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1. Introducción. 2
2. Contextualización 2
3. Objetivos 3
4. Plan de evaluación 3
2. Contextualización
Los sujetos que han sufrido esta clase de enfermedad padecen como consecuencia diferentes
dificultades motoras , ocasionando problemas en el desarrollo del control postural y en los
desplazamientos y acciones motoras.
Además, presentan deficiencias en cuanto a las funciones cognitivas, con las consiguientes
dificultades a nivel sensorial, emocional e incluso deficiencias en el lenguaje.
Es por ello que hay que desarrollar un programa para el tratamiento y recuperación para este
tipo de pacientes. En esta ocasión nos vamos ha centrar en una persona la cual a raíz del ictus
padece una hemiparesia, que es una de las formas en la que se clasifica la parálisis cerebral, y
se manifiesta como la parálisis parcial o reducción de la fuerza motora en un lado del cuerpo.
La hemiparesia no es una enfermedad como tal, sino más bien una condición neurológica
producida por una lesión en la corteza cerebral, a menudo provocada por una falta de
oxígeno en el cerebro.
3. Objetivos
Con este programa de entrenamiento buscamos conseguir los siguientes objetivos para una
correcta recuperación de un paciente con hemiparesia:
4. Plan de evaluación
La prescripción de ejercicio físico debe ir precedida de una consulta previa con el objetivo de
valorar el estado de salud del sujeto a la que irá dirigido el programa de entrenamiento. Para
tal fin utilizaremos el cuestionario PAR-Q, el cual contará con 7 preguntas de fácil respuesta
y que nos aportará información de la persona sobre el posible riesgo de padecer alguna
patología referente a las arterias coronarias (EAC). Además debemos tener en cuenta que los
pacientes que han sufrido un ACV necesitan un permiso médico para la realización de
actividad física; sin el cual tendremos que derivar al paciente a un profesional médico para
que autorice su práctica deportiva.
Para evaluar la capacidad funcional de un paciente que ha sufrido ACV es frecuente el uso de
los tests de velocidad, pero estos no proporcionan información suficiente sobre deficiencias
neurológicas específicas, por lo que no son representativos en cuanto a la capacidad funcional
de la zona afectada (el test de la marcha de 6 minutos, sería más representativo que el de los
10 metros en el menor tiempo posible, debido a posibles compensaciones que el paciente
pudiera realizar en este último test). De ahí la importancia de la mejora de la capacidad de
propulsión, la cual se considera una medida tanto de la capacidad de marcha como de
capacidad funcional. Por lo tanto, lo ideal cuando se realiza una evaluación de la capacidad
de la marcha en un superviviente de ACV, es usar además de un test de velocidad, uno de
capacidad propulsiva de cada pierna, con ello podremos determinar si la asimetría en la
propulsión mejora. Por lo que en nuestro caso utilizaremos los dos test mencionados
anteriormente para evaluar la capacidad de la marcha de nuestro paciente:
La evaluación referente a la comunicación y los posibles déficits que pudieran existir en este
ámbito la realizará el foniatra, quien se encargará de programar y planificar el tratamiento
logopédico adecuado a cada caso.
En el caso de sujetos con hemiparesia hay que tener en cuenta que la movilidad de algunas
articulaciones se verá reducida, tanto por la disminución en la fuerza muscular, como por la
espasticidad de algunos músculos. Además, a estas limitaciones del propio miembro parético,
hay que añadirle los movimientos compensatorios que utilizará el sujeto durante el
desplazamiento, por lo que es muy probable que el patrón de marcha sufra las siguientes
alteraciones:
- Disminución de la velocidad.
- Movimientos compensatorios
5. Fases del entrenamiento
Esta fase servirá como iniciación al entrenamiento de fuerza para los menos experimentados,
y de perfeccionamiento técnico para los ya experimentados.
Llegados a esta fase, el paciente debería haber adquirido una notable mejoría en la postura,
fuerza y técnica. La intención u tarea será la apreciación de esas mejoras en la capacidad
funcional del paciente. Las sesiones irán orientadas en su mayoría al entreno de fuerza
mediante actividades con una mayor complejidad y dinamismo, y que a su vez sean más
funcionales en cuanto a la reducción efectiva del posible riesgo de caída y una mejora de la
deambulación.