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UNIVERSIDAD DE ALMERÍA

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte

Programa de entrenamiento para un paciente post ictus

Alejandro Cabrera Martínez


Maria Ruiz Herrero
Héctor Rubí Vique
Manuel López Oliva

Fisiología del movimiento


GT1
Práctica 1.
Curso Académico 2021/22
ÍNDICE

1. Introducción. 2

2. Contextualización 2

3. Objetivos 3

3.1 Objetivos generales 3

3.2 Objetivos específicos 3

4. Plan de evaluación 3

5. Fases del entrenamiento 3


1. Introducción.
El ictus según la RAE se define como una enfermedad cerebral de origen vascular que se
presenta de un modo súbito, es decir, el término ictus se utiliza para describir las
consecuencias de la interrupción súbita del flujo sanguíneo a una parte del cerebro pudiendo
ocasionar lesiones de forma transitorio o de forma permanente.
Según el mecanismo de la lesión se distinguen dos tipos de ictus:

● Ictus isquémico: (isquemia cerebral, el 85% de los casos) originado por la


obstrucción del flujo sanguíneo.

● Ictus hemorrágicos: (hemorragia cerebral, el 15% de los casos) en el que la rotura de


un vaso provoca la salida de sangre y la compresión de estructuras del sistema
nervioso central.

2. Contextualización

Los sujetos que han sufrido esta clase de enfermedad padecen como consecuencia diferentes
dificultades motoras , ocasionando problemas en el desarrollo del control postural y en los
desplazamientos y acciones motoras.

Además, presentan deficiencias en cuanto a las funciones cognitivas, con las consiguientes
dificultades a nivel sensorial, emocional e incluso deficiencias en el lenguaje.

Es por ello que hay que desarrollar un programa para el tratamiento y recuperación para este
tipo de pacientes. En esta ocasión nos vamos ha centrar en una persona la cual a raíz del ictus
padece una hemiparesia, que es una de las formas en la que se clasifica la parálisis cerebral, y
se manifiesta como la parálisis parcial o reducción de la fuerza motora en un lado del cuerpo.

La hemiparesia no es una enfermedad como tal, sino más bien una condición neurológica
producida por una lesión en la corteza cerebral, a menudo provocada por una falta de
oxígeno en el cerebro.

A grandes rasgos, se pueden diferenciar tres tipos de hemiparesia:

● Hemiparesia del lado derecho

● Hemiparesia del lado izquierdo


● Hemiparesia infantil

3. Objetivos

Con este programa de entrenamiento buscamos conseguir los siguientes objetivos para una
correcta recuperación de un paciente con hemiparesia:

3.1 Objetivos generales


● Incrementar la importancia de la actividad física como método de prevención
y corrección de patologías.
● Obtener información para el posterior tratamiento de personas con problemas
de ACV.

3.2 Objetivos específicos

● Aumentar la fuerza muscular de pacientes con hemiparesia.


● Prevenir y minimizar los déficits causados por la hemiparesia.
● Mejorar la capacidad de marcha y funcionalidad general.
● Mejorar la calidad de vida y la integración de personas con hemiparesia en la
población.

4. Plan de evaluación

Antes de iniciar cualquier planificación o programa de entrenamiento, debemos realizar una


evaluación del paciente con el que vamos a trabajar, para conocer, tanto su estado de salud,
como su condición física y nivel de actividad.

Valoración del estado de salud:

