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MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y CIENCIAS

Centro Educacional Sagrada Familia


Bachillerato Científico

El
Liberalismo
INTEGRANTES
Diony Muñoz
Fernando Aguilera
Oscar Insfrán
Jennifer López
Jacqueline Martínez
Alex Reyes

DOCENTE
Miguel Ángel Troche Silva

3er Año B

CIUDAD DEL ESTE – 2023


ÍNDICE
INTRODUCCIÓN.....................................................................................................................................3

DESARROLLO.........................................................................................................................................4

PRINCIPIOS IDEOLÓGICOS DEL LIBERALISMO....................................................................................4

FUNDACIÓN DEL PARTIDO LIBERAL PARAGUAYO..............................................................................5

LA ERA LIBERAL..................................................................................................................................8

LA CONSTITUCIÓN DE 1940.............................................................................................................11

PERIÓDO POSTDICTADURA..............................................................................................................13

ANEXO.................................................................................................................................................15

CONCLUSIÓN.......................................................................................................................................16

BIBLIOGRAFÍA......................................................................................................................................17

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INTRODUCCIÓN
El Liberalismo en el mundo surgió de la lucha contra el absolutismo, inspirando en
parte en la organización de un Estado de Derecho con poderes limitados que idealmente
tendría que reducir las funciones del gobierno a seguridad, justicia y obras públicas,
sometido a una constitución, lo que permitió el surgimiento de la democracia liberal
durante el siglo XVIII, todavía vigente hoy en muchas naciones actuales, especialmente en
las de Occidente.
El Liberalismo también es una corriente filosófica que en su dimensión política
promueve las libertades civiles y se opone a cualquier forma de despotismo. Constituye la
corriente en la que se fundamentan tanto el Estado de Derecho como la Democracia
Participativa. El Liberalismo Político moderno adopta el sistema republicano de división de
poderes de Montesquieu.
El sistema liberal aboga por el desarrollo de los derechos individuales y el progreso
de la sociedad. Al mismo tiempo, el establecimiento de un Estado de Derecho donde todas
las personas sean iguales ante la ley, sin privilegios ni distinciones, en acatamiento de un
mismo marco legal que resguarde la libertad y el bienestar de las personas.
El padre del liberalismo político es el filósofo inglés John Locke (1632-1704), ideólogo
de la Revolución Liberal de 1688. Después de un siglo de guerras civiles entre liberales y
conservadores, esta revolución llevó por primera vez al poder a los liberales. Los
conservadores, partidarios de la monarquía absolutista, fueron derrotados. Los liberales,
partidarios de una monarquía constitucional, triunfaron.
El principio axiológico principal en el Liberalismo es la libertad, razón por la cual en el
campo político esa libertad se traduce en la pluralidad de opiniones, que puede ser ilustrada
a través de una de las máximas inmortales de Voltaire que dice: “No estoy de acuerdo con lo
que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo”. Es por este motivo que los
partidos liberales en todo el mundo pueden variar en tendencia ideológica de un país a otro
y aún dentro mismo del Partido Liberal de un país.
En 1887 se fundaron los dos partidos políticos más importantes de la historia del
Paraguay, uno de ellos, El Partido Liberal, que con sus representantes fue y es el máximo
exponente del liberalismo paraguayo.

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DESARROLLO
PRINCIPIOS IDEOLÓGICOS DEL LIBERALISMO

Sus grandes principios se pueden resumir en:

- Defensa de la igualdad jurídica de todos los ciudadanos ante la ley: implicaba la


sustitución del concepto de súbdito, propio de la monarquía absoluta, por la de
ciudadano. El ciudadano es un sujeto de derechos inalienables, como lo reconocen
las declaraciones de los derechos humanos y las constituciones. Se propugnaba el
individualismo político.
- Defensa de la libertad individual frente al control de corporaciones y gremios: se
pasó de las libertades de ciudades, gremios o estamentos, al concepto universal de
libertad, aplicada en los ámbitos políticos y económicos. El reconocimiento de la
libertad individual tuvo especial aplicación en la consagración de los derechos de la
propiedad.
- La legitimidad del poder político basada en la voluntad general: de acuerdo con la
teoría de Jean Jacques Rousseau (1712-1778), implicaba la negación del origen
divino, de la soberanía y la afirmación de que esta reside en el pueblo.
- La división de los poderes: conforme a la propuesta de Charles- Louis de Secondat,
barón de Montesquieu, todas las constituciones liberales reconocen la existencia de
los tres poderes: el Ejecutivo, el Legislativo, y el Judicial. El ejercicio del poder se
realiza conforme a lo preceptuado en las leyes, esto es la Constitución.

