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Responsabilidad Civil

Curso: D° Civil
Profesor: Javier Aníbal Ravest Díaz
Abril, 2023.
Responsabilidad Contractual.

c. En cuanto a la prueba: existen diferencias, pues:


c.1. la culpa lata o grave, como toda culpa, se presume y el deudor debe probar
que actúo con la diligencia y cuidado exigidos.
c.2. el dolo no se presume, y el acreedor deberá probar que el deudor actúo
dolosamente.

Cláusulas que modifican la responsabilidad.


Las partes pueden suscribir cláusulas que busquen modificar su
responsabilidad, es decir modificar las reglas de responsabilidad, pero con las
prevenciones que siguen:
Respecto a las cláusulas que agravan la responsabilidad:
Nada obsta que las partes se impongan un grado de responsabilidad
mayor al que regularmente deben cumplir. Así:
a. Es lícito estipular que el deudor responda del caso fortuito. Art. 1673;

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b. Puede estipularse que el deudor responda de un grado de culpa mayor al


que le corresponde, a fin de ser más acucioso.
Por ej.: Podrá estipularse que el deudor responde de la culpa levísima
(grado de culpa mayor) en un contrato que beneficia a ambas partes por igual.
c. Puede estipularse que el deudor responda de los perjuicios imprevistos, sin
mediar dolo.
Respecto a las cláusulas que atenúan la responsabilidad:
a. Son lícitas.
b. Ahora bien, no es aceptable la cláusula o estipulación que libere al deudor
de su dolo e incluso de la culpa lata o grave (se equipara al dolo).
Dicha cláusula adolecería de objeto ilícito y es nula absolutamente
y se fundamenta en que la condonación del dolo futuro no es válida (arts. 1465
y 1466).
Una cláusula de irresponsabilidad sólo podría referirse a la culpa
leve o levísima.

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LA TEORÍA DE LA IMPREVISIÓN:
Se debe recordar que no existe caso fortuito o fuerza mayor cuando
el cumplimiento de la obligación se hace más difícil o más oneroso, porque
la obligación no sería imposible de cumplir.
No obstante, puede ocurrir que por circunstancias posteriores a la
celebración del contrato, imprevistas, se puede tornar extremadamente oneroso
y gravoso para el deudor el cumplimiento de la obligación.
Entonces ¿Qué ocurre? ¿Podrá el juez modificar las estipulaciones
de un contrato cuando los imprevistos posteriores a la celebración del
mismo, crean un serio desequilibrio entre las partes?

Requisitos:
Según la doctrina, la situación escrita la resuelve la teoría de la
imprevisión, la cual para operar debe reunir los siguientes requisitos:

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1. Las circunstancias que trastornan el equilibrio de las prestaciones deben


ser:
a. imprevistas;
b. ajenas a la voluntad de las partes; y
c. posterior a la celebración del contrato.
2. Debe hacerse más oneroso el cumplimiento de la obligación y causar un
grave daño al deudor.
3. El contrato debe ser de ejecución, tracto sucesivo o a plazo.

Fundamentos de la Teoría de la Imprevisión:


1. Por razones de equidad y de moral deben flexibilizarse el principio ley del
contrato que establece el art. 1545 C.C.
2. Los contratos deben ser celebrados de buena fe.
3. Los contratos deben interpretarse de acuerdo a la intención de las partes
contratantes.

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Efectos de la teoría de la imprevisión:


La teoría de la imprevisión nos plantea dos soluciones a lo señalado:
1. Abolir los efectos del contrato:
- En este caso, se faculta al juez para eximir a las partes de las consecuencias
futuras del contrato.
2. Revisar las estipulaciones del contrato:
- A fin que el juez adapte el contrato a las nuevas condiciones.

La teoría de la imprevisión y el C.C. Chileno:


Como se sabe, en materia contractual rige el principio ley del contrato
(art. 1545), no pudiendo modificarse por circunstancias posteriores.
No obstante, existe una jurisprudencia minoritaria que ha acogido
esta teoría.
La teoría de la imprevisión se recoge en materia de contratos en
derecho administrativo.

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II. LA MORA (QUE EL DEUDOR ESTÉ CONSTITUIDO EN MORA).


Concepto:
Art. 1557: «Se debe la indemnización de perjuicios desde que el deudor se ha
constituido en mora, o si la obligación es de no hacer, desde el momento de la
contravención»,
La mora «es el retardo en el cumplimiento de la obligación, imputable
al deudor (por su dolo, culpa o hecho) que persiste después del requerimiento
o interpelación del acreedor».
Para que proceda la indemnización de perjuicios, se requiere que el
deudor se encuentre en mora, incluso cuando se hayan determinado anticipada
y convencionalmente el monto de los perjuicios por medio de la cláusula penal.
Por excepción, no se requiere mora del deudor para que proceda la
indemnización d perjuicios en la obligación de no hacer (art. 1557) pues en
este tipo de obligaciones, procede la indemnización, desde el momento de la
contravención de la obligación.

