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La motivación: motor de cambio y crecimiento personal

Anyi Carolina Hernandez Yepez


Angela Nicol Viteri Gomez
Kimberly Katteryne Izquierdo Maya
Diana Johanna Tovar Navarro

Docente

Yordy Javier Bastidas Erazo

Universidad Mariana
Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales
Programa de Trabajo Social
2023
La motivación: motor de cambio y crecimiento personal

La motivación es un poderoso estimulador que influye en los comportamientos, decisiones y


logros de cada persona, no es el comportamiento como tal, ni tampoco algo concreto que
posean los seres humanos sino que, como lo plantean Tohidi y Jabbari (2012) “la motivación
es el motor de la orientación, el control y la persistencia en el comportamiento humano, ¿Qué
refuerza el comportamiento de una persona? ¿Qué guía estos comportamientos o los conduce
en una dirección determinada? ¿Qué potencia o mantiene el comportamiento?” (p.820), en
este sentido, la motivación actúa como una fuerza, como un impulso asociado a factores
externos o internos que guían el comportamiento a perseguir un determinado objetivo. Por lo
tanto, a continuación se va a abordar algunos elementos relacionados con la motivación, así
como dos cuestionamientos relevantes, por un lado, ¿cómo se concibe la motivación? y por el
otro, ¿qué importancia tiene la motivación en la educación?

De este modo, desde el ámbito de la psicología se distinguen dos tipos fundamentales de


motivación, las cuales desempeñan un papel vital en la cotidianidad y el alcance de objetivos
o metas personales, por un lado la motivación intrínseca, aquella que surge de los intereses
internos y la satisfacción personal, que se ve impulsada por el deseo interno de realizar una
actividad por el placer que proporciona, la satisfacción personal interna, sin la necesidad de
recompensas externas; y por otro lado, la motivación extrínseca, basada en factores externos,
como recompensas tangibles o reconocimiento social, las motivaciones extrínsecas más
comunes son recompensas como el dinero y las notas, la coacción y la amenaza de castigo.
Así pues, Tohidi y Jabbari (2012) sostienen que “la investigación psicológica social ha
indicado que las recompensas extrínsecas pueden llevar a una sobrejustificación y a la
consiguiente reducción de la motivación intrínseca” (p.821), es por ello que se debería hacer
mayor énfasis en el fomento del desarrollo de la motivación intrínseca.

A partir de lo anterior, se rescata la importancia del desarrollo de la motivación intrínseca


tomando como referente la “Teoría de la Autodeterminación” planteada por Ryan y Deci
(2000), la cual sostiene que todos los individuos tienen tres necesidades psicológicas básicas:
la autonomía, la competencia y la conexión relacional, consideradas fundamentales para el
desarrollo y el bienestar humano; en esta medida, la necesidad de autonomía se refiere a la
capacidad de tomar decisiones y acciones autónomas, de acuerdo con los propios valores y
preferencias, puesto que cuando las personas se sienten libres de elegir y actuar de acuerdo
con sus propias motivaciones internas, experimentan un mayor sentido de bienestar y una
motivación intrínseca más fuerte; por otro lado, la necesidad de competencia se relaciona con
el deseo de sentirse competente y eficaz en las actividades que realizan, lo que implica la
experimentación de un sentido de competencia,un mayor grado de motivación y de bienestar;
y finalmente, la necesidad de conexión relacional, la cual se refiere a la importancia de tener
relaciones sociales satisfactorias y de sentirse conectado con los demás, hace referencia al
apoyo social, la pertenencia y las relaciones interpersonales positivas. En esta medida, la
satisfacción de estas necesidades psicológicas básicas promueve la motivación intrínseca, la
cual se concibe como la forma más poderosa y sostenible de motivación, ya que está
impulsada por el interés y la satisfacción personal.

Otro elemento relevante que se debe tener en cuenta es el autocontrol de la motivación,


que se entiende cada vez más como un subconjunto de la inteligencia emocional, en esta
medida, Tohidi y Jabbari (2012) manifiestan que “una persona puede ser muy inteligente
según una definición más conservadora (como miden muchos tests de inteligencia) y, sin
embargo, no estar motivada para dedicar esa inteligencia a determinadas tareas” (p.821), por
lo que, es necesario regular y dirigir las motivaciones propias, implicando establecer metas
claras, mantener la disciplina y superar obstáculos para lograr objetivos; esto se puede ver
reflejado en “Teoría de la Expectativa” propuesta por Víctor Vroom (1997).

