicada en los municipios de San José del Golfo
y San Pedro Ayampuc, en el departamento de Guatemala, se creó en 2012, cuando
sus habitantes se dieron cuenta de actividades que indicaban el comienzo de un
proyecto minero. La preocupación por los efectos sobre la salud y al medio
ambiente, llevó a la comunidad a organizarse y planificar actividades pacíficas
guiadas a evidenciar el desacuerdo de la población con el Proyecto minero El
Tambor, Progreso VII derivada. A finales de 2008, la empresa Exploraciones
Mineras de Guatemala (EXMINGUA) solicitó licencia de explotación minera (oro y
plata), la cual fue autorizada por el MEM en noviembre de 2011 por un periodo de
25 años.

Para expresar su rechazo, la Resistencia instaló un plantón permanente enfrente de


la entrada de la mina, el cual se mantiene hasta el día de hoy gracias a los turnos
que hacen los y las integrantes de las comunidades vecinas. Enseguida iniciaron
las agresiones: amenazas y campañas de desprestigio; un atentado contra la vida
de la lideresa Yolanda Oquelí; agresiones perpetradas por ex militares vinculados a
la empresa minera; detenciones de líderes; el asesinato de Fidel Santos Ajau. En
2014 se llevó a cabo un desalojo violento donde PBI observó un uso
desproporcionado de la fuerza por parte de la policía, quien estaba brindando
protección a la empresa minera. Además, trabajadores de EXMINGUA demandaron
a 9 integrantes de la Puya por supuestos delitos de detención ilegal, coacción y
amenazas. Estas acusaciones se llevaron en dos juzgados que llegaron a
conclusiones distintas: mientras 3 líderes fueron condenados, 2 desvanecieron la
acusación sin llegar a juicio y los otros 4 fueron absueltos.

A pesar de las múltiples agresiones recibidas, la Resistencia ha seguido su lucha,


también por la vía legal, denunciando la violencia ejercida contra sus integrantes y
poniendo amparos para cuestionar las acciones realizadas por autoridades
estatales. Mientras sus demandas legales no avanzan, los amparos fueron
resueltos provisionalmente por las altas cortes en favor de la Resistencia.

La CSJ amparó a La Puya por la falta de consulta previa, libre e informada y ordenó
la suspensión temporal del trabajo minero en febrero de 2016. Sin embargo, al mes
se observaron helicópteros y se encontró a trabajadores de la mina sacando
minerales de forma ilegal, por lo cual EXMINGUA fue denunciada penalmente por
el delito de “explotación ilegal de recursos naturales”. A pesar de existir evidencias
claras, la persecución penal quedó estancada y hasta el momento no ha habido
avances.

En enero de 2019, el entonces Presidente Jimmy Morales, sin tomar en


consideración la ausencia de consulta previa, libre e informada hacia las
comunidades afectadas, ni los impactos ambientales y sociales generados por la
explotación de bienes naturales, arremetió públicamente contra la CC acusándola
de cerrar minas, interrumpir la construcción de hidroeléctricas y amparar
“selectivamente a personas”, según sus palabras “grupos autodenominados
sociedad civil”. En esa alocución indicó que el Estado de Guatemala había recibido
una demanda solicitando arbitraje por las decisiones de las altas cortes de
suspender actividades mineras y señaló que pasarían años hasta que todos los
guatemaltecos pudieran pagar esas indemnizaciones hacía las empresas
extranjeras. Esto fue interpretado, por diferentes analistas, como un mensaje de
advertencia dirigido a las diversas resistencias existentes en Guatemala.

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