Está en la página 1de 9

La Entrevista y la Práctica en la Consultoría Psicológica

LA ESCUCHA Autor: Godfrey Barrett-Lennard

Traducción: Lic. Graciela Tierno

Este artículo empieza distinguiendo siete propiedades generales de la escucha, como ocurre en una amplia
gama de situaciones de vida. Cada una de ellas, se presenta como una breve proposición, la cual es
elaborada y discutida de manera ilustrativa. La utilidad de esta primera etapa, es establecer un contexto
distintivo para el siguiente tópico, el de la escucha sensible y empática, considerada como un caso
especial, dentro del marco de trabajo más amplio. Los efectos de la escucha sensible, en especial, son luego
examinados bajo cuatro títulos: cura y crecimiento personal, enriquecimiento en la relación, reducción de
tensión y resolución del problema, y progreso en el conocimiento. El artículo busca hacer una distinción
cuidadosa y tejer una completa trama de significados, que es primariamente descriptiva, pero que es
asimismo implícitamente conceptual.

La escucha de otros es una actividad humana universal. La amplitud de nuestra practica, podría sugerir que
poco podría decirse del tema, que no sea ya una parte de la experiencia humana corriente, o del
conocimiento demostrado. Aún aceptando que los problemas humanos, involucran típicamente relaciones
perturbadas y fallas en la comunicación, un enfoque en la escucha podría parecer demasiado simple o
elemental para ser útil ya que trabajamos para entender y solucionar estos problemas. Yo pienso de otro
modo. Es mi propia visión, que nosotros penetramos y escapamos de las dificultades con el otro, por la
forma de escuchar y por lo que oímos, desoímos y fallamos al oír. Aún más, el tema está lejos de ser simple,
tiene varios costados y un continuo desafió para nuestro entender.
A esta altura puede ayudar un poco aclarar mis términos.
En lenguaje común, escuchar a otro refiere esencialmente, al proceso de prestar atención a su comunicación.
Si bien por momentos puede ser una actitud pasiva, el escuchar libremente puede ser también muy activa,
como cuando abiertamente y sin reservas nos comprometemos con la experiencia y el sentido del otro. En
la escucha activa, podemos prestar toda nuestra atención, con el interés y propósito de recibir la completa
gama de señales que el otro esté usando, leyendo el significado central del otro, sintiendo los sentimientos
del otro, y estando en contacto con la escucha y respuesta del otro. Oír es el producto de nuestra escucha.
Puede incluir no sólo lo que el otro señala,-- lo manifiesto, el contenido del mensaje,-- sino desde dónde el
otro lo hace, sus sentimientos, actitudes, perspectiva.
Déjenme señalar el completo campo de ideas que deseo compartir.
Mi artículo tiene tres partes principales.
La primera es una incursión general en las propiedades de la escucha, en su diaria variedad. Provee una
fundamentación desde donde aproximarse al segundo enfoque, --una descripción de la escucha sensible o
empática como un especial tipo dentro del marco más amplio. En la última parte, haré una conclusión y
compartiré mi perspectiva en la amplia gama de efectos de la escucha sensible.

LAS PROPIEDADES GENERALES DE LA ESCUCHA

Hablar exhaustivamente respecto de la naturaleza general de la escucha, está más allá de mi actual propósito.
Sin embargo, sí parece ilustrativo, hacer la pregunta. ¿Qué se puede decir respecto a la escucha que sea
verdaderamente propio? ¿Qué propiedades se ajustan a una amplia gama de contextos, propósitos, y a la
sensibilidad en la escucha?”
Trazando un cuidadoso esbozo, las siete peculiaridades que he encontrado son las siguientes:

1-escuchar es siempre algo selectivo e incompleto en relación a los significados potenciales en la expresión
del que habla.

Si, con propósitos prácticos, digo “siempre”,


ya sea porque no encontramos el total de las señales verbales y no verbales de la comunicación, o porque no
leemos y no resonamos a dichas señales de forma que permitamos que el completo espectro de significados
cobre vida en nosotros. Raramente, si es que hay alguna vez, esto sucede por un sólo elemento.
Típicamente incluye mensajes en más de un nivel que desplegamos al sintonizar en ellos.
Aun cuando sea producido espontánea y rápidamente, el significado expresado resulta de un complejo
proceso de la comunicación individual y única, en una situación particular. Es casi una trivialidad que
diferentes escuchantes oigan diferentes mensajes, y distintas tonalidades del significado cuando son
confrontados con la misma expresión total. De este modo, el mensaje enviado no es el mismo al recibido.
Ambos pueden estar cercanos, diferentes, omitidos, bien separados o aun opuestos.