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Exigibilidad de las Obligaciones y simple retardo:


El simple retardo en el cumplimiento de una obligación no da lugar
a la indemnización de perjuicios:
a. Si la obligación es pura y simple: debe cumplirse (es exigible la obligación)
desde que se contrae.
b. Si es obligación sujeta a plazo o condición: debe cumplirse una vez llegado
el término o plazo o cumplida la condición.
Por lo cual, llegado el tiempo o la época en que la obligación se
hace exigible, el acreedor puede demandar el cumplimiento. Si el deudor no
cumple al momento que la obligación se hace exigible está en simple
retardo.
Por su parte, la mora se produce, por tanto, cuando el acreedor
reclama el cumplimiento o ejecución de la obligación exigible, pues de no
hacerlo, se subentiende que el incumplimiento no le causa daño al deudor, o
bien, que otorga un tiempo más para que cumpla.

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En sí, para que haya mora se requiere la interpelación o


requerimiento del acreedor.
Mora = Simple retardo + Interpelación (por regla general se interpela por
demanda judicial.

REQUISITOS DE LA MORA: Para que el deudor se encuentre en mora:

1. Que haya retardo en el cumplimiento de la obligación, esto es que el deudor no


la cumpla en la época convenida.

2. Que el retardo sea imputable al deudor.


Acá nos referimos a que el retardo sea imputable al deudor, pues
proviene de su dolo, culpa o hecho suyo.
Se libera o exime de responsabilidad al deudor, si su retardo se debe a un
caso fortuito o fuerza mayor.

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3. Que el acreedor requiera o interpele al deudor.


Mientras ello no ocurre, el deudor se encuentra en simple retardo.

La interpelación o requerimiento del acreedor:

La forma de constituir en mora al deudor se encuentra consagrada


en el art. 1551.
En este sentido, la estipulación de un plazo trae consigo una
interpelación anticipada, una manifestación del propósito del acreedor de que
el cumplimiento de la obligación no se postergue más allá de cierta época y
una advertencia al deudor que la tardanza le ocasionará un daño.
En estos casos, no se requiere interpelar al acreedor.
Si no hay plazo, se requiere la interpelación formal, a través de la
justicia.
La regla general, es que el acreedor deba interpelar judicialmente
al deudor.

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ANÁLISIS DEL ART. 1551:


Art. 1551: «El deudor está en mora:
1º. Cuando no ha cumplido la obligación dentro del término estipulado, salvo que
la ley en casos especiales exija que se requiera al deudor para constituirle en mora;
2º. Cuando la cosa no ha podido ser dada o ejecutada sino dentro de cierto espacio
de tiempo, y el deudor lo ha dejado pasar sin darla o ejecutarla;
3º. En los demás casos, cuando el deudor ha sido judicialmente reconvenido por el
acreedor».
N° 1. El deudor está en mora cuando no ha cumplido la obligación dentro del
término estipulado, salvo que la ley, en casos especiales exija que se debe
requerir al deudor para constituirlo en mora. (Plazo expreso)
Por ejemplo, caso del arrendamiento; en sí, porque hay un plazo a
respetar, por ello no se requiere interpelación; en el caso de un mutuo, si se estipula
que el mutuario restituirá la suma prestada en el plazo de un año, transcurrido este
término si que se pague, el deudor quedará en mora.

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- Cuando el C.C. habla de términos, se refiere a los plazos.


Este N° 1 del art. 1551 es inaplicable a las obligaciones que tengan una fuente
diversa del contrato. Por ej.: Si en el testamento se determina que el heredero pagará
$ 1000 en el plazo de un año y no lo realiza, no se constituirá en mora al heredero,
pues la obligación no deriva de un contrato.
2º. Cuando la cosa no ha podido ser dada o ejecutada sino dentro de cierto
espacio de tiempo, y el deudor lo ha dejado pasar sin darla o ejecutarla. (Plazo
tácito)
Por ejemplo: El constructor que se ha comprometido a entregar un refugio
en la Parva, dentro de la temporada de Sky de Santiago y lo entrega en enero; si se
arrienda una casa para la temporada de verano y el vendedor está en mora
transcurrida esta temporada, sin haber puesto la casa a disposición del arrendatario.
En sí, ocurre que el deudor está en mora, sin necesidad de requerimiento,
cuando la naturaleza de la prestación determina que la obligación debe cumplirse
dentro de cierto espacio de tiempo.
En este caso hay un plazo tácito que respetar, por ello no se requiere la
constitución en mora.

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3º. En los demás casos, cuando el deudor ha sido judicialmente reconvenido


por el acreedor.
- Es la regla general.
- Constituirá en mora al deudor, la demanda formal que el acreedor entable
para reclamar del cumplimiento o resolución de la obligación a su deudor es
que el deudor sea reconvenido judicialmente por el deudor. Ello es la
interpelación.
- No constituyen interpelaciones las reclamaciones, protestas, etc.

Excepción a la regla del art. 1551: «La Mora purga la Mora»


Art. 1552: «En los contratos bilaterales ninguno de los contratantes está en
mora dejando de cumplir lo pactado, mientras el otro no lo cumple por su
parte, o no se allana a cumplirlo en la forma y tiempo debidos».

