Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Los factores psicosociales del trabajo son aquellas condiciones que se encuentran pre-
sentes en una situación laboral; que están directamente relacionadas con la organización,
el contenido del trabajo y la realización de la tarea; y que tienen capacidad para afectar
tanto al bienestar, a la salud física, psíquica o social de los trabajadores, como al desa-
rrollo del trabajo. Y uno de estos factores psicosociales es la comunicación.
La comunicación, pretende contribuir a la creación de beneficios empresariales a través
de unas buenas relaciones entre todos los departamentos y empleados, y del equilibrio
entre los objetivos de la organización con los individuales, pues la desmotivación laboral
puede reducir la productividad de una empresa hasta en un 40%. Veremos sus caracte-
rísticas proponiendo líneas para su mejora.
Las empresas deben de cumplir sus obligaciones en materia de prevención de riesgos laborales,
identificando, analizando, evaluando y tratando de prevenir, en este caso, los riesgos de naturaleza
psicosocial.
La psicosociología aplicada es la disciplina que identifica, analiza, evalúa y trata de prevenir los ries-
gos derivados de la interacción del trabajador con los factores psicosociales del trabajo.
Los factores psicosociales del trabajo son aquellas condiciones que se encuentran presentes en una
situación laboral; que están directamente relacionadas con la organización, el contenido del trabajo
y la realización de la tarea; y que tienen capacidad para afectar tanto al bienestar, a la salud física,
psíquica o social de los trabajadores como al desarrollo del trabajo. No podemos olvidar que, toda
decisión tomada por la empresa debida a objetivos, derechos, operativas o decisiones acordadas, es
asumida por la parte trabajadora, la cual está directamente condicionada a las decisiones directivas.
Y uno de estos factores psicosociales es la comunicación.
Ciertamente no todos los trabajadores, ante un determinado riesgo psicosocial, desarrollarán las
mismas reacciones y consecuencias, ya que su magnitud y naturaleza dependen de ciertas caracte-
rísticas propias de cada individuo, como su personalidad, sus necesidades, sus expectativas, sus
objetivos, su vulnerabilidad o su capacidad de adaptación o resiliencia.
La comunicación no es sólo una necesidad social; también la precisamos para desarrollar mejor y de
una manera más coherente nuestro trabajo. Una comunicación fluida en el entorno de trabajo es
siempre beneficiosa, ya que facilita la colaboración, el entendimiento, la diferenciación personal, las
diferentes casuísticas de organización del trabajo, el trabajo en equipo y, por lo tanto, la detección
y resolución de posibles problemas.
Indicar finalmente, que existen dos tipos de comunicación en la empresa: la formal y la informal.
Ambas son necesarias y han de cuidarse con el fin de que sean eficaces, útiles y no perjudiquen el
clima laboral. Esto quiere decir que se deben dar de manera alterna durante la jornada laboral y, a
ser posible, entre las diferentes escalas.
2. CONCEPTO DE COMUNICACIÓN
La comunicación es, un proceso bidireccional, entre dos o más individuos con el objetivo de aportar
información y recibirla; por ello, la capacidad de recibir es tan importante como la capacidad de
enviar. Es de recalcar que un buen proceso comunicativo debe incluir esa bidireccionalidad, si no,
nos encontraríamos ante un discurso. Además, es de suma importancia el papel que juega la inter-
pretación y la construcción de significados durante ella, pues esas representaciones mentales sobre
nuestras realidades serán las que nos muevan y aporten a nuestra comunicación su significado.
Puede realizarse por múltiples vías: conversaciones orales, gestos, simbología o por escrito mediante
redes sociales, chats o correos electrónicos.
Los ocho elementos del proceso de comunicación son: comunicador (emisor), mensaje, codificación,
canal, receptor y decodificador (receptor), retroalimentación, ruido y el contexto.
Pero cuando hablamos de comunicación empresarial surgen otros tres elementos que deben consi-
derarse en el momento de emitir un mensaje.
• Brinda información a los empleados para llevar a cabo sus tareas correctamente.
• Nivel uno. La comunicación más directa y más eficaz, se produce en situaciones en las que
las personas se encuentran cara a cara en una comunicación de doble sentido. Aquí los
símbolos verbales y no verbales son claros para ambas partes y posibilita la retroinforma-
ción instantánea, además de ser capaz de mostrar la concordancia entre el mensaje verbal
y no verbal y así ésta pueda ser valorada por las dos partes.
• Nivel dos: Aquí la comunicación es de doble sentido, pero no es cara a cara. Aunque es
posible la retroinformación las señales no verbales no son aparentes. Diríamos que baja un
escalón, pues elimina o no deja ver una parte muy importante de la comunicación.
Los elementos anteriores sirven para ejecutar un mensaje de manera más asertiva. No
obstante, dentro del proceso hay que considerar cinco funciones de la comunicación empresarial y
cómo influye cada una de ellas dentro de la empresa.
1. Motivar. Todo directivo de una empresa quiere el máximo rendimiento de sus empleados. No
preocuparse por las condiciones, inquietudes y motivaciones de los empleados limita el esfuerzo y,
por consiguiente, sus resultados. Si se desea que los empleados tengan buen rendimiento, que se
comprometan con la empresa y mantengan un entorno laboral agradable, debemos hacer uso de la
comunicación informal que anteriormente comentábamos, para poder detectar con ella, las diferen-
tes características y preocupaciones y de esta manera se les debe de proporcionar unos los incentivos
necesarios para que efectúen mejor su trabajo.