El liberalismo político se expresó notoriamente en todas las constituciones que se


divulgaron en su nombre durante los siglos XVIII, XIX y XX. En los países en los cuales el
liberalismo político está presente existe un Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Con esta
doctrina se buscó acabar con la anarquía o despotismo en un Estado. Los principios del
liberalismo político fueron consagrados en la Constitución de los Estados Unidos y en la
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.

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FUNDACIÓN DEL PARTIDO LIBERAL PARAGUAYO

Partido Liberal en el Paraguay, fundado el 10 de julio de 1887 con el nombre original


de Centro Democrático se creó a partir de personas trabajadoras e intelectuales que no
comulgaban con el régimen imperante durante casi dos décadas por parte de los
vencedores de la Guerra de la Triple Alianza que habían impuesto y depuesto a cuantos
gobernantes les eran leales a sus fines, mayormente por los Legionarios y otros
oportunistas que se habían hecho con el poder bajo la sombra ignominiosa de la ocupación
militar aliada.

Los escandalosos negociados con los primeros empréstitos del extranjero, concesión
de licencias, venta de tierras públicas a precios irrisorios a extranjeros e iniquidades de todo
tipo eran denunciadas desde la campaña, donde persistían el hambre, la ignorancia y la
miseria. Los gobernantes de turno habían rifado e hipotecado el país, comprometiendo
gravemente su desarrollo, dejando en manos de grandes multinacionales las mayores y
mejores extensiones de tierra de la Región Oriental, desposeyendo a los campesinos de sus
tierras, obligándolos a servir de peones y trabajadores en yerbales u obrajes en sistemas de
semiesclavitud, o desplazándolos hacia centros más habitados donde se practicaban la
mendicidad.

En el mes de Febrero de 1887, en Villarrica se convocó a elecciones de senadores y


diputados. El 7° distrito electoral (Villarrica) tenía que proclamar sus candidatos. Los
hombres libres que repudiaban los métodos políticos arbitrarios y violentos se agruparon en
la tarde del 19 de Diciembre de 1886, en un Club Político, bajo la denominación de Club
Popular, cuya presidencia ejerció el señor Marcelino Rodas, héroe y demócrata,
condecorado con la Cruz de Corrales y las medallas de Acayuaza y Tuyutí, y la
Vicepresidencia, el señor Bernardino Bordón, uno de los más apasionados luchadores
civiles. El referido Club Popular proclamó la candidatura de Don Esteban Gorostiaga, para
Senador y Don Antonio Taboada para Diputado. Por su parte, el General Bernardino
Caballero y Don Claudio Gorostiaga lo fueron de los gubernamentales. Don Antonio Taboada
aceptó el cargo a condición de que su dieta fuera empleada en beneficio de la instrucción
primaria de su pueblo.

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El Juez de Paz encargado de abrir los actos comiciales no se presentó a la mesa
mientras el oficialismo preparaba su acostumbrada maquinaria electoral. Sin embargo, a
partir de las 7 de la mañana, en un costado de la Iglesia, formaron en apretadas filas
centenares de ciudadanos que llevaban como distintivo un pañuelo azul en el cuello (que se
convertiría en la enseña y color del Partido), liderados por Marcelino Rodas y escoltado por
una juventud que alentaba ansias de renovación, de libertad, y que se decidía a desafiar a
los mandones en romántico gesto. Bien sabían los futuros liberales que la lucha sería
desigual.