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Por tanto, aunque se haya estipulado un plazo o requerido al deudor,


éste no se encontrará en mora si su acreedor, que es a la vez su deudor, no ha
cumplido o no está pronto a cumplir su obligación recíproca.
En sí, la mora de un contratante purga (sanea) la mora del otro.

Requisitos para que la mora purgue la mora.

1. El contrato debe ser bilateral;

2. Las obligaciones deben cumplirse simultáneamente;

3. Tanto deudor como acreedor no deben estar, ni siquiera con la intensión, de


estar llanos a cumplir la obligación.

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Efectos de la mora:
- Que el deudor se encuentre en mora posee las siguientes consecuencias:
1. Impone al deudor la obligación de indemnizar de perjuicios. (art. 1557 y
1537).
2. Hace responsable al deudor del caso fortuito o fuerza mayor que
sobrevenga durante la mora. (art. 1547 y 1672)
3. Pone a cargo del deudor el riesgo de la especie o cuerpo cierto que se deba
(teoría de los riesgos, art. 1550)

Mora del acreedor.


- El acreedor está en mora cuando se niega o no comparece a recibir la
prestación del deudor y el deudor la ha ofrecido al acreedor.
Efectos de la mora del acreedor son:
a. Se libera al deudor del cuidado ordinario de la cosa y lo hace responsable
sólo de la culpa lata o dolo.

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b. El acreedor debe los perjuicios que en mora le ocasiona al deudor


(indemnización. Por ejemplo: gastos de almacenaje).

c. El deudor deberá pagar por consignación (no se libera de su obligación).

III. LOS PERJUICIOS:

Concepto:
Para que el acreedor tenga derecho a demandar indemnización, es
absolutamente indispensable que sufra perjuicios. Sin perjuicios, no hay
indemnización.
Los perjuicios es «toda disminución sufrida en el patrimonio del
deudor, así como la pérdida de la legítima utilidad que debía reportarle el
contrato, que el incumplimiento del deudor le priva».

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Lo anterior (la necesidad del perjuicio), la ley no ha necesitado


decirlo en forma expresa, pero indirectamente fluye de varias disposiciones
(1548, 1553 N°3, 1559 N°2).
¿Cómo debe ser el perjuicio para ser indemnizable?
Para que el perjuicio o daño sea indemnizable, debe cumplir los
siguientes requisitos:

1. Ser real y cierto


2. Recaer en una esfera jurídica distinta de la del autor del daño
3. Lesionar un interés digno de protección por el derecho
4. No haber sido ya indemnizado

Si se produce el incumplimiento de un contrato pero éste no genera


perjuicios al acreedor, no hay lugar a la indemnización de perjuicios.

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¿Cómo se prueban los perjuicios?


La prueba de los perjuicios corresponde al acreedor, lo que
corresponde a una extensión de las reglas que rigen la prueba en materia civil
(art. 1698 C.C.).
- No obstante, esta regla general posee dos excepciones:
a. En las obligaciones que consistan en el pago de una suma de dinero
(art. 1559 N° 2)
b. En la cláusula penal.

LA AVALUACIÓN DE PERJUICIOS.

Concepto:
La avaluación de perjuicios «es la ponderación o valorización de los
perjuicios sufridos por el acreedor, por el incumplimiento o cumplimiento
parcial o tardío del deudor, en dinero.»

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- La avaluación de perjuicios puede ser de 3 tipos:

1. Avaluación de Perjuicios Legal;

2. Avaluación de Perjuicios Judicial; y

3. Avaluación de Perjuicios Convencional.

La regla general es que corresponda al juez efectuar una avaluación


de los perjuicios.

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1. AVALUACIÓN DE PERJUICIOS LEGAL. ART. 1559.

Art. 1559: «Si la obligación es de pagar una cantidad de dinero, la


indemnización de perjuicios por la mora está sujeta a las reglas siguientes:
1ª. Se siguen debiendo los intereses convencionales, si se ha pactado un interés
superior al legal, o empiezan a deberse los intereses legales, en el caso
contrario; quedando, sin embargo, en su fuerza las disposiciones especiales
que autoricen el cobro de los intereses corrientes en ciertos casos.
2ª. El acreedor no tiene necesidad de justificar perjuicios cuando sólo cobra
intereses; basta el hecho del retardo.
3ª. Los intereses atrasados no producen interés.
4ª. La regla anterior se aplica a toda especie de rentas, cánones y pensiones
periódicas».

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La avaluación de perjuicios legal «es la que efectúa la ley (avalúa los


perjuicios sufridos por el acreedor) en las obligaciones que consistan en el
pago de una cantidad de dinero».

La indemnización de perjuicios se traduce en el pago de intereses


sobre la suma debida, esto es porque se priva al acreedor de los intereses de su
capital, por lo que sólo procederá en las obligaciones que consistan en el pago
de dinero.