2. Facilitar el control. Se debe de describir bien el tipo de trabajo a realizar, cómo hacerlo y aclarar
las dudas que puedan existir, pues ahorra inconvenientes y malos entendidos. Hablamos de la capa-
cidad de delegar, estableciendo una relación de confianza, con límites claros para evitar abusos.
5. Brindar una buena retroalimentación. Más allá de los canales y mensajes utilizados, la única
manera de saber si las estrategias de comunicación están siendo eficaces es confirmando que los
colaboradores han entendido todos los mensajes emitidos y que reaccionan de la forma esperada.
Para medir los resultados del plan de comunicación interna y saber si está funcionando apropiada-
mente e identificar errores, se hace necesario un análisis periódico de comunicación. La forma habi-
tual es usar el ciclo PDCA (Actuar, Planificar, Revisar, Hacer).
Cuántas veces hemos escuchado dentro de cualquier organización frases como "yo no
sabía nada…", "a mí nadie me dijo cómo había que hacerlo…", "esa parte no me corres-
ponde a mi…", "yo no he recibido ningún mail…", "¿Tenía que mandarlo yo?"
Si las hemos oído, puede que esta organización tenga un problema de comunicación y que esté
afectando a la productividad. Y esto es debido a que esta falta de comunicación genera
desinformación, y trabajar desinformado provoca un desconocimiento que genera fallos y errores
haciendo que estallen los conflictos entre quienes los generan. En resumen, si los mensajes no llegan
a los receptores a tiempo o no se envían los suficientes mensajes, y éstos, lleguen a tiempo o no,
no contienen la información apropiada y correcta, surgen los problemas y los malentendidos.
Una buena comunicación en el ámbito laboral es uno de los pilares fundamentales de la motivación
y de la mejora de la productividad. Si un empleado que tiene la posibilidad de expresar sus opiniones
se siente escuchado y, por lo tanto, valorado, podremos ver como rápidamente su motivación con-
tagia en la mejora de la productividad. Además, sabemos que los empleados motivados sienten una
mayor fidelización hacia la organización, y esta es una de las claves para retener a los mejores
talentos y para optimizar la productividad.
Incluso, hay que evitar toda falta de comunicación entre los empleados de los distintos departa-
mentos de una empresa. El hecho de que los trabajadores no conozcan las labores de los demás
departamentos provoca conflictos interdepartamentales, ya que no entienden la urgencia de ciertas
tareas ni las consecuencias de no realizar estos trabajos a tiempo
• Genera una falta de motivación que daña las relaciones, y por tanto, la producti-
vidad. Toda comunicación fluida debe partir desde arriba.
Por ello, debe existir un líder que articule de forma clara y concisa, que todo el mundo entienda, la
visión y los objetivos que deben perseguir todos unidos. Es de suma importancia que el mensaje sea
bien transmitido, pues un discurso, ambiguo, abstracto y que deja mucho a la interpretación no será
compartido por todos los integrantes, generando de esta manera un conflicto interno, una lucha de
discursos. Si un empleado se siente identificado con la empresa y siente que su trabajo está reco-
nocido, aumentará su productividad ya que aumentará su confianza en sí mismo y, con ello, su
satisfacción profesional y personal.
○ Oír se define, sin más, como "percibir con el oído los sonidos".
Para poder escuchar hay que hacer uso de la escucha activa, que no solo prestar atención
a las palabras que una persona dice, sino también a su lenguaje corporal y a la comunicación
no verbal y emocional.
○ Decir, sin embargo, es una operación que empieza dentro del individuo y que exte-
rioriza como algo que la persona ha pensado que iba a decir y, como tal, es un acto
propiamente humano, absolutamente consciente y racional.
De modo general, la diferencia fundamental entre estos dos términos reside en la respuesta del
interlocutor (feedback), mientras que la información no precisa de ella para la comunicación es
imprescindible para que se pueda seguir estableciendo. Si no existe esta reciprocidad, sería infor-
mación. Informar, podríamos decir, que "es una comunicación a medias".
• Falta de empatía. La empatía es una habilidad social básica que permite entender al otro
interlocutor y su punto de vista. Es la capacidad innata de cada uno para situarse dentro de
la otra persona y ver con sus ojos. Es clave para poder enviar un mensaje claro y preciso.
• Ser víctima de nuestros propios prejuicios o sesgos. Todos tenemos unos prejuicios
que nos nublan nuestra visión de las cosas y favorecen que sólo escuchemos lo que estamos
predispuestos a escuchar. Esto hace que nuestro mensaje se nutra, pero no logra enrique-
cerlo, pues dejamos de lado información que presenta fines incompatibles.
• Falta de retroalimentación.
• Mensajes inconsistentes.
• Poca empatía.
La escucha activa se refiere, como su nombre indica, a escuchar activamente y con conciencia plena.
Pero no solo eso, sino que hay que expresar que estamos escuchando con atención.
Pese a que puede parecer que escuchar activamente es tarea fácil, este tipo de escucha requiere un
esfuerzo de nuestras capacidades cognitivas y empáticas. Aunque no lo parezca, en muchas oca-
siones pasamos mucho tiempo pendientes de lo que nosotros pensamos y de lo que nosotros deci-
mos, en vez de escuchar activamente al otro.