Pero el Gobierno, buscando perpetuarse en el poder ya había montado la máquina


del fraude y la persecución. La noche antes, las casas próximas al lugar del comicio fueron
convertidas en cantones por las bandas armadas de Gómez Sánchez, que había llegado
exprofeso de Asunción. El día de la elección, Villarrica presentaba más el aspecto de una
ciudad lista para una batalla que para las definiciones incruentas de una lucha electoral. Las
fuerzas gubernamentales fueron distribuidas estratégicamente, de tal modo que dominaban
desde los cantones los locales en que funcionarían las mesas receptoras de votos. A pesar
de todo, Don Esteban Gorostiaga y sus amigos se presentaron a cumplir con su deber y a
defender sus ideales. Los oficialistas adoptaron como distintivo cintas coloradas y los
futuros liberales las referidas cintas azules.

A medida que el acto comicial se desarrollaba, los oficialistas presentían, con


creciente certeza, la derrota. Y para evitar el triunfo inminente de los futuros liberales, las
fuerzas policiales hicieron fuego sobre ellos, con el pretexto de una provocación, y les
obligaron a dispersarse. En esa ocasión cayeron las primeras víctimas del futuro Partido
Liberal. Y sobre sus cadáveres fueron ungidos como senador el General Bernardino
Caballero y como Diputado el Sr. Claudio Gorostiaga (futuros colorados). El candidato
opositor Don Esteban Gorostiaga y sus compañeros Marcelino Rodas, Bernardino Bordón,
José A. Laterza, Francisco Medina, Patricio Echauri, Antonio y Evaristo Fernández, Rómulo
Decamilli, Marcelino Arias y otros, fueron apresados y remitidos a la Capital, haciendo el
camino a pie hasta Paraguarí, y de allí en ferrocarril hasta Asunción. Los presos políticos
guaireños fueron objeto de toda clase de demostraciones de simpatía en todo el trayecto.
En Luque se detuvo el tren para llenar de flores el coche donde viajaban los presos.

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Una gran manifestación popular organizada por las damas de todos los núcleos
ciudadanos esperó en la estación ferroviaria la llegada de los presos, a quienes recibió con
una lluvia de flores. Este acontecimiento selló la decisión de constituir un partido político
cuya misión fuera encauzar la corriente opositora que surgía en toda la República. El 26 de
Junio de 1887, se reunió un grupo de ciudadanos en la casa N° 50 de la calle Villarrica, de la
Capital (actualmente calle Presidente Manuel Franco) y acordó fundar un centro político con
el objeto de propagar, por todos los medios, los derechos que asisten a los hombres,
defender lo que nuestras leyes nos acuerdan y luchar en la medida de nuestras fuerzas por
el triunfo de todas las causas justas del pueblo. Para el efecto se resolvió celebrar una
Asamblea General el día 2 de Julio, siendo los invitantes los señores Antonio Taboada, Juan
Ascencio Aponte, Bernardo Dávalos, Favio Queirolo y José Ayala.

El 2 de julio de 1887 se echaron las bases del Partido Liberal. Fueron sus principales
precursores José Zacarías Caminos, Fabio Queirolo, José de la Cruz Ayala (Alón), Juan
Bernardo Dávalos, Víctor M. Soler, Antonio Taboada y Juan Ascencio Aponte. En la casa de
Juan Bernardo Dávalos, se reunieron aquel día algunos ciudadanos que acordaron fundar un
núcleo político con la denominación de "Centro Democrático". El acta definitiva de la
fundación fue signada el 10 de julio del mismo año. Formaban parte de esta entidad "gente
recia y selecta, que iba a lanzarse con verdadero espíritu de sacrificio a una lucha desigual, y
cuyos hombres harían vibrar el ambiente patrio por muchos años, excepción hecha de José
de la Cruz Ayala, que moriría prematuramente y en el destierro, como primera víctima
propiciatoria de nuestra democracia".

He aquí el acta de fundación, redactada por José Zacarías Caminos:

"En la ciudad de la Asunción, a los diez días de julio de 1887, por cuanto el pueblo
paraguayo, en su constitución política ha acordado a los ciudadanos entre otros derechos
como el de la libertad de prensa y el de la palabra, el de la reunión y declarado asimismo
inviolable la ley electoral, a fin de que por estos medios, que se consideran los más eficaces,
pueda establecerse ara los actos de los gobiernos, no solamente una barrera a sus avances
posibles, sino también un medio de ilustrar a los mismos en el examen y resolución de las
cuestiones de su competencia que afecten los intereses de la comunidad e intervenir
espontánea y libremente en la formación de los poderes del Estado que deban encargarse de
los destinos de la República.