Características de la avaluación legal:

1. Es una indemnización de naturaleza moratoria, por cuanto la


indemnización compensatoria requiere un cambio en el objeto, el cual no
puede ser dinero (no se puede cambiar dinero por dinero).

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2. El artículo 1559 es una disposición supletoria y excepcional.


Supletoria porque rige sólo a falta de pacto entre las partes.
Excepcional, doblemente excepcional podríamos agregar, porque se
refiere sólo al incumplimiento de las obligaciones de dinero y únicamente a la
indemnización moratoria.

3. El monto de la indemnización lo determina la ley anticipadamente, lo que


se traduce en el pago de intereses.
La ley anticipadamente regula los perjuicios, independiente del
perjuicio efectivamente sufrido por el acreedor y se traducen en los intereses
que corresponden a una parte del capital adeudado.
En sí, los perjuicios se presumen, situación absolutamente
excepcional, ya que la regla es que deben probarse.
Para todos los efectos, se asimilan al dinero los documentos que
contengan obligaciones de dinero pagaderas a la vista o a plazo.

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4. Los intereses poseen un límite, el cual consiste en el interés máximo


convencional (interés corriente aumentado en un 50%).

¿Cómo se prueban los perjuicios cuando existe una avaluación legal?


La regla general, es que los perjuicios se prueben por el acreedor. Sin
embargo, cuando se está en presencia de una obligación que consista en el
pago de una suma de dinero, no es necesario probar los perjuicios.

¿ Puede el acreedor cobrar otros perjuicios?


Puede ocurrir que la regulación legal de los perjuicios no repare los
daños que efectivamente ha sufrido el acreedor, razón por la cual, el art. 1559
N° 2 permite que el acreedor pueda cobrar otros perjuicios, aparte de los
avaluados legalmente, siempre que los haya sufrido y pueda probarlos.
En sí, el efecto de avaluar legalmente los perjuicios es que no se
requerirá de prueba para hacerlos efectivos.

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Reglas para los intereses atrasados:


El art. 1559 N° 3 es claro al señalar que «los intereses atrasados no
producen interés».
Solamente los capitales que se deben devengan intereses; los intereses
atrasados no se suman al capital generando otros intereses.
Por ejemplo: Se presta la cantidad de $ 5000 a dos años plazo, con interés
del 10% anual.
Al vencimiento del término, los intereses ascenderían a $ 1.000.
Conforme a la regla del art. 1559 N° 3, los intereses moratorios deben
calcularse siempre sobre $ 5000 y no sobre $ 6000.

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2. AVALUACIÓN JUDICIAL DE PERJUICIOS:

«Es aquella que efectúa el juez cuando las partes no han


convenido en el monto de la indemnización o la ley no regula
los perjuicios».
En un delito o cuasidelito civil, sólo el juez puede regular
los perjuicios derivados de la responsabilidad extracontractual.
Los perjuicios se debaten en juicio de lato conocimiento
(procedimiento ordinario).

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¿De qué perjuicios se debe responder? Art. 1556 C.C.


Art. 1556: «La indemnización de perjuicios comprende el daño emergente y
lucro cesante, ya provengan de no haberse cumplido la obligación, o de
haberse cumplido imperfectamente, o de haberse retardado el cumplimiento.
Exceptúanse los casos en que la ley la limita expresamente al daño
emergente».

Por ejemplo, ¿Qué ocurre si un empresario contrata con un cantante


para que dé un concierto; el artista falta a su palabra y el concierto no se
desarrolla?. Los perjuicios debidos al empresario comprenderán los gastos de
propaganda, arriendo de local, etc. (daño emergente). Pero, además, deberá
pagársele la ganancia que probablemente habría obtenido del espectáculo,
deducidos los gastos (lucro cesante).

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Tipos o clases de perjuicios:

I. Perjuicios Patrimoniales y Extra patrimoniales:


- Los patrimoniales pueden ser
a. Daño emergente; y
b. Lucro cesante.
- El extra patrimonial es el daño moral.
II. Perjuicios Directos e Indirectos:
- Los perjuicios directos pueden ser:
a. Previstos; e
b. Imprevistos.
- Los perjuicios indirectos.

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I. Los daños patrimoniales y extra patrimoniales:

Los daños patrimoniales «son aquellos que inciden en el


patrimonio del acreedor, ya sea: por la efectiva disminución en el patrimonio
o por la pérdida de la legítima ganancia».
El daño, para ser indemnizable, debe ser cierto. El requisito de
certidumbre hace referencia a la materialidad del daño, a su realidad.
El requisito de la certidumbre no presenta problemas tratándose de un
daño actual, ya producido.
Los problemas pueden presentarse con el daño futuro. El hecho de
que un daño sea futuro no significa que sea incierto.
El daño futuro es indemnizable, a condición de que exista una
probabilidad suficiente de que el daño se vaya a producir.

