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Disbacteriosis

Intestinal en
perros y gatos
FICHA TÉCNICA

IMPORTANCIA FISIOLÓGICA
DEL ECOSISTEMA BACTERIANO
INTESTINAL
En animales sanos, el ecosistema bacteriano, tiene varias funciones impor-
tantes. En primer lugar, protege al huésped contra las bacterias patógenas
al competir por el oxígeno, los sustratos luminales y el espacio, pero tam-
bién por la síntesis y liberación de sustancias que inhiben el crecimiento
bacteriano, las denominadas bacteriocinas. Las bacterias intestinales
también producen ácidos grasos de cadena corta mediante el meta-
bolismo de componentes de la dieta que a menudo no son digeribles
para el huésped. Estos ácidos grasos de cadena corta sirven como
una importante fuente de energía para la mucosa intestinal, lo que lle-
va a la proliferación de células epiteliales y al crecimiento de la misma.
Los miembros del ecosistema bacteriano intestinal también sintetizan
una variedad de vitaminas, incluyendo riboflavina (vitamina B2), biotina
(vitamina B7), ácido fólico (vitamina B9), cobalamina (vitamina B12) y vi-
tamina K. Finalmente, las bacterias intestinales también juegan un papel
crucial en el desarrollo del sistema inmune intestinal.
Muchos perros y gatos con diarrea aguda o crónica
responden a la terapia con antibióticos. Mientras
que algunos de estos pacientes pueden estar in-
fectados con un patógeno gastrointestinal pri-
mario, como Salmonella spp. o algunas cepas
de Campylobacter patógenas, en la mayoría
de los casos, no se puede identificar un causal
especifico. Pero una respuesta a los antibióti-
cos sugeriría que estos pacientes se ven afec-
tados por una alteración del ecosistema bacte-
riano intestinal que producen los signos clínicos.

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Las interacciones entre las bacterias y el huésped están mediadas a través
del contacto directo entre los microbios y el sistema inmune y a través de
varios metabolitos derivados de la microbiota. Un microbioma fisiológico
modula el sistema inmune, protege contra los enteropatógenos y propor-
ciona beneficios nutricionales al huésped.

Por el contrario, los cambios en la relación intrincada entre las bacterias


intestinales y las células hospedadoras afectan la respuesta inmune y el
estado metabólico del huésped y pueden provocar enfermedades.
Se ha relacionado la disbacteriosis, con la exposición prolongada a an-
tibióticos, con lesiones producidas por la presencia de parásitos unice-
lulares o parásitos redondos y chatos intestinales, también a trastornos
extraintestinales como la diabetes y la obesidad. Estos hallazgos resaltan
la importancia de la microbiota intestinal y la disbiosis en la regulación del
metabolismo del huésped, con efectos que van mucho más allá del tracto
gastrointestinal.

DISBACTERIOSIS INTESTINAL EN
PERROS Y GATOS
La disbacteriosis intestinal se sospecha en varios trastornos gastrointes-
tinales agudos y crónicos.

Hay varios términos diferentes que describen estos trastornos gastroin-


testinales: diarrea sensible a antibióticos, sobrecrecimiento de bacterias
desfavorables en el tracto intestinal (SIBO) y disbiosis intestinal como
un trastorno cualitativo y/o cuantitativo de la microbiota del intestino que
conduce a signos clínicos de diarrea.

El tracto gastrointestinal (GI) de los animales, contiene diferen-


tes tipos de microorganismos conocidos como la microbiota GI.
Estos microorganismos han genera-
do interés porque están involu-
crados en múltiples procesos
fisiológicos en el hospedador,
perpetuando así la salud o la en-
fermedad. Estudios recientes han
demostrado que la microbiota GI de ga-
tos y perros es tan compleja como en humanos y
otros animales.
La microbiota GI incluye miembros de los tres
dominios principales de vida (Archaea, Bacte-
rias y Eucariotas), pero las bacterias son el gru-
po de microorganismos más abundante y meta-
bólicamente activo. El intestino delgado contiene
una microbiota diversa, conteniendo representan-
tes de al menos cinco diferentes filos bacterianos
(principalmente Firmicutes y Bacteroidetes). El
intestino grueso contiene el grupo de bacterias
más abundante, diverso (han sido detectados al

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menos diez diferentes filos) y metabólicamente relevante del tracto gas-
trointestinal. La mayoría de las bacterias en el intestino grueso son anae-
robios estrictos, los cuales dependen de la fermentación de sustancias no
digeridas para subsistir.