2-Las cualidades del que escucha y la relación o el contexto, como así también las señales enviadas,
controlan lo que se oye.

Mas específicamente, lo que oímos está condicionado por nuestros propios intereses, por lo que queremos,
por nuestras expectativas en la situación, nuestros propios miedos o conflictos, y por otras condiciones que
dificultan nuestra visión general del que habla y la interacción entre nosotros. Nuestra respuesta es una
consecuencia de la experiencia en muchas situaciones comunicacionales, moderadas o modeladas por el
ambiente y el significado personal de dicha situación relacional, aun por la ocasión particular o el interjuego
de contextos. Déjenme darles una ilustración parcial. En una situación educativa en clase, distintas
intenciones, expectativas, actitudes y necesidades personales pueden operar, para cualquiera de nosotros, de
un modo que se adaptarían a nuestra situación familiar. Si nuestros propios chicos muestran en un contexto
familiar, que se están sintiendo examinados, controlados, o humillados, es probable que nosotros atrapemos
la idea general de su sentido mensaje. En una clase podemos fácilmente pasar por alto dichos mensajes de
los chicos o elegir ignorarlos. A veces confundimos a otra persona porque escuchamos lo que ella nos está
diciendo en un momento, pero fallamos completamente al registrar el mismo mensaje en otra ocasión.
Subyacente a esta discrepancia, esta la influencia del contexto en lo que estamos abiertos a………..y en las
distintas maneras en que leemos las “mismas” señales.

3-Rara vez si es que hay alguna, discernimos o expresamos todo lo que se registra en nosotros mientras
estamos expuestos a la comunicación del otro.

Pienso que nosotros sí registramos en algún nivel más de lo que nos viene a la mente conscientemente y
ciertamente más de lo que expresamos. Al momento del encuentro con el otro rara vez advertimos,
integramos y tenemos en la punta de la lengua todas las impresiones que obtenemos del otro. A veces, un
fuerte sentido de lo que el otro estaba realmente dando a entender, nos llega mas tarde, luego del
intercambio.
Por ejemplo, podríamos decir, como lo descubrimos luego:”Eso era lo que tratabas de decirme” “o
podríamos reconocer el ánimo del otro que no nos habíamos formulado hasta ese momento. Sin darnos
cuenta de ello, habíamos registrado información o pistas que tomaban forma luego, para darnos una potente
impresión del significado de la comunicación o experiencia del otro.
En la práctica, somos a menudo, incapaces de captar el completo significado desde el cual nosotros
atendemos o anulamos. Podríamos percibir que hay algo inmanejable o amenazante allí, mientras nos
protegemos de tener que encargarnos de ello. O podríamos sólo estar preocupados con alguna otra actividad
en curso, y estar afectados, lo que no deja lugar al momento para una completa atención respecto de lo que
el otro está expresando. O podemos tener una visión preferentemente establecida del otro, lo que nos
permite tomar algunos significados pero no otros. En éstas e incontables maneras, la información puede ser
omitida o no procesada. Nuestra respuesta, típicamente refleja solamente una parte de lo que realmente
hemos oído. De ese modo tenemos un registro más completo de la experiencia y significado del otro de lo
que nos damos cuenta y de lo que articulamos.

4- Lo que oímos afecta y puede influenciar profundamente la ulterior comunicación con el otro.

Generalmente, le damos algún indicio al otro en relación a, qué es lo que estamos oyendo y la amplitud que
hemos asimilado y oído de lo que quiso significar. Nuestra respuesta puede también agregar a la impresión
del otro de lo que generalmente escuchamos, para qué escuchamos y oímos. Frecuentemente cuando una
persona esta tratando de comunicar algo, uno sintoniza sólo el contenido intelectual (lo que el otro señala) y
olvidamos el sentimiento de la persona, o podemos fracasar de intuir el involucramiento del otro con sus
ideas. Si uno disiente con el otro, sin darnos cuenta (quizás solamente intentando debatir la idea o
razonamiento expresado) el otro se siente rechazado y no completamente oído. Si por el otro lado, uno
primero reconoce la comprensión de la intención del otro y su adhesión a esta intención, uno puede luego
ubicar la visión diferente a la del otro con un efecto útil.