• Interés: Debe existir interés por ambas partes para escuchar atentamente y responder en
igualdad de condiciones. Hay que estar pendiente de la conversación en todo momento.
• Lenguaje no verbal: Los mensajes son importantes, pero el lenguaje corporal lo es más
todavía. Ya que este que aporta datos que potencian la información que se está poniendo
de manifiesto.
• Empatía: Una de las cosas que ayudan a mantener una conversación eficaz es demostrar
empatía por el interlocutor. Ponerse en su lugar para tratar de entender la situación por la
que está pasando, hará que este se sienta mejor escuchado y generará un clima de mayor
confianza.
• Paciencia: Debemos dedicar el tiempo necesario a las conversaciones, pues si vamos con
prisas condicionamos a la otra parte, pues la buena comunicación requiere de su tiempo.
6. TIPOS DE COMUNICACIÓN
La comunicación, en función de los niveles jerárquicos puede ser de tres tipos: comunicación des-
cendente, ascendente o al mismo nivel.
La comunicación descendente es aquella que se transmite desde la dirección o gerencia a los subor-
dinados, además de a puntos intermedios donde el mensaje pasa de una escala a otra que se
encuentra jerárquicamente por debajo, es decir, siguen la cadena de mando o el formato de jerarquía
natural de una empresa. Hace referencia a los mensajes que traspasan los jefes a su equipo.
En estos casos, los jefes o líderes de un proyecto tienen la responsabilidad absoluta. A través de esta
modalidad de comunicación los directores asignan las tareas, anuncian los objetivos a conseguir y
notifican cualquier tipo de modificación al empleado.
Para que se dé en una organización empresarial una buena comunicación descendente, hace falta
tener en cuenta dos elementos fundamentales:
• Confianza. Cuando los líderes muestran confianza, tienen un nivel de relación muy cercano
con el personal. Un líder debe mostrar seguridad a la hora de dirigir a sus subordinados, de
esta forma, la fe entre empleados y líderes será recíproca. Esto se refleja en el esfuerzo y
la eficiencia del personal.
• Tolera la opción de delegación. En una estructura vertical es mucho más sencillo ceder
responsabilidades para acometer una tarea siguiendo la cadena de mando.
Pero como todo, la comunicación descendente también presenta algunas desventajas como son los
problemas de interpretación en los mensajes o la insatisfacción de algunos colaboradores.
Indicar finalmente que, una comunicación descendente, no puede basarse solo en informar, como
hemos comentado anteriormente existen dos tipos de comunicaciones, la formal y la informal, y se
ha de saber alternar ambas. No podemos utilizar únicamente la comunicación formal, por lo que la
comunicación informal pasa a tener una importancia vital, ya que, en caso contrario, esta comuni-
cación será interpretada como simple y directo mando.
La comunicación ascendente tiene lugar cuando en una empresa la información fluye o es recibida
hacia arriba a través de la jerarquía, es decir, desde los subordinados a los directivos.
Precisa, por tanto, de la búsqueda e implantación de diversos canales u opciones donde las ideas o
mensajes que vienen desde abajo adquieran la importancia necesaria para ser escuchados y anali-
zados, pues difiere de la obligatoriedad de escucha que presenta un mensaje proveniente en sentido
descendente.
• La información recibida por parte de los empleados tiene mucha importancia para ayudar
al desarrollo del plan de la organización. Proporciona un feedback o retroalimentación de la
información que permite llevar a cabo una gestión de alto nivel y decidir qué pasos seguir
en función de esto. Por lo tanto, la dirección pasa de ser un mero canal de información a
uno que intenta mantener un nivel aceptable de comunicación interna.
• Todos los empleados pueden proporcionar sugerencias constructivas que ayuden a conse-
guir los objetivos de la empresa, permitiendo que se utilice todo su talento y creando ade-
más un sentimiento de pertenencia en el trabajador, el cual se siente escuchado, valorado
y ve fomentada su motivación.
• Ayuda a la toma de decisiones por parte de los directivos, ya que estos necesitan la máxima
información en todo momento. De esta forma, ante un proyecto, cada miembro del equipo
contribuirá con su propio conocimiento y con su experiencia.
Pero también ofrece algunas limitaciones debido a que, habitualmente, los subordinados son reacios
a tomar la iniciativa para la comunicación ascendente, y por ello se corre el riesgo de:
• Distorsión de los mensajes, ya que los subordinados pueden tener miedo de decir a sus
jefes lo que ha sucedido realmente.
• Lentitud en el traslado de información hacia los superiores, pues muchas veces las vías
seleccionadas para realizar este tipo de comunicación son muy engorrosas.
Además:
• Planificar un proyecto llevará más tiempo, ya que participan más partes interesadas.
es más fácil realizar el tipo informal y donde también es más sencillo establecer verdaderas relacio-
nes de confianza.
Al utilizar este método, las empresas tienen como objetivo mejorar el trabajo en equipo y las
habilidades de resolución de problemas, fomentando el flujo correcto de mensajes de personas
en el mismo nivel jerárquico. Por tanto, cuando la empresa crece, la comunicación horizontal pro-
porciona un sentimiento de unidad dentro de un equipo que trabaja por los mismos objetivos.