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Los daños morales «son aquellos que afectan la honra o los


sentimientos del acreedor y están constituidos por el sufrimiento o el pesar
de la persona».
En sí, es aquel que produce una perturbación injusta en el espíritu
del acreedor, sin afectar su patrimonio.
Probablemente, su formulación más clara y general se obtiene si el
concepto es definido por oposición al de daño patrimonial: es aquel que afecta
a bienes que carecen de significación patrimonial.
Autores lo definen diciendo que «es aquel que, sin recaer en un bien
material susceptible de ser avaluado en dinero, causa un perjuicio en la
psiquis del individuo, ya sea dañando sus afecciones íntimas, ya bienes
morales que a éste le pertenecen, ya impidiendo al perjudicado la
adquisición de bienes no materiales, siempre que unos otros sean lícitos o
esencialmente internos».

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Responsabilidad Contractual.

Durante muchos años, la reparación del daño moral en sede


contractual era rechazada. Pero, en estos días, nuestra jurisprudencia se ha
sumado a la tendencia comparada de admitir la plena indemnización del daño
moral para todo contrato, reinterpretando el artículo 1556 (utilizado para
rechazar esta pretensión) en el sentido de entender que el hecho de que esta
disposición indique que la indemnización de perjuicios comprende el daño
emergente y el lucro cesante, no excluye de un modo forzoso la reparación del
daño moral.
La situación, años atrás, era tal que se aceptaba su indemnización en
la responsabilidad extracontractual, en virtud de existir la regla del artículo
2329, según la cual «por regla general», todo daño que pueda imputarse a
malicia o negligencia de otra persona, debe ser reparado por ésta...”.
Faltaba, se decía, para la responsabilidad contractual una norma como
la del artículo 2329.

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Responsabilidad Contractual.

Esta solución resultaba manifiestamente injusta pues no se ve por


qué razón, por ejemplo, si una persona que va dentro un bus que choca y sufre
lesiones (responsabilidad contractual), no tiene derecho a que se le indemnice
por los padecimientos que le produce este accidente; en cambio, sí lo tiene si
estando en la calle, esperando el bus, es arrollada por éste y sufre el mismo
tipo de lesiones (responsabilidad extracontractual).

Desde otro punto de vista, la terminología «daño moral» es


fuertemente criticada, pues si se entiende por tal el dolor, los sufrimientos, las
molestias que sufre una persona en sus afectos, no sería posible extenderlo a
las personas jurídicas. El profesor Fueyo L., entre nosotros, critica esta
posición, señalando que las personas jurídicas pueden ser también víctimas
de daño moral, puesto que deben repararse pecuniariamente los ataques al
«crédito y prestigio» de una empresa mercantil, lo cual se equipara «al honor
de los humanos».

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¿Qué razones se han dado para no indemnizar el daño moral?


1. Faltaba una norma como la del 2329 aplicable a la responsabilidad
extracontractual.
2. El artículo 1556 establece que la indemnización de perjuicios comprende el
daño emergente y lucro cesante, conceptos éstos de claro contenido patrimonial.
3. Que es difícil su prueba y avaluación.
En realidad ninguno de los argumentos es categórico, ya que:
a. Si falta la norma, nos encontramos frente a una laguna legal, que el juez en
conformidad al artículo 24 del Código Civil, debe llenar recurriendo a los
principios generales del derecho y a la equidad natural.
b. En cuanto a que el artículo 1556 no lo contempla, es cierto, pero tampoco lo
prohíbe.
c. No es serio sostener que no debe indemnizarse por ser difícil de probar y de
avaluar, desde que en materia extracontractual el problema es el mismo y se
pagan.

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En todo caso, cabe señalar que el artículo 1556 se tomó del Código de
Napoleón y en especial de POTHIER, que sólo autorizaban la indemnización
por daños patrimoniales. Sin embargo, en Francia, con una disposición
semejante a nuestro artículo 1556, se viene aceptando desde hace mucho
tiempo la indemnización del daño moral en materia contractual.
Ahora bien, en Chile, frente al texto constitucional – artículo 19
números 1, inciso 1°, y 4, que asegura a todas las personas tanto el derecho a la
integridad física y psíquica, (N°1) como el respeto a la intimidad y vida
privada – (N° 4), no parece sostenible seguir negando la indemnización del
daño moral. En estas disposiciones constitucionales y no en el artículo 1556
deben fundarse las demandas por daño moral.
El profesor RAMOS PAZOS nos enseña que, para que se indemnice
el daño moral, debe exigirse una prueba clara y concluyente de su existencia.
Para lograr tal objetivo, propone que el tribunal tenga amplias facultades para
regularlo, semejantes a las que la jurisprudencia ha reconocido para la
responsabilidad extracontractual.

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Responsabilidad Contractual.

Por su parte, en materia contractual, el daño moral no se configura


por cualquier molestia que resulte del incumplimiento: no debe confundirse
con las inquietudes propias del mundo de los negocios o las que normalmente
resultan de los pleitos. Para que ello ocurra es menester que se haya turbado
seriamente la moral, el honor, la libertad o los afectos del acreedor, o su
integridad física, o que tal incumplimiento le haya producido una lesión en
sus sentimientos a causa del sufrimiento o dolor que se le ha provocado.