5- Hasta un punto, podemos no ayudar pero sí escuchar. No es posible no escuchar algo mientras estamos
expuestos a la comunicación del otro

Es a menudo difícil sintonizar exactamente, pero es muy difícil no sintonizar totalmente ignorando
completamente las señales y mensajes del otro. Podemos tratar de hacerlo, quizás evitar una demanda
advertida que sentimos que no podemos manejar en el momento, o porque queremos enfocar nuestra
atención hacia otra parte. Sin embargo, pienso que dichos (intentos) de evitar recibir otros mensajes
individuales del otro sólo parcialmente nos son eficaces. El otro trata con esfuerzo de comunicarse o hace
demandas más fuertes o persistentes sobre nuestra atención. El o ella pueden, por ej. recurrir a acciones no
verbales que precisamente expresan sentimientos de herida, rechazo o resentimiento. Aun cuando tratemos
vigorosamente de desintonizar o evadir la comunicación del otro, estamos aún respondiéndole y
transmitiéndole un mensaje. Alguien dijo sabiamente que no podemos evitar comunicarnos. Si estamos en
algún tipo de encuentro con el otro, lo que no hacemos así como lo que hacemos tendrá significados para el
otro. De ese modo, es también verdadero que uno no puede no escuchar en un primer encuentro aún cuando
nuestras impresiones sean incompletas o excesivamente imprecisas.

6-La escucha en el intercambio diario está, como regla, acompañada por una reacción valorativa de lo que se
oye.

A menudo, prestamos atención al otro, con el propósito consciente de evaluar, comparar o juzgar. Aún si no
es un propósito consciente, raramente está nuestra respuesta en una situación de escucha sin elementos de
aprobación o desaprobación, acuerdo o desacuerdo, disgusto o reconocimiento. De una manera característica
no solo registramos lo que el otro transmite, sino seleccionamos, juzgando, traduciendo, etiquetando o
readaptando la comunicación del otro de un modo que decimos tanto de nosotros como de las intenciones
del otro. Si abiertamente recibimos y permitimos que la melodía del otro se escuche en nosotros, (antes de
formarnos una opinión de ello), hay una posibilidad. de enriquecimiento–de la otra parte, de la nuestra y de
la relación.

7- La gente necesita oír a otros y ser escuchada por ellos

Necesitamos los beneficios del escuchar a otros como así también de los beneficios de ser escuchados. Si
bien algunos de nosotros podemos sobrevivir en un relativo aislamiento, muchos otros estamos necesitados
de conectarnos con nuestra propia raza y dependemos de estar en una cercanía o intimo contacto con al
menos otra persona (Barret Lennard 1986ª) Básico para dicha conexión y contacto cercano es una
sentimiento de ser conocidos y experimentar compañía en nosotros mismos; y de ir hacia el otro y estar allí
para el otro, dándonos cuenta del otro. Dichas mutuas relaciones no pueden desarrollarse sin la escucha, el
oír y el ser oídos.
Esto completa mi esbozo de la escucha en general, como otro puente para el pensamiento que sigue, quiero
compartir extractos de una charla de Carl Rogers (1965b) dada en Australia. Estos pasajes son transcriptos
de las grabaciones en vivo.1

El primer pensamiento que quiero compartir con Uds. es mi placer cuando puedo realmente oír a alguien.
Supongo que quizás esta es una narración característica en mí. Puedo recordar aun en mis primeros días de
escuela, un chico haría una pregunta a la docente y ésta daría una buena respuesta a la pregunta que no
había sido hecha, una clase de falta de comunicación que es tan común Un sentimiento de dolor y aflicción
siempre me golpearía en una situación como esa. Mi reacción fue “Pero no lo oíste”. Sentí un tipo de
desesperanza infantil al fracasar en la comunicación, que es tan común.
Pienso que sé porque estoy satisfecho al oír a alguien. Cuando puedo oír a alguien, me pongo en contacto
con el otro, en comunicación con el otro .Esto enriquece mi vida. También es verdad que a través de la
escucha, he aprendido todo lo que sé acerca del individuo, las personalidades, y de las relaciones
interpersonales. Luego, hay otra satisfacción peculiar, no estoy seguro de que pueda comunicarlo, pero
cuando realmente oigo a alguien, hay algo en eso como escuchar la música de las esferas.
Mas allá del mensaje inmediato de la persona, sea cual sea este, está lo universal y lo general. Está oculto
en todas las comunicaciones personales que realmente oigo. Parecen ser ordenadas leyes psicológicas,
aspectos del imponente orden que encontramos en el universo en su conjunto. Esta tanto la satisfacción de
oír a esta persona… como la de sentimos de alguna forma en contacto con lo que es universalmente
verdadero. (Rogers 1965b)