• Introduce flexibilidad en la estructura organizativa. Permite que las personas del mismo
nivel se comuniquen directamente sin pasar por varios niveles de organización.
• Es difícil de mantener el control pudiendo los grupos volverse inaccesibles para otros miem-
bros.
• Si existen grupos cerrados, se pueden crear conflictos entre empleados, así como una falta
de disciplina.
En este tipo de comunicación el flujo recorre todos los ámbitos, sin distinción de niveles jerárquicos.
Se utiliza primordialmente en organizaciones modernas, descentralizadas y flexibles, que mantienen
una administración más participativa e integral. Si tu empresa forma parte de estas organizaciones
seguro ya tendrás familiaridad con él.
Muy común en empresas pequeñas o que recién inician operaciones y cuentan con una cantidad
reducida de colaboradores. La información llega libremente a todos los empleados y es un flujo al
que te enfrentarás si tu compañía forma parte de alguno de los dos grupos que mencionamos al
inicio de la definición.
Si los domingos por la tarde son para nosotros una pesadilla, si es lunes y ya estamos pensando en
el fin de semana, si llegamos tarde a la oficina de forma recurrente o si al encender el ordenador
"nos agobiamos" viendo la lista de emails, tenemos muchos números de estar entrando en una fase
de desmotivación laboral. Y esta desmotivación laboral puede reducir la productividad de una
empresa hasta en un 40%.
Nuestras acciones en la vida, por lo general, están orientadas a conseguir objetivos. Tener objetivos
nos mantiene ocupados y también motivados; tenemos una meta y queremos llegar a ella y en el
caso del trabajo, los objetivos son también en beneficio de la empresa.
Vamos a ver los principales sucesos que se han identificado como causas de la desmotivación laboral:
• La mala comunicación con los mandos superiores; esta tal vez sea la más recurrente.
Cuando los jefes no escuchan o valoran las ideas de sus empleados se crea un clima de
inseguridad, el empleado no se siente cómodo aportando su opinión y el silencio habla por
sí sólo empeorando la situación. El problema se agrava cuando hay, no sólo falta de comu-
nicación, sino miedo a llevarla a cabo; miedo por lo que se dirá, si te traerá repercusiones…
Cuando los jefes no escuchan o valoran las ideas de sus empleados, se crea un clima de
inseguridad, el empleado no se siente cómodo aportando su opinión y el silencio habla por
sí sólo, empeorando la situación.
• La remuneración económica: cuando empezamos en un sitio tal vez esa no sea nuestra
primera preocupación, pensamos primero en demostrar lo que valemos y en hacerlo ver.
Pero con el tiempo, esperamos que nuestro trabajo y esfuerzo se vea correspondido a final
de mes en nuestra nómina. Una de las principales causas de desacuerdo y molestia en la
remuneración, es el hecho de que al empezar en la empresa hacemos unas tareas concre-
tas, pero al ir avanzando esa lista de tareas va aumentando porque ya somos capaces de
asumir más responsabilidad. Sin embargo, no aumenta al mismo ritmo la retribución que
recibimos por ello. Es ahí cuando al trabajador le empieza a resultar injusto tener que dar
tanto por tan poco y descuida, o no muestra el mismo nivel de responsabilidad por el tra-
bajo.
Por lo tanto, la desmotivación laboral no es patrimonio solamente de los empleados, sino también
de los mandos intermedios.
Por otra parte, esperar que tus trabajadores estén motivados al 100% a todas horas del día es
imposible, ya que es prácticamente imposible que eso suceda. Pero sí que se convierte en actividad
esencial el intentar conseguirlo por todos los beneficios que conlleva. A parte de los factores rela-
cionados con el ámbito de trabajo que afecta a la motivación, también hay factores y motivos per-
sonales, a los que todos nos enfrentamos alguna vez en la vida. Es en estos momentos, cuando
verdaderamente vale la pena perder un rato de nuestro tiempo en mantener una conversación infor-
mal con alguien que presenta esta fatiga.
Para que se pueda superar esta situación, es necesario, como hemos visto, que contribuya tanto el
trabajador como el empresario. La primera ficha, sin embargo, deberá moverla el empresario,
empezando a fomentar un espacio en el que los empleados se sientan cómodos:
• Mostrar interés por las personas: la empresa no vive sólo de resultados numéricos. El
reconocimiento, valorar el trabajo desempeñado por las personas que trabajan en la com-
pañía, es clave para hacer que se sientan escuchados y valorados.
Recordemos que, una buena política en la gestión de los recursos humanos de la empresa tendrá
como resultado una plantilla más competitiva y motivada.
Las causas de la mala comunicación pueden ser múltiples. No obstante, entre ellas destacan cinco
causas principales:
Un liderazgo deficiente puede ser una de las grandes razones de los fallos de comunicación que
aquejan a tu compañía.
El liderazgo autocrático, por ejemplo, suele generar variados problemas como el ausentismo, la falta
de compromiso y la alta rotación de empleados. Asimismo, es una de las razones de los problemas
de comunicación dentro de una compañía. Esta clase de líderes no escuchan a los trabajadores,
solamente exigen y buscan recibir lo solicitado, sin ofrecer nada a cambio. El resultado es un
ambiente laboral rodeado de miedo que impide a los empleados, por un lado, comprometerse con
su tarea y, por otro, sumar valor desde su experiencia. Así, se mantienen callados, acatando órdenes
hasta que no soportan la opresión y deciden partir.