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Y considerando que en el derecho de la reunión está comprendido el de la formación
de asociaciones políticas para hacer más eficaz el uso de esos mismos derechos, por cuanto
la unidad de acción lleva consigo mayor cooperación de inteligencia en los exámenes de los
negocios del Estado e imprime mayor autoridad moral en el ánimo de los gobernantes,
encaminándolos de este modo por el sendero que les señala la verdadera voluntad del
pueblo.

Y teniendo presente la necesidad sentida de un tiempo a esta parte, de una,


agrupación semejante nos, los abajo firmados, nos hemos reunido espontáneamente y
constituido por resolución unánime en una sociedad política que denominamos "Centro
Democrático", para hacer uso de los derechos que nos acuerda la Constitución Nacional y las
leyes de la República en la forma que se determinará en los Estatutos respectivos.

Se fundaba así el partido político más antiguo del Paraguay, con el objetivo claro de
levantar al país desde sus escombros. No cabe duda de que otro elemento de singular
importancia en la formación política del Partido Liberal, principalmente durante su período
de formación y consolidación hasta llegar al poder en 1904 lo constituiría la reconocida
intelectualidad de sus principales referentes. En efecto, una gran parte de los intelectuales y
pensadores paraguayos de la llamada Generación del 900 trabajaron en el seno del Partido
Liberal y tuvieron destacado protagonismo en el devenir nacional por décadas.

LA ERA LIBERAL

La conocida como “Era Liberal” comenzaba primordialmente con un acuerdo interno


entre las principales facciones del Partido que eran los Cívicos y los Radicales. Ambas se
reunieron conjuntamente en asamblea el 13 de abril de 1905 y acordaron fundirse en una
sola entidad política, con el nombre de Partido Liberal Unido. Fue formado un comité de
reorganización, presidido por Antonio Taboada. Un manifiesto, fechado el 19 de mayo,
expuso los objetivos de la revolución, ratificando la unidad que se había logrado "con el
objeto de llevar a cabo la revolución que acaba de redimir al país del sistema de desquicio y
corrupción en que se hundía". Integraban el comité las siguientes personas: Secretario,
Adolfo Riquelme (radical); tesorero, Félix Paiva (radical); y vocales, Gualberto Cardús Huerta
(radical), Manuel Benítez (cívico), José Tomás Legal (cívico) y Adolfo Soler (cívico).

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Durante aquel tiempo predominaba el tono conciliatorio entre grupos que antes
parecían irreconciliables. En un banquete que sus amigos le ofrecieron con motivo del
inminente viaje a la sede de sus funciones, Gondra pronunció un discurso que se hallaba
acorde con el tono general. Abogó por la pacificación definitiva del país, "que no consistirá
en el mantenimiento del orden público, sino en esa paz íntima y profunda del espíritu del
pueblo, que se consigue cuando cada ciudadano sabe que puede ejercer libremente sus
derechos sin temer que el espionaje lo aceche ni la arbitrariedad lo detenga... Debemos de
coadyuvar todos, comenzando por dar pruebas de tolerancia en nuestras luchas cívicas,
principalmente los que componen las clases dirigentes del país".

Este nuevo período que se iniciaba no estuvo desprovisto de revueltas que


involucrarían, además de los cívicos y radicales, a otras facciones internas dentro del
liberalismo y distintos sectores del Partido Colorado que demostraban que el “caudillismo”
aún quería imponerse por sobre el nuevo sistema. El Paraguay, pese a esto y por primera
vez desde la finalización de la Guerra de la Triple Alianza, empezaba a dar sus primeros
pasos firmes hacia una verdadera reconstrucción nacional y un desarrollo que permitiría
mejorar las condiciones del país en el campo económico.

Se amplió la red telegráfica y ferroviaria donde además de la extensión a Buenos


Aires por Encarnación, se planeaba unir Asunción con Paranaguá y Santos en el Océano
Atlántico, buscando sortear la hiperdependencia que el país tenía de la Argentina, se
fomentó la inmigración y se priorizó la educación.

