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Top-Down: Este modelo entrega una mirada desde lo global a lo específico, primero se
analizan las palabras y frases para luego observar sus constituyentes. Aporta un enfoque
nuevo, que es una perspectiva metacognitiva, ya que se centra en el lector, es éste quien crea
el texto, a través de sus conocimientos y experiencias previas. Pero rechaza casi radicalmente
el uso de la decodificación por considerarla perjudicial para el estudiante. Tampoco nada
asegura que haya objetivos de comprensión lectora ni que sea fácil la revisión de tal
comprensión.
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Conclusiones del autor
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principales en el desarrollo y adquisición de la correcta comprensión lectora.
Sin embargo, cabe señalar, a mi parecer, que la autora deja de lado otras perspectivas
más recientes como la teoría Sicosociolingüística, centrada aún más en las técnicas de
metacognición e interacción con el contexto, ya que, existen aún muchas más
técnicas de comprensión lectora para nuestros estudiantes que pudieron ser
nombradas, o incluso, el hecho de considerar una visión más enriquecedora de
nuevos postulados referentes a otros modelos pedagógicos. Lo mencionado
anteriormente, no quita el hecho de que estas investigaciones formen parte de una
larga y enriquecedora pirámide de conocimientos fundamentales en la formación
docente, específicamente en el área del lenguaje y la comprensión lectora.
Solé (1987) plantea que, para inducir al alumno a hacer suyos los objetivos de la lectura, en
este proceso de instrucción, es fundamental la participación continua del docente, en la cual,
progresivamente a lo largo de las actividades, sea el maestro quien vaya disminuyendo sus
responsabilidades en la intervención, y, por otro lado, sea el estudiante quien vaya asumiendo
más responsabilidades en su proceso de comprensión lectora. Esto significa, que al principio
el profesor entregará todas las herramientas y demostraciones necesarias para que el
estudiante acceda al conocimiento de éstas técnicas, pero que, de forma consecutiva, el
docente irá permitiendo a los estudiantes decidir y actuar frente a sus problemáticas respecto
a sus acciones erradas que no permitieron la comprensión de una palabra, frase, párrafo o
texto a cabalidad, dependiendo de, justamente identificar estos factores a tiempo.
Desde este punto de vista, las investigaciones de Solé hacen hincapié en el hecho de que el
profesor ya no es un mero dispensador-evaluador de actividades jerarquizadas, el profesor es
un agente que monitorea e interviene ayudando al estudiante a que éste pueda encontrar su
conocimiento, en un proceso intencional establecido por ciertos objetivos ya declarados con
anterioridad, de este modo el docente es libre de participar en forma directa del proceso de
enseñanza-aprendizaje, ajustándose a las necesidades de sus estudiantes en una enseñanza
progresiva que como finalidad consiga más independencia en sus alumnos, hasta que
adquieran con total fluidez habilidades para comprender el texto escrito.
Además, otro de los aportes que entregan una reflexión sobre nuestro actuar docente, es el
hecho de que, dentro del monitoreo de las actividades, si el docente observa falencias o
interpretaciones erróneas, muchas veces hay que decidir si usar o no estrategias disruptivas
que quebrantarán la continuidad de la lectura para centrarse en un problema específico antes
de continuarla, muchas veces, por la no comprensión de una frase o palabra el estudiante
perderá la continuidad de la lectura, sin embargo hay que decidir (sea el docente o el lector) si
es conveniente hacer una pausa para focalizarse en el problema o continuar la lectura
esperando que el problema de comprensión se solucione solo mientras se avanza leyendo.
Estas son algunas de las estrategias que con el tiempo el estudiante decidirá su usar o no por
eso es necesario entregar todo el arsenal que sea conveniente considerando también las
deficiencias de cada uno de ellos.
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