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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES


ESCUELA PROFESIONAL DE HISTORIA

Informe de Unidad
CURSO: Seminario de Historia Republicana
DOCENTE: Maxwell Quiroz Castillo

ALUMNO:

 MINCHOLA ZAVALA, Jhan Carlos

CICLO: 2023-I
FECHA: 11/05/23

TRUJILLO - PERÚ
ÍNDICE

PRESENTACIÓN…………………………………………………………….. 3

LA GUERRA EL PACÍFICO (1879 – 1883)…………………………………4

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS………………………………………..8

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PRESENTACIÓN

Las guerras del siglo XIX representan el fin de una época para las recientes formadas
repúblicas representativas de Sudamérica, esta eventualidad es la conclusión al
primer intento de consolidar un Estado – Nación mediante un proyecto económico
que resulta en catástrofe, más aun, cuando el inicio político de estos estados inicia de
forma tan caótica producto de los llamados caudillo militares. Es por ello que tras la
expulsión del sistema monárquico que envolvía a las ex colonias españolas, las
nuevas repúblicas buscan consolidarse, y para ello deben sobrepasar distintos
obstáculos, los dos principales: la creación de una identidad nacional sólida y la
integración de una economía moderna que pueda competir en el mercado
internacional.

Las últimas décadas del siglo XIX, Sudamérica será testigo de la culminación del
periodo de consolidación de tres países vecinos, que ante la catástrofe económica que
pasaban se direccionaron por distintos caminos que el destino (y sobre todo la
política) les haría cruzarse en el evento más nefasto, luego de la Guerra de La Triple
Alianza, del continente: La Guerra del Pacífico (1879).

Es por la importancia de este acontecimiento para el Perú republicano que el


siguiente informe pretende explicar y brindar una opinión con respecto a los sucesos
que se consideran claves del enfrentamiento. Gracias al material bibliográfico
escogido se dará una rápida visión de lo sucedido en el conflicto bélico y la
subsiguiente consecuencia en la postguerra.

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LA GUERRA DEL PACÍFICO (1879 – 1883)

Luego de la guerra de Independencia el estado peruano iniciaría su primer proceso de


consolidación a través de los agentes militares que lucharon por conseguirla, sin
embargo, estos “señores de la guerra” estaban más interesados en el control político
que en iniciar un proyecto económico firme que modernizara el país a la par de los
estados “modernos”. Será a partir a mediados del siglo XIX que el Perú iniciaría su
tan ansiado proyecto económico con la llegada del boom guanero, este valioso
recurso sirvió como generador de riqueza, llegando a impulsar un periodo de falsa
prosperidad, unos años muy cuestionables de bonanza económica, que llevaron al
Estado a una bancarrota fiscal, producto de sus desmedidos gastos ocasionados entre
los gobiernos de Castilla y Echenique.

Por otro lado, esta riqueza pasajera sirvió como punto de inflexión para los capitales
privados de los antiguos terratenientes peruanos, que, arruinados por la guerra de
independencia, lograron levantar sus fortunas al convertirse en consignatarios del
guano y más aún al ser un grupo rentista que se aprovechaba del hambre monetario
que tenía el gobierno peruano de aquel entonces. El gran objetivo de aquella
“burguesía nacional” era obtener el control político del país que permitiera velar por
sus propios intereses económicos, lo que lograrían en 1872 con el ingreso de Manuel
Pardo, su cabecilla, como presidente de la república. Con el tiempo los ideales de
Pardo y del grupo civilista se verían esfumados luego de las catastróficas decisiones
fiscales tomadas por el Perú, lo que llevaría a nuestro país a vivir una crisis
económica que marcarían el fin de un periodo convulso de golpes militares y falsa
bonanza económica con el punto de inflexión de la Guerra del Pacífico por lo que las
últimas dos décadas del siglo XIX significaron un viraje decisivo hacia la
conformación del Perú moderno (Contreras y Cueto, 2013, p. 165).