Sin embargo, entre todos estos desafíos, no cabe duda de que el hecho histórico que
ocupó la mayor parte del tiempo de nuestros gobernantes liberales fue la preparación y
defensa (diplomática y militar) del Chaco Paraguayo. La victoria paraguaya en la Guerra del
Chaco fue resultado de un proceso de décadas, que comenzó incluso antes de la Revolución
de 1904, pues la prensa liberal e independiente defendió los derechos paraguayos sobre el
territorio en disputa, criticando sucesivamente los contenidos de los tratados “Decoud-
Quijarro”, “Aceval-Tamayo” y “Benítez-chazo” firmados en su mayoría durante gobiernos
colorados o referentes de ese Partido.

Sería recién en 1907 ya en el Período Liberal que con el tratado “Soler-Pinilla” se


acercarían, a los límites ancestrales reivindicados por el Paraguay en el Chaco. La instrucción

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de oficiales paraguayos en el extranjero tuvo su corolario con la creación de la Escuela
Militar en año 1915 durante el gobierno del presidente Eduardo Schaerer, siendo designado
como primer Director el Cnel. Manlio Schenoni Lugo. Durante el gobierno del Dr. Eligio Ayala
continuaron los preparativos de defensa, las adquisiciones de armamento moderno -
incluidas las cañoneras “Humaitá” y “Paraguay”- en Europa diseñadas por el Tte. Ing. Arq.
Naval José Bozzano Baglietto, egresado del Massachussets Institute of Technology de
Estados Unidos, donde pudo estudiar gracias a una beca de nuestro gobierno y las gestiones
de nuestra Cancillería durante las presidencias de Manuel Franco y José P. Montero.

Una vez estallada la guerra, al trabajo silencioso pero tesonero y la austeridad de los
gobiernos de preguerra se sumó la extraordinaria conducción política de Eusebio Ayala, y la
responsable administración de las finanzas paraguayas que encontró en Benjamín Banks, su
Ministro de Hacienda, la encarnación de lo que verdaderamente debe entenderse como
“economía de guerra”.

El gobierno de Eusebio Ayala movilizó el campo creando 155 Juntas de Economía en


el interior del país. Como casi todas las familias tenían algún pariente en la guerra, los
trabajadores rurales se esforzaron por aumentar la producción y parte de ellos se
incorporaron a las “brigadas rurales” existentes en casi todas las ciudades del interior, que
eran pequeñas cooperativas organizadas por el gobierno.

En el año 1929, los agricultores poseían casi 10.000 arados de tierra y más de 15.000
de madera; mientras que para fines de 1933 la administración de Eusebio Ayala consiguió
proveerles casi 4.000 arados adicionales, lo que se tradujo en el aumento del área cultivada
que pasó de 120.000 hectáreas en 1932 antes del estallido del conflicto, a casi 190.000
hectáreas en plena guerra en el año 1934, registrándose un incremento de casi el 60%.

Pero no sólo basta citar los ejemplos de honestidad, probidad y madurez política que
demostraron gobiernos como los de Manuel Franco, José Montero, Manuel Gondra, Eusebio
y Eligio Ayala, José P. Guggiari, entre otros, sino que debemos estudiar la conformación de
los gabinetes de estos grandes estadistas, analizar sus políticas de Estado en materia
educativa, que lograron elevar el número de alumnos en las escuelas y catapultar al
Paraguay al tercer lugar en porcentaje de escolares en toda América sólo detrás de los
Estados Unidos y Chile. Debemos conocer la política exterior enfocada a una clara de

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defensa de los intereses nacionales representada por personajes de la talla de Cecilio Báez,
Adolfo Soler, Manuel Peña, Rogelio Ibarra, Enrique Bordenave, Gerónimo Zubizarreta, Justo
Pastor Benítez y cuándo no, Eusebio Ayala y Manuel Gondra en funciones de Cancilleres.

La finalización del conflicto y las negociaciones multilaterales para lograr un tratado


definitivo de paz, con una gran cantidad de militares regresados del frente, exacerbaron los
ánimos y derivaron en la Revolución Febrerista de 1936. El Dr. Ayala, el Gral. Estigarribia y
muchos otros prohombres conocieron el gris exilio. Los últimos gobiernos liberales del siglo
XX serían los de Félix Paiva y José Félix Estigarribia, que imbuido de las ideas que iban
dominando el mundo sancionó la Constitución de 1940, dando un giro en la política
tradicional y preparando el terreno para gobernar por mucho tiempo, pero como sabemos,
un accidente aéreo terminó por enterrar su proyecto personal.