Según Vroom (1997) sostiene que la motivación se compone de tres elementos


principales; en primer lugar, las expectativas de rendimiento, a partir de las cuales las
personas forman expectativas sobre su capacidad para llevar a cabo una tarea o actividad y
alcanzar un determinado nivel de rendimiento, estas se ven influenciadas por factores como la
experiencia previa, la capacitación, la confianza en las propias habilidades y la percepción de
los recursos disponibles; en segundo lugar, la valoración de los resultados, donde se les
asigna un valor o recompensas que se esperan obtener al alcanzar ciertos niveles de
rendimiento, estas valoraciones pueden variar de acuerdo con las preferencias individuales y
las necesidades psicológicas de cada persona, así mismo, los resultados pueden incluir
aumentos en los salarios, reconocimiento, promociones u otros beneficios; finalmente, el
vínculo entre el rendimiento y los resultados deseados, evalúa la relación entre el rendimiento
de las personas y los resultados esperados, en este sentido, si la persona percibe una alta
probabilidad de que su rendimiento conduzca a los resultados deseados, es más probable que
se sienta motivada para esforzarse y alcanzar metas más altas, por el contrario, si percibe una
conexión débil entre su rendimiento y los resultados, es menos probable que se sienta
motivada.
Partiendo de lo mencionado, la educación también posee un papel crucial en el control de
la motivación, a través de ella se pueden proporcionar herramientas y estrategias para
desarrollar habilidades de autorregulación, fomento de la autonomía y promoción de la
motivación intrínseca. Ante esto, la motivación en el contexto educativo influye tanto en el
proceso de aprendizaje como en el rendimiento académico de los estudiantes, dado que una
motivación adecuada puede fomentar el interés por aprender, promover la participación
activa y mejorar la retención de conocimientos; por el contrario, la falta de un motivo
adecuado por el cual actuar, puede resultar, en desinterés, indiferencia y un bajo rendimiento
escolar, por lo que es fundamental que los educadores reconozcan la importancia de la
motivación y la correcta utilización de estrategias pedagógicas que fomentarla.

Frente a esto, Maehr y Meyer (1997) plantean una teoría que explora cómo los factores
motivacionales influyen en el proceso de aprendizaje y logro académico de los estudiantes
llamada "Teoría de la motivación educativa" identificando así, distintos aspectos como la
orientación de metas, la autoeficacia o la valoración de la tarea, con el propósito de fomentar
una motivación intrínseca y crear un entorno que promueva la autonomía y la sana
competencia. Esto se puede evidenciar además en el entorno laboral, donde la motivación del
empleado es una parte esencial en el rendimiento, la satisfacción en el trabajo y el logro de
los objetivos organizacionales, ya que al hacer uso de estrategias de motivación que impulsen
el compromiso y la productividad, se genera un estímulo al desarrollo profesional y a un
ambiente laboral positivo, dado que, cuando una persona se encuentra motivada
intrínsecamente, desarrolla una mayor capacidad de autonomía y compromiso, adoptando la
capacidad de enfrentar desafíos con una actitud idónea que constantemente se ve fortalecida
por la curiosidad, el reconocimiento de logros y la colaboración entre pares.

Por último, la motivación desempeña un papel fundamental en la vida de los seres


humanos, corresponde a aspectos internos y externos que generan un impulso hacía la
realización de algo, que se asocia con el desempeño, el logro de metas y objetivos; en este
sentido, cobra gran relevancia en el ámbito laboral y educativo, relacionándose
principalmente con el aprendizaje, teniendo en cuenta que la estimulación del desarrollo de la
motivación puede permitir a los estudiantes y trabajadores un progreso significativo para
germinar y mejorar sus habilidades, capacidades, así como también superar sus limitaciones y
obtener mejores resultados.
Referencias bibliográficas

Maehr, M. L., & Meyer, H. A. (1997). Comprendiendo la motivación y la educación: dónde


hemos estado, dónde estamos y hacia dónde debemos ir. Revisión de Psicología Educativa,
9 (4), 371-409. https://deepblue.lib.umich.edu/handle/2027.42/44456

Ryan, R. M., y Deci, E. L. (2000). Teoría de la autodeterminación y la facilitación de la


motivación intrínseca, desarrollo social y bienestar. Psicólogo Americano. Disponible en:
https://kibbutz.es/wp-content/uploads/2000_ryandeci_spanishampsych.pdf

Tohidi, H., & Jabbari, M. M. (2012). The effects of motivation in education. Procedia-Social
and Behavioral Sciences. Disponible en:
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1877042811030771

Vroom, V. (1964). Trabajo y Motivación. Nueva York, NY: Wiley. Disponible en:
https://www.google.com/url?sa=t&source=web&rct=j&url=https://switcheducation.com/w
p-content/uploads/2017/07/Vroom_MYT.pdf&ved=2ahUKEwj-rLqYg4P_AhVZfzABHau
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