Hemos de ser conscientes de que la palabra "liderazgo" implica que se tiene un conjunto de segui-
dores. Si el líder carece de habilidades comunicativas, surgirá una dualidad, ya que surgirá otro que
cumpla las necesidades y los trabajadores vean en él al líder verdadero. Entonces, el "líder impuesto"
y sin habilidades, se convierte en un "jefe" creando un conflicto entre esos líderes o entre sus segui-
dores.
También, existen otras situaciones que pueden influir en la comunicación organizacional, sin rela-
cionarse exactamente con el estilo de liderazgo, sino con las habilidades del líder. En algunas oca-
siones, el líder del equipo puede carecer de habilidades comunicacionales y, por lo tanto, no ser capaz
de clarificar los objetivos. En otras, la inseguridad del líder puede generar confusión al presentar
indicaciones contrapuestas. Un líder puede no brindar retroalimentación sobre el desempeño o, sim-
plemente, prometer una recompensa y no cumplir con ella. De esta manera, los miembros del equipo
de trabajo avanzan como pueden, sin realmente comprender hacia dónde van, cómo, por qué ni para
qué.
Hablar de la sobreinformación como uno de los orígenes de los problemas de comunicación puede
parecer extraño. Sin embargo, cuando la comunicación sobrepasa los límites de lo necesario, los
empleados se encuentran tan perdidos como al no recibir información alguna. Es necesario saber
qué información es la que precisa y valorar positivamente a cada persona para no encontrarnos en
esta situación.
La sobreexposición a datos suele generar confusión y dificultar el avance hacia un objetivo deter-
minado. Son tantas las variables a considerar y analizar que dar un paso al frente puede producir
pavor porque, ¿qué sucedería si la acción se da de manera incorrecta? Y ante tal cantidad de estí-
mulos presentes e informaciones se desconoce cuál es la verdaderamente correcta.
Si hablamos del ámbito laboral, si una empresa lleva a cabo regularmente múltiples reuniones o
utiliza diferentes herramientas de comunicación, es posible que sus empleados se vean afectados
por la parálisis relacionada con la sobreinformación. La base de esta problemática es que la empresa
brinda mucha información, pero se olvida de escuchar (realmente, escuchar) a sus empleados.
Estamos ante esta dicotomía entre informar y comunicar que tantas dudas genera. Muchas veces se
da por hecho que toda información "es ley" y, por tanto, tras una protocolaria exposición, ésta pasa
a ser considerada como aprendida y puesta a prueba en las decisiones que toma el personal,
poniendo en duda lo antes indicado; tanta información "aprendida", y luego no sabemos cuál es la
que debemos emplear para obtener unos resultados óptimos.
Este déficit se transforma en una mala comunicación, ya que resulta imposible construir una relación
bidireccional cuando una de las variables no tiene libertad de expresión.
Durante las últimas décadas, las empresas adoptaron medios de comunicación internos inexistentes
en el pasado. De este modo, los reportes e intercambios de opiniones pasaron a asentarse por escrito
Nunca antes fue tan fácil intercambiar pensamientos o recibir retroalimentación. No obstante, tam-
bién ha implicado una complicación para la comunicación en el lugar de trabajo.
¿Es posible que las herramientas de comunicación sean a la vez una solución y un problema? Claro
que sí. No obstante, esta duplicidad se relaciona más con el uso que se les da a las mismas que con
su naturaleza.
Supongamos que un empleado debe preparar la estructura de un proyecto, con resumen ejecutivo,
acciones y presupuesto. Luego, debe presentarlo a todo el equipo de trabajo para corregir lo que
fuese necesario. Si no existe una estructura formal que dicte el procedimiento a seguir, posiblemente
reciba retroalimentación fragmentada sobre su trabajo. Por un lado, un compañero puede enviarle
comentarios por el chat interno, mientras que otro lo hará por email, y otro de manera oral, ya sea
en persona o por teléfono. Esta fragmentación de los datos impactará directamente en el desem-
peño. Se trata, sin lugar a dudas, de un ejemplo de la mala comunicación en tu empresa. Sin lugar
a duda, en todos los foros donde existe una comunicación fluida, ésta es directa y asertiva evitando
así cualquier malentendido o conjetura.
Las metas organizacionales deben ser la guía a seguir; señalan el camino y orientan las acciones.
Sin objetivos claros, tu empresa se encontrará a la deriva. Pues bien, esto es lo que sucede con los
empleados cuando no existe un motivo claro que les inspire a llevar a cabo sus tareas de manera
eficiente.
En muchos casos, las metas de tu compañía pueden diferir de los objetivos personales y profesio-
nales de los empleados. Esta contraposición afecta de manera irremediable no solo la comunicación
interna, sino también la productividad de la plantilla y, por lo tanto, al rendimiento de tu negocio.
Convendremos que una herramienta muy favorable es el conocer o simplemente mostrar preocu-
pación por los objetivos de los distintos empleados y ser consciente de su potencial.
Alinear los objetivos es la mejor manera de asegurar que todos los trabajadores saben hacia dónde
van y se esforzarán para llegar hasta allí.