En conformidad a lo expuesto, en la actualidad el daño moral es


indemnizable, siempre que reúna los requisitos necesarios para acreditar el
perjuicio en este ámbito, es decir, que exista certeza de su ocurrencia,
otorgándose al juez las posibilidades de darlo por acreditado, siempre que
existan las probanzas necesarias de las partes, otorgadas en juicio.

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Responsabilidad Contractual.

El artículo 1556 dice que «la indemnización de perjuicios comprende


el daño emergente y lucro cesante, ya provenga de no haberse cumplido la
obligación o de haberse cumplido imperfectamente, o de haberse retardado el
cumplimiento. Exceptúanse los casos en que la ley la limita expresamente al
daño emergente».

Los perjuicios patrimoniales, a su vez, pueden ser:

a. Daño emergente, que «consiste en la disminución efectiva en el


patrimonio del deudor».

b. Lucro cesante, que «consiste en la pérdida de la legítima ganancia que


hubiera obtenido el acreedor, si el deudor hubiera cumplido en forma
íntegra, completa y oportunamente la obligación».

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Responsabilidad Contractual.

Dice el artículo 1556 que no se indemniza el lucro cesante en aquellos


casos en que la ley limita la indemnización expresamente al daño emergente. Así
ocurre, por ejemplo, en los artículos 1930 inciso final; 1932, 1933 del Código Civil
y 209 y 210 del Código de Comercio (contrato de transporte).
No es fácil la prueba del lucro cesante. Por la misma razón, se debe
apreciar la prueba con mayor liberalidad.
La determinación del lucro cesante es más compleja, ya que supone
preguntarse los límites entre la ganancia probable y el daño puramente eventual.
Para estos efectos, en el derecho comparado existe una tendencia generalizada a
considerar la probabilidad como factor de medición del daño indemnizable.
Como señala el profesor Barros Bourie, a diferencia de algunos
ordenamientos que tratan del lucro cesante a propósito de la causalidad (extensión
de los perjuicios reparables), nuestra doctrina y la práctica jurisprudencial tienden
a tratar el lucro cesante a la luz del criterio de certidumbre del daño, entendiendo
que la pregunta es alternativa: si hay suficiente certeza, es reparable por
completo; si no la hay, el daño se tiene por eventual y no da lugar a reparación.

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Responsabilidad Contractual.

II. Los daños o perjuicios directos o indirectos:

1. Los daños o perjuicios directos «son aquellos que son


consecuencia inmediata o directa del incumplimiento de la obligación. Son
el resultado de la infracción».
Los perjuicios directos pueden ser:

a. Perjuicios previstos, que «son aquellos que las partes previeron o


pudieron prever al tiempo de contratar».
El profesor Rodríguez Grez nos da una definición más clara respecto
de los perjuicios previstos «son aquellos que resultan verosímiles o probables
al tiempo de la celebración del contrato, en atención a la relación causal que
los determina».

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Responsabilidad Contractual.

b. Perjuicios imprevistos, que «son aquellos que las partes no previeron ni


pudieron prever al momento de contratar».

Se indemnizan sólo los previstos, salvo en los casos de dolo o culpa


grave (1558).

2. Los daños o perjuicios indirectos «son aquellos en que el


incumplimiento es una causa remota, no inmediata, pues provienen
directamente de causas ajenas o extrañas».

No se responde de ellos, salvo pacto en contrario.

Se ha dicho que la causalidad entre el incumplimiento y el daño es el que


da a los perjuicios directos su nota distintiva; la falta de dicha causalidad califica a
los indirectos.

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Responsabilidad Contractual.

3. Avaluación Convencional de los Perjuicios o Cláusula Penal.


Art. 1535: «La cláusula penal es aquella en que una persona, para asegurar el
cumplimiento de una obligación, se sujeta a una pena, que consiste en dar o
hacer algo en caso de no ejecutar o de retardar la obligación principal.»

Esta definición presenta algunas incorrecciones:


a. Su propia denominación «cláusula penal», pues ello será así únicamente si
se pacta conjuntamente con el contrato principal. Mas, deja ser cierto si se
establece con posterioridad, pues en tal caso deja de ser una cláusula que se
inserta en un contrato principal. Por ello, hay quienes piensan que resulta más
propio hablar de «estipulación penal».
b. También resulta inadecuado decir que tiene por objeto asegurar el
cumplimiento de una obligación principal, desde que por sí sola nada
garantiza. Produce algunas ventajas para el acreedor en caso de
incumplimiento, pero no hace más eficaz la obligación.

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Responsabilidad Contractual.

c. Algunos han criticado finalmente, que la definición hable de «pena», que


daría a la institución una connotación ajena al Derecho Civil, crítica que no
es posible compartir, desde que las partes, en virtud del principio de la
autonomía de la voluntad, pueden convenir penas privadas. Lo que no se
puede es establecer que para el caso que el deudor incumpla se le considere
autor de un delito penal.
d. Finalmente cabe observar que al establecer que la pena «consiste en dar o
hacer algo», ha omitido las obligaciones de no hacer, situación perfectamente
admisible.