La elocuente comunicación de Rogers continuó y mientras hablaba del tipo de escucha que él más valoraba,
él narraba el siguiente episodio.

No hace mucho, un amigo me hizo un llamado de larga distancia en relación a cierto tema. Concluimos la
conversión y yo colgué el teléfono Luego, y solo luego, el tono de la voz realmente me conmovió. Me dije
que detrás del tema estábamos discutiendo lo que parecía ser una nota de aflicción o desaliento o aun
desesperanza, que nada tenia que ver con el tema inmediato. Lo sentí tan agudamente que le escribí una
carta diciendo a ese efecto: Puede que esté completamente errado en lo que voy a decir y si es así podéis
arrojar esta carta al papelero, pero para mí luego de haber colgado el TE, sonó como si hubieras estado en
una autentica aflicción y dolor. Y luego trate de compartir con él algunos de mis propios sentimientos
respecto a él y a la situación de manera que yo esperaba pudiera ser útil. Envié la carta con algunas dudas
pensando que podría haber estado ridículamente errado. Recibí muy pronto una respuesta. El estaba
extremadamente agradecido de que alguien lo hubiera oído. Había estado bastante en lo correcto al oír su
tono de voz y me sentí complacido dentro mío de haber sido capaz de hacer eso y en consecuencia hacer
posible una comunicación real y más profunda la relación. Por lo tanto muy a menudo, como en este
ejemplo, las palabras transmiten un mensaje y el tono de voz uno diferente y esta vez pude escuchar a
ambos (Rogers, 1965, ver tb. Rogers 1980)

Si bien la cualidad de la escucha ejemplificada en este episodio no es usual, no esta fuera del marco que he
descripto hasta aquí.
Dentro de este amplio marco, es un tipo especial que simplemente llamare escucha sensible. Podría
alternativamente haber usado el término escucha empática, como lo incluyo en mi próximo titulo.