La prescripción de ejercicio físico debe ir precedida de una consulta previa con el objetivo de
valorar el estado de salud del sujeto a la que irá dirigido el programa de entrenamiento. Para
tal fin utilizaremos el cuestionario PAR-Q, el cual contará con 7 preguntas de fácil respuesta
y que nos aportará información de la persona sobre el posible riesgo de padecer alguna
patología referente a las arterias coronarias (EAC). Además debemos tener en cuenta que los
pacientes que han sufrido un ACV necesitan un permiso médico para la realización de
actividad física; sin el cual tendremos que derivar al paciente a un profesional médico para
que autorice su práctica deportiva.
Para evaluar la capacidad funcional de un paciente que ha sufrido ACV es frecuente el uso de
los tests de velocidad, pero estos no proporcionan información suficiente sobre deficiencias
neurológicas específicas, por lo que no son representativos en cuanto a la capacidad funcional
de la zona afectada (el test de la marcha de 6 minutos, sería más representativo que el de los
10 metros en el menor tiempo posible, debido a posibles compensaciones que el paciente
pudiera realizar en este último test). De ahí la importancia de la mejora de la capacidad de
propulsión, la cual se considera una medida tanto de la capacidad de marcha como de
capacidad funcional. Por lo tanto, lo ideal cuando se realiza una evaluación de la capacidad
de la marcha en un superviviente de ACV, es usar además de un test de velocidad, uno de
capacidad propulsiva de cada pierna, con ello podremos determinar si la asimetría en la
propulsión mejora. Por lo que en nuestro caso utilizaremos los dos test mencionados
anteriormente para evaluar la capacidad de la marcha de nuestro paciente:

1) Test de velocidad; consiste en caminar 10 metros en el menor tiempo posible


2) Test de capacidad de propulsión; consiste en caminar durante 6 minutos la máxima
distancia posible.

La evaluación referente a la comunicación y los posibles déficits que pudieran existir en este
ámbito la realizará el foniatra, quien se encargará de programar y planificar el tratamiento
logopédico adecuado a cada caso.

En el caso de sujetos con hemiparesia hay que tener en cuenta que la movilidad de algunas
articulaciones se verá reducida, tanto por la disminución en la fuerza muscular, como por la
espasticidad de algunos músculos. Además, a estas limitaciones del propio miembro parético,
hay que añadirle los movimientos compensatorios que utilizará el sujeto durante el
desplazamiento, por lo que es muy probable que el patrón de marcha sufra las siguientes
alteraciones:

- Disminución de los rangos de movimiento articulares.

- Disminución de la longitud de paso y zancada.

- Disminución de la cadencia de paso.

- Disminución de la velocidad.

- Aumento del gasto energético.

- Movimientos compensatorios
5. Fases del entrenamiento

5.1. Fase de adaptación anatómica:

Supone la primera fase correspondiente con el entrenamiento de fuerza tradicional. Para


volver al entrenamiento tras un tiempo de baja actividad se debe realizar una adaptación
anatómica, mediante el cual se intenta preparar los músculos para dicho entrenamiento.

Esta fase servirá como iniciación al entrenamiento de fuerza para los menos experimentados,
y de perfeccionamiento técnico para los ya experimentados.

La principal tarea que se pretende cumplir es el aprendizaje de realización de patrones


básicos de movimiento mediante una ejecución correcta de dicho movimiento, así como
lograr una correcta postura y una mejora en el control de las funciones motoras. Otros
objetivos son el logro de un acondicionamiento general y específico de fuerza.

Ejemplo de sesión de la fase de adaptación anatómica


5.2. Fase de transición:

En la segunda fase, denominada fase de transición, se mantienen los movimientos básicos


adquiridos en la anterior fase para llevar a cabo el entrenamiento de fuerza. La intensidad de
dichos entrenamientos irán en aumento (tanto como se pueda), pues en la fase anterior se
adquirió una mejora de técnica y fuerza. A diferencia de la etapa anterior, en esta se
comenzará a añadir variantes en los patrones de movimiento más específicamente de la
marcha.

Ejemplo de sesión de la fase de transición:


5.3. Fase de fuerza específica:

Llegados a esta fase, el paciente debería haber adquirido una notable mejoría en la postura,
fuerza y técnica. La intención u tarea será la apreciación de esas mejoras en la capacidad
funcional del paciente. Las sesiones irán orientadas en su mayoría al entreno de fuerza
mediante actividades con una mayor complejidad y dinamismo, y que a su vez sean más
funcionales en cuanto a la reducción efectiva del posible riesgo de caída y una mejora de la
deambulación.

Ejemplo de sesión de la fase de fuerza específica:


Cada fase deberá tener una duración mínima de 4 semanas realizando los
entrenamientos/sesiones propuestos. Según el progreso del sujeto deberemos continuar con
la planificación propuesta ajustando la intensidad y los objetivos según la situación en la que
nos encontremos.

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