Para resolver esta problemática, primero se debe asegurar de que los objetivos empresariales son
claros, precisos y oportunos, y que se comunican adecuadamente, no dando lugar a las negativas
dudas y malinterpretaciones. Posteriormente, se deben de buscar opciones de motivación para los
empleados.
En un mundo cada vez más globalizado, es bastante habitual que las empresas carezcan de una
cultura organizacional unificada. La incorporación del trabajo remoto ha contribuido a una mayor
diversidad dentro de las compañías. Si bien esto ha resultado muy positivo al incluir nuevas maneras
de pensar y de resolver conflictos, también puede causar una mala comunicación debido a que las
personas se comunican de acuerdo con su cultura. Y esto puede generar toda clase de conflictos y
malentendidos.
Estos problemas de comunicación relacionados con las diferencias culturales se ven incrementados,
en muchos casos, por la interacción online. Muchas personas se enfrentan a complicaciones para
expresarse claramente por medio escrito. Quienes lo hacen adecuadamente pueden enfrentarse a
diferencias de comprensión o percepción por parte del receptor. Sin lugar a dudas, la multicultura-
lidad presenta un enorme desafío para los líderes, que deben de gestionar adecuadamente gene-
rando un sentimiento de respeto mutuo.
Hemos de reconocer que la empresa puede beneficiarse de esta diversidad, construyendo una cultura
organizacional sólida que siente las bases de la comunicación, con unos valores que deben ser res-
petados y unas formas de comunicación a seguir. Si esto se consigue, veremos cómo disminuyen
los problemas de comunicación.
En un mundo cada vez más globalizado, es bastante habitual que las empresas carezcan de
una cultura organizacional unificada.
Una parte del mundo se enorgullece de disfrutar de una bien ganada libertad de expresión, mientras
que en otras partes del mundo los pensamientos son censurados, y las personas que los hacen visi-
bles son castigadas por expresar libremente sus ideas.
Sin embargo, esa libertad de expresión no siempre viene acompañada de libertad de pensamiento.
Por curioso que parezca, no tenemos tanta libertad para expresarnos como pensamos, sencillamente
porque todo el mundo se siente libre de pensar. Pero, ¿dónde está la censura? Más que de censura
de lo que tenemos que hablar es de manipulación. Como seres sociales que somos es necesario para
nuestro ser, el self, categorizarnos y diferenciarnos mediante la idealización de pensamientos comu-
nes y rechazo de ideas diferentes.
La libertad de expresión no tiene sentido si no está alimentada por un pensamiento libre, creativo,
crítico y personal.
Hemos crecido creyendo en la idea de que tenemos libertad de expresión. Pero en todo momento
hemos sido manipulados por aquellos que necesitaban implantar en nosotros una idea que iba des-
tinada a su propio beneficio personal. Personas que, de alguna forma u otra, tenían o tienen
poder sobre nosotros, en definitiva, somos en muchas ocasiones coaccionados, aunque pueda pare-
cer lo contrario.
Realmente la opción de una alternativa personal y creativa no es posible. Y pobre de aquel que osara
plantear algo diferente o que desafíe el orden impuesto. Tal vez no hay censura explícita ni castigos
estipulados, pero todos sabemos lo que pasa cuando la oveja se sale del rebaño, aunque haya varios
entre los que elegir.
A las personas nos gusta pensar que somos totalmente libres, pero, en realidad, todos estamos
obligados a sacrificar parte de nuestra libertad para alcanzar cierto nivel de seguridad y bienestar,
e incluso reconocimiento.
Es cierto que no es posible ser completamente original, que las ideas y los pensamientos, también
los conocimientos, se construyen sobre las ideas, pensamientos y conocimientos de los demás. Las
teorías sociales sobre la creación del conocimiento, expresan que éste es el proceso constructivo
influenciado por la sociedad y el contexto que nos acompaña. También es cierto que nuestras creen-
cias, miedos y experiencias nos limitan. Y en esto poco se puede cambiar.
La verdad es que las mentes de la mayoría de las personas no son susceptibles al cambio, pues se
vuelve una idea terrorífica el abandonar nuestra zona de confort y por ello necesitar descubrir algo
diferente, algo que nos va a plantear nuevos retos motivacionales. Esto es conveniente para muchos
de los que ostentan el poder, de una u otra forma. La inseguridad, la pasividad y el miedo a alcanzar
estados superiores de conciencia, son buenos para seguir manteniendo a la gente controlada, o sea
se alineada en los propios intereses.
Al orden establecido no le gustan las personas reflexivas, que son capaces de pensar de manera
crítica, y de alguna u otra forma se hace lo posible para suprimir su inteligencia. Sin duda, el libre
pensamiento es el acto más revolucionario de todos.
En ocasiones optamos por no revelar la información que tenemos. Nos callamos sin que exista una
barrera que nos impida hablar. Decidimos que es mejor callarnos que compartir la información. Ello
es debido a un mecanismo psicológico denominado autocensura.
Cuando se piensa que revelar la información tiene un alto coste, es más probable que no se com-
parta. La información autocensurada puede mantener la convivencia en una sociedad. No obstante,
la autocensura puede generar angustia, culpa, ansiedad, preocupación y vergüenza, además de
impedir el libre flujo de información. Por tanto, la autocensura también puede llevar a la sociedad a
la ignorancia, empobrecer el debate público y contribuir al deterioro moral.
