REBELIÓN DE CUZCO DE 1814

La Rebelión del Cusco de 1814 fue un episodio de la guerra de Independencia del Perú
que implicó la sublevación de gran parte de la provincia del Cusco y parte de la
provincia de Charcas. Durante la misma fue proclamada la autonomía y autogobierno
del Cusco, tanto de cualquier poder extranjero como del Virreinato del Perú, gobernado
por el virrey José Fernando de Abascal y Sousa.
CAUSAS DIAPO
El origen de la rebelión fue la reclamación sostenida por miembros del ayuntamiento
del Cusco para instalar la diputación provincial cusqueña, y autónoma del gobierno
virreinal de Lima, según lo que preveían las Cortes de Cádiz de 1812, pero que el
tribunal de la Real Audiencia del Cusco resolvió contrariamente dando orden de prisión
sobre los reclamantes.
Creación de las Juntas de Cádiz (1810) ante la invasión francesa y el estancamiento del
gobierno absoluto español. Así como la promulgación de la constitución de Cádiz de
carácter liberal que otorgaba más autonomía a las juntas americanas.
La creciente crisis que atravesaba el territorio español y los territorios a su mando llevó
al estado peruano a un tenso estado económico que se tradujo en el aumento de
impuestos en la población mestiza, criolla y, especialmente, la indígena. Al inicio del
siglo XIX, existía un creciente descontento entre la población peruana, paralelo a los
distintos levantamientos dados en Latinoamérica y los pasados movimientos
revolucionarios dados en el Perú, debido principalmente a las distintas y cada vez más
estrictas medidas gubernamentales dadas con el afán de contenerlos.
En 1812 se quiere implantar la constitución de Cádiz de carácter liberal, sin embargo,
ante la negativa de las autoridades españolas se forma un grupo social revolucionario
encabezado por los hermanos Angulo.
FORMACIÓN DE LA JUNTA DE GOBIERNO DEL CUZCO DIAPO
Para agosto de 1814 los partidarios constitucionalistas, llamados "criollos", controlaron
políticamente la ciudad del Cusco, pero los seguidores de los Angulo bajo la exigencia
de aplicación de la Constitución de Cádiz pretendían seguir las acciones autonomistas
de Buenos Aires. Se formaría una junta que se compondría de tres notables que eran
Mateo Pumacahua, Domingo Luis Astete y Juan Tomás Moscoso y que, como otras
juntas autonomistas americanas, reconocía la autoridad de las cortes españolas y del
monarca Fernando VII.
En la madrugada del 3 de agosto de 1814, se produjo un golpe de Estado incruento en el
que la guarnición del Cusco se sumó masivamente a los ideales independentistas. El
presidente de la audiencia y el regente Manuel Pardo Ribadeneira fueron depuestos.
José Angulo asumió el cargo de jefe máximo de la revolución, siendo el presidente de la
junta de autogobierno y capitán general de las armas de la patria de las provincias de
Cusco, Puno, Guamanga y La Paz.
La insurrección estaba acordada previamente para estallar en simultáneo en el Cusco,
Lima y en el Ejército Real del Alto Perú.
El 17 de septiembre, José Angulo, tras ver rechazadas sus pretensiones constitucionales
por el virrey Abascal, que amenazaba con emplear la fuerza, le advirtió del respaldo que
tendría la causa patriota y de lo inútil de hacerle frente mediante las armas.
DESARROLLO DIAPO
El 30 de diciembre de 1814 el virrey Abascal anulaba la Constitución de Cádiz en el
Perú, en aplicación de la orden recibida desde la península ibérica de parte de Fernando
VII que había restaurado el absolutismo en España.
Bajo el mando del general Angulo se organizaron 3 expediciones:
- Puno y La Paz: división comandada por Juan Manuel Pinelo y el párroco del Cusco
Ildefonso de las Muñecas. Recibieron la ayuda de miles de indígenas, lograron tomar la
ciudad de Puno y tras unirse con más soldados en el río Desaguadero tomaron la ciudad
de La Paz y formaron en ella una junta de gobierno.
- Huamanga: comandada por el argentino Manuel Hurtado de Mendoza y el clérigo José
Gabriel Béjar y Mariano Angulo. Al inicio lograron tomar las ciudades de Huamanga y
Huancayo, el virrey Abascal envía tropas desde Lima y los rebeldes son derrotados en
las batallas de Huanta y Matará perdiendo la ciudad de Huamanga. Aunque los rebeldes
se reorganizaron, el asesinato de Hurtado de Mendoza provoco el fin de este ejercito el
cual fue vencido por los realistas.
- Arequipa: dirigida por el curaca de Chinchero Mateo Pumacahua y secundada por
Vicente Angulo. Mariano Melgar participó en el ejército de Pumacahua. Tras la batalla
de La Apacheta los rebeldes logran la victoria y toman la ciudad de Arequipa,
presionando a su cabildo a reconocer la junta gubernativa del Cuzco; sin embargo, con
el avance de tropas realistas, Pumacahua decide replegarse al Cuzco y deja las zonas
ocupadas.
CONTRAATAQUE REALISTA DESDE EL ALTO PERÚ DIAPO
Joaquín de Pezuela, jefe del ejército realista del Alto Perú, envió una división al mando
de Juan Ramírez Orozco con muchos indígenas para reconquistar La Paz, logrando su
objetivo tras la batalla de Achocalla.
El 17 de noviembre continuó Ramírez su rápido avance hacia el virreinato del Perú
dejando a José Landaverí como gobernador intendente de La Paz. Las tropas de
Ramírez ingresaron a Arequipa el 9 de diciembre de 1814, para ese entonces la
revolución corría grave peligro pues Chile había vuelto al poder monárquico y
Cochabamba se negaba a plegarse a la insurrección
Luego de reponer fuerzas y de reforzar su milicia, el general Ramírez salió de Arequipa
a seguir su reconquista el 12 de febrero de 1815. El 11 de marzo se llevó a cabo la
Batalla de Umachiri con decisiva victoria realista. En esta batalla es capturado
Pumacahua y fusilado Mariano Melgar.
Con la victoria en Umachiri, el general Ramírez agrupó sus fuerzas y ocupó la ciudad
del Cusco el 25 de marzo de 1815. En esta ciudad sucedieron varias ejecuciones a los
líderes y colaboradores patriotas. Los hermanos Angulo fueron ejecutados y sus
pertenencias, además de los estandartes patriotas, llevados al virrey en calidad de trofeo
de guerra.

CONSECUENCIAS DIAPO

Tras la derrota y fusilamiento de los cabecillas rebeldes la provincia del Cuzco vuelve a
jurar fidelidad a la corona española.
Tras el fracaso de este gran levantamiento no volvería a ocurrir ninguna otra revuelta en
el territorio del virreinato peruano hasta la llegada de San Martín.
Nace una identidad temprana de nacionalismo peruano en la zona sur andina del
virreinato.
Con esta última rebelión se rompe definitivamente la estabilidad entre los españoles y
los otros grupos sociales peruanos.
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