La lista completa de los presidentes liberales durante este período fue: Juan Bautista
Gaona (1904-1905); Cecilio Báez (1905-1906); Benigno Ferreira (1906-1908); Emiliano
González Navero (1908-1910); Manuel Gondra (1910-1911); Albino Jara (1911); Liberato
Rojas (1911-1912); Emiliano González Navero (1912); Eduardo Schaerer (1912-1916);
Manuel Franco (1916-1919); José P. Montero (1919-1920); Manuel Gondra (1920-1921);
Félix Paiva (1921); Eusebio Ayala (1921-1923); Eligio Ayala (1923-1924); Luis Alberto Riart
(1924); Eligio Ayala (1924-1928); José Patricio Guggiari (1932-1932), quien delegó en Emilio
González Navero provisoriamente su cargo mientras se sometía a Juicio Político; Eusebio
Ayala (1932-1936); Félix Paiva (1937-1939) y José Félix Estigarribia (1939-1940).

LA CONSTITUCIÓN DE 1940

La Constitución de 1940 sin embargo quedaría vigente, y con esta poderosa arma en
la en la mano y su animadversión hacia la clase política, el nuevo presidente Higinio
Morínigo, que asumió el cargo tras la muerte de Estigarribia comenzó la persecución contra
miembros del Partido Liberal. El terror se impondría oficialmente el 25 de abril de 1942
cuando a través de un insólito Decreto disolvió el Partido Liberal y le canceló su personería
política. Presionado sobre todo desde el exterior luego de la culminación de la Segunda
Guerra Mundial y la caída de los regímenes fascistas, tuvo que aceptar, en 1946 el retorno
de dirigentes de varios sectores políticos como el Cnel. Franco, José Patricio Guggiari y Oscar
Creydt. La “Primavera Democrática” sin embargo duró muy poco, ya que, en enero de 1947,

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la maniobra realizada por Morínigo con el autogolpe colocando a varios colorados en su
gabinete desencadenaría en la sangrienta Guerra Civil del 47, que sellaría a fuego y sangre
un nuevo período histórico de lucha.

La cruenta Guerra Civil de 1947, el más sangriento enfrentamiento interno de la


Historia del Paraguay no fue debidamente estudiado en todos sus alcances hasta la fecha.
En menos de un año, el número de muertos casi alcanzó a los producidos durante los tres
años de la Guerra del Chaco, mientras que el número de exiliados se calcula en cientos de
miles, muchos de ellos profesionales e intelectuales que se vieron obligados a emigrar,
significando una pérdida irreparable para el país en materia de caudal intelectual.

Durante esos difíciles años de lucha y resistencia, el Partido contó con la dirección de
ilustres presidentes, como los doctores Carlos Pastore, Gustavo González, Efraim Cardozo,
Carlos Alberto González y Domingo Laino. Líderes políticos como ellos, pastores religiosos
como Ramón Bogarín Argaña e Ismael Rolón, y grandes artistas populares como José
Asunción Flores y Maneco Galeano se convirtieron con el tiempo en auténticos símbolos
nacionales por saber encarnar la dignidad del pueblo paraguayo en momentos tan difíciles.
El gran literato Augusto Roa Bastos fue otra de las víctimas de la “Revolución del `47”, y a
partir de allí le tocó vivir en el exilio en forma prácticamente ininterrumpida hasta la caída
del dictador Stroessner, regresando recién en 1996.

Si bien las mentiras y la falsificación de la historia comenzaron con Morínigo cuando


sin ningún rigor histórico y movido sólo por su ambición de poder buscó infringir un golpe
moral a los liberales acusándolos y presentándolos ante la sociedad como “antiparaguayos”
y “legionarios”, la persecución política recrudecería y se agravaría durante la dictadura
stronista. La Constitución de 1967 fue promulgada prácticamente sin oposición, ya que los
dos partidos liberales que participaron junto al PRF en una proporción de 1 opositor cada 9
oficialistas, se allanaban sin mayor reparo a la voluntad del dictador.