La autocensura requiere que el actor tenga una información que no haya sido revelada. Al hablar de
información dejamos fuera las opiniones. La información, al contrario que las opiniones, tiene que
ser veraz. Se refiere a algo que realmente sucedió y se considera verificado y validado sin depender
de opiniones personales. El contenido de la información puede ser diverso, con temas que van desde
los negativos a los positivos.
Cuando las personas deciden voluntariamente no compartir la información sin que exista otro tipo
de limitación que le impida revelarla, este comportamiento implica que los individuos controlan y
regulan informalmente el flujo de información, o en otras palabras, obstruyen el libre acceso a la
información, la libertad de expresión y el libre flujo de información.
• En segundo lugar, las personas, como miembros de un grupo, se preocupan por él. Esto
significa que vamos a tratar de mantener una imagen positiva de nuestro grupo y
evitar la información que tiene implicaciones negativas para la imagen de nuestro grupo.
Queremos seguir dentro del grupo y por tanto mostrar que seguimos sus ideales, pero tam-
bién queremos diferenciarnos de otros grupos que no comparten esos mismos ideales,
remarcando el grupo al que pertenecemos y además asegurarnos de que nuestra elección
es la correcta, criticando las acciones de otros grupos y admirando las del propio por encima
de todas las cosas, pues es necesaria nuestra reafirmación de idea participativa en el grupo
en el que estamos.
• Por último, una persona consciente de poseer nueva información que es relevante
y que no ha sido revelada va a experimentar un dilema. Este dilema aparecerá cuando
esa información puede causar daño al ser revelada porque viola una norma, un dogma, una
ideología o un valor. El nivel del dilema puede variar de persona a persona y depender del
tipo de información, contexto u otros factores. Pero una persona siempre experimenta al
menos un nivel mínimo de dilema cuando practica la autocensura.
Existen cuatro factores que van a contribuir en que se produzca la autocensura. Estos son:
• el tipo de información, pues esta puede ser del tipo positivo o negativo, desde perjudicial
para uno mismo u otra persona, hasta gratificante de la misma manera, y
Con estas consideraciones, la persona calcula los costes subjetivos y las recompensas por cada
decisión y luego se enfrenta al dilema que le surge. El resultado de estas consideraciones personales,
subjetivas, determina si una persona revelará la información, a quién, si una parte o la totalidad, o
si practicará la autocensura.
Dados los niveles de radicalidad y ´verdad verdadera´ que esgrimen muchos en las redes sociales,
somos muchos los que han decidido no opinar. Hablamos de la autocensura sorda.
Surge ante el pensamiento de que nuestra opinión puede tener o no valor, puede ser equivocada o
acertada, pero no sirve, y sobre todo, no nos sirve de nada meternos en "líos" de los que no saca-
remos nada en limpio. Si damos por hecho que todo lo que sale en los medios de información es
verídico si lo dice "gente importante", es lo mismo en el trabajo, nadie lo va a comprobar, pero un
comentario en dirección contraria se convertiría en un aluvión de mensajes intimidantes e incluso
grotescos. Un miedo extremo a ir en contra de la gran mayoría y por consiguiente convertirte uno,
reflexivo, crítico y de grandes ideas, en el raro y en que "no sabe nada".
En estos casos perdemos el arte de la discusión, del debate enriquecedor, de aquel que pueda sacar
algo de provecho donde reconocer errores e intentar mejorarlo sea mucho más productivo que
´ganar´ el debate a fuerza de improperios, acoso y derribo del contrario, acción clave cuando se
pretende destruir una idea real o acertada frente a una falsa o equívoca.
Aunque parezca que sí; no se trata de ´hacer bandos´, se trata de informar, debatir, discutir y si
fuera posible aplicar las mejoras, no se trata tampoco de un debate tipo "aula magna" donde uno
expone y cien escuchan con ´ruegos y preguntas´ al final. Se trata de escuchar, algo que se ha
perdido, replantearnos y razonar las respuestas de otro para debatir o refutarlas si fuera preciso, en
definitiva, procurar una escucha activa y reflexiva que de pie a una correcta comunicación y flujo de
información.
En el fondo estamos ante un factor educacional que se nos ha ido de las manos. Quizá ahora es
cuando cobra valor esa frase de "Valgo más por lo que callo que por lo que hablo".
Existe además otro grupo de factores considerados como moduladores del nivel de estrés, es decir,
cuando estos factores están presentes y son adecuadamente gestionados, pueden "amortiguar"
parte del potencial estresor generado.
Por ello, la adecuada gestión a nivel organizativo de estos aspectos generará mayor sensación de
equilibrio, bienestar y satisfacción en tus trabajadores/as. La más importante de estas variables
moduladoras es el Apoyo social y relaciones interpersonales, ya comentados anteriormente, pero
también encontramos:
10. SOLUCIONES
Tenemos que motivar a todos los trabajadores para que pongan todo su esfuerzo para alcanzar el
objetivo que se propone, y en el caso del trabajo.
• Mostrar interés por las personas: la empresa no vive sólo de resultados numéricos. El
reconocimiento, valorar el trabajo desempeñado por las personas que trabajan en la com-
pañía es clave para hacer que se sientan escuchados y valorados. No todo es negativo.