CAUSAS
La disbacteriosis del intestino delgado es causada por una proliferación
anormal de bacterias y/o por el cambio en las especies bacterianas pre-
sentes en la luz del intestino delgado. Sin embargo, no debe considerarse
un trastorno primario. Hay varios mecanismos de protección que evitan
que un paciente desarrolle disbacteriosis. El ácido gástrico, la motilidad
intestinal y la actividad antibacteriana del jugo pancreático limitan el
número de bacterias en el intestino delgado. El ácido gástrico des-
truye directamente las bacterias que se ingieren con la dieta y tam-
bién disminuye el pH de la ingesta, lo que lleva a un pH más bajo
en el intestino delgado proximal. Los movimientos propulsivos del
intestino delgado son probablemente el factor protector más im-
portante, ya que no existe una barrera física que impida el cultivo
retrógrado de la microbiota del intestino grueso en el delgado. Las
propiedades antibacterianas del jugo pancreático no se conocen
bien. Las enzimas digestivas pancreáticas pueden ser en parte res-
ponsables de la acción antibacteriana del jugo pancreático. Cualquier
proceso de enfermedad que afecte a uno o más de los mecanismos de
protección discutidos puede conducir finalmente a la disbiosis.

La disbacteriosis puede ser provocada por la presencia de parasitosis. Los


ancylostomas y las tenias, se prenden a la mucosa del intestino, generan-
do un área de inflamación y lesión de las vellocidades, con el desequilibrio
bacteriano adyacente. La trichuriosis provoca puntos de lesión en el intes-
tino grueso, debido a la introducción del parásito en las capas profundas
de la mucosa. Generando una reacción inflamatoria con crecimiento bac-
teriano secundario. Por último los coccidios producen la muerte de cada
célula colonizada y las giardias por el efecto de sus discos suctores en
las profundidades de las vellocidades provocan no solo inflamación, sino
disbacteriosis y síndrome de mala absorción, desnutrición, meteorismo y
cólicos.

HALLAZGOS CLÍNICOS
La disbacteriosis del intestino delgado en perros y gatos provoca diarrea
crónica (que a menudo es intermitente), cólicos y meterorismo. La pérdi-
da de peso puede estar presente en algunos casos por síndrome de mala
absorción o desnutrición. Otros signos clínicos pueden deberse al proceso
primario de enfermedad subyacente, como obstrucción parcial, insuficien-
cia pancreática exocrina u otros.

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TRATAMIENTO
Para el tratamiento de los desequilibrios de la flora intestinal pueden utili-
zarse probióticos, prebióticos y antibióticos entre otros.

El uso de quimioterapicos como la sulfadimetoxina y el dimetridazol abar-


ca un gran espectro bacteriano, equilibra y frena el crecimiento de cepas
patógenas.

La sulfadimetoxina además de estar indicada en infecciones intes-


tinales, se indica en pielonefritis, infecciones del aparato genital,
infecciones respitatorias e infecciones producidas por gérmenes
sensibles a la sulfamidoterapia.

El dimetridazol ha demostrado ser efectivo en el tratamiento de ame-


biosis, giardiasis y tricomoniasis, tiene buena pe-
netración tisular y está indicado para la profilaxis
contra la infección anaeróbica después de la ci-
rugía intestinal, para el tratamiento de abscesos,
de heridas y para el tratamiento de las enteritis
por sobrecrecimiento de bacterias anaeróbicas.
Es una parte importante de la terapia de combina-
ción contra Helicobacter pylori, una causa importante de gastritis.

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**Referencias a su disposición**

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