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PROFESOR:

Danilo Clime
ASIGNATURA:
Historia de Ideas Políticas
TEMA:
Liberalismo Político.
EXPONENTE:
Yeny Feliz. 112-4969.
DESARROLLO
LIBERALISMO:
DEFINICION:
Se lo identifica como una doctrina que propone la libertad y la
tolerancia en las relaciones humanas. Promueve las libertades civiles y
económicas, oponiéndose al absolutismo y al conservadurismo.
Constituye la corriente en la que se fundamentan tanto el Estado de
derecho como la democracia representativa y la división de poderes.
Desde sus primeras formulaciones, el pensamiento político liberal se ha
fundamentado sobre tres grandes ideas:
1. Los seres humanos son racionales y poseen derechos individuales
inviolables, entre ellos, el derecho a configurar la propia vida en la
esfera privada con plena libertad, y los derechos a la propiedad y a
la búsqueda de la felicidad. Esto se basa en los tres derechos
naturales de John Locke: vida, libertad y propiedad privada.
2. El gobierno y, por tanto, la autoridad política debe resultar del
consentimiento de las personas libres, debiendo regular la vida
pública sin interferir en la esfera privada de los ciudadanos.
3. El Estado de derecho obliga a gobernantes y gobernados a
respetar las reglas, impidiendo el ejercicio arbitrario del poder.
1-Aparicion y Desarrollo como pensamiento político.
El liberalismo es una doctrina política, social y económica que ha
evolucionado a lo largo del tiempo. En la actualidad en el ámbito de lo
social defiende la libertad individual, la igualdad ante la ley y la
limitación de los poderes del Estado. En lo económico propugna la
iniciativa privada y el libre mercado. Como actitud vital propone la
tolerancia.
Representa corrientes muy heterogéneas, con muchas formas y tipos de
liberalismo, pero en general defiende el Estado laico; los derechos
individuales, como el derecho de propiedad, la libertad de asociación, la
libertad de culto y la libertad de expresión; el libre mercado o
capitalismo; la igualdad ante la ley de todo individuo sin distinción de
sexo, orientación sexual, raza, etnia, origen o condición social; y el
Estado de derecho o imperio de la ley al que deben someterse los
gobernantes.
El liberalismo contemporáneo surgió en la Ilustración y se popularizó
rápidamente entre muchos filósofos y economistas europeos y más
tarde en la sociedad en general, especialmente entre la burguesía. Los
liberales buscaban eliminar la monarquía absoluta, los títulos
nobiliarios, la confesionalidad del Estado y el derecho divino de los
reyes y fundar un nuevo sistema político basado en la democracia
representativa y el Estado de derecho.
Surge como contrario al conservadurismo, en este contexto histórico, el
liberalismo se referiría a aquellos que abogaban por cambios
significativos en el orden político y social establecido. Ideas como la
expansión de los derechos y libertades individuales, la igualdad ante la
ley y la participación más amplia en el proceso político, primaron en la
sociedad.
Es importante recordar que los términos y las ideologías políticas
pueden evolucionar y cambiar significativamente a lo largo del tiempo.
En ese periodo específico, el contrapunto al conservadurismo habría
sido una forma de liberalismo que buscaba reformas sustanciales en el
sistema político y social.
2- Su aparición y desarrollo en América Latina.
Los liberales acabaron con las políticas mercantilistas y las barreras al
comercio, promoviendo el comercio libre y la libertad de mercado. Los
líderes de la Revolución francesa y la Revolución americana se sirvieron
de la filosofía liberal para defender la rebelión contra la monarquía
absoluta. En el siglo XX, el fascismo y el comunismo fueron ideologías
populares que se oponían abiertamente al liberalismo y lo opacaron
durante el siglo, también surgieron otras ideologías que se plantearon
como una vía intermedia entre el liberalismo y el estatismo.
Los liberales tienen varias ramificaciones. Las ideas del liberalismo
clásico de los siglos XVII al XIX el adjetivo clásico fue agregado posterior
por teóricos políticos luego del declive a finales del siglo XIX de este
liberalismo de libertades individuales y economía de libre mercado
fueron recuperadas y repensadas en el siglo XX por los libertarios,
quienes están presentes principalmente en los Estados Unidos y el resto
de América. 567 En Europa, los llamados liberal-conservadores, que se
llaman así por abogar por reformas menos moderadas, suelen ser una
de las ramas menos notables.
También se ha señalado una divergencia entre las tradiciones liberales
anglosajona y francesa; el liberalismo anglosajón pretende limitar el
poder del Estado, mientras que el liberalismo francés pretende un
Estado fuerte que garantice la igualdad ante la ley y la eliminación de
los privilegios.
El liberalismo se hizo presente en la región desde mediados del siglo XIX
hasta la década de 1930. Los gobiernos civiles, aunque a menudo
elegidos fraudulentamente, se convirtieron en la norma. Suprimieron
los privilegios de la iglesia y abrieron economías al mundo. Sin
embargo, el liberalismo latinoamericano perdió su camino.