Mejorar la comunicación interna de una empresa es tan fácil como mantener un tono y una pers-
pectiva en positivo o trabajar en aras de la transparencia, término necesario de nombrar en toda
institución, pero francamente difícil de presentar correctamente.
Introducir medidas que favorezcan un buen ambiente de trabajo también refuerza este tipo de
comunicación en el trabajo. Veamos algunos ejemplos:
• El poder de lo breve: Además de positivos, hay que ser claros. Un mensaje breve será
más eficiente que uno largo. Si se lanzan mensajes breves, es más difícil que se den con-
tradicciones o haya malentendidos entre los receptores del mensaje. Una comunicación
breve tendrá más impacto que la larga, ya que es mucho más directa y será más fácil que
el mensaje cale bien en sus destinatarios.
• Qué, cómo, cuándo, dónde, quién, por qué: Las 6W (en inglés) son uno de los pilares
de la comunicación. La comunicación no escapa a ellas, y a la hora de emitir un comunicado
este debe responder al qué, al cómo, al cuándo, al dónde, al quién y al por qué. Permite
estructurar la comunicación, dotarla de sentido y favorece una correcta transmisión.
• El poder de las relaciones mediante el teambuilding: Una de las causas de una mala
comunicación interna puede ser el mal ambiente de trabajo o la falta de química entre
empleados. Para reforzar estos aspectos, y en consecuencia favorecer una buena comuni-
cación interna, las actividades de teambuilding refuerzan esta química, el sentimiento de
pertenencia y los empleados están más comunicados.
Para mejorar la comunicación interna de una empresa es tan importante conocer las herra-
mientas como identificar cualquier práctica perjudicial. Hablamos de las actitudes que en
vez de impulsarla tienen el efecto contrario. Son actitudes que muchas veces se hacen de
forma inconsciente, cuyos efectos perjudican la productividad de la empresa.
• No apostar por la comunicación cara a cara: Muchas veces lo más fácil es esconderse
detrás de la comunicación y no dar la cara, en especial cuando se dan malas noticias. Sin
embargo, se pierde la respuesta del receptor y en consecuencia el correcto proceso de
comunicación. El lenguaje corporal también juega su papel como una de las herramientas
del plan de comunicación interna, permite solucionar malentendidos; y él cara a cara siem-
pre será más efectivo.
son, hay que explicarles por qué, hay que devolverles un feedback, pues no sentirnos escu-
chados se vuelve en contra de la comunicación.
• No dejar espacio para el diálogo: Al hilo de lo que acabamos de decir, todos los traba-
jadores deben tener un espacio para expresarse y ser escuchados. Si no es así, se genera
un sentimiento de frustración entre los trabajadores que repercute negativamente en su
productividad. Todo el mundo debe tener la oportunidad de hablar dentro de la organiza-
ción.
No basta con conocer todos los elementos de comunicación; hay que saber elegir los canales de
comunicación que mejor se adapten a las necesidades de cada empresa. Estas herramientas deben
estar orientadas a favorecer la comunicación bidireccional. Vamos a descubrir las más habituales.
Tenemos básicamente tres tipos de canales, que usados de una forma asertiva nos pueden permitir
alcanzar los objetivos y metas planteados en el plan de comunicación empresarial.
1. Canales escritos. Son los más tradicionales y te ofrecen una excelente oportunidad para obtener
una retroalimentación más personal de los empleados. Los medios más comunes son el buzón de
sugerencias, encuestas anónimas entre los colaboradores y los comunicados escritos.
2. Canales hablados. Los canales hablados u orales, como las reuniones personales o grupales,
son fundamentales y casi involuntarios. Mantener contacto físico, visual y auditivo entre los dife-
rentes interlocutores dentro de tu empresa garantizará las relaciones humanas, proceso que parece
estar en declive en las grandes empresas.
Dentro de los medios de comunicación empresariales podemos encontrar las siguientes interaccio-
nes:
uno", también son esenciales para evaluar periódicamente la evolución de los trabajadores
en la empresa.
Por supuesto, no debe invertirse excesivo tiempo por reunión, el formato de éstas debe ser
ágil, moderada por el manager y con asistencia de todos los miembros, saber sintetizar,
ordenar y progresar en las reuniones es un punto clave de progreso.
• Buzón de sugerencias. Está pensado para que los empleados de los escalones más bajos
de la empresa planteen sus iniciativas a los superiores. Puede ser físico o virtual, y es nece-
sario que haya una respuesta por parte de los jefes de la organización, ya sea poniendo en
marcha lo sugerido o explicando por qué se rechaza.
• Llamadas telefónicas: Aunque tengan un tono más informal que las reuniones presen-
ciales o las videoconferencias, el teléfono no deja de ser una poderosa herramienta de
comunicación en el trabajo.
BIBLIOGRAFÍA
https://blog.hubspot.es/marketing/comunicacion-empresarial
https://lamenteesmaravillosa.com/la-libertad-expresion-no-sentido-sin-libertad-pensa-
miento/
• La RSC como modelo de gestión empresarial. Dr. Ricardo Fernández García. Editorial Wol-
ters Kluwer. ISBN 978-84-9090-335-3 (versión papel), 978-84-9090-336-0 (versión elec-
trónica). 2018.