La Guerra por el Salitre de 1879 es el fin del primer proceso de consolidación del
Estado Peruano, producto de la ineptitud de sus dirigentes acaudalados que no
supieron crear una economía firme con la riqueza obtenida del guano y no prevenir la
ideología expansionista que se estaba gestando en Chile a partir de 1840 con el auge
comercial que experimentaba su principal puerto y que llevó a una política de rearme
para ser frente al intento armamentista de Argentina; lo que lleva al estado sureño a

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expandirse hacia el sur del continente para ocupar el Estrecho de Magallanes, ya que
el crecimiento económico de Valparaíso y su consolidación como plaza comercial y
financiera exigieron formalizar rápidamente la presencia y control chileno en los
pasos interoceánicos australes de los que el comercio porteño dependía (Wilson,
2015, p. 90).

A partir de aquí debo hacer hincapié en la falta de capacidad de los dirigentes civiles
de velar por un proyecto económico nacional que permitiera una verdadera
modernización del país, y a su necedad de militarizar el país en defensa de los
recursos valiosos (en especial el salitre) que eran el único sustento económico para el
Perú de mediados del siglo XIX. El Perú era consciente del proyecto armamentista
naval que tenía Chile, pues hacia 1870 era de conocimiento público la inyección de
dinero al presupuesto naval ya que en el país sureño para 1872 se aprueba una ley
que destina 1 200 000 de libras esterlinas a la construcción de dos buques blindados
(los gemelos Cochrane y Blanco Encalada) en Gran Bretaña adicionando la cañonera
Magallanes (Wilson, 2015, p. 94). Si bien, el Perú contaba con una armada fuerte
gracias al monitor Huáscar y al blindado Independencia, los nuevos barcos chilenos
correspondían a la última tecnología naval y más preocupante era la cantidad de
buques militares de menos potencia que Chile estaba desarrollando; contrariamente
al Perú cuyo presidente Pardo en lugar de concretar la comprar de buques si limitó a
su problemático pero necesario tratado secreto defensivo con Bolivia y el intento de
inclusión de Argentina al mismo (Basadre, 2005, t. VIII: p. 221). Es a partir de 1870
en donde se contempla un punto de inflexión con respecto a los caminos tomados por
ambos países, mientras el Perú se centraba en estabilizar su economía y solucionar
sus problemas internos, Chile se proyectaba hacia una futura expansión de su
territorio con el objetivo de arrebatarle sus riquezas salitreras a sus vecinos; pues este
recurso era indispensable para salvar la economía de las tres naciones, he aquí a tres
gobiernos contemplando el salitre como miraría un hambriento viajero un trozo de
carne tierna (Contreras y Cueto, 2013, p. 167).

La anteriormente mencionada superioridad naval chilena como bien ya se sabe logra


imponerse en el teatro de operaciones navales una vez iniciada la guerra, este será el
factor determinante que llevará al control del Pacífico por parte de Chile propiciando
por un lado el bloqueo y el cobro de cupos en la costa peruana; y por otro, la

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ocupación terrestre de las provincias del sur y lo más nefasto: la ocupación militar de
nuestra capital, Lima.