ESCUCHA SENSIBLE O EMPATICA

La escucha sensible se refiere ampliamente a la escucha en la que los individuos sienten que su
comunicación y de ese modo potencialmente su ser interior, es oído y entendido
Dicha escucha no está sólo dirigida a los mensajes verbales propuestos por los otros, sino también como lo
ilustra Rogers, a mensajes que vienen en otras formas quizás sin un claro conocimiento de parte del que lo
envía. En la escucha sensible, uno es receptivo al completo espectro de la experiencia del otro. El otro siente
que tú has sintonizado, que lo has oído, que quizás tú puedes casi saber a esta altura como es el mundo del
otro. En general esto esta también acompañado por un sentimiento de ser valorado o aceptado Esto es así
porque este especial tipo de escucha, en su completa expresión, es rara e implica que el que escucha no está
alejado, sino que esta cercano al punto de llegar a la comprensión del otro. La escucha sensible implica dar
a los otros una oportunidad de ser oídos en sus propias expresiones. Refleja una apertura a recibir y
responder al marco de referencia interno del otro. Mayormente creo que nosotros queremos ser oídos en la
completa profundidad de nuestra experiencia y significado, no sólo en un aspecto reducido de nuestra
conciencia. En el mejor de los casos, el que escucha puede oír y resonar en algún nivel de la comunicación,
y hasta cierto alcance la experiencia y significado del otro.
Si uno puede estar de esta forma con otro individuo, de una manera sostenida, no pasara mucho tiempo hasta
que el otro comience a descubrir aspectos de su experiencia que rara vez están expresados. Y si la relación
de ayuda continúa, muchos aspectos del mundo interno del otro, que no estuvieran claramente conscientes,
pueden ahora ser vistos y compartidos. Esto por supuesto también ocurre fuera de la situación de ayuda, y
es uno de los factores que habilita a la gente a formar relaciones profundas con el otro.
En la escucha sensible, el juzgar al otro está ausente o largamente suspendido. Uno no esta escuchando para
ganar ventaja para uno mismo, o con un propósito ulterior. Uno esta escuchando desde un interés genuino,
desde el deseo de estar en contacto con el otro, y saber la realidad del otro. El que escucha no presume que
esta realidad sea fija e inmutable, sino que está consciente de que la experiencia de entender el significado
es un proceso vivo que se mueve y cambia en el flujo del abierto compartir. De ese modo, la más profunda
escucha no proviene de la conciencia e intención deliberada de originar cambios en el otro. Dicho cambio,
cuando ocurre, es una consecuencia natural de un largo proceso de compromiso propio e interpersonal en el
cual la escucha sensitiva y profunda es un elemento crucial.
Escuchar mas allá de las palabras del otro significa escuchar el contenido literal de esas palabras, pero
además responder a las formas de expresión del otro, gestos, y matices entretejidos en la comunicación total.
Con dicha amplia y profunda escucha, podemos oír diversos o conflictivos mensajes, como si hubiera
distintas voces en el otro. Si, cuando escuchamos la voz mas sumergida, desatendemos las palabras habladas
del otro, nuestra escucha se habrá vuelto selectiva, de otra forma, insensible.
A veces, lo que oímos o sentimos puede ir mas allá de lo que creemos que el otro puede soportar de conocer.
Es como si nuestra sensibilidad nos hubiera entrometido en el mundo privado del otro. Sin embargo, si
realmente hemos oído al otro, y no estamos turbados del impacto, generalmente es seguro y útil dejarle
saber al otro de lo que somos conscientes, especialmente si luego continuamos escuchando sensiblemente.
Me gustaría citar de otro de mis artículos, escrito muchos años atrás. En el relato que sigue hablo de la
relación de asistencia y discuto la parte crucial que juega el entendimiento empático. Dicho entender, fluye
de la escucha sensible.

La persona que ayuda reconoce, o siente lo que es real y significativo para el otro en cualquier momento
dado. Él se cuida de saber como el otro ve las cosas, que siente de si mismo, cual es su propia experiencia
subjetiva respecto a cualquier aspecto del proceso de vida. El es capaz de sentir o inferir los…sentimientos
y significados que subyacen a la comunicación explicita. En un sentido real, la experiencia del otro se hace
viva en él también, si bien no confunde sentimientos y percepciones originados en el otro con aquellos que
se originan en el mismo (Barret-Lennard 1965 pp 1-2)

Es desafiante y difícil mantener una clara distinción entre sentidos originados en nosotros y en el otro.
Nuestra inquietud para evitar dicha confusión requiere que la actitud de nuestra “comprensión” esté siempre
abierta a la corrección y al cambio.
Expresar esta actitud de comprobar nuestro sentir del significado del otro, con el otro, es un elemento básico
frecuente en la escucha sensible

EFECTOS DE LA ESCUCHA SENSIBLE

Esta sección final de mi borrador ofrece una depuración de cuatro tipos de consecuencias de la escucha
sensible. Todos estos efectos, son manifestaciones de una consecuencia más amplia. La escucha sensible
fomenta el conocimiento. Ayuda a develar lo que esta parcialmente oculto y a liberar la experiencia y
ampliar la concientización. Causa un contacto más completo y profundo en las relaciones entre el que
escucha y la persona que es oída. Puede abrir e intensificar la comunicación entre grupos, y facilitar una
nueva comprensión de la naturaleza humana.