No obstante, la doctrina la define de una mejor forma, señalando que


es «una avaluación anticipada que las partes hacen de los perjuicios a que
puede dar lugar el incumplimiento de una obligación».
La cláusula penal se establece con el fin de evitar el grave problema
de la prueba de los perjuicios entre las partes.

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Responsabilidad Contractual.

¿Cuáles son los fines u objetivos de una cláusula penal?


1. El acreedor se libera de la prueba de los perjuicios.
2. Se evita la discusión sobre la avaluación de los perjuicios.
3. Impulsa al deudor a cumplir su obligación, en forma oportuna y total, para
no incurrir en la pena. (En sí, es una caución).
4. Otorga al acreedor una acción que, de otro modo, carecería, pues debería
discutir y probar en el juicio respectivo el perjuicio.

Características de la cláusula penal:


1. Es consensual.
2. Es condicional.
3. Es accesoria.
4. Es una avaluación anticipada de los perjuicios.
5. Puede garantizar una obligación civil o natural.

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Responsabilidad Contractual.

1. La cláusula penal es consensual:


Pues, la ley no ha sometido su establecimiento a ninguna
formalidad especial.
Aun más, la voluntad de las partes puede manifestarse en forma
expresa o en forma tácita.
De manera que existe cláusula penal no sólo cuando se la instituye
literalmente, sino también en todos aquellos casos en que se consigna el pago
de una pena, de una multa, de una suma de dinero a título de indemnización o
de cualquiera otra cosa que se trate de dar, hacer o no hacer para el caso de no
cumplirse o retardarse el pago de la obligación principal.
Sin embargo, el profesor Somarriva señala que habrá casos en que
indirectamente la cláusula penal debe sujetarse a solemnidades. Por
ejemplo, cuando la pena consiste en la entrega de un bien raíz: debe constar
por escritura pública. No lo dice el legislador, pero se llega a esa conclusión
aplicando el artículo 57 del Reglamento del Conservador de Bienes Raíces.

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Responsabilidad Contractual.

2. La cláusula penal es una obligación condicional:


- Es condicional, pues para proceder se requiere que el deudor no cumpla con
su obligación.

3. Es una obligación accesoria, pues supone una obligación principal a la


cual accede.
- Por tanto, a la obligación accesoria se aplica la teoría de lo accesorio. De
ello surgen varias consecuencias importantes:

a. Extinguida la obligación principal, por cualquier medio, se extingue la


cláusula penal.
b. La acción para exigir el pago de la pena prescribe conjuntamente con la
obligación principal.
c. La nulidad de la obligación principal trae consigo la nulidad de la pena.

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Responsabilidad Contractual.

4. La cláusula penal es una avaluación convencional y anticipada de los


perjuicios.
- Gracias a ello, el acreedor no está obligado a probar los perjuicios por el
incumplimiento.
- Impulsa al deudor a cumplir su obligación, en forma oportuna y total, para no
incurrir en la pena. (En sí, es una caución).
- Otorga al acreedor una acción que, de otro modo, carecería, pues debería
discutir y probar en el juicio respectivo el daño.

5. La cláusula penal puede garantizar una obligación civil o natural.


- El artículo 1472 reconoce en forma expresa que pueda caucionar una
obligación natural. Dice «Las fianzas, hipotecas, prendas y cláusulas penales
constituidas por terceros para seguridad de estas obligaciones (naturales)
valdrán».

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Responsabilidad Contractual.

Extinción de la cláusula penal


La cláusula penal puede extinguirse:
1. Por vía principal
2. Por vía accesoria
Por vía principal, cuando se extingue, no obstante mantenerse vigente la
obligación principal. Por ejemplo, la cláusula penal es nula y la obligación
principal es válida.
Por vía accesoria, cuando desaparece como consecuencia de haberse
extinguido la obligación principal, en razón de su carácter accesorio.

Efectos de la cláusula penal


El efecto propio de la cláusula penal es dar al acreedor el derecho de
cobrarla cuando no se cumple la obligación principal.

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Responsabilidad Contractual.

Requisitos:

1. Debe existir un incumplimiento de la obligación (incumplimiento,


cumplimiento parcial o tardío).

2. El deudor debe encontrarse en mora:


- Salvo que la obligación consista en no hacer algo, pues acá la pena o cláusula
se ejecuta desde el incumplimiento de la obligación de no hacer (desde que se
ejecuta el hecho), sin necesidad de mora.
- Por lo cual, el acreedor puede demandar;
a. Antes de la mora: sólo puede demandar la obligación principal.
b. Después de la mora: el acreedor puede demandar:
b.1. la pena; o
b.2. el cumplimiento de la obligación principal.

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Responsabilidad Contractual.

¿Puede demandarse la obligación ppal. y la pena en un mismo momento?.


