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Autoestima
Entre las causas que incita a un individuo a comenzar a beber están la falta de autoestima y
la timidez, estando esta última muy asociada con la anterior. Este es uno de los motivos por
los que muchos jóvenes inician con el alcohol, ya que sienten que así pueden dejarse llevar
más fácilmente e, incluso, acercarse a otras personas, por la desinhibición que les produce
la ebriedad.
Aunque la toma de alcohol suele iniciarse gradualmente, el problema es evidente cuando la
persona asocia erróneamente a este tipo de bebidas un beneficio que, realmente, no existe.
Un progenitor alcohólico
La estadística nos ha demostrado que de muchos padres alcohólicos surgen hijos con el
mismo problema. Esto puede darse por muchos factores, como el de imitación por
aprendizaje, ya que desde pequeño ha observado una normalización en la ingesta de
bebidas alcohólicas.
A pesar de las malas experiencias que haya podido sufrir un menor con padres que padecen
esta enfermedad, a veces termina adoptando el consumo y desarrollando una adicción,
como una forma de afrontar diversas situaciones vitales, hecho que ya pudo observar en sus
progenitores.
Trastornos psiquiátricos
Algunas patologías psiquiátricas pueden aumentar el riesgo de desarrollar una adicción, en
este caso, estaríamos hablando de una patología dual. Hoy en día, la intervención ante
patologías duales se recomienda que sea integradora, con un programa multicomponente en
el que poder tratar la sintomatología de ambas patologías a la vez.
Existen diversos factores, que pueden provocar en la persona consecuencias depresivas que,
a su vez, le pueden incitar a buscar en el alcohol una vía de escape a la realidad.
Factores de riesgo que causan la adicción
Los factores de riesgo están estrechamente relacionados con las causas de ser alcohólico.
La diferencia con aquellas es que, a pesar de estar expuestos en un ambiente de consumo
de bebidas alcohólicas, aún tenemos las herramientas para evitar desarrollar esta
enfermedad.
Los menores de edad tienen la posibilidad de esperar y elegir, así, probar el alcohol una vez
cumplida la mayoría de edad. Exponer a un organismo joven, en un momento de desarrollo
y maduración a una sustancia tóxica, que a corto plazo puede generar un gran refuerzo,
aumenta el riesgo de desarrollar una adicción.
Asimismo, como bien indicamos antes, vivir en un entorno de consumo con padres que
sufren esta enfermedad, resulta un factor de riesgo muy alto para la normalización del
consumo y el posible desarrollo de una problemática relacionada con este. Ser conscientes
del problema, y evitar que nuestros hijos perciban la ingesta de bebidas alcohólicas como
un medio para desenvolverse eficazmente en su día a día, resulta crucial para su
prevención.
Como síntoma debemos tener en cuenta la mentira, en lo que respecta a la ingesta real de
alcohol. Un alcohólico tiende a mentir acerca de la cantidad que consume. Esto se produce,
en parte, por la vergüenza que le produce su adicción, así como una manera de
defenderse ante lo que percibe como un señalamiento tras una mala acción.
Aunque no se da en todos los casos, muchos alcohólicos suelen descuidar su trabajo y, en
general, sus obligaciones con respecto a quienes le rodean o están a su cargo. De esta
forma, para satisfacer su consumo, no pueden evitar los problemas económicos que, a
veces, pueden conllevar a actos delictivos.
Un alcohólico pierde el control sobre sí mismo, lo que le provoca continuos conflictos con
otros y él mismo. No es sencillo reconocer una adicción, por eso es preciso que cuente con
la ayuda de quienes le rodean.
¿A dónde acudir?
Uno de los retos universales es garantizar el acceso de la población a servicios de salud
especializados. Sin embargo, en nuestro país, el lapso transcurrido entre el inicio del uso de
drogas y la solicitud de tratamiento oscila aún entre los seis y ocho años. Por ello, la
consolidación y coordinación de instancias especialistas en la materia y la difusión de los
servicios disponibles, resulta fundamental para favorecer la atención oportuna de las
adicciones.
En México se cuenta con la Red Nacional de Atención Integral a las Adicciones constituida
por distintas instituciones y organismos con reconocimiento oficial, que brindan servicios
de prevención y tratamiento.
Tiene 120 Unidades Operativas distribuidas en todo el país que dan servicios de
prevención, tratamiento y rehabilitación, y reinserción social. Cuenta también con un
programa de investigación y distintas alternativas para la formación de especialistas.
Cuenta además con un Centro de Atención Ciudadana llamado “la Línea de La Vida” que
brinda orientación psicológica.