1- CURA Y CRECIMIENTO PERSONAL

Sensible, que no enjuicia, la escucha empática, nos conduce a la experiencia de ser profundamente
comprendidos, ayuda a la apertura de canales internos y sirve como puente poderoso hacia los otros. Al ser
claramente oídos en torno a algún oscuro pero sutil asunto, nos oímos o vemos más claramente, y a menudo
con menos miedo. Las divisiones internas o las fronteras tendientes a anular puertas que podemos haber
cerrado en algunas de nuestras experiencias, comienzan a abrirse. Podemos sentirnos más libres, más
enteros, libres de alguna esclavitud o carga que estaba debilitándonos. Nos damos cuenta de que no estamos
solos cuando nos comprenden y tenemos conciencia de cómo es eso. Si esta comprensión se repite, nuestro
compartir puede desarrollar una cualidad de impulso propio. El sólo hecho de que nuestra experiencia haya
tenido sentido para alguien, puede ayudar a que tenga sentido para nosotros. La experiencia de aceptación y
comprensión especialmente durante una comunicación no cautelosa, disminuye nuestra necesidad de estar
en guardia. Ser escuchados y oídos, particularmente en el contexto de una lucha sentida como limitación nos
ayudan a valorarnos y afirmarnos Nos vemos en el espejo del otro y sabemos de nuestra humanidad, y de
que no estamos solos. Vemos que nuestra imagen tiene varias facetas y cambiantes, y sentimos un
movimiento hacia nuevas posibilidades. Implícitamente es un elemento de cura y crecimiento. El
crecimiento del lado del que escucha puede también fluir de una escucha sensible. En un borrador valioso,
Rogers y Farson (1957 p. 4) hablan respecto a este punto en la siguiente forma:

No menos importante es el resultado de la escucha (activa-sensible), en el cambio que tiene lugar dentro
del escuchante. Además, el hecho de que la escucha provea de más información que cualquier otra
actividad, construye profundas, positivas relaciones y tiende a modificar constructivamente las actitudes
del que escucha. La escucha es una experiencia de aprendizaje.

El que escucha no necesita estar buscando algún beneficio intrínseco. Es una consecuencia, un “dividendo”
en el caso del que ayuda profesionalmente. La escucha sensible y el contacto con la vida profunda de los
otros es un potencial y profundo desafío para cualquiera de nosotros como semejantes en nuestros propios
viajes personales. Nutrir al otro liberándolo, puede alimentarnos y liberarnos también. Nos vemos en la
profundidad del otro al descubrir también una concientización distinta de la nuestra, que nos mueve cuando
respondemos. Nuestra relación obtiene una vida y calidad que actúa en ambos. Escuchar y comprender
profundamente es a menudo transitar en un camino que nunca habíamos estado.
----------
La escucha sensible, nos pone en contacto a pesar de nuestra unicidad.

- NOTAS DEL AUTOR

Este artículo, tuvo sus orígenes en una invitación a una charla al taller del Kitchener-Waterloo en 1966. Una
transcripción de la charla yace en mis archivos siendo el punto de partida para el nuevo escrito y la versión
más desarrollada está presentada aquí. Carl Rogers y yo hemos estado en un contacto cercano al momento
de la charla. Las referencias a este trabajo de aquel periodo continúan ajustándose, favoreciendo a este
articulo, el que dedico a su memoria.

Notas

1-Estuve presente en la charla de Rogers, y jugué un papel en la organización. La corriente presentación fue
grabada. Los pasajes citados aquí son tomados de mis extractos usados en mi propia charla, de la cual surgió
este articulo

2-ENRIQUECIMIENTO DE LA RELACION

La escucha sensible tiene un principal rol en la cualidad y perspectivas de una relación establecida. Donde
caiga dentro del repertorio de ambos miembros de una pareja, o cada persona en una familia, u otra unidad
pequeña, hay potencial para una relación que intensifique la individualidad de cada miembro. Dichas
cualidades como respeto y cuidado son enriquecidas, quizás aún posibilitadas por dos formas de escucha.
Donde esta escucha ocurre recíprocamente, el par está efectivamente escuchándose. Además, siendo
directamente saludable o integrador, dicha capacidad para la escucha interna, presagia una apertura y
sensibilidad para los otros.
La escucha sensible puede ser difícil o imposible de sostener en una relación donde los participantes se han
sentido profundamente heridos o donde hay poca confianza. A veces, sin embargo, una tercera persona que
escucha bien una interacción con ambas personas, puede invertir la pendiente en espiral y abrir la vía para
que cada participante se encargue de lo que el otro está viviendo, y así mostrar que estando en
conocimiento del otro es importante para cada uno. No tengo la intención de sugerir que la escucha es una
panacea en relaciones conflictivas, sino que es parte de un mayor molde en el que los elementos que la
componen son interdependientes. Sin embargo, si cambia en cualidad, la escucha sí puede funcionar como
motor impulsando una comunicación hacia delante.