En parte se transformó en positivismo, que exaltó la ciencia, pero
denigró la libertad, mientras que la industrialización planteó nuevos
desafíos. Las nuevas sociedades de masas de la región se interesaron
más en los derechos sociales que políticos o civiles. Líderes e
intelectuales se embarcaron en la búsqueda de fórmulas nacionales
“auténticas” que incorporaran culturas indígenas. Para México, el
liberalismo europeo era “una filosofía cuya belleza era exacta, estéril y a
la larga vacía”, se quejó Octavio Paz, poeta y pensador, en 1950.
El deseo de autenticidad nacional alcanzó su apogeo con la revolución
cubana de 1959. Fidel Castro, su líder, afirmó estar en guerra contra el
imperialismo estadounidense en nombre de la liberación nacional
igualitaria. De hecho, para mantenerse en el poder se convirtió en el
mayor imitador de todos, imitando servilmente a la Unión Soviética. Sus
discípulos en otras partes se opusieron a dictadores militares de la
derecha.
Los académicos desesperados comenzaron a argumentar que la
herencia católica y corporativa de América Latina lo hizo impermeable
al liberalismo. Sin embargo, el fracaso de las dictaduras, los
nacionalistas y el castrismo trajeron a los liberales (que para entonces
incluían a Octavio Paz) de regreso, con la democratización y las
reformas económicas promercado de los años ochenta. El logro liberal
ha sido mixto y políticamente frágil. La democracia electoral y el
gobierno constitucional generalmente se han mantenido. Pero la
separación de poderes es a menudo más nocional que real.
Los opositores del liberalismo en la izquierda han condenado sus
recetas económicas, a menudo llamadas el “consenso de Washington”,
como una importación extranjera, incluso si muchos han seguido
siguiéndolas.
3- Liberalismo en República Dominicana.
Una de las ideas fundamentales del pensamiento liberal radical es el
principio de la separación de la Iglesia y el Estado. En América Latina
algunos liberales ilustrados, como el filósofo político mexicano Mora,
simpatizaban con esa idea. Y en ese aspecto se conciliaban con los
liberales puros o democráticos.
En las relaciones entre el poder civil y el espiritual existían dentro del
liberalismo dos corrientes principales. Una que tenía como modelo la
Constitución de Filadelfia de 1787, que preceptúo la separación entre
ambas potestades, y abogaba por la desacralización o secularización del
Estado y la sociedad, y otra que tomo como modelo la política
anticlerical de los Borbones y de la Constitución de Cádiz de mantener
la Iglesia unida al Estado, pero despojando al clero de sus poderes
económicos y políticos y haciéndolo un útil instrumento del Poder
Público.
Los liberales dominicanos tuvieron la experiencia de ambas corrientes
de pensamiento. La borbónica y la de las Cortes de Cádiz desde el siglo
XVIII y durante la España Boba, y la secularista durante la Era de Francia,
la Independencia efímera y luego la dominación haitiana. En Francia el
gobierno de la Convención Nacional decreto el 2 1lII11795 la separación
entre ambas potestades.
En Haití la Constitución de 1843, en el Art. 29 estatuyo ese principio, y
en ese sentido siguió una tradición iniciada en el texto de 1805, de
Dessalines.
La Constitución de 1843 corono la política anticlerical haitiana, además
de preceptuar la separación de la Iglesia del Estado y la igualdad
absoluta de todos los cultos, desconocido las inmunidades del clero,
declaro libre la enseñanza, y el Estado asumió la asistencia pública. Y
esto llevo a su punto álgido la aversión del clero dominicano contra la
dominación haitiana.
Los separatistas recogieron los citados preceptos constitucionales como
serios agravios que anexaron a otros como justificación para separar el
Este del Oeste. Así en la manifestación del 1844 condenaron la política
de los haitianos de separar la Iglesia del Estado. Ha puesto de lado
nuestra venerable religión para que desaparezca de nuestros hogares. Y
en efecto, si era religión del Estado, cuando era protegida, y fue
despreciada y vilipendiada juntamente con sus ministros será ahora
cuando se haya rodeada de sectarios y enemigos, y mostraron el
compromiso de fundar un Estado que garantizara los derechos y
libertades, donde la religión católica, Apostólica y Romana será, como
religión del Estado protegida en todo su esplendor. Pero nadie será
perseguido ni castigado por sus opiniones religiosas.
En esta materia como se puede observar, desde muy temprano triunfo
en nuestro país el pensamiento liberal moderado diferente a los Estados
Unidos, la Francia revolucionaria, Haití (1805-1 843), y más tarde en
México, donde prevaleció la idea de la separación de la Iglesia del
Estado.
Duarte en su Proyecto de Constitución estableció que: "La religión
predominante es y deberá ser siempre la Católica Apostólica... ".
En ese mismo tenor la Junta Central Gubernativa decreto el 11-
noviembre-1844 que la "religión católica, Apostólica y Romana siendo la
del Estado ha de ser mantenida con todo su esplendor".
El documento valoraba el papel que en la vida social desempeñaba la
Iglesia: Por lo que expreso: que importa realzar a este agente poderoso
de la sociedad que une a los hombres entre si con su creador, por medio
de los lazos suaves de la caridad.

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