El Partido Liberal Radical Auténtico se creó en la clandestinidad en el año 1978,


buscando recuperar los ideales originales del Partido Liberal originario y aglutinando a su
alrededor a los auténticos liberales, luchando contra la dictadura y convirtiéndose
nuevamente en el principal baluarte de la defensa de la democracia y los derechos
humanos. No sólo tuvo que hacer frente a los aparatos represores que proscribían la

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libertad de expresión y de prensa, sino que a todo un sistema que por décadas buscó
eliminar de la historia y minimizar las figuras de prominentes hombres de Estado del Partido
Liberal en la historia paraguaya, continuando con las mismas infames e infundadas
acusaciones de la “era Morínigo” que buscaban desprestigiar al Partido.

Profundas y graves son las consecuencias que dejaron en la sociedad paraguaya


décadas de desinformación y propaganda, divulgadas por todos los medios de comunicación
posibles y aún insertas en los programas educativos, donde los niños no contaban con el
derecho de conocer su historia y eran más bien adoctrinados, siendo inducidos a creer la
“historia oficial”, y no a pensar y juzgar con objetividad.

PERIÓDO POSTDICTADURA

Durante la primera etapa del Partido Liberal (1989-1998), la organización partidista


logró institucionalizar su vida interna luego de las elecciones de 1990, 1992 y 1995. Un
partido moderado y de centroizquierda, defensor de las banderas sociales, fue la impronta
que caracterizó al PLRA en ese tiempo. El período se cierra luego de la dura derrota de
Domingo Laíno en las generales de 1998. En esos años, el éxito fundamental fue visibilizar y
reorganizar a la “comunidad liberal”, ese enclave cultural que permitió la supervivencia del
liberalismo luego de tanta persecución. No fue suficiente para acceder al poder, pero fue
necesario para reinstalar y fortalecer el partido.

En 1999 empieza un recambio generacional que imprime nuevas lógicas. El declive


de Laíno representa la mutación de un partido disciplinado en torno a su líder hacia uno
indisciplinado y dirigido por un conjunto de facciones que disputan permanentemente el
poder interno. También significa un giro a la derecha. Será Julio César “Yoyito” Franco quien
rompa décadas de hegemonía lainista. Luego del convulsionado período 1998-2003, Franco
cede el liderazgo a Blas Llano, quien compite contra Efraín Alegre por la presidencia del
partido y triunfa. Desde entonces, y hasta la actualidad, ambos líderes marcarán el devenir
liberal. Finalmente, la llegada al poder en 2008 dio nuevos bríos al liberalismo, luego de
tantos años al margen del gobierno.

En cuanto a los líderes actuales del partido, puede decirse que tras los cinco años de
gobierno (2008-2013), más los siguientes en la oposición (2013-2023), los liderazgos
nacionales permanecen relativamente estables. Efraín Alegre y Blas Llano han funcionado

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como parteaguas, cada uno con su estilo y propuesta, lo cual impactó en los cambios
recientes en la vida partidista.

El PLRA puede ser concebido como un partido cohesionado hasta el declive de Laíno
en 1998. A partir de allí, se convirtió en un conjunto de facciones que se coadyuvan y
enfrentan enérgicamente a la vez. Al momento de las elecciones generales, se unifican bajo
el manto partidario, pero una vez superadas las contiendan electorales cada facción vuelve
a su vida autónoma, incluso con agendas propias y diferentes al propio partido. Si bien la
disputa en torno al poder por parte de su dirigencia no se explica suficientemente por la
dimensión ideológico-programática, los líderes sí tienen ideología y eso se observa en las
encuestas a los parlamentarios, que denotan una ubicación bien arraigada del centro hacia
la derecha, especialmente luego del recambio generacional acaecido en 1999. Luego del
triunfo de Alegre en 2016, pareciera que el PLRA, al menos la coalición dominante, se
encuentra en camino de volver a enarbolar sus viejas banderas de lucha social.

La cara electoral del partido se presenta estable y en franco crecimiento, período


tras período. Sea en la oposición o en el gobierno, los porcentajes electorales no han parado
de crecer, lo cual sugiere una cultura partidaria estable, permanente e inevitable en
Paraguay, al menos desde la visión de los partidos tradicionales.