3- REDUCCION DE LA TENSION Y SOLUCION DE PROBLEMAS

Las relaciones personales pueden deteriorarse, al punto de que cualquier mejora dependa de la contribución
de una tercer parte, una persona informalmente experta o una profesional que ayude. La capacidad del que
ayuda de oír en profundidad a cada persona y valorar su realidad, es probable que sea decisiva en producir
un cambio en la calidad de la escucha en relaciones aflictivas. Por lo tanto, también con grupos en conflicto.
Como (C. Rogers 1965 a p.7) ha indicado, dichos grupos contrarios, típicamente sustentan dos creencias
“Yo estoy en lo correcto, vos desacertado” y “Yo soy bueno y vos malo”. Estas actitudes pueden ser
expresadas de muchas formas (Rogers 1965 a p. 8) ofrece la siguiente expresión:

“Estoy en lo correcto y en lo preciso y aparece en mi visión de la situación, mi percepción de sus


elementos, mi interpretación de su significado. Mi visión es la correcta y verdadera. Vos
desafortunadamente estas en lo incorrecto e impreciso, en tu visión de la situación y en tu análisis de lo que
significa. Tu visión es falsa e incorrecta, y aun te tiene atrapado”.

“Yo soy honesto y franco y fundamentalmente bueno en mi enfoque en nuestra situación y sus problemas.
Desafortunadamente vos sos alguna de estas cosas. Sos esencialmente malo y nocivo, inseguro en tu
enfoque de la completa situación. Mis motivos son buenos, los tuyos no”

Supondré que los oponentes pueden acordar en aceptar ayuda, en tratar de lograr un impasse y esbozaran el
siguiente proceso en los términos más breves. Primero el ayudante escucha muy atentamente a los
individuos de cada lado genuinamente, tomando sus inquietudes y visiones seriamente. El que ayuda,
demuestra que esto puede ocurrir., que no lesiona los resultados y que este paso comienza a disminuir la
amenaza. Luego, paso a paso, con la ayuda de la escucha perceptiva y decidida, los antagonistas llegan a ver
las preocupaciones y temperamentos del otro con una diferente luz. Finalmente, con la ayuda y renovada
capacidad de oírse mutuamente, las partes pueden hablar directamente. Suponiendo que esto sea efectivo, las
tensiones habrán sido abruptamente reducidas y el mejoramiento en la comunicación tendrá una eterna
cualidad propia. Dicho cambio, no podría tener lugar sin la escucha eficaz que juega un rol vital.

4-CONOCIMIENTO HACIA DELANTE

Un efecto distinto de la escucha sensible, es que puede ser una ruta fértil para conocer la naturaleza humana,
especialmente la de la experimentación. Ganar conocimiento de cómo los humanos, como especie,
experimentan para sí mismos y para los otros, le dá sentido a su mundo y ha sido de interés en los campos
de estudio. Como en el caso del conocimiento básico en otros campos, muchas aplicaciones especiales
pueden fluir de dicho esclarecimiento, acerca de nuestra naturaleza esencial. Amplias áreas de aplicación
incluyen los campos de ayuda personal, interpersonal, las relaciones de grupo y los campos de
comunicación. La mayor parte de lo que conocemos proviene de la observación y de la escucha. La última
puede ser una clase de circuito cerrado de escucha, sólo afinado para predeterminadas señales, sobre una
gama similarmente limitada a un grupo de significados que el que escucha determina por adelantado. Dicha
escucha, puede probar hipótesis, pero rara vez generarlas. No podemos aprender nada nuevo e inesperado de
ello. La escucha sensible abierta, por otro lado, impulsa una comunicación y contacto en profundidad,
minimiza filtraciones y promueve una nueva visión, renueva hipótesis y un conocimiento expandido
El pasaje de la charla de Rogers citado, incluye su elocuente testimonio sobre el tema del conocimiento vía
escucha. “Es también verdad, que a través de oír a la gente, que he aprendido todo lo que se……..acerca de
relaciones interpersonales”. Y “están en ambas la satisfacción de oír a esta persona y también la de
encontrarnos en algún tipo de contacto con lo que es universalmente verdadero. Anote la frase “algún tipo de
contacto”. Nuestras mejores generalizaciones, no están moldeadas en piedra, sino sostenidas quizás como
primeras aproximaciones de una verdad mayor, nuevas dimensiones de lo que percibimos cuando
trabajamos para develarlas y abrir las fronteras a lo conocido. Esta en mi espíritu el querer significar al
ofrecer las observaciones y pensamientos presentados aquí.
CONCLUSIONES

