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El alcohol golpea a los jóvenes

Las cifras sobre el consumo de alcohol por menores de edad son suficientemente alarmantes para provocar
una acción pública decidida a concienciar a los jóvenes sobre los graves daños de este hábito. El informe
presentado por los expertos y entidades integrados en «Movilización Alcohol y Menores» ofrece un
panorama preocupante. El 70 por ciento de los jóvenes entre catorce y dieciocho años ha bebido en el último
mes y el 30 por ciento, hasta emborracharse.

La respuesta, según los expertos, debe ser un cambio normativo que acentúe el tratamiento preventivo, más
que el represivo. Es evidente que debe ser así, aunque las leyes también tienen que conservar su función
limitativa y sancionadora para hacerse disuasorias.

Hoy en día es difícil afirmar que los jóvenes no cuentan con información suficiente sobre los riesgos de todo
tipo de adicciones, sean drogas o alcohol. El problema es que esta información se encuentra rodeada de
factores que actúan en sentido contrario al educativo. El ocio juvenil se basa cada día más en actividades
aislacionistas, como las nuevas tecnologías -internet, mensajerías instantáneas, videojuegos- o el consumo
de alcohol, aunque sea aparentemente en grupo. En la etapa educativa no se dedican suficientes horas al
deporte y tampoco parece que las prohibiciones a los locales de vender alcohol estén acompañadas de
eficaces campañas de inspección y sanción. Además, las dificultades de los padres de conciliar trabajo y
atención familiar causan muchas horas de desatención a los menores, que estos cubren con actividades no
siempre adecuadas a su formación y desarrollo personales. Todavía el personaje del borracho merece un
tratamiento simpático en series, películas y hasta videos en las redes, quizá porque, como es lógico, el
consumo de alcohol cuenta con una aceptación social en determinadas circunstancias y para ciertas edades,
lo que lleva a algunos menores a relativizar la gravedad de los perjuicios causados por un hábito
descontrolado.

Los expertos agrupados en torno a «Movilización Alcohol y Menores», impulsado por la Fundación de
Ayuda a la Drogadicción (FAD), tienen una visión tan realista como preocupante del problema y propugnan
una respuesta integral, que implique desde las familias hasta los fabricantes, pasando por los centros
educativos y las administraciones públicas.

En definitiva, es necesario que toda la sociedad trabaje al unísono para combatir esta amenaza para la salud
pública y, especialmente, la de los menores, porque el consumo excesivo y a destiempo del alcohol no es
menos devastador que el de las drogas, aunque sean estas las que conciten la atención prioritaria de la
opinión pública.

ABC 19/01/2018

Cuestiones

1. Identifique las ideas del texto y exponga esquemáticamente su organización


2. Indique y explique la intención comunicativa del autor
3. ¿Por qué un porcentaje tan alto de menores consume alcohol? Elabore un discurso argumentativo de
250 palabras.

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