Las intensas rivalidades partidarias a lo largo de estos 32 años han ocasionado


importantes crisis internas y externas. A modo de ejemplo, la caída anticipada de Fernando
Lugo en 2012 no puede ser explicada sin analizar la dinámica partidaria liberal y la fuerte
crisis entre los principales liderazgos del PLRA. No obstante, a pesar de generar cierta
inestabilidad política para afuera, funciona como fuente de vitalidad para adentro. En el
interior del partido es posible encontrar distintas opciones políticas lo cual amplía los
vínculos partidarios con la heterogeneidad de la sociedad, y ensancha de esa forma las
bases liberales.

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ANEXO

Fotografías de algunos de los fundadores del Centro Democrático, de izquierda a derecha, Antonio Taboada,
Fabio Queirolo y Adolfo Saguier.

Bandera del Partido Liberal, de color azul con una estrella de cinco puntas blanca en la esquina superior
izquierda

Algunos de los principales presidentes de la denominada Era Liberal, de izquierda a derecha, Cecilio Báez,
Eusebio Ayala y José Félix Estigarribia.

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CONCLUSIÓN
El liberalismo paraguayo no es solamente el color azul, es una ideología y debe
enfrentar el desafío de impulsar un congreso doctrinario para actualizar y reafirmar
principios, implementar mecanismos de capacitación para la gestión pública y definir una
estrategia para los tiempos venideros, siguiendo la senda de quienes fueron referentes
relevantes de esa ideología, como José de la Cruz Ayala (Alon), Manuel Gondra, Cecilio Báez,
Eligio Ayala, Eusebio Ayala y Carlos Pastore, entre tantos otros.

El liberalismo nace de las entrañas de los ideólogos de la Enciclopedia, generadora


de la Revolución Francesa, que cambia la historia de la humanidad; eliminando el poder
político que devenía de Dios, ejercido por reyes, príncipes o señores feudales de forma
hereditaria, desde sus inicios universaliza el principio de que todos los hombres nacen libres
e iguales. Este pensamiento libertario es interpretado en cada país según "el hombre y sus
circunstancias", como expresara el filósofo español Ortega y Gasset.

Hoy el liberalismo paraguayo vive una coyuntura que le exige definir urgentemente
un programa de gobierno, que sea la base fundamental e indispensable para cualquier
alianza política. Que defina claramente planes de gestión en política económica, salud,
educación, ciencia y tecnología, de acción social, seguridad, desarrollo industrial y relaciones
internacionales, que son de fundamental importancia para un mundo globalizado.

El Paraguay necesita encontrar un estadista que, al asumir la presidencia, su


juramento sea: quiero para mi país la felicidad y prosperidad que quiero para mi familia,
jueces que mantengan la dignidad de sus togas impolutas, militares patriotas que
mantengan sus espadas en defensa de la Constitución, y políticos y funcionarios públicos
que con su ejemplo dignifiquen cada día la función pública.

Si se implementara una alianza circunstancial para las elecciones, sin un programa de


gobierno concertado, que respete la voluntad de las mayorías y los derechos de todos
consagrados en la Constitución de la República, sería una suerte de matrimonio por
conveniencia, o como se decía en tiempos de Lenin, apenas de compañeros de ruta hasta el
cruce de los caminos, en el que indefectiblemente cada uno irá por su lado. Cabe
preguntarse además si en las actuales circunstancias el pueblo liberal y la Convención
aceptarían una nueva alianza electoral que no esté encabezada por un liberal.

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BIBLIOGRAFIA
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Paraguay.
Rojas Scheffer; R. (2020). SIN RELACIÓN APARENTE. PARTIDOS POLÍTICOS E IDEOLOGÍA EN
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Nakayama; E. (s.f.) BREVE INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DEL PARTIDO LIBERAL. Academia
Liberal de Historia.
Selser; G. (1992). Liberalismo versus Paraguay. Revista del Departamento de Sociología.
Universidad Autónoma Metropolitana.

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INDICADORES
- Dominio de tema
- Uso de elementos didácticos
- Puntualidad
- Uniforme correcto
- Participación

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