Estos comentarios que concluyen, no son un resumen literal pero si una recapitulación, con el agregado de
indicios de significados. Comencé por adelantar un número de proposiciones generales respecto de la
escucha.
Algunas de estas proposiciones justificarían una mas extendida discusión y desmenuzamiento de los
ingredientes de los significados. Sin duda, generalizaciones adicionales podrían ser también adelantadas.
Aquellas presentadas, pueden garantizar una mejora posterior, especialmente a la luz de investigaciones aun
por venir. Mi propósito inmediato, sin embargo, refiere no tanto a la investigación, sino a la esperanza de
que lo que yo haya adelantado, pueda hablarle a los lectores de forma útil y directa. Será un dividendo, si las
ideas agregadas aquí ayudan a incitar una nueva investigación en la naturaleza de la escucha, o en
comunicaciones diarias o en relaciones de ayuda.2
Mi intención en la segunda parte de este artículo, fue introducir a la escucha sensible como un caso especial
dentro de un marco de trabajo más amplio de la escucha en general. Mirando a atrás, ahora, sin embargo, me
pregunto si esta escucha especial, se hizo para distinguirla de la variedad usual.
Mi perspectiva será mas clara a la luz de uno o dos puntos posteriores. Menos la comprensión y
conocimiento total de cada uno, una cierta soledad por naturaleza es el precio que pagamos por la
individualidad, complejidad del ser. La escucha sensible, nos pone en contacto a pesar de nuestra unicidad.
Lejos de guiarnos para ser copias del otro, funciona para proteger nuestra propia individualidad. Cada uno
de nosotros tiene su continuo flujo de experiencias, incluyendo aquellas que vienen de la memoria y
reflexión. Estamos siempre en un movimiento de alguna forma, cambiando siempre, aun cuando
aprendemos y conservamos. No es de extrañar, que la escucha, en el mejor de los casos, resulte de dos o más
caminos que se cruzan en un encuentro del entendimiento, pero que no puede conectar estos caminos en una
perfecta y cerrada costura de continuo y muto aprendizaje. En relación a mi tercer y último enfoque, el
conocimiento de los efectos, puede contribuir a la importancia que le demos a la escucha sensible, y en este
sentido indirecto, ayuda a darle emergencia a ella. Es parte de mi tesis, sin embargo, que en la acción la
escucha no puede ser simplemente un medio para un fin calculado, y al mismo tiempo ser sensible. Los
efectos de los que hablé, son consecuencias de dicha escucha, ellos puedan adelantarla pero no producirla.
La escucha tiene lugar en un contexto multifacético, de interés, y propósito de relación, de oportunidad y
capacidad. Dichos factores influyen vitalmente en lo que se oye y en el resultado de la comunicación. Ésta
fluye sorda, sin los oídos de la escucha y tiene oídos hasta cierto punto en la escucha sensible. Un autentico
proceso de escucha sensible es profundamente absorbido por sí mismo. Esto es así al final del análisis, por
que está satisfaciendo la escucha, el conocimiento, y el estar en contacto con lo humano.

NOTAS DEL AUTOR

Este artículo, tuvo sus orígenes en una invitación a una charla al taller del Kitchener-Waterloo en 1966. Una
transcripción de la charla yace en mis archivos siendo el punto de partida para el nuevo escrito y la versión
más desarrollada está presentada aquí. Carl Rogers y yo hemos estado en un contacto cercano al momento
de la charla. Las referencias a este trabajo de aquel periodo continúan ajustándose, favoreciendo a este
articulo, el que dedico a su memoria.

Notas

1-Estuve presente en la charla de Rogers, y jugué un papel en la organización. La corriente presentación fue
grabada. Los pasajes citados aquí son tomados de mis extractos usados en mi propia charla, de la cual creció
este articulo.
2- Estoy complacido de poder extraer más del lenguaje de la empatia en sus aspectos más específicos. Esta
característica, me recuerda las advertencias de la terapia a un cliente, fechada en mis primeros días de
practica. Él me dijo ¿Cómo podía decir que lo había entendido? La evidencia impuesta para él, fue que al
oír su exacto significado, se expreso lo dicho por él en distintas palabras. Mis palabras aquí también me
parecen confiables. El escritor interesado en la investigación, encontrará mis previos trabajos sobre empatia
referenciados en Barret-Lennard, 1986 b.
REFERENCES

También podría gustarte