Es a través del trabajo investigativo de Emilio Rosario que podemos tener un


acercamiento a este suceso tan nefasto y a una aproximación del vivir cotidiano de
los ciudadanos de Lima tras ésta ser ocupada por las tropas chilenas. Una vez
concluido las previsibles derrotas de San Juan y Miraflores, la población limeña entra
en un estado de incertidumbre, propiciando los primeros abandonos, antes que el
ejército enemigo llegue a la capital, una parte importante de los ciudadanos decidió
irse de Lima; quienes no tenían la capacidad de movilizarse hacia otro lugar
decidieron permanecer en sus casas (Rosario, 2021, p. 71); por otro lado, entre la
población que decide quedarse (por propia decisión o porque no tenían la forma de
escapar), los dueños de negocios ante la preocupación de la vulnerabilidad de sus
propiedades se las ingenian para intentar salvaguardarlas, al iniciarse la marcha del
ejército chileno en las calles de Lima, mientras los negocios estaban cerrados, había
casas abandonadas y un sinfín de banderas extranjeras flameaban en diversas casas
con el fin que fueran consideradas de propiedad foránea y así evitar el saqueo o
incendio (Rosario, 2021, p. 70). La indignación de los limeños frente a la ocupación
chilena iría creciendo con el paso de los días puesto que el ejército invasor en un afán
propio de los vencedores inician una afanosa tarea de saquear el patrimonio cultural
material de los distintos establecimientos culturales que fueron convertidos en sus
cuarteles militares, es así como se relata que: los limeños, al salir a realizar compras
al mercado o a reunirse en la misa de los domingos, eran testigos de cómo el ejército
chileno saqueaba los inmuebles de la Universidad San Marcos y de la Escuela de
Bellas Arte y Oficios, provocando la ira y frustración del limeño quien no podía
realizar ninguna acción para detener el saqueo, sino llorar o vociferar tímidamente su
indignación (Rosario, 2021, p. 74). En estas breves líneas se contempla el sentir de
una población que es testigo del robo de su cultura y de la actitud barbárica de sus
enemigos, para la época era así retratada la ocupación de la capital peruana, lo que
llevaría posteriormente a un sentimiento nacionalista de rechazo hacia el invasor del
sur, tendencia que persistiría hasta nuestros días.

La cruenta guerra que tuvo que vivir el Perú, aparte de ser un punto de inflexión para
la consolidación nacional, creó un trauma fatídico que la población incluso a día de
hoy no ha podido olvidar, esto tiene una de sus causas en los textos escritos tras la

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guerra, puesto que el ideario político de aquel entonces estaba impregnado de
revanchismo tras la humillante derrota. En los escritos que retratan al Perú de la
postguerra encontramos un solo sentimiento: dolor, malestar y sufrimiento debido a
que el cuerpo nacional fue lacerado en todos sus aspectos, vislumbrando en la mayor
parte de los discursos un futuro incierto (Rosario, 2015, p. 143). De la igual forma no
se puede desprestigiar los discursos y escritos efectuados por los tres países que un
momento determinado decidieron enfrentarse para de esta manera salvar su precaria
economía, por lo tanto, lo escrito en la postguerra por Perú, Chile y Bolivia fue
producto de la necesaria proyección hacia la construcción de una identidad nacional.
La bibliografía existente ha dado paso al público en general de los tres países a
historias que poseen variadas improntas valóricas de juicios nacionalistas construidos
como plataforma de formación del Estado-Nación que, como pilar de
fundamentación, formuló mediante la conciencia nacional las victorias militares para
Chile y las aspiraciones territoriales para Perú y Bolivia (Rivera, 2015, p. 274).

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Basadre, J. (2005). Historia de la República del Perú: 1822-1933. Vol. VIII. El


Comercio.

Contreras, C. y Cueto, M. (2013) Historia del Perú Contemporáneo: Desde las


luchas por la Independencia hasta el presente. Instituto de Estudios
Peruanos.

Rivera, P. (2015) Lo que se escribe, lo que se enseña: guerra de 1879. En E. Cavieres


y J. Chaupis (Ed) La Guerra del Pacífico en perspectiva histórica.
Reflexiones y proyecciones en pasado y en presente. (pp. 273 - 286)
Universidad de Tarapacá.

Rosario, E. (2015) Impreso con sangre. Testimonios del Perú de la postguerra del
Pacífico (1883 – 1890). En E. Cavieres y J. Chaupis (Ed) La Guerra del
Pacífico en perspectiva histórica. Reflexiones y proyecciones en pasado y en
presente. (pp. 141 - 158) Universidad de Tarapacá.

Rosario, E. (2021) Lima tomada: Vida cotidiana durante la guerra contra Chile
1879 – 1883. Municipalidad Metropolitana de Lima.

Wilson, F. (2015) Operaciones navales en la Guerra del Pacífico desde la perspectiva


de la construcción del poder naval chileno. En E. Cavieres y J. Chaupis (Ed)
La Guerra del Pacífico en perspectiva histórica. Reflexiones y proyecciones
en pasado y en presente. (pp. 91 - 110) Universidad de Tarapacá.

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