No, salvo excepciones:
a. Se puede demandar la obligación principal y la pena cuando las partes lo
hayan estipulado en la transacción; (art. 2463)
b. Se puede demandar cuando las partes hayan estipulado en la cláusula que
por el pago de la pena no se entiende extinguida la obligación principal. (art.
1537).
- Al acreedor le está vedado perseguir perjuicios y exigir la cláusula penal,
salvo pacto en contrario que estipule que se puede.
- El acreedor debe elegir, entre una y otra cosa.
- Los perjuicios se cobran en forma ordinaria.
Prueba de los perjuicios.
No es necesario probar los perjuicios, pues se presume de derecho
que los perjuicios se han ocasionado en la medida que las partes previeron
la cláusula penal.
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Responsabilidad Contractual.

¿Qué ocurre si el deudor cumple parcialmente la obligación?


Art. 1539: «Si el deudor cumple solamente una parte de la obligación principal y el
acreedor acepta esa parte, tendrá derecho para que se rebaje proporcionalmente la
pena estipulada por la falta de cumplimiento de la obligación principal».

- Por lo tanto, si el acreedor no acepta el pago parcial, no existe rebaja.

La pena y el caso fortuito ¿Se debe la pena aun cuando el incumplimiento se


deba a caso fortuito?
Así se ha pretendido, fundándose para ello en que el artículo 1542
expresa que «habrá lugar a exigir la pena en todos los casos en que se hubiere
estipulado...»
Esta posición es equivocada, porque si hay caso fortuito la obligación
principal se extingue por el modo de extinguir pérdida de la cosa debida o
imposibilidad de la ejecución, según sea la naturaleza de la obligación, y
extinguida la obligación principal, se extingue, por vía de consecuencia, la cláusula
penal por su carácter accesorio.

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Responsabilidad Contractual.

Cláusula penal enorme


Esta materia está regulada en el artículo 1544, que distingue varias
situaciones:
1. Cláusula penal en los contrato conmutativos
2. Cláusula penal en el mutuo
3. Cláusula penal en obligaciones de valor inapreciable o indeterminado

1. La cláusula penal enorme en un contrato oneroso conmutativo:


Art. 1544 I° 1: «Cuando por el pacto principal una de las partes se obligó a
pagar una cantidad determinada, como equivalente a lo que por la otra parte
debe prestarse, y la pena consiste asimismo en el pago de una cantidad
determinada, podrá pedirse que se rebaje de la segunda todo lo que exceda al
duplo de la primera, incluyéndose ésta en él».

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Responsabilidad Contractual.

La norma es confusa, pues no está claro lo que significa la frase


«incluyéndose ésta en él». Hay dos interpretaciones:
a. El alcance es que la pena no puede exceder del doble de la obligación
principal. Por ejemplo si la obligación alcanza a 100; la pena no puede ser de
más de 200.
b. El sentido de la frase es que si la obligación principal es de 100, la pena
pueda llegar hasta 300, pues alcanza al doble de la obligación principal más la
obligación principal.
La doctrina nacional se inclina por la primera tesis.

2. Cláusula penal en el mutuo


Dice el artículo 1544 inciso 3° que en el caso del mutuo, «se podrá
rebajar la pena en lo que exceda al máximum del interés que es permitido
estipular».

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Responsabilidad Contractual.

Sin embargo, cuando se pactan intereses por la mora – lo que


implica una cláusula penal – y ésos exceden al máximo que es permitido
estipular, la sanción es que los intereses se rebajan al interés corriente
(artículo 8° de la ley 18.010), no al máximo permitido estipular, como lo
señala el artículo 1544.
Por ello, se sostiene que este artículo 8° dejaría sin aplicación el
artículo 1544 del Código Civil, en el caso que el mutuo sea de dinero. Luego,
el artículo 1544 inciso 3º, se mantendría vigente únicamente para los mutuos
que no fueren de dinero.

3. Cláusula penal enorme en las obligaciones de valor inapreciable o


indeterminado
Respecto de estas obligaciones, dice el artículo 1544 inciso final, que
el juez la moderará prudencialmente, cuando atendidas las circunstancias
pareciere enorme.

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Responsabilidad Contractual.

El Estado de Necesidad ¿constituye un eximente de responsabilidad


contractual?
Cabe preguntarse si el deudor queda liberado de responsabilidad en
el caso en que pudiendo cumplir, no lo hace para evitar un mal mayor. (Se
diferencia del caso fortuito, en que no hay un impedimento insuperable).
El profesor Fueyo ejemplifica con el caso del capitán del barco que,
en peligro de naufragar, lanza al mar las mercaderías que transporta ¿debe
responder?
La doctrina no es unánime.
El profesor Abeliuk cree que para quedar exento de responsabilidad,
tiene que configurarse una fuerza mayor.
No obstante, la tendencia moderna señala que el estado de necesidad
legitima el hecho y lo convierte en lícito, liberando de responsabilidad al
deudor.

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Responsabilidad Contractual.

No obstante, nuestro Código Civil, en un caso, toca el punto


desechando el estado de necesidad. Así, en la situación del comodatario que
en un accidente, puesto en la alternativa de salvar la cosa prestada o la propia,
opta por esta última (2178 N°3). Hace responsable al comodatario, lo que se
explica porque responde hasta de la culpa levísima.

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